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 ESTO CREEMOS

Por James L. Slay

Traductor: Leopoldo Domínguez

Revisor: Hiram Almirudiz

Editor: Héctor Camacho H.
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Copyright: 1963
Pathway Press
Cleveland, Tennessee

DEDICATORIA

A Rusty y a J erry: Dados por Dios para

Primera Edición Hispana nuestra felicidad, y para tener en ellos el
Autorizada por el Comité de Misiones de la Iglesia privilegio de entrenar a alguien para Su
de Dios y por el autor. gloria y Su reino.

Derechos Reservados: 1969

Edición en español
Editorial Evangélica
San Antonio, Texas
 PRE AMBULO
Un movimiento, no importa cuán vigoroso sea,
no puede sobrevivir mucho tiempo con una fe ba-
sada meramente en un asentimiento mental o am-
biguo. Debe prepararse para afirmaciones intelec-
tuales precisas. El contenido de este libro, Esto
Creemos, cuyo autor es el Rev. James L. Slay, es
un estudio de las doctrinas básicas de la Iglesia de
Dios.
James L. Slay ha sido conocido por un cuarto
de siglo como "Un predicador de predicadores". Su
excelente oratoria en el púlpito, su natural ingenio
¡ y fiel exposición escritura! le han sostenido en
; ! constante demanda. Slay fue criado en la familia
de un predicador pentecostal y asistió al Instituto
Central Bíblico en Spríngfield, Missouri. Durante
el principio de su ministerio fue reconocido amplia-
mente por su trabajo como evangelista. En años
posteriores satisfizo tres de los más distinguidos
púlpitos de su denominación y también sirvió a su
iglesia como Supervisor de Estado. Por un año de-
sempeñó la misión de predicar en Africa del Sur.
Actualmente ocupa el importante puesto de Secre-
tario-Ejecutivo de Misiones de la Iglesia de Dios,
para el Campo Misionero Mundial. Ha fungido
también como miembro del Concilio Ejecutivo.
Durante estos atareados años en los púlpitos del
mundo, Slay ha continuado su empeño educativo en
las salas de clase y en su investigación personal.
Obtuvo los títulos de Bachiller y Maestría en Artes
de la Universidad de Chattanooga, aunque sus
conocimientos van mucho más allá de lo que se
incluye en estos títulos. Durante los pasados diez
años, los resultados de su prolífica pluma le han
traído reconocimientos como autor, así como le hizo
conocido como predicador, su depurado estilo.
Raramente se da una comisión tan ardua como
al autor de Esto Creemos. La Iglesia de Dios sabe
lo que cree y predica, e imprime lo que cree; pero
hasta este punto, Ja iglesia no había sistematizado
su regla de Fe en un trabajo definido. Que tal tra-
'
'
1
1
bajo no haya sido producido, no representa falta
·. j
de interés en la teología. Mas bien, probablemente
se debe a las forma en que históricamente hemos
dependido en la Palabra pura como nuestra guía
doctrinal. El autor Slay, por tanto no ha tenido
volúmenes denominacionales a los c~ales consultar
para presentar un resumen de lo que creemos. Ha
tenido ademas que enfrentarse a la tarea de inter-
pretar la terminología técnica de los teólogos para
expresarla en el lenguaje de los laicos en ~n pe-
queño volumen. Todo esto, lo ha efectuado admi-
r~blem~nte, produciendo uno de los más significa-
tivos libros Jamas presentados en nuestra serie:
Entrenamiento de Obreros.
El autor ha escogido la forma clásica. Desarro-
lla los principios bá~icos de la iglesia empezando
con la doctrma de Dios, continuando con un estu-
dio de la Salvación, la doctrina del Espíritu Santo
las ordenanzas de la iglesia, y finalmente, con u~
estudio de las cosas postreras.
Este trabajo fue sometido al Concilio Supremo
de la Iglesia de Dios, y aprobado por éste en
agosto de 196~, como una exposición digna d~ las
doctrinas cardmales de la Iglesia de Dios.
Donald S. Aultman,
Asistente Nacional de Escuela
Dominical y de la Juventud.
INTRODUCCION
Por más de tres cuartos de siglo la Iglesia de
Dios ha existido sin una declaración doctrinal
abarcadora. La razón de esto no se debió a falta
de interés en la Palabra ni a laxitud en lo que toca
a su ministerio oral. La iglesia ha creído todo el
tiempo, y aún cree, que los hombres pueden llegar
a ser encadenados por dogmas e impedid os por
credos. De consiguiente, sólo una breve declara-
ción concerniente a las doctrinas más prominentes;
y más recientemente, una Declaración de Fe, han
servido para presentar las doctrinas de la Iglesia
de Dios.
Este libro no es un nuevo manual de doctrina.
Nada del contenido en las páginas siguientes hace
violencia al resumen doctrinal ya expuesto en las
"Enseñanzas Hechas Prominentes". El Espíritu de
este libro no viola ninguna enseñanza mencionada
en la "Declaración de Fe". Lo que está escrito aquí
es meramente una ampliación de lo que la iglesia
ha establecido hasta el presente, en una sencilla y
menos elaborada terminología.
Sin duda, surgirá la pregunta acerca del por
qué de este libro. Este libro fue encargado por el
Departamento Nacional de Escuela Dominical y de
la Juventud de la Iglesia de Dios para llenar una
necesidad. Nuestros jóvenes están estudiando hoy
como nunca antes. Una juventud inquisitiva llega-
rá a ser también una juventud adquisitiva. Hay
una razón para nuestra fe y un sabor bíblico para
nuestra doctrina. Los jóvenes pueden ser mejor
instruídos en este hecho mediante un extendido y
más definido acercamiento hacia las enseñanzas de
la Iglesia de Dios.
Este libro, como se muestra en el bosquejo, es
una ampliación de la "Declaración de Fe". Cada
artículo de la Declaración de Fe es considerado,
con la exclusión del artículo Uno.1 Este primer ar-
tículo, que trata de la Biblia como la Palabra inspi-
rada de Dios, ha sido hábilmente desarrollado por
1 El Primer articulo de la "Declaración de Fe" de la Iglesia de Dlo11,
lee a.ef : "Creemos: l. En la Inspiración verbal de la Biblia".
 el Dr. Charles W. Conn en su libro, La Biblia: El
Libro de los Libros.
La terminología que se encuentra en este libro
no es demasiado técnica. Algunos términos, puede
ser que no sean de uso común, pero debemos reali-
zar que las materias que son discutidas son muy
importantes y solamente la precisa terminología
dirigirá al lector estudioso a un mejor entendimien-
to de lo que se trata de decir. Tenemos una fe de

l
la cual estamos justamente satisfechos. Posible-
mente también sintamos algo de sano orgullo en la
presentación de las verdades preciosas que soste- CONTENIDO
i
1 nemos.
El autor reconoce que este libro no es original. Prólogo 9
Muchas fuentes y muchos hombres han sido consul-
tados. En la búsqueda de la verdad, vastas áreas
deben ser escudriñadas antes de que se descubran Introducción --------------------------------- 11
más amplios horizontes. Como consecuencia de este
estudio, el autor ha encontrado que la Iglesia de l. La Doctrina de Dios -------------------- 13
Dios está dentro de la corriente del pensamiento
evangélico. La originalidad de la Iglesia de Dios se
i\
'\ encuentra en el punto de vista Apostólico del Pen- 11. La Doctrina de la Salvación ------------ 36
!4
1 tecostés, y en el énfasis vital sobre la santidad de
corazón y de obras. 111. La Doctrina del Espíritu Santo __ ------ 81
¡ Que el Señor añada a este esfuerzo Su bendita
aprobación! Es la oración del autor, que lo que ha
sido escrito aquí, nutra e impulse a un estudio más IV. La Doctrina de las Ordenanzas de
profundo de Su Palabra y desarrolle en el lector, la Iglesia -------------------------------- 107
·un respeto y un sentido de admiración por las ver-
dades sostenidas por la Iglesia de Dios durante
'estas ocho décadas. V. La Doctrina de las Cosas Postreras 127

Reconocimientos------------------------ 154
,, -~ ,
....•

CAPITULO UNO

La Doctrina de Dios
Artículos 2 y 3 de la Declaración de Fe .

