Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
EL PATRIMONIO
EL PECUNIARIO Y EL MORAL O
DERECHOS DE LA PERSONALIDAD
SEPTIMA EDICION CORREGIDA Y ACTUALIZADA.
I
EDITORIAL PORRÚA
AV. REPÚBLICA A R G EN TINA 15
M ÉXICO, 2 0 0 2
Primera Edición, 1971
Q u in ta Edición, Editorial P orrúa, S. A de C. V. 1995
Copyright © 2002 p o r
E rnesto G utiérrez y G onzález
C alle M orelos No. 125, Col, El C arm en, Coyoacán,
México D. F. C. P. 04100
Derechos reservados
ISB N 9 7 0 -0 7 -3 2 1 2 -6
■é'CAM
ó i ¿5V-3 8IBU07ECA
FACULTAD DE LEYES-
IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MEXICO
“...e l am or a la música abarca tam bién las co
plas. Y e n fin, nunca se insistirá bastante en que sin
la chanza, uno se asfixia(l)”.
INTRODUCCIÓN
VII
VIII INTRODUCCION
.Vi-,
INDICE ALFABETICO.
CESION: CONTRATO:
De derechos: 40, 159 Asociación civil, de: 91
De deudas: 159 Compra de cosa esperada: 61
Compra de esperanza: 60
CLAUSULA DE NO ENAJENAR: Concepto: 68
172-c) Consensual: 68-lo.
Corporal: 632-b)
CLONIFICACION: Nota (704)
De tiempo compartido: 653
COMERCIAS ILIDAD: 113 Donación: 222
Edición: 521 cuadro
COMISION NACIONAL DE DE
Encomienda de creación: 62
RECHOS HUMANOS: 619
Enfiteusis: 22, 172
COMUNIDAD: 270 Fianza: 354
Físico-Somático: 632-b)
CONCESION:
Formal: 68-2o.
Bienes de dominio publico, para ex Hipoteca: 166, 395
plotar los: 124 Matrimonio: 65-nota 97
Servicio público, para operar un: 111 Mandato: 141
CONCUBINATO: 471 Mutuo: 83, 137, 151
Permuta: 361
CONCURSO: 132, 133 Prenda: 71, 166, 390
CONDICION: Préstamo: 83
Concepto de:. 182, 184, Nota 334 Propiedad, forma de adquirirla por
Resolutoria: 183 un: 407
Suspensiva: 183 Retroventa: 172-b), 223
CONDOMINIO: Sociedad civil: 92
Crítica a la ley de 1998: 303 Sociedad mercantil: 92
Horizontal: 97 Solemne: 68-3o.
Ley de propiedad en condominio, Somático: 632-b)
etc.: 303 COPROPIEDAD:
CONFINIUM: 175-a) Abandono en la: 280
INDICE ALFABETICO XXV
Pigs.
I N T R O D U C C IO N ........................................................... VII
I n d ic e a l f a b é t i c o ................................................................................................. xxi
I n d ic e b i b l i o g r á f i c o ............. , ........................................................................ l x x v ii
R e c o n o c i m i e n t o .................................................................................................. l x x x v
A D V E R T E N C IA S .............................................................................................................................LXXXVlI
PRIMERA PARTE.
CAPITULO I.
EL DERECHO CIVIL NO ES DERECHO PRIVADO, YA QUE EL DERECHO
PRIVADO NO EXISTE, COMO TAMPOCO SE DEBE HABLAR
DE DERECHO PUBLICO. HAY SOLO DERECHO.
1. —Presentación de personajes. ............................... ............................ 3
2. —Primer problema que debe resolverse al iniciar el estudio de cual
quier curso de Derecho civil: ¿El Derecho civil es Derecho privado?. 9
3. —Respuesta a las preguntas planteadas al final del apartado anterior. 10
4. —Origen de la nominación del derecho en A.—Público y privado. 11
5. —La instituía del Emperador Justiniano, y la clasificación del dere
cho en público y privado................ ' .................................................. 12
6. —La noción del derecho público y el derecho privado en el siglo
X I X ............................................................ 13
7. —La noción de derecho público y privado ya en el siglo XX, en
Mejxico y én España.............................................................................. 14
8. —Punto de vista personal del autoiude este libro............................ 15
9. —Necesidad de desterrar el absurdo criterio de que hay Derecho
público y Derecho privado.................................................................... 16
10.—Exposición de las características del mal llamado Derecho públi
co y del mal llamado Derecho privado............................................. 17
XLV
XLVI INDICE DE MATERIAS
CAPITULO II.
PAUL TABORI, HISTORIA DE LA ESTUPIDEZ HUMANA
Y ORDENAMIENTOS LEGALES FUNDAMENTALES QUE
USARA UD. ALUMNA(O) EN EL DESARROLLO DE ESTE
CURSO. LOS CODIGOS CIVILES DEL AÑO 2000, PARA
EL DISTRITO FEDERAL Y EL FEDERAL
17. — Introducción........................................................................................
18. — Similitud de contenido de los dos Códigos de 2000, e inconsdtu-
cionalidad de am bos............................................................................
19. — Calendario que muestra la torpeza de los legisladores del 2000 .
20. — Ubicación de la materia de Teoría de las Obligaciones en el cam
po del derecho civil, y Teoría del P atrim onio................................
21. — Cuadro sinóptico de las materias que comprende el Derecho civil,
y cuáles se estudian y en qué cursos, de acuerdo con el anterior
plan de estudio, ubicándose la materia de este libro.......................
22. — Relaciones patrimoniales y noción de patrimonio. Su contenido poli-.
dco............................................................................................................
23. — Elaboración científica de una teoría del patrimonio....................
24. —Tesis clásica del patrimonio. Definición.........................................
25. —Tesis clásica: principios básicos del patrimonio............................
26. — Crítica a la tesis clásica del patrim onio..........................................
27. —Tesis del patrimonio de afectación.................................................
28. — Común denominador de las dos anteriores tesis..........................
29. — Opinión y tesis personal sobre el patrimonio y su contenido y de
finición personal de “patrimonio”.......................................................
30. — Reconocimiento legislativo del patrimonio moral en tres códigos ci
viles de Estados de la Federación: Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla.
31. — El patrimonio en Derecho comparado...........................................
32. — Sistema del Código civil de 1928 y de los Códigos de 2000. . . .
INDICE DE MATERIAS XLVII
CAPITULO III.
CAPITULO IV.
CAPITULO V.
BIENES O COSAS POR SU EXISTENCIA EN EL ESPACIO
Y POSIBILIDAD DE DESPLAZAMIENTO.
63. —A.—Bienes o cosas inmuebles. B.—Bienesocosasmuebles. . . . 95
64. — Relatividad del concepto de cosasinmuebles ymuebles................ 96
65. — Interés de la anterior clasificación................................................... 97
66. — Interés de la clasificación en el campo del A.—Derecho interno.
a) .—Civil........ ..................................................................................... 97
67. — a’)-—Los inmuebles y los muebles en cuanto a la posesión y usuca
p ión.......................................................................................................... 97
68. — b').—Los inmuebles y los muebles en cuanto a la forma de enajenar
los.............................................................................................................. 99
69. — c’).—Los inmuebles y los muebles en cuanto a la capacidad de las
personas................................................................................................... 101
70. — d ’).—Los inmuebles y les muebles en cuanto a la facultad de ad
ministrar bienes ajenos.......................................................................... 102
71. — e’).—Los inmuebles y los muebles en cuanto a cierto tipo de contra
tos.......................................................................... ,. .............................. 102
72. — Interés de la clasificación en el campo del A.—Derecho interno.
b) .—Procesal civil................................................................................ 103
73. — Interés de la clasificación en el campo del A.—Derecho interno.
c).—Derecho penal....................................................: .......................... 103
74. — B.—Interés de la clasificación en el campo del Derecho internacio
nal............................................................................................................. 104
CAPITULO VI.
A.—LOS BIENES O COSAS INMUEBLES.
75. — Introducción. . .•............................................................................... 105
76. — a).—Bien o cosa inmueble por su naturaleza................................ 106
77. — Inmuebles por naturaleza en ambos Códigos civilesde 2000. . . 107
78. —b).—Bien o cosa inmueble por destino.......................................... 108
79. — Elementos técnicos para que haya un inmueblepordestino. . . . 108
80. — Inmuebles por destino en los Códigos civiles de 2000................ 110
81. — Inmueble por destino en Derecho comparado.............................. 112
INDICE DE MATERIAS 1L
CAPITULO VII.
B.—LOS BIENES O COSAS MUEBLES.
87.— Introducción............................... '. .................................................... 118
88. — a).—Bien o cosa mueble por su n a tu ra le z a ................................ 119
89. — Bienes o cosas muebles por su naturaleza, en los Códigos civiles
de 2000................................................................................................... 119
90. — b).—Bien o cosa mueble por su objeto.......................................... 120
91. — Asociaciones, Sociedades y acciones................................................ 120
92. — Ficción jurídica y la ficción persona moral.................... ............... 122
93. — Ficción jurídica de los títulos de crédito........................................ 124
94. — Explicación de los artículos 754 y 755 de los Códigos civiles
de 2000 y crítica del 755................................................................. 125
95. — c).—Bien o cosa mueble por disposición de la ley................. 126
96. — d).—Bien o cosa mueble por anticipación................................ 127
CAPITULO VIII.
SECCIÓN I.
II.—BIENES POR LAS RELACIONES DE
CONEXION QUE GUARDAN UNOS CON OTROS.
CAPITULO IX.
SOLVENCIA E INSOLVENCIA PATRIMONIAL.
. . ! - ■----- ---- .
131. — Noción de la materia........................................................... ' . . . 184
132. — Patrimonio activo,, pasivo y líquido.................... ; ............... . „ 185
133. — Concepto legal de insolvencia................................................... 186
134. — Crítica al artículo 2166................................................... 187
135. — Elementos que en la actualidad integran el patrimonio........ 189
SEGUNDA PARTE.
CAPITULO I.
GENERALIDADES SOBRE DERECHOS REALES.
136. — Introducción.................................................................................... 193
137. — Noción de la materia.................................................................... 194
138. —A.—Tesis clásica que considera distintos al Derecho real y al
Derecho de crédito o Derecho personal. Definición de Derecho
real........................................................................................................ 196
139. — Elementos del Derecho real en la Tesis clásica...................... 197
140. — Característica esencial de la cosa objeto del Derecho real. . . 198
141. — Facultades que confiere el Derecho real: Derecho de persecu
ción y Derecho de preferencia........................................................ 198
142. — Definición de Derecho personal en la Tesis Clásica.............. 202
143. — Elementos del Derecho personal en la Tesis Clásica............. 203
144. — Formas del objeto del Derecho personal................................. 204
145. — Diferencias entre Derecho real y Derecho personal en la Tesis
Clásica................................................................................................... 206
146. — B.—Tesis monista en donde el Derecho real se reduce a la no
ción de Derecho personal o de crédito........................................ 207
147. — l .—“Parte crítica” a la Tesis Clásica.......................................... 208
148. — 2.—“Parte constructiva” de la p rim era Tesis Monista............ 208
149. — 3.—“Parte comparativa” de la prim era Tesis Monista........... 211
150. — Crítica a la Tesis Monista que asimila la naturaleza jurídica
del Derecho Real a la del Derecho de Crédito o personal. . . 213
151. — Concepto de Deber Jurídico lato sensu o sentido amplio. . . . 213
LII INDICE DE MATERIAS
CAPITULO II.
CLASIFICACIONES DEL DERECHO REAL
Y CREACION DE NUEVOS TIPOS O ESPECIES
DE DERECHOS REALES.
CAPITULO III. -
ESTUDIO DE CADA DERECHO REAL EN ESPECIAL.
1— LA PROPIEDAD.
173. — Introducción a la Materia....................................................¡ . . 247
174. — Concepto clásico de propiedad. . . ......................................... 247
175. — Limitaciones a la propiedad en Derecho romano............. .. 248
176. — Características de la propiedad en la Tesis Clásica. . . . . . . . 249
177. —Tesis de la Propiedad Función Social....................................... 250
178. — La Función Social y su influencia en el Código civil.............. 254
179. — Concepto moderno de la propiedad.......................................... 257
180. — Concepto de limitación. ............................................................... 259
181. — Concepto de modalidad................................................................. 261
182. — Únicas modalidades: Condición y Plazo....................................... 262
183. — Especies de Condición y Plazo..................................................... 262
184. — Concepto en la Ley de Condición.............................................. 264
CAPITULO IV.
REGIMEN LEGAL DE LA PROPIEDAD.
I.—LIMITACIONES y II .—MODALIDADES.
185. — Introducción a la materia.............................................................. 266
186. — I.—Limitaciones a la propiedad................................................... 267
187. —A.—Limitaciones en beneficio d e los particulares................... 268
188. — Razón histórica que determinó la creación del artículo 839 en
el Código civil de 1928..................................................................... 269
189. —Contenido del artículo 839 en ambos Códigos de 2000. . . . 271
190. — lo .—Derechos que derivan para él, o para los propietarios de
los predios vecinos, del artículo 839. Tipos de interdictos y crí
tica al Código de Procedimientos Civiles, en su artículo 19. . 271
191. — a’).—Acción de Interdicto de O bra Nueva............................... 272
192. — a”).—Interdicto de Retener la Posesión.................................... 272
193. — b”).—Interdicto de Recuperar la Posesión................................ 274
194. — c”).—Interdicto de Obra Peligrosa.............................................. 274
195. — d ”).—Interdicto de Obra Nueva en el artículo 19 del Código
d? Procedimientos civiles del Distrito Federal............................. 274
196. — Crítica al artículo 19 del Código de procedimientos civiles. 275
197. — b’).—Acción contra Hecho Ilícito................................................ 276
198. — c’).—Acción de Indemnización..................................................... 277
199. — Puede paralizar la obra nueva dañosa todo poseedor de predio
vecino y ¿qué se entiende por predio vecino?............................. 278
LIV INDICE DE MATERIAS
CAPITULO V.
III.—GARANTIA CONSTITUCIONAL DE LA PROPIEDAD.
227. — Introducción a la materia.............................................................. 307
228. — III.—Garantía a la propiedad consagrada en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 27, y
leyes sobre la materia..................................................................... 307
229. — Concepto de expropiación............................................................ 309
230. — Diferencias entre Modalidad y Limitación a la Propiedad, y
Expropiación........................................................................................ 310
231. — Análisis de la definición de expropiación................................. 311
232. — lo .—Acto del Estado, unilateral y soberano, por conducto del
funcionario competente del órgano Ejecutivo o Administrativo. 312
233. — A.—Naturaleza jurídica del acto de expropiación................... 312
234. — B.—Funcionario competente del órgano Ejecutivo del Estado,
para realizar el acto de expropiación............................................ 314
235. — a).—Una ley que determ ine cuáles causas son de utilidad pú
blica....................................................................................................... 315
236. — b).—Realización de los estudios necesarios para determ inar
que un bien de un particular sirve para satisfacer una necesidad
pública.................................................................................................. 316
237. — c).—El Estado por conducto del presidente de la República,
procede a realizar el acto expropiatorio....................................... 318
238. — El Estado y su órgano Legislativo en el proceso expropiatorio. . 319
239. — El Estado y su órgano Judicial en el proceso expropiatorio. . 322
240. — 2o.—Priva para sí o para un tercero......................................... 326
241. — 3o.—Qué priva a un particular de un bien de su propiedad. . 327
242. — iBienes no expropiables.................................................................. 327
243. —'4o.—Mediante el pago de u n a retribución............................... 328
244. — A.—Forma de fijar la retribución o indemnización en la ex
propiación............................................................................................ 328
245. — B.—Monto de la retribución al particular, por expropiación.
Inconstitucionalidad de la Ley de Expropiación en su nuevo
texto del artículo 10........................................................................... 329
LVI INDICE DE MATERIAS
CAPITULO VI.
IV.—DEFENSA ORDINARIA DE LA PROPIEDAD.
257. — Noción de la materia...................................................................... 351
258. — A.—Acción Reivindicatoría. Concepto......................................... 351
259. — La Acción Reivindicatoría y el Derecho de Persecución......... 352
260. — Elementos de procedencia de la Acción Reivindicatoría, y p er
sonas contras las cuales se ejercita.................................................. 352
261. — Efectos de la sentencia judicial en el juicio reivindicatorío. . . 353
262. — Cosas que no se pueden reivindicar........................................... 354
263. — B.—Acción Plenaria de Posesión o Publiciana.......................... 354
264. — Elementos de procedencia de la Acción Plenaria de Posesión,
o publiciana.......................................................................................... 356
265. — C.—Interdictos................................................................................. 357
266. — Tipos de interdictos y su naturaleza j u r í d i c a ......................... 357
INDICE DE MATERIAS LVII
CAPITULO VII.
LA COPROPIEDAD FORMA ESPECIAL DE LA PROPIEDAD.
267. — Noción de la Materia............................................................... 360
268. — Maneras de presentarse la copropiedad.....................•.............. 361
269. — Concepto de Copropiedad............................................................ 362
270. — Crítica al Artículo 938 de los Códigos civiles de 2000 y distin
go entre Copropiedad y Cotitularidad.......................................... 362
271. — Copropiedad y Sociedad: Semejanzas y Diferencias............... 364
272. — Elementos de la Copropiedad...................................................... 366
273. — Naturaleza jurídica de la Copropiedad...................................... 367
274. — Naturaleza jurídica de la Copropiedad según el Código civil
de 1928 y los Códigos de 2000 .................................................. 367
275. — Opinión de los autores alemanes Martin Wolf y Ludwig Raiser
sobre la naturaleza jurídica de la copropiedad............................ 368
276. — Tesis mexicana de Jorge A. Siller, sobre la Copropiedad. . . . 369
277. — Régimen jurídico de la Copropiedad......................................... 371
278. — I.—Derechos y Deberes de cada comunero en relación a la
cosa común.......................................................................................... 371
279. — I.—A.—Derecho de uso de la cosa común............................... 371
280. — I.—B.—Derecho de disfrute y deber de conservación............ 372
281. — I.—C.—Derecho de intervenir en la administración de la cosa. 372
282. — a).—Patrimonio de Derecho Común: Concepto....................... 374
283. — Acto de administración y acto de dominio en el Patrimonio
pecuniario de Derecho común: Concepto..................................... 374
284. — b).—Patrimonio pecuniario en Explotación: Concepto........... 376
285. — Acto de administración y acto de dominio en el Patrimonio
pecuniario de Explotación................................................................ 376
286. — c).—Patrimonio pecuniario en liquidación: Concepto............ 377
287. — Continuación del apartado 281 respecto del derecho de inter
venir en la administración de la cosa............................................ 380
288. — I.—D.—Derecho de alteración de la cosa................................. 381
289. — I.—E.—Derecho a pedir la división de la cosa com ún.......... 381
290. — II.—Derechos de cada copropietario sobre su cuota parte o
parte alícuota....................................................................................... 382
291. — II.—A.—Derecho de disposición de la parte alícuota o cuota
parte...................................................................................................... 382
292. — 1^.—B.—Derecho del T anto......................................................... 383
293. — a).—Fundamento del Derecho del T a n t o ............................... 384
294. — b).—Forma en que opera el Derecho del Tanto y caso en que
dos o más comuneros hacen uso simultáneo del Derecho. . . 386
295. — c).—Sanción por la violación del Derecho del T anto............. 387
296. — Derecho por el Tanto o Derecho de Preferencia por el tanto. 388
Lvm INDICE DE MATERIAS
CAPITULO VIO.
INCREMENTOS PO R DISPOSICION DE LA LEY
AL DERECHO REAL DE PROPIEDAD.
313. — Noción de la materia y concepto de Accesión.......................... 411
314. — Especies de Accesión....................................................................... 412
315. — A.—Accesión de Fruto. Tipos de Fruto......................................' 412
316. — Concepto de Fruto.......................................................................... 412
317. — Contenido de cada tipo de Fruto............................................... 413
318. — Momento en que el dueño de la cosa hace suyos los frutos. . 413
319. — B.—Accesión o Adquisición de Incorporación Natural o Artificial. 415
INDICE DE MATERIAS LIX
TERCERA PARTE.
I
CAPITULO I.
EL USUFRUCTO.
339. — Introducción............. 435
340. — Concepto de usufructo 436
LX INDICE DE MATERIAS
CAPITULO II.
USO Y HABITACIÓN.
373. — Noción de la M ateria.................................................................... 474
374. — Derecho real de uso: nuevo concepto........................................ 475
375. — Diferencias entre Derecho de Uso y Derecho de Usufructo. . 477
376. — Derecho de uso en la copropiedad en condom inio............... 477
377. — Derecho real de Habitación......................................................... 478
CAPITULO III.
DERECHO REAL DE SERVIDUMBRE.
378. — Noción de la M ateria.................................................................... 480
379. — Concepto en la Ley de Servidumbre Real o Predial y crítica al
artículo 1057 de ambos Códigos civiles de 2000............... ; ~ . 480
380. — Elementos y características del Derecho Real de Servidumbre. 481
381. — Clasificaciones del Derecho Real de Servidumbre.................. 483
382. — Servidumbre: I.—En cuanto a la conducta del Propietario del
predio sirviente: A.—Positiva. B.—Negativa. C.—In Faciendo. 484
383. — Servidumbre: II.—En cuanto a su fuente: A.—Voluntaria. B.—
Establecida por ley............................................................................. 485
384— Servidumbre: III.—En cuanto a su forma de goce y de presen
tarse al público: A.—Continua. B.—Discontinua. C.—Aparente.
D.—No aparente................................................................................ 489
385. — Derechos y deberes de los propietarios de los predios domi
nante y sirviente.................................................................................. 491
386.— Ejlerechos y deberes del propietario del predio dominante. . . 491
387.— Derechos y deberes del propietario del predio sirviente. . . . 493
388. — Principios para interpretar el alcance del Derecho Real de Ser
vidumbre, constituido por voluntad del propietario................... 495
389. — Extinción del Derecho Real de Servidumbre........................... 496
LXII INDICE DE MATERIAS
CAPITULO IV.
CAPITULO V.
CAPITULO VI.
DERECHO REAL DE SUPERFICIE.
397. — Noción de la materia........................................................................... 510
398. — Concepto de Derecho real de Superficie................................... 511
399. — Características del Derecho real de S uperficie....................... 512
CUARTA PARTE.
ESTUDIO DE LAS FORMAS DE ADQUIRIR LOS DERECHOS REALES.
CAPITULO I.
CAPITULO II.
f).—POSESION Y USUCAPION
(PRESCRIPCION ADQUISITIVA SEGUN EL CODIGO).
412. — Noción de la m ateria.................................................................... 536
413. — Concepto legal de Poseedor y Usucapión................................ 537
414. — Importancia originaria y decadencia de la Posesión.............. 539
415. — Etimología de la palabra Posesión............................................. 540
416. — Funciones jurídicas de la Posesión............................................. 540
417. — lo.—La posesión contenido de un Derecho............................ 540
418. — 2o.—La posesión es requisito para el nacim iento de un De
recho............................................ ... . ............................................... 541
419. — 3o.—La posesión fundamento de un Derecho........................ 541
420. — Referencia histórica a la Posesión y sus especies en Roma. 541
421. — “Método de la intuición y creación original del derecho, y ve
rificación histórica”, Teoría de la apariencia y Teoría de la po
sesión .................................................................................................. 542
422. — La Teoría de la Posesión, la Teoría de la Apariencia y la Apa
riencia Jurídica................................................................................... 545
423. — Error del concepto de apariencia jurídica que dan los tratadis
tas europeos, latinoamericanos y mexicanos, y yo en mi ante
rior edición de este libro. Concepto de “Apariencia jurídica” . 547
424. — fo rm as que contienen los Códigos civiles de 2000, y que re
posan en la Teoría de la Apariencia, sin que el legislador se
hubiera percatado de ello................................................................ 549
425. — Interferencias y diferencias entre Posesión y Apariencia. . . . 549
426. — Campos en que se aplica la posesión........................................ 551
427. — Cosas que no son susceptibles de Posesión.............................. 552
LXIV INDICE DE MATERIAS
CAPITULO III.
CUALIDADES, VICIOS Y EFECTOS DE LA POSESION.
439. — Cualidades de la Posesión............................................................. 563
440. — Vicios de la Posesión...................................................................... 564
441. — Efectos de la Apariencia y efectos de la Posesión.................... 566
442. — I.—Efectos erga homnes derivados de la apariencia de Pose
sión......................................................................................................... 568
443. — E.—Protección de la apariencia de Posesión.—A.—Garantía
constitucional de los artículos 14 y 16........................................... 572
444. — a).—Garantías Constitucionales a la apariencia de Posesión. . . 572
445.— b).—Los Interdictos...................................................... ¡ . . . . . . . 573
446. — Noción de T ítu lo ............................................................................ 574
447. — c).—Acción Plenaria de Posesión................................................ 575
448. — Clasificación de los Poseedores.................................................... 575
449. — II.—Efectos pro suo de la Posesión. A.—Adquisición de Frutos. 577
CAPITULO IV.
CAPITULO V.
POSESION DE COSAS INMATERIALES
j O DERECHOS OUE SE GOZAN.
QUINTA PARTE.
CAPITULO I.
j. CAPITULO II.
II.—CONCEPTO Y EVOLUCION LEGISLATIVA
DEL DERECHO DE AUTOR.
506.—A.—Concepto de Derecho de A utor.................................. 668
LXVIII INDICE DE MATERIAS
CAPITULO I.
DERECHOS DE LA PERSONALIDAD.
526. — Introducción y noción de la Materia......................................... 717
527. — Laguna legislativa civil sobre los Derechosde la Personalidad. 719
528. — Historia de los Derechos de la Personalidad............................ 721
529. — Los Derechos de la personalidad en el Derecho mexicano y su
evolución legislativa............................................................................ 723
530. — Diferencias entre derechos de la personalidad y derechos huma
nos........................................................................ ............................. 727
531. — Creación y absurdo de la existencia de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos. Evolución de la propia Comisión. . . 729
532— Crítica a la función y existencia de la Comisión Nacional de.
Derechos Humanos............................................................................. 730
533. — Futuro deseable para la Comisión Nacional de Derechos Huma
nos......................................................................................................... 733
534. — Opiniones doctrinarias sobre la naturaleza de los derechos de
la personalidad ylos derechos humanos......................................... 735
535. — Objeto de los Derechos de la Personalidad.............................. 744
536. — Catálogo de los Derechos de la Personalidad.......................... 745
537. — Él Código civil de Tlaxcala, el de Quintana Roo y el de Pue
bla, y de los Derechos de la personalidad. Referencia al Códi
go civil del Distrito Federal, a! de Jalisco y al de Tabasco. . ; 754
538. — El nuevo Código civil del Perú de 1984 y los Derechos de la
personalidad. . ; ............................................................................... 756
539. — Los Derecho de la Personalidad son Derechos patrimoniales. . 757
CAPITULO II.
CAPITULO III.
PATRIMONIO MORAL.
A.—PARTE SOCIAL PÚBLICA,
a).—DERECHO AL HONOR O REPUTACION,
b).—DERECHO AL TITULO.
542. — a).—Derecho al Honor o Reputación: Concepto...................... 774
543. — Connotaciones de “H onor”, Reputación o Fama...................... 777
544. — Análisis del concepto de Honor, Reputación o Fam a............. 781
545. — Especies del Honor......................................................................... 785
546. — Ordenamientos Jurídicos extranjeros respecto del Derecho al
H o n o r.................................................................................................... 785
547. — A.—La legislación penal mexicana y el Derecho al honor o repu
tación...................................................................................................... 786
548. — B.—La legislación civil mexicana, y el Derecho al honor o
rep u tació n ............................................................................................ 788
549. — C.—La Ley de Im prenta y el Derecho al Honor o Reputación. 790
550. — El artículo 1916, historia de la reforma que sufrió en 1982. . 791
551. — T exto final de los artículos 1916, 1916 Bis y 2116, del Códi
go Civil.................................................................................................. 792
552. — Nueva reforma al Artículo 1916 en el mes de enero de 1994. 795
553. — El Derecho al honor y la reputación en los códigos civiles de
Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla.................................................... 796
554. — b).—Derecho al Título. Noción de la Materia. ............... ... . 798
555. — El Derecho al Título Profesional es un Derecho de la Perso
n alid ad .................................................................................................. 801
556. — El Derecho al Título y la Legislación del Distrito Federal. . . 802
557. — Los Códigos civiles de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla, y el
Derecho al título.................................................................................. 803
CAPITULO IV.
A.—PARTE SOCIAL-PUBLIGA,
c).—DERECHO AL SECRETO O A LA RESERVA.
558. — Noción de la Materia. Derecho al Secreto o a la Reserva. . . 804
559. — La legislación extranjera y los Códigos civiles de 2000 y el De
recho al secreto o a la reserva......................................................... 805
560— g).—El derecho a la in tim id a d ................................................'. . 810
561. — El proyecto del Genoma humano (PGH) y el derecho al secre
to en su aspecto del derecho a la confidencialidad ................ 811
562. — El derecho a la confidencialidad g en ética................................ 813
INDICE DE MATERIAS LXXI
CAPITULO V.
A.—PARTE SOCIAL-PUBLICA.
d).—DERECHO AL NOMBRE.
567. — Noción de la M ateria.................................................................... 822
568. — Derecho al Nombre: Concepto................... ............................... 824
569. —Análisis del concepto del Derecho al Nombre......................... 826
570. — Ordenamientos jurídicos respecto del Nom bre....................... 830
571. — La Legislación mexicana y el Derecho al Nom bre................. 831
572. — Los Códigos de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla, con relación
al Derecho al nom bre....................................................................... 832
CAPITULO VI.
A— PARTE SOCIAL-PUBLICA.
e).—DERECHO A LA PRESENCIA ESTETICA.
573. — Noción de la m ateria.................................................................... 835
574. —Aspectos que com prende el Derecho a la Presencia Estética. . 839
575. — Derecho a la Presencia estética: Concepto............................... 841
576.—Análisis del concepto del Derecho a la Presencia Estética. . . 842
577.— El Derecho mexicano y el Derecho a la Presencia Estética. . . 846
578. — Los Códigos de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla, y el Dere
cho a la presencia estética............................................................... 849
CAPITULO VIL
A.—PARTE SOCIAL-PUBLICA.
f).—DERECHOS DE CONVIVENCIA.
579.— Derechos de convivencia, a).—.Noción de la materia, b).—Apa
rición de ellos en México................................................................ 851
580. — Casos de Derechos de Convivencia............................................ 854
581. — f).—Derecho a la salud por un equilibrio ecológico y protec
ción al ambiente................................................................................. 859
LXXII INDICE DE MATERIAS;
CAPITULO VIII.
B.—PARTE AFECTIVA.
DERECHOS DE AFECCION.
589. — Derechos de Afección: Noción de la Materia............................ 891
590. — Los Afectos o Sentimientos deben ser considerados como Dere
chos Subjetivos.................. 895
591. — Afectos o Sentimientos que se consideran como Derechos de la
Personalidad............................................................................ 900
592. — Se pueden reparar los Derechos de Afección en caso de ser da
ñados...................................................................................................... 905
593. — La LegislaciónMexicana y los Derechos de afección............... 907
594. — Los Códigos civiles de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla y los
Derechos de afección.......................................................................... 912
CAPITULO IX.
C.—PARTE FISICO-SOMATICA,
a).—DERECHO A LA VIDA.
595. —Justificación del Nombre y noción de la Materia..................... 914
596. —-a).—Derecho a la Vida................................................................... 918
597. — Definición de Derecho a la vida.................................................. 919
598. — Momento en que se genera el Derecho a la vida.................... 921
599. — Limitaciones del Derecho a la Vida............................................ 923
600. — El Derecho a la Vida y Licitud del Riesgo a p erderla........... 923
INDICE DE MATERIAS LXXIII
CAPITULO X.
C.—PARTE FISICO-SOMATICA,
b).—DERECHO DE LIBERTAD.
608. — Noción de la M ateria.............................................................. 932
609. — Concepto de Derecho de Libertad....................................... 936
610. — Análisis del concepto del Derecho de Libertad................ 936
611. — Libertades Administrativas y Libertades Civiles................ : . 939
612. — El Derecho de Libertad en los Códigos Civiles de2000. . . . 940
613. — Protección al Derecho de Libertad....................................... 941
614. — El Derecho a la Libertad Sexual.......................................... 942
615. — La Libertad Sexual y el Derecho ConstitucionalMexicano. . . 945
616. — La Libertad y el Narcoanálisis............................................... 947
617. — El fútbol, el cretino idioma que usan en ese medio los locuto
res radiofónicos y televisivos, y la Libertad contractual............ 948
618. — Los Códigos civiles de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla, y el
Derecho de libertad..................................................................... 952
CAPITULO XI.
C.—PARTE FISICO-SOMATICA,
c).—DERECHO A LA INTEGRIDAD FISICA O CORPORAL.
619. — rjoción de la M ateria.............................................................. 954
620. — Concepto de Derecho a la Integridad Física..................... 957
621. — Limitaciones de Interés Social al Derecho a la Integridad Física. 958
622. — La Legislación Mexicana y el Derecho a la Integridad Cor
poral............................................................................................... 961
l x x iv INDICE DE MATERIAS
CAPITULO XII.
C.—PARTE FISICO-SOMATICA.
d).—DERECHOS RELACIONADOS CON EL CUERPO HUMANO.
624. — Noción de la m ateria y Naturaleza Jurídica del cuerpo........ 964
625. — Especies de Derechos relacionados con el cuerpo humano. . . 967
626. — a’).—Derecho sobre la Disposición Total del C uerpo............. 967
627. — b’).—Derecho de Disposición sobre partes del Cuerpo. Barba-
rismo al decir “Trasplante”, por “implante”..............................- 970
628. — Referencia Histórica a la Implantación...................................... 972
629. — a”).—Disposición de partes del Cuerpo esenciales para la vida
del Titular del Derecho..................................................................... 973
630. — b”).—Disposición de partes del Cuerpo no esenciales al Titular
del Derecho.......................................................................................... 975
631. — c”).—Disposición para después de su Muerte, de Partes Esen
ciales o no, al Titular del Derecho................................................. 976
632. — Nominación Jurídica del Acto por el cual se Dispone del Cuer
po o Partes de él................................................................................ 977
633. — c').—Derecho a disponer de las Incorporaciones o Accesiones al
Cuerpo................................................................................................... 980
634. — La Legislación Italiana y el Derecho de Disposición del
Cuerpo............1.................................................................................... 982
635. — La Legislación Mexicana y el Derecho de Disposición del
Cuerpo y partes del mismo.............................................................. 983
636. — Ley General de Salud de 1984, en materia de disposición de
partes del Cuerpo............................................................................... 984
637. — Formato de la Ley General de Salud en la materia de los De
rechos de la personalidad................................................................. 985
638. — La materia de los implantes y de disposición del cadáver, no
es ni puede considerarse federal..................................................... 985
639. — De la lamentable redacción y técnica jurídica y legislativa de la
Ley General de Salud de 1984....................................................... 988
640. — La Ley General de Salud y la disposición de partes del cuerpo
para implantes..................................................................................... 990
641. — Los Códigos civiles de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla en
materia de disposición de partes del cuerpo para implantes. . 992
INDICE DE MATERIAS LXXV
CAPITULO X III.
C.—PARTE FISICO-SOMATICA,
e).—DERECHO SOBRE EL CADAVER.
642. — Noción de la Materia y Naturaleza Jurídica del Cadáver. . . . 994
643. — Momento en que el Ser Humano se convierte en Cadáver. . . 995
644. — La Ley General de Salud y la determ inación del momento de
la muerte de un ser humano......................................:.............. ... . 998
645. —Actos respecto al cadáver o piezas provenientes de él........... -999
646. — Contratos respecto de lo que será el propio cadáver......... 1001
647. — El Cadáver “Función Social”................... ..................................... 1002
648. — La Ley General de Salud y el Derecho de disposición del ca
dáver..................................... .............................................. 1004
649. — El derecho al cadáver y los ministros de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ..................................................................... 1005
650. — Los Códigos civiles de Tlaxcala, Quintana Roo, y el Derecho al
cadáver.................................................................................................. 1008
651. — El Patrimonio Moral de los Estados Unidos Mexicanos........ 1010
652. —Apéndice a la materia de Derechos de la personalidad........ 1012
PRIMER APENDICE
653. — Noción de la materia, y concepto de Contrato de tiempo
com partido.......................................................................................... 1031
654. — Evolución legislativa del tiempo com partido........................... 1034
655. — Personas que intervienen en el C ontrato de tiempo compar
tido........................................................................................................ 1037
656. — Servicios accesorios que corresponde proporcionar al promotor
o prestador.......................................................................................... 1037
657. — Forma del Contrato de tiempo com partido............................. 1038
658. —Tipos de Contratos de tiempo com partido.............................. 1038
659. —A.—Contrato de Tiempo compartido con licencia vacacional. .1039
660. —’B.—C ontrato de tiempo com partido en organización vaca
cional.................................................................................................... 1039
661. — C.—Contrato de tiempo compartido en club vacacional. . . .1039
662. — Q.—Contrato de tiempo compartido en club vacacional. a).—
De semana fija........................... ........................................................ 1039
663. — C.—Contrato de tiempo compartido en club vacacional. b).—
De semana variable o tiempo flotante........................................... 1040
664. — Deberes de las partes que intervienen en el Contrato de tiem
po com partido.................................................................................... 1040
665. — Contrato de tiempo compartido sobre bienes muebles......... 1041
LXXVI INDICE DE MATERIAS
SEGUNDO APENDICE
668. — Noción de la materia, y concepto del fantasma Obligación real
o Propter rem ..................................................................................... 1053
669. — Casos de Obligación real............................ ............................... 1055
670. — Características de la obligación real............................................1056
671. — Historia de la obligación real...................................................... 1056
672. — Diferencias entre obligación real y obligación en su especie de
recho de crédito convencional.........................................................1057
673. — Tesis de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación...................................................................................................... 1058
674. — Diferencias entre la obligación real y el derecho real de ser
vidumbre.................................................................................................. 1059
675. — Tesis personal: la obligación real no existe............................... 1060
676. — Verdadera naturaleza de la llamada “obligación real”........... 1061
677. — Noción de lo que son las “categorías”, y sus esp ecies:............ 1062
678. — Utilidad práctica de la formación de categorías o categorización. 1064
679. — A.—Análisis de los ejemplos de obligación real.......................... 1066
680. — Cuadro sinóptico del análisis de los ejem plos de obligacio
nes reales............................................................. 1069
681. — B.—Naturaleza jurídica de los casos puestos como ejemplos de .
“obligación real”............................................................... 1070
INDICE BIBLIOGRAFICO^)
LXXVII
LXXVIII INDICE BIBLIOGRAFICO
LXXXV
A LA ALUMNA(0),
ADVERTENCIAS PARA EL MANEJO DE ESTE LIBRO
1 CO D rG O D.F. C O D IG O C O D IG O C O D IG O C O D IG O I
| Y FED. 2000 T L A X C A L A . Q U IN T A N A R O O - PU EBLA N A Y A R IT |
CODIGO D.F. C O D IG O . C O D IG O C O D IG O ; C O D IG O
Y FED. 2000 T L A X C A L A Q U IN T A N A R O O . PUEBLA- ■NAYARIT
1938 1305
1428 336 1545, 1546 1311
1944 1433 Pfo. 3 347 1552
1949 1317
1339-1, 1442, 355, 356, 1562, 1563 1322
1443 358
1962 1455 Pfo. 3 2479 1576, 1577
2015 1335
1560 2229 1717 1388
2029 1529 Pfo. 2 2375 1667
2046 1402
1549 2393 1691 1419
2051- - — 2400 1699
2108 1424
1401 121, 123, 1956 1481
2299
2109 1401 2300 1957
2110 í 1482
1403 2301 1959 1483
2116 1411 2307 2002
2119 1489
1584 2312 1742
2163 1492
1757 300, 304 2026 1536
2164 1758 303 2027
2166 1537
1760 301 2028, 2029 1539
XCVI CONCORDANCIAS DE CODIGOS CIVILES
i
PRIMERA PARTE,
C A PIT U L O I.
“IV.—Hujus studii dua sunt posi- “IV.—Este estudio tiene dos pun
tionis: publicum, et privatum. Publi- tos: el derecho público y el derecho
cum jus est, quod ad statum rei privado. Se llama Derecho público
romanae spectat; privatum, quod el que trata del gobierno de los
ad singulorum utilkatum. Dicen- romanos, y privado el que se re
dum est igitur de jure privato, fiere á la utilidad de los particu
quod tripartite est collectum; est lares. Tratamos, pues, del derecho
enim ex naturalibus praeceptis, privado, que consta de tres par
aut gentium, aut civilibus.” tes: de los preceptos del derecho
natural, del derecho de gentes y
del derecho civil.”(14)
seguridad del Estado y de los ciudadanos, las que establecen las con
diciones del matrimonio, la patria potestad, la cualidad de las perso
nas, etc. El derecho público es conocido también con la
denominación de d e r e c h o p o l í t i c o . "
y antes, expone qué es el
“Derecho Privado. El que se compone de las leyes que tienen por
objeto arreglar los intereses y negocios pecuniarios de los ciudadanos
entre ellos; como por ejemplo, de las leyes aue rigen los contratos,
los testamentos, las sucesiones y los diferentes modos de adquirir la
propiedad. El derecho privado sólo se llama privado en cuanto al
objeto, por versar solamente sobre los negocios de los particulares;
pero en cuanto a la autoridad todo derecho es público, q u i a s c i l i c e t
o m n e ju s o m n e s a s tr in g it, e t a b e o ta n tu m c o n d i p o te s t, q u i p u b lic u m h a b e t
p o t e s t a t e m . ” (17)
Pero así como reconozco que durante años expuse también que
había esa clasificación del Derecho en público y privado, debo tam
bién declarar bajo la misma protesta de decir verdad, que las conclu
siones a las que llegue, no las copie de autor alguno, sino que fueron
fruto de mis meditaciones y observación de la realidad.
Sí, después de que obtuve mis propias conclusiones, que son en
buena parte las que expongo en este trabajo, al releér a viejos auto
res, o leer otros nuevos, por razón lógica fui encontrando opiniones
con las cuales coincide mi propia manera de pensar, y así fui apunta
lando poco a poco, con notas de otros autores, lo que de manera in
dividual alcancé.
Pero repito, las conclusiones no las obtuve de autor alguno, sino
que, son fruto de mi meditación y experiencia, enriquecidas después
con criterios de otras firmas autorizadas.
que así, a boca de jarro, les soltara la Abogada, y sin aun recobrarse
del susto, la Abogada les dijo:
No se asusten, les explicaré que sí se puede pensar en la existen
cia de un Derecho privado, y ese Derecho sería: :
a) .—El que crearan los particulares, no el Estado.
b) .—El que se aplicara en un ámbito particular, en donde el Estado
no tenga intervención directa alguna. .
c) .—El que se aplique en ese ámbito particular, sin contravenir las re
glas jurídicas emitidas por el Estado.
d) .—El que no tenga aplicación espacial, en el ámbito en que se apli
ca el Derecho emitido por el Estado.
¿Cómo sería eso? preguntó desconcertado D. Procopio, y la Abo
gada le contestó:
Muy sencillo de entender. Ud. es progenitor de Nachina II y Pro-
quis II, y tiene su domicilio familiar en la casa 7695 de la Calle de la
Pulga Coja. ¿Si o no? Pues sí, contestó D. Procopio, sin entender aun.
Pues bien D. Proco ¿Qué en el interior de su hogar, se aplican en
todo lo que ahí se hace, las normas jurídicas que expide el Estado, y
así conforme a ellas rige Ud. sus relaciones familiares?.
¿Qué el Estado emitió alguna norma jurídica que diga que la niña
Ñachis II y el Niño Proquis II, deben acostarse a dorm ir a las 20 ho
ras, para levantarse al día siguiente a las 7 horas, y estar listos para
bañarse, desayunar e ir a la escuela?.
¿Qué el Estado determina que su niña y niño deben lavarse las
manos antes de ingerir cada alimento, y que la comida la deben lle
var a la boca con .cuchara o tenedor según sea el caso?.
¿Qué él Estado determina en sus normas, que la señora Ñachis
debe vigilar, que se prepare la comida del día, y que ésta se sirva ca
liente a la mesa, y determina cuál es la silla que Ud. debe ocupar, y
cuál ella, y en cuál la niña y el ñiño?.
Pues claro que no, sin embargo esas normas que rigen su vida fa
miliar, son en verdad jurídicas, y ¿Quién las emite y expide? Pues las
emite y expide Doña Ñachis y Ud. Son Ustedes los que elaboran las
normas conforme a las cuales se va a regir la vida en el interior de su
casa, y ahí, no rigen todas las normas que expide el Estado.
Y esas normas, son en efecto para regir la vida privada de su fa
milia, y las expide Doña Ñachis y Ud., en su carácter de particulares.
Esto entonces, podría, forzando la noción de Derecho, como Derecho
privado.
¿Pero Uds. creen que puede ser “Derecho privado”, el que emite
el Estado para regular la filiación en la familia?; ¿Los requisitos para
contraer matrimonio?; ¿Lo que se entiende por “alimentos” para el
efecto de que los cubra el deudor alimentario?; ¿Lo que es la propie-
OPINION DE AUTORES QUE NO ACEPTAN EXISTA EL DERECHO PRIVADO. 21
dad y sus atributos?; ¿Cómo responde el. Estado por los daños que
causa él, a través de la conducta de sus funcionarios?(25). Y así al infi
nito, las múltiples materias que regula el Código civil?.
Y volviendo a lo que antes digo, naturalmente que esa materia de
las relaciones interhogar, interfamiliares, emitidas por el padre y la
madre, tienen un límite: no pueden violar las normas que sobre la fa
milia crea el Estado, y así V.g. el “Derecho a corregir y educar a
los descendientes”, no debe rebasar los límites que marca el Estado,
y causar lesiones a los educandos, o cosas por el estilo.
Pero de que las normas qué impone Ud. y su marida Doña Ñachis
en la casa para la convivencia, es a las únicas que quizá se les puede
llamar normas de “Derecho privado”, pues son hechas por y para los
particulares.
Y ¿Será a eso que se llama “Derecho privado” por los que pom po
samente se autonombran “publicistas”?. No, no es a eso, pues ni im a
ginación tiene para ello. No, obtusamente le llaman “Derecho
privado” a lo que consigna el Código civil, pero da el caso de que
eso, es tan derecho público, como el más público de cualquier norma
que ellos llaman de Derecho público.
D a) propiedad
e b’) usufructo
r 2o Cur
e c') uso
c d’) habitación
h que son
a) bienes o cosas 0 7 y se de- ^
s nominan e") hipoteca
materiales que < 2o y 5o Cursos
son: f ) Prenda
R
e En especial la suc.
a g ’) Forma de adquirirlos al igual que 7o Curso,
todos los demás bienes o cosas. mortis causa o herencia
1
A.—Pecuniarias o e
Económicas, y s
RELACIONES ENTRE PERSONAS CIVILES:
Los derechos de la personalidad, que fui yo el primero en el país que sistematizó y escribió sobre ellos, aunque los “genios” del Derecho en México no lo quieran reconocer, fueron reconocidos
como “Patrimonio moral” a propuesta mía, en el Código Civil de Tlaxcala.
* * El Código Civil de Quintana Roo reconoció, a iniciativa mía, el patrimonio moral, o Derechos de la Personalidad, a más de los que para esa época había bautizado y sistematizado como “Derechos
de convivencia”, y luego la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla los reconoció en su artículo 14. <
El Código Civil de Puebla, a instancia mía, incluyó con los Derechos de la Personalidad, el Derecho al Cadáver y a Disposición de partes del Cuerpo
C A P IT U L O II.
T IT U C IO N A L E S , Y N O P U E D E N EN TRA R A R E G IR C O M O
P R E T E N D IO LA ASAMBLEA LEG ISLA TIV A DEL D IS T R IT O FE
DERAL.
ESTA ES LA C O N E X IO N C O N PA U L TABORI, Y SU LIB R O
H IS T O R IA DE LA ESTU PID EZ H U M A N A
A Usted alumna(o) lector(a) de este libró, y a cualquier lector acci
dental del mismo, le platico lo siguiente:
1.—Paul Tabori escribió hace algunos años, un estupendo libro
que se lo recomiendo leer, y que tituló Historia de la estupidez humana,
en el cual recaba datos históricos de todo el mundo, en donde algu
nos seres humanos han mostrado ser en muchas ocasiones, más estú
pidos y bestias que los mismos animales que llamamos inferiores. Así
por ejemplo narra el caso de un juicio que se siguió a unos ratones,
ante los tribunales de un país europeo, porque dañaban esos roedores
las cosechas de trigo y los agricultores los denunciaron ante los ju e
ces, en donde se abrió el correspondiente juicio contra los ratones,
por los daños que les causaban.
Platica Tabori, cómo se les nombró defensor de oficio a los rato
nes, por no saber éstos hablar el idioma del país y no poder defen
derse ante el juez. Narra también cómo se condenó a los ratones a
abandonar voluntariamente y de inmediato el país, so pena de que de
no hacerlo, se les expulsaría por medio de la fuerza, y como durante
el juicio había muchas ratonas preñadas, pues a éstas se les dio un
plazo de un mes más, para que parieran, y después se fueran del país
con sus crios.
¡Vaya estupidez humanada de condenar a esos pobres ratoncitos
indefensos, aunque se les haya designado un abogado defensor de
oficio!.
2. —Ad de tonteras está lleno el mundo del ser humano, y aquí me
recuerda mucho a Tabori, el que tantos funcionarios del Distrito Fe
deral, de la Asamblea Legislativa, como la Jefa de Gobierno del Dis
trito Federal, como funcionarios federales del Congreso de la Unión,
y el presidente de la República y su consejero jurídico, hayan hecho
el desdoblamiento en dos del Código civil para el Distrito Federal en
materia <jel Fuero común y para toda la República en materia federal,
con tanta estupidez como lo hicieron.
3. —Antes de demostrar lo que antes digo, y como los funcionarios
públicos son peor que vedetes o primadonas, es necesario precisar
qué se entiende por estupidez, para que no se vayan a sentir ofendi
dos los miembros de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la
34 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
que era Jefa de Gobierno del Distrito Federal, los miembros del Con
greso de la Unión y el Expresidente de la República y su consejero
jurídico, sino que se den cuenta de que en verdad son en este caso,
personas con torpeza notable para comprender el derecho, y que co
metieron un acto necio y falto de inteligencia.
De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, de la Real
Academia, en su 21a. Edición, página 651, se lee
“Estupidez. Torpeza notable en comprender las cosas. Etc.”
y
“Estúpido. Necio, falto de inteligencia. Etc.”
4.—Ahora paso a demostrar la estupidez que cometieron en su esfera
de competencia, cada uno de los funcionarios públicos del Distrito Fe
deral, y los Federales, en su propia esfera.
A. —El Distrito Federal, a través de su Asamblea legislativa que es el
órgano legislativo de la Entidad Federativa Distrito Federal, sólo pue
de legislar para el Distrito Federal, en asuntos civiles y penales, pues
así se lo autorizó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi
canos en su artículo 122.
B. —El Distrito Federal por conducto de su Asamblea legislativa, no
puede legislar en asuntos que correspondan a los Estados Unidos
Mexicanos, y por ello, hasta antes del 8 de junio de 2000, y hasta la
fecha, no podía tocar, reformar o adicionar o derogar artículos de le
yes expedidas por Estados Unidos Mexicanos.
C. —El Código civil de 1928, titulado Código civil para el Distrito Fe
deral en materia del fuero común y para toda la República en materia
del fuero Federal, NO PODIA SER REFORMADO O MODIFICADO,
O ADICIONADO EN FORMA ALGUNA POR LA PERSONA DIS
TRITO FEDERAL A TRAVES DE SU ASAMBLEA LEGISLATIVA,
PUES SE REITERA QUE ESE CODIGO FUE EXPEDIDO POR AU
TORIDADES FEDERALES EN 1928, Y LO HIZO PRECISAMENTE
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, POR CONDUCTO DEL PRESI
DENTE DE LA REPUBLICA EN ESE ENTONCES, PLUTARCO
ELIAS CALLES, POR DELEGACION DE FUNCIONES QUE LE HI
CIERON LOS MIEMBROS DEL CONGRESO DE LA UNION
D. —Pero da el caso de que esos funcionarios de la Asamblea legislati
va del Distrito Federal en el año 2000, plenos de torpeza notable en
com prender las cosas, y necios, faltos de inteligencia, se les ocurrió
que se debía de reformar el Código civil de 1928, en especial en ma-
HISTORIA DE LA ESTUPIDEZ HUMANA. 35
teria de “Familia”, y así sin más, desoyendo todo consejo de los Maes
tros y Maestras de la Facultad de Derecho de la U.N.A.M. y de mu
chas otras organizaciones relacionadas con el ejercicio de la profesión
de Licenciado en Derecho, decidieron que se le hicieran reformas,
con modificaciones, derogaciones y adiciones.
Así, en la Gaceta Oficial del Distrito Federal del 25 de mayo de
dos mil, apareció publicado un documento, aprobado por la Asam
blea legislativa el 25 de abril de 2000 y que dice así:
DECRETO POR EL Q UE SE DEROGAN, REFORMAN Y ADICIO
NA N DIVERSAS D ISP O SIC IO N E S DEL CÓ DIG O CIVIL PARA
EL DISTRITO FEDERAL EN MATERIA COM UN Y PARA TODA
LA REPUBLICA EN MATERIA FEDERAL Y DEL CODIGO DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Y viene enseguida toda una cauda de números de artículos su
puestamente derogados, otros reformados, y otros más adicionados,
en una cantidad tal, que marea ver el contenido de ese decreto, y se
determina en su artículo Transitorio Primero, que entraría en vigor el
I o de junio de 2000.
E.—Pero da el caso de que los señores miembros de esa Asamblea, en
nombre del Distrito Federal, no saben, y de ahí torpeza notable
en comprender las cosas, y el por qué se les debe considerar como
necios y faltos de inteligencia, no saben digo, QUE CARECIAN DE
FACULTADES CONSTITUCIONALES PARA TRATAR DE RE
FORMAR EL CODIGO CIVIL QUE HABIA EXPEDIDO ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, Y QUE ERA LEY FEDERAL.
Sencillamente, es un imposible jurídico, el que el Distrito Federal
por conducto de sus miembros de la Asamblea Legislativa, pueda re
formar, adicionar y derogar artículos del Código civil que era para
toda la República en materia federal.
Pero de nada vale decírselos, pues son cerrados de cabeza y de
entendimiento, y así la entonces Jefa del Distrito Federal, no obstante
habérsele hecho saber tal situación por todos los maestros y maestras
de Derecho civil de la Facultad de Derecho de la U.N.A.M. procedió
a publicar en la Gaceta del Distrito Federal, semejante barbaridad.
5.—Pero no quedó ahí la cosa, sino que
A.—Por su lado Estados Unidos Mexicanos, tanto por parte de los
miembros del Congreso de la Unión, órgano legislativo federal, y el
presidente de la República, titular del órgano ejecutivo de Estados
Unidos Mexicanos con la aprobación de su consejero jurídico, quisie
ron facilitarle la labor al Distrito Federal, para que pudiera modificar
36 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
Estas son las consideraciones que llevaron a los juristas del siglo
XIX a elaborar su teoría sobre el patrimonio.
Y ya entendido que el patrimonio en su contenido responde a un
contenido político, y cómo la política amplía o restringe ese conteni
do, conviene conocer con algún cuidado algunas de las teorías que se
-----(54)
:— ¡---- . .
Véase infra apartados 91 y 93, acciones, títulos de crédito, su naturaleza.
(55) Aguilar Carvajal L eopoldo. Segundo Ciírso de Derecho civil. Bienes, Derechos reales y suce
siones 2a, Ed. Editorial Porrúa, S. A. México, 1967. Pág. 15, No. 1.
(56) Subrogar significa gram aticalm ente ‘‘sustituir una cosa a otra". En el campo del D ere
cho hay dos tipos de subrogaciones: La “real", que es cam biar u n a cosa p o r otra y, la “personal"
cuando una persona es sustituida p o r otra en una relación ju ríd ica cbiigacional. Véase Gutiérrez
y González Ernesto. Derecho de las Obligaciones. 13a Ed. Editorial P orrua, S. A. México, 2001.
