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A. COSTLER Y A.

WILLY
EN CICLO PEDIA DEL

CONOCIM IENTO SE X U A L
Por lo* Ores. A- Costler, A. Willy y otros
Prólogo del Or Norman Haire

la. Edición

E D IT O R IAL EPOCA, S. A.
Emperadores No. 185 México 13, D. F.
¿Pitillo en Inglés
THE ENCYCL0PAED1A OF SEXUAL KNOWLEDGE
3radUctur
P r e f a c i o d e la e d ic ió n in g le s a
DR. ENRIQUE A PEPE
Esta obra f u i publicada por primera vez en francés,
en él año 1937, con un éxito casi sin precedentes. Ac­
tualmente está siendo traducida a varios idiomas euro­
peos y se me ha encargado dirigir la edición inglesa,
para la cual he escrito capítulos especiales referentes a
los métodos anticoncepcionales, el aborto y la esterili­
zación. He hecho, además, algunas correcciones y en­
miendas y he incluido determinadas notas en otras partes
del libro.
S i bien estoy en un todo de acuerdo con las ideas
generales del libro, ha de recordarse, empero, que se trata
de la contribución de muchos autores, con los cuales no
me avengo necesariamente respecto a sus puntos de vísta,
en cuanto a ciertos detalles.
En vista de la gran cantidad de libro* populares sobre
temas sexuales, que se han publicado en inglés durante
los últimos años, es posible que el lector se pregunte por
qué se agrega éste a la nómina de los ya aparecidos. Res­
pondo que la ignorancia en materia sexual es todavía tan
general, y tan enorme y aterradora la calamidad que de
ello se deriva, que doy m i enhorabuena a toda edición
que se agrega a la lista (le volúmenes qu* tienden en
cierto modo a ilustramos sexualmente, con tal que la in­
formación sea científica, la exposición clara y esté el libro
IMPRESO EN MEXICO PRINTED IN MEXICO razonablemente limpio de lodo sentimental y de " efu­
sionesf religiosas que, desgraciadamente, desfiguran mu­
chos de los libros publicados anteriormente.
El médico especialista en sexología tiene ocasión de
ver todos los días personas desdichadas que se rinden al
infortunio por algún desajuste físico. Muy pocos de estos
desventurados individuos divergen lo bastante en su me­
canismo sexual del térm ino medio de los demás corno
para clasificarlos de " anormales*\ La mayoría son gentes
del tipo medio, cuya desdicha se debe a la ignorancia,
vencerme, más allá de lo que estaba, de la necesidad de
por un lado, y a los estúpidos convencionalismos, prohi­
la cultura sexual. Hombres y mujeres de cincuenta y
biciones y tabús, aceptados e impuestos por nuestra so­
sesenta años de edad, padres y madres, a veces abuelos
ciedad, por el otro.
y abuelas, ignoraban algunos de ios hechos de anatomía
Esta ignorancia proviene de la falta de una educación
y fisiología sexuales más simples. Y conste que nada digo
sexual eficaz. Los niños crecen ignorando los fenómenos
de las cuestiones más complicadas de psicología sexual.
sexuales y la interpretación de los mismos, o, peor aún,
Puede objetárseme que, en mi calidad de médico y
cuando caen en manos de padres y maestros que deli­
conferencista sexólogo, me he hecho un criterio unila­
beradamente les suministran malas informaciones y les
teral de la desdicha y la ignorancia sexuales, y que estoy,
mienten sin escrúpulos, a fin de conservarlos “ puros”.
en consecuencia, propenso a exagerar su frecuencia e im­
Pero padres y maestros están hoy empezando a compren­
der lo equivocado de su actitud y la necesidad de reem­ portancia.
Además de una vida social múltiple, tengo muchas
plazarla por otra mejor. No obstante, aún entre los eman­
ocupaciones, viajo constantemente y entro en contacto
cipados intelectualmente de las viejas concepciones se­
con personas de todas las clases sociales y de distintos
xuales, existe a menudo un obstáculo emocional que los
países. Observándolas he confirmado y profundizado mis
incapacita para ilustrar a la juventud. Hallan la tarea
demasiado embarazosa y la eluden. impresiones.
Quienquiera que tenga la suerte de intim ar con Zas
No podemos educar adecuadamente a los niños hasta
personas que encuentre, de modo que hablen ellas libre­
tanto no hagamos de los adultos maestros eficaces.
mente, sin embarazo n i simitlación, sobre su vida sexual,
Este libro se dirige a los adultos con la esperanza de
se sorprenderá de encontrar, aún entre las más cultas,
ilustrarlos, no sdZo para bien de ellos, sino también de
tan pocas bien informadas acerca de los he>-hos sexuales.
los niños.
Menos aún encontrará individuos libres de algún des­
La importancia de esta culturización la he palpado
ajuste sexual. Y o no afirmo que el conocimiento de los
el año transcurrido en que empezó mi curso de confe­
hechos capacitará a todos los individuos, haciéndoles efi­
rencias para estudiantes adultos, sobre E lementos de
caces para Zas adaptaciones sexuales, pero estoy conven­
S exología . Desde entonces he dictado otros cuatro cur­
cido de que la ignorancia activa hace infinitamente más
sos de conferencias: tres para auditorios generales, de
factibles los desajustes.
todas las clases sociales, y uno para los clérigos y sus Es, pues, con la esperanza de disipar esta ignorancia
respectivas esposas. Entre todos, alrededor de un m illar activa, y de hacer más placentera la vida sexual de tos
de hombres han asistido a estos cursos, arrancados de lectores, que yo recomiendo esta obra a todos los pueblos
sus ocupaciones, pero principalmente médicos, abogados, del mundo.
maestros y estudiantes universitarios, y una cantidad
igual de mujeres. Invité a los estudiantes a que me for­ N orman H aire .
mularan preguntas por escrito, para ser contestadas en
la conferencia siguiente. Estas cartas sirvieron para con­
Londres, 1939.
I n tro d u c c ió n
C A P IT U L O I

LA EVOLUCION DEL AMOR

Diferencia entre el amor humano y el cela de los animales. — El


amor primitivo. — El concepto grecorromano del amor. El
homosexualismo. — El amor platónico. Influencia del cristia­
nismo. — Oposición del amor y el sexo. — El amor y el sexo itni-
ficados por el Renacimiento. — El moderno ideal del amor. —
La falsa moralidad y la hipocresía en materia sexual.

"Es sin odio y sin celos cómo tos animales se hacen el amor
en todos los rincones del planeta; a la sombra de grandes abe­
tos, o dé las flores en todo su esplendor, en cualquier pedazo
de terreno, en toda garganta de montaña, en cada cueva, en
las inmensas profundidades de los mares, en las torrentosas
cascadas de agua, en las capas más elevadas de la atmósfera.
Asi como los rayos del sol bañan el globo terráqueo entera­
mente, del mismo modo, durante cada hora del día, millones
y millones de escenas de amor tienen tusar en él. Si bien es
cierto que a cada Instante una hoja del árbol humano vuelve al
polvo, a cada instante, también, germina una nueva vida, a la
que aguardan, a su vez, los goces del amor.”
Majítkoazia.

Los dos instintos primarios del hombre, el instinto


de conservación y el instinto sexual, han sufrido una
profunda evolución en el curso de millones de años. No
obstante, la diferencia entre la voracidad de una bestia
salvaje, hartándose frente a su presa recién muerta, y
la satisfacción física y mental de un ser humano al
comer un plato exquisito, en un ambiente grato — o, en
otras palabras, el refinamiento producido en el instinto
del hambre— , no es tan pronunciada como el cambio
12 Enciclopedia Sexual Selección primitiva 13

operado en el Instinto sexual desde el celo animal basta no por la libre elección. Cuando al puro instinto animal
el amor humano. se agrega, por ejemplo, el de selección, y sentimiento y
Este instinto ha evolucionado tanto, que sus orígenes razón entran en juego, se da el prim er paso que encarrila
se pierden en las tinieblas del tiempo y han sido olvidados la forma animal del sexualismo hacia la dirección del
casi. La verdad inicial — esto es, que el amor entre los amor humano.
sexos, por más sublime que su expresión sea, tiene sus Pero ni siquiera el hombre ha ejercitado siempre la
rafees en el prim itivo Instinto sexual, así como la fra­ selección. Los primeros seres humanos vivían en forma
gante flo r debe su hermosura a los elementos nutritivos gregaria y practicaban el matrimonio por grupos. Es de­
arrancados al seno de la tierra— , parece haberse per­ cir, en una tribu — cuando los grupos humanos se con­
dido durante el siglo pasado, y sólo las concepciones cien­ virtieron en tribus— , cada m ujer era propiedad común
tíficas modernas, por asi decirlo, la volvieron a descubrir. de todos los hombres. Los motivos que finalm ente impul­
Sin embargo, los grandes espíritus de todos los tiempos, saron al hombre a adoptar la unión individual, nunca
desde Zaratustra y Jesucristo a Voltaire y los líderes del han sido explicados. Pero es m uy probable que estos pri­
pensamiento actual, todos han percibido perfectamente meros “ matrimonios” hayan consistido en el rapto de
esta verdad. Dice Voltaire en su Diccionario Filosófico mujeres de otras tribus, quienes se convertían entonces
que el hombre, que posee el don de perfeccionar todos los en propiedad de los raptores. Parece ser, también, que
atributos con que la naturaleza lo ha dotado, ha idea­ la transición del hombre de la vida nómada de cazador
lizado también el amor. V Augusto Forel, precursor de a la ocupación sedentaria de la tierra, la agricultura y
la sexologfa moderna, sostiene en su obra clásica, La la propiedad privada, Jugó un rol muy importante en
Cuestión Sexual, que “ el amor, en el sentido prim itivo esta transformación. Con la selección de compañera, el
de la palabra, es el instinto sexual guiado por el cerebro, hombre sólo progresó una etapa, pues aun cuando aquí
Órgano del alm a” . el sentimiento y la razón desempeñaron su parte, fué ésta
Esta evolución de la raíz a la flor, del Instinto animal insignificante comparada con la elemental del instinto
al amor, el sentimiento humano más eminente, ha nece­ ciego. Sostiene Havelock Ellis que “ sólo cuando el deseo
sitado millones de años y se ha desviado a menudo de su Inunda e Irradia todo el organismo, puede recién conver­
curso. tirse en flor, es decir, en amor” . Veamos cómo define él
Nuestros antepasados eran gregarios. Pero los ani­ este sentimiento; “ El amor, en el sentido sexual y to­
males que viven en manadas nada saben de las relaciones mado como un todo, e3 la síntesis del “ deseo" (en el sen­
duraderas que pueden existir entre los seres humanos. tido prim itivo e Indefinido) y la amistad. Es un error
Ellos, a menos que el más fuerte de los machos domine aplicar el término en su aspecto sexual al prim itivo y
a todos los otros, viven en el caos sexual. puro sensualismo. Es Igualmente erróneo aplicarlo a les
Aún los animales más superiores se parecen a los ve­ diferentes variedades y combinaciones de la amistad. No
getales, en cuanto procuran solamente propagar sus res­ puede haber amor sexual sin deseo, pero, por otra parte,
pectivas especies; impulsados por ese Instinto, se sienten hasta que el flujo del deseo no se haya diseminado por
atraídos por la hembra en su exclusiva condición de tal, todos los elementos físicos del organismo, o por lo menos
y no ejercen selección individual alguna. Suele acon­ los sociales y afectivos, no hay todavía amor sexual al­
tecer que varios machos pelean por la misma hembra, guno. El deseo, impulso sexual específico, es, Indudable­
siendo el resultado decidido por la bestia más fuerte y mente, el elemento esencial y primario de esta síntesis” .
14 Enciclopedia Sexual El amos en Grecia n

Autores hay que definen el amor de otra manera. He- periodo grecorromano. Aun cuando el elemento espi­
riberto Spencer, por ejemplo, distingue nueve diferentes ritual era incompleto, por cuanto los griegos y los ro­
factores necesarios al amor. Pero todas las opiniones manos negaron a la mujer una vida espiritual propia,
concuerdan en que el amor es un compuesto del instin­ su amor se había, no obstante, espiritualizado; y la es­
tivo deseo físico y la atracción mental. El deseo físico en cultura de aquellos tiempos manifiesta un refinamiento
el hombre corresponde a su deseo; la atracción mental, dei Instinto sexual. A pesar de tal negación. las represen­
a su personalidad. Estos dos elementos tienen una vigo- taciones griegas de la belleza femenina demuestran que
rizadora Influencia, semejante a la producida por una las mujeres de entonces tenían su alma.
bobina Inducida: cuando alguno de ellos falta, el amor Mientras ennoblecían el amor sexual, Ignoraban los
no tiene lugar. griegos el amor tal como lo conocemos nosotros. La
Hemos dicho que la selección es sólo el primer paso m ujer era para ellos, en parte, una máquina de hacer
hacia las más evolucionadas formas del amor, porque el hijos, y, en parte, un instrumento de placer.
instinto predomina aún sobre la mente. La noción del El m ito de Orfeo, en verdad, contiene el eco de un
amor es, en realidad, desconocida entre la m ayoría de sentimiento más abstracto, que es como una reminis­
los pueblos primitivos, que ni siquiera tienen una palabra cencia del amor. Pero es éste casi él único ejemplo de la
para designarla, mientras que las antiguas razas semi- antigua Grecia al respecto.
civilizadas estaban familiarizadas con ella y poseían un Vna vez que la civilización ha logrado cierto canon,
gran acopio de conocimientos al respecto. cuerpo y alm a no pueden ya ser separados, y el sensua­
En la Biblia, el amor se menciona solamente en pocos lismo llega a una etapa en que le es imprescindible la
capítulos, como, por ejemplo, el pasaje de Raquel y Jacob. cooperación espiritual. Como los griegos no reconocían
En cambio, el sexo es mencionado continuamente. Aún la existencia de un espíritu femenino, la síntesis del amor
en la historia maravillosa del amor de Jacob, que trabajó físico y espiritual, mezclado con el ideal de la amistad,
durante muchos y largos años, a fin de ganar a su sólo podía ser comprendida entre los hombres. De este
bienamada, el deseo se evidencia más que el amor, en la modo encontramos en Grecia un culto no sólo tolerado,
más elevada acepción del término. Pero el deseo va to­ sino también oficialm ente glorificado e idealizado: el
mando cada vez formas más evolucionadas. En el Cantar culto del homosexualismo. “ E l verdadero amor entre los
de los Cantares, de Salomón, los ojos, el perfume, la voz, griegos era homosexual — dice Havelock Elils— , porque
el gusto, el cuerpo de la amada, están descriptos con un solamente esta form a perm itía la fusión de la atracción
lujo de detalles tal, que todos los sentidos participan de m ental y física que nosotros denominamos amor” . Esta
sus encantos. Sin embargo, no hay a llí una sola palabra expresión de Eros era la consecuencia de la civilización
referente a sus cualidades mentales y espirituales. Ve­ griega, la evolución de un ideal espiritual. Puesto que se
mos, por lo tanto, que aún el amor instintivo puede excluía a la mujer, esta avenencia sexual era la única
ennoblecerse y diferir considerablemente de la posesión posible.
brutal de los tiempos prehistóricos, convirtiéndose en un La concepción que tenían de la m ujer los contempo­
exquisito sensualismo, que estremece todo el cuerpo y sus ráneos de Platón era, por lo tanto, diametralmente
sentidos, en vez de lim itarse a los órganos genitales. opuesta a la nuestra del amor platónico. De todas las
Esta evolución del sensualismo, ya muy avanzada, Ideas filosóficas es ésta, quizá, la que más mal se ha inter­
pretado. A l oponer a un Eros mundano otro divino, que
aunque unilateral, alcanza su culminación en el clásico
16 Enciclopedia Sexual El amor en ex. R enacimiento 17

es el amor espiritual, no pensó Platón en el amor hu­ base es estética y menosprecia el sensualismo. Y la quie­
mano, sino en el amor ideal de la belleza, la verdad y bra, de tal modo producida entre la sexualidad y el
el bien; en el ideal de la perfección superhumana. La amor, se la encuentra en las raíces de algunos de los
concepción m etafísica de Platón no se refiere, por lo más difíciles problemas de los tiempos modernos” (Stekel,
tanto, a los individuos concretos, sino a la idea e bstracta. en La Lutte des sores).
Por consiguiente, la expresión “ amor platónico” no debe Jamás, antes de la aurora de tal época —el Renaci­
ser aplicada a las relaciones entre hombres y mujeres. miento— se unificaron las dos partes del mutilado amor.
Resumiendo, podemos decir que, en conjunto, la an­ Cuando el Renacimiento descubrió las olvidadas obras de
tigüedad conocía una form a de refinado sensualismo, la antigüedad, e intentó aplicarlas a su época, tan espi­
pero no el amor en que cooperan lo físico y lo espiritual. ritualizado amor llegó a asociarse con el cuerpo de la
Un punto culminante de este desarrollo füé el nacimiento mujer, quien, abandonando él cielo, bajó de nuevo a la
del Cristianismo, que colocó el alm a y todos los valores tierra, no ya como una esclava, sino como un ser humano
espirituales en el centro de la vida. 7 sobre estos ci­ completo, para ocupar, desde entonces, su puesto en la
mientos construyó una nueva creencia, en la que el vida sexual.
cuerpo era dominado por el «im a, “ Más de un siglo transcurrió antes de que el hombre
En realidad, los ideales sexuales fueron conducidos hallara él amor terreno al lado de su divinizada compa­
de uno a otro extremo. Exaltóse e l amor espiritual y se ñera. En el Renacimiento, el amor perdura entre los
despreció el cam al. El ascetismo de los monje; menos­ más bellos monumentos del siglo X V.
preció todos los contactos físicos, que estimó impuros y “ El camino recorrido desde las sublimadas madonas
pecaminosos, y consideró el acto sexual exclusivamente de la religión hasta las m agnificas mujeres del Renaci­
como un mal necesario a la perpetuación de la especie. miento italiano, fué, en verdad, largo como los senderos
La opinión, crudamente expresada, de San Agustín, In te r tortuosos que finalm ente conducen a la carretera real.
foeces et urinarn nascimur (nacemos entre excrementos El arte y la literatura del siglo X V representan la acti­
y orines), convirtióse en un dicho trillado, destinado a vidad de hombres nuevos, que conocieron el amor indi­
evitar la maldición del amor cam al. “ No soy yo amante, vidual y lo humanizaron. Humanizaron también a la
sino un adorador” , cantaban los trovadores. Y le mujer, m ujer y al deseo, extraviados durante tanto tiempo. Para
que hasta entonces había sido una hembra fecunda y estos hombres, ya no es la m ujer un medio de satisfacción
un objeto de placer, fué idolatrada y colocada en un pe­ carnal, n i de procreación exclusivas. N i esclava sorda,
destal. n i monja devota, n i “ encarnación del demonio” , como lo
Los amantes de la antigüedad se interesaro i sola­ era en las primeras centurias del Cristianismo, sino un
mente por lo más inferior de la mujer. En cambio, los ser humano dotado de las más exquisitas cualidades” .
medioevales contemplaron tan sólo sus pálidas sienes. (T h e Sexual Problewis o; Youth, de T o tis ).
Pero en ambos casos, a una media mujer sólo podían ofre­ E l moaemo ideal amohoso incluye la atracción física
cer un semlamor. “ Este amor espiritual tiene un sello y espiritual entre los amantes, quienes se fusionan asi
claramente religioso y halla su más elevada expresión en en una unidad armoniosa e indivisible. En un amor
el culto a la virgen. Es la época de una exagerada Idea­ digno de tal hombre, cuerpo y alma, cerebro y corazón,
lización del amor puramente espiritual, de un delicado y cooperan tan estrechamente con los órganos sexuales, que
tenue amor, para quien la posesión es innecesaria. Su
cuando fa lta alguno de sus atributos la palabra amor
18 Enciclopedia Sexual Etica nel A mos 19
carece de sentido. El hechizo de Eras desaparece y re­ litado, pero se le considera aún "impuro, inferior, bes­
torna a la Edad Media. tia l". Se admite que el hombre posee este instinto, pero
Hoy la luz ha disipado la oscuridad. Pero una in- con la reserva que es un remanente del animal que hay
mensa nube oscurece todavía las relaciones sexuales. en él. Havelock Ellis ha afirmado, muy acertadamente,
Creencias tradicionales, vestiglos morales nutridos en el que el instinto sexual del hombre no puede ser compa­
ascetismo, la dependencia económica de la m ujer res­ rado con el Instinto animal y que es, por el contrario,
pecto a l hombre, que establecen cánones desiguales de "la evolución de este último lo que ha convertido a l ani­
castidad para ambos sexos, favorecen aún el engaño y mal en hombre” :
la hipocresía e interponen cristales falseadores entre la "N o hay animal en que el Instinto sexual haya logrado
naturaleza y los ojos del hombre. tanto refinamiento, desarrollo, tanta versatilidad y acti­
En este libro tendemos no sólo a combatir esas creen­ vidad permanente y tan vastos alcances como en el ani­
cias y sus terribles resultados, sino también el engaño mal humano. La actividad sexual de hombres y mujeres
y la hipocresía, pesados lastres en las relaciones físicas no pertenece a las denominadas partes inferiores, a las
y espirituales de los hombres. En todos los campos de que se supone degradarnos al nivel del bruto, sino a la
la vida sexual, la misión del hombre de ciencia es aclarar parte mejor, que es la que determina nuestras posibili­
el camino, desgarrar los velos del falso pudor y preparar dades intelectuales y la formación de nuestros ideales.
el terreno para la concepción natural de los fenómenos En verdad, son, en su mayor parte, mujeres ignorantes,
naturales. No eludiremos nuestra tarea a pesar de las sin ilustración, quienes consideran al sexo como bestial.
posibles protestas de los Pecksnijfs y los Leeches ( i ) . Pero como estas mujeres son las madres y maestras de
En la medida que nuestros lectores reciban una solución la especie humana, debemos disipar tanta Ignorancia a
para sus problemas, estaremos satisfechos de nuestra la brevedad posible.”
obra. Tan lejos estamos de elevar al amor hasta el firm a­
Es, en verdad, lamentable que, aun en nuestro tiempo, mento como de hollarlo.
quienes procuran resolver estos problemas se hallen en
El amor no es n i adoración m ística n i abandono bes­
tal inferioridad de condiciones. Es triste que la huma­ tial; es la mutua atracción de los seres humanos, el im ­
nidad, después de haber encontrado la sintesis del cuerpo
pulso de su instinto ancestral bajo la guía de loa más
y el alma, tenga que ocultarla con tan pesado velo. Teó­ elevados sentimientos. Es más que una función endó-
ricamente nuestra civilización reconoce la unión del amor
crina, pero no ha de estimársele como aspiración a una
espiritual y el amor físico, pero en la vida diaria se los
abstracción irreal. Su reino no es ni el cielo ni el infierno,
niega y oculta detrás de una máscara de hipocresía.
sino la tierra en que vivimos y deseamos permanecer.
Cierto es que a un joven ya no se le pide que arriesgue su
vida por su amada, pero, ¡desdichada la doncella que se
atreve a afirm ar que está físicamente enamorada de un
hombre! El instinto sexual ha sido teóricamente rehabi­

(1) Nombres que se da en Inglaterra a los seres que perso­


nifican la mojigatería, el falso pudor y el convencionalismo hi­
pócrita.
Dxsciupcióh m LOS óhgakos 21
a 4.5 centlmstros de largo y alrededor de 2 a 2.8 de
ancho. Su peso varía de 15 a 26 gramos. El testículo
Izquierdo puede ser un poco más grande que el derecho
CAPITULO n
Estas dos glándulas son una especie de laboratorio
donde, desde la pubertad hasta la extrema vejez, se pro­
duce el elemento principal del semen; el espermatozoide
DESCRIPCION DE LOS APARATOS GENITALES o germen reproductor masculino.
M ASCULINO Y FEMENINO Testículos y epidídimos están atravesados por una se­
rie de conductos denominados seminíferos, cuya función
Descripción del aparato genital masculino: 1) Los órganos ex­
es transportar el esperma. Son conductos extremadamen­
ternos; 2) Los órganos tntemos, — Fisiología de la erección. —
Composición del fluido seminal. — Descripción del aparato ge­ te delgados, con un diámetro de fracción de m ilím etro
nital femenino: 1) Los órganos externos; 2) Los órganos in­ apenas. Debido a sus numerosos e intrincados repliegues,
ternos, — El óvulo. — Causas de la menstruación. forman una red de considerable tamaño. Contando los de
ambos testículos, su tamaño alcanza a más de 1.500 cen­
En este capitulo no pretendemos hacer una descrip­ tímetros. Este sistema tubular se comunica con un con­
ción detallada de los aparatos genitales masculino y fe­ ducto mayor, denominado deferente (Sinopsis VI. Fig, 1,
menino. Queremos, simplemente, llamar la atención de 1). Este tubo es de 30 a 40 centímetros de largo y rea­
nuestros lectores respecto a ciertos hechos anatómicos liza la función de recibir las secreciones de los testículos
y fisiológicos, cuyo conocimiento es indispensable a quie­ y epidídimos y transm itirlas a los órganos internos. Actúa
nes deseen comprender los capítulos siguientes. como una especie de vinculo conexivo entre las partes
Comencemos con la descripción de los principales ór­ externas e Internas del aparato genital masculino. La
ganos masculinos. Podemos hacer un distingo entre los contracción de los músculos de sus paredes hace que su
órganos internos y los extemos, es decir, los ubicados contenido fluya más ampliamente hacia adelante.
dentro y fuera de la cavidad abdominal. El pene (Sinopsis V y V I) efectúa la función de trans­
Los órganos genitales externos del hombre compren­ m itir los espermatozoides que han de fecundar el germen
den: el miembro viril, conocido por pene, y los dos reproductor de la mujer, o sea, el óvulo. Es un órgano
testículos. Para que se comprenda la función desempe­ largo, delicado, elástico, extensible y sin pelos en su
ñada por aquél es necesario hacer antes una descripción epidermis. Está ubicado sobre la parte superior de los
de éstos. Los testículos (Sinopsis V, 6) son cuerpos glan­ testículos. Su tamaño, que varia en los distintos indi­
dulares, aovados, contenidos en el escroto, bolsa de piel viduos, depende de si está o no en estado de erección: En
áspera, de epidermis oscura y cubierta, en parte, de pelos. estado de flaccidez, su tamaño es, térm ino medio, de 9
Un tejido conexivo divide el escroto en dos com parti­ a 10 centímetros, y en el de erección, de 14 a 16. En la
mientos, cada uno de los cuales contiene y protege un extremidad del pene, que cuelga libremente, se halla el
testículo. Detrás y sobre cada testículo hay un órgano glande (Sinopsis V I. Fig. 1,13, y Sinopsis V I. Fig. 2, 2 ),
plano y prolongado denominado epidídimo (Sinop­ cuyo tope está atravesado por una abertura, o sea el
sis V, 5). meato urinario (Sinopsis V I, Fig. 1, 14). La base del
Un testículo completamente desarrollado mide de 4 glande, denominada corona (Sinopsis V I, Fig. 1,12), está
separada del resto del órgano por una mediacaña deno-
22 Enciclopedia Sexual LOS ÓRGANOS INTERNOS 23

minada cuello. El glande está cubierto por un pliegue laclón no es posible. Tan pronto como la emisión del
cutáneo, no adherido a él, que se llam a prepucio. Es semen se ha producido, como consecuencia de la exci­
éste la continuación de la vaina epidérmica que recubre tación y el coito, abandona la sangre los cuerpos caver­
totalm ente el órgano. Sirve de protección a la delicada nosos, dejándolos vacíos.
piel del glande, el cual está provisto de nervios en abun­ Expliquemos ahora, brevemente, los órganos inter­
dancia. En los penes normales, el orificio del prepucio nos del hombre, sus formas y funciones. Hemos visto
y el prepucio mismo son lo suficiente grandes y elásticos, que los conductos deferentes llevan las secreciones de los
respectivamente, como para replegarse y hacer visible el órganos extem os a los internos. En realidad, a pesar de
glande. La circuncisión, costumbre practicada principal­ la proximidad de los testículos al pene, antes de ser el
mente por los israelitas y los musulmanes, consiste en semen eyaculado, en el transcurso del acto sexual, rea­
elim inar el prepucio. Sin embargo, realízase también esta liza un largo viaje, durante el cual se enriquece de ele­
operación por exclusivas rabones higiénicas, pues el pre­ mentos que son indispensables al desempeño de su
pucio facilita la acumulación de secreciones y residuos misión.
capaces de crear infecciones. La substancia producida por los testículos entra pri­
El pene está compuesto de dos cuerpos cavernosos en meramente en las dos grandes bolsas ubicadas entre la
estrecho contacto entre sí (Sinopsis VI. Fig. 2, 3 y 4). vejiga y las vesículas seminales (Sinopsis V I. Fig. 1, 2 ).
La uretra, conducto de la emisión del orín, recibe Estos órganos son de 4 a 5 centím etros de largo por,
también dos canales seminíferos tributarios, los cuales, aproximadamente, 1 de ancho. Su principal misión con­
como veremos, le transm iten la secreción de las vesículas siste en proveer al semen de substancias suplementarias.
seminales. Esta secreción, substancia glutinosa de color amari­
Está el pene compuesto casi exclusivamente de tejido llento, es la que da al semen su apariencia viscosa.
cavernoso, es decir, de vasos esponjosos que lo dilatan Las vesículas seminales descargan su contenido en el
y motivan su turgencia al recibir el flu jo sanguíneo que interior de la uretra, próxima a la glándula prostátlca.
caracteriza la erección. Es ésta un órgano en form a de nuez, que mide de 2.5
a 3 centímetros de espesor. Está ubicada sobre el ano
En su estado común, el pene es fláccido e inapto para
el acto sexual. La erección le presta la rigidez y elasti­ y puede ser percibida con el dedo. L a próstata se com­
cidad necesarias a su profunda introducción en el órgano pone de un número de glándulas separadas por un tejido
femenino, donde deposita el semen que emite. Esta fun­ conexivo. Las secreciones de estas glándulas tienen la
ción está facilitada por el hecho de que el glande tiene apariencia de un liquido lechoso ; contienen un ele­
una ligera curva perfectamente adaptable a la curva va­ mento, de olor característico, denominado espermatlna.
ginal. El volumen de un pene normal en erección es más La secreción prostátlca se proyecta en el interior de la
o menos el mismo de la vagina, que veremos luego. Exis­ uretra en el momento de la copulación. Su misión es
ten, sin embargo, considerables diferencias individuales, estimular la acción del espermatozoide.
que pueden perturbar la armonía de las relaciones se­ Dediquemos ahora unas pocas palabras a las subs­
xuales y aún hacer imposible la fecundación de una tancias de los órganos genitales masculinos que cooperan
manera normal. con los elementos fecundantes. Hemos visto que el es­
Sin la erección del miembro viril, fenómeno producido perma en cuestión es un líquido complejo, integrado por
por él flu jo de la sangre a los vasos del mismo, la copu- las secreciones de los testículos, los epididimos, la pros-
24 Enciclopedia Sexual LOS ÓRGANOS FEM ENINOS 25

tata y también de ciertas glándulas accesorias (Sinop­ En la parte inferior del abdomen de una m ujer hay
sis VI. Fig. 1, 6). A l ser emitido de la uretra, es el semen una abertura vertical denominada vulva (Sinopsis I.
un líquido espeso, opalino y de olor penetrante. Contiene Fig. 2). Está integrada por dos grandes labios (1 ), los
albúminas, sales y el elemento que ya hemos mencionado, cuales al abrirse descubren los labios menores o nin­
que le da ese olor peculiar y que algunos comparan con fas (5 ). Aquéllos son ligeram ente combados y están cu­
el olor del alm izcle y otros con el de las flores del castaño. biertos de pelos. En las mujeres vírgenes estos labios
Si examinamos una gota de semen bajo él microscopio, están generalmente muy Juntos. Los labios menores, que
vemos que contiene cuerpos filiform es. Son éstos los es­ miden alrededor de 30 m ilím etros de largo, 15 de ancho
permatozoides, que miden de 1/50.000 a 1/60.000 de y de 3 a 5 de espesor, se estrechan hacia el frente y se
milímetro. El espermatozoide se compone de una cabeza juntan en la base del clitoris.
aovada, un segmento intermedio y una especie de cola, Es el clitoris e l principal asiento de la sensación vo­
denominada flagelo. Es mediante este flagelo que el es­ luptuosa en la mujer; posee una copiosa red de nervios
permatozoide se mueve, dentro del flúido seminal, hacia y es particularmente sensible en su extremidad, en la que
arriba, de la misma manera que el pez, empujándose con bay un glande que se mueve, más o menos libremente,
la cola. Antes de entrar en contacto las secreciones de entre las partes superiores de los grandes labios. La parte
las vesículas seminales con las secreciones prostáticas, más sensible a la excitación es el lado inferior, el cual
los espermatozoides permanecen inmóviles. Mientras per­ requiere tan sólo un leve contacto para producir la exci­
manecen en los testículos y los epidídimos, están inertes tación. Es, en cierto modo, un pene en miniatura. Ha de
y no logran su madurez hasta no alcanzar los conductos notarse, sin embargo, que el clitoris es incapaz de una
excretorios de esos Órganos. Después de entrar en la erección genulna como la del pene, aunque es más rico
vagina retienen su movilidad y se impelen a través del en filam entos nerviosos y más excitable.
útero hada el óvulo. Inmediatamente detrás del clitoris se encuentra él
El volumen del semen eyaculado en el acto sexual es, meato urinario. Finalm ente, en los pliegues de la vulva,
térm ino medio, de 3 centím etros cúbicos. Como en cada cerca de la entrada a la vagina, hay dos pequeñas glán­
m ilím etro cúbico entran 60.000 espermatozoides, el nú­ dulas (Sinopsis I. Fig. 24), denominadas vulvo-vaginales,
mero de ellos eyaculados en cada copulación alcanza que segregan un liquido oleaginoso cuya misión es faci­
aproximadamente a 260 millones. lita r la introducción del pene.
La movilidad de esta enorme cantidad de agentes fe ­ Sirve la vulva de orificio externo a la vagina, Órgano
cundantes es extraordinaria. Debajo del microscopio se de 8 a 9 centím etros de largo por 4 de ancho. En las
les ve moverse con extrem a agilidad, cruzándose, en­ doncellas, la vagina está más o menos cerrada, a poca
trando en contacto mutuo y precipitándose en todas di­ distancia de la vulva, por una membrana llam ada himen
recciones. Cada uno de ellos es capaz, por su propia (Sinopsis IV ), que ofrece resistencia a la perforación, la
cuenta, de impregnar el óvulo, o célula femenina repro­ cual varia en los distintos Individuos.
ductiva, pero sólo a uno le corresponde esta función El himen se rompe generalmente durante el primer
mientras los otros, inútiles ya, perecen. coito. Este rasgamiento va acompañado, en la mayoría
El aparato genital femenino consiste también en ór­ de los casos, por una ligera hemorragia.
ganos externos e Internos. Empezaremos por describir los La vagina, cuyas paredes son muy elásticas y están
primevos, esto es, la vulva y la vagina. provistas de múltiples pliegues, se extiende hasta el cuello
26 Enciclopedia Sexual Bol be los ókganos femeninos 27
del útero (Sinopsis I. Fig. 18), que la comunica con la capitulo que se refiere a la madurez sexual de la mujer.
matriz. Los conductos ovulares, o trompas de Falopio, tienen una
Llegamos ahora a la descripción de los órganos in­ composición especial que facilita el movimiento hacia
ternos: el útero, o m atriz, los dos conductos ovilla­ abajo del óvulo. Están revestidos con un tejido ciliado
res (11) y ambos ovarios (10). epitelial que vibra continuamente de un modo que puede
El útero es un órgano hueco, en form a de pera, com­ comparársele al movimiento de las paredes intestinales.
puesto principalmente de tejido muscular. Está ubicado La dirección de estas vibraciones es hacia el útero.
entre el intestino grueso y la vejiga (Sinopsis I. Fig. 1, Otro de los roles importantes en el proceso de impreg­
16). Su parte más grande e importante se encuentra en nación, es el desempeñado por el revestimiento uterino.
la cavidad abdominal. La más estrecha, se conecta con Este hállase compuesto de una membrana mucosa, con
1^ vagina, formando el cuello uterino ya mencionado. El numerosas glándulas, especialmente adaptada para re­
útero, donde se desarrolla el embrión, se comunica por cibir al óvulo. A fin de asegurarse el éxito'en la enorme
su parte superior con dos conductos, de 12 a 14 centí­ tarea de construir el nido para recibir al óvulo fecundado,
metros de largo y de 2 a 3 de diámetro. Comienzan estos la membrana mucosa realiza cada cuatro semanas un
conductos en las aberturas laterales ubicadas en la parte proceso preparatorio y soporta importantes cambios.
superior de la m atriz, terminando cada uno de ellos en Cuando este proceso previo resulta inútil, a consecuencia
form a acampanada, parte denominada embudo, y con de la no fertilización del óvulo, los productos residuales
filamentos que se ram ifican hacia los ovarios. Son éstos del mismo son expelidos al exterior con el flu jo mens­
dos glándulas que se hallan en el interior del abdomen y trual.
a derecha e izquierda de la matriz. De esta descripción de los aparatas genitales mascu­
Se estima que cada una de estas glándulas almen­ lino y femenino, resulta evidente la notable analogía de
dradas contiene un m illón de óvulos, o células reproduc­ ambos. En realidad, los órganos glandulares masculinos,
tivas femeninas. De esta enorme cantidad sólo algunos es decir, los testículos, corresponden a los ovarios fem e­
centenares llegan a la madurez. ninos, pues ambos segregan el- elemento germinador res­
Estos óvulos se encuentran en pequeños sacos deno­ pectivo. Las trompas de Falopio, que conducen el óvulo,
minados folículos. Uno de estos folículos, denominado
se asemejan a los conductos deferentes que reciben y
gTaafiano, se madura cada cuatro semanas, a veces en transmiten los espermatozoides. El pene corresponde a
un ovario y otras en el otro. El flúido contenido en el
la vagina, puesto que ambos son agentes de copulación
foliculo se desliza al exterior conduciendo al óvulo hacia
y están construidos en form a tal que se adaptan entre
la cavidad abdominal. En la proximidad del embudo el
sí. Finalmente, el aparato genital femenino, como hemos
óvulo es cogido por los filamentos flotantes y conducido
visto, contiene una especie de pene, que desempeña, sin
a uno de los conductos, donde sigue su curso hacia la
embargo, un rol indirecto en el proceso de impregnación
matriz. Este proceso va acompañado por una congestión
del óvulo.
de todo el aparato genital. Una cantidad de vasos san­
guíneos se rompen, provocando una hemorragia, más o
menos grande, que se descarga a través de la vagina y
se conoce por "m enstruación" o flu jo menstrual. Es
éste un proceso que describiremos detalladamente en el
P R I MERA P A R T E

Iniciación y Desarrollo Sexual


CAPITULO i n

LA SEXUALIDAD EN LOS NIÑOS

Los instintos primarios. — La falacia de creer que el niño carece


de insttnto sexual. — El instinto sexual,está presente desde el
nacimiento, pero se manifiesta en diferentes formas. — El auto-
erotismo. — Sensaciones placenteras derivadas de la estimulación
de ciertas partes del cuerpo. — La boca, el ano y la región ge­
nital. — La masturbación infantil. — La no ingerencia de los
padres. — Innocuidad de la misma cuando no es excesíua. — La
mayoría de las perturbaciones son provocadas por los temores
paternos. — Relación entre las excreciones nocturnas y la sexua­
lidad. — El peligro de permitir que los ntños perciban el acto
sexual. — Perspectivas más saludables en los niños del campo.
— Juegos con significación sexual, — El homosexualismo en los
niños, un fenómeno natural. — Resumen demostrativo de su
período de evolución.

Dos Instintos primarlos acompañan al hombre du­


rante toda su vida: el instinto de conservación y el ins­
tinto sexual.
Aunque el instinto de conservación, que nos impele a
buscar alimentos, se m anifiesta desde el instante del na­
cimiento, creíase que el instinto sexual no despertaba
en el hombre antes de la pubertad.
Esta opinión fué muy sostenida aún a fines del pa­
sado siglo y, en general, nadie la discutía. A ningún es­
pecialista se le había ocurrido inquirir si el instinto sexual
es innato en el hombre y, en tal caso, en qué form a se
manifestaba hasta la edad de trece o catorce años. SI
suponemos que los niños son “ ángeles puros” , es decir,
seres asexuales, el Instinto sexual debe caerles, evidente­
mente, como un rayo, al sentir ellos los primeros im-
32 Enciclopedia Sexual Erotismo infantil , 33
pulsos del mismo. T a l hipótesis, sin embargo, es con­
En realidad, el mamar en los senos de la madre, no
traria a toda experiencia e incompatible con todas las sólo satisface el hambre del niño, sino que le proporciona
leyes fisiológicas que rigen el desarrollo del hombre. también un goce Intenso, que pronto buscará despertar
E l crecimiento humano no se realiza a intervalos. El independientemente de la función nutritiva. Una de las
instinto sexual es claramente innato, aunque en la niñez ocupaciones favoritas del niño consiste en chupar sus
se m anifiesta en form a diferente a la asumida en la propios dedos. A l hacerlo, parece completamente ajeno a
edad adulta. Estas consideraciones han conducido a los
todo cuanto le rodea; la sangre fluye a sus m ejillas y la
modernos sexólogos a sostener que la vida sexual del dicha se le refleja claramente en los ojos. Esta necesidad
hombre comienza con su nacimiento. Por extraño que de experimentar sensaciones placenteras puede tender a
parezca, es ésta una realidad irrefutable. Todos los ex­ satisfacerse de las maneras más inesperadas. Cuando se
pertos convienen en que el instinto sexual se evidencia le enseña al niño a dom inar sus procesos excretorios,
aun en los niños de pecho. descubre él que la retención suscita una sensación aflic­
Es, no obstante, esencial definir claramente la pala­ tiva no exenta de cierta voluptuosidad. El defecar des­
bra “ sexual". Cuando se la refiere a un niño muy peque­ pués de la retención se convierte en una fuente de placer,
ño, puede resultar sorprendente, y hasta chocante, para que los niños pronto aprenden a estim ar y provocar, pese
ciertos espíritus susceptibles. Por ejemplo, cuando se la a la desaprobación de sus padres. Es muy frecuente oír
pronuncia frente a una madre ignorante en la materia, a las madres jóvenes quejarse-de que sus hijos rehúsan
con relación a su bebé, es posible que se estremezca ella obstinadamente la defecación, prefiriendo manchar la
de horror. Esto se debe a que el vocablo "sexual" le des­ cama cuando a ellos les place. Las madres'no sospechan
pierta pensamientos relativos al sexo y a las relaciones que esta prórroga es intencional por parte del niño, a fin
sexuales. Pero al hablar del instinto sexual de los niños, de procurarse del acto de defecar el máximo de placer.
no nos referimos al orgasmo sexual. La ciencia le ha Destaca Freud que los educadores no están lejos de la
dado a la palabra “ sexual” una acepción más amplia. verdad cuando llam an a los niños “ pequeños salvajes”.
Significa, aplicada a los niños, la tendencia a buscar sen­ Asociar el placer a esa función fisiológica puede parecer
saciones placenteras. Esta tendencia parece, a primera paradójico e inspirar repulsión, pero debemos recordar
vista, estar libre del elemento erótico, pero a medida que que la m ateria fecal no es desagradable para el niño,
se va desarrollando va asumiendo, cada vez más clara­ quien ve en ella una parte intim a de su cuerpo, de la
mente, un carácter sexual. cual está orgulloso. Por lo que no es fácil para la madre
Ahora bien, este impulso hacia el placer, como el inculcarle ideas de limpieza. Todas estas manifestaciones
impulso de la alimentación, es Innato en todos los seres de sexualidad en el niño tienen sólo una vaga conexión
humanos. Ambos instintos primarios combínanse en con la vida sexual del adulto. La diferencia fundamental,
cierta medida en los infantes, pues la satisfacción del como lo hemos señalado, estriba en el hecho de que, en
hambre es una de las principales fuentes del placer el niño, estas sensaciones no se producen en ia zona ge­
físico. “ Quienquiera que vea a un bebé saciado apartarse nital. Esta ausencia de diferenciación en las zonas eró-
del seno de la madre — dice Freud— y dormirse con las genas del niño no es sorprendente, si tenemos en
mejillas sonrosadas y una sonrisa de felicidad, tendrá que cuenta que, aun en los adultos, las sensaciones volup­
adm itir que este cuadro perdura como típico de la sa­ tuosas pueden suscitarse en varias partes del cuerpo. En
tisfacción sexual en la vida adulta” las mujeres, especialmente, estas zonas son múltiples.
34 E n c i c l o t EDIa S e x u a l Mastuhbacíón Instintiva
Tendremos ocasión de estudiar detalladamente este fe ­ obtiene mediante el frotam iento manual; en las niña*,
nómeno en. otras partes del libro. con frecuencia, por la apretada unión de los muslos.
En el niño, son los orificios (boca, ano y órgano ge­ El profesor G am ier cita el siguiente caso de mastur­
nital externo) y ciertas partes de la piel, como los mus­ bación in fan til femenina:
los, los hombros, las axi'as y las nalgas, los que consti­ “ Una niñita, no mayor de un año, continuamente
tuyen las principales fuentes de fruición. No obstante, quería estar en el sudo o sobre una silla. Una vez en esta
las partes genitales pronto establecen su supremacía. posición comenzaba de inmediato a hacer movimientos
Los especialistas han demostrado que los infantes prac­ con el abdomen y las piernas. Se hizo con ella el expe­
tican a menudo una form a de masturbación moderada. rimento de colocarla sobre un taburete. Pronto comenzó
Esta masturbación Infantil no es idéntica a la mastur­ a moverse de atrás hacia adelante, a fin de repetir su
bación consciente de los púberes porque está exenta de hábito, y continuó de este modo durante dos minutos,
toda asociación de ideas y no se acompaña con imágenes hasta caer finalm ente de espaldas. Comenzó entonces a
eróticas. En verdad, la masturbación no es para el niño retorcerse convulsivamente y em itir un número de pe­
un substituto, sino un medio de satisfacción que es una queños gritos. A l recobrarse volvió a tomar su posición
finalidad en si misma. La segunda característica de la favorita y, cuando iba a comenzar nuevamente sus movi­
sexualidad infantil, conocida por autoerotismo, es, según mientos, se la detuvo, provocándose su ira y sus lá­
la definición dada por Havelock Ellis, “una manifesta­ grimas.”
ción espontánea del impulso sexual, no dirigida hacia Todos los especialistas que han estudiado la sexua­
un objeto sexual”, o, conforme a los psicoanalistas, “ di­ lidad en los niños han ratificado la existencia de la mas­
rigida hacia el propio sujeto” . turbación infantil.
Es decir que aquellos infantes que se masturban son El famoso psicoanalista vlenés doctor W ilhelm Stekel,
una excepción (1 ). La verdad es que estas excepciones en particular, ha hecho algunas observaciones intere­
son relativamente tan comunes, que toda madre podría santes. He aquí su conclusión al respecto:
comprobarlas si observara a sus hijos con la atención “En la form a más simple de la masturbación, coloca
debida. Pero en la mayoría de los casos no se atreven el niño su mano sobre o cerca de los órganos genitales.
ellas a dar crédito a sus ojos, no obstante ser el fe­ Además, la contracción de los muslos y las piernas
nómeno natural y perfectamente inofensivo. Las causas prueba al médico que el niño está experimentando la
de ia masturbación infantil son exclusivamente mecáni­ primera etapa de la masturbación.
cas. “ La superabundancia de secreciones, el lavado y la “ Existen dos tipos de mas turbadores infantiles. Los
frotación del cuerpo, y ciertos estímulos accidentales, primeros experimentan una irritación leve pero perma­
como ser el vagabundeo de bichos intestinales en las nente. En los otros la masturbación es más pronunciada
pequeñuelas” , imprimen en los niños las sensaciones y puede llegar hasta producir el orgasm o...
agradables que estas partes erógenas del cuerpo son ca­ “ Puesto que a los niños comúnmente se les envuelve
paces de producir. Sensaciones que despiertan en ellos en mucha ropa, y no pueden, por lo tanto, aproximar
el deseo de su reiteración. En los varones, el placer se sus manos a los órganos genitales, es en sus movimientos
rítmicos corporales que los padres han de percibir ia prác­
(I) Serla más exacto decir que los nifios que no se mas- tica de la masturbación. Realiza el bebé vigorosos mo­
turban son una excepción. — N. H, vimientos con sus músculos abdominales, levanta y baja
se Enciclopedia Sexual Educación sexual del «rito 37
las piernas o presiona sus muslos entre si. La respi­
lograr eficazm ente que el niño renuncie a su hábito.
ración se acelera, m ira el pequeñuelo vagamente hacia
Es mejor, según el consejo de la doctora Balint, procurar
adelante, sus ojos se tom an casi vidriosos y sus m ejillas
divertir al niño cuando comienza éste la práctica de su
enrojecen; suspira y aún detiene la respiración hasta que hábito. El educador debe intentar desviar la atención del
el orgasmo se produce. infante ofreciéndole otra fuente, más Inofensiva, de pla­
“ Los padres casi nunca se dan cuenta de la natura­ cer. Es evidente que mucho de esto ha de dejarse librado
leza de estas manifestaciones y, aun al describirlas, no al discernimiento de las personas que tienen a su cargo
alcanzan a comprender que son ellas una de las múltiples la educación del niño. Cuando tiene éste la costumbre
forman de masturbación. de dormirse con sus dedos en la boca, es Imprudente mo­
“ Cuando estas criaturas son un poco mayores y co­ lestarlo y perturbar su sueño.
mienzan a hablar, las que se masturban suelen em itir La masturbación in fan til es, como hemos dicho, esen­
exclamaciones tales como “ya está", “ ya viene” o “ ya cialmente innocua. En todo caso su peligro no es mayor
vino”, expresiones éstas que son generalmente m al inter­ que el de la succión del dedo. La m ayoría de los ex­
pretadas por los padres.” pertos están contestes en que la masturbación in fan til
• * * no tiene consecuencias físicas n i psicológicas. Es Impor­
tante evitar, a toda costa, el castigo con palmetas en
Estas son, pues, las principales manifestaciones del las manos del niño que se masturba, puesto que no al­
instinto sexual en los niños más pequeños. Nos propo­ canza él a comprender el error cometido, y ta l actitud
nemos ahora examinar brevemente la manera en que los podría engendrar, además, un traum a de serias conse­
padres, que se preocupan por la salud física y moral de cuencias. El consejo que acabamos de dar respecto a la
sus hijos, deben reaccionar frente a estos fenómenos. succión del pulgar, puede aplicarse con igual eficacia a
La succión del dedo pulgar es una de las más inno­ la masturbación.
cuas actividades. En los más de los casos, los niños re­ Pero la principal precaución es procurar que el niño
nuncian voluntariamente a ella; de manera que aquí la no duerma en la misma cama de la madre. Independien­
intervención de los padres es innecesaria. Sin embargo, temente del punto de vista de la comodidad y la higiene,
cuando este hábito se extiende más allá de cierto lím ite, y del peligro de que la madre sofoque al bebé con su
puede convertirse en un abuso que exija la atención de propio cuerpo, las caricias intercambiadas en ta l época
los padres. La doctora Alice Balint, en su notable libro pueden, posteriormente, producir en el niño ciertos
The Psychology of the Nursery, destaca que la succión efectos cuyos alcances están fuera del propósito de este
del anular es una forma de satisfacción que tiende a capítulo. Por el momento, sólo queremos destacar que
independizar al niño demasiado de su ambiente. Cuando las demostraciones de afecto excesivas pueden influenciar
el niño se está chupando el dedo no tiene necesidad de profundamente la vida emocional del bebé. El pequeño
alguien, se repliega como el caracol en su concha y no ángel inocente, como se le supone comúnmente, es, a
hay manera de hacerlo salir de sí mismo. Podemos com­ pesar de su candor, muy sensible a las sensaciones de
parar al niño que contrae el hábito de succionar sus naturaleza erótica. Esta afirm ación chocará, sin duda
dedos, con el beodo, que encuentra en el alcohol el re­ alguna, a ciertos padres, pero deben éstos, sin embargo,
fu gio adecuado para olvidar las penas de su vivir coti­ tomar buena cuenta de ello en bien de esos pequeños
diano. Pero no es con métodos violentos cómo podemos seres que les son tan queridos.
38 Ekc iclopxdia Si z v al Realejos psíquicos 39
No «8 prudente perm itir que dos niños duerman en puede igualar a la fuerza de sus primeros Impulsos, de
una misma cama, aun cuando sean ellos del mismo sus primeras experiencias psicológicas.
sexo. Todos los psiquiatras conocen innumerables casos
• * *
de perturbaciones nerviosas, que atribuyen principal­
mente a la demasiada Intimidad entre los niños, sean del Las facultades de observación del niño son general­
mismo o de diferente sexo. Algunos Juegos inspirados mente subestimadas. Atribuyese poca importancia a las
por ta l intim idad no Justifican la alarma respecto a la escenas de intim idad sexual, de las que son testigos, y a
corrupción de los niños, pues evidencian simplemente las consecuencias que tales escenas pueden tener en su
la curiosidad in fan til respecto a las cosas sexuales, y es vida mental. Es Justamente por esta razón que estima­
esto un fenómeno natural. mos conveniente insertar aquí algunos ejemplos relativos
Algunos padres llegan hasta a consumar el acto sexual a este problema. Los tres primeros están tomados del
en presencia del niño, a quien creen, equivocadamente, libro del profesor Liepmann, Youth and Sexuality, com­
dormido. Los niños son a veces poco dormilones, pero puesto enteramente de confesiones hechas por sus alum­
siempre observadores penetrante?, y el recuerdo de esce­ nos, de uno y otro sexo, relativas a sus más lejanos re­
nas como la aludida puede dejar una impresión indeleble cuerdos de naturaleza sexual. Es interesante notar que
en su subconciencia. Los niños no dejarán de Interpretar todas estas descripciones tienen un punto de contacto:
el acto sexual como una form a de maltrato, o del abuso la impresión dolorosa producida por el espectáculo
coercitivo. “ Para ellos el acto sexual — dice Freud— erótico:
tendió una inferencia sádica*'. Una nlñlta de dieciocho “ Desgraciadamente — escribe uno de los estudian­
meses, por ejemplo, viendo a su padre besar a su madre, tes--, como consecuencia de nuestra situación eco­
protestó violentamente: “ |Tú no debes lastim ar a nómica, que no nos perm itía poseer más que una ha­
M am yl". Los psicoanalistas sostienen incluso que esta bitación y una cocina, bien pronto tuve otra revelación.
impresión recibida en la más temprana infancia con­ Con mis propios ojos vi a mis padres consumar el “ acto".
tribuye al desarrollo ulterior del sadismo en una persona Fué, para mi, un momento terrible. Me cubrí les ojos
bisexual. Algunas, admitiendo la posibilidad de esta h i­ con las sábanas y tapé mis oíd os.. . Hubiese deseado
pótesis, replicarán tal vez que es en extremo raro que estar a diez m illas de distancia."
nuestra memoria se remonte retroactivamente más allá He aquí lo que recuerda una joven estudiante:
de los cinco años. Es esto quizá cierto en lo que se refiere “Vivíamos en un alojam iento compuesto de una sola
a nuestra memoria consciente, pero los análisis han de­ habitación. Y aconteció que un día — tenía yo cuatro
mostrado que, independientemente de ella, existe una años de edad— sorprendí a mis padres copulando y
memoria subconsciente que retrocede hasta la cuna. Y comencé a dar voces y gritos de horror. Este cuadro
son precisamente estos recuerdos enterrados los que con- me impresionó tan profundamente, que aun hoy me pa­
tinúan influenciando nuestras acciones. rece tenerlo frente a mis ojos."
Los padres deben tener esto presente al permitirse Otra joven nos cuenta una historia sim ilar:
ciertas fam iliaridades ante los niños, con la presunción “Dormíamos en el mismo cuarto de nuestros pa­
que éstos no entienden. Anatole France dice en alguna d res... Todas las noches ola yo producirse la misma
parte que los niños son genios incomprendldos: se po­ cosa, algo que me parecía imposible, y tuve vergüenza
sesionan del mundo con superhumana energía. Nada de mis padres. Todo esto me transformó hasta el punto
40 Ekciclopedía Sexual D tferenciacion sexual 41
de parecer otra. Sufría terriblemente. De pronto co­ rado de la hernia. En su presencia, los padres evitaban
mencé a tener sueños sensuales, que me excitaban mu­ cuidadosamente la palabra “ cortar” , explicándole que
cho. Me puse pulida y ojerosa. Considerábame una cria­ su hernia iba a ser “ curada” . Poco antea de dirigirse
tura envilecida, por estar ya fam iliarizada con esas es­ a la clínica con su madre, estaba muy asustado, hasta
cenas. Y conceptuaba puros a todos los demás niños, que, finalm ente, sacando su pene, preguntó: “ ¿También
y a m i misma indigna de mezclarme con ellos.” me van a curar esto, mamá?” . Cuando su madre le volvió
En The Psycology of Ihe Nursery, la doctora Balint a asegurar que "eso” estaba sano y no necesitaba cura,
nos describe el caso de una niña que dormía en la misma el chico se calmó de inm ediato y, sin demostrar ansie­
habitación de sus padres y que todas las noches hume­ dad alguna, se hizo conducir a la clínica. Es natural que
decía su cama, excepto durante la semana del flujo los niños no pueden im aginar que haya seres con órganos
menstrual de su madre. Observa esta eminente psicóloga sexuales distintos a los suyos, y cuando por vez prim era
que el orinar y la defecación pueden ser una expresión ven a una niña desnuda, los órganos sexuales de é s ta '
de sexualidad infantil. De este modo el niño imita, a su les parecen una cicatriz. Suelen imaginar que ella ha.
manera, por así decirlo, los actos de sus padres. sido privada del pene por vía de castigo.
Las niñitas se dan cuenta mucho antes de este estado
* • • de cosas, lo que despierta en ellas un sentimiento de in ­
Para ilustrar el interés que un ser humano normal ferioridad. Se tom an celosas de los niños y les envidian
demuestra por las cuestiones sexuales, desde la más tem ­ su pene.
prana niñez, recordaremos algunas observaciones hechas Cuando una niña está en presencia de un niño, ambos
por varios psicólogos, que esclarecen, de sorprendente desnudos, aquélla se siente avergonzada, y, a fin de ei:-
manera, la preocupación in fan til en la materia. Evita­ pllcar su “ im perfección”, es posible que exclame, com o
remos deliberadamente referirnos a las preguntas que el niño de tres años antes citado: “ y o también tenía una
los niños hacen a los cinco o seis años, y aún menos, y cosa como esa y la perdí". Otras se consuelan con la Idea
que dan fe de su curiosidad sexual. Tendremos ocasión de que el pene todavía no ha crecido en ellas, y que su
de volver sobre ellas al analizar el esclarecimiento sexual. inferioridad es sólo temporaria. Una niña de la escuela
El pene, incluso en las más pequeñas criaturas, asume de infantes, según refiere León Frappier, quiso excu san »
una significación especial; el niño le asigna más impor­ ante la Institutriz, que la ayudaba a despojarse de sus
tancia que a cualquier otra parte de su cuerpo y es para ropas, y le d ijo: “ ¿Sabe u sted ?... Todavía no ten go
él objeto de orgullo. A este respecto, la doctora B alint mi pls” .
nos cuenta un caso característico: Un día, los padres Cuenta la madre de una niña de dos años cómo, pos­
de un niño pequeño recibieron la visita de un joven o fl teriorm ente a su segundo alumbramiento, un varoncibo,
clal, que acababa de ser ascendido en el colegio m ilitar sorprendió a su pequeñuela en el baño improvisando con
y estaba desmedidamente orgulloso de su nuevo sable. el termómetro un órgano genital masculino. Estaba e v i­
Observólo el niño con atentos ojos durante algunos m i­ dentemente celosa de la propiedad de su hermanito.
nutos, y luego, queriendo a toda costa mostrar que él Estos celos suelen dar lugar a la admiración, com o
también poseía algo valioso, desabrochó, sus pantalones en el caso de la niña que viendo orinar a un pequeflio
y dijo: “ Yo también tengo una cosa para hacer pis". compañero de juego, exclam ó: “ jQué lindo es eso!” .
A otro pequeñuelo se la inform ó que Iba a ser ope­ Particularm ente ilustrativas u n las siguientes p a l»-
42 Enciclopedia S exual JUEGOS KBÓTXCOS DE LA INFANCIA 43
bras Infantiles respecto a la relación existente entre la Entre los niños campesinos, tales juegos son más co­
nutrición y la sexualidad. Una m ujercita de tres aftos y munes que en las grandes ciudades, y sus padres nada .
medio filé sorprendida masturbándose. No queriendo ate­ alarmante ven en ellos.
morizarla, su madre le preguntó amablemente: "¿Qué es E l siguiente caso, suministrado con otros similares
lo que estás haciendo, h ijita?” . A lo que la niña contestó: por él doctor Qrassel, lo tomamos de la revista alemana
"L e estoy dando de com er". Zeitschrift 1ür Sexualwissenschalt:
* • • “ La vida sexual del Individuo, o más bien, lo que da
la impresión de tal, comienza muy pronto, generalmente
alrededor de los tres años (en el cam po). Una pareja de
Pasaremos ahora a referirnos a esos juegos infantiles pájaros, o de moscas, realizando el acto sexual, puede
del “ matrimonio’* y los “casados”, del "padre” y la “ma­ despertar la curiosidad del niño. El ejemplo de perros,
dre” , los cuales varían considerablemente y que siempre toros y vacas, etc., hace el resto. Además, la visión del
consisten, más o menos, en la manipulación de los ór­ cuerpo desnudo de un compañero, o de una hermana
ganos sexuales. Es indiferente que los niños sean o no menor, en el baño u otra parte, provee también m ateria
hermanos, y que pertenezcan o no al mismo sexo. de pensamiento. A los niños del campo, sean hijos de
Estos juegos se practican generalmente durante el pe­ campesinos o de terratenientes, es común verlos, a la
riodo entre la más temprana infancia y la pubertad. La edad de tres a cuatro años, intentar el juego del "papá”
vida sexual de los niños está en constante desarrollo y y la “ mamá” ,
asume diferentes formas, comenzando con el autoero-
“ Mi hermano y yo estábamos un día al tope de un
tismo infantil. Buscando el niño una forma de expresión
carro repleto de heno. TJn grupo de niñas y niños cam­
sexual, se entrega a experimentos originales o se gula
pesinos pasaron frente a nosotros cantando alegremente.
por Influencias externas, tales como el comportamiento
Poco después, m i hermano me llam ó la atención hacia
de los animales, la acción de sus padres, o de sus vecinos,
o el "ejem plo” dado por uno de sus compañeros. un espectáculo curioso. Los niños, no lejos de nosotros,
se zambullían en parejas sobre las parvas de heno, uno
No debemos menospreciar n i exagerar la importancia
sobre otro, en estrecho abrazo. Cuando m i hermano y yo
de esos juegos. En algunos niños, aquellos muy sensibles
y sujetos a las perturbaciones psicológicas, pueden ellas los molestamos, se pusieron de pie sin perturbación al­
ocasionar serios traumas que estorben la libertad de toda guna y siguieron andando tan alegres como habían ve­
su vida sexual. En otros, pueden resultar innocuos. Todo nido. M i hermano, a quien manifesté m i asombro, y
depende de un número de factores que son decisivos en que vivía en el campo, me dijo que los niños todo lo ol­
cada caso dado. vidan, excepto cuando se les ca diga, en cuyo caso las
Pero, en general, podemos decir, sin embargo, que en cosas se fijan en su m em oria."
los niños cuya constitución física y psicológica es per­ Hemos dicho ya que estos juegos son particularmen­
fectam ente sana, tales juegos, aun cuando se los lleve te comunes en el campo. No ha de Imaginarse, sin em­
demasiado lejos y se los practiqi;<* urente mucho tiempo, bargo, que ron exclusivo privilegio de los niños campesi­
no tienen consecuencias perniciosas, especialmente en nos, pues las calles de las grandes ciudades ofrecen nu­
los niños criados en estrecho contacto con la naturaleza, merosos ejemplos de ellos, contra los cuales el doctor Ste­
respirando el aire vigorizador de los campos y las playas. leel, en sus actividades de esclarecimiento sexual, se toma
el trabajo de prevenir a las madres? El siguiente relato de
44 Enciclopedia Sexual Repercusiones emocionales 45

un estudiante, citado por Llepmann, es un documento la agradable sensación de blandura y calor de tal modo
Interesantísimo: provocada. No lo hacíamos con algún propósito ulterior.
“ Eramos nosotros cinco criaturas (cuatro varones y No buscábamos otra cosa que la sensación digital y lo
una m ujercita, la m enor). Era yo el segundo h ijo y mi realizábamos simplemente por seguir el ejemplo de los
hermano mayor me llevaba dos años. El y yo, debido a otros. Puedo agregar que este juego es todavía muy
que nuestra madre estaba muy ocupada con sus otros común, según creo, en nuestro país. Hace apenas algunos
tres hijos más pequeños, pasamos nuestra infancia prác­ días sorprendí en el granero a un niño de siete años y
ticam ente sin contralor alguno. Hasta los nueve años, a una pequeña de cinco en la misma actitud. Cuando les
la única norma de conducta que se nos impuso fué la pregunté qué hacían, m e respondieron sonrientes: “ Es­
de regresar a casa a las ocho de la noche. Los domingos tamos jugando” . Y cuando les hice notar que esas cosas
podíamos prolongar nuestras correrías callejeras una no estaban permitidas, y, refiriéndom e al niño, que si sus
hora más. A la edad de cuatro años tuve m i primera padres se enteraban, ciertam ente le castigarían, el muy
aventura sexual. M i hermano, que éntonces tenía seis picaruelo me contestó con cierta insolencia: "A papá no
años, lo recuerdo bien, cogió a una veclnlta de su misma le importa, porque él hace lo mismo con m am ita” . Es
edad y, después de llevarla hacia la oscuridad, y de des­ cierto que su padre — un jornalero— es un Individuo más
abotonarle las bombachas, comenzó a jugar con la punta bien rudo, pero, no obstante, no creo yo que observe tan
de sus dedos en las partes sexuales de la niña, lo cual, poca restricción en presencia de m i niño.”
dicho sea de paso, solían también hacer en secreto mu­ Para concluir esta parte del capitulo dedicada a los
chos de nuestros compañeros de juego. Lo llamábamos juegos de carácter sexual, juegos que pueden tener pri>
“ el juego del padre chico y de la madre chica'*. Más aún, fundas repercusiones en la vida emocional del sujeto, es­
la niña no sólo perm itía esto, sino que se arqueaba hacia timamos de gran interés citar un largo fragm ento de la
atrás y parecía derivar un gran placer del proceso. Pero confesión de una enferma del doctor Stekel. L a autora
el hecho fué descubierto esa misma tarde debido a que de esta descripción evidencia una sinceridad tal, que su
la niña no pudo abotonarse las bombachas por si misma. relato ha sido varias veces comparado a las Confesiones
La madre entró a sospechar, interrogó a la niña y, des­ de Juan Jacobo Rousseau.
pués de conocer la verdad, se precipitó a casa para decír­ Antes de ceder la palabra a la señorita A. — veintiún
selo a mamá. Mi hermano y yo fuimos en esa ocasión años tenía cuando escribió su relato— , es menester llam ar
severamente reprendidos, y nos vengamos de la niña lla­ la atención de nuestros lectores sobre el hecho de que las
mándola "chismosa” . Pero esto no fué óbice para que mi prácticas reveladas en este documento son de carácter
hermano dejara de conseguirse otra niña con el mismo excepcional y que toda generalización debe, por lo tanto,
propósito y que continuara en esta práctica hasta los ser evitada. Al mismo tiempo, nos apresuramos a agregar
catorce o quince años, época en que aprendía ya su oficio que ninguna de las personas a que se hace referencia han
y realizó el acto sexual verdadero por vez primera. de ser consideradas pervertidas. Se trata de un caso ex­
“ Toda vez que llegaban a oidos de mis padres aquellas tremo, pero que, en conjunto, no puede ser estimado
travesuras, lo castigaban terriblemente. Pero no por eso anorm al:
dejaba él de insistir en sus prácticas. En cuanto a mí, “ En primer lugar he de hacer algunas afirmaciones
participé en el Juego sólo una vez. Después me abstuve que aprendí de oídas.
por temor al castigo, aunque todavía siento en mis dedos “A los ocho meses era yo una criatura fea y poco
46 EWCICI.OFRDIA B l X U A L M ALA REPRESIÓN DEL EROTISMO 47
desarrollada. A l ser cristianada me dieron nombre de velamos obligados a jugar en la cocina, a fin de no
mujer, pese a que uno de los doctores presentes me creyó despertarla, en cuyo caso se irritaba mucho. Quería yo
varón y perdió toda esperanza respecto a ral vida. A l saber por qué a unas criaturas se les llamaba chicos y
año, m i primer compañero íué un perro de pastor, a otras chicas. Se me había dicho que ello dependía de
grande, cuyos párpados acostumbraba yo a pinchar, hasta los aros. Pero cuando una niña nace no tiene aros. Dí-
que un día m i madre, dándose cuenta de lo que yo hacía, joseme luego que era por la nariz. Esta respuesta me sa­
a pesar de los lamentos del pobre animal, castigó mis tisfizo. Pero pronto descubrí que algo se me ocultaba.
manos a palmetazos. Lloraba mucho, especialmente du­ Mientras jugábamos, aguardaba yo la oportunidad de
rante las noches, y quería que siempre me pasearan en resolver el misterio. De pronto Ricardo expresó su deseo
brazos. M i "pájaro de mal agüero" recetó a papá que de orinar. La llave del baño pendía a una altura dema­
me dieran unas “ gotas somníferas” todas las noches. A siado elevada para nosotros, que no nos atrevíamos a
causa del hábito de llevar las manos a mis ropas inte­ perturbar el sueño de tía. Concebí entonces la idea de
riores y jugar con ellas, me las palmeteaban muy a me­ prestarle m i bacín. Me senté, cerca de él, sobre un
nudo. Aunque no fu i criada a pecho, en una ocasión taburete, y esperé los acontecimientos con bien fingida
mordí uno de los senos de mi madre. Tal actitud me indiferencia. A decir verdad y a pesar de sus siete años,
valió una sonora bofetada. Me producía un intenso pla­ estaba él muy desconcertado, pero la necesidad no tiene
cer tironear el cabello y la barba de los hombres. Era :eyes. Y después de algunas instancias por parte mía, se
presa de la mayor Irritación cuando me llamaban para décidió finalm ente a aceptar el ofrecim iento. A l verle el
el té, porque ¿ lo significaba la cama Inmediata. Los pene, espectáculo para m í inesperado, puesto que siem­
primeros anatemas que escuché fueron: "Eres una ma­ pre se me había informado que los varones eran iguales
chona" y “ eres una bellaca". Aprendí a caminar a los a las mujeres, me alegré sobremanera. “ ¿Qué tienes
veinte meses, época en que mi lengua se movía más ahí?” , exclamé. “ Yo también he de tener eso". Le así el
libremente. En una oportunidad vi a mi madre bañarse, pene fuertemente, en tanto que él se puso de pie gritando
y dije desconsideradamente, cogiéndome la cabeza: “ Y o y confesando que no podía orinar a menos que yo lo sol­
también tengo pelos, pero en la cabeza". La primera cosa tase. Entonces me di vuelta pudorosamente, mientras él
que aprendí a decir fué "a já ". Cierta vez que dos amantes orinaba. Esperaba proseguir después m i lección objetiva.
se besaban apasionadamente, sin atribuir mayor impor­ Aero él carraspeo de m i tía perturbó nuestro fantástico
tancia a m i presencia, exclamé: “ ¿Ajá?". Ambos, que no juego. Tuve el presentimiento de que se me darla una
sabían que era yo un enfant terrible, se separaron de lección ejemplar. Asomóse ella a la puerta. Sus ojos lla­
inmediato, mirándose horrorizados. Hasta la edad de dos meantes la delataban. Lo había escuchado todo. R i­
años hube de dormir en la cama de mis padres. O tra vez ca» do, para, quien la situación se tom aba seria, puso pies
repetí a unos parientes que nos visitaban, las palabras eu polvorosa en dirección a su casa, dejándome sola con
que una noche m i padre dirigió a mamá: “ En cuanto mi destine. En cuanto hubo él cen ado la puerta de calle,
Ana se duerma t e . . . ” . me decid! a afrontar el temporal. “ |Tú, desdichada e
“M is primeros compañeros de juego fueron una n ü » Inúti.1Criatura! — vociferó mi tía— . ¿Qué has hecho, pros-
de cinco años y un chico llam ado Ricardo, de seis a siete tiL-'tn? H e de decírselo a todo el mundo y todos sabrán
años aproximadamente. Tenia m i tía la costumbre de que eses una criatura perversa. Temprano empiezas.
acostarse cuando estaba con nosotros, p er lo que nos <*/' que se entere de lo que acabas de hacer te dará
El “am or ” en la n iñ e z 49
48 Enciclopedia Sexual
ponían a espiarme. Jugaba yo con Arturo, m i tío favo­
la mano cuando vayas a la escuela. El maestro jamás te
rito, Alfredo y un muchacho llam ado Rodolfo, que por
tocará. Deberás confesarlo todo en la escuela. Ninguno
aquel entonces tenía, por lo menos, catorce años. “ ¿Ju­
de tus condiscípulos querrá sentarse a tu lado, ni darte
gamos al doctor?" — inquirí, acostándome, como solía,
la mano” . en el sofá. Inmediatamente comenzaron a levantar mis
"Llen a de lágrim as imploré perdón y me defendí di­
vestidos y a despojarme de la bombacha hasta dejar al
ciendo que mi único propósito era perm itirle hacer “ pls”
descubierto mis órganos genitales. Con toda tranquilidad
y que nada malo había en ello. Deside aquel día m i amis­ les dejaba hacer, pero sin m irar a ninguno de los mu­
tad con Ricardo se hizo menos íntim a. Jamás pude per­
chachos. M i vista estaba clavada en el techo. Luego, el
donarle el haberme dejado sola en las astas del toro. A mayor de todos, Rodolfo, desprendióse sus pantalones e
causa de m i solicitud para con él debí escuchar cosas tan intentó echarse o reclinarse sobre m i, no recuerdo bien.
terribles a m i referidas. Cuando hoy le encuentro oca­
M i corazón comenzó a latir con violencia. Llena de terror
sionalmente, dos pensamientos cruzan por m i mente. El
empecé a llorar y a dar gritos, implorándole que nada me
uno me dicta: "Esquívale y avergüénzate de haber in ti­
hiciese. No deseaba yo permanecer por más tiempo en
mado tanto con él hace veinte años” . El otro Inquiere: esa posición; quería sentarme. FrometUe un beso, pero
"¿Por qué razón somos tan enteramente extraños entre
insistió él en que nada me sucedería. Vanos fueron mis
si? ¿A qué causa obedece el que con el andar de tantos
esfuerzos, pues entre todos me sujetaron. Parecióme como
años nos hayamos mantenido tan serios y reservados,
que nuestros órganos sexuales entraban en contacto y
mirándonos furtivam ente y dirigiendo después la vista
agucé m i atención. Soltóme a l fin con la condición que
hacia el suelo?” La misma frialdad y reserva que mani­
le dijera minuciosamente todo lo que mis padres habían
festábamos en nuestros juegos y trabajos después de
hecho desde que contrajeran enlace. D ije todo, cuanto
aquel desdichado día.
podía im aginar al respecto, y que tam bién-'se ha­
"E ra m i abuelo un hombre de negocios que vivía en
bían besado. Rióse él de mis palabras, y añadió: "Has
los fondos de una enorme casa, y tenía a su disposición olvidado lo principal. Ellos también han hecho lo que
dos cobertizos, un pequeño jardín y un delicioso cena­ acabo de consumar contigo” . Profundamente angus­
dor, que nosotros, sus dos hijos menores, de ocho y nueve
tiada, repliqué: “ iOh, no; ellos no hicieron algo tan ho­
años, respectivamente, y yo, de nueve, utilizábamos rrible) Esto es un pecado, y Dios todo lo ve. Mis padres
cuando jugábamos a los cónyuges. Todos los días pro­ no eran tan perversos”. Ambos pequeñuelos más jóvenes
m etía yo casarme con uno de ellos, un día con Arturo y me amenazaron con delatarm e a "tiíta ” , que m e casti­
otro con Alfredo. Nuestro entretenim iento favorito, par­ garía, si no les perm itía a ellos también introducir s u ...
ticularmente para mí, era "hacer el doctor” . Yo, desde Me abandoné, pues, tranquilamente a m i destino; ten-
luego, era la enferma, y les perm itía trajinarm e las ropas díme de nuevo sobre el sofá, separé m is piernas y comencé
y examinarme totalm ente. La revisación iba especial­ a levantar m i vestido convulsivamente. Pero me ator­
mente dirigida a mis partes genitales. Cierto día nos menté al observar cómo, Arturo, primero, y Alfredo, des­
hollábamos en el cenador, donde no habla más muebles pués, acercaban su miembro viril. A causa de m i prefe­
que una mesa y un sofá de cuero. Como era una tarde rencia hacia ellos, parecióme que el contacto habla du­
de verano, las cortinas habían quedado desplegadas y rei­ rado un tiempo muy breve, pues e l rozamiento de nues­
naba allí una oscuridad intensa. Estábamos se los, pues tros órganos sexuales producíame una sensación deli-
a abuelito y a tía siempre les ocurría algo cuando at dis­
50 E nciclopedia Sexual
P equeñas “ thaoxdias” ehótica» 81
cjosa. Arreglém elas al fin para liberarme con un beso.
natural llevarm e los juguetes de Alfredo. Pero cuando
Pero a través de toda la escena, qu:j debió prolongarse
éste me sorprendía en un téte-d-téte con Arturo, ello me
durante un largo tiempo, pues pasamos algunas horas en
costaba el renunciamiento a mis juguetes preferidos, pues
el cenador, observaba yo con ansiedad hacia la puerta, te­
debía devolvérselos inmediatamente a espaldas de m i
miendo la aparición de m i tía. Desde aquella tarde, Arturo
madre. Consistían principalmente en liebres y gatos de
y yo solíamos sentamos detrás de un tablón, en el cuarto
trapo, que solia llevar conmigo a la cama, aun cuando
de trastos. Acostumbrábamos estar en el suelo y nos pro­
era una niña relativam ente grande, y colocar alrededor
metíamos ser, con el correr de los años, marido y mujer.
de m i cuello, rehusándome a dormir de otra manera. A
El ganaría mucho dinero y tendría yo un departamento
la mañana temprano, me encontraban yaciendo sobre los
grande, sirvientes y hermosos vestidos. A l aproximar­
pobres juguetes. Durante un mes todo, marchó bien.
nos, solíamos prodigam os besos y abrazos. Sus caricias
Nada sé sospechaba y pudimos entregarnos a nuestro
me inundaban de dicha. A l oir el más ligero m ido, com­ amor sin ser perturbados. Pero un día hube de reñir con
ponía de inmediato mis ropas y comenzábamos a hablar
Arturo. Supe que fumaba cigarrillos a escondidas y se
de temas escolares. Alfredo debía ser siempre nuestro lo hice saber a su padre, es decir, a mi abuelo. M I tía
hijo, y le decíamos a menudo que fuese a jugar y no nos tomó por su cuenta la queja, en mi nombre. Lo castigaron
molestara. Cuando yo iba a visitarlos y Arturo no estaba, severamente, pero él se vengó confesando algo de nues­
solfa jugar con Alfredo, que siempre se quejaba con tros juegos en el cenador. Atreviéndome apenas a res­
amargura de mis preferencias hacia su hermano. Tam ­ pirar penetré en la casa con tía, quien, sin proferir pa­
bién él me amaba; también él quería desposarme cuando labra alguna, me miraba amenazante. Sentía yo prepa­
fuésemos grandes. Pero Arturo era el preferido. A me­ rarse la tormenta. “Se lo he contado a papá — dijome
nudo, cuando le suponíamos de paseo, nos sorprendía. Arturo— . Y a te pondrá en antecedentes tía Laura” . F i­
Cierta vez que estuve áspera con él, me denunció al nalmente rompió ésta el silencio: “ D i qué has hecho con
abuelito. "A ti también te quiero, Alfredo” , le dije, “ Hoy Rodolfito. Nada te diré de las otras cosas, que son de poca
jugarás conmigo” . (iQ ué lástima que tuviese ojos azú­ monta” . "Nada — contesté— . Le d i un b eso.. Sobre­
lese Arturo, que era hermano de mamá, los tenia negros vino luego una escena sim ilar a la ocurrida algunos años
y grandes). Resplandeciente de dicha, al ver que nada antes.
le negaba, brindábame a la hora de irme todos sus ju­ “ Indigna y perversa criatura, si no te apresuras a
guetes. Y yo tenía que llevármelos todos, no obstante decirme qué has hecho, te entregaré al prim er policía” .
constituir una pesada carga. No aprobaban en mi casa Entre lágrimas y balbuceos confesé: “ Quería él ponerme
el que trajera siempre los juguetes de Alfredo, quien, in­ s u ... Pero, por favor, no se enoje, tiíta querida; no lo
variablemente, prorrumpía en llanto cuando dejaba de ir volveré a hacer. Deme un beso” . Quise arrodillarm e ante
yo a su casa o cuando el abuelo me retaba. En cambio, ella, pero m e-arrojó lejos de sí. “ jOh, vergüenza! jEres
jamás me llevé nada de Arturo. Lo quería entrañable­ el deraoniol Jamás besaré a una ram erilla semejante.
mente y, a pesar de mis quince años, derramé amargas {Vete de aquí) (Diciendo esto rechazaba mis implorantes
lágrimas (creo que las primeras) cuando ingresó a la manos). Una m ujer así debe vivir sola. ¡Qué desgracia!
Escuela Naval. Antes de partir, díjole sutilmente a Si Rodolfito lo llegase a contar a otro, todo el mundo
mamá: “Si nada aprende en la escuela, hallará usted en lo sabría. {En la casa de tu abuelo! Cuando tu padre
Ana una mujer admirable” . Era para mi la cosa más se entere, jamás te volverá a tocar. Cuando llegue a
52 E n c i c l o p e d i a Si x u a l
oídos de la directora, te expulsarán de la escuela; tendrás
E volución sexual in fan til 52
que Ir a algún reform atorio y terminarás tus dias en
la cárcel". Mi desesperación no podía ser mayor. Era mente, m ayor importancia al sexo de sus compañeros
demasiado. Lloré e imploré piedad ininterrumpidamente. de Juego. Esta indiferencia puede explicarse por la co­
“ No lo diga. Le suplico que no lo diga” . Un silencio para nocida teoría, sostenida por muchos sexólogos, que hasta
mi angustioso sellaba sus labios. "P or favor, tiíta Laura la pubertad todos los niños son bisexuales y poseen ambas
querida, no lo diga a nadie” . tendencias: la heterosexual y la homosexual. Es sólo
“ Si, lo diré. A tu padre no, desde luego, pero tu madre mediante la madurez genital que el carácter sexual del
lo sabrá” . niño se tom a defintdamente determinado.
“ Como una encarnación de la Inocencia, y castañe­ Es claro que esta teoría no la aceptan todas las auto­
teándome los dientes, entré en casa y me acosté. A la ridades en la materia. La escuela de Magnus Hirschfeld,
tarde siguiente estaba yo con mamá y tía en un restau­ por ejemplo, se opone a ella enérgicamente, como veremos
rante. Aprovechó ésta la ocasión para decir: “ Siempre en la parte del libro que trata sobre el homosexualismo.
sospeché de ella; como te dije, cuando estaba sola con los Quienes la defienden basan sus argumentos en la ob­
muchachos, pero toda vez que hablé con R. (m i abuelo), servación anatómica. Hasta el tercer mes, posee el em­
no me hacia caso, y ahí están los resultados” . Sin em­ brión los rudimentos de ambos sistemas: masculino y
bargo, no dejé de observar cómo mi madre, en vez de cas­ femenino, y sólo después uno de ellos degenera. Sin em­
tigarm e, ladeaba su cabeza, ahogando una sonrisa. S i bargo, los vestigios de los Órganos correspondientes al
lim itó a contestar que no lo volverla a hacer, lo cual sexo contrario nunca desaparecen por completo. E l hom­
habíale yo Jurado solemnemente. Estaba yo enojada con bre, por ejemplo, posee tetillas y la m ujer un clltoiis,
Arturo y nuestra amistad quedó deshecha. que no es sino un pene rudimentario. En los niños, la
“ Se aproximaba la época en que debia ascender al bisexualidad es mucho más pronunciada que en los adul­
cuarto grado y habla de confesarme. Sufría como una tos, y es sólo durante la pubertad, siguiendo a la reacción
mártir. Soporté tormentos infernales. ¿Cómo decirlo? de ciertas glándulas, que las características femeninas
No obstante, todo salió bien. Tartamudeé: "H e obrado en el hombre y las masculinas en la mujer son comple­
de una manera impura, sola y con otros” . ¡AI fin todo tamente eliminadas. Es fácil comprender, por 10 tanto,
habla terminado! Después de algunas serias amonesta­ por qué un niño puede sentirse profundamente atraído
ciones obtuve m i absolución." hacia un condiscípulo o su maestro, y una niña hacía una
amiga o su maestra.
* • * Ejemplos de esto hay en abundancia, pero nos lim i­
taremos a citar algunos de los más notables.
Muchos expertos, entre ellos Malinowski, Iván Bloch, Uno de los alumnos del profesor Liepmann, otrora
Hammond y Qodart, afirm an que en I03 pueblos prim i­ sexualmente normal, escribe lo siguiente:
tivos estos Juegos son muy comunes y que los padres “ Recuerdo también con meridiana claridad que cuan­
no los desaprueban en modo alguno. Algunos etnólogos do sentía cualquier afecto hacia una persona, especial­
lian notado que en el curso de tales juegos existen claras mente el inspirado por un compañero de colegio que
tendencias al coito. tenía ya quince años cuando yo contaba nueve, me agra­
Hemos visto que los niños no atribuyen, general- daba imaginármelo siendo castigado en las nalgas. Este
solo pensamiento era suficiente para producirme la t .ec-
ctón del pene. A esta razón se debe que llam ara a dicho
54 Enciclopedia Sexual
Conducta paterna 55
órgano, barómetro sentimental. Esto parecerá Increíble. desarrollo sexual. Sería un error, por parte de los padres,
Y yo mismo me sorprendo boy de que tal definición pu­ al encontrarse con uno de estos casos, alarmarse e im a­
diera ocurrírsele a un niño. Pero es la pura verdad." ginar que el vástago es incurablemente homosexual. Pero
Un muy elevado afecto, no exento del elemento sexual, esto sólo es válido cuando se refiere a las primeras etapas
está admirablemente ilustrado por el siguiente pasaje de la pubertad. Después, los juegos dejan de ser juegos
del delicioso Diario Psícoanatítico de una Joven, cuya y nos encontramos frente a personas sexualmente ma­
autenticidad está garantizada por el profesor Freud: duras a quienes debemos tratar y considerar como tales.
"Noviem bre 8. — He ahí una maravillosa joven que se Hemos dicho ya que, en los pueblos prim itivos, y entre
aproxima patinando. Cuando se dirige al vestuario deja los campesinos, no se consideran perniciosas las primeras
una estela de inefable perfume. ¿Se casará algún día y manifestaciones sexuales del niño. Las poblaciones bur­
lo conocerá todo? Es hermosa, y siempre que el cabello guesas de las grandes ciudades, cuya vida es infinita­
mente más complicada, interpretan tales expresiones en
le cae en la frente, lo vuelve hacia atrás graciosamente.
una forma mucho más trágica. Los padres temen el
Me agradaría ser tan linda como ella. ¡Cuán feliz sería efecto que tales actividades puedan producir en la evo­
entonces! Pero, desdichadamente, soy morocha, y ella lución psicológica de sus hijos. Sólo podemos decir res­
rubia. (Si me fuera dado tan sólo conocer su nombre y pecto a estos peligros que acechan a los niños, y aun a
dónde v iv e !. . . Mañana volveré a la pista. Prefiero es­ los infantes, que debemos aplicarles el mismo principio
tudiar durante la noche. que se utiliza para los adultos: Todo depende de la pre­
"Noviem bre 9. — Estoy completamente trastornada. disposición del individuo, de su estabilidad psicológica y
No vino a patinar. ¿Estará enferma? de su carácter. Un hecho que en ciertos individuos pro­
"Noviem bre 11. — |Al fin ! Hoy la he visto de nuevo. vocará un traum a serio, será inofensivo para otros.
Dios mió, qué bella es. N i siquiera los padres, que conocen a sus hijos ín ­
timamente, pueden descubrir con exactitud científica qué
“ Noviembre 12. — Hoy me habló. Estaba de píe junto
es lo que está ocurriendo en el alma del niño. P or lo
a la puerta cuando de pronto sentí a alguien reírse de­
tanto, aconsejamos a padres y madres, incluso cuando
trás de mi, y de inmediato me di cuenta de que era ella.
sus hijos posean el don de una poco común estabilidad
Aproximóse y me dijo: "¿Vamos a patinar juntas?” . • emocional, tratarlos con tacto y evitarles toda angustia.
“ lOh, encantada!” , le respondí. Entrecruzamos nuestras Jamás debe usarse la violencia en los casos delicados, ni
manos y patinamos juntas. El corazón m e salía por la recurrirse a las amenazas o al terror. Lbs peligros que
boca, deseaba decir algo, pero no hallaba nada juicioso pueden derivarse de semejante actitud son mayores que
que expresar. Cuando llegamos a la puerta, un señor allí los que el niño está expuesto a encontrar cuando se le
apostado la saludó, contestó ella el saludo, y, dirigién­ deja solo. He aquí la razón por la cual el m ejor método
dose a m í: “ Adiós” , me dijo. Apresuróme a preguntarle: no consiste en el castigo, sino en la prevención.
“ ¿Cuándo? ¿Mañana?” “Sí, tal vez”, exclamó. Tal
v e z ..., sólo ta l vez. . . [SI fuese mañana!”
Las biografías de mujeres y hombres célebres suelen
describir casos de amor de esta especie, los cuales, como
hemos visto, son fenómenos perfectamente normales del
La curiosidad íniv .n tii . 57

maraña también la mentalidad del niño desde el mo­


mento en que comienza a pensar.
A partir de la más temprana infancia lo;. niños liaccn
a sus padres innumerables preguntas relativas a tan de­
licada m ateria. Volúmenes enteros podrían llenarse de
CAPITULO IV curiosos y reveladores ejemplos al respecto, registrados
por maestros y psicólogos especializados en el estudio de
LA ILU STRACIO N SEXUAL la psiquis infantil. Citaremos solamente algunos que he­
mos seleccionado como particularmente típicos.
La curiosidad sexual en los nifloj. — Su* esfueruos por descubrir El padre de un niño de cinco años hizo notar que iría
de dónde vienen los bebés. — Su incredulidad en los cuentos al cine el próxim o domingo, por lo que un huésped de
inventados al efecto. — Necesidad de su ilustración a una edad- la fam ilia le inquirió si llevaría a su hijo. “ No — con­
temprana. — ¿os padres y maestros como educadores sexuales. testó el padre— , no tengo tal propósito, porque sólo se
— Ptiíproj de la ignorancia y de las semlverdade3 sexuales. — exhiben películas de amor” . “Entonces, ¿cómo quieres
las supersíictones primitivas. — SI experimento del doctor
que aprenda lo que es el amor? — preguntó el niño— . Y
Hodann con los niños escotares.
tú sabes que eso me interesa mucho” .
Se podría afirm ar, desde luego, que no es el am or lo
La actividad intelectual pronto'despierta en los niños único que interesa al niño y que, por lo tanto, este ejem ­
y se manifiesta por una Intensa curiosidad hacia todos plo no es muy convincente. Pero la form a en que hizo él
los fenómenos de la vida, aun los más ordinarios. Tal su advertencia demuestra claramente que “ la cuestión
deseo de Inquirir se extiende también a las cuestiones se­ del am or" estaba ya, desde hacia algún tiempo, en su
xuales. En su famosa obra sobre educación sexual, ob­ mente.
serva Haveloclc Ellis, eficazmente, que el problema más El asunto que más atrae la curiosidad in fan til es,
intrincado para la imaginación infantil es el que se re­ como ya lo hicimos notar, el de saber cómo nacen los
fiere a “ ¿cómo vienen los niños al mundo?” niños. A tales preguntas suelen los más de los padres
Sería enteramente estúpido condenar como “ inmo­ dar las clásicas respuestas: “ Los trae la cigüeña” , etc.
ra l" esta curiosidad Infantil relativa a las cosas del sexo. Escucha el niño estas explicaciones y aunque parezca sa­
Es ella, en efecto, una de las primeras manifestaciones tisfecho con ellas, la verdad es que sospecha, hasta cierto
de la actividad mental humana; la que, precisamente, punto, la evasiva. En su libro, ya mencionado en el ca­
colocó a l hombre por encima de la bestia e hizo del bár­ pítulo precedente, Psycology o f the Nursery, relata la
baro prim itivo un ser civilizado. La curiosidad in fan til doctora B aiint el caso de una niñera que, no bien hizo su
es, en realidad, un reflejo de la sed insaciable de saber aparición en cierta casa de fam ilia, fué apartada por un
que tienen las personas, refiérase a los intereses exclusi­ niño de cinco años, que le preguntó: “ ¿Me dirás con
vamente especulativos, es decir, el conocimiento por el franqueza de dónde vienen los niños, no es cierto?” E$
conocimiento mismo, o a los prácticos, o sea el dominio evidente que esta criatura había hecho la misma pre­
de las fuerzas misteriosas de la naturaleza. La cuestión gunta a sus padres, sin recibir una respuesta satisfac­
dél origen de nuestra presencia en el mundo no está ex­ toria. Mucho se asombraron éstos cuando la niñera los
clusivamente supeditada a las hipótesis metafísicas. En­ puso al tanto de la curiosidad úel pequeñuelo, pues creían
58 Enciclopedia Sexual Inoenxtddad sexual 59
que el asunto estaba, desde hacía mucho tiempo, olvidado guntó a su madre: “ Dlme, mamita, ¿es la cigüeña o la
por él. barriga?" Sorprendidísima, ésta confesó: “ Est e. . es la
La experiencia ha evidenciado que los cuentos de la
barriga” . A lo que la niñita contestó: “ Ahora com­
cigüeña no son aceptados ciegamente por los infantes.
prendo, pero no me explico cómo te has arreglado para
Aunque al parecer les satisfacen durante un tiempo, no
tragarm e".
transcurre mucho sin que hagan una minuciosa investi­
Esta graciosa anécdota revela el Ingenio con que puede
gación tendiente a verificarlos. Espera el niño en la
una criatura expresar sus dudas acerca de la inform a­
ventana la llegada de la cigüeña, y cuando, transcurri­
ción recibida de los niños mayorcitos.
dos unos días, no la ve venir, le muerde la duda; resume
A menudo los pequeñuelos suelen confundir a las per­
su cuestionario in fin ito; pregunta, por ejemplo, si la ci­
sonas adultas preguntándoles por qué sólo las mujeres
güeña los trae desnudos o vestidos, cómo sabe la direc­
ción exacta, si puede doblar la m anija de la puerta, etc. casadas tienen hijos.
• * •
Un nifiito de tres años, hijo de un portero berlinés,
habiendo hecho todas las preguntas regulares y recibido
las respuestas de costumbre, dijo a su madre un día: Los ejemplos precedentes Ilustran con amplitud el
“ Ahora ya sé que los chicos crecen en el vientre de hecho, no ignorado por nadie en la práctica, de que la
la madre. ¿Pensabas tú que fuese tan tonto como para curiosidad de los niños se vuelve definidam ente hacia las
creer que antes de nacer estaba yo en el fondo del lago? cuestiones sexuales, 'fas-ésta la razón por la cual el pro­
En tal caso me habría resfriado. ¿Y cómo pudo la ci­ blema de la educación sexual ha de ser encarado desde
güeña haberme traído? D ijiste que me dejó caer en la la más temprana Infancia. ¿Debe enseñarse a los niños
chimenea. Entonces, estarla lleno de hollín y me hu­ este aspecto de la vida? En los comienzos de este siglo,
biese hecho daño al caer.” la m ayoría de los padres optaban por la negativa, con el
Este caso, estrictamente auténtico, demuestra cuán a argumento de que la Inocencia de un niño no debia ser
menudo nuestros pequeños “ inocentes”, aun a una edad desdorada a una edad tan temprana, pues tenia él bas­
tan temprana, pueden descubrir el embuste de sus pa­ tante tiem po por delante para aprender todo cuanto ne­
dres. Las preguntas de este niño evidencian con qué ajus­ cesitase. Decíase, también, que era m ejor dejar al niño
tado razonamiento refutó el cuento de su madre, una aprender la verdad de sus compañeros de juego, porque,
vez que hubo aprendido la verdad de sus amiguitos de de otro modo, .perdería el respeto debido a los padres
la calle. Sin embargo, no debemos creer que sus dudas cuando, más adelante, tratase esas cuestiones en presen­
emanaran de tal revelación, sino todo lo contrario, es cia de ellos.
decir, que fueron sus dudas anteriores las que le hicieron Este concepto erróneo ha sido, desde entonces, tan
aceptar de inmediato la inform ación dada por los otros enérgica y eficazmente combatido por hombres de ciencia
niños. y educadores, que es innecesario volver sobre el asunto.
Otro ejem plo: Una niñita de cuatro años presenciaba Admitiremos como principio que una razonable inicia­
con su madre la escena dolorosa previa al alumbramiento ción no puede ser sino ventajosa, y que nada debilita tanto
que soportaba una am iga de ésta. Observaba ella la ex­ la autoridad de los padres como la convicción de un niño
citación general y permaneció en el cuarto hasta la lle­ de haber sido engañado por ellos. Más adelante volve­
gada del médico. Una vez en la cama, por la noche, pre­ remos a referim os a esta cuestión. 1
Veamos cómo un clérigo de Hamburgc, el pastor
T endencias educacionales 61
GO E n ciclopedia S exual modo, los padres que procuran conservar a su hijo "puro
e inocente” , ocultándole las funciones esenciales de la
Mahling, expresaba su opinión respecto a la necesidad vida humana, obtendrán un resultado contrario. En tal
de una iniciación temprana: caso la educación se realizará fuera del hogar, y el mis­
"Estoy con la franqueza absoluta porque creo que terio de la procreación será revelado por los cuentos
ocultar las cosas naturales bajo un ropaje engañador "verdes" de compañeros m ejor informados, de sirvientes
puede ser más nocivo que la revelación de la verdad. Na­ depravados y por los libros y las películas pornográficos.
die ha sido jamás, hasta ahora, corrompido por la ver­ El siguiente ejemplo de uno de estos atroces métodos
dad, mientras es notorio el daño ocasionado por la de ilustración fuá relatado por una de las jóvenes discí­
prevaricación. Estamos, pues, con el esclarecimiento de p u lo del profesor Llepmann, en cuyo caso los efectos se
la juventud. La cuestión estriba en saber cómo y cuándo agravan con depravadas tendencias, que la indujeron a
esta ilustración ha de tener lugar." una mórbida y duradera frigidez:
No creamos, n i por asomo, que la Iniciación de un "Cuando tenía cerca de nueve años fu i iniciada por
niño en los misterios naturales de la vida no es una tarea una sirvienta corrompida, quien, habiendo experimen­
infinitam ente delicada. tado todas las formas posibles del amor y la lujuria,
Los educadores hallarán un aliado eficaz en la viveza además de tener un hijo bastardo, sintióse inclinada a
de la mentalidad infantil, siempre atraída hacia lo su­ protegerme contra las mismas desventuras. Ko recuerdo
blime y maravilloso —cuando no ha sido prevenida por ya claramente los detalles. Sólo sé que siempre describía
una crianza hipócrita— , la cual llegará a contemplar a la mujer como un cordero inocente, y al hombre como
el m ilagro de la eterna renovación de los seres vivientes un monstruo devorador, ávido de lujuria, buscando apla­
como algo enteramente natural. Verá en ello una ma­ carla sin preocuparse del desastre que tal actitud podía
nifestación de las fuerzas omnipotentes de la naturaleza. producir en el sexo débil. Sus consejos sexuales se re­
Cuando este m ilagro se le revela con palabras conve­ sumieron en estas pocas palabras: “ Sólo puedo decirte
nientes, inspiradas por la sabiduría cabal y el respeto una cosa: cuídate de los hombres. Antes que hayas te­
que nace del amor, hallará el niño en la naturaleza hu­ nido tiempo de brindarles una mirada impura, te darán
mana un fenómeno maravilloso y una fuente de gozo, un h ijo". Como se había apartado de esos monstruos
sin asociarla, en modo alguno, con la lujuria y el vicio. y conservaba aún un apetito sexual violento, solía apro­
Los padres, cuya negligencia culpable hace posible tal ximarse a otras muchachas, sirvientas amigas y Inven-
asociación en la mentalidad de sus hijos, son realmente citas confiadas a su cuidado. No tardó en intentar con­
criminales, como no titubeó en calificarlos el doctor migo ciertas intimidades, cuyos efectos exclusivos fueron
Goodchild en los comienzos de este siglo, al protestar en­ el sentirme envilecida y asqueada, y experimentar una
fáticam ente contra la costumbre de lanzar a los niños, repulsión indescriptible hacia todo lo concerniente al
sin preparación alguna, como si fuesen a entrar en el sexo."
Paraíso, entre los estímulos y las tentaciones de la ciudad. Excúsenos el lector por extendernos tanto en cuestio­
Aunque la educación sexual es necesaria, requiere, sin nes demasiado trilladas para muchos, pero existen to­
embargo, gran tacto y delicadeza. Tal es el motivo por davía tantas personas que no se dan cuenta de los daños
el cual semejante empresa ba de ser puesta en inanos de ocasionados por la ignorancia y la hipocresía, prevale­
un educador, ya que de otro modo seria inevitablemente cientes aún en nuestros métodos educacionales, que, fran-
realizada por una persona incapaz, cuyo cinismo y gro­
sería podrían m ancillar el alma del niño. Y de este
02 E nciclopedia S exual El peligro de la « inorancia 63

caraente, no estimamos una pérdida de tiempo el insistir en el período de la pubertad debido al temor, la excita­
sobre algunos puntos. No hace mucho tiempo que un ción nerviosa y la exposición al frío. ¿Hay algo más na­
autor como Alfonso Daudet escribió; “ En cuanto a los tural para una joven sorprendida per el repentino e
niños mayorcitos, aprenden ellos en las calles y los dia­ inexplicable flujo sanguíneo, que intentar detener la he­
rios todo lo que han menester. Por lo que se refiere a las morragia, atribuida en su angustia a una herida? En tal
jóvenes, estimo que no debe enseñárseles la fisiología, caso, es lógico que recurran a las abluciones de agua
pues las verdades en ella contenidas son sucias, destru­ fría. Existen todavía mujeres, pocas por cierto, que se
yen las Ilusiones, atemorizan, asquean el espíritu y des­ empeñan en detener la sangre valiéndose de los baños de
vían su espontaneidad” . agua fría, como aconteció durante muchos años a una
Desgraciadamente, tal opinión es todavía más común joven, quién, después de sufrir las consecuencias de este
de lo que se cree. Tenía razón Havelock Ellis cuando re­ error y salir de él, convirtióse en una madre ejemplar. El
plicó a* los puritanos de esa laya, diciendo que tal afir­ recuerdo de esta terrible experiencia hizo que dispensara
mación equivalía a sostener que es superflua la provisión a sus hijas una educación sexual como muy pocas niñas
de agua nueva a las ciudades, por cuanto sus habitantes tienen la fortuna de recibir de sus despreocupados o equi­
podrían bebería en los charcos de las calles. vocados padres, acerca del cuidado personal indispen­
Repetimos. La introducción de un niño al mundo del sable a la salud de la mujer durante el período menstrual.
amor debe, a toda costa, ser disociada de la noción de "El terror de una muchacha no iniciada frente a esta
lo Impuro y pecaminoso, si queremos evitar que ideas hemorragia inexplicable es tal, que suele considerarla
fijas, factores de influencia perniciosa durante toda su un castigo por sus masturbaciones y pensamientos im­
vida adulta, se desarrollen en su alma. puros. A menudo no encuentra otra solución que el sui­
cidio. Cita el doctor Stekel el caso, ya mencionado en el
• * • capitulo precedente, de la pequeña Ana. Siempre que
inquiría a su madre el origen de los niños, se le contes­
El peligro de la ignorancia, recién mencionado, es taba: “ No necesitas saberlo. Son cosas cochinas, con las
particularmente enorme en el caso de las jóvenes, en es­ cuales no debes manchar la pureza de tu alma inocente” ,
pecial cuando son sorprendidas por la menstruación. etcétera. No sospechaba Ana que ella misma, su madre
Edmundo de Goncourt hace en Chérie una descripción y sus hermanitos debían su existencia a esas “ cosas co­
clásica del temor que sobreviene a una joven ignorante chinas” , cuya naturaleza continuaba siendo para ella un
del origen de la sangre que mancha sus ropas interiores. misterio. Siempre implacablemente escudada por su ins­
Un famoso ginecólogo del siglo pasado, H it, hizo una titutriz, careció de la oportunidad de conversar al res­
estadística sinóptica del comienzo de la menstruación en pecto con sus amigas. Cierto día, durante una lección de
una cantidad de mujeres. Demuestra ella que el 25 por gimnasia, notó que el trepar por un poste le producía
ciento desconocía el fenómeno; dentro de este número, el una “ sensación placentera” ; descubrió después que podía
13 por ciento de las jóvenes se asustaron tanto que les obtener la misma sensación mediante la frotación de
sobrevino un ataque de nervios, y el 6 por ciento creyeron sus muslos. Quiso comunicar a su madre el descubri­
estar heridas y se lavaron con agua fría y, como conse­ miento, pero no lo hizo porque sospechaba vagamente
cuencia, su salud se resintió seriamente. su vinculación con las “ cosas cochinas” .
Engelmann dice; “ Infinidad de mujeres se enferman Una mañana, al despertar, notó que las sábanas y su
64 Enciclopedia S e xu a l Consecuencias eunestas 65
camisón estaban manchados de sangre. Sedujo inme­ ios que vino un día a mi consultorio con los libros de-
diatamente que se había profanado a sí misma con aque­ rjo del brazo. Explicóme que venía a verme después de
llas cosas impuras, y se enfermó. Dios la había castigado na larga lucha interior, pues había notado en sus partes
y su madre sabría que era ella un ser abyecto. Quiso ixuales llagas que la lastimaban. Al examinarla, hallé,
morir, y dirigiéndose a la cocina abrió la llave del gas. m sorpresa, una combinación de gonorrea y sífilis; más
Fué salvada a último momento, pues la hallaron en estado tdavía, estaba embarazada de cuatro meses. No obstante
de inconsciencia. iber que hacía cuatro meses que no menstruaba, carecía
Las reacciones de un niño a veces no son violentas, ? toda idea respecto a su condición.
pero la crisis que sufre cuando el misterio del sexo se le “ Otra vez me visitó una flapper de dieciséis años, que
revela de una manera inesperada, es siempre extrema­ : quejaba de “ algo moviéndose en su interior’’, y como
damente grave. Los casos de desposadas que huyen del i su familia se habían producido varios casos de cáncer,
esposo la noche de bodas, por no estar preparadas para nería saber si lo había contraído también ella. El "cán-
elio, son hoy excepcionales; pero acontece con frecuencia ;r” era un feto de seis meses. Aunque en su casa se
que una mujer entre en la vida conyugal con ideas to­ Lscutían cuestiones médicas, nadie se tomó jamás la mo.
talmente erróneas. ¿Cuántos matrimonios no se rinden stia de explicarle el ciclo menstrual y otros fenómenos
ni infortunio a causa de la frigidez de la esposa y del e la vida sexual,”
descontento del marido, consecuencias ambas de la ca­ Manténgase al niño en la ignorancia o miéntasele, el
rencia de cultura sexual7 ;sultado es siempre el mismo; la pérdida de la confianza
La ignorancia de las mujeres jóvenes respecto a la ifantil. Muy ilustrativa para el caso es la afirmación
cuestión del parto, tiene a veces extrañas consecuencias. e un alumno del profesor Liepmann respecto a la ma-
En Alsacia, por ejemplo, se les enseña a las jóvenes que era cómo se iluminó sexualmente. Citemos un breve
las madres alumbran por el ombligo.' Existen muchas ero oportuno extracto:
otras leyendas al respecto. Una campesina se embaraza, “ Aconteció que un dia hablamos sobre cómo vienen
por ejemplo, porque está constantemente pensando en l mundo los niños. El (mi compañero de juegos) dijo
su ombligo y descuida el resto de su persona. Médicos ue los niños salen del abdomen de las madres. No quise
hay que se han encontrado con jóvenes que se creían en reerlo y lo consulté con m i madre. Evidentemente, se
estado de gravidez por haber besado a un hombre, o estre­ orrorizó y contóme no sé qué historias respecto al envío
chado apasionadamente sus manos. e los niños por Dios. Pero insistió en saber quién ha-
Creerán algunos que tales ejemplos en el siglo X X íame dicho semejante cosa. Instintivamente previ el
no son sino patrañas o, por lo menos, enormes exage­ eligro de Arnaldo, pero hube de confesar. Corrió mi ma.
raciones. Sin embargo, casi todos los médicos pueden re a la casa de mi amigo, y Arnaldo sufrió un serio
dar fe de ello. Por otra parte, los médicos son a menudo istigo. Fué para mí una excelente lección, pero jamás
consultados por mujeres jóvenes quienes, no obstante udo mi madre contar en adelante con toda la confianza
haber sido seducidas por algún sujeto inescrupuloso, tie­ ncera de su hijo.”
nen sólo ideas vagas respecto a las cuestiones sexuales. Lo mismo puede aplicarse al método ya mencionado
El libro del doctor Totis sobre educación sexual regis­ e las medias verdades, destinadas a presentar a los
tra los siguientes casos: iños, en el desesperado intento de ocultar la subliml-
“ liccuerdo perfectamente a una colegiala de catorce ad de las manifestaciones de la naturaleza, una mixtura
66 E nciclopedia Sexual
Educacjón sistemática 67
de ficciones y realidades carente de atractivos. Además ponsabiiidad por el futuro del niño, y el lema: "La ver­
de los peligros ya señalados, este método tiene el claro dad, toda la verdad y nada más que la verdad” .
inconveniente de no satisfacer al niño, que procura en­
Esta verdad debe serle revelada al niño, no de golpe,
tonces hallar la verdad entera en la teoría y en la prác­
sino gradualmente. El proceso de la educación sexual ,
tica. Freud, y muchos otros hombres de ciencia, han pu­
debe ser sistemático y adaptado al desarrollo de la men­
blicado trabajos interesantes sobre "las teorías sexuales
talidad infantil. Sería absurdo mencionar las enferme­
infantiles". Parece ser que los niños no informados en
dades venéreas a un niño de tres años. La mayoría de
absoluto o que lo fueron de una manera incompleta, des­
los padres, desgraciadamente, ven en la ilustración sexual
envuelven sus propias teorías respecto al origen de la
un acto grosero, extremadamente arduo y delicado. La
vida humana. Estas teorías tienen siempre algunos ele­
educación sexual debe, por el contrario, extenderse du­
mentos comunes. Creen ellos que un bebé sale del cuerpo
rante muchos años y seguir el ritmo evolutivo del des­
de la madre, sea del ombligo, o bien del proceso de la
arrollo sexual del sujeto. El sexo no debe ser un tópico
defecación; o imaginan que la parte del hombre en la
especial, un capítulo prohibido de la pedagogía, sino
procreación consiste en la violación de la mujer. Los
carne y hueso de la educación general.
más de los niños creen, además, que no hay diferencias
¿Cuándo debe tal educación empezar? La respuesta
anatómicas entre el hombre y la mujer. Las fantasías
sexuales de los niños son innumerables, pero en su mayor es simple: cuando el niño comienza a, hacer preguntas.
parte meras variaciones de las que acabamos de expresar. Tan pronto como su curiosidad por las cosas sexuales
El sistema de la “ iniciación a medias’’, en que lo despierta, debe ser satisfecha, a fin de evitar que se la
irreal se une a lo real, da pie a la teoría sexual in­ satisfaga él mismo de la manera vaga y descarriada que
fantil y robustece a los niños en sus creencias. Un cua­ hemos descrito. La edad en que debe comenzarse la
dro sexual falseado, sujeto de ensoñaciones infantiles du­ educación sexual infantil depende, por lo tanto, del niño,
rante muchos años, afecta la vida sexual futura del niño. pero en modo alguno ha de posponérsela más allá de
Querrá el adulto realizar sus fantasías infantiles. El aná­ los seis años. Un niño normal empezará mucho antes a
lisis científico de un elevado número de aberraciones hacer preguntas respecto a ciertas partes de su cuerpo
sexuales hace remontar el origen de las mismas a una y de la manera cómo sus hermanitos llegan al mundo.
creencia de la edad pueril. El coprofagista, para quien la Cuando no lo hace es porque, sin duda, está informado
satisfacción sexual está asociada a las excreciones de su en alguna otra fuente.
compañera; el homosexual, a quien repele el sexo opuesto Con respecto a esta fuente externa de información
porque imaginó siempre que la mujer tenia un pene; el sería interesante citar aquí algunas estadísticas publica­
sadista, esclavo de su teoría del estupro; todos estos des­ das por el Instituto de Sexología de Berlín, que demuestra
venturados seres sufren las consecuencias de los errores eficazmente cómo, aunque generalmente aceptado, el
de concepto pueriles debidos a la falta de conocimiento principio de la educación sexual está muy lejos de ser
sexual. Y continuarán bajo tal influencia sin encontrar aplicado.
el camino de la vida sexual normal. Estas estadísticas prueban que en un gran número de
El esclarecimiento sexual debería ser regulado por el
casos registrados, la noción sexual de los niños tiene
mismo principio que prevalece en los tribunales de jus­
lugar principalmente entre los diez y los doce años, el
ticia: la conciencia del juez, el sentimiento de la res-
60 por ciento; el 15 por ciento entre los siete y los nueve;
68 Enc iclo ped ia S exual
P edagogía sexual 09
el 20 por ciento entre los trece y los dieciseis, y el 5 por
ciento antes de los seis o después de los dieciseis años. La educación sexual exige mucho tacto por parte de
La educación de las niñas comienza un año después los padres. Respecto a si la misión educacional corres­
que la de los niños, pero el resultado es en mucho seme­ ponde al padre o a la madre, depende ello, en parte, del
jante. Sin embargo, en el 3 por ciento de los casos las sexo de la criatura. Es preferible, por regla general, que
mujeres nada saben hasta la época del desposorio, y el el padre enseñe al varón y la madre a la mujer. Pero la
6 por ciento carece de todo conocimiento. elección depende también de la aptitud Individual de los
Más interesantes todavía son las estadísticas referen­ padres para adoptar un tono conveniente. Aceptan al­
tes a las fuentes de Información. Sólo en el uno por gunos padres la necesidad de una educación sexual ra­
ciento de los casos los padres fueron los educadores se­ cional, pero no pueden adoptar la actitud correcta, o ca­
xuales del niño. El 70 por ciento de las respuestas al recen de aptitudes pedagógicas, siendo esta deficiencia
cuestionarlo dicen textualmente: ' ‘Por condiscípulos; por efecto de su propia falta de cultura al respecto. En tal
amigos; por compañeros de juegos; por un hermano o caso les aconsejamos recurrir al médico de la casa, a un
hermana mayor; por una prostituta; por una sirvienta; pariente o amigo dotados de los mejores dones educacio­
por una niñera; por una criada, etc. nales. Sin embargo, siempre que sea posible, es mejor
El 8 por ciento, "por la lectura de libros y diccionarios que los padres mismos emprendan esta noble tarea con
enciclopédicos; el 3 por ciento aprendieron "los hechos sus hijos.
de la vida” en la Biblia, y el 2 por ciento, observando a Los niños estarán eternamente agradecidos a sus pa­
los animales. dres por esta educación, como lo demuestran las pala­
Pocas de estas respuestas eran particularmente ex­ bras de dos de los discípulos del profesor Llepmann:
presivas: "Fui iniciado de un modo totalmente repug­ “ Yo, el primer hijo de mis padres, nací en el año 1909.
nante por compañeros de juegos” , escribe uno; "Por ma­ Dejando de lado algunas vagas nociones y una intuición
yores que me hablaban en la calle” , dice otro; "A lá edad oscura, mi iluminación sexual data de la época de la
de siete años asistí a un parto” , declara un tercero; guerra. Partí al campo con m i padre y tuve allí ocasión
"Cuando tenía ocho años, dos compañeros de colegio, de penetrar en un establo y admirar a un ternero re­
mayores, me enseñaron cómo se realizaba el coito” , y cental. Cuando hice la pregunta infantil: "¿Hay que
"A l visitar un museo de feria” , afirman otros dos. abrir la barriga de la vaca para sacar el ternero?” , en­
* * • señóme mi padre la forma en que esos animales vienen
al mundo. "¿Asi nací yo de mamita?” , le pregunté. "S í” ,
En cuanto al método educacional, las preguntas con­ me contestó. Y de este modo supe la verdad. No ad­
cretas y claras requieren respuestas igualmente claras y quirí un conocimiento más amplio de las cuestiones se­
concretas. Puede recurrirse a los ejemplos de la fecun­ xuales (ovarios, testículos, coito, etc.), hasta comenzar
dación de las plantas y de los animales, tomados de la en la escuela mis estudios biológicos. Contrariando a la
Botánica y la. Zoología, pero la Ilustración basada exclu­ señorita X, considero de gran utilidad Ilustrar la edu­
sivamente en las flores y los pollos aburre pronto al niño cación sexual con ejemplos sacados de la zoología.”
y deja insatisfecha su curiosidad. Buscará, entonces, La otra afirmación es aún más característica:
fuentes externas de información y fracasarán ios padres "A pesar de mi corta edad, la teoría de la cigüeña
en su propósito. me hizo el efecto de un verdadero cuento. No podía com­
prender por qué con los bebés las cosas no ocurrían de)
70 Enciclopedia Sexual Lo QUE DEBE SABERSE 71

mismo modo que con los animales. Expresé esta opinión esta pregunta a la inflamación de los pechos de una ama
a mi padre, quien me ilustró de la más discreta y digna de leche).
de las maneras. 8. — ¿Puede una mujer vivir sin útero?
"Ríe parecía lo más natural que las mujeres solteras 9. — ¿Qué es un mal parto y cómo se produce?
no tuviesen hijos, pues mis animales, que vivían solos, 10. — ¿Qué es la impotencia?
tampoco los tenían. El saber que podía obtener siempre 11. — ¿Qué es la obscenidad?
de mis padres una referencia precisa, evitó que prestara Tratar estas cuestiones, especialmente las relativas
mayor atención a los chistes e insinuaciones de mis con­ a la patología sexual, requiere un conocimiento de los
discípulos.” aparatos genitales masculino y femenino. Esto suscita
Otra cuestión muy discutida es si la educación sexual muchas preguntas. Las niñas muestran, naturalmente,
debe o no impartirse en la escuela. Hay muchísimos un interés particular por las cuestiones menstruales;
argumentos en favor de una mínima enseñanza sexual 12. — ¿Qué significa el hecho de que la menstruación
en las mismas. Seria preferible' que los niños escolares no se produzca?
aprendiesen ciertas materias científicamente en lugar de 13. — ¿Cómo se produce la menstruación y cuál es su
hacerlo de manera imprecisa durante los recreos. Los equivalente en los niños varones?
más de los escolares de trece años conocen los misterios 14. — ¿Pueden las niñas de trece y catorce años que
sexuales, pero confusamente, por lo tanto, sería para menstruan tener hijos?
ellos muy ventajoso adquirir un conocimiento positivo 15. — ¿Por qué no he menstruado esta vez?
del sexo y de las enfermedades sexuales, en lugar de 16. — ¿Cuándo puede la mujer ser fecundada?
vagar a tientas en una semioscuridad. El doctor Max 17. — ¿A qué se debe que una mujer de trece años
Hodann realizó un cuestionario entre escolares de trece menstrúe y no tenga hijos?
y catorce años, cuyos resultados estimamos de interés 18. — ¿Qué es la menopausia?
insertar. He aquí, para empezar, algunas de las pregun­ 19. — ¿Cómo es posible que el órgano sexual femenino
tas relativas a la patología sexual que los niños formu­ sea tan grande como para permitir el paso de un bebé?
laron: 20. — Cuando una muchacha tiene un parto prema­
1. — ¿Pueden curarse las enfermedades venéreas? turo, ¿se salva?
21. — Cuando la madre se muere antes del parto, ¿vive
2. — ¿Perjudican las enfermedades venéreas a la fe­
el bebé?
cundación?
22. — ¿Qué son los partos laboriosos?
3. — ¿Puede una mujer vivir cuando le sacan el útero?
23. — ¿Se muere el bebé cuando es necesaria una ope­
4. — ¿Qué es la ataxia locomotriz?
ración para sacarlo?
5. — ¿Cuál es el origen de la leucorrea? 24. — ¿Puede vivir un sietemesino?
6. — ¿Tiene el crecimiento relación con los ovarios? 25. — ¿Puede realizarse el coito cuatro semanas des­
¿Tiene un tumor en el ovario alguna relación con el pués del parto?
ovario mismo y afecta la vida sexual de la mujer? (Se 26. — ¿Por qué las negras no necesitan parteras?
supo después que una m ujer de la familia del niño que 27. — ¿Cómo se realiza la fecundación?
hizo estas preguntas había sido operada). 28. — ¿Cómo se efectúa la fecundación? (Esta pre­
7. — ¿Qué significa un pecho infectado? (Se refería gunta evita con cierto recato referirse a la técnica del
72 Enciclopedia S ex u al Educación sexual egipcia 73
coito, que es él verdadero objeto de la misma. El maestro estudio requerirla una completa reforma educacional,
debe tener el suficiente tacto como para satisfacer al que cuyo análisis está fuera de los propósitos de este capítulo.
la formula, sin desconcertarlo). Tal es la razón por la que hemos circunscripto la edu­
29. — ¿A qué se debe que haya mujeres sin hijos? cación sexual dentro de los limites de la familia.
30. — ¿Pueden las mujeres atacadas de mal venéreo Para terminar, insertamos un párrafo de la Etica
tener hijos? Egipcia, de Amelileau, en el cual un padre egipcio de hace
31. — ¿Por qué se tiene una cierta lista parda en el tres mil años da una lección sexual a su hijo. Esto nos
cuerpo? dará la pauta de la medida en que, respecto a ciertas
32. — ¿Por qué son los senos de la mujer diferentes cuestiones, marchamos a la zaga de algunos pueblos an­
a los masculinos? tiquísimos:
33. — ¿Por qué no tienen los hombres pechos como "Por ti he dado a tu madre, que te llevó en sus en­
las mujeres? trañas, una pesada carga, la cual no recafa sobre mí;
34. — ¿Por qué los niños no nacen de los hombres? cuando finalmente naciste, sobrellevó ella todavía otra
(L a niña procura comprender la división del trabajo se­ carga, y durante tres años tuviste sus pechos en tu boca.
xual, procreación y embarazo). Tus excreciones Jamás le repugnaron e hicieron excla­
35. — ¿Una mujer no fecundada tiene leche? (Sigue mar; “ ¿Qué es lo que estoy haciendo?” Cuando ibas a
a esta pregunta, hecha por una niña de la ciudad, otra la escuela, llevaba constantemente, todos los días, cer­
correlativa: ¿Por qué la vaca tiene siempre leche?). veza casera a tu maestro. Cuando, a tu vez, te cases y
38. — ¿Por qué tenemos pelos en ei abdomen? tengas un hijo, críalo como tu madre te ha criado.”
37. — ¿Cómo crece el cabello?
38. — ¿Por qué las mujeres que venden su cuerpo no
tienen hijos?
39. — ¿Qué es una mujer que "anda con mujeres” ?
40. —>¿Es agradable? (Se refiere al placer sexual).
41. — ¿Qué ocurre cuando un hombre y una mujer
se quedan pegados? (Esta pregunta puede deberse a la
observación de animales e insectos domésticos, o bien al
chiste de un adulto oído por casualidad. En este caso
vemos aquí el proceso imaginativo que tiene lugar en una
mente infantil al oir una frase interpretada literal­
m ente).
No hay duda alguna que muchas de estas preguntas
fueron hechas a fin de obtener una respuesta autorizada
acerca de cosas ya barruntadas.
El número y la variedad de tales preguntas consti­
tuyen un eficaz argumento en favor de la enseñanza
sexual en las escuelas. Pero en la mayoría de los países
la inclusión de la materia sexual en los programas de
A utoerotismo en la infancia 7á

tarde. La diferencia de los sexos no se percibe en esta


etapa. Cualquier niño, sea cual fuere su sexo, puede
llegar a ser el compañero de los juegos sexuales de “ papá
CAPITULO V y mamá” y del “ doctor” . El niñe no sabe del todo cómo
revisar al “ paciente”, si mirarle el cuello, hacerle cos­
“ PECADOS DE JUVENTUD” quillas en los sobacos, pellizcarle las nalgas o tocar sus
órganos genitales.
El instinto sexual se evidencia desde el » acimiento. — Los ex­ Aparte de estos juegos en los que intervienen dos o
pertos no están de acuerdo con la connotación del término “se­ tres niños, buscan las criaturas, desde su más temprana
xual". — El impulso infantil tendiente a las sensaciones /(sicas edad, obtener placer de su propio cuerpo. Por lo tanto, no
placenteras. — El auto erotismo. — El onanismo. — Hábitos se­ hay exageración al decir que la vida sexual durante la
xuales de tos adolescentes. — La incomprensión de padres y infancia y la primera juventud está dominada por el
maestros. — Estadísticas. — La masturbación en los anímales. autoeratismo. Este término se lo debemos a Havelock
— La masturbación en grupo , — La masturbación inconsciente.
Ellis, que lo utilizó por primera vez al describir los fenó­
— El " g o d e m i c h é — La masturbación psicológica, — Los en­
sueños. — Los sueños. — Sueños eróticos. — Higiene.
menos sexuales solitarios y espontáneos. Pero, desde en­
tonces, el término ha sido adoptado por muchas autori­
En los dos capítulos precedentes hemos echado un dades en la materia y su significado inicial se ha modi­
vistazo a la vida sexual del niño, desde su nacimiento ficado ligeramente, de modo que hoy se usa principal­
hasta la pubertad, cuestión muy discutida y que siempre mente para expresar la dirección del impulso sexual hacia
ha dado lugar a las más vehementes controversias cien* la propia persona. Esta definición, en sí misma, evidencia
tíficas. Cuando la escuela freudiana sostuvo que el Im­ claramente que la masturbación constituye sencillamente
pulso sexual se evidencia desde el nacimiento, muchos una especie de subdivisión del autoerotismo, puesto que
expertos en la materia objetaron que la palabra sexual las manifestaciones ulteriores de éste pueden ser inde­
se aplicase a prácticas en que ellos no veían sino inocen­ pendientes de las prácticas masturbadoras. Pero apresu­
tes formas de juego. La cuestión, como hemos dicho, se rémonos a añadir que la palabra misma masturbación,
reduce a la interpretación de ciertos vocablos, y una vez se ha extendido mucho más allá de su significado origi­
admitido que el instinto sexual puede tomar la forma nal. Si nos remontamos retrospectivamente a la etimo­
de un esfuerzo o de un impulso hacia el placer físico, la logía latina, hallamos dos ideas, la de trumó y la de vio­
solución del problema no presenta ya una gran difi­ lación. Pero la mayoría de los expertos modernos uti­
lizan el término para expresar las prácticas sexuales so­
cultad.
Una cosa es cierta. Llamémosle Impulso sexual o no, litarias en sus más variadas formas, aun aquellas en que
Ja necesidad del niño de obtener sensaciones placenteras las manos no desempeñan papel alguno. Los psicólogos
perdura vagamente durante un largo tiempo, y los me­ hablan también de masturbación psicológica e incons­
dios que para tal fin utiliza son extremadamente varia­ ciente, lo que nos lleva mucho más lejos de la acepción
dos. Cualquier parte de su cuerpo puede llegar a ser el original de la palabra.
centro de sus sensaciones, y las zonas erógenas no son Debemos ahora dedicar unas pocas palabras al tér­
localizadas. Más aún, la necesidad de compañía en estas mino on a n ism o, sinónimo, el más común, de masturba­
formas de juego no se manifiesta, a menudo, hasta muy ción. Se le cree, generalmente, originado en un nombre
La masturbación 77
76 Enciclopedia Sexual
sistemática de la masturbación, por lo menos a inten­
de carácter bíblico: Onán. Pero, conforme a la descrip­ tarla. Tan cierto es esto, que los expertos dedicados al
ción de la Biblia, el pecado del que Onán era culpable no estudio de estos escabrosos problemas han producido ci­
fué la masturbación, sino el coitus interruptus. Onán, fras probatorias de que la inmensa mayoría de los seres
obedeciendo a su padre, Judah, y en conformidad con la humanos, si no todos, han practicado la masturbación,
antigua costumbre hebrea, se casó con la viuda de su por lo menos una vez en la vida.
hermano. Pero, no queriendo tener descendencia de ella, Antes de citar algunas de tales estadísticas, denun­
vertía intencionalmente el semen en el suelo, durante el ciemos una vez por todas la hipocresía de quienes han
acto sexual. No es, por lo tanto, correcto atribuir a Onán condenado la masturbación, calificándola de pecado y
la práctica de la masturbación, no obstante ser hoy la vicio. Estimarla como perversión, en ciertos periodos de
palabra onanismo aceptada universalmente en esta úl­ la vida, significaría condenar una de las tendencias más
tima acepción y sonar a pedantería el no aceptarla con naturales. “ El que esté exento de culpa, que arroje la pri­
este significado. mera piedra” . Esta frase dél Evangelio puede aplicarse
Además de estos dos términos hay otros inventados a los padres y pedagogos quienes, carentes de la más ele­
por varios expertos, como, por ejemplo, el del profesor mental comprensión, censuran severamente a los niños
Hirschfeld: ipsacián, o el menos conocido: autismo. a su cuidado, a la menor sospecha. En el capítulo si­
Existen también expresiones no científicas y, por lo tanto, guiente, en que se tratan con más detalles las consecuen­
muy empleadas, tales como; vicio solitario o pecado de cias de la masturbación, veremos cuán perjudicial es esta
juventud. campaña violenta y cuánto más peligrosa que la práctica
Esta última expresión destaca el hecho que estas habitual de la masturbación.
prácticas son peculiares a la adolescencia. Todo lo cual Examinemos algunas cifras reunidas por varios sexó­
nos induce a hacer una distinción clara entre la mastur­ logos acerca de la incidencia de la masturbación:
bación previa, o simultánea a la pubertad, y la mastur­
bación del adulto. Si no hemos incluido el estudio de la Porcentaje
masturbación en la parte del libro destinada a las per­
versiones sexuales, es precisamente porque tenemos pre­ Una encuesta rusa entre niños de edad escolar 60
sente el denominado pecado de juventud. La masturba­ Según Meirowsky (encuesta entre estudiantes) 71
ción del adulto, que tiene la oportunidad de practicar Según Meirowsky (encuesta entre doctores) .. 90.7
las relaciones sexuales normales, es evidentemente una Según Marco (encuesta entre 450 criminales
desviación del instinto, que en muchos casos puede ser adultos) ...................................................... 85
considerada anormal. No asi la masturbación núbil, como Marcuse (de Munich) ..................................... 93.3
procuraremos demostrarlo en el curso de este capítulo. Deutsch (de Budapest) .................................. 96.7
Por cuanto reconocemos la existencia del instinto El profesor D u c k .............................................. 90.8
sexual durante los primeros años de la infancia, no nos Rohleder (encuesta entre 275 alumnos, de los
sorprende ver cómo los torpes intentos en procura del cuales 248 contestaron afirmativamente) .. 90.1
placer de les niños más pequeños cambian, toman formas Dr. Dukés (médico de una escuela Inglesa) . . . . 90.95
más concretas y se transforman en hábitos más o menos Dr. Searley, de Springfield (encuesta entre 125
regulares. Puede decirse que la evolución del Instinto estudiantes norteamericanos) .................... 83.3
sexual guia al Individuo normal, si no hacia la práctica
1¿ E nciclopedia S exual
E xtensión del vicio solitario 79

