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DIVORCIO Y COMPENSACION ECONOMICA EN LA LEY 19.947 * JOSE MIGUEL LECAROS SANCHEZ Profesor de Derecho Civil U. Bernardo O'Higgins Se me ha encomendado tratar dos temas que sin duda estan entre los més novedasas y populares en el mundo vinculado al derecho de familia: jueces, funcionarios judiciales, abogados, procuradores. Se trata del divorcio y la compensaci6n econémica. EL DIVORCIO El divorcio responde a una sentida aspiracién por décadas en algunos sectores de la poblacién. Como es sabido, la antigua Ley de Matrimonio Civil contemplaba un divorcio sin disolucién de vinculo. Al no restituir a los cényuges la aptitud nupecial, carecia de atractivo, En la practica no era sino usado -en su version del “divorcio perpe- tuo”- como una forma de lograr el marido, por via judicial, la separa- cién de bienes que la mujer no estaba dispuesta a dar de mutuo acuerdo. Hasta la Ley 19.947, Chile era uno de los pocos paises en el mundo —Gnico en América Latina~ sin divorcio, Nuestro sistema de nulidades fraudulentas basadas en la supuesta incompetencia del Ofi- cial del Registro Civil era practicamente una marca nacional y un resquicio anecdética poco hanroso que nos caracterizaba ante los juristas de otras latitudes. Después de un amplio debate parlamentario finalmente salié a la luz la Ley 19.947 abriéndose una enorme cantidad de expectativas + El presente texte consituye una transeripcisn de la exposicién realizada por el profesor Lecaros en el Seminario sobre “Actualtzaciones de Derecho Ciuil” realizado por la Facul- tad de Deracho y Comunicacién Social de la Universidad Bernardo Higgins, en el mes de agosto pasado, en homenaje al Decano Don Sergio Gaete Rojas. 9 JOSE MiGUEL Lecaros SAncitEz que como es sabido han resultado frustradas mas que nada por defec- tos de implementacin de los Juzgades de Familia. A continuacin examinaré las formas de divorcio y algunos problemas puntuales relati- vos al divorcio en fa actual legislacién. El articulo 102 del Cédigo Civil continda definiendo el matrimo- nio como una unién indisoluble y por toda la vida, tal como aparecia en el texto original promulgado a mediados del siglo XIX. En el debate de la Ley 19.947 se discutié la necesidad de adecuarlo a la existencia del divorcio como causal de disolucién del vinculo. Tal ocurrié. por ejemplo en Colombia, cuyo Cédige Civil definfa el matrimonio en forma idéntica al nuestro y cuando se aprobé el divercio vincular se modificé la definicién eliminando la expresién “por toda la vida". Seguin se explicé en el Senado, la Camara de Diputados opto por no modificar la definicién del Cédigo Civil por entender que el divorcio seguirfa siendo una situacién excepcional (Boletin del Senado 1759- 18, p. 37). Si estadisticamente nadie nos puede asegurar que lo sea 0 lo siga siendo, si hay que reconocer que al menos subjetivamente el matrimonio se celebra con intencién de permanecer |a unin por tada la vida'. Desde este punto de vista se entiende que no se haya alterado la definicién. Ahora bien, estimo que la ley de divorcio, en cuanto establece una nueva causal de disolucién del matrimonio y por ende de cambio del estado civil, es de dudosa constitucionalidad. En efecto, el matri monio civil esti concebido en nuestra legislacién como fuente del estado civil de casado. Es también un contrato que genera en los cényuges derechos y obligaciones reciprocas, de orden patrimonial y extrapatrimonial. Entre los primeros, destaca el derecho/deber de soco- Fra, cuya principal manifestacién es la obligacion alimenticia, que en la actualidad subsiste por regla general con la separacién judicial, pero se extingue -si bien hay una opinién minoritaria que sostiene lo contrario (opinién que no voy a febatir en esta oportunidad por falta de tiempo} en caso de decretarse el divorcio. Per otra parte, nacen también derechos/deberes extrapatrimoniales como el de fidelidad, auxilio, respeto, proteccién y cohabitacién. Tratandose de matrimonios celebrados antes de la Ley 19.947, junto a estos derechos y deberes y dado que e| matrimonio era indisoluble por cualquier causa que no fuera la muerte, destacaba el deber de no contraer nuevo matrimonio mientras viviera el otro cényuge, lo que se podia ver como la contra- 1 Ref, Corral Hemén, “Ley de divoreio. Las razones de un n ‘Universidad de los Andes, 2001, p. 40, Estudios de Derecho Actual, 120 DIVORCIO Y COMPENSACIGN ECONOMICA EN LA LEY 19.947 partida del derecho de un cényuge a que el otro no contraiga nuevo matrimonio mientras viva el primero. Una ley puede modificar o extinguir un contrato hacia futuro, pero na puede alterar o extinguir aquellos derechos emanados del contrato y respecto de los cuales los contratantes han adquirido titula- ridad (propiedad) conforme a la ley vigente al momento en que al celebrarse el contrato los adquirieron. En tal caso, esa ley es inconsti- tucional por afectar la garantia constitucional del derecho de propie- dad “sobre toda clase de bienes corporales e incorporales” (art 19 N° 24 de la Constitucién Politica), es decir, toda clase de bienes corpora- les 'y de derechos reales o personales. El articulo 53 de la Ley 19.947 establece que “el divorcio pone término al matrimonio, pero no afectard en mode alguno la filiacién ya determinada ni los derechos y obligaciones que emanan de ella"; de Io que se desprende inequivocamente que la disolucién del matri- monio par divorcie pane fin a todos los derechos y obligaciones que de él emanan. El articulo 60 agrega que el divorcio pone fin a las obligaciones y derechos de carcter patrimonial cuya titularidad y ejer- cicio se funda en la existencia del matrimonio, como los derechos sucesorios reciproces y el derecho de alimentos, sin perjuicio de la compensacién econémica. Esta oracién puede tener dos explicacio- nes. Una, que los legisladores simplemente obviaron los derechos y deberes de cardcter extrapatrimonial, como tan irrelevantes que ni siquiera tenia sentido referirse a ellos. Dos, que los consideraron tan relevantes, que el divorcio. no deberia poner fin a los derechos y debe- res de cardcter extrapatrimonial sino solo a los de cardcter patrimonial. Si la segunda explicacién es cierta, resulta incongruente por las restan- tes normas de las cuales se desprende que el divorcio hace cesar no solo deberes patrimoniales sino también extrapatrimoniales, como el de fidelidad, de cohabitacién y —lo que més relevante resulta— el deber de no contraer nupcias mientras viva el otro cényuge. Hoy, quienes contraen matrimonio, lo hacen conforme a una ley que contempla la extincién de todos los derechos y obligaciones ema- nados del vinculo, en virtud de una sentencia de divorcio. Pero, tratan- dose de matrimonios que se hubieran celebrado bajo la antigua legis- lacién, se trata de cényuges que han adquirido propiedad sobre derechos extinguibles solo por la muerte, como el derecho de de- mandar alimentos al otro cényuge (salvo en el caso de “Injuria atroz” -articulos 324 y 968 del Cédiga Civil-) o el derecho a que el otro eényuge no contraiga nuevo matrimonio mientras viva el primero. Di- 121

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