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«La Presentación del Señor.

12 “Jesús, en Ti confío” “Jesús, en Ti confío” 1


BENDICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

«La Presentación V. Les diste pan del cielo.


R. Que contiene en sí todo deleite.
Oremos. Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el
del Señor.» memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los
sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de Tu redención. Tú que vives y reinas por
Guía. Cristo sale a nuestro encuentro entre los brazos de María. Se cumple la los siglos de los siglos. Amén.
profecía de Malaquías: el Señor, a quien buscamos porque lo necesitamos, entra
en el templo. Cristo ha entrado en el templo. Está presente, eminente y ALABANZAS DE DESAGRAVIO
centralmente en la Eucaristía. Demos gracias a Dios, ante todo, por la Presencia- Bendito sea Dios.
real de Cristo en la Eucaristía. ¡Abrámonos totalmente a Cristo! ¡Dejémoslo entrar Bendito sea su santo Nombre.
en nuestros corazones! (De rodillas) Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Canto: AMOR DE LOS AMORES Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Cantemos al amor de los amores, Unamos nuestra voz a los cantares, Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
cantemos al Señor ¡Dios está aquí! Del coro celestial. ¡Dios está aquí! Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
¡Venid, adoradores, adoremos al Dios de los altares alabemos Bendita sea su gloriosa Asunción.
a Cristo redentor! con gozo angelical. Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
GLORIA A CRISTO JESÚS, Bendito sea San José, su castísimo esposo.
CIELOS Y TIERRA, ¡BENDECID AL SEÑOR! Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
HONOR Y GLORIA A TI, REY DE LA GLORIA
AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS DEL AMOR. Canto: BAJO LOS RAYOS DE LA MISERICORDIA
BAJO LOS RAYOS DE LA MISERICORDIA,
Celebrante. En los cielos y en la tierra sea para siempre bendito y alabado, BAJO LOS RAYOS DE TU INFINITO AMOR
Todos. El corazón amoroso de Jesús Sacramentado. VAMOS CANTANDO: ¡JESÚS EN TI CONFÍO!
¡JESÚS, EN TÍ CONFÍO!
C. Bendito seas, Padre Dios, que eres creador de todas las cosas y te nos
has hecho cercano en el rostro de tu Hijo. Como dos torrentes que manaron
T. Bendito seas por siempre Señor. Sangre y agua de Tu corazón brotaron
con el agua nos justificamos,
Padre Nuestro, Ave María, Gloria con Tu sangre vida has comunicado:
JEZU UFAM TOBIE, JEZU UFAM TOBIE.
Canto: GLORIA
GLORIA, GLORIA, GLORIA, GLORIA... Solo en Ti hallaremos el consuelo,
y la luz de la esperanza que necesitamos,
A JESÚS, EL SEÑOR, AL CORDERO DE DIOS, para no sentrinos nunca solos,
AL NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE (2) extenuados o también desamparados.
JEZU UFAM TOBIE, JEZU UFAM TOBIE.
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T. Te damos gracias, Padre santo, porque nos revelas en Cristo, Luz de los C. Alabemos y demos gracias en cada instante y momento.
pueblos, el misterio de nuestra salvación. Él, verdadero Cordero pascual, con su T. Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
muerte quitó el pecado del mundo, y resucitando, restauró nuestra vida.
C. Bendito seas, Señor Jesús, porque tu Encarnación se prolonga en la
C. Ilumina, Señor, con la luz de la fe nuestros corazones y abrásalos simiente de tu cuerpo Eucaristía, para dar de comer a los hambrientos de luz,
con el fuego de la caridad, para que adoremos confiadamente en espíritu y en verdad y amor.
verdad a quien reconocemos en este Sacramento y en el hermano necesitado T. Bendito seas por siempre Señor.
como nuestro Dios y Señor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Canto. EL SEÑOR ES MI LUZ Canto: DIOS ESTÁ AQUÍ
EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN. No me escondas tu rostro, Señor, Dios, está aquí, Jesús, está aquí,
EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA. buscaré todo el día tu rostro. tan cierto como el aire que respiro tan cierto como el aire que respiro
SI EL SEÑOR ES MI LUZ, Si mi padre y mi madre tan cierto como en la mañana tan cierto como en la mañana
¿A QUIÉN TEMERÉ? me abandonan, se levanta el sol, se levanta el sol,
¿QUIÉN ME HARÁ TEMBLAR? el Señor me recogerá. tan cierto como yo le hablo, tan cierto como yo le hablo,
y me puede oír. y me puede oír.
