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Unidad VI:

clasificación de las obligaciones con relación al objeto:

1. obligaciones de hacer:

• concepto e importancia:

Obligación de hacer es aquella cuyo programa de prestación consiste en la realización de un hecho o de


un servicio, es decir un compromiso positivo de trabajo para satisfacer al acreedor.
Este tipo de obligación lleva implícito una idea de actividad, que genera una modificación en el estado de
las cosas existentes, a través de una conducta positiva del deudor.
El código civil las regula junto con las obligaciones de no hacer (arts. 625-634). Tal criterio se justifica
pues no existe una diferencia sustancial entre ambas especies, a punto tal que bien podría considerarse a
la obligación de no hacer como una obligación de hacer de signo negativo. Ambas se rigen por idénticos
principios y están alcanzadas por límites similares.

Son muchas y muy importantes las situaciones jurídicas que generan obligaciones de hacer, tanto en la
orbita contractual cuanto extracontractual.
Los contratos de locación de servicios, de locación de obra, mandato, deposito, transporte, comisión,
agencia comercial, concesión comercial, franquicia comercial, cuenta corriente bancaria, seguro, de
publicidad de viaje y turismo, de hotelería, por mencionar algunos, son fuente relevante de obligaciones
de hacer. También presenta ese carácter las obligaciones de resarcimiento en especie, que consiste en
reponer las cosas al estado anterior al que se hallaban antes de ilícito (art. 1083).
La importancia de las obligaciones de hacer se ha potenciado en el siglo XX, como fruto de las causas
políticas, sociales y económicas. El derecho al trabajo, por ejemplo, se ha gestado y desarrollado sobre la
base de un determinado despliegue de energía laboral en relación de dependencia, regulando un amplio
espectro de obligaciones de hacer.
En nuestros días, las obligaciones de hacer han incrementado si importancia en el campo del derecho
público y privado, acompañando un dato evidente de la realidad: la prestación de servicios, de distinta
índole, constituye hoy uno de los grandes epicentros en torno a los cuales gira la economía globalizada.
El “vinculo” económico y jurídico apto para posibilitar la eficaz prestación de esos servicios esta dado
por la obligación de hacer, particularmente la emanada de fuente contractual, típica o atípica.

• Comparación con las obligaciones de dar:

Si bien las obligaciones de dar y hacer coinciden en la realización de un hecho positivo, ambas especies
no pueden ser confundidas:

Obligaciones de dar Obligaciones de hacer


Entrega de la cosa. Ejecución de un hecho, sin que obste a esa
conclusión que, en determinadas situaciones, deba
ser complementado con otra actividad que es
consecuencia de aquel: la entrega de la cosa.
Otorgan al acreedor prerrogativas mas intensas que Si bien procede la ejecución forzada, le ley fija un
las de hacer, pues su cumplimiento puede ser límite más rígido: no puede haber violencia sobre
perseguido con el auxilio de las fuerza publica, la persona del deudor.
aunque para ello no sea necesario ejercer violencia.
La persona del deudor es, por lo general, La persona del deudor puede presentar especial
irrelevante para el acreedor, ya que ellas ponen importancia para el interés del acreedor,
acento en lo patrimonial, en la cosa misma. especialmente cuando se trata de prestaciones
fungibles.

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Diferentes prestaciones de hacer:

➢ Prestación de hacer fungibles y no fungibles:

fungible No fungible
Cuando el interés del acreedor se satisface con la Es cuando el interés del acreedor sólo se satisface
realización de la actividad debida, con total si el propio deudor realiza la conducta debida.
independencia de quien sea el sujeto que la realiza, También se la denomina “in tuitu personae”
es decir que importa poco quien la cumple. El porque, a la hora de constituirse esta obligación, se
interés del acreedor está orientado a la actividad en ha tenido en cuenta como factor relevante la
si misma, quedando en plano secundario quien la persona que ejecutará la prestación. En esta
ejecuta. Por ejemplo, la obligación que asume un situación, al acreedor no le es indiferente quien
peón de desmalezar un determinada fracción de cumple. Por ejemplo cuando se contratan los
campo. servicios de un reconocido doctor para que efectúe
El deudor puede ser sustituido por un tercero sin una delicada intervención quirúrgica.
que ello afecte al interés del acreedor. Esa
intercambiabilidad gira en torno a dos aspecto
fundamentales: la conducta que se debe desplegar
(fungibilidad de los medios) y el resultado final
(fungibilidad del resultado).

La distinción está dada por el art. 626 que dispone que: el hecho podrá ser ejecutado por otro que el
obligado, a no ser que la persona del deudor hubiese sido elegida para hacerlo por su industria, arte o
cualidades personales.
Si bien la fingibilidad o infungibilidad depende de las posibilidades reales de sustitución del deudor por
un tercero, tal reemplazo debe tener en cuenta lo acordado por las partes.
La infungibilidad puede ser expresa o presunta: la primera es aquella que surge inequívocamente de la
voluntad de las partes, en ejercicio de la autonomía privada. La segunda es cuando, de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, es posible inferir su carácter intuitu personae y la violación al derecho del
acreedor que supondría la subrogación del deudor por otra persona al tiempo de cumplir.

El carácter de fungible o no de la prestación depende, fundamentalmente, de la declaración de voluntad


emitida por las partes, de la propia naturaleza del negocio jurídico, de sus circunstancias, y de los criterios
de valoración objetiva predominantes en un momento y lugar determinados. Conforme a esa perspectiva
debe ser enfocado el interés del acreedor.
Habrá que ponderar si la realización de la prestación está n no subordinada “al empleo de cualidades o
aptitudes intrínsecas y personales del deudor o bien a un estado particular en que él solo se hallare. En
caso afirmativo, las prestación es infungible; en caso negativo, fungible”.

La fungibilidad o infungibilidad de la prestación, conforme tiene importancia para decidir tres cuestiones
fundamentales:

✓ Si la obligación admite o no el cumplimiento por terceros que pretenda


compulsivamente realizar el deudor para liberarse.
✓ Si puede o no ser ejecutada por otro a costa del deudor.
✓ Si la obligación se extingue o no con la muerte del deudor.

➢ Prestaciones de servicio y de obra:

servicios obra
Se traduce en un compromiso de energía de trabajo Traduce una actividad orientada a la obtención de
físico o moral independientemente de la obtención un resultado, material o intelectual, sin el cual la
de un resultado determinado. Se toma en cuanta la obligación no se tiene por cumplida. Ejemplo, los
actividad en si misma y la mayor o menor contratos de locación de obra o del contrato de
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diligencia puesta en la misma para calibrar el transporte de personas.
cumplimiento o incumplimiento obligacional.
Ejemplo, contrato de locación de servicios.

➢ Prestaciones de medios y de resultados:

medios resultado
Su cumplimiento se satisface con una actividad Son aquellas cuyo objetivo consiste en la obtención
diligente e idónea para alcanzar el objetivo de un resultado, que es asegurado por el deudor y
perseguido por las partes, aun cuando éste no se cuya no consecución frustra el interés del acreedor.
obtenga. Ejemplo, la obligación asumida por un Ejemplo, la obligación que asume el transportista
abogado de defender penalmente a un cliente a de transportar a un pasajero al lugar de destino, en
quien se le imputa un delito. la forma y modo convenido y en condiciones de
indemnidad.

➢ Prestación instantáneas y permanentes:


➢ Prestaciones convencionales y legales:

convencionales Legales
Resultan del fruto del convenio celebrado por los Surgen de la ley.
particulares en ejercicio de la autonomía privada.

• Cumplimiento especifico:

El art. 625 dispone que: el obligado a hacer o a prestar algún servicio, debe ejecutar el hecho en un
tiempo propio, y del modo en que fue la intención de las partes que el hecho se ejecutara…”.
El tiempo propio debe entenderse en plazo fijado expresa o tácitamente por las partes para el
cumplimiento de la obligación.
Si nada se hubiera dispuesto al respecto y el plazo no surgiere tácitamente de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, corresponde su fijación en sede judicial.
En lo que hace al modo del cumplimiento de las obligaciones de hacer, esta expresión debe ser entendida
como comprensiva de todas las particularidades sustanciales y circunstanciales de la ejecución, salvo
aquellas relativas al tiempo.
La intención de las partes constituye el primer dato a tener en cuenta a la hora de calibrar las modalidades
de cumplimiento de la obligación. Los usos y costumbres desempeñan un papel protagónico para precisar
la manera en que el hecho deber ser ejecutado.
En suma: la prestación de hacer debe ejecutarse de buena fe, de la manera en que las partes lo entendieron
o verosímilmente pudieron entender, obrando diligentemente y con lealtad (art. 1198).

• Sanción por el mal cumplimiento de la obligación de hacer:

Las sanciones establecidas específicamente a tal supuesto aparecen contempladas en la parte final del art.
625: “si de otra manera lo hiciere, se tendrá por no hecho, o podrá destruirse lo que fuese mal hecho”.
Ellas no obstan, por cierto, de otros remedios que por aplicación de los principios generales puedan
corresponder, según los casos: excepción de incumplimiento (art. 1201), resolución contractual por
incumplimiento (art. 1204 cc., y 216 del c.cm.), aplicación de astreintes (666 cc.) ejecución de la
prestación por un tercero a cargo del deudor (630 cc.), indemnización de daños y perjuicios.

➢ Derecho a tener por no realizada la prestación:

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La ley faculta al acreedor a tener por no realizada la prestación. Ello importa considerar irrelevante a al
hecho deficientemente realizado, esto es, como no sucedido, con todo lo que ello implica. Ejemplo, si el
deudor se obliga a pintar un cuadro en un determinado lugar y lo hace en otro.
➢ Derecho a la destrucción de lo mal hecho:

En casos de gravedad, el acreedor puede pedir que se desmantele la obra irregularmente realizada.
Ejemplo, el deudor que se compromete a plantar 400 robles y en su lugar planta 400 pinos.
Según una opinión, el acreedor puede resolver por si solo la destrucción de la obra que juzga defectuosa,
sin necesidad de recabar venia judicial. Quienes sostienen este criterio reconocen, sin embargo, que ese
procedimiento lo expone a perder la mejor prueba de que dispone ante la justicia.
Tiende a prevalecer como regla, juzga que el acreedor no puede obrar por su propia autoridad. De este
principio solamente cabe apartamiento cuando exista urgencia en efectuar dicha destrucción,
incompatible con las dilaciones que impone un trámite judicial.

