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ARGUMENTOS

DE
RAZÓN TÉCNICA
ARGUMENTOS
DE
RAZÓN TÉCNICA
Número 20, 2017

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SUMARIO / CONTENTS

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contributions are subjected to Creative Commons License, no derivation, no
commercial use and mandatory quotation

ESTUDIOS / ARTICLES

Hugo López Araiza Bravo, Ruido / Noise ………………………………….... 13


Juan Andrés Sosa Pérez, Dimensión social de la tecnología. Práctica
tecnológica Vinicultura Artesanal Urbana como elemento de la
identidad cultural de Cienfuegos, Cuba (1994-2012) / Social Dimension
of Technology. Urban Craft Winemaking Technology Practice as Part
of the Cultural Identity of Cienfuegos, Cuba (1994-2012) ………………….. 31
Sergio Barbero Briones, La óptica de Leonardo da Vinci: la mirada
artística como intuición del pensamiento científico/ The optics of
Leonardo da Vinci: the artistic look as intuition of the scientific
Thought ………..……………………………………………………………… 49
Eduardo R. Scarano, Familias de tecnologías socioeconómicas / Families
of socioeconomic technologies …………………………………………...….. 71
Juan M. Durán, Eric Winsberg y la epistemología de las simulaciones
computacionales / Eric Winsberg and the epistemology of computer
Simulations ………………………………………………………………..….. 87
Miguel Mandujano Estrada, Ciudadanía y competencia digital: Sobre los
presupuestos de una civilización digital global a partir de la iniciativa
Europa 2020 / Citizenship and Digital Competence; on the Assumptions
of a Global Digital Civilization From the Initiative Europe 2020 ….…...… 103
Yarina Amoroso Fernández, Un acercamiento a la Socio-Cibernética y la
Infoética en las TIC: valores éticos y Derecho / An approach to socio-
cybernetics and infoethics in ICT: Ethical values and law ……………...… 119
Vicente Bellver Capella, Contra el paradigma tecnocrático: la posición
del papa Francisco / Against the technocratic paradigm: the position of
Pope Francisco ………………………………………………………..……. 149
SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA / REVIEWS

ECHEVERRÍA, J.: El arte de innovar. Naturalezas, lenguajes, sociedades


(José A. Marín-Casanova); PARENTE, D.: Artefactos, cuerpo y ambiente:
exploraciones sobre filosofía de la técnica (Aldana D’Andrea); GONZÁLEZ,
W. J. (ed.): New Perspectives on Technology (Miquel Company) …...…….. 171
ESTUDIOS /ARTICLES
RUIDO

NOISE1

HUGO LÓPEZ ARAIZA BRAVO


Universidad Nacional Autónoma de México
miunone@gmail.com

RECIBIDO: 03/02/2016
ACEPTADO: 15/07/2016

Resumen: La ciencia actual hace un uso extensivo de toda clase de instrumentos, herramientas y
artefactos. Es necesario hacer un análisis más profundo de esta relación entre la ciencia y la
tecnología de la que depende, más allá de la noción de tecno-ciencia, que simplemente las une sin
explicar los vínculos ni causalidades entre ellas. El concepto de “ruido” –los datos inútiles que
resultan estorbosos y que se lucha por eliminar desde la instrumentación– es muy útil para el análisis,
pues pone de manifiesto la división epistemológica y ontológica que la tecnología hace por la ciencia
incluso antes de la interpretación de resultados. En este artículo se explora cómo el ruido evidencia la
relación entre tecnología y ciencia y pone en entredicho jerarquías como las que se establecen entre
invención y descubrimiento o ingeniero y científico, sugiriendo que quizás ya sea momento de
superarlas.
Palabras clave: tecnología, ciencia, instrumentación, ruido, descubrimiento, invención, ingeniería.

Abstract: Modern science uses extensively a variety of instruments, tools and artifacts. We need to
do a more profound analysis of the relationship between science and the technology upon which it
depends, well beyond the concept of techno-science, which simply fuses them without properly
explaining their links and causalities. The notion of “noise” –the useless data that get in the way and
must be eradicated by the instrumentation– is a useful one for such an analysis, since it shows the
epistemic and ontological division drawn by technology even before science interprets its results.
This article explores how noise puts in evidence the relationship between science and technology,
and calls into question such hierarchies as the established between invention and discovery or
engineer and scientist, suggesting that it may be time to get them over with.
Keywords: technology, science, instrumentation, noise, discovery, invention, engineering.

La ciencia actual no puede prescindir de sus instrumentos. Desde que Galileo


inventó su telescopio, la necesidad de instrumentación adecuada para llevar a
cabo experimentos y medir sus resultados ha crecido sin otro freno que la

1
Investigación realizada gracias al Programa UNAM-DGAPA-PAPIIT clave IN403317
“Epistemología de la tecnología y el desarrollo del conocimiento científico”.

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tecnología disponible. En la actualidad, hay proyectos de investigación que no


sólo dependen por completo de su instrumentación, sino que han surgido a partir
de ella.2 Esto no es algo que pase desapercibido: al inscribirse a las publicaciones
de la American Association for the Advancement of Science, se pide que se
especifique con qué instrumentos se trabaja.3 Es entonces de suma importancia
comprender la relación entre la ciencia y la instrumentación, o entre el trabajo
que realizan los científicos y sus instrumentos. Para comprender cabalmente esta
relación, en este artículo analizaremos lo que se ha dado en llamar el “ruido”.

Ruido, interferencia, estática

El “ruido” en la ciencia no se trata de un sonido incomprensible y molesto, pero


se parte de esa analogía. Supongamos que queremos recibir una señal de radio
para escuchar un programa específico, pero hay edificios altos en la zona que
provocan interferencia. En ese caso, recibiremos un mensaje fragmentado por
ruido, en el sentido más llano de la palabra. La señal se quebrará, y de lo que
hayamos querido escuchar, tal vez sólo entendamos palabras sueltas, mezcladas
con un montón de sonidos ininteligibles. Ahora imaginemos que, como
científicos, nuestros experimentos no siempre se realizan en las condiciones
ideales. Hay, por así decirlo, edificios altos que interfieren con la señal que
queremos recibir. En un laboratorio, se le llama “ruido” a todo lo incomprensible
y molesto que recibimos en vez de los resultados esperados.
La solución parece sencilla: hay que deshacernos de esa interferencia. Nos
podemos mover a otra parte de la ciudad, en la que haya grandes espacios
abiertos; o mejor, podemos subirnos al más alto de esos edificios y así obtener la
mejor recepción. Eso en un laboratorio equivale a asegurarse, digamos, de que
las muestras y el ambiente estén esterilizados (si se trabaja con material
biológico) o de que el área esté aislada de radiación externa (si se trabaja con
física de partículas). Pero no siempre podemos huir a un lugar carente de
edificios altos que nos estorben. A veces tenemos que quedarnos en casa porque
ahí está el radio, o la tele, o estamos atorados en un elevador y acudimos al
celular precisamente porque queremos salir de ahí. Los científicos casi siempre
están en esa situación. Hay organismos de los que no nos podemos deshacer

2
Un excelente ejemplo de esto es el CERN. Entraremos a detalle en él más adelante.
3
American Association for the Advancement of Science, Formulario de registro,
<https://pubs.aaas.org/Promo/promo_setup_rd.asp?dmc=P0RFB1>, (2 de octubre de 2013).

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porque acabar con ellos conllevaría terminar con nuestra propia muestra, y hay
radiación de la que no podemos huir. ¿Qué hacer entonces? Necesitamos el
equivalente a mover la antena como enloquecidos o golpear el aparato hasta que
se defina la imagen, lo cual implica modificar nuestros instrumentos (o sus
parámetros) para que sólo detecten lo que nosotros queremos que detecten.
¿Problema resuelto? No en realidad. El problema apenas está saliendo a la
luz. Al hacer la analogía con la señal de radio, televisión o teléfono, dimos algo
por hecho: que esperábamos recibir un mensaje. ¿Y quién envía ese mensaje?
Alguna persona en una antena lejana que preparó con mucho esmero el programa
radiofónico o televisivo, o que está intentando llamarnos por el celular. Es decir,
nosotros ya esperábamos obtener algo específico al encender el radio, la
televisión o el celular; o por lo menos teníamos una idea bastante clara de cómo
debía verse u oírse. ¿Qué pasa en el caso de los científicos? ¿Qué clase de
mensaje están buscando? Lo que ellos buscan son resultados. Específicamente,
resultados predichos. Y saben discernir entre un resultado correcto y uno
incorrecto porque tienen una teoría que predice qué debería y qué no debería
suceder bajo ciertas circunstancias. Es decir, saben exactamente qué mensaje
quieren recibir; o con una mejor analogía: recorren el mundo moviendo
frenéticamente la perilla de su radio, esperando sintonizar la estación que debería
estar ahí.

Teorías y maneras de deshacerse de ellas

Cuando más arriba dije que los científicos ya saben qué resultados buscan de sus
experimentos, entré a un viejo problema tratado desde siempre por la filosofía de
la ciencia: el de la contrastación empírica. La ciencia moderna es empírica en el
sentido de que idealmente todas las hipótesis de sus teorías sean contrastables
con la realidad tangible. A diferencia de la metafísica y gran parte de la filosofía
natural que la precedieron, la ciencia moderna experimenta para ver si la teoría
en realidad funciona. No depende de la razón ni de una buena argumentación ni
de un sistema coherente: depende de si las cosas en realidad son así. Y ese “en
realidad” exige que cualquier persona sea capaz de acceder a los mismos
resultados en caso de duda.
La filosofía de la ciencia ha dado varias interpretaciones (o ha intentado
normar) a esta exigencia de contrastación empírica. La más notable de ellas es la
de Karl Popper, quien bautizó a su teoría “falsacionismo”.4 Lo que Popper

4
Cfr. Popper, Karl, La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1962.

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plantea es que no se puede comprobar definitivamente una teoría. Lo que sí se


puede es “falsarla”: demostrar que es falsa. Pretende que todos los experimentos
sean diseñados para intentar desbancar las teorías que contrastan (con la
esperanza de no lograrlo, claro). De esta forma, en cuanto una teoría sea
encontrada culpable de no pasar la prueba que se le imponga, deberá ser
desechada.
Basta echar un ojo a cualquier laboratorio para saber que nadie se atiene a la
ley de hierro popperiana (incluso basta con recordar los experimentos de la
secundaria, que rara vez funcionaban a la perfección): los experimentos fallan
todo el tiempo y no vemos una constante renovación de las teorías. ¿Por qué?
Porque hay muchas razones para que un experimento no arroje los resultados
deseados: 1) puede deberse a un error humano, 2) puede que haya habido una
falla en los instrumentos, 3) puede que no se haya realizado bajo condiciones
ideales y 4) sí, también puede que la teoría esté equivocada. 5 Críticos posteriores
a Popper han hecho notar que los científicos son renuentes a tirar a la basura
teorías que hasta entonces habían sido efectivas porque hacerlo tendría
consecuencias en otras partes de sus disciplinas: una teoría está conectada con
otras y son mutuamente dependientes. Además, apelan a lo que llaman “carga
teórica de la observación”, lo que muy simplificado significa que cada uno ve las
cosas como la teoría en la que cree dice que deberían verse.
Lo que tienen en común tanto Popper como sus detractores es que ambos
ningunean el papel de la instrumentación. Popper pone como único requisito para
que una teoría sea falsable el que su falsación sea lógicamente posible.6 No le
preocupa que no haya instrumentos disponibles o que los que haya sean
inadecuados para realizar los experimentos requeridos. Quizás asuma que la
tecnología eventualmente se pondrá al corriente con la ciencia; como si estuviera
atrasada un par de siglos, pero fuera por la misma línea.7 Sus detractores
simplemente ignoran a la instrumentación: al hablar de observación, afirman que
ésta se da al interpretar los resultados dados, independientemente de si la
observación se haga a simple vista o a través de un microscopio.

5
Para ser justos con Popper, parece que no era ajeno a esta dificultad: Incluso en The Logic of
Scientific Discovery pide que la falsación sea repetida experimentalmente para ser válida:
“Difícilmente nos inducirán a desechar una teoría –por falsada–, unos pocos enunciados básicos
esporádicos; pero la daremos por tal si descubrimos un efecto reproducible que la refute”. Ibid., p.
83.
6
“El requisito de que la hipótesis falsadora ha de ser empírica, y, por tanto, falsable, quiere decir
exclusivamente que debe encontrarse en cierta relación lógica con respecto a los posibles enunciados
básicos; así pues, lo que exigimos atañe sólo a la forma lógica de la hipótesis”. Idem.
7
Quizás también sea porque, como se verá en la nota 21, se dio cuenta del proceder tramposo al que
la instrumentación puede prestarse.

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Esto es un error no sólo por lo afirmado durante la introducción a este


artículo, sino porque de las 4 razones que citamos anteriormente para que un
experimento fallara, dos de ellas (la segunda y la tercera) son atribuibles a la
instrumentación. Por lo tanto, puede asumirse que buena cantidad de los
experimentos fallidos son “arreglados” mediante ajustes en la instrumentación.
En estos casos entra en juego el ruido.

Instrumentos y lo que hacen por nosotros

Hasta ahora hemos usado el término “instrumento” de una manera muy libre,
asumiendo que todos entendemos lo mismo por esa palabra. Para poder
continuar, sin embargo, sería sano hacer ciertas distinciones. Es común, por
ejemplo, que todo lo que caiga dentro del término “tecnología”, sea tomado
como un instrumento. Así, se entenderían por “instrumentos” algo tan cotidiano
como una pipeta, una regla, un termómetro y cosas tan leviatánicas como el
telescopio Hubble o el acelerador de partículas del CERN. Además de ser
productos de la tecnología, todos ellos son utilizados por científicos en sus
investigaciones. Pero no todos son instrumentos. Para aclarar el tema,
utilizaremos una terminología que Adrien Barbaresi atribuye a Gilbert
Simondon. Él distingue entre “herramienta”, “instrumento” y “aparato”. 8
La herramienta se entiende como un objeto que funciona como
mediador entre su operador y aquello sobre lo que incide. Es un objeto de acción.
Su propósito es aumentar las capacidades del operador, funcionando como una
extensión de su cuerpo. En los ejemplos anteriores, la pipeta es una herramienta:
nos permite realizar una acción (el goteo de una sustancia) de una manera mucho
más efectiva que si la hiciéramos con los dedos o con las propias manos.
El instrumento, en cambio, es un objeto que aumenta las capacidades
perceptivas. Nos permite o bien detectar datos que de otra manera no podríamos
percibir (como un microscopio) o bien medir,9 como la regla y el termómetro.

8
Cfr. Barbaresi, Adrien, “Denkansätze zur Philosophie der Technik”, Hamburg, Easterhegg, 2011,
pp. 8-9. Él cita a Simondon, Gilbert, Du mode d’existence des objets techniques, Aubier-Montaigne,
1969, pp. 88-89; pero no he encontrado su referencia. Quizá esto se deba a que trabajé con una
edición posterior (la de Aubier de 1989). De cualquier manera, la distinción resulta útil y la
seguiremos utilizando.
9
Hay un salto entre percibir y medir. Al percibir simplemente se recibe información cualitativa: el
agua está caliente o está fría. También puede haber una comparación: el agua de este vaso está más
caliente que la del otro. Al medir, en cambio, esta comparación se da contra un modelo
estandarizado: el agua tiene una temperatura de 50°C. Los grados Celsius ya están fijos y sirven
como moneda de cambio entre las diferentes temperaturas.

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Vale la pena hacer hincapié en el carácter esencialmente activo de una


herramienta contrapuesto al de un instrumento, que es más bien pasivo. Querer
utilizar un instrumento para algo que no sea recabar datos probablemente
producirá el deterioro del mismo (pensemos en utilizar una regla como cuchillo o
un termómetro como clavo). Sin embargo, hay que ser cuidadosos: el
instrumento sí puede influir en el objeto estudiado. Al introducir un termómetro
para saber la temperatura del agua, ya afectó su temperatura, es decir, cambió la
característica estudiada (la temperatura del agua). Por otro lado, es difícil
imaginar que el telescopio óptico en el Hubble influya en las nebulosas que
fotografía.
En último lugar, se encuentra el aparato. Éste sirve también como actor, pero
su diferencia radica en que produce un fenómeno. Yo insistiré en que este
fenómeno es radicalmente nuevo. Tomemos por caso el motor de Faraday. En
1821, Faraday construyó un aparato que produjo por primera vez lo que ahora se
conoce como “rotación electromagnética”. Conectó dos contenedores llenos de
mercurio a una batería. En uno puso un imán fijo en el centro y colgó un alambre
encima de él, de tal manera que quedara parcialmente inmerso en el mercurio sin
tocar el imán. El otro extremo quedaba inmerso en el mercurio del otro
contenedor. Ambos contenedores estaban conectados a una batería voltaica,
cerrando así el circuito. Al pasar corriente por el circuito, el alambre giraba
alrededor del magneto. Este aparato sirvió como fundamento tanto para el motor
como para el generador eléctrico. En nuestros ejemplos anteriores, el acelerador
de partículas del CERN sería un aparato.

Invención y descubrimiento

En la sección anterior anuncié que defendería que un aparato produce un


fenómeno radicalmente nuevo. Continuemos con el motor de Faraday. Lo que
hay que preguntarnos es si existe en la naturaleza algo que produzca una rotación
electromagnética. Es claro que en nuestra vida cotidiana no encontramos tales
cosas: los únicos ejemplos de magnetismo con que contamos son carentes de
electricidad (las rocas magnéticas), y los de electricidad carecen de magnetismo
(los relámpagos). Si agrandamos la perspectiva, podemos pensar que la Tierra
tiene un campo magnético. Y, de hecho, se cree que éste no proviene de una
propiedad permanente, como en la magnetita, sino de un efecto dinamo
producido por la rotación de materiales ferrosos en estado líquido por debajo de
la corteza. Así que no es propiamente un motor de Faraday, sino su contrario: un
electroimán. Hay, sin embargo, dos problemas con este caso. El primero, y más

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grave, es que esta explicación del origen del campo magnético terrestre se
mantiene en hipótesis (si bien es la más aceptada), pues hasta ahora los modelos
propuestos no coinciden con los datos. El segundo es que, para que el fenómeno
fuera el mismo, el hierro en rotación debería estar electrificado, y no parece
haber una fuente eléctrica debajo de la corteza terrestre. Independientemente de
estas dificultades, el caso de la Tierra es significativo por otra razón: se propuso
esa solución al enigma después de que ya existían tanto los motores eléctricos
como los dinamos y los electroimanes. La tecnología precedió a la explicación
de la naturaleza.
Esta discusión entre si el motor de Faraday produjo un fenómeno nuevo o si
simplemente reprodujo –sin saberlo–10 un fenómeno ya existente puede
formularse de otra manera: ¿Faraday inventó la rotación electromagnética o la
descubrió? En el primer caso, Faraday sería el padre del fenómeno: éste se habría
generado en su mente y la construcción del motor sería su nacimiento. En el
segundo, Faraday sería como Colón: asumió que, dado el conocimiento con el
que contaba, si seguía cierto camino iba a llegar a algún lado, y llegó (aunque
quizás no exactamente a donde pensaba). Desafortunadamente, no tenemos
registro de su propósito, así que no podemos resolver de esa manera la cuestión.
Pero hemos sentado un precedente para entrar en una distinción que se antoja
problemática: ¿Cuál es la diferencia entre descubrir e inventar?
Hasta ahora tenemos dos propuestas:
1) El invento es radicalmente nuevo, mientras que el descubrimiento ya
estaba ahí –aunque ignorado por los humanos–. En ese sentido, las carabelas no
existían en la naturaleza antes de ser inventadas, pero América sí estaba en donde
está ahora antes de que Colón la descubriera.
2) El invento es ideado por su autor, quien supera ciertas dificultades
para su realización; el descubrimiento es tan sólo sospechado, a veces incluso
surge de manera completamente accidental. Quienquiera que haya inventado las
carabelas tuvo planos muy claros acerca de cómo quería su navío, con un
propósito acerca de sus funciones; pero Colón se lanzó al poniente esperando
encontrar las Indias (y hay que hacer hincapié en su esperanza, que no era
certeza), y se le atravesó América.
Cada una de estas distinciones está cargada hacia un lugar diferente. La
primera distingue entre invención y descubrimiento a partir del objeto: él era el
que existía o no existía. La segunda lo hace a partir del sujeto: su actitud en el
momento de la invención o el descubrimiento es lo que define a qué actividad se
refiere. La disponibilidad de datos nos empuja a preferir la primera, pues no

10
Porque en eso sí hay consenso: Faraday no estaba intentando replicar nada que ya hubiera visto.

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20 HUGO LÓPEZ ARAIZA BRAVO

siempre conocemos las intenciones ni los estados mentales de los agentes, por lo
que la segunda nos llevaría a la mera especulación. Sin embargo, quiero mostrar
que ambas distinciones coinciden, aunque parezcan estar en polos opuestos. Para
ello una anécdota.
Un amigo matemático exclamó un día, después de haber trabajado un par de
horas sobre sus papeles, que por fin había descubierto una nueva prueba para el
teorema en el que se ocupaba. Yo le hice notar que las matemáticas eran un
lenguaje como cualquier otro, por lo que decir que se descubría una prueba
nueva era tanto como decir que se descubría un poema al escribirlo por primera
vez. Él me contestó que claro que los poemas se descubren, pues al trabajar con
el lenguaje se cuenta con una cantidad finita de elementos y sólo hay que
encontrar la combinación adecuada de ellos. Entonces me di cuenta de que la
distinción entre invención y descubrimiento se hace a partir de una decisión
metafísica: el que inventa piensa que su producto no existiría de otra manera
(que depende por completo de su inventor), mientras que el que descubre piensa
que las posibilidades son finitas (o son infinitas, pero contamos con el tiempo
suficiente para probarlas) y por lo tanto todo sucede eventualmente. Es
interesante ver cómo la segunda explicación era preferida por un científico,
mientras que la primera era la del humanista.
En ese caso, para saber si Faraday descubrió o inventó la rotación
electromagnética tendríamos que tomar una decisión acerca de nuestra
concepción del mundo. Tal vez incluso no habría que tomarla, sino que diríamos
una u otra cosa dependiendo de lo que creyéramos inconscientemente. Esta
solución, aunque no es muy satisfactoria, es digna de consideración, como lo
veremos más abajo.11

¿Y el ruido?

No nos hemos salido del tema. Esta pequeña tangente sirve para enriquecer
nuestra exposición anterior. Eludamos de momento la cuestión metafísica y,
volviendo a los objetos que se utilizan en la investigación científica, digamos que
la diferencia entre instrumento y aparato es que el primero descubre y el segundo
inventa. En ese caso, para asegurarnos de que la investigación científica nos

11
Además, parece que nos adentramos en otro problema complejo: el de la distinción entre lo natural
y lo artificial. Quien opta por la invención cree que los humanos podemos crear cosas independientes
de la naturaleza (cree en una diferencia tajante entre lo natural y lo artificial). Quien opta por el
descubrimiento cree que los humanos formamos parte de la naturaleza y, por lo tanto, todo lo que
lleguemos a crear ya estaba en ella a priori (cree que la dicotomía natural-artificial es estorbosa).

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RUIDO 21

mostrará cosas que en efecto están ahí y no cosas que sólo estaban en la mente de
los investigadores, la regla de oro debería ser la siguiente: no usar nunca un
aparato como si fuera un instrumento. De lo contrario, no habría diferencia entre
la ciencia moderna y, digamos, el teatro: se idea un argumento, se escribe y se
representa; pero eso nunca quiere decir que la gente real se comporte como los
personajes dramáticos.
¿Cumple la ciencia moderna con esta regla? No. Tomemos nuestro ejemplo
de aparato: el acelerador de partículas del CERN.12 El CERN es una instalación
gigantesca, que ocupa territorio en dos países y cuenta con el apoyo económico
de otros dieciocho. Fue creado con el propósito de investigar la física de
partículas y resolver preguntas sobre cómo era la materia justo después del Big
Bang y por qué se comportó de modo que ahora es como es y no de otra
manera.13 El problema es obvio: el Big Bang, en teoría, se dio hace trillones de
años, y ya no lo tenemos a la mano como para sacarle una muestra, ponerla bajo
el microscopio y resolver nuestras dudas. Si queremos estudiar sus condiciones,
tenemos que recrearlas. El CERN es, por lo tanto, una simulación. Está
construido basándose en las teorías más sólidas de la física especulativa y busca
probar sus hipótesis. Se aceleran partículas subatómicas hasta hacerlas colisionar
una contra otra y se observa el resultado (más partículas subatómicas, pero
diferentes). Así se han logrado producir y observar muchas de las partículas
postuladas por la teoría: los antinúcleos, el antihidrógeno, los quarks, los
gluones, el bosón de Higgs, etc. Es interesante que la historia del CERN se
resuma a la historia de los aparatos e instrumentos que ha utilizado: desde los
años 50 se ha realizado un proceso de mejoramiento constante, con aceleradores
cada vez más poderosos. Al mismo tiempo está la historia paralela de los
detectores, pues de nada sirve producir una partícula si no se la puede
“observar”. Estos detectores también están basados en la misma teoría, ideados a
partir del comportamiento que se espera de las partículas producidas. Entonces,
para comprobar o refutar una teoría, se construye un aparato basado en ella, se
produce un fenómeno que ella predice y que se detecta con un instrumento
diseñado a partir de la teoría misma. ¿No hay ahí una petición de principio?
Ciertamente lo parece. Pero lo importante, por el momento, está en la historia de
los detectores: mientras más avanzan, mejores son los resultados obtenidos. Esta
mejoría se debe a que los nuevos son más sensibles, lo que quiere decir que

12
Por comodidad, a partir de ahora sólo lo llamaré “CERN”, pero hay que tomar en cuenta que el
acelerador de partículas no es lo único que ahí se encuentra. Toda la información al respecto fue
tomada de <http://home.web.cern.ch/about>.
13
Una de las preguntas básicas, por ejemplo, es por qué la naturaleza prefiere a la materia sobre la
antimateria.

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muestran cosas donde el anterior no registraba nada.


Y es aquí donde vuelve el ruido a escena. No es completamente cierto que las
versiones anteriores no registraran nada; frecuentemente el problema era el
contrario, esto es, que registraban demasiado. A veces incluso sucede que la
nueva versión, con su sensibilidad aumentada, también registra demasiado. Lo
que hay que hacer en esos casos es ajustar el instrumento. Hacer, en otras
palabras, que sólo detecte lo que queremos que detecte.

Las cucharas

Hay un término en la jerga de laboratorio que describe la actividad de manipular


el experimento para obtener los resultados deseados: “cucharear”. El que
cucharea busca la calificación fácil, o que el patrocinador no le retire los fondos,
o la fama súbita por un descubrimiento imposible. Los párrafos anteriores fueron
escritos con el propósito de crear ese efecto. En realidad, no es que los científicos
del CERN actúen de mala fe; hay que darles crédito a los ciudadanos europeos y
la manera en la que cuidan el buen uso de sus impuestos. El problema de fondo
no es que sean una superorganización de charlatanes coludida para drenar a la
gente de su dinero y construirse juguetes gigantes para divertirse con ellos. Sería
demasiado cinismo. El problema es que no siguen la regla de oro arriba
propuesta: no usar nunca un aparato como si fuera un instrumento. De hecho, la
dificultad estriba en que seguirla es mucho más difícil de lo que pensábamos, si
no es que imposible (o impráctico).
Habíamos quedado en que un aparato produce un fenómeno nuevo (inventa),
mientras que un instrumento simplemente detecta y/o mide un fenómeno
existente (descubre). Analíticamente, la distinción funciona, pero un vistazo a la
realidad basta para convencernos de que la frontera es porosa. Prescindamos de
nuevo de las decisiones metafísicas a las que apelamos al final de la sección
“Invención y descubrimiento” y centrémonos en los instrumentos. Davis Baird
afirma que lo usual es decir que un instrumento extrae información de una
muestra, pero luego pide precaución, pues esa extracción de información (a lo
que nosotros llamábamos “detectar” y “medir”) se divide en partes: primero el
instrumento interactúa con la muestra, produciendo un fenómeno que,
posteriormente, el experimentador lee como información.14 ¿Entonces también
los instrumentos producen fenómenos? Eso nos metería en problemas. Probemos

14
Baird, Davis, Thing Knowledge: A Philosophy of Scientific Instruments, Berkeley, University of
California Press, 2004, p. 68.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 13-30


RUIDO 23

con nuestros dos ejemplos anteriores: la regla y el termómetro. El método de


medición con una regla es sencillo: se la pone al lado de la muestra y se compara
la longitud de ésta con la escala dibujada en la regla. No hay nada nuevo ahí,
sólo la lectura de quien mide, que es lo que dota de significado al hecho de poner
los dos objetos juntos. El termómetro, en cambio, sí presenta una novedad: la
escala dibujada en él no se lee por sí misma. Si así fuera, todas las reglas
servirían como termómetros, sólo sustituyendo centímetros por grados. Pero no
es así, ya que antes de poder hacer la lectura, el termómetro tiene que convertir la
temperatura en longitud. Lo que se lee en la escala es la longitud alcanzada por el
mercurio dilatado. Entonces, la dilatación del mercurio nos sirve como fenómeno
intermediario entre el fenómeno estudiado y la lectura. Ahora bien, así
formulada, la sustitución de un fenómeno por otro suena bastante irresponsable,
pero hay que reconocer que se eligió la dilatación del mercurio por una serie de
características que la hacían confiable.15 De todos modos tenemos que el
termómetro no se limita a compararse con la muestra para medir (como lo hace
la regla), sino que produce un fenómeno. La pregunta entonces es si esta
característica lo convierte en aparato.
Había defendido que el fenómeno producido por un aparato es radicalmente
nuevo. Hay que ver si el mercurio se dilata fuera del cautiverio. La respuesta es
que sí. De hecho, todas las cosas se dilatan, simplemente se eligió el mercurio
por su fiabilidad. Aunque es cierto que no vemos charcos de mercurio
dilatándose y contrayéndose al salir a pasear por el parque, sabemos que eso es
algo que el mercurio hace por sí solo.16 Mutatis mutandis, es fácil entonces
imaginar la defensa del CERN: si hay partículas elementales colisionando en
algún lugar del universo, o que lo hicieron al principio de los tiempos, ¿por qué
no recrearlo en un laboratorio, donde todo es más controlado y medible? Sería
como meter el mercurio en su jaula de vidrio previamente graduada: tomamos un
fenómeno que sabemos de antemano que funciona y lo controlamos de tal
manera que podamos extraerle información. Pero hay dos diferencias
fundamentales:
1) El termómetro produce un fenómeno para medir otro. El CERN, en
cambio, mide el mismo fenómeno que produce. Mientras que el termómetro
utiliza la teoría de la dilatación para medir la temperatura de una muestra (sólo su
temperatura, no qué tanto se dilata), el CERN utiliza la física de partículas tanto
para producir sus fenómenos propuestos como para medirlos. Aquí es importante

15
Entre ellas se encuentran que es estable a temperatura ambiente y, sobre todo, que es constante:
siempre se dilata igual ante la misma temperatura.
16
Evidentemente necesita que algo más lo caliente, pero me refiero a que no requiere interferencia
humana para ello.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 13-30


24 HUGO LÓPEZ ARAIZA BRAVO

recordar que el acelerador de partículas (el aparato) está equipado con sus
propios detectores (los instrumentos), de manera que funcionan como uno solo.
2) El mercurio del termómetro se comporta de una manera confiable; su
dilatación ha sido observada y corroborada con anterioridad. Los detectores del
CERN se estrenan sobre las muestras que se busca medir. Lo que es más, se
define la fiabilidad del detector dependiendo del éxito del experimento: se dice
que cada vez hay mejores instrumentos porque cada vez arrojan mejores
resultados (es decir, es cada vez más frecuente que arrojen los resultados
esperados).
Es en la segunda diferencia donde entra en todo su vigor el ruido. Al trabajar
con partículas elementales, el CERN es especialmente susceptible a la
interferencia. La razón es muy simple: todas las cosas están hechas de partículas
elementales, así que ¿cómo lograr que el CERN detecte solamente aquéllas con
las que se trabaja? Para eso cuenta con todo un sistema de aislamiento que le
permite trabajar en condiciones de vacío.17 Por eso, también, sus instrumentos
deben ser ajustados para dar el contraste suficiente que permita una lectura. Es
decir, los detectores del CERN deben distinguir (o permitir que su lector
distinga) entre un dato relevante y un dato que estorba.18

Lo que existe y lo que estorba

Hemos llegado al fondo de la cuestión: el ruido es un asunto de distinción entre


los datos deseados y los que estorban. Como apuntábamos antes, el ruido no se
da cuando no hay datos, sino cuando hay tantos datos que no sabemos cuáles son
relevantes y cuáles no. Se necesita entonces establecer una manera de
distinguirlos.
Imaginemos una plática en un bar concurrido. No sólo oímos la voz de la
persona con la que hablamos, sino también la música del lugar; el sonido de los
vasos, platos y cubiertos al entrechocar; los pasos de los que van al baño; los
pasos de los que bailan; las conversaciones de las otras mesas e incluso el tráfico
y la lluvia de afuera. Para seguir nuestra plática, tenemos que ignorar el resto y
sólo concentrarnos en la voz. Este tipo de filtro suele ser inconsciente,19 pero se

17
Para una historia acerca de cómo se logró el vacío en los aceleradores de partículas, vid. ibid., pp.
58-60.
18
Para una exposición sencilla de cómo se leen los datos en el CERN (específicamente en la
búsqueda del bosón de Higgs), vid. <http://www.youtube.com/watch?v=IqAWqwh3Etw>.
19
Hay quienes carecen de él por problemas de desarrollo. Recuerdo que mi hermano menor reprobó
buena parte de su primaria hasta que fue ingresado en terapia auditiva: no lograba escuchar sólo a la

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 13-30


RUIDO 25

vuelve consciente a mayor dificultad. Es una cuestión de decisión entre cuáles de


todos los datos que llegan queremos oír y cuáles no. Todos los aparatos e
instrumentos que lidian con ruido están ajustados para realizar esta distinción,20
sólo que les cuesta mucho más trabajo que a nosotros. Para continuar con el
ejemplo, imaginemos que no estamos presentes en el bar concurrido; tenemos
una grabación. Esto nos da la ventaja de poder regresar y escuchar alguna parte
de nuevo cuantas veces deseemos, pero viene con la desventaja de no poder
atribuir ningún sonido a su fuente por corroboración visual. También tenemos
otro problema: la persona que queremos oír habla en mandarín, pero nosotros no
dominamos el idioma; sólo tenemos una idea general de cómo debería sonar el
mandarín. Puede que distinguir entre la voz deseada y los trastes, pasos, tráfico y
lluvia no sea muy difícil; pero las demás conversaciones del bar son otra historia.
Para acercar todavía más nuestra analogía, diremos que el resto de los
parroquianos hablan en cantonés, un idioma que tampoco dominamos y que
además se parece bastante al mandarín. Lo que tenemos que hacer es buscar
alguna característica fonética del mandarín que no se encuentre en el cantonés, o
viceversa. En esa situación se encuentran los instrumentos del CERN: tienen una
grabación21 de un bar en China y buscan entre todos los sonidos a la única
persona que habla mandarín. Y lo que es más importante: no saben mandarín,
sólo tienen una idea general de cómo debería sonar si lo escucharan. Ni siquiera
están seguros de que alguien hable mandarín.
Quiero hacer todavía una última observación. Ya una vez que se superan las
dificultades de la distinción, quien ha ajustado su instrumento elimina el ruido.
Esto, en el peor de los casos, significa que en la grabación del bar, la voz que
habla en mandarín se escucha mucho más clara que el resto, sobresale. En el
mejor de los casos, significa que en la grabación del bar sólo se escucha la voz
que habla mandarín; todo lo demás –incluidas las otras voces– ha desaparecido.
Trabajar con ruido no es simplemente saber qué datos son relevantes y cuáles no,
se trata de asegurar que los otros no estorben, y eso, en última instancia, lleva a
tratar de eliminarlos. Trabajar con ruido es decidir qué existe y que estorba. Lo
que estorba se elimina o se ignora: lo que estorba deja de existir.

maestra.
20
No pongo “decisión”, porque ésta en realidad la hace quien lo ajuste.
21
En realidad no, pero pueden repetir el experimento cuantas veces lo deseen, similar a como
podríamos volver a escuchar una grabación las veces necesarias.

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26 HUGO LÓPEZ ARAIZA BRAVO

Los tramposos

He tomado al CERN como ejemplo porque es una violación flagrante a la regla


de oro formulada arriba: no usar nunca un aparato como si fuera un
instrumento. Es además útil porque es un proyecto tan vasto que permite
distinguir, dentro de sí mismo, entre aparato (el acelerador de partículas) e
instrumentos (los detectores/medidores). Sin embargo, no hay que olvidar nunca
que funcionan como uno solo. El CERN no viola la regla de oro en el uso, sino
desde su concepción. Dicho de otro modo, no es un aparato usado como si fuera
un instrumento, sino que es ambas cosas, aparato e instrumento, a la vez. Si
tomamos el ejemplo de la conversación en el bar, los operadores del CERN no
encuentran la grabación ni la consiguen, sino que la producen. El CERN como
aparato (su acelerador de partículas) produce la grabación que el CERN como
instrumento (sus detectores) analiza. Volvamos por fin a la cuestión metafísica.
La regla de oro estaba formulada bajo la idea de que un instrumento descubre,
mientras que un aparato inventa. La ciencia moderna presenta sus resultados
como descubrimientos, por lo que sería poco ético que utilizara un aparato para
obtenerlos. Sin embargo, vemos que lo hace, y no sólo en casos aislados. Los
científicos se percatan aunque sea inconscientemente de la dependencia que
tienen hacia la tecnología que utilizan en su investigación.
Quizá uno de los mejores ejemplos sea la consabida naturaleza dual de la luz.
En el s. XIX, la teoría corpuscular llevaba un siglo sin oponentes, debido, sobre
todo, a que Newton la había propuesto. Thomas Young hizo, en 1803, el famoso
experimento de la doble rendija: al hacer pasar un haz de luz por una doble
rendija hacia una pantalla, lo que se proyectó en ella fueron varias franjas a
distancias regulares, en vez de sólo dos. Lo explicó mediante la refracción y la
interferencia de las ondas. Fue el renacer de teoría ondulatoria, pues la
corpuscular no podía dar cuenta de esa observación. Otro siglo pasó, hasta que
en 1914 Robert Millikan experimentó con el efecto fotoeléctrico: al alumbrar
ciertos metales, éstos adquieren carga (emiten electrones); sin embargo, la
emisión de electrones no depende de la intensidad de la luz, sino de la
frecuencia: por más intensa que fuera una luz de baja frecuencia (roja, por
ejemplo), no lograría cargar el metal. Einstein lo explicó por medio de fotones,
paquetes de energía que incidían individualmente sobre los átomos; esta
individualidad explicaba que el aumento de intensidad no funcionara. Tanto los
resultados de Young como los de Millikan eran coherentes con las teorías que
apoyaban e incompatibles con las rivales, lo que obligó a un cambio de
paradigma en la física: el paso de la física clásica a la cuántica, en la que la
dualidad de la luz no es problemática.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 13-30


RUIDO 27

El ejemplo me gusta porque muestra cómo dos teorías científicas (la óptica
ondulatoria y la corpuscular), ambas coherentes, fueron incapaces de acordar un
solo experimento crucial, sino que cada bando produjo uno que le diera la
victoria – y para hacerlo tuvieron que desarrollar los instrumentos y aparatos
necesarios. Su unión en la electrodinámica cuántica no zanjó la cuestión, sino
que la llevó a nuevos límites: mediante un aparato que emite un solo fotón a la
vez y un instrumento que lo detecta se ha logrado ver el experimento de la doble
rendija desde el punto de vista corpuscular, y el uso de un láser permite vencer la
limitante del efecto fotoeléctrico y volverlo compatible con la teoría ondulatoria.
La tendencia en el campo es modificar la teoría de acuerdo a lo que la tecnología
pueda producir.
Regresemos brevemente a Popper. Él acusaba a quienes ajustan sus
instrumentos de hacer modificaciones ad hoc y, por lo tanto, de proceder
tramposamente.22 Pero no hay que olvidar que los instrumentos se inventan, no
crecen en los árboles. Se inventan con un propósito (obtener buenos resultados).
Si quisiéramos acusar de “trampa” y de modificaciones ad hoc, sería ingenuo
limitarnos a los ajustes de los instrumentos, pues están diseñados desde un
principio para evitar el ruido (sólo que a veces no lo logran a la primera). La
trampa no sólo está en ajustarlos o no ajustarlos, sino en su diseño mismo, que
permite –exige– el ajuste. El falsacionismo de Popper, llevado al extremo, ni
siquiera permite el uso de instrumentos. Por eso lo ignoraron, porque su noción
misma de “trampa” es inadecuada. ¿No sucederá lo mismo con la regla de oro
que formulamos arriba?
Yo diría que sí. La regla de oro no se sigue no porque sea impráctica ni
porque seguirla implicaría cancelar proyectos que han costado millones del
erario público durante décadas. No se sigue porque, sin hacerlo explícito, la
ciencia actual ya no reconoce una diferencia entre invención y descubrimiento.
La existencia del ruido obliga a los científicos a decidir con qué datos quieren
trabajar y, por lo tanto, dotar a eso de existencia y relegar al resto al olvido. Pero
sobre todo hay que reconocer que esa distinción se hace con los aparatos. No
tenemos otra manera de hacerla, y exigir que sólo se utilicen instrumentos que no
produzcan fenómenos nuevos, o incluso que no produzcan ninguno, sólo nos
limitaría al tipo de conocimiento que se obtiene de instrumentos tan primitivos
como una regla. La ciencia actual produce conocimiento a partir de los aparatos e
instrumentos que usa; a partir de su tecnología.23 Es importante hacer hincapié en

22
Cfr. Popper, Karl, op. cit., p. 77.
23
No estoy hablando aquí de tecnociencia. Este término se utilizó para designar investigaciones como
el Proyecto Manhattan, en las que el objetivo era refinar la teoría para producir la mejor tecnología.
En los casos que he analizado no hay tal combinación de objetivos científicos y tecnológicos. Los

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28 HUGO LÓPEZ ARAIZA BRAVO

el término “producir”, porque es la descripción más adecuada de su hacer: ni


inventa ni descubre, produce conocimiento. En la producción, invención y
descubrimiento se empalman, pues su frontera es tan porosa, tan
sospechosamente metafísica, que se vuelve necesario derogarla. Como dice
Davis Baird al respecto de los aceleradores de partículas, éstos son importantes
porque “nos revelan y crean una parte nueva del mundo”.24 Hay que hacer
énfasis en que son ambas.

Los otros

Hasta ahora he hablado exclusivamente de los científicos. Ellos son los que usan
tanto aparatos como instrumentos y herramientas. Sin embargo, al reconocer la
necesidad de sustituir el binomio “invención-descubrimiento” por su síntesis de
“producción”, tenemos que dar un paso atrás para examinar todo ese equipo que
estábamos dando por hecho. Si la ciencia actual es interdependiente de la
tecnología que usa para su investigación, ¿no es importante saber quién, y cómo,
desarrolla esa tecnología? Claro que lo es. Y quien la desarrolla normalmente
son los ingenieros.25 Para darnos una idea ad populum de la influencia que tienen
en la producción de conocimiento, bastan los datos de empleo en el CERN: ahí
trabajan diez veces más ingenieros que físicos.26 Es decir que cuando
hablábamos de todo el equipo utilizado en el CERN para la investigación,
estábamos invisibilizando el trabajo de la mayoría de su población. Esto es
grave. Y no por razones de clase ni de democracia, sino porque asumíamos como
dado algo que en realidad es el producto final de todo un proceso que aún no se
ha comprendido cabalmente: la creación de tecnología por parte del ingeniero.
Ya habiendo derogado la frontera entre invención y descubrimiento hay que
derogar también una jerarquía que ésta sostenía: la de ponderar, en el campo
científico,27 al descubrimiento sobre la invención. El conocimiento científico
actual se produce, y esta producción, al depender totalmente de la tecnología, ya
no se realiza únicamente por los científicos. Tras bambalinas hay ingenieros
desarrollando toda la tecnología que forma parte de la investigación, avanzando

científicos del CERN tienen objetivos meramente teóricos, independientemente de las aplicaciones
tecnológicas que alguien quiera derivar de ellos.
24
Baird, Davis, op. cit., p. 50. La traducción y el subrayado son míos.
25
También hay científicos, pero no es éste su propósito principal; sólo lo hacen cuando se ven
obligados a ello.
26
CERN, “Engineering”, <http://home.web.cern.ch/about/engineering>.
27
Sucede lo contrario en las artes, por ejemplo.

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RUIDO 29

siempre a la par de ésta y con una retroalimentación tan absoluta que nos hacía
sospechar de petición de principio. Los ingenieros también están produciendo
conocimiento. Si no reconocemos esto y comenzamos a estudiar su hacer desde
esa perspectiva, quedaremos ciegos a una parte indispensable de la investigación
científica (y tecnológica, habría que añadir) actual y que es lo que en última
instancia hace posible el desarrollo espectacular de las dos.

Conclusiones

A lo largo de este trabajo hemos visto cómo el ruido y las maneras de lidiar con
él inciden en la investigación científica. Hemos visto que los datos no se
presentan en estado puro, sino que hay que tratarlos primero. Hay que filtrarlos.
Y al hacer eso se decide de antemano con qué datos se quiere trabajar y cuáles se
dejarán de lado, incluso llegando a eliminarlos.
Un primer impulso sería denunciar esta práctica como una petición de
principio y formular una regla de oro para evitarla. Sin embargo, hacer esto
condenaría la investigación científica actual, en vez de intentar comprenderla.
Después de todo, es una denuncia demasiado obvia como para que los científicos
mismos no la hubieran ya tomado en cuenta. El camino a seguir es, más bien,
derogar la frontera entre la invención y el descubrimiento y comenzar a estudiar
la investigación científica como producción de conocimiento. Hacer esto,
además, implicará por fin reconocer la gran producción de conocimiento que
realizan no sólo los científicos que experimentan, sino los ingenieros que diseñan
los aparatos, instrumentos y herramientas necesarios para su experimentación.
De este modo, el estudio de la ciencia actual se verá enriquecido con una
parte que le es fundamental: el estudio de su tecnología. Al incluirla, quizá
podamos empezar a descifrar no sólo la importancia de su interacción sino el por
qué para la ciencia es tan de vital importancia el desarrollo de la tecnología que
siempre la acompaña.

Bibliografía

American Association for the Advancement of Science, Formulario de registro,


<https://pubs.aaas.org/Promo/promo_setup_rd.asp?dmc=P0RFB1>, (2 de
octubre de 2013).
Baird, Davis, Thing Knowledge: A Philosophy of Scientific Instruments,
Berkeley, University of California Press, 2004, 273 pp.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 13-30


30 HUGO LÓPEZ ARAIZA BRAVO

Barbaresi, Adrien, “Denkansätze zur Philosophie der Technik”, Hamburg,


Easterhegg, 2011, 16 pp.
Cham, Jorge y Daniel Whiteson, “The Higgs Bosson Explained” (entrevista
animada), s. l., PhDTV, 2012,
<http://www.youtube.com/watch?v=IqAWqwh3Etw>, (2 de octubre de 2013).
CERN, “About CERN”, s.l., s. f., <http://home.web.cern.ch/about>, (2 de
octubre de 2013).
“Engineering”, <http://home.web.cern.ch/about/engineering>, (25 de octubre de
2014).
Popper, Karl, La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1962, 451
pp.
Simondon, Gilbert, Du mode d’existence des objets techniques, Alençon, Aubier,
1989, 333 pp.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 13-30


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA. PRÁCTICA TECNOLÓGICA
VINICULTURA ARTESANAL URBANA COMO ELEMENTO DE LA IDENTIDAD
CULTURAL DE CIENFUEGOS, CUBA (1994-2012)

SOCIAL DIMENSION OF TECHNOLOGY. URBAN CRAFT WINEMAKING TECHNOLOGY


PRACTICE AS PART OF THE CULTURAL IDENTITY OF CIENFUEGOS, CUBA (1994-2012)

JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

Universidad de Oviedo
jasosahg@gmail.com

RECIBIDO: 28/03/2016
ACEPTADO: 15/07/2016

Resumen: El trabajo realiza un análisis de la Vinicultura Artesanal Urbana (VAU) en el contexto


local de Cienfuegos, Cuba, desde el enfoque social de la ciencia y la tecnología, con el objetivo de
fundamentar esa práctica tecnológica como un elemento de identidad cultural. Para ello se analizó en
el período 1994-2012 la actividad de los asociados a los clubes de vinicultores Guanaroca y Jagua
de esta ciudad. La novedad radica en que se fundamenta y se sistematiza teóricamente a la VAU
como un elemento de identidad de la ciudad de Cienfuegos. Se realiza una aplicación novedosa en el
orden metodológico de la propuesta teórica desarrollada por Bansart (1993) sobre la identidad
cultural del yo colectivo, que permite destacarla como guía para caracterizar una práctica tecnológica
como elemento de identidad de un contexto.
Palabras clave: Filosofía de la tecnología, identidad cultural, práctica tecnológica, vinicultura
artesanal.

Abstract: The work carries out an analysis of the Urban Artisanal Winemaking (UAW) in the local
context of Cienfuegos, Cuba, from the approach that generate the Social Studies of Science and
Technology, in order to substantiate this technological practice as an element of cultural identity. For
this, activity of the associates to winemakers´ clubs Guanaroca and Jagua of that city was analyzed in
the period 1994 - 2012. The novelty is that it is theoretically based and systematized the UAW as an
identity element of the city of Cienfuegos. It also carries out a novel application in the theoretical
methodological proposal developed by Bansart (1993) on the cultural identity of the collective self,
which allows highlight it as a guide to establish a technological practice as an element of identity
context is performed.
Keywords: Philosophy of the technology, cultural identity, technological practice, artisan
winemaking.

