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“FRANCISCO DE MIRANDA”
PROGRAMA: MEDICINA
TEMA 3
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Aunque puedan tener origen distinto, una vez que el cuerpo entra en estado de shock hay
signos y síntomas generales que revelan que el problema inicial se ha agravado y el
accidentado efectivamente ha entrado en shock:
El principal signo que llama la atención en un shock es que la presión arterial es muy
baja, acompañada de un pulso muy rápido pero débil.
El afectado siente ansiedad y agitación, y temblores.
Presencia de cianosis, es decir, mucosas (labios y encías) y uñas azuladas. Se produce
como consecuencia del bajo aporte de oxígeno.
Escalofríos. La piel está húmeda y pálida, como de color grisáceo, y hay sudoración
abundante.
Respiraciones lentas y superficiales. También puede ocurrir el caso contrario, rápidas
y profundas, lo que dará lugar a hiperventilación.
Síntomas neurológicos, como mareos, vértigo, desmayos e incluso pérdida de
conocimiento. También son frecuentes los vómitos.
Dolor torácico y dificultad para respirar.
FASES DEL SHOCK
• Una fase no progresiva inicial, durante la cual se activan los mecanismos compensadores
reflejos y se mantiene la perfusión de los órganos vitales.
• Una fase irreversible, en la que las lesiones celulares y tisulares tienen una gravedad tal
que, aunque se corrigieran los defectos hemodinámicos, la supervivencia resultaría
imposible.
Fase 1 o No Progresiva
Una vez que se ha producido la baja de presión por un motivo X, comienza una serie de
fenómenos compensatorios liderados principalmente por acciónde los barorreceptores y los
receptores de estiramiento vascular de baja presión. Al activarse ambos, se generan reflejos
simpáticos que estimulan la vasocontricción generalizada, esto provoca una seguidilla
de eventos:
1. Las arterias se contraen
2. esto aumenta las resistencias periféricas
3. que conlleva a un aumento en la presión arterial
4. Las venas y reservorios venosos de contraen, manteniendo constante el retorno venoso.
5. Hay un aumento directo por estos reflejos de la frecuencia cardiaca.
6. En conjunto, esto incrementa el gasto cardiaco,
7. que junto con el aumento en la presión sanguínea, es posible irrigar bien el corazón y
del cerebro (órganos muy sensibles a la hipoxia) en desmedro de los territorios no
vitales o periféricos (piel, músculos, etc)
8. Debido a esto último, es que hay una baja en la temperatura y la presencia de posibles
calambres musculares.
9. Como este es un mecanismo de stress, también se secretan hormonas como cortisol,
adrenalina y glucagón. Cosa de aumentar la glicemia.
10. Esto, por aumento de la osmolaridad en el plasma, trae consigo un aumento en la
captación de agua desde el intersticio.
Fase 2 o Progresiva.
Si no fuese suficiente todo lo que se ha hecho para reestablecer la presión sanguínea. Se entra
de lleno a la fase dos, donde se produce una descompensación por agotamiento de los reflejos
y un feedback positivo en la evolución del shock, proceso solo presente en la
microcirculación, ya que debido a la gran cantidad de sustancias tisulares, esta colapsa. Lo
que no ocurre con los grandes vasos.
Cuando no se realizan las intervenciones apropiadas, el proceso acaba entrando en una fase
irreversible. Las lesiones celulares generalizadas se traducen en la extravasación de enzimas
lisosómicas, que agravan todavía más el estado de shock. La función contráctil del miocardio
empeora, debido, en parte, a la mayor síntesis de óxido nítrico. El intestino isquémico permite
la entrada a la circulación de la flora intestinal, lo que puede inducir la aparición de un shock
bacteriémico superpuesto. Es frecuente la progresión a insuficiencia renal por la lesión
isquémica del riñón y, a pesar de las mejores intervenciones terapéuticas, esta espiral de
deterioro con frecuencia culmina en la muerte.
Fase 3 o Irreversible
Una vez que la fase dos continúa, se llega a una etapa en la que no hay vuelta atrás, debido
al gran deterioro que ya se está estableciendo.