➢ Los limites de los derechos del acreedor:

La regla esta establecida por el art. 625, este


principio es fundamental armonizarlo con el de la
buena fe el ejercicio regular de los derechos., con
lo que se evitan situaciones injustas.
Así, frente al cumplimiento tardío, el acreedor no
Deficiencias temporales
tiene derecho de rechazar el hecho ejecutado por el
deudor, en tanto y cuanto, el plazo señalado como
propio no sea esencial y el deudor ofrezca el
resarcimiento del daño y perjuicio causador por su
mora.
Es para que el acreedor pueda tener la prestación
por no ejecutada o, mas todavía, hacerla destruir,
es preciso que la deficiencia sea de cierta
importancia y gravedad y, además, que no haya
Deficiencias de la prestación cumplida por no
sido consentida por el acreedor.
ajustarse a otras modalidades. Gravedad de las
No corresponde la destrucción si lo ejecutado
mismas
difiere de lo debido en aspectos intranscendentes o
accesorios.
En tal supuesto, sólo se procede el resarcimiento
del daño causado por el cumplimiento defectuoso.
Es preciso, además, que el acreedor no haya
El acreedor no debe haber consentido el mal
consentido, expresa o tácitamente, la ejecución del
cumplimiento
hecho de un modo distinto al convenido.
Se aplican las siguientes reglas: si el deudor no
ejecuta el hecho, al acreedor le basta con acreditar
la existencia de la obligación y alegar el
incumplimiento. Pesa, en tal caso, sobre el deudor
Carga de la prueba
la prueba de haberlo ejecutado. Si el deudor
hubiere ejecutado el hecho, pero de manera
defectuosa, corresponderá al acreedor demostrar la
falla en la ejecución y si entidad.

➢ Facultades del acreedor frente a la negativa del deudor a cumplir con la obligación de
hacer:

✓ Puede procurar la ejecución forzada de lo adeudado en los términos del art. 629.
✓ Puede promover la ejecución por otro, por cuenta y cargo del deudor. Art. 505 y
630.
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✓ Puede solicitar la aplicación de astreintes (condenaciones pecuniarias)
✓ Tratándose de contratos bilaterales, puede negarse a cumplir con su prestación
invocando la excepción de incumplimiento.
✓ En los contratos con prestaciones reciprocas estará legitimado para resolverlo.
✓ Demandar los daños y perjuicios que deriven del mencionado incumplimiento.

Estas opciones concedidas al acreedor no deben seguir un orden predeterminado. El deudor no pude
eximirse de cumplir lo adeudado ofreciendo satisfacer la indemnización de daños y perjuicios. No existe
aquí una obligación alternativa que faculte al deudor a optar por una u otra prestación. En todos los casos,
debe aquella que constituye el objeto de la obligación. Una solución contraria importaría violar la regla
del art. 740, imponiéndose al acreedor la carga de recibir una prestación distinta de la debida.

• Ejecución forzada. Limites:

El art. 629 dispone: si el deudor no quisiere o no pudiere ejecutar el hecho, el acreedor puede exigirle la
ejecución forzada, a no ser que fuera necesaria la violencia contra la persona del deudor.
La norma concuerda con lo dispuesto en el art. 505, en cuanto, frente al incumplimiento del deudor,
legitima al acreedor de la ejecución forzada específica de lo adeudado, con la limitación contenida en su
última parte, que veda el empleo de la violencia sobre la persona del deudor.
Vélez Sarfield adopto un criterio intermedio, sumamente razonable: en principio procede la ejecución
forzada de la obligación de hacer. Sin embargo, ese derecho tiene un límite relevante: no es posible
emplear la violencia física o moral sobre la persona del deudor.
El acreedor puede, antes que todo, reclamar el cumplimiento específico de la prestación, a cuyos efectos
estará legitimado para ejercitar todas las vías de compulsión que el sistema permite, salvo que aquellas
transiten por el terreno de la violencia sobre la persona del deudor. No puede demandar directamente la
indemnización de daños y perjuicios por el incumplimiento pues, a él se le adeuda un hecho y no una
suma de dinero.
Correlativamente, tampoco el deudor puede liberarse ofreciendo satisfacer la indemnización de los
perjuicios que el incumplimiento genere.
Sólo cuando la ejecución forzada deviene imposible se abren las vías indemnizatorias por daños y
perjuicios.
La solución del código civil lleva a distinguir aquellos supuestos en los cuales el objeto de la prestación
puede ser escindido de la persona del deudor de otros en donde esto es imposible.
El en primer supuesto, procede la ejecución forzosa y el empleo de la fuerza publica para compeler al
deudor a que cumpla.
Cuando el hecho adeudado no es escindible a la persona del deudor, por constituir una emanación de su
personalidad, la ejecución forzosa directa tiene un límite categórico: no puede haber violencia sobre la
persona del deudor. En tal caso el acreedor tendrá que contenerse con demandar los daños y perjuicios, a
menos que sea procedente la ejecución por un tercero y él así lo prefiera.

• La ejecución por otro:

El art. 630 dispone: si el hecho pudiere ser ejecutado por otro, el acreedor podrá ser autorizado a
ejecutarlo por cuenta del deudor, por si o por un tercero, o solicitar los perjuicios e intereses por la
inejecución de la obligación.
Frente a la mora del deudor, la ley permite al acreedor hacer cumplir coactivamente la prestación por él
mismo o por un tercero, a cargo y costo del deudor.
A través de la ejecución por otro, el sistema brinda al acreedor una vía de ejecución forzosa directa que,
aunque imperfecta, mitiga las desventajas y los riesgos de la ejecución indirecta, o sea, del reclamo de los
daños y perjuicios que derivan del incumplimiento definitivo.
El acreedor queda legitimado para ejecutar el hecho incumplido “por cuenta del deudor”, lo cual importa
reconocerle el derecho a obtener el reembolso de los gastos que hubiere efectuado. Ello, por cierto, sin
perjuicio de las indemnizaciones por el daño moratorio que puedan corresponderle.

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➢ Condiciones para la ejecución por otro:

La ejecución por sí o por un tercero a cargo y costo


del deudor sólo procede mediando mora en sentido
estricto, esto es, un retardo imputable a dicho
sujeto que no quita la posibilidad de cumplimiento
tardío. Mientras el deudor no este en mora, el
acreedor no puede ejercitar esta vía.
Producida la mora del deudor, el acreedor tiene la
más amplia libertad para acudir a esta vía o, en su
defecto, para ejercitar la pretensión indemnizatoria
de los daños y perjuicios.
Mora del deudor Tampoco procede la ejecución por otro caso de
incumplimiento definitivo, pues la prestación ya no
admite posibilidad alguna de cumplimiento tardío,
situación que la torna incompatible con cualquier
modo de ejecución forzosa directa. Solamente
queda la vía resarcitoria de los daños y perjuicios.
Queda señalar que la ejecución por otro a cargo del
deudor no obsta a la procedencia de los daños y
perjuicios moratorios que son, por naturaleza,
susceptibles de ser acumulados a la prestación
tardíamente cumplida.
Según una calificada doctrina, tal exigencia seria
improcedente, pues este modo de ejecución
constituiría una vía puramente facultativa del
acreedor que, en la medida de su interés, determina
cuando ella es apta para satisfacer este ultimo
mediante la intervención de un sujeto distinto al
deudor del pago.
Interés del acreedor
Conforme a otra opinión, la fungibilidad de la
prestación constituye un requisito indispensable
para la procedencia de la ejecución por otro.
No obstante ello, se admite que el acreedor pueda
renunciar sin dificultades a la fungibilidad de la
prestación recibirla por un tercero, pues dicho
carácter se asienta en el propio interés del acreedor.
Para que proceda la ejecución por otro se exige –en
principio- que el acreedor obtenga la pertinente
autorización judicial.
La intervención del juez permite alcanzar un mejor
equilibrio de los intereses comprometidos e impide
que el acreedor se haga justicia por mano propia.
Merced de una interpretación muy flexible del art.
630, la doctrina dominante ha relativizado su
Autorización judicial importancia, reconociendo que, en casos de
urgencia, el acreedor puede prescindir de la
autorización judicial, pues su tramitación resultaría
incompatible con la premura fáctica que requiere la
ejecución del hecho debido.
Existe una importante diferencia según se haya
solicitado o no la autorización judicial previa a
efectuar la ejecución por otro: aquella que media
entre el reembolso y el resarcimiento.
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Cuando existe autorización judicial, el acreedor
puede pretender que el deudor le reembolse lo
invertido.
Cuando no medie autorización judicial, el acreedor
sólo puede pretender el reintegro de lo pagado a
titulo de resarcimiento de daños y perjuicios,
dentro de los limites de lo estrictamente necesario
y siempre que ello resultara conforme al derecho.

• Pago por un tercero:

El art. 626 dispone: el hecho podrá ser ejecutado por otro que el obligado, a no ser que la persona del
deudor hubiese sido elegida para hacerlo por su industria, arte o cualidades personales.
La norma contempla un supuesto diametralmente opuesto al anterior, pues la iniciativa del pago por un
tercero no proviene del acreedor sino de una exigencia que efectúa el propio deudor o de un acto
espontáneo de un tercero que paga una deuda ajena.

