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EMPIRISMO: Corriente contraria a la racionalista; el empirismo sostiene que el conocimiento

proviene de los sentidos, o sea, de la experiencia sensible.

Es un movimiento filosófico que tiene muchas ramificaciones, el rasgo en común es admitir la


experiencia como medio de conocimiento. Ahora bien, en el empirismo el papel de la inteligencia
queda reducido al mínimo, o más bien no se reconoce, aunque de hecho se emplee. Representado
por John Locke (1632-1704), George Berkeley (1686-1753) y Hume (1711-1776).

RACIONALISMO: Corriente filosófica del S. XVII, dicho término hace referencia a cualquier posición
u opinión que conceda primacía a la razón. Corriente que sostiene que el conocimiento verdadero
y válido acerca de la realidad no procede de los sentidos, sino de la razón o del propio
entendimiento.

Es exactamente lo contrario al empirismo. Se comprende que el principal argumento del


racionalismo sea la importancia del empirismo para explicar el conocimiento intelectual, y
especialmente el conocimiento científico que rebasa manifiestamente los datos brutos. Máximos
Exponentes, René Descartes (1596-1650), Baruch Spinoza (1632-1677) y Wihelm Leibniz (1646-
1716)

REALISMO. El realismo sostiene que podemos alcanzar la verdad por medio de la realidad, no
niega la posibilidad del error, pero lo considera como un accidente o una anomalía. Lo que si
admite es que el hombre tiene certezas legítimas. El realismo sostiene que espíritu humano puede
conocer al ser “en si”, y que la verdad consiste precisamente en la conformidad del juicio con la
realidad.

IDEALISMO: Es una doctrina moderna, aunque se le atribuye a Platón. El idealismo se dirige en dos
direcciones. La primera está representada por Hegel, la segunda por Fichte. Según Hegel, el
idealismo se ha tomado como una de las numerosas tentativas hechas por el hombre para
divinizarse, pues el poder de crear el mundo, que él atribuye al espíritu humano, es propio del
espíritu divino.

FENOMENALISMO: Es una doctrina conciliadora entre el realismo y el idealismo, por


cuanto nos dice que el conocimiento se encuentra tanto en el objeto como en el sujeto.

Apriorismo El Apriorismo es la doctrina filosófica que defiende que se puede adquirir


conocimiento acerca del mundo real sin recurrir para nada a algún tipo de experiencia, también
considera que la razón y la experiencia son a causa del conocimiento. Según esta corriente el
conocimiento se deriva de principios innatos autoevidentes absolutamente independientes de
toda experiencia. <br />Los contenidos de la experiencia son totalmente indeterminados,
representan un puro caos, sin ningún orden, ni regla, ni forma. Reciben todas sus determinaciones
por actividades espontáneas de la conciencia y de la razón.<br />
Es la teoría filosófica sobre el origen del conocimiento que concibió KANT, en un intento de
conciliar el racionalismo con el empirismo, pero en forma distinta del intelectualismo

El intelectualismo es una corriente epistemológica que sostiene que la base del conocimiento la
forman conjuntamente la experiencia y el pensamiento, el intelectualismo sostiene junto con el
racionalismo que hay juicios lógicamente necesarios y universalmente válidos no sólo sobre
objetos ideales sino también sobre los objetos reales, pero mientras que el racionalismo considera
que estos conceptos o elementos de juicio son conceptos a priori de nuestra razón, el
intelectualismo los deriva de la experiencia.

Elementos del conocimiento

El sujeto.
Se trata de la persona que conoce. Se llama también sujeto cognoscente. Es el que capta
algo, el que se posesiona con su mente de las características de un ser. Las facultades
cognitivas (ojos, oídos, entendimiento, etc.) posibilitan que haya alguien que se dé cuenta
de lo que pasa alrededor de él. Ese centro de conocimiento es el sujeto cognoscente.
El objeto.
Es la cosa o persona conocida. Siempre el sujeto conoce un objeto. El acto de conocer une
estos elementos, el sujeto y el objeto, de tal manera que la cosa conocida no se llamaría
objeto si no fuera porque es conocida. Y del mismo modo, la persona que conoce, se llama
sujeto por el hecho de conocer a un objeto. En esta correlación cognoscitiva, el sujeto se
modifica durante el acto del conocimiento. En cambio, el objeto queda tal cual.
La representación.
En las facultades cognoscitivas del sujeto se producen ciertas representaciones; y se llaman
así porque de algún modo tratan de reproducir en la mente del sujeto lo que pasa en el
exterior. Cualquier persona puede darse cuenta de esto, cerrando por un momento los ojos y
reproduciendo en su interior la imagen de los objetos que tiene alrededor.

En el fenómeno del conocimiento, el papel de estas representaciones es capital; tanto que


algunos autores llaman “conocimiento” precisamente a tales representaciones. Nosotros
llamaremos conocimiento a todo fenómeno que envuelve los cuatro elementos aquí
descritos.

La representación interna es, pues, un contenido intramental que se refiere a un objeto. El


objeto, la mayoría de las veces es extramental, o sea, fuera de la mente.
La operación.
El acto de conocer. Es el proceso psicológico necesario para ponerse en contacto con el
objeto y lograr obtener una representación fiel de dicho objeto.
La operación cognoscitiva es instantánea. En cambio la representación obtenida perdura en
el interior del sujeto, en su memoria, de la cual se puede extraer en el momento que se
quiera con un nuevo esfuerzo mental.

