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La maldición de los recursos, también conocida como la paradoja de la

abundancia, se refiere a la paradoja de que países y regiones con una


abundancia de recursos naturales, especialmente de fuentes puntuales de
recursos no renovables, como minerales y combustibles, tienden a tener un
menor crecimiento económico y resultados de desarrollo peores que los países
con menos recursos naturales.

Existe una hipótesis que apunta a muchas razones diferentes, incluyendo una
disminución de la competitividad de otros sectores económicos (causada por la
apreciación del tipo de cambio real, cuando los ingresos provenientes de estos
recursos ingresan en la economía, un fenómeno conocido como mal
holandés o enfermedad holandesa), la volatilidad de los ingresos provenientes
de estos recursos naturales debido a la exposición a los vaivenes del mercado
mundial de los productos básicos, la mala gestión de los recursos que hace el
gobierno, o la presencia de instituciones débiles, ineficaces, corruptas e
inestables (posiblemente debido al flujo de ingresos reales o previstos,
provenientes de actividades extractivas, que son fácilmente desviados).

La idea de que los recursos naturales pueden ser más una maldición que
una bendición económica comenzó a surgir en la década de 1980. En este
sentido, el término maldición de los recursos se utilizó por primera vez por
Richard Auty en 1993 para describir cómo los países ricos en recursos naturales
no podían usar esa riqueza para impulsar sus economías y cómo, en contra de
toda intuición, estos países tuvieron un crecimiento económico menor que los
países sin una abundancia de recursos naturales. Numerosos estudios, entre
ellos uno por Jeffrey Sachs y Andrew Warner, han mostrado una relación entre
la abundancia de recursos naturales y el crecimiento económico pobre. Esta
desconexión entre la riqueza de los recursos naturales y el crecimiento
económico se puede observar en los países productores de petróleo. De 1965 a
1998, en los países de la OPEP, el producto interno bruto per cápita se redujo
en un promedio de 1,3%, mientras que en el resto del mundo en desarrollo el
crecimiento per cápita fue en promedio de 2,2%. Algunos sostienen que los flujos
financieros de la ayuda externa pueden provocar efectos similares a la maldición
de los recursos.
Efectos negativos:

Tira y afloja entre los ciudadanos y el gobierno

Las ambiciones de la gente entran en conflicto con el gobierno, debido a que la


gran cantidad de recursos y dinero en manos de éste se destinan a sus lujos y
no al interés de las personas. Así, los recursos naturales sirven como una
maldición para el pueblo, que cae a un nivel relativo de vida más bajo.

Conflicto interno

Los recursos naturales pueden provocar, y a menudo provocan, conflictos dentro


de las sociedades (Collier 2007), ya que diferentes grupos y facciones luchan
por su parte. A veces surgen abiertamente conflictos separatistas en las regiones
productoras de los recursos (como en la provincia rica en petróleo
de Angola, Cabinda), pero a menudo los conflictos se producen en formas más
ocultas, como las peleas entre los diferentes ministerios o departamentos
gubernamentales por el acceso a las asignaciones presupuestarias. Esto tiende
a erosionar la capacidad de los gobiernos para funcionar con eficacia. Existen
varios tipos de relaciones entre los recursos naturales y los conflictos armados.

en primer lugar, los efectos de la maldición de los recursos pueden socavar la


calidad del gobierno y los resultados económicos, lo que aumenta la
vulnerabilidad de los países a los conflictos.

en segundo lugar, los conflictos pueden ocurrir por el control y la explotación de


recursos y la asignación de sus ingresos.

en tercer lugar, el acceso a los ingresos de los recursos por parte de los
beligerantes puede prolongar los conflictos.

De acuerdo con un estudio académico, un país que por lo demás es típico, pero
tiene exportaciones de productos básicos en torno al 25% del PIB, tiene un riesgo
de 33% de presentar conflictos, pero cuando las exportaciones son el 5% del
PIB, la probabilidad de conflicto se reduce a 6%.
Guerras y conflictos internacionales

El término petro-agresión se ha utilizado para describir la tendencia de los


estados ricos en petróleo de instigar los conflictos internacionales, o de ser el
blanco de los mismos- Hay muchos ejemplos, incluyendo: Invasión de
Irán y Kuwait por Iraq; repetidas incursiones de Libia en Chad en los años 1970
y 1980; sospechas de larga data contra Irán por parte de las potencias
occidentales; la invasión de Irak por EE.UU. en 2003.