El pago por terceros está asociado


indisolublemente a las primeras y es compatible
con las últimas.
Tratándose de prestaciones fungibles, el deudor
esta legitimado para imponer al acreedor el pago
por otro, habida cuenta de que las condiciones
personales del deudor son irrelevantes a los fines
de la satisfacción del interés del acreedor. La
negativa del acreedor a recibir dicho pago por un
tercero es injustificada y encuadra en la mora del
acreedor. La misma conclusión es valida si quien
toma la iniciativa de pagar la deuda fungible de
otro es un tercero.
Prestaciones fungibles e infungibles
Si la prestación fuese infungible, el acreedor puede
oponerse a la ejecución por otro, prevenga tal
iniciativa del deudor o de un tercero. Toda
ejecución por un tercero importa una alteración
cuantitativa entre lo debido y lo pagado, que
legitima el rechazo del acreedor.
Nada impide que frente al ofrecimiento de pago
por un tercero de la prestación infungible debida, el
acreedor pueda entonces renunciar a dicha
infungibilidad debida, el acreedor pueda entonces
renunciar a dicha infungibilidad y aceptarla. La
infungibilidad de la prestación es siempre
renunciable por el acreedor.
En caso de controversia, la apreciación acerca del
carácter fungible o no de la prestación queda
liberada al arbitrio de la sede judicial.
En principio, puede considerarse que la prestación
Apreciación de la fungibilidad e infungibilidad. es fungible, por lo que pesa sobre el acreedor que
Caso de duda. se opone al pago por un tercero alegar y probar lo
contrario.
Como regla cabe la posibilidad de delegar el
cumplimiento de la prestación en un tercero. Ello
no es posible cuando de lo estipulado o de la
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propia índole de la obligación resulte que el deudor
fue elegido por sus cualidades personales para
realizar entonces la prestación de modo exclusivo.
• Ejecución por equivalente. Indemnización por daños y perjuicios. Incumplimiento no
imputable al deudor:

Fracasado el cumplimiento específico de la prestación, procede la reparación de los daños y perjuicios


que el incumplimiento del deudor ha causado al acreedor. En este caso se aplican las disposiciones de los
arts. 520 y 521.
El incumplimiento imputable al deudor, cualquiera sea el factor de atribución que lo califique, genera la
obligación plena de resarcir el daño patrimonial y moral causado al acreedor.
El vínculo obligacional sigue siendo el mismo originado por las partes, aunque experimente una
modificación del objeto.

En el incumplimiento no imputable al deudor rigen los principios generales. Si la inejecución del hecho
obedece a cuestiones no imputables al deudor, la obligación se extingue sin responsabilidad alguna de su
parte en razón de mediar imposibilidad de pago.
Tal lo que sucede en caso de muerte, incapacidad, enfermedad, ausencia con presunción de fallecimiento
en supuestos de obligaciones intuiti personae o por causa de impedimento legal (ejemplo: se quiere
demoler una casa antigua para construir un edificio moderno, pero la casa ha sido declarada de interés
histórico.)
El art. 627 dice que la obligación se extingue para ambas partes porque en realidad, opera la disolución
del contrato sinalagmático que generó la obligación.
En tal caso, procede la restitución de todo lo que se hubiera recibido con motivo del mismo. Sin embargo,
si a la época de disolución del contrato, el hecho se hubiese cumplido en parte y esa ejecución resultare de
utilidad para el acreedor, el deudor puede retener lo percibido en forma proporcional a la parte de la
actividad por él desplegada.
La imposibilidad no imputable al deudor debe ser sobreviniente al nacimiento de la obligación y,
asimismo, que el deudor no se encuentre en mora.

• Supuestos específicos: obligaciones de escriturar, de informar, de seguridad.

Uno de los supuestos más importantes de obligaciones de hacer es aquel en el que las partes de un boleto
de compraventa asumen la obligación de escriturar el inmueble comprometido en venta. Dentro de
nuestro sistema, el contrato de compraventa de inmuebles tiene carácter formal, pues la ley exige que sea
instrumentado en escritura publica.
En la práctica, los usos y costumbres han impuesto en nuestro país desde hace décadas que las partes
instrumenten con anterioridad el acuerdo mediante un instrumento privado, al que se denomina boleto de
compraventa. Dicho boleto genera efectos jurídicos de suma importancia. Entre ellos, la obligación de
escriturar que asume el vendedor, que tiene carácter de la obligación de hacer.
El art. 1185 dispone que aquellos contratos (compraventa) que debiendo ser hechos en escritura publica,
fuesen realizados por instrumento privado firmado por las partes o que fuesen hechos por instrumento
particular en que las partes se obligasen a reducirlo a escritura publica (boleto de compraventa), “…no
quedan concluidos como tales, mientras la escritura publica no se halle firmada; pero quedaran concluidos
como contratos en que las partes se han obligado a hacer escritura publica”.
El art. 1187 dispone: será juzgado como una obligación de hacer, y la parte que resistiere hacerlo, podrá
ser demandada por la otra para que otorgue la escritura, bajo pena de resolverse la obligación en el pago
de pérdidas e intereses.

En una primera etapa, una corriente se orienta a


aplicar la regla del art. 1187, por lo que, en caso de
Incumplimiento del deudor incumplimiento del deudor, sólo podía demandarse
la resolución contractual y los daños y perjuicios.
Se admite si discusión alguna, que ante el
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incumplimiento de la obligación de escriturar, el
acreedor puede obtener la condena a escriturar y
que, ante la negativa del deudor, sea el juez quien
ejecute la prestación por el deudor y a su costa, y
suscriba la escritura pertinente.
La fungibilidad de la prestación de hacer escritura
pública no está referida exclusivamente a la falta
de colaboración del deudor sino que también puede
proyectarse sobre el otro polo de la relación
contractual.
Puede suceder que la condena resulte de
cumplimiento imposible, en razón, por ejemplo, de
no ser el vendedor condenado a escriturar
Responsabilidad por incumplimiento
propietario del inmueble en cuestión. En tal caso,
el acreedor puede optar por resolver el contrato y
reclamar los daños y perjuicios compensatorios.

2. obligaciones de no hacer:

• concepto:

La obligación de no hacer es aquella que tiene como deber objeto una conducta negativa, que se traduce
en una abstención o en un tolerar. La particularidad de esta categoría reside entonces en la actividad
omisiva del deudor frente a determinados actos que normalmente tiene la facultad de ejecutar. Las
mismas están reguladas por los arts. 632-634.
Son aplicables a ellas las disposiciones generales relativas a las obligaciones de hacer.
Al acreedor puede importarle mantener una determinada situación de hecho ya existente en el mismo
estado en que se encuentra y, en función de ello, acordar con su deudor que durante un determinado
tiempo éste no altere o cambie ese orden de cosas. Por ejemplo, si se vende una panadería, al comprador
de dicho comercio puede serle útil que el vendedor no instale otra en las cercanías, durante un cierto
tiempo. La obligación de no hacer competencia responde a esa finalidad.
Se ha señalado que tratándose de prestaciones negativas podría distinguirse entre obligaciones de no
hacer y de no dar. Dentro de las obligaciones de no dar se incluirían, por ejemplo, las prohibiciones de
enajenar.

• Clases:

➢ Según su proyección y duración temporal.

La prestación negativa se lleva a cabo mediante un


solo acto o momento. Ejemplo: la obligación de no
Instantáneas o de tracto único
participar de la licitación que se realizara en día 6
de abril.
El cumplimiento de la prestación negativa se
proyecta en el tiempo, de forma definida o
Duraderas, continuadas o de tracto continuado indefinida sin fraccionarse. Ejemplo: la obligación
de no hacer competencia durante un tiempo
determinado.
La prestación negativa debe ser cumplida de
manera fraccionada, en determinados lapsos de
Periódicas o de tracto sucesivo
tiempo. Ejemplo: la obligación de tolerar que
determinada persona pueda ingresar una vez al mes

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durante 3 años a una playa privada de mi
propiedad.

➢ Teniendo en cuenta la entidad del hecho negativo comprometido:


Importan lisa y llanamente una conducta negativa
que se manifiesta a través de una pura abstención o
la no realización de determinados actos materiales
o jurídicos que el deudor podría realizar en caso de
Abstención
no mediar el vínculo obligacional. Ejemplo: la
obligación de no pintar un edificio de un
determinado color; o de no construir un muro mas
allá de cierta altura.
Consisten en soportar o tolerar que otro realice un
hecho que, de no existir la obligación, hubiera
podido repeler o impedir. Ejemplo: la obligación
Tolerar que asume el deudor de no impedir a un vecino que
atraviese por un inmueble de su propiedad durante
5 años. La obligación del locador de tolerar que el
locatario use la cosa.

➢ Atendiendo a su fuente:

Legales Provienen de la propia normativa vigente.


Ejemplo: arts. 2912, 2913.
Convencionales Provienen de la autonomía privada (art. 1197)

• Cumplimiento específico:

Está regido pro las disposiciones generales del cumplimiento obligacional y, en particular, por la directiva
trazada en el art. 625 para las obligaciones de hacer que, también se aplica en esta materia.
En consecuencia, el deudor de una obligación de no hacer cumple cuando, en tiempo y modo propio, se
abstiene de realizar un hecho o tolera den determinada situación según lo que fue intención de las partes.
La doctrina formula una distinción según se trate de obligaciones de no hacer instantáneas o de aquellas
de carácter permanente que proyectan sus efectos en el tiempo.
En el primer supuesto, verificada la realización del hecho que no se debía realizar, opera el
incumplimiento absoluto y definitivo de la prestación. En cambio, tratándose de obligaciones de no hacer
permanentes, la realización del acto puede no importar el incumplimiento absoluto y definitivo de la
obligación y solamente dar lugar a un supuesto de mora. En este ultimo caso, el acreedor puede demandar
el cumplimiento tardío de la obligación y los daños y perjuicios que deriven de la mora.

• Sanción por incumplimiento:

El art. 633 dispone: si el acto fuere ejecutado por culpa del deudor, el acreedor tendrá derecho a exigir
que se destruya lo que se hubiese hecho, o que se le autorice a destruirlo a coste del deudor.
Son aplicable también según los casos: excepción de incumplimiento (art. 1201), resolución por
incumplimiento (arts. 1204 y 216 c cm.), aplicación de astreintes (art. 666 bis), ejecución por un tercero a
cargo del deudor (630), indemnización por daños y perjuicios.
El art. 633 autoriza al acreedor a exigir la destrucción de los que se hubiese hecho o que se autorice para
destruirlo a costa del deudor.
El acreedor no se encuentra habilitado a hacer justicia por mano propia. Debe, por lo tanto, requerir
autorización judicial para obtener la destrucción de lo realizado, por si o por un tercero. Sin esa

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autorización previa la facultad de destrucción es inconcebible e importaría, la posible comisión de un
delito.
La facultad de destrucción presenta algunos límites de importancia. En primer lugar, no es posible
emplear violencia sobre la persona del deudor.
Es preciso, además, que la destrucción de lo realizado no importe el sacrificio de un valor
económicamente superior al interés del acreedor comprometido en el cumplimiento obligacional.