Introducción

El avance impetuoso de la ciencia y la tecnología que se inicia a mediados del

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


32 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

siglo pasado y sus presiones sobre la sociedad, demandaron un enfoque


emergente que permitiera comprender la esencia de lo humano en estas
actividades y un acercamiento más viable de las mismas al público no experto.
Surge y se desarrolla desde entonces, el enfoque social de la ciencia y la
tecnología o, el cual llega al siglo XXI con una imagen más consolidada respecto
a las diferentes dimensiones sociales en las que se pueden analizar ambas
actividades.
El reconocimiento del carácter social tanto de la ciencia, como de la
tecnología y de la influencia de estas sobre la sociedad, así como sus
interacciones e iteraciones recíprocas, ha permitido también nuevos avances
teóricos en diferentes campos del conocimiento, como es el caso de la Filosofía
de la Tecnología, que arriba a desarrollos espectaculares en la comprensión de la
simbiosis que se produce entre la sociedad y las tecnologías, a lo que se añade,
desde la década de los setenta, la dimensión cultural de la tecnología para el
desarrollo. La cultura, que se enfocaba antes de manera restrictiva, incluye
también a las técnicas y la tecnología, así como las formas organizativas de
interacción social (Moya, 2002).
Estos elementos de orden teórico sustentan las bases del estudio realizado,
que se enmarca en la concepción ampliada de práctica tecnológica que introduce
Arnold Pacey, con el objetivo de fundamentar la práctica tecnológica interactiva
de Vinicultura Artesanal Urbana (VAU) en Cienfuegos, Cuba, como un elemento
de la identidad cultural, para lo cual se analizó durante el periodo 1994-2012, la
actividad que desarrollan los asociados a los clubes de vinicultores Guanaroca y
Jagua de esa ciudad.
Se constató, que no existía una sistematización teórica de la producción, de
la comercialización y de las relaciones sociales que se establecían producto de
la actividad de la vinicultura artesanal, ni en Cienfuegos, ni en Cuba. Tampoco
se había explorado esa práctica tecnológica en su carácter identitario.
La perspectiva de análisis dialéctico, permitió una comprensión histórica y
lógica del objeto de estudio en el contexto socio-cultural de Cienfuegos. Se
aplicaron los métodos teóricos de análisis y síntesis, el hipotético deductivo, y
métodos propios de la metodología cualitativa, la fenomenología, la etnografía y
la teoría fundamentada. Como técnica, se utilizaron principalmente la
experiencia personal, la observación participante, además de la entrevista y la
encuesta.
La novedad del trabajo radica en que estableció por primera vez, a la práctica
tecnológica de VAU como un elemento diferenciador y de la identidad de la
ciudad de Cienfuegos, y la utilización metodológica de la propuesta teórica
desarrollada por Bansart (1993) sobre la identidad cultural del yo colectivo.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 33

La dimensión social de la tecnología

El constructo teórico de Práctica Tecnológica o Triángulo de Pacey (Pacey,


1990), el cual supera la imagen estrecha de tecnología y devela las
interdependencias que se producen entre esta y la sociedad. El reconocer las
esferas del usuario y del experto como entes a considerar para el éxito de una
tecnología, desde la perspectiva de su dimensión humana, supuso un valioso
avance de una importancia transcendental para la humanidad.
Referir el aspecto cultural o ideológico de la práctica tecnológica, es
reconocer la dimensión cultural amplia de la tecnología. Pacey representa los tres
aspectos: técnico, organizacional y cultural de la tecnología en su Triángulo de
Práctica Tecnológica (Pacey, 1990: 19). Cuando se habla de tecnología en
sentido restringido, los valores culturales y los factores organizativos son
considerados como algo externo a ella, reduciéndola por completo a sus aspectos
técnicos: al hablar de este modo es más apropiado usar la palabra técnicas.

… era necesario extender aún más la definición de práctica tecnológica, […]


para abarcar el componente orgánico, tanto como al de la estructura. Con ello la
tecnología-práctica viene a ser la aplicación del conocimiento científico y
organizado a las tareas prácticas por medio de sistemas ordenados que incluyen
a las personas, las organizaciones, los organismos vivientes y las máquinas...
(Pacey, 1990: 21)

Puesto que la transferencia de tecnología establece una relación de intercambio e


interacción recíproca y dinámica con el contexto incidido, termina mediatizando la
identidad cultural, que es en definitiva una arista de la identidad de ese contexto.

Los procesos de identidad, así como el lugar y significado del entramado


tecnológico, no se producen en abstracto, se materializan y toman cuerpo en un
contexto histórico–geográfico, donde pueden entonces distinguirse en un entorno
más general, por lo que algunas características se conservarán reforzándose y
convirtiéndose en ejes, otras se modificarán y otras cederán su lugar a nuevos
elementos de identidad (Moya, 2002: 81)

De ahí la importancia del concepto práctica tecnológica interactiva para significar


la dimensión contextual y sociocultural de la tecnología, entendida como la práctica
tecnológica que se dinamiza, se desarrolla, se difunde y se arraiga a partir de las
interacciones e iteraciones sociales de aquellas personas que la practican y de
aquellas que la consumen (usuarios), y que reflejan el aspecto cultural de la
tecnología. La red social que conforman estos actores se constituye en un espacio

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


34 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

importante de diálogo de saberes y experiencias vividas respecto a la práctica


tecnológica en cuestión.
En otra arista, desde la década de 1970, la UNESCO comenzó a reconsiderar
los métodos de integración de la cultura y el desarrollo, y propuso una
interacción dialéctica, que implicó la redefinición de ambos conceptos. Desde
esta visión, en que cultura y desarrollo se entrelazan (Miranda, 1999), el
fenómeno de la identidad cultural, adquiere especial connotación para el
paradigma de la sustentabilidad.
En el plano filosófico la identidad cultural ha sido ampliamente abordada,
pero de manera general, el tratamiento en torno al papel del factor tecnológico,
ha evidenciado insuficiencias, y es escaso, y han prevalecido hasta hace poco, las
imágenes tradicionales, estrechas sobre la tecnología.
La conceptualización sobre la identidad ha transitado una extensa evolución
histórica y epistemológica.

Se comprende por identidad cultural, un proceso de caracterización


históricamente condicionado, que le confiere sentido a un sujeto social y le
aporta criterios valorativos para asumirse como unidad. Esto implica de una u
otra forma el reconocimiento o identificación en dos direcciones: auto-
reconocimiento y reconocimiento de otros (Moya, 2002: 28)

La identidad cultural no se establece como conjunto o conjuntos fijos,


inmutables, de características dadas y perennes, se constituye de manera activa y
dinámica, no es una mera entidad inerte, abstracta, inconexa, sino que se
establece sobre relaciones contextuales vivificantes, que la generan y proyectan.
Se reconoce que la identidad cultural es a la vez histórica y prospectiva. La
identidad cultural se constituye de procesos, modos y estilos de vida, formas
culturales, económicas, lingüísticas, ideológicas, políticas, etc. (Ainsa, 1986:
26).
Una de las fortalezas del pensamiento latinoamericano en estudios sociales de
ciencia y tecnología es precisamente la abundante teorización sobre identidad
cultural. De entre muchos, es significativa la obra de Andrés Bansart, por la
profundidad y acabado de su comprensión sobre el tema:

Para que el yo colectivo pueda definir su identidad cultural necesita


fundamentos objetivos y subjetivos. Los primeros se basan en referentes
verificables, mientras los segundos se basan en referentes no verificables. Los
referentes objetivos son de orden interno (los elementos constitutivos del mismo
yo colectivo) y de orden externo (los elementos constitutivos de su ambiente);
mientras los elementos subjetivos son únicamente de orden interno (como los

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 35

sentimientos, las creencias y las vivencias del yo colectivo). Las interrelaciones


de todos estos elementos son los que permiten al yo colectivo definir su
identidad cultural. (Bansart, 1993: 13)

El yo colectivo es un constructo teórico en el cual el yo individual se extrapola


a la sociedad para establecer lo que es propio de esa sociedad, agrupa a todos los
rangos que son atributos de un grupo de personas, de una sociedad que la hace
ser ella y no otra.
Se establece de esta manera, un referente metodológico que permite evaluar
una actividad productiva, creativa, tecnológica u otra, como un elemento de
identidad en la diferencia y clasificar las características que lo definen. La
identidad cultural afirma Bansart, es un proceso concientizador, movilizador, y
creativo del ser colectivo en relación a sí mismo y a su ambiente natural y social:

La identidad cultural no está hecha de una vez y para siempre, el “ser


colectivo” es el resultado de un proceso de nunca acabar; se está haciendo así
mismo a partir de un conocimiento de sí mismo y de su ambiente, y en función a
un proyecto de sí en un ambiente que el mismo va transformando. La
realización de sí mismo en un ambiente en transformación continua se va
objetivando en una Historia, que es, al mismo tiempo, conocimiento del pasado,
identidad en el presente y proyecto de desarrollo. Es la conciencia hecha posible
por el proceso de identificación socio-cultural la que permite al ser colectivo
determinar libremente su futuro material y existencial. (Bansart, 1993: 39-40)

Se asume el criterio de Bansart “… la dinámica de la identidad, consiste en un


reconstituirse que, le permite mantener y conservar las constantes de sus
ingredientes y elementos originarios, con aquellos incorporados que adquirieron
arraigo y permanencia en ella...” (Bansart, 1993: 32).

Antecedentes y organización social de la vinicultura artesanal en Cuba

Una de las actividades que a través de los siglos ha navegado al lado y con
nuestra cultura occidental es el cultivo de la vid y el uso de sus frutos como
alimento y como bebida. En 1995 la producción de uvas alcanzaba 60 millones
de toneladas, ocupaba el cuarto lugar entre las frutas por su volumen de
producción y estaban cultivadas en todos los continentes, en alrededor de 8,2
millones de hectáreas de terreno y en la actualidad abarca unos 7,5 millones de
hectáreas (OIV, 2014).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


36 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

En Cuba desde los primeros tiempos de la colonia se intentó introducir


variedades europeas de vid y desarrollar viñedos, pero estos intentos fueron
mayormente fallidos por las enfermedades en la plantación, a causa del clima
cálido y húmedo. Ello incitó la producción de vinos a partir de otras frutas. Se
reconoce la existencia en la etapa republicana (1902-1958) de varias casas
productoras de vinos de frutas, en las que a los mostos se agregaba además
azúcar y agua. Sobresale el vino de frutabomba (carica papaya).
Luego de 1959, la nacionalización de las empresas eliminó casi por completo
la producción vinícola privada cubana y los toneles de las casas productoras de
vino, en el mejor de los casos, fueron redistribuidos a empresas productoras de
ron. La actividad vitícola que había estado relegada por siglos, primero por
causas económicas, al ser el cultivo de la vid, como muchos otros, desplazado
por el de la caña de azúcar y por la no existencia de una cultura propiamente
dicha del cultivo, se hizo casi inexistente.
Sin embargo, la tradición de elaborar vino artesanal, traída y sostenida por
españoles y sus descendientes se mantuvo viva y acomodada a las condiciones
del país. En algunas ciudades de la isla en los años ochenta se constituyeron los
primeros Clubes de Vinicultores (Sosa, 2016).
La demolición del Muro de Berlín en 1989 marcó el inicio de una nueva
etapa. En condiciones y en disyuntivas casi de sobrevivencia del Régimen
Socialista, germinó un ciclo de descentralización económica. Se sitúa esa etapa
entre los años 1993-1996. Destaca la creación de una segunda moneda y las
Casas de Cambio de Moneda (CADECA). Se creó, el 14 de julio de 1994, La
Organización Nacional para la Atención Tributaria (ONAT). Entre las
actividades permitidas para ejercer el trabajo por cuenta propia se definió la
actividad codificada 441, Elaborador - Vendedor de vinos (ONAT, 2011 y
2014).
La aparición de la figura jurídica de cuentapropista elaborador-vendedor de
vinos, la conformación en 1993 de la Coordinadora Nacional de Clubes de
Vinicultores de Cuba (CNCVC) y la celebración anual de los Festivales
Nacionales de Clubes de Vinicultores consolidó los clubes y contribuyó
determinante al florecimiento de la vinicultura artesanal en algunas ciudades de
la isla (Sosa, 2016).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 37

La vinicultura artesanal en la ciudad de Cienfuegos.

En la ciudad de Cienfuegos, se fundó el Club de Vinicultores Guanaroca el 19


de noviembre de 1989.1 El club no tenía, ni tiene personalidad jurídica, era
representado por la Casa de Cultura Municipal, la cual además funcionaba como su
hospedero. En los primeros años la producción tenía carácter hedonista y su calidad
era cuestionable, en la mayoría de los casos. La mayor parte de los vinicultores eran
personas con pocos conocimientos enológicos, escaso vocabulario técnico y solo
poseían algunos pocos recipientes de 20 L de cristal. Mayormente no existían
etiquetas privadas.
Con el favor de sus conocimientos, la necesidad económica y las nuevas
leyes de apertura económica del primer lustro de los años noventa, muchos
asociados solicitaron y recibieron la licencia que les permitía la elaboración y
comercialización de sus propios vinos artesanales, en su domicilio. La actividad
se transformó pronto, para muchos, en una empresa familiar. El transcurso de los
años, el empeño y la necesidad fueron modificando la situación al ritmo de la
capacidad técnica y la comprensión de los propios vinicultores. El vino fue
mejor, y mayor su aceptación entre los coterráneos, por lo que sucesivos ciclos
de aumento de la producción y aceptación se produjeron.2
Luego de 1996 las reformas se desaceleraron y para el 2003 se inició un ciclo
de centralización económica (L. González, 2013). En 1999 eran 35 los
cuentapropistas vinicultores, en el año 2000 eran 24, y para el 2010 eran solo
14. La disminución paulatina del número puede entenderse si se considera que el
Gobierno congeló la entrega de nuevas patentes luego del año 2002. En el año
2010, se incluyó a la vinicultura en el Movimiento de La Granja Urbana en el
municipio de Cienfuegos.3 Recibe por ello ventajas como un impuesto tributario
menor sobre las ventas que el de la ONAT y permite comercializar en puntos
de venta estatales.
En un nuevo ciclo de descentralización de la economía, propiciado en gran
parte por otra difícil situación económica y financiera en el país, el gobierno
aprobó en 2010 una serie de medidas encaminadas a oxigenar el modelo
económico.
1
El club Guanaroca llegó a tener en plantilla de más de 100 miembros, luego varios factores se
conjugaron para que muchos vinicultores asociados se retiraran, se cita: emigración del país, traslado
a trabajos mejor remunerados, pero exigentes en tiempo y dedicación, disconformidad con mandatos
centralistas y absolutistas en el seno del club, fallecimiento, desmotivación por la congelación de la
figura de elaborador-vendedor en el año 2002, entre otras.
2
En el año 2000, también en Cienfuegos, el 3 de diciembre se fundó el Club de Vinicultores Jagua.
3
Movimiento de la Granja Urbana.3 Este es un Movimiento Nacional que responde a las políticas de
Agricultura Sustentable y a la de Independencia Alimentaria.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


38 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

Rasgos de la Vinicultura Artesanal Urbana que la identifican como elemento


de la identidad cultural de Cienfuegos, 1992-2012.

Se adopta como criterio, para este análisis, que el yo colectivo es el grupo de


vinicultores asociados a los clubes. Se consideró como universo a todos los
vinicultores asociados a la Coordinadora Nacional de Clubes de Vinicultores de
Cuba y la muestra los vinicultores asociados en Cienfuegos, en el año 2012. Las
características identificadas se agruparon de la siguiente forma.
Fundamentos objetivos (verificables) del yo colectivo.

● Los asociados eran 65, de ellos 17 eran mujeres.


● Tenían estudios superiores 23, dos tenían nivel de máster y
13 eran técnicos.
Estructuras ● Jubilados eran 26. Los asociados presentan un promedio de
demográficas edad alto (62,25 años).
● Algunos vinicultores emigraron del país.
● Los asociados son mayoritariamente blancos, seis asociados
son de raza negra.
Factores ● Algunos asociados padecen de enfermedades fúngicas en las
biológicos uñas.
● Los hijos y nietos de los vinicultores se acercan al oficio,
Factores pero son estimulados por sus padres a formarse como
psicológicos profesionales de otros campos.
● Muchos mantienen recelo en relación a las políticas
económicas gubernamentales.
Tabla I. Fundamentos objetivos (verificables) del yo colectivo,
características internas. Fuente: Sosa, 2014.

● Existe una red social, agrupados en dos clubes.


● La comercialización se produce por elaboradores-vendedores
bajo la figura de cuentapropista (patente-441), y por asociados a
la Granja Urbana desde el año 2010.
Organiza- ● Se comercializa mayormente en el domicilio del vinicultor-
ción social cuenta propia.
● Las personas inscritas en la ONAT (código 441) en 2010 eran
14, ocho eran mujeres.
● En el 2012, 36 asociados pertenecían a la Granja Urbana, de
ellos seis eran mujeres.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 39

● Existe una red social, agrupados en dos clubes.


● Los vinos son elaborados con técnicas y tecnologías
artesanales.
● El vino artesanal pertenece a la categoría de vino tranquilo.
● La vinicultura se devela como práctica tecnológica interactiva.
● Los vinos son elaborados no solo a partir del jugo de la uva,
sino que se utilizan además frutas tropicales, flores e incluso
plantas aromáticas y plantas medicinales.
 Se agrega azúcar y agua, alrededor de 25 kg de azúcar por
cada 100 litros de mosto
● El añejamiento es escaso y se hace por reducción.
● Se utilizan botellas de cristal recicladas, de vino y de ron, que
se compran a recolectores. No tienen acceso a botellas nuevas.
● Se emplean herramientas de uso doméstico como licuadoras,
coladores, embudos.
● Utiliza mayormente tapas y tapones plásticos de material
Modo de
reciclado y poca fiabilidad.
producción
● Las etiquetas son impresas algunas en papel cromado, las
menos en pegatinas.
● La materia prima fundamental (azúcar), se comercializaba en
tiendas minoristas a un alto precio de alrededor de dos dólares el
kilogramo, ahora a 50 centavos de dólar.
● Se utilizaban además otros compuestos azucarados
fermentables, solos y también en combinación con el azúcar, tales
como guarapo, raspadura, etc.
● La elaboración y demás procesos, se realiza preferentemente
en botellones de cristal de 20 litros y tanques plásticos de 100
litros.
● No existe un mercado de insumos, para clarificantes,
estabilizadores del proceso, tecnologías especializadas y otras
necesidades del proceso productivo.
● Como clarificantes, se utiliza bentonita, agar y gelatina.
● Se utilizan pocos estabilizadores, el benzoato es el más común.
● Los vinos se comercializan mayormente jóvenes, entre los tres
meses y los dos años.
● La dualidad de actividades, muchos asociados comparten y
desempeñan con éxito tanto su profesión como la vinicultura.
● El vino se comercializa tanto al tiempo como refrigerado.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


40 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

● No se realizan operaciones comerciales de ningún tipo a través


de Internet.
● La carga tributaria a la ONAT es alta y está basada en los
ingresos brutos.
● No estaba, ni está permitida la compra de tecnologías en el
exterior.
● Ningún vinicultor asociado había importado tecnologías.
● No se realizan operaciones comerciales por Internet.
● Los asociados nunca utilizan guantes.
Tabla II. Fundamentos objetivos, características internas socioculturales.
Fuente: Sosa, 2014.

● El precio del vino artesanal es relativamente bajo.


Mayormente desde 0.45 centavos de dólar hasta 1,25 dólares.
Está en correspondencia con las materias primas utilizadas, el
costo de producción y el nivel adquisitivo su entorno social.
● La VAU es cuando más una empresa artesanal familiar.
● La VAU no tiene especialmente para sí misma un sustento
rural, no tiene tampoco mecanismos que le faciliten los
Sistemas productos agrícolas desde el campo.
económicos ● La Granja Urbana tiene un gravamen tributario sobre las
ventas del 3 %.
● Solo 17 % de los asociados poseían computadora en su
casa.
● Solo dos asociados poseían Marca Comercial Registrada en
el Registro Nacional de Marcas y Patentes de Cuba.
● El vino no se exporta, ni se comercializa en restaurantes o
tiendas especializadas.
● El club de vinicultores no tenía, ni tiene figura jurídica
propia.
● El gobierno, en el año 2000, estableció la condicionante de
Sistemas ser primero trabajador suyo, para luego ejercer conjuntamente
políticos como cuentapropia.
● Solo poseen auto propio el 3% de los asociados.
● Hasta el 2010, la vinicultura artesanal estuvo vinculada al
Ministerio de Cultura, luego al de Agricultura.
● Los asociados no tienen representación política alguna o

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 41

influencia sobre el sistema legislativo.


● Algunas patentes (marcas) de vino artesanal, por la seriedad
Sistema de de su trabajo y arraigo popular forman parte de la identidad de
valores la ciudad.
● Se reconoce el valor del trabajo, del talento y de la familia.
● Para pertenecer a la Granja Urbana, es condición
indispensable pertenecer a alguno de los dos clubes.
Normas ● Los vinicultores se reúnen una vez al mes y cotizan
membrecía.
● Se propicia la participación en eventos culturales de la
localidad.
● La red social (el club y la coordinadora) juega un
Sistema de importante papel como difusora del conocimiento científico,
cooperación técnico y empírico.
● Se comparten proveedores, contactos y relaciones sociales.
● Los asociados a los clubes tienen incorporado a su léxico
las palabras propias de la práctica tecnológica, a diferencia de
las personas ajenas a los clubes.
● Solo el 20 % de los asociados ha utilizado alguna vez
internet (aunque sea una).
● Solo el 5 % revisa Internet regularmente o dispone de ella.
● Solo 12,3 % de los asociados poseían teléfono celular.
Sistema de ● La vinicultura artesanal de Cienfuegos no tiene sitios web,
comunicación ni publicaciones propias.
● El vino artesanal no se promociona directamente en medios
masivos.
● La vinicultura artesanal publica informaciones sobre
eventos de vinicultura en los medios de comunicación locales y
sitios digitales.
● La etiqueta y el cartel en domicilio son las formas
principales de propaganda.
● Los vinicultores participan en las emisiones de radio y de
TV.
Hábitos ● Consumo moderado de vino, la mayoría consume además
cerveza y ron.
● Buena Higiene personal y doméstica.
● Buena higiene personal y doméstica.
● Debatir sobre vinicultura. No debatir ni de política, ni de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


42 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

religión.
Costumbres ● La reunión mensual es el marco en el que se intercambian
experiencias y se degustan los vinos.
● Los asociados emplean en su léxico palabras propias de la
práctica tecnológica.
Conductas ● El consumo de alcohol es moderado, aproximadamente 500
ml de vino diario. Algunos apenas consumen alcohol.
● En general los asociados respetan las leyes y patrones de
conducta de la sociedad.
Estructuras ● La actividad vinicultor-cuentapropista se establece como un
familiares negocio familiar. mayoría de los vinicultores tiene una familia
estable y funcional.
● La etiqueta privada, estas evolucionaron desde blancas y
negras, con símbolos primarios, y muy sencillas, a coloreadas,
de elaborados y equilibrados diseños.
● La etiqueta en los primeros años incluyen solo elementos de
identidad y el volumen, luego incorporan además elementos
que versan sobre el producto.
● La ficha de cata evolucionó desde una descriptiva criolla en
los años noventa, a una internacional basada en la de la escuela
de Burdeos, luego del año 2002.
● Desde la venta a granel, a ventas como vino embotellado.
Subsisten las dos formas.
● La valoración de la sociedad y la autovaloración como
vinicultor es cada vez mayor.
● Se incrementaron los medios de producción y lo
conocimientos.
Tabla III. Fundamentos objetivos del yo colectivo, características
socioculturales. Fuente: Sosa, 2014.

ambiente natural (Orbe y Barcia, 2007)


Entorno físico ● No existen viñedos reportados en la provincia de
Cienfuegos.
● Las temperaturas medias de alrededor de 28º - 31º C
propician enfermedades (antracnosis y mildiú) causadas por
hongos.
● Las altas temperaturas, afectan las etapas del vino y sobre

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 43

todo su conservación.
Tierra ● Las tierras de la región son muy fértiles y producen gran
variedad de frutas.
● En la ciudad el terreno está muy antropizado.
● Buen régimen de precipitaciones, que favorece los cultivos
(media de 1304 mm anuales y humedad relativa del 78 %).
Agua
● Los temporales lluviosos propician enfermedades causadas
por hongos.
Medio ● La enfermedad Mildiú, causada por el hongo Plasmopara
biológico vitícola Berl y de Tony y la Antracnosis, enfermedad causada
[seres vivos] por hongos pertenecientes a los géneros Colletotrichum y
Gloeosporium afectan a las vides cienfuegueras.
● Solo 10 asociados poseían vid (Vitis ssp) propia.
Identidad ● Los conciudadanos aceptan bien el vino artesanal, pero
cultural del más populares son el ron y la cerveza.
otro ● La cultura sobre vinos es pobre, y no hay cultura del cultivo
de la vid.
● No hay una cultura del debate público.
Características ● La población que consume vino abarca jóvenes y adultos,
demográficas de cualquier nivel escolar, profesión, raza, género y poder
adquisitivo.
Características ● Los clientes con un consumo regular y moderado del vino
biológicas artesanal refieren tener una buena y rápida digestión.

Características ● El vino artesanal es bien aceptado entre los conciudadanos


psicológicas de Cienfuegos.

● El precio del vino artesanal es relativamente bajo, pero está


en correspondencia con el costo de producción y con el
entorno social.
● La enología no es está incluida en ningún currículo
universitario o técnico del país.
Características ● El contexto rural produce muy poco vino y salvo
socioculturales excepciones no comercializa vino.
● No está permitido (por ley) el empleo de fondos financieros
para la suscripción en el exterior a revistas temáticas o la
importación de tecnologías.
● La práctica tecnológica de la vinicultura artesanal, depende
de muchos factores jurídicos y legislativos, algunos no son

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


44 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

favorables.
● El derecho natural de acceso al automóvil (medios propios
de transporte) está cercenado.
Historia ● El traslado natural de conocimientos, habilidades y bienes
propia patrimoniales se interrumpió con las nacionalizaciones a la
propiedad privada en la década de 1960.
● Existen antecedentes de personas que compartieron sus
conocimientos en la elaboración de vinos desde el exterior o
desde antiguas fábricas de vino y/o ron.
● Las características actuales de la Vinicultura Artesanal
Urbana (VAU) están condicionadas por leyes y antecedentes
históricos, sociales y naturales del país.
Tabla IV. Características externas dentro de los fundamentos objetivos.
Fuente: Sosa, 2014.

Sentimientos
Amor/odio ● La vinicultura es para el vinicultor fuente de regocijo
espiritual.
● Solo se permitió el ingreso a la Granja Urbana a los
Atracción/rechazo vinicultores asociados.
● Entre los asociados se palpa respeto, en ocasiones
identificación y competencia.
● Se sienten en el disfrute de un don, o de un arte a la vez
ciencia.
Pertenencia ● Se identifican con su actividad, su entorno y su grupo
social.
● Son dueños de sus medios artesanales de producción y
del resultado de su trabajo.
● Se saben participes de las mismas necesidades e
intereses, y de los mismos derechos y deberes como
Unidad vinicultores asociados.
● Participan en eventos nacionales como un colectivo que
representa a Cienfuegos.
● Se interesan por las necesidades y la salud de los
Solidaridad compañeros enfermos o en dificultad.
● Comparten relaciones sociales de forma selectiva.
● Los vinicultores comercializadores gozan de una
Autonomía relativa autonomía para encarar proyectos y realizar

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 45

actividades.
● Encuentran en la VAU una forma de realización
personal y satisfacción espiritual.
● Comprenden la necesidad de llevar una familia estable y
Coherencia una actividad tecnológica responsable, para disfrutar de un
negocio próspero.
Mentalidades
● Tienen confianza en la vinicultura y en su
Modelos autocapacidad para salir adelante.
● A menudo se involucran en proyectos propios, y se
esfuerzan por llevarlos adelante.
Contra-modelos ● Saben que existen otros modos en el mundo de practicar
la vinicultura.
● La práctica tecnológica de la vinicultura artesanal
depende también de muchos factores jurídicos y
legislativos, externos a la misma.
Creencias
● Nombran a sus clubes con nombres de leyendas
Mitos indocubanas locales de Cienfuegos.
● El vino no solo se produce a partir del zumo de la uva.
● No se habla de religión en el seno del club, ni en los
Religión eventos nacionales.
● Concurren vinicultores de disimiles creencias y ateos,
predominan los últimos.
Motivaciones
Necesidades ● El vinicultor-cuentapropista encuentra en la vinicultura
un proyecto de vida y de interacción con la sociedad.
● Se saben participes de las mismas necesidades e
intereses.
● Trabajan por salir adelante.
Intereses ● Necesitan de la interacción social con sus semejantes
vinicultores, por razones sociales, de conocimiento y de
compartir experiencias.
● Los vinos artesanales son aceptados y reconocidos por
Reconocimiento sus conciudadanos.
por el sujeto ● Participa como VAU en eventos culturales, ferias,
colectivo exposiciones y programas radio-televisivos convocados
por el gobierno y las instituciones de la ciudad.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


46 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

● Aspiran a mejorar su vino, y con ello al reconocimiento


social y la satisfacción espiritual.
Aspiraciones ● Aspiran mejorar su bienestar y el de la familia a través
de la vinicultura.
● Desean realizar satisfactoriamente sus proyectos de vida
Deseos y para ello cuentan con la vinicultura.
● Los más jóvenes o inexpertos observan como lo han
Experiencias de hecho aquellos vinicultores que han progresado.
vida ● La calidad alcanzada se debe a sucesivos ciclos de
experiencias y aprendizajes.
Vivencias
● Tienen las mismas necesidades en cuanto a insumos,
Necesidades posibilidades de venta, impuesto y tecnologías.
● Necesitan compartir y socializar experiencias.
Sensaciones
● Han disfrutado por igual los triunfos de la provincia en
Emociones eventos nacionales.
colectivas ● Realiza celebraciones del colectivo, personales y
sociales.
● Siente como propias los descalabros de la vinicultura
Choques cienfueguera en eventos nacionales.
emotivos y ● La congelación de la patente 441 en 2002, desanimó a
traumatismos muchos vinicultores.
culturales ● Ven limitadas sus capacidades productivas y de
bienestar por leyes incomprensibles.
● Luego de 2002, la Casa de Cultura fue retirando
paulatinamente su apoyo a los clubes de vinicultores.
Tabla V. Fundamentos subjetivos (no verificables) del yo colectivo. Fuente:
Sosa, 2014.

Conclusiones
 El estudio fundamentó desde el enfoque CTS y sus herramientas teóricas
y metodológicas, que la práctica tecnológica interactiva VAU incide, matiza y
contribuye a la identidad cultural de la ciudad de Cienfuegos en el periodo 1994-
2012 y quedó fundamentado como elemento de identidad.
 Más de cuatro quintas partes son elementos socioculturales, lo que
confirma la alta simbiosis entre la sociedad y las tecnologías.
 La actividad vinícola artesanal en Cienfuegos, se desarrolla a través de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


DIMENSIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA 47

una red social de productores urbanos que producen y reproducen su actividad


sobre la base de conocimientos adquiridos generacionalmente y/o en el
intercambio de experiencias, que la propia organización de la actividad, en
clubes, les proporciona.
 Las actividades se realizan con tecnologías simples, basadas en
conocimientos tácitos y saberes populares tradicionales, que se amalgaman con
el conocimiento científico.
 La vinicultura artesanal en Cienfuegos es un fenómeno urbano, necesita
de un soporte rural, pero no tiene vínculos efectivos con el campo. La tecnología
es completamente artesanal y no supera los límites de una empresa familiar.
 El esquema de análisis empleado, sustentado en Bansart (1993), se
convierte en referente metodológico que permite evaluar una actividad
productiva, creativa, tecnológica u otra, como un elemento de identidad en la
diferencia y clasificar las características que la definen.
 El modo de producción, el sistema político y sistema económico limitan
el desarrollo de la práctica productiva (No créditos, altos impuestos sobre
ingresos brutos, no importación de tecnologías, no acceso a Internet y ni revistas
temáticas, no acceso a insumos, no acceso a privado a medios de transporte, y no
posibilidades de exportación y comercialización, entre otras).

Referencias

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Madrid, Gredos, 1986.
BANSART, Andrés, Cultura – Ambiente – Desarrollo. El caso del Caribe
Insular, Caracas, Instituto de altos estudios de América Latina, 1993.
GONZÁLEZ, Linier, “Mi libro sobre las reformas en Cuba. Entrevista a
Carmelo Mesa” [Versión electrónica]. Espacio Laical, VIII(3), 2013, 31-38
(en línea). http://www.espaciolaical.org/contens/31/3138.pdf, acceso 29 de
mayo de 2014.
GONZÁLEZ, Marta I.; LÓPEZ, José A. y LUJÁN, José L., Ciencia,
tecnología y sociedad: una introducción al estudio social de la ciencia y
la tecnología (1ª ed.). Madrid, Tecnos, 1996.
MIRANDA, Clara E., “Enfoques acerca de la relación medio ambiente –
desarrollo. Referencia histórica”, Tecnología y Sociedad, 215-231, La
Habana, Editorial Félix Varela, 1999.

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48 JUAN ANDRÉS SOSA PÉREZ

MOYA, Nereida E., Impacto de la tecnología en la identidad cultural.


Estudio de caso de la región de Cienfuegos, (1850-1898) [ Tesis Doctoral
no publicada], La Habana, Universidad de La Habana, 2002.
OFICINA NACIONAL DE LA ORGANIZACIÓN TRIBUTARIA,
[ONAT], Actividades por cuenta propia, La Habana, ONAT, 2011.
OFICINA NACIONAL DE LA ORGANIZACIÓN TRIBUTARIA,
[ONAT], Sobre el régimen tributario para el trabajo por cuenta propia,
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ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE LA VIÑA Y EL VINO, [OIV],
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2015.
PACEY, Arnold, La cultura de la tecnología, México D. F, Fondo de
Cultura Económica, [1983] 1990.
SOSA, Juan A., MIRANDA, Clara E. y MOYA, Nereida E., Dimensión
social de la tecnología. La práctica tecnológica vinicultura artesanal como
elemento de la identidad cultural [Versión Kindle], accedido 26 de marzo de
2016, https://www.amazon.es/kindle/dp/B01DFOFTXA/ref=rdr_kindle_ext_eos_detail,
2016.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 31-48


LA ÓPTICA DE LEONARDO DA VINCI: LA MIRADA ARTÍSTICA COMO INTUICIÓN
DEL PENSAMIENTO CIENTÍFICO

THE OPTICS OF LEONARDO DA VINCI: THE ARTISTIC LOOK AS INTUITION OF THE


SCIENTIFIC THOUGHT

SERGIO BARBERO BRIONES


Instituto de Óptica, CSIC
sergio.barbero@csic.es

RECIBIDO: 12/05/2016
ACEPTADO: 17/07/2016

Resumen: La mirada artística puede servir como estímulo de la intuición creadora de conocimiento
científico. Este trabajo pretende desarrollar esta premisa filosófica a través del ejemplo histórico de
Leonardo da Vinci. Su estudio científico sobre la óptica y su creación artística pictórica pueden
parecer, en primera instancia, inextricablemente unidos. Sin embargo, en varias ocasiones sus
hallazgos artísticos precedieron a su intuición científica sobre varios asuntos de óptica –sombras y
penumbras, el azul del cielo, la pupila del ojo, etc.− lo cual respalda la reivindicación del arte como
acicate para la creación científica.
Palabras clave: ciencia y arte, óptica, pintura, Leonardo da Vinci, intuición.

Abstract: The artistic look can serve as a stimulus to the creative intuition of scientific knowledge.
This work aims at developing this philosophical premise through the historical example of Leonardo
da Vinci. His scientific research in optics and his pictorial artistic creation may appear, at first glance,
inextricable linked. However, on several occasions his artistic findings preceded his scientific
intuition on various issues of optics –shadows and semi-darkness, the blue sky, the pupil of the eye,
etc.– which supports the claim of art as an incentive for scientific creation.
Keywords: science and art, optics, painting, Leonardo da Vinci, intuition.

La mirada artística y científica de la realidad

La mirada sensible en el arte se deja impregnar por lo circundante, en un


aparente movimiento de gracia sin metas aparentes. Ahora bien, el artista se
acerca a la naturaleza con un doble talante: cándido pero a la vez metódico, de
ahí que Thomas Mann afirme que el temperamento artístico es una “profunda e
instintiva síntesis de disciplina y desenfreno” (Mann, 2002).
La mirada perspicaz de la ciencia a la realidad parte, como el arte, de la
percepción sensorial, a través de la cual construye una imagen de aquella. Así
arte y ciencia comparten el tratar −como mantenía Hermann von Helmholtz− no
de transcribir la naturaleza sino de traducirla (Helmholtz, 1873, p. 135). Huelga
decir que interesarse por lo que tienen en común ciencia y arte no significa

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confundirlas. Werner Heisenberg se preguntaba “¿Qué diferencia hay entre un


pintor abstracto y un físico teórico?”, respondiendo, el mismo, que la diferencia
se encontraba en el grado de fantasía utilizado a la hora de traducir la naturaleza.
Mientras que el arte −al menos en su corriente abstracta− es considerado más
excelso en tanto en cuanto más alto vuela la imaginación, contrariamente la
ciencia se rige por un criterio de ajuste con lo observado.
A pesar de que ciencia y arte comportan una cierta mirada metafórica de la
naturaleza, conviene explorar si se pueden beneficiar mutuamente, o si, en
cambio, cualquier interferencia es más destructiva que constructiva. En esta
relación, históricamente se ha dado más énfasis al influjo de las ideas científicas
sobre los creadores de arte, aminorándose la influencia inversa. Sin embargo
−como propone el historiador del arte Martin Kemp− no deberíamos ignorar la
posibilidad: “de que algún elemento de naturaleza aparentemente científica
pueda aparecer en las obras de un artista independientemente, o incluso por
delante, de la ciencia correspondiente” (Kemp, 2000, p. 9).
Jorge Wagensberg sostiene que en la evolución humana surgió antes la
percepción de la belleza −la sensibilidad estética− que de la inteligibilidad,
prerrequisito del pensamiento científico (Wagensberg, 2004, p. 282). Y lo
argumenta a través de un ejemplo. Existen pruebas de la fabricación, por parte
del homo erectus, de piedras bifaces hace un millón de años. Estas nunca se
llegaron a usar para fin utilitario alguno. Sin embargo poseían una fuerte
simetría; siendo universalmente aceptado que la simetría se percibe como bello,
la conclusión es que estas piedras bifaces se construyeron por el deleite estético.
Por otro lado “la primera evidencia de conocimiento científico tiene unos treinta
mil años y es un dibujo rupestre” (Wagensberg, 2004, p. 285). Por tanto, fue
antes el arte que la ciencia. A pesar de que la verosimilitud de la tesis de
Wagensberg pueda ser cuestionada, sí ayuda a subrayar la relevancia del
conocimiento artístico en la historia de la humanidad.
La mirada artística puede servir como un primer acercamiento a la realidad.
Los astrónomos exploran los cielos con un objetivo óptico con poco aumento
pero con un gran campo visual, para, una vez localizada la estrella en el
firmamento, cambiar a un objetivo con menor campo visual pero proporcionando
mayor magnificación, con la finalidad de poder captar el detalle. De la misma
manera la intuición artística puede servir como una primera exploración de la
realidad que “localice” objetos de estudio, que ulteriormente se escudriñen
mediante el método científico. Este primer discernimiento –en el sentido
etimológico: cribar, separar−, posibilitado por la sensibilidad artística, es crucial
ya que permite: “pasar desde la oscuridad de la ignorancia a distinguir el
pensamiento por medio de los bellos oficios de la confusa, pero vívida,

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imaginería de los poetas” –Baumgarten, Aesthetica, 6-7, citado por (Kemp,


2000, p. 268). Aún, más rotundamente Ortega y Gasset: “en una de sus
dimensiones la poesía es investigación y descubre hechos tan positivos como los
habituales en la exploración científica” –citado por (Domingo-Moratalla, 2003).

Leonardo da Vinci: fusión de fantasía e intelecto

Uno de los testimonios clarificadores de la fructífera relación entre la


sensibilidad artística y el conocimiento científico es la figura de Leonardo de
Vinci. Para Luis Racionero, Leonardo “utiliza el arte para enseñar a mirar la
naturaleza, provocando la investigación científica”, mientras que hoy en día es
“la ciencia quien motiva al arte” (Racionero, 2004, p. 22). Pero, ¿acaso la
búsqueda de la belleza es ya una vía muerta en la cultura científica actual?
Leonardo era −en el buen y etimológico sentido de la palabra− un diletante
de las ciencias y de las artes; su acercamiento al conocimiento brotaba del deleite
ante la belleza de las manifestaciones sensoriales de la naturaleza. Su forma de
desentrañar los misterios de ésta era buscando las conexiones que comparten un
mismo patrón; el cual, a su entender, es siempre bello por estar sujeto a la
armonía y la proporción. Leonardo: “enfatiza las íntimas conexiones entre la
representación artística de las formas y el conocimiento intelectual de su
naturaleza intrínseca y los principios subyacentes” (Capra, 2007, p. 27).
Da Vinci ejemplifica, en muchos sentidos, la nueva forma de ser y pensar del
hombre moderno. Rechaza el magister dixit de la escolástica medieval y la mera
especulación filosófica desligada de la experiencia sensorial, reivindicando la
vecindad de lo cotidiano como objeto de estudio y la experiencia (sperienza)
como principio ineludible para todo conocimiento. Así se expresa vehemente en
los siguientes términos (da Vinci, 2010, p. 241):

Ahora piensa, ¡oh, lector!, qué confianza podemos tener en los antiguos que
intentaron definir el alma y la vida −las cuales superan toda prueba− mientras que
aquellas cosas que puedan ser conocidas con claridad en todo momento y probadas
por la experiencia, permanecieron desconocidas durante muchos siglos o fueron
entendidas erróneamente

Ciertamente, en ciertos momentos, Leonardo se posiciona en un empirismo


extremo −“la experiencia nunca equivoca; es nuestra apreciación la que
únicamente se equivoca, al esperar resultados no causados por los experimentos”

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(da Vinci, 2010, p. 244)− aunque es, tal vez, una mera reacción ante la
desmesura de la escolástica medieval.
A pesar de este empirismo, la experiencia no es final sino inicio del saber que
deviene con el intelecto humano. El fin de la experimentación es para Leonardo
entender las razones del ser, las causas de la naturaleza. Si éstas fuesen
comprendidas y sus efectos predichos, la experimentación dejaría de ser
necesaria. La experimentación artística es un acercamiento espontáneo, no
explícitamente dirigido −como la experimentación científica−, a esas causas de
la naturaleza. Si bien no permite una comprensión plena, si esclarece vías de
tránsito hacia el conocimiento.
Según una teoría del conocimiento medieval, los tres elementos primordiales
en el intelecto son (Capra, 2007): el arte −que en sus días significaba la habilidad
técnica−, la scientia, o sea el conocimiento, y la imaginatio o fantasia, es decir la
imaginación creativa. Esto se materializa en una estructura morfológicamente
tripartita y secuencial del cerebro (de ecos Galénicos): la primera zona es donde
reside el sensus communis (receptor de los estímulos) en conjunción con la
fantasia, la segunda zona contiene la zona racional del intelecto y la última es el
repositorio de pensamiento, esto es la memoria. Leonardo introduce, en este
esquema, un cambio aparentemente menor pero de una profunda hondura:
desplaza la fantasía a la segunda cavidad, elevando el status de la imaginación
(fantasia) a la de la razón (inteletto) (Kemp, 2006, p. 108). De esta manera el
intelecto se nutre de la imaginación y viceversa. La figura 1 muestra el esquema
fisiológico cerebral de Leonardo.

Figura 1. Las tres cavidades en el cerebro del ser humano (Manuscrito W, f.


12603r).

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La óptica de Leonardo

Siendo la experiencia sensorial el punto de partida de todo conocimiento, no


todos los sentidos son igualmente valiosos. El de la visión ocupa un lugar
predominante −siendo el oído “el segundo sentido en categoría” (da Vinci,
2010, p.143)− ya que las imágenes de la naturaleza es lo que mejor nos permite
ahondar en ella. Su importancia es tal que “quien lo pierde se priva de la
representación de todas las obras de la naturaleza” (da Vinci, 2010, p.53). De ahí
que óptica y pintura, correlatos científicos y artísticos de la visión, cobren
predominancia entre las inquietudes leonardescas. La pintura desempeña, en
realidad, una cometido dual: “como arte y como herramienta de conocimiento
científico” (Capra, 2007, p. 27).
En la Edad Media la ciencia de la óptica se denominaba perspectiva y se
ocupaba del estudio geométrico de la representación visual de las escenas que
observamos. La perspectiva, aplicada a la pintura, pretendía averiguar la mejor
manera de generar una sensación visual de profundidad. Leonardo se enmarca
plenamente dentro de esta revolución de la pintura que tiene lugar en el
Quattrocento italiano – el pionero fue el florentino Filippo Brunelleschi (1377-
1466)− con pintores como León Battista Alberti, Piero della Francesca, etc.
Estos artistas eran conocedores de las teorías visuales de la Edad Media
(Lindberg, 1976), herederas de los tratados griegos sobre óptica, y la reglas
geométricas de la perspectiva lineal (proyección de escenas tridimensionales
sobre superficies planas) que partían del concepto del cono visual desarrolladas
en las susodichas teorías.
Ya que el dominio de la perspectiva permitía aumentar la sensación realista
de las representaciones artísticas, no es de extrañar la importancia que Leonardo
atribuyó a esta ciencia: “La perspectiva es el freno y timón de la pintura. La
pintura se basa en la perspectiva, que no es otra cosa que un conocimiento
perfecto de la función del ojo” (da Vinci, 2010, p. 61). Sin embargo, la
innovación (inventio) pictórica no se basta sólo de este conocimiento de la
perspectiva sino que necesita también de la fantasia.
Leonardo aprendió como aplicar los fundamentos de la perspectiva a la
pintura a través de la versión italiana (1436) del libro De pictura de Alberti
(Kemp, 2006, p. 10). También conocía la Perspectiva communis de John Pecham
(Lindberg 1976) −libro, más bien básico, del que transcribió partes de su
introducción en su Codex Atlanticus− y la Perspectiva de Witelo –sin duda el

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tratado de óptica más avanzado del occidente medieval 1. Asimismo Francesca


Fiorani sugiere que Leonardo tuvo acceso directo a la obra de Alhacen De
aspectibus, a través de traducciones al italiano Degli aspetti (Fiorani, 2013, p.
286), el tratado que más influyó en el desarrollo de óptica moderna. Estos
primeros estudios sistemáticos de textos científicos por parte de Leonardo
coinciden con sus primeras anotaciones de observaciones de la naturaleza que
datan de inicios de la década de 1480.
Un periodo crucial es su estancia en la Universidad de Pavia (1490), donde
entabló amistad con Fazio Cardano, profesor de matemáticas y experto en
perspectiva, con quien mantuvo una fructífera relación. A partir de este momento
comenzó la redacción de un nuevo cuaderno de notas, hoy en día conocido como
Manuscrito C −Sobre luz y sombra, ms. 2174− y que terminó en 1491. El
capítulo quinto de su Tratado de la pintura se basaría fundamentalmente en este
manuscrito. En él trata de explicar la interacción de la luz con los objetos sólidos
y la formación de sombras. En este periodo la máxima motivación es
perfeccionar su pintura: la scientia sostén del arte.
Sin embargo la scientia per se acabó convirtiéndose en una imperiosa
necesidad para el espíritu de Leonardo. La investigación sobre las sombras le
condujo naturalmente al estudió de la visión. En 1492 comenzó un nuevo
cuaderno de notas (Manuscrito A) en el que Leonardo parte del concepto,
proveniente de la perspectiva clásica, de la pirámide visual. Si imaginamos un
cono cuyo vértice se sitúa en el ojo y cuya base coincide con la superficie de un
objeto, la teoría de la perspectiva nos dice –tercer postulado de la Óptica de
Euclides− que sólo veremos aquello situado dentro de este cono. Este constructo
matemático era universalmente aceptado, aunque la física de la visión era más
controvertida. Unas teorías (intromisivas) sostenían que algo proveniente del
exterior incide sobre el ojo, mientras que otras (extromisivas) argumentaban lo
contrario, del ojo emanaba una sustancia que era la hacía posible la visión. A
partir del Ms. A Leonardo (Lindberg, 1976, p. 161) fue defensor de las
primeras2, a pesar de sus coqueteos con las segundas en la década de 1480. Los
objetos emiten réplicas de sí mismos (similitude) que se propagan por el aire
siguiendo trayectorias rectilíneas. Estas similitude se pueden captar si se
propagan a lo largo de rayos −estos no interfieren mutuamente, a pesar de que se
crucen− que se encuentren contenidos dentro del cono visual.
Casi dos décadas después Leonardo retomaría sus estudios en óptica −entre
1505 y 1510 (Heitz, 2009)− revisando sus viajes ideas y dándolas forma en un
1
“Buscar Witelo en la biblioteca en Pavia” (Codex Atlanticus, folio 225r). Leonardo aprendió latín
de manera autodidacta a partir de 1494 (Clark, 1988, p. 51) pero siempre tuvo graves carencias.
2
Leonardo conocía ya la teoría intromisiva en la década de 1470 (Fiorani, 2013, p. 270).

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nuevo cuaderno de notas: Manuscrito D. Asiduamente denominado Sobre el ojo,


este manuscrito es un compendio sucinto (diez folios) pero sumamente relevante
para entender las últimas ideas de Leonardo sobre oftalmología y óptica. Otro
manuscrito (F) también contendría cometarios sobre fenómenos ópticos. Por
último, al final de su vida, se interesaría sobre los fenómenos luminosos del
espacio, recopilando sus pensamientos al respecto en el Codex Leicester (Fiorani,
2013, p. 24). De alguna manera –como sugiere Kemp (Kemp, 1977)– se puede
decir que la evolución de las ideas sobre óptica de Leonardo se puede asimilar
como “paralelo, en un microcosmos, al desarrollo histórico desde Euclides a
Alhacén y más allá”.
En un balance global ¿qué se puede decir sobre las contribuciones científicas
de Leonardo a la óptica? Más allá de la controversia de si éstas fueron o no
originales −asunto en cierto modo irrelevante para la historia de la óptica ya que
sus manuscritos no fueron estudiados sistemáticamente hasta finales del siglo
XVIII−, lo que nos interesante aquí es ver cómo su intuición artística (fantasia)
fue el catalizador de algunos de sus más relevantes descubrimientos (scientia) de
óptica. En cierto modo, se trata de invertir el propio método de Leonardo, con el
que pretendía ir de la scientia al arte. Lo veremos en una serie de ejemplos
paradigmáticos.

