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... una verdadera experienciaintelectualy política. Intelectual,porque me


llevó a objetivar y explicitar en mayor grado, al hilo de las discusiones,
mis propios presupuestos: mi toma de partido por la herencia ilustrada
como la adecuada base histórica y teórica para fundamentar y articular
un feminismo políticamente vindicativo y éticamente coherente. Política,
porque en el humus de un momento de cambio y esperanza -todo hay
INTRODUCCIÓN que decido, a veces un tanto desfalleciente, entre la Escila de la impo-
tencia y la Caribdis del voluntarismo- en una cierta estabilización
democrática, aún por un camino empedrado de concesiones y renuncias,
se pudo plantear y debatir el tema de la parcela de poder político que co-
rrespondía a las mujeres como un tema no sólo legítimo sino oportuno,
Me siento sumamente honrada por la decisión que ha tomado el sintomático de la deseable transformación social por la que querían
de reeditar mi libro Mujer, participaciÓn,cultura política y Estadocon
PUEG apostar algunos sectores progresistas frente a cierto confusionismo popu-
el nuevo título de Feminismo: igualdad y diferencia.Soy consciente de las lista y la reacción -significativos sectores de la Iglesia incluidos- cóm-
limitaciones de estos trabajos,. ya que los problemas y debates a que en plice con el genocidio. '> ,
éllos se hace referencia se encuentran -¡afortunadamente!- en una En ambos aspectos, el teórico y el político, aprendí enormemente
situación más evolucionada de lo que lo estaban cuando tuve ocasión de de la lucha de las mujeres argentinas: entendí en la Plaza de Mayo, de
tratados en el año 1987. Sin embargo -como todo lo que he podido la mano de muchas de ellas, que los caminos que llevan a la concien-
escribir y publicar en mi vida- lo asumo en el bien entendido de que sus cia feminista eran más complejos y sinuosos -si bien no por ello
eventuales lectoras y lectores lo referirán a su origen y a su contexto: el menos veraces- de lo que yo había pensado a partir de esquemas tro-
ciclo de conferencias que fui invitada a dar en Buenos Aires por la quelados desde una experiencia limitada así como desde ideas un tanto
Fundación Arturo Illia y la Fundación Plural con el auspicio de la Presi- apriorísticas.
dencia de la Comisión de Familia y Minoridad del Senado de la Nación, La reedición que se me ofrece del trabajo gestado en las condicio-
estando todavía el Partido Radical en el poder. Agradeceré siempre a nes que he descrito se produce en ún contexto político, como lo es
Haydée Birgin su iniciativa -fue suya la idea de que yo impartiera el el contexto mexicano actual, estimulante e inquietante a la vez. Para-
curso titulado "Mujer y crítica política", que luego se plasmó en este dójico. Desde el punto de vista de las mujeres, las indias tuvieron un
libro--, ya que ello me permitió entrar en contacto con un público ar- notable protagonismo en la rebelión de Chiapas, así como fue signi-
gentino, en su. inmensa mayoría femenino y feminista, tan lúcido como ficativo el llamado "movimiento de las costureras" en México, D.F., en
entrañable, con quien tuve ocasión de contrastar algunas de las ideas el marco de la respuesta de la sociedad civil al terremoto de 1985. Sin
principales de mi obra Hacia una críticade la razÓnpatriarcal. Trasplantar embargo, las mujeres indias, en el nivel de su 'incipiente conciencia
a un medio cultivado de un país iberoamericano -cuituralmente muy feminista, no pueden sino sentirse desgarradas ante la intransigente
orientado hacia Francia, bajo la impronta del psicoanálisis, sobre todo actitud ante el aborto de ciertos líderes y ment?res religiosos del EZLN.
dellacaniano, lo cual, unido a las tremendas circunstancias políticas de Por otra parte, la posible "colombianización" del país, como se la ha
"El Proceso", en cuya estela las heridas todavía sangraban, propiciaba llamado, que podría insinuarse al hilo de los últimos acontecimientos,
una peculiar tendencia a la psicologización de todos los problemas, espe- llevaría consigo una regresión política y social con temibles consecuen-
cialmente del "tema mujer" o, cuando se iba más lejos, hablando para cias en todos los órdenes, y que afectaría a las" mujeres frenando
iniciados-'as de "los estudios de género" - lo que había sido gestado en los incipientes pasos para salir de su marginación... Creo por ello que
ese peculiar sector del ámbito europeo que es España significó para mí la insistencia en el feminismo como test de democracia y progreso

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"
.,

social que puede encontrarse en mi libro, en la línea en que se inscri-


bieron Harriet Taylor y fohn Stuart Mill, puede ser pertinente en la ac-
tual coyuntura, y la brindo como una base útil -si bien, insisto, limi-
tada- de análisis y discusión.
Sólo me queda, pues, dar las gracias al PUEGpor haber promovido
esta reedición, a Graciela Hierro como directora del programa y a Marta
Lamas por su prólogo, así como a los posibles lectores y lectoras de 1
un trabajo que fue gestado y concebido para fomentar el diálogo enfre Espacio público, espacio privado
el feminismo filosófico español y el iberoamericano. Me sentiría satis-
fecha, pues, si este libro pusiera en marcha ese diálogo teórico -que y definiciones ideológicas de
debería ser paralelo a la colaboración política práctica- y constituyera "lo masculino" y "lo femenino"
tan sólo su inicio...

CIllA AMORÓS
octubre de 1994

:¡.

20.
...

Agradezco a todas las presentes y a todas las instituciones auspician-


tes y convocantes comenzando con una cita de Fourier: "El cambio de
una época histórica puede determinarse siempre por la actitud de progre-
so de la mujer ante la libertad, ya que es aquí, en la relación entre la
mujer y el hombre, entre el débil y el fuerte, donde con mayor evidencia
se acusa la victoria de la naturaleza humana sobre la brutalidad.
El grado de emancipación femenina constituye la pauta natural de la
emancipación general".
De este modo, el feminismo es un test de democracia, el feminismo
es un test de todo movimiento emancipatorio. Es un parámetro que mide
si nos hemos tomado en serio o no una característica que desde la Ilus-
tración tienen los movimientos emancipatorios: la universalidad, hablar
en un lenguaje de universalidad. El feminismo desde ese punto de vista
es la radicalización de la Ilustración, históricamente es como si fuera la
última implicación que se saca de ese lenguaje de la universalidad, de ese
programa emancipatorio universal; pero, precisamente por eso, es un test
de su propia radicalización, de su verdadera universalidad.
Hoy, fundamentalmente, querría hacer un recorrido histórico
-que necesariamente será sesgado, pues pongo en ello mis propios én-
fasis que, naturalmente, son discutibles- sobre una dicotomía que me
parece fundamental para lo que han sido las conceptualizaciones ideo-
lógicas de lo masculino y lo femenino, y que puede servir quizás como
plataforma pa.ra la discusión de los días siguientes sobre corrientes
ideológicas internas del feminismo. Para este recorrido histórico he ele-
gido como pivote -tal como he titulado el primer bloque de cuestio-
nes- "lo privado y lo público". Planteadas así las cosas, puede parecer
un tanto anacrónico -como si fuese a proyectar este tema ahistórica-

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"

mente, como si el mismo no hubiese tenido connotaciones muy distin- El espacio público, al ser el espacio del reconocimiento, es el de los
tas en cada época con respecto a la actualidad. No en todas las épocas grados de competencia, por lo tanto, del más y del menos... Por el contra-
y sociedades lo privado y lo público han tenido las mismas connotacio- rio, las actividades que se desarrollan en el espacio privado, las activida-
nes que en la actualidad; sin embargo, con todas las salvedades y ma- des femeninas, son las menos valoradas socialmente, fuere cual fuere su
tices que se pueden hacer con toda pertinencia, estimo -en coinciden- contenido, porque éste puede variar, son las que no se ven ni son objeto
cia con una antropóloga americana (muerta en un accidente hace dos de apreciación pública. En el espacio público se contrastan las activida-
o tres años), M. Z. Rosaldo, importante teórica de la cultura- que lo des -desde la competencia deportiva, hasta los narradores vascos, el
privado y lo público constituyen lo que podríamos llamar una invarian- discurso político, etc.-, pero en el privado no hay forma de discernir
te estructural que articula las sociedades jerarquizando los espacios: el los distintos niveles de competencia con ciertos parámetros objetivables.
espacio que se adjudica al hombre y el que se adjudica a la mujer. A Entre varias excelentes amas de casa, todas ellas son igualmente excelen-
pesar de sus evidentes diferencias históricas esta distribución tiene unas tes, pues no hay manera de objetivarlo, de acuerdo con unos parámetros.
características recurrentes: las actividades socialmente más valoradas, Es el espacio -por lo tanto- de la indiscernibilidad. Todas pueden ser
las que tienen un mayor prestigio, las realizan prácticamente en todas las muy valoradas de puertas adentro, pero es imposible establecer unas
sociedades conocidas los varones. Puede haber alguna rara excepción, pautas homologables que trasciendan esos límites de lo que no se ve, es
pero son las actividades más valoradas las que configuran o constitu- lo que llamo el ámbito de la indiscernibilidad.
yen el espacio de lo público: es el espacio más valorado por ser el del re- El análisis de lo privado y lo público que he expuesto aquí perte-
conocimiento, de lo que se ve, de aquello que está expuesto a la mira- nece prácticamente todo a la antropóloga M. Z. Rosaldo, ha sido recogi-
da pública, por definición. Es decir, cuando una tarea tiende a hacerse do y reelaborado en una tesis doctoral reciente sobre Feminismo e Ilustra-
valorar tiende a hacerse pública, tiende a masculinizarse y a hacerse re- ción, lo privado y lo público en el pensamiento liberal, cuya autora es
conocer. Los contenidos de estas actividades pueden ser tan distintos y Cristina Molina.1
tan paradójicos como los que se ponen de manifiesto -por ejemplo- A partir de aquí se podrían derivar implicaciones políticas y filosó-
en los rituales de La Cavada. En Asturias y en algunas regiones del Es- ficas importantes. En el espacio de lo privado no se produce lo que en fi-
tado español todavía existe la costumbre de que el varón, cuando la losofía llamamos el principio de individuación. Dentro de lo genérico feme-
. mujer está de parto, simule los dolores y movimientos del mismo y ven- nino es como si no se produjera ese principio, como si no se diera un
gan las vecinas a darle el caldito y los mimos en lugar de prodigarlos a operador distributivo que troquelara individualidades. Si no se produce
la parturienta. Le dan a él los parabienes, mientras a la mujer se la deja individuación es por ser ésta lo característico de los espacios públicos,
muchas veces en un segundo lugar, o se le hdce poco caso. Esto ocurre donde cada cual marca su ubi, su lugar diferencial, como apropiación de
en las sociedades donde la reproducción es importante y es valorada. Si espacios claramente delimitados que configuran, a la vez que son confi~
la reproducción no es valorada, entonces es cosa de la mujer. Simbóli- gurados, por diferentes individualidades. La razón es bastante obvia: si lo
camente y en contra de los datos más obvios de la biología, el caballe- tematizamos filosóficamente podríamos recurrir a lo que el filósofo racio-
ro puede simular y recrear simbólicamente el ritual del parto y hacerla nalista Leibniz llama el principio de razón suficiente: para que algo deter-
público para provocar de ese modo el reconocimiento y hacerla valorar. minado ocurra -dicho así grosso modo- tiene que haber una razón sufi-
Luego no se trata de que haya unas actividades biológicamente defini- ciente. En este caso, las actividades que se desarrollan en el espacio
das. Por el contrario, hasta en el caso límite de la actividad biológica público suponen el reconocimiento, y éste está íntimamente relacionado
más obvia como no transportable, hoy por hoy, de un sexo a otro -la con lo que se llama el poder. El poder tiene que ser repartido, ha .1 de cons-
maternidad- vemos claramente cómo se produce una redefinición cul- tituir un pacto, un sistema de relaciones de poder, una red de distribución.
,
Iural y simbólica cuando se trata de organizar la jerarquización ideoló-
gica de los espacios. 1Publicada con el título de Dialéctica feminista de la Ilustración'. B\!¡rcelona, Anthropos, 1994.

