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1. obligaciones de hacer:
• concepto e importancia:
Son muchas y muy importantes las situaciones jurídicas que generan obligaciones de hacer, tanto en la
orbita contractual cuanto extracontractual.
Los contratos de locación de servicios, de locación de obra, mandato, deposito, transporte, comisión,
agencia comercial, concesión comercial, franquicia comercial, cuenta corriente bancaria, seguro, de
publicidad de viaje y turismo, de hotelería, por mencionar algunos, son fuente relevante de obligaciones
de hacer. También presenta ese carácter las obligaciones de resarcimiento en especie, que consiste en
reponer las cosas al estado anterior al que se hallaban antes de ilícito (art. 1083).
La importancia de las obligaciones de hacer se ha potenciado en el siglo XX, como fruto de las causas
políticas, sociales y económicas. El derecho al trabajo, por ejemplo, se ha gestado y desarrollado sobre la
base de un determinado despliegue de energía laboral en relación de dependencia, regulando un amplio
espectro de obligaciones de hacer.
En nuestros días, las obligaciones de hacer han incrementado si importancia en el campo del derecho
público y privado, acompañando un dato evidente de la realidad: la prestación de servicios, de distinta
índole, constituye hoy uno de los grandes epicentros en torno a los cuales gira la economía globalizada.
El “vinculo” económico y jurídico apto para posibilitar la eficaz prestación de esos servicios esta dado
por la obligación de hacer, particularmente la emanada de fuente contractual, típica o atípica.
Si bien las obligaciones de dar y hacer coinciden en la realización de un hecho positivo, ambas especies
no pueden ser confundidas:
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Diferentes prestaciones de hacer:
fungible No fungible
Cuando el interés del acreedor se satisface con la Es cuando el interés del acreedor sólo se satisface
realización de la actividad debida, con total si el propio deudor realiza la conducta debida.
independencia de quien sea el sujeto que la realiza, También se la denomina “in tuitu personae”
es decir que importa poco quien la cumple. El porque, a la hora de constituirse esta obligación, se
interés del acreedor está orientado a la actividad en ha tenido en cuenta como factor relevante la
si misma, quedando en plano secundario quien la persona que ejecutará la prestación. En esta
ejecuta. Por ejemplo, la obligación que asume un situación, al acreedor no le es indiferente quien
peón de desmalezar un determinada fracción de cumple. Por ejemplo cuando se contratan los
campo. servicios de un reconocido doctor para que efectúe
El deudor puede ser sustituido por un tercero sin una delicada intervención quirúrgica.
que ello afecte al interés del acreedor. Esa
intercambiabilidad gira en torno a dos aspecto
fundamentales: la conducta que se debe desplegar
(fungibilidad de los medios) y el resultado final
(fungibilidad del resultado).
La distinción está dada por el art. 626 que dispone que: el hecho podrá ser ejecutado por otro que el
obligado, a no ser que la persona del deudor hubiese sido elegida para hacerlo por su industria, arte o
cualidades personales.
Si bien la fingibilidad o infungibilidad depende de las posibilidades reales de sustitución del deudor por
un tercero, tal reemplazo debe tener en cuenta lo acordado por las partes.
La infungibilidad puede ser expresa o presunta: la primera es aquella que surge inequívocamente de la
voluntad de las partes, en ejercicio de la autonomía privada. La segunda es cuando, de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, es posible inferir su carácter intuitu personae y la violación al derecho del
acreedor que supondría la subrogación del deudor por otra persona al tiempo de cumplir.
La fungibilidad o infungibilidad de la prestación, conforme tiene importancia para decidir tres cuestiones
fundamentales:
servicios obra
Se traduce en un compromiso de energía de trabajo Traduce una actividad orientada a la obtención de
físico o moral independientemente de la obtención un resultado, material o intelectual, sin el cual la
de un resultado determinado. Se toma en cuanta la obligación no se tiene por cumplida. Ejemplo, los
actividad en si misma y la mayor o menor contratos de locación de obra o del contrato de
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diligencia puesta en la misma para calibrar el transporte de personas.
cumplimiento o incumplimiento obligacional.
Ejemplo, contrato de locación de servicios.
medios resultado
Su cumplimiento se satisface con una actividad Son aquellas cuyo objetivo consiste en la obtención
diligente e idónea para alcanzar el objetivo de un resultado, que es asegurado por el deudor y
perseguido por las partes, aun cuando éste no se cuya no consecución frustra el interés del acreedor.
obtenga. Ejemplo, la obligación asumida por un Ejemplo, la obligación que asume el transportista
abogado de defender penalmente a un cliente a de transportar a un pasajero al lugar de destino, en
quien se le imputa un delito. la forma y modo convenido y en condiciones de
indemnidad.
convencionales Legales
Resultan del fruto del convenio celebrado por los Surgen de la ley.
particulares en ejercicio de la autonomía privada.
• Cumplimiento especifico:
El art. 625 dispone que: el obligado a hacer o a prestar algún servicio, debe ejecutar el hecho en un
tiempo propio, y del modo en que fue la intención de las partes que el hecho se ejecutara…”.
El tiempo propio debe entenderse en plazo fijado expresa o tácitamente por las partes para el
cumplimiento de la obligación.
Si nada se hubiera dispuesto al respecto y el plazo no surgiere tácitamente de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, corresponde su fijación en sede judicial.
En lo que hace al modo del cumplimiento de las obligaciones de hacer, esta expresión debe ser entendida
como comprensiva de todas las particularidades sustanciales y circunstanciales de la ejecución, salvo
aquellas relativas al tiempo.
La intención de las partes constituye el primer dato a tener en cuenta a la hora de calibrar las modalidades
de cumplimiento de la obligación. Los usos y costumbres desempeñan un papel protagónico para precisar
la manera en que el hecho deber ser ejecutado.