50 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
se deben pagar sólo con los bienes que hubiere dejado, y si no dejó
bienes bastantes, pues entonces a sufrir los que fueron sus acreedores,
ya que no podrán cobrar sus créditos.
Véase con este ejemplo: D. Procopio, de joven fue campesino e
hijo de un campesino que laboraba en una hacienda pulquera conoci
da o denominada como la “Hacienda de la Flor”; ese joven con el
tiempo se dedicó también al negocio del pulque, y a la vuelta de los
años, con mucho trabajo y esfuerzo logró formar un buen capital;
vino a la ciudad de México, se hizo amigo de políticos, banqueros y
financieros y terminó una importante etapa de su vida el lo. de sep
tiembre de 1982, la de banquero y financiero, para iniciar después la
de político y “politólogo”, para retomar la de banquero en 1991 en
que se volvió a privatizar la Banca. D. Procopio donó dinero para que
en su pueblo y en “la capital”, si fuere posible, le levantaran una “Es
tatua Ecuestre”.
Procopio, ya siendo banquero, se enteró del fallecimiento de un
primo suyo del pueblo en que nació, en Nayarit, y que lo nombró su
heredero. Piensa como todo banquero, que no sólo le protege el be
cerro de oro, sino que también su suerte es muy buena. El señor D.
Procopio va a Ixtlan, Nayarit, y una vez que se inicia el juicio suceso
rio encuentra que su fallecido primo dejó bienes por valor de cien
millones de pesos, pero dejó deudas por ciento diez millones de
pesos.
En este caso, el señor Procopio cuando se le declare heredero y
albacea, pagará a los que fueron acreedores de su primo, sólo con los
cien millones de pesos que éste dejó, en la proporción que les alcan
ce, y lo que falta, diez millones de pesos para cubrir todas las deudas
del primo, no está obligado D. Procopio a pagarlas con su patrimonio
personal aunque fuera banquero y millonario después y ya luego “po
litólogo”. Este es el beneficio de inventario, que como se ve, opera en
el Derecho Civil mexicano, aunque el heredero no lo pida o no lo in
voque, pues lo manda la ley. También opera para los no millonarios;
opera para todas las personas que satisfagan la hipótesis prevista por
la ley.
Pero en Francia, en donde se elaboró la tesis clásica del patrimo
nio, que se viene comentando, sólo opera este beneficio si lo invoca el
heredero, y allá, si el señor Procopio fuera heredero y no lo invocara,
con su patrimonio personal tendría que cubrir los diez millones de
pesos faltantes para pagar a los acreedores del que fue su primo.
Pero para su fortuna, lo hice nacer en México.
A través de este beneficio de inventario, no hay posibilidad de
que se confunda el patrimonio que se hereda, con el patrimonio
propio del heredero, de tal 'manera que al operar el beneficio, se en-
CRITICA A LA TESIS CLASICA DEL PATRIMONIO 53
mente de ese bien, y si desea venderlo, sólo lo podrá hacer con la in
tervención de Procopio su papá que ejerce sobre él potestad. Carece
Proquis de capacidad de ejercicio. Puede ser propietario de bienes in
muebles, pero no puede disponer libremente de ellos, po rq u era ley
le crea una incapacidad de ejercicio; cuando Proquis adquiera la ma
yoría de edad, adquirirá también la capacidad de ejercicio y podrá ya
vender libremente sus bienes, si lo desea.
Entendido qué es la capacidad, se entiende el equívoco de la tesis
clásica: estimó que la “bolsa vacía” es el patrimonio, cuando en ver
dad, esa “bolsa” —si se desea aceptar tan absurda comparación— que
se puede vaciar o llenar, es la capacidad. La persona siempre tiene
capacidad para adquirir bienes, pero esa aptitud de adquirir no es el
patrimonio. Puede, como adelante se verá, no tener en un momento
dado, patrimonio, y sí, se tiene capacidad para adquirir bienes, capa
cidad que al ejercitarse determinará de nuevo la existencia de un patri
monio.
C. —Otra crítica es la que va contra la consideración de que la
persona sólo puede tener un patrimonio.
Ya expuse en el apartado anterior que en el mismo Derecho fran
cés que es en donde opera y se crea la tesis clásica, es posible que en
un momento la persona tenga dos patrimonios, tal y como sucede en
el caso del heredero que tiene el patrimonio propio y tiene además el
patrimonio heredado, que no se confunden durante el procedimiento
o trámite sucesorio, en virtud del llamado beneficio de inventario.
D. —Finalmente, como crítica también muy seria y de fondo, se
tiene esta: es falso que el patrimonio sea inseparable de la persona.
No se puede sostener en forma válida, que el ser humano no pueda
durante su vida trasmitir todo su patrimonio pecuniario a otra perso
na, o en un momento dado también no tenerlo. Tal afirmación parte
del erróneo punto de vista de confundir como ya se explicó, la capa
cidad con el patrimonio. La capacidad es indudable que no se puede
enajenar; siempre se tendrá, en la m edida que la ley la consagre.
Pero tan es posible enajenar el patrimonio, que la ley misma esta
blece esa posibilidad; así los dos Códigos de 2000 determinan en su
artículo 2332:
“Donación es un contrato por el que una persona transfiere a otra,
gratuitamente,'una parte o la t o t a l i d a d d e s u s b i e n e s p r e s e n t e s ” .
con lo cual se aprecia la posibilidad legal de trasmitir todo el patri
monio, y dejar de tenerlo, contrariamente a lo que se afirma en la te
sis clásica.
No desvirtúa la anterior conclusión, el hecho de que los mismos
Códigos establezcan en su artículo 2347 que:
56 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
I
CAPITULO III.
3 3 .— Introducción a la materia.
En el anterior capítulo se hizo el estudio del patrimonio, y de al
gunas teorías sobre el mismo, y ello porque de acuerdo con el cuadro
sinóptico que inserté en el Apartado 21 de este libro, hice ver cómo
las relaciones entre las personas son de tipo familiar y de tipo patri
monial, y para iniciar el estudio del segundo tipo de relaciones se
precisaba dar la noción de patrimonio.
Así como dice el dicho que “para que haya guisado de conejo se
necesita primero el conejo”, así para que el alumno(a), pudiera entrar
al estudio de las relaciones entre personas, de tipo patrimonial, lo
prim ero que necesitaba saber, era qué es el patrimonio, y ya expuse
su noción y teorías en el primer capítulo.
Ahora, de acuerdo con el mismo cuadro sinóptico del apartado
21, se aprecia que esas relaciones patrimoniales pueden ser:
A. —Pecuniarias o económicas, y
B. —Morales o np pecuniarias,
pero sean unas u otras, recaen sobre “cosas o bienes”, ya sean éstas “ma
teriales” o “inmateriales".
De ahí que, se impone para un desarrollo lógico del estudio de la
materia, el saber ahora qué son los bienes o cosas, que integran el pa
trimonio.
En la misma definición de tipo gramatical que anoté en el aparta
do 22, se aprecia que se dice que patrimonio significa “bienes que se
heredan de los ascendientes, o los bienes propios que se adquieren
por cualquier título”.
Por ello, antes de en trar al análisis de los diversos elementos
patrimoniales que corresponde estudiar y analizarse en este libro,
es preciso conocer qué son los bienes, o cosas como también se les
llama.
En un desarrollo lógico del pensamiento, debe empezarse por el
conocimiento de los géneros, y después de las especies, y de ahí que
si la materia de este libro son los Derechos reales, los Derechos de
66
CONCEPTO DE COSA O BIEN. 67
(78) Véase infra a p a rta d o 103, cosas que nunca han tenido dueño.
(79) Castán T obeñas, Jo sé. Derecho civil español común y floral. Décima Ed. Instituto Edito
rial Reus. M adrid, 1964.
ff i
72 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
esté caso el señor Procópio procede en los términos, del artículo 2097
de ambos Códigos civiles de 2000, a hacer ante un juez competente,
ofrecimiento de pago seguido de la consignación de la cosa, observán
dose para ello lo que determina el Código de Procedimientos civiles.
Una vez que se agota el procedimiento de ofrecimiento de pago y
consignación, el juez decreta que estuvo bien hecha la consignación,
y que por lo mismo el señor Procopio cumplió y se ha liberado de
su obligación de entregar el automóvil. En ese momento la ley estima
que la cosa ha sido recibida por el comprador, aunque materialmente
no se la haya entregado el vendedor a él.
c).—Tradición virtual.—Se realiza cuando el comprador de una
cosa acepta que ésta, esté ya a su disposición, aunque la conserve el
que la vendió, el cual a partir de ese momento se estima es deposita
rio de la cosa.
V, g. Procopio le vende un automóvil al señor Facundo, pero al
momento en que éste va a recibirlo físicamente, el señor Facundo le
dice que va a salir de la ciudad unos días, y le pide se lo guarde en
su cochera, aunque él ya se da por recibido del vehículo en forma vir
tual, y a partir de ese momento Procopio conserva el automóvil en su
poder, pero ya no como propietario sino como depositario.
A los tres tipos de tradiciones que se explican antes, se refiere el
artículo 2284 de ambos Códigos de 2000, el cual dispone:
“La entrega puede ser real, jurídica o virtual.
La entrega real consiste en la entrega material de la cosa vendida,
o en la entrega del título si se trata de un derecho.
Hay entrega jurídica cuando aún sin estar entregada materialmen
te la cosa, la ley la considera recibida por el comprador.’
Desde el momento en que el comprador acepte que la cosa vendi
da quede a su disposición, se tendrá por .virtualmente recibido de
ella, y el vendedor que da conserve en su poder sólo tendrá los dere
chos y obligaciones de un depositario”.
46.—Elementos té cn ic o s d e la fungibilidad.
Es importante precisar y conocer los elementos técnicos de la fun
gibilidad, entre otras razones porque como se apunta adelante al ha
cer el estudio de las cosas consumibles, éstas se han confundido con
las fungibles por alguna legislación antecedente de la mexicana; esto
es, que se ha confundido la cosa consumible con la fungible, y si bien
es cierto,que las más de las veces una cosa fungible es consumible,
ello no siempre sucede, por lo cual no pueden ni deben identificarse.
Para que se pueda hablar y dar la fungibilidad se precisa:
lo.—De dos o más cosas;
2o.—Que sean muebles o inmuebles;
3o.—Oue tengan un poder liberatorio cada cosa, y
4o.—Que ese poder liberatorio sea equivalente.
82 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
47.—Concepto de pago.
PAGO ES EL CUMPLIMIENTO EFECTIVO DE LA PRESTA
CION QUE SE DEBA.
(83) Véase infra ap artad o 63, clasificación de los bienes en m uebles e inmuebles.
CONCEPTO DE PAGO Y DE OBLIGACION FACULTATIVA. 83
tando ideas, diré que la hay, cuando una cosa pertenece pro indiviso
a varias personas. El Código en su artículo 938 dispone que:
“Hay copropiedad cuando una cosa o un derecho pertenecen pro in
diviso a varias personas”.
y yo premeditadamente no refiero la copropiedad a los derechos que
son cosas inmateriales, sino sólo a las cosas materiales, por las razones
que expongo en la parte correspondiente al estudio de la copropie-
dad(89).
Pues bien, en materia de copropiedad rige el principio de que
“nadie está obligado a permanecer en la indivisión” y así el artículo
939 del Código, determina que:
“Los que por cualquier título tienen el dominio legal de una cosa, no
pueden ser obligados a conservarlo indiviso, sino en los casos en que
por la misma naturaleza de las cosas o por determinación de la ley
el dominio es indivisible”.
En consecuencia de este principio, se verán los copropietarios en
la necesidad de precisar si la cosa de que son dueños es o no d i
visible.
Lo que es más, la ley otorga una acción para pedir la división de
la cosa común, a la cual el Derecho rom ano conoció con el nombre
de “actio communi dividundo” o “acción de división de cosa común”;
los Códigos de 2000 la consagran en su artículo 940 al decir:
“Si el dominio no es divisible, o la cosa no admite cómoda división y
los partícipes no se convienen en que sea adjudicada a alguno de
ellos, se procederá a su venta y a la repartición de su precio entre
los interesados”.
Como consecuencia de lo anterior, resulta que si la cosa, atendien
do al criterio económico que se apunta, no es divisible, entonces se
vende y se divide su precio.
V. g. cuando el señor Procopio muera, deja a sus herederos u n
I edificio, pero entre esos herederos hay varios que entre sí, no se pue-
i den ver ni en pintura, y como no se ponen de acuerdo en la forma
de administrar el inmueble, ni de cobrar las rentas, ni pueden tampo
co dividirlo físicamente, entonces optan por venderlo, y su precio se
lo reparten^ . .
Ya con ¡esto el lector(a), se percata del aspecto práctico de la clasi-
i ficación que se apunta, pero estimo que además ya se da cuenta de
que no es una clasificación que sólo quede en teoría sino que de he
cho tiene múltiple aplicación en la vida profesional. •
(89) Véase infra a p a rta d o 270, crítica al artículo 938 de ambos Códigos de 2000.
9 2 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
a ).—Civil
A.—Derecho interno * b).—Procesal civil
c).—Penal
B.—Derecho internacional.
trato, ese acuerdo de voluntades, se haga constar por escrito, y ese es
crito se otorgue ante notario público. El artículo 2320 de ambos Có
digos civiles de 2000 determina:
“Si el valor del avalúo del inmueble excede de trescientos sesenta y
cinco veces el salario mínimo general diario: vigente en el Distrito
Federal en el momento de la operación, su venta se hará en escritu
ra pública, salvo lo dispuesto por el artículo 2317”.
Resulta entonces que un mueble se enajena por regla general a
través de un contrato consensual, y un inmueble también por regla
general a través de un contrato formal, y digo por regla general, pues
si el inmueble no llega a lo que se paga en 365 días de salario, será
un contrato consensual el que se celebre, y en cambio hay también la
excepción consensual de los bienes muebles. Así el artículo 2344 en
ambos Códigos civiles de 2000 dispone:
“Si el valor de los muebles excede de doscientos pesos, pero no de
cinco mil, la donación debe hacerse por escrito.
Si excede de cinco mil pesos, la donación se reducirá a escritura
pública”.
Claro que hoy día es absurda la cuantía de que se habla en esta
norma, pues un simple par de zapatos tenis vale más de los doscien
tos pesos, y así para comprar uno, habría necesidad de hacer una
compraventa por escrito!.
8 0 ¿ ■:.
iíí i
CAPÍTULO VI.
90
gí!¡
A.—LOS BIENES O COSAS INMUEBLES.
7 5. —Introducción.
Ya dije que la clasificación de los bienes o cosas en inmuebles y
muebles es primaria, básica, y que a la misma se le debe considerar la
clasificación “sustantivo” a la cual todas las demás clasificaciones sir
ven de “calificativo”. Y ello es cierto, pues todas las que he anotado, y
las que adelante anoto, sólo sirven para calificar a la cosa mueble o
inmueble.
Y lo que es más, en torno a esta clasificación de las cosas, la h u
manidad ha hecho girar también su idea de riqueza, pues los dere
chos reales en su contenido, como se verá adelante(98) recaen ya
sobre cosas muebles, ya sobre inmuebles.
Cierto es que según la época de la humanidad que se considere,
se encontrará que se le ha dado mayor importancia a la. tenencia de
los bienes inmuebles que a la de los bienes muebles, o a la inversa,
pero siempre la idea de riqueza y apoderamiento de la riqueza, se ha
sustentado —en su sentido económico— sobre esta clasificación.
En la época romana y hasta ya entrado el siglo XIX, se tuvo la
idea de que la riqueza de una persona —riqueza económica natural
mente— se sustentaba sobre el mayor o menor número de bienes in
muebles que poseyera, y en cambio no se estimaba como signo de
poder económico el tener bienes muebles. Se hablaba inclusive de que:
“...los muebles eran considerados como viles y despreciables, confor
me atestiguan los axiomas res mobilis res vilis, y vilis mobilium pos-
sessio”.(99)
esto es, Ique las cosas m uebles e ra n viles, y era vil la posesión
de m uebles, ya que la fuerza y la riqueza y el poder lo daban los
inmuebles.
(98) Véase infra apartado 161 -C, contenido económ ico del Derecho real.
(99) G astan T o b eñ asjo sé, Derecho civil español, com ún y ¡oral. T. Lo. Vol. lo. Pag. 387. M a
drid. Instituto Editorial Reus. 1964.
105
106 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
muebles sólo recobran su naturaleza “...cuando el mismo dueño los separa '
del edificio..".
c).—¿Cómo entonces se pretende que una voluntad ilícita, la del ■'
delincuente, pueda convertir un inmueble por destino en un mueble?.
Tal criterio es contrario a la doctrina y a la ley, y sólo por falta de
análisis y de conocimientos jurídicos, ha llegado el Procurador a sos
tener en diversos casos tan erróneo criterio.
De esto resulta que el delito que se comete, aunque el delincuente
se lleve la cosa materialmente es el de despojo, y no el de robo, puesto
que la naturaleza del bien no puede cambiarse por una voluntad ilíci
ta en contra de la lícita del dueño y de la sanción de la ley a esa vo
luntad legítima del dueño.
L U N T A R IA M E N TE A FAVOR D E O T R A PERSONA, D E N O
MINADA ACREEDOR, QUE LE PU E D E EXIGIR, U N A PR E S
TACION DE CARACTER PATRIM O NIAL (PECUNIARIA O
MORAL).(106) .
V. g. El señor Procopio presta cien mil pesos al señor Facundo, y
se obliga éste a devolverlos en un mes. Este caso de préstamo o mu
tuo, crea un derecho personal o de crédito convencional entre el se
ñor Procopio que es el acreedor, y el señor Facundo que es el
deudor, y por ello se dice que el señor Facundo está en la necesidad
jurídica de cumplir, a favor del señor Procopio que es el acreedor, el
cual se la puede exigir, la prestación del pago de los cien mil pesos,
prestadón aquí de carácter pecuniario, pero también podría ser de
tipo moral, como sucede en otros casos.
Ya entendido así el concepto de Derecho personal, se entiende
que el objeto del Derecho personal, esto es, la cosa material que se
deba dar, puede ella ser mueble o inmueble, pero el derecho que tie
ne el acreedor frente al deudor, sólo puede ser mueble, porque se deten
ta frente a un sujeto.
Véase en este ejemplo: El señor Procopio se obliga a darle al se
ñor Facundo una casa, y además se obliga a darle un libro. En el p ri
mer caso, el objeto material es la casa que es un objeto inmueble; en
el segundo caso el objeto material que es el libro, es un mueble. Pero
el derecho que Facundo tiene frente a Procopio, por la casa o por el
libro, no podrá ser nunca inmueble —ni duda en el caso del libro—
puesto que es de persona a persona, de un sujeto frente o respecto de
otro sujeto, el derecho que tiene Facundo y ello siempre será mueble.
La conclusión de lo antes dicho, se aprecia en este cuadro explica
tivo:
Inm uebles.
D erech o s reales
M uebles.
y sólo los derechos reales sobre inmuebles, son a los que se les debe
cataloga)- como bienes o cosas inmuebles por su objeto.
i
84.—Inm uebles por su objeto en lo s C ód igos civiles de 2000.
Los derechos reales sobre inmuebles los considera la ley precisa-
(106) Véase el desarrollo amplio de este tipo de Derechos en mi D erecho d e la s O b lig a c io n e s .
13a. Ed. Editorial Porrúa. México 2001.
116 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
mente como inm uebles.y así ambos Códigos de 2000 en el artículo 750
en su fracción XII disponen:
'I A." -J O - ; •
'~ í 1 i .
' ■ '• • i p . . . í ?'_■
“Son bienes inmuebles:
XII, Los derechos reales sobre inmuebles”.
Y si se relaciona esta norma con el texto del artículo 759 que man
da:
“En general, son bienes mue-bles, todos los demás no considerados
por la ley corno inmuebles;”
se tiene que concluir que los derechos reales sobre muebles, y los de
rechos personales, son bienes o cosas muebles y no inmuebles.
86. —Inm uebles p o r D isp osición de la ley en los Códigos civ iles
de 2000.
Los Códigos consideran dos casos, de este tipo de inmuebles, y los
mencionan en el, artículo. 750, fracciones XI y XIÍI:
“Son bienes inmuebles:
XI. Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotantes,
estén destinados por su objeto y condiciones a permanecer en un
punto fijo de un río, lago o costa;”
Puede pensarse que estos bienes se debieran catalogar como in
muebles por destino, ya que si flotan o se mueven, pues son muebles
y se convierten en inmuebles por voluntad del dueño, pero no se
puede llegar a esa conclusión, pues en las orillas de las costas, se con
serva siempre una zona a favor del Estado, que se designa “zona m a
rítima costera”, a más de que el agua en sí no es propiedad privada,
sino que en el límite que fija la ley, es pertenencia de Estados Unidos
Mexicanos, y de ahí que al no ser el mueble y el inmueble del mismo
dueño, no se les pueda catalogar a estas cosas como inmuebles por
destino. En lo que se refiere a los lagos y ríos, si bien pudiera la orilla
pertenecer al mismo particular la propiedad del objeto flotante, sería
rarísimo que también lo fuera el agua, y de ahí que tampoco se les
INMUEBLES POR DISPOSICION DE LA LEY EN LOS CODIGOS DE 2000. 117
pueda estimar inmuebles, por destino sino que lo son por mandato o
disposición de la ley.
Por lo que hace a la segunda fracción mencionada, ya comenté en
el apartado 64 como se reformó en mayo de 1996, y se dejó solo la
referencia a las líneas telefónicas.
Con esto se puede decir que el alumno(a), ya tiene una idea gene
ral de lo que son los bienes inmuebles, y ahora en el siguiente capítu
lo se verán los bienes muebles.
IV.
CAPITULO VII.
87.—Introducción.
Dije desde el apartado 75 que la clasificación de los bienes en in
muebles y muebles, es la básica, la central, y que todas las demás cla
sificaciones son sólo calificativos de ésta, pues en efecto, las cosas
muebles o inmuebles se clasifican de fungióles o no fungibles, consu
mibles o no, presentes o futuras, etc.
Y los muebles y los inmuebles en la historia de la humanidad y en
el mundo jurídico moderno, siguen siendo definitivos para regular las
relaciones entre los seres humanos, y en los que éstos cifran, según la
época, su fortuna.
Antes del advenimiento de la burguesía, la riqueza económica se
cifraba en los bienes inmuebles, en la tenencia de la tierra, en las
grandes superficies territoriales, y a tal grado se les quería conservar,
que hasta las instituciones jurídicas sentaban su protección, y se crea
ron así figuras como el mayorazgo en España, y la primogenitura en
Inglaterra, instituciones ambas que tendían a conservar las grandes
superficies territoriáles en manos del prim er descendiente varón, del
propietario, para que ese descendiente a su vez las conservara y las
trasmitiera de la misma manera a su prim er descendiente hombre, y
mantener así, la fuerza de la tierra, y en cierta forma el buen nombre
también.
Pero al estructurarse la burguesía, se cifró entonces la idea de la
riqueza, en el dinero —bien mueble por excelencia— y poco a poco
se cambió la idea, el primitivo criterio, de que la fuerza la da la tie
rra. Ya no se quieren entonces inmuebles que son fáciles de despojar,
sino que se quieren muebles, fáciles de esconder, y que son al mismo
tiempo representativos de grandes riquezas; los muebles ocupan poco
espacio y los puede inclusive llevar su titular consigo, o esconderlos.
Pero después, al surgir la figura jurídica, ya definida, de la perso
na moral “sociedad anónima”, la idea de riqueza vuelve a cambiar, y
entonces se cifra en la tenencia de acciones títulos de crédito de socie
dades de ese tipo, que dan el control de la empresa, de las grandes
118
BIENES MUEBLES' POR NATURALEZA. 119
2o.—Sociedad, y
3o.—Acción, título de crédito
y estas materias se estudian respectivamente en el 5o curso de Dere--
cho civil —asociaciones y sociedades civiles—; en el primer curso de
Derecho mercantil —sociedades mercantiles— y, en el segundo curso
de Derecho mercantil —las acciones títulos de crédito—.
Por lo mismo, como la lectora(or), que se ocupe de posar su mira
da en este libro no tiene aún preparación para abordar esos temas,
pero por otra parte tampoco puede entender el contenido de los ar
tículos 754 y 755 sin una noción elemental de esas materias, prefiero
colocarme en la postura de darle los elementos, y hacerle compren
der en cierta manera las normas que menciono. Entro pues a ello:
lo.—Los Códigos civiles de 2000 en su artículo 2670 dicen qué se
entiende por Asociación civil y así determinan:
“Cuando varios individuos convinieren en reunirse, de manera que
no sea enteramente transitoria, para realizar un fin común que no
esté prohibido por la ley y que no tenga carácter preponderante-
mente económico, constituyen una asociación”.
Ejemplo de este tipo de asociaciones son las llamadas academias
profesionales, ateneos, barras, centros recreativos, deportivos, etc., y
en las cuales los asociados aportan bienes o trabajo, y a lo que apor
tan se le da jurídicamente la denominación de “aportación social”.
2ó.—Los mismos Códigos en su artículo 2688 determinan qué es
la sociedad civil, y dicen:
“Por el contrato de sociedad, los socios se obligan mutuamente a
combinar sus recursos o sus esfuerzos para la realización de un fin
común, de carácter preponderantemente económico, pero que no
constituya una especulación comercial”.
Lo que aportan los socios para constituir la sociedad, sea dinero,
sean cosas específicas, se les designa con el nombre jurídico de “parte
social” o “aportación social”.
3o.—Además existe una llamada “Ley General de Sociedades Mer
cantiles”, la cual determina cómo se pueden crear las sociedades a
que su nom bre se refiere, y entre ellas regula las llamadas Sociedades
Anónimals; las que regula dicha ley se puede clasificar atendiendo a
tres diversos criterios: 0
Las llamadas así, no por el hecho de ser “anónima” la sociedad,
pues lleva un nombre, sino por el hecho de que sus socios eran “anó
nimos”, pues en un momento dado no se sabía siquiera quiénes eran
los socios. Y digo que los socios “eran anónimos” pue§ desde 1982
122 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
sual, peiiQ que n e c esita se le dé u n a g aran tía de¡ tipo real(113) p ara
que en el caso d e q u e a los tres m eses e n que el señor A ntonio se
com prom ete a devolver el dinero recibido, no lo pueda, hacer, haya
u n a garantía que re sp o n d a po r,el adeudo.
Si el señor Antonio constituye a favor del señor Procopio un dere
cho real de hipoteca sobre la finca en donde están los cinco mil man
zanos, es preciso ocurrir ante un notario público a otorgar una
escritura de mutuo con constitución de una garantía real hipotecaria,
y ello a más de ser tardado, resulta muy costoso' por los honorarios
que cobrará el notario, y los derechos que cobran por inscribir la es
critura en el Registro Público de la Propiedad.
Entonces el señor Antonio recurre a su hijita Toñoñoña, la cual
como-ya se dijo en la presentación que de ella hice, es muy estudiosa
y aprende lo que lee y lo que sus profesores le enseñan. La jovencitá
le dice a su papá que desde luego el interés que pide el señor ban
quero Don Procopio es usurario, pero el señor Antonio le dice muy
serio: mira niñita te pedí tu consejo sobre la forma de hacer la opera
ción, mas no sobre lo que debo o no pagar de intereses, pues ese es
asunto mío.
La señorita Toñoñoña,, no obstante la majadera e injusta contes
tación que le da su progenitor le dice: Señor papá, considero que
puedes resolver tu problema dándole al señor Procopio en prenda
las manzanas aún pendientes de los árboles* acto éste que les resulta
mucho más barato, pues basta un contrató privado y mandarlo al re
gistro. 1 .
Papá Antonió que como ya también anoté, es ,de esas personas
que creen saberlo todo y que como muchas se sienten Licenciados en
Derecho cuando no pasan de . “coyotes”, “tinterillos” ó “huizache-
ros”(114) dándose aires de suficiencia le dice a la pobrecita de su hija:
¿Pero niña torpe, ignoras que la prenda sólo se puede constituir so
bre bienes muebles, y no te das cuenta que las manzanas aún pendien
tes de los árboles son bienes inmuebles conforme a lo que dispone el
artículo 750 fracción II de los Códigos civiles de 2000?( 115). Pues
muchachita ¿Con qué profesor estudiaste Derecho civil? ¿Para eso te
mando a la escuela?
La jovencitá Toñoñoña como le dicen de cariño, con todo comedi
miento le dice a su papá: Señor papá, yo sé que tú eres muy bueno e
(113) Véase infra ap artad o s 390 y 393, p re n d a e hipoteca com o garantías reales.
(114) Los térm in o s de “coyote”, “tinterillo” o “huizachero” se u san e n México p ara designar
a las personas que ejercen la actividad de Licenciado e n D erecho, o p retenden ejercitarla en
verdad, sin haber o b ten id o el título o haber hecho los estudios del caso.
(115) Véase su p ra No. 77, texto del artículo 750-11.
BIEN MUEBLE PO R A N TICIPA CIO N 129
SECCIÓN I.
130
COSAS SIMPLES Y COSAS COMPUESTAS. 131
0 S IM P L E S , A LAS Q U E SE L E S D A U N N O M B R E C O M Ú N , Y L A S
P A R T E S P U E D E N O N O , P E R D E R S U I N D IV ID U A L ID A D F ÍS IC A .
Como puede verse en el cuadro sinóptico del apartado 38 (cuadro
que mucho le insisto al alumno(a), que consulte, pues así se ubica fá
cilmente en el campo en que se mueve y recuerda por qué está tra
tando cada tema) a su vez las cosas compuestas o universalidades
pueden ser:
a) .—De hecho, que se subclasifican en:
a’).—Por “coherentium” o cohesión, y
b’).—Por “distantium” o distancia, y
b) .—De derecho.
Conviene conocer cada una de estas subclasificaciones:
a).—UNIVERSALIDAD DE HECHO, a’).—POR “COHEREN
TIUM” O COHESIÓN.—E S L A C O S A Q U E R E S U L T A D E L A
U N IÓ N D E V A R IA S C O S A S S I M P L E S , E N D O N D E C A D A U N A D E
É ST A S P I E R D E S U I N D I V I D U A L I D A D F ÍS IC A .
Por ejemplo, una casa es una universidad de hecho por cohesión
o “coherentium”, ya que en la construcción de ella se utilizan multi
tud de cosas simples, las cuales al reunirse, pierden su individualidad
y hasta su denominación, pasando a formar una cosa compuesta: la
drillos, varillas, cemento, arena, etc.
a).—UNIVERSALIDAD DE HECHO, b j.—POR “DISTAN-
TIUM” O DISTANCIA.—E S L A C O S A Q U E R E S U L T A D E L A
A G R U P A C IÓ N D E COSAS S IM P L E S Q U E N O P IE R D E N S U IN D IV I
D U A L ID A D F ÍS IC A , P E R O S Í S U D E N O M I N A C I Ó N P R O P I A .
V. g. si se reúnen varios borregos o vacas, se habla de un “reba
ño”, y se constituye así una universalidad de este tipo en donde cada
parte no pierde su individualidad física, pero sí su denominación. Ya
no se habla de cien borregos, sino d e un rebaño
Respecto de esta universalidad p o r distantium, se estima que para
poderse configurar una, se precisa:
lo.—Que las cosas que la integran, las cosas simples que la for
man, deben ser corpóreas(l 16).
2o.—Que los bienes deben ser necesariamente muebles(l 17).
3o.—Finalmente, deben ser homogéneos en cuanto a su finalidad,
esto es. en cuanto a la meta a que se les destina, u homogéneos en
cuanto a' su especie.
Por mi parte estimo que si bien es cierto que los bienes deben ser
corpóreos y homogéneos, homogéneos en cualquiera de los dos sentí-
(116) V éase supra apartado 39, cosas corporales o incorporales.
(117) Véase supra apartado 63-B, cosas m uebles.
132 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
B.—COSA APROPIABLE.— ES LA Q U E P U E D E E N T R A R E N
U N A R E L A C IÓ N D E D E R E C H O A M O D O D E O B J E T O 0 M A T E
R I A D E LA M I S M A , YA P O R Q U E S E E N C U E N T R E S U J E T A A
P R O P I E D A D P R I V A D A , YA P O R Q U E S E P U E D A L L E G A R A S U J E
T A R A E S E T IP O D E P R O P IE D A D .
Estas cosas apropiables, y vuelvo a remitir al cuadro del apartado
36, se puede ver que son: >
a) .—Apropiadas, y
b) .:—No apropiadas.
a) .—COSA APROPIADA.—E S LA Q U E YA T I E N E U N D U E Ñ O
C IE R T O Y C O N O C ID O Y P U E D E E N T R A R E N U N A R E L A C IÓ N D E
D E R E C H O A M O D O U O B JE TO D E LA M IS M A .
b) .—COSA NO APROPIADA.—E S L A Q U E E N U N M O M E N T O
D A D O N O T IE N E D U E Ñ O , Y N O L O T IE N E :
lo . — P O R Q U E N U N C A H A Y A S ID O A P R O P I A D A , como sucede
con los peces de los ríos, lagos o mares, que nunca han tenido dueño
pero pueden llegar a tenerlo y formar parte de una relación de Dere
cho, o ;
2o . — P O R Q U E T U V O D U E Ñ O , P E R O P O R A B A N D O N O O P É R
D ID A N O S E S A B E Q U I É N E R A E S E D U E Ñ O .
Puede ser que la cosa haya tenido dueño, pero la misma haya de
jado de tenerlo, ya porque quien lo fue la abandonó o la perdió, y no
se sabe quién haya sido ese dueño.
V.g. D. Procopio tiene un poderoso automóvil Rolls Royce, pero |
aunque ya no le gusta el vehículo pues está bastante maltratado y le
costaría mucho dinero rehabilitarlo, entonces decide deshacerse de él,
pero como es un automóvil muy caro hasta de mantenimiento, no hay
quien se lo compre, y entonces decide “abandonar” el mueble, y una
noche se va con el Rolls Royce a una apartada colonia de la Ciudad y
ahí lo deja abandonado.
Esto es muy frecuente en esta Ciudad de México, en donde conti
nuamente se ven en algunas calles, “abandonados” muchos automóvi
les, y no se sabe de quién son, hasta que pasa una grúa del Distrito
Federal y se los lleva a un tiradero de coches viejos.
O bien puede suceder que ese automóvil lo pierda D. Procopio, y
ya no lo vuelva a recuperar, como sucedió aquella noche en que se le
pasaron las copas, y se bajó de su automóvil y ya nunca supo dónde
lo dejó.
mei
dueño.
b).—Toma material de la cosa, o aprehensión de la misma, y
e).—Ánimo o intención de ser propietario de la cosa al tomarla.
a).—Existencia de una cosa corporal que nunca haya tenido dueño.—En
Derecho mexicano sólo una cosa que nunca haya tenido dueño puede
ser materia de ocupación, pues si ya lo. hubiera tenido, pero ya no lo
tiene por extravío o abandono, no se estará en presencia de ocupa
ción cuando alguien la encuentre, sino que se configura lo que se de
signa como bien vacante, bien mostrenco, o el tesoro, según sea el
caso, y de los cuales se habla adelante.
b) .—Toma material de la cosa, o aprehensión de la misma.—Es necesa
rio que la cosa que se ocupa, quede sometida en forma directa a la
persona que realiza la toma material de la cosa. Así, en el ejemplo del
cazador de venados, es necesario que en forma material adquiera o
“cobre” las piezas, y esto es indispensable para el efecto de que todos
los miembros de su colectividad, o personas que puedan tener conoci
miento del hecho, lo respeten como propietario.
c) .—Ánimo o intención de ser propietario de la cosa al tomarla.—Este
es desde luego un elemento subjetivo o psicológico que se presume,
y se supone por la forma en que quien aprehende la cosa, goza de
ella, y se podrá probar que ese ánimo no existe, cuando de manera
expresa así lo diga el que se apodera de la cosa, al decir que la
toma ño para sí, sino para otro, o bien si por los actos posteriores
a la aprehensión, también así lo demuestra.
Cuando los descubridores y conquistadores de los siglos XV y XVI
llegaban a las tierras nuevas, enterraban en el suelo, y en signo de
“ocupación” su espada, pero en ese momento también, decían que
ello lo hacía en nombre de su majestad el rey de bastos, o el de oros,
o de aquél del que fuera súbdito, ese descubridor ó conquistador, e
inclusive se levantaba una acta con el abogado, escribano, o bachiller,
que nunca faltaba alguno de éstos, en donde se hacía constar que esa
tierra se “ocupaba” en nombre de su "majestad el rey de bastos”.
ya que esas personas bien pueden hacerlo en los muchos terrenos bal
díos que hay en esas colonias populares”.
Este modo de hablar del señor Procopio, y que también se lee con
frecuencia en los periódicos, es del todo impropio, pues conforme a
la Ley Agraria publicada en el Diario Oficial de la Federación del
día 26 de febrero de 1992, en su artículo 157,(127); “son los bal
díos, terrenos de la Nación no medidos ni deslindados”.
Por lo tanto, hecha la anterior explicación, no podrá haber terre
nos baldíos que se puedan adquirir por ocupación, pues de no tener
un propietario en los registros, será un terreno baldío propiedad del
Estado.
’SJíX&lJX
Política de los Estados Unidos Mexicanos, pasa a ser Ley suprema del
país. . ■ ti
En ese tratado de Moscú, Londres y Washington, se dio cima.a
una serie de pláticas, conferencias y congresos! 129) sobre la materia
del Derecho interplanetario, se llegó a sintetizar.todo ello en XVII ar
tículos, de los cuales para los efectos de este libro y de la Ocupación
que se viene estudiando, son de especial interés el I en su segundo
párrafo, el II y el XVI. Así disponen:
“Artículo I...
“El espacio ultraterrestre, incluso la luna y otros cuerpos celestes,
estará abierto para su exploración y utilización a todos los Estados
sin discriminación alguna en condiciones de igualdad y en confor
midad con el Derecho internacional, y habrá libertad de acceso a to
das las regiones de los cuerpos celestes.”
“Artículo II. El espacio ultraterrestre, incluso la luna y otros cuerpos
celestes, no podrán ser objeto de apropiación nacional por reivindicación
de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera”.
Hasta aquí las dos normas transcritas, parecen resolver el proble
ma de la llegada de los seres humanos a otros cuerpos celestes, sin
que haya discrepancias sobre ocupación o propiedad. Lo que es más,
se declara en la parte introductiva del Tratado, que todo lo que se
haga con fundam ento en él, es en bien de la humanidad! 130), v
para lograr la comprensión de los pueblos sin importar su grado de
desarrollo.
Sin embargo, cuando a poco menos de 2 años de haberse signado
el Tratado, el 2 0 ,de julio de 1969 el prim er hombre pone un pie en
la luna, aunque declara que lo hace en nombre de toda la humani
dad, deposita u n a placa con las banderas de todos los países terrá
queos, pero excluyó expresamente la de la República Popular China, la de la
entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y la de la República de
Vietnam del Norte.
Ese cosmonauta terráqueo de nacionalidad de Estados Unidos de
América, da la primera prueba de que los principios consagrados en
conferencias, reuniones, congresos, sobre problemas del espacio ultra
terrestre, no son sino meras palabras, que valen tanto como el papel
en que aparecen escritas, y que en cualquier momento podrá iniciarse
(129) Véase Rojas R oldán Abelardo. Notas sobre Derecho espacial. Lex. Primera edición. Méxi
co, 1969.
(130) Dice tex tu alm en te que “Estimando que la exploración y la utilización del espacio ul
traterrestre se d eb e efectuar e n bien de todos los pueblos, sea cual fuere su grado de desarrollo
económico y científico...”
LA OCUPACION Y EL DERECHO INTERPLANETARIO. 145
guerra convencional, sino con armas atómicas que han dejado su hue-
lia indeleble desde el 6 y el 9 de agosto de 1945, en que ese país que ;
envió al primer cosmonauta a la Luna, dejó caer inmisericorde, una
segunda bomba atómica sobre Nagasaki. Y digo y me refiero a una
segunda, pues si bien dejó caer una primera tres días antes de esa fe
cha, el 6 de agosto de 1945 sobre la ciudad de Hiroshima, destruyén
dola y borrándola del m apa del Japón, no es posible condenar tal,
conducta con la misma dureza que el lanzamiento de la segunda
bomba.
En efecto, cuando se lanza la primera bomba atómica el 6 dé
agosto de 1945 sobre Hiroshima, no se tenía la certeza de cuáles se
rían sus efectos, pues nunca se había hecho explotar un artefacto de
ese tipo sobré una población, sobre una ciudad; todo se reducía a
pruebas de laboratorio y campo.
Pero una vez lan zad a la prim era bomba, resu ltó inhumano
—eso sí fuera de calificativo de humano— el lanzar una segunda
bomba más sobre una ciudad indefensa.(131)
Y ahora piense el lector(a), que esas bombas a que me refiero, son
como un “cohete chino” de los que se hacen detonar por los niños en
días de fiesta, frente a una carga de dinamita, que vienen a ser las
nuevas bombas conocidas como de “hidrógeno”(182).
Así pues, si con motivo de las conquistas ultraterrestres los seres
humanos no recurren al Derecho, y a los principios que aquí se expo
nen y que son universales, quizá se haga realidad aquella anécdota
que se atribuyela ese otro genio, Einstein, cuando un periodista le
preguntó cómo sería la tercera guerra mundial del siglo X X , y contes
tó el sabio “No sé cómo será' la tercera, pero le puedo decir que la
cuarta será con flechas y puntas de pedernal”.
(131) Sobre el lanzam iento d e la bom ba atóm ica, el Alm irante W illiam D. Leahy, Jefe del
E stado M ayor Presidencial, en su p a p e l de com andante en jefe del ejército y la arm ada de los
E stados U nidos de América, del 20 d e ju lio de 1942 al 21 de m arzo de 1949, e n sus memorias
(I W ash T here) dice “O pino que el em pleo de esta'arm a bárbara sobre H iroshim a y Nagasaki
n o fue de ayuda m aterial en nuestra g u e rra contra el Japón.-L os n ip o n es ya estaban derrotados
y dispuestos a rendirse, debido al efectivo bloqueo naval y al eficaz bom bardeo con armas co
rrientes. Mi reacción fue que los h o m b res de ciencia y otros deseaban hacer la prueba porque se
habían invertido vastas sumas en el proyecto. T ram an lo sabía y tam bién las otras personas im
p licadas... Mi opinión es que, al ser los prim eros en utilizarla, habíam os adoptado las normas
éticas com unes a los bárbaros e n las ed ad es oscurantistas. No se m e e n señ ó a hacer la guerra en
esa form a...”. Tom ado de “La decisión de lanzar la bomba” por Len G iovannitti y Fred Freed. Edi
torial Diana. Primera Edición. M éxico, 1969. Pág. 318. «
(132) Y ahora han inventado los mismos científicos de Estados U nidos de América una
b o m b a m ejor, llamada de “N e u tro n e s” que “sólo” destruye a los seres vivos, p ero !no daña los
b ien es materiales!. Q uerrán conservar las ciudades sin seres vivos, p a ra que en décadas futuras
v en g an extraterrestres a poblarlas!!.
BIENES MOSTRENCOS. 147
pues con la terminología que se usa en ese artículo, y que se usa día
con día en las leyes, y en los medios de información masiva,, periódi
cos, radios, T.v., se ha deformado notablemente,, con graves conse
cuencias psicológicas, el conocimiento de la estructura del Estado y de
las dependencias de éste.
Puede usted leer que ahí se habla de que los bienes vacantes se
deben adjudicar al Fisco. Federal, y puede entonces usted formular la
pregunta totalmente lógica de ¿QUE ES EL FISCO FEDERAL?, y la
respuesta que le doy es: EL FISCO FEDERAL NO EXISTE. EL FISCO
FEDERAL NO PUEDE RECIBIR NADA EN ADJUDICACIÓN, PUES
NO ES PERSONA.
Para que entienda el error garrafal que se contiene en esta n o r
ma, es necesario que le dé a usted, una explicación, por breve que
sea, de lo que es el Estado, y de la estructura del mismo, haciéndole
ver cómo LOS ORGANOS DEL ESTADO, Y LAS DEPENDENCIAS
DE ESOS ORGANOS, NO SON PERSONAS, Y COMO SOLO LAS
PERSONAS PUEDEN RECIBIR ADJUDICACIONES, Y NO SE LE
PUEDE HACER UNA ADJUDICACION A LO QUE NO ES PERSO
NA, N I TIENE EXISTENCIA PROPIA, Y COMO TODO SE DERIVA
DE LA IGNORANCIA U OLVIDO DE ESTOS PRINCIPIOS.
Pues bien, el país en que usted vive, es una persona ficticia, una per
sona moral, que tiene como usted un nombre, y se llama Estados Unidos Me
xicanos. Pero a esa persona, usted no la capta por medio de los
sentidos, sino sólo sabe de su existencia jurídica.
Precisamente como se trata de una persona inmaterial, de una perso
na ficticia, de una persona que no se aprecia por los sentidos, no puede ella
actuar por sí, sino que siempre tiene que realizar todos sus actos por medio de
conductas de personas físicas como usted o como yo.
Todas las personas físicas que realizan todos los actos y conductas
que debe realizar la persona Estados Unidos Mexicanos, desde el Presiden
te de la República,. el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Na
ción, y el Presidente del Congreso de la Unión, hasta el último de los
empleados que forman la gran masa burocrática de empleados al servicio del
Estado reciben un sueldo que se les paga con los impuestos y otras prestacio
nes que pagan los habitantes del país, por lo cual si bien en principio son tra
bajadores al servicio del Estado, son en realidad servidores públicos, servidores
del pueblo.
Ahora, el Estado, persona moral, está hecho sobre la idea de la imagen
y semejanza de los seres humanos, y está dotado también de imaginarios órga
nos, como lo está dotada la persona física, y así como ésta tiene órgano
circulatorio, órgano respiratorio, órgano locomotor, y muchos otros
órganos, al Estado se le dotó de tres órganos: el Legislativo, el Judicial y el
Ejecutivo o Administrativo.
Pero si resultaría un absurdo pensar que en la persona física, sus
órganos de ésta fueran personas, también resultaría absurdo e inútil además,
pensar que los órganos de la persona moral fueran a su vez personas.
Pensar que el corazón de una persona física sea persona, o que lo sean
sus riñones, o su cerebro, implicaría o una gran ignorancia o estar loquito. y
de igual manera pensar que el órgano Ejecutivo, el Legislativo o el Judicial
del Estado fueran personas, implicaría ser un gran ignorante o estar loquito.
Así resulta absolutamente natural y cierto afirmar que los órganos
del Estado al igual que los órganos de una persona física, no son a su vez
personas, ni se obtendría beneficio alguno si se dijera o pretendiera que son
personas.
Pues bien lectora(or), no obstante lo claro y lógico que resulta lo ante
rior, los empleados al servicio del Estado, de la persona ficticia, de la persona
moral Estado, por ignorancia, o por mala intención, al referirse a los órganos
del Estado, y más aún al referirse a algo más pequeño que el órgano, a los
subórganos, los mencionan como si fueran o se tratara de personas, y así lo
dicen en el léxico diario y en los actos oficiales y en las leyes.
Cuando usted lee los periódicos o escucha las noticias, oye que se
dice por ejemplo que: “La Secretaría de Comercio y Fomento Industrial
EL ESTADO: SU ESTRUCTURA Y ORGANOS. 151
impuso una multa a los comerciantes que alteraron los precios”, o “La Secre
taría de la Defensa Nacional destruyó cien hectáreas cultivadas de amapola, o
de mariguana”, o bien se dice que “La Suprema Corte de Justicia se opone
a la pena de muerte”, o bien finalmente en este cúmulo de expresiones
que pueda citarle, “La Cámara de Diputados discute la cuenta pública”, to
das estas noticias son manifestaciones o de una gran ignorancia sobre
lo que es la estructura del Estado, o ánimo de llevar a la mente de us
ted una grave confusión.
En efecto vea usted el barbarismo que implica cada una de esas
noticias, y cómo se debieran de hacer del conocimiento público:
“La Secretaría de Comercio impuso una multa a los comerciantes que al
teraron los precios”.
La Secretaría de comercio no puede imponer multa alguna a nadie,
pues la Secretaría de Comercio no es persona, sino que es un “subórgano”, de
un órgano, el Ejecutivo, que tampoco es persona.
El órgano Ejecutivo, tampoco es persona, sino que es precisamen
te un órgano de la única persona Estados Unidos Mexicanos. Ni los órga
nos, ni los subórganos tienen existencia jurídica como personas.
¿Cómo debiera decir la noticia para expresar lo. que sucedió desde
el punto de vista del Derecho?. Debió decir: “Funcionarios del Estado
que laboran en la Secretaría de Comercio, impusieron multas a los comercian
tes que alteraron los precios”, pero la verdad es que para la ya mala for
mación mental del pueblo, esto resulta muy largo y difícil de decir.
Después, la otra noticia debiera decir: “Miembros del Ejército Nacio
nal destruyeron cien hectáreas”, o bien “El Estado por conducto de sus solda
dos, destruyó tantas hectáreas”, etc., y no la Secretaría de la Defensa
Nacional que nada puede destruir pues no es persona. Es sólo un su
bórgano. '
Después, la otra noticia debía decir: Los Ministros de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en nombre del Estado, se oponen a la pena de
muerte”, o bien, “El Estado por conducto de sus ministros de la Su
prema Corte de Justicia de la Nación, se opone a la pena de muer
te” pues sucede que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no se
puede oponer a nada, ya que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
no es persona, sino que es un subórgano del órgano judicial del Estado, órga
no que tampoco es persona, sino que la persona es Estados Unidos Mexicanos.
Finalmente, cuando se dice que la Cámara de Diputados discute la
cuenta pública, es otro barbarismo o estupidismo, pues la Cámara de
Diputados, como la de Senadores, como el Congreso de la Unión, no son per
sonas, y por lo mismo no pueden discutir nada por sí, o hacer nada por sí.
La Cámara de Diputados es un subórgano, del órgano Legislativo de
los Estados Unidos Mexicanos, y ese órgano Legislativo, tampoco es persona,
152 ERNESTO /GUTIERREZ Y GONZALEZ
D i s t r i t o F e d e r a l , ( o a l o s E s t a d o s U n i d o s M e x i c a n o s en el Código Federal)
por conducto del Secretario del ramo que corresponda, y pasen- a
formar parte del p a t r i m o n i o d e l D . F . (Estado). Se tendrá al que hizo
la denuncia como tercero coadyuvante.”.
apreciables a prim era vista, supuso el Maestro Ramos Castillo que de-';;
bajo de la pintura visible, podía existir un auténtico cuadro, ya del
mismo Snyder, ya de otro gran maestro del siglo xvn, inclusive de
Pedro Pablo Rubens, por lo cual mi cliente se comunicó con el pro
pietario del cuadro, y le pidió su autorización para iniciar la explora
ción y descubrir el cuadro original, la cual le fue concedida.
6. —Se le dio así al Maestro Ramos Castillo la autorización para
que principiara la exploración, escarbando —en su tercera acepción
castellana— en el cuadro que le habían entregado, sólo para su lim
pieza superficial al principio, como ya queda dicho.
Esos trabajos de exploración implicaron sacar radiografías del cua
dro, fotografías, y utilizar equipos y sustancias químicas especiales, y .
así el 9 de diciembre de 1966 se tomaron las primeras radiografías
del cuadro, que mostraron gruesas capas interiores de repinte, de
donde se desprendía que el cuadro sufrió una serie de restauraciones,
mal ejecutadas en su mayoría, a través del tiempo.
7. —El hallazgo o descubrimiento del cuadro se llevó a cabo por
zonas, y a medida que avanzaba el proceso iba apareciendo poco a
poco, la verdadera pintura oculta por tantos y tantos repintes, y sur
gieron así varios perros diferentes, y cinco ninfas y una Diana cazado
ra que estaban totalmente cubiertas al inicio. El hallazgo total de la
obra se concluyó el 23 de septiembre de 1967, y se pudo encontrar
así este tesoro, que no es otra cosa que un cuadro de Pedro Pablo
Rubens.
8. —El Maestro Ramos Castillo sugirió entonces al propietario del
cuadro que, en uno de sus viajes a España, consultara a un experto
en historia del arte, para rastrear cómo y cuándo había desaparecido
ese cuadro, y así fue como consultaron al señor Matías Díaz Padrón,
profesor de Historia del Arte en el Museo del Prado, en Madrid, Es
paña, el cual elaboró un cuidadoso estudio que concluyó con la de
mostración de la autenticidad del cuadro, como obra de PEDRO
PABLO RUBENS.
El señor Díaz Padrón publicó su estudio con el nombre de “La ca
cería de venados de Rubens en el Ochavo del Alcázar en Méjico”(138)
en el año de 1970, y de manera indubitable demuestra que el autor
del cuadro fue Ruhens, si bien los perros los pintó su discípulo
Snyder, lo cual era frecuente en este tipo de. cuadros tan grandes.
9. —Así las cosas y ya descubierto el tesoro, el propietario se negó
(138) Matías Díaz Padrón. La cacería de venados de Rubens para el Ochavo del Alcázar en
Méjico, Revista Archivo Español de Arte. Tom o XLV1II. No. 170. Abril-Junio. Año 1970. Publi
cación del Consejo S u p erio r de Investigaciones científicas, Instituto Diego Velázquez. Madrid
Págs. 13 l a 150.
RUBENS Y E L TESORO. 159
puedo decirle sin vanidad, pero también sin modestia, que ha sido
único en la historia judicial de México, y del mundo entero.
Ya con esto se puede decir que en principio todas las cosas son co
merciables o están dentro del comercio, y que sólo son incomerciables:
a) .—Las que por su naturaleza no pueden ser poseídas por un in
dividuo en forma exclusiva, como el mar, el aire, etc.
b) .—Las que la ley declara irreductibles a propiedad particular,
como sucede V. g. con los bienes de dominio público, y los cuales se
tratan en páginas adelante(140).
ral viene a ser la suma de las actividades de los tres poderes de la persona
Estados Unidos Mexicanos. Así, la actividad del órgano Legislativo, es
parte del GOBIERNO FEDERAL; la actividad del órgano Judicial, es
p arte del GOBIERNO FEDERAL; y la actividad del órgano Ejecuti
vo o Administrativo, es también parte de la actividad del GOBIERNO
FEDERAL. Lo mismo cabe decir respecto del artículo 833 del Código
2000 del Distrito Federal, transcrito en el apartado 115, y así todo lo
que digo enseguida, aplíquelo Ud. al Código del Distrito Federal.
Por ello en estricto Derecho, al decir que podrá expropiar el Go
bierno Federal o el Gobierno del Distrito Federal, cabría hacer esta pregun
ta: iQué en el acto expropiatorio intervienen los tres órganos o poderes del
Estado?. Y la respuesta es no, ya que el acto expropiatorio como se verá
adelante {141) es función exclusiva del Estado a través del titular del órgano
Ejecutivo, el presidente de la República, y no tienen para qué intervenir los
otros funcionarios de los dos restantes poderes, por regla general( 142).
Así entonces, si se entiende lo anterior, el texto del artículo 838,
debería de decir:
“Los Estados Unidos Mexicanos por conducto del presidente de la
República, podrá expropiar las cosas..., etc".
o bien decir
“El Distrito Federal por conducto del Jefe de Gobierno..."
y se hará referencia a Estados Unidos Mexicanos, y si se quiere al Es- ,
tddo Federal. ¿Entendió usted? Pues me da mucho gusto, y aunque le
acusen de “rebuscada” o “rebuscado” para hablar, insista en bien éx
presarse en el ámbito jurídico también.
b).—En el artículo 834, se dice que quienes sean propietarios de f
las cosas que se mencionan en el artículo 833 no podrán enajenarlas
o gravarlas, ni alterarlas en forma que pierdan sus características;
“...sin autorización del C. Presidente de la República, concedida por conduc
to de la Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes”.
y ese texto contiene un doble barbarismo jurídico en relación a la es
tructura del Estado:
1.—La autorización no la da el presidente de la República, pues él como -
(141) Véase infla apartado 229, concepto de expropiación.
