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Universidad Nacional José María Arguedas

Escuela Profesional de educación primaria intercultural

Técnicas de aprendizaje

Tema: la perdida de la interculturalidad

en los jóvenes del distrito de talavera

Elaborado por:

Yeny nataly memenza arcce

Docente:

MG.Cirilo lopez

Andahuaylas, noviembre del 2018


DEDICATORIA

Dedico este trabajo primeramente A dios por darme un día más de vida,
a mis padres por el apoyo incondicional día a día para finalizar a mi
docente por las enseñanzas que nos brinda.
La pérdida de interculturalidad en los jóvenes del
distrito de talavera

Introducción

Cuando hablamos de Educación Intercultural Bilingüe en América Latina y en el Perú estamos


hablando de educación para las poblaciones indígenas alejadas de los centros urbanos y por largo
tiempo olvidadas por el estado como sujeto de derechos, entre ellos el de la educación. Desde que
la escuela llegó a las zonas rurales de América Latina, selvas, montañas y llanos habitados por las
poblaciones indígenas, el sistema educativo dio rienda suelta a la labor civilizadora y de
reproducción del orden hegemónico criollo que le había sido encomendada, desconociendo las
instituciones y manifestaciones socioeconómicas, culturales y lingüísticas de las poblaciones a las
que decía atender. Entonces la educación no era ni intercultural, ni bilingüe, ni siquiera educación,
era simple adoctrinamiento, primero de mano de las misiones evangelizadoras y luego a través de
las campañas de castellanización que buscaban la uniformidad lingüístico-cultural para contribuir a
la conformación de los Estados nacionales

Para tal proyecto, la diversidad era considerada como un problema que era necesario superar o
erradicar. Pese a los acelerados procesos de aculturación y al avance de un sistema educativo
uniformizador en los territorios indígenas en aquellos lugares en los cuales las lenguas autóctonas
son idiomas de uso predominante, la persistencia de lo indígena es tal que su presencia es no sólo
innegable sino incluso más obvia que antes. La toma de conciencia y movilización de las
poblaciones indígenas en defensa de sus territorios y derechos ha determinado que un número
creciente de países reconozca su carácter multiétnico y haga alusión a la deuda histórica que tiene
frente a las primeras naciones que poblaron el continente y sobre cuyo sojuzgamiento se
constituyeron los actuales Estados nacionales. Ahora las constituciones de por lo menos once países
(Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y
Venezuela) reconocen su pluriculturalidad o multiculturalidad y algunos, como en el caso
ecuatoriano, dejan incluso traslucir el carácter «multinacional» del país. A estos se suman otros
cuatro (Chile, El Salvador, Honduras y Panamá) que, con disposiciones de menor rango, reconocen
también tales derechos y, entre ellos, el relativo a una educación diferenciada.
En este nuevo escenario, la EIB parece transitar el camino del cambio dejando atrás una
modalidad compensatoria sólo para indígenas y en la que el aprendizaje de las lenguas maternas era
sólo instrumental para la adquisición del idioma hegemónico, para convertirse en alternativa
educativa destinada a dotar de mayor calidad a los sistemas educativos oficiales. A través de este
texto veremos cuál ha sido la historia de este caminar. Rescataremos el protagonismo de los
movimientos indígenas en esta labor de dignificar la educación como instrumento de
empoderamiento y acceso a mayores oportunidades, de reinserción social de sus culturas y lenguas
originarias. Profundizaremos en la concepción educativa y pedagógica de la Educación Intercultural
Bilingüe. E identificaremos algunos de los agentes que están apostando porque la EIB juegue un
papel relevante en los sistemas educativos oficiales de los diferentes países latinoamericanos. De
este modo pretendemos que el lector de este documento, que sólo tiene pretensión de convertirse en
una guía básica de introducción al tema, cuente con los datos básicos para orientarse y sumergirse
si lo desea por el mundo de la Educación Intercultural Bilingüe en América Latina.

¿Qué es la interculturalidad

La interculturalidad se refiere a la interacción entre culturas, de una forma respetuosa, donde


se concibe que ningún grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento la
integración y convivencia entre culturas. En las relaciones interculturales se establece una relación
basada en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso
exento de conflictos, estos se resuelven mediante el respeto, el diálogo, la escucha mutua, la
concertación y la unión. Es importante aclarar que la interculturalidad no se ocupa tan solo de la
interacción que ocurre, por ejemplo, entre un chino y un boliviano, sino además la que sucede
entre un hombre y una mujer, un niño y un anciano, un rico y un pobre, un marxista y un liberal,
etc.