• El shock séptico se debe a una vasodilatación arterial con estancamiento de sangre venosa
secundaria a la respuesta inmunitaria sistémica frente a una infección microbiana.
Causas: El shock séptico ocurre con más frecuencia en las personas de edad muy
avanzada y en las muy jóvenes. También puede ocurrir en personas que tienen un
sistema inmunitario debilitado. El shock séptico puede ser causado por cualquier tipo
de bacteria. Hongos y (en pocas ocasiones) virus pueden también causar la afección.
Las toxinas liberadas por bacterias u hongos pueden causar daño tisular. Esto puede
llevar a que se presente presión arterial baja y funcionamiento deficiente de órganos.
Algunos investigadores creen que los coágulos sanguíneos en las pequeñas arterias
ocasionan la falta de flujo de sangre y el funcionamiento deficiente de órganos.
Síntomas: Brazos y piernas fríos y pálidos, Temperatura alta o muy baja, Escalofríos,
Sensación de mareos, se produce muy poca orina, Presión arterial baja, especialmente
cuando está de pie, Palpitaciones, Frecuencia cardíaca rápida, Alteración del estado
mental: inquietud, agitación, letargo o confusión, Dificultad para respirar, Erupción
en la piel o decoloración de la piel
A pesar de los avances médicos de las últimas décadas, el shock séptico sigue siendo un
terrible problema clínico. Este cuadro provoca la muerte al 20% de los afectados y causa
200.000 muertes anuales en EE. UU., siendo la principal causa de muerte en las unidades de
cuidados intensivos. La incidencia es cada vez mayor, de forma irónica, en parte porque ha
mejorado el soporte vital de los pacientes críticos y también porque ha aumentado el número
de procedimientos invasivos y pacientes inmunodeprimidos (por quimioterapia,
inmunodepresión o infección por VIH). En el shock séptico, la vasodilatación arterial y
venosa sistémica provoca una hipoperfusión de los tejidos, aunque se conserve el gasto
cardíaco o incluso aumente inicialmente. La reducción del tono vascular se asocia a una
activación generalizada de las células endoteliales, que, con frecuencia, activa un estado de
hipercoagulabilidad que se manifiesta como una CID. Además, el shock séptico se asocia a
alteraciones del metabolismo que suprimen de forma directa la función celular y tisular. El
efecto neto de estas alteraciones es la hipoperfusión y la disfunción de múltiples órganos. En
la actualidad, las bacterias grampositivas son la causa más frecuente de shock séptico,
seguidas de las gramnegativas y los hongos. Aunque en algún momento se pensaba que estas
infecciones debían ser diseminadas para ocasionar un shock séptico, las infecciones
localizadas en un tejido específico pueden iniciar una septicemia, aunque no se produzca
ninguna extensión detectable a la corriente circulatoria. La capacidad de los distintos
gérmenes de precipitar un shock séptico es compatible con la idea de que distintos elementos
de los microbios pueden iniciar este proceso. Cabe destacar que los macrófagos, neutrófilos,
células dendríticas, células endoteliales y los componentes solubles del sistema inmunitario
innato (p. ej., complemento) reconocen y se activan por una serie de sustancias derivadas de
los gérmenes. Cuando se activan, estas células y los factores solubles inician una serie de
respuestas inflamatorias que interaccionan de una forma compleja y no comprendida por
completo para causar el shock séptico. Hay que decir que también se puede provocar una
respuesta inflamatoria generalizada parecida — el denominado síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica (SRIS)—, sin ninguna infección aparente de base; entre las causas
destacan traumatismos o quemaduras extensas, la pancreatitis y la isquemia difusa.
Es difícil predecir el pronóstico de los pacientes con septicemia; en general los que tienen
infecciones generalizadas y enfermedades asociadas tienen una mortalidad mayor, pero
incluso pacientes jóvenes y sanos con infecciones virulentas (p. ej., septicemia por
meningococo) pueden fallecer en pocas horas.