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Abraham Maslow (Brooklyn, Nueva York,

1 de abril de 1908-Palo Alto, California, 8


de junio de 1970) fue un psicólogo
estadounidense conocido como uno de los
fundadores y principales exponentes de la
psicología humanista, una corriente
psicológica que postula la existencia de
una tendencia humana básica hacia la
salud mental, la que se manifestaría como
una serie de procesos de búsqueda de
autoactualización y autorrealización. Su
posición se suele clasificar en psicología
como una «tercera fuerza», y se ubica
teórica y técnicamente entre los
paradigmas del conductismo y el
psicoanálisis. Sus últimos trabajos lo
definen además como pionero de la psicología humanista. El desarrollo teórico más
conocido de Maslow es la pirámide de las necesidades, modelo que plantea una
jerarquía de las necesidades humanas, en la que la satisfacción de las necesidades
más básicas o subordinadas da lugar a la generación sucesiva de necesidades más
altas o superordinadas. Sin embargo según Maslow únicamente aquellas
necesidades no satisfechas generan una alteración en la conducta ya que una
necesidad suplida no genera por sí misma ningún efecto. Otro principio fundamental
de su teoría es el que sugiere que las únicas necesidades que nacen con el individuo
son las de la base es decir las necesidades fisiológicas y que las demás surgen a
partir de estas necesidades una vez que ya han sido suplidas.

Biografía

Nacido en Brooklyn, Abraham Maslow fue el mayor de siete hermanos cuyos padres
eran emigrantes judíos procedentes de Rusia. Era lento y ordenado, y recordaba su
niñez como solitaria y bastante infeliz. En sus propias palabras: «Yo era un niño
pequeño judío en un barrio no judío. Era un poco como ser el primer negro en una
escuela de blancos. Estaba solo e infeliz. Crecí en las bibliotecas y entre libros».
Maslow iba a estudiar Derecho, pero finalmente fue a la Escuela de Postgrado de la
Universidad de Wisconsin para estudiar psicología. En diciembre de 1928, antes de
terminar sus estudios, se casó con su prima mayor Bertha Goodman, y durante esa
época conoció a su principal mentor, el profesor Harry Harlow. Comenzó una línea
original de investigación, estudiando el comportamiento sexual y de dominación de
los primates. BA en 1930, obtuvo su maestría en 1931 y su doctorado en 1934, todos
en psicología y en la Universidad de Wisconsin. En ese año propuso la teoría
psicológica llamada hoy en día «Jerarquía de necesidades de Maslow», una teoría
sobre la motivación humana. Un año después de su graduación, volvió a Nueva York
para trabajar con Edward Thorndike en la Universidad de Columbia, donde empezó
a interesarse en la investigación de la sexualidad humana. Allí encontró a otro mentor
en Alfred Adler, uno de los primeros colegas de Sigmund Freud.

.Entre 1937 y 1951, Maslow estuvo


en la facultad del College de
Brooklyn de la Universidad de la
Ciudad de Nueva York, donde
asumió un cargo académico de
profesor y comenzó a dar clases a
tiempo completo. En Nueva York
entró en contacto con muchos
inmigrantes europeos que llegaban
a Estados Unidos, en especial a
Brooklyn; personas como Alfred
Adler, Erich Fromm, Karen Horney, así como varios psicólogos de la Gestalt y
freudianos. En concreto, conoció a dos mentores más, la antropóloga Ruth Benedict
y el psicólogo de la Gestalt Max Wertheimer, a quienes admiraba tanto profesional
como personalmente. Estos eran tan consumados en sus respectivos campos, y tan
«maravillosos seres humanos» para él, que empezó a tomar notas acerca de ellos y
de su comportamiento. Esta sería la base de su investigación y pensamiento a lo
largo de toda su vida sobre la salud mental y el potencial humano. En 1951 Maslow
se mudó a Boston y pasó a ser jefe del departamento de psicología en la Universidad
de Brandeis, donde permaneció diez años y tuvo la oportunidad de conocer a Kurt
Goldstein (quien le introdujo al concepto de autorrealización) y empezó su propia
andadura teórica. Fue aquí también donde empezó su cruzada a favor de la
psicología humanista (corriente que ulteriormente llegó a tener mayor alcance que la
teoría de las necesidades).

La tesis central de la pirámide de las necesidades, que ha tenido aplicación en


diversos campos incluso más allá de la psicología, expresa que los seres humanos
tienen necesidades estructuradas en diferentes estratos, de tal modo que las
necesidades secundarias o superiores van surgiendo a medida que se van
satisfaciendo las más básicas. La aplicación de las teorías de Maslow en la
psicología laboral buscaba afianzar la estima de los trabajadores, ayudarlos a crecer,
a autorrealizarse y a innovar en la empresa. Escribió extensamente sobre el tema,
tomando prestadas ideas de otros psicólogos y añadiendo su propia aportación de
forma significativa, destacando, además de los conceptos de jerarquía de
necesidades y autorrealización, los de metanecesidades, metamotivación y
experiencias sublimes. Maslow se convirtió en el líder de la escuela humanista de
psicología que surgió en los años 1950 y 1960, a la que él se refería como la «tercera
fuerza» —más allá de la teoría freudiana y el conductismo—. En 1967, la American
Humanist Association lo nombró Humanista del Año. En los últimos años de su vida
y ya semi retirado de la actividad docente, Maslow se dedicó a un gran proyecto
teórico no acabado: desarrollar una filosofía y una ética que concordaran con las
hipótesis de la psicología humanista. El 8 de junio de 1970 murió en California a
causa de un infarto del miocardio.

Teorías humanísticas de autorrealización

Abraham Maslow influyó notablemente en la visión del mundo para la sociedad.


Proporcionó un nuevo rostro al estudio del comportamiento humano. Llamó a su
nueva disciplina «Psicología Humanista».

Su vida familiar y sus experiencias influyeron en sus ideas psicológicas. Tras la


Segunda Guerra Mundial, Maslow comenzó a cuestionarse el modo en que los
psicólogos llegan a sus conclusiones, y, aunque no estaba totalmente en
desacuerdo, tenía sus propias ideas sobre cómo entender la mente humana. 2

Los psicólogos humanistas postulan que todas las personas tienen un intenso deseo
de realizar completamente su
potencial, para alcanzar un nivel de
«autorrealización». Para probar que
los seres humanos no solamente
reaccionan ciegamente a las
situaciones, sino que tratan de
realizar una tarea mayor, Maslow
estudió mentalmente a individuos
saludables en lugar de a personas
con serios problemas psicológicos.
Esto le proporcionó información para
su teoría de que la gente vive
«experiencia cumbre», momentos
sublimes en la vida en los que el
individuo está en armonía consigo
mismo y con su entorno. Desde la perspectiva de Maslow, las personas
autorrealizadas pueden vivir muchas experiencias cumbre durante el día, mientras
que otras tienen esas experiencias con menor frecuencia.3