Dr. Hirschíeld, de Berlín (encuesta entre 500 período entre los trece y los catorce años; después de los
personas) .................................................... 90 catorce años la cifra baja a 32.7 por ciento.
Todas estas estadísticas de expertos en la materia han
Dr. Desiderio Hahn (encuesta entre 200 traba­
jadores) ..................... 96 sido prácticamente registradas. Todos aquellos que han
estudiado la masturbación se dan cuenta de que no se tra­
Brockmann, de Estados Unidos (encuesta entre
232 estudiantes de teología) ....................... 99.3 ta de un fenómeno excepcional. Examinemos ahora a la
luz de las estadísticas la frecuencia con que la masturba­
Profesor Young (urinólogo norteamericano) .. 100
B e r g e r ............................................................... 100 ción se practica. Los médicos han registrado casos de mas­
turbaciones repetidas cuatro y cinco veces por día. Tales
De acuerdo, pues, a estos dos últimos especialistas, casos son ciertamente mórbidos, pero los anales de la
todos, hombres y mujeres, se habrían mastuibado. He medicina registran casos extremos en los cuales las cifras
aquí lo que Berger dice: son mucho mayores. “ Uno de nuestros enfermos, de doce
‘‘La masturbación es una práctica muy difundida, en años — dice el doctor Hesnard— , se masturbaba sesenta
la cual incurren el 99 por ciento de los jóvenes de uno y veces por día y Jamás concillaba el sueño sin colocar
otro sexo, mientras que el uno restante, el “ puro” , como antes, minuciosamente, el pene cerca de un circuito eléc­
acostumbro llamarlo, no dice la verdad." trico conectado con un timbre, a fin de despertarse en
Oigamos a Stekel: caso de erección” . Normalmente, cuando el placer soli­
“ Todo el mundo se masturba: Si tenemos en cuenta tario no se ha transformado en un caso de perversión, su
la masturbación inconsciente, esta es una regla sin ex­ frecuencia puede variar de dos a tres veces por dia a una
cepción.” vez por quincena. Puede, por otra parte, ser practicada
No deja de ser interesante notar a qué edad estas solamente una vez cada dos o tres meses. El profesor
prácticas comienzan más frecuentemente. Las estadís­ Hesnard dice que durante su larga carrera encontró so­
ticas más seguras son las de Hirschfeld, que basa sus ob­ lamente a siete hombres y cinco mujeres que se habían
servaciones en las respuestas de 500 personas: masturbado una sola vez en su vida, sin repetir jamás
el acto. De las quinientas personas que entraron en su
Años P o r cen t aje Años P o r c e n t a je encuesta, el 61 por ciento se masturbaba menos de dos
veces por semana, y el 39 por ciento, dos o más.
4 .. .. ............ 0.2 5 1 2 ............ ......... 1 5 .0 El tiempo de duración del hábito varia también mu­
5 .. . . ............ 1 .8 1 3 ............. ......... 1 3 .7 cho. En los más de los casos se prolonga a cuatro años,
0 ........... ............. 1 .8 1 4 ............ aunque suele alcanzar tan sólo uno o dos. Por otra parte,
7 .. ., 15 . . . . ......... 1 1 .4 puede extenderse considerablemente y perdurar durante
8 .. .. 1 6 ............ .......... 9 .8 toda la vida del sujeto. Con estas estadísticas ante los
9 ............ . . . . . . 3.2 1 7 ............ ......... 4.6 ojos resulta superfluo preguntar, una vez más, si la mas­
10 . . .. ............ 5.3 1 8 ............ turbación es un fenómeno antinatural y anormal. Es la
11 . . . . ............ 5.4 1 9 ............ ley de la mayoría lo que determina lo que ha de estimarse
En otras palabras, antes de los doce años, el 22.9 por anormal, y puesto que la naturaleza es quien estimula
ciento de los niños intentan la masturbación por vez la práctica del hábito, a menudo espontánea e incons­
primera; el 44 por ciento de todos los casos data del ciente, ¿cómo considerarla anormal? Pero, hecha esta
80 Enciclopedia Sexual
Un hábito difundido 81
afirmación, es importante destacar que únicamente la
masturbación nubil, que es un substituto del coito nor­ Tillier, la masturbación entre los monos machos es par­
mal, y de naturaleza provisoria, debe ser considerada ticularmente común, utilizando dichos animales sus ma­
inofensiva. Quienes han reaccionado contra los estúpidos nos para “ frotar y sacudir el pene".
prejuicios traídos al debate por la práctica de la mas­ Hemos tenido ocasión de notar que las formas de
turbación y, cayendo en el extremo opuesto, la han de­ juegos sexuales se encuentran con frecuencia en ciertos
clarado una manifestación natural de la vida sexual que pueblos primitivos, juegos en que la masturbación des­
no debe ser combatida, están igualmente equivocados. empeña, naturalmente, un rol importante. Los etnólogos
Más adelante veremos que la masturbación es, al mismo ratifican unánimemente este fenómeno, y en las descrip­
tiempo, capaz de producir efectos psicológicos y físicos ciones de viajes hallamos relatos que no dejan duda Al­
en realidad indeseables. Al dilucidar la cuestión de la guna acerca de la realización pública de estas prácticas.
naturalidad del hábito onanístico es común y muy jus­ Entre los ñamas, según Fritch, la masturbación es tan
tificable buscar equivalentes en el mundo animal y entre común que ha llegado a formar parte de las costumbres
los pueblos primitivos. Tanto en los animales domésticos populares, habiendo sido elevada a prominente sitio por
como en los salvajes podemos hallar ejemplos que pa­ la historia y la leyenda. El doctor Malinowski describe
recen confirmar el carácter general y casi natural de este escenas de masturbación solitaria y en grupo en las
substituto de las relaciones sexuales. En realidad, los Islas Trobiands. En las mujeres, este hábito se observa
animales, cuando la actividad normal del sexo les es im­ desde los cuatro o cinco años, y en los varones, un -poco
posible, practican siempre la masturbación. Cualquiera después. Los adultos observan estas escenas de mastur­
que t^nga un perro o un gato puede verificar esta afir­ bación en grupo, que pronto evoluciona hasta el coito
mación. Durante la época del celo muestra el perro, normal, no hallando en ellas nada extraordinario.
durante todo el periodo que está privado de la hembra, En la historia de los pueblos europeos los ejemplos
signos inconfundibles de actividad. La perra se masturba demostrativos de la ocurrencia común dei onanismo son
frotando sus partes traseras contra lo que usa como igualmente numerosos. La leyenda de Diógenes, el Cí­
cama, o aplaca su ardor mediante la lengua. Los mismos nico, que se masturbaba en las calles de Atenas, es por
hábitos se observan en los gatos. También sé isa notado demás elocuente. Cuenta Plutarco que el filósofo Crisipo
que los caballos, especialmente los ponies, cuando están felicitaba a su colega Diógenes por haber llevado su ci­
privados de la actividad sexual normal, estimulan su nismo hasta el extremo de masturbarse a la vista del
miembro a fin de procurarse el orgasmo. Havelock Ellls público. En realidad, los cínicos recomendaban la mas­
da otros ejemplos de masturbación en las cabras, los hu­ turbación como el método más sensato de obtener satis­
rones, los ciervos, cameros, elefantes, camellos, osos, facción sexual. Los numerosos ataques contra la mastur­
hienas, loros, monos, etc. bación que hallamos en la literatura griega, especial­
De la naturaleza variada de esta lista, debida a la ob­ mente en Aristófanes, también prueban el hecho que la
servación casual, se deduce claramente que puede el masturbación era un fenómeno común.
placer solitario considerarse una manifestación común Los documentos históricos de todas las razas ofrecen
en la vida sexual de los animales cuando la expresión más pruebas de la frecuencia del hábito, y Mantegazza
normal es imposible. Esta observación es igualmente se ha equivocado al atribuirlo a la civilización moderna.
cierta en él hombre, pariente cercano del mono. Según Podemos deducir, con Havelock EUis, que se ttata de tina
manifestación frecuentísima, ubicada en el propio linde
82 Enciclopedia Sexual Confesiones infantiles 83

de lo normal con lo anormal, y estimable según las pro* Veamos lo que nos cuenta una niña:
porciones que asuma. "Un buen día dijome mi madre que, como parecía yo
Es interesante estudiar cómo los niños son inducidos muy enferma, debía ir con papá a visitar al doctor, a fin
por vez primera a ensayar la masturbación. Estos pri­ de ser revisada y sanarme. Evidentemente, se sospecha­
meros intentos raras veces son conscientes o el resultado ba que hubiera hecho toda suerte de cosas estúpidas,
de una deliberada decisión. En la mayoría de los casos, pues no querían creerme capaz de nada bueno. Esto me
algunos incidentes casuales durante los ejercicios gim­ indignaba.
násticos, o algún contacto accidental, producen sensa­ “ No tenia conciencia de haber hecho nada malo,
ciones agradables en el niño. L a escuela freudiana sos aunque sabia perfectamente lo que mis padres hacían
tiene que las atenciones prestadas a un bebé en el manejo todas las tardes ( ! ) . Después, por las noches, vendaban
necesario de sus partes genitales, bastan para que el niño mis órganos sexuales, a fin de impedirme, según decía
se dé cuenta de la sensibilidad peculiar de esas zonas e mi madre, entrometerme con ellos. Fué así cómo empecé
Inducirlo a reiterar artificialmente la sensación de tal a aprender algo nuevo. Mirábanme mis padres con des­
modo provocada. Como quiera que sea, muchas afirma­ precio y les oía constantemente decir que nada había
ciones relativas a la edad púber revelan la naturaleza que hacer conmigo. Cuanto más depravada me sentía,
accidental del primer impulso hacia la masturbación. tanto más tendía a aislarme. Comencé a vivir en mi pro­
He aquí dos relatos suministrados por el doctor Liep- pio mundo. Lo peor del caso es que sentía en mí un
mann: ardiente anhelo de cosas mejores y más puras. Y todas
"A la edad de diez años experimenté mi primera sen­ las tardes sufría tormentos indecibles. Sin embargo, esto
sación voluptuosa mientras practicaba gimnasia, al tre­ terminó. Pude una noche acostarme sin oir previamente
par por una barra. No procuré explicarme el hecho ni que "s i tocaba mis partes sexuales, el demonio vendría a
dejé de relacionarlo del todo a las cuestiones sexuales. sentarse al lado de mi cama” . De este modo, y a pesar de
Más aún, un sentimiento de pudor personal me impidió todo, me indujeron a hacer después lo que jamás había
comunicárselo a nadie. Esta sensación de voluptuosidad hecho antes: quería vengarme del insulto que me habían
se producía después de cierto número de fricciones lentas infligido y comencé a masturbarme. Es ésta la razón
y largas e iba acompañada por la eyaculación de un por la cual he sido más precoz que las otras. Sin em­
líquido, al cual, sin examinarlo, consideraba orina, aun­ bargo, renuncié poco después a la masturbación poique
que fluía (sin erección alguna) incluso después de haber ya no hallaba placer en ella. Por este entonces tenía,
orinado. creo, alrededor de doce años."
"Años después, aunque jamás hice de ello un hábito, Las confesiones similares contenidas en la obra del
solía procurarme esta "agradable sensación” trepando de doctor Hirschfeld incluyen dos relatos particularmente
la manera descrípta cuando se me presentaba la ocasión. característicos de la manera en que los hábitos solita­
La masturbación era en mí inconsciente e involuntaria. rios pueden ser contraídos. El primero lo suministra
Luego, esta tendencia se fué esfumando hasta desapa­ un trabajador de treinta años, bastante inteligente como
recer totalmente en el olvido. Después de mis catorce para juzgar con imparcialidad sus propias reacciones:
años no recuerdo haber experimentado o satisfecho jamás "Creo que comencé a masturbarme a la edad de once
esa tendencia. Hasta la pubertad, nunca toqué para ello o doce años. Por lo menos a esa edad lo hice por vez
mis órganos sexuales.” primera conscientemente, y al considerar la cuestión re-
64 E n c ic l o f id ia S exual El xjemplo de otros Niños 85

cuerdo con claridad meridiana la muy extraña manera cómo una joven, asqueada al principio de ver mastur-
cómo empecé a masturbarme. Acostumbraba batir hue­ barse a una amiga, se decidió finalmente a imitarla, poco
vos con un batidor en una taza sostenida entre mis antes del comienzo de su primer período menstrual,
muslos, operación que se prolongaba hasta el endureci­ cuando sintió una extraña excitación en sus partes ge­
miento del huevo. Y luego, a fin de obtener el resultado nitales:
apetecido, solía aproximar más la taza y presionar con “ Vi en la escuela, por vez primera, a una chica mas-
ella mis órganos sexuales. De este modo, la sensación turbarse y, aunque di vuelta mi caía, repugnada por tan
peculiar se producía de inmediato y, para así decirlo, me asquerosa visión, lo hice yo misma en casa, estando acos­
intoxicaba con ella. Desconociendo, desde luego, sus con­ tada en la cama. No recuerdo si pensé algo al hacerlo.
secuencias, procuré, por lo tanto, reproducirla presio­ Reinaba allí una calma y una oscuridad completas, y esta­
nando mis muslos entre si. Tuve en ello un éxito tal, que ba yo replegada debajo de las cobijas. Al terminar de mas-
la cosa se convirtió en pasión, y la practicaba de cinco turbarme me reprendia con frecuencia a mi misma. Iba
a diez veces diarias. En esta época desconocía yo la cues­ a la cama atemorizada y no podía concillar el sueño sin
tión de los sueños eróticos, aunque más adelante las cosas haber antes rezado. Mi condición espiritual marchaba
no fueron mejor. Por el contrario, comencé a leer relatos de mal en peor y seguía prometiéndome no volver a ha­
pornográficos de un periódico malo que un amigo me cerlo, hasta que finalmente consolábame yo misma y me
proporcionaba, sacándolo furtivamente de su bolsillo, dormía. Jamás cumplí mis promesas. El hecho volvía
y que devoraba en casa con avidez. No transcurrió mu­ a producirse, no recuerdo cuándo, pero creo que una
cho tiempo sin que comenzara a utilizar mis manos para vez por mes. Hace un año ful sorprendida por mamá,
masturbarme, haciéndolo de noche en la cama y du­ quien me dló una lección delicada, y desde entonces re­
rante el día en el servicio. El impulso era más fuerte nuncié al hábito. Posteriormente, por amor a mi madre,
que mi voluntad y, después de un tiempo, empecé a ser­ no lo volví a hacer hasta poco antes de la menstrua­
virme de los objetos más triviales con el propósito de ción. Comencé entonces a sentir tal cosquilleo y escozor,
excitarme. Cuadros de mujeres semidesnudas, y hasta que volví a masturbarme apasionadamente. A la mañana
la sola palabra “ señorita", eran suficientes para desper­ siguiente sangré y sentí tales dolores en las rodillas y los
tarme el deseo. Aún hoy no he podido dominar comple­ muslos, que no pude levantarme. Confesóle a mi madre
tamente la masturbación." el pecado y la hemorragia, pues creía que era ésta con­
El ejemplo de los compañeros de Juego parece des­ secuencia de la masturbación, y lloré amargamente.
empeñar al respecto una parte menos importante. Mu­ Mamá me consoló y dlóme una segunda conferencia. Te­
chas afirmaciones establecen el hecho de que el ejemplo, nia yo entonces trece años.”
cuando no tiene lugar durante un período determinado Múltiples circunstancias pueden proveer los primeros
de la vida, es pronto olvidado. En lugar de alentar la ímpetus de masturbación. L a Inflamación de los órganos
imitación es posible que provoque la repugnancia. No genitales, o un prurito que induce a la niña a rascarse,
obstante, tan pronto como el Impulso sexual se hace pueden producir sensaciones de naturaleza placentera.
sentir, aparece el reflejo de la masturbación, sea de ma­ Al rascarse, aplaca el niño primeramente el escozor, pero
nera espontánea o auxiliado por recuerdos conscientes este procedimiento pronto conduce a la masturbación
o Inconscientes de escenas observadas con anterioridad. genuina. El contacto de ropas interiores ásperas, o de
El caso que sigue, también del doctor Hlrschfeld, muestra algunos objetos, es posible que produzca los mismos re­
86 Enciclopedia Sexual Otras tobmas de masturbación 67

generalmente atraídos por uno de estos métodos y que


sultados. En tal caso, el niño ignota que se está mastur-
raras veces varían el procedimiento.
bando. Estas reiteraciones son espontáneas en el niño, y
L a masturbación manual está muy difundida en to­
en los adultos, semiconscientes y a menudo combinadas
dos los países y entre los individuos de uno y otro sexo.
con la ignorancia de la naturaleza real de la mastur­
Sería posible hacer, además, otra distinción de la misma,
bación. De modo, pues, que no es raro encontrar per­
según se la practique con una o ambas manos. Sin em­
sonas masturbadoras que lo son sin darse cuenta.
bargo, las tres cuartas partes de los masturbadores em­
Un ejemplo clásico es el citado por Havelock Ellis, re­ plean una sola mano. Un ejemplo característico ha sido
ferente a una señora, líder fanática de un movimiento
registrado por el doctor Hirschfeld, a quien un prisio­
en pro de la pureza social, que había iniciado una pro­
nero de guerra confesó que antes su esposa era su mano
paganda en favor de la castidad. Cierto día, leyendo un
derecha y que desde su cautiverio su mano derecha se
folleto de ilustración sexual, descubrió, profundamente
había convertido en su esposa.
sorprendida, que durante varios años se había estado
La masturbación, mediante la presión mutua de los
masturbando sin darse cuenta. Es éste un ejemplo carac­
muslos, es también muy común, pero particularmente
terístico de aquella combinación de ignorancia y de ciego
entre las mujeres. Parece ser que en Suecia esta práctica
fanatismo en las cuestiones sexuales, que hace extraviar
está muy difundida y que todos conocen allá esta forma
a muchos, mediante los conceptos erróneos de Ja peda­
de masturbación femenina. Havelock Ellis observó, en
gogía sexual contemporánea. Podemos tener la plena
una estación de ferrocarril, a una joven campesina mas-
seguridad de que la dama en cuestión pertenecía a esa turbándose de esta forma en público, sin llamar la aten­
especie de individuos que propagan absurdas supersti­ ción. Estaba apoyada contra el respaldo de su asiento,
ciones acerca de las consecuencias de la masturbación. con las piernas cruzadas, oscilando su pie con un movi­
El onanismo inconsciente es muy común en las muje­ miento rítmico y vigoroso, hasta que, de pronto, su cuerpo
res, porque la excitación sexual puede ser provocada en se contrajo espasmódicamente. Su palidez y su trans­
ellas de un modo accidental con mayor facilidad. Molí y formación total no dejaban lugar a dudas al observador
otros especialistas han advertido que las bicicletas, espe­ bien informado del significado de aquella maniobra apa­
cialmente las antiguas, con asientos muy arqueados, rentemente inocente. Townsend observó el mismo proce­
eran importantes auxiliares de la masturbación. Lo mis­ dimiento yen una pequefiuela de ocho años, y Soutze en
mo puede decirse de la equitación, en sillas de montar una de doce. Las mujeres adultas suelen preferir este
utilizadas por los hombres, y de ese al parecer inocente método a causa de su carácter discreto.
instrumento, la máquina de coser antigua, cuyo uso obli­ Pero el hombre también, presionando los muslos, pue­
gaba a la mujer a levantar mucho las piernas. El doctor de producir la erección del pene y aún el orgasmo. In ­
Pouillet ha afirmado que el orgasmo se produce con tanta sertamos aquí el relato de un masturbador que cuenta
frecuencia en las mujeres que trabajan en ellas, que cómo llegó a adoptar este método:
los supervisores no prestan ya atención a su ocurrencia. “ Lo que puedo recordar es que comencé a mastur-
Hablando de la técnica de la masturbación consciente, barme cuando tenía nueve años y estaba en el tercer
podemos distinguir tres métodos principales: el uso de grado de la escuela primaria. Fué como un alivio del
la mano, la contracción de los muslos y la Imitación del penoso trabajo Implicado en un problema de aritmética.
acto sexual. Es curioso notar que los masturbadores son No podía resolverlo y llegué a angustiarme. Cerré mis
88 Enciclopedia Sexual Masturbación t vítbertad 89
piernas, hice un enérgico movimiento de presión y de posee, además, la gran ventaja de no estar el poseedor
este modo senti una sensación placentera indecible. obligado a ocultarlo. Lo vuelvo a modelar de acuerdo a
Desde aquel día, cualquier trabajo mental difícil des­ las circunstancias del momento y nadie sospecha que se
pertaba en m i un impulso Invencible a la masturbación. trata de una reproducción sexual. Con otros substitutos
Sin ella no podía trabajar. Cuanto más urgente e im­ se atormenta uno siempre por el temor de su confis­
portante era el trabajo, y más breves los períodos de re­ cación durante las inspecciones. Los receptáculos vagi­
creo, tanto más apasionado el impulso. Durante un exa­ nales hechos de carne spn, por supuesto, mejores, pero
men escrito, esta tendencia se hacia extraordinariamente pronto se echan a perder y son, además, difíciles de cons­
fuerte. Creo que nunca me masturbaba más que durante truir. La única desventaja de m i método es el sacrificio
las pruebas escritas, 'época en que me entregaba al há­ de la ración de pan. Como mi miembro es de largas di­
bito todos los dias, hasta quince veces. Quizá menos en mensiones, utilizo una cantidad de pan considerable, y
algunos (las pruebas escritas duraban catorce dias). debo arreglármelas sin él durante varios días.”
Sea que debiera realizar el trabajo en casa o fuera de Los objetos empleados con mayor frecuencia son los
ella, nada podía hacer sin antes abandonarme al ona­ que están más al alcance, como, por ejemplo, las almo­
nismo sin resistencias.” hadas. Más peligrosa es la invención de aquel mastur­
Otro masturbador era particularmente sensible a la bador que utilizaba el caño de desagüe de su baño y que,
visión de una mujer sentada con las piernas cruzadas, en cierta ocasión, debido a una erección particularmente
lo que despertaba en él una poderosa excitación sexual. intensa, no pudo sacar su miembro y hubo de pedir
En tal caso presionaba sus muslos y se las arreglaba para ayuda. He aquí una descripción de un joven estudiante,
obtener el orgasmo sin mucha dificultad. de veintiún años, que buscaba en la masturbación un
masturbación que consiste en imitar el acto sexual, substituto del acto sexual;
puede asumir las más variadas formas. Procura el hom­ " A los catorce años simulaba el coito presionando mi
bre ejecutar los movimientos del coito sobre un objeto abdomen contra la cama. Lo hada, quizá regularmente,
que más o menos evoque la imagen de los órganos se­ durante un largo periodo de tiempo, una vez por semana,
xuales femeninos. Un caso muy conocido es el de un seguido a menudo por un mes de inactividad. Tengo la
preso que construyó una vagina artificial con su ración certeza de que no hubiese caldo en el onanismo de haber
de pan, y confesaba que esto le producía una ilusión per­ tenido yo contacto (no me refiero al sexual) con las mu­
fecta de la copulación normal. Oigamos su relato, citado jeres desde mi juventud, pues cuando estuve enamorado
por Magnua Hlrschfeld; de una muchacha, al tomar lecciones de baile, no sentía
"En cuanto a esto, soy un hombre práctico, quizá un la necesidad de masturbarme, a pesar de que mi excita­
artista. Con un pan construyo un abdomen con vagina ción duraba toda la semana. Cuando las lecciones de
realístico. De este modo me aproximo mucho a la cosa baile se terminaron, volví de nuevo a masturbarme con
real. Cuando el pan ha endurecido y sido modelado, regularidad. Todos mis esfuerzos por librarme del hábito
toda la masa adquiere cierta firmeza, mientras retiene su han sido hasta ahora vanos.”
elasticidad, por lo que el receptáculo vaginal no presiona Los objetos usados para la masturbación por las mu­
más de lo necesario. Humedezco la vagina con vaselina jeres son de la más grande diversidad. En todos los tiem­
o grasa y obtengo asi lo que, en todos los casos, es el pos han buscado ellas cuerpos extraños y han utilizado
substituto más eficiente que es dable lograr. Este objeto no sólo objetos similares al pene, sino los más deseme-
90 Enciclopedia Sexual P kopensión de los sexos 1*1

jactes. La Industria que trafica con artículos íntimos ventó, en el año 1860, un instrumento especial para ex­
estuvo durante mucho tiempo familiarizada con la ma­ traerlas.
nufactura del godemiché, invención más o menos Inge­ La masturbación no se restringe a los órganos se­
niosa que reproducía el órgano masculino. Este instru­ xuales exclusivamente^ Puede ser consumada en otras
mento era totalmente similar al pene. zonas erógenas, especialmente los senos y las nalgas. En
“ Su única diferencia consistía en las ondulaciones este último caso mediante la flagelación. El frotamiento
transversales en toda su superficie, de cabo a rabo, cuyo de los pezones es capaz de provocar una excitación sexual
motivo era producir una fricción más enérgica. Estaba en­ muy intensa y, por lo mismo, bien adaptada al “ vicio
teramente manufacturado en plata pulida y cubierto con solitario” .
una capa de barniz color carne. Era, además, liviano, de Los libros de sexología citan a menudo el caso de un
paredes delgadas y hueco. Lo atravesaba por el medio hombre de cincuenta años que durante mucho tiempo
de su cavidad central un tubo cilindrico del mismo metal, se masturbó de tal modo frente a un espejo, sin saber
cuyo espesor era de dos plumas de ganso, más o menos, que se estaba masturbando. Tal ignorancia es compren­
y que contenía un pistón. En su extremidad, el tubo se sible si recordamos que tal forma de onanismo raramente
cerraba mediante un tornillo. Alrededor de esta pequeña culmina en la emisión del semen y que su efecto se limita
jeringa, parte interior del cilindro que imitaba el pene, a las sensaciones voluptuosas.
había, por lo tanto, un espacio vacío. En la punta del Los individuos de sensibilidad anal muy evolucio­
instrumento, una pieza de corcho, en forma de anillo, nada están propensos a masturbarse en esa parte del
que servía de agarradera, cerraba el cilindro, permitiendo cuerpo, empleando una gran variedad de objetos como
pasar por el medio el cabo de la jeringuita. Rodeando el instrumentos de placer. El Instituto Sexológico de Ber­
vastago del pistón había un resorte espiral que lo hacía lín, recientemente destruido por los nazis, contenía una
mover por expansión. colección de objetos hallados en el recto de los onanistas,
"L a parte hueca del godemiché (del latín gande m ih i) algunos de tales dimensiones que hacen increíble el
se llenaba de agua a una temperatura adecuada, a fin hecho de haber sido usados para aquel propósito. Uno
de no quemar los labios de la vagina. Cerrábase luego la de ellos media dieciséis centímetros de largo y cinco de
abertura con el corcho provisto de un anillo. Tirando ancho.
hacia atrás el pistón, la pequeña bomba se llenaba con Se ha discutido, y se estudia todavía mucho, cuál de
una solución de huevos de pescado de color blancuzco, los sexos está más propenso a masturbarse y entregarse
que se preparaba por anticipado. El calor del agua se a este placer con mayor persistencia. Las simples cifras
comunicaba con dicha solución, tan similar al semen que nos llamarían a engaño, puesto que no tienen en cuenta
podía confundírselo con éste." las diferencias entre los sexos. Durante el primer período
Los objetos que los cirujanos lian sido llamados a de la pubertad, no sorprende hallar que las cifras son
extraer de la vejiga o de la vagina de las onanistas, pre­ mayores en las mujeres, pues su madurez sexual es más
sentan una sorprendente variedad. Además de las tradi­ pronto alcanzada. Posteriormente, los jóvenes estable­
cionales bananas y velas, hallamos zanahorias, pepinos, cen relaciones sociales con más facilidad y la actividad
lápices, garfios, agujas, palilleros, cepillos para dientes sexual normal hace innecesaria la práctica del onanismo.
y horquillas. Son éstos los más comunes. Las horquillas En la vida conyugal, nuevamente es la mujer quien con
se utilizaban con tanta frecuencia, que un cirujano in­ más frecuencia ha de recurrir a la masturbación, pues,
92 Enciclopedia Sexual Pbocsso psicológico 93

como veremos en otras partes del libro, te es a la mujer acompañado por factores psicológicos, ni representación
más difícil que al hombre lograr satisfacción sexual, por mental alguna. Es sólo un reflejo consciente.
lo que las esposas de temperamento ardiente se ven im­ "Pero pronto despierta un arrobamiento, primero in­
pulsadas a buscarla por medios artificiales. No obstante, consciente, y dirigido luego hacia objetos y propósitos
y a pesar de estos factores de predisposición que pesan eróticos normales o, con menos frecuencia, hacia la Ima­
más sobre la mujer, la masturbación es más común entre ginación de complejas perversiones.”
los púberes. Quizá el fenómeno se deba al carácter más Las repercusiones psicológicas de este hábito, el re­
audaz y emprendedor de los muchachos. La timidez y mordimiento, el sentimiento de culpabilidad o de depre­
sensibilidad de las niñas motivan su mayor prudencia sión moral, que llegan a conducir al suicidio, serán ana­
respecto a este hábito. Las mujeres sucumben a la ten­ lizados en el capítulo siguiente.
tación poco antes del período menstrual. En los años an­ Existen dos formas principales del onanismo psicoló­
teriores, su sexualidad se canaliza en actividades que no gico: el ensueño y el sueño. Se entregan a los ensueños
pueden ser consideradas onanísticas. los individuos emotivos, de gran imaginación y predispo­
Esto nos conduce al terreno que los expertos deno­ sición artística. En este caso, cualquier detalle insigni­
minan masturbación psicológica. Antes de introducirnos ficante puede producir un ensueño, no necesariamente
en tan delicado asunto debemos dejar claramente sen­ sexual, pero en que el amor es siempre el elemento
tado que la masturbación, en el sentido más estricto de esencial.
la palabra, no es un fenómeno exclusivamente fisioló­ Un hecho que al ser leíde conmueve particularmente
gico, puesto que toda actividad sexual va acompañada de la imaginación del joven, o ¡a joven, puede proyectarse
una reacción psicológica. Bien podríamos entonces de­ en ensoñaciones que se tornen luego en una nueva
dicarnos a investigar qué ocurre en el cerebro del mas- fuente de excitación. En las personas hiperscnsibles, el
turbador cuando esta manifestación alcanza, desde luego, solo pensamiento puede, en efecto, ser suficiente para
el foco de su conciencia, pues, repetimos, la masturba­ despertar sensaciones voluptuosas. Derívase de esto la
ción espontánea e Inconsciente de los niños es sólo un enorme importancia de la industria pornográfica. Es un
reflejo. La forma de masturbación más típica y “ sana” hecho, demostrado por el testimonio de masturbadores,
es aquella en que el sujeto imagina la presencia del ser que la lectura de pasajes pornográficos suele despertar
deseado. Pero éste no es, en modo alguno, el caso de el impulso onanistico.
todos los masturbadores. Se hallan entre los enfermos Las personas que se abandonan a las ensoñaciones
mentales onanístas Inveterados. Las fantasías más mór­ son en su mayoría demasiado sensibles como para entre­
garse a la masturbación en el sentido estricto de la pa­
bidas y los sueños más inverosímiles suelen ser el cortejo
labra. Muy a menudo ni siquiera se dan cuenta del ca­
psicológico de la masturbación.
rácter sexual de sus pensamientos. Las investigaciones
He aquí la sesuda descripción del proceso psicológico de Hamilton arrojan alguna luz respecto a la frecuencia
de la masturbación, hecha por el doctor Hesnard: de los ensueños. El 25 por ciento de hombres y mujeres
"E l placer solitario está al principio compuesto de analizados tuvieron ensueños eróticos antes de su escla­
una vaga voluptuosidad orgánica, especie de agudo vér­ recimiento sexual. Sólo el uno por ciento de los hombres
tigo, apenas distinta a la satisfacción de un deseo espe­ y el 2 por ciento de las mujeres afirmaron la ¡-.usencia
cíficamente localizado en los órganos sexuales. No va de ensoñaciones de esta especie después de la pubertad.
E nciclopedia Se xual L as poluciones nocturnas 05

El 57 por ciento de los hombres y el 51 por ciento de Ellis, que basó sus observaciones en un interrogatorio
las mujeres confesaron que estos ensueños, a partir de hecho a un centenar de hombres normales pertenecientes
los dieciocho años hasta la fecha del casamiento, lle­ a la clase intelectual, notó algunos hechos curiosos. Los
naron gran parte de su vida. Entre los casados, el 26 sueños eróticos con polución comienzan poco antes de la
por ciento de aquéllos y el 19 por ciento de éstas conti­ madurez sexual. Casi todas las respuestas atestiguan los
nuaron sujetos a los mismos. sueños eróticos a la edad de diecisiete años. En el 37
Sólo en casos excepcionales van los ensueños acompa­ por ciento de los casos, estos sueños no fueron precedi­
ñados por la masturbación, mientras que en los sueños dos por experiencia sexual alguna. En el 23 por ciento,
es ésta mucho más frecuente. Sin embargo, es impor­ por la masturbación solamente. Son por lo común vi­
tante notar que estas prácticas tienen lugar mientras se suales, raras veces de carácter táctil. La persona de­
duerme y son, por lo tanto, inconscientes. El sueño seada era, en el 27 por ciento de los casos, una mujer
erótico es, durante la pubertad, un fenómeno casi uni­ desconocida; en el 56 por ciento, conocida sólo de vista.
versal. Culmina en una emisión de semen involuntaria El 37 por ciento había tenido poluciones involuntarias
en 'los hombres, y en una sensación muy próxima al or­ poco después de consumar el verdadero acto sexual, pero
gasmo, en las mujeres. Es curioso que al despertar no se les ocurría con frecuencia cuando cortejaban a alguna
recuerden estos sueños. La reaceión fisiológica inte­ joven y se limitaban a ciertos contactos estimulantes.
rrumpe el sueño y sólo queda el recuerdo de esta sen­ Es curioso notar que el objeto de nuestro amor raras
sación final. veces figura en los sueños eróticos. Cuando el recuerdo
La escuela freudíana asigna una enorme importancia de estos sueños persiste, acontece generaimente que la
a los sueños, que estima como la expresión de los deseos parte imaginaria o es una persona indefinida, que no po­
reprimidos. Sostiene que son la satisfacción de los deseos demos identificar, o bien otra que nos es más o menos
que no pudieron desahogarse en la vida real a causa de indiferente. Los sueños con la persona amada son muy
las inhibiciones morales. Bajo esta luz las poluciones frecuentes, pero raras veces asumen un carácter clara­
involuntarias pueden ser consideradas como una forma mente sexual.
de masturbación encubierta. Igual que el onanismo de En las mujeres, los sueños eróticos están mucho más
la adolescencia, el sueño erótico es una salida natural difundidos. Es cierto que el instinto sexual puede evi­
del instinto sexual, y todas las supersticiones a que este denciarse de este modo regularmente en las mujeres
fenómeno ha dado lugar no tienen más fundamento que adultas, pero la mujer no experimenta el orgasmo en ellos
las imbecilidades inspiradas por la masturbación a los después de haber consumado el acto sexual real. Más aún,
falsos moralistas. el sueño erótico no siempre proporciona a la mujer el
Las poluciones nocturnas, normales en los adoles­ alivio que el verdadero acto sexual le procura. Los sueños
centes, persisten en los adultos que viven una vida de eróticos más la excitan que desahogan.
castidad forzosa, y se producen regularmente. Esto La masturbación psicológica en forma de sueños eró­
prueba que son ellas manifestaciones del instinto sexual ticos puede ser provocada artificialmente mediante la
insatisfecho, y ocurren naturalmente, según las autori­ lectura apropiada poco antes de conciliar el sueño; más
dades en (a materia, cada quince o treinta días en un' de un masturbador confesó haber suscitado de este modo
célibe normal. los sueños que le aplacaban. La actividad onanística no
El especialista italiano Oualino, citado por Havelock se ha comprendido lo suficiente, puesto que, como hemos
Régimen preventivo 97
90 Enciclopedia Sexual
de fruta fermentado, son igualmente nocivos para el ona-
señalado, la mayor parte de las manipulaciones son in­
nista, como asimismo el té. La carne debe comerse mo­
conscientes. No obstante, ciertas personas, que niegan
deradamente, con excepción de la ahumada y la de cerdo.
enfáticamente haberse masturbado jamás, han estimu­
Tampoco debe comerse caviar y queso fresco. Las es­
lado sus ensueños sexuales mediante calculadas ma­
pecias, como la canela, la pimienta y el pimentón, tam­
niobras a fin de acrecentar la sensación voluptuosa.
bién deben desecharse. Puede recomendarse como ali­
• * • mentos convenientes y nutritivos, el arroz, el maíz, la
cebada, las hortalizas y zanahorias (pero no el apio), las
ensaladas de verdura y la fruta cocida. El agua es la
De lo que dejamos dicho surge, pues, que el onanismo
mejor bebida, e incluso en los casos de paladares estro­
es una manifestación de sexualidad, una etapa en la peados, una manzana, una pera o algunas frutillas cal­
evolución del instinto sexual. Es inofensivo en tanto se
man mucho más la sed, que un vaso de cerveza fría.
le practique provisoriamente y como un substituto. La "L a última comida debe tomarse de dos horas y
masturbación tiende a convertirse en hábito en indivi­ media a tres antes de acostarse, y no debe contener nada
duos carentes de toda inclinación depravada, pero inca­ que dificulte la digestión. No es prudente tomar mucho
paces de hallar una salida normal a su actividad sexual. líquido antes de ganar la cama.
Es importante, por lo tanto, procurar que esta tendencia "Los ejercicios y juegos al aire libre practicados hasta
no se extienda profusamente más allá del limite de lo el cansancio, el aserrar o hachar lecha, el remo, la na­
normal. Al par que denunciamos los ataques exagera­ tación, las carreras pedestres y los pesados trabajos do­
dos de que se hizo objeto a la masturbación, estimamos mésticos son espléndidas diversiones. El onanista debe
útiles ciertas precauciones, y aun tratamientos, a fin de acostarse completamente exhausto y levantarse en cuanto
reducir al mínimo este mal necesario. Por vía de ejem­ se despierta. A l paciente (porque así debemos llamarlo),
plo, citamos el tratamiento propuesto por Reinh-Qerling: no debe permitírsele permanecer en cama despierto.
“ El tratamiento del onanismo ha de ser el siguiente: “ Es preferible que antes de acostarse vacíe sus Intes­
Absoluta limpieza de todo el cuerpo. Un baño, al prin­ tinos. En todos los casos ha de descargarse la vejiga.
cipio tibio (30? C.) y más adelante frió (25? C.) todas las Antes de dormirse debe colocar las manes fuera de las
mañanas, al levantarse. Los órganos sexuales deben sábanas.
lavarse con Jabón blando y agua fría. La cama no ha de tener elásticos; el colchón es su­
"Cualquier suciedad Irritante o esmegma endurecido, ficiente en invierno y verano. Los colchones de pluma
que se encuentre debajo del prepucio, debe ser eliminado, han de ser reemplazados por los de pelo de caballo, y las
pues la irritación que provocan hace dificultosa, cuando frazadas, o los acolchados de lana, forrados en lienzo.
no imposible, la cura del onanismo. "El paciente debe dormir, siempre que le sea posible,
“ La presencia de lombrices es otro de los factores de lado. Ha de evitar hacerlo de espaldas, por cuanto
que contribuyen al onanismo, especialmente en las mu­ esta postura presiona las vesículas seminales, debido a
jeres, y su eliminación es de urgente necesidad. la henchidura de la vejiga, y produce la erección del
“ El estreñimiento debe aliviarse con enemas a 30? C, pene.
Una dicta adecuada, con una ración diaria de leche agria, ‘‘El dormitorio ha de ser ventilado y con una bande­
serla de mucha utilidad. Deben evitarse todos los esti­ rola, ¡K>r lo menos, semiabierta. Elimínese las ropas ajus-
mulantes. El vino, la cerveza, los licores, y aun el vino
98 Enciclopedia Sexual P rofilaxis de la masturbación 99

tadas. Las ropas interiores de lana no han de usarse, Los métodos racionales indicados por otros médicos,
pues irritan la piel. Los bolsillos del pantalón han de peritos en la materia, no difieren mucho del transcripto.
estar en la parte trasera, arriba de la cintura, y no donde Lo importante es eliminar, en primer término, y en tocias
se usan comúnmente. las circunstancias, los factores orgánicos que inducen a
"Las mujeres jamás han de usar corsés o fajas, los individuos a rascarse, como ser los parásitas o las in­
puesto que congestionan la parte baja del abdomen, in­ flamaciones debidas a pruritos de la piel. Por consi­
citando al onanismo o dificultando su cura. Por razones guiente, la higiene personal es uno de los primeros re­
obvias no deben usar la máquina de coser durante la quisitos que deben observarse si se quiere evitar o com­
adolescencia. Los ejercicios gimnásticos son indispensa­ batir la masturbación. Sin embargo, tienen los médicos
bles, si se quiere combatir exitosamente la masturbación. a su disposición poderosos medios psicológicos, cuya efi­
"Las lecturas han de ser escogidas con cuidado. Los cacia es a menudo superior a la del tratamiento físico.
relatos humorísticos, las historias de viajes y los libros Es evidente que estos medios varían conforme al sujeto.
de aventuras, que despiertan entusiasmo, no sólo son in­ En cuanto a las drogas, pueden los médicos reco­
centivos para la actividad, sino indispensables también mendar bromuro y otros sedativos. Ultimamente, ciertos
como fuentes de solaz y de distracción. En cambio, la li­ profesionales han recurrido a la punción de la piel con
teratura obscena, que estimula perniciosamente los pen­ el propósito de reducir la sensibilidad del cuerpo.
samientos y la imaginación, ha de ser evitada. Como el De cualquier modo, lo que deben los médicos evitar
paciente no debe tomar parte en las conversaciones im­ a toda costa, al enfrentarse con un joven masturbador,
púdicas, habrá que vigilarlo atentamente en sus rela­ es asustarlo o amenazarlo con la castración u otros cas­
ciones con los amigos de su misma, edad. Los pensa­ tigos similares. Veremos en el capitulo siguiente que
mientos obscenos son difíciles de combatir. cuando las consecuencias de la masturbación son a veces
“ En los casos de onanismo incurable, puede empicarse realmente nocivas, la razón de ello puede encontrarse en
la sugestión hipnótica juntamente con los preceptos se­ alguna ingerencia de esta especie, la cual suele producir
ñalados. Es éste un gran remedio. Una introducción a serios trastornos nerviosos en los niños.
la materia se encontrará en varias de las obras popu­
lares más difundidas” (1).

(1) Una ligera reflexión sobre el tratamiento recomendado


en los párrafos anteriores me Induce a creer que la cura (o
mejor dicho el tratamiento, pues no tengo la certeza que aquélla
se produzca), es peor que la enfermedad. El desventurado veces que le venga en gana. Asi lo bago con mU pacientes, a
onanlsta que se abandona a este tratamiento, poco tiempo ten­ quienes, durante un breve período de tiempo, les pido verme
drá para emplear en otras cosas. Los tratamientos de esta es­ todos los dias. Tan pronto como logro liberarlos de los temores
pecie, largos y complicados, sólo son eficaces en cuanto sirven a las consecuencias perniciosas, hallo, con frecuencia, que la
para enfocar la atención del paciente en su hábito. De este repetición del hábito comienza a declinar. Y cuando éste al­
modo piensa constantemente en él; lucha contra la tentación; canza proporciones moderadas me quedo satisfecho, pues ob­
desea masturbarse. hasta que finalmente sucumbe, sufriendo servo que la energía antes desperdiciada en el conflicto entre
luego el arrepentimiento hasta la repetición del proceso. Me el ansia de masturbarse y el esfuerzo por suprimir el deseo se
parece mucho mejor decir al onanlsta que la masturbación no emplea ahora en las tareas y los placeres ordinarios de la
le hará absolutamente nada y que puede masturbarse todas las vida. - N. H.
E volución m la skxologÍa 101
onanismo, y aun que la Escuela Cínica lo recomendaba.
En general, la actitud de los antiguos puede ser repre­
sentada por un encogimiento de hombros. Y quienes la
condenaban en los hombres parecen haberla tolerado en
las mujeres. Como lo hemos destacado en otra parte, el
CAPITULO VI Juicio más riguroso, el de Aristófanes, no es, estricta­
mente hablando, un ataque. Equivale a decir que la mas­
CONSECUENCIAS DE L A MASTURBACION turbación es una práctica indigna de los hombres, ex­
ceptuando los niños, los esclavos, los ancianos y las mu­
L a m a sturbación, considerada inn ocua p o r los pueblos p rim iti­
jeres. Los habitantes de la Roma antigua adoptaban una
vos, e s c o m ú n dura nte la adolescencia. —
L os rom a nos la esti­
actitud algo parecida, aunque eran quizá un poco menos
m a ba n indigna d e los h om bres, p e ro c o n ve n ien te a las m u jeres.
— S u con d en a ción p o r e l cristianism o c o m o un pecado. — P e r ­
indulgentes que los griegos.
tu rba cion es de toda su erte atribuidas a la m asturbación. — Nuestros lectores conocen ya la indiferencia que los
Va sta difusión d e tosprejuicios. — E l d añ o ocasionado p o r el pueblos primitivos demuestran frente a las manifesta­
sen tim ien to de culpabilidad n u trid o p o r padres, maestros, clé­ ciones de sexualidad precoz. Para ellos, la masturbación
rigos v m édicos. — Es p erjudicial ú nicam ente e n los individuos de los niños es una forma de juego sencillamente Ino­
predispuestos a la inestabilidad psíquica. — M od erada , es p re ­ cente, más. bien divertida, y no más alarmante que los
ferible a ta tensión de la abstinencia. — La m od ern a opinión intentos infantiles de coito.
m édica. — P reven c ió n con tra el exceso. Después del advenimiento del cristianismo, la opinión
pública se va modificando gradualmente, evidenciándose
SI hemos juzgado provechoso destinar un capitulo cada vez con claridad mayor a medida que nos apro­
especial a las consecuencias de la masturbación, es por­ ximamos a la Edad Media. Los representantes de la
que existen muchos problemas de la vida sexual que han Iglesia condenaron violentamente el hábito, no por razo­
dado origen a Infinidad de conceptos falsos y perniciosos. nes higiénicas, sino porque desaprobaban, en general, la
Tales consecuencias son, en realidad, debidas más bien, sexualidad. Sin embargo, durante este periodo el ona­
como veremos, a la campaña dirigida contra el onanismo nismo se difundió cada vez más. Y se explica, pues la
con una vehemencia digna de mejor causa. Hoy día, en vida sexual en la Edad Media era infinitamente menos
efecto, nadie ignora que si tantos masturbadores han libre que en la antigüedad, y los jóvenes no podían sa­
llegado al suicidio, o a otros actos de desesperación, la tisfacer normalmente el apetito sexual.
causa de ello no estriba tanto en la práctica del hábito Pero fueron los pioneers de la aerología, antes de la
en si como en el estado de depresión artificialmente de­ aparición de literatura alguna en la materia, quienes
rivado del mismo. insistieron en pintar a la masturbación con terribles co­
Es curioso notar que, aunque los seres humanos han lores. Mientras los teólogos de la Edad Media se con­
tendido a masturbarse en todos los tiempos, particular­ tentaban con estimarla como una práctica pecaminosa,
mente durante la pubertad, la condena no ha alcanzado que había de encontrar su merecido castigo en el otro
siempre la misma magnitud. Al basar nuestras observa­ mundo, los especialistas considerábanla causa de los
ciones en los datos históricos, hemos tenido ocasión de más terribles males físicos.
verificar que los griegos estaban familiarizados con el No hay casi un solo síntoma mórbido, desde el más
302 E nciclopedia S exual C o n s e c u e n c ia s db la m a s t u f b ac ió n 103

inofensivo hasta el mortalmente grave, que no haya sido el onanismo ni vencerlo, no obstante ser para mí como
atribuido por los enemigos furiosos de la práctica ona- las torturas del Infierno.
nística, a la masturbación. Las miradas desconcertadas, “ Lo practico de media hora a tres cuartos de hora,
la tendencia al rubor, la palidez, las ojeras, las mejillas con emisión de semen, y durante todo ese tiempo tiemblo
hundidas, la delgadez, los modales vacilantes, la apa­ de pies a cabeza. Fuertes jaquecas son el resultado, y, no
riencia agitada, la respiración corta, la Inclinación a la obstante mi temor, tengo que abandonarme al hábito por
soledad, todo era, según ellos, resultado del onanismo. las noches. Me fricciono el cuerpo con agua fría todas
El orinar doloroso y la retención de la orina, originados las mañanas y las tardes, pero Inútilmente. L o mismo
en realidad por la debilidad congénita del esfínter, con­ me masturbo. Le pido a usted con urgencia que empiece
siderábanse también entre las consecuencias de la mas­ conmigo un tratamiento. Todas las noches me aterrorizo.
turbación. Esta terrorífica lista podría prolongarse hasta Algunos dias me parece esto tan extraño que ni quiero
el infinito. Otros de los síntomas atribuidos a la mas­ pensarlo. A pesar de esta pasión, jamás hago mal a
turbación hacen sonreír a los expertos modernos. Men­ nadie, y antes que emplear medios violentos para lograr
cionemos, por ejemplo, las verrugas, la transpiración de algo, prefiero quedarme sin ello. Son ahora más de las
las partes genitales, el hábito de morderse las uñas, la dos y media de la mañana, pero no puedo descansar. Es
melancolía, el sudor de manos y pies y, finalmente, los éste el primer día, desde hace muchos meses, que no lo
trastornos intestinales y la Impotencia. Pero los peligros he hecho, el primer día que desobedecí el llamado de la
más graves, cuya responsabilidad recaía sobre el ona­ pasión, pero, ¿hasta cuándo podré aguantar? Ruégole
nismo, y que fueron asociados durante mucho tiempo a que me auxilie.”
tal práctica, eran la epilepsia y la parálisis general. Estas El doctor Gamier, que a fines del siglo pasado estudió
opiniones, para decir lo menos, extremadamente exagera­ las consecuencias de la masturbación con todo el celo
das, eran el alimento espiritual permanente de los mas- que la cuestión exige, ha coleccionado un número de ob­
turbadores, quienes, aun los más moderados, descubrían servaciones reveladoras del estado de ánimo de estos ona-
en sí mismos enfermedades inexistentes o atribuían a nislas hipocondriacos. La primera que citamos proviene
estos pecados los males más pasajeros. Es interesante de un joven que, habiendo oído por casualidad que los
ver cómo los onanistas observan ansiosamente el estado onanistas están sujetos a la impotencia, temía intentar
de su salud y hacen su propio diagnóstico, culpando al el acto sexual;
onanismo. Veamos un ejemplo: “ Desde los nueve años (tengo ahora dieciocho) he
“ Durante meses no he podido comer alimentos calien­ consumado la masturbación manual, término medio, dos
tes. Las únicas cosas que mi estómago tolera son, por veces por día. Lo atribuyo al hecho de ser física y men­
ejemplo, los atoles, los budines, etc., pero fríos. Estoy talmente precoz y a la vida solitaria que he llevado desde
siempre sediento. Jamás puedo acostarme antes de la mi infancia. Y mire los resultados: fatiga física y mental
una de la mañana, y a la hora de levantarme me hallo insoportable, pérdida de la memoria y, en particular, lo
tan rendido por el cansancio, que deseo seguir durmiendo, que temo sea una incurable degeneración de las facul­
pero estoy obligado a realizar mis tareas diarias y debo tades mentales...
levantarme. Debo trabajar sin pausa durante todo el “ Muchas veces he procurado renunciar a este vicio,
día, y per las noches estoy tan fatigado que nada me pero en vano. Si fracaso en este último esfuerzo, sabré
interesa. En estas condiciones, no puedo luchar contra qué me resta por hacer.
104 E nciclopedía S exual E xagbkaciów perjudicial IOS
“Me dirá usted que el coito normal es el remedio. ¿No A la edad de veinticinco años estaba condenado a la
cree que, siendo yo de carácter tímido, deprimido y muy muerte o a la locura. El cerebro y la espina dorsal per­
emotivo, me vea reducido a la impotencia al intentarlo derían teda su vitalidad y su cara semejaría la de un
y que el único efecto no sea otro que el ridículo y la ver­ cadáver; el cabello huiría de su cabeza y le temblarían
güenza?” las manos. Era terrible. ¿Quién podía salvarlo? Jesús.
Veamos otro relato característico de la hipocondría Pero Jesús no curaba los cuerpos, sino las almas. A los
del onanismo: veinticinco años estaba irremediablemente sentenciado
“ Cuenta un estudiante de la Facultad de Artes de Sólo le restaba salvar su alma de las Uamas'etemas.”
Burdeos, de veintiséis años, que en diciembre de 1886, a NI siquiera ilustres expertos como Rousseau y Kraft-
consecuencia de un irlo cogido dos años antes, fuá ata­ Ebing pudieron liberarse de los viejos prejuicios del siglo,
cado por dolores erráticos en la espalda y los brazos, los al opinar que el onanismo produciría a la larga ciertas
cuales se localizaron después en la parte izquierda del afecciones de diversa índole. Qamier, autoridad recono­
pecho, siendo tan fuertes que le impedían acostarse de cida en la materia, no obstante poseer una clara com­
ese lado. Un año después, los dolores se agudizaron en prensión del fenómeno, suele caer en la exageración
la cabeza y las piernas, acompañados de temblores Invo­ cuando describe los efectos del onanismo prolongado. He
luntarios y contracciones imposibles de aliviar mediante aquí lo que dice:
los baños sulfúricos prescrlptos por el médico. Estos sín­ “ . . . Siendo realizada a menudo y de pie (la mastur­
tomas eran a veces tan violentos, especialmente en las bación), produce ciertamente, mediante el plexo «olar,
piernas y a lo largo de la espina dorsal, que no podía una serie incesante de acciones reflejas, las cuales, Como
estar acostado de espalda. otras tantas descargas eléctricas, van y vienen entre el
“ La causa de esta condición — decía— es, ciertamente, aparato genital y el sistema nervioso. De aquí el Inusi­
el onanismo, al que me he entregado en el colegio frené­ tado flujo sanguíneo y su acumulación mecánica en el
tica y frecuentemente, desde los quince hasta los die­ plexo de la piamáter. Consecuencia de esto es la conges­
cinueve años. El acto sexual con mujeres no mayores tión de la medula, como ocurre en las parálisis lentas de
de veintidós años puso fin a este hábito fatal, aunque los miembros inferiores, muchos de cuyos casos se han
parcialmente, pues suelo caer en él a pesar de mis enor­ observado después del coito realizado de pie. La acción
mes esfuerzos por desterrar el vicio que considero una mecánica, fricción, presión y succión, repetida y pro­
enfermedad mental.” longada, muy pronto reduce la sensibilidad del pene y
Los folletos populares, escritos en su mayor parte por reacciona después de un breve periodo de tiempo sobre
legos en la materia, que hasta no hace mucho tanto se el gran simpático, los testículos, los pechos, la garganta
difundían entre los jóvenes, son los responsables de esta y la nariz. La deformidad del glande y la dilatación de
verdadera enfermedad mental. los cuerpos cavernosos — producidas por el estancamiento
El siguiente pasaje de un poeta sueco, Augusto 8trind- de la sangre en las vesículas de ios tejidos eréctiles du­
berg, pone en evidencia los posibles alcances de tales rante estas erecciones artificiales y prolongadas— engen­
publicaciones: dran la inestabilidad y la blandura de estos tejidos duran­
“ Abrió Johann el cajón y extrajo el deplorable libelo. te el acto sexual. El coito sólo ejerce una débil Influencia
8us ojos recorrían las páginas sin osar detenerse. El local sobre las sensaciones embotadas y la sensibilidad
rostro de Johann se puso pálido y su pulso dejó de latir. pervertida de estos masturbadores. La timidez y la ver-
106 Enciclopedia Sexual El sentimiento de culpabilidad 107
güenza, inspiradas por e! vicio, la incertidumbre, la va­ este modo la masturbación suele engendrar la pérdida
guedad o ausencia del deseo sexual, todo contribuye a del deseo sexual y conducir al celibato prolongado" (1).
imposibilitar la erección, menos en la práctica onanís- Nunca insistiremos demasiado en los estragos ocasio­
tica, y dificultar el acto sexual normal. De aquí el celo nados entre los jóvenes por la propaganda de las teorías
que los masturbadores manifiestan por los medios inme­ extremistas sobre los efectos de la masturbación.
diatos y violentos, tales como la mano, la boca y los ins­ En nombre de la higiene, padres y maestros han for­
trumentos mecánicos (1). zado a los niños a terribles confesiones, dignas de los
"Fríos, embotados, a menudo afeminados, cuando no comités de la Inquisición, y los han torturado literalmente
pederastas sin saberlo (2), estos desventurados indivi­ al pintarles con los colores más espeluznantes las conse­
duos fracasan en su intento de producir una erección lo cuencias de sus actos "criminales", en lugar de auxi­
suficiente rígida, salvo cuando se encuentran con mujeres liarlos en el período, particularmente angustioso, de la
que los cautivan, fascinan y seducen. De otro modo, nada pubertad. Lograron así, eficazmente, introducir en el
puede encarrilarlos y continúan ineficaces. Merced a la alma de los niños un profundo sentimiento de culpabi­
fuerza de la costumbre, obtienen algunos una semierec- lidad, cuyas derivaciones fueron a menudo trágicas.
ción y llegan a la emisión seminal mediante el onanismo Veamos el relato de una niña religiosa y sensible, citado
mutuo. No son, sin embargo, impotentes cuando se fro­ por el doctor Liepmann:
tan y masturban entre sí. El mero examen de su órgano "Debo hacer ahora una triste confesión: Durante mis
genital es suficiente para provocar la erección. Una mu­ años de colegiala ( ¡cuántas tinieblas los ensombrecen!)
jer inteligente y sutil podría, por lo tanto, mejorarlos. adquirí el hábito de masturbarme, pero sin tocar con las
Pero, ¿cómo pueden ellos entrar en contacto con esta manos mis órganos sexuales. A decir verdad, sólo desde
mujer? Acostumbrados como están a excitarse recípro­ los dieciocho años comencé a conocer mi propio cuerpo.
camente en la soledad, no saben cómo comportarse con Raras veces me mastuibaba, pues el pensamiento de que
una compañera, experimentar sensaciones eróticas y Dios veía todo, me avergonzaba, e intufa, además, que
trasmitirlas, Igual que las mujeres frígidas, nada sien­ algo malo habla en mi conducta.
ten. No logran la turgencia del pene y no les quedan "H e sido educada de la más religiosa de las maneras,
otros recursos que los técnicos y los afrodisíacos. Y de y los domingos debía asistir a todas las misas. Siempre
que me masturbaba prometía a Dios no volver a ha­
(1) A fin de evitar al lector una aprehensión Infundada, cerlo.
como consecuencia de éste y otros párrafos siguientes, recor­ "Más adelante, siendo ya señorita, un sentimiento de
damos que estas descripciones de los efectos catastróficos de culpabilidad me atormentaba, imaginaba que Dios me
la masturbación se citan solamente por su Interés histórico. En
realidad, carecen de fundamento. Lo cierto es que más del enviaría un hijo por castigo y que. todo el mundo se en­
90 por ciento de las personas se masturban y que pocas de ellas teraría de mi mal comportamiento.”
experimentan efecto duradero alguno. Cuando esto ocurre se Una simple mirada sobre el paciente joven, más pá­
debe, en la Inmensa mayoria de los casos, a la angustia y no a lido que de costumbre, o el más ligero síntoma anor-1
la masturbación en si. — N. H.
(2) Es difícil comprender cómo alguien pudo escribir dis­
parate semejante. Por cuanto un pederasta es una persona que (1) Aun entre las personas de elevada predisposición neu­
consuma el coito anal pasivo, ¿cómo es posible serlo sin darse rótica es muy raro que la masturbación conduzca a este resul­
cuenta? — M. K. tado. — N. H.
F ormas de neurastenia 109
108 Enciclopedia Sexual
a la conclusión que es un anormal, un insano, un mons­
mal notado en la revisión de sus partes sexuales, eran
truo de perversidad. La idea del suicidio suele obsesio­
suficiente para que algunos médicos le acusaran de ona-
narle durante mucho tiempo y, creyéndose víctima del
nista y le amenazaran con el peor de los males. Así se
destino, no logra alcanzar la adultez ni a desembarazarse
angustiaba a los niños inocentes y se curaba a los mas-
completamente del hábito adquirido durante la infancia,
turbadores.
hasta que finalmente sucumbe. Cita Stekel la carta de
l a descripción siguiente de un Joven oficial muestra
despedida de una masturbadora, que transcribimos sin
la reacción de un niño, quien sin haberse jamás mas-
comentarios:
turbado recibió de su médico la inesperada acusación:
"Querido Otto:
"ingresé a la escuela preparatoria de cadetes, -de
"Cuando leas estas lineas ya no estaré viva. Voy a
Koeslln, a la edad de diez años. La masturbación no era
expiar mi pecado con la muerte, porque no puedo ya
allí desconocida. Un condiscípulo, y aun cierto oficial
soportar una vida en la que, mientras tú me creías pura,
superior, me Invitaron a masturbarlos, actitud que por
había adquirido un vicio terrible.
desconocerla rechacé. Pasé tres años en Koeslln sin
“ Sabe, pues, que me he masturbado desde la infancia.
practicar jamás el onanismo, ya sea sólo o acompañado.
Comencé a hacerlo siendo demasiado niña y seguí aban­
No hablé de ello con nadie. Sin embargo, una circuns­
donándome al vicio aún después de mi casamiento. Soy
tancia Inolvidable me condujo a él. Repetí el primer año,
muy débil para renunciar a él voluntariamente y, puesto
y en el segundo curso no era exactamente un alumno
que empiezo a percibir en m í los sintomas de sus terribles
modelo. Cierto día fui conducido al hospital. El médico
efectos, no quiero que soportes la carga de una esposa
de guardia ordenó que me bajase los pantalones; miró
enferma. Voluntaria pero melancólicamente me despido
mis órganos sexuales y dijo más o menos lo siguiente:
de la vida. ¿Cómo podría mirarte a la cara?, ¿cómo po­
"Fácilmente se ve que te mas turbas; si no renuncias a
dría contemplar la de nuestros niños, sintiéndome tan
ello tendrás que volver al hospital y entonces te enyesaré
humillada, tan corrompida?
manos y piernas” . Pude decir sinceramente que jamás
"No, no puedo seguir viviendo por más tiempo. Acepta
me habla masturbado y que era al respecto totalmente
mi gratitud por todo el amor que me has consagrado.
inocente. Esta Incidencia me trastornó.”
Espero que encontrarás una esposa que sabrá apreciar
Los numerosos ejemplos que hemos estimado nece­
tu confianza y cariño. Busca una mujer digna de ti.
sario citar, son pruebas harto elocuentes de qúe la pre­ Besa en las mejillas a nuestros dos hljitos. ¡Con cuánto
ocupación excesiva de padres y maestros es la rafz de
pesar me voy para siemprel
todos los efectos perniciosos atribuidos a la masturba­ "Perdóname; no puedo evitarlo. Recibe como una
ción. Estos pedagogos no tienen la menor idea de la bendición mi último suspiro.”
medida en que son culpables de que los niños confiados
Aun cuando la neurastenia, tan frecuente entre los
a su cuidado se tomen melancólicos y lleguen en oca­
masturbadores (1), no conduzca a esta solución fatal.1
siones hasta a intentar el suicidio. La más seria conse­
cuencia de la desesperación del onanista es, desde luego,
el suicidio. Después de haber jurado solemnemente no (1) Es necesario destacar nuevamente el hecho de que la
reincidir, es el niño, en muchos casos, incapaz de resistir neurastenia no se debe a la masturbación en si, sino al senti­
a una nueva tentación; entonces se avergüenza de sí miento de culpabilidad que llega a asociarse a ella a causa de
mismo, se acusa de abúlico e indigno, y finalmente arriba la enseñanza deficiente de la materia. — N. H.
110 Enciclopedia Sexual Reflejos emotivos 111
contribuye a hacer de la víctima un ser aislado, apartado Wilhelm Stekel, sin falso pudor, del calvario de su propia
de la sociedad, buscando un inútil remedio a su hurañía. juventud, resulta en este punto de inestimable valor:
El doctor Kapffs, en un opúsculo dedicado a esta cues* “ ¿Permiten ustedes que les cuente la historia de mis
tión, describe vividamente la historia más íntima de la luchas y sufrimientos? Era yo un muchachito, cuando
vida de un masturbador: uno de mis camaradas me prestó un libro titulado Cómo
“ Y de este modo, el mundo interior del hombre se mantener la salud. Innumerables copias del mismo circu­
torna en un desierto, cada vez más desolado, donde no laban entre los jóvenes.
crecen las plantas verdes, ni fluye el agua de la vida; “ Las consecuencias de la masturbación y de la pér­
donde sólo sopla el viento seco de la tempestad ente­ dida del semen se describían allí con colores más que
rrando los últimos oasis. terroríficos. [Cuántos espantosos sufrimientos les aguar­
“ Semejándose siempre más a un desierto, abrumada daban a las victimas de este crimen horrendo! (En aque­
por imágenes cada vez más extravagantes, su alma se lla época desconocía, naturalmente, cuán común es este
convierte en fácil presa de las mórbidas ideas fijas, en "crimen” entre los jóvenes). La lectura de este libro me
tanto que las nobilísimas facultades del intelecto: pensa­ hizo atravesar por una seria crisis psicológica. Gracias
miento, raciocinio, sentimiento, voluntad y memoria, se a mi robusta constitución y a mi salud mental salí, por
desvanecen un poco más cada día. Pronto sobreviene suerte, ileso de ella.
una melancolía espantosa, un sentimiento del hastío de “ No obstante, repito que la lectura de aquel libro me
vivir, una indiferencia tal hacia la sociedad, las artes, produjo un efecto desolador. Atravesaba entonces un
la ciencia, la religión y todo lo que hay de más bello, importante período de evolución psíquica. Los pocos ver­
que ningún goce puede vencer. Es una muerte interior sos que había escrito me ilusionaban hasta creerme un
que conduce al suicidio o la locura,” gran poeta. Amaba la naturaleza y gozaba contemplán­
Estos efectos prodúcense únicamente en los indivi­ dola. Una salida de sol me hacía lagrimear de emoción.
duos particularmente emotivos, pues, de lo contrario, a Pero mi salud estaba, como yo creía, arruinada para siem­
juzgar por el elevado porcentaje de mujeres y hombres pre. A pesar de mi disposición feliz, esta idea me per­
jóvenes que han intentado satisfacerse mediante el ona­ turbaba enteramente.
nismo, la mayor parte de la humanidad estaría neuras­ “ Pronto experimenté mi primera polución nocturna
ténica e inclinada al suicidio. Por fortuna, estos senti­ involuntaria y este acontecimiento catastrófico, con la
mientos de compunción, estas luchas contra el propio ins­ pérdida de semen, me obsesionó irresistiblemente hasta
tinto, aunque frecuentes, son fenómenos que duran poco. convertirme en un verdadero hipocondriaco.
Les educadores demasiado celosos olvidan que ellos mis­ “ Me hice examinar por diferentes médicos, leí infini­
mos, a los catorce o quince años, se consideraron cria­ dad de libros, sin otro resultado que acrecentar mi an­
turas abyectas y experimentaron idénticos tormentos. Si siedad, especialmente desde que aquéllos no parecieron
tan sólo recordasen sus antiguas angustias, no las crea­ entenderme.
rían, ciertamente, en el espíritu de sus discípulos. Como “ Ingresé a la Universidad obsesionado por el espectro
no nos agrada recordar las cosas malas que hacemos, de la masturbación y sus futuros efectos. Consulté ince­
las olvidamos fácilmente, pero las subrayamos con mayor santemente a todas las autoridades de la época, pero
ardor en nuestros sermones puritanos, ocasionando, a sólo me trataron con sondas, electricidad, agua y bro­
nuestra vez, nuevas víctimas. La narración hecha por muro.”
Consecuencias del tekboh 113
112 Enciclopedia Sexual
la timidez y la carencia de espíritu emprendedor o de
Afirma Stekel, más adelante, que después de consul­
medios económicos que hacían a los jóvenes esquivar la
tar a uno de sus profesores, quien le dijo que una emi­
sociabilidad femenina y caer, al manifestarse el instinto
sión seminal por semana era perfectamente normal, se
sexual, en el placer solitario.
curó corno por arte de magia.
Además del gran número de síntomas menos serios
¿1 procurar descubrir los orígenes de estas ideas erró­
observados por los enemigos de la masturbación y clasi­
neas, difundidas durante siglos y compartidas por quie­
ficados como consecuencias de esa práctica, existen fe­
nes otrora figuraban entre los espíritus más esclareci­
nómenos asociados con las transformaciones del orga­
dos, podemos solamente hacer una declaración que, a
nismo que tienen lugar durante la pubertad y no están
pesar de su simplicidad, aclara bastante el asunto. Gra­
en modo alguno relacionados con la masturbación (1).
cias a las confesiones sinceras y a las estadísticas, des­
Repetimos que la ignorancia de las verdaderas causas de
conocidas anteriormente, sabemos ahora que el 95 por
las enfermedades de los masturbadores es la responsable
ciento, si no el 100, de ios jóvenes se masturban durante
de la teoría errónea que hizo de la masturbación el es­
la pubertad. De aquí que la más ligera perturbación,
pantajo de la juventud.
cuyo origen no se había la ciencia explicado aún sufi­
Hace dos o tres décadas apenas que la ciencia médica
cientemente, se atribuyese al onanismo.
ha revisado sus opiniones relativas al fenómeno de la
Bastaban algunas preguntas del médico o del padre,
masturbación. Médicos y psiquiatras comenzaron a exa­
o simplemente ciertas deducciones de observaciones he­
minar el problema bajo una luz enteramente distinta. Y
chas, para que salieran a luz las prácticas onanísticas
pronto descubrieron el hecho sobre el cual hemos insis­
del paciente y se establecieran de inmediato relaciones
tido ya, a saber: que las teorías comúnmente aceptadas
de causa a efecto entre el onanismo y las varias pertur­
respecto al onanismo no podían resistir el análisis cien­
baciones. Con e3te criterio se justificaría que explicáse­
tífico y que si las consecuencias eran a veces serias, se
mos la tuberculosis o las enfermedades venéreas atribu­
debían no al hábito en sí, sino a las opiniones inexactas
yéndolas a la masturbación, puesto que todos los tubercu­
en boga, de tal modo propagadas que desolaban el alma
losos y los sifilíticos se han entregado al onanismo, por lo
de la juventud. Esta devastadora influencia ha conti­
menos ocasionalmente.
nuado hasta nuestros días, pues el velo de la hipocresía
Este error, consistente en confundir la causa con el
que encubre todas las cuestiones sexuales no se ha des­
efecto, es característico en la cuestión del onanismo,
garrado todavía. El adolescente, aterrado por los pro­
especialmente en lo que se refiere a la incidencia de la
nósticos de sus mayores bien intencionados, cree since­
epilepsia, la histeria y otras enfermedades nerviosas. So­
ramente que pronto terminará sus días en un hospicio
líase decir a menudo: “ Es epiléptico porque se mastur-
de locos, cuando no en la cárcel o el cadalso.
ba” , cuando hubiera sido más verídico seguir el razo­
namiento contrario y decir: "Es epiléptico: tiene el sis­
tema nervioso desequilibrado y esto le produce ciertas
anomalías del instinto sexual que le inducen a mas- (1) Debido a los profundos cambios operados durante la
turbarse” . La timidez es otro de los casos. Los expertos pubertad en el equilibrio de las glándulas de secreción Interna,
de antaño, cuando vefan a un joven, desconcertado, ta­ los jóvenes están sujetos a síntomas tales como el rubor, los
citurno e Insociable, deducían de inmediato que se mas- granos en la cara, etc. En el pasado estos síntomas se atri­
turbaba. Pero en muchísimos casos eran precisamente bulan regular, aunque erróneamente, a la masturbación. —N . H.
114 Enciclopedia Sexual Efectos realas lia

¿Cuáles son, a la luz de la ciencia moderna, los verda­ igualmente cansador en ambos casos, pero la diferencia
deros efectos de la masturbación? Habiendo refutado comiere?, después de la emisión del semen. Al senti­
ya las viejas teorías, esta pregunta no puede quedar sin miento de soledad del masturbador, debido a la ausencia,
respuesta. Una exagerada y precoz pérdida de semen, de la parte contraria, se agrega una necesidad fisioló­
dicen algunos. Pero esta pérdida no es mayor que en el gica, pues la presencia de la mujer hace que cierto grado
coito normal; alcanza, por término medio, a tres gramos, de excitación continúe, estimulando la actividad glan­
y cuando se repite, considerablemente menos. La pequeña dular, provocando de inmediato las secreciones genitales
cantidad de albúmina así perdida se compensa con am­ y reduciendo a un mínimo el estado de vacuidad de las
plitud mediante la alimentación (1 ). glándulas; mientras que falta al masturbador, una vez
realizado su acto, toda excitación, y la vacuidad, por lo
Con respecto a la lasitud que sigue a la masturbación, tanto, se prolonga, motivando la pérdida de energía, la
recordamos el viejo adagio latino: post coitum omne lasitud y el desagrado.
animal triste (después del coito todo animal queda tris­ La interrupción del acto onanístico, a fin de evitar la
te). A este respecto podríamos decir mejor: post mas- emisión del semen, es una cosa seria. Sus efectos son
turbatúmem omne animal triste. Volver al mundo real mucho más nocivos que los del coitos interrupius. En
después del éxtasis del orgasmo implica siempre cierta este último caso la eyaculación, aunque de un modo
tristeza, pero, después del coito normal, esta tristeza se anormal, se produce, lo que no ocurre en la masturba­
atenúa por la presencia del ser amado, por el afecto ción interrumpida. El temor a los supuestos efectos de la
amoroso, mientras que este consuelo está ausente en la masturbación incita a los jóvenes a interrumpir el acto
masturbación, y el sujeto percibe claramente que la ma­ en determinado momento. Creyendo obrar asi bien, no
niobra a que se ha entregado es tan sólo un substituto. sospechan que en su intento de evitar consecuencias ilu­
Cierto es que la tensión nerviosa' perjudicial provo­ sorias, se exponen a un verdadero peligro. Son indiscu­
cada por el deseo sexual desaparece con el onanismo, pero tibles las perturbaciones psicológicas originadas por este
es reemplazada por la tensión espiritual; el deseo de atentado contra natura. La masturbación interrumpida <
escapar de esa soledad se acrecienta. Este proceso es ca­ puede engendrar la neurastenia y, a la larga, dificul-
racterístico de la pubertad. Además, la languidez que tades en la erección del pene y trastornos eyaculatorios.
sigue a la masturbación es a menudo mayor que la ori­ El masturbador incompleto, que prolonga indefinida- 4$*,
ginada por el coito; y se explica, pues la práctica del mente el tiempo de excitación, corre un riesgo mayor
onanismo implica un esfuerzo imaginativo mayor. de caer en la impotencia que el masturbador que d u - ^ J ; 1
El doctor Hirschfeld, en su estudio sobre el cansancio rante cierto tiempo practica el onanismo completo
postonanlstico, ha hecho una interesante observación al absoluta exclusión del coito.
respecto. Explica él por qué la lasitud del hombre, pro­ El onanismo excesivo y regular puede producá- e»
vocada por la eyaculación onanística, es más pronun­ bito — en uno y otro sexo— de la excitación xaecán ica^yg^í
ciada que la subsecuente al coito. El orgasmo en sí es exigir una posición definida, sin la cual no pueda ^ <¡
grarse el orgasmo. De este modo, la práctica onanís1Í8$,
llevada demasiado lejos, puede amortecer la sensibiliS^A
(1) La cantidad de semen perdida en una eyaculación es
pequeña y no tiene más Importancia para la salud del cuerpo del hombre hasta el punto que el contacto elástiá(&¿¡?
que la pérdida de la saliva o de las lágrimas. — N. H. húmedo de la vagina no le proporcione ya el
116 Enciclopidia Si x uil
Eneros xsncincos xn la mujzh 117
He aquí un ejemplo de esta anomalía, mencionado
turbación —aparte de los trastornos que causa durante
por Gam ier;
la menstruación: dolores, neuralgias y hemorragias—
"Un joven y bello oficial de treinta y dos años, rubio
es al mismo tiempo perjudicial para el coito normal. El
y algo afeminado, perteneciente a una familia de abo­
uso de las manos durante tal práctica, amortece o atrofia
lengo, entró en mi consultorio, después de dieciocho me­
los senos. El frotamiento, la succión o el lesbíanismo son
ses de vida conyugal, y confesó una incapacidad de erec­
Igualmente peligrosos. Cuando se extienden a toda la
ción que le impedía embarazar a su esposa, a pesar del
vulva, originan la congestión y las deformidades, estig­
amor mutuo que se profesaban. En realidad, la erección
mas serios y evidentes que manifiestan el vicio, hacién­
se producía durante los abrazos de su esposa y mediante
dolo fácilmente perceptible al examen de los órganos
ciertas caricias de ésta a que la había acostumbrado para genitales/'
el caso; pero, no obstante la estratagema empleada, fa ­
Algunos han llegado hasta afirmar que la mastur­
llaba en su intento de introducir el pene. Esto no se
bación de las jóvenes es responsable de su esterilidad
debía ni al volumen del pene, más bien pequeño, ni a la
futura. Hoy en día, nadie cree en estas cosas, pero no
estrechez de la vagina. El hábito de la masturbación,
deja de ser cierto que la masturbación tiene efectos es­
practicado hasta los veintidós años, era la única causa
pecíficos en las mujeres. Puesto que la existencia del
posible, habiendo notado su impotencia aún antes del ma­
himen no permite a las mujeres la Imitación del coito,
trimonio, durante algunos intentos que hizo con prosu­
limítanse las manipulaciones a otras partes del aparato
ltas. Para él, el acto sexual consistía en una especie de
genital, cuya sensibilidad se modifica con el andar del
\sturbación manual, con eyaculaclón, pues siendo la
tiempo. Acostumbrado el clítoris a la excitación regular,
'Oducción imposible en el momento de comenzar el
puede convertirse en el centro de la sensibilidad a ex­
. no llegaba éste a completarse/’
pensas de la vagina. En tal caso es posible que la mujer
’emás de la imposibilidad de eyacular durante el
no halle satisfacción en el coito, excepto mediante el
lebemos mencionar la eyaculación prematura, es auxilio de contactos locales. La fijación del goce en la
emisión del semen antes de introducir el pene,
región del clítoris es posible que más adelante impida
i esto a ser prácticamente cierto que no nos la transferencia de la sensibilidad desde el clítoris a la
frente a una consecuencia directa del ona- vagina. Pero, aún en los casos en que el hábito onanís-
más bien en presencia de un efecto de la
tico ha dejado sus huellas en forma de pequeñas mo­
del onanismo. Esta perturbación se produce
lestias en la sensibilidad genital de la mujer, no hay
'e por el estado mórbido engendrado por la motivos para desesperarse.
individuos predispuestos a esta forma de
La inteligencia y el afecto mutuos de las partes se
'en ser las víctimas de esta consecuencia
sobreponen con facilidad a estos inconvenientes, que se
asturbación. Una persona sana, de sis­
manifiestan en particular durante el comienzo de la vida
mal, difícilmente evidencia tales sin-
sexual y tienden a desaparecer gradualmente.
Sin embargo, se han registrado otros efectos onanís-
erturbaciones han sido atribuidas a
ticos más serios. Se deben a la denominada masturba­
mina. Estos efectos están resumi-
ción mecánica, especialmente peligrosa para las mujeres.
nier de la siguiente manera:
Hemos enumerado en el capitulo anterior los objetos uti­
la soledad o por parejas, esta mas-
lizados por las jóvenes y, particularmente, por las mujeies
118 Enciclopedia Sexual N i EXCESO, XI REPRESIÓN 119
obligadas a Interrumpir la regularidad de su vida sexual mujer jóvenes, de constitución sana, no deben prolongar
normal. Se comprenderá fácilmente que estes Instru­ el hábito más allá de la oportunidad del coito normal, y
mentos, variables conforme a las circunstancias, do dejan cuando esta oportunidad se extiende demasiado, la falta
de significar un peligro para los órganos sexuales y, en entonces radica en el sistema social defectuoso y no en el
especial, para la membrana mucosa, sensible en extremo. carácter vicioso de la persona en cuestión.
Lesiones e infecciones de toda clase han resultado del En resumen, si la ciencia médica registra casos de
uso de tales objetos inadaptados a los órganos genitales. masturbadores que han pagado demasiado caro sus há­
Pero en esto tampoco la masturbación en sí tiene la culpa, bitos, busquemos la causa de esas deplorables consecuen­
sino más bien el método empleado, antihigiénico e impru­ cias en la educación sexual deficiente, en la predisposi­
dente. ción mórbida y la restricción impuesta por las condicio­
Es, sin embargo, peligroso extraer de este capítulo la nes sociales y económicas. No podemos terminar este
conclusión general de que, siendo la masturbación un fe­ capítulo sin citar la conclusión a que se arriba en un
nómeno normal y prácticamente innocuo, sería erróneo libro de Hirschfeld y Bohm sobre educación sexual, que
obstruir su desenvolvimiento. No ha entrado en nuestra tiene el mérito de haber pulverizado más de un pre­
intención sentar £1 principio de permitir el libre juego a juicio:
los caprichos del instinto sexual. En este caso, como en "Las mentiras con que se ha rodeado al fenómeno
todos los otros, es la moderación regla de principal ob­ de la masturbación han de ser destruidas, y la juventud
servancia. En realidad, si la “ masturbación de la com­ debe liberarse de esta pesada carga psíquica tan difícil
pensación’* — como algunos expertos han denominado de soportar. El hombre no nació más pecador qué un
los crudos intentos de la pubertad— no es él vicio ho­ árbol, un pájaro o un pez. Calificar de bestial el Instinto
rrible y peligroso que algunos quisieran hacernos creer, sexual de un adolescente y sus manifestaciones, es una
no deja de ser una desviación del instinto sexual y, por injusticia contra la humanidad y contra todo el reino
io tanto, cuando se convierte en hábito regular de la animal.
adultez, un fenómeno anormal. Al analizar los efectos “ Cuando se ven individuos de uno y otro sexo ator­
de la masturbación es Importante establecer una clara mentados por las perturbaciones sexuales, está uno ten­
distinción de naturaleza cuantitativa. Sería Imposible tado a exclamar; “ Hombre, ¿qué has hecho de tus her­
contestar de manera categórica a aquellos que preguntan manos?" (1 ). 1
cuántas veces por día o por semana pueden masturbarse
sin caer en el exceso, pero no hay duda que el exceso
.puede ser pernicioso. El limite, como en el coito, es una
cuestión individual. Veremos en seguida que las reglas
(1) Una vez más es necesario prevenir al lector contra las
que rigen la frecuencia del acto sexual en el matrimonio catástrofes fantásticas que el vulgo cree acompaftan a la prác­
son muy variables. Pueden variar desde una vez por día tica de la masturbación. Se trata de un fenómeno normal que
a una por mes — y lo mismo para la masturbación. aparece en la gran mayoría de los niños sanos, asi como en
Asimismo, la duración del acto onanistico no debe los Jóvenes adultos, quienes, por una u otra causa, no pueden
satisfacer normalmente el instinto sexual durante un largo
exagerarse si queremos que resulte inofensivo. Final­
periodo de tiempo posterior a la madurez sexual. En la vida del
mente, el periodo de continuidad del hábito es, como adulto la masturbación ofrece un goce tan reducido que nin­
hemos visto, de gran Importancia. Un hombre y una guno la practica, excepto a faute de mieux. — N. H.
I mportancia db la pubertad 121

misteriosos, a encantamientos y operaciones. Con no poca


frecuencia estas ceremonias incluyen pruebas dolorosas,
tales como la extracción de dientes, el tatuaje y hasta la
mutilación de los órganos genitales. A fin de comprobar
la facultad de resistencia de los adolescentes, con el in­
CAPITULO VII dudable propósito de producir guerreros, ciertas razas les
imponen múltiples privaciones. Los indios norteameri­
P U B E R T A D canos, según Swanton, atribuyen una considerable im­
portancia a las experiencias adquiridas durante este pe­
P erio d o decisivo para toda la vid a futura. -- R ito s d e iniciación
ríodo crítico. Creen ellos que toda sensación y todo pen­
p
e n tre ios salvajes y tos ueblos prim itivos. — E fectos raciales y
clim atéricos. — C a m b io s e n la voz, los m odales y el com p orta ­
samiento del niño o de la niña púberes dejan su huella
m ien to. — Im p o rta n cia de las glándulas intersticiales. — C a ra c­
en la adultez de los mismos. Tal es el origen de las pre­
terísticas sexuales secundarias. — D iferen cia en tre la pu bertad cauciones tomadas para impedir el mal, de los encanta­
y la m adurez. — L a fase hom osexual. — Torpeza fre n te al sexo mientos mágicos y de las pruebas de sufrimientos.
opuesto. — R eb elió n con tra la autoridad de los padres. Supervivencias de estas costumbres se hallan también
en los pueblos civilizados. El origen de algunas costum­
La pubertad, período en que notamos la primer apa­ bres religiosas puede remontarse a los ritos relativos a la
rición de la facultad procreativa, se caracteriza por cam­ pubertad, en las razas primitivas. La primera comunión,
bios físicos y psíquicos profundos. Mente y cuerpo del entre los católicos, y la admisión del adolescente en la
individuo están sujetos a una transformación radical que comunidad judía, por ejemplo, no son sino formas evo­
se manifiesta en fenómenos inquietantes de carácter mis­ lucionadas de las prácticas primitivas.
terioso. Quienes están en contacto con el joven púber no En la especie humana no hay tiempo fijo para el co­
comprenden esta extraordinaria evolución. El mismo no mienzo de la pubertad. La edad en que aparecen los
alcanza a discernir con claridad los cambios complejos a primeros síntomas varía conforme a la raza y al clima,
que su ego está sujeto. Este período es decisivo para el como ocurre también con el período de duración de la
desenvolvimiento futuro del ser humano. El conoci­ misma. Nadie ignora que en los países meridionales se
miento de los procesos relativos a la pubertad es, por lo llega más pronto a la pubertad y que allí se realizan
tanto, fundamental para padres y educadores conscientes matrimonios a una edad en que los niños de otras re­
de sus deberes. El descuido de los niños durante la edad giones están apenas en el umbral de la misma pubertad.
núbil puede, en efecto, desviar el curso total de su evo­ Mientras que en los países escandinavos los primeros sín­
lución y engendrar dificultades que les afecten por el tomas de desarrollo sexual raras veces aparecen antes de
resto de sus días. Es por tal causa que hemos estimado los quince años, en los tropicales una mujer de esa edad
conveniente estudiar en detalle los varios aspectos del es ya apta para el matrimonio y, a menudo, madre. Ten­
periodo de la pubertad. dremos ocasión de volver sobre el tema, una vez más, en
El misterio de la evolución sexual ha interesado siem­ los capítulos destinados a la evolución sexual de hombres
pre a las personas, y aun las razas primitivas atribuyen y mujeres.
una importancia especial a este período decisivo. En mu­ Pasemos a estudiar ahora los fenómenos de la puber­
chas tribus el comienzo de la pubertad se asocia a ritos tad. Hemos señalado ya la doble naturaleza de la tr&ns-
122 Enciclopedia Sexual Fxnómehos ruNcioN&Lsa 123
formación que, en este período, tiene lugar en el Joven, creción interna cuya influencia sobre la actividad sexual
Esta transformación es a la vez psíquica y física, y co­ es ciertamente muy grande. Al derramar en la sangre
rresponde a la evolución de dos elementos inherentes a sus productos denominados hormonas, estas glándulas
la sexualidad: la idea y la materia. Notemos, en primer contribuyen a determinar toda la vida sexual del ser
lugar, que la sexualidad autoerótica que hemos observado humano.
en los niños tiende a convertirse en sexualidad aloeró- Entre las glándulas de secreción interna, importantes
tica, es decir, que el impulso sexual, en lugar de perma­ desde el punto de vista sexual, podemos mencionar la
necer concentrado en el ego busca expandirse en los otros tiroides, la paratiroides, la pituitaria y las suprarrenales.
seres. Pero las glándulas a que debelóos principalmente refe­
La desgarbada figura de varones y mujeres que, ha­ rimos al considerar la pubertad, fueron descubiertas hace
biendo perdido el encanto de la niñez, no han adquirido relativamente poco tiempo y su verdadera función no ha
todavía el carácter de masculinidad o feminidad adul­ sido aún explicada. Son las glándulas intersticiales, asi
tas, nos es muy familiar. Antes de alcanzar la edad ma­ denominadas por dos especialistas franceses, Ancel y
rital, en que su cuerpo está preparado para la mater­ Bouin, que las estudiaron. Steinach también las ha des-
nidad, la graciosa niña asexual atraviesa un período du­ crlpto con el nombre de glándulas de la pubertad. Du­
rante el cual tiene su cuerpo una apariencia deslucida, rante mucho tiempo nadie scspechó su presencia, y su
sus piernas parecen demasiado largas, sus gestos torpes influencia general sobre el organismo se atribuyó a los
y sus actitudes desconcertadas. La misma desarmonía se ovarios y a los testículos. Son, sin embargo, órganos in­
advierte en el niño, cuyo cuerpo se alarga rápidamente dependientes, situados en las adyacencias de aquellas más
y cuya voz se quiebra. Altémanse entonces los tonos gra­ Importantes glándulas, que alcanzan su completo des­
ves con los agudos, produciendo un efecto cómico. Las arrollo en la pubertad, que funcionan durante toda la
características sexuales secundarias, de ambos sexos, tales vida sexual y se atrofian con la aparición de la senilidad.
como el crecimiento del pelo en el cuerpo y el desarrollo La época de la vida en que se desarrollan prueba su im­
de los senos en la mujer, no aparecen de inmediato. Su portancia, desde el punto de vista sexual, y es por tal
desarrollo es lento y, antes de asumir la forma defini­ motivo que han sido llamadas glándulas de la pubertad.
tiva, contribuyen a aquella desarmonía. El estudio de los animales castrados confirma la hipó­
Los síntomas externos de la pubertad reflejan la tesis de los expertos respecto a la función especial da
transformación interna del organismo y el desarrollo estos cuerpos glandulares sobre el desarrollo de la se­
completo de los aparatos genitales. Hemos explicado ya xualidad. Es prácticamente cierto que estas pequeñas
la anatomía de los aparatos genitales masculino y feme­ glándulas, mediante las hormonas que producen, deter­
nino y llamado la atención sobre el papel importantí­ minan la actividad genital y el carácter sexual.
simo desempeñado por las glándulas sexuales: ovarios, Merece la pena dedicar algunas palabras a otra glán­
en la mujer, y testículos, en el hombre. Además de estos dula, el timo, situada cerca del esternón, y que parece
órganos, cuya, actividad se manifiesta por la ovulación desempeñar una parte negativa en el fenómeno de la
y la producción de espermatozoides respectivamente, pubertad. Durante la infancia, la función del timo es
(procesos internos ambos que se evidencian externamente compensar la acción de las glándulas genitales y man­
por el flujo menstrual y la emisión seminal). contiene el tener el organismo en un estado infantil. Recién alrede­
organismo humano un número de otras glándulas de se­ dor de los quince años su acción comienza a menguar. La
El amob platónico 125
124 Enciclopedia Sexual
e inconsciente necesidad de compañía, y el joven púber
secreción de sus hormonas se reduce, hasta desaparecer no se siente todavía atraído por las mujeres de su misma
completamente. La ausencia de estas hormonas permite edad. Escoge antes que nada, de entre la3 mujeres de su
la aparición de las características sexuales secundarlas. ambiente inmediato, un objeto a quien transferir sus
Sin embargo, cuando la función del timo es embarazada ideales coloreados por el erotismo, aunque no se dé cuenta
y se interrumpe antes de tiempo, el resultado es la pre­ de esto. Fosee un consuntivo impulso de desahogar los
cocidad sexual, con todos los trastornos orgánicos que deseos que despiertan en él y de conferir a otro ser la
este fenómeno trae aparejado, incluyendo entre otros el riqueza afectiva de que se sabe capaz, y llega a profesar
raquitismo y la detención del crecimiento observada en así una admiración ilimitada a un condiscípulo o a un
los enanos. Es, por lo tanto, importante impedir, por maestro.
todos los medios, la cesación de la función del timo antes
Poco a poco, mediante la educación y la Influencia
del tiempo normal. Debemos mencionar aquí un cuerpo
de la vida que le rodea, se tom a sensible a la gracia de
glandular peculiar a la mujer, el corpus luteum, que apa­
las mujeres. Es una cuestión muy discutida el saber si
rece al mismo tiempo de la ovulación, y cuya misión no el amor ideal al sexo opuesto es anterior, simultáneo o
ha sido hasta ahora lo suficientemente aclarada. Espe­
posterior a la aparición del deseo sexual. En realidad, no
remos que las investigaciones futuras en este campo lle­
podemos aplicar a esto ninguna regla rígida, pues el
guen a explicarnos, sobre las bases de un conocimiento desarrollo depende del carácter del individuo. No es, en
más preciso de las glándulas de secreción internas, el
efecto, poco común que un adolescente, aun antes de
misterio de la pubertad.
sospechar sus necesidades sexuales, sienta un amor pla­
Hemos dicho que la pubertad se caracteriza por la tónico hacia cierta mujer. Por otra parte, se han dado
aparición de la facultad procreativa. No obstante, es de casos de jóvenes que debido a sus actividades sexuales
importancia distinguir la pubertad de la madurez. Es­ precoces han desarrollado apetitos adultos, no obstante
te último término se aplica a la capacidad de procrea­ no haber alcanzado su evolución psíquica la etapa en que
ción, de dar vida, por ejemplo, a seres normales, sin afec­ el Individuo es capaz de sentir el amor espiritual. Lo
tarse por eso el organismo generador, mientras la pu­ mismo ocurre con las mujeres, pero con la diferencia,
bertad indica simplemente las primeras manifestaciones quizá, que en ellas la actividad sexual raras veces tiene
de la actividad de los órganos sexuales. La pubertad muy lugar antes de la aparición del afecto amoroso.
raras veces coincide con la forma adulta del ejercicio de En nuestra opinión, el peligro de esta fase homose­
las facultades sexuales. Esta, como veremos, tiene lugar xual, observada en los jóvenes de uno y otro sexo durante
mucho después, ya que mientras la mujer alcanza la la pubertad, se ha exagerado mucho. Frente a estas ex­
pubertad, en los climas templados, a la edad de trece o cesivas expresiones de afecto h ada un Individuo del
catorce años, el término medio de la edad a que entra mismo sexo, padres y educadores demasiado celosos se
en su vida sexual, es decir, al coito y a las funciones de las han explicado como manifestaciones viciosas y han
la maternidad, fluctúa entre los dieciocho a los veintidós impuesto restricciones de diferentes clases a la juventud.
años. La transición del autoerotismo al aloerotismo no Pero dar a los jóvenes que atraviesan esta fase del amor
se realiza a saltos, y la actividad sexual normal es in­ homosexual una idea de la aberración involucrada en tal
compatible con la pubertad. Muchos especialistas opinan tendencia, es quizá más peligroso que el libre vuelo de
que el individuo, antes de volcarse al sexo opuesto, atra­ estos primeros afectos amorosos. Más aún, este fenómeno
viesa una fase homosexual. Existe, en verdad, una vaga
128 Enci cl op edi a Sexual P8IC0 LOGIA DE LA PUBERTAD 127
es de corta duración y aquella ansiedad sólo es justifi­ sividad y el instinto de dominación que caracterizan al
cable cuando el hecho se prolonga más de lo debido. La hombre en las cuestiones amorosas, y a la sumisión,
manera cómo la sexualidad de los jóvenes se manifiesta unida al anhelo de protección, que se halla en la mu­
en presencia de los miembros del sexo opuesto varia con­ jer. En los seres normales estas características se evi­
forme al sexo y al individuo en cuestión. Lo que carac­ dencian tempranamente y se acentúan con el desarrollo
teriza a un joven en sus primeras relaciones con una sexual psíquico y físico.
mujer es el orgullo varonil. Pero antes de tener con­ En el plano psicológico, la pubertad se caracteriza
ciencia de su hombría, experimenta el joven, secreta­ por el desarrollo de un sentimiento social. El período de
mente, una timidez ilimitada respecto a la mujer que la infancia se distingue por el profundo apego a la fa­
ama. Siente que su posición es ridicula y vergonzosa milia. La vida del niño es, en cierto sentido, vegetativa;
y raras veces se atreve a declarar.su amor. Pero pronto es él incapaz de juicio personal y ve todas las cosas a
se familiariza con el placer de las relaciones sexuales nor­ través de los ojos de sus padres. La liberación de la vi­
males y adquiere conciencia de su verdadera sexualidad. gilancia familiar adquiere a menudo la forma de una
Por lo común, el recuerdo de sus anteriores intentos de reacción violenta. El joven, que hasta poco antes se
masturbación no le produce sino un sentimiento de fas­ contentaba con la obediencia a sus padres, manifiesta
tidio. Pero acontece a menudo que su timidez ante la ahora su independencia rebelándose contra ia autoridad
mujer que ama persiste y que sus necesidades sexuales se paternal. Siempre "sabe más" que los otros', y la más
aplacan solamente con las prostitutas. En tan lamen­ ligera observación hiere su orgullo. Comienza a consi­
table caso disócianse la sexualidad psíquica y la física. derar las opiniones de sus padres antiguas y reacciona­
En la mujer, la coquetería y el anhelo de ser seducida rias, y se cree lo suficiente crecido y capaz para manejar
es equivalente al orgullo viril del hombre. Mucho antes sus propios asuntos. Los lazos familiares le pesan como
de percibir que su organismo apetece la unión sexual grilletes. En las mujeres esta necesidad de independen­
completa, experimenta la joven durante la pubertad, en cia, aunque con menos violencia, se manifiesta también
la compañía de los adolescentes, las más variadas emo­ de una manera imperativa. Si bien no se atreve a desafiar
ciones. Quiere ser destructiva, anhela agradar e inspi­ la voluntad de sus padres, se amohina y está propensa a
rar deseo. Pero aun cuando encuentra, entre quienes la los ataques de nervios, muestra síntomas de nerviosidad
rodean, al joven a quien sus pensamientos se vuelven y sólo refunfuñando obedece las órdenes que se le dan.
continuamente y de quien se cree enamorada, no está Pero la falta de belicosidad que caracteriza a la joven
dispuesta para la unión sexual, con el sacri tirio que ello hace a los padres más tolerable su adolescencia. l i i co­
importa. Por lo cotnun, una necesidad inconsciente de quetería evita que su rebeldía se tom e fastidiosa, y uti­
preservar su integridad física le impide sacrificar su vir­ liza sus encantos para lograr de sus amigos la libertad a
ginidad. Solamente las jóvenes de desarrollo sexual que aspira.
anormal carecen de este instinto y se prostituyen a una En la época en que los adolescentes, de uno y otro
edad temprana, como veremos en el capítulo destinado sexo, se desvinculan de los padres y tienen conciencia
a la prostitución. de su parte en ta vida social, son consumidos por la
Además del orgullo varonil y de la seducción feme­ ambición y las aspiraciones infinitas. Están descontentos
nina que acompañan a las primeras manifestaciones de de los circuios en que actúan y su curiosidad múltiple
la actividad sexual, debemos mencionar también la agre­ se dirige hacia todas las expresiones de la vida humana.
128 Enciclopedia Sexual
Desean acometer toda suerte de empresas, y los medios
de que disponen les parecen ilimitados. Sueñan con las
grandes realizaciones, sienten que la gloria y la inmorta­ c a p it u l o vm
lidad les aguardan y anhelan con vehemencia comenzar a
vivir una vida independiente, a fin de realizar sus sueños. EL TRANSITO DE LA PUERICIA A LA PUBERTAD
Después de siglos de ignorancia respecto a todas las
£31 LA MUJER
cuestiones relativas al cuerpo en general, y a los órganos
sexuales en particular, la ciencia ha rehabilitado esta M e n stru a ción y necesidad de preparar a las niñas para a fro n ­
parte del ser humano. Cuando esto se logró por vez tarla, — Explicación del fe n ó m e n o m enstrual. — S u dura ción y
primera, los lideres del movimiento materialista eviden­ periodicidad. — E l co m p le jo proceso físico eue lo d eterm in a . —
ciaron una fuerte tendencia a caer en el extremo opuesto Destino del óvulo. — Las reacciones individuales d u ra n te los
y a explicar todas las reacciones humanas por el meca­ periodos menstruales. — C risis fisica y psicológica. — H ig ie n e de
nismo físico. Y asi las manifestaciones desordenadas de la m enstrua ción . — La amenorrea durante la guerra . — L a v ir ­
los jóvenes durante la pubertad, sus inquietudes, sus an­ ginidad y su va lo r en tre las diferentes razas.
siedades, sus vuelos líricos y sus ardores fueron conside­
rados síntomas externos encubridores del deseo de copu­ El primer flujo menstrual es un aviso de la natura­
lación. Sin embargo, esto significarla la negación de leza a la joven, advirtiéndole que ha alcanzado la pu­
factores espirituales que alcanzan en la pubertad su bertad. En capítulos anteriores hemos analizado los pe­
total desarrollo, paralelamente al del cuerpo. SI quere­ ligros a que las mujeres mantenidas en la ignorancia
mos comprender los misterios de la pubertad, lo esencial sexual, por padres y educadores, están expuestas al en­
es no subordinar uno de estos factores al otro, y estu­ frentarse por vez primera con el fenómeno de la mens­
diarlos simultáneamente; examinar su-correlación e in­ truación. Por lo tanto, no nos referiremos a ello en el
fluencia recíproca, colocando a cada uno en su propio capitulo presente.
lugar. La menstruación, conocida por una hemorragia de los
La pubertad es una época de desarrollo sexual, psí­ órganos sexuales, no es más que el signo externo y vi­
quico y físico. sible de un proceso Interno muy complejo. Se produce
a intervalos de cuatro semanas y cesa después d? un
número variable de días. La parte más importante del
ciclo menstrual no es exteriormente perceptible y con­
siste en el desprendimiento de un óvulo del ovario.
La menstruación se interrumpe temporariamente du­
rante el embarazo y cierto período de la lactancia; este
fenómeno puede también producirse por enfermedad,
trastornos nerviosos o mala alimentación.
En las mujeres normales, la menstruación se presenta
regularmente a lo largo de todo el período de su madurez
sexual, que se extiende, por lo común, desde los catorce
hasta las cuarenta y nueve años. Pero todos los días
se encuentra» excepciones a esta regla. El flujo comienza
130 Enciclopedia Sexual CARACTERÍTICAS DEL MENSTRUO 131

a menudo mucho más temprano, a los doce o trece, y aun muy largos, de ocho o diez, sin que ello se deba a ninguna
a los diez años, o bien a los veinte. A veces cesa a los perturbación fisiológica. Lo único cierto en cuanto a la
cuarenta y, en casos más raros, a los treinta. Se han dado periodicidad y duración de la menstruación, es que de­
casos en que ha continuado, con perfecta regularidad, penden del individuo.
hasta los sesenta años. La cantidad del flujo varía entre 30 a 80 onzas. El
El término medio de su período de duración es de cálculo exacto es imposible. Las mujeres fuertes y sanas
treinta a treinta y cinco años. Generalmente, cuanto más pierden, por lo general, menos sangre que las débiles. Las
pronto aparece la menstruación, tanto más dura la ap­ que viven en las ciudades y en buenas condiciones, tienen
titud procreativa, y viceversa. un flujo más copioso que las del campo. Ligeros dolores
El clima influye grandemente en la fecha de su apa­ y contracciones del útero suelen acompañar dicho flujo.
rición. Por regla general, en los países meridionales se La sangre del menstruo, en condiciones normales, es
llega a la pubertad antes que en los septentrionales, y fluida y de color rojo oscuro. Uno o dos días antes de
lo'mismo ocurre con la menopausia. El nivel de vida la llegada del flujo, y con frecuencia algún tiempo des­
ejerce también su influencia. En general, las mujeres pués de su propio comienzo, una secreción mucosa se
criadas en medios mejores menstrúan antes que las per­ desprende del útero y de la vagina. Esta secreción, que
tenecientes a las clases más pobres. Las mujeres mejor se combina con la sangre menstrual, produce, cuando es
alimentadas y desarrolladas también alcanzan antes la segregada por la vagina, una reacción acida que impide
madurez sexual. la coagulación de la sangre y la interrupción del flujo.
La repetición del menstruo varía en casi tedas los in­ El olor apenas perceptible del mismo (olor, no obstante,
dividuos. Se calcula un intervalo entro periodos mens­ muy sui generis), se debe a esta segregación.
truales de veintiséis a treinta días, más o menos. El in­ Para captar los hechos más íntimos de la menstrua­
tervalo pauta es de cuatro semanas, pero no todas las ción debemos comprender que el flujo en sí tiene poca
mujeres gozan de una regularidad tal que puedan pre­ importancia. Los cambios que tienen lugar en el útero,
decir el día y la hora de su acaecimiento. Hay que tener durante el ciclo menstrual que culmina con el derrame
presente también que muchas mujeres descuidan llevar sanguíneo, se deben a las secreciones internas de los ova­
la cuenta de la fecha de sus flujos. Están ellas “ seguras” rios. Existen por lo menos dos de estas secreciones y,
de su regularidad y no le dan mayor importancia. Es, posiblemente, más. Una de ellas es segregada por los
por lo tanto, fácil comprender cuán difícil resulta estimar tejidos que rodean el lugar de un óvulo, después que éste
con exactitud el tiempo del último flujo, cuando han ha madurado y se ha desprendido del ovario. La fecha
transcurrido algunos meses sin que se haya éste produ­ de este desprendimiento, conocido por ovulación, no se
cido. Por tal motivo es de suma importancia registrai sabe a ciencia cierta, pero, por las evidencias presentes,
en el calendario la fecha en que cada menstruación se se cree que ocurre a la mitad del intervalo que media
produce. De este modo se evitarán las mujeres muchas entre dos menstruaciones. Una vez que el óvulo se ha
angustiosas incertidumbres y ahorraran al médico un liberado del ovario, se desliza por una de las trompas de
tiempo precioso. Palopio y baja hacia el útero. A consecuencia de la se­
L a duración del flujo menstrual también varía con creción interna ovarial que circula en la sangre, se pro­
cada individuo. En los casos normales dura de cuatro a ducen ciertos cambios en la pared uterina. La membrana
seis días, aunque hay períodos de sólo dos días y otros mucosa se torna espesa y esponjosa y las glándulas se
132 E h CICLOPBDI A SEXUAL PERTUBBACIONES MÓRBIDAS 133
hipertrofian a fin de formar un "nido" adecuado para el puestas". Este estado se alivia generalmente con el co­
óvulo, por si estuviese fertilizado. Cuando el óvulo no mienzo del flujo. Suele, sin embargo, prolongarse hasta
está fecundado, la actividad secretoria del ovario cambia el final de la menstruación.
y hace que la membrana mucosa espesada se desprenda, Todos estos lamentos son carne y hueso de un proceso
con cierta cantidad de sangre. La descarga de estas subs­ normal, y hay pocas mujeres que menstrúan sin ciertos
tancias es lo que constituye el flujo menstrual. Algunos malestares y dolores.
dias después de este proceso, la actividad ovarial vuelve Pero la cuestión se tom a enteramente distinta cuando
a cambiar, el revestimiento del útero entra en una etapa estos síntomas típicos se intensifican y en lugar de un
de restauración, la menstruación se detiene y todo el insignificante entumecimiento del abdomen, por ejem­
ciclo comienza de nuevo. plo, aparecen violentas contracciones espasmódicas;
Cuando el óvulo está fecundado, el ciclo corriente de cuando los dolores de la espalda se hacen Intolerables
la actividad ovarial se trastorna. La secreción interna y la leve nerviosidad se convierte en una verdadera psi­
particular que da lugar a la menstruación no se produce cosis. Entonces no sé trata ya de funciones naturales,
y el flujo menstrual no reaparece sino después que el sino de una perturbación mórbida del proceso menstrual
óvulo fertilizado ha sido expelido del útero, normalmente que debe ser diagnosticada, definida y tratada (1 ).
al final del embarazo, nueve meses más tarde, a menos Lo mismo ocurre con la periodicidad y la duración
que tal expulsión se produzca antes, como ocurre en los
abortos. (i) El dolor menstrual puede ser muy intenso e incapacitar
Cuando el óvulo está fertilizado se fija en la pared a la paciente. Muchas mujeres Jóvenes y adultas tienen que
interna del útero y la congestión de los órganos no tiene renunciar a sus ocupadoa es y afín permanecer en cama uno
o dos días por mes, o, con más frecuencia, aunque sin aban­
ya el efecto de destruir la membrana, sino que contri­ donar el trabajo, pasar dos o tres dias de padecimientos. En
buye a desarrollarla. La sangre se derrama y la mens­ tales casos debe consultarse a un médico competente. Antes
truación se detiene. Con la fijación del óvulo comienza que nada, ha de hallarse la causa del dolor en cada casa lndl-
el período del embarazo. dlvldual, pues solamente cuando ésta se ha encontrado con
precisión es posible intentar su cura con éxito. En muchos casos
En algunos casos, la salud general se resiente pocos débese el dolor al incompleto desarrollo del útero, acompañado
días antes del comienzo del flujo. Puede estar la mujer con un retorcimiento del mismo. La sangre no puede fluir
desganada para el trabajo, cansarse pronto, tener palpi­ libremente al exterior y vuelve al punto del '‘retorcimiento”, por
taciones en el corazón, sentirse débil y con frío, sin ape­ lo que el útero tiene que contraerse espasmódlcamente, a fin
tito, o rechazar ciertas comidas. de que la sangre venza la obstrucción. Son estas contracciones
las que producen el dolor. Existen muchas drogas, prescrlptas
Pueden existir perturbaciones locales, debidas a la en uno u otro tiempo, para aliviarlo. Algunas tienen éxito en
congestión de los órganos genitales, como, por ejemplo, ciertos casos y otras en otros. Se ha descubierto en los últimos
contracciones en la base de la espalda, una sensación de años que la colocación de anillos Intrauterinos, con fines an­
opresión y pesadez, la constipación; los pechos también ticoncepcionales, ha aliviado en muchos casos el dolor mens­
pueden doler e hincharse, y agudizarse la sensibilidad de trual. Fué esto tan sorprendente en mis propios casos, que
empecé a aplicarlo (independientemente de los fines anticon­
los pezones. cepcionales) en las pacientes de dolor menstrual agudo, con
Finalmente, es posible la existencia de síntomas ner­ feliz resultado en un gran porcentaje de casos. El dolor mens­
viosos, jaquecas y una mayor o menor irritabilidad. En trual también se trata, en ocasiones, medíante la dilatación del
resumen, las mujeres en ese momento se sienten “ indis­ cuello del útero. — N. H.
334 Enciclopedia Sexual Trastornos funcionales 135
del flujo mismo. Nuevamente volvemos a tomar aquí a Cuando se ignoran las irregularidades menstruales o no
la mujer sana como punto de referencia. Cuando la se les atribuye la importancia debida, se toman éstas una
menstruación ocurre irregularmente, o cuando no se pro­ venganza cruel.
duce, debe presumirse un trastorno del sistema genital. En las mujeres sanas, y en circunstancias normales,
Hemos visto ya que pocos días antes de la aparición del la menstruación sólo se interrumpe con el embarazo.
primer flujo, y aun en adelante durante el curso del mis­ Puede ocurrir también este fenómeno como consecuencia
mo, algunas jóvenes se sienten en un estado anormal, ca­ de una seria perturbación psicológica, pero es esto extre­
racterizado por una resistencia menor y un decrecimiento madamente raro. Tal perturbación toma a veces la forma
de la capacidad física: tienden también a manifestar de un embarazo espurio, cuyo origen es una gran espe­
varias anomalías nerviosas y mentales, siendo la pérdida ranza o un profundo temor. Una vez que el examen mé­
del autodominio y la intensidad emocional la causa de dico ha convencido a la mujer de su error, pronto vuelve
muchas de las imprudencias cometidas durante esa época. la menstruación a retomar su curso normal. Los casos
Esta tendencia a la postración, que fácilmente dege­ de irregularidad en que se dice que el flujo dejó de apa­
nera en melancolía, está ilustrada con elocuencia por las recer una sola vez, no suelen ser sino descuidos en cuanto
estadísticas demostrativas de que entre 40 suicidios, 35 fue­ a registrar la fecha en el calendario. La interrupción del
ron cometidos durante la menstruación. Asimismo, como flujo menstrual sin embarazo (amenorrea) fué muy co­
las sensaciones sexuales se intensifican enormemente en mún durante la guerra mundial. Tanto las casadas como
ese período, es fácil comprender que la joven, durante la las solteras eran víctimas de la amenorrea. Este hecho
época de sus primeros flujos menstruales, necesita par­ fué recientemente objeto de investigación médica. Apa­
ticularmente un cuidado afectuoso, pues, además del fac­ recía sin síntomas definidos, duraba meses, en algunos
tor biológico, este importante acontecimiento de su vida casos años, sin perturbación especial alguna. No se tra­
va acompañado por una crisis psicológica. taba ni de embarazo espurio ni de embarazo real. El
Por algún motivo Havelock EUis y otros hombres de proceso menstrual se detenía simplemente por la mala
ciencia han clamado por que se exima a las jovencitas de alimentación y otras varias influencias. Al principio se
sus estudios y otros esfuerzos. Existe en los Estados Uni­ la atribuyó a la tensión de la época, al cataclismo psí­
dos un movimiento tendiente a conquistar un aro en ¿ero quico y a la abstinencia sexual. Sin embargo, el tras­
de vacaciones para las mujeres que entran en este período torno de las funciones genitales era una consecuencia de
critico de la vida. Se pide que estas jóvenes puedan pasar la nutrición deficiente. Sufrían los ovarios cierto grado
el año en el campo, recibiendo al mismo tiempo cierta de degeneración que atrofiaba los folículos graafianos,
enseñanza a fin de que no interrumpan del todo sus a lo que seguia una contracción mórbida del útero. Y la
estudios. Es evidente que estas demandas son más o me­ función genital interna se detenia, produciéndose así la
nos ilusorias en tanto persista este estado social de cosas, amenorrea. Tan pronto como las condiciones económicas
que difícilmente podría permitir la realización de tales permitieron una mejor provisión de proteínas y grasas,
ideales. Hay padres que no pueden solventar los gastos así como el cambio de dieta general, los órganos reasu­
que el año de vacaciones requeriría. mieron sus funciones normales y la menstruación reapa­
Con todo, aconsejamos a les padres preocúpame de la reció. Es interesante notar que el “ pan de guerra” era
salud física de sus hijas al entrar éstas en la pubertad, particularmente nocivo. La harina mal preparada y
especialmente cuando la menstruación no es normal. la peor levadura contenían una gran cantiuad de cor­
136 Enciclopedia Sexual Higiene menstrual 137
nezuelo de centeno, cuyo consumo, durante un tiempo, de temperatura pueden ser nocivos para la menstruación.
envenenaba el organismo femenino. El mejor medio para asegurar la limpieza y preser­
L a higiene menstrual, como hemos visto, tiene una varse del frío es la popular toallita higiénica, que se sos­
gran importancia para la salud de la mujer. L a mens­ tiene alrededor de la cintura por una pretina y se man­
truación no sólo afecta los órganos genitales, sino tam­ tiene en contacto directo con la vulva, absorbiendo la
bién todo él organismo. Por lo tanto, deben las mujeres sangre menstrual. La de mejor clase está confeccionada
descansar. Todo esfuerzo innecesario, físico o mental, con un saquito de gasa con algodón de lana o celulosa,
los compromisos sociales fatigosos, etc., deben ser evi­ que se hierve después de usada
tados durante el flujo. Es mejor que las mujeres per­ Desgraciadamente, este tipo de servilleta higiénica
manezcan “ en casa” , a fin de poder andar sueltas de tiene la desventaja de irritar la piel sensible de la parte
ropas y prescindir del corsé o la faja. superior de los muslos, por lo que muchas mujeres no
Más adelante trataremos la cuestión de estas prendas pueden usarla y tienen que substituirla por una almoha­
de vestir. Nos limitaremos a decir que las antiguas ba­ dilla casera lavable, de tejido liso. Pero aun cuando se
llenas de corsé deben descartarse por completo, pues du­ la rellene de algodón de lana, no es tan absorbente como
rante la menstruación los senos son más sensibles y la aquélla.
respiración más dificultosa, debiendo, en consecuencia, Antiguamente se consideraba impura a la mujer du­
evitarse toda constricción. Estos corsés eran tan peli­ rante el período menstrual. Este criterio nadie lo com­
grosos como muchas otras modas que servían menos para parte hoy. No obstante, el descuido de algunas mujeres
sostener el busto que para asegurar una “ buena” figura. durante la menstruación, parecería Justificar esta vieja
Durante la menstruación, el abdomen y los pechos creencia. Nada hay tan repulsivo como una mujer sucia
deben estar Ubres de toda presión, porque de lo contrario durante el flujo. Es esencial lavarse las partes genitales
pueden afectarse malamente no sólo los órganos externos tres veces por día con agua templada y jabón, luego se­
sino también los internos. La trabazón de los intestinos carlas y espolvorearlas con talco, para evitar la irritación.
y la congestión de la zona genital embaraza el curso nor­ Las ropas interiores deben cambiarse con frecuencia.
mal de la menstruación. Es también conveniente limpiar Antes de usarse han de estar bien ventiladas y la ope­
los intestinos can un ligero lazante, uno o dos dias antes ración de mudarse de ropas ha de efectuarse en una ha­
del flujo. Tendrá esto la ventaja de estimular los intes­ bitación caliente. Puede en ocasiones utilizarse las du­
tinos, con frecuencia tardos. Finalmente, debe orinarse a chas a la vagina y los baños con agua templada, pero
menudo. deben evitarse los baños con agua muy callente o muy
En cuanto a la nutrición, deben evitarse los alimentos fría hasta después de la detención del flujo.
almidonados, o con mucho condimento, y los líquidos L a menstruación es el síntoma más evidente y defi­
que tienden a aumentar la presión sanguínea, como el nido de la pubertad en la mujer y de su evolución física
vino tinto y el café espeso. y psíquica. Se caracteriza este periodo por la intensi­
L a más importante prescripción higiénica es una lim­ ficada actividad de las glándulas genitales, el desarrollo
pieza personal escrupulosa. L a vieja superstición de que de los senos y de la pelvis, el crecimiento del vello en las
las ropas interiores no debían cambiarse durante el flujo axilas, el cambio de voz y, a veces, por una alteración en
y que la vulva no habla de lavarse, es una herejía hi­ el color del pelo, etc. Adquiere él cuerpo la apariencia
giénica. Debe evitarse el frío, pues los cambios bruscos desproporcionada que mencionamos en el capitulo ante*
13)J Enciclopedia Sexual
El h im e n y l a v ir g in id a d 139
rior, pero evoluciona después hacia aquella maravillosa
la mujer? Es una membrana situada a la entrada de la
armonía de la figura femenina. Hemos visto ya la crisis
vagina, cerrándola parcialmente (en algunos casos por
psicológica que se manifiesta en este período, crisis más
completo), que tienen todas las mujeres que no han con­
pronunciada aún en las mujeres.
sumado el acto sexual. Esta definición confirma lo que
“ Con la aparición del flujo menstrual, y aun antes,
hemos dicho en el capítulo relativo a la anatomía del
la mujer normal comienza a interesarse por todo lo con­
aparato genital femenino, es decir, que la forma del
cerniente al amor. Pero la restricción arbitrariamente himen varía en las distintas mujeres. Puede esta mem­
ejercida contra el instinto sexual, puede inducirla a una brana estar tan poco desarrollada que no constituya obs­
indiferencia patológica. La joven normal, en esta época, táculo alguno a la penetración del pene en la vagina.
se enamora de todos y cambia con frecuencia los objetos Puede también cerrar por entero el orificio y ocasionar
de su afecto, que se dirige ora al maestro o la maestra, serios trastornos, tales como la supresión del flujo mens­
ot a al vecino de edad madura. Comienzan los intercam­ trual, etc. En la mayoría de los casos se trata de un
bios de cartas amorosas y se preparan las primeras citas. anillo o semicírculo que empequeñece el orificio vaginal,
En este tiempo, incluso la amistad asume un carácter siendo la consecuencia de ello que el pene no pueda pe­
tempestuoso y exaltado" (Stekel, Carias a una madre). netrar en la vagina sin antes rasgarlo. Ni para el examen
Sin embargo, sería un error creer que esta actitud ro­ médico, ni para el médico-legal debe tomarse a la ausen­
mántica y exaltada es la única manifestación de la cia del himen como prueba evidente de la intimidad
joven. Simultáneamente surgen en ella inclinaciones sexual anterior. La medicina y la criminología han re­
menos sublimes. En el adolescente, el deseo de indepen­ gistrado numerosos casos de repetidos actos sexuales con
dencia se manifiesta por una actitud de rebelión contra la permanencia intacta del himen. El tamaño relativo
la autoridad paterna. En la joven púber esta rebeldía del orificio del himen y su elasticidad permiten a veces,
puede expresarse en los celos que le despiertan su madre especialmente cuando el pene es pequeño, consumar el
y sus hermanas mayores. Tiene ya conciencia de su per­ coito sin ruptura de la membrana. En muchas ocasiones
sonalidad sexual y empieza a ver rivales en su madre se ha visto que mujeres embarazadas tenían el himen
y sus hermanas. Insiste en ser considerada una mujer intacto. Puede esto explicarse de dos maneras. Primera:
y no ya una niña. Si la madre, en lugar de insistir sobre pudo la emisión del semen haber tenido lugar en la en­
la superioridad de sus años, adoptase una actitud razo­ trada de la vagina y la fertilización efectuarse mediante
nable, podría entonces mitigar exitosamente el conflicto la entrada de los espermatozoides por la abertura del
de su hija y evitar el angustiarla. himen. Segunda: pudo el himen simplemente disten­
Dediquemos algunas palabras al carácter anatómico derse hasta permitir la consumación del acto copulativo
de la virginidad, cuestión esta de tantas apasionadas dis­ normal. El 7 de marzo de 1912 un médico alemán re­
cusiones. Repútase a la doncellez, o presencia del himen, gistró un caso de himen intacto después de dos partos.
como la garantía de la virginidad, pero es ésta una creen­ El críminologísta Wachholtz afirma que de 102 casos de
cia falsa. estupro que había sido llamado a examinar, 70 no habían
¿Qué es exactamente esta membrana que ha originado sufrido la ruptura del himen. El himen intacto no es,
tantos prejuicios, cuya existencia, o mejor dicho inexis­ por consiguiente, garantía de la virginidad.
tencia, ha arruinado tantos hogares, destruido tantas Agréguese a esto los errores que puede sufrir la re-
vidas, y que se ha glorificado como el supremo tesoro de visación médica. Aun cuando la membrana haya sido
140 E nciclopedia Sexual ViHOnrroAD relativa 141
rota, quedan fragmentos de la misma, los cuales, teniendo no en espíritu; de cuerpo intacto, pero de alma corrupta.
en cuenta las múltiples formas de los hfmenes, podrían Sólo una doncellez que jamás ha sido desdorada por el
llevar a la conclusión de que el coito no se ha realizado. deseo carnal o espiritual es digna de entregarse al Señor” .
En algunos países las mujeres procuran subsanar el lu­ Vemos, pues, a lo que queda reducido el examen de la
men roto. For ejemplo, en una provincia de Francia es virginidad. ¿Cómo es posible que haya vírgenes, cuando
muy común para las mujeres ocultar su virginidad per­ no sólo el acto en si sino también su pensamiento son im­
dida mediante la colocación en la vagina de una vejiga de puros? Esto parece un sofisma, y lo sería si tomásemos
pescado llena de sangre de paloma. La cirugía moderna las palabras en su sentido literal. Ello equivaldría a decir
puede reparar un himen roto. que el hombre que en un rapto de ira expresase el deseo
Si un himen intacto no es necesariamente garantía de asesinar a alguien, seria culpable de un asesinato real.
suficiente de virginidad, la ausencia de la membrana no Debemos, por lo tanto, hacer una distinción entre el im­
prueba que la mujer no sea virgen. Casos hay de ausen­ pulso y el acto en sí. Lo que nos proponemos demostrar
cia de himen desde el nacimiento, o de lúmenes tan es que la virginidad, contrariamente a la creencia gene­
rudimentarios (esto es muy frecuente) que no obstruyen ral, no puede ser delineada claramente, sino que da lugar
en modo alguno la entrada de la vagina y permiten pasar a numerosas etapas Intermedias.
la noche de bodas sin dolores ni pérdida de sangre. La Sería igualmente erróneo creer que la doncellez es o
gimnasia, una caída con las piernas abiertas o un des­ fué venerada en todos los tiempos, en todas partes y por
cuido en el lavaje de los órganos genitales pueden tam­ todas las personas. Por el contrario, en los pueblos anti­
bién ocasionar la ruptura de la membrana. Por lo tanto, guos era menospreciada.
es evidente que la presencia o la ausencia del himen no "Los isleños del pacifico, los malayos y los asiáticos
constituye un criterio exacto para juzgar la doncellez. Una septentrionales, los nativos de Madagascar y de Sudáfri­
mujer puede permitírselo todo, hasta la lujuria, sin dañar ca, etcétera, son por completo indiferentes a la virgi­
su himen, como lo ha demostrado Prevost en su descrip­ nidad. Para los vatiacos y los chibchas de la costa del
ción de las demi-vierges. Serta entonces absurdo limitar Pacífico, hoy desaparecidos, era una prueba de desdicha,
la definición de la virginidad a la existencia del himen pues significaba a los ojos de esos indígenas que la mujer
verdadero. era inapta para la intimidad sexual. Las mujeres sakaval
Esta opinión fué expresada por San Cipriano. Cuando (de Madagascar) se desfloran a s( mismas, y en la Austra­
una monja intentó justificarse con estas palabras: "Pue­ lia central es costumbre eliminar el himen mediante una
den revisarme y verificar que soy en realidad virgen", res­ intervención quirúrgica. En la mayoría de los pueblos pri­
pondió: "N i la mano ni el ojo de la partera pueden dar­ mitivos viven las mujeres una vida sexual libre hasta su
nos esa certeza. Aun cuando hallemos intacta esa parte matrimonio, y las costumbres las obligan a someterse al
del cuerpo que puede deshonrarla, es posible que una acto sexual. Esto no se considera ignominioso y el sacri­
mujer haya pecado con otras partes del cuerpo que des­ ficio merece el respeto de la tribu. De estos hecnos re­
vían la «visación ” (Iván Bloch: Prostitución). sulta evidente que los pueblos primitivos no atribuyen
Los padres de la Iglesia han reconocido el hecho — a importancia alguna a la virginidad.
menudo olvidado en nuestro tiempo— de que la virgini­ “ En los pueblos más civilizados la castidad de la
dad no es una simple contingencia anatómica, sino tam­ mujer es considerada una virtud primaria y el hombre
bién psicológica. "H ay vírgenes que lo son de carne, pero tiene el derecho de exigir que su futura esposa sea pura.
142 Enciclopedia Sexual
Tal fué el caso de los egipcios, los hebreos, los árabes
y los griegos. Moisés la imponía rigurosamente. El hom­
bre tenía el derecho de devolver la mujer a los padres,
cuando descubría que no era virgen. Se la torturaba en­
tonces públicamente hasta la muerte. "T e ha deshon­ CAPÍTULO IX
rado, Israel, pecando bajo el techo de sus propios padres,
y debes extirpar el pecado de su sangre". Entre los árabes DE LA ADOLESCENCIA A LA EDAD ADULTA
y coptos de Egipto, se acostumbraba que una matrona,
y aun ella misma, introdujesen el dedo índice envuelto Modificaciones en la conducta y la apariencia del adolescente en
en lana en (a vagina de la prometida, antes del ma­ la pubertad. — Dificultades psicológicas. — La adoración de los
trimonio y en presencia de testigos, para demostrar con héroes. — La primer experiencia de la erección. — Explicación
la hemorragia subsiguiente la virginidad” (B onn). fisiológica de la misma. — Los sueños eróticos y las poluciones
El prestigio de la doncellez, por consiguiente, no co­ involuntarias. — El problema de la continencia. — La libertad
setuait permitida a los jóvenes y negada a las mujeres. — El
rresponde a algo que está en la naturaleza; es simple­
recurso de las prostitutas. -- Efecto de la repugnancia. — Sepa­
mente un fenómeno social, consecuencia del desarrollo ración del amor sexual del espiritual.
de la civilización. 81 fuésemos a analizar el problema de
la continencia prenupcial, a fin de resolver si el acto “ Querida amiga;
sexual debe realizarse antes de la unión legal, deberíamos “ Se asombrará usted al notar el gran cambio operado
apartarnos del punto de vista estrictamente científico en su hijo. Cada día parece éste diferente, a veces ple-
que nos guía en esta obra, para caer en el campo incierto tórico de esperanzas exageradas, ideas excéntricas y pro­
de la controversia social. Sin embargo, no es ésta nuestra yectos; otras, melancólico, huraño y taciturno, dudando
intención. Al par que partimos de un punto de vista pu­ de sus propias aptitudes y de sí mismo. Rehuye entrar
ramente biológico, debemos destacar el hecho de que, en una sala cuando hay visitas; unas veces es cínico, otras
según las estadísticas de varios especialistas, la conti­ se enrojece cuando la conversación ha tocado algún punto
nencia prolongada es causa de distintos trastornos físicos relativo ai amor. En síntesis, está atravesando su hijo
y psíquicos. Por lo tanto, si nuestro sistema social prohíbe una época de torpeza y desconcierto.
la copulación sin la sanción del matrimonio, y las difi­ “ Le dije ya que la pubertad representa una revolución
cultades económicas obstruyen el camino del mismo, la en la vida del ser humano, pues señala el tránsito de la
solución resulta clara. Tropezamos aquí con una de las puericia a la vida adulta. Grandes cosas están ocurriendo
deficiencias de nuestro sistema social. El remedio no debe en'el plano físico y el psicológico. Hasta la adolescencia
encontrarse en las frases arbitrarias como "amor libre a ha sido el niño indiferente a las cuestiones sexuales. Co­
todo precio” o “ continencia hasta el matrimonio” . Estos mienzan ahora a aparecer las características sexuales se­
gritos de guerra son muy superficiales. En tanto existan cundarias. El desarrollo de ia laringe hace que la voz
las contradicciones entre las exigencias biológicas y las cambie y adquiera una nueva entonación. En el varón, la
de la civilización actual, la solución del problema des­ voz se torna más grave; comienza a apuntar el vello en
cansará en la conciencia del individuo y dependerá del el labio superior; partes del cuerpo se cubren de pelos y
propio sentimiento de la responsabilidad para consigo los órganos sexuales, que han alcanzado la madurez, se­
mismo, el compañero y los hijos. gregan ya el flúido seminal.
144 Enciclopedia Sexual La erección masculina 145
“ Este gran cambio se debe a la actividad mayor de piente apetito sexual, el adolescente se ha familiarizado
las gonadas y otras importantes glándulas, cuya secreción con el milagro que ha dominado a la humanidad desde
interna provoca la intensificación del instinto sexual, tiempo inmemorial y que ha dado lugar a creencias mís­
fenómeno que se observa tanto en el dominio físico como ticas: la manifestación palpable de la virilidad; el órgano
en el psicológico. masculino en erección. En todas las épocas, el falo ha
“ La actitud del adolescente hacia él sexo femenino es sido un objetivo del arte plástico y pictórico. Desde los
ambigua. Se siente, en parte, un hombre, pero, en virtud aztecas a los chinos, desde la vara mágica hallada en
de su edad, sigue siendo sólo un niño. Se encuentra, por Laugerie-Basse, del período paleolítico magdaleniano,
lo tanto, en la situación del zorro de las uvas verdes. P re­ hasta los relieves fálicos de la Edad Media, el órgano
tende despreciar a las muchachas y al sexo femenino en masculino en erección ha dado lugar a creaciones de
general. Sólo le entusiasman los hombres de grandes toda índole, y, como símbolo de la fertilidad, desempeñó
realizaciones, los héroes del deporte y sus condiscípulos su parte en las ceremonias religiosas y los ritos paganos.
más adelantados. Parece no interesarse por nada que no En Grecia, durante las festividades dionisíacas rurales,
sean las proezas atléticas, y tiene una sonrisa de com­ se organizaban procesiones en las que los portadores del
pasión para las mujeres jóvenes que quieren imitarle. falo marchaban solemnemente en medio de la multitud,
“ Pero arde en su interior. A pesar de su 'manifiesto que entonaba canciones íálicas. En Roma, el emblema de
desprecio por las muchachas, está propenso a enamorarse la virilidad también desempeñó un importante papel en
de una de ellas, como asi también de alguna mujer ma­ las bacanales y en las fiestas consagradas a Venus y a
dura, a quien deifica en sus primeros — estrictamente re­ Friapo. El falo, además, era usado como amuleto, y a
servados— esfuerzos poéticos. Por lo común, este amor menudo decoraba el frente de los edificios para prote­
fracasa y le sirve de fuente de inspiración para sus pro­ gerlos contra el mal.
ducciones artísticas ulteriores. No hay exageración alguna en la aplicación de la pa­
“ La pubertad, época en que despierta el Instinto crea­ labra milagro al fenómeno fisiológico de la erección, cuya
dor, es un maravilloso período en la vida del adolescente, naturaleza se ocultó durante mucho tiempo al entendi­
integrado por un continuo flujo y reflujo del complejo miento humano. Procuremos explicar el mecanismo de
de inferioridad y la inania de las grandes realizaciones. esa función que tan a menudo desafia la voluntad del
Todas las cosas se ven en este período desde dos puntos hombre, apareciendo a veces cuando no se la desea y
de vista. Todas las cosas tienen dos caras y dos colores. negándose a presentarse otras en que se la necesita, mos­
El cielo y el infierno quieren juntarse en un puente donde trándose, por esta razón, como independiente.
el alma angustiada pueda encontrar la unidad.” A fin de poder captar el proceso complejo que termina
Estos párrafos, tomados de Cartas a una madre, de en la erección, es necesario considerar varios factores.
Stekel, resumen de manera conmovedora el estado de Comencemos con la parte desempeñada por las secrecio­
ánimo del adolescente que hemos bosquejado en el ca­ nes internas, cuya importancia hemos destacado en -»1
pítulo destinado a esa fase crítica de la vida sexual. Exa­ capitulo referente a la pubertad.
minemos ahora brevemente el fenómeno fisiológico que, Como consecuencia de los recientes descubrimientos
en la vida del Joven, señala el tránsito de la puericia a la científicos, se sabe ahora que toda la vida sexual del ser
madurez sexual: erección y emisiones seminales. humano está regida por las hormonas que las glándulas
Mucho antes de experimentar los tormentos del lnci- de secreción interna vierten en la sangre. Las propia-
E nciclopedia Sexual Mecanismo de la erección 14?
146
dadcs de estos productos permanecen todavía en el mis­ adulto, la erección acompaña normalmente a las impre­
terio, aunque se ha llegado a apreciar su facultad. Me­ siones amorosas sanas. La visión de la mujer amada, y en
diante la circulación de la sangre, llevan a todas las particular su contacto, originan el fenómeno. Pero en
el adolescente, cuya energía sexual se está acumulando
partes del cuerpo ciertos estimulantes de naturaleza se­
y no puede gastarse, la erección se produce a menudo por
xual. Su acción sobre el cerebro determina reacciones
en el sistema nervioso. Tomando un término de la elec­ incidentes sólo vagamente relacionados con la sexuali­
tricidad, podríamos decir que las hormonas genitales dad. Sería erróneo, por ello, creer al joven presa del vicio
“ cargan" de erotismo el cerebro, es decir, lo hacen más o de las fantasías mórbidas. Su aparente perversión es
receptivo a las impresiones amorosas. el mero efecto de la función glandular normal en esa
Las impresiones sexualmente estimulantes son regis­ edad. La siguiente descripción hecha por un estudiante,
tradas por los nervios cerebrales y descargadas luego por respecto a una aventura que le ocurrió a ios dieciseis
el cerebro. Este fenómeno puede compararse con el que años, demuestra con claridad cómo las más leves cosas
tiene lugar cuando presionamos el botón del timbre eléc­ pueden ser suficientes para perturbar las sensaciones re­
trico. En ambos casos la corriente eléctrica se pone en cién despertadas de un adolescente:
movimiento. Esta corriente estimulante es conducida al “ Volvía a casa después de un examen otoñal y vi de
centro de distribución, que está, probablemente, situado pronto, muy de cerca, a una bella joven agachada en
en la mitad del cerebro, donde se transforma. Desciende el campo de gimnasia, orinando ruidosamente. No tuve
luego por la medula espinal a la región denominada el otro pensamiento que alejarme corriendo del espectáculo,
centro de erección, que está situado en la zona lumbar. lo más ligero posible; y la tormenta se produjo luego en
En este centro entran en juego los nervi engentes. Estos forma de emisión seminal a chorros convulsivos. M e sor­
llegan hasta los cuerpos cavernosos del pene y provocan prendió el color de la secreción, que era blanco y extra­
una afluencia de sangre. Al mismo tiempo entran en ac­ ñamente lechoso, pero pronto aprendí algo al respecto y
ción los músculos que, siguiendo a la afluencia de sangre, me di cuenta que era el color normal. Esto me satisfizo.
elevan el miembro erecto. Me había enriquecido con una nueva experiencia. Sentí
En realidad, el proceso es mucho más complicado de un estado de tensión vital cuya existencia jamás había
lo que parece en esta descripción esquemática. No es di­ sospechado. A pesar de ello, nunca tuve relaciones se­
fícil darse cuenta que muchos factores entran en la for­ xuales promiscuas."
mación del proceso y que, por lo tanto, puede ser impe­ Las primeras erecciones son pronto seguidas por po­
dido a causa de perturbaciones psicológicas y glandu­ luciones espontáneas, que tienen lugar, por lo común,
lares. durante las noches. Este fenómeno se explica por la ne­
En el capítulo referente a la impotencia veremos que cesidad de eliminar las secreciones acumuladas, que nor­
la erección está sujeta al fracaso a causa de varios tras­ malmente serian eyaculadas en el curso del acto sexual.
tornos y anormalidades que pueden imposibilitar la fe­ T al emisión involuntaria de semen es una especie d e .
cundación. válvula de seguridad para el impulso sexual no satisfe­
Es importante no descuidar el factor psicológico en cho. Estas poluciones involuntarias se repiten con sor­
el mecanismo de la erección. Los estímulos externos con­ prendente regularidad en los jóvenes durante la adoles­
tribuyen al proceso que acabamos de describir e inten­ cencia; en algunos casos, cada dos o tres semanas; en
sifican la actividad de las glándulas. En el hombre otros, semanalmente. En la mayoría de los casos se
L a continencia sexual 149
143 Enciclopedia Sexual
vación del reino animal parece favorecer esta hipótesis.
acompañan con sueños eróticos y una repentina sensa­
Es cierto que en la especie humana no se han notado
ción de voluptuosidad. En ocasiones, son precedidas por
la masturbación, como hemos visto en el capitulo que periodos de celo definidos, pero existen indicios de una
intensificación del impulso sexual durante ciertas esta­
trata este fenómeno.
ciones, especialmente la primavera. Ciertos casos pato­
Los peritos en la materia han intentado explicar la
lógicos han evidenciado una recrudescencia del apetito
relación existente entre el fenómeno fisiológico de la po­
sexual a intervalos regulares, pero, por el momento, ésta
lución involuntaria y estos sueños eróticos. ¿Hay allí una
tan debatida cuestión no se ha resuelto aún y la ley de
relación de causa a efecto? En tal caso, ¿es la emisión
periodicidad sexual en el hombre no se ha confirmado,
de semen un efecto necesario del sueño erótico? En ver­
excepto en ciertos casos especiales.
dad, es posible que sea al revés. La tensión de las glán­
Llegamos ahora al más importante problema del pe­
dulas puede reaccionar sobre las vesículas seminales y
riodo en que el adolescente se convierte en hombre com­
determinar los reflejos de la erección y la polución, que,
pleto: el problema de la continencia.
a su vez, provocan los sueños eróticos. En otras pala­
Con el comienzo de la pubertad, que, como en el caso
bras, es posible que sea el fenómeno lo que determina la
de las mujeres, varía según las razas y los climas, el joven
reacción psicológica. Sin embargo, esta cuestión no ha
es físicamente apto para la actividad sexual normal.
sido suficientemente estudiada, y es difícil lograr una
¿Significa esto que el joven debe copular desde el ins­
información precisa en la materia. En todo caso, el fe­
tante de las primeras erecciones? En los pueblos primi­
nómeno de la polución involuntaria es la más simple y
tivos, donde el problema social está reducido al mínimo,
a la vez más convincente prueba de la necesidad que tie­
esta cuestión no surge. Los jóvenes practican el acto
nen los adolescentes de dar a su aparato genital la opor­
sexual tan pronto como lo desean y son capaces de ha­
tunidad que su función exige.
cerlo, escogiendo a las mujeres de su misma edad que
El joven estudiante ya citado nos relata la impresión
más les agradan. Pero esta solución simplísima no podría
que le produjeron las primeras poluciones involuntarias.
aplicarse sin modificaciones en nuestra sociedad. A sus
Se trata de un caso típico que, con ligeras diferencias,
ojos, el amor representa algo más que un acto fisiológico
podría aplicarse a todos los jóvenes:
y no seria práctico aconsejar a un adolescente, cuyas
"Las primeras poluciones nocturnas se presentaron
facultades psicológicas no están todavía suficientemente
a largos intervalos; después a plazos más breves. Cuando
evolucionadas, entregarse con entera libertad a sus im­
me ocurrió la primera, no me asusté, en absoluto, pues
pulsos. N i las erecciones, ni las poluciones nocturnas, ni
la esperaba. Pero el incidente, desde luego, no acrecentó
siquiera el deseo de masturbarse, pueden tomarse como
mi orgullo. Por el contrario, procuré como pude lavar
Indicio de la completa madurez sexual.
esas fastidiosas manchas almidonadas en las sábanas,
No se nos escapa el hecho que la represión prolon­
pues consideraba la cosa desagradable e impura. Pero
gada del impulso sexual, carente de la oportunidad de
ninguna de las medidas preventivas tomadas me dieron expresarse, o, en otras palabras, que un largo período de
resultado." continencia puede traducirse en una excesiva excitabi­
La sexualidad femenina se distingue por períodos re­ lidad que amenace el equilibrio del mecanismo físico y
gulares, regidos por el flujo menstrual. Los hombres de moral. No es nuestra intención considerar aquí la con­
ciencia se han preguntado si la ley de periodicidad no tinencia. Deseamos simplemente subrayar la importan-
opera también en la vida sexual del hombre. La obser­
P eligros de la prostitución 151
150 E nciclopedia Sexual
acentúa cuando las rameras son de baja categoría. La
cía de una preparación adecuada antes de entrar en la
repugnancia física únese al temor al contagio, pues los
vida sexual normal. Ahora que conocemos la innocuidad jóvenes muy pronto aprenden a apreciar y temer el pe­
de la masturbación provisoria, no hay razón por la cual el ligro de las enfermedades venéreas. El doctor Liepmann,
adolescente, que empieza a sentir la necesidad del des­ en un libro sobre la sexualidad de la adolescencia, trans­
ahogo sexual, se arroje a los bracos de la primera mujer cribe las confesiones de un joven estudiante cuya primer
que se le ofrece. experiencia de coito le dejó profundamente asqueado:
Comparada con la del hombre, la primera relación “ No siempre podía contenerme y una tarde seguí a
sexual normal de la mujer resulta ser una cosa entera­ una prostituta... Era en la Elsasstrasse. Tenía entonces
mente distinta. Mientras place a la sociedad decretar la dieciseis años. Fué la primera y última vez que seguí a
continencia hasta el matrimonio en las mujeres, tolera una mujer de la calle. En realidad, era tan sucia que
la libertad del hombre, libertad al parecer implícita en terminó por inspirarme asco. Fué lo suficiente para en­
las leyes de la naturaleza. La institución de la prostitu­ fermarme. Volví a casa y me lavé con cierto desinfec­
ción existe principalmente con el propósito de iniciar al tante que un hermano mío me había dado. No obstante,
joven en el comercio sexual. Esta afirmación, por su­ durante cuatro semanas no dejé de estremecerme de
puesto, es muy discutida. Sin pretender moralizar, no miedo al contagio."
podemos hacer caso omiso de los riesgos físicos y psico­ Los peligros de la prostitución para el adolescente son
lógicos a que están expuestos los jóvenes que recurren al dobles: físicos y psicológicos. A la primera categoría
amor mercenario o con fines de iniciación sexual. Cuando pertenecen las enfermedades venéreas, a las que dedica­
el adolescente se decide a imitar a sus camaradas más mos un capítulo especial de este libro. Pero el mai no se
decididos, es posible que su actitud esté Inspirada por el limita a esto. El trato con las prostitutas conduce a veces
deseo genuino, pero a menudo se basa en la vanidad y al alcoholismo, a la vida irregular y hasta al uso de cier­
la curiosidad. En el fondo, desprecia a las mujeres de la tas drogas. Desde luego que éstas son excepciones, pero
calle, las considera una mercancía, y a su propia actitud es deber de los adultos, vinculados a la educación, pre­
la juzga una especie de manifestación comercial. venir a los jóvenes contra estos peligros.
Lyttleton, en su notable libro, resume cor las siguien­ Lo que amenaza la salud mental son las heridas psí­
tes palabras la actitud del joven que frecuenta los lupa­ quicas que tan a menudo ocasiona el amor venal a quie­
nares para comprar el amor: nes a él recurren. La sociedad desprecia a la prostitu­
“ El joven del tipo medio, que gusta las cosas picantes ción, y el joven que tiende a identificar el amor con la
de la inmoralidad, las encuentra en la ciudad y piensa misma, puesto que es la única forma de amor sexual
que difícilmente su madre y sus hermanas se enterarán que puede experimentar, llega así a menospreciar al amor
de sus andanzas. Jamás suprime o modera su arrogancia, en general. La primera experiencia deja una huella in­
que lleva, en forma más o menos encubierta, al prostí­ deleble en su espiritu. La repulsión sentida en los brazos
bulo, donde colorea todos sus pensamientos y actos du­ de la mujer, una vez terminado el éxtasis, le produce una
rante el tiempo que está con las prostitutas, abrazán­ especie de sexualidad dual: el amor físico y el espiritual
dolas, acariciándolas, como lo haría con un caballo, a fin se separarán para siempre en su espíritu, apareciéndosele
de obtener de ellas todo lo que puede con su dinero.” aquel bestial, y éste sublime e indigno de profanación
El libertinaje amoroso con las mujeres venales deja sexual. Es ésta la razón por la cual muchos hombres no
comúnmente un efecto ulterior de depresión, que se
152 E nci clopedi a Sexual
pueden amar a la mujer que poseen, ni poseer a la mujer
que aman. La inhibición psicológica los hace impotentes
delante de la mujer que en realidad aman.
Estos don Juanes son hombres desdichados, cuyos de­
seos insaciables los empujan de una mujer a otra; sus
aventuras jamás les producen una verdadera satisfac­
ción — esa dicha resultante de la unión del cuerpo con
el alma, que resume toda la armonía de la vida.
El contacto estimulante con las mujeres, cuando se le
prolonga y no llega a la conclusión normal, puede pro­
ducir efectos perjudiciales en el sistema nervioso del
Joven.
He aquí el caso de un estudiante citado por el doctor
Liepmann:
“ Tenía diecisiete años cuando — en mayo de 1914—
un condiscípulo, con quien solía pasear por el Jardín
Zoológico, hizo que renovara mi amistad con una mu­
chacha del distrito Tauenzien. Esa mujer acostumbraba
excitarme, primero, terriblemente, para desengañarme
luego y burlarse de mí. Me permitía besarle los senos y
palpar con mis manos todos sus encantos, pero cuando SEGUNDA PARTE
deseaba poseerla completamente, solía reírse y decirme
que tenía yo el juicio trastornado. Irritado, rompí un día La C ó p u l a
mis relaciones con ella.”
Es evidente que para evitar tales peligros sería nece­
sario una terminante reforma sexual, consistente en una
revisión radical de nuestra ética sexual presente, basada
en el culto de las apariencias externas. Es con tal es­
peranza que ponemos punto final a esta parte, en la que
hemos seguido al ser humano desde el nacimiento a la
madurez sexual.
Nuestras palabras finales serán la profunda pregunta
que Montaigne formulara hace más de tres siglos:
“ ¿No son ellos mismos bestias, los que califican de
bestial el acto que les hisn ver la luz?"
CAPITULO X
EL AMOR
El Instinto sexual y el Instinto de la procreación. — La procrea­
ción es con frecuencia t í resultado y no el propósito del acto
sexual. — Independencia del instinto sexual. - - La satisfacción
sexual en < o .s pueblos primitivos. — El amor físico y tí amor
platónico. — Origen dél error. — El amor platónico y la ten­
dencia a masturbarse. — ¿Es el deseo sexual un pecad o?

