Vous êtes sur la page 1sur 70

INDICE

INTRODUCCIÓN.

CAPITULO I: EL MATRIMONIO

1.1 CONCEPTO. ................................................................................. 07


1.2 CARACTERES. ............................................................................ 08
1.3 FINES. .......................................................................................... 10
1.4 NATURALEZA JURÍDICA. ............................................................ 10
1.4.1 Concepción Contractual Canónica. ................................... 11
1.4.2 Concepción Contractual Civil. ............................................ 12
1.4.3 Concepción Institucional. ................................................... 12
1.4.4 Concepción Mixta. ............................................................. 15
1.4.5 Acto Jurídico Familiar. ....................................................... 16
1.4.6 Carácter del Matrimonio como Acto Jurídico. .................... 16
1.5 EVOLUCIÓN HISTÓRICA ............................................................ 17

CAPITULO II: LA INVALIDEZ O NULIDAD DEL MATRIMONIO

2.1 ASPECTOS GENERALES ............................................................ 20


2.2 FORMAS DE INVALIDEZ DEL MATRIMONIO .............................. 23
2.3 NULIDAD DEL MATRIMONIO ....................................................... 24
2.4 LA ANULABILIDAD DEL MATRIMONIO ........................................ 25
2.5 CONCEPTO Y DEFINICIÓN ......................................................... 27
2.6 LOS MATRIMONIOS INEXISTENTES .......................................... 27
2.7 TEORÍA CLÁSICA ......................................................................... 29
2.8 MATRIMONIOS PUTATIVOS ........................................................ 29

CAPITULO III: LA INVALIDEZ DEL MATRIMONIO EN EL PERÚ

3.1 ANTECEDENTES .......................................................................... 32


3.1.1 LA NULIDAD .......................................................................... 35
3.1.2 La Anulabilidad ................................................................... 36
3.1.3 La Impugnabilidad .............................................................. 37
3.2 CASOS DE NULIDAD DEL MATRIMONIO TIPIFICADOS EN
NUESTRA LEY .............................................................................. 38
3.2.1 Del Enfermo mental ............................................................ 39

-1-
3.2.2 Matrimonio del sordomudo, ciegosordo y ciegomudo ......... 41
3.2.3 Matrimonio del casado civilmente ....................................... 43
3.2.4 Del matrimonio entre consanguíneos y afines en línea
Recta .................................................................................. 43
3.2.5 Matrimonios entre colaterales por consanguinidad hasta
el tercer grado ..................................................................... 44
3.2.6 Matrimonio entre afines en el segundo grado de
línea colateral ..................................................................... 46
3.2.7 Matrimonio del condenado por homicidio doloso de uno
de los cónyuges con el, sobreviviente ................................ 46
3.2.8 Matrimonio celebrado con prescindencias legales
correspondientes ................................................................ 47
3.2.9 Matrimonio celebrado ante funcionario incompetente ........ 48
3.3 CASOS DE ANULABILIDAD ......................................................... 49
3.3.1 Matrimonio del impúber. .................................................... 49
3.3.2 Matrimonio con infracción del impedimento de sanidad. .... 51
3.3.3 Matrimonio del raptor y la raptada. ..................................... 51
3.3.4 Matrimonio con limitación de las facultades mentales
por causa pasajera. ........................................................... 52
3.3.5 Matrimonio contraído por error. .......................................... 53
3.3.6 Matrimonio contraído bajo amenaza grave. ........................ 54
3.3.7 Matrimonio del impotente. .................................................. 55
3.3.8 Matrimonio de buena fe ante funcionario incompetente ..... 56
3.4 EFECTOS DE LA INVALIDEZ DEL MATRIMONIO ........................ 57

CAPITULO IV: LEGISLACIÓN COMPARADA

4.1 CHILE ............................................................................................ 60


4.2 VENEZUELA. ................................................................................ 62
4.3 MÉXICO......................................................................................... 64

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

DEFINICIÓN DE TÉRMINOS

ANEXOS: JURISPRUDENCIA

-2-
INTRODUCCIÓN.

Esta materia, ha sido motivo de profundas investigaciones, por parte


de los tratadistas, y por consiguiente embrión de continuas divergencias de
los mismos, ya que el asunto tiene que tratarse en forma independiente del
Régimen de las nulidades del acto jurídico, debido a que la invalidez del
matrimonio, tiene profunda importancia, el interés social, porque de la forma
como se solucione el conflicto, el legislador debe considerar la estabilidad
del hogar familiar y de la sociedad en sí.

La eficacia jurídica del matrimonio requiere el cumplimiento por los


contrayentes de ciertos requisitos o presupuestos, tanto de fondo como de
forma, en el momento de su celebración. Si alguno de estos requisitos es
incumplido el ordenamiento permite reaccionar contra los mismos mediante
la acción de nulidad. Por consiguiente, puede estimarse que el régimen de
nulidad matrimonial se presenta como la dimensión negativa de los
requisitos de validez.

La invalidez del matrimonio declarada judicialmente, es considerada


como una sanción bastante drástica por la transgresión de una norma
fundamental, que puede acarrear consecuencias no solamente para los
cónyuges, sino también para la prole, que por ser inocentes de los actos
realizados, y el valor que representan para el Estado, merecen todo tipo de
protección por parte de éste.

Como puede ya apreciarse, el matrimonio, no sólo desaparece para


el futuro, como efecto de la invalidez, si no que también lo hace para el
pasado como si no hubiera existido, y en consecuencia los consortes
pierden tal calidad, y por dichos efectos se convierten en simples
concubinos, con las consiguientes secuelas en el campo legal y moral para
ellos y sus hijos, ya que éstos de hijos matrimoniales que eran, se

-3-
convierten en extramatrimoniales en el aspecto moral significa una
turbación en las relaciones familiares, creándose situaciones de
frustraciones, en los hijos especialmente ante el escándalo que se
manifiesta en la sociedad.

El principal objetivo del trabajo, es un mejor conocimiento del tema


de nulidad del matrimonio y los casos en que éstos procede, ya que en la
actualidad es un tema de vital importancia pues el matrimonio es la base
de todo derecho de familia. Así mismo nos ayuda para poder entender de
una mejor manera las causas y efectos de la nulidad del matrimonio.

El presente trabajo ha sido estructurado de tal forma que se pueda


entender el tema, por tanto, en el primer capítulo tratamos el tema de El
Matrimonio, en la cual la definimos, describimos sus características y fines,
su naturaleza jurídica y su evolución histórica.

En el segundo capítulo denominado invalidez o nulidad del


matrimonio, empezamos con los aspectos generales, las formas de
invalidez, la nulidad del matrimonio, su anulabilidad, concepto y
definiciones, los matrimonios inexistentes, la teoría clásica y los
matrimonios putativos.

En el tercer capítulo tratamos específicamente la invalidez del


matrimonio en el Perú, casos de nulidad de matrimonio tipificado en nuestra
ley, los casos de anulabilidad y los efectos de la invalidez del matrimonio.

En el último capítulo denominado legislación comparada, brindamos


las Leyes en cuanto al tema que se tiene en los países de Chile, Venezuela
y México.

-4-
CAPITULO I
EL MATRIMONIO

1.1 CONCEPTO.

La palabra "matrimonio" puede tener tres significados


diferentes, de los cuales sólo dos tienen interés desde el punto de
vista jurídico. En un primer sentido, matrimonio es el acto de
celebración; en un segundo es el estado que para los contrayentes
deriva de ese acto; y en el tercero, es la pareja formada por los
esposos

Las significaciones jurídicas son las dos primeras, que han


recibido en la doctrina francesa las denominaciones de "matrimonio-
fuente" (o "matrimonio-acto") y "matrimonio-estado",
respectivamente.

Matrimonio-fuente es, pues, el acto por el cual la unión se


contrae, y matrimonio-estado es la situación jurídica que para los
cónyuges deriva del acto de celebración. Este doble significado tiene
importancia, como más adelante se verá, para la determinación de
la naturaleza jurídica del matrimonio.

Se ha señalado que la palabra matrimonio es de origen latino


y deriva de la unión de matris (madre) y munium (carga o gravamen);
su significación etimológica da idea, pues, de que las cargas más
pesadas derivadas de la unión recaen sobre la madre.

El doble significado de la palabra, así como la variedad de


ideas -religiosas, morales y jurídicas- que sobre el matrimonio
recaen y pretenden influencia, hacen difícil definirlo con exactitud; a
tal punto llega la dificultad que prácticamente no se encuentran dos
obras de derecho de familia que lo definan del mismo modo. Por eso

-5-
me limitaré a reproducir las definiciones más difundidas en el
derecho histórico.

Del derecho romano conocemos la de Modestino, según la


cual las nupcias son la unión del hombre y la mujer en un consorcio
de toda la vida, comunicación del derecho divino y humano y la de
las Instituciones de Justiniano, que expresa que las nupcias o
matrimonio son la unión del hombre y de la mujer que lleva consigo
la obligación de vivir en una, sociedad indivisible.

También tuvo repercusión mundial la definición de Portalis,


para quien es la "sociedad del hombre y la mujer que se unen para
perpetuar la especie, para ayudarse mediante socorros mutuos a
soportar el peso de la vida y para compartir su común destino".

El doble significado es tenido en consideración para formular


las definiciones por Lagomarsino, quien expresa que el matrimonio-
estado es "la institución social fundada en la unión entre el hombre
y la mujer tendiente al nacimiento de la familia legítima, a la
propagación de la especie y al cuidado de la prole", y el matrimonio-
acto es "el contrato de derecho de familia en virtud del cual un
hombre y una mujer formalizan una unión reconocida por la ley como
base de la familia legítima".

1.2 CARACTERES.

Se señalan como caracteres del matrimonio actual la unidad,


la monogamia, la permanencia y la legalidad.

La unidad está dada por la comunidad de vida a que se hallan


sometidos los esposos como consecuencia del vínculo que los liga;
para fortalecerla, las legislaciones actuales procuran que la adopción

-6-
de las decisiones más trascendentes se haga de común acuerdo
entre aquéllos.

La doctrina canónica, y también algunos juristas, identifica


unidad con monogamia, pero resulta más claro diferenciar estos dos
caracteres dando a la unidad el sentido precedentemente indicado.

La monogamia implica la unión de un solo hombre con una


sola mujer. Excluye toda forma de poligamia, trátese de la poliginia
(unión de un hombre con varias mujeres), y de la poliandria o poliviria
(unión de una mujer con varios hombres), o bien del matrimonio
entre un grupo de hombres y otro de mujeres. Es un carácter
generalizado en la mayor parte del mundo, pero la poliginia perdura
aún en los países musulmanes.

La unión conyugal tiene carácter permanente (o perdurable, o


estable) en el sentido de que se contrae con la intención de que
perdure y de que su estabilidad está asegurada por la ley, la que sólo
en circunstancias excepcionales permite su disolución. Pero
permanencia no puede identificarse con indisolubilidad, pues es un
carácter que se da inclusive en las legislaciones que permiten la
disolución del vínculo en vida de los esposos -actualmente, las de
casi todo el mundo-, ya que ella sólo puede tener lugar en los casos
que la ley prevé y según las formas que regula.

En cuanto a la legalidad, cabe considerarla desde el punto de


vista del matrimonio-acto o desde el del matrimonio-estado. En el
primer aspecto estaría dada por la celebración de las nupcias según
las formas impuestas por la ley, pero sobre esto debe señalarse
nuevamente la existencia de legislaciones que admiten el
matrimonio de hecho. En el segundo, porque los derechos y deberes
que de él surgen forman un estatuto legal forzoso, del cual los
contrayentes no se pueden apartar.

-7-
1.3 FINES.

El Código de Derecho Canónico enuncia en forma expresa los


fines objetivos del matrimonio (es decir, los de la institución en sí -
fines operis-, y no los particulares de cada pareja que se une -fines
operantis-). Pero mientras que el texto de 1917 distinguía un fin
primario -la procreación y educación de la prole- y otros fines
secundarios -la ayuda mutua y el remedio de la concupiscencia, el
actualmente vigente, siguiendo lo que ya se había afirmado en la
constitución conciliar Gaudiitm et spes. suprime ese orden jerárquico
e invierte el orden de enunciación, al expresar que el matrimonio está
"ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a
la generación y educación de la prole"; con lo que actualmente
ambos fines tienen la misma importancia.

Con ese criterio, para Borda los fines normales del matrimonio
son la satisfacción del amor, la mutua compañía y asistencia, la
procreación y la educación de los hijos, y para Lagomarsino la
constitución de la familia legítima, la procreación y el cuidado de la
prole1.

1.4 NATURALEZA JURÍDICA.

A particulares dificultades y disensiones ha dado lugar la


determinación de la naturaleza jurídica del matrimonio, problema
que se complica porque muchas veces se ha perdido de vista el
doble significado jurídico del vocablo "matrimonio''. Es clásica la
oposición entre considerarlo como contrato o como institución, pero
la doctrina moderna tiende a superarla ateniéndose al indicado doble
significado. Por otra parte, ha cobrado relevancia la opinión según la

1BELLUSCIO Augusto César. Manual de Derecho de Familia. Tomo I, 7ma. Edición, pp.
164.

-8-
cual el matrimonio- acto no es contrato sino acto jurídico, aun cuando
subsiste la discrepancia acerca de sus caracteres como tal.

1.4.1 Concepción Contractual Canónica.

Para el derecho canónico, el acto de celebración del


matrimonio es, a la vez que sacramento e inseparablemente de él
cuando se contrae entre bautizados, un contrato. Lo sería en razón
de reunir los elementos esenciales de su existencia: sujetos, objeto
y consentimiento; en especial se toma en consideración la existencia
de este último elemento.