Interpretación de la jerarquía de necesidades de Maslow, representada como una


pirámide con las necesidades básicas abajo.4

Maslow ideó una ayuda visual para explicar su teoría, que llamó «jerarquía de
necesidades», consistente en una pirámide que contiene las necesidades humanas,
psicológicas y físicas. Subiendo escalón a escalón por la pirámide, se llega a la
autorrealización. En la base de la pirámide se encuentran las «necesidades básicas»
o «necesidades fisiológicas», que incluyen la alimentación (comer y beber), la
respiración, la eliminación (orinar, defecar, sudar, etc.), el descanso y el sueño y, en
general, el mantenimiento involuntario e instintivo de las funciones corporales que
hacen posible la vida. El siguiente nivel es el de las «necesidades de seguridad y
protección»: seguridad, orden y estabilidad. Estos dos primeros escalones son
importantes para la supervivencia de la persona. Una vez que los individuos tienen
satisfecha su nutrición, cobijo y seguridad vital, tratan de satisfacer otras
necesidades. El tercer nivel es el de «necesidad de amor y pertenencia», compuesto
por necesidades psicológicas; cuando los seres humanos han cuidado de sí mismos
físicamente, están listos para compartirse a sí mismos con otros. El cuarto nivel se
alcanza cuando los individuos se sienten cómodos con lo que han conseguido; este
es el nivel de «necesidad de estima», que incluye el éxito y el estatus,
fundamentalmente en la percepción propia (autoestima), aunque también en la
percepción que los demás le transmiten (heteroestima). La cima de la pirámide es la
«necesidad de autorrealización», y se supera cuando se alcanza un estado de
armonía y entendimiento.5

Maslow basó su estudio en las ideas de otros psicólogos, en Albert Einstein y en


personas que conocía que claramente cumplían con el estándar de autorrealización.
Usó los escritos y realizaciones de Einstein para ejemplificar las características de la
persona autorrealizada. Encontró que todos los individuos que estudió presentaban
rasgos de personalidad similares. Todos estaban «centrados en la realidad»,
capaces de diferenciar lo que era fraudulento de lo que era genuino. También
estaban «centrados en los problemas», en el sentido de que trataban las dificultades
de la vida como problemas que requerían solución. Estos individuos también estaban
cómodos cuando estaban solos y tenían relaciones personales saludables. Solo
tenían unos pocos familiares y amigos cercanos, más que un gran número de
relaciones superficiales.6 Una figura histórica que resultó útil a Maslow en su camino
hacia el entendimiento de la autorrealización fue Lao-Tsé, el «padre del taoísmo».
Un principio del taoísmo consiste en que las personas no obtienen significado
personal ni placer buscando posesiones materiales.

Cuando Maslow introdujo estas ideas, algunos no estaban preparados para


entenderlas; otros le tildaron de acientífico. Algunas veces considerado como en
desacuerdo con Freud y su teoría psicoanalítica, Maslow realmente posicionó su
trabajo como un complemento vital al de Freud. En su libro Toward a Psychology of
Being (1968), afirmaba: «Es como si Freud nos proporcionase la mitad enferma de
la psicología y ahora debamos completarla con la mitad sana». Maslow encuentra
dos facetas de la naturaleza humana, la sana y la enferma, de modo que considera
que deberían existir dos caras en la psicología.

Consecuentemente, argumentaba Maslow, la forma en la que las necesidades


esenciales son satisfechas es tan importante como las necesidades en sí mismas.
Juntos, estos dos elementos definen la experiencia humana. En la medida en que
una persona satisface su impulso de cooperación social, establece relaciones
significativas con otras personas y amplía su mundo. En otras palabras, establece
conexiones significativas con una realidad externa —un componente esencial de la
autorrealización—. Por contra, en la medida en que las necesidades vitales
encuentran egoísmo y satisfacción del deseo de competición/competencia, la
persona adquiere emociones hostiles y limita sus relaciones con la realidad externa
—su conciencia permanece internamente limitada.

Ruth Benedict y Max Wertheimer fueron modelos de la autorrealización para Maslow.


A partir de ellos generalizó que, entre otras características, las personas
autorrealizadas tienden a enfocar sus problemas fuera de sí mismas; tienen un
sentido claro de lo que es verdadero y lo que es falso; son espontáneos y creativos;
y no están demasiado aferrados a las convenciones sociales.

Más allá de la rutina de la satisfacción de las necesidades, Maslow previó


experiencias extraordinarias, llamadas «experiencias cumbre», que constituyen
momentos de profundo amor, entendimiento, felicidad, o arrobamiento, durante los
que la persona se siente más completa, viva, autosuficiente, e incluso como la propia
continuación del mundo, más consciente de la verdad, la justicia, la armonía, la
bondad, y ese tipo de sentimientos. Las personas autorrealizadas tienen muchas
experiencias de este tipo.

Maslow utilizó el término «metamotivación» para describir a las personas


autorrealizadas que actúan impulsadas por fuerzas innatas que están más allá de
sus necesidades básicas, de tal modo que pueden explorar y alcanzar su completo
potencial humano.7

Es de vital importancia, mencionar que Sostrom terminó los trabajos de Maslow; ya


que debido a su muerte no los pudo concluir.

Carl Ransom Rogers (8 de enero de 1902, Oak Park,


Illinois, Estados Unidos-4 de febrero de 1987, San
Diego, California, Estados Unidos) psicólogo
estadounidense, iniciador junto a Abraham Maslow del
enfoque humanista en psicología. Un estudio realizado
entre psicólogos estadounidenses y canadienses en
1982 lo situó como el psicoterapeuta más influyente de
la historia, por delante de Albert Ellis y Sigmund Freud.

Biografía

Nació en Oak Park, un barrio de Chicago, Illinois. Fue


el cuarto de seis hijos. En 1914 marchó al campo para
dedicarse a la agricultura y a la crianza de animales.
En 1919 se inscribió en la Facultad de Agricultura en
la Universidad de Wisconsin-Madison donde estudió
ciencias agrarias. Posteriormente cambió su área de
estudios a Teología en un seminario.

En 1922 se trasladó a China por algunos meses con un grupo de estudiantes


americanos para participar en una conferencia internacional organizada por la
Federación Mundial de Estudiantes Cristianos. Esta estancia le permitió confrontar
la cultura occidental con la oriental y de este modo replantearse muchas cuestiones
en su vida. Nada más vuelto a los Estados Unidos, se graduó de la Universidad de
Wisconsin en Historia y se inscribió en el Seminario Teológico en Nueva York.
Posteriormente, abandonó los estudios teológicos y emprendió otros de carácter
psicopedagógico en la Universidad Columbia donde obtuvo su doctorado en 1931.
Después de un año de estudios en el Institute for Child Guidance de New York, pasó
al Child Study Department de Rochester a donde llegó "más por razones económicas
que por vocación" según comenta en el capítulo dedicado a el mismo de su libro "El
proceso de convertirse en persona".2

En 1924 se casa con Helen Elliot con la que, enseguida, tuvo dos hijos: David y
Natalie. Fascinado y estimulado por las teorías de Otto Rank y la corriente europea
del Existencialismo, Rogers publicó en 1939 su primer libro: The Clinical Treatment
of the Problem Child. Gracias a esto obtuvo una cátedra de psicología clínica en la
Universidad Estatal de Ohio.

De 1942 en su Counseling and Psychotherapy, funda las bases de su client-centered


therapy (terapia centrada en el cliente), piedra angular del movimiento de la
Psicología Humanista.

En 1944 se traslada a Chicago, su ciudad natal, donde funda el primer counseling


center, en el que efectúa su terapia y realiza investigaciones. Fruto de ellas es su
nuevo libro, Client-centered-Therapy, texto fundamental y manifiesto del
pensamiento de Rogers. En este libro aparecen más ampliadas y desarrolladas las
cuestiones que trató en Counseling and Psychotherapy.

En 1957 obtiene la cátedra de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de


Wisconsin. En su departamento de psiquiatría Rogers experimenta su "terapia
centrada en el cliente" con pacientes psicóticos obteniendo óptimos resultados que
publica en 1967 en su libro The Therapeutic Relationship and its Impact: A Study of
Schizophrenia.