Hemos afirmado en nuestra introducción que el amor


es un compuesto de elementos físicos y psicológicos, y
que solamente la armoniosa coexistencia de los mismos es
digna de su nombre. Antes de entrar en el estudio de las
relaciones sexuales deseamos aclarar algunas incompren­
siones respecto a la finalidad de lo.s mismas.
Existe un concepto erróneo muy difundido, según el
cual el único objeto del amor es la procreación. De este
modo se llega a identificar el instinto sexual con el de
procreación. Este error está sustentado en el hecho de
que el coronamiento del amor entre dos seres lumia nos
es el nacimiento de un hijo.
Deducir que esta posibic consecuencia es la finalidad
del amor, es justamente tan erróneo como sostener que
la finalidad de la vida es la muerte, por cuanto ésta es
el término de aquélla. l'fietssehe distinguió claramente
el instinto sexual del deseo de procrear cuando escribió:
“ El parto es el resultado frecuente de la satisfacción del
instinto sexual, pero no su finalidad, ni siquiera la conse­
cuencia necesaria de éste” . El filósofo alemán va aún
más lejos y llega hasta negar la existencia de un primí-
156 Enciclopedia Sexual
El in s t in t o sexu al 157
tiro Instinto de procreación: “ El instinto de procreación
—dice— es un mito” . Nietszche expresa así, enfática­ del compañero, sino, ante todo, en el hecho de que mien­
mente, la opinión, formulada antes que él por los filósofos tras el deseo sexual sólo se manifiesta en los animales
y naturalistas, de que el instinto sexual sirve a la pro­ durante la época del celo, en el ser humano está siempre
creación, pero no es su esclavo. Tiene una existencia presente.
propia y una finalidad Individual, y busca solamente su “ Los hombres de ciencia han observado que el periodo
propia satisfacción. La unión sexual se asocia algunas del celo está relacionado con el nacimiento, considerando
veces con el anhelo de perpetuación, pero las más de las que la naturaleza ha dispuesto que la cria nazca en una
veces el acto sexual va acompañado por un definido deseo época favorable a su sostenimiento y desarrollo. Los ex­
de que el vástago no se produzca. Aceptando que el ansia perimentos han demostrado, en verdad, que el período
de procreación es innata en los seres humanos, particu­ del celo en los animales cambia cuando son trasladados
larmente en las mujeres y, en grado menor, en los hom­ a otros climas, o pasan de la libertad al cautiverio.”
bres, se manifiesta por lo general después que el instinto Mientras en los animales el instinto sexual parece
sexual. Este solo hecho prueba la independencia de ese estar íntimamente ligado a la procreación, en los seres
instinto. Más todavía: el deseo de procreación no sólo humanos se ha independizado. Recordemos que, en
está totalmente ausente en muchas mujeres, sino que es cuanto son fecundadas, las hembras no evidencian pos­
posible no anhelar hijos en absoluto, sin que por ello teriores impulsos sexuales hasta el siguiente período del
decrezca el instinto sexual. celo. El hecho de que en el hombre este instinto no esté
Si el instinto sexual fuese sinónimo del impulso de regido por la “ estación del celo” , demuestra claramente
procreación, aquél desaparecería tan pronto como su fi­ que su significado no puede identificarse con la procrea­
nalidad, la fecundación, se lograse. Pero sabemos que, ción. For lo tanto, considerar esta independencia de la
por el contrario, el deseo sexual no sólo no se extingue sexualidad un síntoma de degeneración, equivale a es­
sino que a veces aumenta en las mujeres embarazadas. timar la emancipación del hombre de las leyes del mundo
Esta contradicción es tan patente, que un sexólogo cé­ animal, también como una señal de degeneración. Los
lebre la ha expresado con crüdeza: “ ¿Cómo identificar moralistas que condenan los goces del amor por el placer
el amor con la procreación, cuando nadie Ignora que mismo y sostienen que las relaciones sexuales deben li­
lo que más preocupa a la humanidad es hallar la forma mitarse a la finalidad procreativa, no hacen más que
de realizar el coito sin la consecuencia del embarazo?” ensalzar el animalismo. Esta voluptuosidad consciente
En respuesta se levantaron voces clamando que tal derivada de la conquista del amor es peculiar del hom­
diferenciación entre el amor y la procreación era un la­ bre, mientras que el acoplamiento instintivo y no selec­
mentable sintoma de degeneración de nuestra era civili­ tivo es una vergonzante bestialidad y un flagrante mal
zada; que en los tiempos primitivos el hombre sólo copu­ uso de las maravillosas facultades del hombre.
laba para procrear y que el deseo lujurioso, indepen­ El estudio de los pueblos primitivos demuestra que el
diente de la perpetuación, es una perversión de los ins­ goce sexual como una finalidad en sí, es una de las ne­
cesidades innatas del hombre. El hombre primitivo no
tintos naturales.
Es éste un concepto evidentemente falso, porque la sólo realiza el coito sin intención de procrear, sino que ni
verdadera diferencia que existe entre la sexualidad hu­ siquiera relaciona las dos cosas. Esta ignorancia no está
restringida a las razas cuya evolución mental no ha al­
mana y la animal radica no solamente en la selección
canzado la etapa del juicio lógico; se la ha encontrado
158 Enciclopedia Sexual DlPESENClACIÓN AMOHOSA 159
también en algunos pueblos semicivilizados. En sus orí­ rante un largo tiempo después del coito, y está deter­
genes, el hombre no asociaba el coito con el parto más minado por el encuentro, en el cuerpo de la mujer, de
que el niño que siente placer al tocar sus órganos geni­ dos células seminales. Estas dos células son las únicas
tales. Aun las tribus primitivas relativamente evolucio­ que sobreviven entre un millón de ellas, que después de
nadas no relacionan claramente estos dos fenómenos. Los una existencia breve desaparecen sin haber logrado su
nativos de la Nueva Guinea inglesa creen que la con­ finalidad. Si la única meta del amor íuese la procreación,
cepción se produce en los pechos de la mujer y que des­ podríamos preguntarnos con razón cuál es el propósito
pués el niño baja al abdomen; los aborígenes australia­ de estos innumerables gérmenes vitales y de la energía
nos creen que el espíritu fecundante, Ratapa, se intro­ vital y amorosa con que el hombre, como el resto de la
duce en el cuerpo de la mujer y que la fecundación sigue naturaleza, ha sido dotado.
a la comida de ciertas frutas; los queenslandeses ima­
ginan que los hijos se introducen, ya hechos, en las en­ * * •
trañas de la madre, en forma de serpiente o pájaro; los
esquimales creen que el embarazo es de origen sobrena­ Otro de los errores frecuentes es la distinción de dos
tural y que la eyeculación no tiene otra misión que la de tipos de amor; el "bajo” o “ cam al” y el “ ideal” o "pla­
nutrir al feto. Existe cierta analogía entre estas creen­ tónico”. Hemos visto en la introducción que este distingo
cias relativas al nacimiento y las de los niños. En éstos, ha desaparecido desde hace varios siglos y que la fusión
como en el hombre primitivo, el comienzo de la evolución del amor físico con el espiritual es la característica del
sexual se manifiesta exclusivamente en la forma de la amor verdadero, y la más grande conquista de la hu­
búsqueda del placer. El conocimiento de la relación que manidad.
existe entre el acto sexual y la procreación viene después, Hemos hecho notar también que la expresión “amor
y el deseo de aplicarlo, más tarde todavía. Está, por lo platónico” es un disparate, pues el filósofo griego se re­
tanto, probado que el amor humano no es esclavo de la fería a una idea abstracta y no a las relaciones entre los
procreación. Según Magnus Hirschfeld, este amor con­ seres humanos.
tribuye a intensificar y ennoblecer la vida humana, de ¿Qué es exactamente lo que hoy se entiende por amor
tres maneras: platónico? Un amor ideal entre un hombre y una mujer,
“ La mayor intensidad de las sensaciones voluptuosas libre de todo deseo camal. Como hemos visto, las rela­
apegan más al hombre a la vida y hacen a ésta más digna ciones entre seres de sexo opuesto, que no tiendan a la
de ser vivida; el amor vincula a los seres humanos entre unión integral, no pueden llamarse propiamente amor.
sí y logra del “'tú" y el "y o " una unión que capacita Entonces, si se convierte en una cuestión de amistad, nos
la evolución de la sociedad humana hacia un organismo queda por ver si esta amistad entre los seres de sexo
más elevado y, finalmente, el amor hace que hombres y opuesto es posible sin que sea "perturbada” por el deseo.
mujeres puedan perfeccionarse física y moralmente. No negamos en modo alguno la existencia de una
"En resumen, puede decirse que el instinto sexual y amistad asexual entre hombres y mujeres, pero en este
el amoroso no son instintos de procreación, sino instintos caso la verdadera amistad puede diferenciarse fácilmente
de gozo sensual. La finalidad del amor o, más bien dicho, de la otra, en que la ausencia de sexualidad es sólo apa­
su significación, es intensificar este gozo y el de vivir. El rente, un substituto del amor privado de su elemento
proceso de la procreación sigue un curso invisible du­ cam al por inconsciencia o por un falso pudor.
L as fo rm as del am o r 161
160 EKC!CIOPEDT A SZXOAL
mente hallar una salida a sus sentimientos reprimidos,
Esta aberración de las sensaciones se encuentra prin­ hasta que un dia lo encuentran: el amor platónico será
entonces la sublimación de sus deseos y, en su nombre,
cipalmente en las mujeres y, en particular, entre las jó­
se descartará toda pasión. Será un ersatz (substituto)
venes. Podemos afirmar que, generalmente, todas las mu­
chachas atraviesan un periodo de decepción cuando uti­ del amor. Pero en la raíz de esta pretensión, el factor
lizan el amor platónico para evitar reconocer la evolución sexual persiste, pues está siempre presente cuando un
hombre y una mujer hablan de sentimientos y, en par­
del impulso sexual, al que no se pueden abandonar so
pena del ostracismo social. ticular, cuando niegan ellos deliberadamente .va exis­
tencia o hacen todo lo posible por ignorarlo ”
En su libro Woman (1 ), el doctor Bemhard Bauer
hace un magnífico análisis de este proceso, que podría­ El amor platónico es, por lo tanto, un simple expe­
mos denominar génesis de la autodecepción: diente destinado a reemplazar, lo mejor posible, la cosa
real, y, como tal, es comparable a la masturbación.
“ Una joven sensualmente desarrollada sólo conoce el
Ambos hechos — amor platónico y masturbación— pue­
amor por sus lecturas y sus propios sentimientos. Ha
den ser conscientes o inconscientes; ambos son salidas
sido educada conforme a los cánones morales de su
artificiales del mismo impulso de la adolescencia y, fi­
clase, y su pudor la compele, naturalmente, a reprimir sus
nalmente, ambos degeneran en anormalidades y perver­
deseos. Esta "mujer de su casa” , de reputación irrepro­
siones cuando se los prolonga hasta la edad adulta, pre­
chable, encuentra a un joven tan atrayente para ella,
firiéndolos a las relaciones normales.
que al verlo su corazón apresura los latidos. Sin embargo,
El amor platónico exaltado del adolescente no debe
está tan estrechamente custodiada, que sus conversacio­ ser condenado, como tendencia antinatural, más que su
nes con él no pueden salir de la más estricta imperso­ hermano gemelo: el onanismo. Ambos van unidos. Pero
nalidad, en tanto que una simple mirada o un apretón glorificar el amor platónico es justamente tan absurdo
de manos es suficiente para despertar sus emociones. ccmo ensalzar el onanismo en la vida adulta.
Está enamorada, o muy cerca de estarlo, pero a causa El amor espiritual, sin su complemento físico, o vice­
de los convencionalismos tiene que mostrarse Indiferente versa, es incompatible con la madurez, puesto que el ins­
y reprimir sus sentimientos, tinto primitivo no es menos sublime que el elemento
"Pero en la soledad de la noebe da rienda suelta a su espiritual. “ Por un misterio inefable las membranas
imaginación y sueña con abrazos apasionados. Al des­ mucosas contienen en sus oscuros repliegues toda la ri­
pertar, su alma desborda de amor, y continúa durante queza del infinito” (Remy de Oourmont en Psicología
el día tejiendo ensoñaciones. del am or).
“ No obstante sentir una profunda excitación física; El placer sexual sin espiritualidad es deplorable. La
no obstante su deseo de rendirse al Impulso temperamen­ perfecta armonía de ambos elementos ha sido glorificada
tal y de eliminar las barreras, es retenida por el temor al por Mantegazza, al decir: “ La voluptuosidad unida al
embarazo y a la desventura. Este solo temor es el freno amor es una virtud, y la sutil casuística de los teólogos
tínico üe millones de mujeres jóvenes y el origen del de­ es mucho más impura que el más ardiente de los besos".
nominado amor platónico. Él velo de la hipocresía que amenazaba ocultar las
"Estas desdichadas mujeres procuran desesperada* maravillosas flores del amor está empezando a desco­
rrerse. Coda dia más se va comprendiendo que el amor
(t) Publicado en Landres por Jonathar. Cape. — N. H
162 Enciclopedia Sexual
sensual es una de las manifestaciones más nobles de la
vida humana y no la marca de un pecado bestial.
Es alentador oir, incluso a los mismos clérigos, como
el reverendo Oustavo Frenssen, declarar:
"El amor camal no es un pecado. Por el contrario, CAPITULO XI
es una de las cosas más bellas de la vida, un regalo de
Dios, tales como las brisas de la primavera o del estío.
Gózalo con toda dicha y paz y deséalo de todo corazón EL AMOR NO ES Y A UN MISTERIO
para aquellos que aspiran a él, como les desearías la
La elección de compañero. — ¿Por qué uno y no otro? - - AI amor
visión del mar o las caricias del viento estival.’' a primera vista. — El secreto de lo inconsciente. — La Joven del
sombrero pardo. — La marea del amor. — Las condiciones
especificas.

Hemos visto ya que la principal diferencia entre el


celo animal y el amor humano consiste en la selección
del compañero.
Cuanto más Individualizado es el amor, más limita su
objeto a una persona definida, en lugar de referirse al
sexo en general, y tanto más digno es de tal nombre. El
carácter degradante de la prostitución no estriba tanto
en su venalidad — puesto que toda la vida sexual, dentro
y fuera del matrimonio, depende de los factores económi­
cos— , como en su característica exclusivamente camal,
que excluye en absoluto el factor espiritual. Es única­
mente una cuestión sexual independiente de la persona.
¿Qué es el proceso selectivo que llamamos "enamo­
rarse’' de alguien? Durante mucho tiempo, sé creyó que
este proceso no podía explicarse con la razón y que perte­
necía a la metafísica, porque la facultad de razonar no
sólo no parecía desempeñar papel primordial en el amor,
sino que a veces hasta se oponía a él. Suponíase que en­
traban en juego Influencias sobrenaturales, particular­
mente en los casos de amor a primera vista. No es ésta
una ficción poética, sino algo real. Puede acontecer que
al encontrarnos por vez primera con una persona del sexo
opuesto oigamos una voz intima que nos dice ‘‘ésta es la
elegida". Tal fenómeno parece inexplicable por la lógica,
asi como no es posible definir exactamente qué es lo que
104 Enciclopedia Sexual
más amamos en el ser querido. He aquí la razón por la El tsti chismo amohoso 165
cual era hondamente imposible dar una explicación cien­
tífica del amor. condición social, y siente por ella un anhelo violento.
No obstante, la moderna psicología ha resuelto el Lleva ella un sotabrero pardo que le sienta maravillosa­
enigma del antiguo misterio. El “ mecanismo del amor" mente. Sabe el Joven que esa mujer no es para él, y este
no se ha iluminado todavía en todos sus detalles, pero pensamiento le tortura. No obstante, en su lucha por el
sus principales elementos han sido aislados por la cien­ éxito, la olvida prácticamente (pronto olvidamos lo des­
cia. La explicación del amor a primera vista, el más ex­ agradable), pero esa mujer del sombrero pardo queda
tremo y sorprendente ejemplo, es particularmente típico, grabada en su subconsciente, y, en adelante, su Ideal es­
y debemos, en consecuencia, explicarlo. pecífico llevará un sombrero pardo.
Todo ser humano sexualmente evolucionado está pre­ Algunos años después el mismo joven se encuentra en
parado para el amor, es decir, está impelido por un po­ una fiesta con algunas muchachas, una de las cuales
deroso instinto sexual que puede, en cierto momento, con­ lleva un sombrero pardo semejante t í de la mujer del
ducirlo irremediablemente hacia una persona definida, subterráneo, ya olvidada. Al rato, aunque la desconoce
objeto de su amor, siempre y cuando responda ésta a su como a las demás, se aparta con ella. Siéntese fuerte­
amor Ideal especifico. La dificultad del problema es­ mente atraído hacia ella y deíinidamente indiferente con
triba precisamente en este ideal, pues raras veces coin­ respecto a las otras. No puede explicarse la razón de
cide con el cuadro imaginado. {Cuántas veces una mujer esta parcialidad, pero tiene conciencia de la simpatía
que siempre sostuvo el ideal de un hombre alto y rubio, latente entre ellos, de una atracción Invisible.. . En re­
se enamoró de uno bajo y moreno! ¡Con cuánta frecuen­ sumen: está enamorado.
cia los jóvenes que se encendieron de lirismo por las El sombrero pardo ha despertado en el Joven una
doncellas puras, se enamoraron apasionadamente de una serle de pensamientos y asociaciones; ha puesto en con­
cocotte! En realidad, los ideales del amor especifico no tacto el circuito de su subconsciente, donde la primer
son un producto de la razón; su fuente está en las pro­ Imagen se habla impreso.
fundidades más remotas del corazón, donde la luz de la Las palabras precedentes muestran una caracterís­
conciencia no llega jamás. Allí está el asiento de los im­ tica del comienzo del amor, en tanto su objeto no nece­
pulsos y los instintos inconscientes; allí yacen enterrados sita ser un duplicado exacto del ideal subconsciente; en
en paz los recuerdos y las impresiones olvidadas desde los más de los casos basta una semejanza o un atributo
hace mucho tiempo, y que, el día menos pensado, surgen específicos, “ una atracción parcial” , como lo ha definido
a la superficie. Es en esas profundidades, que la psico­ Magnus Hirschfeld, para iniciar el proceso. Esta atrac­
logía moderna, con Freud a la cabeza, denomina “ lo ción parcial puede consistir en una cualidad física, la risa
subconsciente", donde este ideal específico se incuba mis­ o la voz, por ejemplo, o en una Idiosincrasia mental. De­
teriosamente de las impresiones recibidas del mundo ex­ terminada apariencia, cierta disposición de ánimo o
terior, Una de estas impresiones aparentemente olvida­ humor, unas orejas raras, unos bigotes peculiarmente
das graba en lo inconsciente los rasgos principales de ese cortados pueden ser instrumentos de contacto con el ideal
ideal. Ilustraremos el proceso con un ejemplo. subconsciente, lo mismo que un detalle del vestir, o un
Un joven estudiante viaja en el subterráneo al lado perfume, o bien un gesto, personales. Todo esto podrá
de una mujer que, a todas luces, está por encima de su parecer un poco raro, pero, no obstante, ha sido cientí­
ficamente probado. Raras veces oímos a un amante,
cuando se le pregunta qué le atrajo del ser amado, con­
160 Enciclopedia Sexual El amos consciente 167
testaciones como estas: "la oreja”, "e l perfume de su volcánica, violenta, eruptiva e indominable. El amor a
vestido” , "la manera de alzar su copa” o "la forma en que primera vista es prácticamente tormentoso, mientras que
se contrae su labio superior al reírse” . Por absurdas que 4 "amor racional” es más seguro. (Debemos hacer notar
estas razones parezcan, son, en realidad, el primer es­ qjue el “ amor racional” no ha de confundirse con los
labón en la asociación de Ideas que penen de manifiesto matrimonios de conveniencia. Aquél se mueve por el
la imagen oculta en lo subconsciente. Nuestra vida men­ vklor humano de las partes y éstos por el saldo bancarío).
tal está regida, en parte, por el razonamiento y, en parte, Entre aquellos dos tipos extremos de amor hay toda
por Impresiones aparentemente insignificantes, cuyo sig­ una serie de etapas intermedias, en que ambos entran en
nificado sólo se aclara a la luz de los recuerdos olvidados. distintas proporciones. La chispa milagrosa entre lo
Hemos dicho que cuando el hombre llega a la madurez consciente y lo subconsciente no resplandece, por lo ge­
sexual, está preparado para el amor, y que este estado neral, hasta después de un período ordinario de trato,
se halla sujeto a Ideales de amor específicos. Por lo tanto, siendo luego Inducida por algún gesto, cierta inflexión de
es evidente que el amor potencial se transforma en activo la voz, o tal vez por un nuevo vestido, que crean la
tan pronto como una Impresión o atracción parcial tiende impresión requerida para establecer la conexión con el
un puente entre lo subconsciente ideal y la realidad. Se­ ideal especifico. Por lo tanto, podríamos hablar, sin pa­
rla, en verdad, más justo hablar de chispa que de puente, radoja, de amor a primera vista después de varios meses
porque, como en el telégrafo sin hilos, una onda de lon­ de conocimiento recíproco.
gitud definida tiene que ser emitida para inducir la
correspondiente reacción en un "éter” psicológico par­
ticular.
En uno de los capítulos siguientes demostraremos
cómo el ideal específico Juega un papel importante en la
vida sexual de las mujeres frígidas, porque no sólo él co­
mienzo del amor, sino también el placer sexual depende
de 61. Una mujer no puede lograr su climax a menos
que sus condiciones particulares específicas estén col­
madas. Con respecto a esto, se ha observado que las Im­
presiones de la niñez y la influencia de los padres son
factores esenciales de este amor ideal.
El amor a primera vista es, como hemos dicho, el más
notable ejemplo de la intervención de lo inconsciente, con
exclusión de todo razonamiento. El extremo opuesto es
el caso de dos individuos que se enamoran después de
años de amistad. Aquí el impulso sexual tiene sus ralees
en una selección consciente, deliberada, que se funda­
menta en los gustos e intereses comunes y en un recono­
cimiento recíproco del carácter de cada uno. Las mani­
festaciones del amor inconsciente son de naturaleza casi
El gusto sklxctivo 169
la belleza sexual varia mucho con el tiempo, los países y
el gusto individual. Los encantos opulentos en que resi­
día la atracción sexual para Rembrandt y Rubens, de­
CAPITULO x n bemos reducirlos por lo menos a la mitad para satisfacer
el sox appeal tal como nuestra moderna civilización lo
LA ATRACCION SEXUAL concibe. Más lejos todavía estamos de compartir el gusto
estético de los cafres, cuyo concepto de la belleza son los
E l papel d esem peñad o p or la vista. — L a belleza n o siem pre d e ­ senos colgantes, las aletas de las narices perforadas y
seada. « La atracción sezual del feo , —
E fecto s eróticos de los labios ornados con anillos. El gusto individual mues­
ciertos —
o b jeto s. C uán do los ofos hacen el am or. — E fecto eró­ tra también ciertas preferencias en tales cuestiones, como
tico de la m úsica. — E l te n o r es siempre
am ado por las m u jeres. el color del cabello y de los ojos, la estatura, etcétera.
— E l a m or y el sentido del olfato.--
A lquim ia del am or, — Aún suponiendo que en determinado ambiente la be­
C on ta cto s y caricias. lleza y la fealdad tengan valores absolutos, lo belfo no
será siempre sinónimo de lo deseable. Tanto es así, que
En el capitulo anterior hemos estudiado el meca­ identificar el ideal de la belleza de un período con su
nismo psicológico del comienzo del amor. Vamos ahora noción del sex appeal requiere una síntesis sistemática.
a analizar brevemente las impresiones que dirigen la se­ En realidad, existen muchísimas personas cuyo gusto no
lección del compañero, es decir, las impresiones eróticas se aviene a los tipos standard aceptados; y otras tantas
que entran por los cinco sentidos. Las clasificaremos en hay para quienes los rasgos exteriores no constituyen una
conformidad con el orden en que se las recibe y anali­ atracción amorosa específica y que se sienten más bien
zaremos la importancia sexual relativa de la vista, del atraídas por la fealdad o, por lo menos, por un tipo de
oído, del olfato, del gusto y del tacto. belleza que no es del gusto de todos. Hay mujeres a
La tesis de este capítulo podria ser, pues, la defini­ quienes solamente les agradan los hombres con an­
ción de Stendhal: "Am ar es hallar placer con todos los teojos; hombres existen que se apasionan por los senos
sentidos, viendo, tocando y oliendo, lo más cerca posible, caídos, y jorobados muy cotizados en el mercado del
un objeto amable y amante". amor. En otras palabras, cada individuo tiene su propio
Ideal sexual, lo que significa que la belleza es una cues­
• * * tión de conciencia (en cuanto ésta acepta la noción con­
vencional de la belleza), mientras que las otras influen­
Puesto que el hombre es un ser con ojos, es natural cias eróticas afectan más al individuo a través de su in­
que su orientación sexual y su selectividad amatoria sean conciencia.
también determinadas principalmente por la vista. La relación entre las impresiones recibidas mediante-
Luego, a medida que se acerca al objeto de su deseo, la los cinco sentidos y la excitación sexual varía, por lo
vista se torna menos importante, y el tacto y el olfato tanto, con las necesidades individuales. Pero incluso en
adquieren preponderancia. los casos en que existe un evidente alejamiento del tér­
En cuanto a los elementos efectivos que constituyen mino medio, no deberíamos hablar de gusto anormal,
el placer visual, seria apresurado y superficial limitar su porque el no conformismo con el tipo medio no es nece­
definición a la de la belleza absoluta, porque el ideal de sariamente patológico.
170 Enciclopedia Sexual L o s estímulos secundarios 171

¿Cuáles son, pues, los elementos de la atracción se­ Los objetos inanimados también pueden ejercer atrac­
xual más favorables para crear las impresiones eróticas? ción sexual al crear en los Individuos particularmente
Es digno de mención el hecho de que hoy en día los susceptibles a las mismas, una fuerte impresión visual;
objetos indirectos son a menudo más excitantes, desde un retrato, una fotografía, una estatua, pueden inspirar
el punto de vista erótico, que los directos; de esta suerte, amor a algunas personas. La literatura ha registrado
un hombre se interesa más en mirar los senos de una más de un ejemplo de apasionamiento fetichista que
mujer, que sus órganos genitales. Un cuerpo femenino no puede ser considerado patológico. Las cartas y otros
ligeramente velado se considera más estimulante que la objetos del ser que se ama tienen un claro valor erótico
desnudez completa. ¿Es éste un signo de la decadencia y pueden fortalecer los lazos del amor.
de nuestro tiempo? No podemos decirlo. Un cuerpo es La parte desempeñada por los estímulos secundarlos
siempre más excitante en movimiento que en descanso, es la causa de la popularidad de la pornografía, a la que
con tal que la armonía y el ritmo no estén ausentes. Un nos referiremos, desde este punto de vista, al tratar la
ejemplo notable de esto es la danse du ventre oriental, prostitución.
en que más que la exposición del cuerpo desnudo de la Los ojos no sólo son capaces de recibir las impresiones
bailarina, lo que estimula es el ritmo de la danza. Todas eróticas, sino que también pueden provocarlas. Un hom­
las danzas primitivas tienen un carácter sexual definido bre de ciencia vienés afirmó con razón que las miradas
y parecen confirmar la teoría de que todos los bailes seductoras acarician con los ojos. Determinadas miradas
tienen un origen erótico. de cierto tipo de mujer, de párpados semicerrados y un
Sería superfluo destacar la importancia sexual de los brillo peculiar, pueden excitar poderosamente a un hom­
trajes. La finalidad constante de las modas, a pesar de bre. Suele oirse decir a las mujeres, que determinado
su volubilidad, es subrayar los caracteres sexuales feme­ hombre tiene una fascinación tal en la mirada, que las
ninos, revelando y ocultando alternativamente, mediante vuelven locas. En los anales médicos se registran casos en
las múltiples combinaciones de vestidos, el cuerpo de la que una sola mirada fué suficiente para producir el or­
mujer. Hubo un tiempo en que hasta los órganos se­ gasmo.
xuales masculinos fueron destacados por los dictados de Nuevamente el gusto individual y los ideales de amor
la moda, como, por ejemplo, cuando se usaban los bree- especifico son aquí los factores determinantes. Sabemos,
ches muy ajustados, con una especie de bolso, llamado por ejemplo, que Descartes tenía pasión por las mujeres
vaina, destinado al pene. Las armaduras de los caballeros bizcas, mientras que, más generalmente, las cortas de
también incluían un detalle especial que atraía la aten­ vista tienen un Incentivo particular para muchos hom­
ción de las mujeres hacia los órganos sexuales. bres.
Independiente del corte, la finalidad de los vestidos • * *
(los de novias, los de viudas, o el tocado de las doncellas
de ciertas tribus), puede crear, mediante la asociación Con respecto al oído, debemos distinguir entre la
de Ideas, la exitación sexual. También determinadas atracción sexual de la voz humana y la Influencia erótica
prendas, como las ligas, los zapatos, los corpiños, pueden de la música. El timbre y el volumen de la voz, su pu­
no sólo excitar, sino hasta satisfacer a los fetichistas se­ reza, su aspereza, un acento particular, o también un li­
xuales. Esto lo examinaremos más detenidamente en el gero defecto, como el ceceo, puedep influenciar, en pro o
capítulo correspondiente a las aberraciones sexuales. en contra, en la evolución del amor. Alejandro Dumas
El olfateo amoroso 173
172 E nciclopedia Sexual La parte del gusto en la vida sexual está directamente
relacionada con los besos. La “ dulzura" de los labios, la
(hijo) relata el caso de una actriz que habla ido a visi­ succión de los mismos y de la lengua del ser amado, y el
tarle y que, al oir la voz de uno de sus amigos que se ha­ sabor de su saliva, ejercen una influencia erótica defi­
llaba en la habitación inmediata, dejó al instante (le ha­ nida. Lo mismo puede decirse del besuqueo en las otras
blar y sentóse, visiblemente emocionada, a escuchar aque­ partes del cuerpo; pero aquí es difícil separar el gusto del
lla voz. Pidió luego a Dumas que le presentara a ese ami­ olfato, el cual es mucho más importante y lo examina­
go, de quien se enamoró a primera vista, o mejor dicho, de remos más detenidamente.
quien estaba enamorada de antemano. He ahí un caso En el mundo animal está él sexo dominado por el
de amor a primera vista ga través del oído! olfato, siendo los perros un buen ejemplo de esto. Su
El poder erótico de una bella voz está ampliamente olfateo mutuo, es equivalente al intercambio de mira­
ilustrado por el número de mujeres que se enamoran de das entre los seres humanos. Los hombres de ciencia
cantores ventrudos, quienes no sólo son particularmente sostienen que la vista reemplazó al olfato cuando el hom­
feos, sino, al misino tiempo, fatuos y egoístas. bre “ comenzó a caminar verticalmente” , ampliándose de
Caruso no era de ningún modo el prototipo de la be­ este modo su campo visual. Desde entonces, el sentido del
lleza masculina, y, no obstante, la correspondencia epis­ olfato ha ido degenerando en el hombre, pero, no obs­
tolar de sus admiradoras era mucho más voluminosa que tante, ha seguido siendo en el amor un factor impor­
la del hermoso Valentino. tante, aunque menospreciado. Hay razón para creer que
Igualmente poderosa es la influencia de la música, la práctica oriental del frotamiento mutuo de las narices
a la que Shakespeare llamó “ el alimento del amor’*. Van corresponde al olfateo de los animales.
de Velde, en El matrimonio perfecto, afirma que nadie que
Puede un olor ser atrayente o repulsivo, pero lo que
sea de algún modo susceptible a la música puede escu­ repele a uno puede atraer a otro; los matices son nume­
char la tormentosa orquestación del segundo acto de rosos y sutiles, y debemos limitarnos al término medio
Tristán e Isolda sin sentir una profunda excitación se­
aceptado.
xual.
Entre los olores repulsivos, los producidos por un es­
También el ritmo melódico tiene una importancia si­
tómago enfermo o la carie dental (halitosis) son particu­
milar o mayor. En todas sus formas, hecho reconocido
larmente desagradables. En las leyes del Korán figuran
por los psicoanalistas, provoca un gran efecto sexual.
como causa válida para el divorcio. Un aliento cargado
Todos habrán leído la novela de Tolstoy en que des­
de nicotina es repugnante para algunas mujeres y atrac­
cribe la Sonata a Kreutzer, de Beethoven. Stekel narra
tivo para otras (“ [huele él tanto a hom bre!"). Pero éste
la siguiente experiencia de uno de sus pacientes:
raras veces aprecia el olor a tabaco en las mujeres,
“ Cuando era estudiante, solía tocar la Sonata a Kreut­
lo que se explica por el hecho que en su origen el uso
zer con una mujer muy apasionada, quien siempre se
del tabaco fué exclusivamente un mal hábito. Como
exaltaba al tocar; pero esta sonata ejercía sobre ella un
ejemplo de los caprichos del amor a este respecto, recor­
efecto particularmente poderoso. Posteriormente a la
daremos a la enferma de Stekel que sólo gozaba el acto
lectura de la novela de Tolstoy, ejecutamos de nuevo la
sexual cuando su esposo olía fuertemente a cerveza, no
Sonata a Kreutzer, y, después del tercer movimiento, pa­
obstante ser el aliento del alcoholista muy desagradable.
recía ella una bacante."
El olor, el gusto y el grado de acritud de la transpi­
* • •
174 Enciclopedia Sexual ExciTAirrzs olfativos 175

ración pueden ejercer una.gran influencia en las rela­ bién el mismo efecto en el hombre, pero en grado menor.
ciones amorosas. Creencias medioevales, y hasta contem­ Este olor es muy específico en ambos sexos y definida-
poráneas, atribulan propiedades afrodisíacas a los pa­ mente individual respecto a su poder y acerbidad. Cuan­
ñuelos y otras prendas de vestir saturadas de sudor. do no es demasiado fuerte tiene una influencia estimu­
(Ver La alquimia del am or). Los campesinos tiroleses lante en un miembro del otro sexo de susceptibilidad
acostumbran sostener un pañuelo en los sobacos mien­ normal. Pero a causa de nuestras costumbres, esta in­
tras bailan y ofrecerlo después a una novia reacia, pues fluencia no puede ejercerse, a menos que ambas partes
la superstición popular afirma que es éste un medio in­ hayan llegado a una etapa avanzada de intimidad. Cuan­
falible para conquistar el corazón de una mujer. do este olor se mezcla con otros ocasionados por la falta
Cuenta una leyenda cómo, durante las festividades de limpieza, o por secreciones anormales, la emanación
nupciales del rey de Navarra con Margarita de Valois, sexual se torna muy repulsiva (1).
el príncipe de Anjou (futuro Enrique I I I ) se enamoró El olor genital es más notable en las mujeres que en
desesperadamente de María de Cleves, Después de bailar los hombres y se intensifica con el deseo, que produce
se había dirigido a uno de los salones del palacio a des­ la secreción de las glándulas vestibulares. En algunas
cansar un rato. En aquella misma estancia, la encan­ mujeres el estímulo sexual activa todas las glándulas del
tadora María de Cleves, entonces comprometida con el cuerpo, constituyendo el olor corporal resultante, para
príncipe Condé, se acababa de cambiar su camisa empa­ algunos hombres, la más fuerte atracción sexual. Lo
pada de sudor. Y aconteció que el príncipe de Anjou secó mismo puede decirse del semen, cuyo efecto en la mujer
su frente con la prenda de vestir abandonada. Y desde es variable, pero está siempre vinculado a la excitación
ese momento se enamoró perdidamente de la dueña de sexual.
la camisa. El amor a primera vista se convirtió esta vez Además de los olores naturales, existen perfumes que
en “ amor al primer olfato” . el hombre ha usado desde tiempo inmemorial con propó­
Binet ha registrado el caso de uno de sus alumnos, sitos eróticos y que han dado origen a la industria del
que hallándose sentado un día en un jardín público, en­ perfume. En nuestro capítulo sobre “ La alquimia del
golfado en la lectura de un libro, sintió de pronto cierto amor” analizaremos con mayores detalles el uso afrodi­
olor que lo excitó hasta provocarle la erección del pene. síaco de perfumes y ungüentos, pero podemos decir aquí
Alzó entonces la vista y vió a su lado una mujer pelirroja, que dicho uso tiene una doble finalidad: ocultar los olo­
que era la que emanaba aquel olor que había causado su res desagradables y despertar el deseo mediante su acción
perturbación. sobre los nervios olfativos. Para terminar este bosque­
Es evidente que el olor de esa dama correspondió a una jo del papel desempeñado por el olfato en el amor,
susceptibilidad específica del joven. Esto evidencia el ca­ citaremos las palabras del más grande experto en la ma­
rácter inconsciente de las reacciones eróticas. teria. Glácomo Casanova se expresó de este modo con
El olor específico del flujo menstrual repele práctica­ respecto al acto de besar; “ ¿No desean todos los amantes
mente a todo el mundo, aunque hay algunas excepciones apasionados inhalar parte del ser amado?” .
a esta regia. Existen personas que se estimulan sexual-
• • *1
mente con el olor de orines y excrementos.
El olor especial de los órganos genitales, que es el (1) Ver Jtan and Woman in Marriage, por el doctor V.
estimulante más poderoso entre los animales, tiene tam­ Svwu. — N. H.
178 E nciclopedia Sexual
Llegamos ahora al quinto sentido: el tacto. Es el úl­
timo y más importante movimiento en el juego del amor.
Van de Velde distingue dos clases de tacto sexual: el CAPITULO XIII
activo y el pasivo (acariciar y ser acariciado). El tacto
activo radica en la punta de los dedos y de la lengua EL BESUQUEO Y OTROS JUEGOS DE AMOR
y en las manos y los pies. El tacto pasivo se extiende a
Las cuatro etapas del acto sexual. — El flirteo y la coquetería
todo el cuerpo. Los labios participan de ambos tactos. como preludios del amar. — Los tres sentidos que participan en
El tacto activo es simplemente una especie de recono­ los besos. — El beso sexual y el beso casto. — La función bio­
cimiento del cuerpo del ser amado y tiene mucha im­ lógica de las caricias. — Diferencia entre las sensaciones del
portancia en lo que a la selección de la compañera se hombre y las de la mujer. — Peligro de la rutina. — El rol es­
refiere, cuando se limita a contactos inofensivos, tales pecial de los senos femeninos. — El consejo clásico del módico
como el apretón o el beso de manos, el caminar del brazo, de María Teresa. — El “beso genital".
etcétera. Como sabemos, estos “ inocentes contactos’’ son
lo suficiente para despertar el deseo sexual y tienen un Antes de seguir adelante es conveniente recapitular
carácter esencialmente sensual. Una mano blanda o todo lo que se ha dicho.
dura, áspera o suave, fría o caliente, es tan importante Hemos visto que el instinto sexual es activo desde el
para el tacto como el color del cabello, o la forma de la nacimiento y se manifiesta de múltiples maneras dentro
boca para la vista, el perfume para el olfato y la voz para de los límites de la normalidad, circunscribiéndose al prin­
el oído. Cuando leemos en las innumerables novelas: cipio al propio cuerpo del individuo (fase autoerótica).
“ un extraño apretón de manos la sacudió toda entera con Hemos seguido la génesis de este fenómeno, desde sus
un ligero estremecimiento” , podemos hablar del “ amor al manifestaciones inofensivas en los niños de pecho y la
primer tacto". más temprana infancia hasta el solevantamiento de la
Con respecto al tacto de las otras partes del cuerpo, pubertad, en que ambos sexos comienzan la etapa de la
las sensaciones pasivas, de este modo creadas, no son ya madurez sexual. Hemos observado cómo al instinto del
una cuestión de sex appeal; pertenecen a las relaciones placer y la lasitud autoeróticas se agrega un nuevo ele­
sexuales activas o, más exactamente, al preludio del acto mento, el anhelo de un objeto de amor, de un compañero
sexual. Pero esto lo veremos en el capitulo siguiente. del sexo opuesto. Hemos visto cómo la selección de este
objeto del ambiente inmediato se hace con la asistencia
de ambos factores, el fisiológico y el espiritual; cómo un
ser humano sexualmente evolucionado busca al compa­
ñero de sexo opuesto que responda a su ideal mental y
físico y cómo se enamora. Llegamos ahora a la ma­
nifestación concreta de ese amor o, en otras palabras, a
ias relaciones sexuales.
El doctor Van de Velde menciona cuatro etapas: el
preludio, las caricias preliminares, la conexión sexual y
el posteoitum. En este capítulo estudiaremos las dos pri­
meras. El siguiente versará sobre el coito y su secuela.
A la noche de boda le dedicaremos un capítulo aparte.
178 E nciclopedia Sexual
I mportancia del beso 179
SI fuésemos a seguir un orden cronológico deberíamos
un perfeccionamiento de la olfacción animal. En reali­
anteponer al coito la noche de boda, pero como el primer
dad, ciertas tribus montañesas, como los chitagongs, no
acto sexual es un caso especifico y complejo, hemos creído dicen “ bésame” , sino “ huéleme” . Sobre esta base, algunos
más conveniente estudiar primero el procedimiento de hombres de ciencia sostienen que el elemento esencial del
“ todos los días” .
beso es la inhalación del olor del compañero, por lo
* • • que se compone de dos instintos primarios: el hambre
y el amor.
Los preludios del amor se han analizado parcialmente Sea como fuere, de las múltiples teorías podemos sacar
en los capítulos anteriores, por lo que nos limitaremos dos conclusiones: Primera: tres sentidos participan en
aquí a completar nuestras observaciones. Los primeros el beso, a saber: el tacto, el olfato y el gusto, siendo el
síntomas del amor constituyen una especie de preludio. primero el elemento más dominante en las razas blancas.
Con esto queremos significar los contactos más o menos Segunda: los besos castos tienen el mismo origen que
discretos de los primeros tratos y de los varios grados del los sexuales: la búsqueda del placer. El beso de una ma­
flirteo. Sin embargo, no entendemos por flirteo el ca- dre en la boca de su bebé produce, desde luego, una
mouflage de las relaciones sexuales practicado por la ju­ emoción totalmente distinta a la derivada por dos aman­
ventud norteamericana o por las demi~vterges y los "se­ tes, pero el motivo fundamental es el mismo. Se ha pro­
ductores del borde de la cama” . El límite entre el pre­ bado, en verdad, que hasta la succión del bebé tiene
ludio y los juegos de amor, siempre difícil de definir, se idéntico origen. Tercera: en cuanto al beso de los
ha tomado considerablemente más brumoso en los úl­ amantes, no existe una diferencia definida entre el beso
timos años. No obstante, el instinto deberla diferenciarse apasionado y el afectuoso. Vuelve el lim ite a ser elusivo.
entre esos dos grados de intimidad distintos. Por lo tanto, Pero no hay besos platónicos. Bauer dice: "E l beso de
ni siquiera Intentaremos establecer un limite teórico. un amante jamás puede ser casto, pues las dos cosas son
Basta decir que se traspone desde el momento en que el incompatibles. Amar y besar platónicamente es tan ab­
tacto comienza a desempeñar un papel predominante. surdo como el hombre que quisiese continuar su huelga
De función meramente tentativa, limitada a los tactos de hambre haciéndose vegetariano” .
furtivos — palmoteos y otros contactos— , se convierte en Ovidio, en su Arte de ama?*, destacó el carácter sexual
suprema tan pronto como los labios se encuentran por del beso, de la siguiente manera: "Quien ha robado un
vez primera. He aquí por qué comenzaremos nuestro beso y no sabe apropiarse de lo demás, merece perder
análisis de los juegos amorosos con el beso. esta ventaja”. Por más inocente que el beso sea, nunca
Respecto a los orígenes del beso, los hombres de cien­ es asexual, y constituye siempre una etapa entre el deseo
cia han desarrollado muchas teorías. Puede ser una con­ y la posesión; aun cuando no conduzca al coito, es, no
secuencia refinada de la antropofagia y el sadismo pre­ obstante, un paso intermedio entre el deseo y su reali­
históricos, que, pasando por la etapa del mordizco amo­ zación.
roso, ha llegado finalmente a sublimarse en la forma del Las formas y la intensidad de la excitación del beso
beso. Havelock Ellis ve en el beso una evolución del suc- pueden variar infinitamente. El Kama - Sutra y otros
clonamiento del pecho maternal por el bebé, mientras libros orientales, presentan descripciones interminables,
otras autoridades en la materia lo asocian con él frota­ con una precisión rayana en lo grotesco, de las variantes
miento de las narices de los mongoles, que es, a su vez, del beso, y cada una con su nombre particular. En ver­
180 Enciclofkdia Sexual El jueqo amohoso 181
dad, pocas caricias son tan ricas en matices y sutilezas menor que la del coito mismo. En realidad, e Indepen­
como él. Desde el contacto efímero de los labios cerrados dientemente del placer que procura, el juego del amor
hasta la succión del labio superior, o inferior, del compa­ encierra un valor fisiológico que no debe ser descuidado.
ñero; desde el tímido encuentro de las lenguas hasta la Su misión tiene dos facetas. Contribuye, en primer lugar,
profunda penetración del "beso húmedo", existen infini­ a disminuir las desigualdades existentes entre las sensa­
dad de grados de excitación que comienzan con un ligero ciones del hombre y las de la mujer, que obstaculizan el
estremecimiento y terminan en un verdadero orgasmo. orgasmo simultáneo y, a menudo, lo evitan. Es un hecho
Las variantes se multiplican todavía más cuando el indiscutido que las mujeres necesitan más tiempo para
beso se extiende de la cara a todo el cuerpo. La transición lograr el climax. Cuando esto se ignora, quedan ellas in­
de los labios al cuello, y de allf a otras partes más ín­ satisfechas después que el hombre ha logrado el orgasmo.
timas, hasta vencer toda resistencia, es fácil. El hecho No es sólo una cuestión de tiempo, sino también de pre­
de que un beso inocente puede evolucionar de este modo parar a la mujer para el comienzo del acto sexual.
hasta la intimidad amorosa más atrevida, prueba nues­ Para aclarar esto, podemos comparar el coito con la
tra afirmación de que no existe el ósculo asexual. Los ascensión a una montaña cuyo tope correspondería al
besos son más o menos sensuales, como lo afirma cierto orgasmo de la mujer y la emisión seminal del hombre.
proverbio italiano crudamente expresado: Donna ba- En un caso, el hombre y la mujer parten juntos del
ciata, mezza chiavata. mismo nivel, pero ésta camina con más lentitud, de ma­
La continuidad en la escala de los besos nos lleva nera que cuando llega al tope, está el hombre de vuelta.
del preludio a las caricias preliminares al acto sexual. En el otro, caminan ambos al mismo paso, pero la mujer
Todo intento de limitar las manifestaciones amorosas es, parte de un nivel más bajo y, por lo tanto, nuevamente
según Rirschfeld, como intentar impedir la caída de una llega al tope después que el hombre.
piedra, o que la luz desplace a la oscuridad y que las En ambos casos, la cuestión podría solucionarse si el
nubes se transformen en lluvia. hombre, antes de comenzar la ascensión, da a su com­
Recordemos que el pecado no es la sensualidad, sino, pañera una ventaja conveniente, mediante las caricias
más bien, el desprecio de los regalos de natura. Debemos, adecuadas. En este caso partiría ella antes que él, y am­
por lo tanto, no olvidar las palabras de Balzac: bos alcanzarían el tope de la montaña simultáneamente.
"Percibir rápidamente las sutilezas del placer, des­ Es ésta la finalidad primaria de las caricias prelimi­
arrollarlas, darles un nuevo estilo y una expresión ori­ nares. Cuando la mujer llega al tope antes, no hay daño
ginal; he ahí dónde radica el genio del marido. alguno, puesto que el hombre puede siempre seguirla,
“ Entre'dos seres que no se aman, este genio es la las­ mientras que el caso contrario es desastroso, debido a
civia, pero las caricias presididas por el amor nunca son que el hombre puede ser incapaz de auxiliar a la mujer
lujuriosas.” en el logro del climax.
La segunda función de las caricias preliminares es
• • •
quizá más importante aún. Demuestra que los Jugueteos
Un hecho más importante de lo que comúnmente se de amor no sólo no son pecaminosos ni depravados, sino
cree es el Juego de amor, vale decir, las caricias de todas que también la naturaleza los requiere para facilitar la
las zonas erógenas, con inclusión de las partes genitales. reproducción. Todo el mundo sabe que el acto sexual es
Su Importancia como elemento de la vida sexual no es imposible cuando ambas partes no están lo suficiente­
IS2 Enciclopedia Sexual ORADACI0NE3 TACTILES 183

mente excitadas. Estimularlas lo necesario para la con­ bres), el hueco de las rodillas, el ombligo, los órganos ge­
sumación del acto sexual es el propósito de las caricias nitales y la región anal.
previas. Este juego estimula en la mujer la secreción 1Las diferencias individuales hacen necesario el mayor
glandular que lubrica la vulva y la vagina, facilitando de tacto y discernimiento.
este modo la introducción del pf v e. En el hombre, pro­ . Una vez que el hombre conoce a su compañera, puede
voca la erección y la secreción uretral, que también actúa amularla mediante caricias tan sencillas como el beso
como lubricante.
Sin tal erección el coito no es posible, y sin las secre­
ciones mencionadas, por ambas partes, existe el peligro
Í trás de la oreja o acariciando su cabello. Pero, a pesar
su efectividad, las caricias no deben convertirse en ru­
tinarias, pues el efecto psicológico puede tomar la forma
de dañar los órganos sexuales de la mujer en el momento dáuna reserva mental, como la contenida en la siguiente
de la penetración. frase: “Está empezando de nuevo su repertorio” . Puede
Las caricias amorosas no son, por lo tanto, una Inven­ tanbién acontecer que las zonas erógenas varíen, o re­
ción de gente degenerada y viciosa, sino una necesidad sidan más adelante en partes no tocadas, de manera que
fisiológica, y no debemos dudar en analizarlas como lo las caricias producen entonces una reacción contraria
hacemos con otras manifestaciones de la vida sexual. Los a ls deseada. Es posible que la compañera se exaspere
lectores, si los hay, que busquen en este libro, en lugar has a el punto que, incluso cuando se hallen las verda­
de una información útil, la excitación sexual, se desenga­ des s zonas erógenas, no reaccione como es debido. Re*
ñarán. Muchos médicos se han encontrado con pacientes fiér®e esto especialmente a las partes genitales durante
que fueron a su consultorio más bien a buscar sensaciones las ] rimeras horas de intimidad de una pareja recién ca­
nuevas que a procurarse un consejo autorizado, pero este sada en tal caso se requiere una gran delicadeza, así
riesgo no puede ser obstáculo para el cumplimiento de com un autodominio enorme, aunque la indulgencia y
nuestro deber de ilustrar a las mujeres y los hombres sen­ la o mprensión de la compañera son igualmente indis-
sibles que necesitan una guía respecto a las cuestiones peni bles.
sexuales y que se sienten perdidos en un mundo domi­ 1 algunos hombres, por ejemplo, no les agrada que les
nado por la hipocresía. toqr n la cara, pero no se atreven a decirlo por temor a
* * • herí los sentimientos de la esposa; preferirían que se los
acar dase en la nuca, en los sobacos o en las palmas de
Existen partes del cuerpo, llamadas zonas erógenas, las i anos. Los besos y caricias en los ojos y sus alrede-
particularmente sensibles a las caricias y los besos, pero dore son gustados por algunos, mientras que por otros
el grado de sensibilidad varía mucho en cada individuo; no. a. sensibilidad varía no sólo según las partes del
algunas personas son más susceptibles a las caricias que cuero, sino también conforme a la naturaleza de las
otras, y en todas, algunas partes son también más sen­ carie as. Algunos prefieren un tacto leve, otros gozan
sibles que otras. Las zonas erógenas se hallan principal­ con l presión fuerte. Las caricias deben hacerse en dife­
mente alrededor de las aberturas principales, como ser rente tonalidades. Los besos en el cuerpo pueden mati­
la boca, las orejas, los ojos, a los que debe agregarse la záis desde el mero contacto labial hasta la succión o
nuca, el cuello, las axilas, los pechos (particularmente en el vrd&dero mordisco, siempre conforme al gusto del
las mujeres), los muslos, las pantorrillas, la región lum­ indi dúo. Los manuales orientales del amor hacen lar-
bar de la columna vertebral (especialmente en los hom­ escripciones del mordisco erótico, pero, aceptando
184 Enciclopedia Sexual Carjcias sexuales 185

las diferencias individuales, tal arbitrarla clasificación que algunos hombres se excitan mucho mediante las ca­
resulta, si no absurda, fuera de lugar. ricias relativamente violentas al escroto, en la mayoría
El único principio aplicable a todas las prácticas amo­ de los casos el más leve tacto puede provocar una mo­
rosas es: “haz sólo lo que agrada a la otra parte". Toéty lestia duradera. La caricia más voluptuosa para un hom­
caricia gustada por una sola de las partes huele a atrope­ bre es el tacto suave con los dedos, comenzando por la
llo e inhabilita a la compañera para el abandono totat parte posterior del escroto y siguiendo alrededor de los
Puede acontecer que uno de los integrantes de la pareja testículos, y a lo largo del pene, hasta el glande.
encuentre desagradable, y hasta dolorosa, una caricia, y Estas caricias en las mismas partes genitales son muy
que no lo diga por falso pudor. Es necesario, por lo tanto, efectivas cuando van acompañadas por tactos en otras
ser suave, particularmente en el tacto de ciertas regiones, zonas erógenas, particularmente en cierta región de la
como los órganos genitales de uno y otro sexo, y, en grado columna vertebral. La presión progresiva en esta zona
menor, los senos, donde la presión violenta suele producir ejerce un efecto estimulante en ios órganos genitales y,
una agradable sensación. [ aplicada con inteligencia, produce un gran placer en los
Los senos y los pezones tienen un rol especial en las hombres. El área que rodea el glande es también muy
caricias preliminares. La relación existente entre los pe­ excitable.
zones y el útero es bien conocida. Toda madre ha expe­ La cuestión es mucho más complicada en la mujer,
rimentado las contracciones uterinas que, durante Al­ pues sus zonas erógenas varían hasta en las partes geni­
gunos días después del paito, son producidas por la sec­ tales. El gusto femenino, especialmente cuando la mas­
ción del hijo. Los ginecólogos suelen aconsejar a las mu­ turbación ha sido practicada, puede ser tan diverso que
jeres que eviten la fricción de los pezones durante ¡los toda generalización fracasaría inevitablemente. Corres­
últimos meses del embarazo, a fin de no provocar el alim- ponde al hombre hallar los centros erógenos, mediante
bramiento prematuro. una exploración intuitiva y atinada. Sin embargo, puede
Esta correlación siempre ha preocupado a los observa­ dejarse sentado que en la gran mayoría de las mujeres la
dores y condujo a los anatomistas medioevales, que es- parte más sensible durante la primer etapa de la exci­
conocían la función de la medula espinal, a supone la tación es el clítoris.
existencia de una relación directa entre los pezones jilos A este respecto citaremos el consejo clásico dado a
órganos genitales. Leonardo da Vinel se interesó particu­ María Teresa de Austria por su médico: Praetsrea sentía
larmente por este fenómeno, y uno de sus dibuja a vulvam Sacratissimae Majestatis ante c d tu m diutius
pluma, que representa a una pareja copulando, muejtra e$se titillandam. (Aconsejaría que la vulva de Vuestra
claramente esta relación. Sacratísima Majestad fuese titilada durante un largo
En esto también la sensibilidad varia con los ind vi­ rato antes del coito).
deos. No a todas las mujeres les agrada que les to¿en Este consejo nos recuerda la necesidad de lubricar los
los pezones, pues para algunas este tacto es hasta ¿to­ órganos genitales femeninos, a fin de facilitar la pene­
roso. La sensibilidad del pezón y de la aureola tamjjién tración. La caricia conocida por “ el beso genital’' tiene,
varia durante el flujo menstrual. indudablemente, el mismo propósito.
El último objetivo de los juegos amorosos son las a r­ Sería erróneo considerar esta caricia como una per­
tes genitales. Los testículos son extremadamente en- versión antinatural. Los animales y los primitivos la
sibles y todo tacto áspero sobre ellos resulta doloroso. Am- practican, y, con respecto al mundo civilizado, hemos de
183 Enci clopedi a S exual
repetir el aforismo de Balzac: “ Las caricias presididas
por el amor no pueden ser jamás viciosas” . Esta opinión
la aprueba Van de Velde, quien sostiene que un beso en
la parte más intima del ser amado no es reprochable en CAPITULO XIV
modo alguno, sea desde el punto de vista ético, estético o
higiénico, con tal que los amantes sean sanos y limpios. EL ACTO SEXUAL
“ Sin embargo, el beso genital está sujeto a una con­
dición esencial: debe el hombre proceder con el mayor Apelación a la buena voluntad del lector. — Actitud de la Iglesia.
tacto y delicadeza. Dice un viejo adagio: De lo sublime - - Lo permitido y lo prohibido. — Protección de la felicidad
a lo ridículo hay un solo paso. Y en el amor, como en conyugal — El amor, tierra desconocida. — Consideraciones
todo lo demás, lo noble y lo vil son extremos que se tocan. eugenésicas. — El punto de vísta higiénico. — Condiciones espe­
"Esta caricia es especialmente eficaz para excitar a cificas. — Eyeculación en el hombre y orgasmo en la mujer. —
las mujeres cuyas reacciones sexuales son torpes debido a Dificultad de la mujer para lograr e¡ orgasmo. — F ac to res deci­
sivos para la mujer, — Cómo vencer las dificultades, — Relación
la falta de experiencia.
entre el orgasmo y la fecundación. — Un lib ro valien te de V a n
"Otra cosa son los casos donde la vida conyugal de d e Velde. — El matrimonio perfecto. — Posiciones y actitudes
mucho tiempo ha establecido la armonía y la mutua durante el coito. — La "carezza". — El amor denominado "tár­
cooperación en las caricias preliminares. taro crimeano” . — F re c u e n c ia de la s relaciones sexuales. — El
"En esta etapa avanzada de las relaciones sexuales, sueño del hombre inmediatamente después del acto sexual. —
lo que decide el límite de las caricias y los besos (unila­ Epílogo.
terales, alternados o simultáneos) son las tendencias, el
temperamento, la capacidad y el carácter psicológico de En el capítulo anterior hemos analizado los matices
las partes. más delicados del "juego amoroso” y su importancia fi­
"En todo juego el experto procura siempre variarlo y siológica como preludio del acto sexual.
perfeccionarlo y jamás pierde la oportunidad de hacerlo. Ahora, que estamos por estudiar el acto sexual mismo,
No de otro modo ha de procederse en el más sublime y admitimos sinceramente sentirnos algo embarazados. No
sutil de todos los Juegos.." (Van de Velde). se trata de una cuestión de apremio, puesto que sabemos
Es posible que este capítulo lo hallen muy breve al­ que al escribir este capitulo cumplimos una misión inelu­
gunos de nuestros lectores, especialmente aquellos que dible, una triple misión, como veremos en seguida; pero,
frente a la frigidez de su esposa, esperaban una elección a pesar de nuestra conciencia clara, a pesar de nuestra
del modus operandís. Esto se tratará en un capítulo es­ profunda resolución de cumplir con nuestro deber res­
pecial. pecto ai lector, nos resulta difícil vencer nuestra inquie­
Por otra parte, puede la técnica aprenderse, pero el tud por la gritería anticipada de aquellos para quienes
sentimiento jamás, y es éste el factor principal, pues el cualquier cosa concerniente al sexo significa lasclvidad e
arte de producir placer es el arte del amor y de la devo­ inmundicia.
ción. Sin amor, la técnica más perfecta nada vale y se con­ Como nuestro propósito no es echar sombras a la
vierte en un artificio desalmado. Los que se aman no buena fe de esas personas, no escatimaremos esfuerzos
pueden equivocarse, porque no están en la tierra, sino en para aclarar nuestra posición. Nos referimos principal­
el cielo, y en el cielo nada es erróneo. mente a aquellos hombres de buena voluntad cuya dispa­
188 Enciclopedia Sexual La ahmonía sexual 189
ratada actitud respecto al sexo se debe a ciertas inhibi­ nes. Bastaría explicarles las tres consideraciones que nos
ciones religiosas. No hay duda alguna de que son vic­ han determinado a dedicar este capitulo al acto sexual:
timas de una mala interpretación de la enseñanza reli­ Primera: el acrecentamiento de la dicha conyugal. Se­
giosa. gunda: los ideales eugenésicos. Tercera: la higiene per­
Si ellos, y sus teólogos de escasas luces, estudiasen so­ sonal.
lamente los escritos de los Padres de la Iglesia y de sus Respecto a la dicha conyugal, muestran las estadís­
comentaristas, asi como a los moralistas cristianos, ticas que en los países civilizados nunca ha sido el di­
aprenderían: vorcio tan frecuente como lo es hoy en día. Siendo el
Primero: Que todo contacto sexual entre personas matrimonio el baluarte principal de la sociedad moderna,
solteras, y aún entre las comprometidas, es un pecado. su difundido quebrantamiento afecta no sólo a la feli­
Segundo: Que ningún acto sexual de las parejas ca­ cidad individual, sino también a la seguridad de nuestro
sadas, por atrevido que sea, es pecaminoso. orden social.
Tercero: Que tampoco lo es forma alguna de la acti­ ¿Por qué el matrimonio se ha convertido en una ins­
vidad sexual, sea procreativa o anticoncepcional. titución tan frágil, contrariamente a lo que era hace
Es evidente que la Iglesia no desea inmiscuirse con el veinticinco o treinta años?
modus operandi del amor conyugal, ni prohibir el goce Lo que llama la atención es el hecho de que, mien­
de lo que se ha descubierto es un factor fisiológico im­ tras hasta el comienzo de este siglo los matrimonios se
portante. Por tal motivo no estimamos que la descripción basaban principalmente en los factores sociales y finan­
y el análisis de este fenómeno sea condenable, ni creemos cieros, la juventud moderna tiende cada vez más a me­
que se culpe a las personas que, deseosas de educarse, nospreciar los factores materiales en favor del amor y
lean libros convenientes. de la armonía sexual. Nos complace verificar esto, aun­
El hombre verdaderamente religioso comprenderá que que es inevitable que la estabilidad de tales uniones se
la sexualidad honesta es un maravilloso regalo del Crea­ compromete gravemente cuando la esposa no encuentra
dor. Considerarlo impuro, en lugar de aceptarlo con gra­ en la unión sin recursos la felicidad que esperaba.
titud, es, por decir lo menos, impío y hacer de la religión No debemos olvidar que durante el primer cuarto de
un manto encubridor de la deficiencia espiritual. este siglo, y aun después de la guerra, la mujer se ha
desenvuelto más fundamentalmente que dorante las cen­
• • * turias anteriores. El tipo femenino que prevaleció hasta
1900 está desapareciendo rápidamente. No se nos esca­
También deseamos definir con claridad nuestro punto pan los signos exteriores de este cambio radical. Las mu­
de vista, para beneficio de aquellos que, estando afectados jeres se están " mascul mizande” . Los cabellos cortos, la
por la mojigatería, a consecuencia de una falsa educa­ costumbre de fumar, los tratamientos para adelgazar, los
ción sexual, son tan hipersensibles que la sola mención flirteos consuntivos, los deportes y la angulosidad resul­
del sexo los llena de vanidoso desprecio. Estas personas tante de los hasta entonces redondeados contornos, son
son, desgraciadamente, más numerosas de lo que podría síntomas que no pueden pasar desapercibidos. Pero este
Imaginarse. cambio externo es sólo un renejo de una transformación
Si fuesen sinceras consigo mismas, pronto llegaríamos más profunda. Los fieros y a menudo sangrientos com­
a entendernos y las ayudaríamos a vencer sus inhibicio- bates que los hombres sufrieron durante siglos en el pa-
190 E nciclopedia Sexual Hipocresías sexuales 191

sado por conquistar la libertad individual, los está li­ necesario a las parejas casadas que necesitan el ejercicio
brando la mujer ahora, y con la misma intensidad, aun­ consciente del control de la concepción.
que con medios más pacíficos. Sus armas son una mejor Desde él punto de vista higiénico, es igualmente im­
educación, la independencia económica, mediante el tra­ portante que la mujer conozca la manera de adaptar el
bajo profesional, y la libertad de acción. La indepen­ acto sexual a las varias fases de su vida genital (emba­
dencia ha enseñado, además, a la mujer que el matri­ razo, parto y ligeras infecciones genitales).
monio no implica deberes solamente, sino también privi­ Tales son las razones que nos han inducido a escribir
legios, uno de los cuales es el derecho a la expresión sexual este capítulo. Si podemos restaurar un hogar tamba­
completa. leante; si logramos provocar las dichas de la maternidad,
La literatura contemporánea es un verdadero espejo vanamente anhelada por una mujer, o librarla de las
de la evolución social, al mostramos cuán agudo es el angustias de los partos in deseados; si logramos enseñar
a una embarazada la manera de satisfacer a su esposo
problema de las esposas cuyos maridos, sea por falta de
experiencia o por zafiedad, desencantan sus esperanzas. sin perjudicar su salud ni la del hijo futuro, habremos
justificado nuestro esfuerzo y probado el error de quienes
En los últimos años, principalmente en Francia, se
sostienen que el arte de amar es innato en el ser hu­
han publicado algunas novelas que enfocan el problema
del matrimonio. Citaremos para ejemplo dos que han mano.
tenido una resonancia universal: Belle-de-Jour, de Kes- Para las personas erróneamente púdicas, a quienes él
pudor les hace esquivar las cuestiones sexuales, repeti­
sel, y Amour, T eñ e Inconnue, por Martin Maurice. Esta
mos que nuestro propósito es honrado y que, por lo tanto,
última, especialmente, va hasta las raíces del problema.
no podemos evitar sus susceptibilidades a expensas de la
Es la historia de una joven pareja que se ama sincera­
mente y cuyas relaciones sexuales son lo que el conven­ felicidad general
cionalismo llama “ normales". Pero, a pesar de ello, o « « «
quizá a causa de ello, el joven esposo es un guía imper­
fecto en el mundo de los goces conyugales. Es inexperto En cuanto a aquellos esclavos de las apariencias, fa­
y chapucero, y los refinamientos del amor físico son para riseos e hipócritas, cuyos gritos de protesta son siempre
él tierra desconocida. los más altos, los estimamos adversarios indignos, y serla
Por lo tanto, si nuestros consejos prácticos contribu­ una pérdida de tiempo intentar convencerlos. No es po­
yen a acrecentar la felicidad conyugal; si podemos ase­ sible persuadirlos con argumentos lógicos, porque sus
gurarla a aquellas esposas que no tienen la suerte de mentes están cerradas a la lógica. Son, digámoslo de una
tener un marido experimentado, entonces nos daremos vez, casos psicopáticos.
por satisfechos, pues habremos cumplido bien nuestra mi­ Freud, el psiquiatra vlenés mundlalmente reconocido,
sión de fortalecer los vínculos, peligrosamente sueltos, de ha revelado el mecanismo íntimo de tales Individuos. Por
las uniones conyugales. lo común son seres anteriormente adictos a la mastur­
Es por tal causa que nos hemos decidido a destinar bación excesiva, acompañada por sentimientos de culpa­
un capítulo al mecanismo del acto sexual. Nuestra se­ bilidad, que se han abandonado a los crímenes sexuales
gunda razón fué tener en cuenta las consideraciones eu- verdaderos, y que, no habiendo hallado felicidad sexual
genésicas, puesto que parte de este libro trata sobre la en la vida, necesitan vengarse de la humanidad impi­
procreación, y sería incompleto si omitiésemos el consejo diendo a los demás experimentar el gozo del amor. Son
192 Enciclopedia Sexua l Mecanismo del coito 193
las personas que se indignan ante una obra de arte repre­ pleta. El coito es la definitiva y más intima fase del
sentando un cuerpo desnudo, por más bello que sea, y amor y no implica la discontinuidad de las caricias, que,
los primeros en lanzar el grito de “ pornografía” . Son los por el contrario, deberían intensificarse aún más. Todas
que rondan las oficinas gubernamentales para solicitar las zonas eróticas de ambas partes participan en la unión,
que tales estatuas o cuadros se cubran con un velo, o y sería, por lo tanto, un error limitarlas exclusivamente
se los retire. Y los culpables de que escritores como Bau- a las partes genitales. Las reacciones sensoriales del coito
deír.ire y D, H. Lawrence hayan sido calificados de “ in­ deben sentirse no sólo en los órganos genitales, sino en
convenientes” , y de que sus libros fueran temporalmente todos los nervios y las fibras del cuerpo.
desterrados. Todos estos detalles son importantes, porque un acto
La característica de estos psicopáticos es que cuanto sexual sin ternura es una acción brutal, primitiva e in­
más viciosos fueron en su vida sexual anterior, tanto más digna de la sensibilidad refinada de los seres humanos,
virulentas son sus protestas, tal vez para aplacar su re­ y también porque muchísimas mujeres no pueden ob­
mordimiento. tener satisfacción alguna del acto sexual cuando no va
Gracias al descubrimiento de Sigmund Freud, hemos acompañado por las caricias en sus centros erógenos si­
comprendido el mecanismo psíquico de tales personas, y tuados fuera de la vagina, como, por ejemplo, el clítoris,
comprender es perdonar. los muslos, los senos, etc. Cuando en el curso de sus ca­
ricias el hombre ha notado que ciertas regiones provocan
• • * un placer particular en su compañera, debe continuarlas,
Deliberadamente hemos definido, con cierta extensión, a fin de auxiliarla para lograr el climax y, en algunos
nuestra actitud frente a quienes sistemáticamente ob­ casos, hasta para hacerlo posible.
jetan cualquier libro referente a la iniciación sexual, con En este capitulo, asi como en el concerniente a la
la esperanza de convencer, por lo menos, a los de buena frigidez de la mujer, examinaremos en detalle los varios
fe entre ellos. Los lectores aprobarán, sin duda, nuestros aspectos de la sensibilidad femenina. Mientras tanto, ya
propósitos, y les pedimos estimar el siguiente ensayo con que muchas parejas, perfectamente unidas en lo demás,
el mismo espíritu. Se trata del intento sincero de servir terminan separándose a causa de la desarmonia física,
una causa noble. repetimos, una vez más, que para la mayoría de las
mujeres el coito no es suficiente si no se le acompaña con
• • •
caricias en determinadas partes del cuerpo; en otras pa­
Hablando con propiedad, el acto sexual comienza con labras, a menos que sus requerimientos amorosos especí­
la introducción del pene erecto en la vagina. Sin em­ ficos sean colmados.
bargo, sería erróneo creer que las caricias preliminares, Hechas estas generalizaciones, pasamos a describir el
ya terminadas, no fueron sino un mero juego desatinado, acto sexual. Comienza éste con la introducción lenta del
y que solamente con la penetración comienza el verda­ pene en la vagina. Cuando la mujer está lo bastante
dero coito. Nada tan equivocado y perjudicial como este “ ¿condicionada”, lubricase esa pai te genital merced a la
error de concepto y las prácticas derivadas del mismo. El secreción de las glándulas genitales, de modo que la pe­
tránsito del juego amoroso a la conexión sexual no debe netración y el roce no resultan ya dolorosos, sino por el
ser abrupto y repentino, sino determinado por la tensión contrario, placenteros. Es ésta la fase inicial en que
creciente que lleva a la ur.ión física y espiritual com­ ambas partes deben tener un pleno dominio de sus reac-
194 ENCI CLOPEDI A S l X U l L El orgasmo perfecto 195

clones. Sus respectivos movimientos pélvicos tienden a climax. En realidad, aunque el orgasmo se manifiesta
centralizar la torsión general, hasta lograr cierta inten­ por las contracciones vaginales rítmicas y espasmódicas,
sidad, en los órganos genitales. En circunstancias nor­ el miembro viril no siempre las siente; tampoco el au­
males, la pareja se da cuenta luego que sus reacciones mento de la secreción vaginal es un síntoma evidente,
se van haciendo incontrolables; siente el hombre la pro­ porque la vagina está muy humedecida desde el prin­
ximidad de la eyaculación, mientras anhela la mujer una cipio del acto sexual. Por lo tanto, no es por esas ma­
penetración más honda. Y se llega al climax con el or­ nifestaciones fisiológicas que el hombre puede informarse
gasmo de ésta y la emisión seminal de aquél. del orgasmo de la mujer, sino, más bien, por la excitación
“ La mayoría de los legos creen que durante el or­ de ésta al llegar al climax. Los síntomas de tal excitación
gasmo la mujer emite o debe emitir algo. No podemos han sido científicamente definidos; latidos del corazón
decir que sea esto una ley general, pero el hecho ocurre y del pulso acelerados, elevación de temperatura y de la
en un determinado número de mujeres. Sin embargo, la presión arterial, dilatación de las pupilas, respiración,
única substancia emitida es la mucosidad que en el ins­ suspiros y gemidos más profundos, algunas veces peque­
tante del cuma* se halla en las glándulas vestibulares. ñas exclamaciones y temblor espasmódlco. Los signos ge­
Hemos visto cómo estas glándulas se toman activas bajo nerales del orgasmo en el hombre son similares.
el estimulo de la sensación sexual, y hemos notado tam­ Después de la satisfacción, que sólo es perfecta cuando
bién que la presencia de la mucosidad es no solamente los amantes alcanzan el climax simultáneamente, o a
muy útil, sino hasta Indispensable a la lubricación de la poca diferencia de tiempo, sobrevienen la lasitud y la
vagina y la penetración innocua del pene. Esta secreción somnolencia. Ambos están calmos, fatigados, satisfechos,
mucosa aumenta con la excitación del coito, siendo po­ saciados; sienten una dulce ternura reciproca. L a lasitud
sible su acumulación en los conductos glandulares. Las dél hombre ocurre antes que la de la mujer, y, cuando el
contracciones musculares espasmódicas comprimen las acto los ha satisfecho, experimentan ambos una sensa­
glándulas distendidas, pudlendo sus secreciones acumu­ ción de bienestar y de dicha, de agradable cansancio, pero
ladas ser expelidas al exterior por la presión de los ca­ no de agotamiento. El proverbio muy abusado, post cok
nales excretorios. tum omme animal triste, se refiere exclusivamente a los
“ Toda otra emisión durante el orgasmo sólo puede animales y a la satisfacción física derivada de la lujuria
provenir del útero. Es posible que el grueso bolo mucoso exclusivamente animal.
que algunas mujeres expelen después del coito se deba a Donde él amor entra en juego, es decir, donde los
esas contracciones espasmódicas del útero. Lo que ha de elementos mentales y físicos se confunden armoniosa­
recordarse para los fines prácticos es que, durante el or­ mente, no existe la depresión o el agotamiento post coi-
gasmo, desempeña el útero una parte activa y succiona tum. Por el contrario, satisfecho el deseo físico, sobre­
él flúldo seminal mediante las contracciones y laxitudes viene un sentimiento de afecto espiritual considerado
alternadas. Esto confirma la creencia de los antiguos por las naturalezas sensibles como el más dichoso de
de que el úteros est animal sperma desiderans — el útero todos los estados. Pero su condición primaria es un acto
es un animal que desea el esperma.” (Van de Velde). sexual perfecto. He aquí por qué destinaremos algunas
Estas contracciones uterinas, y el proceso del orgasmo palabras respecto a cómo lograr el climax después de las
femenino, no se han explicado todavía. Muchos hombres caricias preparatorias convenientes.
no saben con certeza cuándo sus compañeras alcanzan el « • •
186 Enciclopedia Sexual Estímulos en el corro 197
Para el hombre el proceso es simple. En Condiciones corto, debe escogerse una actitud conveniente a fin de
normales, la excitación del pene, particularmente en el que el contacto directo sea reemplazado por la percusión
glande, le basta al hombre. Por lo que se refiere a la seminal. A este respecto recordamos que, por más co­
mujer, la cosa es más compleja. Hemos descrito ya sus rrecta que esta actitud sea, las mujeres necesitan más
centros erógenos, y complementaremos ahora lo dicho, tiempo para obtener el orgasmo. Una vez comprendido
detallando la función de las tres partes femeninas cuya esto, prolongará el esposo las caricias preliminares y pres­
excitación puede Inducir el orgasmo. Son ellas la vagina, tará atención a las partes más susceptibles de su mujer:
el clltorls y el útero. el clitoris y el cuello del útero, pudiendo éste descubrirse
Sin excluir en modo alguno otras zonas erógenas, mediante una pequeña exploración.
estos tres órganos desempeñan un papel preponderante Jamás debería el hombre Iniciar la conexión sin antes
en el acto sexual. Algunas mujeres necesitan para lograr haber llevado a su compañera al borde del climax. De
el climax la cooperación simultánea de los mismos; otras, este modo el orgasmo simultáneo es prácticamente se­
sólo uno o dos de ellos. guro, contingencia esta de importancia primaria para
Se cree comúnmente que la vagina es el órgano que la felicidad conyugal.
se excita ron mayor facilidad. Si esto fuera un hecho, La relación entre el orgasmo y la fecundación se ha
serla lo más natural, puesto que la vagina, durante el analizado ya en otra parte. Hemos descrlpto los movi­
coito, entra en contacto directo can el miembro viril. Sin mientos de succión del útero que absorben el ftúido se­
embargo, la experiencia demuestra que no es tan exci­ minal y facilitan así la fertilización del óvulo por los es­
table como lógicamente serla dable creer. Podemos ex­ permatozoides. No obstante, debido a la extrema movi­
plicamos esto por el hecho de que la mayoría de las lidad de éstos, puede el embarazo tener lugar después de
Jóvenes se masturban, y porque, estando la entrada de un acto sexual en que la mujer no ha logrado el orgasmo.
la vagina cerrada por el himen, las manipulaciones se
limitan principalmente al clitorfs, centralizándose allí • • • •
las sensaciones. Más adelante, al entrar ellas en las re­ Hemos Insistido en la excitabilidad de ciertas partes
laciones sexuales normales, el centro de excitabilidad está del organismo de la mujer (vagina, clitoris, parte vaginal
ya fijado y la vagina pasa a ocupar un lugar secundario. del útero), por estar estrechamente vinculadas a las ac­
El clitoris esta ubicado en la parte superior de la aber­ titudes durante el coito.
tura vaginal, a veces tan arriba que no entra en contacto Las siguientes descripciones han sido, en su mayor
con el pene durante el coito, cuando éste se realiza sin parte, escogidas de las obras del médico holandés Van de
tener en cuenta las peculiaridades anatómicas de la mu­ Velde.
jer. La combinación de una vagina insensible y la ubi­
• * *
cación anormal del clitoris inhabilitan a muchísimas
mujeres para la obtención del orgasmo. Suele ocurrir que Los viejos libros de amor orientales dan un centenar
la parte más sensible del sistema sexual de una mujer de variantes del acto sexual. Nosotros nos limitaremos
sea la parte vaginal del útero, pero se requiere entonces a aquellas que sólo tienen un interés médico, desde el
una muy profunda penetración del pene durante el coito punto de vista de la concepción y la producción del or­
para asegurar su contacto con el cuello del mismo. gasmo.
Cuando la vagina es demasiado larga, y el pene muy Podemos distinguir, respecto a la realización del coito,
188 Enciclopedia Sexual POSICKJNES HABITUALES 189
cuatro posiciones principales: a ) I a mujer de espaldas; mente; la vagina se acorta alrededor de tres cuartos de
b) Sentada a horcajadas sobre el hombre; c) La pareja pulgada, permitiendo así una penetración más profunda,
de costado; d) La mujer arqueada, realizándose la co­ y la consiguiente contracción de ciertos músculos eleva
nexión por detrás. el clitorls hacia el pene y favorece la excitación. La parte
vaginal del útero también es alcanzada. Esta posición
es capaz de proveer a la mujer el máximo de goce, al
a) P o s ic ió n d o r s a l de l a m u jer — par que la penetración honda satisface el instinto viril
del hombre. Las posibilidades de fecundación son gran­
La mujer yace de espaldas y el hombre la cubre. Esta des, pues la eyeculación se produce exactamente en la
actitud es la más natural para la pareja que se ama de abertura del cuello uterino. Excepciones: La penetra­
verdad, y permite toda suerte de estímulos accesorios; los ción profunda, con sus violentas repercusiones, puede
besos, los abrazos y toda la gama de las caricias mutuas ser dolorosa en los casos de útero sensible e impedir el
hacen de ella la más apropiada para la estrecha comu­ orgasmo de la mujer. Son posibles también las lesiones,
nión mental y física. Los dos instintos primitivos: el las hernias y las hemorragias. La mujer embarazada
deseo de la mujer de rendirse y el del hombre de po­ corre con esta variación el riesgo del malparto, siendo
seerla, se satisfacen enteramente. Esta posición evidencia claramente, después del alumbramiento, una actitud pe­
un notable progreso respecto a la forma animal del coito, ligrosa.
pues además del amor físico entra también en Juego el 3. Tendida. — Esta variación se Indica cuando se
espiritual. desea evitar, por razones de salud (embarazo, parto, con­
Según la colocación de las piernas de la mujer, ha­ gestión de la vagina o del útero), la penetración pro­
llamos en esta actitud cuatro variaciones: funda. Después qué el hombre ha introducido suave­
1. Normal. — La mujer yace horizontalmente (es pre­ mente su pene, estira y cierra la mujer sus piernas, que
ferible im » almohada debajo de su cabeza), sus piernas son apretadas por las del hombre. Además de los motivos
separadas, se encogen ligeramente, a fin de permitir la de salud mencionados, esta variación produce a la mujer
introducción del pene en la vagina. L a penetración no un inmenso placer, debido a que el clitoris entra en con­
puede ser muy profunda, a menos que se eleve su región tacto con el pene y a que los muslos apretados estimulan
pélvica mediante una almohada debajo de sus nalgas. los labios mayores. Los hombres cansados, o semlimpo-
La excitación del clitorls no es muy grande. En cuanto tentes, son auxiliados por esta posición, pues no hay pe­
a la procreación, esta variación no es mala ni buena, ligro de que el pene erecto a medias salga de la vagina.
aunque la elevación de la pelvis la favorece. No siendo Como la parte inferior del pene no entra en contacto con
la vagina, el goce del hombre se reduce.
en este caso la penetración honda, la zona vaginal del
4. Hipertendlda. — L a mujer se sienta al borde de
útero permanece intacta y no recibe el impacto de la
la cama y se Inclina hacia atrás, apoyándose en los codos
eyaculaclón seminal. Esta variación conviene a las mu­
y los antebrazos, mientras sus pies descansan en el suelo.
jeres que logran su climax con facilidad y cuando los
El hombre se coloca entre ambas piernas de la mujer
órganos genitales están sanos.
y realiza el acto de pie. Cuando la cama es demasiado
2. Flerionada. — Las rodillas de la mujer se encogen
baja, unos almohadones solucionan la dificultad. Esta
hacia arriba hasta cerca de sus pechos y los hombros
variación es particularmente conveniente para las per­
del hombre; la región lumbar se curva pronunclada-
300 ENCI CLOPEDI A S e x u a l O tbas p o s ic io n e s 201
sonas obesas. Cuando la mujer no se reclina mucho, la terlor en que la mujer está ahora de espalda al hombre.
penetración no es profunda, siendo las consecuencias de Puede ella sentarse sobre sus muslos o descansar sobre
ello las mismas que consideramos en la variación 3. Debe sus manos y rodillas. Esta última actitud es solamente
la mujer tener la precaución de no acostarse de espalda, ventajosa cuando el hombre es muy corpulento. Algunas
ni de levantar las piernas, pues en tal caso la conexión mujeres se satisfacen con ella a causa de las posibilidades
se realizará con las mismas consecuencias de la posi­ visuales. La penetración es muy superficial, lo que hace
ción 2. que esta variación convenga a las mujeres embarazadas
o de alumbramiento reciente, puesto que pueden regularla
a voluntad. El clltoris y la parte vaginal del útero no
b) P o s ic i o n e s a h o r c a j a d a s — entran en Juego.
7. Sentada posterior. — Es similar a la variación a
Su principal característica es que el hombre se halla horcajadas posterior, consistiendo la diferencia en que el
acostado de espalda, o sentado, mientras la mujer, des­ hombre, en lugar de estar acostado, se sienta. Es mejor
pués de establecida la conexión, se coloca a horcajadas realizarla en una silla, pues facilita ello la posición de
sobre él. las piernas. Los dedos de los pies de la mujer tocan el
5. Anterior. — Estando el hombre de espalda, con suelo. Asegúrase de este modo el estrecho contacto de
sus piernas apenas contraídas, la mujer se sienta sobre ambos cuerpos, pero es una variación algo cansadora,
él, Inclinándose hacia atrás, contra los muslos de aquél. quedando el clitorls y el cuello del útero excluidos del
Puede también la mujer inclinarse sobre el hombre, arro­ contacto.
dillada y haciendo descansar la parte superior del cuerpo 8. Sentada anterior. — Es una variación similar a la
sobre sus manos. Esta manera de realizar el coito es precedente, sólo que la cara de la mujer se vuelve hacia
aconsejable en los casos en que el hombre está física­ el hombre. A menos que la mujer se incline muy hacia
mente cansado, pues le permite una actitud pasiva, mien­ atrás, la penetración es profundísima. Tiene la ventaja
tras la mujer asume la parte activa. El pene parcial­ de permitir al hombre acariciar los senos y cosquillear
mente erecto, en particular cuando la mujer se inclina el clltoris. Cuando la pelvis de la mujer o el abdomen
un poco hacia adelante, no puede salir de la vagina. La del hombre están muy desarrollados, la penetración no
penetración es más profunda cuando el cuerpo de la mu­ puede ser tan honda.
jer forma con el del hombre un ángulo de 45?. De este 9. Posición udel árbol”. — Ciertos libros eróticos
modo se facilita la excitación del cuello del útero. Puesto orientales la recomiendan especialmente. Cuando de la
que la mujer toma la parte activa, puede moverse libre­ variación 8 el hombre eleva sus pies, de modo que sus
mente en procura de su orgasmo. Esta variación es muy muslos queden apretados entre los de la mujer, mientras
práctica para las parejas gruesas, pero tiene desventajas se sostiene ésta del cuello de aquél, se obtiene la posi­
psicológicas, pues no sólo ambos cuerpos no entran en ción “ del árbol". Tiene la ventaja de acrecentar consi­
contacto total, sino que también los besos y las caricias derablemente las sensaciones voluptuosas y de proveer un
se toman imposibles. Las posibilidades de fecundación tacto físico y psicológico. Sin embargo, es una actitud
se reducen a causa de que el flúido espermático gravita cansadora.
fuera de la vagina.
6. Posterior. — Esta variación se diferencia de la an-
202 Enciclopedia Sexual
MÉTOD09 REPINADOS 203

c) P o s ic io n e s d e c o stad o — los sexos se unen tranquila y estrechamente. Una vez


adquirido el dominio de sí necesario, ambos seres se fu­
La pareja yace de lado durante el coito. sionan y logran un goce espiritual sublime. Puede la
10. Posterior. — La mujer está de espalda al hombre unión Ir acompañada de lentos movimientos controlados,
— muy ventajosa en los casos de embarazo, porque la de modo que los estremecimientos voluptuosos no des­
penetración profunda es Imposible. Aquí también las equilibren el deseo de sensaciones suaves. Cuando no
manos del hombre quedan en libertad para las caricias hay anhelo de procreación, puede evitarse de este modo
requeridas. la avasalladora violencia del orgasmo.
11. Anterior. — Esta variación difiere de la anterior "Cuando el amor es mutuo y la carezza se prolonga
en que la pareja se encuentra ahora cara a cara. Separa lo suficiente, se obtiene una satisfacción completa, sin
la mujer ligeramente los muslos, y una vez introducido eyaculación ni orgasmo. Transcurrida una hora, los cuer­
el pene en la vagina, lo aprieta con fuerza. Apliqúense pos se ponen laxos, la dicha espiritual aumenta y nuevos
las mismas observaciones de la variación 3. horizontes se revelan con la renovación del vigor.”
Esto demostrará que la carezza no está al alcance de
d ) P o s ic io n e s asq uead as —
las personas del tipo medio. Esta relación sexual sugiere
la reversión de los ideales religiosos mal Interpretados e
La mujer se agacha y el coito se realiza por detrás. implica, al parecer, serias represiones (1).
12. De pie. — La mujer, estando de pie, arquéase ha­
• * *
cia adelante y se apoya sobre la cama o una silla. En este
caso la penetración es profunda y las zonas erógenas
El método tártaro crimeano tiene cierta semejanza
pueden ser fácilmente excitadas. Los inconvenientes son
con la carezza, pero no exige el mismo dominio, aunque
de orden psicológico.
consiste también en prolongar las relaciones sexuales
13. De rodillas. — La mujer se arrodilla y encorva
más allá de lo normal. "H ay en él — declaran sus adep­
hacia adelante, apoyándose sobre sus codos, o poniendo
tos— una manera Inofensiva de obtener, ambos amantes,
su cabeza contra la almohada. Esta posición permite
una satisfacción voluptuosa, plena, Ubre de los inconve­
una serie de variaciones y una penetración muy pro­
nientes de los coitos repetidos, de la esotérica carezza y
funda. Otras dos variaciones de las actitudes descrlptas
del discordante coitus interruptvs” . Este método, que los
son la carezza y el amor tártaro crimeano, habiendo am­
tártaros de Crimea han conocido y practicado desde hace
bas hallado eco en un número de parejas.
siglos, acrecienta las sensaciones voluptuosas y el senti­
La carezza fué particularmente ensalzada por Alicia
miento del poder viril. Todos los movimientos se repiten
Stockham, de Chicago. Desde el punto de vista psicoló­
rítmicamente hasta que el hombre siente aproximarse la
gico, tiene el inconveniente de eliminar la laxitud reque­
eyaculación; detlénese entonces y, a pesar de que la eya-
rida después de la excitación sexual. Olvidada durante
culadón no se produce, experimenta una sensación de
un tiempo, está ahora siendo restablecida y recomen­
flujo interno. Transcurridos algunos minutos, puede(l)
dada. Citamos en seguida una descripción de la'misma:
"Tiernas expresiones se logran asi sin fatiga ffsica
ni mental. Las caricias conducen hasta la conexión, y (l) La carezza. do h a de reco m en d arse en m o do algu n o .
— N. H.
204 Enciclopedia Sexual Equilibrio sexual psíquico 205
reiniciar sus movimientos hasta llegar otra vez al borde coitos alternados por semana, constituyen una ración
de la eyaculación, que prorroga nuevamente hasta la re­ normal para las parejas sanas, y que el valor higiénico
petición del proceso. Las sensaciones voluptuosas de am­ de esta práctica ha sido probado.
bas partes son muy intensas y el orgasmo ocurre simul­
táneamente después de dos o tres repeticiones. La emi­ e • »
sión semina] es particularmente abundante y la copula­
ción llega a su término normalmente, desde ambos puntos Hasta ahora hemos considerado el aspecto físico de
de vista, el ffsico y el psicológico (1 ). las relaciones sexuales, pero sabemos que lo esencial del
amor es el equilibrio físico y psicológico. Aunque estu­
• * • diaremos esto detalladamente en otros capítulos, no po­
demos dejar de mencionar aquí un elemento de absoluta
Una pregunta que a menudo se hace a los médicos y importancia respecto a la satisfacción sexual recíproca,
que, por consiguiente, debemos aclarar aquí, es la que se elemento, por lo general, subestimado. Nos referimos a
refiere a la frecuencia del acto sexual. Las diferencias la concentración mental completa del Individuo durante
individuales, aumentadas por las de raza, de clima, de el coito, especie de colaboración entre la mente y el
profesión, de ambiente y de resistencia física, para no cuerpo, a fin de provocar el orgasmo.
mencionar otros muchos factores, no nos permiten sen­ La parte que la angustia o el trastorno psíquico pue­
tar una regla general y definida al respecto. La conti­ den desempeñar en la vida sexual es poco conocida. Las
nencia extrema puede ser tan nociva como el exceso, y inhibiciones, tales como el miedo o el pudor, pueden impe­
el mejor plan es seguir los dictados del propio deseo. De­ dir el goce completo de la intimidad sexual. Un pensa­
ben también tenerse en cuenta los requerimientos de cada miento inoportuno, de preocupación material en el hom­
parte, pero cuando la pareja es física y esplritualmente bre, y doméstica en la mujer, puede destruir la serle de
armónica, sus integrantes no tendrán dificultad alguna sensaciones voluptuosas al ocasionar la lasitud del hom­
en adaptarse recíprocamente. Cuando las necesidades bre, imposibilitando su eyaculación, y hacer que la mujer,
de la mujer son mayores, las caricias preliminares ade­ visiblemente menos afectada, experimente sensaciones
cuadas llenarán las lagunas, y la calidad de las rela­ desagradables y ligeramente dolorusas.
ciones sexuales saldará la desarmonía. Pero los amantes no sólo deben Impedir la vagancia
Como referencia, más bien que como consejo, men­ de sus pensamientos, sino también concentrar todas sus
cionaremos las prescripciones clásicas formuladas en el facultades emotivas y desear la llegada del orgasmo. Las
pasado. Mahoma fijaba un Intervalo entre los actos se­ circunstancias externas, cierto es, pueden ejercer una
xuales de ocho días; Zarathustra, de nueve; Solón y Só­ influencia adversa o favorable, pero cuando la atracción
crates, de diez. Lutero fue más generoso y los permitió psicológica es suficiente, triunfará sobre todas las mo­
dos veces por semana. Moisés no estipuló intervalo al­ lestias pasajeras. Las partes se influencian mucho entre
guno; se limitó a prohibirlos durante la menstruación y si. Más aún: la concentración del pensamiento se mani­
la semana siguiente. Sin embargo, puede decirse que dos1 fiesta en las reacciones físicas, y cuando lleva al orgasmo
simultáneo crea la única unión verdaderamente completa
(1 ) C u a n d o esta p ro lo n g ació n d e l coito e s excesiva, p u ed e
de los seres humanas.
re s u lta r p e rju d ic ia l. — N . H .
• • *
206 Enciclopedia Sexual Epílogo del corro 207
Entramos ahora en la cuarta y última etapa del acto no sólo las caricias previas, sino también un juego amo­
sexual, que denominaremos postcoitum. Se la juzga llena roso posterior al acto. Pero la mujer que logra el orgasmo
de peligros físicos y psicológicos, como, por ejemplo, cuan­ al mismo tiempo, o poco después que el hombre, no nece­
do una de las partes se duerme Inmediatamente después sita otro juego que él del preludio amoroso. Es posible
del coito. también que la mujer se duerma inmediatamente después
Los hombres tienden a hacerlo así, y muchas mujeres del orgasmo, mientras quede el hombre asaltado por las
han encontrado difícil el adaptarse a ello. Consideran preocupaciones. En tales casos siente él la necesidad
como una imperdonable falta de delicadeza y una forma de compartir, después de la unión, sus pensamientos con
de satisfacción animal el hecho de que el hombre, dos e lla .. . , pero su compañera está dormida. Este hecho ocu­
minutos después del orgasmo, se vuelva de espaldas y rre con tanta frecuencia como el anterior, pero raras veces
se quede dormido. En los manuales de amor se destaca, él hombre lo estima un agravio.
por lo general, el hecho de que la excitación aumenta en Después del coito las parejas que se aman tienden a
la mujer con más lentitud y que las sensaciones volup­ intercambiarse unas pocas caricias, como expresión de
tuosas se amortecen menos rápidamente; de manera que su contentamiento intimo. Señalemos a este respecto
no ha alcanzado el estado de lasitud física y mental que después de la intimidad, algunas mujeres y ciertos
completo cuando el hombre, enteramente apagado, duer­ hombres no pueden tolerar el más ligero tacto en las
me ya. No se trata, desde luego, de una regla absoluta, partes genitales, por más suave que sea, pues, en tal caso,
pero la mujer permanece despierta algunas veces du­ éstos sólo sienten un desagradable cosquilleo y aquéllas
rante cierto tiempo después del coito, saboreando el pe­ una molestia hasta dolorosa. En todo caso, tales caricias
queño monto de satisfacción derivada del acto sexual. La no pueden reavivar el deseo. Pero no se halla esto sujeto
excitación sexual es a menudo impotente para vencer el a reglas, pues las reacciones varían en los individuos.
insomnio engendrado por las angustias mentales, como Cuando la pareja acostumbra dormirse abrazada, nin­
el miedo al embarazo o a la menstruación. guno de sus Integrantes piensa en quejarse de que el
Sin embargo, cuando el coito ha sido tan satisfactorio otro se ha quedado dormido antes. Más todavía, tener al
para la mujer como para el hombre, la lasitud de aquélla ser amado dormido en los propios brazos es un senti­
es más pronunciada que la de éste, pues en tal caso la miento maravilloso, sólo comparable al de adormecer a
mujer ha realizado un esfuerzo mayor. Desea estirar sus un bebé satisfecho.
piernas, descansar con todo el cuerpo y evitar toda exci­
tación. En síntesis, una mujer enteramente satisfecha
se duerme tan rápida y profundamente como el hombre.
Las quejas de las mujeres que reprochan al hombre
el darse vuelta y dormirse demasiado pronto, se explican,
como lo ha destacado un psicólogo observador, por el
deseo de pasar como victimas. Todo otro agravio a los
esposos se traduce asi: "Helo ahí, dormido. Todo lo que
deseaba era aliviarse a si mismo. Yo no puedo conciliar
el sueño, pero a él, ¿qué le importa?” Es ésta la expli­
cación de la difundida creencia de que la mujer necesita
Etica matrimonial 209

"Para comprender esto es necesario tener en cuenta


los cambios fundamentales que tienen lugar en la mujer,
al entrar en la vida sexual con todas sus consecuencias,
responsabilidades y peligros. Sea inconsciente, subcons­
CAPITULO XV
ciente o parcialmente consciente, este temor ha de ser
tenido en cuenta. No quiere esto decir que el hombre
LA NOCHE DE BODA
deba mitigarlo mediante la debilidad, la cobardía o los
El matrimonio no debe comenzar con la violación. — T ra u m a * medios inadecuados, sino que ha de recordar que tiene
de la noche de boda. — Consecuencias del falso pudor. ~ l a allí la primera oportunidad de demostrar su tacto su­
parte desempeñada por los vestidos en la noche de boda. — El premo, del que depende, en gran parte, su futura feli­
temor de revelar las imperfecciones /¡sicas. — H ip ocon dría e cidad y la de su esposa. El destino del matrimonio de­
Ideales fijos. — El tamaño del pene, — El complejo de inferio­ pende de su noche de boda” . (Van de Velde).
ridad. — Técnica de la desflorecían. — Consejos orientales. — “ No comencéis el matrimonio con un atropello” , acon­
l a posición recomendada por Van de Velde para la desjloractón. seja Balzac; a lo que podríamos agregar: “ no sólo la des-
- - Desfloractón gradual. — Dificultades de la des/Iorccíón. — floración no debe asemejarse al estupro, sino que deberla
Desengaños de la noche de boda y cómo evitarlos. — El a rte de
ser el resultado de la seducción. El esposo ha de utilizar
amar requiere paciencia.
sus derechos matrimoniales para seducir a su mujer, y
no para hacer el uso que le plazca con el cuerpo de ella” .
El himen, símbolo de pureza para la mayoría de los
Ei consejo a un marido joven podría ser resumido en
hombres, es la única peculiaridad que distingue a la
la siguiente sentencia: “ En tu noche de boda, seduce a
mujer virgen de la experimentada. A este principio, por
tu esposa por toaos los medias, pero hazlo con delicadeza
paradójico que parezca, oponemos el siguiente postulado:
y consideración, recordando que el paso falso más mí­
"De todos los obstáculos que la mujer virgen presenta
nimo puede producir en el corazón de ella heridas que no
en ocasión de su primer coito, el himen es el menos im­
cicatrizarán jamás” . Tales heridas debidas a las conmo­
portante.”
ciones psicológicas o físicas se denominan “ traumas” . La
En realidad, la perforación del himen, como lo hemos
psicología moderna nos enseña que los traumas pueden
señalado ya, no es ni siquiera siempre necesaria. No es
engendrar toda suerte de trastornos mórbidos, difíciles de
sino el signo tangible de un elaborado proceso, del co­
curar debido a que sus orígenes son generalmente olvi­
mienzo de una etapa decisiva en la vida de la mujer. En
dados. La manifestación patológica más frecuente, de­
el retroceso instintivo de la desposada, respecto a su pri­
bida a la zafiedad del joven marido, es la conocida por
mer acto sexual, el dolor físico (por lo común muy leve),
“ frigidez” . Muchas mujeres, que creen haber sido frí­
es de consideración secundaria. En la mayoría de los
gidas desde el nacimiento (tal cosa es imposible), no se
casos, la mujer no distingue claramente las razones reales
dan cuenta de que su Inaptitud para gozar los placeres
de esa combinación de miedo y vergüenza que tiene sus sexuales se debe a la dolorosa Impresión recibida durante
ralees en las profundidades de su alma.
la noche de boda y enterrada ahora en lo inconsciente.
"No hay duda que este temor, originado en una re­
Esta cuestión la estudiaremos detalladamente en el ca­
sistencia inconsciente, emana de fuentes psíquicas hon­
pítulo relativo a la frigidez de las mujeres.
das y tiene un significado mayor que la mera anticipa­
Además de la frigidez, una serie de síntomas mórbi­
ción al pequeño daño físico.
210 Enciclopedia Sexual El runos femenino 211

dos, y gran parte de la ansiedad neurótica, pueden atri­ baño. Transcurrido un tiempo, esta reticencia desapare­
buirse a algún incidente de la noche nupcial. Tales sín­ cerá, con particular rapidez cuando las caricias prelimi­
tomas pueden resultar tan serios que solamente a un nares hayan sido tiernas.
psicólogo, después de penosas investigaciones y de ha­ Sin embargo, algunas veces esta resistencia a desves­
berse ganado la confianza de su enferma, le sea dable tirse en presencia del marido tiene un motivo totalmente
desenterrar la causa de la perturbación. Por lo tanto, re­ distinto. Es el caso de las mujeres que tienen, o creen
petimos que la precaución, la ternura y la ponderación, tener, manchas de nacimiento u otros defectos. Las ex­
por parte del marido, son esenciallsimas. El matrimonio periencias de médicos y, especialmente, de psicólogos,
no es una carta blanca con la que. el hombre pueda prueban que tales temores pueden convertirse en ideas
hacer lo que le venga en gana. Cuando él pudor y la fijas, no sólo en la mujer, sino también en el hombre. Las
resistencia instintiva de la mujer oponen a la seducción mujeres consideran a sus senos el punto débil; los hom­
del marido obstáculos insalvables, es mejor postergar para bres temen ser considerados tan peludos como el mono,
ia noche siguiente la consumación del matrimonio, o o de pene pequeño. Es innecesario decir que casi siem­
aplazarla algunas semanas, hasta que se haya acostum­ pre las consecuencias del temor son mucho más serias
brado ella al contacto físico y aprendido a desear la pe­ que el defecto mismo. Los senos caídos no afectan tanto
netración. La vida es larga y, en esto más que en nada, a la felicidad conyugal como al equilibrio mental de
“ recompensa a los que saben esperar”. Una aproxima­ la mujer obsesionada por el pensamiento en ellos. El te­
ción demasiado inconexa puede también tener conse­ mor, la vergüenza, la resistencia, la hipersensibilidad y
cuencias lamentables. La persuasión amable es siempre aun la histeria pueden ser el resultado de esas ligeras
necesaria, pues aún rendida, la mujer desea, hasta cierto Imperfecciones, y envenenar una vida humana. Cuando
punto, ser conquistada. Pero entre la conquista amorosa acontece que el marido le mira los senos, trata la mujer
y la invasión Impía hay una gran diferencia, y corres­ de adivinar su pensamiento acerca de ellos y se pregunta
ponde al hombre estimar el momento oportuno para la si está haciendo él alguna comparación. Cuando, por el
conexión, es decir, cuándo la resistencia de la mujer no contrario, el hombre no les presta atención, no deja ella
es más que uno de “ los eternos ardides femeninos” . de violentarse pensando que a él no le agradan y evita
mirarlos por delicadeza. En este caso, como en otros, no
• • •' es el defecto en sí, sino cierta forma de la hipocondría
lo que ensombrece la felicidad de la mujer. No debemos
complicamos la vida con tales inhibiciones, pues raras
Además del pudor y la vergüenza característicos de
veces la atracción entre los seres humanos se fundamenta
la virginidad, las jóvenes esposas sufren también otras
en la esperanza de la contemplación de una figura clá­
inhibiciones. Muchas mujeres, educadas en una atmós­
sica. Los elementos espirituales entran también en la
fera de falso pudor, cuando por vez primera tienen que
misma proporción y equilibran cualquier desencanto
desvestirse en presencia de un hombre, o dejarse des­
físico.
vestir por él, son presas de un miedo que llega hasta el
pánico. En tal caso es mejor permitir a la desposada des­ Hay, sin embargo, fetichistas de senos, piernas o ca­
vestirse a solas, y volver a la habitación cuando ella se ha bello. Puede acontecer que una mujer pierda todo atrac­
acostado ya. Mientras tanto el tacto más elemental exige tivo para su marido después de cortarse los cabellos, o
que el hombre se desvista en su propio cuarto, o en el que se desilusione ella, desesperanzadamente, al darse
212 En c i cl o p e d i a Sex ua l I nhibiciones m asculinas 213
cuenta que su marido es ventrudo, defecto éste bien di­ Debemos destacar que la mayoría de los hombres son
simulado por el ingenio del sastre. Pero, a la larga, las particularmente sensibles en cuanto al tamaño del pene.
sorpresas de esta naturaleza, cuando se las acepta razo­ La vanidad fuera de lugar y el respeto que rodea al
nablemente, afectan menos de lo que al principio podría atletismo sexual hacen a los más de los hombres anhelar
imaginarse. un pene grande. Pero aun cuando el pene sea relativa­
Hay hombres, es cierto, que de ningún modo se ca­ mente pequeño, y la vagina grande, existen posiciones
sarían con una mujer fea, cualesquiera sean sus atrac­ adecuadas (a horcajadas o laterales) que compensan la
tivos mentales, pero st lo hicieran, bien pronto hallarían disparidad. Puede también la mujer contraer los múscu­
que las virtudes psíquicas compensan con creces los de­ los vaginales — algo que todas las mujeres aprenden fá­
fectos físicos. La belleza plástica y su valor erótico son cilmente— o aplicarse una solución astringente, bajo la
principalmente una cuestión de gusto, y no con poca dirección de un médico, a fin de asegurarse el uso apro­
frecuencia los hombres se sienten atraídos por los senos piado de la misma. Estos tres métodos repararán las
marchitos. La atracción sexual está, como hemos visto, deficiencias naturales y asegurarán el perfecto goce de
sujeta a la moda y a los cánones estéticos de clase, pu- las partes. Exceptuando los casos patológicos, un pene
diendo así responder a las exigencias más diversas. por debajo del tamaño medio no obstaculiza el coito nor­
mal. Por otra parte, sabemos que los hombres de pene
• • » muy grande pueden ser más o menos impotentes, y que
los individuos menos favorecidos suelen ser los más cum­
Es evidente que las anteriores consideraciones para plidos amantes.
nada sirven cuando la mujer no puede liberarse de su idea Como ejemplo de esta verdadera psicosis, citaremos el
fija y la tiene siempre en su conciencia. Nuevamente caso de uno de nuestros pacientes.
aquí corresponde al tacto y la comprensión del hombre Tenía veinte años cuando por vez primera visitó a una
evitar lo desagradable. Cuando nota él que su esposa prostituta, quien se burló de él a causa de la pequeñez
teme en realidad mostrarse desnuda en presencia suya, del pene. Lo mismo le ocurrió la segunda vez que con­
no debe insistir, pues tal actitud significaría un desdi­ currió a un prostíbulo. Su vanidad se resintió de tal
chado intento de violación. Por regla general, no debe modo que durante años se abstuvo de las relaciones se­
pedirse a la mujer que se desvista ante el hombre durante xuales y hasta llegó a renunciar a la idea del matrimonio.
la primer semana de matrimonio, a menos que se preste Se enamoró luego violentamente de una mujer a quien
ella gustosa a hacerlo asi. no se atrevía a declarar su amor. Un día la condujo al
Cuando una de las partes-tiene algún ligero defecto teatro y, después de acompañarla hasta el hogar, sintióse
físico, no debe la otra, en modo alguno, manifestar su tan desesperadamente solo, que se dirigió a un cabaret
sorpresa, por cuanto tal comportamiento podría herir a beber, siendo luego fácil presa de una prostituta. En
y engendrar un sentimiento de inferioridad. Cuando se cuando estuvo solo con ella en el cuarto, comprendió su
halla que el defecto es, en verdad, objetable, debe aguar­ situación y se encaminó hacia la puerta. La mujer co­
darse la oportunidad propicia para menolonarlo y, si es menzó a. interrogarle, hasta que finalmente confesó él su
posible, corregirlo. Toda alusión en broma a ese defecto obsesión. "¡Pero hombre — exclamó ella— , su pene no
ha de evitarse siempre, pues aún asi podría provocar en es más pequeño que el de los demás! Muchos querrían
una persona normal un verdadero trauma. tener uno igual” . El joven se vistió apresuradamente y
T ic N IC A DS LA D1SFLO RACIÓN 215
214 E n c i c t .o p k d i a Se xual

durante la noche de boda no es, por lo tanto, prueba de


se dirigió a otra prostituta en busca de otra opinión
que la mujer no es virgen. La creencia de que la sangre
¡autorizada! Cuando hubo ésta confirmado la de su co­ atestiguaba la virginidad fué el origen de las costumbres
lega, la obsesión del joven desapareció, sus perspectivas
bárbaras de pueblos primitivos, y aun civilizados, consis­
cambiaron radicalmente y se decidió a contraer enlace.
tentes en exhibir públicamente esas manchas de sangre,
Hoy es padre feliz de dos criaturas.
como prueba indiscutible de la virtud de la desposada.
En este caso es difícil saber si el pene se desarrolló Esta costumbre no sólo es repugnante, sino que está ba­
después o si la primer prostituta se burló de la inexpe­ sada en un lamentable error.
riencia del joven. Lo cierto es que pasó los mejores años No obstante, normalmente, la desfloración va acom­
de su juventud bajo la sombra de esta obsesión. El bre­ pañada por una leve hemorragia y cierta molestia. Es
viario de amor hindú, el Kama-Sutra, advierte, y con ra­ posible también una resistencia tal en el himen, que su
zón, la existencia de muchas mujeres que no pueden so­ rotura produzca un dolor agudo, en cuyo caso es nece­
portar un pene grande, al par que muchos hombres pre­ sario el consejo médico.
fieren la mujer de vagina más bien amplia. La técnica de la desfloración requiere el mismo juego
Repetimos, en síntesis, que una observación irónica, previo de la preparación erótica de la esposa antes de
deliberada o inconsciente, puede, al crear un sentimiento consumar el coito, pues la consiguiente excitación sexual
de inferioridad, o de ansiedad neurótica, echar a perder estimula las secreciones glandulares que actúan como
toda una vida, y que, por lo tanto, debe evitarse a toda lubricantes y auxilian la penetración del pene en la va­
costa. gina con un mínimo de molestias.
* • * El profesor Metclmlkoff ha propagado la siguiente
Interesante teoría acerca del significado primitivo de la
Hecha esta digresión, volvamos al problema de la per­ desfloración:
foración del himen. ‘'Durante la infancia de la raza, los jóvenes tenían re­
Hemos dicho ya que en ningún caso ha de implicar laciones sexuales a una edad muy temprana, cuando el
violencia y que, por el contrario, debe el hombre aplicar órgano genital masculino no estaba aún desarrollado. El
todo su tacto y su ingenio para persuadir a su joven es­ himen no presentaba entonces obstáculo alguno, sino
posa a cooperar con él en el acto culminante. que, por el contrario, contribuía a acrecentar él goce,
En otras palabras, debe estimular hasta el máximo pues permitía la penetración sin desgarro."
la pasión femenina mediante las caricias y el juego amo­ Existen muchos indicios que sustentan esta teoría, y
roso. La primera ocasión requiere un manipuleo más la siguiente observación de Van de Velde debe ser enfo­
delicado que las posteriores, cuando la iniciación de la cada bajo esta luz:
mujer se ha completado. " l a rotura del himen debe lograrse por distensión y
Concedido esto, queda todavía un último obstáculo: no por desgarro” ..E l mismo experto da algunos consejos
el himen. interesantísimos en su libro El matrimonio perfecto.
En muchos casos esta membrana, o está totalmente De este modo describe él la actitud que los orientales
ausente, o es apenas perceptible. Hemos visto que puede consideran más apropiada para la desfloración:
el himen ser de una naturaleza tal que peí-mita la pene­ “ La mujer se sienta en el borde de la cama, echando
tración sin necesidad de rotura, debido al tamaño de su luego su tronco hacia atras, de modo que su sacro esté
agujero o a su elasticidad. La ausencia de hemorragia
216 Enciclopbdia Sexual Desfloración brutal 217

encima o, si es posible, un poco fuera ael borde de la evitar el dolor, sino que, por el contrario, empuja su
cama, mientras que las piernas, ligeramente separadas, pelvis hacia adelante, saliendo al encuentro del pene, la
cuelgan tocando el suelo con los pies. El borde de la desfloración es Instantánea y la penetración completa.
cama no debe ceder y ha de hallarse a una altura sufi­ La consiguiente hemorragia es muy leve y se detiene
ciente para que el hombre alcance la vulva de la mujer sola. Gasta, por lo común, con mantener los muslos es­
estando de pie, entre las piernas de ésta. El contacto trechamente apretados, evitando tocar las partes lace­
total de los cuerpos es, desde luego, imposible, pues el radas. Es muy raro que se necesite en tales casos la
hombre se inclina hacia adelante, apoyándose en la cama asistencia médica.”
sobre sus manos. El “ Impulso agudo” , o el “ golpe de gracia” al himen,
“ Tiene este método sus ventajas anatómicas. En pri­ debe ser dado con el mayor tino. Cuando la resistencia
mer lugar asegura la mayor excitación del clltorls. Lue­ es de un vigor anormal y el dolor excesivo, es aconse­
go, en el instante de la introducción, debe el pene cambiar jable postergar el Intento hasta el día siguiente. Hemos
su posición casi vertical por otra prácticamente hori­ destacado ya el hecho de que la desfloración no debe
zontal; de este modo, presionando hacia adelante, en necesariamente realizarse la noche de boda. Oigamos a
dirección al arco púbico de la mujer, se desliza en el Omar Haleby, especialista oriental en la materia: “ Debes
Interior de la vagina, a lo largo de la pared anterior de proceder con precaución y suavidad, y no querer forzar
la misma, mediante la mera distensión del borde libre por la violencia la resistencia del cáliz cerrado. Aprende
del himen, que no se rasga hasta después de la penetra­ a dominar tu impetuoso deseo, y, si la naturaleza te ha
ción del cuerpo del pene. En la posición usual, la rotura hecho demasiado fuerte, no vaciles en postergar hasta
del himen es más brutal y dolorosa, porque la fuerza se mañana, o aún hasta pasado mañana, tu Intento de des­
hace con el glande desde afuera. floración".
“ Por más racional que la actitud descripta parezca, Una primera penetración brutal puede, en verdad, ser
difícilmente puede ser contemplada por las parejas Jó­ nociva para la mujer y producir una serie de consecuen­
venes. El esposo novicio debe, no obstante, procurar in­ cias físicas y psicológicas perjudiciales. Se han dado
troducir el pene a lo largo de la pared anterior de la casos en que la introducción violenta del pene produjo
vagina, a fin de desflorar a su esposa por distensión y graves laceraciones en las partes genitales. En la litera­
no por desgarro del himen. El método más simple con­ tura médica contemporánea, 157 de esos casos han sido
siste en adoptar la actitud normal, de modo que la pe­ registrados por Neugebauer, y 12 por T/ithman. Por con­
netración tenga lugar desde arriba. De esta suerte el siguiente, y aunque el desgarro del himen es una "ope­
arco púbico desviará el ángulo de erección y forzará al ración" innocua, puede, no obstante, cuando se la rea­
pene a una dirección horizontal. liza de manera desconsiderada, tener consecuencias de­
“ Una vez forzado el pene en la forma indicada, dis­ sastrosas.
tiende el borde anterior del himen, el cual, finalmente, se A este respecto nos place citar un extracto de la'auto­
rompe. Esto Implica, por supuesto, cierto dolor, pero no biografía de un inglés, citado por Havelock Ellis en su
mayor del soportable en un caso normal. Puede este dolor libro Educación sexual Se trata de un maravilloso ejem­
reducirse a un Instante, si el hombre, al sentir obstacu­ plo de ternura masculina y de miramiento amoroso du­
lizada su penetran Sn, reacciona con un impulso agudo. rante la noche de boda, recompensado por una vida con­
Cuando al mismo tiempo la mujer no retrocede, a fin de yugal dichosa. Debemos notar que en este caso no sólo
218 E nciclopedia Sexual
F a n t a s ía s e r ó t ic a s 219
la mujer era virgen, sino que et hombre también carecía
Pero cuando procuraba penetrar más profundamente, ella
de toda experiencia sexual, cosa bien rara en nuestros
retrocedía como si la estuviera lastimando. Sabiendo
dias:
hasta dónde podía llegar, introducía él pene lo bastante
“ Nos casamos. Siempre había imaginado lo conmo­
como para producir el orgasmo. En uno de esos mo­
vedora que debía ser la noche de boda para una mu­
mentos, apretóme ella con mayor fuerza y sentí que algo
chacha con alguna sensibilidad, aún estando enamo­
había cedido, aunque tan sólo ligeramente. Necesité
rada. Por consiguiente, adopté una actitud “expectante” .
una semana, además de un intervalo debido a la mens­
La primer noche consistió en compartir la misma habi­
truación, para introducir mi pene totalmente sin que ella
tación. Habíamos descubierto el beso francés, pero no
retrocediese.
tuvo en su clítoris el mismo efecto que le producía des­
pués, mientras que a mí me provocó la emisión seminal. "M e place haber engendrado nuestro primer hijo en
Pasamos varias noches juntos, durmiendo yo sobre los esas condiciones, es decir, sin violencia para con su ma­
cobijas. Después, muy candorosamente, me solicitó ella, dre, y haber cimentado asi nuestra confianza mutua
al fin, que compartiese con ella el interior del lecho nup­ vitalicia.
cial. Tuve el buen cuidado de desvestirme en la oscu­ "Tengo ahora sesenta años, ella sesenta y uno. To­
ridad. De vez en cuando nuestros cuerpos se tocaban, davía nos amamos, aunque no pretendo que las sensa­
y luego, como estábamos en pleno verano, decidimos qui­ ciones sexuales hayan predominado en nuestra vida.”
tar las sábanas. Un Instinto innato me llevó a acariciar ¿Qué sigue a la rotura del himen?
y besar sus senos, y esto la hizo estremecer. Conocía por La mujer no deriva generalmente de su primer acto
mis lecturas el significado de este síntoma, y comencé sexual un gozo pleno, ni logra el orgasmo. El dolor, es­
a palpar su "carne amante” , como W alt Whitman tan pecialmente el miedo al dolor, el recato y el pudor le
bellamente lo expresara. Foco a poco seguí explorando, impiden el total abandono necesario al climax. Es po­
sin embarazo alguno por parte de ella, hasta que hallé sible que también el hombre, física y mentalmente can­
el camino. Instintivamente mis dedes tomaron la posi­ sado por el proceso de la desfloración, no pueda domi­
ción requerida, nuestros labios se encontraron, nuestras narse y tenga una eyaculación prematura. El coito, de
lenguas también. Todo su cuerpo se estremeció; durante este modo mutilado, raras veces procura el orgasmo en
un Instante apretóme fuertemente y lanzó luego un la mujer, pues, aun cuando se halle profundamente ex­
hondo suspiro. citada, sus sensaciones están tan adormecidas por las
"Oculté mi eyaculación lo mejor que pude. Ni ella ni inhibiciones mencionadas, que sus probabilidades de sa­
tisfacción plena durante su primer acto sexual son muy
yo nos atrevíamos a hablar, y no podría decir cuánto
tiempo permanecimos así. Cuando tuve una nueva erec­ reducidas.
ción, la atraje hacia mi, separé sus muslos y comencé a Es ésta la razón por la cual muchas mujeres, a pesar
explorar la zona vestibular, en la que introduje m! de amar a sus maridos, se desencantan y declaran que
glande. Luego empecé un movimiento rítmico y pude esperaban otra cosa muy diferente. Tal desengaño es
introducir el glande, hasta la contracción total del pre­ difícilmente evitable. Las fantasías eróticas exageradas
pucio, entre los labios comprimidos de su vulva. Nos de las mujeres Jóvenes, son el reverso de la falsa mora­
volvimos a besar y nuestro orgasmo se produjo simultá­ lidad sexual y de la educación hipócrita. Aun cuando la
neamente. La misma cosa aconteció la noche siguiente. realidad sea superior a la fantasía, jamás tiene el mismo
aspecto de los sueños eróticos exaltados de las Jovenes.
220 Enciclopedia Sexual Desfloración qutrúhoica 221
Pero se consuelan ellas fácilmente de este desengaño y el desconcierto menc'onado, sino que, cuando el hlmen es de­
desean cambiar aquellos sueños (acompañados a menudo masiado consistente y difícil de dilatar, es mejor que el recuerdo
por la masturbación) por las caricias de un esposo desagradable vinculado a la desfloración dolorosa recaiga sobre
amante.. Finalmente, hallan que la realidad es aún más un extraño —el médico— más bien que sobre el marido. Además,
atractiva que la ficción, siempre y cuando tengan el buen cuando esta operación se realiza una semana, o más, antes de
la noche de boda, tienen las partes tiempo para liberarse de
sentido de no juzgar por la noche de boda y dejen a la las angustias que anteceden al primer acto sexual. Hay todavía
intimidad física seguir su curso. Es, por lo tanto, acon­ una ventaja más: Dilatado ya el himen, puede el médico, si
sejable no intentar producir el orgasmo la primera noche la mujer lo desea, proveer a ésta de una aplicación anticon­
de vida conyugal. cepcional e Instruirla acerca de su uso, a fin de que pueda
La satisfacción jamás resulta del intento forzado, sino ella tomar sus precauciones desde el primer coito. Cuando la
Joven pareja no desea que el embarazo se produzca Inmedia­
que viene de por si, a su debido tiempo. La irritación tamente, el temor a una gravidez no deseada puede echar a
mecánica de las partes genitales ha de ser evitada des­ perder, desde el comienzo mismo del matrimonio, la perfección
pués del daño ocasionado por la desfloración. A lo sumo de las relaciones sexuales.
puede el hombre arriesgarse a acariciar las regiones cir­ La desfloración quirúrgica se realiza mejor a gas y oxigeno,
cundantes. cuando la mujer ha quedado manifiestamente y lleva solamente algunos minutos de tiempo. A veces se hace
cortando el hlmen con tijeras, pero un método mejor es su
Insatisfecha. dilatación paulatina, mediante una serle graduada de dilatares
En la mayoría de los casos, el placer obtenido del vaginales de vidrio, esterilizados con un antiséptico lubricante
juego amoroso y las ternuras que acompañan el primer antes de su introducción. Cuando el médico puede tener al­
guna idea respecto al ancho del pene erecto del hombre, le
abandono son bastantes para vencer las primeras difi­ servirá ello de guia en cuanto al grado de dilatación requerido.
cultades, y la mujer, colmada de tales nuevas sensacio­ Es evidente que esta operación ha de llevarse a cabo con todas
nes, no se resentirá por el fracaso del orgasmo. Aun las precauciones asépticas requeridas en la cirugía. — N. H,
cuando quede algo desengañada, la ternura del esposo y
una explicación delicada restaurarán pronto su sere­
nidad.
En verdad, el arte de amar, como todo arte, requiere,
por paradójico que parezca, paciencia y renunciamiento.
Por lo tanto, cerraremos este capitulo con las profundas
palabras de Nicolás Chorier:
“ Los frutos del amor, como todos los frutos, se tornan
más tentadores cuando nos regodeamos antes de arran­
carlos” (1 ). 1

(1) A fin de evitar a la joven desposada el temor a ser


herida, al marido el miedo de dañarla, y a ambos el temor
de dejar en una cama extraña las manchas de sangre dela­
toras —pues casi todas las lunas de miel transcurren lejos del
hogar—, es conveniente que el hlmen sea dilatado antes por el
médico. Entre la gente culta de Inglaterra esta práctica se va
difundiendo, a causa de 3us muchas ventajas. No sólo elimina
TERCERA PARTE

La P r o c r e a c i ó n
CA prru-'o x v i

EL MILAGRO DE LA PROCREACION

£2 sendero seguido por el flúido seminal. — £2 embarazo extra­


uterino. — Desarrollo del óvulo fertilizado. — Desarrollo del
cuerpo materno. -- Desarrollo det embrión. — Trastornos del
embarazo y cambios en la apariencia de la mujer. — Síntomas
físicos y psicológicos del embarazo. — Cálculo de la fecha del
parto. — Embarazo espúreo.