Se aclara, sin embargo, que tiene características especiales


que lo distinguen de todos los demás contratos. Es distinto por su
origen, ya que es un contrato natural, impuesto por la naturaleza en
bien del género humano, en tanto los demás provienen de la
voluntad del hombre; por el consentimiento, que es tan esencial que
no puede ser suplido por ninguna autoridad humana ni hay tiempo
de prescripción que pueda legalizar la unión sin consentimiento por
su objeto principal, ya que sus efectos y los deberes que de él
derivan están determinados por la naturaleza y no pueden ser
alterados por los contrayentes ni por la autoridad social; por su
estabilidad y duración, ya que es perpetuo e indisoluble, no admite
rescisión por mutuo acuerdo ni disolución por autoridad humana; y
por su excelencia, ya que es sagrado y religioso por naturaleza, y no
simplemente civil y profano.

1.4.2 Concepción Contractual Civil.

-9-
Con remota base en las opiniones de los canonistas
disidentes -que sustentaban la idea de la separabilidad entre el
contrato y el sacramento- se fue elaborando en Francia la
concepción del matrimonio como contrato de derecho civil, que
constituyó la base de su secularización producida tras la Revolución
de 1789. Alcanzó su máxima expresión legislativa en la Constitución
de 1791, cuyo tít. II, art. 7o, estableció que la ley no considera al
matrimonio sino como un contrato civil, fue la opinión unánime de los
juristas del siglo XIX y persistió incluso en muchos del siglo XX.

Autores franceses actuales -como Catherine Labrousse-


Riouse muestran nuevamente atraídos por el carácter contractual
del matrimonio, sobre la base de los cambios legislativos producidos
a partir de 1975 -admisión del divorcio vincular por mutuo
consentimiento y por ruptura de la vida en común-, los que
implicarían no ya solamente su extinción por disenso o por
incumplimiento de las obligaciones que de él derivan sino inclusive
la necesidad de un consentimiento permanente y no sólo inicial, así
como la regulación convencional de algunos efectos (p.ej., la fijación
convencional de la residencia conyugal).

1.4.3 Concepción Institucional.

Si bien la teoría de la institución, y su aplicación al matrimonio,


tuvieron su desarrollo en Francia a partir de principios de siglo XX -
enfrentándose a la concepción del matrimonio como contrato civil, y
quizá como consecuencia de los excesos a que ésta podía dar lugar-
, antes la había conocido Vélez Sársfield y quedó expuesta en la
nota al título "Del matrimonio".

Decía allí nuestro codificador entre otros conceptos: "En un


tiempo, la Iglesia Católica lo consideró sólo como un sacramento y
la idea religiosa dominó todo el derecho. Vino la Revolución

-10-
Francesa, y el matrimonio fue legislado por sólo los principios que
rigen los contratos. La lógica del jurisconsulto fácilmente dedujo del
error de que partía, las formas que debían acompañarlo para su
validez: el divorcio perpetuo y la omnímoda facultad de hacer las
convenciones matrimoniales que los esposos quisieran. Los
extremos no podían satisfacer ni la conciencia de los pueblos
cristianos ni las relaciones indispensables de las familias, ni menos
las necesidades sociales. Un hecho de la importancia y resultados
del matrimonio no podría descender a las condiciones de una
estipulación jurídica cualquiera. La sociedad no marcharía a la par
de las leyes: serían necesarias tantas excepciones al contrato, que
vendría a quedar sin ninguno de los principios que sirven de base a
las convenciones particulares".

Y luego señalaba: "Había otra manera de considerar el acto


que dejaba completamente libre al legislador para formular las
condiciones todas del matrimonio, y era reputarlo como una
institución social fundada en el consentimiento de las partes; y
entonces las peculiaridades de su naturaleza, su carácter y la
extensión de las obligaciones, tan diferentes de las de los contratos,
podían corresponder al fin de su institución".

Añade que bajo ese punto de vista considerará al matrimonio,


y transcribe luego conceptos de Lord Robertson -tomados, como
recuerda Arias, de la obra de Story-, quien señala sus diferencias
con todos los demás contratos y la inaplicabilidad de las reglas de
éstos en su constitución y en los medios de ejecución, y finalmente
los siguientes conceptos de Savigny: "Se ha querido colocar al
matrimonio al lado de la venta o de la sociedad, como un mero
contrato consensual, que por una singular inadvertencia olvidaron
los romanos. Cuando el sacerdote pregunta a los esposos si quieren
prometerse amor y fidelidad hasta la muerte y los esposos hacen la

-11-
promesa, esta declaración no implica la promesa de ciertos actos
determinados, ni la sumisión a una ejecución jurídica en el caso en
que esos actos no se cumpliesen. Esa promesa significa sólo, que
los esposos conocen los preceptos del cristianismo sobre el
matrimonio, y que tienen la intención de conformar a ellos toda su
vida".

En Francia, se cita como primera expresión de la tesis


institucional del matrimonio una obra de La Breda, Considérations
sur le mariage du point de vue des lois, publicada en Lyon en 1877.

Un cuarto de siglo después la enunció algo vagamente


Charles Lefebvre, para quien el matrimonio es una institución que no
pertenece principalmente al orden jurídico de los contratos porque
no se permite a los contrayentes estipular como verdaderos
contratantes; inclusive restó valor al antecedente de la Constitución
de 1791, pues en la expresión utilizada -"contrato civil"- habría
prevalecido por sobre el tecnicismo del vocablo "contrato" la
tendencia a la secularización del matrimonio expresada en la
calificación de "civil".

Pero el desarrollo de la teoría sólo iba a producirse por medio


de la exposición de Hauriou, aplicada al matrimonio especialmente
por Renard y por Bonnecase, bien que este último no dejase de
reconocer que la institución era puesta en movimiento por un acto
jurídico.

La teoría de la institución ha influido también en el derecho


canónico, pues algunos canonistas modernos han intentado
introducirla en él; esta tendencia no ha tenido mayor acogida, pero
la constitución pastoral Gaudium et spes del Concilio Vaticano II (7
de diciembre de 1965) parece admitirla al decir que "del acto humano

-12-
por el que los esposos se dan y se reciben mutuamente nace, aun
ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina".

En el derecho positivo, la ha recogido el Código Civil de las


Islas Filipinas de 1949, cuyo art. 52, parte primera, expresa que "el
matrimonio no es un mero contrato sino una institución social
inviolable".

1.4.4 Concepción Mixta.

La teoría contractual pone el acento en el consentimiento de


las partes expresado en el acto de celebración; la institucional, por
el contrario, en la inderogabilidad por las partes del régimen legal a
que quedan sometidas como consecuencia de ese acto, del
complejo de derechos y deberes de los cuales no pueden apartarse.
Fácil es advertir que su contraposición es en cierta medida falsa, ya
que la primera tiene en vista primordialmente el matrimonio-acto, y
la segunda el matrimonio-estado. A pesar de sostener la teoría de la
institución o, más aún, de ser el único de los civilistas franceses que
la aplicó al matrimonio, no dejó de advertir la situación Bonnecase,
quien -sin embargo restó importancia al acto jurídico considerándolo
subordinado a la institución. Pero el intento de conciliar las dos
doctrinas proviene de Rouast, en la obra en que colaboró con Planiol
y Ripert, y fue luego admitido por Julliot de la Morandiére,
Carbonnier, los Mazeaud, Marty y Raynaud, Bénabent, Cornu y otros
autores.

1.4.5 Acto Jurídico Familiar.

-13-
Gran parte de la doctrina moderna considera que el
matrimonio es un acto jurídico familiar (negocio jurídico familiar en la
terminología italiana y española).

Claro está que se trata de caracterizar el acto de celebración


del matrimonio, de modo que esta posición no es incompatible con
ver en el matrimonio-estado una institución no sólo social sino
también jurídica.

Como antecedente de esta tesis pueden señalarse las


opiniones de autores que señalaron que no se trataba propiamente
de un contrato sino de una convención, ya que no habría diferencia
entre acto jurídico bilateral y convención. Lo caracterizan como acto
jurídico familiar -aunque para algunos es bilateral y para otros
complejo- en Alemania von Tuhr, en Italia Messineo y Stolfi, en
España Castán Tobeñas, Puig Brutau, Albaladejo y Diez-Picazo, en
Francia Bonnecase, Julliot de la Morandiére, Ripert y Boulanger, y
los Mazeaud, y en nuestro país Salvat, Lafaille, Rébora, Pavón,
Spota, Mazzinghi, Díaz de Guijarro, Frías, Molinario, Borda, León y
Zannoni. Como resulta de esta enunciación, algunos de los autores
que lo califican de acto jurídico familiar también son partidarios de la
teoría de la institución en cuanto al matrimonio- estado, o bien de la
concepción mixta.

1.4.6 Carácter del Matrimonio como Acto Jurídico.

Admitido que el matrimonio-acto es un acto jurídico familiar,


las dificultades no concluyen allí, pues se discute si se trata de un
simple acto bilateral o si la intervención del oficial público en su
celebración lo convierte en acto complejo. La duda puede plantearse
en nuestro derecho como consecuencia de que su actuación no se
limita a recibir las declaraciones del consentimiento de los esposos
sino que además pronuncia en nombre de la ley que quedan unidos

-14-
en matrimonio (art. 188, párr. tercero in fine, Cód. Civil, texto según
ley 23.515); su función va, pues, más allá que la del notario en las
escrituras públicas, quien se limita a dar fe de lo expuesto por los
otorgantes.

El carácter de acto complejo -adelantado por Bonnecase- es


afirmado en Italia por Vassalli y De Ruggiero, y parece aceptarlo
Messineo, fundados en que se forma con el concurso de las
voluntades particulares de los contrayentes y de la voluntad del
Estado.

La opinión según la cual el matrimonio es acto jurídico


complejo ha sido refutada por varios autores italianos,
fundamentalmente porque el vínculo nace de la voluntad de los
contrayentes, en tanto que la del Estado no tiene el mismo valor ni
puede ser puesta en el mismo plano que la de los esposos. En
nuestro país, Díaz de Guijarro se limitó a expresar que no comparte
la complejidad del acto.

1.5 EVOLUCIÓN HISTÓRICA

El origen del matrimonio se vincula con el origen de la familia,


y a su respecto existe igual disidencia que con relación a ésta. En
los pueblos cuyo conocimiento nos llega por medio de la historia, se
presenta como institución regulada por la ley o por la religión.

En cuanto al número de personas que lo integran, se distingue


el matrimonio monogámico (de un hombre con una mujer) del
poligámico (de uno o más hombres con una o más mujeres). Todas
sus formas se han presentado en algún lugar y momento histórico,
pero no existe una evolución progresiva de una a otra. En cuanto a
la forma de iniciarse la unión, se distingue el matrimonio por rapto,
el matrimonio por compra y el matrimonio por consentimiento de los

-15-
contrayentes. Aquí sí parece haber habido una evolución histórica
de la cual las tres formas mencionadas habrían sido pasos
sucesivos. La primitiva del matrimonio por rapto se fundaba
únicamente en la superioridad física masculina; su existencia parece
indudable por los vestigios que ha dejado en las formas de
celebración de las nupcias en algunos países en que se simula la
apropiación violenta de la mujer, tal como en algunas de las formas
de matrimonio reconocidas en la India, y asimismo en los países de
cultura occidental en que es costumbre que el flamante esposo entre
con la esposa en brazos al nuevo hogar. La forma del matrimonio
por compra supone un primer paso en la elevación del rango de la
mujer, que se convierte en cosa valiosa que sus padres negocian,
pero sin dejar de ser todavía cosa; el rastro queda también en los
esponsales de futuro, en especial en las arras esponsalicias, y en la
forma de matrimonio que simula la compra, que tuvo aplicación en
el derecho romano.

Finalmente, el matrimonio fundado en el consentimiento de


los contrayentes es relativamente reciente, ya que se presenta
claramente sólo en el derecho romano y en cierta etapa de la
evolución de las costumbres germánicas; únicamente en esta fase
el consentimiento de la mujer asume relevancia en la celebración.

En Roma, el matrimonio era la cohabitación del hombre y la


mujer con la intención de ser marido y mujer (affectio maritalis); si
desaparecía alguno de esos dos elementos -cohabitación y affectio-
el matrimonio dejaba de existir. El acto de celebración solía ir
acompañado de fiestas y ceremonias que variaron según la
evolución de las costumbres, pero en definitiva lo importante era el
estado resultante de los indicados elementos, mas no el acto.

-16-
El cristianismo tuvo singular importancia para la formación del
matrimonio moderno, como que el derecho canónico es la base de
la legislación matrimonial civil. Las innovaciones fundamentales a
que dio lugar fueron la dignificación de la familia fundada en el
matrimonio, la tendencia a la desaparición de las uniones desiguales
-como el concubinato, que existía en el derecho romano y persistió
en el español antiguo, o el matrimonio morganático del derecho
germánico anterior a la codificación-, el carácter esencial del
consentimiento personal de la desposada en el acto de celebración,
la proscripción del repudio, y la tendencia hacia la igualdad jurídica
de los esposos. Además la Iglesia Católica, a partir del Concilio de
Trento, consideró uniformemente al matrimonio como uno de los
sacramentos y rechazó el divorcio absoluto, circunstancias éstas
que no se dan en las protestantes ni en las ortodoxas.