Por qué no "mestizaje cultural". La noción de "mestizaje cultural" ha tenido cierto éxito en el
Perú al buscar dar cuenta del encuentro o del choque si se prefiere de las culturas autóctonas con
la de los colonizadores españoles. Tal vez el término pueda seguir siendo interesante para expresar
la voluntad de quienes, desde tradiciones étnicas y culturales diversas, buscan construir un terreno
común de entendimiento. Sin embargo, expondremos ahora varias razones que nos hacen pensar
que en la actualidad su uso no es muy conveniente.

Por todo ello, nos parece más provechoso dejar de lado ese término para centrarnos en lo que
realmente importa: el estudio de las transformaciones que ocurren en nosotros y que compartimos
con otros al entrar en contacto permanente con personas y grupos que suelen expresarse, actuar,
pensar o sentir de modo distinto al que acostumbramos. Lo importante es entender de qué manera
en el contacto cotidiano entre grupos de orígenes históricos distintos, ocurren las transformaciones
sociales y cómo van de la mano con cambios en las mentalidades, en los universos simbólicos, en
el imaginario de las personas, en sus maneras de sentir y percibir el mundo y, en especial, en sus
maneras de acercarse y enfrentar situaciones nuevas, de relacionarse con datos culturales distintos
a los propios. En este sentido, el mundo andino se ha caracterizado siempre por una gran
diversidad cultural.

Ahora bien, puede ser, muy variada la actitud frente a la diversidad cultural y a las
consiguientes relaciones interculturales en las que uno se encuentra sumergido. Por ejemplo, es
posible que ciertas influencias no sean reconocidas e incluso sean rechazadas. El reconocimiento,
desconocimiento o rechazo de influencias culturales depende, naturalmente, del prestigio que está
socialmente asociado a cada uno de los ámbitos culturales. Pensemos cuánto de influencia árabe
hay en la cultura hispana, sin que sea generalmente reconocida. Del mismo modo ¿cuánto de
influencia andina habrá en la cultura criolla del Perú, aunque no se la quiera admitir? Es de esperar
que cada persona tienda a reconocer y valorar dentro de sí misma las influencias culturales de
ámbitos que gozan de mayor prestigio. Este proceso es complejo, no unilineal, y depende incluso
en parte del contexto en el que se encuentre la persona, aquí simplemente interesa señalar que
existen influencias que, pese a no ser reconocidas, actúan eficazmente en el comportamiento
individual o colectivo. Pensemos, por ejemplo en la influencia de la lengua materna en la manera
de hablar otro idioma: aunque se la quiera negar, esta influencia jamás desaparece por completo..
(Huamán, 2006)

La interculturalidad en el distrito de talavera

Diversidad es riqueza:

El Perú es un país pluriétnico, multicultural y plurilingüe, cuya heterogeneidad se manifiesta en la


coexistencia de diversos pueblos andinos, amazónicos y costeños, cada uno con sus propias
características culturales, económicas y políticas.

Esta riqueza se muestra en la diversidad cultural, lingüística y biológica.

Riqueza cultural: La diversidad cultural envuelve numerosos factores tales como cultura, normas de vida,
lengua, cosmovisión, diversidad geográfica etc.

Los pueblos indígenas, se reconocen como tales, porque forman parte de la diversidad cultural. Son
pueblos con pasado y presente, identidad y derechos similares, mantienen una cultura propia, un espacio
geográfico ancestral con recursos naturales, tienen su idioma. Esto hace que tengamos una riqueza
cultural inigualable.
Riqueza biológica: el Perú posee una diversidad biológica expresada en una extraordinaria variedad de
recursos vivos y ecosistemas, el Perú se encuentra entre los países megadiversos del mundo.

Tanto en riqueza de flora, fauna, en recurso genéticos de alta diversidad de las plantas y animales,
diversidad de frutas, con plantas medicinales, plantas alimenticias, con los cuatro productos más
importantes de la alimentación humana a nivel mundial, con pastizales naturales, un mar con una de las
cuencas pesqueras más importantes del planeta, etc.

Tanto las riquezas culturales y biológicas se están perdiendo, por un mal manejo de la reforestación ya
que puede perderse una especie que todavía no se ha estudiado y que probablemente nunca más se
vuelva a ver, y además por la falta de identidad cultural ya que las diversas lenguas e idiomas no lo
practica el peruano.