"Creemos:
"2. En un Dios existiendo eternamente en tres
personas llamadas: El Padre, el Hijo, y el Es-
píritu Santo.
"3. Que Jesucristo es el unigénto del Padre, conce-
bido por el Espíritu Santo y nacido deIa
Virgen María. Que Jesús fue crucificado, sepul-
tado y resucitó de los muertos. Que ascendió al
cielo y está a la diestra del Padre como Inter-
cesor."
Introducción
I. Origen de la Idea de Existencia
A. Intuición
B. Tradición
C. Razón
D. Revelación Divina
II. Argumentos para Probar la Existencia de Dios
A. El Argumento de la Primera Causa
B. El Argumento del Designio y Propósito
C. El hombre mismo
D. La Biblia
III. La Naturaleza y Obras de Dios
A. Dios es espíritu
B. Dios es infinito
C. Dios es perfecto
D. Dios en relación al tiempo y el espacio
E. Dios en relación a la creación
l. Dios es omniprente
2. Dios es omnisciente
3. Dios es omnipotente
4. La relación de Dios con los seres mora-
 ~"''t:o,,._
14 ESTO CREEMOS
les creados
a. Dios es fiel y verdadero
¡ b. Dios es amor
c. Dios es recto y justo
IV. Dios en Tres Personas
J Introducción
l A. La prueba del Antiguo Testamento
B. La prueba del Nuevo Testamento
C. La. prueba. en el panorama. de textos escri-
· --~~
1. Una doctrina revelada
2. Provista en el Antiguo Testamento
3. Requerida en toda la enseñanza de Jesús
4. Una enseñanza de Juan y Pablo
Resumen
INTRODUCCION
La existencia de Dios es una verdad sobresalien-
te de la religión. No se han encontrado gentes que
no cr~an en la existencia de algún poder o poderes
que rigen el universo. Puede haber diversidad de
¡
1
opiniones tocante a la personalidad, poder y presen-
cia de Dios, pero se puede decir que alguna forma
l de creencia en Dios es universal.1
l ¿De dónde proviene esta idea cósmica de la exis-
tencia de Dios? Hay por lo menos cuatro fuentes
'i que dan origen a este expansivo conocimiento.
A. La Intuición, o conocimiento propio es la
1 f~ente primaria. El hombre nace, o por mejor de-
cir, es creado, con un conocimiento básico de la
existencia de Dios. La idea de Dios puede ser pri-
mitiva, mas sin embargo, está allí.
B. La Tradición, que es el resultado de la intui-
ción colectiva, también da origen a una creencia en
Dios. Antropologístas culturales no han encontrado
cultura alguna que no tenga algún concepto básico
de Dios. Este concepto tradicional ha sido con fre-
1 Puede ser que alguien eea de Ja opinión de que el ateo no cree en
Dfoa, ~ato no es enteramente cierto; el ateo simplemente cree en alguna
fuerza o Idea que ha usurpado el lugar de Dloe en su corazón.
LA DOCTRINA DE DIOS 15
cuencia impuesto irracional y culturalmente, sin
embargo, siempre estuvo, y está aún presente.
C. La Razón, que profesa ser más intelectual-
mente madura que cualquiera de las anteriores, ha
encontrado también que la existencia de Dios es
lógica y aceptable. Es en esta área de causación que
tenemos la primera aplicación escritura]. Isaías en
el Antiguo Testamento y Pablo en el Nuevo ambos
apelan a la razón del hombre en el asunto de la
ii-:.r.nc'.. E-T.na.. r "I ~'.l.:o~ lj::;Las "... ::!:.:3 T :.tmnanu~
1~
D. La. Rerelacion Divina. Finalmente llegamos a
la única fuente real y verdadera del concepto pro-
pio de Dios. La intuición, la tradición y la razón,
todas pueden tener alguna parte en el juego de
ideas y sentimientos que traigan o llamen a una
creencia en Dios, pero es solamente a través de
una revelación divina que el hombre mortal puede
empezar a comprender, apreciar y a adorar a Dios
propiamente.
El hecho de que no podamos comprender a Dios
dentro de nosotros mismos no debe ser causa de
alarma. Halles by dijo: "Mientras más viejo soy
más a menudo agradezco a Dios por ser incom-
prensible". "El Dios que el pensamiento humano
puede dominar es en sí mismo el producto de ese
pensamiento. Siendo capaces de entender a Dios,
los hombres hacen de ellos mismos -tal vez incon-
cientemente- un pequeño Dios. Pero Dios es en
Sí mismo el Ser Supremo, el Eterno y Absoluto.
Yo soy creado, circumscripto y transitorio. Mucho
existe fuera de la comprensión de mis sentidos:
una existencia eterna, completa, bajo condiciones
diferentes a esas que yo no puedo entender. Las co-
sas más simples en ese mundo son maravillas in-
inteligibles para mí. ¿Cómo pues, puedo pretender
conocerle, quien es aún la más grande maravilla de
este mundo eterno?" 2
2 Wialof, Frederlc, 1 Brlleve In the Holy Splrit (Mlnneapolla, 1049),
J;). 5.
 16 ESTO CREEMOS
. De aquí la necesidad de una revelación divina,
una necesidad que fue suplida por Dios en los días
j de Moisés en la zarza ardiendo; una necesidad su-
.1 plida en nuestros días por el Unigénito del Padre.
1. "A Dios nadie le vio jamás: el unigénito Hijo que
1
está en el seno del Padre, él lo declaró". (Juan 1:
18. Véase también Efesios 3:3; Gálatas 1:11;
1 Corintios 2 :10; Daniel 2 :10-22.)
II. Argumentos para Probar la Existencia de Dios
. Es absolutamente cierto que Dios es sólo cono-
cido en Su Plenitud, a través de la revelación divi-
na. También es verdad que la existencia de Dios
puede ser verificada mediante el razonamiento lógi-
co. Creer en Dios es una señal de inteligencia y no
el signo de falta de madurez mental como algunos
sofistas mundanos quisieran hacer a uno creer. Hay
por lo menos cinco válidos argumentos clásicos para
la existencia de Dios que han resistido los dardos
de los escépticos por muchos siglos.
A. El primero de estos podría llamarse, El Ar­
gumento de la Primera Causa. De acuerdo con el
Dr. Strong, "todas las cosas que principiaron, ya
sea substancia o fenómeno, deben su existencia a
alguna causa productora".3 Este vasto y complejo
universo no es el resultado de circunstancias f or-
tuitas; Dios existe y El es la Primera causa de to-
das las cosas. El Dr. Charles Hodge dice: "l) Una
causa es algo. Tiene existencia real. No es mera-
mente un nombre por cierta relación. Es una enti-
dad real, una substancia ... ; 2) Una causa no
debe solamente ser algo real, sino debe tener poder
de eficiencia. Debe haber algo en su naturaleza
para dar razón de los efectos que produce; 3) Esta
efici~ncia debe ser adecuada; o sea, .s.uficiente y
propia al efecto. Que esto es una visita fiel de la
naturaleza de una causa es bien claro't.s Creemos
que el ateo está errado cuando audazmente asegura
8 Strong, A. H., B:vstematlc Theology (Valle:v Forge, 1907), P. 73.
4o Hodge, Charles, B:vstematlc Thology (Grand Raplds, 1940), p. 209.
LA DOCTRINA DE DIOS 17
"que el universo con todo su sistema organizado y
formas complejas ha existido siempre". Esta teo-
ría está vacía de toda apariencia de justificación.
¡Cuánta más dignidad damos al hombre y a Dios
cuando creemos, "que el universo está diseñado Y
credo por Dios y para fines dignos !"
B. El salmista en el Salmo 94 :9, 10, dijo: "El
que plantó el oído, ¿no oírá? el que formó el ojo,
¿no verá? El que castiga a las gentes, ¿no repren-
derá? ¿no sabrá el que enseña al hombre la cien-
cia?" Establecido en forma de síntesis está aquí el
Argumento del Designio y Propósito. El hombre y
el universo físico en el cual vive son el resultado
directo del plan y propósito de Dios. Dios no sola-
mente da al hombre la capacidad de amar; El crea
objetos e individuos para amar. Nuestro Creador
nos da ojos para mirar y luego produce escenas de
hermosura para que las contemplemos. Da al artis-
ta su maravilloso talento, y luego a nosotros, meros
mortales, el sentido estético para apreciar el resul-
tado final.
¿No hace al hombre feliz saber que es la obra
de un Creador Maestro y no la mezcla casual de
átomos, que siglos de arreglo fortuito le hayan
traído? Cicerón, quien jamás conoció a Dios como
el Padre de nuestro Señor Jesucristo, escribió sa-
bia y poéticamente cuando dijo: "¿Puede alguna
cosa ser hecha por casualidad cuando tiene todas
las marcas del designio? Cuatro dados pueden por
casualidad caer volteados con sus ases hacia arri-
ba, mas ¿piensa usted que cuatrocientos dados ti-
rados al azar caerán volteados cuatrocientas veces
con sus ases hacia arriba? ... Un cerdo, al cavar
la tierra con su hocico puede hacer algo en forma
de la letra A, mas ¿piensa usted que un cerdo pu-
diera describir sobre la tierra la Andrómada de
Ennius? ... La verdad es, en realidad, que la
casualidad jamás imita perfectamente el diseño".
C. El Hombre Mismo, presenta la prueba incon-
trovertible de la existencia de Dios. No solamente
 , . ...___
18 ESTO CREEMOS
es el hombre "forjado maravillosamente", en un
sentido físico; también da testimonio del toque
Maestro cuando sus propiedades innatas son consi-
deradas. El hombre es a un tiempo, material e in-
material. Está compuesto de carne y huesos; sin
embargo tiene la habilidad de amar, respetar y de
adorar.
Solamente Dios, quien es un ser intelectual y
moral, pudo crear al hombre que posee semejantes
cualidades y atributos. Debe haber también un le-
gislador y juez santo si hay que entender la natu-
raleza moral del hombre. El alma humana clama
por un ser supremo y deífico. Tal ser debe de exis-
tir para responder a la demanda del alma.
D. La Iglesia de Dios ha sostenido desde el
principio que la Biblia es la Palabra de Dios. La
Biblia, por lo tanto, es una revelación de Dios.
La autenticidad del Antiguo y Nuevo Testamento
ha sido establecida desde hace siglos. La credibili-
dad de los escritores ha sido confirmada y el cum-
plimiento del lenguaje profético ha sido verificado.
La Palabra de Dios fue escrita por muchos
hombres de Dios en un gran espacio de tiempo; sin
embargo, hay armonía a través de este maravillo-
so compendio de la gracia y gloria de Dios. Se re-
comienda al lector lea el libro del Dr. Charles W.
Conn titulado, La Biblia: El Libro de Libros. En
él encontrará no solamente un acertado tratado
sobre la autencidad de la Sagrada Biblia sino ade-
más un testimonio del poder de Dios y Su presencia.
111. La Naturaleza y Obras de Dios
Creer que hay un Dios es de vital importancia.
l, i El verdadero creyente, sin embargo, debe no sola-
¡ ! mente creer que hay Dios ; debe conocer algo de la
naturaleza y obras de Dios. De acuerdo a San Pa-
blo, Dios no debe ser aceptado solamente como una
realidad existente. Para conocerle en verdad es ne-
cesario realizar, "que es galardonador de los que le
buscan". (Hebreos 11 :6.)
LA DOCTRINA DE DIOS
Los historiadores nos dicen que los griegos re-
nunciaron a sus dioses porque eran demasiado
viles e indignos de cualquier cosa excepto despre-
cio y disgusto. Gracias a Dios por un~ verdad~ra
revelación de nuestro Creador. El Dios a quien
servimos es un espíritu con infinito poder y per-
fección, interesado en el tiempo y el espacio, e ín-
timamente relacionado con Sus seres creados.
A. Dios es Espíritu
El Señor Jesús en forma muy sencilla o simple
le dijo a Sus oyentes: "Dios es Espíritu" (Juan 4:
24). Pablo, en Romanos 1 :20, habla de "las cosas
invisibles de él", y también se refiere a él. como
"el Dios invisible" (Colosenses 1 :15). Decir que
Dios es espíritu quiere decir sencillamente que Dios
no está compuesto de materia tal como los hof?bres.
El no está hecho de alguna forma de materia su-
mamente desarrollada, puesto que es inmaterial.
"Un espíritu ni tiene carne ni huesos" (Lucas 24:
39). En otras palabras, Dios no tiene un cuerpo
tal y como los seres humanos poseen; él es incor-
póreo y no está sujeto a las limitaciones y fragili-
dades humanas.
La razón tras la doctrina en la prohibición de
esculpir imágenes (Véase Deuteronomio 5 :15-23;
Isaías 40 :25; Exodo 20 :4), era y es el hecho de
que es imposible visualizar la forma de Dios ya
que ningún hombre lo ha visto. (Véase Juan 1:
18.) Esto debe ser un poco desconcertante para
algunos en vista de que ciertos pasajes de las Es-
crituras parecen atribuirle a Di os la posesión de
partes corporales tales como ojos y manos. Cuando
se entiende que esos son atributos o términos an-
tropomórficos el problema se desvanece. Cuando
las Escrituras se refieren a la aparición de Dios al
hombre y a Su caminar y hablar con él, hacen
referencia a la manifestación temporal de Dios en
forma humana; "manifestaciones que prefiguraban
la encarnación final del Hijo de Dios en carne hu-
mana". Para aquellos que quisieren contender en
 '"'*'··-
20 ESTO CREEMOS
que Dios tiene ~uerpo, sería bueno considerar la
Escritura que dice, "El cielo es mi solio y la tie-
rra, estrado de mis pies" ( Isaías 66 : 1). '
El hecho de que Dios es espíritu hace surgir la
ver?ad de poseer él los atributos de vida y perso-
nalidad. Vida es una palabra simple en el vocabu-
l,ar10 del hombre. Es usada cada día en todas las
areas y faces de la existencia· sin embaro es una
palabra casi imposible de defi~ir. La vida' es algo
mas que un proceso de acción intermedia. Vida no
es el resultado de algún cambio catalítico o quími-
co. en los t.ej id os u órganos de un ser humano.
Vida es energía de una especie intelectual o mortal
Y connota la habilid~d de amar . y de odiar; acep-
tar Y rechaza.r. D10s es un Dios vivo. El es la
f?ente de la vida. El no es un espíritu; es Espí-
i 1 ritu. El no es un Dios de amor. El es amor. (Véa-
se 1 Juan 4 :8.)
. No ~olament~ _la esencia espiritual de Dios le da
: 1 vida, smo ta~b.ien le hace. una personalidad poseí-
'1
da de conoc1m.iento pr?p10 y autodeterminación.
Es_ este marav1ll.oso atributo que le capacita para
entender S~1s criaturas y determinar los confines
de sus hab1tac,10nes como también la condición de
sus ~!mas. (Veanse Exodo 3:14; 1 Corintios 2:11 ·
Efesios 1 :9.) ' bio en Dios es imposible. Los hombres cambian
B. Dios es Infinito
Cuando decimos que Dios es infinito queremos
d~cir que él no tiene términos o límites. La mate-
n~ e~ especial y te;np.ora)mente limitada; pero no
asi D10s. El no esta limitado por los caprichos o
poderes de alguna cosa en el universo; ni está limi-
tado ei;i Su poder para transcender o superexceder
cualquier poder en el universo. El es inmanente así
co:rr;o trascendente. El está en todo y sobre todo.
(Vease Romanos 11 :33; Salmo 145 :3; Job 11 :7-9.)
Una sola persona puede poseer infinidad· esa
persona es Dios. Dios existe no por causa del hom-
bre; el hombre existe por causa de Dios. Clarke,
LA DOCTRINA DE DIOS 21
en su Teología Cristiana, dice: "Inmenso como lo
es el universo, Dios no está limitado por él, no
absorto totalmente en lo que está haciendo en él
que sea incapaz de hacer algo más. Dios en el uni-
verso no es como la vida del árbol en el árbol que
hace todo lo que es capaz para hacer el árbol lo
que es. Dios en el universo es más bien como el
espíritu de un hombre en su cuerpo, el cual es más
grande que el cuerpo, capaz de dirigirlo y capaz de
actividades en las cuales su cuerpo no tiene parti-
cipación. Dios es un espíritu libre, personal, que se
autodetermina e inexhausto de sus presentes acti-
vidades".
El hecho de la infinidad de Dios implica o afir-
ma la realidad y verdad de Su propia existencia.
Nadie ha causado a Dios existir. El tiene la causa
o base de existencia en Sí mismo. Esto no es lo
mismo con nosotros. Nuestra causa de origen está
fuera o más allá de nosotros. El nombre "Jehová",
y "Yo Soy el que Soy" claramente establecen la
verdad de la auto-existencia de Dios. (Véase Exodo
6 :3; 3 :14.) La misma naturaleza de Dios exige este
atributo; El no podría ser Dios y ser de otra ma-
nera.
La infinidad de Dios le capacita para ser incam-
biable o inmutable. Es razonable creer que el cam-
porque desean mejorar, o en algunos casos, empeo-
rar. Dios es perfección en sentido absoluto. Por lo
tanto, no hay necesidad ni deseo, ni voluntad de
cambiar. La inmutabilidad de Dios es afirmada en
las siguientes Escrituras: Salmo 102 :7; Malaquías
3:6; Santiago 1:17.
Finalmente, la infinidad de Dios le da unidad.
Por esto queremos decir que Dios es indivisible.
El no está en la naturaleza en un sentido orgánico.
El no se da a Sí mismo a nadie. Su Espíritu puede
rondar o habitar, pero es aun Su espíritu y opera
como Su espíritu y no como el agente de uno que
lo ejerce. (Este asunto será discutido más amplia-
 .. ,
22 ESTO CREEMOS
mente cuando estudiemos la doctrina de la Tri-
nidad.)
C. Dios es Perfecto
Perfección es un término que difícilmente puede
ser aplicado a alguna cosa o persona del reino na-
tural. Perfección, sin embargo, es seguramente una
de las facetas de la personalidad y persona de Dios.
La perfección vista en Dios no es la perfección
de ~omplemento vista de manera cuantitativa. Dios
e~ta completo. El contiene un todo sin niguna nece-
sidad o falta. La perfección divina en Dios sin em-
bargo se refiere a "excelencia cualitativa"'. Dios es
perfecto en verdad, en amor y en santidad. El
es verdad en el sentido absoluto. El no podría ser
nada menos que perfecto ya que Su mismo ser con-
nota verdad. El hombre busca verdad, y frecuente-
mente muestra la virtud de la verdad por medio
de la veracidad y la fidelidad. A pesar de eso es
Dios quien provee el modelo para que los hombres
lo imiten. Las Escrituras son muy claras al traer
es.te.asunto a la atención de todos los que leen la
Biblia. Juan se refiere "al solo Dios verdadero"
I' (Juan 17:3), al "verdadero pan" (Juan 6:32), y a
la "verdad" (Juan 14:6).
Dios no es solamente perfecto en verdad sino
en amor también. Amor es ese atributo d~ Dios
que lo mueve a la comunicación de Sí mismo. El
ama, y porque él ama se desprende de aquello que
sabe es mejor para aquellos que él ama.
El amor de Dios está basado en afección racio-
nal y voluntaria y no es una respuesta emocional
que se adelanta a causa de un impulso sensorio o
a .una consideración ventajosa. En otras palabras,
Dios no ama como ama el hombre. Dios ama lo no
amable, lo odioso; el hombre ama lo hermoso y a
aquellos que devuelven su amor. Esto es magnifi-
camente apoyado en el uso de la palabra amor en
el Nuevo Testamento. La palabra griega phileo es
usada en Juan 11 :36 al referirse al amor que Jesús
LA DOCTRINA DE DIOS 23
tenía por Lázaro. Este es un afecto emocional que
se produce por afinidad y asociación. La palabra
agapao es usada en Juan 3 :16 y en otros pasajes
para relatarnos el amor de Dios.
Este amor se desprende deliberada y racional-
mente por Dios. Para amar al hombre, en todo su
pecado, Dios debe subordinar el elei;iento emocional
de Su personalidad a una ley mas alta, a saber,
aquella de la verdad y de la santidad. Para que nos-
otros podamos comprender completamente y apre-
ciar este amor perfecto, debe haber cuando m~nos
una medida de comprensión concerniente al miste-
rio de la Trinidad. Dios puede y nos muestra amor
en Su dádiva de Jesús y en el revelado plan de re-
dención.
La santidad es, juntamente con la y:rdad Y, el
amor, también un atributo de la perfección de Dios.
Dios no puede ser de otra manera mas que santo;
"El eternamente desea y mantiene Su propia exce-
lencia moral". Dios es puro; nadie es como ~l. Ya
que Dios es puro en Su ser, entonces es mas que
natural que debe ser puro en Su vol~nt:;d. ¿Cómo
pudiera un ser que es to?o pureza, hmp:o de toda
mácula y libre de cualquier cosa extrana, querer
ser otra cosa que no sea santo?
D. Dios en Relación al Tiempo y al Espacio
Es difícil para la mente humana con todas sus
limitaciones y prejuicios comprender ad~~uadam~n-
te a Dios a menos que esta comprensión (de el)
Re funde ~ estructure relacionándolo a El con el
tiempo y el espacio. Tiempo y espacio son reales
en un sentido humano y vitales para nuestro enten-
dimiento de cualquier cosa.
En Su relación al tiempo, Dios es eterno. El es
sin principio y sin fin; E.l no es ipip~dido por la
sucesión del tiempo, y contiene en Si mismo, .la cau-
sa del tiempo. No h.ay tiempo d.elant~ de D10s. El
dio al mundo y al tiempo su existencia. El pasado
y el presente en Dios son "un eterno ahora". Juan
1 :3 se refiere a que "todas las cosas" fueron "he-
 24 ESTO CREEMOS
1¡ chas por él" entre las cuales estaban ciertamente el
tiempo y el espacio.
1
Espacialmente, o en relación al espacio, la na-
turaleza de Dios es sin extensión, no puede ser limi-
tada por el espacio ya que ella contiene en sí misma
la causa del espacio. Dios habita el vacío, y "los
cielos no pueden contenerle" ( 1 Reyes 8 :27).
E. Dios en Relación con la Creación
La relación de Dios con la creación interesará al
lector más que su relación con el tiempo y con la
eternidad puesto que esta relación tiene referencia
con lo material o realidad sensible y puede agru-
parse con menos actividad mental.
l. Dios es Omnipresente. Esto significa que Dios
"en la totalidad de Su esencia, sin difusión o ex-
pansión, multiplicación o división, penetra y llena
el universo en todas sus partes" .5 Esta doctrina no
quiere decir que todo sea Dios, lo que sería panteís-
mo, sino que claramente afirma que Dios llena la
' 11 ¡,
escena universal personalmente. Algunos se han in-
clinado a creer que la omnipresencia de Dios des-
truye Su personalidad. Esto, sin embargo no es
verdad, porque las Escrituras nos dan una concep-
l.
ción orientadora de Dios. Ellas nos dicen que le
podemos llamar, "Padre nuestro que estás en los
cielos" (Mateo 6 :9). Ellas nos dicen que él "se
asentó a la diestra del trono de la Majestad en los
cielos" (Hebreos 8 : 1).
Las escrituras que comprueban y afirman el he-
cho de Su omnipresencia pueden ser encontradas
en 1 Reyes 8 :27; 2 Crónicas 2 :6; Salmo 139 :12;
,
¡.
-e Isaías 6G :1, y Hechos 17 :28.
•'i
2. El Dios siempre-presente es también el todo-
conocedor o Dios omnisciente. Dios tiene perfecto
y completo conocimiento de todo lo que es conoci-
ble, ya sea pasado, presente o futuro. El cono-
cimiento de Dios no es impedido o limitado por fla-
quezas humanas o corpóreas. Su conocimiento es
5 Strong, obra citada, p, 279.
LA DOCTRINA DE DIOS 25
inmediato y no viene de los sentidos ni de la ima-
ginación. Su omnisciencia es concomitante o pro-
pia a Su omnipresencia; una incluye a la otra.
Las Escrituras están pletóricas de declaraciones
probando la verdad de la omnisciencia de Dios.
Dios conoce los pajarillos (Mateo 10 :29). El conoce
a los hombres y el trabajo que hacen (Salmo 33:
13-15; Isaías 44 :28). Nuestro Dios está al tanto de
aquello que es incomprensible a los hombres (Sal-
mo 139 :6; Romanos 11 :33).
3. Es muy razonable creer que un Dios que. ~s
siempre-presente y todo-conocedor sea ta!llb1en
todo-poderoso. Por lo tanto, creemos que Dios es
Omnipotente.
La omnipotencia es un atributo que pertenece
solamente a Dios. Este atributo se refiere a Su po-
der ilimitado y le atribuye la potestad de hacer
todas las cosas "con o sin el uso de medios".
La Palabra de Dios expone la omnipotencia de
Dios en términos nada inciertos. Fue Dios quien
dijo: "Sea la luz" (Génesis 1 :3). Isaías nos dice
que "El extiende solo los cielos" (Isaías 44 :2~).
(Véase también Génesis 18 :14; Salmo 115 :3; Isaías
43:13; Mateo 19:25; Marcos 10:27).
Varias preguntas pudieran surgir en las mentes
de aquellos que desearan poner en tela de duda la
omnipotencia de Dios. Estas preguntas pueden ser
resueltas cuando se entiende que la habilidad de
Dios para hacer todas las cosas no significa que él
haría alguna cosa contraria a Su naturaleza o vo-
luntad. "Dios puede hacer todo lo que él quiere
realizar, pero no puede desear todo lo que él puede
hacer".
4. La naturaleza de Dios es revelada, además,
en los atributos que tienen relación con nosotros
seres morales creados. Aunque Dios está arriba de
todo y es el Creador de todo, está obligado por Su
misma naturaleza y esencia a ejercer en Sus seres
creados ciertos atributos.
 26 ESTO CREEMOS
a. Dios es fiel y verdadero. El es verdadero no
solo con el infiel pero con los redimidos en un sen-
tido especial. El es un "fiel creador" ( 1 Pedro 4:
19); El "es verdadero" (Juan 3 :33). Dios no pue-
de mentir y con seguridad cumplirá Sus promesas.
(Véanse Romanos 3 :4; 2 Corintios 1 :20; Hebreos
6:18; Juan 14:17).
b. Dios es amor y manifiesta misericordia y
bondad. El amor de Dios es un amor transitivo. No
solo está el amor en el ser de Dios, pero se muestra
en todos Sus actos. Esto es especialmente cierto en
la dádiva de Su Hijo a un mundo desobediente y
obstinado. Lea en Romanos 2 :4 acerca de la "be-
nignidad de Dios". Tito 3 :4 habla de Su "amor
hacia el hombre, y el corazón del mensaje del evan-
gelio nos habla de Su amor y de Su dádiva. (Véase
Juan 3 :16).
c. El Dios que es fiel y amoroso es también un
Dios recto y justo. La santidad de Dios es también
transitiva; "Sed santos, porque yo soy santo" (1
Pedro 1 :16). Dios espera -Y aun demanda- san-
1 1
tidad de Sus criaturas, y castigará con sufrimien-
to y eterna separación aquellos que no se ajustan
a Su voluntad. Dios ama al género humano, empero
se nos dice "aborrece a todos los que obran iniqui-
dad" (Salmo 5 :5). A pesar de Su aborrecimiento
a todo aquello que ofende Su santa naturaleza, él
hará, como juez de toda la tierra, lo recto (Génesis
18 :25; véase además Mateo 5 :48; Deuteronomio
32:4).
IV. Dios en Tres Personas
•
1
1
Introducción
El misterio de la Trinidad, o de la adorable
Deidad, ha sido un asunto que ha inquietado a la
iglesia por muchos siglos. Una de las más amargas
batallas dentro de las filas del cristianismo fue la
controversia Arriana que tuvo que ver con la per-
sona de Cristo y Su relación con Dios. Arrio fue
LA DOCTRINA DE DIOS 27
expulsado de la iglesia por el Concilio de Nicea en
el año 325 a. de J.C., pero los Arrianos, los Nuevos
Arrianos y los Unitarios han continuado a través
de los tiempos causando a muchos sinceros cristia-
nos creer equivocadamente lo concerniente a la
Trinidad.
No está dentro del alcance del libro, ni de la
habilidad de este autor, explicar los misterios de
esta vital doctrina. Es, sin embargo, muy necesario
por varias razones que demos alguna atención a
este estudio. Ante todo, el plan de redención de
Dios no puede ser plenamente apreciado ni com-
prendido a menos de que se tenga un concepto apro-
piado de la Trinidad. La verdad del pariente-reden-
tor o goel se pierde cuando se cree que Dios es el
Hijo y que el Hijo es Dios.
Hay además una razón muy especial por la que
nosotros como creyentes pentecostales debemos
tener un claro entendimiento de la Trinidad. El
primer gran cisma que tomó lugar en las Iglesias
Pentecostales modernas fue el Nuevo Evento o doc-
trina de Solo Jesús. Esta así llamada doctrina de
la Nueva Luz casi destruyó el naciente movimiento
pentecostal y desvió a varios de sus primitivos líde-
res. Dios fue benigno con Su pueblo y le dio sabi-
duría en tiempo de necesidad, salvando así a mu-
chos del .err?r y haciendo a otros volver, quienes
habían sido mocentemente desviados.
Actualmente hay un considerable Ministerio
Pentecostal militante que sostiene los vestigios de
otro movimiento herético, llamado Sabelianismo.
Formado de varios grupos, son generalmente cono-
cidos como los "Solo Jesús". Algunos son más radi-
cales que otros, pero la mayoría siente que a menos
uno crea como ellos y sea bautizado en el "Nombre
de Jesús", no está realmente convertido. Esta gente
clama haber recibido una especial o "divina ilumi-
nación" y ven en otros a aquellos que meramente
andan en tinieblas y saben poco de la verdad. To-
man gran placer en conducir a la gente dentro de
28 ESTO CREEMOS
su "redil" y casi no predican otra cosa, sino la doc-
trina que les dio su existencia.
Será necesario para el estudiante de la Palabra
saber cómo exponer las simples verdades de la doc-
. trina de la Trinidad. No creemos en tres dioses, lo
cual es la contención del grupo de los "Solo Jesús".
Lo que nosotros creemos está expuesto en el Credo
de Atanasio: "El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el
Espíritu Santo es Dios; y sin embargo no son tres
señores sino un solo Señor. Por cuanto somos com-
pelidos por la verdad cristiana a reconocer a cada
persona como Dios y Señor, se nos prohibe por las
mismas verdades decir que hay tres Dioses o tres
Señores". De acuerdo al Dr. Strong," "Esta tri-
personalidad no es triteismo; porque aunque hay
tres personas, hay solamente una esencia".
A. La Prueba del Antiguo Testamento
Los judíos, que pusieron el fundamento de nues-
tra Cultura Judeocristiana, como también el de la
Iglesia de Dios, sostuvieron la doctrina del mono-
teísmo o de un solo Dios. Aquellas gentes antiguas
vivieron en días cuando los hombres adoraban mu-
chos di os es de diferentes tipos. Cada aldea, cada
tribu, cada nación tenía su jerarquía de dioses. Sin
embargo Dios se reveló a Sí mismo a Su pueblo
como el único y solo Dios verdadero. Esta verdad
es expuesta por Moisés quien escribió el Pentateuco
y dirigió a Israel en la luz de una propia concep-
ción de Dios.
Los escritos de Moisés, implícita y explícitamen-
te afirman y reafirman el concepto monoteísta de
Dios. Deuteronomio 4 :35 dice: "A tí te fue mos-
trado, para que supieses que Jehová él es Dios; no
hay más fuera de él". Deuteronomio 6 :4, quizá el
texto áureo del judaismo dice: "Oye, Israel: Jehová
nuestro Dios, Jehová uno es".
El hecho de que las escrituras Mosaicas sosten-
gan la doctrina del monoteísmo no implicó que Dios
6 Strong, obra citada, n. 330.
LA DOCTRINA DE DIOS 29
no existe en tres personas. El énfasis fue puesto en
un Dios para destruir la idolatría y politeísmo, así
como para instruir a la gente en la verdad de un
"Dios universal quien es, de acuerdo con el Salmo
· 86. :10, "solo un Dios".
La doctrina de la Trinidad es dada a conocer en
el Antiguo Testamento tanto mediante el lenguaje
de los escritores inspirados como por el mensaje
dado por la inspiración del Espíritu Santo.
l. El lenguaje del Antiguo Testamento
La palabra Elohim, que es una forma plural de
la palabra hebrea para Dios, se encuentra más de
2,000 veces en el Antiguo Testamento. El primer
versículo de la Biblia dice: "Beresith bara Elohim
ctli hasha mayim veeth haerets", En el principio
Dios (o Elohim) creó los cielos y la tierra. Ninguno
que tenga algún conocimiento del Hebreo puede ne-
g-ar que la palabra Elohim es una palabra plural y
puede ser la única palabra usada para hacernos
saber que pueden haber tres personas en la Divini-
dad, pero solamente un Dios.
La unidad de la Divinidad es una unidad com-
puesta y la palabra hebrea para expresar esa uni-
dad es Achid, que significa una sola unidad. La
palabra Achid es usada en Deuteronomio 6 :4, la
Escritura citada por todos los buenos judíos cuando
adoran a Dios. A través del Antiguo Testamento,
esta palabra es usada para indicar "una sola uni-
dad" y en ninguna parte se usa en el sentido de una
"unidad absoluta".
No solamente en el Antiguo Testamento encon-
tramos la doctrina de la Trinidad insinuada por el
uso de los nombres plurales de la Deidad; hay
también varias escrituras que claramente mues-
tran pluralidad en el uso del pronombre personal.
En Génesis 1 :26 encontramos las palabras familia-
res: " ... hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza". No hay ninguna
duda aquí de que Dios es algo más que un indivi-
30 ESTO CREEMOS
duo absoluto. Dios estaba hablando de Sí mismo;
sin embargo él habla en plural. ¿Por qué Dios qui-
so hablar de Sí mismo así, si él no deseaba mostrar
a los lectores de Su Palabra que él era tri personal?
Este mismo pensamiento es expresado también en
Isaías 6 :8.
2. El mensaje del Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento es en esencia la narra-
ción manifiesta de los tratos, disputas y juicios de
Dios con la humanidad. En el curso de esta historia
antigua y verdadera, encontramos registrados va-
rios ejemplos de apariciones divinas o teofanías.
Dios se reveló a si mismo en forma humana como
el "Angel del Señor". Véase Génesis capítulos 16 y
18 para un completo informe de dos de las más no-
tables teofanías.
Juan el apóstol nos dice que Dios es espíritu.
Somos informados también por la Sagrada Escri-
tura que, "ningún hombre ha visto a Dios en nin-
gún tiempo". Estas escrituras son irreconciliables
a menos que estemos dispuestos a aceptar la verdad
de la Trinidad como está revelada en Su Palabra.
No solamente encontramos a Dios manifestán-
dose en forma humana en el Antiguo Testamento,
sino que claramente podemos ver, si procuramos
hacerlo, la actividad y obra del Espíritu Santo, la
tercera persona de Ja Trinidad. La obra del Espí-
ritu Santo se ve en Génesis 1 :2 donde el Espíritu
de Dios es revelado como la "Fuerza Motriz" en la
milagrosa obra de la creación. Dios creó por Su
divino mandato y Su divina voluntad, pero fue la
presencia germinativa del Espíritu Santo lo que
trajo orden del caos e hizo la vida que emanó de
él para traer a la tierra a un maravilloso estado
de perfección y fertilidad.
También aprendemos de la historia del Antiguo
Testamento que el Espíritu de Dios vino sobre cier-
tos individuos. Un relato de tal evento se encuentra
en Jueces 6 :34 donde, " ... el espíritu de Jehová
LA DOCTRINA DE DIOS 31
vino sobre Gedeón, y como éste hubo tocado el cuer-
no, Abiezer se juntó con él". Para otros ejemplos
véanse Jueces 11 :29; 13 :25; 1 Samuel 10 :5.
Finalmente, el estudiante de la Palabra encon-
trará que tres distintas personas están indicadas
en varias escrituras que se refieren al Dios de
Israel y a Su obra con Su pueblo. Un claro ejemplo
de esto puede encontrarse en 2 Samuel 23 :2, 3
donde David se refiere a Dios como una Trinidad.
"El espíritu de Jehová ha hablado por mí ... él
Dios de Israel ha dicho, hablóme el Fuerte de
Israel". Algunas personas pudieran pensar que este
es un ejemplo de paralelismo hebreo; es en reali-
dad una manifestación lúcida de la tripersonalidad
del Dios de Israel. Otras escrituras que representan
vivamente esta misma verdad pueden encontrarse
en Isaías 48 :16; 63 :10.
B. La prueba del Nuevo Testamento
Cuando llegamos al estudio del Nuevo Testamen-
to tenemos muy poca dificultad en descubrir decla-
raciones escriturales explícitas exponiendo la exal-
tada doctrina de la Trinidad. En las páginas del
Antiguo Testamento, nosotros vimos como, "a
través de un vidrio obscuro"; ahora, en el fulgor
brillante de la gloria de Cristo, la belleza de la Tri-
nidad está más a la vista y en completo acuerdo
escritura!. De acuerdo con el Dr. Evans,7 esto es
evidente por lo siguiente:
Primero: En el bautismo de Jesús, tenemos pre-
sentes los tres miembros de la adorable Trinidad.
Un Padre complacido habla desde el cielo; un Hijo
obediente siendo bautizado; el Espíritu Santo está
presente en forma de paloma (Mateo 3:16, 17).
Segundo : Al dar la fórmula bautismal, Jesús
dijo: "Id ... bautizándolos en el nombre (singular)
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Ma-
teo 28 :19).
7 Evan•. Wlll!am, IAB Omnd"8 Doctrinas de la Blblla (Chlcago,
1912), p, 28.
32 ESTO CREEMOS
Tercero: La bendición apostólica que se encuen-
tra en 2 Corintios 13 :13, habla de "la gracia del
Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la partici-
pación del Espíritu Santo".
Cuarto: La enseñanza de Cristo mismo ilustra
esta doctrina de la Trinidad en Juan 14 :16: "Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador".
Quinto: Esta doctrina está enunciada en el Nue-
vo Testamento mediante las siguientes escrituras:
1. Un Padre, que es Dios, Juan 6: 27; Roma-
nos 1 :7.
2. Un Hijo, que es Dios, Juan 1 :13; He-
breos 1 :8.
3. Un Espíritu Santo, que es Dios, Hechos 5 :3, 4.
C. La Prueba en el Panorama de Textos Escri-
turales
Puesto que el término Trinidad no aparece en la
Biblia tenemos que realizar que tal doctrina es bien
definida por el sentido de la Escritura. Esto está en
acuerdo con el concepto de que el sentido de la Es-
escritura es [aclarado por la] Escritura [misma].
Un arreglo de textos aislados pueden ser usados
para probar casi cualquier doctrina. Hemos visto
demasiados ejemplos de esto y no debemos ser cul-
pables de Ja misma falacia. Teniendo este impor-
tante hecho en mente, debemos saber que la doctri-
na de la Trinidad es :
l. Una doctrina revelada
La razón natural no puede descubrir la hermo-
sura expuesta mediante esta doctrina cumbre. Un
estudio de las falsas y paganas religiones revelará
que ellas tuvieron una idea de la Trinidad, pero sus
deliberados intentos por producir una fantástica
triada solamente mostró el elemento humano como
resultado final. Puede que no haya prueba racional
para la doctrina bíblica de la Trinidad, pero nues-
tro concepto trinitario de Dios es superior al con-
cepto de él como un abstracto mónada o como el
gran circundador de "Todo". "Si no es posible de-
LA DOCTRINA DE DIOS 33
cir que nosotros no podemos concebir a Dios como
el eterno conciente de Sí mismo, con eterno amor,
sin concebirle como una Trinidad, parece muy ne-
cesario decir que cuando le concebimos como una
Trinidad, nueva abundancia, riqueza y fuerza son
dados a nuestro concepto de él como un ser concien-
te de Sí mismo, amante, y por lo tanto le concebi-
mos más adecuadamente que como un mónada, y
nadie puede quedar nuevamente satisfecho con un
concepto monadístico de Dios" .s
2. Provista en el Antiguo Testamento
Se ha sabido por años que el Nuevo Testamento
estaba oculto en el Antiguo Testamento, y que el
Antiguo Testamento está desarrollado en el Nuevo
Testamento. Este concepto es cierto especialmente
en desarrollo de Ja doctrina de Ja Trinidad.
Los escritores del Nuevo Testamento, quienes
claramente exponen el punto de vista Trinitario de
Dios, aceptan sin recelo al Dios de Israel como su
Dios. Estos hombres creyeron en la unidad de Dios
(Juan 17:3; 1 Corintios 8:4; 1 Timoteo 2:5), pero
fueron muy explícitos en señalar el concepto tri-
unitario en todos sus escritos sin dar la más míni-
ma impresión de sentirse innovadores.
3. Requerida en toda la enseñanza de Jesús
Jesús tuvo mucho que decir acerca de Su Padre.
Hay una relación entre Jesús y el Padre que sola-
mente puede confirmar el hecho de que Jesús era
el Hijo, y Dios era Su Padre. (Véanse Mateo 11:
27; 24 :36; Marcos 13 :12; Lu c as 10: 22). Jesús
también tiene mu cho qué decir concerniente al
Espíritu Santo. El Espíritu Santo sería otro Con-
solador, uno llamado al lado para ayudar. No sola-
mente el Espíritu continuaría la obra iniciada por
nuestro Señor, pero la actividad del Espíritu fue
reconocida por Jesús. (Véanse Mateo 12 :28; Lucas
11 :20; Marcos 13 :11; Lucas 12: 12).
8 Or-r, James,
It np l da, 1946),
La Enclclope1lla Blbllca Internacional
p, 3013.
Comftn (Grand
 34 ESTO CREEMOS
4. Una enseñanza de Juan y Pablo
Juan y Pablo fueron sin duda alguna los más in-
fluyentes escritores del Nuevo Testamento. Ambos
apóstoles sostuvieron la doctrina de la Trinidad.
En Juan 8 :58 se muestra la unidad de Jesús con
el Padre. Que Jesús y Dios son coeternos se expone
en Juan 17:5 y 6:62. (Véanse también Juan 16:15;
17:10; 17:24; 14:31; 14:7, 9, 10.)
Pablo, quien influyó la doctrina cristiana más
que ninguna otra persona, sintió que la doctrina de
la Trinidad ciñó el tejido completo del dogma cris-
tiano. Pablo, en las notas con que iniciaba sus epís-
tolas, frecuentemente se refirió a la filiación de
Dios y la interrelación de la Divinidad. (Véanse
Romanos 1 :7; 1 Corintios 1 :3; 2 Corintios 1 :2;
Gálatas 1 :3; Efesios 1 :2; Filipenses 1 :2; 2 Tesalo-
nicenses 1 :2. Véase también 1 Corintios 8 :6, que es
quizá una de las más grandes afirmaciones de
Pablo acerca de la posición de Cristo en la divina
¡, jerarquía).
Resumen
El Eterno Poder y la Divinidad es una Trinidad.
"La verdadera fe e r is ti a na es ésta, que adoramos
un Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad; sin
confundir las Personas, y sin dividir la Substancia.
Porque hay una sola Persona del Padre, otra del
Hijo, y otra del Espíritu Santo. Empero la Divini-
dad del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo,
es toda una, la gloria igual, la majestad coeterna.
Como el Padre es, lo es el Hijo, y lo es el Espíritu
Santo. El Padre increado, el Hijo increado, y el
Espíritu Santo increado. El Padre incomprensible,
el Hijo imcomprensible, y el Espíritu Santo incom-
prensible. El Padre Eterno, el Hijo Eterno, y el
Espíritu Santo Eterno. Y sin embargo no son tres
Eternos, pero Un Eterno. Tampoco son tres incom-
prensibles (o infinitos), ni tres increados; pero un
Eterno y un incompresible. Asi como el Padre es
Todopoderoso, el Hijo es Todopoderoso, y el Espí-
ritu Santo Todopoderoso; y sin embargo no son tres
LA DOCTRINA DE DIOS 35
todopoderosos, pero un Todopoderoso. Asimismo el
Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo
es Dios, y sin embargo no son tres Dioses, pero un
Dios. Asimismo el Padre es Señor, el Hijo es Señor,
y el Espíritu Santo es Señor: y sin embargo, no son
tres Señores, pero un Señor.
Porque de la manera corno somos impulsados por
la verdad cristiana a reconocer cada persona en Sí
misma ser Dios y Señor, de la misma manera se nos
prohibe por la religión cristiana decir que hay tres
Dioses o tres Señores. El Padre de nadie es hecho
ni creado ni engendrado. El Espíritu Santo es deÍ
Padre y del Hijo, tampoco es hecho, creado, o en-
gendrado, pero procedente. Asi que hay un Padre,
no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu
Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad
ninguno es antes, o después de otro; ninguno es
más grande o menos que otro; pero las tres perso-
nas son coeternas juntas, y coiguales; de modo que
en todas las cosas, corno se ha dicho antes la Uni-
dad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad 'debe ser
ndorada". 0
PREGUNTAS
1. ¿Por qué el hombre cree en la existencia de
Dios?
2. Mencione brevemente los cinco argumentos
para la existencia de Dios.
3. ¿Por qué es Dios infinito?
4. Defina la omnisciencia.
5. ¿Por qué debemos tener un claro entendimiento
de la Trinidad?
G. ¿Qué relación hay entre la fórmula bautismal
y la doctrina de la Trinidad?
7. ¿Quién fue Arrio?
8. Explique la perfección de Dios.
9. ¿Por qué Dios creó al hombre como un ser
intelectual y moral?
l O. Explique la racionalidad de la creencia en Dios.
O BelM, Joseph A., Lectur'l\8 sobre el Apocalipsis Vol II (New York
1013), PP. 415-417.
0 0
'
 ' ....
CAPITULO DOS
La Doctrina de la Salvación
Artículos 3, 4, 5, 6, 7 y 11
"3. Que Jesucristo es el unigénito del Padre, con-
cebido por el Espíritu Santo y nacido de la
Virgen María. Que Jesús fue crucificado,
sepultado y resucitó de los muertos. Que as-
cendió al cielo y está a la diestra del Padre
como intercesor.
"4. Que todos han pecado y están destituídos de
la gloria de Dios, y que el arrepentimiento es
ordenado por Dios a todos, y necesario para el
perdón de los pecados.
"5. Que la justificación, la regeneración y el nue-
vo nacimiento se efectúan por fe en la sangre
de Jesucristo.
"6. En la santificación subsecuente al nuevo naci-
miento, por fe en la sangre de Jesucristo, por
la Palabra y por el Espíritu Santo.
"7. Que la santidad es la norma de vida de Dios
para Su pueblo.
f·
"11. Sanidad divina es provista para todos en la
expiación.
l. Introducción
A. La necesidad de salvación
B. La preparación para la salvación
II. La Persona del Salvador
Introducción
A. Cristo pre-encarnado
B. El Cristo sufriente o Cristo encarnado
l. La deidad de Cristo o Cristo como Dios
a. Prueba de la divinidad de Cristo
1) Las descripciones de Dios en el
LA DOCTRINA DE SALVACION 87
Antiguo Testamento son aplicadas
a Jesús.
2. El es llamado Dios por los escrito-
res del Nuevo Testamento.
b. Cristo poseyó los atributos de Dios
1) Jesús fue existente por sí mismo y
poseyó vida como también el poder
para darla.
2) Jesús poseyó inmutabilidad.
3) Jesús fue verdad.
4) Jesús fue amor.
5) Jesús poseyó santidad como Dios.
6) Jesús fue y es omnipresente.
7) Jesús fue y es omnisciente.
8) Jesús fue y es omnipotente.
c. Sus oficios y obra divinas afirman Su
deidad.
1) El es el Creador.
2) El es el sustentador de todas las
cosas.
3) El tiene la autoridad de perdonar
pecados.
4) El tiene el poder para levantar los
muertos.
5) El será juez de todos los hombres.
2. Cristo como hombre, o la humanidad de
Cristo
a. El tuvo padres humanos.
b. El se llamó hombre a Sí mismo, y fue
llamado así por otros.
c. El poseyó cuerpo y alma, que son los
elementos esenciales de la naturaleza
humana.
d. El creció, sintió y actuó como un ser
humano normal.
e. El realmente sufrió y murió.
III. Cristo como Salvador, o la obra de Cristo
A. La muerte de Cristo
1. La importancia y significado de la muer-
te de Cristo
 v.,
38 ESTO CREEMOS
2. Los resultados de la muerte de Cristo
a. El rescató, o redimió.
b. El perdonó o hizo propiciación.
c. El hizo una reconciliación.
d. El vino a ser un substituto.
e. El despojó principados y potestades.
B. La resurrección de Cristo
l. La importancia de la doctrina de la re-
surrección.
2. Los hechos o verdades de la resurrección.
3. Los resultados de la resurrección.
C. La ascención de Cristo
IV. Obteniendo la Salvación Adquirida
A. Arrepentimiento
l. Arrepentimiento definido.
B. Justificación
l. Significado de la justificación.
2. Resultado de la justificación.
\. Resumen
1.' C. Regeneración
l. Regeneración definida
2. Regeneración necesitada
3. Regeneración obtenida
Resumen
D. Santificación
l. Santificación definida
2. Santificación obtenida
Resumen
V. Manteniendo la Salvación Comprada por
Cristo
A. La norma de santidad: la santidad es al-
canzable.
B. Lo que la Iglesia de Dios cree acerca de la
doctrina de la santidad, o entera santifi-
cación.
l. La santidad definida.
a. Referencias en el Antiguo Testamento.
b. Significado de perfección en el Anti-
guo Testamento.
LA DOCTRINA DE SALVACION 39
c. Santidad y perf ecci6n en el Nuevo
Testamento.
d. El punto de vista correcto de la san-
tidad.
2. Santidad: Qué es y lo que no es
a. Santidad no es un estado de perpetuo
gozo extático.
b. Santidad no es un estado de libertad
de tentación.
c. Santidad no es un estado de libertad
de las flaquezas.
d. Santidad no es un estado en el cual no
haya un futuro desarrollo.
e. Santidad no es un estado del cual no
podamos caer.
f. Entonces, ¿Qué es santidad?
Resumen
l. INTRODUCCION
La doctrina de la salvación es una materia que
encierra todo. Uno no puede estudiar alguna fase
de Ja religión cristiana sin tocar algún tema impor-
tante que se refiera a la hermosa y gloriosa verdad
del plan redentor de Dios. Por tanto, es conveniente
para el estudiante realizar que lo que está escrito
concerniente a la salvación abrazará la imagen com-
pleta de la verdad encontrada en el Antiguo y Nue-
vo Testamentos.
A. La necesidad de Salvación
Si hay una creencia universal en Dios, hay tam-
bién un deseo universal de parte del hombre por
encontrar a Dios y estar reconciliado con él. Un
estudio de las religiones, primitivas y contemporá-
neas mostrará que la religión es fundamentalmente
un intento para alcanzar a Dios. La misma palabra
religión contiene esta verdad. Nuestra palabra re-
ligión viene del latín religare que significa, "rea-
tar" o "restaurar". Se puede decir con seguridad,
 40 ESTO CREEMOS
entonces, que toda la humanidad siente un deseo
por lo sobrenatural, lo cual es un esfuerzo por obte-
ner la amistad y el favor del Todopoderoso.
Los grandes sistemas religiosos del mundo pue-
den dividirse en dos grupos distintos. Una clase de
religión busca salvación a través de obras o méritos
físicos. Esto se llama "autosotérico", o grupo de la
auto-salvación. Por otra parte está la clasificación
"esotérica" dada a aquellos que sienten que la sal-
1
vación viene de Dios y no es el resultado sólo del
esfuerzo humano. La religión cristiana, especial-
1
mente en cuanto concierne a la Iglesia de Dios, sos-
1¡ tiene la creencia de que no hay salvación aparte de
Dios y que la salvación de Dios se opera en el cora-
l. zón humano por fe en la obra completa de Cristo.
1
Pedro tuvo esta verdad en mente cuando dijo: "Y
en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
1 nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que
1
podamos ser salvos" (Hechos 4: 12). "La raíz",
dice John Ruskin, "de casi cada cisma y herejía
por lo que la iglesia cristiana ha sufrido ha sido el
l: esfuerzo del hombre por ganar su salvación mas
J~ bien que por recibirla".
Toda esta prevaleciente necesidad de salvación
ha urgido a muchos a buscar y a encontrar la ver-
dad. Por otra parte, la necesidad sentida en el co-
razón del hombre ha sido usada por Satanás para
conducir al hombre en una dirección equivocada y
encauzarlo por sendas desviadas que jamás pueden
llevar a Dios. Es muy importante para el hombre
conocer la verdad, porque solamente la verdad pue-
de hacer libres a los hombres. La mayoría del
mundo libre, hoy, ha estado bajo la influencia
del evangelio de Cristo. Esa porción del mundo que
está marchita y atada está así por hombres que no
han escuchado de Jesús, o que habiendo escuchado
fallaron de andar en la luz que se les dio.
Esta necesidad de salvación no ha estado siem-
;·1 pre presente. Dios hizo al hombre a Su propia ima-
¡ gen (Génesis 1 :27) y gozó de amistad bendecida
LA DOCTRINA DE SALVACION 41
con él en el esplendor del Edén. Esta condición, sin
ornbargo, no duró mucho tiempo. El hombre, a quien
Dios benignamente dio el poder para decidir por sí
mismo, decidió seguir los caprichos de sus sentidos
y no los mandatos de la Divinidad. Al oir a Sata-
nás, rindiéndose a los deseos carnales, el hombre
rompió su pacto con Dios, perdió su derecho a la
vida eterna, y fue echado de la plenitud del Edén.
De ahí que haya necesidad universal y deseo vehe-
mente por Dios de redimir al hombre.
Algunos pensadores modernos conducirían sus
seguidores a creer que el deseo de Dios y de salva-
ción es el resultado de algún proceso cultural. Esto
está lejos de la verdad y no es aceptado por algu-
nos sobresalientes antropólogos. Estudios culturales
muestran que en todos los grupos primitivos y abo-
rígenes ha habido el mismo deseo básico de propi-
ciar a la divinidad y encontrar paz con Dios. Y
esto, a pesar del hecho de que estos grupos han
tenido culturas enteramente diferentes.
Es, por lo tanto, lógico que creamos que todos
los hombres han pecado y están destituidos de la
gloria de Dios (Romanos 2 :23). El hombre realiza
que está perdido, sabe que hay un Dios, y por eso
busca la forma para salir de su miseria. Este deseo
innato está presente en todos los hombres y ha sido
así en todas las edades. El hombre no está satis-
fecho lejos de Dios. Está apartado de Dios (Salmo
58 :3). Como un hijo de Adam, es nacido muerto
(1 Corintios 15:21, 22). Por naturaleza, toda la
humanidad estaba en Adam, y la misma fue echada
de Dios tan pronto como Adam y Eva fueron ex-
pulsados del Edén.
En términos teológicos, por lo tanto, el hombre
necesita a Dios porque el pecado de Adam le ha
sido imputado. La fuente de la raza humana fue
corrompida y ha consecuentemente, corrompido to-
<lo aquello que ha provenido de esa fuente original.
42 ESTO CREEMOS
Por esto es que la Iglesia de Dios cree y afirma
que todos los hombres necesitan salvación.
B. La preparación para la Salvación
Uno de los más hermosos y atrayentes pasajes
escriturales se encuentra en Génesis 3 :15: "Y ene-
mistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu si-
miente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar". Esto es lla-
mado el "Protoevangelio", o anteevangelio. A qui
un amante pero ofendido Dios y Padre está unien-
do una promesa con una maldición y un destierro.
La ley de Dios había sido desafiada por esta pri-
mera pareja, pero su desafío y desobediencia no
invalidaron la oportunidad de rescate. El hombre
había hecho su elección, pero Dios estuvo ansioso y
poderoso para salvar. Estas palabras habladas en
tiempos antes del Calvario, dieron a la humanidad
Ja promesa de un redentor; uno estaba por levan-
tarse de entre ella que no solamente podría sujetar
a Satanás sino de conquistarlo.
Desde la misma hora del destierro, Dios empezó
a desplegar Su plan maestro de redención. El hom-
bre no sabía lo que estaba vislumbrándose en ese
tiempo, pero hoy es posible penetrar en la obra del
plan de Dios como se ve en el Antiguo Testamento.
Tejido a través del tapíz de las verdades del Anti-
guo Testamento, podemos ver el hilo escarlata de
Ja redención. Abel supo cómo ofrecer un sacrificio
más excelente que Caín (Hebreos 11 :4). Noé en-
contró gracia ante los ojos del Señor (Génesis 6 :8).
Abraham vino a ser padre de los fieles y a través
de su nieto Jacob, prohijó la familia conocida como
el pueblo de Dios.
Mucho, mucho podría escribirse tocante a la
dialéctica cristiana como se ve en lo que se narra
en el Antiguo Testamento. Sin embargo, bastará
decir que Dios, quien fue maravilloso en el día de
Su preparación, es aún más maravilloso en este día
de Su salvación.
T.A DOCTRINA DE SALVACION 43
I I. La Persona del Salvador
Introducción
"La cristiandad no puede vivir en paz con algu-
na otra forma de fe. Si esa religión es verdadera,
hay solamente un Salvador, un libro inspirado, y
una sola angosta . . . senda que conduce al cielo.
Tal religión es necesariamente inflexible". Estas
palabras fueron escritas por Roberto lngersoll, el
famoso agnóstico. Lo que él dijo pretendió ser un
dardo de crítica. Lo que él dijo es la verdad y
evidencia el hecho de que él entendió muy bien la
verdadera naturaleza de la doctrina cristiana.
Nuestra fe permanece o falla de acuerdo a nues-
tra creencia en, y aceptación de la obra del unigé-
nito Hijo de Dios. La única forma de conocer a
Dios es a través de Su Hijo Jesucristo. Pablo es-
cribiendo a Timoteo, dijo: "Hay un Dios, asimismo
un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre" (1 Timoteo 2 :5).
Jesús mismo dijo: "El que me ha visto, ha
visto al Padre". Gypsy Smith, dijo cierta vez:
"Dadme un niño por un cuarto de hora, y diré a
ustedes qué clase de padres tiene". El muchacho
de la Escuela Dominical posiblemente no era un
comentador convencional de la Biblia, pero esta-
ba muy cerca de la teología del Nuevo Testa-
mento cuando dijo: "Jesús era una astilla del viejo
tronco".
A. Cristo Pre-encarnado
El Evangelio de Juan que ha sido propiamente
llamado "el Evangelio de la Divinidad de Cristo",
principia con una concisa declaración concerniente
ni Cristo Pre-encarnado. Aquí el discípulo amado
declara: "En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios" Juan 1 :l. En el versículo 14 del mis-
mo capítulo, Juan nos dice que este mismo verbo,
"fue hecho carne y habitó entre nosotros". En es-
tos dos pasajes tenemos la incontrovertible eviden-
cia de la pre-existencia de Cristo como también del
44 ESTO CREEMOS
plan de Dios enviando a Su Hijo para redimir al
hombre caído.
Para una mejor comprensión de la pre-existen-
cia de Cristo como se asienta en Juan 1 :1, será
necesario el significado y uso de "El Verbo" o
"Logos" en el Evangelio de Juan.
"En tiempos antiguos un rey del oriente tenía
audiencia en su corte dentro del cuarto mismo don-
de estaba el trono. No deseando ser perturbado por
la mirada de alguno de sus súbditos que traía
alguna petición, el rey algunas veces tenía una pe-
sada cortina extendida a lo largo del fondo de su
cuarto, ocultando su trono de la vista de los súb-
ditos. Del otro lado de la cortina permanecía uno
que era el oráculo o intérprete del rey. En su ma-
no derecha él portaba el anillo del rey; de su cuello
colgaba el medallón o sello real simbolizando la
autoridad para ejercer juicio en nombre del rey.
El hablaba por el rey; era conocido como su "in-
térprete" (en griego Logos), el representante visi-
ble del monarca encubierto".1
Juan, sin duda, tuvo esto en mente cuando, a
través de la inspiración divina buscó, para expre-
sar esta verdad gloriosas palabras entendibles así
como significativas. No solamente Jesús estuvo ca-
pacitado para ejercer juicio por el rey, sino que
fue también una parte del plan y propósito en la
realización de la obra redentora de Dios. Nuestro
Señor no solo fue una manifestación Divina-huma-
na de Dios, sino que él "expresó los pensamientos
y sentimientos de Dios (Hebreos 1 :3). Exactamen-
te como nuestras palabras llevan a otros nuestros
sentimientos y emociones íntimas, así Jesús reveló
a la humanidad el concepto verdadero de Dios, el
cual los hombres de otra forma jamás hubieran
conocido. De acuerdo con Pearlman, "Cristo es el
verbo de Dios porque él revela a Dios demostrán-
1 Mart!n, Walter R., Cristianismo Esencial (Grand Raplds,
n, 24,
LA DOCTRINA DE SALVACION 45
dole en persona. El no solamente trae el mensaje
de Dios, sino que es el mensaje de Dios. Y sería
bueno para todos recordar que ese fue y es un
mensaje de amor y reconciliación. Este mensaje
había estado oculto, o más bien velado, por siglos.
Ahora podemos decir con Orígenes que, "El Hijo
puede ser el verbo porque anuncia las cosas ocul-
tas de Su Padre". Jesús conoció el plan de reden-
ción desde el mismo principio. ¿No era él "el cor-
dero sacrificado desde la fundación del mundo?"
(Efesios 1 :4; Revelación 14 :8; Míqueas 5 :2; Juan
8:58; 5:18).
Gracias a Dios por permitirnos mirar esta sabi-
duría y amor en Su plan por las edades. Es muy
f:lcil ver que la maravilla y belleza del plan per-
fecto redentor de Dios jamás puede ser compren-
dido y apreciado a menos que hay una firme creen-
cia en la Trinidad y en un Cristo Pre-encarnado.
B. El Cristo Sufriente, o Cristo Encarnado
En nuestra discusión del Cristo sufriente no
debemos nunca olvidar que él fue Humanamente
Divino y Divinamente Humano. Faltar en recono-
cer su Divinidad destruirla completamente la efi-
cacia de Su muerte sacrificial. Faltar en reconocer
Su humanidad menospreciaría los aspectos vicarios
de Su sufrimiento y causaría que Su obra sea me-
nos apreciada.
Todo el período de la vida de Cristo en la tierra
antes de Su resurrección bien puede llamarse el
período del Cristo Sufriente. Posiblemente no hubo
agonía física presente todo el tiempo, pero podemos
estar seguros que él fue, "un varón de dolores ex-
perimentado en quebanto" ( Isaías 53 :3). Al p;ose-
zuir la discusión del Cristo Sufriente será muy
necesario considerar Su humanidad y Su deidad.
l. La deidad de Cristo, o Cristo como Dios
¡,En qué posición estamos para probar la divi-
1962), nidad de Cristo? Usted debe realizar que la verdad
de Su divinidad es objetada hoy no solamente por
 . .......
'h:t
46 ESTO CREEMOS
los agnósticos, los infieles y los ateos, sino por lo
común de los liberales modernos dentro de los
círculos cristianos. No es extraño oir que los es-
cépticos hagan burla de la divinidad de nuestro
Señor, pero cuán triste es saber que aquellos que
llevan Su nombre y tienen consigo Su estandarte
buscan impugnar el testimonio de la Palabra de
Dios y el testimonio de Su Obra. Nuestra fe sos-
tiene la divinidad de Cristo y este hecho puede ser
probado más allá de toda duda.
a. Prueba de Ja Divinidad de Cristo:
1) Las descripciones de Dios en el Antiguo Tes-
tamento son aplicadas a Jesús. Los judíos del.
Antiguo Testamento eran muy cuidadosos en el uso
de términos para designar a su único Dios. El tér-
mino Jehová era tratado con especial reverencia;
es por lo tanto lógico creer que los escritores del
Nuevo Testamento jamás habrían usado estos mis-
mos nombres para referirse a Cristo si no hubieran
creído que él era divino. "Aparejad el camino del
Señor" (Isaias 40:3; Lucas 3:4).
2) No solamente las escrituras del Antiguo Tes-
tamento dadas hacen referencia a Su divinidad,
sino que también él es llamado Dios por los escri-
tores del Nuevo Testamento. Juan dice: "El Verbo
era Dios" (Juan 1 :1). No solamente el Verbo esta-
ba con Dios, sino que el Verbo era Dios. El tam-
bién es llamado (en el texto original) "el Dios
unigénito" (Romanos 9 :5). Se le refiere como,
"Dios bienaventurado por siempre" y "el gran Dios
y Salvador nuestro Jesucristo" (Tito 2 :13; Juan
20:28; Hebreos 1:8).
b. Cristo poseyó los atributos de Dios. Entre los
atributos de Dios están la existencia por Sí mis-
mo, inmutabilidad, verdad, amor, santidad, como
también la omnipresencia,, omnisciencia y omnipo-
tencia. Cada uno de estos fue aplicado a Jesús y no
fue usado en un sentido secundario.
1) Jesús fue existente por sí mismo y poseyó
1.A DOCTRINA DE SALVACION 47
vida como también el poder para darla:
"Porque como el Padre levanta los muertos, y
IM da vida, así también el Hijo a los que quiere da
vida. Porque como el Padre tiene vida en si mismo,
ns i dio también al Hijo que tuviese vida en si mis-
mo" (Juan 5:21, 26). "En él estaba la vida" (Juan
1 :14). "El cual no es hecho conforme a la ley del
mandato carnal, sino según la virtud de vida índi-
soluble" (Hebreos 7:16).
2) Jesús poseyó inmutabilidad
"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
sizlos" (Hebreos 13 :8).
3) Jesús fue verdad:
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida" (Juan
14 :6). "Estas cosas dice ... el Verdadero" (Reve-
lación 3 :7).
4) Jesús fue amor:
"En esto es conocido el amor de Dios, porque él
puso su vida por nosotros: también nosotros debe-
mos poner nuestras vidas por los hermanos" (1
.Junn 3 :16).
5) Jesús poseyó santidad como Dios:
" . . . por lo cual también lo Santo que nacerá
de tí, será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1 :35).
" ... tú eres el Santo de Dios" (Lucas 4 :34). "Por-
que tal pontífice nos convenía: santo, inocente, lim-
pio, apartado de los pecadores, y hecho más subli-
me que los cielos" (Hebreos 7 :26).
G) Jesús fue y es omnipresente:
" ... yo estoy con vosotros todos Jos días" (Ma-
teo 28 :20). ", . . la plenitud de aquel que hinche
todas las cosas en todos" (Efesios 1 :23).
7) Jesús fue y es omnisciente:
"Ahora entendemos que sabes todas las cosas"
(Juan 16 :30). "Mas el mismo Jesús no se confiaba
n fll mismo de ellos, porque él conocía a todos y no
tenia necesidad que alguien Je diese testimonio del
hombre; porque él sabía lo que había en el hombre"
(Juan 2 :24, 25. Véase también Colosenses 2:30).
----------------------~~-~~·----~--~
48 ESTO CREEMOS
8) Jesús fue y es omnipotente:
"Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra" (Mateo 28 :18). "Como le has dado la potes-
tad de toda carne, para que dé vida eterna todos
los que le diste" (Juan 17 :2).
c. Sus oficios y obras divinas afirman Su
Deidad:
1) El es el Creador:
"Todas las cosas por él fueron hechas" (Juan
1 :3). "Tú, oh Señor, en el principio fundaste la
tierra; y los cielos son obras de tus manos" (He-
breos 1 : 1 O). "Porque por él fueron creadas todas
las cosas que están en los cielos, y que están en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean domi-
nios, sean principados, sean potestades; todo fue
creado por él y para él" (Colosenses 1 :16).
2) El es el sustentador de todas las cosas:
"Y él es antes de todas las cosas, y por él todas
las cosas subsisten" (Colosenses 1 :17). "El cual
siendo el resplandor de su gloria, y la imagen mis-
ma de su sustancia, y sustentando todas las cosas
con la palabra de su potencia ... " (Hebreos 1 :3).
3) El tiene la autoridad de perdonar pecados :
"Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados" (Marcos 2:
5). "Y a ella dijo: Tus pecados te son perdonados"
(Lueas 7 :48).
4) El tiene el poder para levantar los muertos
"Y esta es Ja voluntad del que me envió, del Pa-
dre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello,
sino que lo resucite en el día postrero" (Juan 6:
39). " ... yo soy la resurrección y la vida: el que
cree en mi, aunque esté muerto, vivirá" (Juan
11:25).
5) El será juez de todos los hombres:
"Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el
juicio dio al Hijo" (Juan 5 :22). "Quiero yo, pues,
?elante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de
Juzgar a los vivos y los muertos en su manifesta-
LA DOCTRINA DE SALVACION 49
ción y en su reino" (2 Timoteo 4: 1). "Por cuanto
ha establecido un día en el cual ha de juzgar al
mundo con justicia, por aquel varón al cual deter-
minó ... " (Hechos 17:31).
2. Cristo como hombre, o la humanidad de Cristo
Es un poco difícil para muchos cristianos since-
ros y creyentes en la Biblia comprender el hecho de
la humanidad real de Cristo. Difícilmente pueden
realizar la realidad e integridad de tal doctrina.
i. Cómo puede Dios llegar a ser hum ano ? ¿Cómo
puede el Dios que se reveló a Abraharn y Moisés
llevar sobre Sí mismo la vestidura humana? Pudie-
ra ser de ayuda para ellos creer que el gran Yo
Soy no ha cambiado Su naturaleza, sino más bien
que él es ahora el gran Yo Estoy con vosotros.
La verdad de Su humanidad puede mostrarse
como sigue:
a. El tuvo parientes humanos.
"María . . . se halló haber concebido del Espí-
ritu Santo" (Mateo 1 :18). "He aquí tu madre y
tus hermanos'' (Mateo 12 :47). "Y al tercer día hi-
cieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí
In madre de Jesús" (Juan 2:1). "Mas venido el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo,
nacido de mujer, hecho súbdito a la ley" (Gálatas
4 :ti).
b. El se llamó hombre a Sí mismo, y fue llamado
nsí por otros.
"Empero ahora procuráis matarme, hombre que
os he hablado la verdad ... " (Juan 8:40). "Varo-
nes israelitas, oid estas palabras: Jesús Nazareno,
varón aprobado de Dios entre vosotros ... " (He-
chos 2 :22). "Porque hay un Dios, asimismo un me-
diador entre Dios y los hombres, Jesucristo hom­
/11·c" (1 Ti moteo 2 :5).
c. El poseyó cuerpo y alma, que son los elemen-
tos esenciales de la naturaleza humana:
", . . mi alma está triste hasta la muerte; que-
daos aquí, y velad conmigo" (Mateo 26:38). " ...
50 ESTO CREEMOS
se conmovió en espíritu y turbóse" (Juan 11 :33).
" ... tomó Jesús el pan, y lo bendijo, y lo partió y
lo dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed, esto
es mi cuerpo" (Mateo 26 :26). "Así que, por cuan-
to los hijos participaron de carne y sangre, él tam-
bién participó de lo mismo, para destruir por la
muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a
saber, al diablo" (Hebreos 2 :14). "En esto cono-
ced al Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa
que Jesucristo es venido en carne es de Dios" (1
Juan 4:2).
d. El creció, sintió y actuó como un normal ser
humano.
"Y el niño crecía, y fortalecíase, y se henchía de
sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él". "Y
Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia
para con Dios y los hombres". "Y ... le hallaron
en el templo, sentado en medio de los doctores,
oyéndolos y preguntándoles" (Lucas 2 :40, 52, 46).
"Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta no-
ches después tuvo hambre" (Mateo 4 :2). "Después
de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya
cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, di-
j o: Sed tengo" (Juan 19 :28). "Y he aquí, fue he-
cho en el mar un gran movimiento, que el barco se
cubría de las ondas; mas él dormía" (Mateo 8 :24).
e. El realmente sufrió y murió :
"Y estando en agonía, oraba más intensamente:
y fue su sudor como grandes gotas de sangre que
caían hasta la tierra" (Lucas 22 :44).
III. Cristo como Salvador, o la Obra de Cristo
Jesús el Dios hombre vino a esta tierra para
realizar una tarea. El vino no solamente para ben-
decir a los hombres con Su presencia y sanar aque-
llos que estaban oprimidos. Vino a bendecir a todos
los que le conocieron y le encontraron, y la historia
de su Vida conmueve a todos los que sinceramente
la han leído. Sin embargo debe realizarse que la
Primera Venida de Cristo fue el advenimiento de
!.A DOCTRINA DE SALVACION 51
un Salvador, o mejor aún, el advenimiento del Sal-
vnrlnr. Esto es lo que precisamente Juan tuvo en
mente cuando clamó: "He aquí el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo" (Juan 1 :29).
Muchos graneles escritores nos han descrito los
muchos eventos que sucedieron durante los breves
v maravillosos años de la vida de nuestro Señor.
Ln mayoría de ellos han dado al lector la imagen
de un hombre grande y bueno. Jesús enseñó a los
hombres cómo vivir, como también cómo morir.
Sus sencillos sermones y máximas han servido para
zuiar a millones incontables por un camino de vi-
da feliz. Jamás debemos olvidar, sin embargo, que
Jesús vino a sufrir y a morir. Todo lo que él hizo
fnr meramente incidental al esfuerzo trascendente
y n la obra que solamente podía ser realizada y
cumplimentada en el Calvario.
El que verdaderamente ama a Cristo apreciará
Sus milagros y se maravillará de Su sabiduría, pe-
ro le amará sobre todo porque él murió. Dios nos
dio a Su Hijo (Juan 3 :16); lo dio no solo como un
ojcmplo, sino literalmente como un sacrificio. So-
lamente podemos comprender o percibir el amor de
Dios si reconocemos a Jesús como el Unico que se
dio a Sí mismo por nosotros (1 Juan 3 :16). La re-
lizión cristiana es una religión de expiación o
reconciliación, y fue solamente a través de la muer-
te de Cristo que esto se logró. Los aspectos éticos
de nuestra religión no son de compararse con otras
religiones, aunque "el cristianismo no es meramente
un sistema de ética: es la historia de la redención
n través de Jesucristo el redentor personal".
Nuestro Señor realizó muchas obras maravillo-
sas, unas registradas y otras no. Debemos realizar,
sin embargo, que la obra para la cual fue enviado
ern para morir por los pecados del mundo (Mateo
l :21), ser resucitado para nuestra justificación y
ascender al cielo para Su gloria y nuestra continua
edificación y preservación (Romanos 8 :38; 4 :25;
5 :10).
 r 52 ESTO CREEMOS
A. La Muerte de Cristo
¿Por qué murió Cristo? Esta parece ser una
pregunta sencilla, pero es quizá la pregunta más
profunda que se puede hacer en el campo de la teo-
logía. Al contestarla con propiedad será posible
asentar la irnportancia y significado de Su muerte
como también lo que obtuvo por medio de ello.
l. La importancia y significado de la muerte de
Cristo:
La doctrina de la expiación, como se presenta en
el Antiguo Testamento, se basaba en la eficacia de
una ofrenda sacrificial (Génesis 4 :4; Job 1 :5; 42:
3, 9; Levítico 17 :2-11). El hombre había ofendido
a Dios; una separación había tomado lugar, y sólo
un sacrificio sangriento podría cubrir u ocultar la
impureza del hombre y de esa forma permitirle su
acceso a la presencia de Dios. El rociamiento de la
sangre sobre el asiento de misericordia en el taber-
1
.
1
\ náculo (Levíticos 16 :15, 16), y el esparcimiento de
la sangre del Cordero pascual (Exodo 12 :7), mar-
f
¡
caron la importancia del sacrificio substitucionario
bajo el antiguo pacto hecho entre Jehová e Israel.
'1
En el Nuevo Testamento se nos revela el hecho
de que la sangre de animales en sí misma nunca
fue eficáz para la limpieza de pecado (Hebreos
10 :4). La sangre del Antiguo Testamento simple-
mente simbolizó el elemento de vida ofrecido por la
vida de los pecadores. El bello ritual y simbolismo
del Antiguo Testamento solamente sirvió como un
tipo del plan redentor de Dios, perfecto y eterno.
El significado de los sacrificios del Antiguo Testa-
mento son revelados en el Señor Jesús quien, parti-
cularmente en el Libro de Hebreos está descrito
como el sacerdote oficiante y el sacrificio expiato-
rio (Hebreos 9:11, 15; 10:12). Jesús murió no para
cubrir el pecado; Su muerte llevó nuestros pecados
que habían sido puestos sobre él. Esta santa ver- ,
dad ha sido maravillosamente expuesta en la ma-
jestuosa declaración de Isaías: "Ciertamente llevó
LA DOCTRINA DE SALV ACION 53
.-.r nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores
... él herido fue por nuestras rebeliones, y molido
por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz fue
sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, ca-
da cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó
en él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53 :4-6).
Nada en el canon de la Sagrada Escritura es
más vital o significativo que la muerte de Cristo
on la cruz. Jesús llegó a ser uno de nosotros y par-
ticipó de carne y sangre para que pudiera morir
(Hebreos 2 :14). "El apareció para quitar nuestros
pecados" ( 1 Juan 3 :5). "El Hijo del hombre no vi-
no para ser servido, sino para servir, y para dar
!IU vida para poner en libertad a otros" (Mateo
~o :28).2 A esta doctrina se da prominencia en am-
bos testamentos, y el hecho de que él murió por
nuestros pecados (1 Corintios 15: 1-3), pudiera ser
llamado no solamente "el tema fundamental del
evangelio" sino "el grandioso tema en el cielo"
( Lucas 9 :30, 31; Revelación 5 :8-12).
2. Los resultados de la muerte de Cristo:
a. El rescató, o redimió.
De acuerdo al Nuevo Testamento, somos "ven-
didos a sujeción de pecado" (Romanos 7 :14). De
acuerdo con el Antiguo Testamento, todos nosotros
estarnos bajo sentencia de muerte (Ezequiel 18 :4).
Cuando Jesús murió, él nos rescató (Mateo 20 :28);
pagó el precio de nuestra emancipación o redención
( l Pedro 1 :18, 19). Haciendo esto, fue hecho mal-
dición por nosotros.
b. El perdonó, o hizo propiciación.
Juan nos dice que Cristo fue nuestro sacrificio
propiciatorio (1 Juan 2 :2). Por propiciación se en-
tiende "cubrimiento" o "asiento de misericordia"
( Exodo 25 :22; Hebreos 9 :5). Por este acto de nues-
tro Seiíor, Dios pasa por alto, limpia y perdona el
2 Phllllpa, J. B., Los Eve.ngellos Traducidos en IDA'léft Moderno (The
Macmllle.n co., New York), p, 43,
 ... . ,. .
54 ESTO CREEMOS
creyente y penitente pecador. Ningún hombre pue-
de venir a Dios por sus méritos propios. Solamente
podemos venir aceptando Su obra en el Calvario.
Es el único modo en que Dios puede mantener Su
justicia y al mismo tiempo perdonar una humani-
dad culpable y transgresora (Romanos 3 :25, 26).
c. El efectuó una reconciliación.
La reconciliación se relaciona con el aspecto hu-
mano de la obra de Cristo. Somos reconciliados con
Dios por la muerte de Su hijo (Romanos 5 :10; 1
Corintios 5 :18). La enemistad que existía entre
Dios y el hombre ha sido removida. Esta es la par-
te activa de la reconciliación (Romanos 8 :7). Ya
no más hay un abismo entre un Dios ofendido y un
alma ofensora. Un Cristo agonizante y amoroso ha
hecho posible una reconciliación. Al mismo tiempo,
el creyente ha experimentado un cambio de actitud
debido a un cambio de corazón y ya no más se sien-
te extraño sino reconciliado (2 Corintios 5 :20; Efe-
sios 2:13). Esto pudiera ser llamado el lado pasivo
de la reconciliación.
d. El vino a ser un substituto.
Un substituto es alguien o algo que toma el lu-
gar de otro. La institución de la Pascua en los días
de Moisés estableció el modelo de nuestro Gran Uni-
co Substituto. Un cordero debía de morir para pro-
ducir sangre para los dinteles y marcos de las puer-
tas del Israel maltratado y vil ( Exodo 12). Jesús
vino a ser el Cordero Pascual. "Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros" (Isaías 53 : 6). Cristo
murió como nuestro substituto. El cargó nuestros
pecados, pagó la pena debida a nuestros pecados; e
hizo todo esto voluntariamente y no por fuerza
o coerción (Juan 10:17, 18).
e. El despojó principados y potestades.
Por Su muerte en la cruz, Jesús una vez y por
todas ganó la victoria sobre nuestro poderoso y su-
til adversario. Todos nosotros estamos al tanto del
hecho que ha existido una fuerza supermundana de
L,!
LA DOCTRINA DE SALVACION 55
g-ran poder que se ha estado oponiendo a la obra
de Dios hacia la humanidad. Leemos del Adversa-
rio primeramente en Génesis (Génesis 3 :1-6), lue-
go traza sus impuras huellas y fétido aliento a tra-
vés del curso de la Sagrada Escritura. Jesús tiene
ahora suprema autoridad sobre Satanás y todas sus
cohortes (Colosenses 3 :10). El despojó principados
r potestades por Su muerte en el Calvario.
B. La Resurrección de Cristo.
"Ha resucitado", ha sido el grito victorioso de
los cristianos desde la primera mañana de la Pas-
cua de Resurrección (Mateo 28:6). La doctrina de
la Resurrección no es una doctrina más de la Biblia,
o declaración de credo. Fue para los apóstoles, y es
para nosotros, la base de esperanza. No solo la re-
surrección de Cristo confirmó la validez de sus
reclamos Mesiánicos, sino que es la seguridad de
nuestra victoria sobre la muerte. Si todos los hom-
bres murieron en Adam, "así también en Cristo
todos serán vivificados" ( 1 Corintios 15 :22).
l. La importancia de la doctrina de la resurrec-
ción.
Ninguna otra religión basa su origen sobrena-
tural en semejante afirmación. Ello se debe al he-
cho de que tal doctrina, a menos de probarse clara-
mente, insultaría la inteligencia en lugar de hacer
al hombre creer. El concepto de la resurrección no
es un dogma aislado que vino de la mente reducida
de algún primitivo escritor cristiano. Es el funda-
mento sólido del pensamiento y verdad cristianos.
Pablo, el primer y más grande apologista cris-
tiano, quien era también un apóstol, nos da ,I,a de-
claración más grande tocante a la resurrección en
su primera epístola a los corintios. Para este gran
hombre la resurrección era el elemento substancioso
en toda predicación verdadera del Evangelio : "Si
Cristo no resucitó ... aun estáis en vuestros peca-
dos" (1 Corintios 15:17). "Entonces también los
que durmieron en Cristo son perdidos" ( 1 Corintios
l.