En 1964 abandonó la enseñanza y se trasladó a California, al Western Behavioural


Science Institute de La Jolla. En 1969 funda el Center for the Study of the Person y,
sucesivamente, el Institute of Peace para el estudio y la resolución de los conflictos.

Desde ese año hasta su muerte en 1987 por un ataque cardiaco, trabajó en La Jolla,
California3

Como dato curioso él fue el primero en implementar las prácticas supervisadas, lo


cual, para su época fue algo completamente innovador

Pensamiento

Fue partícipe y gestor instrumental en el desarrollo de la terapia no directiva, mejor


conocida como terapia centrada en el cliente, la cual renombró como terapia
centrada en la persona. Esta teoría es conocida por sus siglas en inglés PCA
“Person-Centered Approach” o enfoque centrado en la persona. Sus teorías abarcan
no sólo las interacciones entre el terapeuta y el cliente, sino que también se aplican
a todas las interrelaciones humanas. La terapia rogeriana contrasta con las
perspectivas psicológicas freudianas y las sociales de Alfred Adler y de Albert
Bandura, por el uso preferente de la empatía para lograr el proceso de comunicación
entre el cliente y el terapeuta o, por extensión, entre un ser humano y otro.

Rogers supone la relación entre el cliente y el terapeuta como el elemento


fundamental para que se desarrolle el saneamiento del consultante. Mediante el uso
de la escucha empática, la congruencia propia del consejero y la aceptación
incondicional, se intenta promover un ambiente libre de amenazas donde el cliente
pueda expresarse libremente. Es a través de este escenario donde este último podrá,
en su tiempo, conocerse a sí mismo y así disminuir su ansiedad y tratar aquellas
situaciones que le acomplejan.

Para el simple lector, la diferencia tangible reside en que la terapia centrada en el


terapeuta se basa en la capacidad de interpretación del profesional. Mientras que la
terapia centrada en la persona el marco de referencia deja de ser el conocimiento
teórico del terapeuta y se centra en como vive el cliente aquello que le está
sucediendo. Dicho en palabras de Rogers "Qué pasa con lo que le pasa". También,
deja de ser una terapia focalizada en resolver el problema, y más bien se interesa en
empatizar con el cliente en lo que está viviendo. Se preocupa por cómo está viviendo
la situación que le toca vivir.
Teoría de la personalidad de Rogers

Las proposiciones que están al comienzo de la serie son las más alejadas de la
experiencia del terapeuta y, por lo tanto, las más sospechosas, mientras que las que
aparecen hacia el final se acercan cada vez más al centro de nuestra experiencia.

 A. Características del niño

1. Percibe su experiencia como una realidad.


2. Posee una tendencia innata a actualizar las potencialidades de su organismo.
3. Interactúa con su realidad en función de esa tendencia fundamental a la
actualización.
4. En su interacción con la realidad, el individuo se comporta como una totalidad
organizada (gestalt).
5. Se inicia un proceso de valoración organísmica, en el que el individuo valora la
experiencia al tomar como criterio de referencia la tendencia actualizante.

 B. El desarrollo del yo

1. Como consecuencia de la tendencia a la diferenciación, una parte de la


experiencia del individuo se diferencia y se simboliza en la conciencia. Esta parte
simbolizada corresponde a una conciencia de ser, de actuar como individuo, y
puede describirse como experiencia del yo.
2. Como consecuencia de la interacción entre el organismo y el medio, la conciencia
de ser y de actuar como individuo aumenta y se organiza gradualmente para
formar el concepto del yo.

 C. La necesidad de consideración positiva

1. A medida que se exterioriza la conciencia del yo, el individuo desarrolla una


necesidad de consideración positiva. La teoría no se interesa en saber si se trata
de una necesidad innata o adquirida. De acuerdo con Standal, que formuló este
concepto, es una necesidad adquirida:
2. La satisfacción de esa necesidad se logra necesariamente por medio de las
inferencias obtenidas a partir del campo experencial de otra persona.
3. La satisfacción de esa necesidad se relaciona con una gama muy amplia de
experiencias del individuo.
4. El proceso de satisfacción de la necesidad de consideración positiva es recíproco,
ya que cuando el individuo se da cuenta de que satisface esa necesidad en otro,
satisface, por eso mismo, su propia necesidad de consideración positiva.
5. Los efectos de esa satisfacción son intensos en el sentido de que la consideración
positiva manifestada por cualquier persona se comunica, en aquel que es objeto
de ella, al conjunto de la consideración que éste experimenta hacia esta persona.

Los aportes de Rogers a la educación

Rogers fue el padre de la no directividad, según él, el clima psicológico de libertad


favorecía el desarrollo pleno del individuo, valoraba la empatía y la autenticidad.
Todo el proceso educativo debería entonces centrarse en el niño, no en el profesor,
no en el contenido pragmático. Para Rogers, los principios básicos de la enseñanza
y del aprendizaje son: confianza en las potencialidades humanas, pertinencia del
asunto que va a ser aprendido o enseñado, aprendizaje participativo,
autoevaluación, autocrítica y aprendizaje del propio aprendizaje.

El aprendizaje sería tan profundo como importante para la totalidad de la persona


que se educa: no podemos enseñar a otra persona directamente de ahí la
importancia al educador, o facilitador del aprendizaje: él debería crear el clima inicial,
comunicar confianza, aclarar, motivar con congruencia y autenticidad, él llama a esto
“comprensión empática”.
Para Rogers, el objetivo de la educación es ayudar a los alumnos a convertirse en
individuos capaces de tener iniciativa propia para la acción, responsables por sus
acciones, que trabajaran no para obtener la aprobación de los demás, sino para
alcanzar sus propios objetivos.

Algunos principios del aprendizaje:

 1.- Los seres humanos tienen natural potencialidad para aprender.


 2.- El aprendizaje significativo se verifica cuando el estudiante percibe que la
materia por estudiar se relaciona con sus propios objetos.
 3.- Es por medio de actos como se adquiere un aprendizaje más significativo.
 4.- El aprendizaje es facilitado cuando el alumno participa de su proceso
responsablemente.
 5.- El aprendizaje autoiniciado que comprende toda la persona del aprendiz
(sus sentimientos al igual que su inteligencia) es el más durable e
impregnable.
 6.- El aprendizaje socialmente más útil, en el mundo moderno, es el del propio
proceso de aprendizaje, una continua apertura a la experiencia y a la
incorporación dentro de sí mismo del proceso de cambio.
 7.- Una persona no puede enseñar directamente a otra, solo puede facilitar su
aprendizaje
 8.- Una persona se resiste por medio de la negación o la distorsión a una
experiencia que, al asimilarla, provocaría un cambio en su propia organización
 9.- La estructura y la organización propias de una persona se vuelven rígidas
bajo amenaza y se relajan si la persona no se siente amenazada

Gordon Willard Allport (Montezuma, Indiana, 11


de Noviembre, 1897 – Cambridge, Massachusetts,
9 de Octubre, 1967) fue un psicólogo
estadounidense. Allport fue uno de los primeros
psicólogos dedicados al estudio de la personalidad,
y a menudo se le considera como uno de los
fundadores representativos de la psicología en las
personas. Contribuyó a la formación de la Balanza
de Valores y rechazó tanto el enfoque psicoanalítico
de la personalidad, del cual pensaba que muchas
veces era demasiado profundo, como el enfoque
conductista, del que pensaba que no lo era lo
suficiente. Enfatizó en la unidad de cada individuo,
y la importancia del contexto presente, en
contraposición al pasado histórico, para entender la
personalidad.