Una cosa pido al Señor:
«habitar por siempre en su casa; C. Santísimo Sacramento, amor del Eterno Padre,
gozar de la dulzura del Señor, T. Alumbra mi entendimiento para que mi alma se salve.
contemplando su templo santo».
C. Bendito seas, Espíritu Santo, Paráclito, por cuya acción nos sabemos
«SIGNO DE CONTRADICCIÓN Y ESPADA DE DOLOR» miembros de la Iglesia y nos sentimos llamados a cumplir nuestra misión en la
edificación del Reino de Dios.
L. Después de adorarlo, el anciano Simeón, se dirige a María: «Mira, éste T. Bendito seas por siempre Señor.
está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; signo de
contradicción, para que se manifiesten los pensamientos de muchos corazones. Y Padre Nuestro, Ave María, Gloria
a ti, una espada te traspasará el alma.» (Lc 2, 34-35).
Canto. VENIMOS A ADORAR
C. Así, mientras todavía nos encontramos al comienzo de la vida de Jesús, a El Rey del universo NOS PONEMOS DE RODILLAS
los cuarenta días de su nacimiento, ya estamos orientados hacia el Calvario. En la y Señor de la creación, Y EL CORAZÓN ALZAMOS
cruz Jesús se confirmará de modo definitivo como signo de contradicción, y allí el se viene a hacer presente NOS LLENAMOS DE ALEGRÍA
corazón de su Madre será traspasado por la espada del dolor. La cruz será el Altar en medio de nosotros. Y VENIMOS A ADORAR (2)
donde María ofrece al Padre a su Hijo Jesús y donde se ofrece junto con Él
haciéndose un solo corazón y un solo espíritu con su Hijo. El Santo Sacramento, A CRISTO, CRISTO, OH CRISTO,
Jesús Eucaristía, GRACIAS POR ESTAR AQUÍ
L. Este misterio también nos enseña que nuestro corazón es un altar donde rodeado de sus ángeles QUÉ ALEGRÍA EL PODER ESTAR CONTIGO.
se adora, se agradece, se expía, se impetra, se ofrecen víctimas espirituales, ya está presente aquí. CRISTO, OH CRISTO...
agradables a Dios por Jesucristo.
G. Por eso, ofrezcamos al Padre a su Hijo Jesucristo con el rezo «MIS OJOS HAN VISTO A TU SALVADOR»
de la Coronilla, y pidamos a la Virgen purísima, Madre de la G. La Iglesia contempla y celebra en su Liturgia el misterio de la
esperanza, que nos acompañe y obtenga a todos los creyentes la Presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén. Misterio, sí, porque acontece
gracia de ser testigos de la salvación que Dios ha preparado para mucho más de lo que se ve con la sola razón y su alcance es universal: afecta a
todos los pueblos en su Hijo encarnado, luz para alumbrar a las toda la Humanidad, como todos los actos de la vida de Dios Hijo, Jesucristo.
naciones y gloria de su pueblo Israel. Tratemos de profundizar en algunos aspectos del relato de San Lucas. (De pie).
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Lector. Del santo Evangelio según San Lucas 2,22-32 C. Las vidas de Jesús, María y José, forman una unidad maravillosa,
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley inefable… ¡sacerdotal! que cada uno de nosotros podemos imitar. Porque
de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para sacerdotal es el Pueblo de Dios, la Iglesia, y cada uno de los fieles en Gracia.
presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo Todos los días podemos tomar a Jesús, al Cristo del Misterio Pascual y ofrecerlo en
primogénito varón será consagrado al Señor, y también para nuestro propio nombre al Padre en el ejercerse la Redención que es cada Misa.
ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y L. Ir a Misa, de la mano de María y de José, es revivir la Presentación de
temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él Jesús en el Templo y además, toda la existencia terrena de Cristo, con su Pasión,
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no Muerte y Resurrección, tal como se encuentra en la Eucaristía y en el Cielo. Todo
moriría sin haber visto antes al Mesías de Señor. Movido por el Espíritu, fue al esto nos es dado. ¿Cómo no acogerlo con acción de gracias exultante, con el
templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo «espíritu del Magnificat?» (cf. Juan Pablo II, EE, c. VI)
prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: "Señor, C. «El misterio de la Presentación del Señor en el templo «se ha convertido
ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según me lo habías prometido, porque en un modelo y fuente de inspiración» (San JPII, Hom 2-II-1982). Es luz que
mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los ilumina la vida humana. El corazón del hombre es como «un gigantesco templo
pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel." del cosmos, donde el hombre ofrece sacrificios espirituales. El corazón del
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón hombre, en virtud del misterio de la Presentación se transforma en un gran
los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto espacio cristocéntrico del espíritu creado, en el que actúa el Espíritu Santo.
