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EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES 1, FINES DE LA EDUGAGION LIBERAL ‘Tal vez no resulte inconyeniente empezar por abordar la cuestién en una perspectiva general, no sélo para evitar incurrir de entrada en una apologia ya muy re- petida, de tinte gremial y tono aprioristico, de deter- minadas materias humanisticas, sino porque la crisis de esas ensefianzas es muy general, reflejo de la crisis ra- dical y prolongada de la educacién actual y su orient ién ¢ incluso del concepto mismo de educacién. Par- tamos, pues, de la idea bastante comin (si bien hoy todo es discutible) de que la educacién debe servir a un metédico avance en la formacién de individuos ap- tos y autosuficientes para convivir en una sociedad de- mocratica, gentes capaces para expresarse con claridad y comprenderse a si mismos y a los demas, reflexivos y conscientes de su situacién en el ancho mundo y en su entorno particular, y asf adiestrados para realizar del mejor modo y segiin su voluntad sus capacidades hu- manas en busca de la plenitud personal y la libre activi- dad racional. Formacién del individuo, de la persona, para la vida consciente y feliz, y no s6lo una informa- cin pragmtica para la adaptacién forzada en un or den social impuesto desde arriba, es lo que esperamos todavia de la educacién—en sus varios niveles y en for- 29 AVISOS HUMANISTAS ‘ma progresiva—y lo que, al menos en principio, los go- biernos mas civilizados prometen ofrecer a sus ciu- dadanos. Junto a la formacién profesional, vocacional y espe- izada, de cardcter técnico, para un determinado oft- cio u ocupacién (cuya utilidad y provecho inmediato estd, sin duda, fuera de discusién), esa educacién mas amplia serviria al ser humano para hacerse critico y comprensivo, es decir, para conocerse, y orientar y va- lorar por si mismo su existencia en su mundo, al mar gen de su profesi6n especifica. Es decir, una educacién que ha de procurar los medios para instruir y facilitar a los educados el ser libres y conscientes en la mayor me- dida posible. Los educadores auténticos intentan mu- cho mas que embutir viejos conocimientos en nuevas cabezas. Al transmitir un saber sobre el mundo invitan, a.entender y sentir de modo personal y auténtico, y también a comprender a los otros, y ensefian a imagi- nar y construir en nuevas mentes imagenes enriqueci- das «del mundo real». De ahi que la educaci6n liberal sea una invitacign a «cultivar la humanidad», segtin habia sentenciado Sé- neca y recoge ahora en titulo un reciente libro de Mar- tha C. Nussbaum, Ese «cultivar lo humano» significa, pues, un afin de estimular y perfeccionar las aptitudes de los individuos, hombres y mujeres, para convivir en libertad y con una conciencia critica y responsable del mundo y la época en que les toca existir. (Recordemos que en latin cultura significa ‘cultivo’, y asi, en facil me- tafora, el buen educador resulta un experto agricultor del espiritu, un sembrador de humanismo.) Para no demorarmos ahora en apuntar y apuntalar las lineas ba 30. EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES sicas de esa teorfa liberal acerca de Tos fines y modos de la educacién, bastaria con suscribir fos tres objetivos generales que M. Nussbaum destaca, en una sencilla perspectiva filoséofica, en su Cultivating Humanity. A Clas- sical Defense of Reform in Liberal Education (Harvard Uni- versity Press, 1997). Tomémoslos como un buen punto de apoyo para la discusién posterior. Segiin M. Nuss- baum, cualquier educacién que pretenda «cultivar la humanidad» en el mundo actual debe, en primer lie gar atender a la capacidad del ser humano de practicar ‘un examen ortico respecto de si mismo y sus tradiciones; en segundo lugar, debe fomentar Ia habilidad de verse 2 uno mismo no simplemente como ciudadano de una regiGn local y de un grupo, sino también, y sobre todo, como tn ser humano wnido a todos los otrosseres humanos por lazos de reconocimiento y afecto; y, en tercer lugar, debe desarrollar lo que nos propone llamar , ¥. sobre todo, las ideas estoicas de uma educacién que ¢3 «liberal» en cuanto libera la mente de las trabas de los prejuicios, produciendo gente que puede funcio- nar con sensitividad y alerta como ciudadanos del mundo entero: eso es lo que Séneca entiende como ccultivo de la humanidad», sefiala Nussbaum (op. cit, Pag: 8). Aunque podria argumentarse que otras formas de educacién que restringen la libertad de conciencia y la relaci6n universal con los demas seres humanos, fo- mentando la sumisi6n ciega aalgiin credo dogmaticoy normas rigidas y viendo como seres humanos slo a la gente de la propia tribu, raza, nacién o cultura, pueden resultar mas cémodas para ciertos paises y sus gober- nantes, y acaso deparar una cierta seguridad de animo a los creyentes sometidos a ellas (pues un stibdito su- miso puede ser feliz con la fe ciega del ortodoxo y del fancitico), sin embargo, creo que esos dos primeros ob- jetivos de la educacién gozan de una aceptaci6n sufi- ‘cientemente amplia como para no tener que insistir en su programatica bondad universal. Me parece, en cam- 32 EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES bio, que no estard fuera de lugar detenernos algo mas sobre el tercer aserto; es decir, resaltar la clara funcién educadora de la simaginacién narrativa». (M. Nussbaum dledica un capitulo de su brillante libro a cada uno de es tos objetivos. Remito a su texto para mas detalles.) 2. LA IMAGINAGION NARRATIVA Y SU FUNCION EDUCATIVA Destacar el papel que la fantasfa narrativa ocupa en la progresiva educacién de los nifios y j6venes, en su acul- turaci6n y su acomodacién sentimental al mundo, es aqui muy pertinente. (No sé si son muchos © pocos los pedagogos actuales que subrayan la relevancia emotiva y didactica de este factor del cultivo de la imaginacién, pues no frecuento mucho esa literatura pedagégica. Los nay solemnes y pedantes lo pasan pronto, me te- mo, por alto.) Pero me interesa advertir que ése resul- ta un factor educative de especial significacién—si bien no el tinico punto de apoyo—al abordar el debate sobre la funcién de las Humanidades. Desde la infancia el nifio se encuentra con un mun- do interpretado y pautado por los mayores, al que debe ajustar su mirada y sus simpatéas personales. En él figu- ran, entre las lecciones de cosas y pautas informativas, junto a los textos serios de aprendizaje doctrinal 0 cien- tifico, muchos otros. Pero le impresionan pronto las bellas narraciones, como los cuentos magicos y las his- torias més variopintas, esos relatos fantasticos y maravi- Hosos que le ofrecen una visidn interior y sorprenden- te de los otros, de esos seres animados y multicolores 38

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