En suma: la prestación de hacer debe ejecutarse de buena fe, de la manera en que las partes lo entendieron
o verosímilmente pudieron entender, obrando diligentemente y con lealtad (art. 1198).
Las sanciones establecidas específicamente a tal supuesto aparecen contempladas en la parte final del art.
625: “si de otra manera lo hiciere, se tendrá por no hecho, o podrá destruirse lo que fuese mal hecho”.
Ellas no obstan, por cierto, de otros remedios que por aplicación de los principios generales puedan
corresponder, según los casos: excepción de incumplimiento (art. 1201), resolución contractual por
incumplimiento (art. 1204 cc., y 216 del c.cm.), aplicación de astreintes (666 cc.) ejecución de la
prestación por un tercero a cargo del deudor (630 cc.), indemnización de daños y perjuicios.
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La ley faculta al acreedor a tener por no realizada la prestación. Ello importa considerar irrelevante a al
hecho deficientemente realizado, esto es, como no sucedido, con todo lo que ello implica. Ejemplo, si el
deudor se obliga a pintar un cuadro en un determinado lugar y lo hace en otro.
➢ Derecho a la destrucción de lo mal hecho:
En casos de gravedad, el acreedor puede pedir que se desmantele la obra irregularmente realizada.
Ejemplo, el deudor que se compromete a plantar 400 robles y en su lugar planta 400 pinos.
Según una opinión, el acreedor puede resolver por si solo la destrucción de la obra que juzga defectuosa,
sin necesidad de recabar venia judicial. Quienes sostienen este criterio reconocen, sin embargo, que ese
procedimiento lo expone a perder la mejor prueba de que dispone ante la justicia.
Tiende a prevalecer como regla, juzga que el acreedor no puede obrar por su propia autoridad. De este
principio solamente cabe apartamiento cuando exista urgencia en efectuar dicha destrucción,
incompatible con las dilaciones que impone un trámite judicial.
➢ Facultades del acreedor frente a la negativa del deudor a cumplir con la obligación de
hacer:
✓ Puede procurar la ejecución forzada de lo adeudado en los términos del art. 629.
✓ Puede promover la ejecución por otro, por cuenta y cargo del deudor. Art. 505 y
630.
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✓ Puede solicitar la aplicación de astreintes (condenaciones pecuniarias)
✓ Tratándose de contratos bilaterales, puede negarse a cumplir con su prestación
invocando la excepción de incumplimiento.
✓ En los contratos con prestaciones reciprocas estará legitimado para resolverlo.
✓ Demandar los daños y perjuicios que deriven del mencionado incumplimiento.
Estas opciones concedidas al acreedor no deben seguir un orden predeterminado. El deudor no pude
eximirse de cumplir lo adeudado ofreciendo satisfacer la indemnización de daños y perjuicios. No existe
aquí una obligación alternativa que faculte al deudor a optar por una u otra prestación. En todos los casos,
debe aquella que constituye el objeto de la obligación. Una solución contraria importaría violar la regla
del art. 740, imponiéndose al acreedor la carga de recibir una prestación distinta de la debida.
El art. 629 dispone: si el deudor no quisiere o no pudiere ejecutar el hecho, el acreedor puede exigirle la
ejecución forzada, a no ser que fuera necesaria la violencia contra la persona del deudor.
La norma concuerda con lo dispuesto en el art. 505, en cuanto, frente al incumplimiento del deudor,
legitima al acreedor de la ejecución forzada específica de lo adeudado, con la limitación contenida en su
última parte, que veda el empleo de la violencia sobre la persona del deudor.
Vélez Sarfield adopto un criterio intermedio, sumamente razonable: en principio procede la ejecución
forzada de la obligación de hacer. Sin embargo, ese derecho tiene un límite relevante: no es posible
emplear la violencia física o moral sobre la persona del deudor.
El acreedor puede, antes que todo, reclamar el cumplimiento específico de la prestación, a cuyos efectos
estará legitimado para ejercitar todas las vías de compulsión que el sistema permite, salvo que aquellas
transiten por el terreno de la violencia sobre la persona del deudor. No puede demandar directamente la
indemnización de daños y perjuicios por el incumplimiento pues, a él se le adeuda un hecho y no una
suma de dinero.
Correlativamente, tampoco el deudor puede liberarse ofreciendo satisfacer la indemnización de los
perjuicios que el incumplimiento genere.
Sólo cuando la ejecución forzada deviene imposible se abren las vías indemnizatorias por daños y
perjuicios.
La solución del código civil lleva a distinguir aquellos supuestos en los cuales el objeto de la prestación
puede ser escindido de la persona del deudor de otros en donde esto es imposible.
El en primer supuesto, procede la ejecución forzosa y el empleo de la fuerza publica para compeler al
deudor a que cumpla.
Cuando el hecho adeudado no es escindible a la persona del deudor, por constituir una emanación de su
personalidad, la ejecución forzosa directa tiene un límite categórico: no puede haber violencia sobre la
persona del deudor. En tal caso el acreedor tendrá que contenerse con demandar los daños y perjuicios, a
menos que sea procedente la ejecución por un tercero y él así lo prefiera.
El art. 630 dispone: si el hecho pudiere ser ejecutado por otro, el acreedor podrá ser autorizado a
ejecutarlo por cuenta del deudor, por si o por un tercero, o solicitar los perjuicios e intereses por la
inejecución de la obligación.
Frente a la mora del deudor, la ley permite al acreedor hacer cumplir coactivamente la prestación por él
mismo o por un tercero, a cargo y costo del deudor.
A través de la ejecución por otro, el sistema brinda al acreedor una vía de ejecución forzosa directa que,
aunque imperfecta, mitiga las desventajas y los riesgos de la ejecución indirecta, o sea, del reclamo de los
daños y perjuicios que derivan del incumplimiento definitivo.