24. (~J.;::1::1
i\!1.I\MCn~ ~,m -25
Don~~qui~~-q1!~haya pQ9-~~_!ien~<:1ue
_!!g,berun sistemcL~~p-gg.QS-LJ.m Desde ese punto de vista podría considera~~EiJ2atriar~~do 5~~2~
siste~Q~_<!ifusión dinámica de ese poder. En principio podríamos tener- una especie de pacto interclasistq, m!ili1~stablel. por el cual se constituye
lo todo todos~ pero, como-dIce Bobbes~eñ-el.witQ.,~te).,el'iQtán, sería la gue- en patrimonio del genérico de los varones en cuanto se autoinstituyen
rra de todos contra todos, por lo tanto se produc~~ropiag~e es- como sujetos del contrato social ante las mujeres -que son en principio
las "pactadas". Esto, dicho así, es muy esquemático y susceptible de ma-
l pa5~~~~.E~~ esos espacios acotados definen y son definidos por
tizaciones y habría que elab()rarlo. Pero en principJo elJ;Jatriarca_do sería
individualid9..Q~..Y-,-Porlo tanto,en e~~ produce el prin-
cipio de i6dividuacio como categoría ontológica y como categoría polí- ese pacto -interclasista- por el cual el poder se constituye c~mo patri- ((
tié'él.lü a eona acerca de lo real es una proyección de ciertas apuestas moriiOdeTgené~los varones. En ese pacto, por supuesto, los pactan-
del filósofo que, en .última instancia, son opciones valorativas políticas. tes nO están en Igualdad de coñdiciones, pues hay distintas clases y esas
Por lo tanto, el..J2Iindpio rie indilliduo.ción no sólo es un tema ontológico, diferencias de clases no son ¡ni mucho menos! irrelevantes. Pero cabe re-
sinQ ~J.gmbién_~ un..E.ma polí.:tico.El individuoesuna categoríOOntO- cordar, como lo hace de forma muy pertinente Heidi Hartmann, que el
lógica y es también una categoría política. Ontológica en tanto que polí- salario familiar es un pacto patriarcal interclasista entre varones de cla-
tica, y política en tanto que ontológica. Se produce en el espac~úblico ses sociales antagónicas a efectos del control social de la mujer. Prefieren
com2...~Q.cio_g_~jQ.u9.':lQl~QJ?2Ies -que no qüIeredecir 19 mis~e así, los varones-patrones, pactar con otros varones-cabezas de familia
espacio igualitario. Es eLespacio de los que se autoinstit~en en sujetos cJ.el para incrementar su sueldo y hacer de ese sueldo un "salario familiar", y .
contrato soci~onde E9 todos tienen el poqer, pe.!9 al me!.l~~~~~.!e- los varones de la clase obrera prefieren ser cabeza de ratón en sus respec-
tivos espacios privados a cambió de esa prebenda, en vez de luchar con
Ij n~~o, son pe,rcibidos como ~ibles candidatos o stDf,tos de pQder. Sujetos
de relevo, bien sucesorio o genealógico (orden del relevo de las generacio- sus compañeras de clase en los sindicatos codo a codo; han pactado en
nes), y en el orden sincrónico encontramos las tensiones de poder entre los este "punto" con los varones de la clase antagónica. En la historia del
partidos, las clases de diversas esferas: se marcan unas candidaturas, movimiento obrero, el salario familiar es un pacto patriarcal interclaslli:-
unas relaciones de espacios dinámicos y metaestables; así, metaestable- t<:hJQ.que no le quito reh:;vancia a 101'clases $ociales:.evidentemente es
mente, constituyen un espacio de los iguales, porque allí todos son indivi- metaestable,--;e da en ciertas situaciones límite y, en otros casos, las cosas
duos, posibles sujetos de poder. No me refiero aquí a otros sentidos que pueden funcionar de otra manera, pero allí está...
"individuo" tendrá posteriormente, con el cristianismo, por ejemplo. En el Esta digresión sobre el patriarcado como pacto viene para distin- .
nivel de abstracción en el que me estoy moviendo, que será desde luego guir este espacio de los iguales del espacio de las idénticas. ~s mujeres 1/
susceptible de todas las clases de matizaciones históricas, sólo estimo per- somos ideológicamenteel es~o de las idénti.cas,yen~ la recur~cia ~

" tinente la relación entr~Q.d€I,Jo.s gp,npri(QS ':""-'m~e.nino- ideclogIcaei'TcilqTIeparece que la historla...no hubiera-R,asado.
U y la indMdlli:idói1.Pür el contrario, el espacio privado, en oposición al es- -Es curioso cómo los varones se representan las querellas entre mu-
paao-CIeTos pares o i uales, o ~ongo llamarlo el espacio de las idél],ti- jeres bajo el signo, precisamente, de la ridiculez: una guerra entre muje-
..0:?lL.,.el
espacio de la indiscernibilidaQ;:::porque es un espacio en el cual no res entra siempre en la categoría de lo ridículo aunque tenga una razón
hay nada sustantivo que repartir en cuanto a poder ni en cuanto a pres- de enjundia. Son "cosas de mujeres", y si ven a dos mujeres "tirándo-
tigio ni en cuanto a reconocimiento, porque son las mujeres las reparti- se de los pelos" es un espectáculo grotesco. ¿Por qué? Porque el espec-
das ya en este espacio. No hay razón suficiente de discernibilidad que pro- táculo de la impotencia compitiendo es lo más grotesco que pueda ima-
duzca individuación. Noj}.!1y:..ro.zónpara--marcm el ubi diferen-ei:ftt:-éste-.y.a. ginarse, es un espectáculo como las peleas de gallos, algo hilarante, di-
está marcado por la privaticidad de los ~pacios a que la mujer e:-tá 0.9- vertido. Entre los griegos ya aparecía así. Pan dora era la madre de "la
judícada de unó u otra forma~ mientras que en el espacio público uno se raza maldita de las mujeres" y esa raza se representaba como algo apar-
te, como un genérico y dentro del cual no emergía la individualidad. Eso
ha'-de sellar respecto al otr.?, y al tercero, qu~ no esyo E~.!:9uees o~o
\ es otro que es como yo. lo vemos permanentemente: las mujeres, en las constelaciones, siempre

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26.-
somos las Pléyades, siempre somos "las tres Marías"¡ nadie se imagina- les, con aquellos a los que se estima¡ si se trata de "cosas de chicas",
ría en el Evangelio los tres Pedros, porejemplo. El varón va con el nom- pues, naturalmente, se sigue con el "manos blancas..." la sobreprotección
bre propio contrayendo e individualizando así el Nombre del Padre, ~¡ eS~.!«:)22?_~.~2.1O<;:0~sider9ra alguien como un igugl,-e~rato gue nc;"-
como dicen los lacanianos, marcando un espacio semántico claramen- (~~ se da en los espacios de la paridCld. Son los espacios de la galantería, que
te diferenciado. En la mujer ese espacio es amorfo, el espacio de la cons- es una forma de no paridad; ya decía Kierkegaard: "la galantería es la
telación difusa, ese espacio de "las 11 000 vírgenes", por ejemplo. San manera de concebir a la mujer bajo categorías fantásticas", es el honor
Atanasio versus las 11 000 vírgenes; esas representaciones, siempre de que no se le haría, evidentemente, porque no se dejaría. Este filósofo
enjambre, son típicas de lo femenino, lo genérico. En los filósofos apare- además lo dijo muy bien: "En los hombres lo esencial es lo esencial" y,
ce claramente conceptualizado así¡ Schopenhauer lo dice: "la mujer es claro está, el atributo serio de la sustancia se comunica a cada uno de
una esencia, no un individuo", y del mismo modo afirma Hegel: "En la los modos que la determinan de una manera seria, sustantivo, es decir,'
mujer la auto conciencia no llega a evolucionar y a progresar para asu- produciendo la individualidad. En cambio, para las mujeres, como "lo
mir la forma de la individualidad", que es la autoconciencia evolucio- esencial es lo accidental", la inesencialidad de un genérico, ¿cómo se co-
nada: la del varón¡ la mujer, en cambio, es esencia, es lo genérico, es "lo municará a los ejemplares individuales?
Mujer", con mayúscula, lo femenino, según la teoría tradicional del Pues como es obvio: indistintamente. Es el genérico en bloque. No
"realismo de los universales" para el cual las esencias son lo ontológica- hay razón suficiente para preferir a una mujer como individua respec-
mente importante¡ lo de peso son los genéricos, y no los individuos. Para to de otra, digamos que es algo que no suelen comprender los varones
los nominalismos, por el contrario, son los individuos lo importante, lo salvo que haya una diferencia de edad entre ambas notable. Se oyen co-
relevante ontológicamente, y las "esencias", los genéricos, son lo deriva- mentarios de que fulano ha dejado a su mujer por otra más joven y es
do, lo construido: son un constructo que habrá que explicar a partir de algo que se comprende, porque eso es una razón suficiente, relevante. Si
los individuos. Para las mujeres
-~ el espacio Q.~Jas idénticas se identlfica
. -.----.--- no son cualidades genérico-relevantes sino características individuales
-
con el espacio de lopITvado porque,
que hTsfori'c-amentese
-- -
en razón de las tareas
- -
mismas a las
las ha condicioJlQoo,al estar en un espacio de
lo que justifica la preferencia de una mujer sobre otra, si resulta que son
de la misma edad, dejan perplejo al resto del colectivo. ¡Como si el fe-
nómeno no se entendiera, es decir, es como el caso del asno de Buridán
no-rel~~9.~~~:9::~S!9iiconae~~9~_~~~¡~ern¡b¡I¡~~0 ~ien~ qué
tener un sello propio, no tienen por que marcar un ub¡ diferencIOl, sus- que, ante lotes de paja que son prácticamente idénticos, se quedaba pa-
ceptible de ser valorado de acuerdo con grados: es, por lo tanto,..!!!l...f§.:.... ralizado, claro, porque no le determinaba una cosa con mayor razón
pacio de indifere!?cig,9§n. Es "lo indefinido" per se, el genérico por exce- suficiente que otra! En el mito del Don Juan, lo que ama precisamente
lencia: la-Tinoche en que todas las gatas son pardas". Todavía se sigue este personaje es la femineidad como genérico, tiene que recorrer todos
habl0l1do del "mujerío"... Cuando un caballero tiene una pelea en su sus ejemplares individuales, el hecho de que "lleve falda" es precisa-
gabinete con un político, o cuando entre sus colaboradores hay una mente el gran acontecimiento¡ es decir, la fndividualidad de la mujer es
pelea entre dos caballeros, eso es importante, le puede quitar el sueño lo irrelevante siempre.
una noche, por ejemplo. Porque si el secretario de cultura y el de econo- Si lo recorremos desde el espacio del erotismo hasta el espacio de
mía no se llevan bien, piensa: vaya tener que negociar, ir a comer con 1,9ideologra, hasta eL~~p.acio de la política, hasta el de todo tipo deacti-~
él, mediar, templar gaitas, etc.; ahora, como sea la jefa de gabinete de vidades, el, espacio ~de la privaticidad es el f'spílcio jel no-reconocimien- . Ir
un tinglado y la secretaria quienes tengan un problema, incluso un pro- to, e1 espacio de la indiscemibilida9-.
blema serio que pueda tener bases ideológicas, sería un "quítame esas , Este es un sobrevuelo histórico a zancadas notables, vamos a tra-
pajas": "Moninas, vengan, nenas, tonterías, ¿por qué?, no es para tar luego de detenemos un poco, Cr~eoque. de este modo puede. queda.r
tanto..." Bueno, se acaba de dar en Madrid casos de este tipo, "manos plan~ada la división entre lo privado y lo RúblicQ en unos términos no
blancas no ofenden" ni se ofenden, uno se bate solamente con losigua- ideológicos~ es decir, de modo que se vea claramente que entre lo priva- -

