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Propósito: Destacar que la condición de existencia del ser humano es posible sólo
a través de su relación con otros seres humanos.
Objetivos:
Conocer y practicar un método para la resolución pacífica de conflictos.
II. Los valores en la vida cotidiana “Lo que hace personas a las personas, son
sus valores’’ Max Scheller (2003).
Muchos(as) grandes pensadores(as) han reflexionado sobre la vida cotidiana.
La filosofa húngara Agnes Héller (1972), describió la cotidianidad como “el espejo
de la historia... el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los
hombres particulares, los cuales crean la posibilidad de la reproducción social.... Es
la forma real en que se viven los valores, creencias, aspiraciones y necesidades.”
Desde esta perspectiva, la familia es la primera escuela de la vida.
A partir del momento en que la mujer está en proceso de gestación, el feto depende
totalmente de ella.
Dicho contexto le requiere a la mujer estar profundamente consciente de su papel,
y ejercer responsabilidad al actuar con la calidad necesaria para enfrentar las
situaciones que vive diariamente, para contribuir al desarrollo de una vida.
El proceso de gestación es un periodo de vida intenso y complejo para la mujer.
Poco a poco surge una relación, que con el transcurrir de los días y el desarrollo de
la vida y la sensibilidad, frecuentemente resulta en una profunda experiencia
humana basada en la mutualidad.
Al nacer, independientemente de su estado físico, la criatura requiere de un cuidado
extraordinario que atienda sus necesidades cotidianas. Indefenso y totalmente
dependiente, por instinto buscará el calor humano. Proporcionalmente a su estado
físico, interactuará con lo que le rodea.
El ambiente familiar, la comunidad, los vecinos, el cuidado y eventualmente la
escuela moldearán su vida.
Dadas estas condiciones, los profesionales que inciden directamente en la salud,
educación y bienestar de un niño(a), deben mantener un alto nivel de
responsabilidad en el ejercicio de sus tareas.
Particularmente, el cuidado y la escuela habrán de proveer un apoyo fundamental
a la familia en el proceso de la crianza.
Los diversos componentes que formarán parte de su entorno, ejercerán influencia
sobre su calidad de vida. Específicamente, las vivencias experimentadas en el
núcleo familiar, la escuela, el trabajo, los espacios para cultivar sus creencias, y sus
relaciones de pareja, habrán de incidir en la formación de su identidad.
El crecimiento y desarrollo de una persona es proporcional al valor con el que se le
ha tratado y se le trata, y a los valores que esta asuma y practique en su
cotidianidad.
En la medida en que practiquemos valores para el beneficio de nuestros(as)
niños(as), los que nos rodean y nosotros(as) mismos(as), la calidad de nuestra vida
individual y social incrementará notablemente.
Ciertamente, la influencia y el alcance abrumador de los valores en nuestro diario
vivir, también nos lleva a reflexionar profundamente sobre su ausencia.
VII. Conclusión
Para cultivar los valores, se requiere la práctica continua de estos en la vida
cotidiana. Independientemente de las situaciones que enfrentemos, se debe
practicar y vivir los valores como la base de la sana convivencia.
Los valores en la vida cotidiana se transmiten gradual y constantemente mediante
una gran cantidad de eventos que suceden a diario, en los cuales todos somos
protagónicos, y en donde se requiere nuestras acciones visibles, como por ejemplo,
el observar una persona detener su vehículo en una avenida para salvarle la vida a
un perro, ante un sin números de personas; eso nunca se olvida, esas son los
llamados héroes en silencio, dignas de admirar, al punto de inspirarnos para hacer
el bien por los demás.
VIII. Final
¿Cómo evalúas tus relaciones con los demás?
Destaca la calidad de tus relaciones con familiares, amigos, compañeros de trabajo,
y vecinos.
Haz el ejercicio de reflexionar sobre los valores que son importantes para tu vida.
Destaca los que ya has aprendido, y los que quieres incorporar en tus creencias y
actividades
¿Tienes la disposición para interactuar con personas diversas?
Cotidianamente, toma el tiempo necesario para evaluarte; nunca dejes de
preguntarte hacia donde te quieres dirigir. Particularmente, haz un inventario sobre
lo que te falta por hacer y cómo puedes mejorar.
Practica los valores que ya has aprendido; evita limitar la práctica de los valores al
reconocimiento o rechazo de los demás
Scheler, Max (2003). El puesto del hombre en el cosmos. Buenos Aires: Losada.