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(fig. 348, c). Los arcos pueden ser simétricos y asimétricos.

Los arcos
Inarticulados, uniarticulados e inarticulados son, respectivamente,
■de única, doble y triple indeterminación estática. Las barras curvas
•cerradas (anillos), si no poseen articulaciones, son, también, de
triple indeterminación estática.

:Fic . 348

E l eje y las secciones transversales de una barra curva determinan


la forma del arco, que se elige sobre la base de distintos razonamien­
tos. La consideración principal requiere que el arco sea racional. Para
los valores de la carga, luz y flecha de arco conocidos, se considera

'Fig. 349. Distribución aproximada de los momentos flectores máximos debidos


a la carga rodante a lo largo de los arcos
t . — sin articulaciones 2 .— inonuarticulados 3.— biarticulados 4.— In articu lad o s

como forma teórica racional del arco del tipo dado, a la forma que
asegura la necesaria solidez y estabilidad del arco siendo el volumen
de éste el mínimo.
El eje del arco racional y sus secciones se determinan mediante
investigaciones especiales. La distribución del material a lo largo
de tal arco responde a la distribución de las fuerzas internas.
La distribución del material a lo largo de un arco con el eje
conocido, también, deberá corresponder a la distribución de las
fuerzas internas y, antes que nada, a los momentos flectores y fuer­
zas longitudinales. En la fig. 349 se expone la distribución aproxi­

170
mada de los momentos flectores mayores, en valor absoluto, debidos
a alguna carga rodante a lo largo de distintos arcos.
La segunda consideración al elegir la forma de los arcos, se basa
«n el deseo de conseguir que los resultados del cálculo tomen la
forma de fórmulas simples. En concordancia con esto, es necesario
establecer las leyes de variación de las áreas y momentos de inercia
de las secciones transversales partiendo de dos condiciones:
1 ) las dimensiones y la forma de las secciones deberán corres­
ponder a la distribución de las fuerzas de cálculo internas;
2 ) las integrales en la fórmula de los desplazamientos deberán
expresarse, en forma finita, por medio de funciones elementales,
para configuraciones simples del eje del arco.
Exponemos algunas leyes de variación de los momentos de inercia
de las secciones para arcos simétricos, las cuales en casos aislados,
en cierta medida, satisfacen estas condiciones.
a) Para los arcos inarticulados (véase la fig. 348, b)

J — J 0: eos a [ 1 — (1 — re) -y-J ,


(17.1)
J = J 0 : eos a | 1 — (1 — n) y j .

b) Para los arcos biarticulados (fig. 348, a)


J = J 0 eos a,

J = J 0: eos a 1 -f-(re — 1) -y- J ,

J = J 0 : eos a + (re — 1) y J . (17.2)

J — Jo ' eos a [ 1 + (re — 1 ) ( y 1) ’]*

donde re = J 0 : J HTT eos a nrr; J 0 es el momento de inercia en la


llave del arco y, J n„ , es el momento de inercia en el arranque del
arco.
Durante la proyección de puentes, particularmente de los urba­
nos, la elección de las formas de los arcos, también, se determina
por consideraciones arquitectónicas.

S 170. OBSERVACIONES PARA EL CALCULO DE ARCOS.


Por cuanto el arco es una barra curva, para calcularlo con exactitud
es necesario considerar su curvatura, o sea, determinar las tensiones
por las fórmulas (8.30) y los desplazamientos por la (11.37).
Señalamos, no obstante, que los arcos y las bóvedas utilizadas
en la construcción, aunque a veces también pueden tener gran cur­
vatura como, por ejemplo, los tubos de los tramos pequeños por
debajo de los terraplenes, normalmente, ellos son arcos de reducida
curvatura, para los cuales, y > 10. Para estos arcos el cálculo
complicado de la curvatura en la fórmula de los desplazamien­
tos (11.37) con frecuencia ofrece correcciones poco esenciales, por
lo que, cuando éste se realiza a mano, se lleva a cabo por las fórmti­
las para una barra de poca curvatura, cosa que al emplear las MDE
pierde el sentido.
En comparación con los momentos flectores M , la influencia de
las fuerzas internas N y Q sobre los desplazamientos en los arcos,
como norma, es mayor que en los pórticos. Ella depende de la carga
y sólo puede ser apreciada por los resultados del cálculo. Usual­
mente, con otras condiciones semejantes, la influencia de N y Q
para los arcos no articulados es mayor que para los biarticula-
dos 111 .
Si los momentos flectores M en el arco son grandes, la influencia
de N y Q, en comparación con la de A l, disminuye y, viceversa. En
los casos, cuando la configuración del arco sigue la curva de presión
para el arco Inarticulado, la influencia de A! y Q se reduce a cero.
Para las configuraciones del arco cercanas a la curva de presión
para los arcos triarticulados, particularmente, en los arcos de pen­
diente suave, la fuerza longitudinal N ejerce una influencia pre­
ponderante sobre los desplazamientos o, por lo menos, igual a la
influencia del momento flector.
El juicio existente sobre que, en todos los casos, la influencia de
N , en comparación con la de Q, es preponderante, no siempre os
correcta, incluso para los arcos relativamente suaves. La cuestión
es que no se debe olvidar, el coeficiente p > 1 (para las secciones de
doble te, fi 2,5—3) y el módulo de elasticidad G & 0 /iE , los
cuales, en la fórmula de los desplazamientos aumentan el sumando
que tiene en cuenta la influencia de Q.
Por cuanto el arco, en muchos casos, representa la parte básica
de obras caras e importantes, sin el análisis correspondiente, no se
debe ignorar algunas factores al determinar los desplazamientos por
la fórmula (11.37).
Todas las cuestiones de principio del cálculo de arcos pueden ser
expuestas con más simplicidad sobre la base de la fórmula de los
desplazamientos de la barra de pequeña curvatura (11.38), a con­
tinuación, sólo con el fin de simplificar y abreviar la exposición, so
aplicará en lo fundamental esta fórmula. Tomaremos las fuerzas
internas positivas por la fig. 200, a. En los casos en que sea indis­
pensable, se puede efectuar el cálculo del arco considerando su cur­
vatura, empleando, en lugar de la fórmula de los desplazamientos
(11.38), las fórmulas (11.37), conservando, al mismo tiempo, todo el
orden del cálculo expuesto a continuación.
Nosotros nos limitaremos solamente al cálculo de los arcos
simétricos, por ser los más frecuentemente empleados. El cálculo
de los arcos asimétricos, muy raros de encontrar, se diferencia poco
del de los simétricos. Las coordenadas del centro elástico de los
arcos asimétricos se determinan por dos expresiones y las ecuaciones
canónicas tienen la forma (14.37).
172
8 171. SISTEMAS BASICOS PARA ARCOS SIN ARTICULA­
CIONES. En la fig. 350 se representan diferentes sistemas básicos
para arcos simétricos sin articulaciones. Estos se dividen en: de

F ír . 350

viga (fig. 350, a-c) y de arco o arqueados (fig. 350, d, e). Todos los
sistemas básicos permiten el desmembramiento de las ecuaciones
canónicas y su reducción a la forma:

(17.3)

En los sistemas básicos do viga a y b, esto se logra con el traslado


de las fuer/as al centro elástico, en el sistema básico c, con el agrupa-
miento de incógnitas y la traslación de las fuerzas al nivel del centro
elástico y, en los sistemas básicos de arco d ye, con el agrupamiento
de las incógnitas.
El sistema básico a es asimétrico y por eso incómodo, el b, simé­
trico y cómodo. En este sistema, las fuerzas internas debidas a la
carga, se determinan simplemente y, en muchos casos, en algunas
partes del sistema básico, ellas son iguales a cero. El sistema básico c
también es simétrico, pero en él, las fuerzas internas, para cualquier
carga no autoequilibrada, no son iguales a cero por toda su lon­
gitud. Los sistemas básicos de arco d y e son simétricos. En ellos,
la determinación de las fuerzas internas es más compleja que en los
sistemas básicos de viga y, como norma, ellas tampoco son iguales
a cero por toda la longitud del sistema básico.
En los sistemas básicos de viga las fuerzas internas debidas a la
carga se diferencian considerablemente de las fuerzas internas en
el arco sin articulaciones y, en los sistemas básicos de arco las fuerzas
longitudinales, por ejemplo, son próximas a las fuerzas longitudina­
les en el arco. Por eso, los sistemas básicos de arco (particularmente
el e), por su trabajo, son más semejantes al arco sin articulaciones
que los de viga.

173
En el arco sin articulaciones las fuerzas internas debidas a lar
carga, al emplear sistemas básicos de viga, se calculan usualmente
como la diferencia de números vecinos grandes, lo que exige gran
precisión en los cálculos y, al emplear sistemas de arco, como suman­
dos que complementan a las fuerzas internas de los arcos inarticula­
dos, pudiendo ser calculados sin tanta precisión. Esto es importante
al efectuar la integración numérica de las integrales contenidas en
la fórmula de los desplazamientos. Si las integrales, en la fórmula
de los desplazamientos, se expresan en forma finita por medio de
funciones elementales, entonces, la ventaja de los sistemas básicos
de arco sobre los de viga disminuye.
En los sistemas básicos de viga, las fuerzas internas debidas a la
carga pueden ser consideradas artificialmente iguales a las fuerzas

internas de los sistemas básicos de arco, si a la carga que actúa


sobre el sistema básico de viga le unimos algunas fuerzas por la direc­
ción de las incógnitas básicas. Esto brinda la posibilidad de eliminar
el defecto señalado de los sistemas básicos de viga.
Por ejemplo, para el sistema básico b (fig. 350), deberán ser
aplicadas, en el corte, la presión horizontal If y la fuerza transver­
sal Q tomadas del cálculo del sistema básico de arco del tipo dado
(fig. 351, a). Para esto es necesario aplicar en el centro elástico del
sistema básico las fuerzas X x — H y X 2 Q y el momento X s He
(fig. 351, b). Esto se cumple en forma sencilla cuando el arco se
calcula bajo una carga fija. Al construir las lineas de influencia,
las fuerzas agregadas serán funciones de la posición del peso.
En adelante, por ser el más simple, utilizaremos el sistema
básico b.

g 172. CALCULO DE AHCOS SIN ARTICULACIONES B A JO


CARGA F IJA . La coordenada del centro elástico se determina pol­
la fórmula
1/2 1/2
c = I y d v : £ dv,
o b
174
donde
dt; = _ / * . (17.4)
£ / eos a ' '

Los valores de las fuerzas internas debidas a las incógnitas


unitarias básicas se dan en la fig. 352. En las ecuaciones canónicas

— z

Fig. 352
Ñ f-I señor
Q2 = ! ¿ Osc C

(17.3) las magnitudes 8U, y 633 110 dependen de la carga. Determi­


némoslas por las fórmulas (11.38), suponiendo que p 00, es decir,
despreciando la curvatura del arco.
El primer desplazamiento unitario es
1/2 1/2 1/2
611 f M* d: i f yv*___dz I u f Os ___dz
2 J E J coso + J ‘ eos a 1 ] v * G fc o s a *
0 0 o
Colocamos aquí los valores de yV/j, y
1/2 1/2 1/2

Y í ^ - C) 2 £ 7 7 ^ r + i c o s a w + n f SCÍ,2 a G F liir - <1 7 -5 >


0
En base a (17.4) se puede escribir la expresión del primer suman­
do de otra manera:
l(2 1/2 1/2
\
2
í < » - ‘ >, T r a n r + * í

175
donde k es un número arbitrario. Definitivamente
1/2 1/2

Suponiendo que sea k — c, obtenemos


1/2 1/2
í (y — c)2 . , ' y~-- = f (y — c) i/ — . (17.7)
J 7 E J coso J va ’ E J cosa ' ’
0 II
En algunos casos, el segundo miembro de (17.7) es más simple
que el primero.
Durante la integración, todos los valores contenidos en la expre­
sión bajo el signo de integral deberán ser expresados por medio
\
de la variable z, en particular, eos a — — . ■
■— , donde
i- - ( í r
y es la ordenada del eje del arco. Los restantes desplazamientos uni­
tarios son:
1/2 1/2
M f -- * --- l f jV*— dz
2 J * E J cosa ^ J * EF
El eos a
ii 6
1/2 1/2
i f ()- ___dz — f z2 ___d
±_
1 .1 '■2
- G
GFF eos
cosaa J} E J eos a
o
»/2 1/2
4- f seira-rrrr^---
1 J
H l í cosa-GF
Sucosa ‘ r J
^- ;' (17.8)
y •
II o
1/2 1/2
_ f «7 dz — r dz / 17 o\
2 J 3 ¿Veos a J A’/ e o s a * ' ' '
ii o
Al determinar los desplazamientos de carga, descomponemos la
carga en simétrica y do simetría inversa (fig. 353). La primera lia de
originar sólo los desplazamientos simétricos A ,P y A3P y, la segunda,
solamente los desplazamientos de simetría inversa A2P:
A|/> r , A/Í,rfz „ f N*p dz
— ] (// — c) E J cosa + 2 J COS“ E F eos a +

+ 2 il í s t,,,a (,7 1 °)

A2P r MpSdz x-, f , . ^ P 8 <*2

~2~ = 2 f 2 /:/ eos a 8011 AT eos a '

+ S l l í c o s a ? Í ^ T ; <1 7 1 1 >

= 2 ( ^ L . (17.12)
•¿J J A7 eos a '

17(i
Fig. 353

Eli este caso, la integración se efec­


túa sólo a lo largo déla mitad derecha
del sistema básico.
También aquí, es necesario expre­
sar a todas las subintegrales y los
límites de integración por medio de
la variable z.
Si las integrales, en las expresio­
nes (17.4)—(17.12), en la forma defi­
nitiva, no son expresadas por medio
de funciones elementales y se calcu­
lan, únicamente, con una integración Carga inversamente simétrica
numérica, entonces, en aquellos casos
cuando en el sistema básico las fuerzas internas son distintas de
cero a lo largo de lodo el arco, es cómodo agregarle a la carga
simétrica la presión horizontal // debido a esta carga en el arco
triart¡ciliado (véase la fig. 351).
En los casos cuando la carga se ubica sólo en una mitad del
arco, no hay la necesidad de dividirla en simétrica y de simetría
inversa, dado que al determinar los desplazamientos de carga, la
integración sólo se efectúa por la mitad cargada del arco. Las expre­
siones de las fuerzas sustituyentes (internas) en el arco pueden ser
obtenidas por la fórmula general (14.17), las cuales, para el sistema
básico adoptado son:
M P= ( y - c ) X i + zX z + í -Xí + M'p + M ' p 9, (17.13)
eos ctX, — sen a X 2 + O + N% -f Nps, (17.14)
(>P = sen a X , + cosaX 2 + U-f-(>p-f Qps. (17.15)
La verificación de la corrección del cálculo puede ser efectuada por
la expresión
v j Ms d s+ 2 í ’R s-W d s+ 2 V f Q s-& rd s**0 , (17.16)
donde M s = + M t + J ? 3 = (y — c) + z + 1 ;
N s — A\ + N 2 + N 3 = eos a — sen a;
Qs r Q\ + Q-i + Qa = sen a + eos a.
La expresión (17.16) es también válida en el caso cuando M s,
N s Y Qs no contienen a todas las fuerzas sustituyentes unitarias,
sino sólo a las debidas a dos de las incógnitas básicas.
Si se hace uso de la fórmula de los desplazamientos (11.37) para
el cálculo más preciso del arco teniendo en cuenta la curvatura,
entonces la coordenada del punto de traslado de las incógnitas C,
llí—U119] 177
en el que el desplazamiento suplementario ó 13 será igual a cero, se
determinará de la ecuación:
1/2 1/2 1/2
6|3 _ f (y-Q-l dz [ cosa__ 1 dz ' f dz —o
2 J E J' eos a J EFp eos a J EFffi eos a '

De aquí
1/2 1/2 1/2
f _JL_ J L . + f __L_ * I f y
J E J ' eos a 1 .1 A
EF
’AV> J EFp- eos a
0
C— —
"772 7/2 *
f a. f dz
) AV' eos a ~ j A’A’p2 eos a
o ll
Correspondientemente las fórmulas de los desplazamientos en
este caso serán:
1/2 _ 1/2
6|| f ( y - o 2 dz f eos2 a dz
2 J a:/' eos a J EA1 eos a T
o
1/2 1/2 1/2
_l. f' sen~*a dz o f eos a (y — c) dz f (y — c)- dz
J 6'A’ c o s a “ J A'A' (> cosa ' .1 A’A’p- cosa*
o í » o
1/2 1/2
v2 f -- dz , i’ sen2 a dz ,
2 J E J ’ eos a ‘ J EF eos a '
u o
1/2 1/2 1/2
i* , eos2 a dz C ( — sen a) z dz f zz2
- dz
1 .1 ^ GF eos a * J !F ,
EFf> eos a ^ J' A'A’p- eos a
i
1/2 1/2
f dz , l’ _____dz
2 J E J ' cobol 1 J EFp-cosa ‘

^ ip v» f ^ — c) M p „ /• A1®,
- 2_ = '.í-i 3 Á75 " c m T " ' ^ 3 cosc,'PAr i ^ r +

i t i f , Vp dz , t i f ^ P dz
+ > \u sen a -ttf-------r > , 1 eos a -rrp------- b
1 3 G f cosa J A.Ap cosa

+ 2 j W ist+2i <*-•>w •
W - 2J> +2 J<— «>ni¡r7s« +
, \} ( , Qp dz , \i |’ , dz
+ 1 ) » cos* -GA--^ « + 2 i J ( - * " “ ) £Á> 7 ^

178
g 175Í. CALCULO DE ARCOS SIN ARTICULACIONES A LA
ACCION DE LA TEMPERATURA. Examinemos el caso en que
la temperatura del arco aumenta después de su fabricación: por

Fig. 354

arriba en l 2 y por abajo en tt (fig. 354). En el caso cuando la tempera­


tura actúa simétricamente sobre el arco, la incógnita de simetría
inversa X 2 = 0 .
Las ecuaciones canónicas serán:

-f-Aj i — 0 ;
(17.17)
813X 3 -j-A3
de donde obtenemos
y v _ ' 3/
óTT ’ 3~ :
6133
Teniendo en cuenta que la fuerza longitudinal comprimente, en
los arcos, se toma positiva, por las fórmulas (11.38), (11.20) y (11.21)
obtenemos:
1/2 1/2
Y - - Í + 5 " 4 < '* - ''> 7 S T 5 - :
1/2
f 17 fl dz
—\ ~h~

Efectuando las sustituciones


tendremos que:
1/2 1/2

- y - = - í 4 « .A * + < » * .)d a - j
0 \ (17.18)
//2
P . . dz
2 ~ J ¡ l ') cosa
u

En el caso particular, siendo /, = t2 = t, obtenemos que


At/ = — fitl, A3<= 0
*' J
y, por consiguiente,
Xs =0, = (17.19)
\
» 1
En la fig. 354, b, se muestra el aspecto del diagrama de los mo­
mentos flectores para este caso particular. Por cuanto 8U se puede
A
representar en la forma , donde A es un número constante y E J 0
la rigidez a la flexión de cualquier sección, por medio de la cual se
expresan las rigideces de las secciones restantes, entonces, X !
fifi
= Esto significa que el empuje del arco, debido a la ac­
ción de la temperatura, es proporcional a su rigidez.
El cálculo de la contracción del material de los arcos de hormi­
gón, la cual es equivalente a cierta disminución de la temperatura,
so efectúa también por la fórmula (17.19).

8 174. CALCULO DE LOS ARCOS SIN ARTICULACIONES


AL DESPLAZAMIENTO DE LOS VINCULOS. Las ecuaciones
canónicas son:
8 ||X, + Aja = 0 ’

De ellas obténemos:
S22X 2 + A2A = 0; }
833X 3+ A3A = 0 .
(17.20)
í
XI a 1A .
c
v
» Si-2
A 2A
A
y _ A 3A
O2 2 * 3 t
O 33

Dado que las magnitudes 6n , 62, v 833 se pueden presentar,


A
como fuera hecho anteriormente, en la forma 6n , 6.,2
E J0 '

= -Jrr y 833 = -Sr . donde .4, R y C son números y E J 0, la rigidez


o o
de una sección cualquiera, entonces,
X I? / Aja . v I A2a
1 --- o— A 2 — — L,J o
v
A 3— —
1.’j Jro —
E &3A
p—

180
F¡b - 355
ni

Por consiguiente, durante el


desplazamiento de los apoyos,
todas las incógnitas básicas son
proporcionales a la rigidez del
arco. Los términos independien­
tes de las ecuaciones canónicas se
determinan por la fórmula
AftA= - 2 * i A , (17.21)
donde Aft es 'el desplazamiento
de los apoyos,
/{h la componente de la
reacción de apoyo en
el sistema básico, de­
bida a X h = 1 , por la
dirección del despla­
zamiento Ah.
El signo del producto I i hAh
se establece por el signo del tra­
bajo de la fuerza Ith, realizado
en el desplazamiento, por su di­
rección Aft.
Los términos independientes
también pueden ser determinados
por vía puramente geométrica.
/ ^
Para esto, es necesario comuni­ I/
carle al sistema básico los des­ I/+
plazamientos imprimidos a los I/
4
apoyos y, después, deter­
minar geométricamente los desplazamientos A,a. A ^ y Aj¿.
Mostremos ambos procedimientos de determinación de los despla­
zamientos del sistema básico por la dirección de las incógnitas
básicas, debidos a la dislocación de los apoyos, en un ejemplo con­
creto (fig. 355). Aceptemos que el apoyo derecho del arco se trasladó
horizontalmente, hacia la derecha, en un valor a y, verticalmente,
hacia abajo, en un valor b, girando en sentido de las agujas del
reloj un ángulo cp (fig. 355, a). Las reacciones unitarias en el sistema
básico, debidas a Xh = 1 , se muestran en la fig. 355, b, c, d. Por
la fórmula (17.21), tenemos:
A1a= — 2 7f,A ,= — |— !•« — (/ — c) cp|= fl + (/ — c)<p;
a 2a = — 2 ^ 2^ 2 = — ( + y?;
A 3a = — '2j h 3a 3= — ( — i -<¡p) =<p-
181
Para determinarlas geométricamente examinemos los desplaza­
mientos del sistema básico (fig. 355, e). Por consideraciones geomé­
tricas obtenemos que
A ia = < * + ( / — c) cp; A 2\ = — A 3A=<p,

es decir,las mismas magnitudes que obtuvimos por la fórmula (17.21).

8 175. CALCULO DE LOS ARCOS SIN ARTICULACIONES


CON EL E JE A LO LARG O DE LA CURVA DE PRESIO N EN
EL ARCO T RIARTICULADO. Si la carga está aplicada a lo largo
del eje del arco, la curva de presiones para los arcos Inarticulados
coincide con la curva funicular siendo, para ellos, el eje racional.

para el cual, los momentos flectores debidos a la carga son iguales


a cero. En el arco sin articulaciones con la misma configuración,
los momentos flectores, como veremos más abajo, a consecuencia de
la deformación del arco, debida a la fuerza longitudinal llamada
compresión elástica del arco, ya no son iguales a cero. Al hacer el
cálculo de tal arco, a la carga que actúa en el sistema básico le agre­
gamos la presión horizontal // del arco Inarticulado, aplicada, en la
sección del sistema básico (fig. 356).
En este caso, los momentos flectores en el sistema básico,
son iguales a cero, ya que la configuración del eje del arco ha sido
tomada por el eje de presión. Dado que los momentos flectores son
iguales a cero, también lo serán las fuerzas transversales Q que­
dando sólo las fuerzas longitudinales N% —■
— .
° eos a
La incógnita de simetría inversa X 2, debida a la carga simétrica,
es igual a cero. Para tal caso, las ecuaciones canónicas serán:

i■ +■Air = 0 ;
833^3 ~t~Ajp = 0 .
Por cuanto ATp — 0 y = 0 , entonces A3P y, por consiguiente,
X 3 son iguales a cero. Nos queda determinar sólo X x. El desplaza­
miento de carga es
//2 vo 1/2
f T v.-g— * - = f — " *
2 J 1 EF cosa J eos a E f
a u

182
ó bien
dz
EF eos a '

Por consiguiente:
1/2
dz
(17.22)
EF eos a ‘

El diagrama de los momentos flectores, debidos a la compresión


elástica, tendrá la misma forma que el de los momentos flectores
debidos al calentamiento uniforme (véase la fig. 354).

Sí 170. SOBRE EL ARCO NO ARTICULADO SIN MOMENTOS


En el § 175 se mostró que en un arco sin articulaciones con confi­
guración a lo largo do la curva de presión de un arco triarticulado,

a)

inevitablemente, aparecen momentos flectores a cuenta de la com­


presión elástica. Por consiguiente, con tal configuración, el arco
sin articulaciones no es un arco sin momento.
Mostremos que, con cualquier otra configuración, el arco sin
articulaciones no puede ser sin momento. La cuestión reside en que
la deformación del arco sin articulaciones para la posición dada de
sus apoyos, siempre está ligada a la variación de la curvatura
(fig. 357) y, por consiguiente, a la aparición de momentos flectores
y, por eso, cualquiera que sea su configuración, el arco no puede ser
sin momento. Esta tesis se puede demostrar de otro modo. Suponga­
mos que el arco sin articulaciones puede existir sin momento
(fig. 358). De todas las fuerzas suslituyentes que hay en él, sólo

cosa
desplazamiento horizontal del punto A , que, de antemano, deberá
ser igual a cero. Para esto, al sistema isostático básico le aplicamos,
por las reglas conocidas, la fuerza auxiliar P h — 1 (fig. 358, b).
En este sistema, las fuerzas internas debidas a P u 1 son distintas
de cero, además, N¡, = eos cc. Por eso, el desplazamiento buscado

183
del punto A se determina por la expresión

eos a ----- 775---- ¥* 0.


cosa t r cosa
Este resultado contradice a la suposición de que los momentos
flectores en el arco son iguales a cero, lo que significa que la admi­
sión aceptada es falsa.
Lo dicho se refiere también a los arcos biarticulados. Ninguna
variación del eje del arco elimina los momentos flectores; éstos
pueden ser distribuidos racionalmente a lo largo del arco.
Hablando en rigor, el eje del arco Inarticulado, configurado
por la curva de presión para el estado indeformado del arco, tampoco
existe sin momento, ya que las deformaciones del arco, a conse­
cuencia de la compresión, están ligadas a la variación de la curvatura
de la barra y a la aparición de momentos flectores en el arco (véa-
se 111 ).

g 177. REGULACION DE LAS TENSIONES EN LOS ARCOS


SIN ARTICULACIONES. En un arco sin articulaciones, configu­
rado a lo largo de la curva de presión del arco triarticulado, durante

F»t?. 359

la compresión elástica, surgen momentos flectores. Si durante la


construcción de un arco con tal configuración, que se emplea con
frecuencia, se crea artificialmente en él una fuerza longitudinal N
igual a la que se origina bajo la acción de la carga, 110 habiendo pre­
sión sobre el arco por parte del andamio, entonces, los momentos
flectores en el arco serán iguales a cero.
Esto se puede hacer por medio de galos colocados en la llave
del arco aún 110 cerrado (fig. 359). Comúnmente, los gatos se colocan
a ambos lados del eje del arco y pueden crear fuerza longitudinal
y momento flector en la llave del arco.
Para que los momentos flectores debidos a una carga permanente
se hagan iguales a cero, es necesario crear con los gatos, con la carga
en acción y el andamio quitado, las presiones Z, y Z 2 iguales entre
sí y, en la suma, iguales a la presión horizontal del arco Inarticula­
do debido a esta carga, es decir,

(17.23)
Señalamos que, con tal presión en los gatos, teóricamente, el
arco ya no deberá ejercer presión sobre el andamio, pudiendo éste
ser quitado fácilmente.
En el arco, con ayuda de los mismos gatos, pueden ser creadas,
complementariamente, tensiones previas artificiales, que equilibran
las tensiones debidas a la carga accidental, a la acción de la tem­
peratura y a la contracción del hormigón. Por cuanto los gatos pue­
den crear fuerza axil y momento flector en la llave del arco, entonces,

Mn are

Fig. 360

las dos condiciones dadas pueden ser satisfechas. Por ejemplo, en


el arranque y en la llave del arco (o en otras dos secciones), se pueden
crear artificialmente tales fuerzas complementarias internas, con
ayuda de las cuales, las tensiones teóricas de borde, desiguales en las
partes superior e inferior de la sección del arco, debidas a la carga
permanente, a la acción de la temperatura y a la carga accidental,
ubicada en las posiciones de cálculo (fig. 360), se hacen iguales.
En los razonamientos expuestos más arriba no se ha considerado
el fenómeno de escurrimiento plástico del material, que con el tiempo
puede debilitar considerablemente el efecto del estado de tensión
creado artificialmente en el arco. Por eso, al crear en el arco el estado
de tensión inicial, se debe tener en cuenta el escurrimiento plástico
del material.
Para concluir, examinemos un procedimiento artificial más que
permite disminuir los momentos flectores en el arco, debidos a su
compresión en el caso de carga constante. El arco, con la configura­
ción a lo largo de la curva de presión del arco inarticulado, se erige
y descimbra como el triarticulado. La compresión en el arco tiene
lugar en el caso de carga constante. En éste surgen momentos flecto­
res. Poro debido a que la curva de presión se fija con tres articulacio­
nes, ellos serán menores que los momentos flectores debidos a la
misma compresión, que surgirían en el arco sin articulaciones.
Después del descimbramiento del arco, sus articulaciones se cierran
y resulta sin articulaciones. De esta manera, el arco trabaja bajo
la carga constante como triarticulado y, bajo todas las restantes,
como sin articulaciones. El procedimiento examinado de disminu­
ción de los momentos flectores debidos a la carga permanente tam­
bién, puede ser empleado para los arcos biarticulados.

185

K
Los momentos flectores en los arcos Inarticulados de configura­
ción racional debidos a la compresión de la carga constante pueden
ser también, eliminados con ayuda de gatos. Para esto es necesario
crear en los gatos presiones iguales a la mitad de la presión horizon­
tal debida a la carga permanente, y efectuar el cerramiento del arco
con una articulación para la flecha de arco dada y el andamio debili­
tado o quitado. Una subsiguiente regulación de las tensiones en los
arcos triarticulados no es posible, dado que ellos son isostáticos
y no pueden tener tensiones preliminares.

S 178. CALCULO DE ARCOS SIN ARTICULACIONES SOBRE


APOYOS ELASTICOS. Si los apoyos de un arco son elásticos, en­
tonces, bajo carga, los arranques del arco se desplazan, lo que se

refleja en su trabajo. Estas dislocaciones de los apoyos se deberán


tenor en cuenta al hacer el cálculo del arco. El sistema básico para
el cálculo lo formamos seccionando el arco por el medio (fig. 361).
El centro elástico, por ahora, no lo empleamos. Las ecuaciones
canónicas para los arcos simétricos colocados, como esto sucede
frecuentemente, sobre apoyos elásticos, con diferente compresibili­
dad, tienen la forma:
afclXl + ah2^2 ~t~ah3^3 + *4»iP = 0 (17.24)
para k = 1, 2 y 3.

Los coeficientes y términos de carga, para ellos, son:


@hm= ^hm "f" ^lim
Ahp— A/,p-f- Bh¡,
donde óftm y Akp son los desplazamientos originados por la defor­
mación del arco;
^km y BhP, l°s desplazamientos debidos a las dislocaciones
de los apoyos elásticos.
Las magnitudes 6ftm y AhP se determinan, como antes, por el
procedimiento corriente, pero, para la determinación de los despla­
zamientos del tipo bkm y BhP, obtendremos fórmulas especiales.
Para esto empleamos el principio de los posibles desplazamien­
tos, examinando el trabajo de la fuerza P = 1 en los desplazara ien-

186
Fig. 3f>2

tos debidos a la carga, origina­


dos por las dislocaciones elásti­
cas de los apoyos del arco
(fig. 362, a). Este trabajo es
igual al de las presiones debidas
a P k = 1 sobre el apoyo elástico
(fig. 362, d), el desplazamiento
del cual, debido a la carga, se
puede expresar por medio de la
presión de esta carga sobre este
apoyo (fig. 362, c)
Si las presiones y el momen­
to debidos a la carga, aplicados
en el apoyo elástico, se designan
con Y P, X P y M P, y los despla­
zamientos de traslación y angular
del arranque del arco en el siste­
ma básico, debidos a Y — t con 8 y^-, 6^-, a los debidos
a X = 1 , con 6y*r, ^aF-y y a l°s debidos a M = 1 , con ó'í^f,
^x^i, ÓSfwt entonces, para el apoyo izquierdo, el trabajo, de la
presión debida a la fuerza Ph — 1 sobre los desplazamientos debidos
a la carga, se expresa así:
1 Bkp = Y h ( ü V y ^ p + b 'J x X p -I- ÜiPm M p ) -f-

+ X /, ( 6 7 y I p - f ó.íf\ X/> + Ó a Iv M /.) +

+ M h (6 6M p + ó ^ mA/p)._ _ (17.26)
De esta fórmula, sustituyendo Y P, X P y AIP por Y m, X m y M m
obtenemos
1 %bhm = Yh (6?^yi m+ jfXm-f-óyjf A/m) -f-
+ X_h (ó°APy F m + (>TxX„ + ÓZ/Á{m) +
+ M h (Ó'í/’y Y m+ btfxX m + K fMM m). (17.27)
Las fórmulas para el apoyo derecho se componen análogamente.
La simplificación del cálculo, es posible trasladando las fuerzas
al centro elástico del sistema. Las coordenadas cx y dx del centro
elástico se determinan de las condiciones a 13 = a23 0. Una vez
trasladadas las fuerzas al centro elástico, las ecuaciones canónicas
toman la forma:
anXt + 012X 2 + -^ip — 0 ;
fl2lXi + 022^2 + ■^2P== Oí (7.28)
« 3 3 X 3 + A 3P = 0 .

187
Si el arco es simétrico y está ubicado sobre apoyos simétricos,
entonces, las ecuaciones canónicas para este arco sin trasladar las
fuerzas al centro elástico, tendrán la misma forma que las ecua­
ciones (17.28):
13^ 3+ -A\p= 0;
a3tX 1 -f-033^3 -j-A¡p = 0:
a22^2~h^2P— 0- (17.29)
Se puede seguir simplificándolas, trasladando las fuerzas al
centro elástico, cuya posición se determina de la condición a 13 =
= ^13 ^13 = 0 .
En este caso obtenemos que
m
í ~ c*> + 1 *'W'x ('+ 1 >+ </'~ c‘) ( + !) = °-
o
de donde
1/2 1/2
c‘ - ( ¡ » T ? ¡ 7 ¡ ^ + W « + f W > ') - ( \ - E 7 W + ® ” )-
» 0
Si en calidad de apoyo elástico, se examina un fundamento
rígido sobre base elástica (fig. 363), entonces, es necesario repre­
sentar a todas las dislocaciones del apoyo por medio del desplaza­
miento de la base de fundamento, a la cual debemos referir las

Fig. 363

fuerzas contenidas en las fórmulas (17.26) y (17.27). En este caso,


los desplazamientos secundarios del apoyo elástico son iguales a cero
y sólo quedan los principales óyfy, 6‘tfx y 6aÍm- A consecuencia de
esto, las fórmulas (17.2(5) y (17.27) se hacen más simples.
El cálculo de la influencia de la deformación del suelo, bajo los
apoyos macizos del arco, representa una tarea complicada. Su resolu­
ción aproximada es posible sobre la base de las siguientes admisiones
groseras: 1 ) el fundamento es considerado absolutamente rígido;

188
2 ) la presión sobre el suelo se trasmite sólo por la base de funda­
mento y 3) las fuerzas de resistencia del suelo por la base de funda­
mento, es proporcional a las dislocaciones. Con estas admisiones,
tendremos que:

6' Py = kYF tUBá ’ = * ,A ’fUnd ’ * (1 7 ' 31)

donde Ftuna y Aund son Ia superficie y el momento de inercia de


la base de fundamento (fig. 364) y, kY, kx y k los coeficientes de
compresibilidad de la base.

Fig. 364

Si los apoyos del arco son simétricos, entonces, tiene sentido


trasladar las incógnitas al centro elástico el cual se determina por
la fórmula (17.30), sólo que aquí, en olla en lugar de /, es necesario
colocar la magnitud f + h (fig. 364):
1/2 U2
C ,= ( | y E J cosa + liftuná ) : ( í E J cosa + W fund ) * C 7 "32)

En este caso, las ecuaciones canónicas serán:

a n ^ i + ^ ip — 0;
fl¿zX2 + A2p = 0 ;
O33X 3 -f-A¡p = 0 .

E
l 70. LIN EAS DE INFLUENCIA DE LAS INCOGNITAS
ASICAS, DE LOS MOMENTOS FLECTORES Y DE LAS FU ER­
ZAS LON GITUDINALES Y TRANSVERSALES EN EL ARCO
SIN ARTICULACIONES.
1. LINEAS DE INFLUENCIA DE LAS INCOGNITAS BASICAS
Examinemos la acción, sobre el arco, de la fuerza concentrada P,
aplicada a la distancia a desde el origen de coordenadas (fig. 365, a).
En el sistema básico, las fuerzas internas estarán sólo a la dere­
cha de esta fuerza P, o sea, para a ^ z ^ 1/2.
Las expresiones de estas fuerzas son las siguientes:
M % = — P (z — a), N p = P s e n a , (f¡>— — P coso.

189
Fig. 365

Las expresiones «le los términos (le carga de las ecuaciones


canónicas son:

A , p = - j (y -c )-^ ^ d z +
a
1/2 1/2
+ Í “ ‘ “ TítS ' ' 2- ) ' ■
‘ ■ "'“ ' ¿ S t * - ' ’♦.(«)! 07.33)
n a
1/2 1/2
. (• P (*— «) , f Psen o ,
A,p — \z-rr-.---- dz — l sena-TTTT---- dz +
£ J L J cosa J b r cosa 1
«i a
1/2
+ i ^ co sa- ¿ S - d 2 = /> ^ ( « ) ; (1 7 .3 4 )
/ '2
/' (Z — rt)
(17.35)
A« - - J 1 + 7W 3-rf= “ ^ <“ >•
Las expresiones de las incógnitas básicas son:

A
v
1 = -- jr---
_a
---- 7-- , A
* V i <a )
í p v
2- &2P
O lí Olí 6;>2 322
A\= A. P 1 /’
tfa (a)
( 1 7 .3 6 )
633 633
Dividiéndolas por P y, sustituyendo el símbolo a por la coor­
denada variable z, obtonemos las ecuaciones de las líneas de in ­
190
fluencia de las incógnitas básicas para la posición del peso sobre
la mitad derecha del arco:
l.i. de X , = - J L l ÍÜ , l.i. de X 2= —
Olí *>22
1.1. de X 3= — í § ^ . (17.37)
033
Para la posición del peso sobre la mitad izquierda del arco,
las líneas de influencia pueden ser construidas por la condición
de simetría. Las líneas de influencia de las incógnitas simétricas
son simétricas y las de las inversamente simétricas, de simetría
inversa. Esta conclusión se desprende del método cinemático de
construcción de las líneas de influencia, la forma de las cuales s&
muestra en la fig. 365, b, c, d.
Las verificaciones de las líneas de influencia pueden efectuarse
peí siguiente modo.
LINEA DE INFLUENCIA DE X, (VERIFICACION APROXIMADA)
Supongamos que la l.i. de X , se determina aproximadamente,
por la ecuación de una curva semejante a ella

X 1 = -j ( 1 + e o s ) , (17.38)

donde b es la ordenada de la l.i. de X , para z = 0 .


Para el caso de una carga uniforme r/, la presión horizontal del
arco sin articulaciones es semejante al del arco Inarticulado. Por eso,
1/2
2J ( 1+ cos-=7i ) dz~ igj-,
0
de donde obtenemos que
(17.39)

Esta fórmula de aproximación puede descubrir, sólo, los errores


de cálculo groseros.
LINEA DE INFLUENCIA DE X 3
l.i. de X 2 = — & £ - = - 4 ^ .
022 ^22
Como fue expuesto anteriormente, la línea de influencia es el
diagrama de los desplazamientos ó P2 si el desplazamiento 622,
es decir, la fractura por la dirección X 2, se toma igual a la unidad
negativa. Esto es, precisamente, la verificación de la l.i. de X 2.
LINEA DE INFLUENCIA DE X3
l.i. de X 3= - -6 ^3 =___
- 6^3
633 833
Efectuando razonamientos análogos, llegamos a la conclusión
de que la línea de influencia es el diagrama de los desplazamientos
191
b P3. si el desplazamiento 833 se toma igual a la unidad negativa.
En este caso, Ó33 es la suma de los ángulos de giro de las tangentes
al diagrama de 8pS en el medio del arco, los cuales, debido a su
pequeñez, pueden ser sustituidos por las tangentes. Analíticamente,
considerando el signo de la l.i. de A' 3 (fig. 365, d), esta condición
puede ser representada en la siguiente forma:

< « * >

Por eso, la tangente y la horizontal, trazadas en el medio de la


l.i. de A's, cortarán en la vertical, por debajo del apoyo, un segmento
6*. = 44-, en la escala de la línea de influencia.
La construcción de las líneas de influencia de las incógnitas
básicas empleando la forma matriz puede ser efectuada por las
reglas:
1) Si es deseable tener las ordenadas de la l.i. en (« + 1) puntos
de medio arco, entonces, es necesario dividir la mitad derecha de
su sistema básico por el eje z en 2n partes iguales de longitud dh =
^ •2 n . Numerar en forma sucesiva los puntos de la división de
izquierda a derecha 0 , 1 , 2 , . . .
2) Componer la matriz de los momentos flectores (y también
para un cálculo más exacto de todos los esfuerzos internos restantes)
debidos a las incógnitas unitarias.

Mot A / 02 M os
M í2 M i3
Af = m 2í m 22 A / ,3

^(2n>2 M (2 « ) 3
3) Componer la matriz de ductilidad A por (11.56)

a0 0 0 0 0 0 0
0 Aat 0
0 0 2a 2 0 (ceros)
0 0 4a3 0
0 (ceros) 0 2a* 0
0
0
0 4a I2w-I , 0
0 0 a2n

donde a¡ = E J 0 : E J t eos a¡

192
4) Componer la matriz de M% colocando el peso móvil P = 1
solamente en los puntos pares de la división
M oo — 0 M 0
2= 0 M ^ n )— 0
M 10= 1 m ,2 = o M ,(2n>= 0

M % =d M 2o= 2 M 22 — 0 ■^2(2 n) = 0
M 32 = l

M (2n>o= M (2n)Z — (2 w 2) M (2n)(2n) = 0


5) Las matrices D =|| 6hm|| y Ahp =|| Sftp||, respectivamente,
se calculan por las fórmulas:

D — M'AM\ Ahp = M 'A M p

6) Las ordenadas de la l.i. de las incógnitas básicas se calculan


por las expresiones:

l.i. de X , =
611
; l.i. de X2= — t>22 v l.i. de X 3= - - ^
O33
2. LINEAS DE INFLUENCIA DE M, N Y Q EN LA SECCION

Escribimos las expresiones de las líneas de influencia de las


fuerzas internas, por (14.77), en la forma general:

l.i. de = (Li. de X,) (yk — c) + (l.i. de X 2) z h +


-f- (Li. de X 3) l + l.i. de M I;
Li. de N h = (Li. de X,) eos a,, — (Li. de X 2) sen a h +
(17.41)
+ l.i. de N%;
Li. de Qk = (Li. de X ,) sen a ft (l.i. de X 2) eos a h -f
+ Li. de Q°h .
De esta manera, las líneas de influencia de las fuerzas internas
se componen de las líneas de influencia de las incógnitas
básicas multiplicadas por magnitudes constantes, por las expresio­
nes (17.41), y de las líneas de influencia de las correspondientes
fuerzas internas en la misma sección del sistema básico. En la
fig. 366 están representadas las líneas de influencia de M i, Ql
y Nh en el sistema básico, para las secciones sobre la mitad derecha
del arco. Sus ecuaciones son las siguientes:
el peso se halla a la izquierda de la sección (O ^ z ^ z)k
M I = — 1 (zh — z), N°h = 1 sen a h, <$ = — 1 eos a h;

el peso se halla a la derecha de la sección (zh ^ z ^ y )

M \ = 0 ; N°h = 0; Q th = 0.