Sombras y penumbras

El marco teórico de la perspectiva medieval –Perspectiva communis de John


Peckham y De perspectiva de Witelo– establecía que en el espacio detrás de un
objeto iluminado, o bien había luz, o bien había ausencia de ella, en cuyo caso
surgía una sombra homogénea (Smith, 2015, p. 310). Sin embargo, en su atenta
mirada de pintor, Leonardo, cómo probablemente otros pintores igual que él, se
percató de que estas sombras contienen matices; distan de ser perfectamente
uniformes y delimitadas por bordes abruptos, más bien eran en “sí mismas de
distintos grados de oscuridad” (Codex Atlanticus folio 250r, Da Vinci, 2004, p.
164). De hecho, esta observación, es en buena parte el fundamento de la técnica
pictórica del claroscuro (chiaroscuro).
Clark (Clark, 1988, p. 63) sostiene que Leonardo alcanzó un elevadísimo grado
de perfección en el uso del claroscuro en torno a 1489, en unos dibujos sobre
cráneos (figura 2) que se conservan en la Biblioteca Real del Castillo de
Windsor; precisamente un año antes de sus elaborados análisis geométricos de la
luz sobre objetos geométricos, tales como esferas o cilindros, que conformarían
su ms. C. Es, pues, razonable deducir que una vez que Leonardo había

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“extenuado” parte de las posibilidades artísticas que su atenta observación de la


naturaleza le proporcionaron, se vio interpelado a profundizar en sus hallazgos
artísticos a través del conocimiento científico. La observación de los ricos
matices de luces y sombras presentes en la naturaleza le condujo a realizar una
serie de experimentos sistemáticos sobre problemas de iluminación.

Figura 2. Dibujos de cráneos de Leonardo (Biblioteca Real Castillo de Windsor


folio 19057r)

Lo nuclear de las ideas leonardescas sobre la formación de sombras graduales se


puede condensar en un esquema que aparece en el ms. C. La parte derecha de la
figura 3 es un esquema simplificado pero que ayuda a entender lo esencial de la
deducción geométrica de Leonardo. Un objeto esférico bloquea la luz
proveniente de un objeto emisor en forma de línea horizontal. Concentrémonos
únicamente en tres fuentes puntuales pertenecientes a esta línea (a, b & c), de las
cuales emanan tres conos visuales. La base del cono proveniente de a viene
determinada por el segmento entre a’ y a’’. Análogamente de b tendremos el
segmento b’- b’’ y de c: c’-c’’. Si superponemos la intensidad luminosa de los
tres conos podemos deducir tres zonas diferenciadas: 1) la región comprendida
entre la esfera y el segmento a’-c’’, en la cual no llega luz de ninguno de los tres
conos, por lo que habrá oscuridad total, lo que Leonardo denominó ombra
semplice; 2) la delimitada por los conos f-b’-a’ y g-c’’-b’’, donde únicamente
llega luz del cono visual proveniente de b, de lo cual se deduce que la sombra
será sombra parcial, digamos de intensidad I; 3) la delimitada por los conos f-c’-
b’ y g-b’’-a’’, donde llega luz de dos conos visuales con lo cual la intensidad de

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luz será el doble que en el caso anterior: 2I. De aquí que la sombra en esta última
región poseerá un grado de oscuridad que es la mitad de la existente en la región
2. Las sombras de las regiones 2 y 3 son parciales, comparadas con la región 1,
debido a la superposición de varios conos visuales, de ahí que Leonardo las
denominase ombra composta3.
Si se aumenta el número de conos visuales el análisis se vuelve más complejo
pero esencialmente seguiremos teniendo una superposición variable de conos, lo
cual conlleva ineludiblemente una gradación en la cantidad de luz, y por tanto en
el tipo de sombra.
Leonardo también clasificaba las sombras siguiendo otro criterio: si son
directamente generadas por un objeto que bloquea la luz se denominaban ombra
originale o primitiva, mientras si son percibidas en la superficie de un objeto
pero generadas fuera de éste se llamaban ombra dirivativa. Lo que en la
terminología de arte actual se denominan sombras propias y sombras
proyectadas.

Figura 3. Izquierda: Esquema de Leonardo para representar sombras y


penumbras generadas por una esfera. Derecha: Adaptación conceptual de su
figura.

El estudio de Leonardo sobre las reflexiones de la luz no solo versaba sobre la


gradación de la escala de grises presentes en las sombras sino también acerca del
color de las sombras. Éste se produce porque a la zona de sombra llegan conos
de luz provenientes de la reflexión de objetos próximos de distinto color: “la
sombra participa siempre del color del cuerpo que la engendra” (Biblioteca Real

3
Johannes Kepler acuñaría el término penumbra (del latín paene ‘casi’ y umbra) para esta sombra
parcial.

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Castillo de Windsor folio 19076r, Da Vinci, 2004, p. 243). Los rayos visuales
transportan, pues, información no sólo de la forma de los objetos que los
engendran sino también de su color. Ahora bien, a veces se producen situaciones
en las que por el relieve de un cuerpo y la localización de la fuente luminosa,
algunas partes de aquel sólo las podamos ver por la iluminación indirecta
reflejada en otra parte del cuerpo. En este caso, veremos aquella parte del cuerpo
del color de ésta. Leonardo ilustró esta idea con un dibujo, adaptado en la parte
derecha de la figura 4.

Si a es la luz y b está iluminado por la línea de esa luz, c, que la luz no puede ver, ve
tan solo la parte iluminada que, supongámoslo así es roja. En tal caso, la luz reflejada
por ella se asemejará a la superficie que la causa y teñirá de rojo la cara c.” (Codex
Ashburnham I folio 32v, Da Vinci, 2004, p. 252).

Este efecto se ve maravillosamente ilustrado en el cuadro de Leonardo: La belle


ferronière (c. 1490-1495). Un delicado reflejo rojizo (equivalente al punto c del
esquema de Leonardo) se vislumbra en la parte inferior de la mejilla izquierda,
proveniente del reflejo de la luz sobre el vestido de color rojo parduzco (punto
b).

Figura 4. La belle ferronière y figura adaptada de la que aparece en Ms.


Ashburnham I folio 32v.

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Estas reverberaciones luminosas de los colores sería desde entonces un recurso


pictórico recurrente en diversas tendencias artísticas, Leonardo: “deja entrever
también en estas notas el principio impresionista de que todas las cosas se
reflejan más o menos en otras y que, además, no existen las sombras negras”
(Clark, 1988, p. 114).

El azul del cielo y la perspectiva aérea

Como ya se mencionó antes, la finalidad del uso de la perspectiva en pintura era


crear una sensación de profundidad cuando contemplamos una representación en
la superficie plana de un lienzo, según queda explícito en el Tratado de la
pintura (Fiorani, 2013, p. 85). Ahora bien, a parte de la perspectiva lineal, desde
sus primeros tiempos milaneses, Leonardo identificó otros dos tipos de
perspectiva. La prospettiva de spedizione –basada en la observación de que lo
situado en la lontananza se ve con menos resolución espacial que lo próximo–
que conlleva la difuminación de las formas y colores con la distancia y la
prospettiva aerea (o dei colori) que apela a nuestra experiencia sensorial previa:
objetos lejanos observados a través de la atmósfera adquieren un tono azulado,
por lo que en pintura se crea una sensación visual de lejanía cuando se utilizan
tonos azulados y difuminados.
Como recurso pictórico, la perspectiva aérea era conocida y utilizada en la
Antigüedad greco-latina. Ptolomeo lo menciona en su tratado de óptica (escrito
entre el 160 y 170 d.C.) “la localización de objetos más brillantes, tales como la
luna o el sol, se perciben como más cercanos, por lo que los pintores de murales
usan colores débiles tenues para representar cosas que quieren que muestren
cierta distancia” (Ptolemy, 1996, p. 120). Sin embargo, da Vinci lo redescubre
para el Renacimiento, acuñando el término prospettiva aérea y enfatizando el
color azulado que adquiere la lontananza: “en un aire de uniforme densidad, las
cosas últimas vistas a través de él, como las montañas, parecen, por culpa de la
gran cantidad de aire interpuesto entre tu ojo y la montaña, azules” (Codex
Ashburnham I folio 25r, Vinci, 2004, p. 263). Influido por los patrones
geométricos de la perspectiva lineal, Leonardo pretendió descubrir una regla
matemática válida para la perspectiva aérea, la cual establecía que el color
disminuye de manera regular en razón de cuatro quintos de su valor previo por
cada veinte brazos de distancia recorrida (Codex Ashburnham II folio 22v,
Kemp, 2006, p. 116).
Da Vinci hizo un uso profuso de la perspectiva aérea en su pintura, en
cuadros como: Retrato de Ginevra Benci (1478-1480), Madona Litta –c. 1490,

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aunque de adscripción controvertida a Leonardo– la segunda versión de La


virgen de las rocas (1493-1495), Estudio de ropaje para Santa Ana, la Virgen y
el Niño (c. 1507 o 1517), o La Gioconda (1503-1506). La figura 5 muestra como
el fondo azulado y difuminado del paisaje realza el volumen del rostro de la
Gioconda.
Leonardo retorna a Milán en el verano de 1508 donde vuelve a trabajar para
la corte en múltiples ocupaciones al servicio de Charles d’Amboise. En esta
nueva etapa milanesa Leonardo se vuelca aún más en sus observaciones de la
naturaleza, quizá motivado por la cercanía de los Alpes. De esta época data el
Manuscrito G (c. 1510-1511 y 1515) y el Codex Leicester (c. 1506-1509), donde
anota comentarios sobre diversos efectos luminosos y analiza en detalle la
perspectiva aérea.

Figura 5. Perspectiva aérea en el cuadro Mona Lisa.

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En esta época la observación empírica de la naturaleza, espoleada por su


sensibilidad artística, muta en una nueva intuición científica en la mente de
Leonardo que trata de dar respuesta a la causa física de la perspectiva aérea: ¿por
qué los objetos vistos a través de la atmósfera se ven azules? La inspiración le
vino cuando escaló un pico de los Alpes (Codex Leicester folio 4r., Biblioteca
Leonardiana, 2016)

Dico, l’azzurro, (che) in che si mostra l’aria, non essere suo propio colore, ma è
causato da umidità calda, vaporata in minutissimi e insensibili attimi, la quale piglia
dopo sè la percussion de’razzi Solari e fassi luminosa sotto (le ten) la oscurità della
immense tenebre della regione del fuoco, che di sopra le fa coperchio; e questo vedrà,
come vid’io, che andrà sopra mom Boso, giogo dell’Alpi…

El color azul de la atmosfera, intuye ‘acertadamente’ Leonardo, “no es su propio


color” sino que se debe a la interacción de los rayos solares con la humedad
circundante: “presente en diminutos e imperceptibles átomos” 4. Posteriormente,
Leonardo incide en la humedad como factor causante del color azul,
demostrándolo no ya con una mera observación sino con algo que bien podría ser
un ‘experimento’: “la diferencia puede verse en los átomos de polvo y en los
átomos de humo de los rayos solares que, a través de un orificio en la pared,
penetran en un lugar oscuro: un rayo parece ceniciento y el otro, de sutil humo,
parecerá de un azul bellísimo” (Codex Leicester folio 4r, Da Vinci, 2004, p.
267).
Por tanto, el cielo no es azul sino que lo parece por la interacción de la luz
con la atmósfera: respuesta válida para uno de los grandes interrogantes de la
historia de la ciencia óptica y que resuena como la inocente pregunta de un niño
movido por su innata curiosidad ¿por qué el cielo es azul?

La pupila del ojo y el esfumado

Una de las aportaciones de Leonardo a la óptica fisiológica fue la observación y


estudio de la miosis pupilar. Esto es, la capacidad de la pupila de cambiar su
tamaño. Conviene matizar que la palabra pupila (popilla) es para Leonardo
polisémica (Heitz, 2009), en ciertas ocasiones denota la córnea, en otras la
cámara anterior del ojo aunque las más de las veces tiene el mismo significado

4
La dispersión de Rayleigh por parte de las moléculas que componen el aire es la principal
explicación científica actual de por qué el cielo es azul.

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que en la actualidad: la apertura que fija la cantidad de luz que entra en el ojo. Es
el significado que utilizaremos aquí.
Leonardo dedujo que el tamaño de la pupila cambiaba esencialmente debido a la
mayor o menor luminosidad del objeto por tanto con la finalidad de capturar
más o menos luz.

Questa nostra popila cresce e diminuisce secondo la chiarità o scurità del suo obietto,
e perché con qualche tempo fa esso crescere e discrescere, esso non vede cosi presto
uscendo [d]al lume andando all’oscuro, e similmente dallo scuro al luminoso. E
questa cosa già m’ingannò nel dipignere un occhio e di lì la ‘mparai” (Codex Foster II
folio 158v, Biblioteca Leonardiana, 2016)

Lo relevante, para este estudio, de este descubrimiento es que –como el propio


Leonardo confiesa– la inspiración le vino durante su práctica artística; tras una
falsa apariencia sensorial (ingannò) cuando intentaba pintar un ojo en torno a
1490 (Keele, 1983 p. 73, Capra, 2007, p. 239, Da Vinci, 2004, p. 105). Varios
autores consideran que la miosis pupilar fue el descubrimiento más original de
Leonardo en óptica fisiológica (Lindberg, 1976 p. 163, p. 1983, Keele, 1983, p.
71); por lo que el hecho que éste surgiese mientras pintaba un cuadro pone de
relieve como la sensibilidad artística alimentaba el genio creativo científico de
Leonardo.
La función de la pupila del ojo como reguladora de intensidad luminosa
permitió a Leonardo posicionarse en cuanto a la antigua controversia entre la
teoría intromisiva y extromisiva del ojo. Para ello uso argumentos similares a los
previamente utilizados por Alhacén5: 1) el efecto perjudicial de un exceso de luz
repentino “l’occhio uso nelle tenebre che subito veda la luce, riceve detrimento”
(Ms. C folio 16r, Biblioteca Leonardiana, 2016); 2) el fenómeno de post-
imágenes: “Después de la visión permanecen aún en el ojo las imágenes del
objeto aprehendido” (Codex Atlanticus 203r, Da Vinci, 2004, p. 106). Leonardo
llego incluso a pretender describir el mecanismo fisiológico que permitía la
contracción pupilar.
Las intuiciones leonardescas no fueron siempre correctas6. Leonardo asignó
una funcionalidad adicional a la pupila: “maggiore popilla vede maggiore
obbietto” (Ms. D folio 7r, Biblioteca Leonardiana, 2016), el tamaño de la pupila
no sólo determina la cantidad de luz sino también la percepción del tamaño de
los objetos, apreciación incorrecta. La desacertada intuición vino falsamente
avalada por una deducción geométrica errónea ya que partía de nociones de

5
Ver discusión en (Keele, 1983, p. 71).
6
Conviene señalarlo para desmitificar su tan loada genialidad.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 49-69


LA ÓPTICA DE LEONARDO DA VINCI 63

óptica fisiológica inexactas (Ms D, folio 7r, Biblioteca Leonardiana, 2016). En


cualquier caso, prueba una vez más como el artista-científico trataba
continuamente de comprobar sus ideas de fantasia a través de su intelleto.
Una de las diferencias fundamentales en las nociones ópticas de Leonardo, de
su época de madurez respecto de su primera etapa milanesa, fue precisamente la
relevancia asignada a la función de la pupila. La captura de las réplicas de los
objetos (similitude) no se produce en único punto sino en toda la superficie
pupilar. Ahora bien la potencia visual (virtù visiva), es decir, la capacidad de
producir sensación visual, es mayor para los rayos que pasan por el centro de la
pupila. Los rayos luminosos son enviados desde la “imprensiva al sensus
communis donde son valorados” (Ms. D, folio 2v, Biblioteca Leonardiana,
2016), siendo el sensus communis la facultad del alma que permite la percepción
visual –de nuevo resuenan las ideas de Alhacén.
La característica no puntual de la virtù visiva conlleva algunas implicaciones
especialmente relevantes para entender ciertas experiencias visuales. Una de
ellas es la percepción visual de contornos o bordes. Leonardo afirma
taxativamente: “L’occhio non sarà mai capace del vero termine che han le figure
di qualunche corpo campeggianti in loco remoto” (Ms. D folio 10v, Biblioteca
Leonardiana, 2016) La presencia de un fondo impide ver con claridad el
contorno de cualquier cuerpo (termine che han le figure). Leonardo deduce esto
siguiendo la ilustración inferior del Ms. D folio 10v, que hemos adaptado en la
Figura 6.

Figura 6. Representación de la perspectiva de contornos


(adaptado de ilustración Ms. D folio 10v)

La figura 6 representa un objeto cp con un transfondo nm y un ojo que lo observa


cuya pupila es ab. Si tratamos de fijar nuestra atención en el borde c del objeto
cp no podremos evitar que lleguen al ojo rayos provenientes del fondo nm. Del
extremo inferior h un rayo incidirá en el borde superior de la pupila a, y,
viceversa, por el punto más inferior de la pupila b pasará un rayo proveniente del

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 49-69


64 SERGIO BARBERO BRIONES

punto más superior del fondo d. Esto provoca que c no se vea como un único
punto r sino como una mancha st7. Es fácilmente deducible, por un simple
argumento geométrico, que el tamaño de la mancha aumentará según el borde se
acerque al ojo. Conviene matizar que, en cierto sentido, esto presenta cierta
contradicción con la prospettiva spedizione, que predice que las cosas lejanas se
vean borrosas por un pérdida de agudeza visual: “de lejos todos los contornos
resultan indiscernibles” (Codex Ashburnham 10r, Da Vinci, 2004, p. 262).
Ahora bien, ¿fue este razonamiento deductivo el seguido por Leonardo para
descubrir la visión borrosa de contornos? Un cauto Kemp mantiene que no
podemos saberlo (Kemp, 1977): “Es imposible decir si la existencia del efecto
del emborronamiento de borde fue deducido por Leonardo en base a la premisa
de que la virtù visiva se encuentra dispersada a lo largo de toda la pupila, o si
más bien fue primero observado y luego explicado”. Nuestra hipótesis es, sin
embargo, que Leonardo siguió el camino inverso a la deducción: la inducción.
La observación de que los bordes aparecen emborronados en la presencia de
un fondo es una experiencia que no pudo pasar desapercibida a un observador
tan sagaz como Leonardo. Esta observación, en conjunción con la prospettiva
spedizione, justifican la funcionalidad figurativa del sfumato; técnica pictórica
profusamente usada por Leonardo, con quien alcanzó sus máximas cotas
artísticas.
El sfumato, como técnica pictórica de la pintura al óleo, fue inventado por
los primitivos flamencos. Consiste en la aplicación sucesiva de veladuras (finas
capas de pintura con cierto grado de traslucidez) sobre el lienzo con una primera
base más o menos oscura. Las veladuras crean, por reflexión difusa en las
distintas capas8 una superposición de delicadas interferencias luminosas que
crean una sensación de apariencia difuminada, la cual se manifiesta
principalmente en los contornos. El logro visual, entre otros, es proporcionar
corporeidad, plasticidad a las figuras del cuadro. Así, como acertadamente
afirma Janis Bell (Bell, 2008), el sfumato es tanto técnica como percepción.
El sfumato está presente en las primeras obras de Leonardo9, aunque no
consigue un dominio claro de la técnica hasta La virgen de las rocas (1483-
1485). Leonardo lo utilizaba esencialmente para imitar lo percibido por la visión

7
En términos modernos, la imagen de los contornos esta emborronada porque la imagen formada por
objetos situado a varios planos se encuentra desenfocada, dejando aparte los fenómenos de difracción
óptica de bordes.
8
Técnicamente este fenómeno se denomina scattering incoherente (Simonot, 2004)
9
Su hagiógrafo Giorgio Vasari afirma que incluso aparece ya en las primeras manifestaciones
relevantes de Leonardo como aprendiz en el taller de Verrocchio: el ángel del Bautismo de Cristo
(1475-1478) (Fiorani, 2013, p. 88).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 49-69


LA ÓPTICA DE LEONARDO DA VINCI 65

creando sensación de relieve y poder representar los bellos atributos de la


naturaleza: grazia y dolcezza (Bell, 2008). Aunque tampoco se debe ignorar una
funcionalidad simbólica: los contornos difuminados de la virgen del susodicho
cuadro le sirvieron para simbolizar la inmaculada concepción como emergiendo
de las sombras del pecado (Olszewski, 2011).
El potencial de la técnica del esfumado aparece en el último gran cuadro de
Leonardo: San Juan Bautista, elaborado entre 1513 y 1516. Scientia y ars se
retroalimentan, el conocimiento del efecto de emborronamiento de bordes
seguramente espoleó el espíritu creativo de Leonardo en este último cuadro. El
San Juan Bautista aúna de manera prodigiosa las técnicas de sfumato y
chiaroscuro para recrear percepción de volumen; en efecto, el semblante del
santo, sobre un fondo completamente oscuro y con unos contornos difuminados,
parece, para quien lo contemple de frente, emerger del lienzo.

Figura 7. Técnica de sfumato en San Juan Bautista.

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66 SERGIO BARBERO BRIONES

La luz de la Luna cenicienta

Leonardo abordó la naturaleza como un sistema integral; su método de


investigación era buscar los isomorfismos, las estructuras comunes en todas las
manifestaciones de la naturaleza. Así, Leonardo, se acercó a la astronomía con el
andamiaje de la óptica; el objetivo era estudiar la apariencia visual de los astros y
como la luz se transmite de unos astros a otros. La luna fue una de las grandes
fascinaciones de Leonardo. Sostenía –al contrario que la extendida opinión,
avalada por Aristóteles– que la luna no emitía su propia luz, sino que ésta
proviene de la reflejada por el sol: “La luna non ha lume da sé, se non quanto ne
vede il sole, tanto l’alumina” (Codex Arundel folio 94v, Biblioteca Leonardiana,
2016).
Un fenómeno más sutil es el llamado la luz cenicienta de la luna. Es la débil
iluminación que recibimos de la luna proveniente de la zona no directamente
iluminada por el sol. El origen de esta luz fue una larga controversia en la
historia de la astronomía. Otra de las extraordinarias audacias de Leonardo fue la
de sugerir que ésta débil luz provenía de la luz reflejada por el sol en la tierra. La
luz cenicienta no sería otra cosa sino el segundo reflejo de la luz solar en la luna
tras un primer reflejo en la tierra. Ahora bien, como buen conocedor de los
patrones de iluminación generados por una esfera, Leonardo concluyó que la
superficie lunar no podía ser simplemente una superficie esférica perfecta: “Esto
no podría ocurrir si la esfera de agua, que en gran parte cubre la luna, fuese
uniformemente esférica, ya que en tal caso habría una imagen del sol para cada
ojo” (Codex Arundel 94v, Da Vinci, 2008, p. 51). Achacó lo patrones irregulares
de los reflejos a la presencia de una superficie de agua irregular en la superficie
lunar.
Su pasión por la luna y por querer desentrañar lo que en ella existe, nos lleva
a una última y maravillosa predicción tecnológica de Leonardo, la de “construir
lentes para ver la luna magnificada” (da Vinci, 2008, p. 351); esto, es un
telescopio, un siglo antes de que Galileo viese la superficie lunar con uno
diseñado por él mismo. Dada la ausencia de pruebas documentales, no se puede
avalar la sospecha del historiador Lucio Russo, quien mantenía que la intuición
de Leonardo sobre el telescopio sólo pudiese surgir tras la lectura de ese
conocimiento en fuentes de origen griego (Russo, 2004, p. 343). Aunque, de la
misma manera, el supuesto antagónico, Leonardo como inventor del telescopio,
propuesto por Domenico Argentieri en 1939, es igualmente inasumible (Fiorani,
2013, p. 21). Si hemos cumplido con el objetivo de este ensayo, esperamos, en
cambio, que ahora sea más plausible pensar que fue el espíritu inventivo de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 49-69


LA ÓPTICA DE LEONARDO DA VINCI 67

Leonardo, espoleado por su sensibilidad artística, lo que le condujo a tal


profética predicción.
Bien quisiéramos que este breve recorrido por las lúcidas intuiciones
leonardescas sobre la óptica sirva de acicate para reivindicar la idea Aristotélica
de que la intuición es una de las principales fuentes de conocimiento, ya que ésta
no es otra cosa sino la capacidad de discernir lo universal en lo particular. La
etimología de la palabra es reveladora, compuesta de ‘in’ (hacía dentro) y ‘tueri’
(observar, mirar), denota, pues, mirar algo con profundidad, con suficiente
claridad y discernimiento. La intuición artística (fantassia) puede, y debe, ser
aprovechada para transitar hacia nuevos saberes no sólo artísticos sino también
científicos.

Referencias

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style. Manchester, Manchester University Press, 2008.
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Procedencia de las figuras

Figura 1: Figura extraída de reproducciones de Manuscrito W, f. 12603r.


Dominio público.
Figura 2: Figura extraída de reproducciones de Biblioteca Real Castillo de
Windsor folio 19057r. Dominio público
Figura 3: Cuadro La belle ferronière. Dominio público. Tomada de
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Belle_Ferroni%C3%A8re#/media/File:La_Bell
e_Ferronni%C3%A8re.jpg
Figura 4: Figura de elaboración propia a partir de figura (dominio público)
extraída de reproducciones de Manuscrito C de Leonardo.

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LA ÓPTICA DE LEONARDO DA VINCI 69

Figura 5: Cuadro Mona Lisa. Dominio público. Tomada de


https://es.wikipedia.org/wiki/La_Gioconda#/media/File:Mona_Lisa,_by_Leonar
do_da_Vinci,_from_C2RMF_retouched.jpg
Figura 6: Figura de elaboración propia.
Figura 7: Cuadro San Juan Bautista. Dominio público. Tomada de
https://es.wikipedia.org/wiki/San_Juan_Bautista_(Leonardo)

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FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS

FAMILIES OF SOCIOECONOMIC TECHNOLOGIES

EDUARDO R. SCARANO
Universidad de Buenos Aires
eduardo.scarano@gmail.com

RECIBIDO: 12/07/2016
ACEPTADO: 27/11/2016

Resumen: Este trabajo se propone caracterizar las familias de la consultoría y la asistencia técnica.
El análisis se realiza desde un punto de vista exclusivamente epistemológico. Es usual mostrar que la
tecnología se basa en las ciencias sustantivas y el método científico. Aquí se enfatizan, en cambio, los
rasgos propios que la tecnología agrega al conocimiento científico. Este enfoque inverso permite
obtener algunos resultados interesantes, especialmente distinguir tecnologías transdisciplinares y
caracterizarlas en sus rasgos básicos y, entonces, avanzar en la determinación, aún pendiente, de un
mapa epistemológico de las tecnologías.
Palabras clave: tecnología, familias tecnológicas, ciencia y tecnología, transdiciplina.

Abstract: This paper aims to characterize the families of consulting and technical assistance. This
analysis is done from the epistemological point of view. It is usual to show that the technology is
based on substantive science and the scientific method. This work stresses, instead, the traits that
technology adds to scientific knowledge. These reverse approaches allows for some interesting
results, especially to distinguish transdisciplinary technologies, to characterize its basic features and
then to advance the determination of a methodological map of the technologies; this task is still
pending.
Keywords: technology, families of technologies, science and technology, transdiscipline.

Introducción

En este trabajo nos proponemos caracterizar familias de tecnologías


socioeconómicas naturalmente generalizables a campos disciplinares más
amplios. Analizamos, desde el punto de vista exclusivamente epistemológico, las
familias de la consultoría y la asistencia técnica.
Consideramos la tecnología como artefactos fundados científicamente. Es
usual mostrar que la tecnología se basa en las ciencias y el método científico.
Aquí, en cambio, enfatizamos los rasgos propios que la tecnología agrega al
conocimiento científico básico o aplicado, por ejemplo, otras clases de saberes


Este trabajo tiene como antecedente la ponencia presentada al 1er. Encuentro Latinoamericano de
Filosofía Científica (Buenos Aires, 9/15).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


72 EDUARDO R. SCARANO

que la componen (conocimiento experto y común, legales y normativos,


filosóficos), otros rasgos típicos (restricciones temporales, presupuestarios,
éticos, regulativos), incluso peculiaridades metodológicas, que no se encuentran
en la ciencia.
Este enfoque inverso facilita obtener algunos resultados interesantes. En
primer lugar, distinguir tecnologías transdisciplinares, es decir, comunes no solo
a disciplinas socioeconómicas sino también a campos esencialmente ligados a
otras ciencias, por ejemplo, a las ciencias de la salud o a la física. Aquí, como
veremos más adelante, desempeña un papel clave la noción de familia
tecnológica. En segundo lugar, caracterizarlas por sus rasgos peculiares que
justamente no pertenecen a la ciencia básica o aplicada. En tercer lugar, esta
caracterización permitirá avanzar en la determinación de un mapa
epistemológico de las tecnologías aún pendiente. Con este mapa se puede
establecer las diferentes clases de tecnologías, que es más complejo que el de las
ciencias pues hay más variabilidad en los elementos que las constituyen.
Usualmente se clasifica las tecnologías vinculándolas con las ciencias sustantivas
de las cuales dependen (tecnologías físico-químicas; tecnologías biológicas;
etc.), sin embargo, lo distintivo de la tecnología respecto a la ciencia son sus
constituyentes peculiares. Estos son los que hay que tomar en cuenta para
clasificarlas más adecuadamente.
En lo que sigue, exponemos en II. la tecnología y la noción de familia
tecnológica; luego en III. la consultoría, especialmente la consultoría de
empresas; en IV. caracterizamos epistemológicamente la familia de la
consultoría; en V. la asistencia técnica; y por último, en VI. comparamos ambas
familias tecnológicas.

Las familias tecnológicas

Presentamos brevemente la noción de tecnología que utilizamos y, luego, qué


entendemos por familias tecnológicas. Seguimos en sentido amplio el análisis de
la tecnología de Bunge en su Treatise on Basic Philosophy (1985).
Los objetos tecnológicos son ontológicamente diferentes a los naturales,
pertenecen a la clase de objetos artificiales y, por esta razón, se denominan
artefactos. El nivel artificial siempre surge como resultado de una opción, se
realiza con ayuda de conocimiento aprendido y posee una funcionalidad
utilizable por otros (Bunge, p. 222). Es una definición tan amplia que incluye
tanto la técnica como la tecnología, esta última es una subclase de artefactos,
aquellos que se producen en base a las ciencias o al método científico.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 73

La perspectiva conceptual que mejor atrapa a los dos componentes de los


artefactos, naturaleza e intervención humana deliberada es el concepto de diseño.
Es la representación anticipada de una cosa o proceso; si el diseño es tecnológico
y no meramente técnico la representación se consigue con la intervención en
algún grado del conocimiento científico (cfr. Bunge, p. 225). En lugar de diseño
algunos prefieren utilizar el término síntesis (Simon, caps. 1 y 3) para sugerir que
para obtener el artefacto hay tanto descripción como prescripción.
Los recursos que se utilizan en el diseño son los medios para obtener la
funcionalidad, o sea, la utilidad que constituye el objetivo último del diseño.
Implica un conjunto de restricciones, por ejemplo, no debe violar leyes naturales;
debe ser realizable con los medios actuales; el artefacto debe comportarse
efectiva y confiablemente; el diseño del artefacto no debe exceder cierta cifra y
cierto intervalo de tiempo; e idealmente, los beneficios esperados deben ser
mayores que los efectos indeseables.
La especificación de un diseño consiste en la determinación de esas
condiciones interrelacionadas que tienen una dimensión científica, técnica y
social. Usualmente se explicitan en un contrato entre las partes. Una vez
especificado el diseño el siguiente paso es la formulación de un plan para
implementarlo.
La tecnología es el estudio científico de lo artificial, o con otras palabras, la
investigación y desarrollo de un artefacto. Una definición que recoge los
conceptos anteriores puede enunciarse de la siguiente manera: es el campo del
conocimiento que se refiere al diseño de artefactos, a su planificación, operación,
ajuste, mantenimiento y seguimiento a la luz del conocimiento científico (cfr.
Bunge, p. 231). Incluye una metódica que consiste en procedimientos criticables
y justificables, en particular: i) el método científico; ii) las técnicas peculiares de
la tecnología como la inmunización y la contabilidad; iii) el método tecnológico:
Reconocimiento y formulación de un problema práctico  Diseño -que es
semejante a resolver un problema con alguna aproximación-  Prueba 
Evaluación  Revisión del diseño (reformulación del problema).
La tecnología puede ejemplificarse muy fácilmente en las ingenierías físicas
y químicas, la ingeniería genética, y de manera menos usual en las tecnologías
sociales, por ejemplo, los diseños de políticas públicas, administrativos,
pedagógicos, contables.
La diferencia entre ciencia básica o aplicada y tecnología es que la última se
basa parcialmente en los contenidos de las ciencias o en su método. En la
discusión epistemológica usual de la tecnología el esfuerzo va dirigido a
establecer la conexión con la ciencia y mostrar la existencia de la dimensión

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


74 EDUARDO R. SCARANO

producida por el hombre que los incorpora en la esfera de lo artificial, por


ejemplo, la funcionalidad de un artefacto.
Si intentamos indagar en clases de tecnologías es natural preguntarnos por los
restantes elementos presentes en una tecnología específica que no se reduzca a
ciencia o su método en sentido estricto. Estos elementos son esenciales para
caracterizar y diferenciar entre distintas tecnologías o clases de tecnologías;
abarcan un amplio espectro que va desde el conocimiento común al
conocimiento experto y elementos que modelan el diseño de tipo ético y
filosófico a los políticos y jurídicos. En la descripción de la tecnología la
explicitación de estos elementos, sin eliminar los científicos, es lo que
denominamos el enfoque inverso y lo aplicamos luego a la consultoría y a la
asistencia técnica.
Denominamos familia de tecnologías a aquel conjunto de tecnologías que se
aplican en campos disciplinares diferentes y poseen rasgos comunes en la
manera que resuelven problemas. Bunge (pp. 231-3) la utiliza de una manera
muchísimo más restrictiva, de manera que una familia de tecnologías tiene que
cumplir con al menos trece características comunes. La comunidad profesional o
el dominio de entidades a las que se refiere, por ejemplo, son las mismas o muy
semejantes. Nuestra definición, con otros propósitos, atraviesa diversas
comunidades profesionales y clases de fenómenos.
Un caso típico de una familia tecnológica, en nuestro sentido, es la
consultoría. El asesoramiento sin el control directo de su implementación
atraviesa, entre otros, los campos de la gestión, la medicina, la odontología, la
ingeniería, el derecho, la educación, la psicología. Otra familia de tecnologías es
la asistencia técnica que es una clase de tecnología que encontramos en
numerosos dominios, desde la ingeniería a los fenómenos económicos.
Examinamos a ambas para exponer los rasgos que la caracterizan a cada una y
luego los epistemológicos que las convierten en un producto diferente de la
ciencia básica y aplicada.

La consultoría

Nos referimos principalmente a la consultoría aplicada a las empresas,


históricamente denominada Engineering consulting y posteriormente
Management consulting. Actualmente es la más desarrollada, luego se extendió a
prácticamente todos los ámbitos y hoy encontramos actividades semejantes, entre
otros, en la salud, la ingeniería, la economía, la abogacía. Desde el punto de vista
epistemológico constituyen el mismo tipo de tecnología, pertenecen a la familia

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 75

tecnológica de la consultoría, emparentada pero diferente de la auditoría y la


contabilidad.

Caracterización de la consultoría

El International Council of Management Consulting Institutes (ICMIC) la define


de la siguiente manera,

El servicio prestado a las empresas, organizaciones públicas y otras


organizaciones por una persona o personas independientes y calificadas en la
identificación e investigación de problemas relacionados con políticas,
organización, procedimientos y métodos, que recomiendan medidas adecuadas y
ayudan a implementar esas recomendaciones (traducción nuestra, citada por
Curnow y Reuvid, p. 17)

La consultoría básicamente propone soluciones a problemas, como un ejecutivo


de McKinsey afirmó, “Problem solving isn’t a thing you do at McKinsey; it’s
what you do at McKinsey” (citado en Raisel, p. 2). Se pueden encontrar en todas
las áreas y aspectos de las organizaciones, y solo a título de ilustración, en
recursos humanos, estrategia, costos, calidad, diseño organizacional, innovación,
en las redes. O sea, es un servicio profesional provisto por un precio en el que se
recomiendan soluciones a problemas de gestión.
La peculiaridad de la consultoría consiste en suministrar recomendaciones
pero sin pertenecer a la organización asesorada, no forma parte de la línea, es un
apoyo externo. La responsable de aceptar y llevar adelante las recomendaciones
es la organización misma. Como señala Kurb (traducción nuestra, p. 3) citando a
F. Steele la consultoría es “…una forma de proveer ayuda acerca del contenido,
proceso o estructura de una tarea o serie de tareas en el que el consultado no es el
responsable de hacer la tarea sino de ayudarlos a realizarla.” Los consultores
intentan cambiar o mejorar una situación pero no tienen control directo sobre la
implementación de ella. Es un servicio contratado y provisto a una organización
por especialistas en identificar problemas de gestión y recomendar soluciones y,
eventualmente si se lo solicitan, ayudar a implementarlas.
Para Kurb (traducción nuestra, p. 4) la quintaesencia de la consultoría
consiste

en crear, transferir, compartir y aplicar administración y conocimiento de los


negocios. (…) El término conocimiento como es usado aquí y en la mayoría de
la literatura sobre conocimiento en administración, abarca experiencia,

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


76 EDUARDO R. SCARANO

conocimiento experto, habilidades, know how y competencias en adición a


conocimiento teórico.

Los consultores enfatizan que la transferencia no solo es de conocimiento sino de


las mejores prácticas. Asumen y crean la expectativa que son capaces de detectar
las prácticas de las empresas más exitosas y transferirlas (Kipping, p. 28). No
solo son expertos en algún tema sino actúan como superexpertos o
superespecialistas (cfr. Ernst y Kreiser, p. 53); poseen o dicen poseer una visión
en conjunto de las organizaciones, sus problemas y soluciones. En este sentido, y
para usar sus términos, comodifican las soluciones y problemas, es decir, las
estandarizan o en términos metodológicos crean modelos que solucionan clases
de problemas.
Sin embargo, el sello distintivo de los consultores es que transfieren esos
conocimientos y prácticas comodificadas en forma de soluciones singulares, de
trajes a medida, para los clientes que pagan por sus servicios. Bajan o anclan los
modelos en soluciones específicas para alguna organización. No es suficiente
solucionar un problema de calidad proponiendo el uso del modelo de calidad
total, sino especificar ese modelo para la organización que lo va a implementar
(Ernst y Kreiser, p. 54).
Los papeles principales que desempeñan los consultores (Armbrüster, p. 3 y
ss.) son dos: el primero, el de intermediario que respalda al cliente en la
adquisición de conocimientos y tecnología; el segundo, el de respaldarlo en la
adopción y la implementación de los cambios en su organización.

Etapas de la consultoría

La evolución de la consultoría estuvo influenciada fuertemente, por lo menos,


por tres factores: la práctica de la administración, las teorías de la gestión y las
modas retóricas. Kipping señala que “la consultoría puede entenderse como una
reflexión de los problemas y definiciones prevalecientes en la gestión. Entonces,
cuando hubo un cambio importante en el papel de los gestores y en el foco de su
atención, la clase de consultoría que usaron también cambió.” (traducción
nuestra, pp. 21-2).
El surgimiento de las grandes empresas en la segunda fase de la revolución
industrial en la segunda mitad del siglo XIX y las dificultades de su gestión llevó
a recurrir a la consulta de banqueros, ingenieros, abogados y otros agentes. El
surgimiento de la administración científica fue la principal base para la aparición
de la consultoría como una actividad de negocios reconocible (Kipping, p. 22).
Se dirigían principalmente a la eficiencia en la planta de las empresas, y de ahí su

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 77

nombre, management engineers o industrial engineers. Uno de los consultores


más exitosos fue Charles Bedaux con su método de pago por resultados, que
expandió también a Europa.
Sin embargo, McKenna (1995, p. 52) sostiene que si bien los fundadores y
difusores del Management realizaron amplias consultas en organizaciones de
negocios acerca de aplicación de incentivos, estudio de tiempos y movimientos y
psicología industrial, no se puede asumir por esto que fundaron la consultoría
típica del primer período de esta disciplina. Ambos tuvieron muy diferentes
orígenes profesionales y teóricos.
Los ejecutivos y asesores en empresas de gran tamaño que se interesaban en
problemas de organización y control a nivel administrativo provinieron de una
tradición intelectual muy diferente del taylorismo (la administración científica).
Los tayloristas se focalizaban en las relaciones industriales; los consultores de
gestión se focalizaron en la organización burocrática. Ninguna de las grandes
consultoras americanas tuvo su origen en el taylorismo. En su lugar, contadores,
ingenieros, abogados profesionalmente entrenados, a menudo con antecedentes
en leyes y bancos, fundaron las primeras firmas de Management engineering
para ofrecer recomendaciones a los ejecutivos sobre la organización de sus juntas
o consejos, no sobre la eficiencia de sus plantas de producción.
Los ingenieros, abogados y contadores a menudo trabajaban para bancos
mercantiles quienes a su vez coordinaban un amplio conjunto de servicios que
eran a principios del s. XX el equivalente funcional más cercano al management
consulting. Los bancos mercantiles ofrecían tanto servicios bancarios
comerciales como de inversión y tenían el doble papel de asesores internos de las
empresas y de reguladores externos para salvaguardar los intereses de los
inversores.
Las nuevas regulaciones sobre los bancos, debido a las consecuencias de la
Gran Depresión de 1929, impulsó el crecimiento de la consultoría a mediados de
los años 30. El Acta Glass-Steagall sobre Bancos los dividió en dos empresas
separadas: comerciales y de inversión. Simultáneamente el Congreso creó la
Security Exchange Comission (SEC) para regular el mercado financiero y
reforzar la apertura de la exposición de los balances de las corporaciones. Estos
cambios promovieron el rápido crecimiento de auditorías contables
independientes y conformaron la institucionalización de la consultoría. Para
McKenna el origen de la consultoría moderna se origina en la década de 1930.
La 2ª Guerra Mundial expandió ampliamente la consultoría, tanto dentro de las
empresas como de las organizaciones gubernamentales. En la posguerra
comenzó una fuerte expansión en Europa.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


78 EDUARDO R. SCARANO

La segunda etapa de la consultoría puede identificarse a partir de 1950 en la


que se focalizó en la organización corporativa y la estrategia. Desde 1930
comienza a desarrollarse un cambio en el tamaño y estructura de las grandes
compañías que incrementan su diversificación y reciben mayores presiones del
mercado. Firmas como General Motors se descentralizaron en divisiones
relativamente independientes coordinadas y controladas por una oficina
corporativa central. Esta forma se denominó organización multidivisional o de
forma M. Entre las primeras consultoras en tomar esta dirección encontramos a
Arthur D Little, Booz Allen & Hamilton, and McKinsey & Company. (Kipping,
p. 24)
Desde 1980 en adelante emerge la tercera etapa de la consultoría. A partir de
los 70 las grandes empresas se encuentran crecientemente bajo presión por la
aparición de nuevos competidores de Japón y otros países asiáticos. Obligó a las
grandes corporaciones a reducir sus estructuras y a enfocarse en sus
competencias básicas. La coordinación dentro de las empresas y con los usuarios
y la cadena de suministros se volvió una ventaja competitiva crucial.
Consecuentemente también cambió el papel del gestor y, en particular, del
consultor. El foco pasó de la organización y la estrategia a las relaciones internas
y externas y a la cadena de valor. El desarrollo de las tecnologías informáticas
permitió al gestor conseguir el control de las organizaciones en red.
Las primeras firmas que explotaron esta oportunidad fueron las grandes
firmas contables angloamericanas. La mayoría había establecido unidades
separadas para ofrecer consultoría y otros servicios. Reaccionaron cuando a
partir de los 70 sus ganancias disminuyeron, por una parte, se fusionaron y
llegaron a ser cinco grandes firmas en los 90: Arthur Andersen, Deloitte &
Touche, Ernst & Young, KPMG and PricewaterhouseCoopers; por otra parte,
expandieron sus servicios en áreas no tradicionales como impuestos y
consultoría. Rápidamente el origen de sus ganancias pasó a estas áreas. Lo cual
produjo un conflicto con sus clientes porque por una parte los asesoraban y por
otra los auditaban. Sumado a las presiones de los reguladores en EEUU, condujo
a que se separaran completamente ambas funciones. Así, por ejemplo, Arthur
Andersen and Andersen Consulting, esta última se convirtió en Accenture.

El crecimiento y expansión de la consultoría

Armbrüster (p. 2), señala que recién en la mitad de los 90 la actividad de


consultoría fue reconocida en la literatura académica por su rápido crecimiento
en la industria. Las consultoras habían alcanzado mucha visibilidad y los

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 79

profesores de gestión no podían ignorar su influencia en el conocimiento


administrativo, las decisiones y las prácticas.
Es muy importante por la magnitud de los ingresos que genera el negocio.
Según The Statistics Portal (2015), los ingresos por management consulting en
EEUU en 2014 fueron de 140 mil millones de dólares. En el mismo año y país
hubo 587.450 consultores. Es un negocio maduro en Europa oriental y EEUU
pero con grandes tasas de crecimiento en el resto de Europa y especialmente en
Asia y América Latina. Dada la magnitud de los ingresos y las tasas de
crecimiento es corriente hablar de la explosión de la consultoría.
¿Cuál es la causa de esta explosión? Pueden aducirse varias. La primera es de
naturaleza histórica. Esta es una de las profesiones más viejas que comenzó con
el asesoramiento político. Todos los reyes se asesoraban antes de tomar
decisiones políticas. La consultoría actual no es sino una extensión al dominio
empresario incrementada por la amplitud que tomaron estas organizaciones
(McKenna, 2006, pp. 10-1).
Otra explicación es de carácter prominentemente sociológica y explica la
profesionalización de la consultoría como una diferenciación social que intenta
reducir la complejidad de la realidad dividiendo un problema en subproblemas
que se vuelven responsabilidad de un grupo especializado. Estos grupos
consiguen operar autónomamente para cumplir esa función social específica, y
el campo del conocimiento y sus correspondientes prácticas queda delimitado
por una nueva profesión que implica la especialización para enfrentar la solución
de cierta clase de problemas (Ernst y Keiser, pp. 48-50).
Un interesante enfoque para comprender este fenómeno es el económico.
McKenna (2006, pp. 8-10) propone utilizar la noción de costo de transacción
para explicar la exteriorización de la consultoría. ¿Por qué preferentemente se
recurre al asesoramiento fuera de la organización, es decir, por qué se contrata
este servicio? Ante un problema importante que se debe solucionar en la
organización se lo puede hacer dentro de ella misma o fuera. Se recurrirá al
asesoramiento externo cuando la toma de esta decisión baja los costos de
transacción de la organización.
Ahora bien, como señala el mismo autor (McKenna, 2006, pp. 25 y ss.) el
surgimiento de empresas de servicios cuyo fin principal es la consultoría fue una
consecuencia no deseada de las regulaciones en los 30 que desplazaron de este
negocio a otros competidores, especialmente los banqueros (el Acta Glass-
Steagall sobre Bancos mencionada arriba). Este hecho explica por qué no
apareció la consultoría en esta forma en otros países como los europeos o en
Japón.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


80 EDUARDO R. SCARANO

Armbrüster (pp. 41 y ss.) estudia la consultoría desde un punto de vista


económico y sociológico y analiza el crecimiento de esta disciplina desde cuatro
teorías: los costos económicos de transacción, la teoría de la incorporación, la
sociología neoinstitucionalista y la teoría de la señalización. En (p. 66) presenta
resumidamente las explicaciones de cada una ante ese fenómeno. Para la
primera, son más eficientes las soluciones −consultorías− externas ante los
problemas de la globalización y los permanentes cambios tecnológicos, legales e
institucionales. Para la segunda, hubo y hay crecientes desafíos por los cuales las
formas de operación en red, la cooperación y conectividad son esenciales. La
tercera, lo explica por la creciente necesidad de legitimar las decisiones de
gestión ante los accionistas y los stakeholders y enmarcar las decisiones de
manera que el entorno institucional las asocie con la gestión de alta calidad. La
cuarta, debido a las crecientes abstracciones involucradas en las decisiones de
gestión se incrementa la necesidad de señalar a accionistas y stakeholders la
gestión de calidad.
En las actividades de consultoría desde el comienzo mismo en el s. XX
estuvieron involucrados contadores, gestores, pero también otros profesionales,
principalmente abogados, ingenieros y banqueros. Podemos extender
básicamente lo dicho a las restantes profesiones que la practican, por ejemplo, las
ciencias de la salud, la psicología o las ingenierías de todo tipo.

Análisis metodológico

De la caracterización realizada se desprende fácilmente que la consultoría es una


tecnología. No es un conjunto de leyes. Nadie pretende que resuelve los
problemas en base a leyes de consultoría, por el contrario, se pone de relieve
continuamente que recogen la mejor práctica de las empresas. Aunque no se
limitan a ella y, por supuesto, se basan en otros conocimientos que pretenden no
solo ser científicos sino también de ciencias como la economía, la psicología, la
sociología, entre otras.
Las prácticas recogidas y las soluciones comodificadas ofrecidas dependen de
cada consultora. Buscan diferenciarse no aceptando un cuerpo común de
conocimientos o actividades como estrategia de marketing para conseguir mayor
participación en el mercado.
No publican sus resultados en revistas científicas existentes ni generan una
propia; tampoco forman sus recursos humanos de manera análoga a las
comunidades científicas.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 81

Otra característica muy notable que la coloca en el campo de la tecnología es


que los servicios que procura tienen un precio, es decir, consisten en bienes
privados, al contrario de los productos de la ciencia básica que son bienes
públicos.
No vale la pena profundizar mucho más en estas características, por el
contrario, es más interesante intentar caracterizar qué tipo de tecnología es.
Desde el punto de vista metodológico podemos representar el ciclo científico
de resolución de problemas, de manera simplificada y sin pretender una
discusión de principios sobre la cuestión, con el fin de conseguir la
caracterización buscada, de la siguiente manera: problema → solución o diseño
→ contrastación o prueba → evaluación del diseño → nuevos problemas o
revisión del diseño. De manera gráfica,

Problema
¿?