Hay que tener cuidado de no confundir la operación con la representación. La operación


cognoscitiva es un esfuerzo mental, y la representación es el resultado de ese esfuerzo. La
operación es momentánea, y la representación es permanente, o sea, permanece en la mente
del sujeto.

“Es la operación por la cual un sujeto obtiene representaciones internas de un objeto”


Niveles del conocimiento
"Metodología Científica".
El hombre nunca actúa directamente sobre las cosas. Siempre hay un intermediario, un instrumento entre él y
sus actos.
Pero, ¿qué es conocer? Es una relación que se establece entre el sujeto que conoce y el objeto conocido. En
el proceso del conocimiento, el sujeto se apropia, en cierta forma, del objeto conocido.
El conocimiento siempre implica una dualidad de realidades de un lado, el sujeto cognoscente y, del otro, el
objeto conocido, que es poseído en cierta manera, por el sujeto cognoscente. El pensamiento es un
conocimiento intelectual.
Mediante el conocimiento, el hombre penetra las diversas áreas de la realidad para tomar posesión de ella.
Ahora bien, la propia realidad presenta niveles y estructuras diferentes en su constitución.
Se tienen así cuatro especies de consideraciones sobre la misma realidad, el hombre, y, en consecuencia,
tenemos cuatro niveles diferentes de conocimiento.
 Conocimiento empírico.
 Conocimiento científico.
 Conocimiento filosófico.
 Conocimiento teológico.
Conocimiento empírico.
También llamado vulgar, es el conocimiento popular, obtenido por azar, luego de innumeras tentativas. Es
ametódico y asistemático.
A través del conocimiento empírico, el hombre común conoce los hechos y su orden aparente, tiene
explicaciones concernientes a las razones de ser de las cosas y de los hombres, todo ello logrado a través de
experiencias cumplidas al azar, sin metido y mediante investigaciones personales cumplidas al calor de las
circunstancias de la vida; o valido del saber de otros y de las tradiciones de la colectividad; e, incluso, extraído
de la doctrina de una religión positiva.
Conocimiento científico.
Este conocimiento va más allá del empírico: por medio de él, trascendido el fenómeno, se conocen las causas
y las leyes que lo rigen. Es metódico. Conocer verdaderamente, es conocer por las causas.
De ahí las características del conocimiento científico:
 Es cierto, porque sabe explicar los motivos de su certeza, lo que no ocurre con el empírico.
 Es general, es decir, conoce en lo real lo que tiene de más universal, válido para todos los casos de la misma
especie. La ciencia, partiendo de lo individual, busca en él lo que tiene en común con los demás de la misma
especie.
 Es metódico, sistemático. El sabio no ignora que los seres y los hechos están ligados entre sí por ciertas
relaciones.
Conocimiento filosófico.
Este conocimiento se distingue del científico por el objeto de la investigación y por el método. El objeto de
las ciencias son los datos próximos, inmediatos, perceptibles por los sentidos o por los instrumentos, pues,
siendo de orden material y físico, son por eso susceptibles de experimentación. El objeto de la filosofía está
constituido por realidades inmediatas, no perceptibles por los sentidos, las cuales, por ser de orden
suprasensible, traspasan la experiencia.
En la acepción clásica, la filosofía estaba considerada como la ciencia de las causas por sus causas
supremas. Modernamente, se prefiere hablar del filosofar. El filosofar es un interrogar, un continuo cuestionar
sobre sí y sobre la realidad. La filosofía es una búsqueda constante de sentido, de justificación, de
posibilidades, de interpretación al respecto de todo aquello que rodea al hombre y sobre el hombre mismo, en
su existencia concreta.
Oportunamente Jaspers, en su Introducción a la Filosofía coloca la esencia de la filosofía en la búsqueda del
saber y no en su posesión. La filosofía se traiciona a sí misma y se degenera cuando es puesta en fórmulas.
La filosofía procura comprender la realidad en su contexto más universal. No da soluciones definitivas para un
gran número de interrogantes. Habilita, entonces, al hombre en el uso de sus facultades para ver mejor el
sentido de la vida concreta.
Conocimiento teológico.
El conocimiento relativo a Dios, aceptado por la fe teológica, constituye el conocimiento teológico. Es aquel
conjunto de verdades a las cuales los hombres llegan, no con el auxilio de su inteligencia, sino mediante la
aceptación de los datos de la revelación divina. Se vale, de modo especial, del argumento de autoridad. Son
los conocimientos adquiridos a través de los libros sagrados y aceptados racionalmente por los hombres,
después de haber pasado por la crítica histórica más exigente. El contenido de la revelación, hecha la crítica
de los hechos allí narrados y comprobados por los signos que los acompañan, se reviste de autenticidad y de
verdad.
Pasan tales verdades a ser consideradas como fidedignas y por tal razón son aceptadas. Esto se cumple con
base en la ley suprema de la inteligencia: aceptar la verdad venga de donde viniere, en tanto que sea
legítimamente adquirida.
A pesar de todo, no podemos decir que sólo se usa un tipo de conocimiento, todos están relacionados unos
con otros, de tal suerte que el científico utiliza su experiencia propia y usa la filosofía para que, ayudado por
los resultados que obtuvo aplicando el método científico, de una explicación al fenómeno. Esto es igual con
los demás niveles de conocimiento.

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