56 ESTO CREEMOS
15: 18). Si no hubiera habido resurrección, no tum-
ba vacía, no hubiera habido un mensaje real de
nuevas de gran gozo. No solamente Pablo enfatizó
la importancia de la resurrección, sino que Pedro
también dio testimonio de este hecho. En el primer
Sermón de Pentecostés, Pedro habló del levanta-
miento de Jesús de la tumba, por Dios, librándole
de los dolores de la muerte. Habló de este mismo
evento en varias partes del Libro de los Hechos, co-
mo también en su primera epístola. (Véase Hechos
2:24; 3:15; 4:10; 5:30; 10:40; 1 Pedro 1:21.)
2. Los hechos o verdades de la resurrección.
Los críticos del cristianismo y los proponentes
de un cristianismo liberal han hecho mucho para
desacreditar la doctrina de la resurrección. Los in-
tentos por negar y torcer la verdad concerniente a
este glorioso triunfo se mueven a lo largo de la
"teoría del desfallecimiento", hasta la creencia de
que Su resurrección fue espiritual y no física.
Un estudio de la terminología Hebrea y Griega
usada para explicar la Resurrección revelan que los
sucesos discutidos se refieren a una resurrección
física y no espiritual. El término resurrección siem-
pre se refiere al cuerpo, y nunca a la naturaleza
inmaterial, o alma del hombre.
Nuestro Señor anticipó Su resurrección (Juan
2:19, 21; Juan 20; Lucas 28:38-40), y después de
Su triunfo sobre la muerte se mostró a Sí mismo
vivo "con muchas pruebas indubitables" (Hechos
1 :3).
La evidencia documental con relación a la resu-
rrección corporal de Cristo es mayor que aquella de
muchos eventos históricos que han sido aceptados
como verdad sin ninguna duda. Jesús realmente
murió, ¿no hizo la herida de Su costado hacer salir
sangre y agua, que es una evidencia fisiológica
de Su muerte? (Juan 19 :33-37). ¿Hubiera José de
Arimatea pedido Su cuerpo si no hubiera sabido
que estaba muerto? (Mateo 25:57, 58).
Pilato creyó que Jesús realmente murió. Al es-
---·----··-··---
LA DOCTRINA DE SALVACION 57
cuchar las noticias de Su muerte, se dice que,, "Pi-
lato se maravilló que ya fuese muerto; y haciendo
venir al centurión, preguntóle si era ya muerto. Y
enterado del centurión, dió el cuerpo a José" (Mar-
cos 15 :44, 45).
Los soldados supieron que él estaba ~uerto:
"Mas cuando vinieron a Jesús, como le vieron ya
muerto, no le quebraron las piernas" (Juan 19 :33).
¿Por qué fue que vino la mujer a ungir su c~er-
po muerto si él simplemente había desfallecido?
(Marcos 16 :1).
Luego está la tumba vacía. El hecho de que l~
tumba estaba vacía fue confirmado por sus ami-
gos así como por sus enemigos (Mateo 28 :6; Mar-
cos' 16:6; Lucas 24:3; Juan 29:1, 2). S} es? no
es suficiente evidencia para satisfacer al incrédulo,
no debemos olvidar que algunos de estos testigos
eran ángeles, y uno puede con toda seguridad tener
confianza en su testimonio (Hebreos 2 :2).
Finalmente es muy necesario que Sus aparicio-
nes personales' después de la resurrección sean to-
madas en cuenta. El fue visto por aquellos que }e
conocían bien y le reconocieron ser el mismo J esus
(Lucas 24:37-39; Juan 20:27).
3. Los resultados de la resurrección:
La resurrección no solamente afectó al Señor
mismo· también tuvo mucho qué ver con el estado
del cr~yente como también del incrédulo.
Los reclamos Mesiánicos de Jesús fueron com-
pletamente comprobados por el he~h? .~e Su resu-
rrección. Los padecimientos y crucifixión de nues-
tro Señor fueron muy humillantes y degradantes :
el hecho de que él pudo levantarse de la tumba dio
evidencia a Su Divinidad y crédito a todos Sus :~-
ciamos. "Fue señalado patentemente como el HIJO
de Dios por el poder del espíritu de santidad que le
levantó a la vida de entre los muertos".3
3 Phtlllps, J. B., Certos a les Jglesles Jóvenes (The Macmlllan Co.,
New York, 1055), p, 2.

ESTO CREEMOS
El creyente en Cristo Jesús recibe seguridad a
causa de su Señor resucitado. Aquel que fue ofre-
cido por nuestras ofensas, "fue resucitado para
nuestra justificación" (Romanos 4 :25). La acepta-
ción de Dios del sacrificio de Su Hijo fue eviden-
ciada por la resurrección. Ahora tenemos en el
cielo un Sumo Sacerdote que nos puede ayudar en
todo tiempo. ¿Quién es este intercesor? "Cristo es
el que murió, más aún, el que también resucitó,
quien además está a la diestra de Dios, el que tam-
bién intercede por nosotros" (Romanos 8 :34).
El Cristo resucitado es capaz de dar a Sus
siervos el poder que necesiten para vivir por él y
servirle. Dios demostró Su poder sobre Israel liber-
tándolo de la esclavitud egipcia (Miqueas 7 :5); Su
poder en la era apostólica, como también en la hora
presente, es medido por "la grandeza supereminen-
te de su potencia . . . la cual obró en Cristo, resu-
citándole de los muertos, y colocándole a su diestra
en los e i e 1 os, sobre todo principado, y potestad, y
potencia ... y diolo por cabeza sobre todas las co-
sas a la iglesia" (Efesios 1 :19-22).
El creyente puede también tener seguridad de
su propia resurrección e inmortalidad si él plena-
mente cree en el Señor Jesús. "Porque si creemos
que Jesús murió y resucitó, así también traerá
Dios con él a los que durmieron en Jesús" (1 Tesa-
lonicenses 4: 14). ¿No dijo el mismo Señor: "Por-
que Yo vivo, vosotros también viviréis?" (Juan
14:19).
Finalmente, sería prudente para el incrédulo
considerar sabiamente el largo impacto que la re-
surrección tendrá en su destino futuro. Todos los
hombres murieron en Adam, "así también en Cris-
to todos serán vivificados". La resurrección de
Cristo garantiza la resurrección de todos los hom-
bres, y tan seguro como que serán resucitados de
los muertos así también es que serán juzgados.
" ... ha establecido un día en el cual ha de juzgar
al mundo con justicia, por aquel varón al cual de-
59
LA DOCTRINA DE SALVACION
terminó; dando fe a todos con haberle levantado
<le los muertos" (Hechos 17 :31).
C. La Ascensión de Cristo:
La ascensión de Cristo es en realidad la segunda
fase de Su exaltación, siendo la .l;mmera. S~ r~su-
rrección. La ascensión fue también el distintivo
concluvente de Su ministerio encarnado .~ terrenal
(Filipenses 2:9). "Así como la resurreccion procla-
mó a Cristo a los hombres como el hombre pe:fecto
v glorificado, el conquistador del p~cado Y. Senor de
ia muerte la ascención le proclamo al umvers~ C?­
~o el Di~s reinstalado, el poseedor del do~~nio
universal el objeto omnipresente de adoración Y
' • , ,, 4
oidor de la oracion .
A nuestro Cristo ascendido es dado todo poder
(Efesios 1 :22, 23). El está a la diestra del Padre
(Hechos 7 :55), y llena todas las cosas con Su P,r,e-
sencia (Efesios 4 :10). "Antes de la resurrecc~~n
Cristo era el Dios­hombre; desde la resurreccion
él es el Dios-hombre".
IV. Obteniendo la Salvación Adquirida
En las páginas precedentes, hemos tenido mucho
qué decir acerca de la necesidad que tI~ned el h~m-
bre de salvación, y lo que Dios ha realiza o a ra-
vés de Cristo para suplir esta necesidad· Ahora
llezamos al estudio de lo que el hombre h~~e para
obtener esta salvación y lo que esta salvación hace
por y con el hombre que es salvo.
La obra de Cristo ha sido terminada (Juan 1~:
20) El ha hecho el camino; ahora es el ynvileg10
y ct~ber del hombre de andar en este eammo .. Como
se ha escrito previamente, el hombre .no es siempre
dado a buscar a Dios y está en necesidad d~, ayu?~·
· Cuán confortador es entonces saber que, el H~JO
del hombre vino a buscar y a salvar lo que se . a-
bía pe~dido!" (Lucas 19:10). No s~lament~ D~o.s
ha provisto un camino de escape, sino que el dili-
4 Strong, op. ou., p, 708.
r 60 ESTO CREEMOS
gentemente obra a través de Su iglesia para poner
al hombre en ese camino.
En esta sección estaremos discutiendo termino-
logía y h~~hos que se relacionan con el hombre y
su salvación personal. Ya hemos explicado la obra
de Cristo en este gran plan redentor· ahora será
necesario tratar las doctrinas que se reiacionan con
el hombre al aceptar y adoptar este plan de salva-
cion, En otras palabras, esta sección se refiere a la
salvación bajo el punto de vista humano.
A. Arrepentimiento
No puede haber verdadera conversión sin un
genuino arrepentimiento. Por lo tanto, es necesario
~ener un claro entendimiento del significado de esta
1mporta!1~e y fundamental doctrina. Nadie puede
leer suficiente en el Nuevo Testamento sin perca-
tarse de la prominencia que se da al arrepentimien-
to. Tanto Juan el Bautista como Jesús llamaron sus
oyentes al arrepentimiento (Mateo 3:1, 2; 4:17).
Los discípulos fueron comisionados por Jesús a
predicar arrepentimiento (Lucas 24 :47), y la mis-
ma doctrina fue hecha prominente por los apósto-
les también (Hechos 2:38; 20:21).
Los hombres hoy día necesitan escuchar el mis-
mo Evangelio que fue predicado por Jesús y aque-
l~os que inmediatamente le siguieron. Este Evange-
lio no puede ser predicado en todo su poder sin un
definido entendimiento de, y énfasis en arrepenti-
miento. ' joven que rehusó obedecer una orden de su padre;
Arrepentimiento definido:
"Arrepentimiento es la traducción de metanoeo
que en el griego clásico significó, 'cambiar uno s~
mente o propósito, cambiar uno de opinión'. El
sustantivo metanoia significaba, 'un cambio de
mente a base de reflexión'. Estas dos palabras usa-
das en el griego clásico, significaban un cambio de
mente en relación a alguna cosa, pero ya dentro
5 Wuest, Kenneth B., E•tudlos en el Vocabulario (Chlcago 19411) nn
27, 28.
LA DOCTRINA DE SALVACION 61
del Nuevo Testamento, su uso es limitado a un
cambio de mente dentro de la esfera religiosa ...
esto incluye no solamente la acción de cambiar uno
su actitud hacia la opinión del pecado, pero además
aquella de abandonarlo" .5
Por esta apropiada definición de arrepentimien-
to, podemos ver claramente que es algo más que
una tristeza piadosa por el pecado. Principalmente
el intelecto es envuelto, y es este proceso intelec-
tual en la "psiquis", o mente del individuo que
produce tristeza por el pecado, lo cual activa un
cambio de mente y un movimiento en la correcta
dirección.
Un estudio del arrepentimiento como es enseña-
do en el Nuevo Testamento comprobará la verdad
de la definición dada. Tres fuentes de acción son
puestas en movimiento en el individuo que verdade-
ramente se arrepiente; o mejor deberíamos decir
que permite al arrepentimiento progresar y realizar
su obra perfecta. Es muy posible para una persona
empezar en el camino hacia el verdadero arrepenti-
miento y fracasar en seguir y alcanzar así los be-
neficios de una arrepentimiento completo (1 Corin-
tios 7 :9-11).
El arrepentimiento empieza en el intelecto o en
la mente. Aquí está la primera fuente que debe
generar la acción hacia otras áreas de la persona-
lidad. Nuestro Señor habló en cierta ocasión, de un
pero luego, "arrepentido fue" (Mateo 21 :29). Esta
persona "cambió su mente". Si él no hubiera pasa-
do por esta transformación intelectual, sus acciones
jamás hubieran atestiguado el hecho. El Hijo Pró-
digo "volvió en sí" (Lucas 15:17). Si este ejercicio
mental no hubiese ocurrido, no hubiese habido el
regreso al hogar. Seguramente, Pedro tuvo este
primer paso en mente cuando, en el Día de Pente-
costés, llamó a los judíos a arrepentimiento (He-
' ' rr• chos 2:14-20).
!¡
1
62 ESTO CREEMOS
Una vez que el individuo realiza, o mentalmente
reconoce, su necesidad de salvación, entonces, y so-
lamente entonces, será afectado o emocionalmente
conmovido. Creer que usted está perdido y saber
que ha sido culpable de desperdiciar, no solamente
su vida sino también el amor del Salvador debe
tener ciertamente algún impacto emocional, aun en
la persona más indiferente (Lucas 10 :13; 18 :13).
También es muy razonable creer, que la verdadera
preocupación emocional dirigirá la acción antes que
reprimirla (Salmo 38:18). La palabra hebrea para
arrepentimiento tiene en sí mayores significados
emocionales que su equivalente en griego, ya que
significa anhelar, suspirar, gemir.
Después que el intelecto y las emociones han si-
do tocadas, es lógico creer que alguna decisión será
hecha, así como lo que debe ser hecho. Es en este
estado final de arrepentimiento que la voluntad o
disposición entra en acción. Para ilustrar esta ver-
dad, ¿pudiéramos considerar al Hijo Pródigo? El
realizó que había hecho un necio de sí mismo, se
sintió triste por su penoso error, y entonces "se le-
vantó" y "volvió" a su padre (Lucas 15:18, 20).
Este muchacho jamás habría hecho el largo viaje
de su regreso al hogar si no hubiera realizado el
error de su camino y la pena en él engendrada. Es-
taba tris te por lo que había hecho, lo suficiente-
mente triste como para retornar al hogar. Mucha
gente realiza que necesita de Dios y tienen algo de
remordimiento, pero nunca el suficiente como para
dirigirles hacia el retorno. Quizá jamás han creído
realmente, o realizado, o habiendo creído prefirie-
ron permanecer en la misma condición.
El arrepentimiento, por lo tanto, nunca debe ser
designado hasta que la voluntad o disposición son
afectados. Lo que sabemos o sentimos acerca de
algo es importante, pero lo que hacemos con ello es
lo que realmente importa. La voluntad y disposi-
ción son el pináculo del arrepentimiento. Una casa
no es una casa hasta que el techo está en su lugar,
LA DOCTRINA DE SALVACION 63
el arrepentimiento no es arrepentimiento hasta que
la voluntad es movida hasta crear una crisis.
Una vez que el individuo decide, a través de una
voluntaria sumisión, a arrepentirse, él inmediata-
mente, hará confesión de su pecado a Dios. David
hizo precisamente eso cuando dijo: "Por tanto de-
nunciaré mi maldad; congojaréme por mi pecado"
(Salmo 38 :18). El publicano hería su pecho y de-
cía: "Dios, se propicio a mi, pecador" (Lucas 18:
13). El hijo pródigo, dijo: "He pecado contra el
cielo" (Lucas 15 :21).
Si el individuo arrepentido ha agraviado algún
hombre, él hará también confesión a la persona
ofendida (Mateo 5:23, 24; Santiago 5:16).
Después de confesión vendrá un abandono de
pecado. El conocimiento de lo que es el pecado y
de lo que ha hecho persistirá todavía en la mente de
la persona verdaderamente arrepentida. Las Escri-
turas afirman esto: "Deje el impío su camino, y
el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a
Jehová" (Isaías 55 :7). Véase además, Salmo 38:
18; Proverbios 28:13).
Resumen:
Arrepentimiento literalmente significa, "cam-
biar la mente de uno". Este proceso es puesto en
acción por el Espíritu Santo (Hechos 11 :18; 2 Ti-
moteo 2 :25). Dios con ce de arrepentimiento para
vida. Este cambio de mente causa suficiente tris-
teza para afectar la voluntad y traer de esa forma
confesión y sumisión a Dios.
B. Justificación
l. Significado de la justificación:
La justificación tiene que ver con el hombre y
su relación con Dios. El hombre justificado es acep-
tado por Dios y ha sido absuelto de toda culpa. El
hombre justificado es entonces un hombre regene-
rado; de otra manera no podría estar justificado o
aparecer como justo, delante de Dios.
Para entender mejor el verdadero significado
 ...... !-,~.
64 ESTO CREEMOS
de este término, frecuentemente confundido, será
prudente entender su uso en el idioma griego. "En
la Grecia pagana la persona dikaios (recta o justi-
ficada) es aquella que no traspasa, interesada o
descuidadamente, los límites fijados para ella, y que
da a cada quien lo que le corresponde; sin embargo,
todavía desea lo que es suyo, y no remueve la más
mínima afirmación de sus propias demandas"."
Pablo, por lo menos en una ocasión, usó el término
en este sentido (Romanos 5 :7). En el sentido bíbli-
co, dikaios es "lo que es recto, que se ajusta a lo
recto, respondiendo a las demandas del uso, costum-
bre o derecho ... la idea fundamental es de un es-
tado o condición que se ajusta al orden, aparte de
la consideración de que si el uso o costumbre, u
otros factores determinan el orden o dirección. Así
que dikaios es sinónimo de agathos (bueno), sola-
mente que dikaios es un concepto de una relación y
presupone una norma, mientras que el sujeto de
a.gathos es su propia norma". 7
En términos sencillos, Cremer, el estudioso del
griego, dice que la rectitud o justificación escritu-
ra} no es debida a la bondad subjetiva, ni está de
acuerdo al uso o costumbre. Una persona justifica-
da está en la relación propia con Dios no porque
sea buena, ni porque sea digna. Está justificada, o
en una propia relación con Dios, porque se le ha
imputado la justicia de Cristo. La actitud de Dios
hacia el hombre creyente ha sido cambiada. Donde
Dios condenó, él ahora absuelve; donde él rechazó,
ahora admite en favor.
2. Resultado de la justificación:
De acuerdo con el Nuevo Testamento, hay dos
elementos de justificación. Ante todo, Dios absuelve
al penitente e impío que cree en la obra salvadora
de Cristo (Juan 3:16; Romanos 4:5). Aquellos así
justificados no son inocentes, han sido culpables de
O Cremer, Léxico Blbllco-Teol6glco del Griego del Nuevo TestRmento,
p. 14.
7 Cremer, on. ctt., PP. 15, 16,
LA DOCTRINA DE SALVACION 65
transgresiones y de acuerdo a toda razón y lógica
deben ser castigados.
Dios, sin embargo, quien es tanto juez como
Padre, absuelve al pecador y le permite ir libre
todo por la causa de Cristo (Hechos 13 :38, 39; Ro-
manos 3 :34, 35; 1 Corintios 6 :11; Efesios 1 :7).
No solamente la justificación absuelve al culpa-
ble y por lo tanto lo dirige a una remisión de cas-
tigo, pero también ubica al individuo en una rela-
ri(111 favorable con Dios. Un hombre justificado no
es un libertado bajo condición, ni aun es un crimi-
nal perdonado. Es un hombre en una posición en la
que puede no solo ser honrado sino también aseen-
dido (Lucas 15:22-24; Juan 1:12; Gálatas 3:6).
Debe llevarse en mente, y esto constantemente,
que la remisión de los pecados y el favor de Dios
g-ozados por el justificado se debe todo a la obra de
Cristo. No es el carácter ni la conducta del creyente
que le otorgan esta posición favorable. La causa
procurante de nuestra justificación es Cristo. A
través de Su obediencia y justicia se nos otorgan
las bendiciones de la justificación (Juan 20 :21; 1
Corintios 3 :21-23).
Resumen
La justificación tiene que ver con la relación del
hombre con Dios después de que él ha aceptado
debidamente, por fe, el plan de salvación. Un peca-
dor culpable ha sido divinamente absuelto (Roma-
nos 5:1, 2, 17); la gracia de Dios ha suplido, a
través de Cristo, la base para quitar la condenación
(Romanos 8 :33). Todas las promesas y gracias de
Dios son así disponibles para el individuo justifi-
cado (Romanos 8 :20).
C. Regeneración
l. Regeneración definida:
La palabra griega para regeneración es palig­
aenesia y es una combinación de palih, que es un
adverbio significando "volver otra vez", y "géne-
sis" un substantivo usado en el sentido de origen,