Hemos visto que, en el curso de la copulación, alrede­


dor de doscientos millones de espermatozoides llegan a
la vagina y procuran unirse al óvulo. Desde la vagina se
deslizan por el cuello del útero al interior de la matriz,
llegando, algunas veces, hasta las trompas de Falopio,
en su extremidad abdominal. El óvulo y el espermato­
zoide pueden encontrarse en el oviducto, donde la im­
pregnación tiene lugar; ambos se atraen mutuamente y
su conjunción establece la fertilización. Existen muchas
posibilidades: El óvulo fecundado puede alojarse en el
útero (lo que es normal y frecuente); en el ovario; en
una de las trompas de Falopio o también en la cavidad
abdominal. Estas tres últimas alternativas constituyen
lo que se conoce por embarazo extrauterino y se deno­
minan embarazo ovárico, tubárico y abdominal, respecti­
vamente.
La gravidez extrauterina puede poner en peligro la
vida de la futura madre y manifestarse en fenómenos pa­
tológicos, siendo el más serio de ellos la rotura de la
trompa. En tal caso se indica generalmente la interven­
ción quirúrgica.
En un embarazo normal, pronto el óvulo se pone en
contacto, a través de la membrana uterina mucosa, con
la circulación de la sangre, que lo provee de todo lo
226 Enciclopedia Sexual E volución del raro 227

necesario a su desarrollo. El huero humano Impregnado sexo está ya determinado. Desde ese memento, el análisis
sólo se hace risible a simple vista al tercer día de fe­ de sangre de la mujer puede dar al médico ciertos indi­
cundado, en que tiene un diámetro de 0.508 milímetro; cios en cuanto al sexo del niño (1).
al séptimo u octavo dfa su diámetro es de 3.81 milímetros. Durante el cuarto mes, el flúido amniótico aumenta
Como vemos, en los primeros dias el crecimiento del em­ considerablemente; tiene ahora el feto alrededor de seis
brión es extremadamente rápido. Los rudimentos de la pulgadas de largo, comienza a moverse y aparecen el
columna vertebral, de la cabeza y del corazón se distin­ cabello y las uñas.
guen pronto, y los de los brazos y las piernas, al término Cerca del noveno mes, llega el feto a diez pulgadas y
del primer mes. En esta fecha el embrión mide alrededor se torna cada vez más activo; el tejido adiposo se des­
de 12.7 milímetros. Al finalizar el segundo mes llega ya arrolla y pierde aquél su aspecto terrible. Durante él
a 1.5 pulgada de largo, pero es todavía Imposible dis­ mes noveno, mide de 17 a 24 pulgadas y su apariencia
tinguir el sexo, que no se evidencia sino al cuarto mes. es la misma que al nacer. No es exagerado decir que,
Respecto al desarrollo del cuerpo materno, una sólida durante el desarrollo del feto, se produce una revolución
masa compuesta de vasos sanguíneos se forma en las pa­ en el organismo de la madre.
redes del útero, donde el óvulo se ha fijado. Esta masa Revolución que comienza con las alteraciones facia­
crece con rapidez y toma la forma de un disco, de cerca les; aparecen las ojeras, y las mandíbulas de las cara3
de 1.25 pulgada de espesor, llamado placenta. Durante la más o menos delgadas se hacen más prominentes. Pue­
gestación, un lado de la placenta adhiere a ia pared ute­ den también aparecer las manchas; los senos se hin­
rina Interior, mientras el otro conecta el feto con el útero chan, los pezones se agrandan y tornan hipersenstbles y
a través de los vasos sanguíneos umbilicales. De este las auréolas se oscurecen. Transcurrido el tercer mes,
modo el feto es nutrido y provisto de oxígeno. El tubo una ligera presión en los senos es con frecuencia sufi­
que conecta la placenta con el feto, y lleva a éste los ciente para hacer brotar gotas de leche.
flúldos nutritivos de la madre, se denomina cordón umbi­ El volumen del útero, naturalmente, aumenta con jl
lical. Creen muchas mujeres que si comiesen mucho du­ feto. Después del tercer mes el abdomen de la mujer co­
rante el embarazo el feto crecerla tanto que el alumbra­ mienza a abultarse; el útero expandido presiona hacia
miento seria muy dificultoso. Pero están equivocadas, arriba y hacia los costados todos los órganos que llenan
puesto que el feto se alimenta solamente a través de los la cavidad abdominal; los intestinos se comprimen y sus
vasos sanguíneos, y la cantidad de alimentos que la movimientos específicos, tan importantes durante la di­
madre Ingiere muy poco afecta la composición de su san­ gestión, se traban. Es por esto que la constipación, por
gre. Ño hay, pues, razón alguna para que la mujer se así decirlo, es el corolario frecuente del embarazo y tiende
someta a un régimen dietético. Salvo en casos excepcio­ a provocar diversos trastornos de la digestión, como, por
nales, la mujer puede comer lo que le agrade y cuanto ejemplo, los ardores del estómago, la pérdida del apetito,
necesite, sin peligro de afectar el tamaño definitivo del etcétera. La presión hacia arriba reduce el volumen del
feto. tórax. No podemos entrar en detalles acerca de este pí o-
Entre la placenta y el feto, y cerca de éste, hay una
membrana llena de liquido que se llama saco ainnlótlco. d i Estos análisis y su Interpretación se encuentran por
En las postrimerías del tercer mes, o al comienzo del
d momento en su etapa experimental y no puede confiarse
mucho en ellos. Sin embargo, es posible uve en un futuro cer­
cuartc, alcanza el feto cuatro pulgadas de largo, y su cano adquieran un valor práctico decisorio. — N. H.
228 ENcICLov x d i a S exual
L a FECHA &EL PASTO 229
ceso, y nos limitaremos a decir que esa presión puede
producir perturbaciones respiratorias (la respiración por este dato puede determinarse la fecha del alumbra­
breve) y en la circulación (várices y flebitis). Se notan miento. Pero este solo Indicio no puede dar más que la
también ciertos trastornos renales (riñones), pero no se fecha aproximada, pues la fecha exacta de la impreg­
nación es difícil de ser determinada, a menos que acon­
sabe hasta ahora si tienen su origen exclusivo en la
tezca con una sola copulación. Aun en este caso, como
perturbación circulatoria o en las varias toxinas auto­
veremos, tal fecha es incierta. En resumidas cuentas, es
máticamente segregadas durante el embarazo. Sin em­
muy difícil, si no imposible, anticipar con precisión la
bargo, el hecho es que hay a menudo en la orina de la
fecha del parto.
mujer grávida cierta cantidad de albúmina.
Comúnmente se toma como punto de partida el final
Muchas mujeres, ya afligidas por la deformación del
de la última menstruación. Pero no es ésta una indica­
cuerpo, se angustian todavía más al notar la aparición de ción exacta, pues puede transcurrir un apreciable j>e-
manchas descoloridas en las ingles. Después del alum­
ríodo de tiempo entre la eyaculación y la impregnación,
bramiento esta pigmentación se esfuma, pero no sin dejar ya que, en condiciones favorables, el espermatozoide
rastros. Médicos de todos los tiempos han intentado ha­
puede vivir durante varios días dentro del sistema ge­
cerlas desaparecer, pero sin éxito. nital de la mujer. Muchos ginecólogos confian en una
Los órganos sexuales también se modifican durante tabla de cómputos para fijar el dfa del parto. Siendo el
el embarazo. El cuello del útero y la vagina se reblan­ período de gestación de 280 dias (10 meses lunares),
decen, y la vulva toma un color más pronunciado. En agregan ellos un año, menos 3 meses, más 7 dias, al
realidad, son éstos los primeros síntomas concluyentes primer día de la ausencia del flujo menstrual. Si, por
del embarazo. ejemplo, la mujer comenzó a menstruar la última vez
La mujer conoce su estado de gravidez por la cesación el 8 de febrero de 1937, un año más daría el 2 de febrero
del flujo menstrual; pero de ningún modo es éste un de 1938; menos 3 meses, seria el 2 de noviembre de 1937;
síntoma infalible, por cuanto tal fenómeno puede produ­ más 7 días, se obtendría como fecha de alumbramiento el
cirse por múltiples razones, y porque se han dado casos 9 de noviembre de 1937.
de mujeres embarazadas de verdad, con un ligero flujo Los latidos corazón del feto se hacen perceptibles
durante sus períodos menstruales. hacia el noveno mes y aumentan en intensidad cada
Los indicios absolutos del embarazo son los latidos dfa. Estos latidos son fácilmente diferenciados de los de
del corazón y los movimientos del feto, síntomas éstos la madre y alcanzan un promedio de 140 por minuto.
que sólo pueden ser diagnosticadas después del cuarto Debemos mencionar también el fenómeno conocido
mes. Los síntomas psicológicos de la gravidez son el por pseudoembarazo, o embarazo espúreo, que puede
cambio en la disposición del ánimo y la perversión de los producirse no sólo por trastornos histéricos o mentales
gustos. Durante los primeros meses las mujeres se sien­ de la mujer, sino también en las mujeres perfectamente
ten deprimidas e indispuestas, siendo posible que esta normales. A veces la mujer cree estar embarazada, pero
depresión no desaparezca hasta la época de los movi­ su estado es puramente imaginario. Tal aberración puede
mientos del feto, cuando conocen a ciencia cierta los tener fundamentos físicos o psicológicos. Es posible, por
motivos de su malestar. ejemplo, que la menstruación se detenga varios meses
Se'cree generalmente que “ las patadas” comienzan consecutivos, en los cuales se ha realizado el acto sexual.
exactamente al promediar el período de gestación y que La mujer se imaginará, desde luego, en estado de gra-
230 E nciclopedia
\ S exual

videz, a pesar de que el médico le asegure lo contrario,


pues no siempre logra éste convencerla. El fenómeno
se produce con frecuencia cuando las mujeres que siem­
pre han anhelado un hijo entran.en la menopausia. En
esa época la menstruación se tom a irregular, el abdomen
se distiende y, a menudo, se producen tumores en las
trompas de Falopio, o en el útero, todo lo cual contribuye c a p it u l o xvn
a confirmar sus sospechéis. Se han registrado casos en
que las mamas comenzaron a segregar algunas gotas de ¿VARON O MUJER?
leche, quizá debido al estimulo eje las glándulas mama­
rlas y como consecuencia de las repetidas manipulaciones Ciencia y superstición. — ¿ Pu ed e la m a d re p o r su m od o d e v iv ir
de la mujer. Es fácil Imaginar la alegría de una mujer influ en cia r sobre e l sexo del e m b r ió n ? — £1 sexo d e l h ijo se
que siempre ha suspirado vanamente por un hijo y que, d eterm ina e n e l m o m e n to d e la con cep ción . — S I esp erm a to­
justamente al entrar en los umbrales de la vejez, cuando zoide m asculino y e l fe m e n in o . — L a ca rrera e n procura de I
cree que su vida sexual ha terminado, halla en sí misma óvulo. — Estadísticas, teorías y experiencias. - - L a pa rte d es­
algunos síntomas del embarazo. em peñada p o r la secreción vaginal. — E n O r a n B reta ñ a n a cen

- Se aferra ella con desesperación a la más remota es­ 100 m u je re s por cada 105 va ron es. — L a obra del p rofesor U n -

peranza, al más leve indicio de gravidez. Cuando su mé­


terberger, d e K o e n ig sb e rg .— C ó m o in flu en cia r sobre el sexo d el
vástago. — L o s alcalinos en e l ca nal va gin a l fa v o re c e n ta p ro ­
dico procura desengañarla, se niega a creerle y recurre creación d e varones.
a otro. ¿Cómo desilusionarse si ya no menstrúa, si su
abdomen aumenta de tamaño, si siente moverse el feto
El saber si el hijo esperado es varón o mujer es una
(debido en realidad a un tumor), y nota un derrame le­
choso en sus mamas? cuestión que interesa a todos los padres. Es la primera
pregunta que la madre hace al médico o a la obstétrica.
No es raro que tales mujeres, al enfrentarse al fin con Mientras el anhelo ferviente de casi todos los padres es
la dolorosa realidad, se suiciden. Debe el médico obrar en tener un varón, muchas madres prefieren más bien una
tal caso con la mayor precaución y utilizar el más sutil
hija, porque la educación del niño es más embarazosa,
tacto al revelarle la verdad a la enferma. Otra causa del en tanto que la niña es una compañera de la madre.
embarazo imaginarlo es el temor al mismo.
La clase social de los padres es a menudo un factor
Las mujeres jóvenes que se entregan a las relaciones
Importante. Las familias nobles, por ejemplo, necesitan
sexuales clandestinas están a veces expuestas a este fe­ un heredero; lo mismo ocurre entre los campesinos. En
nómeno. Habiéndose detenido la menstruación por al­ el primer caso, es una cuestión de salvaguardia de la he­
gunos otros motivos, tales como la alimentación defi­ rencia. Suele ser también una cuestión de orgullo fuera
ciente, por ejemplo (como ocurrió durante la última de lugar.
guerra mundial), a los que se agregan a menudo factores Fácil es comprender por qué el asunto del sexo del
psicológicos, como el remordimiento, se precipitan en niño por nacer ha preocupado siempre la mentalidad del
brazos de algún charlatán para que las libere del “ em­ mundo médico. Como es natural, la superstición ha
barazo indeseado” , y el cual, naturalmente. (Siempre lo ­ desempeñado su parte al flanco de la ciencia. En ciertos
gra satisfacer a la paciente con absoluta eficacia! distritos rurales, por ejemplo, creen los campesinos que
232 Enciclopedia Sexual D e t e b m i n a c i Ón del sexo 233

para engendrar un varón es suficiente realizar el acto Hemos visto en el capitulo anterior que millones de
sexual con una bota puesta; en el sur de Francia e espermatozoides entran en la cavidad vaginal en el ins­
Italia, los charlatanes aseguran a los granjeros que la tante de la eyaculación, pero que solamente uno fertiliza
manera más eficaz de asegurar el sexo masculino del el óvulo. Bien; ese uno es el que determina el futuro sexo
hijo, es no quitarse el sombrero durante el coito. En al­ del embrión.
gunas partes de Polonia, los campesinos copulan con sus Recordemos que de todos esos espermatozoides algu­
trajes domingueros cuando desean un hijo varón. nos son machos y otros hembras y que todos ellos llegan
Dejando de lado las supersticiones, la teoría cientí- a la vagina simultáneamente, mas uno tan sólo está des­
fica más favorecida al respecto es la de que el sexo del tinado a alcanzar primero el óvulo. Cuando en esta
feto no se desarrolla antes del tercer mes, intervalo du­ “ carrera del huevo” el espermatozoide macho llega pri­
rante el cual es bisexual. En realidad, el verdadero sexo mero, el futuro hijo es varón; en el caso contrario, mujer.
del niño sólo comienza a manifestarse después de ese pe­ ¿Cómo predecir al ganador de esta prueba en que in­
ríodo de tiempo, pero está ya determinado desde el mo­ tervienen doscientos millones de competidores, todos ellos
mento mismo de la fecundación. Destacamos este hecho visibles únicamente a través del microscopio y dotador
porque algunas madres tienen una creencia muy arrai­ de una velocidad que, al final de la carrera, alcanza tan
gada: que su método de vida (dieta, ejercicios, etc.), sólo a una meTa fracción de pulgada por hora? Bajo
puede influenciar sobre el sexo del embrión. Sostienen esta luz se revela el problema en toda su complejidad
ellas que, siendo éste indefinido hasta la duodécima se­ y la parte considerable desempeñada por el azar.
mana del embarazo, es posible afectar el curso de la La ciencia moderna, sin embargo, se ha asegurado
naturaleza durante el transcurso de este período. La so­ con éxito cierto dato vinculado directamente a la cues­
brealimentación, arguyen, conduce al sexo femenino y tión. Se cree ahora que el espermatozoide macho es más
la alimentación escasa, al masculino. Pero la doctrina activo que el germen hembra. Por más activo, no que­
inversa tiene también aceptación. remos significar que se mueva con velocidad mayor,
Estadísticas de un número de embarazos dignas de sino que es más vigoroso y vence los obstáculos con mayor
fe, observadas desde el punto de vista de la dieta, y facilidad. Por lo tanto, cuando las circunstancias exter­
compiladas por hombres de ciencia competentes, han de­ nas (método de vida, alcohol, etc.), producen un efecto
mostrado que el régimen alimenticio de la madre durante adverso en el proceso de la reproducción, siendo el es­
las primeras semanas del embarazo no afecta en modo permatozoide macho más resistente, tiene mayor proba
alguno el sexo del embrión. bilidad de llegar antes al óvulo.
Esta conclusión está confirmada por un médico nor­ El experto hombre de ciencia alemán, doctor Blum, ha
teamericano, el doctor Wilson, quien ha establecido que hecho interesantes experimentos a este respecto. Tomó
el sexo se determina en el momento de la impregnación un número de ratones machos intoxicados y los juntó a
y depende solamente del espermatozoide y del óvulo que las hembras, con el siguiente resultado: 120 ratones ma­
se han unido. chos nacidos contra 100 hembras; mientras que en los
¿Depende de una o de ambas células? Las últimas in­ casos de apareamientos normales el resultado fué de 80
vestigaciones científicas tienden hacia la conclusión de machos contra 100 hembras. Esto parece Indicar que el
que el óvulo no desempeña papel alguno al respecto, no hombre intoxicado está más propenso a engendrar un
ocurriendo así en lo que concierne al espermatozoide. varón que una mujer.
234 Enciclopedia Sexual P h o p e n s ió n m aterna 233
Algunas estadísticas demuestran que los primeros hi­ sexo predomina claramente sobre el otro y por qué esta
jos son con más frecuencia machos. Como suele acon­ tendencia hereditaria se transmite a través de las mu­
tecer que el joven marido posee a su mujer después de jeres.
abandonarse a la fiesta de boda, parecería esto confir­ Las investigaciones recientes han conducido a la si­
mar el experimento de los ratones. guiente explicación: Estando excluido al respecto el pa­
Na es ello, sin embargo, suficiente para explicar el pel del óvulo, debemos volver la vista a otras partes del
hecho de la prevalencia de machos entre los primeros organismo femenino. Sabemos que la vagina segrega
hijos. Sabemos que los órganos genitales de la mujer cierto ácido y que este ácido afecta definidamente a los
que acaba de perder su virginidad presentan más obs­ espermatozoides, pudiendo herirlos o destruirlos comple­
táculos a la marcha de los espermatozoides, pues son ellos tamente. La composición de este ácido puede estar In­
estreches y están obstruidos por los restos del hlmen. fluenciada por factores hereditarios y, a causa de su
Esto explicarla también por qué el espermatozoide mascu­ acidez, destruir los espermatozoides hembras, mientras
lino, más activo, está más propenso a llegar primero sobreviven los machos, más vigorosos. Esta sería una
al óvulo. explicación plausible del por qué algunas familias en­
Otra teoría muy difundida sostiene que el sexo está gendran sólo varones, y otras, mujeres.
determinado por la diferencia de temperamento en la
* • •
pareja. Algunos hombres de ciencia han llegado hasta
afirmar que cuando el hombre es mucho más viejo que
la mujer, tiene más probabilidades de engendrar varones, Por lo que antecede, resulta claro que nuestro cono­
mientras que la paridad de años favorece al nacimiento cimiento actual no nos permita ejercer influencia sobre
de mujeres. Las estadísticas, empero, no confirman, en el sexo del hijo futuro. El único resultado positivo lo­
grado — aunque discutido aún— es el que se basa en la
modo alguno, esta tesis.
intoxicación del macho antes del acto sexual. Pero este
Los criadores de animales han observado que los ma­
métodíLpo puede en modo alguno recomendarse, a causa
chos de actividad sexual excesiva engendran más a me­ del efecto pernicioso del alcohol y los subsiguientes efectos
nudo hembras, y que cuando no están en la posesión de que puede provocar.
todo su vigor sexual, producen machos. Aplicado mutatis Algunos médicos han intentado cambiar la compo­
mutandis al hombre, esta curiosa teoría Implicaría que, sición de la secreción vaginal. Los resultados son muy
en el curso de una noche de amor, la última copulación problemáticos debido a las cantidades infinitesimales con
engendrarla a un varón. Por tal motivo, ciertas personas que deben ellos operar y que hacen casi imposible medir
aconsejan el uso de métodos anticoncepcionales durante la dosis conveniente para tal o cual caso. Según las
los primeros coitos, pero no durante los últimos. Esta estadísticas, en Oran Bretaña nacen 105 varones por
teoría es demasiado débil para resistir al análisis. cada 100 mujeres.
De acuerdo a otra teoría, la naturaleza de la mujer De lo que se deduce que las parejas tienen el 52 por
sería la determinante del sexo del niño por nacer. Aun­ ciento de probabilidades de tener un varón, y que' todos
que el óvulo es por completo asexual, algunos casos pa­ los recursos de la ciencia no pueden alterar esa cifra más
recen probar la influencia de todo el aparato genital fe­ que en un 0.1 por ciento.
menino. Esto explicaría por qué en ciertas familias un A todos aquellos que desean influir sobre el sexo del
236 En c i c l op e d i a S exual
hijo por venir, la ciencia sólo puede responder con las
palabras de Dante: Lasciate ogni s p e r a n z a . (1).

(1) El reciente trabajo del profesor Unterberger, de Koe- CAPITULO xvm


nlgsberg, sugiere que nos bailamos Analmente en condiciones
de ejercer alguna Influencia sobre el sexo del niño futuro. Se HIGIENE DE LA MUJER EMBARAZADA
ha descubierto que en muchos casos de esterilidad, las secre­
ciones vaginales de la mujer eran demasiado acidas. Como se
creía que la esterilidad podía deberse a esta acidez, se hi­ El em barazo n o es una en ferm ed a d, -- Los vóm itos de la m u je r
cieron esfuerzos tendientes a disminuirla, mediante la aplica­ grávida. — R é g im e n alim enticio d u ra n te el em barazo. — Ves­
ción de substancias alcalinas, antes del coito. En los casos en tidos e higiene del cuerpo. — El codo d u ra n te el em barazo. —
que la fertilidad se producía, nacían hijos varones en una E fectos del tra b a jo físico de la m u je r em barazada. — Peligras
gran proporción. Las investigaciones ulteriores parecen demos- del trabajo excesivo. — Necesidad de consultar al médico.
tr<u que la alcalinidad del conducto vaginal favorece la pro­
creación de varones, y una gran cantidad de especialistas, en
muchos países, aconsejan ahora a los matrimonios que desean El embarazo no es una enfermedad. Toda mujer grá­
un hijo varón, algunos tratamientos a base de lavajes de vida debería tener esto presente. Salud, quiere decir
alcalinos convenientes, o de polvos. El éxito de estos trata­ cooperación armoniosa de todos los órganos internos y
mientos varía con la substancia utilizada y la manera de apli­ externos del organismo. Cuando esta armonía se des­
carla, siendo demasiado pronto el pronunciamiento definitivo en
cuanto al valor de los mismos. Pero las evidencias válidas pa­ truye, estamos enfermos. El embarazo no se caracteriza
recen indicar que algún procedimiento de este Upo, propia­ por la falta de esta armonía, sino por un cambio de la
mente aplicado, es favorable a la procreación de varones. —N. H misma en el sistema orgánico femenino. Algunos mé­
dicos llegan hasta afirmar que la gravidez establece en
el cuerpo de la mujer la verdadera armonía que requiere
para su Ubre desenvolvimiento fisiológico.
ES evidente que este cambio de la armonía normal a
la armonía del embarazo presiona, en cierto modo, todo
el organismo, y que la transformación correspondiente
ocasiona distintos malestares, siendo el más común de
ellos el vómito.
Este fenómeno ha dado lugar a numerosas teorías
científicas, siendo la más probable la que lo atribuye a
cierta forma de intoxicación. Algunos productos del em­
brión son tóxicos para la mujer y determinan, al ganar la
corriente sanguínea, la intoxicación, que se manifiesta
con el vómito.
Cuando no es muy violento, puede considerársele un
síntoma normal del embarazo, aplacable mediante el des­
canso y los masajes en el abdomen. En los casos más
HlGIENX SEL EMBARAZO 239
mentos son indispensables a la formación de la estruc­
tura del niño. Una considerable reserva de ellos debe
también ser acumulada en el organismo de la madre,
pues la leche materna que ha de nutrir al bebé es de
CAPITULO x v n i ordinario muy pobre en hierro y calcio. Repetimos, por
lo tanto, que una dieta variada, con un mínimo de al-
buminoides, e integrada en especial por frutas y vege­
HIGIENE DE LA MUJER EMBARAZADA
tales frescos, es la más apropiada para la madre expec­
tante y la más conveniente para el desarrollo del em­
El embarazo no es una enfermedad. — Los vómitos de la mujer
grávida. — Régimen alimenticio durante el embarazo. — Ves­ brión. Hemos de destacar, también, el hecho de que la
tidos e higiene del cuerpo. — El coito durante el embarazo. — mujer embarazada no siempre debe aplacar su sed (1),
Efectos del trabajo físico de la m ujer embarazada. — P elig ra que es muy intensa en ese período, pues ello presiona la
del trabajo excesivo. — Necesidad de consultar al médico. circulación de la sangre, que soporte ya una labor más
excesiva que la normal. El abuso del alcohol, corno del
El embarazo no es una enfermedad. Toda mujer grá­ café y los cigarrillos, perjudica también el desarrollo
vida debería tener esto presente. Salud, quiere decir del feto.
cooperación armoniosa de todos los órganos internos y
externos del organismo. Cuando esta armonía se des­ • • *
truye, estamos enfermos. El embarazo no se caracteriza Respecto a la higiene corporal de la madre expec­
por la falta de esta armonía, sino por un cambio de la tante, ha de prestarse preferente atención a las mamas.
misma en el sistema orgánico femenino. Algunos mé­ Deben éstas prepararse anticipadamente para su función
dicos llegan hasta afirmar que la gravidez establece en futura y limpiarse a diario con agua tibia y jabón, a fin
el cuerpo de la mujer la verdadera armonía que requiere de impedir sus asperezas y resquebrajaduras. Una o dos
para su libre desenvolvimiento fisiológico. veces por semana deben ser frotadas con un astringente,
Es evidente que este cambio de la armonía normal a y todos los días con lanolina o manteca de cacao, a fin
la armonía del embarazo presiona, en cierto modo, todo de darles consistencia y agilidad.
el organismo, y que la transformación correspondiente El descuido de este detalle hace a la madre dolorosa
ocasiona distintos malestares, siendo el más común de
la nutrición, y hasta necesario el destete prematuro
ellos el vómito.
del vástago.
Este fenómeno ha dado lugar a numerosas teorías Debe, también, prestarse atención a los intestinos,
científicas, siendo la más probable la que ¡o atribuye a tanto más cuanto que la constipación es uno de los sin­
cierta forma de intoxicación. Algunos productos del em­ tomas más comunes del embarazo.
brión son tóxicos para la mujer y determinan, al ganar la Han de adoptarse vestidos adecuados al cambio de la
corriente sanguínea, la intoxicación, que se manifiesta
con el vómito. (11 Esto no significa que la mnler grávida deba privarse
Cuando no es muy violento, puede considerársele un de beber liquldoa. Ha de beber seis vasos de agua por dia, a
síntoma normal del embarazo, aplacable mediante el des­ fin de facilitar la limpieza de los riñones y asegurar que loe
canso y los masajes en el abdomen. En los casos más movimientos no sean indebidamente rígidos y secos. — N. H.
E l corro y e l embarazo 241
240 Enc icloped ia Sexual
intensos como jamás los he sentido en el resto de mi
figura corporal. Toda contracción ha de ser evitada. Es
vida” .
necesario, y muy importante, sostener los senos, a fin de
En otros capítulos hemos visto que el temor al emba­
que no goteen, con un pórtasenos común. Cuando el
razo impide a muchas mujeres abandonarse al goce se­
abdomen es particularmente voluminoso, debe usarse una
xual. Pero una vez que la mujer se halla en ese estado,
faja.especial, para evitar que el feto se mueva hasta el
punto de adoptar una posición inconveniente al acer­ esta inhibición desaparece.
carse la fecha del parto. Sin embargo, no ha de olvi­ A pesar de estas reservas respecto a nuestra afirma­
ción inicial, es un hecho, sin embargo, que el coito puede
darse que una faja mal ajustada puede producir el efecto
ser tan perjudicial a la madre como al hijo. Se sabe
opuesto. Cuando, por ejemplo, es demasiado apretada,
que la membrana mucosa de los órganos genitales se
presiona sobre la matriz, lo que puede traducirse en un
tom a mucho más delicada durante la gestación, es­
perjuicio para el parto.
tando, por consiguiente, más expuesta a las lesiones.
Las infecciones y las inflamaciones son, pues, con no
• • • poca frecuencia, resultados del coito.
Analicemos, por consiguiente, el pro y el contra de
Una cuestión muy debatida es la que se refiere al la intimidad sexual durante el embarazo. Desde el punto
acto sexual durante el embarazo. Se trata de algo di­ de vista de la mujer, no es recomendable, a causa de los
fícil de contestar con simplicidad, y en lo que toda gene­ peligros que presenta, siendo el malparto uno de ellos.
ralización es imposible. Sin embargo, como las parejas no pueden, o no quieren
No hay duda que las contracciones uterinas que acom­ renunciar a las relaciones sexuales por tanto tiempo, el
pañan al coito tenslonal pueden provocar un malparto. consejo médico puede resumirse de la siguiente manera:
Como sabemos, los animales hembras evitan todo con­ Cuando es absolutamente necesario, el coito puede tener
tacto con los machos durante su preñez. Esto parecería lugar durante los primeros seis o siete meses del emba­
indicar que la naturaleza se opone a la intimidad sexual razo, siempre y cuando se observen el mayor cuidado y
durante el embarazo. las más grandes precauciones higiénicas. En el capítulo
Por otra parte, las relaciones entre los seres humanos referente al acto sexual hemos descripto las actitudes
son mucho más complejas e intervienen en ellas otros más convenientes a adoptarse (1).
factotes que han de tenerse en cuenta. • • •1
Nuestra civilización está fundada en la monogamia,
uno de cuyos principios básicos es la fidelidad conyugal.
Pero si el marido se separase sexualmente de su esposa (1) Estoy en completo desacuerdo con este punto de vista,
durante meses, su fidelidad estaría sometida a una dura A mi entender, el coito, realizado con la debida deUcadeza,
prueba, y ios hogares más unidos correrían el riesgo de no es en absoluto pernicioso para la mujer embarazada. Tiene
deshacerse. Además, se ha probado que el deseo sexual ella que renunciar a muchas cosas a consecuencia de su estado,
y si se la privase de la satisfacción sexual durante un periodo
de la mujer se acrecienta durante la gravidez. Havelock de varios meses, el embarazo se tomaría menos atractivo aún
Ellis cita al respecto una carta que recibió de cierta ma­ de lo que ya es. A algunas mujeres, de fácil malparto, podría
dre: "He tenido un solo hijo, y puedo decirle que cuando aconsejárseles la abstención del acto sexual, Pero tales casos
lo llevaba en mis entrañas mis deseos sexuales eran tan son.la excepción y no la regla. — N. H.
242 E h c i c l o p e d i a S e x u a l LA FATIOA PEL EMBAE AZO 243

Daremos aguí algunas estadísticas debidas a Latour- guiar u ocasional, influye sobre él. Creer que el peso del
neau. Este médico y sabio ha registrado el peso de 732 recién nacido es de importancia secundaria, sería un
niños recién nacidos, hallando que los vástagos de 137 error, pues cuanto menor es su peso, tanto más reducida
mujeres que durante el embarazo habían hecho trabajos es su resistencia orgánica durante los primeros meses, en
físicos pesados, de naturaleza doméstica los más, pesa­ que está expuesto a tantas influencias adversas.
ban, término medio, 3.081 gramos. En 115 casos de muje­ Hombres de ciencia y ginecólogos han probado me­
res ocupadas en. labores más o menos cansadoras (costu­ diante estadísticas que las mujeres que trabajan con
reras y modistas), y que durante los últimos meses del exceso durante los últimos meses del embarazo, tienen
embarazo no pudieron tomarse el descanso debido, el con frecuencia un alumbramiento prematuro, por lo ge­
peso se elevaba a 3.130 gramos. neral de diez a doce dias antes que el de las mujeres que
Debe tenerse en cuenta que la constitución física de se toman el descanso necesario. El nacimiento prema­
las mujeres acostumbradas al trabajo rudo es, por lo turo significa inferioridad física. Esto explica la mayor
general, más robusta que la del segundo tipo. Era de es­ mortalidad infantil en las clases trabajadoras.
perarse, pues, que sus hijos pesasen más que los de las Las consideraciones precedentes entran en la esfera
mujeres más débiles. Pero como esta estadística da un del bienestar social. En este libro no nos proponemos
resultado contrario, debemos atribuirlo a la influencia enfocar el problema desde este ángulo.
del trabajo excesivo durante el embarazo. Hizo, también, La conclusión práctica de cuanto dejamos dicho es que
Latoumeau, una escala comparativa de los recién nacidos toda mujer grávida debería evitar cualquier fatiga, por
de ambos tipos de mujeres que no habían trabajado du­ lo menos durante los dos o tres meses anteriores al
rante los últimos meses de gravidez. El resultado con­ parto. Esto no significa que mía hora de costura, o de
firmó la tesis, puesto que el peso medio de los hijos de ligeros trabajos manuales, sea perniciosa, sino que debe
las mujeres pertenecientes al primer grupo fué de 3.319 evitarse el trabajo regular profesional, por leve que pa­
gramos, es decir, 238 gramos más que los de las mujeres rezca.
de este grupo que trabajaron hasta el fin, y de 3.218 gra­ Por otra parte, el exceso de trabajo durante los pri­
mos en el segundo caso, el de las madres de trabajo se­ meros dos meses es igualmente peligroso, debido al riesgo
dentario. de malparto que presenta. Este peligro existe no sólo en
En conclusión, el peso del bebé recién nacido de ma­ el trabajo profesional, sino también en toda suerte de
dre que realiza trabajos pesados hasta el último momento esfuerzo, como el andar a caballo, danzar, saltar, o los
del embarazo, pesa alrededor de 240 gramos menos que largos viajes en ferrocarril o en automóvil. Cualquier
el de madre que ha tomado su descanso necesario. Vemos tensión muscular, como el levantamiento de pesos, o el
también que no sólo los trabajos rudos, sino también los esfuerzo tendiente a mover los intestinos, pueden des­
menos cansadores, tales como el de las modistas y las plazar el útero y afectar, por consiguiente, el embrión.
costureras, reducen el peso de los recién nacidos. Ni por un instante deben las madres expectantes olvidar
Nos hemos detenido bastante en estas estadísticas que el corazón tiene que atender dos sistemas circula­
porque muchas mujeres creen que el trabajo relativa­ torios y que, por tal causa, trabaja siempre mucho. Por
mente liviano, como el de la aguja o el oficinesco, no lo tanto, deben evitarle toda carga adicional. Los casos
afecta el desarrollo del feto. Se ha demostrado, por el de muertes repentinas debidas a ataques cardíacos no
contrario, que cualquier ocupación profesional, sea re­ son poco frecuentes en las mujeres embarazadas.
244 Enciclopedia Sexual
Sin embargo, no debe deducirse que la mujer grávida
ha de pasar su período de gravidez en cama, pues esto,
además de dificultar el parto, provocaría la acumulación
de grasas y la opresión del corazón. Los paseos a pie y
los ejercicios livianos son Indispensables, como también
las distracciones y un método de vida regular.
CAPITULO XXX

Terminaremos este capítulo con una advertencia im­


portante. Tan pronto como la mujer nota los síntomas PSICOLOGIA DE LA MUJER EMBARAZADA
del embarazo, debe hacerse revisar totalmente por un
médico, pero en particular el corazón, los pulmones y Apetencia s raras d e la m u je r grávida. — L a señora q u e ingirió
los riñones, pues las complicaciones serlas, a menudo cien to cincuenta pastelillos. —Apetencias de la m u je r y del v á s -

fatales, pueden evitarse mediante el tratamiento médico tago, — Sugestión y autosugestión. —Supersticiones. Efectos
de la con m oción nerviosa. — L a cleptom a nía y el código de
oportuno. n a p o le ó n .

Uno de los fenómenos más interesantes y quizá más


difíciles de explicar psicológicamente es el conocido vul­
garmente por “ antojos" de la mujer embarazada, que se
refiere a la apetencia irresistible de ciertos alimentos y
bebidas. Anhela en ocasiones algo que en estado normal
no hubiese intentado osar, mientras que en otras, sólo se
acrecienta en ella la apetencia de uno de sus platos fa­
voritos. Estos anhelos son a veces tan extraordinarios
como no es dable concebirlos en una persona de salud
normal. Havelock Ellis, uno de los ases de la sexología
Inglesa, narra casos de mujeres grávidas que comieron
vorazmente arena, carbón, ceniza o trozos de metal. Otras
se sienten atraídas por cosas repulsivas, como el excre­
mente humano, las arañas, los sapos, etcétera.
Son éstos, por supuesto, casos excepcionales, que en­
tran en el terreno de la patología, pues la mayoría de las
mujeres embarazadas apetecen dulces, frutas y vegetales
ácidos.
En los círculos médicos se ha registrado el caso de
una señora, de rango social elevado, que Ingirió en un
día ciento cincuenta pastelillos. De las frutas, las man­
zanas y las cerezas son las más apetecidas, quedando la
naranja y el limón en segundo lugar. Los píckles de
pepino y el tomate mantienen el record en el reino ve­
getal.
240 En ci cl op ed ia S ex u al Los “ANTOJOS” 247

Las apetencias Liquidas son más variadas, pero la barazo bastante adelantado, repentinamente, su madre,
leche, el café, los licores y el vinagre, parecen ser los pre­ dejando el tenedor, exclamó: “ (Jamás te he preguntado
dilectos. qué antojo tienes!". Contestó la duquesa que no tenía
Es posible que el fenómeno se dé al revés, en cuyo ninguno y que pasaba mal sus días y sus noches. “ Nin­
caso la mujer siente una repugnancia irresistible por las gún antojo — replicó su madre— no es posible. Conver­
cosas que antes le agradaban. A veces esta repugnancia saré ciertamente con tu suegra” . Ambas ancianas se ha­
es tan grande, que el solo olor la descompone. blaron al oído y explicaron luego a la joven futura madre
El estudio de las causas de tales apetencias ha dado que una apetencia Insatisfecha podía hacer un monstruo
lugar a numerosas teorías, ninguna de las cuales es en­ del niño. El esposo, a su vez, comenzó a interrogarla
teramente satisfactoria. diariamente acerca de sus antojos. Su cuñada le narró
Sostienen algunos médicos que los cambios orgánicos toda suerte de historias de niños nacidos defectuosos
resultantes del embarazo y las correspondientes altera­ por tal causa. Comenzó la duquesa a asustarse y a In­
ciones en el funcionamiento glandular requieren la pre­ quirirse cuál podría ser el suyo, pero no hallaba la res­
sencia de ciertos elementos, innecesarios antes al orga­ puesta. Hasta que, finalmente, un día, comiendo un ca­
nismo. Otra teoría interesante es la basada en la obser­ ramelo sazonado de ananá, se le ocurrió que este fruto,
vación de que tales anhelos se refieren por lo común a que jamás había saboreado, pues era entonces muy raro,
los alimentos preferidos por los niños (dulces y frutas), debía ser delicioso. Por tal causa comenzó a apetecerlo,
por lo que se deduce que corresponden a una necesidad tanto más cuando se le informó que en esa estación del
orgánica del feto. ¡De modo que los “antojos” instintivos año era imposible obtener ese fruto. Sintió luego que
de la madre no vendrían a ser más que las apetencias debia comerlo o, de lo contrario, se moriría. En vano
del vástago que lleva en las entrañas. recorrió el mariscal todo París ofreciendo veinte libras
Esta teoría sería aceptable en los casos en que los esterlinas por un ananá. Hasta que, al fin, pudo lograr
deseos se refieren a la nutrición normal, pero no explica uno de madame Bonaparte, con el que llegó a su casa
los antojos grotescos que hemos mencionado. precisamente cuando su esposa, siempre pensando en el
Nos parece que la sugestión y la autosugestión pue­ bendito fruto, se habia retirado a dormir. Penetró él al
den explicar muchas de las fantasías de las mujeres cuarto de la duquesa con el ananá debajo del brazo y el
grávidas. Han oído ellas que sus madres, amigas, vecinas, beneplácito de su suegra, resplandeciente de dicha, pues
tuvieron antojos durante el embarazo, y se sienten en en el curso de uno de sus embarazos había apetecido,
cierto modo obligadas a tenerlos también. Existe, ade­ inútilmente, cerezas en enero, a cuya causa atribuía la
más, una superstición muy difundida según la cual la mancha de “ frutilla” de su hijo, que científicamente se
ausencia de antojos es un mal presagio para el futuro conoce por “ lunar". Agradeció la esposa a su marido
hijo. Tomamos de Havelock Ellis el siguiente ejemplo re­ efusivamente y preparóse a comer el fruto, pero Junot
ferido a la duquesa d’Abrantes: la detuvo, diciendo que Corvisart, médico imperial, le
“ Cuenta la duquesa en sus memorias cómo, en su pri­ había manifestado que no debía ella en modo alguno in­
mer embarazo, fué forzada a un antojo por los cuidados gerirlo de noche, pues era muy indigesto. Renunció a
ansiosos de sus padres y de su esposo, el mariscal Junot. ello y pasó la noche acariciando la idea de saborear el
Aunque padecía frecuentes náuseas, no tenia apetencia ananá. A la mañana siguiente entró el marido a su
alguna. Un día, a la hora del almuerzo, estando su em­ habitación, cortó el fruto en rebanadas y se lo ofreció
242 Enciclopedia Sexual F enómenos psicopatolóoicos 249
en una escudilla china. Sintió entonces la duquesa una
Debemos admitir, sin embargo, que un temor, o al­
repentina y violenta repulsión, siéndole absolutamente guna conmoción nerviosa, pueden influenciar la evolu­
imposible tocar el fruto. Inútilmente intentaron persua­
ción dél feto, a pesar de la ausencia de relación directa
dirla. Hubieron de llevar el ananá y abrir de par en par
entre ambos sistemas nerviosos. Se presume que esta
las ventanas, porque su olor le era repulsivo. Agrega la
repercusión es transmitida por la circulación de la san­
duquesa que desde entonces, aunque le agradaba el sabor
gre. Sabemos, ciertamente, que todos los cambios que
del ananá, no podía comerlo sin esfuerzo. Debemos agre­
gar que la duquesa se volvió loca en su vejez.” tienen lugar en el sistema glandular de la madre dejan
Es éste un ejemplo interesante de sugestión, y no huellas en la sangre y, por consiguiente, en los elementos
creemos exagerar al decir que la influencia de una ter­ nutritivos transmitidos al embrión. Si la mujer grávida
estuviese sujeta a angustias y trastornos sellos, su hijo
cera persona puede, en gran parte, determinar los anto­
futuro sería, probablemente, nervioso en extremo. De
jos de una mujer grávida.
aquí la necesidad de eludir toda preocupación.
Se ha dicho también que la satisfacción de las ape­
Difícil es creer hasta qué punto las supersticiones y
tencias evita los vómitos matutinos, pero es muy difícil
creencias relativas al embarazo se han arraigado hasta
hallar el fundamento de esta afirmación. Lo cierto es
en los círculos cultos. Conocemos a una mujer, perte­
que las apetencias no pueden ser atribuidas solamente
neciente a una clase social elevada, que acostumbraba
a la sugestión, por cuanto esta peculiaridad es tan cono­
pasar dias enteros en el Louvrc, frente a los cuadros de
cida en los pueblos primitivos como en los civilizados.
los grandes maestros de la pintura, para que el hijo que
Ciertas tribus aborígenes las consideran deseos sagrados.
llevaba en sus entrañas “ tuviese el rostro de un án­
Podemos decir, en resumen, que aun cuando no conoz­ gel” ( ! ) . Lo trágico de está historia es que el niño nació
camos las razones biológicas de tales síntomas, debemos hidrocéfalo y murió al segundo día.
aceptarlos como hechos Indiscutibles y tratarlos como En los Estados Unidos se dice que algunas mujeres
tales. blancas engendraron hijos de color porque durante el
Otro fenómeno del embarazo, Igualmente extraño, es embarazo miraban mucho a los negros. SI los esposos
la creencia que el objeto que impresiona fuertemente a
persisten en creerlo así, no nos corresponde a nosotros
una futura madre puede afectar el físico del hijo. T al es
desilusionarlos. Sólo nos limitaremos a darles un con­
el caso de los labios leporinos, las manchas de frutilla, los sejo: Lo mejor que podrían hacer, si no desean un he­
lunares, las orejas deformes, etcétera. A la misma causa redero de color, es evitar que sus esposas se abandonen
se han atribuido las más serias deformidades congénitas. a la contemplación frecuente de los negros.
No podemos sino sonreír ante tales disparates. No Otro de los fenómenos frecuentes del embarazo son
hay ninguna relación directa entre el feto y el sistema las perturbaciones mentales, características durante los
nervioso de la madre; más aún, las tendencias físicas y p rim en » meses, y que, por lo general, se manifiestan por
psicológicas están en parte determinadas en el momento un temor a la muerte que degenera en melancolía. Pero
de la Impregnación, siguiendo la evolución del feto una una vez que la mujer ha sentido “ las patadas” , o después
dirección más o menos ya señalada. En realidad, si estu­ del parto, esta perturbación, comúnmente, se desvanece,
diásemos el origen de los lunares, de las monchas; etcé­ pero no siempre. Conocemos casos de melancolía Incu­
tera, veríamos que casi siempre pueden atribuirse a la rable, de histeria y de epilepsia, originados por el embara­
herencia. zo, pero estas enfermedades estaban, quizá, latentes, ha-
250 Enciclopedia Sexual
biendo la gravidez sólo Contribuido a apresurar su des*
envolvimiento.
Entre ios trastornos psicológicos que pueden afectar
a la mujer embarazada, debemos mencionar también la CAPITULO x x
cleptomanía, que no es poco frecuente. Por suerte, los
objetos de esta codicia mórbida son casi siempre dulces “ PARIRAS TUS HIJOS CON DOLOR”
o frutos, de modo que el latrocinio se justifica por el im ­
pulso irresistible de los “ antojos” . Una de las leyes de Síntomas prelim inares, —Comienzo y duración del parto. —
la Revolución Francesa, la de Germinal 28, año III, con­
D ilatación del cuello del útero. —
Contracciones del ú tero y de
la pa red abdom inal. — N a cim ien to d el n i ñ o . E x p u l s i ó n d e la
tenía una impunidad parcial para esta especie de pi­ placenta. — --
Mellizos. Posibles com plicaciones. — H ig ie n e d el
llaje, pero fué derogada por el Código de Napoleón. parto. -- La Operación cesárea. — P r o y con tra dél uso de anes­
tesia. — Ligadura del cordón um bilical. — El sueño crepuscular.
— L o s paliativos m á s m odernos.

“ La hora critica se aproxima” . Asi decimos, más o


menos, y por regla general, al acercarse la hora del parto.
¡Cuán afortunadas serían las mujeres si fuese exacto el
sentido literal de la frase, y los dolores del alumbra­
miento se redujesen a una sola hora!
Durante las últimas seis o siete semanas del emba­
razo, siente la mujer, por momentos, que su abdomen se
hincha y endurece. Esta sensación dura algunos ins­
tantes y no causa dolor alguno. Débese a las ligeras con­
tracciones uterinas, precursoras del parto verdadero. En
el Instante definitivo del alumbramiento estas'contrac­
ciones son más frecuentes y violentas, haciendo que el
útero pueda expeler su contenido a la vagina, de donde
sale al mundo exterior.
Existen muchas teorías relativas al comienzo de los
dolores. La más generalmente aceptada es que la acumu­
lación de toxinas, producidas por el feto, irrita los múscu­
los uterinos, suscitando así los primeros dolores espas-
módicos.
La mayoría de las mujeres grávidas anticipan el ins­
tante del parto con su excesiva nerviosidad. Debe notarse
que esta nerviosidad natural, que las ataca en ese mo­
mento, les da la impresión de que la cosa se prolonga
demasiado. Sin embargo, pronto'las contracciones a que
M e c á n ic a d e l p a n t o 253
252 EHCICLOTEDIA SEXUAL
mente, la matriz, y van acompañados por un derrame
nos hemos referido se intensifican y asumen la caracte­ mucoso veteado de sangre. Transcurrido un tiempo, la
rística de los dolores que anteceden al parto; momen­ bolsa de agua se rompe, lo que permite acercar la cabeza
táneos y alternados con Intervalos de alivio. Estos do­ del feto a la vulva, la cual se expande gradualmente,
lores, fácilmente soportables al principio, se agudizan, y hasta que un nuevo esfuerzo permite pasar la cabeza y
los intervalos de calma se acortan cada vez más. Los el cuello del niño por la misma. Otra pausa, un nuevo
músculos del útero han comenzado su tarea de expeler esfuerzo y salen los hombros; luego la espalda, las nalgas
el feto en la brevedad posible, tarea ésta más difícil de y, finalmente, los pies. L a madre experimenta un gran
realizar de lo que la mujer desearla. alivio y siente que el pequeño ser que ahora tiene a su
La experiencia clínica ha demostrado que el primer lado, unido a ella aún por el cordón umbilical, bien me­
parto dura generalmente, como mínimo, de dieciocho a recía los dolores soportados.
veinticuatro horas. Para la mujer que ha dado a luz Pero después de nacido el vástago, quedan todavía
varios hijos, el tiempo se reduce, por lo común, a nueve en el útero substancias ahora inútiles, que han de ser
o seis horas, y aún menos. expelidas, a su vez, al exterior.
En el capítulo referente a los* órganos genitales de la Es ésta la última etapa del alumbramiento y tiene
mujer hemos mencionado el cuello del útero, que en la lugar veinticinco o treinta minutos más tarde que el na­
última etapa de la gestación mide de 2.2 a 3.5 pulgadas cimiento del niño, después de otra contracción uterina,
de largo por el diámetro de un lápiz. Es a través ds este que desplaza la placenta, la cual sale por la vagina al
estrecho conducto que la cabeza del niño, de 5 a 5.5 pul­ exterior. Puede esto producir una hemorragia, lo que
gadas de diámetro, tiene que pasar (cuando la posición requiere entonces, por parte del médico o la partera, el
de la cabeza se presenta normalmente). No debemos, por mismo cuidado del parto.
lo tanto, sorprendemos de que la dilatación suficiente Los nacimientos subsiguientes siguen, prácticamente,
del cuello del útero necesite horas de tiempo, puesto que el mismo curso, excepto, como hemos visto, en lo que se
cada contracción uterina, acompañada de dolor, sólo lo refiere a su duración, que es evidentemente menor, pues
expande 0.04 de pulgada, más o menos. Por fortuna, el feto halla una resistencia menos vigorosa, la vagina
nuevamente aquí la naturaleza se ha tomado el buen cui­ y el cuello del útero se expanden con mayor facilidad y
dado de facilitar lo más posible este doloroso proceso. la madre, por lo general, sufre mucho monos.
El parto es una cuestión complicada, que no podemos Hay, sin embargo, casos en que el primer parto pro­
examinar en detalle dentro de los propósitos de este gresa sin accidentes, mientras el segundo es considera­
libro. Diremos solamente que progresa por etapas. De blemente más dificultoso. La explicación es sencilla,
quince a veinte días antes del parto, el útero cae, signi­ pues, por regla general, el segundo, o el tercer hijo, son
ficando ello cierto alivio para la madre. Esto quiere decir al nacer mucho más grandes que el anterior
que el feto ha iniciado su marcha, por lo que algunos Debe recordarse también que la presentación normal
médicos consideran que tal hecho es la primera etapa del niño no es una regla Invariable, siendo con no poca
del alumbramiento. La segunda, o paito propiamente frecuencia pélvica, trasera o transversal, lo que consti­
dicho, consiste en las contracciones uterinas automáticas tuye una complicación.
que hemos mencionado y en los esfuerzos conscientes Queda aún por mencionar el duende de toda mujer
th’ la mujer a fin de contraer los músculos abdominales. embarazada: los mellizos. Es evidente que el nacimiento
Estos esfuerzos hacen contraer y expandirse, alternativa­
2St F:;c iclo pe d ia Si z v í C H ig ie n e d e l pa r to 255

slmuli.vinco de dos criaturas es imposible y que debe pro­ que en su infancia sufrieron de raquitismo, pueden ocu-
ducirse uno después del otro. En la mayoría de los casos rrirles serias complicaciones. En otros casos — afortuna­
los mellizos no están tan desarrollados como el niño que damente muy raros— es posible que se produzcan la
tiene a su sola disposición todo el útero. En el caso de los constricción de la matriz, del cuello del útero o de la
mellizos, las condiciones difieren según se hayan des­ vagina, el cáncer o los tumores fibrosos. Las presenta­
arrollado en dos óvulos, o uno solo, dividido después de ciones difíciles, poco comunes, requieren la intervención
la impregnación. En el prim er caso, habrá dos placentas quirúrgica y aún la operación cesárea.
y dos sacos amnióticos; en el segundo, sólo hay una Esta operación, que se conocía ya en la antigüedad,
fuente de nutrición, estando los embriones separados por consiste en la extracción del feto mediante una incisión
una única membrana delgada. En todos los casos el na­ en el bajo vientre y la m atriz. Debe su nombre a la his­
cim iento de mellizos implica dos roturas y uno o dos toria de que Julio César vió la luz de ese modo. En las
partos, según intervengan uno o dos óvulos. El sexo de épocas en que las precauciones quirúrgicas dejaban mu­
los mellizos producidos en un solo óvulo es siempre el cho que desear, considerábase esta operación de lo más
mismo, mientras que el de los engendrados en dos dis­ peligrosa, y a menudo terminaba fatalmente. Hoy en
tintos óvulos es casi siempre diferente. día presenta pocos peligros y, aún tomando en consi­
El proceso del nacimiento, que acabamos de describir, deración los casos extremos, la proporción de morta­
tiene, naturalmente, un efecto profundo en la condición lidad no alcanza al 2 por ciento.
general de la mujer. El enorme esfuerzo requerido afecta Daremos, en resumen, algunas indicaciones respecto
el corazón y los pulmones, en tanto que el pulso y la a la higiene que ha de observarse durante el parto. Lo
respiración se tornan más rápidos. Es posible que du­ esencial es evitar todo peligro de infección. Tan pronto
rante el parto transpire la mujer profusamente; hay en como el parto comienza, se le da a la parturienta una
ella un extraordinario desgaste de energía física; sus ligera enema y un baño tibio; se le afeita luego el vello
membranas mucosas se resecan y siente .una sed Intensa. púbico, eliminando asi una fuente de infección, y se
La reacción notoria es la fatiga completa. Como el parto lavan las partes genitales con jabón y una solución an­
Implica siempre cierta pérdida de sangre, y, por lo tanto, tiséptica. Ha de tomarse la precaución de no tocar la
de calorías, la parturienta a menudo se estremece y ne­ vagina sin las manos bien limpias, y aun así son pre­
cesita estar muy abrigada. En esta descripción no hemos feribles los guantes de goma. Debe impedirse la pre­
entrado en detalles sobre la atención requerida por la sencia en la habitación de toda persona extraña al parto
madre, pues nos hemos lim itado a delinear someramente mismo, pues en nada podrían auxiliar a la paciente.
el proceso del alumbramiento en sf. Por otra parte, podrían convertirse en agentes de in­
Daremos ahora una breve lista de complicaciones po­ fección al levantar el polvo. E l médico y la enfermera
sibles. Hemos visto ya que el feto, en vez de presentarse deben, desde luego, procurar el alivio del dolor de la
con la cabeza hacia adelante, puede hacerlo de otro modo, parturienta. Un problema que hasta hace algunos años
por ejemplo, de cara, lo que, sin embargo, no seria una fué muy discutido por los obstétricos era el de si los
complicación. Las presentaciones pélvicas o traseras del dolores podían evitarse, o calmarse, por la anestesia o
feto son mucho más serias y requieren la asistencia de un la semianestesia. Algunos especialistas adherían incon-
obstétrico, a fin de prevenir graves consecuencia.0. A dicioiialm ente al precepto bíblico: “ parirás tus hijos con
ciertas mujeres de pelvis estrecha, especialmente aquellas dolor” , y explicaban su actitud sobre la base de que las
25$ Enciclopedia Sexual
A nestesia en el pasto 257
contracciones uterinas son provocadas por el dolor, sos­
teniendo que la disminución de éste im plicaría el debili­ los dolores del parto. Con este propósito se han utilizado mu­
tamiento de aquéllas, lo que prolongaría Innecesaria­ chas drogas. Pero las más de ellas no sólo han tenido la des­
ventaja de no evitar a la parturienta la percepción del dolor,
mente el parto. sino también la de detener al mismo tiempo las contracciones
La verdad es que los dolores son motivados por las musculares del útero, Por otra parte, algunas de esas drogas
contracciones musculares, y el hecho es que, aun cuando afectan desfavorablemente al niño.
la anestesia parcial prolonga apreciablemente el parto, Hace alrededor de veinte años se elaboró un método para
la condición general de la paciente anestesiada es m ejor neutralizar los dolores del alumbramiento, conocido por "sueño
crepuscular". Consistía éste en la Inyección de dos drogas
que la de quien ha tenido que soportar los embates del combinadas, hloscina y morfina, durante la última etapa del
dolor. Parece mejor, por lo tanto, administrar un anes­ parto. Cuando se lo practicaba con cuidado, calmaba o elimi­
tésico durante los dolores finales, en vista del alivio be­ naba totalmente el dolor de la madre, sin perturbar el proceso
néfico que procura a la mujer. del alumbramiento. Pero la morfina tiende a embotar el centro
respiratorio del niño, de modo que puede haber alguna dificul­
Después del nacimiento, se deja al niño descansar du­
tad en hacerlo respirar después de su nacimiento.
rante algunos minutos entre las piernas de la madre Más recientemente se ha elaborado otro método, en el cual
hasta que la cesación de las pulsaciones de! cordón um­ no entran ni la morfina ni la hloscina. Se deja a la madre
bilical indique que el niño ha comenzado a vivir inde­ sufrir loa primeros dolores leves, pero cuando la matriz está lo
pendientemente. Luego, dicho cordón se ata y se corta. suficientemente dilatada, se te administra una Inyección endo­
Una vez separado de la madre, se baña al niño en agua venosa con un barbltúrlco (grupo de drogas de las cuales el
veronal es quizá la más conocida). Se duerme ella de inme­
a 100? F. y se le unta con aceite. Lávanse las partes diato y no percibe ya el dolor. No obstante, las contracciones
genitales de la madre con una solución antiséptica y se no son más lentas ni se reducen en absoluto, y la droga no
las examine luego para verificar si hay alguna lace­ ejerce Influencia perniciosa alguna en el niño.
ración en el perineo, lo que ocurre con no poca frecuencia Este método no sólo alivia el dolor de la madre sino que
en los partos. Se da luego a la madre a beber algo ca­ tiene temblón la ventaja adicional, cuando la cabeza del niño
llente, se le coloca a los pies una botella con agua ca­ es grande o el conducto materno estrecho, de poder prolongar
el proceso y nacer el niño naturalmente, en vez de verse el
liente y se la deja descansar y restablecerse. médico obligado, por su pensamiento en el dolor de la madre,
Respecto a la nutrición de la m ujer durante el parto, a extraerlo con los fórceps antes de tiempo. — N. H.
cuando tiene ella apetito, basta un poco de leche, de café
con leche o de té, con un troclto de pan sin corteza. La
sed ha de calmársele con té y agua. Las aguas espumo­
sas, el café negro y el alcohol, deben evitarse, particular­
mente el alcohol, que dilata los vasos sanguíneos y acre­
cienta el peligro de hemorragia. Sólo el médico que
atiende a la parturienta puede prescribirlo en los casos
excepcionales de partos muy prolongados, para evitar el
colapso de la madre (1 ). (I)

(I) Desde la Introducción del cloroformo, hace alrededor


de un siglo, se han hecho muchos intentos tendientes a aliviar
REGIMEN PUERPERAL 250

embargo, han alterado radicalmente esta teoría, y la han


desaprobado. Los órganos genitales, ya laxos, pero dis­
CAPITULO XXI tendidos por el embarazo, están débiles en extremo y
necesitan fortalecerse. La m ujer que después de dar a
EL CUIDADO DE L A MADRE DESPUES DEL PARTO luz se levanta muy pronto de su lecho, corre el riesgo de
un desplazamiento o prolapsus uteri.
D u ra ció n d e l períod o d e sobrep a rto, — H ig ie n e d e Ja m u je r No debe tampoco olvidarse que la tensión del parto
d u ra n te el mismo. -- Im p o rta n cia de los fu n cio n es d igestiva s y fatiga todo el organismo de la mujer, y que los primeros
ren a les.— La fie b re p u erp era l. — E l acto sexual después del días de succión del nino son también muy cansadores.
sobrep a rto. — ¿ Pu ed e la m a d re la cta n te con cebir? — P elig ro s de El descanso completo es, pues, esencial. Por lo que se
los parios frec u en tes. — A m o r m a tern a l y a m or sexual. — ¿Puede refiere al peligro de flebitis, la paciente puede evitarlo
el ñifla pasar sin la n u trició n m a tern o? — £1 deber sagrado estando en cama, mediante el comienzo, al día siguiente
d e la mujer.
del alumbramiento, de algunos leves movimientos de fle­
xión y distensión de sus piernas. Este ejercicio, repetido
El momento critico ha pasado ya. Durante largos
varias veces por día y acompañado de masajes desde la
meses la madre ha llevado al hijo en su interior; durante
planta de los pies hasta los muslos, Impedirá todo tras­
nueve largos meses lo ha esperado con impaciencia; sus
torno circulatorio.
sufrimientos ya no son sino un vago recuerdo o los ha
En nuestra opinión, la joven madre debería perma­
olvidado, mientras la naturaleza comienza a restaurar
necer en cama siete u ocho días en los casos normales, y
sus laceraciones a fin de volver su cuerpo a la norma­
de diez a doce cuando hay laceración del perineo. Es­
lidad. La primer cuestión es decidir si el restablecimiento
tando aclarada de este modo la cuestión del descanso, o
de los órganos genitales, después del parto, requiere un
sea del periodo de postración siguiente al porto, pasemos
descanso prolongado en cama, o uno o dos días solamente.
ahora a considerar la higiene del sobreparto.
Hace tres o cuatro años, los ginecólogos opinaban que
La función de los intestfnos y de los riñones tiene
cuatro días de sobreparto eran suficientes. Un alumbra­
una gran importancia. Habiéndose la pared abdominal
m iento normal — decían— no es un caso patológico y,
distendido anormalmente, los músculos son ahora inaptos
por lo tanto, está fuera de lugar el tratar a una joven
para realizar su acostumbrada labor. La constipación es
madre como a una inválida. Referían también que el
una consecuencia frecuente del parto, que puede dar
descanso después del parto es un hecho desconocido en
lugar a graves enfermedades. Sin embargo, el uso de
los pueblos prim itivos y en los animales, entre quienes
purgantes no es aconsejable, porque pueden afectar a la
las hembras se restituyen inmediatamente a la vida nor­
composición de la leche; por tal motivo, son preferibles las
mal. No es poco frecuente que una campesina realice
enemas. La descarga de la orina debe también ser te­
trabajos rudos veinticuatro horas después de dar a luz.
nida en cuenta si se quiere evitar las desagradables con­
Todos estos ejemplos parecerían indicar que el des­
secuencias de una vejiga colmada presionando sobre el
canso excesivo estarla propenso a ocasionar complicacio­
útero. Cuando se originan las perturbaciones urina­
nes, tales como, por ejemplo, la flebitis (trombosis en las
piernas). rias, y la compresa o cataplasma caliente sobre la región
de la vejiga no produce efecto alguno, entonces ha de
Los descubrimientos más recientes de la ciencia, sin
utilizarse una sonda.
360 E n c i c l o p e d i a Se x u a l El COITO DESFUfa SEL METO 381
Otra complicación del alumbramiento es la Impro­ del niño, siendo éste un indicio de que los órganos ge­
piamente denominada "fiebre de la leche” , que se debe nitales se hallan nuevamente en estado normal.
a la Infección ocasionada a menudo por el médico o la Antes de dar por terminada esta parte del libro, es
partera. Siempre que una m ujer de sobreparto sufre de conveniente decir algunas palabras acerca del cuidado
temperatura elevada a causa de alguna infección, las del abdomen después del alumbramiento. Como dijimos
personas lo atribuyen a cualquier cosa menos a la ne­ antes, la pared abdominal se estira considerablemente
gligencia de la partera. No existe tal fiebre de la leche. durante la gravidez, debido a la presión ejercida por el
La temperatura es, pues, un síntoma de infección o de agrandamiento del útero. Después del nacimiento del
otra enfermedad serta, debiéndose en tal caso consultar vástago, debería el abdomen reasumir su form a normal.
inmediatamente a un médico. No hacerlo así im plicarla No se trata sólo de una consideración meramente esté­
un peligro grave, cuya menor dilación podría resultar tica (que ninguna m ujer sensible ign ora), sino también
fatal. de algo que se refiere a la salud, pues un abdomen dis­
Cuando la placenta es expelida al exterior, deja una tendido puede dar lugar a trastornos intestinales, además
herida en la pared Interna del útero, debido a la rotura de favorecer la posición defectuosa del embrión en el em­
de varios vasos sanguíneos. La contracción del útero, barazo siguiente.
después de terminados los dolores, cierra en parte esta Dejando de lado los casos excepcionales, el cuidado
herida y restringe la hemorragia. Durante los días si­ más simple es suficiente para restaurar la figura normal
guientes, esta herida se cicatriza, creciendo sobre ella una de la madre joven. Existen en la manufactura ortopé­
nueva membrana mucosa. Este proceso va acompañado dica fajas especiales para el caso, aunque, en realidad,
por un derrame seroso denominado loquios, compuesto, nada produce mejores resultados que los masajes. Los
el primer día, exclusivamente de sangre; luego se mezcla senos abultados deben, naturalmente, ser sostenidos me­
con las secreciones mucosas. Entre el octavo y el décimo- diante pórtasenos adecuados.
cuarto día asume una apariencia viscosa y purulenta. Al • • •
vigésimo día, este derrame se detiene o, más exactamente,
las secreciones vaginales reasumen su aspecto normal. El
loquios, por lo tanto, significa simplemente que la he­ Es evidente que una pareja provista del más elemen­
tal sentido estético no considerará la posibilidad de rea­
rida del útero no ha cicatrizado todavía, debiendo, en
lizar el acto sexual después del parto y durante el trans­
consecuencia, ser considerado como una manifestación
curso de las semanas siguientes. El loquios y su olor
normal.
pronunciado, solamente, bastarían para impedirlo. No
El útero se contrae simultáneamente a la cicatriza­ obstante, demuestra la experiencia que existen seres hu­
ción de la herida. Catorce dias después del parto, dicho manos brutales que obligan a la esposa al acto sexual
órgano tiene un tamaño sólo dos veces mayor que antes durante las últimas horas del embarazo y algunos días
del embarazo; y cuatro semanas más tarde vuelve a su después del parto. En realidad, es la mujer igualmente
tamaño normal, o sea de 3A a Vz más grande que la ma­ culpable por este sometimiento, sea que lo haga por de­
triz de la mujer virgen. bilidad o por el temor de que su marido busque satisfac­
Cuando la madre amamanta a su hijo, la menstrua­ ción en otra parte.
ción generalmente no aparece hasta después del destete Además de las consideraciones estéticas, el acto se-
262 Ekciclopeoxa S e x u a l M atebnxdád t sexo 263
xual durante las semanas que siguen al parto debe prohi­
los niños hasta de cinco años nacidos con un intervalo
birse sobre fundamentos exclusivamente higiénicos.
menor de un año. Esta cifra se reduce al 11 por ciento
Basta con mencionar la susceptibilidad extrema de los
en el caso de los niños nacidos con un Intervalo de dos
órganos genitales a la infección. La obstetricia ha regis­
años. Esto ilustra elocuentemente acerca de la necesidad
trado casos de coitos prematuros con graves lesiones
de dar al organismo de la madre el tiempo necesario a
mortales. Hemos visto que el útero necesita seis semanas
su completo restablecimiento.
para contraerse completamente, por lo que ha de evi­
Los deseos sexuales de la m ujer están muy reducidos
tarse todo contacto sexual durante ese tiempo.
durante el periodo de lactancia. No se debe esto sola­
Sin embargo, cuando el parto se realiza sin ninguna mente id drenaje de su energía física, sino también al
complicación, pueden permitirse las relaciones sexuales predominio tem porario de su instinto maternal. Desdi­
después de la cuarta semana, siempre que se tomen las chadamente, no disponemos aquí de espacio para exten­
mayores precauciones. demos acerca de la relación entre el amor m aternal y el
No debe el esposo olvidar que puede el coito afectar conyugal, pero debe el esposo recordar que el alejam iento
de tal modo el ya tenso sistema nervioso de su mujer, sexual de su mujer en esa época se debe a razones psi­
que el acto sexual le produzca a ésta una repugnancia cológicas y no físicas, y, por lo tanto, m irar con indul­
duradera, d ifícil de vencer. gencia el papel dual de madre y esposa que está ella
El apresuramiento de las relaciones intimas después llamada a representar.
del parto es también indeseable desde el punto de vista La m ujer que no desee perder al esposo, no debe per­
del nuevo embarazo. Están las mujeres Inclinadas a creer m itir que el Instinto m aternal sumerja a la esposa. No
que mientras amamantan al niño gozan de inmunidad es raro que un padre odíe al niño, por ser éste la causa
respecto a las consecuencias del acto sexual y que pueden inconsciente que le prive dél amor de su mujer.
abandonarse a él tranquila y dichosamente. El hecho es Es éste, desde luego, un caso excepcional. Un ma­
que, aunque menos probable, la impregnación no es en rido de espíritu am plio no Insistirá mucho en la Inti­
absoluta Imposible durante la lactancia, pues pueden midad sexual antes del destete del niño. Y una esposa
los ovarlos reasumir también su función normal y dar amable procurará no evidenciar su falta de interés hacia
lugar a la ovulación. No es poco común que ocurra el el hombre a quien, no obstante, continúa amando. Sola­
embarazo antes de la reaparición de los flujos mens­ mente así podrá la pareja conservar la dicha, cuya con­
truales, siendo esto posible cuando el óvulo madura y es dición prim arla radica en las relaciones sexuales satis­
fertilizado antes de la aparición del menstruo. factorias.
Un nuevo embarazo, a pocos meses después del parto, Este estado de cosas puede darse al revés, pues hay
puede constituir un serlo peligro para el organismo de la muchos ejemplos de mujeres que no gozan el acto sexual
mujer, al impedir la restauración normal de los órganos, hasta después del prim er hijo, mientras al hombre no le
perturbar la armonía del cuerpo y engendrar la vejez atrae la madre lactante. Los deberes maternales no siem­
prematura. La constitución más fuerte no puede resistir pre van juntos con ios encantos femeninos, y nada hay
e« esfuerzo físico y m ental de los embarazos consecutivos, particularm ente atractivo en el chloasma gravidarum
en rápida sucesión. Una mujer exhausta no tiene proba­ (manchas descoloridas de la p iel) o en las secreciones
bilidades de engendrar hijos sanos. Registran las esta­ intensificadas de las glándulas sudoríparas. Las relacio­
dísticas un 20 por ciento de m ortalidad in fan til entre nes entre marido y mujer después dél nacimiento del
264 Enciclopedia Sexual
hijo son, pues, algo que requiere una delicada adapta­
ción mutua. c a p it u l o xxn
• * *
PARTO PREMATURO, M ALPARTO Y ABORTO
La higiene de la lactancia no entra en los propósitos
de este libro, pero no podemos eludir una cuestión esen­ D e fin ic ió n del a borto, d e l m a lp a rto y d el p a rto p rem a tu ro . —
cial a la salud del niño. '¿Debe la m ujer amamantar a Causas y sín tom a s d el m a lp a rto. — C ausas d e la m u e rte d el
fe to . — L a in terru p ció n a rtificia l del em barazo, considerada
su hijo, o puede éste ser Igualmente criado con leche
de vaca o alimentos infantiles especiales? ofen sa crim in a l en la m a yoría d e lo s pa íses ,— L a s excep cion es

Cuando nuestras pacientes nos hacen la pregunta, in­


en la R u sia S oviética . — Necesidad de tina legisla ción sim ila r a
la d e los S oviets. — O p osición d e la Ig lesia . — In d ic io s q u e ga­
variablemente contestamos que el niño puede prescin­ ra ntizan la in terru p ción d el em barazo. — M éto d o s ilegales. —
dir de la leche materna, pero que ello tiene un efecto P elig ro s d e lain terru p ció n d el em ba ra zo p o r m a nos q u e n o sean
duradero en su desenvolvimiento definitivo. Creer que la las d e u n cirujano exp erto.
leche maternal puede ser reemplazada por alimentos pa­
tentados, es confiar demasiado en la ciencia. Respecto a En los capítulos anteriores hemos descrlpto el emba­
la leche de vaca, se adapta esencialmente a los requeri­ razo normal y el parto. Este capítulo lo destinaremos a
mientos del ternero, pero carece de los elementos nece­ los casos en que el embarazo no llega a feliz término. La
sarios al organismo humano, más evolucionado. palabra aborto debe usarse cuando la gravidez term ina
Las estadísticas demuestran que la m ortalidad In­ dentro de los tres primeros meses. Cuando esto ocurre
fan til es mayor entre los niños privados de la leche ma­ durante el segundo trimestre, se habla de malparto. Du­
terna. Según los cálculos del ginecólogo Vitrey, llega en rante los últimos tres meses del embarazo, cuando el
éstos al 33 por ciento, contra el 12 por ciento en los niño, en circunstancias favorables, puede sobrevivir a
niños criados a pecho. pesar de su nacimiento anticipado, hablamos de parto
Havelock Ellis ha compilado otra Interesante estadís­ prematuro.
tica al respecto. Una encuesta entre un grupo de 150 Estas son las definiciones correctas de los términos
atletas demostró que 65 se hablan nutrido en los senos que empleamos. Pero en el lenguaje popular se usa la
matemos durante un periodo medio de seis meses. Entre palabra “ malparto’' para designar el embarazo term i­
los mejores, él 72 por ciento habla tomado el pecho du­ nado espontánea y naturalmente, y el vocablo “ aborto"
rante un pei lodo, también térm ino medio, de 9 a 10 en los casos de cesación artificial del embarazo mediante
meses. En el grupo de los 65 atletas menos desarrollados, dragas, operación, etcétera.
el 57 por ciento había sido amamantado durante tres El problema del aborto y del malparto es muy com­
meses escasos. plejo y sus causas muchas y distintas. Algunas mujeres,
Cierto es que el periodo de lactancia es una dura Incapaces de llevar a feliz térm ino su gravidez, son vic­
prueba para las madres Jóvenes, quienes si desean cum­ timas constantes del malparto. Puede ello deberse a al­
plir dignamente su misión deben renunciar a todos los guna anormalidad de la mujer, o primariamente del
placeres. ¿Pero qué madre no soporta esto voluntaria­ hombre, cuando, por ejemplo, le ha contagiado la sífilis.
mente en bien de su hijo? Muchos malpartos se deben al hecho de que los ór­
266 Enciclopedia Sexual Los FASTOS FHEMATUBOS 267

ganos genitales de la m ujer son Infantiles, es dech, conmoción nerviosa, a un susto repentino o a otras cau­
que se detuvieron en una de las primeras etapas de su sas psicológicas, a la fatiga física excesiva, especialmente
madurez. el levantamiento de grandes pesos, o a la práctica de
Además de la sífilis en el hombre y el infantilism o en deportes muy vigorosos.
la mujer, otras afecciones pueden provocar el malparto, Es posible que un acto sexual violento Interrumpa
a pesar de los esfuerzos del médico por Impedirlo. En también el embarazo. El m alparto comienza por un de­
tales casos, la pareja está destinada a quedarse sin hijos, rrame sanguíneo del útero, a lo largo de la vagina,
no obstante los embarazos frecuentes. Cuando el médico continuo o intermitente, y va acompañado de dolores en
se ha convencido de que existe esta condición crónica, el bajo vientre y la espalda, similares a los que preceden
debe interrum pir el embarazo lo más pronto posible, al parto, aunque menos agudos. Estos dolores son la ex­
pues, como el malparto se va a producir lo mismo, es presión de las contracciones uterinas que provocan la
mejor para la salud de la m ujer que ocurra antes. abertura de la boca de la m atriz y la expulsión del feto
Un hecho digno de mención es que existen algunas a la vagina. Una vez expelido éste,- la hem orragia se
madres que engendran solamente mujeres, pues los va­ reduce, a menos que la placenta permanezca en é l útero,
rones terminan invariablemente en el malparto. en cuyo caso puede el derrame sanguíneo prolongarse y
Muchas interrupciones de embarazo son accidenta­ ser peligroso. En todos los casos de malparto debe lla­
les, de modo qu e'a una m ujer que ha tenido anterior­ marse a un médico, quien decidirá si él proceso ha ter­
mente gravideces y partos perfectamente normales, puede minado o no y cuándo ha de vaciarse y rasparse él
sobrevenirle un malparto, sin que esto signifique que en útero. Esta operación se denomina raspaje.
el futuro no pueda volver a tener una gravidez normal. La higiene adecuada durante la gravidez hace impro­
Parece haber cierta tendencia especial al m alparto bable el malparto. Cuando aparecen sus primeros sín­
durante los primeros embarazos. Esta tendencia depende, tomas debe la mujer acostarse, descansar y ponerse en
en parte, de las fatigas de’la luna de miel, especialmente manos del médico, quien está en condiciones de impedir
cuando im plica un largo viaje, con el apuro y la preci­ aún la terminación prematura del embarazo.
pitación por visitar los puntos interesantes del itinerario, ~ Los partos prematuros presentan síntomas no dese­
el cambio de clima y de alimentos fam iliares y el uso, un mejantes a loa dél malparto. Son particularmente co­
poco excesivo, del alcohol. Pero más Importante es el munes en los casos de mellizos, en el que el fluido am-
lecho de que muchas mujeres recién casadas poseen ór­ niótico es excesivo. E l comienzo dél parto es por lo ge­
ganos genitales no del todo desarrollados, en particular neral anunciado por una ligera hemorragia. Cuando la
los internos, no siéndoles posible todavía el desarrollo cantidad de sangre es considerable, si se quiere evitar
com pleto del feto. Más adelante, como consecuencia de poner en peligro la vida de la madre, debe llamarse de
las relaciones sexuales regulares, pueden dichos óiganos inmediato al médico. En algunos casos ha de recurrlrse
.desarrollarse hasta el punto de capacitar a la mujer para a la operación cesárea, a fin de salvar la vida de la
el embarazo normal. madre, del niño, o ambas.
El m alparto espontáneo no se lim ita, desde luego, al A veces muere el niño en e l útero. Es esto muy pro­
prim er embarazo. Una m ujer puede m alparir después de bable cuando la madre está gravemente enferma, sea de
haber experimentado gravideces y partos perfectam ente sífilis u otra causa. Puede ello ocurrir también cuando
normales, debiéndose ello a algún accidente, a cierta se interrumpe la provisión de sangre al feto, cuando, por
E li C I C L O P Z D I A S l X U A l El abohto conbcixntx 369
ejemplo, el cordón um bilical es demasiado largo y se medicina como entre los legos, a favor de una legislación
anuda. Es posible que el feto se mueva de tal modo que semejante.
baga un nudo en el cordón, o que se enrosque éste alre­ Hoy en día aumenta constantemente el sentir popu­
dedor del cuello del niño. En tales casos, por asf decirlo, lar de que el Estado no tiene derecho alguno a intervenir
el niño se suicida involuntariamente. en la vida privada de sus mujeres, impidiéndoles inte­
La madre sospecha la muerte del feto al no sentir ya rrumpir su gravidez cuando ellas asi lo deseen. Muchos
sus movimientos. Transcurrido un rato, siente como “ un sociólogos proclaman el principio, eficazmente expresado
cuerpo extraño” en su interior. Cuando la expulsión del por Víctor M arguerite: Ton corps est á toi (Tuyo es tu
feto muerto no se produce rápidamente, suele presentar
cuerpo). Declaran ellos que, además de la salud de la
la m ujer síntomas de Intoxicación: dolores de cabeza,
madre, existen otras muchas razones que hacen deseable
náuseas, vómitos, etcétera. Esto se debe a que la descom­
la interrupción de la gravidez. En nuestra sociedad, un
posición ha comenzado en el útero, siendo en tales casos
hijo ilegitim o está sujeto a muchas desventajas, y su na­
necesario que el médico extraiga sin pérdida de tiempo
cimiento puede significar la ruina social o económica de
el contenido uterino.
la madre. Aun en el caso de una madre casada, es
Cuando el niño muere durante la primera m itad del
posible que las condiciones económicas de la fam ilia
embarazo, como la madre no ha percibido aún movi­
hagan Indeseable la procreación de un hijo, a causa de
miento alguno, tal hecho le pasará, por consiguiente,
no poder sustentarlo de una manera adecuada. Puede
desapercibido. En este caso, la muerte del feto sólo puede
acontecer que haya tenido ya los hijos que su situación
sospecharse porque el abdomen de la madre no aumenta
económica le perm ite cuidar y mantener. Muchos ma­
como de ordinario. Puede la madre notar algunos de los
trimonios están en condiciones de poder criar y educar
síntomas de intoxicación ya mencionados, o no. Una vez
bien tres hijos, pero no seis. Es m ejor tener tres hijos
comprobada la muerte del feto, debe el útero ser vaciado.
sanos y bien criados, que puedan entrar sin desventajas
• • • en la lucha por la vida, que media docena m al nutridos,
enfermizos y sin la preparación que esa lucha requiere.
Hemos de considerar ahora e l tem a de la Interrup­
Esta opinión es combatida principalmente por los re­
ción artificial del embarazo. Con esto queremos signi­
ligiosos, quienes consideran que el coito se justifica úni­
ficar todos los Intentos, cualesquiera sean los medios,
camente cuando se realiza con el intento de-procrear un
destinados a expeler el embrión antes de convertirse en
vástago. Consideran ellos que el coito por el coito, y como
feto. En la m ayoría de los países la Interrupción del em­
finalidad en si, a los efectos del placer sexual, es un
barazo es una ofensa legal, que se castiga con penas se­
pecado. Una vez ocurrida la fecundación, cualquier inter­
veras, excepto cuando es necesaria para salvaguardar la
vención en la vida del feto es estimada un pecado aún
vida o la salud de la madre. En la Rusia Soviética, cuando
mayor. L a Iglesia católica llega a prohibir la Interrup­
la realiza un médico calificado, en un hospital público,
ción del embarazo hasta en los casos en que su continua­
es permitida, en los casos en que la madre asi lo desee,
ción Im plicarla un peligro m ortal para la madre.
durante los tres primeros meses. Uno o dos países euro­
peos más han promulgado una ley sim ilar a la de los Exceptuando la Rusia de los Soviets y loa otros Es­
Soviets, y existe una poderosa corriente de opinión en tados mencionados, la m ayoría de los países consideran
muchos otros países, tanto entre los profesionales de la a l embrión un ser viviente, y a su destrucción, una ce-
p ede de asesinato.
270 ENCI CLOPKDI A S l Z V A L Bkstricciones ski. aborto 371
tro Juicio, la ley deberla perm itirlo. Ha de recordarse que
Aparte de las objeciones con que la Iglesia y el Es­
la prohibición legal del aborto es actualmente muy Inefi­
tado se oponen a la legislación del aborto, esgrimen otras
caz para impedirlo. Su efecto no es otro que inducir a
razones de su actitud. Sostienen que la mujer que desea
las personas a someterse a los abortos ilegales, más peli­
Interrumpir su embarazo es frívola, egoísta y carece del
grosos que si la ley los permitiese. Hasta hace poco, el
instinto maternal. A muchos ginecólogos les solicitan la
aborto legal se realizaba solamente en los casos de madres
terminación del embarazo, con frecuencia sorprendente,
gravemente enfermas, y la m ortalidad y e l estado mór­
mujeres casadas y en excelente posición económica.
bido a veces subsiguientes se atribulan a la interrupción
Es un error creer que el aborto es más frecuente en
del embarazo. Pero la observación escrupulosa de cente­
las mujeres solteras que en las casadas. Las estadísticas
nares de miles de casos, en la Rusia Soviética, ha demos­
de muchas clínicas ginecológicas prueban que la ma­ trado que cuando la operación se realiza en mujeres
yoría de los abortos los solicitan las últimas. sanas, por cirujanos competentes, la m ortalidad y el
Nuestra opinión es que la interrupción artificial del estado mórbido se reducen casi a cero.
embarazo es siempre un mal, menos en los casos en que Forzosamente, pues, tenemos que llegar a la conclu­
se realiza con el propósito de evitar otro mayor. Es un sión de que los peligros observados basta ahora se debían
mal porque implica la interrupción de un ciclo fisioló­ más a la mala salud de las madres y a los métodos abor­
gico, que comienza con la impregnación y se completa tivos utilizados, que a la terminación artificial del emba­
con el nacimiento, la lactancia y e l destete del niño. El razo en si.
comienzo del embarazo ha creado en el cuerpo de la Puesto que las leyes de este país (In gla terra) pro­
madre una serie de cambios, cuya súbita interrupción ar­ híben el aborto, las mujeres que no desean continuar
tificial es inconveniente para su salud. Pero el aborto es embarazadas tienen que recurrir a los métodos ilegales.
necesario y deseable cuando se trata de evitar males más Ingieren una serie de drogas que gozan de la reputación
graves. La salud de la madre puede ser deficiente en el de suprimir el embarazo — grandes dosis de quinina, cor­
momento del embarazo, y la continuación del mismo nezuelo de centeno, purgantes poderosos y otras subs­
le seria en tal caso más perjudicial que la terminación. tancias, muchas de las cuales son, en las dosis que se las
Puede hallarse ella debilitada por las gravideces excesivas utiliza, realmente tóxicas. Algunas mujeres abortan con
y frecuentes y necesitar un intervalo de restablecimiento facilidad y tales din gas les resultan eficaces. Pero a la
antes de la procreación de un nuevo hijo. En tal caso el m ayoría les perjudica la salud, sin provocarles el aborto.
aborto seria un mal menor. Cuando uno de los padres Creen muchas que un médico, especialmente si es gine­
sufre alguna enfermedad propensa a transmitirse al niño, cólogo, debe conocer algunas prescripciones innocuas que
el riesgo de la salud de la madre es menor que el del determinen, la cesación del embarazo. Pero no es así.
vástago futuro. Las desventajas económicas para los pa­ Toda droga que provoca el aborto puede solamente lo­
dres, repetimos, o para los niños ya existentes, podrían grarlo mediante la mayor o menor intoxicación de la
ser un mal mayor que la terminación del embarazo. En madre.
todos los casos en que la madre reclama el aborto arti­ Las farmacias y droguerías menos escrupulosas ven­
ficial, deberían examinarse minuciosamente todas las den, a precios muy elevados, pildoras y pociones abor­
circunstancias antes de la decisión. 7 cuando, después tivas, que generalmente fracasan. Tales preparaciones
de una reflexión madura, se llegase a la conclusión de se anuncian bajo el rótulo de “ buenas para las lrregula-
que el aborto es el menor de los males, entonces, a nues­
272 Enciclopedia Sexual P eligros d il aborto ilegal 273
rldades femeninas” o "para las dolencias de las mujeres” , mujeres tienen conciencia— no la detienen. El resultado
sin otro propósito que procurar dinero al vendedor, sin evidente de la prohibición legal del aborto no es evi­
utilidad alguna para el comprador. tarlo, sino obligar a la mujer a realizarlo subrepticia y
Cuando las drogas fracasan, muchas mujeres Inten­ peligrosamente, en lugar de hacerlo de manera franca e
tan provocar el aborto mediante el levantamiento de innocua.
grandes pesos, de muebles, el salto violento de tablas, de E l péligvo de la interrupción del embarazo, legalm ente
peldaños de escalera, u otros esfuerzos físicos Intensos consumado por cirujanos competentes, es prácticamente
por el estilo. Tales esfuerzos raras veces son eficaces, es- insignificante. Pero los peligros del aborto ilegal, en
lando la m ujer más expuesta a romperse una pierna, u manos de personas inexpertas y bajo condiciones im pro­
otro daño físico, que a interrum pir su gravidez. pias, son, en verdad, muy grandes.
Otras se desesperan tanto, que hasta procuran pro­ Una de las más desdichadas consecuencias del pre­
vocar el aborto dándose a sí mismas inyecciones vagi­ sente estado de cosas es que muchas mujeres, cuya salud
nales o intrauterinas, cuando no se introducen en la es ta l que la terminación del embarazo sobre funda­
m atriz agujas de tejer, broquetas, abrochadores, horqui­ mentos médicos sería totalm ente permisible, no se dan
llas u otros objetos, a fin de m atar o deshacer el embrión. cuenta que pueden hacerse operar legalmente y ponen
Todas estas maniobras son peligrosísimas y pueden oca­ en peligro su salud, y hasta su vida, al abandonarse en
sionar la septicemia (envenenamiento general de la san­ manos de charlatanes inaptos.
gre) , la peritonitis o la perforación del útero. Es importante destacar que nuestra opinión médica
Algunas mujeres recurren a médicos obscuros, enfer­ concerniente a los fundamentos que justifican la inte­
meras, parteras u otras personas que han hecho un rrupción del embarazo ha cambiado muchísimo en los
negocio de los abortos ilegales. Por cuanto todo médico últimos tiempos. Hace diez años, en Inglaterra, una mu­
convicto de aborto ilegal es encarcelado y privado de jer debía hallarse al borde de la muerte, por tuberculosis,
ejercer la medicina, ningún profesional competente, desde enfermedad renal o cardíaca, para que un médico de
luego, que se gane la vida legalmente, va a transgredir reputación aconsejase el aborto. Hoy en día, muchos es­
la ley, sean cuáles fueren sus puntos de vista acerca de pecialistas conservadores estiman que el aborto es justi­
la conveniencia de cambiarla. Por lo tanto, los profesio­ ficable, no sólo para preservar la vida, sino también la
nales del aborto, médicos o no, son más o menos Incom­ salud de la madre. E l estudio de los procedimientos de
petentes. la Royál Society of Medicine, la Medico-Legai Society, la
Como no pueden realizar una operación Ilegal en un British Medical Association y otros grupos médicos sim i­
buen hospital, o sanatorio, están obligados, por consi­ lares, demuestra de manera inequívoca que mientras la
guiente, a hacerlo bajo condiciones quirúrgicas desfavo­ ley ha permanecido inmutable, su interpretación médica
rables, sin la asistencia adecuada y casi siempre sin las se ha ido extendiendo continuamente.
precauciones necesarias de esterilización instrumental y Cuando la interrupción del embarazo se lleva a cabo
de otros materiales. En tales condiciones existe siempre con los cuidados debidos, no hay peligro alguno de inca­
e l peligro de la perforación del útero, o de una seria pacitar a la mujer para los embarazos futuros. Pero
Infección. entre los peligros del aborto ilegal, la posibilidad de la
Cuando una m ujer está determinada a Interrumpir infecundidad futura y permanente es uno de los más
su embarazo, estos peligros — de los cuales muy pocas grandes.
CUARTA PARTE

Técnica y Fisiología Concepcional


C A P IT U L O xxm

¿TIENE LA MUJER D IAS DE INM UNIDAD


CONCEPCIONAL?

SI c u rs o d e ¡o s espermatozoides. — Vicisitudes del óvulo. —

D ia s f a v o r a b le s y d e s f a v o r a b le s d e l c ic lo m e n s tr u a l. — I m p o s i­

b ilid a d d e u n a certeza a b s o lu ta . — Un ejemplo*

Esta pregunta se hace tan a menudo a los médicos,


que no podemos pasarla por alto. Se trata de un pro­
blema particularm ente vital para las personas cuyos
principios religiosos les prohíben el uso de métodos an­
ticoncepcionales, por cuanto si la mujer gozase de pe­
riodos de Inmunidad concepcional les sería entonces po­
sible cohabitar sin temor a la procreación y sin violar,
al mismo tiempo, la ley religiosa. Si hubiesen periodos
definidos en que la m ujer no pudiese ser fecundada, po­
drían los padres, en los casos en que el advenimiento de
otro hijo seria perjudicial para la salud de la madre,
abandonarse al acto sexual sin que el esperma dejase de
ser depositado en la vagina, conforme a los dictados de
la religión.
Antes de contestar la pregunta seria conveniente
describir el proceso de la fertilización.
Hemos visto ya que los espermatozoides, que flotan en
el fluido seminal, avanzan, en parte, por su propia acti­
vidad y, en parte, por lee movimientos de succión del
útero, hasta alcanzar la m atriz y, finalmente, los ovarios.
Cuando encuentran un óvulo maduro queda éste im ­
pregnado. En caso contrario, siguen su curso por las
trompas de Falopio hacia el abdomen, donde mueren y
son reabsorbidos. Un espermatozoide necesita probable­
mente alrededor de treinta y seis horas para realizar el
viaje desde la boca de la m atriz a la cavidad abdominal.
278 E nc iclo ped ia Sexu al I nmunidad concepcional 279
Sin embargo, cuando el medio ambiente químico del lugar el 15. El proceso que acabamos de describir es
útero, o de las trompas, es favorable, pueden sobrevivir, esquemático. Sabemos que el orgasmo va acompañado
esperando al óvulo, de ocho a diez días. de fuertes contracciones musculares de los órganos ge­
Con respecto al óvulo, alcanza éste su madurez alre­ nitales internos y que esto puede provocar la ovulación
dedor de doce a catorce días después del comienzo de la prematura, como ser, al sexto o al séptimo día del ciclo
menstruación. Cuando el folículo graafiano que lo con­ menstrual. Puede el óvulo permanecer algún tiempo en
tiene se rompe, abandona el óvulo el ovario y se desliza el «v a rio después de su madurez y comenzar su viaje al­
hacia la cavidad abdominal, donde se madura total­ gunos días más tarde. Muchas mujeres ovulan tarde, de
mente; avanza luego hacia los filamentos flotantes, a manera que el óvulo liega también tarde al oviducto y
través de los cuales penetra en el oviducto y llega even­ no adhiere al espermatozoide hasta aproximadamente el
tualmente al útero. Este viaje dura de dos a tres días, y final del ciclo.
cuando en el transcurso del cual queda impregnado, se Estas explicaciones aclaran que ningún momento
fija en la pared Interna del útero. Esto acontecería, por particular del ciclo puede, a ciencia cierta, estimarse
lo tanto, entre el décimocuarto y el décimoséptimo día “ seguro” . Hemos visto que el coito puede producir el
después del comienzo del último período menstrual. De desprendimiento de un óvulo al sexto o séptimo día y
modo que la Impregnación se realizaría normalmente que, por otra parte, la ovulación atrasada puede posponer
entre el duodécimo y el décimoséptimo día (1 ), siempre el período en que la impregnación está más propensa a
contando desde la misma fecha. Si, por ejemplo, el úl­ ocurrir hasta muy poco antes de finalizar el ciclo mens­
tim o período comenzó el 3 de marzo, la ovulación tendrá trual. Se conocen también casos en que el óvulo sobre­
vive a la menstruación. En estos casos, la impregnación
<1) Varios autores han dado como "seguros" diferentes puede ocurrir incluso durante ese período, fenómeno
dias en distintas épocas. La última y, probablemente, mayor éste posible, merced a la facultad del espermatozoide de
autoridad en la materia, es el médico austríaco doctor Knaus, permanecer vivo en el útero ocho o diez días.
Cree él que en las mujeres de flujo menstrual a Intervalos de Existen, por supuesto, mujeres que gozan de inmu­
20, 27, 28, 29 ó 30 días, la impregnación es únicamente posible
nidad durante determinados días de su ciclo menstrual,
entre el octavo dia después del comienzo del periodo mens­
trual y el déctmosexto después del comienzo de dicho periodo. como, por ejemplo, aquellas cuya ovulación se produce
(De modo que si una mujer comienza a menstrual el 1 de más tarde que el término medio — vigésimo dia— , siendo
enero, cree Knaus que sólo podría ella ser fecundada en los en ellas muy reducidas las posibilidades de ser im preg­
dias comprendidos entre el 0 y el 17 de enero). Esta regla no nados durante las primeras semanas. Del mismo modo,
tiene en cuenta a las mujeres que menstrúan más a menudo, cuando la ovulación se produce antes del duodécimo dfa,
a Intervalos menores de 26 dfas, o menos a menudo, cada 30.
Tampoco tiene en cuenta el hecho de la mujer que menstrua es poco probable que la impregnación tenga lugar poco
normalmente a Intervalos de 26 a 30 días y puede, debido a después de la menstruación siguiente. Pero, repetimos,
algún factor accidental, ovular antes o después de su fecha ninguna regla puede formularse respecto a la inmunidad
ordinaria, siendo entonces posible la fecundación fuera de los concepcional de período alguno.
dias calculados por el doctor Knaus. Resumiendo, debemos
decir que, en tanto la ocurrencia de la impregnación es menos
Sin querer proclamar la infalibilidad de nuestras afir­
probable en los dias considerados “seguros” por el doctor. Knaus, maciones, dejamos sentadas algunas observaciones que
la posibilidad de error es tan grande que seria absolutamente son válidas para la mayoría de los casos:
Insensato confiar en su método. — N. H. Prim era: En la mayoría de las mujeres los espermato­
280 E nciclopedia Sexual
zoides pueden encontrarse con un óvulo capaz de ser
fecundado entre el duodécimo y el decimoséptimo día
de su ciclo. Este período es, por lo tanto, el de mayor
susceptibilidad al respecto.
Segunda: Puede el coito realizado entre el sexto y el
C A P IT U L O X X IV
duodécimo día producir la fecundación; en primer lugar,
porque los espermatozoides conservan su vitalidad du­
EL DESEO DE T E N E R HI JOS
rante siete u ocho días, haciendo posible, por consi­
guiente, la concepción hasta una semana después de
realizado el acto sexual; y en segundo lugar, porque las (MALDICION DE L A E S T E R I L I D A D )
contracciones originadas por el orgasmo pueden ade­
lantar la fecha de la ovulación. Consideraciones sociales. — Anhelo de la m a t e r n i d a d . — El deseo
de procreación en el hombre. — El matrimonio estéril. — El
Tercera: Entre el décimoséptirno día y el vigésimo-
v a g in is m u s . — Dispareunia y jaita de adaptación anatómica. —
segundo, el riesgo es tan grande como entre el sexto y el "Inmunteactón seminal". — Infantilismo sexual en la mujer.
duodécimo, debido a la posibilidad de un retardo en la — Dieta y f e r t i l i d a d . — A n o r m a d d a d e s anatómicas. — Infeccio­
ovulación. nes de los órganos genitales. — Operaciones quirúrgicas. — u ¿ -
En síntesis, la impregnación esta más propensa a v todos de impregnación artificial.

ocurrir entre el duodécimo y el décimoséptirno día. Entre


el sexto y el duodécimo y entre el décimoséptirno y el Si fuésemos a estudiar el problema de la procreación
vigésimosegundo día el riesgo es menor en la medida enfocándolo desde todos los ángulos, este capítulo se con­
del alejam iento de la fecha lim ite; es decir, cuando más vertiría en un tratado sobre Eugenesia y Economía So­
pronto el coito tiene lugar antes del duodécimo día y cial. Solamente este último aspecto constituye una cues­
más tarde después del décimoséptirno. Antes del sexto tión vital para algunos países, ya sea desde el punto de
día y después del vigésimosegundo, el embarazo es im­ vista de la despoblación o de la superpoblación.
probable, pero no imposible. Mucho se ha escrito respecto a l término medio de
Tomemos como ejem plo un ciclo menstrual normal de hijos que, en circunstancias normales y parejas, todo ma­
28 dias. Cuando la menstruación comienza el 3 de marzo, trim onio deberla engendrar para cumplir sus obligacio­
los días comprendidos entre el 3 y el 9 y entre el 26 y nes con la sociedad. A primer ¡¿ vista, hijos parece
el 31 son los de menores probabilidades de fecundación. ser la respuesta, puesto que no habría decrecimiento de
En los dias comprendidos entre el 9 y el 15 y entre el población si cada individuo dejase un solo sucesor. Un
20 y el 25, las probabilidades de impregnación han estudio más profundo de la cuestión demuestra que dos
aumentado mucho, siendo mayores entre los días 15 y 20. hijos no son suficientes, si se tiene en cuenta la morta­
Una vez más llamamos la atención del lector acerca lidad Infantil, la esterilidad y el celibato, factores todos
del carácter esquemático de estas fechas, t No se debe importantes que han de ser considerados si se quicio
confiar ciegamente en ellas, por cuanto la experiencia mantener una población estacionaria.
ha demostrado que en la práctica puede la impregnación Los cálculos estadísticos dan el número de tres o
ocurrir en cualquier momento del cicló menstrual y aun cuatro hijos como el término medio, debajo del cual no
durante la menstruación.
282 Enc iclopedia Se x u a l El deseo se hijos 283

ha de estar pareja alguna que desee cumplir sus deberes su temperamento, buscará canalizar sus energías en esa
procreativos. dirección.
líos referimos, por supuesto, a las parejas normales, De modo, pues, que toda mujer, sea cual fuere la
porque para algunas mujeres los embarazos y partos re­ clase social a que pertenece, necesita hijos, a fin de pre­
petidos podrían resultar perjudiciales, siéndoles ésta una servar su equilibrio físico y psicológico.
cuestión de vital importancia. En el hombre, este anhelo es mucho menos Instintivo
Dejando de fado el problema social, pasaremos a con­ y más racional. Podemos distinguir dos factores en el
siderar los factores individuales que inducen a las parejas deseo de hijos por parte del hombre. El primero, común
a tener hijos. en los matrimonios dichosos, no es sino e l corolario de
Con respecto a la mujer, el anhelo de tener hijos es un lo que hemos dicho respecto a la m ujer: un esposo ca­
factor evidente, puesto que su organismo está esencial­ riñoso siente, o comprende claramente, que su m ujer ne­
mente adaptado para la maternidad. El hecho de ser cesita llegar a ser madre para alcanzar su desarrollo in­
m ujer im plica prácticamente la maternidad, o, como bien tegral, y a esto se debe que él también desee los hijos.
lo expresa Selheim: “ Toda m ujer es una madre en po­ Por otra parte, busca él expresar de otra manera nueva
tencia, y toda madre una m ujer com pleta” . La necesi­ su amor y, además de desear a la m ujer esposa, anhela
dad orgánica de hijos, latente en toda mujer, es tan im ­ adorar del mismo modo a la m ujer madre.
periosa, que la esterilidad obligada y duradera revolu­ El segundo factor, aún prescindiendo del punto de
ciona su cuerpo, trastorno éste que puede manifestarse vista social, que está más desarrollado en el hombre
en Innúmeras enfermedades (quistes, tumores fibrosos, que en la mujer, es de naturaleza menos egoísta. Ante
m iom a), que, según algunas autoridades, pueden atri­ todo, existe el deseo de manifestar su virilidad en una
buirse a la forzada inactividad de las funciones genitales. form a concreta, anhelo éste que sólo puede ser calmado
La necesidad fisiológica de la maternidad está refor­ en la progenie. Entran en seguida en juego las consi­
zada por la psicológica, no menos importante. El anhelo deraciones materiales. Un hombre sensible necesita ase­
de un hijo surge de la necesidad de proteger a un ser gurarse el sustento de su vejez, o un heredero para su
más débil, y cuando tal necesidad no puede hallar ex­ fortuna, o algún descendiente masculino para que per­
presión en las relaciones con el esposo, cuando no se la petúe el nombre que ostenta con orgullo. Estos son loa
satisface, deja un vacío en la vida de la mujer. El tor­ •factores que impelen íil hombre a cumplir su parte en la
m ento de una m ujer que conoce a ciencia cierta su es­ procreación. Podemos, además, mencionar el impulso
terilidad es indescriptible. Va ella de médico en médico inconsciente de perpetuación, que es innato en todos los
y se somete voluntariamente a los riesgos de todos los seres humanos (1 ). 1
tratamientos. La m ujer estéril moderna apela a los mé­
dicos como sus hermanas prim itivas recurrían a las prác­ (1) Ea necesario prestar atención al hecho de que los
ticas de la m agia en procura de la fecundidad. EÜ deseo más de los hijos son concebidos, no como el resultado delibe­
de tener hijos es particularm ente intenso en la m ujer rado del deseo de procreación por parte de los padres, ni como
doméstica, cuya vida, distinta a la del esposo, no la el resultado azaroso de la Indiferencia de los padres en cuanto
llenan las actividades profesionales. La necesidad de a la procreación o no del hijo mediante la unión sexual, sino
a pesar del deliberado deseo de los padres de que el acto re­
alguna actividad se hace sentir a la larga, y siendo el sulte estéril. Muy pocos padres, entre los que anhelan un vás-
cuidado de los hijos la ocupación que más se adapta a tago, se molestan en preguntarse qué suerte de herencia o
284 ENCICLOPEDIA SEXUAL E s t e r il id a d r e l a t iv a 285

Todo esto demuestra con harta elocuencia la desdicha razón anatómica o biológica aparente. Conforme a la
que puede abatir a una pareja normal al enfrentarse teoría sentimental, falta a llí el amor, pero esto se des­
con la esterilidad. Los abrazos más apasionados pierden virtúa de inmediato por el número de parejas prolíficas
su encanto cuando las partes están obsesionadas por el unidas por todo menos por amor. Por otra parte, puede
pensamiento de su vanidad frustrada. Pierden ellas la darse el caso de una mujer infecunda, a pesar del coito
alegría de vivir, siendo la neurastenia, particularmente regular con su marido durante años, y que, no obstante,
en la mujer, un hecho frecuente. Para llenar el vad o evidencia su fertilidad al primer intento sexual con otro
resultante se prodigan entonces en las actividades so­ hombre. En este caso, ño debemos descuidar el papel
ciales o profesionales. desempeñado en la fecundación por el orgasmo. ‘Por su­
Más adelante veremos que las parejas estériles du­ puesto que no queremos propagar aquí la superstición
rante varios años de vida conyugal, y que se creen defi­ de que la mujer no puede concebir sin orgasmo, sino
nitivamente infecundas, no deben perder toda esperanza, afirm ar el hecho que las reacciones especificas femeninas
por cuanto la ciencia moderna tiene ahora a su disposi­ del orgasmo contribuyen grandemente a la im pregna­
ción varias medidas para remediar este estado de cosas ción. No cabe duda alguna de que las secreciones de las
deplorable. Pero, ante todo, es necesario hallar la causa glándulas genitales y las contracciones musculares del
responsable de la esterilidad. útero son capaces de atraer los Espermatozoides a la ca­
vidad uterina. De lo que se deduce que la pareja cuyas
• * * relaciones sexuales no son satisfactorias, está menos pro­
pensa a tener hijos que otra físicamente armónica. En
Estudiaremos primero el caso en que la esterilidad tal caso no podemos hablar de esterilidad, sino de in­
puede ser atribuida a ambas partes y que podríamos de­ compatibilidad, es decir, de desarmonia durante el acto
nominar esterilidad conyugal. Nadie ignora lo que se ha sexual.
dado en llamar- incompatibilidad de temperamento. Se A esto pueden asociarse otras perturbaciones de la
trata de una vieja historia no suficientemente explicada vida sexual que Inhabiliten a la pareja para la concep­
todavía. Existen seres que no pueden adaptarse entre si, ción, sin que ninguno de sus integrantes sea, propia­
a quienes la fa lta de armonía im pide la concepción sin mente hablando, estéril. Una de elias es el vaginismus,
trastorno más bien psicológico que físico y que se mani­
d o te tie n e n p a r a o f r e c e r a l h ijo q u e d e s e a n p r o c r e a r . A u n e n t r e
fiesta en una automática contracción de la vagina, siendo
lo s m e jo r I n t e n c io n a d o s y q u e e n g e n d r a n u ri h ijo c o n e l p r o ­ una especie de defensa instintiva contra el coito. Exami­
p ó s it o d e f in id o d e h a c e r p o r é l io m á s q u e p u e d a n , m u y p o c o s naremos esta pecularidad detalladamente en el capitulo
s e d a n e n te r a c u e n t a d e la e n o r m e r e s p o n s a b ilid a d q u e la p r o ­ referente a la frigidez femenina. Por lo general, es el
c r e a c ió n im p lic a . L o s p a d r e s r a r a s v e c e s a lc a n z a n a c o m p r e n ­
hombre quien tiene la culpa del vaginismus, debido, con
d e r q u e e s t á n a p o s ta n d o , p o r a s i d e c ir lo , c o n e l d in e r o d e l
h lio . C u a n d o la s c o s a s s a le n b ie n , e n e l c a s o d e q u e e l c a b a llo
frecuencia, a su comportamiento durante la noche de
q u e e s tá n ju g a n d o g a n e la c a r r e r a , e l h ijo ^ o b r a r á la s g a n a n ­ boda. Es evidente que una vagina contraída no se presta
c ia s . P e ro c u a n d o , lo q u e e s I n f in ita m e n te m á s p r o b a b le , e l c a ­ para el coito normal o, mejor dicho, para el tránsito del
b a llo n o g a n a , e s e l n iñ o q u ie n p ie r d e . N a d a h a y m á s u r g e n te semen hacia el útero. Por lo que se refiere al trata­
q u e la I n s is te n c ia c o n s ta n te a c e r c a d e la r e s p o n s a b ilid a d d e lo s
miento, el vaginismus es más un caso psicológico que gi­
p a d r e s c o n r e s p e c to a lo s h ijo s , p a r a r e e m p la z a r a la I n s is te n c ia

o rto d o x a d e lo s d e b e r e s d e l h ijo p a r a c o n lo s p a d r e s . — N , H .
necológico. Hay, sin embargo, aplicaciones para estirar
286 Ehciclopxdia Sexual F ormas de la esterilidad 287

la vagina, que dan excelentes resultados. En todo caso, cuencias son múltiples y peligrosas. Aun las duchas y
una pareja que descubre síntomas de esta perturbación los lavajes, enteramente innocuos y a menudo recomen­
no debe dudar en consultar a un médico, a fin de evitar dados, pueden producir la inflam ación de la membrana
la esterilidad y la pérdida de su dicha. mucosa cuando se aplican con demasiada violencia (1 ).
Un caso menos frecuente, en que la falta radica por El apresuramiento o la brusquedad del esposo al efec­
igual en ambas partes, es la mala adaptación de los ór­ tuar la conexión durante el embarazo, o el acto sexual
ganos genitales externos. Acontece en ocasiones que una muy poco tiem po después del parto, pueden también, al
vagina larga, aunque normal, se une a un pene de lacerar los tejidos, particularmente frágiles en esos mo­
tamaño corto, siendo esta disparidad anatómica un obs­ mentos, dar lugar a perturbaciones y a la esterilidad
táculo mecánico para la impregnación. No se trata de eventual.
una dificultad insuperable, pero reduce las posibilidades Muchas otras de las enfermedades “ femeninas” son
de procreación. atrlbuiblea al marido, que suele tomarse la libertad de
'una categoría especial está integrada por los casos las relaciones sexuales extrahogareñas y traer al hogar
en que la esterilidad, aunque debida directamente a una algún germen de esterilidad. A veces, no se da él cuenta
infección de la esposa, es en realidad atribuible a há­ de lo sucedido y sólo llega a reconocer su propia in­
bitos sexuales, de los cuales el esposo es, por lo menos fección al enfermarse su esposa. Los síntomas se mani­
igualmente, responsable. Ciertas actividades impruden­ fiestan de manera mucho menos aguda en el hombre, y
tes, en particular cuando se las repite, exponen los cuando la m ujer consulta al médico, es demasiado tarde
delicados órganos femeninos a lesiones que pueden mo­ ya para impedir la esterilidad. En estos casos es a todas
tivar la esterilidad. luces injusto que la m ujer cargue con la desdicha, de la
Uno de los más difundidos de estos hábitos es el coitus cual sólo el esposo es responsable.
interruptus. Utilizado como método anticoncepcional Otro fenómeno algo peculiar es él conocido por “ sa­
temporario, es a menudo tan eficaz que term ina con la turación espermática” . Ninguna de las pintes es estéril,
esterilidad permanente de la mujer. A l interrum pir el no obstante, el anhelado h ijo no llega (esto ocurre ge­
orgasmo mediante la desconexión exabrupta, en el pre­ neralmente después del prim er nacim iento). Se dice que1
ciso instante en que todo el organismo femenino está
preparado para el orgasmo, puede, el coitus interruptus,
engendrar la hiperemia del aparato genital de la m ujer (1) n autor de este capitulo tiene razón en insistir sobre
y, con el tiempo, hacer peligrar la función oválica y hasta la necesidad de la limpieza respecto al uso de los métodos an­
afectar la membrana mucosa del útero. Algunos gine­ ticoncepcionales. Pero la vagina es, por fortuna, muy resistente
a la Infección. Debe serio para soportar el peligro constante
cólogos llegan hasta atribuir al coitus interruptus esos a que está expuesta por la Introducción del pene, en general
tumores uterinos tan perjudiciales para la impregnación. descuidado, de los hombres. Sólo el sexólogo, quizá, se da per­
Otros métodos anticoncepcionales pueden también fecta cuenta de la condición extremadamente desaseada en que
afectar malamente la vida sexual de la m ujer, excepto la mayoría de los hombres, aun aquéllos que se bañan todos
cuando se los aplica con el cuidado requerido. Los con­ hw dias, están acostumbrados a conservar sus órganos genitales.
Lo mismo puede decirse de lps más de las mujeres. Lo que se
dones, los pesarlos (capas cervicales) y otros, deben con­ necesito es hablar francamente de la necesidad de la higiene
servarse en la más estricta asepsia, pues de lo contrario de los órganos genitales. La limpieza diaria de esos órganos es;
pueden producir irritaciones e infecciones, cuyas conse­ por lo menos, tan necesaria como la de los dientes. — N. H.
283 Enciclopedia Sexual I ntantilismo genital 289
se debe a la incompatibilidad de las células fecundantes sultar a un ginecólogo antes de entregarse a la desespe­
masculinas y femeninas, a consecuencia de la cantidad ración.
excesiva del fluido seminal en los órganos de la mujer. Entramos ahora a la esterilidad femenina propia­
Se trata de una especie de inmunidad, algo semejante mente dicha, y hemos de distinguir entre la Incapacidad
a la de la vacuna, en la-que los espermatozoides desem­ de concebir y la de llevar a feliz término el óvulo fer­
peñan la parte de los bacilos. Es éste un caso de esteri­ tilizado. Este último caso es más frecuente de lo que se
lidad leve, fácilm ente remediable mediante la disconti­ cree. Los malpartos repetidos que siguen a ciertas en­
nuidad de las relaciones sexuales durante un tiempo, fermedades, principalmente la sífilis, son sintomáticos
siendo la separación completa aún más eficaz, por cuanto de esta especie particular de esterilidad. Cuando el aborto
las uniones accidentales crean condiciones psicológicas ocurre en una etapa relativamente avanzada del emba­
y fisiológicas favorables a la concepción. razo, el caso es claro y la diagnosis médica fácil. Pero
Finalm ente, la pareja no muy dotada con la facultad numerosas jóvenes tienen un aborto sin darse cuenta.
de procreación, restringe todavía más sus posibilidades La menstruación es un poco menos abundante que de
cuando adopta posiciones inconvenientes, tales como ordinario y aparece con algunos dias de retardo, no siendo
aquellas que no permiten la penetración profunda del a menudo otra cosa que la expulsión de un óvulo im­
pene, o favorecen la gravitación del semen fuera de la pregnado, debida al útero no desarrollado totalmente.
vagina. Cuando a este "error táctico" se agrega el coito Una vez diagnosticado, puede esto curarse mediante un
en el momento en que la ovulación está ausente, es po­ tratamiento adecuado.
sible que una pareja normal se quede sin hijos durante En su mayor parte, débese ello a una común pero
un tiempo largo y se considere infecunda. temporaria anormalidad: al Infantilism o genital de la
A este respecto, es interesante notar que una de las mujer, en cuyo caso los órganos Inmaturos no pueden
muchas supersticiones concernientes al sexo del niño por conducir al embrión a su completo término. Esta form a
nacer, atribuye particular importancia al momento de de esterilidad puede curarse con el tiempo. Ha sido tra­
la impregnación. Creen las personas, por ejemplo, sin tada también mediante masajes vibratorios de los múscu­
fundamento alguno, que los varones se conciben inme­ los uterinos y de la membrana mucosa, realizados per
diatamente después de la menstruación, y quienes desean rectum, con la doble ventaja de evitar el estimulo sexual
un heredero escogen, por lo tanto, ese periodo para la y de ser practicable aún en la m ujer virgen cuando los
copulación. Peí o basta solamente un ligero conocimiento síntomas prenupciales revelan el Infantilism o genital.
del mecanümo genital femenino para comprender que Cuando una esposa muy joven, de dieciséis, diecisiete
en esc momento es muy raro que los órganos femeninos y hasta de veinte años, no concibe, yerra el marido que
contengan un óvulo maduro y que la membrana mu­ la considera estéril, pues la menstruación normal en
cosa esté preparada para la recepción de la célula fer­ esa época no prueba la madurez genital. Van de Velde
tilizada. No hay que asombrarse si las parejas que ad­ explica de una manera notable las causas del infanti­
hieren a esta superstición se condenan prácticamente lismo:
a la es.n'iljdad. "E l reciente incremento del infantilism o femenino
La^ palabras precedentes muestran a cuán sutiles parece deberse en gran parte a la superpoblación de las
razones ruede deberse la infecundidad. Esto alentará a grandes ciudades, donde el trabajo intelectual y cul­
’S que han esperado vanamente un hijo, a con­ tural, la alimentación Irracional y los deberes profesio*
290 Enciclopedia Sexual Estebilidad fisiológica 291

nales han engendrado una generación de mujeres defi­ escaseaba en la mayoría de los países, la amenorrea
cientes. E l sexo se ha ido degenerando tanto, desde el (ausencia de menstruación), que es el fenómeno más des­
punto de vista físico, por este desgaste anormal de la tacado de esterilidad, fué muy común. E l proverbio:
a lergia cerebral, que ha perdido automáticamente la “ El exceso de una cosa buena es tan malo como la es­
m ayor parte de su capacidad de procreación. Esta infe­ casez” , puede también aplicarse a la fertilidad, puesto
rioridad sexual y constitucional, ocasionada en una ge­ que la sobrealimentación es capaz de debilitar la acti­
neración por las condiciones anormales de vida, se trans­ vidad genital basta el punto de engendrar la esterilidad.
m ite a la siguiente en mayor grado y term ina creando, Una mujer obesa, aparte de las otras desventajas de este
particularm ente en las mujeres, un tipo humano estéril estado patológico, sufre un debilitamiento en su capa­
O Incapaz de soportar él esfuerzo del embarazo” . cidad concepcional, como ba quedado evidenciado, fuera
Las condiciones generales de vida, que dependen de de toda duda, en los experimentos realizados con los
la manera de vivir, es un factor de importancia prim aria animales. Si la supresión de ciertas vitaminas en la ali­
para la mujer que desee tener hijos. Van de Velde alude mentación de los animales retarda la época del celo, el
en sus palabras transcriptas, a la dieta. Este punto, di­ exceso de esas vitaminas impide la reproducción. Otras
rectamente vinculado a la cuestión, es algo que se des­ anormalidades vinculadas a la obesidad despiertan siem­
cuida mucho. El régim en alim enticio no sólo afecta las pre las sospechas médicas. Ambas cosas están tan in ti­
funciones genitales, sino también todo el organismo. mamente ligadas, que con la menopausia y la cesación
Una insuficiente provisión de vitaminas, al desengranar de su actividad reproductiva, tiende la m ujer a engrosar.
el ciclo ovárico, reduce las posibilidades de fecundidad. En resumen, todo lo que afecta la salud general afecta
La alimentación exclusivamente restringida a ciertos co­ también la fertilidad. E l siguiente extracto del libro La
mestibles es perniciosa, porque una proporción conve­ fertilidad en el matrimonio, de Van de Velde, resume
niente de cada vitam ina es indispensable a l manteni­ eficazmente la primera parte de nuestra exposición:
miento del equilibrio orgánico. Además de las vitaminas “ Entre las causas principales de la esterilidad fem e­
6 y C, la vitam ina E es la más apropiada para la fecun­ nina debemos mencionar la atmósfera nociva de las ciu­
didad. Se la encuentra en el trigo, las frutas frescas y dades. Las ocupaciones profesionales y semiprofeslona-
el giste. La experiencia ha demostrado que estos ele­ les provocadoras de neurosis, la residencia en locales In­
mentos estimulan considerablemente el funcionamiento salubres, la falta de ejercicios o los deportes excesivos, los
de los ovarios. Es fácil, por lo tanto, curar este tipo de métodos de vida anormales, la higiene deficiente, los ex­
esterilidad, puesto que el tratam iento es una simple cesos sexuales, contribuyen a agotar el organismo fe­
cuestión dietética. menino. Estando él hombre dotado de una resistencia
En general, la mala alim entación perjudica la fecun­ genital mayor, pueden sus testículos, tan pronto como sus
didad. E l hambre ejerce una influencia perniciosa de­ condiciones de vida vuelven a la normalidad, producir
finida sobre los órganos genitales. Según Stefko, el ham­ más fácilm ente una nueva provisión de células vitales,
bre en Rusia dió lugar a varios trastornos genitales, que mientras que él organismo de la m ujer es más susceptible
se manifestaban por cambios en los folículos graafianos, a los factores adversos y se recobra más lentamente. Los
y las células vitales degeneraban en tejido conexivo, lo ovarlos, la parte más vulnerable de la mujer, pierden su
que, por cierto, es inconducente respecto a la reproduc­ capacidad de ovulación cuando la enfermedad o las cir­
ción. Durante la guerra mundial, en que la alimentación cunstancias desfavorables se prolongan. Estando el nú­
292 Enciclofidia Sexual Las enrrm edadw e s p e c ít ic a s 293
mero de folículos determinado desde el nacimiento, los referente a las enfermedades venéreas, las resumiremos
destruidos no pueden ser reemplazados y sobreviene la aquí en vista de su vinculación inmediata con la este­
esterilidad com pleta." rilidad.
Toda una serie de perturbaciones anatómicas pueden La gonorrea, la sífilis y otras enfermedades venéreas
convertir en infecunda a una m ujer cuyas glándulas ge­ no son las únicas causas especificas de infección, siendo
nitales serian de otro modo normales. Las lesiones en la ésta con no poca frecuencia una consecuencia del aborto.
vagina y la vulva, las laceraciones del perineo, los tu­ Todo el que conozca los métodos dudosos empleados por
mores descuidados, una vagina muy corta, o muy larga, los abortistas profesionales no se sorprenderá de la in­
y la deformidad del hlmen, constituyen otros tantos obs­ fección y de los traumas que suelen acompañar a sus
táculos para la concepción. Con respecto a los órganos buenos oficios. Durante el embarazo, las membranas mu­
internos, múltiples anormalidades pueden impedir a los cosas son campos particularmente propicios a la infec­
espermatozoides llegar a su meta, siendo la más común ción, y muchos abortistas desconocen la asepsia. Los
el prolapso o retroversión del útero, que ocurre particu­ mismos peligros presentan los partos normales, pero éstos
larm ente después del primer parto. Esta esterilidad se se realizan generalmente bajo condiciones científicas.
remedia fácilm ente por medio de masajes, del uso de un Por tales motivos, es aconsejable la más estricta lim ­
pesarlo especial y de la adopción de una actitud ade­ pieza en las relaciones sexuales durante las semanas que
cuada durante el coito, conforme a las indicaciones de preceden y siguen al parto. Está el pene propenso a
un especialista en la materia. Los casos más complica­ depositar en ia vagina gérmenes que degeneran en fiebre
dos, como la obstrucción de las trompas de Falopio, re­
puerperal, cuya consecuencia, cuando no fatal, es a me­
quieren la Intervención quirúrgica. Esta operación ha
nudo la esterilidad.
dado en los últimos tiempos excelentes resultados.
Además de los obstáculos anatómicos de la concep­ Si las infecciones se tratasen siempre a tiempo no
ción, es necesario destacar aquellos debidos a la defi­ serian gTaves, pero, como su característica es la de no
producir al principio dolor, se las descuida con frecuencia.
ciencia de las secreciones glandulares. Toda perturba­
ción en el funcionamiento de la tiroides, de los ovarios Cuando se llam a al médico han alcanzado ya una
o de las glándulas suprarrenales, puede conducir a la etapa tan aguda que no hay otra alternativa que la de
esterilidad. Tales casos se tratan a veces exitosamente elim inar el órgano afectado, a fin de evitar que la enfer­
mediante la opoterapia. Este tratam iento consiste en la medad se extienda. A veces algunos de estos órganos son
aplicación, a veces eficaz, de compuestos de hormonas extirpados, pudiendo la mujer, no obstante, copular y em­
(ováricas, tiróideas, adrenalínlcas). Las secreciones va­ barazarse. Pero, con frecuencia, la gonorrea y otras In­
ginales hiperácidas destruyen los espermatozoides. Esto fecciones obligan al cirujano a medidas drásticas, como
se descubre pronto mediante el análisis y se neutraliza ser la extracción de los ovarios, de las trompas y del
con lavajes de una solución de bicarbonato de soda u útero.
otras substancias alcalinas. La esterilidad, sin embargo, es una angustia psíquica
La esterilidad se tom a una cuestión grave en extremo tan intensa para la m ujer joven, que los hombres de
cuando se debe a m ía inflam ación específica de la mem­ ciencia han procurado encontrar la manera de perm i­
brana mucosa del útero, de los ovarios o del oviducto tirle concebir a pesar de todo. Es ésta una rama nueva
Aunque estudiaremos estas infecciones en el capítulo de la cirugía, que ha resultado ya maravillosamente
294 Enciclofidia Sexual E sterilidad absoluta 293

eficaz. El autorizado doctor Tan de Yelde, que a menudo aplicada con la precaución más extrema, pues es prefe­
citamos, es uno de los ploneers en este dominio. rible la esterilidad a dar nacimiento a un monstruo.
Cuando las trompas de Faloplo tienen que ser extraí­ De este breve análisis de las diferentes causas de es­
das, procura el cirujano dejar parte del oviducto y modi­ terilidad en la pareja, y particularmente en la mujer,
ficar los tejidos de modo ta l que, aún en su form a re­ surge claramente que la esterilidad es necesariamente
ducida, pueda el tubo ser capaz de transm itir el óvulo Incurable sólo en el caso de anormalidades genitales ab­
del ovarlo al útero. En caso de ovariotomia, se le da a solutas (ausencia de un órgano vital, hermafroditismo,
la paciente otra posibilidad, Injertando en el raigón del etcétera). En la gran m ayoría de los casos, un trata­
oviducto parte del órgano extirpado, o Interjertándolo m iento paciente, o una operación, pueden capacitar a
en las paredes del útero. Cuando es esto posible, con un la mujer para la fecundidad. Van de Velde ha clasifi­
fragm ento del ovarlo enfermo, nada hay contra ello; pero cado de la siguiente manera los casos de esterilidad que
el caso se torna más delicado cuando se trata de In­ un médico puede ser llamado a tratar:
jertar tejidos de ovarlos extraños. Esta operación ha sido Prim ero: ¿Es anormal la formación del óvulo? En
realizada por varios cirujanos, habiendo las enfermas ta l caso, ¿se debe ello a un defecto constitucional o a la
dado a luz niños perfectamente sanos, pero crea dificul­ inflamación, de los ovarlos?
tades de orden ético, puesto que es el ovario quien pro* Segundo: ¿Está el útero lo suficientemente desarro­
duce el óvulo, y, en caso de embarazo, puede la paciente llado y tiene el volumen necesario como para dar al
sentir justificadamente que lleva un h ijo extraño en sus óvulo fertilizado la nutrición y al embrión el refugio ne­
entrañas. Esta idea es capaz de Influenciarla para el cesario hasta su completa evolución?
resto de sus días de modo tal, que no pueda ella conside­ Tercero: ¿Existen obstáculos que Impiden la fusión
rarlo como a hijo propio. Desde el punto de vista legal, del óvulo con el espermatozoide?
la m ujer que lo da a luz es considerada la madre del Cuarto: ¿Fracasan las sensaciones voluptuosas en
hijo, de modo que el nacido de un ovarlo Injertado es despertar el sentimiento de la recepción? En tal caso,
estrictamente legítim o. ¿cuáles son las razones psicosexuales de ello?
La Intervención quirúrgica se requiere también en Quinto: ¿Ha estado la pareja cometiendo errores
muchps otros casos de esterilidad. Los quistes y tumores técnicos de copulación? ¿No ha elegido un tiempo poco
que no pueden ser tratados medlclnalmente tienen que propicio para la impregnación?
caer bajo el bisturí. Ultimamente se ha Intentado curar En todos los casos, la tendencia popular a cargar
la esterilidad debida a enfermedades constitucionales toda la culpa de la esterilidad de la pareja sobre la mujer,
mediante la radioterapia a los ovarios. Este tratam iento es evidentemente injusta. Se fundamenta en un proceso
es un arma de dos ñlos, debido a las dificultades de racional prim itivo: “ es la m ujer quien debe dar a luz
regular exactamente las dosis, pues la sensibilidad de los a los hijos; cuando no lo hace es porque no puede” . La
Órganos varia mucho en los Individuos y la radiación que experiencia ha demostrado que, dejando de lado aquellos
es buena para una enferma puede dañar a otra. Es po­ casos en que la culpa del marido es Indirecta, la mácula
sible también que aun cuando la enferma no sea perju­ venérea en la sangre del hombre, al engendrar lás Con­
dicada por él tratamiento, no ocurra así con los óvulos. diciones de Inflam ación en la esposa, es responsable de
Las aplicaciones radloterápicas han causado deformacio­ la infecundidad de un elevado número de parejas. Más
nes congénitas. Por lo tanto, debe esta terapéutica ser aún; mientras la m ujer frígida no es necesariamente
296 Enciclopedia Sexual LA FECUNDACIÓN artificial 297

estéril, el hombre Impotente lo es casi siempre. La Im­ no puede ser descuidado en vista de la necesidad de la
potencia se caracteriza por la Incapacidad de erección, emisión seminal, de la estimulación de la m ujer en el mo­
pero puede asumir varias formas, como, por ejemplo, la mento conveniente y de su descanso eventual en cama.
hlposecreclón de las glándulas endócrinas. Volveremos Siempre que pueda realizarse en casa de los cónyuges
sobre esta cuestión más adelante. Un tratam iento re­ será, pues, preferible que el médico lleve sus Instrumentos
lativam ente nuevo de la esterilidad es el conocido por y actúe al borde de una mesa, o de la cama, en vez de
fertilización artificial. Puede ser requerido a causa del hacerlo en su cam illa ginecológica. En realidad, tiene el
hombre, de la m ujer o de ambos, según se deba la este­ cirujano que realizar a menudo las operaciones más di­
rilidad a una deformación del pene o a la formación fíciles en casa de sus pacientes, mientras que en este
defectuosa, o al defecto químico, de la vagina, del cuello caso sólo se trate de la simple cuestión de introducir la
del útero o de la m atriz. El proceso es aplicable cuando no cánula de una jeringa uterina en el cuello del útero.”
hay causa evidente de esterilidad y cuando las células Recomienda luego que el coito normal se efectúe en
vitales de ambas partes son normales. La fecundación el hogar de los cónyuges, mientras espera el médico en
artificial es, desde luego, contraproducente cuando existe la habitación Inmediata. En el momento oportuno se
una mácula hereditaria en una de las fam ilias de los aproximará éste a los esposos, colocará a la mujer en la
cónyuges o cuando, no estando ninguno de ellos en­ posición obstétrica, absorberá con su jeringa parte del
fermo, los óvulos de la m ujer están degenerados. flu jo seminal depositado en la vagina y, después de
La fecundación artificial consiste en insertar el semen haber acercado el cerviz por medio de fórceps, intro­
en el útero por otro proceso que el coito. Comúnmente ducirá en la boca déí útero la jeringa e Inyectará el flúido.
se introduce el esperma directamente en el útero, aunque Este procedimiento no deja de tener sus Inconvenien­
algunas veces se deposita solamente en la boca del mismo, tes, pero son ellos relativam ente fáciles de salvar. Por
siendo el primero de estos métodos el más seguro. En otra parte, tiene la evidente ventaja de asegurar un am­
general, este método es tanto m ejor cuanto más im ita al biente favorable a la existencia de los espermatozoides.
acto sexual normal, libre de los defectos que esterilizan a Algunos médicos prefieren Juntar él esperma en un
la pareja. Algunos médicos que sostienen que el orgasmo vaso especial durante el transcurso de un coitus inte-
femenino es un gran auxiliar de la fecundación, reco­ rruptus. Otros recurren al condón, que facilita también
miendan excitar a la m ujer antes de la operación. Como la transmisión del esperma. La masturbación suele ser
esto im plica el coito, puede dar lugar a una situación un método muy práctico en los casos en que él coito es
algo delicada en cuanto a ciertos detalles Importantes imposible, pero tiene la desventaja de ofender a l senti­
respecto al éxito del experimento. Nuevamente citamos miento estético de la pareja.
a Van de Velde: Acontece a menudo que él semen no contiene los es­
“ Es de suma Importancia la cuestión de si la fertili­ permatozoides vivos necesarios para la Impregnación ar­
zación ha de tener lugar en la casa de los cónyuges o tificial. En tal caso, se pincha el eptdídimo, donde siem­
en el consultorio del cirujano. Prefiere el médico que se pre existe la posibilidad de hallar gérmenes vivos; se
use su clínica, que posee todas las herramientas necesa­ mezclan luego con alguna secreción prostética, sin la cual
rias. En mi opinión, sin embargo, la principal objeción a carecen de movimiento, y se los deposita en la vagina,
ello es que los pacientes se hallan mucho más Incómodos donde permanecen durante el acto sexual.
en el consultorio que en su propio hogar, factor éste que Algunos ginecólogos han llevado el proceso más allá,
298 Enciclopedia Sexual

procurando desparramar el semen en las trompas de


Falopio, cerca de los ovarlos. Estos métodos no son de
gran valor práctico.
Es Innecesario decir que la elección del tiempo ade­
cuado para la impregnación artificial es tan Importante
cómo para la fecundación natural. La experiencia ha CAPITULO XXV
demostrado que las operaciones realizadas entre el oc­
tavo y el décimosexto día después del comienzo de la PREVENCION DEL EMBARAZO
menstruación; dan los resultados más satisfactorios. E l
fracaso de una operación no debe desalentar a la pareja,
Embarazos con tra p rod u cen tes. — La tu bercu losis. — E n ferm e­
dad es ren ales y cardíacas. — La d ia betes. — La papera. - La
puesto que, después de todo, no sé trata sino de una ep ilepsia, efe. — Legalid ad d e los m étod os a n ticon cepcion a les
im itación del coito, el cual está propenso a fracasar tam­ en In g la terra . — Ilega lid a d de lo s m ism os en F ra n cia e Ita b o .
bién. Es posible que la pareja necesite repetir el proceso — N ecesidad d e con su lta r a un m éd ico exp erim en ta d o. U bre d e
de impregnación artificial dos o tres veces, lo que no las in h ibicion es m ora les o religiosas. — C lín ica s d o n d e se o b tien e
vacilará en hacer cuando ha tenido la fortuna de dar con u n a in fo rm a ció n a n ticon cep cion a l precisa sin pago a lgu n o . —
un médico cuyo tacto hizo llevadero el primer In­ C ó m o se p rod u ce la con cep ción . — V a rios m étod os an ticon ­
tento (1 ). 1 cepcionales. - - E l coltus intemiptiiB. — L os con dones. — M éto d o s
usados p o r la m u je r. — E l a n illo O ra efen b e rg . ~ S upositorios,
pastillas, u n gü en tos, pastas y —
gela tin a s. L a va je s.— E ste rH i-
sación . — l a le y en d ife ren tes patees. —V a rio sm étod os. —/»-
cisión y ligad ura d e lo s con d u ctos d eferen tes. --
E steriliza ción
de la m u je r, — In m u n iza ció n . —
in y e cc io n es. —
B ibliog ra fía .
(1) Existe un adecuado procedimiento sistemático que debe
ser realizado en todos los casos de esterilidad. Ante todo, ha de El tem a que este capítulo trata despierta siempre él
examinarse el semen del hombre, para ver si contiene el número mayor interés. Es, en realidad, una cuestión palpitante
suficiente de espermatozoides sanos. Cuando el análisis da un
resultado satisfactorio, la operación siguiente es revisar a la es­ en todos los países civilizados. Dijim os en uno de los
posa. Sus secreciones vaginales y cervicales deben ser exami­ capítulos anteriores que este problema tiene también sus
nadas por un patólogo. Se Inyecta en el útero Uplodol, u otra aspectos políticos y sociales, pero aquí nos referiremos a
substancia opaca similar, colocándose luego a la paciente bajo él desde el punto de vista médico. Los seres humanos
los Rayos X. De este modo puede seguirse el progreso del
fláido contenido en el útero, a lo largo de las trompas. Cuando sanos y que viven en condiciones favorables, sienten la
uno de los tubos, o ambos, están bloqueados, ]a presión puede necesidad de crear una fam ilia y de procrear hijos. Sin
aumentarse gradualmente, siendo fácilmente evitable el pe­ éstos la vida les parece monótona y carente de objeto.
ligro de un* presión demasiado grande, puesto que todo se rea­ La m ujer sólo se desarrolla completamente cuando ha
liza bajo la Inspección ocular del cirujano. 8e buscarán, desde
experimentado la maternidad. El hombre sólo madura
luego, otros 'Estácelos de la fertilización. Una Investigación sis­
temática de esta clase podrá subsanar eficazmente la esteri­ del todo cuando tiene la responsabilidad de una fam ilia.
lidad en un sorprendente número de casos. La Inyección de Pero existen muchos casos en que, por razones de
Uplodol es particularmente valiosa, no sólo para la diagnosis, salud, la procreación no es aconsejable. Es posible, por
sino también para la cura de ciertos casos de bloqueo tubá- ejemplo, que la salud de una m ujer sea ta l que el em­
. — H H.
barazo o el parto constituyan una amenaza para ella.
300 E nciclopedia Sexual P r e v e n c ió n c o n c e p t iv a 301