Allport tuvo una influencia profunda y duradera en el campo de la psicología, incluso


aunque su trabajo se cite menos que el de otras figuras más conocidas. 1 Parte de su
influencia derivaba de su habilidad para abordar y conceptualizar extensamente
temas importantes e interesantes (p.ej. rumor, prejuicio, religión, peculiaridades).
Otra parte de su influencia viene de la impresión profunda y duradera que dejó en
sus alumnos durante su larga carrera como profesor, muchos de los cuales llegaron
a tener importantes carreras en esta ciencia. Entre sus alumnos se encontraban
Jerome S. Bruner, Anthony Greenwald, Stanley Milgram, Leo Cartero, Claudio
Naranjo, Thomas Pettigrew y M. Brewster Smith. Su hermano Floyd Henry Allport,
fue profesor de psicología social y psicología política en la Escuela Maxwell de
Ciudadanía y Asuntos Públicos de la Universidad de Syracuse (en Syracuse, Nueva
York, EE.UU.) desde 1924 hasta 1956, y profesor invitado en la Universidad de
California, Berkeley. Un estudio titulado Revisión de la Psicología General, publicado
en 2002, elevó a Allport al puesto 11º como psicólogo más citado del siglo XX.
Biografía

Allport nació en Montezuma, Indiana, el más joven de los cuatro hijos de John
Edwards y Nellie Edith (Wise) Allport. Cuando Gordon tenía 6 años, la familia se
había mudado muchas veces y finalmente se estableció en Ohio. Hizo la educación
primaria en colegios públicos de Cleveland, Ohio, donde su familia se instaló cuando
tenía seis años. Su padre era un médico rural que tenía la consulta y hospital en la
casa familiar. A causa de las instalaciones inadecuadas que había en los hospitales
de esa época, el padre de Allport convirtió su casa en un hospital improvisado, en el
que residían tanto pacientes como enfermeras. Gordon Allport y sus hermanos
crecieron rodeados por los pacientes de su padre, las enfermeras, y material
quirúrgico, y a menudo, tanto él como sus hermanos ayudaban a su padre en la
clínica. Allport relataba que "Atender la oficina, lavar botes y tratar con pacientes
fueron factores importantes de su entrenamiento temprano" (p. 172). 3 Durante este
tiempo, al padre de Allport se le utilizó como propaganda en un artículo de Samuel
Hopkins Adams en la revista Revista Collier sobre curas medicinales fraudulentas,
más tarde lo reeditaron como el libro The Great American Fraud: Articles on the
Nostrum Evil and Quackery. Mientras gran parte del libro está en focado a gran
escala, publicitaba en gran medida la medicina patentada disponible en el cambio de
siglo, el autor sostiene que Allport "nunca hubiera podido encarnar este artículo si no
fuera por los esfuerzos de ciertos facultativos de Cleveland." Allport fue criticado por
diagnosticar y tratar a los adictos de morfina por correo, simplemente con cartas, en
vez de citarles en persona. Tras recibir una carta de Adams detallando su falsa
dolencia, Allport le contestó por correo, diagnosticando a Adams como adicto a la
morfina y le envió la dosis del "Sistema del Dr. J. Edward Allport", destinado a curar
a los adictos a la morfina. Análisis en la medicina revelaron que su ingrediente activo
no era nada más que morfina adicional, empaquetada con una botella de whiskey
rosado "para mezclar con la morfina, cuando bajara el nivel". Adams se refirió a
Allport como "un curandero que pretende ser médico, y que resulta "no menos
canalla" y "mucho más peligroso incluso" que otros vendedores ambulantes
fraudulentos que curan adicciones, mencionados anteriormente en el libro. 4

La madre de Allport era una profesora de colegio, que se esforzó en fomentar sus
valores de desarrollo intelectual y religión. Uno de los biógrafos de Allport cita "él
creció no sólo con la religión protestante sino también con la ética de trabajo
protestante, que dominaba en su casa". El padre de Allport, que era escocés,
compartía esta perspectiva, y trabajaba según su propia filosofía "Si todas las
personas trabajaran tan duramente como pueden y recibieran tan sólo una mínima
financiación para sus necesidades familiares, entonces habría suficiente riqueza en
el mundo."3

Los biógrafos describen a Allport como un chico tímido y estudioso que tuvo una
niñez bastante aislada. Como adolescente, Allport desarrolló y dirigió su propio
negocio de impresión mientras trabajaba como editor del periódico del instituto. En
1915, se graduó segundo de su clase en el Instituto Glenville a la edad de dieciocho.
Consiguió una beca que le permitió acceder a la Universidad de Harvard, donde uno
de sus hermanos mayores, Floyd Henry Allport, hizo su Ph.D. en Psicología.5

Mudarse a Harvard fue una dura transición para Allport porque los valores morales y
el clima eran muy distintos de los que había en su casa. Aun así, consiguió su
diploma A.B. en Filosofía y Economía (no psicología) en 1919. Su interés en la
convergencia de la psicología social y la psicología de la personalidad era evidente
en el uso de su tiempo libre en servicio social en Harvard: Llevando un club de chicos
en Boston, visitante para la Sociedad de la Familia, servir como agente de vigilancia
voluntario, buscar casas a los trabajadores de guerra, y ayudando a los estudiantes
extranjeros.6

Más adelante viajó a la Robert College en Istanbul, Turquía, donde enseñó economía
y filosofía durante un año, antes de regresar a Harvard para seguir su Doctorado en
psicología en 1920 (además de hablar Alemán, Allport se mantuvo parcialmente
fluente en Griego moderno durante su vida). Su primera publicación, Personality
Traits: Their Classification and Measurement (Rasgos de Personalidad: Su
Clasificación y Medición) en 1921, tuvo de co-autor a su hermano mayor, Floyd Henry
Allport, quien se convirtió en un psicólogo social importante. Allport ganó su master
en 1921, estudiando bajo la tutela de Herbert Langfeld, y luego su Doctorado en
1922, en el camino de tomar una clase con Hugo Münsterberg antes de la muerte de
éste en 1916.

Harvard entonces concedió a Allport una codiciada beca, la Sheldon Travelling


Fellowship-- "un segundo amanecer intelectual," como lo describió más tarde. Pasó
su primer año Sheldon estudiando con la nueva escuela Gestalt-- la cual le fascinaba
-- en Berlín y Hamburgo, Alemania; y luego el segundo año en la Universidad de
Cambridge.

Impartió clases en la Universidad de Harvard desde 1930 hasta 1967, volviéndose


famoso por su teoría de la personalidad, la cual se enfoca sobre el adulto en sí mismo
más que en la niñez o las experiencias y emociones infantiles, plasmando esto en
libros como Personality de 1937. En su obra The Nature of Prejudice de 1954, hace
importantes contribuciones al análisis del prejuicio.

Erich Seligmann Fromm (23 de


marzo de 1900 en Fráncfort del
Meno, Hesse, Alemania-18 de
marzo de 1980 en Muralto, Cantón
del Tesino, Suiza) fue un destacado
psicoanalista, psicólogo social y
filósofo humanista de origen judío
alemán. Durante una parte de su
trayectoria se posicionó
políticamente defendiendo la
variante marxista del socialismo
democrático.

