1. IDENTIFICAR LA EMOCIÓN. Detectar la emoción y ponerle
nombre. Darnos cuenta de cómo sentimos en el cuerpo, dónde, lo que pensamos. Distinguir rabia, miedo, tristeza…
2. RESPIRAR CONTANDO HASTA 3. Para bajar la intensidad de
la emoción y no perder el control, sentir la emoción pero sin dejarnos llevar por ella.
3. CAMBIAR LO QUE PENSAMOS Y NORMALIZAR LA
SITUACIÓN. Aceptar que es normal habernos sentido enfadados, tristes, pero cambiar el pensamiento por uno más positivo para no dejarnos llevar por él y volver a aumentar la intensidad.