(142) Como se verá, en el acto expropiatorio sólo interviene el T itu la r del órgano Ejecud- ;
vo, y an tes de ese acto, intervino el E stado po r conducto de sus d ip u tad o s y senadores dictando
la ley d e expropiación y ev en tu alm en te p u ed en intervenir los jueces, en los casos que prevé la
ley p e ro reitero, en el acto adm inistrativo de expropiación, solo interviene el Estado por con
d u c to d e l Presidente de la República.
LAS SECRETARÍAS DE ESTADO NO SON PERSONAS. 165
presidente no hace sino ejercer las funciones del Estado, y no funciones pro
pias, por lo cual la norma debiera decir en esa parte que
“...sin autorización de Estados Unidos Mexicanos (o del Estado Federal),
por conducto del presidente de la República..."
2o.—Después, agrega el artículo contra toda técnica legislativa y
tdda razón de la estructura del Estado, que el presidente dará o eje
cutará la orden por conducto de la Secretaría de Educación Pública y Be
llas Artes.
Y al margen de que ya hoy día no existe una secretaría con ese
nombre de Educación Pública y Bellas Artes, sino sólo es de Educación Pú
blica, sucede que dicha secretaría no puede hacer nada por instrucciones del
presidente de la República, pues la secretaría no es persona, sino es sólo una
dependencia.
Ya en el apartado 108 al cual le remito, hice la explicación de
como se estructura el Estado y cuáles son sus'órganos, y aquí se lo
reitero: LAS SECRETARIAS DE ESTADO NO SON PERSONAS,
SON SOLO SUBORGANOS DEL ORGANO EJECUTIVO, QUE
TAMPOCO ES PERSONA, DE LA SI PERSONA ESTADOS UNI
DOS MEXICANOS O ESTADO FEDERAL.
Por lo mismo cuando en este artículo en crítica se dice que la au
torización la dará el presidente por conducto de la secretaría, se está di
ciendo una tontería, pues el presidente no puede dar nada por conducto de
lo secretaría, sí en cambio, la autorización que dé el Estado por conducto
del presidente, se trasmitirá por conducto a su vez, del secretario de Educa
ción Pública, y de él sí se puede, pues se trata de una persona física,
capacitada para trasmitir las órdenes de otra persona física, como es
el presidente. Así entonces este artículo en esta parte sujeta a crítica
debía decir:
“...sin autorización de Estados Unidos Mexicanos, por conducto del presiden
te de la República, y se hará llegar al interesado a través del secretario de
Educación Pública.”
y así sí, la norma responderá al modo en que está estructurado el Es
tado y en donde el presidente sólo ejercita funciones de la persona moral
Estado, y en donde las secretarías de Estado no son personas, sino simples de
pendencia:sl del órgano Ejecutivo, que tampoco es persona.
Ahora, por lo que se refiere al artículo 834 del Código 2000 del
Distrito Federal, cabe hacerle similar crítica, ya que ahí también se
dice que se requiere “...autorización del Gobierno del Distrito Fede
ral", y ello es una tontera, pues el gobierno de esta Entidad radica
en los tres poderes, legislativo, judicial y ejecutivo.
166 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
.
BIENES PUBLICOS DEL ESTADO' Y DEL D. F. 16V
VI.—El espacio situado sobre el territorio nacional, con la extensión y m odalidades que es
tablezca el p ro p io Derecho Internacional”.
(146) C onstitución, Art. 27-11,— Las asociaciones religiosas que se constituyan en los térm
nos del artículo 130 y su ley reglam entaria, tendrán capacidad para adquirir, poseer o adm inis
trar, exclusivam ente, los bienes que sean indispensables para su objeto, con los requisitos y
limitaciones que establezca la ley reglam entaria
LA CONCESION NO CREA DERECHOS REALES. 173
un delito de lesa patria, y por ello las leyes salen en “hornadas” y con
carencia absoluta de técnica jurídica, pues por su parte el titular per
der Ejecutivo no anda muy bollante que se diga, en cuanto a las per-;
sonas a las que les encomienda formulen los proyectos de leyes que
se deben remitir para su aprobación por los miembros del poder le
gislativo.
Y es precisamente en relación con el original artículo 18 de la ley'
hoy 29, que comento, de bienes nacionales, y en especial a su fracción
II, que le viene a la perfección la anterior crítica. Ahí se muestra la li
gereza con que obran los miembros del poder Legislativo, y también
los funcionarios del Ejecutivo, todo ello agravado por la falta de cono
cimientos técnicos de muchos de los que en la redacción de la ley in
tervienen.
Esta fracción II del artículo 18 al publicarse la ley en Diario Ofi
cial de 30 de enero de 1969, dispuso que:
“Son bienes de uso común:
II.—El mar territorial, hasta una distancia de nueve millas (16,668
metros) de acuerdo con lo dispuesto por la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, las leyes que de ella emanen y el De
recho internacional, etc.”.
Apenas transcurridos once meses, se reformó este artículo y se au
mentó la distancia del mar territorial de 9 a 12 millas, por lo que se
dice que tiene una extensión de 22,224 metros, y ahora el texto del
artículo 29 en la fracción II, es éste:
II.—El mar territorial hasta una distancia de doce millas marinas
(22,224 metros), de acuerdo con lo dispuesto por la Constitución Po
lítica de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal del Mar y sus
reglamentos y el derecho internacional;”
La ley de 1944 ahora abrogada también marcaba 9 millas y ponía
entre paréntesis lo de 16,668 metros.
Pues bien, tanto la ley abrogada, como la de 1969 con su texto de
enero de 1969, y su nuevo texto de mayo de 1987, incurren en los
mismos equívocos a saber:
A.—En México por ley, nadie debe usar oficialmente otras medidas que
no correspondan al sistema métrico decimal. En efecto, por Decreto de 15
de marzo de 1861 que está en pleno vigor, y pasa ya al segundo siglo, se
determinó que a partir de 1862 se usaría en México sólo el sistema
métrico decimal. Este Decreto quizá por ser ya tan “viejito”, y los le
gisladores tan jóvenes, lo mismo que los redactores del proyecto del
Ejecutivo, no lo conocen, y es por ello que tanto en la ley de 1944,
EL MAR TERRITORIAL. 177
para que se fije el límite de ese “mar jurisdiccional” como propuse desde 1952
que se le designe.
Por otra parte, tampoco hay Tratado(154) alguno en donde como
norma absoluta de Derecho internacional se fije al mar jurisdiccional
la superficie de 9 o 12 millas.
Estoy de acuerdo en que el mar jurisdiccional debe tener esa o
una mayor superficie si se quiere, y ello lo he propuesto desde 1952,
pero para que ello sea posible jurídicamente hablando, es necesario qué
se reforme la Constitución, y que sea ella la que marque ese límite u otro
superior, como lo hacen muchos países. Tero mientras no se reforme
la Carta Política fundamental, la Ley General de Bienes Nacionales
está yendo más allá de lo que manda la Carta Máxima, y de ahí su
inconstitucionalidad, pues viola el principio de la “Jerarquía de las
Normas”(155).
No se salva esta crítica con el “gato revolcado’" que presenta el ac
tual artículo 29, fracción II, que me ocupa al querer engañar diciendo
que 12 millas “...de acuerdo con lo dispuesto por la Constitución Polí
tica de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal del Mar y sus
Reglamentos y el Derechos Internacional” pues como ya se anotó, la
Constitución no dispone nada, ni el Derecho Internacional tampoco, y por
técnica constitucional, la ley secundaria no puede ir más allá de la
Ley Suprema.
Mi personal opinión es que se reforme la Constitución, y se deter
mine en ella la superficie del mar jurisdiccional, pues para ello asiste
a México el Derecho y su soberanía, pero este personal criterio que
expongo desde 1952, no ha sido escuchado, y ahí sigue el problema.
Si se le han hecho tantas y tantas absurdas reformas a la Carta políti
ca, pues hágasele una más que en verdad sea trascendente, y fíjese
ahí el límite del m ar jurisdiccional en 22,224 metros o más, pero
mientras eso no se haga, la Ley General de Bienes Nacionales, en ese
punto, es inconstitucional.
que hay en cada capítulo, permite llegar a esta síntesis sobre el régi
men a que quedan sujetos estos bienes.
a) .—Pueden convertirse en bienes de dominio público, cuando s
destinen a un uso común, a un servicio público, y otros casos que se
establecen en su artículo 4o.
b) .—Siempre se rigen por leyes federales (Art. 6o.) y los jueces fe
derales son los competentes para cualquier problema judicial respecto
de ellos. (Art. 7o.).
c) .—Los bienes inmuebles de dominio privado son inembargable
y no se pueden adquirir por usucapión (naturalmente que este bárba
ro legislador sigue hablando de prescripción) según el artículo 60; y
por lo que hace a los bienes muebles, son también inembargables,
pero si son susceptibles de adquirirse por usucapión, o prescripción
como se dice en el artículo 80, si bien en este caso, se duplican los
plazos establecidos en el Código civil para completar el plazo de usu
capió^ 156).
d) .—Pueden ser objeto de todos los contratos que regula el Dere
cho civil, excepción hecha del de comodato (préstamo gratuito) y de
donación, salvo que la ley expresamente lo autorice (Art. 71 de la
Ley).
debe, a pagar en un año, veinticinco mil; por un golpe que dio con
su automóvil a otro vehículo, debe pagar probablemente —ya que fue
un cálculo aproximado del dueño del taller mecánico y se le confir
mará en 10 días— cincuenta mil, y ya por último, a sus trabajadores
les debe pagar veinte mil de salarios. Todo esto que son deudas j,y
obligaciones, vistas desde el ángulo del deudor, integran su patrimonio
pasivo. Ello en forma de cuadro se puede ver así:
PATRIMONIO
ACTIVO PASIVO
1.—Una casa S 10,000,000.00 1.—Hipoteca
2.—Un automóvil $ 300,000.00 a 10 años $ 6,000,000.00
3.—Acciones $ 2,000,000.00 2.—Adeudo
4.—Oficina $ 2,000,000.00 automóvil $ , 25,000.00
5.—Dinero efectivo $ 100,000.00 3.—Adeudo choque
6.—Le debe probable S 50,000.00
Facundo S 100,000.00 4.—Salarios $ 20,000.00
s 14,500,000.00 $ 6,095,000.00
Si se hace la operación aritmética que menciona la ley se tiene:
Patrimonio activo: $ 14,500,000.00
Menos patrimonio pasivo: $ 6,095,000.00
Patrimonio líquido: $ 8,405,000.00
• . ¡m
Desde luego, que la anterior operación o “BALANCE” se refiere
sólo a un instante determinado de la vida del titular del patrimonio,
pues al día siguiente podrá variar en cualquiera de sus componentes,
PATRIMONIO
ACTIVO' PASIVO
1.—Una casa $ 10,000,000.00 1.— Hipoteca
a 10 años $ 9,600,000.00
2,—Un automóvil $ 50,000.00 2.— Adeudo
Automóvil $ 25,000.00
3 —Acciones $ 200,000.00 3.— Choque
(probable) $ 50,000.00
4.—Oficina $ 200,000.00 4.— Salarios $ 1,300,000.00
5—Efectivo $ 100,000.00 5.— Rentas oficina $ 150,000.00
6.—Le debe a él 6.— Adeudo fábrica
Facundo $ 1,000,000.00 a 2 años S 3,600,000.00
$ 11,550,000.00 s 14,725,000.00
136.—Introducción.
En la primera parte de este libro se hizo el estudio del patrimo
nio, como base necesaria para poder iniciar el desarrollo del segundo
tipo de relacciones que surgen en Derecho civil entre las personas.
En efecto, conforme al cuadro sinóptico que se inserta en el apar
tado número 21, se aprecia que las relaciones entre las personas son
o de tipo familiar, o de tipo patrimonial, y éstas segundas como se- re
cuerda, son la materia de este libro.
Y en ese cuadro a que me refiero, se ve quedas relaciones patri
moniales, pueden ser pecuniarias o económicas, y morales o no pecu
niarias; pero sean unas o sean otras, era indispensable tener una
noción y conocer diferentes teorías sobre el patrimonio, que es lo que
se hizo en el capítulo prim ero de la primera parte.
Una vez que se conoció qué es el patrimonio, dije que las relacio
nes pecuniarias o económicas, y las morales o no pecuniarias, recaen
siempre en “cosas” o “bienes”, y por ello fue necesario en los si
guientes capítulos- de la misma primera parte, desarrollar la clasifi
cación —previo conocimiento del concepto— de los bienes o cosas.
Por último, para finalizar la primera parte, expliqué qué sucede
atando el patrimonio, formado por cosas o bienes, así como por deu
das, reporta una situación en donde éstas —las deudas— son más que
los bienes, y de ahí que hubo necesidad de explicar qué es el patri
monio activo, qué el pasivo, y qué el líquido, para así llegar finalmen
te, a precisar el concepto de solvencia y de insolvencia.
Ahora, conforme al mismo cuadro sinóptico del apartado 21, se
debe entrar al estudio de las cosas o bienes que forman el patrimonio
pecuniario o económico de las personas, empezando por las cosas o
bienes materiales o corporales, para después seguir con el estudio de
las cosas o bienes inmateriales, pero también de carácter pecuniario.
Por ello, es que desarrollaré en las siguientes páginas, el estudio
de los derechos reales, prim ero en una forma genérica, y después uno
193
194 ERNESTO GUTIEEREZ Y GONZALEZ
por uno en sus especies, ya que por lo regular recaen sobre cosas ma
teriales o corporales; después se verán los bienes o cosas inmateriales
del patrimonio en su parte pecuniaria, y así se hará el estudio de los
derechos de autor. Agotado el aspecto pecuniario del patrimonio, que
se llevará la mayor parte del resto de este libro, quedará para estu
diar las relaciones patrimoniales de tipo moral o no pecuniario, en
el orden que también se exponen en el cuadro sinóptico del apar
tado 21.
Así pues, en seguida, conviene abordar el estudio de las generali
dades sobre esos bienes o cosas materiales que forman la parte pecu
niaria o económica del patrimonio, y que son los derechos reales. .
137.—Noción de la materia.
Se ha dicho por autores como Planiol y Ripert, que:
“Basta para constituir el patrimonio únicamente los derechos reales y
los derechos de crédito u obligaciones. Considerados en poder de la
persona que los aprovecha estos diferentes derechos forman el a c t i v o
d e l p a t r i m o n i o y considerados desde el punto de vista de la persona
que los soporta,, ellos constituyen el p a s i v o . Todos los derechos patri
moniales se reparten necesariamente dentro de una u otra de estas
dos categorías y, a la inversa, esta distinción no tiene valor más que
para los derechos patrimoniales.”(159)
Esto significa que para estos autores, y para los que siguen su es
cuela, el ámbito o contenido del patrimonio se reduce a la existencia
de derechos reales y derechos personales; en ellos, según estos autores,
se agota el contenido del patrimonio.
Por mi parte, ya dejé expuesto mi personal criterio de que el pas
trimonio tiene bastante más elementos, y son todos los que anoto en
el cuadro sinóptico del apartado 21 y en el 135.
No obstante, sí estimo que los derechos reales y los derechos per
sonales, son los elementos más abundantes de la parte pecuniaria del
patrimonio, pues lo normal es que las personas constituyen su riqueza
pecuniaria a base de derechos reales y de derechos de crédito o como
también se les llama “derechos personales”.
Pues bien, sin embargo hay autores que han elaborado opiniones
doctrinales que tuvieron fuerza, y llegaron a afirmar que es falso
sostener que el patrimonio —entendiendo ellos siempre que lo patrimo
nial es pecuniario— se forme básicamente con derechos reales y per
sonales, ya que en verdad se forma —han dicho unos— sólo con
(159) Planiol y Ripert. Ob. cit. Pag. 31. No. 24. T . III.
TESIS SOBRE EL CONTENIDO DEL PATRIMONIO. 1'95
derechos reales, o bien se forma —han dicho otros— sólo con dere
chos personales.
En otras palabras: hay autores, como expongo adelante, que esti-
, únan que todo el patrimonio se integra sólo con derechos reales, toda
«ez que los derechos personales no son sino una forma de los dere
chos reales; y otros autores asumiendo una postura totalmente contra
: |ia, afirman que todo el patrimonio se reduce a la existencia de
derechos personales, llamados también derechos de crédito, pues los
derechos reales en última instancia, no son sino una forma de los de
rechos personales.
Precisamente por ello, en el desarrollo de esta materia sobre ge
neralidades de los derechos reales, paso a exponer en la manera más
Dreve posible:
A. —La llamada Teoría o Tesis clásica, que afirma que son dos co
sas totalmente diferentes y opuestas los derechos reales y los derechos
personales.
B.—Una tesis —llamada monista— que sostiene que todo el patri
monio se integra de manera exclusiva por derechos reales, ya que los
derechos personales, son sólo una forma o variante de los derechos
reales.
C.—Otra tesis —monista también— opuesta a la anterior, afirma
que todo el contenido patrimonial se integran por derechos de crédi
to o derechos personales, ya que los derechos reales son sólo una for
ma o variante de esos derechos de crédito.
Cada una de las anteriores tesis las presento a la alumna(o), como
si las expusiera un solo autor, cuando en realidad se integran con el
pensamiento de varios autores. Así, por ejemplo, la tesis monista que
ifirma la identidad y asimilación de los derechos reales a los derechos
personales, esto es, que todo el campo patrimonial pecuniario se re
duce a derechos personales, la inicia en una época Ortolán; después
sus ideas son ampliadas y quizá mejoradas por Planiol, y las ideas de
este último, las vuelve a mejorar René Demogue.
Lo mismo se puede decir de la tesis monista que afirma que el
patrimonio se integra sólo por derechos reales, pues se expone en
tres diversas etapas por autores como Gazín, Jallú y Gaudemet.
Sin embargo, insisto, expondré aquí esas tesis como si su autor
fuere uno solo, o bien como si habiéndose expuesto por varios auto
res, lo hubieran hecho de común acuerdo, en colaboración, y la tesis
apareciera como una sola pieza.
Esto considero que facilita al lector(a), el conocimiento de la tesis,
fi que de otra manera, a más de extenderse mucho este libro en esos
196 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
era la relación jurídica que se establece entre una persona llamada acreedor,
que puede exigir, a otra llamada deudor, que debe cumplir, con una presta
ción de carácter patrimonial.
Este último concepto de derecho personal se sostiene aún por mu
chos tratadistas nacionales y extranjeros, pero es un concepto anticua
do y no científico, pero aquí lo expongo, ya que como se recuerda
por la lectora(or), le estoy haciendo la referencia a la tesis clásica que
establece que son dos cosas diferentes ef derecho real y derecho per
sonal. El nuevo y científico concepto que se debe tener de lo que es el
derecho de crédito, lo anoto en el apartado No. 156.
ser un derecho, tiene que implicar también una relación entre perso
nas. El derecho real implica necesariamente una relación entre p er
sonas, pero si bien es fácil decir que el sujeto activo del derecho es el
fitular del derecho real ¿quién es entonces el sujeto pasivo del propio
derecho real?
Esa persona que constituye el extremo de la relación jurídica en el
derecho, real es tan amplia, tan vaga en sus contornos, que pasó desa
percibida a la tesis clásica. Ahí donde dijo la tesis clásica que el dere
cho real puede ser invocado “...contra cualquiera OTRA...” persona,
precisamente esa “otra” persona, es la que constituye el sujeto pasivo de
la relación jurídica en el derecho real.
El derecho real viene a ser así:
“...una relación jurídica establecida entre una persona, como sujeto
activo, y todas las otras, como sujetos pasivos. Esta relación es de or
den obligatorio, es decir, que tiene la misma naturaleza que las obliga
ciones propiamente dichas. La obligación impuesta a todos menos al
titular del derecho es puramente negativa; ella consiste en abstenerse
de todo lo que puede perturbar la posesión pacífica que la ley asegu
ra a este último. El derecho real debe, por tanto, ser concebido bajo
la forma de una obligación, en la cual el sujeto activo es sim ple y está
representado por una sola persona, en tanto que el sujeto pasivo es
ilim ita d o en s u n ú m e r o y comprende todas las personas que entren en
relación con el sujeto activo”.(173)
Precisamente esa relación jurídica resalta, se sigue diciendo en
esta tesis, en aquellos casos en que el sujeto pasivo viola el derecho
real, pues entonces se actualiza para el sujeto activo de la relación ju
rídica, el derecho de persecución, y en su caso el derecho de prefe
rencia.
En tales eventos dicen, es cuando cobra vida, cuando se hace palpa
ble, cuando se hace presente, la existencia del sujeto pasivo de la rela
ción en el derecho real, que como se anota, tiene por lo mismo idéntica
naturaleza al derecho personal, derecho de crédito u obligación.
En consecuencia, se puede definir al derecho real según esta tesis:
“...como el derecho que impone a toda persona la obligación de res
petar el poder jurídico que la ley confiere a una persona determina
da paia retirar de los bienes exteriores todo o parte de las ventajas
que co|rfiere la posesión de ellos, o, si se prefiere, el derecho que,
dando a una persona un poder jurídico directo e inmediato sobre
una cosa, es susceptible de ser ejercitado, no solamente contra una
persona determinada sino contra todo el m undo.”(174)
(173) Pianiol y Ripert. Ob. cii. T. III. Pág. 44 No. 38.
(174) Pianiol y Ripert. Ob. cit. T . III. Pág. 47. No. 40.
210 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
le pueda estimar que es deudor, pues aún no hay sujeto que le pueda exi
gir la prestación, y lo que es más, puede suceder que durante el tiem
po que dura esa obligación conforme a lo dicho en el anuncio, no
llegue a tener acreedor, ya que no haya quien le proporcione noticias
certas respecto de su niña y niño.
En este caso Procopio que ya está obligado”, no es deudor, ni tiene
acreedor; sólo se convertirá en deudor y surgirá para alguien un dere
cho a exigir la prestación, si una persona le proporciona las noticias
exactas sobre el paradero de su hijo e hija; pero sólo hasta ese mo
mento se establecerá un vínculo de derecho con otro sujeto; antes, ya
digo, Procopio ESTA SIN DUDA OBLIGADO conforme a la ley,
pero no tiene un acreedor, por lo que NO ES “deudor”.
1 5 9 .— C .— T e s is m o n is ta q u e a s im ila e l D e r e c h o p e r s o n a l o de
C r é d ito al D e r e c h o real.
En el extremo opuesto de la tesis que se acaba de exponer y criti
car, se tiene otra que sostiene todo lo contrario y así dice que el dere
cho de crédito es el que tiene la naturaleza del derecho real.
Debe recordar el lector(a), que también esta tesis se la expongo
aquí como una sola pieza, pero que en verdad está formada por el
pensamiento de diversos autores(182). En secciones numeradas, pue
de captar mejor esta tesis y así tiene:
lo.—En el Derecho Romano la obligación o derecho de crédito,
era de naturaleza personalísima, de tal manera que sólo el deudor
podía cumplir la prestación debida a su acreedor; no había forma le
gal de que otra persona sustituyera al deudor. Si se quería cambiar de
deudor, había necesidad de extinguir el crédito y crear otro nuevo y
diferente, con otro deudor, pero no había posibilidad de que en la
primera relación jurídica se cambiara de deudor.
V. g. si Cayo debía a Mario 50 áureos, pero quería que en lugar
de tener que pagárselos a él, a Mario se los debiera Lucio, no era po
sible que Cayo y Mario convinieran en el cambio de deudor en la re
lación que los ligaba. Tenían en todo caso que convenir en que la
deuda de Cayo se extinguía, y en su lugar se creaba otra nueva obli
gación en donde el acreedor sería Mario, pero el deudor sería Lucio.
Esto es lo que se conoció y conoce aún con el nombre de “N O V A
C I O N ”. Los Códigos civiles de 2000 en su artículo 2213 dice
“Hay novación de contrato cuando las partes en él interesadas lo al
teran substancialmente substituyendo una obligación nueva a la anti-
gua.”(183)
2o.—-Al evolucionar el derecho, se fue perdiendo ese aspecto per-
sonalísimo de la relación entre acreedor y deudor, y se llegó al mo
mento en donde la ley autorizó el cambio de deudor o de acreedor,
sin que se extinguiera una obligación y se creara otra, ya que el cam
bio de una de las personas se opera por mandato de ley, y subsiste la
misma relación jurídica. Aparecen así, al tiempo, las llamadas “Cesión
de derechos” y la “Cesión de deudas”.
Así, en el ejemplo que he usado en donde el señor Procopio le
presta al señor Facundo un millón de pesos, en la actualidad no hay
prohibición legal, y sí por el contrario autorización, para que Proco
pio si lo desea, trasmita su crédito a Erubielito, y éste pase a ocupar
(182) Véase Bonnecase Julien. O b. c ii.. T. II. Pág. 46. No. 26.
(183) Esta norma es criticable por varios conceptos. Vease mi D e re c h o d e la s O b lig a cio n es
13a. Ed.
SEGUNDA TESIS M ONISTA Q U E CONSIDERA T O D O EL PA TR IM O N IO 225
C O M O DERECH O REAL.
tar así que en verdad lo que responde a una exigencia de los acreedo
res, son precisamente los bienes del patrimonio, y no su titular. Se esti
tablece en virtud de la relación obligacional, una relación de un
patrimonio acreedor, que se garantiza con las cosas o bienes que for
man el activo del patrimonio deudor, y así se puede afirmar según los;
autores de esta tesis, que en la actualidad no es la persona la que
debe a la persona, sino:
“...el patrimonio el que debe a otro patrimonio, no siendo ya el deu
dor y el acreedor sino los representantes jurídicos de sus bie- ■
nes”.(186)
Se llega de esta forma a la idea de una obligación sin deudor per
sona, y con ello en forma insensible se llega a sostener que el derecho
de crédito u obligación es un:
PARECE
“PEINETA”
SEVILLANA
PERO
NO LO ES.
"amnesia”, y. nadie sabe además quién es él, pues quedó con todo el
pelo quemado y un tanto irreconocible; ni él mismo se conoce; en ese
momento ¿cuál es el patrimonio pecuniario o moral de Tiburcio?. No
se le conoce, y sin embargo, Tiburcio solicita a los bomberos que le
presten una manta para taparse, y ese préstamo de la manta, implica
un “contrato de comodato” en donde el comodatorio Tiburcio, tiene
la obligación de devolver la misma cosa, y así tiene ya una deuda; al mis
mo tiempo pide prestados mil pesos para comprar un pantalón y una
<_amisa, y se los prestan los bomberos —cuerpo de seguridad social
de).todo respetado y respetable— y celebra así un contrato de mu
tuo, y se convierte en deudor sin tener un patrimonio activo que res
ponda de sus deudas.
¿Cómo puede la tesis que se comenta explicar en este caso que el
derecho de crédito u obligación sea un derecho real de un patrimo
nio sobre otro patrimonio?. La crítica hace caer por su báse a esta te
sis que exageró la nota, y de simples situaciones como es la de
admitir el cambio de deudor, se fue a conclusiones totalmente aleja
das de la realidad. Si se aceptara esta tesis, se llegaría entonces al ab
surdo de sostener que sólo las personas que tienen bienes, son las
únicas capaces de obligarse.
Desde luego que comparto este punto de vista por lo que se refie
re a la obligación en su especie derecho de crédito convencional,
como elemento patrimonial pecuniario o económico, pues no sería
congruente con mi propio pensamiento, si sostuviera que todo dere
cho de crédito responde a un contenido pecuniario, ya que entonces
dejaría fuera del patrimonio como lo hacen la gran mayoría de los
autores a los derechos de crédito que no tienen un contenido pecu
niario, como son los de contenido moral y que se ven por el lado del
sujeto titular de' derecho en unos de sus aspectos, en el final de esté
libro.
D. —Y precisamente ese derecho o “dato” económico:
“...sobre la apropiación de las riquezas y el aprovechamiento de
los servicios, justifican la doctrina jurídica tradicional de la distin
ción entre el derecho real y la obligación. Considerados en su
esencia pura el derecho real y el de crédito son irreductibles uno
a otro, por tener como objeto, el primero, una cosa material,
cuando menos en principio, y el segundo, un acto o una absten-
ción.”(194) y (195)
E. —Más fuerza, a mi juicio, cobra aún esta postura de Bonnecase,
si se admite como yo lo hago, la existencia de obligaciones o derechos
de crédito con contenido no pecuniario o económico, pues entonces
menos aún se podrá confundir el derecho real, que ese sí, estimo,
siempre responde a una idea de apropiación de la riqueza. (196)
Y en consecuencia, se tiene que concluir que no podrán nunca,
identificarse el derecho real con el personal, aunque tengo que hacer
necesariamente, la referencia de que si bien es cierto, y acepto con la
tesis clásica esa separación integral e irreductible entre ambos dere
chos, no puedo aceptar que sean los únicos que forman el patrimo
nio, ya que éste como anoto en el apartado 18, en el cuadro sinóptico
que ahí inserto, tiene muchos otros elementos, y como lo describo en-
el apartado 132.
I
NUEVOS TIPOS O ESPECIES DE DERECHOS REALES.
163.—Introducción.
q régimen jurídico de los que regula la ley, se debe concluir, que eso
247
248 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
1 8 1 .— C o n c e p to d e m o d a lid a d .
Pero el ya transcrito artículo 830 de am bos Códigos de 2000, se
refiere adem ás de las limitaciones, a las m odalidades, y p o r ello debe
saberse ahora qué es una m odalidad.
Y aquí ya la cosa no resulta tan sencilla com o con la limitación,
pues fuera de la personal definición que adelante p ropongo, sobre lo
que es m odalidad, n in g ú n otro autor que yo sepa, antes que yo y des
pués tampoco, ha intentado definirla.
Hace m uchos años m e preocupó el saber qué era u n a m odalidad,
y con estupefacción encontré que todos los autores p o r mí consul
tados, hablan de ella, y la enuncian, p ero no dicen qué es la m odali
dad; lo m ism o sucede en las leyes, que destinan com o los Códigos
civiles de 2 0 0 0 , inclusive, un capítulo a las m odalidades, pero no d i
cen qué son ellas. En efecto, el Código civil de 1928 y ah o ra los C ódi
gos de 2000, destinan todo el Título Segundo de su Libro C uarto,
que incluye los artículos 1938 al 2028, y todo ello en seis capítulos, a
tratar lo que designa como m odalidades.
En su capítulo I, con los artículos 1938 a 1952, trata de las obliga
ciones condicionales; del artículo 1953 al 1960 form a el capítulo II, y
se ocupa de las obligaciones a plazo; el capítulo III, artículo 1961 a
1983, se ocupa de las obligaciones conjuntivas y alternativas; el capí
tulo IV, con los artículos 1984 a 2010, trata de las obligaciones m an
com unadas; en el penúltim o capítulo de este Título, con los artículos
2 0 1 1 a 2026, trata de las obligaciones de dar, y p o r últim o, en los a r
tículos 2027 y 2028, integra el capítulo VI, y lo refiere a las obligacio
nes de hacer y no hacer.
Com o se aprecia, los Códigos dedican buen núm ero de norm as a
las m aterias que el legislador consideró son m odalidades, pero no dije
ron qué es una modalidad, y este ejem plo de los Códigos es el que se
rep ite en los tratadistas, pues no se ocupan de d ar una definición de
lo que debe entenderse p o r m odalidad.
Precisam ente ante esa deficiencia de la ley y de la doctrina, decidí
elaborar una definición de lo que a mi juicio se debe en ten d er p o r
m odalidad. No en tro aquí a d ar los porm enores de cóm o llegue al
concepto que en seguida brindo, p ero se trata de u n a idea personal
que h a resistido un poco más de cinco décadas de críticas, y no se me
ha podido p ro b ar que tal idea esté equivocada.(232)
C onsidero que M O D A L ID A D ES, C U A L Q U IE R C IR C U N S T A N -
(232) Si se quiere ampliar el conocimiento de cómo integré este concepto de modalidad,
véase: Gutiérrez y González Ernesto. ‘‘L o s c o n tra to s d e a d h e sió n n o s o n c o n tra to s. Son guiones admi
nistrativos". Tesis profesional, 1951. Pág. 40 y siguientes; Gutiérrez y González Ernesto. D erech o
d e la s o b lig a c io n e s. I3a. Ed. Editorial Porrúa, S.A. 2001.
262 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
B.—Plazo resolutorio.
A. —CO NDICION SUSPENSIVA.—ES EL ACONTECIMIENTO
FUTURO, DE REALIZACION C O NTING ENTE, DEL CUAL D E
PENDEN LA EFICACIA DE DERECHOS Y OBLIGACIONES.
Pondré ejemplos relativos a derechos de crédito, que es más acce
sible al alumno(a) entender, y ya al llegar a la parte de modalidades
del derecho real de propiedad que es lo que en verdad constituye el
tema central de este estudio, pondré otros ejemplos relacionados, que
le serán entonces más fáciles de comprender.
El señor Procopio le dice al señor Facundo: “Te vendo mi casa de
la calle de la Pulga Coja 2190, en un millón de pesos,, si el día de
mañana cae nieve en la ciudad de México”. El señor Facundo acepta
celebrar la operación, pero ya celebrada, queda en suspenso su efica
cia. Si al día siguiente nieva sobre la ciudad de México, surte, efecto al
acto, y entonces el señor Procopio entregará la casa al señor Facundo,
y éste le entregará el millón. Si por el contrario, no cae nieve en la
ciudad al día siguiente de celebrada la compraventa, entonces la ven
ta no surtió efectos y se estima por la ley que es como si nunca hubie
ra existido.
Pero mientras sucede o no el acontecimiento, que es futuro y con
tingente, la operación de compraventa ya existe, sólo que está en sus
penso su eficacia, eficacia que está supeditada a la realización o no
del meteoro.
B. —CO NDIC IO N RESOLUTORIA.—ES EL ACONTECIMIEN
TO FUTURO DE REALIZACION CO NTING ENTE, DEL CUAL
DEPENDE LA E X T IN C IO N O RESOLUCIO N DE DERECHOS Y
OBLIGACIONES.
El señor Procopio le dice al señor Facundo: ‘T e vendo mi casa antes
señalada, en un millón de pesos; te la entrego desde este momento,
pero si dentro de un mes empieza a llover en la ciudad de México la
venta se resuelve y tú me devuelves la casa y yo tu millón de pesos”.
Si el señor Facundo acepta la operación, se hace entrega de la finca,
y se paga el dinero. Al llegar el mes, si no llueve, la compraventa
queda firme como si nunca hubiera estado sujeta a condición; pero si
antes o a Ja llegada del mes, llueve en la ciudad, entonces la opera
ción de compraventa se resuelve, se extingue, y las partes se restituyen
las prestaciones que se hubieran hecho.
A.—PLAZO SUSPEN SIVO .—ES EL ACONTECIMIENTO F U
TURO, DE REALIZACION CIERTA, DEL CUAL DEPENDE LA
EFICACIA DE OBLIGACIONES Y DERECHOS.
264 ERNESTO. GUTIERREZ Y GONZALEZ
I
CAPITULO IV.
dad de otros (Art. 27, Par. 5 y Frac. II); limita la capacidad para ad
quirir el dominio de las tierras y aguas, a los extranjeros (Art. 27,
frac. I); a las instituciones de beneficencia (frac. III), a las sociedades
comerciales por acciones (frac. IV) y a los bancos (frac. V); la niega
totalmente a las corporaciones religiosas (frac. II); la concede a los
núcleos de población que guarden el estado comunal para disfrutar
en común las tierras, bosques y aguas que les pertenezcan (frac. VII)
y la reconoce también a los Estados, al Distrito Federal,... y a los
Municipios de toda la República para adquirir y poseer todos los
bienes necesarios para los servicios públicos ("frac. VI); prohíbe la
confiscación (Art. 22); prohíbe también las requisiciones en tiempo
de paz y las sujeta a lo que dispongan las leyes marciales en caso de
guerra (Art. 22); prohíbe la privación de la propiedad, a no ser me
diante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos en
el que se cumplan las formalidades esenciales de procedimiento con
forme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho. (Art.
14)”(233)
De todas estas disposiciones constitucionales sobre la propiedad, y
con las ideas que orientan la materia, se comprende que para tener
una cabal noción del régimen jurídico de la propiedad, se precisa co
nocer de ella, sus:
I. —Limitaciones,
II. —Modalidades, su
III. —Garantía, y su
IV. —Defensa.
piedad, sino que éstas son las que consigna el Código civil, pero hay
otras que se consignan y determinan en otros ordenamientos.
' a ) . —Art.
839.—Limitación al derecho de
construir.
b) .—Art. 845.—Limitación al derecho de
construir..
c) .—Art. 846.—Limitación al derecho de
plantar.
d) ..—Art. 849.—Limitación al derecho de
tomar luces.
e). —Art. 851.—Limitación al derecho de
A.—EN BENEFICIO vistas.
DE LOS PAR- . j ) . —Art. 853.—Limitación al derecho de
L T1CULARES.
I construir.
M g).—Art. 937.—Limitación al derecho de
I disponer de agua.
1. —De desagüe.
C 2. —De acueducto.
I h ).—Servidumbres
O impuestas abrevadero.
N por la Ley. 3.—De paso • andamio,
E postes de teléfono.
S
a ) . —Art.
834.—Limitación al derecho de
enajenar. 1
Ahora bien, hasta fines del siglo XIX y principios del XX las casas
que se construían en la ciudad de México, eran relativamente bajas¡
de dos o tres pisos cuando mucho, y de materiales no muy pesados*
por lo cual la capa de tierra que cubre el agua, por delgada que re
sultara, podía soportar el peso de las construcciones. Pero ya en?
las prim eras décadas del siglo XX, se decidió construir edificios.más
elevados, y por ende con mayor peso, y ahí es donde surgió el pro
blema.
A los edificios de mayor peso, no los soporta la endeble capa de
suelo firme, y se van hundiendo en él, pero al suceder esto, el piso
que está directamente debajo del edificio se comprime, y desplaza
otras capas del subsuelo hacia los lados, provocando resquebrajamien
tos y rupturas a los edificios vecinos, entendiéndose por “vecinos” no
sólo a los que inmediatamente colindan, sino a los que alcanzan a ser
afectados, por causa directa e inmediata del peso del edificio que
comprime el suelo. Sucede como dice el vulgo, que los edificios veci
nos “se cuartean”.
Cuando antes de 1932 se empezaron a presentar los primeros ca
sos de construcciones pesadas que dañaban a los edificios vecinos, los
propietarios de éstos ocurrieron ante las autoridades judiciales a de
mandar la indemnización correspondiente, demostrando que el in
mueble que se estaba construyendo o que ya se había construido en
su vecindad, había provocado esos movimientos del subsuelo que ori
ginaron los daños.
Los jueces sin embargo, se encontraban en la imposibilidad de
condenar a la indemnización al propietario del predio que causaba
los daños, ya que en primer lugar no había una norma que previera
el caso, y en segundo lugar, porque estaban sujetos a la antigua máxi
ma latina de que “qui jure suo utitur neminem laedit”, que en una tras
lación libre significa más o menos como lo entiende el vulgo aquello
de que “quien fastidia a otro cuando hace uso de su derecho no es
responsable”, o bien como decían los antiguos españoles “nadie hace
entuertos por el uso de sus derechos”.
Esta situación se empezó a repetir con demasiada frecuencia, y de
ahí que al formarse en 1926 la Comisión legislativa redactora del Pro
yecto de Código civil para 1928, tomara en cuenta la indefensión en
que se situaba a los propietarios dañados, y entonces el maestro D.
Francisco H. Ruiz, recordando el Código civil alemán, tomó, adaptán
dolo, con su ampliación, al sistema mexicano, y así se creó el que es
hoy artículo 839, en donde se hace responsable de los daños que se
causen no sólo por “excavaciones” como dice el Código alemán, sino
también por “construcciones”.
CONCEPTO DEL ARTICULO 839 DEL CODIGO CIVIL. 271
198.—c’).—Acción de Indemnización.
PAGO DE DAÑOS Y PERJUICIOS. En la demanda que se ins
taure en contra del señor Procopio por violar lo dispuesto en el a r
tículo 839 que se viene estudiando, una vez que se pruebe ante el
juez que los daños sufridos en la finca vecina de Facundo, se originan
por la obra nueva del señor Procopio, se le tendrá que condenar a
éste, por haberlo solicitado así el demandante, al pago de una indem
nización por los daños y perjuicios, en caso de que no sea posible in
demnizar al dañado.
Porque, desde ahora es muy importante que el alumno(a), entien
da que indemnizar, no significa el pagar una suma de dinero, sino que
indemnizar significa “dejar indemne”, “dejar sin daño” ¿y cómo se
deja sin daño?, pues volviendo las cosas al estado que guardaban an
tes de causarse el daño, si ello es posible, y en ello consiste la indem
nización. Cierto es que hoy día, al reformarse en 1975 el Código civil
de 1928, y seguir con el mismo texto los Códigos de 2000, en su art.
1915 los cavernícolas del Derecho, legisladores que ignoran los rudi
mentos del Derecho, desnaturalizaron esta idea de indemniza
ción.(238)
En el ejemplo que se viene usando, ¿en qué consistirá la indemni
zación?. Pues en que el señor Procopio contrate el personal necesario,
y pague materiales y mano de obra, para que se repare la casa de Fa
cundo; se le indemniza dejando su casa como estaba antes de cuar
tearse; se le indemniza reponiendo el inmueble hundido a su nivel.
Pero sólo que ello ya no Fuere posible, entonces, la indemnización
se traduce en el pago de daños y perjuicios. El concepto equivocado
POR PARCIAL, que da el Código de lo que son los daños y los p er
juicios^!!)), se contiene en los artículos 2108 y 2109 de ambos Códi
gos de 2 0 0 0 , que dicen, el primero:
(238) Ver Diario Oficial de la Federación del d ía 22 de diciem bre de 1975 en que se p u b li
có la obtusa reform a aí art. 1915. La crítica de esta norm a la h ag o en mi Derecho de las Obligacio
nes. 13a Ed. México 2001.
(239) Véase Gudérrez y G onzález Ernesto. Derecho de las Obligaciones. 13a. Ed. México. 2001.
278 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
“No creo que el artículo 839 del Código civil esté inspirado en la
doctrina de la responsabilidad objetiva y pueda servir de fundamen
to legal para resolver que cuando una construcción causa daño a las
fincas vecinas porque hace perder al suelo que la sustenta la solidez
necesaria, se incurra en una responsabilidad por el riesgo creado... ’
Quien construye en esas condiciones viola la prohibición contenida
en el citado artículo 839 y la violación de un precepto legal prohibi
tivo hace nacer una responsabilidad por culpa, porque la violación
de un precepto legal de esa especie constituye un acto ilícito, confor
me a lo dispuesto por el artículo 839, siendo entonces aplicable el
artículo 1910, que trata de los daños causados por los actos ilíci-
tos”.(248)
Esta explicación del Maestro D. Francisco H. Ruiz, que como ya
he dicho en varias partes de este libro, fue el cerebro director de la
Comisión redactara del Código civil de 1928, es definitiva para sentar
la “Interpretación auténtica” de esa norma 839, y para mi satisfacción
pude constatar que sin conocer antes este trabajo, había yo llegado a
conocer por razonamiento lógico, el pensamiento del Maestro, y a ha
cerlo mío, sosteniendo así desde la prim era edición de este libro, el
mismo criterio de que la fuente de la responsabilidad que consigna el
artículo 839 tenía que ser el hecho ilícito, y el artículo 1910, y nunca
la responsabilidad objetiva que encuentra su base en el artículo 1913
del mismo Ordenamiento civil.
Antena —
parabólica
Ventana que
Quinta abre Facundo
Procopso
„ 3 mts.
___________ _ Alberca ♦
Jardín r / Jardín j m
a
Predio de! * Predio del Señor Procopio Predio de
Sr. Antonio Facundo
Y ¿para qué tantos requisitos para abrir una simple ventana?. Pues
lo de la altura de tres metros, para que si el señor Facundo es curioso
no se alcance a asomar al patio del señor Procopio, cuando éste invite
a sus amigas a una fiesta; y lo de la reja, para que el señor Facundo
al ver a las amigas del señor Procopio en traje de baño, no se salte
por la ventana; y por último, lo de la red de alambre cuyas mallas
sean de 3 centímetros cuando mucho, para que no pueda el señor Frt-j
cundo arrojar basura al patio del señor Procopio.
4
DERECHO A TOMAR LUCES: 291
á
LIMITACION DEL ARTICULO 939 DE LOS CODIGOS DE 2000. 293
den al agua lluvia caer sobre la casa del vecino señor Antonio, venga
éste y le diga al señor Procopio: “tienes la ‘obligación' de impedir que
el agua lluvia que cae en el tejado de tu edificio vaya a dar al suelo o
a mi casa, y ahora mismo te voy a demandar para que cumplas con
esa 'obligación' En ese momento, el séñor Procopio volvería con su
imaginación al pasado, y vería con los ojos del recuerdo, a su ahora
esposa Ñachis, gritándole cosas semejantes cuando él pasó por el ca
llejón del Sapo(250).
No, aquí la ley hace mal uso del término obligación, ya que no
existe en el caso un acreedor y un deudor; la ley debió hablar de “de
ber" para utilizar la expresión correcta.
cundo, con el solo pago del valor de la. misma, según peritos, o al.jS
acuerdo que lleguen.
“El que quiera usar agua de que pueda disponer, tiene derecho a
hacerla pasar por los fundos intermedios, con obligación de indem
nizar a sus dueños, así como a los de los predios inferiores sobre los,
que se filtren o caigan las aguas”.
En este artículo se marca la situación en que está el propietario ¿té
ver limitada su propiedad ya que no puede impedir legalmente, que
el propietario de otro predio, haga en el de él las obras materiales
necesarias para captar agua y llevarla al predio dominante.
Se aprecia cómo el propietario del predio sirviente, tiene limitado
el derecho sobre su inmueble, pues quiéralo o no, la ley le importe la
situación de que otra persona haga uso de su propiedad, en la medi
da que lo necesite para tom ar agua de la cual pueda disponer.
qué cómo conforme al artículo 834 de ambos Códigos civiles hay bie
nes que son propiedad de los particulares, y que sin embargo no es
posible que los enajenen, sin pedir previa autorización —que puede o
no otorgárseles— al Estado por conducto del titular del Poder Ejecutivo
Federal, o el Distrito Federal por conducto de su Jefe de Gobierno.
En este caso, la ley en este artículo 834 determina una limitación
a la propiedad, pues teniendo una persona ese derecho real, no pue
de disponer libremente de la cosa, y se le afecta uno de los aspectos
que la Tesis Clásica de la propiedad consideraba intocable, el derecho
a enajenar y disponer de los bienes que se tienen en propiedad, en la
forma que mejor le acomode al propietario.
Y lo que es más, se lleva esta limitación a la categoría de “limita
ción en beneficio social”, pues si el particular enajenara la cosa sin
obtener la autorización que determina el artículo 834, entonces se le
aplican serias sanciones, al decir del artículo 835 cuando establece
que:
“La infracción del artículo que precede se castigará como delito, de
acuerdo con lo que disponga el Código de la materia.”
y el Código de la materia es el penal.
no hay lesión del derecho ajeno y se usa del propio para el fin racio
nal a que está destinado: satisfacer necesidades del dueño. Tercer
caso. El propietario, como en el caso anterior, levanta el muro den
tro de su propiedad, sin invadir de ninguna manera la ajena; pero
. ese muro en nada lo va a utilizar, para nada le va a servir. Lo ha
construido exclusivamente con el objeto de privar a su vecino de una
hermosa perspectiva, de obscurecer su propiedad o causarle alguna
otra molestia o daño, del que ningún beneficio racional obtiene. Este
tercer caso constituye un abuso del derecho. Es cierto que no ha h a
lado una invasión de la propiedad ajena, que el propietario ha usa
do, sin extralimitarse, del derecho que tiene de hacer construcciones
dentro de su propiedad; pero ha usado de su derecho desnaturali
zándolo, contrariando el fin racional que debe cumplir y con un fin
antisocial. El derecho de propiedad no se ha usado para llenar la
función que lo justifica: satisfacer necesidades racionales del propie
tario”.(255)
Precisamente cuando esto sucede, es cuando la ley determina una
sanción para el propietario que olvida el uso racional que debe hacer
de su propiedad, para el propietario que olvida que su propiedad
está limitada a hacer de ella un uso racional en beneficio directo
suyo, pero indirecto de la sociedad, limitada a cumplir con una fun
ción y a no abusar de ella. Es así como el artículo 840 de ambos Có
digos manda:
“No es lícito ejercitar el derecho de propiedad de manera que su
ejercicio no dé otro resultado que causar perjuicios a un tercero, sin
utilidad para el propietario”.
Desde luego que si se usa de un derecho para un fin racional que
está protegido, y con ese ejercicio se causa un daño, entonces el que
lo produce no será responsable por una causa ilícita; podrá serlo si
usándolo para su fin racional, no toma las medidas precautorias que
le impone la ley, como ya se vio en el caso del artículo 839.
Pero, si usa de su derecho en forma racional, y de acuerdo con lo
que le preceptúa la ley, entonces no será responsable, tal y como ya
se vio también al hacer el estudio de la limitación de luces que esta
blece el artículo 849, y cómo el artículo 850 determina sin embargo
que el propietario del predio vecino puede tapar la luz, pero con esa
construcción que hace y con la que tapa la luz, obtiene un beneficio,
una utilidad, puesto que la ya a utilizar para apoyar una obra que le
es necesaria.
En el caso que puse, si el señor Procopio levanta un muro en el
(255) Ruiz H. Francisco. Ob. cit. Págs. 85 y 86.
300 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
lindero de su ñnca con el predio del señor Facundo, sólo por taparle
la luz, estará cayendo en la hipótesis del artículo 840 y será sanciona; .
do, pues le tapa la luz a Facundo, sin ninguna utilidad, pero en cam
bio si le tapa la luz, pues va a apoyar en esa pared un nuevo edificio,
aunque le oscurezca su casa al señor Facundo, no estará abusando de
su derecho, ya que está usando de su derecho para el fin racional
para el cual se lo protege la ley.
casa. Y estima en cambio que con el valor de esa casa acrecentará los
bienes que le dejará a su último descendiente cuando le toque “entre
gar cuentas en el más allá”.
Por eso procede a revocar la donación conforme al artículo 2359
y en este caso, Narcisa y Procopio tuvieron una “propiedad sujeta a
condición resoluble” condición que radicó precisamente en el hecho
futuro y contingente, de que el papá de Ñachis pudiera engendrar un
hijo.
Considero que con los casos anteriores, el lector(a), tiene ya sufi
ciente para entender qué es la propiedad sujeta a la modalidad con
dición resolutoria.
“En virtud del reporto, el reportador adquiere por una- suma de di
nero la propiedad de títulos de crédito,; y se obliga a transferir al
reportado la propiedad de otros tantos títulos de la misma especie
en el plazo convenido y contra reembolso del mismo precio, más
un premio. El premio queda en beneficio del reportador, salvo pac
to en contrario.
El reporto se perfeccionará por la entrega de los títulos y por su en
doso cuando sean nominativos.”
Es cierto que se trasm iten títulos de crédito que son aquí cosas:
fungibles(257) pero nada impide que se devuelvan al final de la ope
ración los mismos títulos recibidos, y en ese caso se tuvo en verdad
una propiedad temporal sobre los documentos dados en reporto.
CAPITULO V.
229.—Concepto de expropiación.
El concepto que en seguida doy de expropiación, lo elaboré, des
pués de estudiar la figura, y ver los errores en que incurren tratadis
tas de esta materia, aprovechándome de los mismos equívocos, como
experiencia, ya que deben recordarse esas palabras tan ciertas de Os
car Wilde que dicen: “Los hombres llamamos experiencia al fruto de
nuestros errores”.
Así pues, con mi elaboración personal, y el fruto de la experiencia
de otros, elaboré este concepto: EXPROPIACION ES EL ACTO
DEL ESTADO, UNILATERAL Y SOBERANO, POR CONDUCTO
DEL FUNCIONARIO COMPETENTE DE SU ORGANO EJECUTI
VO O ADMINISTRATIVO, POR MEDIO DEL CUAL PRIVA,
PARA SI O PARA UN TERCERO, A UNA PERSONA DE UN
BIEN DE SU PROPIEDAD, MEDIANTE EL PAGO DE UNA RE
TRIBUCION O INDEMNIZACION, PARA DESTINARLO A LA
SATISFACCION DE UNA NECESIDAD PUBLICA, DIRECTA
MENTE, POR EL, O INDIRECTAMENTE PARA UN TERCERO, Y
QUE SÓLO CON ESE BIEN PUEDE SER SATISFECHA, EN
TODO O EN PARTE.
Esta definición puede no ser aplicable en todos los países, pues
hay algunos que o no reconocen la propiedad privada, o si la recono
cen no es en la misma forma que en México, o bien no verifica el Es
tado la expropiación por conducto de la autoridad administrativa. Por
310 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
7o.—Sólo con ese bien puede ser satisfecha, en todo o en parte, la;
necesidad pública.
En los siguientes apartados se hace el estudio de estos siete su
puestos.
_ ^
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo/
14, párrafo segundo, determina que:
“Nadie podrá ser p r i v a d o de la vida, de la libertad o de sus p r o p i e
d a d e s , posesiones o derechos, sino m ediante juicio seguido ante
los tribunales previamente establecidos, en el que se cum plan las '
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a LAS LEYES
EXPEDIDAS CON ANTERIORIDAD AL HECHO”
y de ahí entonces que previamente debe existir una ley en donde se
determine cuáles son las causas que se estiman o consideran por el
Estado como de utilidad pública, y que autoricen a privar de sus bie
nes a los particulares.
Por ejemplo, el señor Procopio es dueño de una casa que tiene
nada más 18 recámaras, y otros tantos baños, y un amplio jardín cori
100 fresnos y otros árboles frutales, y todo ello en una colonia que
hace 10 años se estimaba que quedaba fuera de la ciudad, pero que al
correr de esos años, fue viéndose rodeada de colonias y más colonias,
al grado de que ya no se ve predio alguno vacío en los alrededores
de ese “caserón” de D. Procopio.
Pero sucede que con tanta gente que ha ido a vivir en ese rumbo,
hay necesidad primero, de ampliar una calle y volverla avenida, y
precisamente esa calle es la que sirve de. colindancia al jardín de la
casa de D. Procopio, pero además, sucede también que en esa zona
hay ya varias colonias en donde hay muchos niños y niñas que no tie
nen escuela, pues la más próxima de las que tiene establecidas el Es
tado, se localiza a varios kilómetros de esa colonia.
La Ley de Expropiación vigente, contempla entre las causas de
utilidad pública, que autorizan a que un bien de un particular le sea
expropiado, el que haya necesidad de ampliar avenidas o establecer
escuelas, por lo cual la casa de D. Procopio puede servir para esos fi
nes por partida doble, pues en su colindancia con la calle que se ne
cesita volver avenida, le tendrá que ser privado de una parte de su
jardín, y además por la otra parte, como no hay escuelas, y el Estado
en ese momento no puede construir una, la casa de D. Procopio, a la
que le quedará mucho jardín, se encuentra que tiene 18 recámaras
muy amplias, y cada una puede servir de “aula” para alojar ahí a 50
niños o niñas, que tendrán así de inmediato un edificio para escuela.
Ejecutivo del mismo, está clasificado por ramas, y así atendiendo a las
ictividades que el Estado realiza por conducto de ese órgano, hay en
la actualidad 17 secretarías llamadas de Estado o del “ramo” si bien la
lectora(or), deben tener presente que esas secretarías del Ramo, no
son personas, ya que son simples subórganos del órgano Ejecutivo, que tampo
co es'persona, y la única persona es el Estado.
