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RESUMEN
Con el fin de contrastar la hipótesis de la existencia de una interpreta luego la evidencia registrada configurando algunas
vasta red de intercambio cultural prehispánico entre la re- propuestas en torno a las formas de manejo y la posible far-
gión amazónica, el altiplano central y la costa del Pacífico, se macoterapia vinculada a su consumo, para finalmente situar
analiza la evidencia arqueológica relacionada con el consu- esta praxis en un contexto cultural, geográfico y cronológico
mo y uso de sustancias psicoactivas en el Norte de Chile. Se más específico.
Introducción calabaza, el zapallo y el pallar. Nacional de Arqueología, del ayahuasca), Lophophora wi-
Recientemente, el hallazgo en Museo Regional de Tiwanaku lliamsii (peyote), Echinopsis
El estudio de los factores que zonas desérticas cercanas a la (La Paz, Bolivia) y del sitio ar- lageniformis (achuma), Nico-
incidieron en el desarrollo de la costa norte de Chile de plantas queológico Pariti (Lago tiana tabacum (tabaco) Anade-
complejidad cultural en la costa psicoactivas, semillas y cultivos Titicaca, Bolivia) con la in- nanthera colubrina y A. pere-
de Ecuador, Perú y norte de de origen tropical, sirvió de tención de identificar represen- grina (vilca o cebil) y ciertas
Chile ha sido objeto de numero- base para plantear la posible taciones de fauna que vincula- variedades de hongos (Schultes
sas indagaciones arqueológicas existencia de redes tempranas sen la región altiplánica con las y Hofmann, 1980 y 2000;
desde comienzos del siglo pasa- de intercambio entre pescadores tierras bajas amazónicas Smet, 1985; Carlini, 2003;
do, cuando Max Uhle (1920) de la costa del Pacífico, pobla- (Orellana et al., 2014b). Nichols, 2004; Halper n y
planteó su conocida hipótesis ciones andinas y grupos amazó- Continuando con el desarro- Sewel, 2005). Evidencia tem-
inmigracionista, que priorizaba nicos (Rothhammer et al., 2009; llo de esta línea de investiga- prana del uso de sustancias
influencias mesoamericanas en Dillehay, 2014). ción, en el presente trabajo psicoactivas involucran semi-
sus inicios. Fue el geógrafo Con el objeto de contribuir a examinaremos evidencia rela- llas de peyote y de Sophora
cultural Carl O. Sauer (1952) validar esta hipótesis, examina- cionada con plantas psicoacti- secundiflora halladas con res-
quien, con bastante anticipa- mos inicialmente la variación vas, incluyendo psicotrópicas o tos botánicos del vegetal aluci-
ción, destacó la importancia de de ADN mitocondrial antiguo alucinógenas, de las cuales se nógeno Ugnadia speciosa, en
contactos amazónicos en el ori- entre sitios arqueológicos ubica- reconocen numerosas especies varios sitios arqueológicos de
gen del cultivo de tubérculos dos en los valles de Cocha- domesticadas en América. Texas y el norte de México,
nativos comestibles como la oca bamba y poblaciones arqueoló- con fechas estimadas entre
y el ullucu, además de la quí- gicas del altiplano boliviano Evaluación de la evidencia 6440 y 5000 A.P. (Schultes y
noa. El arqueólogo peruano (Tiwanaku), sur del Perú y la existente Hofmann, 1980; Furst, 1994;
Julio César Tello (1960) com- Amazonia (Orellana et al., Terry et al., 2006).
partió la opinión de Sauer, 2014a). Posteriormente, estudia- Entre las plantas americanas Cabe señalar que algunas
agregando a la lista de cultivos mos piezas arqueológicas con con efecto psicoactivo se desta- sustancias psicoactivas tuvieron
de origen tropical especies iconografía Tiwanaku (ca. can Erythroxylum coca (coca), que ser dosificadas mediante
como la yuca, el camote, la 1500-850 A.P.) del Museo Banisteriopsis caapi (yajé o un elaborado manejo técnico
PALABRAS CLAVE / América Prehispánica / Norte de Chile / Redes de Intercambio / Sustancias Psicoactivas /
Recibido: 28/04/2016. Modificado: 29/06/2017. Aceptado: 30/06/2017.
Juan Pablo Ogalde. Maestría en Calogero M. Santoro. Ph.D. en Ciencias Sociales y de la Salud, Profesor, Universidad de Tara-
Antropología, Universidad Cató- Arqueología, Cornell University, Universidad Autónoma de Ma- pacá, Chile. Dirección: Instituto
lica del Norte, Chile. Estudiante EEUU. Profesor, IAI-Universidad drid, España. Profesora, IAI- de Alta Investigación, Univer-
de doctorado, Universidad de de Tarapacá, Chile. Universidad de Tarapacá, Chile. sidad de Tarapacá, Antofagasta
Tarapacá (UTA), Chile. José M. Capriles. Ph.D. en Cien- Paula C. Ugalde. Arqueóloga, Uni- 1520, Arica, Chile. e-mail: fran-
Bernardo T. Arriaza. Ph.D. en cias Antropológicas, Washing- versidad de Chile. Estudiante de ciscorothhammer@gmail.com
Antropología Física, Arizona ton University, St. Louis, EEUU. Doctorado, University of Ari-
State University, EEUU. Inves- Profesor, Pennsylvania State zona, EEUU.
tigador, Instituto de Alta Inves- University, EEUU. Francisco Rothhammer (Autor de
tigación (IAI), Universidad de Giannina Puddu. Máster en Meto- cor respondencia). Doctor en
Tarapacá, Chile. dología de Investigación en Ciencias, Universidad de Chile.