-17-
CAPITULO II
LA INVALIDEZ O NULIDAD DEL MATRIMONIO

2.1 ASPECTOS GENERALES

Se puede aseverar que la invalidez del matrimonio es una


forma sui generis de aplicar una sanción a la transgresión de un
dispositivo, que a pesar del carácter obligatorio es incumplido en la
formación y protocolización del matrimonio; pero que tiene que
hacerse con mucho tino y criterio por parte del juzgador, por cuanto
de la declaración de validez o invalidez que se dicte, redundará la
estabilidad familiar como se dijo.

Este aspecto del Derecho de familia ha sido motivo de


profundas divergencias, por cuanto, existen autores que buscan que
diferenciar claramente la nulidad del matrimonio, de la inexistencia
del mismo; ya que la nulidad significa que anteriormente a ésta existió
un acto que es considerado jurídico, a pesar de que carezca de
ciertos requisitos, o adolezca de ciertos vicios de tal magnitud, que
anule el acto realizado; en cambio en la inexistencia, claramente nos
dice el Dr. Cornejo Chávez, que el inexistente es la negación, pues
quien dice inexistente, no afirma sino que niega, y lo que no existe
no puede tener ni siquiera la apariencia de acto jurídicamente
existente.2

En contraposición a los tratadistas que propugnan la


inexistencia, hay quienes no diferencian estos actos e incluyen
dentro de las nulidades los actos inexistentes, es así que, ellos
afirman que considerar como no acaecido un matrimonio que en

2CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. T. I, IX edición. Gaceta Jurídica


Editores. 1998. Lima.

-18-
verdad ha sido realizado, es crear cierta confusión que en bien del
Derecho positivo, es necesario evitar.

A esto podríamos agregarle lo siguiente, es bien claro y


fundamentado lo que propugnan estos tratadistas, ya que el
Derecho, su estudio y aplicación en la forma más clara y precisa es
la meta del juzgador, la consecución de la verdadera justicia.
Además la invalidez tiene declarada judicialmente, en cualquiera de
sus formas, con las consecuencias legales, que implican la
aplicación de ellas. Ya que no existe invalidez ipso jure. hecha o
determinada por las partes, porque se estaría desvirtuando el
sentido de equidad en la justicia; es por ello que creemos que este
aspecto, sería bien estudiado en el campo de la Filosofía del
Derecho; pero en su aspecto procesal, en su aplicación se debe
tratar de buscar la simplificación del Derecho para una mejor
comprensión y aplicación.

En materia del Derecho de Familia, y específicamente en la


parte del matrimonio, y su invalidez, existe una separación del
Derecho común, en ésta la sanción de una regla legal relativa a un
acto jurídico, es la nulidad del acto, cuando no se ha cumplido la
regla; mientras que en materia de matrimonio, esta solución debió
recibir todo un conjunto de complementos y limitaciones.

La invalidez presenta en sí el inconveniente de que sólo se


produce, después que fue transgredido el mandamiento legal, de
esta forma podemos darnos cuenta, que es más práctico oponerse
a la celebración; pero ocurre que casi siempre los contrayentes
desconocen el impedimento de buena fe y otros de mala fe lo
ocultan, por lo cual es un poco difícil la oposición.

Entre las principales reglas particulares, a las cuales tiene que


sujetarse la invalidez del matrimonio, tenemos:

-19-
1. Que en materia de matrimonio, no hay invalidez sin texto; es decir
que como existen requisitos fundamentales que cumplir, antes de
la celebración del matrimonio, existen también sanciones, para el
incumplimiento de las mismas en forma determinada; por lo cual
no se podría invalidar, algo que no esté impedido por la ley; por
eso, para hacer efectivo una invalidez tiene que estar señalada,
determinada por la ley.
2. Existen preceptos relativos al matrimonio, cuya violación
contrariamente al Derecho común, no acarrea su invalidez. En
los ordenamientos jurídicos están los llamados matrimonios
ilícitos, que acarrean una sanción de tipo pecuniario, mas no, su
invalidez; claro que esta disposición varía de acuerdo a como se
informa el Derecho positivo en cada país, teniendo en cuenta su
organización social.
3. El concepto de invalidez no ha podido ser aplicado en todos los
casos y con todo su rigor lógico. La retroactividad en la nulidad
del matrimonio engendra consecuencias, cuya severidad puede
ser injustificada y se ha tenido que admitir, que bajo ciertas
condiciones, en este caso la buena fe de alguno de los cónyuges,
o de ambos tiene un papel importante, ya que de esta
consideración un matrimonio reputado nulo, puede ser válido
como putativo.

La disolución del matrimonio, es considerada como una figura


totalmente contraria a la invalidez del matrimonio, ya que cuando se
habla de disolución se entiende que se va a disolver, algo que ha
estado formalmente unido; es decir, supone la existencia y la validez
del matrimonio, y que no podría ser atacado en su esencia misma;
de lo cual se puede decir, que la disolución es la ruptura del vinculo
para el futuro, y determina en principio la cesación de todos los
efectos que venía surtiendo, pero que había sido formado

-20-
legalmente, sin vicio alguno. Al respecto el tratadista Planiol decía:
“que la disolución, son los acontecimientos que ponen fin al
matrimonio válido, que rompen su curso sin retroactividad, y sólo
para el futuro”3.

2.2 FORMAS DE INVALIDEZ DEL MATRIMONIO

En esta cuestión se encuentra organizado un régimen


especial, del cual se ha logrado diferenciar el carácter distintivo e
independiente del establecido para la nulidad de los actos jurídicos
en general, este régimen especial que se basta así mismo en materia
de nulidad del matrimonio, nace del carácter y esencia especialísimo
que tiene el matrimonio como un acto jurídico.

En las nulidades del matrimonio hay que distinguir dos


momentos:

a) Los que se realizan antes de la celebración del matrimonio, como


acto mismo; y
b) Los que se realizan en el mismo momento de la celebración.

De esta forma podemos darnos cuenta que la nulidad del


matrimonio, se plantea sobre todo en el caso de que el impedimento
no se haya tenido en cuenta,- pero también puede plantearse, por
defectos que conciernen a la ceremonia misma de la celebración,
cuyas reglas de principio o de forma se hayan dejado de aplicar. De
ahí que sea necesario precisar en qué medida una contravención a
estas reglas entraña la nulidad de la unión.

La nulidad para el Dr. Héctor Cornejo Chávez, se origina por


la existencia de un vicio que tiene el carácter de esencial, esto
considerándolo, desde el aspecto positivo del Derecho, en cuanto lo

3 PLANIOL, Marcelo. “Tratado de Derecho Civil Francés”. Ed. Cultura. La Habana, 1949.

-21-
crea así cada país. De esta forma puede variar estas
consideraciones, de país en país, en concordancia con las normas
de tipo social, jurídico y moral de cada uno de ellos.

2.3 NULIDAD DEL MATRIMONIO

Es el medio instituido, con la finalidad de restablecer el orden


jurídico quebrantado, al no respetar las partes, una norma que tiene
carácter de esencial, o realizar el acto con la presencia de un vicio
que lo anula; siempre teniendo en cuenta, el ordenamiento jurídico y
la organización social que la gobierna. De esta forma, podemos
darnos, cuenta que la caracterización de estos vicios varía de país a
país, ya que tiene que estar de acuerdo con el criterio en que se
informa el Derecho positivo de cada uno de ellos.

En el matrimonio, jamás la nulidad se establece en reglas


generales, como sucede con los actos patrimoniales; las causales
que la producen se indican taxativa y específicamente por el
legislador. Así vemos que esta opinión se ve corroborada con el
hecho de que la ley del matrimonio civil, no sólo indica en sus
artículos pertinentes, quiénes no pueden contraer matrimonio, es
decir no sólo dicta disposiciones prohibitivas, sino que agrega en
otras disposiciones que el matrimonio celebrado, con cualquiera de
los vicios señalados es nulo4.

En este sentido, puede decirse que las nulidades del


matrimonio son de derecho estricto. Si el legislador procede de esta
forma es para evitar ambigüedades y conflictos en materia tan
trascendental como el matrimonio.

4 RIPERT, Georges y BOULANGER, Jean. Tratado de Derecho Civil, Bs.As, 1963.

-22-
Hay que considerar que las teorías de las nulidades, en
materia de matrimonio, están sometidos a una regla excepcional que
indica: «No hay nulidad de matrimonio, sin precepto que la
establezca expresamente».

La diferencia que existe con el Derecho común, en esta, la


nulidad puede ser virtual o tácita; sin embargo, no podemos aplicar
en igual forma a los actos matrimoniales; ya que la intención del
legislador ha sido, según se ha dicho, de preverlo y resolverlo todo.
Anteriormente ya señalamos las implicancias que puede acarrear la
nulidad de un matrimonio son de gran peligro pues crea un profundo
desorden en las familias que llega hasta el estado de irreparable y
de escándalo para otros.

Por estas consideraciones, es que el legislador ha reservado


el derecho al Juzgador, de decidir si la violación de la ley, es de grado
que justifique la aplicación de la ley en todo su rigor, y no ha querido
dejar a los riesgos de cualquier versión condicionada.

Entre las principales causas de nulidad del matrimonio,


podemos mencionar: el incesto, la bigamia, la clandestinidad.

2.4 LA ANULABILIDAD DEL MATRIMONIO

Por este medio existen dos posibilidades, que el acto


realizado sea declarado nulo, o que considerando la gravedad del
vicio, sea aceptado, es decir, considerado válido; siempre buscando
y destacando la manifiesta gravedad que representa la anulación de
un matrimonio, es que se busca, por el interés social, que los
matrimonios que adolecen de vicios subsanables, se lleguen a
convalidar, siempre que esté de acuerdo con cada sistema
legislativo en la concreta determinación de tales vicios.

-23-
La anulibidad es producida por la existencia de un vicio, que
no llega a tener la misma calificación que en la nulidad; y que por lo
tanto, puede no llegar a causar la invalidez del acto realizado; es
decir, siempre teniendo como premisa el interés general. El Estado
por intermedio de su órgano jurisdiccional, califica tenuemente o
mejor complacientemente los vicios de que pueda estar afectado el
matrimonio y trata de convalidarlo, y darle el carácter legal que
necesite; está claro, considerando el tremendo daño y
resquebrajamiento que causa en la familia y en la sociedad la
anulación de un matrimonio. Pero si el vicio de que adolece es
insubsanable, el acto tiene que desaparecer indefectiblemente, pues
aunque no se lograra ejercitar la acción correspondiente, la
invalidación ocurrirá, a más tardar, al ocurrir la muerte de cualquiera
de los cónyuges.

La convalidación de estos matrimonios, puede efectuarse por


confirmación o prescripción, mientras tanto, es decir mientras no se
inicie la acción invalidatoria, el matrimonio surte todos sus efectos
sólo desde el momento que la declaración judicial adquiere efectos
retroactivos, es decir que destruye todas las consecuencias jurídicas
que el negocio viciado había producido.

En nuestro ordenamiento jurídico, no se determina


expresamente si otras personas, aparte de los cónyuges, pueden
ejercitar la acción de anulabilidad, como sí sucede, en el caso de la
nulidad, en que se determina expresamente, en el artículo 275 del
Código Civil, qué personas pueden accionar de acuerdo a ley.

Un acto se considera nulo cuando el vicio del que adolece es


de manifiesta captación. Por ejemplo: la bigamia, el matrimonio de
un incapaz absoluto, etc. Mientras que el matrimonio anulable,
cuando no aparece manifiesto, sino que depende de una

-24-
investigación previa, lo que supone su constatación y declaración
judicial hasta cuya oportunidad debe reputarse como válida ambos
matrimonios.

La nulidad es absoluta cuando el acto realizado no es


susceptible de confirmación o prescripción, lo que autoriza al juez a
declararla de oficio, cuando aparece manifiesta, además puede ser
alegada por todos aquellos que tienen o pueden tener un interés
legítimo y actual, dentro de nuestro ordenamiento, excepto claro
está, por aquellos que lo han ejecutado sabiendo o conociendo el
vicio que lo invalidaba, en este caso estaría el cónyuge actuando de
mala fe.

Mientras que la anulabilidad puede ser confirmada, de ahí que


sólo será declarada por el juez a petición de parte; pudiendo alegarla
únicamente aquellos, en cuyo beneficio ha sido establecido por la
ley.

En la actualidad se utiliza una denominación genérica:


invalidez y también las específicas: nulidad y anulabilidad que la
doctrina y la legislación tradicional ocasionaron mucha confusión.

2.5 CONCEPTO Y DEFINICIÓN

Etimológicamente la palabra invalidez, deriva del latín


invalidus que tiene como acepción: sin vigor, sin valor alguno. En su
apreciación general significa la declaración de un Juez o Tribunal de
la ineficacia de un matrimonio. Esta noción es genérica porque
comprende a 2 formas de invalidez: la nulidad y la anulabilidad, que
la doctrina denominó como nulidad absoluta y relativa
concernientemente.

-25-
En su sentido específico, la invalidez del matrimonio es una
sanción que consiste en la declaración del órgano jurisdiccional
competente de la nulidad y anulabilidad del matrimonio en los
asuntos que la ley determina explícitamente.

Al no encontrar definición que hace nuestro Código civil


vigente, coincidimos con el Dr. Peralta Andía al considerar que la
invalidez del matrimonio es una parte del Derecho de Familia que
estriba en despojar de los efectos que regularmente crea la
celebración de! matrimonio por decisión judicial y en los asuntos que
claramente dispone la ley.