Pues bien, los funcionarios que laboran en esos subórganos, secre
tarías de Estado o del ramo, que no son personas, y el órgano Ejecu
tivo que tampoco es persona, tienen que desarrollar una serie de
funciones, así como sucede en el cuerpo humano en donde el hígado,
sin ser persona, los riñones, sin ser personas, el corazón sin ser perso
na, y así etc., cada uno de esos órganos tiene funciones que realizar
para el TODO QUE ES LA PERSONA HUMANA, así los órganos del Es
tado tienen funciones que realizar para la persona MORAI ESTADO.
Pero esas funciones el Estado las va a desarrollar sólo por medio de
personas físicas que van desde el más inferior empleado del Estado, hasta el
presidente de la República, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, o el presidente del Congreso de la Unión.
Así entonces el órgano Ejecutivo, que lo dirige el presidente de la
República, cuenta con muchas, pero muchas, pero muchísimas perso
nas físicas que desempeñan las funciones de ese órgano del Estado, y
así en el ejemplo que vengo usando, hay personal humano que se da
cuenta de que el tránsito de vehículos en el lugar en donde vive D.
Procopio, es muy lento y ya se está en lo que debe ser, más que una
“Avenida”, el principio de una carretera, por lo cual ese personal
hace un estudio de vialidad de cuáles medios deben emplearse para
resolver el problema, y determinan que es necesario adquirir una par
te del jardín de lo que es la casa de Procopio, para ampliar una calle
que se va a convertir en el inicio de una carretera.
Por otra parte, el personal del Estado, dedicado a ver que no
haya menores de edad sin asistir a la escuela, se percatan de que en
las colonias que están cerca de la casa de Procopio, y en la colonia
donde está la misma casa de éste, hay muchos infantes que andan en
las calles a la hora de clases; investigan las causas y encuentran que se
debe a falta de escuelas cercanas a la zona, por lo que determinan
que hay lá necesidad de construir una escuela, pero se tiene la dificul
tad de que no hay terrenos adecuados para ese fin, y que además la
que se construyera, tardaría lo menos dos años en levantarse.
Así entonces, ese personal que construye carreteras y resuelve los
problemas de tránsito en nombre del Estado, y ese personal que re
suelve el problema de niños y niñas sin escuelas y construye escuelas,
318 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
todo m undo sabe que el Estado sólo puede hacer lo que la ley .le au
toriza?”.
Y tranquilamente habré de contestar a ese pelmazo que una cosa
es lo que el Estado debe hacer, y otra lo que los malos funcionarios? y
los hay muchos, hacen con el poder que tiene el Estado, y por eso es
necesario que usted alumna(o), sepa lo que debe de ser, y lo que su
cede en la realidad. De no ser así, carecería de sentido el siguiente
apartado de este libro, en donde hago referencia a la intervención del
Estado por medio de su órgano Judicial en el acto expropiatorio
Así entonces, como primordial elemento para que el Estado pueda
proceder a un acto expropiatorio, está que él mismo haya expedido por.
conducto de los funcionarios de su órgano Legislativo, una ley en materia de
expropiación, en la cual se determinen y precisen las necesidades que se esti »
man públicas y que pueden dar lugar a una expropiación. Si no existe la f
I
ley en la que se determine las causas de utilidad pública, no podrá va
lidamente tramitarse y decretarse por los funcionarios del órgano Ejecutivo en
nombre del Estado, un acto expropiatorio.
Esa ley que expide el Estado a través de sus funcionarios del órga
no Legislativo, debe cumplir con las características de:
a) .—Abstracción;
b) .—Generalidad;
c) .—Permanencia, y
d) .—Ser sólo modificable por otra ley.
Paso a darle a usted, una breve explicación de lo que significa !
cada uno de esos términos:
a).—Abstracción. Significa que la ley se podrá aplicar a todos los
casos reales que sean iguales a los que ella previene, en tanto que esa
ley no sea derogada o abrogada. Se trata de que la abstracción es una.,
“INDETERMINACION DE CASOS”!
b) .—Generalidad. Es ésta la esencia misma de un acto legislativo y
de la actividad legislativa del Estado, y significa que la ley se deberá
de aplicar a cualquier persona que caiga en la hipótesis establecida en
el Ordenamiento, pero no se deberá referir la ley a una o a varias
personas en particular. Lo contrario a una “LEY GENERAL”, es una
“LEY PRIVATIVA” y ésta, LA PRIVATIVA, viene a ser una ley que se
pretenda se deba aplicar a una persona o a varias personas determi
nadas. Este tipo de ley privativa, se prohíbe expresamente en la
Constitución Política del País, al disponer en su artículo 13, en lo
conducente que:
“Nadie puede ser juzgado p o r l e y e s p r i v a t i v a s n i p o r t r i b u n a l e s e s p e
c i a l e s . Etc.”.
CARACTERISTICAS DE ¡LA- LEY DE EXPROPIACION. 321
(266) Cabe aclarar que se ex p o n e aq u í una situación simplista del A m paro, pues éste p r e
senta en su vida práctica múltiples aplicaciones y variantes, pero yo lo expongo así de simple,
pues para el lector(a), alumno{a), de este curso de Derecho civil, es aquí bastante, y ya será en
su curso de G arantías y en el de A m paro donde co n lodo cuidado estudiará esta materia.
324 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
c ió n . P o r ello d eb e s ie m p r e p r i m e r o p r o m o v e r el r e c u r s o , y só lo que le
s e a n e g a d a la r e v o c a c ió n d e b e r á p r o m o v e r el J u ic io d e A m p a r o .
La intervención de los funcionarios del Poder judicial en este se*
gundo caso que se viene analizando se entenderá con este ejemplo:.
La fracción III del artículo lo. de la Ley determina como causa de
utilidad pública que generará un acto expropiatorio, la creación de
jardines, y se entiende ello, pues ahí se siembran árboles que son in
dispensables para la purificación del aire de la ciudad, y como lugar
de descanso y juego para sus habitantes.
Ahora bien, el señor Procopio es dueño como ya se dijo en ante
rior ejemplo, de una “casita” que tiene un enorme jardín, más bien
una enorme huerta.
En una de tantas fiestas que da el señor Procopio, invita al Jefe de
Gobierno del Distrito Federal y éste ve que es muy bella y bien cons
truida la casa del señor Procopio, por lo cual le pide que se la venda.
El señor Procopio se niega a venderla y entonces el Jefe de Go
bierno del D. F., para perjudicar a Procopio promueve una declara
toria de expropiación, en donde determina que en la zona donde esta
la casa del señor Procopio se necesita crear un parque para que los
niños y niñas de la vecindad, tengan un sitio de esparcimiento, y que
precisamente sirve para satisfacer esa necesidad pública el predio en
donde está la casa del señor Procopio que cuenta con un amplio jar-,
din, que deberá pasar a ser público.
Firma el Decreto de expropiación, y éste se le notifica al señor
Procopio.
Al recibir esa declaratoria, el señor Procopio recurre a la abogada
Toñoñoña, y le pregunta qué debe hacer. La abogada Toñoñoña le
dice: “Respetable señor Procopio, lo primero que se debe hacer, es
ocurrir ante el mismo Jefe de Gobierno del Distrito Federal, promo
viendo el Recurso de revocación de tan descabellada declaratoria de
expropiación.”
El señor papá Antonio de la abogada Toñoñoña que está ahí pre
sente, le dice: “Pero hijita, no cabe duda que tú no has vivido; para
qué vas a perder tu tiempo en promover un recurso que sabes de an
temano se va a resolver en sentido negativo, pues el caso es claro, ya
que se trata de una venganza del señor Jefe de Gobierno pues como
sabes el señor Procopio se negó a venderle su casa, y ahora de esa
m anera busca fastidiarlo. Mejor señor Procopio, dice papá Antonio,
recurra usted ante los jueces federales directamente, en demanda de
am paro”.
La abogada Toñoñoña vuelve a tomar la palabra y dice: “Señor
RECURSO ADMINISTRATIVO CONTRA LA EXPROPIACION. 325
242. —B ienes no e x p ro p ia b le s.
Los bienes o cosas que se enumeran en los dos incisos del aparta
do anterior no se pueden expropiar, por las siguientes razones:
a).—Al hacer el estudio de las cosas o bienes, se anotó la clasifica-
(268) Véase supra 122, los bienes de Dominio publico de la Federación.
328 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
$ 5,706,000.00
el am paro, y dicen que lo que hace el Estado es correcto!. Q ué van a decir si están con legisla
dores y presidente de la República en el mismo “barco” que navega sólo para que ellos tengan
más ingresos y engorden más sus bolsas y se aum enten sueldos.
*
ü 4 8 .— D.—T ie m p o d e p a g o d e la r e tr ib u c i ó n y c r í t i c a ai a rtic u lo
20 d e la L e y .
El artículo 27 constitucional determ ina en su segando párrafo
que;
"Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad públi
ca mediante indemnización”.
TIEMPO PARA EL PAGO DE LA INDEMNIZACION. 33.7
351
352 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
es mejor el derecho del actor para poseer que el que alega el de
mandado. Para este efecto, el juzgador debe examinar cuál de los tí
tulos invocados por las partes es mejor para acreditar el derecho a la
posesión civil”.(275)
Desde luego, pido al alumno(a), recuerde que no debo en este li
bró', dar una explicación más amplia y detallada de esta materia,
puesto que la misma corresponde a los cursos de Derecho procesal ci
vil, y si aquí la apunto, es sólo para que se tenga la visión general de
las defensas de que goza un propietario, el cual quizá en un momento
dado, no pueda acreditar en forma correetá sú derecho de propiedad,
pero sí pueda demostrar la posesión de la cosa, y de esa manera, p ro
visionalmente, defiende su derecho de propiedad.
j:> ... ' •
265. —C.—Interdictos.
Ya en el apartado 189 al hacer el estudio de la limitación al dere
cho real de propiedad en el artículo 839 del Código civil, me referí a
los interdictos e hice inclusive la crítica al artículo 19 del Código de
procedimientos civiles. Ahora aquí me referiré a ellos, los interdictos,
de una manera breve y complementaria a lo allá dicho y a donde le
remito a usted lector(a).
El interdicto, al igual que la acción plenaria de posesión, se otor
ga en forma original como una defensa a la posesión, pero si como ya
se explicó antes, el propietario es también poseedor, resulta innegable
que también él puede en un momento dado, hacer uso de este d ere
cho que sé traduce en una acción procesal.
La palabra interdicto se forma con los vocablos latinos “Inter”
mientras, y “diciere”, decir, o sea qué la palabra interdicto significa
“mientras se dice”, o mientras se resuelve. En la acepción jurídica sig
nifica precisamente “mientras se resuelve sobre un derecho”.
El interdicto se ejercita a través de un juicio que va a resolver sólo
en forma provisional sobre la materia posesoria, y no va a juzgar en
definitiva problemas de propiedad, pero sí, sirve para que el propie
tario en un momento dado, pueda m antener su posesión, y en buen
estado jurídico su derecho de propiedad,
j .•
266. —Tipos de interd ictos y su naturaleza ju ríd ica
El Código de Procedimientos civiles para el Distrito Federal, con
sidera los siguientes tipos de interdictos-.
(275) Jurisprudencia d e los Estados Unidos M exicanos p o r conducto de sus Ministros d e la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. 1917-1965. Cuarta parte. T ercera Sala. Pag. 31,
358 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
CAPITULO VII.
LA COPROPIEDAD
FORMA ESPECIAL DE LA PROPIEDAD.
267.—N o c ió n de la Materia.
Se pretende por diversos tratadistas que la copropiedad es un?
“modalidad” de la propiedad; para que lo fuera, tendría que reunir
las características que ya se desprenden del concepto de modalidad
que expuse en el apartado 181, y con poco que se piense, se conclui
rá que esta forma especial que se presenta para el derecho real de
propiedad, es sólo aplicable a los derechos reales, y no a otras figuras jurí
dicas, hechos o derechos.
Así V. g. no es válido hablar jurídicamente de un derecho personal o
de crédito en copropiedad, pues respecto de él, no puede haber copro
— - --------- 3 ----
piedad; tampoco se puede hablar de un derecho de autor en copro
piedad, pues ahí tampoco cabe pensar en ese tipo de situación
jurídica. H abrá sí, cotitularidad en el derecho personal o en el derecho de
autor pero es totalmente diversa la cotitularidad de la copropiedad.
Y al no darse este elemento de que la copropiedad se pueda dar
en cualquier tipo de figura jurídica que no sea precisamente un dere
cho real o en especial la propiedad, falta el elemento "generalidad,"
que deben tener las modalidades, y resulta jurídicamente imposible
sostener ya, que la copropiedad sea una modalidad.
Se trata en verdad de una forma especial del derecho real de pro
piedad; lo normal es que el derecho real en estudio es exclusivo de
una sola persona, y aquí se verá cómo por excepción, puede ser de
más de una. La copropiedad tampoco es un derecho real diverso al
de propiedad.
La copropiedad por otra una parte, se puede presentar como una
situación accidental del derecho de propiedad, y por ello temporal, pero
también puede suceder que esa situación derive de la naturaleza mis
ma de la cosa sobre la cual recae el derecho real, y entonces se pre
senta llamada la copropiedad forzosa.
360
ESTUDIO DE LA COPROPIEDAD. 361
C O T ITU L A R ID A D : . De derechos de
COMUNIDAD crédito u otros.
(DE DERECHOS REALES, ■ I
PERSONALES U OTROS) Solo de derecho
I. 'tE tt; CO PR O PIED A D : de propiedad.
que como quedó dicho, su por ciento es sobre todas y cada una de las
moléculas de la cosa. Si uno de los copropietarios o todos ellos pue
den individualizar materialmente su parte, cesa entonces la copropie
dad en forma total o parcial, ya que ese es precisamente uno de los
medios que se utilizan, para poner fin a la copropiedad, como se
verá.
j, . ' . . ' ■ , .
273. —Naturaleza ju ríd ica de la Copropiedad.
Para precisar la naturaleza jurídica de la copropiedad, se han ela
borado muchas teorías, pero de acuerdo con la meta que me propuse
en la introducción de este libro, considero que es bastante con referir
me a las ideas que sobre la materia —inspiraron al Código civil de
1928, y que siguen en los Códigos de 2000, que dicho sea adelantan
do conclusiones, son equivocadas— y la tesis de los autores alemanes
Enneccerus-Niperdey y Wolf, y la del Lie. Jorge A. Siller en México,
que coincide con la de los alemanes.(283)
b) .—Dominio.
d isg re g a r los elem entos del patrim onio pecuniario,
en form a definitiva, y po r lo m ism o se busca
e x tin g u ir el patrim onio pecuniario.
380 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
28 7 .—C on tin u ación del apartado 281 respecto del derech o de in
tervenir en la adm inistración d e la cosa.
En el apartado 281 dije que los copropietarios tienen el derecho a
intervenir en la administración de la cosa común, pero expliqué,
cómo, para entender en qué consiste ese derecho, se precisaba saber
antes qué es administrar, y así es como fue necesario entrar a decir
en qué consiste el acto de administración y su opuesto el acto de dee
minio, tanto en el campo del “patrimonio pecuniario de Derecho co
mún”, como en el “patrimonio pecuniario en explotación” , y en el
“patrimonio pecuniario en liquidación” ; dije por último, que de ma
nera básica habrá de interesar el prim ero de esos patrimonios pecu
niarios para la materia que se desarrolla en este libro.
Pues bien, cada copropietario tiene el derecho de intervenir en la
“administración” de la cosa común, y tal derecho lo consigna el ar
tículo 946 de ambos Códigos civiles de 2000 cuando dice:
“Para la administración de la cosa común, serán obligatorios todos
los acuerdos de la mayoría de los partícipes”.
En seguida, los dos Códigos determinan en el artículo 947 que
para considerar que hay mayoría de partícipes, se necesita la mayoría
de personas copropietarias y la mayoría de intereses, por lo cual si un
solo copropietario representa en la copropiedad la mayoría de por
ciento respecto de la cosa, su sola decisión no es suficiente, puesto que
se precisa también mayoría de personas. Se entiende lo anterior con
este ejemplo:
El señor Procopio tiene el 60% de la copropiedad del edificio que
compró con sus cuatro amigos. Facundo, Prudenciano, Robustiano;
Homobono, los cuales tienen cada uno un diez por ciento. Pues bien,
si se trata de tomar una decisión que implique un acto de administra
ción, no hace mayoría la sola opinión del señor Procopio, aunque
tenga el 60% de la copropiedad, sino que, necesita además de la vo
luntad de otras dos personas, esto es, que para poder considerarse vá
lida su decisión necesita estar apoyada por el voto de Facundo y
Prudenciano por ejemplo, o de Robustiano y Homobono. Así, tendrá
mayoría de personas y de intereses, como manda el artículo 947.
¿Pero qué sucede si no se logra esa mayoría de personas y de por
ciones?. ¿Se va a suspender la administración de la cosa?. No, pues eñ
ese caso, el artículo 948 ordena:
“Si no hubiere mayoría, el juez oyendo a los interesados resolverá lo
que debe hacerse dentro de lo propuesto por los mismos”.
r
EL DERECHO DE RETRACTO, es tam bién un derecho de preferencia, que tiene una per
sona p ara la adquisición de una cosa cu an d o su d u eñ o la ha enajenado, subrogándose en el lu
gar del co m prador. (Véase subrogación en la nota de pie de página 56), m ediante la entrega
del m ism o precio que éste entregó, más los gastos que se le pudieran ocasionar.
Las ideas de estos derechos de tanteo y de retracto, se subsum ieron com o se dice antes, en
el b autizado com o Derecho del tanto, p o r el legislador mexicano de 1928, y d ejó así de lado la
controversia que hay en España, sobre si un o de estos derechos excluye al o tro , o no, pero tam
bién legislador posterior al de 1928, de m an era estúpida lo ha degenerado y se lo atribuye —y
n o — a los arrendatarios de casas habitación. Digo que lo que él llam a D erecho del tanto, io ha
dado, pues de m anera inicial consigna algo que e n el artículo 2448-J, eso significa, pero luego
con la reg lam en tació n que le da, lo vuelve a desvirtuar y ya no resulta d e re c h o del tanto. Un
“bestial legislador” el de 1984 que reform ó el Código civil en materia de arrendam iento para
casas habitación.
(300) En el Distrito Federal ha proliferado la copropiedad en condom inio durante los ú
mos años, y los conflictos entre los c o p ro p ie ta rio s tam bién han p ro liferad o p o r faltar los ele
m entos de identidad que arriba se m encionan.
FUNDAMENTO DEL D ERECH O DEL TANTO. 385
nía que decir Don Procopio! Pero ya pensaba en ser algún día “pola,
co a ia mexicana” .
Ahora, entendido qué es el Derecho de preferencia por el tanto; y
antes de diferenciarlo con el Derecho del tanto, conviene saber res
pecto de él:
lo.—¿Cuál es su fundamento legal y en qué forma opera el Dere
cho de preferencia por el tanto-?, ¡
2o.—¿Cuál es la sanción por su violación?.
s in d a r e s e a v is o , la v e n t a e s v á lid a ; p e r o e l v e n d e d o r r e s p o n d e r á d e lo s d a
ñ o s y p e r ju ic io s c a u s a d o s " .
gislador de 1985.
301. —A.—Medianería
Se presenta respecto de un objeto que sirva para dividir o separar
dos predios, y así el artículo 952 dice:
“Cuando haya constancia que demuestre quién fabricó la pared que
divide los predios, el que la costeó es dueño exclusivo de ella; si
consta que se fabricó por los colindantes, o no consta quién la fabri
có, es de propiedad común”.
y sigue diciendo la ley en su artículo 953 que:
“Se presume la copropiedad mientras no haya signo exterior que de
muestre lo contrario:
I. —En las paredes divisorias de los edificios contiguos, hasta el
punto común de elevación;
II. —En las paredes divisorias de los jardines o corrales, situadas
en poblado o en el campo;
III. —En las cercas, vallados y setos vivos que dividan los predios
rústicos. Si las construcciones no tienen una misma altura, sólo hay
presunción de copropiedad hasta la altura de la construcción menos
elevada".
El régimen jurídico de la copropiedad en su aspecto de mediane
ría lo establecen los Códigos de 2000 en sus artículos 954 a 972 y
como esta materia es de las que tienen muy poca aplicación en la
vida práctica, considero suficiente que el alumno(a), sepa que existe
esta figura y no perder tiempo en explicarle norma por norma, las
cuales por otra parte, son bastante claras como para que él solo, ias
entienda. -
303.—Ley R eglam entaria del artículo 951 del que fue Código
civil del D istrito Federal en m ateria del fuero común y
para toda la República en materia Federal de 1928 y ahora
extensiva a los Códigos civiles de 2000, en materia de co
propiedad en condominio.
Esta ley, desde su artículo Io demuestra la estulticia de los legisla
dores federales que la aprobaron, y del titular del órgano Ejecutivo
Federal que envió el proyecto de ley para que se lo aprobaran “sus”
legisladores.
No se hace referencia en esta ley, A QUE LA MISMA ES REGLA
MENTARIA DEL ARTÍCULO 951 DEL CODIGO CIVIL, COMO SI
COMENTARIOS Y CRITICAS AL SISTEMA LEGAL DEL CONDOMINIO. 397
ducción” de este libro, busco que Ud. alurona(o) reciba tas bases míni
mas de todas y cada una de las materias que en este curso se expo
nen. Así entonces, prepárese para sumergirse en aguas negras y
pestilentes de una ley que fue hecha por ignorantes del derecho, y
que por lo mismo despedazan el sistema jurídico mexicano sobre la
materia.
Título Primero.—D e la propiedad en con d om inio d e inmuebles.
Capítulo I.—D isposiciones generales. Artículos 1 y 2.
A. —Aquí de nuevo la barbaridad del legislador que no lee las críticas
que le hacen los tratadistas, y de ahí que como niño burro que no
sabe lo que es un pleonasmo, incurre en él, al hablar de “condominio
de inmuebles”, como si hubiere condominio de muebles, y no hay ni
nunca lo ha habido en México. El condominio se refiere sólo a los in
muebles, y muestra así su incultura jurídica el legislador.(306)
Igual sucede cuando en otras leyes se dice “personalidad jurídica”,
pues la personalidad sólo la da la ley, por lo cual sale sobrando lo de.
“jurídica”; o cuando menciona al “representante legal” como si hubie
re alguno que fuere ilegal; y así a cada paso, los pobrecitos legislado
res mexicanos, muestran la supina ignorancia jurídica que tienen, y
algo más grave, que no se asesoran de personas que sí sepan derecho,
que ¡vaya que fortuna las hay en México!, y muchas. Pero eso ellos
lio lo saben, ni lo sospechan.
B. —-En el artículo I, se dice la tontera que han tomado por costum
bre asentar los legisladores de que “Las disposiciones de esta ley son
de orden público y de interés social...”, como si hubiera una ley que
no fuera de orden público ni de interés social. Pobre estulto legisla
dor que cree que hay leyes que son de orden privado y de interés an
tisocial o no social.
C. —En el artículo 2
a).—Se dedica a dar lo que es absolutamente contrario a la técnica le
gislativa, y que es dar nociones de lo que
“Para los efectos de esta ley se entiende por...”
y así resulta que a lo tonto el legislador está creando nociones que
tienen ejn esta ley una connotación, pero que si se usan en otro cam
po legislativo-, tendrán o podrán tener un contenido diverso V.g. si en
esta ley dice que se entienden por
(306) Gutiérrez y González E rnesto. La propiedad horizontal. Tesis p ara obtener, como obtu
vo, la titularidad de la cátedra de 2°. curso de D erecho Civil, en la Facultad de Derecho de la
U.N.A.M., México, 1955, en ex am en de oposición o concurso de m éritos.
400 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
m
pobre muestra que no tiene ni la menor idea de lo que son las “FOR
MAS” DE LA PROPIEDAD, Y CUALES SON LAS “MODALIDADES?1
DE LA MISMA.
Para que aprecie Ud. la ignorancia de este pobre legislador, ca|t
rente de conocimientos jurídicos, lo remito a los apartados 180, 181 v
182, para que repase ahí los conceptos de “limitaciones”, “modalida
des”, el 2 2 1 que contiene el tema de las modalidades de la propie
dad, y el 267 en donde se expone a la copropiedad como una forma
especial de la propiedad, pero nunca como una modalidad.
glamento. Las lim itaciones com o d ice el artículo 830 del Código ci
vil, sólo las puede establecer el legislador, y ahora resulta que ya se
pueden establecer en la escritura constitutiva y en el reglamento.!
Vaya soberana tontera la del pobrecito asambleísta que ignora lo que
es una limitación, y que éstas sólo las puede establecer el Estado a
través de una ley.
A lo que este bárbaro asambleísta quizá pensó referirse, y eso sólo
por lo que hace a la escritura constitutiva, es que se podrá establecer
en ésta “CARGAS” O “M O D O S”, que son totalmente diferentes a las
modalidades. (309)
LA CARGA O M O DO ES U N A OBLIGACIÓN EXTRAORDI
NARIA QUE SE LE IM PO N E AL ADQUIRENTE DE UN DERE
CHO, A TÍTULO O NERO SO O GRATUITO, Y ES OBLIGACIÓN
EXTRAORDINARIA, AQUELLA Q UE NO APARECE CONSIGNA
DA EN EL RÉGIMEN LEGAL ORDINARIO DE U N A FIGURA
JURIDICA. V.g. si se celebra un contrato de arrendamiento y el
arrendador le dice al arrendatario: te doy mi casa en alquiler, pero
debes tener barrida la banqueta frente a la casa, todos los días. Esa es
una carga o modo, pues se trata de una obligación extraordinaria, ya
que en el Código civil al regularse el contrato de arrendamiento, no se
establece que el arrendatario deba barrer y mantener limpias las ban
quetas frente a la casa arrendada.
Este tipo de obligaciones si podrán establecerse en esa escritura
constitutiva, pero no son limitaciones, sino que son obligaciones ex
traordinarias como ya dije, y como tales pueden ser violadas o incum
plidas, y sólo darán derecho al pago de una indemnización, y hasta
ahí.
Pero que esas limitaciones se establezcan en el reglamento, es una
tontera, pues si no están las limitaciones en la ley, el reglamento de
la ley no puede crear limitaciones ya que ello sería ir más allá de lo
que dice la ley, y ello sería violar el principio de la jerarquía de las
normas que ya se expuso antes. Pero todo esto no lo sabe el legislador.
I.— BIEN
INMUEBLE a) .—Edificación.
A
C B.—ARTIFICIAL b) .—-Plantación.
c c) .—Siembra,
E
S
I
O a) —Inclusión
N
—Soldadura.
E —Ferruginación.
N -Tejido.
A.— INCORPORACIÓN
U —Pintura.
N f).—Rmograbado o fotograba
II.—BIEN do, y formas similares de
MUEBLE aplicar dibujos a las cosas.
B — ESPECIFICACION
C.—CON FU SIÓN
O MEZCLA
Í
La última forma de incrementar de una manera natural el dere
cho de propiedad, es por la variación del cauce de un río, llamada
mutación de cauce. Esta forma se prevé en el artículo 914 que dice:
“Los cauces abandonados por corrientes de agua que no sean de la-
Federación, pertenecen a los dueños de los terrenos por donde co
rren esas aguas. Si la corriente era limítrofe de varios predios, el
cauce abandonado pertenece a los propietarios de ambas riberas
proporcionalmente a la extensión del frente de cada heredad, a lo
largo de la corriente, tirando una línea divisoria por en medio del
álveo”.
Esta forma de incrementar la propiedad no tiene mayor problema
■ en su explicación y entendimiento de la anterior norma, a más de
que para Ud. alumna(o), no tiene mayor interés, ya que los ríos que
hay en los lugares donde rige el Código civil del D. F. que es don
de vive Ud., no son ríos que en verdad formulen problemas de esta
íridole. En todo caso, si se le presenta un problema, ya irá a buscar li
bros de consulta, y no éste que sólo es para que sepa de la existencia
de las materias, sus principios y elementos.
el trabajo, o permita sin reclamar, que con material suyo lo haga otro
en terreno “QUE SABE”, es ajeno, “SIN PEDIR” previamente al
dueño su autorización por escrito, según lo dispone el artículo 904.
c),—Finalmente, se habla de “MALA FE” al referirse a los vicios
de la voluntad, cuando hay “DISIMULACION” del error de uno de
los contratantes “UNA VEZ CONOCIDO” ESE ERROR por el otro
contratante.
En todos estos casos, el poseedor, el dueño del terreno y el de ios
materiales, así como el contratante que dice la ley obran de “MALA
FE” SABEN QUE ESTAN ACTUANDO INDEBIDAMENTE, O DE
MALA FE, PUES “CONOCEN” LOS VICIOS DE SU TITULO, O
Q UE NO TIENE TITULO; VE QUE SIN SU AUTORIZACION SE
ACTUA EN SU PREDIO, POR QUIEN SABE NO TIENE DERE
CH O Y SE HACE DISIMULADO DEL ERROR QUE CONOCE
DEL CONTRATANTE, RESPECTIVAMENTE.
“Bondad.—Calidad de bueno."(322)
y por último:
“Calidad.—Propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una,
cosa, que permiten apreciarla como igual, mejor o peor que las res
tantes de su especie”.(323)
Resulta de todo lo anterior que SI DE ALGO SE CARECE POR
EL QUE DICE LA LEY QUE ACTUA DE MALA “FE”, ES PRECI
SAMENTE DE FE, PUES TIENE PLENO CONOCIMIENTO DE
QUE ACTUA SIN TITULO O CON TITULO DEFECTUOSO; A
CIENCIA Y PACIENCIA Y CON DISIMULACION DEL ERROR.
¡Y a esto le llama la Ley MALA FEl. HAY ALGO MALO,. SI,
PERO NO FE. LA FE IMPLICA CREER, NO CONOCER.
Si sé que no tengo título o lo tengo viciado; si veo que se constru
ye en mi terreno 1 con materiales que no son míos y sin mi permiso, o
si sé del error de mi contratante y no se lo digo, NO HAY MALA
“FE”, PUES SE LO QUE SUCEDE; NO CREO EN NADA; TENGO
UNA CONVICCION. LO QUE HAY ES UNA MALA “INTEN
CION”, O “INTENCION” MALA. En efecto, el Diccionario dice:
"Intención.—Determinación de la voluntad en orden a un fin”.(324)
y de ahí que al actuar como dice la ley y los autores, equivocadamen
te, “DE MALA FE”, lo que estoy haciendo en verdad, es actuar “DE
MALA INTENCION”, PUES DETERMINO MI VOLUNTAD EN
ORDEN A UN FIN QUE CARECE DE LA BONDAD QUE DEBÉ
TENER SEGUN SU NATURALEZA O DESTINO, O QUE SE
OPONE A LA RAZON O A LA LEY.
Y, a esto repito, se le llama ¡mala fe!. Todo el error proviene —
así de sencillo— de que se perdió en la historia del Derecho, la no
ción exacta de lo que en Roma era la “BUENA FE”, y se le opuso, con
el bárbaro nombre de “MALA FE”, al mal actuar, a la mala intención.
Y nunca más se han preocupado autores y leyes, de encontrar el sen
tido de lo que llaman “mala fe” y, por esa pereza de buscar el sentido
gramatical y además el jurídico de las palabras, hacen que se exter
nen expresiones tan bárbaras como éstas:
“La Conclusión de todo ello es que no sólo es imposible, por la varie
dad de su- materia o por el empleo profuso que de ella hace el orde
namiento positivo, dar un concepto general de la buena fe, ni
(322) D ic c io n a rio de la L e n g u a E s p a ñ o la , ob. cit. pág. 219.
(323) Idem, pág. 257.
(324) I d e m , pág. 831.
424 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
se unen de tal manera que vienen a formar una sola, sin que inter
venga la mala fe, el propietario de la principal adquiere la accesoria,
pagando su valor”.
(330) Debe el alum no(a), saber que la palabra CO N FU SIO N tien e varias acepciones ju ríd i
cas. Así en Accesión cieñe la que arrib a se m enciona. En el á m b ito de la T eoría délas obliga
ciones la confusión es el acto unilateral en virtud del cual las calidades de acreedor y deudor en
un solo derecho de crédito, se re ú n e n en una sola persona y se extingue el crédito. Los Códigos
civiles de 2000 se refieren 2 esta segunda acepción en su artículo 2206.
TERCERA PARTE
CONTINUACION.
CAPITULO I.
EL U SU FR U C T O .
339,—-Introducción.
En la anterior Segunda parte de este libro, abordé el estudio del
Derecho real de propiedad; anoté que es el derecho real más comple
to, pues todos los que en esta Tercera Parte se estudian, son en ver
dad desmembramientos de él. Tam bién respecto de la propiedad
expuse diversas tesis que inspiraron e inspiran el contenido social
de ese derecho; vi asimismo, su régim en legal de limitaciones y mo
dalidades; su garantía constitucional; las defensas de que goza; la co
propiedad, y los incrementos que puede obtener.
Corresponde ahora entrar al estudio de un derecho real que se
forma con algunos de los atributos de que goza el propietario. Expli
qué cómo, de acuerdo con la concepción romana de la propiedad, el
propietario de una cosa tenía tres facultades o derechos, el “jus uten-
di” o “usus”, el “jus fruendi” o “fructus” y el “jus abutendi” o “abu-
sus”, y precisamente cuando algunos de estos derechos se confieren
por eí propietario a otra persona, se desgaja la propiedad, y ese des-
gajamiento pasa a constituir por sí, u n derecho real diverso, con iden
tidad jurídica propia.
Si el propietario de una cosa trasmite a otra persona el “usus” y el
“fructus”, está constituyendo el derecho que se designa con el nombre
de usufructo, y el propietario por su parte, es como si respecto de la
cosa se privara de su vestido de propietario y quedara “desnudo”
de esa calidad; y de ahí que al constituirse un usufructo, a la perso
na que pasa a ser titular de ese derecho se le llama Usufructuario,
en tanto que, a quien fue propietario con todos los atributos del caso
en su oportunidad, se le llama entonces “Desnudo Propietario” o
“Nudo Propietario”.
Esta tercera parte del libro la dedico al estudio de los desgaja-
mientos de la propiedad, como son el usufructo, el uso, la habitación,
y la servidumbre, y hago referencia a otro derecho real que existió en
Roma, y que va a ser necesario en breve, que lo regulen los Códigos
civiles: “LA SUPERFICIE”, si bien lo anotaré de manera breve.
435
436 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
P
'tos que la misma genera. Al término de ese lapso, restituye o devuelve al
señor Procopio, el usus y el fructus de la finca, junto con la tenencia físi
ca de la misma, y se extingue el usufructo.
(341) Castán T obeñas José. Ob. cií. T. segundo. Vol. segundo. Pág. 29. No. 2, y supra a p ar
tado 318 y 319 concepto y tipo de frutos.
450 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
a £.-V v
354.—R égim en ju ríd ico esp ecial para el U sufructo por vía de
Enajenación y por vía de R eten ción , y crítica a los artículos
1006-11 y al 1007, en am bos Códigos civiles de 2000.
Es importante distinguir si el usufructo se constituye por vía de
enajenación o por vía de retención, pues según sea el caso, la ley es
tablece especiales normas, que afectan a la situación del usufructuario
en cuanto que éste, tenga o no que obtener fiador, que garantice al
nudo propietario el que se hará un uso razonable y mesurado de la
cosa. El artículo 1006 de ambos Códigos civiles de 2000, en su frac
ción II manda:
“El usufructuario, antes de entrar en el goce de los bienes, ESTA
OBLIGADO:
II.—A DAR LA CORRESPONDIENTE FIANZA de que disfrutará
de las cosas con moderación, y las restituirá al propietario con sus
acciones, al extinguirse el usufructo, no empeoradas ni deterioradas
por su negligencia, salvo lo dispuesto en el artículo 434”.
Antes de hacer referencia al régimen jurídico que menciono, debo
hacer una doble crítica a la anterior norma:
- a).—No existe ninguna “obligación” a cargo del usufructuario como
dice el artículo a comentario. Si se recuerda el concepto que le di de
“Deber Jurídico" desde el apartado 148 hasta el 150, y el de “Obliga
ción” que se anota en los apartados 151 y 152, se entiende que el usu
fructuario tiene un “deber”, a favor de persona determinada, pero
nunca una “obligación".
b).—Pero por otra parte, el usufructuario no puede
“...d a r la c o r r e s n o n d ie n te ñ a n z a ...“
) ‘
ya que eso es jurídicam ente imposible. EL USUFRUCTUARIO
PODRA OBTENER QUE UNA PERSONA SE OBLIGUE COMO
SU FIADOR FRENTEAL NUDO PROPIETARIO, PERO EL USU
FRUCTUARIO NO PUEDE DAR FIANZA. Esto lo entenderá el
alumno(a), sabiendo qué es la fianza y cómo funciona. Véase: El ar
tículo 2749 de ambos Códigos dice:
454 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
A RR EN D A D O R: P R O C O P IO A C R E E D O R : PROCOPIO
.
F IA D O R : N ICA N O R
(N O ES PARTE
A RR EN D A TA R IO : FA CU N D O FIA D O : E N E ST E ACTO).
FA CU N D O ES S O L O UNA
. ‘‘REFER EN C IA ’1
J
EL USUFRUCTO- Y LA FIANZA. 455
A. —Singular.
B. — O neroso (1837).
A.— Particular.
■IV.—
B.—Universal.
FORMAS EN QUE SE PUEDE PRESENTAR EL USUFRUCTO. 459
del 50%, y perfecto propietario del otro 50%, pues el otro 50% de
■ usufructo es de Machina II.
■rA:
360.—II.—Usufructo: A.—Puro y Simple. B.—A plazo, no vitali
cio. C.—Condicional. D.—Con Carga o Modo.
El artículo 985 dispone:
“El usufructo puede constituirse desde o hasta cierto día, puramente
y bajo condición”.
A. —U s u f r u c to P u r o y S im p le .— S e realiza este tipo de usufructo
cuando en el acto de su constitución se determina que el usufructua
rio entra al goce del derecho, sin más, en forma pura y simple, y
como no se dice por cuánto tiempo será el usufructo, entonces con
forme al artículo 986 ya transcrito en el apartado 324, es un usufruc
to vitalicio.
B. —U s u f r u c to a p la z o , no v i t a l i c i o . —Se realiza este usufructo,
cuando al constituirse se fija un plazo para su extinción. V. g. Proco-
í pió constituye usufructo de su Hacienda de la Flor a favor de Nachina
, II, por 10 años; al llegar ese plazo el usufructo se extingue y vuelve a
Procopio.
C. —U s u fr u c to C o n d ic io n a l. —Se presenta cuando al constituirse el
derecho, se sujeta a una condición suspensiva o resolutoria. El con
cepto de estos tipos de condiciones ya se apuntó en los apartados 182
y 183 y ahí remito al lector(a).
V. g. Procopio constituye usufructo a favor de Proquis II, respecto
de la Hacienda de la Flor, pero determina que lo sujeta a la condi
ción suspensiva de que para fin de año “N O ” caiga nieve en la ciudad
de México. Si al llegar el fin de año no nieva, entonces Proquis II
“entra al goce” del usufructo, pero si nieva, entonces el usufmcto se
extingue.
Puede darse este otro caso: Procopio “le entrega” a su hijo Pro
quis II el usufructo de la Hacienda de la Flor, pero le dice que se su
jeta a la condición resolutoria de que para el fin de año NO nieve en
la ciudad de México. Si a fin de año no ha nevado, el usufructo se
vuelve puro y simple ,como si nunca hubiera estado sujeto a modali
dad, pero* en cambio si nieva, entonces se resuelve el derecho, y Pro
quis II devolverá la cosa y se extinguirá el usufmcto.
D. — U s u fr u c to c o n C a r g a o M o d o .— Para entender este tipo de
usufmcto, precisa el alumno(a), saber qué es la carga o modo. La d e
fino de esta manera:
ES TODA OBLIGACION EXCEPCIONAL QUE SE IMPONE
462 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
(350) Véase D erecho de retención en mi D erecho d e las Obligaciones. 13a, Ed. M éxico 2001.
DERECHOS Y DEBERES DEL USUFRUCTUARIO. 469
bla, que dicen “usucapión”, así se les debe decir a los funcionarios
judiciales para que entiendan, aunque el alumno(a), si llega a ser le
gislador, ojalá componga este equívoco del Código. Y la hipótesis le
gal se entiende con este caso: El señor Procopio dio al señor Facundo
el usufructo de la Hacienda de la Flor; éste nombra al señor Nemesio
administrador de la finca, pero éste se hace pasar por usufructuario
frente al señor Eudoro (es nombre, no apodo), y le dice que le vende
el usufructo; supuestamente y de buena fe, lo adquiere el señor Eudo
ro, y al tiempo que vuelve el señor Facundo y pretende se le entregue
el usufructo por Eudoro, el cual se niega a dárselo, pues manifiesta
que aún suponiendo que el señor Nemesio no hubiera sido el usu
fructuario, él así de buena fe lo creyó, y contrató, poseyendo en for
ma pública, pacífica, continua y como usufructuario, por lo cual se ha
convertido en titular del derecho de usufructo.
Este caso no se debe confundir con el que expongo en el aparta
do 355, pues ahí el señor Procopio de ser propietario perfecto, se
! queda en nudo propietario, y pierde el usufructo que lo adquiere el
señor Facundo por venta que de él hace Proquis II, y en el caso que
aquí pongo, Facundo que es sólo usufructuario, va a perder ese dere
cho sin ser nudo propietario, pues esa calidad le corresponde al señor
Procopio. (
VI.—P o r la re n u n c ia ex p re sa d e l u s u f r u c tu a r io , s a lv o lo d is p u e s to
re sp ecto d e la s re n u n c ia s h ech a s en f r a u d e d e los a c r e e d o re s. —Para en
tender esta forma de extinguirse el usufructo se precisa saber por el
alumno(a), qué es la renuncia. Esta figura jurídica la defino así: ES EL
(352) Véase infra apartado 453, diferencias entre usucapión y prescripción.
472 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
USO Y HABITACION.
373.—Noción de la M ateria.
A los derechos reales de uso y habitación les dedican los Códigos
de 2000, sus artículos 1049 1050 y 1056, manteniendo así dos institu
ciones jurídicas obsoletas, que implican con su enseñanza en las uni
versidades, pérdida de tiempo, y por lo mismo deberían suprimirse, o
reducirse a su sola mención en una norma y que además y por otra
parte, son instituciones que no reportan ventaja alguna, sino desven
tajas, y la meta noble que en siglos pasados se quiso lograr con ellas,
se puede alcanzar ahora con otras instituciones.(3 5 3 )
Dicho con otras palabras, los artículos que los Códigos dedican a
esta materia, son normas que estorban en él. César Vivante dijo del
Derecho civil que:
“Sus institutos se desarrollan con gran precisión lógica en las deduc
ciones, el pensamiento legislativo está todo penetrado por la busca
microscópica del comentador, pero el hálito de la vida ha cesado de
correr por muchas de sus instituciones que parecen meros ejercicios de escue-
la".(354)
y luego manifestó que muchos institutos civiles están'amenazados de
morir atrofiados por defecto de función.
Pues bien, esas palabras de Vivante son del todo aplicables al de
recho real de habitación y también al de uso como éste esta regulado
en el Código, pues son instituciones que puedo afirmar con un enor
me margen de aproximación, que no se han usado en los últimos 80
años de la vida jurídica mexicana.
El principal miembro de la Comisión Redactora del Código civil
(353) Cortés O bregón H ilda, Unificación y Modernización del Derecho civil Mexicano. Tesis pro
fesional. U-N.A.M. Facultad d e D erecho. México, D, F. 1958. Cap. VII. Pág. 111 y sigtes.
(354) Vivante César. Tratado de Derecho Mercantil. Vol. lo. Prim era Ed. 1932. Editorial Reus.
Pág. 39.
474
CONCEPTO DE DERECHO REAL DE USO. 475
m il ia , s i l a c o s a e s t a s u j e t a a p r o p i e d a d i n d i v i d u a l ,
0 B.—e l d e r e c h o d e u s a r d e m a n e r a e x c l u s i v a u n a
SECCION DE U N A PARTE ALICUOTA E N U N A COPROPIEDAD
EN CONDOMINIO.
Por lo que se refiere al derecho de uso que se llegue a tener sobre
una cosa de propiedad privada, las características del derecho son en
esencia las mismas que anoté para el usufructo, salvo las variantes que
anoto en el siguiente apartado.
kí v
Q
Desde el Derecho justinianeo se habló de servidumbre, pero allá
se clasificaba en personal y real. La “servidumbre personal” compren
día el usufructo, el uso y la habitación que ya se estudiaron en los an
teriores capítulos; y la “servidumbre real”, era la que en este capítulo
se estudia, y que ya se anotó en forma de limitación en los apartados
212 a 216, respecto del derecho real de propiedad.
La terminología de “servidumbre personal” se usaba como se dice,
para el usufructo, el uso y la habitación, pues implican un desmem
bramiento a la propiedad que se hacía y se hace, en beneficio de una
persona determinada, y en atención a las calidades de ésta, pues en
efecto, el que va a desmembrar su propiedad, tiene que considerar se
riamente las calidades de quién, con él, va a gozar en más o en me
nos de su cosa. En cambio, en la “servidumbre real” o “predial” como
también se le dice, no se atiende a la calidad de la persona, sino a la
especial situación del predio que se va a mejorar para su propietario',
con la servidumbre.
Sin embargo, como el vocablo “servidumbre personal" aplicado al
nudo propietario, evocaba a los siervos de la Edad Media, al llegar la
Revolución Francesa se desterró esa terminología, y sólo se conservó
para la servidumbre real o predial, que ahora se estudia.
ii texto casi igual, excepto que en el. Código de 1928 y así pasó a los
Indigos de 2000, se agregó la palabra “real” después de “gravamen".
Por esto, los comentarios que se hacen en España en esta materia,
son útiles en México, y de igual manera las críticas que allá se hacen
al artículo 950, son aplicables al 1057 mexicano. Allá, Castán Tobeñas
dice que:
“...es poco afortunado el concepto de la servidumbre en el Código
civil, pues tiene como defectos: .
1.—Que define á la servidumbré en el aspecto meramente pasivo
de gravamen, siendo así que es más fundamental y saliente su aspec
to activo de derecho real.
2o.—Que habla de gravamen impuesto sobre un inmueble, siendo
así que, no sobre todas las categorías de bienes inmuebles, sino sólo
sobre las que lo son por naturaleza (predios o fincas) se pueden im
poner las servidumbres...
3o.—Que presenta a éstas como escuetas y directas relaciones de
dos fundos, lo cual, como dice De Diego, no es más que la base na
tural y de hecho sobre la que se monta y construye jurídicamente la
servidumbre, pues ésta, como derecho que es, implica la interven
ción de personas, sin la que no se da ni puede darse ninguna rela
ción jurídica”, etc.(357)
Y estas críticas son justas, pues si el Código considera a los dere-
cnos reales que ya se han estudiado, desde el punto de vista del titu
lar del mismo, no se explica que al referirse a la servidumbre, lo haga
desde el ángulo del que soporta el gravamen. La servidumbre en sí,
es un derecho real, y así se debió decir en el artículo 1057, en lugar
de hablar de un “gravamen real”.
(357) Castán T o b eñ as Jo sé. Ob. cit. T om o S egundo. Vol. Segundo, Pág. 76.
482 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
O
y
3eq
OPh
O
?
a) .— Por contrato.
b) .— Por testam en to
s A.— Voluntaria.
c) .—Por voluntad del padre de
E familia.
R
II.—En cuanto a su
V
fuente de a) .— Desagüe.
I constitución .
D a ’).—Andamio.
U f b).— Paso. b ’).—Abre v a d ero.
M B.— Por Ley.
B c ).— Postes.
R
E c) .— A cueducto.
propietario del predio sirviente, sin que el propietario del predio do-
i minante tenga derecho de usar el predio sirviente.
V. g. la llamada “servidumbre de no edificar”, que se constituye por
vía de contrato. En el apartado 207 puse un ejemplo de la limitación
derivada del artículo 849, en donde el señor Facundo, cuando quiere
abrir una ventana para tom ar luz que entre por la ventana que abre y
que da al predio vecino que es del señor Procopio, debe hacer esa
ventana con las características que marca la ley, y dije también que el
señor Procopio, con fundamento en el artículo 850, puede en cual
quier momento tapar esa ventana, levantando una pared en su p re
dio. Pues bien si el señor Procopio y el señor Facundo celebran un
contrato pueden construir aquí sí, una servidumbre sobre el predio
del señor Procopio y a favor del señor Facundo; ahí el primero se
compromete para con el segundo, a no levantar pared alguna que
tape la luz que entra por la ventana abierta por el señor Facundo, y
asume así una obligación de abstenerse o de “no hacer”.
En este caso el señor Facundo no usa del predio del señor Proco
pio, pero éste sí restringe el derecho que tiene de usar su predio.
C.—Servidumbre in faciendo.—Se dice que es la servidumbre que
implica para el propietario del predio sirviente realizar una determi
nada conducta en beneficio del propietario del predio dominante. Yo
nó la estimo servidumbre y le remito a usted a la nota de pie de pá
gina de este apartado.(358)
V. g. el señor Procopio en su Hacienda de la Flor tiene un pozo
del cual extrae suficiente agua para regar sus tierras, y aún le sobra;
en cambio el señor Facundo' en su predio aún no perfora pozo, y no
tiene agua para regar. Por ello celebra un contrato con el señor Proco
pio, en donde se constmye una “servidumbre de bombeo de agua”, y
ahí se obliga a proporcionarle agua de su pozó, para el riego de las
tierras del señor Facundo. En éste caso se dice, el bombeo de agua
que debe hacer Procopio, implica una servidumbre “in faciendo”.
sea condenatoria, el actor puede exigir del reo que caucione el res
peto de la libertad del inmueble. Sólo se dará esta acción al posee
dor a título de dueño o que tenga derecho real sobre la heredad".
II.—D e b e r e s . —El propietario del predio sirviente, tiene los si
guientes:
A. —N o m e n o s c a b a r e n f o r m a a lg u n a e l D e r e c h o r e a l d e s e r v id u m
bre. El deber que en este caso tiene es de abstenerse o no hacer, o de
'tolerar, las conductas que la servidumbre autoriza a favor del propieta
rio del predio dominante, y así el artículo 1122 dispone:
“El dueño del predio sirviente no podrá menoscabar de modo algu
no la servidumbre constituida sobre éste”..
B. —A b s te n e r s e d e r e a l i z a r o b r a s q u e im p i d a n e l e je r c ic io de la s e r
v id u m b r e o lo h a g a n m á s d i f í c i l . —Determina el artículo 1125 que:
“Si de la conservación de dichas obras se siguiere algún perjuicio al
predio dominante, el dueño del sirviente está obligado a restable
cer las cosas a su antiguo estado y a indemnizar de los daños y
perjuicios”.
Y con lo anterior se agota el desarrollo y el estudio del cuadro si
nóptico que inserté en el apartado 386.
i
... i i «-: X
CAPITULO IV.
498
DERECHO REAL DE PRENDA: CONCEPTO. 499
"De las diversas especies de contratos.” Pues bien, el artículo 2856 de-
’g'ne la prendá y dice: -
“La prenda es un derecho real constituido sobre un bien mueble
I enajenable para garantizar el cumplimiento de una obligación ) su
’:J preferencia en el pagó”., .
■jj ’ •• ‘ ... ■
L;y.gsta norma es por varios motivos criticable:
i a).—Si la prenda es un derecho real como dice, entonces se debió
regular en el Libro Segundo, ya que en él se hace la reglamentación
de los demás derechos reales: la propiedad en el Título Cuarto; el
usufructo, uso y habitación en el Título Quinto, y la servidumbre en
el.-Título Sexto. Con esto, habría ganado el Código en orden y sime
tría en la exposición de las materias.
b).—Pero si el Código considera a la prenda como un,contrato, va
que la regula en el libro destinado a ellos, debió cambiar la redacción
de la norma, y decir eso precisamente, que es un contrato por el cual
se constituye un derecho real al que se le da el nombre de prenda.
Hechas las anteriores críticas, pongo un ejemplo de un derecho
real de prenda, para que la lectora(o), vea cómo funciona en la vida
diaria lo que conoce con el nombre de “empeño".
El señor Facundo tiene enfermo a su hijo, y precisa de 10 mil p e
sos para pagar los servicios de un médico que debe operar a su cria
tura. No tiene en el momento dinero en efectivo, y para obtenerlo va
a ver al que él considera su gran amigo, el señor Procopio, al cual le
dice: “Señor Procopio, tengo enfermo a mi hijo Facundino, y tiene
qué ser operado de emergencia por el médico Esculapio, el cual me
cobra 1 0 mil pesos que no tengo en este momento.
Vengo a que me los preste, pues.ya sabe que los médicos de ahora
se han vuelto muy humanos, pero para ellos, y no operan aunque se
muera el enfermo, si no se les paga por adelantado; hacen así honor
al “juramento de Hipócrates”.
El señor Procopio le contesta: “Estimado señor Facundo, si los se
ñores médicos toman toda clase de seguridades para el cobro de sus
honorarios, y ellos hicieron un juramento pero primero amarran su
bolsa, usted debe comprender que yo, que no soy médico, ni he he
cho juramento alguno, tengo absoluta razón para primero asegurar
me de quef en su oportunidad me pagará la suma que pide, si es que
se la presto.
Si no tengo una garantía suficiente de que me pagará, pues en
tonces busque otro médico que le opere a Facundino sin adelantarle
sus honorarios, y creo que lo encontrará, puesto que a no dudarlo,
debe quedar por ahí algún médico decente; o en su caso también,
500 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
(366) El llamado pacto “comissorio” o pacto comisorio, puede ser de tres tipos: lo .—El que
se anota en el artículo 2883 y que se prohíbe por esa norma, y el que se anota en el artículo
2916 respecto de la hipoteca y que se comenta en el próxim o capítulo. 2o.— El pacto comisorio
en todos los contratos bilaterales, que consiste en la facultad que tiene una de las partes, de re
solver el contrato, sin necesidad de declaración judicial cuando incumple su contratante, pacto
que aprueba el artículo 1949 del Código. Véase mi D e re c h o d e la s O b lig a c io n e s. 13a. Ed. México,
2001. Editorial Porrúa. 3o.—El pacto comisorio en la compraventa, y que reglamenta el artículo
2312 de ambos Códigos civiles.
CAPITULO
DERECH O REAL DE
39 3 . — Introducción.
El último derecho real que regulan
hipoteca. El código civil de 1884 para el Distrito Federal y Territorio
de la Baja California reguló además, como derechos reales a la Enf¿
teusis y a la Anticresis, pero el Código de 1928 los suprimió, pues el le
gislador de 1928 estimó que entorpecían la circulación de la riquez<
Repito aquí lo que dije en la introducción del anterior capitulo re
lacionado a la Prenda: este derecho real lo trato en forma muy breve,
pues su reglamentación en los Códigos se realiza en la parte de los
contratos, y el plan de estudios del Derecho civil en la Facultad m
Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, también
establece ese estudio en el 5o curso de Derecho civil dedicado al estu
dio en especial de los contratos. Aquí, sólo expongo este derecho en
sus lincamientos generales, así como la deficiente definición legal del
mismo.
¿jlU » )#
Segunda del Código, que es en donde trata la materia de los demás
derechos reales. Así se hubiera guardado simetría en el trato que da a
las distintas figuras que reglamenta.
3o.—finalmente, si regula a la hipoteca como un contrato, cuan
do menos eso debió decir en la definición que la misma da, y afirmar
que es un contrato por el cual se constituye un derecho real del mis
mo nombre, aunque algo más, a través de la idea del contrato no
puede explicar el caso de la llamada “hipoteca necesaria” o “legal”
que no se establece por contrato y sí se regula en el mismo conjunto
de normas.
Ya entendida la crítica a la definición legal de hipoteca, pongo en
seguida un ejemplo de cómo se crea y qué garantiza, para que el
alumno(,a), entienda este derecho real.
Al hablar de la prenda puse el ejemplo en donde el señor Facun
do tiene enfermo a su hijito Facundino, y obtiene para pagar al médi
co un préstamo o mutuo por 15 mil pesos del Nacional Monte de
Piedad, dejando en prenda un anillo con brillantes.