No está claro si el patrón de la petro-agresión que se encuentra en los


países ricos en petróleo también se aplica a otros recursos naturales, además
de petróleo.

La "enfermedad holandesa" (Dutch Disease):

Es un fenómeno económico en el que los ingresos provenientes de las


exportaciones de recursos naturales dañan los sectores económicos productivos
de una nación, causando un aumento de la tasa de cambio real y los salarios.
Esto hace que los sectores transables, como la agricultura y la manufactura de
la nación que lo padece, sean menos competitivos en los mercados mundiales.
Sin la manipulación de la moneda ausente la presencia de un tipo de cambio fijo,
la apreciación de la moneda puede dañar a otros sectores, lo que lleva a un
balance desfavorable en el comercio internacional. Dado que las importaciones
se abaratan, el empleo interno sufre y con ello la infraestructura y la capacidad
de manufactura de la nación. (Este problema ha influido históricamente las
economías nacionales de los grandes imperios como Roma durante su
transición como República, y en Inglaterra durante el apogeo de su imperio
colonial). Para compensar la pérdida de oportunidades de empleo a nivel local,
los recursos del gobierno se utilizan para crear artificialmente el empleo. El
aumento de los ingresos nacionales a menudo también da lugar a un aumento
del gasto público en salud, ayudas sociales, gastos militares y la inversión en
infraestructura pública, y si esto se hace en forma corrupta o ineficiente, puede
ser una carga para la economía. (Si se hace de manera eficiente, esto puede
aumentar la competitividad económica, actuando efectivamente como un
subsidio salarial). Si bien la disminución de la competitividad de los sectores
expuestos a la competencia internacional y, por lo tanto, la mayor dependencia
de los ingresos de los recursos naturales, deja a la economía vulnerable a los
cambios de precios en el recurso natural, esto puede ser manejado mediante el
uso activo y efectivo de instrumentos de cobertura como contratos a plazo,
posiciones a futuro, opciones y permutas financieras, sin embargo si se gestiona
de forma ineficiente o corrupta esto puede llevar a resultados desastrosos.
Además, dado que la productividad aumenta generalmente más rápido en el
sector manufacturero, la economía perderá algunos de esos aumentos de la
productividad. La enfermedad holandesa se hizo evidente por primera vez
después de que los holandeses descubrieron un enorme campo de gas
natural en Groningen en 1959. Los Países Bajos trataron de aprovechar este
recurso en un intento de exportar el gas con fines de lucro. Sin embargo, cuando
el gas comenzó a salir del país, lo mismo ocurrió con su capacidad para competir
con otras exportaciones de los demás países. Como en los Países Bajos se
centraron principalmente en las nuevas exportaciones de gas, el valor de la
moneda holandesa creció a un ritmo muy rápido, lo que perjudicó la capacidad
del país para exportar otros productos. En medio del creciente mercado de gas
y la contracción las exportaciones, los Países Bajos comenzaron a experimentar
una recesión.

Este proceso se ha visto en varios países alrededor del mundo,


incluyendo, entre otros, a Venezuela(petróleo), Angola (diamantes, petróleo),
la República Democrática del Congo (diamantes) y varias otras naciones. Todos
estos recursos son considerados recursos malditos. La enfermedad
holandesa es el caso contrario a la paradoja de Noruega.