• Ejecución forzada:

Al igual que en las obligaciones de hacer, procede la ejecución forzosa de la obligación de no hacer salvo
cuando para ello sea menester ejercitar violencia sobre la persona del deudor.
Para que proceda la ejecución forzada, la obligación de no hacer debe ser de aquellas de carácter
permanente.
En las obligaciones de no hacer instantáneas, las reglas de la ejecución forzada son inaplicables, pues
ellas presuponen siempre la posibilidad de cumplimiento tardío. En tal caso, frente a la realización del
hecho el acreedor no tiene entonces otro remedio que reclamar la pertinente indemnización de daños y
perjuicios.

• Ejecución por otro:

La respuesta negativa se impone. Tratándose de obligaciones de no hacer ello no es factible, pues no se


comprende cómo se puede beneficiar al acreedor que un tercero se abstenga de realizar algo en lugar del
deudor.
En tal caso, puede intervenir un tercero a los fines de la destrucción de lo realizado, pero ciertamente la
actividad de este último no importa en sentido estricto un acto de ejecución.

• Incumplimiento y mora:

Según una doctrina muy difundida, en las obligaciones de no hacer no cabria la posibilidad de mora en
sentido estricto, ya que la realización de la violación del deber de abstención por parte del deudor
determinaría una situación de incumplimiento definitivo e irreversible.
En la obligación negativa dicha ejecución ulterior es irrealizable, pues la sola realización del hecho
patentiza lisa y llanamente el incumplimiento definitivo. Así, si alguien se obliga a no concurrir el día 10
a un determinado acto y, pese a ello, lo hace, incurre en incumplimiento definitivo de la obligación.
Otra corriente de opinión exhibe criterios menos rígidos y estima que dicha conclusión no puede ser
admitida en forma generalizada para todas las obligaciones de no hacer. Tratándose de obligaciones de no
hacer instantáneas, esto es, que no proyectan sus efectos en el tiempo para su cumplimiento, es evidente
que la idea de mora resulta insostenible.
La situación puede ser distinta cuando se trate de obligaciones negativas de tracto continuo, o sea, de
aquellas que proyectan una abstención continuada en el tiempo. En tal caso, es posible que la mera
realización del hecho a cuya abstención se ha obligado el deudor no importe una situación de
incumplimiento definitivo sino de mora debitoris. El acreedor todavía puede tener interés en que la
prestación se cumpla en tal supuesto y así reclamarlo.
Cabe señalar que las diferencias que separan a estas dos corrientes son mas aparentes que reales, pues
ellas se acortan sensiblemente cuando se tiene en cuenta que gran parte de quienes niegan que pueda
haber mora en las obligaciones de no hacer llegan a resultados similares.

• Ejecución por equivalente. Indemnización por daños y perjuicios:

En caso de incumplimiento el acreedor tiene derecho a obtener la indemnización de los daños y perjuicios
que deriven de aquél.

• Incumplimiento no imputable al deudor:

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Si el incumplimiento del deudor obedece a causas que no le son imputables, la obligación se extingue
conforme a lo previsto en el art. 627. Rigen de tal modo los principios de las obligaciones de hacer.

3. obligaciones alternativas.

• Obligaciones de objeto plural:

Son aquellas que presentan una pluralidad de prestaciones. Ellas se contraponen a las obligaciones de
objeto simple, que sólo tienen una prestación.
La multiplicidad de objeto puede ser conjunta o disyunta. En las primeras existe una diversidad de
prestaciones debidas en forma acumulativa; así por ejemplo, la obligación de entregar un cuadro cuya
denominación es “x” o “y”.
Estas obligaciones sólo difieren cuantitativamente de las de objeto simple, por lo que carecen en nuestro
código de un régimen jurídico específico. El acreedor puede exigir al deudor el cumplimiento íntegro de
la prestación y, como consecuencia de ello, está legitimado para rechazar todo pago que no contemple la
entrega de los cuadros comprados.
En las obligaciones disyuntivas son aquellas que versan sobre varias prestaciones distintas, pero debidas
no en forma acumulativa sino disyuntiva. El deudor se libera entregando alguna (o algunas) de esas
prestaciones. Dentro de esta categoría encontramos a las obligaciones alternativas y facultativas, aunque
en estas existe en realidad una falsa disyunción.

• Obligación alternativa:

➢ Concepto:

El art. 635 dispone: obligación alternativa es la que tiene por objeto una entre muchas prestaciones
independientes y distintas las unas de las otras en el titulo, de modo que la elección que deba hacerse
entre ellas, quede desde el principio indeterminada. Su objeto esta constituido por varias prestaciones
establecidas en el titulo en forma disyuntiva, distintas e independientes entre si, de las cuales el deudor
debe ejecutar solamente alguna de ellas para liberarse. Por ejemplo la obligación de entregar un
automóvil o un departamento.
El deudor debe cumplir con alguna de las prestaciones pero no con todas. Todas las prestaciones debidas
alternativamente integran el objeto de la obligación desde su nacimiento hasta el momento en que opera
la elección de aquella que deberá ser cumplida. Producida dicha concreción, las restantes prestaciones, no
elegidas, se desvanecen como una consecuencia propia y normal de la alternatividad.
Las prestaciones que integran el objeto de la obligación se encuentran en situación de paridad y pueden
ser de dar, hacer o no hacer.

➢ Fuentes:

Pueden surgir de la voluntad de las partes o de la ley.


Derivan entonces de la voluntad cuando surgen de contratos o de actos jurídicos unilaterales, intervivos o
mortis causa (la obligación impuesta a un heredero en un legado alternativo arts. 3757, 3758).
Nacen de la ley cuando ésta, en forma inmediata así lo consagra (arts. 580, 581,605, etc.).

➢ Caracteres:

✓ Se trata de una sola obligación, que tiene un vínculo único.


✓ El objeto es plural, integrado por diversas prestaciones que se dirigen en forma
alternativa a satisfacer el interés del acreedor.
✓ El cumplimiento se alcanza a través de la ejecución de alguna de esas prestaciones.
✓ Las prestaciones que se encuentran son distintas en independientes las unas de las
otras. Son distintas en cuanto no pueden refundirse entre si, por absorción de una
prestación en la otra. Son independientes entre si, por cuanto no quedan
12
subordinadas las unas en las otras y no dependen de las demás para su existencia o
eficacia.
✓ La elección de la prestación que debe ser cumplida se realiza dentro de todas
aquellas prestaciones previstas in obligatione.
✓ Producida la elección, la alternatividad produce su efecto normal, lo cual genera la
determinación definitiva de la prestación debida y el descarte de las no
seleccionadas. Este fenómeno suele ser denominado concentración. La
concentración o la concreción en las obligaciones alternativas puede producirse por
dos maneras distintas. Una es la elección y otra la imposibilidad sobrevenida de
una o algunas de las prestaciones que integran disyuntivamente el objeto de la
prestación.

➢ Facultad de elección:

La elección es la declaración unilateral recepticia, expresa o tacita, emitida por quien está facultado para
practicarla, por la que se determina cuál de las prestaciones que integran alternativamente el objeto de la
obligación habrá de ser cumplida y, al mismo tiempo, se descartan aquellas que queden al margen de
dicha selección.
La naturaleza de la elección constituye una simple facultad jurídica, que se inserta en el amplio espectro
de los derechos potestativos.
El art. 637 dispone: en las obligaciones alternativas, corresponde al deudor la elección de la prestación de
uno de los objetos comprendidos en la obligación. Se reconoce al deudor la facultad de elección como
lógica aplicación del principio del favor debitoris.
Cuando la facultad de elección recae sobre el deudor, la obligación es denominada “alternativa regular”.
Nada impide que las partes, en ejercicio de la autonomía privada, puedan expresa o tácitamente atribuir
tal facultad al acreedor o inclusive a un tercero.
Cuando la facultad de elección descansa en el acreedor o en un tercero la obligación se denomina
alternativa irregular.

➢ Mora en la elección:

Según se trate de mora del deudor, el acreedor o de un tercero:

El art. 766: si la cosa fuese indeterminada y a


elección del acreedor, el deudor debe hacerle
Acreedor intimación judicial para que haga la elección. Si
rehusare hacerla, el deudor podrá ser autorizado
por el juez para verificarla.
La doctrina nacional se encuentra divida: la
primera posición debe aplicarse analógicamente la
solución del art. 766.
Otra línea de pensamiento sostiene que si el deudor
no cumple con lo debido, procede la
Deudor
indemnización sustitutiva de daños y perjuicios.
Otros, finalmente, sostiene que la elección debe ser
realizada por el juez, par entender que, si tal
facultad pasase al acreedor, ello implicaría una
pena civil no prevista por las partes ni por la ley.
Cuando la facultad de elección a sido delegada a
un tercero y éste se muestra remiso en practicarla,
Tercero no queda otra solución posible que si verificación
por el juez. Es una solución pacíficamente
aceptada por la doctrina nacional.