66 ESTO CREEMOS
raza o nacimiento. Literalmente la palabra signifi-
ca, "empezar a ser, naciendo". O en términos más
claros, paliggenesia significa: ser nacido de nuevo.
En Juan, se hace referencia a la regeneración
por nuestro Señor; sin embargo tanto el adverbio
como el verbo son diferentes (Juan 3 :3). El verbo
es gennao, el cual en su voz activa significa "en-
gendrar" y en la voz pasiva "ser nacido". El adver-
bio es anothen que significa ya sea "de arriba" o
"nuevamente". El primer significado es rechazado
en Juan 3 :3 por dos razones en el contexto: el he-
cho de que Nicodemo entendió a nuestro Señor
hablar de una repetición del acto de nacer (natu-
ral), y por el hecho de que nuestro Señor señaló la
verdad acerca del nuevo nacimiento de ser, no un
nacimiento natural; sino de naturaleza espiritual.
El adverbio anothen, por lo tanto, en Juan 3:3,
habla de un segundo o repetido nacimiento. 8
Regeneración y nuevo nacimiento, se puede de-
cir, entonces, son sinónimos en el sentido de que un
nuevo principio, un principio sobrenatural, toma
lugar en la vida del creyente regenerado o nacido
de nuevo. En este nuevo principio la "disposición
gobernante" del alma es hecha santa, mientras que
en el principio original o natural tal propensión o
disposición no existía en el individuo.
De acuerdo a las Escrituras, la regeneración es:"
a) Indispensable para la salvación del pecador
(Juan 3:7; Gálatas 6:5).
b) Un cambio en el hombre interno (Juan 5 :21).
e) Un cambio en la disposición gobernante del
hombre (Mateo 12:33, 35; Romanos 6:17).
d) Un cambio instantáneo operado en lo secreto
del corazón y conocido por sus resultados
(Juan 5 :24).
8 Wuest,
O Strong,
op. ete., pp, 00, 01.
op, ott., pp, 810, 811.
·--~.~---- ...
!.A DOCTRINA DE SALVACION 67
e) Un cambio obrado por Dios (Juan 1 :13; 1
Pedro 1 :3).
f) Un cambio llevado a cabo por la unión del
alma con Cristo (2 Corintios 5:17; Efesios
2 :10).
2. Regeneración necesitada
Las Es.crituras. enfáticamente afirman que hay
!rna ;ieces1dad universal de regeneración (Juan 3:
.l; Gálatas 6 :15). Debe haber una conformidad con
la voluntad de Dios, y él quiere que los hombres
~<'~rn santos. Esta ~antidad no es impuesta por sí
rrusrna, pero proviene sobrenaturalmente; por lo
tanto. el hombre es colocado en una posición desde
donde puede. no solamente esperar; sino reclamar
v cozar los privilegios de los bendecidos.
El hombre por naturaleza es una criatura de-
pravada; está presto a pecar. Cuando alcanza la
t'dad de la responsabilidad llega a ser responsable
por los pecados que él comete con placer. Puede ha-
br-r conciencia de pecado y aún un intento por li-
brarse de él. Esto, sin embargo, no se puede reali-
7.1\r sin la obra regeneradora de Cristo operada en
rl corazón (Jeremías 13 :23; Romanos 7 :18). Debe
haber un nuevo principio. El alma del hombre no
puede estar en armonía con Dios mientras el indi-
viduo permanece sin ser regenerado.
No solamente el hombre necesita ser regenerado
por causa. de su dep:avación personal, sino que ade-
mas la misma santidad de Dios demanda tal carn-
hi? (Hebreos 12 :14). Dios es santo; él no puede
rmrnr el pecado; ofende Su naturaleza misma. Por
lo tanto, para estar delante de Dios con algún grado
do aceptación, ~e.be haber algo de participación de
In naturaleza divina. El hombre en un estado irre-
generado, sencillamente no pue'de permanecer sin
avergonzarse ante Dios (Esdras 9:15).
xa 3. Regeneración obtenida
que hay una necesidad universal de regene-
rncion, y ya que tal experiencia es necesitada por
 ''--....
G8 ESTO CREEMOS
el hombre y demandada por Dios, será muy impor-
tante saber definitivamente cómo recibir este don
divino.
Primeramente, debe entenderse que la regenera-
ción es una obra divina. Ningún hombre puede es-
perar nacer de nuevo sin la directa intervención del
Espíritu Santo (Juan 3 :6; Tito 3 :5). Algo más, la
Trinidad está completamente envuelta en esta obra.
El Espíritu convence al hombre de su necesidad de
regeneración y lo orienta hacia la obra realizada
por Cristo, dador de vida (Juan 5:6). El Padre
entonces engendra y capacita al hasta entonces pe-
cador para llegar a ser regenerado e hijo de Dios
(Santiago 1 :18).
Está también el elemento humano envuelto en la
regeneración. Dios quiere que todos los hombres
sean salvos, pero es un acto de fe de parte del
individuo que trae salvación al creyente (Efesios
2 :8). El Espíritu Santo puede ser "la causa efi-
ciente" de la regeneración, pero debe haber una ins-
trumentalidad que acompañe y supla para que esto
se realice. El poder convincente del Espíritu debe
obrar en el corazón del incrédulo para producir con-
vicción, pero el corazón debe rendirse, voluntaria-
mente y concientemente, para que la regeneración
realmente tome lugar.
La regeneración, por lo tanto, se efectúa cuando
el pecador es convencido por la actividad del Espí-
ritu de que él es un depravado y necesita del nuevo
nacimiento, que solamente puede ser recibido por fe
en la obra terminada de Cristo en el Calvario.
Resumen
La regeneración, la cual es necesitada por todos
los hombres, y necesaria para la aceptación divina
y para la vida eterna, solamente puede ser obtenida
por fe en el plan redentor de Dios que fue llevado
a cabo en Cristo Jesús.
El Espíritu Santo advierte al hombre de su
necesidad: el individuo asiente y cree que Jesús
f
1
LA DOCTRINA DE SALV ACION 69
murió para que él pueda vivir; el Padre, e~tonces,
engendra y permite al creyente receptor vemr a ~er
una "nueva creación" o "nueva persona" (2 Corin-
tios 4:15).10 • ,
Los hombres no obtienen la r eg e n e r acro n por
adherirse a algún dogma o credo; tampoco enc.uen-
tran vida nueva a través de un sacramento o ht!-1-r-
gia. La regeneración es un don de Dios _(Efesios
3: 8). Los hombres regenerados son bautizados; se
unen a las iglesias y pueden tomar parte en alguna
forma litúrgica de adoración; sin embargo, nmgu-
na de estas cosas hará santos de los pecadores.
D. Santificación
La doctrina de la santificación ha sido una de
las más mal entendidas enseñanzas registradas en
el Nuevo Testamento. Esto quizá se debe al hecho
de que tiene que ver con la consagración y santidad,
y un entendimiento propio de todo lo que abarca
tenderá a exaltar a Cristo y degradar el pecado Y
el egoísmo. . . .,
En todo caso, sabemos que la santificación es
bíblica, y la palabra se en e l! entra, en sus vanas
formas por lo menos cuatrocientas veces en el An-
tiguo Testamento. En vista de este hecho debemos
estudiar el tema como se le relaciona con otras
doctrinas bíblicas y no solamente estudiarlo aisla-
damente o como ha sido "experimentado" por al-
guien que nosotros conozcamos o hayamos leído.
"Es la función de la Biblia interpretar la experien-
cia, y no la función de la experiencia la de inter-
pretar la Biblia".
l. Santificación definida:
Las palabras santificar, sc;­nto, .purifica: Y puro
todas vienen de la misma raiz griega luujizo o ha­
giazo.11 En el Antiguo Testamento la raíz de la
palabra es gadash que significa cortar o separar.
En ambos casos, santificación tiene que ver con se-
paración, y esta separación es subsecuente a, o por
10 Phllllp•, on, cit.
11 Wuest, op, cit., p, 80.
70 ESTO
causa de, algo más. La persona o cosa santificada
ha sido escogida primero y luego separada. El acto
de escoger tiene que ver con capacidad· el acto de
s::i-~tificación con responsabilidad. La p~rsona san-
tificada es puesta en una posición de servicio por
causa de su relación o conexión con Dios. Por lo
tanto, la santificación, o el acto de ser puesto apar-
te es subsecuente a la regeneración. No estamos de
acuerdo con un expositor que dice: "El uso bíblico
de la palabra (santificar) no implica mejoramiento
pasado en materia de santidad, porque Dios se dice
ser santificado, y él no ha experimentado ~ingún
adelanto ~n santidad".12 La analogía aquí es falsa
ya que D10s no ha necesitado mejoramiento en Su
santidad. El hombre santificado es un hombre san-
to; él. no ha sido siempre santo; por Jo tanto, un
cambio debe de tomar lugar en su vida.
De acuerdo con Godet, "la obra de Jesús en el
mundo es ?oble. Es una obra realizada para nos­
otros, destmada a efectuar reconciliación entre Dios
y el hombre; es una obra realizada en nosotros con
el objeto de efectuar nuestra santificación. Po~ una
parte, una relación buena es establecida entre Dios
y nosotros; por la otra, el fruto del orden reestable-
cido es asegurado. Por medio del primero el pe-
cador condenado es recibido dentro de un estado de
gracia; por medio del segundo, el pecador perdo-
nado es asociado con la vida de Dios".13
2. Santificación obtenida
La santificación es una experiencia para el cre-
yente cristiano, para el individuo regenerado y jus-
tificado. A causa de esto, creemos que la sangre de
Cristo tiene una parte muy importante en la santi-
ficación en vista de que el creyente ha sido hecho
un vaso útil para el uso del Maestro, por fe en la
sangre de Cristo. El pecador ha sido salvo del pe-
12 Chafer, Lewla Sperry, Teologfn Slstemt\tloo, Vol, VII (Dallas,
1048), p, 276.
13 Strong, op, cit., p. 869.
CREEMOS
r·
1
LA DOCTRINA DE SALVACION
71
cado, ahora debe presentarse ~ sí mismo, coi.no un
vnso, listo para la obra del Senor. Es la gracia; sal-
vndora de Dios y la fe en la obra del Calvario lo
que trae al creyente al lugar donde puede ofrecer
un sacrificio aceptable (Romanos 12:1). .
Pablo al dirigirse a los creyentes en tiempos
apostólicbs, señaló un crecimiento aun más alto en
las virtudes cristianas 1 Tesalomcenses 5 :23; 2 Co-
rintios 7: 1). El cristiano no puede crecer hasta que,
por medio de una experiencia vital, se somete. a la
obra del Espíritu Santo en ~u vida. ~(!~ medio de
r-ste acto él obtendrá y estara en condicion de man-
tener la bendición de la santificación.
Resumen ,
Puesto que en las páginas siguientes se tratará
de la santificación con más detalle en su sentido
práctico, será suficiente decir aquí que:
a) La santificación es para ser deseada y obte-
nida por todos los creyentes cristianos. .,
b) La santificación empieza en la regenerac10n
y es el resultado de la fe en la sangre de
Jesucristo, a través de la Palabra y por el
Espíritu Santo.
e) La operación continua d~l Espíritu Santo en
la vida del creyente obediente le guardara en
un estado de entera santificación.
el) El creyente no santificado no permanecerá
mucho en comunión con Dios.
V Manteniendo la Salvación Comprada por Cristo
· A. La Norma de Santidad: la santidad es alcan-
zable:
La Iglesia de Dios cree en la santidad. Creemos
firmemente que la santidad es alcanzable. Es el
Monte Everest de la adquisición espiritual y no es
para los cobardes y miedosos. "En ninguna parte
la fascinación es más grande que cuando el hombre
permanece dispuesto o intenta subir las alturas de
la santidad" .14 En l~ cima está la visión beatífica.
11 Atklnson. J. B., La Bellezl\ de la Santldl\d (Phlloaophlcal Llbrary,
New York, 1053), p, 11.
 ~... .
72 ESTO CREEMOS
¿No dijo Jesús: "Bienaventurados los de limpio co-
razón, porque ellos verán a Dios?" Uno de los más
grandes teólogos protestantes recientes fue P. T.
Forsyth. El dijo: "Todas las cosas empiezan y ter-
minan en nuestra teología cristiana con la santidad
de Dios". De acuerdo con K. S. Latourette, el gran
historiador moderno de la iglesia, el protestantismo
se extendió en el siglo diecinueve, pero el progreso
ha sido retardado en el siglo veinte. El progreso en
el siglo pasado se hizo por "el camino de la santi-
dad". Ahora estamos andando a tientas a través de
un pantano de dudas y desesperanza sin reconocer
el poder de e ri s to para librarnos "del poder, pre-
sencia y pena del pecado". La vida de santidad y
la predicación de santidad produjo avivamiento en
los días de nuestros padres; tal vida y tal predica-
ción producirá iguales resultados hoy día.
En tiempos recientes hemos tenido que hacer
frente al hecho de que algunos de nuestros herma-
1 1 nos pentecostales no han compartido con nosotros
el énfasis en la santidad y su adquisición. En vista
de esto, sería bueno recordar a todos los creyentes
pentecostales que el derramamiento de la Lluvia
¡, Tardía de la bendición apostólica tomó lugar entre
l: "la gente de la santidad". Los fuegos de este pen-
I'
tecostés moderno no cayeron en corazones estériles
de un grupo que profesa pecado, sino sobre los san-
tificados y puros que sostienen la verdad de que
debemos ser santos si queremos agradar al Señor.
Los grupos de santidad anteriores fueron antiescri-
turales en sus puntos de vista concerniente a la
santificación diciendo que era el bautismo del Espí-
ritu Santo. Este error teológico, sin embargo, no
manchó sus corazones ni disminuyó su fervor de
santidad. Así el terreno fue preparado para el prin-
cipio de la lluvia tardía.
Es desalentador ver cómo algunos grupos de
"santidad", son sumamente hostiles hacia los pen-
tecostales. Es igualmente triste ver que muchos de
¡¡
LA DOCTRINA DE SALVACION 73
nuestros llamados pentecostales están muy lejos
de ser siquiera una semblanza de la Biblia y de la
práctica de la santidad. E.s en esta área qu~ la
Iglesia de Dios establece su singularidad y se sien-
te segura en asumir que Dios la ha levantado para
enseñar a todos los hombres que pueden ser santos
y poseer el poder apostólico.
B. Lo que la Iglesia de Dios cree :;.e.ere~, de la
doctrina de la santidad, o Entera Santificación:
l. La santidad definida:
a. En el Antiguo Testamento (Isaías 6), se oye
a los serafines decir: "Santo, santo, santo, es el
Señor de los ejércitos". En Génesis 1 :27, la Biblia
dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a ima-
gen de Dios lo creó ... " "Esto ha sido vuelto al
revés por algunos , diciendo queD. lo contrario es,, el
·
caso, que el hombre ha hecho a ros a su imagen . 15
Dios es santo. Con eso queremos decir que él no
es como otros dioses. Su naturaleza es imponente Y
digna de respeto, produciendo en nosotros temor
v reverencia. (Véase Génesis 28 :16; Exodo 3 :6;
Job 13 :21). Esto nos da respeto por Dios y Sus
leyes.
La santidad de Dios significa también que él es
sublimemente exaltado y posee gloriosa majestad
(Exodo 15 :11; Salmo 99 :2, 3; Amós 4 :~). Es~o le
da el legítimo derecho a nuestra adoración. F'inal-
mente, la santidad de Dios tiene que ver con "exce-
lencia moral y perfección ética". La única forma de
agradar a Dios es permitiéndole ha b i 1 ita r a usted
para poseer esta semejanza a Dios o santa cuali-
dad. David claramente tuvo esto en mente en el
Salmo 15: l, 2. " ... ¿quién residirá en el monte
de tu santidad? El que anda en integridad, y obra
justicia, y habla verdad en su coraz?:i". (Véase
también Salmo 24 :3; Isaías 6 :5; Levíticos 19 :2).
b. Significado de perfección en el Antiguo Tes-
tamento:
15 Atklnson, op. cit., p, 17.
 ---------------··--·-·· ·--·· -·
74 ESTO CREEMOS
En terminología sencilla y simple, santidad es
semejanza a Dios. Por esto no queremos decir que
la persona santa o santificada es perfecta en el
sentido de ser impecable o sin tacha. En el Anti-
guo Testamento, dos palabras fueron usadas para
denotar lo que nuestros traductores en inglés han
llamado perfecto. Una palabra, tamin, como verbo,
es usada en un sentido no ético, significando "cesar"
o "llegar a un fin", y como adjetivo significa "el
todo de una cosa", en contraste a una parte. Es
usada así como "un día completo" en Josué 10 :13.
Es la palabra traducida "sin tacha", en los sacri-
ficios. La otra palabra es shalem y significa "estar
seguro" o "estar en paz". "De manera que el sig-
nificado general de estas dos palabras, "llegar a un
fin", "estar completo", "estar en paz, son introduc-
ciones apropiadas al significado espiritual y ético
que desarrollaron en la religión de Israel" .16
De acuerdo con Atkinson,17 hay tres mensajes
sobre la perfección en el Antiguo Testamento:
Primero, que la perfección es una condición moral
relativa y no una condición absoluta. (Véase Géne-
sis 6 :9; Isaías 18 :5. Versión Revisada). Segundo,
Ja perfección es una condición del corazón en rela-
ción a Dios. (Véase Deuteronomio 18 :9-13; Salmo
18 :21-23). Tercero, que la palabra es usada algunas
veces en conexión a andar. (Véase Génesis 17 :1;
Salmo 15:1, 2; 84:11; 2 Reyes 20:3). Es interesan-
te notar que este pensamiento de andar es expre-
sado por Juan (1 Juan 1 :7).
El autor ha hecho un gran esfuerzo para tratar
el uso de "perfecto" en el Antiguo Testamento y
hará lo mismo en el Nuevo Testamento. La razón
de esto es el hecho de que muchos han ridiculizado
al pueblo de santidad por sus demandas de perfec-
ción, y han encontrado excusa para el pecado en sus
propias vidas a causa de una mala interpretación,
.'I ' 18 Kenneth
16 Ibld., p, 63.
17 lbld., p, 63-66.
LA DOCTRINA DE SALVACION 75
de la Sagrada Escritura. El mismo Juan Wesley,
escribió en 1756: "Yo no tengo ninguna inclinación
particular por el término (perfección). Raras veces
ocurre en mi predicación o escritos ... pero de que
es un término escritural es innegable".
c. Santidad y perfección en el Nuevo Testamento:
En Filipenses 3 :12, Pablo dice: "No que ya haya
alcanzado, ni que ya sea perfecto". En el versículo
15 continúa: "Así que, todos los que somos perfec-
tos ... " Aquí no hay ninguna contradicción. Hay
una pequeña diferencia en las dos palabras. En !a
primera referencia, él estaba pensando en la gloria
y recompensa finales cuando la perfección absoluta
sea alcanzada. En la segunda referencia, él sugiere
que él y sus asociados son perfectos. El pensamien-
to aquí es ese de madurez y de ser completamente
instruido en la fe cristiana.
De acuerdo con Wuest, "Hay cuatro palabras
traducidas de la sola palabra 'perfecto'. Estas de-
ben ser distinguidas:
1) Telaios, el adjetivo, y 2) teleioo, el verbo. El
adjetivo es usado en papiros, para referirse a here-
deros de edad a mujeres que han alcanzado madu-
rez, a gallos ya desarrollados, a árboles de acacia
en buena condición, a mesas de luz completas, a al-
go que trabaja bien o está en buena condición. Para
resumir el significado del adjetivo incluye la idea
de un c~ecimiento completo, madurez, pericia, fir­
meza y totalidad. El verbo se refiere al acto de
traer a la persona o cosa a alguna de _las condicio-
nes arriba mencionadas. Cuando es aplicada al cris-
tianismo, la palabra se refiere a uno que es, espiri­
tiuilrnenie maduro, completo, bien f armado en su
carácter cristiano" .18
3) Katarizo, de acuerdo con Wuest.!? tiene el
siguiente significado: "reparar, restaurar a un.a
buena primitiva condición, preparar, ajustar, equi-
Wueat, Btndl"" In the Vocabnlary of the Orpek New
Testnment (Wllllam B. Eerdme.na, Grand Raplds, 1945), p, 21.
19 Wnest, p, 22.
 76 ESTO CREEMOS
par . . . usada en referencia al cristiano, se refiere
a s!-1 equ1p3;ramiento para el servicio cristiano".
(Vease Efesios 4 :11, 12.)
4) Al~r~bes, signifi~ando "exactamente, correcta-
mente, diligentemente , es traducida como perfecto
en Hechos 18 :26; .23 :15. En 2 Timoteo 3 :17 per­
i ecto viene de artios, que significa "ajustado 'com-
pleto". 20 '
d. El punto de vista correcto de la santidad :
Un estudio cuidadoso, por lo tanto, del uso de la
palabra perfecto en ambos Testamentos revelará
q1;1e el Espír itu Santo estuvo y está procurando ma-
nifestar ~ toda la humanidad no solo la necesidad
de integridad, santidad, madurez y totalidad sino
que tal cosa es la voluntad de Dios para todos y
que es una experiencia cristiana normal y saludable.
Cuando un? escudriña las Escrituras y dá a las
palabras santidad, santificación y perfección su
verdadera connotaciói: J;>íblica, no habrá ningún
Pr?~l~i;ia en su entendimiento del significado, ad-
quisieron Y gozo de la verdadera santidad. Escritu-
ras ~a}es ~?mo: "la voluntad de Dios es vuestra
santif'icación .... porque no nos ha llamado Dios a
mmundic1~ smo a santificación" ( 1 Tesalonicenses
4 :3, 7) ; sm santidad, "nadie verá al Señor" (He-
breos 12 :14); por lo tanto, "Sed santos" (1 Pedro
1.:1.~), todas aparecerán como una verdadera adrno-
n.1c1~n. Y no como expresiones celestiales sin ningún
sígmñcado terrenal.
2. Santidad : Qué es y lo que no es:
Ahora que hemos ~o~a.do algo de tiempo para
definir .el verda?ero sígniñcado de la terminología
de_ santidad, seria bueno para nosotros simplemente
senalar lo que es la santidad y lo que no es. Hacíen-
d? esto estarem?s no s?lo explicando el punto de
v1st3; de la Iglesia de D10s concerniente a este asun-
to, smo aclarando la historia concerniente a lo que
creemos acerca de la santidad.
20 lbtd.
1
LA DOCTRINA DE SALYAC10~ TI
a. Santidad no es un estado de perpetuo gozo
extático.
Jesús y Pablo fueron hombres santos, empero
nuestro Señor fue, "un varón de dolores, experi-
mentado en quebranto". Pablo nos dice que él tenía
continua tristeza y gran abatimiento a causa del
rechazo de Jesús por sus parientes en la carne. El
g-ozo puede ser el estado normal de la persona san-
ta, pero nunca debe olvidarse que vivimos en un
mundo lleno de múltiples tentaciones, el cual es re-
gido por Satanás. Aún Jesús tuvo Su Monte de la
Tentación así como Su Monte de la Transfigura-
ción. Jamás debemos olvidar que. aun a pesar de
todas las cosas, "hacemos más que vencer por me-
dio de aquel que nos amó" (Romanos 8 :37).
b. Santidad no es un estado de libertad de ten-
tación.
¿No fue Jesús tentado en todo como nosotros lo
somos? Por eso es que él es capaz de socorrernos
cuando somos tentados. No piense haber pecado
cuando es usted tentado. Santiago nos dice que nos
gocemos cuando cayéremos en diversas tentaciones
(Santiago 1 :2-4). El cristiano completamente
santificado tendrá sus luchas, pero tendrá fuerza
espiritual y vigor para resistirlas. Los creyentes
maleados son un pobre anuncio de santidad. La
santidad es un estado de salud, y el creyente sano
puede contrarrestar aquellas cosas que harían caer
a un profesante raquítico.
c. Santidad no es un estado de libertad de las
flaquezas.
"La santidad puede producir un corazón perfec-
to, pero no produce una cabeza perfecta". Los san-
tos de Dios siempre han sido cercados de flaquezas
pacientemente soportadas, han probado ser una
fuente de grandes bendiciones.
Pablo tuvo un aguijón en la carne. Algunos pien-
san que él tenía ojos débiles. Sin duda que fue un
creyente en, y poseedor de, una experiencia de san-
tidad. Escuchadle cuando exclama: "Por tanto, de
r--------~-----··----------------~--- ---------------
78 ESTO CREEMOS
buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas
para que habite en mí la potencia de Cristo. Por l~
cual me gozo en las flaquezas, en afrentas en nece-
sidades, en persecuciones, en angustias p~r Cristo;
porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso"
(2 Corintios 12 :9, 10).
d. Santidad no es un estado en el cual no haya
un futuro desarrollo.
Aquí es donde encontramos mucho error. Es
cierto que la persona santa o santificada tiene un
corazón limpio. Es cierto de que no puede ser más
santo, ni más puro. P~r? puede, sin embargo, y de-
be crecer en cosas espirituales. Este desarroIIo espi-
ritual viene a través de una revelación continua de
J.e~ús en el corazón y en el alma del creyente san-
tificado. Solamente la persona enteramente rendida
y santificada puede realmente crecer espiritualmen-
te. ~~ pecado es un impedimento para el crecimiento
espiritual. Una vez que es enteramente vencido en
el corazón, entonces principia el verdadero y rápido
crecimiento y desarrollo espiritual. La persona re-
cientemente santificada no ha obtenido desarrollo o
madurez espiritual; solamente ha comenzado la jor-
nada. La prueba de la verdadera santificación no
es la manera cómo un hombre actúa cuando se rin-
de completamente a Dios, sino más bien el curso de
su progreso espiritual después de la experiencia
crítica.
e. Santidad no es un estado del cual no podamos
caer.
Algunos nos ridiculizarán por predicar tal estado
de santidad y pureza de corazón, y aun confesando
el hecho de que tales recipientes pueden caer de la
gracia. Podemos recordar a nuestros críticos que los
ángeles cayeron, como lo hizo Adam. Ninguno de
el_los fue puesto en tanto peligro como usted y yo.
Sin embargo fueron agentes morales libres, y fraca-
saron y cayeron. Tal verdad es evidentemente clara
y debe servir para prevenirnos del poder de Sata-
LA DOCTRINA DE SALVACION 79
nás : y de nuestra dependencia en la santidad de
Dios y no en la nuestra. Somos criaturas sensatas
y estamos poseídos de deseos y apetitos que deben
ser dirigidos por la Palabra de Dios y dominados
por el amor de Jesús. Estamos necesitados de Su
ayuda para poder ser "perfectos y cumplidos en to-
do lo que Dios quiere" (Colosenses 4:12).
f. Entonces, ¿Qué es santidad?
Santidad es un estado de conformidad con la na-
turaleza divina y voluntad de Dios. "Dios es amor,
y hay un sentido en el cual un hombre santo puede
decirse que es amor. El es como Dios, no en la per-
f eción natural de Dios, de poder y sabiduría, cono-
cimiento y omnipresencia, pero en paciencia, humil-
dad, dominio propio, pureza de corazón y amor.
Como la gota del océano es como el océano, no en
su grandeza, pero en su esencia, asi es el alma santa
como Dios. Así como la rama es como la vid, no en
su propia suficiencia, pero en su naturaleza, su sa-
bia, fertilidad y belleza, así es el que es santo como
Dios".21
Resumen
Lo que creemos concerniente a la santidad puede
ser compendiado por las palabras de Pablo en Ro-
manos 12 :1, 2: "Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuer-
pos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que
es vuestro racional culto. Y no os conforméis a este
siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro
entendimiento para que experimentéis cual sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".
De estos dos versículos aprendemos:
l. Que después de que somos regenerados, hay
para nosotros otro trabajo para hacer, que com-
prende la dedicación del corazón santificado bajo el
mandato de la voluntad renovada.
2. Este acto de dedicación es necesario si nos-
21 s. L. Brengle, Heart 'Talko on Hollne•• (Salvatlonlet Publlshlng
nnd Supplies, Ltd., London, 1953), p, 11.
 ,., -·--~--------------.-----~=
i_'--
80 ESTO CREEMOS
otros, como Sus hijos, hemos de rendirle a Dios el
homenaje y servicio que él merece.
3. Esta acción de separación nos distingue de
este presente mundo malo y sujeta nuestras mentes
a la mente y voluntad de Dios.
4. Al obedecer este mandamiento, mostramos lo
que es bueno, aceptable y perfecto delante de Sus
ojos.
5. Este es el camino normal y razonable en el
que un verdadero creyente debe actuar. En otras
palabras, el cristiano saludable es el cristiano san-
tificado.
PREGUNTAS
l. ¿Hay una creencia universal en Dios?
Dé pruebas para su respuesta.
2. ¿Qué se entiende por el "Froto-evangelio"?
3. ¿Por qué es imposible para la cristiandad,
"vivir en paz con cualquier otra religión"?
4. Dé tres escrituras probando la divinidad de
Cristo.
5. ¿Fue Cristo omnipresente cuando vivió en la
tierra? ¿Es omnipresente hoy? Dé pruebas
escriturales.
6. ¿Se refirió Jesús a Sí mismo como hombre?
7. ¿Por qué murió Jesús?
8. Declare por qué la doctrina de la resurrección
es tan importante.
9. Defina el arrepentimiento.
10. ¿Qué se entiende por perfección?
CAPITULO TRES
La Doctrina
del Espíritu Santo
"Creemos:
"8. En el bautismo con el Espíritu Santo, subse-
cuente a la limpieza de corazón.
"9. En hablar en otras lenguas como el Espíritu
da que se hable y que esto es la evidencia ini-
cial del bautismo del Espíritu Santo.
"11. Sanidad divina es provista para todos en la
expiación."
Introducción
l. La enseñanza escritura! concerniente a la Per-
sona del Espíritu Santo.
A. Pronombres personales son usados en rela-
ción a El.
B. Características personales le son atribuidas.
C. Permanecemos en una relación personal
con El.
D. El Espíritu Santo hace lo que sólo una per-
sona puede hacer.
E. Las Escrituras atestiguan las manifestacio-
nes personales del Espíritu Santo ..
II. La Divinidad del Espíritu Santo
A. En el Antiguo y Nuevo Testamentos, lo que
------ ~-------------::--
"'-...... __
...._...-----------------
82 ESTO CREEMOS LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 88