Pues bien, el niño Facundino es operado por el competente y pia
doso médico Esculapio, pero sucede que a más de la operación hay
necesidad de someterlo a un largo y costoso tratamiento, que va a ha
cer qué el señor Facundo erogue la suma de 100 mil pesos más.
El señor Facundo ante la exigencia del médico Esculapio de que
se le deben pagar los 1 0 0 mil por el tratamiento, decide obtener la
suma y tenerla lista, para entregarla a razón de 1 0 mil pesos mensua-
• les al médico.
Vuelve entonces el señor Facundo a ver al que sigue creyendo su
entrañable amigo el señor Procopio y le dice “Vengo a pedirle me fa
cilite 1 0 0 mil pesos, pues los necesito para pagarle al médico el trata
miento que dará a mi hijito Facundino”.
El señor Pr<j)copio que como buen financiero siempre busca su ga
rantía le contesta: “Sí, puedo prestarle el dinero que necesita, pero
con tres requisitos: Primero que no diga a otras personas que yo le
presté de mi bolsillo, pues ya sabe cómo son, y de inmediato se me va
a desatar una ola de pediches, y no estoy para esas andanzas.
Segundo, que no vaya usted como la vez pasada que me pidió 10
mil pesos, a decir que soy usurero, pues me molesta que eso se piense
'■•
506 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
derecho real de hipoteca sólo puede recaer comu lo sabe, todo el público,
¡obre bienes; inmuebles”.
En ese momento entra a la estancia en donde platican los dos
amigos, la señorita Abogada Toñoñoña, e interfiere, en la. plática di-
Í
siendo: "Señor Procopio, por accidente escuché la última parte de su
conversación, y si usted me lo permite, le digo que es muy ignorante
v bruto, y le haré ver un grave error en que se encuentra, y se lo pue
do probar, ya que usted sabe fui muy estudiosa cuando era alumna de
la Facultad de Derecho, y además de estudiosa aprendí lo que mis
profesores me enseñaban. Así pues, ¿me permite hacerle ver su
error?.
£1 señor Procopio que siempre le ha tenido un verdadero respeto
a los conocimientos de la ahora señorita Licenciada en Derecho To-
ñoñoña, acepta oír sus observaciones, y ésta le dice: “Señor Procopio,
es frecuente como usted dijo, que todo el público, el vulgo, suponga
que la hipoteca es un derecho real que sólo recae sobre bienes inmue
bles, pero eso es un error. Si lee el artículo 2893 del Código civil, con
todo lo mal redactado que está, verá que ahí se dice que la hipoteca
es una garantía real constituida sobre “bienes que no se entregan al
acreedor”, pero esa norma en ningún párrafo determina que esos bie
nes deban ser inmuebles.
En tratándose de la prenda, lea el artículo 2856 y ahí sí, en forma
expresa se determina que recae sobre bienes muebles; pero tratándo
se de hipoteca no exige la ley que se trate de bienes inmuebles. Por
ello es que la hipoteca se puede constituir sobre muebles o inmuebles.
Lo que es más, las embarcaciones marítimas y aéreas, pueden ser ob
jeto de hipoteca, y así se habla de hipoteca naval, y de la de aerona-
f
vés/jy como usted creo sabe, esos bienes conforme al artículo 756 de
los Códigos, son bienes muebles”.
Ante tal explicación y sabiduría de la Abogada Toñoñoña, el señor
Procopio acepta su error, y da las gracias, y le pide vigile la redacción
del contrato que celebrará con su amigo Facundo.
Llegado ese momento, se celebra un contrato de préstamo o mu
tuo en los términos del artículo 2384, por 200 mil pesos más intere
ses, contrato que hace nacer un derecho de crédito a favor del señor
Procopio por el pago de los doscientos mil pesos incluidos esos inte
reses, al plazo de un año; al mismo tiempo, se constituye por el señor
Facundo, a favor del señor Procopio, un derecho real de hipoteca so
bre un bien inmueble o mueble, identificable, específico, y que no se
entrega al acreedor. En el caso, el señor Facundo constituye el dere
cho real de hipoteca sobre su casa ubicada en la calle de la Pulga
Coja No. 3791, y con ello queda garantizado el crédito del señor Pro-
508 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
3 9 5 . — Especies de H ipoteca.
La hipoteca de acuerdo con la ley puede ser de dos tipos:
a) .—Voluntaria, y
b) .—Necesaria.
El artículo 2919 determina:
“La hipoteca nunca es tácita, ni general; para producir efectos contra
tercero necesita siempre de registro, y se contrae por voluntad, en
los convenios, y por necesidad, cuando la ley sujeta a alguna persona
a prestar esa garantía sobre bienes determinados. En el primer caso
s e l l a m a v o l u n t a r i a ; en el segundo, n e c e s a r i a ' .
i
CAPITULO VI.
D E R E C H O R E A L D E S U P E R F IC IE .
3 9 7 .— N o c ió n d e la m ateria.
El derecho real de superficie no es ninguna novedad jurídica. Se
trata de un derecho real que existe desde hace milenios, cuando me
nos dos, y ya lo regulaba el Derecho romano, desde la época del Im
pelió.
La situación de hecho que adelante apunto, y que se genera cada
día más en la vida moderna, mantiene en estado lamentable de inse
guridad a determinadas personas, y debe por ello reconocerse en la
ley el derecho real de superficie, ya que esa situación a que me referi
ré, viene a ser la misma que se genera a través de ese designado
como derecho real de superficie.
Pondré un ejemplo de una situación real, que Ud. lectora(or),
identificará sin duda, como la que ha conocido en alguna ocasión, y
que hoy día no tiene cabida en el marco de los derechos reales, y
deja en estado de inseguridad a la persona que realiza conductas
como las que en seguida se describen.
El señor Procopio que ya se encuentra en su etapa de “nuevo ban
quero”, o “neobanquero” como le gusta oír que lo designan, pues se
le hace muy elegante eso de “neo”, adquiere una finca en una colonia
“popis” de la Ciudad de México, por ejemplo en Bosques de las Lo
mas.
Pero da el caso de que la finca tiene un “pequeño jardín” con una
superficie de cuatro mil metros cuadrados, por lo que, le resulta posi
ble que en algún punto de su jardín se pueda construir otra y otras
casas más.
Su hijita “Ñachis”, que ya es mayor de edad, como se recuerda
contrajo matrimonio con Raratongo, y le dice de cariño TONGO,
apocopando así tan bello nombre.
Pero TONGO que no es persona de muchos recursos pero sí, muy
trabajador, con el solo “pero” ante los ojos de su suegro D. Procopio,
510
DERECH O REAL DE SU PERFICIE: CO N CEPTO . 511
Nuevo León”, el artículo 751 y es este con alguna adición para mejo
rarlo:
“EL DERECHO REAL DE SUPERFICIE ES EL DERECHO VITA
LICIO, SALVO PACTO EN CONTRARIO, QUE SE C O N ST ITU
YE POR EL D UEÑO DE U N PREDIO, A FAVOR DE OTRA
PERSONA, Y EN VIRTUD DEL CUAL ESTA, PUEDE CONS
TR U IR EN EL INMUEBLE DE AQUELLA, U N EDIFICIO O
UN A NUEVA CONSTRUCCION ENCIMA DEL QUE YA H U B IE
RE, O REALIZAR CONSTRUCCIONES DEBAJO DEL SUELO
DEL MISMO”.(369)
Si existiera su regulación del derecho real de superficie en el Distrito
Federal, como lo hay, aunque deficiente en el Código de Puebla, Tongo
no tendría problemas para estar garantizado ante el abuso de D. Proco
pio, o de Proquis II, en caso de la muerte de aquél, como se vio en el
ejemplo que puse en el apartado anterior.
•“ •• "U*.*>r. i v •. '*•
;i: ' -* • •;V
Jo
. .. . _ ;• * »• » . - ■ i-- -
*■
' "f -••• .5 <L V . • .iv y :.T ’ -f
.o
CUARTA PARTE.
1 • 11
i - 0 •
CAPITULO I.
;
mm.
CLASIFICACION DE LOS MODOS DE ADQUIRIR
Í0 LA PROPIEDAD.
400.—Noción de la materia.
Al llegar a esta Cuarta Parte del libro, lector(a), se encuentra con
que ya sabe qué es el patrimonio, qué cosas o bienes lo forman, y
odies derechos reales se reconocen por los Códigos de 2000.
Pero si bien ya tiene esos conocimientos, y por hechos de la vida
diaria quizá, conoce algunas formas mediante las cuales se adquieren
los derechos reales y las cosas sobre las que éstos recaen, no tiene sin
embargo un conocimiento jurídico y sistemático de todas las maneras
en que tales derechos pueden ingresar al patrimonio pecuniario.
Eso es precisamente lo que se estudia en esta Cuarta Parte: las di
ferentes maneras en que las personas pueden hacer ingresar a su pa
trimonio pecuniario los derechos reales, y por ende, las cosas sobre
las cuales ellos recaen.
Cabe aclarar que ECTA MATERIA LA REFERIRE DE MANERA
ESPECIAL A LA FORMA EN QUE SE ADQUIERE EL DERECHO
REAL DE PROPIEDAD, TODA VEZ QUE SE TRATA DEL DERE
CHO REAL MAS AMPLIO; PERO LOS TEMAS QUE RESPECTO
DE EL EXPONGO, RIGEN EN LO CONDUCENTE PARA LOS
DEMAS DERECHOS REALES. Esto explica el por qué en esta Cuar
ta Parte el título dice “Estudio de las formas de adquirir los derechos
reales”, y en seguida la cabeza del capítulo la refiero sólo a la propie
dad. Ruego no se olvide esta aclaración.
• •
401.—C uadro sin ó p tic o d e las fo rm as de a d q u irir la P ro p ie d a d .
Para que se capte con una sola mirada todas las formas de adqui
rir la propiedad y demás derechos reales, inserto en seguida un cua
dro sinóptico que elaboré, y en el cual se destacan esas formas que
desarrollo en los siguientes apartados.
517
518 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
A. —A título oneroso
II.—
B. —A título gratuito
a) .— Contrato.
b) .—Adjudicación
c ) . —Tradición.
IV.— « d) .—Accesión.
e) -— La ley.
B.—Comunes:
f) . — Posesión y usucapión.
a ’) . —Testamentaria.
g ) . —Herencia.
b '). —Intestamentaria.
t
5 2 4 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
410.—Especies de Tradición.
La palabra tradición deriva del vocablo latino Traditio, y ha con
servado el sentido original que se le daba en el Derecho romano. Los
Códigos de 2000 establecen tres diversas especies de tradición, aun
que no la designan con ese nombre, sino como “entrega”, en su artícu
lo 2284 que aunque ya lo transcribí en el apartado 44, lo vuelvo a
transcribir por su importancia:
“La entrega puede ser real, jurídica o virtual.
532 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ . Ai
536
POSESION. Y USUCAPION. 537
este libro, y que por otra parte se supone conoce el alumno(a), por
sus cursos de Derecho romano.
El Código civil de 1928 y pasó a los Códigos de 2000 en su ar
tículo 790 determinaba que:
“Es poseedor de una cosa el que ejerce sobre ella un poder de he
cho, salvo lo dispuesto en el artículo 793. Posee un derecho el que
goza de él”.
y por su parte el mencionado artículo 793 dispone:
“Cuando se demuestre que una persona tiene en su poder una cosa
en virtud de la situación de dependencia en que se encuentra res
pecto del propietario de esa cosa, y que la retiene en provecho de
éste, en cumplimiento de las órdenes e instrucciones que de él ha
recibido, no se le considera poseedor”.
Ahora, por lo que se refiere a la usucapión, se debe anotar que
los tres Códigos, el de 1928 y los dos de 2000 no la regulan con ese
nombre, sino que, incurriendo en la repetición de un error históri-
co(385) la denomina “prescripción adquisitiva o positiva”, y al respecto en
su artículo 1135 exponen que:
“Prescripción es un medio de adquirir bienes o de librarse de obliga
ciones, mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condicio
nes establecidas por la ley”.(386)
Del anterior texto legal, se aprecia que para la ley la Prescripción es
de dos tipos:
A. —LA QUE SIRVE PARA ADQUIRIR BIENES, MEDIANTE
EL TRANSCURSO DE CIERTO TIEMPO Y BAJO LOS REQUISI
TOS ESTABLECIDOS POR LA LEY, Y
B. —LA QUE SIRVE PARA LIBRARSE DE OBLIGACIONES
MEDIANTE EL TRANSCURSO DEL TIEMPO Y BAJO LAS
“CONDICIONES” ESTABLECIDAS POR LA LEY.
A LA PRIMERA LA DESIGNA EL CÓDIGO CON EL NOMBRE
DE PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA O POSITIVA, Y ES EN VERDAD
LA USUCAPIÓN; A LA SEGUNDA LA DESIGNA CON EL NOMBRE
DE PRESCRIPCIÓN LIBERATORIA O NEGATIVA, Y ES LA VERDA
DERA PRESCRIPCIÓN.
Ya con estos conceptos legales, se puede abordar el estudio de la
posesión y la usucapión.
(3 8 5 ) V éase in fra a p a r ta d o s 4 5 4 y 455.
(3 8 6 ) E n este a rtíc u lo el le g isla d o r m a l e m p le ó la p a la b ra “c o n d ic ió n ” ya q u e p a r a p r e s c r i
b ir, o u su c a p ir, n o m e d ia n a c o n te c im ie n to s fu tu ro s d e re a liz a c ió n c o n tin g e n te , sin o sólo “re q u i
sitos" q u e fija la ley.
IMPORTANCIA Y DECADENCIA DE LA POSESION. 539
I
“En épocas primitivas, cuando la figura jurídica de la propiedad no
estaba perfilada todavía, la ocupación de las tierras que dejaron de
sen comunes o la tenencia de las cosas muebles, era defendida por
cada cual contra los ataques, repeliendo la fuerza con la fuerza. La
detensa privada y la actitud de recuperar lo que había sido materia
efe substracción o despojó, merecieron paulatinamente el amparo
social y surgió así, la posesión con los medios legales tendientes a
protegerla”.(387)
Hacen ver estas palabras, cómo los pueblos nómadas que llegaban
a lugares en donde ya estaban establecidos otros pobladores, atacaban
a los primeros habitantes —o cuando menos anteriores pobladores— los
que se defendían por la tuerza, y si triunfaban, confirmaban su pose
sión, pero si no, eran substituidos en la tenencia de la tierra y las co
sas. Era así que la posesión de las cosas tenía una enorme
importancia para el aprovechamiento de las mismas.
Poco a poco al irse convirtiendo en sedentarios los pueblos, fue
ron dando mayor ñrmeza a esas posesiones, y protegiéndolas de los
diversos ataques de que pudieran ser objeto, ya de propios, ya de ex
traños. El siguiente paso fue considerar a los poseedores, después de
derto tiempo, como propietarios, y darles u n a aún mayor protección.
Los gobernantes empiezan a dar “títulos de propiedad” a sus go
bernados y crean para mayor seguridad y conocimiento público, los
“registros públicos” de esos títulos. Los que aparecen inscritos en los
registros, son los que tienen la mayor protección legal. Con la apari
ción de los registros y la inscripción de los títulos, la posesión va p er
diendo fuerza, y la va cobrando por el contrario, la propiedad. Es así
como:
“A medida que el dominio y sus desmembraciones se fundaron en
“títulos”, cada vez más claros y ciertos, se tornó menos frecuente el
caso de bienes ocupados por simples poseedores —e igualmente,
más sencilla la prueba de los respectivos derechos. Paralelamente, el
tiempo sanetj la posesión de los intrusos; y al valorizarse las tierras,
se cuidó también de establecer la propiedad de las mismas por me
dio de instrumentos dignos de fe, que redactaron profesionales capa
citados.
Los Registros, con el perfeccionamiento que han alcanzado, redu-
(387) La Faille H écto r. Ob. cit. Tratado de los derechos reales. T. III Vol. I. Pág. 60 N° 62.
540 ERN ESTO G U TIERREZ Y GONZALEZ
— *1
5 5 0 ERNESTO GU TIERREZ Y GONZALEZ
a)
(o posible). (Opinión clásica.
b) .—Como propiedad que
2¡ O'—c/>w c/>O -o > r
439.—Cualidades d e la Posesión.
Cuando una persona detenta una cosa o un derecho no real, ya
sea' de crédito u otro, y ejerce sobre ella o él un poder de hecho, sin
qué haya obstáculo legal alguno, se realiza lo que la ley considera es
Posesión.
Pero para que esa persona que posee u n a cosa física pueda gozar
de todas las protecciones legales que se conñeren a la posesión, y de
que inclusive en un momento dado nadie pueda ya discutirle su cali
dad de poseedor y se convierta en propietario —toda vez que si no
lo era puede pedir una declaración judicial de que se ha convertido en
propietario— precisa que su posesión tenga ciertos atributos, cualidades
o requisitos que la misma ley determina.
Para que un poseedor, según la ley, llegado el momento, se pueda
convertir en propietario de la cosa que posee, es necesario que su po
sesión tenga las siguientes cualidades:
a) .—Debe ser una posesión pacífica;
b) .—Debe ser una posesión continua;
c) .—Debe ser una posesión pública, y
d) .—Debe ser una posesión a título de dueño.
Si se posee no para adquirir la propiedad, sino otro derecho real,
V. g. el usufructo, entonces no se debe tener posesión a título de due
ño como se dice en el inciso d), sino que entonces se deberá poseer a
título de usufructuario.
Si como antes digo, la posesión sobre u n a cosa según la ley tiene
estas cualidades ¿ requisitos, a más de que se podrá convertir en pro
piedad a la vuelta del tiempo, gozará quien posee la cosa, de todas
las protecciones legales. Es así, como refiriéndose a estas cualidades,
los Códigos disponen en sus artículos:
“823.—Posesión pacífica es la que se adquiere sin violencia”.
“824.—Posesión c o n t i n u a es la que no se ha interrumpido por alguno
563
564 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
a) .—P o se sió n V io len ta . —Es la que adquiere una persona por medio
de la fuerza física o la intimidación, y esta posesión impide que quien
tomó la cosa, pueda llegar a convertirse en propietario de la misma.
Aunque debe hacerse el distingo de dos tipos de violencias:
lo.—V io le n c ia A c t i v a . —Es la que se ejerce para obtener la cosa
que se desea poseer, y esta violencia sí vicia la posesión.
2o.—V io le n c ia P a s i v a . —Es la serie de conductas que se realizan
por el poseedor de la cosa, para mantenerse en su posesión. Esta po
sesión se discutió si viciaba o no la posesión, pero en México a la luz
del artículo 823 de ambos Códigos, ya transcrito, debe concluirse que
no la vicia, pues esa norma considera que es posesión pacífica la que
se adquiere sin violencia, y si después de adquirida de esa manera se
realizan los actos de violencia, ya no caen en la idea establecida por
la ley.(411) / .
b) .—P o s e s ió n D is c o n tin u a .- —Sobre esté punto dice Planio! que la
continuidad consiste en la sucesión regular de los actos de posesión, a
intervalos lo suficientemente cortos para no presentar lagunas, pero
en ninguna forma se puede considerar que se debe de estar usando
de la cosa minuto a minuto, y sin intervalo alguno, pues eso resulta
absurdo. La continuidad, considera, resulta de una serie de actos re
alizados con intervalos normales, tal como pudiera hacerlo un propie-
tario, cuidadoso de obtener todo el provecho posible de su
S
propiedad. (412)
Ahora bien, si es continua “cuando se ha ejercido en toda ocasión
l en todos los momentos en que debía hacerse así”, según una máxi
ma que hay en esta materia, resultará que está viciada de discontinui
dad, cuando debiéndose haber aprovechado la cosa, no se hizo así.
Pone el mismo Planiol un ejemplo relativo a los valles elevados de
los países montañosos allá en el continente europeo, en donde es cos
tumbre enviar a los rebaños solamente durante el verano, y es suficiente
que esto se haga cada año, para estimar que se están poseyendo los
{ terrenos a donde van esos ganados. Si por el contrario, se dejara de
aprovechar esa temporada por el poseedor de los terrenos, se podría
afirmar que su posesión se ha descontinuado.
c).—V icio d é C la n d e s tin id a d .— Este en verdad no es vicio de la
posesión, sino que se refiere a la “apariencia” que la gente tiene de la
t manera en que exteriormente se conduce el que detenta la cosa, y eso
no es posesión, sino apariencia. La ley considera que la posesión debe
(411) Planiol y Ripert. Tratado práctico de Derecho civil. Ob. cit. T. III. No. 155. Pag. 156.
(412) — Id em — . Ob. cit. T. III. No. J54. Pag. 155.
;
'
566 ERNESTO G U TIERREZ Y GONZALEZ
Treno que ahora usted posee, y por ello se debe recurrir al mandato
JeE artículo 3047 que le menciono; ahí se prevé expresamente el caso
de que, quien ha poseído bienes inmuebles por el tiempo y con las
condiciones exigidas para usucapirlos —bueno, el legislador del Dis
trito Federal dice prescribirlos— y esos bienes no están inscritos en el
Registro, podrá demostrar ante el juez competente, que ha tenido esa
posesión, y si cumple con el procedimiento establecido en esa norma,
el ¿juez debe declarar que el poseedor, que es usted, en este caso se
ñor Procopio, se ha convertido en propietario, y esa declaración se
. rendrá como título de propiedad, y será inscribible en el Registro. De
esta manera, ya usted podrá vender, como propietario, el terrenito”.
“Muy bien niñita Toñoñoña, pero ¿cómo le voy a hacer para pro
barle al señor juez que he poseído 10 años a partir del año X’ el te
rreno que fue de mis padres? pues si bien tengo unos recibos de pago
de impuestos del año ‘X’ no tengo todos los demás, de años interme
dios, hasta llegar a este año 10 después de ‘X’ '
La abogada Toñoñoña que se sabe de todas, todas, le contesta:
“Estimado Don Procopio, el artículo 1139-IV del Código civil del Es
tado de Tlaxcala, igual que el artículo 801 de los Códigos civiles de
2000. determina que si usted poseyó en tiempo anterior, y sigue hoy
poseyendo, se presume o la Sociedad tiene la apariencia que fue po
seedor en el tiempo intermedio. Así, si usted puede acreditar que po
seyó el año uno después del año ‘X’, y acredita que sigue aún
poseyendo, no tiene que probar que poseyó en el año 9, 8, etc. des
pués del año ‘X’, sino que eso lo presume la ley. Quien tenga interés
en demostrar lo contrario, deberá de probárselo a usted y al juez”.
El señor Procopio le da las gracias a la Abogada Toñoñoña y le
pide le atienda el asunto, pagándole honorarios extras, pues tendrá
que atenderlo en el Estado de Tlaxcala; poco tiempo después, acredi
tados los extremos que marca la ley, el juez competente declara que
la posesión del señor Procopio se volvió propiedad, y esa declaración
judicial se protocoliza ante notario, y se m anda inscribir al Registro, y
hecho ello, el señor Procopio puede ya vender como propietario.
D.—El poseedor no tiene que probar las anteriores presunciones;
quien quiei¡a destruirlas tiene que probarlo.—Todos los efectos que
anoto antes, son como ya he dicho presunciones Juris Tantum, o sea que
son presunciones legales que admiten prueba en contrario; es lógico
que si las establece la ley como presunciones a favor del poseedor, no
debe ser éste el que deba probarlas, sino que, si alguna persona está
interesada, como sería el señor Don Cástulo en el caso de los tracto
res depositados en la Hacienda de la Flor, será él a quien correspon-
572 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
445.—b).—Los Interdictos.
Al estudiar las defensas de que goza el Derecho real de propie
dad, se hizo el estudio de los interdictos, y así en los apartados 265 y
266 se dijo que éstos se otorgan como una defensa de la posesión,
pero que se estudian ahí, puesto que el propietario es también un poseedor.
La verdad es que con esos interdictos se protege la apariencia que la
sociedad tiene de que una persona es poseedor.
Por ello, aunque son muy desagradables las remisiones, para no
repetir y abultar en forma innecesaria este libro, remito a los aparta
dos 265 y 266, y sólo haré unos breves comentarios adicionales, sobre
esta materia.
Los interdictos reconocen y encuentran su base legal para el po
seedor en el) artículo 803 de ambos Códigos, el cual dispone:
“Todo poseedor debe ser mentenido o restituido en la posesión con
tra aquellos que no tengan mejor derecho para poseer.
Es mejor la posesión que se funda en título, y cuando se trata de
inmuebles la que está inscrita. A falta de título o siendo iguales los
títulos, la más antigua.
Si las posesiones fueren dudosas, se pondrá en depósito la cosa
hasta que se resuelva a quién pertenece la posesión”.
574 ERNESTO G UTIERREZ Y GONZALEZ
bienes que aquéllos dejan, puesto que no tiene familiares que preten
dan la herencia, y por otra parte como él fue un buen hijo que ayudó
en lo que pudo a sus “viejecitos”, aunque hubiere otros parientes, no
es de creerse que sus progenitores les hubieren dejado la herencia a
éstos.
Es así como Procopio empieza a poseer el terrenito de la hectárea
de que ya se habló, suponiendo él, fundadamente como digo, que es
el único heredero. Sin embargo, resulta que sus “viejecitos”, cada uno
por su parte, habían hecho testamento, y en él habían designado he
redero a un pariente lejano.
En este caso Procopio no tiene título alguno para poseer, pero
como ignora la existencia del testamento del que fuera su padre y la
que fue su madre, cree tener título para esa posesión, y es con esa
base que mientras no aparezca el heredero testamentario, él sigue
siendo poseedor y de buena fe, y la Sociedad lo sigue viendo como si
fuera poseedor. Le atribuyen la apariencia de poseedor
2 o . — L o s p o s e e d o r e s d e m a l a in te n c ió n , o m a la f e c o m o d ic e n los
C ó d ig o s , so n ta m b ié n d e d o s c la s e s :
a) .— L o s q u e p o s e e n c o n u n t í t u l o v i c i a d o y lo s a b e n . Tal sería
el
caso de que Don Emiliano hubiera comprado la Hacienda de la Flor
al señor Eudoro que la administraba en nombre del señor Facundo, a
sabiendas de que Eudoro es sólo el administrador y que carecía de fa
cultades para vender.
b) . —L o s q u e p o s e e n s in t í t u l o y lo s a b e n . V. g. en el caso de que
los progenitores del señor Procopio hubieran dejado como digo, tes
tamento y en él designado heredero a un pariente lejano, y todo esto
lo supiera Procopio y sin embargo así viniera poseyendo, sería posee
dor de mala intención pues sabría que no tenía título legal alguno.
Los poseedores de mala intención pueden ser también:
a’).—Poseedores que poseen en forma delictuosa, y
b’).—Poseedores que no poseen en forma delictuosa.
a ) . — E s p o s e e d o r e n f o r m a d e lic tu o s a aquél que toma la posesión
de la cosa por medio de la violencia física o moral, y
b ’) . —E s p o s e e d o r e n f o r m a n o d e lic tu o s a , pero sí de mala inten
ción, el que sabe que no tiene título alguno, pero decide poseer como
sucede en el último ejemplo que se puso del señor Procopio, en don
de sabe que no tiene título alguno, pero entra a la tenencia de la cosa
sin violencia.
Los Códigos civiles en su artículo 806 disponen que:
“Es poseedor de buena fe el que entra en la posesión en virtud de
EFECTOS PRO SU O DE LA POSESION. 577
ciero, o quizá por eso, tiene una serie de problemas tan fuertes qae
aunque parezca increíble, le hacen olvidarse de cobrarle su dinero a¡
señor Facundo, y así pasan cuatro años. Pasados esos cuatro años-, es
entonces el señor Facundo el que tiene problemas, y sale del-país,
volviendo a él hasta después de cinco años, y cuando vuelve y el se
ñor Procopio logra localizarlo, han transcurrido diez largos años, des
de que el señor Facundo debió de haber cumplido con su obligación
de pagarle los $230,000.00 que le debe.
Al localizarlo, el señor Procopio le dice al señor Facundo: "Ven
con pena que es usted de las personas que llevan al pie de la letra
aquél refrán que dice “las deudas viejas no se pagan, y las nuevas se
dejan envejecer”, pero yo no soy partidario de que se me diga eso; le
vengo a cobrar el dinero que me debe, y si no lo hace, lo voy a de
mandar judicialmente para que cumpla con su obligación, y en iodo
caso, si no tiene dinero para pagarme, haré efectivo mi crédito ejerci
tando la acción hipotecaria que tengo, derivada de mi Derecho real, \
sacaré a la venta su casa”.
El señor Facundo le dice al señor Procopio: “Haga usted lo qué
quiera, y no le pago nada, pues aunque le debo, ya transcurrió el pla
zo que la ley le confiere para hacer efectivo su crédito”. El señor Pro
copio ocurre entonces ante el Estado, a través de un juez, y formula
su demanda en la cual dice: que 10 años atrás le prestó al señor Ea-
cundo $230,000.00 y que como no sé los ha pagado, viene a solicitar
le a la autoridad proceda en su auxilio para obtener el cobro;
coactivamente, del adeudo”. Se admite la demanda por el juez, y este
ordena requerir de pago a Facundo.
El actuario del juzgado ante el cual el señor Procopio demandó il
señor Facundo, va a éste y le hace entrega de una copia de la deman
da para que la lea y se defienda contestándola; en su contestación
dice: “Es cierto que el señor Procopio me prestó $230,000.00 en la fe
cha que indica; es cierto que no se los he pagado, pero... le opongo
“excepción de prescripción”, toda vez que ha transcurrido el plazo máxi
mo que determina la ley para que un acreedor cobre a su deudor
coactivamente en la vía judicial, la prestación”.
El juez al leer la contestación de la demanda, y valorar las prue
bas que en su oportunidad se ofrecen, al dictar la sentencia, decreta:
“Si bien es cierto que el señor Procopio probó haber prestado dos
cientos treinta mil pesos, y también lo es que no se le han pagado, ya
no es posible condenar y coaccionar judicialmente al señor Facundo,
a que haga el pago de esa suma ya que al contestar la demanda opuso
la excepción de prescripción, pues la ley considera que ya pasó un tiem-
DIFERENCIAS ENTRE USUCAPION Y PRESCRIPCION. 583
po, más que razonable, para que el señor Procopio le hubiera cobra
do su adeudo”. ■ sbn^ix v ^n o o - o /noo v .sn sa a io q
El artículo 1159 de los Códigos dispone: . , i . b
“Fuera de los casos de excepción, se necesita el lapso de diez años,'
- contados desde que una obligación pudo exigirse, para que se extin
ga el derecho de pedir su cumplimiento”.
Con esto sé entiende la primera parte del concepto que de prescrip
ción propongo, pero queda la segunda, y ella la ilustró de la siguiente
manera:
Han pasado los 10 años desde que el señor Procopio pudo co
brarle su crédito al señor Facundo, pero como no lo ha hecho y como
al séñor Facundo no le gusta tener pendiente una espada en su cabe
za, que en este caso es la posible reclamación de pago que en cual
quier momento le puede hacer el señor Procopio, decide demandarle
a éste en la vía judicial, la extinción del derecho real de hipoteca que
constituyó como garantía del préstamo de los $230,000.00. Entonces
él señor Facundo consulta a la ya conocida Abogada Toñoñoña, le
hace ver que el señor Procopio es un individuo moroso en el ejercicio
de sus derechos, lo cual se aprecia si se ve que han pasado diez años
desde que pudo reclamar el pago de su dinero y no lo ha hecho, por
lo cual estima el señor Facundo que está la deuda prescrita, pero
como además desea liberarse del derecho real de hipoteca que grava
su casa y no sabe cómo hacerlo, recurre a la Abogada Toñoñoña.
L.a Abogada Toñoñoña, que ya para ésto se ha convertido en una
orillante profesional —no profesionista como se acostumbra decir— contesta
al señor Facundo: “Señor Facundo, cuando fui estudiante de la Facul
tad de Derecho, era una personita muy estudiosa que además ponía
atención a lo que mis maestros me enseñaban, y así recuerdo que el
artículo 2941 del Código civil cuando establece las causas por las que
se puede extinguir la hipoteca, dispone en su fracción VII que:
“Podrá pedirse y deberá ordenarse en su caso la extinción de la hi
poteca:
“VII.—Por la declaración de estar prescrita la acción hipcte-
. caria”.j420)
En consecuencia señor Facundo, puede usted presentar ante el Es
tado por conducto de un juez una demanda en la cual solicita se de
clare que, en vista del tiempo transcurrido —10 años— ya no le es
(420) Aquí el legislador se equivoca, pues en realidad no hay tal prescripción, sino que hay
caducidad. H ablo d e prescripción yo tam bién p ara seguir el ejem plo co n fo rm e a lo que dice
la ley.
584 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
g T T l w a if f l B 3 M B
LA USUCAPION EN DERECHO COMPARADO. 589
co, ya las modernas legislaciones —sin importar para darles ese califi
cativo de modernas el que tengan varias décadas de haberse expedi
do, dan normas específicas para una y para la otra, si bien tres
legislaciones mexicanas sí son muy recientes.
El Código civil alemán de 1900, en la medida restringida que re
conoce la usucapión la regula en sus artículos 927 y 937 a 945, en
tanto que la prescripción es tratada en los artículos 194 a 225.
El Código civil suizo trata la usucapión cuando reglamenta los mo
dos de adquirir la propiedad, en sus artículos 661 a 663 —aunque le
llame “prescripción”—, y 728; y la prescripción propiamente dicha la
regula en el Código Federal de las obligaciones en sus artículos 127 a
142 como un modo de extinguir las obligaciones.(427)
En los Estados Unidos Mexicanos, los Códigos civiles del Estado
de México, el de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla, ya dan trato dife
renciado a las dos figuras, y así en los artículos 910 a 986 trata de la
usucapión, en tanto que la prescripción la regula en los artículos 2052
a 2077, el del Estado de México; el de Tlaxcala del artículo 1173 al
1200 regula la Usucapión y del 1736 al 1756 la prescripción.
Este Código de Tlaxcala, promulgado el 20 de noviembre de
1976, fue, dicho sea sin exageración, al promulgarse, el Código más
adelantado del mundo en su momento. Así por ejemplo, la prescrip
ción ya la define en su artículo 1736 y dice a la letra:
“La prescripción confiere al deudor una excepción que lo libera de
la obligación, según lo dispone este capítulo”.
En tanto que en su artículo 1173 determina que:
“Usucapión es un medio de adquirir un derecho real mediante la
Posesión que exija la ley”.
Es interesante que el lector(a), conozca estos datos, no para jactarse
de erudito, sino para que llegado el caso de que tenga que manejar
los textos jurídicos mencionados, sobre todo alemanes y suizos que
tanto han influido en el Derecho mexicano, sepa la manera de orien
tarse, y ya por lo que hace a los futuros licenciados(as) en Derecho,
que ejerzan en el Distrito Federal, sepan cuando tengan que atender
un asunto en las ciudades del Estado de México, de Tlaxcala, Puebla
o de Quintana Roo, que ahí los Códigos son diferentes en esta mate
ria a los de 2 0 0 0 que se mencionan en este libro.
(427) En Suiza se tiene el llam ado Código civil suizo del 10 de diciem bre de 1907, y des
pués el lo. de julio de 1937, en tró en vigor el llam ado Código de las Obligaciones, Ley Federal
complementaria del Código civil suizo. Equivale el 2o. Código, al Libro 5o. Derecho de las O b lig a
ciones. Así pues, aunque form an u n solo cuerpo, fueron en realidad dos diferentes Códigos.
5 9 0 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
46 3 .—Suspensión d e la U sucapión.
Cuando una persona toma posesión de una cosa, en forma públi
ca, pacífica, continua y a título de dueño, el que se considere propie
tario de esa cosa que se empieza a poseer por otro, debe de
inmediato ejercitar sus derechos para recuperar la tenencia de su cósa
y continuar en el ejercicio de su derecho real de propiedad; si no lo
hace, entonces empieza a operar en su contra la posesión y la usuca
pión, y así, a la llegada del plazo establecido en la ley, el poseedor
puede reclamar la declaratoria judicial correspondiente de que se ha
convertido en propietario. Esto es lo normal. ,
No obstante, hay ocasiones en que se toma posesión de una cosa);
sin embargo la usucapión, por mandato de la ley, no puede iniciarse
ni correr en contra del propietario, ya que éste se encuentra en un
estado o situación que no le permite hacer la defensa de sus dere
chos. El artículo 1165 de los Códigos determina que:
“La prescripción puede comenzar y correr contra cualquiera perso-
■ na, salvo las siguientes restricciones”.
y en sus artículos 1166 y 1167 establecen cuáles son los casos en que
la prescripción se suspende. Así, el primer artículo citado dice:
“La prescripción no puede comenzar ni correr contra los incapadta-
dos, sino cuando se haya discernido su tutela conforme a las leyes.
Los incapacitados tendrán derecho de exigir responsabilidad a sus
tutores cuando por culpa de éstos no se hubiere interrumpido la
prescripción”.
y en seguida en el artículo 1167 determina:
“La prescripción no puede comenzar ni correr:
I.—Entre ascendientes y descendientes, durante la patria potestad,
SUSPENSION E INTERRUPCION DE LA USUCAPION. 597
* 464.—Interrupción de la Usucapión.
Puede suceder que una vez que un poseedor ha empezado a com
putar para su beneficio, el plazo que la ley determina para que pueda
convertir esa posesión y la usucapión en propiedad, dicho plazo SE
INTERRUMPA ya sea por causas imputables al propio poseedor, ya
por causas imputables al propietario de la cosa en contra del cual se
usucape.
En el ejeiAplo que he venido usando, piense Ud. lectora(or), que
el señor Emiliano, que como se recuerda en estricto derecho es sólo
poseedor, de buena fe, pues cree que es dueño por habérsela “vendi
do" la Hacienda de la Flor el señor Eudorote, que carecía de faculta
des para ello, pues era sólo administrador de la misma, digo que el
señor Emiliano a favor del cual corre el tiempo de usucapión para
598 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
469.~=K.eiMiíicia de la Usucapión.
Pero siguiendo con el mismo ejemplo del señor Emiliano que vie
ne poseyendo la Hacienda de la Flor, en contra del señor Facundo
(435) Véase supra apartado 107, bienes m ostrencos y No. 108, bienes vacantes.
RENUNCIA DE LA PRESCRIPCION. 6 0 5
“L a d e v o lu c ió n d e la p r e n d a e s p re s u n c ió n d e la r e m i s i ó n d e l d e re
c h o a la m ism a p r e n d a , si e l a c r e e d o r n o p r u e b a lo c o n t r a r i o ” .
(4 3 6 ) V é as e s u p ra a p a r t a d o 2 8 3 , c o n c e p t o d e a c to d e d o m in io .
RENUNCIA DE LA USUCAPION. 607
m a la q u e re s u lta d e u n h e c h o q u e i m p o r t a el a b a n d o n o d e l d e r e c h o
a d q u ir id o ”.
' : 'W f U r ' í ' . . : "i ’
Por ejemplo, han transcurrido ya los cinco años que exige la ley
para que un poseedor de buena fe como es el señor Emiliano, ad
quiera por usucapión la Hacienda de la Flor; si el señor Facundo lo
demanda en ejercicio de la acción reivindicatoria, el señor Emiliano
se puede excepcionar diciendo que ya usucapió, y por ese solo hecho,
una vez demostrado, se desestimará la acción ejercitada por el señor
Facundo.
Sin embargo, sucede que el señor Emiliano tiene un acreedor al
cual no desea pagarle, y ese acreedor está listo para demandarlo y pe
dir el embargo de la Hacienda de la Flor que ya usucapió el señor Emi
liano; entonces éste, con tal de que su acreedor sufra un quebranto
patrimonial y no pueda cobrarle su crédito, recurre al procedimiento
de manifestar que renuncia a la usucapión, y cuando es demandada la
reivindicación por Don Facundo no le opone la excepción del caso,
sino que se allana a la demanda y además renuncia a los cinco años
de posesión ganados. En este caso el acreedor del señor Emiliano, in
tervendrá en el juicio e invocará el artículo 1143 transcrito ejercitando
608 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
que sólo tiene tres años de detentar la cosa, y la ley exige cinco para
usucapir de buena fe.
Entonces el señor Sinforoso consulta a la señorita Abogada Toño-
lioña, y ésta le dice: “Respetable señor Sinforoso, es cierto que usted
en lo personal no ha poseído durante cinco años la finca, sino sólo
durante tres, pero ello no es motivo para que deje de oponer la ex-
ceDción de usucapión, y pueda sostener que ya tiene corridos a su fa-
«or cinco años, pues la ley le permite sumar, al tiempo que usted ha
poseído, los años que poseyó la persona que le trasmitió la cosa, esto
es, que a sus tres años, puede sumarle los años que poseyó el señor
Emiliano, y así con esa adición de los dos plazos de las posesiones, se
completa el tiempo que usted requiere. Si se molesta en leer el dis
positivo del artículo 1149 de los dos Códigos civiles, necesariamente
llega a esa conclusión. Y en efecto, el señor Sinforoso al contestar la
demanda opone excepción de usucapión, con fundamento en el ar
tículo 1149, y el juez al dictar sentencia tiene que declarar que el se-
aor Facundo no tiene ya derecho a reivindicar la Hacienda, y que sí,
el señor Sinforoso, usucapió el inmueble.
“Es poseedor de una cosa el que ejerce sobre ella un poder de he
cho, salvo lo dispuesto en el artículo 793. POSEE UN DERECHO
EL QUE GOZA DE EL”.
v.es indudable que aquí el legislador, en este segundo párrafo del a r
tículo 790, al decir “POSEE UN DERECHO EL QUE GOZA DE
EL” ya no se está refiriendo a la posesión de derechos reales, sino a
la posesión de otros derechos diferentes, derechos NO REALES,
como son entre otros, los derechos de crédito o derechos personales.
En la primera parte del artículo 790 se refiere a derechos sobre
cosas materiales, pues sobre ellas es que se puede ejercer ese poder
de hecho, y en su segunda parte, se refiere a derechos sobre cosas no
materiales, pues hace la referencia a que POSEE UN DERECHO EL
QUE GOZA DE EL.
. Y es evidente que se refiere a cosas no materiales como los dere
chos de crédito y los derechos de autor, entre otros, como ya dije,
pues sobre éstos no se puede ejercer un poder de hecho, sino sola
mente gozarlos. Este tipo de posesión se refiere entonces a derechos
sobre cosas inmateriales, pero que forman parte del patrimonio pecu
niario de las personas.
Pero ello no significa que no haya otros derechos no pecuniarios,
que también se pueden poseer, y tal sucede en el caso del artículo
341 de los mismos Códigos de 2000, que en su primera parte dispone
que:C 1
“A falta de actas, o si éstas fueren defectuosas, incompletas o falsas,
se probará la POSESION constante de estado de hijo nacido de ma
trimonio. En defecto de esa POSESION son admisibles para demos
trar la filiación... etc".
dé donde resulta que se puede tener también POSESION no sólo de
bienes pecuniarios, sino también de bienes morales o no pecuniarios,
pues no creo que a alguien se le ocurra pensar que LA POSESION DE
ESTADO DE DESCENDIENTE O LA POSESION DE ESTADO MA
TRIMONIAL, sea una posesión (debe ser apariencia) de índole mate
rial, ni pecuniaria, ya que si bien la calidad de descendiente da lugar a
ventajas económicas como lo apunto adelante, no es esa la finalidad que
se trata deí alcanzar con tal posesión.
La POSESION como se regula en la ley, y que es apariencia las
más de las veces, de estado de descendiente de matrimonio, la esta
blece el Estado, para efectos de FILIACION, y si bien la filiación
da lugar a algunas consecuencias de tipo pecuniario, no es esa su
finalidad.
Por ello, consideré conveniente adicionar desde la cuarta edición
612 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
cosa haga de ella, sino que se trata de cómo los miembros de la socie
dad, contemplan lo que aparentemente estiman que es el derecho
que tiene el poseedor, pero no es que lo tenga él por sí, sino que es
lo que ven o creen ver los miembros de la comunidad. Sobre la ante
rior 'dea se tiene:
A. —Posesión y apariencia respecto de derechos NO REALES, pa
trimoniales no pecuniarios o morales, como sucede en relación a la
POSESION DE ESTADO Y APARIENCIA DE ASCENDIENTE O
DÉ DESCENDIENTE, LA POSESION Y APARIENCIA DE ESTA
DO MATRIMONIAL Y LA POSESION Y APARIENCIA DE LOS
DERECHOS DE AUTOR.
B. —Posesión y apariencia respecto de derechos NO REALES, pa
trimonial pecuniarios, como sucede en relación a la POSESION DE
DERECHOS DE CREDITO, Y POSESION Y APARIENCIA DE LA
HERENCIA.
Lo anterior, lo puede captar Ud. alumno(a) en el siguiente cuadro
sinóptico que será sobre el cual desarrollo la materia, por lo cual le
sugiero que lo consulte conforme avanza en el desarrollo de los temas:
D b).—Posesión y
E apariencia de autor
R
E
C
H II.—Inmateriales a).—Posesión y apariencia de
0
derechos de crédito o personales.
. S B.—Patrimonial ¿J.—Apariencia y posesión de herencia.
Pecuniario
c).—Posesión que debe reconocer el acreedor.
creo que se quedaron secos los sesos de los asambleístas. Vea las
“enormes reformas” de estos bárbaros asambleístas:
“Si un individuo ha sido reconocido constantemente como hijo por
la familia del padre, de la madre y en la sociedad, quedará probada
LA POSESIÓN DE ESTADO DE HIJO si además concurre alguna
de las circunstancias siguientes:
I. —Que el hijo haya usado constantemente los apellidos de los
que pretenden ser su padre y su madre, con la anuencia de éstos;
II. —Que el padre o la madre lo hayan tratado como hijo, prove
yendo a su subsistencia, educación y establecimiento, y
III. —Que el presunto padre o m adre tenga la edad exigida por el
artículo 361.”
¡Vaya ciencia que derramaron los asambleístas para hacer el ante
rior texto! ¡Viva México!
Lo único que hicieron estos bárbaros, fue exigir el trato por parte
de la madre, lo cual era del todo innecesario, pues el estado de
hijo de la madre, se tiene por el sólo parto, sin necesidad de más,
pero en fin, ahí está la genialidad consumada.
Ahora, si se analizan las tres fracciones de los transcritos artículos
se encuentra que la fracción I, si se refiere a “Posesión” de estadc,
pues el descendiente ha gozado para sí del apellido del padre, o de la
madre y padre.
La fracción II de esta norma tiene la primera parte que se refiere
a la apariencia, pues la sociedad ha visto que el padre trata a la cria
tura “como a hijo nacido de su m atrim onio”, y la segunda parte de
la misma fracción sí se relaciona con la “posesión”, pues se trata de la
POSESION Y APARIENCIA DE ASCENDIENTE. 617
K
DE HIJO, fuere DESPOJADO de ellos o perturbado en su ejercicio,
sin que preceda sentencia por la cual deba perderlos, podrá usar de
las ACCIONES QUE ESTABLECEN LAS LEYES PARA QUE SE LE
AMPARE O RESTITUYA EN LA POSESION”.
y se menciona también ese término POSESION, en los artículos 343
ya transcrito, y en el 352.
■H H H
618 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
que no se requiera para nada esta última idea, ante la prueba absolu
ta de que se tiene ese estado civil.
Pues bien, así como hay estado civil de descendiente, y de ascen
diente, y a falta de las actas se puede invocar la POSESION DE ESE
ESTADO CIVIL, ASI TAMBIEN SE PUEDE HACER CON LA PQ.
SESION DE CASADA O CASADO, O POSESION DE ESTADO
MATRIMONIAL.
Los Códigos civiles determinan en su artículo 39 que:
“El estado civil sólo se comprueba con las constancias relativas del
Registro civil: ningún otro documento ni medio de prueba es admi
sible para comprobarlo, salvo los casos expresamente exceptuados ’
por la ley”.
y la verdad es que esos casos que ahí se dice de “excepción”, es válido
para todos los casos del estado civil, ya que en el artículo 40 se dispo
ne que:
“Cuando NO HAYAN EXISTIDO REGISTROS, se hayan perdido,
estuvieren ilegibles o faltaren las formas en que se pueda suponer
que se encontraba el acta, se podrá RECIBIR PRUEBA DEL ACTO
POR INSTRUMENTOS O TESTIGOS”.
Y ESOS TESTIGOS VAN A DECLARAR SOBRE LA "APARIEN
CIA” Y LOS DOCUMENTOS, LO QUE VAN A PROBAR, ES PRE
CISAMENTE “LA POSESION DE ESTADO CIVIL”, DE QUE SE
TRATE.
Por ello, es que se puede afirmar que también hay posibilidad de
invocar la “POSESION DE ESTADO DE CASADO O CASADA, O
MATRIMONIAL”, con base en el antes transcrito artículo.
Y se tiene otro dato más, para demostrar que si se acepta y reco
noce por el Código la calidad de “POSEEDOR DE ESTADO CIVIL
DE CASADA O CASADO, O MATRIMONIAL” con la lectura que sé
haga del artículo 250, el cual dispone que
“No se admitirá demanda de nulidad por falta de solemnidad en el
acta de matrimonio celebrado ante el juez del Registro Civil, CUAN
DO A LA EXISTENCIA DEL ACTA SE UNA LA POSESION DE
ESTADO MATRIMONIAL”.
Si se relacionan los dos artículos antes transcritos, el 40 y el 250,
se tiene que admitir la existencia de “POSESION Y APARIENCIA
DE ESTADO DE CASADO O CASADA”, O DE “ESTADO MATRI
MONIAL”, como dice el último artículo mencionado.
Y en este caso también, se está en presencia de UNA POSESION
QUE NO RECAE SOBRE UNA COSA MATERIAL, RESPECTO
DE UNA COSA SOBRE LA QUE NO SE PUEDE EJERCER UN
POSESION DE ESTADO DE DESCENDIENTE, ASCENDIENTE 619
Y DE MATRIMONIO.
PODER DE HECHO, COMO DICE EL ARTICULO 790 EN SU
PRIMERA PARTE, SINO QUE SE ESTARA EN EL CASO DE UN
DERECHO QUE SOLO SE PUEDE GOZAR, Y ESE GOCE ORIGI
NA LA POSESION, EN LOS TERMINOS DE LA PARTE FINAL
DEL MISMO ARTICULO 790.
Pero además, estos derechos posesorios, SI BIEN SON PATRI
MONIALES, NO SON DE INDOLE PECUNIARIA, SINO MORAL
0 AFECTIVA.
Jl
624 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
I
cer el pago, y si como en el caso del “pagaré”, se hacen abonos a
cuenta del total de adeudo, entonces esos pagos parciales deben cons
tar asentuándose en el documento.
título de “Doctora”, y menos sin decir “en Derecho”, como hay mu-
dios payasos que lo hacen, creyendo que con eso “impactan” a sus
clientes. No, querido y respetado papá, yo sólo uso mi grado de
“Doctora en Derecho”, cuando voy a un evento académico, pero en el
ejercicio de mi profesión, y en mis tarjetas de presentación, y en los
membretes de mi papelería, sólo digo “Abogada” o “licenciada en De
recho”, que en mucho me enorgullece.
Y en segundo lugar señor papá, debes de saber que la posesión
no se da sólo sobre cosas materiales, sino que también se da sobre co
sas incorpóreas o no materiales, como son los derechos de crédito,
entre otros. Así lo puedes leer en el artículo 790 del Código civil, y
uniendo el dicho a la acción, le entregó un ejemplar del Código al se
ñor su papá, el cual después de leer el artículo que se le indicaba, su
misamente agachó la cabeza, y dio amplias disculpas a su hijita y a D.
procopio, por ser tan “meticho” sin que sintiera vergüenza por dar
disculpas a su hijita, ya que un padre que comete una tarugada que
afecta a una descendiente, debe darle disculpas sin sentirse humilla
do. Al contrario, debe sentir que es un ser humano consciente y en
verdad humano, y no un hotentote que cree que el ser ascendiente de
una persona, le da derechos hasta de esclavizarla.
Y ya con la anterior filípica que tan decentemente le aplicó a su
señor papá la Abogada Toñoñoña, retomó el hilo del consejo que le
estaba dando a D. Procopio cuando fue tan abruptamente interrumpi
da, y le dijo:
Pues bien estimado D. Procopio, para que Ud. se pueda presentar
ante D. Facundo y pueda recibir el pago de éste, por el adeudo aún
pendiente de cumplir y que estaba consignado en el “pagaré”, se pue
den seguir dos caminos, uno amistoso, y otro el que establece la ley.
El amistoso, es sencillamente que le diga Ud. a D. Facundo que
perdió el documento, y que le siga pagando abonos, ya que él sabe
que le debe a Ud.
Aunque D. Facundo es gente decente y de buena intención, le
dice que no puede admitir hacerle así el pago, ya que para él, el te
ner el título de crédito es necesario, a efecto de justificar contable y
ñscalmente, ¡cuál ha sido la causa por la cual ha erogado las sumas
que lleva pagadas, y hasta completar el total del adeudo con D. Pro
copio, y así aunque desee ayudarlo, no puede aceptar, pues estaría sin
comprobante idóneo del pago hecho, y algo más, quizás el que le
haya robado el “pagaré”, pudiera pretender cobrárselo, y si lo detenta
esa persona, pues a ella lo debe pagar.
El segundo camino dice la Abogada, es el de PROBAS. LA POSE-
630 ERNESTO G rnE R R E Z Y GONZALEZ
-
POSESION PUTATIVA DE UN CREDITO. 633
WBSS& J.'L
634 ERN ESTO G U TIERREZ Y GONZALEZ
si
636 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
I
6 44 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
Ello significa que, las normas que contienen los Códigos en sus ar
tículos 1281 al 1791, son aplicables por igual a los bienes muebles y a
los inmuebles que forman el acervo hereditario, sin diferenciar unas áe
otros, y por ello, se crea un régimen jurídico que abarca toda clase
de cosas y derechos, convirtiéndolos en UNA UNIVERSALIDAD ©g
DERECHO, tal y como ya se anotó en el apartado 97.
Ahí en ese apartado le apunté, alumno(a), que el acervo heredita
rio o masa hereditaria, se integra con cosas muebles e inmuebles,
unas corporales y otras incorporales, y sin embargo las normas legales
que se aplican a todo el procedimiento sucesorio, le da a todas esas
cosas diferentes, el mismo trato jurídico, sin diferenciar si hay como
se anota, muebles o inmuebles, y si son o no corporales, pues los con
sidera COMO UNA SOLA COSA, COMO UNA UNIVERSALIDAD
DE DERECHO.
Ahora bien, si una persona al fallecer deja todos sus bienes en po
der de otra u otras, aunque a ésta o éstas no las hubiere instituido
como sus herederas universal, pero esa o esas personas están EN PO
SESION DE LA HERENCIA, al paso del tiempo que se requiere
para adquirir bienes por prescripción, habrán adquirido CON LOS
DERECHOS POSESORIOS DE TODA LA UNIVERSALIDAD, LA
CALIDAD DE TITULARES DE LA HERENCIA.
Si antes de 10 años de estar en POSESION DE LA HERENCIA
se presenta a redam arla una persona que manifiesta y prueba tener
la calidad de heredera, ya sea testamentaria o la que se designa como
legítima, el POSEEDOR DE LA HERENCIA tendrá que entregarla
a quien la redama, pero si pasado ese largo lapso, no sucede tal
cosa, HABRA ADQUIRIDO CON SU POSESION SOBRE LA UNI
VERSALIDAD, TANTO LOS DERECHOS REALES, COMO LOS
PERSONALES Y LOS DE AUTOR y cualesquiera otros.
Se entenderá con el siguiente ejemplo lo que antes le digo: D.
Procopio al fallecer, no se sabe si dejó ó no testamento, y doña Ña
chis su ahora viuda, y su hijita Nachina II, y su hijito Proquis II, con
la pena que les embarga por la muerte de su progenitor, no se preo
cupan de investigar si dejó o no su testamento, pero además suponen 1
e s t u d io d e l p r iv il e g io o d er ech o de a u t o r .
CAPITULO I.