2.6 LOS MATRIMONIOS INEXISTENTES

La teoría del acto inexistente es originaria del Derecho


francés, si nos remontamos a sus inicios, llegamos a los trabajos
preparatorios del Código Civil francés, donde napoleón conceptuaba
enérgicamente, que no se debería confundir ni se mezclaran los
casos donde existiera el matrimonio, y los casos en que existiendo
éstos, pudieran ser declarados nulos.

Zacmarie, Aubri y Rau, son los primeros que hicieron mención


del acto inexistente, como categoría independiente y distinta del acto
nulo, que dentro de la anarquía técnica y jurídica que reinaba entre
los comentaristas del código francés, ayudó a salvar muchas
dificultades de entonces.

En el Derecho francés tiene capital gravitación la regla: «No


hay nulidad sin texto expreso» que era constantemente aplicada por
la Corte de Casación; esto se determina por el hecho de que el
legislador no había instituido la nulidad como sanción para los vicios
de extrema gravedad, la doctrina y la jurisprudencia se han visto en
la necesidad de desarrollar un sistema complementario al de la

-26-
nulidad, el sistema de los actos inexistentes, que luego se aplicaría
en materia de matrimonio con la finalidad de salvar ciertas
dificultades prácticas; de esta forma, al lado de los matrimonios nulos
aparecieron los matrimonios inexistentes, como categoría diferente
e independiente, merced a los cuales se puede negar toda eficacia
a los simulacros de unión, cuyo mantenimiento no sería admisible, y
siempre y cuando no exista título alguno, que acredite haberse
realizado el acto.

2.7 TEORÍA CLÁSICA

Nuevamente encontramos una diferenciación en lo que


respecta al matrimonio frente a los actos jurídicos en general, con
referencia a la inexistencia: es así que, la distinción de los actos
nulos de los actos inexistentes, admitida por la mayoría de los
autores para los actos jurídicos en general, es particularmente
aceptada en lo que concierne al matrimonio.

Esta teoría fue un complemento del principio de que no hay


caso de nulidad de matrimonio fuera de los del capítulo determinado,
surgió sin embargo alguna dificultad, cuando hubo que precisar los
casos de inexistencia; en este aspecto, surgen los problemas al
tratarse tres casos:

1. Falta absoluta de consentimiento.


2. Identidad de sexos.
3. Defectos de formalidades.

La inexistencia en estos tres casos se produciría, porque el


matrimonio carecería de un elemento esencial, de carácter natural
en los dos primeros, y de carácter legal en el tercero. Entre los
principales tratadistas que apoyaban esta nueva teoría,
manifestaban la distinción entre los matrimonios nulos y los

-27-
inexistentes, indicando, que un matrimonio afectado de nulidad, era
un vínculo legal existente, y que por lo tanto, era necesaria la
declaración judicial de invalidez para que sus efectos desaparezcan;
mientras que el matrimonio inexistente es la nada misma, o como
explica el Dr. Héctor Cornejo Chávez: «El matrimonio inexistente es
la negación del matrimonio, pues quien dice inexistente, no afirma
sino que niega, y lo que no existe no puede tener ni siquiera la
apariencia del acto jurídicamente existente»; por esta consideración,
muchos manifestaban que la declaración judicial de su inexistencia
no es necesaria, por consiguiente se puede proceder
inmediatamente a un nuevo matrimonio.

2.8 MATRIMONIOS PUTATIVOS

Si consideramos que el Derecho Romano, ha sido fuente de


casi todas las legislaciones vigentes, también es necesario indicar,
que aunque ellos captaron muchos aspectos del Derecho, no lo
hicieron así con los llamados matrimonios putativos; éste ha sido uno
de los mayores aportes del Derecho Canónico, considerado como
un matrimonio inválido, pero cuya anulación, por consideración a la
buena fe de los esposos, o de uno de ellos, produce efectos para el
cónyuge de buena fe, no aspira el cónyuge que actuó de mala fe.

Los graves efectos que producía la anulación de un


matrimonio, eran lógicamente la destrucción fulminante del vínculo,
con una retroacción absoluta, volviendo las cosas al ser y estado que
tenían al momento de la celebración del enlace, al menos así se
entendía antiguamente; pero, es aquí donde surge una corriente
doctrinal en el Derecho Canonista, una reacción en el sentido de
paliar los rigurosos efectos que se derivaban de la declaración de
nulidad y surge la tesis del matrimonio putativo, de honda raigambre

-28-
eclesiástica, profundo contenido humano y proyección incalculada
en el futuro del Derecho positivo.

Por medio del matrimonio putativo se impide la aplicación


retroactiva de la nulidad del matrimonio, cuando ha existido buena
fe en uno de los contrayentes o en ambos. En lo que respecta a las
condiciones, una sola es solicitada y aceptada por la doctrina: la
necesidad de que por lo menos uno de los cónyuges actúe de buena
fe. Diferente concepción se tenía en el Derecho Canónico, ya que
aquí se requería también que existiese una causa justa de error, y
que el matrimonio hubiese sido celebrado públicamente.

Pero aquí se plantea un problema referente a que es lo que


se entiende por buena fe. Esta podría definirse como es estado
subjetivo de una persona, que realiza un acto, en la creencia de
hacerlo lícita y válidamente, ignorando completamente que pueda
ser ¡lícita; en el matrimonio, sería ignorar el impedimento, y su
existencia legal, que se oponía para la celebración del acto, o
también por la ignorancia o desconocimiento de las formalidades,
que conllevan el acto mismo del matrimonio como es de suponerse,
los efectos del matrimonio putativo son menos amplios cuando uno
solo de los esposos sea el que haya actuado de buena fe; para
distinguir este aspecto de difícil comprensión, el juez debe tener en
consideración la inteligencia y el mayor o menor grado de cultura y
educación de los contrayentes.

-29-
CAPITULO III
LA INVALIDEZ DEL MATRIMONIO EN EL PERÚ

3.1 ANTECEDENTES

Habiendo realizado un concienzudo análisis doctrinal sobre la


invalidez del matrimonio, ahora conviene preguntarnos, ¿cuál ha
sido la trayectoria en el Derecho peruano y cómo califica nuestro
Derecho, este aspecto, con qué nombre lo designa? Si revisamos
nuestro código, encontramos que el legislador creyó adecuado
dedicar un Título: Sexto de la Sección Primera del Libro Primero de
Familia del C.C. abrogado, apartándose completamente de los actos
jurídicos en general que tienen un capítulo especial; todo esto,
también debido a la enorme importancia que tiene el matrimonio y la
familia dentro de la organización de un Estado.

Nuestro Código de 1936, nos hablaba de «La nulidad del


matrimonio», título que aunque no es errado tampoco era completo,
ya que parece, determinar una de las formas de invalidez. Pero en
el fondo abarcaba también la anulabilidad y los matrimonios ilícitos,
como los llama el Dr. Héctor Cornejo Chávez. No considera en
absoluto la figura de la inexistencia, por fundamentar que
corresponde al Derecho simplificar y no confundir.

Además, considerando que un matrimonio nunca es inválido


ipso jure, aunque adolezca del más grave vicio; no cabría la
distinción referida anteriormente, porque desde el momento que
existe un asentamiento en el libro del Registro Civil, lo que le da un
carácter legal, al acto ejecutado, es necesario que sea declarado
nulo, mediante la declaración judicial; lo que en consecuencia sería
un matrimonio nulo. Inexistente sería cuando no se hubiera
protocolizado el acto, ni se hubiera inscrito en el Registro Civil

-30-
correspondiente, por lo tanto no podría haber declaración judicial de
invalidez de un acto que no tiene valor jurídico.

El fundamento de la nulidad del matrimonio que consagró el


Código de 1936 está basado principalmente en que éste debe
realizarse exento de todo impedimento, que determinaba el Título II
en el Libro de Familia, autorizando si es así, a la persona designada
por ley, de acuerdo al artículo 112 del C.C. a celebrar la ceremonia,
si no se ha deducido oposición, o haya sido desestimada ésta,
encontrándose los contrayentes aptos.

No obstante lo manifestado anteriormente, existiendo algún


impedimento de los indicados en el Título II cuya infracción traiga
como consecuencia la insubsistencia del vínculo realizado, podría
ser ignorado, o conocido no se haya hecho valer, y a pesar de la
existencia del mismo, se efectúe la unión. Es cuando se recurre a la
figura de la nulidad, o mejor dicho de la invalidez del acto realizado,
con la finalidad de restablecer el orden jurídico que quebrantó la
infracción del impedimento, como dice el maestro Emilio Valverde.

Es necesario considerar al momento de estudiar las nulidades


matrimoniales, la estrecha relación existente con los impedimentos
matrimoniales; esta teoría se remonta al Derecho Canónico,
habiéndolos dividido en dos grandes categorías: los dirimentes y los
impidientes, según fueran graves o de menor importancia. De esta
diferenciación se infiere que no siempre todo impedimento da lugar
a la nulidad del matrimonio, porque no todos tienen la misma
naturaleza ni la misma gravedad ni importancia, de ahí proviene la
distinción tradicional de los impedimentos simplemente prohibitivos
y dirimentes estos últimos los que dan lugar a la nulidad del
matrimonio, que se hubiera contraído a pesar de su existencia.

-31-
De esta forma se podría distinguir las condiciones esenciales
del matrimonio, de las condiciones de validez del matrimonio, las
primeras constituyen una cuestión de hecho, cual es de saber, si el
hecho que las leyes califican de matrimonio ha tenido lugar o no;
mientras que las segundas conciernen a una cuestión de Derecho,
cual es de saber, si el matrimonio resultante del hecho que se haya
establecido, debe ser considerado como válido en Derecho; cuestión
ésta que no puede presentarse, sino cuando se supone la existencia
de un matrimonio y por consiguiente la existencia de las condiciones
esenciales.

El Código Civil de 1984 norma la invalidez del Matrimonio en


el capitulo V del Título 1, de la Sección II del libro III del artículo 276
hasta el 286 inclusive.

Con el Titulo de NULIDAD DEL MATRIMONIO, el Código Civil


de 1936 concibiendo en forma ambigua usa la expresión de
NULIDAD en su significado más amplio involucrando también los
asuntos de ANULABILIDAD, sin embargo el artículo siguiente
oponiéndose de alguna forma le da una acepción estricta. El Código
Civil vigente comprende tanto la NULIDAD como la ANULABILIDAD
bajo el Título "INVALIDEZ DEL MATRIMONIO» y separando de la
de los actos jurídicos en general.

Como se puede apreciar, la diferencia que aparta la nulidad


de la anulabilidad consiste en la extensión que se concede a la
acción invalidatoria demasiado amplia en el primer caso y restringida
en el segundo; y la consiguiente imposibilidad o posibilidad de
convalidar el matrimonio.

Tratándose de matrimonio nulo, dice el artículo 275 que la


nulidad debe ser interpuesta por el Ministerio Público, y puede ser
intentada por cuantos tengan en ella un interés legítimo y actual. Si

-32-
la nulidad es manifiesta, el Juez la declara de oficio. Sin embargo,
disuelto el matrimonio, el Ministerio Público no puede intentar ni
proseguir la nulidad ni el Juez declarar de oficio.

En la doctrina se distinguen tres casos o supuestos en que el


matrimonio carece o puede carecer de validez:

3.1.1 LA NULIDAD

La nulidad se deriva de la existencia de un vicio con carácter


esencial. Dicho carácter es obviamente especificado en los
diferentes casos que nos muestra el Derecho positivo.

Sostienen Gustavo A. Bossert y Eduardo A. Zannommi:


“Básicamente, la nulidad del acto jurídico matrimonial se traduce en
su ineficacia, o sea en la privación de sus efectos propios:

 Ineficacia del emplazamiento, en cuanto a los contrayentes del


matrimonio inválido no logran efectivizar la atribución subjetiva de
las relaciones jurídicas familiares que aquél determina ministerio
legis.
 Ineficacia de los efectos del emplazamiento”5.

El tratadista Cornejo Chávez dice: “...Las nulidades de pleno,


o sea las nulidades manifiestas, actos nulos, son aquellas que
provienen de un vicio aparente y real que impide la formación del
acto o del contrato.... En tanto las nulidades dependientes de acción,
son aquellas que dependen, antes de circunstancias de hecho que
de la disposición del derecho y que requieren de la apreciación del
Juez”6.

3.1.2 La Anulabilidad

5 BOSSERT y ZANNONI, Manual de Derecho de Familia. Ed. Astrea, Buenos Aires. 1989.
6 CORDEIRO ALVAREZ, Ernesto; citado por Zannoni Eduardo, A.: Ob Cit. Pag. 284.

-33-
Se deriva de la existencia de algún vicio esencial, pero para
los contrayentes, no para la colectividad en general. Mo daña,
concluyentemente, el interés público.

La invalidez del matrimonio puede producirse, en este caso,


por un negocio jurídico dirigido a su anulación (acción anulatoria).
Desde la celebración hasta la disolución del negocio matrimonial, su
invalidez latente no opera nunca ipsojure, sino que demanda la
expresa declaración judicial, dentro de la acción respectiva que sólo
puede ser intentada por determinadas personas.