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dO y lo público_hay una" articulación disimétrica,
r-~ o es una relación de bían demostrado no saber ser ricos. Era una manera muy notable de ex-
sImetría ni de complementariedad: ~n una de l~teqorías se ha pues- plicar la cuestión, pero yo todavía recuerdo esa explicación.
to si~~pre lo valorado socialmente y en la otra lo nQ.-o lo rnenos- valo- . Pues bien, para desechar todo tipo de tentación biologista en cuan-
\ rado, esto es una recurrencia histórica. Por lo tanto, ante cualquier ideo-
1l loglwción en términos de simetría, yo remito la carga de la prueba a
to a la explica~ión de estas divisiones de tareas (la racionalización biolo-
gista ha sido recurrente en todas las polémicas feministas, y el pensa-
quien mantenga esa tesis; creo que, por el contrario, lo que sí se puede miento antifeminista siempre ha recurrido a la idea de que la biología es
demostrar es que lo valorado socialmente está en el espacio público y se
\.t') destino: la sumisión de la mujer viene de los datos de la biología), seña-
lo udjudican los varones, y lo no valorado está en el espacio privado y ese
II espucio se nos adjudica a las mujeres.
Vamos a intentar ver, de una manera un tanto más matizada,
lemos que, con respecto ~ la "división sexual" del trabajo, Claude LéVi-
StrSLussdice claramente que podría llamarse "prohibición de tareas'~A
Pues, én realidad, es una pohibición de tareas que los hombres les hacen
!
estos mismas ideas que he presentado grosso modo, en el caso de las so- a las mujeres, prohibición, precisamente, de participar en las tareas de
ckuudes etnológicas. Claro que sociedades etnológicas las hay infinitas: mayor prestigio en esta sociedad: la guerra, la caza mayor, es decir, las
nos limitaremos a tomar algunos ejemplos del antropólogo que mejor co- actividades que se ritualizan, que se celebran. ¿Son importantes para la
nozco, que es Claude Lévi-Strauss, americanista y que tr9bajó fundamen- comunidad? Sin duda cumplen una función importante, pero importan-
talmente sobre indígenas en el Brasil central, en el Amazonas. No pare- te para la comunidad desde el punto de vista de la subsistencia -coJ1l0
ce haber ningún contraejemplo en sociedades etnológicas, ni del nivel ha visto la antropología, especialmente la antropología feminista-; es Id
paleolítico de cazadores recolectores ni del nivel neolítico donde no se dé recolección, que garantiza precisamente el sustento cotidiano: la hacen
algún tipo de jerarquización entre espacio público y privado. Existen las mujeres todos los días y no se ritualiza, no se celebra; cuando vienen
instituciones tales como "la casa de los hombres" (bororo) que suele los hombres con el gran mamut entonces hay que celebrar. El problema
estar emplazada en el espacio central del poblado; las cabañas se distri- de la guerra es un problema aparte y demasiado complicado para despa-
buyen alrededor, en círculo, y justamente ese espacio central es el del charlo aquí: limitémonos de momento al asUnto de la caza mayor y la
poder: en la casa de los hombres ellos administran el poder, las mujeres recolección. Podemos ver que la importancia de las actividades no nece-
no tienen acceso a ese lugar. Es más, hay mitos que explican que en el sariamente está en función, como única. variable, de su interés para la
origen esa casa fue de las mujeres, lo que pasaba es que las mujeres ar- colectividad. Porque desde el punto de vista de la subsistencia la cotidia-
maban mucho follón, descuidaban la cocina y sus hijos, no iban a la nidad la asegura la recolección y, sin embargo, no se celebra ritualmen-
fuente por agua, y como todo era un desastre porque se pasaban allí el te o, al menos, no parece que los antropólogos/as hayan encontrado ca-
día tocando los instrumentos y haciendo unos estruendos espantosos, sos en que se solemnice.
etc., los hombres tuvieron que tomar el relevo, hacerse cargo de la situa- Bueno, se dice: esta prohibición de tareas se hará precisamente
ción, hubo que poner orden, y por eso hasta nuestros días la casa de los por razones biológicas; si así fuera, sería absolutamente redundante. So-
hombres está en manos de los ídem, como corresponde. Por eso, cuando lamente se prohíbe lo que se puede hacer, lo que no se puede hacer, evi-
vayamos a discutir los mitos del matriarcado veremos que no siempre dentemente no se prohíbe. ¿Prohibirle a una señora embarazada de
estos mitos tuvieron un contenido feminista, precisamente muchas veces ocho meses que vaya a cazar un mamut? No hacen falta especiales
pueden ser un conjuro de la pretensión del poder poniéndonoslo en el ori- tabú es para ello. Se les prohíbe, en cambio, a las mujeres que participen
gen, una manera de decir: el poder ya lo tuviste, no lo mereciste y, preci- en la pesca, por ejemplo. Hay tabúes muy característicos: a la mujer la
samente por eso, nosotros tuvimos que tomarlo. Yo recuerdo de pequeña pesca le es vedada, con muchas variantes, pero es una situación bastan-
cómo en España se explicaba a los niños en ciertos medios burgueses la te generalizada. La mujer ha de cuidar del fuego: no debe, por tanto, en-
Guerra Civil: les decían que la ganaron quienes la ganaron porque los trar en el dominio de la pesca. Los ríos están muy cerca de los poblados:
ricos habían sabido ser pobres, mientras que los pobres, en cambio, ha- razones como la necesidad del amamantamiento, vitales en estas socie-

:iO . GCI ;11\~¡\1"1 ()R<::)S,í . 31


I

dades que todavía no conocen la agricultura y no tienen productos ela- In igunldnd ante In ley. Este espncio tiene su génesis en el proceso de lns
borados para las criaturas, que se han de nutrir de la leche de la madre Guerras Médicns y en lns reformns de las técnicas guerreras, con bnse en
durante cuatro o cinco años, como ocurre en todas las sociedades de ca- las cunles hubo un momento en que no bnstnbn con In cnbnllerín. Los
zadores recolectores, no son pertinentes aquí. Esas sociedades instalan nobles de In epopeyn homérica eran los propietnríos de cabnllos, los de
sus poblados cerca de los ríos y la mujer estaría cerca de las criaturas. Lo lns grandes gestns heroicas, pero cunndo hubo que nmpliar lns bnses y
mismo que camina con ellas un kilómetro a la espalda, puede sujetar se produjo In reformn de In infnnterín -los hoplitns-, tuvieron qu,~ ir .o
una caña, es algo que podría perfectamente hacer una mujer por cues- In guerrn muchos de los que no tenínn cabnllos} y entonces hubo que
tiones biológicas, y, sin embargo, sobre la pesca, que es una actividad dnrles prebendns políticns a cambio de su participnción en In guerrn.
prestigiada, pesan tabúes tremendos. Hu!?()g~121Üu:_.eLesp.a.cio del protn~onismo social.y-de lo~~~
El mito de la madre de las enfermedades, que es una especie de ver- nntiguo círculo de los guerreros} y éste se convirtió luego en el ~ncio
sión de la Pan dora americana, es precisamente una mujer que se atrevió racTonnlizado de las relnciones po!~tica~~~ el á'~YelZigOfQ es .~-
a transgredir ese tabú de la pesca y destapó la caja de los males. Es decirL pncioae los igunles. {
hQYJnbúes~obr~ In.ill.YiI¡ió~~.l:!.nl_~.f:.1trabajo que necesitan una ~s - Es curioso} deScIeeste punto de vistn, cómo siempre los varones hnn
d~racionaIizaciónideológicn .!Qg!:omnyor cunnto en menor medida In tenido cierto sentido de los pnctos entre vnrones} siempre hnn estnbleci-
b!2.!29i~~.~drín allL~undn_l!l.:.nto-7ñre;aona~:1Qp1Ofograropoñ~s do ciertn relnción de reciprocidnd. Si más vnrones vnn .o In guerra, esto
~ nec~!l()_dnr !gpto~ fundnmgnios)deológic~~ .o In cuestión: Creo} por lo luego se traduce políticamente; en cambio, con lns mujeres ocurren cosns
tnnto, que lns racionnlizaciones biológicas que se hnn dndo son racionn- curiosos: npnrte de ser crindns pnra todo o secretarias pnra todo u obre~
lizaciones ideológicas, dicho muy sumnriamente. Creo que no resisten tal ras de fábricas pnra todo, podremos ser tnmbién guerrilleras pnra todo.
crítica. Senn cunles fueren los condicionnntes que lns maternidndes Entramos y snlimos de lns escenns sin que hnyn registro, sin pedir ni que
hnynn podido suponer pnra la mujer -que siempre son condicionnntes se nos dé nadn a cambio. Lns mujeres hnn pnrticipndo en guerras de li-
redefinidos técnica, históricn y cultm'nlmente-, los tnbúes ideológicos beración nncionnl} hnn formndo pnrte de guerrillns, hnn sido pnrtisnnns
que han pesado sobre lns actividndes que se le han prohibido no gunr- sin que existn un registro histórico de ello.
dnn correlnción con estos límites biológicos. Esto les pnsó .o lns argentinns, .o lns chilenas: en todos los movi-
. Después de este recorrido sumario por lns sociedades etnológicns, mientos de liberación, de resistencin .olns dictndurns} la mujer pnrticipó y
vnmos .o ver qué ha ocurrido e~r~cTh. Por !2..P.!"Q!!tQ...l1O ormrjQ.O--9Jgo muchns veces no solnmente con el objetivo de npoyar .o sus hombres, sino
muy importante, en el sentido de que se tratn de In primera sociednQ. en por razones más sustnntivns. A lns mujeres nunca se les debe nnda, nunca
In CilOTSecOñfigura ;;nci ,democracin como espncio formnlizado de los se constituyen como ncreedoras de nndn, nunca vnn .o pnsar fnctura por
igun~9-mo el espoc.icunás..anip:tlO Ge tguat<:l:CRtln de los ciudadc;fnos nadn} ni se vnn a traducir políticamente sus prestnciones en nndn.
nnte In ley}qye hi~óric_nmente se hnbín conocido. Con limitaciones, des- Lns mujeres en In historin son como unn especie 'de muro de arenn:
de l~ que normnlmente no se señnlan nI comentar In definición de entran y salen al espncio público sin dejar rastro} borradas las huellas.
ciudadnno que se dn en In Política de Aristóteles: el ciudndnno e~ el Con los vnrones creo que eso no hn ocurrido jamás. lns mujeres somos "
varón
~--- excelente} 2l9unos lo traducen COfl10"pl homhre~al" (c. Gnr- lns únicas que vamos por In vida -circulnndo o ence~radns- poreres::-
ClO Gunl), otras lo traducen como el vnrón perfe~to (A. Moreno). El pn~io CJ:e1QSi.déñB.cQ~,donaeffinlquiercosn es intercambiable por cunl-
tiudndnno, e nton~ s~qú,\ esta definición de Alistóte]es, es "el verd¡;:"' quier cosn o por nndn, o se pngn en especie o ni se snbe quéparámetros
~i:iei'Oñ~.E.:°r~iY&9.~), el que r~_~iza P21 nntonomnsi.9.L_df9(lmoslos
. funcionan o dejnn de .fUncionar. ' .