651
31
652 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ ¡
UNA NATURALEZA JURIDICA PROPIA como lo demuestro
lante, Y ES UN ELEMENTO PATRIMONIAL PECUNIARIO jg
FERENTE DEL DERECHO REAL Y DEL DERECHO PERSONA
y además —y no obstante su enorme importancia que crece día s
día— está muy mal regulado en la ley.
El desarrollo de esta materia la haré atendiendo a estos cuatro te
mas: .! i
I. —Naturaleza jurídica del derecho de autor.
II. —Concepto y evolución legislativa del derecho de autor..
III. —Inconstitucionalidad de la vigente Ley Federal del Tete
de autor.
IV. —Comentarios al contenido de la Ley Federal del derecha
autor.
El prim er punto es materia de este capítulo, y los siguientes, de
ulteriores capítulos.
(442) Véase D iccionario d¿ Derecho P rivado. E ditorial Labor. Reimpresión 1954. Pág. 1449 y
sgtes. Aguilar C arbajal Leopoldo. Ob. cit. Pág. 189 y sgtes. Araujo Valdivia Luís D erecho de las:co-
sas y D erecho de la s sucesiones. Edit. Cajica. Puebla, 1955. Pág. 327 y sgtes. De Ib an o ia Antonio.
Cosas y Sucesiones. Edit. Porrúa, S. A, México, 1957. Pág. 210 y sgtes. Rojina Villegas Rafael. 0b.
cit. Pág. 161 y sgtes. C arpió Zúñiga C onrado. N atu ra leza . J u ríd ic a de los derechos de autor. Tesis
profesional. U. N. A. M. México, 1957. Fac. de D erecho.
I
NATURALEZA JU R ID IC A DEL D E RECH O DE A U TO R: DIVERSAS TESIS. 653
OfíJHijT
tores alemanes, se estudia hoy a través de las limitaciones y modalida
des que sufre, y no a través de los atributos - que se confieren a la
misma. Ya los Códigos civiles en su artículo 830 no definen la propie
dad, sino sólo disponen que:
I “Él propietario de una cosa puede gozar y disponer de ella, con las
y modalidades que fijen las leyes”.
lim ita c io n e s
I una cosa puede hacer con ella lo que desee, inclusive destruirla, o
' Bien desmembrar su derecho, claro que siempre dentro del régimen
legal.
4a.—El derecho de autor, aunque el titular de la idea enajene a
otra persona el derecho para que exp lote com ercialm ente su dere
cho, la idea al darse a conocer, siem pre va ligada al nom bre del au
tor. Así,- el libro Dan Quijote de la Mancha, aunque se hagan y se sigan
haciendo cientos y miles de ediciones en todos los idiomas, siempre
dirá el nombre de su autor: Miguel de Cervantes Saavedra.
Por el contrario, la propiedad de una cosa, no imprime a ésta un
sello de quién o quiénes han sido sus anteriores propietarios. La cosa
en propiedad, no guarda huella de quién fue su anterior dueño.
5a.—El derecho de autor para que le reporte beneñcios econó
micos a su titular, es preciso que su idea se divulgue y sea conoci
da por el mayor número de personas. El aprovechamiento del
derecho de autor sólo se traduce en beneficio económico, cuando es
conocida y divulgada la idea.
El derecho de propiedad implica el uso exclusivo —en principio—
de una cosa, y precisamente para que ésta le rinda mayor beneficio al
propietario, se precisa que sólo él sea quien la goce. La propiedad
al recaer sobre una cosa corporal, determina el empleo exclusivo e in-
(450) Caso trágico fue el '‘m anifiesto” m andado a im prim ir por el sen ad o r C hiapaneco Be
luario Dom ínguez, en contra del u su rp ad o r Victoriano Huerta, lo cual le costó la vida, en 1913
al senador, pero prim ero lo m artirizaron y luego le cortaron la lengua antes de asesinarlo.
658 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
—-rv
gyg
EL DERECHO DE AUTOR ES UN DERECHO REAL IN GENERE. 661
usfli WNTCfft
Se infante, pasando por sus dolores de campesino, hasta llegar a la
etapa de financiero y luego a la de político y a la “excelsa de politólo-
go”. El señor Procopio contrata con una empresa editorial la publica-
don de su libro, y poco después se entera de que en otro país, o en
el mismo México, otra editorial está publicando sus “Memorias”,
aprovechándose así de lo que él escribió y de sus ideas y pensamien
tos expresados en su libro. A esa editorial y a esos libros que se publi
can así, se les llama “piratas”.
El hecho de que Procopio sea el autor y su idea esté protegida y
registrada conforme a la ley de la materia, no impido que otra u
otras personas exploten comercialmente sus “Memorias”. Ya Don Pro-
eopio tendrá que iniciar un juicio contra los que publican sin su au
torización las memorias, y recurrirá como siempre a la señorita
Abogada Toñoñoña, pero la explotación y uso de su idea ya se
hizo, cosa que no puede suceder con el derecho real, pues la cosa
material de éste, por su fuerza o por la fuerza del Estado y la ley, su
titular la puede defender y excluir a cualquiera otra persona del goce
de la cosa.
Inclusive, puede darse el caso de que el autor ni siquiera se llegue
a enterar que su idea está siendo explotada, como ha sucedido en
muchas ocasiones con libros que se publican en otros países y su au
tor ni se entera de ello; en otras ocasiones aún enterándose, no pue
de hacer nada para evitarlo, pues su país de origen no tiene
celebrado tratado de protección autoral con aquél país en donde se
publica y explota su obra sin su autorización.
En síntesis, el titular, del derecho real hace el aprovechamiento
de la cosa en la medida del título y nadie a más de él, al margen de
cualquier ventaja económica que pueda o no obtener, es el único que
puede Utilizar la cosa en esa medida; en cambio en el derecho de au
tor, cualquier persona que conozca la idea, la puede aprovechar con o
sin título si se insiste en que pueda haberlo, le resulten o no ventajas
económicas, y, ello dentro o fuera de la ley; sin que el autor pueda
defender por sí y de hecho su idea, como sucede en el derecho real
respecto de la cosa.
5 a.—En el concepto aceptado de derecho real se dice que éste se
M ADM HÜ fiU U M M
662 ERNESTO GUTIERREZ. Y GONZALEZ
mentó de esencia del derecho real, perm ite ver lo ilógico de asimilar
lo ai esta figura jurídica.
Ya expuse antes cómo esa “oponibilidad” del derecho real qué se
puede incluso hacer valer por medio de la fuerza física, no es posible
en el derecho de autor, y menos fuera del ámbito espacial en dónele
rija la ley que lo protege, pues si en lugar de aplicación de la ley, se
viola el derecho de autor, piénsese lo que se puede hacer fuera de su
ámbito territorial de aplicación.
6 a.—De lo anterior resulta otra diferencia más entre derecho real
fr ’El error inicial de las dos tesis que critico antes, estriba en que
parten del supuesto de que el patrimonio está formado sólo con dere-
dfios reales y personales. Ese es el origen de su equívoco, pues al con
siderar tal, se ven obligados a forzar otras y diferentes instituciones
para meterlas en los moldes que estiman únicos. Con ello, anquilosan
ja Ciencia del Derecho, y desfiguran las instituciones, a más de que
crean confusión en la materia y en la regulación legal que se deba
Hacer.
Al derecho de autor no es posible catalogarlo validamente como
un derecho real de propiedad, o tan siquiera como uno real de tipo
especial. Ya he dado razones bastantes para ello, y tomando éstas en
. sentido contrario, permiten apreciar cómo el derecho de autor tiene
.una naturaleza propia y específica. Pero aunadas a esas, se pueden
áar otras razones más, para que desde un punto de vista estrictamen
te jurídico, se conozca la naturaleza propia, específica y exclusiva del
'derecho de autor. Véase:
la.—El Legislador Constituyente de 1917, si bien es cierto que
era heterogéneo en cuanto al nivel cu ltu ral de sus in teg ran tes
—pero era homogéneo en cuanto a la filiación política carrancista—,
tuvo en su seno a no dudarlo, algunos verdaderos valores jurídicos, y
además y por otra parte, el señor Carranza, tenía el sabio consejo de
eminentes juristas que no por el hecho de no asistir al Congreso
Constituyente, dejaron de tener intervención destacada en el proyecto
de Constitución. Entre éstos, baste recordar al eminente poblano Lie.
Luis Cabrera, que llena toda una etapa de la historia del Constituyen
te de 1917.(453)
Pues bien, el Texto Constitucional en vigor al referirse al Derecho autor
no lo designó como derecho real, ni como propiedad o algo parecido. De m a
nera simple y sencilla, en su artículo 28 al referirse a él, lo designa
con el nombre de “Privilego". Así, esa norma constitucional hasta a n
tes de la absurda y demagógica reforma que se le hizo el 2 de febrero
de 1983, decía en párrafo primero:
“En los Estados Unidos Mexicanos no habrá monopolios ni estancos
de ninguna clase, ni exención de impuestos, ni prohibiciones a título de
protección a la industria; exceptuándose únicamente los relativos
a la acuñación de moneda, a los correos, telégrafos y radiotelegrafía, a
la emisión de billetes por medio de un solo Banco que controlará
(453) R ecom iendo a la alumna(o), que lea to d o libro o artículo escrito por el Lie. D. L uis
Cabrera, bajo su n o m b re, o bajo el pseudónimo de “Blas U rre a ”. Son verdaderas enseñanzas j u
rídicas y políticas. Así tien e "Obras Completas" publicadas p o r “Ediciones Oasis”, S. A. M éxico; y
el libro La Revolución es la Revolución. Luis C abrera. Docum entos. Ediciones Oasis. M arzo de
1977, publicado p o r el G obierno del Estado de G uanajuato.
664 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
668
CONCEPTO DE DERECHO DE ALTOR, Y ANALISIS. 669
)Aff .
terminadas personas se les. dejaba lo que a las demás se les privaba.
Y eso es precisamente lo que hace el Estado al reconocer el dere
DfQI
cho del autor: Priva a todos los demás, de la posibilidad de que lícita
mente se aprovechen de la idea del autor. Sólo a éste se le deja que
■higa el uso temporal de los beneficios pecuniarios que de la explota
ción de su idea puedan derivar.
De ahí que, el Legislador constituyente de 1917, con muy buen
tino, y es de las pocas veces que empleó en forma adecuada el len
guaje jurídico, denominó al derecho de autor, o el derecho del inven
tor, con el término “PRIVILEGIO”.
Y, esa protección es temporal como ya se vio, pero no así para los
fundamentales aspectos morales del derecho de autor, como es el de
que la obra o idea siempre lleve el nombre de su creador, y que na
die fuera de él, pueda mutilar o alterar la obra.
Estas dos situaciones de índole moral, las reconoce y tutela el Es
tado, con el carácter de perpetuas, y así en aceptación de ello, prime
ro el Código civil, y después la inconstitucional nueva Ley Federal del
Derecho de Autor, al igual que la anterior a la que esta nueva abrogó.
La abrogada en forma clara decía en su artículo 2o. decía que:
“Son derechos que la ley RECONOCE Y PROTEGE en favor del au
tor de cualquiera de las obras que se señalan en el artículo lo. los si-
■!.' .guiantes:
I. —El RECONOCIMIENTO de su calidad de autor;
II. —El de oponerse a toda deformación, mutilación o modifica
ción de su obra, que se lleve a cabo sin su autorización, así como a
toda acción que redunde en demérito de la misma, o mengua del
honor, del prestigio o de la reputación del autor. No es causa de la
acción de oposición de libre crítica, científica, literaria o artística de
las obras que ampara esta ley, y
III. —El USAR O EXPLOTAR TEMPORALMENTE la obra por sí
mismo o p o r terceros, con propósito de lucro y de acuerdo con las
condiciones establecidas por la ley”. •'
y en este texto se aprecia que se utilizaban precisamente los términos
“RECONOCE” Y “PROTEGE”, con lo cual se evidencia que en Dere
cho mexicano es una situación de hecho la que se crea con la obra o
idea, y que se impone al Estado, el cual debe reconocerla y prote
gerla.
676 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
fue de hecho sino una copia de aquél—, siguió la misma idea de que
el derecho de autor es un derecho de propiedad.
5. —1899.—10 de abril.—En vigor a partir del 11 de septiembre
de 1900. Publicado en el Diario Oficial de la Federación del 3 de oc
tubre de 1900:
Convención con Francia, para la protección recíproca de la p ro
piedad industrial. (En vigor).(460)
6. —1917.—5 de febrero.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En este
Texto-Máximo, se reconoce al derecho de autor su verdadera natura
leza, y como ya noté en anterior capítulo, se le designa como “PRIVI
LEGIO”.
I 7.—1924.—31 de marzo,—Diario Oficial de la Federación del 14
de mayo de 1925.
Convenio con España sobre propiedad literaria, científica y artísti
ca. (En vigor).
8. —1928.—30 de agosto.
Código civil del Distrito y Territorios Federales. Entró en vigor el
lo. de octubre de 1932. Este Código civil sigue en vigor, con el nombre
de Código civil para el Distrito Federal. También dio al derecho de
autor, siguiendo la terminología de la Constitución, el nombre de
“Privilegio”.
9. —1929.—16 de diciembre.—México 16 de diciembre de 1929,
. se ratifica y publica en Diario Oficial de la Federación del 30 de abril
de 1930.
Acta firmada en la Haya el 6 de noviembre de 1925, que comple-
Í
'ta la convención de la Unión de París del 20 de marzo de 1883 para
ia protección de la Propiedad Industrial, revisada en Bruselas el 14
(460) T o d o s los documentos que m enciono e n seguida, y que llevan entre paréntesis la le
yenda (En vigor), los tomé de la útil publicación q u e hizo Estados Unidos M exicanos, a través
í de su Secretario de Relaciones Exteriores, que se titula "México: Relación de tratados en vigor.
: Diciembre de 1991”. Docum ento elaborado p o r la C onsultaría jurídica. T latelolco, M éxico. Di
ciembre de 1991. Editorial Themis.
Lástim a que tan im portante libro, se haya p resen tad o en su portada, con tanto descuido,
pues se olv id aro n que
A.— El n o m b re de nuestro país no es “M éxico”, sino Estados Unidos M exicanos.
B.—Q ue la Secretaría de Relaciones E x terio res NO ES PERSONA, SIN O SÓ LO UNA DE
PENDENCIA DEL ÓRGANO EJECUTU/O, Q U E TAMPOCO ES PERSONA, DE LOS ESTA
DOS UNIDOS MEXICANOS, QUE SI ES PERSONA, Y Q U E POR LO MISMO ES DEL T O D O
INCORRECTA I A PRESENTACION QUE SE LE DIO AL LIBRO.
EN SU PORTADA DEBIO DECIR “ESTADOS U N ID O S MEXICANOS: RELACION DE TRA
TADOS EN V IG O R”.
Y tam b ién p o n er prim ero Estados U nidos Mexicanos, y luego Secretaría de Relaciones Ex
teriores. Pero e n fin, era m ucho p ed ir que todo se hiciera bien por abogados al servicio d e l Es
tado.
680 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
I
como ya he dicho antes da al Derecho de autor la naturaleza de un
“privilegio” y no el de propiedad pero naturalmente, así lo aprobaron
dos senadores, dando una muestra más de su estulticia y falta de res
peto al Texto Máximo.
31.—1996.—Diciembre 24.—Se publica la nueva Ley Federal del
Derecho de Autor, que abroga a la de 1956, reformada en 1963.
Y hasta aquí la relación de documentos que rigen en esta materia,
y debe Ud. considerar, alumna(o) que todos los tratados que antes se
mencionan, junto con la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y las leyes que de ella derivan, constituyen la ley suprema
de la llamada Unión, como lo determina el artículo 133 de la propia
Gonstitución. Por ello, la importancia de estos documentos.
pu)l IÓ7T
nal, relativos al ejercicio de las profesiones en el Distrito y Territorios
Federales”, hoy sólo del 4o constitucional por reforma de que se le
Bizo objeto al 5o constitucional.
Esta ley de profesiones, en plena vigencia, CON EL ANTERIOR 3
CRITERIO, DEBERLA DE REGIR EN TODA LA REPUBLICA PUES
ERA REGLAMENTARIA DE DOS ARTICULOS CONSTITUCIONA
LES, HOY SOLO DE UNO, Y SIN EMBARGO EN ELI A MISMA SE
DETERMINA QUE SU AMBITO ES EL DISTRITO FEDERAL.
Y lo que es mas, cada entidad federativa debe expedir su ley de
profesiones, reglamentaría del mismo artículo 4 o constitucional.
Así por ejemplo, el 24 de diciembre de 1963 apareció publicado
en la “Gaceta Oficial” del Gobierno del Estado de Veracruz, la ley de
nominada “Ejercicio profesional para el Estado de Veracruz Llave”, y
a nadie en su sano juicio y verdaderos conocimientos de la Constitu
ción, se le ha ocurrido que esta ley veracruzana sea contraria a la que
rige en el Distrito Federal, y que por lo mismo se le pudiera calificar
de inconstitucional.
Lo mismo sucede en el Estado de Nuevo León, en donde también
tienen su propia ley de profesiones, reglamentaria de la Constitución
en su artículo 4o, y así en varias más entidades federativas.
Por ello, EL QUE EN LA ANTERIOR LEY DEL DERECHO DE
AUTOR SE DIJERA QUE ERA REGLAMENTARLA DE LA CONSTI
TUCION EN SU .ARTICULO 28, NO LE CONCEDIA EL CARÁC
TER DE LEY FEDERAL, NI ES BASE PARA SOSTENER QUE ASI
SE LE CONFIERA EL CARACTER DE LEY FEDERAL, Y AHORA
QUE LA LEY DE 1996 YA NO LO DICE, CON MAYOR RAZON,
NO PUEDE ESTIMARSE QUE DEBA TENER EL CARÁCTER DE
FEDERAL.
Lo único que ahí sucede, es que siendo reglamentaria de esa nor
ma 28 constitucional, esta ley sólo rige para el Distrito Federal, pues
el Congreso sólo pudo haber legislado como Congreso local del Dis
trito Federal. El legislador federal actuó como legislador local con
base en el artículo 73-VI constitucional.
Por ello, si se quiere mantener la vigencia de esta ley que me ocu
pa, SE LE DEBE DAR EL CARÁCTER DE LOCAL QUE LE CO
RRESPONDE, Y FUNDARLA EN EL ARTICULO 73-VI
CONSTITUCIONAL; PERO SI SE PRETENDE CONSIDERAR A
690 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
E8
■La Constitución en su artículo 89 fracción XV dispone que
“Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes:
Capítulo I. Del Registro Público del derecho de autor. Arts. 162 al 172.
Capítulo II. De las reservas de Derechos al uso exclusivo. Arts. 173 al 191.
ü
706 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
v de esta idea que dan los dos Códigos, resulta que la gestión sólo se
puede presentar cuando el llamado GESTOR, actúa atendiendo un
asunto de otra persona a la que se designa DUEÑO, SIN TENER EL
GESTOR REPRESENTACION DE ESPECIE ALGUNA DEL DUEÑO,
ESTO ES, SIN SER TUTOR, SU PROGENITOR, O SIN SER SU
APODERADO O MANDATARIO, Y ES GRATUITA SU ACTIVIDAD.
Esto es lo que caracteriza a la gestión, y de ahí la soberana tonte
ra que dice el legislador, al llamar a estas sociedades de “GESTION”,
cuando precisamente van a representar a sus asociados, cuando éstos
les confieran poder o celebren contrato de mandato y cobran una co
misión. Todo lo demás que se diga, sale sobrando.
Cabe agregar que estas sociedades DE GESTION COLECTIVA,
son las que antes se denominaron sociedades de autores o de artistas
interpretes o ejecutantes.
c)—No puedo dejar de comentar el artículo 147 que es un verdadero
monumento a la ignorancia del derecho. Vea sa texto:
“Se considera de utilidad pública la publicación o traducción de
obras literarias o artísticas necesarias para el adelanto de la ciencia,
la cultura y la educación nacionales. Cuando no sea posible obtener
EL CONSENTIMIENTO del titular de los derechos patrimoniales
correspondientes y mediante el pago de una remuneración COM
PENSATORIA, el EJECUTIVO FEDERAL, POR CONDUCTO DE
LA SECRETARIA de Educación Pública, de oficio o a petición de
parte, podrá autorizar la publicación o TRADUCCION MENCIO
NADA. Lo anterior sin perjuicio de los TRATADOS INTERNACIO
NALES sobre derechos de autor y derechos conexos suscritos y
APROBADOS POR MEXICO.”
. ..
y cada una de las palabras que aparecen con negrita en esta norma,
son una muestra de la tontera del legislador. Véase:
1. —Habla de CONSENTIMIENTO, y ya expliqué antes que no pue
de ser consentimiento, sino que se trata de que no se pudo obtener
que el autor realizara un acto unilateral en el cual debía dar su apro
bación, o anuencia, para que se hiciera la publicación.
2. —La palabra COMPENSATORIA alude a la figura jurídica que ex
tingue obligaciones por partida doble, por ministerio de la ley, cuan
do dos personas son acreedoras, y deudoras recíprocas, y al momento
de hacerse el pago de sus deudas líquidas, vencidas y por su propio
derecho, la mayor se extingue hasta el alcance de la menor, por dis
posición de la ley. A esta figura jurídica se refiere el artículo 2185 de
los Códigos civiles, el cual a la letra dice
‘Tiene lugar la compensación cuando dos personas reúnen la calidad
de deudores y acreedores recíprocamente y por su propio derecho”
712 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
E
rfftr
¡y.. ' fcA í. ' i, *
SjMKÍ?
ttg V i ü i
CAPITULO T.
DERECHOS DE LA PERSONALIDAD.
CODIGO CIVIL:
" 1
Artículos 830 a 979. Sólo referencias aisladas.
Arts. 1916. 1916 bis, 2116,
143. |
r
para que se sepa por los gobernados cómo funcionan sus de
ios reales, y el de propiedad en especial. Y nueva pregunta:
¿Entonces si en lo pecuniario es necesario que los gobernados sepan
cómo funcionan sus derechos, en lo moral, en su dignidad misma de
ser humano, no es necesario que sepan y conozcan cómo funcionan
sus derechos?.
¥ va aquí no hay respuesta adecuada que dar. Se quedan callados
la boca, sin poder explicar el por qué de esta laguna.
. . Y, finalmente “y”, la respuesta es muy fácil: SE DEBE A O U £ SE
LE HA DADO MAS IM PORTANCIA “AL ESTOMAGO”, A LA
“BOLSA”, AL “DIN ER O ” QUE A LA DIGNIDAD HUMANA. Mien
tras las grandes masas humanas tengan algo qué comer, pues que no
se molesten con sus pretensiones de respeto a la dignidad, y a todas
esas “tonterías” de que ahora les hablo.
A los pueblos, como decían los romanos “PAN Y CIRCO”, pero
no los dejen cobrar sentido de su dignidad; no dejen que se haga
cierta aquella frase de que “A MI EL HAM BRE ME TUMBA, PERO
EL ORGULLO ME LEVANTA”. Un pueblo que tiene dignidad, que
conoce sus derechos, es un pueblo que pone en peligro a sus malos
gobernantes. Y por eso es que no se ha dado en México la atención
jurídica que merecen estos derechos.(476)
i A usted alumna(o), le toca tomar partido, para que cuando sea
profesional, decida si atiende a la dignidad del ser humano, o sólo al
estómago de éste, cuidando como si fuera irracional, que llene la pan
za, como vaca, toro, o cerdo, pero que tenga vacío el cerebro.
C IO N D E U N A “C O M ISIO N N A C IO N A L D E D E R E C H O S H U M A
N O S ”, Q U E LE SIR V IO , PR IM ER O , PA R A H A C E R C R E E R — SE
G U N IM A G IN O — A LO S DEM AS PA ISE S, Q U E E N M E X IC O SE
P R O T E G E N E SO S D E R E C H O S, L O C U A L N O ES C IE R T O , N I
T A M P O C O SE L O C R E Y E R O N E N EL E X T R A N JE R O , Y S E G U N
D O , PA R A C R E A R U N A G R A N M ASA B U R O C R A T IC A Q U E T U
V IE R A Q U E AG RAD EC ER LE C O N S U V O T O , D U R A N T E LAS
E L E C C IO N E S PA R A D IP U T A D O S Y S E N A D O R E S, LA O P O R T U
N ID A D D E R E C IB IR U N SA L A R IO D E L E ST A D O , S IN SER V IR
PA R A N A D A S U TRABAJO .
8.—Pero dije antes, que se les designó indebidam ente Derechos h u
m anos a u n a p arte de los Derechos de la personalidad, y ello es cier
to, porque:
A. —Con ese n o m b re de derechos hum anos, se q u ie re n re fe rir e x
clusivam ente a unos cuantos de los d erech o s de la p erso n alid ad ,
au n q u e no lo sepan, y no a derech o s h u m an o s, pues todos los d e
m ás derechos que se consignan en las leyes, son p ara hum anos, y p o r
lo mism o son “derechos hum anos”.
B. —Con la denom inación “Derechos hum anos”, no se hace referencia
a ningún tipo en especial de derechos, pues reitero, que todos los de
rechos, en m an era directa o indirecta, van a regular conductas h u m a
nas. Los derechos relativos a la p ropiedad, los dem ás derechos reales,
los derechos de crédito, los de autor, todos, son derechos p ara regir
conductas hum anas, ya en form a directa, ya indirecta, y en cambio
S IE N D O D E R E C H O S T A M B IE N H U M A N O S L O S D E R E C H O S
D E L A P E R S O N A L ID A D , SE ID E N T IF IC A C O N T A L D E N O M I
N A C IO N , A U N A E SP E C IE C IE R T A D E L O S D E R E C H O S H U
M A N O S: L O S R E L A C IO N A D O S C O N LAS P R O Y E C C IO N E S
F IS IC A S O P S IQ U IC A S D E L SE R H U M A N O , C O N V IS T A D E S U
IN T E G R ID A D F IS IC A O M E N T A L .
C . —Y aun más, A L G U N A S D E ESAS P R O Y E C C IO N E S P S I Q U I
CAS D E L SE R H U M A N O , SE H A N H E C H O E X T E N S IV A S A LAS
P E R S O N A S F IC T IC IA S , A LAS P E R S O N A S M O R A L E S, Y SI SE
LES L LA M A D E R E C H O S H U M A N O S E N VEZ D E D E R E C H O S
D E LA P E R S O N A L ID A D , R E S U L T A IN D U D A B L E Q U E N O SE
P U E D E N P R O T E G E R E SO S D E R E C H O S Q U E P O R E X T E N S IO N
SE D A A LAS P E R S O N A S M O R A L E S, C U A N D O S E A N V IO L A
D O S , P U E S ELL A S N O S O N “P E R S O N A S H U M A N A S ”, S IN O
“P E R S O N A S F IC T IC IA S ”.
A L SE R P E R S O N A S F IC T IC IA S , S E N C IL L A M E N T E N O SE
L ES P U E D E N P R O T E G E R “D E R E C H O S H U M A N O S ”, P E R O SI
E N C A M B IO A L H A B L A R C O R R E C T A M E N T E D E “D E R E C H O S
DIFERENCIA ENTRE DERECHOS DE LA PERSONALIDAD 727
Y DERECHOS HUMANOS.
I
Victimados en sus derechos “humanos”, y decidió crear una comisión
a la que bautizó con el infortunado nom bre de “Comisión Nacional
de Derechos Humanos”.
5 3 2 .— C r ític a a la fu n c ió n y e x is te n c ia d e la C o m is ió n N a c io n a l
d e D e r e c h o s H u m a n o s.
Por falta de conocim ientos jurídicos de los asesores del presidente
de la República, p o r la dem agogia de éste, y p o r inutilidad e ig n o ran
cia de los legisladores, es que se dio vida a esa Comisión Nacional de
Derechos H um anos, y se exigió que se hiciera otro tanto en todas las
entidades federativas, como se d esprende del nuevo texto del artículo
102-B de la Constitución Política de los Estados U nidos Mexicanos.
Pero la creación de esa Comisión, dígase lo que se quiera, tiene
dos graves pecados jurídicos, que no son nad a laudatorios p ara el ré
gim en del presidente Salinas de G ortari que concluyó, p o r fortuna el
30 de noviem bre de 1994, a saber:
A.—Sólo se le da com petencia a esta Comisión, cuando los derechos
hum anos en su cam po reducido d enom inado derechos hum anos
SEAN VIOLADOS POR EL ESTADO A TRAVES DE SUS MALOS
FU N CIO NA RIO S, Y AHORA LA HAN H E C H O EXTENSIBLE A
LOS ORGANISMOS PARAESTATALES, PERO SIN Q U E HAYA
CO M PETEN CIA PARA ELLO, YA QUE LA C O N STIT U C IO N EX
PRESAMENTE DA COM PETENCIA PARA LAS VIOLACIONES
Q U E HAGAN “...C U A LQ U IER AUTORIDAD O SERVIDOR PU B LI
C O ...”, Y ES INDUDABLE QUE LOS ORGANISMOS PARAESTA-
CRITICA A LA EXISTENCIA Y FUNCIONES DE LA COMISION NACIONAL 731
DE DERECHOS HUMANOS.
t *-
malos funcionarios públicos, ya de particulares abusivos.
-:r
1—Hoy día la Comisión sólo se concreta a conocer las denuncias de
.*•#/» 4 ,. r»
- VIOLACIONES QUE YA SUCEDIERON, A LOS DERECHOS DE :T
:3
m PERSONALIDAD, PERO NO TIENE FUNCION PREVENTIVA
ALGUNA PARA QUE NO HAYA VIOLACION DE ESOS DERE
r
- GHOS.
F. —No tiene asignada una función de “estudio de reformas legislati
vas” en donde se hagan proyectos para la prevención y seguridad de
jue.se evitaran al máximo las violaciones de los derechos de la perso
nalidad.
V. g. podría tener entre sus funciones, la de impartir cursos a los
. funcionarios públicos, sobre cuáles son los derechos de la personali
dad, y por qué, se deben proteger: Llevar a la conciencia de los servi
dores públicos, la necesidad de respeto a las normas que se ocupan
de los derechos de la personalidad. Pero nada de eso hace.
G. —También podría dar .pláticas, conferencias, hacer publicaciones,
dirigidas al público no especializado ni en Derecho, ni en servicio pú
blico, ilustrándolo y llevándole a su conocimiento qué son, cómo fun
cionan y cómo se deben proteger los derechos de la personalidad, A..
para que así, en conciencia de aquello a que el habitante del país
tiene derecho, pueda reclamar su cumplimiento a los que violan sus
derechos.
H. —La Comisión podría ser muy útil si se ocupara en especial de re
alizar estudios sobre cuáles son los derechos de la personalidad, y la
forma de crear normas jurídicas tendientes a su protección, pero
como está hoy día integrada, es a mi juicio, poco menos que inútil
desde el punto de vista jurídico, que quizá no político.
Y ahí alumna(o), tiene un panorama, bastante triste, de lo que tie
ne asignado esa Comisión Nacional de Derechos Humanos.
“En efecto, los derechos de la p erson alidad, son, como el propio Gu
tiérrez y González suscribe, l o s d e r e c h o s s u b je tiv o s e n r e la c ió n c o n c ie r to s
b i e n e s d e c a r á c t e r m o r a l o a f e c t i v o p e r o . . . v i s t o s d e s d e el ángulo del dere
cho civil. El propósito central y por demás determinante de esta vi
sión es, también como el anterior autor ha señalado, l a b ú s q u e d a d e
u n a in d e m n iz a c ió n c u a n d o h a n s id o v io la d o s .
Es el caso que si bien la idea de derechos humanos persigue ofrecer
una protección a derechos o bienes con un valor moral relevante, y
en esto hay una coincidencia ya evidenciada con los derechos de la
personalidad, esa p ro tecció n in ic ia l se hace en c o n tr a d el p o d er p ú b li
co, en contra d e los acto s de a u to rid a d , p o rq u e en p rim e ra in stan cia
sólo los actos d e a u to r id a d p u eden vu ln era r el co n ten id o de los dere
chos hum anos com o derechos hum anos. Es decir, que el concepto de
derechos hum anos f u e c o n c e b i d o c o m o u n l í m i t e a l o s a c t o s d e p o d e r p ú b l i
c o , c o m o i n s t r u m e n t o d e n a tu ra leza origin al y p re d o m in a n te p o lítica
p a r a e v id e n c ia r la g r a v e d a d , o b v ia m e n te d e l m is m o ta la n te , q u e im p lic a q u e
e l d e te n ta d o r d e e s e p o d e r , in s ta u r a d o p a r a e l b e n e f ic io d e la c o m u n id a d , lo
u tilic e e n p e r ju ic io d e s u s s u p u e s to s b e n e fic ia r io s .
(D e lo dich o p o r e l p r o p i o D r . A lv a r e z L e d e s m a s e d e s p r e n d e lo q u e es
el ámbito ta n r e d u c id o d e los d e r e c h o s h u m a n o s , p u e s se d a n sólo f r e n
te al g o b ern a n te, y n o c o m o los d e re c h o s d e l a p e r s o n a l id a d f r e n t e a
to d o tipo d e p e r s o n a , c o n o s in p o d e r p ú b lic o )
Y continua el Dr. Alvarez Ledesma y dice que
“De tal guisa, si bien de hecho los bienes tutelados por los derechos
humanos pueden ser vulnerados por otros agentes, como los particu
lares, una violación provocada por éstos no puede calificarse como
de derechos humanos, por la simple razón de que esos agentes n o
s o n d e t e n t a d o r e s d e l p o d e r p i c b l i c o . Al violarse un derecho humano se
afecta a l g o m á s q u e l a m e r a l e g a l i d a d , a l g o m á s q u e u n b i e n t u t e l a d o , e n
a l g u n o s c a s o s , p o r l o s d e r e c h o s d e l a p e r s o n a l i d a d , l o q u e e s l a le g itim id a d
del poder pú blico, o sea, l a j u s t i f i c a c i ó n d e s u i n s t a u r a c i ó n y e j e r c i c i o .
Ya en el capítulo segundo de este libro, se llevó a cabo una deta
llada explicación de la génesis del concepto de derechos humanos
como derechos naturales, y quedó demostrado que e l p r o p ó s i t o d e
q u i e n e s c o n c i b i e r o n d i c h a i d e a —a saber, los filósofos políticos contrac-
tualistas y iusnaturalistas de los siglos XVII y X V H I — f u e c o n c e b i r u n a
n o c ió n d e la m is m a n a tu r a le z a , e s to e s, filo s ó fic o - p o lític a ; n u n c a ju r íd ic a ,
salvo el caso de Rousseau. Nada más lejos de la pretensión del ius-
naturalismo-contractualista de crear una noción de derecho civil para
proteger ciertos valores morales o afectivos y obtener una indemni
zación en el supuesto de su violación.
La incomprensión del objetivo de esas doctrinas filosófico-políticas
explica que Gutiérrez y González interprete erróneamente que las te
sis de la Escuela de Derecho Natural h a y a n d e s v i a d o s u i n i c i a l f i n a l i -
7 3 8 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
pío es ju s ta t a l a f ir m a c ió n , p u e s p a r a q u e s e p u e d a d a r esa n o r m a e n
el derecho c iv il, se r e q u ie r e p r e v ia m e n te q u e e x i s ta en e l á m b ito c o n s ti
tucional, y a q u e la le y s e c u n d a r ia en v i r t u d d e l p r i n c i p i o d e la j e r a r
quía de la s n o r m a s , n o p u e d e r e g u la r lo q u e n o e s ta b le c e la n o r m a
suprema, q u e es la d e la C o n stitu c ió n . E l D r . A l v a r e z L e d e sm a d a u n a
. opinión qu e s i s e le d e s p o ja d e su f a l l i d a e in n e c e s a r i a p r e te n s ió n d e
■ considerar q u e p u e d e r e g u la r s e alg o en e l d e r e c h o c iv il, q u e n o e s té en
el derecho c o n s titu c io n a l, p o d r ía s e r ú til p a r a a lc a n z a r la s u p e r a c ió n
ie los “f a llid o s d e r e c h o s h u m a n o s ”)
Y continua el Dr. Alvarez Ledesma diciendo que
“Los d e r e c h o s h u m a n o s p o s e e n u n á m b i t o d e a c c i ó n m u c h o m á s a m p l i o y si
bien pueden coincidir en la protección de un bien jurídico tutelado
con los derechos de la personalidad, s u f u n c i ó n s e c i r c u n s c r i b e a h a c e r
p o s i b l e u n a i n d e m n i z a c i ó n , lo cual es de suyo importantísimo, sino que
tiene encomendadas otras misiones. A los derechos humanos Ies co
rresponde: establecer de modo general limitaciones al Estado, es de
cir, d e b e r e s e s p e c í f i c o s d e n o h a c e r (no privar de la vida, de la libertad,
no realizar censura, etc.); p r e s c r i b i r d e b e r e s d e h a c e r m u y c o n c r e t o s (cons
truir escuelas públicas, brindar seguridad pública, justicia, impartir
educación a ciertos niveles, constmir hospitales y oírecer servicios de
salud, etc.) y, por supuesto, algo muy importante, e s t a b l e c e r p a r a d i g
m a s , es decir, p r i n c i p i o s d e j u s t i c i a y l e g i t i m i d a d .
(Aquí el D r. A l v a r e z L e d e s m a d e m a n e r a i n f o r t u n a d a in c u r r e en e l
error de c o n f u n d ir lo q u e c la r a m e n te se d i s t i n g u e e n la d o c tr in a co n s-
titu c io K a lis ta -a d m in is tr a tiv is ta , e n tr e d e b e re s d e l E s t a d o y f a c u lta d e s y
atribuciones d e l m is m o . E s c ie r to q u e e l á m b it o d e la s g a r a n tía s i n d i v i
duales, ca e en la n o c ió n d e “d e b e r j u r í d i c o ” p o r p a r t e d e l E sta d o , y d e
termina a c a r g o d e é s te e l c o n s e r v a r u n a p o s t u r a d e a b ste n c ió n , d e n o
atacar los d e r e c h o s d e l in d iv id u o , p e r o y a en c u a n to a lo q u e e l D r . A l
varez L ed e sm a e s ta b le c e co m o “D E B E R E S D E H A C E R M U Y C O N C R E
TOS”, no son ta le s e n f o r m a d ir e c ta e i n m e d i a t a , s in o q u e tie n e n q u e
pasar p o r e l m a t i z d e la s f u n c io n e s y a tr i b u c io n e s d e l E s ta d o , q u e so n
bastante d ife r e n te s d e lo q u e e l D r. A lv a r e z L e d e s m a c o n sid e ra .
En efecto, e l E s ta d o tie n e d e n tr o d e su s a t r i b u c i o n e s e l c o n s tr u ir E s
cuelas, h o s p ita le s y d e m á s q u e a p u n ta , p e r o e s a a tr ib u c ió n , n o d e b e r ,
queda su je ta a m u c h o s f a c to r e s , co m o s o n .d e m a n e r a b á s ic a , los d e p o
lítica e s ta ta l s o c i a l o in d iv i d u a li s ta , a m a s d e l f a c t o r d e te r m in a n te d e l
presupuesto, d e lo s r e c u r s o s ec o n ó m ico s, y a ú n m á s , esos su p u e sto s “d e
beres de h a c e r m u y c o n c r e to s ”, n o só lo los p u e d e s a tis f a c e r e l E s ta d o ,
sino que lo p u e d e n h a c e r los p a r tic u la r e s , y a s í f u n d a n esc u e la s, h o s p i
tales, etc.
En ca m b io , e l r e s p e to a la s g a r a n tía s i n d i v i d u a l e s , es m u ch o m á s
fe
a
740 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
humano, p e r o y a e l d a ñ o q u ed o en e l p a t r i m o n i o p e c u n ia r i o o m o r a l
la v íc tim a , y e n c a m b io en e l d e re c h o d e l a p e r s o n a l id a d , c a ta lo g a -
1£***
¿o ya en la C o n s titu c ió n y en e l o r d e n a m ie n to c i v il , s i es v io le n ta d o
cu a lq u ier p e r s o n a , n o só lo p o r e l E s ta d o , p r o c e d e d e in m e d ia to
0 a exigencia d e r e p a r a c ió n e in d e m n iz a c ió n e n la v í a ju d ic i a l.
Baste p a r a e n te n d e r esto , co n d a r u n a l e íd a a l C ó d ig o c iv il, en su s
artículos 1 9 1 0 a 1 9 3 4 , d e ja n d o de la d o e l 1 9 1 3 , y se v e r á q u e ta n to
nersonas f ís ic a s c o m o p e r s o r a s m o ra le s, in c lu y e n d o a l E s ta d o , d e b e n
-»sfionder p o r e l h e c h o ilíc ito d e v io la r e l p a t r i m o n i o p e c u n ia r io o e l
jiíoral de c u a lq u ie r p e r s o n a f ís ic a , o in m a t e r i a l o m o r a l.
Y, el o rig e n d e to d a la c o n fu sió n d e l D r . A l v a r e z L e d e sm a r a d ic a
tu que, sie n d o u n a p e r s o n a d e g r a n in te l ig e n c i a y d e g r a n c u ltu r a j u
rídica. no h a s u p e r a d o a ú n la e ta p a d e e s t i m a r q u e u n a c o r r ie n te o
s tendencia f ilo s ó f ic a , d e b e d e s d e su n a c im ie n to h a s ta su te r m in a c ió n ,
mantenerse co m o u n c a n a l q u e tie n e en to d o m o m e n to e l m is m o d iá m e
tro j p r o f u n d id a d , s in c u r v a s y sin re c o d o s, s i n d e s b o r d a m ie n to s y sin
tamaños. N o tie n e la im a g e n d e u n r ío q u e n a c e p e q u e ñ o , y e n su
¡ran ca m in o a l m a r , va re c ib ie n d o a g u a s d e r ío s a lim e n ta d o r e s o
afluentes, q u e lo hacen crecer de manera d e s c o m u n a l, y q u e a l lle g a r a
su fin, es u n e n o r m e caudal que forma hasta u n d e lta , y se in c r u s ta
con enorm e f u e r z a en el m a r . P ie n so s ie m p r e e n e l Río A m a z o n a s , en
su modesto n a c im ie n to e n e l A lto P erú , y s u i m p r e s io n a n te d e s e m b o q u e
- en el A tlá n tic o , e n B r a s il.
Y e v id e n c ia d e e s ta a f ir m a c ió n q u e h a g o , s e e n c u e n tr a en su n o ta
46 dé p ie en la p á g i n a 1 1 1 , c u a n d o a f ir m a q u e
“Debe apostillarse que el autor niega y critica severamente la distin
ción metodológica entre derecho público y privado. Negación que lo
llevará necesaria e incorrectamente a asimilar figuras como derechos
humanos con derechos de la personalidad...”
Apostilla que hace el Dr. Alvarez Ledesma, y que merece un doble
comentario:
a).—Mantiene el Dr. Alvarez Ledesma el anticuado punto de vista del
señor Ulpiano de hace más de 2,590 años, de que existe Derecho Públi
co y Derecho privado, lo cual ¡o lleva a crear una separación indebida
de los contenidos de las normas jurídicas, y naturalmente a crear es
tratos de validez y hegemonía de normas, cuando todo el derecho tiene
d mismo origen, la misma fuente, la misma teleología, y ya como puede
Ud. lector(a) ver al inicio de este libro, queda suficientemente probado í’1"i
«iir:
que es un absurdo mantener esa división ficticia de Derecho público y
Derecho privado. Es entonces correcto afirmar que el mantener esa clasifi
cación de derecho en público y privado, es la afirmación que lo lleva nece-
&
é
3
742 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
b ) .— P e r o a d e m á s e s in c o r r e c to q u e e l D o c t o r A l v a r e z L ed e sm a afirme
q u e y o a s im ile f i g u r a s c o m o los d e r e c h o s h u m a n o s co n derechos de la
p e r s o n a lid a d .
S i le e co n c u i d a d o lo q u e a fir m o , v e r á q u e so ste n g o qu e los dere
ch o s d e la p e r s o n a l i d a d so n m u c h o m á s q u e lo s d e re c h o s humanos, y
q u e é sto s so n r a b o n e s , y a q u e só lo se r e f ie r e n a lo s d erec h o s d e los seres
h u m a n o s y n o d e lo s s e r e s in c o r p ó r e o s , e llo p o r u n a p a r te , y por la
o t r a q u e lo s d e r e c h o s h u m a n o s n o tie n e n s a n c ió n ju r íd ic a , sino sólo
s a n c ió n m o r a l o s o c ia l, lo c u a l los v u e lv e i n ú t i l e s p a r a los efectos de la
p r o te c c ió n y c o n s e r v a c ió n d e l p a tr i m o n i o m o r a l y p e c u n ia r io de las
p erso n a s.
D e c u a lq u ie r m a n e r a , se a q u e U d . a lu m n a ( o ) se q u e d e con el punto
d e v i s t a d e l D r . A l v a r e z L e d e sm a , s e a q u e s e q u e d e co n el q u e ya sos
te n g o , es m u y i m p o r t a n t e s a b e r q u e h a y p e n s a m ie n to s discrepan tes, y
q u e d e ello s p u e d e s u r g i r u n a n u e v a c o n c e p c ió n y c o n c e p tu a c ió n jurí
d ic a , q u e lle g u e a l a c o r ta o a la la r g a , a p l a s m a r en n o rm a s jurídi
c a s , q u e b r in d e n u n a e f e c tiv a d e fe n sa a lo s g o b e r n a d o s , f r e n te a l abuso
d e los m a lo s g o b e r n a n te s , y p o r ello , d e s d e a q u í m i a g ra d e c im ie n to al
D r . A lv a r e z L e d e s m a p o r la s r e fe r e n c ia s q u e h a c e d e m is id e a s y de mi
p e r s o n a en s u o b r a .)
i xct/ tte
puede involucrarse el Estado sino bajo ciertas y específicamente de
terminadas circunstancias, corriente individualista que por una inne
gable realidad de profunda desigualdad social concluyen que se
catalogara como “incompleta”, dando lugar a la concepción de las
hoy llamadas garantías sociales, las cuales subsisten junto con las tra
dicionalmente denominadas “garantías individuales”. A éstas últimas
se les ha considerado como esas mínimas esferas o ámbitos de pro
tección con las que todo ser humano debe contar para poder desa
rrollarse con plenitud dentro de la sociedad; en cierto sentido, tal
concepción se asemeja en mucho a la idea de que comúnmente se
maneja para identificar a los “derechos humanos”, figura que, por su
parte, cuenta con el mismo origen —o punto de proyección para to
das las naciones civilizadas— que dio lugar a las garantías individua
les, esto es, la Revolución Francesa, y que han tenido un desarrollo que
ha culminado —cuando menos hasta el momento— con su “interna
cionalización”, mediante la celebración de diversos instrumentos
mundiales y regionales, de los cuales México es parte en muchos de
ellos, que se encargan de definirlos y efectuar diversos catálogos
de los mismos.
Ahora bien, en forma más tardía la doctrina jurídica ha desarro
llado la construcción de ciertos derechos que buscan igualmente tu
telar esas esferas irreductibles de toda persona, necesarias para el
cabal desenvolvimiento del sujeto, aunque dentro de la esfera de
744 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
han discutido muchos y muy variados temas respecto de algunos de ellos, em >* -I
pelando como ya antes anoto, sobre si debían o no considerarse verdaderos de
rechos1subjetivos.' Superada' esa etapa, sobre todo en la Doctrina italiana, se
planteó el problema de determinar icuál es el objeto de estos Derechos de la
personalidad?.
Toda vez que con este libro busco dar al alumno(a), como ya lo
he dicho en varias ocasiones, sólo los rudimentos de la materia, no
puedo aquí ocuparme de tratar todos y cada uno de los interesantes
argumentos que se han esgrimido por prestigiados autores europeos
en su gran mayoría, y sí, remito en todo caso al que desee investigar
- sobre tan interesantes temas, a los autores que cito, y a los que éstos a
su vez mencionan, y que son en realidad muchos.
Y ya concretando, se puede decir que los derechos de la perso
nalidad:
“...tienen por objeto el goce de bienes fundamentales a la persona, como la
vida y la integridad física; este goce resulta interesantísimo no sólo
para los particulares o interesados personalmente, sino también para
la sociedad y para el Estado. De ahí que su adecuado disfrute sea objeto «4
de una doble consideración, tanto desde un sector jurídico público (leyes pe •:í
nales y administrativas), como desde un ángulo de Derecho privado, especial
mente dedicado a perfilar su contenido".(486)
O bien como dice Castán Tobeñas que el objeto de estos derechos
mn:
“...los bienes constituidos por determinados atributos o cualidades, físicas o
morales, del hombre, individualizados por el ordenamiento jurídico”.(487)
(488) Castán Tobeñas José. Los derechos de la personalidad. Ob. cii. Pág. 26.
(489) —ídem —. Pág. 65.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD SON DERECHOS PATRIMONIALES. 747
ello, anotaré sólo para concluir esta reseña con el pensamiento de!
francés Roger Nerson, que ha destacado en la materia. Este autor con V .'
4
sidera que los Derechos de la personalidad no se pueden enumerar en una ••
forma exhaustiva —con lo cual estoy en total acuerdo—, sino que es conve
niente.
3J*“—1clasificar para exponer, a condición siempre de no atribuir a la
clasificación una excesiva importancia, ya que su valor es sólo relati
vo y las diversas situaciones jurídicas cuyo examen vamos a abordar
no son compartimientos estancos. Hecha esta salvedad, ensayaremos
una clasificación centrada en dos ideas: una, la de que el hombre tiene
un cuerpo y desea salvaguardar su integridad física; otra, la de que el hom
bre desea, en el plano afectivo y moral, conocer la felicidad o, al menos, vivir
en paz y no sufrir atentados a su libertad, a su honor, o a la intimidad de su
-vida privada" .(490)
y hecha la anterior muy pertinente aclaración, enumera los siguientes
derechos: A.—Derecho a la integridad física, y B.—Derecho a la
vida afectiva y moral, que comprende: 1.—La idea del yo, o dere
cho al nombre; 2.—La libertad; 3.—El honor; 4.—La intimidad;
5.—Los sentimientos de afecto y las convicciones religiosas o filosó
ficas.
Ahora bien, no debe perderse de vista las atinadas consideraciones
que hace este mismo autor cuando dice que;
“Entre los derechos de la personalidad, en efecto, al lado de prerro
gativas definidas, encontramos derechos con contornos inciertos, con
características imprecisas”.(491)
y es así como:
“Numerosos valores humanos y numerosos interese morales están,
pues, protegidos solamente por el Derecho sancionador de la res
ponsabilidad civil, sin que sea posible hablar, con rigor jurídico, de
un verdadero derecho de la personalidad”.(492)
No se puede por lo mismo, establecer u n catálogo definitivo y
firme, invariable, de lo que se comprende en esta clasificación de
los derechos de la personalidad, pues como dice Geny
a) ,—Derecho al honor
o reputación. a ) . —Epistolar.
b) .—Derecho al Título b ’) .—Domiciliario.
Profesional.
c ). —Telefónico.
c).—Derecho al secreto o a la reserva. . d ’).—Profesional
A.—PARTE e'j. —Imagen.
* SOCIAL f) .—Testamentario
PUBLICA i ).—Derecho al nombre. g) .—Intimidad
e).—Derecho a la presencia a ).—Reposo nocturno.
estética. b ’).—Libre tránsito.
’c '},.—Acceso al hogar
.— Derechos de convivencia. d ’).—Limpieza de basura
' e ).—Ayuda en caso de
accidente
a
p ) . —Saludpor equilibrio
ecológico y protección
wácr’
al ambiente.
a) .—Derecho a la vida
I b) .—Derecho a la libertad
D c ) .—Derecho a la integridad física
A d) . —Derechos ecológicos
D a ’).—Disposición total del cuerpo. { Apartado 625.
e ).—Derechos
C-PARTE FI relacionados
SICO-SO b')- Disposición de partes del r A rtado 625.
MATICA con el cuerpo cuerpo r
humano. c ’).—Disposición de accesiones { Apartado 625.
del cuerpo.
f ).—Derechos
a ').—El cadáver en sí.
sobre el
cadáver b'). —Partes separadas del
cadáver.
donde se ve a Cristo después de su Resurrección p artiendo hacia el cielo, en una cápsula, y que
era la misma en que vino ai m undo, y que a todos pareció la estrella de Belem. Esta idea, dice
el mismo artículo — en donde se inserta la fotografía del cuadro— coincide con la tradición de
la Iglesia Copta, la cual afirma que Nuestro S eñor vino a la T ierra; la redim ió de sus pecados5
que continúa, en otros m undos, realizando la misma salvadora tarea. El monje copto —sigue
afirm ando el artículo— Aabas II, residente en el Cairo, ha escrito varias teorías al respecto, mo
dernizando la trad ició n y sostiene que la salvadora m isión de Cristo, se realiza utilizando una
cápsula, que va y viene, de m undo en m undo “y que la duración en la tierra está condicionada
p o r la existencia de muchos m undos”. En la fotografía del cuadro que aparece en el artículo
que m enciono, el p in to r yugoslavo de ese antiguo m ural “...pinta la cápsula en forma oval pero
le pone, en la p arte inferior, una especie de escalerilla.” C risto está a punto de oprim ir un me
canism o que h ará que la nave se complete, que se cierre y parta. ‘T ie n e form a aerodinámica y
en la parte inferior se ve a un ayudante —no es uno de sus discípulos ya que no tiene halo en
la cabeza— que, o se despide del Divido A stronauta o le sum inistra alguna cosa de últim a hora.
Y continúa el artículo diciendo: “Pero eso n o es todo. En o tra p arte del fresco se m ira la cápsula
en la que partió Cristo en pleno movimiento. Lleva u n a g ran llam arada en la parte trasera y ya
se le ve volando p o r encim a de las casas. Los apóstoles no disim ulan su sorpresa y se les ve ha
ciendo com entarios de palabras y de gestos”.
(499) Hace algunos años se declaró u n a hu elg a en la “R adio y televisión francesa”, y los so
ciólogos en co n traro n co n estupefacción que al faltar esos m edios de trasmitir ideas e imágenes,
volvió a renacer el espíritu fam iliar entre la clase m edia francesa, que en lugar de m irar la tele
visión, se p o n ían sus m iem bros a platicar y cam biar im presiones entre sí. Esa huelga que duro
p o co tiempo, constató el fenóm eno de la disgregación fam iliar p o r causa de la televisión.
(500) Usé la p alab ra “T rasplante” porque así, a lo b árb aro , se usa en los m edios de difu
sión, radio, T.V., periódicos, etc., y hasta g ran nú m ero de m édicos lo em plea, p ero debe ser
IMPLANTE. Véase el diccionario o infra No. 603.
TRASPLANTE: ES UN BARBARISMO. DEBE SER IMPLANTE. 753
debido a la fuerza que aún tiene en esa Entidad la llamada “clase con
servadora”, que es en verdad un freno al desarrollo y avance de la Cien
cia del Derecho.
También en apartados posteriores, haré el comentario del caso, a
este Ordenamiento civil qué empezó a regir en 1985 como digo.
Después en 1990 se me pidió elaborar un anteproyecto de Código
civil para el Estado de Nuevo León, y de ese documento que elaboré,
dediqué varios artículos a esta materia, y para conocimiento de lid.
alumna(o) LOS PONGO COMO APENDICE AL FINAL DE ESTA
PARTE DEL LIBRO. Finalmente en 1995 en Jalisco y en 1997 enTa-
basco, sin reconocer para nada mi autoría, en la materia, ya recogen,
pero muy mal, mis ideas sobre la materia.
Finalmente, hice ver cómo no hay razón alguna para que la no
ción de patrimonio, ni gramatical, ni jurídicamente, se siga mante
niendo reducida a la idea pecuniaria, pues repito, el contenido de[
patrimonio no responde en sí, en su contenido intrínseco, a nociones
jurídicas, sino a reacciones políticas ante las presiones sociales, y ello
dije, se aprecia en que, en un mismo país, en una misma época, la
noción del contenido del patrimonio no sea igual. Así sucede que en
Puebla en su Código civil, se considera como parte del patrimonio a
más de los derechos reales consignados por los Códigos civiles de
2000, otro como el derecho real de “superficie” y la anticresis. Es. el
patrimonio pecuniario en el Código de Puebla, más amplio que en
los Códigos civiles de 2000, y todo ello tiene por única explicación
que, los legisladores de aquella Entidad, los hombres en el poder de
aquella Entidad, consideran protegibles situaciones jurídicas pecunia
rias como la anticresis que el legislador del Distrito Federal de 1928 y
luego los de los Códigos civiles de 2000, estimaron eran base para la
explotación del pobre por el rico, el poderoso al débil, y fomento de
la usura. Diferencia de criterios.