Solución/ Diseño

Fundamentación
Prueba
Por sus consecuencias
observacionales
Evaluación

Revisión diseño
Nuevos problemas

Hemos examinado arriba que la consultoría se caracteriza básicamente por


resolver problemas, repitiendo la frase de McKinsey, no es lo que hace, es lo que
debe hacer. Así, el par problema/solución es el corazón de la disciplina, y ofrecer
este servicio es lo que permite valorarlo a través de un precio en el mercado.
Pero debemos observar que la consultoría no se caracteriza tanto por generar
soluciones nuevas como en difundir soluciones obtenidas en el ámbito
académico, la práctica, u otros medios. Es una poderosa difusora de tecnologías

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


82 EDUARDO R. SCARANO

de gestión innovativas pero no especialmente generadora de ellas (cfr.


Abrahamson, 1991).
Uno de los pasos típicos de la ciencia y de la mayoría de las tecnologías, la
prueba de la solución, la contrastación de la hipótesis, generalmente está ausente
de esta tecnología. En su lugar, en la estimación juegan un papel fundamental los
argumentos retóricos. Así, Berglund y Werr afirman, “Como el conocimiento de
los consultores es difícil de evaluar y de medir de una manera ‘objetiva’ o
formal, la legitimización de los consultores se basa en gran medida en la
construcción de narrativas convincentes y en desempeños válidos” (traducción
nuestra, 2000, p. 635).
Uno de los recursos retóricos consiste en seleccionar los datos, es decir,
mostrar aquellos que son favorables y barrer debajo de la alfombra los negativos
o ambiguos, de esta manera se presentan las empresas que implementaron sus
recomendaciones y mejoraron su desempeño y no se exhiben aquellos dudosos o
francamente contrarios. Una manera distinta de persuadir consiste en presentar
un lugar común como un argumento en favor de sus recomendaciones. Así, si la
consultora mejora el número de sus clientes, el volumen de sus negocios y su
imagen entonces sus recomendaciones son correctas y solucionan el problema.
No es nuestra intención realizar un análisis retórico ni de la consultoría en su
conjunto ni tampoco de las pruebas que ofrecen, numerosos autores han tratado
este tema, por ejemplo, y solo para citar a título de ilustración, Abrahamsom
(1991), Clark, T. y G. Salaman (1996), Ernst y Kieser (2002), McKenna,
(2006).1
Se suele expresar que el gerente o CEO de una organización nunca es el
mejor contrastador de una hipótesis o de una teoría, aún si él se responsabiliza de
implementarla, pues no controla las variables que inciden en la organización y
cualquier resultado es dudoso si se produjo por la intervención explícita de las
variables de la teoría o por la incidencia de variables no tenidas en cuenta. Esta
es una dificultad general de la contrastación de cualquier hipótesis en una
organización.

1
Bouwmeester (2010, especialmente cap. 3) formula un enfoque total de la consultoría y también de
la gestión desde el punto de vista retórico, aunque también lo complementa con el enfoque desde la
teoría crítica. Sostiene que “Consulting is an activity in which personal valuations, experience
liability are necessary ingredients. An analytical approach appropriate to analyzing advice has to be
sensitive to these knowledge elements and the epistemology behind this analytical approach should
allow identification of elements like knowledge by experience or valuation, elements that should not
be dismissed as unscientific beforehand. The question of epistemology thus addresses what kind of
knowledge can be discussed in the context of advice analysis. A rhetorical analysis seems best
suitable for this purpose: it allows discussion of all arguments, including those normative and
personal, as well as ethos and pathos. The latter are sensitive to values and interests.” (pp. 66-7).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 83

Una dificultad adicional de la prueba de las soluciones en consultoría,


consiste en la esencia de los consejeros, es que suministran asesoramiento y, a lo
sumo, ayudan a implementar una recomendación pero no tienen el control
directo sobre ella. La implementación supone una situación más compleja
usualmente que la mera mejora de un subsistema suponiendo que “todo lo demás
sigue igual”.
A pesar de estas dificultades comunes a cualquiera de las tecnologías
socioeconómicas, la debilidad o ausencia de un planteo explícito de la etapa de
prueba en la consultoría resulta sorprendente. Constituye una diferencia notable
con otras clases de tecnologías en las que resulta una etapa esencial. El testeo
para garantizar el comportamiento de un puente, un edificio, un avión y las
responsabilidades legales para sus constructores, cruciales en las ingenierías que
construyen estos artefactos, no forman parte de la consultoría. Incluso es una
diferencia con otras tecnologías socioeconómicas como la contabilidad o la
auditoría.

La asistencia técnica

La asistencia técnica es un servicio prestado a un cliente consistente en brindar


una solución estandarizada a un problema específico. A diferencia de la
consultoría en que la solución al problema puede ser desafiante y la solución
aunque comoditizada siempre supone una adaptación a una organización
especial, un “traje a medida”, la asistencia técnica el problema y la solución
están establecidos y aceptados por la comunidad y, en este sentido, podemos
decir que es rutinaria frente a la consultoría.
Una buena imagen de la asistencia técnica es el servicio técnico de un aparato
doméstico (licuadora, cocina, aspiradora). Cuando no funciona correctamente o
deja de funcionar lo enviamos a un servicio técnico que cambia el o los
componentes fallados y soluciona el problema sin ningún tipo de investigación
en sentido estricto. Las organizaciones contratan asistencia técnica muy a
menudo para soluciones bien establecidas y que la organización no puede
resolver porque tendría que incrementar el personal o realizar adaptaciones en
cuyos costos no desea incurrir. Así, por ejemplo, es muy frecuente que
organizaciones gubernamentales recurran a las universidades para contratar
asistencia técnica para completar la contabilidad de sus dependencias, lo mismo
las organizaciones con fines de lucro para tareas rutinarias que realizarlas
internamente aumentaría innecesariamente los costos, por ejemplo, análisis de
suelos, análisis químicos para las industrias alimentarias o farmacéuticas.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


84 EDUARDO R. SCARANO

En un análisis de sangre usual ordenado por nuestro médico de cabecera, los


resultados del laboratorio establecidos con técnicas de acuerdo a estándares
internacionales es otro ejemplo usual de asistencia técnica. El resultado hasta que
esté establecido es un enigma, pero tanto el problema como las técnicas para
establecerlos no son problemáticos, por el contrario, están protocolizados y
elaborados de acuerdo a estándares aceptados por la comunidad de especialistas,
en este caso los bioquímicos.
La asistencia técnica básicamente tiene que ver con el mantenimiento de un
artefacto, sea un sistema, un proceso o un objeto.
Por supuesto, de ninguna manera la existencia de asistencia técnica impide
que ulteriores investigaciones en sentido estricto establezcan mejores técnicas,
más confiables, más amplias, para obtener el mismo resultado. Una familia de
tecnologías utiliza el conocimiento aceptado en un estadio dado de desarrollo y
lo estandariza para obtener resultados que se apliquen a la solución de diferentes
problemas más complejos (un diagnóstico) o para que simplemente ese artefacto
continúe funcionando de la manera que lo hacía antes de descomponerse (que el
servicio nos entregue el aparato reparado).

Comentarios finales

Al comparar la consultoría con la asistencia técnica se manifiestan


inmediatamente obvias diferencias que llevan a clasificarlas como familias
tecnológicas muy distintas entre sí. El cuadro abajo muestra las principales
diferencias entre ambas.

Consultoría Asistencia técnica


Problema a diagnosticarse conocido
Solución “a medida” establecida rutinariamente
Técnicas p/solución según consultora protocolizadas
no hay en sentido estandarizadas en casos
Prueba estricto, a cargo del complejos
cliente

La funcionalidad de la consultoría (socioeconómica) aconseja el diseño o


rediseño de una organización mientras que la asistencia técnica no tiene que ver
por lo común con el diseño entero sino con el mantenimiento de un diseño o la
producción estandarizada de un resultado.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS SOCIOECONÓMICAS 85

Otra característica destacada de la consultoría es que las soluciones son para


un caso, son singulares. Es una diferencia notable con la ciencia básica en que
sus leyes son universales y la respuesta a un problema es una solución para
cualquier caso de una clase. Los modelos de las soluciones que luego aplica a un
caso no son creados generalmente por la consultoría, que las toma de la práctica
o el conocimiento existente.
La consultoría es eminentemente difusora antes que creadora de innovaciones
tecnológicas de gestión. En la asistencia técnica las soluciones se generan de
maneras bien establecidas, estandarizadas; son todavía menos sorprendentes que
las de la consultoría. En esta última la adaptación del modelo al caso es más
compleja y con mayores grados de libertad que en la producción estandarizada
del resultado.
El rasgo más peculiar de la consultoría desde el punto de vista metodológico
se relaciona con la prueba de sus diseños o rediseños. No existen en sentido
estricto. La satisfacción del cliente o la retórica de las consultoras suplen ese
paso. En la asistencia técnica la prueba no tiene el mismo papel lógico que en la
consultoría y, menos aún, que en la tecnología en general, no es la prueba de una
solución. El artefacto deja de funcionar como lo hacía, simplemente se
descompone y se restablece su funcionamiento de acuerdo a una solución
implementada y probada satisfactoriamente con anterioridad, o en base a ella se
obtiene un resultado preestablecido.
Si tuviéramos que colocar en un continuo las tecnologías y en un extremo las
más próximas a la ciencia y el otro las más distantes o más débilmente
vinculadas, es obvio que la consultoría desde el punto de vista metodológico está
más cerca de la ciencia y de su método que la asistencia técnica.
Examinadas en detalle se muestran ambas familias diferentes entre sí y cada
una de ellas con la actividad de la ciencia básica o aplicada. La profundización
de la comprensión de la tecnología y, por lo tanto, de su relación con la ciencia
básica y otros aspectos cognoscitivos y humanos en general depende en parte de
un estudio pendiente más detallado de las variedades de las tecnologías y de las
familias tecnológicas existentes.

Referencias

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innovations”. Academy of Management Review; v. 16, n. 3, (1991), pp. 586-612.
Armbrüster, T., The Economics and Sociology of Management Consulting,
Cambridge, Cambridge University Press, 2006.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


86 EDUARDO R. SCARANO

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Publishing Limited, 2010.
Berglund, J. and A. Werr, “The Invincible Character of Management Consulting
Rhetoric: How One Blend Incommensurates While Keeping them Apart”,
Organization, 7, 4, (2000), pp. 633-55.
Bunge, M., Treatise on basic philosophy. VII: Epistemology and methodology
III: Philosophy of science and technology. Part II. Life science, social science
and technology, Dordrecht, Reidel, 1985.
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Curnow, B., J. Reuvid, eds., International Guide to Management Consultancy:
Evolution Practice and Structure, London, Kogan Page, 2º ed., 2003, pp. 9-20.
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Explosion”, en Sahlin-Andersson, K. and L. Engwall (eds.): The Expansion of
Management Knowledge: Carriers, Ideas, and Circulation, Stanford, CA,
Stanford University Press, 2002, pp. 47-73.
McKenna, Ch., “The origins of modern Management Consulting”, Business and
Economic History, 24, 1, (1995), pp. 51-8.
_____, The World’s Newest Profession –Management consulting in the twentieth
century, Cambridge, Cambridge University Press, 2006.
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development”, en Curnow, B., J. Reuvid, eds., (2003), International Guide to
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Page, 2º ed., 2002, pp. 21-32.
Kubr, M., ed., Management Consulting: A Guide to the Profession, Geneve,
International Labour Office, 4º edition, 2002.
Rasiel, E. M., The McKinsey Way, New York, McGraw Hill, 1999.
Simon, H., The Sciences of Artificial, Cambridge (MA), The MIT Press, 1996.
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http://www.statista.com/statistics/293754/revenue-of-management-consulting-in-
the-us/; consultado el 1/9/2015.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 71-86


ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES
COMPUTACIONALES

ERIC WINSBERG AND THE EPISTEMOLOGY OF COMPUTER SIMULATIONS

JUAN M. DURÁN
Universidad Nacional de Córdoba – CONICET (Argentina)
juanduran@gmail.com
RECIBIDO: 24/01/2017
ACEPTADO: 27/02/2017

Resumen: En este trabajo presento un estudio sobre el estado del arte de la llamada ‘epistemología
de las simulaciones computacionales’. En particular, me centro en los varios trabajos de Eric
Winsberg quién es uno de los filósofos más fructíferos y sistemáticos en este tema. Además de
analizar la obra de Winsberg, y basándome en sus trabajos y en el de otros filósofos, mostraré que
hay buenas razones para pensar que la epistemología tradicional de la ciencia no es suficiente para el
análisis de las simulaciones computacionales.
Palabras claves: simulaciones computacionales, novedad epistemológica, modelos científicos.

Abstract: In this article, I present a study on the state of the art ‘epistemology of computer
simulations’. Of particular interest is the work of Eric Winsberg, arguably one of the most fruitful
and systematic philosophers on the subject. Apart from the analysis of Winsberg’s work, I also
submit that there are good reasons for believing that standard philosophy of science is not enough to
account for computer simulations.
Keywords: computer simulations, epistemological novelty, scientific models.

Eric Winsberg se ha destacado como un autor muy fructífero en materia de


producción de trabajos sobre simulaciones computacionales. A diferencia de
muchos otros autores, Winsberg sostiene que las simulaciones computacionales
no pueden adecuarse a una epistemología tradicional, sino que, más bien, deben
considerarse dentro del marco de una epistemología propia. A pesar de que las
simulaciones computacionales son fundamentalmente un intercambio de
soluciones analíticas por cálculo y que por ello, a primera vista, aparenten ser
simplemente una transformación matemática, la pregunta acerca de los grados de
confianza que se tiene en el resultado de la simulación va más allá de los grados
de confianza en el cálculo y se instala en la totalidad del proceso de
construcción, diseño y ejecución de la simulación. Estas son algunas de las
razones por las cuales Winsberg cree que un marco epistemológico tradicional
no se ajusta a las necesidades de las simulaciones computacionales.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


88 JUAN M. DURÁN

Por un lado, el cambio de marco epistemológico propuesto es novedoso


respecto de la posición de otros autores. Por otro lado, Winsberg comparte con
sus contemporáneos la necesidad de aplicar restricciones a los fenómenos
simulados reconociendo que aún persiste un espacio de acción científica que no
logra ser contenido dentro de los conceptos usuales de la filosofía de la ciencia:
“mi discusión”, dice Winsberg, “no necesariamente será relevante para
simulaciones que no recurren a una base en una teoría aceptada, tales como la
simulación de patrones de tráfico o la simulación del vuelo de una bandada de
pájaros” (Winsberg 1999: 5).

Pasos previos a una Epistemología de las Simulaciones Computacionales

Antes de entrar en la explicación de lo que sería propiamente una epistemología


de las simulaciones computacionales, será preciso prestar atención a algunos
términos técnicos.
Una simulación computacional, en términos generales, comprende un rico
proceso inferencial que atraviesa una estructura jerárquica de cinco tipos de
modelos diferentes. Nombrados desde la base de la estructura jerárquica –donde
se encontrarían los modelos más abstractos-, se dividen en: modelos mecánicos,
modelos dinámicos, modelos ad hoc, el modelo computacional y finalmente, en
la cima de la jerarquía, el modelo del fenómeno (Winsberg 1999: 3). Cada paso
en el proceso de modelar una simulación es una inferencia que va de un modelo
a otro en la jerarquía de modelos. A través de estos pasos se espera inferir un
nuevo conocimiento acerca del sistema simulado a partir del conocimiento
teórico existente.
Cada modelo en la jerarquía de modelos tiene su propio contenido sustantivo
y cumple una función determinada. El primer modelo con el cual “comienza” el
diseño de una simulación computacional, el modelo mecánico, cumple la función
de interactuar entre la teoría y el mundo real. Un modelo mecánico es una suerte
de caracterización ‘desnuda’ de un sistema físico mediante el uso de estructuras
teóricas que sirven para asignar una familia de ecuaciones a un sistema. Sin
embargo el modelo mecánico es, por sí mismo, una entidad muy general. De aquí
que usualmente sea necesario especificar una serie de parámetros, valores y
condiciones iniciales, cotas y todo lo necesario para restringir el modelo
mecánico a una clase específica de fenómeno: “esta conjunción de teoría con
parámetros, cota y condiciones iniciales hace un modelo dinámico concreto (más
específicamente, una familia de modelos dinámicos) para una clase de fenómeno
muy específica” (Winsberg 1999: 8). Las restricciones, que se exigen en este

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES 89

nivel de la jerarquización, por lo general no son logradas directamente y en el


primer intento, sino que, más bien, consisten en un delicado balance entre
precisión, tratabilidad y experiencia con el fenómeno a modelar.
El siguiente modelo es el denominado modelo computacional. Algunos
modelos dinámicos1 son analíticamente tratables, ya que las ecuaciones
diferenciales que contienen pueden ser resueltas. Este caso cubre, si recordamos
bien, la segunda crítica de Hartmann a Humphreys (Hartmann 1996): las
simulaciones pueden llegar a ser interesantes mecanismos de aproximación a
fenómenos, aun cuando están disponibles soluciones analíticas. Sin embargo
debemos reconocer que el caso paradigmático y que más interesa al científico es
aquel donde las soluciones analíticas no se encuentran disponibles. Allí es donde
entran en escena los modelos computacionales: los modelos mecánicos necesitan
ser trasformados en un modelo computacional a fin de que se puedan
implementar en una computadora. Diferentes técnicas computacionales, tanto
teóricas como creativas, intervienen en la configuración, construcción y traspaso
a este modelo.
El paso de los modelos dinámicos a los modelos computacionales debe ser
realizado en dos etapas. La primera consiste en convertir las ecuaciones
diferenciales del modelo dinámico en ecuaciones discretas, para las cuales la
computadora debe encontrar distintas soluciones. A pesar de que esto resuelve el
problema de la intratabilidad analítica, puede darse el caso de que el nuevo
modelo sea computacionalmente intratable. Como se sabe, la capacidad de
cálculo de una computadora digital se ve seriamente afectada a medida que
mejoramos la precisión de cálculo, todo lo cual indica que la precisión en los
resultados será un contexto a tener presente por los diseñadores, ya que no
querrán intercambiar el problema de la intratabilidad analítica por el de la
intratabilidad computacional. El paso de los modelos dinámicos a modelos
computacionales es, como puede apreciarse, sensible a las posibilidades
tecnológicas vigentes.
La segunda etapa consiste en un tratamiento de superación de la primera
etapa. Para ello Winsberg presenta los modelos ad hoc. Estos modelos son el
resultado de la implementación de diversas técnicas de diseño sobre los otros
niveles de la estructura. Incluyen simplificaciones, eliminación de grados de
libertad, sustitución de relaciones teóricas simples por complejas –y viceversa–,
etc. Para organizar estas diversas técnicas, Winsberg traza una pequeña

1
Es oportuno mencionar aquí que Winsberg no presta excesiva atención a la distinción, que tanto le
preocupa a Simpson (2006) y Hartmann (1996), por ejemplo, entre ‘modelos’ y ‘modelos dinámicos’.
Se sugiere, en todo caso, que los modelos que constituyen el corazón de la simulación computacional
deben ser, por definición, modelos dinámicos.

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90 JUAN M. DURÁN

categorización: modelos ad hoc eliminativos y modelos ad hoc creativos. El


primer tipo de modelo ad hoc sirve para determinar si los factores que han sido
descartados en el diseño de la simulación pueden ser ignorados; el segundo tipo
consiste en hacer uso de algún “factor de improvisación” [fudge factor] para
compensar aquellos factores negados que, usualmente por su complejidad, no
han podido ser modelados. La idea de introducir modelos ad hoc es crucial:
consiste en enfatizar el hecho de que la construcción de la simulación
computacional descansa en un entendimiento logrado desde fuera del contexto de
nuestro mejor entendimiento teórico del fenómeno, esto es, desde elementos
creativo-inferenciales y no deductivo-teóricos.
Un ejemplo que utiliza Winsberg para ilustrar estas ideas es el de la
simulación de una estrella gigante roja (Winsberg 2001). Este caso resulta
interesante puesto que la estrella es particularmente compleja e inestable.
Modelar una estrella gigante roja requiere de algunas consideraciones por parte
de los científicos: pequeños cambios en temperatura, presión y densidad en una
parte del sistema podría desembocar en turbulentos vórtices en otros puntos del
sistema; y pequeños remolinos en la superficie pueden llevar a grandes flujos
muy conflictivos (Winsberg 2001: 445). Todo esto da la idea de que, si el
modelo es pensado para capturar los efectos a gran escala, también debe tener
presente los efectos a pequeña escala sin que esto signifique el desborde de las
capacidades de cálculo en los cómputos. Por el otro lado, las ecuaciones básicas
que gobiernan este modelo son las ecuaciones de Euler para fluidos dinámicos.
Estos son formas de ecuaciones relativamente simples y se basan en leyes de
conservación de la masa, momento y energía. En este sentido, el uso de la
ecuación de Euler de fluidos “no-viscosos” es un ejemplo de modelado ad hoc
eliminativo. A pesar de que la viscosidad se encuentra presente en el flujo del
gas de la estrella y contribuye a la dinámica del sistema de modo crucial, esta
presencia se da en escalas muy pequeñas al punto de que no suelen ser
capturadas, inclusive por programas computacionales muy razonables y
eficientes. En este caso el investigador debe hacer uso del modelado ad hoc
creativo compensando con algún factor que reemplace el que ha sido eliminado,
v. gr. la viscosidad en el flujo del gas de la estrella. Se asume, desde luego, que
el investigador realiza gran cantidad de suposiciones que contribuyen a mejorar
el modelo del fenómeno.
Por último, el fin de esta estructura jerárquica es lograr un modelo del
fenómeno. Una simulación, una vez realizada y finalizada, produce como
resultado una gran cantidad de datos que pueden ser representados de distintos
modos: estructuras de datos como vectores, arreglos [arrays] o tal vez algo más
comprensible a simple vista como puede ser un gráfico –estático o dinámico–:

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES 91

Un modelo de un fenómeno es una representación múltiple que expresa el


conocimiento relevante, reunido a partir de todas las fuentes relevantes, acerca del
fenómeno. Puede consistir en relaciones matemáticas y leyes, imágenes –estáticas
o dinámicas–, y descripciones textuales (Winsberg 1999: 11).

La intervención de un observador competente es crucial en tanto es preciso


interpretar y calibrar la información resultante. Los aspectos interpretativos no
sugieren carga teórica puesto que, según el autor, no hay que tomarlos en un
sentido filosóficamente cargado. El caso de las calibraciones es un poco más
delicado. Winsberg señala que se pueden realizar de tres modos diferentes:
comparando los resultados de una simulación con un experimento real; mediante
análisis de los resultados; o mediante la comparación con otras simulaciones.
Cada uno de estos modos de calibrar los resultados de una simulación parecería
sugerir que el modelo del fenómeno es, en cierto sentido, un producto virgen del
que no tenemos demasiado conocimiento. Esta sugerencia se encuentra presente
a lo largo de los trabajos del autor, quien sugiere la existencia de una constante
retroalimentación entre la simulación –o mejor, entre cada uno de los niveles de
la jerarquía–, el experimentador, los aspectos más conocidos de las teorías y, si
tenemos acceso, los valores esperados. Todo ello, girando en derredor de un
observador competente.
De nuevo, son estas las ideas que llevan a Winsberg a considerar que el
marco teórico que podría proporcionar una filosofía de la ciencia sería
insuficiente. Pero ¿en qué consiste una ‘epistemología de la simulación’? ¿Es,
acaso, un nuevo nombre para viejos modos de pensar?

Una epistemología de las simulaciones computacionales

Hemos mencionado que el diseño y construcción de una jerarquía de modelos


sobre la que se basa una simulación computacional consiste en un proceso
inferencial no deductivo. Hemos mencionado también que gran cantidad de
elementos que contribuyen a esta construcción provienen de fuentes externas a
las teorías que dan forma a los primeros modelos. Por último, se ha sugerido que
el modelo del fenómeno debe ser sometido a calibraciones que también utilizan
técnicas poco ortodoxas. Estas tres características, hay que confesarlo, dan cierta
sensación de fragilidad a todo el asunto de las simulaciones. No hay pasos en
ninguna etapa de la vida de la simulación que no estén anclados, de un modo u
otro, en vicisitudes que obligan a estimular la creatividad de los investigadores.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


92 JUAN M. DURÁN

Y no es que la creatividad sea una muestra de fragilidad, pero hay que recordar
que hasta aquí todos los autores mencionados han esperado dar con una
caracterización de las simulaciones computacionales sin tener la necesidad de
prestar atención a una metodología de diseño y construcción. El extraño caso de
Winsberg tiene que ver con el hecho de que no existen pasos obligatorios ni
seguros. Y es allí donde encontraremos una caracterización apropiada.
Pues bien, aceptar la complejidad metodológica en la estructura jerárquica de
una simulación computacional significa también preocuparse por la justificación
de las conclusiones alcanzadas en una simulación. La influencia de cada modelo,
así como sus fallas, deben ser comprendidas y manejadas correctamente, caso
contrario representan una amenaza potencial a la credibilidad en los resultados.
La comprensión y manejo de los diversos factores involucrados en todo el
proceso requiere, antes que nada, haber logrado ciertos grados de confianza
aceptables en las fuentes a las que se echa mano. Pero también se requiere de
confianza en las aptitudes de los usuarios y diseñadores, en especial cuando gran
parte de este conocimiento no se encuentra contenido en las estructuras formales
que establecen las bases originales de la simulación. En definitiva, a pesar de que
las simulaciones conciernen a la sustitución de soluciones analíticas por cálculo,
la pregunta acerca de la confianza en los resultados de la simulación va más allá
de las preocupaciones por el crédito otorgado al cálculo, remontándose tanto al
nivel del proceso de simulación en su totalidad como a las conclusiones
alcanzadas.
Para Winsberg, el modo en el que hemos visto cómo se constituyen las
simulaciones computacionales exigen de una epistemología propia. Persiguiendo
estos fines, el autor se centra en tres características de esta nueva epistemología
de las simulaciones computacionales, a saber: descendentes [downward],
autónomas y variadas [motley].
La primera de estas características se asocia al método con el que son
diseñadas las simulaciones computacionales. Por regla general, una simulación
parte de una teoría y, a medida que se avanza de un modelo a otro, se van
“quitando” grados de abstracción y generalidad. Es en este sentido que una
epistemología de las simulaciones debe tener en cuenta una metodología
descendente2. Esta epistemología consiste en tener que justificar inferencias de la
teoría a la aplicación –inferencias que los filósofos de la ciencia asumen como
deductivas y que acarrean la justificación de los niveles superiores a los
inferiores. En efecto, la construcción de los modelos son guiados, pero no

2
Descendente en el sentido de que parte de los modelos mecánicos a aproximaciones razonables de
fenómenos concretos (modelos computacionales más modelos ad hoc).

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ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES 93

determinados, por la teoría. La credibilidad de una simulación proviene no solo


de las credenciales suplidas por la teoría que gobierna la simulación, sino
también de las credenciales epistémicas suplidas por cada uno de los modelos
que conforman una simulación. En otras palabras, a medida que los modelos van
especificándose, ciertas credenciales epistémicas son heredadas por los modelos
más específicos.
La segunda de las características es más sutil. Winsberg considera que
usualmente, cuando queremos conocer si una estructura representacional es
precisa o confiable, se la compara con aquello que representa. Este es un método
usual en los filósofos de la ciencia. Así, si queremos convencernos de que la
estructura de una teoría es una buena interpretación del fenómeno que representa,
simplemente debería ‘comparársela’ con la estructura en la que se articula el
fenómeno. El caso es que las técnicas de supervisado de las simulaciones
computacionales (cuando están disponibles) son del todo diferentes a las que
encontramos, por ejemplo, en la experimentación de laboratorio. En particular, es
usual que las simulaciones sean requeridas justamente cuando la información de
un fenómeno se encuentra dispersa –o directamente carecemos de ella– y por lo
tanto no contamos con el factor ‘comparación directa con el fenómeno’. Las
simulaciones que son utilizadas para estudiar la estructura interna de una estrella,
por ejemplo, o para determinar la distribución de la presión del viento dentro de
una tormenta, no cuentan, ab initio, con toda la información necesaria.
Si fuera posible confirmar una simulación fuera de ella misma, esto es,
confrontarla directamente con el fenómeno que simula o con el puro análisis,
podríamos decir que ha sido justificada de forma dependiente –pues depende de
un correlato para ser justificada. Pero este usualmente no es el caso. El proceso
de transformar un modelo teórico en un modelo computacional tratable debe ser
justificado de modo independiente, esto es, atendiendo a su forma interna y no
solo sobre la base de una comparación del resultado de la simulación y el
fenómeno. Las simulaciones requieren, así, una epistemología que permita la
evaluación de la confiabilidad en los resultados y del modelo. En términos más
generales, las transformaciones internas de una simulación deben ser valoradas
en el contexto de toda la simulación y no solo en sus resultados; los pasos
inferenciales deben ser evaluados en diferentes frentes, atendiendo a
consideraciones provenientes de la teoría, de generalizaciones empíricas, de
datos o por experiencia previa en modelar fenómenos similares en otros
contextos. Esta es precisamente la segunda caracterización de la epistemología
de las simulaciones, a saber, su autonomía.
El último aspecto de los rasgos de esta epistemología es que las simulaciones
computacionales son consideradas variadas [motley]. A pesar de que usualmente

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94 JUAN M. DURÁN

se toman las simulaciones como mecanismos de resolución de ecuaciones


matemáticas y que para estas ecuaciones contamos con suficiente conocimiento,
el aporte de conocimiento teórico neto que realiza el científico corresponde solo
a una porción de los ingredientes que intervienen en una simulación. Existe,
empero, gran cantidad de elementos que deben ser considerados como fuente de
constitución y de sopesamiento de los resultados de una simulación. La
credibilidad de la simulación se sustentará en diversas fuentes tales como
habilidades adquiridas con experiencias pasadas, reutilización de mecanismos
aplicados en otras simulaciones exitosas, sugerencias de colegas, etc. En
definitiva, no todas las fuentes que componen una simulación están teóricamente
articuladas. Un ejemplo que ayudará a comprender este alejamiento de un
esquema estrictamente fundamentado es el de una simulación que emplea celdas
discretas, tal y como se da en modelos de comunicación móvil, donde es muy
importante tener presente que es preciso solucionar problemas ‘locales’, v. gr. en
cada celda, pero que el producto final consiste en la articulación de toda esta
información local recolectada. Sin embargo muchas veces no se cuenta con
elementos teóricos que dictaminen qué función matemática debe ser aplicada
para “recolectar” la información local de las celdas o cómo articularlas con el
resto del sistema. En estos casos el científico que esté llevando a cabo la
simulación deberá tomar una decisión acerca de cómo calcular, interpretar y
articular esta información. Casos como estos son los que inclinan a Winsberg a
ver con cierta preocupación que los filósofos estén más focalizados en pensar
cómo caracterizar una simulación computacional en términos estrictamente
teóricos antes que intentar un acercamiento más práctico.
Estas tres características, como dijimos, son constitutivas de una
epistemología de las simulaciones computacionales según Winsberg. Como
puede apreciarse, además intentan presentar, en términos sucintos y generales, lo
que se debería tener presente, si se quisiese practicar una justificación de las
simulaciones computacionales. Desde luego esta es una empresa bastante más
compleja de lo que Winsberg está dispuesto a reconocer en principio, por lo cual
demandar una nueva epistemología parecería, al menos, prematuro. De hecho,
aceptarle a Winsberg que las simulaciones tienen su propia epistemología y que
esta es descendente, autónoma y variada nos pone, automáticamente, en un
compromiso muy grande con la tradición filosófica. Sobre estas objeciones a una
nueva epistemología liderada por las simulaciones computacionales volveré en la
siguiente sección. Permítaseme cerrar ahora el análisis de las tesis centrales del
autor.
De nuevo, las ecuaciones que forman las bases teóricas para algunos sistemas
de interés pueden resultar analíticamente irresolubles. En otras palabras, no

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES 95

siempre se cuenta con una expresión matemática que dé la solución de esas


ecuaciones. De aquí que, para Winsberg, ninguna representación formal de estos
sistemas puede darse en forma de entidades lingüísticas derivables de estructuras
teóricas. Así pues, parecería que Winsberg maneja una versión moderna de
modelo, el cual es autónomo tanto de la teoría como del mundo (Morgan y
Morrison 1999). Sin embargo, los procedimientos deductivos que esta
concepción acepta y que, por definición, confieren certeza a las conclusiones
obtenidas acerca de los modelos parecen estar ausentes en la caracterización que
Winsberg ha hecho sobre simulaciones computacionales. Recordemos que dentro
del marco de la epistemología de la simulación, el proceso inferencial no es
deductivo sino que, en el mejor de los casos, confiere alguna garantía débil pero
razonable para creer las conclusiones que se alcanzan, y esto solo si se ha sido
cuidadoso en los pasos realizados. Se podría argüir, empero, que mientras los
resultados de una simulación no son deducibles de la teoría, podrían sin embargo
mantener una relación lógica con ella. Nuevamente Winsberg recuerda que el
hecho de que no exista una certeza fuerte en el proceso inferencial es un síntoma
de que hay posibilidades de que algo salga mal y de que nuestros resultados no
mantengan ninguna relación lógica con la teoría. Creo, empero, que Winsberg
podría radicalizar sus ideas aquí y no circunscribirlas a la posibilidad de que algo
salga mal. Mientras pensemos las simulaciones como “productoras” de nuevo
conocimiento, es posible que, surgiendo de una teoría –de un conjunto de
teorías–, lleguemos a resultados que habrían sido impredecibles por estas teorías
sin la contribución de todos los elementos intermedios que participan en el
proceso de diseño y construcción de la simulación. En otras palabras, los
vínculos que el resultado de una simulación puede mantener con cualquier
modelo anterior no parecería estricto ni determinante como lo pide, en general, la
concepción de modelos como mediadores.
A pesar de que esta forma de caracterizar la situación puede entenderse como
excesivamente vaga y con poco detalle, aun así permite realizar una pregunta
central: ¿tenemos bases para creer que las simulaciones computacionales son
buenas aproximaciones a estructuras del sistema objeto (sea empírico o de otro
tipo) que se pretenden simular? Dada la rica complejidad de los procesos que
intervienen en las simulaciones computacionales y la focalización de estos en
elementos externos a cualquier estructura teórica o modelística, sería poco
acertado interpretar que estos procesos implementan una representación estricta
del sistema objeto. Si escudriñamos con cuidado los pasos epistemológicos que
se necesitan para dar alguna garantía a todo el proceso de la simulación, en
especial a su resultado, se verá que tienen que ver más con cuidar que los
resultados se asemejen lo mejor posible al sistema objeto, que con asegurarse de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


96 JUAN M. DURÁN

que estos resultados se parezcan a una estructura. En otras palabras, la confianza


que se deposita en los resultados de las simulaciones depende en gran medida de
los factores que han sido puestos en juego, ninguno de ellos garantizado por
conocimiento teórico o modelístico. Depende, entonces, de hechos que
conciernen a nuestras computadoras y a nuestras técnicas gráficas. Depende de
los lenguajes de programación y de conocimiento experto. Depende de la
confianza que tenemos en varios de los modelos ad hoc que utilizamos –
confianza que suele depender, a su vez, de la experiencia obtenida en el
laboratorio y en la observación. Depende también de nuestra habilidad para
calibrar los modelos con resultados empíricos, cuando esto es posible. Depende
también del hecho de contar con una historia de éxitos en el uso y práctica con
una simulación computacional. Y finalmente depende de la confianza tácita que
tenemos en nuestras habilidades como observadores y como intérpretes de la
información resultante de la simulación. La epistemología de la simulación,
como hemos podido ver, se parece mucho a lo que podríamos llamar una
epistemología empírica –o práctica–, una forma de hacer epistemología que está
en gran parte ausente en el trabajo de Winsberg.
Esta epistemología de la simulación traza el marco teórico de lo que es una
simulación computacional: todo lo que entre en este marco será una simulación,
aunque no podamos dar con una definición teórica que lo clausure. Apelando al
espíritu de esta epistemología, una simulación computacional será algo
semejante a lo que la práctica científica dice que es, y esto no es otra cosa que
dar una definición ostensiva: “esto es una simulación” quiere decir que se
emplean determinados pasos inferenciales, que se hace uso de distintos tipos de
modelos, de criterios de diseño y construcción, y que se esperan ciertos
resultados que podrían representar un fenómeno. Y eso es todo. El resto quedará
en manos de un individuo competente que pueda diferenciar una simulación
computacional de una hoja de cálculo, de un ábaco, o de un cálculo hecho con
papel y lápiz.

¿Nuevos nombres para viejos modos de pensar?

En un trabajo del 2008, Roman Frigg y Julian Reiss escribieron un artículo en el


cual analizaban la relevancia de las simulaciones computacionales en la práctica
científica y cuestionaban fuertemente dichos como los de Winsberg con respect a
la necesidad de una nueva epistemología. Para estos dos autores hay un interés
exagerado y, en principio, infundado sobre el uso de simulaciones
computacionales en la práctica científica contemporánea. A esto le sigue una

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES 97

fingida demanda por una nueva epistemología de la ciencia. Frigg y Reiss


indican que estas dos aserciones se encuentran en Galison (1996), Winsberg
(1999, 2001), Humphreys (2004), Rohrlich (1991) y varios otros autores. En este
trabajo he mostrado que Winsberg sugiere una nueva epistemología para las
simulaciones computacionales, pero dudo que el autor extrapole esto a toda la
filosofía de la ciencia. Lo mismo ocurre con los otros autores mencionados por
Frigg y Reiss, quienes parecerían no estar diciendo lo que se les adscribe. En
cambio, me parece que lo que se está indicando es que el análisis filosófico de
las simulaciones computacionales requiere de una epistemología distinta de
aquella con la que ya se cuenta, que evite así subsumir este análisis filosófico a
un subcapítulo de una filosofía más familiar, como lo sería una filosofía de los
modelos o una filosofía de la experimentación. En pocas palabras, las
epistemologías más conocidas, ya sea provenientes de los modelos científicos o
de la experimentación de laboratorio, no darían cuenta de las simulaciones
computacionales. En particular, Galison sugiere que el interés filosófico en
simulaciones computacionales descansa en los cambios ontológicos que estas
imponen con respecto a la práctica científica más tradicional. Otro buen ejemplo
de esto es el mismo Winsberg quien, como ya he mencionado, sostiene que la
compleja cadena de inferencias que transforman estructuras teóricas en
conocimiento concreto de sistemas físicos es central en la epistemología de las
simulaciones computacionales. Nada de esto, en principio, conlleva tesis fuertes
como que la epistemología de la ciencia o la filosofía de la ciencia deben ser re-
escritas a la luz de las simulaciones computacionales.
Sin embargo, es siempre un ejercicio intelectual saludable el exteriorizar
dudas sobre la importancia de estudiar filosóficamente nuevos métodos de
obtención de conocimiento científico. Para esto, Frigg y Reiss basan su caso en
las cuatro tesis siguientes:

Metafísica: Las simulaciones crean algún tipo de mundo paralelo en el cual los
experimentos pueden ser controlados en condiciones más favorables que en el
‘mundo real’.
Epistémico: Las simulaciones demandan una nueva epistemología.
Semántico: Las simulaciones demandan un nuevo análisis de cómo los
modelos/teorías se relacionan con fenómenos concretos.
Metodológico: Simular es una actividad sui generis que está ‘entre’ teorizar y
experimentar (Frigg y Reiss 2009: 595)

De acuerdo con los autores, entonces, los filósofos, al trabajar en simulaciones


computacionales, han construido y basado sus argumentos en una u otra de estas
cuatro tesis, ninguna de las cuales aboga por la idea de una “nueva

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


98 JUAN M. DURÁN

epistemología” en el sentido que le quieren dar los autores. De hecho, Frigg y


Reiss afirman que las simulaciones computacionales “sugieren pocos problemas
filosóficos” (Frigg y Reiss 2009: 594) y que por lo tanto cualquier asunto
relacionado con ellas es de otro orden, ya sea matemático, físico, computacional,
o incluso psicológico, pero definitivamente no filosófico.
En este punto es donde las opiniones comienzan a divergir. Humphreys, por
ejemplo, responde al artículo de Frigg y Reiss defendiendo la idea de que las
simulaciones computacionales son, de hecho, algo novedoso en la práctica
científica que introduce cuestiones de genuino interés filosófico. En particular
presenta lo que él llama el predicamento antropocéntrico: “¿cómo podemos
nosotros, como humanos, entender y evaluar métodos científicos basados en
computación y que trascienden nuestras habilidades?” (Humphreys 2009: 616).
El predicamento antropocéntrico ha sido diseñado para cuestionar una filosofía
de la ciencia marcadamente empirista, en cuyo centro sigue estando el hombre y
su capacidad cognitiva de observar y experimentar 3. En cambio, las simulaciones
computacionales son utilizadas como “métodos que empujan a los seres humanos
del centro de la empresa epistemológica” (Humphreys 2009: 616), convirtiendo
de este modo el estudio de las simulaciones computacionales en una empresa de
interés filosófico en sí mismo.
El trabajo de Humphreys no fue solo una respuesta a Frigg y Reiss, sino que
además contiene el argumento de Winsberg discutido en la sección anterior. En
efecto, Humphreys muestra que sí hay elementos para pensar en la necesidad de
una nueva epistemología exclusiva de las simulaciones computacionales. El
predicamento antropocéntrico es, sin lugar a duda, privativo de las simulaciones
computacionales como método de producción de conocimiento. En este sentido,
las simulaciones computacionales abren la puerta para repensar (aunque no
necesariamente reemplazar) varias tesis más o menos bien acentuadas en la
tradición filosófica. Como ejemplo de esto último, uno puede pensar la noción de
‘dato’. Barberousse, Franceschelli e Imbert (2009), por ejemplo, han trabajado
esta línea de argumentación. Para estos autores, las nociones tradicionales de
dato, fuertemente ancladas en la experimentación científica como recolección de
información mediante medición y observación, no permitirían la correcta
conceptualización del dato computacional.
Simplificando su posición, Barberousse et. al, dividen la noción de dato en
dos tipos: datosE (datos empíricos) y datosA (datos sobre un sistema). Los
primeros son datos producidos por la interacción física mediante dispositivos de
3
Humphreys insiste que, aun en pleno auge de una filosofía Lógico-Positivista donde la psicología
fue desplazada, el hombre continuó siendo el centro de producción de conocimiento (Humphreys
2009: 616).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


ERIC WINSBERG Y LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS SIMULACIONES 99

detección, como puede ser la medición del péndulo que mide la fuerza
gravitacional g. Los datosA, por el otro lado, son entendidos como datos sobre un
sistema físico, como 9.8 m/s2 es un dato sobre la fuerza g. Como podría
esperarse, estos dos tipos de datos no son necesariamente disjuntos, ya que los
datos sobre un sistema (datosA) pueden tener un origen empírico (datosE). El
ejemplo de medir la fuerza gravitacional g es precisamente un caso de esto
último. Sin embargo, datosA tienen la característica de que pueden ser obtenidos
por medios de puro cálculo, ya sea con papel y lápiz o con computadoras
(Barberousse et al. 2009: 560). Hasta ahí, podría argumentarse, no hay nada de
novedoso en la noción de dato. Sin embargo el giro está en el hecho de que,
después de analizar los datos obtenidos de simulaciones computacionales, los
autores concluyen en que la línea que divide datos de simulaciones
computacionales de datos empíricos puede ser dibujada precisamente con una
base semántica. El análisis semántico, pues, se focaliza primariamente en dos
elementos, a saber, en el origen de producción de datos y en la capacidad
representacional sobre las propiedades del sistema objeto. De acuerdo con los
autores, estos dos elementos forman la novedad que subyace en la noción de
dato, donde el origen es computacional y está fuera de todo alcance cognitivo, y
la capacidad representacional juega un papel central en la validación de dichos
datos.
Estas ideas, correctas o no, son las que dan forma a la idea de una nueva
epistemología para las simulaciones computacionales defendida, entre otros, por
Winsberg, Humphreys, Barberousse et. al., y desdeñada por Frigg y Reiss.
A pesar de que el tipo de simulaciones escogidas por Winsberg comienzan,
fundamentalmente, con un modelo teórico, y a pesar de que se tome las
simulaciones como un intento de resolver ecuaciones matemáticas, el
conocimiento teórico que tenemos será considerado solo uno de varios
ingredientes que se usan para producir resultados de las simulaciones
computacionales. Así pues, para Winsberg la relación que la teoría mantiene con
los modelos es que “nuestra confianza en nuestras teorías físicas es una de las
cosas que, en combinación con otros elementos, garantiza nuestra creencia
racional de que los modelos que construimos son fiables y cognitivamente útiles”
(Winsberg 1999: 25). Solo si vemos las simulaciones como un intento de proveer
representaciones de sistemas reales, y no simples modelos abstractos, la
epistemología de las simulaciones computacionales cobra sentido.
La insatisfacción de estas ideas puede estar anclada en el hecho de que se
esperaba que, tal vez, existiera una relación más directa y dependiente entre el
resultado de las simulaciones computacionales y la teoría. Los modelos que se
construyen necesitan ser cuidadosa y delicadamente confeccionados y para ello

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


100 JUAN M. DURÁN

existen muchos mecanismos, formas y herramientas disponibles:


“consecuentemente, esos modelos no son meras ‘soluciones’ a nuestras
estructuras teóricas. A pesar de que son el resultado de una forma de cálculo, son
ricos constructores que median entre nuestras teorías y el mundo” (Winsberg
1999: 26).
Estas últimas palabras de Winsberg quedan resonando, ya que son lo
suficientemente familiares como para ponernos en alerta. Es tal vez el momento
de comparar las conclusiones del autor con algunos puntos cruciales de las ideas
de Morgan y Morrison. Los modelos como instrumentos de mediación han sido
construidos a fin de extender nuestras teorías en nuevos dominios de aplicación.
En la práctica, las teorías proveen guías de cómo esos modelos deberían ser
construidos pero no determinan su forma final. En este sentido los modelos no
son derivados de la teoría, pero tampoco dirigidos por los datos. La concepción
semántica puede ser criticada dado que impide ver cómo una teoría puede guiar
una aplicación en un área que previamente no estaba en su dominio.
Al ocuparnos de sistemas muy complejos, partimos de conocimiento teórico
y nos movemos hacia la obtención de nuevo conocimiento y de nuevas
representaciones. De aquí que los modelos que necesitamos construir deben ser
confeccionados delicadamente y derivados de diversas fuentes, puesto que no es
posible tomar solo la teoría como único aporte a dicha construcción.
Consecuentemente, esos modelos no son meras instancias de nuestras estructuras
teóricas, sino más bien son el resultado de una pluralidad de contribuciones, cada
una de las cuales proporciona diferentes elementos al modelo. La lección que
hay que aprender, entonces, es que necesitamos movernos hacia una filosofía de
la ciencia que se focalice en modelos concretos antes que en teorías abstractas,
como locus de representaciones confiables de sistemas reales. Entender cómo
son construidos esos modelos, cómo funcionan en su capacidad representacional
y de dónde obtienen su confiabilidad es un importante desafío para la filosofía de
la ciencia. A su vez, las prácticas de modelado en la ciencia son diversas, pero
además de ser diversas, deben ser realizadas en capas, una sobre la otra. Estas
son, a mi modo ver, las lecciones centrales de la lectura de Winsberg sobre
simulaciones computacionales. Y es precisamente aquí donde descansa la idea de
que las simulaciones requieren de una nueva epistemología.

BIBLIOGRAFÍA

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102 JUAN M. DURÁN

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 87-101


CIUDADANÍA Y COMPETENCIA DIGITAL:
SOBRE LOS PRESUPUESTOS DE UNA CIVILIZACIÓN DIGITAL GLOBAL A PARTIR
DE LA INICIATIVA EUROPA 2020

CITIZENSHIP AND DIGITAL COMPETENCE; ON THE ASSUMPTIONS OF A GLOBAL


DIGITAL CIVILIZATION FROM THE INITIATIVE EUROPE 2020

MIGUEL MANDUJANO ESTRADA


Universidad de Barcelona
mmandujanoe@gmail.com

RECIBIDO: 21/07/2017
ACEPTADO: 03/11/2017

Resumen: Valoraremos, en este trabajo, el discurso europeo de la ciudadanía digital a través del
análisis de la iniciativa Europa 2020, llevado a cabo al inicio de la década para dar respuesta a los
retos de la crisis. Criticaremos el modelo de civilización que supone el programa europeo, basado en
el desarrollo e intercambio económico digital y el sentido estricto de alfabetización que comprende, y
propondremos, en cambio, un significado más amplio que recorre un camino desde la noción de
competencia hacia el de educación digital como una forma integradora y una premisa más justa para
una civilización digital global.
Palabras clave: ciudadanía digital, competencia digital, educación digital, civilización digital global.

Abstract: In this work, we will assess the European discourse of digital citizenship through the
analysis of the Europe 2020 initiative, carried out at the beginning of the decade to respond to the
challenges of the crisis. We will criticize the European model of civilization, based on the
development and digital economic exchange and the strict sense of literacy that it comprises, and we
will instead propose a broader meaning that goes from the notion of competence to that of digital
education, as an integrative form and a more just premise for a global digital civilization.
Keywords: digital citizenship, digital competence, digital education, global digital civilization.