El tratadista Cornejo Chávez, dice: “...cuando el vicio de que


el matrimonio adolece consiste en uno de los impedimentos que el
ordenamiento legal estime dispensables, existe la posibilidad de
subsanación confirmatoria o prescriptoria; y aunque ésta no llegue a
realizarse, el negocio existe y es eficaz, es decir, que tiene todos los
efectos de un matrimonio válido, en tanto no sobrevenga la sentencia
anulatoria o la disolución del casamiento. Sin embargo, la
invalidación funciona con efecto retroactivo, lo que significa que
destruye todas las consecuencias que el negocio viciado había
producido. El rigor de este principio sólo se atenúa en cuanto lo exige
la necesidad de amparar la buena fe de los cónyuges para defender
la calidad de legítimos que el matrimonio invalidado confirió a los
hijos y para reclamar en su propio favor las consecuencias civiles
pertinentes, o de los terceros que no previeron o no pudieron prever
la futura invalidación...”7.

En conclusión, debemos señalar que mientras la nulidad


absoluta tiene como fundamento razones de orden público, la

7CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. Ed. Gaceta Jurídica. Tomo I.
9na ed., pág. 227. Lima, 1998.

-34-
anulabilidad con su carácter relativo incide sustancialmente en
amparar el interés de las partes que intervienen en el acto.

3.1.3 La Impugnabilidad

Es ocasionada por la existencia de algún vicio que sin afectar


directamente al interés general, perjudica gravemente a uno de los
cónyuges. Aquí la invalidez no funciona de pleno derecho y la acción
a que da origen sólo puede ser iniciada por el cónyuge perjudicado,
a él le será entonces reconocida la facultad de confirmar el negocio
y que a esta convalidación puede arribarse por el transcurso del
tiempo.

Antes de la subsanación y mientras no se declare la invalidez,


el matrimonio impugnable surte todos los efectos legales de un
matrimonio inatacable; pero iniciada la acción invalidatoria, el efecto
de la sentencia que en ella recaiga es la anulación retroactiva del
acto impugnado.

De otro lado, la diferencia que separa la nulidad de la


anulabilidad, únicos casos de invalidez del matrimonio a que sé
refiere la ley, se asienta fundamentalmente en dos factores: la
extensión que se otorga a la acción invalidatoria; y la posibilidad o
imposibilidad de convalidar el matrimonio.

La pretensión de invalidez del matrimonio debe tramitarse


como proceso de conocimiento, siendo aplicables, en lo pertinente,
las disposiciones estipuladas para los procesos de separación o
divorcio por causal, de conformidad al artículo 281 del C.C.

-35-
Sostiene López del Carril: “La acción de nulidad de
matrimonio no puede intentarse sino en vida de los esposos”8.

3.2 CASOS DE NULIDAD DEL MATRIMONIO TIPIFICADOS EN


NUESTRA LEY

La nulidad del matrimonio es una sanción cuyos efectos son


particularmente graves, ya que destruye el vínculo realizado, no sólo
para el futuro sino también en el pasado, y transforma a los esposos
en concubinos, por lo cual, pues, es necesario declarar la nulidad
sólo en los casos establecidos por ley.

Existe una regla al respecto, que indica que no habrá nulidad


de matrimonio sino se basa ésta en una causal determinada por la
ley. Así también, con respecto a la gravedad que implica la nulidad
del matrimonio es que se buscan dos tipos de razones o argumentos,
uno de tipo moral o familiar, y otro de tipo legal; por el primero,
considerando que es una causa de perturbación de la familia, cuyo
resquebrajamiento afecta a la sociedad en sí, es preciso buscar que
proteger a la familia, no haciendo las causas extensivas alrededor
del principio fundamental anunciado a la regla anterior; mientras que
por la razón legal, habiéndose instituido legal y jurídicamente las
causas que provocan la nulidad, es inadmisible admitir cualquier otra
causa que no esté tipificada por la ley; por estas consideraciones es
que la materia que se estudia es de suma importancia, más aún,
creemos de importancia singular. Conceptuando el matrimonio nulo
podemos decir que es aquel que adolece en su formación de la
ausencia de algún elemento esencial para realizarlo. Hay un
impedimento para su celebración. Si el matrimonio se realiza con ese
impedimento se está afectando un interés no sólo privado, sino un

8LOPEZ DEL CARRIL, Julio. Nulidad del Matrimonio. Ed. Abeledo Perrot. Pág. 15. Buenos
Aires, 1958.

-36-
interés de orden público. Se está privando al matrimonio realizado
en tales condiciones de toda eficacia jurídica.

Nuestro Código Civil vigente determina en el artículo 274


incisos 1 al 9 los matrimonios que son considerados nulos:

3.2.1 Del Enfermo mental

Aun cuando la enfermedad se manifieste después de


celebrado el acto o aquél tenga intervalos lúcidos. No obstante,
cuando el enfermo ha recobrado la plenitud de sus facultades, la
acción corresponde exclusivamente al cónyuge perjudicado y
caduca si no se ejercita dentro del plazo de un año a partir del día
en que cesó la incapacidad.

En el inc. 1 del articulo 132 del C.C. de 1936 se consideró que


el consentimiento para celebrar o contraer un matrimonio era
fundamental, y que las personas que sufren de alteraciones
mentales se encontraban incapacitados legalmente, o mejor dicho,
de acuerdo a ley, eran considerados incapaces absolutos, como lo
determinaba el articulo 9g en su inciso 2" y por consiguiente estaban
sujetos a cúratela en concordancia con el artículo 555 del C.C.
abrogado; los matrimonios logrados a pesar de este impedimento
dirimente estaban destinados indefectiblemente a su anulación con
todas sus implicancias y rigor. Pero considerando que el estado
mental insano es un proceso psicobiológico, que puede conducir a
una recuperación y por lo tanto volver a su normalidad; caso
completamente diferente al establecido en el código anterior, cuando
mencionaba los intervalos lúcidos, que son manifestaciones
pasajeras, temporales, de una suspensión del estado insano
mentalmente, y que tiene todas las características del delirio, pero
sin recuperación total; en el supuesto de que uno de los actores haya
realizado el acta a pesar del impedimento, pero recobra la salud en

-37-
forma total y perenne, este matrimonio ya no podía ser considerado
nulo, sino más bien, por las características que poseía era anulable;
algunos autores llegan a considerarlo como una excepción de los
matrimonios nulos, pero que considerando las características que
rodeaban a este nuevo estado, y que coinciden totalmente con los
matrimonios anulables; siempre que uno de los actores recobre la
plenitud mental, caso contrario es típicamente un matrimonio nulo
por las consideraciones ya expuestas.

Según el Código Civil de 1984, la ley prohíbe contraer


matrimonio al enfermo mental, aun cuando la enfermedad se revela
después de celebrado el acto o el doliente tenga intervalos lúcidos.
Su transgresión se castiga con la nulidad del matrimonio porque ese
suceso encarna un grave peligro para la tranquilidad de toda la
familia (Art. 241, inc. 3º del C.C).

La acción de nulidad debe ser interpuesta por el Ministerio


Público, pudiendo ser intentada por los que tengan interés legítimo
y actual. Si la nulidad es manifiesta el Juez la declara de oficio. Sin
embargo, disuelto el matrimonio el Ministerio Público no puede
intentar ni proseguir la nulidad, ni el juez declararla de oficio. La
acción de nulidad no caduca (Arts. 275 y 276 del C.C).

Pero si ese enfermo recobra enteramente sus facultades, la


acción corresponde en forma exclusiva al cónyuge perjudicado, y
caduca si el cónyuge no la ejercita dentro del plazo de un año a partir
del día en que cesó la incapacidad (Art. 274 inc. 1 del C.C).

3.2.2 Matrimonio del sordomudo, ciegosordo y ciegomudo

-38-
En el inc. 1º del artículo 132 del C.C. del Código de 1936,
básicamente este concepto, está basado al igual que el anterior, en
la capacidad de emitir libre e incuestionablemente el consentimiento
para contraer matrimonio, y más aun juega un papel preponderante
en la culminación de cualquier acto jurídico, y con mayor razón en el
caso del matrimonio. Normalmente el consentimiento se da por
intermedio de la palabra y la escritura: Pero, ¿cuál sería la actitud de
quien no sabe expresarse por ninguno de estos medios? Estaría
considerado como un incapaz absoluto, más aún si es sordomudo,
y por consiguiente, al igual que el enfermo mental, no tiene
capacidad para celebrar ningún acto legal, ni menos contraer
matrimonio, ya que si así lo hiciera, éste tendría que ser declarado
nulo indefectiblemente. Pero parece que el legislador no se proyectó
en debida forma con respecto al avance de la técnica de las
comunicaciones; es así que los miembros de la comisión de
entonces sólo se abocaron a discutir si las personas sordomudas
eran incapaces absolutas o relativas, prevaleciendo la primera, por
las razones anteriormente explicadas.

Actualmente la técnica se ha superado enormemente y los


sordomudos han aprendido a comunicarse por diversos medios, y ya
casi no se aplica este articulado, sin embargo nuestro Código de
1936 en su artículo 153, que enumerara, determinaba la
imprescriptibilidad de los matrimonios nulos, y no menciona para
nada el de los sordomudos con lo cual parecería indicar que éste es
prescriptible, característica propia de los matrimonios anulables.
Pero así aún tampoco se señala cuál es el tiempo requerido para
que surta sus efectos; considerando que al igual que los matrimonios
contraídos por enfermos mentales que se recuperan, forman parte
de los matrimonios anulables, como una excepción; en el caso del
sordomudo que contrajo matrimonio, sin haber expresado su

-39-
voluntad, pero que aprende posteriormente, se encuentra facultado
para impugnarlo; por lo cual si no lo hace durante un determinado
tiempo debe prescribir.

En resumen, según el código abrogado, si un matrimonio se


realiza sin que el contrayente sordomudo pueda expresar libre y
fehacientemente es un acto nulo.

Pero si el cónyuge sordomudo, que se case sin prestar su


consentimiento, aprende a expresarse y no ataca el vicio de su
matrimonio durante determinado tiempo, tiene que entenderse que
lo consiente; y por prescripción, ese matrimonio que en un primer
momento era nulo, se convierte en un matrimonio válido, o también
el cónyuge podría convalidarlo por confirmación.

El tremendo poder y la importancia que encierra el matrimonio


dentro de la familia y la sociedad, nos obliga a aceptar como válido
un matrimonio que en muy poco afecta a la sociedad, y más bien son
las partes las afectadas, siempre que ellas consientan a posteriori,
por confirmación o por prescripción.

El Código de 1984 incluye, además del sordomudo, al


ciegosordo y al ciegomudo, a quienes también se veda el matrimonio
por sufrir de estas afecciones, pero solamente cuando no puedan
expresar su voluntad de manera indubitable. Su contravención se
sanciona con la nulidad del matrimonio porque estas anormalidades
privan a los contrayentes de expresar en forma inequívoca su
consentimiento.

La acción tiene la extensión y limitación que determina el


artículo 275 y no caduca de acuerdo a lo establecido por el artículo
276 del C.C., salvo en los casos que estas personas aprendan a

-40-
expresarse de modo indubitable, en cuyo caso el matrimonio deviene
anulable.

La acción debe incoarla el cónyuge perjudicado y caduca si


no se ejercita dentro del año siguiente a partir de la fecha en que
finaliza las mencionadas anormalidades.

3.2.3 Matrimonio del casado civilmente

A pesar de que a primera vista se podría considerar éste


corrió uno de los casos básicos y su/generis de los llamados
matrimonios nulos, sin excepciones posibles, según el Código
abrogado existen también tres excepciones, por las cuales no se les
puede declarar fácilmente como nulos, sino que merecen un estudio
especial.

El inc. 5 del artículo 82 de nuestro Código Civil abrogado,


impide a los casados contraer nuevas nupcias mientras no se
disuelva el anterior. También, aparte de la nulidad del nuevo vínculo
contraído por una persona que ya es casada anteriormente, trae
consigo la constitución del delito de bigamia, tipificado y sancionado
en el Código Penal de 1924 en su artículo 214 (Art. 139 y ss. del
Código Penal de 1991); así también esta sanción recaía sobre el
cónyuge del bígamo que, sabiendo el estado de la otra parte,
permitiese la consecución de este delito.

3.2.4 Del matrimonio entre consanguíneos y afines en línea


recta

El Código de 1936 en el inc. 12 del artículo 43, impide los


matrimonios que se quieran celebrar entre parientes por
consanguinidad, o los afines en línea recta; nos parece tan
aborrecible que se pueda lograr este acto, sin embargo debe ser

-41-
estudiado y fundamentado, por lo que creemos necesario transcribir
el pensamiento de Colín y Capitamt, que dicen:

“La vida en familia sería imposible, si el pensamiento de unión


sexual pudiera surgir, sin que la conciencia protestara, entre las
personas que viven juntas en la intimidad familiar; de ahí la
amoralidad que entraña el incesto”.

Nos damos cuenta que la prohibición determinada en nuestro


Código, tiene su base y fundamento en razones de alta moralidad,
así como de acuerdo a razones biológicas, científicas, mediante las
cuales se ha llegado a la conclusión de que uniones entre personas
de una misma ascendencia, puede producir una prole con graves
deficiencias físicas o psíquicas.

3.2.5 Matrimonios entre colaterales por consanguinidad hasta


el tercer grado

Hemos visto el problema que se crea cuando se desea


contraer matrimonio entre consanguíneos en línea recta. De igual
forma el Código de 1936, determina que los colaterales por
consanguinidad hasta el segundo grado, están impedidos de
contraer matrimonio, mientras que los del tercer grado, pueden
hacerlo previa dispensa solicitada al Juez, nuevamente se observa
que el Código no se define en este aspecto, ya que este último caso
goza de las dos características: de matrimonio y de anulable.

