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No le gustaba la escuela en lo absoluto, así que abandonó los estudios a los 12 años para
trabajar en la granja familiar. Sin embargo, sufría maltratos por parte de su padrastro, por lo
que se mudó a la casa de sus tíos. Viviendo ahí, tres años después, falsificó sus papeles para
poder enlistarse en el ejército de Estados Unidos y realizó su servicio militar en la isla de
Cuba.
Después de esa etapa, desempeñó diversos oficios, desde marino mercante, hasta vendedor
de seguros, granjero, secretario en la Cámara de Comercio y bombero en el sistema de
ferrocarriles. También se desempeñó tres años en leyes, después de haber tomado un curso
por correspondencia, pero terminó esta etapa cuando tuvo una pelea con un cliente en una
sala de audiencias.
Sanders contrajo matrimonio dos veces en su vida. La primera con Josephine King, con
quien tuvo tres hijos, y la segunda con Claudia Price, quien trabajaba como empleada en su
restaurante, y con permaneció hasta su muerte, ocurrida a los 90 años de edad, a causa de
leucemia.
La cocina y el Coronel
En 1929, a los 39 años de edad, Harland David Sanders trabajó en una estación de servicio
donde cocinaba diversos platillos, entre ellos pollo. Cocinaba para su familia en su
comedor, y ganaba un dinero extra vendiendo comidas a los viajeros. Su buen sazón era tan
destacado que se volvió popular, hasta el punto que el gobernador del estado lo nombró
“Coronel de Kentucky”, una alta distinción honorífica.
Poco después construyó un restaurante para 142 comensales. Este lugar, por cierto, fue
convertido en un museo sobre la historia de KFC. En él preparaba el pollo con una receta
especial que guardaba celosamente y que patentó en 1940.
Sin embargo, su éxito se vio entorpecido por una carretera. La construcción de la nuevo
vía desvió el tráfico en las inmediaciones de su restaurante, lo que redujo drásticamente la
clientela y lo llevó a la quiebra. Aún así, después de pagar sus deudas y sin perder la fe en
su producto, a los 65 años emprendió un nuevo intento.
Viajó por todo el país en su coche, con un par de ollas de presión y los ingredientes de su
receta, visitando restaurantes y cocinando para ellos su producto para que los propietarios
lo probaran. Parte de su éxito también se debió a la invención de la olla de presión, que le
permitía preparar su pollo en tan sólo 8 minutos, el cual antes cocinaba en un sartén.
La persistencia del Coronel Sanders lo llevó a remontar la ola y alcanzar, por fin, un gran
éxito comercializando su pollo frito. Para 1964, a los 74 años de edad, el Coronel ya
contaba con más de 600 establecimientos que vendían su producto. Entonces decidió
vender una buena parte de sus acciones por dos millones de dólares, más un salario
vitalicio.
Otra de sus cualidades destacadas fue su perfeccionismo. Se sabe que acostumbraba hacer
visitas sorpresa a los restaurantes para asegurarse que las recetas se estuvieran haciendo de
la manera adecuada, respetando los altos estándares que él había establecido.
Aunque después de haber vendido sus acciones, tuvo que resignarse y aceptar las cosas
más allá de su control, como los cambios hechos a la receta de la salsa gravy, que
originalmente era muy costosa y compleja, por lo que era muy susceptible al error humano,
en un entorno de producción como el que se maneja en los restaurantes de comida rápida.
Hoy en día, KFC se mantiene como una de las cadenas de restaurantes de comida rápida
más populares del mundo. Su carismático rostro continúa en el logotipo de la marca, y la
misteriosa receta se mantiene guardada en una caja fuerte a la que sólo dos ejecutivos
tienen acceso.