La iniciativa Europa 2020

La idea de dedicar este trabajo a los presupuestos de una civilización digital


global, y en particular, a la relación entre ciudadanía y competencia digital,
comienza con una valoración de la iniciativa de la Comisión Europea Europa
2020 realizada en el cenit de la década para la que fue elaborada. Con este
programa, la Comisión Europea calculaba hacer frente a las consecuencias
negativas de la crisis sobre la base de tres prioridades: un crecimiento inteligente,
un crecimiento sostenible y un crecimiento integrador. Indicaba, además, la
premisa fundamental que debía cumplirse para alcanzar su meta: un marco más
fuerte de gobernanza económica (Comisión Europea 2010, 6).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


104 MIGUEL MANDUJANO ESTRADA

EUROPA 2020: OBJETIVOS PRINCIPALES



 Reducir las emisiones de gases de efect

 Reducir el porcentaje de abandono esc

del 31% al 40%.



pobreza en un 25%, liberando de la pobreza a 20 millones de personas.
PRIORIDADES ESTRATÉGICAS
Crecimiento inteligente Crecimiento sostenible Crecimiento integrador
 Empleo y
 Innovación  Clima, energía y
cualificaciones
 Educación movilidad
 Lucha contra la
 Sociedad Digital  Competitividad
pobreza
INICIATIVAS EMBLEMÁTICAS
 Unión por la
 Una Europa que utilice  Agenda de nuevas
innovación
eficazmente los recursos cualificaciones y
 Juventud en
 Una política industrial empleos
movimiento
para la era de la  Plataforma europea
 Una agenda digital
mundialización contra la pobreza
para Europa
Tabla 1: Prioridades estratégicas (Comisión Europea 2010, 36).

Los objetivos que estableció la iniciativa europea para acompañar estas


prioridades, siguieron la pauta inaugurada por la Comisión Delors, en 1993,
centrada en un modelo social activo, de creación de empleo, reducción de la
pobreza, disminución del abandono escolar e inversión en recursos humanos
(Barbier 2012, 247). En la misma línea, la Comisión había planteado ya, para el
primer decenio del nuevo siglo, hacer de Europa la economía basada en el
conocimiento más dinámica y competitiva del mundo, con un sostenido
crecimiento económico y una duradera cohesión social (Pérez 2004).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


CIUDADANÍA Y COMPETENCIA DIGITAL 105

Estas prioridades y sus líneas estratégicas dieron pie a siete iniciativas


emblemáticas;1 en este trabajo nos centraremos en la tercera, Una agenda digital
para Europa.
Lo primero que llama la atención es la precisión –y restricción– del objetivo
: “
benef ” C
Europea 2010, 36). Parece claro que el alcance de esta agenda nace sujeto a los
beneficios económicos y sociales que pudiera alcanzar ayudado por sus metas
intermedias: un marco jurídico para estimular las inversiones en infraestructura
de internet de alta velocidad, una política eficaz relativa al espectro, la
facilitación del uso de los fondos estructurales de la UE para conseguir lo
anterior y un mercado único de contenido y servicios en línea para apoyar la
conformación de una gobernanza mundial de internet. Así mismo, la Comisión
se proponía trabajar con el fin de reformar los fondos destinados a la
investigación para incrementar el apoyo al desarrollo de las TIC, reforzar la
solidez tecnológica y promover la alfabetización digital (Comisión Europea
2010, 17-18).
La orientación de la Comisión no es fortuita, sino que continúa la dirección
instaurada, por lo menos, en las dos décadas anteriores. En la evolución reciente
de la Comisión Europea, el período de 1995 a 2004 estuvo marcado por una
actividad intensa y un particular protagonismo de los actores sociales, a quienes
era atribuida una notable pertinencia económica. Para el siguiente período, de
2005 a 2009, el equilibrio entre la Comisión y los Estados miembro se fue
desplazando hacia estos últimos. Al mismo tiempo, bajo la presidencia Barroso,
la Comisión redujo la actividad social y se inclinó a favor de los actores
económicos (Barbier 2012).
Europa 2020 tiene su antecedente en diversos programas y estrategias de la
década del 2000 como eEurope en los años 2002 y 2005, o i2010, proyectado
para el fortalecimiento de una sociedad del conocimiento europea sobre los
principios de la estrategia de Lisboa (Sebastián et al. 2014). Victoria Camps
(2004), invitada a un proyecto sobre la promoción de la alfabetización digital
financiado por el programa eLearning de la Comisión Europea (2004-2006)2,
1
Estas son, de acuerdo con la prioridad a que responden: (1) Crecimiento inteligente, que comprende
(1.1) Unión por la innovación (innovación), (1.2) Juventud en movimiento (educación) y (1.3) Una
agenda digital para Europa (sociedad digital). (2) Crecimiento sostenible, dividido en (2.1) Una
Europa que utilice eficazmente los recursos (clima, energía y movilidad) y (2.2) Una política
industrial para la era de la mundialización (competitividad). Finalmente, (3) Crecimiento integrador,
que incluye (3.1) Agenda de nuevas cualificaciones y empleos, y (3.2) Plataforma europea contra la
pobreza (Comisión Europea 2010, 36).
2
Véase la decisión 2318/2003/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, del 5 de diciembre de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


106 MIGUEL MANDUJANO ESTRADA

advertía ya sobre el reduccionismo tecnológico de esta tendencia y la necesidad,


en cambio, de aprender otros lenguajes y experimentar nuevas formas de ver el
mundo y relacionarse con las cosas.
En la década actual, la Comisión continúa favoreciendo los objetivos
macroeconómicos y financieros, proponiéndose explotar mejor el potencial de
las tecnologías de la información a favor de la innovación, el crecimiento
económico y el progreso, mientras que su política social cuenta con una
financiación exigua, una legislación exigente y un discurso profuso que
incrementan la incertidumbre (Barbier 2012, 417).
Lo que está claro es que más que relegar la política social, lo que ha hecho la
Comisión es transformarla y hacerla descansar en la agenda tecnológica. En ella,
las políticas europeas apuestan cada vez con mayor fuerza por la Sociedad de la
Información y el Conocimiento como clave para potenciar el crecimiento
económico, la competitividad y el empleo (Sebastián et al. 2014, 105), en
detrimento, no obstante, de una perspectiva sistémica coherente. Europa ha
establecido, en definitiva, un modelo de civilización basado en el desarrollo e
intercambio económico digital.
En este sentido, Europa 2020 obvia las diferencias de acceso, uso y
competencia digital, eludiendo hablar de derechos fundamentales y otorgando a
la educación digital un carácter meramente técnico moldeado sobre la noción de
alfabetización. Por ejemplo, las dimensiones de su indicador de economía y
sociedad digital DESI (Digital Economy and Society Index3), a saber, (i)
conectividad, (ii) capital humano, (iii) uso de internet, (iv) integración de la
tecnología digital y (v) servicios públicos digitales, reducen la competencia
“ ”
agota en la medición de las habilidades en el uso y desarrollo de las herramientas
digitales, sin aludir a las condiciones materiales o educativas que suministrarían
una base más firme al crecimiento tecnológico y otorgarían un sentido de
civilización más profundo.

La ciudadanía digital

La ciudadanía, como es bien sabido, es la condición otorgada al individuo en


cuanto miembro de una comunidad organizada. No quiero reproducir aquí la
historia de la ciudadanía sino señalar su relación con el modelo social que la

2003. Diario Oficial n° L 345 de 31/12/2003, pp. 0009-0016. Disponible en http://eur-


lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=celex:32003D2318 (última consulta 15/01/2016).
3
Véase <http://ec.europa.eu/digital-agenda/en/digital-agenda-scoreboard>

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


CIUDADANÍA Y COMPETENCIA DIGITAL 107

enmarca. En este sentido, la ciudadanía digital está comprendida en el modelo de


la sociedad del conocimiento y la información (Robles 2009).
Una de las primeras cuestiones que surgen en la consideración de la
ciudadanía digital es la ausencia de una comunidad organizada y las nociones
inéditas de espacio digital y comunidad virtual (Robles 2009, 55), o la de
“ á ” E
es por lo menos contradictoria, debido a la paradójica relación que existe entre
dispersión y presencia, o dispersión y concentración en estas comunidades
caracterizadas por el acceso a internet (Vallespín 2015).
Lo anterior ha supuesto un reto a la noción convencional de ciudadanía y a
las legislaciones de los países, obligadas a responder a las circunstancias de la
sociedad del conocimiento y la información (Castells 1997). Sin embargo, la
trayectoria misma del concepto de sociedad de la información es ambigua y
contradictoria, tal como el desarrollo del capitalismo que lo ha visto nacer. Al
final –tal parece– “

(Mattelart 2007, 12), convirtiéndose en el paradigma dominante del cambio y la
garantía indiscutible de un mundo mejor.
La ciudadanía digital no es, en el presente, una idea original, pero su relación
con una gran variedad de perspectivas, desde la ampliación de la democracia
(Meneses 2015) y la reconsideración de la brecha digital (Alva 2015, Segev
2010), hasta la netiqueta o el comportamiento apropiado en entornos
comunicativos virtuales y el uso responsable de la tecnología (Isman y Gungoren
2013) la refrescan. Es igualmente interesante la diversidad de problemáticas
relevantes que puede abarcar, como la confección de una ética reticular y la
reconsideración del paradigma de la ciudadanía digital en las sociedades
multiculturales (Bustamante 2011, 2013) la formalización de los derechos
humanos digitales o derechos humanos de cuarta generación (Bustamante 2010,
Martínez-Villalba 2014), la vigilancia y el control masivo de la privacidad del
ciudadano (Estévez 2015, Lyon 2007) o las consecuencias para la educación y el
trabajo de una sociedad formada por sujetos nómadas (Moravec 2013, Cobo y
Moravec 2011). Al mismo tiempo, la nueva dimensión de lo público, que
sobrepasa los límites de los Estados nacionales, da un nuevo sentido a lo político
y sigue representando un reto para los países en particular.

Acuerdos generales

Más allá de la diversidad de perspectivas, descubro que existe un acuerdo


general en dos puntos relacionados con el objetivo primordial de este trabajo.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


108 MIGUEL MANDUJANO ESTRADA

El primero es el acuerdo generalizado en una serie de requisitos y derechos


que los países y las organizaciones políticas internacionales deberían garantizar,
cumplir y promover. Estas serían, entre otras, la extensión en el acceso y uso de
internet así como en la percepción de su utilidad; la evolución de los servicios y
herramientas a disposición de los ciudadanos, principalmente en relación con las
actividades políticas, sociales, administrativas y/o legales; el tratamiento legal y
regulado de las relaciones de la ciudadanía con sus representantes por medios
virtuales y, en general, la apropiación progresiva de internet por parte de la
sociedad (Robles 2009, 66-67).
No podemos obviar que las condiciones traídas por la Sociedad de la
Información y el Conocimiento han dado lugar al surgimiento de un nuevo mapa
de desigualdades, como afirma Armand Mattelart al formular, basado en la
noción de economía-mundo de Fernand Braudel, el concepto comunicación-
mundo (Mattelart y Multigner 1993, Mattelart 1998, 100). De hecho, la sociedad
de la información y la comunicación, solo revela su verdadero sentido dentro de
una configuración geopolítica (Mattelart 2007, 12).
Desigualdad y brecha digital
La era digital es, más que un mundo de innovación, conveniencia y
prosperidad incesantes, un desafío que amenaza constantemente la simetría legal,
política e identitaria de la ciudadanía digital (Robles 2009, 89). Cuando estas
dimensiones entran en desequilibrio, el acceso y la ciudadanía se convierten en
una suerte de línea abismal (Santos 2010) “ ”
“ ”
posibilidades políticas y oportunidades de identificación.
El monopolio de la violencia legítima con que Weber definió el Estado, es
E S “
” e, una fuente y
tecnología dominante o una clase o grupo dominante. En el mismo sentido, la
división digital puede ser establecida global o socialmente, según la diferencia
que opere en el acceso a internet y su estructura, ya sea entre países o entre
grupos sociales. También puede ser una división democrática, de acuerdo con la
manera en que las aplicaciones y los usos de la información online permita que el
ciudadano se pueda captar, movilizar o participar en la vida pública (Norris
2001, Segev 2010, 7).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


CIUDADANÍA Y COMPETENCIA DIGITAL 109

La competencia digital

Una vez establecidos los requisitos y derechos fundamentales que, ante la


afirmación de la sociedad del conocimiento los países y organizaciones conviene
proteger, surge un segundo acuerdo en materia de ciudadanía digital: la
educación, alfabetización y/o la competencia.

¿Por qué hace falta ser competente?

Que en la actualidad hace falta saber conocer y utilizar, es decir, ser competente
en relación con las Tecnologías de la Información y la Comunicación, es
evidente. No quiero decir con esto que el predominio de un ser/hacer técnico o
instrumental sea incontestable,4 pero la tecnología digital ha sido incorporada
masivamente a dimensiones fundamentales de la vida social, como la educación
y el trabajo, lo que hace ineludible afrontar la capacitación y educación en
materia de tecnología de la información y la comunicación como una tarea
primordial. En el papel, la alfabetización y educación digital tendría que ser tan
avanzada como la tecnología de la información y la comunicación, pero es, en
cambio, pasiva y acrítica (Van Dijk 2004).
Por otro lado, la omnipresencia digital acentúa la importancia de redefinir la
“ ”
estrategias de enseñanza más acordes con las competencias informacionales y
digitales de nuestros tiempos (Area y Guarro 2012).
La digitalización de la información está permitiendo crear nuevas formas de
codificación, representación y construcción de la cultura en las que las
experiencias analógicas a menudo se confunden con las virtuales, propiciando un
ida y vuelta entre estos dos escenarios de interacción sociocultural, y
evidenciando que, en las últimas décadas, la influencia de los medios de
comunicación no ha ido a la par del fomento de la alfabetización mediática
(García-Ruiz et al. 2014).
En España, la Ley General de la Comunicación Audiovisual del 1 de abril de
2010 respondió a la necesidad de alfabetización mediática de los ciudadanos,
poniendo especial atención en la formación de prosumidores, es decir, aquellos
usuarios de la Red que asumen el rol de canal de comunicación y no solo

4
Véanse, en este sentido, los trabajos críticos de Jacques Ellul, Lewis Munford, Günther Anders,
Proudhon o Illich.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


110 MIGUEL MANDUJANO ESTRADA

consumen contenidos de información, sino que los producen (Ministerio de


Educación Cultura y Deporte 2011, Sánchez y Contreras 2012).5

¿Qué nivel de competencia mediática tienen los españoles?

No obstante, los datos sobre alfabetización mediática y digital en este país son
diversos y en ocasiones discordantes. Los informes suelen dar panoramas
numéricos que disimulan los desafíos más apremiantes con comparaciones
celebratorias (Fundación Telefónica 2015). Algunos otros incluyen estudios más
mesurados, pero desde una perspectiva poco incisiva (Moreno 2015). Los más
“ ”
tradicionales de la competencia mediática (lenguajes, ideología y valores,
producción y difusión, procesos de recepción e interacción, dimensión estética),
y aunque reconocen datos más aceptables en el manejo de la tecnología en sí,
destacan la baja comprensión de los procesos mentales que se producen en la
interacción con las pantallas (Ferrés et al. 2012). En general, la impresión de
estos autores es que la alfabetización multimedia y digital se ha centrado en
incorporar las herramientas a la práctica docente –o laboral– sin una educación
en medios adecuada, provocando la inmersión de los jóvenes y los trabajadores
en el flujo del discurso digital sin una seria conciencia de su naturaleza y/o
implicaciones. Es decir, la distancia entre el uso de los medios digitales y un
conocimiento real de la capacidad y poder de los elementos visuales que los
conforman es relevante.

Alfabetización y/o competencia digital

El alfabeto de las formas culturales de nuestro siglo, una sociedad multimodal e


informacional, es complejo; la información, los códigos, los lenguajes y la
diversidad de soportes de almacenamiento, distribución y acceso, hacen
necesaria la redefinición del concepto tradicional de alfabetización para que los
“ , crítico e inteligente de la
información que se vehicula a través de las múltiples herramientas y redes de
” Area y Guarro 2012, 50). Para esto, la alfabetización tendría

5
L E á
FN
://www / / /8/ _ / _ / _ _ _
U M E
“ ” )

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


CIUDADANÍA Y COMPETENCIA DIGITAL 111

que alcanzar distintas modalidades: en información, digital, tecnológica,


alfabetizaciones múltiples, educación en medios y educación mediática.
En el marco europeo (Parlamento Europeo 2006, anexo), la competencia

información (TSI) para el ” “
de ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e
intercambiar información, y comunicarse y participar en redes de colaboración a
é ”6
E “ igital exige una buena comprensión y amplios
conocimientos sobre la naturaleza, la función y las oportunidades de las TSI en
”;
“ ades que las TSI ofrecen
como herramienta de apoyo a la creatividad y la innovación, y estar al corriente
de las cuestiones relacionadas con la validez y la fiabilidad de la información
disponible y de los principios legales y éticos por los que debe regirse el uso
TS ”7
De estos lineamientos se desprende un marco para desarrollar y comprender
la competencia digital en Europa organizado en cinco áreas: (i) información, (ii)
comunicación, (iii) creación de contenido, (iv) seguridad y (v) resolución de
problemas (Ferrari 2013).

Áreas de competencia Descripción

C C
é
é

;
C C x

6
Diario Oficial de la Unión Europea, 30/12/2006, p. L 394/15.
7
Diario Oficial de la Unión Europea, 30/12/2006, p. L 394/16.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


112 MIGUEL MANDUJANO ESTRADA

é
é

Tabla 2: Áreas de competencia del proyecto DIGCOM (Ferrari 2013).

Para salvar la distancia entre realidad y educación digital, la alfabetización debe


contemplar los nuevos códigos y las nuevas formas comunicativas de la cultura
digital. En este sentido, las competencias sobre las que debe formarse el
prosumidor van más allá de la adquisición de destrezas para el dominio
instrumental y alcanzan la adquisición de competencias relacionadas con la
búsqueda, el análisis, la selección y la comunicación de datos (Sánchez y
Contreras 2012). Este nuevo usuario –no solamente usuario–, es capaz de
dinamizar la comunicación e interacción entre emisores y receptores, organizar
los recursos requeridos para la producción de contenidos creativos, críticos y
responsables, y producir y realizar nuevos mensajes con suficiente calidad
tecnológica, artística, ética y moral (García-Ruiz et al. 2014, 17). Podríamos
pensar también en la competencia de apropiarse y otorgar significado a la
información disponible en la Red y sus distintos lenguajes expresivos (Area-
Moreira y Ribeiro-Pessoa 2012, 17).
No obstante, aunque es clara la relación entre la formación como prosumidor
y el empoderamiento de los ciudadanos, en la práctica estos distan de ser las
áreas prominentes de la alfabetización digital. Existe, por el contrario, una baja
participación (Sánchez y Contreras 2012) “ ” Ferrés et
al. 2012) en los entornos digitales dirigidos a la educación, producto del vacío
educativo de los medios de comunicación en la era digital o, por lo menos, de la
desigual relación entre la influencia de los medios de comunicación y el fomento
de la alfabetización mediática (García-Ruiz et al. 2014).
Cobran sentido, en este contexto, la pedagogía de la multialfabetización
(Cope y Kalantzis 2010) o nuevas alfabetizaciones (Lankshear y Knobel 2009)
que recogen la tradición liberadora y dialógica de Paulo Freire, el enfoque de la
formación democrática del ciudadano de John Dewey y la educación mediática
crítica, además de reconocer la heterogeneidad de la sociedad y adaptarse a su

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


CIUDADANÍA Y COMPETENCIA DIGITAL 113

condición de ciudadano y trabajador (Area y Guarro 2012). Otra imagen de la


plasticidad que requiere la nueva educación digital la podemos encontrar en las
nociones de knowmad society (Moravec 2013) y aprendizaje invisible (Cobo y
Moravec 2011) que presentan un arquetipo sociotecnológico educativo que
considera el aprendizaje como un continuum multimodal y que actualiza la
discusión sobre los alcances de la educación fuera de la educación formal. 8

Propuestas

Siguiendo la propuesta de Area y Pessoa (2012), además de los componentes


instrumental, cognitivo-intelectual y sociocomunicacional, la alfabetización en
medios digitales tendría que incorporar de una manera más firme, las
competencias axiológica y emocional.
La primera está relacionada con la toma de conciencia de que las TIC no son
asépticas ni neutrales desde el punto de vista social, sino que inciden en el
entorno cultural y político con su propia carga de valores éticos y democráticos;
la segunda se relacionaría con los afectos, sentimientos y pulsaciones
emocionales causadas por la experiencia en entornos virtuales.
Podríamos agrupar los alicientes para la alfabetización y educación digital en
dos conjuntos; por un lado, los intereses para la formación del prosumidor, y por
otro, los aspectos clave para el ejercicio de la ciudadanía. En el primer grupo nos
podríamos ceñir a tres habilidades básicas: dinamizar, organizar y realizar o
producir, mientras que en el segundo podríamos considerar tres o cuatro aspectos
clave: educar, empoderar y proteger,9 o respetar, educar y proteger (Isman y
Gungoren 2013). En el mismo sentido, Isman y Gungoren (2014), presentan
otras características que debería tener la ciudadanía digital: entendimiento
humano, la inclusión de temas sociales y culturales relacionados con la
tecnología y la práctica legal, el comportamiento ético, la defensa y práctica de la
seguridad, el uso responsable y legal de la información y la tecnología, una
actitud positiva hacia el uso de la tecnología que comprende colaboración,
aprendizaje y productividad, la exhibición de responsabilidad personal para el
aprendizaje continuo y el liderazgo.
Por último, como una arista de la ciudadanía global, la ciudadanía digital
debe ser considerada un requisito para la diversidad y la coexistencia creativa
(Ikeda 2013) en una cultura de participación (Grizzle 2014), aunque más que

8
Illich, Freire, Argyris o Knowles pueden ser ejemplos de este entendido.
9
Esta es la propuesta de Common Sense Media, organización sin ánimo de lucro dedicada a la
educación y la promoción de la seguridad en el uso de la tecnología y los medios de comunicación
masiva. Véase ://www /

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


114 MIGUEL MANDUJANO ESTRADA

como una condición, como una tendencia o aspiración (Searson et al. 2015). De
acuerdo con Parekh (2002, 2005), más que una ciudadanía digital absoluta, los
ciudadanos deberían ser orientados globalmente y capaces de llevar a cabo sus
responsabilidades como ciudadanos democráticos sin cargar con ellas a los
“ ” é
homogeneizadora. Así, la ciudadanía globalmente orientada, debería estar en
constante examen de sus propias políticas, mantener un interés activo en los
asuntos de otros países y el compromiso de crear un orden mundial más justo
(Searson et al. 2015). En el mismo sentido, la alfabetización debe ser entendida
como un permitidor (enabler) y no como un constructo cultural.
Ahora bien, aunque las nuevas tecnologías obligan a las organizaciones
sociales a articular redes alternativas de cooperación y acción colectiva,
transformando el capital social en capital social interconectado, no hay que cerrar

” “ ” C Z
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tecnología se traslada de la tecnología hacia los individuos, las comunidades y
sus interacciones con la información y el conocimiento (Grizzle 2014).

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Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 103-117


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC:
VALORES ÉTICOS Y DERECHO

AN APPROACH TO SOCIO-CYBERNETICS AND INFOETHICS IN ICT: ETHICAL VALUES


AND LAW

YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ


Universidad de las Ciencias Informáticas
yarinamoroso@gmail.com

RECIBIDO: 08/09/2017
ACEPTADO: 30/11/2017

Resumen: El impacto social de las TIC genera problemas éticos, sociales, políticos y jurídicos. El
objetivo del presente estudio es apoyar una mirada sistémica que permita comprender mejor y
afrontar los referidos problemas desde la Socio-cibernética, la Infoética y el Derecho dado su
naturaleza unitaria. La autora considera que si se propicia la interrelación entre estas áreas de las
ciencias sociales se pueden encontrar fórmulas que sean portadoras de soluciones que la sociedad
está demandando para ordenar un uso de las TIC que favorezca la convivencia civilizada y pacífica
en el Ciberespacio, el desarrollo social y el respecto a la dignidad humana.
Palabras clave: Derecho, Cibernética, Ciberespacio, Socio-cibernética, Infoética, impacto social de
las TIC.

Abstract: The social impact of the ICT generates ethical, social, political and juridical problems.
With the objective of contributing to a systemic look that allows to understand them better and to
face them appropriately intends an approach to the socio-cybernetics, the Infoethics and the Law,
given their unitary nature. It is considered that if the interrelation among these areas of the social
sciences is propitiated, these can be formulas that became carriers of that kind of solutions that the
humanity and the individual are demanding to order the use of the ICT and at the same time to favor
peaceful and civilized coexistence in the Cyberspace, social development and human dignity.
Keywords Law, Cybernetics, Cyberspace, Socio-cybernetics, Infoethics, social impact of ICT.

A modo de introducción

Desde los orígenes de la Cibernética se registra la gestación de una sociedad


tecnológicamente avanzada que se descubre en estado de evolución y cambios
permanentes. También desde ese entonces se evoca un nexo con la Ética y el
Derecho porque la humanidad se enfrenta a la selección inmediata de políticas
que orienten las prácticas cibernéticas y ordenen el uso social de las tecnologías
que hoy conocemos.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


120 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) constituyen


una plasmación instrumental de la Cibernética y mantienen un desarrollo
vertiginoso que se distingue por la velocidad de cambios y la diversificación en
las maneras de mostrarse.
La convergencia de medios de comunicación y la continua aparición de
tecnologías emergentes (Rundle, Conley 2007, Martino 2015) son también
rasgos del presente. Se imponen patrones de consumo y sirven a la vez para
favorecer una visión emancipadora a partir del uso de las tecnologías.
A la sociedad tecnológicamente avanzada se le ha dado en llamar, tanto por
especialistas como por instituciones internacionales, Sociedad de la Información
o Sociedad del Conocimiento; Castell (2009) la identifica como Sociedad Red.
En coincidencia con Pérez Luño (2014) se reconoce además la existencia del
Ciberespacio como un área para la comunicación, el comercio y la participación
ciudadana de donde también se evoca nexos con la Ética y el Derecho.
Así, el fenómeno se muestra como un problema complejo y reclama
soluciones integradoras. El Ciberespacio es el escenario donde se confrontan
actores individuales e institucionales con nuevas situaciones. En ese contexto
surgen nuevos roles y se ponen de manifiesto conductas con implicaciones
jurídicas, como lo son los derechos: de información y sobre la información. Del
mismo modo se manifiestan las relaciones de propiedad; se exigen obligaciones
y se comparte responsabilidades.
Es también un espacio en el que se ejerce gobierno y control, se pone en
evidencias las hegemonías y se ejercita poder. Con “la nube”, además de ser un
espacio de gestión de información, se comienza también a materializar
actividades computacionales compartidas (Rundle, Conley 2007, Clair 2017).
El empleo de las TIC ofrece la oportunidad de dar nueva vitalidad a los
gobiernos pero también es necesario favorecer la participación del ciudadano en
la gestación de políticas públicas y en los procesos de gobernanza.
La instauración de soluciones de Gobierno electrónico lleva implícito
superar la visión de clientes digitales a ciudadanos, política, económica y
socialmente digitales. Estas soluciones tienen que estar destinadas a facilitar la
vida de la comunidad. Constituir ahorros en los gastos públicos y permitir el
aumento de eficiencia y transparencia (Nahabietián 2013).
Desde finales de la década de los 90 del siglo XX, y abiertamente en estos
lustros del siglo XXI, se evidencia que la acelerada velocidad de la evolución
tecnológica deja poco tiempo a los decisores, los legisladores y otros sujetos para
anticiparse y adsorber los cambios.
En muchas ocasiones, en pleno proceso de decisión legislativa, surge una
tecnología disruptiva que impone adaptarse otra vez a la ola de transformación

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 121

que le es consustancial. Este es un reto fundamental para la Ética y también para


el Derecho.
En el caso del Derecho, en ocasiones el propio desarrollo tecnológico implica
imposición de conductas que encuentran tutela en el ordenamiento y que
generalmente responden a intereses de mercado o emporios tecnológicos.
También puede darse el caso que el avance provoque que los decisores no
alcancen a comprender que la legislación por sí solo no resuelve el problema.
Otras veces, los resultados legislativos provocan que el impacto se
reproduzca a una dimensión diferente o se amplifiquen sus consecuencias, como
ha sido el tema de la protección de Datos Personales. Existe una cuarta
generación de legislaciones y los problemas persisten porque no alcanzan a
atemperarse a las circunstancias tecnológicas.
Por otra parte, las soluciones informáticas generalmente desconocen los
principios de protección de datos entre sus requisitos, aunque este panorama
debe comenzar a cambiar a partir de asumirse de un modo responsable la
filosofía de protección por diseño y desde el diseño.
La evolución, aun discreta, en materia de Protección de Datos Personales es
un ejemplo de ello. También existen ejemplos de empleo de la tecnología para el
uso inescrupuloso de datos e información que socavan la independencia al
tiempo de comprometer la soberanía de los Estados.
De modo que, con frecuencia, sin tenerse todas las respuestas, surgen nuevas
interrogantes. En otras ocasiones a causa del avance tecnológico lo que cambia
son las preguntas.
Pero hay momentos en que las consecuencias negativas son el resultado de
políticas erradas, en virtud de la cuáles se implantan soluciones que fracasan
porque se desconocen tradiciones, la inteligencia organizacional, la capacidad
social para asumir el cambio o el desarrollo tecnológico local; por solo citar
algunas circunstancias.
También, se ha evidenciado que las respuestas no siempre han sido
integrales, por lo que se genera brechas que favorecen prácticas inescrupulosas
que atentan contra valores de la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia
y la responsabilidad compartida. Aumenta la desconfianza y crece la sensación
de inseguridad (Pérez Luño 2014).
Pocas veces la introducción tecnológica va acompañada del estudio de
impacto desde las ciencias sociales; o mejor aún, articuladas con las áreas de
estudios tecnológicos. Por eso soluciones de éxito y buenas prácticas han sido
ignoradas. También puede que hayan sido silenciadas al ser referentes válidos
para el empoderamiento social y vía de participación democrática en la toma de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


122 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

decisiones, como lo fue el caso del Proyecto Cybersyn de Chile (Amoroso


2014).
En el ámbito del impulso de soluciones lo usual es que sean revelados los
productos en términos de mercado pero generalmente se encubren los fines del
desarrollo tecnológico.
Las soluciones casi siempre quedan sujetas a férreas reglas de propiedad
intelectual. Por medio de cláusulas de adhesión se imponen modelos de negocio,
que entre otras consecuencias aseguran la dependencia a un mercado o
comprometen los procesos de transferencia tecnológica.
En este escenario, el movimiento de Software Libre aún requiere imponerse
como alternativa y ser la garantía real para la preconizada soberanía tecnológica.
También avanzan con lentitud los procesos de Acceso Libre y la instauración
de políticas de gestión y conservación del Patrimonio Digital, que constituye una
garantía de continuidad digital. La base para el acceso a la Memoria del Mundo
se instala a muy lento andar.
Es difícil en pocas cuartillas abordar el tema en todo su alcance, pero se
asume el reto en el ánimo de utilizar este espacio para motivar el interés por el
tema y multiplicar voluntades que permitan integrar áreas de conocimiento social
y tecnológico desde la Socio-cibernética, la Infoética y el Derecho.
Se impone superar el estado de preocupación para asumir definitivamente
desde las ciencias sociales la actitud de ocupación en la búsqueda de soluciones.
Para ello, es necesario partir del análisis y una sistematización de
experiencias prácticas con impacto en el ámbito humano que reconozca en las
ciencias sociales una instancia revitalizadora de los valores democráticos e
impulsora de una política acorde con las exigencias del presente (Gómez 2006,
Pérez Luño 2014).
Se necesita de miradas integradoras y soluciones sistémicas. A través de la
Socio-cibernética que deviene de la Cibernética se puede erigir la base teórica
primaria para entender el mundo virtual.
Con auxilio de la Infoética que constituye la expresión de voluntad
consensual y concertada a partir de la convocatoria de la UNESCO se puede
obtener reglas asumibles desde la Ética Aplicada.
El Derecho que es más que el llamado Derecho Informático puede ampliar su
capacidad de respuesta con auxilio de la Socio-cibernética y la Infoética.
Se considera que desde estas tres áreas se pueden conjugan respuestas a las
interrogantes que hoy plantean los procesos de acción social y desarrollo humano
que se gestan de la interacción con las TIC y las tecnologías emergentes (TE).

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 123

La mirada desde las Ciencias Sociales

La sociedad tecnológicamente avanzada es más dinámica y está sujeta a cambios


en menor tiempo. Por eso resulta necesario orientar los esfuerzos a formular un
nuevo modelo para su análisis desde las ciencias sociales. Estas deben atender
las actuales demandas de variabilidad y complejidad de los sistemas sociales, así
como identificar los desafíos del desarrollo social internacional, en cuanto a
metas comunes a alcanzar en todas las regiones, y que orienten la acción social
global para afianzar las conquistas sociales de la humanidad (Aguado 2006).
La inseguridad ciudadana, la suplantación de la identidad, la invasión a la
privacidad y la intimidad, la discriminación, la ineficiencia en la gestión
administrativa, la corrupción y la imposibilidad de manipulación eficaz de n
volumen de información digital que crece de forma exponencial, son entre otros,
algunos de los muchos otros males que aquejan a la sociedad tecnológicamente
avanzada. Sus efectos se extienden más allá de los tradicionales límites
nacionales y regionales.
Se necesita una nueva perspectiva internacional para ordenar con urgencia los
nuevos espacios que son consecuencias de un fenómeno de dimensiones
culturales y que evoca cambio de paradigmas porque inciden en la organización
y las conductas sociales.
Sus efectos repercuten por doquier, porque los trastornos se globalizan y se
afianzan en donde existen las condiciones para su reproducción y mutan
haciendo un continuo de dolencias sociales. También se amplifican males
ancestrales, como es el caso de la brecha digital, que es una expresión más de la
brecha social, a causa de desigualdades en materia de justicia social y del
derecho al desarrollo. Estas son realidades que por decenios aquejan a la
humanidad en muchas partes del mundo y antecede a la Era Digital.
La información que a diario recibimos pone al descubierto, o al menos llama
la atención, que la sociedad no encuentra respuestas eficientes desde las áreas
funcionales de las ciencias sociales. Quienes se dedican a la investigación
afirman que se impacta tanto a postulados teóricos como en la interpretación de
resultados empíricos (Marcuello 2006).
Por ello, cada vez se acepta, de manera más amplia, que la ciencia debe
generar conocimientos que puedan ser traducidos en nuevos conceptos y en
aplicaciones prácticas eficientes. Relacionado con lo anterior, se afirma que las
ciencias sociales deben proporcionar un mapa orientador y las herramientas
necesarias para actuar en nuestro mundo pero hay que definir cómo hacerlo.
Se considera que un primer paso es desarrollar, por parte de los científicos
sociales, una aptitud y métodos de investigación y análisis propios acorde al

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


124 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

carácter sistémico de la sociedad, y propender a abordar los problemas por


grupos multidisciplinarios. Todo esto con el fin de abordar los problemas desde
una mirada intra, inter y transdiciplinar que incluya referentes teóricos y la
aplicación de modelos cibernéticos.
Se afirma que la Socio-cibernética puede aportar una vista más dinámica y
completa, tanto para las actividades profesionales, como para las preocupaciones
teóricas de las ciencias sociales; toda vez que ofrece un promisorio avance en los
estudios de organizaciones y sistemas complejos (Gómez 2006).
Asumir la Socio-cibernética de conjunto con la Infoética ayuda a superar una
limitada y perjudicial visión tecno-céntrica de los procesos de informatización y
nos permite obtener una acertada visión socio-técnica de las aplicaciones
tecnológicas que se instalan. Supone además comprender la naturaleza, fines y
esencia sistémica del Derecho, y posesionarlo en perspectiva de interoperabilidad
(Saarenpää 2015).
Para aproximarse al tema se requiere identificar orígenes y aprehender los
conceptos claves, así como atar los elementos de relación y aplicación de las
ciencias sociales, sin desconocer el desarrollo científico general que se encuentra
embebido en las TIC, hoy sucedidas por las llamadas Tecnologías Emergentes
(TE), y aquellas reconocidas también como Tecnologías para el cambio (TC).

Socio-cibernética: precursores y conceptualización

La Socio-cibernética se reconoce como una rama de la Sociología. Se entiende


como una disciplina en evolución, tan dinámica como la sociedad misma. A
criterio de sus precursores, la Socio-cibernética involucra la aplicación de
conceptos, métodos e ideas de lo que se ha llamado nueva Cibernética o
“Cibernética de segundo orden” en el estudio de sistemas sociales y culturales
(Geyer 2006). Es la disciplina que se encarga de aplicar la cibernética a lo
social. Es una manera de entender las ciencias sociales y un modo de proceder a
la hora de aplicar el quehacer científico a las cuestiones sociales.
El origen etimológico de la Socio-cibernética expresa la conjunción de dos
conceptos básicos: la raíz “socio” que denota todo lo referente al mundo de lo
social, y el segundo, el de “cibernética” en este particular se restablece tres
momentos de contacto:
a) la acepción propia del término griego “kybernetes” para hacer referencia a
la ciencia o arte con capacidad de guiar, orientar, intervenir las sociedades. Para
(Geyer 2006) la atención debe estar dada en el hecho en que tales sociedades no
son necesariamente de orden jerárquico.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 125

b) la acepción propia del término en la dimensión de Cibernética según el uso


dado por Ampere.
c) la acepción propia del término en la dimensión y propuesta sistémica de
Nobert Wiener.
Al respecto, se coincide con (Scott 2006) quien observa que históricamente,
la Teoría de Sistemas y la Cibernética se desarrollaron en diferentes contextos.
Se comparte el criterio que la formación y desarrollo de la Socio-cibernética
como disciplina sigue los principios básicos de la Teoría de sistemas y de la
Cibernética de comienzos del siglo XX pero sin desconocer sus antecedentes
originarios.
Además, se reconoce la importancia de la contribución e influencia ejercida
por las teorías de Niklas Luhmann (Paetau 2006) y de Walter (Buckley 1967).
Este último se considera un pionero en aplicar la perspectiva de los conceptos de
la teoría de sistemas a los sistemas sociales, al sostener que la naturaleza
específica de los sistemas sociales es lo que los hace ser unidades viables de
análisis y útiles para la construcción de teorías.
Conviene apuntar que la obra de Norbert Wiener reconoce la Teoría de
Sistemas como parte de la Cibernética; tendencia que se mantiene prácticamente
en toda la literatura científica posterior. Se considera que es un precursor directo
de la Socio-cibernética a partir de los postulados que expresó en su libro
“Cybernetics. Or control and Comunication in the animal and the machine”
publicado en 1948.
También, se considera como un precursor práctico de la Socio-cibernética a
Stanford Beer, quién en toda su obra proporciona una clara aplicación de la
Cibernética al análisis de sistemas sociales y desarrollo de soluciones para
problemas de desarrollo nacional y otras unidades, mediante lo que él definió
como Modelo de Sistemas Viables (Beer 1975). De alta relevancia para la
disciplina es la noción de Beer de considerar el cambio social planificado, como
una herramienta para mejorar las condiciones de vida de todos los miembros de
un sistema social (Beer 1972, 1975).
Un intento de aplicación del Modelo de Sistema Viable tuvo lugar en Chile a
comienzos de los años 1970, liderado por el Presidente Salvador Allende, con el
propósito de elaborar, en tiempo real, información y herramientas que facilitaran
la toma de decisiones para la economía e industrias del país y ampliar la
participación ciudadana en el gobierno.
Se considera que el proyecto Cybersyn, nombre derivado de la combinación
de las palabras “cibernética” y “sinergia”, constituye un ejemplo válido para ser
estudiado como caso de estudio. Por eso en el epígrafe siguiente dedicado a la
relación Socio-cibernética y desarrollo social se amplía su referencia.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


126 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

En fecha más reciente, se sugiere que la Socio-cibernética (Mulej 2006) tiene


como propósito conocer y comprender las complejas relaciones humanas y
sociales. Mientras que (Menanteau-Horta, Marcuello-Servós 2006) estiman que
“la tradición establecida por la Teoría General de Sistemas, conocida también
por el nombre de Socio-cibernética, puede aportar una perspectiva más dinámica
y más completa tanto para las actividades profesionales como para las
preocupaciones teóricas de las ciencias sociales.”
El desafío principal de este marco de referencia es utilizar las coordenadas de
la teoría general de sistemas en el análisis de la conducta y organización social.
Al hacerlo, hay que tener en cuenta que aparecen problemas y paradojas tales
como la que hay en las relaciones de la observación-observador-observado, el
control y la evolución de sistemas que se auto-controlan, o la planificación en
sistemas sociales donde las variables que se consideran no se alcanzan a abarcar
en forma completa, ni por mucho que se amplíe el conocimiento de ellas sirven
para un mejor control.
La idea que el paradigma del control del sistema se puede aplicar a la
conducta y organización social definidas como sistemas sociales, representa
entonces un paso significativo para aceptar la noción de planificación y acción
social, de crítica e intervención social en tareas, funciones y servicios necesarios
para el desarrollo social (Menanteau-Horta 2006).
Otro ejemplo de transferencia teórica, con la cual la Socio-cibernética aspira
a incrementar el conocimiento sobre los sistemas sociales, está ilustrado por el
concepto de autopoiesis desarrollado por Maturana y Varela (1972, 2000, 2002),
en el campo de la Biología, e incorporado al terreno de las ciencias sociales por
Niklas Luhmann (1986, 1998).
De acuerdo con Luhmann, el proceso de comunicación se erige como una
unidad central de los sistemas sociales siendo la acción social subsidiaria de los
procesos de comunicación, los cuales constituyen el núcleo autopoiético de todo
sistema social. Esta observación tiene importantes repercusiones epistemológicas
distinguiendo al observador de lo observado y, de modo más especial, pone en
alerta a las teorías preocupadas de la causalidad tradicional de los riesgos
originados por los problemas de la circularidad del sistema.
Respecto a lo anterior conviene señalar que el científico social es parte de
aquello que observa. No es un gestor de conocimiento aséptico y externo al
mundo como observador que se declara neutral. No puede serlo. La estrecha
interdependencia entre el científico como observador y el objeto observado es lo
que emerge en el proceso de auto-referencia que representa una de las claves
sobre las cuales está desarrollando la Socio-cibernética actual, que sostiene que
los sistemas sociales entendidos a partir de las claves y conceptos mencionados

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 127

remiten a una revisión del conocimiento social necesario para estudiar la


sociedad.
Todo conocimiento sobre la sociedad se retorna al sistema social de forma
que varía las propias estructuras del sistema e incluso su comportamiento. Esta
retroalimentación del sistema configura al sistema y las observaciones o
mediciones que se hacen del mismo. Los modelos sociales con los que se
justifican investigaciones o políticas de intervención social operan sobre la base
de la construcción de predicciones respecto al sistema y en la validación de los
resultados científicos (Bernd 2006).
Las reacciones ante esta retroalimentación configuran las interpretaciones de
los actores sociales dentro del sistema. Así, el conocimiento del sistema social,
sus estructuras y comportamientos están relacionados de manera que al actuar
sobre uno de ellos, se reorganiza el sistema en su conjunto. Son, por lo tanto,
procesos de adaptación y aprendizaje, que exceden tanto al actor social como al
científico.
Además de esto, los principios conceptuales de la “cibernética clásica”
contribuyeron también a despertar el interés de la sociología y de otras ciencias
sociales en el estudio de la teoría general de sistemas, y prestar atención a la
creciente complejidad del cambio y desarrollo de los sistemas sociales. Todo esto
después se concreta en procesos e interacciones sociales con consecuencias
directas en todas las áreas de lo social, lo económico y lo político, por ende en el
Derecho.
En fecha tan temprana como el año 1948, quedó establecida la relación de la
Cibernética con el Derecho dando origen a un área de conocimiento y desarrollo
que mostraba una doble relación de objeto y medio; nace así lo que se conoce
como Informática Jurídica y el llamado Derecho Informático el que en
coincidencia con algunos especialistas debe ser visto cada vez más como
Derecho de Alta Tecnología y preferiblemente como el Derecho de la Sociedad
Tecnológicamente avanzada, ese que es el resultado y expresión de la sociedad
actual (Martino 2002, Suñé 2016).
En consecuencia, se reconoce y acepta que hay una vanguardia jurídica que
considera que se trata de todo el Derecho el que debe evolucionar y continuar
desempeñando su rol de organizador social en el Ciberespacio que es un
escenario en otra dimensión pero es también una extensión del mundo real en el
que se desarrollan relaciones sociales con implicaciones jurídicas. Por tal motivo,
se considera que pretender encasillarlo en una rama del Derecho, es afiliarse a
una visión reduccionista del fenómeno y caer en posiciones dogmáticas.
No obstante, desde el punto de vista práctico se reconoce la especialización
en el ejercicio de la profesión por ende completamente compatible con la

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


128 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

existencia de servicios legales especializados en Derecho Informático o la


práctica de ejercicio de abogacía digital.
También se afirma que hoy los nexos que provoca la aludida relación de
objeto y medio de las TIC con el Derecho se mantienen entre luces y sombras lo
que se expresa en una dimensión incompleta de las vistas de organización,
dirección y control de la sociedad tecnológicamente avanzada y peor aún la
discontinuidad en la construcción de la llamada Sociedad de la Información y su
hito de Sociedad del Conocimiento sobre bases de posiciones tecnocráticas en
lugar de un enfoque socio-técnico. La crítica a la Teoría del “Informacionalismo”
constituye también un ingrediente válido para los análisis desde la denominada
Sociedad Red.

Socio-cibernética y desarrollo social.

La relación entre las funciones del desarrollo social y la Socio-cibernética está


profundamente enraizada en la naturaleza de los procesos de cambio
organizacional, mejoramiento de las condiciones de vida y la metodología
cibernética. La noción de desarrollo social y la Cibernética surgen como nuevas
perspectivas para la búsqueda de mejores formas y procedimientos para resolver
problemas.
Aunque el concepto de desarrollo tiene una historia (Rist 2002) y una
densidad de contenidos polisémicos y polémicos, sin embargo, se afirma, que
cuando el desarrollo se define en términos de desarrollo social, implica la
presencia de un diseño de intervención para mejorar las condiciones humanas.
Esto es lo que permite diferenciar el concepto de desarrollo social como una
herramienta para el bienestar individual y colectivo de otras formas de cambio
evolutivo o de sólo crecimiento económico.
Al decir de Zamorano (2006), “el aprendizaje está relacionado con el
proceso de resolver problemas” que equivale a decir que con el empleo de la
metodología cibernética se puede descubrir, comprender y aprender acerca del
mundo y de sistemas sociales. Por ende la Socio-cibernética, es una herramienta
para asimilar realidades y esto debería ser, por cierto, un desafío común y algo
compartido por la metodología de las ciencias sociales del siglo XXI.
La aplicación y relevancia de la Socio-cibernética en el campo de la acción
social radica en las relaciones existentes entre los procesos de comunicación,
intercambio de información y organización social. Estas relaciones permiten a
los sistemas recibir y utilizar información lo que ayuda a que los sistemas
sociales puedan cambiar y ajustarse al medio y condiciones externas.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 129

La creciente complejidad de la sociedad contemporánea incrementa


aceleradamente la demanda de información y ello contribuye a hacer del rol de
los investigadores sociales una función esencial para disponer de una
comunicación transparente, una organización social justa, una acción colectiva
eficiente y un cambio social adecuado (Martín-Barbero 2009).
Los procesos sociales y los problemas que afectan los sistemas sociales se
caracterizan por ser dinámicos. Un mayor conocimiento de la sociedad y una
mejor comprensión de las organizaciones en sistemas sociales complejos son
fundamentalmente necesarios para la formulación de políticas públicas y la
estructuración de programas nacionales e internacionales de desarrollo social.
El Proyecto Cybersyn, ha sido considerado el primer esfuerzo para
implementar un programa de Socio-cibernética en América Latina y un referente
válido para desarrollar aplicaciones de Gobierno Electrónico y de Gobierno de la
Información en base a una visión socio-técnica de la informatización de procesos
de administración y gobierno con apego a postulados infoéticos.
Sin embargo llama la atención las escasas publicaciones académicas al
respecto lo que permite afirmar que es un proyecto desconocido. La pregunta es
¿por qué se habla poco del Proyecto Cybersyn a pesar que ha generado
metodologías para compartir y al que se le reconoce como referente para
comprender lo que hoy se conoce como Big Data?
Para contribuir a buscar la respuesta se comparten a los objetivos básicos y
generales del modelo de Sistema Viable que se resumen en los principios
operacionales siguientes:
(1) Incorporar la ciencia y la tecnología a los procesos de comunicación y
mecanismos de decisión para facilitar la planificación, la organización y el
desarrollo;
(2) Promover la comunicación continúa y transparente entre el gobierno y
todos los miembros del sistema social;
(3) Aplicar una metodología que permita la comunicación entre todos los
sectores del sistema para hacer posible la organización y el aprendizaje sociales
tendientes a resolver los problemas y desafíos del desarrollo social;
(4) Facilitar y estimular la participación social que refleje plenamente las
necesidades y la voluntad de las personas, desde la participación ciudadana.
(5) Promover el desarrollo social por ser éste un mecanismo funcional
esencial para el mejoramiento del bienestar humano.
Asimismo, se declaran los tres conceptos motores fundamentales del
proyecto para atender la complejidad del sistema chileno: el de viabilidad, el de
recursión y el de autonomía.