El acreedor queda legitimado para ejecutar el hecho incumplido “por cuenta del deudor”, lo cual importa
reconocerle el derecho a obtener el reembolso de los gastos que hubiere efectuado. Ello, por cierto, sin
perjuicio de las indemnizaciones por el daño moratorio que puedan corresponderle.
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➢ Condiciones para la ejecución por otro:
El art. 626 dispone: el hecho podrá ser ejecutado por otro que el obligado, a no ser que la persona del
deudor hubiese sido elegida para hacerlo por su industria, arte o cualidades personales.
La norma contempla un supuesto diametralmente opuesto al anterior, pues la iniciativa del pago por un
tercero no proviene del acreedor sino de una exigencia que efectúa el propio deudor o de un acto
espontáneo de un tercero que paga una deuda ajena.
En el incumplimiento no imputable al deudor rigen los principios generales. Si la inejecución del hecho
obedece a cuestiones no imputables al deudor, la obligación se extingue sin responsabilidad alguna de su
parte en razón de mediar imposibilidad de pago.
Tal lo que sucede en caso de muerte, incapacidad, enfermedad, ausencia con presunción de fallecimiento
en supuestos de obligaciones intuiti personae o por causa de impedimento legal (ejemplo: se quiere
demoler una casa antigua para construir un edificio moderno, pero la casa ha sido declarada de interés
histórico.)
El art. 627 dice que la obligación se extingue para ambas partes porque en realidad, opera la disolución
del contrato sinalagmático que generó la obligación.
En tal caso, procede la restitución de todo lo que se hubiera recibido con motivo del mismo. Sin embargo,
si a la época de disolución del contrato, el hecho se hubiese cumplido en parte y esa ejecución resultare de
utilidad para el acreedor, el deudor puede retener lo percibido en forma proporcional a la parte de la
actividad por él desplegada.
La imposibilidad no imputable al deudor debe ser sobreviniente al nacimiento de la obligación y,
asimismo, que el deudor no se encuentre en mora.
Uno de los supuestos más importantes de obligaciones de hacer es aquel en el que las partes de un boleto
de compraventa asumen la obligación de escriturar el inmueble comprometido en venta. Dentro de
nuestro sistema, el contrato de compraventa de inmuebles tiene carácter formal, pues la ley exige que sea
instrumentado en escritura publica.
En la práctica, los usos y costumbres han impuesto en nuestro país desde hace décadas que las partes
instrumenten con anterioridad el acuerdo mediante un instrumento privado, al que se denomina boleto de
compraventa. Dicho boleto genera efectos jurídicos de suma importancia. Entre ellos, la obligación de
escriturar que asume el vendedor, que tiene carácter de la obligación de hacer.
El art. 1185 dispone que aquellos contratos (compraventa) que debiendo ser hechos en escritura publica,
fuesen realizados por instrumento privado firmado por las partes o que fuesen hechos por instrumento
particular en que las partes se obligasen a reducirlo a escritura publica (boleto de compraventa), “…no
quedan concluidos como tales, mientras la escritura publica no se halle firmada; pero quedaran concluidos
como contratos en que las partes se han obligado a hacer escritura publica”.
El art. 1187 dispone: será juzgado como una obligación de hacer, y la parte que resistiere hacerlo, podrá
ser demandada por la otra para que otorgue la escritura, bajo pena de resolverse la obligación en el pago
de pérdidas e intereses.
2. obligaciones de no hacer:
• concepto:
La obligación de no hacer es aquella que tiene como deber objeto una conducta negativa, que se traduce
en una abstención o en un tolerar. La particularidad de esta categoría reside entonces en la actividad
omisiva del deudor frente a determinados actos que normalmente tiene la facultad de ejecutar. Las
mismas están reguladas por los arts. 632-634.
Son aplicables a ellas las disposiciones generales relativas a las obligaciones de hacer.
Al acreedor puede importarle mantener una determinada situación de hecho ya existente en el mismo
estado en que se encuentra y, en función de ello, acordar con su deudor que durante un determinado
tiempo éste no altere o cambie ese orden de cosas. Por ejemplo, si se vende una panadería, al comprador
de dicho comercio puede serle útil que el vendedor no instale otra en las cercanías, durante un cierto
tiempo. La obligación de no hacer competencia responde a esa finalidad.
Se ha señalado que tratándose de prestaciones negativas podría distinguirse entre obligaciones de no
hacer y de no dar. Dentro de las obligaciones de no dar se incluirían, por ejemplo, las prohibiciones de
enajenar.
• Clases:
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durante 3 años a una playa privada de mi
propiedad.
➢ Atendiendo a su fuente:
• Cumplimiento específico:
Está regido pro las disposiciones generales del cumplimiento obligacional y, en particular, por la directiva
trazada en el art. 625 para las obligaciones de hacer que, también se aplica en esta materia.
En consecuencia, el deudor de una obligación de no hacer cumple cuando, en tiempo y modo propio, se
abstiene de realizar un hecho o tolera den determinada situación según lo que fue intención de las partes.
La doctrina formula una distinción según se trate de obligaciones de no hacer instantáneas o de aquellas
de carácter permanente que proyectan sus efectos en el tiempo.
En el primer supuesto, verificada la realización del hecho que no se debía realizar, opera el
incumplimiento absoluto y definitivo de la prestación. En cambio, tratándose de obligaciones de no hacer
permanentes, la realización del acto puede no importar el incumplimiento absoluto y definitivo de la
obligación y solamente dar lugar a un supuesto de mora. En este ultimo caso, el acreedor puede demandar
el cumplimiento tardío de la obligación y los daños y perjuicios que deriven de la mora.
El art. 633 dispone: si el acto fuere ejecutado por culpa del deudor, el acreedor tendrá derecho a exigir
que se destruya lo que se hubiese hecho, o que se le autorice a destruirlo a coste del deudor.
Son aplicable también según los casos: excepción de incumplimiento (art. 1201), resolución por
incumplimiento (arts. 1204 y 216 c cm.), aplicación de astreintes (art. 666 bis), ejecución por un tercero a
cargo del deudor (630), indemnización por daños y perjuicios.