Existe una excepción, con respecto al tercer grado: tío-


sobrina; tía-sobrino, conforme está dispuesto en los artículos 83 inc.
22; y el artículo 87 del C.C. de 1936; aquí es donde se determina la
oscuridad del Código que siendo materia de ser analizado se
establece que en el artículo 83, inc. 1) se precisa tajantemente que
no podrán contraer matrimonio dichos parientes en tercer grado.

-42-
El artículo 87 del C.C. señala, haciendo la excepción, que sólo
el juez podrá dispensar a los contrayentes de dicho impedimento.

El artículo 132 inc. 2- nuevamente en forma terminante


establece que son nulos los matrimonios contraídos con la infracción
del artículo 83 en su inc. 1).

El artículo 140 del Código Civil abrogado indica que si el


matrimonio entre parientes colaterales en el tercer grado fue
realizado sin dispensa es nulo, pero puede quedar convalidado aun
después de realizado si se solicita.

Es decir, a pesar de que se legisla abundantemente sobre


esta materia, se dejan profundas brechas por las cuales se puede
dejar discurrir la mala fe de algunos de los cónyuges. Ya que si uno
de ellos después de contraído el matrimonio cree que no le es
conveniente, buscará amparándose en estos dispositivos que se
anule el acta realizada, sorprendiendo la buena fe del otro; además,
se entiende que la dispensa deberá ser solicitada por los dos
cónyuges, es aquí donde se puede dar esta figura injusta; y
considerando los tremendos lazos de parentesco consanguíneo y
los altos principios morales, religiosos y sociales, este impedimento
debe ser dirimente, en todo el sentido de la palabra, sin excepciones
de ninguna naturaleza, ya que se presta para desvirtuar los lazos de
familiaridad, así como para que existan los matrimonios por
conveniencia.

En todo caso, el legislador cree fundamental la existencia de


esta excepción, y que debería solicitarse con el carácter de
obligatoria la dispensa, antes de la celebración del matrimonio,
porque ésta es la única forma en que se puede salvaguardar la
buena fe de alguno de los contrayentes.

-43-
3.2.6 Matrimonio entre afines en el segundo grado de línea
colateral

El Código Civil de 1936 no comprendió a los cuñados en


impedimento matrimonial alguno; pero la ley Nº 11868 lo agregó para
el caso específico de que el matrimonio anterior hubiera sido disuelto
por el divorcio y en tanto que el ex cónyuge viva.

Su infracción se sanciona declarando nulo dicho matrimonio,


sobre todo por la necesidad de preservar la armonía familiar entre
los parientes consanguíneos y además para evitar el resentimiento
público de la sociedad que podría generar la inmoralidad generada.

La acción de nulidad debe ser interpuesta por el


representante del Ministerio Público y puede ser intentada por
cuantos tengan interés legítimo y actual; pero si la nulidad es
manifiesta el juez o declarará de oficio.

Empero, disuelto el matrimonio, el Ministerio Público no puede


intentar ni proseguir la nulidad, ni el juez declararla de oficio. Se
aclara que la acción no caduca.

3.2.7 Matrimonio del condenado por homicidio doloso de uno


de los cónyuges con el, sobreviviente

El impedimento de este matrimonio se encuentra determinado


en el inc. 4º del artículo 83 del C.C. abrogado, y al igual que los
anteriores, tiene una base de orden moral, con la finalidad de
imposibilitar la consecución de un casamiento, que aparecería
ocasionado por un hecho delictuoso. Por estas consideraciones, no
se puede aceptar la unión conyugal que en la hipótesis de realizarse
y no aplicarse la sanción invalidatoria, se estaría aceptando la

-44-
manifiesta aprobación de un delito, o también la culpable
participación en él.

Estos matrimonios, por las consideraciones anotadas


anteriormente, están absolutamente dentro de los matrimonios
nulos, por cuanto se tiene que aplicar la sanción determinada en los
artículos № 132, 134, 135 y 153 del C.C. de 1936.

3.2.8 Matrimonio celebrado con prescindencias legales corres-


pondientes

Está referido a la posibilidad de que el matrimonio se haya


realizado con omisión total o parcial las formalidades que deben
preceder a la ceremonia misma del matrimonio, los mismos que
están contenidos en los artículos 248 al 268 del C.C. vigente, esta
causal plantea un problema de importancia que a decir del maestro
Cornejo Chávez: Porque el matrimonio es un acto jurídico solemne
en que la forma no se exige sólo ad probationem, sino ad sustantium,
por lo que su inobservancia invalida el acto mismo, sobre todo en el
caso de prescindencia total de dichos trámites previos se suscita la
vehemente sospecha de que el acta de casamiento, sin expediente
matrimonial alguno, haya sido resultado de una simulación».

Es pues un matrimonio que sin tener el carácter de nupcias ¡n


extremis, se omite no legalmente en todo o en parte de las etapas
que preceden a la ceremonia final del matrimonio.

La acción tiene la extensión del artículo 275 C.C. y, de


conformidad al artículo 276 C.C, no caduca.

Por excepción, la ley estipula de acuerdo al inc. 8º del artículo


274, que el matrimonio queda convalidado si los contrayentes

-45-
hubieran actuado de buena fe, y en tal sentido se subsana la
omisión.

3.2.9 Matrimonio celebrado ante funcionario incompetente

Se da en razón a la incompetencia ratione personae y ratione


loci: el oficial del Registro civil puede ser incompetente por razón de
la persona, cuando ninguno de los contrayentes tiene en la
jurisdicción del Municipio su domicilio real, o una residencia
insuficiente para contraer matrimonio; además el oficial puede ser
incompetente por razón del lugar, cuando se traslada a una
jurisdicción que esté comprendida en otro municipio, con la finalidad
de celebrar ahí ese matrimonio; asimismo se considera
incompetencia por razón de las funciones, cuando la persona
encargada de la celebración no tenga la condición de oficial del
Registro Civil que puede ser como consecuencia de un error de
interpretación de la ley municipal, o como efecto de la usurpación de
funciones del oficial del Registro Civil, por una persona que
sorprendiendo a los contrayentes, les hace creer que tiene la
facultad para celebrar el matrimonio.

Ya hemos estudiado someramente quiénes son considerados


incompetentes, y por qué razones, para celebrar el matrimonio;
ahora veamos, de acuerdo a ley, quiénes están autorizados y por
tanto considerados funcionarios competentes para celebrar el
matrimonio:

El Alcalde provincial o distrital del domicilio de cualquiera de


los contrayentes, debiendo efectuarse el acto necesariamente, ante
el Alcalde que se iniciara el pliego matrimonial. Además de estas
personas, existen otras que por autorización de la ley también
pueden realizarlo como: los Tenientes Alcaldes, el Oficial del Estado
Civil, Agentes Municipales, Directores o Jefes de Hospitales,

-46-
Capellanes de estos establecimientos y los Misioneros Católicos,
siempre que el Alcalde competente les delegue por escrito esta
facultad; también lo podrá hacer el Alcalde distinto a donde se inició
el pliego matrimonial, siempre que conste por escrito tal autorización.
Asimismo los funcionarios competentes especialmente encargados
del Registro de Estado Civil, en la Capital de la República, y en las
capitales de provincias, estos funcionarios estaban señalados en lo
que determina el artículo 29, inc. 1º del C.C. abrogado.

3.3 CASOS DE ANULABILIDAD

3.3.1 Matrimonio del impúber.

El ordenamiento jurídico civil nacional establece que es


anulable el matrimonio del impúber, vale decir, de quien no ha
alcanzado la mayoría de edad, salvo que hubieran obtenido la
respectiva dispensa judicial por motivos justificados, siempre que los
contrayentes tengan como mínimo dieciséis y manifiesten expresa-
mente su voluntad de casarse.

La acción para que se declare la anulabilidad puede ser


intentada por el mismo impúber, por sus ascendientes si no hubiesen
prestado asentimiento para el matrimonio y, a falta de éstos, por el
consejo de familia.

El Código establece que la acción no puede intentarse en los si-


guientes casos:

1) Después de que el menor haya alcanzado la mayoría de edad,


en cuyo caso, se habrá producido la caducidad de la acción.
2) Cuando la mujer haya concebido, tampoco podrá solicitarse la
invalidez por la necesidad de proteger al hijo y por la presunción
de que la minoría de edad ya ha concluido.

-47-
3) Pero, si la anulación hubiese sido obtenida a instancia de los pa-
dres, ascendientes o del consejo de familia, los cónyuges al llegar
a la mayoría, podrán confirmar su matrimonio ante el juez, de tal
modo, que la confirmación produce efecto retroactivo.

La Primera Disposición Modificatoria del Decreto Legislativo


No. 768, introduce los siguientes cambios:

1) Utiliza la denominación de pretensión en lugar de acción, la que


puede ser ejercitada por el impúber, luego de llegar a la mayoría
de edad, por sus ascendientes si no hubiesen prestado asenti-
miento para el matrimonio y, a falta de éstos, por el consejo de
familia. Consideramos que se trata de un error puesto que esta
disposición se contrapone a los alcances del artículo 46.
2) Estima que no puede solicitarse la anulación después de que el
menor haya alcanzado la mayoría de edad, ni cuando la mujer
hubiera concebido, por los fundamentos anteriormente mencio-
nados.
3) Explica, que aunque se hubiera declarado la anulación del matri-
monio, los cónyuges pueden confirmar su matrimonio.
4) Determina la competencia y el procedimiento, al disponer que la
confirmación se solicita ante el Juez de Paz Letrado del lugar del
domicilio conyugal y que se tramita como proceso no contencio-
so.
5) Por último, establece que la resolución que aprueba la confirma-
ción produce efectos retroactivos.

3.3.2 Matrimonio con infracción del impedimento de sanidad.

También, por disposición legal se establece que no pueden


contraer matrimonio los que adolecen de enfermedad crónica,

-48-
contagiosa y transmisible por herencia o vicio que constituya peligro
para la prole. Su transgresión se castiga con la anulabilidad del
matrimonio.

Se considera crónica una enfermedad cuando está muy


avanzada, a veces, incurable por su resistencia al tratamiento
médico y como tal acompaña toda la vida a la persona que la padece.
Se estima que es contagiosa cuando es susceptible de transmitirse
por contacto directo o indirecto. Es hereditaria, si se transmite de
generación en generación. El caso, además hace extensivo a los
vicios, siempre que constituyan peligro para la prole, como el
alcoholismo, la drogadicción en sus variadas formas, etc.

En ambos casos (enfermedad y vicios) existe, a no dudarlo,


no sólo inminente riesgo de contagio sino también peligro de
trasmitirlos a la prole.

La acción anulatoria sólo puede ser intentada por el cónyuge


del enfermo o vicioso, de tal manera que la acción caduca si no se
interpone en el plazo de un año desde el día en que se tuvo
conocimiento de la dolencia o del vicio. (277.2°)

3.3.3 Matrimonio del raptor y la raptada.

Por disposición de la ley es anulable el matrimonio del raptor


con la raptada o a la inversa o el matrimonio realizado con retención
violenta, por considerar que a uno de los contrayentes se le ha
privado de expresar libremente su consentimiento matrimonial.

Se entiende por rapto a la sustracción de una persona del


lugar donde se encontraba contra su voluntad y con violencia o
después de haber obtenido su consentimiento por amenaza, fraude
o engaño. La retención violenta, en cambio suele considerarse como

-49-
una detención súbita que se asemeja al rapto por la obvia semejanza
de sus efectos.

La acción invalidatoria por anulación corresponde


exclusivamente a la parte agraviada y sólo será admisible si se
plantea dentro del plazo de un año de cesado el rapto o la retención
violenta, al cabo del cual, caduca la acción. (277.3°)

3.3.4 Matrimonio con limitación de las facultades mentales por


causa pasajera.

Asimismo, nuestro ordenamiento jurídico señala que es


anulable el matrimonio de la persona que no se halla en el pleno
ejercicio de sus facultades mentales por una causa pasajera como
la embriaguez, el consumo de drogas, el hipnotismo, etc., por tanto,
ese estado revela insania mental transitoria que afecta el suficiente
discernimiento con que debe apreciarse la trascendencia del acto
matrimonial y los efectos que éste produce.

La acción anulatoria, sólo puede ser invocada por el que


contrajo matrimonio con limitación de sus facultades mentales,
dentro de los dos años de la celebración del casamiento y siempre
que no haya hecho vida en común durante seis meses después de
desaparecida la causa.

Contrario sensu, es posible la convalidación (confirmación


tácita) cuando el cónyuge afectado hace vida en común con el otro
durante los seis meses siguientes a la desaparición de la causa; y,
también, la convalidación vía caducidad por el transcurso de dos
años de celebrado el matrimonio.

3.3.5 Matrimonio contraído por error.

-50-
El error es un vicio de consentimiento que presenta cierta
complejidad en cuanto a precisar los límites y alcances que debe
tener, por eso las legislaciones sólo tienden a circunscribirlos a
casos concretos y de comprobación fácil.

El Derecho francés contempla tres casos: a) El error en la


persona física del cónyuge (Jacob se casa con Lía creyendo casarse
con Raquel). Se trata de una suplantación o sustitución muy difícil
de producirse en la práctica, b) El error sobre la Identidad civil, como
el caso del que se atribuye un estado que no le corresponde o del
aventurero que fabrica documentos falsos, c) El error sobre una
cualidad sustancial de la persona, que de ser conocida por la otra,
no hubiera realizado tal matrimonio.