Miembro del Instituto de


Investigación Social de la
Universidad de Fráncfort, Fromm participó activamente en la primera fase de las
investigaciones interdisciplinarias de la Escuela de Fráncfort, hasta que a fines de
los años 40 rompió con ellos debido a la heterodoxa interpretación de la teoría
freudiana que desarrolló dicha escuela, la cual intentó sintetizar en una sola disciplina
el psicoanálisis y los postulados del marxismo (freudomarxismo). Fue uno de los
principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del siglo
XX.1

Biografía

Erich Fromm creció en Fráncfort del Meno, en el seno de una familia judía que seguía
estrictamente los preceptos de la religión de esa cultura: muchos de sus miembros
fueron rabinos. El propio Erich Fromm también quiso inicialmente seguir ese camino
de vida. Sin embargo, estudió primeramente derecho en Fráncfort, luego se trasladó
a Heidelberg para estudiar sociología, donde hizo su doctorado en 1922 bajo la
asesoría de Alfred Weber, acerca de la ley judía. Hasta 1925 asistía a clases de
Talmud con Salman Baruch Rabinkow. En 1926 contrajo matrimonio con la
psicoanalista Frieda Reichmann. A fines de la década de 1920 Fromm comenzó su
formación como psicoanalista en el Instituto Psicoanalítico de Berlín con un discípulo
de Freud que no era médico: el jurista Hanns Sachs. En ese tiempo, él y su esposa
abandonaron la vida religiosa ortodoxa judía. Desde 1929, Fromm ejerció como
psicoanalista "lego" (los por aquel entonces llamados Laienpsychanalitiker, término
alemán para referirse a los no médicos) en Berlín. En esta época comenzó su interés
y estudio por las teorías de Marx. En 1930 fue invitado por Max Horkheimer a dirigir
el Departamento de Psicología del recientemente creado Instituto de Investigación
Social (Institut für Sozialforschung).2

En 1931 se divorció de Reichmann, con quien mantuvo una estrecha amistad de por
vida. El 25 de mayo de 1934, tras la toma del poder por el partido Nazi, emigró junto
con otros miembros del instituto a los Estados Unidos. Las divergencias intelectuales
con otros miembros de la institución, especialmente Herbert Marcuse y Theodor
Adorno, llevaron a su desvinculación del mismo en 1939.3

Durante los años 40 Fromm desarrolló una importante labor editorial, pues publicó
varios libros luego considerados clásicos sobre las tendencias autoritarias de la
sociedad contemporánea y se desvió marcadamente de la teoría original freudiana.
En 1943 fue uno de los miembros fundadores de la filial neoyorquina de la Escuela
de Psiquiatría de Washington, tras lo cual colaboró con el Instituto William Alanson
White de Psiquiatría, Psicoanálisis y Psicología. En 1944 se casó en segundas
nupcias con una inmigrante judeoalemana, Henny Gurland; hacia 1950 se mudaron
a México, donde Gurland fallecería dos años más tarde. Fromm enseñó en la
Universidad Nacional Autónoma de México, donde fundó la Sección Psicoanalítica
de la escuela de medicina y el Instituto Mexicano de Psicoanálisis.

El 18 de diciembre de 1953 volvió a contraer matrimonio con Annis Glove Freeman.


Desde mediados de la década estuvo fuertemente involucrado con los movimientos
pacifistas norteamericanos, y fue un destacado oponente de la guerra de Vietnam.
Se alejó de todo apoyo al socialismo real, sobre todo del modelo totalitario del Estado
soviético, al mismo tiempo que criticó la sociedad capitalista. Esto, junto con sus
perspectivas sobre la libertad personal y el desarrollo de una cultura libre, hace que
con alguna frecuencia se lo asocie con la línea anarquista.4 Sin embargo, desde otro
lado, en ciertas polémicas de la Escuela de Fráncfort fue criticado como
«revisionista» o incluso «socialdemócrata», calificativo con connotación peyorativa
en ese contexto.5 Al posicionarse a sí mismo —por ejemplo en Más allá de las
cadenas de la ilusión (1962)— reconocía la influencia clave de Marx y de Freud en
su pensamiento, a la vez que se declaraba partidario de un socialismo humanista y
democrático.5 Otro filósofo que tuvo influencia en su pensamiento es Daisetsu
Teitaro Suzuki, con quien entró en contacto en un histórico seminario organizado en
1957 por el Departamento de Psicoanálisis de la Escuela de Medicina de la UNAM y
con quien publicó en conjunto el libro Zen Buddism & Psychoanalysis (1960)6

Entre 1957 y 1961 Fromm compaginó su actividad en la UNAM con una cátedra en
la Universidad Estatal de Míchigan. En 1965 se retiró; tras unos años de viaje, en
1974 se instaló en Muralto, en Suiza. Murió en su hogar cinco días antes de su
octogésimo cumpleaños.

Pensamiento

Tres libros son particularmente importantes para conocer el pensamiento del sabio
alemán. El primero es El miedo a la libertad, el segundo El arte de amar y el tercero
es El corazón del hombre. En ellos se manifiesta inconforme con su pertenencia a
una “escuela” nueva de psicoanálisis, para concluir diciendo que él propone una
estructura filosófica de referencia diferente, la del humanismo dialéctico. A pesar de
esto, se considera que los libros El miedo a la libertad, Ética y psicoanálisis y
Psicoanálisis de la sociedad contemporánea presentan también una continuidad en
lo que atañe al pensamiento psicológico de Erich Fromm, además de que en esta
última funda lo que él llama el psicoanálisis humanista, mientras que en Ética y
psicoanálisis sustituye el sistema freudiano de desarrollo de la libido por uno que se
basa en los procesos de asimilación y socialización del individuo. Él mismo
menciona, al inicio de Ética y psicoanálisis, que es menester leer ese libro junto con
El miedo a la libertad para comprender completamente su caracterología.

Fromm dice, en el prefacio de El corazón del hombre, que El miedo a la libertad fue
el fruto de su experiencia clínica y de la especulación teórica para comprender tanto
la libertad, como la agresión y el instinto destructor. El pensador distingue entre la
agresión al servicio de la vida, biofilia, y la necrofilia o agresión al servicio de la
muerte.

En un libro posterior, El arte de amar, Fromm analizó la capacidad de amar y, por el


contrario, El corazón del hombre tiene como eje la enunciación y caracterización de
dos síndromes, el de crecimiento (amor a la vida, a la independencia y la superación
del narcisismo) y el de decadencia (amor a la muerte, a la simbiosis incestuosa y al
narcisismo maligno).

Para Fromm, que vivió en plena Guerra Fría, esta es el reflejo del síndrome de
decadencia, pues a pesar del enorme riesgo de muerte, prevalece el odio inspirado
en un narcisismo maligno, suicida; se impone entre los gobiernos de las
superpotencias.

A Fromm le interesa la visión de Thomas Hobbes, en el sentido de que el hombre es


un lobo para el hombre, pero al mismo tiempo destaca la inclinación humana al
autosacrificio. Se pregunta respecto de esta condición dual si es el hombre lobo o
cordero de sí mismo. En busca de una respuesta recurre al Nuevo Testamento para
concluir finalmente que este libro refleja tanto una condición como la otra, y concluye
que el individuo es a la par lobo y cordero.

Sin embargo, no todos los hombres han desarrollado de la misma manera ambas
condiciones, pues en la inmensa mayoría predomina el cordero, en tanto una minoría
es dominada por la condición de lobo, pero esta minoría ha sabido exaltar la
condición de lobo que existe en la inmensa mayoría, y cito:

Pero si la mayor parte de los hombres fueron corderos ¿Por qué la vida del hombre
es tan diferente de la del cordero? Su historia se escribió con sangre; es una historia
de violencia constante, en la que la fuerza se usó casi invariablemente para doblegar
su voluntad. ¿Exterminó Talaat Pachá por sí solo millones de armenios? ¿Exterminó
Hitler por sí solo a millones de judíos? ¿Exterminó Stalin por sí solo a millones de
enemigos políticos? Esos hombres no estaban solos, contaban con miles de
hombres que mataban por ellos y que lo hacían no solo voluntariamente, sino con
placer.