En consecuencia de lo anterior, si la palabra patrimonio deriva
del término latino “Patrimonium” y significa: bienes que se heredan
de los ascendientes, o los bienes propios que se adquieren por cual
quier título, y asimismo patrimonio se identifica con el vocablo rique
za, palabra que por su parte significa abundancia de bienes y bien o
bienes significa “utilidad en su concepto más amplio” no puede com
prenderse de su origen semántico lo “Pecuniario” como contenido
esencial del patrimonio, pues en efecto y como se puede leer, ahí
para nada se menciona lo pecuniario.
En vista de lo anterior, sostengo, no hay base de tipo alguno para
seguirle dando al patrimonio un contenido tan estrecho, tan raquíti
co, pues en verdad “Bien” o “Bienes”, en ese sentido originario gra
matical, lo es tanto el tener un millón de pesos, como tener un buen
nombre, un nombre limpio ante la sociedad.
Es por ello que también sostengo que si el nombre, el título, etc.,
aunque no son derechos económicos, no hay razón para no estimarlos
bienes, y darles cabida en la noción de “patrimonio”.
No obstante, este personal criterio que postulo, en el sentido de
que en el patrimonio deben incluirse los Derechos de la personalidad,
creí en la prim era edición de este libro, pero después al consultar la
obra, Lecciones de Derecho civil(503) de los Hermanos Mazeaud, encon-
(503) Mazeaud dice: “P o r O posición a los D erechos pecuniarios, los derechos de la perso
nalidad tienen, sobre todo, u n valor moral. Como T O D O S LOS DERECHOS, FORMAN PARTE
DEL PATRIMONIO; p e ro com ponen más especialm ente el patrim onio m oral”. Ob. cit. Pág.
259. Parte la. Yol. lo.
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD FORMAN EL PATRIMONIO MORAL. 7 5 9
sé que sostienen antes que yo, el mismo criterio, pero fuera de esos
autores, y yo, los demás tratadistas que he consultado, o bien no con V
sideran “derechos” a los Derechos de la personalidad —tesis ya supe Jdi
rada—(504), o bien consideran que siendo “derechos subjetivos” son
“extrapatrimoniales” como los cataloga V. g. Castán Tobeñas al decir u
que son l>
■Iv,.-.derechos personales, o más propiamente, extrapatrimonia \.JL,
les...”;(505) -X
o bien Joaquín Diez Díaz al afirmar de igual manera que
“Son típicamente personales o, si se quiere, extrapatrimonia
les;...”.(506)
Y este criterio cobra toda su fuerza en expresión, claridad y preci
sión, a través de las palabras de un ilustre jurista francés, Henri Capi-
tant, el cual en la obra Vocabulario Jurídico dice que los Derechos de la
personalidad (Droits de la personalité) son
“Derechos que tiene por objeto la protección de la persona misma y
que, a pesar de no integrar el patrimonio, pueden servir de funda
mento a una demanda de indemnización cuando son lesionados: de
recho al honor, a la consideración, a la integridad de la persona
moral, intelectual o física, al nombre, derecho del autor a permane
cer dueño de su pensamiento, etc.”(507)
No obstante, se siente ya entre los mismos juristas que menciono,
y algunos otros, un desconcierto sobre la naturaleza patrimonial redu
cida a lo pecuniario, o no, de tales derechos, o cuando menos de al
gunos de ellos, y es así como Ferrara, al ocuparse de las convenciones
que tienen por objeto la entrega de una determinada parte del cuer
po mientras le esté unida —convenciones que tacha de nulas—, reco
noce sin embargo,
“...que, con la separación, aquél derecho personal se convierte en de
recho patrimonial, porque, suprimida su destinación al organismo
total, pasan a transformarse en meros objetos de comercio”.(508)
(504) Véase en C astán T o b eñ as José. Los D erechos d e la p e rsonalidad. Ob. cit. Pág. 19, e n tr e
los autores de g ran p restig io q u e niegan la existencia d e v erd ad ero s Derechos de la p e rso n a
lidad.
(505) —Idem — . Pág. 23.
(506) Diez D íaz J o a q u ín , i D erechos de la p e r s o n a lid a d o bienes de la p e r s o n a ? Ob. c it.
Pág. 24.
(507) C apitánt H enri. Vocabulario Jurídico. E diciones D epalm a. Buenos Aires, 1961. Pág.
426. Redactado p o r p ro feso re s de Derecho, m agistrados y jurisconsultos franceses, bajo su d i
rección.
(508) Diez Díaz Jo aq u ín . Los derechos físicos de la personalidad. Ob. cit. Pág. 266.
760 ERNESTO G U TIERREZ Y GONZALEZ
-*
762 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
el c a t a l o g o d e l o s d e r e c h o s d e l a p e r s o n a l id a d ES VARIABLE. 7 63-
Pues bien, Castán Tobenas aunque no dice que sea una definición,
s? desprende que así lo estima, y dice que “LOS DERECHOS DE LA
PERSONALIDAD, SON BIENES CONSTITUIDOS POR DETERMI
NADOS ATRIBUTOS O CUALIDADES, FISICAS O MORALES, DEL
HOMBRE INDIVIDUALIZADOS POR EL ORDENAMIENTO JURI
DICO”.
Esta idea de Castán Tobeñas es la que más se acerca a lo que yo
■attmo son los Derechos de la personalidad, y en verdad es por las
críticas —muy relativas— que le formulo, que no la acepto en su inte
gridad, pero repito, es a mi juicio la más aproximada a lo que conci-
Óa son estos Derechos.
Castán Tobeñas se equivoca al estimar que son “bienes constitui
dos por atributos”, pues el bien o cosa, como objeto de derecho, no
puede ser en sí algo que es por definición “cualidad o propiedad”
de un ser, pues precisamente atributo eso significa: cualidad o pro
piedad de un ser.
Pero además esas cualidades o atributos los refiere a lo físico o
moral “del Hombre", y emplea aquí un sustantivo masculino, que si se
entendiera en su estricta literalidad, implicaría que esos Derechos de
la personalidad no corresponden también a la mujer.
Entiendo que esta expresión del “hombre” obedece a que la actual
cultura objetiva es eminentemente masculina como lo ha hecho notar
en forma atinada Simmel(522), y más aún, de la cultura del pueblo
español que tiene la absurda idea de que las mujeres —ya se va supe
rando por fortuna hasta en la misma España— no debían intervenir
para nada en la vida pública ni asistir a las universidades.
No obstante es criticable emplear un sustantivo masculino, como
si fuera común de dos, pues indudablemente qué Castán no pensó
nunca en considerar que la mujer carezca de Derechos de la persona
lidad, pues si bien como digo antes, se tiene o tenía el criterio de que
la mujer debía permanecer encerrada en su casa, también por otro
lado es característico y universalmente reconocido el respeto y caballe
rosidad del hombre español para con la mujer.
Por estas observaciones críticas, preferí crear este concepto de lo
que estimo son los Derechos de la personalidad:
SON LOS BIENES CONSTITUIDOS POR DETERMINADAS
PROYECCIONES, FISICAS O PSIQUICAS DEL SER HUMANO,
RELATIVAS A SU INTEGRIDAD FISICA Y MENTAL, QUE LAS
ATRIBUYE PAMA SI O PARA ALGUNOS SUJETOS DE DEME-
(522) Sim m el George. Cultura Femenina y otros ensayos. Colección Austral. T rad. de Eugenio
Imaz y otros. Espasa-Caipe Mexicana, S. A. México, 1961. 6 a. edición. Pág. 11.
768 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ I
(530) Diez Díaz Joaquín. ¿D erech o s d e la p e r s o n a lid a d o bienes de la p e r s o n a ? O b. cit. Pág, 26.
CAPITULO III.
a) .—■DERECHO AL H O N O R O REPUTACION.
b ).~D E R E C H O AL TITULO.
774
DERECHO AL HONOR O REPUTACION. 775
mérito propio, sino sólo por haber reproducido lo del Código de 28,
se obtendría un buen capítulo sobre la materia, doy en seguida la re-
ladón de las que he encontrado:
!.—En materia de divorcio, el artículo 267 en sus fracciones I, II, ■i,
XL XIIÍ y XIV, establece causales de disolución del vínculo matrimo •;L„.
nial cuando se prueba el adulterio; la mujer dé a luz durante el ma
trimonio, a un hijo concebido antes de celebrarse ese contrato, y que
judicialmente se declare ilegítimo; las injurias graves de un cónyuge
al otro; la acusación calumniosa de un cónyuge al otro, y el cometer
un cónyuge contra el otro un delito doloso. Todas ellas se fundan en
una idea de “honor”.
2. —La acción otorgada por el artículo 325 para impugnar la pa
ternidad, y su complemento del artículo 330.
3. —En materia de esponsales, el ya comentado y transcrito articu
ló ,143 que se derogó del Código civil del D. F. 2000, no así del Códi
go Federal de 2000 en el apartado número tres de este libro cuando
en forma expresa se refiere a que el rompimiento de los esponsales
sin causa justificada cause un grave daño a la reputación del prometido
inocente.
4. —En la adopción, el artículo 406-11 derogado del Código 2000
del D. F. pero no del civil Federal admite la revocación de la misma, 3¡
cuando el adoptado comete algún delito contra la honra del adop :
tante.
5. —En materia testamentaria, también se encuentran algunas nor
mas que se sustentan sobre una idea de honor y reputación, tal y
como sucede en el artículo 1313, al determinar quiénes son incapaces
para heredar, y se relaciona la fracción II con el artículo 1316,.en sus
fracciones II, III y IV. De igual manera se tiene el artículo 1317.
6. —Y aún se considera el honor para después de la muerte de la
persona, y así limita el pago de alimentos al cónyuge supérstite si no
contrae nuevas nupcias y vive honestamente.
7. —También en la misma materia sucesoria, respecto de las pre
cauciones que deben tomarse cuando la viuda queda encinta, se anota
eu forma especial en el artículo 1639 cómo, las medidas que se tomen
para evitar la suposición del parto, no deben atacar al Pudor ni a la li
bertad de la viuda.
8. —-En materia de donaciones, se tiene el artículo 2370 que per
mite revocarlas, según su fracción I, si el donatario comete algún deli
to contra la Honra del donante.
9. —No precisamente regulada en el Código civil, pero ligada a
éste por el Derecho procesal civil, se tenía en el artículo 32 del Códi-
• go procesal civil, la llamada “acción de jactancia”, que de manera ab-
790 E R N E ST O G U T IE R R E Z Y GONZALEZ
1916 era muy breve, y respondía a la idea de que los daños morales
sólo podían repararse si estaban ligados a un daño material,; y ademas
al Estado no se le responsabilizaba por daño moral. La norma decía
así:
“Independientemente de los daños y perjuicios, el juez puede acor
dar en favor de la víctima de un hecho ilícito, o de su familia si
aquella muere, una indemnización equitativa, á título de reparación
moral, que pagará el responsable del hecho. £sa indemnización no
podrá exceder de la tercera parte de lo que importe la responsa-'
bilidad civil. Lo dispuesto en este artículo no se aplicará al Estado en
el caso previsto en el artículo 1928”.
pero al entrar a ocupar el poder en diciembre lo. de 1982, un nuevo
titular del órgano Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, pensó
que era conveniente, proceder a la reforma del texto de ese artículo,
y así mandó un proyecto de reformas a los miembros del Congreso v
ahí se aprobó y p ara el lo. de enero de 1983, estaba rigiendo el nue
vo texto de ese artículo, pero con un “cachirul” de pegote, que es el
artículo 1916-Bis, que no existía antes.
Pero claro, dado que todo estaba preparado como un “paquete",
no se podía esperar nada bueno de esa reforma hecha al puro ‘va
por” y en olla “express”. Si quiere conocer de cerca la historia de
cómo se hizo semejante barbaridad legislativa, le sugiero vea la 5a.
edición de este libro, en donde desde el apartado 532 hasta eD$G
hice una cuidadosa reseña, pero ahora que han pasado ya 18 años, y
nada se hace al respecto por los legisladores para llegar a la decencia
jurídica, lo suprimo de este libro para no abultarlo más, y con cosás
tristemente inútiles.
EiUh-lE
sadar bajos instintos o para chantajear.
Hay necesidad de que el Estado por conducto de sus legisladores,
v el titular del Poder Ejecutivo Federal, reconsideren esos artículos
1916, 1916 bis y 2116 como aparecen, y sigan el modelo de los códi
gos de Tlaxcala, Quintana Roo y Puebla, en esta materia de los dere
chos de la personalidad, y sin que los periodistas MUY SERIOS QUE
HAY EN ESAS ENTIDADES, SINTIERAN “PASOS EN LA AZO
TEA”,’ NI SE PUSIERAN A PEGAR ALARIDOS POR SUPUESTOS
ATAQUES A UNA IMPUNIDAD QUE UN PERIODISTA SERIO NO
DESEA.
cvrr
552.—Nueva reforma al Artículo 1916 en el mes de enero de
1994.
i
Al llegar el siguiente presidente de la República en 1988, se dedi
có a reformar y reformar leyes, pero de la manera más absurda que
se hubiera visto en la historia del país, y a expedir otras leyes que son
verdaderos bodrios. j
Todo ello obedeció a que no tenía asesores jurídicos competentes
y que supieran derecho, sino que como lacayos del propio presidente
de la República, hacían los proyectos de leyes que éste les pedía,
como traje mandado a hacer a la medida”, según me dijo una abo
gada que prestaba sus servicios en la dirección jurídica de la presi
dencia de la República.
Pues bien, para el caso de los derechos de la personalidad, se vol
vió a modificar el artículo 1916 en el año de 1994, y se publicó la re
forma a esta disposición en el Diario Oficial de la Federación el 10 de
i-/ 'b
febrero de 1994. 'm,;¡
Fue terriblemente “sesuda” la reforma, y dejó secos los cerebros 'IL.i
no “celebros” de los desasesores del presidente de la República, y des 'Jur-.ii
Ctiii,
pués de los legisladores que tuvieron a su cargo emitir el decreto le
gislativo de modificación de ese artículo 1916 del Código civil, pues
también ahí se reformó el artículo 1927 y el 1928 del propio Ordena
miento.
(555) Véase cóm o se protege el D erecho a la vida en Francia: L indon Raym ond. D ic tic m n a i -
Pag. 241 y sigtes. Dalloz. 1983.
re Juridique, les d r o its de la p e r s o n a lité .
7 9 6 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
Ti
7 9 8 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
¡
personalidad, tendrá que tener semejanza ya sea que se le ubique en
forma de prolongación de Derecho al nombre, ya como prolongación
Jeí Derecho al honor, pero la diferencia específica se encuentra en
tonces en que para los tratadistas europeos, deriva ese Derecho, del
nombre, en tanto que para mí, a la luz de la política mexicana, deriva
'■ $ Honor. Se aprecia de nuevo así cómo esta parte social pública de
los Derechos de la personalidad, se ven influidos como dije antes, di
rectamente por razones morales y políticas.
En Europa el Título, el Derecho al Título se liga con el Derecho
al nombre, y es así como Planiol y Ripert se ocupan de esta materia y
• dicen:
No. 3 —T í t u l o s N o b i l i a r i o s .— 132. C a r a c t e r e s d e l o s T í t u l o s N o b i l i a r i o s . La
adición al nombre de un título de nobleza no tiene exclusivamente
el carácter de una marca complementaria de identidad. Si bien el tí
tulo puede ser útil para identificar a una familia, sirve sobre todo
para honrarla.
Más que al individuo, pertenecen a la familia los títulos nobilia
rios: P r í n c i p e , D u q u e , M a r q u é s , C o n d e , V i z c o n d e , B a r ó n , C a b a l l e r o . Com
pletan su identificación recordando su pasado. Enteramente
desligados de las tierras a cuyo dueño designaban en su origen no
son actualmente más que e l a c c e s o r i o d e s u n o m b r e p a t r o n í m i c o . ” (556)
“El título de nobleza no impone ninguna obligación. Se une, sin
duda, normalmente, al nombre para acabar de caracterizar al que lo
lleva, pero esta agregación más que carga es una ventaja. El orden
público no está interesado en ello, y el uso del título no tiene nada
de obligatorio. El titular puede, además u s a r d e s u T í t u l o y puede d e
f e n d e r l o , igual que si se tratara de su propio nombre.”(557)
ijr
No obstante, esta objeción la estimo más aparente que real, pues
si como apunto, es un Derecho prolongación del Derecho al honor, y
este lo tienen todos los sujetos regidos por un ordenamiento jurídico,
su prolongación la pueden obtener todos de igual manera, pues la ley
no establece limitaciones por razón de sexo, raza o nacionalidad en
México, para alcanzar ese “Título profesional”. Si no lo obtienen, no
es por limitación que imponga la ley en sí, sino por la capacidad de
cada sujeto que aspire a tenerlo. El sujeto que se propone obtener un
título profesional, es porque desea tener un mayor rango u honor
ante sí mismo, y ante la colectividad en que se mueve; quiere tener
una mayor estimación de sí mismo, y esa estimación la considera
válida la colectividad, y tan es así, que la plasma en ordenamientos
jurídicos.
Desde el punto de vista interno, el sujeto que aspira a tener y ob
tiene un título profesional, tiene un sentimiento más elevado de sí
mismo, que el que tienen los demás —invóquense las causas que se
quieran para no poder obtener el título por los otros— y ese senti
miento lo proyecta a la colectividad; ésta lo considera estimable, y lo
protege y sanciona a través de un ordenamiento jurídico.
802 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
A.—PARTE SOCIAL-PUBLICA.
804
DERECHO AL SECRETO O A LA RESERVA. 805.
ívíuvion <r
aspecto social-público.
Este “Derecho a la reserva” como le llaman los italianos, o “Dere
cto a la esfera secreta de la propia persona” como le llaman los alema
nes —que dicho sea de paso le niegan el carácter de derecho de la
¡ personalidad—(565) o “Derecho de intimidad” como lo catalogan en
el derecho anglo-sajón (right of privacy) tampoco se encuentra regla
: mentado en forma de un Derecho de la personalidad en los códigos
civiles, y menos aún en los Civiles de 2000.
Entre estos Derechos al secreto, la intimidad o la reserva, se cata
ban las siguientes especies:
a).—Derecho al secreto epistolar;
bj.—Derecho a la inviolabilidad del domicilio;
c) .—Derecho al secreto telefónico;
d) .—Derecho al secreto profesional;
el—Derecho a la imagen;
/),—Derecho al secreto de disposición de bienes por última voluntad.
g).—Derecho a la intimidad.
Estos Derechos, en México, ^1 igual que el Derecho al honor, no
se regulan por la ley civil, sino que con excepción del que marco con
ía letra f), se regulan y sancionan en el campo del Derecho constitu-
i c.onal, administrativo o penal, aunque ello sea indebido, y ya adelan-
i te explico esto.
i
808 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
fi
818 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
A.—PARTE SOCIAL-PUBLICA.
d).—DERECHO AL NOMBRE.
567.—Noción de la Materia.
Con relación a este Derecho de la personalidad, ni la misma doc
trina alemana que niega la existencia de tal categoría de derechos,
deja de considerar el Derecho al nombre como un verdadero derecho
subjetivo. Es así como al respecto en el Derecho alemán se dice que:
“Ante todo el nombre individualiza a la persona. No es sólo una cua
lidad jurídica, sino que el derecho al nombre está reconocido tam
bién como derecho subjetivo de la persona, de donde resulta que, si
concurren los requisitos legales, puede demandarse también la cons
tatación judicial del nombre”.(590)
El nombre en realidad se refiere más en esta materia al Derecho
al “apellido” que al “nombre propio” en su sentido gramatical. El Dic
cionario dice a este respecto:
“Nombre. (Del latín Nomen-Inis)...propio. Gram. El que se da a per
sona o cosa determinada para distinguirla de las demás de su espe
cie o clase; V.g.: Antonio, un hombre que se llama así;...”(591)
y con relación al apellido explica que:
“Apellido. (De apellidar) m. Nombre de familia con que se distin
guen las personas; como Córdoba, Fernández, Guzmán;...”(592)
El nombre es como dice Castán Tobeñas, un bien jurídico de la
persona que responde a una necesidad ineludible, tanto de orden pú
blico como de orden privado, y sólo a través de él se puede indivi
dualizar al sujeto de Derecho, como unidad de la vida jurídica y
(590) Enneccerus-Kipp y Wolf. Ob. c it. 1er. T. Parte Gral. Vol. lo. Pág. 406. No. 93-1.
(591) D ic c io n a rio d e la L e n g u a E s p a ñ o la . Ob. cit. Pág. 923.
(592) —Idem— pág. 103.
822
DERECHO AL NOMBRE. 823'
Pero, lo curioso del caso es que si bien como digo todos los auto-
tes están acordes en que se trata de un verdadero derecho subjetivo,
ninguno se esfuerza por elaborar un concepto del mismo. Estudian sí,
multitud de problemas que se plantean con motivo del nombre; reco
nocen la enorme importancia que tiene tanto en el campo del Dere
cho administrativo como en el del civil; se preocupan por buscar cuál
es su naturaleza jurídica, etc., pero repito, no intentan dar, para efec
tos didácticos siquiera, un concepto del mismo.
tí
Conociendo la mentalidad de algún profesional que pueda llegar
ajeer esta parte de este libro, sé que me h ará objeto de múltiples crí
(ju ñ ftty .
ticas —algunas quizá muy justas y atinadas— apuntando como inicial
la de mi atrevimiento al hacer lo que renombrados tratadistas euro
peos no se han atrevido, de dar un concepto.
No o b sta n te , e la b o r é u n c o n c e p to d e l D e r e c h o a l n o m b re, p u e s c o n
sidero qu e p a r a e l a lu m n o (a ), es d e u t i l i d a d , e l te n e r u n a b a s e d e la
cual p a r t i r en e l e s tu d i o d e u n a m a te r ia . Y a a la v u e lta d e l tie m p o
este co n cep to se p o d r á d e p u r a r , a m p li a r , o e n f i n , m o d if ic a r y; q u iz á
desechar p o r o tr o , p e r o in s is to , d o y u n a b a s e d e la c u a l p a r t i r . Y e s ti
mo que p a r a la s is te m a tiz a c ió n d e l e s tu d io , es d e l to d o c o n v e n ie n te t e
ner c o n c e p to s, p o r m a lo s q u e p u e d a n p a r e c e r l e s a e sa s p e r s o n a s
n egativas en s u s p r o y e c c io n e s c u ltu r a le s , a la s c u a le s n a d a s a tis f a c e y
todo c r itic a n , p e r o n a d a p o s itiv o e l a b o r a n .
Así pues, olvido esa posibilidad que antes anoto, y considero lo si
guiente: EL NOMBRE ES EL BIEN JU RID ICO CONSTITUIDO
POR LA PROYECCION PSIQUICA DEL SER HUMANO, DE TE
NER PASA SI, UNA DENOMINACION PROPIA, Y LOS APELLI
DOS O PATRONIMICOS DE SUS ASCENDIENTES, CON LOS
(598) Magallón Ibarra jo rg e Mario. Instituciones de Derecho Civil. T . II. Atributos de la per
sonalidad. Cap. III. El nom bre. Pág. 55 y siguientes. E ditorial Porrúa. México. 1987.
(599) De Cupis A driano. Ob. cil. Tom o II. No. 154. Pág. 23.
(600) —Idem — T o m o II. No. 161. Pág. 41.
0
826 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
Í
jj.y se le identifique 'por sí, por sus méritos, en el núcleo social en
aiie.se mueve.
Desea que su ya “nombre”, sea conocido y destacado en su vida
social. Quiere llegado un momento de su desarrollo, no sólo ser
[ '¡lijo'’ ó “Hija” de fulano, sino que desea además, hacer brillar y desta-
, u eon luz propia, ese nombre que se le confirió.
Quiere que sus ascendientes, estén orgullosos del lustre que le ha
saBido dar en sociedad, al nombre que le otorgaron, pero llegado a
jt¡;a .etapa, quiere que sus descendientes que lo llevarán también, se
enorgullezcan de que él se los confiera.
Desea que toda su colectividad, al verlo, o al oír hablar de él,
identifiquen ese nombre, con conductas sociales que él considera va
liosas,,y así estar individualizado en todas sus manifestaciones de vida
sedal.
Desarrollo mental de enfermo psíquico, sería sin duda alguna, el
■lesear tener un nombre tan, pero tan exclusivo, que sólo él lo supiera
o conociera, pues sobre ese supuesto, ese desarrollo mental dejaría de
ser proyección al no exteriorizarse, y también dejaría de prestar la
utilidad de identificar las manifestaciones de quien imaginó ese nom
bre, en cuanto a su impacto en el campo social.
El1ser humano precisamente por ese deseo de no ser confundido
rin otro “Yo", y de que sus conductas sociales le sean imputadas a él,
ca.nadie más, es que busca una denominación, una identificación ex
clusiva para imprimirla en todas sus proyecciones sociales.
Fuera del ámbito social, el nombre carece de relevancia, y fuera
3e las manifestaciones sociales del ser humano, también carece de in
terés el nombre.
És a tal grado fuerte esta emanación psicológica del sujeto, que no
se conforma muchas veces con su solo nombre, pues piensa y no sin
razón, que el “nombre propio” no lo escogió él, sino que se lo impu
sieron sus ascendientes al “registrarlo” en el Registro civil, o al “bauti
zarlo”; y en cuanto al apellido, piensa también y con razón, que
tampoco lo escogió él, sino que se le trasmite casi siempre por dispo
sición de ley, en el momento que sus progenitores, o uno solo de
ellos, lo lleva para ser “registrado”
Y ante esta inconformidad por lo que él recibió de sus ascendien
tes, en forma de nombre y apellido, recurre —cuando es posible— al
cambio de nombre por los medios legales, o bien se atribuye un Pseu-
icmimo, en un sentido amplio, pues no sólo se aplica otro “nombre
propio” sino que también se atribuye otro “apellido”.
830 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
ilustre mujer como las hay muchas en México, pueda ser él, sin que
se le caigan los pantalones y deje de ser hombre, pueda digo, usar-el
apellido de su mujer, en Puebla, se volvió sólo al caso de qü< es la
m ujer la que debe usar el apellido del hombre.
Logré sí, que se dejara la posibilidad en la sentencia judicial
que resuelva del divorcio, el que la mujer si no es la culpable,- siga
I ti usando el apellido del que fue su marido, si es que lo ha usado, v
desea seguirlo usando, pues en la realidad mexicana, se sabe qué mu
chas mujeres son conocidas en su medio por el apellido del marido, s
al divorciarse, no sería justo que si ellas fueron inocentes, se les priva
ra de lo que ya viene a ser un usual apellido de ellas.
En lo demás el Código de Puebla no aportó nada nuevo sobre
esta materia, si bien en el capítulo de los Derechos de la personali
dad, agregó el Artículo 79, aceptándose así ya mi propuesta de que el
derecho al nombre debe de estar catalogado como Derecho de la per
sonalidad. Este artículo 79 dispone que:
“La protección del derecho a la individualidad, o identidad personal
por medio del nombre, se rige por lo dispuesto al respecto en este.
Código”.
Y finalmente, incluyó un Artículo, el 68 en donde hace extensiva
la protección al nombre, al pseudónimo, y el 168 en donde confie
re la protección al nombre, a Jas personas morales.
., • ■> i S :
.1
•!
=• •:
CAPITULO VI.
I
misma, y está ligado de manera indudable con el Derecho al honor,
cómo también lo está el Derecho al título, según se vio.
. .
to, sino que ofrece al mismo .
tiempo .
a la sociedad el medio rná$.se.-\. um
guro y más fácil para la vigilancia pública de la relación de ambos
sexos”.(613)
y ahora en contraste, a poco más de cien años de distancia, se tiene
que en 1971 se tenía otro sentido de la indum entaria, y así se
dijo que:
“El último refinamiento de la moda ha demostrado que no son ya
los modistos y diseñadores quienes deciden lo que se pondrán las
mujeres; sino que son ellas mismas las que deciden.
El pantalón en campana, el “pan-suit” o “m ono” (como lo llama
ban en castellano cuando lo llevaban los hombres para el trabajo) se
está popularizando. Para el invierno, ya siendo lo más frecuente p o r'
lo menos en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, y pronto lo será
en el resto del mundo.—Las mujeres se ponen los pantalones... En
realidad, en términos de indumentaria, los habían llevado siempre1
en la mayoría del mundo: en la China, en la India, en Indochina!
sobre todo para el trabajo.
Por fin la mujer occidental ha comprendido que si el pantalón, es.
racional y cómodo para el hombre, ahora que la mujer lleva un tipo
de vida muy parecido al del hombre, es natural que se ponga tam
bién pantalones...”(614)
¡Qué diría el señor Ihering de estas palabras!. Creo que se volvía
a caer iinuerto, del coraje, o se prendía de una lámpara y al querer
bajar se rompía la crisma, y el resultado era el mismo.
Así pues, la estética, la idea de lo bello, cambia de época en época
y de lugar en lugar, y de ahí la dificultad de que se delimite cuáles
son las manifestaciones que deben comprenderse en el Derecho a la
presencia estética.
Un último ejemplo que pone de relieve mi anterior afirmación:
en el siglo XVI y XVII y hasta buena parte del XVIII, los hombres
como signo de distinción, se dejaban crecer el cabello, y si no lo te
nían largo, recurrían a las “pelucas” que competían en belleza y tama
ño con las que usaban las mujeres. Véase cualquier retrato o estatua
de. los caballeros y monarcas de la época para apreciar esto. Después,
el hombre en el siglo XIX se recorta el cabello, y se conserva como
signo de la mujer la cabellera larga, llegándose a sostener estupideces
como la del señor Nietzsche cuando afirmó que la mujer es un animal
(613) Von Ihering Rudolf. El fin en el Derecho. Trad. de Diego Abad de Sandllán. Editorial
Cajica. Puebla. 1962. T. II. Págs. 225 y 226.
(614) Alba Víctor. “Y las m ujeres llevan ahora los pantalones”. Revista Siem pre. No. 921
F eb rero 24 d e 1971. Pág. 41.
ASPECTOS QUE COMPRENDE EL DERECHO A LA PRESENCIA ESTETICA. 839
I como las categorías civiles de derecho que sobre ella tratan pueden
serlo las que versan sobre las manifestaciones, corporales o espiritua
les, del propio hombre. Otra cosa significaría tanto como la “deshu
manización” del Derecho civil”.(618)
y'irás adelante este autor a su vez transcribe unos pensamientos de
Borrel Macía, que tam bién conviene tenga presentes la alumna(o),
para conocer con exactitud el panorama de los días que le tocan vivir.
Dice Borrel Macía que:
“Cuando la Humanidad llega a un nivel insospechado en los progre
sos de orden técnico, cuando ha descubierto los secretos de la mate
ria y juega con las fuerzas en ella encerrada..., más pequeño se
encuentra el hombre como persona individualmente considerada,
como sujeto de derechos y de obligaciones. El mundo va deshumani
zándose, el ser racional se convierte en un número, los universales y
lo abstracto absorben la persona humana, unos pocos individuos
sientan doctrinas que la inmensa multitud sigue sin pensar, sin anali
zar, como autómatas: ya no es el artista creador de las cosas sutiles,
es el servidor de unas máquinas y el engranaje de una fábrica; en la
gran sinfonía que forma la Humanidad constituye uno de tantos ins
trumentos, una de tantas notas que sin el conjunto de las otras hiere
los oídos... La soberbia satánica que conduce a la propia destrucción;
el robot, mecanización que suprime el espíritu; y la gran masa anó
nima, sin pensar ni querer propio, que la arrastra a cualquier viento.
He aquí los tres faros que iluminan a la pobre Humanidad de nues
tros tiempos”.(619)
r" . .
Diez Días completa estos pensamientos al decir:
“Se centra entonces la aspiración máxima, como superación de
tan horrible caos materialista y anónimo, en conseguir la humani
zación del Derecho. Se impone, ineludiblemente un “retorno a la
persona."(620)
Y ya sobre estas ideas, debe entender la alumna(o), que no podrá,
ni puede, negársele a los Derechos de la personalidad y al Derecho a
ia presencia estética, el rango de bienes y bien jurídico, y ello confir
ma mi punto de vista de que no hay base p a ra seguir negando la am
pliación del ámbito del patrimonio, suprim iéndole lo cerrado de la
noción a sólo lo pecuniario, pues ni gramatical, ni racional, ni jurídi-
(618) Diez Díaz Jo aq u ín . ¿Derechos de. la personalidad o bienes de la p erso n a ? Ob. cit. Pág. 40.
(619) Diez Díaz Jo aq u ín . D erechos de la personalidad. O b. c it. Pág. 44.
(620) Diez Días Joaq u ín . Ob. cit. Pág. 44.
844 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
camente, hay base para estimar bienes sólo a los pecuniarios según yz
dejé probado antes.
B. —SE CONSTITUYE POR UNA PROYECCION PSIOUICO-E&
TETICA.—El contenido del bien jurídico tutelado por este tipo ele
Derecho que se analiza, se integra con la proyección psíquica de 1q
que el sujeto titular del mismo, considera estético, bello.
C. —LA PROYECCION ESTETICA ES RESPECTO DEL SEJ
TO MISMO QUE LA GENERA.—Pero esa proyección psíquica de
tipo estético, no es respecto de las personas o cosas que lo rodean,
sino que es precisamente con relación a la presencia que el propio su
jeto generador de esa proyección tiene de lo estético, considerándose
él a sí mismo, como objeto. No va a juzgar el sentido de la estéticade
los demás miembros de la colectividad en que se mueve, sino que esa
proyección, esa exteriorización psíquica de lo estético, se va a referir y
se refiere a su propia persona, a su propia presencia. A través de esa
manifestación psíquico-estética el sujeto titular del bien jurídico, va |
externar el sentimiento que él tiene respecto de cuál es lo que con re
lación a su persona estima bello o estético.
Sin duda que tendrá influencia en él, lo que la colectividad consi
dera como estético, pues ya he mencionado antes cómo lo bello cam
bia de pueblo en pueblo y de época en época, pero eso no
determinará necesariamente el contenido integral y masivo del senti
do estético del individuo. Puede influir ciertamente, pero se trata de
una influencia recíproca, ya que el sentido de la estética de ese sujeto
determinado, a su vez ejercerá una influencia en el mundo externo,
en los demás miembros de la colectividad, y coadyuvará a modificar
el sentido externo de lo estético y de lo bello.
D —PUEDE O NO COINCIDIR CON LA APRECIACION ES
TETICA MEDIA COLECTIVA DE UN LUGAR Y MOMENTO DE
TERMINADO.—Como apunto antes, puede suceder que la proyección
psíquico-estética del sujeto respecto de su presencia en la colectividad,
en el m undo en que actúa, no coincida con lo que esa colectivi
dad vive como “promedio estético” de la presencia de una persona,
en ese lugar y en ese momento.
Así, en los días que corren, resulta aún normal, lo medio, que él
hombre como signo de su sexo lleve el pelo corto y sin aretes y la
mujer por el contrario lleve el pelo más o menos largo y con aretes.
Sin embargo, algunos individuos consideran que su presencia estética
no se realza ni es bella, si observan esas modas y por ello, se dejan
crecer el cabello al grado de parecer mujeres y usan arete o aretes, V
éstas en muchos casos, se lo cortan al grado de parecer hombre y ya
ANALISIS DEL CONCEPTO DEL DERECHO A LA PRESENCIA ESTETICA 845
se niegan a usar aretes, aduciendo que sólo los salvajes los usaban o
usan. Lo mismo sucede con la indumentaria, a la cual ya me referí
antes al transcribir palabras de Von Ihering en el siglo XIX, y expre
siones de un periodista no hace muchos días.
E —NO DEBE PUGNAR CON EL ORDENAMIENTO JURIDI
CO VIGENTE, O LA MORAL MEDIA.—Cierto es que el bien jurídi-
60 tutelado con este derecho, es como se anota, la proyección
puto-estética del sujeto respecto de su presencia en la colectividad, en
¿"Promedio estético” vive la colectividad en que se actúa. Pero, esa
proyección psíquica individual, tiene un límite: el que no transgreda
■ lo que la colectividad a través de su influencia en los políticos en el
•poder, han plasmado en leyes, o lo que de acuerdo con un sano crite
rio judicial se podrá considerar como “buena costumbre” basada en
una “moral media”.
En efecto, si hay un ordenamiento legal que establezca la necesi
dad dé observar una determinada presencia estética y un sujeto se re-
•líela en contra de ella, sin duda que ya no estará en situación de
invocar su sentido de lo bello y su Derecho a la presencia estética,
ioda vez que la colectividad ha plasmado en una ley de observancia
general, una determinada situación o sentido de lo que se estima es
tético “obligatorio”.
I •}'. g. los ordenamientos castrenses, establecen con precisión cuál
ebe ser el corte de pelo de los soldados, oficiales y jefes; cuál su in
dumentaria, y en general todos los detalles relacionados con su pre
sencia estética. Si un militar deja de observar esos mandatos de
contenido estético y sanitario, estará violando una norma jurídica, y
no podrá invocar en contra de ella su Derecho a la presencia estética.
Sí, podrá si lo estima pertinente, rebelarse en contra de esa nor
ma, pero dentro de los procedimientos que la misma ley le autoriza, y
así podrá por ejemplo, si estima que se atenta contra su dignidad de
ser humano, pedir Amparo en contra de esa determinada disposición,
pero mientras ello no lo haga, o si desde el principio la acepta, ya
después no podrá impugnarla.
Ahora, si no hay una ley que precise cuál debe ser la presencia es
tética a observar por el conglomerado humano que se considere, y al
guno de sus miembros presenta aspectos exagerados respecto de lo
que es estimado “promedio-moral”, entonces bien puede suceder que
la Autoridad administrativa, fundándose en la idea de “moral media”
o de “buenas costumbres”, proceda a sancionar a quien en forma tan
violenta se escapa a la estética-media. Se sancionará eso que ya no
responde a la presencia estética media, sino que genera un sentimien
to de “repulsión”.
846 ERNESTO G U TIERREZ Y GONZALEZ
Por ejemplo, hay individuos que partiendo del supuesto que son
del sexo masculino, utilizan aún pantalón y camisa, pero llevan otras
características de lo que ellos estiman estético, que responde a lo que
el sentimiento medio atribuye aún a la mujer, como V. g. digo an
tes el cabello largo, de un arete o ya dos, y un “tenue toque de color
en los labios” para hacerlos más atractivos. Esto aún puede llegar a
soportarse sin mayor repulsión. Pero si esos mismos sujetos se ponen
pantalón “uni-sex”, blusa con encajitos y olanes, se maquillan como
una “segunda tiple", y se contonean al andar, como mujer, se pintan
su blonda cabellera de un color por demás llamativo, y salen a la luz
del día, etc. pues, entonces resulta indudable que crean un sentimien
to de “repulsión” o “repudio” social que al considerarlos O.T.N.I. otni
u O.A.N.I., oani,(621) puede autorizar su aislamiento en un recluso
rio, aunque claro sujeto a una decisión judicial, sobre si se les lleva a
una institución dedicada a la atención de sujetos afectados de las
glándulas generadoras de hormonas, o sólo se les impone un arresto
o multa.
577.—El Derecho mexicano y el Derecho a la Presencia Estética.
En esta materia como en casi todas las relacionadas con los Dere
chos de la personalidad, la legislación mexicana definitivamente está
escasa de contenido. No hay ninguna disposición que se ocupe de la
materia, ya no se diga en el campo del Derecho civil, sino tan siquie
ra en el campo del Derecho administrativo.
Sólo como anoto antes, en el campo del Derecho castrense o De
recho militar, se han estatuido reglamentos que determinan la forma
en que debe vestirse y presentarse el militar a sus labores.
El Código penal contiene un Título, el Octavo del Libro Segundo,
que lo dedica a los “Delitos contra la moral pública”, en donde regula
sólo aspectos relacionados con lo que se denomina “pornografía”, o se
incite al comercio carnal; corrompa a menores de edad; establezca ca
sas de lenocinio, y al que provoque un delito o haga apología de éste
o algún vicio.
Pero nada, sobre el que atente contra el Derecho a la estética.
Puede estimarse que la única norma que se refiere a este Derecho
a la presencia estética, por lo que hace a la “Estética del rostro” es la
que se contiene en el Artículo 290 del Código penal, cuando determi
na que:
“Se impondrán de dos a cinco años de prisión y multa de cien a
(621) O.T.N.I. u otni es: objeto terrícola no identificable; y O.A.N.I. u oani es objeto an
dante no identificado. Cualquiera de esos calificativos les va bien.
EL DERECHO MEXICANO Y EL DERECHO A LA PRESENCIA ESTETICA. 847
trescientos pesos, al que infiera una lesión que deje al ofendido cica
triz en la cara, perpetuamente notable.”
y esta sanción se aplica como dice el Maestro Carrancá y Trujillo.
“Porque al desfigurar la cara del pasivo la modifica en relación
con su apariencia original y quizá la afea y hasta la hace repulsi
va...”(622)
Es muy importante y urgente que cuanto antes se legisle en forma
adecuada sobre esta materia y el Derecho que tienen las personas a
su presencia estética, sea respetado, básicamente por los funcionarios
públicos que, protegidos por la autoridad de que les inviste el Estado,
no respeten la dignidad del sujeto, ni recuerdan que el funcionario
público sólo puede hacer lo que la ley le determina, y nunca puede
hacer algo que no esté expresamente establecido en una norma, si
bien hay que recordarle a los sujetos que si tienen derecho a la pre
sencia estética, ese derecho no debe dañar el derecho que tienen las
demás personas de lo que para ellas es estético.
Recalco este punto, pues volviendo al caso que comenté en el pa
rágrafo 566, Policías Judiciales Federales, en 1971, en una muestra
absoluta de no respeto a la libertad humana, a las garantías humanas,
y un desconocimiento absoluto del Derecho, no sólo se concretó a pi
sotear la garantía contenida en el Artículo 16 de la Carta Política,
sino que algo más, a unos cuantos de los ahí detenidos sin orden de
ninguna especie, procedió antes de “soltarles libres”, a cortarles el ca
bello.
En lo particular no estoy conforme ni satisfecho con esa moda del
cabello largo en el sujeto de sexo masculino, y menos aún como se
usa por algunos jóvenes, que confunden el Derecho a la estética con
la porquería y la suciedad, a más de ser incómodo ver en uno que se
supone hombre, cabello propio de mujer y como digo, todo sucio y
mantecoso y con su o sus aretes; pero el hecho de que a mí en lo
particular no me agrade esa presencia estética, y que también en exi
gencia de respeto a mi sentido de la estética, puedo impedir asistan a
mis cátedras, pues verdaderamente ofenden a la vista, pero mientras
no haya una ley que determine una prohibición para usar así el cabello, los
funcionarios públicos no pueden impedir que tales sujetos en uso de su Dere
cho a la presencia estética lo lleven del largo que les venga en gana, y sus
hormonas femeninas se los desarrolle.
Es inconstitucional y delictuosa la conducta de esos funcionarios
públicos, y es indignante que en un régimen de Derecho como se
(622) Carrancá Trujillo Raúl. C ó d ig o P e n a l A n o ta d o . O b. cit. Pág. 688.
8 4 8 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
pretende es el que vive México, se cometan esos atracos por los malgs
funcionarios a los que se les da poder, a efecto de que manteagaa g¡
orden público.
El que personas ignorantes del Derecho hayan aplaudido esa tae-
dida como “profilácticas” de la sociedad, se explica —nunca justifica
da—, pero que profesionales como el que fuera “Cronista de f-,
Ciudad” Licenciado Salvador Novo, hoy fallecido, haya expuesta'en
periódicos, o cuando menos que a él se le atribuyan palabras gue
aprueban esas conductas de la policía, son verdaderamente intolera
bles.
También el que sujetos como uno denominad “Angel Olivo Stilís”
con un nombramiento de “Presidente del Congreso del Trabajo” -
haya atrevido a declarar públicamente su conformidad con ese atenta
do, y que aún mostrara la supina ignorancia de los dirigentes de.su;
tipo al decir que;
“Ignoramos —dijo— en qué bases legales se haya basado el juez que
dictaminó en días pasados la libertad de cerca de 150 jóvenes droga-
dictos descubiertos en una fiesta “hippie”, cuando en estos casos de
bería de aplicárseles un castigo ejemplar”.(623)
es perfectamente entendible ya digo, que tales sujetos ignoran los ru
dimentos del Derecho y de la base social, y llegan a esos cargos gor
azares —tan frecuentes que ya no parecen azares— de la vida publica
mexicana. Es lógico que ignore cuáles bases tuvo el juez, pues este
con un mínimo de conocimiento se percató de que, lo que no se tema
era base para haberlos detenido, con violación flagrante del Artículo 16 6m-
titucional.
En cambio, personas sensatas, y doctas, conocedoras del Derecho
y que ven con temor el abuso de esos malos funcionarios públicos, tu
vieron el valor civil de manifestar cómo -
“El derecho procesal penal, siguiendo los lincamientos de la Consti
tución, señala una serie de requisitos que debe acatar la policía, al
realizar un cateo o allanamiento de morada. Entre ellos el que un
juez competente señale concretamente qué casa, cuáles habitaciones
de ella, y qué personas, en su caso, debe detener.
Estas condiciones o requisitos no fueron llenados por la Policía
Judicial Federal.
Y en tales circunstancias, se actuó ilegalmente; no es posible repri
mir el delito, cometiendo nuevos delitos”.(624)
(623) “El Universa!”. Año LV. T o m o CCXXII. Martes !6 de febrero de 1971. Primera pípIUl
(624) "Excélsior”. No. 19694. L unes 15 de febrero de 1971. P rim era página.
CODIGOS DE ENTIDADES FEDERATIVAS Y EL D ERECHO 849
A LA PRESENCIA ESTETICA.
PUEBLA: Aquí de nuevo hubo otra vez una regresión, y así ea (.)
Artículo 76 que equivale exactamente al artículo 668, del Código 8e
Quintana Roo, ya no se habló de “presencia estética”, sino que se dijo
“PRESENCIA FISICA”, que no es lo mismo, sino un concepto menos
amplio, pues no todo lo estético es precisamente presencia física.
Tampoco aquí se hizo mayor reglamentación de este derecho.
CAPITULO VII.
A .—PARTE SOCIAL-PUBLICA.
f).—DERECHOS DE CONVIVENCIA.
^ AA
al alumno(a), pues supone y con razón, que todos los derechos son i
para lograr la convivencia, y si los funcionarios públicos por su parte,
llegaran a leer estas letras, sin duda que esbozarían una risita burlo
na, de suficiencia, y probablemente dirían: “este señor inventa cada
tosa más rara, sólo para embaucarnos y embromarnos con algo que
sin duda no existe”.
Pero si esos derechos —a los que doy ese calificativo a falta de
otro mejor y más descriptivo— se conocieran y se respetaran, puedo
i asegurarle al alumno(a), que México sería un gran país, y en especial
la Ciudad de México, sería una región digna de habitarse y de pla
centera estancia en ella; pero en su constante violación, hacen que
ésta, alguna vez llamada Ciudad de los Palacios, sea algo más que un
zoológico, en donde impera la ley de la selva: el poder del más fuer
te, el más arbitrario, que despedaza o pisotea al débil y al dejado.
Y no piense la alumna(o), que exagero o dramatizo; no, en cuanto
lea las siguientes líneas, tomará conciencia de la verdad de las ante-
j dores palabras, y me dará la razón y pensará seriamente en que, si
desea habitar en una ciudad y en un país dignos, precisa conocer y I
respetar estos derechos de convivencia, y algo más, no podrá avanzar
85 i
852 ERNESTO GU TIERREZ Y GONZALEZ
Í
convivencia, sino que todo obedeció al destino.
Y así como este caso, de este derecho, la regulación que de los de-
¡ techos de convivencia se encuentren, es de mera casualidad, y además
se les regula en “reglamentos administrativos” o de “buen gobierno”,
pero nunca en leyes formal y materialmente hablando.
b).—APARICION DE LOS DERECHOS DE CONVIVENCIA EN
MÉXICO. -—Esta materia es relativamente nueva en Derecho mexicano,
(627) El M ariachi como lo sabe la alum na(o), es un grupo o conjunto musical, que visten
con el típico traje de "charro mexicano”, y se dice que tomaron ese nom bre de una deformación
de la palabra ‘'m atrim onio” en el idiom a francés: MARRIAGE. D urante la época de la "Inter
vención francesa”, a fines del siglo XIX, los franceses invasores veían que siem pre que había una
boda en los pueblos, a la puerta de la iglesia había u n conjunto musical de éstos, y entonces al
verlo decían señalándolo: m arriage, p a ra significar que había boda, p e ro el pueblo entendía
"mariachi” y d e ahí a “mariachi” n o hubo sino un paso, y así se acabó p o r designar a estos co n
juntos musicales.
854 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
P ro c u ra d u ría F e d e r a l d e P ro te c c ió n al A m b i e n t e o a n te o tra s a u to r i
dades to d o h e c h o , a c to u o m is ió n q u e p r o d u z c a o p u e d a p r o d u c ir
d e se q u ilib rio e c o ló g ic o o d a ñ o s al a m b ie n te o a lo s re c u rs o s n a tu r a -
leSí o c o n tr a v e n g a la s d is p o s ic io n e s d e la p r e s e n t e L ey y d e los d e
m ás o r d e n a m i e n t o s q u e r e g u le n m a t e r i a s r e la c io n a d a s c o n la
p ro tec ció n á l a m b i e n t e y la p re s e rv a c ió n y r e s t a u r a c i ó n d e l e q u ilib rio
ecológico.
Si e n la l o c a l i d a d n o e x is tie re r e p r e s e n t a c i ó n d e la P r o c u r a d u r ía
F e d e ral d e P r o t e c c ió n al A m b ie n te , la d e n u n c i a se p r o d r á f o rm u la r
ante la a u t o r i d a d m u n ic ip a l o, a e le c c ió n d e l d e n u n c i a n t e , a n te las
oficinas m á s p r ó x i m a s d e d ic h a r e p r e s e n t a c i ó n .
Si la d e n u n c i a f u e r a p r e s e n t a d a a n te la a u t o r i d a d m u n ic ip a l y r e
sulta d e l o r d e n f e d e r a l, d e b e r á se r r e m i t i d a p a r a su a te n c ió n y t r á
m ite a la P r o c u r a d u r í a F e d e r a l d e P r o te c c ió n a l A m b ie n te .
p
padece, si bien ya se apuntaba su llegada, pero ella se generó por
G.ULPA DEL ESTADO básicamente, que no cuidó de cumplir con sus
funciones de evitar que se produjera el deterioro del ambiente, ya
que casi todos sus funcionarios, o eran corruptos o complacientes,
^éase algunas de las situaciones que se dieron:
a) .—Llegaba un amigo del presidente de la República o del secre
tario de Estado, y les solicitaba una concesión para talar árboles en tal
0 cual región del país. Se le otorgaba, se formaba la empresa talado
I
I tos de aguas de desecho, pues de exigirle ello, se le habría encarecido
el producto, y ya no le convenía, según él.
sin ser obstruidos por cafres, pues en esas primeras décadas no había
en la Ciudad sino unos cuantos vehículos que podían transitar sin es
torbo por donde mejor les acomodara, y en cambio hoy eso es .un
sueño, pues una Ciudad como la de México, con calles angostas, no
puede soportar el tránsito de varios millones de vehículos automo
tores.
Y de igual manera, este mismo derecho no puede sufrir los ata
ques que sufre en la Ciudad de México, en una población en donde
el número de vehículos en la actualidad, sea muy inferior, como por
ejemplo en la Capital del Estado de Tlaxcala, esto es, en la Ciudad
de Tlaxcala, o en la de Oaxaca, o en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Así entonces, variará el catálogo de estos derechos de convivencia
en cada época y en cada región, pero se debe considerar como dató
cierto el de que serán más esos derechos y exigirán mayor protección
en aquellos lugares en donde exista un mayor conglomerado humano
y en donde los avances de la técnica tengan mayor aplicación. Estos
dos elementos combinados, dan la medida de la protección que se
debe dar a estos derechos, ya que en una población abundante, pero
escasa de vehículos automotores, de televisión y radio, sin duda que
hará sean menos estos derechos, que en otra de igual población pero
con múltiples vehículos, radios y televisores.
Queda con esto, alumna(o), en posibilidad de opinar sobre mi ela
boración personal sobre estos Derechos de convivencia, y procede pa
sar al estudio de ellos, en la legislación del país, y después seguir con
la parte afectiva de los derechos de la personalidad como puede apre
ciar en el cuadro sinóptico que inserté en el apartado 526.
civil se pudo incluir con mayor energía el texto del Artículo 84 que es
una reproducción en lo esencial de la primera parte del Artículo 675
del Código de Quintana Roo, y después en el Artículo 85 se completa
el texto, también en lo esencial, del mismo Código de Quintana Roo
Sólo se le hicieron algunos agregados que estimé eran necesarias,
como el precisar que el derecho a que no se le estacionen vehículos u
objetos, debe ser no sólo en la puerta de su casa habitación, sino tam
bién en su lugar de trabajo y se agregó un inciso más que vino a.ser
el e) y en el que se dispone que se tiene derecho a: x-m
“e ) T r a n s i t a r lib r e m e n te e n c a lle s , a v e n id a s , b o u le v a re s y c a m in o s'
p ú b l ic o s , sa lv o lo d is p u e s to p o r a u t o r i d a d c o m p e te n te " .
Ahí queda esta legislación, para que futuros legisladores del Dis
trito Federal, empiecen a poner orden en la materia, y no se sientan
acomplejados de que se haya dicho primero en los códigos de linas
Entidades Federativas, sino que comprendan que es necesario enten
der que en la Provincia, hay mayor libertad y creatividad jurídica que
en la cabeza de los legisladores federales.
I
guardar el secreto profesional”.
Estoy de acuerdo en que la realidad física será que el secreto lo
deben guardar los profesionales que le prestan el servicio a la perso
na moral, pero ante la ley, la realidad jurídica, es que será la persona
mora! la que deba “guardar el secreto” y exigir se le respete ese
i ¡'-secreto”.
V. g. si se trata de una persona moral que opera un hospital, y a
- ella va una persona que padece de cáncer, o de la enfermedad de
i moda entre ciertos sujetos, que es el síndrome de inmuno deficiencia
adquirida, o “SIDA” como abreviadamente se le llama, esa persona fí
sica deseará que nadie se entere de su enfermedad, y si los médicos
que la atienden trabajan para esa persona moral, hospital, tanto la so
ciedad a través de sus funcionarios, como los médicos personas físicas,
888 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
I
¡
í
b’).—DERECHO DE LIBRE TRANSITO. Este derecho sí lo pue
den tener estas personas, pero entendido como lo expliqué en el sen-
tido de que no se le impida a la persona tener v.g. libre acceso al
personal que trabaje para ella, a sus oficinas.
c’).—LIBRE ACCESO AL HOGAR. Este derecho tampoco se le
! puede conferir a una persona ficticia, pues no tiene hogar, ya que
sólo lo pueden tener las personas físicas.
d’).—LIMPIEZA DE BASURA. Este derecho también se les pue
de dar a las personas ficticias, ya que las mismas para el desempeño
de sus actividades requieren de una oficina o de un inmueble, y tie
nen derecho a que delante de esas oficinas o edificio no vaya la gente
física a tirar basura.
e’).—AYUDA EN CASO DE ACCIDENTE. De manera definitiva
se puede afirmar que este derecho no se les puede otorgar a las per
sonas morales, pues al no tener corporeidad, no pueden ser víctimas
de un atropello o de un accidente.
f).—DERECHO A LA SALUD POR EL EQUILIBRIO ECOLÓ
GICO Y PROTECCIÓN AL AMBIENTE. De igual manera no tie
nen este derecho, pues estas personas tienen la fortuna que no tienen
las personas físicas, de no tener pulmones, ni sistema respiratorio. No
están expuestas a respirar la porquería de aire que hay en las ciuda
des grandes como la de México, debido a la absoluta irresponsabili
dad de nuestros funcionarios públicos, que nada efectivo hacen para
evitar la contaminación del aire.