El inciso 5° del artículo 277 prescribe que es anulable el casamiento


de quien contrae por:

1) Error sobre la identidad física del otro contrayente.- Se refiere al


caso de suplantación de la persona, si bien es de difícil
ocurrencia pero extensiva al caso del erraren la identidad civil
como es el del pretendiente que se atribuye un estado que no le
corresponde.
2) Error por ignorar algún defecto sustancial del mismo que haga
insoportable la vida en común.- Se reputan defectos sustanciales
la vida deshonrosa, la homosexualidad, la toxicomanía, la enfer-
medad grave de carácter crónico, la condena por delito doloso a
más de dos años de pena privativa de la libertad o el ocultamiento
de la esterilización o del divorcio.

La acción anulatoria por disposición legal corresponde al


cónyuge perjudicado y puede ser ejercitada dentro del plazo de dos
años de celebrado el matrimonio, al término de los cuales, caduca la
acción.

-51-
3.3.6 Matrimonio contraído bajo amenaza grave.

Previamente, debe dejarse bien establecido que la violencia


es un vicio de voluntad que consiste en la presión que se ejerce
sobre un individuo para determinarle a ejecutar un acto, en este
caso, el matrimonio. Esta presión puede consistir en una fuerza física
(vis absoluta) o en una coacción psicológica (vis compulsiva), lo que
importa una amenaza grave e inminente.

La ley señala que es anulable el matrimonio de quien lo


contrae bajo la amenaza de un mal grave o inminente, capaz de
producir en el amenazado un estado de temor, sin el cual no lo
hubiera contraído. Aquí se prescinde de la vis absoluta y se contrae
matrimonio a consecuencia de la vis compulsiva o amenaza de un
mal grave o inminente, pero el simple temor reverencial no anula el
casamiento.

Para que la amenaza o intimidación sea invocada como causa


de anulabilidad del matrimonio se requiere:

1) Que sea grave.- Es decir, que la amenaza sea grande, trascen-


dental e irreparable, así como decisiva en la determinación de la
voluntad para contraer matrimonio. En todo caso corresponde a
los jueces o magistrados apreciar las circunstancias.
2) Que sea injusta e ilegítima.- Esto es, la coacción psicológica tiene
que ser arbitraria e ilegal, porque la amenaza de obrar por medios
legales o el ejercicio efectivo de éstos, no importa amenaza, ni
es acto ilícito, por esta razón, el simple temor reverencial no anula
el matrimonio.
3) Que el mal con que se amenaza sea inminente.- Significa que la
coacción moral debe suscitar el fundado temor de su inmediata
realización, por tanto, se excluye la amenaza con un mal remoto

-52-
o mediato. Asimismo, significa la eliminación de toda posibilidad
de requerir el amparo de la autoridad pública.
4) Que se produzca la amenaza.- Vale decir, que la intimidación sea
dirigida contra su persona, su cónyuge o sus parientes dentro del
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o en los
bienes de unos u otros, de modo que la amenaza produzca efec-
tos.

La acción invalidatoria o anulatoria corresponde también al


cónyuge perjudicado y sólo puede ser entablada dentro del plazo de
dos años de celebrado el casamiento. (277.6°)

3.3.7 Matrimonio del impotente.

La impotencia en el sentido dé la ley es la imposibilidad que


padece uno de los cónyuges para realizar la cópula, es decir, para
mantener relaciones sexuales con el otro cónyuge. Existen dos
clases de impotencia: a) La coeundi, que es la impotencia absoluta
y permanente, aquí la persona no tiene aptitud para el trato carnal,
por ende, no podrá tener hijos, b) La generandi, llamada también
relativa, en este caso, la persona afectada tiene aptitud para el trato
sexual pero no para generar hijos (esterilidad).

Ahora bien, el Código determina que es anulable el


matrimonio de quien adolece de impotencia absoluta al tiempo de
celebrarlo. En ese sentido, lo que se sanciona no es propiamente la
impotencia sino "el ocultamiento que de ella se hizo al otro cónyuge
o la ignorancia en que éste se mantuvo al respecto".

La acción anulatoria, en este supuesto, corresponde por


disposición de la ley a ambos cónyuges y está expedita en tanto
subsista la impotencia. Por último, concluye, que la acción

-53-
invalidatoria improcede si ambos consortes no pudieran realizar la
cópula sexual.

3.3.8 Matrimonio de buena fe ante funcionario incompetente.

Finalmente, la ley dispone que es anulable el matrimonio de


quien, de buena fe, lo celebra ante funcionario incompetente, sin
perjuicio de la responsabilidad administrativa, civil o penal de dicho
funcionario. Se protege de este modo al contrayente de buena fe,
pero la unión se convalida si deja transcurrir el plazo establecido en
la ley.

Por un lado, la buena fe de un cónyuge o de ambos consiste


en la ignorancia de la incompetencia de quien interviene en la
celebración del matrimonio y en la creencia de haber realizado uno
arreglado a ley y, por otro, incompetente es aquél que no está
autorizado por la ley para celebrarlo.

Se ha manifestado, anteriormente, que la ley faculta celebrar


matrimonio al alcalde provincial o distrital o a las personas indicadas
en los artículos 260, 261, 262 y 263 del Código actual, por
consiguiente, toda persona o funcionario que no esté comprendido
dentro de estos numerales resultarán incompetentes.

Luego, la acción anulatoria corresponde únicamente al


cónyuge o cónyuges que hayan intervenido de buena fe, debiendo
incoar dicha acción dentro de los seis meses siguientes a la
celebración del matrimonio, a! término de los cuales, debe
entenderse que la acción ha caducado. Se sobreentiende que el
funcionario que intervino incurre en responsabilidad administrativa,
civil o penal.

3.4 EFECTOS DE LA INVALIDEZ DEL MATRIMONIO

-54-
Existe un adagio latino que dice:

«Quednullum est, nullemproduxit efectum»; es decir: «Lo que es nulo


ningún efecto produce».

Este principio rigió en toda su magnitud y consecuencia, por


lo cual se le consideró un poco drástico y además injusto, ya que
daba el mismo trato al cónyuge que actuó de buena fe, como el que
lo hizo de mala fe, quien sabiendo que realizaba un acto nulo,
ocultaba su impedimento para beneficiarse con la realización del
matrimonio. De esta forma y de acuerdo al adagio enunciado
ninguno de los cónyuges podía alegar un derecho proveniente de las
relaciones jurídicas, que hubieran nacido por el vínculo matrimonial
nulo, por lo tanto los hijos nacidos, durante el matrimonio eran y son
considerados ¡legítimos (extramatrimoniales), o todo caso
adulterinos o incestuosos, en caso de que la causa de la invalidez
se considerara por bigamia o incesto.

Colim y Capitant nos dieron una clara conceptuación, que ha


sido transcrita por muchos tratadistas, por el valor que encierra y que
a continuación se transcribe: “La anulación del matrimonio no
solamente pone fin a éste, como el divorcio o la muerte de uno de
los esposos, sino que lo destruye aún en el pasado, puesto que hace
que el matrimonio se considere como si jamás hubiera existido. La
unión de los cónyuges se considera de esta suerte, como si
constituyera un simple concubinato”.

Un matrimonio anulado, por decisión de un Tribunal, tiene


efecto retroactivo, y deja sin consecuencias al mismo, a partir de la
sentencia, es decir:

1. Deja de producir efectos en el futuro.


2. Todo efecto producido en el pasado desaparece.

-55-
Esta regla es aplicada a los matrimonios inválidos, en sus
formas de nulidad y anulabilidad, y como se ha visto, se diferencia
de los actos jurídicos, y en igual forma del divorcio, o el fallecimiento
pues en estos últimos, los efectos que nacieron del matrimonio
subsisten en toda su plenitud, mientras que los inválidos dejan de
producir cualquier efecto, y más aún, los que pudo haber producido,
antes de la sentencia, quedan sin valor y desaparecen.

De otro lado sabemos que para contraer matrimonio, es


necesario reunir requisitos ciertos, con el carácter de obligatorios,
dados por la ley; el no reunir estos requisitos, dan a la creación de
los llamados impedimentos, que imposibilitan la consecución del
acto matrimonial que se busca.

Pero aquí surge una nueva interrogante: ¿Qué pasa cuando


uno de los cónyuges, o mejor dicho contrayentes, no conoce o ignora
la existencia de ese impedimento?, etc.

Estas y muchas interrogantes tendrán que ser absueltos, al


estudiar este complejo aspecto. Existen innumerables discrepancias
entre los tratadistas, con respecto al estudio y determinación de la
buena fe en los contrayentes, así Colín y Capitaht, nos dicen: que
para la calificación de la buena fe matrimonial se requiere
únicamente que los esposos, o siquiera uno de ellos, ignore la causa
de la invalidez del matrimonio. Es decir, que los contrayentes crean
sinceramente, haber unido en matrimonio consentido y válido ante
la ley. No hace ninguna diferenciación entre un error de hecho o de
derecho ni tampoco sobre la naturaleza o gravedad del vicio, que
anularía el matrimonio.

Valverde y Valverde, dice: “La buena fe consiste en la


ignorancia del impedimento o vicio, que afectaba a la celebración del
matrimonio aquí se muestran dos aspectos: a) el acto de la

-56-
celebración del matrimonio y los momentos posteriores a ella. La
buena fe es necesaria en el primer momento, ya que en lo posterior
no afectaría en nada al hecho consumado, porque el cónyuge
afectado no está obligado a denunciarlo, sino que es una capacidad
potestad, y por tanto no se puede decir que obra de mala fe quien
no desea romper un vínculo del cual está satisfecho”9.

9 VALVERDE VALVERDE, Calixto. Tratado de Derecho Civil Español. Tomo IV. 1930.

-57-
CAPITULO IV
LEGISLACIÓN COMPARADA

4.1 CHILE

En el año 2004, con la promulgación de la Nueva Ley de


Matrimonio Civil, se produjo un profundo cambio en la anatomía del
derecho matrimonial chileno. En efecto, fueron diversas las
instituciones legales que se incorporaron a nuestro ordenamiento
jurídico, y otras tantas, fueron objeto de fuertes modificaciones; la
nulidad matrimonial es una de estas últimas.

Hace ya varios meses, en relación al estudio de las


herramientas que la ley entrega a los cónyuges para enfrentar un
quiebre matrimonial, señalé que dentro de la amplia gama de
soluciones disponibles para tratar el problema (separación de hecho,
separación judicial y divorcio, en sus diversas modalidades), no
puede considerarse que la nulidad del matrimonio sea una opción
más.

El propósito de la nulidad matrimonial es servir de sanción


legal para todos aquellos casos en que exista un vicio grave en la
forma de celebrar el matrimonio, en la capacidad de los contrayentes
para vincularse entre sí, o en el consentimiento que manifiestan en
orden a constituir la comunidad de vida que implica la alianza
matrimonial. En consecuencia, la nulidad del matrimonio no debe
utilizarse como solución frente a un quiebre conyugal, salvo, claro
está, que la razón de aquél se encuentre precisamente en una causa
de nulidad.

-58-
Causales de Nulidad Matrimonial

El artículo 48 de la Ley de Matrimonio Civil establece que el


matrimonio sólo podrá ser declarado nulo por alguna de las causas
que señale la ley, que deben haber existido al tiempo de la
celebración. En concreto, existe nulidad cuando uno de los
contrayentes tuviere alguna de las incapacidades señaladas en el
artículo 5º, 6º ó 7º de la ley; cuando faltare el consentimiento libre y
espontáneo; y cuando el matrimonio fuere celebrado en
contravención al artículo 17.

Incapacidades del artículo 5º

No pueden contraer matrimonio:

 Quienes estén vinculados por un matrimonio anterior que no haya


sido disuelto. Cabe destacar, además, que quien contrae
matrimonio sin haber disuelto un vínculo previo, comete el delito
de bigamia, tipificado en el artículo 382 del Código Penal, que
sanciona con reclusión menor en su grado máximo al que
contrajere matrimonio estando casado válidamente.

 Los menores de 16 años. La ley sanciona con nulidad el


matrimonio contraído por menores de 16 años. En la antigua ley
de 1884, el límite estaba fijado por la pubertad, es decir, que sólo
eran hábiles para contraer matrimonio las mujeres mayores de
12 años y los hombres mayores de 14.

 Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por un
trastorno o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada,
sean incapaces de modo absoluto para formar la comunidad de
vida que implica el matrimonio. Esta es una causa
completamente novedosa en cede civil, aunque con gran

-59-
desarrollo doctrinal y jurisprudencial en el Derecho Canónico,
donde encontramos sus orígenes.

 Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para


comprender y comprometerse con los derechos y deberes
esenciales del matrimonio. Esta causal también resulta novedosa
en cede civil y proviene, al igual que la anterior, del Derecho de
la Iglesia de Cristo, en donde se la conoce como “falta de
discreción de juicio”.

 Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por


cualquier medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de
lenguaje de señas.

Incapacidades del artículo 6º


 No pueden contraer matrimonio entre sí los ascendientes y
descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni los
colaterales por consanguinidad en el segundo grado.
 Respecto del matrimonio entre adoptante y adoptado, las
incapacidades están reguladas conforme a lo establecido por las
leyes que regulan la adopción.

Incapacidad del artículo 7º

 El cónyuge sobreviviente no puede contraer matrimonio con el


imputado contra quien se hubiere formalizado investigación por
el homicidio de su marido o mujer, o con quien hubiere sido
condenado como autor, cómplice o encubridor de ese delito.