~
a1ñ6ü1:osdel tipo: es varón -==Irente.o l!lujer. ' es griego y no bárbn(O, Me gustn recordar al respecto un ejemplo de historia de In literatu-
es 0Jr~L!l2- esclnvo~,es ~dulto5-:iiCLniQo.Son 10~~tint~ciudnQ.Qnos ra que es significativo: en In literatura espnñoln hny unn leyendnmedie-
los~.s;..Q!lilltuyen e!~~~ l()~jgunies'y, por lo tnnto, el espncio de vnl que tiene infinitas vnrinntes, y luego In retoma entre otros Zorrilln,

32.- . 33

"1
r
I

que se llama la "leyenda de la monja fugata". Es la leyenda de una la razón y les buscan, por tanto, un orden de fundamentación, este pro-
monja que se fugó del convento. Hay muchas variantes: una vez un ceso de revisión crítica siempre tiene virtualidades de radicalización, y
galán la raptó, otras es ella quien se escapa; en algunos casos la aban- no es casual que, precisamente, se articule de forma polémica en y con
las ilustraciones.
dona el galán, en otros es ella, antes, la que se arrepiente. En algunas
versiones la monja es madre abadesa, en otras campanera, fregona o la En cuanto la sofística fue un movimiento ilustrado, algunos de los
última monja del convento, pero cuando se marcha la sustituye la Vir- sofistas sacaron las consecuencias más radicales -por decido de un
gen María en sus funciones. La Virgen María hace sus veces de tal mane- modo quizás anacrónico, pero que sirve para entendemos: por la izquier-
ra que nadie nota su falta y cuando vuelve la monja, arrepentida de su da- de la isonomía; de acuerdo con una distinción muy característica de
desliz, se integra de nuevo a sus tareas del convento como si nada, fue- la sofístico: la de aquello que era por naturaleza y lo que era por conven-
ren las que fueren: abadesa o labradora, tanto da, la virgen interina la ción humana, resultaba que instituciones tales como la esclavitud no en-
suple lo mismo. ¿Qué tarea femenina no podría ser sustituida por la fe- contraban una adecuada justificación racional, no se podían justificar;
mineidad por excelencia? En el espacio de la más perfecta indiscemibili- se acabarán homologando el bárbaro y el griego, no hay mayores dife-
dad, cualquier función es sustituible, tenemos hasta Virgen María para rencias por naturaleza. Ya dirán también los cínicos, que recogerán esa
todo. Imposible representamos algo parecido en un convento de hom- línea de la sofística, que tanto los griegos como los bárbaros comen de
bres... imaginad al Espíritu Santo sustituyendo indistintamente al prófu- manera parecida, tienen necesidades fisiológicas parecidas y son muy se-
go libidinoso tanto si era el prior como el último lego. Esto tiene su im- mejantes bajo muchos aspectos, representan una radicalización de la iso-
portancia ideológica y no es algo anecdótico. ~n)mos Y nos bo.!!QQJ.~ nomía y no iba a ser una excepción el caso de la mujer. Hubo sofistas
huellas, las huellas de las huellas... volv~!J1oSal reducto de lo privado y como Antifón que también hicieron. extensivo a la mujer el argumento
luego, claro está, ¿qué pfotaqonismQ..histórico vam.o:'i (1tener si la h4>to- de que por naturaleza kata-fisis no había razones mayores para que la
@ ria es precisamente la Q.fWPJ1CiopÚblico. de lo que se ve, d.f...aquello gue mujer estuviese excluida del espacio de la isonomía. En la comedia de
ha pod~o~~ lo tanto reqistn:¡rse, grabar~dejar u.lJ.J::u!!emoÚa Aristófanes se ridiculizan estas posiciones, y si se ridiculizan es porque
y narrarselPe este modo, reconstruir la historia de la mujer como quie- había un referente polémico: vendría a ser una especie de Moliere 3 ridicu-,
re la Herstory2 tiene problemas metodológicos graves, porque es hacer la lizando el movimiento preciosista, nuevo conato de acceso de la mujer a:.
historia de un muro de arena. un nuevo espacio de isonomía.
Volvamos a Grecia. En Grecia se produce algo ideológicamente tan En España se ha publicado un trabajo de una profesora de Cien-
importante como la radicalización por la sofística de las virtualidades cias de la Información, Amparo Moreno, sobre la Política de Aristóteles;
emancipatorias que tiene el paradigma de la isonomía. Por limi~<!2..Jll.1e se titula: La otra llPolítica" de Aristóteles.4 Desde un punto de vista crítico
enfatiza el concepto aristotélico de oikonomía, el ámbiJo de la economía
se~ este J~9!QQ!.9JJla,la democracia grie9.9..J!Q-lo eta de todos l~.-llig~
humanos, sino del verdadero hombreLno o~-pillio-de como ese ámbito de privaticidad de cada varón en el que se producen
los iguales;-y todas las ampliaciones del espacio de 10sjqualesJ)1 m~s las condiciones de posibilidad de ciudadano griego. Ese espacio de lo pri-
abrenbrechas en las virtualidades unive~alizantes de los dis~ues vado no tiene fin en sí mismo, se considera que no es autosuficiente, no
siempre habrá una mente radicalizadora que sacará las implicaciones es autárquico, sino que produce las condiciones para aquel que sí tiene
-poariamos llamar- de "sentido común" de las premis~ eSQ1~is- ya autarquía: el ciudadano griego, que es un fin en sí; lleva a su entele-
mas díscursos.tS lo que se produce justamente en todas las ilustraciones, quia la vida de la polis, que es la forma de vida más, excelsa. Lo demás,
enl'OClos los-procesos ilustrados. Cuando hay estos movimientos críticos añadiría yo, se concibe como algo que no está en la categoría de la sus-
que ponen las instituciones en cuestión, las contrastan ante la crítica de
3Recuérdese la obra de MoJiere, Les précieuses ridicules.
4Moreno, Amparo, La otra "Política" de Aristóteles, Madrid, !caria, 1988.
2 lierstory: Historia de ella, juego de palabras con History, his: de éL

34. . 35
"

tancia, sino en lo categoría del occidente en lo ontología, y en lo Políti- Es curioso cómo paro Son Agustín, en lo Ciudad de Dios, los genea-
ca esto distinción corresponde 01 aner agathos,5 y aquel que no es aner logías buenas, las de los hijos según el Espíritu, los que son peregrinos, en
agathos, sino que está en el espacio que produce los condiciones de po- la tierra son genealogías donde se nombran o los varones, las mujeres
sibilidad del aner agathos: por uno parte el esclavo, en cuanto es el que no son nombradas. La mujer sólo es nombrada en las genealogías caíni-
produce el tipo de trabajos materiales que posibilitan el ocio del ciuda- cas (de Caín), cuando cascan (se quiebran) y viene el diluvio: entonces
dano griego; lo mujer, que posibilito lo reproducción legítimo, y el niño, nombran a una mujer, entonces aparece la número once, que es el nú-
que está todavía en expectativa generacional. De este modo, Amparo mero malo, el del pecado: rompe la genealogía y viene el diluvio porque
Moreno ha llegado o hablar del"arquetipo viril" y de cómo este arque- ello representa la genealogía según lo carne, no según el espíritu. En la '

tipo se solapo con los prerrogativas del genérico humano, produciendo tradición griego, por otra porte, la mujer también pone la materia y no
muchos veces confusiones en cuanto al referente de los discursos históri- la forma. La forma, digamos, es la categoría teleológico, lo categor ía que
cos: es como si hablaran del genérico humano, cuando tienen muchos da la sustancia, precisamente la categoría importante, la relevante, La
veces referentes muy precisos que no se solapan con cualesquiera indi- mujer pone solamente la materia. En la dicotomía aristotélica, lo mate- ,

viduos que hayan pertenecido o lo especie. (


ria queda del lado de la conceptualización de lo femenino, y la morfé de
Voy o decir solamente algo muy breve o propósito de lo que ha po- lo masculino.

/fi:.'
dido significar desde este punto de visto el cristianismo. Lo aR-°rtación del
cris.!!92lÍsmose ~onfig\lrado justament~~l,::_confl !:!.enc¡O-de 40s pOlen-
, .La~~jer en los escritos ,Eiológicos_de Aristóteles ~~ tipificad~_com9-
un varón que no Qlle ado o su entelequiaL..~queoaOQ_{Lmi1MLno
~ te~rpisogi~s: p~ado ~~ión ~. misoginia. griego, y PO}el
,
haaTCciñZado e telo es un varón no loqrado, .lJ:na especie de aborto ~
~ otro lo tradición de lo misogonia judío... En lo griego lo mujer aparecía varón o de varón abortad"O,yTa gene¡;Ic;gía ll~99_.Q...ser
gene!ación seqún.
coiñOlo excluido dellogos, el espacio del aner agathos,portador del discur- el lógos hasta en el sentido literal de Que Minerva sale toda armada de.~
so articulado que intercambio razones; es el discurso del diálogo, y él, el la éObeza de Zeus. Es decir, es ellogos el que asume las funciones repro-
dialogante, el sujeto del diálogo; en el coso de lo misogonia judío lo mujer ductoras simbólicos, lo mismo que se hace en La Cavada, Es decir, el
es lo que está marginado del pacto genealógico entre varones, que es pre- lagos es reproductor y productor.
cisamente el esquema conforme 01 cual se concibe lo alianza entre Yahvé En cuanto a las funciones de Gea en la Teogonía de Hesíodo -Gea
y el pueblo elegido, en el cual lo mujer es siempre la pactada, no entra en viene a ser la diosa madre del Egeo ya muy evolucionada y muy venida
~ danzo jamás como sujeto del pacto. Es un pacto patriarcal por excelencia. a menos- acabo siendo madre de monstruos;6 por el contrario se va po-
# y lo mujer aparece como lo a-genealógico, frente o la genealogía como tenciando cada vez más lo que es la línea genealógica, la línea dinástica
\f;: \ algo propio del varón. Es decir, el varón legitihlO lo genealogía según el que se implanta en el poder, que parte del Caos neutro, y luego, a partir
~ lagos, según lo palabra, según lo ley. Lo mujer solamente pone la mote-

f
del conflicto de Urano y Cronos, llega hasta la dinastía de Zeus, la dinas- i
I ria de eso genealogía, lo generación según la carne, mientras que el varón tía que implanta el orden, la buena genealogía, y en el comienzo la cas- l
pone lo genealogía propiamente dicho, es decir, lo legitimación do este tración -pedir turno en el orden del poder, como Cronos, es castrar a
. pacto entre varones de renuncias sistemáticas o lo propio madre, en nom- Urano- es decir, el pacto genealógico entre los varones.
bre del nombre del Padre, que a su vez renunció así, en serie, en el pacto El cristianismo heredará por ambos partes esta concepción de la
genealógico entre los varones. Los varones hacen desde ese punto de visto
"
mujer como lo a-genealógico. C:YQn.d..Q.iliristinnismo sP~!1iza, se tra-
un pacto sucesorio de renuncias sistemáticamente desplazados entre pa-
l dres e hijos mediados por el abuelo como sistema de leyes entre patriar-
ta de depurado de todos los elementos juoairo,> para que pueda ser aS11-
mido eE.-el Im'Qerio Romano y, por lo tanto, se depuran de la figura ,de
cas. Dentro de eso genealogía lo mujer es a-genealógica.
6 Cfr. Inmaculada Cubero, "Poder sexual o control de la reproducción entre el mitos y ellogos: análisis de los
5 Aner QgQt/lOS:del griego, varón perfecto. relatos de Hesíodo". Tesisdoctoral inédita, Universidad' Complutense de Madrid, 1987.