1 3 -0 1 191 193
Fig. 366

Las líneas do influencia


del momento flector y de la
fuerza axil son diferentes por
su forma. Por eso, para la
determinación de las tensiones
L L ÍttN ! Rectas
mayores de borde en el arco, )derechas
cuando estas pueden ser de­
sm
terminadas por las fórmulas
necia izquierda , , \ n t>
(8.31), es necesario emplear Recia Izquierda *
las líneas de influencia de las
tensiones de borde (8.32) o las cosa
de los momentos nucleares,
las cuales pueden ser construí-
das independientemente de las líneas de influencia de M y N , por
cuanto las tensiones se expresan por medio de ellas, por las fórmu­
las monomias
nucí
a, = A C c l: W'',, o 2 = — M /,, w, (17.42)
Las líneas de influencia de los momentos nucleares se expresan
por medio de las líneas de influencia de las incógnitas básicas, del
siguiente modo:

1.1. de Af"“cl = (l.i. de * ,) ( !/ * ,- c)-t-(Li. de X 2)zAl +


+ (l.i. d e X 3) 1 + l.i. de M%t; (17.43)
1.1. de < cl = (l.i. de X i)(ykt- c ) + (l.i.d e X 2)zhi +
+ (l.i. de X 3) 1 + l.i. de (17.44)
donde zh e yh son las coordenadas de los puntos nu­
cleares;
l.i. de Allí y Li. de A/5¡s, las líneas de influencia de los momen­
tos nucleares en el sistema básico.
Las ecuaciones de la línea de influencia de los momentos nuclea­
res en el sistema básico son:
el peso se halla a la izquierda de la sección (0 z ^ zh)
AIl¡ = — 1 (zh, — 2), M lt = — 1 (z/ia— z);

el peso so halla a la derecha de la sección |z„ ^ z ^ y j


A/?„ = A/Xs = 0 .
Las rectas izquierda y derecha se cortan por debajo de los puntos
de momento (fig. 367). Las líneas de influencia de los momentos
nucleares, por debajo del punto central k de la sección, tienen fractu-

19'
Fig. 3C7

ras de magnitud sen a k y , y, las de las tensiones, de magnitud


SC1‘ a,í . Para las secciones
3S en el medio del arco, donde a = 0, las
r
fracturas son iguales a cero.

§ 1 HO. METODO GRAFICO-ANALITICO DE CONSTRUCCION


DE LAS LINEAS DE INFLUENCIA DE LAS INCOGNITAS
BASICAS EN EL ARCO SIN ARTICULACIONES. El método
gráfico-analítico de construcción de las líneas de influencia de las
incógnitas básicas consiste en que los diagramas de los desplaza­
mientos verticales 6 Pfc, por medio de los cuales, por el método cine­
mático, se expresan las líneas de influencia, se obtienen como dia­
gramas de los momentos de la carga convencionalmente repartida
en la viga convencional. En ol § 108 fue aclarado que la viga conven­
cional, para la parte derecha del sistema básico, posee empotra­
miento a la izquierda y, el extremo libre, a la derecha (fig. 368).
En la fig. 368, a, b, se exponen dos variantes de carga convencional­
mente repartida. Su intensidad para 6Pm, por (11.85) y (11.86),
considerando a la fuerza longitudinal do compresión positiva, será:
q*m(z) = q * ? ( z ) + ± ^ ;

Mr Mn AL
9m (z) = ( — -eos a E J ' eos a EF p2 eos a EFp ) = (17.45)
Qm * "Aim tg a \
m*m (z) = — ( A'm tg «
EF r GF -+
1■ E F p
para m = 1, 2, 3.

13* 195
b) dm" fzj
z n*fr)-.n"h) ♦— M-

\
v

K K K, K K.t K
S S S íf lliW ®
¡/ kI k k’l

Fig. 308

La ecuación diferencial de los desplazamientos es

= (z) + - ^ | ^ - . (17.46)

Las condiciones límites en el empotramiento, para z = y , son

(17.47)

Sin tener en cuenta la curvatura, todas las expresiones se sim­


plifican.
En los casos, cuando la ecuación diferencial (17.46) no se integra
en funciones elementales, es indispensable pasar a los pesos elásticos
concentrados debidos a X m = 1. Las expresiones para los pesos
elásticos, al sustituir el arco por una viga quebrada con los valores
medios de ./ y F por sectores, pueden ser obtenidas por la fórmula
(11.80) o sobre la base de otras admisiones, por las fórmulas 1(11.97)-
(11.104) y (11.115)-(11.117), cambiando en ambos casos el signo de
la fuerza longitudinal.
Así, por ejemplo, por la fórmula (11.80), teniendo en cuenta
a N y Q y sin considerar la curvatura, tendremos que: 1) Pesos
elásticos intermedios (véase la fig. 230)

W hm = W ¡ £ + W [NJ + W i® = - [ ----í____v
6 eos a hE J h

X (^(k-iim -f-2M hm) -f- g g)n-i


6 eos a h+iE J h+{

196
para m = 1, 2, 3. 2. Pesos elásticos extremos desprendidos de
y Qn (véase la fig. 228):
Izquierdo (en cero)

- - [ '« c a i H r W „ + Üf ,„)] ~

r < í+ s s ...1 , r„
“ L ------ 2EF\------ t g a ' J + L Ml 2G Fi J *

Derecho (último)

W nm = — [ 6 eos a nE J n + 2j^ " " » ) ] +

'I r 5 8 r - .^ + « 5 -1
+ | -------- ---------------- g " J — L^n 2CF^ J*

Para ck = c^+x = c las fórmulas resultan más simples.


Los desplazamientos propios pueden ser calculados por la fór­
mula obtenida sobre la báse de (i 1.44):

6 ..» -- 2 2 [ f e ? .? » a , ( ^ • + 2W ) W +
A=0 A=0
e/i+i
« * ., « * » ' + » » ) « ■ ] +
n

fc=o

T W S 5 Ü 5 W T + W f .) » '] - (« .4 9 )

La fórmula de Whm\ compuesta por (11.97), tiene la forma:


1) Pesos elásticos intermedios
j j r ( M ) __ _______ cn r m (k—n w ^ f c i 2 o ^ (^/t "f*
hm — — 6£^o [ cos ' cos ahj h ' co

(17.50)
COS Ofc+i/fc+lCo
para m = 1, 2, 3.
2) Pesos elásticos extremos desprendidos ue y Q¿.
Izquierdo (en cero)
w lM)______ cq / 2Á/om/oei , \
0m 6AT0 \cos aoJ0c0 ‘ cosa|/it0 / "

Derecho (último)
i i / ( M ) __ ________ Cq / M <n-1)m^Oen i nmJgtn \
nm ~ 6EY0 Uos a „ _ t/„ _ ic 0 ‘ coso„ J nc0 ) '

Los pesos elásticos y WtfQ pueden ser tomados de (17.48).


197
§ 1 8 1 . LIN EAS DE INFLUENCIA DE LAS INCOGNITAS
BASICAS PARA LOS ARCOS SIN ARTICULACIONES DE CON­
FIG U RA CIO N ESPECIAL
i. ARCO PARABOLICO

La forma del arco parabólico se determina por las expresiones


.. 4/z2 r . Jo
y l2 cosa *
La coordenada del centro elástico, por (17.4), es
1/2 . _ 1/2
4/z2 dz % i" dz _ f
C-
Í ~P~ ' ~ e j ¿ : J H Jl ~ T

La influencia de la curvatura y las fuerzas internas N y Q sobre


los desplazamientos no la tomamos en cuenta. La ecuación diferen­
cial de los desplazamientos verticales óJ)ft, por (17.46), es
‘Pbph Wk Mh
(17.51)
dz2 eos a E J E Jo

LINEA DE INFLUENCIA DE X,
Por las fórmulas (17.5—17.7)
1/2
fin f / 4/z2 / \ 1/22 dz 2/2/
2 ~ J l Z2 3 / i2 " E J q 45£V0 '
o
La ecuación diferencial de los desplazamientos ÓP1, por (17.51), es
<P6Pi _ Mt 1 4/z2 / \. p r
dz2 ~ EJo l ¿2 3 / ' °-
Integramos por primera vez
_ 1 4/z3
1
_
- ,Z 4-
dz l 3i2 3 +
i dóP|
para z = y ~dT ~ ® (s*n *,ener en cuenta a N y Q), lo que da
Cl = 0. Integramos por segunda vez

E J f iP, --- ( | i - J f + D ,) .
I 11^
Para z = y , ó P1 = 0 , lo que da jOj = - ^ . La ecuación de la
línea de influencia de X x es

l.i. de X , = — ^ = - i J . i ( l - 8«2.+ 16u*). (

donde u = -j- .

198
15/
Verificación: para u = 0 , X¡ = ~ , lo que se aproxima a la

magnitud ^ .

LINEA DE INFIUENCIA DE X2
Por la fórmula (17.8)
1/2
¿>22 _ f „2 dz _ 13
2 “ J * E J0 - 2AEJ0 -

La ecuación diferencial de los desplazamientos 6P, es


„ . ¿26/>2 _
0 dz2
Integramos por primera vez

b j0, 2 & . ------* + C dz-


,. - 2
Z dfi 12
Para 2 = -^ — 0, lo que da C. = 4- . Integramos por segunda
¿á dz " o
vez
E J 0&p2= — g-H— g-+ D2.
i i3
Para z = y 8P2 = 0, lo que da D 2 = — 7*4 *
La ecuación de la línea de influencia de X 2 es

l.i. de X 2= _ ^ g . = i ( 1 - 3 m + 4u3). (17.53)

Verificación: para u = 0 X 2 = 1/2.


LINEA DE INFLUENCIA DE X 3

Por la fórmula (17.9)


1/2
633 _ f dz l
2 ~ ) E J0 2EJ q •
0
La ecuación diferencial de los desplazamientos 6PS es

t J °~ Z 2-- _ 1 -
Integramos por primera vez
E j 0- ^ - = - z+ C3.
Para z = , d
- ^ = 0 , lo que da C3 = 4 - . Integramos por se­
gunda vez
E J 08,,3= — +

Siendo z = -y , ó P3 = 0 lo que da D a = — y

199
Fig. 369

La ecuación de la línea de influencia de X 3 es

Li. de X 3= _ - ^ = 1 ( 1 _ 4 ií + -4u2). (17.54)

Verificación por la fórmula (17.40):


dX3 1 dX3 _ l
dz l du 8 ( — 4 + 8u),
para

2. ARCO CATENOIDE
La ecuación del eje del arco por la fórmula (8.17), es

y = - ¿ r (c h ^ - 1).

La expresión del momento de inercia de la sección, por la fór­


mula (17.1), es
J = J 0 : eos a [1 — (1 — n) £ 1,
donde £ = z : —- , k = arch m,
m = qn • 9o. n = J 0 : J n c°s otn.
Formamos el sistema básico por la fig. 369, b. El cálculo lo
efectuamos sin tener en cuenta la influencia de la curvatura, de
Q y considerando, parcialmente, la influencia dq N sobre los despla­
zamientos.
200
Las incógnitas básicas las designamos por X u X t y // (en lugar
de X B).
La ecuación diferencial de los desplazamientos verticales, por
(17.46), es

Después de la sustitución, obtenemos

t- Í ? £2 r = - T k ~ T - <«'55>
Los pesos elásticos son

LINEA DE INFLUENCIA DE X! (FIG. 369, b)

M, = l;

a„-2 j iv - 2 | - ¿^[1 (17 S6>

Por la expresión (17.55)

Integramos por primera vez

— ¿Tó* [ 5“ ^
Determinamos la constante de integración Cj por la condición;.
para £ = 0 , = 0 , dado que el diagrama de ópi es simétrico.
De él obtenemos que Ct = 0.
Integramos por segunda vez

Determinamos la constante D i de integración por la condición,,


para g = 1 6P1 = 0 , lo que da]

La ecuación de la línea de influencia de X j es

l.i. de X , _ - M = _ i ^ . | 3 ( l - P ) - ( 1 - » ) ( 1 - S » ,| .

(17.57).
201
LINEA DE INFLUENCIA DE X 2 (FIG. 369, c)

6- " 2
O
j
Por la expresión (17.55)
■ 'Í - S Í 'T - <i7 -58>

l 12 ri _(A v ti
dg2 ~ 8 £/0 * ^ '
Integramos dos veces:
d tP2 _ Z2 r 52 53 n
8Av0 L t - ( 1 - " ) - r J - r c 2'

Sp2 = — ¿ ^ [ 4 ----( 1 _ n ) +

Por la condición de simetría inversa, para | = 0 ÓP2 = 0, lo que da


D2 = 0; para £ = 1 6p, = 0, lo que da

C z= 8£V0 ["6 ~ — IT ] *
La ecuación de la línea de influencia de X 2 es

1.1. de - - 2 i l f ¿ ) - ' 2 « - ? ) - (1 - ») (1 - » 1 - («.5 0 )


LINEA DE INFLUENCIA DE LA PRESION HORIZONTAL H
(FIG. 369, d)
M ri = (y — c), N „ = cosa.
La coordenada del centro elástico es

“ í <ch « • - 1 )■w 1'1 - - »>« i ' ■


Después de la integración, obtenemos que


i l
2E J0
*11 — (1 — n)Sl d\.

c=a_____ y _____ { 1 1 n\ r Vm 2- i w 1
C (ro-l)(n + l) \ k 1 2J J ' k *2
(17.00)
El desplazamiento fiHH, se determina teniendo en cuenta las fuerzas
longitudinales y utilizando la transformación (17.6):
tn _

« w - 2 (* + U j * i - s j Í « -
0
1/2

- 2 (1 + 1 ) f Ur— O t o — e + ^ - E T ^ r . (« •« )
0
202
donde
1/2 J/2
f *2 dt f eos2 a • dz
J H EF cosa .1 £/■’ eos a
ó o
"n //2 //2
J £ 7 ^ T j ür— * ) ü r — « + * > ■ EJ eos a
o o
Efectuando la sustitución de las magnitudes y el cambio de la
variable z = £ -¡r- , obtenemos que

i
í>„„ = 2 (l + r,) f *5 - 1 )- »] X

Después de la integración tendremos que

K h= (i + T i ) { [ 2(m -i) ~ j ] ¡M m -ij + 2 (» - 1)5~ í 1 ~ /l) X


r / w—2 c \V m ^ - l ,_____1_______ 1_ / m—3 c \1 •»
L \2 (m —1) / ) k (m— 1) ** 4 (m— l )2 ^ l 4(m - l) / /J / '
(17.62)

La ecuación diferencial de desplazamientos 6PH, por (17.55), será

" >l l =
Z¿2 f c ch Arg— 1
\EJq

Integramos por primera vez


dfipg _ fP r / c ___ 1 \» /c 1 \( 1 ) ü _
dg _ 4£V0 L l / + m - 1 J V/ + m - W U ' 2
1 shA£ 1-n / S sh AS___ L c h ^ + C l
(m— 1 ) k m— 1 \ * A2 chA 6/ + c Hj*

Por la condición de simetría, para l = 0, = 0, lo que da


1 —n
C ¡i =
(m— l) k2 -
dópu _ /'2 r /
di 4£70 L v
=• ( i^ - ^ c h íí+ T L ) ] .

203
Integramos por segunda vez
/i2 1 )
JPH ■ ( c 1
4 E J0 \f 1 m — 1 / 2

Por la condición, para | = 1, óPH = 0 , obtenemos que

^ / / = - ( f + ^ ¿ - r ) 4 + ( f + ^ r ~ r ) i1 - " ) t +

, chic i —n ( i , ; 2shAr , 1 \
+ (m — 1) k- chK *

Dado que ch k = m, sh A = |/Jñ* — 1, ch &£ = 1 + j- (m — 1),

sh k l = 1 + y (m — 1 ) j* — 1 , entonces, después de las


transformaciones correspondientes, obtenemos, definitivamente, que
ó - 112 ( ( c i ' \ '-t2
0 p ll~ AEJ o \ \f + m — 1 j 2
l^ J 3
6
y mi — 1
(l EM 2 (
A2 (rn—1) V
-
V * //

+ T j / A [ 1 + 7 ( m - 1 )] 2- 1 ) J } - ( 1 7 -6 3 >

La ecuación de la línea de influencia de H es

l.i. de 17.64)
0hh
Para las l.i. de X x, X 2 y I I se han compuesto las tablas [81.
Las líneas de influencia de los momentos flectores en las seccio­
nes del arco, se obtienen por la expresión
l.i. do M (l.i. de Xi)Af| + (l.i- de X 2) M 2+
-H l i.d e H ) M „ + l.i. de M °. (17.65)
Por cuanto las l.i. de X lt X 2 y M° no dependen de la configura­
ción del arco y, las de X x y X 2 sólo dependen de la ley de variación
de los momentos de inercia de las secciones, es decir, del paráme­
tro n, entonces, la suma de los sumandos que las contienen en (17.65)
se puedo designar con el símbolo M a. La línea de influencia de M a
es la línea de influencia del momento flector en la sección de la
viga, formada del arco, con la sustitución del empotramiento com­
pleto por el deslizante. Para la l.i. M a se han compuesto las tablas

204
(91. Las lineas de influencia de los momentos flectores en las seccio­
nes se expresan, por medio de las l.i. de M por la fórmula

l.i. de M — l.i. de M 0 + (l.i. de H ) M „ . (17.66)

§ 182 . NOCION SOBRE EL CALCULO DE LAS BOVEDAS DE


PUENTE CON SUPERESTRUCTURA. Si la superestructura es
estáticamente determinada (fig. 61) o hay fundamento para consi­
derarla como tal para el cálculo, entonces, su consideración se reduce
a corregir todas las líneas de influencia que fueron construidas para
la aplicación directa al arco del peso m óvil P-I, para el caso de
trasmisión nodal (fig. 61).
Otra cosa resulta si la superestructura es estáticamente indeter­
minada, lo que puede alterar en gran medida las líneas de influencia
construidas tomando en cuenta incluso la trasmisión nodal en los
puntos de los montantes de la superestructura (véase fig. 424).
En la actualidad, la existencia de los ETsVM libera al calculista
del empleo de los métodos de cálculo aproximados que no consideran,
o consideran con aproximación, la hiperestaticidad de la superestruc­
tura.
Examinemos la noción de algunas reglas básicas de cálculo de
bóvedas de puente con superestructuras en un ejemplo concreto de
arco (fig. 370, a).
Uno de los posibles sistemas para él se expone en la fig. 370, b.
Para este sistema básico muchos diagramas de fuerzas sustituyentes,
debidos a las incógnitas unitarias en la parte del sobrearco, son
locales y, en este sentido, él es digno de atención.
En este caso, la traslación de los esfuerzos incógnitos situados
en el corte del arco al centro elástico, si él es completamente des­
conocido, no es indispensable.
En vigor de la simetría del sistema básico se hace necesario
emplear incógnitas pares, lo cual permite examinar solamente
su mitad derecha.
En la fig. 370, b, c, d, / han sido expuestos algunos diagramas
carácterísticos de los momentos flectores para la mitad derecha
del sistema básico.
La matriz de los momentos flectores debidos a la fuerza móvil
P-I estará compuesta por las columnas de los momentos flectores
debidos a P-I, sucesivamente dispuesta a tramos iguales de dis­
tancia durante su movimiento desde el sistema básico hacia el
apoyo derecho. Las líneas de influencia de las incógnitas simétri­
cas en la mitad izquierda del arco serán simétricas y las de las invér-
samente simétricas, de simetría inversa.

§ 1851. CALCULO DE ARCOS BIARTICULADOS B A JO CAR­


GA F IJA . El arco biarticulado es monohiperestático. E l sistema
básico puede ser formado por dos procedimientos (fig. 371). El siste­
ma básico de viga es más simple que el de arco. Sin embargo, este
Fig. 370
Fig. 371

último por su trabajo se asemeja más al sistema dado. En primera


aproximación, él determina, ya, las fuerzas internas en el arco
biarticulado. Esta tendrá también el primer sistema básico si se
examina con la acción conjunta de la carga dada y la presión hori­
zontal del arco Inarticulado, debido a esta carga. En adelante
emplearemos el primer sistema básico.

La ecuación canónica es
f il i lí + Aip = 0 ;
i i — i
Ha dz
GF eos a ’
o o
Las fuerzas sustituyentes (internas) debidas a X y = 1 (fig. 372, a)
son:
A /,= — iy\ A ^ ^ lc o s a ; Qt= — 1 sen a.
Por consiguiente:

8lt= L * + |1 f a e t f a T ^ i — . (17.67)
J ’ E J cosa 1 J EF cosa 1r J GF cosa ' '
u n o
207
E l desplazamiento de carga es

^ - 2 j < - ! » í h á r + 2 j « B -2 *

X - ^ - +
eosa 1 2 lr1 Jf (' - a e n a' )GF
- ^ .- ^a
cos -. (17.68)
' '
Durante el cálculo del arco biarticulado, la división de la carga
es simétrica y de simetría inversa no introduce una gran simplifica­
ción. Señalemos, solamente que, para una carga de simetría inversa,
la presión horizontal X ¡ es igual a cero.
Las expresiones de las fuerzas internas son:
M P= — i/X j-f-Ai J>j N P = cos a X , -f-N%\
Q p = — sen a X { -f Q n
P. (17.69)
Si el arco tiene viga tirante (fig. 372, b), seccionándola podemos
obtener el sistema básico. En este caso, sólo varía la fórmula para 6U
i i
fi. — f 2 (lz , f eos2 a dz ,
11 J ^ E J cosa ' J EF ' cosa 1
0 u
l
s c ^ a - ^ --- h 1 ' • (17.70)
+ l* í GF cosa 1 ¿ tir ^tir
o

§ 184. CALCULO DE ARCOS B IARTICULADOS A LA AC­


CION DE LA TEMPERATURA Y DISLOCACION DE LOS
APOYOS.
1. CALCULO A LA ACCION DE LA TEMPERATURA

La ecuación canónica es 6n X ! + Alt = 0. Para igual incre­


mento de la temperatura en la parte superior, e inferior,
i
Att = — Jf cos ct • p/ tCOS
~~ CL
— — fitl.
0
El empuje térmico es
(17.71)
On Oit ' ’
Para el arco con tirante (fig. 372)
Atí = — Parco^ + Ptlr^L (17.72)
2. CALCULO A LA DISLOCACION DE LOS APOYOS
Dislocación vertical del apoyo, en un valor a, hacia abajo
(fig. 373, a). La ecuación canónica es
+ A1a = 0 .
Fig. 373

El desplazamiento A ^ , según
(17.21), para pequeños valores de a,
es igual a cero. Por consiguiente, tam­
bién será igual a cero la presión hori­
zontal del arco.
Para grandes dislocaciones del
apoyo, la resolución aproximada,
donde AlA se determina por considera­
ciones geométricas (fig. 373, b), será:
A i A= / ( 1 — cos<p) =
i- 4 ) .

y 6U conserva su valor anterior.


Dislocación horizontal del apoyo hacia el interior del arco, en una
magnitud b, (fig. 373, c).
La ecuación canónica es
óMX i f A iA= 0 ;
A j a = — b.
La presión horizontal es

§ 185. LIN EAS DE INFLUENCIA DEL HMPUJE, LOS MO­


MENTOS FLECTORFS Y LAS FUERZAS TRANSVERSALES
EN EL ARCO I3IARTICULADO.

1. LINEA DE INFLUENCIA DEL EMPUJE


Examinemos la acción do la fuerza concentrada P aplicada a una
distancia a desde el origen de coordenadas (fig. 374).

Fig. 374

La ecuación canónica es
i + A1P= 0.

14-01191 209
Las fuerzas internas del arco, debidas al peso P por los secto­
res, son:
O^zsá^a; a ^ z ^ Z ;
M % = P Í= ^z; M% =-^f- (l — z)\

N°p = p L z l s c u a ; N p = — -^-sena;

Qop = p t z l cosa; Qp— — eos «•

El término independiente es
n
A f P ( l— a) dz rfz
A,P= } — y — hi— - 2 E J eos a + j “ I ' T * ' - 2) E J cosa

(
P (l —a) son a dz cosa / Pa \son a
cosa
+5 l EF eos a

P (<-«) eos a r/z


sen a l GP eos a

r/z
/>q> (a)
67-' eos a

P<1 (a)
151 valor del empuje es X , =
&I1
Obtenemos la ecuación de la línea de influencia dividiendo X t
por P y sustituyendo a por la coordenada variable z, es decir,

l.i. de X t = (17.73)
Olí
2. LINFAS DE INFLUENCIA DE LAS FUERZAS SUSTITUYF.NTKS
(INTERNAS)
De acuerdo con (14.77), las lineas de influencia de las fuerzas

1.1. de
Í
internas se determinan por las expresiones (fig. 375):
— (l.i. de X t)j/h + l.i. de M%;
1.1. de N h ~ (l.i. de X ()cosah -|-L¡. de N I;
1.1. de Qh= — (l.i. de X ,) sen a*-*-l.i. de Q\
(; ( 17 .74 )
l.i. de i l / r ' = - (l.i- de X,) yk, + U . de M i,; '
l . i ; de M 5|“cl= - ( L i . de X ,)i /,l2 + l.i. de M%t;
Todas ellas se obtienen de la suma de la línea de influencia del
empuje, multiplicada por el correspondiente coeficiente, y de la
línea do influencia de la magnitud determinada en el sistema básico.
Las líneas do influencia de las magnitudes M i, N i, Q£, M i, están
representadas en la fig. 375.
210
Fig. 376

T rr7 7 7 7 7 T T 7 7 7 7 T T T 7 7 T 7 ¡
<íz)

14*
§ 18(1. METODO GRAFICO-ANALITICO DE CONSTRUCCION
DE LAS LIN EA S DE INFLUENCIA D EL EM PU JE EN EL ARCO
BIARTICULADO. El desplazamiento 8P1, que determina a la línea
de influencia de X¡ por el método cinemático, es el momento flector
debido a la carga convencional en la viga convencional (fig. 376, b).
Para una nueva dirección del eje y y la fuerza comprimente positiva,
la intensidad de la carga convencional, por (11.82) y (1 1 .86), es:

g/cosa + - í ( - F T ^ a ) + ^ ( ^ - § r ) ' <17-75>

Qi* = E J cosa '’

m' ==Jh r l s a +VLT V ‘ <17-76)

La ecuación diferencial de los desplazamientos ó P1 es

■ Í P - íf- ír W + T ^ . <17.77)

Las condiciones límites son: para z = 0 S P1 = 0 , para z = l


6 pi = 0 .
Los pesos elásticos concentrados intermedios, al sustituir el
arco por una viga quebrada, con los valores medios J y F por sus
partes, sin tomar en cuenta la curvatura del arco, so determinan,
para m = 1 por (11.80)

w hm = w W + W í% + W (& = - , + 2 M m) +

+ 6 eos a ^ ', E J k+i (2 A Ihl + M<h+1>! ) ] +

+ L ------ 2 -------t g a f c + ‘ -------------2 m --------- t g a h J +

+ l> + 1 --- 2GF¿rt----- ------ wTu— !• (I7 -/M)

El extremo izquierdo (en cero) y el extremo derecho (último)


se obtienen, fácilmente, de (17.78) o por (17.48) variando el signo
ante los paréntesis que contienen a las fuerzas longitudinales origi­
nadas, aquí, por otro sistema de coordenadas.
El desplazamiento propio 6U se calcula por la fórmula (17.49),
para m = 1 .
Para calcular se puede emplear la fórmula (17.50), igual­
mente para m = 1 .

212
§ 187. CALCULO DE ARCOS B IARTICULADOS CON EL
E JE A LO LA RG O DE LA CURVA DE PRESIO N EN EL ARCO
TRIARTICULADO. Para generalizar los razonamientos considera­
remos que el arco tiene tirante.
Para el arco sin tirante, debemos hacer en los resultados obteni­
dos F tir = oo.

Fig. 377

A la carga aplicada al sistema básico le agregamos la presión


horizontal I I debida a la carga dada en el arco triarticulado (fig. 377).
En este caso,’ M rn
P = 0,’ Qn
P = 0 *y N%
xx r = cog a .
La ecuación canónica es
A1P= 0.
I 1 desplazamiento

6ú = 6 ‘> + E x i r F UT ’

donde 8U es el desplazamiento análogo en el arco sin tirante. El


término independiente es
¡ i
A,P = ( Ñ t ‘l ,,dz -f-~r~~T.— — I I f ~T777~~--- h v.- mr . (17.79)
11 J 1 Eb cosa 1 Atir^tir J E F cosa 1 ^ t ir ’ ^tir
o 0
La incógnita básica para el arco con tirante es
i
X\— — // ( f -TTrT—— 4- g ) : 6* 1- (17.80)
1 V J EF eos a ' E iiTFtlT ) 11
o
La incógnita básica para el arco sin tirante es
i
X , = , - / / { — $ — : 6„. (17.81)
1 J EF cosa ” ' '
0
El cálculo de arcos biarliculados con la configuración catenoidal
y otras formas de curvas funiculares, bajo carga permanente, y las
ecuaciones de las líneas de influencia de la presión horizontal X¡,
para diferentes leyes de variación de los momentos de inercia y las
áreas de las secciones, se exponen en el trabajo del autor [10 ).
213
Fig. 378

§ 188. CALCULO DE CORONAS


CIRCULAN ES. La barra curva de
curvatura constante posee una pro­
piedad particular, con la cual, los
seis primeros términos de la fór­
mula de los desplazamientos de
carga (11.37) pueden ser reducidos
a tres.
Hallemos, al principio, las de­
pendencias diferenciales entre las
fuerzas internas y las cargas, exa­
minando el equilibrio de un ele­
mento infinitesimal de una barra
curva. Para generalizar, examine­
mos al elemento bajo la acción
de una carga repartida sobre la 7% \ i” ‘q, /
superficie externa (fig. 378). De las
condiciones de equilibrio h M 0 =
= 0; 2 M h = 0 y 2 U = 0, ob­
tenemos la dependencia diferencial
con una precisión de hasta los
valores infinitesimales de primer orden, en la siguiente forma:
dN I 1 dM „ (P+ M 2 9tP±_m_
ds p ds '* p2 p

^ L = Q + ( j r P±J±,l2 = Q + m .
(17.82)
dQ N
»> P+ h2 :7n.
_:/7.sup
ds p 'n
P + /*2
donde m—
— «sup
q™p P + ^2

De la primera expresión de (17.82), siendo p = r, obtemos que

dM = —dN •r + (tfff + m) ds.

Integrando, obtenemos que

a
M = — N r 4 j (q,r + m )d s + D .

214
Expresamos la constante de integración D por medio de las
condiciones iniciales, haciendo para s = 0, M =■M 0 y N = N 0.
Entonces, D = M „ + N 0r.
Por consiguiente,
M = —N r + C , (17.83)
donde
«
C = j (q,r+ m) ds-}- D. a D = Jlf0+ N qT.
K 0
Debido a la fuerza unitaria P h = 1
M h~ - Ñ hr + Dh. (17.84)

Colocando a (17.83) en el cuarto y sexto sumandos de la fórmula


de los desplazamientos, obtenemos, que:

A * p = 25 J + 2 ¿ JQ k^ rds +

+2^ J-É7^ds+ 2ñ'<í TFWds-


Ahora, en el último sumando colocamos M P — —N Pr + CP
debido a la carga y obtenemos difinitivamente la fórmula de tres
términos de los desplazamientos

< W - 2 j + 2 e’ J j

(17.85)
Correspondientemente, para los desplazamientos unitarios, cuan­
do Cm = D m, tendremos que

6hm= 2 J % h * ds + ^ !*' j Qk ds +

+ <17-86>
En el curso del cálculo de las coronas, el sistema básico se forma
seccionando al anillo, y las incógnitas básicas se trasladan al centro
elástico. Para las coronas circulares, cuya sección circular es cons­
tante, y nosotros examinaremos, precisamente, tales coronas, el
centro elástico coincide con el geométrico (fig. 379).
Las ecuaciones canónicas son:

Ó11X 1 + AIP= 0 ;
ó22X 2 + A2P = 0; }
*1
^3 3 X 3 -f-A3p -i 0 . J
(17.87)

215
Fig. 379

Los estados unitarios se exponen en la fig. 379. De ellos halla­


mos que:
= — r cos 9 ; M z = r sen (p; M 3= 1;
N t — cos<p; iV2 = — sentp; N 3= 0-
= sen (p; Qz — cos <p; Q3= 0;
= 0; D 2= 0 ; Ds = 1 .
Por la fórmula (17.86) obtenemos:
” , n
Su f r2eos-<p-r d<p ., , i"( sen2 q>r(/(p
eos-<p-rd<p Jir3 , fi'jir _
T~~ J IT 5 1 " J GF ~ 2E J 2Gf ’

•¥-í r2 sen2 q>-r d<p


~~EJ' + ,l' í eos2 q>-r ri(j> __
GF
nr3 ¿i'jir
2AV7-+ ~2GF~ (17.88)

fi33 f l 2-r rfq> , 1 f r dtp nr


2 ~ J E J' /F ~
“H r2 J E E J' 1 rEF '
o o
Los términos de carga se calculan por la fórmula (17.85).

CAPITULO XVIII * CALCULO DE SISTEMAS


HIPERESTATICOS PLANOS POR EL METODO
DE DESPLAZAMIENTOS
§ 18 ». G RA D O DE IND ET ERM IN ACIO N CINEMATICA. Por
grado de indeterminación cinemática se entiende el número de
incógnitas básicas del método de desplazamientos, o sea, los ángulos
216
de giro y los desplazamientos lineales de los nudos rígidos del sis­
tema.
Este número depende de las admisiones que se acepten en el
método:
1 ) los extremos de las barras que convergen a un nudo rígido,
es decir, ligados entre sí con soldadura, giran en un mismo ángulo;
2) no se tiene en cuenta la influencia de N y Q sobre el despla­
zamiento de los nudos;
3 ) durante la deformación de las barras rectas por flexión las
distancias entre los nudos no varían;
4) debido a la pequenez de los ángulos de giro, éstos se toman
iguales a sus tangentes.
El número de desplazamientos angulares de los nudos se deter­
mina por la cantidad de nudos rígidos que pueden girar en forma

I 2 3

Fig. 380 V. typ.

b)L 2

independiente. En este caso, se considera rígido cualquier nudo,


en el cual, no menos de dos barras están unidas entre sí con sol­
dadura.
Hablando en general, el número de desplazamientos progresivos
independientes de los nudos no es igual a la cantidad de nudos que
pueden desplazarse progresivamente, dado que, sobre la base de la
segunda y tercera admisión, no todos los desplazamientos progresivos
pueden ser independientes. I’or ejemplo, los desplazamientos progre­
sivos de los nudos 1, 2 y 3, del pórtico de la fig. 380, son dependien­
tes y se desplazarán horizontalmente a una misma magnitud.
Por cuanto, durante la deformación, las distancias entre los
nudos unidos por barras no varían, entonces, el número de desplaza­
mientos progresivos independientes de los nudos del sistema dado,
compuesto de barras rectas, es igual al número de desplazamientos
independientes de los nudos del sistema transformado, obtenido
del dado introduciendo articulaciones en todos los nudos, incluso, en
los de apoyo (fig. 380, b), considerando a todas las barras del sistema
transformado como absolutamente rígidas.
En este caso, todos los voladizos estáticamente determinados,
si existen en el sistema, deberán ser previamente seccionados.
El esquema articulado obtenido de tal manera, nos muestra,
por ejemplo, que el nudo 1 no puede desplazarse verticalmente,
217
ya que se lo impide la barra a-1 , el desplazamiento vertical
de cuyo extremo / se desprecia al girar la barra alrededor del pun­
to a, dado que, para giros pequeños, el desplazamiento del extremo
se puede considerar horizontal. El desplazamiento horizontal del
nudo 1 depende del desplazamiento del nudo 2. Si ol nudo 2 no
se desplaza horizontalmente, entonces, el /, también permanecerá
inmóvil. A su vez, el nudo 2 no puede desplazarse verticalmente,

1 6 5 p
I -- ’ V,

7 - n, - 6 »7.

Fig. 381

n¡=3 1.
n* 6*3*9

dado que se lo impide la barra b-2 y su desplazamiento horizontal


depende del desplazamiento del nudo 3. El nudo 3 no puede despla­
zarse verticalmente, porque se lo impide la barra c-3, pero, horizon­
talmente, sí. Por consiguiente, el sistema dado puede tener los
desplazamientos horizontales do los nudos 1, 2 y 3. Por cuanto los
desplazamientos son pequeños y las distancias entre los nudos no
varían, los desplazamientos horizontales de los nudos /, 2 y 3 serán
iguales entre sí y, por consiguiente, habrá un único desplazamiento
independiente progresivo.
En calidad de desplazamientos progresivos incógnitos, se toman
los desplazamientos progresivos independientes cuyo número es igual
a la cantidad de vínculos complementarios que transforman el
esquema articulado en un sistema invariante.
218
El número general de desplazamientos angulares e independientes
progresivos es igual al número de incógnitas básicas del método de
desplazamientos o al grado de indeterminación cinemática.
En la fig. 381 se muestran los números de los desplazamientos
independientes de los nudos del sistema y, con líneas punteadas,
los vínculos que transforman al esquema articulado en un sistema
invariante.

§ 10 0 . ECUACIONES CANONICAS PARA EL CALCULO BAJO


CARGA F IJA . Aquí y en adelante, examinaremos los sistemas
supeditados al principio de superposición. Desarrollamos la ecua­
ción (13.2) empleando el principio de independencia de acción
de las fuerzas:
fík ( Z t,’ Z i , __ Zn , P ) ~ H kZi 4* RhZ-i + •••+ 4“R h P = O-

Haciendo a continuación Rhzm = rhmZ m, obtenemos la &-ésima


ecuación canónica del método de desplazamientos

rk l^ l + • • • + rhm ^m + • • • + rhn^n + ^ h P = O ( 18 . 1)

para k = 1 , 2 , . . ., n,
donde rhm es la reacción del vínculo k, debida al desplazamiento
por la dirección del vínculo m, que corresponde a la
unidad de desplazamiento (reacción unitaria);
I i hP la reacción del vínculo k debida a la carga (reacción
de carga).
Las reacciones unitarias rhm se llaman reacciones propias y las
rhm (para k ^ m), secundarias. Las reacciones unitarias se supedi­
tan al teorema de la reciprocidad: rhm = rmh (véase 11.35).
La dirección positiva de las reacciones de los vínculos de fuerza
y de momento coinciden con la dirección de los desplazamientos positivos
del vínculo dado.
Suponiendo, en la ecuación (18.1), sucesivamente, a A: = 1 , 2, . . .
. . . , « , obtenemos tantas ecuaciones como incógnitas Zx, Z 2, . . .
. . ., Zn hay:

r i i ^ i 4* r 12^2 4~ • • • 4* r I n%n 4" R tP — O»

r2i^M 4* r 22^2 "I- • • • + r2nZ n + /?2p = 0 ; ^ (1 8 9)

r nl^l 4" r r.2^2 + • • • 4~ r nn%n 4" ñ„p = 0. _

El sistema de ecuaciones (18.2) se llama sistema de ecuaciones


canónicas del método de desplazamientos.
Lo escribimos en la forma matriz:
RZ + RP =0, (18.3)
219
donde:
r«i f 1 2 • • • ^"ln

J? = ||rfcm||= r2 l • • • r2n
(18.4)
^22
1 )
rn\r n2 • •• rnn
es la matriz de los coeficientes de las ecuaciones canónicas;
2) Z = \{Zi Z2 . . . Z n}\ (18.5)
es la matriz de columna (vector) de las incógnitas;
3) Kp=|{y?ip /?2p . . . ü np}| (18.(5)
es la matriz de columna (vector) de las reacciones de carga.
Como veremos más adelante, las matrices R y R P, en el método
de desplazamientos so componen de una manera muy simple.

§ 101. DIAGRAM AS DE MOMENTOS FLECTORES EN LOS


ELEMENTOS DEL SISTEMA BASICO CON EL NUM ERO COM­
PLETO DE VINCULOS. Los elementos de un sistema básico con
el número completo de vínculos son vigas con los dos extremos em­
potrados y vigas con un extremo empotrado y el otro sobre un apoyo
articulado.
1. VIGA CON LOS DOS EXTREMOS EMPOTRADOS
Supongamos que el extremo izquierdo do la viga giró, en sentido
de las agujas del reloj, en un ángulo cpa, el derecho, en <pft y tuvo
lugar un desplazamiento relativo do los extremos de la viga en la
magnitud A, para el cual, la cuerda de la barra deformada giró
también en sentido de las agujas del reloj (fig. 382, a). Si el origen

Fig. 382

do coordenadas está en el punto alt


entonces, los parámetros iniciales
serán: yQ = O, y'n = (pa y M„ y
Q0 son desconocidos. La ecuación
del eje de una barra curva es: b)„
M 0z°- Qnz*
y = <ra=• E J 2! E J 3!

y
MpZ QqZ-
y =<Pa EJ E J 2! ’

220
las condiciones en el extremo derecho, o sea, para
z = 1 , JJi = A e y\ = <p6.
Por eso

de donde oblencinos que

(18.7)

(18.8 )

2. VIGA CON UN EXTREMO EMPOTRADO Y EL OTRO


SOBRE UN APOYO
ARTICULADO (FIG. 382, b)

Escribimos la ecuación del eje de la barra curva en forma análoga

Mo _ Qqz
EJ EJ ’

Las condiciones en el extremo derecho, o sea. para z = l, y, A


e y] = 0 son:
_ , M0l~ <?„Z3 A. A/o <V 0
fa E J 2! E J 3! EJ EJ

de donde obtenemos que

(18.9)

Por las expresiones halladas de los parámetros iniciales M 0


y Q„ se pueden construir los diagramas de los momentos flectores
debidos a cada desplazamiento por separado, que le corresponde a la
unidad de desplazamiento. Tales diagramas se muestran en la
tabla 10 .
Los momentos flectores bajo la acción de la carga, se determinan
en forma análoga (véase la tabla 1 1 ).
Los datos expuestos en las tablas 10 y 11 pueden ser utilizados
para construir los diagramas unitarios y de carga de los momentos
flectores en el sistema básico.
221
Tabla 10

Diagramas de los momentos


Tipo de desplazamiento flectores i=EJ\ l

Giro del extremo izquierdo

Desplazamiento relativo de avance de los


extremos mnnnTTmZ r

Giro del extremo izquierdo

Desplazamiento relativo de avance de los


extremos

§ 1!>2. DETERM INACION DE LOS DESPLAZAMIENTOS R E ­


LATIVOS DE LOS EXTREMOS DE LAS BARRAS, DURANTE
LOS DESPLAZAMIENTOS PROGRESIVOS DE LOS NUDOS.
Para la construcción do los diagramas unitarios debidos a los despla­
zamientos progresivos de los nudos, es indispensable conocer los
desplazamientos relativos de los extremos de cada barra por la
dirección perpendicular a su eje. Estos desplazamientos pueden ser
determinados por el plano de los puntos representativos para el
esquema articulado del pórtico con vínculos progresivos super­
puestos, aparte de aquél, por la dirección del cual se fija el desplaza­
miento.
Los desplazamientos progresivos relativos de los extremos de
las barras por la dirección perpendicular a ellas en el plano de los
puntos representativos, son proporcionales a las diferencias entre
las longitudes de las barras y sus imágenes.
En la fig. 383, en calidad de ejemplo, se muestran el sistema
básico y el plano de los puntos representativos para un esquema
articulado. Éste plano se ha construido así: las imágenes de los
puntos fijos a y b se encuentran en estos puntos, la imagen del punto c
la fijamos, arbitrariamente, sobre la recta ac (punto c'). Desde el
punto c' trazamos una recta paralela a cd y, desde el b, una paralela
a bd. En la intersección de estas rectas está la imagen d' del punto d.
Si se toma como unidad el desplazamiento del punto c, o sea,
que a c — a ’c' — cc' = 1 , entonces, los desplazamientos relativos
222
Tabla 11
de los extremos de las barras restantes son los siguientes:
6 6d = M - ¿ 'd ' = -Í , b cd = c d — c ' d ' =

= — (1 eos a 4- sen a j = — .