Volatilidad de los ingresos:

Los precios de algunos recursos naturales están sujetos a amplias


fluctuaciones: por ejemplo, los precios del petróleo aumentaron de alrededor de
$3 por barril a $12 por barril en 1974 tras la crisis del petróleo de 1973, y cayeron
de $27 por barril a menos de $10 por barril durante la saturación del mercado en
1986. En la década 1998-2008, pasó de $10 por barril a $145 barril, antes de
caer en más de la mitad, a $60 barril en unos pocos meses. Cuando los ingresos
del gobierno son dominados por los flujos de los recursos naturales (por ejemplo,
el 99,3% de las exportaciones de Angola provienen solo del petróleo y los
diamantes en 2005), esta volatilidad puede causar estragos en la planificación
gubernamental y de servicio de la deuda. Los cambios abruptos en las realidades
económicas que resultan de esto, a menudo provocan ruptura generalizada de
los contratos o reducción de los programas sociales, erosionando el Estado de
Derecho y el apoyo popular. La gestión de este riesgo es la base para el uso
responsable de las coberturas financieras.

Endeudamiento excesivo:

Dado que los gobiernos esperan mayores ingresos en el futuro, empiezan


a acumular deuda, a pesar de que están recibiendo ingresos de los recursos
naturales también. Esto es estimulado por el hecho de que, si la moneda se
aprecia, ya sea a través de las entradas de capital o por efecto del mal holandés,
los pagos de intereses de la deuda se abaratan. Además, los recursos naturales
del país actúan como garantía que lleva a más crédito. Sin embargo, si los
precios de los recursos naturales comienzan a caer, y si el tipo de cambio real
cae, el gobierno tendría menos dinero para pagar una deuda más cara. Por
ejemplo, muchos países ricos en petróleo, como Nigeria y Venezuela, vieron la
expansión rápida de la carga de su deuda durante el boom petrolero de 1970,
sin embargo, cuando los precios del petróleo cayeron en la década de 1980, los
bancos dejaron de prestarles, y muchos de ellos cayeron en mora, lo que
provocó penalizaciones financieras que hicieron que sus deudas crecieran aún
más.

Corrupción:

En los países ricos en recursos, a menudo es más fácil mantener la


autoridad a través de la asignación de recursos a los simpatizantes, que a través
de políticas económicas orientadas al crecimiento y a la igualdad de
oportunidades. Enormes flujos de dinero de los recursos naturales alimentan
esta corrupción política. El gobierno tiene menos necesidad de crear la
infraestructura institucional para regular y gravar una economía productiva más
allá del sector de los recursos naturales, por lo que la economía puede continuar
subdesarrollada. La presencia de los paraísos fiscales en el extranjero ofrece
amplias oportunidades para los políticos corruptos para ocultar su riqueza.
Muchas de las operaciones extractivas son ilegales y alentadas por corruptas
corporaciones multinacionales en connivencia con los gobiernos nacionales. Las
objeciones hechas por los habitantes indígenas suelen ser ignoradas. Ed Ayres,
del Worldwatch Institute, informó sobre esas operaciones colusorias en muchas
partes del mundo.

El informe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados


Unidos titulado Petróleo y la paradoja de la pobreza, afirma que con demasiada
frecuencia, el dinero del petróleo que debería ir a los pobres de un país termina
en los bolsillos de los ricos, o puede ser malgastado en grandes palacios y
proyectos de maletín en lugar de ser invertidos productivamente.

Falta de diversificación y efecto enclave:

La diversificación económica puede ser descuidada por las autoridades o


retrasada en función de la alta rentabilidad temporal de los limitados recursos
naturales. Los intentos de diversificación que se producen suelen ser grandes
proyectos de obras públicas que pueden estar equivocados o mal manejados.
Sin embargo, aun cuando las autoridades tratan de diversificar la economía, esto
se hace difícil debido a que la extracción de recursos es mucho más lucrativa y
sobrepasa en competitividad a cualquier otra industria. Los países exportadores
de recursos naturales exitosos, a menudo se vuelven más dependientes de las
industrias extractivas a lo largo del tiempo. La abundancia de los ingresos
procedentes de los recursos naturales desincentiva la inversión a largo plazo en
infraestructura que apoyaría una economía más diversificada, lo que aumenta el
impacto negativo de las caídas repentinas de los precios de los recursos.
Mientras que los sectores de los recursos naturales tienden a proporcionar
grandes ingresos financieros, a menudo proporcionan pocos puestos de trabajo,
y tienden a operar como islas con pocas conexiones hacia adelante y hacia atrás
con el resto de la economía.