En tal caso, serla estúpido arriesgar su vida o su salud que el esfuerzo extraordinario de la gravidez le resultase
con él embarazo. peligroso.
Una de las mayores contraindicaciones respecto al em­ Y aún dejando a la madre de lado, no debe olvidarse
barazo es la tuberculosis. Toda m ujer que padece de tu­ que, cuando uno de los padres padece alguna enfermedad
berculosis activa debe evitar la gravidez, pues ésta favo­ mental, de sífilis, de alcoholismo, de hem ofilia (coagu­
rece el progreso de la enfermedad. lación deficiente de la sangre) o de cualquier otra enfer­
Ciertas enfermedades renales se agravan con el emba­ medad o deficiencia propensa a transmitirse y dañar al
razo, por lo que toda m ujer enferma de los riñones debe vástago, debe evitarse el embarazo.
consultar a un especialista, a fin de cerciorarse de si la Aparte de las enfermedades de los padres, es conve­
naturaleza de su mal hace aconsejable o no la gravidez. niente un intervalo suficiente entre los partos, a fin de
En general, las mujeres que sufren de nefritis cuando perm itir así a la madre preservar su salud. El embarazo
no están embarazadas, empeoran, por lo común, cuando dura nueve meses, y la lactancia del niño ha de durar
les sobreviene el embarazo. La cuestión es mucho más otros nueve meses. Además de estos dieciocho meses, de
compleja cuando la nefritis se desarrolla solamente du­ gravidez y amamantamiento, la mayoría de las madres
rante el embarazo. En esos casos es necesaria la inter­ necesitan, por lo menos, nueve meses de descanso para
vención de un especialista, que determ ine la naturaleza restablecerse y estar en condiciones de soportar una
exacta de la severidad del mal y establezca la prognosis, nueva gravidez. De modo, pues, que 61 Intervalo m ínim o
es decir, el curso probable que seguirá la enfermedad. entre los partos debe ser de dos años y tres meses, pero
Algunas formas de las enfermedades cardiacas no es siempre m ejor extenderlo a tres años. T a l Intervalo
se agravan con la gravidez, pero cuando el músculo del no sólo es favorable a la salud de la madre, sino también
corazón mismo va implicado en ellas, y la mujer no em­ a la del vástago, pues perm ite a aquélla dedicar todo su
barazada nota síntomas tales como la hinchazón de los cuidado a cada hijo por lo menos durante los dos pri­
pies y la fatiga, ha de prevenírsele que dicho órgano es ya meros años. Además, a l comenzar e l embarazo siguiente,
incapaz de realizar su tarea adecuadamente y que el el último hijo no necesita ya toda la atención de la
peligro que en tal caso el embarazo implica, sería de madre, pudlendo ésta preocuparse por su propia salud
mucha consideración. y la preparación del niño futuro.
La diabetes es otra de las contraindicaciones del em­ La prevención de la concepción puede también ser
barazo, aunque, afortunadamente, las mujeres que la necesaria o deseable para lim itar el número de hijos, con­
sufren no están propensas a quedar embarazadas. form e a las entradas económicas de la fam ilia. Como
La papera, la várice venosa, la epilepsia, los cálculos dijimos antes, es mejor tener dos, tres o cuatro hijos
biliares, los vómitos persistentes, que ya mencionamos, sanos, bien cuidados, con un nivel de vida superior, que
y ciertas afecciones de los órganos genitales femeninos, el doble, pero enfermizos, mal educados y peor equi­
a las cuales también nos hemos referido, son otras tantas pados para la lucha por la vida.
contraindicaciones del embarazo. La contraconcepción puede ser deseable para alentar
Además de estas enfermedades, bien definidas, existen a las parejas jóvenes a casarse a una edad temprana,
otras condiciones que no hacen aconsejable el embarazo. pues saben ellas a ciencia cierta que no pueden tener
La salud general de la madre podría ser tan deficiente, hijos hasta haber mejorado en su condición económica.
sea por una causa especifica o por la debilidad general, Es esto mejor que obligarlas a postergar el matrimonio
302 E ncxclofxdia Si x v a l M ítodos a n t ic o n c e p c io n a l e s 303

durante largos años, en espera de una situación eco­ cepcionales no es más eficaz que la del aborto. Cuando
nómica lo suficientemente próspera como para que les se prohíbe dar una inform ación anticoncepcional pre­
perm ita crear una fam ilia. cisa y la obtención de materiales seguros e inofensivos,
no se logra el resultado de evitar que la población se
En estos días de emancipación económica de la mujer,
abstenga de sus propósitos de reducción de la nata­
muchas de ellas ganan sueldos o tienen ocupaciones pro­
lidad, sino, simplemente, que recurra a métodos menos
fesionales, pudiendo series importantísimo evitar el em­
eficaces y más nocivos.
barazo hasta una época más propicia.
Existen ahora centenares de métodos para evitar La
Finalmente, los factores económicos, U otros, pueden concepción, siendo algunos perniciosos, en mayor o me­
im posibilitar a un hombre, o a una mujer, temporaria o nor grado, y otros enteramente Innocuos. Ningún mé­
permanentemente, el matrimonio. Sería pereza cerrar los todo de los conocidos hasta ahora tiene un 100 por (dentó
ojos al hecho de que un crecido porcentaje de personas de seguridad, pero algunos llegan casi a alcanzar ese
solteras no desea vivir su vida en la abstinencia sexual porcentaje, mientras otros son enteramente inútiles.
completa. Considerando justificadas o no las relaciones Todo individuo que desee tom ar sus precauciones con­
sexuales de tales personas, seria hipocresía desconocer tra la impregnación debe, por lo tanto, consultar a un
que la procreación de hijos Ilegales es indeseable. En médico acerca del método más conveniente para su caso
tales casos, el uso de medios anticoncepcionales preven­ particular. Desgraciadamente, pocas Facultades de Me­
drá, por lo menos, el nacimiento de hijos ilegítim os. En dicina incluyen en sus programas de estudio esta rama
países como la Rusia de los Soviets, la concepción de de la medicina preventiva, alendo, por consiguiente, ne­
hijos Ilegítim os ha desaparecido completamente. Todos cesario que la mujer o el hombre que deseen informarse
los hijos son legítim os y gozan los mismos derechos ci­ al respecto se cercioren por anticipado si él doctor a
viles, hayan sus padres registrado o no el matrimonio. quien van a consultar está inhibido por prejuicios mo­
Pero en nuestra sociedad la procreación ilegal tiene mu­ rales o religiosos y si, a l mismo tiempo, tiene alguna ex­
chas desventajas, tanto para los hijos como para las periencia en la materia. Existe un gran número de mé­
madres. La mortalidad y las enfermedades entre los hijos dicos y de ginecólogos que han prestado atención minu­
ilegítim os son mucho mayores que entre los nacidos den­ ciosa a l asunto, por lo que no es d ifícil a una persona
tro del matrimonio. inteligente él encontrar alguno de ellos. Para quienes no
En Inglaterra no existe obstáculo legal alguno para pueden pagar la consulta privada, existen en Inglaterra
el uso de medidas anticoncepcionales; no se prohíbe la numerosas clínicas especiales, diseminadas por todo el
venta de aparatos u otros materiales para é l efecto, n i la país, destinadas a inform ar gratuitam ente a los pobres.
publicación impresa aconsejando aquellas medidas. En
Francia e Italia, donde el Estado se propone el incre­ * • »
mento de la población con vistas a la mayor provisión
de carne de cañón en caso de guerra, la contraconcep­ Antes de entrar a analizar detalladamente los dife­
ción es Ilegal. En los Estadal. Unidos las leyes varían en rentes métodos anticoncepcionales, volvamos a resumir
los distintos Estados, pero se acepta generalmente que el proceso de la fecundación. Durante él acto sexual él
los médicos aconsejen a sus pacientes la no concepción esperma es depositado en la vagina y, probablemente,
cuando la salud de la madre lo exige. succionado por él útero. Los espermatozoides se dirigen
L a legislación represiva contra los métodos anticon­
304 E n c i c l o p e d i a S e x u a l LOS PBESÍ KVATIVOS Y SU USO 305

entonces al encuentro del óvulo. Cuando en la trompa gundo coito se realiza poco después del primero, es po­
de Falopio se halla un óvulo maduro para la fecundación, sible que hayan quedado dentro del prepucio, o en el
el primer espermatozoide que lo alcanza se fusiona a él, glande, algunos espermatozoides, que son luego llevados
y queda de este modo realizada la fertilización. El óvulo a la vagina y producen el embaraza. Cuando el semen
impregnado baja luego a la cavidad uterina y se encastra se vierte en la vulva, puede acontecer que algunos gér­
en la pared del útero, que, bajo la influencia de las menes vitales alcancen la vagina y suban por el útero
secreciones internas de los ovarios, ha sufrido algunos hasta fertilizar el óvulo. Se han verificado casos de fe­
cambios adaptados a la recepción del óvulo fecundado. cundación en mujeres de hlmen intacto.
Para evitar la concepción, pues, es necesario impedir Aparte de la falta de seguridad, este método es ob­
que el óvulo y el espermatozoide se encuentren. Sola­ jetable desde otros puntos de vista. Si bien es cierto
mente nos ocuparemos aquí de los métodos anticoncep­ que muchas parejas pueden practicarlo sin efecto perni­
cionales más importantes. cioso alguno, la mayoría de los hombres, en cambio,
Quizá el método más antiguo, y con certeza el más suelen sufrir, en consecuencia, la ansiedad neurótica, que
común hoy, es el coítua interruptus, o retirada del pene. conduce a la disminución de la virilidad y aún a la im ­
Consiste en sacar el pene de la vagina antes de la eya- potencia, cuando no al hábito de la eyaculaclón prema­
culación. Este método es mencionado en la Biblia: “ Y tura. Para los más de los hombres amengua la satis­
sabiendo Onán que la simiente no habla de ser suya, su­ facción sexual hasta tal punto, que no desean ellos prac­
cedía que cuando entraba a la m ujer de su hermano, ticarlo regularmente, con el resultado que, de vez en
vertía en tierra, por no dar simiente a su hermano” . cuando, se atreven a no retirarse en absoluto.
(Génesis. Cap. 38, versículo 9 ). Cuando la m ujer es tarda para lograr el orgasmo,
Como este método no requiere conocimiento, mate­ esta reducción artificial de los movimientos del pene den­
rial o aparatos especiales, es muy común en todas las tro de la vagina puede sustraerle la oportunidad del goce,
clases sociales, y casi todas las parejas casadas recurren con el consiguiente perjuicio para su salud.
a él con mayor o menor regularidad. Muchas de ellas En general, debe este método ser condenado como uno
negarán el uso de métodos anticoncepcionales, pero el de los menos ventajosos y satisfactorios.
interrogatorio hábil les sonsaca casi siempre la verdad, • • •
es decir, que suelen practicar la retirada, aun cuando no
estimen tal actitud bajo la denominación de método an­ Otro de los métodos de uso muy común es el preser­
ticoncepcional. vativo o condón. Se trata de una especie de vaina de
Existen muchas objeciones contra el coitus interrup- piel que se coloca sobre el pene como un dedal de goma
tus, siendo la primera de ellas su inseguridad. Cuando en el dedo. El semen queda aprisionado en el interior
el hombre está sexualmente excitado, algunas gotas de del preservativo, sin alcanzar la vagina. Cuando el con­
flúldo espeso salen del orificio uretral, gotas que, exa­ dón es lo suficientemente fuerte como para evitar toda
minadas bajo el microscopio, contienen con frecuencia posibilidad de rotura, reduce considerablemente la sen­
espermatozoides. Por lo tanto, aun cuando el hombre se sación placentera. Por otra parte, cuando es lo bas­
retire antes de la emisión del semen, es muy probable tante delgado, como para no disminuir la sensación, está
que haya depositado antes esas gotas en la vagina, im ­ muy expuesto a romperse. Algunas veces el condón se
pregnando de este modo a la mujer. Cuando un se­ rasga visiblemente, pero con más frecuencia se producen
SOS E n c i c l o p e d i a S e x u a l P reservativo s f e m e n in o s 307
en él agujeritos imperceptibles, que, no obstante su pe- El primero que vamos a considerar es la esponja.
quefiez, son lo demasiado grandes como para perm itir Puede ésta ser una verdadera esponja marina, o de goma,
el paso de los espermatozoides a la vagina. Muchas mu­ o simplemente un tapón hecho de algodón de lana o de
jeres hallan que el condón disminuye mucho su placer, o alguna otra substancia. Se inserta en la vagina y se
hace la penetración y los movimientos del coito dolo­ empuja hacia el interior, con el propósito de cubrir la
rosos. Hombres hay que no pueden interrumpir el juego boca de la m atriz e impedir asi la entrada en ella de los
amoroso para colocarse el preservativo, sin la pérdida de espermatozoides. Cuando la esponja es lo bastante
su erección. grande como para asegurar la oclusión de la bóveda va­
En vista del uso muy difundido del condón, y de la ginal, es percibida por el pene, a quien no le deja espacio
creencia general en su eficacia, es interesante notar que suficiente. Cuando, en cambio, a fin de eliminar esa des­
todas las encuestas hechas por nosotras evidenciaron ventaja, es pequeña, no puede asegurarse que cubra la
que, en un gran número de casos, más del 50 por ciento boca de la matriz, pudiendo deslizarse hacia uno de los
de las parejas que lo utilizaban fracasaron tarde o tem­ fondos de saco, o fom ix, que se hallan al frente, detrás
prano. y al costado del cervix.
Cuando se usa él condón, ha de tenerse en cuenta Cuando, no obstante, se prefiere este método, la es­
su calidad y, especialmente, su tamaño, que debe ser ponja de goma, que puede ser esterilizada en agua hir­
lo suficientemente grande. Debe recordarse que con el viendo, o el tapón de algodón de lana, que se arroja des­
aumento de la excitación sexual y la proximidad del or­ pués de usado, son más convenientes que la esponja ma­
gasmo, el pene, y en particular el glande, aumentan rina, la cual es muy d ifícil de conservar limpia. Es acon­
considerablemente de tamaño. Y que cuando el condón sejable empapar el tapón con una solución de ácido lác­
no es lo bastante grande como para soportar este au­ tico al uno por cien, o untarlo con una gelatina que con­
mento, está expuesto a rasgarse. Es prudente lubricarlo tenga él mismo ácido, a fin de que esta substancia anti­
en su parte externa con vaselina o con ácido láctico (1 ), concepcional ofrezca una resistencia auxiliar. Cuando las
a fin de facilitar los movimiento dél coito y para m ayor preparaciones de ácido láctico no son ventajosas, puede
seguridad, pues el ácido láctico actúa como defensa utilizarse en su lugar otras substancias químicas no irri­
química. tantes.
Tanto el coitus tnterruptus como el condón son mé­ Existe, además, toda una serie de pesarlos, que pue­
todos cuya finalidad es impedir la entrada de los esper­ den dividirse en cuatro tipos principales: a ) Preserva­
matozoides en la vagina, y su uso depende del hombre. tivos cervicales; b) Pesarlos vaginales oclusivos; c ) Pesa­
Pasemos ahora a considerar los métodos utilizados por rlos intracervicales, y d ) Pesarlos intrauterinos.
la mujer. Ellos consisten en impedir que los gérmenes, Los preservativos cervicales, como su nombre lo in ­
entrados ya en la vagina, lleguen al útero, o en destruir dica, son pequeños instrumentos en form a de capa que
la actividad de los mismos.1 se ajustan a l cervix como un dedal en el dedo, con el
propósito de evitar la entrada a los gérmenes vitales. El
(1) Todas las aplicaciones anticoncepcionales y las prepa­ más conocido en Inglaterra es el preservativo cervical de
raciones mencionadas en este capitulo pueden obtenerse en goma, vinculado al nombre de la doctora Marte Stopes.
las farmacias y droguerías, aun cuando ciertos tipos de pesarlos La doctora Stopes es, sin disputa, una de las figuras más
no son muy fáciles de conseguir. — N. del É. importantes del movimiento en pro del control de la
308 E nciclopedia S exual TÍCNICA ANTICONCrrCÍONA!. 309
concepción en ese país, y su m agnífica propaganda al tos no ajustan sobre el cuello del útero, sino dentro de la
respecto nos merece la más profunda admiración. Pero, vagina, es decir, que no son centrípetos, sino centrí­
en cuanto a la técnica anticoncepcional, no compartimos fugos. Este tipo de pesario va unido al nombre de Men-
sus puntos de vista. Recomienda ella mucho este tipo singa, de Flensburg, y se usa ahora ampliamente bajo
de pesario, al que le atribuye un gran porcentaje de éxito. los nombres de pesario Menslnga, pesario holandés, pe­
Nuestra experiencia nos demuestra que muy pocas mu­ sario Haire o pesario Leunbach. Consiste en un simple
jeres pueden aprender con facilidad a colocárselo, siendo, hemisferio de goma, cuya circunferencia está reforzada
además, muy fácil de ser desplazado por el pene durante con un muelle plano de reloj. Es comprimible a los efec­
el coito. Aparte del tipo de pesario particular reco­ tos de su introducción, siendo preferentemente inser­
mendado por la doctora Stopes, existen otros preserva­ tado de manera que la parte convexa, o domo, mire
tivos cervicales de goma, que difieren en detalles, aunque hacia el cuello del útero, y la cóncava, o hueca, hada
no en principio, y son igualmente inseguros. Tales pre­ la abertura vaginal. Cuando, por error, se coloca al revés,
servativos se fabrican de tres tamaños, pero las más de es igualmente seguro, pero quizá no tan fácil de extraer.
las mujeres compran uno solo y procuran asustárselo a La pieza elástica mantiene el borde del pesario estrecha­
sí mismas. Si se ha de usar este método, debe la m ujer mente aplicado a las paredes vaginales, debiendo el pe­
elegir la medida exacta, mediante la consulta a un mé­ sario descansar algo oblicuamente a través de la vagina.
dico, el cual le enseñará, también, la manera de colo­ (Algunos médicos lo colocan muy oblicuamente, otros
carlo. Es conveniente usarle con una tableta, o gelatina, casi longitudinalmente. En este caso, cualquier aumento
como segunda línea de defensa. de la presión intraabdominal de la mujer, producida por
el estornudo, la tos o un esfuerzo muscular, puede des­
Además de estos preservativos cervicales de goma
plazar el pesario. Las mujeres que a menudo se quejan
existen otros de plata, de celuloide y de otras substan­
del fácil desplazamiento del pesario usan con frecuencia
cias, más pequeños que los de goma y que ajustan más
uno de tamaño muy grande, lo que distiende las paredes
apretadamente el cuello del útero, debiendo ser apli­ vaginales y les causa cierta incomodidad. Cuando el
cados, necesariamente, por un médico, por lo común, poco tamaño está exactamente escogido, la pieza elástica y
después de cada periodo menstrual, y extraídos por el las paredes musculares de la vagina se adaptan mu­
mismo, o por la mujer, cuando puede hacerlo, poco tuamente, aún durante los movimientos del coito, sin
antes de comenzar el periodo siguiente. Cuando estos que el pesario constituya impedimento alguno de los
preservativos no ajustan bien en el cervix, no constituyen mismos. N i la m ujer ni el hombre perciben su pre­
una salvaguardia eficaz contra la entrada de los esper­ sencia. Toda la bóveda vaginal queda ocluida, no pu-
matozoides en la matriz. En el caso contrario, impiden diendo el semen tener acceso a la boca de la m atriz du­
la salida de las secreciones uterinas y, cuando se los rante el acto sexual. Aún utilizando solamente el pe­
deja en la vagina durante algunas semanas, están pro­ sario, se obtiene un porcentaje de éxitos muy elevado.
pensos a provocar una inflamación. Ningún adminículo Pero, aunque nada fácil, es posible que el espermato­
vaginal debe llevarse en los órganos genitales internos zoide se deslice, después del coito, alrededor del borde
más de veinticuatro horas. Estos preservativos son inse­ del pesario, entre éste y las paredes vaginales. A fin
guros contra la gravidez y, además, antihigiénicos. de impedir esta remota posibilidad de fracaso, es pru­
Una cosa bien distinta son los pesarios oclusivos. Es­ dente adoptar una segunda linea de defensa. Antes
310 E n c ic lo pe d ia Six v il
H ig ie n e de l a a n t ic o n c e p c ió n 311
de Introducir el pesarlo, debe untarse por ambos lados
puede echar a perder el romance, o los valores estéticos,
con una gelatina, no grasosa, con ácido láctico.
del acto sexual. Aun cuando esto fuese cierto, debemos
Estos pesarlos se fabrican en dieciocho o veinte ta­
decir que no se llega a la contraconcepción por carretera
maños distintos, cuyo diámetro varia desde cincuenta
real alguna, y que debemos, por lo tanto, estar dis­
a noventa milímetros, siendo el comprendido entre los puestos a sacrificar algo a favor del embarazo indeseado.
sesenta y setenta milímetros el más común. Es esen­ Pero cuando la mujer aprende a insertarse el pesario
cial que la primera vez sea colocado por un médico todas las noches antes de ganar la cama, espere o no la
experimentado en su uso, porque los demasiado gran­ copulación, y a extraerlo a la mañana siguiente — aun
des, o pequeños, no constituyen una protección eficaz. en los casos en que el marido está ausente— , pronto se
Luego el médico enseña a la paciente la manera de convierte el procedimiento en rutinario y no se halla en
colocar y extraer el pesarlo, pudiendo las mujeres apren­ él nada prosaico ni antiestético.
der dicha operación en pocos minutos. Ha de insertár­ Ha de prevenirse a la mujer no dejar el pesarlo en
selo la mujer antes de acostarse. Cuando el acto sexual la vagina durante semanas o meses, sin extraerlo. Los
se realiza, no necesitará ella levantarse para tomar que se oponen a los métodos anticoncepcionales han ob­
otras precauciones, pudiendo dormirse tranquilamente, jetado algunas veces que cuando se deja el pesario en
sin temor alguno. A la mañana siguiente, tan pronto la vagina durante un largo periodo de tiempo, puede dar
como se levanta, debe darse un lavaje con agua saponá­ lugar a una inflamación. A esto replicamos que cuando
cea, extraer luego el pesario y darse otro lavaje. Es una serie de dientes postizos se deja en la boca durante
m ejor realizar esta operación en posición horizontal, semanas o meses, sin extraerlos con propósitos de lim ­
pues, estando la m ujer sentada o encorvada, pueden los pieza, también producen una inflam ación local. Pero en
músculos presionarse, impidiendo que la vagina sea la­ ambos casos la inflamación se debe al mal uso de los
vada completamente. El lavaje vaginal es m ejor apli­ aparatos, y no a los aparatos en si, y ninguna persona
carlo con una cánula de ducha, o un irrigador de goma, razonable puede condenar el uso de los dientes postizos,
del tipo fuente, debiendo la cánula o el irrigador col­ o del. pesario, que son muy útiles e inofensivos cuando
garse en la pared, a fin de que el agua entre en la vagina se los emplea adecuadamente.
por su propio peso. Un lavaje muy conveniente es el Cuando la m ujer tiene la m atriz desplazada, la co­
de agua caliente, combinando los dos sistemas, el del rrecta inserción del pesario es un poco más d ifícil, pero
irrigador de goma y la cánula de ducha. Hay un pe­ resulta, por lo común, muy fácil enseñar a la m ujer a
queño Irrigador plegadizo, que cabe en un espacio no vencer esta dificultad. En casos de desgarraduras in­
mayor que el de una cigarrera, muy conveniente, pues ternas de nacimiento, es d ifícil lograr la permanencia
puede la mujer llevarlo fácilm ente en su cartera. del pesario, debiendo, por lo tanto, aconsejarse otro mé­
A falta de un irrigador de ducha, debe usarse una je­ todo. Desde luego que estos desgarros deben ser repa­
ringa para enema. E l tipo de jeringa de “ pulverizador rados por la cirujla.
giratorio” no es aconsejable, por cuanto no sólo vierte Cuando la mujer está constipada, el recto distendido
la solución lim pia en la vagina, sino que también absorbe puede ocasionar una protuberancia en la pared vaginal
la sucia, estando propensa a actuar como fuente de in­ y desplazar el pesario. Por ta l causa, y por su nocividad
fección. en sf, debe evitarse la constipación.
Creen muchas mujeres que el uso de este método Este método m ixto del pesario oclusivo, más la gela-
312 E n c i c l o p e d i a S e x u a l LOS PESARIOS INTRAUTERINOS 313

tina anticoncepcional, más el lavaje, es, en nuestra opi­ doctor Fust, en Alemania, con su pesario intracervical
nión, el más seguro y, al mismo tiempo, el más gene­ de cuerda de seda natural. Nosotros jamás los hemo3
ralmente aplicable de los Inventados hasta la fecha. aconsejado, pero si nos hemos visto obligados a extraer
Existe otro aparato algo sim ilar al pesario, denomi­ un gran número de ellos a causa de la Inflamación del
nado Ramses, que tiene un resorte espiral en lugar de cervlx. Es posible que sean Innocuos en algunos casos,
la pieza plana y elástica de reloj, que hallamos en el pero personalmente no conocemos caso alguno en que no
pesario descripto. hayan provocado una molestia semejante.
Este resorte espiral se retuerce en figura de ocho Muy diferentes en principio, aunque frecuentemente
cuando encuentra algún obstáculo durante la Introduc­ confundidos, tanto por los legos como por autoridades
ción del pene, siendo, por lo mismo, menos eficaz. del control de la concepción, con los pesarlos lntracer-
Existen numerosos pesarlos vaginales oclusivos de di­ vicales, son los pesarlos intrauterinos, que recuerdan el
ferentes formas, reforzados algunos con resortes y otros nombre de Graefenberg. El más reciente y mejor de éstos
no, pero todos son inferiores al tipo aconsejado. consiste en un anillo pequeño compuesto de un rollo de
Pasaremos ahora a considerar el tipo de pesario intra- alambre de plata con un tapón de seda natural en el
cervical, llamado a veces, erróneamente, intrauterino. hueco del mismo. Este aparato es conveniente sola­
Consiste en una especie de pistón que ocupa el canal mente para las mujeres cuya reglón genital nada deja
del cuello del útero y lo mantiene permanentemente que desear en cuanto a salud, y debe ser aplicado úni­
abierto. En la base del pistón hay un botón grande, que camente por un ginecólogo hábil en su manejo. Se in­
descansa en la vagina, cubriendo, más o menos, la boca serta en la misma cavidad uterina, sobre la boca interna
de la matriz. Tales pesarlos se fabrican de diferentes de la m atriz, de modo que deje el cervix abierto y faci­
formas y con distintos m ateriales — platino, oro, plata, lite el tránsito de los espermatozoides de la vagina. Se
acero, aluminio, vidrio, celuloide, vulcanita, cuerda de coloca durante un período menstrual y no se lo extrae,
seda natural, etcétera— . Pero obedecen todos al mismo a fin de cambiarlo por otro nuevo, sino un año después
principio y pueden todos ser condenados con los mismos Graefenberg mismo creía al principio que el aparato no
fundamentos. impedía la fertilización del óvulo por el esperma, sino
La principal objeción es que mantienen el cervlx per­ que hacia imposible la fijación del óvulo fertilizado en
manentemente abierto, ofreciendo el paso de los gér­ la pared del útero. Las ulteriores experiencias parecen
menes de la vagina al útero. En un elevado porcentaje indicar que no es ésta la explicación de su acción. Es
de casos no Impiden en absoluto el embarazo. Cuando probable que la acción anticoncepcional se deba al hecho
esto ocurre, o se sigue con la gravidez o se recurre al de que el aparato aumenta la alcalinidad del útero, lo que
aborto. En este últim o caso el aborto es comúnmente destruye los espermatozoides. Esta acción no se debe a
séptico y, por consiguiente, peligroso. que el aparata esté manufacturado en plata, pues lo
Los mejores pesarlos conocidos de este tipo son los de­ mismo ocurre cuando es de oro. La Inserción y extrac­
nominados “ mariposa", “broche de oro” , "resorte de oro”, ción del aparato requieren Instrumentos especiales.
etcétera, recomendados anteriormente por la doctora Cuando se las realiza en mujeres sanas, por un ginecó­
Stopes. No sabemos si los recomienda todavía. La doc­ logo competente, no producen efecto pernicioso alguno.
tora neoyorquina M ary Halton afirm a haber tenido los No pueden originar ni la inflam ación n i el cáncer, como
mejores resultados con estos pesarlos, lo mismo' que el algunas personas parecen creer. Pero cuando se utili-
314 E nciclopedia Sexual E s t e k il iz a c ió k q u ím ic a 315

san dichos aparatos habiendo alguna Infección, pueden nina, que se supone bien tolerada por la m ayoría de las
producir resultados perjudiciales. mujeres. Otros contienen qulnosol en lugar de quinina,
Estos anillos son de cinco tamaños, que varían de pero esta substancia no la toleran muchas mujeres. Las
1 Vt a 3 centím etros de diámetro, debiendo estar a cargo tabletas son de dos clases, espumosas o no espumosas.
dél médico la elección del tamaño preciso. Este método Las tabletas espumosas se disuelven con las secreciones
no es conveniente para todas las mujeres, pero en los vaginales, produciendo una espuma que conduce la subs­
casos en que es aplicable resulta, en verdad, m u ; satis­ tancia química esencial a todas las partes de la vagina.
factorio. Las tabletas no espumosas se disuelven simplemente en
Da un elevado porcentaje de éxitos, pero no excluye las secreciones vaginales. El Inconveniente de ambas
absolutamente, la posibilidad del embarazo. Cuando éste tabletas es que a menudo no se disuelven. Se disuelven
ocurre, la presencia del anillo no es perjudicial ni para rápidamente en un tubo parcialmente lleno de agua, pero
la mujer ni para el niño, pues se sitúa entonces entre la no con tanta facilidad en el mu cus vaginal, muy distinto
pared uterina ; la bolsa de las aguas, siendo separado al agua, y muy saturado ya con substancias en solución.
por ésta del embrión. Las mujeres varían mucho en cuanto a la cantidad de
Puesto que el anillo no rinde el 100 por ciento de mucus vaginal presente, y las mismas mujeres pueden a
seguridad contra la concepción, es aconsejable utilizar, veces tenerlo en abundancia y otras no.. Cuanto menor
como segunda linea de defensa, una substancia química es la cantidad del mucus presente, menor es la posibi­
anticoncepcional. Puede, en tal caso, usarse un supo­ lidad de que la tableta se disuelva completamente. Las
sitorio o una tableta espumosa. Para las personas en tabletas espumosas producen unas burbujas de gas que
quienes el embarazo seria una calamidad, aconsejamos ocasionan a muchos hombres y mujeres una sensación
combinar el anillo Graefenberg con el pesarlo vaginal ardorosa aguda.
oelusivo de goma, pues este método m ixto proporciona Los métodos anticoncepcionales químicos se usan
el más elevado porcentaje de seguridad. también en form a de ungüentos, pastas y gelatinas.
El m ejor de todos es, qui2á, la gelatina no grasosa, con­
* * *
teniendo ácido láctico, pues este ácido es un espermati-
TOdos los métodos anticoncepcionales descriptos se cida poderoso y no daña la membrana mucosa de la
caracterizan por la Introducción de una traba mecánica vagina.
contra el acceso de los espermatozoides a l óvulo. Consi­ Los supositorios, las tabletas, los ungüentos y las ge­
deraremos ahora los métodos químicos, consistentes en latinas tienen una desventaja común. Cuando el pene
destruir a los espermatozoides en la vagina. En primer penetra en la vagina, la substancia química se distribuye
lugar existen los varios supositorios (llamados también en un ¿rea m uy amplia, y la cantidad que queda en cada
pesarlos) y las tabletas, que se insertan en la vagina parte, por lo tanto, es muy pequeña. No hay seguridad
antes del acto sexual. Los supositorios consisten en una alguna que dicha substancia entre en contacto con todos
substancia básica gelatinosa, o de manteca de cacao, a los espermatozoides, algunos de los cuales pueden ganar
la que se supone actuar como vehículo de otras subs­ él útero, impulsados por el torrente del semen, antes que
tancias químicas espermatlcldas. Estos supositorios se la substancia química haya tenido tiempo de obrar. Por
derriten a la tem peratura del cuerpo. La substancia otra parte, es muy d ifícil hallar substancias químicas es-
química más comúnmente empleada en ellos es la qui­ permaticidas lo suficientemente poderosas sin que sean.
31G E nciclopedia Sexual
E s t e r il iz a c ió n o J n ic /. 317
at mismo tiempo, peligrosas para la membrana vaginal.
Algunas de ellas son ineficaces, otras producen la Infla­ transcurrido entre el depósito del esperma en la vagina
mación y pueden ocasionar trastornos e irritaciones a y la aplicación del lavaje. Pero, en todos los casas, el
una considerable proporción de personas que las emplean. lavaje puede afectar únicamente a los espermatozoides
Ninguna de estas preparaciones químicas, utilizadas con que en ese momento permanecen aún en la vagina, pues
exclusión de todo otro método, ofrece más que un re­ los espermatozoides que penetraron ya en el útero están
ducido porcentaje de éxito anticoncepcional. fuera del alcance del mismo. Por esta razón, el lavaje
Algunas de ellas, sin embargo, son muy útiles como vaginal solo, aunque se trata de un hábito agradable e
defensa adicional, cuando se las emplea conjuntamente higiénico, es muy poco eficaz como método anticoncep­
con un pesarlo de goma, un anillo intrauterino c un cional. Pero cuando se lo emplea con los métodos des-
tapón. La mejor de todas es la gelatina ya mencionada, criptos, tiene sus ventajas indudables.
no grasosa y conteniendo ácido láctico. En Francia,
donde el beso genital forma parte del juego amoroso, LA ESTERILIZACIÓN
previo a la copulación, muchas personas se han quejado
de que dicha gelatina tiene un gusto y un olor desagra­ La contraconcepción es un medio temporario de evi­
dables. Esta desventaja puede vencerse mediante las ge­ tar la impregnación. Cuando un individuo desea evitar
latinas con ácido láctico perfumadas, puestas ahora en la fecundación permanentemente, le queda la alterna­
venta. tiva de la esterilización. En algunos países la ley pres­
cribe la esterilización obligatoria de las personas que pa­
• • * decen ciertos tipos de enfermedades mentales, y de de­
Otro método anticoncepcional muy común es el lavaje terminados criminales. En otros, la esterilización vo­
con una solución a base de una substancia química es- luntaria es ilegal. En Inglaterra, la ley no prescribe la
permaticida. Las opiniones varían en cuarto al deseo esterilización obligatoria, pero no hay, por el momento,
de las mujeres de lavarse la vagina después del acto obstáculo legal alguno para la esterilización voluntaria
sexual. Lo cierto es que cuando una m ujer se da lavajes de las personas adultas y mentalmente normales. Por
frecuentes con una solución química irritante, pueden supuesto, ningún médico de reputación esteriliza a nadie
inflamársele los conductos genitales. Pero un lavaje dia­ sin antes considerar escrupulosamente el caso.
rio con una solución de jabón de Castilla, diluida en La esterilización es posible mediante la radioterapia,
agua, a una temperatura del calor de la sangre, es ab­ pero este método puede dañar la secreción interna de los
solutamente innocuo. Por el contrario, en nuestra opi­ ovarios o de los testículos, asi como impedir la produc­
nión, esta lim pieza diaria es tan necesaria como la de ción de los espermatozoides o de los óvulos, lo que resulta
los dientes, pues elim ina las secreciones estancadas, que muy pernicioso para la salud del paciente. Cuando, con
tienden a adherirse en las partes genitales, produciendo el propósito de evitar las complicaciones indeseadas, se
un mal olor que repele no sólo al hombre sino también a reduce la dosis de radioterapia, la esterilización puede no
la misma mujer. Cuando este lavaje se aplica antes del ser permanente. En tal caso, cuando el paciente vuelve a
acto sexual, no tiene un mayor efecto anticoncepcional. ser fecundo, el vástago engendrado está sujete a deform i­
Fero su eficacia es otra cuando se lo aplica después del dades y otras anormalidades, debido al daño ocasionado
coito, y varía en relación directa con el lapso de tiempo por la radioterapia a los géimenes vitales.
En los casos en que se desee la esterilización, los
318 E N C I C L 0 P K 9 I A S K X U A I> E s te ju u za c ió n v o l u n t a r ia 319
una anestesia general, espinal o local. Pueden los tubos
mejores métodos son los quirúrgicos. En e! hombre, se
cortan y atan los conductos espennátlcos. La operación ser cortados, ligados, o extraídos totalmente. Pero lo
mejor es unir al tejido de la pared abdominal las extre­
se realiza mediante una incisión a cada lado del escroto,
midades oválicas de los tubos. Esta operación no per­
o bolsa testicular, y no afecta malamente la salud fisica,
judica la salud mental, fisica o sexual de la mujer, ni
ni la mental, y no aminora en modo alguno el deseo,
afecta para nada su deseo o placer sexuales. No tiene
la potencia o el placer sexuales. El hombre continúa eya­
efecto alguno sobre la menstruación, que continúa como
culando como anteriormente y su semen parece, a simple
antes. Esta operación no ha de- confundirse con la ex­
vista, normal, pero examinado bajo el microscopio se
tracción de los ovarios, la cual, como la castración en el
nota que no contiene espermatozoides. Esta operación no
hombre, priva a la mujer de importantes secreciones in­
debe ser confundida con la castración. La castración con­
ternas e influencia perniciosamente su salud mental y
siste en la extracción quirúrgica de los testículos, ope­
física, así como su capacidad sexual.
ración ésta que no sólo convierte en estéril al paciente,
sino que también le priva de las secreciones internas de • • #
los testículos, lo que afecta poderosamente, en sentido
perjudicial, la salud mental, física y sexual. En Ingla­ Se han hecho intentos de inmunizar a las mujeres
terra está prohibida la castración, pero, como hemos contra la concepción, mediante la inyección de prepara­
dicho, la ley permite la esterilización mediante la incisión ciones de flúido seminal, aplicando el mismo principio de
y el ligamento de los conductos espennátlcos. Esta ope­ las vacunas contra las enfermedades. El autor de este
ración se conoce por incisión y ligadurc de los conductos capitulo ha publicado el resultado de sus investigaciones
deferentes, y se realiza a menudo con el propósito de es­ personales al respecto en The PractitUmer, en julio de
timular las secreciones. Internas, lo que se traduce por 1923, habiendo otros médicos realizado también investi­
un mejoramiento de la salud fisica, mental y sexual. Más gaciones en ese sentido. Sin embargo, tales métodos no
información acerca de este tema la hallará el lector en el han dado resultado satisfactorio hasta el presente.
capítulo X X X , referente al rejuvenecimiento.
Se creía que la esterilización de este modo realizada • * *
era irrevocable, pero el profesor Schmerz, de Gratz (Aus­
Se intentó también producir la esterilidad temporaria
tria) , ha restaurado exitosamente la fertilidad en un gran
o permanente, mediante la Inyección de varias secreciones
número de casos mediante una operación especial.
La esterilización quirúrgica del hombre es, desde el vaginales, pero hasta ahora el método ha fracasado igual­
mente. El alemán. Haberlandt, con idéntico propósito,
punto de vista del paciente, una operación simple y sin
dolor, implicando solamente un mínimo de incomodidad inventó unas tabletas ingeribles conteniendo ciertas se­
y algunos días de cama. creciones ovárlcas, pero, por el momento, no puede con­
fiarse en ellas tanto como para recomendarlas.
La esterilización quirúrgica de la mujer es igualmente
fácil, aunque, como consiste en la incisión de las trompas La esterilización, comparada con la anticoncepción,
de Faíoplo, requiere la abertura de la cavidad abdominal, ofrece ciertas ventajas y ciertas desventajas. Elimina la
por lo que resulta más dolorosa y exige un periodo de necesidad de toda precaución antes del coito, siendo pre­
tiempo mayor en cama. Esta operación, como la del ferible en los casos en que se desea la esterilidad perma­
hombre, se realizan, desde luego, con la aplicación de nente. En cambio, es irrevocable en algunos casos y di-
320 Enciclopidia Sexual
fícü de revocar en todos, de modo, pues, que debe re­
flexionarse mucho antes de decidirse a la esterilidad per­
manente.
Si la simplicidad, la seguridad y la innocuidad de la
esterilización estuviesen más difundidas, no nos cabe
duda alguna que muchas personas tendrían más en
cuenta que hasta ahora este procedimiento (1). CAPITULO XXVI

LA IM PO T E N C IA EN EL HOMBRE
(1) Este capitulo ha sido enteramente revisado y recom­
puesto para la edición Inglesa por el doctor Norman Halre. Más Impotencia de erección e impotencid de procreación. — Dos cua­
Información detallada acerca de los métodos anticoncepcionales
tro factores esenciales. — Da impotencia relativa. — Enferme­
pueden hallarse en los siguientes libros y escritos del mismo
autor: dades y narcóticos. — Impotencia nerviosa. -- £1 acto sexual
1. H y g ie n e M e th o d s o f F a m ily L im lta tion . Londres. 1922. " por mandato" y las costumbres de la Edad ¡tedia, — Da revo­
2. Confnieepfíve T ech nique. Conferencia pronunciada en la lución de lo inconsciente. — Da eyaculoctón prematura. — De­
5* Conferencia Internacional Neo-Malthuslana y del Control de formidades de los órganos genitales. — Aspermia y azoospermía.
la Concepción. Londres, 1922. — Dificultades en la diagnosis.
3. Confraceptlve T ech nique. Un estudio sobre 1.400 casos,
publicado en T h e Pra ctition er, Julio de 1922. En tanto que distinguimos en las mujeres entre este­
4. T h e C om p aratU ie V a lu é o f C u r r e n t C o n tra c e pitee Afe- rilidad y frigidez, todas las imperfecciones del aparato
thods. Conferencia pronunciada en el Congreso Internacional
de Investigación Sexual. Berlín, 1920. genital del hombre se incluyen bajo el simple término de
5. Medical A sp ects o f C on tra cep tion . Informe de la Co­ “ impotencia" (1 ). El hecho de ser la mujer quien lleva
misión Médica designada por el National Councll of Public al niño en sus entrañas y lo da a luz, ha conducido a
Moráis. Londres, 1927. una distinción clara entre la madre y la esposa. Para
6. fióme Medical Victos on B irih Control. Londres, 1928. concebir no necesita ser la mujer una amante perfecta,
7. Hoto I Aun U y B trth C o n tr o l Ctinic, en las archivos del
2? Congreso Internacional de la Liga Mundial para la Reforma pues, aunque sexualmente fría, puede llegar a ser una
Sexual. Copenhague, 1928. madre perfectamente normal, y, a la inversa, una mujer
8. B ir th C on trol, Sterillsatton and A b o rtio n . Conferencia estéril puede ser una esposa apasionada.
pronunciada en el 3er. Congreso Internacional de la id. Lon­ Aunque la impotencia implica comúnmente incapa-
dres. 1929,
9. Voríaeu/Iper Berícht iteber das Haíre-Pessar und den M-
ímutcrtnen Süberring. En el 4? Congreso de la id. lhena, 1930. (l) El autor de este capitulo ha incluido bajo el término
10. Intra-uterlne Aíefftads, and T h e Cromer W elfa re C e n ­ de Impotencia síntomas que hubiera sido mejor tratar con
tre. En T h e P r a c il ce 0/ C on tra cep tion , editado por Margaret
denominaciones distintas. La Impotentia casundf. o incapacidad
Sanger y H&nnah M. Stone. (7* Conferencia Internacional del de realizar la copulación, debe designarse con la sola palabra
Control de la Concepción. Zudch, septiembre de 1930). impotencia. La impotentia generandi, o Incapacidad de procrea­
11. Z e h n ja e h r lg e Intertslve E rfa h ru n g e n u eber P r a e v e n - ción, no debe ser incluida en el término Impotencia, sino refe­
ttoverkeh r, en el Archive fu e r G ynadkologlc. Berlín, 1931. rida a la esterilidad masculina. Este plan está en concordancia
12. C on tra cep tion , en T h e C o n c ite H o m e D o c to r, publicado con la nomenclatura general Inglesa. Pero el plan seguido poi
por la A m a lg a m a te i Press. Londres, 1932. el autor de este capitulo, por el contrario, sigue la costumbre
13. ílsmenf» o f stx o lo g y . Londres, 1934. de ciertos escritores del continente europeo en esta materia
— N. H.
322 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
I mpotencia r e l a t iv a y absoluta 323
cidad de erección, suele incluir otras perturbaciones, prin­ Hay, sin embargo, hombres y mujeres que llegan al
cipalmente de las secreciones internas, que originan las orgasmo mediante el coito, pero en quienes la culmina­
condiciones correspondientes a la esterilidad femenina. ción del goce depende de prácticas pervertidas. (Difícil­
De modo que un hombre impotente, en la acepción ge­ mente puede esto considerarse como una prueba de im­
neral de la palabra, es decir, incapaz de procrear, puede potencia masculina). En su libro Las Perversiones Se­
ser a todas luces normal durante el coito; su infecun­ xuales, Hirschfeld, Abraham y Vachet relatan el caso de
didad se imputará a su esposa, pues nadie pondrá en un capitán de caballería austríaco que, aunque amaba
duda su virilidad evidente. a su esposa, era impotente frente a ella, mientras que
Es necesario, en tal caso, que el médico ilustre a la con las prostitutas su virilidad era incuestionable. La
pareja. La parte desempeñada por la mujer en la pro­ razón de ello estribaba en que no se atrevía él a practicar
creación dura un periodo de tiempo relativamente grande
con su esposa lo que se permitía con las profesionales.
e incluye no sólo la concepción, sino también la necesi­
Tenia, por ejemplo, la costumbre de atarse un cordón
dad de la fijación correcta del óvulo fertilizado, el des­
alrededor del pene y del escroto y abandonarse al coito
arrollo del mismo y el parto, mientras que la parte del
con flagelo, cunnilinctus, y al pedicatio con un godemi-
hombre consiste simplemente en una sola acción: el
coito. De aquí que la energía consumida en ese breve ins­ ché. Solamente después de tales preliminares podía rea­
tante es mucho más dinámica, y su fuente extremada­ lizar exitosamente el acto sexual. Es éste un ejemplo
mente compleja. Las anomalías que pueden ocurrir en el típico de impotencia parcial en que la libido despierta
sistema genital masculino son, en consecuencia, nume­ solamente bajo condiciones peculiares.
rosas y variadas. Con respecto a las dificultades en el enderezamiento
El acto sexual del hombre consta de cuatro fases; del pene, hombres normalmente dotados de sexualidad
deseo sexual o libido, enderezamiento del pene o erección, y capaces de desear a una mujer ardientemente son, a
eyaculación o emisión del semen y el climax de la exci­ veces, incapaces de erección y conexión sexual. La anato­
tación u orgasmo. Cada una de estas fases está sujeta a mía de los órganos genitales masculinos, que hemos des-
perturbaciones, y cuando alguna de ellas falta, o no se cripto en el capítulo respectivo, demuestra que la erec­
completa, hablamos de impotencia. E l término es, pues, ción es causada por la afluencia de sangre a los tejidos
muy complejo y ha sido clasificado en varias formas. esponjosos del pene (corpora cavernosa) , como conse­
Como seria superfluo incluir una tras otra todas las va­ cuencia del estimulo de los nervios eréctúes (n ervi eri-
riedades de la impotencia, nos limitaremos a examinar gentes).
las formas más comunes y a explicar sus causas. Debemos distinguir aquí entre la impotencia relativa
La libido en el hombre se debe a la acción de las y la absoluta. Un hombre relativamente impotente puede
hormonas sexuales y nunca puede estar totalmente au­ realizar el acto sexual únicamente en determinadas cir­
sente. Do existe un solo hombre sin instinto sexual, como cunstancias, mientras que un impotente ábcoluto, jamás.
no existe hombre sin apetito, pero ese instinto puede ser Aquél es meramente víctima de una perturbación funcio­
desviado y manifestarse anormalmente, y nos encontra­ nal pasajera, generalmente psicológica; éste padece un
mos entonces frente a un caso de perversión sexual. Un trastorno orgánico mucho más serio.
hombre de tal modo afectado será incapaz de procrear, L a fatiga general es la causa más frecuente de la im­
porque el coito le repugna. potencia temporal. Todas las funciones de un organismo
I m p o t e n c ia p s íq u ic a 325
324 S mciclopsdia Sexual
poco atractivo pueden afectar hasta la impotencia a un
exhausto se debilitan, y las funciones genitales no cons­ hombre sensible en extremo. Por tal motivo, no debe ol­
tituyen una excepción, como lo expresa pintorescamente vidarse que el acto sexual es tanto un fenómeno psico­
un proverbio latino: Sine Baccho et Cerere fu git Venus, lógico como fisiológico. Si las condiciones poco propicias
es decir, ausentes B&co y Ceres, Venus huye, lo que tra­ a una atmósfera erótica, como las que hemos mencio­
ducido a un lenguaje no mitológico, quiere decir: no nado, pueden provocar una deficiencia biológica, ¿qué
hay amor sin pan ni vino. Aun cuando escape a la im­ decir, entonces, de los hombres que tienen relaciones se­
potencia, un hombre mal alimentado es un amante mez­ xuales con mujeres a quienes no aman? Aquí el defecto
quino. Después de una enfermedad consuntiva, o de un más ligero, un olor desagrauable, un gesto grosero, una
ataque de fiebre prolongado, la erección es imposible du­ palabra áspera, hasta un vistazo al irrigador, pueden
rante algún tiempo; lo mismo ocurre después de una bastar para apagar en el hombre la llama del deseo. Ca­
operación quirúrgica que ha ocasionado una considerable lificarlo de impotencia sería ir demasiado lejos. No obs­
pérdida de energía vital. tante, a menudo se lo considera como tal, y es suficiente
Algunas enfermedades, como la diabetes y la nefritis que una mujer vitupere la momentánea debilidad de un
crónica en una etapa avanzada, favorecen la impotencia hombre para que éste se alarme y se crea condenado a
del hombre. La tuberculosis pulmonar estimula al prin­ renunciar para siempre a los goces del amor.
cipio las sensaciones y sólo al final hace impotente al De modo, pues, que todas las condiciones desfavora­
enfermo. Toda irregularidad que conduce a la obesidad bles pueden inducir a la impotencia.
entorpece la actividad sexual. El exceso de tejido graso
El conocimiento de que está obrando “ por mandato”
es un síntoma frecuente de Insuficiencia genital, tanto en
es igualmente capaz de paralizar la reacción física de
el hombre como en la mujer. un hombre normal. A propósito de esto, serla Interesante
Toda suerte de intoxicación entorpece la función se­ recordar que, conforme al procedimiento legal del me­
xual normal y puede conducir a la Impotencia, especial­ dioevo, al hombre sospechado de brujería tendiente a
mente aquella que se manifiesta en forma de erección evitar la consumación del matrimonio, se lo procesaba
dificultosa. La intoxicación en ciertas industrias, como públicamente. En el lenguaje de esa época obsesionada
por ejemplo las del plomo, del mercurio, del fósforo, del por los hechizos, a estos malhechores se los denominaba
bromuro, del yodo, etcétera, no son excepciones a esta noueurs á’aiguiUettes. Es Innecesario agregar que el
regla. El alcoholismo y el abuso de narcóticos, como la temor de ser condenado, al que se sumaba la demostra­
morfina, la cocaína o el opio, debilitan el instinto sexual ción pública de la prueba evidente, fácilmente convertían
y perturban las funciones correspondientes, aunque al en impotente al acusado. En su Tablean de VAmour Con­
principio las estimulan. La misma nicotina afecta las se­ jugal, Venette describe de la manera siguiente la absur­
creciones genitales de los grandes fumadores. Esta forma didad de tales leyes:
de Impotencia debe ser tratada causal más bien que or­
“ Probablemente ni el uno por mil de los hombres
gánicamente.
pueda salir victorioso de la asamblea pública. Nuestras
La impotencia nerviosa plantea un problema mucho partes naturales no siempre obedecen a nuestra volun­
más complejo. El hombre no siempre puede explicarse tad, y mucho menos a la de los jueces. A menudo se
su incapacidad de erección y se aflige profundamente, agostan contra nuestra voluntad y, con mucha frecuen­
aunque la causa suele ser muy insignificante. Una habi­ cia, permanecen heladas mientras arde nuestro corazón.
tación desaseada, una cama incómoda o un ambiente
326 E nciclopedia Sexu al La e y a c u l a c ió n prem atura 327
En «1 momento de la excitación, nuestro coraje nos falla, Las risas y las burlas de las prostitutas sólo sirven para
estamos atemorizados, el odio llena nuestro corazón y el acrecentar su desconcierto e imposibilitar toda erec­
pudor enmaraña nuestra libertad” . ción. La causa fundamental de su impotencia no es su
La mayoría de los hombres son muy sensibles respecto vanidad herida, sino su rebelión inconsciente contra su
a su virilidad. Ser considerado “ Impotente” es para ellos correrla, que, en lo más profundo de su ser, encuentra
un estigma, lo que explica la frecuencia con que están inmoral. Y es porque su conciencia le reprocha la infi­
expuestos a perturbaciones psicológicas después de haber delidad a su esposa, que pierde su facultad de erección.
sido vituperados al respecto. Como el proceso de la erec­ La misma dificultad moral puede enfrentarse a un
ción está estrechamente vinculado a una reacción ner­ hombre que tiene relaciones sexuales con una joven.
viosa especial, una vez que el hombre se ha persuadido Hasta cierto punto, su deseo se ha calentado al rojo, pero
de su incapacidad de erección normal se tom a impotente una repentina conciencia de su mal comportamiento
por autosugestión. He aquí un extracto de Las Perver­ trastorna el mecanismo subsiguiente necesario a la rea­
siones Sexuales: lización del acto.
“ Uno de nuestros enfermos, siendo niño, descubrió Además de los escrúpulos morales, el temor es un obs­
que, en comparación con el de sus camaradas, su pene táculo poderoso para la erección normal: el temor a ser
era relativamente pequeño, siendo, a consecuencia de observado o sorprendido, al escándalo general (cuando el
esto, objeto de muchas burlas. A pesar del hecho de que coito se realiza al aire libre o en un lugar inseguro),
o, lo que es más común, al contagio. El solo pensamiento
su pene adquirió con el tiempo un tamaño normal, no
de que está el hombre exponiéndose a una gonorrea o
pudo librarse de la idea de su inferioridad orgánica. El
a la sífilis, es lo suficiente para reducir la condición psi­
temor al ridiculo le mantuvo alejado de las relaciones
cológica hasta un punto tal que los nervi erígentes (ner­
sexuales hasta que, finalmente, decidió buscar una pros­
vios de la erección) se niegan a obedecer.
tituta, pero también al lado de ésta persistía su Impo­
Los trastornos de la eyaculación son a veces debidos a
tencia.
las mismas causas que incapacitan la tiesura del pene.
"Mientras tanto, habiéndose enamorado de una jo­ Para mayor claridad, debemos distinguir entre las dos
ven, se sometió a un tratamiento con la esperanza de clases de perturbaciones: la eyaculación involuntaria y
curarse el “ defecto” que obstaculizaba su matrimonio. la falta de eyaculación.
Un amigo, con quien se habla sincerado, lo envió a nos­ La eyaculación prematura, denominada eyaculación
otros, creyendo que podríamos, quizá, hallar remedio a ante portas, es muy frecuente en los hombres muy sen­
su deficiencia. sibles y en los neurasténicos. Puede ocurrir, también,
“ Su cura, puramente psicológica, íué muy sencilla, y cuando un hombre ha deseado durante mucho tiempo a
en el transcurso de un año de vida marital jamás íué una mujer y está al fin en condiciones de poseerla.
impotente.” El factor psicológico de esta excitación sexual puede
Otro tipo de obstáculos psicológicos son las inhibicio­ ser tan poderoso que el más ligero contacto baste para
nes morales. Acontece a menudo que un hombre que lleva precipitar el climax, por lo que la mujer a menudo deduce
una vida sexual normal con su esposa, es tocado por el que se trata de un hombre impotente, a menos que se
deseo de emular a sus amigos en la búsqueda de rela­ apresure éste a reparar su debilidad.
ciones extramaritales, hallándose de pronto Impotente. Son éstos los factores psicológicos principales de la
328 E nciclovedia Sexu al I m p o t e n c ia o r g An i c a 329

eyeculación prematura. Van de Velde, refiriéndose a mal, siendo posible que en presencia de una mujer, aún
esas anormalidades sexuales, dice: amada por él, su vigor sexual le abandone. Esto es más
“ Una forma atenuada de la ejaculatio proecox se la cierto en el caso de los homosexuales, a quienes la mujer
halla, como una peculiaridad Individual, en hombres per* ni siquiera les Inspira pasión.
feotemente sanos y sexualmente normales. Se refiere Todas las prácticas anormales, desde el coitus inte-
esto, ante todo, a artistas y hombres de ciencia que, no rruptus a la carezza, que consisten en la interrupción del
obstante, son estimados como grandes amantes por cierto coito en el instante de la eyaculaclón y en el retardo
tipo de mujeres, principalmente las intelectuales. Indefinido de ésta, respectivamente, pueden ocasionar a
"L a eyeculación prematura típica — cuando no es el la larga el fenómeno de la eyaculaclón prematura. Acon­
resultado de una lesión inflamatoria de la parte superior tece con no poca frecuencia que, en los casos en que el
de la uretra— es una verdadera neurosis sexual, siendo coitus toiterruptus se ha practicado durante un largo pe­
sus causas múltiples y complicadas. De acuerdo con Mar- riodo de tiempo, el hombre, aún cuando desea continuar
cuse, consideramos la eyaculaclón prematura en los neu­ el acto hasta su conclusión normal, no puede hacerlo.
rópatas como un fracaso de la realización del deseo, o Mucho más serla aún, desde el punto de vista de la
como una transacción Ineficaz entre sus deseos y sus virilidad sexual, es la continencia prolongada. Todas las
temores a las relaciones sexuales. funciones no realizadas se debilitan con el tiempo, lo
"L a ansiedad del fracaso, de no "estar a punto opor­ mismo que el órgano sin función Uega a atrofiarse.
tunamente” , la duda secreta en cuanto a la propia po­ El doctor Hirschfeld, en su libro mencionado, cita un
tencia, el temor de ser espiado o sorprendido, la oculta caso registrado por Mantegazza:
voz protestando contra el objeto del deseo, la concien­ "Conocí a un joven noble que, con el propósito de
cia de la culpabilidad, el miedo a la Infección o el deseo alcanzar las alturas de la ciencia y de la ambición, hizo
de otra persona, son algunos de los factores psicológicos un voto de castidad, que mantuvo rigurosamente hasta
de la eyaculaclón prematura.” el trigésimo año. Cumplido éste, decidió que era hora de
Vemos, por lo tanto, que las causas de la ejaculatio recuperar lo perdido y llamó a las puertas del amor, pero
proecox son apreciablemente las mismas que originan las el amor no respondió a su llamado; sus deducciones más
dificultades en la erección. Las angustias de la con­ halagüeñas se hablan consumido. El caprichoso hijo de
ciencia pueden influenciar ambos casos. Narra Van de Venus continuaba sordo para él. Finalmente, vino a con­
Velde el caso de un hombre casado que intentó violar a sultarme. Le di un tratamiento que, aunque duró un
una sirvienta. Por primera vez en su vida experimentó largo tiempo, terminó por curarlo.”
la vergüenza de la eyaculaclón ante portas. Los Intentos Además de las causas orgánicas de orden general y
subsiguientes estuvieron también condenados al fracaso. de las psicológicas, cuyo tratamiento pertenece a la psi­
Este resultado insólito del coito era, indudablemente, de­ quiatría, la impotencia es a menudo originada por la de­
bido a los escrúpulos inconscientes. formación de los órganos genitales externos, por trastor­
l a práctica excesiva de la masturbación prolongada nos en las secreciones Internas (insuficiencia testicular o
más allá de la pubertad es — como lo hemos señalado de otras glándulas endócrinas), o, lo que es más fre­
en el capítulo sobre la masturbación— causa frecuente cuente aún, por la estrechez de la uretra o de otros con­
de la impotencia. En la práctica de los placeres solitarios ductos excretorios, que obstruyen la eyaculaclón. Sin em­
el adolescente se priva de la satisfacción del coito nor­ bargo, repetímos una vez más que en el tipo de impo-
330 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
E s te r il id a d d e l s e m e n 331
una posición adecuada durante el coito puede asegurar
tencia conocida por impotentia coeundi {incapacidad de
la entrada de los espermatozoides a los órganos femeni­
realizar el coito), predominan los factores psicológicos.
nos. Puede también la pareja valerse de la impregnación
Una especie de complejo de inferioridad respecto a
artificial; de modo, pues, que un hombre afectado de
la virilidad, resultante de una experiencia traumática
aspermla no está necesariamente condenado a la falta
infantil o de algún otro incidente desagradable, puede
convertir en impotente a un hombre físicamente sano. de progenie.
La azoospermia es una afección en que el semen es
Los médicos que conocen a estos hombres desdichados,
a quienes consultan acerca de su incapacidad de erección, normal en cantidad, pero de calidad deficiente. Esta ano­
saben hasta qué punto el caso se tom a una tragedia. malía asume varias formas. Cuando el semen contiene
Ningún tratamiento, ningún remedio es demasiado caro un número infinitesimal de espermatozoides, el fenómeno
se denomina oligozoospermia; cuando los espermatozoides
para el impotente, o el que cree serlo. Los charlatanes ;
los inescrupulosos no han dejado de explotar esta mina tienen una vitalidad reducida y mueren antes de im­
pregnar el óvulo, asthenozoospermia, y necrozoospermia
de oro, y las drogas más o menos eficaces que aseguran
una perfecta y absoluta virilidad inundan el mercado. cuando los espermatozoides carecen de movilidad y de
El hombre más incrédulo se torna creyente cuando tiene vida.
la esperanza de curar su impotencia. Todos estos trastornos se deben a otras tantas per­
Pasemos ahora a analizar el otro tipo de impotencia, turbaciones de las secreciones Internas. Eii realidad,
conocido por impotentia generandi (incapacidad de pro­ como hemos visto en el capítulo sobre la anatomía de
creación) . los órganos genitales, el semen, para ser perfecto, re­
Este tipo de afección ocasiona en el hombre una es­ quiere la secreción de varios órganos (testículos, epidi-
terilidad correspondiente a la esterilidad de la mujer, dimos, vesículas seminales y próstata). Pero la inflama­
que hemos estudiado en uno de los capítulos anteriores. ción gononeica es la causa más frecuente de la azoos-
La impotentia generandi, sea causada por anormali­ permla. Tanto en el hombre como en la mujer, esta
dades congénitas o enfermedades adquiridas, se mani­ enfermedad es la raíz de la esterilidad.
fiesta comúnmente en la forma de aspermla. Este tér­ La tarea del médico a quien se le consulta respecto a
mino no es absolutamente correcto, puesto que no se uno de estos trastornos, es muy delicada. El análisis del
trata, por lo general, de un caso de ausencia absoluta de semen no siempre da una idea exacta del fluido seminal
semen, sino de una insuficiencia del mismo (1). La as- que el mismo individuo eyacula durante el acto sexual,
permia puede ser debida a una obstrucción de los con­ pues su forma varia de un día para otro, conforme a la
ductos eyaculatorios, como consecuencia de la inflama­ condición psicológica del sujeto. Finalmente, la secreción
ción de los órganos genitales. El coito se realiza perfec­ vaginal altera la composición química del semen. En
tamente, pero la eyaculación tiene lugar después que el resumen: aun cuando el primer análisis evidencie la
pene se ha puesto fláccido, y los espermatozoides, por lo ausencia de células vitales, errarla el médico que le dijese
tanto, raras veces llegan a su destino. Sin embargo, la al paciente que es estéril. Aconseja Van de Velde recoger
fecundación no es una Imposibilidad, y, algunas veces,1 el semen de la vagina, después del coito. Cita él a
Willíam H. Cary, quien subraya la imprudencia de una
(1) La ausencia completa de semen se conoce por aspermla, diagnosis demasiado apresurada. Y cerramos el capítulo
y la cantidad Insuficiente del mismo, por ollgospermia. — N. H. con la cita en cuestión:
332 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

"L a experiencia ha demostrado que en algunos casos


el semen tomado directamente del hombre es muy pobre
en espermatozoides activos, mientras que éstos, cuando
el fluido seminal se extrae de la vagina, donde ha en­
trado en contacto con las secreciones emitidas durante
el coito normal, muestran una actividad considerable.
Estos análisis nos enseñan, pues, que antes de dar una CAPITULO xxvn
prognosis desfavorable, debemos estudiar primero la afi*
nidad fisiológica entre las secreciones masculinas y las LA FR IG ID E Z EN LA MUJER
femeninas."
Incidencia de la frigidez. — ¿Se debe la frigidez a la civilización!
— Tendencia a m entir respecto a ella. — Las Mesalinas moder­
nas. — Mujeres apasionadas y frígidas. ~ La mujer completa*
mente frígida no existe. — causas de la frigidez. — Falta de
habilidad. — La virilidad del hombre, menos importante que el
caber cómo obrar. — La noche de boda. — SI orgasmo de Id
recién desposada. — Frigidez y masturbación. — £1 temor pre­
viene el orgasmo. — S I orgasmo y la concepción. — SI conflicto
entre los sexos. — La iniciación en el orgasmo. — "N o puede/"
significa "n o quiero".

De las anormalidades y trastornos múltiples de la


vida sexual, el fenómeno más frecuente y menos cien­
tíficamente estudiado es la Incapacidad de la mujer de
experimentar durante el acto sexual el placer que la
naturaleza originariamente ofreció a los seres humanos,
a fin de inducirlos a cumplir su deber de procreación.
Decimos originariamente porque la frigidez parece ser
id gravamen impuesto por los tiempos modernos al refi­
namiento emocional inherente a la civilización. La hem­
bra frígida, durante el periodo del celo, es un fenómeno
desconocido en el reino animal y en las razas primitivas.
Cuanto más civilizado es el hombre, tanto más sutilmente
Be diferencian sus reacciones amorosas y tanto más su­
jetas a perturbaciones están sus funciones naturales y
primitivas. Como dijimos anteriormente, la frigidez en
la mujer es la más común de estas perturbaciones.
El fenómeno está tan difundido, que una mujer frí­
gida en modo alguno es considerada anormal. En ciertas
capas sociales es muy común, tanto que las desdichadas
F b e c u e n c ia de la f r ig id e z 335
334 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

menor idea de la sensación voluptuosa que debería des­


mujeres nada encuentran de extraordinario en su con­
pertarles la eyaculación” .
dición y estiman los placeres sexuales naturales como
El ginecólogo de Brunner escribe: “ En el 50 por
“ impropios” , “ animales” , “ infrahumanos” , "impuros” .
ciento de las mujeres de los cantones orientales de Suiza
Alegan que toleran meramente los avances del esposo y
no existe la pasión, en el verdadero sentido de la palabra.
se someten a él por pura condescendencia, sin derivar
He tenido varias oportunidades de observar a tales mu­
para sí el más mínimo placer. No comprenden por qué
jeres bajo este aspecto y puedo afirmar que la mitad de
se atribuye tanta importancia a tales cosas, siendo ellas
nuestras mujeres ignoran el placer sexual” .
totalmente incapaces de gozarlas en el menor grado.
El neurólogo vienés doctor Stekel, uno de los ases del
Veremos más adelante, al analizar los varios casos de
tratamiento científico de la frigidez, estima que más del
frigidez, en qué medida estas ideas erróneas son el resul­
50 por ciento de sus enfermas son “ frías” . En verdad,
tado de una moralidad sexual basada en la mentira y el
trata él con gente que sufre perturbaciones psicológicas
disimulo. y que, por lo tanto, están predispuestas a trastornos en
Algunas estadísticas nos darán una idea de la fre­
su vida sexual.
cuencia de la frigidez. Datos particularmente interesan­
A pesar del hecho de que la mayoría de las estadísticas
tes han sido provistos por Rusia, donde los nuevos vientos
estiman en más de un 50 por ciento el número de mujeres
han barrido todos los prejuicios tocantes a los denomi­
frígidas, debemos hacer dos prevenciones:
nados problemas sexuales escabrosos. En 1923, una en­
En primer lugar, las respuestas de muchas mujeres
cuesta en la Universidad de Moscú dló el siguiente re­
son consciente o inconscientemente falsas. Gozan, pero
sultado;
pretenden pasar por “ frígidas, lncomprendidas” , supe­
Entre las muchachas estudiantes que tenían relacio­
riores a “los placeres subalternos de la carne” . Lo que
nes sexuales, solamente el 48 por ciento derivaba algún
todavía resulta más estúpido, es que se avergüenzan de
placer de ellas; al 14 por ciento le repugnaba el acto;
admitir para si mismas que el sexo desempeña una parte
el 29 por ciento permanecía indiferente, mientras que las
importante en sus vidas. En este último caso mienten
sensaciones del otro 9 por ciento variaban conforme a
ellas, con frecuencia, inconscientemente. Tendremos oca­
los sentimientos de la mujer hacia el hombre. De modo,
sión de conocer más íntimamente al tipo de mujer que
pues, que tenemos aquí la cifra del 43 por ciento de mu­
logra un orgasmo intenso hasta el desfallecimiento, pero
jeres frígidas.
que después “ no recuerda nada” , porque no quiere admi­
Otra encuesta realizada el mismo año en la Univer­
tir hasta qué punto es dominada por los instintos pri­
sidad de Kazán, demostró que el 44 por ciento de las
mitivos de la hembra.
estudiantes gozaban el coito; el 34 por ciento era indife­
Estando las estadísticas propensas a derivar conclu­
rente y al 22 por ciento el acto sexual le repugnaba,
siones erróneas, la primera reserva con que debe anali­
dando, en resumen, un total de 56 por ciento de mujeres
zárselas es la siguiente; todas las estadísticas son falsas,
frígidas.
particularmente cuando se basan en las afirmaciones he­
En un libro sobre la deficiencia en la sensibilidad
chas por mujeres a quienes les pidieron revelar los secretos
sexual de la mujer, el doctor Otto Adler escribió lo si­
más Intimos de su vida. La segunda reserva consiste en
guiente; “De diez mujeres, cuatro no experimentan sen­
recordar que, como fenómeno colectivo, la frigidez varía
sación alguna durante el coito, que realizan sin obtener
conforme a los países y las clases sociales. Así, por ejem-
placer de los movimientos del hombre, y no tienen la
336 E nciclofxdia S kxu al FBXOIDBZ RELATIVA T ABSOLUTA 33?

pío, es más pronunciada en las mujeres que, por profesión Cuando se utiliza el término "completamente frígida",
o por inclinación, pertenecen a la clase intelectual. De debe evitarse un malentendido. La frigidez completa sig­
todas las naciones civilizadas, la frigidez es más frecuente nifica la falta de sensaciones voluptuosas referidas a las
en los Estados Unidos, siendo mucho más rara en los relaciones sexuales normales, y no la ausencia del ins­
países latinos, principalmente en Francia, donde la me* tinto sexual mismo. La mujer "completamente frígida",
canlzación de la vida moderna no ha suprimido, afortu­ en el sentido de una incapacidad total de goce sensual,
nadamente, el gozo natural del amor. no existe ni ha existido jamás. La sexualidad, en la más
De modo, pues, que, dejando de lado las estadísticas, amplia acepción de la palabra, es innata en todos los
partiremos de este hecho vitalmente Importante: la fri­ seres humanos. Hemos visto, en el curso del desarrollo
gidez de la mujer es la anormalidad sexual más difun­ de los párvulos y de los niños, cómo difiere la voluptuo­
dida. sidad infantil de la voluptuosidad sexual del adulto. He­
mos visto también cómo la succión del niño de pecho, su
* * *
inquietud, sus reacciones finales, son formas de expresión
En las palabras precedentes hablamos de la frigidez de la misma sexualidad, que madura, después de un pro­
como si se tratase de un fenómeno simple, en lugar de ceso prolongado, hasta lo que consideramos una mani­
complejo como lo es. En la práctica, debemos distinguir festación normal.
varias categorías y grados de la misma. En su obra mo­ No existe mujer alguna en quien el “ sexo" esté total­
numental Frigidity in Woman, hace Stekel la siguiente mente ausente; a lo sumo toma, en algunos casos, una
clasificación: forma diferente a la que estamos acostumbrados a ver.
1) La mujer completamente frígida. No halla ella ni Tales mujeres parecen ser absolutamente frígidas cuando
placer ni excitación, sea en el coito o en el juego amo­ las manifestaciones de sus temperamentos se enfocan des­
roso. de el ángulo de la normalidad sexual. El coito las deja en­
2) La mujer relativamente frígida. Es ella capaz de teramente frías, no porque carezcan ellas de instinto
lograr el orgasmo, pero raras veces y sólo cuando se sexual, sino porque su instinto particular ha tomado
llenan ciertas condiciones psicológicas. Tal mujer raras cierta dirección, que le permite ser satisfecho solamente
veces siente deseos. da una manera especial.
3) La m u jer frígida y apasionada. El prototipo de este • • •
ser insaciable es Mesalina. Jamás puede aplacar sus ne­
cesidades sexuales, porque durante el Jugueteo de amor
preliminar y el acto mismo, una sed insaciable de gozo ¿Qué circunstancias determinan la frigidez de la
la consume. mujer? Los motivos más diversos pueden contribuir a
Los límites entre estos tres grupos no están, desde lue­ que la mujer no halle en las relaciones sexuales el goce
go, tan bien definidos como cada clasificación. El ser anhelado. Pero el principal es el hombre.
humano está compuesto de elementos encontrados y no En la mayoría de los casos él es el responsable de la
puede ser metido en un molde y rotulado. No estudiare­ frigidez de la mujer, porque ignora cómo despertar las
mos, por lo tanto, las variedades de la frigidez, sino que reacciones conducentes al orgasmo. Sin embargo, sería
enfocaremos el fenómeno desde un ángulo práctico, pro­ erróneo culpar siempre al hombre de egoísmo o de bru­
curando encontrar sus causas y los medios para vencerla. talidad, o sostener que no ama a su esposa. Con mucha
338 E n c i c l o p e d i a S e x u a l Su b l im a c ió n del sexo 839
frecuencia no sabe el hombre cómo comportarse. La el orgasmo. Desde luego, no se trata meramente de en­
ignorancia de las zonas erógenas de la mujer y de la contrar tales centros eróticos, sino también de saber
diferencia del orgasmo de los dos sexos, son una conse­ aplicar este descubrimiento. A veces un abrazo violento
cuencia de la hipocresía y del orgullo que condenan la no produce efecto alguno, mientras que un ligero tacto
ilustración en los dominios del sexo. Conducir a una mu­ provoca el éxtasis. En realidad, se trata de una cuestión
jer por el laberinto del amor hacia el climax del gozo es personal que escapa a toda generalización.
un arte que requiere ante todo un conocimiento exacto La decadencia sexual de nuestro tiempo se pone de
de la anatomía femenina. Los más de los hombres se manifiesto en la lectura de libros orientales, tales como
contentan con introducir el pene en la vagina, y allí el Kama - Sufra o el Anandananga, en los cuales hallamos
terminan sus conocimientos de los centros erógenas de una descripción de las miles de “ tretas" a las que los pue­
la mujer. Puede esto ser lo bastante para procrear un blos de Oriente acostumbraban recurrir, para dar a las
hijo, pero es a menudo insuficiente para provocar las compañeras el más pleno goce.
sensaciones voluptuosas en la mujer. Nos asombra, en verdad, el conocimiento que estos
El éxito del orgasmo está vinculado en cada mujer a hombres tenían del arte de amar. No contemplaban con
sus condiciones individuales, y hasta que estas condicio­ desprecio al hombre impotente, que en aquella época
nes no se llenen no podrá aquél ser logrado jamás. Aquí nada podía hacer para curar su condición de tal, sino
está la clave del problema de vencer la frialdad aparente al hombre incapaz de despertar la pasión de una mujer.
de una mujer. Es esto el A B C del amor. Sin duda al­ No consideraban ellos ál placer del “ juego amoroso" y a
guna, la mayoría de los hombres no lo saben, lo que la sensualidad sana como algo “ animal”, sino que, por e)
demuestra que el hombre del siglo X X es un lego en el contrario, juzgaban las relaciones sexuales tristes, me­
arte de amar. lancólicas y carentes de sutilezas, como un acto mez­
Estas condiciones individuales difieren, naturalmente, quino. La naturaleza misma prueba que las relaciones
en cada mujer. A veces son fáciles de llenar (cuando, sexuales humanas no están destinadas solamente a la
por ejemplo, consisten simplemente en cosquillear el clí- procreación, puesto que los instintos sexuales del hom­
toris antes o durante el coito); otras presentan dificul­ bre se manifiestan en todas las estaciones y no están
tades, y los requerimientos se extienden de lo absurdo a restringidos a ciertos períodos, como en el caso de los
lo patológico. L a gran mayoría de las mujeres, por más animales.
frígidas que parezcan, podrían alcanzar su climax, si sus Toda mujer estimaría absurdo al marido que deci­
esposos se tomasen ia sola molestia de explorar sus zonas diese ejercer sus derechos maritales cada nueve o diez
erógenas. En uno de los capítulos anteriores hemos visto meses.
que estas zonas comprenden grandes áreas de la piel, Una vez aceptada la satisfacción del instinto sexual
la espalda, las ingles, el cuello, el lóbulo de la oreja, etc., no sólo como un medio, sino también como un fin, re­
para no mencionar los centros más conocidos, como ser sulta evidente que la ausencia de satisfacción priva a
los pechos, los labios, los muslos y el ombligo. Es evidente, la mujer de sus derechos naturales y puede, por otra
por lo tanto, que hay pocos lugares en el cuerpo de la parte, producirle serías perturbaciones orgánicas.
mujer que no puedan, en determinadas circunstancias, L a mujer insatisfecha no sólo es materia familiar
desempeñar el rol de zona erógena. Basta a menudo a , los novelistas, sino también objeto que concierne a
tocar una de estas zonas durante el coito para inducir los ginecólogos y a los psiquiatras. La nerviosidad, el
La c o n d u c t a m a r it a l 341
340 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

insomnio, los trastornos digestivos y, a veces, ciertas las caricias preliminares, que bese y acaricie a la mujer
manifestaciones de histerismo serias, son consecuencias (teniendo en cuenta las zonas erógenas de ésta, que co­
posibles del estado permanentemente Insatisfecho de la nocerá por anteriores exploraciones), a fin de prepararla
mujer. de tal modo que esté ella muy excitada al comenzar el
Podemos afirmar que un matrimonio en verdad feliz acto sexual propiamente dicho. De este modo, se le con­
cede una ventaja de salida, pues, como en las carreras,
es prácticamente incompatible con la frigidez de la mu­
jer. Cuando la mujer queda largo tiempo sin desahogo el propósito es dar mayores probabilidades al competi­
sexual, la irritabilidad, el mal carácter, y aun la dispa­ dor más débil, en este caso la mujer.
ridad física y sentimental, estallan y pueden, en realidad, Cuando estas preliminares amorosas son aún insufi­
quebrantar la unión. En los más de los casos ninguna cientes, debe el hombre procurar retardar su emisión se­
de las partes conoce la verdadera razón de ser del fracaso minal (siendo ello siempre posible con un poco de buena
voluntad) y evitar su orgasmo hasta que la mujer al­
de su matrimonio.
cance el suyo.
Repetimos, por lo tanto, que en el matrimonio cabe
Esto se refiere principalmente a los casos más sim­
esperar del hombre mucho más que la mera copulación.
ples. Hemos visto ya que, en algunas mujeres, las zonas
Debe él asegurar, también, la satisfacción física de su
erógenas están de tal modo diferenciadas, que el acto
compañera, y esto, no siendo la mujer sexualmente por
sexual en sí es insuficiente para provocar el orgasmo.
completo anormal, es siempre posible.
He aquí lo que Stekel dice al respecto:
No se trata de una simple cuestión de virilidad. Exis­
“ Muy a menudo la frigidez sólo aparece en el coito y
ten atletas sexuales que en el transcurso de una noche
de ningún modo en las otras manifestaciones de la vida
de amor pueden marcar records numéricos impresionan­
sexual. No es justificable, pues, hablar de anestesia se­
tes y que dejan, al mismo tiempo, Insatisfecha a la
xual. A lo sumo podemos presumir la insensibilidad de
mujer. Y, a la inversa, hombres dotados de poco vigor
la vagina. Toda persona con alguna comprensión y ex­
sexual, que pueden satisfacer a sus compañeras comple­
periencia de las mujeres, se habrá encontrado con tales
tamente, porque, en lo que concierne al sexo, lo que vale
casos, en que la frigidez entra en el terreno de la pato­
no es la cantidad, sino la calidad.
logía sexual."
* * » En realidad, lo mejor sería consultar a un médico,
preferentemente psicólogo. En los casos particularmente
serios es aconsejable el tratamiento psicoanalítico. Hay,
L a condición primera que ha de llenar el hombre ha
sin embargo, etapas intermedias en que una mujer inte­
sido ya analizada. Debe el hombre darse cuenta de la
ligente puede prescindir del médico. Nos referimos a las
diferencia entre sus sensaciones y las de su mujer. De­
mujeres que no pueden lograr el climax mediante el
jando de lado las excepciones, que las hay en ésta como
coito normal, debido a que su zona erógena principal no
en toda cuestión, la mujer requiere más tiempo que el
se halla en la vagina. Cuando, hecho muy común, esta
hombre para lograr el orgasmo. L a frigidez aparente de
zona es el clítoris, la solución consiste en cosquillear este
muchas mujeres se debe al hecho de que el hombre “ ter­
órgano con los dedos durante el coito, el cual puede rear
mina’ ’ demasiado pronto, hecho éste que les imposibi­
1izarse en posición a posteriori. El asunto se tom a más
lita la obtención del climax. Tales casos de frigidez son
delicado cuando el mecanismo peculiar de la mujer re­
fácilmente curables. Basta con que el hombre prolongue
342 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
P s i c o l o g ía sexual 343
quiere manipulaciones repulsivas para el hombre (como, quejado de su frigidez, hasta el día en que el hombre
por ejemplo, en el caso de las mujeres de tipo analm- descubrió el huevo de Colón y la frigidez desapareció
erótico). “ Repugna, generalmente, a la mujer expresar como por arte de magia.
sus deseos, pero cuando lo hace y puede el hombre adap­
tarse a sus peculiaridades, no debe éste dudar, con el fun­ • • •
damento de que se está, abandonando a una práctica
El hombre es un producto de la herencia y del am­
“ pervertida'*. Después de todo, el limite entre lo nonnal
biente. Los rasgos que hereda al nacer determinan sus
y lo anormal es principalmente una cuestión de costum­
aptitudes e inclinaciones; son, por así decirlo, la materia
bre y de definición. (Recuérdese que en la antigua Grecia prima con que su ambiente, es decir, su educación, sus
el homosexualismo entre los hombres y los jóvenes era contactos y sus experiencias, construirán su personalidad.
considerado la más sublime de las manifestaciones eró­ En el campo de la sexualidad distinguimos también entre
ticas, y oficialmente reconocido). Todo lo que concede los caracteres innatos y los adquiridos. Los factores inna­
gozo a la pareja, sin dañar a terceros, no puede ser con­ tos, sin embargo, solamente contribuyen a la formación
denado. El criterio de lo nonnal y de lo anormal no de la disposición esencial, mientras que el ambiente des­
descansa en los predicadores, los moralistas y las solte­ empeña la parte decisiva. El desarrollo del hombre, des­
ronas, sino que es una cuestión enteramente personal de la cuna a la pubertad, es de importancia primaria para
que debe decidirla el sentimiento estético de los amantes. su vida sexual ulterior. Su primer experiencia especifica,
Muy a menudo, los causantes de la aparente frigidez en particular, dejará una impresión imborrable en su
femenina son el falso pudor de la mujer y la ignorancia sexualidad.
del hombre, como lo demuestra el siguiente ejemplo re­ Veamos un ejemplo: un niño ve a su institutriz cam­
gistrado por stekel: biarse las medias. La visión de las piernas desnudas des­
“ La señora H. R. llevaba cuatro años de casada y pierta en él un sentimiento intenso, pero indefinido, una
desconocía el orgasmo. Un dia llegó su marido al hogar mezcla.de curiosidad, de temor y de excitación. Es po­
antes que de costumbre, y, después de almorzar, se sentó sible que el niño no olvide esto jamás. Para él, de allí en
con ella en un canapé. Comenzaron a juguetear amo­ adelante, las piernas y el sexo irán asociadas Inseparable­
rosamente, hasta que, finalmente, realizó él el coito a pos­ mente, y su libido puede estar caracterizada por una “ fi­
terior!, produciendo a su mujer un orgasmo tan Intenso jación infantil”. Toda su vida será un fetichista de pier­
que sospechó ésta de su marido el uso de una espe­ nas, aun cuando él cuadro en cuestión haya sido olvi­
cie de estimulo especial. Niega él esposo esto y le ase­ dado hace tiempo. La escena permanecerá fija en su
gura que nada hizo de extraordinario, pero las sen­ subconsciencia y, por desconocer precisamente la razón
saciones de su mujer fueron tan agudas que quedó ob­ de su tendencia especial, será incapaz de librarse de ella.
sesionada por ello. Desde ese día logra regularmente él Sólo él psicólogo moderno, es decir, el psicoanalista,
orgasmo, y siempre con la misma intensidad.” puede liberarle, transfiriendo de lo inconsciente a lo
Vemos aquí cómo un hombre habla vivido cuatro años consciente la experiencia olvidada pero reprimida. Al
con su mujer sin haber pensado jamás en realizar la sacarla a luz, neutralizará él su Influencia. Desgraciada­
conexión sexual a posteriori, aunque ésta era, evidente­ mente, no tenemos espacio para un estudio más extenso
mente, la posición que más convenía a las necesidades de la teoría psicoanalítlca y debemos resignamos a
eróticas de su esposa. Sin duda alguna, se habrá ella echarle una rápida ojeada.
344 E n c i c l o p e d i a S e x u a l T baumas de l a v id a sexual 345
Una experiencia como la citada, que se traduce en una gún tiempo, preocupada por ese acontecimiento, antici­
perturbación psicológica (las más de las anormalidades pándose de él una gran felicidad.” (Stekel).
sexuales y de las frigideces femeninas 9on neuróticas), El psicoanalista vienés, a quien le debemos nuestro
constituyen lo que se conoce por trauma. Por supuesto conocimiento de la frigidez femenina, nos da otro ejem­
que muchos individuos que experimentaron algún trau­ plo notable:
ma no sufrieron desviación patológica alguna. El trauma “ Cierta señora vino a consultarme acerca de varios
tiene consecuencias mórbidas solamente en el sujeto pre­ trastornos nerviosos y, particularmente, de su completa
dispuesto. Es probable que las perturbaciones de las se­ frigidez sexual. Antes del matrimonio había sido una
creciones internas — de la química sexual— tengan un muchacha perfectamente normal. En su noche de boda,
efecto decisivo en el desarrollo de estas tendencias. después de verla desnuda, su esposo exclamó: “ (Cuán
El origen de la anestesia sexual de la mujer o fri­ cortas y gordas son tus piernas!” . Intentó él, luego, el
gidez se encuentra casi siempre en algún trauma. A veces acto sexual, del que ella sólo derivó dolor, permaneciendo
se remonta a un período de la infancia ya olvidado, pero enteramente fría. Los coitos subsiguientes no vencieron
más a menudo a los años de la pubertad. En la mayoría su frigidez, por lo que el esposo se apartó de su mujer,
de los casos coincide con la primer experiencia de amor, renunciando ambos a las relaciones sexuales. Sabía ella
principalmente la noche nupcial, la cual determina casi perfectamente bien que la observación ofensiva de la
siempre todo el futuro de la vida conyugal. noche de boda era la única razón de su indiferencia
“ La primera vez que se entrega es para la mujer la sexual.”
mayor experiencia. Jamás olvidará ella al primer hom­ SI bien esta mujer conocía el origen de su frigidez,
bre a quien se abandonó. Si el contacto le produce el or­ la mayoría de sus sufrientes hermanas de sexo Ignoran
gasmo le quedará eternamente agradecida. Su primer en absoluto el suyo y lo atribuyen a la ausencia de tem­
orgasmo es para la mujer un recuerdo Inolvidable. Hada peramento. Hemos visto ya que no existen en realidad
puede borrar la impresión de ese amor, que persistirá mujeres frígidas, sino mujeres que no han encontrado
aun cuando él hombre la engañe, la haga desdichada o el medio específico de obtener satisfacción, o que no la
se enamore ella durante mucho tiempo de otro. desean. Volveremos más tarde sobre este punto.
“ En cambio, la mujer no olvida la conducta torpe En las demás, aun cuando todo sale a pedir de boca
del hombre que la inicia durante la noche de boda. SI durante la noche de boda, el clímax, por lo común, no
estuvo él impotente, conservará ella siempre cierto des­ sobreviene hasta transcurrióos algunos dias, o semanas,
precio hacia él; si se condujo desmañadamente, nunca después de la desfloración. Dejando de lado el dolor,
tendrá ella estima alguna para él; si fué brutal, el amor que malogra el goce y es inevitable durante la primera
estará maldecido, y cerrado para siempre el camino al penetración, la desposada, que hasta ese momento se ha
corazón de su compañera... Pero el alma herida tiene venido masturbando o practicando excitaciones extra-
su desquite, y sobreviene la enfermedad, o bien no se vaginales en sus relaciones con los hombres, tiene que
logra el orgasmo, esa dicha que la naturaleza ha creado acostumbrarse a esta nueva forma de la actividad sexual.
como recompensa del amor. En el hombre también la Tiene que aprender a vencer su nerviosidad, su resis­
noche de boda puede ocasionar algún trauma, pero no tencia natural y su sorpresa, a fin de entregarse entera­
es éste, generalmente, tan serlo como el de la mujer, mente al gozo. Tiene, también, que lograr aquella ar­
cuya imaginación ha estado anteriormente, durante al­ monía física con su compañero, indispensable al orgasmo.
346 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
A nomalías sexuales 347
Acontece a menudo que una mujer no logra el or* las jóvenes adictas a la masturbación, el clítoris se
gasmo hasta después del nacimiento del primer hijo. En toma, y sigue siendo en el matrimonio, la zona erógena
este caso, podemos deducir casi siempre que se ha re­ principal. Pero el clítoris no está tan apartado de la
velado ella interiormente contra la rendición de su vagina como para que el hombre no pueda “matar dos
cuerpo a lo que consideraba degradante. Inconsciente­ pájaros de un tiro” . Nada hay más erróneo que atribuir
mente no deseaba que el orgasmo sellase su femineidad, a la masturbación toda la responsabilidad de la frigidez.
pero, una vez madre, comprendió la verdadera signifi­ Sin embargo, la relación entre la frigidez y la mas­
cación del sexo y no renunció ya a gozarlo. turbación presenta todavía otro interés. Como dejamos
Este ejemplo nos lleva a los dominios del amor les- dicho, toda mujer tiene sus propias condiciones espe­
biano, a menudo responsable de la no correspondencia ciales que permiten la ocurrencia del orgasmo solamente
de la mujer al hombre. Nos ocuparemos más detallada­ cuando son colmadas. "El climax intenso sólo puede ser
mente de este fenómeno en el capítulo correspondiente logrado cuando se ejecuta el secreto sexual del indi­
a las aberraciones sexuales, de modo que nos limitare­ viduo” . (Stekel).
mos a mencionar aquí solamente que existen mujeres a ■ Nadie ignora que la mayoría de las mujeres que no
quienes una experiencia casual, durante su infancia o obtienen satisfacción del esposo la buscan en sí mismas.
después, determina la inclinación hacía los miembros Mientras se masturba, la mujer imagina escenas que no
de su mismo sexo. Sin embargo, no quieren admitirlo, encuentra én la realidad, y estas escenas crean precisa­
insisten en ser seres normales, reprimen su tendencia mente sus condiciones específicas de gozo. En tanto que
sexual y se casan o tienen relaciones con los hombres. estas fantasías se desvíen poco de lo normal y pueda el
En muchos casos, esto las recompensa, porque, como hombre satisfacerlas, pronto renuncia la mujer, al en­
sabemos, los seres humanos son con frecuencia bise­ contrar satisfacción en la realidad, a la masturbación.
xuales y pueden, por consiguiente, derivar satisfacción Pero cuando las fantasías son excéntricas y de Imposible
en las relaciones sexuales con ambos sexos. Hay siem­ realización, la mujer no renuncia a su hábito, porque es
pre, no obstante, un elemento preponderante. Las mu­ su único medio de placer. “ Una mujer, por consiguiente,
jeres cuyo sexo está fuertemente embarazado por las no es frígida durante él acto sexual porque se masturba,
propensiones lesbianas, pueden adoptar una posición sino que, por el contrario, se masturba porque no obtiene
para el coito, la cual, por así decirlo, es un camouflage satisfacción o la obtiene reducida, del acto sexual” . Re­
a su papel femenino: prefieren estar “ sobre el hombre" lata Stekel el caso de una de sus enfermas, la señora X. K.,
y ser más activas durante el acto sexual, a fin de tener quien durante su primer año de matrimonio no habla
la ilusión de que son ellas las que poseen. El hombre
logrado el orgasmo. Experimentaba una excitación leve,
sensible, que descubre esta tendencia, a menudo insos­
pero Jamás el climax; más aún, sólo podía llegar al or­
pechada por la misma mujer, permitirá a su compañera,
gasmo por medio de la masturbación anal. Utilizaba sus
a menos que ello le resulte definitivamente repugnante,
dedos y creía que la necesidad de ello era el resultado de
seguir sus inclinaciones, con el propósito de hacerle lo­
las enemas que su madre le habla aplicado durante su
grar el orgasmo. Existe la creencia, muy difundida, de
Infancia. Cierto día, su esposo, por casualidad, o debido
que las mujeres que se han masturbado mucho durante
a un movimiento Inconsciente de su esposa, realizó un
la pubertad son insensibles al coito normal. La única
coito anal. El orgasmo de la mujer fué tan Intenso, que
verdad de esta superstición es que en la mayoría de
el hombre, que hasta entonces se habla burlado de la
348 E n c i c l o p e d i a S e x u a l 349
L a s BAMtEBAS DEL OOGS

frigidez de su esposa, se sorprendió agradablemente. La sexualidad de la mujer es un laberinto donde no


Agrega Stekel que desde entonces siguieron realizando el siempre el hombre encuentra el hilo de Ariadna.
coito «nal para satisfacción de ambos. Sin embargo, no
todos los hombres son capaces de complacer deseos tan * * •
peculiares de sus esposas (1). En este caso particular,
la señora I. K. renunció a la masturbación el mismo día En los párrafos precedentes hemos estudiado el as­
que su fantasía se trocó en realidad. pecto fisiológico del problema. Investigaremos ahora las
Para muchas mujeres, especialmente las hijas de pa­ causas psicológicas de la frigidez. Sería superfluo des­
dres severos en extremo, el climax está específicamente tacar el hecho bien conocido que el orgasmo corresponde
vinculado a las fantasías del masoquismo. No pueden lo­ no sólo a un estado físico, sino también a uno mental.
grarlo a menos que el hombre las muerda o se comporte La prueba de ello se encuentra en las prostitutas, que
brutalmente. Por lo común, tienen vergüenza de confe­ realizan coitos repetidos sin reacción alguna, mientras
sar esto al esposo, ocultan durante toda su vida el ma­ que en los brazos de la persona que aman hallan el placer
soquismo y obtienen placer en la masturbación acompa­ voluptuoso que no se permiten con sus clientes.
ñada por sueños de flagelación, de estupro y hasta de El factor psicológico desempeña en la producción del
torturas, que contribuyen a su orgasmo. Las nalgas de orgasmo el papel principal. Las angustias relativamente
la masoquista son zonas erógenas de capital Importancia. insignificantes pueden impedirlo. Los obstáculos más
Sabemos que en la Rusia zarista, las palizas que se daban comunes son el temor al embarazo, a las enfermedades,
a las mujeres eran consideradas actividades eróticas. Pero al escándalo, a la propia pasión; temores que la mujer
otras partes del cuerpo pueden también desempeñar el se resiste a revelar al hombre y que son barreras del goce
mismo papel, como veremos en el ejemplo siguiente del sexual. El más frecuente de ellos es el temor al emba­
doctor Stekel: razo, que puede oponer un obstáculo, directo o Indi­
“ Cierta mujer, casada desde hacia diez años y abso­ recto, cuando se usa un medio anticoncepcional que
lutamente frígida, tuvo varios amantes, sin que ninguno puede prevenir el orgasmo. El más popular de éstos es el
de ellos le procurara el orgasmo. Finalmente dió con un condón, que se interpone a las sensaciones voluptuosas
hombre de temperamento brutal, que acostumbraba mor­ de la mujer. Un ginecólogo escribió al respecto lo si­
der el lóbulo de las orejas de sus compañeras. Hizo lo guiente:
mismo en este caso, pero el dolor consiguiente, que hu­ “ La mujer menos sensible detesta el uso del condón,
biese hecho atemorizar y rebelar a otras mujeres, despertó por más buena que sea su calidad, y lo estima una “ pared
en ella una voluptuosidad tan intensa que le produjo el medianera” que embota todas las sensaciones del con­
orgasmo” . Fácilmente se comprenderá por qué el esposo tacto directo, que tan decisiva influencia ejercen sobre
de esta señora y los amantes anteriores no pudieron sa­ el orgasmo. En el coito normal, pues, no debe utilizarse
tisfacerla.(I) este medio artificial”.
De manera similar reacciona la mujer frente al coitua
(I) Ea necesario señalar al lector de este libro, a simple
titulo Informativo, que, por más deseable que sea desde el punto
interruptus o retirada. El miedo de que el momento te­
de vista médico, el coito anal es considerado un crimen por la mido llegue demasiado pronto (antes del orgasmo), o de­
ley Inglesa, aun cuando se realice con el consentimiento de masiado tarde (después de empezada la eyaculaclón),
ambas partes. — N. B. absorbe toda su atención, de modo que no puede aban­
350 Enciclopedia Sexual T r a s t o r n o s d e l g o c e r e p r im id o 351

donarse enteramente al goce y, en consecuencia, queda “ Una mujer trabajadora, de treinta años de edad, se
sin desahogo. quejaba de varios síntomas nerviosos. Su cuerpo estaba
El temor al embarazo puede, también, prevenir el or­ “ lleno de alfileres y de agujas” , que se convertían en un
gasmo de otra manera. Se cree generalmente que la violento escozor. De vez en cuando experimentaba mo­
mujer no es capaz de concebir sin orgasmo. Esta teoría lestias intestinales desagradables y tenía que levantarse
ha sido desvirtuada por la ciencia, pero muchas mujeres de noche. Padecía ataques de ansiedad durante el sueño
estiman todavía que pueden eludir el embarazo evitando y se despertaba sobresaltada. Durante el día sentíase tan
el orgasmo. Este contralor puede ser consciente o in­ débil, que no podía realizar tareas pesadas. Sin razón
consciente, siendo el tratamiento, en este último caso, aparente, hallábase deprimida y tenía accesos de llanto.
mucho más complejo. Admitía ser feliz en su matrimonio, aunque no le preocu­
Ocurre a veces lo contrario. El miedo instintivo al paba el coito: “ no le importaban esas cosas” . Un exa­
embarazo hace lograr a la mujer el climax, pero en ese men más detenido reveló un proceso mental curioso.
momento se contraen los músculos vaginales y expelen el Desde la adolescencia habla creído que el goce sexual es­
semen. Este fenómeno se produce automáticamente, taba prohibido como un pecado que Dios castigaba; habla ^
pero es, en realidad, una reacción del yo inconsciente conocido las pasiones violentas y los orgasmos intensos,'
que no desea un hijo. pero atribuyó la muerte de un hijo a un castigo divino
La relación entre la esterilidad y la frigidez es, por lo por su impureza y su gusto por los placeres camales.
tanto, de lo más incierta. El orgasmo puede auxiliar o “ No obstante, no era lo suficientemente fuerte como
perjudicar la concepción. El ejemplo citado ilustra esta para renunciar a ellos, hasta que un vecino le dijo que la
última contingencia. La primera fué tratada por el mé­ excitación sexual era perniciosa, pues envejecía a las
dico real, doctor Van Swieten, en su consejo a la reina personas y podía tener consecuencias fatales. Comenzó
María Teresa, al quejarse ésta de su esterilidad, consejo, entonces a luchar contra su placer y se ponía a rezar o
sin duda alguna, tendiente a que su majestad la reina a pensar en otras cosas durante el acto sexual. Hasta
lograse el orgasmo, y que dió un excelente resultado, que, finalmente, pudo vencer al gozo. Su marido hubo de
pues tuvo ésta once hijos. interrumpir varias veces el coito, a fin de permitirle evitar
En general, la relación entre el orgasmo y la concep­ el orgasmo.
ción es una cuestión individual. Las secreciones provo­ “ La aconsejé convenientemente y la liberé de la idea
cadas en la vagina por el orgasmo pueden contribuir al del placer pecaminoso. “ Dios nos hizo este regalo para
progreso de los espermatozoides, pero la frigidez parece que pudiésemos usarlo con discernimiento” — le dije— , y
ser atribuida más bien a una causa psicológica; la creen­ le cité las maravillosas palabras de Sheik Neffzawi en su
cia de la mujer de que puede prevenir el embarazo evitan­ Perfumeó, Garúen: “ Alabado sea Dios porque ha puesto
do el orgasmo. las delicias más grandes del hombre en el cuerpo de la
Puede éste ser obstaculizado por el temor a la enfer­ mujer y porque designó al cuerpo del hombre como el
medad, o al escándalo que seguida al descubrimiento de mayor encanto para la mujer” .
un asunto clandestino, es decir, por la conciencia culpa­ “ Volví a ver a la paciente unas semanas después; se
ble. Los prejuicios, la falta de educación y la moral ex­ hallaba muy bien y sus orgasmos habían recobrado la
cesiva han hecho del acto genésico un pecado, que la mu­ intensidad anterior. Como su esposo era muy ardiente,
jer procura expiar reprimiendo el goce sexual. consumaban el acto sexual todos los días. . . y tos vecinos
R eacciones instintivas 353
353 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
o contra su entrega a un ser que no ama, o que se ha
se asombraban de la apariencia sana de esa mujer y le comportado brutalmente con ella en la noche nupcial,
preguntaban qué tratamiento maravilloso seguía (1 )” . puede manifestarse por dolores en la región de la vulva, en
Suele acontecer que una mujer se detenga antes de la base de la espalda o en otras partes del cuerpo. No se
llegar al orgasmo por miedo a su propia pasión. Es el trata de una verdadera perturbación orgánica. Es un
caso de las mujeres de temperamento muy ardoroso. Para caso de protesta contra el placer, una especie de barrera
citar una frase bíblica muy conocida, hay entre el hombre defensiva artificialmente levantada, por medio de la cual
y la mujer una lucha constante, Incesantemente reno­ la mujer se defiende de las sensaciones no deseadas. La
vada. La mujer no quiere someterse; rebelase contra su expresión más destacada de tal trastorno es la constric­
femineidad; su deseo de dominar choca con su anhelo de ción vaginal o vaginismus, que es el sintoma de un “ no”
entregarse. La mujer apasionada sabe bien que llega un Intimo, de la rebelión de la mujer contra la rendición
momento en que se halla abandonada a merced del hom­ sexual, a pesar de su manifiesto deseo de coito. La
bre. El lenguaje usual refleja claramente la posición re­ razón puede equivocarse, pero el cuerpo jamás, y la ex­
lativa de ambos sexos: el hombre “ posee” , la mujer “se presión última es en tal caso el dolor, como sostiene efi­
entrega” , queda aniquilada por el éxtasis. Sabe ella que cazmente Stekel: “ La ausencia de orgasmo en la mujer
con el orgasmo se quiebra su resistencia, se derrumba su es siempre un síntoma alarmante: significa que algo no
última defensa, pierde su personalidad, y el hombre “ pue­ marcha bien en su amor” .
de hacer lo que quiere con ella". Y es ésta, precisamente, Tales síntomas son particularmente frecuentes cuan­
la causa de su rebelión; desea entregarse, pero no per­ do, después de un amor frustrado, la mujer se entrega
derse, y, en consecuencia, procura evitar el orgasmo. Su al primer hombre que se le presenta en su Intento de
Instinto de dominio es más fuerte que su hambre sexual. hallar algún substituto a su amor. Procura ella persua­
Desea, estando sujeta, permanecer inconquistable; Insiste dirse a sí misma de que ama a ese hombre, a fin de
en conservar su personalidad hasta en la cama. [Pobre vengarse del hombre que le dió calabazas, o para compro­
mujer I No sabe ella que renunciando al más poderoso bar que su capacidad de amar no se agostó en un objeto
elemento de su personalidad es, precisamente, cómo des­ Indigno. Su mente le dice que ama en verdad al amante
virtúa la esencia de su femineidad. substituto, pero su cuerpo está más en lo cierto y el or­
Tales mujeres están a menudo inclinadas a destinar gasmo no aparece. No deseando atribuirse a si misma la
su amor a los hombres desdichados y dignos de compa­ culpa de este estado de cosas, hace responsable al hombre
sión, porque no pueden gozar el placer, a menos de sen­ y encuentra en él todos los defectos posibles: tiene un
tirse superiores al compañero sexual. Los jorobados, los aliento desagradable, o un cuerpo repulsivo, siendo aque­
enfermos, los inválidos, los débiles, tienen una atracción lla objeción la más frecuente, pero es más bien un pre­
sexual peculiar para este tipo de mujer. En tanto que texto que una reacción auténtica. La mujer que ama
permanecen indiferentes entre los brazos de un hombre a un hombre siempre gusta del aliento de éste, por más
vigoróse, alcanzan, en cambio, un climax intenso éntre cigarros malos que él fu m e ...
los de un tullido semiimpotente. Es ésta la idea de Ber-
nard en su Cándida, y el ejemplo clásico de la mujer * • »
de este tipo es la señora Warrens. Los trastornos sexuales suelen aparecer en la mujer
La lucha contra el orgasmo, que es una protesta in­ durante el período menopáuslco. Son a veces producidos
consciente de la mujer contra la supremacía del hombre,
354 Enciclopedia Sexual M astu xb ació ic m e n t a l 355
por condiciones orgánicas (cambios en las secreciones In­ sultó a un psiquiatra acerca de su incapacidad de gozar
ternas) o psicológicas. Al aproximarse esa fecha siente el acto sexual. Por sus confidencias supo el médico que,
un miedo pánico y quiere beber hasta las heces la copa a fin de procurarse el orgasmo, tenía ella que practicar
del placer, antes de que sea demasiado tarde, como dice una especie de masturbación mental, consistente en ima­
Balzac, no sin cierto cinismo: "Solamente a los cuarenta ginar que habla un testigo oculto en sus momentos de
años es la mujer verdaderamente capaz de un amor ar­ amor conyugal.
diente” . ¿Quién sabe qué recuerdos Infantiles del dormitorio
Sean cuáles fueren las razones, es un hecho induda­ de sus padres eran responsables de esto? Hemos bosque­
ble que con la menopausia se intensifica el instinto sexual jado en un capítulo anterior los traumas serios que puede
en las mujeres. Este hecho puede manifestarse, inversa­ recibir un niño que comparte el dormitorio de sus padres.
mente, en la frigidez. Se asusta la mujer por este súbito Una gran cantidad de casos de frigidez pueden atribuirse
Cambio en su oleaje pasional, se avergüenza y se dis­ a esas experiencias infantiles.
gusta, debido a la educación recibida y a los prejuicios, El psiquiatra, al consultar al esposo de la paciente,
y decide renunciar para siempre a todos los placeres car­ aconsejó a éste realizar el coito en condiciones ligera­
nales, hundiéndose en la insensibilidad. Esta repulsión mente atrevidas. Aunque bastante sorprendido, él hom­
va acompañada a menudo por un fervor religioso. Las bre siguió el consejo y, en la primer oportunidad que se
mujeres que hasta la menopausia vivieron una vida disi­ le presentó, copuló con su esposa completamente vestido,
pada, cuando se enfrentan con la pasión, que amenaza de pie, en el comedor, donde la sirvienta podía presen­
vencerlas, se someten a las penitencias, se hacen monjas tarse en cualquier momento. En realidad, había él to­
o hermanas de caridad y destruyen para siempre la ten­ mado las precauciones del caso, enviando fuera a la
tación de la carne. sirvienta, sin que su esposa lo supiese. El resultado de
Pagan ellas, generalmente, esta cura drástica, con esto fué que la mujer, por vez primera durante su ma­
ataques de histeria, perturbaciones orgánicas y un vuelco trimonio, tuvo un orgasmo intenso, él cual, desde en­
completo de su equilibrio psicofisico. tonces en adelante, se repetía en cada acto sexual, aun
Y ahora una última enmienda a este capítulo. cuando se lo realizaba ya en circunstancias ordinarias.
Dijimos que cada mujer requiere condiciones especí­ El hechizo había sido roto, satisfaciendo una sola vez
ficas para lograr su climax y que estas condiciones son el capricho de la mujer.
esenciales. Hemos visto también que tales condiciones Cerraremos este capítulo sobre la frigidez en la mu­
pueden estar situadas en cualquier parte de la gama de jer con una cita más de Stekel, el gran hombre de cien­
la vida sexual, las cuales van desde el inocente anhelo cia, cuya labor en la materia ha sido de Incalculable be­
de ternura y de caricias hasta las más extravagantes e neficio para la humanidad:
irrealizables de las fantasías. A menudo, sin embargo, el "P or todos estos casos, fácil es ver cuán importante
cuerpo de la mujer acepta una transacción; es suficiente parte desempeñan los factores psicológicos en la de­
que sus requerimientos específicos sean colmados una vez terminación de la frigidez femenina. En todos los casos
para que su vida sexual tome un curso normal. Una se trata de un oculto "no” que se manifiesta orgánica­
simple realización de su deseo suele liberar a la mujer mente. El "n o puedo” de la paciente oculta el "no quie­
de su inania. ro” , o "no debo” . La frigidez muestra la disociación
Este es el caso de una mujer que cierto día con­ extrema del hombre civilizado, el profundo conflicto
356 Enciclopedia Sexual

entre el yo que quiere y el yo que no quiere, el dilema,


el drama representado a medias y la lucha dentro de la
personalidad. La evolución social del amor se traduce en
la diferenciación progresiva del hombre, por las condi­
ciones cada vez más complejas del amor. Los factores
psicológicos se agregan a los físicos. Aquéllos ocultan las CAPITULO XXVIII
tendencias primitivas, las complican y las transforman
de fuerzas de atracción en fuerzas de repulsión. El amor LA A LQ U IM IA DEL AMOR
moderno debe, en primer lugar, vencer todas las coaccio­
nes, los obstáculos y las fuerzas opositoras: debe armo­ La venta de la virilidad. — Loa 'afrodisiacos a través de las
nizarse con el Intelecto” . épocas. — La mania de batir records sexuales. — XI laberinto de
las supersticiones. — La magia negra y los encantamientos. —
Las prácticas diabólicas de los magos. — Amuletos y piedras
preciosas. — Propiedades afrodisiacas de ciertos alimentos. — SI
buen vivir al servicio de los goces de la carne. -- Baños, ungüen­
tos. perfumes, vinculados al amor. — La "flatulenda perfumada".
— Estímulos mecánicos. -- Instrumentos usados para la mas­
turbación. — Cómo adornan los salvajes sus órganos genitales.
— Electroterapia y radioterapia. — El tratamiento por vírgenes
y el método de Coué. — La acción de los afrodisíacos. — Las
cantáridas, la belladona y la mandrigora. -- El haschich, el opio,
la morfina y la cocaína, — El arsénico y el éter .

“ De cien estimulantes sexuales, uno, quizá, es eficaz,


pero noventa de ellos, un buen negocio” . Estas pala­
bras del doctor Magnus Hirschfeld nos sirven de exce­
lente introducción para este capítulo, que dividiremos en
dos partes: En la primera, procuraremos guiar al lector
por el laberinto de la superstición, en que las maquina­
ciones abstrusas, odiosas y perjudiciales del charlata­
nismo, se cobijan. En segundo lugar, daremos una ojeada
a lo que la ciencia moderna ha logrado en el campo de
la sexologia, dejando aclarado que no se trata de inútiles
panaceas, sino de remedios de la medicina científica.
Ante todo, debe acentuarse que, en materia de afrodi­
síacos, se ha explotado desvergonzadamente la ignorancia
de los más. Y la inescrupulosldad de los traficantes se
ha visto muy favorecida por la hipocresía en que se fun­
damenta aún la ética sexual.
En la “ alquimia del amor” distinguimos dos clases de
358 Enciclo ped ia S exu al Uso DE LOS AFRODISÍACOS 359
"remedios” , destinada la primera al Incremento del ins­ débese a su frecuencia el éxito constante de los afrodi­
tinto sexual, y la otra a despertar en una persona la siacos. Basta con leer algunas novelas para hacer el aná­
pasión hacia determinado Individuo. Ambos pueden sei lisis del Infortunado amante que, al acercarse al objeto
relegados a la esfera de la superstición. Con respecto al de su deseo, está tan dominado por la felicidad, que se
primero, no cabe duda que existen métodos capaces de tom a temporariamente impotente.
acrecentar la pasión en el hombre y en la mujer, de En la antigüedad y durante la Edad Media se justifi­
suprimir el contralor sexual y las inhibiciones y de es­ caba a menudo el uso de afrodisíacos con fundamentos
timular el funcionamiento del aparato genital. Peto no religiosos. Y así vemos que el Oriente profesaba la creen­
podemos dejar de subrayar la necesidad de distinguir cia de que durante la copulación los espíritus del mal,
entre la superstición y la ciencia, entre los remedios inno­ los Djinns, procuraban introducirse en los órganos feme­
cuos y los perniciosos, cuyo peligro varia según los Indi­ ninos con el propósito no sólo de obstaculizar el acto
viduos. sexual, sino también de atacar el embrión. Para con­
jurar esta Intervención demoniaca, la gente recurría a
* • •
varios medios de naturaleza, en parte, mágica y simbó­
Digamos primeramente algunas palabras acerca de lica y, en parte, afrodisiaca. Ornar Haleby, por ejemplo,
las muchas y curiosas razones por las cuales los afro­ recomendaba iniciar el coito con una bendición y pronun­
disiacos han estado tan en boga en todos los tiempos. ciar el nombre de Alá en el instante de la eyaculaclón.
La razón més frecuente e imperativa de su uso ha Fué él, también, quien prescribió el uso de afrodisíacos
sido, y sigue siendo, la impotencia en el hombre, la fri­ al fundador del islamismo, el profeta Mahoma.
gidez an la mujer y la esterilidad en ambos. Estas cues­ "N o debemos olvidar —decía— que el Profeta es un
tiones se han tratado ya en los capítulos anteriores, por ser humano afectado por la fatiga resultante de sus ac­
lo que no volveremos a insistir sobre ellas. tividades y por las tentaciones a que continuamente
Con frecuencia, los individuos afectados, miembros está expuesto por sus numerosas esposas y esclavas,
de las clases privilegiadas, tienen sus sensaciones embo­ pues cada una de ellas aspira, desde luego, al supremo
tadas por la pereza o el libertinaje, de modo que, aunque honor de unirse con el emisario de Dios.”
poseen una constitución normal, recurren a los estimu­ De este modo, la poligamia oriental mucho ha con­
lantes para intensificarlas. En tales casos, fácil es notar tribuido a la producción, siempre mayor, de bebidas y
que el límite entre el uso y el abuso de los afrodisiacos polvos afrodisiacos.
se traspone muy fácilmente. Otra razón del uso de los estimulantes sexuales es
Otro grupo lo integran las personas física e inteleo- la costumbre de ciertos pueblos de fijar un tiempo de­
íualmente activas en extremo, quienes, por una u otra terminado para el coito. La observación de semejante
razón, desean sentirse poseedoras de una gran potencia ley requería a menudo el auxilio de algún afrodisíaco.
sexual. De los numerosos motivos psicológicos que Im­ Un ejemplo de esto lo tenemos en la obligación de rea­
pelen a las personas al uso de afrodisiacos, las angustias lizar el acto sexual en ciertos días festivos.
de toda Índole ; las represiones no son los menos impor­ Pedro da Villa Gómez, arzobispo de Lima, narra que
tantes. en el Perú habla, antiguamente, ciertas celebraciones
Sería un error creer que el '‘miedo al debut” y las especiales durante los fines de diciembre, época en que
Inhibiciones sexuales son excepciones. Por el contrario, maduran los frutos de “ Paltay” , que comenzaban con
360 Enciclopedia S exual Supersticiones sexuales 361
cinco días de ayuno, limitado al rechazo del pimentón y Tales son los motivos del uso difundido de los afro­
a la abstinencia del acto sexual. Después del ayuno, disíacos. Como hemos visto, el empleo de estimulantes
hombres y mujeres se encontraban, escasamente vesti­ estuvo muy difundido durante la antigüedad y la Edad
dos, en determinado lugar de los huertos. A una señal Media. En nuestros tiempos, bajo el disfraz de prepa­
dada se precipitaban corriendo hacia una colina dis­ raciones químicas, desempeñan una parte considerable en
tante. El hombre que durante esa carrera tenia la la vida social civilizada. Sin embargo, sería un error con­
suerte de atrapar a una mujer, tenia que poseerla en siderarlos un signo de la decadencia de nuestra época.
el acto. En mucha mayor abundancia que en nuestros días,
Los celos son también causa de las prácticas afro­ se encuentran ejemplos de esta práctica registrados por
disíacas. Se dice que fué una concubina celosa, si no misioneros y etnólogos, quienes mencionan preparacio­
su propia esposa Lucía, quien dló a Lucrecio, autor de nes de origen animal o vegetal, que las razas primitivas
De Natura Rerum, un filtro, con el propósito de recupe, utilizaban para intensificar el deseo sexual. Estos ar­
rar los favores del poeta, que, al parecer, murió a causa tículos gozan muy a menudo del prestigio de poder curar
de ello. la esterilidad, pero su composición demuestra claramente
En los tiempos modernos, muchos otros motivos in­ que sólo se trata de estimulantes sexuales.
ducen a las personas a recurrir a los estimulantes se­ * * •
xuales. La curiosidad, la manía de la seducción, las
competiciones para batir records, las apuestas idiotas
Antes de describir las costumbres más o menos su­
sobre el número de eyaculaciones realizadas en una
persticiosas, cuya finalidad es el incremento de la viri­
noche, y otras estupideces, consideradas a menudo como
lidad y la excitación de los sentidos, es necesario decir
chistes Insubstanciales, desempeñan en este sentido una
algunas palabras respecto a la superstición. Según la
parte más Importante de lo que generalmente se cree. definición más ampliamente aceptada, la de Alberto
Esto prueba cuántas personas hay que no entienden el Hellwig, las supersticiones son "aquellos elementos de
verdadero significado de la unión sexual, extraviadas por las creencias populares que la ciencia moderna califica
los errores éticos de nuestra sociedad, que mantiene en de erróneos" Es decir, que ciertas creencias, las cuales
la penumbra todas las cosas concernientes al sexo. En se consideran hoy supersticiones, pueden ser reivindica­
realidad, el ludibrio mórbido es siempre la consecuencia das, dentro de un siglo, por nuevos descubrimientos cien­
de rodear a este fenómeno natural con una atmósfera de tíficos. Durante la Edad Media, por ejemplo, se utiliza­
misterio. ban como afrodisíacos los i Órganos genitales de algunos
Esta falsa actitud de nuestra civilización hacia las animales. En realidad, la organoterapia ha tratado du­
leyes naturales se combina con el hábito de las burlas y rante algún tiempo la impotencia de manera semejante,
el menosprecio a las personas que no pueden realizar sus aunque no utilizando el pene, sino el extracto testicular.
funciones sexuales satisfactoriamente. De aquí la resis­ Sin embargo, es ésta una excepción rara, y el que
tencia de los hombres a hacerse aconsejar por personas prefiriese la ciencia de un charlatán a la de un médico
competentes acerca de estas cuestiones escabrosas, que­ podría pagar caras su ignorancia y su obstinación.
dando, por lo tanto, a merced de los charlatanes y de los Más aún, las creencias vulgares parecen estar en de­
fabricantes de “ artículos Intimos". cadencia. Las preparaciones anunciadas hoy en las co­
362 Enciclopedia Sexual La BIX.IOIÓN Y EX SEXO 363

lumnas de la prensa diaria como “ remedios naturales" y popular, charlatanes y embaucadores los vendían a las
“ cura popular", no están tomadas de la sabiduría po­ multitudes. Los encantamientos iban siempre acompa­
pular, sino que emanan del cerebro de algún oscuro em­ ñados de fórmulas mágicas y abracadabras. Se elaboraba
baucador. De todos modos, no puede confiarse en las en cera, por ejemplo, la efigie de la persona amada o, más
tradiciones vulgares en materia de afrodisíacos. La far­ simplemente, se modelaba con el mismo material su
macopea medioeval se basaba en un error fundamental: corazón, figuras éstas que se calentaban y fundían, des­
en juzgar por las características exteriores de las plantas, pertando de este modo el amor del ser simbolizado. Tales
forma, color, gusto y perfume, sus propiedades curativas. prácticas eran atribuidas a la inspiración del diablo o a
Los jugos vegetales, por ejemplo, cuyo olor se aseme­ “ la magia negra” , en contraposición a la “magia blanca” ,
jaba, más o menos, al del flúido seminal o al de las que era de origen divino.
secreciones vaginales, y las plantas, que con un poco de Las supersticiones medioevales concernientes a la
Imaginación podían parecerse al pene o a la vulva, eran vida sexual se manifestaban Incluso en las panaceas re­
considerados con propiedades afrodisiacas y utilizados ligiosas. Un documento inestimable al respecto es la
por muchas personas. El mismo criterio primaba res­ obra de dos curiosos, Jacobo Sprenger y Enrique Insti-
pectóla los animales. Los animales de vitalidad particu­ toris. Es Interesante notar, por ejemplo, en los capítu­
larmente intensa, con deseos anormales, períodos de celo los V II y IX , con cuánta seriedad tratan ellos la cuestión
violentos u olores peculiares, eran muy estimados por las de si “ las brujerías son capaces, por medio de prácticas
cualidades estimulantes de sus órganos genitales. satánicas, de hechizar el órgano masculino y de arran­
Y entramos ahora en el círculo mágico de los filtros, carlo, finalmente, del cuerpo de la víctima” .
las pastas, los polvos, los ungüentos y los exorcismos, La Iglesia romana, en cambio, combatió enérgica­
que estaban en el pasado al servicio del amor. Una de las mente durante muchos siglos todas estas supersticiones
más antiguas de las ciencias populares del amor era la y manifestaciones. No obstante, no pudo desarraigar en
de los caldeos, quienes estimulaban sus sensaciones co­ Bretaña el culto fállco, que sólo pudo ser extirpado por
miendo el hígado o la medula de los jóvenes. En Roma la Revolución Francesa. La veneración del guignolet, en
se responsabilizaba a los dioses de cualquier debilidad Brest, no es sino una supervivencia de este culto. Según
sexual, y los encantamientos estaban sorprendentemente de la Meuse, existía en aquella ciudad una capilla con
en boga. Hemos dicho ya cómo Lucrecio pagó con su una estatua fállca, a la que las mujeres estériles Iban en
vida esta práctica. Otro poeta romano, Horacio, escribió peregrinación y hurtaban un poco de polvo, que Ingerían
en verso recetas mágicas, aunque él mismo parece haber mezclado con agua. La estatua, un desnudo de hombre
sido un escéptico acerca de ellas. En uno de sus poemas con el pene erecto, fué desgastada por las devotas y re­
escribió: “ Las brujas, los sueños, los espantajos, los fan­ emplazada por otra. Relata Cambry que en Bretaña, des­
tasmas, los espectros, asi como todos los otros sortilegios, pués de la misa, acostumbraban las mujeres coger el
no me hacen sino reir” . polvo de la capilla de la Unión Sagrada y arrojarlo a los
En la Edad Media, los filtros de amor y los encanta­ hombres, esperando ganar asi el corazón del amado.
mientos desempeñaban también un papel Importante. Otra costumbre popular consistía en quemar las lmáge>
Entre los brebajes mágicos, los productos Italianos go­ nes sagradas y mezclar sus cenizas con los alimentos.
zaban de la mayor estima; eran transportados de país Esta costumbre persiste aún en las regiones católicas
en país por los viajeros y, en los momentos de regocijo muy devotas. Entre estas extrañas prácticas escasean
364 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
I ngredientes afrodisíacos 366

las particularmente poco aperitivas, como, por ejemplo, En todos los tiempos las facultades extraordinarias
la receta que prescribía comer alimentos previamente de las gemas preciosas han estado estrechamente vincu­
puestos en contacto intimo con la persona deseada. En ladas a la astrologfa, estando su eficacia, probablemente,
Mecklemburgo existe la creencia popular de que comer afectada por la posición de las estrellas. Todavía hoy
una manzana empapada en el sudor del sobaco de la existen muchísimas personas que tienen fe en todas estas
otra parte acrecienta el subsiguiente ardor amoroso. tonterías.
Otra superstición atribula propiedades afrodisíacas a la * * *
nuez moscada y a otras especias, o a los restos de la
comida de la parte Interesada. Dar una lista completa de los productos vegetales a
¡Qué no ha hecho el hombre en holocausto al dios los cuales se atribuían en la antigüedad facultades afro­
Eros! Soportó la pintura, los tatuajes, las marcas can­ disíacas, seria demasiado tedioso.
dentes; recurrió a las más extrañas manipulaciones, a Pero, a fin de aclarar el concepto de las supersticiones
las fórmulas más intrincadas, sin preguntar jamás si ba­ imperantes en este terreno y de revelar las prácticas
hía alguna relación entre los medios empleados y los horribles de los "alquimistas del amor” , no podemos dejar
efectos deseados. de destinar algún espacio a ciertas recetas monstruosas
En el mismo plano se hallan los encantos y los amu­ contenidas en las obras de Paulinus, que. son el breviario
de magia más popular de la Edad Media. He aquí los
letos, cuyos ingredientes son, hasta hoy en día, la sangre
humana, los cabellos, la piel y las uñas. Se trata, en rea­ ingredientes principales propuestos por el autor como
afrodisíacos y que habían de combinarse con toda suerte
lidad, de casos de autosugestión, pues no es el amuleto
de encantamientos: orín de toro, excremento de gallina,
en sí, sino la fe quien produce los efectos deseados. Vale
la pena notar que lo que la partera y el curandero in­ testículo de ciervo y de liebre, pene de burro, sangre y
tentan mediante fórmulas mágicas y procedimientos im­ cerebro de gorrión, semen de venado, secreciones vagina­
presionantes, Coué lo lograba de manera mucho más les de puerca, etcétera.
Cuesta creer que durante siglos estuviese la gente
simple.
Lo mismo es aplicable a la influencia erótica de las convencida de que toda esta bazofia era capaz de in­
piedras preciosas. Durante toda la Edad Media se hi­ fluenciar favorablemente las funciones sexuales del hom­
bre. ¡Y más increíble todavía es que en el año 1697, la
cieron estudios profundísimos acerca de la influéncia
mágica que las gemas ejercían sobre el que las usaba. Facultad de Leipzig declaró oficialmente que todas estas
Y en la antigüedad, la costumbre de Cleopatra de disolver preparaciones podían ser consideradas "remedios mági­
cos” en los dominios del amor* Pero todas las horribles
perlas en vinagre no estaba tanto determinada por un
despliegue de extravagancia como por el deseo de acre­ mixturas mencionadas están eclipsadas por otras, com­
centar su sensibilidad sexual. puestas de orín humano y de sangre menstrual. Es éste
el objeto de la química escatológica, no tan difundida en
Aún hoy olmos hablar de la facultad sobrenatural
nuestros países como en el Oriente. En las recetas de
del ágata, al que se supone contribuir al éxito de las
empresas amorosas y asegurar también la salud y la amor del Kama - Sutra y el Anandangnga, el lugar de ho­
dicha de la persona que la usa. Se dice que el feldespato nor lo ocupa la sangre del menstruo.
La Iglesia combatió sin piedad contra estas extrañas
posee la facultad Úe salvaguardar la pureza, el amor y
prácticas. El obispo de Worms decretó penas severas con*
la fidelidad.
366 Encicloíedia S e XV a l L a s v it a m in a s 367

tra los que distribuían brebajes mágicos conteniendo tales orgánicos. El escorbuto, el raquitismo, el berí-berl, la
ingredientes. A este respecto es interesante citar un re­ pelara, son consecuencias inmediatas de la falta de vita­
pelentísimo proceso aperitivo que Burchardt von Worms minas en la alimentación. Los descubrimientos científi­
describe a guisa de cuestionario: cos recientes han clasificado a las vitaminas de la ma­
“ ¿Has hecho tú lo que otras mujeres tienen la cos­ nera siguiente: Vitamina A, para el crecimiento; B,
tumbre de hacer? Se acuestan en el suelo de frente, contra el béri-beri; C, contra el escorbuto; D, contra el
con las nalgas desnudas, y soban en el ano el pan que raquitismo; E, necesaria a la fecundidad. Es esta última
dan luego a sus maridos. El resultado de este procedi­ vitamina, por consiguiente, la que nos interesa.
miento repugnante se denominaba “ pastel de amor", y Muchos hombres de ciencia, tales como Evans, Bishop
los penitentes dfe la Edad Media nos informan acerca de y otros, han hecho experimentos en animales con el pro­
las varias maneras de preparar tales “ delicias” ( ! ) ” . pósito de demostrar la influencia de la vitamina E. Las
Este cuadro medioeval del “ amor como arte" no es, ratas alimentadas con vitamina E en abundancia des­
sin duda, muy edificante, pero sería un error creer que arrollaban órganos genitales anormalmente grandes, y su
tales prácticas son inconcebibles en nuestros tiempos. época de celo duraba todo un año, aun en los casos de
Existen entre nuestros contemporáneos fulleros inteli­ especímenes debilitados, cuyo peso en el período de su
desarrollo correspondiente a la pubertad del hombre era
gentes, quienes, inspirados en los viejos tratados de ma­
la tercera parte del noimal. Estos experimentos, combi­
gia, editan folletos populares que en modo alguno se que­
nados con muchos otros, no han dejado lugar a dudas
dan cortos respecto a sus modelas. No podemos dejar de
que la vitamina E tiene, además de su valor nutritivo
destacar con insistencia los peligros de la Ignorancia se­
general, una acción especial sobre la función sexual.
xual y de la superstición para las masas y la necesidad
Existen dos maneras de acrecentar la provisión de
de una educación sexual ilustrada. vitaminas al organismo: siguiendo un régimen alimen­
Entraremos ahora a analizar aquellos afrodisíacos ticio rico en vitaminas, o la cura por vitaminas, en forma
cuyo valor ha sido reconocido por la ciencia moderna y de remedios patentados conteniendo vitaminas concen­
que, por lo mismo, son dignos de la mayor atención. tradas. La farmacopea moderna las ha puesto al alcance
de todos.
* • * Echemos un vistazo a los artículos alimenticios prin­
cipales desde el punto de vista de su valor afrodisíaca
Es evidente que ciertos artículos alimenticios ejercen A este respecto, las especias, que sazonan las comidas,
una influencia innegable sobre las facultades sexuales. encabezan la lista. Nuevamente chocamos aquí con la
En algunos casos, la cantidad y la calidad de alimentos superstición popular, pues la apariencia externa de las
pueden ser un factor decisivo en la condición del sistema plantas ha dado a ciertas especias la reputación de afro­
sexual. En este sentido, desempeñan las vitaminas un disíacos infalibles. Tal es el caso de la orquídea, cuya
papel de primer orden. forma sugiere la de los órganos genitales femeninos.
Sin embargo, antes de referirnos a los alimentos afro­ En los tiempos modernos, las especias han perdido
disiacos convendría dar una definición de las vitaminas. mucho del favor que gozaban en la Edad Media. Entre
Las vitaminas son factores alimenticios accesorios, con­ las más usadas hoy en la cocina se hallan la sal, el clavo
duciendo la privación de uno de ellos a serios trastornos de olor, el tomillo, el laurel, la pimienta, el pimentón y
A l im e n t o s e s t im u l a n t e s 360
368 E n c i c l o p e d i a S e'x u a l

la nuez moscada, siendo la acción de las tres últimas, (condimentada con curry) son las más eficaces, siendo
sobre los riñones y los órganos genitales, indiscutible. ambas muy estimadas por los conocedores.
Vienen luego la vainilla, el azafrán, la alcaravea y el Los huevos son un alimento intermedio entre las car­
jengibre. Sin embargo, debe recordarse que el jengibre nes y los vegetales. Su valor nutritivo es universalmente
robustece y regula las funciones del aparato digestivo, reconocido, así como las ventajas de un régimen dieté­
mejora la condición general del organismo y, por lo tanto, tico en que entran como elementos principales. Itos ma­
tiene un buen efecto sobre las funciones sexuales. nuales de amor de todos los tiempos subrayan el valor de
Con respecto a las sopas, los caldos muy sazonados no este alimento como intensificador de las sensaciones vo­
dejan de influenciar sobre el instinto sexual. Las sopas luptuosas.
de tortuga y de pescado, de las cuales Reboux da una Los vegetales, como artículos dietéticos, son demasiado
receta detallada en su excelente libro, también merecen conocidos como para estudiarlos aquí en detalle. Con
una atención especial. objeto particular, las zanahorias, el apio, los espárragos
Llegamos abora al ítem principal, la carne. 7a en la y los hongos son los principales.
antigüedad se sabía preparar platos de carne muy es­ Los hongos y las nueces tienen el lugar prominente
timulantes. Ovidio ensalza, por ejemplo, la ración de en las “ recetas eróticas” turcas. Las trufas argelinas
lenguas de gansos. Los órganos intemos, tales como los también faciliten el coito, según un libro turco, “ debido
riñones y el hígado, han gozado siempre, y gozan hoy a su efecto estimulante sobre el cerebro y a la elasti­
mismo, de gran estima, no habiéndose jamás menospre­ cidad que procuran al sistema nervioso".
ciado su valor afrodisíaco. Los "riñones españoles" no Los espárragos, notorios por su acción diurética, han
son sino testículos de toro asados. Similarmente, los es­ sido reconocidos, desde tiempo inmemorial, como afro­
tofados y los salpicones se preparan a menudo con ór­ disíacos. Una vieja recete francesa aconseja no lavarlos
ganos de animales, tales como el cerebro y los testículos, ni cocerlos demasiado, a fin de preservar su principio
que se conocen por sus propiedades estimulantes. La activo. Otra receta respecto a la preparación de los es­
boga de los mariscos, de los crustáceos y de las ensaladas párragos, atribuida a Sheik Neffzawi, es de una precisión
de pescados y ovas de pescado (caviar) se debe, sin duda, inequívoca:
no tanto a su valor nutritivo como a su acción sobre la
“ Quien, después de hervir los espárragos, los dora en
actividad sexual del organismo humano. Tampoco po­
grasa, los condimenta con yemas de huevo y especias y
demos olvidar los diversos bocados exquisitos conocidos
se alimente (regularmente con este plato, aumenta su
por patés, cuya preparación se basa generalmente en
eficacia para el acto sexual e intensifica el goce que éste
consideraciones de naturaleza erótica. Los patés de hí­
despierta."
gado de ganso, tan apreciados en ciertos países, son la
evolución de una recete afrodisíaca en su origen. Entre las múltiples ensaladas, hemos mencionado ya
“ Le Voí ati Vent á la Cardinal”, que consiste en pesca­ el famoso plato de testículos, cortados en rebanadas finas
dos y langostinos preparados con hongos y salsa Bear- y condimentados con aceite, vinagre, sal y ajo, que to­
nesa, es una Inteligente mixtura de alimentos estimu­ davía hallamos en los países nórdicos. Dícese que una
lantes, La naturaleza sabrosa de las salsas no sólo tiene ensalada hecha con bulbos de tulipán también posee ele­
por objeto halagar el paladar, sino también estimular los vadas propiedades estimulantes. Más comúnmente usa­
órganos sexuales. La salsa Worcester y la salsa india dos son los espárragos y las alcachofas.
370 E n c i c l o p e d i a S e x u a l B eb id as a fr o d isía c a s 371
Un alimento muy estimado en el pasado como aíro* fieren en los individuos. Algunos hombres pueden con­
disiaco, y hoy por su valor alimenticio, es la miel. sumir una gran cantidad, mientras otros se trastornan
Se dice que ciertas frutas son capaces de producir la con un solo vaso. Lo mismo ocurre con los afrodisíacos
inspiración erótica, siendo el primero de la lista, indis­ más artificiales, pues el que produce un efecto benefi­
cutiblemente, el tomate, denominado “ manzana de cioso en el sentir sexual de un hombre puede fracasar en
amor’* en algunos países. Pero esta reputación se basa otro o serle perjudicial.
principalmente en su valor nutritivo, que afecta a la Debido a la estrecha vinculación existente entre la
salud general del organismo. digestión y las funciones sexuales, la absorción de vinos
Nos conformamos con este breve compendio de ali­ muy adulterados produce perturbaciones gástricas que
mentos estimulantes. Pero repetimos que su acción es paralizan la actividad sexual.
principalmente indirecta y que en la mayoría de los casos Entre las bebidas alcohólicas, el vino, la sidra, el
no se trata tanto de afrodisiacos en si, como de régimen aguardiente y el champán son definitivamente afrodisia­
dietético mixto, que estimula las funciones vitales. cas. Con respecto a la cerveza, su valor, aunque muy dis­
cutido como afrodisíaco, no debe reducirse, en vista del
* • • alcohol que contiene. Ciertas mixturas son particular­
mente eficaces para despertar la pasión. Un vaso de
No obstante, al hablar del papel erótico desempeñado coñac con la yema de un huevo y un poquito de pi­
por la buena carne, no deberíamos descuidar su acompa­ mentón es el afrodisíaco por excelencia. Los expertos
saben cómo mezclar muchas bebidas con ingredientes
ñamiento líquido. No nos referimos a los brebajes má­
cuidadosamente seleccionados que le dan un elevado
gicos, sino a las bebidas que, además de sus cualidades
valor erótico. Las bebidas conocidas por licores, que con­
nutritivas, poseen propiedades estimulantes que afectan
tienen un 20 por ciento de azúcar y un 30 por ciento
a los órganos genitales. Las bebidas alcohólicas son, desde
de extractos alcohólicos, no dejan de ser interesantes
luego, las más importantes a este respecto. El alcohol ha
desde este punto de vista. Los licores de origen vegetal,
sido siempre un estimulante muy conocido y su uso y como el Benedictine y el Chartreuse, manufacturados por
abuso no los inventó, ciertamente, el mundo moderno. órdenes religiosas, deben su origen a los remedios prepa­
Todas las épocas evidencian francachelas alcohólicas, que rados generalmente por monjes en la Edad Media. En
degeneraban en orgías sexuales. realidad, esa época histórica fué la que produjo las me­
Las reacciones de las bebidas fuertes son muchas y jores bebidas afrodisíacas que jamás se elaboraran. Ade­
distintas. El buen humor, la soltura pasional, el incre­ más de estimulantes, eran eficaces para la cura de
mento de la facultad imaginativa y el estímulo acentuado muchos trastornos gástricos. Respecto al uso excesivo
de los órganos genitales son los efectos principales que del alcohol, es necesario destacar sus efectos perniciosos
han popularizado el alcohol de manera sin igual. sobre las células reproductivas. El fenómeno mórbido que
El abuso del alcohol, desde los puntos de vista moral Forel denomina “ blastoforia” lleva consigo consecuen­
y físico, ha suscitado las más amargas controversias. cias hereditarias desastrosas. Esto sería suficiente para
Aunque es exagerado rotular de viciosa la costumbre de hacer pensar dos veces al bebedor inveterado, antes de
tomar un vaso de vino en la comida, el exceso es cierta­ abandonarse a su apetencia.
mente pernicioso. Las reacciones del alcohol mucho dl- Los brebajes vegetales más conocidos son el cacao, el
372 E n c i c l o p e d i a S e x u a l LOS BAÑOS PÚBLICOS 373
café y el té. Desde el punto de vista sexual, el primero pudor, pero el orgulloso Parsifal las manda retirarse antes
es desatendible. El café, como el tabaco y otros narcó­ de abandonar el baño, orden que aquéllas acatan de mala
ticos, afectan al corazón y embotan el apetito sexual. gana.
Veamos lo que dice Adara Olearius en las memorias de - Analizar las fuentes sociales originarias de esta cu­
su Yiaje a Persía, a mediados del siglo X V II: "El (el riosa costumbre sería salimos de los propósitos de este
Kan) gusta fumar e inhala tabaco mediante largas pipas libro. Pero lo cierto es que la costumbre de sancionar un
hundidas en una vasija llena de agua. Bebe también una contacto íntimo, que excitaba al joven caballero, mien­
especie de liquido negro llamado Kahowá, que parece ser tras se le prohibía al mismo tiempo el desahogo natural
un remedio contra la lascivia". a su excitación, era una forma de perversión. Tales ten­
El té no afecta el instinto sexual. Sin embargo, el ta­ dencias pervertidas penetran en la vida amorosa de la
baco, debido a la nicotina que contiene, ejerce sobre él caballería, en cuya medula hallamos una curiosa mezcla
un efecto sedativo. Fumando poco, desde luego, sus de sensualidad y de sectarismo puritano en un fondo de
efectos son prácticamente nulos. creencias románticas.
• • • Uno de los descubrimientos de esa civilización fué el
uso de los baños públicos, particularmente común en
Después de los alimentos y los brebajes, vienen lo que Alemania durante toda la Edad Media. Con un clarín, el
podríamos denominar afrodisíacos externos, a saber: los "maestro de baño" anunciaba a los habitantes de la aldea
baños, los ungüentos, las esencias, los perfumes, etcétera. que la hora del baño habla llegado, y todo el mundo
Gran importancia se atribuía en la antigüedad y la se desnudaba en sus hogares e iba a los baños práctica­
Edad Media a los baños, pero su efecto era más erótico- mente desnudo. (No había guardarropas, pero aún ha­
psicológico que realmente físico, puesto que su principal biéndolos, las ropas hubiesen corrido el riesgo de ser
razón consistía en reunir más estrechamente a hombres robadas). Los hombres se dirigían a los baños llevando
y mujeres, ligeramente vestidos, en espacios cerrados, un suspensor. A la entrada, un sirviente Ies alcanzaba
donde Eras tenía oportunidad de ampliar su campo de un manojo de varillas para los masajes. El traje de baño
acción. Desde los orígenes del baño, los amos tenían por de las mujeres consistía en un delantal pequeño, que
costumbre hacer que los atendieran personas jóvenes del generalmente dejaba en descubierto las caderas. Los
sexo opuesto. En la Roma antigua, ¡os sirvientes eran es­ bañistas eran atendidos por miembros del sexo opuesto.
clavos y, por supuesto, sus servicios no se limitaban a Va sin decir que los sirvientes robustos y las criadas
secar y perfumar el cuerpo de sus dueños. Esto está am­ guapas, en modo alguno murmuraban contra la atmós­
pliamente ilustrado en la literatura de la época. Esta fera erótica que alli reinaba. De manera que los baños
vieja costumbre fué restablecida en los tiempos de la públicos, como lo testifican los escritores contemporá­
caballería, con la única diferencia de que eran vírgenes neos, pronto se convertían en prostíbulos o en casas de
respetables las que atendían el baño del caballero. La asignación. No cabe duda que no era el agua lo que
leyenda de Parsifal es un ejemplo típico de esto. Gume- atraía a los clientes, sino la perspectiva de un asunto
raanz de Graharz ordena el baño perfumado de rosa para amoroso, como un poeta lo afirma con buen humor;
el puro Parsifal. Tan pronto como éste se halla en la
bañera apareced las doncellas para lavar sus heridas, con Nada hay mejor que un baño para la estéril dama,
manos suaves y candorosas, lo que hacen con gran Pues el agua es el miembro viril que ella reclama.
374 E n c i c l o p e d i a S e x u a l Perfum es sexuales 375