13
➢ Efectos de la elección:

✓ Concentración y descarte de prestaciones: determina la concreción de la prestación


que habrá de cumplirse y el descarte correlativo de las no optadas. Desde una
perspectiva procesal, la elección tiene también una enorme importancia, pues sólo a
partir de ella existe una deuda susceptible de ser demandada por vía ejecutiva.
✓ “quid” del efecto retroactivo: una doctrina se ha pronunciado por la afirmativa, la
elección actuaría de esa manera pues haría que lo elegido hubiera sido debido
desde el momento mismo de gestación de la obligación y que las restantes
prestaciones se consideran como si nunca hubiesen sido debidas. Otra posición
objeta ese pretendido efecto retroactivo por considerar que el mismo no surge de la
ley ni aparece impuesto por la naturaleza de la obligación.
✓ Irrevocabilidad: una vez consumada la elección es irrevocable. Elementales
razones de seguridad jurídica justifican esa solución que es la que mejor garantiza
los derechos de la otra parte. La elección sólo puede ser dejada sin efecto por las
partes antes o simultáneamente con la primera notificación.
✓ Nulidad de la elección: si la elección es declarada nula, la facultad de elección
vuelve a tener vigencia en las mismas condiciones en que existía (arts. 1038, 1050).
✓ Evicción y vicios redhibitorios: es materia de controversia si la elección puede
quedar sin efecto en caso de evicción o de vicios ocultos de la cosa entregada.
Conforme a una opinión (arts. 2152, 3780), la otra parte opta por reclamar la
entrega de alguna otra de las prestaciones o la indemnización de daños y perjuicios.
Según otro criterio, el afectado sólo tendría a su favor los derechos que emergen
del descubrimiento de los vicios ocultos o de la evicción, ya que la obligación se ha
concretado no quedando posibilidad alguna de hacerla retornar a su régimen
anterior.
✓ Prestaciones periódicas: el art. 640 dispone, cuando la obligación alternativa
consista en prestaciones anuales, la opción hecha para un año no obliga para los
otros.
✓ Acerca del pretendido efecto novatorio: según cierta corriente, la elección
provocaría la transformación de la obligación alternativa en obligación de objeto
único, lo cual supondría un supuesto de novacion. Sin embargo no se trata de una
novacion objetiva. La concentración que emana del acto de elección es el
desarrollo natural de la obligación alternativa, ya que la misma tiende hacia ello
desde su origen. No hay, de tal modo, sustitución del objeto por uno nuevo, sino
determinación del objeto que habrá de ser cumplido. El terreno en el que actúa la
elección es el del cumplimiento y no el de la transformación de la obligación
originaria.

4. obligaciones facultativas.

• Concepto:

Es aquella que tiene por objeto una sola prestación, pero que permite que el deudor pueda
facultativamente sustituirla por otra distinta. En este tipo de obligaciones existe unidad de prestación
debida y pluralidad de prestaciones idóneas para satisfacer el interés del acreedor. Se trata, en definitiva,
de una obligación de objeto único acompañada de una facultad sustitutiva que, si bien o incorpora un
objeto distinto a la obligación, hace posible una modificación objetiva del vínculo en el momento del
pago.

• Caracteres:

✓ Unidad de objeto: el deudor debe sólo una prestación in obligatione, por lo que el
acreedor no tiene sino derecho a reclamar la misma. La obligación no deja de ser
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de objeto único por el hecho de haberse previsto en facultad de pago una prestación
distinta.
✓ Causa única.
✓ Unidad de vínculo jurídico.
✓ Sólo el deudor está legitimado para sustituir la prestación debida por otra que se
encuentre en facultad de pago y cuyo cumplimiento sea idóneo para liberarlo. Esta
opción juega siempre a favor del sujeto pasivo, por lo que no hay obligaciones
facultativas irregulares. Si el acreedor pacta con el deudor una prestación distinta a
la debida, estaríamos frente a una obligación alternativa irregular.
✓ La prestación debida y la que se encuentra in facultate solutionis no se halla en el
mismo plano. Existe entre ambas una clara diferencia: en tanto una es debida como
objeto de la obligación, la otra no asume ese carácter y sólo puede ingresar en
facultad de pago cuando el deudor ejercite esa opción. La prestación debida y la
que se encuentra en facultad de pago se hallan en situación de disparidad.

• Comparación con las obligaciones alternativas:

Alternativas Facultativas
Pluralidad de prestaciones adeudadas in La prestación debida es única, aunque admite con
obligatione y unidad de prestación in solutione. el tiempo una pluralidad de prestaciones al tiempo
del pago.
Las prestaciones son distintas e independientes Hay disparidad entre las prestaciones con que
entres si y se encuentran en un plano de paridad puede desobligarse el deudor, pues una sola entra
entre ellas. en el objeto debido, mientras la otra queda al
margen de la deuda.
La naturaleza se determina por la prestación Se rige únicamente por la que corresponde a la
elegida. prestación principal.
La facultad de elección puede recaer sobre El derecho de optar por la prestación que se
cualquiera de las partes e inclusive sobre un encuentra en la facultad de pago recae en principio
tercero. exclusivamente sobre el deudor.
La nulidad de una de las prestaciones no afecta la La nulidad de la prestación adeudada en una
validez de la obligación. obligación facultativa provoca la nulidad de toda la
obligación.
Si el regular, el acreedor sólo puede pedir el pago El acreedor sólo puede exigir la prestación
al deudor de alguna de las prestaciones que forman principal que le es adeudada, sin posibilidad de
el objeto de la obligación, estando el deudor en reclamar la que se encuentra en facultad de pago,
libertad para cumplir con aquella que elija. salvo en el supuesto anómalo del art. 648.
Se extingue solamente cuando todas las Se extingue cuando exista imposibilidad de pago
prestaciones que integran su objeto hayan perecido de la prestación principal, inclusive cuando pueda
por causas no imputables al deudor y siempre que ser cumplida la que se encuentra en facultad de
éste no se encuentre antes constituido en mora. pago.

• Objeto de la prestación en la facultad de pago:

La prestación en facultad de pago puede ser de dar, hacer o no hacer. Dicha facultad de sustitución puede
también estar referida a distintas contingencias de la ejecución, relativas, por ejemplo, a circunstancias de
modo, tiempo y lugar. (El deudor se obliga a pagar la suma de 20000 pesos de contado, pero se reserva en
facultad de pago la posibilidad de desobligarse abonando dicho importe en cuatro cuotas con interés de
uno por ciento mensual sobre saldos).

• La facultad de optar:

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Es la facultad que tiene el deudor de sustituir la prestación adeudada por la que se encuentra en facultad
de pago.

➢ A quien corresponde:

La facultad de optar le corresponde al deudor. Según algunos autores, nada impide que las partes puedan
acordar la facultad de sustitución a favor del acreedor. Esta interpretación no resulta satisfactoria, por
cuanto la transferencia de tal facultad al acreedor importa una evidente desnaturalización de esta figura,
situándola lisa y llanamente en el terreno de la obligación alternativa irregular.

➢ Modo de practicarla:

De acuerdo con la doctrina mayoritaria, la opción que puede ejercitar el deudor sólo queda consumada en
el comienzo del cumplimiento. Por lo tanto, cualquier decisión anterior a ese acto, aun notificada al
acreedor, es irrelevante y no enerva el derecho de modificarla.
Para otros autores, estiman que la facultad de optar ser rige por principios similares a los de la elección en
la obligación alternativa. Por lo tanto, la opción quedaría configurada a través de una declaración de
voluntad del deudor, debidamente comunicada al acreedor.
El deudor dispone hasta el momento del pago para ejercitar la facultad de optar.

➢ Efectos:

Los efectos de la obligación facultativa están alcanzados por el principio de interdependencia que existe
entre la prestación principal y la que se encuentra en la facultad de pago. Rige por lo tanto la regla del art.
523.
También se aplica el principio de que lo principal determina la suerte de lo accesorio. (645, 649, 650).

✓ La nulidad de la prestación principal provoca la de la accesoria.


✓ La nulidad de la prestación accesoria no produce la nulidad de la principal.
✓ La imposibilidad de pago de la prestación accesoria no produce efecto alguno
respecto de la principal.

➢ Riesgos:

Cabe distinguir según la prestación imposible de cumplimiento sea la principal o la denominada


accesoria.

Prestación principal de cumplimiento imposible:

Por causas no imputables al deudor Por causas imputables al deudor


La obligación se extingue sin responsabilidad El acreedor tiene derecho a optar por los daños y
alguna de su parte por imposibilidad de pago. Esta perjuicios que experimente a raíz del
regla reconoce una excepción: cuando el deudor ya incumplimiento de la prestación principal o a
se encuentra en mora al momento de producirse el solicitar el cumplimiento de la prestación que se
casus. En tal supuesto asume las consecuencias de encuentra en facultad de pago. Esta solución (648)
este ultimo y responde por daños y perjuicios (889 ha sido criticada por la doctrina nacional, que ve en
y 892) ella una fuerte anomalía. Si la prestación principal
Es totalmente irrelevante a los fines de este caso es la única debida al acreedor, nada justifica que,
que la prestación accesoria pueda ser susceptible en caso de imposibilidad de cumplimiento
de cumplimiento. El deudor sólo debe la principal imputable al deudor, el acreedor pueda reclamar
y el acreedor únicamente puede exigir esta última. aquella que se encuentra en facultad de pago y que,
por definición, está al margen del objeto
obligacional y no le es debida.

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Prestación accesoria de cumplimiento imposible:

La imposibilidad de la prestación accesoria por causas no imputables al deudor no afecta en lo más


mínimo la prestación principal.
Si ella obedece a causas imputables al deudor la solución es la misma: no produce ningún efecto en las
relaciones entre acreedor y deudor, ni tiene incidencia respecto de la prestación principal.

5. obligaciones de medio y resultado.

• Concepto:

La obligación de medios son aquellas cuyo cumplimiento se satisface con una actividad diligente e idónea
para alcanzar el objetivo perseguido por las partes, aun cuando éste no se obtenga. Ejemplo: obligación
del abogado de defender penalmente a un cliente.

La obligación de resultado son aquellas cuyo objeto consiste en la obtención de un resultado, que es
asegurado por el deudor y cuya no consecución frustra el interés del acreedor. Ejemplo: la obligación de
entregar la cosa vendida en la compraventa.

• Interés del acreedor en las obligaciones de medios y resultado:

Es la índole del interés comprometido lo que diferencia a estas obligaciones.


La obligación de medios se compromete a realizar una conducta diligente el cual no esta asegurado.
En ella el deudor cumple con la aplicación de su leal saber y entender y con las reglas de su arte u oficio,
siempre de buena fe. Aquí el interés del acreedor se satisface con una actuación acorde a lo pactado.

La obligación de resultado es en la cual el deudor se compromete a la realización de una actividad para el


logro de un interés final del acreedor, de suerte que su falta de obtención importa incumplimiento. Aquí el
interés del acreedor se satisface con la obtención de la meta pactada, en caso contrario habrá
incumplimiento.

• Antecedentes y terminología:

Hay antecedentes de las mismas en el derecho romano y en el antiguo derecho francés.