se dice de Jehová, se dice del Espíritu de nadas con el bautismo del Espíritu
Jehová. Santo.
B. La. declaración arriba expresada, se hizo más 3) Escrituras referentes al ministerio
evidente desde Pentecostés. de las lenguas
C. E~ Esplritu Santo posee todos los atributos 4) La promesa del Padre
divinos, b. Contestando a la crítica
D. Las obras del Espíritu son las obras de Dios. 1) Las lenguas cesarán
2) Las lenguas sólo para el tiempo
III. Los Símbolos del Espíritu apostólico
A. Fuego. 3) El abuso del don
B. Agua.
C. Viento. V. El Ministerio de Sanidad
D. Aceite. A. Notas introductorias
E. Una paloma. B. Sanidad escritura!
l. El primer pacto para sanar no ha sido
IV. La Obra del Espíritu Santo
revocado o abrogado.
A. La obra del Espíritu en el mundo. 2. La provisión hecha para nuestra sanidad
l. El Espíritu Santo como restringente 3. El poder de Cristo para sanar
2. El Espíritu Santo como convencedor* 4. El método de sanidad
a. Convence al mundo de pecado
b. Convence al mundo de justicia INTRODUCCION
c. Convence al mundo de juicio
B. La obra del Espíritu Santo en el creyente El estudiante de la Biblia debe familiarizarse
completamente con la persona y obra del Espíritu
l. El Bautismo del Espíritu Santo Santo. Las obras de Dios el Padre y Dios el Hijo
a. No hay vacío espiritual son muchos más conocidos por el creyente común
b. El bautismo del Espíritu Santo no es que las múltiples operaciones del Espíritu. El cris-
para el incrédulo tiano nominal sabe que Dios creó los cielos y la tie-
c. La admonición de Pablo rra; también sabe que Jesús vino a vivir entre los
d. Mis testigos hombres y murió para salvar a los pecadores. Lo
e. ¿Quiénes recibieron el bautismo del que no sabe, sin embargo, es que, el bendito Espí-
Espíritu Santo? ritu Santo estuvo activamente envuelto en todas las
f. ¿Es lo mismo el bautismo del Espíritu obras maravillosas de Dios el Padre y Dios el Hijo.
Santo, que el Nuevo Nacimiento?
La importancia del Espíritu Santo y Su minis-
2. La evidencia inicial del bautismo d~l Es- terio no puede ser sobreenfatizada. El descuido en
píritu Santo apreciar y entender la Persona y obra del Espíritu
a. Evidencia bíblica para la doctrina Santo conducirá a puntos de vista del todo equivo-
1) Escrituras pre-apostólicas sobre el cados sobre el plan y propósito de Dios. Sin reco-
hablar en otras lenguas nocer y comprender en cierto grado la importancia
2) Escrituras definitivamente relacío- del Espíritu Santo y Su relación personal con el
individuo, será imposible obtener todo lo que Dios
·~r~ta.dardgeul!Er"dltoV~a:LaJpalablr6a8.,convencer", aquí, es usa dn en Jugar do
• u se uan : , versión 1900. ' tiene en abundancia para el cristiano creyente y
 ·- ........... --.,--,:;;;¡¡¡-lfilli¡¡¡¡;;;;=--
··-
81 ESTO CREEMOS
suplicante. Por lo tanto, es muy necesario que pres-
temos mucha atención a la doctrina del Espíritu
Santo, ya que es en esta área de la teología donde
diferimos del fundamentalista común y establece-
mos nuestra singularidad apostólica. Para nosotros,
el Espíritu Santo no es una personalidad transcen-
dente, vagamente definida. "Antes, le vemos como
aquella supereminente grandeza de su poder para
con nosotros los que creemos, por la operación de
la potencia de su fortaleza" (Efesios 1 :19). "Por-
que en él vivimos, y nos movemos, y somos" (He-
chos 17 :28).
I. La Enseñanza Escritura! Concerniente a la Per-
sona del Espíritu Santo.
Quizá, la más grande confusión jamás habida en
el largo período de la historia de los cristianos, sur-
gió alrededor de la Persona del Espíritu. Desde los
primeros días de la iglesia, los hombres han luchado
con todas sus fuerzas para despersonalizar a la Ter-
¡ ¡ cera Persona de la Trinidad; ya para hacerla como
la misma persona de Dios (el Padre), o hacer a
otros creer, que fue un mero poder o influencia
emanado de la persona divina.
A. Continuamente se usan pronombres persona-
les concernientes a él. Nuestro Señor dice: "Empe-
ro cuando viniere el Consolador, el cual yo os
enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual
procede del Padre, él dará testimonio de mí" (Juan
15 :26). " ... os lo enviaré" (Juan 16 :7).
B. Características Personales le son Atribuidas
al Espíritu Santo :
El Espíritu Santo tiene una mente, lo cual hace
posible que pueda pensar y sentir como hacen otras
personalidades. "Mas el que escudriña los corazones,
sabe cuál es el intento del Espíritu" (Romanos 8:
27). 'De acuerdo con la voluntad del Espíritu los
dones espirituales son distribuídos a los creyentes
( 1 Corintios 12). El Espíritu de Dios aquí muestra
que, no solamente puede dar energía, sino que pue-
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 85
ele discretamente elegir el individuo que habrá de
ser así investido.
C. Permanecemos en una Relación Personal
con El:
Se nos dice que no "contristemos" al Espíritu
Santo (Efesios 4 :30). Otros fueron acusados ele "re-
sistir" al Espíritu Santo (Hechos 7 :51). El es tam-
bién objeto de nuestra fe, y somos bautizados en Su
nombre como lo somos en el nombre del Padre y del
Hijo (Mateo 28 :19).
D. El Espíritu Santo Hace por Nosotros lo que
Solamente una Persona Puede Hacer:
El es nuestro maestro: " ... él os enseñará todas
las cosas, y os recordará todas las cosas que os he
dicho" (Juan 14 :26). El es nuestro guía espiritual
hacia la esfera de la verdad : " . . . él os guiará a
toda verdad" (Juan 16:13). El Espíritu Santo lla-
mó a Pablo y Bernabé, como también ha llamado a
otros, a la obra del ministerio. (Véase Hechos 13 :2;
20:28.)
E. Las Escrituras Atestiguan las Manifestacio-
nes Personales del Espíritu Santo:
Cuando Jesús dejó el Jordán, después ele Su bau-
tismo por Juan el Bautista, el Espíritu Santo fue
visto "descendiendo como paloma, y venía sobre él"
(Mateo 3 :16. Véase también Hechos 2 :3, 4).
II. La Divinidad del Espíritu Santo
A. En el Antiguo y Nuevo Testamento todo lo
que se dice de Jehová se dice del Espíritu de J eho-
vá. En Isaías 6:9, está escrito que Jehová dijo:
"Anda y di a este pueblo". Este pasaje es citado
por Pablo de esta manera: "Bien ha hablado el Es-
píritu Santo por el profeta Isaías a nuestros pa-
dres" (Hechos 28 :25). En Jeremías 31 :31, 33, 34,
se dice: "He aquí que vienen días, dice Jehová, en
los cuales haré nuevo pacto con la casa de Jacob",
Esta porción es citada por el apóstol Pablo en He-
breos 10 :15, 16: "Y a testíguanos lo mismo, el
Espíritu Santo; después que dijo: Y este es el pacto
-~ ... ,.. ... _
86 ESTO CREEMOS
que haré con ellos después de aquellos días, dice el
Señor: Daré mis leyes en sus corazones". Aquí, se
hace evidente, que el lenguaje de Dios es citado
como el lenguaje del Espíritu Santo. Los profetas
hablaron las palabras de Dios al ser inspirados por
el Espíritu Santo. "Ellos fueron los órganos de
Dios, porque fueron los órganos del Espíritu. Por
lo tanto, el Espíritu debe ser Dios".
B. Desde el Día de Pentecostés, la verdad an-
tes referida, ha llegado a ser aún más evidente en
nuestras propias vidas. Aquellos que han nacido de
nuevo son templos de Dios, porque el Espíritu mora
en ellos. "Vosotros también sois juntamente edifica-
dos, para morada de Dios en Espíritu" (Efesios 2:
22). "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual te-
néis de Dios" ( 1 Corintios 6: 19).
C. Nuestro Señor y otros hablan del Espíritu
Santo como poseyendo todas las perfecciones y atri-
butos divinos. David, en su Salmo 139:7, dice:
"¿Adónde me iré de tu Espíritu? ¿y adónde huiré
de tu presencia?" Aquí el Salmista nos enseña que
el Espíritu es omnipresente. La presencia del Espí-
ritu es la presencia de Dios. En 1 Corintios 2: 10,
11, Pablo nos dice que, "el Espíritu sabe todas las
cosas", adjudicándole así, omnisciencia. El pecado
imperdonable, como se expone en Mateo 12 :31, es
el de blasfemia contra el Espíritu Santo. Esto no
podría ser verdad a menos que el Espíritu Santo
sea Dios.
D. Finalmente, las obras del Espíritu son las
obras de Dios. Dios creó los cielos y la tierra, pero
fue el Espíritu de Dios lo que se movía o "cobi-
jaba", sobre la haz de las aguas y trajo orden del
caos (Génesis 1 :2). En Juan 3, aprendemos que,
"ser nacido del Espíritu", es "ser nacido de Dios".
III. Los Símbolos del Espíritu
Puesto que la sabiduría de Dios está muy por
encima de la comprensión del hombre, ha llegado a
ser necesario para él, usar símbolos y parábolas,
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 87
a fin de habilitarnos para aprender lo desconocido
por lo conocido. Esto es especialmente cierto en re-
lación con el Espíritu Santo; los símbolos del Espí-
ritu nos habilitan para comprender plenamente algo
de la naturaleza y persona del Espíritu Santo. El
Espíritu Santo es comparado con:
A. Fuego
Hay varias cosas que pueden ser simbolizadas
por medio del fuego. Es una señal de la aprobación
del Señor, como se ve en Levítico 9 :24: "Y salió
fuego de delante de Jehová, y consumió el holocaus-
to y los sebos sobre el altar; y viéndolo todo el pue-
blo, alabron y cayeron sobre sus rostros". La mis-
ma verdad está en 2 Crónicas 7: 1, en la dedicación
del templo; y más maravillosamente, en Hechos 2 :3,
donde los "templos" santificados ele ciento veinte
fueron aceptados como aprobados ele Dios. La pre-
sencia del Señor es también simbolizada por medio
del fuego. El apareció a Moisés "en una llama de
fuego" (Exodo 3:2). Así vemos, que el Espíritu
Santo, que es comparado con "siete lámparas de
fuego ardiendo delante del trono" (Revelación 4 :5),
puede ser entendido mejor cuando es comparado
con el fuego.
B. Agua
Aunque pueda parecer extraño, el agua, que es
un elemento tan común, también es un símbolo del
Espíritu. La mujer de Samaria oyó a Jesús hablar
del "agua viva", lo que seguramente hacía referen-
cia a la obra del Espíritu Santo en su vida. El "agua
viva" del Espíritu representa una corriente; una
fuente viva y no una cisterna estancada y muerta.
(Véase también Ezequiel 36 :26; Juan 3 :5).
C. Viento
En Juan 20 :22, Cristo "sopló" en Sus discípulos
y dijo: "Recibid el Espíritu Santo". El Espíritu
Santo es el mismo aliento de Dios. Hablando con
Nicodemo, Cristo comparó la obra del Espíritu
con la acción del viento, cuando dijo: "El viento de

88 ESTO CREEMOS
donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes
de dónde viene, ni a dónde vaya: así es todo aquel
que es nacido del Espíritu" (Juan 3 :8). El Espíritu
vino en el Día de Pentecostés como un "viento recio
que corría" (Hechos 2 :2).
D. Aceite
De acuerdo a la Concordancia de Young hay
ciento setenta y cinco referencias al aceite, en el
Antiguo Testamento, y una docena de ejemplos en
el Nuevo Testamento; siendo el más digno de no-
tarse el que se encuentra en la parábola de las
vírgenes prudentes y fatuas, de Mateo 25. Por lo
tanto, debemos concluir que el aceite es un impor-
tante símbolo ya que habla de utilidad, fecundidad,
belleza, vida y transformación, todo lo cual testifica
de la obra del Espíritu Santo.
Cuando Dios el Padre quiso dar al género hu-
mano una cosa viva, visible y reconocible, para sim-
bolizar al Espíritu, él escogió la paloma (Mateo
3: 16). No pudo haber escogido un símbolo más ade-
cuado, puesto que, la paloma habla de gentileza,
delicadeza, amabilidad, inocencia, bondad, paz, pu-
reza y paciencia.
IV. La Obra del Espíritu Santo
A. La Obra del Espíritu Santo en el Mundo:
Hay dos fases distintas de la obra del Espíritu
relacionadas con el mundo o "cosmos".
l. El Espíritu Santo como restringente:
A pesar de que la influencia restringente del Es-
píritu puede no ser reconocida por muchos, y aun-
que hay solamente una referencia escritura! directa
de ella, este ministerio del Espíritu es muy impor-
tante para todos nosotros. Pablo, tratando acerca de
la consumación final de todas las cosas dice lo si-
guiente: "No os engañe nadie en ninguna manera;
porque el día no vendrá sin que antes venga la
apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el
hijo de perdición, oponiéndose, y levantándose con-
tra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 89
que se asiente en el templo de Dios ~?mo Dios, ha-
ciéndose parecer Dios. ¿No os aco~da1s que cuando
estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora
vosotros sabéis lo que impide, para que a su tiempo
se manifieste. Porque ya está obrando el misterio
de iniquidad: solamente espera ~asta que sea qui-
tado en medio el que ahora im/pide; y e:_itonces se;
rá manifestado aquel inicuo, al cual e~ ~enor matara
con el espíritu de .su boca, y destru irá con e~./es-
p1andor de su venida (2 Tesalomcenses 2 ·;i-8) ·
Esta porción reveladora de la Sagrada Escritura
explícitamente informa a todo el que la !e:;t, que so-
lamente el poder restringente del Espír itu Santo
es lo que mantiene a Satanás a; raya. Una ~ez, que
Ja obra restringente y ohstaculizado ra del ~spmtu
termine todas las fuerzas del infierno seran desa-
bulas y' echadas sobre una generación incrédula Y
desprevenida.
El hecho mismo de que sólo el Espíritu Santo
es quien puede estorbar a Satanás; ~ebe hacer a
cada cristiano más entregado al Espíritu. Solamen-
te él puede impedir al enemigo que. d?mme nuestra
alma. Solamente él es capaz de resistir la corriente
del mal que pronto cubrirá a aquellos que no han
reconocido Su obra ni cedido a Su llamado.
2. El Espíritu Santo como convencedor:
La obra del Espíritu no está confinada mera-
mente a impedir que Satanás dest~u!a total;nente a
Ja humanidad depravada. El Espmtu benevolo ~n
Su modo de obrar con el pecador que no posee aun
la salvación ofrecida por un Dios generoso Y . un
Cristo que ama. Es la obra principal del Espíritu,
en Su relación con el mundo perdido, convencer a
Jos hombres de su necesidad de salvación. Esta obra
del Espíritu es vital; tan vital, que si .no ~uera p~r
el llamado del Espíritu al hombre, Jamas podría
éste comunicarse con Dios ni familiarizarse con Su
plan redentor. Esto se afirma .claramente en la en-
señanza explícita del pecado imperdonable, o la
blasfemia contra el Espíritu Santo. Una vez que el

90 ESTO CREEMOS
pecador ha ofendido así al Espíritu Santo, obligán-
dolo a retirarse, toda esperanza de salvación se
pierde. El mundo no puede recibir a Cristo, porque
no le ve ni le conoce (Juan 14 :17). El hombre está
totalmente incapacitado cuando se trata de conocer
o recibir a Dios. Es por eso que debemos predicar
el Evangelio y, a través del ministerio del Espíritu,
hacer que los hombres "abran los ojos" (Hechos
26: 18). A menos que el hombre nazca de arriba, no
puede ver el reino de Dios (Juan 3 :3).
Esta obra del Espíritu se presenta ampliamente
en Juan 16 :7-11. Un triple ministerio se expone en
este pasaje. El Espíritu Santo ha sido enviado
para:
a. Convencer al mundo de pecado:
Ningún hombre sentirá jamás la necesidad de
ser salvo hasta que esté conciente de su condición
depravada. Usted notará inmediatamente que él no
vino a redarguir1 de "pecados", sino de "pecado".
Su obra no es ofrecer alivio sintomático. Esto con-
du,ciría únicament~, a mayor remordimiento y pesar,
asi como frustración, El viene con una cura o re-
medio para el pecado. Jesús no solamente llevó nues-
tros pecados en Su cuerpo sobre el madero· El ofre-
ció también un remedio para el pecado'. (Véase
Romanos 8 :3; 1 Pedro 2 :24). Es la obra bendita
del Espíritu tratar con aquellos que oyen de esta
obra de Cristo. Una vez que el hombre oye, entonces
debe creer; si no cree, entonces no tiene excusa de
su pecado (Juan 15:22; 16:9).
b. Convence al mundo de justicia:
Tenemos aquí, quizá, la única declaración de
nuestro Señor concerniente a la justicia imputada.
De acuerdo con Vincent, "El Espíritu Santo está
para convencer al mundo de ser pecador, injusto y
expuesto a juicio . . . él convencerá al mundo res-
pecto a estas tres cosas: esto es, lo convencerá de
la ignorancia de su verdadera naturaleza" .2 Los ju-
díos, estableciendo una justicia propia, tuvieron en
1 Convencer. Véase Juan 16 :8.
2 Vlncent, Vol. II, p, 256.
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 91
poco al Señor Jesucristo. Ahora, el Espíritu Sant,o
ha sido enviado para convencer al. hombre de que. el
(Cristo) era justo y que nuestra J usticia es de D10s
(Filipenses 3:9).
c. Convencer al mundo de juicio:
El hecho de que el Espíritu Santo ha venido para
convencer al hombre de lo malo d~l pecado debe
también conducir a éste al convencimiento del JUI-
cio del pecado. Cristo murió, porque é! vino a se.r
pecado por nosotros. Su muerte sa~1sflzo la santi-
dad de Dios. Al mismo tiempo, sm embargo, Su
muerte tomó lugar, para que nosotros pudiéramos
vivir. "Aunque vivo e ileso, el pecador que ha ~re1-
do puede mirar su propia ejecución como cumplida"
(Véase 2 Corintios 5 :14).
B. La Obra del Espíritu en el Creyente
No sólo el Espíritu Santo se preocupa en buscar
y salvar al perdido; él también está su;namente m-
tcresado con la vida y servicio del nacido de nuevo
y consagrado creyente. El mis:r:io Espíritu. que con-
venció al pecador de s.u necesidad (~e Dios), ,Y. le
condujo al arrepenbm1ent?, es el .mism? ~sp1ntu
que le dará poder para vivir una vida cristiana go-
zosa y fructífera.
Jesús tomó bastante tiempo para explicar a Sus
discípulos el ministerio ~el Espíritu gue to~aría
lugar en sus vidas después de Su partida. As1 como
ellos le habían seguido y habían siclo comprados
por él, así tendrían que seguir las direcciones del
Espíritu, y él les enseñaría (Juan 14:26).
En Juan 14 :16 nuestro Señor habla de otro Con-
solador que vendría del Padre, al requerimi~nto d:l
Hijo. Esta palabra Consolador, lleva consigo mas
significado en el griego original que el que lleva en
la Versión Autorizada. Proviene de dos palabras,
7 l ew, " requerir. " , o "11 amar " .
para "al lado de", y tea
"Originalmente, entonces, significa: uno que es lla-
mado al lado de otro para ayudarlo, como un abo-
 ~,..._.,....,, ......, ..,-..; ' """'l;l'"'i-- ••• -

ESTO CREEMOS 93
92 LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO

gado en la corte de justicia".3 En 1 Juan 2 :1, la 'l Así como Cristo dominó
misma palabra paracletos es traducida como "abo- nuestras voluntad~es,a le . así el Espíritu Santo de-
gado". De acuerdo a Lightfoot, es este paracletos, la vida de Sus iscipu ?s, Nosotros que fuimos
o "abogado", "quien sugiere raciocinios correctos a be dominar nuestr¿s bvidas. ser llenos del Espíritu,
nuestras mentes, y cursos de acción apropiados
a nuestras vidas, quien redarguye a nuestro adver-
sario, el mundo, de aq u e 11 o que es malo, y aboga lí siervos de peca.do e(Ve;nos Romanos 6 :17; Efesios
Y siervos de Dios.
5:18).
ease
, it s to

i~~~ s:~s{~~~~~:
nuestra causa delante de Dios nuestro Padre". 1 El Bautismo del Espm u an E i
1
De acuerdo con las palabras de Jesús, no debie- El creyente reg_enerag~0 qu!peÍ
ra haber un continuo vacío en la vida de Sus ama- 1 ritu. Por esa raz?I!-• n es subsecuente a la

l
dos seguidores. En Juan 14 :18, él les dijo que no bautismo del Espiptu Jant~o es lleno del Espíritu
Jos dejaría sin consolador, o huérfanos. Aún más, limpieza de c~raz¿n. no Esta experiencia puede
les dijo a Sus discípulos que era conveniente -o 1 cuando es nacid~ e i:uevohora de la regeneración;
mejor- irse; porque si él no se iba, el Consolador 1
t tomar lugart~n a {eys;rc;;íritu Santo es una expe-
no vendría (Juan 16 :7). Mientras estaba en la tie- ·¡ pero el bau ismo , .. sea ue lo hayan sido

l
rra, Jesús se hallaba circunscripto a un solo lugar rienda para creyentes, Y a t~s o qpor algunos años.
y no podía estar en todas partes a un tiempo. El solament~ por unols .momr~controvertiblemente, de-
Espíritu, a quien él enviaría del Padre, estaría con I .as Escrituras, ~ ar a e
ellos todo el tiempo, en todo lugar. El estaría para ciaran esta doctrma. . .
enseñarles todas las cosas y para recordárselas No existe el vacío espiritual .
(Juan 14:26). Estaría para darles paz y para evi- ~Cuando el espíritu inmundo ha dsah~leºpodse~hyoi;:~
tar que sus corazones fueran turbados. (v. 27). secos buscan o I , •
bre, ancla por l ugare~ , . M'e volveré a mi casa de
Esta gloriosa promesa del Padre no era simple- lo halla. Entonces dd1ce_. e la halla desocupada,
mente la presencia de alguien para prestar ayuda donde salí; Y cuan o vien ~ces va Y toma consigo
en tiempo de necesidad. El ministerio del Espíritu
Santo en la vida del creyente tiene otros propósi-
tos aparte de ofrecer mejorías. Hay una razón tras
esta ayuda del Espíritu, aparte de la de nuestro
ll !>arrida y adornada. Ento
otros siete
11
.
,.
, it
esp1n
ran a. 1, Y s .
on peores las cosas u
e
'1' y entrados rno-
us peores' que 'lt'i·mas del tal ' hom-
'. , también acontecera a es a
bre que ,l31s pnm~,r(M:t~io12 :43-45). Las palabras
, t

beneficio propio y mejoramiento espiritual. Este generac10n mala J , nseña lo que acontece al
hecho es notablemente expresado en el contenido del ele nuestro Sfel1ºr ed~~ fa bienvenida dentro d~ su
capítulo 15 de San Juan. Los discípulos, como nos- hombre que a a en , it El hombre esta en
otros habrían de llevar fruto. Dios quiere que sea- vida a la persona lel Esp~!~u~les. 0 es dirigido por
mos buenos, pero él quiere que seamos "buenos pa- medio de dos mun os espE I íritu . La carne viene a
ra algo". Jesús quizo que los Doce llevaran fruto. el diablo, o lo es por el slstas dos fuerzas en opo-
El quiere que nosotros llevemos fruto. Esto no pue- ser el campo de badalle ?eto puede librar al hombre
de ser efectuado a menos que nosotros permanez- sición. La sang!e e ns ersona libertada debe
camos en él y él en nosotros. La vida de Cristo en del poder. del dia.bJº• PtEs~trltu, dentro de su vida,
nosotros, es la vida del Espíritu Santo. No podemos
tener la mente de Cristo a menos que sometamos
dar la h e nv e m ª
í ª odo la ciudadela del al-'
completamente, o dd otrt~:namente por los poderes
3 Vlncent, op, cit., p, 224. mat' P?ede Nseortetoq~!"~aecasa estaba adornada" -hs-
sa ameos.
 94 ESTO CREEMOS
ta para recibir huéspedes-, pero estaba vacía. El
diablo siempre tomará ventaja de un vacío espi-
ritual.
b. El bautismo del Espíritu Santo no es para el
incrédulo
"Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador . . . al
Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede re-
cibir, porque no le ve ni le conoce: mas vosotros le
conocéis; porque está con vosotros, y será en vos-
otros" (Juan 14:15-17). Estas palabras fueron di-
rigidas a los creyentes discípulos. El Consolador no
fue prometido al mundo como fue la salvación en
Juan 3 :16. El mundo no puede recibir al Consola-
dor; el creyente puede, porque por causa de su nue-
va vida puede apreciar y comprender las cosas del
Espíritu de Dios (1 Corintios 2 :14; Juan 20 :22;
Hechos 2:5; Efesios 1:13).
c. La admonición de Pablo
Pablo en Efesios 5 :18, dice: " ... sed llenos del
¡Espíritu". Estas palabras, como bien es sabido,
fueron dirigidas a los creyentes cristianos en Efeso.
En lugar de buscar sensaciones por medio de estí-
mulos químicos o artificiales, los Efesios fueron
estimulados a "s,er llenos del Espíritu". Esta expe-
riencia les traería gozo en su adoración, y además
les capacitaría para ser, no solamente adoradores y La Biblia de Schofield expresa el sentir de Igle-
seguidores de Cristo, sino también felices y bien ba-
lanceados individuos.
Un análisis más minucioso de las palabras "sed
llen.os del Espíritu", habría de mostrarles que era
post ble obtener una bendición sobre las bases de
una profecía que se había cumplido. Jesús prome-
tió, y los creyentes apostólicos obtuvieron, la bendi-
ción que él había prometido.
d. Mis testigos
"Mas recibiréis poder cuando el Espíritu Santo
venga sobre vosotros; y me seréis testigos en J eru-
salem, y en toda Judea y Samaria, y hasta lo último
de la tierra" (Hechos 1 :8 La Nueva Biblia Inglesa).
Aquí una vez más, nuestro Señor está hablando
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 95
a aquellos que son Suyos, y les está prometiendo,
sin embargo, otra experiencia, que no les haría de
él -porque ya lo eran- pero que les capacitaría o
dotaría con el poder para testificar de él. Nuestro
Señor quiere una iglesia articulada y sana; tal igle-
sia solamente puede existir cuando es compuesta
por aquellos que han recibido este poder de lo alto.
Es bueno tener en mente que el ministerio de Su
iglesia no principió, hasta que ellos "esperaron",
como él les había mandado, y "recibieron", como él
les había prometido.
e. ¿Quiénes recibieron el bautismo del Espíritu
Santo?
Un concepto escritura! del bautismo del Espíritu
Santo puede obtenerse mejor por medio de un estu-
dio de aquellos que recibieron la experiencia en los
días apostólicos. Hay cinco episodios en el libro de
los Hechos donde encontramos ocasiones definidas
en que individuos o grupos de individuos fueron
llenos con el Espíritu. En cada ocasión, hay clara
evidencia de que cada recipiente era ya un creyente,
y en la mayoría de los casos, un creyente bautizado.
(Véase Hechos 2:1-4; 8:14-17; 9:17; 10:44-46;
19 :5-7).
f. ;, Es lo mismo el bautismo del Espíritu Santo
y el Nuevo Nacimiento?
sia de Dios, cuando dice: "un bautismo, muchas
llenuras. El Nuevo Testamento distingue entre te-
niendo el Espíritu, lo cual es verdad en todos los
creyentes, y ser lleno con el Espíritu ... " Aunque
el Dr. Schofield no puede ser llamado un creyente
pentecostal, reconoció sin embargo, la diferencia
entre "ser lleno del Espíritu", y ser "nacido del Es-
píritu". Los creyentes efesios cuya narración se
encuentra en Hechos 19, eran creyentes, pero no
recibieron el Espíritu Santo cuando ellos creyeron
(Hechos 19 :2).*
•Notn del Editor: Convleno hacer constar que según el Dr. Schoflold,
todos lo" creventes tienen el testimonio del Eeplrltu; la poelclón del
nutor, en to nces, es que no todos loa creyentes tienen el bautismo con
Espfrltu Santo.

96 ESTO CREEMOS
2. La Evidencia Inicial del Bautismo del Espí-
ritu Santo
No solamente la Iglesia de Dios cree que el bau-
tismo del Espíritu Santo es subsecuente a la lim-
pieza de corazón, pero también afirma con placer,
que hablar en lenguas, como el Espíritu dé que se
hable, es la evidencia inicial del bautismo del Es-
píritu Santo.
a. Evidencia bíblica para la doctrina
Ya que no hay la más mínima evidencia en la
Biblia para refutar esta doctrina, será necesario
solamente dar un resumen de las Escrituras que
relatan el hecho de que el fenómeno de las lenguas
es la evidencia inicial del bautismo del Espíritu
San to. Subsecuentemente estaremos considerando
la posición frágil de aquellos que se oponen a esta
deslumbrante verdad del Nuevo Testamento.
Antes de estudiar las escrituras asociadas con el
hablar en otras lenguas, nos gustaría que todo
el mundo supiera que nosotros creemos que el ha-
blar en otras lenguas es la evidencia inicial, pero
no la única, del bautismo del Espíritu Santo. Prin-
cipalmente, la llenura del Espíritu Santo es un in-
vestirniento de poder para servicio; esto lo hemos
mantenido siempre. Si han habido aquéllos que han
creído que las "lenguas" eran la única evidencia
enseñada por la Iglesia de Dios, estaban equivoca-
dos. Habrá habido algunos que inocentemente han
enfatizado la experiencia de las "lenguas"; pero
nunca hemos sentido que la evidencia inicial era la
única evidencia. Ciertamente, el diablo se ha apro-
vechado de este mal entendimiento y lo ha usado
como una cortina de humo para obscurecer las ver-
dades de este tema tan vital. Es el sentir de muchas
personas, que esta equivocación ha disminuido en
los últimos años; esperamos que así sea. Tan mara-
villosa y extraordinaria fue esta experiencia, que
dio margen a algunas de las más enfáticas exhor-
taciones y consejos de Pablo. Si hubo algunos ma-
los entendimientos y abusos relacionados con esta
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 97
experiencia sobrenatural en los días apostólicos, hay
razón para creer que nosotros habremos de hacer
frente a un problema similar en esta época llamada
de ilustración y racionalismo. En cualquier caso,
\os problemas que surjan no hacen violencia a la
realidad de la experiencia, pero deben hacernos rea-
lizar, a todos, que Satanás está haciendo todo cuan-
to puede para impedir una expenencrn que puede
ser compartida por toda la igelsia.
1) Escrituras pre-apostólicas refiriéndose al
hablar en otras lenguas:
Isaías 28 :11, 12, "Porque en lenguas de tarta-
mudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo,
a los cuales él dijo: Este es el reposo: dad reposo
al cansado; y este es el refrigerio: mas no quiste-
l¡ ron oir". Isaías, quizá el más grande de todos los
profetas mesiánicos, v~ ~n estos ver~ículos la obra
culminante de las espirituales de D10s con Israel.
!
¡ A través ele los siglos, Dios trató de rev~l~rs~ ,ª una
l nación rebelde y obstinada. ~a gran v;s;tac10n del
i Pentecostés en Jerusalem, esta aquí anticipada. Joel
1 habló de ello como un derramamiento ele Su espí-
ritu. Isaías 1b vio como un tiempo de refrigerio.
t Ambos estaban en lo correcto.
Marcos G :17: "Y estas señales seguirán a los
que creyeren: En mi nombre echarán fuera demo-
nios· hablarán nuevas lenguas" ("lenguas extrañas"
1 La Nueva Biblia Inglesa). El mismo Señor nuestro
da un toque de lo que estaba por acontecer, una vez
que los suyos fuesen investidos de poder para llevar 1t '
a cabo la gran comisión.
2) Escrituras definitivamente relacionadas con
el bautismo del Espíritu Santo:
(Véase Hechos 2:1-4; 8:14-17; 9:17; 10:44-
46; 19:5-7). Hay cinco casos, en el lib.ro.d.e los
Hechos donde individuos o grupos de individuos
recibie;on el bautismo del Espíritu.En tres de estos
casos hay una evidente declaración del hecho de
que ~llos hablaron en otras lenguas, mientras que
la verdad el caso está claramente implicado en los
 98 ESTO CREEMOS
otros. Hechos 2 :4; 10 :46 y 19 :6, inequívocamente
testimonian el hablar en otras lenguas. En Hechos
8 hubo alguna inmediata evidencia visible o tangi-
ble de la llenura del Espíritu; si no lo hubiera ha-
bido, Simón no habría querido comprar el secreto
de cómo confer~r tal don. Aunque Lucas no expresa
que Pablo hablo en lenguas después de la visita de
Ananías, sin embargo, se nos dice claramente que
el Señor le envió ayuda para que pudiera recobrar
su vista y fuera lleno con el Espíritu Santo. Pablo
seguramente habló en lenguas cuando fue lleno del
~spíritu .. ¿No dijo en 1Corintios14:18: "Doy gra-
cias a Dios que hablo lenguas más que todos vos-
otro.s ?" ¿Cómo podría esto haber sido posible si no
hubiese hablado en lenguas inicialmente como lo
hicieron los ciento viente; como sucedió ~n la casa
de Cornelio, y como lo hicieron los efesios?
3) Escrituras referentes al ministerio de las
lenguas:
Por lo menos tres capítulos de la primera carta
¡ nosotros sabemos que es.
1
de Pablo a los corintios se refieren al uso y abuso
del fenómeno de las "lenguas" y al "charismata"
o dones espirituales (capítulos 12-14). Si tales do~
nes espirtuales hubieran sido solamente para aque-
llos que . vivieron en tiempos apostólicos, ¿Por qué
el Espíritu Santo permitió incluir esa información
en Su Palabra? ¿Por qué se nos tendría que ha-
bla_r, en tan precisa. terminología, acerca de la regu-
lacíón de un don, si no estuviera en el plan de Dios
que a nosotros se. no~ dé tal don? ¿Por qué decirle
a los hijos de un rnd1gente cómo gastar la herencia.
de uno que nada les ha dejado?
4) La promesa del Padre :
J estos últimos años, muchos están empezando a rea-
Jesús, poco antes de Su ascención les dijo a Sus
discípulos que, "esperasen la prom~sa del Padre
que oístes, dijo, de mí" (Hechos 1 :4). Esta prome:
sa, que fue mencionada tai;i~ién por Isaías y J oel,
~º. ~ue. para. aquellos que vivian en el tiempo de su
m1ciac1~n, smo para, los hombres en todos los siglos
por vemr, En el D1a de Pentecostés, Pedro aclaró
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO
este asunto, una vez por todas cuando dijo: "Por­
que para vosotros es la promesa,. y para vuestros
hijos, y para todos los que están leJOS; para cuanto~
el Señor nuestro Dios llamare" (Hechos 2 :39). S1
esta escritura no nos incluye a todos nosotros, en-
tonces no acertamos a entender en modo alguno el
significado de lo que se habla. píos h~ e~tado atr~-
yendo a los hombres más y mas hacia el a .traves
de los siglos. Esto ha sido un proceso conti;iuo ~
no uno de pasos hacia adelante y hacia atras. S1
los hombres no han estado gozando del fruto de
esta bendición, ha sido por causa de la dureza de
corazón de los hombres y no porque sea la voluntad
de Dios negarles lo que él tuvo para aquellos d_e los
tiempos apostólicos. Nunca el hombre ha necesitado
más a Dios que ahora. Si Dios diera a otros hom-
bres más de Su poder en una época en que él era
menos necesitado, y no nos permitiera gozar lo Suyo
(de su poder), cuando más que nunca lo n~cesita-
mos, entonces él sería algo menos que el D10s que
Es por las razones arriba mencionadas que la
Irrlesia de Dios cree, sin ninguna sombra de duda,
q\1e los hombres y las mujeres pueden tener el Bau-
tismo del Eapíritu Santo tal y como nuestros ante-
cesores lo recibieron en los tiempos apostólicos.
b. Contestando a la crítica:
Mucho se ha escrito, y mucho más se ha dicho,
en contra del concepto apostólico del bautismo del
Espíritu Santo. Por más de medio siglo hemos sido
ridiculizados y frecuentemente clasificados con cul-
tos pseudo-cristianos y au t o ao t r ico s . Ahora, en
é
lizar lo que debían haber visto siempre. El bautismo
del Espíritu Santo y el fenómeno de las lenguas
tienen una afinidad que es inequívoca. Esta expe-
riencia no es, "el arrebato de lo sublime' ni el "tar-
tamudeo de unos cuantos ignorantes". Tenemos
evidencia escritura! para esta notable manifesta-
ción espiritual, y últimamente también la nube de
 -------~·,=------.,,~-[l
-, i!i!!l'!l"=--------------··-
100 ESTO CREEMOS
testigos testificando de esta realidad ha venido a
ser de tanta actualidad como para atraer la aten-
ción de la prensa nacional.
1) Las lenguas cesarán .
Una de las más gastadas de todas las críticas
dirigidas hacia aquéllos que creen en el hablar en
otras lenguas es la de que las lenguas cesarán. Para
respaldar esta afirmación, citan 1 Corintios 13 :8,
en cuya cita se sugiere que, "las lenguas cesarán".
La lectura cuidadosa de este texto, atendiendo a su
contexto, mostrará que hace referencia a una era
futura. Pablo está hablando aquí de ese tiempo en
la eternidad, cuando todo será perfecto, y cuando
sabremos todas las cosas como realmente son. Aho-
ra "vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces
veremos cara a cara ... " Es interesante notar, que
aquéllos que hablan de la cesación de las lenguas,
no mencionan que el mismo versículo dice también
que, "la ciencia ha de ser quitada". Si la suposición
de ellos, de que las lenguas cesarán, fuese cierta,
entonces es lógico asumir que la ciencia ha sido
quitada.
2) LaR lenguas sólo para el tiempo apostólico.
Este problema ya ha sido tratado, pero sería
bueno exponer de nuevo nuestra posición en este
contexto.
No hay ninguna evidencia escritura! para esta
aseveración. La escritura arriba mencionada es la
única que podría ser remotamente aplicada para tal
creencia, pero es obvio que corresponde a otra cosa.
Si esta experiencia hubiera sido únicamente pa-
ra el período apostólico, hubiera habido alguna
razón lógica para no ser extendida al resto de la
iglesia. ¿Necesitaron los apóstoles, todos los cuales
conocieron al Señor, esta investidura especial para
afirmar su fe'? ¿Necesitaron los contemporáneos de
Jesús de esta señal extraordinaria para convencer-
los, a pesar del hecho de que ellos también habían
visto y oído a nuestro Señor'? Si ellos necesitaron
de esta experiencia adicional, entonces, ¿por qué
-~·_._. _
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 101
quitar la bendición de nosotro~ que vivimo~ ~an l~-
janamente apartados de los días de Su ministerio
terrenal'? Cuando las fuerzas del mal llegan a ser
más desenfrenadas y cuando nosotros nos aproxi-
mamos al fin de los tiempos, ¿no es muy lógico
creer que Dios nos dará todo lo que dio a otros'? Es
claro que Dios no se detendrá en darnos, a quienes
necesitamos más la bendición, una experiencia de
la cual otros pudieron gozar. Todos nosotros esta-
rnos incluidos en la promesa (Hechos 2 :'.2?).
Todos nosotros debernos estar a g r a d e c i d o s a
Dios. por la "supereminente grande-za de su poder
para con nosotros los que creemos" (Efesios 1 :19).
Gracias a Dios, por la lluvia temprana y tardía.
Gracias a Dios porque él, en Su misericordia, ha
visto la forma de hacernos "vasos útiles para el
uso del Maestro".
3) El abuso del don.
Ya que no hay una base escritura! en qué ba-
sarse para aquellos que se oponen (a esta doctri-
na), se ha lanzado un ataque personal contra aque-
llos que creen en la experiencia apostólica. Aunque
es triste decirlo, hay algo de justificación para tal
ataque. Sin embargo, debemos realizar de la misma
manera, que tales ataques pueden ser dirigidos a
todo el edificio de la fe cristiana. Siempre han
habido entre nosotros los Simones, los Jannes y
Jambres, como también aquellos, como Ananías
y Safira. La presencia de tales personas no hace
violencia a la doctrina que exponemos ni al Cristo
que servimos; esto muestra simplemente, que siem-
pre el elemento humano estará en las cosas espiri-
tuales. La iglesia se está perfeccionando, y aun
gente inocente e insospechada pueden convertirse
en precursores de odio en lugar de ser portadores
de luz.
¡Dichoso será el día cuando podamos aproximar-
nos objetivamente a la verdad tal y como está
revelada en Su Palabra! Frecuentemente tenemos
 '~--.~ ..~_~ll!miiiP';;--~~~-
-,
102 ESTO CREEMOS
una visión subjetiva de lo que nos parece estamos
buscando, y esto tiene una tendencia a teñir la ver-
dad con prejuicios. Permita el Señor de la gracia
hacernos sabios en las cosas del Señor y mantener-
nos humildes y sumisos ante él y ante un mundo
que le necesita. La maravilla de la bendición apos-
tólica puede pasarse a otros por la forma en que
hace más real a Cristo en la vida de sus receptores.
En el Día de Pentecostés los hombres fueron con-
firmados. También lo serán hoy día, si nosotros re-
cibimos lo que ellos recibieron en Pentecostés, y
dejemos al Espíritu Santo que se encargue de los
resultados.
V. El Ministerio de Sanidad
A. Notas introductorias:
La Iglesia de Dios cree que Jesucristo es "el mis-
mo ayer, y hoy, y por los siglos" (Hebreos 13 :8).
Si fue Su voluntad sanar al leproso que dijo: "Se-
ñor, si quieres puedes limpiarme", es la voluntad de
el.sanar a aquellos que vienen a él hoy con la
misma fe resuelta. Si nuestro Señor era "Jehová-
rapha", "Yo soy el que te sana", en el Antiguo Tes-
tamento, ¿por qué pensar que sea extraño, cuando
se hace la oración por el enfermo en los servicios de
nuestras iglesias hoy día? Debe tenerse siempre en
mente que nuest..o Señor nunca cambia. El no hace
acepción de personas y siempre nos recompensará
de acuerdo a nuestra fe.
Mucho podría decirse concerniente a la doctrina
de la sanidad. Ha sido una verdad cardinal soste-
nida por la Iglesia de Dios por más de setenta y
cinco años. Lo que parece ser para muchos, hoy,
una nueva luz ha sido para nosotros una antigua y
bendita experiencia por más de medio siglo. Aque-
ll~s que hayan leído El Evangelio de la Iglesia de
Dios, y escuchado a nuestros ministros predicar y
enseñar, saben que la sanidad divina no ha sido un
asunto incidental, pero sí una enseñanza a la que se
ha dado la prominencia y atención que muy merecí-
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 103
<lamente le corresponde. Se recomienda al lector
leer el libro, Sanidad en la Iglesia del Rev. James
A. Cross. Este libro, escrito por un competente es-
critor y uno de nuestros ex-supervisores generales,
dará a los que lo lean, un panorama de lo que la
Iglesia de Dios cree concerniente a la Sanidad
Divina.
B. Sanidad Escritural:
Ya que no estaremos entrando en todas las fases
de la doctrina de la sanidad divina, será necesario
solamente, que establezcamos el hecho de que la sa-
nidad fue y sigue siendo una enseñanza escr itural.
No es una fantasía ni un idealismo. Está firme-
mente establecida por la Palabra de Dios. Si damos
poca importancia a la Palabra de Dios estamos en
peligro. Limitar al "Santo de Israel" es cosa teme-
raria. Dios nos ayude para creer en toda Su Pala-
bra, debidamente trazada.
Hay por lo menos cuatro declaraciones impor-
tantes que usted debe considerar concernientes al
ministerio de la sanidad, y que son aplicables a nos-
otros, hoy día, Un estudio cuidadoso de las decla-
raciones que siguen le capacitarán a usted para
entender y apreciar lo que creemos acerca de la
sanidad divina.
l. El primer pacto para sanar no ha sido revo-
cado o abrogado.
En Exodo 15 :26, tenemos el primer acuerdo en- _,
tre Dios y el hombre concerniente a la sanidad para
el cuerpo: "Si oyeres atentamente la voz de Jehová
tu Dios, e hicieres lo recto delante ele sus ojos, y
dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos
sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié
a los egipcios te enviaré a tí, porque Yo Soy Jehová
tu sanador". Este pacto fue hecho entre Dios y Su
pueblo en Mara, inmediatamente después de su libe-
ración de la esclavitud egipcia. Seis cientos mil
hombres de más de veinte años de edad, con todas
sus esposas e hijos, estaban dentro de la compañía