En la fig. 384 se han construido los puntos representativos para


el caso de exclusión sucesiva de los vínculos de fuerza. Al excluir
el primero de ellos (fig. 384, b), fijamos arbitrariamente la imagen

Fig. 383

del punto 1 sobre la recta a — 1. Adoptamos como unidad la longi­


tud del segmento 1-1'. Así como en la construcción anterior, se
obtiene la imagen 4' del punto 4. El punto 2 puede desplazarse sólo

o) b) c)
f5-01 ■ — 3
i
2 i 12----- 7
2'
1
1
fcwi
/ i / t 1
Fig. 384 i
\ 1/ \ i h 14

W) o(o) b(b) a(a‘)

en dirección vertical, ya que la barra horizontal de apoyo le impide


todo movimiento horizontal. Por consiguiente, su imagen se halla
sobre la recta horizontal que pasa por este punto. Además, la imagen
de la barra 1-2 deberá pasar por el punto representativo 1' conocido
y ser paralela a la propia barra. De este modo se encuentra la ima­
gen 2' del punto 2. Después de esto, en la intersección de las rectas
2'-3' y 4'-3', paralelas a las barras 2-3 y 3-4, se halla la imagen 3'
del punto 3. Al excluir el segundo vínculo de fuerza (fig. 384, c),
los puntos representativos se hallan con facilidad y su construcción
224
vínculo m
L ^
(»*)
A

Fig. 385

« )
'VWy

no requiere explicaciones. Los desplazamientos relativos progresivos


de los extremos de las barras se determinan por la diferencia entre
las longitudes de las mismas y sus imágenes. Por el plano de los
puntos representativos (fig. 38-1, c) obtenemos un importante coro­
lario: en el caso de montantes paralelos, los desplazamientos relativos
de los extremos de todos los montantes son idénticos y, los de los extremos
de las vigas horizontales, iguales a cero.

§ 1 »:». COEFICIENTES Y TERM INOS IN D EPEN D IE N T ES DE


LAS ECUACIONES CANONICAS. Examinemos dos desplazamien­
tos del sistema básico por la dirección de los vínculos k y m (fig. 385, a
b) y los diagramas de momentos flectores M h y M„, debidos a estos
vínculos. Componemos la expresión del trabajo de las fuerzas del
estado m en los desplazamientos del k.

Dividimos esta expresión por el producto Z/,Zm

(18.10)
donde M h y M m son los momentos flectores que le corresponde a la
unidad de los desplazamientos Zh y Z m.
Por consiguiente, los coeficientes rhm de las ecuaciones canóni­
cas pueden ser determinados por la fórmula (18.10) análoga a la
15—01 191 225
fórmula general ele los desplazamientos. El cálculo de las integrales
puede ser cumplido con la multiplicación de los diagramas unitarios.
Por cuanto los diagramas unitarios en el sistema básico son estan­
dart, el resultado de la multiplicación se puede colocar en la tabla 12 .
Las reacciones propias rhh son siempre positivas y las secunda­
rias rhm pueden ser de cualquier signo, lo que significa que también
pueden ser iguales a cero.
Para la determinación de las reacciones de carga examinemos el
estado de carga (fig. 385, c). En los vínculos k y m, debido a la carga,
surgen las reacciones HhP y f ímp■Hallemos el trabajo posible de las
fuerzas del estado de carga en los desplazamientos del estado k,
o sea, los originados por los deplazamientos Z h.
n hpZk + v PAPk = V j M'b J ^ d s . (18.11)

Sobre la base del teorema de la reciprocidad de los trabajos,


tenemos que
HkpZk + I>Pbpk - 0 .
Comparando las expresiones obtenidas, tenemos que

V ( M"t, - £ j- d s = (M ';>) •( M h) = 0.

De esta expresión se desprende que la reacción, debida a la


carga R kp no puede ser hallada multiplicando los diagramas de carga
A/p y unitario M h del sistema básico del método de desplazamien­
tos, como esto se hizo en el cálculo de AhP en el método de fuerzas,
dado que, notoriamente, este producto siempre es igual a cero.
Ahora, de (18.11), obtenemos

fíkP = - 2 p -4 ^ = - S <18-,2>
l'or consiguiente, la reacción de carga R hP se expesa por medio
del trabajo de la carga en los desplazamientos debidos al desplaza­
miento unitario del vínculo k en el sistema básico. Este trabajo es
igual al de las presiones nodales, de fuerza y momento, debidas a la
carga sobre los apoyos por los extremos de la barra en el sistema
básico, en los mismos desplazamientos. Al determinar las reacciones
de fuerza y carga, el trabajo de las presiones nodales se puede re­
presentar por medio de sus momentos con respecto a los puntos
representativos de los nudos a los que se aplicaron las presiones
nodales. Por ejemplo, al determinar la reacción de fuerza y carga R aP
(véase la fig. 383), se puede escribir

El trabajo de la carga 2 Pf>Ph y. P°r consiguiente, el de la reac­


ción /f/lP, puede ser expresado porímedio del trabajo de las fuerzas
22(5
tacna jz
Diagramas de loe momentos flcctons Mm

Diagramas de los momentos 6i c


2¿ ^rrtTíííH to lT T m ^
11.
UL — ff
l

L
Ai 2i - — 6m — —
...

m r

6< .
21 Al — j~ om — —

f ^ r lílK X
l °ll e‘ 6, t).
¡2 0,‘

— — — 3/ ---3Í
Y sóm
m

— — — :ii s ~¡2~ &tAin


H \M ^ — r 6'1

Observación: y dm son los desplazamientos relativos d • los extremas d • la burra d.liidos a los desplazamientos de traslación Zh~ 1
15*

y í w« 1 , Estos son positivos cuando la cuerda do la birra jjira en sentido di» las adujas del reloj. En el caso do desplazamientos unitarios
horizontales, 6k y 6m en los montante verticales son Uualts a la unidad.
internas. Es evidente que el trabajo de la carga en los desplazamien­
tos debidos a Zh = 1 no depende de a cual sistema ella está aplicada
al básico o al obtenido de éste mediante la eliminación de vínculos
Hallemos tal sistema obtenido del básico por medio de la elimina­
ción de vínculos que el trabajo de las fuerzas externas en los despla­
zamientos debidos a Z h = 1 , no contenga reacciones de carga.
Por cuanto el estado k contiene sólo un desplazamiento por la
dirección de los vínculos introducidos en el sistema básico y, precisa­
mente, por la dirección del vínculo k, entonces, aparte de la carga,
sólo puede realizar trabajo la reacción do este vínculo. Si al mismo
lo excluimos del sistema básico, entonces, su reacción y su trabajo
serán iguales a cero. Esto significa que el sistema buscado no deberá
contener el vínculo k.
Por cuanto las reacciones restantes de los vínculos introducidos
en el sistema básico no efectúan trabajo en los desplazamientos del
estado k, entonces, estos vínculos también pueden ser excluidos
del sistema buscado. Si del sistema básico eliminamos cualquier
vínculo superfluo interno y su reacción se examina como una fuerza
externa, entonces, ella tampoco efectúa trabajo en los desplaza­
mientos debidos a Zk = 1 . Esto significa que dicho vínculo, tam­
bién puede ser excluido del sistema buscado.
Así pues el sistema buscado puede ser un sistema hiperestático
cualquiera o, lo que por lo común resulta más cómodo, uno isostático
obtenido del básico excluyendo obligatoriamente el vínculo k y otros
superfinos cualesquiera, según nos parezca.
El trabajo de la carga aplicada al sistema hallado, es igual a:

2 p& n = 2 J M °S - S r * - <■ ' ( v i)-


La reacción buscada es

R hp ^ - ' Z J (18.13)
donde (Mp*) es el diagrama de los momentos flectores debidos a la
carga en cualquier sistema invariante obtenido del
básico, incluido el isostático, a condición de que se
excluya el vínculo k.
Una vez determinados los coeficientes y los términos indepen­
dientes las ecuaciones canónicas pueden ser presentadas numérica­
mente. Ellas pueden ser resueltas por diferentes procedimientos.
Cuando el número de incógnitas básicas es grande se puede reco­
mendar el de aproximaciones sucesivas.

§ 1 »+. METODO ESTATICO DE DET ERM INACION DE LOS


COEFICIENTES Y TERM INOS IN D EPEN D IEN T ES D E LAS
ECUACIONES CANONICAS. En el párrafo anterior, fue expuesto
el procedimiento general de determinación de los coeficientes y tér­
minos independientes de las ecuaciones canónicas del método de

228
PB
C)
/ 8
Qv

Jk
c) r»

d) 6E3

- Z 3 ^r^
Q7O 6E3 a--o
~5*~

desplazamientos. Paralelo a él existe otro método estático que,


en muchos casos, es bastante claro y simple, basado en el empleo
de las ecuaciones de la estática. Por cuanto los coeficientes y térmi­
nos independientes de las ecuaciones canónicas, de hecho, son las
reacciones de los vínculos del sistema básico, ellos pueden ser deter­
minados por las ecuaciones de equilibrio. Por ejemplo, cualquier
reacción de momento puede ser determinada de la condición de
equilibrio de un nudo recortado del sistema básico, como la suma
de los momentos de las fuerzas aplicadas al nudo, con respecto a su
centro. En muchos casos, cualquier reacción de fuerza puede ser
determinada de la ecuación de equilibrio de alguna parte seccionada
del sistema básico que contenga el vínculo de fuerza. Como ya fue
dicho, la dirección positiva de las reacciones de fuerza y de momento,
que se determinan, coincide con la dirección positiva del desplaza­
miento unitario del vínculo dado en el sistema básico.
Expongamos la determinación de las reacciones en la forma
general por el método estático en el ejemplo del pórtico (fig. 386).
En la fig. 386, a, b, c, se han construido algunos diagramas unita­
rios y de carga. En estas mismas figuras se muestran las reacciones
a determinar. Recordamos que el primer índice indica el vínculo
en el cual surge la reacción y, el segundo, el desplazamiento que
origina esta reacción.
La reacción unitaria r „4 es la reacción del segundo vínculo origi­
nada por el desplazamiento del cuarto. El segundo vínculo es de

229
momento. Por lo lanío, la reacción r í4 se determina de la ecuación
de equilibrio del nudo 2 recortado del sistema básico, que se halla
bajo el desplazamiento unitario dado «leí cuarto vínculo de fuerza
(fig. 386, r/,)osea, con otras palabras, del equilibrio de osle nudo,
por el diagrama de 7l/4.
Componemos la ecuación de equilibrio
. 6EJ n
r¡>* -1— = o.
de donde obtenemos que
6 EJ
r 2* — 52 •

Determinemos r.,.,, la reacción del cuarto vínculo de fuerza,


debida al desplazamiento unitario del segundo vínculo de momento.
Para esto, seccionamos la viga horizontal del sistema básico con
el desplazamiento unitario del segundo vínculo (fig. 38(i, a , e)
y examinamos su equilibrio. Al vínculo de fuerza le aplicamos la
reacción positiva buscada rA2 y, a los montantes seccionados del
sistema les aplicamos las fuerzas transversales. Componemos la
ecuación de equilibrio en forma de la suma de proyecciones sobre
el eje paralelo a la viga horizontal.
\1 y , 6 EJ
y, A = r42H jrj— — 0 ,

de donde
f>EJ
r 42 — --- p - — r 2*-

Determinemos /?2p> la reacción del segundo vínculo do momento,


debida a la carga. Para esto, al sistema básico que se halla bajo carga
le separamos el nudo 2 y examinamos su equilibrio, es decir, el
equilibrio de este nudo en el diagrama de carga de M"p (fig. 386, c).
La ecuación de equilibrio es / f ,P — 0, de donde =
/M i
— 8 •
En forma análoga se determinan las otras reacciones.
Kjeiiipld V). Determinar las reacciones unitarias y «le carga (fig. 387). E*
diagrama <lc carga se muestra en la fig. 387, a; los diagramas unitarios debidos
a los desplazamientos angulares, en la 387, l>, c y, los debidos a los desplazamien­
tos progresivos, en la 387. d y <■
.
Determinamos rn . la reacción del primer vínculo debida al desplazamiento
de este mismo vínculo. Por consiguiente, esta reacción se debe determinar por el
sistema básico al desplazarse el primer vínculo. El vínculo es de momento, su
reacción se determina del «'«piilibrio del nudo / con el prim«*r vínculo «*n el
diagrama unitario de A/, (fig. 388, a). La ecuación de equilibrio es
ZEJ „
r, t ----- 5--------- 4 “ = °,
de dondo
16E J , 3E J
'ti

230
Fig. 387

b)
r6 ,
3E0 líh d

' r7l
N

p . zte?
/r~ 2en
4EJ

C) \*%E23

" 2E0 -+T


'M
4
mi, w 7tV.

M í 6EJ
A"1 4,
d)

. .^ * 7 -
H '76

(M6)
W*
BE3
e) 6EJ . ít1
i\
f\- * r6
r7
\
k '' \ >r
u - ^

f AÁ (“z As
'' / ' C7 /'

«Ó ffJ
“F " T "
Determinamos r17, la reacción del primor vínculo de momento debida al
desplazamiento unitario del séptimo vínculo de fuerza. Ella se determina del
equilibrio del nudo 1 en el diagrama de M-, (fig. 388, 6). La ecuación de equili­
brio es

de donde
3E J

Determinamos r7l, la reacción del séptimo vínculo debida al desplazamiento


unitario del primero. Por cuanto el séptimo es de fuerza, la reacción buscada se

Fig. 388
nC3 tZEO
i1*

desplazamiento unitario del primer vínculo (fig. 388, c). La ecuación de equi­
librio es

de donde
3E J
r?1=-- Í6 = r,7‘
Determinamos rB7, la reacción del sexto vínculo debida al desplazamiento
unitario del séptimo. El sexto vínculo también es de fuerza. Su reacción buscada
se determina del equilibrio de la viga horizontal superior separada del sistema
básico, con el desplazamiento unitario del séptimo vínculo (fig. 388, d). La
ecuación de equilibrio es
12E J
'‘674 43
de donde
2\EJ
r«7 — 43
Determinamos rT6, la reacción del séptimo vínculo debida al desplazamiento
unitario del sexto. El séptimo vínculo es de fuerza, su reacción se determina del
equilibrio de la viga horizontal inferior recortada del sistema básico, con el
desplazamiento unitario del sexto vínculo (fig. 388, e). La condición de equi­
librio es
12E J 12£/
r 76 "I 43
A A ^ 43

232
de donde
24E J
r 7 6 = -------- 43*" ==r«7-

Determinemos R iP , la reacción de momento del primer vínculo debida a la


carga. F.lla se determina del equilibrio del nudo 1 en el diagrama de Al°p
(fig. 388, /). Dado que en las barras concurrentes en el nudo no hay momento»
flectores, entonces, fíip = 0.
Determinemos la reacción de momento del cuarto vínculo debida a la
carga. En la (fig. 388, g), se representa el nudo 4 recortado del sistema básico,
durante la acción de la carga. De su equilibrio tenemos que
p
RkP-- 2" = 0,
de donde
P
fíip = — -
Determinamos fí-¡P, la reacción de fuerza del séptimo vínculo debida a la
carga. Ella se determina del equilibrio de la viga horizontal inferior seccionada
del sistema básico en estado de carga (fig. 388, h). La ecuación de equilibrio es

^7P + “2” = 0,
de donde

Determinemos esta misma reacción por la expresión del trabajo de las pre­
siones nodales. Las presiones sobre los nudos 2 y 4, debidas a la carga, son iguales
P . ■
a -t;- . Al desplazarse el séptimo vínculo, el nudo 4 permanece en su sitio y, sobre
él. la presión nodal no realiza trabajo. El nudo 2 se desplaza en una unidad y el
P
trabajo que la presión nodal realiza sobre él es igual a-rp-i. Esto significa que
P
«7P ---- 2 '
Análogamente se determinan los restantes coeficientes y los términos
independientes.

§ 1 9 5 . OBSERVACIONES SOBRE LA DETERM INACION DE


LOS COEFICIENTES Y TERM INOS IN D EP EN D IE N T ES DE LAS
ECUACIONES CANONICAS. Más arriba, fueron expuestos dos
procedimientos de determinación de los coeficientes y términos
independientes de las ecuaciones canónicas, el general y el estático.
El general es empleable para cualquier sistema y por medio de la
multiplicación de diagramas permite obtener, en la forma general,
las fórmulas para las reacciones. El método estático es simple, evi­
dente y cómodo en todos los casos de determinación de las reacciones
de momento, pero al determinar las reacciones de fuerza solamente
es cómodo cuando la parte separada con los elementos del sistema
básico se obtiene por medio del seccionamiento de barras paralelas.
La cuestión reside en que, al seccionar las barras no paralelas, las

233
condiciones de equilibrio contendrán no sólo las fuerzas transversa­
les. sino también, las longitudinales, cuya determinación es mucho
más complicada que la de las primeras.
Por cuanto los que con más frecuencia se encuentran en la prác­
tica son los pórticos con montantes verticales y con tirantes falsos
horizontales o inclinados, el método estático merece particular
atención. Su empleo, como veremos más abajo, permite controlar
la corrección de los resultados obtenidos. Es necesario recurrir al
procedimiento general de determinación de los coeficientes' por
medio de la multiplicación de diagramas, sólo en los casos complejos,
por ejemplo, al determinar las reacciones de fuerza en los pórticos
•con montantes inclinados.
De tal modo, se puede recomendar lo siguiente:
1) Determinar todas las reacciones de momento unitarias, sola­
mente por el equilibrio del nudo recortado, con vínculo de momento.
Esto conduce a las siguientes fórmulas:
a) la reacción de momento propia es
rhk = 2 4 ¿ + 2 3 ¿ , (18.14)
C ¡I
donde 2 ps suma por las barras que concurren en el nudo k, cuyos
e
otros extremos están empotrados y, N , la suma por las barras que
a
concurren en el nudo k, en cuyos otros extremos hay apoyo arti­
culado;
b) la reacción de momento secundaria del vínculo k, debida al
ángulo de giro del otro vínculo de momento m, es
rhm = 2i (18.15)
donde i es el coeficiente de rigidez de la barra k — m que une a los
nudos k y m;
c) la reacción de momento secundaria del vínculo k debida al
desplazamiento progresivo del vínculo n o la reacción secundaria del
vínculo n debida al giro del vínculo k, de igual magnitud que la
primera, es

r 6» + 2 — r 6*" <18-16>
c a
donde, 2 es s,,,na P°r bis barras concurrentes al nudo con el
e •
vinculo de momento k, empotradas en los extremos y con los despla­
zamientos relativos 6„ en dichos extremos, debidos a la dislocación
unitaria del vínculo «, o sea, a Zn 1; 2 ídem, por las barras con
«I
articulaciones en los extremos opuestos al vínculo k. Recordamos
que Ó„ es positivo si, durante el desplazamiento, la cuerda de esta
barra gira en sentido de las agujas del reloj.
2. Las reacciones de fuerza propias y secundarias, debidas a los
desplazamientos progresivos, se deben determinar del equilibrio
234
de la parle recortada del sistema cuando las barras (montantes)
seccionadas son paralelas pero, si las barras seccionadas son incli­
nadas, entonces, por medio de la multiplicación de diagramas.
La multiplicación de diagramas nos lleva a las siguientes fórmulas:
a) la reacción secundaria de fuerza del vínculo //, debida al
desplazamiento progresivo del vínculo s es

rn. = 2 -!f - M . + 2 - F 6fA , (1817)


o a

donde 8„ y ó„ son los desplazamientos relativos de los extremos de las


barras del sistema básico, debidos a los desplazamientos unitarios
progresivos de los vínculos de fuerza // y s, o sea, a Zn = 1 y Z t 1;
es la suma por las barras con empotramientos en los dos extre-
e
inos, para las cuales, tanto ó„ como ó s no son iguales a cero y ,
o
la suma por las barras en uno de cuyos extremos tienen apoyo arti­
culado;
b) la reacción propia del vínculo de fuerza n es

(18.18)
c a

Las fórmulas (18.17) y (18.18) son simples y pueden ser también


empleadas cuando las barras son paralelas seccionadas, para las
cuales, corrientemente, ó„ y ó,, en valor absoluto, son iguales a la
unidad.
3. Determinar las reacciones de momento debidas a la carga Hhp,
sólo por el equilibrio del nudo recortado k.
En todos los casos, es cómodo determinar las reacciones de
fuerza, debidas a la carga, por el trabajo de las presiones nodales A P
en los desplazamientos unitarios del vínculo n, tomado con el signo
contrario:
/*„,.= - 2 y i , . A „ P. (18.19)

§ 11HS. CONSTRUCCI<)N Y V ERIFICA CIO N DEL DIA(¡MA­


MA DE LOS MOMENTOS FLECTORES D EB ID O S A LA CAMGA.
Una vez determinadas las incógnitas básicas Zx, . . ., Zn por las
ecuaciones canónicas, el diagrama de los momentos flectores debidos
a la carga (diagrama de carga) se construye por la fórmula general
( M P) = t ( M l ) Z i + ( M i ) Z 2+ . . . + ( M n) Z n + (M % ), (18.20)
donde (M ¡), . . ., (M „) — son los diagramas de los momentos flec­
tores debidos a los desplazamientos unita­
rios en el sistema básico;
(Alp) es el diagrama de los momentos flectores,
en el sistema básico, debidos a la carga.
235
La verificación del diagrama de los momentos flectores construi­
do, puede ser efectuada, de la manera más simple, por medio de la
determinación de las reacciones de los vínculos del sistema básico,
debidas a la carga B i ¡ P , si como diagrama de carga de M p se toma
al diagrama de M r que se verifica. Si todas las reacciones son iguales
a cero, entonces, la construcción del diagrama es correcta. Esta es
una condición necesaria de la corrección del diagrama y si los dia­
gramas iniciales unitarios y de carga son correctos, es también
suficiente. Esta condición refleja la de equilibrio. Por cuanto, en el
sistema básico, los diagramas unitarios y de carga satisfacen las
condiciones de equilibrio sólo conjuntamente con las reacciones de
los vínculos, entonces, tal verificación, a diferencia de las estáticas
en el método de fuerzas donde todos los diagramas unitarios y el
de carga en el sistema básico satisfacen las condiciones de equili­
brio, es una verificación segura. No obstante, con ella no se pueden
descubrir los datos iniciales tomados erróneamente. Así, por ejemplo,
si durante el cálculo se emplearon valores incorrectos de la rigidez
de las barras, entonces, con tal verificación, el error cometido no
puede ser descubierto.
La multiplicación del diagrama de M P obtenido por el unitario
total de M s conduce al siguiente resultado:
( M p ) - ( M ,) + ' % R hp = 0. ( 18. 21)
La verificación, también es posible, con la multiplicación del
diagrama obtenido por cualquier diagrama unitario o unitario
total para cualquier sistema básico del método de fuerzas.
Ejemplo 50. Construir el diagrama de momentos flectores en el pórtico de
la fig. 389, a. En el esquema del pórtico, los valores de los coeficientes de rigidez
EJ
i = — — estarán colocados dentro de círculos. El sistema básico y los diagramas
indispensables para el cálculo, se muestran en la fig. 389, 6, c, d, e. El sistema
de ecuaciones canónicas es:
-(-r( 2Z 2 + r J3Z3+ /í , p = 0;
r21^ 1+ r22^2 "7" r2 3 ^ 3 /?2P = 0;
r31^1 + r32^24"r33Z3-|-/?3P= 0.
Determinemos los coeficientes y términos independientes: del diagrama de

M i : r ji = 4+ 12+ 16 = 32 tfm,
r2i = 2 tfm, rsj = l tf;
del diagrama de
M z : r 2 2 = 16+44-4 = 24 tfm,
r12 = 2 tfm , r 32 = 0;
del diagrama de
ir 1 + 1 ,• 7 ,
+T = _ tfm;

r i 3 = l t f , r23 = 0;

236
icólSO'O

68£ S*!d
del diagrama de
M p \ R ip = — 89 tfm,
y?2p = o, /?3p = (j.
Numéricamente, el sistema do ecuaciones canónicas es:
32Zt + 2 Z 2- i-Zj — 87 = 0;
2Z, + 24Z2+ 0 + 0 = 0;
~¡---- Z j- f 0 = 0.

Sil solución es Zx = 0,2058$, Z2 = —0,02215$, Z , - - 0,4551$ ni. [.os


diagramas corregidos se exponen en l¡t fig. 380, I, g, h y, el buscado, en la
fig. 389,/• Efectuamos su verificación. I*ara esto recortamos la viga horizontal
con el vínculo 3 y los nudos culi los vínculos / y 2 (fig. 389, /', k. I). Las condiciones
de equilibrio son: fíx -f- 4,8104$ — 0,5038$ - 4,2528$ = 0; R., + 0,0121$
-f- 0,3544$ 0,3005$ = 0; /{s + 0,09102$ — 0,09195$ — 0. De donde obtene­
mos que: /í, 0,0002$ ss 0; IU = 0: = 0,00033$ - 0. I.as reacciones resul­
taron distintas de cero, pero se aproximan a olio, lo cual se explica por las
inexactitudes del cálculo.

§ 1 » 7 . CALCULO DE REFUERZOS DE APOYO. Se llaman


refuerzos de apoyo los engrosamientos en los extremos de las vigas
horizontales de los pórticos (fig. 3í)0). Con tales engrosamientos,

JA ■mm.
Fig. 390

F i g . 3 9 1

hablando rigurosamente, la viga horizontal se transforma en una


barra quebrada de sección variable. Surge la necesidad de calcular
previamente los elementos estandart del sistema básico de sección
variable bajo los desplazamientos unitarios de sus extremos y la
acción de la carga. Corrientemente, se supone que la barra es recti­
línea en toda su longitud y sólo posee sección variable (diferente
rigidez) dentro de los límites de los refuerzos «le apoyo. El cálculo
de tales elementos se efectúa por el método de fuerzas. Por ejemplo,
para el giro del extremo izquierdo de una viga, empotrada en los dos
extremos, en 1111 ángulo igual a !¡i unidad (fig. 391), las ecuaciones

238
canónicas para el sistema básico en forma de viga sobre dos apoyos,
serán:
611* 1 + 612X2 = 1 ;
621* 1 + 622*2 = 0-
Los coeficientes se determinan por la expresión
u _ 1-Xi 1 —
4* * - í B ‘ - É r g - * + - ¿ r í * » * - * + í
o x/ í- X í
El cálculo se reduce a la determinación de algunos coeficientes
de corrección c„ y c¡ para los momentos en los extremos de la barra
de sección constante (fig. 391). En forma análoga se estudian otros
casos. Para los coeficientes de corrección existen tablas especia­
les [11]. lie aquí algunas de ellas (tablas 13, 14 y 15).
tabla 13
n = J : Jti
Esquema di' vlyas
y desplazamientos X
1 o .c 0,3 11,25 0,20

y'i
O J __J 1 1,260 1,007 1,801 1 ,958
ifi
C'l

//
?
II

1,212 1.527 1,615 1,726


01

--rrfffTTUtíi 0,25 1 1,394 2,071 2,280 2,550


Cl =
0,2 1 t , 32f> 1,840 1,989 2,178

QJ - b
0,25 1 1,163 1,370 1,429 1,493
L ^ l í1
0,2 1 1,131 1,294 1,333 1,379

tabla 11
u
Cargas X n —J : J a
0 ,2 5 I 0 ,5 0 | 11. TU

0,20 0,30 «t 0,170 0,144 0,041


t e M ^Títrílf 0,20 0,30 0,041 0,144 0 .170
U u2
0,20 0,30 «3 0,195 0,231 0,144
«0b-Pl u, l M ^ P Lu ,

v Ul p

. h 0,20 0,25 u, 0,173 0,140 0.041


V v ,
p j l p ' n L 0,20 0,25 u2 0,041 0,140 0,173
Mab =Pl Uj i 0,20 0,25 "3 0,199 0,237 0,149

239
Tabla 15

•§ 108. CALCULO DE PORTICOS, CUYOS NUDOS NO T IE ­


NEN DESPLAZAMIENTOS PROG RESIVOS, BAJO CARGA
NODAL. Si el pórtico no tiene desplazamientos progresivos de los
nudos y, sobre él sólo actúa la carga nodal (fig. 392, a), entonces,

todos los términos de carga de las ecuaciones canónicas son iguales


a cero, dado que, para tal carga, los momentos flectores en el sistema
básico son iguales a cero por doquier. Esto significa que todos los
ángulos de giro de los nudos también son iguales a cero. Por consi­
guiente, las barras de los pórticos no serán curvadas. Sobre ellas
actúan sólo fuerzas longitudinales que pueden ser bailadas exami­
nando el esquema articulado del pórtico (fig. 392, b). Todo esto es
correcto, claro está, si se cumplen las hipótesis adoptadas en el
método de desplazamientos, en particular, si en el cálculo se pueden
despreciar las deformaciones de las barras debidas a las fuerzas
longitudinales.
De este modo, liemos logrado cierta fundamentación del cálculo
de las armaduras con nudos rígidos, con carga nodal, como armadu­
ras con nudos articulados. No obstante, si se consideran lasdeforma-
240
ciones debidas a las fuerzas longitudinales, entonces, las barras de
la armadura serán curvadas y el valor do los momentos flectores
dependerá del esquema de la armadura y de los coeficientes de rigi­
dez de sus barras. Por eso, el cálculo de una armadura con nudos
rígidos, por el esquema articulado, es aproximado, incluso, para
carga nodal y. con más razón, para carga no nodal.

§ 1 » » . EM PLEO DE LA SIM ET RIA . El empleo de la simetría


en el método de desplazamientos, se basa en las mismas ideas que
en el método de fuerzas. Los desplazamientos desconocidos de los
nudos ubicados simétricamente se agrupan en nuevas incógnitas
pares que representan desplazamientos simétricos y de simetría
inversa. Como incógnita se toma el factor común del desplaza­
miento par, o sea, el desplazamiento generalizado (para este despla­
zamiento) par y se designa, como antes, con la letra Z.
Las ecuaciones canónicas so componen para los desplazamientos
generalizados. La forma anterior de las ecuaciones canónicas se
conserva. No obstante, los valores de las reacciones unitarias y de
carga, en ellas, adquieren otro sentido. Aquí, rhm es la reacción
generalizada correspondiente al desplazamiento generalizado Z h
debido al desplazamiento par de m por unidad de este desplazamiento
generalizado Z m\R hP es la reacción generalizada correspondiente al
desplazamiento generalizado Z h debido a la carga. Las reacciones
generalizadas se determinan como la suma de reacciones simples
en los vínculos que se desplazan simultáneamente, en el caso de
desplazamientos pares colectivos. Las direcciones positivas de las
reacciones se toman coincidentes con las direcciones positivas de
los desplazamientos imprimidos a los vínculos, para los desplaza­
mientos unitarios colectivos. Por ejemplo, si se designan los despla­
zamientos angulares simétricos do los nudos 1 y 2 (fig. 3(J3) con
Zh y, los angulares de simetría inversa de los mismos nudos con Z/,
entonces, las reacciones rhm y rím, debidas a los desplazamientos
simétricos Zm de los nudos 3 y 4, son iguales a la suma do dos reac­
ciones en los vínculos 1 y 2, la dirección positiva de los cuales se
muestra en la figura. No es difícil convencerse de que la reacción
inversamente simétrica rim, correspondienteal desplazamiento de sime­
tría inversa Z¡, debido al desplazamiento simétrico Z m de los nudos 3
y 4, es igual a cero. En esto, precisamente, consiste el sentido del
empleo do las incógnitas pares en forma de desplazamientos simé­
tricos y de simetría inversa. Las reacciones simétricas debidas a los
desplazamientos y la carga de simetría inversa y las reacciones de
simetría inversa debidas a los desplazamientos y la carga simétricos son
iguales a cero.
Por eso, lo mismo que en el método de fuerzas, las ecuaciones
canónicas se descomponen, cualquiera quesea la carga, en dos sistemas
independientes: uno posee sólo incógnitas simétricas y, el otro, de
simetría inversa. Por esta razón, en el caso de carga simétrica,
todos los desplazamientos de simetría inversa son iguales a cero y,
siendo la carga de simetría inversa, todos los desplazamientos simé­
tricos son iguales a cero.
Los desplazamientos por la dirección de los vínculos ubicados
sobre el eje de simetría, por ejemplo, por la dirección del 7 (fig. 393)
o por la de los ubicados sólo a un lado del eje de simetría, por ejemplo,
por la del 10 (fig. 393), poseen simetría o simetría inversa y no se
agrupan. El ángulo de giro inversamente simétrico del nudo es un
desplazamiento por la dirección del vínculo 7 y, el desplazamiento
de simetría inversa progresivo de los nudos del primer piso, es un des­
plazamiento por la dirección del vínculo 10.
El empleo de la simetría en el método de desplazamientos, tam­
bién es posible en el caso, cuando el sistema posee dos ejes de sime­
tría. En este caso, lo mismo que en el método de fuerzas, el agrupa-
miento se efectúa por los dos ejes en cuatro desplazamientos.

§ 2 0 0 METODO ESTATICO DE CONSTRUCCION DE LIN EAS


DE INFLUENCIA. El método estático de construcción de líneas de
influencia se reduce al cálculo del sistema dado bajo la carga
unitaria P = 1 , cuya posición se determina por la coordenada
variable.
Aquí como en el método de fuerzas, al principio, es necesario
construir las líneas de influencia de las incógnitas básicas (de los
ángulos de giro y desplazamientos progresivos de los nudos) y luego,
por ellas, construir las líneas de influencia de las fuerzas
internas.

242
I. LINEAS DE INFLUENCIA DE LOS DESPLAZAMIENTOS
ANGULARES Y PROGRESIVOS DE LOS NUDOS

Las expresiones de las líneas de influencia de las incógnitas


básicas, por medio de los coeficientes de influencia, tienen la forma

Z>\ = + Pl2r 2P + • • ■+ Plnr nPt


( 18 .22 )

£n = PnlrlP+Pn 2f 2P+ * -* +PnnrnP .}

Los coeficientes de influencia se determinan lo mismo que en


el método de fuerzas. Los términos de carga del tipo rhP son funciones

a)
2- u í £ ! ( l - u )L

(9 " Wrk
Fig. 394 b) I- z 'ul JP - - 1
C-fl»'
l %
► O

de la posición del peso P = 1. Ellos pueden ser obtenidos o directa­


mente, como reacciones de los vínculos del sistema básico debidas
al peso unitario (fig. 394) o por el teorema de la reciprocidad rhP =
= —óph, como ordenadas de los diagramas de los desplazamientos
de las barras, debidos a los giros unitarios y desplazamientos progre­
sivos de los nudos en el sistema básico. Las fórmulas de las reaccio­
nes debidas al peso P — 1 se dan a continuación y, los valores numé­
ricos de las diferentes funciones contenidos en las expresiones de las
reacciones, se dan en la tabla 16.
Viga empotrada en los dos extremos (fig. 394, a):

ra = — u (1 — u)* l = — lf3 (u);


Va = 1 — u2 (3 — 2u) = <p, (u);
(18.23)
r b = ( l — u ) » 2/ = //4 (u);
Vb= 1 — Va = 1 — <p,(u).

En la sección z = a, las ecuaciones de las líneas de influencia


de M y Q son:

16* 243
Tabla 16
•i « íT C« 3
3 3 3 3
d 3 1 1
i ■3 1 1 1 0 C*3
1 0 n
w 3
3 3IM
N|~ II ][ II "3
13 ti —*1 n“ h
II 3, ■3 3 1 ' 2 s in 3 J,
a 5 sT ■0 i 7 ¿í n g u

0 0 0 1,0000 0 1,0000 0 1,0000


0,1 0,0810 0,0090 0,9720 0,0495 0,8505 0,0855 0,9855
0,2 0,1280 0,0320 0,8960 0,0960 0,7040 0,1440 0,9440
i 0,25 0,1406 0,0469 0,8437 0,1172 0,6328 0,1640 0,9140
0,3 0,1470 0,0030 0,7840 0,1365 0,5635 0,1785 0,8785
0,4 0,1440 0,0960 0,6480 0,1680 0,3920 0,1920 0,7920
0,5 0,1250 0,1250 0,5000 0.1875 0,3125 0,1875 0,6875
0,6 0,0960 0,1440 0,3520 0,1920 0,2080 0,1680 0,5680
0,7 0,0630 0,1470 0,2160 0,1785 0,1215 0,1305 0,4365
0,75 0,0469 0,1406 0,1563 0,1640 0,0860 0,1172 0,3672
0,8 0,0320 0,1280 0,1040 0,1440 0,0560 0,0960 0,2960
0,9 0,0090 0,0810 0,0280 0,0855 0,0145 0,0495 0,1495
1,0 0 0 0 0 0 0 0

el peso está a la derecha de la sección:


M — ra + Vaa,
Q = Va;
» » * izquierda » » » » : (18.24)
M = ra -f Vaa — 1 (a — ul);
Q = V a- i = - V b.
Viga con el extremo derecho empotrado y el izquierdo apoyado en
una articulación (fig. 394, b).

rb = 4- ( 1 “ uZ) l = Ifi (“ )•

F a = 1 — 5 " (3 — í*2) = 9 2 ( u )i

V 6 = l - ( p 2 (u). ( 1 8 .2 5 )
En la sección z = a, las ecuaciones de las lineas de influencia
de M y Q son:
el peso está a la derecha de la sección:
M = V aa,

(18.26)
» » » izquierda » » » :
M = Vaa — 1 (a — ul),
Q = V a- \ --- Vb.

244
Viga con el extremo izquierdo empotrado y el derecho apoyado en
una articulación (fig. 394, c).

ra = --“- ((!i _“ u) ( 2 — u ) l = - l f t (u ); )

u2 \ (18.27)
Vn= 1 -- 2" (3 — u) = (p3 (u )F 6= l — q>3 (“ )- J

En la sección z = a, las ecuaciones do las líneas de influencia


de M y Q son:
el peso está a la derecha de la sección:
M = ra + Vaa , Q= Va,
» » » izquierda » » » : (18.28)
M = ra -\
-Vaa — 1 (a — ul),
Q = Va- l = - V b,

Las igualdades (18.22) en la forma matriz, serán:

Pii Pl2 • • • Pin r ip


P21 P22 • •• p2n r 2P
Z = D RP= • (18.29)

Pnl Pn2 . . . Pnn r nP

Y aquí, si sólo se exige calcular las ordenadas de la línea de


influencia en algunos puntos de la posición del peso y no la ecuación

de la línea de influencia, entonces,^ es necesario transformar la


matriz de columna I l P =|| rÍP|| en matriz completa, las columnas
de la cual darán R P en dependencia de la posición concreta del
peso.
Examinemos el empleo de las fórmulas (18.23) — (18.28) para la
composición de las ecuaciones de las líneas de influencia de las
incógnitas básicas de los ángulos de giro y desplazamientos progre­
sivos por las expresiones (18.22), en el ejemplo de un pórtico de
puente (fig. 395).
245
Las expresiones de las líneas de influencia de las incógnitas
básicas por medio de los coeficientes de influencia, son:

1.1. de Z, = P|» / * Pl2r2p4" Pl3r3P 4" Pi4r4P>


1.1. do Z2= p2irip -f-p22r2p + p23r3p-f p24r4p!
1.1. de Zj = P3,r,p + P32r2p + P33r3p+ P3tr4p!
1.1. de Z 4 = p41r,P + pt2r2P+ p 43r3p + p 44r4P.

Los valores de los términos de carga r1P, r2P, r3P y rtP, los deter­
minamos en dependencia de la posición del peso P = 1 por los
tramos del pórtico.
El peso se halla en el primer tramo. Las reacciones r2P = r3P =
= r4P = 0. Dado que, en el sistema básico, la viga horizontal del
primor tramo representa una viga con el apoyo derecho empotrado
y el izquierdo apoyado en una articulación, entonces, según (18.25),
obtenemos que

rtp = /1— = ¿,/»(k).

Ahora, de acuerdo con (a), las ecuaciones de todas las líneas de


influencia, para la posición del peso en el primer tramo, serán:

1.1. de Zj = Pu¿i/j (u); l.i. de Zs = p3l/1/5 («); 1


1.1. de Z 2 = p2,/|/s (u); l.i. de Z 4 = p4l/,/s (u). J

E l peso se halla en el segundo tramo. Para la posición del peso en


el segundo tramo, la reacción r3P = r4P = 0 .
En el sistema básico, la viga horizontal del segundo tramo repre­
senta una viga con los dos extremos empotrados. Por eso, según
(18.23),
rlp = — l2u (1 — u)2= — trfs (u),
r2P = /2u2 (1 — u) = l2Ji (u).
De acuerdo con (a), las ecuaciones de las líneas de influencia son:
1.1. de Z t = — Pi 1^2/3 (u) 4" Pt2^2A (u)í ,
1.1. de Z 2 = — P2i^z/s (u) 4* $22^2/1 (u)>
1.1. de Z3 = — P31^2/3 (M) 4" P32^í/4 (u)í
1.1. de Z4= — P41¿2/3 (u) 4" P42^/4 (u)- '
E l peso se halla en el tercer tramo. Análogamente, tendremos
que r1P = r4P = 0 .

r2P= — l3u ( l — u )2 = — l3j 3 (u),


r3p — l 3u 2 (1 — u) = l 3f i ( u ) .

246
Las ecuaciones de las líneas de influencia son:
1.1. de Z, = — P12J3/3 (u) + Pi3^/* (u)l
1.1. de Z2= — P22W 3 (u) + p23¿s/i (u)*» I
1.1. de Zj = — P32^/3 (lí) + P33^s/t (u)>
1.1. do Z 4 = — P*2¿3/3 (u) H" P*3^/4 (u)- ^
peso se halla en el cuatro tramo. En este caso, sólo rSP no es
igual a cero. En el sistema básico, la viga horizontal del cuarto
tramo representa una viga con el apoyo izquierdo empotrado y el
derecho apoyado en una articulación. De acuerdo con (18.27), obte­
nemos que
r3P= - U ± ( l - u ) ( 2 - u ) = - UU (u).

Las ecuaciones de las líneas de influencia son:


1.1. de Z, = — Pi 3^4/e (“ )I
1.1. de Z 2= — pj/t/e íu ); I
1.1. de Z3= — P33¿4/« («); [ (e)
1.1. de Z¡t = — P«^ 4/ 0(u)- i

2. LINEAS DE INFLUENCIA DE LAS FUERZAS SUSTITUYENTES


(INTERNAS)
Las líneas de influencia de las fuerzas internas M , Q y N pueden
ser construidas por las líneas de influencia de las incógnitas básicas,
por la expresión general

l.i. de S = (l.i. de Z,) + (l.i. de Z t) S t + . . .


