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VIDA
DE LA B. MARIANA DE JESUS
DE PAREDES Y FLORES,
CONOCIDA VLLMRMENTE BAJO EL NOMBRL
b c la
esenta antiguamente
POR EL P. JACINTO M ORAN DE BUTRON,
<fe l a C o m p a ñ ía ele J e s ú s ,
IMPRESA EN MADRID
y reim jiresa en QUITO, en la im prenta de V. V alentin.
1 8 5 «.
E.1.H.V.4 „„
mmnmn.
Desde que la liberalidad de N. Santísimo Padre PIO IX elevó
á los altares á la Venerable Virgen M ariana de J esús para que se
le dé el debido culto, la piedad religiosa del clero y pueblo ecuatoriano, y
especialmente del de Quito, patria de esta gloriosa heroína, lia de
mandado con encarecimiento y entusiasmo la obra en que consta su
vida y milagros escrita por el P Moran de Butrón. Esta exigencia públi
ca no podía ser satisfecha inmediatamente reimprimiendo dicha obra,
sino después de algún trabajo y consagración para presentarla á los lec
tores en mejor estilo y coireccion, como ya habíamos principiado,
cuando hemos sido relevados de este con la que ha aparecido im
presa en Madrid el año pasado de 1854, correjida por un sacer
dote de la Compañía de Jesús, al que debemos esta adquisicipn llena de
mérito, por su lenguaje y esciupulosa conformidad en los hechos con
la escrita por el P. Moran, y por haber comprendido perfectamente, al
presentarla al público, la necesidad de dárnosla conforme al gusto
del siglo; así que, habiendo llegado á ser satisfecha esta demanda, y esti
mulados por la piedad del dignísimo Arzobispo de esta Arquidiócesis Ilus-
trísimo Sor. Dor. DonFrancisco Javier Garaicoa, bajo cuyos auspicios y
protección se reimprime, creemos será aceptada con agrado; pues
esta obra contiene ademas un capítulo en el que se refieren otros
milagros, declarados eminentes por la autoridad de la Iglesia, sacados
de los procesos que existen en la Cuna romana, de los que carece la
antigua obra del referido P. Moran Lo único que hemos tenido que
correjir por nuestra parte, en la presente obra, ha sido el error de una
cita geográfica, que al hablar del lugar del nacimiento de Mariana ha
ce figurar la ciudad de Quito, capital de la República del Ecuador, co
mo lugar perteneciente á la del Perú, advertencia que nos anticipamos
á hacerla, para que no se crea que esta corrección nos ha llevado inde
bidamente á otras; pues en lo demas la impresión se hace ann con la
misma ortografía de la edición impresa en Madrid.
Felicitémonos, pues, con el mismo autor, por haber contribuido así
á la mayor gloria de Dios; á la veneración de una compatriota que col
mada de virtudes eminentes es el honor y lustre de este suelo, y por
que su publicación satisface la ansiedad de un pueblo altamente religio
so y católico, que en esta lectura aspira á imitar las virtudes de la que
es el acabado modelo de perfección y santidad.
L ic e n c ia d o don J u a n M a n u e l V ela sc o .
Si W bSftfc'É«.
LIBRO I.
■VACmiENTO 1 riíIMERA EDDI'ACIOAI DE M IR IA M
CAPITULO I.
P atria } padres .d e la beata M n a n a de Jesús. i
CAPITULO II.
Piow dencia m ilagrosa con que protege ) s a l\a el cielo la vida de la niña
M ariana
I
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
8
en cuyo valle amenísimo, distante doce leguas de la ciu
dad, tenia aquella señora algunas posesiones; y estando
ya á la mitad de la travesía tropezó con violencia el ani
mal en una gruesa piedra, desencajada sin duda por la
furia de la corriente, y al doblar, como era natural, am
bas rodillas, soltó de sus brazos la madre á su niña por
uno de aquellos ímpetus en que acude la naturaleza ex
clusivamente á salvarse como por instinto. No es para
descrita la congoja de su alma al punto que sucedió en
ella la reflexión á la sorpresa, tanto mas que no sabia
perdonarse á sí misma el haberse dejado vencer de las
reiteradas instancias de los que la animaban á vadear el
rio y hacerse superior á no se qué funesto presentimien
to. Bien que por aquella vez no pudo lograr mas el de
monio, pues acudiendo la omnipotencia de Dios, perpetuo
y poderoso guardador de Mariana, la sostuvo con un cú
mulo de portentos sobre las aguas, las cuales, como si se
hubieran consolidado de repente, no solo no la envolvie
ron, ni arrastraron con su corriente, sino que respetaron
hasta su calzado y vestidos, sin poderse descubrir luego
en ellos la mas mínima señal de haberse humedecido. El
tránsito repentino de la lobreguez de una oscura noche
á la claridad del dia lleno, no bosquejaría bien lo que pa
só en el corazón de aquella madre al ver á su adorada Ma
riana sostenida por una mano invisible en medio de las
aguas, y dando tiempo á que su mayordomo Hernando
Palomeros, que guiaba la comitiva, retrocediese desde la
orilla opuesta, y absorto y fuera de sí la tomase respetuo
samente entre sus brazos para restituirla á los de quien
la veia nacida segunda vez después de llorarla muerta.