Fromm concluye que “El hombre ordinario con poder extraordinario es el principal
peligro para la humanidad y no el malvado o el sádico”, lo cual se puede concretizar
cuando se combinan en él las tres orientaciones que forman el síndrome de
decadencia y que “mueve al hombre a destruir por el gusto a la destrucción y a odiar
por el gusto de odiar.”

En contraposición, describe el síndrome de crecimiento: “el amor a la vida (en cuanto


opuesto al amor a la muerte) el amor al hombre (opuesto al narcisismo) y el amor a
la independencia (opuesto a la fijación simbiótico-incestuosa).

Desde luego que una mentalidad tan rica y creativa como la de Erich Fromm que
vivió intensamente su tiempo, que abrazó un marxismo alejado del totalitarismo
imperante y que rechazó un capitalismo feroz, que además fue un educador, un
literato de gran atractivo pues sus libros son de fácil lectura y que combinaba tanto
su experiencia clínica con su meditación filosófica, produjo un rico pensamiento
dotado de muchas aristas expuestas a lo largo de más de veinte libros que es
imposible encasillar en un capítulo como el de este artículo. Sin embargo, el barrunto
anterior es el centro que permanece reiterado tanto en sus libros previsores de la
sociedad como en el juicio a los grandes personajes de nuestra historia.

Son de importancia trascendental sus estudios acerca de la relación que existe entre
los sistemas políticos totalitarios y las religiones monoteístas. Según Fromm, las
religiones monoteístas educan a los individuos en la obediencia ciega a una
autoridad superior, que pone las normas por encima de cualquier razón o discusión.
Así, el individuo queda reducido a un mero servidor de un dios todopoderoso. Esta
mentalidad masoquista, adquirida desde la infancia, sería la base psicológica que ha
hecho que muchos hombres sigan ciegamente a dictadores como Hitler. Es
interesante percatarse de la gran similitud que tienen estas ideas de Fromm acerca
del monoteísmo con las de otro gran pensador: Joseph Campbell. Poco antes de
morir, Fromm publicó un libro que supuso un paso adelante en su pensamiento:
Anatomía de la destructividad humana. En este escrito planteó la idea de que el
hombre se decanta en su vida entre dos fuerzas: la biofilia y la necrofilia. La primera
es la fuerza que impulsa al ser humano a amar la vida y a crear. La necrofilia surge
cuando el hombre se decanta por el egoísmo, y conlleva la soberbia, la codicia, la
violencia, el ansia de destruir y el odio a la vida. Es de destacar el magnífico estudio
que Fromm hizo, en este libro, acerca de la personalidad de Hitler basándose en esta
teoría de la biofilia-necrofilia.

Al igual que lo anterior, Fromm fue un firme defensor de los derechos de la mujer,
por eso se mostró siempre entusiasmado por las obras de Bachofen, así lo expresó:
“La comprensión plena de esta ideología patriarcal exigiría un análisis más detallado.
Baste decir que las mujeres constituyen una clase dominada y explotada por los
hombres en todas las sociedades patriarcales; como todos los grupos explotadores,
los hombres dominantes deben producir ideologías a fin de explicar su dominación
como natural, y por lo tanto necesaria y justificada. Las mujeres, como la mayoría de
las clases dominadas, han aceptado la ideología masculina, aunque en privado
sustentaban sus propias ideas contrarias. Parece que la liberación de la mujer
comenzó en el siglo XX, y que va acompañada por un debilitamiento del sistema
patriarcal en la sociedad industrial, aunque ni siquiera hoy existe en país alguno una
igualdad total, de facto, de las mujeres”.

El tema de la dominación de la mujer era una de las cuestiones de principal


preocupación para Fromm por eso su rescate de Bachofen y por eso afirmaba: “El
dominio de los hombres sobre las mujeres es el primer acto de conquista, y el primer
uso explotador de la fuerza…”

La condición humana actual

Erich Fromm afirma, en su obra El corazón del hombre, que el ser humano actual se
caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque el
hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida como
un capital que debe invertirse provechosamente. El hombre se ha convertido en un
consumidor eterno, y el mundo para él no es más que un objeto para calmar su
apetito.

Según el autor, en la sociedad actual el éxito y el fracaso se basa en el saber invertir


la vida. El valor humano se ha limitado a lo material, en el precio que pueda obtener
por sus servicios y no en lo espiritual (cualidades de amor, ni su razón, ni su
capacidad artística). La autoestima en el ser humano depende de factores externos
y de sentirse triunfador con respecto al juicio de los demás. De ahí que vive pendiente
de los otros, y que su seguridad reside en la conformidad; en no apartarse del rebaño.
El individuo debe estar de acuerdo con la sociedad, ir por el mismo camino y no
apartarse de la opinión o de lo establecido por esta.

Para que la sociedad de consumo funcione bien, necesita una clase de individuos
que cooperen dócilmente en grupos numerosos que quieren consumir más y más,
cuyos gustos estén estandarizados y que puedan ser fácilmente influidos y
anticipados. Este tipo de sociedad necesita miembros que se sientan libres o
independientes, que no estén sometidos a ninguna autoridad o principio o conciencia
moral y que, no obstante, estén dispuestos a ser mandados, a hacer lo previsto, a
encajar sin roces en la máquina social. Los hombres actuales son guiados sin fuerza,
conducidos sin líderes, impulsados sin ninguna meta, salvo la de continuar en
movimiento, de avanzar. Esta clase de individuo es el autómata, persona que se deja
dirigir por otra.
El humano debe trabajar para satisfacer sus deseos, los cuales son constantemente
estimulados y dirigidos por la maquinaria económica. El sujeto automatizado se
enfrenta a una situación peligrosa, ya que su razón se deteriora y decrece su
inteligencia; adquiere la fuerza material más poderosa sin la sabiduría para
emplearla.

El peligro que el autor ve en el futuro del humano es que estos se conviertan en


robots. Verdad es que los robots no se rebelan. Pero, dada la naturaleza del ser
humano, los robots no pueden vivir y mantenerse cuerdos. Entonces buscarán
destruir el mundo y destruirse a sí mismos, pues ya no serán capaces de soportar el
tedio de una vida falta de sentido y carente por completo de objetivos.

Para superar ese peligro, el autor dice que se debe vencer la enajenación, debe
vencer las actitudes pasivas y orientadas mercantilmente que ahora lo dominan y
elegir en cambio una senda madura y productiva. Debe volver a adquirir el
sentimiento de ser él mismo y retomar el valor de su vida interior.

Pierre Faure

En 1904 nace en Pessac (Gironda), Francia, el 11


de Mayo, Pierre Faure. Realiza sus estudios de
enseñanza media en el Colegio de San José de
Tívoli (Bordeaux), obteniendo el título de
bachillerato en ciencias latinas y matemáticas.
Obtiene más tarde la licenciatura en química
general.

En 1921 ingresa en la compañía de Jesús y en


1926 realiza su servicio militar en Siria. Es Profesor
en la Universidad de San José en Beirut (Líbano),
y en el colegio de Sarlat, después de su regreso a
Vals, donde pasa tres años estudiando teología y
filosofía.