104
que formó parte de este solemne pacto con Dios.
El sería su médico, si cumplían su parte del pacto.
El cuádruple convenio era de la manera siguien-
te: "Oir atentamente la voz de Jehová tu Dios. Ha-
cer lo recto delante de sus ojos. Dar oído a sus
mandamientos. Guardar todos sus estatutos". Este
mismo convenio envuelve a todos aquellos que go-
zarían el poder sanador de su Señor y Maestro.
2. La provisión hecha para nuestra sanidad:
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él he-
rido fue por nuestras rebeliones, molido por nues-
tros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y
por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:
4, 5). La enfermedad es un dolor del cuerpo, y la
tristeza es un dolor de la mente. Jesús cargó ambas.
Pasad a Mateo 8 :16, "Y como fue ya tarde, tra-
jeron a él muchos endemoniados; y echó fuera los
demonios con la palabra, y sanó a todos los enfer-
mos; para que se cumpliese lo que fue dicho por el
profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras
enfermedades y llevó nuestras dolencias". No pode-
mos decir con exactitud matemática hasta qué pun-
to la expiación cubre nuestras enfermedades, pero
sabemos que Cristo nos redimió de la maldición de
la Ley. (Véase Gálatas 3 :13). Es bueno recordar
que la enfermedad es considerada como una maldi-
ción y nunca como una bendición." (Véase Deute-
ronomio 28). Por lo tanto, "lleguémonos confiada-
mente al trono de la gracia, para alcanzar miseri-
cordia, y hallar gracia para el oportuno socorro".
3. El poder de Cristo para sanar:
Después de la resurrección, Jesús, por mandato,
encontró a Sus discípulos y les dijo: "Toda potes-
tad me es dada en el cielo y en la tierra". Satanás
+Nota del Editor: A pesar de este pronunciamiento,
lector leer Ja porción b íb ltca que aparece en Juan
~ ', , ....... ~.
LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO 105
ESTO CREEMOS
tiene poder, pero Jesús tiene un poder ~ob~;ano.
El Señor, que tiene este poder, ha prome~ido nun-
ca dejarnos, ni abandonarnos''.- .El esta con nos;
otros hoy en la persona del Espir itu Santo, Y esta
listo para ayudarnos. De acuerdo a Hebreos 13 :~,
Jesús es "el mismo ayer, y hoy, y por los siglos .
El realizó muchos portentos maravillosos en .sus
días, pero, poco ante~ d,e Sus s~fnm~entos Y t~mn-
fo, él le elijo a Sus discípulos : De cierto, de cierto
os digo: él que en mí cree, las obra,s que yo, hago
también él las hará; y mayores que estas .hara P?r-
que yo voy al Padre" (Juan 14:12). Gracias a D10s
por esta promesa. Miles han siclo sanados en estos
últimos días, y todo por causa de la fe en Su nom-
bre y de la confianza en Su promesa.
4. El método de sanidad
Dios usa la instrumentalidad hum a na en este
día y época. Los seres humanos jamás .son infali-
bles; están sujetos a error y eqmvocac1.ones. P~r
esta razón, no hemos sido dejados en la i¡snoran~rn
concerniente a Su método. Dios es un Dios de or-
den· debemos encontrar Su voluntad en Su Palabra.
Par; ser sanado, uno debe tener fe, fe en él. La fe
debe tener una base, y esa base e~ la Palabra de
Dios. Nuestra fe no debe ser depositada en hombres
aino en Dios. Cualquiera que tenga fe puede orar Y
tener resultados. Santiago dice que se llame a l_os
ancianos de la iglesia, se unja al enfermo con aceite
y se haga oración. (Véase Santiago 5:14, 15). Uno
no tiene que, necesariamente, bus~~r a un determi-
nado individuo para hacer la ?rac101? ele. f~. Es ver-
dad que Dios está usando ciertos in d iv idu o a e?
formas maravillosas, pero no debemos Jamas olvi-
dar que es, "la oración eficaz del justo la que puede
mucho".
Preguntas sobre el Capítulo III
l. ¿Por qué debemos, especial~11~nte,, estar fa~ilita-
rizados con la persona y ministerio del Espirí u
se recomlenda al
9:1-34. Santo?
106 ESTO CREEMOS CAPITULO CUARTO
2. ¿Es .una persona el Espíritu Santo? Dé pruebas
escriturales en su respuesta. ·

3. Nombre por lo menos, dos símbolos del Espíritu La Doctrina

Santo.

4. Como un "convencedor",
Santo?
¿qué hace el Espíritu de las Ordenanzas
5. ¿Por qué es el bautismo
el creyente?
del Espíritu Santo para de la Iglesia
6. ¿Por qué hemos recibido el Espíritu Santo? ·

7 · ¿Es el hablar en lenguas la única evidencia de "Creemos:

haber recibido el Espíritu Santo? Explique esto.
"10. En el bautismo en agua, por inmersión, y en
8. Ref~te el argumento de que, "las lenguas ce- que todos los que se arrepienten deben ser bau-
saran". tizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo.
9. Relate. el primer pacto de Dios concerniente a "12. En la Cena del Señor y el lavamiento de los
la sanidad. pies de los santos."
Introducción
10. ¿Quién puede orar por el enfermo? I. Bautismo en Agua
A. Significado del término
B. Modo del bautismo en agua: afirmación
escritura!
C. Fórmula bautismal
D. La eficacia del bautismo en agua
l. ¿Quiénes deben ser bautizados?
a. Solamente los regenerados
b. El bautismo no es para los niños
2. Las Escrituras condenan tal práctica
E. Simbolismo clel bautismo en agua
l. Muerte al pecado
2. Unión con Cristo
3. Muerte y resurreción del cuerpo
II. La Cena del Señor
A. Origen del rito
B. Administración

108 ESTO CREEMOS
1. Los elementos
2. El espíritu de la ocasión
3. Debe celebrarse por la iglesia congregada
4. La responsabilidad del pastor
C. El simbolismo del rito
1. La muerte de Cristo
2. Beneficios derivados de Su muerte
3. Dependencia del creyente en Cristo para
la vida espiritual
4. La santificación del cristiano
5. Unidad de los creyentes en Cristo
6. El gozo y Ja perfección de su reino
D. El abuso del rito
1.; III. Lavamiento de pies
A. Base escritura! para la ordenanza
1. No se limita a una práctica social
2. Jesús estaba enseñando una lección
3. Jesús estaba dando un ejemplo
.... B. Manera espiritual de observar la ordenanza
1. Después de la Cena del Señor
2. Con reverencia
3. Para ser observada por todos los cristia-
nos victoriosos
INTRODUCCION
La Iglesia de Dios siempre ha sostenido firme-
mente la creencia en la adoración espontánea. No
se ha~e necesaria una forma litúrgica, para guiar a
los miembros del cuerpo de Cristo en las funciones
de adoración y servicio. Si realmente son dirigidos
por el Espíritu, en.to~ces es Su fuerza interna la que
gobernara su ac t iv id a d y no una forma litúrgica
prescrita. Es por esta razón que tenemos solamente
tres ordenanzas mencionadas en nuestra Declara-
ción de Fe. Para estas tres tenemos autoridad es-
critura! y la aprobación apostólica· incluir otras
sería añadir algo que parecería ext~año como tam~
bién daría la impresión de algo mecáni~o tendiente
a destruir la simplicidad que se encuentra en la
iglesia cristiana primitiva.
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS 109
l. Bautismo en Agua
A. Significado del término:
La palabra bautismo viene del griego baptizo, y
en su significado original lleva Ja connotación de,
"sumergir". Pero la palabra "sumergir" significa
más que meramente poner debajo de, ya que -en
este caso- implica no sólo inmergir; sino sacar
fuera. Se puede poner una cosa debajo de, sin que
necesariamente se la tenga que sacar.
En Lucas lG :24, tenemos al hombre rico pidien-
do que Lázaro moje (bapto) su dedo en agua Y
refresque su lengua. Aquí, el acto de "poner en" Y
"sacar de", se ve claramente.
"Y Jesús, después que fue bautizado, subió del
agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos ... "
(Mateo 3 :16).
De esta declaración de Mateo, podemos ver cla-
ramente que el Señor había estado en el agua. El
no hubiera tenido necesidad de ir dentro del agua
si no hubiera sido con el propósito ele facilitar su
bautismo por inmersión.
B. Modo del Bautismo en Agua:
Ha habido mucha controversia amarga en la
cristiandad concerniente al modo y eficacia del rito
del bautismo en agua. Los pasajes del Nuevo Tes-
tamento enseñan claramente Ja forma por inmer- '.
sión, pero a medida que la iglesia crecía en edad;
se fue haciendo de mentalidad mundana, procuran-
do acomodarse a las demandas de un nuevo paga-
nismo; y tomó así, el rito antiguo de cl~rramar
agua en aquel que buscaba a Dios. Estudiemos las
Escrituras, las cuales desarrollaron el concepto po-
sitivo de la forma bautismal:
"¿Pues qué diremos? ¿Perseveraremos en peca-
do para que la gracia crezca? En ninguna man,era.
Porque los que somos muertos al pecado, ¿Como
viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los
que somos bautizados en Cristo, somos bautizados
en su muerte? Porque somos sepultados juntamente
- ···--·--·--·-·---------;;------.,,,~
........_
.... .
. '··.
...~----------------,
110 ESTO CREEMOS
con él a muerte por el bautismo; para que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Pa-
dre, así también nosotros andemos en novedad de
vida. Porque si fuimos plantados juntamente con
él a la semejanza de su muerte, así también lo se-
remos a la de su resurrección" (Romanos 6 :1-5).
Pablo da aquí el simbolismo expresado en el bau-
tismo en agua; el símbolo de muerte, sepultura y
resu.rreción. El creyente bautizado ha mostrado, por
el rito del bautismo, que ha muerto a sí mismo y
al pecado y ha permitido que el "viejo hombre", no
regenerado sea sepultado, para que el nuevo hom-
bre pueda levantarse y andar en novedad de vida.
¿Cómo podría este glorioso hecho ser simbolizado
por el acto de derramar o esparcir una poca de
agua en la cabeza de un in~ividuo, puesto de pie y
sm responder al acto? (Vease además Colosenses
2:11-13).
C. Fórmula Bautismal:
Realmente no debiera haber ninguna confusión
concerniente a la fórmula bautismal, ya que la
Palabra parece ser muy específica en este sentido.
Algunos, sin embargo, han causado recientemente
no poca conmoción entre ciertos grupos al usar
otra fórmula distinta a aquella que dio nuestro Se-
ñor. A la luz de este hecho, sería bueno que veamos
lo que la Palabra de Dios dice acerca de la fórmula
bautismal.
En la Gran Comisión, nuestro Señor mandó a
sus discípulos bautizar, "en el nombre del Padre y
del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28 :19). 'si
somos obedientes a los demás juicios expresados en
esta declaración divina, entonces debemos sujetar-
nos a su voluntad en cuanto a la forma bautismal.
Algunos se han preguntado por qué Pedro en He-
chos 2 :28, mandó a los nuevos con vertidos ser
bautizados, "en el nombre de Jesucristo" y no en
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo". Las palabras de Pedro no deben tomarse
como una fórmula bautismal, sino como expresan-
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS 111
do la idea de reconocimiento de que Jesucristo debe
ser el Señor y Maestro; y que el rito del bautismo
fue un reconocimiento de su obra y autoridad.
"Aceptamos la acusación de que repetimos las pa-
labras que el Señor empleó en su instrucción; pero
rechazamos el cargo de que al repetirlas, desobede-
cemos su mandamiento. Después de todo, ¿qué es
Jo que está tratando de aclarar? ¿No es aquello que
toca a la fórmula bautismal? ¿Y qué es una f órmu-
la? ¿No es la declaración ordenada de fe o doctrina;
las palabras prescritas de una ceremonia o rito?
Entonces ¿qué otra cosa debemos hacer, sino repe­
tir la fó;·mula? Empleando las palabras idénticas
que el Maestro mandó usar, no solamente repeti-
mos Sus palabras, sino que también obedecemos
Su orden".1
Pedro, Felipe y Pablo hablaron del bautismo en
agua en el libro de los Hechos. Pedro es ti mu 1 ó a
sus oyentes a ser bautizados "en el nombre de J esu-
cristo" (Hechos 2 :38). Los relatos de aquellos que
fueron bautizados en Samaria y Efeso por Felipe
y Pablo señalan que fueron bautizados "en el nom-
bre del Señor Jesús" (Hechos 8:16; Hl:5). Aquí
hay evidencia concluyente de que el escritor Lucas,
no. está hablando de una fórmula precisa usada du-
rante el rito del bautismo, sino está relatando el
hecho de que estos creyentes habían sido o estaban
por ser bautizados teniendo a Jesús como la base o
fundamento de su bautismo. Solamente una vez se
nos da la fórmula, y eso fue por nuestro Señor en
Mateo 28 :19. En otras porciones del Nuevo Testa-
mento se nos dice lo que sucedió y su significación.
[ Cuán fácil es creer la Palabra de Dios en todo
su poder y simplicidad, pero cuán difícil se hace la
Biblia cuando el hombre procura crear alguna doc-
trina insostenible, para acomodar alguna falacia
suya. Si no fuera por el hecho de que algunos me-
gan la verdad del punto de vista trinitario, no les
preocuparía nada saber, cuál es y cuál no es, la
1 nrumbnck, Ood In Three Perl!ons (DIOfl en Tre• P~r•on,.o), P. 150.

112 ESTO CREEMOS
fórmula propia del bautismo. ¿Por qué no obedecer
el simple mandato de nuestro bendito Señor? Eso
es lo que estamos haciendo.
D. La Eficacia del Bautismo en Agua:
Nosotros no creemos que el bautismo en agua
--o el bautismo cristiano- como algunos lo llaman
tiene poder salvador. Las personas son bautizadas
no para ser salvas, sino para mostrar a los demá~
que ya son realmente salvas. Si bien es cierto que
no sostenemos que el bautismo es esencial para la
salvación, sí creemos que es señal de obediencia.
Una persona que no esté dispuesta a seguir a su
Maestro en el bautismo en agua, no es de ninguna
manera un creyente obediente y fiel. Una persona
puede ser salva sin ser bautizada, pero solamente
si no ha tenido la oportunidad de bautizarse.
l. ¿Quiénes deben ser bautizados?
a. Solamente los regenerados son los candidatos
indicado.s para el bautismo. "Por lo tanto, id, y
lf
haced discípulos de todas las naciones, bautizándo-
los en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espí-
ritu Santo" (Mateo 28 :19, Versión Revisada). "Así
a .
1
que, los que recibieron su palabra, fueron bautiza-
dos" (Hechos 2:41).
Los seguidores de Alejandro Campbell todavía
siguen a su líder, sosteniendo la errada doctrina de
que la regeneración se complementa solamente en
el bautismo y que es en realidad el medio de la re-
generación. Campbell, hablando de la casa de Cor-
nelio, dijo: "Yo me atrevo a afirmar, que cada uno
de aquellos que -usando como base lo que el após-
tol habló sobre el bautismo- fue sumergido recibió
(en el preciso instante de ser sumergidos)' el per-
dó~ de sus pecados y el don del Espíritu Santo".
¿Como pudo este hombre sostener tal creencia cuan-
do Pedro claramente mandó que los hombres fueran
bautizados; porque ya habían recibido el Espíritu
Santo? (Véase Hechos 10:47). El mismo Campbell
<lijo "En y por el acto de la inmersión, tan pronto
como los cuerpos son puestos debajo del agua, en
-----------·---
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS 113
es mismo instante nuestros pecados son lavados ...
inmersión y regen~ración son nombres bíblicos para
el mismo acto ... no es nuestra fe en la promesa de
Dios de remisión, pero nuestro descenso al agua, lo
que obtiene la remisión de los pecados" .2
Parece que él olvidó que, "por gracia sois salvos,
por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios" (Efesios 2:8).
No todos los discípulos de Campbell fueron tan
radicales como él, concerniente a la eficacia total
del bautismo en agua. Isaac Erret, dijo: " ... para
nosotros la regeneración debe ser completa mucho
antes deÍ bautismo, para que el sujeto sea cambiado
de corazón, y en fe y en penitencia debe haber re_n-
dido su corazón a Cristo; de otra forma, el bautis-
mo no es nada más que una forma vacía".3 Es-
tamos de acuerdo con este escritor al decir de que
el concepto Campbeliano del ~aut~smo en agua es,
no solamente, una forma vacia : smo un medio as-
tuto de Satanás para desviar la obra completa del
Calvario, y en su lugar substituir un i-ítual que es
hermosamente simbólico, pero totalmente ineficaz.
Muchos se apresurarán a decir, en ví:; ~e refu-
tación que el bautismo produce arrepentimiento, y
citará~ Mateo 3 :11: "Yo a la verdad os bautizo en
agua para ( eis) arrepentimiento". Este te~to, sin
embargo, no implica que el bautismo efectue arre-
pentimiento; el bautismo era por causa del arrepen-
timiento. La palabra griega eis, cuando es usada
con baptidzein, siempre significa "bautizar con re-
ferencia a". Un ejem p 1 o de esto se encuentra en
Mateo 12 :41: "Los hombres de Nínive ... se arre-
pintieron a ( eis) la predicación de Jonás". En otras
palabras, los ninivitas se arrepintieron por c.ausa
de la predicación de Jonás". El mismo pensamiento
se expresa en Hechos 2 :38: "Arrepentíos, y bautí-
cese ... " con respecto a, en referencia a la misión
2 campbell, Alejandro, Chrlstlanlsmo Restaurado, p, 138.
3 Erret, Isaac, Nuestra Posición (St. Louls}.
114 ESTO CREEMO~
de pecados. En otras palabras, arrepentíos y sed
bautizados, porque tenéis la remisión de pecados.
En la "Iglesia de Dios" bautizamos cristianos;
en la "Iglesia de Cristo", los pecadores son bauti-
zados pensando que el rito los hace cristianos. Se-
guramente el simbolismo implicado y el lenguaje
usado no garantizan tal creencia. El bautismo en
agua no suministra salvación, y esto sería técnica-
mente verdad si sostenemos la idea de Campbell,
Supóngase que no hubiera alguien que quisiera o
pudiera bautizar al creyente. El creyente puede te-
ner toda la fe en Cristo, pero eso no le podría sal-
var; él tendría que encontrar a alguien para que le
administrase el bautismo. ¿Quién tiene, entonces la
última palabra en la salvación, sino el que adminis-
tra el bautismo? De acuerdo con esta teoría, el rito
del bautismo es la necesidad esencial, y no la san-
gre de nuestro bendito Redentor. Que Dios nos ayu-
de a mantenernos alejados de tal doctrina. No es
nada más o nada menos que un intento no muy su-
til de Satanás, para menospreciar la sublime efica-
cia de la sangre de Cristo y hacer la salvación que
él compró solamente apropiada por Ja acción de un
ritual.
b. El bautismo no es para runos
La Iglesia de Dios no encuentra pasajes bíblicos
que, implícita o explícitamente, garanticen la creen-
cia en el bautismo de los niños. Esto es especial-
mente cierto en vista del hecho de que creemos que
el bautismo es el resultado de una rendición com-
pleta mediante una reflexión individual y no la
sumisión pasiva a un rito totalmente ininteligible
para el que lo recibe. Por lo tanto, no solo nos opo-
nemos, sino que condenamos el bautismo de niños,
porque:
2. Las Escrituras condenan tal práctica.
En 1 Corintios 11 :29, a los corintios que no
eran capaces de discernir el significado de la Cena
del Señor, expresamente se les prohibió participar
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS 115
de la misma. Participar del sacramento y no dis-
cernir el cuerpo del Señor podría conducirles a
contraer enfermedad y aun la muerte. Si esto fue
verdad en cuanto a una ordenanza, igualmente es
verdad en lo que se refiere al bautismo en agua.
Los escritores del Evangelio hablaron de bautizar
creyentes y discípulos. ¿Cómo puede un infante ser
un creyente o un seguidor de Cristo?
Sostener la doctrina del bautismo de niños equi-
vale a decir que creemos en la regeneración bautis-
mal. Estas doctrinas son recíprocamente exclusivas;
no podemos sostener ninguna de las dos. El bautis-
mo infantil no fue enseñado en los tiempos apos-
tólicos· vino como resultado de la influencia del
sacra~entalismo en los primitivos días del cristia-
nismo. Los cristianos de esa época pensaban que la
iglesia podría llegar a ser una iglesia de estado, Y
al hacerlo así tendría que abarcar a todo el pueblo.
La doctrina del bautismo de niños, así como la re-
generación bautismal, hicieron mucho para ayudar a
propagar tal punto ele vista antibíblico. El profesor
Newman, quien está de acuerdo con este punto de
vista, dice: "El bautismo infantil siempre ha ido
de la mano con las iglesias del estado. Es difícil con-
cebir cómo una institución eclesiástica podría man-
tenerse sin el bautismo infantil o su equivalente.
Debiéramos pensar en que, si Jos hechos no nos mos-
traran tan claramente lo contrario, la doctrina de
la justificación por fe solamente tomaría el lugar
del bautismo infantil. Pero no. La institución debe
ser mantenida. El rechazamiento del bautismo in-
fantil implica insistencia sobre el bautismo de cre-
yentes. Unicamente los bautizados son propiamente
los miembros de la iglesia. Aun no todos los adul-
tos recibirían el bautismo sobre una profesión de
fe, a menos que fueran realmente motivados a ha-
cerlo así. El bautismo infantil, por lo tanto, debe
ser conservado como concomitante necesario a una
iglesia estatal". 4
4 Newman, A. H. R<lvlstR.BautlstB (1884).

