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Cinco maneras en las que la globalización podría terminar

En la nueva serie de historias de terror de El Mal Economista, el autor explica cinco maneras a
través de las cuales la globalización podría terminar utilizando teorías de complejidad. Aunque
la globalización ha contribuido a la reducción de la pobreza y a sistemas de gobierno
democráticos, la excesiva complejidad y conectividad que ha creado en el sistema económico,
argumenta el autor, podría ser causal de su final.

The Consensus Crumbles. Fuente: The Economist. https://www.economist.com/finance-and-


economics/2016/06/30/the-consensus-crumbles
Por: Jairo F. Gudiño R.*
Twitter: @MalEconomista @JFernandoGRE
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Las amenazas al sistema económico actual – el capitalismo -, no provienen de causas externas,
sino del hecho de que vivimos en su versión hiperconectada, en la era de la segunda
globalización. La amenaza a esta versión no proviene de movimientos sociales comunistas o
fascistas – como cuando durante el siglo pasado cuando la Unión Soviética y las Potencias del
Eje estaban en pie -, sino de la estructura frágil sobre la que se fundamenta nuestra sociedad.
Nuestro sistema económico crecientemente complejo e interconectado es propenso a sufrir
eventos demasiado difíciles de predecir que tienen efectos devastadores sobre miles de personas,
y peor aún, los creemos saber mitigar. La globalización sin límites podría ser víctima de su propio
éxito, y esta tesis es la que defenderé en las líneas que siguen explicando sus fuentes de
vulnerabilidad.
¿Cuáles son estas fuentes? Mencionaré a continuación al menos cinco, no sin antes hacer dos
advertencias: 1) No considero los intentos de mitigar estos mecanismos mediante acciones de
un gobierno o de una empresa; 2) Mi interés no es predecir, sino detectar fragilidades.
1. Fallas tecnológicas y administrativas de alcance creciente
Conforme la globalización aumenta el tamaño de los mercados, aumenta el tamaño de las
empresas que los suplen. Y conforme el tamaño de las empresas aumenta, la complejidad a la
que se enfrentan aumenta por defecto de manera más rápida, debido a un mayor grado de
interacción entre sus subcomponentes, haciéndolas frágiles ante eventos inesperados que afectan
sus operaciones. Los pequeños errores en una o varias interacciones entre sus partes se
magnifican, y de allí los grandes costos financieros en que pueden incurrir: propensión a
sobrecostos en obras de construcción, grandes gastos para solucionar nuevas fuentes de
vulnerabilidad conforme sus sistemas envejecen y altos costos de limpieza conforme partes de
sus estructuras tienen que ser reemplazadas o colapsan (Ansar, Flyvbjerg, Budzier y Lunn, 2017).
Las fallas tecnológicas en empresas cada vez más grandes, entonces, podrían tener dimensiones
cada vez más gigantescas y afectar a más personas. La idea de que cuanto más grande es un
sistema es simplemente más beneficioso, es potencialmente una receta del fracaso. La burocracia
soviética no entendió esto último, y de allí la caída de la Unión Soviética.
Por otro lado, la fuerte competencia tecnológica y la gran ola desregulatoria que ha tenido lugar
en las últimas décadas, aunque benignas a simple vista, podrían acelerar la fragilidad de los
mercados globales de otra forma. Al permanecer en el mercado global únicamente las firmas
más competitivas, emerge una concentración del mercado en unas pocas compañías altamente
eficientes. Por lo tanto, las fallas que ocurran dentro de ellas – intencionadas o no – podrían
tener un alcance cada vez mayor porque existen menos empresas que sustituyan sus funciones
(Geer, 2003). La competencia excesiva destruye la diversidad, que es un requisito para que un
sistema sobreviva. Las empresas entonces podrían ser víctimas de su obsesión por la eficiencia.
Tenemos por consiguiente que el tamaño creciente de las empresas dentro y fuera de los
mercados que abastecen es un factor que podría llevar a la globalización al colapso, debido a
fallas de largo alcance si no se toman las medidas pertinentes.
El tamaño creciente afecta también a las instituciones que las regulan. Es mucho más fácil para
las empresas evadir impuestos, llevar dinero a paraísos fiscales y hacer arbitraje o captura
regulatoria conforme es más difícil supervisarlas por diversos entes de control, como se ha visto
que pasa con los grandes bancos estadounidenses. Entonces, las fallas de largo alcance no solo
podrían surgir en las empresas, sino también en los gobiernos.