36.- . 37
Cristo todos los componentes étnicos mesiánicos. Al producirse la toma do lado: la indiferencia ~ntre los dos montones de paja se acaba ven-
de Jerusalén hay que presentar un Cristo cosmopolita y un reino del es- ciendo -por supuesto- del lado del peso de lo instituido y de lo real.
píritu que no es de este mundo, un Cristo sin connotaciones terrenales, Aunque en principio en el plano puramente ideológico quede ese margen
digamos políticas; cuando se hace esto, cuando se eliminan los elemen- de ambigüedad, pronto habrá una razón suficiente para que "lo indife-
tosjudaizantes, parecería que ello podría favorecer la imagen de la rente" se interprete del lado del statu qua y, bueno, como eso dd igual en
1 mujer, que serían limados los elementos patriarcales más sobresalientes. el reino de este mundo, ¡total, somos peregrinos! somete os a vuestros ma-
Pero resulta que no ocurre así, pues el cristianismo paulino -que ridos, a vuestros amos.
acaba prevaleciendo- hará de éste un ámbito puramente interior, En lqs sectas gnósticas parece ser que las mujeres ejercían funciones
que no es temporal. Este reino del espíritu convierte en irrelevante cual- directiv.a.L~<;;iert;s.Umpm:.tan.cia.,..perola~ dejaron de~[!;.fX_frLcu.(mto 10
I quier trasunto temporal de los postulados religiosos, como para los estoi- Iglesia se convirtió en un aparoto de poder;..con eledicto de Constantino,
cos ser amo o ser esclavo es irrelevante desde el punto de vista ético. El la Iglesia constantiniana se convirtió en JUlO institución que hablabg
estoicismo traspone lo que eran determinaciones jp.rídico-sociales muy el.~~~se jerarquizó, se convirtió en una iqlesia episcopal y
precisas a un lenguaje puramente ético-eufemístico, el lenguaje de "ser como se iba ganando terreno como instit,udón de poder, inmedigtam.e.pte
dueño de las propias pasiones". Como lo traspone todo el lenguaje pura- se i~xpurqando a las mujeres de cualquier C~1fqo -~vo. Cuando no
mente ético, y desde el punto de vista no ético es irrelevante ser amo o ser había poder en danza todavía las mujeres ejercían ciertos cargos admjnis-
esclavo, da lo mismo transformar o no las instituciones jurídico-sociales. trativos; cuando lo hubo, inmediatamente las funciones sacerdotales no
¿Por qué? Porque el"verdadero señor", aunque sea esclavo en sus cadenas pudieron ser ejercidas por las mujeres. Esto hay que tenerlo en cuenta
es el amo de sus pasiones, luego ¿por qué vamos a cambiar la institución cuando se dice que en las iglesias gnósticas las mujeres eran obispos: ¡no
de la esclavitud si nos podemos realizar ética mente en una IIcosmópolis era lo mismo ser obispo en ese momento y serIo después! ¡Bastó que ser
ideal" constituyendo como indiferentes, no relevantes desde el punto de obispo fuese otra cosa para que entonces ya no lo fueran las mujeres!
vista ético, digamos, los trasuntos jurídicos? ES-.gecirf}l1€,~e9'íIl "ayamo~ de polítk(] de tierra quemada a polí- G
El cristianismo, que se empapó en buena dosis de este espíritu he- tica de tierra qanada, la~mujeres toman posiciones o las mujeres pierden )11 ~
lenístico, estoico,? digamos implanta un reino del puro espíritu, la salva- posiciones. Con la 3epuración de elementos judaicos que se hizo en el
ción "en Cristo", en el cual hombres y mujeres son iguales,'como son gnostICIsmo, como helenización del cristianismo, aparecieron toda una
I~, iguales el amo y el esclavo, y como es igual todo hijo de vecino; ahora serie de representaciones femeninas y andróginas de la divinidad: fueron
bien, en este reino del puro espíritu es indiferente cualquier transforma- expurgadas por la ortodoxia y no beneficiaron para nada ni las posicio-
ción en el orden temporal; por lo tanto': mujeres, sed sumisas a vuestros nes ideológicas ni las político-administrativas de las mujeres en la Iglesia
maridos; esclavos, a vuestros amos. Ahora bien, si es indiferente ¿por qué cristiana, y al final, ellas perdieron en el frente judaico y en el frente he-
no hacemos lo contrario? Se podría dar la vuelta a ese propio discurso, lénico. T~~ los elemen.!.os del helenismo Q-uehubIesen sidoJ0~.~~I-
como hizo Lutero en su día contra los iconoclastas. Dijo muy bien: si las mente liberadores fueron abortados, se seleccionaron los com-P..Qnentes
imágenes no representan nada ¿por qué en lugar de destruirlas no las de- más- misóginos y se reforzaron a----- su vez con la restauración de elementos
jáis en paz? También se le podía dar la vuelta desde ese punto de vista al judajzantes vet~ro-testamentaÚQ.S por una especie dp afinidades elp(ti-.
dIscurso estoico paulino: si efectivamente era igual en el mundo del va~ en-1os reflierzos mutuos. Cuando se volvió a la imagen del Dios de Is-
espíritu ¿por qué no dejan las mujeres de obedecer a sus maridos? Pero rael para luchar contra los gnosticismos tratando de equilibrar los ele-
no, los discursos estoicos siempre se acaban venciendo de un determina- mentos de helenización del cristianismo, ese mismo Dios de Israel -que,
en un principio, las primeras domas helenísticashabían querido expur-
7 Cfr. el libro de Puente Ojea, G., Ideología e historia. La formación del cristianismo como fenómeno ideológico, gar de ciertos elementos patriarcales- volvió por su lado más misógino,
Madrid, Siglo XXI, 1974. y de todas las representaciones femeninas de la divinidad no quedó ya ni

38.- . 39
la del Espíritu Santo. Pues si el Espíritu Santo era femenino en la gnosis concepción ilustrada del sujeto como un nuevo espacio de universalidad
y la concepción de Jesús fue virginal, se convirtió en la ortodoxia en el qu:ese abre en Iilingpio cQ!ll° espacio de intersubjetividad. sin las limi- I1.
que produce la concepción virginal, en un principio que fecunda a una vir- taciones que en la an!igüedad se dieron por el ~,c.ho de la institución de
gen, pero la Virgen aparece ya en un segundo plano: no es una diosa
madre sino la Madre de Dios que ha quedado recuperada en el culto ma-
la esclavitud. Se plasma la concepción jurídico-formal de las sub'etivida- fJ)
deS,eñtOñto que tales, 'C;Q.mosu]e o e contrato social, yq que la socie-
riano. Vemos, por lo tanto, cómo estas dos misoginias, por peculiar com- dad~guesa parte de estos presupuestos y tiene que inauRurar un nueyo
binación histórica que aquí he reconstruido muy grosso modo, no hicie- espaf!Q de los iguales~n espacio mucho más amplio de protagonismQ..
ron sino reforzarse mutuamente, excluyendo precisamente a las mujeres político, virtualmente uniyersalizador.
en un proceso que a lo largo de toda la Edad Media es bien conocido. Se empezó con espacios más restringidos pero la concepción lleva-
y nos plantamos. rápida:rn.mu-p pn la.Jl.us.tra.ción.-YJUl!!~.Y9mos a ba su propia dinámica, estaba preñada de implicaciones: extraerlas era
~ hacer una revisión de lo que son las raíces ilustradas del feminismo. Es una operación prácticamente de sentido comúnj ya el} Descartes se habla
I UllO-perspectiva histórica cuya reconstrucción es fundamentaieñOr~
\ a toda una serie de polémicas contemporáneas que afectan tanto al fe- de que todos estas
-siguiendo los sujet~s son igual~.s. Poreralo algo
argumentaciones- tanto,dec~trf'c~ujer
ido común (bon
.~ mi~mo como a la Ilustraci~j si el feminismo es un test p.ara la Ilustra- sens) deriYar que tendría que ser sujeto del contrato sOfia!.
V ~ ción, ésta es a su vez un paráw.etro para el feminismo. Cuando en la...Q.c- A mí me gusta mucho repetir la frase de Mary Wollstonecraft, una
"~ tua' dad se discute tanto si somos ilustrados o osilustrados si el royecto
~ ..,,~ ilustrado es un proyecto que tiene asiqnaturas pf'nrlipl1t",s y no r1lrupliQ..o
~ '-.:, o J2Qr el contrario, es un proyecto clausurado y nas..f'nrontroríomos f!lla
.'7 , ,
de las primeras ilustradas, autora de Vindicación de los derechos de la
mujer, que pertenecía al grupo de los radicales ingleses8 decía: "El femi-
nismo no es sino una apelación al buen sentido d~ la humanidad". Así,
-
~ posmodernidaQ¡ no v~e mal contrastar en esta polémica el feminism~ es una interpelación simplemente de sentido común: si ustedes hablan de
.',- carpa producto ilustraqo -porque ~m .y...seartiC1lla ('n ]as..ilus- este espacio de subjetividades de iguales, desde los presupuestos de uni-
\~ I traciones- y ver qué ha pasado con el feminismo dentro del marco ge
las_J2!9mesas ilustradas.
versalidad de su discurso, pues bien, explíquennos por qué nosotras no
entramos. La carga de la prueba ya la tienen ustedes, y no al revés. ~s cu- .
¿Ha sido la mujer "aquel sector, precisamente, que las Luces no rioso, desde este punto de vista, el modo como la mayoría de los ililu~-
han querido iluminar"? ¿Sigue siendo la mujer aquel sector que -no obs- dos" §e zafaron con mucha rapidez de estas demand9.§. En principio,
tante- no pueden iluminar más que las Luces? Ya se plantea así la pre- cabría esperar que la Ilustración empezara por reivindicaciones muy tí-
gunta en la tesis a la que antes hice referencia. Madame de StaeI decía midas para la mujer al comienzo, y que esas mismas reivindicaciones
precisamente que la Ilustración sólo se cura con más Ilustración, sola- históricamente, conforme evolucionaba el propio planteamiento ilustra-
mente es susceptible de un tratamiento homeopático, es decir, que una do -constelación bastante compleja, si bien con algunos núcleos ideoló-
vez que se pone en marcha no hay otra manera de pararla que ser críti- gicos fundamentales-, se volvieran exigencias cada vez más radicales y
cos e ilustrados con la propia Ilustración. Ser más radicales que y con la más inclusivas para la mujer. Sin embargo, no fue así.
propia Ilustración, llevar más lejos el proyecto ilustrado, hacer Ilustra- Poullain de la Barre, discípulo de Descartes, escribió en 1673 una

, íZ) Clón de segundo grado, autocrítica de la propia n~stración. No se sale de


!% ella ni se ha el a 'uste de cuen rom iendo el nudo porque se forma

I
.

