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RACIONALISMO: Corriente filosófica del S. XVII, dicho término hace referencia a cualquier posición
u opinión que conceda primacía a la razón. Corriente que sostiene que el conocimiento verdadero
y válido acerca de la realidad no procede de los sentidos, sino de la razón o del propio
entendimiento.
REALISMO. El realismo sostiene que podemos alcanzar la verdad por medio de la realidad, no
niega la posibilidad del error, pero lo considera como un accidente o una anomalía. Lo que si
admite es que el hombre tiene certezas legítimas. El realismo sostiene que espíritu humano puede
conocer al ser “en si”, y que la verdad consiste precisamente en la conformidad del juicio con la
realidad.
IDEALISMO: Es una doctrina moderna, aunque se le atribuye a Platón. El idealismo se dirige en dos
direcciones. La primera está representada por Hegel, la segunda por Fichte. Según Hegel, el
idealismo se ha tomado como una de las numerosas tentativas hechas por el hombre para
divinizarse, pues el poder de crear el mundo, que él atribuye al espíritu humano, es propio del
espíritu divino.
El intelectualismo es una corriente epistemológica que sostiene que la base del conocimiento la
forman conjuntamente la experiencia y el pensamiento, el intelectualismo sostiene junto con el
racionalismo que hay juicios lógicamente necesarios y universalmente válidos no sólo sobre
objetos ideales sino también sobre los objetos reales, pero mientras que el racionalismo considera
que estos conceptos o elementos de juicio son conceptos a priori de nuestra razón, el
intelectualismo los deriva de la experiencia.
El sujeto.
Se trata de la persona que conoce. Se llama también sujeto cognoscente. Es el que capta
algo, el que se posesiona con su mente de las características de un ser. Las facultades
cognitivas (ojos, oídos, entendimiento, etc.) posibilitan que haya alguien que se dé cuenta
de lo que pasa alrededor de él. Ese centro de conocimiento es el sujeto cognoscente.
El objeto.
Es la cosa o persona conocida. Siempre el sujeto conoce un objeto. El acto de conocer une
estos elementos, el sujeto y el objeto, de tal manera que la cosa conocida no se llamaría
objeto si no fuera porque es conocida. Y del mismo modo, la persona que conoce, se llama
sujeto por el hecho de conocer a un objeto. En esta correlación cognoscitiva, el sujeto se
modifica durante el acto del conocimiento. En cambio, el objeto queda tal cual.
La representación.
En las facultades cognoscitivas del sujeto se producen ciertas representaciones; y se llaman
así porque de algún modo tratan de reproducir en la mente del sujeto lo que pasa en el
exterior. Cualquier persona puede darse cuenta de esto, cerrando por un momento los ojos y
reproduciendo en su interior la imagen de los objetos que tiene alrededor.