. . . + (l.i. de Z„) S n + l.i. de S°, (18.30)

donde l.i. de Z¡ son las líneas de influencia de las incógnitas básicas;


S u • • •» S n, coeficientes; l.i. de S° es la línea de influencia de la
fuerza interna examinada en el sistema básico.
Por consiguiente, la línea de influencia de una fuerza interna
se obtiene con la suma de las líneas de influencia de £° de dicha
fuerza interna en el sistema básico del método de desplazamientos
y las líneas de influencia de las incógnitas Zj, . . ., Z„ m ultiplica­
das por las fuerzas internas unitarias St , . . ., S n en el sistema
básico.
Las líneas de influencia de M y Q, en el sistema básico, se deter­
minan por las expresiones (18.24), (18.26) y (18.28). Los valores
de M y Q se calculan con facilidad de los diagramas unitarios de los
momentos flectores.
La construcción de la línea de influencia de la fuerza longitudi­
nal N es un poco más complicada. En el sistema básico, las fuerza-
longitudinales se expresan por medio de las fuerzas transversales
y, además, estas expresiones dependen del tipo de sistema, por lo
cual no se puedan componer, en una forma general, expresiones
terminadas para las fuerzas longitudinales. Por eso, es más cómodo
construir las lineas de influencia de las fuerzas longitudinales, no
por la expresión (18.30), sino por las líneas de influencia de las
fuerzas transversales por medio de las cuales ellas se expresan.

Fig. 390

Indicamos aún un procedimiento posible para construir las l.i.


de M y Q en las secciones de las barras por las líneas de influencia
de los momentos nodales, las cuales deberán ser construidas previa­
mente por (18.30). En la sección de una barra, las expresiones para M
y Q son las mismas que para una viga continua (fig. 396):
l —a a

Esto significa que, en las secciones de una barra, las l.i. de M y Q


pueden ser construidas sumando las l.i. de M%ig- y (?aiR' en una viga
simple y las l.i. de los momentos de apoyo q y M aeT.
Kjemplo 51. Construir las lincas do influencia de los desplazamientos de los
nudos, los momentos flectores y las fuerzas transversales en las secciones dadas
1 y 2 del pórtico (fig. 397). En el esquema del pórtico, los valores do los coefi-
EJ
cientes de rigidez l = —j— se lian colocado dentro de círculos.
Líneas de influencia de los desplazamientos. En la fig. 397, 6, e, d, están
representados los diagramas unitarios. Las ecuaciones canónicas son:
ri iZ i + r l 2Z 2 + r 13Z 3 + r f p = 0;
r2i2 i -|-r22Z2-J-r23Z3-)-r2p = 0;
r3iZ i + r32Z2-(-rj3Zj ^ j p = 0.
Sus coeficientes son: ru = 9 + 8 + 3 = 20 tfm, rn = 4 tfm,

r s i = — 0,75 tf, r12= 4 tfm , r22 = 8 + 9 + 3 = 2 0 tfm,


r32= — 0,75 tf, r13 = — 0,75 tf,

Las ecuaciones canónicas, en números, son:


20Zj + 4Z2—0,75Z3 + r|p = 0;
4Z j 2()Z*2— 0, / t2
p = Oj
— 0,7 5Zj — 0, <5^2 -f 0,4375Z 3 -j-rj/> = 0.

248
Calculamos los coeficientes de influencia,
a) Por el método de determinantes (14.49)

20 4 — 0,75
D= 4 20 — 0,75 = 150 (tf)s m
- 0,75 - 0,75 0,4375
i 20 — 0,75
Pii = ( - l ) (1+1-1> = — 0,054583 - J — ;
15<) — 0,75 0,4375 tfm
1 4 - 0,75 1
P 12= (_ l)( l+ 2- l , = 0,0079166
150 — 0,75 0,4375 tfm '
1 4 20
Pi 3= ( - D <‘ +3- , ) = 0,08—L.
150 — 0,75 — 0,75
1 20 -0,75 1 .
p22= ( _ l) ( 2«-l) = — 0,054583
150 — 0,75 0,4375 tfm ’
1 20 4
P 23 = 23
( — l) < + - l» = - 0 ,0 8 ^ ;
150 — 0,75 — 0,75
1 20 4
P3 S = ( - l ) <3+3- ‘ > = — 2,56 m/tf.
150 4 20

b) Por el método de Gauss:


El
El desarrollo
desi directo se da en la tabla 17.
Calculamos los coeficientes de influencia por (14.59) y (14.60).
I a operación■Para la fórmula (14.59) * = 3 y para la (14.60)

k = 3; I = 2 y l = 1.

1 1 : — 2,56 m/tf;
P33 0,3906
i
P»3 = a 23pj3 = 0,03125 (— 2,56) = — 0,08 ;

P13 = « 12P23 + «13033= (- 0,2) (- 0,08) + 0,0375 (- 2,56) = - 0 ,0 8 -i-.

Verificación por (14.47)

faiP 13+ r32P23+ r33P33 + 1 = 0;

( — 0,75) ( — 0,08) + ( — 0,75) ( — 0,08) + 0,4375 ( — 2,56) + 1 = 0.

2a operación. Para la fórmula (14.59) k = 2 y, para la (14.60), k = 2 o


i = 1.
1 I
Pi2 = ~JTy—(-«23023= f0,03125(— 0 ,0 8 )= — 0,054583
19,2 tfm '
1
P12 = a 12P22 + <*1JP32 = — 0,2 ( — 0,054583) + 0,0375 ( — 0,08) = 0,0079166 ■
tfm ‘
Verificación por (14.47)

r2 lP 12 + r2íP 22 + r 23P32 + 1 = 0 ;

249
4 •0,0079166 + 20 ( - 0,054583) - 0,75 ( — 0,08) + 1 = 1,091664— 1,09166 « 0.
3a operación. Para la fórmula (14.59) k-l.

Pn = — —-- hOizPií + OisPis —


= — + ( — 0,2) •0,0079166 + 0,0375 ( — 0,08) = — 0,054583 .

Verificación por (14.47)


ruPi! + ri202i + risPsi + 1 = 0 ;
20 ( — 0,054583)+4 (0,0079166) — 0,75(— 0,08) + l = — 1,09166 + 1,091666 « 0.
Por consiguiente, las incógnitas básicas se expresan por medio del coeficien­
te de influencia, del siguiente modo:
Z, = — 0,05458rlp + 0,007917r2p —(0,08rSp;
7r2p — "j
Z2 = 0,007917rl p -0,05458r2p
¡p — 0,08r3P;
0,08rSp; }> (a)
Z3 = —0,08rjp — 0,08r2p — 22,56rjP.
,i J

En el caso de carga vertical, rsp = 0, r,t y r!P dependen de la posición del


peso P = 1.
El peso se halla en el primer tramo. Por (18.25),
, U(l — U2) U(l—U2)
r iP = l¡ --- 5 ------- 8 ----- 2---- ’
r2P = 0. (b)

250
'ír
r0 -------O Q :------ o
0,0438 0,1172 - 0,0438 Q3800
0,0700 0,1876 % 0,0693 0,6076
0,0612 0,1640 0,0612 0,5312 -
3 O
W ÓÓ ~ ~ U
0,20875 0.7912 1,0911 -
0,5000
0,5000 i,m

0,2086 0,5961

O- --0
0,0612 ■ o ,m - 0,0612-
C^*
0,0700 • 0,1876 - 0,0700-
o ,m - J ; om - 0,0438-
0 ---------o - --0--
vs
o ------
■0,0074 0,0512 -
■0,0119 0,0819
■0,0104 0,0716 ■
V --------

■0.0966

0.0936

o ,m i

o ---
-0,07/6 o,om- c-**
-0,0819 0,0119 - !>•
opm ■
O---
Tabla 17
252

N° N° de la Incógnitas Suma de los


de la linca ecuación y del coeficientes
coeficiente Z, | Zj Zs

1 (1 ) 20 4 —0,75 23,25

2 «lfc «1 3 = -- ~^¡3“ ==0,0375

e

II

1
3 (2 ) 4 20 —0,75 23,25

4 «12(1) • - 0 ,8 +0,15 -4,65

i
5 (2 <‘>) • 19,2 - 0 ,6 -* 18,6

G «2* • • «23= - T § X = * ° . 03125

7 (3) -0,75 -0,75 0,4375 —1,0825

8 a 13'(l) • • —0,0281 0,8719

9 « 2 3 . ( 2 “ ») • • —0,0188 0,5812

10 (3<2»)
• • 0 ,3 9 0 6 0,^906
Las ecuaciones do las líneas de influencia son:
u (1 —u2)
1.1. de Z j = — 0,05458-8
2
u (1 — u2)
1.1. de Za = 0,007917-8 (1/)
2
u (1 — u2)
1.1. de Z3= -0,08-8

El peso se halla en el segundo tramo. Por (18.23),


r 1P= — íl U (l — u )2 = — 1 2 u ( l— u)2,
(c)
r*P = Í2«* ( ! — “) = 12 « 2,'(1 — u).
Las ecuaciones de las lincas de influencia son:
1.1. de ¡Zj, = 0,05458
0,05458-•12u (1 - u)2+ 0,007917■
— u)2 0,007917 •12u2
12u2 (1 -
— u);
0,007917 •12u (1 — u)2— 0,05458 •12u2(1 —u);
1.1. do Z2 = 0,0 l (c')
, = -0,08-
1.1. de Z3= 12u (1 —u)2—0,08-12«2
— 0,08-12u(l— u)2— 0; (i _ „). J
El peso se halla en el tercer tramo. Por (18.27),

r2p = - i j \ (1 - u ) (2 —u) = - 8 (1 —u) (2 —u);


r1P=0. (d)

Las ecuaciones de las líneas de influencia son:

1.1. de Z , = — 0,007917-8-y (1 — u)(2 — u);

1.1. de Z2 = 0,05458-8 -^-(1—u) (2— u); <d')

1.1. de Zs = 0,08-8 ^ - ( l- u ) ( 2 - u ) .

Las líneas de influencia se muestran en la fig. 397, e, f, g.


Las líneas de influencia de los momentos flectores y las fuerzas transver­
sales. En las secciones 1— 1, las líneas de influencia de M y (>, por (18.30), son:
l.i. de A/, = (l.i. de Z ,) 8 + (l.i. do Z2)4 + l.i. de M\\
l.i. de C>, = (1.¡. de Z,) ( — l)+ (l.i. de Z2) ( — l) + l.i. do Qn
t,

donde, para la posición del peso en el segundo tramo, de acuerdo a (18.23),

A/y = ra = — u(l — u)2 12;

<?J = Pa = l - u2 ( 3 - 2 u )

para u =
En la sección 2—2, las ecuaciones de influencia de Ai y Q, por (18.30) son

l.i. de M ,= ( l.i. de Zi) 2 + (l-i- de Z 2)(- 2 ) + l.i. de AÍJ,

253
donde, por (18-24), para la posición del peso en el segundo tramo:
a la derecha de la sección: J l/ $ = — u (1 — u )2 12 + [ l— u 2 (3 — 2u)] 6 ;
a la izquierda de la sección: A /J= — u ( l — u)2 12 + [(1 — u2) (3 — 2 u)]6 —
— 1 (6 — 1 2 u);
1.1. de <?, = (l.i. de Z,)( — 1) +
+ (l.i. de Zt) (— l) + l . i. de Ql,
donde, para la posición del peso en el segundo tramo:
a la derecha de la sección: @ g=l — u2 (3— 2 u);
a la izquierda de la sección: (>$=— u2 (3 — 2 u).
Para la posición del peso en el primer y tercer tramo, M° y son iguales
a cero. En la fig. 397, h, i, i y k, están representadas las lineas de influencia de
m y Q-

g 2 0 1 . METODO CINEMATICO DE CONSTRUCCION DE LAS


LIN EAS DE INFLUENCIA DE LOS DESPLAZAMIENTOS
ANGULARES Y PROGRESIVOS DE LOS NUDOS. La línea de
influencia del ángulo de giro del sistema dado, es el diagrama de los
desplazamientos verticales de su línea de carga, debidos al momento
Tabla 18

Ecuación del eje de u n a b arra curvada


Tipos de desplazamientos
de los extremos de las barras
(— f>

' ' y = —lu ( i — u )2 = — lf3 (u)

aJ ------ .z y = - Z ( l - u ) u2 = — i/4 (u)



y = U2 (3— 2u) = 1 — <J>, (u)¡
T r r '
u
|
1

i/i = i — y = < n (“ )
ve:

y = l - j u ( t — u) ( 2— u) = lf„ (u)

V= — — M2) = — lfi(u )

y = - y- ( 3— u) = 1 — q'3 (u);
y» X yi = i —y= «P3<“ )

254
externo Affc = 1 aplicado en este nudo (fig. 398, a), y la línea de
influencia del desplazamiento progresivo, do los debidos a la fuerza
externa P m = 1 aplicada por la dirección del desplazamiento pro­
gresivo (fig. 398, b).

Deberán ser hallados los ángulos de giro y desplazamientos pro­


gresivos de los nudos del pórtico debidos a tales cargas, después
de lo cual, la línea de influencia se construye sobre la base de los
datos de la tabla 18.

§ 2 0 2 . CALCULO DE LA ACCION DE LA TEMPERATURA


Y LOS DISLOCAMIENTOS DE LOS APOYOS. Para el cálculo de
la acción de la temperatura, las ecuaciones canónicas tienen la forma
rhlZi + fh2^Z~h • • • + rftnZn + Rhi =0- (18.32)
Para la determinación de f íkl es indispensable tener los diagra­
mas térmicos de los momentos flectores en el sistema básico. Para

t¿ t, E3
h

F ig . 3 9 9

esto, examinemos dos barras estandart del sistema básico sometidas


a la acción de la variación de la temperatura por abajo t2 y por arri­
ba /lt siendo t2 ^ tx. En la fig. 399 se exponen los diagramas de los
momentos flectores debidos a la acción de la temperatura para las
barras estandart del sistema básico, en el caso de calentamiento
irregular construidos por el método de fuerzas. Señalamos que la
zona fraccionada, en el caso de flexión, se dispone por el lado donde
la incrementación de la temperatura es menor.
255
/

Los momentos flectores serán:


para la barra con los extremos empotrados:

A/* = P Í2~^ti E J (constante a lo largo de la barra); (18.33)

para la barra con un extremo empotrado y el otro con apoyo articu­


lado en el lugar del empotramiento:

= (18.34)
donde h es la altura de la sección.
Además de los momentos flectores M t debidos al calentamiento
irregular de las barras, surgen momentos flectores debidos al calenta­
miento uniforme de las mismas, dado que este calentamiento ori­
gina, en el sistema básico, desplazamientos progresivos de sus nudos

y' _ 2'

!* - %
Fig. 400

"m
Jr.

y, por consiguiente, flexión en las barras. Es fácil convencerse de


esto examinando cualquier sistema básico (fig. 400). El vínculo de
movimiento progresivo introducido en el primer nudo, en el caso de
alargamiento térmico de la barra a — 1 , sólo obstaculiza su despla­
zamiento horizontal y no el vertical. Por eso, el nudo 1 ocupará
la nueva posición 1'. A consecuencia del alargamiento de otras barras,
los nudos 2 y 3 ocuparán, también, las nuevas posiciones 2 ' y 3’,
en las cuales, en el caso general, las barras del sistema se curvarán
(fig. 400), surgiendo en ellas momentos flectores.
Esto significa que, en el sistema básico, el diagrama de M t
originado por la temperatura estará compuesto de dos partes: la
del diagrama de M\ debido al calentamiento irregular y la del dia­
grama de M"t debido al calentamiento uniforme.
La construcción del diagrama do M\ debido al calentamiento
irregular, se efectúa en base a las fórmulas (18.33) — (18.34). La cons­
trucción del diagrama de M í debido al calentamiento uniforme,
es más complicada.
Para su construcción es necesario conocer los desplazamientos de
temperatura de los nudos del sistema básico, por medio de los cuales
se pueden expresar los desplazamientos A, de los extremos de cada
barra en dirección perpendicular a su eje. Con tal dislocación, el
diagrama de momentos flectores a lo largo de las barras empotradas
256
en los dos extremos, representa un trapecio equilátero retorcido
(fig. 401), como para un desplazamiento unitario de los extremos
de la barra, cuyos momentos en los extremos son

= A„ (18.35)

y, el diagrama para las barras con un extremo empotrado y el otro


sobre un apoyo articulado representa un triángulo, cuya ordenada
en el empotramiento, es

= (18.36)

Los desplazamientos de los nudos del sistema básicos debidos


al calentamiento uniforme se pueden obtener de la siguiente cons­
trucción (fig. 402, a).
Seccionamos mentalmente la barra 1-2 cerca del nudo 2 y la 2-3
cerca del 3. Supongamos que debido al calentamiento, la barra l-a
se alargó en la magnitud A/«,_!>/. Al mismo tiempo, el nudo 1 se
desplazará verticalmente en la misma magnitud y ocupará la posi­
ción /'. Junto con el nudo/, paralelamente,se trasladará la barra 1-2.
Lila ocupará la posición V-2". Desde el punto 2" trazamos el alarga­
miento de temperatura A /„ _ .)( de la barra 1-2, obteniendo el pun­
to 2”.
Dejemos, por ahora, la barra l-a y examinemos la b-2. A con­
secuencia de su alargamiento, el extremo 2 se elevará en la magnitud
del alargamiento A/,6_2)( y ocupará la posición 2*. De esta manera,
para los cortes imaginarios, los extremos de las barras 1-2 y b-2
concurrentes en el punto 2, ocuparon dos posiciones distintas, la
2" y 2*, lo cual es imposible. A estos extremos de las barras, en
distintas posiciones, es necesario juntarlos, lo cual puede ser efectua­
do flexionando las barras. Por cuanto los alargamientos térmicos
de las barras son pequeños en comparación con sus longitudes, enton­
ces, el movimiento de los extremos de las barras puede ser exami­
nado como su desplazamiento por las direcciones perpendiculares
a los ejes de las barras. La posición verdadera 2' del punto 2 estará
en el punto de intersección de las perpendiculares a las barras l'-2m
y b-2* trazadas desde los puntos 2m y 2*.
Señalemos que tal coincidencia tiene lugar sin el giro de los
nudos, impedido por los vínculos de momento del sistema básico.
Ahora examinemos las barras 2-3 y c-3. La 2-3, en el caso de
coincidencia de los extremos de las barras 1-2 y b-2 y la existencia
«leí seccionado mental en el nudo 3, ocupará la posición 2'-3". Desde
el punto.?" trazamos el alargamiento AZ,2_3)< de esta barra y obtene­
mos el punto Sm. 151 extremo c de la barra c-3, como empotrado,
permanece en su sitio, pero, el 3, a consecuencia de la dilatación de
la barra, para la existencia del seccionado mental, se elevará en la
magnitud de este alargamiento AZ,C_3)/ y ocupará la posición 3 *.
La coincidencia de los extremos de las barras que resultaron en
17—01191 257
t n ta-bh
6EJ U-l-

(ttb)t

Fig. 40!

¥
A(c-d)t
3EJ
A(c-d¡t X

Fig. 402

b)

____21 I-? A
J-<2-3)¿
distintos lugares, la efectuamos por las perpendiculares a los ejes
de las mismas, trazadas desde los puntos 3" y 3 *. La posición ver­
dadera 3 ' del nudo 3 se encontrará en la intersección de estas per­
pendiculares.
Ahora se puede representar el estado deformado del sistema
básico (fig. 402, a) y expresar los desplazamientos térmicos relativos
buscados de los extremos de las barras (deslizamientos):

A(a-t)<= 0 ;
^il - 2 >1 — A/,u-.i>< AZ(6- 2 >f5
A<b-2>/= A/(l_2,<;
A<2-3ti = Al,b-2>í — A/(c-3)<>

Aic-3)/ = AZ(i 2-í + A/,2-3)í<

Los alargamientos térmicos de las barras debidos al calenta­


miento uniforme se determinan por la expresión (1 1 .20), los cuales
pueden ser presentados en la siguiente forma:

Aí,a-6><= p/<i&~f¡~(tJh + ¿2^i)* ( 18.37)

Por cuanto los alargamientos térmicos de los elementos son


pequeños, entonces, en el esquema del pórtico deben ser trazados
en una escala más grande que la de las barras del sistema. Común­
mente, en este caso, se construye un diagrama polar de desplazamien­
tos especial, en el cual se trazan sólo los alargamientos de las barras.
Este diagrama se construye así.
Desde el polo O , con el que coinciden en el diagrama las posiciones
de todos los puntos fijos del sistema (los a, b y c) (fig. 402, b), se
traza verticalmente, en una escala cómoda, el valor del alarga­
miento Al(a. ltl de la barra a-1 y se obtiene el punto /', el cual con
su posición respecto al polo O determina el desplazamiento de este
nudo del sistema básico. Luego, desde el punto 1' se traza el alarga­
miento A/(,_»)f de la barra 1-2, por su dirección, obteniendo el
punto 2 ", de donde levantamos la perpendicular al alargamiento
trazado. Sobre esta perpendicular deberá hallarse el punto 2' que
determina la posición de este nudo. Trazando desde el punto b,
coincidente con el polo O , el vector de alargamiento A/<b_2,( de la
barra b-2, obtenemos el punto 2*, desde el cual, igualmente, tra­
zamos la perpendicular al alargamiento que acabamos de trazar.
La intersección de ésta con la perpendicular trazada anteriormente
desde el punto 2" determina la posición del nudo 2'. El desplaza­
miento total del nudo se determina con el vector que tiene su origen
en el polo O y su extremo en el pinito 2'. Desde el punto 2' trazamos
el alargamiento A d e la barra 2-3 y, desde el punto obtenido 3 ',

17* 259
levantamos la perpendicular al alargamiento trazado. Luego, desde
el punto c, que coincide con el polo O, trazamos el alargamiento
A/<r-3.f fie la'barra c-3 y, desde el nuevo punto 3*, trazamos la
perpendicular a él. La intersección de las dos perpendiculares deter­
mina en el diagrama la posición del punto 3'. El diagrama ha sido
construido.
De esta manera:
1 ) los desplazamientos de los nudos del sistema básico en el
diagrama polar de desplazamientos se determinan con los vectores
trazados desde el polo O hasta el punto que representa al nudo dado;
2) los desplazamientos relativos de los extremos de las barras
se determinan con los vectores que unen la imagen de éstos en el
diagrama. La proyección de este vector, sobre el eje perpendicular
al eje de la barra, determina el desplazamiento relativo buscado de
los extremos de la barra por la dirección perpendicular a ella o, de
otro modo, la dislocación.
Por ejemplo, el desplazamiento total del nudo 3 en el diagrama,
se representa con el vector 0-5'. El desplazamiento relativo de los
extremos de la barra 2-3 se determina con el vector 2'-3' , el cual
muestra que el extremo 2 de la barra, con respecto al 3, se eleva.
La proyección del desplazamiento relativo completo 2'-3' sobre el eje
perpendicular a la barra 2-3 es la dislocación A(._ 3)< de este elemento,
lil signo de la dislocación se determina por la dirección de giro
de la cuerda de la barra. Si ella gira en sentido de las agujas del
reloj, es decir, si el extremo derecho desciende con respecto al iz­
quierdo, entonces, la dislocación es positiva y al contrario. El des
plazainiento para la barra 2-3 es positivo, dado que el nudo 3 des­
ciende con respecto al 2. Así pueden ser determinados todos los despla­
zamientos de los extremos de las barras. No es difícil convencerse
de que sus valores coinciden con los determinados anteriormente
sobre el esquema del pórtico.
Después de determinar los desplazamientos de los extremos de
las barras, el diagrama de M ¡ se construye por las expresiones
(18.35) y (18.30). Las reacciones térmicas Uht se determinan como
la suma de dos reacciones: de la /?/,<, debida al calentamiento irre­
gular que da lugar al diagrama de A/¡, y de la debida al calenta­
miento uniforme que da lugar al de M í.
Lo más fácil es determinar las reacciones de momento por el
equilibrio de los nudos recortados en los dos diagramas indicados
de M i y M~t.
Cuando las barras (montantes) seccionadas son paralelas, las
reacciones de fuerza pueden ser determinadas del equilibrio de las
vigas horizontales seccionadas en los diagramas de M\ y M i. Pero
estas mismas reacciones, en este caso y en otros más complicados,
pueden ser determinadas con la m ultiplicación de diagramas. Mos­
tremos esto.
Examinemos el trabajo posible de las fuerzas del sistema básico
en el desplazamiento debido a Z k — 1 (fig. /i03), en el caso de ac-

20 0
cióa (le la temperatura:

Ih ,Z k = S j M t J f r ds; R ht = ^ j M t ds = ( M , ) ( M h).
(18.38)
Al determinar las reacciones de fuerza es necesario multiplicar
los diagramas de temperatura por los debidos a los desplazamientos
progresivos. Los diagramas unitarios debidos a los desplazamientos

Fig. 403

progresivos en las barras con los dos extremos empotrados son trape­
cios retorcidos y. los debidos al calentamiento irregular, son rectán­
gulos. El resultado de la multiplicación de tales diagramas es igual
a cero. Los diagramas en las barras con un extremo empotrado,
son triangulares en ambos casos y los resultados de su multiplica­
ción ya no son iguales a cero. Por consiguiente, al multiplicar el
primer diagrama de M\ debido a un calentamiento irregular por el
debido a un desplazamiento progresivo unitario, es necesario m ulti­
plicar sólo sus partes a lo largo de las barras que, en el sistema básico,
tienen empotrado un sólo extremo, si existen tales barras. El resultado
de la multiplicación se puede presentar en la siguiente forma
(fig. 404, a):

= ( 18-3!))
a

Los diagramas debidos al calentamiento uniforme y a los des­


plazamientos progresivos unitarios de los nudos tienen idéntica
configuración (fig. 404, 6, c).
Multiplicándolos, obtenemos que

fílt = 2 - W A' 6* + 2 -F (18.40)


í a

21,1
Fig. 404
0)_ l h ± EJ

donde A< y 6h son los desplazamien­ 5


-

tos térmicos y unitarios de los extre­


mos de las barras en el sistema F T f r r ^ —
básico.
El diagrama térmico de momentos L) 6£
se determina por la expresión
(j*r<) = ( j í 1) Z 1 + ( jt f 2) Z 2+ . . . 'f t íL
(¡La
. . . + ( M n) Z n + ( M ;) + ( M ¡). (18.41) ^ l t
Sus verificaciones son las usua­
les. Paralelamente a ellas, es posible Cl
efectuar la verificación multiplicando
este diagrama por cualquier otro uni­
tario o unitario total del método de
desplazamientos.
= (18.42)
Al calcular la dislocación de los
apoyos, las ecuaciones canónicas tienen
la forma:
rkiZ\■+ • . . -f rhnZ n -f-R/,\= 0.
(18.43)
Para la determinación de es necesario conocer el diagrama
de los momentos flectores en el sistema básico, debido a la dis­
locación dada A de los apoyos. Tal diagrama es fácil de construir

h rr-
t 3'

Fig. 405 K ) í -o

i
si son determinados los desplazamientos progresivos relativos de
los extremos de las barras en el sistema básico, por la dirección
perpendicular a estas barras (deslizamientos), para los desplazamien­
tos fijados de los apoyos (fig. 405). Estos desplazamientos se hallan
del mismo modo que para un calentamiento uniforme, sólo que,
en este caso, todas las Al = 0.
En particular, para esto, puede ser construido el diagrama polar
de desplazamientos (véase la fig. 402).
2ü2
La posibilidad de determinación de las reacciones por medio
<le la multiplicación de diagramas, se demuestra como para la ac­
ción de la temperatura.
Las reacciones de momento deben determinarse del equilibrio
del nudo recortado y, las de fuerza, del equilibrio de la parte sec­
cionada o con la multiplicación de diagramas, donde esto es posible.
Por cuanto en las barras del sistema básico, los diagramas debidos
a las dislocaciones de los apoyos serán por la forma, los mismos que
los debidos a los desplazamientos unitarios progresivos, entonces,
el resultado de la multiplicación, al determinar las reacciones de
fuerza, puede ser presentado en la forma siguiente:

ft/iA = 2 + 2 7T (18.44)
e a

donde A\ y b h son los desplazamientos de los extremos de las barras


en el sistema básico (dislocaciones), debidos al deslizamiento de los
apoyos y al desplazamiento unitario progresivo.
El diagrama de momentos flectores debido al deslizamiento
de los apoyos se determina por la expresión

( M i) = ( M l) Z t + ( M t) Z s+ . . . + ( M H) Z ' + { M l ) . (18.45)
Su verificación se efectúa análogamente a la del diagrama de
temperatura

§ 2 0 8 . INTERPRETACION ESTATICA DE LA RESOLU­


CION DE LAS ECUACIONES CANONICAS POR EL METODO
DE A PRO XIM A C IO N ES SUCESIVAS. La resolución de las ecua­
ciones (1S.2) en primera aproximación, al utilizar los valores halla­
dos de las incógnitas anteriores para determinar las sucesivas de
acuerdo con (14.61), la presentamos en la forma siguiente:
n ip
Zí =
r ii '
z* = — (^2 p + r21^1 ); (18.46)
r.>j

(lijii -f* r3|Z* -f-r 32Z*)


r 33

etc.
Estas expresiones pueden ser obtenidas por consideraciones está­
ticas. Efectuamos el razonamiento sobre el ejemplo de un pórtico,
para el cual el sistema básico y algunos diagramas indispensables
se exponen en la fig. 406. Al principio buscaremos Z¡, pero no para
el sistema dado, sino para el formado del básico con la eliminación
del primer vínculo. Entonces, habrá una sóla ecuación canónica
rtiZ\ -f- p—

263
Fig. 406
,-- ■■■£
(O
x i X * r
2 x jr f
de donde obtenemos

Esto es la primera aproximación Z*.


Luego componemos el nuevo dia­
grama de carga de M P de la forma
siguiente:

Su empleo en el cálculo ulterior


corresponde a la colocación de la
primera aproximación Z* en todas las
demás ecuaciones canónicas. Efectiva­
mente, la complemenlación a los tér­
minos independientes de las ecua­
ciones sucesivos es igual a
ARJ.P = ( S í „) •(S í ,) Z\= rhtZ] = rMZ\.
Ahora, inlroduzquamos de nuevo el primer vínculo en el sistema
y examinemos el sistema formado del básico al eliminar el segundo
vínculo y determinemos para este sistema Z.;. La ecuación canó­
nica será
r22^'l~h =
de donde
/?* 1 4
z; = — ^ = --± - (R 2P+ A nr.p) = - J - (n 2P + r2lZ\).

Tal operación corresponde a la determinación de la primera


aproximación Z*.
Ahora componemos el nuevo diagrama de carga M p de la forma
siguiente:
(M p ) = ( M p) + ( S í2) z : = ( M°p) -f (M ,) z ; + ( M 2) Z'¿.
Su ulterior empleo en el cálculo corresponde a la sustitución de Z*
en todas las ecuaciones restantes al resolverlas por el método de
aproximaciones sucesivas. Efectivamente, el nuevo complemento
a HhP es igual a:

Alih'p = ( ¿ f k) ■( Si 2) z ; rh2Z ’¿ = rh2Z*.


Introducimos do nuevo el segundo vínculo y examinamos el
sistema formado del básico con la eliminación del tercer vínculo.
26't
La ecuación canónica será

r33^5 + ^ 3P = 0, (le donde Z%= =


' 33

= -- -— (/?3/j -}- r3¡Zí -f- r32Z •>).


'33

Esta operación corresponde a la determinación de la [primera aproxi­


mación Z* en el curso de la resolución de las ecuaciones. Y así
sucesivamente.
El método de cálculo, llamado de equilibrio de los nudos o de
distribución de los momentos flectores, se basa, precisamente, en
tales operaciones. En la práctica, este procedimiento se efectúa,
comúnmente, por medio de la escritura de los momentos comple­
mentarios A A f en los extremos de la barra del pórtico, sin construir
los diagramas intermedios de carga. Para mayor comodidad de tal
escritura el pórtico se representa en escala grande, para que en los
extremos de las barras sea posible anotar libremente los valores
de los momentos complementarios.
Como fue mostrado, el método de equilibrio de los nudos es sólo
una interpretación estática de resolución de ecuaciones canónicas
del método de desplazamientos por el procedimiento de aproxima­
ciones sucesivas y, en comparación con este último no posee ninguna
ventaja. Además, el error cometido en la resolución de las ecuaciones
por el procedimiento de aproximaciones sucesivas, al cuadrar el
proceso, se extingue gradualmente, sólo se alarga el procedimiento
de aproximaciones cuando el error cometido en la escritura de los
momentos complementarios es difícil de descubrir.
J)e paso señalamos que la interpretación estática de la resolu­
ción de las ecuaciones del método de desplazamientos por el proce­
dimiento de Gauss, se reduce al empleo de varios sistemas básicos
con la eliminación sucesiva de los vínculos introducidos en el sistema.
Los pormenores se exponen en 111, pág. 298.

g 2 0 4 . SIM PLIFICACIONES EN EL METODO DE DESPLA­


ZAMIENTOS. Las posibles simplificaciones en el método de des­
plazamientos se reducen a lo siguiente.
1. Se emplean elementos complejos estandart del sistema básico,
los cuales pueden ser previamente calculados, en la forma general,
a la acción de la carga y los desplazamientos, por ejemplo, los pór­
ticos representados en la fig. 407, a, b. Estos pórticos deberán ser
previamente calculados a la carga, a los desplazamientos unitarios
angulares de sus extremos empotrados y a los desplazamientos
progresivos relativos por las horizontales de los puntos A y B. La
introducción de tales elementos en el sistema básico (fig. 407, c)
disminuye el número de incógnitas básicas.
2. Se emplean sistemas básicos con el número incompleto de los
vínculos introducidos, lo que también disminuye la cantidad de
incógnitas básicas, pero, requiere análisis complementarios por el
método de fuerzas o el de desplazamientos de los elementos no estan­
dart contenidos en el sistema básico, bajo la carga y los desplazamien­
tos del nudo por el que entra en contacto con la parte restante del

¡Fig. 407

sistema (fig. 408). En este caso la resolución de las ecuaciones cañó


nicas con un número completo de incógnitas, siendo el sistema básico
con elementos simples, se sustituye por la resolución de dos sistemas
de ecuaciones independientes: uno, al investigar el elemento no
estandart y, el otro, correspondiente al sistema básico con el número
de vínculos incompleto.

I
3TH'

Fig. 408

3. En calidad de incógnitas se toman los desplazamientos en


grupo, en forma análoga a como se hace en el método de fuerzas,
empleando fuerzas incógnitas en grupo.
Los desplazamientos progresivos en grupo de los nudos merecen
particular atención al calcular pórticos de muchos pisos (fig. 409).
Con lales desplazamientos, ciertas reacciones de fuerza secundarias,
como por ejemplo, las r,„, son iguales a cero, lo que no es difícil
de fundamentar si, para la determinación de r12, empleamos la
multiplicación de diagramas.
2üt;
Fig. 400

Señalamos que, como en el método de fuerzas, empleando la


resolución de ecuaciones canónicas por el procedimiento de Gauss
se pueden construir diagramas unitarios ortogonales, correspondien­
tes a algunos desplazamientos en grupo.

8 2 0 5 . NOCION SOBRE EL METODO DE LOS ELEMENTOS


FINITOS. El sentido del método de los elementos finitos consiste
en que el sistema, para ser calculado, se divide en elementos aisla­
dos de dimensiones finitas, de tal forma que sea accesible a un estu­
dio previo del estado deformado de ellos en tensión bajo la acción
de la carga y las fuerzas (esfuerzos) de interacción entre los elemen­
tos, se pueda bailar la dependencia entre las fuerzas de interacción
y sus respectivos desplazamientos, etc.
En los sistemas lineales, elementos finitos serán las barras aisla­
das o trozos de ellas; en las placas y lozas cáscara, los elementos
laminares de distinta forma, por ejemplo, triangulares, rectangula­
res, etc., y en los cuerpos masivos, pequeños cuerpos volumétricos
en forma de tetraedros, paralelepípedos, etc.
De tal modo, en el método de los elementos finitos el medio con­
tinuo de placas, losas cáscara y cuerpos masivos es sustituido por
uno discreto, lo que permite aplicar los métodos de la mecánica
de construcción, donde frecuentemente encuentran aplicación los
métodos de los desplazamientos.
Las condiciones de acople de distintos elementos con los conti­
guos, en el sentido de continuidad de las deformaciones y los des­
plazamientos, de las fuerzas de interacción y condiciones de equi­
librio con la carga dada, nos dan las ecuaciones para determinar las
incógnitas en los sitios en que se unen los elementos.
Con el método de los elementos finitos, disponiendo de ETsVM,
y si los elementos finitos desglosados son accesibles a un estudio
previo y su cantidad, suficiente para la obtención de resultados
prácticos aceptables, no supera en la elaboración las posibilidades
de la calculadora, puede ser calculado cualquier sistema.
El método de los elementos finitos, en principio, se aplica a
distintos sistemas, incluidos los lineales también, pero de todos
modos, su principal destino es el cálculo de los sistemas continuos
de placas, losas cáscara y cuerpos masivos.
Si el estudio previo de los elementos finitos fue efectuado con
exactitud y luego, del mismo modo, se elaboraron las condiciones
de su acople, lo que a veces es posible, por ejemplo, en los sistemas
lineales, entonces el método será exacto. En los casos restantes,
cosa que habitualmente tiene lugar, el método será aproximado.
En este caso, cuanto más fielmente estén reflejadas en el cálculo las
condiciones de acople entre los elementos, tanto más se podrá con­
fiaren la exactitud del método. Esta últim a, habitualmente, en los ca­
sos complejos, se eleva con el aumento del número de elementos finitos.
Las condiciones consideradas en el cálculo, de acople de los
elementos finitos, para las placas, losas cáscara y cuerpos masivos,
así como las condiciones de equilibrio, se preparan solamente en
los sitios fijados (ángulos de los elementos), denominados nudos, lo
que, al emplear los métodos de la mecánica de construcción conduce,
precisamente, a ecuaciones algebraicas en lugar de diferenciales.
Las condiciones de acople entre los nudos de los elementos finitos
se preparan fundándose en admisiones complementarias durante
la etapa de estudio del elemento finito.
En calidad de noción y como un comienzo para ponerse al tanto
con el método de los elementos finitos aquí solamente examinamos
su aplicación a los sistemas lineales donde, en cierta medida, se
puede seguir también el orden en que este método se aplica. Para
ello nos limitaremos a exponer dicho método para el cálculo de los
pórticos cuando como incógnitas se toman los desplazamientos de
los nudos, es decir, exponemos de hecho, el método de los desplaza­
mientos desde la posición del método de los elementos finitos.
En este caso, para el análisis previo del elemento es indispensable:
1. Escribir para cada elemento (barra) los desplazamientos
incógnitos de sus extremos, expresándolos por medio de los des­
plazamientos incógnitos adoptados de sus nudos.
2. Componer para cada elemento una matriz de rigidez, que
establezca el vínculo entre los desplazamientos y los esfuerzos en
los extremos del elemento.
3. Componer para cada elemento la matriz de columna (vector)
de los esfuerzos en los extremos del elemento, como producto de la
matriz de rigidez por la matriz de columna de los desplazamientos
incógnitos en sus extremos.
Unir las matrices de los esfuerzos de los distintos elementos
en una matriz que sea general para todo el sistema y descubrir la
igualdad matriz en una forma también general.
5. Componer las condiciones de equilibrio en los nudos susti­
tuyendo la carga actuante por la nodal.
6 . Después de determinar los desplazamientos incógnitos por
la matriz general pueden ser hallados los esfuerzos en los extremos
de los elementos.
Mostremos como se hace esto.
Examinemos al principio un elemento del pórtico en los extre­
mos del cual, donde al igual que en el método de los desplazamientos.
habremos de considerar solamente los momentos flectores y las
fuerzas de corte (fig. 410).
Los primeros símbolos de los índices indican las cuatro direccio­
nes fijadas de las solicitaciones de las fuerzas; y los segundos, el
número de la barra: es el momento flector en el extremo
izquierdo del elemento; el momento flector en el extremo
derecho; Qah, la fuerza de corte en el extremo izquierdo y Qih,
en el derecho.
Los desplazamientos que corresponden a los esfuerzos serán:
Z, y Z.>, los ángulos de giro respectivos de los extremos izquierdo

a)

Fig. 410

b)

y derecho; y Z a y Z4. los desplazamientos lineales respectivos, de los


extremos izquierdo y derecho, perpendiculares a la barra.
Componemos para este elemento la matriz de rigidez.
La primera de sus columnas determina los esfuerzos en los extre­
mos del elemento cuando Z, =- 1 y los restantes Z s Z3 Z4 U;
la segunda columna, cuando Z , 1 y los restantes Z, Z3
Z 4 = 0 , etc... Con medios simples (véase 18.7-18.8) obtenemos:
61 6/
4i 2i
l l
til f.i
2i 4i
~~r ■/
R - (U (18.47)
fu 12/ 12/
l i /2 i*
6i 6í 12/ 12/
' l — T /2 r-
Ahora podemos escribir la matriz de los esfuerzos en los extre­
mos de la barra
61 H/
Mlh 4i 2i l ~r Z,
61 ti/
^2h 2i 4i 1 i Zo
(18.48)
m 6/ 12/ 12/
@3k Z,
i l jz /2
6/ 0/ 12/ 12/
Qik l r |2 /2 Z4

209
o) a
M■ 9j,
Barra N'3 b)

M 'n
BarraN‘ 2

Fig. 411 ■X

- Barra N-l

a
Vftr’

Análogamente, para el elemento, en uno de cuyos extremos el


momento flector, por ejemplo M 2, es igual a cero (fig. 411)
o- 3i _3i_
31 ---r l
3i_ _3i_ _31_
/? = (18.49)
l ¿2
_3i_ 3i_ 3l_
l 12 iZ

3i 3/ — 23íL
M ife l l 2,
_3i_ 31 3(
5= O3fe z3 (18.50)
l /2 ¿2
_3¡_ 3i 3¡
Z4
l V ¿2

Por cuanto para las barras libres de carga siempre Qt = Q 3,


las matrices /{ (18.49 — 18.50) pueden ser simplificadas, pero enton­
ces, excluyendo el desplazamiento Z 4, vamos a entender por Z 3
el desplazamiento relativo de los extremos de la barra por la direc­
ción perpendicular a ella.

4i 2i ' i
_6¡_
R= 2i 4i (18.51)
■l
6i 6i 12i
l l ¿2
3, _ f
/? = (18.52)
_3i_ 3i_
l /2
270
Respectivamente (18.48) y (18.50) serán:

Mik 4i 2i '¿x

2i
6<
S= M 2h Z¿ (18.53)
- T
6i 61 \2i
Qíh Z,
~T T V
31
M ik 3i
l z,
S= (18.54).
3i 3i
(?3fc ~ l l z3

El desarrollo del cálculo lo mostramos en el ejemplo de un pór­


tico concreto (fig. 412,a)
La numeración de las barras es: la barra ab, JV® 1
» » be, «N® 2
» » bd, JMs 3
Los desplazamientos incógnitos son:
Zj. el ángulo de giro del nudo «b» en el sentido de las agujas
del reloj.
Z 2, el desplazamiento lineal del nudo «b» hacia la derecha, común
para las barras 1 y 3.
Las condiciones de equilibrio del nudo «b» (fig. 412,6) son:

M -f-M ,2 -f-M ,3 = M
(«>
Q íl — (?33 = R

La matriz de los esfuerzos en los extremos de las barras, por


(18.53— 18.54), es:

M tt
6<,
4t, 2*i 0 0 0 0
í1
M i{ 4i i 6i, 0 0 0
2í, 0
¿i
6¿i 6<i 121, 0 0 0
(?3 i 0
¿i ¿i «í
M 12 — 0 0 0 3 /2 — 0 0 X
n
® -Ico

(?32 0 0 0 - p- 0 0
1

A/.3 0 0 0 31 - i í l
O

í3

0 0 0 0 3*3 3¿3
(?3 3 0
«7 i r
27 f
o M it = 2iZ; — — ■Z 2

z, M zl = 4 i,Z t — p - Z t

n r/ i l£A12/, „
¿2 v 31---- 7— ¿ i -1-- 72 - ¿2
M *i
“ Ai 12 == 3í2Z, (b)

o (^32 = — -£■ %¡
%
z, A /„ = 3t,Z 1 + - ^ .Z 2
<3
A) 3fj y 3¿3
z, z,
5” 1 íF
Colocándolas en las ecuaciones (a) obtenemos:
6<i , íi. 7.2 =
4/Z, - -p- Z 2 + 3i,Z, + 3i3Z, + 3-^-Z — .1/
i
M 3
*3
tí*l y 1-*l '/ _p_ ^*3 y i 3¿3 y _ i >
-- ¡— | ’ —7»— ‘J1"1-¡— I -- ÍT” — **
‘1 ‘f '3 ‘5
o bien
C/
h h z3 r
12 /,i ¡ 3/3 \ (C)
Üil 3/a 0
/l \ ‘l 1 n )
Y esto no es otra cosa que las ecuaciones canónicas del método
de los desplazamientos. En seguida de hallar las incógnitas Z,
y Z , se determinan los esfuerzos en los extremos de los elementos
por las expresiones (b).