El art. 633 autoriza al acreedor a exigir la destrucción de los que se hubiese hecho o que se autorice para
destruirlo a costa del deudor.
El acreedor no se encuentra habilitado a hacer justicia por mano propia. Debe, por lo tanto, requerir
autorización judicial para obtener la destrucción de lo realizado, por si o por un tercero. Sin esa
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autorización previa la facultad de destrucción es inconcebible e importaría, la posible comisión de un
delito.
La facultad de destrucción presenta algunos límites de importancia. En primer lugar, no es posible
emplear violencia sobre la persona del deudor.
Es preciso, además, que la destrucción de lo realizado no importe el sacrificio de un valor
económicamente superior al interés del acreedor comprometido en el cumplimiento obligacional.
• Ejecución forzada:
Al igual que en las obligaciones de hacer, procede la ejecución forzosa de la obligación de no hacer salvo
cuando para ello sea menester ejercitar violencia sobre la persona del deudor.
Para que proceda la ejecución forzada, la obligación de no hacer debe ser de aquellas de carácter
permanente.
En las obligaciones de no hacer instantáneas, las reglas de la ejecución forzada son inaplicables, pues
ellas presuponen siempre la posibilidad de cumplimiento tardío. En tal caso, frente a la realización del
hecho el acreedor no tiene entonces otro remedio que reclamar la pertinente indemnización de daños y
perjuicios.
• Incumplimiento y mora:
Según una doctrina muy difundida, en las obligaciones de no hacer no cabria la posibilidad de mora en
sentido estricto, ya que la realización de la violación del deber de abstención por parte del deudor
determinaría una situación de incumplimiento definitivo e irreversible.
En la obligación negativa dicha ejecución ulterior es irrealizable, pues la sola realización del hecho
patentiza lisa y llanamente el incumplimiento definitivo. Así, si alguien se obliga a no concurrir el día 10
a un determinado acto y, pese a ello, lo hace, incurre en incumplimiento definitivo de la obligación.
Otra corriente de opinión exhibe criterios menos rígidos y estima que dicha conclusión no puede ser
admitida en forma generalizada para todas las obligaciones de no hacer. Tratándose de obligaciones de no
hacer instantáneas, esto es, que no proyectan sus efectos en el tiempo para su cumplimiento, es evidente
que la idea de mora resulta insostenible.
La situación puede ser distinta cuando se trate de obligaciones negativas de tracto continuo, o sea, de
aquellas que proyectan una abstención continuada en el tiempo. En tal caso, es posible que la mera
realización del hecho a cuya abstención se ha obligado el deudor no importe una situación de
incumplimiento definitivo sino de mora debitoris. El acreedor todavía puede tener interés en que la
prestación se cumpla en tal supuesto y así reclamarlo.
Cabe señalar que las diferencias que separan a estas dos corrientes son mas aparentes que reales, pues
ellas se acortan sensiblemente cuando se tiene en cuenta que gran parte de quienes niegan que pueda
haber mora en las obligaciones de no hacer llegan a resultados similares.
En caso de incumplimiento el acreedor tiene derecho a obtener la indemnización de los daños y perjuicios
que deriven de aquél.
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Si el incumplimiento del deudor obedece a causas que no le son imputables, la obligación se extingue
conforme a lo previsto en el art. 627. Rigen de tal modo los principios de las obligaciones de hacer.
3. obligaciones alternativas.
Son aquellas que presentan una pluralidad de prestaciones. Ellas se contraponen a las obligaciones de
objeto simple, que sólo tienen una prestación.
La multiplicidad de objeto puede ser conjunta o disyunta. En las primeras existe una diversidad de
prestaciones debidas en forma acumulativa; así por ejemplo, la obligación de entregar un cuadro cuya
denominación es “x” o “y”.
Estas obligaciones sólo difieren cuantitativamente de las de objeto simple, por lo que carecen en nuestro
código de un régimen jurídico específico. El acreedor puede exigir al deudor el cumplimiento íntegro de
la prestación y, como consecuencia de ello, está legitimado para rechazar todo pago que no contemple la
entrega de los cuadros comprados.
En las obligaciones disyuntivas son aquellas que versan sobre varias prestaciones distintas, pero debidas
no en forma acumulativa sino disyuntiva. El deudor se libera entregando alguna (o algunas) de esas
prestaciones. Dentro de esta categoría encontramos a las obligaciones alternativas y facultativas, aunque
en estas existe en realidad una falsa disyunción.
• Obligación alternativa:
➢ Concepto:
El art. 635 dispone: obligación alternativa es la que tiene por objeto una entre muchas prestaciones
independientes y distintas las unas de las otras en el titulo, de modo que la elección que deba hacerse
entre ellas, quede desde el principio indeterminada. Su objeto esta constituido por varias prestaciones
establecidas en el titulo en forma disyuntiva, distintas e independientes entre si, de las cuales el deudor
debe ejecutar solamente alguna de ellas para liberarse. Por ejemplo la obligación de entregar un
automóvil o un departamento.
El deudor debe cumplir con alguna de las prestaciones pero no con todas. Todas las prestaciones debidas
alternativamente integran el objeto de la obligación desde su nacimiento hasta el momento en que opera
la elección de aquella que deberá ser cumplida. Producida dicha concreción, las restantes prestaciones, no
elegidas, se desvanecen como una consecuencia propia y normal de la alternatividad.
Las prestaciones que integran el objeto de la obligación se encuentran en situación de paridad y pueden
ser de dar, hacer o no hacer.
➢ Fuentes:
➢ Caracteres:
➢ Facultad de elección:
La elección es la declaración unilateral recepticia, expresa o tacita, emitida por quien está facultado para
practicarla, por la que se determina cuál de las prestaciones que integran alternativamente el objeto de la
obligación habrá de ser cumplida y, al mismo tiempo, se descartan aquellas que queden al margen de
dicha selección.
