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Una de las funciones del profesional psicólogo, tal vez incluso una de las que es
considerada más típica del quehacer del psicólogo, es la de efectuar diagnósticos
psicológicos.
MEDIR
Por otra parte, puesto que el 1 o el 2 han sido asignados a los sujetos según una
regla (1 a quienes pertenecen al género femenino y 2 a quienes pertenecen al género
masculino), este proceso efectivamente constituye una medición. A este respecto es
necesario agregar que distinguimos 4 niveles o escalas de medición.
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Sin embargo, gracias a que la mayoría de las variables psicológicas presentan una
distribución normal en la población, se puede tratar a estas variables “como si” fuesen
variables medidas a nivel de intervalo. Esto es posible porque en la medida que la
distribución de la variable se ajusta o coincide con la forma de la curva de distribución
normal, se le pueden aplicar las propiedades matemáticas conocidas de esa curva y que
fueron definidas en forma independiente por los matemáticos C. Gauss (alemán, 1777 –
1855) y P. S. Laplace (francés, 1749 – 1827). Gracias a este hecho tratamos algunas de
las mediciones psicológicas como si fuesen mediciones intervalares, aun cuando ello no
corresponde exactamente a la realidad o naturaleza de la medición hecha.
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EVALUAR
DIAGNOSTICO PSICOLÓGICO
Visto de este modo, tenemos que un test psicológico no es otra cosa que un
conjunto de estímulos utilizados para provocar en el sujeto una respuesta, respuesta que
es en sí misma una forma de conducta. Las conductas específicas que se hacen
manifiestas en la situación de examen psicológico como respuesta a los estímulos que
constituyen el test que se está utilizando, se supone que son un indicador del aspecto o
variable psicológica que se desea diagnosticar. Para esto no es necesario que la
conducta provocada por el test se parezca a la conducta o fenómeno psicológico que se
desea diagnosticar. Sólo se requiere que exista una correspondencia empírica
demostrada entre las dos. (Revisar a este respecto los conceptos de validez aparente,
validez predictiva y validez de contenido). El test psicológico no hace sino medir una
conducta. Sólo es posible determinar por la experiencia que dicha conducta puede servir
como índice efectivo de otra. En este sentido, la predicción se entiende aquí no sólo en el
sentido de deducir de un rendimiento actual una conducta futura, sino también en el
sentido que el diagnóstico de una condición presente significa una predicción del
comportamiento del individuo en situaciones distintas a las del test.
Esto último es una constante cuya importancia conviene precisar y que nos lleva
de vuelta al tema de los test o pruebas psicológicas. Es cierto que los test son
instrumentos muy útiles y necesarios, a veces incluso imprescindibles, pero el
psicodiagnóstico no se reduce a la aplicación de uno u otro test para luego dejar
constancia de sus resultados. Tampoco debemos pensar que los test son una especie de
bola de cristal con la cual podemos develar o averiguar cualquier cosa que deseamos
saber del sujeto. No. Los test no son más que estímulos ante los cuales esperamos que el
sujeto reacciones, para obtener así una muestra de su conducta. Con base en estas
muestras conductuales hacemos luego predicciones de un comportamiento presente y
futuro. A veces, también concluimos respecto de hechos pasados. Si nos detenemos en
este punto, advertimos de inmediato la complejidad y a la vez las limitaciones del
psicodiagnóstico. Es complejo porque la conducta de un sujeto, en este caso sus
respuestas al test, está determinada simultáneamente por muchas variables, todas las
cuales no podemos controlar. La limitación deriva de este mismo hecho: en la medida que
no podemos afirmar en forma taxativa cuáles han sido las determinantes de la conducta,
nuestras conclusiones serán siempre tentativas, y lo serán no sólo por esta razón, sino
también por todas aquellas señaladas anteriormente.
Otro punto que es importante tener claro respecto del psicodiagnóstico es que no
busca explicar. Con frecuencia cometemos el error de considerar los resultados o las
conclusiones obtenidas, como explicaciones de ciertos hechos. Un sujeto presenta
alucinaciones. Se le hace un examen psicológico y resulta diagnosticado como
esquizofrénico. Decimos entonces que presenta alucinaciones porque es esquizofrénico.
Lo correcto es lo inverso: lo hemos diagnosticado como esquizofrénico porque presenta
alucinaciones y otros signos o síntomas propios de ese cuadro y en ningún caso hemos
explicado el por qué presenta esos síntomas.