para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará ¡Cuánto puede el pequeño corazón humano cuando se deja penetrar por la
contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los luz de Cristo y se convierte en el templo de la Presentación!» (Ibid.)
corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma. Había también una profetisa,
Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, C. A eso, precisamente, "vamos a Misa", a incorporarnos a Cristo y a su obra, a
había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se identificarnos con El de tal modo que podamos decir de veras, con San Pablo: ya
apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y no vivo yo, es Cristo quien vive en mí (Gal 2, 20). Y con Él nos ofrecemos para la
oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del gloria de Dios Padre y por la salvación de todo el mundo. Por eso, la Misa es centro
niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Palabra del Señor. y raíz de la vida cristiana (Es Cristo..., 102), momento y lugar donde el sacerdocio
común de los fieles encuentra su más eficaz ejercicio y su expresión sublime.
«LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR: EL NIÑO ES LA LUZ»
Acto de adoración
G. “…En el templo, centro religioso de la nación judía, en el cual se sacrificaban T. Señor Jesús, nuestros ojos te miran con fe y te contemplan bajo las
continuamente animales para ser ofrecidos a Dios, entra por primera vez, humilde especies de pan y vino. Tú eres, Señor, la Luz que ilumina a todo hombre que
y modesto, Aquel que. según la profecía de Malaquías, deberá sentarse “para viene a este mundo, y la Vida verdadera que nos llena de alegría.
fundir y purificar” (Mal 3, 3). Hace su primera entrada en el templo Aquel que
“tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo y pontífice fiel C. Queremos contemplar esa Vida y esa Luz que alumbra nuestra fe.
en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo” (Heb 2, 17). Tú eres nuestra firme esperanza.

C. ¿Quién es, en realidad, este recién nacido? La respuesta a esta pregunta, T. Levantamos nuestras manos en adoración y búsqueda de tu gracia:
fundamental para la historia del mundo y de la humanidad, la da proféticamente el haz que nuestros corazones inquietos te encuentren siempre.
anciano Simeón, quien, estrechando al Niño entre los brazos, ve e intuye en El “la C. En la Eucaristía, te das como alimento de vida eterna
salvación” de Dios, la “luz para alumbrar a las naciones”, la “gloria” del pueblo de y nos unes a tu inmenso amor: te alabamos y te adoramos.
Israel, la “ruina y la resurrección de muchos en Israel”, el “signo de contradicción”.
Todo esto es ese Niño, que, aun siendo “Rey de la gloria”, “Señor del templo”, T. En tu presencia santa te experimentamos cercano y te adoramos con fe.
entra allí por vez primera, en silencio, en ocultamiento y en fragilidad de naturaleza C. Ilumina con tu Luz nuestros ojos, purifica nuestras mentes y corazones y
humana.” (San JPII, 2 de febrero de 1981). haznos instrumentos de tu paz, en un mundo dividido por las guerras y los odios.
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y allí se encuentra con la Luz en sus brazos. El Espíritu Santo es Amigo, Guía, L. «El Pueblo de Dios es invitado en cada época histórica a contemplar esta
Maestro, Amor de la Trinidad, Luz de Luz, Fuego de Fuego, Sabiduría de Amor. luz. Luz que quiere iluminar a las naciones. Así, lleno de júbilo, lo expresaba el
Simeón ya puede descansar en paz. Por mucho que tarden, las promesas del anciano Simeón. Luz que quiere llegar a cada rincón de esta ciudad, a nuestros
Señor, siempre llegan. Y Dios le premia con la sonrisa de Dios-Niño y la luz de su conciudadanos, a cada espacio de nuestra vida.