CAPITULO X IX * CALCULO DE SISTEMAS


HIPERESTATICOS PLANOS POR LOS METODOS
MIXTO Y COMBINADO

« 2 0 0 . COMPARACION DE LOS METODOS DE FUERZAS


Y DE DESPLAZAMIENTOS Y ELECCION D EL METODO DE
CALCULO. La comparación del método de fuerzas con el de des­
plazamientos muestra que tienen tanto semejanzas como diferencias.
1. En ambos métodos, el cálculo se efectúa empleando el sistema
básico. Sin embargo, los sistemas básicos de estos métodos son dife­
rentes: en el método de fuerzas, el sistema básico se obtiene exclu­
yendo vínculos del sistema dado, lo que disminuye su grado de
indeterminación estática y, en el de desplazamientos, al revés,

272
agregando vínculos complementarios, lo que aumenta su grado de
indeterminación estática.
2. En ambos métodos se examinan incógnitas básicas: en el de
fuerzas, las reacciones do los vínculos eliminados X t, . . X„ y,
en el de desplazamientos, los desplazamientos por la dirección de
los vínculos introducidos Z,, . . ., Z„.
3. En ambos métodos se componen ecuaciones canónicas idén­
ticas por su forma pero diferentes por su contenido. En el método
de fuerzas, las ecuaciones canónicas contienen las fuerzas X lt . . .
. . ., X n, que destruyen los desplazamientos en el sistema básico
por la dirección de los vínculos eliminados, por cuanto estos des­
plazamientos no existen en el sistema dado. En el método de des­
plazamientos ellas contienen los desplazamientos Z¡, . . ., Z n, que
destruyen las reacciones de los vínculos introducidos en el sistema
básico, que no existen en el sistema dado.
4. En ambos métodos se emplean diagramas unitarios. Sin embar­
go, en el de fuerzas, los diagramas unitarios se construyen por las
fuerzas y, en el do desplazamientos, por los desplazamientos.
5. En ambos métodos, para construir el diagrama definitivo de
momentos flectores se emplea el mismo principio.
Podríamos seguir comparando.
Naturalmente, surge la pregunta, cuál de los métodos y en qué
casos resulta más cómodo para el cálculo.
Analizando las operaciones de cálculo de ambos métodos se
puede señalar que, en el de desplazamientos, ellas son considerable­
mente más simples que en el de fuerzas. En el método de despla­
zamientos, el sistema básico, de hecho, es único, mientras que en
el de fuerzas pueden haber varios. En el método de desplazamientos,
los diagramas unitarios y de carga son simples y siempre estandart
y, en el de fuerzas, pueden ser complejos. En el método de despla­
zamientos, en muchos casos, el cálculo de los coeficientes y términos
libres de las ecuaciones canónicas es considerablemente más simple
que en el de fuerzas. Para una gran cantidad de incógnitas, las
ecuaciones canónicas en el método de desplazamientos son ecuacio­
nes incompletas, en el de fuerzas, son necesarios procedimientos
especiales para conseguir esto. En muchos casos, el número de
incógnitas en el método de desplazamientos es menor. De esta
manera, en muchos casos, (¡pero no en lodos!) el método de desplaza­
mientos es más cómodo que el de fuerzas. A pesar de las ventajas
enumeradas, este método no puede sustituir por completo al de fuerzas.
En primer lugar, porque en tinos sistemas, el cálculo es más
cómodo por el método de desplazamientos y, en otros, por el de
fuerzas. Por ejemplo, para calcular el sistema representado en la
fig. 412, a, que por el método de desplazamientos posee 9 incógnitas
básicas, y por el de fuerzas 27, es más cómodo el método de despla­
zamientos. pero, para el sistema representado en la fig. 410, b que,
por el método de fuerzas posee una incógnita básica y por el de des­
plazamientos 1 1 , es más cómodo el método de fuerzas.
18-01191 27ü
En segundo lugar, si el cálculo se efectúa considerando las defor­
maciones de las barras, debidas a las fuerzas longitudinales y trans­
versales, el método do desplazamientos se hace muy complicado
y pierde sus ventajas, mientras que, las complicaciones en el método
de fuerzas, en este caso, son considerablemente menores, Por ejemplo,
la consideración de las deformaciones longitudinales en el método
de desplazamientos para el sistema representado en la fig. 410. a.

Fig 412

introduce 18 incógnitas básicas más, o sea, los desplazamientos


progresivos de los nudos, mientras que, en el método de fuerzas,
las complicaciones complementarias sólo están ligadas con la cons­
trucción de los diagramas de carga y unitarios de N y Q y con el

Fig. 413

cálculo de los desplazamientos


debidos a estos. En el método
de fuerzas, la cantidad de in­
cógnitas debidas a la conside­
ración de las deformaciones
originadas por N yQ, no varía,
mientras que, en el de despla­
zamientos, aumenta conside­
rablemente.
En tercer lugar, durante
el cálculo de armaduras arti­
culadas, donde se consideran
las deformaciones longitudina­
les, el número de incógnitas
básicas siempre es mayor
por el método de desplazamientos que por el de fuerzas.
Por fin, los elementos del sistema básico del método de despla­
zamientos son hiperestáticos y, para construir en ellos, en una u
otra forma, los diagramas de los momentos flectores debidos a los
274
diferentes desplazamientos y a la carga, se emplea el método de
fuerzas. Por consiguiente, cada método posee su campo de aplicación.
La elección del método de cálculo se determina, ante todo, por
el número de incógnitas básicas. Está claro, que la elección será
efectuada a favor del que tenga menor número de ellas. Sin embargo,
teniendo en cuenta que en el cálculo por el método de desplazamien­
tos, muchas operaciones son más simples que por el de fuerzas, hay
razón para recomendar el método de desplazamientos en aquellos
casos, cuando el número de incógnitas básicas sea un poco mayor
que por el método de fuerzas.
Pero, si el sistema es cómodo en una de sus partes, por ejemplo,
en la izquierda (fig. 413, a), para el cálculo por el método de fuerzas
y en la otra, la derecha, por el de desplazamientos, entonces, surge
un interrogante. ¿No se podrían utilizar ambos métodos para dis­
minuir el número de incógnitas básicas? Esto es posible empleando
el método mixto o el combinado.
En estos métodos, en calidad de incógnitas básicas, en una u
otra etapa del cálculo, se emplean las reacciones de los vínculos
eliminados X* y los desplazamientos de los vínculos introducidos Z k.

§ 2 0 7 . METODO M IXTO. En el método mixto (de A. A. Gvoz-


diov), el sistema básico se forma eliminando los vínculos, como en
el método de fuerzas, en la parte del sistema cómoda para el cálculo
por el método de fuerzas, e introduciendo vínculos, como en el
método de desplazamientos, en la parte cómoda para el cálculo
por el método de desplazamientos (fig. 413, b). Las incógnitas bási­
cas son: las reacciones X h de los vínculos eliminados y los despla­
zamientos Z h de los agregados.
En el método mixto habrán dos tipos de ecuaciones canónicas.
Los sumandos de la ecuación de uno de los tipos son los desplaza­
mientos por la dirección do los vínculos eliminados, como en el
método de fuerzas y, los sumandos de las ecuaciones del otro, las
reacciones de los vínculos agregados, como en el método de despla­
zamientos. El número de ecuaciones canónicas del primer tipo es
igual al número de vínculos eliminados al formar el sistema básico
y, el número de ecuaciones canónicas del segundo tipo, al de
vínculos agregados.
En las ecuaciones canónicas de ambos tipos entran las siguientes
incógnitas básicas: las fuerzas X ft y los desplazamientos Z h. Con­
forme al sistema representado en la fig. 413, b, las ecuaciones canó­
nicas tienen la forma:

}
6t2X 2 + 613Z3+ ó,4Z 4-f ó 16Z6-f A1P= 0;
(19.1)
r 3iX t + r32X 2-f r 33Z 3+ r35Z 5-l- r36Z6+ fí3P = 0.

Las ecuaciones canónicas del primer tipo contienen los despla­


zamientos unitarios debidos no sólo a las fuerzas sino, también,

18* 275
b)
jT rn j t » b
i, ;

t..
Fig. 414 V,

9) Z2=/ 2!5q
\

C)

M) ' *t,m q
^1 * 5
2 4-0.6075n

hl - r " P T ’

D i.
"t ' 1,2/5q
\
4 w
0.6075n

a los desplazamientos unitarios de los Jvínculos introducidos (8)


y, las ecuaciones canónicasdel segundo tipo, contienen las reacciones
unitarias debidas no sólo a los desplazamientos unitarios de los
vínculos sino, también, a las fuerzas unitarias (r). Por ejemplo,
613 es el desplazamiento por la dirección de la fuerza X x debidojal
desplazamiento Z 3 = 1, y r3, es la reacción en el vínculo 3 debida
a la fuerza Xx = 1. Sobre la base del teorema de reciprocidad, las
reacciones unitarias debidas a las fuerzas y los desplazamientos
debidos a los desplazamientos de los vínculos están ligados por una
dependencia [véase (11.36)].

fykm r mh‘ (19.2)


Los desplazamientos debidos a las fuerzas y las reacciones debi­
das a los desplazamientos se determinan por las normas usuales,
expuestas en el método de fuerzas y en el de desplazamientos.
El desplazamiento 6hm debido al desplazamiento de los vínculos
introducidos se determina a base de simples consideraciones geo­
276
métricas o por la fórmula (14.25). Como se sabe, si cualquier parte
libre de un sislema básico gira un cierto ángulo sin deformarse,
(fig. 414, e), el desplazamiento angular en cualquier lugar de esta
parte es igual al ángulo de giro dado y, el desplazamiento progre­
sivo, es igual a la longitud de la perpendicular bajada desde el cen­
tro de rotación sobre la dirección del desplazamiento buscado, mul­
tiplicada por el ángulo de giro. Para un desplazamiento progresivo,
en muchos casos, las consideraciones geométricas se hacen comple­
tamente simples.
Las reacciones rhm debidas a las fuerzas se determinan, como en
el método do desplazamientos, de las condiciones de equilibrio.
En virtud del teorema de reciprocidad (19.2), los desplazamien­
tos óhm, debidos al deplazamiento de los vínculos, se pueden deter­
minar como una reacción recíproca rhm debida a las fuerzas, la cual
se calcula simplemente.
Los términos de carga AhP y fihP se determinan del mismo modo
que en el método de fuerzas y de desplazamientos. El diagrama defi­
nitivo de los momentos flectores se compone por la expresión

( M r>) = ( !? ,) X t + ( M t) X z+ ( M 3) Zs + ( M *) Zt +

( M i)Z)i + ( M i) Z t + {M°P). (19.3)

La verificación del diagrama definitivo se efectúa así, como fue


señalado para estos métodos: los desplazamientos por la dirección
de los vínculos eliminados y las reacciones de los vínculos agregados
deberán ser iguales a cero.

Ejemplo 52. Construir el diagrama do momentos flectores por el método mix­


to (fig. 414, a). El sistema básico y el diagrama de momentos flectores, en él,
debidos a la carga, se muestran en la fig. 412, b, c. Las ecuaciones canónicas son:

+ ¿ 12^2 + A,p = 0;

r2i * i + r22^2 +/?2/»= 0.


Los diagramas unitarios se muestran en la fig. 414, d, e. Los coeficientes y
términos independientes de las ecuaciones canónicas son:
por la multiplicación de los diagramas
. 8 -8 2 8 . 8-2-8 040
= 2 3 E*■-2o/J +' E J 3EJ '
. 1 o ,, o 3 0 1 00. 2 -8 708,/
Aip= - j-32q-8T 8 - ^ j — 2Zg-jj-- -- j j -

por el equilibrio del nudo recortado

'•22=4 EJ + EJ = ^ ~ ; r ,,= - 8 = - Ó I2.

277

I
Las ecuaciones canónicas con los coeficientes numéricos son:

w640 X
V
1 + 853
Z72 - _768
= 0 n-t]i

— 8 X, + -¿- £ /- Z , + 329= 0 .

De donde obtenemos que X, = 3,G46g y 7 , = —1,2157-


Los diagramas unitarios corregidos y los definitivos de los momentos flecto­
res se muestran en la fig. 414, /, g, h.

§ 2 0 8 . METODO COMBINADO. Llamaremos combinado al mé­


todo de cálculo de los sistemas hiperestáticos, en el cual el sistema
básico se elige por uno de los siguientes métodos: por el de fuerzas.

Fig. 415
k

eliminando una parte de los vínculos superfinos o por el de despla­


zamientos, agregando una parte del número de vínculos y, la deter­
minación en el sistema básico de las fuerzas internas debidas a la
carga y las influencias unitarias, se efectúa por otro método. I’or
consiguiente, en el método combinado, el sistema básico, elegido
por el método de fuerzas, es hiperestático y, el elegido por el método
de desplazamientos, contiene elementos que no son estandart. En
el caso, cuando el sistema básico se elige por el método de fuerzas,
el cálculo de su parte hiperestática se lleva a cabo por el método
do desplazamientos y, cuando se elige por el de desplazamientos,
el cálculo de los elementos que no son estandart se efectúa por el
método de fuerzas.
De este modo, en el método combinado, además de las incógnitas
básicas correspondientes al sistema básico adoptado, se introducen
incógnitas auxiliares durante su estudio preliminar.
Al formar el sistema básico, la eliminación de vínculos por el
método de fuerzas y su introducción por el de desplazamientos, es
necesario efectuarla en la parte del sistema cómoda de calcular
por el método respectivo. En este caso, el número total de
incógnitas es igual al número de incógnitas por el método mixto.
En muchos casos, el método combinado es más cómodo que el
mixto, dado que en él, las incógnitas básicas están separadas de
las auxiliares y las ecuaciones canónicas divididas en dos tipos, los
cuales corresponden al método de fuerzas y al de desplazamientos,
278
mientras que, en el método mixto, las ecuaciones canónicas no
están divididas.
Aclaremos lo dicho sobre el ejemplo del sistema representado en
la fig. 413, a. Formamos el sistema básico hiperestático por el
método do fuerzas (fig. 415, a) y el cálculo de su parte hiperestática
(fig. 415, b) lo efectuamos por el método de desplazamientos. De

o)
Fig. 416

esta manera, tendremos dos incógni­


tas básicas, ,Yj y X 2 y cuatro auxi­
liares Z¡, . . ., ZA. La parte hiperes­
tática del sistema básico deberá ser
calculada bajo la acción de las fuerzas
V, // y el momento M . Con los resul­
tados de tal cálculo se pueden cons­
truir los diagramas de M t y Mp
en el sistema básico.
Se puedo obrar al revés. Elegir el A
sistema básico por el método de des­
plazamientos (fig. 416, a) y estudiar, previamente, el elemento
que no es estandart (fig. 416, b), por el método de fuerzas.
Tendremos cuatro incógnitas básicas Ztl . ZA y dos auxiliares
ATj y X 2- Para construir los diagramas de Afj y M p en el sistema
básico es necesario calcular el elemento que no es estandart bajo
la acción de la carga y la rotación del empotramiento. Esta segunda
variante del método combinado se puede considerar como un método
de desplazamientos en el que se emplean elementos que no son
estandart.
En ambas variantes del método combinado, las ecuaciones canó­
nicas se descomponen en dos sistemas independientes. El primero
consiste on dos ecuaciones con dos incógnitas, el segundo, en cuatro
con cuatro incógnitas, mientras que las ecuaciones canónicas por
el método mixto están compuestas de seis ecuaciones con seis incóg­
nitas.

£ 2 0 » . METODO COMBINADO DE CALCULO DE SISTEMAS


SIM ETRICOS. E l método combinado de cálculo de sistemas simé­
tricos (de I. M. Rabinovich) consiste en la utilización, por separado,
de los métodos de fuerzas y desplazamientos para el cálculo de los
sistemas bajo cargas simétricas y de simetría inversa. Al calcular
por este método, la carga se divide en simétrica y de simetría inver­
sa. El sistema bajo carga simétrica se calcula por el método de
desplazamientos y, bajo la de simetría inversa, por el de fuerzas.
279
Kn este caso, el número total de incógnitas básicas, resulta a veces
menor que al emplear los métodos de fuerzas y desplazamientos
por separado. Por ejemplo, por el método de fuerzas y de despla­
zamientos, el número de incógnitas básicas para el pórtico repre­
sentado en la fig. 417, es igual a nuevo. Para carga simétrica, el
número de incógnitas (simétricas) básicas del método de fuerzas
es igual a sois y el del de desplazamientos, a tres. En este caso, es

más cómodo el método de desplazamientos. Para carga de simetría


inversa, el número de incógnitas básicas (inversamente simétricas)
del método de fuerzas es igual a tres y del desplazamientos, a seis,
(tres ángulos de giro y tres desplazamientos progresivos). En este
caso, es más cómodo el método do fuerzas.

CAPITULO XX * METODOS APROXIMADOS Y


MECANICOS PARA CALCULAR SISTEMAS
HIPERESTATICOS PLANOS
S 2 1 0 . FIN A LID A D DE LOS METODOS A PRO XIM A D O S.
Los métodos aproximados o de aproximación son métodos elabo­
rados sobre diferentes hipótesis complementarias, relacionadas con
la elección del esquema de cálculo de la estructura, la distribución
de las fuerzas internas, el desprecio do ciertas cargas, la transfor­
mación de las cargas y sustitución por otras más simples y aproxi­
madamente equivalentes.
La finalidad de los métodos de aproximación consiste en sim­
plificar el cálculo conservando una exactitud aceptable para el
cálculo preventido y a veces definitivo de la estructura.

280
Las ideas do las distintas simplificaciones se sacan del análisis
de los resultados del cálculo de las estructuras, efectuados por méto­
dos exactos, así como de los propios métodos precisos.
La simplificación del esquema de cálculo es el procedimiento
básico de simplificación. Si el esquema de cálculo se obtiene en
base a hipótesis groseras, entonces, el resultado del mismo será,
sólo, una primera aproximación, útil, únicamente, para la deter­
minación preliminar de las secciones, calculándolas ulteriormente
por un esquema teórico más preciso.
Por ejemplo, las secciones de las vigas horizontales del pórtico
pueden ser halladas con antelación por cierta porción del mayor
momento flector JI/v|k, debido a la carga ubicada sobre esta viga,
si la suponemos simplemente apoyada. En este caso, corrientemente,
se toma:
M = (0.6 — 0 ,7 )M vls para los refuerzos de apoyo pequeños,
M = (0,4 — 0,6) M " K para los refuerzos de apoyo grandes.
Las secciones de los montantes se eligen de manera análoga,
por la mayor fuerza longitudinal, que se determina suponiendo que
las vigas horizontales en contacto con los montantes, se apoyan en
ellos por medio de articulaciones. En este caso, las resistencias de
cálculo se reducen en un 20—50%, dado que los montantes traba­
jarán a la flexión longitudinal-transversal debida a la acción de los
momentos transmitidos sobre sus extremos. La disminución mayor
se toma para los montantes de los extremos y la menor para los del
medio.
Está claro, que al determinar preliminarmente las secciones,
para su cálculo por un esquema teórico más preciso, no se excluye
la posibilidad de asignar las secciones sobre la buso del análisis
del cálculo de estructuras análogas.
El cálculo por esquemas teóricos más precisos permite precisar
previamente con más exactitud las secciones asignadas. En algunos
casos nos limitaremos sólo a esto, en otros, las secciones precisadas
se adoptan como base para el cálculo exacto definitivo.
La necesidad práctica de métodos de cálculo aproximados es
grande, pero, por desgracia, no están aún suficientemente elabo­
rados.

8 2 1 1 . CALCULO A PR O XIM A D O DE PORTICOS BAJO CAR­


GAS VERTICALES. Los cálculos exactos muestran que la carga
ubicada sobre las vigas horizontales de un piso no ejerce gran influen­
cia sobre los momentos flectores de las vigas horizontales de los
otros pisos, por eso, como se muestra en la fig. 418, b, el pórtico
se descompone en partes independientes. En cada una de estas partes,
los montantes se consideran empotrados elásticamente por los
extremos, sin desplazamientos progresivos. Cada parte del pórtico
se calcula en forma independiente y sobre ella se construye el dia-
281
Fig. 418

grama de momentos flectores. Estos


diagramas se colocan sobre el esque­
ma general del pórtico, después de
lo cual se construyen los diagramas
de las fuerzas transversales y longi­
tudinales. Por cuanto el cálculo
es aproximado, en los nudos y por
las diferentes secciones que cortan
la parte del pórtico, no habrá un
equilibrio completo.
La simplificación ulterior con­
siste en separar del pórtico sus
partes compuestas de tres vigas
horizontales con carga sólo sobre
la central (fig. 418, c). En la fig.
418, d, se muestra la parte sepa­
rada para los tramos extremos.
Es cómodo efectuar el cálculo
de las partes componentes del
pórtico por el método de despla­
zamientos. Para esto es indispen­
sable tener los diagramas de los
momentos flectores debidos a los
desplazamientos en el elemento
estandart, uno de cuyos extremos
está empotrado elásticamente (fig.
419, fl). Cuando su extremo izquier­
do gira el ángulo Za = 1 (fig. 419, b)
el derecho girará Zb. El momento
flector en el empotramiento del
extremo izquierdo disminuye. Su
pongamos que sea igual a Aki, donde, k < 1 es un coeficiente
de corrección que cuando el otro extremo está empotrado rígida­
mente, es igual a 1 y, si so apoya sobre una articulación, a 0,75.
Los momentos flectores en los extremos son:
M ab = Aki = 4t + 2iZb\ (a)
M ba= - 2 i- 4 iZ b. (b)
De (a) tenemos que Zb 2 (k — 1) y, por consiguiente (fig. 432, b):
M ba— —2¿—4i-2 (k —1) = 6¿—8&t. (20.1)
El verdadero valor de k se encontrará entre 1 y 0,75.
282
Fig. 419

Procedemos análogamente, en
el caso do un desplazamiento pro­
gresivo (fig. 419, c), suponiendo que
el momento flector en el empotra­
miento es igual a j/ n , donde,
m < 1 es un coeficiente de correc­
ción. Los momentos flectores en
los extremos son:
Afa6= _ ® £ L = _ “ .+ 2iZ„;
íc)
Mba= -J 4tZft. (d)

De"(c) obtenemos quo Zb =


3
= y (i — m) y, por consiguiente « « » . / - " u iiiD f W t f
(fig. 419, c):

Mba = -j— 4 i y (1 — m) — -y-(2 m — 1 ).

Con empolramiento rígido en el extremo b, el coefidenle m = 1,


pero, para un apoyo articulado, m = 0,5. El verdadero valor de
m oscila entre estos valores.
Frecuentemente, se desprecian los desplazamientos horizontales
do los nudos del pórtico. Si la construcción de la estructura es tal,
que los desplazamientos horizontales de los pórticos no son grandes
(por haber pisos rígidos), entonces, se obtienen resultados aceptables.

*< ‘2 1 2 . CALCULO A PR O X IM A D O DE PORTICOS R A JO CAR­


GAS HORIZONTALES. Los cálculos exactos muestran que, para
fuerzas horizontales en los nudos del pórtico (fig. 420, a), los puntos
cero en ol diagrama de momentos flectores se ubican cerca de la
parte media de los montantes en tocios los pisos, con excepción
del inferior, donde ellos so disponen aproximadamento, a dos ter­
cios de la altura dol montante contando desde abajo. Por esta razón
el grado de indeterminación estática del sistema, puede ser dismi­
nuido introduciendo articulaciones en los puntos nulos de los mon­
tantes.
Las fuerzas transversales en los montantes de cada piso son,
aproximadamente, proporcionales a la relación p . De acuerdo
con esta relación se distribuyen las fuerzas transversales al despla­
zarse cada piso en el sistema básico del método do desplazamientos.
283
Fig. 420

=5
r —*1 t
JT T - -
---
-

W
ii ^itílÍ
r
Las fuerzas transversales en
los montantes se determinan [A L A
de la condición de equilibrio w Y / ¿J-cf
,

(fig. 420, b):


f- y
Á 1
, L\
donde TJ W es la suma do las A
cargas horizontales por encima b)
M
de la sección; -í , la relación
h\'
para cada montante del piso w,
dado; —‘ , la relación para el
hk a —- Q-— fl*-— Q -
montante en el que se deter­
mina la fuerza transversal.
c) — a— a — Q— a
Para igual altura de los
montantes, la fórmula (20.3)
toma la forma Q ~ a ~ Q
Qk = J h S W = 2 J f (20.4)
Una vez determinadas las fuerzas transversales en las articu-
laciones de todos los montantes, se puede separar del pórtico una
viga horizontal con las partes de estos montantes hasta las articu­
laciones (fig. 420, c). Aplicando las fuerzas transversales halladas
anteriormente a los extremos de los montantes podemos construir
los diagramas de los momentos flectores por los montantes. Luego,
se equilibran los momentos no equilibrados en los nudos, con los
momentos en las vigas horizontales proporcionales a sus coeficientes
de rigidez i = .
El diagrama de los momentos flectores de M queda construido.
Por él se construyen los diagramas de Q y N.
Si la carga horizontal es repartida, entonces, se sustituye por
una concentrada en nudo. Los diagramas de los momentos flectores,
en los montantes que reciben sobre sí la carga repartida, pueden
ser precisados al final del cálculo, superponiendo sobre el diagrama
debido a las cargas concentradas los do los momentos flectores en
el montante debidos a la carga repartida, considerando a esto mon­
tante como una viga sobre dos apoyos. Los pormenores se exponen
en [121 .

g 2 1 8 . METODOS MECANICOS DE CALCULO. Como es sabido,


la complicidad del cálculo de los sistemas hiperestáticos consiste
284
en la determinación de los coeficientes de las ecuaciones canónicas
y, en particular, sus soluciones.
No obstante, no se debe confundir cualquier mecanización de
los trabajosos procesos de cálculo de los sistemas hiperestáticos,
por muy deseable que sea, por ejemplo, la resolución de las ecuacio­
nes canónicas en las actuales máquinas computadoras, con los
métodos mecánicos de cálculo de estos sistemas.
Llamaremos mecánicos a los métodos de cálculo de los sistemas
hiperestáticos, en los cuales, los desplazamientos, las reacciones
y deformaciones se miden sobre modelos, en lugar de calcularlos.
Los fundamentos teóricos de los métodos mecánicos se despren­
den del análisis del estado deformado de los sistemas hiperestáticos
y los métodos de cómputo del cálculo de estos sistemas. Los métodos
mecánicos más perfectos se basan en las mediciones de los despla­
zamientos y las deformaciones de los modelos de los sistemas.
Examinemos al principio los métodos mecánicos cuyas bases
teóricas se desprenden del método de fuerzas. Durante el cálculo
a la carga, se pueden medir en el modelo del sistema básico, por
ejemplo, los desplazamientos por la dirección de los vínculos eli­
minados y por ellos, calcular analíticamente las incógnitas básicas.
Por cuanto los procedimientos de medición de los desplazamientos
no dependen do la indeterminación estática del sistema, entonces,
el sistema básico puede ser isostático o hiperestático. Por eso, es
cómodo utilizar n modelos do varios sistemas básicos n — 1 veces
hiperestáticos, para los cuales, cada incógnita básica se determina
por la expresión
»(n-l>
— - ¡fe r - <20-5>
uii
Podemos proceder de otro modo, a saber: medir en los modelos
de los sistemas básicos, no los desplazamientos, sino las fuerzas
en los vínculos eliminados, capaces de impedir los desplazamientos
por sus direcciones, es decir, determinar en forma mecánica la mag­
nitud de las fuerzas incógnitas. El sistema básico, también, en
este caso, puede ser tanto isostático como hiperestático. Si es isostá­
tico, entonces, las incógnitas básicas para la construcción de los
diagramas de las fuerzas internas pueden ser halladas por las lecturas
de todos los aparatos de medida de las fuerzas. Pero si es hiperestá­
tico, entonces, un solo modelo puedo resultar insuficiente para cons­
truir los diagramas de las fuerzas internas. Es necesario recurrir
al empleo varios modelos de diferentes sistemas básicos.
La construcción de las líneas de influencia de las fuerzas internas
por el método mecánico se basa en el procedimiento cinemático de
su construcción por el método de fuerzas. Este consisto en deter­
minar sobro los modelos los desplazamientos de la línea de carga
ópi y el desplazamiento propio ó,, debido a X x = 1, por la dirección
del vínculo excluido en el sistema básico n — i veces hiperestático,

285
como esto se desprende de la expresión

l.i. de (20 .6)


ti
Por cuanto la relación en (20.6) no varía si actuamos sobro el
modelo por la dirección de X x con una fuerza diferente de la unidad,
entonces, la magnitud de esta fuerza puede ser tomada arbitraria­
mente, a condición de que, cuando el principio de independencia
de acción de las fuerzas es, aproximadamente, correcto, el modelo
se encuentre en la fase elástica y tione desplazamientos pequeños.
Esta relación, como muestra la fórmula de desplazamientos, casi
no depende de las propiedades del material del modelo, por cuanto
los desplazamientos medidos 6P1 y 8n dependen insignificantemente
de los deslizamientos y, por lo tanto, de las constantes elásticas
del material.
Las bases teóricas de los métodos mecánicos también pueden
deducirse del método de desplazamientos. Estos métodos se basan
en las mediciones de los desplazamientos angulares y progresivos
de los nudos examinados del sistema, debidos a la carga. La cons­
trucción de las líneas de influencia de estos desplazamientos por
el método mecánico, se basa en el procedimiento cinemático de su
construcción por el método de desplazamientos. En este caso, es
necesario medir los desplazamientos de la línea de carga óP1, debidos
a las fuerzas respectivas que actúan por la dirección de los despla­
zamientos de los nudos cuyas líneas de influencia se determinan.
Por ejemplo, la línea de influencia del ángulo de giro Z h se deter­
mina por los desplazamientos de la línea de carga debida al momento
M = 1 aplicado al nudo k del sistema dado y, la línea de influencia
del desplazamiento progresivo Z m, por los desplazamientos de la
línea de carga debidos a la fuerza P = 1 aplicada al sistema dado
por la dirección del desplazamiento Z m (véase la fig. 398).
Los modelos empleados en los métodos mecánicos de cálculo
deberán ser hechos tomando en cuenta la semejanza elasticomecá-
uica, o sea, sus medidas geométricas, las cargíis que actúan sobre
ellos y las propiedades elásticas de su material deberán corresponder
a la estructura. Al pasar de las dimensiones obtenidas en los modelos
a las mismas magnitudes en la realidad deberán considerarse las
respectivas escalas. Esta cuestión se trata en el siguiente párrafo.
Aclaremos lo dicho sobre el ejemplo de una viga continua
(fig. 421, a). Para construir la línea de influencia do la primera
reacción de apoyo (fig. 421, b) es necesario preparar el modelo de
la viga sin este apoyo y cargarlo con la fuerza de valor arbitrario
A', = A . Luego, medir los desplazamientos óp ",1 y ó",'1 y componer
sus relaciones, lo que, precisamente, determinará la línea do influen­
cia de la reacción del modelo y, en seguida, pasar de ella a la línea
de influencia del apoyo en la realidad. Para construir la línea do
influencia del momento de apoyo (fig. 421, c) el modelo se prepara

286
con una articulación sobre el apoyo. Al mismo tiempo, se aplica
a esta articulación el momento de valor arbitrario M = A , se rea­
liza la medición de 6pV y ó ",-1 y se hallan sus relaciones. Para pasar
de la línea de influencia obtenida a la real, nos servimos de una
escala especial. Al construir la lineando influencia del ángulo de
giro en el segundo apoyo, es necesario aplicarle al modelo del siste­
ma, en este apoyo, un momento externo de valor arbitrario
(fig. 421, d), medir los desplazamiento® óp2y dividirlos por el valor

O) V =/
$ r -
1 TF
A g ir 0
b) inl)
'P1

í f ~
Fig. 421

del momento. Para pasar de la línea de influencia obtenida del


modelo a la real, se tienen en cuenta su scala y el módulo de elasti­
cidad del modelo.
Si por cualquier motivo, los procedimientos de construcción
de líneas de influencia expuestos, basados en el teorema de la reci­
procidad de los desplazamientos, no resultaran cómodos, para su
construcción es posible emplear el teorema de Vaget, con su gene­
ralización señalada más abajo. Por este teorema, la línea de influen­
cia de una fuerza interna en un sistema hiperestático, es proporcional
a la diferencia entre las ordenadas de las líneas curvas en el sistema
dado y en el sistema en que fue excluido el vínculo correspondientemente
a la fuerza interna que se determina, debida a la carga arbitraria.
Para construir la línea de influencia, es necesario dividir esta dife­
rencia por el desplazamiento debido a la misma carga, y dirigido
por la dirección del vínculo excluido.
Esta tesis es fácil de demostrar. Sea que se exige construir la
línea de influencia del momento flector en una sección de la viga
^n-1
continua de la fig. 422, a. Su ecuación es: l.i. de M = tfl-l *
OAfAf

287
Ahora, le aplicamos a la viga, con una articulación y sin ella, una
carga arbitraria (fig. 422, b, c). Aceptemos que M P sea el momento
flector en esta sección do la viga sin articulación e ;/i e i/,, las orde­
nadas del eje de la barra curva. Por el principio de independencia
de acción de las fuerzas
U2 = í/i + SpM' )M p,
de donde obtenemos
fin - 1)
l.i. de M = ---~TT-= " ‘ T/ 8 . (20.7)
« S i" ffcitVMp
Este teorema lo generalizamos en la línea do influencia de los
desplazamientos. Mostremos que la línea de influencia de un des­
plazamiento angular o progresivo, de un pórtico o una viga continua,

o) C i / Í '-

' T —

Fig. 422 ¿j
LJL
C)

$7. ______2 5 *
vz
es proporcional a la diferencia entre los desplazamientos de las líneas
de carga en el sistema dado y en el sistema con un vínculo introducido,
correspondiente al desplazamiento que se determina. Para la construc­
ción de la línea de influencia es necesario dividir esta diferencia por
la reacción del vínculo agregado debida a la misma carga. Demos­
tremos esto en el ejemplo de la misma viga continua. La línea de
influencia del ángulo do giro se expresa, por medio del diagrama
de desplazamientos, por la igualdad l.i. de ftPh (fig. 423, a).
Al sistema dado y al sistema con el vínculo introducido (fig. 423, b, c)
les aplicamos una carga arbitraria. Por el principio de independen­
cia de acción de las fuerzas
Ü2— Ui +
de donde obtenemos que
l.i. de = = (20 .8)

Señalamos que los razonamientos expuestos más arriba con res­


pecto a la viga continua que conducen a las expresiones (20.7) y
(20.8), son válidos también, para cualquier sistema (pórtico, arco,
288
armadura, placa, envoltura...), respectivamente, con cualquier
vínculo desconectado y conectado si, después de la desconección
del vínculo, el sistema permanece invariante.
Por consiguiente, las formulaciones citadas de los teoremas son
válidas, también para estos sistemas.

/« -- --
£ — ------ &

Fig. 423 I I -----

y,
c) A 1 " |

i . I f "

Los modelos se hacen, principalmente, de celuloide. Las fuerzas


y los momentos que originan los desplazamientos en los modelos

Fig. 424

se aplican a éstos por medio de dispositivos especiales, la construc­


ción de los cuales aquí no se estudia. Los desplazamientos en los
modelos se determinan por medio de diferentes aparatos y, ante
todo, con ayuda del microscopio de medida (fig. 424).
Examinemos algunas líneas «le influencia, obtenidas por el
método mecánico. En la fig. 425 se muestran las l.i. de AI, Q y ¿V
en la llave y el arranque de 1111 arco sin articulaciones y sin superes­
tructura y, en la 42(5, en la sección de un arco sin articulaciones con

i » —o 11 a 1 289
transmisión
L.d'a

í¿ im de influencia en el arranque
atfjíerdo del arco
M

L i de N

Liac u
g,^ í f f í T T H n T r r - r ^ .

Fig. 425. Confrontación de las líneas Fig. 420. Confrontación de las líneas
de influencia teóricas y experimentales de influencia teóricas y experimentales
- según el cálculo---- sobre el modelo —sor»ti el cálculo, en un arco sin superes­
tructura; . . . . sobre el modelo del arco
sin s u p e r e s t r u c t u r a ;------- sobre el
modelo del arco con superestructura

superestructura. A llí mismo se representan las líneas de influencia


obtenidas por el cálculo sin considerar la superestructura del arco.
De estas líneas de influencia se ve que, en los casos, cuando el esque­
ma de cálculo es parecido al de la propia estructura, las líneas de
influencia obtenidas por el cálculo son parecidas a las obtenidas en
el modelo. El menosprecio de la superestructura del arco durante
el cálculo de éstos conduce a grandes errores.
Las posibilidades prácticas de calcular los sistemas hiperestáti­
cos están limitadas por un número determinado de incógnitas bási­
cas. Esto obliga al empleo do esquemas de cálculo simplificados,
lo que da resultados inexactos. Los métodos mecánicos pueden ser
empleados en el cálculo de sistemas con cualquier número grande
de incógnitas básicas, sin una pérdida sustancial de exactitud.
290
Por cuanto el modelo de una estructura puede ser hecho con
mayor semejanza que su esquema de cálculo, incluso, para igual
grado de indeterminación estática de éslos, los métodos mecánicos
de cálculo, efectuados correctamente sobre los modelos, reflejan
mejor el trabajo real de la estructura que el cálculo efectuado por
los esquemas teóricos, sobre todo, cuando el esquema de cálculo
se simplifica a fin de simplificar el cálculo. Por eso, los métodos
mecánicos de cálculo merecen particular atención. Además, ellos
pueden utilizarse para confrontar los resultados obtenidos por medio
de los cálculos y el trabajo efectivo de la estructura.
Examinemos otro método mecánico de cálculo muy interesante
por su concepción. En él, el sistema hiperestático se transforma eu

Fig. 427

isostático o su indeterminación estática disminuye considerable­


mente. El modelo se compone de bandas metálicas sueltas, unidas
en los nudos con uniones especiales, y se le aplica la carga dada,
cuya magnitud no juega ningún papel. Después, con ayuda de un
aparato especial, se mide la curvatura de los elementos del modelo
en el estado deformado. Por medio de este mismo aparato se deter­
minan los puntos de inflexión en las barras curvas, donde los momen­
tos flectores son iguales a cero. En estos puntos se pueden introducir
tal cantidad de articulaciones que hagan al sistema isostático o,
cuando esto no es posible, reduzcan al mínimo su indetcrminacióu
estática. Una vez introducidas las articulaciones, el sistema se
calcula teóricamente, como hiperestático. En la fig. 427, se muestran
pórticos con articulaciones imaginarias para una carga dada. Des­
pués de la introducción de las articulaciones, ambos pórticos resul­
tan isostáticos. El procedimiento, por su idea, es interesante, pero
con él, el modelo 110 siempre puede reflejar análogamente al sistema
dado. Por esta razón, merece preferencia el método donde se utilizan
modelos de celuloide. Algunos otros métodos mecánicos de cálculo
se exponen en (13).

g 2 1 4 . MODELADO PARA LOS METODOS MECANICOS DE


CALCULO. Cuanto mejor refleja el modelo las propiedades de iih

19* 291
sistema, tanto más exacto es el cálculo efectuado sobre él. El modelo
refleja con más plenitud la estructura modelada si geométricamente
es semejante a ella y se confeccionó con un material, cuyo coeficiente
de Poissón es idéntico al del material de la propia estructura.
En sentido riguroso, un modelo plano de espesor constante,
sólo puede ser semejante a una estructura, cuando ésta es un sistema
plano, cuyos elementos también poseen espesor constante. En otros
casos, la semejanza será aproximada.
De la semejanza geométrica se deduce que

•^mod = , ^mod = -¡¡¡ñ > (20.9)

donde — es la escala del modelo.


m
Por cuanto, teóricamente, la variación proporcional de los
momentos de inercia y las áreas de las secciones 110 se refleja en los
resultados del cálculo bajo carga, entonces, y mod y F mri,¡ se pueden
emplear aumentados:
•^inod = 1 ^"m od ~ ^ ~ m 2 " ' ( 20. 10)
donde k es un número positivo arbitrario.
Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que, a causa de la
variación de la altura de las secciones de los elementos del modelo,
la variación de J , n o d y ^ n i o d puede desfigurar su «fachada» en com­
paración con el sistema dado y puede introducir ciertos errores.
En todo caso, debemos tender a que las «fachadas» del modelo y del
sistema sean lo más cercanas posibles a su semejanza geométrica.
El modelado depende de las particularidades del sistema.
Sistemas que trabajan solamente bajo fuerzas longitudinales (arma­
duras articuladas). Estos sistemas deberán ser modelados por super­
ficie. Si la superficie de cualquier barra del sistema se toma como
básica Fbis y, sobre el modelo, como i>á» entonces, según
(20 .10 ), obtenemos que

/ W l . é , = 4 -Fb4s, de donde * = * » ° d .b á . >


m m r tás
Después de estos, obtenemos la fórmula del área de la sección de
los elementos del modelo
F mod. i — F mod. bás — , (2 0 . 1 1 )
' bás
donde F¡ es el área de la sección de cualquier barra del sistema
y ^ mnd. (1 su sección en el modelo.
Para un espesor constante c del modelo, las alturas de las seccio­
nes se determinan por la expresión
ht = hbiK- f i- , (20 .12 )
bás
donde, hb&s es la altura de la sección básica en el modelo.