;;,---o~eor s Luces sólo se curan con más Luces No .ponf'll}ps salir d(' l.Q
Ilustración sin más, ésta ti~ne sus asiqna.1l!ras pendientes1..y~na_du!:..a
asignatura pendiente parece ser el felDinismo.
YelfemTí1ismo, a su vez, tie~.dar.ameI1~.raíc.es...en.la..ideolQ-
obr" extroordinaria, ..tan ex'raor;¡¡¡¡¡macmñO desco¿octda, Eorque di
corrido tan triste des- \\
pobre señor le dio por defender a las II]JJjeres.Y..h.Q
tinc[Emla historia cual si de mujer se tratara. Encontramos en este aute;
caritidad de ideas que luego aparecen como rousseaunianas, hasta el
tema del estado de naturaleza. Ahora, justamente, las francesas están

\j(\()I"' ---
H'"illl,.I"gía ilustrada. Las premisas de las vindicaciones feminist~._~stá.!!...,en la "Grupo integrado por Percy Shelley, Guillermo Godwin, Thomas Pain, entre otros.

40. . 41
¡ .'

1.. .

reivindicando para su santoral a Poullain de la Barre, y es curioso cómo retóricamente la forma jurídica de tribunal: ¿quién es parte, quién es
toda una serie de temas rousseaunianos se reinterpretan con una clari- juez y, por lo tanto, quién tendrá la última palabra? El debate sobre
dad meridiana si se leen a contraluz, como si Rousseau estuviera contra- l'égalité dessexestomó la forma de la Quérelle,y Poullain de la Barre fue
diciendo a este discípulo de Descartes. Lo que ocurre es que Rousseau el primero que afirmó: "Todo lo que se ha dicho sobre las mujeres lo han
pasó a la historia y Poullain, no; escribió tres libros y, bueno, ahora se dicho los hombres, las mujeres en la historia no han hablado, hay que
está reeditando justamente porque el feminismo lo ha redescubierto hablar con las mujeres". Él era un sociólogo nato, iba por los pueblos
e históricamente lo ha reivindicado, y cuando hay una nueva concien- hablando con las mujeres; sacerdote católico se hizo protestante, iba in-
cia emergente e investiga retrospectivamente su propia problemática, terpelando a las mujeres haciendo que éstas contaran sus cosas. Com-
se constituye en un nuevo sujeto de discurso y de investigación y apare- batía los argumentos de autoridad que el cartesianismo criticaba frente
cen cantidad de cosas que históricamente no se consideraron relevantes a la razón, frente a la instancia del buen sentido como instancia crítica.
como tales. Por ejemplo, ante los argumentos misóginos de los Santos Padres del ca-
Poullain de la Barre, curiosamente, saca las implicaciones de la tolicismo decía: "Bueno, en ese tribunal los hombres fueron juez y parte,
lucha cartesiano contra el prejuicio, la tradición y el argumento de au- las mujeres no han hablado".
toridad sin escatimarle a la mujer el protagonismo político pleno, en Si estos libros hubiesen sido escritos por mujeres, otro gallo canta-
igualdad total, cuando mujeres ilustradas como Mary Wollstonecraft y ría y otras cosas se hubieran registrado. Dicho ahora, parece una ver,dad
JI
la propia Madame de Stael no llegan tan lejos. MíJfY WQllstouecroft rei- de Perogrullo, pero que lo dijera en 1673 el caballero Poullain es algo tan
vindica para l~ -el gran tema ilustrado-, lQJill!9.1- insólito como importante.
, dad de dere.Lhos en el terreno d.eJ!L~J.lI..tJ.u:g,
polerr.ú.m con todas las-ere- Dentro de la misma Ilustración española, el padre B. J. Feijoo (en
tinadas que en este terreno decía Rousseau~a educación de Saña sobre el discursoXVIde Teatrocríticoy universal)toma más tarde esta misma for-
mulación (aunque no se sabe si Feijoo leyó a Poullain de la Barre o la

\ la ~!.2n de las niñas, .y, bUPOQ..jue una ~<;LQ1!..~


le puso fácil: era una operación del "buen sentido", efectivamente,
Rousseau

del buen sentido ilustrado, de crítica del prejuicio, de crítico del argu-
mento de autoridad. Pero Mary Wollston~craft no lleqa a reivindicar en
tomó de la tópica de la Quérelle). Es curioso que con Poullain se encuen-
tran ya explicitadas toda~.las fórI!!~la~ derlY!;!Q.wLdelca;te;¡;~'smo:.PQl:a-
llegar a la igualdqd de los sexos. Sin embargo, h.¡.egolos teóricos ilustra-.
\
nivel de paridad el protaqonismo polítji-n poro la...rn.uJ.e:r.Y muchas de dos cada vez van oon...m.ó.s...regs, cada vE-van in1IOO1!ciendomás "ar-
las primeras ilustradas no pone.l) esos énfasis: se limitan a pedir la gumeJ].tos ad áQc" y con<;eptua]zaciones diferenciales para las muier~
igualdad con acentos más éticos y 'más culturalistas; sin embargo, Pou- de tal manera que las virtualidades de universalizaci' ",. .
trado no recen para ellas. Hay qU! decir que es un 6ujet9) di.fe.rendill
llena de sentido
llain la Barrecomún la pntf' (l'p'i.prin
simPl~te-sJ~SÓ no tieD~or
del :ca~sianismo otra parte,
una conclusión que, Ror lo tanto, en todo lo que se dice respecto de los sujetos del contra..:-
pragmatizó el cogito cartesiano, le dio un giro, no ya de "pienso, luego to social, la muler no entra como referent~.
existo" sino de "actúo, luego existo", y sacó así del programa cartesia- Aquí hace la Ilustración un juego de conceptos muy peculiar y

@ no implicaciones sociopolíticas, lo radicalizó por el sesgo más bien


pragmático, pues si la mente no tiene sexo, no se ve por qué razón se
muy tramposo: el uso ideológico del concepto doble de "naturaleza". En
un sentido clásico y tradicional, el concepto de "naturaleza" se utiliza
van a considerar relevantes ciertas diferencias biológicas a efectos de para conceptualizar aquello que, dentro de la cultura, se quiere oprimir,
que la mujer esté discriminada. se quiere controlar, se quiere domesticar: entonces es un fenómeno natu-
Por otra parte, la forma como planteó Poullain de la Barre la cues- ral que hay que tener a raya, que hay que doma~. Los negros son vistos
tión fue la muy dieciochesca de la Quérelle. Al uso para discutir si eran como esas panteras que si no están contenidas en un dique son como un
mejores los antiguos o los modernos, quiénes tenían más méritos, quié- torrente. A estas representaciones de la "naturaleza", la cultura superior
nes tenían menos y,además, quiénes iban a juzgar el debate, tomaba las tiene que controlar.

.43
42.-¡t
" ..
la CLU& ~ dJ2.. "1
1 po~'~'.J.i'U-Lu>'"
En cambio el concepto ilustrado ~ naturalezapresenta a ésta como cial se basa en las voluntades, las voluntades son la esencia de todo
paradigxOO.legiti.mado1:-d~ de l~.~s~ Para justificar pacto. Sin embargo, en el caso de la mujer -que tendría que haberlo le-
algo se puede hacer una ecuación entre "lo natural" y "lo racional": esto gitimado con su voluntad- se supone que delegaba en Abraham como
es así conforme a naturaleza. y cuando se dice de algo que es "conforme
cabeza de familia.
a la naturaleza", viene a sustituir como sanción lo que era la voluntad La le itimación del oder patriarcal, por lo tanto, no se mide; ~reJt
divina dentro de la sociedad estamental de l'Anden Régime. La sociedad
dellaissez faire, laissez passer es mucho más "conforme a naturaleza" que
con el mismo criterio que la legitimidad e poder político. Por~e el'
poder político, como es un contrato en el espacio de los igúales, tfene. ~
~
lo era otro tipo de sociedad que tenía otro tipo de trabas.
que p~cta! y, por tanto, hacer explícito su propio pacto, como porta- 1

En los círculos ilustrados, curiosam~cJ..lando se conceptualiz<!.a dores ,del lagos que es cada uno de el~o~.,t-'fientras que la mujer no (JI
la mujer como naturaleza, no se ~ce en ese sentido de porncligmg~i- tien~ropio lQgos, delega en la voluntad del varón. como portador, ~
timado~!?-? en el sentido tradicio~l. Cuando Ro~sseau dice que la y el.Eacto, por lo tanto, es un pacto entre varones, Esto lo decía Hob- fe aIV,
mujer es "ni:1turalez~", lo dic:;,een un sentido ambjguo confiriéndole, por bes, moderno pensador ilustrado de la legitimación racional del Esta- a ¡() :
do moderno. ,.
~ una parte, las virtudes que él adjudica al estapo de naturaleza. frente...ol
estadoa~~ncia ~e la cult!:!.ra, de lo m:tificial. etc. La mujer, precis8- Es curioso, además, que esto se produzca cuando desde la Refor-
,"
l'
1':
mente por ser la depositaria de esas ~ paradi~mátic~, tie~ ma protestante ha habido una tradición de lo que podríamos llamar í:
i"
(star en el espacio privado, .!!.ene que estar controlada por el ho~e, hermenéuticabíblica ilustradafeminista. De la Reforma protestante y sus r,
tiene ~e ser domesticada,' como se dice claramente en 1a Fdl/clJC.iQn de postulados del libre examen, las corrientes puritanas sacaron inmedia-
" 'ofig. Porque la mIJjer ~9demás lo _~'natur.Q.l"en Sf'..ntiilotrndicionoLUs.a tamente consecuencias para el caso de la mujer: si vamos a abolir la me-
a car~a del sentido ilustroclo, perojQ que quiere es estQ! dominada. Ija diación sacerdotal, y todo el principio del libre examen dice que cual-
.e.ser mstoiliada justQlnent-e-per-seFiJüaFffiaflo. quiera puede ejercer la liJ:>reinterpretación de los textos bíblicos, ¿por
Ese uso doble del concepto de naturaleza será recurrente a lo largo qué ha de hacerla el cabeza de familia? Esta mediación no es más nece-
saria que la mediación sacerdotal. Las mujeres podemos ser intérpretes,
mQ..§~tola del
de toda Ilustración.
contrato La mujer nQ seró ilpsde eLprincipiQCQ.tlf~pi~a
sacra!. . co-
podemos ser profetisas. .'