mirada que ilumina el sentido de todas las cosas. Ya puede morir en
paz. Paciencia, pues, todo lo alcanza. (Sta. Teresa de Jesús). C. “El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”. Una de las
particularidades del pueblo creyente pasa por su capacidad de ver, de contemplar
L. Ahora si ha llegado Simeón a la plenitud, ya se encontró con el Salvador. en medio de sus “oscuridades” la luz que Cristo viene a traer. Ese pueblo creyente
Todo lo demás sobra. La esperanza ha sido cumplida, satisfecha. Fue una que sabe mirar, que saber discernir, que sabe contemplar la presencia viva de
mañana gloriosa para Simeón y para Ana, ellos comprenden que finalmente ha Dios en medio de su vida, en medio de su ciudad. Con el profeta hoy podemos
llegado el momento y, confortados por ese encuentro, pueden afrontar con paz en decir: el pueblo que camina, respira, vive entre el “smog”, ha visto una gran luz, ha
el corazón la última parte de su vida. La llegada del Mesías no ha pasado experimentado un aire de vida.” [...] (Homilía de S.S. Francisco, 2015).
desapercibida. Ha sido reconocida por la mirada penetrante de la fe. (San JPII).
T. «“Corramos todos al encuentro del Señor, los que con fe celebramos y
T. No sé, oh Señor, a qué hora vendrás, veneramos su misterio, vayamos todos con alma bien dispuesta. Nadie deje de
Por eso vigilo continuamente y presto atención, participar en este encuentro, nadie deje de llevar su luz. Llevemos en nuestras
Porque sé que te gusta venir inadvertidamente, manos cirios encendidos, ya para significar el resplandor divino de aquel que
Pero el corazón puro desde lejos te sentirá, Señor. viene a nosotros —el cual hace que todo resplandezca y, expulsando las negras
tinieblas, lo ilumina todo con la abundancia de la luz eterna—, ya, sobre todo, para
Te espero, Señor, entre la quietud y el silencio, manifestar el resplandor con que nuestras almas han de salir al encuentro de
Con gran añoranza en el corazón, con un deseo irresistible. Cristo.
Siento que mi amor hacia ti se vuelve fuego
Y como una llama ascenderá al cielo al final de la vida C. En efecto, del mismo modo que la Virgen Madre de Dios tomó en sus
Y entonces se realizarán todos mis deseos. (cfr. D. 1589). brazos la luz verdadera y la comunicó a los que yacían en tinieblas, así también
nosotros, iluminados por él y llevando en nuestras manos una luz visible para
SUMERGETE EN EL MAR DE MI MISERICORDIA todos, apresurémonos a salir al encuentro de aquel que es la luz
SUMERGETE EN EL MAR Con la confianza de un niño verdadera.”» (San Sofronio, Obispo).
DE MI MISERICORDIA, DICE EL SEÑOR. me arrojo en Tus brazos yo,
Y ASÍ PODRÁS CANTAR para compensar así, Señor, Canto. VINE A ADORARTE
ETERNAMENTE, QUE DIOS ES AMOR (2) la desconfianza del hombre de hoy. Tú eres la luz que brilló en las tinieblas,
Abriste mis ojos, pude ver.
Mis fuerzas débiles son,
Mi corazón adora tu hermosura,
no valen nada sin Tí.
Esperanza de vida eres Tú.
No te ocultes ante mí, Señor,
yo no podria vivir, sin Tí. VINE ADORARTE, VINE A POSTRARME
VINE A DECIR QUE ERES MI DIOS,
«ALMAS SACERDOTALES» SOLO TÚ ERES GRANDE,
SOLO TÚ ERES DIGNO
G. Al presentar a Jesús en el templo, la Madre de Dios ejerce su «alma ERES ASOMBROSO PARA MÍ (2)
sacerdotal», o, si se prefiere, el sacerdocio real, común a todos los fieles por el
Bautismo y la Confirmación, que ha de hallarse ciertamente en María en modo Tú eres el Rey, grandemente exaltado,
eminente: ofrece a Jesús al Padre y Ella se ofrece entera con El, haciéndose un Glorioso por siempre, Señor.
solo corazón, un solo espíritu con su Hijo. Al mundo que creaste humilde viniste,
pobre te hiciste por Amor.

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«LA PURIFICACIÓN DE LA MADRE: ¡Oh Madre mía, María! que, a pesar de estar exenta de toda sombra de
MARÍA ES INMACULADA» imperfección, quisiste ser purificada, te pido que limpies mi pobre alma, para que
pueda ser ofrecida menos indignamente al Padre en unión con tu Jesús.
G. Aquí se contempla un conjunto maravilloso de “Oh María, Virgen Inmaculada, tómame bajo Tu protección más especial y
fidelidades a la Ley del Señor, en un precepto que iba a custodia la pureza de mi alma, de mi corazón y de mi cuerpo. Tú eres el modelo y
caducar en breve. En ese entonces estaba vigente. José y la estrella de mi vida.” (Diario n. 874).