292
Sistema.'! que trabajan a la flexión. listos sistemas deberán ser
modelados por los momentos de inercia. Tomando a alguna sección
del sistema como básica, designamos su momento de inercia por
J m s. El momento de inercia de esta sección en el modelo, por (20.10),
es igual a:
•^mod. bás = "JJJ4"^bási
de donde,
k ^raod. bás
m* J bis

y, el momento de inercia de cualquier sección en el modelo es

•^mod. * = ^mod. bás “T- ^—• (20.13)


•'bás
Si el modelo tiene un espesor constante c, entonces, las alturas
de algunas secciones en él, son iguales a:

hz= hbia J / J j - , (20.14)


' •'bás
donde h háS es la altura de la sección básica en el modelo.
Sistemas con fuerzas longitudinales y transversales que trabajan
a la flexión. Con un enfoque riguroso del problema, estos sistemas
se deben modelar tanto por los momentos de inercia como por las
áreas de las secciones. Tomando una sección como básica, en la
cuál ./ J bás y F A’bás> obtenemos que:

/'"mod. t ~ & mod. bás ~T- j ^mod. z — J mod. bás ~í • (20. I*»)
'bás •'bás
Cuando el espesor del modelo es constante, es posible satisfacer
a las dos condiciones sólo en casos aislados. Si el modelo se hace
de espesor variable con elementos de sección rectangular, entonces,

cA -W „». F' '■


'b l. ' >2 12 '
Dividiendo la segunda igualdad por la primera, obtenemos que

ft,-A b á . (20.10)
f bás *
Ahora, de la primera ecuación, hallamos que

<2 0 1 7 >
bás f
donde Ahás y Cbás son la altura y el espesor de la sección básica en
los modelos. Esta última se toma arbitrariamente.
293
De (20.17) se deduce que el espesor constante de un modelo
satisface simultáneamente la condición del modelado por las áreas
y los momentos de inercia de las secciones, en los casos cuando:
1) los momentos de inercia y las áreas de las secciones de los
elementos del sistema son constantes;
2) las secciones de los elementos del sistema son rectangulares,
con ancho (espesor) constante.
El paso de los resultados de la medición de los valores sobre los
modelos a los respectivos valores sobre las estructuras se efectúa
teniendo en cuenta las escalas del modelo.
1. DETERMINACION DE LOS DESPLAZAMIENTOS
Sea que sobre el modelo se midió un desplazamiento Amod (pro­
gresivo o angular) debido a la carga, cuyo parámetro general es
P moA (en kg-)- l>C)r este desplazamiento es necesario hallar en la
estructura, el desplazamiento A debido a la misma carga, cuyo pará­
metro es P (en kg.). De acuerdo a la teoría de los desplazamientos,
podemos escribir
a p r A i B . c Ei ,on , Q,
A = -r -7— + T ----- 1~f1 "1=----- T ’ (20.18)
b L •'bás bás M iá s 6 -I
A _ ^mod T •4mod . ^mod 1 .. ^ mod 1 ^mod 1
^mod p I j r n ~r ^mod 1 ' r . >
mod t 'mod. bás r mod. bás 'mod. bás “ mod J
(20.19)
donde ./b¿s, ^’bás, ^mud. bás y /’ mod. bás son los momentos de inercia
y las áreas de la sección básica del sistema y del modelo; A , ¡i, C
y -'1 mod» #mod- £\iiodi ciertos números dependientes de las dimen­
siones básicas del sistema y su modelo y, u y n,n0d> 'os coeficientes
de Poisson del material de la estructura y el modelo.
Del análisis de las dimensiones de los desplazamientos podemos
concluir que.
A = nm2Amoú, B = nI1mod y C = nCmQlU (20.20)
donde, — es la escala del modelo y n, el número dependiente del
tipo de desplazamiento. Durante la determinación de los despla­
zamientos progresivos, n ni y, al determinar los angulares, n 1.
Colocando (20.20) en (20.18) y tomando en cuenta a (20.10)
obtenemos que
Pnk | •^mod 1 ^mod 1„ 6'mod / ¿ ) ~1
m'-E 1- j mod. bás • r
mod. bás ' f ^mod. bás \ G ) J
Dividiendo el resultado por (20.19), hallamos que
A __ A P ^ ’m o d nk w
i» ° d A 'n io d * ' ^ X

r -/ - 1 + + ,t (f)i
^ 1 mod. bás mod. bás mod. l>ás ' J ' J
(20.21)
^mod ^ ^mod ^ ^ ^mnd / ^rnod \ I

294
r *^mod. bás ^"mod. bás ^*mod. bás ' ^mod / J
Do esta expresión se ve que sólo siendo ~ ^ mod , es decir,
. 6 6 m od
siendo el coeficiente de Poisson idéntico para el material del modelo
y de la estructura, el desplazamiento A en esta última se expresa,
simplemente, por medio del desplazamiento determinado por el
modelo. En este caso obtenemos que

¿ - ¿ - ■ ¿ r - (2022)
En los casos restantes, la fórmula (20.22) será aproximada.
Por cuanto su aproximación está ligada con la consideración de la
influencia de la fuerza transversal sobre los desplazamientos y,
corrientemente, esta fuerza 110 es grande, entonces, la observación
dada posee más bien un valor teórico. La fórmula (20.22) permite
determinar en forma simple la carga con el parámetro P * , para el
cual, el estado de deformación del sistema es geométricamente seme­
jante al del modelo. En este caso A — n&M,
p* £'mod nk
«Amod — Am0(|
de donde
/>* = / >mod (20.23)
c m od K

Si en calidad de parámetro de carga se toma la intensidad de


la carga repartida, entonces, análogamente, obtenemos que

¿ T T -?- <20-2,‘>
Lo mismo si en calidad de parámetro de carga se toma el momen­
to externo

(20-25>
2. CONSTRUCCION DE LAS LINEAS DE INFLUENCIA
Por cuanto las líneas de influencia de las fuerzas internas y reac­
ciones de apoyo se determinan por las relaciones de los desplaza­
mientos, la magnitud de la carga no tiene importancia. Por eso,
el paso de las líneas de influencia para el modelo a las líneas de
influencia para la estructura se puede llevar a cabo sobre la base
de un análisis de las dimensiones de la línea de influencia, tomando
en cuenta la escala del modelo.
La linea de influencia del momento flector tiene la dimensión
de longitud, de ahí que sus ordenadas tengan que ser multiplicadas
por la escala m del modelo.
Las líneas de influencia do la fuerza longitudinal, de la de corte
y de las reacciones de fuerza de apoyo, son adiinensionales. Sus
ordenadas en la línea de influencia, obtenida sobre el modelo, se
conservan sin variación para la propia estructura.
295
Las abscisas de todas las líneas de influencia se miden en la
escala del modelo.
Las líneas de influencia de los desplazamientos se determinan
por la fórmula (20.22) para P = i (para los desplazamientos pro­
gresivos) y por la (20.25) para M 1 (para los desplazamientos
angulares).
Ejemplo 53. Determinar las dimensiones del modelo de celuloide para el
arco de la fig. 428. La escala del modelo es —
MI 1r-rr.
III I La altura de la sección

Fig. 428

del arco en el arranque es h — I m, el ancho, 6 = I m. La altura de la sección


del arco en la llave es h — O.li m. el ancho, b 0,512 m. Hallemos las dimen­
siones del modelo en dos variantes.
Primera i-arlante: como sección básica tomamos la de arranque, cuya altura
en el modelo se fija igual a i cin. La altura de la sección en la llave del modelo se
determina por la fórmula (20.14)

, , Í Í 0,512-0.C.3 Tía
*11 = l y --- jo--- : —py- -■
=0,48 cm.

Segunda variante: como sección básica tomamos la de la llave, cuya altura


en el modelo se elige igual a O.ti cm. La altura de la sección en el arranque del
modelo es
, .« /T lí o ,512-0.«3
harr— 0,6 y —pj— . --- —--- — 1 , 2 o cm.

C A P I T U L O X X I * C A R G A S 1 .I M I T E S D E L O S

S IS T E M A S 1 1 1 P E R E S T A T IC O S P L A N O S

S 2 1 5. ESTADOS LIM ITES DE LOS SISTEMAS POR SU


CAPACIDAD PORTANTE. La rotura de los sistemas hiperesláti-
cos, como también la de los isostáticos, a causa di* la acción de la
carga, depende de las propiedades del material de que éstos están
construidos y está ligada al inicio de la variabilidad en cualquier
parte del sistema. La invariabilidad del sistema hiperestático, en
la parte donde hay vínculos superfinos, sólo puede ser alterada
eliminando del mismo no menos de dos vínculos. Por esta razón,
en los sistemas hiperestáticos, el surgimiento de una rodadura pasante
en una barra cualquiera, 110 siempre conduce a la variabilidad del
sistema, y la aparición de una articulación plástica, nunca.
296
La parte hiperestática del sistema puede hacerse variante al
aparecer eu ella no menos de dos articulaciones plásticas o. en algu­
nos casos, al romperse alguna barra en dos partes. Por cuanto la
articulación plástica es unilateral (§ 83), entonces, incluso, en un
sistema con un grado de indeterminación estática, el surgimiento
de dos articulaciones no siempre conduce a su variabilidad.
Por ejemplo, la presencia de dos articulaciones plásticas en los
montantes del pórtico biarticulado de la fig. 429, con la condición

Fig. 429

de que los momentos flectores en ellos fraccionan el lado externo


de los montantes, lo que ocurre, en particular, para una carga ver­
tical dirigida hacia abajo, en la viga horizontal, teóricamente, no
transforma al pórtico en un sistema variante. La cuestión se explica
con que, para el desplazamiento horizontal del falso tirante, una
de las articulaciones plásticas so «cierra», o sea, deja de existir.
Teóricamente, el pórtico se transforma en Inarticulado, donde,
la tercera articulación coincide con una de las dos plásticas. El
estado límite de tal pórtico aparece con el surgimiento de la tercera
articulación plástica en la viga horizontal.
Para la rotura total de un sistema n veces hiperestático, en el
cual, ninguna de sus partes puede equilibrar a la carga, para trans­
formarlo en todas sus partes en un sistema variante sin vínculos
superfluos, es necesario excluir de él no menos de n -f 1 vínculos.
Por cuanto, para los sistemas de materiales frágiles que se defor­
man linealmente hasta la rotura, el cálculo por el estado elástico
es correcto mientras no se rompa la sección, entonces, todo lo expues­
to al examinar las cargas límites para los sistemas isostáticos hechos
de tales materiales puede ser empleado también aquí con algunas
modificaciones. I'or eso, en adelante, examinaremos principalmente,
los sistemas de materiales plásticos.

g 2 1 6 . CALCULO DE VIGAS DE UN TRAMO DE SECCION


CONSTANTE. Para simplificar el cálculo, determinaremos las
cargas límites sin considerar la fuerza de corte Q, por cuanto, corrien­
temente, su influencia es insignificante y su consideración, sólo lo
complica. En este caso, debe tenerse en cuenta que, para este cálcu­
lo, las cargas límites estarán un poco elevadas.
■Fig. 430 >tg
Mt p
1P
1
]Pt --6P

f - k
1 -om 1 2/»
**— —

I BP
b) y

j j |^ ¡ ¡ m

o) _ r

r l ; m
Fig. 431

Ltm
i -* i i

pjfe1
Fig. 432 t t A t J

*M* I

O .w t ^ -

1. VIGA CON APOYO ARTICULADO EN EL EXTREMO IZQUIERDO


Y EMPOTRAMIENTO EN EL DERECHO
El estado límite surge al aparecer dos articulaciones plásticas:
la primera, comúnmente, en el empotramiento, con abertura hacia
arriba, y la segunda, en el tramo, con abertura hacia abajo,
(fig. 430). Si, siendo z — a, la posición de la articulación en el tramo
es conocida, como por ejemplo, en la fig. 430, entonces, de conside­
raciones geométricas, obtenemos que
< •
( 2 1 . 1)
1+ -

donde .l/„lg es el momento flector en una viga simplemente apoyada


debido a la carga.
Si la posición de la articulación plástica no es conocida, por
ejemplo, en el caso de varias fuerzas (fig. 431) o de carga repartida
(fig. 432), entonces, la articulación plástica aparecerá en la sección,
para la cual, el segundo miembro de la expresión (2 1 , 1 ) alcanza el
máximo.
La condición de estado máximo, sin considerar la fuerza trans­
versal, es
K ie
M lira : :0'WK (21.2)
* + T

298
Sustituyendo a1 por la resistencia mecánica de cálculo con el
coeficiente de condiciones de trabajo rnfí = m k f í H, esta condición
puede ser empleada para determinar la carga de cálculo límite por
la sección conocida de la viga o para elegir la sección, si se conoce
la carga teórica.
Ejemplo 54. Determinar el parámetro P (en kg) de la carga de cálculo para
ta viga de la fig. 431, a, si IVS = 300 cm3, wR — 2000 kgf/cm2 y / = 6 m.
La influencia deí peso propio de la viga y la de la fuerza transversal no se con­
sidera.
Aclaremos el lugar en donde puede surgir la articulación plástica. Para esto,
construimos el diagrama de los momentos flectores debidos a la carga en la viga
simplemente apoyada (fig. 431, h). La articulación plástica puede estar debajo
de una de las fuerzas P x ó P.¡. Por la fórmula (21.1) obtenemos que:
si la articulación plástica está dpbajo de la fuerza P¡, entonces,

A/lim = - ^ r = 6P kRfm’
*+ T
si la articulación plástica está debajo de la fuerza P2, entonces,

Wllm = - ^ X = 6/> k8fm-


1+T
Los valores de Afnm resultaron idénticos. Esto significa que cualquier sec­
ción transversal de la viga, entre las fuerzas P¡ y P* se hallará en estado de arti­
culación plástica (fig. 429, c). Por la condición de estado límite, 6 P 100 =
= 2000-300, de donde, P = 1000 kg.
Ejemplo 55. Determinar el parámetro de la carga teórica q (en kgf/nO para
la viga de la fig. 432, sin considerar las fuerzas transversales y el peso propio,
s' !Vsec = 300 cm3, mR = 2000 kgf/cm2 y I = ti m.
La posición de la articulación plástica se desconoce. Para su determinación
componemos la expresión del segundo miembro de (2 1 . 1 ); tomamos el diferencial
y lo igualamos a cero:
MVaig ql a a - a) .
a ~ 2 ' l —a '
í+y
dA ql (l — 2a)(l+a)—a ( l — a ) i
da 2 * (¿ + a)2 * ~~ ’
de donde obtenemos que
a = í ( \[2 — 1 )■w 0,4142. (21.3)
Después de esto, por (21.1), tendremos que

M,,Ira = - ^ l ( 3 - 2 V ? ) « 0 ,0 8 6 ^ 2 kgfm. (21.4)

La condición do estado lím ite, por (21.2), es


0,08(>g-6--100 = 2000-300, de donde q = 1938 kgf/m.
Si suponemos que la articulación plásiica está ubicada en el centro del
tramo obtenemos un resultado aproximado. En este caso,

100 = 2000-300, de donde 5 = 200 kgf/m.


8
( • + 4 )

299
2. VIGA EMPOTRADA EN LOS DOS EXTREMOS (FIG. 433 )

Comúnmente, el estado límite se determina con la aparición


de tres articulaciones plásticas: dos en los empotramientos y una
en el tramo. En este caso, la posición de la articulación plástica

Fig. 433

tw 'max LlU

en el tramo se conoce, ella coincide con el lugar donde está situado


el mayor momento flector debido a la carga en la viga simplemente
apoyada. La condición de estado límite por (21.2), es
“M miiix
sec- (21.5)

Si no se considera la fuerza transversal, la carga límite para una


viga empotrada en los dos extremos es siempre 2 veces mayor que
la límite para una viga simplemente apoyada.
E j e m p l o 56. Elegir la sección <le la viga de doble te de la fig. 434, si l - 8 m,
<71I= 500 kgf/m, P «= 2000 kgf, los coeficientes de sobrecarga n,¡ = 1 , 1 y

Fig. 434

«p 1,5; mR = 2000 kgf/em2. De las condiciones de estado límite (21.5)


tenemos (jue

,00 = 2000 n r ^ . 2,

de donde, tl^cc = 260 cm3 y, aproximadamente,

W = i¿ % - = 225 cm3.
1 ,1 5

Sí 2 1 7 . CALCULO DE VIGAS DE UN SOLO TRAMO CON


SECCION V A R IA R L E . La variabilidad de las secciones complica
el cálculo de las vigas, puesto que dificulta la determinación de
las posiciones de las articulaciones plásticas y puede conducir a
la aparición de tres de ellas, ubicadas en forma sucesiva, con momen­
tos flectores de un mismo signo y con diferentes combinaciones de
articulaciones con momentos flectores positivos y negativos. Sin
embargo, las vigas se tornan variantes, sólo con tres articulaciones

300
F ig. 435

cuyas aberturas están dirigidas,


sucesivamente en distintas direc­
ciones.
l ’ara la determinación de la
posición de las articulaciones
plásticas sin considerar la fuerza
transversal, es necesario construir
el diagrama de los momentos
flectores límites por la expresión
yi/nin = orWgec, con la particu­
laridad de que en las vigas liiper-
estáticas esto se hace por arriba
y por abajo (fig. 435, b, c). Luego,
en este diagrama, es necesario
inscribir el de los momentos Rec­
tores de la viga simplemente
apoyada debidos a la carga, de
manera que pase o, por las dos
articulaciones plásticas haciendo
contacto por abajo con el punto
2 de la línea de momentos límites (fig. 435, a) o, por una haciendo
contacto con la línea de momentos límites en los dos puntos 2 y 3,
a ambos lados de la viga (fig. 435, b), o toque a dicha línea en los
puntos /, 2 y 3. ubicados sucesivamente a ambos lados de la viga
(fig. 435, c).
Luego, sobre la base de consideraciones geométricas, se componen
las condiciones de estado límite. Por ejemplo, para las vigas repre­
sentadas en la fig. 435, a, b, c, éstas serán
P (l — a)
----j----C — M ||m , 2»

P ( J — a ) c __ A f i Af c .
---- j---- = ■'"llin, t ; M lint, 3 y ,

Pa /, v c, a i . ^ liin . 1 — ^ l l m . 3 /, v
— ( /— c) = 27W||,n, 3n------- j------ (I — c).

s 2 1 8 . CALCULO DE VIGAS CONTINUAS DE SECCION


CONSTANTE EN TRAMOS SUELTOS. Para simplificar, determi­
naremos las cargas límites sin considerar las fuerzas transversales.
Estado límite de una viga continua es aquel, cuando, dentro
de los límites de un tramo cualquiera, surgen tres articulaciones
plásticas con sus aberturas dirigidas sucesivamente en distintas
direcciones. Corrientemente, dos de ellas surgen en los apoyos y la
tercera en el tramo, lo cual, precisamente, supondremos aquí.

301
Eli este caso, se sobreentiende que, si los tramos lindantes al
apoyo poseen diferentes secciones, entonces, la articulación plástica
de apoyo se desarrollará en la más débil.
La rotura completa de una viga continua sucederá cuando surjan
tres articulaciones plásticas dentro de los límites de cada uno de sus
tramos. El orden de cálculo, que se deduce del carácter de la rotura
de las vigas hiperestáticas de un tramo, depende de si se determina
la carga límite o se elige la sección.
I. DETERMINACION DE LA CARGA LIMITE
El cálculo se lleva a cabo del siguiente modo (fig. 436).
La carga deberá ser expresada con un parámetro por toda la
viga, el cual es, precisamente, la magnitud buscada.
Los momentos de apoyo límites A/um = ofíFsec se determinan
por las secciones mininas de los tramos lindantes con el apoyo. Sus

V q - h ,P |W \ W

f !
Fig. 431»

valores se trazan desde la base del diagrama de momentos flectores,


coincidente con el eje de la viga, y los diagramas do los momentos
flectores, debidos a estos momentos do apoyo, se representan con
líneas punteadas.
En cada tramo, en correspondencia con sus secciones, se deter­
minan los momentos límites M¡¡m (TfIFSPc y, por debajo de la
viga, se traza la línea de estos momentos.
A la línea de los momentos de apoyo se le «cuelga» el diagrama
de momentos flectores de la viga simplemente apoyada, correspon­
diente al tipo de carga sobre el tramo dado, de tal modo que, por
abajo, tenga contacto con la línea do momentos límites.
Partiondo de la suposición sobre la rotura de cada tramo por
separado, se determina el parámetro de la carga límite y se elige
su valor mínimo.
Ejemplo 57. Determinar la carga límite para la viga continua de la fig. 437,
con la condición de que los momentos límites sean en el primer tramo A/, =
= 10 000 kgfm y, en el segundo, Af,(m = 5000 kgfm.

302
En el apoyo del medio es necesario
tomar el menor momento de apoyo, es
decir, el de 5000 kgfm. En la fig. 437, b,
se muestran todas las construcciones
indispensables. En el primer tramo, la
carga límite es
Mu'mi = 10000k9m

de donde P = 8333,3 kgf. C)


' .P-7500 kq . .
y ¡l - 1250 kq/m
En el segundo tramo, la carga límite

= 5000 + 5000, de
donde P = 7500 kgf.
La carga límite, para el parámetro de menor valor P = 7500 kgf, se muestra
en la fig. 437, c.
2. ELECCION DE LAS SECCIONES POR LA CARGA TEORICA DADA
La elección de las secciones exige la determinación'de los momen­
tos flectores de cálculo en las articulaciones plásticas, debidos a 1¡»
carga teórica dada. Estos se determinan por los diagramas de cálculo'
de los momentos flectores, que se construyen de la siguiente manera
(fig. 438).

Fig. 438

En cada tramo de la viga continua se construye el diagrama de


los momentos flectores debidos a la carga efectiva, como sobre una
viga isostática de un sólo tramo.
En cada tramo se traza la línea de los momentos de apoyo, de
tal modo que el momento do apoyo, si es único en el tramo, sea
igual al momento flector en él o, que si son dos, también sean iguales
al momento flector en el tramo. A tal operación la llamaremos equi­
librado previo de momentos.
Si se dimensiona una viga de sección constante, entonces, es
indispensable tomar por momento de cálculo al mayor de los momen­
tos previamente equilibrados por los tramos sueltos de la viga. La
sección se determina por la fórmula
En este caso, el estado limite se determina con la aparición de
tres articulaciones plásticas en el tramo, donde los momentos pre­
viamente equilibrados resultaron mayores. Los tramos restantes
quedan indemnes. Tal momento de cálculo en la fig. 438, será el
M llin !•
Si se dimensiona una viga con diferentes secciones en algunos
de los tramos, es decir, se supone que la aparición de las articula­
ciones plásticas es simultánea en todos los tramos, entonces, por

F ír . í 39

cuanto sobre un mismo apoyo no pueden haber dos articulaciones


plásticas, el diagrama de cálculo se construye según los valores de
los momentos flectores previamente equilibrados.
Si los momentos flectores de cálculo, previamente equilibrados
por los tramos, varían a lo largo de la viga en forma uniforme
(fig. 439, o), entonces el diagrama del tramo extremo, con el menor
momento de cálculo, debe conservarse sin modificaciones. Luego,
en el siguiente tramo, se debe efectuar el equilibrado del momento
positivo en el tramo y del negativo sobre el apoyo siguiente (en la
fig. 439, n, el derecho), si existe el momento dado en el apoyo ante­
rior (izquierdo). Y así sucesivamente (fig. 439, b). Esta operación
puede ser efectuada analíticamente, sobre la base de simples con­
sideraciones (fig. 439, c).
Consideraremos que la posición de la articulación plástica en
el tramo es conocida. Ella se determina con la coordenada z a.
Designamos al momento derecho sobre el apoyo con M u „ y lo
304
expresamos por medio del izquierdo:
M?& = M\Z + AM
El valor absoluto de la incrementación AM se determina por
la igualdad
M l ls- AfííS. — AM j = M\Z + AM,
de donde obtenemos que
AM (M jte-2A/jf2l) : ( l + y ) .
l’or consiguiente, el momento derecho buscado es igual a:

M i l i = M\Z + AM = [ M '* — M\Z ( l — f ) ] : (1 + -i) . (21.7)


En aquellos casos, cuando el tramo derecho posee en su extremo
un apoyo articulado la resultante de los momentos de apoyo en este
tramo se encuentra, sin calcularlo, uniendo el momento de apoyo
izquierdo con el punto de la base por debajo del apoyo derecho.
La sección se dimensiona en cada tramo por el mayor momento
flector en éste.
Si los momentos flectores previamente equilibrados en los tra­
mos (fig. 441, b), varían a lo largo de la viga en forma no uniforme,
entonces, para la obtención del diagrama de cálculo de los momentos
flectores es necesario lo siguiente.
Conservar el diagrama de momentos flectores en el tramo con
el menor momento flector de cálculo.
Luego, de los tramos que quedan, examinar el tramo con menor
momento flector previamente equilibrado. Si linda con el tramo exa­
minado anteriormente, entonces, sobre él, es necesario construir el
diagrama de cálculo, equilibrando el momento del tramo con el
siguiente momento de apoyo, empleando la expresión (21.7). l’ero
si no linda, entonces, es conveniente que, sobre él. sea conservado
el diagrama previamente equilibrado. Y así sucesivamente, hasta
que el nuevo tramo resulte entre los examinados anteriormente.
Entonces, la línea resultante de los momentos de apoyo se traza
sobre él por los momentos de apoyo de los tramos vecinos determi­
nados anteriormente.
Ejemplo 58. Construir en la viga de la fig. 440, a el diagrama do cálculo de
los momentos flectores debidos a la carga dada.
En la fig. 440, b se ha realizado el equilibrio previo de los momentos.
Si la viga es do sección constante, entonces, el momento de cálculo es M —
— 12 tm. Las articulaciones plásticas aparecerán sólo en el primer tramo. Si
las secciones de la viga son distintas on ios distintos tramos, entonces, sobre el
apoyo dol modio es necesario tomar al momento de apoyo igual a 8 tm y,
en el primor tramo, trazar la línea de los momentos de apoyo por ol
punto de la baso por debajo dol apoyo izquierdo (fig. 440, c). I.a sección
del primer Iranio se dimensiona por ol momento A/llm = 14 tm y, la
del segundo, por el .17 = 8 tm. En la viga aparecerán cuatro articulaciones plás­
ticas. El dimensionado de las diferentes secciones por los tramas, se puede

20—01191 305
Fig. 440

realizar de otra manera. Por ejemplo, se


puede dimensionar la sección del primer
tramo por el momento Afum = 13 tm
(entre 12 y 14 tm), pero entonces, la del
segundo, deberá ser elegida por el M jIm=
= 10 tm, a fin de garantizarle al primer
tramo el correspondiente momento de
apoyo, con el cual, el momento en el tramo
no sea mayor que el adoptado M = 13
tm (fig. 440, d). Tal posibilidad permite
hallar la viga de menor peso.
Ejemplo 59. Construir el diagrama
de calculo de los momentos flectores
debidos a la carga dada, en el caso de la
aparición de articulaciones plásticas en
todos los tramos de la viga (fig. 441, a).
En la fig. 441, a, se muestran los
diagramas de los momentos previamente
equilibrados. Si la viga tuviera sección
constante, entonces, para ella, el mo­
mento de cálculo sería Af¡¡m = 8 tm.
Los valores de los momentos previamente equilibrados varían desuniforme-
mente a lo largo de la viga. Por eso procedemos como se expuso más arriba. Al
principio, examinamos el cuarto tramo, en el cual el diagrama será conservando
invariante. El momento do cálculo es M¡fm 4 = 2 tm. Luego examinamos el
«oxto tramo, en el cual el diagrama también será conservando invariante. El
momento de cálculo para él es M )Im = 3 tm. Luego examinamos el primor
tramo, en el cual el diagrama se conserva. El momento de cálculo para este
tramo es , — 4 tm. Por fin, examinamos el segundo tramo. Por cuanto con
él linda el primero, ya examinado, efectuamos el equilibrio del momento del
tramo con el de apoyo derecho. Por la expresión (21.7) hallamos el momento de
cálculo para el segundo tramo.

M lira,2 = 1— t ) j : ( 1 "^ T ) = 6 tm '


F.n los tramos tercero y quinto trazamos las resultantes de los momentos
do apoyo por los hallados anteriormente de los tramos vecinos con ellos. Los
momentos de cálculo para estos tramos serán A/ltm a = 12 tm y M\\m 3 =
= 9,5 tm, respectivamente (fig. 441,6). Si en la viga no presuponemos la apa­
rición de todas las articulaciones plásticas, entonces la viga con diferentes
secciones en los tramos puedo ser obtenida de distintas maneras. Por ejemplo,
es posible el dimensionado de sus secciones por los siguientes valores de los
momentos flectores: en el primer tramo = 4 tm, en el segundo,
tercero y cuarto, A/jtm = 8 tm y, en el quinto y sexto, Vf„m — 6 tm. En
la fig. 441, c, se muestra el diagrama de los momentos de cálculo. En' este-
caso, en los tramos segundo, cuarto y sexto no habrán articulaciones plásticas.
En la fig. 441, d se muestra otra variante, donde los momentos de cálculo
serán: Af„m , = 4 tm, = 7 tm, J f |lm , = 9 tm. A/1Im < = 7 tm,
.l/i (m,5 = 6 tm y = 6 tm. En los tramos segundo, cuarto y sexto no
habrán articulaciones plasticas.

306
y

lO
Ejemplo 60. Construir el diagrama de cálculo de los momentos flectores
debidos a la carga dada, al aparecer articulaciones plásticas en todos los tramos
de la viga de la fig. 442.
En la fig. 442, a, se expone el diagrama de los momentos previamente equi­
librados por los tramos. Para la viga de sección constante, el mayor momento de
cálculo en el cuarto tramo es igual a jVum = 12 tm. Los momentos previamente
equilibrados varían uniformemente. Por eso procedemos de acuerdo a la expues­
to en la pág. 303.
En el primer tramo conservamos el diagrama sin modificarlo. En el segundo
y tercero efectuamos el equilibrado de los momentos de los tramos y de los mo­
mentos de apoyo derechos empleando la expresión (21.7).
En el segundo tramo 3/f,e¿ = ^ 1 2 — 4^1 — J :^ 1 + = 7 tm.
M der
En el tercer tramo lira
En los tramos dados estos momentos serán precisamente de cálculo.
En el cuarto tramo, la resultante de los momentos de apoyo está unida con
el punto de la base sobre la vertical del apoyo dprecho. El momento de cálculo
para él es ;V/Itm 4 = 13,5 tm. En la fig. 442, b se expone el diagrama de cálculo
de los momentos.

S 2 1 » . CALCULO DE VIGAS CONTINUAS DE SECCION


V ARIA BLE. El estado lím ite de las vigas continuas do sección
variable como, así también, de las de sección constante, llega,

M,Um.j

%,1 -,L_Jf e

Fig. 443

cuando en un tramo cualquiera surgen tres articulaciones plásticas


con abertura, por turno, en diferentes direcciones. Por eso, al prin­
cipio, es indispensable revelar las posibles variantes de aparición
de tres articulaciones plásticas (o de dos, ante una real) en cada tra­
mo por el diagrama de los momentos límites M um determinados
por las dimensiones de las secciones, inscribiendo en él, el de los
momentos límites debidos a la carga en el tramo dado, para una
viga simplemente apoyada. El diagrama inscripto deberá poseer
no menos de tres puntos comunes con el de los momentos límites
308
determinados por las dimensiones de las secciones. Estos puntos
comunes deberán estar sobre el diagrama de momentos límites, por
huno, a diferentes lados de la viga. Ante un apoyo articulado en el
extremo del último tramo, uno de los tres puntos coincidirá con
la articulación. El cálculo deberá ser efectuado para cada posible
variante, las cuales son pocas (una o dos). En calidad de carga límite
se debe tomar la menor obtenida de los resultados del cálculo. En la
fig. 443 se muestran ejemplos de inscripción de diagramas.

S 2 2 0 . CALCULO DE PORTICOS Y ARCOS. La complejidad


del cálculo de los pórticos y, particularmente de los arcos, se explica
con que 110 siempre está claro en donde surgirán las articulaciones
plásticas, dado que ello, depende de los valores de todas las fuerzas
internas M , Q y N y las posibles variantes de su aparición son más
que en las vigas. En muchos casos, si se desprecia la influencia que
ejercen las fuerzas longitudinales en la aparición de momentos
complementarios en el estado deformado del sistema, la cual, ha­
blando en general, en un estado límite con grandes desplazamientos
puede ser considerable, entonces, la consideración de las fuerzas
longitudinal y transversal en el estado límite de la sección, tiene poca
influencia. Con tales premisas, esto permite determinar aproxima­
damente, y a veces con exactitud, la posición de las articulaciones
plásticas por el diagrama de los momentos flectores límites, cuya
forma es dictada por el cálculo usual de la elasticidad de los siste­
mas hiperestáticos.
El cálculo de pórticos y arcos considerando el desarrollo de las
deformaciones plásticas, se efectúa sobre la base de las siguientes
admisiones aceptadas habitualmente:
1 ) no se tiene en cuenta la influencia de las fuerzas transversales;
2 ) las fuerzas internas se determinan por el estado indeformado,
sin considerar los momentos flectores complementarios en el estado
deformado, los cuales, ante grandes desplazamientos en el estado
límite del sistema, pueden ser sustanciales;
3) se considera que la articulación plástica permite un sólo
movimiento y, precisamente, la rotación de las secciones con res­
pecto a la línea neutra hacia el lado de la abertura de la articula­
ción, lo que disminuye el grado de indeterminación estática del
sistema en una unidad.
La primera admisión y, frecuentemente, la segunda, llevan,
a un margen de seguridad elevado en comparación con el real.
La condición de estado límite de la sección, ante un momento
flector y una fuerza longitudinal, según (10.15), será

Wscc (2 1 .8)

Los cálculos muestran que, en muchos casos, la influencia de la


fuerza longitudinal en (2 1 .8) no es grande y constituye, aproximada­
309
mente, la siguiente parte del momento flector:

A- --- !í¡« (21.9)


MnmW b V '
Si iV|im y A/iim se expresan en toneladas y metros, 6 en cm y
<rf en kg/cm2, entonces, el error relativo del cálculo en el que 110
se tiene en cuenta la fuerza longitudinal es igual a:
A\2, - 1 0
A= llm . . (21.10)
A/|Im4a'ó V '

Por eso, se puede recomendar iniciar el cálculo, con las suposicio­


nes usuales adoptadas, sin tener en cuenta las fuerzas longitudinales
y, luego, determinando aproximadamente el porcentaje de error,
hacer más exacto el cálculo, teniendo en cuenta la influencia de las
fuerzas longitudinales si hay necesidad.
1. PORTICO SIMETRICO BIARTICULADO
La rotura de un pórtico biarticulado se inicia al aparecer 110
menos de dos articulaciones plásticas. Por cuanto estas últimas son
unilaterales, o sea, se abren hacia un sólo lado, entonces, teórica­
mente, es indispensable que las dos articulaciones se abran hacia
lados diferentes: una, hacia adentro del pórtico y, la otra, hacia
afuera. Las combinaciones posibles de tales articulaciones pueden
ser varias. Todas ellas deben examinarse y al determinar la carga
límite, tomar la menor y, al elegir las secciones, las secciones mayo­
res.
Carga vertical sobre la viga horizontal (fig. 444, a).
Habiendo carga vertical, las presiones horizontales X A y X D
son iguales entre sí y, por consiguiente, para una longitud igual
de los montantes, son también iguales los momentos flectores en
los nudos del pórtico. Ahora, ya no es difícil representarse la forma
del diagrama de los momentos flectores en el pórtico. Para esto,
es necesario «colgar» de la línea de los momentos de apoyo de la viga
horizontal el diagrama de los momentos flectores debidos a la carga
aplicada a la misma. En este caso, la viga horizontal se examina
como una viga simplemente apoyada (fig. 444, a). No menos de la
mitad de la ordenada del mayor momento de tal diagrama «colgado»
deberá ubicarse más abajo de la viga horizontal, dado que, en el
caso de que sobre ella aparezcan las tres articulaciones plásticas,
los momentos de apoyo y el momento flector en el tramo deberán
ser iguales. Naturalmente que para los siguientes razonamentos,
se puede también obtener el diagrama inicial de cálculo del pórtico
por el estado elástico, pero es más complicado. Obtenido tal dia­
grama, no es difícil determinar las posiciones de las articulaciones
plásticas y sus posibles combinaciones en el caso de la destrucción
del pórtico.

310
Fig. 444

Examinemos un pórtico
cuyas barras son de sección
constante. En la viga hori­
zontal, la articulación 1 con
abertura hacia el interior del
pórtico, puede surgir en la
sección con mayor momento
flector y, las articulaciones
2 y 2 ' con abertura hacia
afuera del mismo, en sus
nudos. Por cuanto la fuerza
longitudinal en la viga hori­
zontal es constante y los mo­
mentos flectores en los nudos
son iguales, entre sí, las tres
articulaciones surgen al mismo
tiempo. En el montante, la
articulación plástica 3 puede
aparecer sólo en la parte
superior en el nudo C o D.
según en qué montante esté
situada la mayor fuerza lon­
gitudinal. Las posibles varian­
tes de destrucción del pór­
tico tendrán lugar para las
siguientes combinaciones de
las articulaciones: 1 + 2 -f- 2 '
y i 3.
Primera variante. Las articulaciones plásticas aparecen sólo en
la viga horizontal (fig. 444, b).
De las construcciones geométricas, MV* = 2A/í¡m°r.
La fuerza longitudinal en la viga horizontal es
*rv. hor 1A/r,-J,or
1 lim MV*
-'Vlfm
H ~ 2H
La condición de estado límite es

A■a'8
'- \ 2H )I u / v . hor
< e e nor. (2 1 .1 1 )
2a ' ' 4 (o1)2 óv. hor
Segunda variante. Hay articulación plástica en la viga hori­
zontal y en el montante (fig. 442, c).
311
De las construcciones geométricas
Uav Ik __ 1, ,/V.
~ M |Im
rv. ñor
hor , Wint
[ V W iin ,. (2 1 .1 2 )
Según (21.8):

M íllm
. hor
( i j,-v. hor ¡fin, v. hor \
H~ ~ -l|0^ 6v.h..r J 0 •
i r mon
J* ' llm
( M/mon llm. mon \
w -‘ - ¡ F f c r r -
i/in o n
‘" l l m
Dado que 7Vjtm°r II y Nnm - VmAx, donde Vmtx es
la reacción mayor, entonces, la condición de estado limite (2 1 . 12 )
toma la forma:
i-2inax
m o n ____________
( k
*° 4 (af)2 fi, í
m V’ = W l:chor

w & ; - -
Al no considerar las fuerzas longitudinales, las condiciones de
estado límite (21.11)—(21.13) se simplifican considerablemente:
A / ; * « H/£ ch0r2o',
(21.14)
M l ,* = ( ^ chor+ ^ £ ? ,)a f.
Durante el cálculo por el estado teórico límite es necesario lomar
en lugar de a 1, el valor m/{.
Kjemplo 61. Determinar la carga teórica para el pórtico de l¡i fig. 445
cuya sección transversal es en doble te (2 0 .1 -f- 1 2 -2 -2 '. t.a resistencia teórica
es mR = 2400 kgf/cm- y, el momento de resistencia, II’ ,,r 2(12-2-11 -f-
+ 10-1-5) --- 628 cm3.

Fig. 445

Al principio, efectuamos el cálculo sin tener en cuenta la fuerza longitudi­


nal. Por (21.14), tenemos que
200-400
M i1* = (628 -f 628) 2400 = P de donde,
600
P = 22 608 kgf.

312
Ahora, efectuamos el cálculo tomando en consideración la fuerza longitu-
dinal.
Primera variante, l’or (21.11), siendo A/**6 = P kgfm,
AOOP 4002P2
-= 2400-628,
3-2 9-3002-16-2400
de donde obtenemos que P = 22 580 kgf.
2
Segunda variante, l’or (21.13), para kgf.
2P \2 2,

i
I 2P \2
2400-628-
400P 4-2400-1 \3 )
= 2400-628- 2400-628-
3 4-30(t2.1-2400 4-2400-1
Es necesario resolver esta ecuación por el método de aproximaciones suce­
sivas, suponiendo que el valor inicial de P, paro el segundo miembro, es P =
= 22 608 kgf. hallado anteriormente, sin haber considerado la fuerza longitudi­
nal. Luego de la precisión, obtenemos que P = 22 420 kgf. De esta manera, en
este ejemplo, la consideración de la fuerza longitudinal nos dio una corrección
insignificante en el valor de la carga límite determinado sin tomaila en cuenta.
Como era de esperar, la carga menor resultó por la segunda variante.

CARGA HORIZONTAL EN EL MONTANTE (FIG. 446)


En la fig. 446 se muestra, en forma aproximada, los diagramas
de los momentos flectores para el estado elástico, debidos a las car­
gas horizontales en el montante izquierdo, l’or cuanto las fuerzas

Fig. 446

longitudinales son constantes a lo largo de cada elemento, entonces,


por el diagrama de los momentos flectores se puede determinar la
posición probable de las articulaciones plásticas. En la viga hori­
zontal pueden surgir tíos articulaciones plásticas al mismo tiempo
en los nudos C y D del pórtico:
La articulación 1 con abertura hacia el interior del pórtico, en
el nudo C, y la 2 con abertura hacia el exterior del pórtico, en el
nudo D. En el montante AC, la articulación plástica 3 con abertura
hacia el interior del pórtico, coincide con el lugar de mayor momento
flector. Al aparecer esta articulación por lo corriente tiene lugar
la destrucción del pórtico.
La articulación 4 con abertura hacia afuera del pórtico, puede
aparecer solamente en la parte superior del montante [iD. Las posi-
31 a
bles variantes en las ubicaciones de las articulaciones, en el caso de
rotura del pórtico son: / y 2, 3 y 2, 3 y 4.
La condición general de estado límite para todas las variantes es:
XA + XB =P. (21.15)
Examinemos todas las variantes, sin tener en cuenta las fuerzas
longitudinales cuando M um —
I . Por el método estático
Primera variante: las articulaciones I y 2 (fig. 447, a). El mo­
mento en la articulación plástica 1 es
M\imW = W ^ o 1 = X a H — P (II — a).
314
El momento en la articulación plástica 2 es
M\im°T= — X Bfí.
Determinando de ellos X A y Xn Y colocándolas en (21.15), obtene­
mos que
W ^ choro f. (21.16)

Segunda variante: las articulaciones 3 y 2 (fig. 447, b). El mo­


mento en la articulación plástica 3 es Aí»mn = W',"l°no f = X Aa.
El momento en la articulación plástica 2 es

Af íim or = W'¡¿chora f = X BH.


Determinando de ellos X A y y colocándolas en (21.15), tendremos
que
í v m on f w v . hor f
scc • s,c = />. (21.17)
a ' II
Tercera variante: Las articulaciones.? y 4 (fig. 447, c). El momen­
to en la articulación plástica 3 es
A^Ura = H C c V = X Aa.
E l momento en la articulación plástica 4 es
MT^n = W ^ a , = X BH .
También, como anteriormente, colocando A'a y X B en (21.15),
obtenemos que
W C V = ^- (21.18)
(t + ¿)
2. Por el método cinemático
Primera variante (fig. 447, d)
,, A * i v . cstr A .,f v. cstr A __^
p ~2 — M lira -jj-- M llm y/" U
de donde P = 4A/Víi“ lr : H
Segunda variante (fig. 447, e)

PA - M iíII,;str A _ A/nra = o
De donde
»f v. cstr OM ? .
p llm , “ llm
“— n
H ' H
Tercera variante (fig. 447, /)
/ ' A - A / L , ^ - — A/f¡m-¿- = 0
De donde
P = 3A/ nm : //
315
Ejemplo 62. Determinar la carga teórica P para el pórtico de la fig. 448,
si l = 6 m, II = 6 m, = 600 cm3, = 300 cm3, mfí = 2000 kgf/cml
y a = 3 m.
^ H¿*tr = 2000-600=1 200000 kgf-cm
2000-300 = 600 000 kgf-cin
Por el método estático
Por la primera variante, P = -600*2000 = 8000 kgf.
oüu
d i i . 300.2000 , 600.2000 ....
Por la segunda variante, P — — 57^ — H--- -^¡-¡—- = 4000 kgf.
300 oUU
Por la tercera variante, P = ( + r^rr.) 300.2000 = 3000 kgf.
\o U U líU U /

Por el método cinemático


Por la primer variante P = 4.1200000 : 600 = 8000 kgf
Por la segunda variante P = (1 200000 : 600) -f (2.6UOO00 : 600) = 4000 kgf.
Por la tercera variante P = 3-600 000 : 600 = 3000 kgf

Fig. 448

Tendremos la menor fuerza para la tercera variante. Hallemos el error re­


lativo sin tener en cuenta las fuerzas longitudinales para 6nl0n = 1 cm. Por la
expresión (21.9),
15002
A = 300-2000-4-2000-1 = 0 '0005’ 0 el 0,5%.
Ejemplo 63. Dimensionar la sección de los montantes del pórtico de la
fig. 449 ante carga horizontal, viga horizontal rígida y una resistencia teórica

p*igt \z
c ,, Ht
Fig. 449 Fig. 450 ¡ y
i \
isr-§ ' L íi-
7 .

|___ So l
¡ r a 1 a. A
10000
mfí — 2000 kgf/cin2. Por la tercera variante, Wscc =
(11(10 ; IK K )) 2 0 0 0
= 1500 cm3.

