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Cuando hablamos del tiempo atmosférico nos referimos al estado de la atmósfera sobre un
lugar y en un momento concreto. El clima de un lugar, por su parte, es el resultado de tener en
cuenta los datos medios de las temperaturas y precipitaciones de ese lugar a lo largo de un
período de años extenso, como mínimo veinte.
Cuando hablamos de elementos del clima nos referimos a los fenómenos atmosféricos que
tenemos en cuenta para diferenciar y definir los distintos tipos de clima que se dan en nuestro
planeta.
Los elementos principales del clima son la temperatura y las precipitaciones. En estrecha
relación con estos dos elementos principales se encuentran la presión atmosférica y los
vientos, que influyen de manera importante sobre la temperatura y las precipitaciones de un
lugar. Cada uno de los elementos del clima se ve afectado por diferentes factores que lo
modifican.
1.1. La temperatura.
Diferentes cálculos nos permiten conocer la temperatura media anual de un lugar, así como la
temperatura media de cada uno de los meses del año. La ordenación de estos resultados en
grupos nos permite hacer una primera distinción de los climas de la Tierra, según sea su
temperatura media anual y el contraste estacional:
- En los climas cálidos la temperatura media anual supera los 21º y todos los meses
superan los 18º.
- En los climas templados la temperatura media anual supera los 10º, y ningún mes tiene
temperatura inferior a -3º.
- En los climas fríos el mes más caluroso no supera los 10º.
Todos los climas de España pertenecen a la familia de los climas templados, aunque en las
zonas altas el descenso de la temperatura provoca una variedad de clima frío, el clima de alta
montaña .
La cercanía al mar es un factor que suaviza las temperaturas de un lugar. Esto se debe a que el
mar tarda más en calentarse y en enfriarse que la masa terrestre, y por tanto en las zonas
cercanas al mar las temperaturas son en verano menos elevadas y en invierno menos frías de
lo que les correspondería.
La presión atmosférica es el peso que ejerce el aire sobre la superficie terrestre en un punto
concreto. No es constante ni homogénea. Se mide con el barómetro. La unidad más común,
aunque existen otras, es el milibar (mbar). Se considera que la presión atmosférica media sobre
la superficie terrestre es de 1013 milibares, por lo que cualquier presión por encima de esa
cifra se considera alta presión y por debajo baja presión. Se representan con las líneas isobaras,
que unen todos los puntos que en ese momento tienen la misma presión. Estas líneas adoptan
formas con tendencia circular y nos permiten identificar en el mapa grandes zonas de alta o
baja presión, que conocemos como centros de acción atmosférica, porque son los que ponen
en movimiento y ordenan los vientos sobre la superficie terrestre.
El motor que sostiene los cambios de presión sobre la Tierra es de nuevo el Sol, el aire que se
calienta tiende a subir, disminuyendo su presión sobre la superficie, mientras que el aire frío es
más pesado y tiende a bajar ejerciendo una mayor presión.
Los factores térmicos y dinámicos originan que en la superficie terrestre existan zonas de altas
y bajas presiones permanentes, que son las que dirigen la circulación general atmosférica, es
decir, el sentido dominante de los vientos terrestres en cada zona.
La circulación del viento se produce siempre desde los anticiclones a las borrascas y tiene un
sentido fijo: En el hemisferio norte de la Tierra, donde se encuentra España, el aire que sale de
una zona de alta presión sigue la dirección de las agujas del reloj.
En una zona de bajas presiones, como el aire asciende, se enfría el vapor de agua que contiene,
formándose nubes que pueden provocar lluvias. En una zona de altas presiones, como el aire
desciende, se calienta, por lo que el vapor se dispersa y encontraremos cielos despejados y sin
posibilidad de lluvia
Las precipitaciones se miden con un aparato que se llama pluviómetro, que registra la cantidad
diaria de precipitación recogida en un punto de la Tierra.
Con los datos registrados durante un período mínimo de 20 años podemos calcular las medias
mensuales y anuales de precipitaciones, que definen un clima en cuanto a su pluviosidad. La
unidad de medida más común de las precipitaciones es el litro por metro cuadrado (l/m2 ), que
es la que se usa en meteorología para informar del tiempo.
Podemos representar en un mapa las diferencias de precipitación en una zona, mediante las
llamadas líneas isoyetas, que unen todos los puntos que tienen el mismo volumen de
precipitación.
Las precipitaciones que se recogen en la superficie terrestre varían mucho a lo largo del
planeta, y además en cada zona suelen tener un ritmo estacional.
Teniendo en cuenta que hay tres factores que pueden provocar el ascenso del aire,
diferenciamos tres tipos de precipitaciones:
El climograma, es un tipo de gráfico que representa los valores medios de la temperatura y las
precipitaciones de un lugar en cada uno de los meses del año. En la línea horizontal (eje x) se
marcan los meses del año en los ejes verticales (eje y), que se escalan para marcar la
temperatura media de cada mes (eje de la izquierda) y la cantidad de precipitación (eje de la
derecha). Los valores de las precipitaciones se señalan con barras, y permiten apreciar
fácilmente el ritmo estacional de las lluvias.