116 ESTO
La creencia en el bautismo infantil puede causar
-y lo hace- efectos perjudiciales en la vida sub-
secuente de un niño. El niño que ha sido bautizado
en su infancia, difícilmente llegará a creer en la
ve.rdad de un~ obediencia personal a los manda-
míentos .de c:1sto. ~l cree que fue salvo por medio
del bautismo infantil y que no existe ningún peligro
para. él s.u for!fla de vivir. El ha puesto su fe en
un rito simbólico, y será muy difícil que acepte la
obra regeneradora de Cristo, que solamente puede
ser obrada en su corazón por la fe.
E. Simbolismo del Bautismo en Agua:
l. La persona bautizada declara al mundo que
ha ,rri,uerto al pecado y se ha levantado a una vida
espiritual, "Porque todos los que habéis sido bauti-
zados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Cá-
latas 3 :37). "A la figura de la cual el bautismo qt;c
ahora. c.orresponde nos salva (no quitando las in-
mundicias ?e l~ carne, sino como demanda de una
b:u_ena conc1en~ia delante de Dios), por la resurrec-
cion de Jesucristo" (1 Pedro 3 :21). Véase también
Gálatas 2:19, 20; Colosenses 3:3).
l. El bautismo simboliza la unión de todos los
creyentes ~n Cristo. "Porque por un Espíritu somos
todos. bautizados en un cuerpo, ora judíos o griegos,
ora siervos o hbres; y todos hemos bebido de un
mismo Espíritu" ( 1 Corintios 12 :13. Véase también
Efesios 4:5; 1Corintios10:3, 4).
3 .. ,El bautismo simboliza la muerte y la resu-
;,recc10n del cuerpo. De acuerdo con Martín Lutero:
~I bautismo es u~a señal de muerte y de resurrec-
cion, Por esta razon, yo haría que aquellos que son
bautizados sean sumergidos enteramente en el agua
como la palabra bautismo quiere decir y como eÍ
misterio significa". 5 '
Resumen
El bautismo es una ordenanza de la iglesia
instituída por nuestro Señor, y practicada por l~
5 Luther, Mart!n, Cautividad de la Iglesia, sec. 103.
117
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS
CREEMOS
Iglesia Primitiva Apostólica: De acuerdo cor: el
mandamiento expreso de Cristo, debemos bau~i~ar
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del ~spmtu
Santo. Este bautismo debe ser -si es escntur~l,-
por inmersión y, no .es 1:1n medio d~ _regenerac1on,
sino un acto de obediencia que s1mbohcamente des-
cribe la obra de regeneración en la vida del creyente.
II. La Cena del Señor
La Iglesia de Dios cree en la ordenanza de la
Cena del Señor y sostiene la verd:;t~ de que aq~1ellos
que participan en ella, están tes~iflcando a Dios, a
sí mismos, y a otros, de su confianz::i en la !lluerte
eficaz de Cristo. Esta sublime doctrina ha sido r:?­
tablemente pervertida en la iglesia, como tambien
mal interpretada y ultrajada, tr ayendo tra~torno
para muchos y causando disensión en las filas del
cristianismo.
A. Origen del Rito: _ , .
La institución de la Cena del Senor esta regis-
trada en los Evangelios Sinópticos. El hecho de que
Juan no la registra, se compensa por la narracion
de San Pablo, en 1 Corintios 11 :23-26, a lo cual
debe añadirse 1 Corintios 10 :16, "la copa de bendi-
ción que bendecimos" como "la comunión del cuerpo
de Cristo".
Al instituir la Cena, el Señor significó con ella
que fuera una señal visible para ser observada des-
pués de su muerte y en memoria de él (Lucas 22:
19 20): "Y tomando el pan, habiendo ~fado gracias,
pa~tió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo! que
por vosotros es dado: haced esto en 'l}temoria de
mí. Asimismo también el vaso, despues que hubo
cenado diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en
mi sar{gre, que por vosotros se derrama". Pi:blo
cumplió con este mandamiento dado por ~l Senor,
y procuró que la Santa Cena fuera deb1damei;te
observada en la Iglesia Primitiva. (Véase 1 Corín-
tios 11 :23-25.)
La Cena del Señor, al ser instituída por Cristo
y practicada por la Iglesia Apostólica, debería ser,
 118 ESTO
"~~n~, o~;denanza de perpetua y universal obliga-
cion . Porque todas las veces que comieres este
pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor
anunciás hasta que venga" (1 Corintios 11 :26). La
Cena Pascual, instituída por Moisés había de con-
tinuar hasta el primer advenimientb de Cristo en
la carne. De la misma manera, la Cena del Señor
debe observarse hasta que Jesús venga otra vez
"sin pecado para salvación". (Véase Hechos 2 :42 '.
2:46; 20:7; 1Corintios10:16.)
B. La Administración del Rito:
l. Los elementos :
El pan y el vino fueron los elementos usados por
nuestro Señor y lo~ apóstoles. El pan, sin duda al-
guna, era el pan sm levadura usado en la Pascua.
Probablemente es conveniente usar pan sin leudar,
ya que la levadura es usada en la Biblia como sím-
bolo de corrupción o de pecado. El pan es usado
como un símbolo del cuerpo de Cristo y no como
1 1 alimento.
La misma verdad prevalece en relación con el
~Ko del vino. Sin duda alguna nuestro Señor usó
1ugo. de uva.fermentado;* nosotros no forzamos la
Escritura, ni su mandato, cuando usamos jugo de
uva sin fermentar. Débese recordar que los elemen-
tos son únicamente simbólicos y no se convierten en
Su carne y Su sangre, tal como lo enseña la Igle-
sia Católica Romana.
Los participantes deben tomar el vino y comer
el PªI.1· La Iglesia Católica Romana no permite a
los laicos participar del vino, pero sostiene la idea
de que está presente Cristo en cada uno de los ele-
mentos. Nosotros creemos que esto es contrario a
las Escrituras. ¿Acaso no dijo Jesús: "Bebed de
ella todos"?
2. El espíritu de la ocasión:
Un espíritu de profunda reverencia debe preva-
* Not.a del Editor: Este pronunciamiento categórico es netnmente del
~nui~és;. Y aunque debatible, se Incluye tal y como él Jo expresa en
CREEMOS
elementos simbólicos, d eb e m o s e~t.ar cont~ntl's a1
lecer durante el servicio de comunion. L:• i1e:::h1 de
la Pascua era por naturaleza muy alegre; la Ce~a
del Señor debe observarse con gozo y no con tris-
teza y melancolía. Mientras participamos de los
realizar que él bebió la copa de amargura, para que
nosotros podamos beber la copa de gozo.
Esta ordenanza no debe ser observada casual-
mente con un espíritu de frivolidad irrevere~te. El
' tema fundamental de la salvación se centraliza ~n
lo que aquí está simbolizado. ~ste es nuestro viaje
al Calvario, no para morrr, smo para recordar lo
que allí le sucedió a él por causa nuestro. Debiera-
mos tener esta cena frecuentemente, para conservar
siempre fresco el Calvario en nuestras mentes, pe-
ro no tan demasiado frecuente como para restarle
valor o disiminuirle significado. (Véase Hechos 2:
26; 20:7.)
3. Para celebrarse por la iglesia congregada:
Como ya se ha dich?, participar di! Jn Cr!~ll drd
Señor, muestra los sufrimiento» .Y rn111:rf.1: di: (,rlnf.r1.
Si se observa en forma solitaria o aislada ; entonef~f.l
no habrá ningún testimonio o demostración. Si hay
alguna persona inválida o enferma en la iglesia que
no pueda asistir al servicio regular de comunión,
entonces está bien que el pastor administre la Cena
del Señor al individuo, privadamente, en el hogar
o en el hospital. En el libro de los Hechos, refi-
riéndose a la Cena del Señor en el hogar, se habla
de, "cuartos de oración" que los primitivos cristia-
nos usaban como lugares de culto. (Véase Hechos
20 :7; 1 Corintios 11 :18, 20, 22, 33, 34.)
4. La Responsabilidad del Pastor:
Es deber y privilegio del pastor ver que durante
el ejercicio de su pastorado, se observe debidamente
la Cena del Señor. Esta ordenanza, para ser debi-
damente administrada, debe ser hecha con el con-
curso de la iglesia local y no a capricho de algún
individuo que no tenga la responsabilidad del cuida-
do de las almas.
 120 ESTO CREEMOS
Hay una ?end_ición definida para aquellos que
consciente e inteligentemente observan la Cena del
Señor. El buen pastor sabrá esto, y exhortará a su
rebaño, para observar el rito y ser bendecidos así
por la fiel obediencia. Aunque no hay ningún poder
regenerador o santificador en esta ordenanza, sí es
una observancia que muestra la relación del cre-
yente con su Cristo. La bendición recibida por el
participante estará en proporción a su fe.
C. El Simbolismo del Rito :
La Cena del Señor es un acto conmemorativo
que no solamente instruye, sino que inspira y da
seguridad. Estamos de acuerdo con el Dr. A. H.
Strong, quien dice que la Cena del Señor simboliza :0
l. La m.uer te de Cristo por nuestros peccdos.
"Porque todas las veces que comiereis este pan, y
bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis
hasta que él venga" ( 1 Corintios 11 : 26).
2. Nuestra apropiación personal de los benefi­
cios de esa muerte. " ... nuestra pascua, que es
., ' Cristo, fue sacrificado por nosotros" ( 1 Corintios
5 :7).
3. La continua dependencia del creyente para
toda su vida espiritual en el que fue crucificado;
pero que ahora es su Salvador viviente. "De cierto
de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hij¿
del hombre, y bebiereis su sangre" (Juan 6 :53).
4. La santificación del cristiano a través de una
repro?­,ucción esyiritual en él d.e la. muerte y resu­
rreccion. del Señor. "Empero si Cristo está en vos-
otros, el cuerpo a la verdad está muerto a causa del
pecado; mas el espíritu vive a causa de la justicia"
(Romanos 8 :10).
5. La consecuente unión de los cristianos con
Cristo. "Porque un pan, es que muchos somos un
cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan"
(1 Corintios 10 :17).
6. El gozo futuro y la perfección del reino de
6 Strong, op, cit .. pp, 962-964.
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS 121
Dios. "De cierto os digo que no beberé más del fru-
ta de la vid, hasta aquel día cuando lo beberé de
nuevo en el reino de Dios" (Marcos 14 :25).
D. El abuso del rito:
Debido a que una de las más grandes controver-
sias surgidas al principio del protestantismo, gir6
en torno a los elementos de la Cena del Señor, y
puesto que el punto de vista erróneo de los católi-
cos en relación a la misa aún persiste, es necesario
decir algunas palabras acerca de la doctrina de la
transubstanciación y consubstanciación.
La transubstanciación, como se enseña por los
católicos, es la creencia de que el pan y el vino se
convierten -literalmente- por el sacerdote ofi-
ciante, en el cuerpo y la sangre de Jesús; por lo
tanto, cuando un católico participa de la comunión
y toma la hostia, está comiendo, literalmente, el
cuerpo de nuestro Señor y con ello recibiendo gra-
cia salvadora.
La promesa principal sobre la cual, falsamente,
se basa esta doctrina, se encuentra en Mateo 26:
26, 28, cuando el Señor dijo: "Esto es mi cuerpo y
esto es mi sangre . . . la cual es derramada". Es
positivamente cierto que el Señor no estaba hablan-
do literalmente, porque aún él estaba vivo. El pan
partido en sus manos, no era Su carne real; sino
un símbolo de Su cuerpo quebrantado. El vino, no
era su sangre "derramada", puesto que esta corría
aún por sus venas; así que no era sino el símbolo
del derramamiento eficaz.
La consubstanciación, es simplemente, la con-
cepción luterana de la transubstanciación; aunque
no sostiene la idea de que la naturaleza de los ele-
mentos se transforman en Cristo, sí declara que el
comulgante come el verdadero cuerpo y bebe la ver-
dadera sangre de Jesús. Hubo un gran conflicto
entre Lutero y Zwinglio, dos de los líderes de la
Reforma, sobre la Cena del Señor. Lutero sostenía
la creencia de que cuando Jesús dijo: "Esto es mi
cuerpo", quiso decir que, el pan era su cuerpo. El
122
conflicto fue grande; y quiza, nunca fue resuelto
en la mente de ambos líderes. La teoría de la con-
substanciación es enseñada y practicada hoy día,
por la Iglesia Luterana, y es también el punto de
vista de la Alta Iglesia entre los Anglicanos o Epis-
copales.
Resumen
La Cena del Señor es una ordenanza divinamen-
te establecida, la cual, es el testimonio del creyente
ante Dios, mostrando su confianza en la obra eficaz
de Cristo en el Calvario.
El cristiano victorioso participará de esa Cena,
tanto como le sea posible; porque al hacerlo así,
está conmemorando la muerte y victoria de Cristo
para sí mismo, y además. obtiene inspiración y se-
guridad para el conflicto diario.
III. Lavamiento de Pies
~.)
11>.:t·t~~~;'.~]J/;rJ
~t'~ '}Íe~;, 't'.l:IUfü
de la iglesia, se practica por muy poca gente hoy
día. En la Iglesia Católica, la cual reconoce la ver-
dad de la doctrina, se practica por un obispo o por
algún prelado, quien lava los pies de los acólitos en
ciertas ocasiones, pero no practica el acto entre los
seglares. Unos grupos denominados "de la santi-
dad" y pentecostales, se avienen a la doctrina· así
como también los Mormones y los Adventista~ del
Séptimo Día. Por lo tanto, se puede decir que la
Iglesia de Dios varía un poco de la corriente del
pensamiento cristiano fundamental, cuando enseña
y practica el lavamiento de pies.
No se necesita ninguna defensa en apoyo de
nuestra creencia en la doctrina bíblica, porque hay
suficiente prueba escritura! para tal ordenanza,
como para garantizar nuestra enseñanza y prácti-
ca del lavamiento de pies. Para poder ser clasifica-
dos como del Evangelio Completo -por el hecho de
profesar y practicar todo lo que se encuentra en el
Nuevo Testamento- es de vital importancia que
sostengamos este aspecto de la verdad revelada·
que aunque puede no ser eficaz, es sin embargo, u~
ESTO CREEMOS LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS 123
medio de gracia que promueve el amor y la confra-
ternidad.
A. Base Escritura! para la Ordenanza:
Los que critican el lavamiento de los pies, admi-
ten que la práctica es mencionada en el Nuevo Tes-
tamento; pero se apresuran a decir, que era una
costumbre social sin ningún significado religioso.
En estos días, en que se cuenta con diferentes me-
dios mecánicos para viajar, no hay -según ellos-
ninguna necesidad de continuar tal práctica según
se encuentra en ambos Testamentos.
Hay otro grupo que dice que Jesús tuvo que la-
var los a Sus discípulos aquella memorable noche,
para enseñarles una lección de humildad. ¿No ha-
bían estado discutiendo acaso el derecho y el orden
de sucesión? ¿Qué mejor para enseñarles la lección 1
necesaria, que el hecho de lavar les los pies? i Cuán i..·
'trn J;J~;\I 'n U!"Clemmza convencidos estarían ellos de su pequenez al tener
sus pies lavados por su propio Señor y Maestro!
Aunque hay una apariencia de verdad ('!\ estns
objeciones, sentimos que la prilY!-era. no. aplica a las
circumstancias que rodeaban la institución de la or-
denanza. Como una práctica social, era siempre la
costumbre de lavar los pies del huésped, inmedia-
tamente que llegaba a la casa. La costumbre social
tenía que ver con quitar el polvo de los pies ~el
visitante y darle la bienvenida al hogar del hués-
ped. Sin embargo, este no e.s ~l caso cu!'lnd? el, Se-
ñor lavó los pies de Sus discípulos e mstituyo. el
rito del lavamiento de los pies. Veamos lo que dice
la Palabra: "Levántase de la cena, y quitase su
ropa, y tomando una toalla, ,ciñóse. Luego. puso
agua en un lebrillo, y comenzo a lavar los pies de
los discípulos, y limpiarlos con la toalla con que
estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pe-
dro le dice: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respon-
dió Jesús, y díjole: Lo que yo hago, tú no lo entien-
des ahora; mas lo entenderás después. Dícele Pedro:
No me lavarás los pies jamás. Respondióle Jesús:
Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Dícele
r
124 ESTO CREEMOS
Simón Pedro: Señor, !1º solo mis pies, sino aun las
manos Y la ~abe~a. Dícele Jesús: El que está lava-
~o, 1'.º .necesita smo que _lave los pies, mas está todo
Iímpio; Y v?sotr~~ limpios ,estáis, aunque no todos,
f
P.~rque sabia quien le había de entregar· por eso
IJO: No estáis limpios todos. Así que de~pués que
~~ hubo levado los pies, y tomando ~u ropa, vol-
viéndose a sentar a la mesa, dijoles : ¿Sabéis lo que
os he ,hec~o?. Vosotros me llamáis Maestro y Señor:
Y decís bien, porque lo soy. Pues si yo el Señor y
Mae_~tro, he lavad? vuestros pies, vosot~os también
d~beis lavar los pies los unos a los otros. Porque
ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho
V?sotros también hagáis. De cierto, de cierto 0~
digo : El siervo no es mayor que su señor ni el
aposto! es m.ayor que el que le envió. Si sabéis es-
tas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis"
(Juan 13 :4-17).
d De esta cita, bastante larga, se presentan, cuan-
ºmenos ~re~ factores importantes que hacen que
los acontecimientos sean de suma importancia para
nosotros.
l. Esta no fue una práctica social. La cena ya
se1 había tomad~. La. costumbre era lavar los pies
a . entrar y no inmediatamente después de una co-
mida.
2: El hecho de que sólo Jesús hizo el lavamiento
confirm~ el hecho de que él estaba haciendo lo más
gue podía, para. as,entar una enseñanza; una ense-
~anza. que I~~ discípulos necesitaban urgentemente
¿No dijo el, yo, vuestro Señor y Maestro he lavad~
vuestros pies"? No dijo esto jactanciosamente sino
en un profu_nd.otoque de humildad. Sí, esto fu~ más
que ur:a practica social o higiénica. Si la cena ue
se había llevado a cabo antes, fue significativa e~te
lavamiento de los pies de los discípulos tambié~ fue
de gran valor.
3. En el ;yersículo ~5, Jesús dijo clara e inequí-
vocamente: Porque ejemplo os he dado para que
como yo os he hecho, vosotros también h~gáis". No
125
LA DOCTRINA DE LAS ORDENANZAS
solamente mandó específicamente a. Sus discípulos
lavar los pies los unos a los otros; sino que prome-
tió felicidad a aquellos que fueran obedientes a Su
mandamiento. (Véase el versículo 17.)
Al contestar al segundo grupo de críticos. que
dicen que Jesús hizo esto para. hacer Iren te a u na
necesidad, ¿no podemos deducir, que existe tal i:e-
cesidad hoy día? ¿No son todavia hu;n~rnos l_os dis-
cípulos del Señor? ¿No se oyen todavía las .d1spn.tas
y las contiendas? El Señor debió haber tenido, cier-
tamente esto en mente, cuando de manera tan ma-
ravillos~ les hizo saber que la humildad era una
virtud verdaderamente necesaria. Ahora, somos
bienaventurados cuando, "lavamos los pies unos a
los otros"; y al hacerlo así, cumplimos con una de
las cosas que él nos mandó hacer. (Véase Mateo
28 :20.)
B. Manera Espiritual de Observar la Ordenanza:
l. Jesús lavó los pies de Sus discípulos después
de celebrar la Cena del Señor. Sería bueno seguir
k
t,,¡
esta práctica, aunque no se halla en el Nuevo Tes-
e tamento ninguna dirección explícita acerca del
tiempo en que debe efectuarse. Los corazones de los
participantes están más a tono con la i:iente de
Cristo en el instante de celebrar el lavatorio de los \i
pies, y el momento es oportuno para aprender y
practicar la gracia de la humildad. La mayoría de
nuestras iglesias observan la Cena del Señor y el
I'
lavamiento de pies durante el mismo servicio. Hay 1
como se ha mostrado, base y garantía escritura 1
para tal práctica.
2. Este rito debe ser practicado reverentemente
y sólo entre los miembros del mismo sexo. Es una
ordenanza muy sagrada; una en la cual el ego es
sublimado. Por lo tanto, debe ser observada con
toda devoción y sinceridad.
3. Aunque la Iglesia de Dios no hace de la ob-
servancia de la Cena del Señor o del lavamiento de
los pies una prueba de membresía, sí sentimos, que
el cristiano victorioso y fructífero participará de
126 ESTO CREEMOS CAPITULO CINCO

todos los medios de gracia y aprovechará cada opor-

tunidad para acercarse a Dios mediante la confra-
ternidad con los santos. Pablo, al escribir a Timo-
teo, expresó el pensamiento de que una viuda no
La Doctrina de las Cosas
podía ser "puesta en la lista", a menos que [entre
otras cosas] * hubiese "lavado los pies de los san-
tos" (1 Tímoteo .5 :10). No solamente este versículo
Postreras
expresa la importancia que Pablo le atribuyó al
acto, sino que además, muestra que el referido acto
era algo más que una costumbre social. Pablo está
hablando de una ordenanza de la iglesia al decir:
"lavado los pies de los santos". Artícuios 13 Y 14 de la Declaración de Fe
El lavamiento de los pies fue instituído por
nuestro Señor, juntamente con la Cena del Señor. "Creemos id d Jesús
Se nos ha ordenado practicarlo hoy día por causa "13. En la premilenial S~gunda 1 Ve~1 fos ~uerto~
de Su mandamiento y la explícita promesa de ben- Primero, para lresucitat~s ªvi~~s J~!cia él en el
dición para aquellos que obediente y reverente ob- y arrebatar a os san ti or
servan la ordenanza. aire. Segundo, para reinar en la ierra p
Preguntas sobre el Capítulo IV
1. ¿Por qué la Iglesia de Dios no tiene una forma
mil años.
i
.d t
"14. En la resurrección corporal ; vi e ~r?a os "
los justos Y eterno castigo para os imcu .
para

litúrgica para servir de guía en su servicios de I Introducción .

adoración? · A. Importancia de la do~trma
2. ¿Qué significa nuestra forma bautismal? B. La Biblia y la protecta
3. Declare la cuestión en contra de la regenera- II. La Segunda Venida de C~isto
ción bautismal. A El asunto de Su venida t
4. ¿Por qué nos oponemos al bautismo infantil? . 1 Referencias del Antiguo Tes~ayien ~to
5. Nombre las tres ordenanzas practicadas por la 2: Testimonio de Jasúa ::icerca e eve
Iglesia de Dios. 3 El testimonio apostohco .
6. ¿Cuáles son los elementos de la Cena del Señor 4° La importancia de Su _vem?a
. La esperanza de la iglesia .
y qué simbolizan?
7. Explique brevemente la diferencia entre la
b. Inspira una vida cristiana cons1ste~te
c: Es una fuente de consuelo para e
transubstanciación y la consubstanciación. creyente
8. ¿Qué simboliza la Cena del Señor? B La manera de Su venida ..
9. ¿Cómo puede abusarse del rito? . 1. Su venida será personal Y visíble
10. ¿Por qué creemos en el lavamiento de pies? 2. La venida por Sus santos
Dé por lo menos tres razones. a. Propósito de Su v~m1da tomar algo
1) Como un ladrón para
•Lae palabras entre presillas son del Editor, para aclarar el sentido.
 !QJ(Qf"' p;!A

128 ESTO CREEMOS LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 129

2) Como un amo de casa para pedir 2. Una verdadera resurreción

cuentas a. Su cuerpo resucitado
3) Como un viajero, inesperadamente b. Nuestro cuerpo resucitado
4) Como un novio viniendo por su IV. El Estado Final
novia
5) Viniendo por aquellos que están Introducción
listos y son dignos A. El destino final de los inicuos
6) Viniendo para resucitar a los 1. Causa adecuada para el castigo eterno
justos 2. Algunas proposiciones evidentes
7) Viniendo para recompensar y 3. Castigo eterno
Juzgar a. Los inicuos serán castigados
3. La venida con Sus santos b. Serán castigados eternamente
a. El viene c. Afirmación escritura!
b. Viene con Sus santos B. El estado final de los justos
c. Viene con furor y gran ira 1. El cielo es vida eterna
d. Viene a declarar y ejecutar venganza 2. El cielo es estar con Cristo y Dios
e. Viene a conquistar 3. El cielo es un lugar de recompensa final
f. Viene a juzgar las naciones vivas a. Las parábolas de la recompensa
g. Viene a ser reconciliado con los judíos b. La naturaleza de la recompensa
h. Viene a iniciar su reino milenial 1) Coronas serán dadas
1) Teoría post milenial 2) Siete recompensas para el
2) Teoría antimilenial vencedor
3) Teoría premilenial 4. El cielo será un nuevo y final hogar
C. El tiempo de Su venida I. INTRODUCCION
1. Profecías directas concernienes a los A. Importancia de la doctrina
Ultimos Días La Iglesia de Dios siempre ha mantenido una
2. Profecías indirectas concernientes a los nota resonante de expresión profética en todas sus
Ultimos Días predicaciones y enseñanzas. Si la venida del Señor
III. Las Dos Resurrecciones fue un tema predominante en la iglesia primitiva,
A. La Doctrina de la Resurrección ¿por qué no ha de serlo con mayor énfasis en la ¡!
1. La resurrección en el Antiguo Testa. iglesia de estos últimos días? Si las "lluvias tem-
a. En palabra pranas" hicieron sentir hambre por mirar a su
b. En figura Señor resucitado a aquellos que las recibieron; "las ,,
c. En prof ecía lluvias tardías" sobre los creyentes deben hacerles
d. En realidad sentir aún más necesidad del Cristo vivo.
2. La resurrección en el Nuevo Testamento La Venida del Señor no sólo ha sido predicada
a. En palabra y enseñada entre nosotros sino que, además ha si-
b. En realidad do una fuente de consuelo para una iglesia que ha
B. La Naturaleza de la Resurrección sido censurada e incomprendida. "Esperar la bien-
1. Notas introductorias aventurada esperanza", ha hecho que muchos san-

1
/!
r ,
'l!!!lt•1c•w•-
·--------~-----------·2
130 ESTO CREEMOS
tos perseguidos, adquieran valor, y ha sido también
una fuente de fortaleza para aquellos que vivían sin
consuelo en este mundo perverso.
Mientras nosotros los creyentes hemos estado
ocupados en el estudio de la profecía, predicando
la Segunda Venida, y esperando el fin del presente
mundo de maldad, otros se han mostrado torpes e
ignorantes en relación con los acontecimientos
futuros. Un teólogo reconocido de cierta iglesia
protestante prominente, confesó honradamente, su
ignorancia con relación a la profecía; y aún mani-
festó que él, "no había hecho del estudio de la pro-
fecía su especialidad" .1 Poco extraño es entonces,
que se sepan tan poco, los hechos que se relacionan
con la esperanza de la iglesia. La verdad· que man-
tuvo viva la llama de la esperanza en los corazones
de muchos, jamás ha sido encendida en la gran ma-
yoría del protestantismo.
Debido al hecho de que Revelación (o Apocalip-
sis) fue un libro cerrado, y de que pocos predica-
dores se ocuparon sobre la profecía, se levantó una
idea falsa que torció el campo de la profecía. Esta
idea se le llama el postmilenialismo (doctrina insti-
tuida por el doctor en teología, inglés, Daniel
Whitby ; quien afirmó que la iglesia prosperaría y
se extendería hasta que el mundo se convirtiese
... y que Jesús no vendría sino hasta después del
Milenio).
Hoy día, tal doctrina es un absurdo para muchos
de los criatianos, pero fue un error muy extendi-
do de hace varias décadas, y sólo dos guerras mun-
diales fueron capaces de hacerlo aparecer ante to-
dos, como lo que realmente era: una doctrina de
falsa esperanza.
B. La Biblia y la Profecía:
La ignorancia e indiferencia concerniente al
orden de los eventos futuros, difícilmente pueden
ser justificadas. Mas de una cuarta parte de los
libros de la Biblia son manifiestamente proféticos.
1 Hodge, op, ctt., p. 790,
•a­­­­­
131
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS
Es un hecho que una quinta parte del texto actual
de la Biblia fue predicción en el tiempo e-r; quJe f ~e
escrito. ¡Cuán a menudo la gente ~scucho a est~s
decir: "Escrito está"! .l Acaso n? dice Juan, ~l teo-
logo: " ... el testimomo de Jesus es el espir itu ~;
la profecía"? (Revelación 19 :10). Pedro, en el Di.a
de Pentecostés, estuvo presto para decir a la multi-
tud reunida que lo que habían v1s!o n.o er~ asunto
de borrachos, sino " ... lo que había sido dicho por
el profeta Joel" (Hechos 2 :16). . ,,
Mucho podría decirse en favor de la predicción
y enseñanza proféticas, pero ~~mo no e~ del caso Y
propósito de este libro es suficiente decir. que.. tene-
mos base bíblica para dar énfasis,, especial, a las
t
cosas que deben acon t ecer prono.
II. La Segunda Venida de Cristo
A. El Asunto de su Venida : ,
El hecho de que nuestro Señor regresara, se
menciona no menos de trescientas veces en el Nu~vdo
Testamento. Pablo se refirió a la ~eisunda Vem a
por lo menos cincuenta veces y dedico al asynto e!'
cuestión gran porción de sus epístolas y aun capi-
tulos enteros. De acuerdo con algunos, po.r l? m~nos
uno de cada treinta versículos de la Biblia, tiene
algo que decir acerca del regreso de nuestro ben-
dito Señor. .
l. El Antiguo Testamento hizo referencia a la
Segunda Venida :
"¿Quién es éste que viene de E dom, de Bosra
con vestidos bermejos? ¿Este hermoso en su vesti-
do que marcha en la grandeza de su poder? Yo, e)
qu~ hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por que
es bermejo tu vestido, y tus ropas como del que ha
pisado en lagar? Pisado h~ yo s~l~ el lagar, .Y. de
los pueblos nadie fue conmigo: pisélos con ~~ ir~.
y hollélos con mi furor; y su sangre ,salpico. rnis
ropas Porque el día de la venganza esta en mi co-
razón. y el año de mis redimidos es venido" (Isaías
63 :1-4. Véase también: Daniel 3 :44, 45; Deuterono-

132 ESTO CREEMOS
mio 30 :3; Isaías 61 :1-3; Zacarías 14 :4; Malaquías
3 :1; 1 Pedro 1 :11).
2. Jesús dio testimonio de Su Segundo Adveni-
miento.
"No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios,
creed también en mí. En la casa de mi Padre mu-
chas moradas hay: de otra manera os lo hubiera
dicho: voy pues a preparar lugar para vosotros. Y
si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez,
y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy
vosotros también estéis" (Juan 14 :1-3. Véase ade~
más Mateo 24 y 25; Marcos 13; Lucas 21:; Juan
21 :22).
3. Los apóstoles dieron testimonio también, de
Su Segunda Venida:
"Y enviará a Jesucristo, que os fue antes anun-
ciado : al cual de cierto es menester que el cielo ten-
ga hasta los fines de la restauración de todas las
cosas, que habló Dios por boca de sus santos pro-
fetas que han sido desde el siglo" (Hechos 3 :20, 21.
Véase también 1 Tesalonicenses 4 :16, 17; Hebreos
9:28; 1 Juan 2:28; Judas 14, 15).
4. ¿Por qué la Segunda Venida es tan impor-
tante:
a. Es la esperanza de la iglesia.
"Esperando aquella esperanza bienaventurada, y
la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador
nuestro Jesucristo" (Tito 2 :13. Véase también 2
Pedro 3 :11, 12).
b. Inspira una vida cristiana consistente.
"Y mirad por vosotros, que vuestros corazones
no sean cargados de glotonería y embriaguez y de
los cuidados de esta vida, y venga de retiente 'sobre
vosotros aquel día ... velad pues, orando en todo
tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas
estas cosas que han de venir. y de estar en pie de-
lante del Hijo del hombre" (Lucas 21 :34-36; Ma-
teo 24 : 44-46) .
c. Es una fuente de consuelo para el cristiano :
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 133
"Porque si creemos que Jesús murió y rest,tcitó,
así también traerá Dios con él a los que durmieron
en Jesús. Por lo cual, os decimos esto en pfllabrns
del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida. del Señor, no ser~mos de-
lanteros a los que durmieron. Porque e] mismo Se-
ñor con aclamación, con voz de. arcángel, Y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; Y los muer-
tos en Cristo resucitarán primero: luego nosotros,
los que vivimos, los que quedamos, juntamente con
ellos seremos arrebatados en las nubes a recibi r al
Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor. Por tanto, consolaos los unos a los otros en
estas palabras" (1 Tesalonicenses 4 :14-18).
, B. La Manera de Su Venida:
Casi todos los cristianos creen en la Segunda
Venida de Cristo. Sin embargo, hay mucho .desa-
cuerdo entre maestros y predicadores, concermente,s
a la manera de Su venida. Algunos ~reen que el
vendrá al creyente cuando muera, m ie n tr as que
otros creen que ya vino durante la des.trucc10n de
Jerusalem en el año 70 A.D. Los Rusehstas o Tes-
tigos de J~hová aseguran que él v_ino en 1914, Y h~y
muchas personas que creen que vmo en Pentecostés.
Seguramente que no todos los que se han menciona-
do pueden estar en lo correcto. Consideremos lo gue
la Palabra de Dios dice tocante a la Segunda Venida
de Cristo.
l. Su Venida será personal y visi?le: _
La Segunda Venida de Cristo sera. acompeñada
de un evento catastrófico de tal magnitud e impor-
tancia, como para afectar al mundo . entero. Para
entender y apreciar la Segunda Venida, d~bemos
realizar que ésta abarca dos eventos: El viene por
Su pueblo, para librarlo de este presente J?Undo
perverso; y que regresa con Su pueblo, para juzgar
y condenar a aquellos que no lo consideraron digno
de ser amado, seguido y obedecido.
2. La Venida por Sus Santos: .,
El Primer Advenimiento comprendió un perlodo

134 ESTO CREEMOS
de más de treinta años. El Segundo Advenimiento
comprenderá también un período de tiempo· pero
no será meramente un intervalo breve. Ant~ todo
él vendrá por Sus santos. Hay una advertencia ge~
neral para estar listos para este evento. "Y mirad
por vosotros, que vuestros corazones no sean car-
, gados de glotonería y embriaguez y de los cuidados
de esta vida, y venga de repente sobre vosotros
aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos
los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad
pues, orando. en todo tiempo que seáis tenidos por
dignos de evitar todas estas cosas que han de venir
y de estar en pie delante del Hijo del hombre"
(Lucas 21:34-36). Véase también Lucas 14:34-37;
Mateo 24 :42-51).
a. El propósito de esta Venida:
1) El viene, así como ladrón, para tomar algo.
"Porque vosotros sabéis bien, que el día del Se-
ñor vendrá así como ladrón de noche" ( 1 Tesaloni-
censes 5:2. Véase también Mateo 24:42-44).
2) Viene así como un amo de casa, para rendir
cuentas a Sus siervos.
"¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente al
cu.al puso su. Señor so~re su familia para que le~ dé
alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al
cual, cuando su señor vieniere, le hallare haciendo
así. De cierto os digo, que sobre todos sus bienes
le pondrá" (Mateo 24:)15-47).
3) Viene inesperadamente, así como un viajero
"Mirad, velad, y orad : porque no sabéis cuand¿
será el tiempo. Como el hombre que partiéndose le-
jos, dejó su casa, y dio facultad a sus siervos y a
cada uno su obra, y al portero mandó que velase:
Velad pues, porque no sabéis cuándo el Señor de
la casa vendrá; si a la tarde, o a la media noche
o. a~ canto del gallo, o a la mañana; porque cuand~
viniere de repente, no os halle durmiendo" (Mar-
cos 13 :33-36).
~) Viene así como un novio para llevarse a su
novia.
135
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS
"Y mientras que ellas iban a comprar, vino el
-esposo; y las que estaban apercibidas, en traro~ co:i
él a las bodas; y se cerró la puerta .. Y. despues_ vi-
nieron también las otras vírgenes, d1c~~ndo: S~nor,
Señor, ábrenos. Mas respondiendo él d1JO: De cierto
os digo que no os conozco. Velad p~1~s, porque no
sabéis el día ni la hora en que el HIJO del hombre
ha de venir" (Mateo 25 :10-13).
5) Viene por aquellos que están listos Y son
dignos. ,.
"Velad pues, orando ~n todo tiempo, que seais
tenidos ,por dignos de evitar todas estas cosas q.~e
han de venir y de esperar eD; pie deia!l,te del H1JO
del Hombre" (Lucas 21 :36. Vease tamb1en Romanos
8 :17; 2 Timoteo 2 :12; Revelación 3 :10; 2 :26-28) ·
6) Viene para resucitar a los justos ..
"He aquí os digo un misterio : Todos ciertamente
no dormiremos, mas todos sere~os trans!ormados,
en un momento, en un abrir de OJO, a la fmal trom-
peta· porque será tocada la trompeta, y los muertos
será~ levantados sin corrupción, y nosotros seremos
transformados. Porque es menester que esto corrup-
tible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea
vestido de inmortalidad" (1 Corintios 15 :51-53.
Véase también Tesalonicenses 4: 13-17; Isaías 25:
S; Revelación 14 :1-5; 2 Timoteo 4 :1).
7) Viene para recompensar y juzgar. .
La venida por Sus santos, o como muchos cris-
tianos le nombran: "El .Ri;i.pto"? tendrá un ,doble
·efecto: Lo que para el cristiano victo nos<;> sera oca-
sión de gozo será un tiempo de angustI~ para el
creyente tibio y para el pecador desprevem.do. Aun-
que el juicio del gran Trono Blanco no es smo ha~ta
después del Milenio, la primera fase de Su ven~da
será una forma de juicio, ya que los "que ~an sido
pesados en balanza y rueron hallados fa~t,os , no se-
rán elegibles para la primera resurreccion-
"Porque es menester que todos nosotros compa-
rezcamos ante el tribunal de ~risto, para que ca~a
uno reciba según lo que hubiere hecho por medio
 136 ESTO CREEMOS
del c13erpo, ora, sea bueno o malo" (2 Corintios 5:
10. Vease ademas: 1 Corintios 4 :5 · Romanos 14 ·10 Lu~·
2 Pedro 5 :4; 1 Corintios 1 :8 · Mateo 25 ·14-20 ·
0
cas 19:12-27). ' · ' como jabón de lavadores" (Malaquías 3 :2. Véase
3. La venida con Sus santos:
:¡;,a segunda fi;se del regreso de nuestro Señor a
la tierra, .sera mas o menos la verdadera revelación
de Jesucristo. Cuando él venga por su novia que
esta esperando, Su venida será así como ladrón de
noche. La primera resurrección se efectuará en un
momento, en Ul} abrir de ojo. Esta venida, sin em-
b~rgo, mostrara a todo el género humano y a Sata-
nas, que en verdad él es el Señor de los Señores y
el Rey,?e Reyes .. En esta ocasión, él vendrá con las
nubes Y todo OJO le verá" (Revelación 1 :7).
a. El viene ...
"Y entonce~ se mostrará la señal del Hijo del
hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las
tnbus, de la tierra y verán al Hijo del hombre que
vendrá sobre las nubes del cielo con grande poder
Y gloria" (Mateo 24:30). ' la viña de la tierra,y echó la uva en el grande la-
. "Jesús le dijo: Tú lo has dicho· y además os
digo, que desde ahora habéis de v~r al Hijo del
hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios,
Y _que viene. ,en las nubes del cielo" (Mateo 26 :64.
Vease también Hechos 1 :11; Hageo 2 :7; 1 Timoteo
6:14; Lucas 9:26; Marcos 8:38).
b. Viene con Sus santos :
"De los cua.le.s también profetizó Enoc, séptimo
desde Adam, díciendo : He aquí, el Señor es venido
con sus santos millares" (Judas 1 :14).
"Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare
~ntonces :'º,~otros también seréis manifestados co~
el. en. gloria , Colosenses 3 :4. Véase también Roma-
8 .19, Z~canas 14:5; Revelación 19:14).
~· V1en~ con furor y gran ira:
He aqur que el Señor Jehová vendrá con forta-
1 eza, .Y s!-1 brazo se enseñoreará: He aquí que su
salario viene con él, y su obra delante de su rostro"
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 137
(Isaías 40 :10). "¿Y quién podrá sufrir el tiempo
de su venida? o ¿quién podrá estar cuando él se
mostrará? Porque él es como fuego purificador, y
también 2 Tesalonicenses 1 :7, 8; Isaías 66 :14-16;
28:21; 30:27; 59:17, 18; Joel 3:7; Ezequiel
38:18, 19).
d. Viene a declarar y ejecutar venganza:
"Porque el día de la venganza está en mi corazón
y en el año de mis redimidos es venido (Isaias 63 :4.
Véase también Sofonías 3 :8; Hageo 2 :22; Miqueas
5:15; Judas 15; Revelación 19:11-16).
e. Viene a conquistar:
"Y salió otro ángel del templo que está en el
cielo, teniendo también una hoz aguda. Y otro án-
gel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego,
y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda,
diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los raci-
mos de la tiera; porque están maduras sus uvas. Y
el ángel echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió
gar de la ira de Dios. Y el lagar fue hollado fuera
de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los fre-
nos de los caballos por mil y seiscientos estadios"
(Revelación 14:17-20).
"Después saldrá Jehová y peleará con aquellas
gentes, corno peleó el día de la batalla" (Zacarías
14:3; Ezequiel 39:5, 6; Zacarías 14:12).
f. Viene a juzgar las naciones vivas:
"Reuníos, y venid; allegaos, todos los escapados
de las gentes: no saben aquellos que erigen el ma-
dero de su escultura, los que ruegan al dios que no
salva. Publicad, y haced llegar, y entren todos en
consulta: ¿quién hizo oir esto desde el principio, y
lo tiene dicho desde entonces, sino yo, Jehová? Y no
hay más Dios que yo; Dios justo y salvador: nin-
gún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos,
todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios,
y no hay más" (Isaías 45 :20-22. Véase también Ma-
teo 25 :31-46).
 138 ESTO CREEMOS
g. Viene a reconciliarse con Sus hermanos los
judíos:
. "Porque no quiero hermanos, que ignoréis este
misterio, para que no seáis acerca de vosotros mis-
mos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha
a~ontecido en Israel, hasta que haya entrado la ple-
nitud de los gentiles; y luego todo Israel, será sal-
vo; como está escrito: Vendrá de Sión el libertador
que quitará de J acob la impiedad; y éste es mi pact~
con ellos, cuando quitaré sus pecados (Romanos 11:
25-27. Véase también: Isaías 62 :11 12 44 ·21 22 ·
' 13
40 : 1 , 2; 49 :13; Oseas 14 :4; Zacarías ' :1; . Mateo
' '
24 :30; Lucas 13 :35).
. h .. Yiene a poner f!n a~ gobierno humano y a
principiar Su remo Mi le n ial : La Iglesia de Dios
cree e!1 la docti:ina del Milenio. Las palabras chilio
en Griego, y mille en Latín significan mil y contie-
nen la idea de un reino literal de Cristo sobre la
tierra por mil años.
Hay por lo menos tres escuelas distintas de pen-
samiento concerniente al Milenio:
1~ La .teoría. de Daniel Whitby, teólogo inglés
del si~lo diez y siet.e, conocida mejor por el término
postmilenísrno. Whítby y sus seguidores contendían
en que el Milenio es aún futuro, pero que se esta-
blecerá en la tierra por medio de la influencia pre-
sente del Evangelio. En otras palabras es la cre-
encia tácita en un milenio hecho por lds hombres.
Esta teoría fue puesta en boga por ciertos demago-
gos de trivialidades, quienes vieron estrellarse su
posición, como insostenible, cuando se soltó el mal
sobre el m_undo en dos guerras mundiales. Aunque
hay todavía algunos que sostienen vestigios de la
toaría, no hablan mucho de ello, y es posible afir-
mar que no les queda mucha vida.
. 2) Antimilenis~o, que puede decirse que es de
origen romano, sostiene que, "cualquier milenio que
pueda haber es sólo posible en el siglo presente".
Com? pueda haber algún comentarista o exégeta de
In Bihlin que coloque los mil años mencionados seis
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 139
veces en Revelación 20, como si estuvieran rea_li-
zándose en el presente, o como cosn: del pa.s,ado, solo
puede interpretarse como una tergiversac10n extre-
ma de las Escrituras.
3) El premilenismo es una doctrina que no. se
encuentra en una determinada iglesia o secta, sino
que está esparcida en todas las iglesias prote8ta:i-
tes fundamentalistas, siendo una de ellas la Iglesia
de Dios. Como Premilenistas, creemos que el i:nundo
irá de mal en peor y que solamente la venida de
Cristo con poder y gloria, podrá fin al poder se-
ductor de Satanás quien es el dios de este mundo.
Un cuidadoso estudio de Revelación 20, juntamente
con lo expuesto concerniente al Segundo Advem-
miento, capacitará al lector a entender la verdad del
punto de vista Premilenial.
C. El tiempo de Su ven_ida .,
Al discutir el elemento tiempo, en relación con la
Venida de Cristo debemos tener en mente que Su
venida por Sus s~ntos será en un t!empo, n? deter-
minado. Sin embargo, hay muchas citas b1bh.cas. que ¡
pueden ser usadas .como señales d~recbts ~ indirec- 1
tas de la inminente venida del Senor J esus. Estas \,
citas no dicen nada acerca del día ni la hora d~ Su 1
venida, pero sirven para ha~ernos saJ;>er que ~l tiem-
po está cerca. Este pensamiento esta muy bien ex-
presado en Mateo 24 :36 :40: "Pero del día ~ hor~
nadie sabe ni aún los ángeles de los cielos, srno rm
Padre solo'. Mas como los días de Noé, así será la
venida del Hijo del hombre. Porque como ~n los
días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día que
Noé entró en el arca, y no conocieron hasta que vi-
no el diluvio y llevó a todos así será también la
venida del Hijo del hombre".
l. Profecías directas concernientes a los últimos
días:
a. Mundanalidad: Véase Mateo 24 :37-39; Lucas
17:27-30.
b. Iniquidad: Véase 2 Timoteo 3 :1-4; 3 :13.
 140
ESTO CREEMOS
c. Opul~ncia: yéase Santiago 5 :1-6.
28 :~i, \l~v1a Tard1a: Véase Santiago 5 :7, 8; Isaías
e .. Apostasía: Véase 2 Timoteo 4:1-3 4· 2 T
salomcenses 2 :3 a. ' '
f. Falsos Cultos: Véase 2 Timoteo 4 ·1-3. 2 T'
moteo 3 :5. · ,
g. ~urladore~: Véase 2 Pedro 3 :3, 4.
h. Falsos Cristos: Véase Mateo 24 ·4 5 24
26;.Ma~cos 13:21, 23; Lucas 17:23; 21:8' ' a,
r. Disturbios naturales: Véase Mateo 24 .7.
Marcos 13 :8; Lucas 21 :11.
.J.1 GTuerra.s: Véase Mateo 24:6-8· Lucas 21·9
10 , esalomcenses 5 :3. ' · '
k. ,Retorno de los Judíos a Palestina. Véase
J eremias 31:8, 9, 16, 17· Oseas 3·4 5· So.fo,
2:1,2. ' ., , n1as
1. Conclusión: Véase Mateo 24 .32_34 36. M
cos 13 :28, 29, 35; Lucas 21 :33 b. · ' ' ar-
mo;·dí~;~fecías indirectas concernientes a los últi-
a .. Proximidad de la Federación del Anti uo
Impeno Rom.~no: Véase Daniel 2 :31-33 38-44 .g 8.
9 ,2;Revelac10n13:1-3. ' ' ·
b. . Proximidad de la Alianza del Norte. Véase
E zequíel 38 :1-5. ·
Da~ÍelC8o:~~~ol gubernamental de negocios: Véase
d. Señales o marcas par · V,
Iacíón 13 :16-18. ªnegociar: ease Reve-
e. Esfuerzos hacia una Coope · , E
Internacional : Véase Revelación ~~~r7~ , .
conomica
13 ·.f4., 5~1DEs~íritu
, amel 7, 8.
Dictatorial: Véase Revelación
g. Blasfemi:i: Atea: Véase 2 Tesalonicenses 2 :4.
h. Persecuc10n de los Judíos : Véase Daniel 7 :25.
III. Las Dos Resurrecciones:
La Segunda Venida de Jesús como ya se ha d.
cho, sera ep. dos fases distintas. El rapto o parous/;;,
que vendra mesperada Y repentinamente. En este
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 141
tiempo, los justos muertos serán resucitados, y jun-
tamente con los santos vivos serán arrebatados a
encontrar al Señor en el aire. La segunda fase de
e- Su venida, llamada Su "aparición" o "epifanía", no
ocurrirá sino hasta el fin del período de la tribula-
1- ción, o siete años después. En esta venida, estable-
cerá su reino milenial en la tierra. Después del
reinado por mil años con Sus santos, habrá otra
resurrección, final y el juicio.
Ya que se han bosquejado los eventos futuros
· • relacionados con la Segunda Venida o Día del Señor,
sólo se hace necesario presentar aquí al lector tex-
tos que se relacionan por sí mismos con la doctrina
de la resurrección, y que sostienen nuestra creencia
concerniente a las dos resurrecciones.
A. La Doctrina de la Resurrección :
Había mucha disputa en los días de Jesús tocan-
te a la doctrina de la resurrección. Los saduceos no
creían en los ángeles, ni en los espíritus, como tam-
poco en la resurrección. Los fariseos, siendo un
grupo más celoso de las doctrinas fundamentales
profes aron una esperanza, y sabían por las escritu-
ras del Antiguo Testamento, que la resurrección era
una verdad real.
1. La resurrección en el Antiguo Testamento :
Esta doctrina está expuesta en el Antiguo Testa-
mento en varias maneras, de acuerdo con el Dr.
William Evans.
a. En la Palabra (Job 19 :25-27). 'Yo sé que mi
Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo:
y después de desecha esta mi piel, aun he de ver
en mi carne a Dios; al cual yo tengo de ver por mí,
y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis riñones
se consuman dentro de mí' (Véase también Salmo
16 :9; 17 :15; Daniel 12 :1-3).
"b. En figura: (Génesis 22 :5 con Hebreos 11:
19). 'Pensando que aun de los muertos es Dios po-
deroso para levantar; de donde también le volvió a
recibir por figura'.
"c. En profecía: (Isaías 26 :9) 'Tus muertos vi-
 - --·----------·-----