2. PORTICO SIMETRICO SIN ARTICULACIONES


La rotura de 1111 pórtico sin articulaciones se produce al surgir
tres articulaciones plásticas sobre una misma recta que se abren
por turno hacia diferentes lados o, no menos de cuatro dispuestas

316
Fig. 451

sobre una misma recta, que se


abren también, por turno, ha­
cia diferentes lados.
Al determinar la carga lí­
mite, es necesario tomar el
menor de aquellos valores de
carga que corresponden a las
posibles variantes de distribu­
ción de las articulaciones en el
caso de la rotura del pórtico
y, al dimensionar las secciones,
las mayores de estas últimas.
c a r g a v e r t ic a l s o b r e l a v ig a
HORIZONTAL DEL PORTICO(FIG. 450)
En el caso de carga verti­
cal, las presiones horizontales
del pórt ico son iguales entre sí. La forma del diagrama de los momentos
flectores para el estado elástico se muestra en la fig. 450. Las posibles
posiciones de las articulaciones plásticas son: en la viga horizontal,
la articulación 1 con abertura hacia adentro del pórtico, en la sec­
ción con mayor flector y, las 2 y 3 con abertura hacia afuera del
pórtico, en sus nudos; en los montantes, por sus extremos, las arti­
culaciones 4 y 5 que se abren hacia afuera del pórtico y las 6' y 7,
con abertura hacia adentro. La aparición de cuatro articulaciones
en los montantes no transforma al pórtico en un sistema variante,
por cuanto ellas se abren hacia distintos lados sin sucederse y porque,
para un desplazamiento horizontal de la viga horizontal, varias
de ellas deberán cerrarse, o sea, prácticamente, dejan de existir.
Las posibles variantes de distribución de las articulaciones al des­
truirse el pórtico son: 1, 2 y 3; 1, 4 y 5. Teóricamente, las articula­
ciones 4 y 5 se consideran ubicadas en los nudos del pórtico.
Primera variante: las articulaciones 1, 2 y 3 (fig. 451, a).
Cuando los momentos flectores en los nudos del pórtico, en el
estado extremo, son idénticos, son también idénticas las presiones
horizontales c, = c.> c. Por consiguiente, el diagrama de los
momentos flectores en los montantes y las deformaciones de estos
últimos en el estado extremo, son simétricos independientemente
de la distribución y el valor de la carga. Si se desprecia el acerca­
miento de los nudos C y D del pórtico que tiene lugar en el estado
extremo, entonces, los extremos superiores de los montantes estarán
ubicados en las mismas verticales que los inferiores. Por consiguiente,
si en el estado límite del pórtico, los montantes aún trabajan en el

317
estado elástico a todo su largo, entonces, en sus extremos superiores,
los momentos flectores serán dos veces mayores que en los inferiores
, « - * H ■

Primero entra en estado elástico-plástico la parte superior del


montante, por cuanto en ella los momentos flectores son mayores
que en la inferior.
En cuanto la parte superior del montante, durante el proceso de
carga comience a trabajar en estado elástico-plástico, su rigidez
a la flexión irá disminuyendo. Por una propiedad general de los
sistemas hiperestáticos, la parte inferior del montante, por ser más
rígida, durante el siguiente cargado, recibirá mayores incrementos
en los momentos flectores que la superior y el punto cero se despla-
* 2
zará hacia arriba, es decir, c < y H . El desplazamiento del punto
cero continuará hasta el centro del montante, cuando las rigideces
de ambas partes sean idénticas.
Pero si el punto cero continuara desplazándose hacia arriba,
entonces, los momentos en la parte inferior del montante serían
mayores que en la superior y la rigidez de la parte inferior dismi­
nuiría y, por consiguiente, en ella habría una menor incrementación
en los momentos flectores, es decir, el punto cero se trasladaría
hacia abajo.
Así pues, la magnitud c se halla entre los límites 1/2H y 2/3//.
La condición de estado límite del pórtico por la primera variante,
es
A/Iig = 2Mu'm0r. (21.19)
jl/v-hor
La fuerza longitudinal en la viga horizontal es Arnm°r = —— — .
E l momento límite en la articulación plástica por la expresión
(2 1 .8), es
w v. hor . 2
(
: 4ofóv.hor.
c /
La condición de estado límite es
A/vlK , . / Mv'« \ 2
-£~ = ( - £ - ) : 4or8v. hor, (2 1 .20 )

donde c es un valor indeterminado, que, con nuestras admisiones


se encuentra en el intervalo desde 1/2H hasta 2/3//.
La condición de estado extremo, sin considerar las fuerzas lon­
gitudinales, es
A/„iB= 2 ofH/JrChor (2 1 .2 1 )
Comparando (21.20) con la expresión análoga para los pórticos
biarticulados (2 1 . 1 1 ) hallamos que, para los pórticos sin articula­
ciones, teniendo en cuenta las fuerzas longitudinales, la carga ver-
318
t¡cal límite será 1111 poco menor que la carga límite para los pórticos
Inarticulados e, igual a ella, al 110 considerar las fuerzas longitu­
dinales.
Segunda variante: las articulaciones 1, 4 y 5 (fig. 451, b). Por
cuanto en el caso de carga simétrica M\im, TVum y c en los montan­
tes no son iguales entre sí, nos limitaremos a examinar el cálculo
con la consideración de las fuerzas longitudinales sólo bajo carga
simétrica. En este caso, el cálculo obtenido sin tener en cuenta las
fuerzas longitudinales, también será válido para el cálculo bajo
carga asimétrica.
De las construcciones geométricas (fig. 451, b), tenemos que

M S* = Mrímhor + A / ¡ r (21.22)
Mmon
La fuerza longitudinal en la viga horizontal es N u!^T =
e
La fuerza longitudinal en cada montante es = Va = Vbr
donde V es la reacción de viga.
Por la expresión (21.8), los momentos límites en las articula­
ciones plásticas son:

M',Zn= o _ Vi : 4ofómool
W (•./mon
Uro
x2
f.~tR
- j1 .. áo Oy j,or.

La condición de estado extremo (21.22) toma la forma:

Vl \2'
"sec 4(7*óf]|on 1
seohor cHnf(Sv. hoJ. +

+ (21-23>
. 2
donde c como antes, satisface a la desigualdad 1/2 H ^ . c ^ . ^ 1 1 .
Esta misma fórmula, sin tener en cuenta las fuerzas longitudinales:

M V * = of (\V ^ hor +HC*) • (21.24)


Esta expresión, conserva también su vigor, para carga asimé­
trica.
La confrontación de (21.23)—(21.24) con las mismas condiciones
para pórticos biarticulados (21.13)—(21.14) muestra que, también,
por la segunda variante, la carga vertical límite del pórtico sin
articulaciones, para otras condiciones iguales, al considerar las
fuerzas longitudinales, es un poco menor que la carga vertical límite
del pórtico biarticulado, e igual a ésta, si no se consideran las fuerzas
longitudinales.

319
Kjemplo 64. Determinar la carga limite del pórtico de la fig. 452, si / =
= 6 m, // = 4 m, a = 2 m, W ^ or= 600 cnv', W'¡^n = 400 cm3 y a f =
= 2000 kgf/cin-.
El cálculo lo hacemos sin considerar las fuerzas longitudinales. En este
caso, tenemos:
por la primera variante 1 ~ 100 = 2-2000-000, do donde P = 18000 kgf;

Zm IP

r
Fig. 452 W.cf6Q0cm'
W
sr¿ 400cm'1

B
7 ~

l> .9 .4
por la segunda variante— ^— 100= 2000 (0 0 0 -)- 400), de donde P = 15 000 kgf.
El error relativo para la articulación plástica en el montante izquierdo,
según la expresión (21.9), para 8 = 1 cm, es
100002
A= = 0,015, ó 1,5%.
2000-400-4-2000-1
(larga horizontal en el nudo del pórtico (fig. 453)

La forma del diagrama de los momentos flectores para el estado elástico


y las posibles posiciones de las articulaciones plásticas, se muestran en la figu­
ra 453, a. Los estados límites pueden producirse para las siguientes combinacio­
nes de las articulaciones; 1 ,2 ,3 y 4\1 ,2 ,5 y 6. Para simplificar el cálculo, des­
preciaremos las fuerzas longitudinales.
Primera variante: las articulaciones /, 2, 3 y 4 (fig. 453, /<). El punto cero
del diagrama de los momentos en los montantes en estado límite estará en el
punto medio de sus alturas.
La condición de estado límite es

p j/ray - M /iT 2 .
(21.25)
n a
Segunda variante: las articulaciones 1 ,2 . .5 y C, (fig. 453, c). La posición
del punto cero del diagrama de los momentos flectores en los montantes es

La condición de estado límite es


v. hor
/>= •2 = - ¿ - r e n+ Hsóc,or) ° r- (21.26)

Confrontando (21.25) con (21.18) y (21.26) con (21.17). notaremos que la


carga límite horizontal en el nudo C del pórtico sin articulaciones es 2 veces
mayor que la misma carga para el pórtico biarticulado.

320
Fig. 453

Al hacer los cálculos por el


primer estado limite teórico,
en todas las expresiones, como
antes, en lugar de a 1 es nece­
sario suponer el valor mR.

Ejemplo 65. Determinar


la carga límite para el pórtico
<le la fig. 454, si =
= 1500 cm3, lVg¿o0r= 6UOcm3,
a f = 2000 kgf/cm2 y ó = 1 cm.
Por la primera variante
P = 1500 • 2000 =
t>00
= 20 000 kgf;
por la segunda variante VlQ / to r il

P = gjjg (1500+ 600) 2000=


= 14 000 kgf.
Determinemos el error re­
lativo por la segunda variante,
sin tener en cuenta las fuerzas
longitudinales. Los valores auxi­
liares son:
2000-600-600 600
2000 (600+1500) 3.5
600
14 000
jVmon Pc 3.5 14 000 ,
Km » = 4000 kgf. k¡ \ . lior ^
— ¡5— /000 kgf.
(¡00 I f i n --- 2

El error relativo para el montante y la viga horizontal, por la expresión


21.9), es:
40092
A mon — = 0,0)07, ¡i el 0,07%.
2000.1500-4.2000-1

7000*
*v. h o r — «0,005, ó el 0,5%.
2000-600-4-2000-1

Ejemplo 66 . Determinar la carga teórica para el pórtico de la fig. 455, si


= 1500 cm3- H’Jrehor = 6000 cm3, mfí = 2000 kgr/cm2 y 6 = 1 cm.
4
Por la primera variante P = 1500.2000 = 20 000 kgf.

vtnon Pe 20 090-3
lim = 10 00!) kgf.
l 6

2 1 - 0 1 191 321
mon / mon /
wsec= iSOOn' V™= I500cm3

Fig. 454 Fig. 455

El error relativo, sin considerar las fuerzas longitudinales, es


10 0002
= 0,0042, ó el 0,42%.
200(J.1500-4-200'(-l

3. ARCOS DI ARTICULADOS Y SIN ARTICULACIONES


El cálculo de arcos de materiales plásticos por el estado límite,
tomando en cuenta las propiedades plásticas del material, es consi­
derablemente más complicado que el de pórticos. La fuerza longi­
tudinal en el arco y, como norma, sus secciones transversales, son
variables en toda su longitud, lo que dificulta la determinación de
las posiciones do las articulaciones plásticas, las cuales, así como
en los pórticos, no son evidentes. Además, en los arcos, la influencia
de las fuerzas longitudinales puede ser mayor que en los pórticos.
Por eso, en los arcos, el ignorar a las fuerzas longitudinales, puede
conducir a grandes errores, particularmente, en los casos, cuando
la curva de presión está cerca del eje del arco.
La rotura del arco biarticulado se produce al aparecer no menos
de dos articulaciones plásticas abriéndose hacia diferentes lados
(fig. 456, a) y, la del arco sin articulaciones, al formarse no menos
de cuatro, abriéndose, alternativamente, hacia diferentes lados
(fig. 456, b). Si la carga sobre el arco es simétrica, entonces, también
su fractura (la pérdida de estabilidad no se examina) deberá ser
simétrica, al producirse la cual en el arco biarticulado surgen no
menos de tres articulaciones plásticas (fig. 456, c) y, en el arco sin
articulaciones, no menos de cinco (fig. 456, d).
La posición aproximada (y a veces, también, exacta), de las arti­
culaciones plásticas puede ser señalada por el diagrama de momen­
tos flectores para el estado elástico, particularmente, si en el arco
hay momentos flectores de importancia.
Examinemos al arco biarticulado con la fuerza P en el centro del
tramo (fig. 457, a). La forma aproximada del diagrama de los momen­
tos flectores se muestra en la fig. 457, b, en la cual se ve que la arti­
culación plástica con abertura hacia abajo, está ubicada en el punto
medio del arco y las articulaciones con abertura hacia arriba, apro­
ximadamente, en los tercios de su luz. Supongamos que sus posicio­
nes nos son conocidas y la articulación izquierda está ubicada en

322
la sección k. Entonces podemos expresar a las fuerzas internas de
las articulaciones plásticas por medio de la carga.
Pl
En el centro del arco M nm,c = -- X f > 0 y jVnm,c = X ,
es decir, al empuje horizontal del arco;
P p
en la sección k, j1/n m h = -^-2—Xi/<;0 y sen a-f-X cosa.
Las condiciones de estado limite de las articulaciones plásticas,
por la expresión (2 1 .8), son

( - ^ - X f ) + X * : 4a'óc = W sec. co'; (21.27)

( Xy - ) + (-J sen a + X eos a ) 2 : 4a'6„ = W^eo. ha l. (21.28)

De estas dos expresiones hallamos X y P , ellas serán funciones z


de la posición de la articulación en la sección k. Es necesario tomar
como carga límite a la menor que satisfaga la condición -r- = 0 .

Si a la articulación ubicada en la sección k le asignamos, apro­


ximadamente, la sección con el mayor momento flector negativo
por el cálculo «elástico», entonces,

= 1L — x — 0, de donde ^ = (21.29)
dz 2 dz ' dz 1H ' ■

Esto significa que la tangente al arco en la sección k, donde está


ubicada la articulación, deberá ser paralela a la dirección do la
reacción completa en la articulación A (fig. 457).

2 1 * 323
8 2 2 1 . CALCULO DE ARMADURAS. El estado límite de las
armaduras se determina por la fluidez de las barras, cuya exclusión
de la armadura transforma a ésta en un sistema variante. La fluidez
en estas barras puede surgir o simultáneamente o, con más frecuen­
cia, en forma sucesiva. Si la fluidez surge en forma sucesiva, enton­
ces, el estado límite llega al aparecer ésta en la primera barra indis­
pensable de la armadura obtenida de la dada al quitarle las barras
superfinas que se encuentran en estado de fluidez.
De esta manera, si la armadura posee barras indispensables y su­
perfinas, su estado límite puede comenzar ante la fluidez de algu­
nas de sus n 0 barras superfinas y obligadamente de una indispensable,

Fig. 458

lo cual corresponde al estado que precede al estado límite de la


armadura dada. E l número n„ de barras satisface a las desigualdades
0 ^ n„ ^ n, donde n es el número de barras superfluas en la arma­
dura dada.
Si n o = 0 , entonces, el estado límite comienza, simultánea­
mente, con el inicio de la fluidez en una barra indispensable de la
armadura dada.
Si n 0 = n, entonces, el estado límite comienza con el inicio
de la fluidez en todas las barras superfluas y una indispensable.
Si 0 < n 0 < n, entonces, el estado límite llega cuando comienza
la fluidez no en todas las barras superfluas. En este caso, como ya
fue señalado, la última barra en que comenzó la fluidez era indis­
pensable en la armadura, la cual corresponde al estado que precede
al estado límite en la armadura dada.
La carga límite puede ser determinada por medio de diferentes
procedimientos, por ejemplo, examinando el equilibrio al inicio
de la rotura de las armaduras, para diferentes formas de rotura, con
otras palabras, del examen del equilibrio de las diferentes arma­
duras variantes obtenidas de la dada con la exclusión de algunas
barras, cuyas acciones sobre la armadura se sustituyen por fuerzas
externas aplicadas en los nudos de la misma e iguales a las fuerzas
longitudinales de estas barras en estado de fluidez. De todas las
cargas límites obtenidas es necesario elegir la menor.
Por cuanto las formas de rotura que corresponden a los estados
límites, incluso en los casos simples, son muchas, tal vía es utilizable
sólo cuando por cualesquiera síntomas es conocida la forma de
rotura para la carga menor.
324
Por ejemplo, la forma de rotura del sistema mostrado en la
fig. 458, cuyas barras son traccionadas, es evidente. La rotura ocurri­
rá como resultado del inicio de la fluidez en todas las barras (pén­
dolas) y, su forma corresponderá a un asentado simétrico de la viga
rígida. De la condición de equilibrio tendremos que
P\\m= a'?>F.
Si la forma de rotura 110 es evidente, entonces, el procedimiento
será demasiado voluminoso, puesto que es necesario efectuar muchos
análisis de diferentes sistemas inestables.
Además, 110 siempre queda en claro si la barra eliminada de la
armadura trabaja a la compresión o a la tracción. En tal caso, es más
seguro, aunque también trabajoso, el procedimiento de cálculo
sucesivo de la armadura, como sistema elástico que va perdiendo
algunos vínculos con el aumento de la carga.
La esencia de este procedimiento consiste en que, al principio,
la armadura se calcula como un sistema elástico bajo la carga deter­
minada por el parámetro de la magnitud incógnita. E l cálculo deter­
mina la barra más tensionada, donde antes que nada surge la fluidez.
Igualando la tensión en ella al límite de fluidez encontramos el pará­
metro de carga P x, correspondiente al inicio de dicha fluidez en
esta barra (fig. 459). A continuación, la barra se excluye de la arma­
dura y su acción se sustituyo por fuerzas externas iguales a la fuerza

325
1
longitudinal límite en osla barra. El grado de indeterminación estática
de la armadura disminuye en una unidad (fig. 459, b). Luego, se
efectúa el cálculo de esta nueva armadura y se determina la segunda
barra, excluyéndola del trabajo al comenzar la fluidez. De tal modo
será determinado el parámetro de carga P t, correspondiente al
inicio de la fluidez de la segunda barra. Y así sucesivamente, hasta
que la armadura 110 se torne variante. Entonces, precisamente, será
hallada la carga límite para la armadura.
Conviene prestar particular atención en la posibilidad de flexión
lateral de las barras comprimidas de la armadura, antes de la apa­
rición de la fluidez por toda la sección transversal, puesto que en
este caso, la fuerza de resistencia de la barra será menor que a fF. Si
la flexión lateral ocurre en el estado elástico, entonces, con su incre­
mento, el valor teórico de la fuerza de resistencia aumenta un poco.
En los cálculos de práctica podemos no tomar en cuenta esto y supo­
ner que la fuerza de resistencia es igual a la de Euler.
Si la flexión lateral va acompañada de fluidez, entonces, el
incremento de la fuerza de resistencia de la barra puede cesar rápi­
damente, después de lo cual, comienza a decrecer.
Todo lo expuesto, habla de la complejidad del problema de deter­
minación de la carga límite para las armaduras hiperestáticas, par­
ticularmente, en aquellos casos, en que las barras comprimidas
quedan fuera de servicio a causa de su flexión lateral. Aquí no se
examina el cálculo de flexión lateral de las barras de las armaduras
y, si se menciona este fenómeno, es por estar relacionado con la
determinación de las cargas límites.
Si la armadura está hecha de materiales frágiles, lo que os irra­
cional, su rotura está ligada con la de n 0 barras superfluas y una,
la última, indispensable en tal armadura, correspondiente al estado
que antecede a la destrucción de la armadura dada. En el caso de
la rotura gradual de las barras de una armadura es indispensable
encontrar aquella que, en el estado elástico, esté más tensionada
y será la primera en romperse. Dado que su rotura ocurro en forma
casi instantánea, es indispensable tener en cuenta el efecto dinámico
que acompaña a la desaparición de la fuerza longitudinal en la
barra. La rotura de esta primera barra puede ser causa por el primer
estado límite del sistema. Si después de la rotura de la primera
barra, la parte restante de la armadura no se destruyó bajo la acción
de la carga y el efecto dinámico que acompaña a la desaparición
de la fuerza longitudinal en la barra, entonces, la carga que actúa
sobre la armadura aún no es de rotura. Los cálculos siguientes para
determinar la carga destructiva se efectúan en el mismo orden
expuesto más arriba.

g 2 2 2 . DESCARGA Y TENSIONES Y DEFORMACIONES


REMANENTES. Las tesis fundamentales sobre la descarga y las
tensiones y deformaciones remanentes fueron examinadas en el
326
ai
Fig. 460

capítulo X. Ellas, con algunos suplemen­ b) f 'r .¿V


tos, pueden sér también empleadas para i .......w
los sistemas hiperestáticos.
En los sistemas hiperestáticos, casi
siempre, con raras exclusiones, las defor­ cy
f
maciones remanentes van acompañadas de
tensiones remanentes en las secciones de
las barras y, el diagrama de dichas tensio­
nes no será autoequilibrado, como en los
sistemas estáticamente determinados. La
cuestión reside en que, después de la des­
I
r
carga de un sistema hiperestático que tra­
baja fuera del límite de elasticidad, como
norma, surgen fuerzas internas remanentes. En esto consiste la
diferencia entre la descarga de los sistemas hiperestáticos y la de los
sistemas estáticamente determinados.
Por ejemplo, en los sistemas isostáticos, la ley lineal de descarga
en el diagrama P, A, es siempre válida para los sistemas que traba­
jan bajo fuerzas longitudinales (las armaduras) y las vigas cuya
sección es simétrica con respecto a la línea neutra. En los sistemas
hiperestáticos esto no ocurre siempre. Mostrémoslo.
Examinemos un sistema que trabaja bajo fuerzas longitudinales
(fig. 460, a). En la fig. 460, b se muestra su estado límite, del cual
obtenemos que
P iím=Sa<F.
En el cálculo por el estado elástico, con el sistema básico repre­
sentado en la fig. 460, c, la fuerza longitudinal en la barra del medio
Pl POL
es N, = A'. = -7— 77- y, en las barras de los extremos, N , = , , » .
1 1 / ¿a J ' - t + 2a
Para a <; l, la barra más tensionada es la del medio, las de los extre­
mos se mantendrán en estado elástico hasta el estado límite.
Las tensiones remanentes en la barra del medio son
3 o '¿
Acr =
l + 2a
+of.
Para a ^ -^-, A<r > —a 1, las tensiones remanentes de compre­

sión son menores que el límite de fluidez y, para a < - 7 -, mayores.

327
Esto significa que, para a ^ , la descarga transcurrirá por ley

lineal y, para a < • y .a l principio, por ley lineal en estado elástico,


y luego, por ley lineal, en estado elástico-plástico, por cuanto, al
final de la descarga, la barra del medio se encontrará en estado elás­
tico.
Examinemos, ahora, la viga continua de la fig. 461. Los dia­
gramas de los momentos flectores de la carga y descarga se muestran
en la fig. 461, a, b. La carga límite es Pum = .

lílITTTTTrTTTTTT^^
Fig. 401. Diagramas de los
momentos flectores M “c alioLt'mi.7/8 S u”SeC
. &
a — durante la carga: b — durante
la descarga; c — remanente
IPUlüróW ,
dWst
m u ra
x

El momento flector en la sección del medio del primer tramo,


ante la acción de la fuerza descargadora P|im< es

M = 1,22 c '» ’,
o4 l
La tensión remanente en los puntos de borde de esta sección es
M . t . > / . nn ^SCC
IV 1
)■

Para una sección rectangular Ao = ^ o/ (1,22*1,5 — 1)


= 0,83 af.
Para una sección circular Ao = =f a 1 (1 ,2 2 -1 ,7— 1) = T 1.074 a'.
La sección se encontrará en condiciones más favorables en el
apoyo. Por consiguiente, para una sección rectangular, la ley lineal
de descarga es válida, pero, para una circular, no. En la misma viga
(fig. 462), pero bajo otra carga, las tensiones remanentes mayores
estarán en la sección sobre el apoyo. En este caso Ao
= ± o / (1,125 — l j .Para una sección circular Ao = 0 ,'.litio'
y, para una rectangular Acr — qF0,685ff'. Esto significa que en el
caso de tal carga la ley lineal de descarga será válida para ambas
secciones.

328
Mu'm'ó Wsec

K¡k- 4«»2. Diagramas de mo­


mentos flectores y tensiones
normales
a — diagrama do momentos (lec­
tores durante la cam a; b — Idem,
durante la descaren; c — Idem,
remanente; d — diagram as de
tensiones en el apoyo del me­
dio; e — Idem , en el punto me­
dio del tramo 2 000 000-1

e) D utvute Durante
La carga c r

Sigamos ahora el desarrollo de los desplazamientos y las tensiones dorante


la carga consecutiva del sistema y so descarga. Para simplificar los razonamien­
tos, examinemos el sistema presentado en la fig. 460. ^ _
Primera carga. Al principio, el asentado A de la viga rígida es proporcional
a la carga /’ , hasta la aparición de la tensión o 1 en la barra del medio. A este
estado le corresponde la fuerza Pt, determinada de la expresión

N i = o lF = , de donde P , = ° 1 . (a)
1 i + 2a l
Después de esto, desconectamos del trabajo a la barra del medio, conser­
vando constante el valor de la fuerza longitudinal a lF en ella. En e>-tc caso, las
fuerzas longitudinales en las barras de los extremos se determinan por la expresión
Pta , P-Pi P —o'F
Las barras do los extremos sólo alcanzan el límite de fluidez en el estado
límite, por lo que trabajarán en estado elástico. Por eso, el asentado de la barra
rígida se determina por la expresión

<c >

La barra del medio recibe deformaciones plásticas y las de los extremos tra*
bajan en estado elástico. Por esta razón, durante la descarga aparecerán tensiones
remanentes do compresión en la barra del medio (— Aa) y de tracción en las
de los extremos | + "^r) • a consecuencia de lo cual, el sistema recibe un endure­
cimiento.
La descarga del sistema puede ser examinada como su carga, con la fuerza
R = P nm dirigida hacia arriba. El sistema, al principio, trabaja como si fuera
elástico. Las fuerzas longitudinales resultantes en las barras son iguales a:
en la barra del medio

en las barras de los extremos ! (d)


P —atF
K .= —R
2 l -j"2 a *
El límite de descarga en estado elástico se determina de la igualdad
Rtl rr, ,, , , _ 2otF(l + 2a) , .
-- l + 2 a ~ ~ ’ ' dondc n *= ---- J~ -- ’ (p)
Las tensiones remanentes en la barra del medio durante la descarga en
estado elástico, serán
. Afj . fíl ...
A o- p - o f(i+ 2 a ) ’ ^

En los casos cuando R > R t, la descarga se efectúa en estado elástico-plás­


tico, durante el cual, las barras de los extremos trabajan en estado elástico
y, la del medio, en estado de fluidez. En este caso, la tensión remanente es
Aa = —of, la fuerza longitudinal en la barra del medio. Ar, = —atF y, en
la del extremo,
w P - a tF R¡a (R — R t) P — a^F R — 2a*F . .
' 2— 2 l + 2a 2 — 2 2 ’
La esencia del fenómeno de endurecimiento del sistema consiste en que para
obtener fluidez en la barra del medio después de la descarga al cargarla de nuevo,
es necesario crear en ella la tensión a*:
a* = a* — (— Ao) = of + Aa. (h)
En este caso, la carga adquiere el nuevo valor P*, hasta el cual la carga
transcurrirá en estado elástico
P f = ( o í + A o ) f i± 2 i . (i)

Los razonamientos ulteriores los acompañaremos con cálculos. Al principio,


examinemos el caso cuando la descarga se lleva a cabo dentro del estado elástico.
Para esto es necesario suponer que a > —• Adoptamos los siguientes valores:
i = 6 m, a = 3 m, F = 1 cm! , n* = 2000 kgf/cm1 y E = 2-10® kgf/cni5. La
flexión longitudinal se excluye del examen.

330
Fig. 463

Primera carga. El valor de la carga para el límite de fluencia se halla por la


xpresión (a)
p t - 2 M 0 -1 m + 2 , m _ =40:)0k8f.

La fuerza longitudinal en la barra del extremo, por la expresión (b), es


4000— 2000-1
-= 1 0 0 0 kgf.
2
El asentado de la viga rígida, para P = P¡, por la expresión (c) es
1000-61)0
A ,= = 0,3 cm.
2000 000-1
En la segunda fase de carga la barra del medio se desconecta del trabajo. El
asentado de la viga rígida, por las expresiones (b) y (c) (fig. 463, a), es
6000 — 2000-1 60;)
A= = 0,6 cm.
2 2000000-1
Primera descarga. La carga límite de descarga hasta la cual la descarga se
efectúa por ley lineal, se determina por la expresión (e)

n¡ = 2 -2000-1 ( CtK) ¿o» 300 ) = 8000 kgf >6000 kgf.

331

I
Esto significa que la descarga tendrá lugar en el estado elástico. La fuerza
longitudinal Ar2 en la barra extrema después de la descarga so halla por la expre­
sión (d)
6000 — 2000-1 onnn 300
* « = ---- 2------ 0003 600 + 2-300— 50,1 kKf’

El asentado remanente de la viga rígida es Arcm = = 0,15 cm.


w UUU UUU • 1
Las tensiones remanentes en la barra del medio, por la expresión (f), son

Ao = 2000 — , (600 + 2-300) = “ 1000 k8 f/cm2-


Segunda carga. El nuevo peso, para el límite de fluencia lo hallamos por la
expresión (i)

P* - (2000 + 1000) 1 <iQ0 ,;, r = 6000 kgf'

Por lo tanto, el diagrama de la segunda carga coincide con el de descarga d — c


(fig. 463, a). En adelante, durante la carga y descarga, el sistema se comportará
como si fuera elástico.
Ahora, examinemosel sistema para a = lm < 1/41. En este caso, como vere­
mos más adelante, la descarga tendrá lugar en estado elástico-plástico.
Primera carga. La carga para el límite de influencia, por la expresión (a), es

kgf (fig. 463, b).

El asentado de la barra rígida, para P = P¡, por las expresiones (b) y (c), es
. (8000 : 3 — 2000-1) 600 . .
A= ------ 2------ 2 ÜÜ0'utHM=0,< Cm-
Como antes, la carga límite es P l¡m = 0000 kgf. Para esta carga, el asentado
completo de la viga rígida, es A = 0,6 cm.
Primera descarga. La fuerza límite de descarga, hasta la que la descarga se
efectúa por ley lineal, por la expresión (e), es
_ 2 -2000-1 (600 + 2 -100) 16000 , .
* ‘ = ------- 600------- = — 3— kgf’
o sea, menor de 6000 kgf. Esto significa que la descarga total tendrá lugar efec­
tivamente en estado elástico-plástico. El asentado de la viga rígida, en el mo­
mento cuando la descarga alcanza el límite de fluidez, para P = P — R y lo
hallamos así:^
10 000 . o,K10 ,
.. 6000 — 2000-1 3 ‘ 4000 , ,
N2 = ---- 2----------- 2----- = — k«f:
. 4000-600 . .
A= 3-2- iú6- r = cm-
El asentado remanente de la viga rígida después de la descarga completa
por (g) y (b), es
Las tensiones remanentes en la barra del medio son
Aa = —of y, entonces, o* = 2of.
Segunda carga. La carga para el limite de fluencia, por la expresión (i), es
(600 + 2 100 ) 16 00(1
P f = 2-2(KKM kgf.
600
Este valor de Px correspondo al punto /, situado sobre la recta be de la pri­
mera carga. El diagrama de la segunda carga sobre la parto je, a la derecha del
punto /, coincide con el diagrama de la primera carga. Durante la descarga y
carga reiteradas, el valor de desplazamiento de la vi|ja rígida no aumenta,
Íiero, cada ciclo do carga y descarga forma un lazo de histeresis que influye sobre
a resistencia del material.
Hemos examinado los diagramas de carga y descarga en un ejemplo particu­
lar, pero, éstos son también, característicos, para otros casos. No es difícil
mostrar que de comenzar la descarga desde el punto / (fig. 463, b) o a la izquierda
de él, entonces, la descarga transcurrirá por loy lineal.

g 2 2 3 . INFLUENCIA DE LA ELASTICIDAD Y LAS D ISLO­


CACIONES DE LOS APOYOS EN EL VALOR DE LA CARGA
LIM IT E. Examinémosla viga continua de dos tramos de la fig. 404, a,
bajo la acción de las fuerzas !\ y /*.. Supongamos que en el estado

b) , P,
lun,t ,

[ A
Fig. 464
MUm

¡*

JL

d) AM, AMZ

elástico, el momento flector bajo la fuerza /'j es mayor que bajo


la P„. La primera articulación plástica surge debajo de la fuerza
Py y, la segunda, sobre el apoyo (fig. 464, b).
Supongamos que el apoyo del medio es elástico (fig. 464, c).
A causa de su elasticidad, al diagrama de momentos flectores de
viga sobre apoyos rígidos (fig. 4(>4, a) se le suma el de momentos por
la fig. 464, (/. No obstante, esto no modifica la carga límite. El
asunto consiste en que, en el estado límite, el primer tramo de la

333
viga se transforma en 1111 sistema variante y el diagrama de M ji'm
deberá ser inscrito en la figura limitada, por arriba, con la línea de
los momentos límites negativos y, por abajo, por las de los positivos
(fig. 465, b). Esto únicamente puede ser hecho de una sola manera.
Por consiguiente, a pesar del diagrama de momentos complemen­
tario, debido a la elasticidad del apoyo, la posición de la articula­
ción plástica no varía. Se podrían efectuar razonamientos análogos

Fin. 405

para la viga con empotramientos elásticos (fig. 465). Por consiguien­


te, la carga límite no depende de la elasticidad de los apoyos. Igual­
mente se puede demostrar que la carga límite no depende de las
tensiones propias de los sistemas hiperestáticos ni de las originadas
por distintas causas, por ejemplo, por la acción de la temperatura,
de la fabricación inexacta de los elementos del sistema, etc.

g 224 . CALCULO DE D IFEREN T ES CARGAS REPET IDA S


Y ALTERNADAS
t. ACCION REITERADA DE UNA MISMA CARGA
La acción reiterada de una misma carga sobre los sistemas isos­
táticos fue detalladamente examinada en el capítulo 10. Todo lo
expuesto en dicho capítulo, en principio, también es válido para
los sistemas hiperestáticos. Recordemos la deducción fundamental,
de que la fatiga del material disminuye la carga límite, determinada
por su sección simple, no repetida.
2. ACCION REITERADA DE DIFERENTES CARCAS ALTERNADAS
El cálculo de las estructuras a las cargas reiteradas con diferentes
cargas alternadas es mucho más complicado que el cálculo bajo una
sola carga reiterada. La particularidad de la acción consecutiva de
diferentes cargas alternadas es que, en aquellos casos cuando cada
una de ellas por separado actuando reiteradamente, no origina
incremento en la deformación, su alternación, en determinadas
circunstancias, puede originar en los sistemas hiperestáticos incre­
mento en las deformaciones y llevar la estructura a la destrucción.
Con otras palabras, la acción de las cargas alternadas que, por sí
mismas, no son extremas, en determinadas circunstancias puede destruir
la estructura.
La rotura de una estructura a causa de la acción consecutiva de
diversas cargas, ocurre como consecuencia del incremento de las
deformaciones y tensiones remanentes. Las últimas, no están auto-
equilibradas en la sección, como en los sistemas isostáticos.
Para imaginarse el carácter de la rotura de una estructura con
cargas que actúan en forma consecutiva, examinemos una viga elás­
tica colgada de tres barras (fig. 466). A la viga le aplicaremos conse­
cutivamente la fuerza P¡ en el nudo del medio y, dos fuerzas iguales
P.,, en los nudos extremos.
Supongamos que en ambos casos de carga la viga trabaja elásti­
camente y las barras pasan por turno al estado plástico: la del medio,
al cargarla con la fuerza P x y, las de los extremos, al cargarlas con
las P %.
Después del primer cargado con la fuerza P¡, en la barra del
medio se produce un alargamiento remanente, a consecuencia de lo

I I
T
Después déla
TT
T
Despues de la
1 -carga Zv carga 1e carjg 2Scarga
9- Mr1 i _

— U
IP.
Fig. -466

cual, al descargarla, surgen en ella tensiones de compresión rema­


nentes y, en las barras de los extremos, tensiones de tracción rema,
nentes. A continuación, cargamos al sistema con las fuerzas P z.
La barra central comprimida se descargará y el nudo del medio se
asentará.
Como resultado de la fluidez, las barras de los extremos reciben
alargamientos remanentes y la del medio trabajará en estado elás­
tico.
Durante la descarga, en la barra del medio surgen tensiones
remanentes de tracción y, en las de los extremos, de compresión,
después de lo cual, la viga tendrá convexidad hacia arriba.
Una nueva carga con la fuerza descargará las vigas de los
extremos, como resultado de lo cual los nudos de los extremos,
encontrándose en estado elástico, se asentarán y, el del medio se
asentará más aún, ya que la barra central se encuentra en estado
de fluidez.
Después de la descarga, la barra del medio sufre de nuevo com­
presión y las de los extremos, tracción.
Como se ve, después del primer ciclo de carga, la viga se desplazó
hacia abajo. Este desplazamiento se prolongará, hasta que los alar­
gamientos de las barras no lleguen a ser límites y éstas se rompan.
En otras condiciones, el aumento sucesivo del alargamiento de
las barras puede cesar antes de que ellas alcancen los valores límites
y, entonces, el sistema comenzará a trabajar como elástico.

335
Para que la estructura no se rompa bajo la acción de las cargas
alternadas de cálculo, es indispensable que las deformaciones dejen
de crecer. La condición de limitación de las deformaciones puede
ser expresada por medio del siguiente teorema (de Bleich): si se
puede encontrar tal diagrama de tensiones remanentes que, en unión
con la acción do cada una de las cargas posibles del sistema produzca
tensiones que en ningún sitio superen los límites de fluidez, entonces,
las deformaciones del sistema serán limitadas para cualquier can­
tidad do cargas y cualquier sucesión en su aplicación por separado
1151.
Al apreciar la resistencia de la estructura, en el caso de un gran
número de reiteraciones de la carga, deberán ser considerados los
fenómenos do fatiga en el material.
Los pormenores se exponen en [141 y [151.

CAPITULO X X II * CALCULO DE SISTEMAS


ESPACIALES HIPERESTATICOS
ft 2 2 5 . OBSERVACIONES G EN ERA LES. E l cálculo de los
sistemas espaciales hiperestáticos se efectúa sobre la base de las
mismas ideas con las cuales se fundamentó el de los sistemas planos
hiperestáticos. Por eso, todos los métodos de cálculo de los sistemas
planos pueden ser extendidos a los espaciales, sin ninguna variación
do principio.
No obstante, el cálculo de los sistemas espaciales es considerable­
mente más complicado que el de los planos. Por esta razón, su cálculo
se sustituye, frecuentemente, por el de sistemas planos en los que
los sistemas espaciales se descomponen. En esto caso, claro eslá,
en ol resultado de cálculo se introducen algunos errores.
El cálculo de los sistemas espaciales so hace más complicado
por dos causas:
1 ) el número de incógnitas básicas, por el método de fuerzas
y desplazamientos, es considerablemente mayor en los sistemas
espaciales que en los planos;
2) por cuanto el número de distintas fuerzas internas es mayor
en las barras de los sistemas espaciales que en las do los planos,
entonces, el cálculo de todas las magnitudes dependientes de la
deformación de las barras es mucho más complicado.
Extendamos los métodos básicos de cálculo de los sistemas planos,
detalladamente expuestos más arriba, al de los espaciales y señale­
mos las particularidades de los métodos para tales sistemas.

8 2 2 « . CALCULO DE) SISTEMAS ESPACIALES POR EL ME­


TODO DE FUERZAS. El número de incógnitas básicas del método
de fuerzas se puede determinar por las fórmulas de las correlaciones
cuantitativas entre los cuerpos y los vínculos de los sistemas espa­
ciales examinados en el capítulo 12. Sin embargo, es más cómodo
y seguro determinarlas directamente, transformando el sistema
dado en básico. En este caso, se puede recomendar hacer la cuenta
del grado de indeterminación estática excluyendo vínculos super­
finos en el sistema libre (indeterminación interna) y eliminan víncu­
los superfinos de apoyo (indeterminación externa). Nos limitaremos
a calcular la indeterminación estática en los casos más simples.

El sistema de la fig. 467, quitado de los apoyos, puede ser trans-


ormado en isostático seccionando cualquier viga horizontal que
elimine seis vínculos (fig. 467, b). Por consiguiente, el grado de
indeterminación interna del sistema es igual a seis. Los vínculos
de apoyo en el sistema son 4-6 = 24, do ellos, son superfinos, 24 —
— 6 = 18. Por consiguiente, el grado de indeterminación externa
del sistema es igual a 18 y, el de indeterminación estática comple­
ta, a 24.
Se sobreentiende que, como en los sistemas planos, al formar
el sistema básico, no es obligatorio eliminar todos los vínculos
superfinos externos. En lugar de eso, se pueden excluir complemen­
tariamente, vínculos internos, a excepción de los que corresponden
a la indeterminación interna del sistema. Como se sabe, eliminar
vínculos complementarios externos a cambio de los internos es
imposible.
E l sistema mostrado en la fig. 468 se diferencia del examinado
en que, en él, los vínculos de apoyo superfinos son 12 — 6 = 6 . Por
eso, su grado de indeterminación estática es igual a 12 .
Para hacer isostático al sistema de la fig. 469, quitado de los
apoyos, es necesario efectuar 5 cortes (fig. 469, b), con lo que eli­
minamos 6-5 — 30 vínculos. Los vínculos de apoyo superfluos,
igual que en el sistema representado en la fig. 467, son 18; el grado
de indeterminación estática de este sistema es igual a 48.
Lo más simple para determinar el grado de indeterminación
estática de las armaduras es emplear la fórmula
n ^ B + V ^-SN , (2 2 . 1 )
donde B es el número de barras de las armaduras, F ap, el número
de vínculos de apoyo y N , el número de nudos de las armaduras.
Las ecuaciones canónicas tienen la forma anterior:
+ 6 * 2 ^ 2 + • • • + Ó » i n ^ n + A > ,p = 0 . ( 2 2 . 2 )

2 2 — 01191 337
El significado de los coeficientes y términos independientes es
el mismo que en los sistemas planos y sus valores se determinan por
( 12 .8 ):

6*m= S j M xh Mfjj.ds + ^ J M uk^ - d s +

+ 2 j M ^J^- d s + S j +

+ 2 j i * A ^ * + 2 j ^ 4 ¡ r * ; <2 2 -3 >

= 2 I M *' l á ^ d s + h ] 4 ^ 7 ds +

+ 2 j Al zh ■ ds -(- 2 j ~ é£~ ~ ^

+ s í ^ Q v u % - ds+ 2 j Ñ h ^ d s . (22.4)

Para las armaduras, respectivamente, son:

8*m = 2 ^ T A ' 7 /' ; (22,5)



Ahp - 2 N * ~ w ; l>- <22-6)
Cualquier fuerza sustituyente (interna) se determina por la
expresión
S P = S iX i + S i X 2+ . . . + S ”P. (22.7)
Los diagramas do las fuerzas internas pueden ser construidos
por esta misma expresión.
Las verificaciones de los diagramas obtenidos por el cálculo son
las mismas que en los sistemas planos.
Si el sistema es simétrico, entonces, su simetría deberá ser em­
pleada en forma análoga a como fue indicado al examinar los siste­
mas planos.