• • * la elasticidad de la piel, y, en parte, para provocar el


estímulo local. En esto, las omnipresentes cantáridas
No debemos deducir de lo que acabamos de exponer, también desempeñaban su nefasto papel, produciendo, en
que no existen baños con acción fisiológica directa sobre muchos casos, serias afecciones cutáneas. También se
los órganos genitales. Los romanos conocían las propie­ aplicaban pomadas afrodisíacas, internamente, en los
dades de las aguas minerales. SI islamismo nos provee órganos genitales de la mujer. Algunas de ellas eran
muchas recetas para obtener beneficios afrodisíacos de astringentes para la membrana mucosa de la vagina.
ciertas aguas minerales y otros baños sabiamente prepa­ He aquí lo que Popea, esposa de Nerón, aconsejaba:
rados. Mencionaremos solamente los manantiales arse- “ Para pasar por vírgenes, bañad vuestros órganos
nicales y los baños radioactivos, cuyas propiedades son genitales con una solución de bencina, de apariencia
conocidas y tienen una influencia indirecta sobre el sis­ lechosa; secadlos con un paño de lana y espolvoreadlos
tema sexual. con polvo a base de almidón.'1
Hoy día, los tratamientos de hidroterapia y de agua El segundo tipo de ungüentos, cuya virtud consiste
fría son reconocidos como tónicos para el sistema ner­ en su perfume, incluye las esencias y otros productos
vioso. Las duchas a la columna vertebral, metódica­ odoríferos rotulados generalmente como afrodisíacos
mente aplicadas con aguas medicinales convenientes, son olfativos.
muy eficaces en este sentido. Los baños de asiento, en Hemos destacado anteriormente la Importancia del
agua simple o con esencias, y las enemas frías, son Igual­ sentido del olfato en las relaciones sexuales. Hirschfeld
mente estimulantes. Se usan para el tratamiento de la y otras autoridades en la materia opinan que todos los
impotencia y también como afrodisíacos. perfumes tuvieron un origen afrodisíaco.
Las preparaciones que se agregan a los baños son “ La limpieza del cuerpo no era de rigor en la Edad
de varias clases, algunas naturales, como las hierbas y Media, lo que obligaba a las mujeres a recurrir a las
la leche de almendras, y otras sintéticas, cuyo uso se co­ substancias aromáticas a fin de disimular el olor de sus
nocía ya en la antigüedad. El valor afrodisiaco de estas secreciones, que invadía desagradablemente las narices.
preparaciones es asaz problemático. Las plagas y la sífilis requerían también tales sahuma­
Después del baño, se aplican los ungüentos. Es nece­ dores. Pero el hecho de que las preparaciones aromá­
sario distinguir entre los ungüentos aplicados directa­ ticas hayan sido usadas durante miles de años, prueba
mente a los órganos genitales, que, al irritar la piel, que su valor afrodisíaco se conocía desde hacía mucho
aumentan la sensibilidad de las zonas erógenas, y tiempo y que no pueden haber sido originadas por la
aquellos cuya eficacia radica en su perfume. Los del necesidad de ocultar las exudaciones de las enferme­
primer grupo están generalmente compuestos de subs­ dades de la Edad Media. Debemos recordar, también,
tancias químicas que estimulan las partes genitales, por que tales agentes activos como el almizcle, el ámbar,
lo que sobreviene la erección. Tal es el principio de la etcétera, se usan internamente como afrodisíacos, en
mayoría de las preparaciones en venta, incluyendo mu­ estado puro o combinado, por lo que no cabe duda al­
chas mezclas hechas por charlatanes. Entre los griegos guna en cuanto a sus propósitos.’*
y los romanos, los extractos vegetales, principalmente el La historia de las esencias y de los perfumes es tan vie­
alcanfor, eran muy estimados y se usaban, en parte, con ja como el mundo. La alheña, la mirra, la canela, etc.,
propósitos de higiene, para aumentar la resistencia y eran muy cotizadas en el Egipto antiguo, de donde se
370 E n c i c l o p e d i a Sexual SiBAiímsr.io sexual 377

la apropiaron los Hebreos. Las escenas de amor del An­ tores, la marquesa de Pompadour gastaba anualmente
tiguo Testamento están más o menos perfumadas. Es- en perfumes m i millón de libras esterlinas. La Revo­
ther, por ejemplo, antes de ser recibida en la corte del lución Francesa procuró, como lo hizo el Parlamento
rey Assuero, fué sometida a una verdadera "cura” de Inglés, poner un freno puritano a tales orgías, pero su
perfume que duró no menos de un año. Durante los éxito fué transitorio, pues la industria del perfume es
primeros seis meses se la impregnó de bálsamo y mirra, hoy un ítem importante en la vida económica y su pro­
y, durante los seis meses restantes, de varias otras esen­ ducción no menos apreciada que en los tiempos de
cias. Ptolomeo.
En Roma se desconocían los perfumes, pero los un­ No estarán de más algunas palabras concernientes al
güentos eran de uso común. En otras palabras, las uso excéntrico que de los perfumes hacían ciertas damas,
esencias no se disolvían en alcohol, sino que se mez­ cuya Imaginación erótica las condujo a algunos descubri­
claban con ciertos aceites vegetales, preparaciones éstas mientos desconcertantes. Baroalde de Verville describe
con que se untaban el cuerpo, la cara y los cabejlos, una curiosa costumbre que fué muy estimada por las
demostrando los romanos, una vez más, su comprensión damas alegres del siglo X V I:
de la higiene, pues siendo Ignorado el jabón, aprovecha­ “ Ella, como saben hacerlo las cortesanas castas, había
ban las propiedades disolutivas del aceite. Hagen llama coleccionado pequeñas vejigas de gallina, delgadas y
al periodo de la Roma Imperial, “ la época más perfu­ suaves, y las había llenado con aire aromado de almizcle,
mada de la historia universal” . Y Dufour agrega que según el procedimiento de los fabricantes de perfume. La
los masajes, ios baños aromáticos y los ungüentos per­ encantadora Imperta, con un acopio de ellas a su lado,
fumados, no sólo eran los preliminares necesarios a ln$ tenía al caballero en sus brazos y se dejaba amar; tomó
juguetees amorosos, pues éstos se interrumpían a me­ de pronto una y la apretó. Al estallar, el caballero, algo
nudo a los efectos de ulteriores aplicaciones. molesto por el ruido ambiguo, sacó su cabeza fuera de la
Sería superfluo destacar el amor de los pueblos de cama. “ No es lo que creéis — dijo la deliciosa Imperta— .
Orlente a los perfumes. Ellos hicieron de la perfumería No os asustéis sin saber de qué se trata” . El señor de
un arte especial, Igualado sólo por las hetairas griegas. Líem e se sorprendió tanto, que en un principio no pudo
Durante la Edad Media, las damas de los caballeros percibir el delicioso aroma, y preguntó si tenía el mismo
eran las principales consumidoras, con propósitos eró­ origen que le acababa de hacer temer algo distinto, a
ticos, de perfumes. El descubrimiento de América in­ lo cual replicó ella que las damas italianas comían tales
trodujo nuevas esencias, como, por ejemplo, la vainilla alimentos aromáticos y usaban tanto perfume, que emi­
y la cascarilla. Esta época señala el comienzo de una tían la quintaesencia del mismo, como “ el cuello de una
nueva era en la preparación de aromas. Italia, la mayor retorta” .
productora, después de Francia, de todos los accesorios
El caballero exclamó: “ jSeñora, nuestras damas
dél amor, hizo de la perfumería un arte sutil. Varios
escritores, como Salgini Oiovannl Marlnello, Qiovannl emiten esos ruidos de una manera muy distinta!” .
Baptlsta Porta e Isabella Córtese, llenaron volúmenes Las vesículas perfumadas, que se denominaban pets
enteros con procesos aromáticos. parfumés, estaban muy en boga no sólo entre las cor­
L a Corte del “ R ey Sol” estaba poseída de una ver­ tesanas, sino también en la mejor sociedad. Su uso es­
dadera pasión por los perfumes. Según ciertos escrl- tuvo tan difundido como los almohadones, las bolas, los
378 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
D e f o r m a c io n e s sexuales 379

zapatos y los vestidos perfumados en la Inglaterra de en ambos sexos. Las consumadas en las mujeres tienden
la reina Isabel. a extender artificialmente el clítoris y los labios de la
Otra manera de utilizar el perfume se ha conservado vagina. Esta tergiversación de los órganos genitales de
desde la antigüedad hasta nuestros días. Hace tres mil la mujer se denomina “ delantal hotentote” . Los Basutos
años, las mujeres egipcias se insertaban parches perfu­ llevan tan lejos el proceso, que los labios extendidos pue­
mados en la vagina. Esto se hace aún en la China e den enroscarse en varillas de lana. Aunque se supone
Italia, exactamente como lo hacían las hetairas de Ale­ que la sensibilidad genital de la mujer se intensifica,
jandría y madame Dubarry, quien empicó el invento ei propósito principal de tal operación es, en realidad,
para seducir a Luis XV. de orden estético. La prolongación de los labios vagi­
Existen también perfumes que, en lugar de ser des­ nales es considerada con un criterio de belleza en esas
parramados por el cuerpo en forma liquida o sólida, se tribus, al par que dichos órganos así deformados ejercen
usan como vapores o humo. Recurrían a ellos, general­ una atracción particular sobre el sexo opuesto.
mente, los alquimistas de la Edad Media, quienes obte­ Aún más sorprendentes son algunos de los métodos
nían los resultados apetecidos mediante una inteligente empleados por los hombres, quienes no se proponen acre­
mezcla de ingredientes, pues eran partidarios de excitar centar las sensaciones del hombre, sino las de la mujer,
de esta manera el sistema nervioso y el ardor sexual. y que consisten, por lo general, en adornar el pene con
El incienso era el compañero inevitable de las misas lana, metal o dijes de concha. Sin mediar operación algu­
negras de la Edad Media, y se lo utiliza aún en las na, se atan en el pene otros accesorios, como el guesquel
asambleas en que se desea crear una atmósfera mís­ de los patagones, que consiste en un anillo de pelo de
tica. El efecto erótico de la atmósfera sahumada se acre­ muía atado con un hilo en el glande, de modo que los
cienta con luces adecuadas. Es innecesario agregar que pelos miren hacia adelante. El hombre de ciencia Stoll lo
la subsiguiente sobreestimulación de los sentidos está comenta de la manera siguiente:
propensa a determinar serias perturbaciones orgánicas, “ La primera vez, la aborigen no se preocupa mucho
que se agravan después con la inhalación del aire satu­ del guesquel, que la lastima y hasta la hace sangrar.
Pero poco a poco se acostumbran a él, y se lo utiliza hasta
rado con perfumes fuertes. La manufactura de artículos
en el matrimonio. Las mujeres patagónicas tienen un
“ íntimos” no ha dejado de aprovecharse de estas manías
temperamento algo frió, por lo que los hombres pre­
exóticas. En el año 1926 se publicó en Alemania un
fieren a las mujeres blancas, cuando pueden conseguir­
Manual de Inciensos Mágicos y Ocultos. Los folletos
las, y dicen que son éstas más excitables y activas du­
anónimos y los negocios especializados mucho contribu­
rante el coito, lo que les produce un gran placer. Lla­
yen a acrecentar las nieblas de las supersticiones eróticas. man a las mujeres blancas “ corcoveadoras". A fin de
acrecentar la actividad de sus mujeres durante el coito,
• • •
estos indios usan el guesquel. El efecto es tal, que las
mujeres gritan, siendo su orgasmo tan intenso que que­
Ciertos pueblos primitivos, principalmente de Sud- dan abatidas después del acto sexual. Parece ser que el
américa y de Asia, no se contentan con los encantamien­ uso del guesquel no implica consecuencia perniciosa
tos y los filtros mágicos, sino que intensifican el goce alguna. Un guesquel bien hecho es muy caro y cuesta a
sexual con ayuda de la cirugía. Se realizan operaciones menudo dos caballos.”
380 E n c i c l o p e d i a S e x u a l OrSAS APLICACIONES 381
En las Célebes y en Java, los nativos usan algo pare­ Que los salvajes no tienen el monopolio de los afro­
cido, pero hecho de piel de cabra. disíacos artificiales, está revelado por el estudio más mi­
Mucho menos innocua es la costumbre de los batas, nucioso de los pueblos civilizados. Aunque éstos no se
en Sumatra. Hacen una incisión al prepucio e Insertan someten a tales penosas operaciones, como la requerida
bajo la piel pedernales, conchas o pellas de plata o de por el ampallang, existe toda una rama de la industria
oro. Una vez cicatrizada la herida, el pene presenta un moderna que se ocupa de la manufactura de anillos de
aspecto nudoso. celuloide o de anillos de oro japoneses, de "puños de ca­
La mutilación más monstruosa es el ampallang de los misa" (anillos de goma suave erizada de antenas que
dayaks de Borneo. Una vez achatado el glande entre dos se usan en el lugar del prepucio), de preservativos es­
tablftas, operación que dura varios días, se lo agujerea peciales, destinados todos a exacerbar las reacciones
con una broqueta de bambú. El canal lateral, así aguje­ sexuales.
reado, se mantiene abierto mediante una pluma de pa­ También el tatuaje ha entrado en la vida moderna,
loma, que sólo se la retira del glande antes del coito, asumiendo un aspecto erótico claro a pesar del hecho
siendo entonces reemplazada por el ampallang, que Mtk- de su origen en las razas primitivas como un mero or­
lucho-Maclay describe de la siguiente manera: namento. Varios hombres de ciencia, incluyendo a Le-
"Mientras trabajan y se pasean, ostentan los dayaks blanc y Lucas, han observado que las prostitutas de
una pluma en el pene. Antes del acto sexual esta pluma París se tatuaban para ocultar sus manchas sifilíticas.
es substituida por el ampallang, que es una varilla de Entre las aplicaciones artificiales utilizadas con fines
cobre, plata u oro, de una y media pulgada de largo y de estimulo sexual, debemos mencionar las empleadas en
un décimo de pulgada de espesor. En uno de los extremos la masturbación o en el homosexualismo. Como se trata
de la varilla hay, fija, un ágata o una bola de metal duro. de cosas fuera del propósito de este libro, nos limitare­
Una vez insertado el ampallang en el pene, se cierra, mos a una descripción sucinta de las mismas. Tales in­
por el otro extremo, con otra bola, a veces giratoria^ Todo venciones consisten en reproducciones, de goma o de
el aparato mide de dos a cuatro pulgadas de largo. cera, de los órganos sexuales masculinos, o femeninos, o
Las esposas del dayak pueden exigir el uso del ampa­ de objetos para la masturbación de las mujeres. Son muy
llang, pues se les concede el divorcio cuando el esposo se comunes en el Japón y se distinguen a menudo por su
niega a utilizarlo. Están tan acostumbradas a este exci­ intrincado mecanismo. He aquí lo que al respecto dice
tante, que no pueden prescindir de él. El hombre intro­ el doctor Magnus Hirschfeld:
duce el ampallang en la vagina oblicuamente, a fin de "Uno de los estimulantes mecánicos más populares
hacerle tomar una posición transversal." en el Japón consiste en dos esferas metálicas del tamaña
Muchas tribus aborígenes utilizan aplicaciones simi­ de un huevo de paloma y se denomina rin-no tama,
lares. Algunos pueblos peruanos, por ejemplo, usan una wat-ama o ben-wa. Una de las esferas está vacia; la otra,
especie de ampallang, en que las bolas, según Lindscho- apodada “ el pequeño hombre", contiene una bola más
ten, son reemplazadas por pequeñas campanas esféricas. chica, que oscila al menor movimiento. Se introduce
Entre otras razas primitivas, otro procedimiento, no primeramente la bola vacia en la vagina, lo más cerca
calculado, sin embargo, para producir un estímulo me­ posible del cervix; luego la llena. El más ligero movi­
cánico directo, consiste en el tatuaje, en ambos sexos, de miento de la pelvis hace vibrar las esferas, provocando
todo el cuerpo. un cosquilleo prolongado, parecido al de una corriente
382 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
La s u g e s t ió n y e l h ip n o t is m o 383

eléctrica suave. Para evitar que las esferas caigan al bellas artes, en las modas, etcétera. Nos limitaremos, por
exterior, se tapona la vagina con una pelota de papel de lo tanto, a. los métodos psicológicos directos, desde las cu­
seda o de lana y algodón. Agrada a las mujeres japo­ ras amables hasta el hipnotismo y la sugestión. Estos
nesas mecerse en hamacas o sillones, a fin de hacer métodos se explican por la concepción mística que los
entrar las bolas en movimiento hasta la excitación sexual pueblos primitivos tuvieron siempre de la facultad vo­
más intensa.” litiva. Creían que esta facultad podía sólo manifestarse
Otros aparatos mecánicos son auxiliares en los casos en ciertas condiciones definidas, acompañadas por un
de impotencia parcial o absoluta. Su función es facilitar ceremonial impresionante. Cuando nos hemos referido a
la inserción del pene cuando la erección no es posible o la superstición, mencionamos los sortilegios practicados
lo es a medias. Estos “ corsés1' sirven para los hombres con imágenes de cera que simbolizaban a la persona
que sufren únicamente leves trastornos orgánicos y son implicada. El mal de ojo, la mano santa y otras curas
capaces todavía de comenzar el coito normal. Más com­ mágicas no son sino una etapa avanzada en la evo­
plicados son los destinados a producir la afluencia de lución de las creencias místicas que se remontan a los
sangre en los tejidos eréctiles, por medio de ligaduras. tiempos más viejos.
De todos los medios fisiológicos a disposición de la Otra variación de estas prácticas mágicas es el "sula-
ciencia moderna, la radiación eléctrica es el más digno mitismo’’, que tuvo su origen en el rejuvenecimiento bí­
de mención. Se trata del tratamiento por corrientes gal­ blico del rey David por la virgen Abisag Sulamita. El
vánicas menores de 5 amperios, de alta frecuencia, y de “ sulamitismo” fué una creencia general en la Edad Me­
la aplicación de corriente farádica. Estos tratamientos dia y, posteriormente, en el siglo X V III, en que se creta
dan resultados muy satisfactorios, pero se tom an muy que, mediante sus fluidos rejuvenecedores, podía una
peligrosos en manos de los legos y de los charlatanes. virgen restaurar la perdida virginidad de un hombre.
Estos métodos electroterapéutfcos difieren total­ Existían, en realidad, traficantes en Sulamitas, siendo
mente de la radioterapia, que nunca se utiliza para el la más notoria de ellos inadame Janus, de París, que tenia
acrecentamiento del instinto sexual, sino exclusivamente cuarenta vírgenes a la disposición de sus clientes. El
para curar la impotencia patológica. Su aplicación exige precio de una noche de tratamiento "sulamítico’’ era un
la presencia de un especialista competente, porque la ra­ luis de oro. El paciente se acostaba al lado de una vir­
dioterapia, suministrada en grandes dosis, ejerce una ac­ gen, o mejor aún, entre dos, estando prohibido todo con­
ción destructiva sobre los gérmenes vitales. tacto, debiendo él dejarse influenciar solamente por el
flúido de aquéllas. Sin embargo, cuando acontecía que
* * • durante la cura la virgen perdía su virginidad, el anciano
debía pagar a la matrona una multa elevada.
La enumeración completa de los métodos psicológicos Pasamos ahora a la autosugestión, la sugestión y el
utilizados en todos los tiempos para estimular el instinto hipnotismo. Entramos en la materia de los milagros so­
sexual, requeriría una enciclopedia para cada una de las brenaturales, en que predomina el elemento religioso. Las
esferas de la actividad de la civilización. No existe, peregrinaciones a las estatuas milagrosas, las procesio­
ciertamente, la más simple esfera donde el sexo no nes, como las de Lourdes y otros lugares, demuestran que
desempeñe su parte y donde los efectos eróticos no se el tratamiento por sugestión es tan eficaz con los frailes
hagan sentir, sea en el teatro, en la literatura, en las como con los psiquiatras. Los mejores pacientes se en-
384 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
E l uso de c a n tá r id a s 383
cuentran entre los neurópatas o los sujetos particular­ amor. Es una substancia particularmente peligrosa, pues
mente receptivos a Ja sugestión. Desgraciadamente, frai­ nueve pizcas de ella de 0.06 gramo bastan para producir
les y charlatanes se han aprovechado de este fenómeno una intoxicación, y 50 veces esa cantidad, en forma de
psicológico. tintura, ocasionan la muerte instantánea. Los síntomas
La aplicación de la sugestión y del hipnotismo a la de la intoxicación se manifiestan por irritaciones e in­
patología sexual debe estar exclusivamente limitada a flamaciones, que se extienden desde la boca al ano, afec­
los psicoanalistas. El lego que se mete en el asunto puede tando principalmente el sistema urinario-genital. Este
perturbar seriamente el equilibrio psicológico del pa­ último efecto dió a las cantáridas su valor afrodisiaco.
ciente. El uso de la influencia hipnótica, sin la califica­ La cantaridina produce erecciones frecuentes, una irri­
ción debida, debería ser considerado una ofensa criminal. tación voluptuosa en la uretra y un constante deseo de
El tratamiento por autosugestión, como el de Coué, ha copular.
dado excelentes resultados, pero no es eficaz en todos los El uso de las cantáridas se ha interrumpido, prácti­
casos. Siendo la fe condición esencial del resultado satis­ camente, en la medicina científica, pues las pequeñas
factorio, queda éste relegado a un plano exclusivamente dosis son ineficaces, y las grandes, al par que producen
personal. el efecto deseado, inflaman los órganos genitales y los
* * * riñones, con la consiguiente presencia de albúmina y
sangre en la orina.
Nos placería agregar unas pocas palabras más res­ Aconsejamos rechazar definitivamente el uso de las
pecto a las substancias y preparaciones afrodisiacas. Te­ cantáridas.
nemos, en primer lugar, las cantáridas, o "mosca espa­ Citaremos, como curiosas referencias, casos de into­
ñola” , cuyo nombre científico es Lytta Versícatoría. Pa­ xicación cantaridina que Cabrol observó en Provenza a
rece ser que la antigüedad sabía cómo prepararlas y pul­ fines del siglo XVI. Algunas mujeres daban a sus ma­
verizarlas a los efectos afrodisíacos. Esta receta se ha ridos platos de cantáridas, con la esperanza de curarles
venido usando hasta nuestros días, a pesar de sus pro­ la fiebre. Una de ellas notó qué en el transcurso de dos
piedades claramente nocivas. La cantárida es un coleóp­ noches su esposo realizó el coito ochenta y siete veces,
tero, de resplandor oro verdoso, que mide de tres a cuatro enfermándose luego. Copuló tres veces más durante el
quintos de pulgada de largo y de un olor especifico defi­ examen médico. La esposa de otro de los Infortunados
nido. Es común en el centro y sud de Europa y se la ve hombres juró que su esposo habla realizado el acto
a veces en regiones donde se la desconocía desde hacía sexual cuarenta veces y que al final estaba tan excitado
mucho tiempo. Pululan en las matas y los árboles, du­ que rogó al médico lo dejase morir en su orgasmo.
rante los meses de junio y julio. La gangrena del pene no tardó en producirse, mu­
Para preparar las cantáridas, como se hacía en épocas riendo el hombre en breve tiempo.
antiguas, y se hace aún en las industrias especializadas, Estas noticias deben, desde luego, tomarse con las
se sacuden los árboles donde se encuentran y se recogen reservas debidas.
en cañamazos, siendo luego anestesiadas con éter o clo­ Los vegetales afrodisiacos más generalmente cono­
roformo. Se las expone luego al sol o se las coloca en cidos son la belladona y la mandrágora. El principio
hornos, donde se destrlzan hasta el polvo. Este polvo de activo de la primera es la atropina, que se usa mucho
cantárida es el ingrediente principal de los filtros de en la medicina moderna. La belladona es un ingrediente
386 E n c i c l o p e d i a S e x u a l LOS ESTUPEFACIENTES 387
adicional de los filtros de amor, porque, a causa de su caína y el hasclücb. Las alucinaciones debidas al fumar
efecto narcótico, produce alucinaciones. opio han sido repetidamente descriptas en la literatura,
La xnanúrágora se conoce desde hace mucho tiempo. siendo la China el país más adicto al opio. En todos los
Según una leyenda, de la que existen muchas versiones, prostíbulos se sirven “ pipas” a los clientes, y, a la inversa,
el semen de un ahorcado, al quebrarse la columna ver­ todos los fumaderos de opto tienen con qué satisfacer los
tebral, cayó en la tierra, fertilizando las raíces de esa apetitos sexuales estimulados. A l principio, el opio es­
planta. La raíz de la mandragora es maciza y blanque­ timula las facultades sexuales, pero produce luego reac­
cina, y su forma ahorquillada semeja las piernas hu­ ciones orgánicas mórbidas que degeneran en la impo­
manas. La leyenda de la mandrágora ha inspirado tencia.
Vampiro, la novela puramente pornográfica de Hans La morfina produce un efecto parecido. Sin embargo,
Heinz Ewers. Fuera de sus propiedades afrodisíacas, si­ en Europa, después de la guerra, la cocaína, y no el opio,
milares a las de la belladona, carece de todo valor te­ se ha convertido en un gran flagelo. Su uso regular con­
re péutico. duce a consecuencias terribles. Las alucinaciones que
El principal afrodisíaco vegetal moderno es la provoca se hacen cada vez más fantásticas y terminan
yohímbína, que se extrae de la corteza del yohimbo (Co- en un colapso mental y físico completos. En cuanto al
rinanthe Yohimbe), que crece en el Africa. Los nativos haschieh, goza de la reputación de provocar las más eró­
conocen desde hace mucho tiempo las propiedades de ticas fantasías (ver Los Paraísos Artificiales, de Baude-
esta corteza, que usan para toda suerte de preparaciones. laire).
Dicha corteza es muy importante en la farmacopea mo­ Aún los anestésicos, tales como el éter, el cloroformo
derna y se incluye, en cantidades variables, en la mayoría y el etilo-cloruro, suministrados antes de las operaciones
de las fórmulas destinadas a estimular la potencia sexual quirúrgicas, pueden producir sueños eróticos, particular­
del hombre. mente intensos en las mujeres. Más de una paciente al
Entre las substancias tóxicas debemos mencionar so­ volver en sí lia acusado al cirujano de intento de viola­
lamente el arsénico y la estricnina, siendo aquél un esti­ ción, acusaciones que, desde luego, no correspondían a la
mulante tan poderoso, que los campesinos tienen la cos­ realidad.
tumbre de agregar alguna cantidad del mismo al forraje En los últimos años se han dado casos de acusaciones
del ganado, a fin de acrecentar la capacidad sexual de legales contra los médicos, iniciadas por enfermas que to­
sus animales. Las personas lo usan como un tónico ge­ maban por verdaderos los sueños de un cerebro aneste­
neral, especialmente sexual. No sólo se lo utiliza como siado. Aun cuando el médico puede probar su Inocencia,
afrodisiaco, sino también para desarrollar el busto de la le resulta a veces difícil convencer a todo el mundo. De
mujer. El arsénico ejerce una acción saludable en mu­ aquí la costumbre de suministrar anestésicos sólo en pre­
chas enfermedades y se prescribe en los casos de debili­ sencia de testigos.
dad. Es el criterio del médico quien debe decidir la dosis Para finalizar, digamos algunas palabras respecto a
conveniente a la enfermedad. la opoterapia. Como hemos visto, las hormonas provistas
La estricnina se prescribe también, pero en dosis más a la sangre por las glándulas genitales, estimulan el sis­
reducidas. Se la utiliza en ciertas formas de impotencia tema nervioso central, donde el Instinto sexual tiene su
porque estimula los reflejos de la médula espinal. origen. Este descubrimiento ha llevado a los médicos a
Las drogas comprenden el opio, la morfina, la co­ suministrar extractos de glándulas genitales, que se to-
388 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

man de animales sanos, alimentados en condiciones muy


higiénicas, enaregiones montañosas, pues los mataderos
no pueden proveer material conveniente. Las hormonas
contenidas en estos extractos se introducen en el torrente CAPITULO XXEX
circulatorio, provocando asi el estimulo requerido.
1 Las preparaciones opoterapéuticas, en forma de ta­
bletas o de polvos, jamás deberían ser usadas sin pres­ LA DECLINACION SEXUAL EN AMBOS SEXOS
cripción médica (1 ).
La madurez sexual, consecuencia de los cambios que llenen lugar
en la pubertad. — Las actividades ováricas. — La cesación de la
actividad ovárica o menopausia. — Perturbaciones y síntomas
comunes en la época de la menopausia. — La menopausia es un
fenómeno normal. — Sintomas anormales y molestos debidos a
la vida sexual deficiente o a la inestabilidad psicológica. — La
pérdida de la capacidad concepcional no se acompaña con la
pérdida del deseo sexual. — La declinación sexual en el hombre,
posterior, por lo común, a la de la mujer . — La disminución de
la potencia no implica necesariamente la disminución del deseo.
— deducción de la actividad tesíicular. — Agrandamiento de la
glándula prostética. — Varias formas de tratamiento. — La
diatermia, el injerto, los extractos glandulares y la operación
de los conductos espermdticos.

El período de la madurez sexual, en hombres y mu­


jeres, comienza en la pubertad y es una consecuencia
directa de los cambios que tienen lugar, en esa época, en
los ovarios y los testículos.
Durante la pubertad y posteriormente, el ovario no
sólo produce cada mes un óvulo maduro para la ferti­
lización, sino que elabora también ciertas secreciones in­
ternas que desempeñan una función importante en la
economia del organismo general de la mujer y rigen,
particularmente, el fenómeno de su vida sexual. Estas
actividades ováricas prosiguen durante treinta o treinta
y cinco años y, en la gran mayoría de los casos, cesan o
(1) Casi ninguna de las preparaciones comerciales de ex­ disminuyen entre los cuarenta y cincuenta años de la
tractos de glándulas sexuales que hoy se venden para ser Inge­
mujer.
ridas, son de mucho valor; de las que se Inyectan, muy pocas
producen algún efecto, excepto el psicológico. Es esto especial­ Este cambio puede ser repentino o gradual. La ela­
mente cierto en lo que se refiere a las preparaciones de extractos boración de las secreciones internas continúa con acti-
de glándulas sexuales masculinas. — N. H.
390 E n c i c l o p e d i a S e x u a l La e d a d c r ít ic a 391

vidad menor hasta cesar, finalmente, por completo, no Numerosas personas creen, al parecer, que toda mujer
produciéndose ya la madurez de los óvulos. El período de debe pasar, al entrar en la menopausia, por serias pertur­
la cesación de la actividad ovárica se denomina meno­ baciones de salud. Pero no es así. Cuando la mujer, en
pausia. Nota la mujer que sus períodos menstruales se ' esta época, está enferma, física o psicológicamente, algo
tornan menos frecuentes o menos abundantes, o ambas no marcha bien en ella, debiendo, por lo tanto, consultar
cosas a la vez. Puede este proceso ser gradual, durar a un médico o a un sexólogo competente.
algunos meses, o años, hasta dejar ella de menstruar por SI bien la mujer pierde, después de la menopausia, su
completo. En algunas mujeres este cambio se presenta capacidad de embarazarse, no quiere ello decir que
repentinamente. pierda, necesaria o generalmente, su deseo sexual, aunque
El lector recordará que la actividad acrecentada de disminuye éste en frecuencia, cuando no en intensidad.
las funciones secretorias del ovario produce cambios con­ Muchas mujeres, cuyo deseo sexual ha sido inhibido du­
siderables en la economía corporal de la pubertad. Existe rante toda la vida por temor al embarazo, pueden gozar
en la. menopausia una perturbación análoga del equili­ ahora, por primera vez en su vida, el acto sexual comple­
brio endócrino. Los trastornos vasculares, tales como los tamente, pues ese temor ya no tiene razón de ser. Existe
sonrojos, las manchas rojas ardientes, los vahídos, son una gran cantidad de mujeres que conservan sus atrac­
muy comunes. Estos síntomas no deben alarmar. tivos durante muchos años después de la menopausia.
En el hombre, la declinación sexual llega, general­
La menopausia es un fenómeno normal, tanto como
la pubertad, y no debería despertar aprehensión alguna mente, mucho más tarde y más gradualmente. Quizá la
en la mujer sana. Sin embargo, cuando la mujer no es mayoría de los hombres hallan que después de los cua­
sana, o no ha llevado una vida sexual regulada, mode­ renta años el impulso sexual aparece con menos cons­
rada, normal — y en nuestra civilización es éste, desgra­ tante insistencia y que son menos capaces de realizar
ciadamente, el caso de un gran número de mujeres— , coitos repetidos y frecuentes. Esta disminución de la ac­
puede este cambio fisiológico ir acompañado por sínto­ tividad sexual continúa con rapidez variable en los dis­
mas anormales y molestos. Muchas mujeres sufren un tintos individuos, amenguándose la potencia con el correr
flujo menstrual excesivo, y sus menstruaciones pueden de los años. Esta disminución de la virilidad no siem­
sobrevenir con frecuencia también excesiva. Cuando la pre marcha a la par con la disminución del deseo, siendo
mujer está psicológicamente desequilibrada, la meno­ los más de los hombres capaces de placer sexual, y aún
pausia puede trastornarla, exactamente como la tensión de orgasmo, hasta mucho después úe haber perdido su
de la pubertad puede trastornar a un niño desequili­ facultad de erección total y de penetración.
brado. De modo que la pareja casada, que continúa atrayén­
Cuando la mujer ha llevado una vida sexual satisfac­ dose sexualmente en la vejez, suele realizar una especie
toria durante sus años de madurez sexual, puede encarar de acto sexual incompleto que satisface a ambos cónyu­
la menopausia sin temor alguno. Pero en el caso con­ ges, aunque sea el hombre incapaz de consumar un acto
trario está propensa a ser alcanzada por el pánico, al sexual pleno.
pensar que los días sexualmente atractivos y sus facul­ La declinación sexual del hombre se debe a la dismi­
tades procreativas pronto terminarán. En tales casos, es nución gradual de las actividades secretorias internas de
posible que su equilibrio psicológico se trastorne grave­ los testículos. Por lo común, la secreción de espermato­
mente. zoides, aunque son éstos menos activos que anterior­
392 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

mente, continúa hasta la muerte del sujeto, siendo los


hombres de edad más avanzada capaces de fecundar a
una mujer, aun cuando no puedan ya, en circunstancia
alguna, lograr una erección conveniente.
Con la reducción de la actividad testicular, la glán­ CAPITULO XXX
dula prostática tiende a agrandarse, a veces hasta un
punto tal que obstruye el tránsito de la orina de la vejiga. EL PROBLEMA DEL REJUVENECIMIENTO
El agrandamiento de la próstata puede también dar lugar
a la irritación sexual, que se manifiesta en deseos de La juventud eterna, un sueño de impasible realización. — Qui~
copulación frecuentes y, a menudo, incontrolables. La mica del organismo humano: las glándulas. — Glándulas de
secreción interna y glándulas de secreción externa. — El descu­
delincuencia sexual de los viejos, miembros antes respe­
brimiento de Brown-Sequard. — El experimento de Steinach
tables de la sociedad, es con frecuencia atribuible al en­ sobre las ratas. — El método de Voronoff. — Las glándulas de la
sanchamiento de la próstata. Tales síntomas señalan la pubertad. — La vaso-ligadura de Steinach. — ¿Es posible pro­
necesidad del examen y del consejo médicos y, a veces, longar la tilda humana? — El rejuvenecimiento de la m ujer y
de la extracción quirúrgica de la glándula hipertrofiada. la cirugía plástica.
Cuando la declinación sexual, tanto en el hombre
como en la mujer, da lugar a trastornos en la salud Nuestro análisis de los medios artificiales empleados
física, es hoy posible obtener beneficio de las varias con el propósito de acrecentar la potencia sexual, nos
formas de tratamiento, las cuales incluyen la Inyección conduce al problema del rejuvenecimiento. La historia
de extractos glandulares, el estimulo de los ovarios y de de la lucha contra la vejez es vieja como la humanidad,
los testículos por medio de la diatermia, el injerto de porque corresponde a un instinto que jamás se debilita
ovarios, o testículos, en el cuerpo del paciente y, en los ¿Podemos evitar la senectud y permanecer jóvenes hasta
hombres, la operación de los conductos espermátlcos. el fin? ¿Puede prolongarse la vida? ¿Es posible influir
sobre nuestras facultades sexuales en cuanto a virilidad
y duración? ¿Puede curarse la Impotencia mediante una
operación rejuvenecedora? Tales son las cuestiones que
nos proponemos responder, siendo este capitulo, por lo
tanto, una continuación del anterior.
Antes de considerar el rejuvenecimiento en si, debe­
mos decir algunas palabras relativas a ciertos órganos
desconocidos e ignorados por la ciencia durante mucho
tiempo y que han sido recientemente rehabilitados: las
glándulas.
Sabemos ahora que sus funciones en el organismo
humano son muy importantes como centros de cambios
orgánicos. Tenemos las glándulas sudoríparas, las ma­
marias y las salivales, las gástricas y las pancreáticas.
Recordemos que el hígado y los riñones son órganos glan­
394 E n c i c l o p e d i a S e x u a l S k c a e c io n e s t e s t ic u l a b e s 395
dulares y que los corpúsculos blancos de la sangre, la que su actividad es mucho más simple que la de los
fuerza defensiva contra las enfermedades infecciosas (fa­ ovarios; también porque se conoce más científicamente su
gocitos), son provistos por las glándulas linfáticas. naturaleza anatómica y fisiológica.
Vista a través del microscopio, una glándula parece Los testículos son a la vez glándulas endocrinas y
un racimo de uvas; cada uva es una glándula que genera exocrinas. Segregan al exterior, a lo largo de los con­
la secreción (la saliva en este caso), y el pedúnculo, el ductos deferentes y de la uretra, los espermatozoides.
conducto por el cual esta secreción pasa al canal prin­ Una sección del testículo, visto, a través del microscopio,
cipal y de allí a la boca. Cada celda glandular está pro­ muestra las celdas seminales, que se comunican todas
tegida de la presión por un tejido delicado, como una uva entre sí por un canal común. Muestra también en el te­
por su pellejo. La glándula salival segrega su producto, jido circunambiente un gran conjunto de celdas más
la saliva, que llega al exterior a través del canal. El hí­ pequeñas, que, según Steinach ha demostrado, son en­
gado segrega la bilis; las glándulas lagrimales, las lágrí- docrinas. Los testículos, pues, no sólo producen esperma­
'ütfü, y las sudoríparas, el sudor. Por esta razón todas tozoides, sino también una substancia que se agrega a
estas glándulas se denominan glándulas de secreción la circulación de la sangre.
externa o exocrinas.
Sin embargo, el cuerpo humano posee otro sistema * • •
glandular, cuyas secreciones no se segregan por un canal.
Se ha descubierto recientemente que son ellas absorbidas Antes de resumir las conclusiones prácticas de este
por la sangre. De aquí el nombre de glándulas de secre­ descubrimiento, mencionaremos a un hombre de ciencia
ción interna o endocrinas. La tiroides es una de ellas, y cuya obra se tiende a olvidar al hablar del rejuveneci­
su importancia puede apreciarse en los hombres a quie­
miento. La gloria del rejuvenecimiento se atribuye prin­
nes, a causa de ciertas enfermedades, ha debido extraér­ cipalmente a dos hombres: Steinach y Voronoff. Pero,
selas. Mueren después de exhibir ciertos síntomas espe­ en el año 1889, el famoso sabio francés Brown Séquard
cíficos, por cuyo motivo se procura hoy, siempre, dejar
leyó una conferencia sobre la materia en la Académie des
parte de la glándula. Cuando es esto Imposible, se ali­ Sciences, de París. Brown Séquard, que tenia entonces
menta al paciente con la tiroide de una oveja o de algún 70 años de edad, habla estado experimentando en si
otro animal. Las glándulas endocrinas siempre conser­ mismo y en algunos de sus viejos pacientes, con el propó­
van una reserva de su secreción, de modo que la inges­ sito de prevenir los malos efectos de la vejez. Inyectóse
tión de las mismas siempre lleva a la sangre la provisión un extracto de testículos de perro, y pronto notó una re­
requerida. novación de las actividades muscular, mental y sexual.
• • • Fué él primero en llamar a este proceso “ rejuvenecimien­
to” , y a él se le debe el mérito de haber descubierto el
Las glándulas que se relacionan con los propósitos de
método que Steinach perfeccionó después.
rejuvenecimiento son los testículos y los ovarios. L a vejez,
No obstante, Brown Séquard tuvo el mismo destino
en verdad, se debe, en gran parte, a la degeneración de
de la mayoría de los grandes descubridores: la Academia
estas glándulas. Cuando pueden mantenerse activas, la
se burló de él, siendo su método desacreditado y olvi­
senilidad se evita o, por lo menos, se retarda. dado.
Nos referiremos aquí solamente a loa testículos, por­
396 E n c i c l o p e d i a S e x u a l E l m éto d o V oronoff 397
El profesor vienés Steinach basó su teoría y su mé­ y tuvo que conformarse con las glándulas sanas extraí­
todo del rejuvenecimiento en la obra del doctor Brown das en los hospitales a pacientes por razones especificas,
Séquard. Estudiaremos principalmente los resultados pero no pudo obtener de este modo el material suficiente
prácticos obtenidos y mencionaremos su teorfa solamente para realizar experimentos concluyentes.
cuando sea necesario, a fin de aclarar el proceso. Voronoíf intentó salvar esta deficiencia utilizando las
Steinach realizó una serie de procedimientos sobre las glándulas de los monos en lugar de las de los seres hu­
ratas; estos animales eran particularmente convenientes manos. En su libro sensacional A Study o/ Senility and
a sus propósitos porque su vida dura de veintisiete a of Rejuvenation by Grafting describe su método, que ilus­
treinta meses, de manera que en casi dos años y medio tramos con la cita siguiente:
de existencia es posible seguir la vida de toda una ge­ “ Durante mucho tiempo me propuse aplicar el mé­
neración, desde el nacimiento hasta la muerte. Steinach todo a los ancianos pensionados, con la esperanza de de­
operó primeramente a una rata macho que tenía todos volverles la vitalidad que les permitiese ganarse la vida
los síntomas de la senilidad: fatiga, debilidad, calvicie y en lugar de ser una carga para la sociedad.
anestesia sexual. Injertó en los músculos abdominales “ El prefecto de Algiers comprendió el interés social
de la rata senil los testículos extraídos de una rata Joven, y económico de esta noción y fué él primero en ayu­
siendo el resultado sorprendente: el animal “ paciente” , darme a cumplir mi tarea. El éxito de m i método, apli­
próximo a la muerte, se volvió vigoroso, lleno de vitalidad, cado a un pensionado de la Dookra Home, cerca de Al­
recobró la agilidad de movimientos y sus pelos perdidos giers, y a otros ancianos, fué tal, que su aplicación ge­
y fecundó a una rata hembra, de la cual nació un raton­ neral podría considerarse segura.
cito sano. “ Mi primer paciente fué un alsaciano, George Behr,
Para ratificar este resultado, Steinach invirtió el pro­ nacido en Mülhausen en 1851. Las privaciones y los tra­
ceso y castró a ratas jóvenes. Pronto mostraron ellas sín­ bajos rudos de este hombre de setenta y tres años, le
tomas de decadencia senil: pérdida de apetito, degenera­ hacían parecer de ochenta. Decrépito y encorvado, de
ción grasa, anestesia sexual. Al injertárseles nuevos tes­ paso inseguro, con todos los signos sintomáticos del ago­
tículos, recobraban rápidamente su juventud como por tamiento y de la estupidez, y la demacración caracterís­
milagro. tica resultante de la miseria fisiológica. El injerto fué
Estos dos experimentos clave de Steinach, prueban que realizado el 5 de marzo de 1924, en el hospital público de
el injerto testicular puede rejuvenecer el organismo. To­ Algiers, por el doctor Cochez, acompañado por su ciru­
dos los experimentos posteriores lo han confirmado. jano clínico el doctor Piéri, en presencia del prefecto y
Otro nuevo triunfo coronó los experimentos de Stei­ un número de médicos. Yo me limité a observar el fiel
nach. El término medio de la vida de una rata es de cumplimiento de mi técnica.
veintisiete a treinta meses; la duración de la vida de las “ El mono usado para el Injerto era uno alto, sin cola,
ratas injertadas se extendió a treinta y ocho y treinta y de la especie de los “ macacos” , que se usaba por vez pri­
nueve meses. El rejuvenecimiento llevaba consigo la pro­ mera. Desde entonces en adelante sólo he utilizado las
longación de la vida. glándulas de los chimpancés o de los cinocéfalos.
El hombre de ciencia aplicó luego el experimento a “Un año después, el 7 de abril de 1925, fui a Dookra
los hombres. Pero aquí se encontró con un obstáculo con el secretario general del gobierno de Algiers, M. Du-
material, el de obtener los testículos humanos necesarios, bief; su jefe de personal, M. Maury; los prefectos de Al-
398 E n c i c l o p e d i a S e x u a l T r a n s f o r m a c ió n G landular 399

giers y de Constantine, señores Alliez y Lamy-Bolsrozier, e * e


y dos colegas, los doctores Cochez y Píérl. Nuestras es­
peranzas se vieron colmadas. La sola comparación de las Respecto al experimento de Steinach, el cual, como
fotografías tomadas antes y después del injerto pueden hemos visto, consistía en trasplantar nn testículo joven en
dar una idea del cambio operado en nuestro paciente. los músculos abdominales de un Individuo viejo, extrajo
“ George Behr estaba verdaderamente desconocido. De él una glándula injertada del animal rejuvenecido y la
una criatura pálida y débil que era, de mirar vago y examinó bajo el microscopio, hallando diferencias cla­
mejillas hundidas, se había convertido en un ser humano ras entre la glándula injertada y la normal. Aquélla
de apariencia feliz, con mejillas sonrosadas, manifiesta­ mostraba un decrecimiento en el tejido que produce los
mente alegre y vivaz. Tres meses después de haber sido espermatozoides, mientras que los conductos eyacúlate-
injertado, obtuvo un empleo al lado de M. Pommereau, rios se habían hundido o desaparecido totalmente. En
el químico de Dookra, quien nos manifestó que Behr se otras palabras, la función excretoria del testículo se había •
pasaba los días contento y feliz, lavando botellas, lim­ atrofiado, lo que es muy comprensible, pues la naturaleza
piando los caminos de los jardines y cuidando el galli­ está muy inclinada a terminar con los organismos in­
nero y a los asilados. El mejoramiento psicológico era útiles.
también manifiesto, pues contestaba él las preguntas Ciertas tribus pescadoras de la Guinea meridional,
con rapidez y seguridad, en notable contraste con su por ejemplo, que pasan la mayor parte de su vida en las
pronunciación anterior, defectuosa y difícil. canoas, muestran los brazos y los hombros muy desarro­
“ Con respecto al vigor sexual, afirmó él que estaba llados, al par que sus piernas están tan poco acostum­
evolucionando satisfactoriamente, después de haber per­ bradas a caminar, que tienen sus músculos semiatro-
manecido inexistente durante años, y que estaba expe­ fiados.
rimentando sensaciones olvidadas desde hacía tiempo. Lo mismo ocurre con los testículos injertados; nor­
“ El examen del escroto, hecbo por los doctores Cochez, malmente actúan ellos como glándulas exocrinas; una
Piéri y yo, reveló dos cuerpos glandulares injertados que vez insertados en un músculo, sólo pueden actuar como
podían establecer claramente no sólo las conexiones endocrinas, y la facultad excretoria desaparece gradual­
vasculares definitivas, asegurando asi su existencia fu­ mente, mientras que las celdas de la secreción interna
tura, sino también las nerviosas, puesto que eran ellas aumentan en tamaño y actividad. Siendo estas celdas las
deíinldamente sensibles al tacto. únicas dotadas de propiedades rejuvenecedoras, Steinach
"L a presencia de estos cuerpos después de un año de
injertados, nos hizo justificar nuestra esperanza de que publicidad en la prensa mundial, especialmente en la de Inglate­
los beneficios psicológicos durarían mucho tiempo." rra, que los de steinach, parece ser que los resultadas de aquél
El procedimiento quirúrgico de Voronoíí es el si­ son, en definitiva, mucho menos satisfactorios. Los Injertos, to­
guiente: El testículo extraído de un mono joven se corta madas de especies diferentes, no tienen una larga vida en el teji­
en secciones, como una naranja; una o más de las sec­ do en que se hospedan. El trasplante testlculaT de otro ser hu­
mano es mucho más satisfactorio y duradero. Aun con el mé­
ciones se inserta luego en la glándula del paciente y se todo de Steinach, hay mucha más probabilidad de éxito cuando
cose ( i ) . 1 el testículo se toma de un donante cuya combinación sanguínea
es compatible con la del Injertado, ¿sta compatibilidad puede
(1) Aunque tos experimentos de Voronoíí han tenido mayor determinarse por análisis de sangre apropiados. — N. H.
L a s e x p e r ie n c ia s d e S t e i n a c h 401
400 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

*
llamó a la parte glandular correspondiente de los tes*
tfculos, “ glándulas de la pubertad” .
La teoría de Steinach ha sido confirmada por otro
En Justicia, debemos mencionar aquí que, del mismo
hombre de ciencia que realizó estudios sobre las causas
modo que el proceso de Steinach es un desarrollo del de
fisiológicas de la senilidad. El médico checoeslovaco Ru-
Brown Séquard, el descubrimiento de las “ glándulas de
zicka ha establecido que las secreciones de un organismo
la pubertad” y de sus funciones, se debe a otros dos hom­
viejo son enteramente distintas a las de un organismo
bres de ciencia, Bouin y Ancel, que las aislaron bajo el
joven. Puede él calcular la edad precisa de un individuo
nombre de glándulas intersticiales.
mediante el examen de sus secreciones endocrinas.
* * • Steinach envió a Ruzicka secreciones de individuos
jóvenes, viejos y rejuvenecidos. El médico checo halló
que las secreciones jóvenes y las rejuvenecidas eran idén­
Una vez que la ciencia hubo descubierto que las se­
ticas. Esta conclusión prueba definidamente que la li­
creciones de las glándulas de la pubertad eran el ele­
mento rejuvenecedor, la conclusión evidente fué que la gadura de los conductos espermáticos puede regenerar
senilidad es una consecuencia de la reducción en la todo el organismo y realizar el sueño legendario del reju­
venecimiento.
actividad de estas glándulas.
Steinach se hizo, entonces, la pregunta: ¿Existe la * * «
manera de estimular la actividad de estas glándulas en
Los ancianos sin recurrir a Ir® testículos de otros indi­ La objeción del lego a este método, es comúnmente el
viduos? considerar este proceso similar al de la castración, es
Hemos visto cómo la glándula injertada pierde su decir, que impide el acto sexual. En realidad, nada hay
función gemela y se toma tan sólo endocrina. Enton­ de eso. Los espermatozoides nada tienen que ver con la
ces, si podemos realizar una operación quirúrgica que erección del pene, como todos los familiarizados con el
bloquee los conductos deferentes, deteniendo de este mecanismo de la erección saben, y la ligadura de Steinach
modo la función excretoria, las glándulas correspondien­ no puede, por lo tanto, impedirla.
tes se atrofiarán, beneficiándose asi las glándulas de la
Por el contrario, auxilia la erección del pene de los
pubertad. Este cambio de equilibrio rejuvenecerá todo el
organismo mediante la subsiguiente provisión nueva de hombres viejos, porque las secreciones de las glándulas
ciertos elementos a la sangre. de la pubertad tonifican los nervios y estimulan la acti­
Es éste el principio sobre el que Steinach fundó su vidad sexual.
método de rejuvenecimiento conocido por vasoligaduras Otra objeción es la siguiente: "La ligadura de los
(ligaduras de los conductos deferentes). conductos deferentes implica la desaparición de los es­
Recordamos a nuestros lectores que los espermato­ permatozoides, y un hombre estará privado del placer
zoides viajan de los testículos a la próstata, a lo largo producido por la eyaculación” . Es éste otro error, pues
de conductos denominados deferentes, que Steinach cie­ el fluido seminal que sale por el pene sólo contiene un
rra, ligándolos cerca de los testículos. Entonces la pro­ 7 u 8 por ciento de materia testicular, estando el resto
ducción de espermatozoides se detiene y las glándulas de provisto por otras glándulas como la vesícula seminal
la pubertad se toman hiperactivas. y la próstata, que no son afectadas por la ligadura.
402 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
R e j u v e n e c im ie n t o f e m e n in o 403

Esta operación, por lo tanto, en modo alguno obstacu­ senil puede ser vencida, y la muerte por esta causa es de
liza la secreción y la eyaculacióu, y tocios los pacientes tan rara ocurrencia, que el valor del rejuvenecimiento
rejuvenecidos han certificado que el acto sexual no pierde en términos de longevidad es desatendible.
ninguno de sus placeres. « * *
En cambio, el hombre a quien se ha realizado la doble
ligadura de Steinach es inevitablemente estéril, puesto
que los espermatozoides son producidos en los testículos, Con respecto a las mujeres, la ciencia no ha encon­
y sin espermatozoides la procreación es imposible. trado aún, desgraciadamente, un método tan fácil como
la ligadura de los conductos deferentes, porque la función
• * • ovárica es demasiado compleja como para experimentar
sobre ella. Sin embargo, Voronoff ha practicado, con más
Es, desde luego, demasiado temprano para pronunciar o menos éxito, el injerto de ovarios de monas. Y Steinach
un juicio definitivo sobre los métodos rejuvenecedores de aplica un método eléctrico, a menudo muy satisfactorio,
Voronoff y de Steinach; son éstos muy recientes, y el nú­ que no requiere operación alguna.
mero de pacientes tratados reducidísimo como para arri­ Un auxiliar de ambos métodos de rejuvenecimiento es
bar a conclusiones definitivas. la cirugía plástica, que procura eliminar los signos ex­
Centenares de casos han sido realizados por los doc­ ternos de la vejez (arrugas, patas de gallo, etc.). Esta
tores Harry Benjamin, de Nueva York, Peter Schmidt, operación, sin embargo, no es, en verdad, un proceso de
de Berlín, Norman Haire, de Londres, y otros ciru­ rejuvenecimiento, puesto que solamente se limita a ocul­
janos de distintas partes del mundo — habiéndose prac­ tar la edad detrás de una cara artificialmente joven.
ticado con mayor frecuencia la ligadura que el injerto
glandular, a causa de la dificultad de obtener material
humano de trasplante— y la mayoría de estas autori­
dades informan resultados satisfactorios en los más de
los casos. Todos están de acuerdo en que, cuando la
operación se realiza éon eficacia, el método no perju­
dica la salud, ni siquiera en el pequeño porcentaje de
casos en que los beneficios no aparecen.
Creemos que estamos en condiciones de afirmar que
una operación de rejuvenecimiento, a su debido tiempo,
no sólo reaviva la virilidad del hombre, sino también le
evita las miserias de la vejez y de la decadencia senil.
Cuando el individuo rejuvenecido padece de cáncer, es
enfermo del corazón o sufre alguna enfermedad orgá­
nica, el proceso no puede beneficiarlo.
La operación rejuveneccdora no podrá prolongar la
vida de un organismo debilitado por el uso excesivo del
alcohol, la nicotina o los narcóticos. Sólo la decadencia
SEXTA PARTE

Las Enfermedades Venéreas


CAPITULO XXXI

DESVIACIONES DE FIN A L ID A D
i
Distinción entre las desviaciones de finalidad y las de objeto. —
El voyeurismo, la más inocente de las aberraciones. — Sátiros de
jardines públicos, de escudas de mujeres y de iglesias. — El tra­
tamiento del exhibicionismo. — Definición del sadismo y del ma­
soquismo. — Estrecha relación entre ambas aberraciones. — La
emoción fuerte y la violencia física. — Un caso histórico de ma­
soquismo. — J.J. Rousseau. — El extraño deseo de un masoquista,

“ La patología del amor es un infierno cuyas puertas


no deberían abrirse jamás” , escribe Rémy de Gourmont
en su Physique de l'Amour.
Pero el celebrado autor del Livre des Masques sola­
mente expresa, de manera alarmante, uno de los lugares
más comunes. Durante muchos siglos el hombre medio
ha profesado esa opinión, y no solamente hablamos de
los legos, sino también de autoridades éticas y médicas,
cuyo deber debió ser interesarse por estos problemas, que
han permanecido en la oscuridad demasiado tiempo. Po­
dríamos agregar que quienes consideraban las aberra­
ciones sexuales como manifestaciones de locura incura­
ble se contaban entre los más ilustrados, pues otros esti­
maban estos fenómenos como actos criminales que debían
ser castigados sin piedad. En verdad, las más severas pe­
nalidades se infligieron a aquellas personas sexualmente
anormales, y aunque la severidad del castigo se moderó
un poco después de la Edad Media, época en que la
última ruffo era lo primero, el principio de castigar a los
pacientes permaneció sin alterarse.
Millones de millones de personas enfermas vivieron
408 E n c i c l o p e d i a S e x u a l P e r v e r s ió n y pe r v er sid a d 409
angustiadas, presas de los tormentos más horribles, siendo impulso sexual normal, que no puede deparar al individuo
su vida un verdadero martirio. ningún placer maligno, ni se dirige, en modo alguno, al
Quienes- se burlaban de un hombre anormal, un joro­ deseo de lo prohibido; mientras que la perversidad es una
bado, por ejemplo, tenían a todo el mundo en su contra. cualidad de carácter más o menos anormal que lo impele
Pero en la humillación de los pervertidos sexuales, no más al mal por el mal mismo y a realizar o desear ciertos
responsables de su condición anormal que el jorobado, actos simplemente porque están prohibidos. Cuando am­
se permitían toda clase de tratamientos infamantes, pues bas se combinan (en los casos de trastorno mental, de
estos individuos eran considerados como proscriptos de anormalidad, de alcoholismo, etc.), es necesario descri­
la sociedad. birlas separadamente."
Recién ahora la profesión médica ha descubierto la Las anormalidades sexuales son legión. Se encuen­
verdad de aquella profunda afirmación de Stekel: “ Sólo tran numerosas variedades y combinaciones de toda
el hombre normal es capaz del goce pleno de sus fa­ suerte. Por tal motivo su clasificación es en extremo rara
cultades sexuales". Esta sentencia, en realidad, nos da y delicada. Muchos hombres ilustrados, entre ellos Mag­
la clave del problema de la inversión y de otras anorma­ nus Hirschfeld, Havelock Ellis, Stekel, etc., se. han pro­
lidades sexuales. puesto clasificarlas de acuerdo a su naturaleza. En las
Cuando nos preguntamos la razón de este profundo páginas siguientes adoptaremos la clasificación del doc­
desprecio con que la sociedad todavía hoy trata a estas tor Hesnard, que, aunque a primera vista pueda parecer
desventuradas personas, sólo hallamos una respuesta algo esquemática, tiene la ventaja de ser simple, lógica y
plausible: la ignorancia. En primer lugar, la ignorancia clara; buenas razones éstas para seguirla en una obra
de las masas y, luego, la ignorancia o, hablando más co­ destinada tanto para el uso de los especialistas como para
rrectamente, la indiferencia de ciertos especialistas, que el público en geperal.
nada hacen por destruir estas supersticiones viciosas, que El doctor Hesnard hace, ante todo, una distinción
causan tantos indecibles sufrimientos. “ Es el conoci­ entre las desviaciones de finalidad y las de objeto. Las
miento lo que más falta en los hombres", dijo Magnus primeras comprenden todos los estados patológicos carac­
Hirschfeld, y esta afirmación es particularmente apli­ terizados por el hecho de que el individuo busca un objeto
cable al problema sexual. normal (el hombre a la mujer y viceversa), sintiendo
Al comenzar los capítulos que destinaremos a las abe­ sólo repugnancia, o permaneciendo indiferente, frente al
rraciones sexuales es necesario hacer un claro distingo acto sexual. Busca él reemplazarlo por uno de sus deri­
entre la perversión y la perversidad, las cuales se con­ vados o, más bien, por uno de sus actos constitutivos.
funden muy a menudo en el cerebro de la masa. Nadie Por ejemplo, un macho exhibicionista hallará placer con
ha esclarecido mejor la diferencia de estos dos fenómenos una hembra normal, pero no en el acto sexual, sino du­
que el doctor A. Hesnard, ex profesor de psicología de rante uno de sus derivativos. Lo mismo ocurre con los
la Escuela Naval de Medicina de Burdeos y neuropsiquia- sadistas y los masoquístas, pero la finalidad difiere esen­
tra de hospitales, en su Traité de Sexologie Nórmale et cialmente de la normal. En cambio, en las desviaciones
Pathologique (Payot, 1933), obra ésta que tendremos oca­ de objeto, el individuo busca la finalidad sexual normal,
sión de citar a menudo en las siguientes páginas. He aquí pero en conjunción con un objeto que normalmente no
lo que el doctor Hesnard dice al respecto: producirla excitación. Como ejemplos podríamos men­
“ La perversión es una desviación de tendencia en el cionar la homosexualidad y la zooftlla.
410 Enciclopedia Sexual E l " v o v e u h ie m o ” 411

Examinaremos ahora en detalle las perversiones de para admitirlo. Es común en la servidumbre mirar por
finalidad y las perversiones de objeto en sus varias ma­ las cerraduras de las habitaciones dentro de las cuales
nifestaciones, tomando a cada una de ellas por separado. sospechan la presencia de parejas que se aman.
" . . . Estas manifestaciones han atraído a veces la
* • » atención de la policía de París. Mujeres que yo conozco
Una de las anormalidades más frecuentes es, sin duda, han descubierto a hambres mirándolas por las hendijas
el voyeurismo, también conocido por seoptofilia o mixos- del tejado de los toilettes públicos, en los jardines de las
copia. El individuo es casi siempre Incapaz de realizar el Tullerías."
acto sexual — los viejos impotentes o los jóvenes que Más aún; el voyeurismo es una de las perversiones
sufren de timidez mórbida Integran la mayoría de los más fácilmente explotadas por los directores de las más
casos y encuentran placer en observarlo realizado por lujosas maisons closes, donde le regalan a uno con es­
otros. En muchos casos, sin embargo, no es necesario cenas de amor, en parte cinematográficas y en parte
ver realizar el acto en si. Para algunos pacientes la con­ reales, reflejadas en espejos.
templación del acto completo es indispensable a su satis­ El interior de estos establecimientos especiales, pro­
facción; para otros, la visión de los órganos genitales vistos con puestos de observación, ha sido descripto tan
del sexo opuesto es suficiente. Hay hombres que se satis­ a menudo en las novelas sensacionales, que no podemos
facen con el simple hecho de ver a una mujer ascendiendo ampliar más la cuestión que nos ocupa. El hecho es que
por un lugar empinado o inclinarse en una posición pro­ el voyeurismo ha dado lugar a toda una industria de pro­
vocativa. Otros encuentran placer presenciando la copu­ ducciones obscenas de las más variadas clases, para be­
lación de los animales, y hasta hay quienes lo hallan neficio de sus explotadores.
viendo defecar u orinar. Repitamos que, en la mayoría de los casos, el voyeu-
Para el público en general, el voyeurismo es la más rismo indica simplemente Impotencia o cierta debilidad
inocente de las anormalidades, siendo esto, en cierto sexual. Sin embargo, puede afectar profundamente las
modo, exacto, porque es muy difícil trazar la línea de- acciones del paciente, como lo veremos en la siguiente
maicatorla entre la normalidad y los primeros síntomas observación del doctor Hlrschíeld:
del estado mórbido. “ Erlc W., antes oficial del ejército, de treinta y ocho
Es ésta la razón por la cual uno de los más grandes años de edad, se habla casado, tres años atrás, con una
expertos en la materia, Havelocle Ellis, escribió las si­ mujer quince años mayor que él, la cual, antes de su ca­
guientes palabras: samiento, habla sido prostituta. Lo hizo contra el deseo
“ Hasta cierto punto, esta tendencia (el voyeurismo) de sus padres, y se vió obligado, a causa de este matri­
es absolutamente normal; y el que sus manifestaciones monio, a renunciar a la profesión militar, a la que se
se consideren vergonzantes se debe simplemente al se­ sentía muy atraído, rompiendo asi una tradición fami­
creto rígido en que los convencionalismos mantienen al liar, que se extendía a varias generaciones.
cuerpo desnudo. Muchos hombres respetables, durante su "Se le preguntaron, un día, los motivos que habla te­
Juventud, buscaron secretas oportunidades de sorprender nido para casarse, en tales circunstancias, con una mujer
a una mujer en su dormitorio, y más de una mujer res­ carente no sólo de encantos, sino también de cualidades
petable espió por el ojo de la cerradura el dormitorio de morales y espirituales. Contestó que habla visto a esta
un hombre, aunque no quieran o no estén hoy preparados prostituta mucho antes de entrar en relaciones con ella
E l e x h ib ic io n is m o 413
412 E nciclo ped ia S exu al

y que se había enamorado gradualmente, observando su "El exhibicionismo es una aberración sexual obsesiva
extraño andar y el movimiento de sus brazos. La seguía e impulsiva, caracterizada por la necesidad irresistible de
durante horas por las calles donde practicaba ella su mostrar en público, y generalmente bajo ciertas condicio­
deplorable profesión, sin perder jamás de vista sus mo­ nes de tiempo y de lugar, los órganos genitales en estado
vimientos. Finalmente, éstos le excitaban tanto, que le de flaccidez, sin manipulación voluptuosa o provocativa
producían el orgasmo. alguna. El acto es inducido por el deseo sexual, y su rea­
"Desde ese momento nada le excitaba más que los lización pone fin a una lucha interior desesperante."
movimientos de esa mujer o el pensamiento en ellos. Pero Las observaciones de varios expertos, sin embargo,
pronto estas fantasías no fueron suficientes y sintió la arrojan algunas dudas sobre el carácter impulsivo del ex­
imperiosa necesidad de tener continuamente esos movi­ hibicionismo, tal como lo define Gamler. Y asi, el doctor
mientos delante de sus ojos, puesto que sólo ellos podían Hesnard, observa, con razón, que el número de exhibi­
excitarle. Cuando le preguntamos a este fetichista acerca cionistas no Impulsivos, “ es decir, perfectamente capaces
de sus relaciones sexuales con su esposa, nos dijo que ' de resistir, cuando es necesario, su tendencia hacia lo que
debía ella caminar de un extremo a otro de la habitación, está prohibido, abandonándose otras veces voluntaria­
hasta que su deseo sexual estuviese lo suficientemente mente a ella, con todos los refinamientos indicadores de
estimulado como para poder poseerla. Lo extraño de esta voluptuosidad deliberada y razonada", es mucho mayor
historia es que antes de tropezar con esta mujer, jamás que el de los individuos que practican el exhibicionismo
había el oficial experimentado nada fuera de lo común. involuntario e irresistible. He ahí por qué el doctor Hes­
Por el contrario, siempre había realizado el coito de nard define el exhibicionismo de la manera siguiente:
manera normal. Solamente después de observar a la "Es una tendencia depravada que se caracteriza por
prostituta se sintió de súbito atraído por el movimiento un esfuerzo por obtener gozo erótico mostrando, de ma­
de sus piernas y de sus brazos. nera más o menos indecente, a uno o más testigos, los
"Como siempre le hablan agradado las mujeres de órganos sexuales o partes del cuerpo que participan del
más edad que él, nos aseguró que jamás había mirado carácter vergonzante tradicional. La combinación de la
siquiera la cara de su esposa durante las primeras se­ vergüenza y el placer visual es característica de esta
manas. Su amor había sido despertado y estimulado forma de aberración sexual, no siendo la finalidad pro­
meramente por estos movimientos; lo demás tenía para ducir vergüenza a la parte contraria, sino, casi siempre,
él poca importancia. Sólo su andar le interesaba." en el sujeto mismo.”
Es imposible adoptar un principio que oriente el tra­ Sin embargo, Havelock Eüis da una definición mucho
tamiento del voyeurtsTTio. Puesto que las mismas reaccio­ más breve de esta perversión. El exhibicionismo, según
nes, en distintos pacientes, son producidas, por regla ge­ él, es un impulso a exponer una parte del cuerpo, espe­
neral, por causas varias, y la primera tarea del médico es cialmente la región genital, por una razón sexual cons­
descubrir la causa. ciente o inconsciente.
Hemos dado todas estas definiciones porque, en este
• • • caso, lo Importante es ser precisos en cuanto a la natu­
Camier, que fué uno de los primeros en prestar raleza de la perversión. En realidad, en ésta, más que en
atención al estudio del exhibicionismo, nos da del mismo las otras formas de depravación, la línea divisoria entre
la siguiente definición; lo normal y lo anormal es muy indefinida, y algunos
414 E n c i c l o p e d i a S e x u a l Objeto sel exhibicionista 415
autores van tan lejos que ven signos de exhibicionismo en Como acabamos de ver, la forma clásica del exhibi­
los chistes obscenos que hombres y mujeres hacen ai cionismo consiste en descubrir completamente el Órgano
encontrarse con miembros del sexo opuesto. Evidente­ genital. Según el caso en cuestión y las circunstancias,
mente, en este caso estamos frente a un fenómeno pura­ el miembro puede estar erecto o fláccido. Antiguamente
mente psicológico, pero que, no obstante, está a veces más se creía que todos los exhibicionistas, al exponer el pene,
o menos estrechamente vinculado al exhibicionismo pro­ se masturbaban. Hoy sabemos que nc siempre es asi, y
piamente dicho. que aún cuando el individuo se comporta de tal modo, su
Havelock Ellis deduce también que el exhibicionismo, acto raras veces termina en una emisión seminal com­
hasta cierto punto, puede ser un fenómeno perfectamente pleta.
normal; que es comúnmente controlado y se manifiesta En otros casos, que integran la mayoría, sólo después
simplemente por cierto orgullo de la posesión de atri­ de huir de la escena de sus proezas y vuelto al hogar,
butos masculinos o femeninos bien desarrollados o con­ el exhibicionista, procurando recordar lo acontecido se
formados. masturba. Hay un número de casos en que los exhibicio­
Sabemos que la mayoría de los exhibicionistas perte­ nistas recurren, inmediatamente después de la escena, a
necen al sexo masculino, y que exponen el pene; los la copulación normal.
mujeres, conforme a Douglas Bryan, consideran todo el Garnier había notado ya cuán apegados están los
cuerpo como una especie de pene digno de ser expuesto. exhibicionistas al hábito y con qué regularidad, en
Pero no ha de suponerse que en los hombres el ob­ cuanto a tiempo y lugar, lo practican. La observación es
jeto de exhibición es siempre el pene. Ciertos individuos
perfectamente exacta. Ciertos distritos tienen sus exhi­
obtienen placer, un placer menos mórbido, sin duda al­
bicionistas, su sátiro de los jardines públicos o de las
guna, pero no menos evidente, exhibiendo otras partes
escuelas de mujeres. Ei doctor Abraham observó que las
del cuerpo, como ser el abdomen, el pecho o las piernas.
Existen todos los matices posibles en este placer perver­ mujeres se comunicar» entre sí los lugares en que actúan
tido, que no ha de confundirse con el placer sano dél los exhibicionistas.
nudista, que goza las cosas buenas de la naturaleza: el Los jardines públicos y las escuelas superiores de mu­
aire, el agua y los rayos del sol, sin experimentar ver­ jeres no son los únicos lugares que gustan frecuentar.
güenza o satisfacción depravada al mostrar sus órganos Muchos de ellos no se contentan con estos lugares co­
genitales a los individuos, igualmente desnudos, de uno u munes y eligen las iglesias como escenario de sus ha­
otro sexo que le rodean. El nudista profesa tal indife­ zañas, especialmente en los momentos en que hay en ellas
rencia a la desnudez, que difícilmente 1a encontramos en pocas devotas. El grueso del público cree que estos actos
parte alguna, excepto en los pueblos primitivos. El exhi­ están inspirados por motivos sacrilegos, comportándose,
bicionista, en cambio, experimenta excitación sexual al en consecuencia, más severamente con los culpables. Es
mostrar su desnudez, siendo ello a menudo el resultado fácil comprender cuán doloroso ha de ser para una mu­
de una educación hipócrita. Es por esta razón que las jer, absorta en sus devociones, convertirse de pronto en
mujeres que han recibido una educación puritana caen testigo de semejante espectáculo, pero nosotros sabemos
a veces en el exhibicionismo de todo el cuerpo o de los que la finalidad del exhibicionista no es exactamente el
senas, correspondiendo éstos, en cierto modo, al exhibi­ sacrilegio.
cionismo fállco del hombre. Muy característica es, a este respecto, la confesión
416 Enciclopedia Sexual CONFLICTOS psíquicos 417

hecha a G am ier por uno de sus pacientes, que era fr e ­ cribir el placer que experimentaba ofreciendo este espec­
cuentador de iglesias. táculo a sus ojos.
“ ¿Por qué me agrada ir a las iglesias? No puedo de­ “ Un día me situé en el extremo de un patio donde
cirlo. Pero sé que solamente allí m i acto asume toda su había un pozo y al que a menudo acudían las muchachas
importancia. La mujer se halla en estado de devoción de la casa en busca de agua, y les ofrecí un espectáculo
y debe saber que tal acto, en tal lugar, no es un chiste más risible que seductor. Las más discretas fingieron no
de mal gusto u obsceno; si voy a la iglesia no es por ver nada; otras echáronse a reir; otras se alborotaron,
broma, sino por algo más serio. Observo el efecto produ­ creyéndose insultadas. Aunque no tuvo las consecuencias
cido en el rostro de las mujeres a quienes expongo mis que podía tener, esta aventura no dejó de moderarme por
órganos genitales. Espero verlas expresar una profunda mucho tiempo.”
alegría; deseo, en realidad, oirlas exclamar; “ (Cuán im­ El miedo a las consecuencias que su acto censurable
presionante es la naturaleza cuando se la contempla en puede provocar, sólo contribuye a aumentar la excitación
estas circunstancias!” . del exhibicionista. Su placer es tanto más intenso cuando
Comentando este caso, observa Havelock Ellis que en­ el tiempo y el lugar son tales que le exponen a un riesgo
contramos aquí un vestigio del mismo sentimiento que, mayor. Sabe él, sin embargo, que la moral convencional
antiguamente, inspiró el culto íálico. Sin embargo, sea desaprueba su conducta y que, una vez en manos de
como fuere, lo cierto es que el exhibicionista procura des­ la policía, ha de pagar caro su estremecimiento volup­
pertar la admiración y el goce en sus espectadores, y que tuoso. Su tendencia depravada es más fuerte que la
preferiría más despertar las sonrisas halagüeñas que la razón. El peligro que teme no tiene otro efecto que el de
indignación o el temor. inflamar su imaginación.
En las Confesiones de Rousseau hay una sutil des­ En todo caso, podemos decir que no existe forma de
cripción de la psicología del exhibicionista; perversión sexual que haga más desdichado al paciente
que el exhibicionismo. Sin embargo, esto se explica, en
“ M i sangre enardecida llenaba sin cesar mi mente de
parte, por el hecho de ser la forma más perseguida por
niñas y mujeres. Con los años había venido la vergüenza,
la ley. Norwood Heast halló que de los 291 delincuentes
compañera de la conciencia del mal; se había acrecen­
recluidos en la prisión de Brixton, 101 eran exhibicio­
tado mi timidez natural hasta el punto de hacerla inven­
nistas con prisión preventiva o condenados por conducta
cible, y nunca, ni en aquel tiempo ni después, he podido
indecente. Para mostrar cuán trágico conflicto puede el
hacer una proposición lasciva, como no haya sido em­ exhibicionismo producir en la mente del paciente, cita­
pujado por la iniciativa de aquella a quien pudiera ha­ mos la siguiente carta auténtica enviada por uno de
cérsela. ellos:
“ Creció mi agitación de tal suerte, que, no pudiendo “ Soy un ser desventurado que implora su ayuda: To­
satisfacer mis deseos, los azuzaba con los manejos más dos los dias soy un hombre normal, que realiza su trabajo
extraños. Buscaba pasadizos oscuros, sitios ocultos donde (empleado de Banco) de manera irreprochable. Durante
pudiera mostrarme, de lejos, a las miradas de las mu­ dos o tres meses todo marcha bien, pero luego me siento
jeres en el estado en que hubiera querido verme a su atacado repentinamente por una especie de ansiedad que
lado. No era el objeto obsceno lo que velan, ni yo pen­ me impele a pasar horas enteras paseando por las calles.
saba siquiera en éllo, sino el ridiculo. Es imposible des­ Sé que esto es un mal síntoma. Cierta vez, al sentir apro­
418 Enciclopedia Sexual ¿Es UN ESTADO DE ALIENACIÓN? 419

ximarse el acceso, me refugié en un hospital mental, Todo marchaba de una manera normal hasta que, de sú­
pensando eludir de este modo lo inevitable. Pero he aquí bito, cuando entraba a recomendar ciertos tubos para
que a las nueve de la noche el impulso fué aún mayor. Me canillas de cocina, sus ojos comenzaban a lagrimear, sus
hallaba en estado de lucidez completa, pero aquel hombre párpados a aletear y sus mejillas a sonrojarse; tartamu­
que trepó por las verjas y saltó a la calle, no era yo. Fui deaba, y su voz, siempre grave y sosegada, tomábase
impelido por una fuerza invisible, que no pude resistir. vulgar y áspera. Este estado desesperado evidenciaba su
Sin aliento, me precipité hacia los suburbios. Allí, en una lucha, con salvaje energía, contra la obsesión que con­
calle desierta, vi, a la distancia, aproximarse a una mu­ tinuaba imponiéndose en su cerebro sobre lo mejor de él,
chacha; me oculté y —conozco el resto por el informe barriendo todos los escrúpulos y su veneración a ia res­
policial— tan pronto como la tuve cerca me desabotoné petabilidad. Una especie de colapso moral indicaba el
los pantalones, le mostré mis órganos genitales y co­ triunfo del instinto de este pobre muñeco humano. Im ­
mencé a masturbarme. Recuerdo vagamente que los píamente miraba a la cara de su cliente aterrado, se
ojos de la muchacha, agrandados por el terror, me exci­ desvestía y, refiriéndose al objeto de goma, hacía las más
taron tanto, que inmediatamente eyaculé. Recobré el do­ inesperadas y repugnantes comparaciones.” ,
minio de mi mismo e intenté huir, pero sentí caer sobre Respecto a la cuestión de hasta qué punto los indi­
mi las manos de un policía. viduos afectados de exhibicionismo pueden ser considera­
“ Le ruego, doctor, que me diga si estoy loco y si debo dos enfermos, Magnus Hirschfeld considera que tal per­
encerrarme en un manicomio, puesto que no puedo res­ versión se debe casi siempre a la presencia de factores
ponsabilizarme de mis acciones. Le ruego, también, ex­ mórbidos que perturban el equilibrio. Según Kosel,
plicar a los jueces que no soy un vicioso, como dicen Scbiffer declaró que entre 75 exhibicionistas, 18 eran epi­
ellos, sino un ser desventurado a quien la naturaleza ba lépticos, 13 estaban sujetos a alucinaciones, 10 padecían
castigado severamente.” trastornos mentales, 8 eran neurasténicos y 7 idiotas. De
He aquí otro caso de exhibicionismo, citado por el doc­ 85 casos, sólo 11 eran mujeres.
tor Morin, y que muestra a qué tristes extravagancias Otros, sin embargo, no creen en los trastornos men­
puede esta detestable perversión conducir a la victima; tales, entre ellos el doctor Hesnard, cuya opinión nos in­
“Era un vendedor de una compañía de gomas, de clinamos a compartir, cuando afirma:
alrededor de cincuenta años, de buena presencia y con “ En la lectura de los autores que han estudiado el
modales de persona que toma muy en serio su oficio; su exhibicionismo, recogemos la impresión de que estamos
apariencia exterior era impecable y austera. Habiéndose frente a un fenómeno franca e invariablemente mór­
interesado activamente en las organizaciones concer­ bido. No es ésta nuestra opinión. La experiencia propia
nientes a la educación de los adultos y a los cursos ves­ nos lleva a la conclusión de que muchos individuos ape­
pertinos, se le había conferido una distinción académica: nas desequilibrados o neuropáticos (absolutamente res­
cierta cinta violeta, que usaba hasta en sus corretajes. ponsables desde el punto de vista médico legal), buscan
“ Cuando visitaba los clientes de la compañía, la misma el placer en la autoexhibición. Los “sátiros” que fre ­
ceremonia, casi ritual, tenia lugar invariablemente. cuentan los jardines públicos forman legión, y nuestra
“ Utilizaba términos escogidos para ensalzar los mé­ opinión es que una cantidad considerable de ellos deben
ritos de sus mercancías, entrando en detalles acerca de ser considerados normales desde el punto de vista de la
las cualidades incomparables de los artículos de su ramo. psiquiatría. Agreguemos que, en los lugares y aldeas don-
420 Encicloprdia Sexual
T r a ta m ien to d e l trastorno 42 1
de la censura social a todo lo concerniente al sexo es me­
nos severa, la visión de un joven que se exhibe, al compás que una especie de protesta contra la angustia primi­
de chistes groseros, ante un grupo de muchachas, es un tiva, y nada, excepto un análisis, podría ser capaz de
hecho de ocurrencia común, curarle.
“ Completaremos nuestro examen sobre esta rama Havelock Ellis, en su Precia of Sexual Psychólogy, In­
poco conocida de la psicología, diciendo que la tendencia dica otro tratamiento. Citamos in extenso el pasaje per­
exhibicionista implica una curiosa y sutil mezcla de tinente:
orgullo sexual y de vergüenza, de protesta viril y de “ En cuanto al tratamiento terapéutico, digo que ten­
temor sexual, elementos éstos que se los halla en varias dría posibilidad de eficacia si se combinase con baños de
combinaciones según el caso en cuestión. En esta ex­ sol al aire libre, conforme al sistema nudista, que está
traña conducta hay vanidad erótica y narcisismo auto- ahora comenzando a ser reconocido y adoptado. Cuando
satisfecho. Pero hay también ansiedad, miedo a la ac­ el exhibicionista no es más que un narcisista de tipo muy
ción, y una reacción de desafio frente a la amenaza.” acentuado, que manifiesta impulsos no necesariamente
Quedan aún dos cuestiones por examinar: la de la antisociales, impulsos que, en ciertas circunstancias, po­
responsabilidad ante la ley y la del tratamiento del dría la sociedad reconocer, darle una oportunidad de ex­
mal. presarlos legítimamente sería brindarle una nueva capa­
La mayoría de los sexólogos, al par que admiten la cidad para el autodominio. El exhibicionista que es alen­
necesidad de un tratamiento para los exhibicionistas, tado a practicar el nudismo en medio de hombres y mu­
son, sin embargo, de opinión que la sociedad debe ins­ jeres que, estando completamente desnudos, aceptan la
tituir leyes penales contra los individuos convictos de desnudez como una cosa natural, está en condiciones de
haber ofendido la moral pública. Wulffen reclama abier­ satisfacer sus deseos narcisistas en la medida en que son
tamente la cárcel para los exhibicionistas. Havelock Ellls, éstos inocentes, y de evitarles su intensidad mórbida. Sa­
con un criterio verdaderamente amplio, también sostiene brá él que si estos impulsos no pueden ser encerrados
que bajo las condiciones sociales presentes la conducta de dentro de inocentes límites, se verá privado de la ventaja
estos enfermos, aún cuando ella sea la salida de una que le ha sido concedida. De este modo, se encauzaría de
causa más o menos natural, no puede ser tolerada. Fun­ manera sana y socialmente admisible un impulso que, de
damenta su razón en el hecho de que la visión ofrecida otro modo, aislaría y degradaría al 3ujeto.
por el exhibicionista puede provocar síntomas nerviosos o “ El primer consejo que ha de darse al exhibicionista
histéricos serios en la Inocente niña que la soporta. Sobre que aún no ha atraído la atención policial, es el de que
estas bases, la intervención policial es deseable. no debe Jamás salir solo. Hirschfeld, que reconoce la im­
En cuanto al tratamiento del trastorno, ha sido estu­ portancia de esta regla, observa que el consejo no cae,
diado en detalle por los psicoanalistas. Hacen éstos re­ por lo común, en saco roto, porque el exhibicionista vive
montar el origen del exhibicionismo al complejo de cas­ atemorizado de sus propios impulsos. Cuando haya sido
tración. Este complejo, más bien común, se debe al temor arrestado y esté en manos del juez, el mejor método y lo
del niño de ser privado de sus órganos genitales. Este más razonable frente a una primer ofensa, es ponerlo
miedo a la castración puede degenerar en una verdadera en libertad, a condición de hacerse aconsejar por un mé­
obsesión, que se manifestará con el correr de los años. El dico. En varias grandes ciudades hay ahora clínicas es­
goce sexual del exhibicionista no sería, entonces, más peciales, en que médicos policiales y agentes sociales
están a la disposición de jueces y que deberían emplearse
422 E w c i c l o p x d i a S k x u a l Sadismo y masoquismo 423

coa mayor frecuencia. En caso de reincidencia seria ne­ primer libro, Justine, nos describe una pobre muchacha
cesario Infligirle una reclusión compulsoria de un mes, acorralada, perdida, arruinada, vencida por los golpes,
por lo menos, en un establecimiento, para su revlsación y conducida por monstruos de uno a otro infierno, de un
tratamiento. Esta solución está de acuerdo con la opi­ cementerio a otro, mordida, sofocada, ajada, trastor­
nión de Forel, que dice que los exhibicionistas no son pe­ nada. .. Cuando el autor ha terminado con el crimen,
ligrosos y (excepto en los casos de idiotez) deben ser de­ cuando ha agotado la lista del incesto y de las monstruo­
tenidos solamente en una clínica para trastomps men­ sidades, cuando deja de pintar cadáveres que ha apu­
tales y durante un período de tiempo breve.” ñaleado y violado, cuando no hay 3ra una iglesia que no
haya profanado, ni un niño que no haya sacrificado a su
* * • ira, ni un pensamiento moral sobre el cual no haya
arto jado la inmundicia de sus palabras y de sus ideas,
ese hombre se detiene, finalmente, para mirarse a sí
Cuando el elemento sexual se acompaña con el en -
mentó dolor, activo o pasivo, tenemos los fenómenos co­ mismo, sonríe, y no se amedrenta de sí.”
El masoquismo debe su nombre al escritor alemán
nocidos por sadismo y masoquismo.
Sacher-Masoch (1835-1895), autor de Venus in a F ur
En su notable libro, que hemos tenido ocasión de
Coat, libro que describe el amor de una mujer violenta y
citar varias veces a lo largo de este estudio, el doctor
Hesnard da del sado-masoquismo la definición siguiente: autoritaria, con un hombre que encuentra placer en ser
“ Una perversión sexual caracterizada por la persecu­ dominado por ella. Ha de notarse aquí, en mérito a la
exactitud, que Sacher-Masoch protestó siempre violenta­
ción del goce erótico obtenido por la idea de violencia, no
necesariamente dirigida hacia los órganos sexuales, sino mente contra los que lo consideraban un “ masoquista” ,
ejercida sea sobre el objeto (sadismo) o provocada sobre pero n i él ni su hijo pudieron eliminar ese término del
el sujeto mismo por el objeto (masoquismo).*’ lenguaje científico, el cual, en pocos años, se popularizó
Las expresiones sadismo y masoquismo fueron crea­ extraordinariamente.
das por el doctor Kraíft-Ebing. Aquélla se deriva del El no iniciado podría estar tentado a creer que existe
marqués de Sade (1740-1814), autor de numerosos tra­ un antagonismo irreconciliable entre el sadismo y el ma­
bajos (Justine and Juliet es uno de ellos), célebres por soquismo. Empero, no es así, y por tal razón muchas
los relatos de violencias amorosas que contienen. Jules autoridades incluyen ambos fenómenos en el término
Janin caracteriza de manera notable la obra del padre común, algolagnia, creado por el gran especialista
del sadismo: Schrenck-Notzing.
“ Describe ella cadáveres sangrantes, niños arrebata­ Procuraremos, por lo tanto, mostrar las similitudes
dos de los brazos maternos, jóvenes cuyas gargantas fue­ existentes entre el sadismo y el masoquismo, a pesar de
ron cortadas al final de una orgia, vasos llenos de sangre su aparente diferencia. En primer lugar, notemos que
y vino, torturas inverosímiles. Hierven las marmitas, se estos dos fenómenos coexisten a menudo en una misma
construyen caballos de madera, los hombres se despe­ persona. Al respecto, citaremos la observación clínica del
llejan a todo vapor, gritan, juran, blasfeman, se muerden, doctor Abrahara:
arráncense el corazón del pecho, a lo largo de doce o “ A. B., de 35 años de edad, trabajador manual, gusta
quince volúmenes interminables, en cada página, en cada de ser'castigado y encadenado por su esposa y someterse
linea, siempre. jCuánta infatigable perversión! En su totalmente a ella,'que satisface los deseos de su esposo
424 Enciclopedia S exu al E stím ulo s sado masoquistas 425
hasta un grado muy limitado, de manera que sus rela­ actitud sexual de la hembra; pero el sadismo y el maso­
ciones sexuales no le permiten la plena expresión de sus quismo deben ser considerados como condiciones por
sensaciones. Por esta razón, el hombre se abandona a completo diferentes según aparezcan en el hombre o en
varios actos de autosadismo, hiriéndose con un cuchillo, la mujer” . El sadismo masculino y el masoquismo fe­
a fin de procurarse la emisión seminal. Estas heridas se menino no son, pues, para Hirschfeld, más que “ excesos
consuman en las nalgas del sujeto. Experimenta con fre­ hlperestéticos o erotomaníacos del impulso sexual nor­
cuencia deseos de realizar actos sádicos con su esposa. De mal, mientras que en el sexo opuesto se convierten en
vez en cuando, según sus medios, recurre también a las desviaciones metatrópicas del estado normal” .
prostitutas y se abandona al flagelo. Ambas perversiones Sea como fuere, el autor de Homosexualismo no ha po­
jamás coinciden y sus deseos son mías veces sádicos y dido imponer sus interesantísimas concepciones nada
otras masoquistas.” más que a sus discípulos.
Es relativamente raro encontra? el sadismo o el ma­ Tanto en el sadismo como en el masoquismo, los ór­
soquismo puros. Muchos documentos de masoquistas ganos genitales normales, por lo común, no funcionan.
que hemos consultado, contienen elementos sádicos, y El acto sexual mismo es reemplazado por un acto de vio­
los libros referentes al sadismo, sin exceptuar aquellos lencia real o simbólica. Ciertos autores destacan que es
del marqués de Sade, contienen elementos masoquistas. ésta, por lo menos, una perversión casta. Pero se trata,
He ahí por qué, según la definición de Freud, el ma­ sin embargo, de una ilusión, pues sólo en casos excep­
soquismo es una especie de sadismo "vuelto contra el cionales, bajo condiciones favorables, la erección u otros
sujeto mismo", mientras que el sadismo es una especie signos de excitación sexual están ausentes. El doctor
de masoquismo "vuelto contra los otros". La definición Hesnard observa que, en la mayoría de los casos, sadistas
es aguda y no debe considerársela como meramente y masoquistas “ utilizan su capacidad de excitarse por el
Ingeniosa. sufrimiento real o simbólico, activo o pasivo, como medio
Hasta hace poco, algunos estimaban el sadismo como de obtener el orgasmo, que tiene luego lugar en realidad
algo esencialmente activo y masculino, y el masoquismo, o es facilitado por maniobras autoeróticas, algunas veces
como esencialmente pasivo y femenino. Sin embargo, por el coito normal, aunque los pervertidos de este tipo
numerosas observaciones han confirmado el hecho de que son muy a menudo impotentes a este respecto".
existen muchos masoquistas de apariencia y de carácter Con mucha frecuencia los no Iniciados se sorprenden
rimes y sadistas de apariencia afeminada y de modales de que en ambos casos, especialmente en el masoquismo,
tímidos. haya una correlación entre el dolor y el placer. L a ex­
Frente a la naturaleza compleja de este fenómeno, y plicación es simple, pues lo que constituye el placer no es
a fin de vencer las dificultades de una definición especial tanto el dolor como la sensación provocada por él. Más
del sadismo y del masoquismo, Magnus Hirschfeld ha aún; Havelock Ellls señala eficazmente que sadistas y
buscado Incluir ciertos aspectos de ambas manifestacio­ masoquistas muestran evidencias de deficiencia sexual y
nes mórbidas bajo el término de metatropismo. Con esto que, por lo tanto, requieren, para despertar en ellos la
quiere significar una especie de reversión o cambio de emoción sexual, un estímulo más poderoso que el nor­
la actitud sexual. "D e modo que él sadismo en el hom­ mal. Ciertas sensaciones o emociones violentas, tales
bre serla simplemente la acentuación de la actitud nor­ como la ansiedad o la pena, son capaces de estimular su
mal del macho, y el masoquismo la acentuación de la actividad sexual.
426 Enciclopedia 8IZUAL 8u proceso psíquico 427
Por otra parte, no ha de olvidarse que, como en la quiriendo que, mientras tanto, permanezca ella sonrien­
mayoría de las anormalidades, la algolagnia, es decir, el do. Quiere él excitar los sentimientos de la victima pro­
sado-masoqulsmo, tiene sus raíces en la vida sexual nor­ vocándole una fuerte emoción y, según Havelock Ellis, el
mal. Presenta ésta ciertos aspectos en los que hay ele­ método más efectivo que el sadista conoce es el dolor que
mentos de dolor, experimentados por el sujeto o provo­ provoca en la mujer. En el caso de la muchacha a quien
cados por él a la otra parte. Notemos a este respecto el sadista pincha con alfileres mientras la obliga a sonreír,
cómo ciertos animales “hacen el am or": la hembra asiste no hay búsqueda de la crueldad por la crueldad misma.
a la lucha de los machos. Y en los seres humanos, la ex­ Aun cuando los sadistas llegan hasta matar a la
citación producida en la mujer por ciertos dolores Infli­ victima, no están ellos dominados por el deseo de producir
gidos por el hombre (mordisco, etc.). El acto sexual la muerte, sino por el deseo de derramar sangre, excitante
mismo también posee cierto carácter violento, que se éste poderoso y conocido en todo el mundo.
manifiesta en el hombre por el deseo de penetrar en la Es por tal motivo, conforme a Liepmann, que las he­
mujer lo más profundamente posible, o en el deseo de la ridas hechas por los sadistas están siempre situadas en
mujer de ser penetrada lo más hondamente posible por el aquellas partes del cuerpo donde la hemorragia es más
hombre, aun cuando ello implique sufrimiento. Se des­ violenta.
prende de esto que en ciertos casos en que, por varias Es esto igualmente cierto en el sentido inverso, es
razones, la penetración no puede tener lugar, los deseos a decir, en los masoquistas, que, por su parte, no desean
ella asociados se transfieren a la esfera extragenital psi­ .jometerse a la crueldad. Pero el masoquista que no en­
cológica o física. cuentra placer en el coito busca una especie de compen­
Acontece, en realidad, que el sadismo tiene un ca­ sación en el mal trato que se inflige a si mismo. Este
rácter exclusivamente psicológico — el masoquismo tam­ puede variar de los meros insultos verbales a las más
bién— y pertenece a una esfera sin conexión aparente ¿olorosas humillaciones. Se abandona a las actividades
con la sexualidad. Algunos sadlstas hallan un placer vio­ más repugnantes, se deja golpear, atar, hollar, etcétera.
lento en atormentar a los seres que los rodean, y ciertos ' Consideremos ahora algunas manifestaciones típicas
masoquistas frustran inconscientemente sus propios de­ del sadismo. Puede al principio manifestarse en una for­
seos a fin de atormentarse. Hay quienes, por así decirlo, ma esencialmente innocua, y la persona adicta a él, ser
fuerzan a su otra parte para ser defraudados por ésta y por entero Inconsciente de cuáles son sus verdaderas ten­
poder gozar así la propia desventura. dencias. A esta categoría pertenecen los que buscan emo­
Se ha destacado a menudo la crueldad de los sadistas. ciones fuertes, frecuentando los encuentros de box, las
Indudablemente, sus actos pueden ser crueles en extremo, corridas de toros y aun las exhibiciones peligrosas de
pero ha de pensarse que ellos no los cometen por cruel­ circo.
dad. Sucede con mucha frecuencia que un amante per­ El sadismo halla una expresión más clara en ciertas
fectamente normal inflige dolor a una mujer que ama, y formas de castigo corporal y especialmente en el vapuleo.
observa ávidamente el efecto producido. En este caso, Se sabe que en la época grecorromana se castigaba se­
desea él, como observa Havelock Ellls, que la mujer sienta veramente a los esclavos con varas y que este castigo no
el dolor como un placer. El sadista, en verdad, lleva esta era siempre desinteresado. En Esparta, en ocasión de
experiencia, mutatis mutandis, demasiado lejos. Pincha ciertas fiestas, los jóvenes tenían que soportar pruebas de
éste, por ejemplo, la piel de' una mujer con alfileres, re­ resistencia, siendo apaleados hasta un punto tal, que
E x pr e sio n e s sád ic as 429
428 E n c ic l o p x d ia 31ZUAL
atribuyo gran importancia a descargar los golpes en las
muchos de ellos sucumbían. Nada diremos de la costum­ nalgas, porque de este modo son eficaces sin causar daño
bre de flagelar que floreció en la Edad Media, por ser alguno. Cuando la falta no es demasiado seria, me con­
bien conocida de todos. Recordemos que el castigo cor­ tento con diez golpes fuertes, que le enrojecen las nalgas.
poral desempeña a menudo una gran parte en la educa­ Desde luego que evito hacerlas sangrar. La niña llora sin
ción, por ejemplo en las escuelas de Oran Bretaña, y que cesar durante esta escena, pero yo no me dejo impresionar
ciertos educadores gozan excesivamente por ello, dando y continúo castigando con medio minuto de intervalo
una interpretación algo origina) al viejo refrán: "Quien entre los golpes. Escojo de antemano el lugar donde ellos
bien ama bien castiga” . Esta manía de la paliza subleva van a hacer efecto. Después del sexto golpe, apremio a mi
con frecuencia, como lo veremos en la siguiente carta: hijastra a confesar su falta y a pedir perdón. Sabe muy
'‘Estimado doctor: Permítame explicarle mi caso y bien que si se niega, los golpes son dobles. De nada le
pedirle un consejo. Hace alrededor de diez años me casé sirve luchar, pues la sostengo muy firmemente. Mueve
con una viuda, que trajo a mi hogar dos criaturas de ellas las nalgas, procurando evitarlos, pero tengo bastante
cuatro y cinco años, respectivamente. Nos llevamos muy experiencia y nunca los yerro. Después del noveno golpe,
bien y la única causa de disputas entre nosotros es la hago una nueva pausa, a fin de darle a mi hijastra la
educación de las niñas. Mi esposa es muy indulgente con oportunidad de arrepentirse. Luego ella dice: “ Querido
ellas, mientras que yo creo, respecto a tal cuestión, en la padre, no lo volveré a hacer. T e agradezco que me hayas
severidad. Cuando alguna de las niñas ha hecho algo castigado y te ruego no castigarme más, pues sufro terri­
malo, siempre insisto en corregirla yo mismo. Hasta blemente” . Después de pronunciadas estas palabras re­
ahora he podido hacerlo, pero hoy, que mis hijastras tie­ cibe el último golpe, el más fuerte de todos. Sus nalgas
nen catorce y quince años, se niegan a ser castigadas y quedan marcadas con cardenales, pero nunca heridas.
se refugian al lado de la madre, de modo que nuestra Luego la dejo sola. Se arregla ella sus vestidos, se pone
casa no es ya tan armoniosa como antes. A menudo los calzones y se limpia los ojos. Abro luego la puerta y
disputo con mi señora sobre esta cuestión, y esto ha él correctivo está ya aplicado.
hecho que me dirigiera a usted para preguntarle si, como “ ¿Cree usted, doctor, que este método es perjudicial
educador, no tengo el derecho de corregir a mis hijastras. para las niñas y que no tengo razón en proceder así para
“ A fin de que pueda usted estar en condiciones de evitar el mal comportamiento de mis hijastras? E] sexo,
juzgar el caso, le describiré mis métodos detalladamente. desde luego, nada tiene que ver con ello, por cuanto in­
Cuando una de las muchachas se comporta mal, le aviso sisto en que su hermana sea testigo de la escena. Quedo
de inmediato que va a ser castigada. Comienza ella a de usted.. . ”
llorar y procura escaparse, pero yo he tomado ya la pre­ Es éste un caso de sadismo inconsciente. Otro caso
caución de cerrar la puerta, y, como soy el más fuerte, por el estilo es citado por el doctor Chapotin.
pronto la tengo a m i disposición. Insisto en que su her­ “ Un maníaco — escribe él— frecuentaba asiduamente
mana presencie la escena, pues considero que el ejemplo un pequeño café donde las bebidas eran abominables y
es de suma importancia en materia educacional. Acuesto los asientos deplorablemente duros. Concurría allí sim­
a la culpable en un sofá, con la cabeza debajo de m i ro­ plemente por el placer que le producía escuchar a la
dilla izquierda, mientras sostengo sus piernas con mi pie cajera, una mujer muy fea, que tenia una voz muy ás­
derecho y sus manos con mi mano izquierda. Antes de pera, insultar y maltratar a un mozo pobre de espíritu.
esto le saco los calzones y le enrollo las enaguas, pues
430 E n c i c l o p e d i a S e x u a l F obm as del m a s o q u is m o 431

Repitiendo sus pedidos se las arreglaba para poner al en ciertos crímenes rituales, asi como en ciertos asesi­
mozo en dificultades. Luego, una vez que las diatribas natos aparentemente cometidos por razones políticas.
terminaban, abandonaba el establecimiento sintiéndose Llegamos ahora a los asesinatos sádicos, analizados
muy aliviado." ampliamente en los trabajos de medicina legal. Al pare­
Examinemos ahora el caso de los sadistas que se aban­ cer, ciertos criminales históricos, como Heliogfibalo, Ca-
donan a la pasión durante las escenas amorosas. Estos racalla, Nerón e Iván el Terrible, deben clasificarse en esta
casos son mucho más frecuentes de lo que generalmente categoría. En otras esferas más cercanas, recordemos el
se cree, y prácticas similares existían hasta en la anti­ caso de Vacher, del Vampiro de Dusseldorf, o de Matuska,
güedad. 7 , asi, Luciano hace decir a uno de sus perso­ responsable del terrible accidente ferroviario de Bia-Tor*
najes: “ Quien no ha hecho llover golpes sobre su señora, bagy, horrible espectáculo ante el cual el asesino se de­
no le ha arrancado el cabello y no le ha rasgado sus ves­ leitó con voluptuoso placer.
tidos, no está todavía enamorado". Amantes sádicos de
esta clase pueden encontrarse hoy en los prostíbulos, • m *
donde, mediante una retribución, tienen el derecho de
permitirse actos de videncia sobre la prostituta. Estos Los masoquistas son, quizá, más numerosos que los
discípulos del marqués de Sade muerden, estrujan y sadistas y, desde el punto de vista médico, ofrecen me­
hieren el cuerpo de las víctimas, o las castigan con lá­ nos variedad. El masoquismo, como afirma Havelock
tigos, hasta sangrarlas. Filis, se encuentra principalmente en los hombres, en
Existen también mujeres sadistas que atacan fiera­ parte porque en las mujeres cierto grado de sujeción pue­
mente, en particular los órganos genitales de sus compa­ de considerarse natural — observad, por ejemplo, las re­
ñeros. Los hombres sadistas, por el contrario, casi siem­ laciones entre las mujeres públicas y sus amantes— , y
pre dispensan de los órganos sexuales a las mujeres, pero también porque el masoquismo emana principalmente
algunos de ellos atacan los senos. Este hecho está des- del esfuerzo por reemplazar o estimular el vigor sexual
cripto en muchas'obras de arte y se manifiesta en los deficiente del hombre.
dibujos sádicos. La forma de masoquismo más frecuente — tan fre­
Huysmans nos hace la siguiente descripción de una cuente que no es considerada propiamente una perver­
escena de amor místico sadística, de la cual la víctima sión sexual— , es la que se encuentra en los hombres que
fué Santa Lidvine de Schiedam: aspiran a ser dominados por mujeres más viriles. Po­
“ Hacia fines del siglo X V la locura amorosa de su demos mencionar, como ejemplo, los casos históricos de
esposo descendió sobre ella como un águila de amor. Musset y de Chopin.
Aquella carne deliciosa y encantadora, que él había ves­ En cuanto a Juan Jacobo Rousseau, estaba familiari­
tido de súbito, pareció fastidiarle, y la cortó, la abrió por zado desde la infancia con el placer pervertido de los
todas partes, a fin de alcanzar mejor el alma. Magnificó masoquistas, cosa que él confiesa en sus libros. Permitía
este pobre cuerpo, le dió la pavorosa capacidad de ab­ ser flagelado impíamente por la señorita Lambercier,
sorber todos los males de la tie rra ... Fué ella, en reali­ práctica ésta que dejó una impresión indeleble en su me­
dad, un fruto de sufrimiento que Dios apretó y estrujó canismo emocional. Durante toda su vida el amor y la
hasta exprimir la última gota del jugo que contenía." humillación estuvieron asociados en su pensamiento.
Notemos aún que los elementos sádicos pueden entrar “ Estar a las orillas de una mujer imperiosa —dice—-.
432 E nciclo ped ia S exu al Ejem plos de m a s o q u i s m o 433

obedecer sus órdenes, tener que pedirle perdón, eran para un arsenal de pinzas, máquinas de prensar, sogas, varas,
m i placeres muy agradables, y cuanto más la viva ima­ clavos, alfileres, que calientan al rojo antes de usar, etc.
ginación enardecía mi sangre, tanto más me parecia a Otros limitan su mise en scéne a prácticas más sutiles, en
un amante en su arrobamiento.” las que son amenazados por la compañera, a cuyos pies
En otros individuos también existe la necesidad del yacen, y emprenden las acciones más serviles y humi­
sufrimiento físico, pero están tan avergonzados de esta llantes por amor hacia ella, o llegando hasta dejarse
aberración, que no se atreven a solicitar a la otra parte montar como caballos (e l eqtms eroticus de Krafft-
el aplacamiento de la misma, quedando sus tendencias, Ebing), ó bien personifican, real o imaginariamente, un
por lo tanto, más o menos insatisfechas. Algunos de estos caballo con cabestro, equipado y con látigo.
atormentados van a los prostíbulos a fin de ser pelliz­ El doctor Chapotin cita el caso de un comandante re­
cados o fustigados por las muchachas, pero debido a la tirado, antes de buen natural y alegre con todos, cuyo
falta de entusiasmo por parte de sus atormentadoras, instinto reveló una curiosísima aberración:
prefieren, con frecuencia, renunciar a estos intentos y re­ “ Este comandante, en cuyos brazos infinidad de mu­
fugiarse en la masturbación. Según el doctor Hesnard, jeres se habían estremecido voluptuosamente, no podía
los masoquistas pervertidos son aquellos que se aban­ ya realizar el acto sexual, excepto vagando previamente
donan a las prácticas eróticas, tendientes a despertar la por las barriadas obreras de París y solicitando a una de
excitación, con un individuo del sexo opuesto — estímulo las verduleras que retomaban a su vivienda con el carrito
de las sensaciones, comúnmente autoerótico, aunque al­ vacio, que habían estado empujando durante todo el día.
gunos pueden, en raras ocasiones, realizar el acto se­ Persuadía a la mujer, como bien podemos suponerlo, has­
xual— , permitiendo ser azotados, pinchados, pellizcados ta lograr que lo acompañara a un hotel. Una vez allí, es­
en el pecho, estrujados en la cintura o el cuello, o más tando ella en la cama, se dedicaba a succionar uno de
humillados aún, y siendo literalmente deshonrados por los dedos del pie izquierdo de la m u jer.. ( 1 ) .
otra persona. Evocando a cualquier individuo del sexo Generalmente, la ambición del masoquista macho es1
opuesto, cuando están solos, algunos se entregan a prác­
ticas más o menos imaginarias y complicadas con una
(1 ) P a r a q u e n o se c re a que este hecho es e x a g e ra d o o
mise en scéne fetichística: escenas de prisiones o ca­ a p ó crifo , s erla conveniente m en c io n ar u n caso to d a v ía m á s n o ­
labozos, con cadenas e instrumentos de tortura; es­ table, q u e he podido c o m p ro b a r en L on dres. U n caba llero , p ro ­
cenas bárbaras desarrolladas especialmente en conven­ fesio n al m uy respetable, de m á s d e sesen ta años, te n ia la cos­
tos, etcétera; la fantasía del paje azotado por una her­ tu m b re d e r o n d a r p o r las p ro x im id ad es d e los cu artele s m i­
mosa muchacha, humillándose ante ella hasta el punto lita res c e r c a del R e g e n t’s P a rk . T o m a b a a u n so ld ad o y lo
lle v a b a a su cesa. L e p e d ia lu e g o s a c a rs e los botines y las
de beber su orina, denominada “ pajismo” por Krafft-
m edias, y cu an d o e sta b a n éstos lo su ficientem ente su cias y m a l­
Ebing. Estas prácticas tienen lugar en la casa del pa­ olientes, el an c ian o la s m a s c a b a h a s ta o b te n e r el orgasm o. En
ciente, que, más aún, es con frecuencia un coleccio­ este caso re c o m p e n sa b a al so ld a d o co n u n a lib ra esterlina.
nista de cuadros o fotografías de tormentos, de azotes, P e ro cu an d o la s m edias e sta b a n d em asiad o lim pias, el so ldado
cuando no los dibuja él mismo; o pueden tener lugar en só lo re c ib ía d iez chelines, Juntam ente co n la p ro m esa d e u n a
lib r a s i u s a b a u n p a r de m e d ia s co n tin u am en te p o r lo m enos
los prostíbulos, donde los accesorios grotescos de esta na­
d u ra n te u n a s e m a n a y v o lv ía c o n e lla s p u esta s e n l a fe c h a
turaleza están a su disposición. Conocemos a algunos co n ven id a. E n este caso se h a lla b a n p resen tes dos a n o rm a li­
masoquistas de tipo refinado que tienen en su casa todo d a d e s : e l m aso q u ism o y él hom osexualism o. — N . H.
434 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
I n v e n t iv a depravada 435
desempeñar la parte de una mujer esclava, y como no
todos ellos hallan conveniente frecuentar los lupanares, persona debería ser alguien a quien le produjese placer
recurren a ciertos diarios "especiales”, donde se solicitan el reducir a su víctima a un estado de obediencia ciega,
“ institutrices severas” , "masajistas enérgicas”, "mujeres por todos los medios a su disposición. Debería ella ser
elegantes de carácter enérgico, familiarizadas con los mé­ capaz de considerar como un mero negocio el venderme
todos Ingleses de educación para niños mayores", etc., como un esclavo a alguna persona que conozca en el ex­
que no son sino avisos de masoquistas que buscan una tranjero. He perdido toda mi fortuna y, en consecuen­
compañera. Estos pedidos, sin embargo, no siempre se cia, no podría contribuir con suma alguna respecto a
obtienen, y la preocupación por la "institutriz severa” esta transacción. La .persona implicada podría disponer
puede degenerar en obsesión. Reproducimos más abajo de m í a su antojo de la manera que le parezca más con­
una larga carta recibida por el doctor Abraham, que veniente. Podría prestarme o alquilarme para cualquier
constituye un verdadero documento humano y nos aclara clase de trabajo; venderme como a un animal, bajo las
el estado mental de estas personas desventuradas con más severas y crueles condiciones. Estaría yo destinado
mayor eficacia que todas las afirmaciones médicas: incondicionalmente a ella mientras viviese. Renuncio,
por lo tanto, a todos los derechos del ser humano. Re­
"Estimado doctor:
tengo únicamente deberes. Todo esto no podría reali­
"Excúseme si me dirijo a usted, en vista de la ausen­ zarse en Alemania. Pero creo que sería posible fuera del
cia del doctor Magnus Hirschfeld, acerca de una cuestión país, en un lugar apartado. Personalmente preferiría es­
muy dolorosa. M i condición sexual ha llegado a un punto tar obligado a hacer trabajos desagradables en el hogar,
tal que me deja perplejo. Escribí ya a su colega respecto el patio o el jardín. Mi sustento le costaría a mi ama casi
a esta cuestión, pero la correspondencia exigía mucha
nada, porque podría ser vestido y alimentado de la ma­
precaución, debido a mi estado marital. No me era po­
nera más simple. Imagino, por ejemplo, una granja soli­
sible pedirle a su colega la explicación por escrito, pues
taria en las forestas de Bohemia, habitada por dos se­
tal carta podría ser interceptada fácilmente. Sin em­
ñoras y una criada robusta y taciturna. Allí podría ser
bargo, desde entonces mi condición se ha puesto tan
conducido a trabajar bajo la amenaza del látigo, sin
seria que no sé cómo escapar de este dilema. Mi predis­
serme posible contar con misericordia alguna. Nadie co­
posición al masoquismo se ha acentuado tanto, que ya
nocería mi existencia. Las mujeres en cuestión tendrían
nada roe detiene. Mi esposa — apacible y amable cria­
todos los medios de imposibilitar mi fuga. Una situación
tura— no podría comprender esta condición que le he
semejante no puede encontrarse fácilmente. He pensado
Insinuado de la manera más delicada. De todos modos,
en dejarme raptar y, personalmente, haría todo lo posible
no contaría ella con el entendimiento necesario a mi
por facilitar el plan. No sería difícil mi rapto. Actual­
salvación. No crea, doctor, después de leer de cabo a
mente recorro los lugares más remotos de la provincia P.,
rabo esta carta, que está tratando con un loco. ■.
como representante de un negocio de nuestra ciudad. La
“ Como acabo de decir, no puedo esperar ninguna
persona en cuestión debería comunicarse conmigo a la
ayuda directa de usted. Más aún; estoy resuelto a negar,
brevedad posible. El santo y seña sería la palabra "Pro­
ai fuese necesario, haber tenido algo que ver con usted.
meteo” . Podría enviarme una esquela escrita a máquina
Apetezco ser esclavizado completa y permanentemente
de la siguiente manera:
de la manera más extrema. Necesito a alguien con rela­
"Estimado señor:
ciones en el extranjero, que fuese capaz de llevarme. Esta
"H e recibido su carta con la proposición concerniente
436 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

a “ Prometeo, Limitada” y estoy dispuesto a aceptar sus


condiciones. Ruego a usted quiera tener la amabilidad
de presentarse a tal hora y en tal fecha a las puertas
CAPITULO x x x n
de la estación X , a fin de continuar las negociaciones.”
“ Esta comunicación podría ser firmada con letra ile­
DESVIACIONES DE OBJETO
gible. Y o estaré en el lugar designado y la señora podría
informarme de su plan y decirme dónde debería volver E l a m o r q u e n o se atre v e a p ro n u n c ia r su n o m b r e . — E l p r e s :tgio
a encontrarla, a fin de ser conducido en automóvil, in­ d e l h o m o s e x u a lis m o en la a n tig ü e d a d . — Un p o e ix a c a r e e t e -
mediatamente, al lugar de m i destino. Comprenda, por r is tic o d e S h a k e s p e a r e . — ¿ E s e l h o m o s e x u a lis m o s o n g é n i io o
favor, que no puede haber cuestión de perfidia o de chan- a d q u ir id o ? — E l t r a t a m ie n t o d e la i n v e r s ió n s e x u a l. — ^A lgu nos
tage, porque tengo interés, a causa de mi condición, en c u r io s o s e je m p l o s d e t r a n s v e s t is m o . — N arcisism o r> a u t o m o n o -
contribuir al éxito de la empresa. No bien haya oido o s e x u a t is m o . — " B i l i t i s h a p a g a d o a B i li t t s " . — In fa n tilis m o y
leído la palabra "Prometeo” Sabré que ha sonado ya la g e r o n t o ft iia . — N e c r o filia , la a b e r r a c ió n m á s r e p u ls iv a . — L a s
v a r ia c i o n e s in n u m e r a b le s d e l f e t ic h is m o . — H is to r ia s d e z a p a to s .
hora de mi destino y no daré marcha atrás. Me ofreceré
— E l h o m b r e y la b e s tia ; a m o r e s d e z o ó filo s .
personalmente a que me engrillen manos y piernas. Evi­
dentemente, sería preferible hacer esto durante la noche.
Podría ser citado a un lugar, determinado anticipada­ En el capítulo anterior hemos hecho un análisis de
mente, en un camino donde estuviera esperando un auto­ las principales desviaciones de finalidad: voyeurismo,
móvil. Nadie sabría lo ocurrido, y tan pronto como se exhibicionismo y sado-masoquismo. Comenzaremos ahora
descubriese mi desaparición, estaría seguro, de este lado el estudio de las desviaciones de objeto, es decir, de aque­
de la frontera. Después de algunos años, cuando el asunto llas perversiones en que, hablando de un modo general,
se hubiese olvidado, podría ser enviado al extranjero. Le la finalidad perseguida por el individuo es idéntica a la
he dicho que soy pobre y que con nada podría contribuir que busca d sujeto normal, pero en que lo anormal es el
a este plan. Pero creo que la dama en cuestión podría objeto.
ganar bastante dinero con esto. Sé que con el tiempo su­ De todas las desviaciones de objeto la más difundida
cumbiría a este régimen, pero ello no me atemoriza. Ha­ es, incuestionablemente, el “ amor que no se atreve a pro­
bría cumplido así mi destino, pues no le tengo apego a la nunciar su nombre” —el homosexualismo— , en oposición
vida y deseo m orir. . . ” al heterosexualismo o amor entre individuos de diferentes
En cuanto al tratamiento del sado-masoquismo, es di­ sexos.
fícil y varía en cada caso. El médico que ha de tratarlo Magnus Hirschfeld define la homosexualidad como la
tiene a su disposición una gran variedad de medidas te­ tendencia sexual experimentada por ciertos hombres ha­
rapéuticas, que van desde la persuasión al psicoanálisis cia otros hombres y por ciertas mujeres hacia otras mu­
e incluso a la castración. En algunos países la castración jeres. En las obras científicas alemanas se usa a menudo
se realiza en los casos que resisten a todos los otros tra­ para alternar la designación del mismo fenómeno, el tér­
tamientos. Este procedimiento, desde luego, no puede ser mino uranismo.
clasificado entre los métodos usuales. Respecto a las definiciones, debe notarse que en el
público general existe por lo común cierta confusión entre
438 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
El homosexualismo 439
la pederastía y el homosexualismo. No es correcto Iden­
tificar ambos fenómenos, pues la pederastía es sólo una ser más eficaces que los otros como servidores del Estado.
variedad del homosexualismo. Cuando, a su vez, se convierten en hombres, aman a los
Para designar a las mujeres afectadas por esta anor­ -jóvenes, y si se casan y tienen hijos no es porque la na­
malidad .se usan los términos ksbianismo y tribadismo. turaleza los Impulse a ello, sino porque las leyes lo obli­
Hemos de definir ahora la biscxualidad, que difiere de gan. Lo que a ellos les agráda es pasar la vida en celibato
la homosexualidad, en que el bisexual se siente atraído mutuo.
por ambos sexos y en que, como destaca Hirschfeld, la "A mi me fué imposible resistir a Sócrates. Al princi­
atracción ejercida por su propio sexo no tiene su reverso pio, creyéndole envidioso de m i belleza, me felicité de mi
en la repulsión inspirada por el sexo contrario, como en buena estrqlla; creí haber encontrado una maravillosa
el caso de los homosexuales. Evidentemente, un indivi­ manera de triunfar, pues pensé que mostrando alguna
duo bisexual puede tener más tendencias heterosexuales consideración por sus deseos conseguiría que me comu­
que el homosexual, o viceversa. nicase él todo su conocimiento. Decidí atacarlo vigorosa­
Durante mucho tiempo se creyó, generalmente, que mente. Una vez que hube empezado no quise renunciar
la homosexualidad era un fenómeno limitado a la especie antes de saber cuánto podía yo valer. Le Invité a cenar,
humana, pero las observaciones de muchos expertos han como aquellos amantes que le tienden una red al ser
demostrado que no hay tal cosa. Aristóteles mismo ob­ amado. Negóse al principio, pero eventualmente consin­
servó tendencias homosexuales en ciertas palomas. Más tió, mas, inmediatamente después de la comida, quiso re­
recientemente, Hamilton ha afirmado que determinados tirarse. Una especie de pudor me impedía retenerlo.
monos pueden tener periodos de homosexualidad, y Pero, en otra ocasión, volví a tenderle una nueva celada,
Zuckermann ha notado también prácticas homosexuales y, después de la cena, continué la conversación hasta
en los mandriles y los chimpancés. Steinach ha observado muy entrada la noche, y, cuando quiso él retirarse, le
el mismo fenómeno en los escarabajos, y Hirschfeld, en obligué a quedarse, con el pretexto de que era demasiado
los gusanos de seda. tarde. El se acostó, por lo tanto, en la cama donde había
En la especie humana se ha observado la homosexua­ comido, que se hallaba muy cerca de la mía, y quedamos
lidad desde los más remotos tiempos. En Egipto, Honis solos en la casa...
y Set eran deidades homosexuales. También hallamos “ Cuando, luego, mis amigos y los esclavos se retiraron
vestigios de estas prácticas en los pueblos orientales. En y la lámpara se apagó, consideré que no había que andar
Grecia, Aristóteles habla del amor entre los jóvenes de un con rodeos con Sócrates y que debía expresarle franca­
mismo sexo, y otros filósofos llegan hasta colocar este mente mis deseos: — Sócrates, ¿no estás dormido aún?,
amor en un nivel superior al normal. le pregunté. — Todavía no, respondióme. — ¿Quieres, en­
Citamos un largo pasaje de Platón, que arroja bas­ tonces, saber lo que pienso? — ¿En qué piensas? — Pien­
tante luz sobre las costumbres de la antigua G reda: so, continué, que tú eres el único amante dfgno de mf, y
“ Muy injusto es que se les acuse (a los homosexuales) me parece que no te atreves a hacerme conocer tus sen­
de inmorales, pues no es por falta de pudor que se com­ timientos. En cuanto a mí, me consideraría irracional
portan de tal modo, sino porque tienen un alma vigorosa, si no buscase agradarte en ésta como en todas las otras
un especial coraje y un carácter viril, cosa que está de­ ocasiones, cuando pudiese hacerte un servicio personal­
mente o por medio de uno de mis amigos.
mos trqdapor el hecho de que, con los años, parecen ellos
“ Al decir esto, creí haberlo herido con el darao que le
440 Enciclopedia Sexual C ar ác te r del h o m o s e x u a lis m o 441

había dirigido. Sin darle tiempo de agregar una palabra, y decretando sin piedad m i duelo
me levanté, envolvíme en la capa que ustedes ven, pues al defraudar m i anhelo enamorado.
era invierno, me acosté bajo el viejo manto de aquel hom­ Puesto que para goce de mujeres
bre y, en los brazos de esta persona maravillosa y divina, te reservó el destino, a las doncellas
pasé toda la noche.'' dales el uso de tu amor, y dame
Tenemos también evidencias de costumbres homose­ a m í él disfrute de su cielo puro.
xuales entre los habitantes de Cartago, ciudad donde se
permitía y cultivaba el homosexualismo. Después de las Ejemplos de esta clase podrían multiplicarse hasta el
guerras púnicas, muchos de los romanos se aficionaron a infinito. Mencionaremos solamente a Andersen, W alt
tales hábitos. Algunos moralistas creyeron que era Car­ Whitman y Verlaine.
tago la responsable de este estado de cosas. Se dijo que * ♦ %
el mismo Julio César era un invertido. Lo cierto és que
muchos de les emperadores romanos tuvieron tendencias
homosexuales. Tal es el caso de Nerón y de Oalba. La gran íncertidumbre que se les presenta a los sexó­
La homosexualidad sobrevivió* al triunfo de la Iglesia logos que estudian los problemas de la homosexualidad,
cristiana, y sabemos que ha estado en boga en ciertos es saber si este fenómeno es congénito o adquirido. Hasta
monasterios. Todo el mundo conoce el famoso proceso Krafft-Ebing, Ja medicina lo consideró un vicio adqui­
contra los templarios, durante el reinado de Felipe el rido, el resultado de excesos heterosexuales o de la mas­
Hermoso. Más tarde, ciertos monarcas, como Enrique I I turbación excesiva.
y Rodolfo I I de Habsburgo, no ocultaron sus gustos pecu­ Después de la publicación de los libros del ilustre pro­
liares. fesor, se sabe que el homosexualismo puede ser congénito.
Nos queda por averiguar hasta qué punto.
El Renacimiento fué testigo del desarrollo de las cos­
Magnus Hirschfeld llega hasta sostener que la homo­
tumbres homosexuales, contando entre los invertidos más
sexualidad contiene siempre un elemento congénito,. aun
célebres a Miguel Angel, y más tarde, a los dramaturgos
cuando la manifestación de esta tendencia no se revele
ingleses Maríowe y Shakespeare, qüe en el famoso poema
hasta muy tarde.
siguiente revela su inclinación al homosexualismo:
He aquí lo que Magnus Hirschfeld escribe al respecto:
Un rostro de mujer me dió Natura, “ La fusión completa de la homosexualidad con toda
modelado con sabia mano afilante. la personalidad del homosexual, o de la lesbiana, tiende
Dueño de m i pasión, corazón dócil, a probar que la homosexualidad es innata en el individuo
pero ni femenino ni mudable. y no adquirida por él durante su vida. Si la homosexua­
Unos ojos con más fulgor y menos lidad fuese adquirida en el curso del tiempo, como resul­
falsía que los ojos de una niña, tado de circunstancias externas, podría desaparecer más
y cuya luz alumbra lo que miran, tarde, como resultado de algún otro acontecimiento; pero
hurtando las miradas de los hombres no es este el caso, pues esta aparición y esta desaparición
y de las bellas confundiendo el alma. son contrarias a todas las observaciones hechas durante
Para m ujer creado al ser creado, muchos años.
de t i al instante se prendó Natura, "Es un hecho establecido que homosexuales enérgicos
442 E n c i c l o p e d i a S e x u a l M ecanism o psíquico 443

y lesbianas de gran voluntad, desbando vehementemente notar que quienes, más tarde, serán invertidos, atraviesan
cambiar la dirección de sus impulsos sexuales hacia la un periodo durante el cual su instinto sexual se concentra
normalidad, han luchado en vano contra la tendencia Intensamente en una mujer (por lo común la madre) y
que los domina/' que después de haber pasado esta etapa se identifican
Ciertos autores, especialmente Iván Bloch,, reconocen con la mujer y devienen su propio objeto sexual; es decir,
la existencia de la homosexualidad innata en ciertos ca­ partiendo del narcisismo, buscan adolescentes que se les
sos, mientras destacan que existen invertidos tempora­ asemejen y a quienes desean amar como fueron ellos
rios, especialmente entre los marinos y los alumnos de amados por su madre (1 ).
los internados, que se abandonan a estas prácticas sólo “ Hemos notado también, con frecuencia, que los lla­
porque no pueden unirse a la otra parte del sexo opuesto. mados Invertidos no, eran en modo alguno indiferentes a
Otros Individuos pueden ser conducidos a las mismas por los encantos de la óaujer, pero que transferían la exci­
la influencia de homosexuales verdaderos. Sin embargo, tación producida por la contemplación de un miembro del
renuncian al hábito a la primera oportunidad que se les sexo opuesto, al objeto masculino. Así que, a lo largo de
presenta y se toman, una vez más, heterosexuales (1 ). la vida, repetían meramente el mecanismo que estaba en
El profesor Bloch, y quienes comparten su opinión, el origen de su Inversión. L a obsesión que los Impulsaba
distinguen dos clases de invertidos: los Invertidos con- hacia un hombre estaba condicionada por su huida cons­
génitos y los Invertidos ocasionales, a quienes califican tante de la mujer/’
de pseudoinvertldos. El número de homosexuales que existen en el mundo
Para ciertos discípulos de la escuela psicoanalista, la es considerable. Es en extremo difícil dar cifras exactas
homosexualidad es siempre adquirida. El profesor Sig- a este respecto, puesto que los homosexuales mucho se
mund Freud, aunque no coincida completamente con esta preocupan por ocultar sus tendencias. Debemos admitir,
opinión, admite, no obstante, que la homosexualidad es, sin embargo, la cifra del 1 al 3 por ciento como probable,
en gran parte, un carácter adquirido. He aquí lo que dice especialmente en las grandes ciudades. Ha de notarse que
al respecto: el porcentaje de homosexuales varia considerablemente
“ 81 el psicoanálisis no ha podido todavía explicarse en las distintas profesiones.
claramente los orígenes de la inversión, ha descubierto, Para explicar el fenómeno de la homosexualidad, va­
por lo menos, el mecanismo psicológico de su aparición rios escritores han sostenido que cada uno de nosotros
y ha presentado la cuestión en múltiples aspectos di­ posee en sí m ía n » una combinación de elementos mascu­
ferentes. linos y femeninos. Un homosexual masculino es simple­
“ En todos les casos bajo observación, hemos podido mente un hombre que posee un porcentaje mayor de ele­
mentos femeninos, y una homosexual es una mujer que
posee un porcentaje mayor de elementos masculinos. Ha-
(1) Debo decir que no está esto de acuerdo con mi ex­ velock Elite, sin embargo, observa, precisamente, que es1
periencia. He hallado que muchos Individuos practican el ho-
mosexualt^io durante la adolescencia y que luego se toman
completamente heterosexuales. Pero cuando la homosexuali­
(1) No es esto, en modo elgano, umversalmente válido.
dad se aprende en la edad adulta, como ocurre en el ejército Muchísimos invertidos Jam&s sienten atracción alguna por los
y la armada, es raro que el Individuo la abandone totalmente, adolescentes, slnd que son, desde el principio, atraídos sólo por
aun cupr.do tenga disponibles las oportunidades de satisfacción
hombres adultos viriles y de tipo masculino robusto. — N. H.
xuaL — N. H.
444 Enciclopedia Sexual C o n d u c ta h o m o s e x u a l 445
ésta una concepción muy esquemática, que no tiene en 3 a loa 4 años 4 de lo s 3 a 9 años 6B a los 14 años
cuenta todos los fenómenos que entran en juego. Pues, 6 i, i, 6 N 22 a „ 9 w 68 „ >1 15 M
dejando de lado los homosexuales ocasionales de que ha­ 5 de * Sa 0 n B d e ,, 8 ,, 10 i» 25 „ 9 1 IB 99
bla Iván Bloch, y que en el análisis final deben ser clasi­ 14 a „ 6 «■ 40 a „ 10 *9 14 „ 9t 17 ftr
ficados como individuos normales, parece justificable 4 de „ 8 „7 •» 32 „ „ 11 99 18 t* 18 r>
„ 7 *9 54 „ „ 12 1» 4 „ ft 19 M
considerar la homosexualidad como una tendencia con-
6 de „ 7 „ 8 N 43 .. ., 13 99 « !■ 20 N
génita, como una anomalía basada en condiciones con-
18 a „ 8 •»
génitas, "de manera que un invertido puede ser tan sano
como una persona que padece de daltonismo. La inversión 70 de los 4 a S años 201 de los B a 13 años 183 de los 14a 20 años
sexual congénita es, por lo tanto, del mismo orden que
una variación biológica. Es una variación debida, indu­ El 8 por ciento restante se divide de la siguiente ma­
dablemente, a la diferenciación sexual imperfecta, pero nera: 21 personas desde la más temprana edad, y 25 no
que no tiene relación definida con condición mórbida al­ pudieron dar respuesta alguna.
guna del individuo mismo” . En cuanto a la conducta de los homosexuales en ma­
Y Havelock Ellis destaca que este concepto de la in­ teria de amor, conforme a las observaciones de Havelock
versión sexual tiende ahora a prevalecer y que va ga­ Ellis: el 20 por ciento se abstiene completamente del
nando terreno. coito; del 30 al 35 por ciento se contenta con el contacto
En cuanto a los orígenes de la homosexualidad, care­ físico estrecho o con la masturbación recíproca; del 50
cemos de espacio para un estudio detallado de las hasta al 55 por ciento llega hasta la conexión lntercrural' (1)
ahora poco conocidas leyes de la herencia. La mayoría y, ocasionalmente, a la felatio (2 ).
de los médicos están contestes en que es alrededor de la El porcentaje de los que practican la pederastía (3)
pubertad cuando las tendencias homosexuales se obser­ no es, al parecer, muy elevado. Hirschfeld le asigna un
van, generalmente, por vez primera (1 ). Sin embargo, 8 por ciento y Havelock Ellis un 15 por ciento. Podría
acontece a menudo que un futuro invertido tiene sueños afirmarse, contrariamente a la opinión general, que la
eróticos de un carácter definidamente heterosexual. penetración física en la forma de posesión anal no es
En su Manual de Sexologia, Magnus Hirschfeld pu­ deseada por la gran mayoría de los invertidos.
blica estadísticas concernientes a 500 homosexuales que El doctor Bouardel cita un caso que le interesó viva­
fueron interrogados respecto a la primera manifestación mente en su condición de especialista. El sujeto era
de la tendencia. He aquí el resultado de la encuesta: enfermero de un hospital. En determinados días acos­
tumbraba recibir en su habitación a unos adolescentes,
y tenía allí lugar la siguiente escena:
"Hacía acostar al muchacho en posición horizontal;
(1) No estoy de acuerdo con ello. Investigando la historia luego adhería una ventosa a su pene, donde el operador,
de pacientes homosexuales, me ha llamado con frecuencia la por medio de una máquina neumática, producía un vacío.1
atención el hecho de que sus tendencias homosexuales se mani­
festaron claramente a una edad muy temprana, en algunos a
los cinco años y en muchos otros entre esa edad y la puber­ (1) Fricción del pene entre los muslos del compañero.
(3) Inserción del pene en la boca del compañero.
tad. — N. H. ( 3) Inserción del pene en el ano del compañero.
446 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
T r a t a m ie n t o db l a in v e r s ió n 447