143
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS
142 ESTO CREEMOS
Especular es necedad; ir más allá de la Palabra de
virán; junto con mi cuerpo muerto resucitarán Dios es pecado. De manera que es mejor permanecer
{~espe~ad{ can~ad, moradores del polvo!' Las pa~ dentro de los límites de la Palabra escrita cuando
ra~ ,J~n, o con pueden ser omitidas 'Tus m hablamos o enseñamos algo relacionado con la glo-
tJoeshovi~iralnl. Estas palabras son la r~spuestaueJ~ riosa verdad de la resurrección.
va a c17amor18de AIsrael ' segun
versículos ' ~e. registra
· en los "La Cruz es el centro de la fe cristiana, pero la
rrección de IY 1' unque ~e refiriesen a la resu- interpretación de la Cruz depende de la resurrec-
srae como nación p d - 1
una resurrección corporal (Véa'seuteamenb .s!lnªoªr a ción" .3 Si esto es verdad concerniente a Su resu-
13:14). · i en seas rrección, lo es también en la doctrina general de la
"d. En El'
realidad·· ( 1..Reyes 14 - El'ras ; 2 Reyes resurrección. Pablo creyó y enseñó esto; nosotros
4 ·32-35 debemos tener también un firme y convincente ar-
· - iseo Y el hIJO de la Sunamit . 2 R
13 :21. Resurrección mediante el contac~~ eyles gumento acerca de la verdad de la resurrección de
h uesos muertos de Elíseo). con os todos los hombres. No creer en la resurrección, ni
asociarla debidamente a las otras doctrinas cardina-
"El Antiguo Testamento p l t t les del cristianismo, hará que todo el edificio de
te enseña la resurrección d~l or o an o, claramen-
9
(ue parecería indicar que los a~~~~f~s ~~r~~~- :1g, "nuestra esperanza" se derrumbe.
2. Será una verdadera resurrección:
pªa::s~:::~c~~n uc~rt~f:{~ ~~~~ifÍc!ao~uena vol~~ta~ Tanto en hebreo como en griego, el término re-
~· La resurrección en el Nuevo Testamento. surrección siempre se refiere al cuerpo, nunca a la
naturaleza espiritual o alma del hombre. Por lo
Juana. 5 En
·28palabra
29. E.· Notad
l l,ª ensenanza
- de Jesús· en tanto, es razonable creer que como seres resucitados,
· • , n e capitulo 6 't · tendremos una verdadera y tangible existencia. No
mente los versículos 39 40 44 '54~º Lese especial-
14 · 20 .3r::: 36 L - ' ' • , ucas 14 ·13 existiremos como meros fantasmas o personalidades
H~cho~ :lS;24 fC~~l~~~~al~e. l~s ;pó~tol~s: Pablo:
14-16; Filipenses 3 .11. Juan R' 1 es!l, omcenses 4:
incorpóreas.
"b E R lid d. • , eve acion 20 :4-6, 13. a. Su cuerpo resucitado:
. n ea I a . La res ., d ¿No dijo Jesús: "destruid este templo, y en tres
de los santos (Mateo 27 :52 uJ~)~cdonL ~ (algunos) días lo levantaré?" (Juan 2:19). Que nuestro Señor
~~) ;1 de Jesuc~isto. La resu'rrección ede ~~~~tr~us~ se refirió a Su cuerpo, es claro, según se desprende
de la observación de Juan: "Mas él hablaba del
garantía eslr~~~~:t
ell~s ~n:s~;uro lo que hast!l entonces había sido e~

vuelta a la Id f t 1 . ,
~r~~~~aª;1ep~~e l~osstendidaporsla
sa uceos. u
templo de su cuerpo" (Ver. 21).
Cuando Tomás quiso saber si Cristo realmente
había probado su conquista física de la muerte, de-
1 ·3) e h1'zovi ª·blorda ecio esa esperanza (1 Pedro
· •
1
post e e allí en d l t l
de la resurrección ( Corintiosª 1i )~ .
e, a doctrina
mandó ver la "señal de los clavos" (Juan 20 :25).
Cuando nuestro bendito Señor benignamente satis-
~· NLatNa!uraleza de la Resurrección. fizo la petición de Su discípulo, "el incrédulo vino
• 0 as rntroductorias: · a ser un adorador que lo hizo exclamar: Mi Señor
Bast~nte especulación filosófica ha habido l y mi Dios".
que se a escrito concerniente a la resurrec~fón~ 8 Ca!rd, G. B., Cart!lla del ert.ttanl•mo, Parte ITI (Lon<lon. 11150).
2 Evans, Wllllam ' La 8 0 mndes Doctrinas de la BlllB, PP. 245-256 p. 87.

144 ESTO CREEMOS
Jesús aparec10 a un grupo de discípulos, teme-
rosos y débiles, después de Su resurrección. "Ellos
espantados y asombrados, pensaban que veían espí-
ritu. Mas él les dice: . . . mirad mis manos y mis
pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el es-
píritu ni tiene carne ni huesos, como véis que yo
tengo. Y en diciendo esto, les mostró las manos y
los pies" (Lucas 24:37-40).
En estos ejemplos tenemos una clara e incontro-
vertible evidencia de que nuestro Señor resucitado
no era fantasma o espíritu, "pero aquí está el Me-
sías glorificado de la profecía, eternamente levan-
tado de la tumba". El Cristo de la resurrección
participó del "pescado y miel". El presentó Su cuer-
po para ser examinado, y se mostró a Sí mismo
vivo, "con muchas pruebas indubitables" (Hechos
1 :3).
b. Nuestro cuerpo resucitado:
Jesús vino a ser "primicias de los que durmie-
ron" ( 1 Corintios 15 :20). Ahora que ha vencido a
la muerte y ganado una victoria notable sobre la
tumba, nos permite compartir de Sus victoriosos
laureles. Pablo tenía este mensaje en mente cuando
escribió a sus muy amados filipenses, diciéndoles:
"El transformará el cuerpo que pertenece a nues-
tra bajeza, y le dará una forma semejante a su pro-
pio cuerpo resplandeciente, por medio del mismo
poder que le permite hacer que todas las cosas le
estén sujetas" (Filipenses 3 :21; La Nueva Biblia
Inglesa).
Las Sagradas Escrituras justifican nuestra
creencia de que nuestros cuerpos resucitados serán
semejantes al cuerpo de nuestro Señor resucitado.
Juan, quien da mucha luz concerniente a la resu-
rrección, le dijo: "Muy amados, ahora somos hijos
de Dios, y aún no se ha manifestado lo que he-
mos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere,
seremos semejantes a él, porque le veremos como
él es" (Juan 3 :2. Véase también Juan 20 :26).
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 145
IV. El Estado Final
Introducción
Nada debiera importar tanto al hombre como el
pensar en su vida futura. Es verdad que hemos de
vivir un día a la vez, pero ese día debiéramos
vivirlo como para la eternidad. Nuestros pensa-
mientos y acciones no deben ser gobernados com-
pletamente por el mundo material que nos rodea.
El hombre está aquí hoy y mañana se va. Tod~s
estaremos viviendo en algún sitio dentro de un rru-
llón de años. Dónde y cómo estaremos viviendo es
de suma importacia.
"Cada concepto del mundo tiene su escatología;
su desenlace final. No podemos evitar hacernos las
preguntas: ¿adónde?, ¿por qué?, y ¿de dónde?"
"Oh, Señor mío" -dijo Daniel al ángel, "¿Cuándo
será el cumplimiento de estas cosas?" (Daniel 12:
8). ¿Cuál. es el fin y el destino final del individuo?
¿Perece en la muerte, o entra en otro estado, el
ser? Y ¿bajo qué condiciones de felicidad o lamento
existirá en el más allá? ¿Cuál es el fin, el propósito
final del gran todo, de ese distante y divino evento
hacia el cual toda la creación se dirige? Es en vano
decirle al hombre que no haga estas preguntas. El
las hará y debe hacerlas. El hombre mirará con
detenimiento cada fragmento de hecho o trazo de
ley que le pueda dar una indicación o una res-
puesta. Tratará, con la experiencia del pasado y el
conocimiento del presente, deducir lo que el futuro
será. Atisbará tan lejos como pueda dentro de lo
invisible, y donde el conocimiento falle, tejerá sus
esperanzas y forjará cuadros de sus conjeturas.
"La Visión Cristiana del mundo también tiene
su escatología. El punto de vista cristiano, sin em-
bargo, es positivo, donde el de la ciencia es riega-
tivo; ético, donde es material; humano, cuando es
cosmogónico; terminando en inmortalidad indivi-
dual, cuando la vida acaba en extinción y muerte.
La escatología del cristiano brota de su carácter
como una religión teleológica; procura alcanzar la
146
unidad del mundo a través de la concepción de un
fin o meta". James Orr.
La Iglesia de Dios basa su concepción del esta-
do final únicamente en la Biblia. Lo que la Palabra
de Dios dice concerniente al castigo de los inicuos
y la vida eterna de los justos, puede resultar de
difícil aceptación para el escéptico. Aquellos que
aman a su Señor y creen en Su palabra, pueden
confiar en el conocimiento de que Su palabra alum-
bra nuestro camino, no sólo en esta vida, sino en
las edades por venir.
A. El Destino Final de los Inicuos:
Muchas cosas tienen que ser tomadas en consi-
deración antes de que podamos comprender toda la
razón d~ Dios, tocante al castigo final de los ini-
cuos. Es cierto que Dios es un Dios de amor, pero
él es también quien gobierna y mantiene Su uni-
verso por medio de la operación de ciertas leyes.
Estas leyes son divinas y no pueden ser violadas
impunemente.
Algunos pensadores han tratado de hacernos
creer que el hombre nunca puede saber la verdad
acerca de Dios y Sus leyes. Herbert Spencer, dijo:
"Toda verdad concerniente a Dios es como el lado
opuesto de la luna -nunca lo veremos- no pode-
mos saber nada acerca de ello". John Stuart Mili
podría despojar nos de toda certidumbre, cuando
dice: "Pueden haber mundos en los cielos en donde
dos y dos no hagan cuatro, y donde el cambio no
requiera una causa". 4
Un Maestro mayor que Mill o Spencer, ha dicho:
"Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el
solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has en-
viado" (Juan 17:3). Este mismo Cristo, también
dijo: "Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de
afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes"
(Mateo 25 :30). La Iglesia de Dios prefiere creer la
enseñanza de Cristo sobre la de cualquier filósofo.
4 Mili, s. S., Lógica de :Mlll, Libro III, Cap. 21.
ESTO CREEMOS LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 147
1. Causa Adecuada:
Hay una causa o razón adecuada para el futuro
castigo eterno. Esta causa adecuada no es determi-
nada por medio de estudios metafísicos o filosófi-
cos. "La Biblia es la única autoridad sobre este
tema concluyente". De acuerdo con la Biblia, el
hombre que ha pecado, ha pecado infinitamente
porque ha pecado contra Dios, quien es el Ser in-
finito.
Dios está airado contra el pecado. El pecado
ofende Su naturaleza santa, y reta Su autoridad. El
pecado, por lo tanto, debe ser castigado, no tanto
porque Dios odia, sino porque él ama. Todos nos-
otros sabemos lo que sucedió por causa de la deso-
bediencia de un hombre. Dios no permitiría a nin-
gún hombre, para el cual fuera posible otra alter-
nativa .que sufra castigo eterno. Ningún hombre va
al infierno sin el conocimiento del bien y del mal.
Va al infierno a causa de su propia y premeditada
negligencia. El es culpable de violar su obligación
moral ante Dios. El es culpable por causa de su
propia voluntad. Si Dios no hubiera preparado
para el hombre un medio de redención, el hombre
tendría alguna razón par objetar el castigo eterno.
Las Escrituras, claramente indican que "Jesús, por
gracia de Dios, gustó la muerte por todos" (He-
breos 2 :9), y que, "Aquel era la luz verdadera que
alumbra a todo hombre que viene a este mundo"
(Juan 1 :9). El hombre está perdido porque no
acepta la libertad de la pena del pecado. Está per
dido por no creer en el Evangelio.
2. Algunas proposiciones evidentes :5
He aquí varias proposiciones evidentes que con-
vencerán a cualquier pensador sincero de que, "nin-
gún poder finito o infinito, simpatizador o emocio-
nal, puede librar al pecador del merecido castigo,
sin expiación".
a. "Que en la naturaleza de las cosas, la autori-
dad de una ley es igual al origen de donde procede".
5 Hartman, L. B. (Penolog!a Divina). Divine Penol....,. (New York),
pp, 254-258.
 J
148 ESTO CREEMOS
I·
Por cuanto estamos interesados en la ley de Dios,
no puede haber una fuente de origen mayor.
b. "Que en la naturaleza de las cosas, la obliga-
ción de la obediencia es igual a la autoridad de la
ley: esto es, nuestro obligación de obedecer una ley
es estrictamente igual a la medida de su autoridad".
:E1videntemente Dios, quien nos ha creado y nos ha
dado el don de la vida, tiene la autoridad de regu-
lar y requerir obediencia a Sus leyes.
c. "Que en la naturaleza de las cosas, la viola-
ción de una ley incluye que el delito es igual a la
medida de su obligación". ¡Qué evidente es esto!
Todos estamos obligados hacia Dios.
· d. "Que en la naturaleza de las cosas, la sanción
de una ley es igual a la falta cometida'.'. En otras
palabras, el castigo es grande; porque la falta y la
obligación son grandes. Culpa y castigo son los dos
polos opuestos de la obligación, y deben estar en
absoluta ecuación o igualdad, exigencias de la jus-
ticia y el gobierno moral. Dios no puede pasar por
alto el pecado. Su naturaleza moral impide tal posi-
bilidad.
3. Castigo eterno :
a. Los inicuos serán castigados.
Que existe un castigo para los inicuos ha sido
claramente establecido. He aquí algunas de las mu-
chas citas bíblicas que claramente enseñan este
hecho:
Romanos 2 :8, 9: "Mas a los que son contencio-
sos, y no obedecen a la verdad, antes obedecen a la
injusticia, enojo e ira; tribulación y angustia sobre
toda persona humana que obra lo malo, el judío pri-
meramente y también el griego".
Mateo 25 :41, 46: "Entonces dirá también a los
que están a la izquierda: Apartaos de mí, malditos,
ál fuego eterno preparado para el diablo y para sus
ángeles . . . e irán estos al tormento eterno, y los
justos a la vida eterna". (Véase también Juan 3:
36; 2 Tesalonicenses 1 :7-9; Marcos 9 :43-50).
b. Serán castigados eternamente.
Algunas buenas personas quieren hacer creer
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 14!l
que las palabras, "eterno" y "para siempre", no
significan "para siempre jamás". Sin embargo, es-
tas mismas personas no vacilan en aceptar que
las referidas palabras, sí significan : "para siem-
pre", cuando son usadas para denotar la dura-
ción de la felicidad celestial. Las mismas palabras
griegas usadas para denotar la continuidad de los
goces celestiales, son usadas para indicarnos la du-
ración del infierno. Un ejemplo muy claro de esto,
se encuentra en Mateo 25 :46: "E irán estos al tor-
mento eterno (aionios), y los justos a la vida eterna
(aionios)". Aionios significa "eterna" cuando se
usa con la palabra "vida". ¿Significará, "eterno"
cuando se usa con la palabra "castigo"?
El Dr. E. B. Pusey,6 hablando sobre este pasaje
cita a Agustín, y después añade su propio comen-
tario. Agustín dijo de este texto: "¡Qué cosa [con-
tradictoria]* es, estimar que el fuego eterno será
sólo de larga duración, y la vida eterna sin fin, ya
que Cristo incluyó ambas en el mismo lugar, en una
misma oración, diciendo: 'E irán estos al tormento
eterno, y los justos a la vida eterna'. Si ambos son
eternos, deben entenderse que son perpetuos; sin
fin. Porque por un lado se dice: eterno castigo, y
por el otro, vida eterna. Pero decir que, en la mis-
ma oración, la vida eterna será sin fin, y que el
castigo eterno tendrá fin (tendrá límites) es ab-
surdo. Por lo tanto, ya que la vida de los santos
será sin fin, el castigo eterno, indudablemente, se-
rá también sin fin, para aquellos que se hicieron
acreedores a él".
El Dr. Pusey añade lo siguiente a las palabras
de Agustín :7 "El argumento no es meramente del
lenguaje. Tiene un aspecto moral y religioso. Cual-
quier escritor común que establezca un contraste
entre dos cosas, usará si desea ser entendido, la
misma palabra en el mismo sentido. Evitará ambi-
6 Pusey, E. B., What Is or Fa!th 118 to Everlast!ng Punlebment T
*Itál!cM del Editor.
7Ibld,
150 ESTO CREEMOS
guedad. Si no lo hiciere, se le tomaría como un
ignorante del lenguaje, o si fuere intencional, se le
juzgaría como una persona no sincera. Yo pregun-
to: ¿En qué asunto de esta vida confiaría usted en
alguien, quien en cualquier ocasión, use la misma
palabra en dos sentidos distintos en la misma ora-
ción, sin dar ninguna in sin u ación de que así lo
estaba haciendo? En ninguno. Halle algún caso en
el cual usted confiaría en un hombre que obrara
así, en las cosas de los hombres; y después, adju-
díquele [este proceder] a Dios en las cosas divinas.
Yo no confiaría en el hombre. No podría creerlo de
mi Dios."
Resumen
Dios es un Dios santo que posee una naturaleza
moral y ética. El, quien creó este universo tan
vasto, lo dirige mediante Su divina voluntad o
mandato. Hacerlo de otra manera, o ser de otro
modo, sería imposible para él. La imposición de Su
ley y su divino decreto ha hecho hermosas las co-
sas, y ha sido la fuente de gozo y bendición. Des-
preciar Su ley e imponer otra voluntad extraña,
pasando por alto Sus edictos, siempre ha traído
tristeza y muerte. El infierno por lo tanto, tiene
que ser real para mostrar la maldad del pecado y
la santidad de Dios.
B. El Estado Final de los Justos:
El cristiano, hoy como siempre, es guardado por
el poder de Dios, y motivado a gozarse a causa de,
"una viva esperanza". Pablo expresó los sentimien-
tos de muchos, cuando dijo: "Si en esta vida sola-
mente esperamos en Cristo, los más miserables so-
mos de todos los hombres" (1 Corintios 15 :19).*
of<Nota del Editor: La Interpretación dada a este verso se ha prestado
a conclusiones contradictorias. El verso no debe considerarse aislado
de su contexto. El apóstol viene argumentando que la substancia y
sentido de la fe cristiana descansan en el hecho extraordinario de Ja
resurrección. Sólo a la luz de este hecho central (Ja resurrección) tie-
ne sentido la esperanza del cristiano; por lo tanto. "si en esta vida,
solamente esperamos en Cristo (si Cristo no resucitó). los más mise-
rables somos de todos Jos hombres. De consiguiente, no es tanto el
deseo de premios y coronas, mansiones o galardones lo que debiera
animar al creyente a esperar en Cristo; sino la realidad misma de su
presencia, poder Y majestad, de las cuales hemos de participar, cuando
él venga en su gloria.
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 151
El cristiano ha escogido una vida de auto-negación,
y ha sufrido en muchas ocasiones la pérdida de
todas las cosas. Naturalmente, espera el día cuando
su Rey vendrá, y cuando no solamente le dirá: "bien
hecho", sino que le dará la bienvenida al hogar; ~m
lugar de muchas mansiones. "La esperanza del cr~s-
tiano penetra más allá del velo, dentro de la mis-
ma presencia de Dios, y continúa a través de la
eternidad".
l. El cielo es vida eterna:
El mismo Señor que envió a los inicuos al cas-
tigo eterno, permite a los justos gozar la vida
eterna. Hoy día la muerte nos rodea. Cada uno de
nosotros nació para morir. En el cielo no habrá
muerte. Jesús hablando con Marta, dij o: "Yo soy
la resurrección y la vida: 'el que cree en mí, no mo-
rirá eternamente. ¿Crees esto?" (Juan 11 :25, 26).
Al hablar con Marta, Jesús no estaba insinuan-
do que el creyente no habría de experimentar la
muerte; sino que (para el creyente) la muerte no es
realmente muerte, en el sentido que lo es para el
incrédulo. Jesús arrancó el aguijón a la muerte.
"La muerte física (del creyente), no debe ser esti-
mada más muerte, que lo que es estimada como
vida (auténtica), la vida (temporal) del pecador".*
Jesús quiso que todos supieran que nuestras pe-
queñas tristezas traerán un mayor peso de gloria.
2. El cielo es estar con Cristo y Dios:
La muerte del creyente lo lleva a la misma pre-
sencia de Cristo: "Así que vivimos confiados siem-
pre y sabiendo, que entre tanto que estamos en el
cue~po, peregrinamos ausentes del Señor" (2 Co-
rintios 5 :6. Versión Revisada). Pablo no sabía qué
preferir, cuando dijo: "Yo estoy en estrecho entre
dos cosas, teniendo el deseo de partir y estar con
Cristo; porque esto es mucho mejor" (Filipenses
1 :23. Versión Revisada). En el cielo estaremos en
of<Los paréntesis, no aparecen en el origine.!; se hnn Incluido para acta-
r ar .un tanto este argumento de contrarias usado por el autor.
., ·,
 152 ESTO CREEMOS
casa, con el Señor. (Véase además 2 Corintios 5·1-
5; Revelación 21 :3.) · b. "No recibirán daño de la muerte segunda"
3. El cielo es un lugar de recompensa final:
a. Las parábolas de la recompensa:
Hay varias parábolas bien conocidas de nuestro
Señor, que indican la verdad de que un día, habrá
recompensa; así como también habrá un día de
ren~~r .~uentas. Un ejemplo, está en L~cas 19 :12-
1~: . DIJ? pues: Un hombre noble partió a una pro-
vrncia leJOS, para to~ar para sí un reino, y volver.
Ma~. llamados d1~z siervos suyos, les dio diez minas
Y. díjoles : Negociad entre tanto que vengo, Pero sus
ciudadanos !e. aborrecían, y enviaron tras de él una
embajada diciendo : No queremos que este reine so-
bre nosotros. Y aconteció que vuelto él habiendo
tomado el reino, mandó llamar a sí a aquellos sier-
vos a los ,cuales había dado el dinero, para saber
l~ que había !1egociado cada uno. Y vino el primero,
91c1end?: Seno~, t1:1 mina ha ganado diez minas. y
el le dice:. Est~ bien, buen siervo; pues que en lo
poco has sido fiel, tendrás potestad sobre diez ciu-
dades. Y vino otro diciendo: Señor tu mina ha
hecho cinco minas. Y también a éste d'ijo: Tu tam-
bién sé sobre cinco ciudades" (Véase también Ma-
teo 25 : 20-33) .
Un curioso estudio de las parábolas mencionadas
nos conducirá a creer que en el cielo, habrá recom~
~ensas; Y que éstas dependerán del grado de fide-
lidad con que servimos a nuestro Señor.
b. La naturaleza de las recompensas:
1) Serán Dadas Coronas
En Santiago 1 :12 y Revelación 2 :10, leemos de
la corona de vida. La corona de vida se menciona
en Pedro 5 :4, y referida en Juan 14 :22 y Hebreos
? :9 .. ~n otr~~ ~scrituras leemos de coronas de
Justicia, ~e Jubilo y oro. (Véase 2 Timoteo 4 :8;
1 Tesalomcenses 2 :19; Revelación 4 :4.)
2) Las siete recompensas para el vencedor·
a. "Comerán del árbol de la vida, que está en
LA DOCTRINA DE LAS COSAS POSTRERAS 158
medio del paraíso de Dios" (Revelación 2 :7).
(Revelación 2 :11).
c. Recibirán "una piedrecita blanca, y en la pie-
drecita un nombre nuevo escrito". Al que venciere
se le dará comer del "maná escondido" (Revelación
2 :17).
d. Se les dará "potestad sobre las gentes" (Re-
velación 2 :26, 27).
e. Serán "vestidos con vestiduras blancas" y
sus nombres no serán borrados del libro de la vida"
(Revelación 3 :4, 5).
f. Serán pilares en el templo de Dios, y no sal-
drán más; Dios además, escribirá en ellos 'Su pro-
pio nombre nuevo (Revelación 3 :12).
g. Se les dará el privilegio de sentarse con él,
"en mi trono" (Revelación 3 :21).
4. El cielo será el hogar nuevo y final.
Nuestro nuevo hogar es descrito en Revelación
21 :22-25: "Y no vi en ella templo; porque el Señor
Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Corde-
ro. Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni la luna,
para que resplandezca en ella: porque la claridad
de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas, andarán en
la lumbre de ella: y los reyes de la tierra traerán
su gloria y honor a ella. Y sus puertas nunca serán
cerradas de día, porque allí no habrá noche".
Resumen
El cielo es un lugar real donde los redimidos de
todas las edades vivirán en eterna felicidad, y don-
de gozarán de fraternidad no solamente entre unos
y otros, sino con el Padre y el Hijo eternamente.
Preguntas sobre el capitulo V
l. ¿Por qué debe llamarse a la Biblia un libro
profético?
2. De acuerdo con algunos estudiantes de la Biblia
154 ESTO CREEMOS
¿cuándo tomará o tomó lugar la venida de
3· ~~i~f~~e la diferencia entre la venida "por Sus
santos" y la venida "con Sus santos",
4. Explique la doctrina del Prellle~1jmo. t
5. Dé, por lo menos, cinco seña es e pron o
regreso de Cristo. .
6. ¿Cuándo resucitarán aquellos que murieron en
Jesús? , millan Company, New York, N. Y. (1955), p. 2.
7. ¿Hay alguna causa º. razon adec.u~~a para el
castigo eterno? Explique su posicron ..
· por " esperanz a viva"?.
8. ¿Qué se quiere decir
9. ¿Qué dijo Jesús acerca d1~ las recompensas?
10. ¿Es el cielo un lugar rea .
AGRADECIMIENTOS
Estamos sinceramente agradecidos, por. el permiso
de usar las citas de los autores y editores que a
continuación damos:
Wislof, Fredrick, I Believe in the. Holy S'J?irit, Aug-
sburg Publishing House, Mrnneapohs, Mrnne-
sota (1949), Copyright owner, p. 5.
Martin, Walter R., Essential Chiristia_nity, Zonder-
van Publishing House, Grand Rapids, Míchigan
(1962), p. 24. . .
Brengle S. L. Heart Talks on Holiness, Salvationíst
PublÍshing and Supplies Limited, London (1953),
p. 11. . .
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UNA PALABRA AL LECTOR
Se ha dicho que todo traductor es: "un traidor
a la lengua". Quizá haya algo de verdad en esto,
puesto que es imposible trasladar a otro idioma,
aquella riqueza de pensamiento que un escritor
dado, puede expresar en su idioma vernáculo; no
empece al esfuerzo que pueda poner en juego el
traductor.
. Los giros del lenguaje y la policromía de matices
de una lengua, suelen escapar, frecuentemente, al
traductor; así como es imposible captar los estados
de ánimo, las motivaciones y el caudal de sentimien-
tos que pasaron por la mente del autor, al escribir
su obra original. La ética que gobierna la publica-
ción de trabajos ajenos, hace imposible que se alte-
ren, cambien o modifiquen las ideas fundamentales
del autor. En otras palabras, al traductor se le
presenta la disyuntiva moral de tener que compar-
tir o traducir ideas con las cuales puede estar re-
ñido su mejor juicio.
Para atenuar la presión mental y hasta cierto
punto, emocional, el traductor, el que revisa, o el
editor, se valen de notas al calce, de las cuales
-huelga decir, también- no se puede abusar. De
j
156 ESTO CREEMOS

ahí que, en este libro, hayamos reducido a un mí-

nimo tales notas. Aquí y allá, nos hemos visto
obligados a incluir paréntesis, o bien, notas entre
presillas ("brackets"). La naturaleza teológica de
algunos pronunciamientos, los hace aparecer obs-
curos, a veces. En otras ocasiones el lenguaje mis-
mo, se presta a ambigüedad por carecerse de tér-
minos equivalentes en español.
Si algunas conclusiones que se dan con carácter
dogmático, pudieran parecer demasiado subjetivas,
pedimos al lector tolerancia; y le recordamos que
el pensamiento cristiano se enriquece precisamente,
en la diversidad de intentos que se hacen por acla-
rar el contenido de la fe. Retened de la obra, todo
lo bueno; y aquello que a vuestro juicio, no ame-
rite consideración, toleradlo en el amor de Cristo.
Héctor Camacho: Editor.
Se imprimió en los talleres
de Editorial Evangélica en
San Antonio, Texas, 1969.