En Alemania fue perfilada por Bernhoft y desarrollada por Fisher. A principios del s. XX, Osti en la
doctrina italiana, advirtió su utilidad.
Se las ha llamado obligación general de prudencia y obligación determinada, de la diligencio o resultado,
de simple comportamiento o de conducta y de resultado, obligaciones de medios y de fines.

• Evolución del distingo:

Para un autor francés, dentro de un contexto de responsabilidad contractual netamente subjetivo, la


distinción servia para determinar a quien correspondía la carga de la prueba en el incumplimiento
obligacional.
Para este autor la carga de prueba dependía si la obligación era de medios o de resultado: en las primeras,
correspondía al acreedor (o a la victima del hecho) probar la concurrencia de la culpa del demandado, en
cambio en las segundas, correspondía al demandado la prueba de la “no culpa”, esto era por entonces,
caso fortuito.
Actualmente, si bien de ordinario, en las obligaciones de medios la carga del incumplimiento (de la culpa)
pesa sobre el acreedor que la alega, nada impide que puedan consagrarse inversiones del onus probando.
En las obligaciones de resultado, en cambio, sigue vigente el principio de que pesa sobre la obligación la
carga de exculparse.

• Objeciones de la distinción:
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✓ Toda obligación es al mismo tiempo de medios y de resultado, porque siempre
tiene en miras una finalidad (resultado) y supone la presencia de los medios para
alcanzarla.
✓ La responsabilidad contractual reposa en la idea de culpa y solo excepcionalmente
es objetiva.

• Trascendencia del distingo para la determinación del factor de atribución:

Posteriormente, algunos autores le atribuyeron a la distinción consecuencias diferentes y mucho más


trascendentes a la vez, que la mera distribución de la carga probatoria.
En argentina, llevaron la cuestión al plano del factor de atribución.
En las obligaciones de medios, el factor de atribución es subjetivo, basado en la idea de culpa probada o
presumida del deudor.
En ellas, el obligado se exculpará probando su obrar diligente, su no culpa.
En las obligaciones de resultado, el factor de atribución es objetivo, cuando no se obtiene el resultado de
nada sirve al deudor probar su no culpa o que el acreedor pruebe que ella existió. En las obligaciones de
resultado, cuando éste no se logra, la diligencia del deudor, mayor o menor, deviene irrelevante. El
deudor solamente se liberará con la prueba del casus.
Deberá el deudor para exculparse, interrumpir el nexo causal, esto es, probar que no el autor de esa
frustración.
Ellos puede ocurrir ante 3 situaciones: caso fortuito o fuerza mayor, hecho del acreedor (o de la victima) o
hecho de un tercero por que no se deba responder.

6. obligaciones divisibles.

• Concepto:

Son aquellas que tienen por objeto prestaciones susceptibles de cumplimiento parcial, son indivisibles las
que no pueden ser cumplidas sino por entero.

• La divisibilidad y los sujetos de la obligación:

Si bien esta clasificación se asienta sobre una cuestión de la prestación (su aptitud para ser fraccionada),
su mayor trascendencia opera cuando existe pluralidad subjetiva en cualquiera de los polos de la
obligación (o ambos), toda vez que habiendo solamente un acreedor y un deudor la obligación se juzga
como indivisible, ya que el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales.

✓ Ella permite determinar si una prestación es susceptible de cumplimiento parcial


siempre que medie acuerdo al respecto.
✓ Permite también precisar si ciertos actos de ejecución fraccionada pueden o no
importar un pago parcial.
✓ La divisibilidad de la prestación tiene también importancia en materia de
compensación parcial, la cual sólo es concebible tratándose de obligaciones
divisibles.

Divisibilidad y división:

La divisibilidad es una simple posibilidad que permite la realización de la división, pero que por si sola
no la determina. Si Juan se obliga a entregar a pedro $20000 en 10 cuotas, hay una prestación divisible
perfectamente dividida; si en cambio, el pago debe realizarse en pago único, no hay división alguna,
aunque la prestación sea divisible.

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Se distingue de tal modo, la aptitud de la prestación para ser dividida de la división que importa ya el
fraccionamiento. Ello se advierte claramente en las obligaciones que tienen un solo acreedor y deudor, en
donde aun siendo la prestación divisible, debe ser cumplida por entero.

• La divisibilidad en el código civil. Requisitos del fraccionamiento:

La cuestión se asienta en las siguientes premisas:

divisibilidad Indivisibilidad
Depende exclusivamente de la naturaleza de la La doctrina dominante entiende que ésta puede
prestación y de su aptitud para ser fraccionada y surgir de la naturaleza de la prestación, o en su
también del hecho de cumplirla. En nuestro código defecto de la voluntad de las partes, que pueden
no hay otra divisibilidad que la natural, quedando convertir en indivisible una prestación que
descartada toda invocación a la divisibilidad ideal materialmente admite ser fraccionada.
o intelectual, que es rechazada de plano (nota art. La idea de indivisibilidad está asociada, de tal
679). modo, no sólo a la naturaleza de la prestación sino
también a la finalidad.

El método seguido por Vélez ha sido motivo de distintas críticas. Sostiene Colmo que la metodología es
arbitraria, ya que consagra títulos independientes para las obligaciones divisibles e indivisibles y para las
obligaciones simplemente mancomunadas y a las solidarias, como si hubiera una antinomia entre ellas.

La noción de divisibilidad en nuestro código civil se asienta en la aptitud material de la prestación para
ser fraccionada.
Un primer dato para descubrir si la prestación es o no divisible está dado por su propia naturaleza: si ésta
admite ser materialmente fraccionable, de modo que cada una de sus partes tenga la misma calidad del
todo, sin afectar su valor y sin convertirla en antieconómica en su uso y goce, la prestación es divisible.
Cabe insistir que por aplicación de la autonomía privada nada impide que las partes puedan convertir,
expresa o tácitamente, una prestación que materialmente admite dicho fraccionamiento en indivisible.
Nuestro código admite la indivisibilidad ideal o convencional. En cambio no admite el procedimiento
inverso de las mismas.

Requisitos:

Para configurar la obligación en divisible no basta con la aptitud material de la prestación para ser
materialmente fraccionada. Es preciso, además, que cada parte que resulte de esa fragmentación presente
rasgos de homogeneidad respecto del todo, que la división no altere la esencia o sustancia de la
prestación, que no haga perder su valor económico y que no convierta en antieconómico el uso y
aprovechamiento de la cosa.

Aptitud natural de la prestación para ser Aptitud natural para ser fraccionada (arts. 667 y
fraccionada. 2326 y nota del art. 669).
Es menester que cada una de esas partes en que
ella se disecciona sean homogéneas y análogas
respecto de las otras, y tenga las mismas calidades
Homogeneidad. del todo. Ello es lo que permite que la ulterior
reunión de todas las prestaciones parciales, fruto
del fraccionamiento, constituya nuevamente la
prestación entera.
El fraccionamiento no debe transformar a cada
parte en una cosa distinta de la debida.
Inalteratibilidad del objeto. El cumplimiento de este requisito debe ser
valorado en función de los fines tenidos en cuenta
por las partes al constituir la obligación.
19
El fraccionamiento tampoco debe afectar el valor
Inalteración económica. económico de la cosa debida, cuando se trate de
obligaciones de dar. Ejemplo, diamante.
En virtud de ello, consagra el criterio de la no
divisibilidad cuando dicho fraccionamiento
Utilidad.
convierta en antieconómico el uso y
aprovechamiento de la cosa.

• La divisibilidad en las obligaciones de dar, hacer o no hacer, alternativas y facultativas:


➢ Obligaciones de dar:

Es una consecuencia lógica que tiene la naturaleza


eminentemente fungible y divisible del dinero.
Sin embargo, la obligación en dinero en indivisible
Obligaciones de dar sumas de dinero.
cuando se prometa una determinada cantidad,
unitariamente considerada, para la consecución de
un fin.
Es corolario del carácter abstracto que tiene el
Obligaciones de valor. valor adeudado y de su necesidad de traducirse en
dinero al momento del pago.
Todas las prestaciones que se determinan
Obligaciones de dar cantidades de cosas. cuantitativamente son divisibles por naturaleza, en
función de aquello que se cuenta, pesa o mide.
Son divisibles siempre que el número de cosas que
deban ser entregadas sea igual al número de
acreedores y deudores, o su múltiplo exacto.
Obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles.
En estas obligaciones se tiene en cuenta la
proporcionalidad del número de cosas debidas con
relación al número de acreedores y deudores.

➢ Obligaciones de hacer:

En este tipo de obligaciones rige el principio de la indivisibilidad. Excepcionalmente, pueden ser


divisibles cuando fueran establecidas en función del tiempo de ejecución o de la extensión del resultado
del trabajo (art. 670).
Como regla, las obligaciones de hacer son indivisibles. Sin embargo admiten excepciones:

Las obligaciones de hacer consistentes en días de


1
trabajo u otras formas similares.
Las que se traducen en un trabajo dado, según
determinadas medidas expresadas en el titulo de la
2
obligación, como la construcción de un muro que
ha sido estipulada por metros.
Cuando la obligación de hacer tiene por objeto una
obra, un resultado, rige el principio de la
3 indivisibilidad pues aquella es concebida como una
unidad, no pudiendo decirse que se haya
concretado hasta tanto no esté enteramente lograda.

➢ Obligaciones de no hacer:

Se discute si las obligaciones de no hacer son divisibles o indivisibles. Conforme a una opinión, tributaria
de las ideas de Freitas, las obligaciones de no hacer son siempre indivisibles, por cuanto cualquier

20
violación parcial al deber de abstención importa incumplimiento. En ellas no habría materia a la que
pudiera ser aplicada la división.
Otros autores, en cambio, si bien reconocen que en esta materia prevalece el principio de indivisibilidad,
admiten supuestos de excepción, en donde la obligación puede ser divisible.
En las obligaciones de no hacer, la divisibilidad o indivisibilidad de la prestación depende de tipo de
conducta negativa debida y, fundamentalmente, de la finalidad perseguida por las partes al tiempo de
contraerse la obligación. De acuerdo al art. 671, la valoración debe hacerse en forma circunstanciada, en
cada caso en particular.
Es evidente que en estas obligaciones la regla es la indivisibilidad. Sólo en casos muy excepcionales las
obligaciones de no hacer son divisibles, supuestos que, por lo general, requieren que el interés del
acreedor no se frustre en razón de una mínima infracción o que se trate de prestaciones negativas de
carácter permanente, como por ejemplo, la llamada obligación de no hacer competencia.