Esto, naturalmente, daba lugar a una congestión local en clasificadas también en dos categorías. Muchas de ellas
el visitante. Tan pronto como se obtenía esto, el empleado muestran un carácter distintamente varonil, algunas ve­
retiraba la ampolla aspiradora 7 realizaba sobre su cliente ces sólo en el plano psicológico, pero otras también en el
un acto que no es legal ni siquiera en las parejas casadas. físico. Las que pertenecen a la otra categoría, sin em­
Cada cliente pagaba la suma de un franco. Habla ocho bargo, son de apariencia esencialmente femenina, y el ob­
o nueve de ellos por vez’'. (Chapotin, en Les déjaitistes servador más perspicaz no sería capaz de descubrir sus
de l’A m our). tendencias peculiares. Dice el doctor Hesnard que las
El doctor Gam ier ha hecho una observación Intere­ mujeres pertenecientes a la primera categoría buscan
sante respecto a los hábitos homosexuales. Cierto día, en emular al sexo opuesto, mientras que las segundas se
un paseo público, notó a dos niños, invertidos precoces, contentan con su propio sexo, aunque no hacen uso de
practicando el siguiente ardid: él excepto con las otras mujeres. Del mismo modo los in­
“ A alguna distancia de sus institutrices, simulando vertidos, en quienes la distinción está menos pronun­
un juego infantil, practicaban la succión del pene. El ciada, pueden evidenciar el deseo de ser mujeres, mien­
uno, sentado en una silla, colocaba la cabeza del otro tras otros, “ aquellos que permanecen hombres en su ac­
titud sexual, utilizan sus tendencias masculinas para
entre sus piernas, que cubría cuidadosamente con un de­
desear a los hombres, estando separados de las mujeres
lantal. El juego consistía en adivinar con qué mano ha­
por su conflicto infantil” .
bla sido dado el golpe en la espalda". El doctor, extra­
ñado por la lentitud y la irregularidad del juego, levantó La cuestión de la homosexualidad merece un estudio
súbitamente el delantal y descubrió el artificio. mucho más profundo, que es impasible dentro de los lí­
Existe a menudo la tendencia de considerar a los in­ mites de este libro. Para aquellos lectores a quienes la
vertidos del sexo masculino como necesariamente afemi­ materia puede Interesarles particularmente, les recomen­
nados. Quizá sea esto verdad en un gran número de damos el libro de los doctores Hirschfeld, Abraham y
ellos, quienes, además de presentar lina apariencia de Vachet; La evolución de la sexualidad y de los estados
intersexuales, del doctor Marañón; las obras de Havelock
acentuada feminidad, poseen ciertas características psi­
cológicas femeninas, tales como la vanidad frívola, el EHis y, finalmente, la documentación exacta y consciente
amor a los adornos y los modales afectados. Pero en del libro dél doctor Hesnard, que tan valiosa ayuda nos
modo alguno es esto aplicable a todos los invertidos. ha prestado.
Asi como no podemos considerar a las rameras como las Respecto al problema contencioso del tratamiento dé
representantes de su sexo, los homosexuales no pueden la inversión sexual, ha de admitirse que, propiamente ha­
ser estimados como prostitutos afeminados. Existen ho­ blando, no existe remedio capaz de transformar a un In­
mosexuales de apariencia viril y hasta con un carác­ vertido en una persona de sexualidad normal. L a inter­
ter esencialmente masculino. Pero el tipo afeminado vención quirúrgica puede ser eficaz en ciertos casos, y
es más notable y por eso se le considera como típico. Al­ para ciertos fenómenos asociados con la homosexualidad,
gunos cultivan con frecuencia la hombría para compen­ tales como la depresión neurótica, un régimen alimen­
sar su sentimiento de la virilidad menoscabada — como ticio, juntamente con un sistema de reeducación, podrían
afirma con exactitud el doctor Hesnard— , mientras otros intentarse con éxito.
buscan la virilidad en la otra parte. En cuanto al tratamiento curativo, algunos especia­
En cuanto a las mujeres homosexuales, pueden ser listas, siguiendo las huellas del doctor Schrenck-Notzing,
448 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
¿Deben casarse? 449
están por la sugestión hipnótica. Parece, sin embargo,
que este método no ha demostrado su eficacia y que ha ¿Puede el método, pues, considerarse un excelente re­
fracasado en cuanto a los resultados esperados por sus sultado terapéutico? Es evidente que todas las razones
inventores. inducen a desconfiar del matrimonio como remedio para
El método psicoanalítico ha encontrado también fer­ las tendencias homosexuales. En efecto, hay poca posi­
vientes partidarios entre los psiquiatras. Se lo aplicó con bilidad de que este medio libere al paciente de sus ten­
dencias hacia la inversión. Por el contrario, podría acen­
gran entusiasmo; no obstante, la gran mayoría de los es­
tuarlas. En cambio, las personas razonables vacilarían
pecialistas sostienen que no puede dar resultado apre­
antes de llegar a afirmar categóricamente que los in­
ciable alguno.
dividuos con tendencias homosexuales no deben casarse
Alberto Molí ha propuesto el tratamiento por asocia­
jamás. En verdad, después de buscado el consejo médico
ción, tomando la expresión de Havelock Ellis, que con­
y una vez que la otra parte haya sido informada franca­
siste en buscar una transacción por medio de la cual los
mente de la situación, es posible que, en ciertos casos, el
deseos del invertido se dirijan hacia el acto sexual nor­
matrimonio sea aconsejable, aunque existiría siempre el
mal. Y así el paciente que tiene inclinación por los ado­
peligro de que el invertido considerase el acto sexual con
lescentes, sería dirigido hacia las mujeres de modales va­
su compañera como una especie de masturbación en la
roniles.
vagina.
A este respecto, cita Havelock Ellis el caso de uno de
Havelock Ellis infiere que la mejor actitud para el
sus enfermos que deseaba volver a la vida normal, y que
invertido congénito, bajo las presentes condiciones so­
cierto día, en Malta, encontró a una muchacha italiana
ciales, “ es retener su ideal particular y sus instintos, pero
que le invitó a visitar su casa. He aquí la confesión del
renunciar a toda esperanza de satisfacer sus deseos anor­
paciente;
males o de tomarse normal, aun cuando tal conducta le
“ Era sutil como un muchacho; tenía -la figura de un
obligue inevitablemente, de vez en cuando, a buscar una
adolescente, casi nada de pechos. Concurrí a la cita en
forma de desahogo autoerótica, por poco satisfactoria
su departamento y la encontré vestida con un pijama de
que ella sea” ( 1 ).
hombre. Me atrajo definidamente y, no obstante, fui in­
capaz de desempeñar el papel de hombre. La dejé, pero * * •
sin mi sentimiento habitual de repulsión. Volví a la
tarde siguiente y el resultado satisfactorio me llenó de No podemos terminar este estudio de la homosexua­
placer. Seguí viendo a aquella muchacha, antes de par­ lidad sin mencionar el transvesttsmo, aun cuando, pro-(l)
tir de Malta, pero aunque me atraía, jamás gocé, en
realidad, el acto, y tan pronto como éste terminaba
deseaba volverle la espalda. Desde entonces he tenido (l) No existe hasta ahora común acuerdo sobre la causa de
la homosexualidad. En un extremo se hallan quienes consideran
relaciones por lo menos con una docena de mucha­ que se debe siempre al efecto psicológico de un ambiente falso,
chas. Pero siempre se trata de un esfuerzo y quedo pero si aceptamos este criterio nos será difícil comprender por
con un sentimiento de repugnancia. He llegado a la qué algunas personas sujetas a una serle de influencias am­
conclusión de que lás relaciones sexuales normales no bientes particulares se tornan homosexuales, y otras, sujetas a
son para m í más que una forma de masturbación cara las mismas influencias, no. Estamos obligados, pues, a admitir
que debe existir una predisposición en ciertas personas y en
y peligrosa” . otras no. Tal predisposición podría, quizá, en última instancia.
450 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
E l t r a n s v e s t is m o 451
píamente hablando, no se trate de una perversión de ob­
mal, aunque, como observa Havelock Ellis, su vigor se­
jeto, El paciente que lo sufre se identifica con el sexo xual suele estar por debajo del término medio.
opuesto, tanto en la manera de vestir como en los ideales La manera cómo el transvestismo se produce plantea
en general. Sin embargo, no tiene necesariamente ten­ el mismo problema que el origen del -homosexualismo.
dencias homosexuales. Algunos insisten sobre su carácter adquirido en la ma­
Transvestismo es el término usado por Magnus yoría de los casos y creen que un apego muy estrecho
Hirschfeld; otros, siguiendo a Havelock Ellis, lo denomi­ a la madre tiene a menudo algo que ver con la evo­
nan tonismo, tomado de su prototipo, el caballero d’Eon. lución de esta tendencia. En cambio, Magnus Hírsch-
Fué éste un personaje histórico, como el marqués de íeld y los que le siguen, sostienen que el transvestismo
Sade. Murió en Londres a la edad de 83 años, después no es una tendencia adquirida, sino innata, y que sim­
de pasar 49 años de su vida como hombre y 34 como plemente se acentúa a medida que el sujeto va avan­
mujer. Durante muchos años se desconoció su verdade­ zando en edad. En todo caso, un hecho aparentemente
ro sexo, siendo éste el tema de conversaciones preferido casual puede, de súbito, desarrollarla por entero.
de la sociedad. Se dice que las apuestas al respecto al­ Magnus Hirschfeld distingue diez categorías de
canzaron, en la época de su muerte, a 200.000 libras es­ transvestistas: el transvestista completo, el transves-
terlinas en Inglaterra y a 80.000 en Francia. El examen tista extremo (que desea cambiar su sexo), el trans-
post mortem reveló, finalmente, que era, en verdad, un vestlsta parcial (que se contenta con usar medias y
hombre. ropa Interior de seda, siendo hombre, y ropa interior
El transvestismo es un fenómeno muy frecuente, casi de hombre, en el caso de ser m ujer), el transvestista de
tanto como la homosexualidad. Las personas que tie­ nombre (que adopta un nombre de pila perteneciente
nen tal tendencia la ocultan, por lo común, muy eficaz­ al sexo opuesto, como George Sand, por ejemplo), el
mente, hasta el punto que sus parientes más cercanos transvestista constante (que permanece asi durante toda
a menudo no se dan cuenta de la misma. Más aún: su vida), el transvestista periódico, rí transvestista nar-
pueden ellas llevar una vida sexual absolutamente nor­ cisísta, el transvestista metatrópico (que busca el amor
de las mujeres varoniles, siendo hombre, y el de los hom­
bres afeminados, siendo m ujer), el transvestista bisexual,
ser reducida a factores físicos, vlncv'.ados posiblemente a las y, finalmente, el transvestista homosexual.
glándulas de secreción Interna.
En el otro extremo se hallan quienes sostienen que el factor A fin de ilustrar hasta qué punto esta tendencia puede
del medio ambiente es desatendible y que la homosexualidad es esclavizar a un individuo, citaremos un caso clínico des-
Innata. Esta escuela destaca los caracteres físicos, tales como crípto por el doctor Hirschfeld:
los mudos anchos y las rodillas que se Juntan, en los homo­ “ Rodolfo (“ Dora R.” ) ; cuarenta años de edad. Ocupa­
sexuales, o los muslos estrechos y otras características mascu­ ciones simples diferentes; anteriormente, cocinero de un
linas en las homosexuales. A primera vista este argumento pa­
recería concluyente, pero nos encontramos frente a la dificultad gran restaurante de Berlín. Nació en Erzgeblrge, de pa­
de explicar el elevado número de hombres con caracteres físicos dres sanos, que tuvieron otros hijos, todos igualmente
femeninos y de mujeres con caracteres masculinos que sin em­ sanos de cuerpo y de mente, a estar a las indicaciones
bargo, no son en absoluto homosexuales, asi como la gran can­ dadas por R. Hasta su sexto año, R. no se diferenciaba
tidad de homosexuales extremos que no presentan caracteres en modo alguno de los demás niños. Tuvo las enferme­
sugestivos del sexo opuesto. — N. H.
dades comunes a éstos y era dócil y de educación fácil.
452 E n c i c l o p e d i a S e x u a l E j e m p l o s de tr a n s v e s t is t a s 453

Se destacaba solamente por su carácter calmo y reservado. las piernas, eran de forma definldamente femenina. Este
Jugaba solo y jamás molestaba a los adultos o a sus desarrollo del cuerpo tuvo lugar después de la pubertad.
compañeros de juego. Unicamente cuando sus padres Dió sus primeros pasos en cuanto a cambiar su sexo en
quisieron cambiarle el traje de mujer de los niños muy el año 1921, época en que se hizo castrar. Como conse­
pequeños por el de los varoncitos, se tom ó recalcitrante cuencia de esto se debilitó su instinto sexual, pero la ten­
y luchó con todas sus fuerzas para que esto no aconte­ dencia homosexual, asi como sus sentimientos, permane­
ciera. Deseaba continuar usando el vestido anterior. No cieron idénticos. Este paso, sin embargo, no fué paia él
obstante, insistieron los padres en que el niño, perfecta­ suficiente, y procuró obtener un mayor grado de femi­
mente masculino, usara pantalones. Recién a los seis nidad en sus partes sexuales. Finalmente, en 1930, le fué
años la conducta del niño se hizo por vez primera ex­ practicada la operación que él mismo habia Intentado a
traña: procuró atar su pene con un hilo. Consideraba la edad de seis años, es decir, la extracción del pene, y
superfluos sus órganos sexuales y deseaba de este modo seis meses después completó la transformación mediante
librarse de ellos. Fué descubierto a tiempo como para el injerto de una vagina artificial.
evitar consecuencias más serias, tales como la supuración "Vemos, entonces, que, en este caso, la tendencia se
o la necrosia. manifestó a los seis años y persistió durante toda la vida,
"Sin embargo, en el curso de los años siguientes acen­ de tal modo que nada pudo obstruir su desarrollo o su
tuóse más la tendencia del niño a adoptar modales fe­ intensidad. Por el contrario, se fué robusteciendo cada
meninos. Vestíase secretamente con los vestidos de vez más, siendo las consecuencias más y más profundas.
sus hermanas y nada le procuraba tanto placer como En ningún otro caso se ha perseguido una meta hasta el
pasearse de esa guisa. Exteriormente no era en absoluto éxito definitivo con tanta Intensidad de esfuerzo y tan
distinto a sus amigos de la misma clase social. Finalizó in f atigabl emente."
sus estudios escolares con éxito, después de adquirir un Por lo común, el uso de ropas del sexo opuesto no
conocimiento general bueno. Empezó a trabajar a la
implica un inconveniente serio, sea para el paciente o
edad de catorce años y era Inteligente, bien intencionado, para los vecinos. Acontece algunas veces, sin embargo,
siendo su comportamiento público correctísimo. Su des­
que pueden originarse serias situaciones embarazosas,
arrollo sexual fué normal. Pero pronto se evidenciaron
como en el caso del marinero transvestísta, mencionado
sus tendencias de carácter homosexual. Su manía de
por Magnus Hirschfeld. Este individuo, habiendo sido mo­
vestirse como una mujer se intensificó con el correr de
vilizado durante la guerra, aprovechaba sus periodos de li­
los años. A causa de esto abandonó su lugar de naci­
cencia en tierra para vestirse de mujer. Sus maneras
miento y se estableció en una gran ciudad, donde podía
sospechosas atrajeron la atención de las autoridades,
dar rienda suelta a sus tendencias. Allí se las arregló para
quienes lo tomaron por espía. Habría sido fusilado de
vivir como mujer, desde los 26 ó 27 años. Como suele
inmediato de no haber sido su caso conocido por Magnus
ocurrir en los transvestistas, esta semejanza externa ai Hirschfeld, quien intervino a tiempo. Otros transvestis­
sexo femenino se fué tomando gradualmente insufi­ tas, arrestados por ambas partes, fueron ejecutados de
ciente, y su único deseo fué transformar su cuerpo de la inmediato sin piedad alguna.
misma manera. En esto fué auxiliado por su constitu­
El caso de los transvestistas que llegan hasta exigir un
ción primaria, que era de tipo andrógino, es decir, el
nuevo estatuto civil, o pedir al médico el cambio de su
pecho, el bajo vientre y las nalgas, así como los brazos y
El habcisism o 455
454 E n c i c l o p e d i a S e x u a l

to— experimenta una atracción especial, de naturaleza


sexo, requeriría un estudio especial, que no podemos em­
sexual, hacia su propio ser y, especialmente, hacia su pro­
prender aquí ( 1 ).
pio cuerpo, hacia su propia imagen y hacia su propio
* * » intelecto” .
Durante mucho tiempo se ha confundido el fenómeno
El narcisismo, que debe su nombre al héroe legenda­ de la masturbación con el del narcisismo. Hay, sin em­
rio griego que se enamoró de su propia imagen al verla bargo, una notable diferencia entre ambos. Este puede
reflejada en las aguas de una fuente, es otra forma de per­ combinarse con aquél, pero aquél no implica necesaria­
versión de objeto. Más aún: esta anomalía lia sido de­ mente la presencia de éste. El adolescente adicto a la
signada con otro nombre por especialistas que la han es­ masturbación tiene que recurrir a este procedimiento
tudiado. Magnus Hirschfeld la denomina automanose- como último recurso, porque carece de compañera, mien­
rualisma, y Latamendl, español, autoer ostia. Los aufo- tras el narcisista activo, en modo alguno siente la nece­
monosexuales, que en la terminología de Hirschfeld se sidad de compartir sus emociones. El masturbador en­
llaman autistas, por abreviación, son individuos atraídos cuentra en si mismo el instrumento de su satisfacción,
por su propio cuerpo. “El narcisismo, dice el doctor Hes- mientras que el narcisista ve en su propio cuerpo el
nard, consiste esencial y primariamente en el hecho de objeto de sus deseos. Aquél sólo ama su placer, mientras
que el individuo en cuestión — niño, adolescente o adul­ que éste está enamorado de si mismo. Además,, los nar-
clsistas no son siempre masturbadores; las formas de
cí) El transvestlsmo es mucho más común de lo que ge­
neralmente se cree. Un número elevado de individuos apro­ juego más inocentes, las caricias superficiales ó la mera
vecha toda oportunidad que se les presenta para ir a los bailes contemplación del propio cuerpo en el espejo, pueden
de fantasía disfrazados del sexo opuesto. Muchos de estos in­ bastar para satisfacerlos enteramente.
dividuos no tienen plena conciencia de que existe un elemento En uno de los primeros capftulosvde este libro nos re­
sexual en el placer que derivan al vestirse de ese modo. Casos feríamos a la teoría de Rreud, según la cual todo ser
han llegado a los tribunales, de hombres arrestados por varias
ofensas, que estaban vestidos como mujeres y, menos frecuente­ humano, durante su infancia, p asad or un período de
mente. de mujeres vestidas de hombres. En Inglaterra, las auto­ autoerotismo. Esta necesidad seria, entonces, un factor
ridades Judiciales y legales acostumbran, por lo común, Ignorar, innato en el hombre, simplemente modificado por los
o no hacer referencia al hecho de que existe un elemento sexual hechos externos y dirigido hacia el mundo exterior. Los
en estos casos. En loa últimos años, los casos de Augusto Hull
y de la mujer conocida por el "Capitán Barker", despertaron filósofos del amor han expresado a menudo la idea de que
gran interés público en aquel país. lo que amamos en realidad es a nosotros mismos y que
£1 caso más notorio, producido últimamente, de los Indivi­ es la vanidad y el orgullo de nuestro propio cuerpo lo que
duos que se someten a operaciones quirúrgicas a fin de apro­ nos incita a buscar una admiradora. El deseo de Inspirar
ximarse al sexo opuesto, es el del pintor danés Etnar Wegener, amor no sería, por lo tanto, más que un ideal egoísta,
que se hizo extraer los árganos genitales, trasplantar los ovarios
e intentó proveerse de una vagina artificial. Murió como con­ tendiente, en cierto modo, a consagrar nuestro propio
secuencia de todas estas operaciones, pero antes de su muerte valor.
logró que las autoridades danesas anularan su matrimonio y He aquí un pasaje notable, referente al asunto en
1c extendieran un nuevo certificado en que figuraba como cuestión, de Rémy de Oourmont:
mujer, con el nombre de Lili Elbe. Este caso se encuentra.ana­
lizado ampliamente en el libro Afán fn Wornan, publicado por ” . . . Lo que vemos clara y deliciosamente como en un
Jarrotds, en Londres, en 1933. - N. H, espejo es a nosotros mismos, remodelados y más embe-
450 E n c i c l o p e d i a S e x u a l PSIQU1S NARCISISTA 457

llecldos por el amor. Sucede que cuando creemos amar a senos, cómo jamás se cansa de acariciarlos, y se dirige
otro ser, no hacemos más que amamos a nosotros mis­ a ellos con las siguientes palabras ardorosas:
mos, y como ese otro ser está sujeto a las mismas Ilu­ “ ¡Oh, mis senos, flores de carne! ¡Cuán ricos sois en
siones nuestras, ambos amantes se hallan bajo la im­ voluptuosidad! ¡Qué suavidad la vuestra, cuánta tibieza
presión que se dan a sí mismos y se toman mutuamente, y cuántos perfumes juveniles emanáis!
mientras que no hacen sino tomarse y darse a su propio “ Antes erais fríos como el pecho de una estatua y
egoísm o... Desde el punto de vista exclusivamente idea­ duros como insensibles bloques de mármol. Desde que os
lista, el narcisismo sería la fórmula suprema del amor." habéis hecho flexibles os he acariciado siempre más, aun­
Las personas sensibles, los estetas y, especialmente, las que ya os amaba antes. Vuestros contornos plenos y re­
mujeres, son los que más evidencian las tendencias nar- dondeados son la gloria de mi cuerpo moreno. Que os
cisistas. Los sexólogos citan a menudo un pasaje del es­ aprisione en redes de oro o que os deje al descubierto,
critor español Valera, que hace pronunciar a una de sus siempre vuestro esplendor va delante de mí.
heroínas, al salir del baño, las siguientes palabras: “ Sed, pues, felices esta noche. Mis dedos están hechos
para las caricias, pero sólo vosotros las conoceréis hasta -
“ En estos momentos me siento impulsada a realizar
mañana por la mañana, pues esta noche Bilitis ha pa­
actos infantiles, inocentes o viciosos, no sé. Sólo sé que
gado a Bilitis.”
me agrada mirarme a mi misma, contemplarme y admi­
Los hombres también, aunque con menos frecuencia,
rar mi propia belleza de una manera desinteresada. Para
pueden comenzar a practicar, faute-de-mieux, la mastur­
mí, no es una cuestión de sensualidad vulgar, sino de
bación y a hallar satisfacción en sus manejos autoeró-
visiones estéticas y platónicas. Me comporto como una tlcos, convirtiéndose así en verdaderos narcísistas. Son
narcisísta; llevo mis labios a la superficie fría del espejo comúnmente personas tímidas, carentes de audacia y de
y beso mi propia imagen,*' espíritu de conquista, y la perversión les ahorra la mo­
A las mujeres conscientes de su belleza siempre les lestia de buscar la compañera. Pero el sentido estético
ha agradado contemplar su propia imagen, y el espejo continúa desempeñando su parte y es más bien raro en­
juega una parte importante en su vida. Cuando se can­ contrar narcisistas en individuos poco favorecidos por la
san de su desnudez, se cubren con hermosas sedas y naturaleza. El narcisismo es muy común entre los ac­
practican poses seductoras para regalo de sus propios tores y las cantantes, aunque no de un modo exclusivo.
ojos. No quieren testigos. L a compañía de su imagen re­ Mareados por el éxito y los aplausos, llegan, finalmente,
flejada en el espejo es para ellas fuente de honda e im­ a ver en ellos mismos un objeto digno de amor excepcio­
perecedera dicha. La fotografía es otro manantial de nal y, al par que conservan una sana sexualidad, caen en
placer para ellas. Pasan horas enteras admirando foto­ los excesos del narcisismo, que son más psicológicos que
grafías de sí mismas, preferentemente en las que apa­ sexuales. Magnus Hirschfeld tuvo bajo observación a un
recen desnudas, y que coleccionan conscientemente. Las hombre tan enamorado de su propia belleza, que el nar­
mujeres de naturaleza más atrevida no se contentan con cisismo había suplantado, en su caso, toda otra forma de
este placer visual y se abandonan a las caricias apasio­ amor. Poseemos numerosas fotografías de un hombre de
nadas, inspiradas por el amor a su propio cuerpo. Pierre gran reputación que no se siente sexualmente atraído
Louys, en su Chanson de Bilttis, describe a una cortesana hacia los hombres o las mujeres, que jamás ha tenido
enamorada de sí misma. Expresa ella cómo adora sus relación sexual, en forma alguna, con otro ser humano.
45S) E n-c i c l o r e d i a Sexual El in f a n t il is m o 459

Contemplando con calma su propio cuerpo desnudo —el ble. Pero el Infantilismo que conduce a la perversión se
cual, por cierto, está bellamente modelado— , fotogra­ encuentra principalmente en el sexo masculino.
fiado en varias poses estéticas y rodeado de hermosos Existen dos clases de hombres que se sienten atraídos
objetos y yaciendo, por ejemplo, sobre suaves pieles, halla por la niñez: los jóvenes de veinte a treinta años de
la deseada excitación erótica. edad, cuya condición fisiológica no evolucionada los ase­
Una forma algo especial de narcisismo es la que con­ meja en todo a los niños, y los viejos, en quienes esa
siste en hallar placer contemplando reflejada la propia similitud se produce por una regresión de la actividad se­
imagen durante el acto sexual. No se trata aqui de auto- xual. Para Ilustrar el primero de estos tipos, recordare­
erotismo puro, sino de una especie de voyeurismo apli­ mos la observación de Magnus Hirschfeld respecto a un
cado a si mismo. Esta aberración es más frecuente de joven de veinticuatro años, de origen burgués. Fué con­
lo que generalmente se supone y los propietarios de pros­ denado por conducta indecente, después de haber sido
tíbulos se dan plena cuenta de ello, pues casi todos los cogido in fraganti con dos niños de nueve y diez años,
establecimientos grandes de esta especie poseen habi­ respectivamente. Se entregaba con estos niños, lo que
taciones provistas con espejos, que permiten al cliente le producía una completa satisfacción, a la masturbación
este pequeño placer suplementario. recíproca. En este caso se había retardado la pubertad
y cuando, alrededor de los diecisiete años, tuvo conciencia
• • * de las necesidades sexuales, halló que sus deseos no tenían
otro objeto que los' niños de dos a diez años de edad.
Su perversión le provocaba tormentos morales y, al oír
El infantilismo y la perversión opuesta, la gerontofi- hablar de un tratamiento consistente en la castración, se
lia, pueden ser incluidos en la categoría de las perver­ dirigió al profesor a fin de someterse a dicha intervención
siones de objeto, puesto que los individuos afectados por quirúrgica. A la tercera semana después de operado, su
estas aberraciones buscan un objeto de amor anormal; tendencia pervertida comenzó a declinar y los niños ya
un niño o un anciano. Lo que aquí diferencia al normal no le proporcionaban otro placer que el estético. Final­
del pervertido es sólo la desproporción en la edad. mente, este último placer desapareció también y el joven
Mientras las más de las aberraciones tienen un origen fué liberado de la obsesión sexual ( 1 ).
físico o psicológico, el infantilismo es una aberración de­ Los anales de la medicina forense registran innume­
bida principalmente a los trastornos fisiológicos. Es evi­ rables casos de ancianos entregados al acto sexual con
dente que las perturbaciones psíquicas pueden ser deter­ niños y niñas. Son a veces personas de un pasado hono­
rable, impulsadas a las acciones inmorales simplemente
minadas por un desarrollo físico anormal, pero, en este
por perturbaciones en su vida sexual. Estas perturba­
caso, no estamos frente a aquellas fijaciones traumáticas
ciones van a menudo acompañadas de trastornos menta­
que se encuentran en las raíces de tantísimas otras per­
les, que son mucho más pronunciados en el caso de los1
versiones.
Los Infantilistas son personas cuyo aparato genital
no ha alcanzado un completo desarrollo, sino que se ha
detenido en la etapa infantil. En los hombres son los (1) Ea Importante seftalar que la castración no siempre
testículos, y en las mujeres los ovarios los órganos que es absolutamente eficaz para curar al paciente de tendencia
pervertida. La segregación puede ser más necesaria y, en mi
con mayor frecuencia evidencian una atrofia consldera- opinión, es, en tales casos, mejor que la castración. —• N. E.
460 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
La g er ontofilia 461
dipsomaniacos. El infantilismo de los ancianos, aunque plicar cómo ha podido ocurrir, pues al comportarme
odioso en sí mismo, se tom a con frecuencia todavía más de tal modo estaba siempre tan excitado, que no sabía lo
horrible por la adición del incesto. Sus propios hijos sue­ que hacia y no me daba cuenta de nada hasta después,
len ser presas fáciles para este tipo de paciente, y la cuando me acusaba a m i mismo amargamente. Pero la
mayoría de los casos de incesto, que tanto conmueven, actitud de la niña evidencia con perfecta claridad que su
son causados por el infantilismo senil, agravado casi madre se proponía perderme; además, o í a ésta decir que
siempre por el alcoholismo. En el curso de su larga expe­ llegaría el día en que se vengaría de mí. Todo lo que he
riencia, Magnus Kirsch feld ha tenido en observación va­ hecho fué jugar con mis dedos en los órganos sexuales
rios casos de esta anormalidad. Citaremos el más ca­ de Marta.”
racterístico. El de un hombre de sesenta y cinco años, La gerontofilia es una tendencia similar al infantilis­
apocado y gran consumidor de cerveza. Tenía cinco vás- mo, pero con la diferencia que el objeto del deseo es una
tagos, y fué acusado de prácticas incestuosas con su hija persona mucho mayor.
menor, Marta, de ocho años. Procuró descargar toda su Aparte de las causas fisiológicas, esta perversión, se­
responsabilidad sobre su esposa, con el siguiente relato gún las teorías de Freud, tiene un origen psicológico. Es
de su conducta: sabido que esta escuela atribuye a los niños el amor
“ Al nacer la niña, me encariñé mucho con ella. Tenía sexual a los padres del sexo opuesto, fenómeno designado
la pequeña apenas un año cuando abandoné a la fami­ con el nombre de “ complejo de Edipo” . Cuando el des­
lia, y volví a verla nuevamente tres años después. Cir­ arrollo del sexo infantil no se continúa normalmente, el
cunstancias de las que mi señora es responsable, me sujeto, al par que se aparta del objeto de su deseo, puede
obligaron a alejar del hogar a tres de mis hijos — entre retener una preferencia hacia las personas de más edad.
ellos a Marta— , a fin de ser educados en un convento ca­ De modo que el joven se sentiría atraído por las mujeres
tólico, en B. Desde aquella época no volví a verles hasta el que le recordasen a su madre.
mes de enero de este año, en que los hice traer a Berlín. A
Juan Jacobo Rousseau admite en sus Confesiones, con
consecuencia de la separación, habíanse tomado ex­
su acostumbrada sinceridad, la atracción que le produ­
traños para mi, y esto, lo admito, me perturbaba mucho.
cían las mujeres maduras. En la obra monumental del
No podría explicar qué fué lo que me impulsó a obrar
doctor Hirschíeld hallamos también una observación in­
como lo hice. Culpo a mi esposa de lo acontecido. Por
teresante respecto a la gerontofilia. Desde su más tem­
varias razoites hizo ella todo lo que pudo para conducirme
prana edad el sujeto se sintió atraído por hombres de
a este trastorno, en primer lugar, haciéndome dormir en cincuenta a sesenta años. Cierto día conoció a un an­
la misma cama donde la niña dormía, entre su madre
ciano, cuya hermosa cabeza, adornada con una barba im­
y yo, y también dejándome solo con ella. Creo que fué
presionante, le inspiró inmediatamente pasión. Como el
en julio cuando por vez primera comencé a jugar con los
objeto de sus deseos no respondía a sus avances, ei joven,
órganos genitales de la niña. Me hallaba entonces extre­
a fin de no romper las relaciones con aquél, decidió ca­
madamente excitado y había momentos en que no sabia
sarse con la hija del anciano. Continuó in ¡.creándose por
lo que hacía. Posteriormente me arrepentí de mi acto y
resolví no volver a repetirlo. Pero no puedo dominarme su suegro y hasta llegó a intercambiar besos con él. Su
y lo he consumado en total cuatro veces, de lo que me esposa te dejaba indiferente, pues todo su deseo sexual
arrepiento sinceramente. Seria imposible para mi ex­ concentrábase en el anciano. Se trataba, desde luego, de
un caso de gerontofilia homosexual.
462 E n c i c l o p e d i a S e x u a l La n e c r o f il ia 463

Seria un error ver manifestaciones de gerontofüla en “ Tuvo relaciones sexuales con su esposa durante ocho
los matrimonios relativamente numerosos en que la di­ años de vida marital, pero prefería que ella permaneciese
ferencia de edad de los cónyuges es muy notable. Aquí absolutamente calma, inerte, durante el acto sexual, sin
la única perversión es el exagerado amor por el dinero. decir nada y sin manifestar goce alguno. En 1924, su com­
Pero no es menos cierto que los adolescentes, y aun los pañera murió de neumonía. Con gran dificultad cavó un
Jóvenes de más de veinte años, se sienten atraídos sexual- pasaje subterráneo que iba desde su jardín a la tumba
mente por las señoras mayores. Las muchachas eviden­ de su esposa, obra ésta que le Insumió alrededor de dos
cian también, algunas veces, análoga perversión. Mien­ meses de trabajo. Desde entonces se dirigía a visitar a la
tras permanecen indiferentes frente a los jóvenes de su muerta por este pasaje, hasta que fuó descubierto. Nada
misma edad, la presencia de un hombre de blanca cabe­ pudo hacerle confesar qué h ada en la tumba. Dijo, sim­
llera las excita. Pero se trata, casi siempre, de una abe­ plemente, que sus visitas se producían regularmente to­
rración temporaria, de pocas consecuencias, que desapa­ dos los días, y que llevaba ñores o frutas al cadáver. Más
rece con el desarrollo de la mujer. adelante le llevó perfumes, los cuales, sin embargo, eran
Entramos ahora en la necrofilia (1), la más repug­ para su propio uso, pues el hedor de la tumba se habla
nante de todas las aberraciones, a causa de su carácter hecho insoportable. El ataúd evidenció signos de haber
macabro. sido abierto. Según sus propias manifestaciones, sus vi­
Se ha intentado explicar de muchas maneras estas sitas duraban de diez a quince minutos.
tristes predilecciones por los cuerpos muertos. La es­ “ Ninguna huella de violación pudo observarse en el
cuela freudiana ve en la necrofilia recuerdos de la in­ cadáver, que se hallaba en un estado de putrefacción
fancia, del amor sentido hacia la madre dormida y la avanzado. Respecto a sus sentimientos, F. S. sólo pudo
fijación de los primeros sentimientos sexuales desperta­ decir que su permanencia en la tumba de su esposa le
dos por este espectáculo. Otros expertos atribuyen estas producía una sensación en extremo agradable y que en
tendencias patológicas a cierta pereza sexual, que induce su cama jamás se había sentido tan feliz como junto al
a buscar una compañera dócil, incapaz de ofrecer la me­ ataúd de su mujer.”
nor resistencia. Algunos autores confunden la necrofilia con el vam-
Un ejemplo clásico en los anales de la medicina es pirismo, que es una variedad del sadismo. La verdad es
el de Ardisson, que desenterró el cadáver de una niña y que el placer del vampirismo consiste solamente en asesi­
lo ocultó en un desván, donde iba todas las noches para nar a la mujer deseada, mientras que la necrofilia es la
violarla, hasta que el pobre cuerpo ultrajado comenzó a atracción hacia el cuerpo inanimado. No obstante, debe
pudrirse. notarse que la necrofilia, cuando es incapaz de procurar
La patología sexual revela casos de hombres que prac­ el objeto deseado, puede llegar hasta el crimen, pues la
tican el coito sólo con mujeres dormidas, por lo que la apetencia de poseer a un cadáver es en este caso tan fuer­
necrofilia vendría a ser una perversión análoga, pero lle­ te, que puede enceguecer al sujeto hasta el punto de con­
vada al extremo. Magnus Hirschfeld relata el caso de un vertirlo en asesino. Es posible que los vampiros de Düs-
hombre que, habiendo empezado a practicar aquella per­ seldorf, Muy, etcétera, fuesen degenerados hasta la ne­
versión, llegó, naturalmente, a la necrofilia:1 crofilia.
El. caso más notable, de los estudiados por los psi­
(1) Atracción sexual hada los cadáveres. — N. U. quiatras, füé el del sargento Bertrand. Ha sido descripto
464 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
Oraos FETICHES sexuales 465
por primera vez por X ra íft - Ebing, en 184$. Era aquél afligía porque se excitaba sexualmente en los iglesias y
un individuo de morbidez erótica, que durante su juven­ los cementerios, y porque los cantos litúrgicos, en cele­
tud se había masturbado siete u ocho veces por día, y bración de la muerte, y la pompa y la música de los fu­
que, siendo muy joven, se había entregado a ensoñacio­ nerales, despertaban en él una especie de exaltación mís­
nes en que evocaba cadáveres de niñas. Pronto empezó tica no exenta de erotismo. Esta extraña mezcla de torva
a realizar su3 sueños disecando cuerpos de animales y, emoción y de excitación erótica no es rara entre las
al mismo tiempo, masturbándose. Luego, llevando aún personas neuróticas, que siempre están más o menos
más lejos su crueldad, cogía perros vivos y los destripaba. encantadas con la idea de la muerte y cuya pena en los
Finalmente comenzó a frecuentar los cementerios, con el funerales contiene a menudo una tensión voluptuosa.”
propósito de exhumar y mutilar cuerpos de mujeres. El Con el propósito de abastecer los más grotescos gus­
mismo describe sus sensaciones, de la siguiente manera: tos de su clientela, gustos no infrecuentes entre las per­
“ No puedo decir qué sentía en esos momentos, pero sonas sexualmente anormales, los directores de ciertos
todo el placer que he experimentado con una mujer viva establecimientos han concebido la idea de equipar habi­
era nada comparado con aquél. Besaba a la mujer en taciones funerarias, con cajones, paños negros, velas, etc.,
todas las partes de su cuerpo. La apretaba contra mi donde los pacientes de necrofilia hallan, tendida en el
corazón como si desease triturarla; en resumen, hacía cajón, con la rigidez y el color cadavérico, a una mujer.
con ella todo lo que un amante ardiente puede hacer Mediante cosméticos y un alumbrado sutil, se crea una
con su amada. Después de haberme intoxicado con el ilusión perfecta. A falta de un cadáver verdadero, el
cuerpo durante un cuarto de hora, lo cortaba en. pedazos pervertido puede así desahogar sus tendencias con una
y lo destripaba, como hacía con las otras víctimas de mi mujer venal, dispuesta a desempeñar cualquier papel,
pasión.” en tanto se le pague el precio estipulado.
Repitamos que la necrofilia no se vincula necesaria­
mente al sadismo. Los individuos afectados por tal per­ • * •
versión no siempre son lo bastante audaces como para
violar cadáveres. Por lo común, se contentan con ima­
La costumbre de atribuir valor erótico a algunas pecu­
ginar, cuando se hallan al lado de una mujer dormida, liaridades, o a detalles físicos de la persona amada, aun a
que están tratando con una muerta, y obligan a la com­ un objetó inanimado perteneciente a esa persona — fenó­
pañera a permanecer inmóvil, con los ojos cerrados, du­ meno que Havelock EUis incluye en la categoría de sim­
rante el acto sexual. La visión de cementerios y de pro­ bolismo erótico— , no es siempre una cuestión de pato­
cesiones funerarias es capaz excitarlos, y esta excita­ logía sexual. Los lectores que nos han seguido a lo
ción, aunque de origen patológico, puede, sin embargo, largo de este volumen habrán notado, en los capítulos
satisfacerse de un modo normal. El doctor Hesnard des­ destinados a la atracción sexual y a la forma en que
cribe esta tendencia lúgubre con los siguientes términos: ésta conduce a la selección de un objeto de amor y dirige
“ Los casos de tendencias necrofílicas más pronuncia­ la pasión, la parte decisiva que a menudo juegan los
das son aquellos en que la excitación sexual aumenta detalles. Una mujer se siente atraída por un hombre al
cuando el sujeto está en presencia de la muerte. Uno de oir su voz; un hombre, sin saberlo, se enamora de un
nuestros pacientes, obsesionado por la religión, y cuya sombrero pardo que un encuentro casual ha fijado en su
vida sexual práctica era exclusivamente autoerótica, se subconsciencia. Pero, en estos casos, la voz, el color y la
466 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
PSIQUIS DEL FETICHISMO 467

lo atribuyen a un trauma o a un Incidente que data de


forma del sombrero, son únicamente intermediarios que
la infancia o de la pubertad, mientras otros, aunque ad­
conducen al amor en el sentido completo y normal de
la palabra. miten esta posibilidad, no la aceptan sin ciertas reservas
y, en algunos casos, están convencidos de que el feti­
No ocurre lo mismo respecto a la costumbre — cara a
chismo tiene un erigen congénito. Esto equivale a decir
los amantes no correspondidos— de guardar como re­
que un Individuo puede nacer con mía predisposición
cuerdo mechones de cabello, ñores secas, esquelas amo­
mórbida, que determina en él una tendencia erótica hacia
rosas o pañuelos perfumados que han pertenecido al ser
cierto objeto.
amado. Estos substitutos llegan a veces hasta desempe­
ñar el papel de estimulantes eróticos, y un amante desen­ Havelock Etlis desenvuelve la primera teoría, al par
gañado, que suspira ante un mechón de cabellos, expe­ que admite el papel desempeñado por la predisposición:
rimenta a veces una excitación erótica que, en condicio­ “ La precocidad sexual es, indudablemente, una con­
nes normales, el objeto no inspiraría. Evidentemente, es dición favorable a tal desviación. Un niño precoz y anor­
difícil trazar una línea demarcatoria entre el inofensivo malmente sensible a la presencia de personas del sexo
y casi normal simbolismo erótico, que está dentro de 103 opuesto, antes que la pubertad haya establecido en él
limites de lo normal, y el fetichismo, que es una perver­ los canales normales del deseo sexual, está particular­
sión sexuil. Sea como fuere, en los casos que hemos mente propenso a convertirse en presa de las extravagan­
mencionado, el objeto no tiene valor más allá dél res­ cias del simbolismo. En este simbolismo caben todos los
plandor de la persona a quien ha pertenecido. El verda­ matices. Mientras el hombre insensible dél tipo medio
dero fetichista experimenta una emoción sexual al ver no los percibe, los símbolos constituyen para él amante
el objeto, aunque no haya una precisa asociación de ideas más imaginativo un elemento fascinador en el proceso
en su mente. “ Esta tendencia — dice Havelock EUis— se de alta tensión que cristaliza su pasión. Tan pronto como
tom a anormal y constituye una desviación característica, tal simbolismo se fija en el hombre excepcionalmente
cuando el fetiche mismo, en ausencia de la persona, basta nervioso, lo considera éste como un factor esencial abso­
para provocar enteramente no sólo la tumescencia sino
luto en el encanto de la persona que ama. Finalmente,
también la flaccidez, por lo que suprime todo deseo del
para el individuo mórbido, el símbolo se generaliza y el
acto sexual".
fetichista no desea ya en absoluto a la persona; la con­
Esta definición nos lleva a distinguir dos tipos de fe­ sidera como un mero accesorio del símbolo y algo del cual
tichismo. En el primero, el objeto desempeña el papel de
puede hasta prescindir del todo; desea tan sólo el sím­
estimulante y de preludio, indispensable al coito (esto, en
bolo, que es en sí mismo suficiente para satisfacerlo se-
si mismo, es ya una perversión característica); en el se­
xual mente por completo. Aun cuando consideramos mór­
gundo, el objeto se toma, en cierto modo, el corolario del
bida la necesidad del símbolo, que se tom a un elemento
acto sexual normal, sea que el pervertido acompañe ese
acto con la evocación de la persona deseada (en este ca­ esencial del. encanto de la persona deseada, sólo en los
so, el objeto es un substituto), o bien halle en el fetiche casos extremos se convierte en algo suficiente en sí mismo
un estimulante y una forma de satisfacción perfectos y presenta una variación por entero mórbida. En las for­
(siendo ésta la forma más completa de la perversión). mas de simbolismo menos completas, se desea aún a la
Los expertos, especialmente los psicoanalistas, se han mujer, y la finalidad que se sirve es la procreación. Pero
preocupado mucho dél origen del fetichismo. Algunos cuando la mujer es ignorada y basta el simple símbolo, o
VASIACI0NE3 FETICHISTAS 469
468 E n c i c l o p í d i a S e x u a l

cabello hermoso, no figuran en los anales médicos. Por


se necesita como un estimulo para el desahogo sexual, el contrario, los sexólogos han notado en el sexo femenino
el estado patológico es completo. la tendencia a hacer un fetiche de las cabezas calvas.
Aunque los objetos capaces de convertirse en fetiches
Aparte del cabello, el pelo en general puede ser ob­
pueden variar hasta el infinito, son particularmente de­
jeto de una especie de simbolismo erótico. El pelo del
talles del cuerpo o del vestir, los llamados a desempeñar
cuerpo puede atraer a unos y repeler a otros, dependiendo
esta función. En primer lugar, los ojos, el cabello y los
ello no sólo del. gusto individual, sino también de las
pies mantienen el record. El fetichismo del cabello tiene
una larga historia. ¿Quién no ha oído hablar de esos cor­ costumbres del país. Se sabe que los hombres velludos
tadores de rizos, cuyo campo de acción se ha restringido tienen cierta atracción para las mujeres, aunque esto no
notablemente con la moda del cabello corto, y que, no implica el fetichismo propiamente dicho. Más Intere­
hace mucho tiempo, abundaban en París? Todos los es­ sante, quizá, que el fetichismo del cabello es el fetichismo
pecialistas que han tenido ocasión de estudiar la medicina del pie, cuya forma algo peculiar se dirige a los zapatos.
forense mencionan a estos amantes del cabello en sus Algunos escritores ven en él sólo una expresión de la
obras o en sus informes. El simple acto de cortar las tendencia masoquista, una inclinación hacia la sujeción
trenzas da al fetichista un estremecimiento voluptuoso, que ve en el pie un símbolo de violencia, del maltrato y
matizado quizá de sadismo, pero la actitud de estos pe­ de la holladura. Esta interpretación tiene, quizá, el de­
queños ladrones no se detiene aquí. El fetichista de ca­ fecto de ser demasiado unilateral, pues muchos médicos
bellos los usa para sus propósitos de masturbación y han conocido a individuos, especialmente hombres, cuyo
se abandona a toda suerte de prácticas excéntricas, a carácter era perfectamente masculino y que no eviden­
fin de recordar el primer estremecimiento. En la ma­ ciaban tendencia masoquista alguna, pero cuya capacidad
yoría de los casos los cortadores de pelo no son ca­ de excitación sexual se despertaba a la vista de un bello
paces de realizar el acto sexual normal y su pasión por pie bien calzado, de una manera que trasponía los lí­
el cabello es tan exclusiva que no deja lugar a otra ac­ mites de lo que puede estimarse normal. El pie es con­
tividad sexual. Uno de ellos hizo a M. Macé, ex jefe de siderado uno de los principales atributos del encanto fe ­
policía, la siguiente confesión: menino y, del mismo modo que los ojos y el cabello, puede
"Es una pasión. Para mí, la niña no existe. Es su a veces desempeñar un papel más importante que todos
belleza, su hermoso cabello lo que me atrae. Podría a me­ los otros elementos de seducción. Además, como todo fe­
nudo tomarlo súbitamente, pero prefiero seguir a la mu­ tiche erótico, la parte desempeñada por el pie puede de­
chacha y hacer tiempo; es esto mi satisfacción y mi pla­ berse a algún incidente de la infancia, en que íué aso­
cer. Finalmente, me decido, corto la extremidad de los ciado a las primeras sensaciones sexuales.
rizados bucles y me siento feliz.” Uno de los más curiosos ejemplos del fetichismo de los
Como vemos, las trenzas no son las únicas cosas co­ pies es el de Restif de la Bretonne. Desde su más tierna
diciadas por los fetichistas de cabellos; el gusto de estos infancia, y durante toda su vida, evidenció una sensi­
pervertidos puede variar desde las largas trenzas a los bilidad extraordinaria por los bello3 pies de las m ir
pequeños bucles. Es innecesario decir qué el método jeres. La cara de la mujer no tenía para él importancia
utilizado varía de uno a otro individuo. alguna. Para inspirarle amor bastaban los pies hermo­
El fetichismo es una perversión casi exclusivamente sos. Su más lejano recuerdo de fetichismo databa del
masculina. Las mujeres, aunque no son indiferentes al
P erversio nes f e t ic h is t a s 471
47o Enciclopedia S exval
tiempo en que tenia apenas cuatro años de edad. Más Una forma de fetichismo más acentuada es aquella
tarde, su padre le envió, como aprendiz, a un Impresor de en que ninguna parte del cuerpo de la persona toma el
Auxerre. Seducido por los pies de la esposa de su pa­ lugar de toda ella, sino en que un objeto inanimado, que
trono, el joven Restif se preocupaba de otra cosa muy dis­ recuerda una parte del cuerpo, está llamado a desempe­
tinta a la de aprender el oficio de impresor. Y su primer ñar la parte erótica. Fácil es comprender que son los ob­
esquela amorosa la colocó en los zapatos de la dama. jetos o partes de las ropas directamente asociadas con
Como raras veces se ve al pie desnudo, sino casi siem­ los órganos genitales, o que los recuerdan por su forma,
los que se adoptan como fetiches. En las obras de Freud
pre cubierto por el zapato, la adoración de esta parte
hallamos una larga lista de objetos que pueden conside­
del cuerpo llega a confundirse con la de los zapatos, lo
cual tendremos ocasión de mencionar al analizar la parte rarse como símbolos de los órganos genitales. Havelock
Ellis relata la observación del doctor Jeliffe, cuya pa­
desempeñada por las ropas en el fetichismo.
ciente Zenia X., según sus propias palabras, “habla es­
Estando las manos más descubiertas que los pies, y
tado obsesionada por los símbolos fálleos desde la edad
siendo mucho menos misteriosas, raramente ejercen una
de trece años. Desde entonces, pero con más frecuen­
atracción fetlchística. No obstante, se conocen casos en
cia últimamente, cuando la lucha se habia tomado
que las manos, desnudas o enguantadas, han constituido
más conscientemente sexual y, en consecuencia, más
un elemento erótico de primer grado para neuróticos in­
diferentes a cualquier otro atractivo. violenta, he vivido obsesionada por los Símbolos, espe­
cialmente los fálleos: una cañería; un chorro de agua;
Hemos mencionado ya las partes principales del
las frutas alargadas, especialmente las peras; el pistilo
cuerpo que atraen a los fetichistas, pero ha de recordarse
de una flor; un bastón o cualquier objeto de la mis­
que cualquier detalle de la cara o del cuerpo puede des­
empeñar un rol similar. Las imperfecciones físicas, y aun ma forma empujado dentro de un agujero redondo;
las deformidades, pueden inspirar sensaciones eróticas. los lóbulos de mis orejas, con los que he jugado desde mi
Hay hombres y mujeres que se extasían ante las cica­ infancia; mi lengua, que apretaba nerviosamente entre
trices y las verrugas, y nadie Ignora el éxito que logran mis dientes hasta cansarme; un dedo, con el que repeti­
los cojos y los jorobados entre las mujeres de gustos es­ damente señalaba delante de mi, como para suprimir una
peciales ( 1 ). idea sexual súbita, y que después plegaba entre los otros

c o r r e s p o n d e n c ia d e p e r s o n a s a t r a íd a s p o r m u je r e s d e u n a s o la
(1 ) E x is te e n L o n d r e s u n p e r ió d ic o s e m a n a l, q u e s e v e n d e p ie r n a , a s í c o m o a c a r t a s e s c r ita s p o r a lg u n a s d e e s ta s m u t i­
e n to d o s lo s q u io s c o s , c u y o p r o p ó s ito p r in c ip a l e s p u b lic a r e s - la d a s . P e r o to d o e s to , s u f ic ie n te m e n te e x tr a o r d in a r io , q u e d ó
tr e m e c e d o r e s a r tíc u lo s a c e r c a d e lo s m ú ltip le s p e c u lia r id a d e s e c lip s a d o p o r la c a r t a d e u n a m u je r q u é h a b ía p e r d id o a m b a s
f e tíc h ís tlc & s . H a y u n a s e c c ió n e s p e c ia l d e s tin a d a a la c o r r e s ­ p ie r n a s , q u ie n p r e te n d ía q u e v a r io s h o m b r e s s e h a b ía n e n a ­
p o n d e n c ia . S o s p e c h o q u e a lg u n a s d e la s c a r t a s s o n e s c r it a s p o r m o ra d o d e e lla p o r e s a c ir c u n s ta n c ia . M e s o rp re n d e q u e t a l
e l p e r s o n a l d e l p e r ió d ic o , p e ro m u c h a s d e e lla s lo s o n p o r lo s p e r ió d ic o n o h a y a s id o s u p r im id o p o r la s a u to r id a d e s p o lic ia le s ,
le c to r e s , a lg u n o s d e lo s c u a le s s o n p a c ie n te s m ío s . E n tr e lo s a u n q u e r e a lm e n te , e n m i o p in ió n , s ir v e a u n p r o p ó s ito ú til,
f e tic h e s m á s p o p u la r e s s e e n c u e n tr a n lo s s ig u ie n te s : e l t a t u a je , p u e s p e r m ite la c a n a liz a c ió n d e to d a s u e r t e d e te n d e n c ia s fe *
lo s a r o s , lo s c o rs é s e x c e s iv a m e n te a p r e ta d o s , h o m b r e s v e s tid o s tlc h is t ic a s , p r o v e y e n d o u n a s a tis f a c c ió n I n n o c u a a lo a f e tic h is ­
d e m u je r , r o p a s d e p a n a , r o p a I n t e r io r d e m u je r , c a b e llo s la r g o s , t a s , m e d ia n te la c o m p o s ic ió n y la le c tu r a d e c a r t a s e n la s q u e
v e s tid o s d e g o m a o d e m a t e r ia l I m p e r m e a b le , e tc . L a s d e fo r ­ p u e d e n e x p r e s a r s u s f a n t a s ía s . — N . H .
m id a d e s c o r p o r a le s d ie r o n lu g a r r e c ie n te m e n te a u n a n u m e r o s a
472 E nciclopedia Sexual F etichismo sádico 473

dedos como para corregirlo; el anular que, involuntaria­ a evidenciar un pronunciado afecto por las ropas inte­
mente, en un esfuerzo de represión, presionaba en el riores burdas e inelegantes. Sin ser un fetichista en el
interior de mis otros dedos, y ciertas letras del alfabeto, verdadero sentido de la palabra, no pudo jamás, más
eran símbolos que me obsesionaban continuamente, que adelante, acostumbrarse a las ropas delicadas, y obligaba
se precipitaban ante mis ojos y me recordaban el con­ a su mujer a usar ropa interior de la peor calidad.
tacto efectivo de los órganos masculinos con los feme­ El doctor Hirschfeld nos cuenta un caso de divorcio
ninos” . en que la mujer fué la demandante. Siempre, desde la
Entre las prendas de vestir, las ropas interiores man­ noche de bodas, su maridó la había obligado a usar ena­
tienen, naturalmente, el record en la lista de los fetiches. guas de algodón. “AI someterse a tan extraño deseo, la
El hecho de que ellas evocan la desnudez y que están desposada se había sentido humillada: “ Si al menos me
asociadas en el pensamiento con escenas eróticas, parece hubiese pedido usara ropa interior de seda — gritaba ella,
destinarlas a desempeñar el rol de fetiches. Los artículos encolerizada— . Pero no. Su gusto era exclusivo..
de seda, adornados con encajes, que se exhiben en las Un ferroviario, también conocido por el doctor Hirsch­
vidrieras, atraen con frecuencia a los hombres, cuyo in­ feld, tenía la costumbre de mirar por las ventanas, detrás
terés como espectadores no siempre está exento del ele­ de las cuales esperaba ver a mujeres desvistiéndose; pe­
mento sexual. Algunos llegan hasta sostener que tal des­ netraba luego en las casas y hurtaba la ropa Interior
pliegue de ropa interior es indecente, porque traiciona la cuya visión le había procurado un momento de excita­
actitud anormal de aquéllos hacia estos objetos (1). Pero ción.
si las sedas y los encajes son excelentes fetiches, combi­ Un caso más peculiar es aquel en que los corsés y las
nando, como lo hacen, el elemento estético con el erótico, fajas actúan como fetiches. Muchos escritores sostienen,
los psiquiatras conocen casos en que, por el contrario, son y no sin razón, que estamos aquí, más bien, frente a una
las ropas interiores ásperas las que ejercen una influencia forma de sadismo que frente al fetichismo genuino. Los
fascinadora sobre el fetichista. Hemos podido observar hombres atraídos por los corsés dan rienda suelta a su
esta curiosa anomalía de gusto en un joven estudiante perversión apretando fuertemente los lazos del corsé de
que, aunque tenía asuntos amorosos con sirvientas, llegó 1 su compañera y no se sienten satisfechos hasta hacerla
gritar de dolor. Esta práctica les provoca tanto placer,
que la mera visión del corsé es suficiente para desper­
(1 ) E n tr e lo s f e t ic h is t a s d e r o p a b la n c a q u e h e tr a ta d o ,
f ig u r a u n c lé r ig o c u a r e n tó n , m ie m b r o m u y r e s p e ta b le d e la s o ­
tarles sensaciones voluptuosas, por lo que entran dentro
c ie d a d y p a d r e d e f a m ilia . J a m á s le f u é I n f ie l a s u e s p o s a n i del fetichismo.
c o m e t ió a lg u n a d e la s I r r e g u la r id a d e s s e x u a le s m á s c o m u n e s , Las prendas de vestir menos Intimas son también,
p e ro d u r a n t e a ñ o s p e r s is t ió e n e l h á b ito a d q u ir id o d e c o m p r a r
aunque con menor frecuencia, fetiches eróticos. Charcot
r e v is ta s d e m o d a s f e m e n in a s y o t r a s p u b lic a c io n e s c o n f ig u r a s
d e r o p a I n t e r io r d e m u je r , q u e c o r ta b a y p e g a b a e n A lb u m e s d e
y Magnan registran un extraño caso, probablemente
r e c o r r e s . T ie n e a h o r a u n a e n o r m e c o le c c ió n d e e llo s y d e r iv a único. Citamos al doctor Chapotln:
u n p la c e r s e x u a l, q u e c u lm in a e n e l o rg a s m o , a l c o n t e m p la r lo s . “ A la edad de quince años el sujeto vió un delantal
I * c o n o c í e n u n lu n c h y m e h iz o t a n t a s p r e g u n ta s a c e r c a d e la resplandeciente secándose al sol. Aproximóse, lo cogió
r o p a I n t e r io r d e m is e n f e r m a s , q u e p u d e c a lif ic a r lo d e f e tic h is ta
y se ató en su cintura las tiras del mismo. Desde ese día,
d e r o p a b la n c a . L e p r e g u n té lis a y lla n a m e n te s i m i d ia g n ó s tic o
e r a e x a c to , y , d e s p u é s d e c ie r t a v a c ila c ió n , a d m itió s e r lo y m e
los delantales le atraían y no podía resistir la tentación
c itó d e ta lle s c o m p le t o s d e s u p e c u lia r id a d . — N . H , de hurtarlos. Varias veces este hombre fué arrestado y
474 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
F e t ic h is m o f e m e n in o 475

condenado por robo de delantales. Sn deseo llegó a un terés sexual, que cuando la veo usada en el hombre me
grado de intensidad tal, que no sólo se sometía volunta­ produce una Impresión muy desagradable, horrible, es­
riamente a ser tenido en observación durante largos pe­ candalosa, como la que recibirla un Individuo normal
ríodos de tiempo, sino que hasta se exponía a peligros viendo a un hombre con el traje de una bailarina.”
mayores, a fin de triunfar. ¿Triunfar en qué? |En la con­ Las mujeres están mucho menos inclinadas a hacer
quista de un delantal blanco! Fué castigado varias ve­ fetiches de las prendas de vestir masculinas. No obs­
ces, pero no le era posible dominarse. Ensayó entonces tante, es curioso notar que todas las prendas militares
los medios heroicos. Se embarcó, refugióse en un monas­
ejercen cierta influencia erótica en las mujeres de pre­
terio. Pero tan pronto como hubo desembarcado comen­
disposición pervertida. El uniforme de oficial, especial­
zó de nuevo; no bien abandonó el claustro, se preci­ mente durante la guerra, cuando el oficial era un semi­
pitó a comprar un delantal blanco. Es el destino quien
diós para la mujer privada de su compañero, se con­
persigue al infortunado hombre y afecta toda su exis­
virtió, en cierto modo, en un símbolo erótico.
tencia.”
Las revistas de modas y los cuadros pornográficos
Todo el mundo conoce la costumbre sentimental e proveen una buena ilustración del fetichismo parcial.
Inocente de conservar el pañuelo perfumado perteneciente Pero de todas las formas del fetichismo asociado a
al ser amado, pero lo que no se sabe tanto es que estas los vestidos, el fetichismo de los zapatos es el más di­
prendas pueden ser estimulantes sexuales de primer or­ fundido y ha sido objeto de observaciones asiduas por
den. Lo mismo ocurre con los sombreros, los gorros de parte de los especialistas. Esta perversión suele, a me­
dormir y hasta las ligas ( 1 ). Los anales médicos registran
nudo, vincularse al amor hacia los pies, como helios
el caso de un fetichista de sacos impermeables que huta visto ya, y su origen puede remontarse a los recuerdos
de las vidrieras donde se exhibían, pues sabía que no po­
infantiles.
dría evitar la fuerte excitación sexual, que llegaba a veces
He aquí un caso observado por el doctor Biswanger
hasta el orgasmo.
y citado por Havelock Ellis:
Ahora gozan de gran estima los artículos de ter­
"Gerda, siendo aún niña, había adquirido él hábito
ciopelo y las pieles, quizás porque recuerdan al per­ de sentarse sobre sus talones, con sus zapatos presio­
vertido la suavidad y la vellosidad de la piel de la mujer. nando entre la vulva y el ano. Esta actitud le estimu­
K rafft • Ebing registra el caso de un neurótico para quien laba esa zona erógena y la niña obtenía placer orinando
la visión y el contacto de una piel, aunque no fuese una (quizá por ser ésta una manera de producir la laxitud).
condición sine gua non de excitación, era un estimu­ El zapato fué su amigo', su amante, su bien amado; lo
lante sexual poderoso. Hasta las Ilustraciones de vestidos protegía amorosamente e impedía que otras personas lo
de pieles le despertaban el mayor Interés, y la mera mirasen. Los pies, especialmente cuando estaban cal­
palabra “ piel” actuaba sobre él mágicamente, zados, confundidos entre las ideas sexuales, se tomaron
“ La piel — decía— es para m í un objeto de tanto ln-1 representantes del falo y aun, como ocurre en los pue­
blos primitivos, el símbolo de la fertilidad. Con el andar
del tiempo, sobre esta base se desarrollaron fobias y
(1 ) U n a d e s c r ip c ió n v iv id a s o b re l a m a t e r ia a p a r e c ió e n otros síntomas, ocultando y, hasta cierto punto, debi­
e i p e r ió d ic o s e m a n a l c it a d o e n u n a d e la s n o ta s a n te r io r e s . litando las otras manifestaciones.”
— n . H. K ra fft-E b in g registra en su Psychopathia Sexualia
476 En cic lo ped ia S exual F etichismo de calzado 477
este otro Interesante caso: Se trataba de un diplomático, chacha que lo saludase, al llegar, insultándolo, y frente
descendiente de una vieja y bruñida aristocracia. Ha­ a este recibimiento se arrodillaba y le besaba los za­
biendo sido seducido en su juventud por una maestra patos. Luego, siempre de rodillas, la seguía por toda la
de escuela que flirteaba atrozmente con él, pero sin per­ habitación, rogándole que le diese de puntapiés.
mitirle el acto sexual, se sintió un dia impresionado frente Su apetito sexual jamás se manifestaba, en realidad,
a un par de botltas pertenecientes a la tentadora que tan excepto cuando se establecía un contacto entre los ta­
ardientemente lo había inflamado. Desde entonces nada lones de la muchacha y su cuerpo.
le excitaba tanto como la visión de los zapatos femeninos. En la obra colectiva titulada Sexual Pervertions, ha­
Los pies desnudos le dejaban más o menos indiferente. llamos otro caso de fetichismo de calzado, el de un hom­
Los zapatos, aun sin haber sido usados, como, por ejem­ bre cuya vida total fué echada a perder por esta cruel
plo, los exhibidos en una vidriera, despertábanle una ex­ perversión:
citación sexual irresistible. El médico a quien consultó “ G. S., de 44 años de edad, comerciante, nos con­
le aconsejó el matrimonio. Este tratamiento fué poco sultó y solicitó de nosotros un certificado médico para
eficaz. En presencia de su esposa, sentíase culpable y utilizarlo en relación a su caso de divorcio. El señor S.
no se atrevía a aproximarse a ella. Pero continuaba re­ se había casado a la edad de 20 años. Desde el comienzo
curriendo a las prostitutas, con quienes podía abando­ de su vida marital conocía su acentuada preferencia por
narse a su fetiche. Hasta que concibió la idea de com­ cierta clase de calzado, es decir, por las botas altas de
prar un par de botas elegantes, que ocultó, sin que su mujer. Su esposa, que no desconocía el gusto de su ma­
esposa lo supiese, en la doble cama de ambos. Durante rido, usaba únicamente calzados de ese tipo, aún durante
algún tiempo este ardid le permitió consumar sus debe­ el acto sexual. Con el andar del tiempo, esta tendencia
res maritales. anormal se acentuó todavía más. El señor S. se dió
Los fetichistas de zapatos no tienen mucha dificul­ cuenta de que las botas de su esposa eran para él más
tad, especialmente en las capitales europeas, en satis­ importantes, desde el punto de vista sexual, que su misma
facer sus extraños gustos. El comercio de la prostitución mujer. Comenzó ella a inspirarle, gradualmente, cierta
se ha provisto para este caso, como para muchos otros, repugnancia, que se fué intensificando hasta el punto de
y ciertas /ilies de joíc poseen una imponente colección de hacerle descuidar sus deberes maritales. Más adelante,
calzados, que van desde los zapatos bajos de baile hasta en lugar de copular con su esposa, se contentaba con la
las botas altas, de formas y de colores variados, a fin de masturbación, siendo las botas de ella las que le inci­
anticiparse al deseo de sus clientes. Hemos visitado una taban al deseo de masturbarse. Llevaba las botas con
casa de asignación en Tauentzienstrasse, en Berlín, cé­ él a la cama, las usaba él mismo y permanecía con ellas
lebre porque las prostitutas tienen por principio atender puestas toda la noche. El señor S. poseía no menos de
a los clientes fetichistas de zapatos de mujer. Interro­ cincuenta pares de botas, de todos los colores y de todas
gamos a una de ellas, y nos contestó que poseía doce las formas, pero siempre de la misma altura. Hasta que,
pares de costosos zapatos. Su clientela era numerosa y finalmente, no pudo soportar la vida en común con su
el negocio próspero; aquéllos, muy fieles, la venían a vi­ esposa y decidió separarse de ella.’'
sitar desde provincias lejanas. Uno de ellos, oficial, era En el libro del doctor Chapotin hay una historia de
un fetichista de tipo masoquistico. Le pedia a la mu­ cierta humilde empleada de correos, la señorita R., his­
toria ésta tan extraordinaria que, de no habsr sido co­
478 E nciclopedia Sexual La z o o f il u 473
nocida por el doctor Julou, podría estimársela una fic­ inversa, que consiste en una repugnancia invencible
ción. La extraña perversión de esta mujer se debía a frente a la vista o el tacto de ciertos objetos. Los anti-
perturbaciones vinculadas a la menopausia, la cual, es­ fechitistas muestran tanta diversidad como los fetichis­
pecialmente en las doncellas maduras, da lugar a las más tas. Uno de estos pervertidos tenía un horror tal a los
Inesperadas aberraciones sexuales. La mujer en cuestión senos, que cualquier objeto que por su forma le recordara
se enamoró de las botas de un gendarme que vió en la esas partes del cuerpo, le repelía. No podía comer bu­
vidriera de un negocio de ropas viejas en Burdeos. Al dines ni pasar frente a una puerta con un arco romano
contemplarlas sintió arder la sangre en sus venas y ex­ sin evocar la idea de los senos y estremecerse de asco.
perimentó una extraña sensación que la impulsó a ad­ No nos extenderemos más con ejemplos de antifeti­
quirir el codiciado objeto, sin reparar en el precio. Llevó chismo, porque ello nos llevaría más allá de los propósitos
las botas a su pueblo, donde trabajaba, las colocó en una de este capítulo. Basta con decir que a los ojos de un
cuna y puso un sombrero de niño sobre ellas, Su per- pervertido, cualquier objeto puede constituir un fetiche
vo'üión era una extraña mezcla de fetichismo de calzado o un antifetiche. Enumerarlos todos, a fin de completar
e instinto maternal suprimido. Cuidaba las rústicas bo­ la lista, seria muy largo.
tas y chocheaba con ellas como lo hubiese hecho con un • * *
niño; las lustraba cuidadosamente, pues el reflejo del
cuero lustrado le producía un gozo inefable. Esta abe­ Otro tipo de perversión es la zoofilia, es decir, la ca­
rración del instinto sexual desapareció tan pronto como pacidad de ser atraídos por los animales. Este fenómeno
la menopausia llegó a su fin. La señorita R. no volvió ya ha sido designado con diferentes nombres por los distintos
a sentir atracción alguna por las botas del gendarme. escritores que lo han estudiado. Entre otros términos se
Otro paciente, tratado por el doctor Gamier, describe han usado los de sodomía ( 1 ) y bestialidad, habiéndose
pintorescamente lo que habitualmente hacía con los za­ establecido matices de significación entre todas estas ex­
patos de mujer. He aquí sus palabras textuales: presiones. Una vez más debemos dirigir la atención de
“ Me ponía las medias y los calzados femeninos, su­ nuestros lectores al hecho de que la afición por los ani­
bíame sobre dos sillas, manteniendo mió piernas separa­ males no puede en todos los casos ser clasificada como
das, y abría en parte el espejo de mi guardarropa, a fin una perversión. En este caso, como en todos, la linea de-
de obtener una visión trasera de mi mismo reflejada en marcatoria entre lo normal y lo anormal no es clara. La
el espejo de la chimenea. Miraba entonces fijamente mis literatura provee numerosos relatos de afectos profundos
zapatos y sentía que podía amarme a mi mismo. Otras entre un ser humano y un animal. Mencionaremos, por
veces me restregaba con uno de los zapatos, mientras ejemplo, la leyenda de Leda, el Animal, de Rachilde, y,
miraba la luz que se reflejaba en el otro. Pero casi siem­ muy recientemente, el Gato, de Colette, en que un ino­
pre colocaba los zapatos femeninos sobre una silla, cerca cente felino es la causa de una tragedia familiar.
de la ventana; los acomodaba de modo que resplandecie­
sen a la luz lo más posible y luego, colocándome a cierta (1 ) L a p a la b r a s o d o m ía s e u tiliz a e n I n g la t e r r a e n m á s

distancia, procuraba alcanzarlos. Esto me producía una d e u n s e n tid o . A lg u n a s p e r s o n a s la u s a n e n e l s e n tid o c o n ti­

sensación de triunfo, debido al enorme goce que me pro­ n e n t a l p a r a d e s ig n a r e l a c to s e x u a l c o n a n im a le s , lo q u e e s m á s


c o n o c id o p o r b e s tia lid a d . O tr a s p e r s o n a s la u t iliz a n p a r a d e ­
curaba.1*
n o ta r e l c o ito a n a l e n tr e m a c h o s y s u u s o d e b e r la r e s t r in g ir s e
El fetichismo tiene un curioso reverso en la perversión a e s te ú ltim o s ig n if ic a d o . — N . H .
480 E n c i c l o p e d i a S e x u a l E x t e n s ió n de l a z o o f il ia 481

Hasta donde alcanzan nuestros recuerdos retrospec­ con animales son requeridas por la tradición. El doctor
tivos, las relaciones sentimentales y sexuales entre el Hesnard menciona, a manera de ejemplo, una costumbre,
hombre y los animales han existido siempre y no es ne­ regular en ciertas partee de Africa, que erige a los jóvenes
cesario ver en ello una de las consecuencias de los sen­ el acto sexual con el primer animal que matan durante
deros disolutos de nuestra civilización moderna. Según la caza. Si hemos de dar crédito a una leyenda muy
una leyenda de los antiguos hebreos, el macho cabrio era aceptada en el norte de Africa, los árabes, antes de llevar
a menudo el compañero de la mujer. Voltaire defiende una gallina al mercado, realizan con ella el acto sexual.
ingeniosamente la causa de las mujeres que eran zoófilas Una costumbre similar se atribuye a los chinos. Mante-
a pesar de ellas mismas: gazza afirma que cortan ellos el cuello del pato con un
“ Diré, en justificación de las señoras judías que va­ sable, a fin de copular después con ¿1.
gaban en el desierto, que no podían ellas lavarse debido La “ bestialidad” se encuentra a menudo en los indi­
a la falta de agua. No podían mudarse sus ropas ni sus viduos primitivos, cuyo estado es aledaño a la idiotez. Se
zapatos; no tenían camisas. Asi que el macho cabrio de registran casos de copulación con animales domésticos en
su país podía muy fácilmente confundirlas por cabras, a los países donde los campesinos pasan la mayor parte de
causa del olfato, y que, similanrente, pudieron muy bien su tiempo en compañía de su ganado. Su vida psicológica
dar lugar a alguna galantería entre ambas especies.” está reducida a un mínimo y el acto sexual llega a ser
Más todavía: cabreros y vaqueros, en todas las épo­ un acto fisiológico para el cual el animal hembra puede
cas, apacentando los rebaños, lejos de toda habitación muy bien reemplazar a la mujer. La actitud irresponsable
humana y obligados por este hecho a vincularse sola­ que generalmente caracteriza esta aberración, está bien
ilustrada por el caso del campesino alemán que, al ser
mente con sus animales, no han podido evitar el desahogo
de sus necesidades sexuales en esa compañía. En la Edad enjuiciado por sodomia, declaró ante el juez; “ Mi esposa
estuvo ausente durante mucho tiempo, y por eso copulé
Media, la copulación con los animales se castigaba muy
con mi marrana” .
severamente, y quienes eran culpados de tal aberración
Además de la puerca, cuya piel suave y sonrosada
terminaban su vida en el cadalso. He aquí la canción de
quizá explica el rol de compañera sexual que está llamada
uno de esos condenados, llamado Vion:
a desempeñar frente a ciertos campesinos pobres de es­
J e suis c e V io n q u e ia jo u le píritu, la cabra, la vaca, la oveja, la perra, la gata, etc.,
D e s pages, la q u a is e t badauds, han sido en todos los tiempos compañeras de los hombres
V o n t v o ir m o u r ir s u r V e c h a fa u d de campo. Entre los animales más raros, las serpientes,
P m r a v o ir caressé sa p o u le . (1). las osas, los cocodrilos, para no hablar de los cisnes, han
sido a veces las amantes preferidas. Ciertos viajeros afir­
(Soy aquel Vion a quien la multitud de pajes, lacayos man que en Africa Central la cohabitación de las mujeres
y ociosos van a ver morir en el patíbulo por haber aca­ con los gorilas es muy frecuente.
riciada a su gallina). El siguiente caso, registrado por el doctor Feré, es per­
En ciertos pueblos primitivos, las relaciones sexuales turbador. Evidencia cómo una atracción pervertida ha­
cia un perro, debida a un recuerdo Infantil, arruinó la
ü ' L a p a t a b r a pople s e u s a c o m ú n m e n te e n F r a n c ia p a r a vida, que de otro modo hubiese sido normal, de una
d e n o t a .- u n a " q u e r id a ” ; lo a n o r te a m e r ic a n o s u s a n la p a la b r a mujer:
su ertit, y lo e I n g le s e s , b ír d , — N . H .
482 E nciclopedia S exual P elig ro s de esa pe r ve r sió n 483

“ Un incidente casual, que ocurrió cuando tenia ella mente de color rojizo, que utilizaba a la manera les­
apenas tres años y medio, le lijó la idea de su terrible biana” .
perversión. Dos perros comenzaron a acariciarla de tal Es una cuestión muy debatida la de si las relaciones
modo, que experimentó ella una gran satisfacción. Desde sexuales con animales son o no perniciosas para el hom­
aquella época en adelante se hacia seguir por los perros bre. Según Forel, ésta sería una de las perversiones me­
hacia los bosques. Era absolutamente indiferente a los nos perjudiciales. Desde el punto de vista de la euge­
jóvenes y a las muchachas. Vivia solamente para el acto nesia, juzga preferible que un idiota o pobre de espíritu
sexual canino. Siendo una señorita, se sintió aterrada de viole a un animal antes que impregne a una mujer. No
su manía y se casó, con el propósito de crear una fa­ obstante, es indudable que la bestialidad está amenazada
milia; pero su esposo le repugnaba y se sometía sólo por con el peligro del contagio. El tétano, la erisipela, el
resignación. Un día éste la besó y tuvo ella un estreme­ ántrax, son el precio que se paga frecuentemente por esas
cimiento. L a idea de un perro cruzó de improviso por su caricias. Según una superstición muy común, el contacto
mente, como un rayo, y le produjo una satisfacción tan amoroso con los animales puede engendrar el nacimiento
intensa como jamás antes habla sentido. Y en sus rela­ de monstruos, mitad animales y mitad humanos. Se ha
ciones maritales futuras no pudo ya evitar la fatal aso­ probado que esta creencia es infundada, pues se ha de­
ciación de ideas. Se sentía ansiosa y avergonzada cuando mostrado científicamente que los gérmenes vitales hu­
su esposo se acercaba a ella; se rebelaba y se irritaba manos no pueden impregnar a los animales, y viceversa.
consigo m is m a , mas no podía librarse de la obsesión. En resumen, aunque es menos perniciosa que ciertas
Pero estaba destinada a soportar torturas más crueles perversiones que impulsan a los hombres a actos de
aún.' Para gran alegría suya, fué madre. Todo marchó crueldad indescriptibles, la zoofilia repugna a toda per­
bien hasta un día en que, amamantando a su hijo, vió sona normal.
pasar a un perro y experimentó una poderosa excitación
sexual. No pudo ya amamantar a su hijo sin reproducir
la asociación, con todas sus consecuencias. Cuanto más
duraba la lactancia, tanto mayor era su excitación ge­
nital. Alimentaba al bebé frecuentemente, abreviaba el
tiempo de lactancia, para evitar el orgasmo; la criatura
creció enfermiza y lentamente, hasta que por fin murió.
Se culpaba ella a si misma de esa muerte y la atribula a
su anomalía sexual.”
El perro es quizá el animal más apropiado para sa­
tisfacer a las mujeres pervertidas. Las mujeres de tipo
lesbiano, que prefieren cierta clase de caricias al acto
sexual, adiestran a veces a perros y gatos para el efecto.
‘ ‘Una de nuestras pacientes — escribe el doctor Hes-
nard— elegante cortesana de una clase social elevada,
cocainómana y ninfomaníaca, tenia una pronunciada
tendencia erótica por los perros grandes, preferente­
La e r o t o m a n ía e n a m b o s sexo s 485
Pero un erotomaníaco no es necesariamente un Hér­
cules. Es a menudo la víctima de una sensibilidad exage­
rada, que da lugar a la excitación al contemplar a una
c a p it u l o x x x ra mujer, por poco atrayente que sea. La mayoría de estos
“ tenorios’* se verían en apuros si todas las mujeres que
C O N C L U S IO N les inspiran amor fuesen conquistadas por ellos. No hay
duda que existen donjuanes cuya vida erótica es extraor­
Otras anomalías sexuales. — Saííriasis y ninfomanía. - - Don dinaria, aunque en modo alguno milagrosa, pero, por
Juan y llfesaMna. — Efectos de los narcóticos. — Prevenir es regla general, se trata más bien de individuos tímidos,
mejor que curar. cuya obsesión sexual puede explicarse por su verdadera
insuficiencia sexual.
Existen anomalías sexuales que no pueden ser clasi­ Al hablar del hlpererotismo en los hombres, es im­
ficadas en ninguna de las dos grandes categorías, las portante distinguir claramente entre manía erótica y la
perversiones de finalidad y las de objeto, pues son de un enfermedad conocida por priapismo, que consiste en una
carácter muy diferente. En primer lugar tenemos la per­ permanente y dolorosa erección del miembro viril. Esta
versión de intensidad, que podríamos denominar hiper- afección se debe a una enfermedad nerviosa, y el coito,
eroticismo o erotomanía. Pero por lo común se emplean aun cuando repelido, es incapaz de aliviarla.
dos términos diferentes, según se trate de perversión La erotomanía en la mujer se conoce por ninfomanía.
masculina o femenina. El término satiríasis se emplea Esta anormalidad ha existido en todos los tiempos, y la
para los hombres y el de ninfomanía para las mujeres. historia de la Roma antigua nos provee numerosos ejem­
Las causas de estas anomalías sexuales son, con mu­ plos de ella. Las señoras romanas, en su avidez de emo­
cha frecuencia, psicológicas. La hiperactlvldad de las ciones fuertes, no vacilaban en hacerse enrolar por los
glándulas genitales mantiene al individuo en un estado ediles én la lista de las prostitutas, a fin de poder satis­
de excitación permanente, que se posesiona de su espíritu facer su temperamento apasionado. Existían, al mismo
hasta excluir toda otra ocupación. A menudo, los hom­ tiempo, prostíbulos de hombres, en los que las mujeres
bres que sufren de satiriasiS son verdaderos supermachos, ricas tenían legiones de jóvenes reservados para su uso
capaces de marcar records impresionantes y a quienes personal, a quienes mantenían “ sellados” durante los in­
el coito sólo sirve para acrecentar su apetito sexual. El tervalos de sus visitas, con el propósito de impedirles la
fenómeno fué conocido por la mitología, que lo describe expresión de su virilidad en otra parte. Para lograr esto,
en la leyenda de Hércules, uno de cuyos doce trabajos empleaban un sistema similar al de los cinturones de
consistía en fecundar en una sola noche a las cincuenta castidad de las mujeres de los cruzados.
hijas de TespioS. Mesalina, poseída por el demonio de la carne, vivió
Si hemos de dar crédito a algunos historiadores y en una perpetua orgia. No satisfecha con las fiestas cor­
cronistas, Calígula, Nerón y Tiberio, entre otros, eran ca­ tesanas, donde regia una sexualidad irreprimida, con­
paces de robar a un centenar de muchachas su virgi­ curría de noche a las casas de prostitución, haciéndose
nidad en pocos días. Aún admitiendo la exageración, lo pasar por la ramera Licia. Allí, ardiente de deseos, se
cierto es que en todas las épocas ha habido hombres cuya entregaba a los trabajadores y a la hez de la ciudad, y
potencia viril estaba por encima de la normal. se indignó una mañana en que el director la despidió.
486 Enciclopedia Sexu al lo s e s t ím u l o s ESPIRITUOSOS 487

Después de una noche de orgía amorosa, su lujuria no masiado técnico como para emprenderlo en un libro de
estaba aún satisfecha. Y se retiraba con el cuerpo esta naturaleza.
exhausto, pero en modo alguno satisfecha. {Lassata sed Finalmente, la sexualidad del hombre congénitamente
non sattata ex it). sano está amenazada en los tiempos presentes por la si­
Juvenal describe la furia de otra ninfomaníaca ro­ niestra influencia de los estimulantes, influencia muy
mana, Laufela, durante el curso de una festividad reli­ difundida en todos los países donde ha llegado la civi­
giosa: lización. El alcohol, que ocasiona daños Incalculables en
“ Laufela quitóse su corona, desafió a las mismas pros­ el organismo humano, es el mayor enemigo de la se­
titutas y obtuvo el premio en el arte de Inspirar sensa­ xualidad. Las estadísticas de los expertos tienden a pro­
ciones voluptuosas.., No se satisfacían ellos con una bar que los pervertidos y los delincuentes sexuales, cuan­
vana ficción; todo se llevaba a cabo realmente. Luego do no dipsomaniacos ellos mismos, son descendientes de
sobrevinieron aquellos deseos ardientes que no admiten dipsomaníacos.
postergación... Y un solo grito repercutió en el claus­ Los estupefacientes, tales como la cocaína, la mor­
tro: “ |Los hombres! |Que vengan los hombres!” . fina y el opio, que a pesar de la terrible lucha contra
Hoy en día conocen los médicos a muchos hombres y ellos, no tienden en modo alguno a desaparecer de la vida
mujeres continuamente obsesionados por los pensamien­ moderna, son uno de los factores más importantes de la
tos eróticos, incapaces de llevar una vida normal y que degeneración sexual de miles de personas. La estrecha
soportan sus actividades vocaclonales de una manera in­ relación existente entre estas drogas y la sexualidad está
conveniente. A cada paso trasponen los limites del com­ ilustrada por el hecho de que los establecimientos donde
portamiento decente y, siendo abandonados por todo el la pasión por las mismas puede ser satisfecha, son al
mundo, son víctimas de su propia manía. mismo tiempo escenario de las orgias más desenfrenadas.
Agotar un tema tan vasto como la patología sexual Los adictos a la droga, que esperan hallar una nueva
no es el propósito de la presente obra. Hemos enumerada perspectiva de vida para su actividad sexual medíante
y descripto las aberraciones principales del instinto se­ estas prácticas, no tardan en ser dominados por estos
xual, pero existen también muchísimas otras, pues la venenos modernos. Las perversiones sexuales, cuando no
variedad en este terreno es casi infinita. Hemos, inten­ la impotencia, son el precio que se paga por este hábito
cionalmente, evitado mencionar aquellos numerosos casos deplorable.
patológicos en que el instinto sexual se desvía a causa de Para concluir el capitulo sobre las aberraciones se­
una anomalía anatómica. Es éste el caso de los herma- xuales, merece la pena dedicar unas pocas palabras al
frodltas, personas de sexo Indefinido. Habiendo llegado problema de la delincuencia sexual. La legislación en
al mundo con elementos masculinos y femeninos, es evi­ distintas épocas y en diferentes países ha adoptado varias
dente que su actividad sexual no puede seguir un curso actitudes respecto a los crímenes sexuales. Los excesos
normal. de naturaleza erótica, que en algunos países se conside­
Pero, aparte de esta anomalía extrema, los anales de ran normales, son en otros climas castigados con medidas
la patología sexual contienen descripciones de anorma­ judiciales severas.
lidades del aparato genital que condenan a la víctima a En el curso de este estudio nos hemos tomado la mo­
una vida en qc-3 no es posible otro amor que el de natu­ lestia de insistir sobre el carácter patológico de las per­
raleza patológica. Un análisis de las mismas seria dé­ versiones y la consiguiente irresponsabilidad de los afee-
488 E nciclopedia S exual

lados por ellas. Castigar a estos desventurados como a


criminales, sería tan inicuo como permitirles dar rienda
suelta a sus tendencias mórbidas a expensas de sus ve­
cinos. La prisión o el manicomio, como observa justa­
mente Magnus Hirschíeld, no son los lugares apropiados
para estas monstruosidades de la naturaleza. La prisión
los colocarla entre los malhechores ordinarios y les in­
fligiría un castigo sin proveerles un remedio. Poner a un
criminal sexual en un asilo sería igualmente fútil, pues,
en la mayoría de Jos casos, estamos en presencia de per­
sonas que, aparte de su sexualidad mórbida, son perfec­
tamente normales. Es la ciencia médica la que debe res­
ponsabilizarse de esta clase de delincuentes. La terapéu­
tica moderna tiene ya a su disposición varios métodos,
que hemos mencionado, y que con frecuencia producen
resultados satisfactorios. En ciertos casos, muchos escri­
tores recomiendan la castración y la esterilización, por
drásticas que estas medidas sean. Sin embargo, no de­
bemos desalentarnos por algunas contrariedades, pues
está en juego el interés de la sociedad. Tenemos por de­ Q U I N T A P A R T E
lante una tarea gigantesca, a saber; la de prevenir las
aberraciones sexuales para que, más farde, no seaTnos lla­ Las Aberraciones Sexuales
mados a curarlas.
CAPITULO XXXIV

LA BLENORRAGIA

La blenorragia en / o antigüedad y en la Edad Medía, — Creen­


cias supersticiosas. — El problema del contagio. — Cuadro c lí­
nico de la evolución de la blenorragia. — La blenorragia en el
hombre y en la mujer. — Efectos de la infección blenorrágica.
— La oftalmía blenorrágica y el método de Crédé.

La blenorragia era bien conocida ya en la antigüedad.


Un papiro egipcio del siglo X V I antes de Cristo, menciona
la inflamación uretral en el hombre y la leucorrea en
las mujeres. El Viejo Testamento contiene varias alusio­
nes a esta enfermedad, y en Pompeya se descubrieron
instrumentos de cirugía que sólo pudieron haber sido
usados para el tratamiento de la blenorragia.
Iván Bloch ha afirmado que los antiguos no diferen­
ciaban la espermatorrea (eyaculación involuntaria) de
la próstatorrea (derrame patológico de líquido prosté­
tico) o de la blenorragia crónica (purgación). Incluían
estas tres enfermedades bajo el nombre genérico de ble­
norrea. No obstante, discípulos de Hipócrates habían ya
notado casos de blenorragia aguda, cuyo carácter infla­
matorio no les permitía clasificarlos como blenorrea.
En la Edad Media se hicieron notables progresos en el
diagnóstico de la blenorragia. Pronto se descubrió su ca­
rácter contagioso, atribuyéndose su origen a las rela­
ciones sexuales impuras. El agente patológico de la en­
fermedad 'siguió ignorándose, aunque la escuela árabe,
tan ridiculizada en el pasado, ya lo sospechaba.
E v o lu c ió n de l a b len o rrag ia 493
492 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
tifíeos, prefieren exhumar las viejas fórmulas de ios li­
Una vez descubierto el carácter infeccioso de las en­ bros polvorientos.
fermedades venéreas, se tomaron medidas profilácticas
El carácter real de la blenorragia se conoció recién a
tendientes a evitar su difusión. Medidas urgentísimas,
comienzos del siglo X V III, época en que se la definió
pues las casas de prostitución, a las que no se conside­
como blenorrea (inflamación catarral) de la membrana
raba vergonzante frecuentar, gozaban de gran popula­
mucosa. Las investigaciones de Ricord (1800-1809) no
ridad. Reyes y príncipes eran conducidos a ellas con gran
dejaron lugar a dudas que la sífilis no tenía relación al­
pompa por los concejales de la ciudad, donde las prosti­
guna con la blenorragia y que aquélla no podía jamás In­
tutas los adulaban con la esperanza de ser rescatadas
ducir ésta.
por ellos. Estos prostíbulos, accesibles a todos los posee­
El agente patogénico de la blenorragia es un bacilo
dores de unas pocas coronas, eran verdaderos focos de
microscópico, que su descubridor, Niesser, denominó go­
infección. Pronto fueron puestos bajo la supervisión del
nococo. Este bacilo se halla en el derrame purulento
Ayuntamiento de la ciudad; las mujeres eran revisadas
peculiar a esta enfermedad en su etapa aguda; tiene una
por médicos, y las culpables de haber infectado a un
forma circular y la facultad de penetrar en los cor­
cuente, o de haber adquirido la enfermedad, eran seve­
púsculos blancos, donde se multiplica rápidamente. No
ramente castigadas. No bien se descubría que una de
obstante, los gonococos no siempre se hallan en el pus
estas mujeres había contraido la enfermedad, debía aban­
blenorrágico, cuyos glóbulos pueden estar sin gérmenes o,
donar de inmediato la ciudad, Era ésta, desde luego, una
después de un tratamiento prolongado, contener bacilos
ley de dos filos, por cuanto la mujer despedida, frente a
extremadamente degenerados. Su descubrimiento, pues,
la miseria, copulaba extramuros con cualquier vian­
requiere un complicado proceso de cultivos y reacciones
dante extraviado, lo que constituía igualmente un grave
para distinguirlos de los microbios inofensivos.
peligro para la ciudad. En las ciudades donde el castigo
Se ha desarrollado recientemente un método algo si­
por infección venérea era la muerte, las prostitutas ha­
milar a la reacción Wassermann para la sífilis, que puede
cían todo lo posible por ocultar su enfermedad — con
ser muy útil para la diagnosis de la blenorragia. Se anali­
éxito frecuentemente— , de modo que su condición se em­
za la sangre del paciente de la manera siguiente: sacada
peoraba con la difusión del mal.
de una vena del brazo, es tratada por reacciones quími­
Esto era tanto más lamentable por cuanto en aquella
cas complejas, que no podemos describir aquí en detalle.
época no se hacía distingo alguno entre la sífilis y 'a ble­
Sólo una reacción positiva es concluyente, pues consti­
norragia. Los médicos no prescribían los lavajes uretrales
tuye una prueba definitiva de la presencia de gonococos.
porque creían que el derrame purulento representaba la
eliminación natural de las toxinas sifilíticas y que no ■La reacción negativa es tan sólo dudosa, pues no nos da
certeza alguna en uno u otro sentido. Esta reacción es
debía ser detenido si no se quería que la infección se
superflua en los casos de blenorragia aguda, la cual puede
volviese más aguda. Cuando, eventualmente, se daban
ser diagnosticada con medios mucho más Inmediatos y
lavajes de agua de cebada, de rosa o de llantén, era siem­
seguros. Pero euando el paciente sufre perturbaciones
pre después del periodo primero, a fin de no interrumpir
subsidiarias o complicaciones específicas, como la epidi-
“ el escape del veneno” . Una prescripción frecuente eran
dimitis o la artritis, las cuales pueden ser blenorrágicas,
los lavajes de vino tinto, prescripción ésta muy estimada
reumáticas o tuberculares, nos da una información va­
todavía por Ios-charlatanes contemporáneos, esa buena
gente que en lugar de imitar los modernos métodos cien- liosa. Cuando la reacción es positiva, se puede diagnos-
494 E nciclopedia Sexual B le n o r r a g ia y bleno rrea 495
tlcar casi siempre la Infección gonorreica; cuando es ne­ dividuos criminales irresponsables, es poco probable que
gativa, la cuestión queda en pie y ha de recurrirse a otros una persona infectada contamine a otra durante la etapa
métodos. Actualmente se están realizando investigacio­ aguda de la blenorragia. Pero es posible estar infectado
nes en los laboratorios, de las que esperamos resultados sin saberlo; de modo que puede uno tener relaciones se­
que mejorarán en mucho nuestros conocimientos actuales xuales con una persona sana y contaminarle así esta ca­
de la infección blenorrágica. Los cultivos y las reacciones lamidad. La blenorrea es contagiosa desde el instante
son de gran utilidad cuando se trata de indagar si el mismo de su contracción, y en casi todas las horas de
individuo que ha tenido blenorragia puede casarse, sin consulta médica se presenta el caso de una esposa con­
consecuencia perniciosa alguna. Se aproxima la época en taminada involuntariamente por su esposo. Este acci­
que el certificado médico prenupcial será obligatorio en dente penoso es particularmente frecuente en la clase
todos los países y se concederá únicamente después de trabajadora. Bebe el hombre a menudo un poco más
un análisis venéreo. Cuando un gonococo se ubica sobre en los dias de pago, convirtiéndose asi en fácil presa de
la membrana mucosa, permanece durante un tiempo en
una prostituta enferma, siendo la esposa la victima si­
la superficie, se multiplica y, luego, se amadriga por per­ guiente, pues cuando el hombre se da cuenta de su es­
foración. La infección blenorrágica tiene lugar en pocas tado es ya demasiado tarde. El daño está hecho.
horas. Una infección sin gérmenes es imposible, y la
Es, sin embargo, un error creer que todos los derra­
idea de que puede ella cogerse orinando contra el viento
mes uretrales se deben a la blenorragia. Después de la in­
o mediante la irritación de la membrana mucosa, carece
timidad sexual pueden aparecer otros derrames de tin­
de fundamento. En la gran mayoría de los casos, la ble­
tes amarillentos o grisáceos, que nada tienen que ver con
norragia es consecuencia del acto sexual, durante el cual
la blenorragia. Tales afecciones catarrales se deben co­
los bacilos se transfieren de una membrana afectada a
múnmente a la irritación local o a la acción de microbios
la otra. El contacto sexual directo no es necesario, pues
favorecidos por la falta de limpieza y pueden requerir un
la infección es posible por el mero contacto de una mano
tratamiento casi tan l&Tgo como el de la blenorrea. Diag­
que ha tocado los órganos genitales infectados. La trans­
nosticar el origen específico de tales derrames exige la
misión del mal por los asientos de los inodoros, la ropa
presencia de un médico muy experimentado, pues los te­
interior o los canutos de las jeringas, es improbable en
midos filamentos blenorreicos en la orina del paciente no
la práctica, aunque teóricamente posible.
prueban la infección blenorreica. Pueden ellos ser los re­
El tiempo que transcurre entre el instante de la In­ siduos de una blenorragia curada o, simplemente, la con­
fección y la aparición de los primeros síntomas, varía;
secuencia de una irritación de la membrana mucosa.
por lo común se extiende desde el segundo al quinto día.
- Es importante distinguir entre los síntomas blenorrá-
Los síntomas son: escozor, ardor en la uretra, derrame
gicos y los blenorreicos, porque el tratamiento de la ble­
purulento y nodulos linfáticos a lo largo del canal. Puede
norragia es por completo diferente al de la mucositis.
aparecer 24 horas después de realizado el coito, pero se
Aquélla requiere un tratamiento drástico, mientras que el
han dado casos en que la incubación duró cuatro sema­
de ésta puede ser más suave. La similitud de sus respec­
nas. Este periodo, durante el cual el paciente desconoce tivos síntomas es explotada en gran escala por los charla­
su estado contagioso, es, juntamente con el de la cura
tanes, quienes siempre diagnostican blenorrea y alaban
parcial, el más peligroso respecto a los demás seres.
luego la rapidez infalible de sus métodos.
Afortunadamente, con excepción de algunos pocos in­
Hacer un cuadro clínico de la evolución de la bleno­
496 E nciclopedia S exual SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD 497
clones. Cuando los bacilos ascienden por el sistema ure-
rragia es muy difícil, si no imposible, por cuanto puede
ella durar solamente algunos días o persistir durante tro-genital, es decir, cuando la infección pasa de la uretra
meses y años. Tomada a tiempo, hay posibilidad de a la vejiga, de donde puede extenderse a la próstata y a
cura rápida; un caso no severo tratado dentro de las lo largo de los conductos deferentes hasta los testículos,
la cuestión puede tornarse crítica. Pueden ocurrir es­
24 horas de la infección, se cura a menudo en tres
días; una infección vieja lleva de dos a seis semanas; pasmos en la vejiga, acompañados de micción dolorosa;
cuando se han producido complicaciones, como la or­ pueden formarse abscesos en la próstata inflamada, que
quitis o la cistitis, no puede predecirse la duración del ha de ser masajeada por el recto, siendo a veces nece­
tratamiento. saria la intervención quirúrgica; la epididlmitis, la or­
quitis y la hinchazón de los testículos pueden tener
Con paciencia y perseverancia — puntos estos esen­
lugar, en cuyo caso el paciente debe guardar cama hasta
ciales tratándose de afecciones de esta índole— , toda ble­
que esté vencida la complicación. El aspecto más desfavo­
norrea es curable, aun la denominada blenorrea crónica,
rable de la blenorragia es la infiltración en la sangre de
ese espantajo tan popular. En realidad, crónico no sig­
los gérmenes, a través de la uretra y de los riñones, porque
nifica incurable, sino de larga duración, y renunciar al
entonces se afecta todo el organismo. La inflamación de
tratamiento por la simple ra2ón de que una infección cró­
la articulación de las rodillas, con el consiguiente endu­
nica es incurable, sería más que necedad. Tienen hoy los
recimiento y el reumatismo blenorrágico, son trastornos
médicos a su disposición una gran cantidad de instru­
bien conocidos. Pueden los gonococos hasta alojarse en
mentos, además de la vacuna terapéutica y de los mé­
el músculo del corazón, en cuyo caso sobreviene la peri­
todos uretroscópicos y eléctricos, con los que pueden tra­
carditis, o hasta la septicemia, con resultadas fatales.
tar exitosamente los casos antes considerados desespe­
De modo, pues, que la blenorragia puede ir de una me­
rantes. Ningún médico, desde luego, puede curar la ble­
ra indisposición hasta una enfermedad fatal, según las
norragia en un tiempo limitado. Así como en el mundo
circunstancias y el individuo. Es, por lo tanto, deber de
equino hay caballos de silla, de tiro y de carrera, hay entre
toda persona infectada consultar a un médico a la menor
los gonococos varios grados de virulencia. De modo
sospecha, para su bien y el de los demás.
que, de dos pacientes tratados de la misma manera, uno
Mientras el hombre se da, comúnmente, cuenta de
puede curarse en quince dias y el otro contraer la or­
quitis, la artritis u otras complicaciones. Además de la vi­ haber contraido la blenorragia, en la mujer los síntomas
rulencia de los microbios, la resistencia del paciente des­ tardan más en aparecer. Hay varias razones para ello.
empeña un rol muy importante. En esta resistencia en­ En el hombre se infecta la uretra; lo mismo puede ocu-
tran en juego la constitución de los órganos genitales y rrlrle a la mujer, pero sus órganos genitales se contami­
urinarios, el tamaño del esfínter vesical, las infecciones nan con mayor frecuencia. Sin embargo, la vagina, con­
previas, y un número de factores no bien definidos aún. trariamente a la creencia común, no es susceptible a la
Racionalmente tratada, la blenorragia sigue, por lo infección blenorráglca, excepto en la parte adyacente al
común, el siguiente curso: el derrame dura de doce a útero o, más exactamente, en el cervix. Cuando es afec­
quince dias, transcurridos los cuales sólo aparece una tada su uretra, también la mujer siente escozores y una
gota; finalmente desaparecen los filamentos de la orina sensación ardorosa al orinar. Cuando el centro de la in­
y la cura se completa pronto. Desgraciadamente, este fección es el cervix. no hay, por lo común, dolor, pero,
curso regular puede estar sujeto a un numero de desvla- con el progreso de la infeccfón, aparece la leucorrea.
498 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
LOS ESTRAGOS DEL GONOCOCO 499
M es, como tantísimas mujeres sufren este trastorno cura, fué dada de alta. Se casó en 1913; en 1917 tuvo la
innocuo, no lo interpretan como un síntoma primario de salplngitis e Infectó a su esposo, con quien habla vivido
la blenorragia. durante cuatro años sin el menor accidente. Se trataba,
En cuanto a la sensación ardorosa de la uretra, que por lo tanto, de una reincidencia de la blenorragia, no
acabamos de mencionar, raras veces despierta la sos­ completamente curada, del año 1912.
pecha, pues las mujeres la atribuyen comúnmente a la Recalcamos el aspecto oculto de esta enfermedad por­
cistitis, a un frío en la vejiga o a las bebidas muy frías. que muchos hombres que han sido infectados creen que
Es así que se permite a la enfermedad seguir su curso la mujer debía saber que estaba enferma. A menudo ella
durante semanas y meses. En ocasiones desaparece, por­ no tiene la menor idea de tal enfermedad; de aquí el
que un organismo fuerte puede, hasta cierto punto, ven­ peligro de confiar en las aseveraciones-de la mujer que
cer a la infección, pero, en este caso, los bacilos sólo se ha sido declarada sana por el examen médico. Aun cuan­
retiran hacia los lechos más profundos del útero, donde do haya sido tratada, puede todavía la paciente ser con­
pueden permanecer inactivos durante mucho tiempo. tagiosa, porque sólo en casos muy excepcionales tiene la
Podemos afirmar que el 80 por ciento de las mujeres no mujer la paciencia de continuar sus visitas al médico
se dan cuenta de su condición y se creen absolutamente durante semanas enteras, y que son, sin embargo, la
sanas, hasta que contagian a algún hombre o la en­ condición sine qua non de una cura completa.
fermedad se evidencia por sí misma como, por ejemplo, La evolución de la blenorragia en las mujeres, como en
en caso de parto. El médico mismo a veces halla difícil los hombres, puede tomar varias formas. Desde un suave
descubrir la blenorragia en una mujer cuando los gér­ derrame catarral, que se cura en pocas semanas, hasta
menes están ocultos en las partes más recónditas del sis­ las perturbaciones orgánicas más agudas, hay un nú­
tema uretro-genital. Aparecen éstos muy raramente, por mero de etapas intermedias. La cistitis y sus consecuen­
ejemplo, después de la menstruación, o a raíz de alguna cias son relativamente Inofensivas; mucho más peligro­
circunstancia excepcional. Una o dos revisaciones, por sos y, desgraciadamente, comunes, son los casos en que
consiguiente, no bastan para un diagnóstico definitivo, la infección alcanza el útero (metritis blenorrágica), lue­
en lo que se refiere a las mujeres. Un médico honesto no go las trompas de Falopio (salpingitis), los ovarios y el
asegurará a su paciente que está en perfectas condicio­ peritoneo (peritonitis blenorrágica), siendo ya entonces
nes de salud sin haberla tenido antes durante algún el daño irreparable. Aun cuando la paciente se restablez­
tiempo en observación; lo más que puede decir es que él ca, puede quedar con un organismo estropeado y en con­
nada ha encontrado. diciones desventajosas para el resto de su vida.
Los dos casos siguientes, tomados de nuestros archi­ La blenorragia no sólo es peligrosa para la misma mu­
vos, son característicos. Una señora, a causa de cierta jer, sino también para los hijos que pudiera tener, pues
fractura seria, se asistía en un sanatorio quirúrgico. Una el bacilo puede atacar los ojos del hijo. La infección pu­
asociación de circunstancias indujo a tenerla bajo ob­ rulenta comienza con una inflamación en los párpados
servación respecto a una posible blenorragia, pero sin re­ (conjuntivitis), luego se extiende a la córnea y, final­
sultados positivos. Sólo después de siete meses fueron mente, a las partes internas del ojo. A menos que se la
descubiertos gonococos en su útero. trate pronto, da lugar a la ceguera.
El segundo caso es el de una mujer que contrajo la
El estrago causado por la oftalmía blenorrágica en los
blenorragia en el año 1912 y que, después de tres meses de
niños se evidencia en el examen de las estadísticas de la
500 E nciclopedia S exual
T k a t a m i e n t o F H O F I I .Á C T I C O 501
ceguera infantil debida a maculas hereditarias. Hasta
vada; después de cinco o seis ataques inducidos, el re­
1880, más del 30 por ciento de los asilados en Institutos
sultado es sorprendente. Si es la temperatura elevada, o
para ciegos han perdido su vista poco después del naci­
son otros los ¿actores que producen el efecto, no se sabe
miento; el número bajó al 19 por ciento en 1895 y al 13
por ciento en 1912. Las cifras más recientes muestran un todavía.
mejoramiento continuado. Un método de vida regular es esencial para la cura
La ceguera venérea puede ser ahora evitada, merced de la blenorragia. Por alguna razón todavía desconocida,
al método Crédé, que data de alrededor del 1880, y que la dieta ligera tiene una influencia definidamente favo­
consiste en instilar nitrato de plata (o argirol) en los rable en la cura de la cnfeimedad. La experiencia ha de­
mostrado que las privaciones contribuyen mucho al tra­
ojos de los recién nacidos. Si esta práctica fuese decla­
tamiento específico de la enfermedad. En cambio, debe
rada obligatoria, la ceguera infantil desaparecería com­
el paciente beber mucho, pero ni una gota de alcohol. El
pletamente.
jugo de frutas frescas, las aguas minerales no eferves­
* • • centes, en un promedio de dos litros y medie a tres por
día, constituyen una dieta líquida suficiente. Los platos
El tratamiento de la blenorragia se ha perfeccionado condimentados, las especias y los alimentos ácidos, deben
mucho últimamente. Mientras antes duraba eterna­ ser evitados.
mente, hoy día la cura puede ser completa, Dajo con­ La regularidad de la defecación es también esencial.
diciones favorables, en pocas semanas. Los lavajes no
El recto debe mantenerse vacío, a fin de evitar la presión
son prácticamente dolorosos y la vacunoterapia ha lle­ sobre los órganos genitales Internos.
gado a ser un valioso auxiliar en la lucha contra la en­
La estricta observancia de este modus vivendi no pue­
fermedad.
de por sí misma curar la blenorragia, pero contribuye a la
La vacunoterapia consiste en inocular al paciente el cura y a evitar las complicaciones.
virus de su propia enfermedad. Se da al paciente una
inyección subcutánea de gonococos previamente muer­
tos; esto provoca un proceso de reacción, en la forma de
anticuerpos creados por el organismo contra los elemen­
tos extraños introducidos. Estos anticuerpos atacan no
solamente el virus inoculado, sino también a los gonoco­
cos activos, y los destruyen. La dificultad estriba en pre­
parar un virus adecuado, en el cual los bacilos, aunque
no virulentos, no sean demasiado neutralizados. Se están
haciendo ahora experimentos con gérmenes vivos, y se
anticipan buenos resultados.
En el caso de una Infección particularmente tenaz,
se recurre a la Inoculación de los gérmenes del paludis­
mo; aunque algo drástico, este método es casi el más
eficaz de los conocidos por la moderna terapéutica. La
inoculación palúdica va seguida de una temperatura ele­
El c o n t a g io s if il ít ic o 503

La Infección no se manifiesta al principio externa­


mente. Las espiroquetas se multiplican en la sangre y
sólo cuando está ella “saturada” aparece el primer sín­
toma externo en la forma de un chancro duro. Esto ne­
cesita de tres a cuatro semanas, durante las cuales nin­
CAPITULO XXXV gún médico puede, posiblemente, descubrir la enferme­
dad. Aún entonces el diagnóstico es difícil, porque el
LA S IF IL IS chancro duro no se distingue fácilmente del blando. La
información obtenida del paciente tampoco es ilustra­
Cómo sé contrae la sífilis. — Las etapas primera, segunda y tiva en ninguno de los dos casos. Cuando la intimidad
tercera __ Cinco indicaciones de !a sífilis. — La sífilis es curable. tuvo lugar dos días antes, con una compañera de quien
— Tratamiento de larga duración.- — La verdad acerca del mer­ se sospecha, no puede ésta haber sido la responsable.
curio. — ¿as ventajas dc.l salvarsán, la plata y el bismuto. — El Pero cuando ha tenido lugar cuatro semanas antes dé la
premio a la paciencia. — La reacción Wassermann y su valor en aparición del chancro, es muy probable que la causa sea
la diagnosis. — ¿Debe permitirse el matrimonio a la persona en­
la sífilis. Sin embargo, tal certidumbre es rara, porque
ferma de sífilis?
en el intervalo pueden haber ocurrido otros actos sexua­
les, de modo que sería arbitrario atribuir la infección a
El agente específico de la sífilis es un microbio cono­
un coito de cuatro semanas de antigüedad.
cido por sptrochaeta pallida {espiroqueta pálida), descu­
Este carácter latente, al comienzo, de la sífilis es,
bierto en 1905. A través del contacto con alguien cuya
como en la blenorragia, la causa de su extraordinaria di­
piel o parte del cuerpo contiene este microbio, como en
fusión, aun entre las personas casadas. El esposo que ha
el caso de las úlceras sifilíticas, la piel de la membrana
tenido relaciones sexuales extramaritales no sabe que ha
mucosa de una persona sana puede infectarse, introdu­
contraído la enfermedad hasta tres o cuatro semanas
ciéndose así la enfermedad en su organismo. Seria un
después, y durante ese tiempo es posible que haya te­
error creer que la infección puede solamente penetrar a
nido varias oportunidades de infectar a su esposa.
través de una llaga grande. Las espiroquetas son extre­
Por fortuna, el contacto sexual con una persona en­
madamente activas y pueden penetrar por la más ligera
ferma no siempre implica el contagio. La higiene me­
raspadura. El contagio es, desde luego, más frecuente a
ticulosa puede eliminar los microbios depositados sobre
través de la intimidad sexual, y el microbio puede en­
la piel antes de que la penetren, particularmente cuando
tonces ser transmitido por las partes genitales, así como
dicha conexión no es profunda ni prolongada. También
por los labios, la membrana mucosa de la boca y las
aquí, como en todo lo demás, la casualidad desempeña
amígdalas. Los médicos que tratan las úlceras sin cono­
cer la naturaleza específica de ellas, corren el riesgo de su parte.
El hombre lego no puede descubrir la sífilis sin el auxi­
contraer la infección por los dedos.
lio de un médico, el cual debe ser consultado a la menor
Siendo el contagio posible por cualquier parte, es in­
sospecha, a fin de que la enfermedad sea combatida lo
necesaria la transmisión directa de la persona enferma,
más pronto posible.
y el germen puede ser adquirido manejando un objeto o
Además del chancro, el período primero de la sífilis
bebiendo en un vaso utilizados antes por un sifilítico.
se caracteriza por la adenopatía, o afección a los gan­
Pero la infección por este medio es muy rara.
504 E nciclopedia s e x u a l E v o lu c ió n de l a s íf il is 505
glios linfáticos. Esto dura de tres a cinco semanas; se locomotriz y el reblandecimiento dei cerebro. Aquélla va
extiende luego a la piel y a las membranas mucosas, a menudo seguida por la ceguera y la parálisis; el pa­
enerando luego en la etapa segunda. ciente camina cojeando y sufre dolores punzantes en el
Los sintomas de la sífilis de segundo grado son tan abdomen y las piernas; la parálisis de la vejiga y de los
complejos, que una descripción completa de los mismos Intestinos no es infrecuente, conduciendo pronto a la
requeriría volúmenes enteros. Pueden incluir la roséola, muerte del sujeto. Pero el fin puede llegar lentamente.
la eritema maculosa (limitada al cuerpo, sin afectar la La ataxia locomotriz avanza a veces lentamente por es­
cara ); algunas veces la erosión no tiene lugar, pero puede pacio de veinte años, durante los cuales el único síntoma
tomar formas invisibles o asumir una apariencia fo- externo es el paso atáxico. Las víctimas más desdichadas
runculosa. Estas manifestaciones pueden ir seguidas por de la sífilis son aquellas que no se dan cuenta de la en­
trastornos generales, tales como la fiebre, dolores de ca­ fermedad durante siete años —el período, término medio,
beza agudos, las anginas, la calda del cabello y la for­ de su desarrollo— y que de súbito se quedan ciegas.
mación de úlceras en el ano y las partes genitales (va­ He aquí dos casos tomados de nuestros archivos:
gina). Prácticamente, ningún órgano escapa a la enfer­ El señor R. sufrió a la edad de veinte años una li-
medad. Este período dura de cinco a siete años. era erupción, que fué curada en cuatro semanas por
En la etapa tercera la sífilis pasa de los Órganos ex­
ternos a los órganos internos vitales. Las úlceras pueden
extenderse a los huesos; pueden aparecer las fístulas, las
S ^uterización. A los veinticinco años contrajo enlace y
tkvo dos hijos sanos; a los treinta y dos comenzó a que-
¡fase de dolores de cabeza. Cierto día, dieciocho años des-
supuraciones y los tumores sifilíticos y declararse la ca­ püés de la aparición de los primeros síntomas, se le pa­
quexia. Uno de los síntomas más conocidos de la evo­ ralizó todo el costado derecho y perdió el habla. Está aún
lución final de la sífilis es el aneurisma de la aorta. Es vivo, pero continuará inválido hasta el día de su muerte,
innecesario decir que cuando se deja seguir este curso, el <jue profetizamos dentro de tres años.
terrible flagelo es fatal. El barón M. contrajo la sífilis a los veintidós años y
Felizmente, hay excepciones en este curso clásico de st sometió a un tratamiento a base de mercurio. A la
la enfermedad. Puede el chancro cicatrizarse sin conse­ edad de cuarenta y ocho años se volvió, repentinamente,
cuencias ulteriores y las personas vivir hasta una edad solio, lo llevaron a un sanatorio quirúrgico y murió ocho
muy avanzada sin saber que han tenido la sífilis; otras senanas después.
son afectadas en su juventud por la ceguera sifilítica. h reblandecimiento cerebral toma a menudo la forma
del 'omportamiento desacostumbrado del sujeto flfec-
• • *
tado. El tacaño se convierte en pródigo, el padre juicioso
en dibluto. Aparecen los síntomas de la demencia y de
Existen otros trastornos que, sin ser consecuencias la me&domanía y puede el paciente declararse Dios, em-
directas de la sífilis, se intensifican grandemente con ella peradd^ y diablo, todo al mismo tiempo. Desde este mo­
y que debemos mencionar aquí. mento íjs dias están contados.
Tales son la arterieesclerosis y las afecciones cardía­ La ¿lestión del contagio sifilitico es de la mayor
cas. En un sujeto sifilítico asumen éstas una forma par­ Importadla. Durante las etapas primera y segunda,
ticularmente seria, conduciendo a veces a la muerte pre­ la enferr^dad, aunque latente, es infecciosa. Con el
matura. De origen exclusivamente sifilítico son la ataxia comienzo le la etapa tercera se concentra en los ór­
506 E n ciclo ped ia Se x u a l P r o f il a x is del m a l 507

ganos internos, no siendo ya transmisible, excepto por la 1. — Todas las ulceraciones, heridas, rasguños y ra
herencia. paduras en la región genital o anal son sospechosas.
Con respecto a la herencia de la sífilis, puede ella ser 2. — Cualquier erupción rosada u oscura en el abdo­
transmitida a los niños únicamente por la madre. Es na- men, los senos o los muslos es sospechosa, aunque los
tural que cuando el padre está infectado, los hijos tengan granos, especialmente en la espalda o en las piernas, son
todas las posibilidades de ser tarados, pero ello ha de ser generalmente Innocuos.
mediante la madre. Cuando ella no está infectada, los 3. — Las protuberancias en el cuello y las ingles son
niños nacen sanos. Esto no significa, sin embargo, que sospechosas.
los descendientes de padre sifilítico queden enteramente 4. — También todos los abscesos y las ulceraciones de
libres de heredar la enfermedad, pues el semen de un los labios y la cabeza.
padre sifilítico no puede producir una progenie tan sana
5. — Téngase cuidado de la voz ronca no acompañada
como el de un hombre sano. El interrogatorio au npa| de llagas en la garganta sino de dolores de cabeza.
cíente de enfermedades orgánicas, por ejemplo, revelari La meticulosa observancia de estos cinco puntos será
el hecho de que su padre ha sido tratado de la sífilis. No una salvaguardia bastante eficaz. Muchos de nuestros
obstante, los hijos de sifilíticos son con frecuencia sania pacientes nos han traído mujeres de quienes sospechaban
y de larga vida. Las víctimas de la sífilis heredítap^ sobre estas bases y sus diagnósticos han resultado
son pocas, porque, afortunadamente, mueren en la etajpi exactos.
fetal y son expelidas por la madre durante uno de foi
primeros períodos del embarazo. Tratada a tiempo, U • • •
sífilis hereditaria presenta características similares a
La sífilis es esencialmente curable. Esta afirmación
aquellas do la sífilis en tercer grado. Puede el paciente
no debe dejar de difundirse. No sólo es curable, sino que
vivir mucho tiempo sin que surja ninguna perturbación
el tratamiento es sin dolor y en modo alguno perturba
seria, pero puede también morir repentinamente de tas-
los hábitos y las ocupaciones profesionales. Pero para
tom o cerebral. / la cura lo esencial es la paciencia. La medicina tiene a
A menudo se pregunta a los médicos cómo un /ego su disposición los medios para vencer el mal, pero nin­
que desea evitar el contagio venéreo puede descular la guno de ellos es lo bastante radical como para eliminar
enfermedad de la compañera. Podemos solamente con­ la Infección de golpe. El paciente que soporta el tra­
testar que las manifestaciones de la sífilis son tjn va­ tamiento de la sífilis debe prepararse a llevarlo durante
riadas, desde los granos aparentemente inofensiva hasta un tiempo muy largo. Una vez que se haya decidido a
el eritema más repulsivo, que la diagnosis es imposible ello, su cura está asegurada. Las únicas excepciones son
para toda persona que no sea un médico experimentado. aquellos casos en que la infección tuvo lugar varios años
Existen, sin embargo, unos pocos síntomas qiVpueden antes, y aun asi, cuando no ha llegado a afectar el
servir como señales de peligro. Aunque no sor siempre sistema nervioso, hay todavía esperanzas. Es posible
de origen sifilítico, una vez notados, es prudyíte evitar que, en este caso, no pueda lograrse una cura completa,
el acto sexual con la persona sospechada. Eruales casos pero, de todos modos, pueden evitarse las terribles con­
la precaución debe ser el principio guiador, i/s síntomas
secuencias de la sífilis.
son los siguientes: El éxito del tratamiento depende, desde luego, en gran
508 E n c i c l o p e d i a S exual M étodos c u r a t iv o s 509

parte, del tiempo en que se ha comenzado. La cura de Sus efectos no pueden ser comparados, en cuanto a ra­
la sífilis, cuya única manifestación externa es el chan­ pidez, con el mercurio o el salvarsán. La intolerancia del
cro, y cuando la reacción Wassermann es todavía nega­ organismo respecto a estas drogas se manifiesta en va­
tiva, es relativamente mucho más rápida que la que ha, rias formas de erupciones y catarros, que pueden reque­
alcanzado las etapas segunda o tercera. rir la suspensión del tratamiento.
Las tres drogas más vastamente utilizadas en el tra­ La plata y el bismuto — la primera se usa en combi­
tamiento de la sífilis son el mercurio, el arsénico (608 nación con el salvarsán— no han sido experimentadas en
y 614) y el yodo. Más recientemente se han agregado a la misma proporción que las otras drogas. Sin embargo,
la lista el bismuto y la plata. Con respecto al mercurio, se ha usado el bismuto, particularmente en Francia,
ha sido objeto de las más infundadas supersticiones y se para otros tratamientos, y sus resultados parecen garan­
le ha acusado de ocasionar trastornos que en realidad se tizar su aplicación más difundida en los casos de sífilis.
deben a la misma sífilis. En efecto, el mercurio es elimi­ Como ilustración de la perseverancia requerida por el
nado por los riñones y ninguna partícula del mismo que­ paciente para el logro de la cura definitiva, citamos los
da en el organismo. Más aún: los pacientes tratados con dos casos siguientes:
mercurio por otras enfermedades, jamás acusan los sín­ Dos amigos, A. y B., han sido infectados la misma
tomas imputados al uso del mercurio, mientras que los noche por la misma mujer. Cuatro semanas después, al
sifilíticos que no son tratados con dicho elemento su­ aparecer el chancro, vinieron a consultarnos, y el trata--
fren verdaderamente los trastornos a él imputados. Lo miento comenzó en mayo de 1910. Continuaron ellos
más que pueden ocasionar las Inyecciones de mercurio es tratándose hasta julio, época en que el análisis Wasser­
la diarrea y la irritación de las membranas mucosas, mann resultó negativo en ambos casos. Las inyecciones,
trastornos que pueden evitarse con la dosis prudencial, entendíamos, debían continuarse. A. continuó visitán­
el cuidado de la boca y la abstención del tabaco. Hay, en donos regularmente y en octubre estaba ya completa­
cambio, otros casos en que el mercurio no es tolerado, mente curado. En vista del análisis Wassermann nega­
debiendo entonces utilizarse otra droga. tivo, B. abandonó el tratamiento y no volvió sino en 1917,
El salvarsán, cuyo elemento activo es el arsénico, fué con oftalmía sifilitica. A pesar del tratamiento prolon­
descubierto en el año 1909, y se ha comprobado que es gado, su sangre contiene todavía espiroquetas.
en extremo valioso. Administrado con el cuidado debido, Hasta hace poco, la medicina era por completo Impo­
las inyecciones no presentan peligro alguno y su acción tente contra la más terrible consecuencia de la sífilis: la
es más rápida que la del mercurio. El salvarsán no ha parálisis, que era considerada incurable. Los métodos
escapado a las objeciones irracionales. Cierto es que la utilizados en el tratamiento de la sífilis no eran lo bas­
tolerancia de su uso es variable, pero ha ocasionado tan tante poderosos como para evitar las complicaciones, a
pocos accidentes, que los enfermos no deben desalen­ menos que se debiesen a alguna espiroqueta diferente.
tarse- El tratamiento con salvarsán no es más peligroso Recientemente, la luz se hizo en la materia. Observa­
que un viaje por ferrocarril, que puede también terminar ciones casuales condujeron al descubrimionio do que una
en catástrofe. El peligro real estriba en escoger una fiebre infecciosa tiende a mejorar apreciablemente el es­
clínica donde los pacientes son tratados uno después de tado de parálisis. Por lo común, se inocula al enfermo
otros, sin atenderse a las peculiaridades individuales. el paludismo, y la alta temperatura de este modo pro­
El yodo se usa en los casos de sífilis de tercer grado. vocada (que se reduce en definitiva con la quinina)
510 E n c i c l o p e d i a S e x u a l
¿P uede casarse u n s if il ít ic o ? 511

pronto da resultados satisfactorios. Sin embargo, el pro­ rriente sanguínea. Es, por lo tanto, más seguro comenzar
ceso no ha sido definidamente perfeccionado. el tratamiento sin esperar los signos definidos de la in­
Un gran progreso en la lucha contra la sífilis significó fección, pues esto adelantará en mucho la cura.
el descubrimiento de Wassermann. La reacción especí­ Por más engañoso que el análisis Wassermann sea, su
fica que lleva su nombre ha permitido a los médicos re­ mérito es, no obstante, enorme. Muchas veces las ja­
lacionar con la sífilis un número de trastornos cuyos orí­ quecas, los eczemas, los trastornos pulmonares, las en­
genes fueron hasta entonces desconocidos y el trata­ fermedades del hígado o de las regiones urinaria o intes­
miento, por lo tanto, imposible. tinal, para no mencionar las perturbaciones nerviosas,
han sido curadas gracias a este análisis. Es una cosa
No obstante, la reacción no constituye una diagnosis
muy simple hacerse realizar un análisis de sangre a la
absoluta, porque sólo es terminante el resultado posi­
primera sospecha, y es preferible afrontar al enemigo
tivo, mientras que el negativo no da seguridad alguna
que ignorar su presencia.
respecto a la no existencia de espiroquetas en la sangre.
Acontece con no poca frecuencia que después de un aná­ Una cuestión de vital importancia es saber en qué
lisis Wassermann negativo el paciente desarrolla sínto­ etapa de su enfermedad puede el sifilítico casarse. Evi­
mas indudables de la enfermedad, o que los pacientes a dentemente, todo el que tiene síntomas activos no ha
quienes se les ha asegurado que estaban curados en vir­ de pensar en el matrimonio. Puede considerarlo cuando
tud de la reacción negativa, no dejan de escapar a los haya sido dado de alta por el médico y después que el
terribles efectos de la sífilis. Por otra parte, el análisis análisis Wassermann haya sido negativo durante dos
Wassermann es positivo en ciertos casos de paludismo, de años. Los casos en que, a pesar de todos los esfuerzos,
írambuesia, de lepra y aun de fiebre escarlatina, pero en no ha sido posible eliminar el virus de la sangre, pre­
estos casos el análisis sigue positivo solamente durante sentan un problema delicado. Aunque en la tercera etapa
algunas semanas. no hay peligro de contagio, debe tenerse en cuenta a la
Con esta reserva, puede afirmarse que tres análisis generación siguiente. En este caso es necesario distin­
Wassermann a intervalos de quince días establecen de guir entre un hombre y una mujer. Al hombre que ha
una manera concluyente la infección sifilítica. Para sido tratado y que no evidencia síntoma alguno, pero en
saber definidamente si el paciente cuya reacción espe­ cuya sangre quedan todavía rastros de la infección, di­
cífica es negativa está curado, es aconsejable realizar fícilmente puede prohibírsele el matrimonio; pero la
una punción lumbar. Esto permite al médico realizar un mujer en las mismas condiciones, cuando se le permite
examen del cerebro y de la medula espinal y evitar po­ casarse, debe renunciar a toda idea de tener hijos. En
sibles repercusiones de la enfermedad en el sistema ner­ tales casos el aborto es justificado.
vioso. Cuando se encuentra el mínimo rastro de infec­
ción, debe rccurrirse a cualquier medida posible, a fin de
proteger al paciente contra los peligros de las afecciones
cerebrales, de la medula espinal y del sistema nervioso.
El resultado negativo de la reacción Wassermann al
comienzo de la sífilis se debe a menudo a la localización
de los microbios en alguna parte recóndita del organismo,
desde donde serán transportados més tarde por la co­
D i f u s ió n d el m a l ven ék eo 513

Según las estadísticas, solamente en Francia, por


ejemplo, se tratan aproximadamente 140.000 casos dia­
riamente. Queda por saber cuántos no reciben trata­
CAPITULO X X X V I miento alguno o están en manos de los charlatanes. Las
siguientes cifras de la incidencia del mal venéreo en
PREVENCION DE LAS ENFERMEDADES VENEREAS
varias profesiones es sumamente interesante. Entre los
soldados, aproximadamente el 3 por ciento; entre los
La propagación de tas enfermedades venéreas. — Algunas cifras
elocuentes. — La falacia de c o n fia r en los remedios caseros y en trabajadores, el 8; entre los empleados de oficina y de
las panaceas de los charlatanes. -- Medidas profilácticas. — La comercio, el 16.5; entre los estudiantes, el 25, y entre los
limpieza, principio fundamental. — Los la v a je s y la limpieza con mozos de café y de restaurantes, el 26 por ciento.
agua y jabón, ~ L a im p o p u la rid a d del condón, — P reven c ió n de De cíen personas de uno y otro sexo que padecen en­
la blenorragia. — Tres procesos recomendables. -- Prevención de fermedades venéreas, el 65 por ciento tienen blenorragia,
la sífilis. — A lg u n a s m ed id as eficaces. el 18, chancros blandos, y el 17, sífilis. En una ciudad
grande como París, el 43 por ciento de los hombres por
Para comprender cuán necesario es para todos pro­ debajo de los cincuenta años contraen la sífilis.
tegerse de las enfermedades venéreas, debemos captar la Hemos dicho ya cuán común es el mal venéreo entre
temible difusión del flagelo y la facilidad con que pode­ las mujeres que practican lo que con eufemismo se deno­
mos ser infectados. mina “ amor libre” . Muy a menudo los hombres con­
En realidad, el público en general no tiene concepto traen la enfermedad de sus “ queridas regulares” . Como
alguno de la preponderancia de estas enfermedades, por­ los estudiantes alemanes gustan expresarlo, la blenorra­
que siempre han sido consideradas “ vergonzantes” (como gia se contrae a menudo de alguna petite amie, porque
si la honestidad consistiese en no contraer nada durante las precauciones que se toman con una relación casual se
el acto sexual), y porque los que la contraen ocultan el descuidan a menudo con la querida permanente. Muchas
hecho a su familia y sólo en casos excepcionales llegamos mujeres casadas también suelen contraería, con frecuen­
a enterarnos de su existencia. No obstante, según las es­ cia, de sus propios esposos. Si hemos de creer al profesor
tadísticas más seguras, el hombre medio que vive en una Baisch, de cien matrimonios estériles setenta lo son a
ciudad populosa, rico o pobre, ha sido infectado por lo causa de una temprana infección blenorrágica del mari­
menos dos veces en su vida por las enfermedades vené­ do; y de cien niños que nacen muertos, cuarenta y cinco
reas. Es decir, que si un hombre no ha sido contagiado se deben a la herencia sifilítica.
Jamás, su vecino lo fué cuatro veces. Podríamos afir­ El más alto porcentaje de enfermedades venéreas lo
mar aún, por nuestra larga experiencia, y en común dan, desde luego, las prostitutas registradas. Es un error
acuerdo con todos los especialistas, que prácticamente creer que están ellas libres de la infección por hallarse
toda mujer que ha tenido relaciones sexuales con varios sometidas a un examen médico frecuente. Veremos más
hombres ha padecido alguna enfermedad venérea ( 1 ).