El 25 de Agosto de 1935 es ordenado sacerdote y


en 1936, crea una Secretaría para la Educación que se convierte enseguida en el
actual “Centro de Estudios Pedagógicos” (París), y colabora en tres revistas: una
para padres de alumnos (Aux Parents), otra que servía de lazo de unión entre los
centros de secundaria franceses y una tercera propiamente pedagógica, para el
público, que se edita desde 1945, hasta hoy.

En 1940 organiza cursos y sesiones pedagógicas para la formación del profesorado.


En ese momento entra en contacto con Madame Helene Lubienska de Lenval, quien
colabora con él en estos cursos y trabajan durante mucho tiempo.
Fue precisamente Madame Helene Lubieska de Lenval quien lo ayudó en la puesta
al día de cierto número de obras pedagógicas editadas por primera vez por ediciones
Spes; trabajo bastante científico de lingüística con aplicación pedagógica para los
niños, permitiéndoles el aprendizaje simultáneo de la lectura, escritura y ortografía,
de forma activa y personal.

En 1945 Funda la revista “Pédagogie”, de la que es Director hasta 1972 y en 1946


organiza un grupo de maestros y maestras para abrir un colegio cerrado durante la
guerra. Siempre en colaboración con Mme. Lubienska, organiza un curso de
formación de 20 días. Más tarde El Centro de Estudios Pedagógicos tuvo que
instalarse en una dependencia de la escuela Saunt Louis David.

A partir de esta fecha las sesiones pedagógicas se multiplican por toda Francia y el
extranjero. La originalidad de estos cursos (15-20 días a un mes) fue la de haber
utilizado, desde su comienzo, las clases prácticas con los niños para poder seguir su
evolución y caer en la cuenta (en el plan pedagógico) de los instrumentos de trabajo
necesarios para que el alumno pueda asumir PERSONALMENTE el trabajo e
intercambiar el fruto del mismo con sus compañeros.
En 1949 funda una segunda escuela normal para educadores en Neuilly, asociada a
la primera: “Centre de Formation Pádegogique” de Neuilly, que continua hoy en
activo.

Ya en esta época tiene a su cargo la cátedra de psico-pedagogía y metodología de


la Universidad Católica de París.
Para 1956 crea en la Universidad Católica de París una tercera Escuela Normal para
profesores de enseñanza especializada y en 1963 es nombrado director de los
cursos de formación de base para educadores, del Departamento de Pedagogía de
la Universidad Católica de París.

En 1971 crea una Asociación Internacional que reagrupa a los profesionales de la


enseñanza, inspirados en su pensamiento: (A.I.R.A.P.). Gracias a ésta asociación,
su acción pedagógica ha podido multiplicarse a través de los miembros integrados a
ella y cuyos representantes ya están en muchos países.

En el curso de 1972 se celebraron 11 sesiones: en 1973, 15 (en Francia, España,


Brasil, México, Beirut, Canadá, Bogotá, Santo Domingo y Venezuela); en 1974
alrededor de 20, repartidas igualmente en los respectivos países. En todas ellas se
intenta promover una pedagogía que tiene como objetivo la formación total del niño
y del adolescente de hoy, en una perspectiva humanista y espiritual, personalista y
comunitaria.

“Pierre Faure estudia los signos de los tiempos y, como todo buen pedagogo, critica
la escuela existente, se pregunta por su misión y trata de recrearla. Hombre ecléctico,
recoge ideas y experiencias para responder al reto de nuestro tiempo. Su línea de
trabajo se centra en las corrientes de la educación activa; revisa la escuela nueva,
rechaza todo extremismo y trata de evitar los desequilibrios que producen
generalmente las reformas educacionales.

Su planteamiento es esencialmente realista, aunque no pragmático. En las


sugerencias para la innovación valora cuidadosamente todos los aspectos de la vida
escolar. Es tan importante para él la continuidad y universalidad de la educación en
las estructuras de la enseñanza como el espacio, el tiempo dedicado al trabajo
personal, la relación alumno profesor, el material, las actividades extraescolares, etc.
Nada es insignificante en una tarea donde los factores decisivos son múltiples e
interdependientes”.

Emmanuel Mounier (Grenoble, 1 de abril de 1905


- Châtenay-Malabry, 22 de marzo de 1950) fue un
filósofo francés atento sobre todo a la problemática
social y política. Fundador del movimiento
personalista y de la revista Esprit.

Biografía

Nacido en una familia con recursos económicos


limitados, se complace Mounier en señalar que sus
cuatro abuelos eran campesinos, curtidos por el
trabajo y con el contacto con la Naturaleza,
personas de alma sencilla, con sentimientos tan
nobles como profundos. Se siente vinculado a esa
trayectoria hereditaria, y anudará siempre Mounier
vida y pensamiento, escritos y acción social en su propia persona, considerándose
militante de ideas trasformadoras como el labrador que siembra y cultiva. «Ante el
espantoso espíritu de los serios, siento que un abuelo reacciona en mí, su salud
circula por mis arterias, el aire de los campos me purifica los pulmones, y doy
gracias», escribió, antes de su muerte, a un amigo. Un tono triste invadió su
personalidad desde niño. Pudiera atribuirse a su casi ceguera total, ya de nacimiento,
pero agravada posteriormente. Debe añadirse su deficiente audición, que ha
contribuido a su tendencia a la introversión y a un cierto aislamiento. Sin embargo,
fue siempre un compañero generoso y cordial.

Terminado su bachillerato en Grenoble, se marcha a París a estudiar medicina, por


iniciativa de sus padres. Después de dos años, abandona la carrera para seguir su
vocación auténtica de filósofo. Su maestro primordial fue el pensador católico
Jacques Chevalier. Terminada la carrera de filosofía, Mounier fue encargado de
cátedra en la Universidad. Como influencia decisiva cuenta Péguy y figuran como
amigos entrañables Georges Barthélemy, Jean Guitton y Maritain. El proyecto de
tesis doctoral apuntó primero al tema de la mística española e hizo un viaje a España
en la primavera de 1930; pensó, después, en el tema del pecado; y, por último, la
realizó sobre el Pensamiento de Charles Péguy (1931). Para realizar una acción
intelectual de la máxima eficacia, se propone crear una revista de largo alcance. Esta
idea madura en colaboración con Georges Wizard y André Déléage. En 1930 tiene
en la mente el título de «inverse», pero se decide por «Esprit». El primer número de
«Esprit» se publica en octubre de 1932. Es un momento dilemático, porque supone
un cierto progresismo cristiano, que suscita algunas oposiciones. En su causa militan
pensadores de distinta ideología: Wizard, Déléage, Jean Lacroix, Berdiaeff, etc.
Maritain y François Mauriac se distancian en cambio de ella. El arzobispo de París
exige un informe sobre el contenido satánico de la revista. En 1936 se habla de una
condena de Roma, pero ésta no se produce. En 1940 es prisionero de los alemanes.
Se había casado en 1938. El régimen de Vichy le prohíbe publicar la revista el 25 de
agosto de 1941. Es encarcelado el 21 de enero de 1942; en libertad provisional, el
21 de febrero; de julio a octubre, de nuevo en prisión. Se celebró proceso contra él
del 19 al 26 de octubre, en el que fue absuelto. En diciembre de 1945 reanuda una
nueva etapa de «Esprit». Su muerte fue debida a una crisis cardiaca, a los 44 años
de edad

Obras

Sus obras reflejan cada una de ellas un momento de su trayectoria filosófica y de su


compromiso vital: La pensée de Charles Péguy, 1931; Révolution personnaliste et
communautaire, 1935; De la propriété capitaliste á la propriété humaine, 1936;
Manifeste au service du personnalisme, 1936 (Manifiesto al servicio del
personalismo, Buenos Aires 1965); L'affrontement chrétien, 1944 (El afrontamiento
cristiano, México 1964); Montalembert (1945); Pacifistes ou bellicistes? 1946; Liberté
sous conditions, 1946 (una parte traducida como Personalismo católico), México
1940; Traité du caractére, 1946; Introducción aux existentialismes, 1946
(Introducción a los existencialismos), Madrid 1949; Qu'est-ce que le personnalisme?
(¿Qué es el personalismo?, 1947, Buenos Aires 1956); L'éveil de l'Afrique noir (El
despertar de África negra), 1948; La petite peur du XXe siécle, 1948 (El miedo del
siglo XX, Madrid 1957); Le personnalisme (El personalismo), 1949; Feu la Chrétienté,
1951 (Fe cristiana y civilización, Madrid 1958); El compromiso de la acción
(extractos), Madrid 1967. Una edición completa de sus obras, con amplias notas e
índices, es Oeuvres complétes, 4 vol., París 1961-63.