Definamos algunos conceptos para un buen manejo de la interculturalidad en el distro de talavera:

Pluriculturalidad: describe una situación de coexistencia de culturas diferentes e un mismo espacio.


Ejemplo: Una región pluricultural se presenta en la zona urbana por la mescla de idiomas y vivencias es
decir una fusión de la ciudad y el campo o el quechua y el español.

Multiculturalidad: Es un concepto que surge dentro de una corriente que reivindica el derecho a la
diferencia, parte del reconocimiento de la diversidad cultural. Es el derecho ha ser diferentes y del
respeto de los diversos colectivos culturales, donde respeto apunta a la igualdad de oportunidades
sociales.

Identidad cultural: la identidad surge la relación entre el individuo y la sociedad. La identidad expresa la
manera de ser o pertenecer a un pueblo y estar en el mundo; esta formada por la cultura, tradición y
lengua.

PROBLEMAS DE INTERCULTURALIDAD

. ACTOS DE HABLA

El término acto de habla es un concepto propuesto en 1962 por el filósofo del lenguaje John Austin, quien
da gran impulso a la vitalidad y la renovación de los estudios sobre el lenguaje. Su teoría se basa en la idea
de que hablar no sirve solamente para describir, sino para realizar acciones por medio de palabras. Hay
dos tipos de actos:

— Actos directos: son aquellos enunciados en los que el aspecto locutivo e ilocutivo coinciden, es decir, se
expresa directamente la intención del acto por parte del emisor.

Ejemplo: [Como ya sabe me caso en unas semanas/y me gustaría compartir ese día tan especial con mis
compañeros y con usted/así que queda formalmente invitado a mi boda]

. En este ejemplo se nota que este informante realizó su acto de invitación de manera directa (explícita).
— Actos indirectos: son aquellos enunciados en los que el aspecto locutivo e ilocutivo no coinciden, por lo
tanto, la finalidad de la oración es distinta de la que se expresa directamente. Ejemplo:

— Hace frío.

Como se nota, en este ejemplo no podemos deducir el sentido de este acto si no recurrimos a la situación
(el contexto) donde se emita dicho acto.

Realidades cambiantes

Acostumbrados a un mundo segmentado por las fronteras nacionales y deslumbrados por las lealtades
patrias, es difícil pensar que muchas personas decidan realizar cambios drásticos en su vida en búsqueda
de mejores oportunidades. Las naciones y los nacionalismos construyeron un relato de afinidad–lealtad en
el cual no cabía la perspectiva de cambio. Los Estados nacionales se empeñaban en dotar a sus ciudadanos
de los marcos jurídicos, laborales, políticos, culturales e ideológicos necesarios para no tener que mirar
hacia el exterior. La nación y sus ideólogos se afanaron por muchos años en crear mundos cerrados, sólo
traspasados por las relaciones internacionales, la diplomacia, el ocio y el turismo, además del destierro o el
exilio.

Hablar de nación y nacionalismo es plantear la cuestión en una perspectiva macro social, pues es una
realidad incuestionable que desde siempre han existido individuos que salen y conocen realidades
diferentes a la de origen. La cuestión es que parece ser que fueron tomadas como excepciones a la regla,
por lo cual no representaban conflicto para nadie, pues si alguien quería viajar o vivir en otro país, era por
su cuenta y riesgo, esto es, la adaptación cultural no era pensada como problema social y se resolvía en
términos individuales. Los choques culturales no fueron pensados como problemas nacionales, resultaban
encuentros lógicos de individuos que se enfrentaba a una realidad que pronto se presentaba como
diferente a la de origen, de la misma forma el resultado era la adaptación de esos individuos. Parecía que
en esas circunstancias no había conflicto de parte de la sociedad receptora, pues el cambio y ajuste
correspondiente lo debía asumir el visitante.

Las crisis nacionales permitieron observar un aumento en el número de migrantes, crecía el número de
personas y crecieron las causas que motivaban sus migraciones. Si bien es cierto que el modelo nacional
pronto se manifestó incapaz de contener mediante el discurso de lealtad patria a los ciudadanos, otros
factores se fueron sumando hasta convertirla en una compleja cuestión llena de aristas, escondrijos y lados
obscuros.

