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elementos básicos de la tradición, es una tradición básicamente oral, o


El son jarocho, permiten abrir nuevos caminos a la más bien auditiva y práctica, que se
manifestación creatividad personal y colectiva. Así aprende oyendo y compartiendo
longeva y elástica ha sido desde tiempo inmemorial,
así esperamos que siga siendo en un
con los demás; el maestro principal
del son es la comunidad que convi-
futuro que queremos largo. El son ve y se mezcla en el fandango; sin
Eloy Cruz* jarocho que se canta en los valles de embargo, una circulación interna-
California tal vez no sea idéntico al cional de las dimensiones actuales
que se practica en las riberas del del son jarocho rebasa esta forma de
Mario Guillermo Bernal Maza, Papaloapan ni al que profesan los aprendizaje: ahora también el son
Compendio de sones jarochos. jaraneros de la isla de Manhattan, puede tener una vertiente “acadé-
Método, partituras y canciones, pero esta diversidad no quita a nin- mica” (no por ello menos gozosa y
México, Fonca-Conaculta, 2011. guna de estas formas nada de su festiva), en la que una publicación
valor estético ni su representativi- didáctica como ésta resulta de enor-
El son jarocho es una de las mani- dad (si cabe el término) como son me utilidad.
festaciones musicales más ricas, jarocho, que simplemente se ha El libro de Guillermo Bernal es
longevas y elásticas de la tradición enriquecido, ha jalado hacia su ya un compendio, una “breve y sumaria
mexicana. Existe desde la época caudalosa corriente nuevos modos exposición” (como dice el dicciona-
colonial y no sólo ha logrado sobre- de creación y expresión. rio) del son jarocho, con una deci-
vivir hasta nuestros días, sino que Muchos jaraneros (portadores de dida inclinación didáctica. Así, el
ha creado una sorprendente esfera una tradición oral, que se aprende a autor dedica algunas páginas a des-
de influencia: sigue vivo en su nati- través de la práctica misma) se han cribir en general al son jarocho (su
vo Veracruz, se practica a lo largo convertido en profesores, y así, jun- región de origen, su caracteriza-
de la geografía mexicana y no es to con el auge del son jarocho, se ha ción como parte del son mexicano,
extraño encontrarlo más allá de producido un auge de su enseñan- su estilística, etcétera), para enfo-
nuestras fronteras. Hoy es posible za. Tengo noticia de talleres de son carse inmediatamente en las cues-
ver grupos de jaraneros y fandangos jarocho en diversas ciudades de Mé- tiones relacionadas con la práctica
jarochos tanto en Xalapa como en xico y Estados Unidos, cuando me- cotidiana de la jarana, la guitarra
Cuernavaca, en Cancún y en Tijua- nos; en las ciudades de México, Los de son y el arpa (función de estos
na, en Chicago y en Buenos Aires. Ángeles y Nueva York refrendan su instrumentos en el juego del son
Tal vez no sea aventurado afirmar condición cosmopolita albergando jarocho, las familias y técnicas ins-
que el son jarocho es uno de los ras- cursos de son, donde los nuevos trumentales, la notación), y desde
gos culturales que más nos identifi- jaraneros se ponen en contacto con luego la letra y música de un buen
ca como mexicanos, ante nosotros esta herencia común a todos los me- número de sones.
mismos y ante otras naciones. xicanos, una herencia que hemos Mucho se ha discutido, se discu-
Esta extraordinaria dispersión ha empezado a compartir con ciuda- te y se discutirá sobre la convenien-
acrecentado una característica fun- danos de otros países; no es extraño cia (o inconveniencia) de anotar la
damental del son jarocho: su capa- encontrar jaraneros propiamente música de una tradición normal-
cidad para conservarse al mismo jarochos que han nacido en Estados mente no escrita. Los detractores
tiempo intacto y múltiple, de gene- Unidos, en Colombia, en Canadá o arguyen que la escritura fija estatiza
rar variantes que, preservando los en Chile. y traiciona aquello mismo que
Es en este contexto que el libro registra, pero, como el autor de este
*
Profesor de Guitarra en la Escuela que aquí se presenta tiene su mayor libro señala, el registro escrito pre-
Nacional de Música de la UNAM. significación. Ciertamente, el son serva el estado de una música en un

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momento determinado de la histo-


ria; ciertamente, habría sido maravi-
lloso que alguien se hubiera tomado
la molestia de escribir la música de
los sones mexicanos tal y como eran
en la época de la Independencia, o
en el Siglo de las Luces, o en ese
momento seguramente mágico en
el que tanto los sones como la gui-
tarra misma eran jóvenes y apenas
recién llegados a nuestras costas.
Pero como ya dije, la principal
virtud de este libro es el apoyo que
brinda a la enseñanza. A riesgo de
ser repetitivo, debo decir que si bien
el son jarocho se aprende en la prác-
tica viva (como suelen decir los ja-
raneros, “a borde de tarima”), las
condiciones actuales de esta música
no permiten un lujo tan extraordi-
nario: ciertamente los fandangos
jarochos no son tan comunes en
San José, California, como lo son
en Santiago Tuxtla, Veracruz, y es
por esta razón que los practicantes
del son en muchas ocasiones nece-
sitan de apoyos didácticos para distantes, en tantos mundos musi- sido “impulsados por algunos gru-
aprender la música y la letra de los cales distintos, ha recibido numero- pos en los encuentros de jaraneros,
sones de una manera más eficiente. sas influencias y a irradiado la suya quienes proponen sones nuevos
Muchos jaraneros veracruzanos que propia. Un acierto de Guillermo Ber- con rasgos tradicionales pero con el
he conocido coinciden en señalar nal consiste en el criterio con el que estilo particular de algún autor”, y
que no han “aprendido” el son por- ha elegido esos 76 sones que nos muy probablemente también con
que simplemente el son ha estado a comparte: no sólo ha incluido los elementos de las influencias mu-
su alrededor en todo lugar y en sones tradicionales de Veracruz, en sicales que haya recibido ese com-
todo momento, y ellos simplemen- tono mayor (por cuatro y por dos) positor jaranero.
te han crecido a su sombra. Esa y menor, sino algunos sones que el Como podrá apreciarse, esta es
familiaridad es la que puede propi- llama de “estilo típico”, que, como una selección que perfila las andan-
ciar este libro: poner la música y la nos explica, tuvieron su “auge en la zas y tal vez el futuro del son jaro-
poesía del son jarocho literalmente década de 1950, presentados en cho, la práctica musical que se ha
en las manos de aquellos que lo espacios tales como restaurantes”. convertido en el sello de identidad
aman. El autor, finalmente, también pre- de una comunidad cada vez más
Como dije al principio, el son senta algunos sones que llama “de amplia y diversa, en muchos rinco-
jarocho es uno y es muchos. Como reciente creación”, y que, en pala- nes de nuestro mundo.
se practica en tantos lugares tal vez bras del propio Guillermo, han

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