La naturaleza de la elección constituye una simple facultad jurídica, que se inserta en el amplio espectro
de los derechos potestativos.
El art. 637 dispone: en las obligaciones alternativas, corresponde al deudor la elección de la prestación de
uno de los objetos comprendidos en la obligación. Se reconoce al deudor la facultad de elección como
lógica aplicación del principio del favor debitoris.
Cuando la facultad de elección recae sobre el deudor, la obligación es denominada “alternativa regular”.
Nada impide que las partes, en ejercicio de la autonomía privada, puedan expresa o tácitamente atribuir
tal facultad al acreedor o inclusive a un tercero.
Cuando la facultad de elección descansa en el acreedor o en un tercero la obligación se denomina
alternativa irregular.
➢ Mora en la elección:
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➢ Efectos de la elección:
4. obligaciones facultativas.
• Concepto:
Es aquella que tiene por objeto una sola prestación, pero que permite que el deudor pueda
facultativamente sustituirla por otra distinta. En este tipo de obligaciones existe unidad de prestación
debida y pluralidad de prestaciones idóneas para satisfacer el interés del acreedor. Se trata, en definitiva,
de una obligación de objeto único acompañada de una facultad sustitutiva que, si bien o incorpora un
objeto distinto a la obligación, hace posible una modificación objetiva del vínculo en el momento del
pago.
• Caracteres:
✓ Unidad de objeto: el deudor debe sólo una prestación in obligatione, por lo que el
acreedor no tiene sino derecho a reclamar la misma. La obligación no deja de ser
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de objeto único por el hecho de haberse previsto en facultad de pago una prestación
distinta.
✓ Causa única.
✓ Unidad de vínculo jurídico.
✓ Sólo el deudor está legitimado para sustituir la prestación debida por otra que se
encuentre en facultad de pago y cuyo cumplimiento sea idóneo para liberarlo. Esta
opción juega siempre a favor del sujeto pasivo, por lo que no hay obligaciones
facultativas irregulares. Si el acreedor pacta con el deudor una prestación distinta a
la debida, estaríamos frente a una obligación alternativa irregular.
✓ La prestación debida y la que se encuentra in facultate solutionis no se halla en el
mismo plano. Existe entre ambas una clara diferencia: en tanto una es debida como
objeto de la obligación, la otra no asume ese carácter y sólo puede ingresar en
facultad de pago cuando el deudor ejercite esa opción. La prestación debida y la
que se encuentra en facultad de pago se hallan en situación de disparidad.
Alternativas Facultativas
Pluralidad de prestaciones adeudadas in La prestación debida es única, aunque admite con
obligatione y unidad de prestación in solutione. el tiempo una pluralidad de prestaciones al tiempo
del pago.
Las prestaciones son distintas e independientes Hay disparidad entre las prestaciones con que
entres si y se encuentran en un plano de paridad puede desobligarse el deudor, pues una sola entra
entre ellas. en el objeto debido, mientras la otra queda al
margen de la deuda.
La naturaleza se determina por la prestación Se rige únicamente por la que corresponde a la
elegida. prestación principal.
La facultad de elección puede recaer sobre El derecho de optar por la prestación que se
cualquiera de las partes e inclusive sobre un encuentra en la facultad de pago recae en principio
tercero. exclusivamente sobre el deudor.
La nulidad de una de las prestaciones no afecta la La nulidad de la prestación adeudada en una
validez de la obligación. obligación facultativa provoca la nulidad de toda la
obligación.
Si el regular, el acreedor sólo puede pedir el pago El acreedor sólo puede exigir la prestación
al deudor de alguna de las prestaciones que forman principal que le es adeudada, sin posibilidad de
el objeto de la obligación, estando el deudor en reclamar la que se encuentra en facultad de pago,
libertad para cumplir con aquella que elija. salvo en el supuesto anómalo del art. 648.
Se extingue solamente cuando todas las Se extingue cuando exista imposibilidad de pago
prestaciones que integran su objeto hayan perecido de la prestación principal, inclusive cuando pueda
por causas no imputables al deudor y siempre que ser cumplida la que se encuentra en facultad de
éste no se encuentre antes constituido en mora. pago.
La prestación en facultad de pago puede ser de dar, hacer o no hacer. Dicha facultad de sustitución puede
también estar referida a distintas contingencias de la ejecución, relativas, por ejemplo, a circunstancias de
modo, tiempo y lugar. (El deudor se obliga a pagar la suma de 20000 pesos de contado, pero se reserva en
facultad de pago la posibilidad de desobligarse abonando dicho importe en cuatro cuotas con interés de
uno por ciento mensual sobre saldos).
• La facultad de optar:
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Es la facultad que tiene el deudor de sustituir la prestación adeudada por la que se encuentra en facultad
de pago.
➢ A quien corresponde:
La facultad de optar le corresponde al deudor. Según algunos autores, nada impide que las partes puedan
acordar la facultad de sustitución a favor del acreedor. Esta interpretación no resulta satisfactoria, por
cuanto la transferencia de tal facultad al acreedor importa una evidente desnaturalización de esta figura,
situándola lisa y llanamente en el terreno de la obligación alternativa irregular.
➢ Modo de practicarla:
De acuerdo con la doctrina mayoritaria, la opción que puede ejercitar el deudor sólo queda consumada en
el comienzo del cumplimiento. Por lo tanto, cualquier decisión anterior a ese acto, aun notificada al
acreedor, es irrelevante y no enerva el derecho de modificarla.
Para otros autores, estiman que la facultad de optar ser rige por principios similares a los de la elección en
la obligación alternativa. Por lo tanto, la opción quedaría configurada a través de una declaración de
voluntad del deudor, debidamente comunicada al acreedor.
El deudor dispone hasta el momento del pago para ejercitar la facultad de optar.
