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Un campesino en la ciudad.

NARRADOR: En la vida del hombre común llámese campesino, su dialecto en el mundo es


vulgar y de poca estima delante de la alta sociedad.

A continuación les presentamos la anécdota de Juan pelao un hombre campesino, quien


por la situación económica en el campo opto por enviajarse a la ciudad y buscar empleo
allí.

JUAN PELAO: (RASCANDOSE LA CABEZA) Caramba vieja aquí la jurga está cada vez más
fuñía pa conseguí la sambumbia pa come toy pensando en dime pala suidá.

MEREGILDA: (SECANDOSE LAS MANOS EN UN LIMPION) No jombre pué si, a quina ya no


se jalla na, pa metele al buche, ¿pero cómo va jase negro si no conocéis la suidá, pué jama
vuste a salio de jaqui?

JUAN PELAO: eso es de una vez meregilda ya voy a manda al sute que me traiga a
caramelo (burro) pa enjamugalo y apertrecha el saco con los chiriles (ropa).

FACUNDO HIJO: (ENTRA LLORANDO) no jombre apa ahí está el piazo e burro ese.

JUAN Y MEREGILDA: (ASOMBRADOS) Que te paso muchacho el sipote?

FACUNDO HIJO: El jilacho he burro me dio una manse pata en la canilla.

Llego juan pelao a la ciudad


ENTREVISTANTE: ¿Buenas tardes caballero, como amaneció, tome asiento por favor, en
que le podemos ayudar?

JUAN PELAO: (CON CARA DE ALEGRÍA CON EL SOMBRERO ENTRE LAS MANOS) ¡Guenas!
Yo soy juan pelao, y llegue enantes de mi tierra pues, pa ve que se jalla pa trabaja pa
llévale la sambumbia a la muje y al sute que tengo en la rancha.

ENTREVISTANTE: ¿Está bien mi amigo cual su profesión en su tierra?

JUAN PELAO: Bueno patrón yo no tengo ninguna, pero a san Benito le jacen una profesión
más linda.

ENTREVISTANTE: Perdón amigo dije profesión, no procesión. Hágame el favor y sale de la


oficina.
SALIO DE LA OFICINA MURMURANDO.

JUAN PELAO: ahora si se nos hecho a perder el atol, si yo estoy fregao ese está más
todavía, y que preguntándome que cómo amaneció que voy a sabe, me manda a toma
asiento como tan sabroso la sipa de café,

NARRADOR: Luego de tantos golpes por el maltrato de los citadinos, pudo obtener un
número celular para una oferta de trabajo y presten atención lo que aconteció.

JUAN PELAO: ¡Hola, Guenas tardes!

CONTESTADORA: Lo siento el número que usted marco no puede ser localizado.

JUAN PELAO: Uy san Onofre bendito, esta gente si es amable como sabría que yo estaba
parado que me mando a sentame mientras lo busca, pa donde se habrá dio ese jilacho e
número.

NARRADOR: Dando vueltas en la gran metrópolis, juan pelao oye a unas personas
hablando de unas redes y demás. Quedando sorprendido de aquella conversación.

PERSONA 1: Que hubo pana ayer te eché varios rines pero nada, las redes estaban malas.

PERSONA 2: Si costilla así es, pero de igual modo yo estaba full cayéndole a lata a una jeva
pa coronarla.

JUAN PELAO: na pelusa; pobre loco, que de gracia, que por lo menos, le habla, seguro que
las utilizan y no las lavan y menos aún las remiendan, por eso es que se dañan. Y el otro y
que tirándole lata a la tal jeva pa ponele corona. En mí tierra se coronan sin tirarle nada.

NARRADOR: regresando a su pueblo le recibe en su casa su señora la cual le estaba


esperando.

MEREGILDA:

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