➢ Obligaciones alternativas:

La divisibilidad de la obligación alternativa se determina en función de la prestación elegida. Antes de la


elección no es posible precisar el carácter divisible o indivisible de la obligación.

➢ Obligaciones facultativas:

En las obligaciones facultativas la divisibilidad o indivisibilidad se determinan en función de la prestación


principal.
En tema no presenta dificultades cuando ambas prestaciones son divisibles o indivisibles. Tampoco
cuando la prestación principal es indivisible y la accesoria divisible. En tal caso, la obligación facultativa
funciona como indivisible y si los deudores optaren por esta ultima, regirá respecto de ella dicha
indivisibilidad. La situación inversa, en cambio, es más problemática. Si la prestación principal en
divisible y la facultativa no lo es, y los deudores optan por liberarse cumpliendo esta ultima, ninguna
posibilidad de fraccionamiento es factible, pues ello importaría un supuesto de divisibilidad ideal que el
código rechaza.

• Efectos de la divisibilidad en las relaciones entre acreedores y deudores:

➢ Principio general del fraccionamiento:

La obligación se divide entre tantas partes como acreedores y deudores haya.


Como consecuencia del fraccionamiento, cada acreedor sólo tiene derecho a percibir la parte que le
corresponde en el crédito; y, correlativamente, cada deudor está obligado a pagar únicamente la parte que
le corresponde en el pasivo.
El principio general del fraccionamiento que admite nuestro código en materia de obligaciones de sujeto
plural cede frente a dos supuesto; en el plano del objeto de la obligación, la indivisibilidad; en el vinculo
jurídico, la solidaridad.
Se determina en las relaciones entre acreedor y deudor la parte que cada uno tiene derecho a cobrar y
pagar de acuerdo con los artículos 674, 691 y 692.

➢ Exigibilidad:

Cada acreedor sólo tiene derecho a exigir al deudor la cuota parte que le corresponde en el crédito y cada
deudor únicamente está obligado a cumplir con la cuota parte que tiene en la deuda.
Si el acreedor demanda la totalidad de la deuda a un codeudor, éste puede alegar una defensa de falta de
acción.

➢ Pago:

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El deudor o cada codeudor sólo están obligados a pagar la parte que le corresponde en la deuda y en la
medida del crédito del acreedor o de cada codeudor.
En caso de existir pluralidad de acreedores y deudores, el criterio en materia de exigibilidad y pago es el
mismo, por lo que la división del crédito y de la deuda debe hacerse primero en el polo activo y luego en
el pasivo.
Si habiendo más de un acreedor, el deudor paga la totalidad de la deuda a uno de éstos, no se libera frente
a los restantes y continua obligado por la parte que a éstos corresponde en virtud de lo dispuesto por los
arts. 731 y 733.
Sin embargo, tiene derecho, en tal caso, a repetir lo abonado en exceso del acreedor que haya recibido el
pago total.

➢ Excepción al fraccionamiento de pago:

Se da cuando uno de los deudores o uno de los coherederos tuviese a su cargo el pago de toda la deuda, ya
en virtud del titulo de la obligación, o por haberse así determinado en la división de la herencia, en cuyo
caso el deudor podrá ser demandado por el todo de la obligación, salvo sus derechos respecto a los otros
codeudores o coherederos.
En realidad se trata de una excepción aparente, pues no existe abandono de la divisibilidad, ni
modificación sustancial de sus efectos. El hecho de que los codeudores designen a uno de ellos para que
cumpla con toda la obligación por los demás obligados, no altera el carácter de la obligación.
El deudor designado que paga la totalidad de la deuda tiene las acciones de reintegro contra los restantes
codeudores, por la parte que a cada uno le corresponde en la deuda.
Cabe señalar que el supuesto que analizamos se refiere exclusivamente al aspecto pasivo de la obligación;
de allí que, si existen varios acreedores, estos sólo podrán exigir su parte en el crédito (3497).
El pago integro a cargo designado sólo tiene lugar en los casos que la ley ha previsto, esto es, cuando así
se haya determinado en el titulo de la obligación (1197) o en la división de la herencia (3497).
Si la designación surge del titulo, al no haber transformación en obligación indivisible, en caso de
producirse el fallecimiento del designado, el compromiso de pago integro se divide entre sus herederos.

➢ Otros modos extintivos:

Como consecuencia del fraccionamiento de prestaciones que caracteriza a estas obligaciones, se


constituyen tantas obligaciones autónomas e independientes como sujetos vinculados existan, de forma
tal que lo que le sucede a alguno de ellos no afecta a los otros (691).
La extinción de cualquiera de dichas relaciones no produce efecto alguno respecto de las demás. Por lo
tanto, la novacion celebrada entre uno de los codeudores con uno de los coacreedores no tiene efectos
extintivos respecto de los demás (809 y 810)
Las mismas conclusiones son aplicables a la remisión de la deuda y a la renuncia (874, 877 y 881).
La compensación operada entre alguno de los deudores con alguno de los acreedores sólo tiene
virtualidad respecto de los sujetos comprendidos en ella y carece de efectos con relación a los demás
(830).

➢ Insolvencia:

La insolvencia de un codeudor es soportada por el acreedor, quien no puede reclamar a los demás
codeudores la parte que correspondía al insolvente (677 y 694).
El principio, sin embargo, no es absoluto, pues existen algunas obligaciones mancomunadas simples,
divisibles, que por disposición legal obligan a los codeudores a soportar, proporcionalmente, la
insolvencia de alguno de ellos. Tal lo que sucede en materia de sociedad y condominio.

➢ Interrupción y suspensión de la prescripción:

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Los efectos de la prescripción, de la interrupción y de la suspensión de la prescripción son personales y no
se propagan a los demás codeudores y coacreedores. Es una consecuencia lógica del fraccionamiento de
vínculos y de prestaciones existente.

➢ Cosa juzgada:

La sentencia dictada en un juicio contra uno de los codeudores de una obligación divisible o a favor de
uno de los coacreedores solamente tiene consecuencia para los sujetos que intervinieron en él. En
consecuencia, tanto lo codeudores como los coacreedores ajenos al proceso no son alcanzados por los
efectos de la cosa juzgada.

➢ Mora:

En las obligaciones simplemente mancomunadas, tanto de objeto divisible cuanto indivisible, los efectos
de la mora y de la culpa de cualquiera de los codeudores (o coacreedores) son personales y no se
propagan.

➢ Culpa y dolo:

La mora o culpa de uno de los deudores no tiene efecto respecto a los otros (697). Si bien el planteo de la
ley éste referido al sujeto pasivo, nada obsta a que igual régimen se adopte cuando la mora o la culpa se
refieran al sujeto activo.
Igual principio debe aplicarse también al caso del dolo por parte del cualquiera de los sujetos
intervinientes en una obligación divisible.
Finalmente, conviene aclarar que el dolo o la culpa de varios deudores los responsabiliza a todos ellos,
pero cada uno responderá en proporción a su parte, salvo que sea aplicable el art. 1081 por haber mediado
un delito del derecho criminal (1107).

➢ Cláusula penal:

Tratándose de obligaciones simplemente mancomunadas, divisibles o indivisibles, los efectos de la


cláusula penal son siempre personales. Sólo incurre en la pena el codeudor que incurra en mora o
incumplimiento y únicamente por la parte que le correspondía en la obligación.

• Efectos en las relaciones internas:

➢ Pago en exceso:

En materia de obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible, cada coacreedor sólo puede
exigir a cada codeudor el cumplimiento de su parte en la deuda. Existen varias hipótesis:

✓ Si un codeudor paga la totalidad de la deuda


por “error”, esto es, creyéndose deudor in
totum, tiene derecho a repetir lo pagado en
exceso por aplicación de las reglas del pago por
error (790).
Un acreedor con varios deudores (pluralidad ✓ Si el pago en exceso se realiza en la creencia de
pasiva). tener el acreedor titulo para recibirlo,
ignorando que con anterioridad la deuda había
sido ya cancelada. El pago no tiene causa y
procede la repetición de lo pagado por
aplicación de los arts. 792 y 793.
✓ Si, en cambio, paga deliberadamente la deuda
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de los demás codeudores en pleno
conocimiento del carácter ajeno de la
obligación, la repetición de lo pagado en
exceso no procede, debiendo, en tal caso,
articularse la acción pertinente contra los
demás codeudores, para obtener el reembolso
de lo pagado en exceso.
Dicho pago se efectuó con asentimiento de
éstos, se ejercita la acción que nace del
mandato; si se realizo con ignorancia de los
codeudores, procede la acción de gestión de
negocios. Y si el pago se hizo en contra de la
voluntad de los demás deudores, puede
ejercitar la acción de enriquecimiento sin
causa.
Si el codeudor que realizó la totalidad del pago
ha tenido por finalidad efectuar una liberalidad
a favor de los demás codeudores, obviamente,
no procederá repetición alguna.
✓ En cambio, no dispone de la acción nacida del
pago con subrogación, por expresa exclusión
legal.
Si el deudor paga a un coacreedor la totalidad de la
deuda, no se libera frente a los demás, a quienes
debe pagar la cuota parte correspondiente. Sin
embargo, el derecho de repetir lo pagado en exceso
Varios acreedores y un solo deudor (pluralidad y la deuda con los demás acreedores se extinguirán
activa). si quien recibió el pago lo hubiese repartido con los
coacreedores en debida forma.
Procede en tal caso, la repetición de lo pagado en
exceso por aplicación de las reglas del pago por
error.
Varios acreedores y varios deudores (pluralidad Si uno de los codeudores paga a uno de los
mixta). coacreedores una suma mayor a la debida, tal
circunstancia no libera a los demás codeudores
frente a los restantes coacreedores, ni tampoco al
codeudor que pagó en exceso frente a los restantes
coacreedores (salvo, por cierto, que el acreedor que
recibió dicho pago hubiese efectuado la
distribución pertinente con los demás
coacreedores).