Nada tiene de extraño que siendo distinguida Maria
na con tan marcadas señales de una proteeeioñ especial
y privilegiada del cielo, la amase sin medida su madre y
todos la respetasen y tuviesen en concepto de criatura
mui querida de su Dios; y mas si se agrega que observán
dola con singular atención por lo mismo, descubrían en
ella cosas ajenas de todo punto de sus infantiles años: un
peso, una moderación, un juicio como de persona provec
ta, una inclinación exclusiva y nunca desmentida á los *
CAPITULO III.
M ayores finezas de M aria n a p ara con su Dios ) nuevos favores que le
m ereció en la niñez
CAriTULO IV.
Prosigue el mismo argum ento con siem pre nue\as finezas entre M ariana
y su Dios
CAPITULO V.
Santo tenor de vida de M ariana: su devoción á los cortesanos del cielo ,,
en especial á la Santísim a V irgen quien la favarece ex trao rd in ariam en te, svu
fervor en la prim era com unión que recibe á los siete años.
CAPITULO VIL
Rem it v i M a m u t t los d ic / años el voto perpetuo de castidad. y añade lis
de pobreza ) obediencia—Concibe > o i d t m r l pl tn d e s tí n de su c i s t p a r a
c o m e rtu infieles y el S tfíoi st lo d e s b u .iti
CAPITULO VIH.
Huye M ariana al desierto, y su Dios la vuelve á casa con un prodigio.
CAPITULO IX.
Impide Dios el designio de los parientes de M ariana, que la quieren ver re
ligiosa. A los doce años em prende vida solitaria en su propia casa.
CAPITULO X.
~~Breve íe s e ñ a d e la s virtudes heroicas de doña Juana Caso, sobrina de la
beata M ariana de Jesús
CAPITULO XI.
Santa vida y dichosa m uerte de la esclarecida virgen doña Sebastiana de
Caso.
CAPITULO I.
Industrias de la venerable virgen M ariana con que procura tener la idea dt
la m uerte por despertador continuo p ara entregarse á la penitencia
CAPITULO II.
Rígida distribución de las horas del día y de la noche entablada por M aria
na en su retiro.
CAPITULO III.
C rueles disciplinas con que castigaba M ariana su delicado cuerpo.
CAPITULO IV.
Rigor espantoso de sus cilicios.
Como las llagas de Mariana eran hechura del amor,
al amor le tocaba vendarlas, y lo hacia con cilicios, pero
tan ásporos y crueles, que solo el leer su descripción
aturde y espanta. Pasoron de treinta los que se hallaron
después de su muerte, unos de asperísima cerda, otros
de puntas de alambre, de eslabones de hierro, de cade
nillas de acero armadas de puntas, de rallos y de car
das mui menudas y penetrantes. Ansiando ella siempre
que todos sus miembros dieran gloria á su Dios, los sen
tenció uno por uno á singular martirio, á escepcion de
la cara y garganta, porque nadie echase de' ver su tor
mento. Tenia para la cabeza dos coronas, una de cardas
CAPITULO Y.
Singulares penitencias de M anana los viernes su costum bre de ímitai á lo
v i\o la crucifixión de su esposo.
CAPITULO VIL
Invención austeiísim a de M ariana j»ara padecer m ientras daba algún des
canso a. su cuerpo
CAPITULO VIH.
Abstinencia singular y ayunos estraordinanos de M ariana
c A ra m o ix.
Pide M ariana á su esposo que no se le conozcan por fuera sus a) uno* )
penitencias, y lo consigue
CAPITULO X.
H eroica mortificación de la penitente V irgin en no beber agua estando
hidrópica
CAPITULO XI.
Mortificación portentosa de sus sentidos
CAPITULO I.
Su fe viva y su firme esperanza en Dios
CAPITULO II.
De su abrasada caridad para con Dios
CAPITULO III.
Su caridad para con las almas de sus prójimos
CAPITULO IV.
C aridad de M ariana p a ra con sus prójim os en lo tocante I rps cuerpos.
No iria fuera de camino quien comparase la caridad
de la ínclita virgen Mariana de Jesús con la palma, por
dos razones: la primera, porque cuanto mas excelsa es la
palma, mas la inclina hácia el suelo el peso de su fruto,
así como la caridad de Mariana para con Dios, al paso que
se remontaba hácia los cielos mirando siempre al sol di
vino, se inclinaba siempre hácia la tierra para emplear
como fruto en su prójimo toda clase de obras de miseri
cordia. La segunda conveniencia de esta comparación ó
semejanza consiste en que así como para que fructifique
la palma, ha de estar plantada en pais templado y no en
suelo frió, y solo en el primer caso da fruto copioso; así
CAPITULO V.
De la virtud de la religión que resplandeció en M ariana, de su devoción á la
pasión de Jesús, á su Santísim a m adre y á los santos.