Recursos humanos

En muchos países pobres, la industria de los recursos naturales tiende a


pagar salarios mucho más altos que lo que estaría disponible en la economía en
otros lugares. Esto tiende a atraer a los mejores talentos de los sectores privado
y el gobierno, dañando estos sectores, privándola de su mejor personal
calificado. Otro posible efecto de la maldición de los recursos es el
desplazamiento del capital humano, ya que los países que dependen de las
exportaciones de recursos naturales pueden tender a descuidar la educación
porque no ven ninguna necesidad inmediata en ello. Economías de escasos
recursos como Singapur, Taiwán o Corea del Sur, por el contrario, gastan
enormes esfuerzos en la educación, lo que contribuyó en parte a su éxito
económico (ver tigres asiáticos). Otros investigadores, sin embargo, contradicen
esta conclusión sosteniendo que los recursos naturales generan rentas
imponibles fácilmente, que casi siempre resultan en un aumento del gasto en la
educación.

Derechos humanos

También se ha argumentado que se pueden correlacionar los aumentos y


las disminuciones en el precio del petróleo con subidas y bajadas de la aplicación
de los derechos humanos en los principales países productores de petróleo. Los
derechos humanos en todos los países que padecen la maldición de los recursos
son tristes o inexistentes. La mayoría de los países que lo padecen, se rigen por
gobiernos autoritarios u otros tipos de regímenes altamente represivos. Estos
regímenes se mantienen en el poder por una élite selecta, como políticos de alto
rango y líderes militares. Mientras el gobierno en el poder mantiene estos pocos
miembros de las élites felices, puede gobernar sin miedo a las consecuencias.

Este sistema está configurado de manera tal que la gente común, más
necesitada de la protección, tiene que valerse por sí misma. En lugares como la
República Democrática del Congo, la vida humana no tiene casi ningún valor y
el trabajo esclavo es común. Venezuela experimentó la maldición de los
recursos debido a su abundancia de petróleo. El país que encontró la riqueza
fácil del petróleo no tenía la necesidad de expandirse a otros mercados debido
a las ventajas comparativas. La doctrina de las ventajas comparativas afirma que
si Venezuela puede producir petróleo mejor que las demás exportaciones,
entonces debe producir el petróleo. Sin embargo, desde que la empresa
petrolera de Venezuela pasó a manos del estado, ha sido criticada por ineficiente
y atrasada. La maldición de los recursos es también evidente en Venezuela
debido a la enorme brecha entre los ricos y los pobres. Venezuela tiene una
historia de las ganancias del petróleo yendo a élites adineradas con poca o
ninguna llegando a manos de las clases socioeconómicas más bajas. La
maldición de los recursos puede hacer que el gobierno de un país sea volátil
hacia su pueblo, ya que no lo necesitan para financiarse con impuestos. La
República Democrática del Congo es quizás uno de los lugares más inestables
del planeta que sufriendo del mal, la guerra civil y la maldición de los recursos.
La maldición de los recursos del Congo toma la forma de diamantes. Si bien no
existe un gobierno de verdad, cada facción explota a las personas a las que rigen
para hacerse con los diamantes y otros minerales raros. La RDC tiene un tipo
único de maldición de los recursos debido al factor añadido de su inestabilidad
política. En lugar de alimentar una élite rica, al igual que muchos países de
recursos malditos, los diamantes del Congo se utilizan para financiar la guerra
civil en curso.