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Estos principios fueron incorporados dentro de un modelo neuro-cibernético


basado en la idea de que el manejo de una organización o sistema es una función
de control, orientación y guía.
Aunque la experiencia de este proyecto en Chile fue breve y terminó
abruptamente con el golpe militar de 1973, se reconoce que los objetivos y
componentes principales de esta iniciativa tienen un merecido valor conceptual y
ofrecen un importante aporte intelectual y práctico para quienes tienen interés en
el estudio de los problemas sociales y las posibles herramientas para extirparlos.
Encierra además un valor para el estudio sobre la experiencia puede contribuir a
asumir posiciones propias que ayuden a superar el estatus de consumidores de
tecnologías a usuarios inteligentes de modelos tecnológicos con fines sociales.
En décadas recientes el Modelo de Sistemas Viables ha capturado el interés
académico de la Sociología, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales y
también su uso práctico por profesionales de otras disciplinas para atender
problemas usualmente encontrados en la administración de empresas, en la
organización industrial y en los cambios necesarios para el desarrollo de las
naciones. El Modelo de Sistemas Viables es un recurso para gestionar la
complejidad.
Espejo y Harnden (1989) describen la aplicación de este modelo a problemas
específicos en las áreas del cambio social y desarrollo. Beer (1989), por su parte,
informa la utilización del Modelo de Sistemas Viables en el campo internacional
incluyendo referencias a experiencias desarrolladas en Inglaterra, Canadá,
Europa, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Chile y en otros países de
América Latina.
La naturaleza recursiva de los sistemas sociales permite, y aún requiere, que
se reconozca la importancia de cada individuo en cuanto es una persona humana
dentro de un sistema. Esta condición de sistema lleva consigo la aceptación de
valores ético-sociales que usualmente se observan conectados a un tipo de
cambio social con propósito o desarrollo.
Según Maturana y Varela (1988), la dimensión axiológica de los seres
humanos es clara al considerar que “En el hombre como un ser social, todas sus
acciones, aún aquellas individuales como expresiones de preferencias o rechazos,
afectan constitutivamente las vidas de otros seres humanos, y por eso, tienen un
significado ético.”
Por eso, a continuación, se aborda otra arista del desarrollo social en
vinculación con la Infoética y el Derecho.

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UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 131

Infoética, Socio-cibernética y desafíos del desarrollo social internacional.


Contribución desde el Derecho

Los objetivos y metas de la Infoética están orientados a que los poderes públicos
garanticen el acceso a la información con acciones concretas que permitan
ampliar y hacer más igualitario el acceso a la información.
En síntesis se puede decir que desde la UNESCO se reclama a los Estados
miembros a que se preste especial interés en lograr un mayor acceso a la
información de dominio público en un contexto mundial; concebir estrategias
para superar los obstáculos económicos al acceso; potenciar el derecho a
comunicar y el reconocimiento de uso legítimo de la información así como la
utilización eficaz de las telecomunicaciones y de la circulación de la información
en la educación, la ciencia y la cultura.
Los Estados miembros para satisfacer los objetivos y alcanzar las metas se
encuentran convocados a la definición de las normas que han de regir en
términos de derechos, deberes y responsabilidades. Especial atención debe tener
el reconocimiento de la aplicación de excepciones legales a los derechos de autor
con el fin de facilitar el acceso a la información de los países en desarrollo.
Otro elemento regulativo a tener en cuenta lo constituyen las normas de
estandarización. La vía de la estandarización técnica pasa por la armonización
legislativa y la cooperación política. Las organizaciones de servicios y la
empresa moderna deben ser ayudadas a competir en todo el mundo.
Por otra parte, la realidad nos muestra elementos que no pueden ser
desconocidos: la existencia de derechos supraestatales como la Unión Europea o
la Corte internacional de Justicia; la fuerza económica transnacional de un
mundo de la producción y el consumo siempre más globalizado; el avance
tecnológico de los medios de comunicación de masa que constituye una opinión
pública global y que hace saltar las referencias espaciales y temporales del
pasado.
En coincidencia con (Martino 2015), se afirma que la globalización no
procede a través de formas claras de tradición del poder de las manos de algunos
sujetos a otros, sino más bien acoyundados a las formas tradicionales nuevos
sujetos y mecanismos se contribuye a roer y tal vez vaciar el poder establecido.
El desafío a los Estados es más bien de tipo competitivo frente a iniciativas que
les va quitando partes más o menos importantes del poder normativo, fiscal,
jurisdiccional, de control de la moneda y hasta del territorio y del uso legítimo de
la fuerza.
El presente muestra como nacen nuevos poderes que imponen sus reglas y
concitan a los Estados a declinar en sus funciones. El Estado no solo ve

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disminuida una parte cuantitativa de su potencia, sino que las nuevas dinámicas
de poder se transforman y se delinean nuevas expresiones de influencia, nuevos
lazos y nexos de legitimación que se instauran entre los detentores del poder y
los destinatarios.
El Foro de Gobernanza de Internet puede ser tomado como un ejemplo. La
Gobernanza se gobierna desde la puesta en práctica de un Modelo de partes
interesadas. Se afirma la noción de pluralismo de influencia o constelación o red
de poder. El Foro Social de Internet se erige también como una vía alternativa.
En consecuencia se afirma que en el Ciberespacio operan nuevos sujetos
políticos tanto públicos como privados, algunos informales, económicos y
benéficos. Son ellos las grandes empresas transnacionales, las firmas de
abogados, organismos supranacionales, sujetos regionales o provinciales,
organizaciones no gubernamentales.
No obstante, el Estado sigue siendo el principal actor político nacional,
aunque el privilegio de su territorio es al mismo tiempo un límite con respecto a
otras organizaciones transnacionales.
De manera que se configuran las nuevas tipologías de poder con efecto
transnacional. Las relaciones de derecho público enfrentan el auge del derecho
privado. Se configura también un nuevo espacio de poder en su conjunto que se
valoriza a partir de las formas de participación, la transparencia y la eficiencia.
La gobernanza que cada vez se aleja más de la noción de gobernabilidad.
Hay una tensión permanente entre las sofisticaciones para individualizar al
sujeto en función de la seguridad y los cuidados que deben ponerse en no
desvirtuar la intimidad y el ejercicio de libertades. Ello es una manifestación de
los efectos horizontales de los derechos fundamentales.
La Infoética es punto de partida para la toma de decisiones que garanticen la
protección de la dignidad humana en la era digital. Constituye una convocatoria
para la adopción por los poderes públicos, las empresas y la sociedad civil, de
estrategias tendentes a garantizar la seguridad, la protección de la vida privada y
la libertad de expresión sobre las redes mundiales de información, incluidas:
proposiciones para la definición y la aplicación de códigos de conducta que
aseguren la fiabilidad y la seguridad sobre las redes mundiales.
Conocer sus postulados también favorece la formulación de principios
directores de autorregulación que garanticen un equilibrio razonable entre el
derecho de los usuarios a la libertad de expresión y el derecho a la vida privada.
El desarrollo social con auxilio de la metodología jurídica integrada a las
tecnologías emergentes recorre todo lo que está cambiando en nuestras vidas
gracias a las tecnologías desde mutaciones de hábitos sociales hasta una diferente
relación con los otros y con la administración pública.

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Las TIC han favorecido la comunicación instantánea y la globalización. Estar


dentro de la red significa estar vinculado desde cualquier lugar del mundo con
todos los otros. La diferencia de latitudes y longitudes se anula en el tiempo de la
comunicación. Las TIC y los bienes que de ella se derivan son considerados
elementos clave para el desarrollo. La economía mundial es digital (CEPAL).
Las redes sociales, con virtudes y peligros, como es típico en una praxis
social multitudinaria son la manifestación del cambio en las relaciones de
comunicación y la expresión de la noción de red que caracteriza la sociedad
actual (Martino 2015).
Este cambio en la forma de establecer relaciones entre los individuos se
manifiesta también entre los individuos y el Estado, entre los Estados, entre los
particulares con las empresas, de las empresas entre sí y con el Estado. Es una
expresión de relación de todos con todos.
La introducción de las tecnologías en los procesos de gestión del Estado que
permitió instaurar el Gobierno Electrónico comprende el auxilio tecnológico para
la toma de decisiones, la gestión de datos y la distribución en su modo de hacer y
por ende otro modo de interacción entre sujetos.
El Gobierno Electrónico si bien amplia la capacidad para la resolución de los
problemas lo más cerca posible al lugar donde se originan para su
funcionamiento se requiere que se cumplan con dos condiciones: que existan
redes confiables para que el interesado y el funcionario puedan actuar y que el
personal esté capacitado.
La capacitación es una relación relevante. Es necesario que todos estén
preparados para asimilar la transformación. Hay que generar capacidad para
enfrentar los nuevos desafíos y ello implica asumir otras formas de enfrentar y
resolver problemas, se exige un pensamiento sistémico. Se exigen modelos de
servicios y negocios responsables.
El Gobierno Electrónico como el Comercio Electrónico cambia nuestra
manera de enfrentar el desarrollo social pero también sienta las bases para
favorecer el cruce de datos y obtener un perfil más afinado de cada ciudadano en
uno del consumidor en el otro.
Con los procesos de informatización cambian las formas de validar la
autenticidad de una persona o de un documento. La aparición de la firma digital
es una revolución extraordinaria que modifica las formas de prestar
consentimiento en cuanto a la forma, el lugar, la ley aplicable.
A la vez exige evaluar las consecuencias jurídicas y tecnológicas de una
técnica que sigue en permanentemente desarrollo y generalización en medios de
comunicación y gestión de información. Para su implantación se necesita de

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políticas públicas y herramientas bien concebidas para satisfacer la demanda de


todos elementos implicados.
El cambio en las tecnologías incide en los hábitos y en los valores. Por eso es
necesario conocer los postulados de la Infoética porque pone a los individuos y a
las sociedades frente a hechos que antes no habían podido acaecer y que hoy,
acaeciendo, tratan en modo diverso tanto la ética cuanto la moral social.
Cambia la percepción social ante la práctica de algunas conductas que siendo
ilícitos jurídicos se aceptan como válidas por constituir una especie de justicia
por mano propia. El desarrollo y distribución de programas malignos y los
llamados virus informáticos pueden ser tomados como ejemplo (Amoroso 1999).
La existencia de dinero electrónico no solo pasa por los bitcoins sino por la
aceptación de algunos Estados de tal tipo de moneda, esto también cambia las
relaciones comerciales y necesita de una regulación jurídica: es un hecho nuevo
(Martino 2015).
El cambio de las relaciones de valores y su expresión ética, son problemas de
alta complejidad y para su comprensión se reclama de una visión sistémica.
La Socio-cibernética puede aportar los medios para el diseño, la
implementación y la necesaria evaluación de impacto para el desarrollo de
soluciones de la agenda digital de los países y su proyección ante los objetivos y
metas de desarrollo social 2030.
Como se ha mencionado, en la sociedad tecnológicamente avanzada,
reconocida indistintamente como Sociedad de la Información o Sociedad del
Conocimiento, e incluso algunos la identifican como Sociedad Red, o
simplemente Ciberespacio, la Socio-cibernética puede ser una vía para buscar
soluciones para enfrentar y ordenar procesos destinados a solventar algunos de
los males que se ha generado por la incidencia social de las TIC y las TE.
El primer paso para comprender el fenómeno es reconocer una convergencia
de dos escenarios: el “mundo real” en que la realidad cotidiana de cualquier ser
humano u organización puede ser extendida al “mundo virtual” ese espacio
informático denominado Ciberespacio, en el que se interactúa con información
digital y en el que las nociones jurídicas de espacio, tiempo y cosas han
cambiado para el Derecho (Martino 2015), y hoy se manifiestan en otra
dimensión. Hay que estar preparados porque la naturaleza disruptiva de
tecnologías emergentes promete más cambios.
Al decir del Dr. Vittorio Frosini "(...) Esta es la nueva forma de la
información, que se asimila en nuestro tiempo de civilización tecnológica,
después de las formas anteriores de información gestual o verbal, simbólica con
dibujos y con escritura, y más tarde con la imprenta y con los medios de
transmisión eléctrica, hasta llegar al actual tratamiento (...)” (Frosini 1978), en

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UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 135

este caso la información digital en virtud de la cual la humanidad ha ido


identificando un cambio en los paradigmas en cuanto al soporte informacional.
También crece la convergencia en los medios de transmisión de información
y soportes a través de los cuáles se almacena, procesa y trasmiten diferentes tipos
de información (texto, imagen y sonido) y a partir de las cuáles se genera el
mensaje e implica cambio en los modelos de gestación y consumo de la
comunicación (Aguado 2006).
Así el desarrollo de la infraestructura mundial de información ha
transformado nuestro entorno común, especialmente en lo que se refiere a la
generación y transmisión de datos, información y conocimiento, convirtiéndose a
su vez en generador de nuevas fuentes y formas de realización de empleo, por
ende trasciende a nuestra vida cotidiana.
El paradigma papel hoy convive con el paradigma digital, pudiendo ser
gestionado en sistemas híbridos de información. La documentación soportada en
papel puede ser convertida con facilidad en objetos digitales derivados y ser
gestionados para su preservación y consecuentemente su acceso como mismo
sucede con los objetos digitales originarios, unos y otros integran al Patrimonio
Digital.
Cada día la información se consolida como bien social, económico y jurídico
autónomo. Se le reconoce valor como materia prima fundamental en el cuarto
sector industrial. Se identifica además, como un recurso estratégico para el
desarrollo, se afirma que la economía mundial es digital (CEPAL 2016); de
manera tal, que los cambios estructurales son palpables en términos de
indicadores de crecimiento económico, por ello la distinción entre países
inforricos e infopobres, lo que es también una de las vistas para el análisis de la
brecha digital y del derecho al desarrollo.
También se reconoce, que la aplicación de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación al entorno social en general es fuente de un
sector productivo en tanto genera bienes y servicios y modos diferentes de
realización del comercio internacional (Paredes 2008).
Hoy en virtud de la llamada economía digital se afirma que es también una
fuente que genera fuente de empleo laboral diferente a los tradicionalmente
reconocidos, aunque se advierte también como otra vista de la brecha digital en
este caso referido a capital social y a la capacidad de conocimiento instalada.
A nivel social, surgen oportunidades sin precedentes para la comunicación
(Córdula 2010) lo cual favorece extraordinariamente procesos de generación e
intercambio de información. Pero, si se reconoce que el Ciberespacio es un
espacio de todos, como se ha dado en decir, se debe hacer de él también un
espacio de la democracia multicultural y del multilingüismo.

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El Ciberespacio es un ámbito para el ejercicio de libertades y derechos pero


es también un espacio de responsabilidades que se comparte como espacio
cívico.
Por otra parte, también se señala que el empleo razonable de grandes sistemas
de información en interés de la sociedad, así como la protección segura de toda
la información son factores determinantes de una actitud de respeto ante las
posibilidades que brindan las tecnologías de la información y la comunicación, y
éste debe también considerarse como axioma ético.
Desde la UNESCO se considera que la adopción de directivas éticas
coherentes es esencial para la construcción de la Sociedad del Conocimiento más
inclusivas y participativas, por ello impulsa y reconoce como una meta la
definición y adopción voluntaria de directivas éticos para profesionales de los
medios, los productores de información y los proveedores de servicio, entre otros
actores del Ciberespacio.
La Infoética propone un conjunto de principios y directivas éticas que
sostienen los valores de: la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia y la
responsabilidad compartida. Acogerse a los principios de la Infoética y
practicarlos, contribuirá a fomentar las relaciones de confianza y gestión de la
seguridad en la era digital. Se estima que al elevar la sensibilidad sobre los
principios del deber ser se puede contribuir a fomentar el respeto a la dignidad
humana en el Ciberespacio (Quéau 2010).
Entre los componentes que integran la estructura global de la información se
reconoce a la información que es el elemento estratégico y a la infraestructura
material de conexión e interoperabilidad que incluye también al software.
También se considera de modo muy especial al actor humano, dado que es capaz
de producir los objetos indispensables a través de los cuales se materializa el
Ciberespacio; es el sujeto activo de esta realidad. Todo ello deriva en
consideraciones ético-jurídicas sobre el tratamiento digital, uso y la conservación
de la información.
Los enfoques sociocibernéticos en los proyectos de informatización deben
facilitar el diseño de los mismos, en términos de conexión e interoperabilidad, en
correspondencia con las buenas prácticas en la gestión de datos enlazados para
favorecer la necesaria transparencia en los procesos de la Administración
(Cerrillo-i-Martínez 2012), que es una meta de la Infoética para garantizar el
acceso al conocimiento y aumentar las posibilidades de participación
democrática en la gestión de gobierno.
Las TIC están implicando un cambio significativo en los mecanismos a
través de los que se canaliza la transparencia administrativa. Las TIC permiten a
los ciudadanos participar activamente difundiendo información generada a partir

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UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 137

de datos en formatos abiertos y procesables automáticamente, interactuar entre


ellos y con las administraciones públicas así como personalizar la información
del sector público. Además, las TIC incrementan las finalidades de la
transparencia al convertirse en un mecanismo que permite una mayor
participación de los ciudadanos en las administraciones públicas y un mayor
desarrollo económico y social.
Sin embargo, para que estos efectos sean reales y para mejorar efectivamente
la transparencia de las administraciones públicas es necesario regular el impacto
de las TIC en los diferentes mecanismos e impulsar un cambio de la cultura
administrativa. Así pues, el propio concepto de transparencia puede verse
afectado por las TIC.
Es necesario repensar la enseñanza del Derecho como ciencia social a partir
de la doble relación que tiene con las TIC, en tanto medio y objeto, así como las
interacciones con otras ciencias y áreas de conocimientos que la tecnología
impone como fenómeno cultural. Es necesario recurrir a la práctica de nuevos
principios de interpretación y formación de normas jurídicas; ello demanda una
articulación de valores, derechos, deberes y responsabilidades tecnológicas, una
nueva cultura jurídica (Pérez Luño 2014).
Dos posiciones prevalecen en cuanto a la potencialidad del Derecho como
instrumento regulador de las situaciones a que da lugar la incidencia social de las
tecnologías de la información y las comunicaciones, y especialmente el
fenómeno de las redes de alcance global asociado al Ciberespacio.
La primera de ellas, encabezada por la conocida frase de "nada nuevo hay
bajo el sol", asevera la suficiencia de los instrumentos jurídicos clásicos pre-
existentes a la Era Digital para brindar solución.
La segunda posición, sostiene que los instrumentos jurídicos tradicionales
resultan inoperantes para resolver situaciones generadas dado el carácter
novedoso de las situaciones a que dan lugar las realidades tecnológicas, propias
del ámbito natural del fenómeno en el Ciberespacio.
El Derecho es el instrumento orientado a preservar la dignidad humana en la
Era digital y el medio institucional de regulación de las relaciones humanas,
dado que donde hay sociedad hay derecho. Tal afirmación se ampara en los
Principios Generales de Derecho que son la piedra angular para erigir todo marco
legal y son el fundamento para determinar aquellas reglas que se integran como
ordenamiento jurídico. Constituyen también la base para identificar y
comprender fenómenos nuevos y proveer soluciones expresadas en forma de
derecho positivo, ejemplo de ello lo constituyó reconocer las reglas aplicables de
la contratación a distancia y entre ausentes y así encontrar fundamento teórico-
práctico para ordenar la contratación electrónica.

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También su aplicación a casos no previstos por la ley puede contribuir de


guía orientadora de la interpretación en función de resolver situaciones que las
normas no regulan implícitamente, pero que reclaman tutela jurídica.
Así se comportó respecto a la protección de legal del software para decir que
le resultaba aplicable instituciones del Derecho de autor como obra literaria
cuando realmente no lo es, la mirada estuvo centrada en que software es
documentación y en ella está contenida el conocimiento que sirvió de base para
su desarrollo como son los documentos técnicos que expresan el diseño y
arquitectura de la solución, así como lo que resultó como producto final
expresado en manuales de uso por solo citar un simple ejemplo.
Hoy, este debate sobre el tema de Software continúa alrededor de la
Convención de Berna y la realidad demuestra que el Software requiere un
régimen de protección sui géneris y que las soluciones adoptadas también tenían
brechas. Mientras ha aumentado el número de patentes sobre soluciones
informáticas a pesar que quedó expresamente excluido del régimen de propiedad
industrial.
Curiosamente los titulares de dichas patentes son las grandes compañías de
software lo que condiciona además el proceso comercial de licencias de uso tanto
para el desarrollo de aplicaciones, como los procesos de despliegue y
mantenimiento de las soluciones. También impacta a los usuarios finales. Queda
pendiente evaluar si tiene relación con la llamada burbuja tecnológica.
De manera que la variante de articulación de formas clásicas de gestación de
reglas constituye una mixtura reactiva que trae consecuencias también para
Derecho en función de garantizar la legalidad y la seguridad jurídica desde el
punto de vista de articulación del orden legal junto al diseño de lo que
generalmente llamamos tecnología. La pregunta entonces es: ¿Qué Derecho es el
que se necesita?
Se evidencia así un problema de profunda raíz política y requiere además de
una meditada reflexión académica y de acciones prácticas, considerando los
varios y diversos operadores.
Se debe actuar teniendo en cuenta los diversos escenarios en los que hay que
desarrollar tales acciones para la toma de decisiones a favor del interés social y el
bien común. Y aquí vuelve a revelarse el nexo con la Infoética y la Socio-
cibernética.
Sin conocer cuáles son los verdaderos dilemas que provoca la tecnología y si
no se cuenta con modelos cibernéticos para evaluar impacto, los análisis pueden
pecar de ser subjetivos y fruto de la improvisación, solo se consigue propiciar
soluciones aparentemente válidas y en el fondo alternativas precarias que
reproducen males y comprometen el desarrollo.

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UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 139

Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de generar instrumentos


internacionales especialmente desde las organizaciones internacionales de
carácter público como es el caso del sistema de órganos de Naciones Unidas sin
desconocer mecanismos de consulta y participación que permitan multiplicar las
miradas cuál ejercicio de política pública internacional. Para ello también es
válido contar con datos objetivos. Se considera que el sector académico está
llamado a jugar un papel socialmente activo para aportar los datos necesarios.
Para contribuir al debate se abordan algunas interrogantes que ayudan a
evidenciar aristas del problema: ¿Los instrumentos jurídicos existentes (leyes,
principios contractuales, procedimientos administrativos y jurisprudencia) son
suficientes para propiciar el desarrollo armónico de los procesos tecnológicos y
eficientes en cuanto a los avances en la tecnología de la información en general
se refiere, y su producción y uso en particular?
En el contexto de los valores e intereses jurídicos generales no puede ser
excluido el hecho de que los instrumentos existentes necesiten algunas
modificaciones o ajustes. En una revisión del ordenamiento jurídico es muy
probable que la norma, como tal, resulte ineficaz. Existen situaciones en las que
Derecho tradicional no es suficiente; por tanto es necesario atemperar o llevar a
cabo un proceso de modernización del Derecho, en su sentido más amplio, no
solo de carácter práctico como por ejemplo el empleo de tecnologías, sino sobre
todo en aspectos teóricos.
Se debe recordar que los problemas del Derecho son tanto teóricos como
prácticos. Los nuevos paradigmas demandan respuestas innovadoras pero
también el orden se funda en principios que rigen las relaciones que son objeto
de tutela jurídica.
Puesto que el marco jurídico es anterior, es probable que la ley existente no
pueda ser aplicada en todo o es al menos confusa con respecto a varios aspectos
de producción y uso de tecnología de la información, pero no todo el Derecho es
ineficaz.
Es importante insistir en que no se puede confundir la norma jurídica con el
Derecho, esa es una posición reduccionista de éste. Ni todo lo que se necesita
son las leyes, ni solo con leyes se resuelven los problemas, la ausencia de ley es a
veces esgrimida para ocultar otros males o voluntades que quieren mantener su
estatus.
El reclamado marco legal se debe componer de disposiciones jurídicas que
constituyen un As de derechos. Es también necesario que existan normas
técnicas que ordenen y rijan para procesos de desarrollo tecnológico. Otros
aspectos son objeto de reglas contractuales.

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Es importante establecer códigos de deontológicos y mecanismos de


retroalimentación que permitan que se conozca de los resultados de la solución
de conflicto. Todo ello es lo que se denomina como As de derecho y conforma
un modelo para pensar y gobernar las TIC. Este modelo es aplicable a nivel local
e internacional. (Amoroso 2014).
Las condiciones económicas de la producción tecnológica parecen estar
favorablemente influenciadas por instrumentos jurídicos existentes, como es el
caso de las decisiones judiciales sobre el Derecho de Competencia.
En otros campos, la efectividad de instrumentos jurídicos muestra ciertas
deficiencias, como sucede con la legislación civil sobre la estandarización de la
calidad de los productos de las tecnologías de la información.
También, se evidencia en el tema de la responsabilidad o los instrumentos de
Derecho Administrativo y Penal en cuanto a la vulnerabilidad y salvaguarda de
la información se refiere. Aunque es importante resaltar que los valores
protegidos siguen estando tutelados y el Derecho es capaz de dar una respuesta
ante un quebrantamiento de la legalidad pero quizás la respuesta no se resulte
eficaz.
También es cierto que algunos conceptos jurídicos tradicionales comienzan a
resultar estrechos y es necesario responder ¿Cómo utilizar las nuevas tecnologías
para propiciar la participación ciudadana y hacer de esta una herramienta
emancipadora?; ¿Qué en materia de TIC tiene una función social?; ¿La
información es un bien o una mercancía? ¿Debe permitirse el desarrollo de
tecnologías de acuerdo a la “voluntad del mercado” o intentar programar las
máquinas para salvaguardar los derechos humanos?
La información debe ser tratada en las diversas dimensiones que tiene y
puede tener, tales como: un derecho, un documento y también como bien con
valor estratégico. Tratarla exclusivamente como mercancía es un error.
La misma desempeña un papel muy importante en la educación, en la ciencia,
en las relaciones sociales, en la representación de la realidad, en la preparación e
implementación de fundamentos y decisiones. Por su importancia social e
incidencia para el desarrollo, así como su significado económico, reclama un
status legal sui géneris en las circunstancias más actuales.
Este estatus legal tiene que comprender los valores éticos y legales que les
han sido reconocidos a sus titulares con anterioridad, de manera que lo que hay
que comprender e identificar es el As de derechos que le tutelan en el entorno
virtual. Conviene también advertir que lo virtual lo hace un espacio de bienes
intangibles, y los bienes intangibles los ha reconocido y tutelado el Derecho
antes de la incidencia social de las TIC.

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UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 141

Por ello, la legislación de intereses relacionados con el tema no puede ser la


visión de una sola norma para todo. Precisamente ante la necesidad de protegerla
según sea el caso y acorde a las circunstancias que son producto de su valor
polivalente es que tiene la información una relación derivada del sujeto que la
genera y otra del receptor que la recibe. Difiere el caso de aquel que la manipula,
procesa o conserva.
Por eso es que han proliferado las diferentes fórmulas relativas a una
legislación especial para los temas de intimidad, privacidad, propiedad
intelectual y las reglas para el intercambio electrónico de datos, por solo mostrar
un ejemplo de la diversidad de ámbitos regulatorios que las relaciones emanadas
de la generación y uso de la información digital puede generar.
Otro asunto que ha reclamado particular atención es la relación Redes y
Derechos. Lo que generó una independencia relativa en el contexto del llamado
Derecho de la Informática igual sucede hoy con el marco legal de la
Computación en la Nube y pareciera que para cada evolución tecnológica dentro
de las TIC da paso a una nueva especialización en el Derecho que no es más que
reproducir el mismo error de reducirlo a solo normas jurídicas que hacen el
marco regulador.
Una mirada unitaria del Derecho, es capaz de identificar de que en las redes
se reproducen todos los problemas primarios objeto de estudio del Derecho, los
que se pueden identificar metodológicamente en binomios de estudios, a saber:
"redes y libertades; redes y propiedad; redes y responsabilidad; redes y fraude;
redes y contratos y, más especial redes y seguridad" (Vivant 1995). Hoy se le
suman los temas de redes sociales y más ampliamente Ciberespacio y relaciones
sociales.
En sede del Ciberespacio hay que comprender la transformación de las
nociones jurídicas de las categorías espacio y tiempo. Evaluar cómo ello impacta
los principios sobre los cuáles descansa el principio de territorialidad y de la
temporalidad, lo que es indispensable para la valoración adecuada del hecho
jurídico. Como ya se apuntó, también cambia la noción jurídica de las cosas para
el Derecho.
En base a ello, algunos alimentan la tendencia a declarar la "inoperabilidad"
del Derecho para enfrentar y resolver problemas que se generan en las redes y el
Ciberespacio. Tal postura constituye una incitación al caos ya que nada en la
sociedad puede existir en estado de anomia y tanto las redes como el
Ciberespacio es una dimensión de realización de las relaciones sociales y por
ende de hecho jurídicos.
Por ello ante el auge de las redes sociales y todo aquello que conforma el
Ciberespacio es indispensable la valoración adecuada de los problemas más

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142 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

acuciantes que han generado la desconfianza y la imposición de reglas muchas


veces contrarias a los principios fundamentales de Derecho y el consenso
internacional.
Cada día la jurisprudencia está demostrando su capacidad de aportar
soluciones jurídicas, aunque las velocidades de respuesta deberían también estar
en consonancia con las nuevas realidades.
Se coincide con Vivant en que (...) "Sobre las redes, una falsificación se
mantiene una falsificación y una palabra de incitación al rencor racial se
mantiene una palabra de incitación al rencor racial" (Vivant 1995). La acción y
el daño es lo que tiene significación para exigir las responsabilidades de ahí la
necesidad también de que las legislaciones penales perfeccionen la manera de
identificar las conductas indebidas y especialmente que los países acuerden el
catálogo actualizado de conductas de manera que sean expresivos de la voluntad
de salvaguarda de la dignidad humana.
Más exactamente, es cierto que el Ciberespacio es un espacio de libertades
pero también de responsabilidades –entre ellas las jurídicas–; y en el que los
derechos tienen el límite que le impongan otros derechos, y en el que los valores
e interés social tienen prioridad sobre los valores e intereses individuales.
Otros estudiosos como Jean Pierre Chaumoux, han abordado también el tema
de los aspectos jurídicos de la información, todo lo cual ha dado origen a nuevas
instituciones jurídicas o al planteamiento de reconsiderar algunas instituciones
tradicionales del Derecho como el documento y los elementos constitutivos de su
validez y valor probatorio, a partir de los nuevos soportes informacionales sobre
los cuales se realiza la transmisión y la difusión de la información (Chaumoux
1980).
Pero esta realidad no debe ser analizada ajena a las diferentes circunstancias
en las cuales surgen y se realizan estas instituciones jurídicas, dado el desigual
desarrollo tecnológico del concierto de naciones, la ausencia de regímenes
jurídicos internacionales y nacionales aplicables a las nuevas relaciones socio-
jurídicas, así como un desarrollo doctrinal dispar, todo lo cual trae aparejado
relaciones de dependencia tecnológica y doctrinal, un proceso paulatino de
transculturación y el cuestionamiento en cuanto a la validez del concepto de
soberanía y la propia existencia de los estados-nación al identificarse un nuevo
espacio sin fronteras y en el cual algunos vaticinan, como hemos descrito con
anterioridad la inoperancia del Derecho.
Tales presupuestos si bien conducen acertadamente a una reevaluación y
modernización del Derecho para su re-diseño, no dejan de ser una brecha
también para imponer reglas de Derecho; pues la exaltada des-regulación como
consecuencia de la incidencia social de las tecnologías de la información y la

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 143

comunicación no es más que una forma de regular ajena al proceso actual de


elaboración del Derecho y desconociendo realidades sociales y políticas
diferentes, incorporando nuevas maneras de establecer reglas y a sus actores
como titulares evitando incluso que los Estados participen de la toma de sus
propias decisiones porque las mismas se adoptan desde la arquitectura y diseño
de las aplicaciones informáticas.
El tema de los nombres de dominio aunque ha evolucionado, podría ser un
buen ejemplo de lo que se ha planteado. No es éste un tema exclusivo del ámbito
de la propiedad intelectual como se quiere ver en su relación comercial, es y
mucho más preocupante porque es también un tema de soberanía sobre el cual
hay mucho que reflexionar y proponer soluciones.
Por ello asumir la “inoperabilidad” Derecho o el “no-Derecho” para
Ciberespacio, constituye un acto irresponsable, una incitación al caos. El
Ciberespacio es una dimensión de realización de las relaciones sociales y por
ende de hechos y actos jurídicos.
La imposición de reglas vía código informático también debe ser tenida en
cuenta en este análisis. Es demostrable como en ocasiones esas declaraciones se
esgrimen por conveniencia y en otras muchas para justificar o asumir una postura
hegemónica en el gobierno y gobernanza de ese espacio informático porque lo
cierto es que a la par de las discusiones y la dilación en la adopción de soluciones
jurídicas con carácter internacional y vinculante, estamos regidos por un
“Código legal” ese código que se ha ido creado y gobierna cual expresión de
conquista silenciosa del espacio.
Por eso, se comparte el criterio de Lawrence Lessig de que “la razón de este
enorme potencial de control sobre el Ciberespacio no sólo se encuentra en el
poder legislativo del Estado, sino en la arquitectura (el código) de las nuevas
tecnologías” (Lawrence 2006).
De manera que otro Derecho también existe, ese que está formado por reglas
de facto y de jure, pero que están escritas en de 0 y 1, y del que poco o nada se
habla. Unas reglas que están implícitas en software y tecnologías que se
consume, que imponen patrones de conductas y genera cambios de paradigmas,
una nueva cultura.
Por ello, es de destacar en sentido general, que consustancialmente a este
fenómeno desde el Derecho: prácticas judiciales, normas jurídicas y doctrina, se
gesta un proceso de cambio en importantes instituciones jurídicas tradicionales y
asistimos al surgimiento de otras nuevas devenidas de las emergentes relaciones
socio-jurídicas generadas de la incidencia social de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, pero es importante propiciar la armonización en
los procesos de elaboración legislativa y la solución de conflictos.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


144 YARINA AMOROSO FERNÁNDEZ

Estamos asistiendo a la consolidación de nuevos usos y costumbres, y porque


no decirlo a un nuevo “Derecho de Gentes”, en todo caso, se trata de un
complejo y acelerado proceso que debe avanzar bajo una premisa irrenunciable:
construyámoslos entre todos.
La sociedad tecnológicamente avanzada que hoy se manifiesta en el
Ciberespacio no convive ni conviene hacerlo en un espacio de "no derecho" por
ello urge emprender acciones más coordinadas en el seno del Sistema de
Naciones Unidas para la búsqueda de soluciones más efectivas y eficaces para el
concierto de naciones cuál expresión de soberanía.

Conclusiones

La Socio-cibernética puede contribuir a identificar las variables de interconexión


y ayudar a comprender el cambio dado que las posibilidades de los humanos y
sus correspondientes tecnologías están orientándose hacia la realización de
futuros deseados. También puede auxiliar a realizar estudios y brindar
previsiones sobre el cambio para hacerlo más comprensible y más afín al
desarrollo humano.
La Socio-cibernética en interacción con las ciencias sociales puede expandir
su perspectiva de intervención y control de sistemas por la vía de la planificación
social introduciendo la presencia y participación de múltiples actores en el
sistema social.
Las ciencias sociales deben propender el desarrollo armónico para preservar
la dignidad humana en condiciones de sostenibilidad pero necesitan empoderarse
de nuevas herramientas.
Con auxilio de la Socio-cibernética las funciones de las ciencias sociales
pueden contar un marco conceptual sólido y herramientas que les permita
disponer de datos que le aportan una perspectiva válida y eficiente para brindar
soluciones a un sistema social global y complejo.
Es necesario identificar los valores universalmente compatibles que sean
expresados en forma de principios y conceptos jurídicos universales. Un enfoque
sistémico e integrador que incluya la vista de la Infoética asumida como un
estado práctico-evolutivo de la Ética permite identificar las relaciones relevantes
con el Derecho.
La Socio-cibernética puede aportar en la evolución del Derecho a causa de la
incidencia social de las tecnologías de la información y las comunicaciones,
porque le puede dar un impulso revitalizador a la Informática Jurídica llenándola

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 119-148


UN ACERCAMIENTO A LA SOCIO-CIBERNÉTICA Y LA INFOÉTICA EN LAS TIC 145

de nuevos contenidos que permitan identificar viejos problemas del Derecho y


que fueron disueltos pero siguen sin resolverse a pesar del avance tecnológico.
Es necesario incidir con el ejercicio práctico desde aplicaciones Socio-
cibernéticas y establecer puntos de observación que catalicen los procesos de
retroalimentación como sistema lo que permitiría a las ciencias sociales estar en
condiciones de responder a interrogantes que necesitan de respuestas más
inmediatas y eficientes.
La tecnología aporta protección por diseño y permite estandarizar patrones de
diseño responsables. Un enfoque sociocibernético de los diseños pueden permitir
alcanzar modelos de protección generalizables como estándares lo que permitiría
también su evaluación de impacto. También puede favorecer la evolución del
desarrollo de la herramienta y su integración a otros desarrollos.
Una lectura actualizada de la Informática Jurídica en base a un enfoque
sociocibernético favorece el diseño de aplicaciones que se correspondan con el
Principio de procedencia y orden natural de la gestión documental con el
objetivo de favorecer la aplicación del Principio de Equivalencia funcional y su
correspondencia el principio de Continuidad Digital que plantea la gestión y
preservación del Patrimonio Digital.
Incluir los enfoques sociocibernéticos y enseñar su aplicación práctica en la
enseñanza de las ingenierías informáticas, Derecho, Sociología, Ciencias de la
Comunicación, Sicología entre otras a fines a las ciencias sociales y a los
desarrollos tecnológicos ayudaría a la formación de un profesional con
conciencia tecnológica y contribuiría a consolidar una práctica diferente en el
diseño de generación de políticas públicas, reglas jurídicas y desarrollos
tecnológicos.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO: LA POSICIÓN DEL PAPA FRANCISCO

AGAINST THE TECHNOCRATIC PARADIGM: THE POSITION OF POPE FRANCISCO

VICENTE BELLVER CAPELLA


Universitat de València
Vicente.Bellver@uv.es

RECIBIDO: 21/11/2017
ACEPTADO: 22/12/2017

Resumen: La humanidad ha desarrollado un poder tecnocientífico inconmensurable.


Simultáneamente se ha convencido de que ese poder le conducirá a su completa emancipación.
Algunos autores, entre los que se encuentra el papa Francisco, denominan “paradigma tecnocrático” a
esta ideología que sostiene que el poder de la tecnociencia aplicado a la vida económica y social
conduce al progreso y al estadio final de la evolución humana. En las siguientes páginas voy a tratar
de sintetizar la posición del papa Francisco sobre el paradigma tecnocrático: por qué lo considera
causa de los graves problemas que padecemos y que amenazan la misma supervivencia de la
humanidad; cuáles son sus bases filosóficas; en qué ámbitos tiene mayor impacto para el ser humano;
qué alternativas igualmente inadecuadas se le han planteado; y por qué resulta tan difícil salir de él.
Palabras clave: paradigma tecnocrático, crisis ecológica, exclusión social, Papa Francisco.

Abstract: Humanity has developed an incommensurable techno-scientific power. At the same time it
has been convinced this power will lead us to our completely emancipation. Some thinkers, like Pope
Francis, call “technocratic paradigm” this ideology that affirms that the incidence of techno-science
in the economic and social life leads us to the ultimate step of human evolution. In this paper I
summarize the position of Pope Francis on the “technocratic paradigm”; why he considers it as the
cause of the most serious problems and threats for human family survival; which are its philosophical
bases; the fields that it impacts more seriously; what alternatives equally misleading has been
proposed to it; and why it is so difficult to overcome it.
Key words: technocratic paradigma, ecological crisis, social exclusión, Pope Francis.

Cada época tiende a desarrollar una escasa


conciencia de sus propios límites1

La nuestra no es una excepción. La humanidad ha desarrollado un poder


tecnocientífico inconmensurable. Simultáneamente se ha convencido de que ese
poder le conducirá a su completa emancipación. Algunos autores, entre los que
se encuentra el papa Francisco, denominan “paradigma tecnocrático” a esta

1
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 105.

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150 VICENTE BELLVER CAPELLA

ideología que sostiene que el poder de la tecnociencia aplicado a la vida


económica y social conduce al progreso y al estadio final de la evolución
humana2. Desde este paradigma se promete el advenimiento del mejor de los
mundos posibles por medio de la tecnociencia y, al mismo tiempo, se niega que
el ser humano y el mundo en que vive tengan un sentido que deba orientar la
conducta humana. Se da por supuesto que no somos más que “un insignificante
saco de elementos químicos”3.
A pesar de la plena vigencia de ese paradigma en la actualidad, no han sido
pocos los acontecimientos vividos en el último siglo que nos han llevado a
cuestionarlo. Entre ellos destaca la crisis ecológica, plasmada actualmente de una
forma preocupante en el cambio climático. Algunos autores entienden que esas
crisis del paradigma tecnocrático no son más que crisis de “crecimiento” que
contribuyen a ponernos en condiciones de hacer de nosotros mismos y del resto
de la naturaleza algo mucho mejor de lo que somos4. Otros, por el contrario,
consideran que esos “avisos” nos ponen sobre la pista del error en que consiste
ese paradigma tecnocrático5. Son llamadas de atención a una humanidad que
parece incapaz de tomar conciencia de sus propios límites6 pero que, en esta
ocasión, se juega su propia supervivencia.
Nada de lo que acabo de decir resulta novedoso. El motivo de volver sobre
esta cuestión es incorporar al debate a un actor recién llegado pero que está
ejerciendo un notable impacto en la opinión pública mundial. Me refiero al papa
Francisco con su denuncia del paradigma tecnocrático y su propuesta alternativa,
que me permito calificar como “ecosocial”. Francisco no lo hace mediante un
discurso académico sino con lo que podríamos calificar una “denuncia
profética”7. Sin embargo, detrás de esa llamada a la acción encontramos unas

2
Uno de los precursores de la filosofía de la tecnología, Lewis Mumford, criticaba este
planteamiento ya en los años cuarenta del pasado siglo: “Presuponer que no queda más que una
posibilidad, la que representa nuestra civilización tecnológica ahora dominante, es un acto de ciega fe
religiosa, cometido por aquellos que creen que dicha civilización es el fin último de la evolución
humana”; Lewis Mumford, Ensayos, interpretaciones y pronósticos, Logroño, Pepitas de la
Calabaza, 2015, p. 819.
3
Ibídem, p. 812.
4
Matt Ridley, El optimista racional, Madrid, Taurus, 2011.
5
“La vida humana puede volverse más salvaje e irracional incluso al tiempo que se aceleran los
progresos científicos”; John Gray, Contra el progreso y otras ilusiones, Barcelona, Paidós, 2006, p.
14.
6
Sobre el rechazo de la idea de límite como definidor de la civilización tecnológica, cfr. Sergio
Cotta, El hombre tolemaico, Madrid, Rialp, 1977.
7
Lluis Oviedo, Álvaro Garre, “Cuidado por la tierra, atención a la persona”; En F. Chica y C.
Granados (eds.), Loado seas, mi Señor. Comentario a la encíclica Laudato si’ del papa Francisco,
Madrid, BAC, 2015, p. 280.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 151

bases filosóficas y teológicas que, como no podría ser de otra manera, están
inspiradas por la revelación cristiana. El magisterio que Francisco lleva a cabo en
este campo está espoleado por la constatación de dos gravísimas injusticias que
alcanzan a toda la humanidad, están relacionadas entre sí y se extienden por
todas partes: la exclusión social y la degradación ambiental.
En las siguientes páginas voy a tratar de sintetizar la posición del papa
Francisco sobre lo que él mismo denomina el paradigma tecnocrático: por qué lo
considera causa de los graves problemas que padecemos y que amenazan la
misma supervivencia de la humanidad; cuáles son sus bases filosóficas; en qué
ámbitos tiene mayor impacto para el ser humano; qué alternativas igualmente
inadecuadas se han planteado; y por qué resulta tan difícil salir de él. Pero antes
me parece oportuno responder dos cuestiones preliminares: primero, si tiene
sentido escuchar la voz del máximo representante de una iglesia que, en última
instancia, habla desde los postulados de sus propias creencias; y segundo, si la
posición de Francisco constituye una novedad o no dentro de la Iglesia católica.

Dos cuestiones preliminares: legitimidad y originalidad de la doctrina


ecológica del papa Francisco.

La cuestión sobre la legitimidad.

La Iglesia católica distingue entre lo que denomina verdades de fe, que solo
pueden ser compartidas y vividas por aquellos que creen en ellas, y las verdades
accesibles a la razón, que pueden ser comprendidas por cualquiera que ejerza esa
capacidad. De entre estas últimas distingue entre las verdades teóricas y las
prácticas. Las “verdades prácticas” interpelan a la acción libre del ser humano,
apuntando al bien que debe perseguir y al mal que debe evitar. A su vez, dentro
de ellas distingue entre las que son exigibles jurídicamente a todos los seres
humanos por ser condiciones básicas para construir una sociedad justa y aquellas
otras que, siendo moralmente exigibles, su cumplimiento nunca puede ser
exigido bajo coacción. La Iglesia católica entiende que su Doctrina social no solo
contiene obligaciones morales que apelan a la conciencia de todos los seres
humanos. Algunas de ellas son auténticas exigencias jurídicas en el sentido de
que deben estar garantizadas por el Derecho. Cuando no se hace así se está
permitiendo la comisión de graves injusticias contra las personas y las
sociedades.
El papa Francisco, de forma constante desde que inició su pontificado en
marzo de 2013, viene insistiendo en que el cuidado de la casa común es un deber

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


152 VICENTE BELLVER CAPELLA

universal en que nos va la vida. Entiende que, si bien es particularmente


comprometedor para los cristianos por la Fe que viven, vincula a todo ser
humano porque si se degrada el ambiente se atenta contra la humanidad y las
futuras generaciones, y también contra la naturaleza, que tiene valor por sí
misma.
¿Es legítimo que el papa alce su voz para que ese deber sea asumido por los
individuos, los Estados y la comunidad internacional? Algunos se apresurarán a
decir que él tiene que dirigirse a sus fieles y no tratar de imponer su particular
visión del mundo a quienes no la comparten. Por el contrario, cuando el papa y
sus predecesores proclaman esas exigencias no entienden que están tratando de
imponer su fe sino defendiendo la dignidad humana y el bien común. Así lo
sostiene el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: “La tutela del medio
ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber,
común y universal, de respetar un bien colectivo, destinado a todos, impidiendo
que se puedan «utilizar impunemente las diversas categorías de seres, vivos o
inanimados —animales, plantas, elementos naturales—, como mejor apetezca,
según las propias exigencias». Es una responsabilidad que debe crecer, teniendo
en cuenta la globalidad de la actual crisis ecológica y la consiguiente necesidad
de afrontarla globalmente, ya que todos los seres dependen unos de otros” 8. Esa
responsabilidad de salvaguardar el medio ambiente “se extiende no sólo a las
exigencias del presente, sino también a las del futuro” (n. 467) y “debe encontrar
una traducción adecuada en el ámbito jurídico” (n. 468) a través del
reconocimiento del derecho a un ambiente natural, seguro y saludable (n. 468).
Más allá de que alguno ponga en duda que estos asuntos afectan a las
condiciones básicas de la justicia social, entiendo que el papa está plenamente
legitimado para dirigirse a la humanidad y tratar de persuadirles acerca de lo que
él considere como el recto orden de la convivencia social. Tiene, como cualquier
otro, derecho a participar en los debates ciudadanos y sus opiniones se someterán
al escrutinio público. Como bien ha dicho Sandel “el hecho de que una creencia
moral pueda basarse en una convicción religiosa no la exime de recibir
objeciones ni la inhabilita para encontrar una defensa racional” 9.

La cuestión sobre la originalidad.

Algunos tienen la impresión de que ha sido el papa Francisco quien ha


introducido la preocupación por el ambiente en la agenda social de la Iglesia

8
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2004, n. 466.
9
Michael Sandel, Contra la perfección, Barcelona, Marbot, 2006, p. 158.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 153

católica, protagonizando una ruptura con sus predecesores, quienes solo de


manera marginal se habrían interesado por este asunto. Nada más alejado de la
realidad. Indudablemente la voz de Francisco tiene mucho de novedosa. Cada
papa imprime a su pontificado un estilo propio, que lo distingue claramente de
los anteriores. Francisco se refiere con frecuencia a la crisis ecológica, y lo suele
hacer subrayando la situación límite en la que nos encontramos. Pero si uno
compara lo que viene diciendo con lo que dijeron Juan Pablo II y Benedicto XVI
advierte que, lejos de haber una solución de continuidad, su magisterio se
sustenta íntegramente en las bases aportadas por sus antecesores. El propio
Francisco lo pone de manifiesto con sus muchas y relevantes referencias,
especialmente en su encíclica Laudato si’, a los principales textos de Pablo VI,
Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Pablo VI fue el primero en denunciar la aparición del paradigma tecnocrático
en sustitución de las ideologías dominantes en el mundo bipolar de la segunda
mitad del siglo XX: “Si hoy día se ha podido hablar de un retroceso de las
ideologías, esto puede constituir un momento favorable para la apertura a la
trascendencia y solidez del cristianismo. Puede ser también un deslizamiento
más acentuado hacia un nuevo positivismo: la técnica universalizada como forma
dominante del dinamismo humano, como modo invasor de existir, como lenguaje
mismo, sin que la cuestión de su sentido se plantee realmente” 10. Pablo VI no
solo previene frente al surgimiento de la tecnocracia sino que denuncia sus
desastrosos efectos en el campo de la economía como consecuencia de que el ser
humano deja de ser el fin y se convierte en instrumento de ella: “No basta
promover la técnica para que la tierra sea humanamente más habitable. Los
errores de los que han ido por delante deben advertir a los que están en vía de
desarrollo de cuáles son los peligros que hay que evitar en este terreno. La
tecnocracia del mañana puede engendrar males no menos temibles que los del
liberalismo de ayer. Economía y técnica no tienen sentido si no es por el hombre,
a quien deben servir”11. Para hacer frente a la tecnocracia creciente, propone que
se desarrollen “formas de democracia moderna, no solamente dando a cada
persona la posibilidad de informarse y de expresar su opinión, sino de
comprometerse en una responsabilidad común” 12.
En su encíclica Caritas in veritate sobre el desarrollo humano integral en la
caridad y en la verdad, Benedicto XVI reconoce que el riesgo tecnocrático sobre

10
Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima Adveniens, 1971, n. 29.
11
Pablo VI, Encíclica Populorum Progressio, 1967, n. 34.
12
Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima Adveniens, 1971, n. 47.

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154 VICENTE BELLVER CAPELLA

el que había advertido Pablo VI se ha cumplido 13 y reflexiona sobre la esencia de


la tecnocracia, sus causas, efectos y el modo de combatirla.
Benedicto XVI, partiendo de lo que la misma Iglesia había expuesto ya
acerca de la técnica en la Constitución pastoral Gaudium et Spes del Concilio
Vaticano II, reconoce que es una dimensión fundamental del ser humano,
imprescindible para su desarrollo:

La técnica —conviene subrayarlo— es un hecho profundamente humano,


vinculado a la autonomía y libertad del hombre. En la técnica se manifiesta y
confirma el dominio del espíritu sobre la materia” 14. Mediante ella el hombre
puede cumplir el mandato divino de cultivar y custodiar la tierra (cf. Gn 2,15)
y, haciéndolo, refuerza la alianza entre el ser humano y el medio ambiente
como reflejo del amor creador de Dios15.