Y ya con esto queda exppuesto el estudio de los derechos de esta
parte social pública de los derechos de la personalidad que pueden
otorgarse a las personas morales, pues como entre ellas destaca en
forma especial y privilegiada EL ESTADO, ya después del penúltimo
890 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
B.—PARTE AFECTIVA.
DERECHOS DE AFECCION.
Í
no constituyan un delito o falta penados por la ley.
Todo acto religioso D e C u lto P ú b lic o D e b e r á C elebrarse P re cisa m en te
D entro d e los T e m p lo s, los cuales estarán siempre bajo vigilancia de la
autoridad”.
‘ . . . . .
y ya el 28 de enero de 1992, apareció publicada en el Diario Oficial
de la Federación, una más de las modificaciones que en esa fecha su
frió la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en va
rios de sus artículos, y por lo que hace a este Artículo 24, se le dio el
siguiente nuevo texto:
‘Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le
agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos de culto
respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por
la ley.
El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban re
ligión alguna.
Los actos de culto público se celebrarán ordinariamente en los
templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se
sujetarán a la ley reglamentaria”.
Pero como apunto en el párrafo 591, a estos Derechos si bien es
derto que se les hace objeto de violaciones por parte de las mismas
autoridades, no son precisamente esas violaciones las que los hacen
cambiar en forma sensible, ya que la política les afecta un tanto me-
'^ - " 3
nos que a los Derechos que catalogué en la parte social pública. A es
tos sentimientos, a estas convicciones religiosas, la política no les.alte
ra gran cosa, pues incluso la conducta de los políticos en el poder se
traduce en pasividad, en tolerar violaciones, en consentir violaciones y
en hacerse cómplices de esas violaciones.
En cambio, la parte social pública dije también, se ve poco altera
da por los avances de las ciencias físicas naturales, en tanto que estos
Derechos o afectos, sí cada vez, se ven más alterados por los adelantos
de tales ciencias.
Así, las convicciones religiosas tradicionales se ven cada día mas
debilitadas por los descubrimientos que realizan, por una parte los ar
queólogos, y los físicos y químicos por otra. Tal se desprende V. g. de
la lectura de obras como la de Von Dániken(656) en donde pone a la
vista las enormes incongruencias históricas y religiosas. Propone la si
tuación perfectamente viable de que muchos de los sentimientos y
afectos religiosos actuales estén fundados sobre creencias falsas, y tun
da sus hipótesis, dignas de meditar, sobre los más recientes descubri
mientos de la arqueología, y los avances de la astronáutica o
cosmonáutica como se le quiera llamar. Hace ver cómo:
“Algo no concuerda con nuestra arqueología. Aquí, encontramos ba
terías eléctricas cuya edad se cuenta por millares de años. Acullá, hav
seres extraños que lucen indumentarias espaciales y cinturones con
hebillas de platino. Más allá, aparecen líneas de quince cifras que no
han sido escritas por ningún computador. En la más brumosa Ano-
güedad encontraremos un arsenal de cosas inconcebibles. Pero,
¿dónde adquirieron los seres “superprimitivos” esa facultad para
crear lo inconcebible?
Tampoco concuerda todo con nuestras religiones. Estas tienen
una'cosa en común: todas ellas prometen salvación y ayuda al
hombre. También los dioses primitivos hicieron tales promesas.
¿Por qué no se atrevieron a ellas? ¿Por qué emplearon armas su-
permodernas contra aquella humanidad remota? Y, ¿por qué pro
yectaron su destrucción?”.(657) ■
No obstante que se han elaborado estudios cuidadosos en donde
se pretende y se parece demostrar que “Y la Biblia tenía Razón”(658)
también con gran fuerza se demuestra que:
“La Biblia está llena de secretos y contradicciones.
Su Génesis comienza con la creación de la Tierra, cuya descrip-
(656) V an Dániken Erich. Recuerdos del Futuro. Ob. cit.
(657) Von Dániken Erich. Ob cit. Págs. 17 y 18.
(658) Keller Wemer. Y la Biblia tenía razón. Ediciones Omega, S. A. Barcelona, España.
T rad . de la la. Ed. Alemana, po r Em m a Gifre. 1963.
LAS CONVICCIONES RELIGIOSAS Y LOS DERECHOS 909
DE LA PERSONALIDAD.
ción geológica es exacta. Sin embargo, ¿cómo sabía el cronista que
los minerales precedieron a las plantas y las plantas a los animales?
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza...”, dicen en el
Libro 1 de Moisés.
¿Por qué habla Dios en plural? ¿Por qué dice “nuestra” y no “mi”?
Cabe suponer que el Dios único hablaría a los hombres en la prime
ra persona del singular, no en plural”.(659)
j así como ésta, plantea muchas cuestiones que ponen, en duda desde
su raíz, la verdad de la Biblia y de Dios no en sí, sino como lo p re
senta el Antiguo testamento, y se ponen también en entredicho mu
chos aspectos del Nuevo Testamento, sobre el origen de profetas
como Moisés(660), Elias y el mismo Jesús(661), a los cuales se les pue
de atribuir una existencia que no es terrena, sino la de seres venidos
de otros planetas, y hace ver la crueldad de los “Angeles” enviados
por Dios, por lo cual afirma que:
“Quisiéramos ser tan creyentes como nuestros mayores; ciertamen
te, somos menos crédulos. Ni con la mejor voluntad podemos imagi
nar que un Dios todopoderoso, omnipresente y de infinita bondad
no tenga noción alguna del tiempo e ignore lo que va a ocu
rrir”.(662)
y después de espectacular sobre todas esas posibilidades de la existen
cia :de vida semejante a la del Planeta Tierra en los cientos de miles
de millones de estrellas que hay en el Universo, y suponer la llegada de
astronautas terrestres a un planeta que se encontraba en una etapa
de desarrollo de seres pensantes equivalentes a la etapa por la cual
atravesó la humanidad que se describe en la Biblia, afirma que:
“Si nuestros astronautas encuentran algún día seres primitivos en un
planeta, serán tomados también probablemente por ‘hijos del cielo’
o ‘dioses’ ”.(663)
Como se aprecia, con el avance de las ciencias físicas y naturales
se plantean nuevas situaciones que hacen mella en las convicciones y
sentimientos religiosos, que se deben mantener sólo sobre la “fe”,
pues no podrán ya soportar un análisis como los que se hacen en el
mencionado de “Y la Biblia Tenía razón”, y precisamente por eso es
(659) Yon D aniken Enrich. Ob. cit. Pág. 75.
(660) D oreste Tom ás. Un extraterrestre llamado Moisés. E ditorial Diana, S. A. 3á. Edición.
México. 1978.
(661) Faber-Kaiser Andreas. Jesús vivió y muñó en Cachemira. Por A.T.E. Sep. 1976, la. Ed.
Mexicana d e “Ediciones Roca”, S. A. México. Enero. 1977.
(662) Yon Daniken. Ob. cit. Pág. 79.
(663) —Id em —. Pág. 87.
910 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
C.— PA R T E FISICO-SOMATICA.
y agrega después:
“Somático, ca... Biol. Perteneciente o relativo al soma. Api. a cual
quiera de las células vegetativas, No se x u a le s... ”(667)
de donde resulta que si sólo hablara de la parte “somática” de los De
rechos de la personalidad, dejaría fuera el aspecto relativo al ámbito
de células sexuales que implica entre otros interesantes temas, el de la
inseminación artificial, la inseminación in vitro y los descendientes
clónicos en seres humanos,(668) así como limitaciones tan importan
tes que puede sufrir el Derecho a la integridad corporal, en atención
al orden público según el sentir de los sujetos que detentan el poder,
y que han dispuesto en ocasiones, leyes que decretan obligatoria
la “castración” de seres que se consideran no deben perpetuar la
especie.
O bien, escaparían de esta materia, casos tan extraordinarios y cé
lebres como el
“...que tuvo lugar en Italia, por el que un estudiante egipcio se avino
a dejarse extraer uno de sus testículos, mediante la práctica del in
jerto Voronoff, para su implantación en otro hombre ya viejo y D eca
d e n te e n s u F a c u lta d G e n e r a tiv a " .(669)
acaban por crear esa impresión de que esta materia nada tiene que
ver con el Derecho civil, que es en donde encuentra su base y raíz.
EL ERROR QUE A MI JUICIO SE HA COMETIDO EN ESTA
MATERIA, ES QUE TODO SE HA ENFOCADO YA DESDE EL
PUNTO DE VISTA “COLECTIVO”, PERO NO CON FINES DE
PROTECCION A LA COLECTIVIDAD, SINO A LO QUE SE DICE
QUE LA ENCARNA: “EL ESTADO”. HAN PENSADO Y HAN LO
GRADO EN GRAN PARTE LOS TRATADISTAS, HACER QUE
ESA “FICCION” QUE ES EL ESTADO, SE CONVIERTA EN EL
RECTOR DE VIDAS OLVIDANDO QUE EL ESTADO Y LOS
FUNCIONARIOS QUE LO MUEVEN, NO SON EL “AMO”, SINO
SERVIDORES DE LA COLECTIVIDAD.
NO VUELVO AL INDIVIDUALISMO. NADA MAS LEJOS DE
MI INTENCION. PERO SI, TRATO DE LLEVAR A LA MENTE
DEL ALUMNO(A) QUE, LOS POLITICOS EN EL PODER HAN
“D ESH U M A N A D O ” AL DERECHO Y ES POR EL CONTRARIO
PRECISO VOLVER A HUMANIZARLO.
La anterior expresión puede parecer absurda, pero no lo es si se
medita un poco. Los mal llamados “publicistas” han “personalizado”
el Derecho, pero lo han deshumanizado, digo, y es fácil de entender
si se recuerda que no es lo mismo persona “humana”, que persona
ficticia, y persona “Estado”.
EL DERECHO SE ELABORA HOY DIA EN FUNCION DE LA
FICCION PERSONA “ESTADO”, Y SE OLVIDAN DEL SER “H U
I MANO”, SO PRETEXTO DE QUE EL “ESTADO” ENCARNA A
LA COLECTIVIDAD. PERO LO UNICO QUE HAN HECHO, ES
j CREAR UN DERECHO “PERSONALIZADO” PARA EL ESTADO
Y EN VERDAD PARA LOS QUE DETENTAN EL PODER, PERO
“DESHUMANIZADO” PARA LA PERSONA FISICA. Y ELLO
SOLO SE PUEDE CORREGIR SI SE “HUMANIZA”, AL DERE
CHO, PENSANDO QUE ESTE ES PARA REGIR LA VIDA DE LAS
PERSONAS HUMANAS, LIMITANDOLAS CIERTAMENTE,
PERO NO SACRIFICANDOLAS EN ARAS DEL ESTADO, QUE
NO VIENE A SER SINO UNA FICCION MANEJADA POR LAS
CLASES QUE SE HAN APODERADO DEL PODER, Y QUE SI
SON PERSONAS FISICAS SENSATAS, NOBLES, LLEVAN SU
PUEBLO A LA GRANDEZA, PERO QUE SI SON POR EL CON
TRARIO PARANOICOS O ESQUIZOFRENICOS, PUEDEN LLE
VAR AL ESTADO Y AL MUNDO A UN CAOS COMO SUCEDIO
NO HA MUCHO CON HITLER, Y PUEDE SUCEDER HOY CON
918 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
596.-—a).—Derecho a la Vida.
De los Derechos de la personalidad di su concepto desde el apar
tado 540 como los bienes constituidos por determinadas proyecciones,
físicas o psíquicas del ser humano, individualizadas por el ordena
miento jurídico.
Pues bien, la primera, la esencial proyección psíquica del indivi
duo, que encuentra su raíz en lo más hondo de su subconsciente y de
su consciente también, en sus instintos mismos puedo agregar, es el
de m antener la vida, el de que no se le prive de la vida. Esto se pro
yecta inconscientemente como un instinto, y es innato al ser humano:
Castán Tobeñas manifiesta que entre los Derechos de la personali
dad, llamados con mucha razón Derechos esenciales, ninguno lo es
tanto como el Derecho a la vida, ya que ésta es el bien supremo del
ser humano, sin el cual no cabe la existencia y el disfrute de los de
más bienes.(671)
De Cupis manifiesta por su parte que este Derecho a la vida es
también un Derecho innato que concierne al individuo por el simple
hecho de estar unido a la personalidad que se adquiere con el naci-
miento(672), y tiene como otra característica la de que es un Derecho
privado, sin que sea motivo para negárselo el que también está inte
resado en él un importante aspecto del llamado Derecho Público,
pues en efecto, la vida tiene como corresponde a su importancia, un
enfoque penal muy destacado por parte del Estado.(673)
(670) V éase Aquellos enfermos que nos gobernaron, interesante estudio de las enferm edades
que han sufrido los “líderes m undiales” com o Roosvelt, H ider, Kennedy, M ussolini, Lenin, Sta-
lin, Pío X II, etc. P or F ierre Accoce, Dr. P ierre Rentchnick. Plaza & Janes, la. Ed. ju n io , 1977.
España. Y véase al escribir esto, la paranoia de los gobernantes de Estados U n id o s de América
que su p u estam en te p ara perseguir a un llam ado p o r ellos “terrorista" están acabando con Afga
nistán. Para m an d arlo s al sanatorio para enferm os m entales.
(671) C astán T obeñas José. Los Derechos de la personalidad. Ob. di. Pag. 34.
(672) D e C upis A driano. Oh. di. No. 39. Pág. 95, T. I.
(673) C astán T o b eñ as José. Oh. cit. Pág. 35.
EL DERECHO A LA VIDA ES UN DERECHO PATRIMONIAL MORAL. 919
dice que “se le tiene por nacido” desde que es concebido, la segunda
norma sólo le considera nacido cuando se ha desprendido del seno
materno, vive 24 horas, o es presentado vivo al oficial o juez del Re-
j^ s tr o civil.
Sin embargo no hay tal contradicción, pues el 22 es una norma
' que dice claramente qué es para los efectos de la protección legal,
pero no está nacido, sino que “se le tiene por nacido”, y ya el 337 da
' ja regla para cuando ese nacimiento se verifica. El primero se aclara
éon el contenido del segundo.
t
nferma, una vida efímera y sin un mínimo de seguridad por las en
fermedades que de otra manera se les pudiera trasmitir.
> >! l •
CAPITULO X.
C.—PARTÍ FISICO-SOMATICA,
6 0 8 .— N oción de la M ateria.
La libertad como Derecho se ha proclamado a viva voz en el ám
bito internacional y en especial en el campo del Derecho constitucio
nal. Es así como ya en el año de 1917 el Legislador Constituyente en
México, expuso en la Carta Política, en que aún rige —teóricamen
te— en el país, en su Artículo 2o, como:
“Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los
esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, jj
por ese solo hecho, su libertad y la protección de las leyes”.
Años después, el 26 de junio de 1945, se firmaba la Carta de las
Naciones Unidas que desde su Declaración de principios expresa
cómo:
“Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos... a promover
el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto
más amplio de la Libertad...”
y es por ello que esa Carta en su Artículo 1, fracción 3, determina
cómo:
“Los propósitos de las Naciones Unidas son:
3.—Realizar la cooperación internacional en la solución de proble
mas internacionales de carácter económico, social, cultural o huma
nitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos
humanos y a las Libertades fundamentales de todos, sin hacer distin
ción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y...”
Esto permite ver cómo, preocupación constante del ser humano es
ese anhelo de Libertad, que se traduce en proclamas, cartas, leyes fun
damentales y códigos, pero que sin embargo no se hace objeto de úna
932
DERECHO DE LIBERTAD. 933
¡
violado este Derecho, en el Título vigésimo prim ero de su libro Se
gundo, bajo el rubro de “Privación ilegal de libertad y otras garan
tías”, y se contienen ahí los Artículos 364 y 366-Bis.
j C.—De igual manera ya también me referí a la Libertad de pren
sa, y a la Ley sobre esa materia, en el apartado 611-d).
D.—En los Códigos civiles, se determina como regla general, la
nulidad como sanción, en su Artículo 2228, a todo acto o contrato,
cuando se obtuvo a través de una voluntad viciada, no libre.
Lo mismo determinan para el caso del testamento cuando es
“captado”, y se encuentra que la voluntad del testador no fue libre.
También aquí puedo apuntar otras protecciones varias a este inte
resante y básico derecho de la personalidad que al decir de Nerson
“...es el atributo de la persona humana que caracteriza verdadera
mente su dignidad”.(697)
pero estimo que para los efectos que me he propuesto, con lo an
terior es suficiente, y sólo para concluir con el estudio de este Dere
cho, en el siguiente apartado me refiero a tres aspectos que
actualmente cobran gran importancia.
Se trata de aspectos de gran importancia que se relacionan con la
libertad del ser humano: uno para determinar su conducta sexual que
repercute en la explosión demográfica; otro, que se refiere a la liber
tad de guardar silencio y no ser compelido a revelar lo que en su in
timidad mental desea conservar, y el último referente a lo cretino y
ofensivo que resulta de mal hablar el idioma español y la situación de
ios futbolistas.
(697) Nerson Roger. Ob. cü. Pág. 24.
9 4 2 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
día con menos prejuicios y ya así desde 1970, y esa opinión expuesta
ese año es casi universalmente aceptada, se opinaba y se opina que:
“La sexualidad prematrimonial no se condena, ni se ensalza. Se re
conoce que, en sí misma, no es ni buena ni mala. Depende por com
pleto de la calidad de la relación humana que se establezca, el que
posea un valor real o cause un daño a los jóvenes que se entreguen
a la misma. En nuestra cultura, la sexualidad prematrimonial se ha
vuelto común y a menudo es necesaria cuando el matrimonio tiene
que aplazarse por razones económicas. Cada uno de los individuos
que participan en la misma pasa por la experiencia personalmente y
corre el riesgo de ser lastimado o de causar daño a un prójimo.
Es indudable que la sexualidad prematrimonial no ha de equipa
rarse a la mera licencia irresponsable. Puede ser la expresión res
ponsable de una relación, en especial cuando se piensa en confirmar
tal relación mediante el matrimonio. La jerarquía no puede impo
ner, validamente, normas especiales. Lo único que puede hacer es
recalcar la importancia de integrar la sexualidad y la genitalidad en
el todo de la existencia humana y de las relaciones entre humanos.
Sólo cuando se integra de tal manera se vuelve la sexualidad plena
mente humana. La actividad sexual, aislada de la totalidad de la
existencia humana, y sin relación humana, se vuelve subhumana,
pues considera al compañero como instrumento, como cosa. Nada
establecería un contraste más violento con las normas evangélicas de
lo humano”.(701)
Y las anteriores palabras no piense el alumno(a) que son de liber
tinos o de hippis libertinos que ven en el “am or” la mera realización
de una libertad sexual animalizada. No, son palabras de teólogos, sa
cerdotes y personas conectadas directamente con la Iglesia Católica
holandesa que recibió el nombre de “Iglesia de Vanguardia”.
Finalmente, respecto de la “píldora anticonceptiva” y el control de
la natalidad, se encuentra que el Papa Pío XI en su Encíclica “Casti
Connubii” afirmó que ninguna razón, ni siquiera gravísima, pueden
hacer que lo que es intrínsecamente contra la naturaleza, se convierta
en honesto y adecuado a la naturaleza:
“Estando el acto conyugal por su misma naturaleza destinado a la
generación de los hijos, quienes al ejercerlo lo destituyen, de propó
sito, de ésta su fuerza y virtud natural, actúan contra l'a naturaleza y
realizan algo vergonzoso e intrínsecamente deshonesto...”(702)
y contra tal punto de vista se levantó desde 1970 la voz de esa Iglesia
(701) Franck Frederik. O b. cit. Pág. 196.
(702) Pío XI. C a s ti C o n n u b ii. Párrafo 54, cit. por Franck Frederick. ?ág . 108.
944 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
“Clon es u n térm ino botánico que significa “fragm ento seccionado"; la palabra “co
lo n ia” es u n a de las relacionadas con é l”. (Ramse y Guadarrama Paul. El hom bre
Fabricado. Ediciones Guadarram a. M adrid, 1973. Pág. 83.)
rein o vegetal que parecen tener ventajas en ciertas condiciones am bientales exube
ran tes. Son ejemplos de reproducción biológica clonal o asexual el desarrollo de un
gu san o íntegro a partir de cada uno de los fragm entos cuando se p arte en dos u n a
lom briz, y el desarrollo de gemelos idénticos por segmentación de un único genoti
po en el hom bre”. (Hybam William L. Dr. y Edelson Edv/ard. El factor hereditario.
E ditores Asociados, S. A. Angel U rraza 1322. México, D. F. Pág. 24.)
y p ara que com prenda usted, alum na(o), p o r qu é se habla de “cloniñcación” relacionándolo con
una “ra m ita ”, piense que quizá y con g ra n probabilidad, ha hecho U sted e n su corta vida, algu
na “clonificación”. Si Usted, en ocasiones va a casa de una amiga o am igo, y a h í ve que la mamá
de esa perso n a tiene unas macetas con plantas que a Usted le gustan m ucho, y entonces le dice
a la señ o ra de casa: “regáleme un piecito de esa planta para sem brarlo”, y la señ o ra va y corta a
la p lan ta u n a “ram ita” que le regala y U sted va a su casa y la siem bra. Esto es clonificar, pues va
a su rg ir d e ahí, si como se dice, tiene U sted “buena mano” u n a plan ta id én tica en todo, a la
planta d e la cual se arrancó esa “ram ita”, o ese “Klon”. ¿Ahora sí ya e n tie n d e el significado?,
púes m ás le vale, y qué bueno.
(705) Véase mi libro D erech o S u c e s o r io I n t e r V ivo s y M o rtis C a u s a . 4a. edición. Editorial Po
rrúa, M éxico 2002.
946 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
6 1 7 .—El fútbol, el cretin o idiom a que u san en ese m edio los lo
cutores rad iofón icos y televisivos, y la Libertad contractual.
En el apartado 598-b) hablo de la LIBERTAD CONTRACTUAL,
la cual fue, o se pretendió que fuera absoluta en los Códigos civiles
del Distrito y Territorios Federales de 1870 y 1884, pero que ya en
el vigente Código de 1928, se dice de m anera expresa en su “Ex
posición de motivos”, que ya fue relegada esa idea, y se busca a tra
vés de la ley, la igualdad de las partes pues no puede haberla, si se
trata igual a los desiguales, al fuerte con relación al débil, al rico con
relación al pobre, etc.
Pero se preguntará Ud. alumna(o), y qué tiene que ver el derecho
a la libertad contractual con el cretino idioma que en mucho usan los
locutores de televisión y de radio, y ¡¡el fútbol!!.' Y se contestará, es
que este loquito (así en diminutivo si bien me va) de Gutiérrez y Gon
zález ya no sabe qué inventar.
Y la verdad es que puede estar Ud. en lo cierto respecto del califi
cativo diminutivo que me apliqué, pero no por no saber qué inventar,
pues lo que en seguida le expongo no es invento mío, sino resultado
de que en materia de DEPORTE COMERCIAL, de radio y televisión,
se celebran por los EMPRESARIOS-COMERCIANTES DE ESPECTA
CULOS DEPORTIVOS, contratos que dan lugar después a que tanto
ellos como los locutores en radio o en televisión, empleen un idioma
propio de cretinos, que ignoran todo principio de derecho, y todo
contenido de palabras exóticas que aplican, pero eso si, al emplearlas
estupidizan a los pobres sujetos sin preparación, que todo el tiempo
posible se la pasan escuchando noticias deportivas.
Le explicaré esto con un ejemplo, en donde sólo cambian los
nombres y puedo asegurar que Ud. encontrará los nombres verdade-
(708) Diez Díaz Joaquín. Los Derechos físicos, etc. Ob. cit. Pág. 245. No. 9.
ABERRANTE EMPLEO DEL IDIOMA POR LOCUTORES DE RADIO Y T.V. 949
C.—PARTE FISICO-SOMATICA,
c).—DERECHO A LA INTEGRIDAD FISICA O CORPORAL.
'.lh>
6 1 9 .— N o c ió n de la Materia.
En el apartado 536 inserté el cuadro general sobre los Derechos
de la personalidad, y conforme a él, corresponde ahora desarrollar
el Derecho a la integridad física o corporal.
Es una consecuencia natural que, después de consagrarse el Dere
cho a la vida, y el Derecho a la libertad, se tenga el Derecho a la in
tegridad corporal, el Derecho a que no se atente en contra del cuerpo
de la persona, que no se atente contra esa caja físico-somática en que
se asienta la vida y la libertad, el ser mismo, indisoluble.
Si se respeta la vida como algo intangible, pero que reposa en la
caja corpórea, es natural que también deba respetarse y protegerse
dicha caja en su integridad.
Desde luego también que ese Derecho que se tiene de que esa
caja corpórea no sea atacada en su integridad, no es absoluto, pues
en ocasiones deberá en beneficio de la colectividad, recibir o resentir
algún ataque, pero éste siempre fundado en un interés legítimo, en
un interés catalogado por la ley.
El ser humano tiene Derecho a que su cuerpo, esa caja de mate
rias químicas, orgánicas, en la cual radica la vida misma, no sufra ata
ques injustos que puedan ponerle en peligro, o que aún no
poniéndola en peligro de desaparecer, carezcan dichos ataques de
fundamento o razón para ello.
Este Derecho al igual que los antes estudiados, se contempla casi
en todas las legislaciones en el ámbito del mal llamado Derecho pú
blico, y sólo como un reflejo se le considera en el campo del Derecho
civil, pero ya es tiempo de que se plantee correctamente el problema,
y se haga ver cómo, la materia corresponde necesaria y originalmente
al ámbito del ordenamiento civil.
954
DERECHO A LA INTEGRIDAD FISICA O CORPORAL. 955
Diez Díaz, y hacerles ver precisamente que si hay esas normas pena
les, las mismas protegen y tienen por raíz, por substrato, una serie ele
derechos civiles, íntimamente personales, y que sólo a través de la re
gulación civil y conocimiento de los mismos se podrá plantear el pro
blema y su alcance.
De ahí la necesidad de que el alumno(a), se percate de la impor
tancia y necesidad de que esta materia se estudie y regule primero
en el ámbito del Derecho civil, y después se traslade en forma ade
cuada al campo y ámbito del Derecho penal como una sanción al que
viola el Derecho a la integridad física.
Y lo que es más, para ratificar esa afirmación que hago, se tiene el
caso de que en ocasiones, atentados a la integridad corporal, no se es
timan delitos penales, y sí caen en la esfera de los delitos o ilícitos civiles, tal
y como fue V. g. la conducta que asumieron en el año de 1971 las
Policías judiciales Federales en México, la cual implicó un doble as
pecto de violación civil, al margen del delito penal de abuso de auto
ridad, que nadie quiso denunciar.
En el apartado 566 describo el abuso de la autoridad antes men
cionada al “rapar” a un grupo de individuos de la manera más arbi
traria y atentatoria de la Constitución, después de que se les detuvo,
sin orden de cateo en una casa particular. Pues bien, ahí en ese mo
mento de raparlos, cometieron esos sujetos que se amparan para sus
abusos en el nombre del Estado, cometieron digo, dos hechos ilícitos
civiles violatorios de los Derechos de la personalidad, que son delitos
civiles, pero no penales: Se atentó contra el Derecho a la presencia esté
tica y también se atentó contra la integridad corporal de tales sujetos.:
Diez Díaz que también ha contemplado este delito civil con dis
gusto, afirma que:
“A manera de corolario Final insistimos, con Gangi, en que aun
cuando particularizadas infracciones a la integridad física no estu
vieron reseñadas, y consecuentemente sancionadas, por el ordena
miento penal, no obstante constituirán siempre actividades
civilmente ilícitas, dando, desde luego, lugar al oportuno resarci
miento de daños y perjuicios. Así, por ejemplo, la persona q u e c o r t a a
o t r a e l c a b e l l o s i n s u c o n s e n t i m i e n t o no infringe especialmente el articu
lado penal, pero, con todo, incurrirá en responsabilidad civil.
Diversos atentados a la integridad física de las personas, a pesar
de que oficialmente no puedan calificarse de delitos, infringen el De
recho civil correspondiente, merecen la consideración de ilícitos y,
en definitiva, originarán repercusiones privadas”.(715)
(715) Diez Díaz Joaquín. Los Derechos físicos, etc. Oh. cit. Págs. 220 y 221.
CO N CEPTO DE DERECHO A LA INTEG RID A D FISICA. 957
[
Corporal.
También aquí la Legislación civil mexicana está ayuna de normas
sobre este Derecho, aunque no así —cuando menos— el Derecho
constitucional y el Derecho penal. Puedo aquí hacer íntegramente
mías las palabras de Nerson como un reproche al legislador civil en
| esta materia y decir que:
... 1 .
“El cuerpo humano nunca aparece, por así decirlo, en el Código ci
vil y, sin embargo, és 'el soporte de la persona) asociado exclusiva
mente a ella. El cuerpo es, en principio, la persona, y por este hecho
obtiene un lugar peculiar en nuestro Derecho, siendo, en cierto
modo, sagrado e inviolable”.(723)
En el ámbito del Derecho constitucional se tiene la protección bá
sica y primaria a este Derecho, y la Constitución Política del País en
el Artículo 22 párrafo primero dispone:
“Quedan prohibidas las penas de Mutilación y de infamia, la marca,
los Azotes, los Palos, el Tormento de cualquier especie, la multa excesi
va, la confiscación de bienes, y cualesquiera otras penas inusitadas y
trascendentales”.
(721) De Cupis A driano. Ob. cit. Pág. 150. No. 66.
Esta norma que consagra una: garantía individual, se viola sin em
bargo con mucha frecuencia por las autoridades, y cuando se recurre
al Juicio de Amparo para protegerla, éste resulta ya insuficiente pues
las mutilaciones, azotes o palos ya se le dieron al pobre ciudadano, y
corno dice el refrán “A palo dado ni Dios lo quita”.
En el campo del Derecho penal el Código de esa materia, contiene
en su Título Decimonoveno del Libro Segundo, denominado “Delitos
contra la vida y la integridad corporal” la tipificación de los diversos
atentados que se sancionan y que se pueden generar contra este De
recho a la integridad corporal o física. Así, en su Artículo 288, se ocu
pa de las lesiones, y dispone que:
“Bajo el nombre de lesión, se comprenden no solamente las heridas,
escoriaciones, contusiones, fracturas, dislocaciones, quemaduras, sino
toda alteración en la salud y cualquier otro daño que deje huella
material en el cuerpo humano, si esos efectos son producidos por
una causa externa”.
Es en consecuencia necesario y urgente que, se establezca en los
Códigos civiles, una reglamentación justa y exacta de tan importante
Derecho, y ello le corresponderá al alumno(a), cuando ocupe escaños
en las cámaras legislativas, o sea funcionario administrativo y esté en
aptitud de influir en la formación de la ley.
“Con relación a las personas físicas son ilícitos los hechos o actos
que:
3.—.Afecten o puedan afectar la integridad física de las mismas,’’
PUEBLA: En este Código, el más reciente de los tres citados, sólo
se hizo una pequeña modificación al texto del Artículo 667-3 del Có
digo de Quintana Roo, en su Artículo 75-3, y así se dice que:
“Con relación a las personas individuales son ilícitos los hechos o ac
tos que
3.-—Lesionen o puedan lesionar la integridad física de las mis
mas,”
y aunque me opuse a que se utilizara ese vocabulario de “lesionen o
puedan lesionar”, ya que la palabra lesión en el ámbito del Derecho
civil establece la idea de una notable desproporción pecuniaria en un
acto bilateral, y aquí el significado que se le da en la norma es el de
“herida” o afectación de cualquier manera, pero en su sentido físico.
■ i-
CAPITULO XII.
C.—PARTE FISICO-SOMATICA.
964
DERECHOS RELACIONADOS CON EL CUERPO HUMANO. 965
familia del “esclavo”. Este contrato iría en contra del texto expreso de
la Carta Política en su Artículo 2o que prohíbe la esclavitud en los Es
tados Unidos Mexicanos.
Otro contrato que indudablemente implica su nulidad absoluta
por ir en contra de normas de orden público y de lo que, por ahora,
se estima dignidad humana en ciertos aspectos, pero que no siempre
se ha juzgado así, es el contrato que pudiera llamarse de “lenocinio”,
o contrato de “trata de blancas”, aunque casi siempre en México se
celebra respecto de “morenitas”. Este contrato que implica la entrega
de una mujer o de un hombre para dedicarlos a la prostitución, está
eii contra de la moral y de la ley misma, puesto que el Código penal
sanciona como delito expresamente el lenocinio en su Artículo 206 y
lo tipifica en el 207.
b”).—EXPERIMENTOS CIENTIFICOS.—También puede dispo
ner el ser humano de su cuerpo, en su totalidad, cuando se trata de
ofrecerlo para fines científicos.
Así, cuando se trata de descubrir una enfermedad, se solicitan “vo
luntarios” que ofrezcan su cuerpo para experim entar con ellos, tal y
como sucedió a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando se tra
taba de descubrir la forma en que se trasmite el paludismo. En Cuba,
a la sazón invadida por los ejércitos de Estados Unidos de América,
con motivo de la guerra contra España, se sufrían muchas bajas entre
los soldados gringos debido a la fiebre amarilla y al paludismo, y no
se podía descubrir la forma en que sé trasmitía la enfermedad!
El investigador cubano Carlos Finlay, les decía a los engreídos in
vestigadores americanos, que el trasmisor del microbio era el mosqui
to anófelex, pero no le hacían caso, hasta que, utilizando a muchos
soldados voluntarios, llegaron a comprobar la certeza de esa afirma-
don del sabio cubano.
c”).—ACTO HEROICO.—El ser humano puede también dispo
ner íntegramente de su cuerpo, si la disposición obedece a una con
ducta considerada por la colectividad como socialmente moral y útil,
como es V. g. el acto heroico de quien sacrifica su vida para salvar la
de otro u otros que corren peligro. Este ejemplo lo utilicé ya en el
apartado 600-a) al hablar del Derecho a la vida, ya que la vida radica
en el cuerpo, y en tales casos se está disponiendo de la vida y del
cuerpo por consecuencia.
Otro caso notable y que muestra la aprobación de la colectividad
a este tipo de conductas que implican la disposición plena del cuerpo
y de la vida con él, se tiene en la epopeya de los “Niños Héroes” que
ante la posibilidad de que el invasor profanara el Lábaro Patrio, uno
de ellos, dice la leyenda, se envolvió en la bandera, y se arrojó al va
cío, perdiendo la vida al estrellarse contra la ladera del “Cerro del
970 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
y en complemento de ló anterior:
“Trasplantar, tr. Bot. Mudar un vegetal del sido donde está plantado a
otro.—r. fig. Trasladarse una persona de un país a otro”.(732)
’ f! -• I’”’- '.i L -• - ' •
D e b e r ía e s ta b le c e rs e u n d e r e c h o p r e f e r e n t e d e lo s h ijo s e n c u a n to
a la le c h e d e la m a d r e , p e r o u n in te r v e n c io n is m o d e l E s ta d o p a ra
r e g u l a r l o s e ría p e r t u r b a d o r p a r a la v id a d e las f a m ilia s ”.( 7 4 1 )
_ s e n t a r í a z a n ja r e l e x p e d i e n t e c o n e x c e siv a c o m o d i d a d ., sin h a b e r d e - s
f in id o n a d a " .( 7 4 2 )
juez, conocer de tai situación. Por ello, debe pensarse con toda la.se
riedad del caso en estas cuestiones que parecen chuscas.
Es tan nueva esta materia en el campo del Derecho que fue ape
nas la legislación civil italiana de 1942 ia prim era que se ocupó del
problem a, que resulta de la disposición que haga el ser humano 3e
partes de su cuerpo.
Es sólo hasta el año de 1942 en que entra en vigor el actual Códi
go civil de Italia, en donde por primera vez una legislación civil se
enfrenta a este problema y así en su artículo 5 determina:
“Los actos de disposición del propio cuerpo están prohibidos cuando
ocasionen una disminución permanente de la integridad física, o
cuando de otro modo sean contrarios a la ley, al orden público o a las
buenas costumbres”.(749)
Respecto de esta norma hacer ver De Cupis, cómo con ella se mo
dificó de manera conveniente el estado de abandono que había en
esta materia, y ya el legislador se ve que no tiene inconveniente en
adm itir una cierta disposición de las partes del cuerpo, Mediando ei
Consentimiento, lo cual resulta que armoniza con lo dispuesto por .el
Código penal italiano(750) en su Artículo 50.
Y después trata diversas hipótesis que a su juicio se resuelven de
m anera satisfactoria a través de una adecuada interpretación de este
Artículo 5, como es el caso de las operaciones quirúrgicas(751), y el
caso del CONTRATO DE “LACTANCIA” similar al denominado en
Español “LACTAVICINI”, y del cual ya hablé antes(752); también
aborda a través de este Artículo 5, el problema de disposición de la
integridad física en ocasión de la actividad deportiva, y en especial el
contrato de pugilato o box.(753)
En fin, De Cupis dedica una buena parte de su obra a tan intere
sante norma, pero aquí no es posible darle al alumno(a), sino la men
ción de esto, y ya si le interesa, se remitirá directamente al estudio de
ese trabajo.
(749) Gli atti di disposizione del p ro p rio corpo sono vietati quando cagionino una diminu-
zione p e rm a n e n te della integritá física, o quando siano altrim enti co n trari alia legge, all’ordine
publico o al buon costume.
(750) De Cupis Adriano. Ob. cit. T . I. Pág. 105. No. 47.
( 7 5 1 ) — I d e m - , Pág. 108. No. 48.
(752) — Id em —, Pág. 117. No. 52.
(753) — Id em —, Pág 118. No. 53.
EL DERECHO MEXICANO Y EL DERECHO A DISPONER DEL 983
CUERPO HUMANO.
C .—PARTE FISICO-SOMATICA,
9**
MOMENTO EN QUE EL SER HUMANO DEJA DE SERLO. 995
y así con esos “pocos” requisitos, y la brevedad de los lapsos que se fi
jan, resulta sin duda, el aprovechamiento del cadáver, PERO PARA
ALIMENTO DE LOS GUSANOS que ya estarán consumiéndolo. Así
es como los legisladores mexicanos ayudan al desarrollo de la ciencia,
de la medicina y de la cirugía.
psicosexual, y toma nota de las penas que se determ inan para los que in c u rre n e n las conductas
delictivas allí previstas, una de dos, o se suelta llorando de vergüenza d e q u e haya tales legisla
d o res, o b ien suelta la carcajada p en san d o q u e está Ud. en el 28 de diciem bre, día de ios ino
centes, y q u e sólo es una brom a p e sad a lo que dicen esas norm as. R esulta que po r “realizar
c o ito ” e n u n cadáver, se le impone al necrófilo, un a pena de 4 a 8 años, y e n cam bio si viola a
u n a p e rso n a , a un ser vivo, las penas van de tres meses a dos años años de p risió n (art. 260); de 2
a 7 años (art. 261); de 3 meses a 2 años de prisión (art. 262); de 8 a 14 años (art. 265) etc.!!!. Pién
sese e n lo m onstruosam ente cretino del leg islad o r penal, en esta m ateria, q u e castiga el coito
con “cosa”, con sanción mayor que el coito contra la voluntad de u n a persona!!!.
(768) Diez Díaz Joaquín. Los derechos físicos, etc. Oh. cit. Pag. 325.
CONTRATOS RESPECTO DE LO QUE SERÁ EL CADAVER HUMANO. 1001
(769) De Cupis A driano. Ob. cit. Pag. 175. No, 84 y Pag. 177 No. 86.
1002 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
ciones del contrato con el que tengan más analogía, de los regla
m entados en este ordenamiento”.
sí, es necesario que se determine una serie de reglas específicas para
éstos que designa Diez Días como “Contratos Cadavéricos”, denomina^
ción que me parece un tanto macabra y se presta para interpretacio
nes irreverentes, pues si bien “cadavérico” es un adjetivo que significa
“perteneciente o relativo al cadáver”, también lo es que en términos'
familiares, aceptado por el diccionario, cadavérico significa también
“Pálido y desfigurado como un cadáver”(770) de donde se podría
pensar que el contrato en efecto se relaciona con el cadáver, pero de
igual m anera se podría pensar que se trata de un contrato hecho tan
mal, que parece un cadáver por lo desfigurado, y si se escribe y da
forma en una hoja pálida, también resultaría un “contrato cadavéri
co”. Así inclusive, la Ley General de Salud es en realidad una “Ley
cadavérica”.
Creo que se puede denom inar a este tipo de contratos como
“C O N T R A T O S RELATIVOS AL CADAVER”, para evitar esas posi
bles torcidas y hasta cierto punto descomedidas interpretaciones de la
expresión. Reconozco que gramaticalmente es lo mismo decir “Con
trato cadavérico” que “Contrato relativo al cadáver”, pero siento que
hay menos posibilidades de choteo, o falta de respeto con la segunda
denominación que con la primera.
“P o r a m o r d e D ios, p o r c a r i d a d , d e je m o s q u ie to s y t r a n q u i l o s a n u e s
t r o s c a d á v e r e s , d e s c u b r ié n d o n o s a n te e llo s y e n t r e g á n d o l o s sin m efis-
to f é lic a s p r á c tic a s a la p a z y q u i e t u d d e sus s e p u lc r o s . S ig a m o s
p e n s a n d o , s e r i a m e n t e y n o c o n v ir t a m o s lo s c e m e n t e r io s e n “ta b la je
r í a s ” d e d e s p o jo s h u m a n o s ”. ( 7 7 5 )
y esas voces tendrán también para mí el más alto respeto, pues esta
rán fundadas, digo, en un añejo pero respetable culto a los muertos,
El alumno(a) al futuro será el que tenga que legislar sobre esta
materia, y será el que deba recoger la sensibilidad media de su colec
tividad, y plasmar en leyes si se acepta lo que designo “cadáver fun
ción social”; si se mantiene el estado que hoy existe de casi absoluta
falta de legislación, o si prohíbe que se toquen los cadáveres haciendo
eco con las últimas palabras transcritas. Pero sea cual sea la postula
que adopte, es necesario que piense seriamente en todos estos proble
mas, piense que el Derecho no es estático, y que en una forma u otra,
hay necesidad de seguir ese primer mandamiento del Abogado que
brindó Eduardo Couture, al decir:
“E stu d ia . E l Derecho se transform a constantem ente. S i no sigues sus pasos
cada día serás u n poco menos abogado”.(776)
E sto e s e l c o lm o d e l a b s u r d o j u r íd i c o , p u e s
a) .— S i e s t á f a l l e c i d a y a n o e s p e r s o n a , p u e s t o q u e c o m o y a s e v io
a l m o r i r l a p e r s o n a s u c u e r p o se v u e lv e c o s a .
b) .— P e r o l o g r a n d i o s o e s q u e se r e f i e r e a q u e h a y u n a “s u e r t e d e
t u t e l a ” s o b r e lo s r e s t o s d e e s a “ p e r s o n a f a l l e c i d a ” , y la v e r d a d p a r e c e
in c re íb le q u e a e s o s n iv e le s d e ju e c e s , h a g a n s e m e ja n te s c o m p a r a c io
n e s , t a n i ló g i c a s c o m o a b s u r d a s .
E l o b je to d e l a t u te l a d ic e e l p á r r a f o p r i m e r o d e l a rtíc u lo 4 4 9 d e l
C ó d i g o c iv il d e l D i s t r i t o F e d e r a l
c o í A —L o s G ó d h g o s c i v i l e s e le 1 larc cc A u , ¡R o o , y el
c lio a l c a d á v e r .
E n e s to s C ó d ig o s se e n c u e n tr a lo s ig u ie n te :
EL DERECHO AL CADAVER Y LOS CODIGOS DE LOS ESTADOS. 1009
m —
1018 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
lores como el español Germán Reppeto y Rey, que ha dicho “por amor de
Dios, por caridad, dejemos quietos y tranquilos a nuestros cadáveres, descu
briéndonos ante ellos y entregándolos sin mefistofélicas prácticas a la paz y
quietud de sus sepulcros. Sigamos pensando seriamente y no convirtamos los
cementerios en ’tablajerías’ de despojos humanos".
No obstante lo anterior, la idea del cadáver junción social se impone cada
vez más, y así hay en España misma una ley que data de 1971, en donde se
determina que todo español será “donante” (lo cual es un barbarismo, pues no
puede haber donación de bienes futuros, a más que el donante debe saber que
la aceptó el donatario, lo cual resultaría imposible) de sus órganos, a no ser
que haya dejado por escrito disposición en contrario.
Así entonces, invito a quien lea estos pensamientos, a meditar seriamente,
sobre, la necesidad de cambiar su mentalidad tradicionalista, fetichista del ca
dáver, y entienda que si hasta la misma Iglesia Católica que en algunos as
pectos ha sido tan conservadora, admite ya que por incineración, se destruya
el cadáver, cuando para ella era antes pecado el recurrir a ese procedimiento,
y ahora permite la disposición del todo para su destrucción, tiene que con
cluirse que admite la disposición de partes para llevar vida. Quien tiene lo
más, tiene lo menos.
Así entonces, ¿Cuál puede ser una razón suficiente para que no se admita
que el cadáver que ya no contiene el alma del sujeto, que es simplemente una
masa inerte de células en proceso de destrucción, sea aprovechado para dar
nueva vida a quienes requieren de una parte de ese cadáver?.
¿Qué no se siente lo humano de una decisión de ese tipo, en donde lo
muerto va a servir para dar una mejor vida, a quien lleva una vida precaria
por falta de un órgano, o deficiencia del que tiene?. ¿Qué no es eso realmente
humano, y honra y muestra grandeza del alma a quien determina que se
haga uso de lo que será su cadáver, y si no lo determina, atribuirle ese pensa
miento altruista?.
Pues habrá que suponer ese pensamiento y hacérselo vivir a todas esas
personas que aún sigan considerando al cadáver con sentimientos fetichistas.
Que piensen que si ellos fallecen, van a seguir viviendo en otro cuerpo, y
ayudando a que otra persona lleve una vida menos clolorosa. Eso es realmente
cristiano.
Artículo 69.—-Legado del cadáver o parte de él.
El acto de disposición del cadáver o partes de él por testamento,
favorece sólo a la o a las personas designadas como beneficiarlas, o a
instituciones científicas, docentes, hospitalarias o bancos de órganos y
tejidos que no persigan fines de lucro.
Artículo 70.—Contratos relativos al cadáver.
Se denomina “contrato relativo al cadáver” al acuerdo de volunta-
1028 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
I ■!
des formal, gratuito u oneroso, en virtud del cual una persona llama
da “txadens”, se obliga a que le sea trasmitida a otra persona llamada
“accipens”, una parte o la totalidad de lo que es su cuerpo, al mo
mento en que se convierta en cadáver.
Artículo 7 1 .— Revocabilidad de lo s contratos físico-som áticos y
relativos al cadáver.
El contrato físico-somático que se deñne en el Artículo 67, y el
contrato relativo al cadáver que se define en el Artículo anterior, son
naturalmente revocables, ya por el “tradens”, ya por el “accipens”, sin
responsabilidad para ninguna de las partes y sin que puedan reclamar
daños y perjuicios en ningún caso, si bien el “accipens” tendrá dere
cho a recuperar la prestación que hubiere dado, si el contrato hubiere
sido a título oneroso. Este derecho de revocación no es transmisible a
los herederos del “tradens”, pero si el “accipens” premuriera al “tra
dens”, los herederos del “accipens” podrán recuperar las prestaciones
que hubiere recibido el “tradens”, si el contrato se hubiere celebrado
como oneroso.
Artículo 7 2 .—S itios hospitalarios en que pueden practicarse las
operaciones quirúrgicas para d isp on er de partes del cuerpo hum a
no o del cadáver.
Todos los actos de intervención médico-quirúrgicos que deban re
alizarse para disponer de partes del cuerpo o del que será el cadáver
del “tradens”, se harán necesariamente en centros- hospitalarios que
hayan obtenido previamente la aprobación a sus instalaciones y cuen
ten con la licencia respectiva que les haya expedido el Estado, por
conducto del Secretario de Salud Estatal.
Los requisitos que los propietarios o poseedores de esos centros
deben cumplir para obtener la aprobación y licencia respectiva, se fi
jarán en el reglamento que al efecto expida el Estado por conducto
del Titular del Organo Ejecutivo.
Asimismo, se podrán verificar en los centros hospitalarios del sec
tor salud del Estado que por sus instalaciones permitan este tipo de
intervenciones quirúrgicas, o bien en los centros hospitalarios tam
bién adecuados, en su caso, de los Estados Unidos Mexicanos, Institu
to Mexicano del Seguro Social o Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado, en el territorio del propio
Estado, previo convenio de coordinación que se haga con esas
personas.
(Comento: No ignoro la opinión generalizada que hay de que la materia
de disposición de partes del cuerpo y de aprovechamiento del cadáver, es fede-
DERECHOS DE LA PERSONALIDAD EN EL PROYECTO 1029
DE CODIGO CIVIL.
ral, y que se rige por la Ley General de Salud, por lo cual se ha sostenido,
que las Entidades Federativas no tienen competencia para ocuparse de esa
materia. Esta opinión hoy día ha sido ya descartada por los mismos Estados
Unidos Mexicanos, al consentir que en los códigos civiles de Quintana Roo,
de 1980, y el de Puebla de 1985, se regulara, si bien de forma muy incipien
te, esta materia, de la cual en esos códigos, yo mismo fui el que logró su in
clusión y aceptación legislativa.
Pero ya al margen de que en términos de la Ley de Amparo, Estados
Unidos Mexicanos consintió el acto, y por lo mismo ya no le seria dado legal
mente, oponerse a que en cualquier estado de la Federación en su Código civil
trate esta materia, desde el estricto punto de vista jurídico también, Estados
Unidos Mexicanos carece constitucionalmente de facultades para legislar en
esta materia, como se aprecia de las claras palabras que el autor Felipe Tena
Ramírez, expone en su Derecho Constitucional mexicano. 12a. edición revisa
da y aumentada, páginas 410 y 411, en pie de página, Editorial Porrúa.
México 1973, y de ahí que en los términos del artículo 124 de la Constitu
ción Federal, corresponda el legislar sobre esta materia a las Entidades Fede
rativas, y así puede legislar apegadas al estricto derecho y a sus competencias
constitucionales.)
1 .i.; :•*
■íji
ñ
TIEMPO COMPARTIDO.
■ctT .
1032 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
obras ju ríd icas, en tre las que destaca su Derecho de procedimientos penales Mexicanos, que alcanzó
17 ediciones. Porrúa, S.A. Infortunadam ente m u rió ei 16 d e enero de 1999. R.I.P.
(785) Miguel Angel Zamora Valencia. O b. c it. “Nota muy importante”. Pag. 397.
1036 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
ción de que nada tiene que hacer en el nuevo plan de estudios del se
gundo curso de Derecho civil, que es al que se contrae este libro, esta
materia, pues no se trata de constituir a través de ese contrato un de
recho real, sino que sólo se crean derechos de crédito o personales, y
eso debe ser materia del quinto curso que se dedica a los contratos.
CAPITULO VIH.
Del Contrato de T iem po Com partido D isposiciones G enerales.
SECCION PRIMERA.
T ipos d e Contrato de Tiem po Com partido
SECCION SEGUNDA.
D erecho de la Obligaciones del U suario o Turista.
______ ~• ■ ~
1048 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
SECCION TERCERA.
Derechos y ob ligacion es d el prestador o prom otor.
il
1050 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
SECCION CUARTA.
C ausas d e extinción dei contrato de tiem po com partido,
y causas que no lo extinguen.
A rtícu lo 1586.—Causas de ex tin ció n del contrato de tiem po
compartido.
El contrato de tiempo compartido se extingue:
A. —Por la llegada del plazo por el cual se celebró.
B. —Por decisión judicial, cuando el usuario o turista cuando me
nos por tres años consecutivos, deje de pagar puntualmente sus cuo
tas anuales de mantenimiento, y se hubiere tenido que recurrir a
procedimientos judiciales o administrativos para hacerle cumplir con
su obligación.
C. —Por expropiación por causa de utilidad pública.
En este caso el monto de la indemnización, deberá considerar no
sólo el valor de la unidad vacacional, sino el valor de los derechos
de los usuarios o turistas.
D. —Por destrucción total de la unidad habitacional o que se vuel
va inhabitable por caso fortuito o fuerza mayor.
En este caso, el pago del monto del seguro se distribuirá propor
cionalm ente al valor de su contrato y del tiempo transcurrido desde
su celebración, entre los usuarios o turistas. Si no se pusieren de
acuerdo, se determinarán sus proporciones por la autoridad judicial.
Artículo 1587.—Causas que no extinguen el contrato de tiem po
compartido.
El contrato de tiempo compartido no se extingue:
TIEMPO COMPARTIDO EN UN PROYECTO DE CODIGO CIVIL. 1051
SECCION QUINTA.
D el contrato de tiem po com partido
sobre bienes m u eb les.
nión y el consejo de personas que conocen de esta materia, pues si bien el pro
pio autor intervino en la confección del Código Civil de Quintana Roo y fue
también colaborador de Estados Unidos Mexicanos en la elaboración del ape
nas recién publicado el reglamento de la prestación del servicio turístico del
sistema de tiempo compartido, consideró que era necesario pedir la colabora
ción de técnicos y expertos en la comercialización de la materia, y así tuvo la
ayuda del “Grupo Costamex”y de la “Asociación Mexicana de Desarrolladores
Turísticos ”A. C.
La primera de manera amable le facilitó el tomo 1 de una obra titulada
“Aspectos Generales de Tiempo Compartido y Club Vacacional”, tra
bajo que en buena parte aprovechó el autor de este Proyecto, para elaborar el
contenido legal del contrato de tiempo compartido.
Desea hacer notar el Lie. Gutiérrez y González, que no se incluyen en la
regulación del contrato, materias como son las relacionadas con la forma o
manera en que se debe hacer la declaratoria de tiempo compartido, y todo lo
que el Estado debe exigir a las personas que vayan a hacer una declaración
de ese tipo, pues si bien ello es definitivo para que el contrato de tiempo com
partido tenga base real de sustentación, no corresponde a la regulación de un
especial contrato típico, sino ocuparse sólo de qué es, cómo nace y cómo fu n
ciona el contrato.
Por ello es que, todos los puntos adicionales relacionados con la forma de
dar la licencia de construcción, aprobación de planos, la declaratoria de cons
trucción, no puede ser materia de un código civil, sino que el Estado de Nue
vo León tendrá que emitir los reglamentos respectivos, y en donde se tendrá que
precisar cómo se formula desde la solicitud, y hasta el momento en que se pue
da inscribir en el Registro Público aún denominado de La Propiedad, la uni
dad vacacional.
También omitió el autor en la reglamentación del contrato, los aspectos
relacionados con el incumplimiento de las obligaciones del prestador o del
usuario, pues esas materias no corresponden al ámbito del contrato, sino que
son como ya se anotó en su momento oportuno, hechos ilícitos, y es allá en
donde se encuentran las sanciones por el incumplimiento de lo pactado en el
contrato.
Tiene la convicción el autor, que se da un serio y adecuado paso adelante
en esta materia, que como ya comentó, no tardará en incrementarse en el te
rritorio del Estado de Nuevo León, dado el impulso que debe tener el turismo
doméstico en especial, para que se conozcan las muchas bellezas naturales que
hay en la demarcación territorial del Estado de Nuevo León.)
a
--------- H .. | v - j -: - -
1054 ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ
gado por la fianza. Esto es, que el usufructuario para cambiar de fia
dor precisa de la voluntad del nudo propietario. No cumple así con
otro requisito de la doctrina.
' ’ " ' ' ■■ * \ • \ < ’