2. Pandemias y virus electrónicos
Gracias a la globalización, muchos más medicamentos y de mejor calidad llegan a las áreas más
alejadas de las grandes ciudades, pero también ha crecido el alcance de las pandemias que han
tenido lugar en las últimas décadas. La gripe aviar, el virus AH1N1, la fiebre del ébola y el virus
del Zika son varios ejemplos de esto, y en un mundo crecientemente interconectado el alcance
podría ser mayor (Taleb, 2010).
Otro problema no menor es el de los virus electrónicos. En un mar de páginas de Internet y con
el desarrollo de tecnologías de ocultamiento cada vez más sofisticadas, el alcance de los virus
electrónicos podría ser mucho más grande.
3. Vulnerabilidad y Contagio Financiero
En línea con lo anterior, dos grandes fuentes de vulnerabilidad financiera son causa de
preocupación.
La primera proviene de la integración financiera (entendida como un número creciente de
instituciones), de la que comúnmente se piensa que hace al sistema más estable. Un número
creciente de instituciones podría aumentar la competencia y liquidez dentro del sistema, pero
también aumentar el número de maneras en las cuales las instituciones podrían colapsar como
fichas de dominó, incluso si cada una de las instituciones está moderadamente apalancada.
La segunda proviene de la diversificación del riesgo. No solamente es difícil diversificar respecto
del mercado sino que podría amplificar pérdidas. Supongamos que en el sistema financiero solo
existieran tres inversionistas llamados Hugo, Paco y Luis; y que se transaran huevos de distintas
clases. Ellos creen en la teoría del portafolio de Markowitz, así que los tres invierten, sin decirse
entre sí, en todas las clases de huevos para que su plata no se pierda por invertir en una sola
clase. Ellos creen que están diversificando el riesgo. Pero un día, por culpa de una mala noticia
el precio de una clase de huevo cayó duramente, y como los tres terminaron invirtiendo en lo
mismo, la caída de precios se volvió generalizada porque tuvieron que rebalancear sus portafolios
al perder plata. Los tres perdieron. En realidad, ni Hugo, ni Paco ni Luis estaban diversificando
el riesgo conjuntamente, porque cada uno de ellos lo estaba diversificando individualmente.
En síntesis, la integración financiera y la diversificación del riesgo podrían llevar al sistema
financiero potencialmente (y no per se) al colapso (Bardoscia, Battiston, Caccioli y Caldarelli,
2017). En ambos casos el número de obligaciones o inversiones podría aumentar de una manera
tal que se crean de manera inintencionada estructuras donde las pérdidas se amplifican. La
reciente explosión de ETFs (Exchange Traded Funds) y vehículos especiales de intermediación
hace que estas vulnerabilidades sean cada vez más evidentes.
4. Explosión de noticias falsas (Fake News)
El exceso de información y de fuentes de información que viene de la mano de la globalización
nos hace vulnerables a noticias falsas (Gudiño, 2018), y con el desarrollo de tecnologías de
inteligencia artificial podría ser cada vez más difícil saber cuál noticia es verdadera y cuál no, cuál
video es verdadero y cuál no, y cuál foto es verdadera y cuál no. La guerra propagandística que
tuvo lugar durante la Primera y Segunda Guerra Mundial podría estar de nuevo de moda, y la
confianza en los grandes medios de comunicación se podría desmoronar.
5. Disrupciones sociales
Los procesos de globalización a lo largo de la historia han hecho que sus descontentos estén más
interconectados, y por lo tanto han propiciado la aparición de movimientos que rechazan
abiertamente su existencia. Estos movimientos no cuestionan la globalización en sí misma en
principio porque esta es necesaria para que sus ideas sean difundidas, sino a que ciertas élites se
beneficien de ella. Anhelan que la globalización esté en sus manos (Milanović, 2018). La
expansión de Roma hasta el siglo V creó las condiciones para que las voces del cristianismo
tuvieran eco en todo el imperio; y la expansión de los mercados europeos en la segunda mitad
del siglo XIX dio pie a que las ideas marxistas se propagaran entre las clases trabajadoras-
industriales. ¿Por qué no podrían crecer movimientos igualmente poderosos que rechacen
abiertamente las élites de hoy?