In order to contrast the hypothesis of the existence of a able evidence is interpreted configuring some propositions
vast cultural exchange network between the Amazon Re- concerning the manners of handling and the possible phar-
gion, the Central Altiplano and the Pacific coast, the ar- macotherapy associated to the consumption, to place this
cheological evidence related to the consumption of psycho- praxis in a more specific cultural geographical and chrono-
active substances in Northern Chile is examined. The avail- logical context.
Com o fim de contrastar a hipótese da existência de uma terpreta-se logo a evidência registrada configurando algumas
vasta rede de intercâmbio cultural pré-hispânico entre a re- propostas em torno ás formas de manejo e a possível farma-
gião da Amazônia, o altiplano central e a costa do Pacífico, coterapia vinculada ao seu consumo, para finalmente situar
se analisa a evidência arqueológica relacionada com o con- esta práxis em um contexto cultural, geográfico e cronológico
sumo e uso de sustâncias psicoativas no Norte do Chile. In- mais específico.
que requirió de un período de Centro Sur, el registro arqueo- guaya y Niño Korin en la cor- radiocarbónicas entre ca. 3000-
entrenamiento. Por ejemplo, las lógico del uso de psicoactivos dillera oriental o Cueva del 1500 A.P. El uso de equipo de
semillas de S. secundif lora incluye objetos para esnifar Chileno en el desierto de Lípez esnifar continua hasta el perío-
contienen el alcaloide [1R]- tales como tubos y tabletas, (Codero Miranda, 1967; do Tardío (ca. 1000-600 A.P.);
1,2,3,4,5,6-hexahidro-1r,5c- pipas, elementos para realizar Wassén, 1972; Oblitas Poblete, no obstante, de acuerdo a la
metanopir ido-<1,2a ><1,5>- enemas, iconografía, arte ru- 1978; Bastien, 1987; Capriles, evidencia encontrada en los
diazocin-8-on (citisina), que en pestre y restos de plantas; pre- 2002; Angelo y Capriles, 2004; cementerios PLM6 y AZ15,
dosis excesivas es altamente sentes ya desde los periodos Loza, 2007; Albarracin-Jordan éste declina con el tiempo. Por
tóxico, provocando nauseas, Arcaico Tardío y Formativo et al., 2014). En adición, en ejemplo, de 2018 tumbas anali-
convulsiones, delirios e incluso Temprano (ca. 4000-2000 A.P) sitios como Tiwanaku en la zadas por Chacama (2001) co-
la muerte por paro respiratorio (Fernández-Distel, 1980; Mul- cuenca del Lago Titicaca oca- rrespondientes al periodo
(Schultes y Hofmann, 2000). vany, 1984, 1994; Beren- sionalmente se encuentran ta- Formativo 3,91% presentan evi-
En América del Sur son nu- guer, 1985, 1987, 2000, 2001; bletas, tubos inhalatorios, espá- dencias de equipo de inhalar,
merosas las plantas que contie- Smet, 1985; Cané, 1986; To- tulas y contenedores manufac- bajando este estimado a 1,56%
nen sustancias químicas psi- rres, 1987, 1994, 2001; Llagos- turados en piedra y hueso que durante el periodo Medio u
coactivas tales como triptami- tera et al., 1988; Bourget, verifican el consumo de estos Horizonte Tiwanaku (ca. 1500-
nas, β-carbolinas, tropanos y 1990; Torres et al., 1991; Furst, materiales en tierras altas. 1000 A.P.), de acuerdo al regis-
fenetilaminas (Escohotado, 1994; Chacama, 2001; Lla- En el norte de Chile, la evi- tro obtenido en varios cemente-
1980; Schultes y Hofmann, gostera, 2006; Horta, 2012). dencia más antigua de uso de rios del valle tales como AZ6,
1980, 2000; Smet, 1985; Furst, En la zona intermedia entre plantas psicoactivas corresponde AZ71, AZ141 y AZ143.
1994; Carlini, 2003; Nichols, la costa desértica del Pacífico al valle de Azapa. En el cemen- Gran parte de la manufac-
2004; Halpern y Sewel, 2005), y las tierras tropicales de la terio costero Morro (MO) 1/6 tura y distribución de tabletas
conociéndose su uso en pobla- Amazonía, los hallazgos ar- datado a ca. 4500-3500 A.P. se y tubos para esnifar se asocian
ciones originarias de la queológicos tanto de plantas hallaron objetos ligados a la con el consumo del vegetal
Amazonía peruana, colombiana psicotrópicas como de materia- aspiración de sustancias no Anadenanthera spp. (vilca o
y brasileña (Weiskopf, 2005). les asociados con su consumo identificadas asociadas a la cebil) cuyo principio activo se
Existe cierta evidencia indirec- son escasos, pero están ocasio- instalación de los primeros deriva del alcaloide 3-[2-ami-
ta del uso de E. coca a través nalmente presentes (De la Vega grupos de agricultores al inte- no] etilindol (triptamina)
de la producción especializada et al., 2005). Por ejemplo, en rior del valle (Santoro, 1980). (Torres y Repke, 1996). Asi-
de calcita durante la fase Bolivia estos materiales usual- También existen evidencias de mismo, el análisis químico de
Tierra Blanca en el Valle de mente se encuentran en abrigos parafernalia de esnifar durante polvos vegetales derivados de
Zaña, costa norte de Perú entre secos donde las condiciones de el periodo Formativo en los esta planta y asociados a para-
7000 y 6000 A.P. (Rossen y conservación para la madera y cementerios costeros MO 2, fernalia de esnifar del cemen-
Dillehay, 2001). Es un hecho otros materiales orgánicos son PLM7 y en el cementerio terio Solcor-3 en San Pedro de
conocido que en los Andes adecuadas, tales como Ama- AZ71 del valle, con fechas Atacama, permitió identificar