4.2 VENEZUELA.
Todos aquellos matrimonios que se realizan con algún
incumplimiento legal en cuanto a los requisitos que se requieren son
anulables, porque la nulidad matrimonial es una acción que se

-60-
realiza contra aquellos matrimonios que padecen en su formación,
la falta de un elemento esencial, pero que en realidad se pueden
ampliar a aquellos casos en los que se celebren matrimonio sin
intervención del funcionario autorizado para realizar la boda, o en el
matrimonio en artículo de muerte se hubiera contraído sin testigos o
con personas no aptas para serlo, Cuando se celebra entre
determinadas personas, prohibidas por el Código Civil (por ejemplo
menores de edad no emancipados), salvo en aquellos casos en que
se haya producido una dispensa, es decir, se haya dado
autorización, a pesar de estar prohibido.

Requisitos

a) Naturaleza de la Acción: Ya que la acción de nulidad absoluta y


nulidad relativa es declarativa de negación o de impugnación.

b) Publicidad Previa: Cuando hay una acción de nulidad


matrimonial se publique un edicto en un diario de circulación en el
lugar donde el tribunal de la causa tiene su sede, en el cual se de
informe preciso sobre el procedimiento del actor.

c) Fuero Competente: El Juez de Familia es quien conoce la


acción, con jurisdicción en el lugar donde los demandantes tienen su
domicilio.

d) Medida Preventiva: Cuando se introduce la demanda de nulidad


del matrimonio, el tribunal puede, a instancia del actor o cualquiera
de los cónyuges en oficio, si alguno de ellos fuere menor de edad,
dictar la separación de los cónyuges, el juez toma medidas
provisionales.

e) Especialidades Procésales: En dicho juicio debe intervenir el


representante del Ministerio Público. La decisión definitiva de

-61-
primera instancia debe ser consultada al superior siempre que
declare con lugar la demanda.

f) Naturaleza de la Sentencia: la sentencia debe ser carácter


declarativo; ya que se limita a reconocer el derecho existente entre
los aparentes cónyuges con anterioridad al juicio.

g) Publicidad de la Sentencia: Cuando el proceso de nulidad de


matrimonio, el Juez debe pasar copia certificada de la sentencia
definitiva a los funcionarios encargados donde se asentó el Acta de
Matrimonio, para que se haga los trámites pertinentes.

4.3 MÉXICO.

Si bien es cierto que las reglas de la nulidad de los actos


jurídicos son aplicables al matrimonio, este presenta sus
particularidades. La primera de ellas es la presunción establecida en
el artículo 253 del CCDF; el matrimonio tendrá a su favor la
presunción de ser válido y sólo se le considerará nulo cuando exista
una sentencia que haya causado ejecutoria y que así lo declare. En
pocas palabras, todos los matrimonios son válidos hasta el momento
que se declare su nulidad. Güitrón Fuentevilla explica que hay tres
formas de terminar con el matrimonio. La primera se da cuando uno
de los cónyuges muere, la segunda es por medio del divorcio en sus
diferentes modalidades y la tercera es la nulidad.

Son causas de nulidad del matrimonio según lo dispuesto en


el artículo 235 del CCDF:

El error acerca de la persona con quien se contrae


matrimonio, cuando entendiendo un cónyuge celebrar matrimonio
con persona determinada, lo contrae con otra. Esto quiere decir que
si se comete error de la persona con quien se quiere contraer

-62-
matrimonio, este se puede declarar nulo, siempre y cuando sea
alegada la nulidad por el cónyuge engañado, ya que sólo este,
advirtiendo del error puede pedir la nulidad. Esto debe hacerse de
forma inmediata a partir de que se advierte el error, ya que esta
acción caduca y en caso contrario se tiene como ratificado el
matrimonio. Por todo esto podemos ver que es una nulidad relativa.

Que el matrimonio se haya celebrado concurriendo algunos


de los impedimentos enumerados en el artículo 156 del CCDF;
siempre que no haya sido dispensado en los casos que así proceda;

Que se haya celebrado en contravención a lo dispuesto en los


artículos 97, 98, 100 y 103 del CCDF. Es decir, con las formalidades
y solemnidades previstas en la ley.

El matrimonio entre el hombre o la mujer menor de edad,


dejará de ser causa de nulidad cuando el menor hubiere llegado a
los dieciocho años, y ninguno de los cónyuges hubieren intentado la
nulidad. La nulidad debido a la falta de consentimiento de los que
ejercen la patria potestad, sólo podrá ser alegada por aquellos a
quienes tocaba prestar dicho consentimiento, y dentro de treinta días
contados desde que tengan conocimiento del matrimonio.

La nulidad por falta del consentimiento del tutor o del juez


podrá pedirse dentro del término de treinta días por cualquiera de los
cónyuges o por el tutor; pero dicha causa de nulidad cesará si antes
de presentarse demandada en forma sobre ella se obtiene la
ratificación del tutor o la autorización judicial confirmando el
matrimonio.

CONCLUSIONES

-63-
 El vocablo "matrimonio" tiene, jurídicamente, el doble sentido
señalado al principio de este capítulo: matrimonio-acto y matrimonio-
estado.

 Pero no se sigue de ahí que pueda aceptarse la concepción mixta


según la cual el matrimonio es a la vez contrato e institución, o
contrato por el cual las partes se adhieren a una institución. Por lo
pronto, porque no es lo mismo que una cosa tenga una doble
naturaleza o participe de dos naturalezas diferentes, o que se trate
de dos cosas distintas designadas con el mismo vocablo en virtud
de que el idioma se sirva de la misma palabra para identificarlas o
porque otras formas idiomáticas que designarían a una sola de esas
dos cosas no se utilice jurídicamente (caso de boda, casamiento o
nupcias). Pero fundamentalmente porque, la noción de contrato es
extraña a los actos jurídicos familiares personales, ya que es un
concepto esencialmente patrimonial; por eso debe desecharse
también la expresión "contrato de derecho de familia".

 En cuanto al matrimonio-acto, no parece dudoso que es un acto


jurídico familiar. En cambio, el matrimonio- estado es un régimen
legal, un complejo de derechos y deberes que las partes no pueden
modificar y a los cuales quedan sometidos como consecuencia del
matrimonio-acto. Pero entonces, como institución jurídica, se trataría
de una institución.

 La nulidad matrimonial civil implica la invalidación del matrimonio por


la existencia de un vicio o defecto esencial en su celebración.

-64-
 El matrimonio que es declarado nulo se considera que nunca ha
existido, salvo respecto al cónyuge que lo hubiera contraído de
buena fe y respecto a los hijos.

 El matrimonio puede ser declarado nulo cuando se ha celebrado:


Sin consentimiento, entre personas menores no emancipadas; por
personas que están casadas; entre parientes en línea recta por
consanguinidad o colaterales hasta el tercer grado, parientes en
línea recta por adopción; por los contrayentes que han sido
condenados como autores o cómplices de la muerte del cónyuge
anterior de cualquiera de ellos; sin la intervención del juez, alcalde o
funcionario ante quien deba celebrarse, o sin la presencia de los
testigos; el celebrado por error sobre la identidad de la persona del
otro contrayente (el cónyuge resulta ser una persona distinta) o
sobre aquellas cualidades personales que por su importancia han
determinado la voluntad del que alega el vicio de nulidad para
contraer matrimonio (por ejemplo, dio una imagen de su persona que
después no se ajustó a la realidad); el matrimonio se ha contraído
por coacción o miedo grave.

 La nulidad del matrimonio presupone que el matrimonio no existió,


mientras que la anulación supone que existe pero se disuelve el
vínculo.

-65-
BIBLIOGRAFÍA

 BARBERO, Ornar U., Naturaleza del matrimonio en el derecho civil


argentino, a partir de la ley 23.515, en "Derecho de Familia", Santa
Fe, 1990.
 BARANDIARÁN, José león. Comentario al Código Civil peruano,
Obligaciones (Acto jurídico)
 BOSSERT, Gustavo A. y ZANNONI, Eduardo A. Manual de Derecho
de Familia. Edit. Astral, Buenos Aires, 1998.
 CAPPARELLI, Julio C, El valor institucional del matrimonio,
"Prudentia Iuris" (Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad Católica Argentina Santa María de los
Buenos Aires), n° 27/28, 1991, p. 83.
 CARIOTA FERRARA, Luigi, El negocio jurídico, tr. y notas de
Manuel Albaladejo, Madrid, Aguilar, 1956.
 CORNEJO CHAVEZ, Héctor, Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos.
Lima, Studium Ediciones, 1985.
 DIEZ-PICAZO, Luis y GUILLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil,
Vol IV Madrid, 1986.
 ESPINAR LAFUENTE, Francisco, El negocio jurídico, separata de la
"Rev. General de Legislación y Jurisprudencia", Madrid, 1963.
 GACERA JURÍDICA, Código Civil Comentado, Gaceta Jurídica S.A.,
1ra. Edición Junio. Lima – Perú 2003.
 GALLEGOS CANALES, Yolanda y JARA QUISPE, Rebeca. Manual
de Derecho de Familia. Jurista Editores. 1era. Edición, Lima – Perú,
2008.
 HERVADA XIBERTA, Francisco J., Los fines del matrimonio,
Pamplona, 1960.
 MALLQUI REYNOSO Max; MOMETHIANO ZUMAETA Eloy.
Derecho de Familia, Ed. San Marcos, Lima – Perú. 2001.

-66-
 PERALTA ANDÍA, Javier Rolando. Derecho de Familia en el Código
Civil. Cuarta Edición, Edit. Idemsa, Lima – Perú, 2008.
 PLACIDO V. Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001.
 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Acto Jurídico. 3ra. Edición, Editorial
Idemsa, Lima – Perú,

-67-
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
Matrimonio.
El matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre
sus miembros. Este lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de
disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres.

Anulabilidad
La anulabilidad es en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto
jurídico, que provoca que una norma, acto jurídico, acto administrativo o
acto judicial deje de desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al
momento de su celebración.

Nulidad
La nulidad es, en derecho, una causa de ineficacia de un acto jurídico, que
deriva de la ausencia de alguno de los requisitos imprescindibles para que
dicho acto tenga validez.

Derecho canónico
Es una ciencia jurídica que conforma una rama dentro del Derecho cuya
finalidad es estudiar y desarrollar la regulación jurídica de la Iglesia católica.

Putativo
Comúnmente creído o aceptado ser el caso; Aceptado más por suposición,
que como resultado de una prueba

-68-
ANEXOS
JURISPRUDENCIA

Enfermedad mental del cónyuge.

Incoada una acción de nulidad de matrimonio, alegándose como causal la


enfermedad mental del cónyuge, debe seguirse previamente un
procedimiento de interdicción y notificarse al curador nombrado al efecto,
para que se apersone y siga el juicio a nombre de la persona sujeta a
cúratela, afirmándose, por supuesto, que aún continúa la insanidad del
demandado.

En caso de no seguirse este procedimiento, debe declararse nulas las


resoluciones inferiores, que se pronuncian sobre el fondo del asunto,
insubsistente todo lo actuado e inadmisible la demanda.

Ej. Sup. de 6 de Mayo de 1968. R.J.P. Ene-Mar. 1968, № 3. p. 170.

Impotencia absoluta.

Es nulo el matrimonio civil celebrado por persona de avanzada edad, si de


la prueba actuada consta en forma clara y fehaciente, que el actor sufrió de
impotencia absoluta en la fecha de celebración del matrimonio y desde
tiempo antes.

Ej. Sup. de 19 de Agosto de 1960. Lima.

Rev. Jurídica del Perú, Jul-Set. 1960. № III, p. 1 12-1 13.

Ministerio Público como parte en el proceso.

En los juicios de nulidad de matrimonio, el señor Fiscal es parte en el


proceso y como tal debe contestar la demanda; que de autos aparece que
se declaró la nulidad de todo lo actuado, por no haberse notificado al Fiscal
con el auto admisorio; pero de lo actuado aparece que a pesar de haberse

-69-
notificado al señor Fiscal no se ha dado por contestada la demanda en
alguna de las formas previstas por la ley, habiendo continuado el proceso
con esta grave irregularidad, por lo que es de aplicación los arts. 93 y 94
de la Ley Orgánica del Poder Judicial, debiéndose reponer el Estado de la
causa para que se notifique al señor Fiscal.

Ej. Sup. del 19 de Febrero de 1986. R.J.P. 1986. № 12. p. 61 1.

Ministerio Público. Sus obligaciones.

El allanamiento a la demanda de nulidad de matrimonio no libera al actor


de probar sus fundamentos, debiendo recibirse el juicio a prueba.

Los miembros del Ministerio Fiscal están en la obligación de sostener la


validez del matrimonio.

En caso de no ser apelada la sentencia que declara la nulidad del


matrimonio, debe ser consultada al Tribunal Superior.

Ej. Sup. de 2 de Mayo de 1973. N. Leg. № 68, p. 41 1.

Omisiones en la tramitación del expediente matrimonial.

No procede amparar una demanda de nulidad de matrimonio fundada en la


causal contemplada expresamente en el Título VI Sección Primera del Libro
II del Código Civil. El régimen de las nulidades matrimoniales es
independiente y distinto del que gobierna la nulidad de los actos jurídicos
en general. Es infundada la nulidad de matrimonio, por causal de omisiones
incurridas en la tramitación del expediente matrimonial, las que en todo
caso dan lugar a la aplicación de medidas disciplinarias al funcionario
responsable.

Ej. Sup. de 22 de Junio de 197 1. R.J.P. Jul-Dic. 1969, № III—IV, p. 95.

-70-

Vous aimerez peut-être aussi