Vous êtes sur la page 1sur 2

¿Cuál es la visión sobre el género de ustedes radfems?

Para empezar, tenemos una visión de género muy diferente de la corriente en la academia y
en la cultura popular. Creemos que los papeles de género son una imposición del patriarcado
hecha a partir del sexo de nacimiento de las personas, y que separa a la humanidad en dos
grandes grupos: los hombres (que dominan) y las mujeres (que están dominadas). Nadie
todavía llegó a una conclusión muy definitiva sobre el por qué de eso suceder así. Algunas
especulaciones muy buenas fueron hechas por antropólogos y hasta por economistas a partir de
estudios de diversas sociedades y de la historia. La noción que adoptamos en el radfem es la de
que estamos dominadas por nuestras funciones en la reproducción. Nacimos con el potencial
de crear vida. Es obvio que no todos tenemos esa capacidad, pero piensa que tampoco van a
usar eso contra nosotros para dominarnos?

¿Entonces crees que tener vagina es lo que hace de una mujer, mujer?

Nosotras no. Quien cree eso -y quien imputa ese rótulo en la gente- es el patriarcado, a
partir de nuestros genitales. Como esta imputación de género se hace a partir de nuestra realidad
material, nuestro cuerpo es esencial para entender por qué mujeres (y no hombres) son oprimidas en
la mayoría de las sociedades. Por eso, creemos que es prioridad del movimiento feminista que las
mujeres se unan por esta característica que, tal vez, sea la única común que tenemos, considerando
todos los recortes que puedan ser hechos en un análisis de la situación de las mujeres en el mundo
(clase, raza y etnia, localización geográfica, etc.).

¿Pero eso no es esencialista?

No es esencialista porque no creemos que haya una esencia que defina lo que es ser
mujer. Ser mujer, para nosotros, es como ser japonés, o ser negro, o ser calvo: es un hecho, es una
realidad corporal respecto a la cual la gente no puede hacer muchas cosas. Tenemos nuestras
particularidades, sobre todo en lo que se refiere a nuestras funciones y necesidades biológicas como
mujeres (menstruamos, paremos, entramos en la menopausia). Pero eso no determina quiénes
somos, cómo vamos a actuar, qué intereses profesionales tendremos, o qué tipo de ropa
debemos vestir. Justamente por no ser esencialistas es que creemos que no existe una forma
correcta o normatizada de ser mujer. Quien cree que ser mujer es vestirse o portarse de una
manera específica es el patriarcado y el sistema de género, que castiga a quien no se conforma.
En consecuencia, ese sistema también castiga a los hombres que no se conforman con él. Lo que
hace que los patrones de comportamiento de hombres y mujeres tan diferentes es la socialización
que cada uno de estos grupos humanos sufre por la designación que recibieron al nacer.

Pero, ¿y las personas intersexo?

La gente intersexa vive realmente una situación bastante complicada, no negamos eso.
Muchas feministas radicales ya han señalado los sufrimientos específicos de esas personas como
graves y extremadamente perjudiciales para sus vidas, tanto desde el punto de vista social, como
por parte de lo que la industria médica y farmacéutica impone sobre ellos. Las personas intersexo,
sin embargo, son casos limítrofes, son excepciones; el uso de esas personas como punto en las
argumentaciones acerca del feminismo radical es una falta de respeto a ellas, porque también
ellas sufren bajo el patriarcado cuando tienen apariencia de mujer, y se socializan como tal.
Tanto es que buena parte de los casos de intersexualidad se descubren ya en la fase adulta, cuando
el organismo de la persona no da señales de haber pasado de forma natural por los procesos de
desarrollo físico humano esperados. En una estimación optimista muy optimista hecha por la
embriologista Anne Fausto-Sterling, los muy diversos casos de intersexualidad en la especie
humana corresponden a aproximadamente el 1,7% de la población.
¿Y las personas trans?

Las personas trans pasan por varios problemas que pueden ser comparados a los de las
personas intersexo, principalmente en lo que se refiere a la industria médica y farmacéutica. Estas
experiencias, sin embargo, no pueden ser igualadas o tratadas como corresponsales. Cada una de
ellas tiene sus especificidades. Las personas trans, por ejemplo, generalmente no reciben el apoyo y
los cuidados de la familia y de la sociedad generalmente dispensados a las personas intersexo, y a
menudo tienen que prostituirse para poder sobrevivir, estando en situación de extrema
vulnerabilidad. Sin embargo, las feministas radicales creen que, de la misma forma que los
intersexos crearon un movimiento que trate de reivindicar sus causas y trate de sus
necesidades específicas, los trans deberían procurar organizarse políticamente por separado.
Sus especificidades y reivindicaciones son muy diferentes a las de las mujeres, ya veces pueden
incluso entrar en conflicto, causando impasses. Esto no significa que las mujeres y las personas
trans no puedan unirse en pautas que se refieren a ambos grupos. La prostitución, por ejemplo, es un
tema bastante complicado y que afecta de forma bastante dañina a ambos grupos.

¿Es verdad que su feminismo se enfoca en las mujeres blancas, académicas, clasistas y
racistas?

Esta es una duda bastante frecuente cuando se trata de feminismo radical. En primer lugar
hay que entender que el feminismo es una construcción, y ni siquiera el feminismo radical es
uniforme y todas concuerdan con todo el tiempo. Acontece que lo que hoy se conoce como
feminismo tiene una historia bastante larga (y raramente pacífica) de establecimiento de un cuerpo
teórico que sirviese así como una herramienta de análisis útil desde el punto de vista de las mujeres
sobre la sociedad. Después de que las mujeres percibieron, con la conquista de voto, que sólo esa
participación política bastante restringida no era suficiente para una verdadera liberación de las
mujeres, ellas resolvieron luchar en otros frentes. Obviamente que las primeras mujeres a ser
escuchadas no fueron las activistas en la línea de frente, que causaban revueltas en protestas y que,
según las leyendas, quemaban sujetadores en protestas contra patrones de belleza excluyentes en
concursos de misiones. Las primeras mujeres a ser oídas fueron las blancas, académicas, que tenían
el privilegio de tener acceso a los niveles más altos de la educación y aprendieron a hablar en un
lenguaje que los hombres (los dueños del capital y comandantes de las instituciones) entendían -
gracias a las mujeres que, vinieron y lucharon antes de ellas, claro. Por eso, en un primer momento,
el feminismo como un todo era realmente blanco. En los primeros tiempos en que el feminismo se
estaba construyendo teóricamente habían feministas poniendo en pauta la situación de las negras, de
las lesbianas, de las pobres, de las deficientes, de las madres. Esto abrió el camino para que más
feministas, con las más diferentes historias de vida y grados de instrucción, tuvieran voz. Muchas
importantes teóricas del feminismo radical incluso pasaron por la academia, o eran blancas, o
incluso de clase media. Es importante recordar también que incluso el feminismo que se
autodenomina interseccional es heredero de esa larga tradición y batalla por afirmación; si el radfem
es blanco, clasista, académico y racista, los demás feminismos también lo son.

https://docs.google.com/document/d/1f69iUaV5ORWgMdoRRpW3x7tPDaL6c3u19GV2eUqBqRs/
edit

Vous aimerez peut-être aussi