➢ Efectos:
Los efectos de la obligación facultativa están alcanzados por el principio de interdependencia que existe
entre la prestación principal y la que se encuentra en la facultad de pago. Rige por lo tanto la regla del art.
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También se aplica el principio de que lo principal determina la suerte de lo accesorio. (645, 649, 650).
➢ Riesgos:
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Prestación accesoria de cumplimiento imposible:
• Concepto:
La obligación de medios son aquellas cuyo cumplimiento se satisface con una actividad diligente e idónea
para alcanzar el objetivo perseguido por las partes, aun cuando éste no se obtenga. Ejemplo: obligación
del abogado de defender penalmente a un cliente.
La obligación de resultado son aquellas cuyo objeto consiste en la obtención de un resultado, que es
asegurado por el deudor y cuya no consecución frustra el interés del acreedor. Ejemplo: la obligación de
entregar la cosa vendida en la compraventa.
• Antecedentes y terminología:
• Objeciones de la distinción:
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✓ Toda obligación es al mismo tiempo de medios y de resultado, porque siempre
tiene en miras una finalidad (resultado) y supone la presencia de los medios para
alcanzarla.
✓ La responsabilidad contractual reposa en la idea de culpa y solo excepcionalmente
es objetiva.
6. obligaciones divisibles.
• Concepto:
Son aquellas que tienen por objeto prestaciones susceptibles de cumplimiento parcial, son indivisibles las
que no pueden ser cumplidas sino por entero.
Si bien esta clasificación se asienta sobre una cuestión de la prestación (su aptitud para ser fraccionada),
su mayor trascendencia opera cuando existe pluralidad subjetiva en cualquiera de los polos de la
obligación (o ambos), toda vez que habiendo solamente un acreedor y un deudor la obligación se juzga
como indivisible, ya que el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales.
Divisibilidad y división:
La divisibilidad es una simple posibilidad que permite la realización de la división, pero que por si sola
no la determina. Si Juan se obliga a entregar a pedro $20000 en 10 cuotas, hay una prestación divisible
perfectamente dividida; si en cambio, el pago debe realizarse en pago único, no hay división alguna,
aunque la prestación sea divisible.
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Se distingue de tal modo, la aptitud de la prestación para ser dividida de la división que importa ya el
fraccionamiento. Ello se advierte claramente en las obligaciones que tienen un solo acreedor y deudor, en
donde aun siendo la prestación divisible, debe ser cumplida por entero.
divisibilidad Indivisibilidad
Depende exclusivamente de la naturaleza de la La doctrina dominante entiende que ésta puede
prestación y de su aptitud para ser fraccionada y surgir de la naturaleza de la prestación, o en su
también del hecho de cumplirla. En nuestro código defecto de la voluntad de las partes, que pueden
no hay otra divisibilidad que la natural, quedando convertir en indivisible una prestación que
descartada toda invocación a la divisibilidad ideal materialmente admite ser fraccionada.
o intelectual, que es rechazada de plano (nota art. La idea de indivisibilidad está asociada, de tal
679). modo, no sólo a la naturaleza de la prestación sino
también a la finalidad.
El método seguido por Vélez ha sido motivo de distintas críticas. Sostiene Colmo que la metodología es
arbitraria, ya que consagra títulos independientes para las obligaciones divisibles e indivisibles y para las
obligaciones simplemente mancomunadas y a las solidarias, como si hubiera una antinomia entre ellas.
La noción de divisibilidad en nuestro código civil se asienta en la aptitud material de la prestación para
ser fraccionada.
Un primer dato para descubrir si la prestación es o no divisible está dado por su propia naturaleza: si ésta
admite ser materialmente fraccionable, de modo que cada una de sus partes tenga la misma calidad del
todo, sin afectar su valor y sin convertirla en antieconómica en su uso y goce, la prestación es divisible.
Cabe insistir que por aplicación de la autonomía privada nada impide que las partes puedan convertir,
expresa o tácitamente, una prestación que materialmente admite dicho fraccionamiento en indivisible.
Nuestro código admite la indivisibilidad ideal o convencional. En cambio no admite el procedimiento
inverso de las mismas.
Requisitos:
Para configurar la obligación en divisible no basta con la aptitud material de la prestación para ser
materialmente fraccionada. Es preciso, además, que cada parte que resulte de esa fragmentación presente
rasgos de homogeneidad respecto del todo, que la división no altere la esencia o sustancia de la
prestación, que no haga perder su valor económico y que no convierta en antieconómico el uso y
aprovechamiento de la cosa.
Aptitud natural de la prestación para ser Aptitud natural para ser fraccionada (arts. 667 y
fraccionada. 2326 y nota del art. 669).
Es menester que cada una de esas partes en que
ella se disecciona sean homogéneas y análogas
respecto de las otras, y tenga las mismas calidades
Homogeneidad. del todo. Ello es lo que permite que la ulterior
reunión de todas las prestaciones parciales, fruto
del fraccionamiento, constituya nuevamente la
prestación entera.
El fraccionamiento no debe transformar a cada
parte en una cosa distinta de la debida.
Inalteratibilidad del objeto. El cumplimiento de este requisito debe ser
valorado en función de los fines tenidos en cuenta
por las partes al constituir la obligación.
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El fraccionamiento tampoco debe afectar el valor
Inalteración económica. económico de la cosa debida, cuando se trate de
obligaciones de dar. Ejemplo, diamante.
En virtud de ello, consagra el criterio de la no
divisibilidad cuando dicho fraccionamiento
Utilidad.
convierta en antieconómico el uso y
aprovechamiento de la cosa.
➢ Obligaciones de hacer:
➢ Obligaciones de no hacer:
Se discute si las obligaciones de no hacer son divisibles o indivisibles. Conforme a una opinión, tributaria
de las ideas de Freitas, las obligaciones de no hacer son siempre indivisibles, por cuanto cualquier
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violación parcial al deber de abstención importa incumplimiento. En ellas no habría materia a la que
pudiera ser aplicada la división.
