Oración comunitaria

Rezamos a dos coros...

A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo;
en ti, mi Dios, confío,
confío porque sé que me amas.
Que en la prueba no ceda al cansancio,
que tu gracia triunfe siempre en mí.
Yo espero siempre en ti. Yo sé que tú
nunca defraudas al que en ti confía.
Tengo los ojos puestos en ti
que me libras de mis amarras y ataduras.
Vuélvete hacia mí y ten piedad,
pues estoy sólo y afligido.
Ensancha mi corazón encogido
y sácame de mis angustias.

Indícame tus caminos, Señor. Mira mis trabajos y mis penas

Que en mi vida se abran caminos de paz y bien, y perdona todos mis pecados.
caminos de justicia y libertad. Señor, guarda mi vida
Que en mi vida se abran sendas de esperanza, y que no quede defraudado
sendas de igualdad y servicio. de haberme confiado a ti.

Tú eres bueno y recto Indícame tus caminos, Señor,

y enseñas el camino a los desorientados.
Encamina a los humildes por la rectitud,
enseña a los humildes su camino.
Tus sendas son la lealtad y la fidelidad
para los que guardan tu alianza y tus mandatos.
tú que eres el Camino.
Hazme andar por el sendero de la verdad,
tú que eres la Verdad del hombre.
Despierta en mí el manantial de mi vida,
tú que eres la Vida de cuanto existe.

Tú, Señor, te fías de mí y me esperas siempre.

Tú, Señor, quieres que sea de verdad tu amigo.

Del Evangelio según san Marcos (Mc 16, 14-20)

Por último se apareció a los Once cuando estaban a la mesa. Les reprendió su incredulidad y obs-
tinación por no haber creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: —Id por todo el mundo
proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad. Quien crea y se bautice se salvará; quien no
crea se condenará. A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demo-
nios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; im-
pondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán. El Señor Jesús, después de hablar con ellos,
fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, y el
Señor los asistía y confirmaba la Palabra con las señales que la acompañaban.
Escuchamos la canción...

No vamos solos, ¡oh Señor! La esperanza vencerá al dolor.

A tu lado no hay temor.
Vienes con nosotros hasta el fin.
Cristo alienta nuestra voz
y sostiene nuestra fe
arraigada y firme en su amor.
Tu nos envías, oh Señor
para ser los testigos de tu amor
y que el mundo conozca tu palabra.
Donde haya hambre parta el pan,
la injusticia cesará.
Es el tiempo nuevo de la Paz.
Tu nos envías, oh Señor
para ser los testigos de tu amor
y que el mundo conozca tu palabra.
Tu nos envías,...

Tú nos envías, Oh Señor Y mereció la pena

para anunciar el Reino de Salvación,
el Reino de Dios… la nueva humanidad.
Id y haced discípulos
a todos los pueblos, de mi amor.
Id y haced discípulos del Señor.
Donde haya odio ponga amor.
En las sombras sea la luz.
vivir en esta espera.
Aquí no queda sitio para el mal.
La tierra se hace nueva,
la noche pinta estrellas.
Será el final del tiempo de la tristeza,
será el comienzo del reino,
el reino de tu amor.
Id y haced discípulos...

Rezamos juntos...

Dios cuenta contigo: Sólo Dios puede dar la fe,

pero tú puedes dar tu testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.

Sólo Dios puede dar el amor,

pero tú puedes enseñar a otros a amar.
Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes sembrar la unión.

Sólo Dios puede dar la fuerza,

pero tú puedes sostener al que cae.
Sólo Dios es el camino,
pero tú lo puedes indicar a otros.

Sólo Dios es la luz,

pero tú la puedes hacer brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida,
pero tú puedes despertar en los otros el deseo de vivir.

Sólo Dios puede realizar lo que parece imposible,

pero tú lo podrías hacer posible.
Sólo Dios podría bastarse a sí mismo
pero Él prefiere contar contigo.