338
Fig. 470

En el cálculo de los sistemas espaciales, lo mismo que en el de


los planos, corrientemente, a fin de simplificar el cálculo, se des­
precia la influencia de las fuerzas internas Qx y Q„ sobro los
desplazamientos. Por eso, durante el cálculo de los sistemas espacia­
les lo más frecuente es vernos obligados a construir los diagramas
de M x, M z y M u debidos a cada incógnita básica y a la carga, por
los cuales se determinan los coeficientes"1 términos independientes
de las ecuaciones canónicas.

Ejemplo 67. Construir los diagramas de tos momentos flectores en el pórtico


de la fig. 470, a, si = 1 y /* = = /.
El sistema básico y el diagrama de carga se mnestran en lá fig. 470, b. Los
diagramas unitarios en la fig. 470, b, c. Los coeficientes y términos independientes

22* 339
los determinamos con la multiplicación de los d ia g r a m a s :

s. i^Ts 6-6 2 A , 6 6
1 2 r 1 6-6-6 360
3 ” E JX 1 2 3 ” E J, GT EJ
—. , 6-6 2
622 = (.»/,)•(.V,} = 6X

6 - 6-6 360
X
2 3 £/ v GT EJ
216
ó12= (M ,)-(.»/2) = 6 ' 6 ' 6
GT EJ '
6 -6 P 2 6 72P
2 £/ ‘
Las ecuaciones canónicas son:
360X-, + 216X, — 72P = 0.
216X, + 360X, + 0 = 0.

de donde X, = £¡P y X 3 = — ^.P.


Los diagramas corregidos y definitivos se muestran en la fig. 470, e, /, u-
Una de las verificaciones es:

- T r , T - T - T 7 + - {r, -‘ 4r~*-
g 2 2 7 . CALCULO DE PORTICOS PLANOS RA JO CARGA
ESPACIAL POR EL METODO DE FUERZAS. En el pórlico plano
de la fig. 471, las incógnitas básicas .Yj, X y X 3, pertenecientas al

Fig. 471

plano del pórtico, originan desplazamientos sólo en este plano. Por


eso, todos los desplazamientos secundarios debidos a estas fuerzas
X lt X 2 y X 3, por la dirección do las incógnitas básicas restantes

340
Fig. 472

X t , X 6 y X 9, como, también, sus desplazamientos recíprocos, son


iguales a cero.
Por consiguiente, las ecuaciones canónicas para tales sistemas,
se separan en dos grupos independientes, independientemente de la
carga. En uno entrarán sólo las incógnitas del tipo (X lf X 2 y X 3)
y, en el otro, las del A"4, X t , X 9.
Si también dividimos la carga en perteneciente al plano del
pórtico y perpendicular a él, entonces, la que está en el plano, origina
sólo las incógnitas básicas distribuidas en el plano del pórtico (,Yj.
X 2 y*Xs) y, la perpendicular al plano del pórtico, las X 4, X 5 y A‘„.
Ejemplo 68 . Construir los diagramas de los momentos flectores y torsores
en el pórtico de la fig. 472, a, si las secciones de las barras son circulares.
£
G = 2 ^ 7 =
El sistema básico se muestra en la fig. 472, b. Por las condiciones de sime­
tría tendremos sólo la incógnita A', (momento flector). Los diagramas debidos
a X i = 1 se muestran en la fig. 472, c y, los de carga, en la 472, d. Las ecuacio­
nes canónicas son:
611*1 + A|p = ü.
El coeficiente 6n y el termino independiente AIP, para T = 2J serán
/ 1-3-1 , 1-3-1 13.5
ó „ = (.w1 )-(.»f, ) = ( - ^ 7 G2J EJ
\ EJ * -

15.75P
EJ

341
Por consiguiente:
13,5X, - 15.75P = 0,
da donde
Xt = 1,167P.

Los diagramas definitivos se muestran en la fig. 470, «.


Ejemplo 69. Construir los diagramas de los momentos flectores en las vigas
cruzadas, sobre anoyos articulados de la fig. 473.
El esquema plano convencional se muestra en la fig. 473, b y, el sistema
básico, en la fig. 473, c. Los diagramas unitarios y de carga están representados
en la fig. 473, d. Las ecuaciones en la forma general, canónicas son

Sii-Yj+ 612-^2 + Ajp = 0;

62jX j + 622^2 ■
+■Ajp = 0.

Los coeficientes y términos independientes son:

ó„ = (M1)-(M1)= ( y 3 4 - | ‘ t ) x

2 . f/ !1. 2
„ . 41 22 4,
4 1
X
\2 3 3 3 2
x 4.A .2 .A \_ L _ = _?L
3 3 3 / 2E J 9E J

* » - < * » • < » » - (T - 2 - ' - f ' ) w +

+ í ‘ .4. 3A 3* ‘3 +i2.2 Í3 .¿3 ’ -M-!___Í2


1 V2 3 / '¿EJ
--
9E J '

t ) 2+ t- 24 ( t - 4 + í 4 ) +

+ 1 .2 . 1 ___
2 3 \3 3 3 3 / J '¿EJ ~ 27E J ’

46P
4 „ - ( » H -01,) = ( - i 2.2P | 1- 1.2P ¿ ) ¡ ¡ ¿ j- - ■
3EJ
a 2p = (!/},). (S?2) = 0 .

Las ecuaciones canónicas, con coeficientes numéricos, son:

f l i + f f t - i f j> - «

%-Xi + Aí-x 2+ o=o.

do donde obtenemos que: Xx = 1.4984P y X 2 = —0.5244P. El diagrama plano


resultante de los momentos flectores, se muestra en la fig. 473, e y, el espacial,
en la fig. 473, /.

342
Efectuamos la verificación dol diagrama do (Mp) con la multiplicación por
eldiagrama unitario de (M {):

(M P)■(M t) = [ 2-1 0.5016P + -i 1.0,2476P ( 1 . 1 + 1 1) _

— T , ' " ’5w " ’ ( 4 , + T T ) j 5 ¿ r +

+ [ 1 2 - 1,0483P • 1 + 1 2-1,648.JP X

* ( 4 4 + t 4 ) + t 2 0-2998p*

x ( t 4 + 4 4 ) + t 2-ü'2998p4 ><

X j ] - - 1 -8 4 7 0 - J T + 1-8 4 8 1 - ¿ 7 *

§ 2 2 8 . CALCULO DE PORTICOS ESPACIALES POR EL


METODO DE DESPLAZAMIENTOS. Cada nudo de un pórtico
espacial puede tener seis desplazamientos: tres ángulos de giro

Fig. 474

alrededor de los ejes de coordenadas y tres desplazamientos pro­


gresivos por la dirección de estos ejes. Igual que en los sistemas
planos, para aquellas mismas premisas, no todos los desplazamientos
progresivos son independientes. La cantidad de ángulos de giro
incógnitos se determina simplemente: es igual al triple del número
de nudos rígidos que pueden girar en forma independiente. El núme­
ro de desplazamientos progresivos independientes se determina en
forma más complicada. Para su determinación es necesario colocar
rótulas, en todos los nudos del pórtico (fig. 474, a), incluidos también
los de apoyo, e investigar la variabilidad de tal esquema articulado
(fig. 474, />). La cantidad de desplazamientos independientes es
igual al número de vínculos complementarios de fuerza que es nece­
sario introducir en el esquema articulado, para que éste sea inva­
riante (fig. 474, c). Para el pórtico examinado, es necesario intro­
ducir cuatro vínculos de fuerza.

344
Fig. 475

El sistema básico se compone


de la manera usual, sólo que.
ahora, el vínculo de momento no
será simple sino complejo, que
impide simultáneamente el giro
alrededor de tres ejes. Con otras
palabras, él es capaz de crear reac­
ciones de momento alrededor de
tres ejes. En la fig. 475, a, se mues­
tra el sistema básico del pórtico
examinado, en el cual hay 12 ángu­
los de giro y cuatro desplazamien­
tos progresivos.
En la fig. 475, b, c, se mues­
tran algunos diagramas debidos
a desplazamientos angulares y pro­
gresivos.
La particularidad de la cons­
trucción de los diagramas debidos
al giro de los nudos es que todas
las barras convergentes en un nudo
se deforman. Si las barras son
recíprocamente perpendiculares, en­
tonces, durante el giro del nudo, unas de ellas trabajan a la fle­
xión y otras a la torsión. Las barras que están en el plano de flexión
trabajan a la flexión y, las perpendiculares a él, a la torsión. El
momento do torsión que le corresponde a la unidad de giro del nudo
es igual a:
(22 8)

Las ecuaciones canónicas tienen la forma usual:


rhi%t + rfc2Z j+ . . . -t- rhnZ n -f- 7?ftp = 0. (22.9)
El significado de los coeficientes y términos independientes de
las ecuaciones canónicas es el anterior. Sus magnitudes pueden ser
determinadas por los mismos procedimientos que fueron expuestos
al examinar los sistemas planos. El método estático de su determi­
nación es particularmente cómodo.
El diagrama total se construye por la expresión
( M P) = ( M x)Zy + ( M 2) Zt + . . . + ( M°p) . (22.10)
La simetría se emplea de la misma manera que en los sistemas
planos.
345
Ejemplo 70. Construir, por ol método do desplazamientos, Jos diagramas de
momentos nara el pórtico representado en la fig. 476, s las secciones de las
Imrras .on cuadradas, EIG = 2,6, T = 0,1426a4 y / = jjj = 0,0833a*.
Hablando en general, el pórtico tiene tros ángulos de giro incógnitos, pero,
para la carga dada, sólo una incógnita básica, el ángulo de giro alrededor del

Fig. 476

eje z. El sistema básico se muestra en la fig. 476, b. En esta misma figura se


representa el diagrama de carga. f,os diagramas unitarios debidos al giro se
muestran en la fig. 476, c.
El momento de torsión en la barra Al) es
1 0,1426a4
A/* = 6 = 3,958 s» 4 tfm.
2,6 0,0833a4
De! recorte del nudo hallamos que
rn = 8+ 4 + 4== 16jtfm,

HiP = j P .

Numéricamente, la ecuación canónica es

16Z, +-£- P — 0,

de donde 2 , = — A p
64
En la fig. 476, d, e, se muestran los diagramas corregido y total. Para que
sirva de comparación, en la fig. 476, /, se muestra el diagrama de momentos
flectores en un pórtico plano.

346
CAPITULO X X III * CALCULO DE SISTEMAS
PLANOS POR EL ESTADO DEFORMADO

g 2 2 1 ». PA RTICU LARID A DES DEL CALCULO POR EL ESTA­


DO DEFORMADO. Como fue aclarado anteriormente (véase
el § I), el cálculo de estructuras efectuado, corrientemente, con la
determinación de las fuerzas externas por el esquema del sistema en
estado indeformado, o sea, sin tener en cuenta la variación del
esquema después de la deformación del sistema, es un cálculo apro­
ximado.
Uno más preciso es el cálculo de estructuras por el estado defor­
mado, llamado, convencionalmente, «cálculo de deformación».
En este cálculo, las fuerzas internas se determinan por el asquema
de la estructura en estado deformado que, a su vez, depende de ellas.
Por eso, en primer lugar, en un sentido riguroso, casi todos los
sistemas se hacen hiperestáticos y, en segundo, que es lo más impor­
tante, al considerar el estado deformado de la estructura, la depen­
dencia lineal entre las fuerzas y los desplazamientos ya no se cumple,
el principio de independencia de acción de las fuerzas ya no es apli­
cable, con todas las complicaciones que para el cálculo se deriban
de ello. En este caso, la alinealidad engendrada entre las fuerzas
y los desplazamientos, convencionalmente, puede ser llamada «ali­
nealidad geométrica», a diferencia de la «alinealidad física», produ­
cida por la ausencia en el material de proporcionalidad directa entre
las deformaciones relativas y las tensiones.
Es particularmente importante comprender que, aunque el
cálculo corriente de los sistemas hiperestáticos por el esquema de
estado indeformado de la estructura está basado, precisamente, en
los estudios del estado deformado del sistema, en éste durante
el cálculo de los desplazamientos, las fuerzas internas se determina­
ron por el esquema del sistema indeformado, y no es, precisamente,
sobre tal consideración del estado deformado de lo que se habla en
este capítulo.
En el cálculo corriente no se toma en cuenta la influencia de las
fuerzas longitudinales en la aparición de los momentos flectores
complementarios en el estado deformado, los cuales, para determi­
nadas condiciones, pueden jugar un papel importante. Así, por
ejemplo, es bien conocido que, en el caso de flexión axi-transversal
de vigas, los momentos flectores debidos a las fuerzas longitudinales
en el estado deformado, son tales, que no siempre se los puede des­
preciar.
Los resultados del cálculo corriente, basado en la determinación
de las fuerzas internas por el estado indeformado, no satisfacen en
un sentido riguroso a las ecuaciones de equilibrio de las partes
seccionadas del sistema en el estado deformado.
347
El grado de certeza del cálculo corriente depende de las propie­
dades del sistema y de en cuanto el estado de la estructura está lejos
de ser el crítico, en el cual, con un pequeño aumento de las cargas,
ocurre un rápido incremento de los desplazamientos. Esta incre­
mentación tiene lugar ante todo, por la influencia de las fuerzas
longitudinales sobre los momentos flectores en el estado deformado
del sistema. Frecuentemente, el cálculo corriente da un grado de
precisión satisfactorio, de ahí que el cálculo por el estado indefor-
mado esté bastante extendido. (Frecuentemente, pero no siempre!
Es necesario saber esto y recordarlo.
La última observación es muy esencial para los arcos y puentes
colgantes (particularmente para los que reciben presión horizontal)
y, en primer lugar, para los arcos en pendiente suave. Ella se refiere

Fig. 477

aún en mayor grado, a los cálculos de estructuras por el primer


estado límite, en el cual, la influencia que las fuerzas longitudinales
tienen sobre la aparición de los momentos flectores complementarios,
es significativamente mayor que ante el cálculo de estructuras en
estado elástico.
El cálculo de estructuras por el esquema de sistemas en estado
indeformado puede producir error en uno y otro sentido. Esto se ve,
por ejemplo, al examinar el sistema representado en la fig. 477.
En el primer caso, durante tracción de las barras, tiene lugar una
disminución del ángulo a, lo cual lleva a una disminución de los
esfuerzos N en las barras. En el segundo caso durante la compresión
de las barras, el ángulo a se incrementa y los esfuerzos en las barras
aumentan.
El cálculo de arcos por el esquema de estado indeformado, sobr#
todo de arcos en pendiente suave, también dan un valor disminuido
de las fuerzas internas, y en mayor grado esto se refiere a los arcos
biarticulados que a los arcos sin articulaciones.
En adelante, examinaremos el cálculo por el estado deformado,
sólo en la fase elástica.

5* 2310. CALCULO EXACTO POR EL ESTADO DEFORMADO.


El cálculo de estructuras por el estado deformado, lo examinaremos
en el ejemplo de algunos sistemas simples.

348
p

Fig. 478

Examinemos, al principio, el sistema representado en la fig. \1&,


donde con líneas punteadas se representa el estado deformado.
La fuerza longitudinal en las barras es
N = P : 2 eos p. (23.1)
El acortamiento físico absoluto de las barras, por la ley de Hooke.es
P I
2 eos P 2 sen a E J '
El acortamiento geométrico absolut o de las barras, como d i fe
rencia de las longitudes, es:
As____ i_______L _
2 sen a 2 son(l *

Igualando las ecuaciones, obtenemos:


Pl _ = ¿Í_L_
4EP eos a eos (J 2 V sen a —
sen (ij /)■
Dejdonde tendremos que

sen (23.2)
2EP eos (i
La resolución de la ecuación es cómodo efectuarla por el proce
dimiento de aproximaciones sucesivas, suponiendo, al principio

^M(0[______ _______ b)

Ti ~
Fig. 479

en el segundo miembro, que p! = a, luego que p, = Pi, etc. La


fuerza longitudinal en la barra se determina por el valor hallado
del ángulo p (por 23.1).
Ahora, examinemos la flexión axi-transversal de las vigas y com­
pongamos la ecuación general de la línea elástica (fig. /i7íl). indis­
pensable para los cálculos ulteriores.

349
La expresión del momento flector en la primera parle, es

M (z) = M (0) + Q (0) z + q (0) -g-+ q' (0) -J + «'ffi,-- + • • ■

...+ P\ y-y(0)\ = M rlt + P\ y-yl(0)l (23.3)


donde M vig es el momento flector debido sólo a las cargas trans­
versales.
La ecuación diferencial de la línea elástica es
„ .= M d ) ____ A f^+ P .'íy - y W l
!J EJ EJ
o bien
«"y»» , ,23.4)
donde a a = P : E J.
La ecuación general de la línea elástica en el primer sector para
el caso do flexión longiludinal-transversal de las vigas, se obtiene
efectuando la integración de esta ecuación y expresando las cons­
tantes arbitrarias por medio de los parámetros iniciales:

.Vi (z) = V (0) + sen az —


M (0) v <?(0) / .

q (0 ) / a 2z 2 . \
— &ÉT ( - g r + c o s a s - l ) -
q' (0 ) /a 3z3 v

— ^ 7 - (— + sena2- a z ) “
q "(0) / a*Z* a 2* 2 . . V /n o rx
i----- 2Í |-1 — cosaz J — (23.5)
Diferenciando, sucesivamente, tendremos:
• / V >/nx M (0)
Vi (2) = y (0) cosaz-- ^rj- senaz —
Q (0) a v 9(0) , ,
“ ^ 7 ^ - cos ^ — W ’ <“2 ~ scn as) “
<?' ( 0) / a 2z2 ,\
y — ---- h eos a s — 11 —
a*EJ
í3f3
— & I 7 a2 + sen a 2 ) : <2 3 6 >

;!/, (z ) - — EJy" (¿) — aE Jy ' (0) s e n az -f-

-(- A/ (0) e o s az -f se n a z +

i g(°\(l _ e o s a z ) -f- 7 3** ( a z — s e n a z )


a2 v ^ ^ > 1 a3
q " (0) / re2*2
+ - ^ ( - 5i r + cosa2- 1) + ••• + ■• ( 2 3 -7 >

350
Para mayor comodidad, vamos a calcular la fuerza transversal
por el estado indeformado de la viga (fig. 479, b):
q x (z) = A / ; ( z ) - / y ( z ) = <?(0) +

+ q (0) z + 11’ (0) -^j- + q" (0) -jp + . . . + .. (23.8)

En vigor de la linealidad de la ecuación diferencial (23.4), ante


la fuerza longitudinal constante P , el principio de independencia de
acción de las fuerzas, respecto a las cargas transversales, es válido.
Por este principio, las ecuaciones y (z), y' (z), M (z) y Q (z) en
las partes siguientes, pueden ser escritas agregando a las expresiones
(23.5)—(23.8) términos complementarios.
Si las discontinuidades en las magnitudes y (z), y' (z), M (z)
y Q (z) tienen lugar para la coordenada z — a¡, entonces, los tér­
minos adicionales en la forma general, serán respectivamente:
para la ecuación (23.5)

Ay (z) = Ay (a¡) + sen a x

+ 1 — cos a (2 — a¡) J — . . . — .. (23.9)

para la ecuación (23.6)

Ay ' (z) = Ay ' (a,) cos a (z — a,) — sen a (z — a¡) —

11 - COS a (z - a,)] - - ^ 7 - Ia (z - a,) - sen a (z - ct,) \


-

351
para la ecuación (23.7)
AM (z) = a E J Ay' (a,) sen a (z — at) -f-
+ AM (fff) eos a (2 — «/) + sen ix(z — a¡) +
A<7(a 1 ) , . . .. , Sq' (ai)
+ ¿ |1 — cosa (z — a ,)H -- x

X |a (2 — a ,)— sen a (z — a,)| + x


X + cosa(z — a,) — 1 j + .. (23.11)

para la ecuación (23.8)


AQ (z) = AQ (a¡) + A7 (fl|) (z - a<) + A?' <«*><«— *>a +

, Ag- (ai)(« —«i)» .


(23.12)
3! *’ '
La aplicación de las ecuaciones obtenidas se examina más ade­
lante.
Los casos examinados en los que se emplea el cálculo preciso
por el estado deformado, si bien, dan cierta idea sobre el principio
de su esencia, no revelan todas las complicaciones que aparecen en
la mayoría de los casos. La cuestión consiste en que, en los casos
examinados, las fuerzas internas del estado deformado se expresaban
fácilmente por medio de las fuerzas externas, teniéndolo en cuenta.
De manera completamente distinta ocurre en los otros casos,
cuando la dependencia recíproca entre las fuerzas internas y el
estado deformado se revela en forma complicada. Tal caso tendremos,
por ejemplo, durante el cálculo de arcos y pórticos.
Por eso, un cálculo más preciso por el estado deformado, como
norma, es complicado. Dado que los resultados del cálculo por el
estado deformado dependen de los desplazamientos del sistema, es
decir, de su rigidez, entonces, cuanto más rígido sea el sistema tanto
más exacto será el cálculo corriente.
Se pueden lograr algunas simplificaciones del cálculo por el
estado deformado, si empleamos el método de aproximaciones suce­
sivas (véase más adelante), pero, de todos modos, sigue siendo com­
plicado.

S 2 8 1 . CALCULO DE VIGAS CONTINUAS. Examinemos el


cálculo de las vigas continuas con una variación escalonada de la
sección en los apoyos, con diferentes fuerzas longitudinales, pero
constantes dentro de los límites de cada tramo, por dos métodos.
1. CALCULO POR EL METODO DE FUERZAS
Ll sistema básico está representado en la fig. 480. La ecuación
de tres momentos es
fy<i-i)A/ t-t + 6¡,Mt + Ó|(J+))A/ J+t + A¡P = 0. (23.13)
352
pt i.,
*«./ Af¿ %
Fig. 480 /Wi - i
T ot i U»t
---- “ >.

Los efectos de los momentos de apoyo sobre el elemento del


sistema básico (una viga sobre dos apoyos), examinados por las
expresiones (23.5) — (23.8), se dan en la tabla 19.
198 Tabla 10

Esquema de carga de la viga V (0) /* tt)

MI
AEJ fi (X)

x ( 4 z i )
tgX-X
A.= a¿; a 2 = A'; El
Observación. / * (0) = /| (0) *= / J (0) — 1

De acuerdo a esta tabla, obtenemos que:


« k ih »— ñ A - /í(X ,); (23.14)

/?<*!«>; (23.15)

6| ( / + 1 ) = 6 £ V ('+1 / * ( * l + l ) * (23.16)
Ahora, la ecuación de tres momentos será:
( M ^ i - i + 2 f / ,- £ / ? (X,) + /<+t- ^ - /* (Xí+1) j Mt +
(X,+1) M í+t + 6 ^ / üAiP = 0, (23.17)
N+i

23-01191 353
donde J„ es el momento de inercia tomado como básico.
Si la viga continua tiene uno o ambos extremos empotrados
(fig. 481, a), entonces, para simplificar el cálculo, es cómodo tomar
en calidad de sistema básico el sistema hiperestático (fig. 481, b).

'A í' , s -

| í

Fig. 482 Fig. 483

Mi
Fig. íi84

Esto exige un estudio previo de la viga (fig. 482), por el cual,


tendremos que
! / '( ° ) - ¡ p 7 -= / ; <*), (23.18)
donde
st ' /i __ ^ \
4 (2 - 2 eos ).- X son ).) * ' 1 ~2 2 ) ,
M.SCUX-X.COS*.) X(tgÁ-X) -
Do haber empotramiento izquierdo (fig. 483),

ife r / íW - t- i r , K M -

En lugar de (23.17), la primera ecuación de tres momentos, será


respectivamente

[j¿t n(*«)+ 2/=•£/? (m ]Mi+h -jf n(x,)jw,+


+ 6& M „ , = 0. (23.20)

Análogamente, de haber empotramiento derecho (fig. 484),


i* \i ^n+1
A diferencia de (23.17), la última ecuación de tres momentos es

/•(*„+,)] M n + QEJ 0AnP = 0. (23.21)

Para determinar el desplazamiento de carga AiP es necesario


examinar dos tramos vecinos (fig. 485) y determinar, en el tramo l¡,

Fig. 485

el ángulo de giro p, sobre el apoyo derecho dei sistema básico y,


en el tramo Zi+1, el ángulo a¡+j sobre el apoyo izquierdo, las direc­
ciones positivas de los cuales muestran en la fig. 485. Por cuanto
estos ángulos pueden determinarse por las ecuaciones del método
P
a___ .

de los parámetros iniciales (23.5) — (23.12), en las cuales, obliga­


damente, en calidad de incógnita, se incluirá el parámetro inicial
y' (0), entonces, en este caso, se puede recomendar girar el tramo
l¡, como se muestra en la fig. 486.
Examinemos dos casos particulares de carga de vigas de un sis­
tema básico.
1. VIGA CON FUERZA CONCENTRADA (ftl?. 487)
Por las expresiones (23.5) — (23.8) y (23.9) — (23.12)
a

X [a (z — a) — sena(z — a)]
. (23.22)
a
La condición límite sobre el extremo derecho, para z = l, es
(a l — sen al) -f
a l) + ~Ü3ETX
X [a(/ — a) — sena(Z — a)] = 0.

23* 355
De aquí obtenemos que

- * ? • ] ■ <2 3 -2 3 >
donde
X= al = l j / g j .

Con la sustitución de (l — a) por a en (23.23) y el cambio de signo


obtenemos que

« ■ W - - w (- S r- r)- <“ ■»*»


La ecuación de la línea elástica (23.22) es
. . Pl3 sena (/—a)
!/
" '(2)’ = TTi77-------
X3h J 5—
sen X. - sen az —

pi 3
1X2EJ
+ -^3EJ |a (z — a) — sen a (z — a)| . (23.25)

Si la fuerza P está aplicada en el centro del tramo, entonces,

= (23.26)

La ecuación de la línea elástica en la primera sección es, por


(23.25), para 0 ^ z ^ 4- > ser®
/x Pl2 1 Pl2 , , , o-?*
y ^ ~ U É T '~ X -seno* 2x-e j z- (-3.27)
2 c° s t

La ecuación de los momentos flectores en la primera sección,


por (23.7), será
M (3) = - ^- (23-28)
- 008~2
La flexión y el momento de flexión bajo la carga serán, respec­
tivamente:

<2 3 29>

<23-30*
2. VIGA CON CARGA UNIFORME POR EL TRAMO (fig. 488)

y (*) = «en az - - ¿ L (az - sen az) + X

X ( - í j L + cosaz — l ) . (23.31)

356
La condición límite sobre el extremo derecho de la viga es
Ql
y( 0 sen al- 2a3EJ X

X (al — son « 0 + - ^ 7 cosa/ — 1) = 0 ,


de donde
(23.32)

La ecuación de la línea elástica, por (23.31), es


ql* _ X ______ ________ t\ qz(/— z)
y(z) : EJiA
( tg — sen as -f-eos az — 1 ) ¿ol¿EJ
(23.33)

La flecha en el punto medio del tramo es

y \2 X*EJ X 1 8
(23.34)
l f0S 2 )
Los momentos flectores, por (23.7), son

AI (z) = a E J ( t g y — -y) s en az +

+ ¿ 5011 a z ~ í (j “ c o s a z )-

Después de las simplificaciones

M (z) = 4^- ( tg sen az — 1 -f cos az) . (23.35)

El momento flector en el punto medio del tramo es

(23.36)

3. VIGA CON MOMENTO EN EL EXTREM O DESECHO (fiK. 489)

Los momentos flectores son

Al (23.37)

Por esta ecuación fue compuesta, con algunos valores de


la tabla 20 de los momentos flectores Al (z) debidos al momento de
Tabla 20
X = ocí; «2 = N : E J

sen (x - L ) : sen X.
y.
l
z= 0 z= /
l=T - T Z- T l

0 0 0,25 0,50 0,75 1,0 0


0,50 0 0,26004 0.51603 0,76397 1,0 0
1,0 0 0 0,29401 0,56975 0,81006 1,0 0
1,50 0 0,36719 0,68336 0,90454 1,0 0
2,00 0 0,52725 0,92540 1,09699 1,0 0
2,50 0 0,97766 1,58568 1,59422 1,0 0
3,00 0 4,83022 7.06838 5,51353 1,0 0

apoyo M = 1. Señalamos que, para k = n y N = N e, todas las


expresiones son iguales al infinito.

Fig. 489 4 ------------------------------- ( L

f \ v g fe

Ejemplo 71. Construir los diagramas de los momentos flectores y el gráfico


de variación del momento de apoyo en la viga continua de la fig. 496, para cier-

Fig. 490 i g ^ r i f l l l l i y .
ÍS3
|_______ (¡M______ ____________ Sm

tos valores de = a,íj.

T I' a* ~ V ÜSFT a ':


X i= ( X | G ; X 2 — c tj9 1 .5 X | .

Para nuestro caso, la ecuación de los tres momentos, por (23.17), c:.

2 [^ /?<*«> + ^ / M * 2 ) J W, + 6W , p = 0 . (a)

De donde,

" * = — r ---- ---------- • (b)


7 7 / f (X,) + ^ / f (X z)

Para la determinación de A,p, examinemos el sistema básico bajo la carga


dada (fig. 491).

358
491 1R.2g
2P í m i I m
' 1l * r ~ ~ JAW

7&L

\
O'"** V.

t
Por las fórmulas (23.26) y (23.32) obtenemos que
9*? 1 / , _ *■! \, fíl\ ( 1 ‘ \ (c)
\ 2
Xf \ 2 1 ' 1 2 eos — ■
2
Colocando (c) en (b), tendremos que

( • * - * ) + Jr ( t = U t - r ) í :' « M +

+/,*(X*) |. (d)
Construimos el diagrama de los momentos flectores para varios valores de X,:
1 ) X, = 0. En este caso, la expresión (d) da una indeterminación, con el

3.9375 q

Fig. 492

desarrollo de la cual, tendremos que M — —3,9375</, lo que corresponde a una


viga continua sin cargas longitudinales (fig. 490);

Fig. 493

2 ) Xj = 1,00 y Xs = 1,50. Por la fórmula (d) obtenemos que

M ‘ = - p i r - °.5- 0’5)^+ *

* ( í W ¡T 75~ t ) ] ■<1.0737+1,19)5)— -4.1501,.


El diagrama de momentos debido al momento de apoyo unitario, construido por
la tabla 20, se expone en la fig. 493, a y, el debido al momento completo M x =
= —4,15010?, en la fig. 493, b.

359
Fig. 49i

La ecuación de los momentos flectores en el primer tramo del sistema básico,


debidos a la carga uniforme, la escribimos por (23.35)
M (z) = <7 -62 (tg 0,5 sen az — 1 + eos az).
El diagrama de la fig. 494, o, se construyó por esta ecuación.
La ecuación de los momentos flectores en el segundo tramo del sistema básico,
por (23.28), es
2(7-9
Ai (z) = — — sen az : 0,75 eos 0,75.

El diagrama de momentos, por esta ecuación, se expone en la misma figura.


El diagrama completo de los momentos flectores está representado en la
fig. 494, b. Los diagramas de momentos para X, = 2,00 y X, = 2,30, fueron
construidos análogamente. Para X, = 2,355; j f (2,355) -j- f\ (3,5325) = 0*

Fig. 495

y M — — oo. Esto significa que, para Xj = 2,355, las fuerzas longitudinales son
iguales a las críticas. La gráfica de dependencia de M. en función X. se da en
la fig. 495.

2. CALCULO POH EL METODO DE DESPLAZAMIENTOS


E l sistema básico es el común (fig. 49G). La ecuación canónica
de los tres ángulos de giro será
rin-i)Zi-t + rn%¡ + ri<i+i)Zi+iftii>~ 0. (23.38)
Los datos sobre las reacciones unitarias rkm están contenidos
en la tabla 2 1 .
* Los valores numéricos de la función ff (X) — /* (X) y, también, los de
las funcionesn f (X) — Hi? M (véase la pág. 361), pero, para otras designaciones
están contenidos en el trabajo [6].

360
Z ¡- ,
Fig. 496 — 9 W—
vm. T¿77.
t¡-i //*/

Las funciones ¡i* (A.), en esta tabla, tienen la forma:


, ,, x X (sen X — X eos X) X tg X X > /t^r¡
M. W — 4 (2— 2cos X— X sen X) ~~ 8 tg X ' X X ’ l '
g 2 2

^ X (X — sen X) X X—sen X ( /oq /n\


^1*7 = 2(2 — 2 eos X —X sen X) ~ 4 s e n X ‘ __X ’
g 2 2

t -
________ X2 (1 — eos X)_________ X2 g 2 . (23 41)
— 6(2 — 2 eosX — X sen X) ~ 12
g 2 2

, i’ M : <23-42)
u V «t — r )

H? W = 3 (son X—-'x^coBX)~ = T ^ X f ’ <2 3 '4 3 >

Para determinar las reacciones debidas a la carga R kP es nece­


sario examinar los elementos del sistema básico con la carga dada

L__ ¿/2 ___IR


Fig. 497

poncreta y emplear las expresiones (23.5) — (23.12). Así, por ejem-


hlo, si sobre una viga comprimida, empotrada en los dos extremos,
lay una fuerza ubicada en el centro del tramo (fig. 497), entonces,
la resolución será la siguiente.
Por (23.6)

y' (z) = - w sen az - -


í S ét <* ~ 0055 az>•
361
Tabla 21
<= - ^ ; k = U\ a* = N : E J

M (0 ) - M flb M (í) - A i¿ a Q (0) = Q ( l)


T ip o d e d e sp la z a m ie n to

j /

~7 ¿ M (0 ) M il)'

N |\ / V
t_ ? )L ^
S _ 4 < j.f (X ) 2 «H ? (X ) - y - M Í (*■ )
' / r>

O to )
" /
----------------- -------------- f « w

r-o w w __
N '£ — u L 4
2 < n ? (X ) 4 ¿ f. f (X ) - y M í (X )

O fi) aft

? y f « J
# /W

1 2 i .
* f & ^ - y - M í W — r - U ? Í A .)
- y - M Í (M

° í ® o® 1

% } m ( 0) t

N
N
3 í . / I V
0
S ^ 7 7 _______ ^ - X » 1? <X > y M í ( ^ )
' / I
fe

m m

~ j t / 0l

" 1
A'
3 í * m
— 7 ~ m * M 0 U M s (X )

a i ? ; ^ V .

< ?«

3fi2
La condición límite para tina viga simétricamente cargada es

M (°) fí \í a „ „ M n
y ( 2) — a EJ SCn 2 2cflEJ ) ( 2 ) ~ °-
de donde obtenemos que

M (0 )= (l- co s- ^- ) ;A.sen-J-. (23.45)

La ecuación de los momentos flectores sobre la primera sección,


por (23.7), es

Di 1 O D
A/(z) = ---------- y— cosas + sen az. (23.46)
“ X seu

Señalamos que, para P — P CT = , cuando \ = a l = 2ji,


M (0) y A/ (z) se hacen iguales al infinito.

g 2 8 2 . CALCULO POR EL ESTADO DEFORM ADO POR EL


PROCEDIM IENTO DE A PROXIM ACIONES SUCESIVAS. El pro­
cedimiento de aproximaciones sucesivas, para el cálculo de los
sistemas por el estado deformado puede ser empleado en diferentes
variantes.
Primera variante: 1) Se efectúa el cálculo usual por el estado
indeformado, se hallan las fuerzas internas M , N y Q y se determina
el estado deformado de la primera aproximación.
2) Por el estado deformado de la primera aproximación se encuen­
tran las nuevas fuerzas internas M i, A^ y Qx de ella y se calculan
sus incrementos: AAfj = M x — M , AAr1 — — N yA (?, =
Qx-Q-
3) Se efectúa un nuevo cálculo del sistema deformado obtenido
bajo los incrementos de las fuerzas internas AM lt AAr1 y AQX, se
determinan los desplazamientos complementarios a los ya hallados
anteriormente y se establece el estado deformado de la segunda
aproximación.
4) Por el estado deformado de la segunda aproximación se hallan
sus fuerzas internas M t, N 2 y Q 2 y se calculan los incrementos:
AM t = M t — M u AN 2 = N 2 — N u
AQ 2 = Q i — Qi-

A continuación las operaciones se repiten desde el tercer punto.


Segunda variante. Los dos primeros puntos se conservan.
3) Se efectúa el nuevo cálculo del sistema indeformado bajo los
incrementos de las fuerzas internas AM x, ANi y AQX, se determinan
los desplazamientos complementarios a los ya hallados anterior-

363
mente y so establece el estado deformado de la segunda aproxima­
ción. .
4) Por el estado deformado de la segunda aproximación se hallan
sus fuerzas internas y Q 2 y se calculan los incrementos:
A y AQ 2.
La operación se repite desde el tercer punto.
Tercera variante.
Los dos primeros puntos se
conservan también
aquí.
3) So efectúa un nuevo cálculo del sistema indeformado bajo
las fuerzas internas de la primera aproximación y se determina el
estado deformado de la segunda.
4) Por el estado deformado de la segunda aproximación se hallan
sus fuerzas M 2, N z y Qz y, luego, la operación se repite desde el
tercer punto.

i) r . » r ____ ^
Fig. 498 ¿(T)
c) -grTJ~2 I U. rrr-r^.

Liis segunda y tercera variantes son más simples que la pri­


mera y, por eso, merecen atención. Pero, de la primera variante es
de esperar una coincidencia más rápida del proceso de aproxima­
ciones.
Señalamos que la convergencia del proceso de aproximaciones
depende de en cuanto el sistema está alejado de su estado crítico.
Mostremos, el empleo del procedimiento de aproximaciones
sucesivas sobre algunos sistemas simples. Para comenzar, exami­
nemos la viga de la fig. 498, a , en condiciones de flexión axi-
transversal. La flecha para ella, por la primera aproximación es
Ul3 i
/ ' = l 8£7 ‘ ^ considerar el estado deformado, en la viga aparecen
momentos flectores complementarios debidos a la fuerza longitu­
dinal Py¡(z) y, las flechas complementarias Ay, (z) debidas a estos
momentos complementarios. Estas pueden ser determinadas, por
ejemplo, porel método gráfico-ana lí tico (fig. 498, c) A causa de las fle­
chas complementarias aparecen los nuevos momentos complementarios
PAy,(z) y, debido a ellos, de nuevo flechas complementarias
Ay2 (z) (fig. 498, d), etc.
364
La flecha total y el momento flector en el punto medio do la
viga son iguales a:
/ = /,+ a/1+ a/2+ ...
M = Í L + P ft + P A/, + P A U + . . .

El desarrollo de las aproximaciones sucesivas, expuesto aquí,


corresponde a la segunda variante.
E l cálculo de las vigas hiperestáticas (véase la fig. 497) se
efectúa, también, en forma análoga, con la sóla diferencia de que,
para la determinación de A/, es necesario revelar la indetermina­
ción estática de la viga debida a la acción de los momentos com­
plementarios P A y {(z), no considerados anteriormente.
Mostremos ahora que si la fuerza longitudinal P es igual a la
crítica, entonces, el proceso de aproximaciones sucesivas no será
coincidente y la flecha de la viga aumentará ilimitadamente (fig.
499, a), independientemente del tipo y valor de la carga trans­
versal. La carga fue elegida sinusoidal a fin de simplificar la
demostración, ya que la representación de los diagramas de los
momentos flectores y las flechas es, también, sinusoidal.
, . sen jiz
9 (z) = <7— — ;

M (z)= -^ 2 7 sen-r ;
. . ll m
y ( 2) = ií4 £ v '7 sen — ■
La primera flecha sin tener en cuenta la fuerza longitudinal
i i 91*
sera h = ■
En la fig. 499, c, se muestra la carga elástica debida a los momen­
tos flectores originados por la fuerza longitudinal. El momento
flector debido a ésta está ubicado en el punto medio de la viga, es
decir, la flecha complementaria, allí, as A/t = qP : ji 4 E J /,.
Esto significa que la flecha aumentará ilimitadamente.
Ahora, examinamos un sistema resuelto anteriormente por un
método exacto (fig. 500). Determinemos el estado deformado de la
primera aproximación. Aceptemos que él se determina con el ángulo
P > a . Las fuerzas longitudinales en las barras por el estado inde-
formado, son N = P : 2 eos a .
Los acortamientos absolutos de las barras son:
a) el físico, por la ley de Ilooke,
As = (P : 2 eos a) (/ : 2EF sen a);
b) el geométrico, como una diferencia de longitudes.
As = (Z : 2 sen a) — (1 :2 sen fJ).
365
Igualándolos entre sí, tendremos que

sen 8 = sen a : (1 — )
r \ Ih t cosa/
Las fuerzas longitudinales en las barras, por la primera apro­
ximación, son N x = / >:2 c o s p . Empleamos la tercera variante
de resolución. Efectuamos un nuevo cálculo del sistema indeformado

o)
TTTTt i t ¿ T n >
-f- qsen^
b) ^ r r r r r ^

---'~PfLs AL*

ai, qlt/it*EJ=f,

F ig . 4 Oí) Fig. 500

bajo las fuerzas longitudinales en las barras, de la primera aproxi­


mación. Aceptemos que el estado deformado se determina con el
ángulo Pj > p. El acortamiento físico de las barras es
As = (P : 2 cos P) (l : 2EF cos a).
El acortamiento geométrico es
As = (/ : 2 sen a) — (l : 2 sen Pj).
Igualándolos, tendremos que
scnP, = se,.a: ( l (b)

Las fuerzas longitudinales en las barras por la segunda aproxima­


ción, son N 2 — P : cos Pj. A continuación la operación se repite.
Ella coincide con la resolución de la ecuación (23.2) del procedi­
miento de aproximaciones sucesivas.
E l método de aproximaciones sucesivas se emplea, también, en
forma análoga, para el cálculo de otros sistemas. Puede ser empleado,
incluso, para los cálculos por los estados límites.

g 2 8 3 . CALCULO DE PORTICOS POR EL ESTADO D EFO R­


MADO POR M E D IO DE A PROXIM ACIONES SUCESIVAS. El
cálculo de pórticos por el estado deformado, por medio de aproxi­
maciones sucesivas, es cómodo efectuarlo con el método de despla­
zamientos. El sistema básico y las ecuaciones canónicas son las
usuales. El cálculo se lleva a cabo en el siguiente orden:
3T.C.
1 ) se efectúa un cálculo corriente, por el método de desplaza­
mientos sin tomar en consideración las fuerzas longitudinales y se
determinan las fuerzas de la primera aproximación;
2 ) el pórtico se calcula nuevamente, por el método de despla­
zamientos, tomando en consideración las fuerzas longitudinales
halladas de la primera aproximación, con lo que se obtienen las
fuerzas de la segunda aproximación. En adelante, la operación se
repite.
Si las barras son comprimidas, los datos para el cálculo de los
coeficientes de las ecuaciones canónicas se pueden obtener de la
tabla 2 1 .
Si las barras son traccionadas, entonces, es necesario que las
sustituciones sean efectuadas en todas las expresiones por las siguien­
tes igualdades:
cc py —1 = ; sen /p== / sh P;
eos /p el»P; p V N t f i ’. E J .

g 2JÍ4. OBSERVACIONES AL CALCULO POR EL ESTADO


DEFORM ADO. Aquí, como por todo el libro, no se examinaron los
problemas de la estabilidad del estado deformado del sistema. No
obstante, se puede señalar que si el cálculo de la resistencia mecánica
del sistema se hizo en el estado elástico por el estado deformado bajo
la carga teórica (o sea, la de servicio multiplicada por el coeficiente
de sobrecarga n > 1 ), entonces, frecuentemente, a excepción de
algunos casos dudosos, la estabilidad en el plano de acción de las
fuerzas será asegurada. A tales casos dudosos se pueden referir,
por ejemplo, los sistemas simétricos con cargas simétricas o de
simetría inversa, los sistemas con cargas, para las cuales todos los
desplazamientos angulares y lineales de los nudos del sistema o parte
de ellos, son iguales a cero, etc. Tales casos dudosos están sujetos
a un examen especial de estabilidad.

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