Solución

En muchas economías que no son dependientes de los recursos


naturales, los ciudadanos pagan impuestos a los gobiernos, por los que exigen
un gobierno eficiente y responsable a cambio. Este pacto establece una relación
política entre gobernantes y súbditos. En los países cuyas economías están
dominadas por los recursos naturales, sin embargo, los gobernantes no tienen
que gravar a sus ciudadanos, ya que tienen una fuente garantizada de ingresos
en los recursos naturales. Debido a que los ciudadanos del país no pagan
impuestos, tienen menos incentivos para estar atentos a la forma en que el
gobierno gasta su dinero. Además, los beneficiarios de la riqueza de los recursos
minerales pueden percibir una administración pública eficaz y vigilante, y a la
sociedad civil, como una amenaza a los beneficios que disfrutan, y pueden tomar
medidas para impedirlo. Como resultado, los ciudadanos están a menudo mal
atendidos por sus gobernantes, y si los ciudadanos se quejan, el dinero de los
recursos naturales permite a los gobiernos pagar a las fuerzas armadas para
mantener a los ciudadanos bajo control. Los países cuyas economías están
dominadas por las industrias de extracción de recursos tienden a ser más
represivos, corruptos y mal administrados.
En un esfuerzo por combatir las distorsiones que producen los ingresos
provenientes de los recursos naturales, un informe reciente del Centro para el
Desarrollo Global propone la distribución directa de los ingresos. Según esta
propuesta, el gobierno transferiría parte o la totalidad de los ingresos
provenientes de la extracción de recursos naturales a los ciudadanos en un pago
universal transparente y regular. Después de haber puesto ese dinero en manos
de sus ciudadanos, el Estado le daría el tratamiento de un ingreso normal sujeto
a impuestos, lo que obliga al Estado a recaudar impuestos y alimentar la
demanda pública para que el gobierno sea transparente y responsable en su
gestión de los ingresos de los recursos naturales y en la prestación de los
servicios públicos.

Controversias

Un estudio realizado en 2008 señala que la maldición se desvanece


cuando se mira, no a la importancia relativa de las exportaciones de recursos en
la economía, sino más bien a una medida diferente: la relativa abundancia de
recursos naturales de la tierra. Usando esa variable para comparar países, se
reporta que la riqueza de recursos en el suelo se correlaciona con un poco más
alto crecimiento económico y un poco menos de conflictos armados. Que una
gran dependencia de las exportaciones de recursos se relaciona con malas
políticas y los efectos no son causados por el alto grado de la exportación de
recursos. La causalidad va en la dirección opuesta: los conflictos y las malas
políticas crearon la fuerte dependencia de las exportaciones de recursos
naturales. Cuando el caos de un país y las políticas económicas asustan a los
inversores extranjeros y envían a los empresarios locales al exterior en busca de
mejores oportunidades, la economía se vuelve sesgada. Las fábricas pueden
cerrar y las empresas pueden huir, pero el petróleo y los metales preciosos
siendo para tomar. La extracción de recursos se convierte en el sector por
defecto que todavía funciona después de que otras industrias han llegado a su
fin.

Un ensayo del año 2010, que examina la relación de largo plazo entre la
dependencia de los recursos naturales y el tipo de régimen en todo el mundo
desde 1800 hasta 2006, demuestra que el aumento de la dependencia de los
recursos naturales no induce autoritarismo. Por el contrario, los autores
encuentran evidencia que sugiere que el aumento de la dependencia de los
recursos naturales promueve la democratización. Estos investigadores también
proporcionan la evidencia cualitativa de este hecho a través de varios países en
otro artículo, así como evidencia de que no existe una relación entre la utilización
de los recursos y el autoritarismo en América Latina.

Un estudio de 2011 afirma que las hipótesis anteriores que afirman que la
abundancia de petróleo es una maldición, se basan en metodologías que no
tuvieron en cuenta las diferencias y dependencias derivadas de choques
globales, como los cambios en la tecnología y el precio del petróleo entre países.
Los investigadores estudiaron los datos del Banco Mundial en el período 1980-
2006 para 53 países, cubriendo el 85% del PIB mundial y el 81% de las reservas
probadas de petróleo del mundo. Ellos encontraron que la abundancia de
petróleo afectó positivamente, tanto en el crecimiento a corto plazo, como en los
niveles de ingresos a largo plazo. En un artículo complementario, con datos
sobre 118 países en el período 1970-2007, muestra que es la volatilidad de los
precios de los productos básicos, en lugar de la abundancia de por sí, la que
impulsa la maldición de recursos.

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