Hay un texto de Hobbes muy característico. Dice en el Leviatán: Esta conclusión sacaron muchas puritanas inglesas. En los movi~
. "En una república cristiana nadie más que el soberano puede determi- mientas milenaristas, Guillermina de Bohemia en el siglo XIVtambién or-
nar lo que está o lo que no está en la palabra de Dios, como sólo Abra- ganizaba una iglesia de mujeres y esperaba el milenio para la mujer.
ham podía en el seno de su familia. Pues Dios l\.abló sólo con Abraham, Porque dijo: "Jesús había venido para redimir a Adán pero no a Eva, y en
y sólo él puede saber lo que Dios dijo e interpretar lo mismo a su fami- la segunda aparición iba a venir a redimir a Eva". Claro que no les digo
lia; por lo tanto los que ocupan el papel de Abraham en una república a ustedes cómo acabó Guillermina de Bohemia y su milenio de la mujer:
son los únicos intérpretes de lo que Dios haya hablado. Al celebrar este en la horca. Efectivamente, este movimiento se produjo, y la tradición
convenio, Dios habló solamente a Abraham y, por tanto, no pactó con hermenéutica bíblica ilustrada también encontró aplicación de sus pos-
ninguno de su familia o descendencia más que en la medida en que sus tulados al caso de la mujer. Sacando las consecuencias de la idea gene-
voluntades -que constituyen la esencia de todo pacto- estuviesen ral -como aparece en Spinoza respecto de que a la Biblia no hay que to-
antes del contrato comprendidas en la voluntad de Abraham, de quien mada en sentido literal sino que hay que contemplar los sentidos
se suponía -por tanto- que tenía poder legítimo para hacerles realizar metafóricos- las ilustradas dirán luego de las puritanas inglesas que
todo lo que pactó por ellos". Como; en la letra de los tangos que dicen aquello de que Eva nació de las costillas de Adán vamos a interpretarlo
"la pacté porque eta mía", Hobbes viene a decir algo parecido. Aquí en sentido igualmente metafórico, porque nosotras también podemos ser
aparece tematizado claramente que la legitimidad de todo contrato so- intérpretes y no decodificarlo.en forma literal. .
44.
~~J;fN~A,tYI01t'~~,!; .45
R€.&tt:lf§1\;':@:~~gllil1gQ~R.~J:1~~1fpS~~g;I!},i
Sin embargo, los hombres no querían que esta hermenéutica fuera llegaba a "hacer pinitos" por su cuenta se suponía, y esto lo dice Rous-
más allá, digamos fuera de los límites que ellos mismos controlaran. seau -y no sólo Rousseau-, que era el hombre el que le llevaba la mano
Claro, lo q!1~no §g.JJ.!Jiere~~LQ, la mujer intérprf'tf'. po.rtadQra de y el que escribía por ella. Y esto ocurría sin embargo en pleno siglo XVIII,
lagos, o sea portadora de vol~tad. Su voluntad es algo ya int~:tg.do cuando la querelle de l'égalité des sexes era una polémica que tenía ya una
y la"legitimidad" de esta operacióng:- algo qlli" Si"dQ.por hecho~'l.Y.9- situación bastante evolucionada.
luntad está conterlida antes de todo pncto,.J) sea está precontenida en el , EnlQ)lustración, FC?!J.9..1@JQ.J-CUIH:UJ..enlJ.Íe_e:ll.i-Lo.r
desd~nID.
pact.o.En un espacio precívico que requiere la mediación de otroiD~j:pre- de vista ideológko -=que ~ano en que yo estQy tratan..d..p-.ct¡;
mover-
te que ~ ella misma, sino el portador del lagos Que e:; el sujetQ_.<1el me- que a la mujer le llequen en toda su radicalidad las implicaciones
pacto social el1tre los diversos intérprete.s...dillogos: los patriarcas y cgbe- de las premisas }lustradas, consistirá en habilitar un espacio, tanto con-=- \
zas de familia. ceptual como ideolóq1.fO-el espacio privado- y acuñar conceptualida- '
'-POrlD-tanto, en la base de la ideología liberal que se encuentra en des diferenciales para situar en él a la mujer.
una de las franjas más importantes del espectro ilustrado en cuanto a su Una vez más, como señaló Cristina-Molino, el patriarca do se pone
traducción política -no es por supuesto el único, pero sí históricamente de manifiesto como un poder de asignar espacios: como el espacio públi-
el más característico y en buena medida somos sus herederos-, 19-mu~r co y el privado; y enJ9...!9..eología liberal se trata. de redefinir el eS12Q<;:i~
no f~ concebida como sujeto del c~~ato social ni como intér~e su
propia voluntad. "la v~
dad de laarqumento
sirve co,mo mujer en torno
a los Q valores talescom~.hD
proqresistqs como la j~li~o~.Ja lltili-
Stuart MilI»ara
-Insisto porque muchas veces se nos dice que las feministas somos darle a la mujer un cierto margen emancipatorio con base en que sea
anacrónicas y no contextualizamos históricamente. No: es decir, se olvi- digna compañera del hombre y agente eficaz de progreso social. El utili-
da que es al revés. Los textos que afloran tienen como referente polémi- tarismo, en este caso, toma un cierto cariz progresista -con sus limita-
~o vindicaciones feministas ya establecidas. Muchas exclusiones de la ciones- y sobre todo por obra de su mujer Harriet Taylor Mill~...2!ros.
mujer son modos de decir en contra y formas de no decir el referente po- ilust[(~.~os, por el contrarioJes parece más útil que la mujer siqa sujeta
lémico que existía ya: lo que ocurre es que se ha borrado. Recuerdo que, en gl dominio de lo privado, que siqa creando las condiciones.J2Q!9 9~~
a propósito de una interpretación que hice sobre la Antígona de Hegel, un el ,:arón sea el sujeto del contrg!:o social! y estando en es~-PIe.c4- ¡f
colega filósofo dijo que todo eso estaba bien, era muy ingenioso pero vic~nde recibir¡;i nuevas adherencias ideológicas del nueYQ.S.9ncepto \ ~
anacrónico. ¡Pero anacrónico! ¡Por favor! Hegel escribe cuando ya había de la privacidad como intimidaq-12IQ ia del n ~
I detrás un movimiento ilustrado que funciona, también en el caso de la la nueva familia burgu~~ será e~~acio de 1 rsonal01t!íü'i!.1tilT!.Q,/
. mujer, como su referente polémico y en 'estas, cosas no se sabe lo que se frente al espacio ~!1.I.°'col!).petiti'[o de las rela.ciones manche~terianQs..L
I ,dice si no es en función de ese referente. . mercantiles que,Lsin embargo, .fama compensación t~.9__~~_n!!<;:leQ...
r Poullain de la Barre pudo decir lo que dijo en 1673 porque ya irreductible de la idea de la familia nucleafhurguesa¡ c1¿YQ..,l2Ql2eLd.e
I guar~eTeC6hteriráw~<;:!.SaIp_en~~:<Il~~~er.-'--' -- --
había una tradición de hermenéutica bíblica ilustrada. La obra de Mary
Wollstonecraft (1792) se tradujo a cinco idiomas. Difícilmente pudo igno- Cuando se habla, por lo tanto, de que a la mujer desde elliberalis-
I, rar Hegel, buen conocedor de su época a la que trataba de "pensar en mo se la confina al ámbito privado, ello no tiene las mismas connotacio-
conceptos", figuras como Madame de Stael, ni desconocer el movimien" nes siniestras que tenía "privado" en sentido griego, en que "privado" era
. to preciosista francés -cuyos nombres más significativos se están recupe- privado de derecho, estar privado de todo reconocimiento. Privatictdad en -,
¡:ando ahora-: mujerE)s de una agudeza e ingenio notables, que luego el sentido liberal tiene unas connotaciones distintas, aso~iadas a.La ideq
,pasaron por ser simplemente anfitrionas de los.salones ilustrados porque, moderna de individualidag.; el precio~ cuesta.5.erjDrJivirlllo. 1"]que~-
digamos, en ése pope'! social sí se consagraba a la mujer. Ahora bien, si gamos un ámbito, digamos, sustraído a la vida soc!9.!L a las !!lira~
escribía, lo más que podía hacer era darse al género epistolar; pero si ella todQ el mU!1do, donde no hemos~<2nerno.~ máscaras ~r:!_cierto~.ct°;
I
11
!, 46. .47

, I
I
1:1'
I
~ ámbito ll1Ó~-l2~~do, donde seríamos verdaderamente nosotros
con el feminismo un algoritmo compositivo combinando las tres ideas de
n!ismos. ~a idea d~!!div.idualirl(](J hn-rpcnairln YOlambién.~ la h.erencia
la Revolución Francesa: libertad, fraternidad e igualdad. Combinándolas
del g!illQ..r!.~~.!!l2.:.Joda
la apreciación de la subjetivización de la religión y por pares en vertical y en horizontal puede contrastarse su juego ideoló-
lo que ello ha supuesto en la génesis del sujeto de la modernidad, con la
gico reconstruyendo así el espectro que puede dar la Ilustración.
Reforma protestante, etc. Entonces se podría decir: ¿qué hay que objetar Los liberales han dado funda talq¡.ente ..énfasis a las combin~Q;
I/ cuon~rivo<!o_~ un.valor liberal tan import~~e yola ~ujer se le ciones donde aparecen as ideas de liberta primando sobre fraternidag
,{ adjudica el espaciode lo .J2!1Yo.do?
e igualdad. Si tomamos grossomodo los socialismos utópicos, priman las
Toma ahora estas connotaciones positivas en el pensamiento libe-
ideas de igualdad y fraternidad sobre las ideas de libertad. Hay otras
ral. Bueno, es curioso, porque la mujer, en realidad, no va a ser aquí la
combinaciones que han tratado de equilibrar igualdad con libertad, o al-
destinataria de esa privaticidad, no va a ser la sujeta sino la artífice de
gunas radicalizaciones como la de Babeuf, del Club de los Iguales, han
ese espacio de intimidad para que lo disfrute otro. Es la que tiene que
w crear las condiciones para que otro tenga privaticidad, pero para ella ésa
es la tarea que ella misma tiene que realizar como artífice, y una vez
sido radicalizaciones pequeño-burguesas en,¡lq,)ínea de Robespierre (den-
tro del espectro de la Revolución Francesa, río [sería el caso de Voltaire, el
de la alta burguesía, sino la radicalización pequeño-burguesa).j'l
más, como medio en un espacio precívico ya-teleológico (que no tiene su
Serían radicalizaciones más bien por la vía de la igualdad, como'
fin en sí mismo, de telos=fin), en un medio donde, en definitiva, no se nos
da nunca la mejor parte. el Club de los Iguales, las que más rápidamente fueron aniquiladas, y las i: !
'
pretensiones de radicalización igual itariaS que tuvieron implicaciones i"
En la frase del Evangelio respecto de Marta y María, dice Cristo a
feministas fueron rápidamente ni tomadas en consideración. Porque el
,
", 1

María -que parecía que entendía el asunto mejor quedándose en la ter-


tulia y oyendo al Maestro La Palabra, mientras Marta ¡dale que te pego! Club de los Iguales de Babeuf al menos todavía se recuerda, pero lo que :1

dijo Poullain de la Barre, eso desapareció en el muro de arena. 0:'11


con las cacerolas-: "María, tú has escogido la mejor parte". A la mujer
se le vuelve a negar la mejor parte; se la lleva al ámbito de lo privado R<?~sana Rossanda recuerda en su libro Las Otras que, de las tres S eJ-'~, ,' ;
para que sea su medio y su artífice. Porque ese ámbito de lo privado no va
' ideas básicas de la Revolución Francesa, la históricamente menos evol~ ~lO'
I