➢ Ausencia de subrogación legal:

El art. 693 determina que: el deudor que pagase integra la deuda no será subrogado en los derechos del
acreedor contra los otros deudores.
La prohibición legal carece de razonabilidad, desde el mismo momento en que el art. 768/3 se confiere la
subrogación legal a favor de todo tercero no interesado que pague la deuda con el consentimiento expreso
o tácito del deudor o con ignorancia de éste. Dado que el codeudor que paga la totalidad de la deuda es un
tercero respecto del excedente de su parte, “lo expresado en el art. 693, in fine, contradice el criterio de
subrogación legal indicado por el art. 768/3.
Existen esfuerzos doctrinarios para conciliar estas dos normas:

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✓ Algunos entienden que no existiría tal contraposición por cuanto a los arts. 693
y 768 se aplicaría a situaciones distintas: el primero contemplaría un pago
efectuado por el codeudor a nombre propio, el art. 768/3 presupondría que el
pago ha sido efectuado por el tercero a nombre del deudor. De allí la
improcedencia de la subrogación en el primer caso y si plena viabilidad en el
segundo.
✓ Galli propiciado lisa y llanamente tener por no escrita la parte final del art. 693.
✓ La doctrina dominante considera que el art. 768 consagra una regla general
(subrogación legal siempre que pague un tercero sin oposición del deudor) que
reconoce un excepción (injustificada) en materia de pago en exceso efectuado
por un codeudor de una obligación simplemente mancomunada de objeto
divisible.

En consecuencia, el recupero de lo pagado en exceso en tales circunstancias debe efectuarse a través de la


acción de mandato (si el pago se realizó con el consentimiento de los codeudores), de la acción de gestión
de negocios (si se efectuó con la ignorancia de éstos) o de la acción de enriquecimiento sin causa (si se
medio oposición a dicho pago). La doctrina es unánime.

➢ Medida de la contribución o distribución:

La medida de la contribución por parte de los codeudores y de la distribución por parte de los
coacreedores, en la relación interna, se realiza tomando en cuenta la cuota parte que a cada uno le
corresponde en la deuda o en el crédito divisible.
Para determinar cuál es dicha cuota parte a los fines de la contribución o distribución, debe estarse:

✓ A lo pactado en forma conjunta sobre la cuota parte entre los deudores y los
acreedores.
✓ Si no hubiese pacto en tal sentido, a los contratos celebrados internamente, por
los deudores entre sí o por los acreedores entre sí.
✓ En su defecto, atendiendo a la causa por la cual la deuda o el crédito fue
conjuntamente contraído.
✓ A las demás relaciones entre los interesados entre sí y a las restantes
circunstancias del caso.
✓ En el supuesto de no poder determinarse las cuotas parte por ninguno de dichos
parámetros, éstas se consideran iguales.

7. obligaciones indivisibles.

• Concepto:

Son obligaciones indivisibles aquellas cuya prestación no puede ser cumplida sino por entero (667). Lo
trascendente en estas obligaciones es el carácter compacto que asume el objeto debido, que no permite
fraccionamiento alguno.

• Indivisibilidad ideal y material:

La material es objetiva u ontológica. Obedece a un criterio puramente fáctico, ya que no es posible el


fraccionamiento pues, en razón de su propia naturaleza, la prestación no puede ser dividida en partes
homogéneas al todo y tener valor proporcional a dicho todo.
Es ideal o voluntaria cuando prescinde por completo de la naturaleza de la prestación y centra su atención
exclusivamente en la voluntad de los sujetos obligados, que asignan dicho carácter a una prestación que
por naturaleza no lo tiene.

Casos de indivisibilidad:
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✓ Si el objeto no puede ser materialmente dividido.
✓ Si la indivisibilidad es convenida.
✓ Si lo dispone la ley.

• La indivisibilidad de la prestación en la obligaciones de dar, hacer, de no hacer, alternativas y


facultativas:

Remisión.

La obligación de dar una cosa cierta es indivisible, cualquiera sea la finalidad en virtud de la cual ésta
deba ser entregada (transferir o constituir derechos reales, transferir el uso o la entrega o restituir las cosas
a su dueño).
En nuestro código lo que se tiene en cuenta para juzgar si una prestación es divisible o indivisible es el
hecho de cumplimiento de la prestación. Si éste admite ser fraccionado, sin alterar la esencia y el valor de
la cosa.
Se comprende entonces, que la obligación de dar una cosa cierta sea siempre indivisible, porque el hecho
de su entrega no admite fraccionamiento alguno. Si tres deudores se obligan a entregar al acreedor un
caballo determinado, dicha prestación no puede ser cumplida sino por entero, pues seria inconcebible que
alguno pretendiera liberarse entregando un tercio del caballo. Tal fraccionamiento produciría la
destrucción de la cosa.

• Efectos de la indivisibilidad en las relaciones entre deudores y acreedores:

➢ Principio de la propagación de efectos:

En virtud del cual ciertos hechos ocurridos entre uno de los coacreedores y uno de lo codeudores
proyectan sus consecuencias a los restantes.
En materia de obligaciones indivisibles, la propagación de los efectos se asienta y estructura en torno al
carácter compacto e insusceptible de fraccionamiento que tiene el objeto debido. Es importante tener en
cuenta esto, pues ello nos permitirá comprender mejor las razones por las cuales, en principio, la
extensión de efectos que es propia de la indivisibilidad difiere de aquella que resulta de la solidaridad. En
esta ultima, ella obedece a la particular estructura que tiene el vínculo jurídico (no al objeto), lo cual
justifica una propagación de efectos mucho mas intensa.
La propagación de efectos debe relacionarse con el objeto debido y, por tal motivo, asume sus principales
proyecciones en el plano del cumplimiento obligaciones. En cambio, no se comunican los efectos de
aquellos hechos que sean independientes de la prestación, ocurridos entre algún coacreedor y algún
codeudor, que sólo producen consecuencias personales.

➢ Principio de prevención:

Conforme al cual la facultad que tiene el deudor de elegir a cual de los acreedores efectuar el pago cesa su
alguno de éstos hubiera demandado su cumplimiento.

Pago:

Cuando son varios lo acreedores, el deudor puede elegir a quien le pagara la prestación, a salvo lo ya visto
al principio de prevención. Dicha opción se lleva a cabo pagando.
Una vez hecho el pago, las relaciones externas se terminan, quedando por dilucidar las relaciones
internas.

Otros medios extintivos:

Novacion. • Cuando tuvo lugar entre el acreedor y uno de


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los deudores, extingue la obligación de los
restantes codeudores, quienes no serán parte en
la nueva obligación, pero deberán reintegrar al
codeudor que intervino en ella el valor de su
parte.
• Cuando es realizada por uno de los
coacreedores con el deudor común, no propaga
sus efectos, estos no son personales. Por ende
los coacreedores que no fueron parte de ella,
pueden demandar cumplimiento al deudor.
Operada la compensación entre un acreedor y un
codeudor, la obligación debe razonablemente
Compensación.
extinguirse, quedando por dilucidar los efectos
internos.
Ella no propaga sus efectos, tiene solo efectos
personales.
Remisión de deuda:
• Efectuada por uno de los coacreedores a favor
Confusión. del deudor común, solo tiene efectos personales
y no es posible a los demás coacreedores.
• Cuando es efectuada a favor de uno de los
codeudores, el código guarda silencio. Por
analogía los codeudores quedan liberados.
Art. 851: la transacción hecha por uno de los
interesados, ni perjudica ni aprovecha a tercero ni a
los demás interesados, aun cuando las obligaciones
Transacción. sean exigibles.
Es una consecuencia del carácter contractual de la
transacción y los contratos, no pueden perjudicar a
terceros.
• Si uno de los deudores es insolvente, el
acreedor puede reclamar lo debido a los demás,
con lo cual son éstos los que soportan dicha
insolvencia.
• Si ocurre la imposibilidad de pago por culpa de
Insolvencia. los deudores, el acreedor viene a soportar la
eventual insolvencia de uno de los codeudores,
pues la indemnización se debe en dinero, y es
divisible, situación en la cual el acreedor solo
puede reclamar a cada deudor su cuota
respectiva.
Art. 688: prescripta una deuda indivisible por uno
de los deudores contra uno de los acreedores,
aprovecha a todos los primeros, y perjudica a los
segundos; e interrumpida la prescripción por uno
Prescripción, interrupción, suspensión. de los acreedores contra uno de los deudores,
aprovecha a todos aquellos, y perjudica a todos
éstos.
De tal manera, la prescripción liberatoria cumplida,
propaga sus efectos.
Hay tres posiciones doctrinarias:
Cosa juzgada. • Para algunos se aplica el art. 715 por analogía.
(obligaciones solidarias).

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• Para otros, creen que se debe considerar el
tema caso por caso, asegurando la
inviolabilidad de la defensa en juicio y
evitando que puedan dictarse sentencias
contradictorias.
• Para la mayoría, entiende que la cosa juzgada
no propaga sus efectos en materia de
indivisibilidad.
Sus efectos son personales y no se propagan a los
Mora, culpa, dolo y cláusula penal.
restantes codeudores.

• Efectos de la indivisibilidad en las relaciones internas: obligaciones solidarias.

• Obligaciones indivisibles impropias:

Son aquellas que solo pueden ser satisfechas por entero a través de una actuación conjunta de las partes.
Los casos son los siguientes:

✓ La obligación de escriturar de varios condóminos.


✓ La obligación de restituir la cosa depositada a todos los depositantes conjuntos.
✓ Las que requieren de un trabajo en equipo, ejemplo: una banda de rock que se
obligó a tocar en un concierto.

En cuanto a los efectos:

Ningún acreedor (en caso de pluralidad activa) puede pretender el cobro de su crédito en forma individual
y ningún deudor (pluralidad pasiva) puede ni está obligado a cumplir la prestación en forma
independiente de los demás codeudores. En caso contrario, puede serles opuesta la excepción de falta de
legitimación activa o pasiva según el caso.

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