María, gozosos observantes de las disposiciones del Padre
celestial hasta en sus menores detalles, lo cumplen. Lo que Canto. NIÑA QUE NACIÓ Hoy te canto María,
se ve, es normal. La Sagrada Familia sube a Jerusalén con Niña que nació limpia de pecado, porque eres mi madre
el fin de dar cumplimiento a dos prescripciones de la Ley de Niña que no murió, y me cuidas y me amas,
Moisés: purificación legal de la madre, y presentación y sino fue llevada, hacia Dios. conmigo siempre estás.
rescate del primogénito.
En Ti niña hermosa en Verbo se encarnó, ENSÉÑAME SEÑORA
L. «Mientras la Ley exigía sólo a la madre la purificación después del parto, Dejas de ser niña y eres de Madre de Dios. A ORAR Y A SER HUMILDE
Lucas habla de 'los días de la purificación de ellos' (Lc 2, 22), tal vez con la Madre de Jesús que vino a salvarnos, A SER MÁS SERVICIAL
intención de indicar a la vez las prescripciones referentes a la madre y a su Hijo gracias doy a ti por habernos dado nuestra Luz. Y A DARME A LOS DEMÁS (2)
primogénito.
«SIMEÓN Y ANA: EL ENCUENTRO CON LA LUZ»
C. La expresión 'purificación' puede resultarnos sorprendente, pues se
refiere a una Madre que, por gracia singular, había obtenido ser inmaculada desde G. “Aunque nadie está esperando la llegada de José y María con el niño Jesús,
el primer instante de su existencia, y a un Niño totalmente santo. Sin embargo, es que acuden entre la gente, en el templo de Jerusalén sucede algo muy singular.
preciso recordar que no se trataba de purificarse la conciencia de alguna mancha
de pecado, sino solamente de recuperar la pureza ritual, la cual, de acuerdo con L. Allí se encuentran algunas personas guiadas por el Espíritu Santo: el
las ideas de aquel tiempo, quedaba afectada por el simple hecho del parto, sin anciano Simeón, de quien san Lucas escribe: «Hombre justo y piadoso, que
que existiera ninguna clase de culpa.» (JPII, Au. gen., 11.12.1996) aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido
un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del
L. Qué contraste, qué humildad, qué obediencia más delicada la de la Virgen Señor» (Lc 2, 25-26), y la profetisa Ana, que «de jovencita había vivido siete años
Madre. Hoy lo frecuente es encontrar excusas, aunque resulten irrisorias, para no casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y
cumplir la santa ley de Dios. noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones» (Lc 2, 36-37). El evangelista
prosigue: «Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del
C. María, criatura realmente extraordinaria, de perfección sublime, la persona niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén» (Lc 2, 38). (San JPII).
humana más excelsa, no busca salirse de lo corriente, no se avergüenza de pasar
por una más, no hace el menor aspaviento, pasa inadvertida entre la G. Simeón y Ana: un hombre y una mujer, representantes de la antigua
muchedumbre. Porque ahí está el camino normal de santificación, ahí es donde alianza que, en cierto sentido, habían vivido toda su vida con vistas al momento
nosotros, los normales hijos de Dios, necesitamos hallar el espejo, el ejemplo, la en que el Mesías esperado visitaría el templo de Jerusalén.
imagen, el molde de lo que ha de ser nuestra vida. L. Simeón, hombre justo cuya paciencia es a toda prueba. Hombre de
L. «Cuida, pues, de que tu luz no tenga parte de tinieblas». Purificación en la esperanza inquebrantable. Hacía mucho tiempo que esperaba. Muchos años
vida cotidiana, purificación de la memoria, del entendimiento, de la voluntad, de atrás, se le había dicho que no moriría hasta ver el Mesías. Los años pasaban, la
los sentidos. vejez llegaba y el Mesías no aparecía. Pero Simeón espera en Él, y sabe que no
quedará defraudado, no ha dudado. No es el sacerdote del templo, es
T. “¡Oh Jesús! Por las manos de María quiero hoy ofrecerme al Eterno Padre sencillamente un hombre santo.
juntamente contigo. Más Tú eres Hostia purísima, santa, inmaculada, y yo me
encuentro lleno de manchas, de miserias y de pecados. C. Dios es fiel, cumple siempre su palabra. Y como premio a las virtudes
teologales del anciano --fe, esperanza, amor--, es llevado por el Espíritu al templo
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