Un argumento poderoso para pensar que estos movimientos podrían aparecer es que el modelo
actual de democracia participativa podría fallar en responder a las expectativas de los votantes,
en la medida que se vuelve inadecuado en solucionar los problemas complejos que enfrentamos
hoy (Bar-Yam y Woolsey, 2007). El razonamiento es el siguiente: la globalización no solo
aumenta el alcance sino también la complejidad de los escenarios sobre los que se toman
decisiones, y en la medida que esa complejidad aumenta, el poder de los electores se reduce
conforme una burocracia o cuerpo especializado adquiere mayor capacidad decisoria,
independientemente de que ese cuerpo sea elegido democráticamente o no. La democracia en
últimas reduce todo a un “sí” o “no”, un espacio muy limitado para decisiones complejas. Y no
solamente los intereses de este grupo pueden estar desalineados con los de los votantes como lo
predijo el politólogo Robert Michels con su Ley de Hierro, sino que se pueden tomar decisiones
erróneas, llevando al sistema al colapso debido a las disrupciones sociales que emerjan (Cárdenas,
Vidal, Urbina, Olivares y Fuentes, 2018).
Conclusiones y preguntas
La globalización emergió en un ambiente de optimismo tras la caída de la Unión Soviética. El
comunismo soviético como sistema hiper centralizado no pudo competir con una economía de
mercado en ese entonces más descentralizada que supo adaptarse a los nuevos desafíos
tecnológicos que trajo la expansión de los mercados internacionales desde los años ochenta. El
modelo de democracia impulsado por la nueva economía de mercado, además, fue exitoso en
vincular a muchos ciudadanos en la toma de decisiones (Bar-Yam y Woolsey, 2007).
Y es indiscutible que la globalización ha traído beneficios en términos de calidad de vida, pero
también ha traído mayor fragilidad al sistema económico actual: un alcance potencialmente
creciente de las fallas dentro de empresas o gobiernos; una mayor vulnerabilidad a pandemias,
virus y contagio financiero; y una mayor exposición a noticias falsas y disrupciones sociales. No
se puede defender la globalización sobre la base de que “los beneficios que provee son más
grandes que sus costos”, porque la existencia de eventos cisne negro hace que los beneficios y
costos sean inmedibles y variantes a lo largo del tiempo. La reducción de la pobreza y la
transición democrática en muchos países son dos de sus grandes logros, pero no está garantizado
que en el futuro estos logros se mantengan. Después de todo, los eventos extremos son
totalmente impredecibles… y las grandes ilusiones tarde o temprano se derrumban.
Si hasta el momento no ha sido posible imaginar con completitud un sistema mejor que el
capitalismo y por lo tanto este debe ser mejorado dado que en su forma actual se está volviendo
defectuoso, ¿es posible que el capitalismo evolucione hacia un estadio superior al de su fase de
globalización? De ser así, ¿cómo sería? Mientras que autores como Nassim Taleb y Yaneer Bar-
Yam han dado algunas luces al respecto, muchas preguntas quedan por responderse.
*Científico de Datos y Economista (Universidad del Valle). Las opiniones expresadas
aquí son totalmente personales, y no comprometen a ninguna organización pública o
privada. El autor no declara conflictos de interés. Todos los errores son del autor.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ansar, A., Flyvbjerg, B., Budzier, A. y Lunn, D. (2017). Big is Fragile: An Attempt to Theorizing
Scale. ArXiv, Quantitative Finance. Recuperado de https://arxiv.org/abs/1603.01416.
Bardoscia, M., Battiston, S., Caccioli, F. & Caldarelli, G. (2017). Paths towards Instability in
Financial Networks. Nature Communications, 8.
Bar-Yam, Y. y Woolsey, M. (2007). The Future of Democracy? New England Complex Systems
Institute Technical Report 05-01. Recuperado de
http://www.necsi.edu/research/NECSITechnicalReport2007-05-01.pdf.
Cárdenas, J., Vidal, G., Urbina, C., Olivares, G. & Fuentes, M. (2018). Social Crises: A Network
Model Approach, Physica A: Statistical Mechanics and its Applications, 505, 35-48.
Geer, D. (2003). CyberInsecurity: The Cost of Monopoly. Computer & Communications Industry
Association Report. Recuperado de
https://www.schneier.com/essays/archives/2003/09/cyberinsecurity_the.html.
Gudiño, J. (2018). ¿Cómo se volvieron virales las noticias falsas? El Mal Economista. Recuperado
de http://elmaleconomista.com/como-se-volvieron-virales-las-noticias-falsas/.
Milanović, B. (2018). On the Threshold of the Third Globalization: why Liberal Capitalism
might Fail?. Global Policy Journal Opinion, School of Government and International Affairs,
Durham University. Recuperado de
https://www.globalpolicyjournal.com/blog/21/08/2018/threshold-third-globalization-why-
liberal-capitalism-might-fail.
Taleb, N. (2010). The World in 2036. The Economist. Recuperado de
https://www.economist.com/news/2010/11/22/nassim-taleb-looks-at-what-will-break-and-
what-wont.

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