Mounier difundió en sus obras el personalismo comunitario. Esa filosofía de la vida


pone a la persona en comunidad como centro de todo. Las siguientes afirmaciones
dan una idea de su pensamiento:

 La vida personal comienza con la capacidad de romper el contacto con el


medio, de recuperarse para unificarse.
 Actuaremos, por lo menos, por lo que somos más que por lo que haremos o
diremos.
 Nuestra acción no está esencialmente orientada al éxito sino al testimonio.

Dimensiones de la persona: personalismo y transpersonalismo


Siempre distinguió Mounier entre filosofía y sistema: el personalismo es una filosofía,
pero no es un sistema, porque siempre está abierto a la penetración en la intimidad
y misterio de la persona humana. Su autodefinición es ésta: «su afirmación central
es la existencia de personas libres y creadoras; introduce en el corazón de estas
estructuras un principio de imprevisibilidad que disloca toda voluntad de
sistematización definitiva» (El personalismo). En el personalismo de Mounier está
implícita una metafísica de la persona, de los valores, de la historia, del conocimiento
y del ser (Paul Ricoeur); es una postura eticometafísica: rehusar el modernismo y
desprenderse del integrismo; superar el materialismo exteriorizante y el
espiritualismo cerrado. Estudia a la persona en escorzo: 1) como vocación
(dimensión espiritual hacia lo universal), 2) encarnación (dimensión espiritual hacia
abajo), 3) comunión (dimensión espiritual hacia lo ancho). La persona trasciende mi
individualidad, mi conciencia y mi personalidad, de ahí que el personalismo se define
por un transpersonalismo: persona y comunidad son contrarios completantes
dentro de la dialéctica del amor («existir es amar»).

El personalismo de Mounier, también llamado personalismo comunitario, no es un


sistema ni una doctrina. Es una "matriz filosófica" sugiere Domenach, ex director de
Esprit . Es, propone Guy Coq, "un lugar de encuentro en torno a algunos puntos de
apoyo, donde cristianos, musulmanes, agnósticos, judíos e incrédulos se pueden
encontrar en una reflexión sobre el mundo que tenemos que construir ". A pesar de
que es su fe cristiana que lo inspira él no tiene intención de hacer un trabajo
confesional. Esprit por lo tanto noserá una revista Católica, pero sí una revista donde
creyentes y no creyentes se frecuentan, discuten y se expresan. Quiere crear una
fraternidad basada en un conjunto de valores comunes y en un método que
favorezca la discusión y la pluralidad de puntos de vista.

erickson Kohlberg
Momento después de haber nacido, el niño
tiene su primer encuentro social. Esto marca el
inicio del desarrollo social, que continúa
durante toda la vida, conforme ocurren mas
encuentros de este tipo y el niño participa en
tipos diferentes de interacción social. Si bien no
hay dos individuos que tengan exactamente las
mismas experiencias y aunque el desarrollo
social varía de una persona a otra, es posible
definir las etapas iniciales de desarrollo social.
La teoría que mas influencia ha tenido en este
sentido es tal vez la que propone Erikson, quien
describe ocho etapas de desarrollo. Erikson, fiel
partidario de Freud, basa su teoría en los tipos
de aprendizaje e interacción social que se
llevan a cabo en los diferentes niveles de edad,
más que en el desarrollo de sistemas biológicos. Por guardar relación directa con las
influencias de la sociedad, Erikson utiliza la denominación de etapas psicosociales.
Durante cada etapa el individuo se enfrenta a un tipo particular de crisis o conflicto
que debe resolver antes de poder avanzar a la etapa siguiente de desarrollo social.
Dependiendo de que se resuelva o no la crisis , se aprenderán ciertas características
sociales - o sus opuestos. 1.
Confianza en oposición a desconfianza
. La primera de las etapas psicosociales de Erikson es la etapa sensorial (que
comprende el primero o los dos primeros años de vida). Semejante a la etapa oral
de Freud, se refiere al período durante el cual los niños dependen de otras personas
del ambiente social para satisfacer sus necesidades. Si el cuidado y la alimentación
son adecuadas durante este período, aprenderá a confiar en quien lo cuida y se
sentirá seguro y dependiente. La crisis se presenta cuando de niño no recibe buena
atención durante la etapa sensorial o si el cuidado de los padres es incongruente. Si
no recibe la atención apropiada tal vez no aprenda a confiar en la gente y en su
medio ambiente. Quizá el niño maltratado se frustre, se sienta a disgusto e incluso
llegue a ser desconfiado, receloso y temeroso cuando adulto. En casos extremos la
desconfianza puede dar lugar a la depresión e incluso paranoia - temor excesivo por
todas las cosas y personas. 2.
Autonomía en oposición a vergüenza y duda
. A la segunda etapa del desarrollo psicosocial se la denomina etapa anal o muscular
(del año y medio o dos años de edad a los tres y medio o cuatro). Al igual que Freud,
Erikson señala que en esta etapa los niños aprenden a gatear, luego a caminar, y a
utilizar sus capacidades recién descubiertas. La conciencia cada vez mas completa
de su capacidad física produce un sentimiento de autonomía o independencia. Los
intentos de ejercer la autonomía al menos durante la primera parte de esta etapa, tal
vez se manifiesten en forma de berrinches, obstinación y negativas (en el sentido de
rehusarse a seguir recomendaciones u órdenes); por ejemplo, los pequeños de dos
años incluso cruzan resueltamente los brazos, a fin de evitar que un adulto los tome
de la mano para atravesar una
calle. A menudo se escuchan potentes y sonoros “¡No!” de niños de esa edad.
Con frecuencia surge la crisis de la etapa muscular, porque los padres temen dejar
que sus hijos muestren independencia; incluso algunos se angustian o se vuelven
excesivamente protectores cuando sus hijos empiezan a mostrar signos de
independencia. Si no se permite a los niños tener cierta autonomía desde temprana
edad, tal vez comiencen a avergonzarse de sí mismos y a dudar de su capacidad, y
en el estado adulto tal ausencia de autonomía puede manifestarse no sólo en
vergüenza y duda, sino en timidez; por tanto las personas que no lo han adquirido
en grado suficiente llegan a sentir que no tienen control sobre su vida y en
consecuencia temen tomar decisiones. 3.
Iniciativa en oposición a vergüenza y culpa
. La etapa genital o locomotora (de los cuatro a los cinco años de edad) constituye la
tercera etapa; se trata de una combinación de las etapas fálica y edípica de Freud.
Durante este período la conciencia del niño comienza a extenderse más allá del
propio cuerpo, hacia las personas y cosas que lo rodean.

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