Ahora bien, sucede en la actualidad que la técnica, en lugar de mantenerse como


instrumento en manos del desarrollo humano, se ha convertido en un fin en sí
mismo que se vuelve contra la propia persona. Esa tecnificación surge porque la
naturaleza (y el propio ser humano) pasa a ser vista como una materia informe
para que el hombre la transforme a su antojo mediante un poder técnico cada vez
mayor. Se ignora que esa naturaleza “lleva en sí una «gramática» que indica
finalidad y criterios para un uso inteligente, no instrumental y arbitrario” 16.
Como seguiremos viendo en el siguiente epígrafe, muchas de las ideas acerca
del paradigma tecnocrático, que esboza o desarrolla Francisco, están ya en
Benedicto XVI, Juan Pablo II o Pablo VI. En todo caso, con lo dicho hasta aquí,
se evidencia que la enseñanza de Francisco ni surge de la nada ni rompe con el
magisterio anterior sino, al contrario, constituye un desarrollo al hilo de lo que
estamos viviendo en el momento presente.

La crítica del papa Francisco al paradigma tecnocrático.

Como también hizo Benedicto XVI en Caritas in veritate, Francisco inicia su


reflexión sobre la técnica en la encíclica Laudato si’ destacando su extraordinaria
importancia para el desarrollo del ser humano y de los pueblos. Pero se apresura
a decir que “nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada

13
“Pablo VI ya puso en guardia sobre la ideología tecnocrática [26], hoy particularmente arraigada,
consciente del gran riesgo de confiar todo el proceso del desarrollo sólo a la técnica, porque de este
modo quedaría sin orientación”; Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 14.
14
Ibídem, n.69.
15
Ibídem.
16
Ibídem, n.48.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 155

garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo
está haciendo”17. Y es que, para el papa Francisco, el ser humano vive imbuido
en el paradigma tecnocrático que constituye “un modo de entender la vida y la
acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla” 18.
Esa desviación consiste en que, frente a una concepción de la técnica entendida
como instrumento de la libertad de la persona, se ha impuesto otra que concibe la
técnica como “elemento de una libertad absoluta, que desea prescindir de los
límites inherentes a las cosas”19.

El antropocentrismo desviado.

¿En qué consiste esa emancipación frente a los límites inherentes a las cosas? En
que el ser humano considera que la naturaleza no es más que “lo informe
totalmente disponible para su manipulación”. Francisco reconoce que el ser
humano siempre ha intervenido en la naturaleza. Pero antes su actitud era la de
recibir “lo que la realidad natural de suyo permite, tendiendo la mano. En cambio
ahora lo que interesa es extraer todo lo posible de las cosas por la imposición de
la mano humana, que tiende a ignorar u olvidar la realidad misma que tiene
delante… De ahí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito e
ilimitado que ha entusiasmado tanto a economistas, financieros y tecnólogos.
Supone la mentira de la disponibilidad infinita de los bienes del planeta, que
lleva a «estrujarlo» hasta el límite y más allá del límite” 20.
Desde esta perspectiva no existe verdad alguna que pueda orientar el
comportamiento humano; solo el propio poder tecnológico que nos dice cómo
actuar para alcanzar el objetivo que nos propongamos en cada caso. Así las
cosas, resulta imposible encontrar “un sentido que no sea producido por nosotros
mismos”21. La ciencia y la tecnología entendidas desde esta perspectiva resultan

17
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 103.
18
Ibídem, n. 101.
19
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 70.
20
Ibídem, n. 109. Juan Pablo II ya se había referido a esa actitud del ser humano característica de la
Modernidad: “En la edad moderna secularizada se asiste al nacimiento de una doble tentación: una
concepción del saber ya no entendido como sabiduría y contemplación, sino como poder sobre la
naturaleza, que consiguientemente se considera objeto de conquista. La otra tentación es la
explotación desenfrenada de los recursos, bajo el impulso de la búsqueda ilimitada de beneficios,
según la mentalidad propia de las sociedades modernas de tipo capitalista. Así, el ambiente se ha
convertido con frecuencia en una presa, en beneficio de algunos fuertes grupos industriales y en
perjuicio de la humanidad en su conjunto, con el consiguiente daño para el equilibrio del ecosistema,
de la salud de los habitantes y de las generaciones futuras”; Juan Pablo II, Discurso a los promotores
y participantes en un Congreso internacional sobre “ambiente y salud”, 1997.
21
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 70.

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156 VICENTE BELLVER CAPELLA

completamente neutrales y su valoración dependerá por entero del uso que el ser
humano les dé22.
Pero Francisco rechaza esa presunta neutralidad 23. Por el contrario, afirma
que la ciencia y la tecnología “pueden implicar desde el comienzo hasta el final
diversas intenciones o posibilidades, y pueden configurarse de distintas
maneras”24. Desde el planteamiento tecnocrático hegemónico, según el cual el
progreso de la humanidad es consecuencia necesaria del desarrollo tecnológico y
de la maximización de los beneficios, “no se termina de advertir cuáles son las
raíces más profundas de los actuales desajustes, que tienen que ver con la
orientación, los fines, el sentido y el contexto social del crecimiento tecnológico
y económico”25.
El papa considera que detrás de la absolutización de la tecnología está una
visión antropológica errónea, que califica como “antropocentrismo desviado” y
que, lejos de erigir al ser humano en centro del universo, acaba disolviéndolo en
la insignificancia. Esa concepción parte de unos presupuestos dualistas (el ser
humano como pura bioquímica del carbono o como voluntad de poder) pero en
todo caso trae consigo unos resultados calamitosos: la exclusión social, la
degradación del ambiente y finalmente la autodestrucción de la condición
humana26. Esa visión acerca del ser humano alumbrada en la Modernidad tuvo
tanto éxito que llegó a influir en la misma antropología cristiana, la cual hizo
suyo en ocasiones el sueño prometeico del dominio sobre el mundo y pudo
provocar “la impresión de que el cuidado de la naturaleza es cosa de débiles” 27.

22
Sobre el engaño que se esconde tras la afirmación de la neutralidad de la tecnología; cfr. José
Sanmartín, Tecnología y futuro humano, Barcelona, Anthropos, 1990.
23
Sobre la no neutralidad de las tecnologías de la información y la comunicación y, en particular, de
internet: Evgeny Morozov, La locura del solucionismo tecnológico, Madrid, Clave intelectual-Katz,
2015.
24
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 114. Francisco insiste en esa idea para señalar que
tampoco los productos resultantes de la técnica “son neutros, porque crean un entramado que termina
condicionando los estilos de vida y orientan las posibilidades sociales en la línea de los intereses de
determinados grupos de poder. Ciertas elecciones, que parecen puramente instrumentales, en realidad
son elecciones acerca de la vida social que se quiere desarrollar”; ibídem, n. 107.
25
Ibídem, n. 109.
26
Uno de los primeros en advertir de esos efectos que solo muchos años después han mostrado su
rostro más infame fue: Jesús Ballesteros, Postmodernidad: decadencia o resistencia, Madrid, Tecnos,
1989.
27
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 116. Algunos sectores ecologistas acusaron al
cristianismo de estar en la raíz de la crisis ambiental que padecemos porque el mandato divino de
dominar la tierra había conducido al ser humano a devastar la naturaleza. El papa Francisco sale al
paso de esta crítica señalando cómo debe ser interpretado el mandato divino dirigido al hombre en el
Génesis y reconociendo la interpretación errónea que se ha podido hacer de ese mandato dentro de la
misma Iglesia. El trabajo que sintetiza la crítica ecologista a la visión judeo-cristiana del mundo es:

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 157

El papa subraya que el antropocentrismo desviado se vuelve contra el propio


hombre porque legitima “el juego de la competitividad y de la ley del más fuerte,
donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación,
grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin
horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de
consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del
«descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno
de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda
afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive”28.

La idolatría del dinero y el consumismo.

El antropocentrismo desviado es el fundamento del paradigma tecnocrático y trae


consigo dos resultados igualmente destructivos para el ser humano: la idolatría
del dinero, en el ámbito económico y social29, y el consumismo, en el ámbito de
las existencias individuales: “La crisis financiera que atravesamos nos hace
olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de
la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del
antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y
despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un
rostro y sin un objetivo verdaderamente humano. La crisis mundial, que afecta a
las finanzas y a la economía, pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo,
la grave carencia de su orientación antropológica que reduce al ser humano a una
sola de sus necesidades: el consumo”30.

Lynn White Jr., “The Historical Roots of Our Ecological Crisis”, Science, vol. 155, n. 3767, 1963,
pp. 1203-1207.
28
Francisco, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 2014, n. 53.Uno de los autores que ha
teorizado sobre este efecto de la modernidad es Zygmunt Bauman, Vidas desperdiciadas. La
modernidad y sus parias, Barcelona, Paidós, 2005.
29
“El paradigma tecnocrático también tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política. La
economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin prestar atención a eventuales
consecuencias negativas para el ser humano. Las finanzas ahogan a la economía real. No se
aprendieron las lecciones de la crisis financiera mundial y con mucha lentitud se aprenden las
lecciones del deterioro ambiental. En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la
tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con lenguajes
no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán
con el crecimiento del mercado. No es una cuestión de teorías económicas, que quizás nadie se atreve
hoy a defender, sino de su instalación en el desarrollo fáctico de la economía. Quienes no lo afirman
con palabras lo sostienen con los hechos”; Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 109.
30
Ibídem, n. 55.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


158 VICENTE BELLVER CAPELLA

Francisco acusa al capitalismo global, dominado por el primado de las


finanzas, de los graves males sociales y ambientales que padece el mundo.
Considerando las causas que condujeron a la crisis de 2008 y la estrategia
empleada para salir de ella, dirige al mundo financiero y a las autoridades
políticas una durísima denuncia31, como no encontramos en los anteriores papas:
“Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres
humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico,
arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la
fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso
pone en riesgo esta nuestra casa común, la hermana y madre tierra” 32.
Ahora bien, no se puede desconocer que Benedicto XVI, apoyándose en las
enseñanzas de sus antecesores, ya advirtió sobre el mal de la financiarización de
la sociedad y de su estrecha vinculación con la mentalidad tecnocrática 33: “Pablo
VI invitaba a valorar seriamente el daño que la trasferencia de capitales al
extranjero, por puro provecho personal, puede ocasionar a la propia nación [95].
Juan Pablo II advertía que invertir tiene siempre un significado moral, además de
económico [96]. Se ha de reiterar que todo esto mantiene su validez en nuestros
días a pesar de que el mercado de capitales haya sido fuertemente liberalizado y
la moderna mentalidad tecnológica pueda inducir a pensar que invertir es sólo un
hecho técnico y no humano ni ético (…). Se ha de evitar que el empleo de
recursos financieros esté motivado por la especulación y ceda a la tentación de
buscar únicamente un beneficio inmediato, en vez de la sostenibilidad de la
empresa a largo plazo, su propio servicio a la economía real y la promoción, en
modo adecuado y oportuno, de iniciativas económicas también en los países
necesitados de desarrollo”34. Por tanto, se puede entender que el magisterio
social de Francisco continúa la línea de sus predecesores ajustándolo a los
desafíos del presente.
Como se ha dicho, el impacto del paradigma tecnocrático no solo se produce
en la concepción de la economía sino también en los estilos de vida personal, que
pasan a estar dominados por el consumismo:

Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo


para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine
31
Sobre la responsabilidad política en la crisis financiera: José Sanmartín, Bancarrota moral.
Violencia político-financiera y resiliencia ciudadana, Barcelona, Sello, 2015.
32
Francisco, Discurso en el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, 2015, n. 1.
33
Jesús Ballesteros, “La insostenibilidad de la globalización existente: de la financiarización a la
ecologización de la economía y la sociedad”, Revista de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
de Elche, vol. 1, n. 8, 2012, pp. 15-36.
34
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 40.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 159

de las compras y los gastos innecesarios. El consumismo obsesivo es el


reflejo subjetivo del paradigma tecnoeconómico (…). Tal paradigma hace
creer a todos que son libres mientras tengan una supuesta libertad para
consumir, cuando quienes en realidad poseen la libertad son los que integran
la minoría que detenta el poder económico y financiero. En esta confusión, la
humanidad posmoderna no encontró una nueva comprensión de sí misma que
pueda orientarla, y esta falta de identidad se vive con angustia. Tenemos
demasiados medios para unos escasos y raquíticos fines 35

De igual modo que el antropocentrismo de la Modernidad parecía que iba a


lograr la plena emancipación del ser humano y lo ha puesto al borde de la
destrucción de la naturaleza y de sí mismo, el consumismo parecía extender
ilimitadamente la libertad individual y lo ha sumido en un completo vacío
existencial36. También a esto se refirió Juan Pablo II:

Debería ser altamente instructiva una constatación desconcertante de este


período más reciente: junto a las miserias del subdesarrollo, que son
intolerables, nos encontramos con una especie de superdesarrollo, igualmente
inaceptable porque, como el primero, es contrario al bien y a la felicidad
auténtica. En efecto, este superdesarrollo, consistente en la excesiva
disponibilidad de toda clase de bienes materiales para algunas categorías
sociales, fácilmente hace a los hombres esclavos de la «posesión» y del goce
inmediato, sin otro horizonte que la multiplicación o la continua sustitución
de los objetos que se poseen por otros todavía más perfectos. Es la llamada
civilización del «consumo» o consumismo, que comporta tantos «desechos»
o «basuras». Un objeto poseído, y ya superado por otro más perfecto, es
descartado simplemente, sin tener en cuenta su posible valor permanente para
uno mismo o para otro ser humano más pobre37

Paradigma tecnocrático y trabajo.

Una de las esferas en las que el paradigma tecnocrático tiene un influjo más
negativo es el del trabajo humano. Francisco entiende que una ecología integral
afirma el valor del trabajo para preservar lo creado y producir frutos para el bien

35
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 203.
36
Este problema fue advertido por otro de los precursores de la filosofía de la tecnología, Ortega y
Gasset, en los años treinta del pasado siglo: “vivimos en un tiempo que se siente fabulosamente capaz
para realizar, pero no sabe qué realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de sí mismo. Se
siente perdido en su propia abundancia. Con más medios, más saber, más técnicas que nunca, resulta
que el mundo actual va como el más desdichado que haya habido: puramente a la deriva”; José
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1937, p. 79.
37
Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo rei socialis, 1987, n. 28.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


160 VICENTE BELLVER CAPELLA

humano38. A su vez, el trabajo es un ámbito esencial para el desarrollo personal


en todas sus dimensiones. De ahí que el acceso al trabajo para todos deba ser un
objetivo prioritario. El trabajo no puede verse en ningún caso como un mal que
podrá reemplazarse cada vez más con el progreso tecnológico39.
Por ello, el papa denuncia el uso de la tecnología para reducir puestos de
trabajo y los consecuentes costes de producción. Por el contrario, alienta una
economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial,
caracterizada por la pequeña escala. Asegura que “una libertad económica sólo
declamada, pero donde las condiciones reales impiden que muchos puedan
acceder realmente a ella, y donde se deteriora el acceso al trabajo, se convierte en
un discurso contradictorio que deshonra a la política. La actividad empresarial,
que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo
para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde
instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de
trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común” (n. 129).
En los primeros años de su pontificado, Juan Pablo II publicó una encíclica
monográficamente dedicada al trabajo. En ella reflexiona sobre el impacto de la
técnica sobre el trabajo y previene sobre el riesgo de que la tecnología sirva para
destruir puestos de trabajo o para que el ser humano se convierta en instrumento
de aquella:

como un conjunto de instrumentos de los que el hombre se vale en su trabajo,


la técnica es indudablemente una aliada del hombre. Ella le facilita el trabajo,
lo perfecciona, lo acelera y lo multiplica. Ella fomenta el aumento de la
cantidad de productos del trabajo y perfecciona incluso la calidad de muchos
de ellos. Es un hecho, por otra parte, que a veces, la técnica puede
transformarse de aliada en adversaria del hombre, como cuando la
mecanización del trabajo «suplanta» al hombre, quitándole toda satisfacción
personal y el estímulo a la creatividad y responsabilidad; cuando quita el
puesto de trabajo a muchos trabajadores antes ocupados, o cuando mediante
la exaltación de la máquina reduce al hombre a ser su esclavo 40

El papa Francisco, consciente de que “no existe peor pobreza material que la de
no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo”, se niega a
considerar como inevitables el desempleo juvenil o la falta de derechos laborales.
Más bien los ve como resultado de una previa opción social, de un sistema
económico que pone los beneficios por encima del hombre: “son efectos de una
38
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 124.
39
Ibídem, nn. 127-128.
40
Juan Pablo II, Encíclica Laborem exercens, 1981, n. 5.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 161

cultura del descarte que considera al ser humano en sí mismo como bien de
consumo, que se puede usar y luego tirar”41. En términos más teóricos, pero con
idéntico mensaje, se había manifestado Juan Pablo II en Laborem exercens:
“Ante la realidad actual, en cuya estructura se encuentran profundamente
insertos tantos conflictos, causados por el hombre, y en la que los medios
técnicos —fruto del trabajo humano— juegan un papel primordial (…) se debe
ante todo recordar un principio enseñado siempre por la Iglesia. Es el principio
de la prioridad del «trabajo» frente al «capital». Este principio se refiere
directamente al proceso mismo de producción, respecto al cual el trabajo es
siempre una causa eficiente primaria, mientras el «capital», siendo el conjunto de
los medios de producción, es sólo un instrumento o la causa instrumental. Este
principio es una verdad evidente, que se deduce de toda la experiencia histórica
del hombre42.

Paradigma tecnocrático y bioética.

Otro de los ámbitos en los que el desarrollo tecnológico ha tenido mayor impacto
en la vida humana ha sido la biomedicina. Desde el descubrimiento de la doble
hélice de ADN en los años cincuenta del pasado siglo el ser humano ha generado
unas expectativas casi ilimitadas sobre las posibilidades de la biotecnología para
mejorar la vida humana, extendiendo su duración y dotándola de las
características que estimemos más beneficiosas. También en este campo,
siguiendo a sus predecesores43, Francisco entiende que el ser humano ha perdido
el sentido de sus propios límites, al convencerse de que el cuerpo humano no es
más que una materia informe y que, mediante su poder tecnológico, puede
transformarlo en todo aquello que se le antoje. Sucede entonces que el cuerpo
humano, como la naturaleza, se convierte en objeto de manipulación y el
resultado es el mismo: la exclusión de los seres humanos más vulnerables.
El papa enseña que el ser humano debe tomar conciencia de la existencia de
unos límites que orientan su acción, en primer lugar, ante su propia condición
biológica y corporal: “La ecología humana implica también algo muy hondo: la
necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia

41
Francisco, Discurso a los participantes en el Encuentro mundial de movimientos populares,
Ciudad del Vaticano, 28 de octubre de 2014.
42
Juan Pablo II, Encíclica Laborem exercens, 1981, n. 12.
43
“En la actualidad, la bioética es un campo prioritario y crucial en la lucha cultural entre el
absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral, y en el que está en juego la posibilidad de un
desarrollo humano e integral”; Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 74.

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162 VICENTE BELLVER CAPELLA

naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno” 44. A lo largo de la
encíclica, y en muchos de sus discursos más trascendentales, el Papa denuncia
formas de intervención biotecnológica sobre el ser humano que atentan contra su
dignidad. Entre ellas destacan las siguientes:
- Señala la incoherencia que supone defender el ambiente y la limitación de la
experimentación con animales, y consentir la experimentación con embriones
humanos: “…es preocupante que cuando algunos movimientos ecologistas
defienden la integridad del ambiente, y con razón reclaman ciertos límites a la
investigación científica, a veces no aplican estos mismos principios a la vida
humana. Se suele justificar que se traspasen todos los límites cuando se
experimenta con embriones humanos vivos. Se olvida que el valor inalienable de
un ser humano va más allá del grado de su desarrollo” 45. Encuentra esa misma
incoherencia en la aprobación del aborto: “Dado que todo está relacionado,
tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto.
No parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos
rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión
humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades” 46.
- La intervención en el cuerpo humano no solo alcanza al de los otros sino al
propio. El papa entiende que nuestro cuerpo debe ser tratado con respeto y no
puede ser reducido a objeto exclusivo de manipulación: “…nuestro propio
cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres
vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para
acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras
una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces
sutil de dominio sobre la creación” 47.

44
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 155. En esa misma línea se habían expresado Juan Pablo
II y Benedicto XVI en numerosas ocasiones. Valga por todas la siguiente: “Para salvaguardar la
naturaleza no basta intervenir con incentivos o desincentivos económicos, y ni siquiera basta con una
instrucción adecuada. Éstos son instrumentos importantes, pero el problema decisivo es la capacidad
moral global de la sociedad. Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace
artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos
a la investigación, la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello
de la ecología ambiental. Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente
natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a respetarse a sí mismas. El libro de la
naturaleza es uno e indivisible, tanto en lo que concierne a la vida, la sexualidad, el matrimonio, la
familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral”; Benedicto XVI,
Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 51.
45
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 136.
46
ibídem, n. 120.
47
Ibídem, n. 155.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 163

- El crecimiento demográfico como excusa para mantener el statu quo. El


papa no cree en el “dogma” que establece que el crecimiento de la población es
causa principal de muchos de los problemas de la humanidad, tanto sociales
como ambientales48, y que para resolverlos se deba reducir la natalidad, incluso
coactivamente:

En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo


diferente, algunos atinan sólo a proponer una reducción de la natalidad. No
faltan presiones internacionales a los países en desarrollo, condicionando
ayudas económicas a ciertas políticas de «salud reproductiva». Pero, «si bien
es cierto que la desigual distribución de la población y de los recursos
disponibles crean obstáculos al desarrollo y al uso sostenible del ambiente,
debe reconocerse que el crecimiento demográfico es plenamente compatible
con un desarrollo integral y solidario» [28]. Culpar al aumento de la
población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de
no enfrentar los problemas. Se pretende legitimar así el modelo distributivo
actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una
proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni
siquiera contener los residuos de semejante consumo49

El papa Francisco ha sido criticado por algunos que consideran que no se está
ocupando suficientemente de esos temas “políticamente incorrectos”, y por otros,
que entienden que debería abandonar definitivamente de esos planteamientos,
que no son más que hipotecas del pasado. Pero ni unos ni otros tienen razón: los
primeros, porque el papa no ha dejado de defender la vida humana en los foros
de mayor relevancia mundial, como la Asamblea General de Naciones Unidas 50,
el Parlamente Europeo51, el Consejo de Europa52, el Congreso de los Estados
Unidos53, o el Encuentro Mundial de Movimientos Populares 54; y los segundos

48
C. Hickey, T.N. Rieder, J. Earl, “Population Engineering and the Fight against Climate Change”,
Social Theory and Practice, vol. 42, n. 4, 2016, pp. 845-870.
49
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 50.
50
“La casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre… el respeto de la
sacralidad de cada vida humana”; Francisco, Discurso a la Organización de Naciones Unidas, Nueva
York, 25 de septiembre de 2015.
51
Donde levantó su voz por los “niños asesinados antes de nacer”; Francisco, Discurso al
Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014.
52
Donde habló de la necesidad de proteger la vida humana; Francisco, Discurso al Consejo de
Europa, Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014.
53
“La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida
humana en todas las etapas de su desarrollo”; Francisco, Discurso al Congreso de los Estados Unidos
de América, Washington, 24 de septiembre de 2015.
54
“Hoy en día se descartan los chicos porque el nivel de natalidad en muchos países de la tierra ha

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164 VICENTE BELLVER CAPELLA

porque, como el propio papa pone de manifiesto continuamente, no es coherente


defender la vida de los más vulnerables y la naturaleza, y no hacerlo con los no
nacidos55.

Paradigma tecnocrático y medios de comunicación.

Las tecnologías de la comunicación han revolucionado el mundo en unos pocos


años. Benedicto XVI y Francisco no han permanecido ajenos a este fenómeno en
la medida en que puede resultar una manifestación más del paradigma
tecnocrático. Benedicto XVI insiste en que el desarrollo tecnológico por sí solo
no produce ningún bien: todo depende de cómo sea concebido y de los fines a los
que se destine. Y eso es también así para las tecnologías de la información y la
comunicación: “El mero hecho de que los medios de comunicación social
multipliquen las posibilidades de interconexión y de circulación de ideas, no
favorece la libertad ni globaliza el desarrollo y la democracia para todos. Para
alcanzar estos objetivos se necesita que los medios de comunicación estén
centrados en la promoción de la dignidad de las personas y de los pueblos, que
estén expresamente animados por la caridad y se pongan al servicio de la verdad,
del bien y de la fraternidad natural y sobrenatural”56.
Francisco dedica un extenso epígrafe de la encíclica Laudato si’ a los nuevos
medios de comunicación y a las redes sociales. Reconociendo su utilidad,
advierte de los graves riesgos que crea. Señala principalmente dos. El primero es
la contaminación mental fruto del exceso de información a nuestro alcance, que
dificulta más que favorece el acceso a la sabiduría57. El segundo es la sustitución
del mundo real por el virtual, de modo que el que el contacto con las personas y
la naturaleza se reemplaza por las pantallas. Son dos problemas enormes, que
invitan a una completa revisión del modo entusiasta en que hemos incorporado

disminuido o se descartan los chicos por no tener alimentación o porque se les mata antes de nacer”;
Francisco, Discurso a los participantes en el Encuentro mundial de movimientos populares, Ciudad
del Vaticano, 28 de octubre de 2014.
55
“Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la
misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la
vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada”; Francisco, Homilía durante la
Misa de canonización de la Beata Teresa de Calcuta, Basílica de San Pedro, 4 de septiembre de
2016.
56
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 2009, n. 73.
57
Es inevitable recordar en este momento los conocidos versos de Eliot procedentes del primer coro
de The Rock: “Where is the wisdom we have lost in knowledge? Where is the knowledge we have
lost in information?” (¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento? ¿Dónde el
conocimiento que hemos perdido en información?); Thomas E. Eliot, The Rock, Londres, Faber &
Faber, 1934.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 165

estas tecnologías en nuestras vidas58. No propone que abominemos de ellas sino


que los orientemos y empleemos de modo que realmente pongan al ser humano
en el centro.

Los medios del mundo digital, cuando se convierten en omnipresentes, no


favorecen el desarrollo de una capacidad de vivir sabiamente, de pensar en
profundidad, de amar con generosidad. Los grandes sabios del pasado, en este
contexto, correrían el riesgo de apagar su sabiduría en medio del ruido
dispersivo de la información. Esto nos exige un esfuerzo para que esos
medios se traduzcan en un nuevo desarrollo cultural de la humanidad y no en
un deterioro de su riqueza más profunda. La verdadera sabiduría, producto de
la reflexión, del diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se
consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y
obnubilando, en una especie de contaminación mental. Al mismo tiempo,
tienden a reemplazarse las relaciones reales con los demás, con todos los
desafíos que implican, por un tipo de comunicación mediada por internet.
Esto permite seleccionar o eliminar las relaciones según nuestro arbitrio, y así
suele generarse un nuevo tipo de emociones artificiales, que tienen que ver
más con dispositivos y pantallas que con las personas y la naturaleza. Los
medios actuales permiten que nos comuniquemos y que compartamos
conocimientos y afectos. Sin embargo, a veces también nos impiden tomar
contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y con
la complejidad de su experiencia personal. Por eso no debería llamar la
atención que, junto con la abrumadora oferta de estos productos, se desarrolle
una profunda y melancólica insatisfacción en las relaciones interpersonales, o
un dañino aislamiento”59

Más allá del paradigma tecnocrático y del ecocentrismo.

El papa critica el paradigma tecnocrático, basado en el “antropocentrismo


desviado”, que ve la tecnología como solución a todos los problemas. Pero,
como ya hizo Benedicto XVI60, rechaza igualmente las propuestas del
ecologismo radical o biocentrista, que tienden a divinizar la naturaleza y
relativizar la importancia del ser humano 61: “En un extremo, algunos sostienen a

58
Uno de los análisis más lúcidos sobre el modo en que la comunicación se vuelve una forma más de
consumismo alienante, en Byung Chul Han, Psicopolítica, Barcelona, Herder, 2014.
59
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 47.
60
“Considerar ideológicamente como absoluto el progreso técnico y soñar con la utopía de una
humanidad que retorna a su estado de naturaleza originario, son dos modos opuestos para eximir al
progreso de su valoración moral y, por tanto, de nuestra responsabilidad”; Benedicto XVI, Encíclica
Caritas in veritate, 2009, n. 14.
61
Un esclarecedor estudio de las bases filosóficas y los perniciosos efectos sociales del ecocentrismo:

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 149-169


166 VICENTE BELLVER CAPELLA

toda costa el mito del progreso y afirman que los problemas ecológicos se
resolverán simplemente con nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones
éticas ni cambios de fondo. En el otro extremo, otros entienden que el ser
humano, con cualquiera de sus intervenciones, sólo puede ser una amenaza y
perjudicar al ecosistema mundial, por lo cual conviene reducir su presencia en el
planeta e impedirle todo tipo de intervención. Entre estos extremos, la reflexión
debería identificar posibles escenarios futuros, porque no hay un solo camino de
solución. Esto daría lugar a diversos aportes que podrían entrar en diálogo hacia
respuestas integrales”. Lo fundamental para encontrar ese camino es dar con la
adecuada antropología, aquella que reconoce la centralidad de la persona y su
relación con el otro:

Cuando el pensamiento cristiano reclama un valor peculiar para el ser


humano por encima de las demás criaturas, da lugar a la valoración de cada
persona humana, y así provoca el reconocimiento del otro. La apertura a un
«tú» capaz de conocer, amar y dialogar sigue siendo la gran nobleza de la
persona humana. Por eso, para una adecuada relación con el mundo creado no
hace falta debilitar la dimensión social del ser humano y tampoco su
dimensión trascendente, su apertura al «Tú» divino. Porque no se puede
proponer una relación con el ambiente aislada de la relación con las demás
personas y con Dios62

Su defensa de la naturaleza y de los animales no le lleva a perder de vista el


riesgo de ponerlos por encima de las personas: “A veces se advierte una obsesión
por negar toda preeminencia a la persona humana, y se lleva adelante una lucha
por otras especies que no desarrollamos para defender la igual dignidad entre los
seres humanos. Es verdad que debe preocuparnos que otros seres vivos no sean
tratados irresponsablemente. Pero especialmente deberían exasperarnos las
enormes inequidades que existen entre nosotros, porque seguimos tolerando que
unos se consideren más dignos que otros” 63. Por ello, si bien considera que todo
ensañamiento con cualquier criatura es contrario a la dignidad humana, denuncia
“la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de
extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas,
se desentiende de los pobres o se empeña en destruir a otro ser humano que le
desagrada”64.

Jesús Ballesteros, Ecologismo personalista, Madrid, Tecnos, 1995.


62
Francisco, Encíclica Laudato si’, 2015, n. 119.
63
Ibídem, n. 91.
64
Ibídem.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 167

La dificultad para salir del bucle tecnocrático.

El papa hace una crítica implacable de la situación actual pero mantiene intacta
la esperanza en la posibilidad del cambio, tanto del corazón de las personas como
de las estructuras sociales. Pero precisamente porque confía en la posibilidad de
cambiar del ser humano no desconoce las graves dificultades que existen para
que lo lleve a cabo.
La primera podría decirse que es de carácter epistemológico. El ser humano
contemporáneo, dominado por la perspectiva tecnológica, no alcanza una visión
integral de la realidad: “La especialización propia de la tecnología implica una
gran dificultad para mirar el conjunto. La fragmentación de los saberes cumple
su función a la hora de lograr aplicaciones concretas, pero suele llevar a perder el
sentido de la totalidad, de las relaciones que existen entre las cosas, del horizonte
amplio, que se vuelve irrelevante. Esto mismo impide encontrar caminos
adecuados para resolver los problemas más complejos del mundo actual, sobre
todo del ambiente y de los pobres, que no se pueden abordar desde una sola
mirada o desde un solo tipo de intereses”. En lugar de revolverse frente a una
fragmentación que, si bien incrementa su poder sobre la realidad le ciega para
comprender su sentido, prefiere engañarse pensando que la técnica no solo
aumenta su poder de intervención sino que es “el principal recurso para
interpretar la existencia”65.
Más allá de esta ilusión epistemológica, se encuentra la dificultad para salir
de una atmósfera que lo envuelve todo e impide ver más allá: “El paradigma
tecnocrático se ha vuelto tan dominante que es muy difícil prescindir de sus
recursos, y más difícil todavía es utilizarlos sin ser dominados por su lógica” 66.
Esa dificultad se agrava aún más en los tiempos presentes en los que cunde una
sensación de inestabilidad e inseguridad, que potencia las formas de egoísmo
colectivo: “Cuando las personas se vuelven autorreferenciales y se aíslan en su
propia conciencia, acrecientan su voracidad. Mientras más vacío está el corazón
de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. En este
contexto, no parece posible que alguien acepte que la realidad le marque
límites”67.
Pero incluso las minorías desengañadas, que son capaces de ver que los
avances de la ciencia y la tecnología no equivalen al progreso de la humanidad,

65
Ibídem, n. 110.
66
Ibídem, n. 108.
67
Ibídem, n. 204.

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168 VICENTE BELLVER CAPELLA

“tampoco se imaginan renunciando a las posibilidades que ofrece la tecnología.


Se hace difícil detenerse para recuperar la profundidad de la vida” 68.
Al papa también le preocupa que la cultura ecológica que se extiende por
todo el mundo, en lugar de ofrecer una alternativa plausible al paradigma
tecnocrático, se convierta en un instrumento que legitime el statu quo:

La cultura ecológica no se puede reducir a una serie de respuestas urgentes y


parciales a los problemas que van apareciendo en torno a la degradación del
ambiente, al agotamiento de las reservas naturales y a la contaminación.
Debería ser una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa
educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una
resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático. De otro modo, aun las
mejores iniciativas ecologistas pueden terminar encerradas en la misma
lógica globalizada69

Por tanto, el papa aboga no tanto por la consolidación de esta cultura ecológica
sino por una verdadera revolución ecológica que introduzca cambios
sustanciales:

Lo que está ocurriendo nos pone ante la urgencia de avanzar en una valiente
revolución cultural (…). Nadie pretende volver a la época de las cavernas,
pero sí es indispensable aminorar la marcha para mirar la realidad de otra
manera, recoger los avances positivos y sostenibles, y a la vez recuperar los
valores y los grandes fines arrasados por un desenfreno megalómano70

Conclusión

Desde su elección en 2013, el papa Francisco ha irrumpido con fuerza en el


debate mundial sobre las causas de la exclusión social y la crisis ecológica que
padecemos, y sobre las propuestas para superarlas. El papa considera que la
causa de estos problemas está en la hegemonía del paradigma tecnocrático, y la
solución consiste en poner a la persona en el centro de la ordenación social. Por
la posición que el papa ocupa a nivel mundial y, sobre todo, porque su discurso
en este campo se dirige a toda la humanidad y no solo a los cristianos, parece
adecuado tomar en consideración sus reflexiones y propuestas.

68
Ibídem, n. 114.
69
Ibídem, n. 111.
70
Ibídem, n. 107.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 169

El paradigma tecnocrático se sostiene sobre un antropocentrismo desviado


que reduce al ser humano a la condición de mercancía que se desecha en cuanto
deja de resultar útil. Surge así lo que el papa ha calificado la cultura del descarte,
que en los tiempos presentes se ha llevado a cabo principalmente mediante la
financiarización de la sociedad.
Francisco hace referencia a algunos ámbitos en los que el paradigma
tecnocrático ha tenido sus efectos más corrosivos para la vida humana: el
consumo, el trabajo, las aplicaciones biotecnológicas, y las tecnologías de la
información y la comunicación. También pone de manifiesto las graves
dificultades que existen para superar ese paradigma y la insuficiencia de algunas
de las alternativas que se han planteado, como el biocentrismo o la cultura
ecológica legitimadora del statu quo. Lógicamente el papa hace la crítica para,
sobre todo, centrarse en una propuesta, que bien puede calificarse como
ecosocial y que está siendo objeto de estudio y debate en todo el mundo.

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CONTRA EL PARADIGMA TECNOCRÁTICO 171

SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA /
REVIEWS

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EL VALOR DE INNOVAR DE JAVIER ECHEVERRÍA
JOSÉ A. MARÍN-CASANOVA

jamarin@us.es
Universidad de Sevilla

ECHEVERRÍA, J.: El arte de innovar. Naturalezas, lenguajes, sociedades,


Madrid, Plaza y Valdés, 2017. 190 págs.

En un principio, filosofía e innovación se repelen mutuamente, tanto es así que


hablar de filosofía de la innovación comporta en términos históricos originales
un genuino oxímoron. Algo así como la filosofía cristiana que, según Heidegger,
es tan absurda como un círculo cuadrado. Sin embargo, hoy día la innovación es
poco menos que un prerrequisito de la filosofía; al menos, de la filosofía acadé-
mica (como de cualquier actividad ejecutada bajo el imperio de la triple alianza
entre Tecnociencia, Mercado y Universidad). La innovación ha pasado de condi-
ción de casi imposibilidad a casi condición de posibilidad de la filosofía. Para
entender el tránsito conviene percatarse del doble sentido del genitivo en el sin-
tagma “filosofía de la innovación”. Primero, en el sentido objetivo: la constitu-
ción de la innovación en objeto filosófico, toda vez que la actual mentalidad
innovadora choca con la mentalidad filosófica clásica, siendo —como, en cam-
bio, es— tributaria de la mentalidad bíblica con la que se identifica la mentalidad
moderna en tanto que réplica secularizada del imaginario religioso. De hecho, el
programa de la Modernidad, con las armas culminantes de la Teodicea, canoniza
el imaginario innovador.
Desde el punto de vista clásico, no hay lugar natural para la novedad. Y es que si
hay un prejuicio constituyente del pensamiento filosófico, una premisa fundacio-
nal, y resistente al paso del tiempo, es que nada surge de la nada 1 y que, por
tanto, lo nuevo naturalmente es imposible. En el plano ontológico lo nuevo es un
hecho sin derecho, un dato sin valor real. Una filosofía de la innovación sería
algo literalmente inconcebible. La perspectiva filosófica clásica auspicia una
naturaleza autónoma, absoluta e incondicionada. Ella tiene en sí su norma nece-
saria, todo es relativo a ella, nada la condiciona, ella condiciona todo. En su
absolutez la naturaleza griega es el límite necesario, el horizonte intraspasable de
toda acción humana. Sea del jaez que sea la acción, sea, pues, teórica, práctica o
técnica la acción rebota necesariamente en el muro vertical de la naturaleza.

1
Cfr. NORTH, Michael: Novelty. A history of the new, Chicago, University of Chicago Press, 2015.

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174 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

Dado su recurrente orden necesario, puesto que todo es según naturaleza, no hay
propiamente innovación. No se puede cambiar lo que es natural. La naturaleza
que es causa omnímoda no puede alterarse, no puede ser dominada, sino a lo
sumo contemplada. De ahí que la acción más noble, la primera, sea la teoría.
Nace de aquí la concepción griega de la verdad como desvelamiento (a-létheia)
de la naturaleza (phýsis), de cuya contemplación (theoría) nacen los conocimien-
tos que regulan el comportarse y el hacer humanos.
La theoría prima sobre la acción práctica y la técnica. Esa primacía deriva del
sesgo cosmológico de la conciencia helena, es decir, de la conciencia de que no
se da acción correcta ya ética ya poética, sino conociendo las leyes inmutables
que presiden la regularidad de los movimientos de la naturaleza, los cuales no
puede modificar la acción humana, no tanto por la modestia, insuficiencia o
precariedad de las disponibilidades técnicas, cuanto porque la naturaleza es pen-
sada como inmutable y por eso mismo como indomeñable. La naturaleza es el
paradigma de toda acción: son la ética y la técnica quienes tienen que mirarse en
el orden paradigmático o regla natural para reparar respectivamente en las reglas
del comportamiento “recto”, del hacer “recto”.
En la cosmología clásica la técnica se inscribe en el registro de la verdad pensada
no como dominio de la naturaleza, sino como su contemplación. La naturaleza
con su sello de necesidad no consiente a la técnica el traspasar su límite vertical
ni, en consecuencia, al tiempo el configurarse como historia del progresivo do-
minio de los procesos naturales. Esto es algo que le estaba históricamente reser-
vado a un genio distinto, y mucho, del filosófico, el genio religioso.
Ciertamente, el espíritu religioso ve la naturaleza como efecto de una voluntad, la
de su Creador, identificado así como autor de la mayor innovación posible, la
Creación. Semejante hecho superlativo fuerza a reemplazar el sentido cosmoló-
gico de lo que hay por el sentido antropoteológico, desplazando la conciencia
natural por la conciencia histórica, el saber teórico por el saber operativo, la
tragedia por el drama, la nostalgia por la esperanza. La fe religiosa abre el hori-
zonte pragmático de la salvación, sin el cual la ciencia moderna, sí, no sería
moderna: las raíces motivacionales de la ciencia moderna son antes bíblicas que
griegas.
En la Modernidad, se invierte, de hecho, la perspectiva clásica: la actividad inte-
lectual, que los griegos llamaban theoría y los latinos contemplatio, ya no fue
pensada como el fin último al que subordinar el hacer político, sino como ins-
trumento operativo2. El programa baconiano, scientia est potentia, establece que
2
La contraposición entre la mentalidad filosófica y la religiosa se encuentra exhaustivamente
expuesta en GALIMBERTI, Umberto: Psiche e techne. L’uomo nell’età della tecnica, Milano,
Feltrinelli, 2000, pp. 277-282 y 293-301, y también en NATOLI, Salvatore: L’esperienza del dolore.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 171-184


SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 175

el destino del saber es su funcionalidad al poder: poder de hacer y de modificar


la naturaleza en vista de la proyectualidad humana. Para los antiguos el conoci-
miento de la naturaleza se paraba delante de su inmodificabilidad, para los mo-
dernos la naturaleza forma parte de la misma proyectualidad humana: el proyecto
se convierte en medida de un hacer que ya no asume la inmodificabilidad de la
naturaleza como límite.
El pie de esta actitud innovadora no es griego, sino judeo-cristiano. Según la
tradición religiosa, Dios ha colocado al humano en el mundo con el fin de que
fuese su dueño y que dominando el mundo hiciese obra de verdad. Pero esta
verdad ya no es la verdad en la acepción griega de alétheia, que significa “desve-
lamiento” de las leyes inmutables de la naturaleza a la que se remite la theoría.
Esta otra verdad es la verdad en la acepción hebrea de émet, que significa hacer
lo que Dios ha prescrito al hombre. Se trata entonces de una verdad que no se
contrapone al “error” o la “falsedad”, sino a la “infidelidad” al mandato divino o
a la ignavia. Luego, a diferencia de la verdad clásica, la verdad religiosa no es
algo que se conoce, sino algo que se practica. Abandonada la verdad griega que
se contempla, la modernidad adopta la verdad hebrea que se hace en el tiempo,
con la consiguiente primacía indiscutible del hacer sobre el contemplar, de la
innovación sobre la repetición. Cuando Bacon subordina el saber al poder y
Marx la contemplación del mundo a su transformación, aun cuando bajo regis-
tros distintos, ambos están confirmando el “hacer verdad” religioso, que se des-
pide definitiva e innovadoramente de la naturaleza contemplativa clásica.
Gozne de la tradición judeo-cristiana es la voluntad de Dios, que quiere el seño-
río del hombre sobre el mundo. “Hacer verdad”, es decir, ser fieles a la orden de
Dios significa entonces derecho al dominio. La técnica, que ofrece las condicio-
nes para el ejercicio de este derecho innovador, se inscribe, así pues, en el hori-
zonte teológico, donde Dios es el fundamento que justifica la bondad del operar
técnico y su consiguiente obligatoriedad.
Se ponía de este modo en marcha el programa de la Modernidad, pudiendo
entender por ésta la era del carácter autoimpositivo de lo novum, donde el hecho
de la novedad se hace un valor3, ese programa que iba a permitir la conversión
del mal del devenir en el devenir del mal. El culmen teórico de tal programa

Le forme del patire nella cultura occidentale (1986), Milano, Feltrinelli, 2016, pp. 48-103. Al
respecto, están llenas de delicadeza contrastiva las breves pinceladas de ORTEGA Y GASSET, José:
“Apuntes sobre el pensamiento: su teurgia y su demiurgia” (1941), en Id.: Historia como sistema y
otros ensayos de Filosofía (pp. 63-93), Madrid, Alianza, pp. 87-89.
3
CHIURAZZI, Gaetano: Il postmoderno. Il pensiero nella società della comunicazione, Torino,
Paravia, 1999, p. 13: “Como ley necesaria de la historia, el progreso implica la identidad axiológica
entre melius y novus, esto es, la idea de que lo que es moderno, actual, es de por sí mejor que lo que
ha pasado”.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 171-184


176 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

novador quizá se encuentre en la Teodicea de Leibniz, en cuya frase “la sagesse


doit varier” (§124) se encuentra el lema vertebral de la filosofía de la innovación.
Y es que la Providencia moderna no ama la pesadez del pasado sino la alacridad
del futuro. Lo importante no es el provenir, sino el porvenir. Mientras el clásico
quería repetir un mismo paradigma teniendo presente el pasado como modelo, el
moderno quiere innovar teniendo presente el futuro como modelo. Se trata de
variar a ultranza, de modelar el tiempo en una “época en la que el hecho de ser
moderno se ha convertido en un valor determinante” 4: “si la historia está dotada
de este sentido progresivo es evidente que tendrá más valor lo más ‘avanzado’ en
el camino hacia la conclusión, aquello que esté más cerca del término del proce-
so”5. El valor de innovar presume la positivización ontológica de la mutabilidad,
de la fugacidad, de la temporalidad y la “hipertribunalización” de la realidad (la
cuádruple premisa de la Teodicea) en un momento en que el mundo se acelera y
se intenta dominar la aceleración mediante el “conformismo con la aceleración” 6.
Es seguramente al rebufo de la estirpe leibniciana de su pensamiento cómo hay
que entender la cuadratura del círculo que lleva a cabo Echeverría en este libro
conectando y cohonestando innovación y filosofía. Y es que cuando la innova-
ción es objeto de la filosofía se termina produciendo el efecto de la imposición
de la lectura subjetiva del genitivo: la misma filosofía se torna innovadora. Hacer
filosofía de la innovación (genitivo objetivo) comporta hacer innovación de la
filosofía (genitivo subjetivo). Echeverría eleva esto al cuadrado.
No es una hipérbole, el autor es un pensador que se ha destacado en los últimos
años precisamente por hacer de la innovación objeto de la Filosofía, con
publicaciones académicamente importantes. Los procesos innovadores (quizá sea
la categoría de “proceso” la base onto-epistemológica de la innovación, con lo
que los procesos tendrían prioridad real sobre las cosas y los productos, los
objetos y los sujetos) han sido estudiados por economistas, sociólogos, politólo-
gos, antropólogos, pedagogos e historiadores y practicados por científicos y
tecnólogos, así como empresarios y artistas. Es hora, viene a decirnos nuestro
pensador, de que el Ars Innovandi lo interpreten también los filósofos. Al menos,
eso es lo que él viene a hacer en sus obras recientes y conspicuamente en este
ensayo. En él Echeverría tiene y asume el valor de innovar.
La primera tarea que se plantea el autor en este libro es repensar a fondo el
concepto de innovación, se trata de ir hacia una filosofía de la innovación, a la
vez rigurosa y despiadada, partiendo felizmente, como ya ha hecho alguna otra
vez, de una idea orteguiana, la que identifica innovación y vitalidad. La
4
VATTIMO, Gianni: La sociedad transparente, Barcelona, Paidós/I.C.E.-U.A.B., 1989, p. 73.
5
Ibidem, p. 75.
6
MARQUARD, Odo: Apologie des Zufälligen, Stuttgart, Reclam, 1986, p. 60.