Otros autores, en cambio, si bien reconocen que en esta materia prevalece el principio de indivisibilidad,
admiten supuestos de excepción, en donde la obligación puede ser divisible.
En las obligaciones de no hacer, la divisibilidad o indivisibilidad de la prestación depende de tipo de
conducta negativa debida y, fundamentalmente, de la finalidad perseguida por las partes al tiempo de
contraerse la obligación. De acuerdo al art. 671, la valoración debe hacerse en forma circunstanciada, en
cada caso en particular.
Es evidente que en estas obligaciones la regla es la indivisibilidad. Sólo en casos muy excepcionales las
obligaciones de no hacer son divisibles, supuestos que, por lo general, requieren que el interés del
acreedor no se frustre en razón de una mínima infracción o que se trate de prestaciones negativas de
carácter permanente, como por ejemplo, la llamada obligación de no hacer competencia.
➢ Obligaciones alternativas:
➢ Obligaciones facultativas:
➢ Exigibilidad:
Cada acreedor sólo tiene derecho a exigir al deudor la cuota parte que le corresponde en el crédito y cada
deudor únicamente está obligado a cumplir con la cuota parte que tiene en la deuda.
Si el acreedor demanda la totalidad de la deuda a un codeudor, éste puede alegar una defensa de falta de
acción.
➢ Pago:
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El deudor o cada codeudor sólo están obligados a pagar la parte que le corresponde en la deuda y en la
medida del crédito del acreedor o de cada codeudor.
En caso de existir pluralidad de acreedores y deudores, el criterio en materia de exigibilidad y pago es el
mismo, por lo que la división del crédito y de la deuda debe hacerse primero en el polo activo y luego en
el pasivo.
Si habiendo más de un acreedor, el deudor paga la totalidad de la deuda a uno de éstos, no se libera frente
a los restantes y continua obligado por la parte que a éstos corresponde en virtud de lo dispuesto por los
arts. 731 y 733.
Sin embargo, tiene derecho, en tal caso, a repetir lo abonado en exceso del acreedor que haya recibido el
pago total.
Se da cuando uno de los deudores o uno de los coherederos tuviese a su cargo el pago de toda la deuda, ya
en virtud del titulo de la obligación, o por haberse así determinado en la división de la herencia, en cuyo
caso el deudor podrá ser demandado por el todo de la obligación, salvo sus derechos respecto a los otros
codeudores o coherederos.
En realidad se trata de una excepción aparente, pues no existe abandono de la divisibilidad, ni
modificación sustancial de sus efectos. El hecho de que los codeudores designen a uno de ellos para que
cumpla con toda la obligación por los demás obligados, no altera el carácter de la obligación.
El deudor designado que paga la totalidad de la deuda tiene las acciones de reintegro contra los restantes
codeudores, por la parte que a cada uno le corresponde en la deuda.
Cabe señalar que el supuesto que analizamos se refiere exclusivamente al aspecto pasivo de la obligación;
de allí que, si existen varios acreedores, estos sólo podrán exigir su parte en el crédito (3497).
El pago integro a cargo designado sólo tiene lugar en los casos que la ley ha previsto, esto es, cuando así
se haya determinado en el titulo de la obligación (1197) o en la división de la herencia (3497).
Si la designación surge del titulo, al no haber transformación en obligación indivisible, en caso de
producirse el fallecimiento del designado, el compromiso de pago integro se divide entre sus herederos.
➢ Insolvencia:
La insolvencia de un codeudor es soportada por el acreedor, quien no puede reclamar a los demás
codeudores la parte que correspondía al insolvente (677 y 694).
El principio, sin embargo, no es absoluto, pues existen algunas obligaciones mancomunadas simples,
divisibles, que por disposición legal obligan a los codeudores a soportar, proporcionalmente, la
insolvencia de alguno de ellos. Tal lo que sucede en materia de sociedad y condominio.
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Los efectos de la prescripción, de la interrupción y de la suspensión de la prescripción son personales y no
se propagan a los demás codeudores y coacreedores. Es una consecuencia lógica del fraccionamiento de
vínculos y de prestaciones existente.
➢ Cosa juzgada:
La sentencia dictada en un juicio contra uno de los codeudores de una obligación divisible o a favor de
uno de los coacreedores solamente tiene consecuencia para los sujetos que intervinieron en él. En
consecuencia, tanto lo codeudores como los coacreedores ajenos al proceso no son alcanzados por los
efectos de la cosa juzgada.
➢ Mora:
En las obligaciones simplemente mancomunadas, tanto de objeto divisible cuanto indivisible, los efectos
de la mora y de la culpa de cualquiera de los codeudores (o coacreedores) son personales y no se
propagan.
➢ Culpa y dolo:
La mora o culpa de uno de los deudores no tiene efecto respecto a los otros (697). Si bien el planteo de la
ley éste referido al sujeto pasivo, nada obsta a que igual régimen se adopte cuando la mora o la culpa se
refieran al sujeto activo.
Igual principio debe aplicarse también al caso del dolo por parte del cualquiera de los sujetos
intervinientes en una obligación divisible.
Finalmente, conviene aclarar que el dolo o la culpa de varios deudores los responsabiliza a todos ellos,
pero cada uno responderá en proporción a su parte, salvo que sea aplicable el art. 1081 por haber mediado
un delito del derecho criminal (1107).
➢ Cláusula penal:
➢ Pago en exceso:
En materia de obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible, cada coacreedor sólo puede
exigir a cada codeudor el cumplimiento de su parte en la deuda. Existen varias hipótesis:
El art. 693 determina que: el deudor que pagase integra la deuda no será subrogado en los derechos del
acreedor contra los otros deudores.