Hoy en día es imposible negar que un amplio número de personas abandonan sus pueblos para ir en
búsqueda de satisfactores fundamentalmente del orden económico, que al hacerlo dejan atrás
comunidades tradicionales y que no terminan de acceder al vértigo de la vida moderna. Así el contacto
cultural se presenta con nuevos matices y nuevos retos explicativos.

De pronto las sociedades deja ver sus diferentes rostros, o nueva fisonomía. Comunidades, ciudades y
países se ven ante el reto de qué hacer con tantas personas que presentan culturas y lenguas diferentes.
Aún cuando el reto se mantiene vigente, el pluralismo cultural, el multiculturalismo y la interculturalidad
surgen paulatinamente como alternativas teóricas, metodológicas, políticas y educacionales.

Por otro lado, parece ser incuestionable la derivación del multiculturalismo y la interculturalidad hacia el
ámbito educativo, tal vez sea ahí donde se generen los principales debates, pues las propuestas coinciden
en observar a la escuela como la institución encargada de formar una nueva generación de ciudadanos que
hagan de la diversidad un modo de vida. De tal forma que las propuestas oficiales, los programas y los
profesores son los agentes encargados de promover el estudio y la comprensión de ideas en torno a la
composición plural de la sociedad y de la construcción de un nuevo modelo de nación.

Sin ser ámbito exclusivo de la educación —ni de los grupos indígenas— la interculturalidad se ha
convertido en un tema recurrente en las discusiones y orientaciones sobre la materia. Contradictoriamente,
mientras la realidad social da muestras de giros inesperados, en nuestro país todavía se sigue presentando
desinterés por los temas de los "otros", situación similar a la que se ha vivido por años, lustros, décadas y
hasta siglos. La etnicidad, el indigenismo y la educación bilingüe, entre otros temas, son considerados
cuestiones casi exclusivas de los propios grupos indígenas, si acaso materia de especialistas, filántropos o
luchadores sociales, pocas veces se les piensa como temas comunes a toda la sociedad.

Esa suerte ha corrido el multiculturalismo y la interculturalidad en nuestro país, sin embargo de un casi
desconocimiento total, ha pasado a convertirse en un elemento discursivo propio de los pueblos indígenas,
los investigadores educativos y promotores socioculturales.

A pesar de este panorama, las interpretaciones de los paradigmas multicultural e intercultural se han
venido construyendo conforme se ha presentado el proceso en otras latitudes del planeta. Al mismo
tiempo, las ciencias sociales han desarrollado diversas propuestas de interpretación para tan complejos
procesos.

Junto con otras disciplinas sociales, la antropología ha contribuido con aportes teóricos, conceptuales y
metodológicos, para explicar y comprender problemáticas derivadas de la dinámica cultural y las relaciones
entre una o varias culturas.

Actualmente y aún sin que exista una reflexión teórica profunda de por medio, no es extraño asociar el
trabajo antropológico con el estudio de la realidad cultural de nuestros días. Los conceptos de
multiculturalismo e interculturalidad conllevan el concepto de cultura y sin que sea una relación unívoca,
es clara la participación de los antropólogos en esta clase de reflexiones.

Conceptos como cultura, identidad y relaciones culturales han formado parte del campo teorético de la
antropología. Sin embargo es necesario trabajarlos y reconceptualizarlos para estar en posibilidades de
formular respuestas a las formas que adoptan bajo los modernos procesos sociales que se viven
actualmente. Eso ha sucedido con el concepto de relaciones interculturales: de la pertinencia del discurso
antropológico es posible su traducción epistemológica y plantearlo como la base en la cual se sustentan las
propuestas del multiculturalismo y la interculturalidad, pues ambas son subsidiarias de concebir el
encuentro de otredades, como un contacto de personas con tradiciones culturales diferentes.

El multiculturalismo y la interculturalidad no pueden comprenderse solamente como posturas políticas,


ni mucho menos como propuestas de acción; su pertinencia se debe a que refieren a ideas y explicaciones
antropológicas sobre los procesos de cambio e interacción cultural.

Plantear que las relaciones interculturales han sido trabajadas como parte del instrumental antropológico
desde hace varias décadas —mucho antes de que la globalización irrumpiera en el escenario y modificara
nuestros puntos de vista sobre la humanidad y su futuro— es proponer una reflexión que nos permita
recuperar los aportes de una ciencia que ha hecho del hombre y sus culturas la parte central de su quehacer.

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