CAPITULO VI.
Su devoción a Jesucristo Sacram entado
CAPITULO VIL
Fervoro.®a oración de M ariana: sequedades y desconsuelosV on que su divino
esposo la prueba: m odo m aravilloso con que los tru eca en delicias.
CAPITULO VIII.
Breve noticia del venerable herm ano H ernando de la Cruz
CAPITULO IX.
Votos de pobreza, castidad y obediencia que hizo M ariana, y cómo los
observó.
CAPITULO X.
Paciencia in a lte rab le, conform idad p erfecta con la voluntad divina, hum il
dad profundísim a de M ariana de Jesús
CAPITULO XI.
S u p lic a M ariana á su esposo que no la lleve por e l cam ino de visiones y r e
velaciones; pero no lo consigue, como lo dem uestran algunas que en este
mismo capítulo se refieren.
CAPITULO XII.
A lgunas revelaciones prodigiosas, que debió M ariana á la intim idad con
su divino esposo.
CAPITULO XIII.
Se refieren algunas de las innum erables piedicciones de M ariana en prueba del
espíritu de profecía con que la ennqueció su esposo
CAPITULO XIV.
M ilagros que obró en vida M ariana de Jesus.
CAPITULO XV.
M ilagros que obró M ariana p o r intercesión de santa R osa de L im a, y otros
varios debidos á su ca n d ad p ara con el prójim o.
CAPITULO I.
Ofrece M ariana su vida á Dios por la salud de su patria, ) el Señor acep
ta el sacrificio
CAPITULO II.
U ltim a enfeim edad de M ariana y ejem plos de virtudes que dio en ella
CAPITULO III.
Píenle el habla M anana tie» días antesde su m u e rte ,) pápele» que esenbe
como por testamento
CAPITULO IV.
P reciosa m uerte de M ariana de Jesús
CAPITULO V.
V eneración extraordinaria de la ciudad hacia M ariana difunta, j sucesos pio-
digiosos acaecidos antes de su entierro
CAPITULO VI.
Sucesos prodigiosos en casa de la difunta 'urgen: honras ) traslación de su
cuerpo á la bóveda de n uestra Señora de Loreto
CAPITULO VII.
Veneración que mereció M ariana difunta á sus paisanos, y elogios que de ella
hicieron sus confesores.
CAPITULO VIH.
A pariciones de la sierva de D ios y m ilagros que obró el S eñor po r su
mediación con doña G erónim a de Paredes.
CAPITULO IX.
M ilagros que se dignó de obrai el Señor por la invocación y el le tra to d e
M ariana
CAPITULO X.
Curaciones m ilagrosas obradas por Dios con el contacto de algunas reliquias
de M ariana.
CAPITULO XI.
Singular patrocinio que ha mostrado M ariana con las m ujeres que estaban
de parto.
INDICE.
LIBRO PRIMERO.
P ag
LIERO TERCERO.
Heroicas virtudes de Mariana de Jesús y dones piodigiosos con
que la favoreció el cielo durante su vida................................. 141
C a pítu lo I.— Su fe viva y su firme esperanza en Dios. . . íbid.
C ap . II. D e su abrasada caridad para con D ios...................... 147
C a p . III.— Su caridad para con las almas de sus prójimos. . 155
C a p . IV.— Caridad de M anana para con sus prójimos en lo to -
cante á los cuerpos............................................................ . 162
C a p . V.— De la virtud de la religión que resplandeció en Ma- >
riana, de su devoción á la pasión de Jesús, á su Santísima
madre y á los santos...................................................... . 169
C \ p . V I—Su devoción á Jesucristo Sacramentado. . . . .178
C ap . VII.— Fervorosa oración de Mariana- sequedades y descon
suelos con que su divino esposo la prueba- modo maravilloso
con que las trueca en delicias...................... . . . . 184
C a p . VIH.— Breve noticia del venerable hermano Hernando de
la Cruz...................................... ...................... ......................195
C a p . IX.— Votos de pobreza, castidad y obediencia que hizo Ma
riana, y cómo los observó. . 202
C a p . X.— Paciencia inalterable, conformidad perfecta con la vo
luntad divina, humildad profundísima de Mariana de Jesús . . 212
C a p . XI. Suplica Mariana á su esposo que no la lleve por el
camino de visiones y revelaciones, pero lio lo consigue como lo
demuestran algunas que en este mismo capítulo se refieren. . 218
C ap XII.— Algunas revelaciones prodigiosas que debió Manana
á la intimidad con su e s p o s o ...................................................... 222
C a p . XIII.— Se refieren algunas de las innumerables predicciones
de Mariana en prueba del espíritu de profecía con que la en
riqueció su esposo. . . ........................ . . . . . 227
C a p . XIV.— Milagros que obró en vida Mariana de Jesús. . . 239
C a p . XV.— Milagros que obró Mariana por intercesión de santa Rosa
de Lima, y otros varios debidos á su caridad para con el piójimo. 244
FIN.