La prohibición legal carece de razonabilidad, desde el mismo momento en que el art. 768/3 se confiere la
subrogación legal a favor de todo tercero no interesado que pague la deuda con el consentimiento expreso
o tácito del deudor o con ignorancia de éste. Dado que el codeudor que paga la totalidad de la deuda es un
tercero respecto del excedente de su parte, “lo expresado en el art. 693, in fine, contradice el criterio de
subrogación legal indicado por el art. 768/3.
Existen esfuerzos doctrinarios para conciliar estas dos normas:
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✓ Algunos entienden que no existiría tal contraposición por cuanto a los arts. 693
y 768 se aplicaría a situaciones distintas: el primero contemplaría un pago
efectuado por el codeudor a nombre propio, el art. 768/3 presupondría que el
pago ha sido efectuado por el tercero a nombre del deudor. De allí la
improcedencia de la subrogación en el primer caso y si plena viabilidad en el
segundo.
✓ Galli propiciado lisa y llanamente tener por no escrita la parte final del art. 693.
✓ La doctrina dominante considera que el art. 768 consagra una regla general
(subrogación legal siempre que pague un tercero sin oposición del deudor) que
reconoce un excepción (injustificada) en materia de pago en exceso efectuado
por un codeudor de una obligación simplemente mancomunada de objeto
divisible.
La medida de la contribución por parte de los codeudores y de la distribución por parte de los
coacreedores, en la relación interna, se realiza tomando en cuenta la cuota parte que a cada uno le
corresponde en la deuda o en el crédito divisible.
Para determinar cuál es dicha cuota parte a los fines de la contribución o distribución, debe estarse:
✓ A lo pactado en forma conjunta sobre la cuota parte entre los deudores y los
acreedores.
✓ Si no hubiese pacto en tal sentido, a los contratos celebrados internamente, por
los deudores entre sí o por los acreedores entre sí.
✓ En su defecto, atendiendo a la causa por la cual la deuda o el crédito fue
conjuntamente contraído.
✓ A las demás relaciones entre los interesados entre sí y a las restantes
circunstancias del caso.
✓ En el supuesto de no poder determinarse las cuotas parte por ninguno de dichos
parámetros, éstas se consideran iguales.
7. obligaciones indivisibles.
• Concepto:
Son obligaciones indivisibles aquellas cuya prestación no puede ser cumplida sino por entero (667). Lo
trascendente en estas obligaciones es el carácter compacto que asume el objeto debido, que no permite
fraccionamiento alguno.
Casos de indivisibilidad:
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✓ Si el objeto no puede ser materialmente dividido.
✓ Si la indivisibilidad es convenida.
✓ Si lo dispone la ley.
Remisión.
La obligación de dar una cosa cierta es indivisible, cualquiera sea la finalidad en virtud de la cual ésta
deba ser entregada (transferir o constituir derechos reales, transferir el uso o la entrega o restituir las cosas
a su dueño).
En nuestro código lo que se tiene en cuenta para juzgar si una prestación es divisible o indivisible es el
hecho de cumplimiento de la prestación. Si éste admite ser fraccionado, sin alterar la esencia y el valor de
la cosa.
Se comprende entonces, que la obligación de dar una cosa cierta sea siempre indivisible, porque el hecho
de su entrega no admite fraccionamiento alguno. Si tres deudores se obligan a entregar al acreedor un
caballo determinado, dicha prestación no puede ser cumplida sino por entero, pues seria inconcebible que
alguno pretendiera liberarse entregando un tercio del caballo. Tal fraccionamiento produciría la
destrucción de la cosa.
En virtud del cual ciertos hechos ocurridos entre uno de los coacreedores y uno de lo codeudores
proyectan sus consecuencias a los restantes.
En materia de obligaciones indivisibles, la propagación de los efectos se asienta y estructura en torno al
carácter compacto e insusceptible de fraccionamiento que tiene el objeto debido. Es importante tener en
cuenta esto, pues ello nos permitirá comprender mejor las razones por las cuales, en principio, la
extensión de efectos que es propia de la indivisibilidad difiere de aquella que resulta de la solidaridad. En
esta ultima, ella obedece a la particular estructura que tiene el vínculo jurídico (no al objeto), lo cual
justifica una propagación de efectos mucho mas intensa.
La propagación de efectos debe relacionarse con el objeto debido y, por tal motivo, asume sus principales
proyecciones en el plano del cumplimiento obligaciones. En cambio, no se comunican los efectos de
aquellos hechos que sean independientes de la prestación, ocurridos entre algún coacreedor y algún
codeudor, que sólo producen consecuencias personales.
➢ Principio de prevención:
Conforme al cual la facultad que tiene el deudor de elegir a cual de los acreedores efectuar el pago cesa su
alguno de éstos hubiera demandado su cumplimiento.
Pago:
Cuando son varios lo acreedores, el deudor puede elegir a quien le pagara la prestación, a salvo lo ya visto
al principio de prevención. Dicha opción se lleva a cabo pagando.
Una vez hecho el pago, las relaciones externas se terminan, quedando por dilucidar las relaciones
internas.
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• Para otros, creen que se debe considerar el
tema caso por caso, asegurando la
inviolabilidad de la defensa en juicio y
evitando que puedan dictarse sentencias
contradictorias.
• Para la mayoría, entiende que la cosa juzgada
no propaga sus efectos en materia de
indivisibilidad.
Sus efectos son personales y no se propagan a los
Mora, culpa, dolo y cláusula penal.
restantes codeudores.
Son aquellas que solo pueden ser satisfechas por entero a través de una actuación conjunta de las partes.
Los casos son los siguientes:
Ningún acreedor (en caso de pluralidad activa) puede pretender el cobro de su crédito en forma individual
y ningún deudor (pluralidad pasiva) puede ni está obligado a cumplir la prestación en forma
independiente de los demás codeudores. En caso contrario, puede serles opuesta la excepción de falta de
legitimación activa o pasiva según el caso.
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