,Jii,.f
!
1

1 "

cioEada siqu~ ~iendo la ~dea de ig~aldaq. Si hay asignaturas p~ndientes


,
Jjpr" ,

a realizar a la mujer como fin en sí sino que la va a destinar, justamen-


f(
J 1

te ¡una vez más!, al reino de los medios. . en la I~~~!!:~n, esa as~~.~ue estando dell~ ¡ ¡!n
". ,

. Ha ue temer cuando dentro del di iberal a arece la a- más que del lado de la libertag. Por su parte, la fraternidad es más com- I !:!
labra ¡ privado, rela.fionada con lo femenino: cambian muchas veces plica da, porque la fraternidad,si se radicaliza, cierra espacios frente a los IV HI
1
sus connotaciones y se vuelve a parecer mucho más al uso griego: se otros. Construyeespaciosde cófradesque son iguales entre ellos, pero, MJ-Ia;lJ; 11'

¡,
1

vivíacomo carencia. como algo,que falta, como negación y no romo un precisamente, a costa de la exclusión de los demás, pueden terminar 1M
por constituir grupos sectarios que crean dinámicas sectarias. De los i! '

~
(
", verdad~ ámbito de plengud. Porque lo privado es una forma adiciol1al
\ focos ilustrados de la igualdad y libertad, la gran asignatura pendiente cJa;¿y. >,
l

\ de p~~itud precisgmente para qu~ace


' de eso su platafQLlllO emogo- de la Ilustración está del lado de la igualdad. Allí fue donde vino "el tío /' . ':1:
.~ \ nal de realización personal en el ámbito en que verdaderamente el1Wr-
Paco con las rebajas", rápidamente se escamoteó para la mujer. Si 1°-.9.~
ge,'quee-sel del reconocimiento, efde la verQadera intersubj~ el
se enfatizaba erqJo. cuestión del sujeto del contrato social, resulta .9.ue la!
espacio plrblico. Pero no puede tener ~stf> mismQ sentido de plenitud
m~er no lo era, porque e!:a una voluntad siempre interpretada. Si el pa-'
parCUl.!!!.en es el lugar del límite y del confinamieLlto; por t~~ radigma era "la naturaleza", re~ltaba sin embargo que la mulli...!!Q...lQ.-
puede hacer la trampojdeológica de considerar ue a la mu'er así se le
er~ en el sentido del paradT9ma ilustrado, sino que era "naturaleza" en.
estÓ-dánao--uICi<mejorparte (;1 menos, sobre eso habría mucho que dis-
el sentido de lo que había que dominar y tener bajo control. Si se trata-
cutir). Amelia VOicárceL en la ponencia que presentó en un congreso de bOCi'éir contra el prejuicio y contra la autoridad, rápidamente hay entre
filósofos jóvenes sobre modernidad y posmodernidad, hizo en relación
la Ilustración y el Romanticismo negociaciones muy sutiles, entonces se
48. qr:I',I!\::!~.M (,:?'HI)~(¡'
. 49
dice que sí, en principio, pero que no se puede arramblar con todo a mujer, por lo tonto, no le compete hacer lo ley. A ella sólo lo requiere uno
la vez. l/Los ilustrados no son ilustrados consigo mismos", sobre todo en ley, lo Ley de lo Naturaleza, "ley divino" se llamo el tirón de lo ancestral:
ese punto, y se doblan de reivindicadores de valores tradicionales por ese tiene que dorIe sepultura al muerto. Oarle sepultura al muerto significo
lado, por el que crea para ellos las propias condiciones de posibilidad de "desposar al pariente con el seno de lo tierra", es decir, así como el her-
ese ciud~stano público que es el sujeto ilustrado. mano introduce o lo hermano, al desposorIo con el vivo, en el terreno de
O les iba a hablar algo sobre la interpretación hegeliana de la lo cultura (porque si no sería uno relación incestuoso sin mediación y lo
ntígona. Quiero leerles sólo algunos textos, porque esta figura es bas- desposo por ello con otro hombre), al ir de lo vida o lo muerte lo mujer
t~xéépcional y habría que dedicársela especialmente a las Madres hace lo operación inverso: desposo al pariente con el seno de lo tierra y
de Plaza de Mayo. La interpretación hegeliana de} d(QIDa.Jie._SóiQ~les lo muerte no es, así, una muerte incestuosa. No tiene uno mala inmedia-
-Anlígona tiene muchas interpretaciones- se puede resumir así desde tez con lo naturaleza: el muerto no vuelve o los entrañas de lo tierra o
el punto de vista Q...~qlJ.Lnos intereSJ).: frente a~ ética ilustrada, gye descomponerse como si fuera uno porte orgánico de lo naturaleza, sino
podría considerarse una ética contra el doble códiqo de la morglidad que mantiene su principio cultural de individuación, conservándolo en
(cra Uña ética de la universalización, tal como se expresó en el impera- sus exequias, con sus ritos fúnebres. Su identificación, como lo que fue el
tivo categórico kantiono: l/Obra de manera tal que puedas querer que la sentido de una vida, de un ser y de un obrar, quien ha de preservado en
móxima de tu acción se constituyo en Ley universal", y recoge de eso su hermano Polinice contra lo ley de Creonte es Antígono, y hace así ge
manero el espíritu de lo Ilustración), Hegel vuelve a trasplantaLílUer.re- mediadora y depositario de lo memoria del muerto. Lo mujer es lo que'
no de lo ética, de los derechos y los deberes-, la especificidad de la Qivi- tiene precisamente este terreno; se puede ver claramente, además en su
sÓn sexual del trabajo. y a restaurar y fundamentoL<ÍeJ::!1levo el doble evolución histórico, cómo se ha utilizado el ámbito de lo familiar de un
código de moralidad. A la, mujer le compete como deber -es sujeto de modo que sería inconcebible en lo Edad Media.
lo que llama l/lo ley divino"-lo ley familiar Que ordeno dar sepultura En ~ trabajos del historiador francés PhillipJJe Aries. que sQ!12!!:
al muerto. La mui~ es sujeto de l/la eticidp.d" porque no pued~~~!!Q de mOJ"D..g!!té sugestivos, sobre la famlllO;Se h.Q.blo rrecisomente de esto'
uña for~o superior' Ttlás evolucionado y mn$ pytpn~{l, qU$ es la esfera significación personal del reducto de lo privado en lo sociedad bu~
( de 10-jurídico y de lo político. Lo eticidad para Heqel está en el terrerl° so, mientras que en lo Edad Medio habría como un continuo de vida 'I,,~. ,.~
de l,as morq, de las costum~ de lo segunda naturaleza de un pue.!2lo; social. El que Los deberes familiares se corquen de esta tensión emocio-¡
" está más cerco del terreno de lo naturaleza que del de lo cultura y, por no!"y de esto eticizoción -sit venia verbo- es progio delo sQciedod bur-I rlt'd:
=
lo t~!~, es más propio co~rn>n() de lo m1Jjpr qlle del vor<2!h..ill!.e..es gueso, justamente.
e l q,ue accede al dominio de lo universalidad, al dominio de lo polis, de
Hoy mucho de reinterpretoción hegeliono en el drama de Antígo-
\ lo. verdadera
de lo universal.
outocondend.a como ciudililano que emergr. ni espacio no, proyección de cotegoríos que históricamente serán acuñados poste-
riormente. El deber ético de la mujer no se oriento hado lo universal, por-
Lo mujer, en cuanto objeto de su deber ético, tomará lo familia, el que no es uno conciencia o un sujeto lo suficientemente evolucionado en
deber ético, hacia lo singular. La mujer es l/la eterna ironía de lo comu- tonto que outoconciencio como para ser ciudadano de lo universal. Y o
nidad", que siempre desvío los fines públicos hacia lo privado. Pretende lo más que llego, en su realización supremo y más pura como hermano,
tomorle el pelo o lo público desviándolo hacia los fines privados; pero lo es o l/presentimientos de lo esencia ético" yo heroína trágico. Porque esto
comunidad, al mismo tiempo que produce este principio femenino hos- concepción unilateral, esto obcecación, esto limitación para lo universal
til, se tomo constantemente su revancha sobre él, por lo tanto Creonte -que al mismo tiempo constituye su excelsitud, claro está- es excelsi-
matará a Antígona. Creonte es quien hace lo ley: "Mientras yo vivo, no tud por lo que se lo condeno, porque lo universal tiene que prevalecer
será una mujer quien hago la ley". Ley del Padre, como dirán los loco- sobre lo particular, ha de imponer su ley, por tonto Creonte sancionará o
¡ nianos. Lo leyes un significonte fálico, es el Nombre del Padre. A lo Antígono y, en último instancia, le dará lo peno de muerte. Lo mujer,
I
50._~ .51
¡
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l..
pues, no podrá vivir políticamente su dolor, podrá vivir solamente su
dolor familiar, como hermana, pero no politizarlo.
LQ política impone otras leyes y tIPOp]rlecreta -¿avant la lettre?-
{ q¡¿e lo personal no puede ser polítiQ2; será precisamente la gran reivindi-
cación del feminismo, luego: ¿será posible que lo personal pueda salir a
la plaza pública, que lo personal pueda ir al ágora, que lo personal se re-
defina como algo susceptible de reconocimiento, que pueda surgir en el 11
espacio público, que Antígona no sea condenada a muerte junto a sus
muertos, que Antígona sea reconocida, no como figura irónico-trágica
La experiencia de las mujeres,
del Espíritu, sino en cuanto ciudadana del reino de la igualdad, como fi- la teoría feminista
gura del ágora, sujeto pleno de derechos del contrato social, llorando po- y el problema del poder
líticamente a sus muertos? La eticidad de las Antígonas de Plaza de Ma-
yo, diga Hegello que diga, no es un desfile de fines privados: es voluntad
general de las dadoras de la vida de constituirse en sus legitimadoras po-
niendo bajo su propia ley a los dadores de la muerte y arrebatadores del
nombre. Si la Mujer es lila eterna ironía de la comunidad", las Madres y
Abuelas de Plaza de Mayo son la ironía de Hegel.
El problema que se nos plantea a las feministas con Antígona es
muy simple: ¿hay que llevarla o no al santoral? ¿Cómo asumimos o de-
jamos de asumir las propias definiciones patriarcales de Antígona? ¿O
haremos de ella, por el contrario, el símbolo de la redefinición de lo per-
sonal como político? Esto nos tendría que llevar a poli tizar a Antígona, a
reivindicar y enfatizar en sus (son múltiples) tlguras su relevancia políti-
ca, a hacerla llorar políticamente, clamar por vidas identificadas y/o
(abuelas/madres) sepulturas nominadas. No como acción ética positiva
hacia lo singular, como decía Hegel, que consiperaba a la mujer incapaz
de ser ciudadana de lo universal, de capacidad de abstracción para llo-
rar al muerto en su dimensión política. Como el poder, pretende confi-
narla a guardiana de la memoria familiar del muerto. Hegel hace sus
afirmaciones después de que Kant había llegado a la formulación más
madura de una ética ilustrada, que arrancaría todo fundamento racio-
nal para un doble código de moralidad según el sexo para Creonte y
para Antígona -y sería el trasunto, en el plano de la ética, de los códi-
os de la división sexual del trabajo que, como vimos, no era simétrica
ni complementaria, sino muy claramente jerarquizado-: el deber del ca-
ballero es considerado el deber superior y el de la mujer, por mucha lite-
ratura y retórica con que se lo aderece, sigue siendo valorado como so-
~ ialmente inferior y subordinado.

52.

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