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SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 177

innovación no es mera novedad sino que comporta cambio y valor. De hecho, el


primer objetivo de Echeverría, con esa esmerada parsimonia como de bruñidor
que luce para desesperación de impacientes y deslumbre, sin embargo, de los que
valoran el esfuerzo del concepto, es el de lustrar la noción de innovación, más
allá de su ideologismo actual. Tras calibrar, como buen filósofo de la ciencia, las
distintas y principales definiciones aquilatando sus teorizaciones subyacentes (la
conceptualización económica de Schumpeter, la sociológica de Rogers y la
politológica de Lundvall), consciente de que no existe una filosofía ni tampoco
una historia de la innovación, el autor elucida una definición más general y
fecunda que la del mismísimo Manual de Oslo: las innovaciones quedan
caracterizadas como “procesos interactivos que generan algo nuevo,
transformador y valioso en entornos y sistemas determinados” (p. 82).
Con ello, en segundo lugar, el texto no se conforma, así pues, con aclarar de la
forma más exhaustiva la noción de innovación, sino que, dada la propia
exigencia innovadora de esa misma definición, amplía por un golpe de audacia
feérica la innovación extendiéndola a la naturaleza, o por mejor decir, a las
naturalezas. Si ya Ortega identificó innovación con vida, se trata ahora de dilatar
la vida más allá de la biografía, para poder incluir en ella la biología y —
ampliando la osadía inclusiva— la misma cosmología. Y ello, además, en un ya
inevitable plural. En este ensanche conceptual se cumple, entonces, el casi
destino antes insinuado de que una filosofía con la innovación por objeto se hace,
a su vez, sujeto de innovación. En efecto, la apuesta más arriesgada de la
filosofía de la innovación de Echeverría, y donde reside su innovación inicial,
estriba en generalizar y extender la idea orteguiana asumida, con el fin de superar
el etnocentrismo típico de las sociedades humanas. La innovación del más
laureado (¡y leído!) de los filósofos de su área de conocimiento traslada la
innovación de la (tecno)cultura a la naturaleza, de la (tele)polis a la phýsis. Esta
innovación del marco de planteamiento de la innovación trastoca el ámbito
antropocéntrico donde sus teóricos y practicantes la habían emplazado
habitualmente, el de las empresas tecnológicas destinadas a la producción de
bienes mercantiles. Aunque no recuerdo que el ensayista utilice al respecto su
vocabulario más característico, podríamos decir que con él la innovación llega al
entorno clásicamente menos innovador, al primer entorno, lo cual labora
violentamente contra toda la tradición metafísica. Hay innovaciones animales y
vegetales. Y minerales. Con Echeverría la innovación se naturaliza y la
naturaleza se innova: ahora ¡innovar es natural!
Así, para la filosofía naturalizada de innovación, que no se propone, en
definitiva, otra cosa que propugnar que los procesos de innovación no sólo no se
reducen a procesos tecnológicos ni sociales —por muy valioso que haya

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178 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

resultado el aún reciente auge de la noción de innovación social, antes eclipsada


por la tecnológica, no basta una filosofía social de la innovación— sino que
incluso son anteriores a los mismos seres humanos, remontándose a la aparición
de nuevas entidades cosmológicas, geológicas y biológicas, innovaciones sin
sujeto, sin agente humano alguno que las impulse, ciegas y contingentes, no
intencionales: “el gran ejemplo de innovación natural es la emergencia y
difusión de la vida, así como, posteriormente, la aparición y reproducción de las
diversas modalidades de vida” (p. 52).
Hasta hablando de la vida y de la naturaleza, de la vida como paradigma de
innovación natural, aparece el sesgo de número del innovacionismo de
Echeverría. Y es que este nuevo modo de ver y analizar la realidad, además de
proponer socializar y naturalizar el concepto de innovación, declara asumir la
pluralidad no sólo de sociedades sino asimismo de mundos (microcosmos,
mesocosmos, macrocosmos). “La filosofía de la innovación ha de ser válida para
diversas naturalezas, no para una sola” (p. 80). La metodología y la
epistemología de esta filosofía de la innovación, por ello también innovadora, es
decididamente pluralista. “El arte de innovar es plural” (p. 13).Y no puede no
serlo cuando resulta que las innovaciones, de suyo tipológicamente muy
variadas, son procesos situados, tanto en el espacio como en el tiempo,
sometidos a escala, y multifactoriales, en los que pueden estar presentes muy
diversos agentes. La vocación pluralista del libro, ya presente en su propio
subtítulo, no se conforma con enfatizar la existencia de diversos cosmos
naturales, sino que constata la diversidad dentro de un mismo cosmos natural.
Esto es particularmente innovador en lo que respecta a los valores.
La filosofía naturalizada de la innovación, con un enfoque axiológico también
naturalizado, subraya (muy innovadoramente, por cierto) la existencia de
valoraciones distintas y contrapuestas dentro de cualquier mundo natural. Sin
oposición no hay innovación. Echeverría considera que hasta la misma noción de
“destrucción creadora” de Schumpeter hunde precisamente sus raíces en el
pluralismo axiológico. La innovadora filosofía de la innovación asume la
innovación como un valor y como un proceso transformador (tanto generador
como, frente a los que hacen de la innovación un ídolo del foro, destructor) de
valor. La filosofía naturalizada de la innovación ha de poner el acento en el
análisis axiológico de los procesos de innovación desde una perspectiva
sistémica, evolucionista, y consecuencialista, que permita analizar críticamente
la dimensión creativa de la innovación, pero también la destructiva. Toda vez
que en tanto en cuanto valor, la innovación está más allá de la verdad y la
falsedad, al igual que del bien y del mal.

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SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 179

Baste esto como muestra de lo mucho que queda por hacer en filosofía de la
innovación. Las diversas modalidades de innovación se basan en valores.
Aunque antes sean vistas como novedades, luego las innovaciones han de ser
valoradas. “Este es el momento filosóficamente importante, puesto que permite
considerarlas como beneficiosas o perjudiciales para cada agente concernido” (p.
168). Y el hándicap insuperable (felizmente, añadiríamos) es que la pluralidad de
agentes y la pluralidad de sistemas de valores, a veces heterogéneos, impide que
haya una norma universal para valorar las innovaciones.
En definitiva, este texto está proponiendo unos estudios generales de
innovación que, al decir del autor, no aportan pero sugieren la posibilidad futura
de unas ciencias de la innovación. La innovadora filosofía de la innovación de
Echeverría viene así a poner las condiciones críticas y hermenéuticas para una
innología venidera. Y ella llegará cuanto antes nos ocupemos de las
innovaciones lingüísticas y conceptuales, a las que tan poca atención se ha
prestado tradicionalmente. Y es que el autor está persuadido de que, tras la
revolución digital, de base tecno-científica, la filosofía no puede quedarse en el
viejo logos que decía el ser, sino que ha de tomarse en serio el ahora vigente
techno-lógos, esa nueva modalidad de escritura que permite representar cualquier
clase de proceso empírico mediante procesos digitales, una gran innovación
procesal, hoy canónica, que subtiende a todas las TIC, para así ser innovadora,
para lograr hacer una innología de la filosofía. Aunque casi todos los grandes
filósofos pueden ser interpretados desde la perspectiva de la innovación, de la
innovación de producto, pues muchos pensadores produjeron nuevos sistemas
conceptuales, sólo algunos aportaron innovaciones de proceso, tan disruptivas
que transformaron los modos de hacer filosofía, lo que significa que además de
concebir de modo nuevo el ser, han aportado nuevos valores. Tuvieron el valor
de innovar. El mismo que a Echeverría le sobra.

***

PARENTE, D.: Artefactos, cuerpo el ámbito científico y filosófico,


y ambiente: exploraciones sobre este libro de Diego Parente,
filosofía de la técnica, Mar del publicado en el mes de octubre de
Plata, La Bola Editora, 2016. 2016, se presenta como una
159 pp. invitación a explorar algunos
problemas básicos de filosofía de la
En consonancia con el contexto técnica a partir de la indagación
actual de primacía de la tecnología sobre el estatuto de los artefactos, la
tanto en la vida cotidiana como en corporalidad y su relación con el

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 171-184


174 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

ambiente. Esta exploración no replantear la pregunta por lo natural


resulta lineal ni cerrada, más bien, y lo artificial y las tensiones (o
el autor propone conceptos y relaciones fluidas) entre ciertos
planteos que considera clave en el pares de conceptos clásicos en el
debate contemporáneo sobre estos debate filosófico como los de
temas, dejando que ellos dialoguen naturaleza/cultura y
entre sí y expresen, como un fruto humanidad/animalidad. Así,
de ese diálogo, las imbricaciones Parente plantea desde el inicio, y a
y/o tensiones entre ellos y las lo largo de todo el escrito, que la
implicancias que plantean, a su vez, pregunta por la técnica no puede ser
para las preguntas básicas en planteada sin recurrir a una
disciplinas afines como la biología, indagación sobre la diferencia
la etnografía, la antropología y la antropológica: “(…) no se puede
ingeniería, entre otras. definir coherentemente “técnica”
La lectura que propone Parente sin discutir simultáneamente un
sobre la técnica parte de una lugar para lo humano respecto de lo
constatación que se presentará animal y, a la vez, un lugar de lo
como una problemática artificial respecto de lo natural” (p.
fundamental a abordar: toda 23). Paralelamente, la cuestión de la
remisión a lo artificial supone una corporalidad emerge como una
referencia, aunque sea implícita, a dimensión más de análisis
lo natural, y a la inversa, cualquier necesaria, se entiende que la
propuesta sobre lo natural referirá caracterización del cuerpo y sus
de algún modo a lo artificial. La habilidades —y en última instancia
perspectiva tradicional sobre estos la misma diferencia antropo-
temas se ha planteado en términos lógica— se plantea solo en relación
de una oposición fundamental: hay con el singular ambiente artificial
una frontera infranqueable entre lo que ha intervenido en la historia
natural entendido como aquello no evolutiva de los seres humanos. En
intervenido por un agente consecuencia, Parente se propone
intencional y lo artificial entendido mostrar que la indagación sobre la
como el conjunto de producciones técnica y sus producciones
humanas que contrastan con la de materiales, los artefactos, requiere
otros animales no humanos. de un marco de enunciación amplio
Aquella premisa permite a Parente que reconozca “(...) la coherencia
poner en práctica la indagación de la pregunta conjunta acerca de la
filosófica sobre los supuestos; al relación entre artefactos, cuerpo y
plantear la pregunta por la técnica, ambiente” (p. 24).
se reconoce la necesidad de

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 171-184


SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 175

La estructura del libro presenta dos orgánico y lo artificial. En efecto,


grandes instancias de análisis que Parente se pregunta si los artefactos
logran conformar el marco de son proyecciones orgánicas y
enunciación recién formulado; se explora tres aproximaciones desde
parte de la problematización del las cuales ensaya una revisión
vínculo simbiótico entre humanos y crítica sobre la concepción
artefactos a partir de la relación protésica de la técnica y sobre la
cuerpo/ambiente (Capítulo 1), para frontera comúnmente planteada
pasar luego a la exploración de la entre órgano y artificio.
tecnicidad humana a partir de la El recorrido comienza examinando
tensión provocada por la oposición la postura de la la Organprojection
naturaleza/cultura y sus o proyección orgánica literal de
implicancias para la antropología Ernst Kapp, donde se formula la
filosófica (Capítulo 2). El recorrido tesis de la imitación formal o
teórico es rico en autores y funcional entre ciertos artefactos y
tradiciones de diferentes campos órganos y se señala sus
disciplinares, así como sugestivo en limitaciones. La segunda
cuanto a las vinculaciones con el aproximación parte de la
arte, en repetidas referencias al identificación de un factum
cine, la pintura y la literatura que fenomenológico: las experiencias
permiten constatar la ubicuidad de cotidianas de manipulación de
los temas y debates planteados para herramientas se caracterizan por un
la sociedad. acoplamiento mecánico eficiente.
En el primer capítulo Parente En consecuencia, en la segunda
reconoce la centralidad del aproximación, se explora el valor
interrogante sobre cómo plantear la filosófico de una perspectiva
relación entre órgano y herramienta, fenomenológica sobre la técnica
entre cuerpo y artificio. Un enfoque (Heidegger y Merleau Ponty)
de larga tradición sobre este enfatizando la incorporación
problema enfatiza la concepción corporal-perceptual de los
protésica de la técnica, la cual artefactos y concluyendo con la
supone una imagen del humano concepción del cuerpo humano
como animal incompleto y como espacio inherentemente
deficitario y a los artefactos como amplificable. La constatación de
suplementos que completan y esta experiencia fenomenológica
asisten al humano en sus plantea, a su vez, cierta singularidad
necesidades. Cualquier discusión humana: lo que caracteriza a los
sobre este enfoque requiere de una seres humanos es una vida
indagación sobre la relación entre lo tecnológicamente mediada que

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176 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

implica una transformación ahistórica que dé cuenta de lo que


cualitativa de lo que entendemos significa ser humano a partir de un
por experiencia. En la tercera y rasgo excluyente” (p. 79).
última aproximación sobre la En el segundo capítulo del libro
relación entre cuerpo y herramienta, Parente propone una indagación
se da lugar a una concepción sobre los matices y variantes del
híbrida de humano-máquina concepto de naturaleza —concepto
mediante el concepto de cyborg, supuesto en el capítulo 1— a partir
desde el cual se efectúa una de la oposición naturaleza/cultura y
relocalización de la frontera entre sus implicancias para la técnica y la
individuo y técnica a partir del concepción de lo humano. El capí-
análisis de la concepción tulo contiene cinco apartados que
amplificante de la mente —la tesis tratan el mismo núcleo problemáti-
de la mente extendida— y la co desde ángulos diferentes pero
constatación de la coevolución de fuertemente vinculados entre sí. En
artefactos y humanos efectuada por el primer apartado se realiza una
las teorías de construcción de revisión histórica del concepto de
nichos, fenómeno explorado naturaleza que da cuenta de la raíz
fundamentalmente en la filosofía de histórica de la separación entre
la biología. naturaleza y cultura y de su conso-
Como es posible observar, el primer lidación en la modernidad con un
capítulo del libro da cuenta de una modelo de ciencia y técnica susten-
progresiva tendencia des- tado en el dominio del ser humano
antropologizante sobre la relación sobre lo natural. Esta perspectiva
entre el humano y la técnica. histórica prepara el marco para la
Parente concluye señalando que discusión actual sobre estos temas:
esta tendencia tiene importantes ¿hay una noción universal de cultu-
consecuencias tanto para la filosofía ra y naturaleza? Parente elige tratar
de la técnica como para la este problema a partir de la antropo-
antropología filosófica. “Para la logía desde donde resulta la consta-
primera, implica admitir una tación del etnocentrismo implícito
perspectiva de coevolución de en las concepciones de cultura y
organismos y ambientes artificiales, naturaleza occidentales y, por ende,
lo cual puede llegar a reposicionar en el planteo de la misma dicoto-
la misma pregunta por la técnica. mía.
Para la segunda implica un El tercer apartado dentro del capítu-
debilitamiento del antropocentrismo lo 2 está dedicado a la idea de pro-
y, paralelamente, una cierta ducción o poiesis. La extensión
renuncia a hallar una esencia dedicada a las discusiones sobre el

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SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 177

estatuto de este concepto es muestra El planteo en el cuarto apartado está


de la relevancia que el autor le en consonancia con esta necesidad
otorga para la conformación del recién proyectada, en efecto, se
marco de enunciación de la pregun- indaga sobre la posibilidad de sos-
ta por la técnica. A grandes rasgos, tener una singularidad humana a
el debate se formula sobre el enfo- partir de la variable de la tecnici-
que hilemórfico de la producción dad. A tal respecto, Parente sostiene
que parece ofrecer una clave para la que es posible afirmar la singulari-
distinción entre tecnicidad humana dad de la técnica humana sin caer
y animal, este enfoque enfatiza la en una posición antropocéntrica o
primacía del diseño mental e inten- humanista. El autor efectúa una
cional sobre la materia en la prácti- revisión sobre el concepto de cultu-
cas tecnológicas humanas. Parente ra en términos naturalistas y consi-
opta por revisar la crítica a este dera que si bien se puede aplicar la
hilemorfismo desde la lectura de noción de cultura a técnicas de
tres autores contemporáneos a los animales no humanos, hay una
cuales identifica con una postura singularidad en la técnica humana
inmanentista: Leroi-Gourhan, Si- que reside en la capacidad de gene-
mondon e Ingold. El planteo que rar culturas acumulativas, las cuales
comparten estos tres autores radica constituyen para el humano un
en un énfasis en la singularidad de nicho ontogenético evolutivamente
la materia y una desestimación del único. Finalmente, esta posición
papel de la agencia humana inten- genera las condiciones para que en
cional en el otorgamiento de identi- el apartado quinto del capítulo 2 se
dad a los artefactos. Ante la tensión discuta sobre el rol de la estructura
planteada entre el hilemorfismo y el biológica en la emergencia de habi-
inmanentismo, Parente visualiza lidades corporizadas. Se puede
una aporía en torno a la noción de observar en el recorrido del pro-
producción que impide pensarla blema un progresivo debilitando de
bajo un esquema dualista de control la posibilidad de distinguir entre
humano centralizado al mismo una habilidad puramente natural y
tiempo que rechaza la posición una aprendida o cultural, que tiene
inmanentista de negar toda agencia como corolario “una concepción
intencional. El fenómeno de la más amplia del sustrato biológico
producción termina siendo entendi- humano que incluya dentro de sus
do como una faceta compleja y condiciones a la capacidad para
multidimensional de la técnica que generar cultura material y para
requiere de otras aproximaciones. desarrollar sus habilidades en ese
singular medio” (p. 149).

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178 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

El capítulo 2, en concordancia con GONZÁLEZ, W. J. (ed.): New


el capítulo 1, da cuenta de una ten- Perspectives on Technology, Val-
dencia des-antropologizante en la ues, and Ethics, Dordrecht, Spring-
reflexión sobre la técnica y de la er, 2015. 219 pp.
plausibilidad del planteo de una
ontología relacional en el vínculo El análisis tanto de los aspectos
entre cuerpo y ambiente, lo cual teóricos de la tecnología como de
supone una progresiva disolución sus múltiples prácticas se ha visto
de la oposición originaria y funda- obligado a aumentar su sofistica-
mental entre naturaleza y cultura y, ción debido a la abrumadora proli-
por lo tanto, entre humanos y ani- feración de los más diversos arte-
males. factos. El objetivo compartido por
En suma, el libro propone una serie los colaboradores de este volumen
relacionada de problemas, discusio- es el de suministrar un andamiaje
nes y aporías sobre los artefactos, la teórico, así como un estudio de
corporalidad y el ambiente que casos prácticos, con el que com-
constituyen el marco necesario para prender el amplio rango de cuestio-
pensar el estatuto de la técnica y los nes filosóficamente sensibles que
problemas vinculados a la diferen- suscita la tecnología. El presente
cia antropológica planteada en estos texto refleja las contribuciones a las
términos. En este sentido, el aporte XVII Jornadas de Filosofía y Meto-
de Parente es valioso dado, por un dología actual de la Ciencia (Jorna-
lado, el crecimiento y afianzamien- das sobre Tecnología, Valores y
to de la filosofía de la técnica como Ética), organizadas por el Profesor
disciplina y, por otro lado, la cre- Wenceslao J. González en el cam-
ciente tecnificación de las vidas pus de Ferrol (Universidad de la
humanas en las sociedades contem- Coruña) los días 15 y 16 de marzo
poráneas que reclama un marco de de 2012.
reflexión amplio, complejo y abier- Abre el volumen Wenceslao J.
to como el propuesto en este libro. González (Capítulo 1), quien pro-
pone un análisis desde un prisma
ALDANA D’ANDREA filosófico que busca responder a los
Universidad Nacional de Río nuevos retos que plantea la cuestión
Cuarto de los valores en torno a la tecnolo-
gía contemporánea. Para ello, esbo-
za un marco teórico donde primero
distingue la dimensión estructural,
que contiene una serie de compo-
nentes que singularizan la tecnolo-

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SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 179

gía (un lenguaje, un sistema, un entre valores «finales» e «instru-


conocimiento y un método propios) mentales», por otro. A partir de
y, en segundo lugar, plantea un ello, critica la tesis de que la tecno-
enfoque desde una perspectiva logía es neutral respecto a los valo-
dinámica, que contempla su histori- res: los artefactos tecnológicos no
cidad. Ambos aspectos involucran pueden estar cargados solo de valor
dos tipos de valores: internos o instrumental, sino también de valor
endógenos respecto de los diseños, final. En este punto, van de Poel
procesos y resultados de la tecnolo- sostiene que la profesión de inge-
gía; y externos o exógenos, que niero está cargada de valores, pues
dependen del marco social en que identifica valores internos y exter-
se desarrolla esta actividad. Valores nos, donde estos últimos muestran
que no están desvinculados unos de claramente la interacción de la
otros, sino que se conciben en un ingeniería con el marco social en
marco holista (donde valores exter- que se desarrolla, y donde los valo-
nos pueden convertirse en internos). res internos (entusiasmo, eficacia,
Una vez establecido este marco, eficiencia), considerados habitual-
González expone una perspectiva mente como neutrales, también son
axiológica en tres niveles: general, dependientes moralmente de los
en que se sitúan valores que pueden fines que se plantean (seguridad,
aparecer en cualquier forma de salud). Estos últimos, junto con la
tecnología; específico, el de las sostenibilidad, la justicia y la de-
diferentes ramas ingenieriles (in- mocracia, son valores externos
dustrial, areonáutica, etc.) y, por destacados que, a su vez, podría
último, el vinculado a los agentes decirse que son instrumentales para
(principalmente, ingenieros). En alcanzar el bienestar humano. En
consonancia, propone un marco este punto, no obstante, van de Poel
teórico para una ética de la tecnolo- deja claro que no son meros me-
gía, enfatizando el carácter univer- dios, sino que son constitutivos del
sal de los valores éticos frente a la valor más elevado que se pretende
particularidad de los valores mora- obtener, y aboga por su articulación
les, que dependen de normas socia- en códigos ingenieriles.
les. Debido al especial interés que
Ibo van de Poel despliega un reciben las tecnologías de la infor-
panorama general de valores en mación y la comunicación (TIC), en
ingeniería (Capítulo 2). Propone el capítulo 3 Paula Neira enfoca la
una clasificación de valores que evaluación de los propósitos, proce-
distingue entre valores «intrínse- sos y resultados de aquellas. Proce-
cos» y «extrínsecos», por un lado, y de a ello mediante un examen de

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180 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

ciertos valores internos que desem- profunda entre racionalidad y bon-


peñan un papel importante, con una dad. Seguidamente, se pregunta qué
presencia de datos e informes que papel desempeña la ética en la in-
apoyan su análisis y con frecuentes geniería a través de un repaso histó-
alusiones al caso de Internet. Es el rico de la noción de «uso y conve-
caso de (i) la accesibilidad, donde niencia». La selección de este caso
Neira subraya la facilidad (física y muestra cómo se ha fraguado la
cognitiva) de entrada en la Web por obediencia del ingeniero a la auto-
parte de los usuarios. A mayor ridad y a su compañía, pasando por
simplicidad, mayor número de el ideal tecnocrático, hasta la asun-
usuarios, una observación que cobra ción de responsabilidades sociales.
relevancia en un contexto económi- Más adelante (§4.3.2 y §4.3.3),
co. Un segundo valor es (ii) la ver- Mitcham señala un fenómeno de
satilidad, que tiene una repercusión doble vertiente: por un lado, desde
en la dimensión física, epistemoló- ámbitos ingenieriles profesionaliza-
gica y virtual en contextos online. dos se ha impulsado la inclusión de
(iii) La eficacia depende de los informes técnicos para influir en la
propósitos a partir de los que se adopción de ciertas regulaciones y,
desarrolla una TIC; es decir, algo es por otro, se exploran vías para cul-
eficaz en la medida en que se con- tivar actitudes moralmente virtuosas
sigue lo previsto. Aquí Internet ha en ingeniería y en la sociedad a
desbordado cualquier expectativa. partir de la evaluación basada en
Y, en último lugar, (iv) hay un una «pericia ética», una noción que
vínculo estrecho entre eficacia y pasa cuasi desapercibida, pero que
criterios económicos. es sumamente interesante [ethical
Carl Mitcham (Capítulo 4) expertise]. Asimismo, se pregunta
atiende con cautela las entradas por el bien que debería adoptarse
enciclopédicas acerca de la raciona- como el fin al que deben ajustarse
lidad, que la caracterizan como las regulaciones y se enfrenta con
«instrumental» sin prestar atención algunas tensiones resultantes de la
a la versión «substantiva», que oposición entre decisiones técnicas
concibe la racionalidad como un fin y democráticas; en especial, con la
en sí mismo. También se fija en la cuestión del consentimiento infor-
asunción popular de que racionali- mado. Para terminar, la racionali-
dad y la ética reflejan tensiones en dad tecnológica no clausura las
la práctica, cosa que no ocurre con disputas políticas y éticas acerca de
el par racionalidad/tecnología. No la clase de mundo en el que quere-
obstante, Mitcham evita estas sim- mos vivir, pero sin duda ocupa y
plificaciones y apela a la ligazón

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 171-184


SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 181

debe ocupar un lugar privilegiado cuestión de la interiorización de la


en cuanto a las políticas públicas. responsabilidad frente a la frecuente
El conocimiento que generan los exteriorización debida al anonimato
contextos online, qua contexto que proporciona Internet. Por últi-
práctico, posee unas peculiaridades mo, estas reflexiones pueden plas-
que, según Juan Bautista Bengoet- marse en códigos éticos que velan
xea (Capítulo 5), sugieren un nuevo por el buen hacer de los usuarios.
enfoque epistemológico y ético. Amparo Gómez (Capítulo 6)
Antes, y desde un trasfondo que ofrece un cuadro clásico de la ra-
combina elementos de Kant, Hegel, cionalidad tecnológica que busca la
y Thomas Nagel, traza un marco eficacia y la eficiencia, instrumental
específico para abordar las prácticas y neutral respecto de sus fines, y
online. Provisto de esta base teóri- que somete a revisión crítica. De
ca, señala que los contextos online entrada, hay que incluir sus conse-
no permiten dar cuenta del rol del cuencias, con especial atención a
conocimiento y su justificación en los riesgos que puedan generarse.
términos de las tradicionales nocio- Junto al riesgo sitúa la incertidum-
nes de «evidencia» (prueba empíri- bre, ambos ligados a tres factores:
ca) y «acceso perceptivo a los da- el horizonte temporal, los efectos
tos». Se trata de contextos sociales colaterales y los efectos irreversi-
donde los agentes no se desenvuel- bles. Para dar cuenta de ello, Gó-
ven aisladamente, sino en interde- mez apunta a la estimación del
pedencia con los demás usuarios y riesgo, que permite evaluar las
cuyo comportamiento está sometido consecuencias por medio de méto-
a evaluación ―identificando, por dos estadísticos y tomar decisiones
tanto, un componente normativo―. en función de los resultados. Resul-
En este punto, la tesis filosófica tados que, sin embargo, no están
subyacente es el enraizamiento exentos de controversia (caso del
común que se da entre el aspecto formaldehído). Por lo general, se
epistémico y el aspecto ético de las produce un alejamiento entre el
prácticas online. La información y tratamiento científico del riesgo y
el conocimiento cuentan con nor- su percepción social, que se incre-
mas y valores que refuerzan epis- menta si se detectan errores o falta
témicamente su obtención por parte de claridad en los informes exper-
de los usuarios. Para asentar esta tos. El contacto de esta dimensión
base ética, se sirve de una taxono- social con la racionalidad tecnoló-
mía de valores proveniente del gica conlleva la pregunta acerca de
marco específico aludido y, en quién decide qué es un riesgo y qué
particular, resulta interesante la hacer al respecto, lo cual supone

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182 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

adentrarse en la esfera política, da, pero, por otro, remarca los peli-
donde es crucial fortalecer los me- gros de la alteración genética de
canismos democráticos. En cuanto nuestra progenie, oponiéndose a las
al problema de la incertidumbre, se proclamas maximalistas sin ningún
repasan propuestas que apelan a atisbo de recelo acerca del progreso
criterios basados en la prudencia. incluso moral del ser humano.
Finalmente, Gómez señala que la Hannot Rodríguez (Capítulo 8)
racionalidad tecnológica no puede toma como punto de partida de su
limitarse a ser instrumental, sino análisis la resistencia social ante los
que debe incluir la evaluación de peligros que pueden comportar las
sus fines. innovaciones tecnológicas y en qué
En el capítulo 7, Vicente Bellver medida las instituciones las incor-
Capella recoge cuatro casos (geno- poran en las regulaciones. En esta
ma humano, bebés probeta, células línea, resultan clave los análisis de
madre y clonación humana) que riesgos, que persiguen anticipar las
ponen de manifiesto tres caracterís- consecuencias del desarrollo de la
ticas presentes en la relación entre ciencia y la tecnología y legitimar
biotecnología y sociedad: (a) se ha socialmente las legislaciones co-
consolidado la interacción entre rrespondientes. No obstante, se
centros tecnológico-científicos, producen dinámicas de confianza y
empresa privada, administración desconfianza en las instituciones,
pública y opinión pública, en la que acerca de las cuales Rodríguez
la cuestión de la financiación de los presenta tres modelos que respon-
proyectos de investigación es espe- den a tres tipos de desafíos. (i) El
cialmente sensible; (b) en los cuatro modelo de competencia combate el
casos de investigación en biotecno- desafío epistemológico; es decir, la
logía mencionados, se exageraron desconfianza sobre la base de la
de manera flagrante los resultados; pericia de los informes y el control
y (c) la globalización minimiza la del riesgo. (ii) Según el modelo
rigidez de las leyes en cuanto a cultural, la innovación tecnológica
biotecnología se refiere. El autor no se valora tanto por su riesgo,
también trata la polémica cuestión sino al considerar su adecuación
de la manipulación genética y dis- respecto de ciertos valores de índole
cute varios argumentos que esgri- cultural (p. ej., ecólogicos). (iii) Por
men los defensores del «mejora- último, el modelo relacional res-
miento humano» [human enhance- ponde al desafío reflexivo al apoyar
ment]. Bellver Capella reconoce los medidas de control en función de
aspectos positivos de, por un lado, un reconocimiento explícito de las
las técnicas de reproducción asisti- limitaciones de la ciencia y la tec-

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SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 183

nología. Además, este esquema de propuesta con la intención explícita


análisis lo aplica al caso de la legis- de acercar estas disciplinas entre sí.
lación sobre la nanotecnología en En el capítulo 10, Helena Ma-
Europa. teus Jerónimo sitúa en primer plano
Brian Balmer (Capítulo 9) com- la cuestión de los residuos, un pro-
bina un enfoque histórico- ducto inevitable derivado de la
descriptivo con un análisis de cues- industrialización. Desde un enfoque
tiones conceptuales. Primero, pro- crítico con el capitalismo, presenta
vee de base histórica la legislación la noción de «residuos normales»
internacional dedicada al control de [normal waste], que implica el
las armas químicas y biológicas hecho de que la dinámica de pro-
para tratar algunos debates impor- ducción y consumo genera como
tantes como (i) el dilema del «uso contrapartida los residuos. El capí-
dual» de la tecnología (benigno tulo contiene un recorrido histórico
(investigación en medicina o en la por los cambios en torno a la per-
industria química, entre otros) o cepción social de los residuos, que
agresivo (fines militares)), para lo comenzaron a verse como un pro-
cual examina el uso de ciertos pes- blema ante la denuncia de expertos
ticidas reconvertidos en armas quí- en salud pública y cambios en las
micas; (ii) el problema de la super- mentalidades. Hoy, los desechos se
posición de objetivos defensivos u tratan en plantas especializadas
ofensivos; y (iii) el problema de la como una cuestión técnica. Sin
verificación, que refleja las dificul- embargo, Jerónimo advierte de que
tades a la hora de determinar la la toma de decisiones respecto a la
finalidad de una actividad. En las cuestión de los residuos no debe
conclusiones, precedidas por una confiarse únicamente a una élite de
reflexión crítica sobre el tabú cultu- expertos, a modo de asunto mera-
ral presuntamente fijo en la actitud mente tecnológico, sino que debe
hacia las armas químicas y biológi- integrar aspectos «externos», de
cas, así como sobre la noción de índole social, económica, cultural,
«conocimiento tácito» en los labo- ética y medioambiental. En esta
ratorios y la cuestión de género en línea, señala la aparición de los
estudios sociales de la ciencia, movimientos ecologistas que de-
Balmer anima a los filósofos de la nuncian sus peligros y la puesta en
ciencia a recoger el testigo para valor desde el arte. Los residuos son
que, de la mano de estudios históri- ambivalentes en el sentido de que,
cos y sociológicos, discutan, entre al mismo tiempo que los desecha-
otros, los problemas conceptuales mos, forman parte indiscutible de
mencionados que emergen de su nuestra forma de vida. No se puede

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184 SECCIÓN BIBLIOGRÁFICA

eludir el reto que plantean, que se por temas que facilitan en gran
debate entre mantener el funciona- medida una búsqueda concreta y es
miento de consumo y residuos con un libro que suscita la discusión a
un cierto compromiso con el equili- un nivel avanzado, propio de mu-
brio ecológico, y un cuestionamien- chas de las firmas participantes
to más profundo, proclive al uso de desde 1996 en las Jornadas de Filo-
tecnologías alternativas. sofía y Metodología actual de la
Cierra el volumen un epílogo a Ciencia de Ferrol, entre ellas Larry
cargo de Amanda Guillan, cuyo Laudan, Philip Kitcher, Bas C. van
propósito es resumir las tesis y Fraassen o Jeffrey Barrett.
argumentos principales y conferir
coherencia a los bloques en los que MIQUEL COMPANY
se divide el libro, cometido que Universitat de les Illes Balears
ciertamente logra de forma clara y
sucinta. De hecho, lejos de ser un
rosario de aportaciones aisladas,
consideramos que este volumen
consigue mantener un hilo conduc-
tor gracias a la adecuada organiza-
ción de los contenidos y a la acredi-
tada experiencia y conocimiento de
los colaboradores. La dinámica
investigadora rema hacia la especia-
lización, si bien conviene prestar
atención a las visiones de conjunto
para ordenar la dispersión de las
publicaciones diseminadas en revis-
tas. Y si bien es cierto que media
cierta distancia entre determinados
enfoques y estilos, suman perspec-
tivas que configuran un panorama
general representativo de las cues-
tiones y debates más en boga en
torno a la tecnología. Por otra parte,
cabe destacar que la claridad expo-
sitiva y argumentativa invita a los
estudiantes a introducirse en estos
temas ya que, además, cuenta con
un índice onomástico y un índice

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017, pp. 171-184


ARGUMENTOS DE RAZÓN TÉCNICA
Revista Española de Ciencia, Tecnología y Sociedad, y Filosofía de la Tecnología / A Spanish
Journal on Science, Technology and Society, and Philosophy of Technology

Declaración ética sobre publicación y buenas prácticas

El equipo editorial de Argumentos de razón técnica está comprometido con la


comunidad científica para garantizar la ética y calidad de los artículos
publicados. La publicación toma como referencia el “Código de conducta y
buenas prácticas” que define el Comité de Ética en Publicaciones (COPE) para
editores de revistas científicas.
En cumplimiento de estas buenas prácticas, los artículos son evaluados por pares
externos anónimos con criterios basados exclusivamente en la relevancia
científica, originalidad, claridad y pertinencia del trabajo presentado. En todo
momento, se garantiza la confidencialidad del proceso de evaluación y el
anonimato de los evaluadores y de los autores, el contenido evaluado, el informe
razonado emitido por los evaluadores y cualquier otra comunicación emitida por
los diferentes comités. De la misma forma, se mantendrá la confidencialidad ante
posibles quejas, reclamaciones o aclaraciones que un autor desee formular al
equipo editorial o a los evaluadores. La revista Argumentos de razón
técnica declara su compromiso por el respeto e integridad de los trabajos
publicados. Por esta razón, el plagio está estrictamente prohibido y los textos que
se identifiquen como plagio o cuyo contenido sea fraudulento serán eliminados
del proceso de evaluación. Al aceptar los términos y condiciones expresados, los
autores han de garantizar que los artículos y los materiales asociados a él son
originales y no infringen los derechos de autor. Los autores deben también
justificar que, en caso de una autoría compartida, hubo un consenso pleno de
todos los autores afectados y que el trabajo propuesto no ha sido presentado ni
publicado con anterioridad en otro medio de difusión.
Argumentos de razón técnica no cobrará a los autores tasa alguna por
presentación o envío de artículos, ni tampoco cuotas por la publicación de
artículos.
La revista Argumentos de razón técnica muestra su proceder según esta
declaración ética o de buenas intenciones que compromete tanto a autores como
a revisores, así como a su equipo editorial y a los miembros de sus diversos
consejos o comités. Por ello, el presente código ha de ser acatado plenamente por
todos aquellos que intervengan en la publicación de trabajos científicos en esta
revista.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017


Los autores

Por tratarse de una publicación de acceso abierto, gratuita en publicación y


lectura, no comercial, regida por Creative Commons Attribution-NonCommercial
4.0 International, el autor cede implícitamente los derechos de autor y de
publicación a la revista a través de dicho sistema de propiedad intelectual pública
de acceso gratuito, cuando se activa el envío de un artículo.
Se comprometen a no falsear la autoría, no aceptando como tal a personas que no
hayan intervenido activamente en la generación del artículo presentado.
Declaran regirse por aplicar veracidad y rigor en títulos y resumen, evitar citas
“de favor” y declarar la procedencia exacta del contenido del trabajo (tesis
doctoral, proyecto de investigación, experiencia docente…).
Se obligan a no cometer plagio, definido éste como apropiación de textos de
otros autores sin su consentimiento y sin citar la fuente de los mismos aun si el
permiso hubiere sido expreso por parte de estos autores terceros. Asimismo, se
comprometen a no incluir en los textos postulados otros textos ya creados por
ellos mismos, evitando que exista más de un 20% de coincidencia entre un texto
previo y el postulado. Nuestra revista está acogida a la política anti-plagio de la
Editorial Universidad de Sevilla y se vale del software de detección de texto
copiado cuya licencia tienen contratada a tal efecto los servicios centrales de la
Biblioteca de la Universidad.
El artículo propuesto ha de ser original y no estar postulado simultáneamente
para otra publicación ni haber sido publicado con anterioridad en cualquier
soporte. Se aceptan reformulaciones de líneas de pesquisa trazadas y
actualizaciones de trabajos pasados publicados a fin de completar la
investigación. Asimismo, se pueden presentar trabajos convenientemente
actualizados y adecuados a partir de ponencias a Congresos Científicos no
publicados o sólo accesibles en libros de actas especificando su procedencia a la
revista.
En cuanto a los materiales empleados en el artículo, los autores se comprometen
a solicitar los permisos necesarios para la reproducción de textos, ilustraciones,
vídeos, audios y otras fuentes documentales cuya publicación requiera
autorización previa para no vulnerar los derechos de autor reconocidos
legalmente.
De tratarse de un artículo derivado de una investigación muy amplia, y dada la
limitación propia de un artículo de investigación, se pueden plantear sucesivas
entregas como parte 1ª, 2ª y 3ª.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017


Siguiendo las recomendaciones del Informe APEI sobre publicación en revistas
científicas (Baiget y Torres-Salinas, 2013) donde se cita el trabajo de Bebeau y
Davis (1996), es censurable en los autores:
 Citar fuentes sin haber sido consultadas
 Emplear interpretaciones erróneas de otros trabajos anteriores consultados
 Omitir datos que contradigan o discrepen con las conclusiones del artículo
 Lanzar resultados científicos prematuramente, antes de revisión por pares
 Mantener en secreto conclusiones de una investigación
 Ocultar datos y métodos que permitan el reexamen de los experimentos
empleados o reelaborar teorías interpretativas
 No guardar para su consulta los datos primarios de la investigación de campo
 Acreditar autorías falsas o no contrastadas
Todo lo arriba referido es exigible de manera obligatoria por parte de la editora
de la revista y se erige como compromiso de obligado cumplimiento por parte de
los autores, de manera que el hecho de enviar un trabajo para publicación supone
aceptar estos términos. Su incumplimiento deliberado equivale a renunciar a la
evaluación del artículo y acarrea el no poder volver a publicar en la revista en un
plazo de cuatro años naturales desde la presentación.

Los editores

Por parte de la comisión editorial el compromiso ético reside en:


 No publicar trabajos no aprobados por revisión de dobles ciegos designados al
efecto para mantener un criterio de calidad exigible en revistas de alto prestigio
científico. Así el autor sabrá siempre que el hecho de publicar supone un apoyo
claro a su carrera investigadora.
 Evitar potenciar las auto-citas (citas de artículos de la propia revista) ni a
manipular directa o indirectamente (mediante presión a los autores) a citar
trabajos de interés para la revista a fin de mejorar su posicionamiento en índices
de impacto de referencia.
 A mantener el acceso gratuito en la Red de los trabajos publicados, así como a
informar al autor del estado de la evaluación desde que es recibida la propuesta
hasta su rechazo o aceptación final, sea con o sin modificaciones.

Los revisores

Por tratarse de un sistema de evaluación basado en el trabajo de arbitraje del


artículo por pares dobles ciegos, se comprometen a no intentar averiguar quién es

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017


el autor del artículo evaluado para no influir este conocimiento en su decisión
positiva o negativamente. De descubrirse accidentalmente la autoría, sea por el
tema tratado o sea por el estilo literario del autor, el revisor deberá renunciar a la
evaluación sólo de mediar prejuicios sobre este autor. El hecho de saber quién
postula no implica que el árbitro conozca personalmente al autor o se tenga una
cierta predisposición positiva o negativa hacia él. Es decir, se evitará el conflicto
de intereses.
Asimismo, las revisiones se efectuarán en el plazo máximo de 60 días desde que
se ha postulado el trabajo. De existir discrepancia absoluta entre los dos
revisores, se solicitará una tercera opinión de desempate y se dará la opción de
“publicable con mejoras”. El nuevo plazo de reevaluación de dichas mejoras será
de 15 días desde el envío por parte del autor.

Comité de Buena Conducta de la revista

Formado por miembros de su Comité Científico y renovado cada cuatro años


naturales (desde 2014), velará por acercar posturas entre autores y revisores de
surgir discrepancias, en su calidad de comisionado de la editora. Los autores
pueden remitirse a él mediante correo electrónico a su dirección: art@us.es.
Serán contestados en el plazo máximo de un mes desde la recepción del correo.
Cuando se detecte alguna irregularidad o existan dudas sobre alguna propuesta,
actuará de oficio, una vez detectadas las irregularidades, a fin de aclarar la
situación, aplicando el código ético que se corresponde con el siguiente diagrama
de flujos tomado como referencia internacional, entre otros existentes, y creado
por el antes mencionado organismo británico COPE (Committee On Publication
Ethics), disponible en su web: www.publicationethics.org y directamente
accesible desde: http://publicationethics.org/files/All_Flowcharts_Spanish.pdf.
Sus decisiones serán inapelables.

***

Publication ethics and best practices statement

The editorial team of Argumentos de razón técnica is committed to the academic


community by ensuring the ethics and quality of its published articles. As a
benchmark, the journal uses the code of conduct and best practices as defined by
the Committee On Publication Ethics (COPE) for editors of scientific journals.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017


In compliance with these best practices, articles are evaluated by two external,
anonymous, peer reviewers according to criteria based solely on the scientific
importance, originality, clarity, and relevance of the submission. The journal
guarantees the confidentiality of the evaluation process, the anonymity of the
reviewers and authors, the reviewed content, the critical reports submitted by the
reviewers, and any other communication issued by the different committees.
Equally, the strictest confidentiality applies to potential complaints, claims, or
clarifications that an author may wish to direct to the editorial team or the article
reviewers.
Argumentos de razón técnica declares its commitment to the respect and
integrity of work already published. For this reason, plagiarism is strictly
prohibited and texts that are identified as being plagiarized, or having fraudulent
content, will be eliminated from the evaluation process. In accepting the terms
and conditions of publication, authors must guarantee that the article and the
materials associated with it are original and do not infringe copyright. The
authors will also have to state that, in the case of joint authorship, there has been
full consensus of all authors concerned and that the article has not been
submitted to, or previously published in, any other medium.
Argumentos de razón técnica will not charge the authors any fees for submitting
or sending articles, nor fees for the publication of articles.
Argumentos de razón técnica journal by this code of ethics declares its good
intentions to commit both authors and reviewers, as well as internally, its
editorial team and members of the Scientific Committee and of the Good
Conduct Committee to this code. Therefore, this code has to be fully respected
by all those involved in the publication of scientific papers in this journal.

Authors

Because it is an open access publication, free in publication and reading, non-


commercial, governed by the Creative Commons Attribution / Non Commercial
4.0 International, the author assigns implicitly the copyright and publication to
the magazine through said system of public intellectual property ownership of
free access, when sending an article is activated.
The author or authors agree not to misrepresent authorship, not to accept as
authors persons who have not been actively involved in the generation of the
article presented.
Declare the article’s title and summary to be governed by truthfulness and rigor,
avoid citations “done as a favor” and declare the exact provenance of the work’s
contents (doctoral thesis, research project, teaching experience ...).

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Agree not to commit plagiarism, defined as the appropriation of texts by other
authors without their consent and without citing its source, even if permission
shall have been expressed by these outside authors. Also agree not to include in
the submitted text previous texts created by themselves, avoiding more than 20
% overlap between a previous text and the present one. This journal is host to the
anti-plagiarism policy of the Publishing House of the University of Seville
(EUS), and it uses copied text detection software whose license is contracted for
this purpose by the central services of the University Library.
The proposed article must be original and not be submitted simultaneously to
another publication or have been published previously in any medium.
Reformulations of previous research lines and updates of published past work in
order to complete the investigation are acceptable. Also appropriate is previously
unpublished work properly updated from presentations at scientific congresses or
only available in conference proceedings, specifying the origin of the material to
our journal.
As for the materials used in the article, the authors agree to request the necessary
permissions for the reproduction of texts, illustrations, video, audio, and other
documentary sources whose publication requires prior authorization in order not
to violate the legal rights of the authors.
In the case of a research article derived from a very long investigation, and given
the limitations inherent in a research paper, the results can be published in a
series of articles as parts 1, 2, and 3.
Following the recommendations of AOSIS on publication in scientific journals
(Baiget and Torres-Salinas, 2013) which cites the work of Bebeau and Davis
(1996), it is objectionable for authors to:
 Cite sources without being consulted
 Misinterpret previous works consulted
 Ignore data that contradicts or disagrees with the conclusions of the article
 Release scientific results prematurely, before peer review
 Keep research findings secret
 Hide data and methods which would permit the review of the experiments
employed or the reworking of interpretive theories
 Not save for viewing the raw data of the field research
 Accredit false or non-contrasting authorities
Everything above stands as a binding commitment on the part of the editors and
the authors, so that to submit a work for publication is to accept these terms.
Your deliberate non-compliance means renouncing assessment of the submitted

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article and carries the penalty of not being able to publish in the journal within
four calendar years of the submission date.

Editors

On the part of the publisher, ethical commitment lies in:


 Not publishing papers not approved by double blind peer reviewing, designated
to that effect in order to maintain a quality criterion that is demanded in scientific
journals of high scientific prestige. Thus the author will always know that the
fact of publishing supposes a clear support for his research career.
 Avoiding promoting self-citations (quotes from articles in the journal) or
manipulating directly or indirectly (through pressure on authors) to cite works of
interest to the journal in order to improve their positioning in reference impact
indexes.
 Maintaining free access to the network of published work, as well as informing
the author of the status of the evaluation from the time the proposal is received
until its rejection or final acceptance, with or without modifications.

Reviewers

The evaluation system is based on arbitration of an article by two blind peer


reviewers, understanding the word “peer” in the sense of belonging to the same
category, not being exact duplicates. In case of disagreement between these two
initial reviewers, a third will be assigned. The reviewers agree not to try to figure
out the identity of the author of the article so as not to allow this knowledge to
influence their decision positively or negatively. If authorship is discovered
accidentally, either by topic or by writing style, the reviewer shall avoid any
prejudiced evaluation about this author. Knowing who submitted the article does
not imply that the reader personally knows the author or has a positive or
negative predisposition towards him or her. That is to say, conflicts of interest
will be avoided.
Likewise, reviews will be made within a maximum period of 60 days after the
reviewers accept the evaluation of the text. If there is an absolute discrepancy
between the two reviewers, a third opinion will be requested and the option of
“publishable with improvements” will occur. The new period of reevaluation of
these improvements will be 15 days from the submission by the author.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017


Committee on Good Conduct

Consisting of members of the Scientific Committee and renewed every 4


calendar years (since 2014), it will ensure agreement between authors and
reviewers if discrepancies arise, as commissioned by the Editor.
The authors can communicate by e-mail to the Editor’s address: art@us.es. They
will be answered within the maximum period of 30 days from receipt of the mail.
When an irregularity is detected or doubts exist about a proposal, the committee
will act ex officio. It will also intervene if it detects irregularities, in order to
clarify the situation, applying an ethical code that corresponds to the following
flow chart taken as international reference, among others existing, and created by
the British organization COPE (Committee On Publication Ethics For ethics in
publications), available on its website: www.publicationethics.org and directly
accessible from: http://publicationethics.org/files/All_Flowcharts_English.pdf.
Their decisions will be final.

Argumentos de Razón Técnica, nº 20, 2017


ARGUMENTOS DE RAZÓN TÉCNICA
Revista Española de Ciencia, Tecnología y Sociedad, y Filosofía de la Tecnología / A Spanish
Journal on Science, Technology and Society, and Philosophy of Technology

Normas para la presentación de colaboraciones

1. Los originales que no hayan sido solicitados por la redacción deberán enviarse
procesados en un programa de tratamiento de textos en formato PC compatible
IBM (Word, Word Perfect). Se acompañará copia impresa y un disquete o será
remitido por correo electrónico a la dirección de la revista.
2. Extensión de los trabajos:
- Artículos: entre 15 y 30 páginas (2.000-2.500 caracteres cada una).
- Notas: entre 7 y 12 páginas.
- Reseñas y críticas bibliográficas: entre 2 y 5 páginas.
3. En la primera página, debajo del título, deberá aparecer el nombre del autor, la
institución a la que pertenece y dirección de correo electrónico.
4. Se emplearán cursivas para: vocablos en otros idiomas, términos o conceptos
que se desee destacar y títulos de obras.
5. No se introducirán, a lo largo del trabajo, códigos de cambio de letra,
márgenes, subrayados, etc.
6. Las imágenes se entregarán en formato JPG en archivo aparte.
7. Referencias bibliográficas:
- Libros: Nombre del Autor, Título (cursivas), ciudad, editorial, año.
- Artículos: Nombre del autor, “Título”, Nombre de la Revista (cursivas),
volumen número, (año), primera y última página.
8. Los artículos, debajo del título y nombre del autor, deberán tener un resumen
en español e inglés de un máximo de 10 líneas cada uno.
9. También deberán indicarse palabras claves (keywords) en español e inglés
sobre el tema del artículo.

***

Information for authors

1. Contributions, typed doublespaced and with an abstract (10 lines) and key
words, must be sent to the Editor of the Journal in one copy and in a diskette
(compatible PC, Word, WordPerfect, OpenOffice), or it will be sent to editor by
e-mail.

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2. The lentgh of contributions should be as follows: articles, 15-30 pages; notes
and commentaries, 7-12 pages; reviews and bibliographical contributions, 3-5
pages.
3. The name of the author and the academic centre must be stated in the first
page, below the title of the contribution. E-mail address must be also stated.
4. Foreign words, terms of concepts to be emphasized, and titles of books or
articles should be written in italics. Bibliographical references should be listed at
the end of the article in alphabetical and chronological order.
5. Citations should be numbered consecutively and always placed at the end of
the paper, in accordance with the following conventions:
- Books: Name of the Author, Title (in italics), town, publisher, year.
- Articles: Name of the Author, “Title”, Journal (in italics), volume, number,
year, pages.
6. Pictures will be sent in JPG format in a separate file.
7. Special codes, type changes and other modifications must not be introduced.
The Editor may alter manuscripts wherever necessary to make them conform to
the stylistic convention of the journal.

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