<11 Los prejuicios morales del autor de este capitulo han un número de individuos merece la contracción del mal ve­
destruido aquí su objetividad científica. Hay muchas personas néreo, pero todos los sexólogos saben que muchas mujeres
flue creen que la mujer que ha tenido relaciones sexuales con promiscuas escapan a la infección, en tanto que muchas “puras"
son Infectadas por el propio marido. — N. H.
514 Enciclopedia Sexual C h a r la ta n e s peligro so s 515
adelante cuán difícil es descubrir las enfermedades ve­ Antes de describir los métodos racionales de la pro­
néreas en las mujeres, aun cuando se las someta a una filaxis venérea, debemos denunciar las prácticas perni­
minuciosa revisación. No es nuestra intención atemo­ ciosas de legos y charlatanes.
rizar a nuestros lectores; nos atenemos a los hechos y
Respecto a los primeros, debe comprenderse que, aun­
destacamos una vez más que, afortunadamente, toda
que no es necesario consultar a un médico por un sim­
persona así infectada no es siempre necesariamente con­
tagiosa, ni que toda conexión con una persona enferma ple resfrío, para cuya cura basta el tratamiento casero,
conduce a la infección. no hay posibilidad de combatir una infección seria de
los órganos internos con medios tan simples. A lo sumo
Trece de cada cien sifilíticos quedan inválidos o mue­
pueden resultar eficaces para hacer desaparecer algunos
ren de la enfermedad. Es también un hecho que en los
de los síntomas. En el caso de la blenorragia, por ejemplo,
institutos para ciegos de Francia, el 20 por ciento de
hay remedios que detienen el derrame; en el de la sífilis,
los casos tienen un origen blenorráglco.
ciertos polvos y ungüentos abonanzan las erupciones.
Hablando generalmente, la propagación de las enfer­
Pero estos efectos no han de estimarse la cura del mal.
medades venéreas en los pueblos pequeños es menor que
en las grandes ciudades. Sin embargo, es significativo Por el contrario, no hacen más que retrotraer las enfer­
que después de la desmovilización de los ejércitos y el medades-ai organismo, al detener su curso normal, y, lo
que es más importante, se pierde un tiempo precioso,
retomo de los soldados a sus hogares, esta relación se
necesario al tratamiento adecuado.
modificó considerablemente.
Hay otras dos causas de la frecuencia de estas enfer­ No menos triste es el destino de quienes confían su
medades. La primera radica en la naturaleza de la misma salud a los charlatanes. Por lo común, son éstos perso­
enfermedad, con frecuencia tan insidiosa que la persona nas que desconocen la medicina y que sólo prescriben
afectada no la sospecha durante años, lapso en el cual remedios específicos. Saben ellos que el derrame puede
tiene relaciones sexuales con individuos perfectamente detenerse con ciertos lavajes, pero no se toman la mo­
sanos y les transmite el germen. lestia de investigar si se debe a la blenorragia o al ca­
La segunda causa es el alcoholismo. Un gran porcen­ tarro, pues éste puede también supurar libremente. Más
taje de infecciones — algunas estadísticas sostienen que todavía: no tienen ningún interés en curar al pa­
el 65 por ciento— pueden atribuirse a la ebriedad. La ciente, sino solamente el de detener el derrame, a fin de
experiencia ha demostrado que el alcohol, al par que poder ganar su confianza por un tiempo. Sólo los mé­
amortece las facultades intelectuales, acrecienta hasta dicos conocen bien a las victimas de estos charlatanes,
cierto punto la sensualidad. Los hombres casados, que porque los enfermos los consultan después de un trata­
sobrios serian incapaces de la infidelidad conyugal, miento tan prolongado, de alivio temporal, como inefi­
cuando están ebrios suelen frecuentar los prostíbulos, ol­ caz. La situación se complica más aún porque no hay
vidando tomar las precauciones ordinarias y contrayendo manera de combatir las actividades desastrosas de estos
así el contagio venéreo. explotadores de la laceria humana. Solamente los padres
de menores pueden acusarlos legalmente por haber dado
a sus hijos tratamientos perniciosos, sin el debido cono­
cimiento.
S16 E nciclopedia S exual P r o f il a x is p r e v e n t iv a 517

Antes de entrar a tratar de las medidas profilácticas, consejos han sido seguidos al pie de ia letra, hay un
deseamos llamar la atención de nuestros lectores acerca máximo de garantía contra el contagio.
del hecho de que las precauciones que recomendamos, Otro método consiste en contrarrestar la transmisión
aunque verificadas en numerosos experimentos realizados de los gonococos por la Interposición de una barrera de­
en hombres y en animales, no pueden garantizar la in­ fensiva, como el condón, debiendo éste ser de la mejor
munidad. Tal remedio ideal no existe. Antes del acto calidad, porque, de lo contrario, es prácticamente Inútil.
sexual, por ejemplo, es conveniente untar el pene con un Al sacarlo debe tenerse un gran cuidado de no dejar
ungüento al 30 por ciento de calomel, protección segura entrar en contacto con el orificio de la uretra la parte
contra la sífilis. Pero, ¿puede uno asegurarse de que nin­ del condón que se ha introducido en la vagina. Tiene el
guna parte, por pequeña que sea, y por donde el germen condón la ventaja de ser una protección contra todas
podría atacar, quede sin untar? La forma en que se las enfermedades venéreas. Pero no es muy popular, a
llevan a cabo las precauciones está, como todo lo relativo causa de que amortece las sensaciones.
al hombre, sujeta a errores e imperfecciones. Quienes no se interesan por el uso del condón o que
no lo tienen a mano en determinado momento, pueden
La limpieza es la protección más excelente contra las
aplicar el método consistente en desinfectar la uretra in­
enfermedades venéreas. Lavar las partes genitales con
mediatamente después del acto sexual. Aquf también es
jabón, entes y después del acto sexual, y también orinar
necesario el mayor cuidado. Ha de recordarse, al mismo
inmediatamente después del mismo, son una garantía me­
tiempo, que no existe preparación farmacéutica alguna
jor que ios lavajes antisépticos. Sabemos que la bleno­ capaz de matar a los gonococos sin irritar la membrana
rragia se contrae mediante la transmisión de los bacilos mucosa de la uretra. Sin embargo, existen algunas prác­
de una membrana mucosa Infectada a otra sana. Por lo ticamente innocuas. La elección de la preparación de­
tanto, el hombre que desea evitar el contagio tendrá que pende del gusto y de la tolerancia del Individuo. He aquí
escoger entre los varios métodos a que puede recurrir. En
varias:
primer lugar, debe esterilizar la vagina de la mujer. Pero,
1. — Inyectar en la uretra, después de ensanchar el
evidentemente, esto solamente da cierto grado de certi­
orificio con los dedos, una o dos gotas de un antiséptico
dumbre, porque no sólo la vagina sino también la uretra
muy concentrado, como la solución de plata albumi-
puede ser el foco de Infección. Aun cuando ésta haya
nada al 20 por ciento (protargol). Es necesario para el
sido limpiada por la micción antes del acto sexual, queda
caso, una jeringa. Manténgase el líquido en la uretra,
todavía el útero, que puede contener los gérmenes, y que,
con los dedos, por espacio de dos minutos. No debe ori­
por las contracciones en el momento del orgasmo, puede
expeler secreciones infectadas con gonococos. A pesar de narse durante ese tiempo.
estas reservas, siempre es sensato disminuir el peligro de 2. — Introducir en la uretra pequeñas candelillas de
infección lo más posible, procurando que los órganos ge­ manteca de cacao conteniendo alguna especie de anti­
nitales de la otra parte sean desinfectados. Es conve­ séptico. Estas pronto se derriten, pero deben retenerse
niente aconsejar a la mujer darse lavajes con perman- durante cinco minutos.
ganato de potasio. Hay que evitar las soluciones sapo­ 3. — Los lavajes de la uretra son también recomen­
náceas y de mercurio. Deben utilizarse los supositorios dables. Deben éstos ser de agua caliente a la que se ha
antisépticos en lugar del lavaje. Cuando todos estos agregado algún antiséptico. La cánula debe ser adaptada
518 E nciclopedia Sexu al MÉTODOS AJmVENÉHKOS 519
al orificio de la uretra, debiendo tenerse cuidado de evitar múnmente usado es el permanganato de potasio. Los su­
que el líquido penetre en la vejiga. positorios introducidos en la vagina después del coito
Los otros métodos son mucho más complicados para también actúan como antisépticos y deben ser retenidos
uso casero y, si fuese necesario utilizarlos, lo mejor sería en la misma por espacio de dos o tres horas. Otros su­
consultar a un especialista. Hablando generalmente, es positorios se introducen en la vagina antes del acto se­
sensato consultar a un médico a la brevedad posible xual y deben ser retenidos hasta una hora después del
después de toda conexión sexual sospechosa. Esta pre­ mismo.
caución ha evitado la enfermedad más de una vez. La profilaxis de la sífilis tiende a impedir que las es­
La mujer que desea protegerse de la infección, debe piroquetas penetren en la piel de la persona sana. He
asegurarse que el hombre no tenga derrame. El más leve aquí los métodos empleados para ese fin (dando por sen­
derrame es sospechoso y debe servir de advertencia. No tado que la infección resulta de las relaciones sexuales,
obstante, es conveniente que sepa que una pequeña gota que es lo que ocurre con mayor frecuencia):
transparente es inofensiva, mientras que la secreción 1. — Se unta el pene con ungüento de calomel, que no
blancuzca o amarillenta es probablemente un sintoma de debe contener sebo, según el método de Meissers, o grasa,
enfermedad venérea. Lo que dejamos dicho, acerca de según el de Metchnlkoff. Ambas preparaciones asegu­
la manera de descubrir la enfermedad, sirve también para ran el mismo excelente resultado, como lo han probado
las mujeres. los experimentos realizados con los monos. El pene debe,
En ta rto que el hombre, a fin de protegerse de la naturalmente, ser limpiado tan pronto como el coito ha
infección blenorrágica, tiene que ocuparse solamente del llegado a su fin.
pene, la profilaxis de la mujer es mucho más intrin­ 2. — Es posible también evitar la penetración de las
cada, debido a la complejidad de los órganos genitales fe­ espiroquetas, como en el caso de los gonococos, mediante
meninos. Los gérmenes de la blenorragia pueden, en rea­ el uso del condón, que, cuando no se rompe, es un pre-
lidad, penetrar en los pliegues de la vagina o de la uretra, servador excelente de la infección sifilítica.
haciendo en extremo difícil su dominio. Por lo tanto, 3. — Una de las mejores medidas conocidas consiste en
debe la mujer aconsejar a su compañero la desinfección destruir los gérmenes inmediatamente después de expo­
de la uretra antes del coito. No obstante, el lavaje, que nerse a la infección. Aunque este método no es tan
puede destruir los gonococos que se hallan en la uretra, bueno como los dos primeros, los experimentes realizados
no puede alcanzar el verdadero asiento de la blenorragia en animales han demostrado su practicabilidad. En este
crónica en el hombre, es decir, las glándulas. caso, se unta también el pene con une de los ungüentos
Los preservativos o condones sirven como medida mencionados más arriba. Esta operación lleva alrededor
precauclonal tanto para los hombres como para las mu­ de cinco minutos, pues es necesario cubrir todo el pene
jeres, porque evitan que las posibles secreciones infec­ y también ios testículos. Anteriormente a esto, diches
tadas alcancen los órganos femeninos, impidiendo, ade­ órganos deben lavarse con jabón. Puede usarse, si se
más, el contacto entre la piel y la membrana mucosa. prefiere, un desinfectante, aunque es mucho menos efi­
También la mujer debe lavar su vagina y orinar inmedia­ caz. Las soluciones de permanganato de potasio o de bi­
tamente después del coito. El Irrigador debe estar lo su­ cloruro de mercurio sirven para el caso.
ficientemente alto, a fin de permitir que el agua auxilie La profilaxis de la mujer es una cuestión mucho más
a la acción química del lavaje. El antiséptico más co­ delicada que la del hombre. Concedido que los condones
520 E nciclo ped ia Sexu al

son una salvaguardia mutua, es peligroso limitarse a su


uso exclusivo. En cuanto a los lavajes, afectan solamente
a las espiroquetas depositadas en la superficie. Es prefe­
rible que Ja mujer se unte antes del coito, con ungüento
CAPITULO XXXVII
de calomel, porque la entrada a la vagina, de membrana
mucosa delicada, es un asiento de Infección ideal. De
este modo, la grasa o la vaselina constituyen un obstáculo OTROS TRASTORNOS DE LOS ORGANOS SEXUALES
mecánico para los bacilos, mientras que el calomel actúa
Enfermedades de naturaleza sexual no adquiridas a través de la
como antiséptico. En los últimos años, la preparación
intimidad sexual. — Dificultad de distinguirlas de los síntomas
conocida por Stovarsol se ha ganado la confianza pú­ venéreos. — El catarro uretral. — Causas V tratamiento. — La
blica. El Stovarsol contiene salvarsán, pero, en lugar de verruca acumlnata. — La balanitís. « Causas y tratamiento. —
ser inyectado, está hecho en forma de tableta, para ser Fimosis y parafímosis. — Las ventajas de la circuncisión. — Las
tomado internamente. Al parecer, tiene un porvenir ladillas.
seguro.
Resumamos las precauciones principales necesarias. Las enfermedades que pasamos a analizar parecen
El lavado con jabón y la micción encabezan la lista. El tener también un carácter sexual, con la diferencia, sin
condón ofrece una salvaguardia considerable, tanto para embargo, de que, contrariamente a las enfermedades que
el hombre como para la mujer. Además, aconsejamos: hemos estudiado en los capítulos precedentes, no se ad­
Para el hombre: antes del acto sexual, proteger el quieren a través del contacto sexual. El origen de estos
pene con los ungüentos mencionados; después del acto, otros trastornos varia, pero todos tienen un elemento co­
la micción, el lavado con jabón, los lavajes uretrales y mún: carecen de consecuencias ulteriores. Sin embargo,
otra untadura de ungüento. debe consultarse al médico en cuanto aparecen, pues es
Para las mujeres: onfes del coito, protección de la difícil para el lego diferenciarlos de las verdaderas en­
vulva con ungüento de calomel y la introducción de un fermedades venéreas.
supositorio antiséptico en la vagina; después del coito, En primer lugar, tenemos el catarro uretral, una
la micción y el lavaje antiséptico o el uso de suposito­ forma de la blenorrea, comúnmente diagnosticado como
rios ( 1 ). tal y de carácter no infeccioso. Hemos visto ya que nada
tiene que ver con la blenorragia. Por lo común ocurre en
las personas nerviosas. Aparece en el meato (boca de la
uretra) un derrame, acompañado a menudo de escozor.
Por lo general, no es un derrame abundante, sino más
bien una gota espesa que se forma cuando el pene es
(1> En Inglaterra es un delito criminal para cualquier per­ apretado. Su color es, por lo general, gris claro, raras
sona que no sea un médico legalmente calificado, tratar laj. en­ veces amarillento. Se lo nota particularmente de ma­
fermedades venéreas. Es ésta una lev excelente. Es también un ñana, cuando, debido a su acumulación en la uretra
delito la venta de cualquier preparación preventiva de la In­ durante la noche, se descubren en la orina ciertos fila­
fección venérea, pero tiene el farmacéutico la libertad de ha­ mentos largos o cortos. Muchas personas se alarman in­
cerlo en tanto que no la elogie como tal. Esta lev, en cambio, necesariamente por la aparición de tales filamentos.
es sencillamente estúpida. — N. B.
523 E n c i c l o p e d i a S e x u a l I íA BALANITIfl T SU CUBA 523

Cuando el médico descubre que no se trata de un sín­ sí mismas. Cuando hay pocas, la cauterización o los pol­
toma blenorrágico, sino de un simple derrame uretral, no vos secantes aplicados por el médico, las cura; cuando
hay motivo de ansiedad alguno. No se trata de nada con­ están más difundidas o desarrolladas, deben extraerse
tagioso ni serio. por electricidad. Pero la cura principal consiste en pro­
La causa de este catarro puede ser un enfriamiento o curar que las partes afectadas se conserven secas, pues
un esfuerzo excesivo durante el acto sexual, o el uso de de lo contrario vuelven a aparecer.
Jabones o desinfectantes demasiado fuertes. Puede de­ La balanitis no se debe a la gonorrea. Se manifiesta
berse también a la falta de limpieza o al uso de deter­ por una copiosa secreción purulenta, fácilmente Identifi­
minado preservador de goma que irrita la membrana cada por la pequeñez del prepucio, a través del cual
mucosa. fluye desde la uretra o el balano. Mientras que en la ble­
El tratamiento no es tan simple como podría espe­ norragia la atacada es la uretra, en la banalitis la infla­
rarse de un trastorno tan ligero. Hay casos de catarros mación purulenta está localizada en el glande y el pre­
uretrales que no responden al tratamiento, pero que des­ pucio. Afecta a los hombres de prepucio estrecho, debido
aparecen espontáneamente, para reiterarse a veces de la a la dificultad de mantenerlo limpio. La transpiración
'misma manera inesperada. Debe el paciente evitar par­ abundante en el verano suele producirla. El proceso de
ticularmente toda presión en la uretra durante ese infección es el siguiente: las substancias segregadas por
tiempo. Suele él apretar la uretra para verificar la pre­ debajo del prepucio se descomponen (clor especifico); el
sencia del derrame, siendo esta práctica la causa más producto de esta descomposición irrita la piel sensible dél
frecuente de la Infección crónica y, por lo mismo, esta glande y provoca una secreción aún más copiosa, la que,
advertencia implica la restricción de una tendencia na­ a su vez, también se descompone. El resultado de este
tural del paciente, ya nervioso de por si. círculo vicioso es una inflamación aguda, llagas en el
l a verraca acuminata, cuando se manifiesta por un glande y la supuración.
apretado grupo de pequeñas verrugas, parece una cabeza El tratamiento es simple en extraño. Estricta lim­
de coliflor. Generalmente no duele, pero cuando no se la pieza y cuidado en mantener las partes secas. El pene
trata adecuadamente, se humedece y supura. En los debe lavarse varias veces al día, preferentemente con
hombres, estas verrugas se forman debajo del prepucio; una solución de permanganato de potasio. Luego debe
en las mujeres, en la vulva. Pueden alcanzar un ta­ usarse debajo del prepucio una capa fina de algodón de
maño tal, que llegan hasta ocultar los órganos sexuales. lana antiséptico, a fin de impedir el contacto del pre­
Se deben mayormente a una irritación de las partes pucio con el glande. El espolvoreo con talco bórico es
sexuales humedecidas. Cuando la mujer, que sufre de también recomendable. Algunos hombres son particu­
leucorrea aguda, por ejemplo, descuida el mantenerse larmente susceptibles a esta afección. Después de algún
limpia y seca, la verruga crece de una manera alarmante. esfuerzo o durante la estación del calor les aparece de
Es a menudo un síntoma de gran negligencia, y, como súbito una secreción blanca. Además de la limpieza, el
prospera en la humedad, suele aparecer en los casos de algodón usado constantemente, como Indicamos más
blenorragia mal atendidos. Aunque no puede tener rela­ arriba, es necesario a tales individuos. Debe recordarse
ción inmediata con esta enfermedad, constituye una ad­ que las llagas facilitan la intromisión en el organismo de
vertencia al mayor cuidado. bacilos más virulentos. El abandono, entonces, puede im­
Estas verrugas jamás desaparecen, prácticamente, por plicar el serio riesgo de la infección sifilítica.
524 E n c ic l o f id ia S exual C u sa de las ladillas 525
Otras consecuencias desagradables del prepucio es­ mente agudo durante la noche, y el rascarse puede pro­
trecho son la fimosis y la parafimosis. En aquélla, la vocar algunas llagas.
abertura del prepucio es a veces tan pequeña, que impo­ La limpieza cuidadosa no es muy eficaz, pues sólo des­
sibilita la contracción, estrechándose a veces tanto que truye las ladillas, pero no los huevos, cuyo exterminio
dificulta la micción. Esto obstaculiza el tratamiento de la requiere elementos químicos. El más conocido es el un­
blenorragia. En este caso, lo mejor es la circuncisión, que güento mercurial, conocido comúnmente por “ ungüento
se realiza cortando parcialmente el prepucio o eliminán­ de soldado” . Mejor aún es el lavado meticuloso con una
dolo totalmente. solución de bicloruro de mercurio al uno por ciento, que
En la parafimosis el prepucio no es tan anormalmente destruye radicalmente los huevos en dos o tres días. Como
estrecho, siendo posible la contracción del mismo, pero medida de precaución, puede repetirse el proceso una
puede negarse a volver a su lugar. Se mantiene reple­ quincena después, pudiendo el paciente, entonces, estar
gado en la base del glande, siendo inútiles todos los seguro de la exterminación completa de las ladillas.
intentos de volverlo a su posición normal. No se trata
en modo alguno de un caso fácil. Estando el glande, por
asi decirlo, constreñido, se hincha, empeorándose la cosa.
La inmediata intervención quirúrgica es entonces nece­
saria, a fin de impedir la detención de la provisión de
sangre al glande y la consiguiente gangrena. El tras­
torno, bajo una supervisión médica conveniente, puede
curarse sin operación.
Estas varias complicaciones resultantes de un pre­
pucio enteramente superfluo explican el por qué un legis­
lador sensato instituyó la práctica profiláctica de cir­
cuncidar a los niños. EL médico no puede sino aprobar
esta medida, pues aparte de evitar las perturbaciones
mencionadas, un glande sin prepucio ofrece una resis­
tencia mayor a la infección venérea.
Finalmente, una molestfa mucho más inofensiva: las
ladillas, que adhieren a las partes genitales. Estos pe­
queños parásitos adquiérense generalmente en las rela­
ciones sexuales sucias, en las camas sospechosas y en los
asientos de Inodoros antihigiénicos. Solamente uno o dos
de ellos, cuya presencia es difícil de notar, se transfieren
al individuo; pero depositan sus huevos en el vello púbico
o el del perineo, y catorce días después aparecen las nue­
vas ladillas, sufriendo la persona un escozor agudo.
Quince días más tarde surge otra nueva cría, y la pi­
cazón se tom a insoportable. Este escozor ea particular­
TBASTOBNOS GENITALÍS rEMXNINOS 627
teria se deriva de otra griega que significa útero), y esta
enfermedad requiere no sólo el consejo y la amabilidad
c a p it u l o xxxvm del ginecólogo, sino también su asistencia. Los órganos
femeninos tienen la función múltiple de regular la mens­
EN EL CONSULTORIO DEL GINECOLOGO truación, de asegurar la procreación, de estimular la vi­
talidad y de acrecentar la dicha y el deseo de vivir. Las
Repercusiones de tas enfermedades femeninas. — La leucorrea mujeres a quienes se les ha extraído los ovarios, se toman
y los derrames sospechosos. — El desplazamiento V la caída de obesas e indolentes; nada les complace; vegetan y están
los órganos. — El cáncer en los órganos genitales. — Cómo pre­ constantemente ocupadas con sus malestares; pierden la
venir el cáncer. — La " edad peligrosa". — La inflamación de energía, por no decir nada del deseo sexual. En resumen,
los ovarios y de las trompas de Falopio. — Quistes y fibromas. están envejecidas y cansadas antes de tiempo.
— La insuficiencia oválica. — Las menstruaciones dolorosos. —
Los otros trastornos de los óiganos genitales no son.
La constipación en la m ujer y sus causas. — El tratamiento de
las venas varicosas. — El efecto de la gimnasia en los órganos
menos terribles. Ocasionan la debilidad, la depresión, el
genitales. — Consejos e higiene. descontento y, aunque no son exactamente dolorosos, su
persistencia pone nerviosa y cansa a la mujer. Los do­
En el capítulo anterior hemos estudiado las enferme­ lores de cabeza, de espalda, la sofocación, los desmayos,
dades que, aunque no son adquiridas mediante el acto la respiración breve y la fatiga general son otros sínto­
sexual y no siempre afectan los órganos genitales, deben mas.
ser clasificadas como trastornos del aparato genital. Exa­ Describiremos ahora las enfermedades femeninas más
minaremos ahora las enfermedades de los órganos geni­ frecuentes e indicaremos la manera de prevenirlas.
tales femeninos, que no son consecuencias del contagio, Nueve de cada diez mujeres que consultan a un gine­
pero que afectan enormemente a los otros órganos y a cólogo se quejan de leucorrea, y la otra no la ha notado.
la salud general de la mujer. Este síntoma revela u oculta el catarro uretral más
innocuo, así como una inflamación de la peor especie. Es
Cuando la mujer sufre del corazón, de cálculos bi­
a menudo imposible para los especialistas más experi­
liares o de alguna otra enfermedad crónica, puede, no
mentados diagnosticar el mal a la primera revisación.
obstante, sentirse bien, tener buen semblante y aún gozar
La mayoría de las mujeres tienen mi derrame que no
la vida, con tal de no sufrir un ataque doloroso. Una
es más que una especie de transpiración o secreción que
cosa totalmente distinta es cuando la mujer tiene un
mantiene las partes genitales humedecidas y flexibles.
trastorno pélvico; ninguna otra perturbación puede afec­
Este derrame es algo así como la saliva o las lágrimas.
tar tan severamente el espíritu de la paciente, destruir
Cuando esta humedad se tom a copiosa, toma la forma
su alegría de vivir y envejecerla prematuramente. Hemos
de un derrame amarillento, y nos encontramos frente a
conocido a enfermes tuberculosas que aparentaban tener
un caso de leucorrea. No es con frecuencia fácil calmar
diez año3 menos; pero cuando vemos llegar a nuestro
a las pacientes y explicarles qué es lo que no marcha
consultorio a una enferma visiblemente envejecida antes
bien. La lectura de ciertos anuncios de los diarios y el
de tiempo, de inmediato sabemos qué le pasa: su apa­
chisme de sus amigas, seriamente escuchado, las han ate­
rato genital está afectado. Serias psicosis son provo­
morizado. Temen lo peor y, por lo tanto, las más lógicas
cadas a menudo por los ovarios enfermos (la palabra his­
y fútiles explicaciones no consiguen aplacar su ansiedad.
528 E nciclopedia Sexual D e s p l a z a m ie n t o del útero 529
Cuando el médico se niega a darles otra cosa que su sim­ sultarnos. Pocos días después de un seto sexual había
patía y su seguridad, se precipitan a otro médico, que observado un derrame amarillento y recurrió a un lavaje
posee una mejor idea del negocio que de la ética pro­ drástico con diez tabletas de bicloruro de mercurio en
fesional. un litro de agua (la dosis correcta es una sola tableta).
En otros casos, el derrame se debe al estado de la Como el examen resultó negativo, este detalle explicó cla­
salud general, anemia y debilidad, y aquí el lego está ramente la cuestión. La extrema sensibilidad de la va­
propenso a confundir la causa con el efecto. En realidad, gina con respecto a la goma puede explicar a veces la
el contenido albuminoso de la leucorrea es demasiado pe­ irritación que ocurre después de usado el condón, pero
queño como para engendrar la debilidad. Las muchachas no cuando la intimidad tiene lugar sin la utilización del
anémicas que viven en las ciudades siempre sufren, prác­ mismo.
ticamente, algún derrame por el estilo. Cuando el orga­ Cualquier desplazamiento del útero, cansancio o de­
nismo general se vigoriza, el trastorno desaparece auto­ presión, pueden originar la leucorrea. La posición del
máticamente, sin la ayuda de las inyecciones y otros útero está definidamente determinada en la cavidad ab­
remedios. dominal y se mantiene en su sitio, siendo al mismo tiempo
Las mujeres rubias son más susceptibles a esta clase protegido por los ligamentos que lo aseguran a la pelvis.
de afecciones que las morenas. Más susceptibles aún son La relajación de estos ligamentos por alguna causa, he­
las pelirrojas, aunque las razones de esto no se conocen reditaria u otra, puede dar lugar al desplazamiento hasta
todavía. de un útero relativamente grande. Como resultado de
Entre los derrames perniciosos debemos citar el de­ esto, los vasos sanguíneos que proveen de sangre al
bido a la blenorragia, que ya hemos estudiado en un ca­ útero son también desplazados, a lo que siguen las per­
pitulo anterior, por lo que solamente insistiremos una turbaciones en los órganos genitales.
vez más en que ninguna mujer, aun con el auxilio de toda Cuando el derrame contiene sangre, el síntoma es mu­
la literatura técnica, es capaz de diagnosticar la natura­ cho más serio. En la mujer joven esto puede deberse a
leza de su derrame. Esta tarea debe ser confiada a un la inflamación o a un aborto temprano; en la madura, a
médico, quien, aunque se trate de un especialista, es con una formación mórbida.
frecuencia incapaz de diagnosticar el origen de un de­ Examinemos el primer caso. Cuando el óvulo desalo­
rrame de mucho tiempo. jado es completamente expelido, el derrame se detiene,
Gracias al uso común de los lavajes, la suciedad es pero cuando alguno de los contenidos uterinos perma­
raramente, hoy, la causa de la leucorrea ( 1 ), M fe común nece, el útero no puede contraerse suficientemente, y la
es el caso contrario, en que la irritación es el resultado hemorragia continúa. He aquí la evolución normal: la
del lavaje excesivo con desinfectantes poderosos. Cierto menstruación no aparece, la mujer está embarazada. Al­
día una mujer en estado de aguda ansiedad vino a con-(I) gunos dias después, posteriormente a la fecha de la
menstruación, comienza una hemorragia abundante, que
es el aborto; esta hemorragia va acompañada por ligeros
(I) Desgraciadamente, esto no es verdad en los países an­ dolores, semejantes a los del parto, aun después que el
glosajones, donde muchas mujeres —aun las que en otro as­ flujo se ha calmado, cuando el contenido uterino no ha
pecto son muy limpias en sus hábitos— descuidan basta un
punto verdaderamente chocante la higiene de sus órganos se­ sido totalmente expelido.
xuales. Lo mismo ocurre con muchos hombres. —N . H. Las causas del malparto son muchas y variadas. Pue-
630 E nciclo ped ia S exu al E l c á n c e r f e m e n in o 631

de ser él resultado de una calda o de un movimiento en Es importante, antes que nada, destacar el hecho de
falso, que desplazan al óvulo de su nicho, en la pared del que el cáncer semeja una afección local. 'Debe ser exa­
útero, expeliendo luego éste el óvulo suelto, con la con* minado de inmediato y tratado por un médico de repu­
siguiente hemorragia. En consecuencia, el óvulo se des­ tación. No conocemos todavía la causa de este flagelo,
truye — es esto el malparto— , siendo expelido a través si se debe al método de vida o a alguna bacteria, siendo
de la vagina. Cuando el embarazo no está muy adelan­ esta última teoría la más probable. Pero un punto que
tado, puede el malparto ocurrir y pasar desapercibido debe señalarse es que el cáncer puede aparecer en cual­
con la hemorragia. Es posible que el aborto se produzca quier parte donde ha habido una repetida y continuada
sin causa externa alguna. En ciertas familias, esto tiende Irritación de piel o de membrana mucosa. El cáncer en
a ocurrir toda vez. En las mujeres de constitución más los labios, en el caso de los fumadores, y el cáncer en la
débil, el aborto es, por supuesto, más común. Una de boca, de los dientes incisivos careados, son fenómenos bien
nuestras enfermas tuvo doce malpartos, todos de cinco conocidos. El cáncer en los órganos sexuales externos
meses. No había causa aparente que los explicase. Más es relativamente raro. Algunas de las pacientes han afir­
adelante, cuando, por otra razón, le fué extraído el útero, mado haber sufrido durante mucho tiempo de un de­
vimos que contenía una formación morbosa. El óvulo se rrame y que la llaga, a pesar del lavaje y del espolvoreo,
desarrollaba, pero tan pronto como tocaba esta formación continuó desarrollándose. Cuando se trata de un caso
se producía inmediatamente el malparto. de cáncer, pronto reconoce el médico la naturaleza ma­
Cuando, durante el embarazo, tiene lugar una hemo­ ligna de las formaciones morbosas. El primer sintoma
rragia prolongada, no debe postergarse el aborto artifi­ de enfermedad en el útero es la irregularidad de los pe­
cial. Es con frecuencia por esta razón que e] cirujano ríodos menstruales. Naturalmente, no todos estos sín­
se decide al raspaje. No hay motivo alguno para temer tomas señalan el cáncer. Sin embargo, debe consultarse
esta operación. En manos de un cirujano experto no pro­ al médico sin pérdida de tiempo.
duce dolor alguno y no requiere más de diez minutos de Reconocer el cáncer en los senos no es en modo al­
tiempo, obteniéndose un restablecimiento completo a los guno difícil para el especialista, particularmente cuando
pocos días. En este caso tiene el médico títulos para rea­ los síntomas más comunes se hallan presentes, por ejem­
lizar la operación, pues no hace más que completar un plo, un tumor duro ubicado en el pezón, sea visible o
embarazo interrumpido. La interrupción del embarazo perceptible al tacto. En este caso es esencial una ope­
por otros motivos que los de la salud, está prohibida en ración. Cuando la formación morbosa está situada en
Inglaterra. otra parte del seno, es permisible esperar el desarrollo,
Puesto que sabemos que el cáncer no puede curarse aunque la enferma debe consultar al médico. Respecto al
jamás sin la Intervención quirúrgica, y que descuidarlo tratamiento, la intervención quirúrgica o la radioterapia
es fatal, podemos comprender cuán urgente y necesario dan los mejores resultados. Unicamente cuando la ope­
puede ser un inmediato examen físico. Nadie ignora hoy ración es imposible se recurre al tratamiento por radium
que el cáncer, tempranamente diagnosticado, es curable. o radioterapia. Recientemente, los resultados de las ope­
No podemos dejar de señalar el peligro de confiar en raciones han sido muy alentadores. La mayoría de los
los curanderos. El tiempo que se pierde consultando a pacientes operados, durante las primeras etapas del mal,
tales charlatanes puede destruir toda esperanza de éxito se han restablecido.
en el tratamiento futuro por un especialista. Finalmente, algunas palabras acerca de cómo preve-
532 E n c i c l o p e d i a S e x u a l H ig ie n e p r e v e n t iv a 533

nir el cáncer. La principal regla que debe observarse es supersticiones. Hemos descripto ya la causa de la mens­
evitar toda fricción o irritación de la piel o de las mem­ truación. Durante el período del flujo menstrual, el la­
branas mucosas. Ha de haber una higiene especial con vaje diario con agua tibia no sólo es inofensivo, sino acon­
los órganos genitales. Por higiene especial no queremos sejable. Una comida sencilla y la abstención de todo es­
significar la limpieza cuotidiana de la región genital ex­ fuerzo innecesario son también recomendables. Dejando
terna y el lavaje frecuente con una solución de sal o de el aspecto estético de lado, el coito durante la menstrua­
agua saponácea. Se afirma a menudo que el lavaje cons­ ción no es peligroso, aunque muchos médicos lo conde­
tante irrita la membrana mucosa; es esto apenas exacto, nan. Algunas mujeres tienen una fuerte apetencia del
pues hay mujeres acostumbradas al lavaje diario y que acto sexual durante ese período. Las mujeres que sufren
no sufren trastorno alguno por tal motivo. Por el con­ de menstruación dolorosa o excesiva, deben permanecer
trario, las prostitutas que se dan lavajes varias veces en cama durante un día, o más, según el sufrimiento.
por día jamás sufren de irritación en los órganos geni­ Cuando es éste muy intenso, puede el médico prescribir
tales por ello. Dos puntos, sin embargo, debemos sub­ un remedio apropiado.
rayar respecto a los lavajes: primero: la solución no Muchas esposas jóvenes se quejan de indisposición
debe ser demasiado fuerte ni muy poderosa la presión del poco después del matrimonio. Esto, las más de las veces,
liquido; segundo: debe la mujer darse lavajes durante tiene un origen psicogénico y puede atribuirse, en la
el período menstrual, porque es durante ese periodo que mayoría de los casos, a dos factores: el modo en que el
la vagina está más propensa a la infección. hombre inicia a la mujer durante la noche de boda y sus
Estas medidas preventivas, que fueron abogadas prin­ esfuerzos por persuadirla a renunciar al deseo de tener
cipalmente por el profesor Albert, de Dresden, mucho hijos. Aunque la mujer comparta aparentemente el deseo
han contribuido a disminuir la incidencia da trastornos del hombre, persiste, sin embargo, en su inextinguible
en los órganos genitales. No obstante, muchos miles de anhelo. En tal caso, la mujer tejerá fantasías como com­
mujeres contraen el cáncer en Inglaterra cada año, de pensación a su instinto reprimido.
las cuales sólo una pequeña proporción se curan. Des­ Cuanto más oculta una mujer su flujo — y esto re­
graciadamente, la mayoría de los casos llegan muy tarde quiere un gran dominio de si misma— y cuanto mejor
para el tratamiento. El profesor Jaschke, de Oiessen, ha consigue que su marido no note nada al respecto, tanto
demostrado que solamente la quinta parte de todos los mejor será para ambos. Debe la mujer ocultar sus exi­
casos de cáncer son tratados durante las primeras se­ gencias de este período con tan buen tacto que el marido
manas después de aparecidos los sintomas. Otra quinta no se dé cuenta del mismo. Debe evitar dar la sen­
parte, al segundo o al tercer mes, y otra quinta parte sación de haber pasado una noche sin dormir y man­
después del sexto. Es imposible dar estadísticas respecto tener las sábanas de la cama perfectamente limpias. Es
a las otras dos quintas partes. esto posible colocando una pieza grande de material
En tanto que la causa del cáncer siga desconocida, blando en la cama, antes de acostarse.
deben las mujeres cuidarse. Es preferible oir del médico Cuando la mujer se preocupa de su salud general, es­
tres veces la expresión “ no es nada” , que una sola el re­ pecialmente durante el período menstrual, no corre el
proche: "¿Por qué no vino usted antes?”. riesgo de ofender a su esposo con malos olores, etc. El
Una última palabra respecto a la higiene de la mens­ olor personal de ambas partes ha de ser mutuamente
truación. Esta cuestión ha sido el blanco de infinidad de agradable. Sin embargo, acontece a menudo que un
534 E n c i c l o p b d i a Szzuai I n s u t x c ie n c ia o v á r ic a 535

hombre y una mujer, fuertemente atraídos, se sienten teristica; otras, la corpulencia. Pero en todos los casos
repelidos por el mal olor notado durante la primera in­ la menopausia es prematura.
timidad sexual. Las personas perfectamente limpias e Y, de este modo, las mujeres sufren durante años las
higiénicas, hombres o mujeres, tienen su olor corporal perturbaciones y la depresión más penosas. Observando
personal, que emana principalmente de los órganos se­ tales casos, día a día, estamos obligados a creer que este
xuales, de las glándulas sudoríparas, de la boca y del trastorno parece ir en aumento. 81 es esto resultado de
la degeneración, es difícil decirlo, puesto que la causa
cabello.
primaria permanece aún desconocida.
A fin de evitar el olor desagradable, sugerimos las
El tratamiento de tales casos fué hasta hace poco im­
siguientes precauciones:
posible, pero hoy, gracias a los experimentos de Steinach,
£1 olor del cuerpo varía constantemente. Una mujer, Zondek y Aschheim, se ha encontrado un remedio capaz
por ejemplo, puede tener, normalmente, un olor muy de compensar la secreción Insuficiente. Es claro que esto
prradable. pero, debido al cansancio o a alguna ligera no significa que tengamos una preparación que asegura
indisposición, perderlo por otro repulsivo. Es evidente, el más absoluto éxito. Pero en la mayoría de los casos una
desde luego, que la ropa interior sucia es una causa fre­ mujer que ha estado bajo observación médica durante
cuente de mal olor, especialmente las medias. No necesi­ algún tiempo, y que ha sido tratada con esta prepara­
tamos repetir aquí los peligros del descuido en tales cues­ ción, experimenta un verdadero alivio.
tiones.
Entremos ahora a considerar los ovarios. Los trastor­
Los ejercicios físicos diarios ejercen una buena in­ nos a que estos órganos están más expuestos tienen mu­
fluencia sobre los órganos abdominales. Contribuyen a chas causas. A veces se deben al hecho de que los ova­
la salud general, con tal de no ser realizados exagerada­ rios están cerca del apéndice y, por lo mismo, sujetos a
mente hasta el cansancio o el esfuerzo excesivos. Los cualquier proceso inflamatorio de este órgano. En se­
ejercicios deben ser vigorosos, pero no cansadores. gundo lugar, los ovarios, mediante las trompas de Fa-
Debemos mencionar ahora ciertos trastornos cuya im­ lopio, el útero y la vagina, están en contacto directo
portancia recién en los últimos tiempos se ha reconocido con el mundo externo y, por lo tanto, expuestos a la in­
plenamente. Nos referimos a los trastornos de las secre­ fección. En tercer lugar, formando parte del aparato
ciones internas. Pueden los ovarios presentar una apa­ sexual femenino, están más gravados que los órganos se­
riencia perfectamente normal y, no obstante, no fun­ xuales del hombre. No obstante, una de las causas más
cionar en la forma requerida por el cuerpo. Los sintomas frecuentes de la inflamación de los ovarios es la bleno­
de la función deficiente del ovario son los siguientes: rragia. En muchos casos los gonococos permanecen en la
1. — Los periodos menstruales son cada vez menores vagina, en la boca del útero, pero, desgraciadamente,
y, en ciertos casos, cesan totalmente. hacen a menudo el camino de la vagina al útero y, a lo
2. — La mujer, a pesar de la dieta normal, se torna largo de las trompas de Falopio, hasta los ovarios, donde
mucho más corpulenta. producen la inflamación.
3. — Se amortece el deseo sexual y algunas veces la Sean cuáles fueren las causas de la inflamación de
mujer deviene frígida. los ovarios, el trastorno da lugar a muchas semanas de
Estos sintomas no son necesariamente típicos en to­ sufrimientos y puede hasta llegar a la peritonitis. Otras
dos los casos. En ocasiones, la frigidez es la única carac- veces, la Inflamación se reduce lentamente, en cuyo caso
538 E nciclopedia Sexual Constipación intestinal 537

la mujer se queja de menstruaciones dolorosas e irregu­ efectos de los cambios de temperatura repentinos. La
lares, derrames, etcétera. Tales mujeres se caracterizan participación en los deportes, los masajes, los baños fríos,
por la vejez prematura y una lasitud extrema. todo esto contribuye a disminuir el riesgo de pescar un
Tomado a tiempo, el mal se cura pronto. Sin em­ enfriamiento.
bargo, no bastan los meros lavajes o el uso de suposito­ Después de este breve examen de la palabra enfria­
rios. Corresponde a la inteligencia del médico comba­ miento, ¿qué clase de enfriamientos podemos esperar en
tirlo eficazmente. la región genital? Los órganos internos, Gomo el estó­
Los quistes ováricos son relativamente raros. Sin em­ mago, están bien protegidos. Sin embargo, la vejiga es
bargo, los órganos genitales femeninos están mucho más susceptible al enfriamiento, aunque el fenómeno se ma­
sujetos a tales tumores que los masculinos. En cambio, nifiesta únicamente cuando los bacilos existen ya en la
los tumores en el estómago o en los intestinos son más membrana de la vejiga.
comunes en los hombres. Los fibromas uterinos no son ¿Es posible que los órganos Internos de la mujer se
peligrosos y requieren una operación relativamente afecten tanto por un enfriamiento como para enfermarse?
simple. Indirectamente, sí. Un súbito aumento de sangre en los
Otros trastornos femeninos tienen sus raíces en la vasos sanguíneos que proveen a los órganos sexuales,
vejiga. Aquí el dolor es menor, pero la necesidad fre­ está preñado de serias consecuencias, afectando los ova­
cuente de orinar es de lo más fastidiosa. Cuando no hay rlos o interviniendo en la menstruación. Estos resultados
infección blenorrágica, estos trastornos se deben general­ no son graves, pero pueden serio cuando el enfriamiento
mente a un enfriamiento y pueden ser dominados, con ocurre a un cuerpo no en la plenitud de su vigor, sino
un buen tratamiento, en pocos días. debilitado y exhausto.
El médico suele oir durante sus horas de consulta que Es diferente cuando las mujeres sufren de enferme­
las perturbaciones de la región genital son consecuencias dades inflamatorias crónicas, ya sean del útero, de ios
del enfriamiento. Para ser precisos debemos antes com­ ovarios o de las trompas. Aqui, un enfriamiento, sea di­
prender qué es lo que se entiende por “ enfriamiento".' recto o indirecto, puede provocar una recaída.
Sabemos que una baja súbita de temperatura, al con­ L a razón por la cual las mujeres están más sujetas
traer primero los vasos sanguíneos de la piel y luego la a la constipación que los hombres, no se conoce. Algunos
membrana mucosa, hace estragos en los órganos sen­ la atribuyen a la diferencia de los órganos abdominales;
sibles. otros, cuya opinión compartimos, sostienen que se debe
Además de estos enfriamientos que se manifiestan en al descuido. La despreocupación en el movimiento re­
forma de catarros e inflamaciones, hay otro grupo de gular del vientre da en pocas semanas lugar a la consti­
males que pueden atribuirse a un repentino cambio de pación, y cuanto más se la permite continuar, tanto peor
temperatura. Cómo llega esto a producirse, no está to­ se toma. Las mujeres recurren luego a las purgas fuer­
davía claro, pero sabemos que el reumatismo y la neu­ tes, que irritan los intestinos y, finalmente, los debilitan.
ralgia son dos de las consecuencias. El peligro que surge de tal irregularidad es mucho
Pero el hecho decisivo en todo enfriamiento es la reac­ mayor de lo que generalmente se cree, pues el excre­
ción individual, que difiere en las personas diferentes. Es mento que llena el recto ocupa demasiado espacio en el
posible adiestrar sistemáticamente nuestro euerpo, “ en­ cuerpo, entorpeciendo los movimientos intestinales.
dureciéndolo’/ o “ vigorizándolo” para resistir los malos Para combatir la constipación, lo esencial es la regu-
538 E nciclopedia Sexual
Venas t ú lc e r a s v a r i cosas 539
Unidad. El intestino, que en el hombre está adaptado tiempo requerido? Aun cuando las úlceras se curen,
para la evacuación, por lo menos cada veinticuatro horas, siempre hay que temer una recaída. En resumen, las
ha de ser reeducado. Las enfermas deben adiestrarse para
venas varicosas tienen una extrema influencia depresiva,
ir al baño a la misma hora cada dia. haciéndoles perder a los que las sufren, la alegría de
Es innecesario destacar la importancia de la dieta.
vivir y la capacidad de trabajo. Nuevamente, aquí pre­
El hecho de que uno coma carne o alimentos farináceos venir es mejor que curar.
nada tiene que ver con el movimiento del vientre. En
L a verdadera causa de las venas varicosas indica su
cambio, es bueno comer mucha fruta, especialmente du­
tratamiento: el movimiento regular del vientre, los ejer­
rante la tarde, y beber leche. cicios sistemáticos y los masajes ocasionales al miembro
Pero, además de estas medidas locales, debe empren­ afectado, para estimular la circulación de la sangre y
derse un tratamiento más general. Debemos, con mayor el robustecimiento de los tejidos y, sobre todo, no usar
frecuencia, escapar del régimen de vida antinatural y ligas. Pero una vez que las venas varicosas aparecen, es
hallar y estimar los limites de la buena salud. Es Inne­ necesario vendar la pierna afectada con una tira elás­
cesario caer en el extremo de la cura natural y del culto tica de cuatro metros y medio de largo. Se venda la
del sol, deL agua y de la luz. Para equilibrar la condi­ pierna de este modo a la mañana, estando la paciente
ción forzada de la civilización, es necesario dejar las calles aun en cama, memento en que la pierna está completa­
y vagar por los bosques. mente descansada y no se ha empezado a hinchar. Las
Hemos mencionado, entre las consecuencias de la medias de goma, aunque eficaces, no son recomendables,
constipación, a las venas varicosas, que se deben al a causa de la transpiración que provocan.
agrandamiento y retorcimiento de las venas por el emba­
Las venas varicosas en el ano se conocen por hemo­
razo de la circulación entre el abdomen y el corazón. La
rroides, y se deben al agrandamiento de las venas de la
sangre se acumula en ciertos puntos de las piernas, y las
región anal del recto. Se hace una distinción entre las
venas, agrandadas y retorcidas, forman nudos debajos de
hemorroides externas y las internas, según estén situa­
la piel. Otros factores determinantes de la formación de
das en el ano o en la membrana mucosa del recto. La
las venas varicosas son el modo sedentario de vida, las
vida sedentaria y la equitación estimulan la formación
ligas apretadas, etcétera.
de las hemorroides. Algunas personas de venas especial­
El inconveniente de las venas varicosas no es sólo de
mente débiles son en particular susceptibles a este tras­
orden estético. Esta perturbación produce escozor y un
torno.
sentimiento de extraordinaria fatiga en las piernas. A la
Los efectos sen locales y generales. Localmente hay
larga, la piel de las piernas, menos resistente a raíz de
presión, escozor, sensibilidad excesiva, dolor y hemorra­
la circulación defectuosa, se torna más susceptible a la
gia. Cuando los nódulos son grandes, pueden reventar,
inflamación y a las erupciones, que a menudo degeneran
produciendo de este modo el alivio del paciente, pero la
en abscesos y úlceras varicosas, constituyendo estas úl­
infección de la herida así abierta puede terminar en
timas uno de los más grandes problemas que la medicina
tiene por resolver. Cierto es que podemos prescribir el la formación de un absceso. En algunos casos, la enferma
es incapaz de pensar en algo que no sea su trastorno y
descanso completo en cama durante varios meses, a fin
de darle al tiempo una oportunidad de realizar la cura, se torna melancólica.
Los serlos efectos producidos por las hemorroides
pero, ¿cuántas mujeres pueden observar el régimen el
hacen necesaria la intervención médica. Una vez que el
540 E ir ere L op e di a S e x u a l CuRAJS DE REPOSO 541

profesional ha diagnosticado la causa de las hemorroides, cial dormir con las ventanas abiertas, porque el orga­
se dedicará a regular las funciones intestinales y a aliviar nismo todo requiere aire renovado.
el hígado con remedios adecuados; procurará también Cuando es posible, deben las personas dejar la ciudad
purificar la sangre y regular la circulación. El trata­ durante algunas semanas cada año, pero han de evitar
miento local, que antes requería una operación regular­ frecuentar los lugares de moda, a menudo recomendados
mente serla, se ha simplificado mucho. Se da una anes­ erróneamente a las personas nerviosas, con el funda­
tesia local, después de la cual se inyecta en las venas, a mento de que ofrecen distracción al paciente. Un habi­
fin de hacerlas contraer, una solución concentrada de tante de ciudad debe en sus vacaciones de verano buscar
alguna droga. Esto puede realizarse en el consultorio del la quietud, y esto sólo lo hallará en los lugares pequeños.
médico sin muchos inconvenientes por una u otra parte, Dicen a menudo los enfermos que no pueden soportar
y difícilmente podríamos denominarlo operación. la soledad; exactamente como los morfinómanos o los
dipsomaníacos, la gente de la ciudad clama que no puede
• • • vivir sin su veneno. Es esto un disparate. Hay individuos
que necesitan un descanso completo, y aun cuando a los
Una vez por año, quien puede permitírselo, debería primeros días sientan un poco la soledad, pronto se acos­
emprender una “ cura regenerativa” , cuyo principal fau­ tumbrarán a ella.
tor es la fruta, Esta cura se hace en dos etapas; una se­ En cambio, el agricultor o el hacendado que pasan
mana de "curá seca” , para combatir la enfermedad, y dos todo el año en el campo necesitan emplear sus vacaciones
semanas de “ cuia húmeda” , para eliminar las posibles en sitios populares, pues es esto para ellos estimulante.
toxinas restantes. No debemos olvidar que el cuidado de la piel desem­
La cura seca consiste en la siguiente dieta: a la ma­ peña un papel importante en el tratamiento de todas las
ñana, un panecillo viejo, o pan de centeno, con mer­ enfermedades. Los baños han sido y siguen siendo el
melada, según el gusto. Como almuerzo, arroz, polenta mejor remedio; cuando uno puede bañarse todos los días
u otro cereal, un plato de vegetales y fruta hervida. Para en el mar, es ésa la cura ideal. En ausencia de esto, las
la cena, nuevamente un panecillo de pan viejo o de cen­ duchas frías, o la fricción con una esponja, o guantes
teno y cien gramos de queso Gruyere. Día por medio ha ásperos, pueden reemplazar con éxito la acción vigo-
de beberse un litro de leche fresca. Transcurrida una rizadora del mar.
semana con esta dieta, debe seguirse la dieta normal, Las personas de constitución débil tienen que darse
agregándole antes de cada comida un poco de Jugo de una ducha caliente todos los días. Todo el que expone su
uvas o de manzanas (no fermentado), ligeramente frío. cuerpo diariamente a una poderosa fuerza de agua se­
Puede tomarse también el Jugo de seis limones con guida por una frotación enérgica, se siente regenerado e
azúcar y con o sin agua. inmuniza su organismo contra las Infecciones y las en­
Es necesario tomarse el descanso, que la vida mo­ fermedades.
derna ha reducido al mínimo. Asi como la noche sigue
al día, del mismo modo el descanso ha de séguir a cada
pérdida de energía. Son indispensables ocho horas de
sueño; deben evitarse las camas con colchones de plu­
mas. Durante la primavera, el verano y el otoño es esen­
APENDICE
CAPITULO XVgTTt

LA P R O S T I T U C I O N

Definición de la prostitución. — Diferencia entre las prostitutas


V las ‘'queridas", - - O/teíos que impelen a las mujeres a las calles.
— Artistas y actrices. — ¿Es la prostitución inherente a la natu­

raleza Humana o se debe a nuestra civilización? — Examen his­


tórico de la prostitución. — En io antigüedad se asociaba a lo »
ritos religiosos. — La prostitución religiosa en Babilonia, en la
G re c ia antigua y en Roma. — La hetaira. — La prostitución en
las leyendas. — L a s orpías o rí p in a d as en las cerem o n ias religio­
sas. — Regulación de la prostitución en Grecia y en Roma. —
Los argumentos entonces presentados, similares a los argumentos
avanzados de Hoy. — La prostitución en la Edad Media. — La
reglamentación de los prostíbulos de Avignon. — Insignia, dis­
tintivo o uniforme de la s prostitutas. — N o obstante ser d e s ­
preciadas, permitíase a las prostitutas tomar parte en las re­
cepciones oficiales de visita a los potentados. — Severidad de la »
leyes respecto a las prostitutas. — Los 6 añ o s-p ro s títu lo s e n la
Edad Media. — La prostitución en el Renacimiento. — Las gran­
des cortesanas. — N in ó n de Lenclós. — L a prostitución regulada
en Francia desde el siglo XV en adelante. — El libertinaje del
período prerrevolucionario. — El Palacio Real. — Las causas de
la prostitución. — D ive rsid ad de opinion es al respecto. — Esta­
dísticas. — Los factores económicos, biológicos y morales. —
Prostitutas capaces de cualidades nobles. — La degeneración mo­
ral y físic a en tas prostitutas jóven es. — F u e rz a de la herencia.
— La prostitución en los tiempos modernos. — Distinción entre
la prostitución regulada y la libre. — Los prostíbulos p la pros­
titución independiente. — La pida en el prostíbulo. — Las casas
de asignación como distintas a ¡os prostíbulos. — El tráfico de
las esclavas b lan cas. — Ineficacia de la inspección m édica. —
Condiciones del dispensario francés. — La difusión de las enfer­
medades venéreas y de la prostitución. — Ventajas de las refor­
mas sociales en la .Rusia Soviética.

La definición de la prostitución ha sido durante mu­


cho tiempo materia de discusión, y aun hoy es difícil
546 Enciclopedia Sexual E l a m o r v in a l 547
hallar dos hombres de ciencia que estén de acuerdo en A l hablar de prostitución, el punto que es necesario
cuanto al significado del concepto. Algunos la definen destacar es su carácter profesional.
de una manera general y comprensiva, como una relación En la multiplicidad de formas que este fenómeno
sexual en la que surge la cuestión del dinero. Otros ar­ asume en nuestros tiempos, es muy dificü trazar una
gumentan que, si tal fuese el caso, la mayoría de los linea demarcatoria entre los individuos prostituidos y
matrimonios entrarían en la prostitución, puesto que, los que no lo son. Tenemos en cuenta particularmente a
dejando de lado la posición financiera relativa principal, las denominadas “ queridas” , cuyo carácter profesional
la dote de la mujer ha desempeñado siempre una parte en su modo de vida está a menudo reducido a un mí­
importante en el contrato matrimonial. El factor venal, nimo. Hay innumerables casos de mujeres que han re­
por lo tanto, no puede servir como criterio para definir currido a la semi-prostitución, consistente, no en tra­
la prostitución. Por lo que han de agregarse otros ele­ ficar con los clientes casuales, sino en uniones más o
mentos antes de hablar de prostitución en el verdadero menos permanentes, que les aseguran los medios de sub­
sentido de la palabra. Toda definición que comience asi: sistencia. Tenemos aquí todos los elementos de la pros­
“ Son prostitutas las mujeres que . . es una definición titución, la venalidad, la ausencia de la selectividad, y el
descarriada, por cuanto la prostitución no es una pro­ hábito.
fesión exclusivamente femenina. Ciertas profesiones parecen predestinar a las personas
Citaremos solamente dos de las numerosas defini­ que las practican, a una vida que está al margen de la
ciones aparecidas desde la difusión de la sexología cien­ prostitución. La novela Contemporary Record, de una
tífica, pues incluyen los elementos principales de esta vendedora de pieles de la Rué de Rivoli, cuyo salario era
forma de relación sexual. Son las de Paul Allard y la de 300 francos mensuales, contiene el siguiente pasaje
del doctor Paul Boncour. La primera dice así: característico:
“ Prostitución es el acto por el cual la mujer que tra­
“ — Tú eres una tonta — díjome la propietaria— .
fica con su cuerpo lo entrega al primer cliente a cambio
Cuando una mujer es atractiva, se consigue un amante.
de una remuneración, dando por sentado que no tiene
Ello la ayuda a vivir y, además, me agradaría verte me­
ella otro medio de existencia que el que obtiene de la jor vestida, hija mía. Debes aprender a arreglártelas
conexión sexual transitoria con un número más o menos mejor.”
elevado de individuos.’’
De este modo, las vendedoras de las capitales europeas
La única objeción que podríamos hacer a esta defi­
son a menudo Impulsadas a buscarse un amante, y la
nición es el uso de la palabra mujer, porque la misma
necesidad es tan urgente, que la selección no tiene, con
podría aplicarse a un individuo de uno u otro sexo.
frecuencia, lugar en el asunto. Las aprendizas de som­
La segunda definición evita esta confusión:
brereras y modistas, oficios éstos en que el aprendizaje se
“ La prostitución es un fenómeno biológico-social o,
prolonga a menudo indefinidamente, están también re­
más aun, patológico-social, consecuencia de la natura­
ducidas al expediente del amante, si quieren alejar de sus
leza, por lo común degenerada, de la prostituta. El fe­
hogares el espectro de la miseria. En resumen, las pro­
nómeno consiste en el hecho de que el individuo, de uno
lesiones de maniquí viviente, de modelo, de bailarina, de
u otro sexo, trafica con su cuerpo regular u ocasional­
extra de escenario o de cine, de taxi-gírl, etc., por no men­
mente con numerosas personas del mismo o del opuesto
sexo, a los efectos del goce sexual.” cionar aquéllas de ciertas fábricas en que las mujeres son
particularmente explotadas, las conducen a menudo a las
548 Enciclopedia Sexual
Historia d i la pbostttución 549
univnes casuales, terminando por arrojar a las más dé­ como el mundo, otros atribuyen su difusión a la civili­
biles a la prostitución abierta. zación. No desechan ellos, desde luego, la existencia de
Es Innecesario mencionar a las actrices y a las artistas las relaciones sexuales Ilícitas, pero se niegan a recono­
de alto rango, para quienes la práctica del "amor libre’* cerlas como una manifestación de la prostitución. Como
es casi siempre una fuente de ganancias materiales. Pero veremos en el curso de nuestra breve historia de la pros­
hemos de decir algunas palabras respecto a las “queri­ titución, el fenómeno en cuestión se distinguió de la pros­
das", que obtienen su medio de vida solamente de uno titución moderna en que careció del elemento esencial de
o dos amantes permanentes. Pertenecen ellas a la cate­ ésta, es decir, la venalidad, estando antes dotada del
goría de las grandes cortesanas, a quienes tan bien pinta misticismo religioso.
el doctor Chapotin:
“ Ubres de los convencionalismos sociales y de los de­ • * •
beres normales, creen ellas, no obstante, tener los mismos
derechos que las esposas. Habiendo aparecido alguna vez La historia de la antigüedad demuestra que las cere­
en el escenario, se consideran actrices. Sus casas están monias religiosas eran a menudo acompañadas por esce­
bien amuebladas, y a menudo se come bien en ellas. Vis­ nas eróticas, las cuales, lejos de ser consideradas licen­
ten con excelente buen gusto. Su discreción y refina­ ciosas, asumían un carácter sagrado. Por consiguiente,
miento podrían perfectamente servir de ejemplo. Tienen la prostitución religiosa, a pesar del hecho que muchos
un amante que les paga, y casi siempre otro más joven hombres de ciencia ven en ella el origen de nuestra pros­
y menos desprendido y rico que el primero, que les da titución moderna, no fué una manifestación de lujuria
la ilusión de su capacidad de amar y de ser amadas, reha­ y de libertinaje, sino un fenómeno místico. La religión y
bilitándolas ante sus propios ojos. Luego, más tarde, ha­ el impulso sexual estaban estrechamente vinculados en
biendo amasado una pequeña fortuna, se casan con algún el hombre primitivo, y el fenómeno de la procreación
intelectual que, en sus brazos fatigados pero expertos, siempre ha dado lugar a las creencias en las fuerzas so­
goza una madurez bienaventurada." brenaturales.
Cierto es que no todas las "queridas" tienen una casa Dada la asociación original entre estas dos institu­
lujosa donde se come bien, pero cuentan con una segu­ ciones, podríamos creer que la religión, que es el prin­
ridad temporaria para el mañana y, a menudo, es éste cipal sustentáculo de las tradiciones sociales, permite to­
un precio suficiente para su virtud. davía el mantenimiento de la prostitución como una
Dejamos el análisis de los motivos que Impelen a las forma modificada de la libertad acordada a las prosti­
mujeres a embarcarse en una de las varías formas de la tutas religiosas.
prostitución, a otra parte de este capitulo. Nos permi­ Existen numerosas teorías que explican la relación en­
tiremos primero una breve disgresión, a fin de estudiar tre la religión y la prostitución. Farnell ve en ello una
la evolución de la prostitución a través de las épocas. forma de la costumbre que consistía en preparar a una
La cuestión de si la prostitución ha existido siempre joven para su matrimonio por medio de la desfloración,
y de si es un fenómeno inherente a la humanidad, ha a fin de protegerla contra los peligros místicos vinculados
a este acto. Como las prostitutas religiosas se entregaban
dado lugar a una gran divergencia de opiniones. Mien­
principalmente a los extranjeros, ciertos hombres de cien­
tras algunos destacan que la prostitución es tan vieja
cia, tales como Westermarck, explican que esta costum­
550 Enciclopedia Sexual Elementos religiosos 551
bre se originó en la creencia de que los extranjeros eran guido hasta fuera del santuario para copular con ella. Al
sagrados. Pero la teoría de Havelock Ellis parece más arrojar su moneda, el extranjero dice: “ Esto es en nom-
acertada. Las prostitutas se ofrecían en el altar de la bre de la diosa Milita".
diosa de la fecundidad. Un rito análogo a la prostitu­ “ A Afrodita los babilonios la llamaban Milita. Que
ción, un simulacro de coito con la estatua de un dios sea la moneda de plata o de cobre, la mujer no tiene
con el falo erecto, parece tener el mismo origen. Se lo derecho a rechazarla, pues es moneda sagrada; debe ella
encuentra en varias de las civilizaciones antiguas, y ves­ seguir al primer hombre que se la arroja y no puede
tigios del mismo persisten en ciertas tribus de las islas desdeñar a nadie.
del océano Pacifico. Conocíaselo en un periodo bastante "Solamente después de haberse sometido a los abra­
avanzado de la historia romana, si hemos de dar crédito zos del desconocido, y servido asi a la diosa, la mujer ba­
a un pasaje de San Agustín, eri que el autor vitupera a bilónica puede regresar a su hogar. Desde entonces, por
las matronas romanas por colocar a las doncellas com­ cantidad alguna de dinero se entregaría ella a un extran­
prometidas sobre el miembro rígido de una estatua de jero.
Priapo: “ Las mujeres especialmente dotadas de belleza, pronto
"L a idea fundamental en todos estos ritos es que la regresan a sus hogares, pero las otras, las menos seduc­
divinidad o su sacerdote, o hasta una estatua de aquélla, toras, pueden verse obligadas a esperar mucho tiempo
pueden, mediante un acto de copulación real o simulado, antes de poder cumplir las exigencias de la ley sagrada.
trasmitir algimas facultades procreatlvaa a sus adorado­ Algunas han esperado dos y hasta tres años.
res". (Havelock Ellis). “ Costumbres similares hallamos en ciertas regiones
Echemos un vistazo a las diferentes formas de la pros­ de la isla de Cipria.”
titución religiosa en varios de los países de la antigüe­ No tardó Babilonia en transformarse en un centro de
libertinaje y en contaminar con su ejemplo a los pueblos
dad. Uno de los más viejos documentos, que se refiere a
vecinos. Después de victoriosas batallas, el poderoso ejér­
las costumbres babilónicas, lo provee Herodoto:
cito babilónico, cargado de ricos trofeos, hizo su entrada
“ La más vergonzosa costumbre de los babilonios es la en la ciudad conduciendo un número de jóvenes esclavas,
siguiente: por lo menoe una vez en su vida, toda mujer que fueron entregadas a la lujuria de sus conquistadores.
babilónica ha de Ir al templo de Afrodita a realizar el A todos los vicios y todas las perversidades dieron rienda
acto sexual con un extranjero. Muchas, considerando suelta estas personas depravadas por la riqueza y la lu­
indigno el mezclarse con la multitud, van en carros, se­ juria. Pocas civilizaciones han podido sobrepasar a Ba­
guidas por veintenas de esclavos. bilonia en extravagancia. Bajo estas condiciones, la pros­
“ He aquí cómo proceden en la mayoría de los casos: titución no se limitó a los ritos religiosos. La ciudad se
una gran cantidad de mujeres, con el cabello atado con entregó a orgias indescriptibles, de las cuales fué desapa­
una cuerda, se encuentran en el santuario de Afrodita. reciendo gradualmente todo rastro de creencia mística.
Algunas acaban de llegar; otras están por Irse. Los hom­ “ Esas orgías — escribe Chapotln— tenían lugar en él
bres se pasean por los pasadizos, separados por cuerdas, templo y en los bosques sagrados que lo circundaban.
y hacen su elección. Una vez que la mujer se sienta en Vestidos con pieles de bestias, o completamente desnudos,
el santuario, no puede regresar a su casa hasta que un ocultando su verdadero sexo con disfraces raros o des­
extranjero le haya arrojado una moneda y la haya se­ caradamente impúdicos, hombres y mujeres se entrega­
552 Enciclopedia Sexual La p r o s t it u c ió n e n G recia 553

ban, cuando sus sentidos delirantes los excitaban, a los En Corinto y en Esparta la prostitución fué, durante
más frenéticos deseos.” mucho tiempo, una profesión libre. Havelock Eina re­
sume en las siguientes palabras la transición entre la
La moral babilónica dló lugar en el Oriente a una
prostitución sagrada y la profana en Grecia:
ola de libertinaje que barrió con la prostitución reli­
‘'Las supersticiones sustentaban las viejas costumbres.
giosa, convirtiéndola en profana y a menudo en lujuria
Creíase que la mujer que nunca había sacrificado nada
sacrilega.
a Afrodita era devorada por los deseos sexuales y, según
En la India antigua, las relaciones sexuales entre los una leyenda transmitida por Ovidio, en la cual parece
sacerdotes y las bailarinas consagradas al templo eran la haber una indicación de la lucha entre la prostitución
expresión principal de la prostitución religiosa. Dentro sagrada y la profana, ello debió haber sido el origen de
de los templos hindúes y en las vecindades de los mismos, la primer prostituta. El hecho más interesante es que la'
las bailarinas más maduras enseñaban a las más jóvenes desaparición gradual de la prostitución sagrada dió lugar
las marañas del amor erótico. Realizaban danzas que su­ a la institución de los lupanares.”
gerían el acto sexual. De entre ellas los sacerdotes esco­ Las prostitutas griegas se dividían en tres clases,
gían a sus concubinas. La ofrenda más estimada por según su talento, su Inteligencia y su educación. Las
Siva era el ofrecimiento de la virginidad, y, para propi­ dicteridas, es decir, las de más ínfima condición, estaban
ciar al dios, solían las jóvenes realizar este sacrificio con reservadas para las masas, pescadores y marinos, y ejer­
un falo de hierro, sfmbolo de Siva, que se guardaba en cían su comercio, en su mayor parte, en los puertos.
el templo. Fuera de Atenas, el Píreo era el cuartel general de la
Costumbres similares se descubrieron en Cartago, prostitución. Más adelante, él cerámico se convirtió en
Egipto y entre los fenicios. La historia de la prostitu­ el sitio de reunión de las mujeres griegas de vida libre.
ción en Grecia merece un capitulo especial. El origen de La solicitud se hacia en una forma totalmente dis­
la prostitución griega es también religioso. Los cultos de tinta a la practicada en las ciudades modernas. Acos­
Dionisio, de Príapo y de Afrodita dieron lugar a ritos eró­ tumbraban las cortesanas congregarse en un lugar so­
ticos religiosos. Afrodita desempeñaba el mismo papel bresaliente, de modo que los posibles clientes pudiesen
que Milita entre los babilonios. El día cuarto de cada contemplarlas. Vestíanse con ropajes transparentes, que
mes colocaban las cortesanas en el altar ricas ofrendas dejaban sus cuerpos semidesnudos. la s más audaces re­
representando sus gracias por ese día. La festividad es­ currían a los gestos obscenos para excitar a los viandan­
pecial de Afrodita reunía a todas las cortesanas de la tes. Cuando el hombre habla hecho su elección, escribía
ciudad, degenerando pronto en orgías. en una pared el nombre de la muchacha que deseaba,
Se atribuye a Solón el haber sido el primero en tomar luego ésta se dirigía a él y discutían el precio. Este re­
medidas para regular la prostitución. Según una le­ gateo tenía lugar en la carretera pública.
yenda, el famoso legislador fué el fundador del primer Las aleutridas constituían una clase de prostitutas
prostíbulo oficial, denominado "dicterion” . Se dice que más elevada. Eran artistas que se entregaban solamente
hizo edificar un templo a Afrodita con los Impuestos apli­ después de un preámbulo más o menos elaborado de
cados a las primeras casas de asignación en Greda. El música de flauta, danza y canto. Sus favores eran mu­
Estado delegaba a alguien para seleccionar a las pupilas cho más costosos que los de las dicteridas. Eran a me­
de estas casas. nudo invitadas a las fiestas dadas por los ciudadanos acó-
554 Enciclopedia Sexual L a p b o s t it u c ió n en Roma 555

modados. Cubiertas con ligeros velos, inteligentemente marino gustar las delicias de la voluptuosidad en los bra­
confeccionados, su misión consistía en entretener las zos de una dicterlda.
reuniones con exhibiciones artísticas. Las relaciones se­
* * *
xuales, al final de estas fiestas, no eran la regla, pero
muy a menudo la atmósfera creada por las muchachas La prostitución religiosa en Roma era la base de las
excitaba a los huéspedes, y las tocadoras de flauta no eran costumbres,, que ofrecen una notable analogía con las
orgullosos. griegas. En' las festividades de Baco, de Venus y de
Viene después la clase de las grandes cortesanas, a Príapo, las orgias se originaban en una ceremonia reli­
quienes difícilmente podría aplicárseles el nombre de giosa en la que'el elemento erótico era más o menos pro­
prostitutas: las hetairas. Mujeres a menudo de una nunciado.
cultura superior, siempre de extraordinaria belleza y de Es curioso notar que la leyenda de la fundación de
agudo ingenio, que les daba gran influencia en la cosa Roma está vinculada a la idea de la prostitución. Se dice
pública. Los nombres de algunas de ellas están vincula­ que Rómulo y Remo fueron adoptados y nutridos por
dos al de grandes estadistas y han pasado a la inmorta­ una loba, por la cual ha de entenderse no un animal,
lidad. Contrariamente a las prostitutas de calidad más sino una prostituta, pues “ loba” — lupa— era el término
ínfima, terminaban casándose con algún ciudadano rico latino popular de la prostituta. La palabra “ lupanar”
y distinguido. (prostíbulo) tiene la misma derivación.
Daremos fin a este breve bosquejo de la prostitución La historia del rapto de las sabinas también se re­
en Oréela echando uná ojeada a los prostíbulos de aquel fiere a la prostitución, ij m mujeres por cuya causa se
país. No mucho antes de terminar el gobierno de Solón, libró la histórica batalla, eran prostitutas.
el dicterion se halló en competencia con otros estableci­ Las excavaciones realizadas en varios lugares de la
mientos similares. La imagen de Príapo servíales a me­ Soma antigua han exhumado colecciones de fichas, cuyo
nudo como un distintivo. Los clientes tenían que elegir propósito permaneció desconocido durante mucho tiem­
a su compañera de entre un grupo de muchachas que po. El descubrimiento de un fresco resolvió el enigma.
los acosaban, frecuentemente, con la cara dada vuelta. Estas acuñaciones eran billetes de administración para
Los propietarios de estos burdeles solían obligar a las pu­ los lupanares. Parece ser que se acostumbraba en Roma
pilas a permanecer en el umbral de la puerta de calle, tomar billetes de subscripción. Fichas similares fueron
para atraer a los clientes. Las puertas permanecían, ge­ halladas en Pompeya, con inscripciones y grabados de
neralmente, abiertas, a fin de que la atmósfera Intima dibujos obscenos, que confirman su carácter.
interior pudiese excitar a los transeúntes. Habla en Ate­ Como en Grecia, las prostitutas de clase más baja se
nas “ pornógrafos” , cuya misión consistía en reunir a las reclutaban entre las esclavas. Aquí todas las razas es­
prostitutas en los lupanares. taban representadas en las pupilas de los burdeles. El
El precio variaba conforme a la clase y a la reputa­ Oriente, Asia, Grecia, Judea y, más tarde, Siria, proveían
ción de la prostituta. El acceso a los burdeles de más la mayoría de las prostitutas.
ínfima categoría estaba abierto a cualquiera que dispu­ La prostitución se extendió de las casas de asignación
siese de un óbolo, equivalente a pocos céntimos. Pero el a la calle y hasta a los cementerios, que, en Roma, eran
precio se pagaba a menudo en mercancías; un canasto lugares populares de asignación.
de pescado o un. ánfora de vino permití? n a un modesto Las prostitutas estaban bajo él control de los ediles.
556 Ekciclopxdia Sexual MOHAli SEXUAL ANTIQUA 657

Toda mujer que deseaba emprender la profesión tenia que argumentos propagados, se parecen a los de nuestros
hacer una declaración a ese efecto, ante uno de aquellos dias.
magistrados. Es interesante notar que las mujeres que Los antiguos romanos, como tantos moralistas de hoy,
habían cometido adulterio eran tratadas sin suavidad estimaban la prostitución como una válvula de seguri­
por la ley romana y obligadas, a la vez, a pagar una dad, que al permitir a los solteros y a los casados dar
multa y a ser anotadas por los ediles en el registro de rienda suelta a sus Instintos libertinos con las mujeres
las prostitutas. Luego, al tañido de una campana, tenían caldas, preservaban la castidad del matrimonio y la pu­
que entregarse al primer concurrente al lupanar. El em­ reza de las doncellas.
perador Teodosio abolió esta ley. Cicerón sostiene que esta Institución era una necesi­
En Roma, como en Orecia, había una perfecta jerar­ dad social y, en consecuencia, la defiende:
quía entre las prostitutas. He aquí cómo Flauto des­ "Cuando alguien cree que es necesario prohibir a los
cribe a las meretrices comunes: jóvenes todo contacto sexual con las prostitutas, yo con­
"¿Queréis vosotros mezclaros con esas prostitutas que sidero a esa persona demasiado severa, pues al condenar
se sientan a los bordes de las calles, mujeres de los ama­ la licencia de nuestro siglo condena también las cos­
sadores de pan, heces de los hornos, encenagadas y he­ tumbres y las ideas de nuestros antepasados. ¿Cuándo
diondas, esclavas, libertinas, cuyas chozas de los barrios alguien se ha rehusado a adaptarse a ellas? ¿Cuándo al­
bajos huelen a estiércol, a quienes ningún ciudadano to­ guien ha sido culpado por ellas? ¿Cuándo no han sido
caría o llevarla a su casa, viejas hechiceras que por dos ellas sancionadas?"
óbolos le cepillan la mugre a los esclavos?.. . ” El austero Catón, cuyas lúeas estrictas acerca de la
Además de estas parlas de la prostitución, habla en moral de su pais eran proverbiales, no se declaró contra
Roma cortesanas de alto rango, prácticamente reserva­ la prostitución, sino que la aprobó abiertamente, preci­
das para los senadores y los comerciantes ricos. El precio samente en nombre de la moralidad. Es curioso notar
de una noche con una hetaira romana se elevaba de que en la Roma antigua, donde ningún castigo para el
1GO.OOO a 400.000 seistercios (500 a 2.000 libras esterli­ adulterio era bastante, donde el esposo tenia el derecho
nas), mientras que los soldados se conformaban con una de cortar la nariz o la oreja de un rival cogido in fraganti,
mujer de 5 seistercios (6 peniques). esta obra forma de relación sexual extraconyugal, ofre­
L a explotación de los prostíbulos era una vasta Indus­ cida por la prostitución, era umversalmente reconocida.
tria que no deshonraba a nadie. Sin embargo, cuando Terminaremos este estudio de la prostitución en Roma
el propietario de uno de ellos era un hombre de posición con una cita de San Agustín:
pública prominente, dejaba, comúnmente, la administra­ "¿Qué hay de más sórdido, plebeyo y vergonzante que
ción del mismo a un testaferro. las prostitutas, los alcahuetes y otras pestes por el estilo?
Los viajeros eran la fuente principal del provecho de No obstante, suprimid a las prostitutas y hundiréis a la
estas empresas, aunque los romanos respetables no las sociedad en la disolución.”
rehuían totalmente. • * *
La literatura latina contiene referencias al aspecto
Desgraciadamente, no podemos extendemos en la his­
moral de la prostitución. Leyendo a Cicerón, a Catón,
toria de la prostitución en los principales países europeos
etcétera, sorprende hallar cuán agudo era ya el problema
durante la Edad Media. Ello implicarla una cansadora
de la prostitución hace dos mil años, y, en cuanto a los
558 Enciclo ped ia S exual I nfluencia de la I glesia 659

repetición, pues la influencia niveladora de la Iglesia ciudad, y si agregamos a ellas él número de prostitutas
mucho contribuyó a la uniformidad de la moral. Cierto callejeras atraídas a la vecindad por él brillo del congreso
es que las costumbres específicas de cada Estado influen­ eclesiástico, el total puede estimarse en 1.500. Durante
ciaron sobre la vida erótica, y particularmente sobre la el Concilio de Trente habla 300 prostitutas oficiales, y
prostitución, en varios países, pero el mismo carácter ge­ parece que este número era insuficiente para aplacar
neral prevaleció en casi todas partes. los ardores de todos los miembros de la asamblea” .
A comienzos de la Edad Media, periodo perturbado El documento más curioso sobre la prostitución me­
por las cruzadas y las guerras, cuando la mayoría de la dioeval lo constituyen las ordenanzas papales al respecto.
población masculina eran soldados, las mujeres que se­ Paulo n prestó su protección a las prostitutas, a fin de
guían a los ejércitos constituían la rama más floreciente salvarlas del abuso y la violencia de los libertinos. Cle­
de la prostitución. Estas criaturas marchaban en tropel mente V II, que no era particular en cuanto a las fuentes
detrás de los ejércitos, toleradas a veces por quienes man­ de riqueza de la Iglesia, impuso a las prostitutas la obli­
daban, y perseguidas y alejadas de los campamentos gación de donar a un convento la mitad de sus ganan­
otras, pero objeto siempre del más supremo desprecio. cias. Pero el documento más sorprendente de todos es la
Durante la Edad Media, las casas de asignación había ordenanza referente a los prostíbulos de Avlgnon, dictada
que hallarlas en las grandes ciudades y, aunque a veces en ocasión de la venta de ese condado por Juana de Ná-
temporariamente prohibidas, eran consideradas con gran poles al Papa. Este documento fué publicado en la Ar~
tolerancia y a menudo muy favorecidas. Producían ellas choelogical Reviejo. A pesar de su extensión, no podemos
grandes ganancias a sus propietarios y al Estado y eran dejar de transcribirlo:
patrocinadas por los personajes más encumbrados. Ni “ 1. — El 8 de agosto de 1347 nuestra buena reina
siquiera los dignatarios de la Iglesia desdeñaban esta Juana autorizó los burdeles de Avignon. No desea ella
fuente de recursos y, conforme a un historiador, el Papa que las mujeres disolutas permanezcan por más tiempo
Sixto IV, gracias a estas empresas, embolsó la respetable en la ciudad, sino que sean confinadas a los burdeles, y,
suma de 20.000 ducados. a fin de que puedan ser reconocidas, deben usar una ti­
No contenta con gravar a estos establecimientos, la rilla roja en el hombro izquierdo.
ciudad también regulaba su manejo. Tanto, que durante “ 2. — Cuando una muchacha ha obrado mal y conti­
el siglo X V se prohibió a las prostitutas tener relaciones núa haciéndolo, el guardián de las llaves de la ciudad y
sexuales cuando estaban enfermas o durante sus periodos el capitán de guardia la conducirán del brazo por la ciu­
menstruales. Más adelante se prohibió a los menores, los dad, al redoblar de los tambores, con la tirilla roja en su
judíos y los clérigos visitar los lupanares. No necesitamos hombro, y la llevarán al burdel, junto con las otras, y le
decir que judíos y clérigos no tenían gran dificultad en prohibirán regresar a la ciudad, bajo pena de multa por
eludir la ley y que se contaban entre los clientes más re­ la primer transgresión y de latigazos y destierro en caso
gulares. L a actitud de la clerecía respecto a la prosti­ de reincidencia.
tución no está exenta de buen humor. “ Los clérigos no “ 3. — Nuestra buena reina ordena que los burdeles es­
eran, precisamente, enemigos de los burdeles — escribe tén situados en la calle Pont-Traucat, cerca de los her­
el profesor Englisch— ; ninguno de ellos se fastidiaba mu­ manos Agustinos de la Porte Pelre, y que haya en ellos
cho por esta excomunión. En la época del Concilio de una puerta sobre el mismo costado, que debe mantenerse
Constanza, 700 prostitutas estaban aposentadas en la cerrada, de modo que los Jóvenes no puedan ver a las
560 Enciclopedia Sexual S it u a c ió n s o c ia l 561

mujeres sin el permiso de la abadesa o la matrona, quien la profesión eran tenidas en el mayor desprecio, especial­
será elegida cada año por él Concejo de la ciudad. La mente durante el reinado de los soberanos particular­
protectora tendrá las llaves y prevendrá a los jóvenes mente severos a este respecto. Uno de los más notables
no hacer ruido y no maltratar a las prostitutas, pues de ejemplos de la vergüenza con que se envolvía a las pros­
otro modo, a la menor queja, no se permitirá salir a los titutas era el uniforme o la insignia que estaban obli­
causantes de desórdenes, excepto para Ir a la prisión bajo gadas a llevar en muchos países. En Viena, por ejemplo,
la escolta del guardián. se conocía a una prostituta por su pañoleta amarilla. Una
“ 4. — La reina desea que la protectora y el médico capa roja era el distintivo de la vergüenza en Berna y
delegados por el Concejo visiten a las mujeres corrompi­ en Zurich. Pero, generalmente, el color amarillo era el
das de los burdeles todos los sábados, y cuando una de reservado a las prostitutas. Se las distinguía asi de las
ellas esté enferma por su lujuria, debe ser separada de las mujeres decentes, por las ropas, hasta a la distancia.
otras y alojada en lugar aparte, a fin de que no pueda Dufour ha comparado la suerte de las prostitutas de
ser poseída, para evitar que los jóvenes se contagien. la Edad Media a la de los judíos. Protegidas una vez por
“ 5. — Si aconteciese que una de las mujeres se em­ un rey benevolente, perseguidas después por otro rey,
barazase, la protectora se ocupará de que el infante no pero consideradas siempre seres de una clase inferior y
sea abandonado y notificará al Concejo, que proveerá lo mantenidas al margen de la sociedad. Havelock Ellis dice:
necesario para el nacimiento del niño. “ En Mantusa, la reacción del sentimiento contra las
" 6. — La protectora no permitirá que hombre alguno prostitutas fué tan grande, que en el mercado se las obli­
entre en el burdel los Viernes Santos, los Sábados Santos gaba a comprar cualquier fruta o pan que habían man­
y los días consagrados a las Pascuas, bajo pena de ser cillado con sus manos. Lo mismo ocurría en Avignon en
privada de los derechos civiles y vapuleada. el año 1243. En Cataluña no se les permitía sentarse a
“ 7. — La reina desea que todas las mujeres sean se­ la misma mesa con una dama o un noble, ni besar a
paradas en caso de disputas o celos, que no se roben y una persona honorable.”
golpeen mutuamente, sino que vivan como hermanas. No obstante, por paradójico que parezca, las prosti­
Cuando surja una disputa entre ellas, la protectora debe tutas. tomaban parte oficial en las recepciones organiza­
apaciguarlas y hacer que respeten su decisión. das en honor de un soberano o de un visitante de nota.
“ 8. — Cuando una de ellas hurte algo, debe la protec­ Cuando en el año 1434 el emperador Segismundo visitó
tora procurar que lo devuelva a su propietaria, y cuando Ulm, no dejó de concurrir a los prostíbulos y, en aquella
se niegue a restituirlo, debe ser castigada por uno de los ocasión, se iluminaron las calles por donde debía pasar la
guardianes y, en caso de reincidencia, será castigada por procesión. Cuando un extranjero distinguido visitaba la
el verdugo de la ciudad. ciudad, los ciudadanos prominentes le invitaban a una
“ 9. — La protectora no debe permitir entrar a ningún recepción en alguna casa de asignación, a expensas de
judio en el burdel, y si aconteciese que un Judío ganase la ciudad.
la entrada por alguna artimaña y tuviese relaciones se­ La Edad Media, que instituyó penalidades de extrema
xuales con una de las mujeres, será encarcelado y vapu­ crueldad para todos los crímenes, religiosos o profanos,
leado y paseado de un extremo a otro de la ciudad.” mostró una severidad sin paralelo con las prostitutas cul­
A pesar del carácter semioficial de la prostitución padas de cualquier crimen. Las penalidades más comunes
durante la Edad Media, las pobres criaturas que ejercían eran la picota y el cepo, acompañados por la desdicha de
562 Enciclopedia Sexual En el R e n a c im ie n t o 563
la exhibición pública. En ciertas ciudades, por la menor
ellas parecen haber escogido esta profesión, no quizá por
fechoría, la prostituta era paseada por las calles en un
gusto personal, pero, no obstante, deliberadamente y sin
carro o en el lomo de un asno con su cara hacia la cola.
escrúpulos de conciencia o vergüenza. Por este medio
Finalmente, se la marcaba con un hierro candente o le
obtenían ocio y dinero suficientes para cultivar su es­
cortaban la nariz o las orejas, etcétera. píritu. Muchas de ellas eran muy cultas, hablaban varios
La persecución a la prostitución se intensificó con la
idiomas, cantaban agradablemente y ejecutaban varios
difusión de las enfermedades venéreas. En varias opor­
instrumentos. Algunas tenían dotes poéticas y cultiva­
tunidades los legisladores prohibieron los burdeles, pero
ban el trato con las musas. Estas cortesanas refinadas
en lugar de circunscribir el mal, lo agravaron, pues esta
exigían a menudo a sus pretendientes el perfecciona­
medida condujo al acrecentamiento de la prostitución
miento de su educación.
clandestina. Las prostitutas, como los leprosos, eran con­
No cabe duda que las cortesanas italianas, merced a
sideradas peligrosas, aun a la distancia.
su espíritu sutil y agudo, ejercieron una notable in­
Para completar el cuadro de la prostitución medioeval
fluencia en la vida social e intelectual de su tiempo. Más
deberíamos incluir un capítulo especial sobre los baños
de una de ellas contrajo enlace con algún personaje en­
públicos. Hemos hablado ya, con alguna extensión, de
cumbrado y terminó su vida como matrona respetable.
esas instituciones en el capítulo sobre "L a alquimia
El lujo con que rodeaban a los favorecidos era fabuloso.
del amor” . Agregaremos solamente que los baños públi­
La literatura de ese período abunda en descripciones de
cos durante la Edad Media eran prácticamente sinónimos
las recepciones dadas por estas mujeres, cuyos salones
de burdeles, como los dibujos contemporáneos claramente
lo demuestran. Al mismo tiempo que se emprendía una eran el punto de reunión de la élite.
campaña contra los prostíbulos, se hacían también in­ Un ejemplo de gran cortesana lo tenemos en Tulla
tentos de regular los baños, pero éstos pudieron mante­ d’Aragona, que era, probablemente, hija de un cardenal
nerse abiertos durante un tiempo considerable en algu­ del mismo nombre. Cortesana de profesión, era poetisa
nos países. En realidad, hasta hace poco, había aún un de vocación. Sabia cómo dominar en su medio ambiente,
número de baños-prostíbulos. El doctor Chapotin men­ tanto por su belleza fascinante como por el prestigio de
ciona los baños chinos de París, donde se ofrecía a los su espíritu y sus maneras arrogantes. En sus numerosos
clientes los bains gamis, que significaban un baño y una poemas hallamos el alma soberbia de una mujer que
nadie podía resistir. Las más eminentes personalidades
mujer.
de su tiempo, incluyendo las testas coronadas, se incli­
• * *
naban a sus pies; los sentimientos que inspiraba no eran
efímeros, sino estables y permanentes, y tenia amigas de
La historia de la prostitución durante el Renacimiento
presenta un nuevo aspecto que merece atención espe­ la nobleza entre las damas más copetudas de la tierra.
Havelock Ellis recuerda que, según Bendello, las cor­
cial. Con la renovación del gusto clásico y de la civili­
zación pagana, hallamos una supervivencia de las he­ tesanas de Venecia sostenían una vinculación regular
tairas griegas. Las grandes cortesanas italianas procu­ con varios amantes al mismo tiempo y que, además, se
raban seguir la tradición de sus prototipos griegos y, a reservaban el derecho de recibir a los visitantes que lle­
pesar del método despreciable de vida, sabían cómo ase­ gaban a esa ciudad. A este tipo de gran cortesana se le
gurarse la estima de sus contemporáneos. Algunas de encuentra también en otros países occidentales, princi­
palmente en Francia e Inglaterra. El nombre de alguna
La p r o s t it u c ió n m o d e r n a 565
564 Enciclopedia Sexual
introducción del contralor médico y en la lucha contra
de estas mujeres se hizo legendario y se lo rodea con una la competencia de la prostitución clandestina. En el si­
aureola da ¿loria. Nadie se atrevería jamás a reprochar* glo X V III la prostitución, aparte de los métodos em­
les su vida amorosa algo apasionada. Una de estas fi­ pleados, no difiere mucho en este respecto de la de
guras es la gran francesa Ninón de Lenclós, mujer de nuestros dias. En aquella época, el Palacio Real era el
gran inteligencia y vasto conocimiento, música y literata, centro del mundo galante. De Balzac tomamos la si­
que ejerció una gran influencia en la sociedad de su guiente descripción de ese famoso lugar de placer:
tiempo. Personalidades como éstas nos hacen dudar en "En todas las calles circundantes, centenares de per­
cuanto a la aplicación de la palabra prostituta, porque sonas vienen y van de todos los rincones de París. Las
ella implica una profesión lucrativa, y la vida de madame arcadas de piedra pertenecían a las casas privilegiadas,
de Lenclós parece haber estado libre de toda venalidad. que pagaban por el derecho de exhibir criaturas vestidas
Según Volt&ire, era extremadamente despreocupada de princesas. Entre una y otra arcada, una mujer podía
en cuanto al dinero, y sus contemporáneos alaban casi entrar y salir escoltada por su presa y llevarla adonde
unánimemente su desinterés. Más de una vez madame quisiera. Estas mujeres atraían, por las tardes, una mul­
de Lenclós le tendió la mano a uno de sus antiguos titud tan densa hacia el Palacio Real, que debían las
amantes necesitados. Tal conducta suena más a amis­ gentes caminar paso a paso, como en las procesiones o
tad que a amor venal. Todavía más: si hubiese sido en los bailes de fantasia. Lo poco que se adelantaba,
una mujer licenciosa, no habría conservado hasta el final que no fastidiaba a nadie, hacia posible el escudriñar a
de su carrera el respeto de las mujeres y de los hombres las muchachas. Algunas de ellas estaban escotadas hasta
más distinguidos de su tiempo. Saint Simón dijo que el la mitad de la espalda, siendo el escote delantero muy
tono de su propia corte privada era bastante más reser­ pronunciado. Esia iba vestida como una caitchoise, aqué­
vado que el de muchas cortes regias. Y Saint Evremont, lla a la española. Era triste y festivo a la vez.
su viejo amigo y ex amante, pudo escribir sin mucha “ La deslumbrante piel de los hombros y las gargan­
exageración que pocas princesas y pocas santas no ha­ tas destellaban entre los trajes de los hombres, casi siem­
brían renunciado a sus cortes y sus claustros por ocupar pre negros. El murmullo de las voces y el arrastrar de
el sitio de Ninón de Lenclós. los pies hacían un ruido que podía escucharse desde el
Durante los siglos siguientes, figuras similares se en­ medio del jardín como un zumbido grave, cortado por los
cuentran alrededor de soberanos y de grandes nobles. estallidos de risas o por las disputas en alta voz.”
Sin embargo, la historia de estas cortesanas de alto vuelo Después de un breve intervalo, debido a la Revolu­
exigirla un volumen entero y nos alejaría de nuestro ción, esta vida alegre prosiguió su' curso a lo largo de
tema. Por lo que nos limitaremos a la prostitución de todo el siglo X IX . Habla entonces dos aspectos de pros­
la clase media. titución diferentes: por un lado, las rameras rastreadas
En Francia, desde el siglo X V en adelante, la prosti­ por la policía y, por el otro, las cocottes, amigas de hom­
tución regulada evoluciona gradualmente hasta la forma bres ricos, aunque no siempre dignas sucesores de las
moderna. cortesanas del Renacimiento. No obstante, estaban en
Bajo el reinado de Luis XV la policía controla el co­ gran boga. Matizaban la vida social, y un aristócrata que
mercio de la prostitución, que se va sujetando a una no tuviese alguna de estas mujeres como querida, no era
legislación cada vez más estricta. La diferencia entre considerado un verdadero hombre de mundo.
la prostitución medioeval y la moderna estriba en la
566 E nciclo ped ia Sexual
F uentes de l a p r o s t it u c ió n 567
Habiendo llegado a la forma moderna de la prostitu­ servicio doméstico. Sirvientas, cocineras, mucamas, etc.,
ción, haremos una disgresiórí antes de pasar revista a que no sufren hambre y que tienen un hogar seguro, evi­
sus numerosas manifestaciones, a fin de analizar las dencian la más poderosa tendencia a abandonar esta se­
causas de la prostitución como institución social, cues­ guridad por la precaria e ignominiosa profesión de pros­
tión ésta que ha dado lugar a acaloradas polémicas y a tituta. Las autoridades en la materia calculan que el
teorías muy divergentes. 88 por ciento de las prostitutas callejeras de West End
• » • Street provienen de esta clase.
Al comienzo de este capítulo, cuando procurábamos No deja de ser interesante notar, a este respecto, que
definir la prostitución, las Ideas de venalidad y de pro­ cierta degradación moral envuelve a ambas profesiones,
fesionalismo nos indujeron a mencionar el factor eco­ la de sirvienta y la de prostituta. Ninguna de arabas
nómico como una de sus causas. Es éste el elemento más goza del respeto y la consideración debidas comúnmente
discutido por los hombres de ciencia y los psicólogos. La a las mujeres. El hecho de que las sirvientas sufren las
costumbre prevaleciente en algunos países, que obliga a desventajas de esa condición -social inferior, puede ex­
una prostituta a estar registrada para justificar su oficio, plicar su deseo de gozar también algunas de sus ventajas.
provee datos de los que surge que la pobreza y los bajos Dicho esto, es necesario subrayar el hecho de que la po­
salarios son los principales responsables de la prostitu­ breza de las clases sociales más bajas, el bajo nivel de los
ción. Según el testimonio'de las prostitutas, se dedicaron salarios y especialmente la explotación de las mujeres
a esa profesión porque no podían encontrar otro medio trabajadoras, para no mencionar los períodos de crisis
de subsistencia. Sin embargo, no serla prudente tomar económica, son otras tantas causas de la difusión de la
esta afirmación literalmente o basar nuestras conclu­ prostitución. Tales circunstancias, y su Incapacidad
siones, en cuanto a las verdaderas causas de la prosti­ para proveer el sustento de sus hijos, han conducido a
más de ima mujer, hasta entonces respetable, a embar­
tución, sobre esta suerte de estadísticas.
“ Id y preguntad a esas desventuradas criaturas — es­ carse en la prostitución temporaria.
cribe Irma Troll-Borostianl— si se dedicaron al vicio por Pero en tales casos, las mujeres raramente permane­
su propia voluntad. Casi todas ellas os contarán el cuento cen en las calles más tiempo del necesario. La prostitu­
ción temporaria es mucho más frecuente de lo que podría
de que la necesidad, la pérdida del empleo, el hambre y
la falta de trabajo las arrojó a las calles; o que fueron creerse.
seducidas y, por el temor de ser descubiertas, abando­ ¿Cuáles son los otros motivos que inducen a las mu­
chachas a escoger esta profesión degradante? A modo
naron sus hogares y cayeron desamparadas en el abismo
de respuesta damos más abajo una de las numerosas
del vicio del cual no se retorna” . (Citado por Bavelock
tablas de estadísticas, las cuales, por más discrepantes
El lis).
que sean como cifras, están siempre establecidas sobre
Sin negar la importancia de los factores económicos,
los mismos datos. La reproducida aquí está basada en
los hombres de ciencia han demostrado, con estadísticas,
las observaciones de Margarita Sanger sobre 2.000 pros­
que no es la pobreza lo que lleva a la mayoría de las
titutas de Nueva York;
muchachas a la prostitución. Uno de los argumentos más
eficaces contra esta teoría es el hecho que un enorme
Pérdida de em p le o ............................ 525
porcentaje de prostitutas callejeras son reclutadas del
In clin a ció n ........................................ 513
568 E n c i c l o p e d i a S e x u a l E lem entos m orales 569
Seducción y aban don o..................... 258 En tales casos, la educación deficiente, que no enseñó
Bebida y embriaguez ....................... 181 a las niñas los rudimentos de la responsabilidad moral,
Mal trato de padres, parientes o es­ es la culpable de su mal paso.
posos .............................................. 164 Otro factor moral es el medio ambiente malo. Cuan­
Deseos de vida fácil ......................... 124 do, por ejemplo, una muchacha honesta, pero de carácter
Malas com pañías.............................. 84 débil, se convierte en bailarina de music-hall, encuentra
Incitación por otras prostitutas . . . . 71 allí mujeres cuyas opiniones y maneras de vivir bastan
P e r e z a ................................................ 29 para iniciarla. Los empleos que requieren vestidos ele­
R a p to ................................................. 27 gantes encierran los mismos peligros. Las muchachas
Seducción en buque de inmigrantes . 16 naturalmente vanidosas, que no pueden permitirse ves­
Seducción en un hotel de inmigrantes 8 tidos tan lindos como los de sus compañeras, se sienten
instintivamente envidiosas y, a la primera oportunidad,
A los efectos de la claridad, procuraremos clasificar aceptan gustosas la ayuda de un admirador generoso.
los factores no económicos en dos categorías: los mo­ El amor a las diversiones y a la vida alegre, el deseo
rales y los biológicos. de salir y de ser vistas con personas elegantes en los
Al estudiar las causas de la prostitución no podemos lugares de moda, han sido la causa del traspié de mu­
descuidar el medio ambiente moral y la educación de las chísimas muchachas. Es esto particularmente cierto,
jóvenes de las clases trabajadoras y campesinas. La pro­ destaca Havelock Ellis, en las mujeres del campo, para
miscuidad que prevalece en los hogares pobres familia­ quienes la vida metropolitana ejerce una especie de fas­
riza a la niña, a una edad temprana, con la vida sexual, cinación. Las mujeres trabajadoras, educadas en las ciu­
en tanto que su ignorancia del pudor y de la dignidad la dades y familiarizadas desde la infancia con los atracti­
predestina a una existencia desordenada. De allí a la vos de las mismas, son menos susceptibles a esta tenta­
prostitución no hay más que un paso. Estas jóvenes re­ ción. Pero también ellas suelen caer por el lujo y los pla­
nuncian a la virginidad con desconcertante rapidez y no ceres y se tornan prostitutas. Un amor desventurado es a
tienen comprensión alguna del significado moral del acto menudo la causa de la calda de estas mujeres. Desespera­
sexual, al que se abandonan caprichosamente. Una vez das, con su fe en el amor destruida, cargadas con un
que descubren que este acto puede ser lucrativo escogen, hijo, las muchachas engañadas no tienen el coraje de
naturalmente, esta profesión. Dumas dijo que estas mu­ afrontar una vida regular, especialmente p rque su pa­
chachas dejan caer su virginidad como el primer diente, sado las degrada a los ojos de su círculo y .es desvanece
Commenge, citado por Havelock Ellis, comprobó que cua­ toda esperanza de matrimonio. Asilan al hijo y van al
renta y cinco mujeres, de doce a diecisiete años, hablan prostíbulo, donde entre un cliente y otro derraman amar­
sido desfloradas por hombres desconocidos a quienes ja­ gas lágrimas sobre su amor fracasado.
más volvieron a ver. Una de ellas, por ejemplo, de fa­ Muchísimas personas tienden a nejar a la prostituta
milia acomodada, trocó su virginidad por un vaso de de tipo medio, cierto sentido moral Innato y otras cuali­
cerveza en una feria; otra se ofreció al encargado de un dades, y las consideran impropias para una vida nor­
carrousel, por una vuelta gratis; otras siguieron a sus mal. Sostienen que las mujeres de la calle son Incapaces
seductores por la tentación de un modesto regalo o por de todo sentimiento profundo o de apego al hombre y
algunos peniques. que su desviación se agrava todavía más con la avaricia,
570 E n c i c l o p e d i a S e x u a l A lg u n o s e j e m p l o s 571
la pereza, la deshonestidad, etcétera. En resumen, según vlaré un beso. Sabrás que tu querida te es eternamente
esas personas, las prostitutas son degeneradas morales, el sincera y fiel. Conseguiré el dinero para sacarte; no quie­
reverso femenino do los ladrones, de los vagabundos y de ro dejarte allí sudando bajo el sol. Aún podremos ser fe­
otros perdidos, y la más esmerada educación sería inútil lices. Tú eres mi hombre y yo soy tu m u jer..., tu propia
para reintegrarlas “ al sendero de la rectitud y el bien” . mujer, en las buenas y en las malas.
Nadie que haya estudiado la vida en los prostíbulos, L uct .”
sin embargo, puede negar a las prostitutas ciertas cua­
lidades. Su caridad y su piedad son indiscutibles. Pre­ "M I querido Juan;
tender que las prostitutas fio conocen los sentimientos «L a otra tarde vinieron algunos muchachos y uno de
profundos y vitales, y que sólo son aptas para la cari­ ellos me hizo algunas proposiciones, pero tú sabes que no
catura del amor, es fundamentalmente erróneo. Las estoy aquí para bromas y que sólo pienso en ti. Cuando
cartas de las prostitutas a sus amantes son conmovedo­ estoy en la cama miro tu retrato y me duermo besándote.
res ejemplos de la devoción y de la fidelidad de que son "Escribe pronto y dime que no miras a otras mujeres.
capaces estas mujeres dogi«dadas. He aquí dos cartas Nunca te engañaré y espero que harás lo mismo. Dentro
tomadas de Contemporary Records: de tres meses tendremos bastante dinero'para salir y me
llevarás donde gustes, al Egipto o a la Indochina. Te
“ Mi querido Marcelo: seguiré siempre y no te arrepentirás.
“ [Cómo he llorado al leer la carta que tu hermano “ Hago lo que me dijiste, no hablo con nadie de nues­
me trajo! No puedo creer que los jueces sean tan crueles tros asuntos y no tengo ninguna muchacha conmigo.
contigo. Dices que tienes para ocho o diez años y que Cuentan ellas toda suerte de cosas acerca de sus mu­
no volverás. Y pensar que es por mi, Marcelo, que rea­ chachos, pero yo nada digo y guardo mis desdichas para
lizaste esos tres asuntos. Me querías para ti, y, por sa­ mí misma. Es penoso estar tan lejos de ti, Juan, y a
carme de mi trabajo, te hiciste malvado, y ya lo ves. menudo lloro. Tus cartas me hacen bien. Ven pronto, no
"No te desesperes; he vuelto a trabajar otra vez. No puedes negarte. Escucha cómo te llamo.
tenia más dinero y hay que pagar a tu abogado, y tú, “Tu pequeña
en la cárcel, necesitas algunas cosas. Te digo que ha sido L ola.”
duro para mí tener que sonrefr y portarme bien con los
clientes, cuando sólo deseaba llorar, Pero pude evitarlo. Unos pocos hombres de ciencia, en oposición a aque­
Me propuse ser fuerte y lo he cumplido. Tengo ahora llos que sostienen que las mujeres de la calle son dege­
algún dinero ahorrado y voy a economizar, privándome neradas morales, opinan que anhelan ellas, elevar su si­
de todo, para unirme contigo cuando salgas. tuación presente y que sus ambiciones y su tempera­
«H ay algunos hombres que no se portan bien. Coco, mento enérgico y activo las hace incapaces de resignarse
Squiffy y Gus Enery querían que me fuese con ellos. a una vida monótona. No pudiendo tener éxito por otros
Siempre me dicen que estás perdido y que debo elegir a medios, sacrifican los convencionalismos a su ambición
otro. Coco insistió, y le contesté: “Has como hizo Mar­ y salen a la calle a fin de encontrar a otras personas
celo; si quieres dinero, ve y consíguelo” . de una posición social más elevada que la suya. Cuando
"Querido, iré a la vista del tribunal. Reuniré coraje están, además, dotadas de un carácter apasionado, la
y, al oir la sentencia, no lloraré, pero te miraré y te en- variedad no es una desventaja, y se encuentran allí con
572 E n c i c l o p k d i a S e x u a l
A nomalías físicas 573
el sexo masculino sobre bases comunes. La señora Craick
defiende a los prostitutas contra el veredicto adverso de que, físicamente, son hasta inferiores a la mujer respe­
ciertos psicólogos: table del-tipo medio, perc^ü método dé'vida no contri­
“ Las mujeres caidas no son en modo alguno las peo­ buye precisamente a que puedan conservar su lozanía y
res. He oído de labios de muchas damas, particularmente su figura. Los médicos especializados en la materia han
una cuya experiencia es tan grande como su amabilidad, descubierto en el examen de las mujeres de la calle sín­
que algunas prostitutas son las mejores, más refinadas, tomas que parecen indicar la degeneración física. Las
inteligentes, leales y afectuosas de las mujeres. No puedo anormalidades en el cráneo, los dientes, los miembros in­
explicármelo, me decía. Puede ser que su superioridad feriores, etcétera, son puntos a favor de esta teoría. El
real las disguste con su condición. Los trabajadores sue­ doctor George Paul Roneour, profesor de criminología del
len ser tan brutos y za fio s... O quizá, aunque sé que Instituto Antropológico de París, ha llegado a la misma
esta teoría chocará a muchas personas, es posible que conclusión. Ha encontrado dos degeneraciones, la física
otras virtudes vivan y florezcan independientemente de y la morfológica:
la que estamos acostumbrados a considerar la virtud fun­ “ No cabe duda de que la gran mayoría de las pros­
damental: la castidad sexual. No puedo explicármelo; titutas menores de edad a quienes he examinado en
sólo puedo afirmar el hecho que una de las muchachas Fresnes evidenciaron una inferioridad biológica, aso­
más brillantes de tui pueblo fué la primera en caer. En ciada a menudo también a la inferioridad morfológica:
realidad, las mejores y más fieles sirvientas que he te­ cara tosca, articulaciones macizas, nalgas, brazos y pan­
nido eran candidatos al traspié, y, de no mediar mi In­ torrillas grandes, piernas cortas, manos largas, hipertri-
tervención, se hubiesen perdido irremisiblemente.” cosis, senos colgantes, etcétera. Y esto se encuentra en
Estas palabras se refieren a las cortesanas y no a las muchachas menores de dieciocho años, que, con pocas ex­
prostitutas callejeras, cuyas relaciones están lejos de toda cepciones, deben aún desarrollar las características de la
adolescencia. No me atrevo a decir que éstos sean sín­
selección.
tomas de degeneración, pero son síntomas indiscutibles
Con respecto al factor biológico, la teoría que atribuye
la prostitución al temperamento apasfonado de algunas de inferioridad bio-antropológica.
“ Lejos de mí está el deducir que todas las prostitutas
mujeres parece ser exagerada. Las mismas prostitutas
dan esta razón muy excepclonalmente. Por otra parte, son físicamente defectuosas; es éste un hecho colec­
tivo y no una verdad individual. Probablemente preva­
algunos hombres de ciencia creen que la mayoría de los
lece el tipo más bajo, porque el más superior sabe mejor
prostitutas sufren de atrofia de sus sensaciones sexuales
cómo eludir a la policía. He notado también que las pros­
y que esto las capacita para llevar una vida sexual anor­
titutas jóvenes, de físico agradable e inteligencia normal
mal. Esta segunda teoría yerra en la dirección opuesta.
y más evolucionada, son vanidosas, ninfomaniacas em­
Biológicamente, son mujeres de sexo enteramente normal
busteras, que admiten haber sido sexualmente precoces."
y es simplemente la rutina profesional k> que embota su
Las anormalidades físicas, tan frecuentes en las pros­
capacidad sensorial, aunque parecen recobrarla con un
titutas, se deben principalmente a la herencia, pues las
hombre a quien realmente aman.
estadísticas parecen probar que un gran porcentaje de
Paralelamente a la degeneración moral, las prosti­
ellas son descendientes de padres sifilíticos o alcoholistas.
tutas han sido tildadas de degeneración física. Cierto es
De lo que acabamos de decir se desprende que las
que las de más baja categoría son todo menos lindas y
causas que pueden conducir a una mujer a la prostltu-
574 E nciclopedia S exüal P r o s t it u c ió n l ib r e y r e c u l a d a 575

clón profesional son muchas y complejas. A éstas debe Veamos cómo está organizada la prostitución mo­
agregarse el factor de la oferta y la demanda. La pros­ derna, Debemos ante todo distinguir entre la prostitu­
titución satisface a la necesidad que ha creado esta pro­ ción regulada y la no regulada (1 ). Aquélla se divide,
fesión. ¿Cuál es la naturaleza de esta necesidad? Es a su vez, en prostitución en los prostíbulos, y su reverso,
decir, ¿qué haoe a los hombres servirse de la prostitución? la independiente.
Los partidarios de la prostitución sostienen que es una La organización de los prostíbulos, si quisiésemos en­
institución necesaria, que es el baluarte del matrimonio; trar de lleno en la materia, requeriría un largo estudio.
opinión ésta muy arraigada en la Roma antigua. Antes Es una industria muy evolucionada y versátil, muy pro­
de dar su nombre a una mujer respetable, los Jóvenes vechosa para sus explotadores, y algo menos para el
necesitan' una querida menos exigente, y es únicamente personal.
entre las profesionales donde pueden encontrarla. Sin em­ La vida de las pupilas es sórdida y monótona, y las
bargo, no puede negarse que muchos hombres casados extorsiones económicas a que están sometidas agrava
son parroquianos de prostíbulos. Esto se explica por el su sitrn- ión. Las mujeres, seducidas por ofertas atrac­
hastío sexual. Una esposa no siempre puede satisfacer tivas y ia necesidad de seguridad, son pronto reducidas
a un hombre cuyo temperamento apetece la variedad. Es a una form a de esclavitud. Están obligadas, por ejemplo,
esto particularmente cierto en los hombres que tienen há­ a comer en la casa, y se les carga precios exorbitantes;
bitos pervertidos, que no desean consumar con sus espo­ tienen que comprar vestidos, para los cuales la adminis­
sas, y utilizan a las prostitutas únicamente como objetos tración les adelanta el dinero, de manera que siempre
de sus tendencias grotescas. están en deuda y no pueden irse, aunque lo deseen.
Acontece a menudo también que una esposa, en todo La siguiente carta de una prostituta a su amante,
lo demás verdadera am iga y compañera ideal del hombre, ilustra acerca de la táctica ds los explotadores: “ Ten
se niegue a actuar como amante. La frigidez y la incom­ paciencia; sólo puedo enviarte 100 francos porque la
patibilidad de temperamentos conduce casi siempre, de madama me hizo comprar zapatos de cuero patentado,
manera inevitable, a los hombres a desahogarse con las un vestido y un echarpe. Para trabajar en esta casa debo
prostitutas. estar bien vestida, pues los clientes son todos hombres
Finalmente, la apetencia de refinamientos lujuriosos de negocios, ricos, y sólo deben ver mujeres elegantes..
y la influencia de ciertos ambientes no comunes ejercen A pesar de la apariencia lujosa que deben guardar, las
una gran atracción en algunos hombres, para quienes los mujeres de prostíbulo viven en realidad una vida mise­
burdeles tienen mayores ventajas que el hogar. El am­ rable, y muchas de las que esperan un futuro brillante,
biente desprejuiciado, el atavío de las prostitutas y las pronto se desilusionan. El doctor Chapotin nos da una
bebidas fuertes, son atractivos y estimulantes. breve y completa descripción de la vida de entretelones
En resumen, siendo las cosas como son, la ‘prostitu­ del prostíbulo-:(I)
ción parece ser una institución fija de la sociedad, y los
más violentos ataques de los abolicionistas han fraca­ (I ) E l a n á lis is d e la p r o s titu c ió n q u e s ig u e s e r e f ie r e a
sado, sin disminuiría en modo alguno. la s c o n d ic io n e s d e l a m is m a e n F r a n c ia . E n I n g la t e r r a n o
h a> r e g u la c ió n e s ta d u a l d e la p r o s titu c ió n , o p e r m is o s p a r a
+ • * e je r c e r la . E s te s is te m a tie n e s u s v e n ta ja s , p e ro ta m b ié n s u s
I n c o n v e n ie n te s . — N . H .
570 E nciclopedia S exual L a s esc lav as b la n c a s 577

“ Los visitantes^ a pesar de su pretendida viveza, son doras. Ejercen su profesión mucho más discreta y cauta­
personas torpes; no sospechan, a) contemplar las esca­ mente, pero una vez cogidas por la policía, se las registra
leras alíombiadas y las habitaciones lujosas, que las pu­ y están irremisiblemente obligadas a entrar de lleno en la
pilas duermen bajo los techos, en desvanes horribles que prostitución.
la sirvienta más pobre desdeñaría, en un dormitorio- Muchas prostitutas son víctim as del tráfico de blan­
amueblado con cinco camas para diez mujeres y venti­ cas. Seducidas por ofertas de oro, se dejan embarcar a
lado apenas por un ventanuco de banderola, abierto sobre tierras exóticas y, una vez desarraigadas de su ambiente,
un pasadizo mal oliente, quedan a merced de sus amos. Jean Dumourier ha des­
"Las mujeres viven como prisioneras; pueden salir so­ crito el crucero de estas-“ esclavas” a su Eldorado:
lamente una vez por semana, y como la madama les vende "Cuando ia mujer tiene el "peso requerido” , es decir,
los trajes y los perfumes, que no pueden comprar en otra cuando es mayor de edad, y una vez embarcada, después
parte, están encadenadas desde el principio por sus deu­ de contestar sin vacilaciones a las preguntas que el em­
das.” pleado les hace, Be le da un pasaje de segunda clase. E)
Las casas de asignación difieren de los prostíbulos en traficante viaja en primera y no conoce a su “ mercan­
que las mujeres trabajan solamente a horas fijas, que­ cía” . Cuando se les pone el uno frente a la otra, juran
dando libres el resto del tiempo. Las horas de recibo son, ambos no haberse visto Janiás. fío hay tiempo para un
por lo común, de las diecinueve a las veintiuna; a veces, careo prolongado. Los papeles de la muchacha, auténti­
parte de la noche, pero después de las horas de trabajo cos o falsos, están en orden, y ella, convencida casi siem­
las mujeres vuelven a sus hogares. La diferencia es aún pre de que va a realizar un trabajo honesto, presenta su
mayor en el caso de las prostitutas que trabajan por su carta de recomendación para determinada firm a. Todo
cuenta. Las registradas, a pesar de su libertad aparente, Intento de disuadirla señalándole los riesgos, es tiempo
son continuamente perseguidas por la policía. ¡Pobres perdido. Cerca de ella, el traficante sonríe y lanza tran­
de ellas cuando violan el permiso y se procuran clientes quilas bocanadas de humo sobre su cigarro. Sabe él que
fuera de las horas reguladas! Viven con el temor cons­ la muchacha cumplirá al pie de la letra sus Instrucciones
tante a las batidas policiales, y a menudo terminan, para y que los inspectores no pueden obligarla legalm ente a
mayor seguridad, por irse a un prostíbulo, a menos que abandonar el barco. Sólo pueden notificar a las autori­
se consigan un hombre que, a cambio de la mayoría de dades del país de destino, a los efectos de una interven­
las ganancias, soborne a las autoridades. ción futura.”
Como la literatura contemporánea abunda en docu­ Un problema que la prostitución ha planteado y que,
mentos de la vida del bajo fondo y de las relaciones entre a su vez, ha suscitado acaloradas controversias durante
las prostitutas y sus cafiens , prescindiremos de entrar en siglos, es el aspecto higiénico de la misma. Siendo las
la materia. enfermedades venéreas un flagelo para la sociedad, su
Queda por mencionar la prostitución clandestina, difusión ha sido imputada a la prostitución. Durante
practicada por las mujeres no registradas. Deben éstas mucho tiempo las sublnstitucimes pertinentes y los m i­
afrontar una ten1ible lucha contra la policía, que las com­ nisterios de salud pública han procurado evitar este re­
bate por todos los medios, lícitos o ilícitos. Las prostitu­ proche, el más grave que pedia formulárseles. En los
tas clandestinas se encuentran principalmente entre las prostíbulos, la inspección médica tiene lugar regular­
camareras de bares y cafés y las vendedoras 0 trabaja­ mente y, a pesar de la inherente promiscuidad, seria ln-
578 E nciclo ped ia S exual
L a pr o s t it u c ió n c l a n d e s t in a 579
Justo culpar a estos establecimientos de ser focos de In­ sobre todas las prostitutas callejeras que desafían toda
fección venérea. Las madamas mismas revisan a las mu­ regulación. Son gente que se niega obstinadamente a
chachas, pues comprenden el peligro a que un caso de considerar ia higiene, y que estima la revisación médica
contagio las expondría. Correrían el riesgo de perder a como algo degradante o, por lo menos, cansador e inne­
sus clientes y de que les cerraran la casa. No obstante, cesario. Según las estadísticas de expertos en la m ateria,
los métodos empleados y las medidas higiénicas oficiales el contagio no es tan frecuente entre las prostitutas re­
no son enteramente satisfactorias, y esto Justifica los gulares como entre las libres, a quienes difícilm ente po­
ataques de los enemigos de la prostitución. El doctor dríamos aplicar el epíteto de “ clandestinas” . Es claro que
Commenge traza el siguiente cuadro, poco edificante, de la supresión de la prostitución no podría extirpar de
la manera cómo se hacen los exámenes médicos obliga­ golpe las enfermedades venéreas.
torios; Sin embargo, la difusión de las enfermedades vené­
“ Bajo el Pasaje N 9 3 del Quai de Vhorloge, entre la reas no es la única objeción de los abolicionistas. Acusan
Conserjería y la Suprema Corte, se halla el dispensario ellos justamente a la sociedad de convertir a toda una
del jefe de policía. A llí se conduce a toda prostituta de clase de mujeres en autómatas, privándoles todo vestigio
París, registrada o no, arrestada en la calle, a los efectos de dignidad. Proclaman que la prostitución es un te­
de la revisación. Los doctores apartan a las mujeres en­ rreno fértil al vicio y las perversiones y que, en lugar de
fermas, que son enviadas a Saint Lazare, de las mujeres salvaguardar la integridad del hogar, alienta la hipo­
sanas, que son puestas en libertad bajo multa. Alrededor cresía y enloda a toda persona que de ella se sirve. La
de 100.000 mujeres son examinadas anualmente en el dis­ prostitución, dicen, no es un m al necesario, y la prueba
pensario. de ello se encuentra en los países donde no existe. La
“ Esta cifra enorme destaca la deficiencia triste, por revolución social rusa, por ejemplo, ha hecho superflua
no decir vergonzosa, del m aterial clínico, que nadie se la prostitución tal como existe en los países occidentales.
“ Las razones — escribe Stephan Priace en su Contem-
atreveria a mostrar a un visitante extranjero. Todo es
porary Records— que en el resto del mundo impulsan a
allí restringido, sórdido e inadecuado.
las mujeres a vender su cuerpo no existen ya en la Rusia
“ Los locales son demasiado pequeños. A las mujeres
moderna, o por lo menos desaparecen a pasos agigan­
se las acorrala en el cuarto de espera, que llenan con su
tados. La mujer rusa tiene todos los derechos económi­
bullicio. El consultorio posee dos camas grandes cubier­
cos, políticos y civiles; la investigación de la paternidad
tas con una sábana de hospital cada una, las cuales
es obligatoria; la desocupación no se conoce en ese país,
pronto se ensucian, pero la administración no provee más
donde los planes constructivos están en constante des­
que dos para cada veinticuatro horas y 500 revisaciones.
arrollo y todos los brazos son útiles.”
Se pretende que un médico permanezca al pie de cada
Las medidas sugeridas en los demás países para ex­
cama, pero no hay allí espacio suficiente para la labor tirpar la prostitución han sido prácticamente inútiles. La
simultánea de dos médicos, lo que atenta contra la revi­ prohibición, que se ha ensayado en varios países, no es
sación meticulosa." una solución, porque solamente acrecienta el tráfico clan­
La prostitución clandestina es la p rin cipa responsable destino y lo agrava con la hipocresía.
de la m ala reputación que goza en este sentido la pro­ Concluiremos, por lo tanto, este capítulo con una cita
fesión. La policía no puede ejercer un contralor absoluto de Havelock Ellis, quien no ve la posibilidad de destruir
580 EHCICLOPCSIA SlXUAL

la prostitución, excepto con un lento proceso de trans­


formación social;
“ Desarrollar y m ejorar las relaciones existentes entre
hombres y mujeres y entre las mujeres mismas; m odifi­
car nuestro concepto de las relaciones sexuales; Intro­
ducir una noción más sana y verdadera de la feminidad CAPITULO XL
y de las responsabilidades de mujeres y hambres; elevar
la vida humana a un nivel económico y social más alto. LA P R O S T I T U C I O N EN I N G L A T E R R A
He aquí los medios de los cuales podemos esperar razo­ Y L A T R A T A DE B L A N C A S
nablemente reducir y curar gradualmente el mal de la
prostitución. Hasta que no los realicemos, debemos con­ (E n el capitulo p reced en te h em os analizado la p rosti­
tentarnos con la prostitución que merecemos y aprender tución en general. £n éste nos p rop on e m os en foca r dos
a tratar con la piedad y la consideración a que tiene aspectos especiales d e la m ism a : la historia de la prosti­
derecho esta deformación básica de nuestra civilización.” tución en In g la te rra y las características gue d istinguen
su práctica en ese país d e la de los países ex tra n jeros, y, e n
segund o lugar, el tráfico intern acion al de m u je re s y m u ­
chachas a los efectos de la prostitución, c o m ú n m e n te c o ­
nocido como la trata d e b la n ca s).

LA PRO STITU CIO N EN ING LATERRA

La prostitución e n In g la te rra se d istingue p o r su no reconoci­


m ie n to p o r el E sta d o y la ausencia de p rostíbulos autorizados.
— P rostitu ción y b a ñ os (steuss). — R egu la ción de los ste w s e n
la E d a d M ed ia . — In t e n to del pa rtid o P u rita n o en e l sen tid o d e
desarraigar la prostitu ción . --R ea c ción del period o de R esta u ­
ración. — A ctu a l sistem a c o n resp ecto a la prostitu ción derivada
d e las m edidas puritanas. — In flu e n c ia de la hlgh - U fe francesa
en In gla terra . — E l b a r rio fr a n c é s a lre d e d o r d e Letcester Square.
— La prostitu ción y el teatro e n e l siglo X V I I I . — L a in terven ció n
del Estado, considerada c o m o violación de la libertad individual
en Inglaterra. --
L e y e s del P a rla m en to respecto a las e n fe r m e ­
dades venéreas. —
A b u s o s y escássdalos subsiguientes a la ad­
m inistración d e estas leyes. — La obra de los doctores B erk eley
Hití, Daniel C oop er, H a rriet M arttnea u, P lo re n c e N ig h tin ga le y
Josefina B u tler. —
La Com isión R ea l d e 1S70. *.
E l M o v im ie n to
dé Casación. — L a s leyes sobre las enfermedades contagiosas,
tínico intento Aecho en Inglaterra p o r el Estado para regular la
prostitución. — Sum ario d e la postción actual de la ley inglesa
respecto a la prostitución. — ninguna medida contra la prostitu ­
c ió n com o tal, sin o contra los delitos a ella vinculadas. —
Las
"
relaciones sexuales prom iscuas d e las amateurs" después de la
díffma atierra.
582 E nciclopedia Sexu al Los " stew s” in g l e s e s 583
La prostitución ha existido en Inglaterra, como en " bajo el reinado de Enrique n, fué ordenado por los comunes, y
los demás países, desde tiempo inmemorial. Sin embargo, " confirmado por el rey y los lores, que las diversas ordenanzas
lo que ha distinguido a Inglaterra, en este respecto, de " fueran mantenidas para siempre dentro de aquella norma 0
la mayoría de los países europeos, es el hecho de que, " franquicia, conforme a las viejas costumbres que se han prac-
con dos notables excepciones, a las que nos referiremos " tlcado alli desde tiempo Inmemorial, entre las cuales, las sf-
luego, no ha habido jamás en este país sistema alguno de " guíenles eran algunas:
reconocimiento estadual o de burdeles autorizados. "Que ningún poseedor de stew o su esposa debe retener o
"Impedir a ninguna mujer soltera, una vez Inscripta, salir o en-
En la Edad Media, según Bloch, la prostitución era
" trar en todo momento libremente.
casi exclusivamente practicada en relación con los baños " No recibir semanalmente más que catorce peniques por el
públicos. Tanto fué asi, que la palabra stew (1) (de “ cuarto de la mujer.
la antigua palabra francesa estuve: aire caliente o baño "No abrir las puertas en los dias de fiesta.
de vapor), se convirtió en sinónimo de prostíbulo ( 2). “ No mantener en su casa una sola mujer soltera en los dias
Colindando con el palacio de los obispos de Winchester, " de fiesta, sino al alguacil, para verificar si son ellas privadas
en la villa de Southwark, a orillas del Támesis, cerca del " de sus derechos.
Puente de Londres, habia una hilera de estos stews. Fue- "No retener a ninguna mujer soltera que quisiese abandonar
ron originariam ente autorizados por los obispos de W in- “ el pecado.
chester, según John Noorthouck, y se supuso que se le­ " Ningún poseedor de stew recibirá a mujer religiosa o espo-
" sa de hombre alguno.
vantaron en el lugar de ciertas piscinas del jardín de los
"Ninguna mujer soltera cobrará por yacer con un hombre,
obispos. Esta suposición, sin embargo, se debe, proba­ " sino por dormir con él toda la noche hasta la mañana.
blemente, a la derivación errónea de la palabra stew de " Ningún hombre será Inducido o tentado a entrar en stew
la palabra francesa estui, piscina, aunque el vocablo fué “ alguno.
también usado en este sentido. Estos stews de Southwark "Los condestables, alguaciles y otros deberán Inspeccionar
fueron sancionados por el Parlamento en 1161, siendo " semanalmente todos los stews.
este hecho el primer reconocimiento estadual de la pros­ " Ningún dueño de stew podrá mantener mujer alguna que
titución en ese país. El relato hecho por Stow en su "tenga la enfermedad peligrosa del ardor (1), ni vender pan,
SuTvey of London (1598), es de un Interés histórico tal, "cerveza, pescado, madera, carbón o vitualla alguna, etc."
“ Estas y muchas otras órdenes debían cumplirse bajo penas
que lo reproducimos aquí íntegram ente;
y castigos severos. He visto también diversos privilegios de con­
"Próximo a esta orilla estuvo una vez el BordeQo, o Stewes, firmación, principalmente uno fechado en el año 1345, bajo
lugar asi denominado por ciertas casas-sietes privilegiadas que Eduardo ni. Hallo también que bajo Ricardo n estas casas stews,
allí habla para reparo de hombres 7 mujeres Incontinentes, y de pertenecientes a WllUam Walworth, entonces alcalde corregidor
cuyos privilegios he leído lo siguiente: de Londres, fueron tomadas en arriendo por Froes de Flandes y
"En una reunión parlamentarla realizada en Westmlnster desbaratadas después por Walter Tyler y otros rebeldes de Kent.
No obstante, encuentro que ordenanzas relativas al mismo lugar
(1) "Fui su respuesta; iba a loe sietes, y de la más común y a las mismas casas volvieron a confirmarse durante el reina­
de las criaturas arrancaba un guante, que llevaba como un do de Enrique VI, para continuar como antes. También Robert
favor”. (Shakespeare, Richard II, acto V, escena III). Fablan escribe que en el año 1500, bajo Enrique VII, las dichas1
(2) En italiano también la palabra "bagnlo”. que literal­
mente significa baño, llegó a utilizarse como sinónimo de
burdel. (1) Blenorragia.
684 E IT Ct C 1 O P I B I S S l X V S L A tm aÜ E M D DB LOS LUPAWASXS 686
w u rtewt de Sonthwark fueron Inhibidas por una temporada, de las enfermedades venéreas. La abolición de estos bur-
y mis puertas clausuradas, pero no por mucho tiempo, según él,
delea por Enrique V IH , en el afio 1546, se debió, sin duda
pues fueron abiertas otra vez, tantas como se permitieron, pues,
como se decía, mientras antes habla dieciocho, desde entonces alguna, a la agitación religiosa, pues la misma cosa es-
en adelante fueron habilitadas para el uso solamente doce. Estas toba ocurriendo en otras partes de Europa donde la Re­
ordenanzas permitían distintivos en los frentes de los steios, que form a había ganado terreno.
miraban haela el Támests, no distintivos colgantes, sino pinta­ Este Intento de desarraigar la prostitución estuvo con­
dos en las paredes, como, por ejemplo, una Cabeza de Jabalí, denado al fracaso, pues el resultado de ello fué la difu­
Las Llares en Cruz, La Escopeta, El Castillo, El Cráneo, El Som­ sión de la práctica desde Southwark a todo Londres.
brero del Cardenal, La Campana, El Cisne, etc. He oido de hom­ Leemos también en Stow que los regidores que tenían la
bres ancianos de buena fe, decir que a estas mujeres solteras se supervisión de los baños estaban obligados a tom ar rigu­
lee prohibían los ritos de la Xglesla mientras continuasen en la rosas medidas para evitar que la prostitución ganase te­
vtda pecaminosa, y que se las excluía del entierro en campo
rreno y a disponer que los jóvenes y las personas dudosas
santo si no se arrepentían antes de la muerte. Por lo tanto, ha­
bla allí una porción de terreno denominado el Cementerio de las fuesen excluidos de los baños de mujeres. La m ala repu­
Mujeres Solteras, lejos de la Iglesia de la parroquia, designado tación que gozaban los baños públicos consto en el frar
para ellas. caso del proyecto de Feter Chamberlen para el estable­
“En el afio de Cristo de 1M6, el 37 de Enrique VIH, esta hi­ cimiento de los mismos de un extremo a otro de In ­
lera de stea» de Southwark lué abatida por orden del rey, pro­ glaterra en el año, 1649, siendo la proposición rechazada
clamada al son de trompetas, quitándoseles los privilegios, no por el Parlamento sobre fundamentos morales (H irsch).
pudlendo ya ser usadas como búrdeles comunes, debiendo los ha­ Ho obstante, los baños públicos continuaron siendo cen­
bitantes someterse a normas buenas y honestas, como los de Otros tros de prostitución hasta el siglo X V IH .
lugares de este reino, etc.” E l 10 de mayo de 1650, el partido Puritano, que con­
Este extracto ilustra la antigüedad de los húndeles, sideraba la prostitución como un crimen, obtuvo una ley
pues nótese que ya en 1161 estas costumbres hablan sido tendiente a suprimir los “ pecados detestables del incesto,
practicadas “ desde tiem po Inmemorial” . Muchas de las del adulterio y de la fornicación” . L a fornicación se re­
prácticas predilectas de los poseedores de prostíbulos de prim ía con tres meses de cárcel, seguidos por caución
hoy, como la de retener en su poder a las pupilas, según bajo fianza por buena conducta. Cualquier alcahuete o
lo demuestra la prohibición de este estatuto, eran igual­ alcahueta o persona que guardase un prostíbulo, debía
mente antiguas. Tales son el encarcelamiento virtual de ser vapuleado, colocado en el cepo, marcado con un hie­
las prostitutas y las cargas por pensión y alojamiento, rro candente con la letra B (baw í, en Inglés, alcahueto
l a disposición por la cual una prostituta debía yacer o alcahuete) y enviado a prisión por tres años. L a rein­
con su cliente toda la noche estaba, probablemente, des­ cidencia se castigaba con la muerte. En el debate par­
tinada a evitar al público el fastidio de las frecuentes lam entarlo sobre esta ley salvaje, Hem y M artin predijo
Idas y venidas a todas horas de la noche. La prohibición la ineficacia de la misma (Amos, pág. 524). Esta predic­
de la solicitud, aún hoy vigente en Inglaterra, es digna ción se cumplió, pues el intento del partido Puritano de
de notarse en una época tan temprana. No menos in te­ establecer la religión y la m oral por decreto pronto se
n san te es la cláusula de la ley que prohíbe la conser­ frustró por la reacción de la Restauración, periodo de
vación de la m ujer enferma, siendo ésta la más antigua disolución en que el adulterio y el concubinato abierto
regulación registrada en país alguno contra la difusión se pusieron de moda. Sin embargo, estas medidas puri­
S86 E nciclo ped ia S ix u a l R e p r e s ió n in ú t il 587
tanas tienen un Interés histórico considerable, puesto las calles más frecuentadas estaban llenas de prostitu­
que el sistema inglés actual con respecto a la prostitu­ tas aun a la luz del día. En los docks de Londres se
ción fué derivado gradualmente de ellas. El libertinaje hallaban presentes en gran cantidad las prostitutas de
abierto de la Restauración fué, a su vez, sucedido por la las clases más inferiores, especialmente a la llegada de
austeridad del católico romano James y la corte decorosa los buques, que seguían con frecuencia a otros puertos
de Guillermo y de María. Sin embargo, la Inmoralidad ingleses, para tentar a los marinos cuando éstos desem­
desenfrenada, de larga data, era Incurable en plazo breve: barcaban.
fué meramente reprimida, desplazada a los subsuelos, Durante el siglo X V IH , en la mayoría de los países
dándose así un gran impulso a la prostitución secreta. europeos vieron la luz algunos sistemas de regulación es-
Ha sido siempre una regla en el Derecho civil inglés que tadual de la prostitución, que comprendían, por lo co­
ei guardar o frecuentar prostíbulos podía encausarse mún, la autorización de prostíbulos, la supervisión po­
como un perjuicio común, y en los años 1752,1755 y 1756 licial y el examen médico obligatorio de las pupilas. Esto
se votaron una serie de leyes represivas proveyendo a la implicaba una doble moral, pues era siempre a las mu­
facilitación de los procesos. jeres y jamás a los hombres a quienes se aplicaba la re­
Después de la Restauración y durante el siglo X V m , gulación. Para los ingleses, con su pasión por la idea de
cuando estaba de moda Im itar a la Kigh Ufe francesa y la libertad personal y de la Inviolabilidad del hogar, él
había una continua emigración de caballeros de la alta sistema era repugnante y fué, además, obstaculizado por
sociedad inglesa a París, libertinos como Qeorge Selwyn las provisiones de la ley de hábeas corpus del año 1670.
y el duque de Queensberry introdujeron en Inglaterra la Las facultades de la policía están estrictamente lim i­
vida mundana del otro lado del canal. Durante y después tadas y definidas y sólo puede ella penetrar en una casa
de la Revolución Francesa, el número de aristócratas privada en el caso de una infracción definida de la ley
franceses que buscaron refugio en Inglaterra también hi­ o con la autorización de un magistrado. Más aún: los
cieron fam iliares al populacho las costumbres francesas. prostíbulos están prohibidos por ley y la alcahuetería es
La prostitución no fué menos afectada por esta causa un delito punible. Debemos mencionar ahora el Intento
que las, otras esferas de la vida. El barrio francés de de Introducir el sistema continental de regulación es-
Londres, alrededor de Leicester Square, ha permanecido tadual de la prostitución en Inglaterra, que duró de 1864
hasta el presente como uno de los centros de prostitu­ a 1886. Toda la historia de esta lucha famosa está con­
ción, y la influencia de los franceses sobre la inmora­ tenida en las obras de Scott y de Hammond, de las
lidad de Londres está reconocida aún por los escritores cuales tomamos el siguiente resumen.
franceses. (Rémo, pág. 250). A principios de la segunda mitad del siglo pasado, los
En el siglo X V III la prostitución vinculada a los tea­ estragos de las enfermedades venéreas en el ejército y
tros estuvo en su apogeo. Los principales puntos de re­ la armada eran m otivo de una ansiedad general, y,
unión fueron a l principio las vecindades de D m ry Lañe en 1862, el Alm irantazgo y el M inisterio de Guerra desig­
.y Covent Gardea; más tarde el Haymarket y la Regent naron una comisión m inisterial, con la presidencia de
Street, que fué eliminada durante los años 1813 y 1820. Whltbread, que recomendó el tratam iento de hospital
Innumerables prostitutas acostumbraban recorrer las voluntario para las mujeres. Se destinó para el caso una
callea y solicitar a los clientes con un gesto silencioso o pequeña subvención, que no conformó al personal mé­
algunas figuras ingeniosas de lenguaje. Por el año 1830 dico. En 1864 fué presentado en el Parlamento, por Lord
Lmts pbkvxntivas 689
698 ElVCXCLOFZDIA a iz u n
siendo las adicionales Canterbury, Dover, Gravesend,
Clarence Paget, un proyecto de ley, que eventualmente Maldstone, Winchester y Southampton. La disciplina se
se sancionó, siendo ésta la primera de las leyes sobre hizo más rigurosa y el máximo de detención en el hos­
enfermedades contagiosas. No hay otra versión de de­ pital se elevó a nueve meses.
bate alguno, en una u otra Cámara, sobre él proyecto. La La situación creada por estas leyes está descripta por
ley se refería a las once ciudades de guarnición: Ports- Hammond (pág. 123), de la siguiente manera:
mouth, Plymouth, Woolwlch, Chatham, Sheemess, A l- “Así que en dieciocho ciudades inglesas e irlandesas
dershot, Colchester, Shorncllffe, The Curragh, Cork y estaba ahora en vigor un sistema parecido a los sistemas
Queenstown, y debía durar tres años. Dicha ley proveía empleados en los estados continentales. La mujer que
que, dentro de las ciudades indicadas, un superintendente una vez había caldo en manos de la policía era anotada
o Inspector de policía podía inform ar ante un juez de paz en un registro y tenía que someterse a revisaciones mé­
que tenía razones para creer que determinada m ujer era dicas periódicas. La policía empleada para la adminis­
ruta prostituta común. El juez estaba facultado entonces tración de este sistema no era local, sino una policía es­
para ordenar que la mujer fuese examinada por un mé­ pecial reclutada para estas ciudades de las fuerzas po­
dico, pudiendo ella, en caso de sufrir alguna enfermedad liciales metropolitanas. Los prostíbulos no eran autori­
venérea, ser detenida en un hospital, a los efectos del zados y no recibían el reconocimiento oficial, sino una
tratamiento, durante un período no mayor de tres me­ disposición que consideraba delictuosa la admisión de
ses. Podía la m ujer evitar la necesidad de presentarse al una mujer enferma por parte de un guardián de pros­
tribunal firm ando una sumisión voluntaria. Otra comi­ tíbulo, y el uso que la policía hacia con los encargados
sión ministerial, designada para Investigar las enferme­ de prostíbulos al administrar la ley la colocó, con res­
dades venéreas, recomendó, dos años después, el aumento pecto a éstos, en nuevas y peligrosas relaciones.*'
de rigor de la ley de 1884, y un proyecto ulterior, pre­ lia administración de las leyes conducía a flagrantes
sentado por Lord Clarence Paget se aprobó, como la se­ abusos y escándalos públicos. Toda mujer, de quien un
gunda ley sobre enfermedades contagiosas, en 1866. Por policía juraba tener razones para creerla prostituta, es­
esta ley, un juez de paz podía ordenar a una mujer, de­ taba prácticamente perdida. La inform ación inculpando
latada como prostituta común, a someterse a revisacio­ a una m ujer podía venir de cualquiera que desease ven­
nes médicas periódicas durante un año. La m ujer podía garse de una vieja inquina. Había también quejas de
firm ar una sumisión voluntaria si deseaba evitar la la manera apresurada, inadecuada y descuidada en que
prueba del tribunal. El periodo máximo de detención en se hacia él examen médico y de las escenas que tenían
un hospital se elevó a seis meses, y a los distritos com­ lugar en las calles cuando las mujeres esperaban en h i­
prendidos se agregó Windsor. Un proyecto para exten­ lera para ser revisadas. En cambio, había muchas per­
der la ley a Londres y a los distritos con representación sonas, entre ellas médicos eminentes como W illiam Ac-
parlam entaria que quisiesen aplicarla, fué rechazado, ton, que creían genuinamente en los resultados benefi­
pero una comisión de la Cámara de los Lores recomendó ciosos de las leyes y que fundaron, para hacerlas exten­
hacer extensiva la ley a otras once ciudades de guar­ sivas a todo el país, una asociación, siendo el doctor
nición. La Cámara de los-Comunes designó luego una Berkeley H ill el prim er secretario de la misma. Algunas
comisión para considerar la extensión de las leyes y, en de las ventajas proclamadas eran la disminución de la
1869, fué sancionada una tercera ley sobre enfermedades Incidencia de las enfermedades venéreas entre los ma-
contagiosas. Esta ley se refería a dieciocho ciudades,
590 E n c i c l o p e d i a S e x u a l A b o l ic io n is t a s t a n t ia b o lic io n is t a s 591

rinos y los soldados y un mejoramiento de la salud, del el efecto de las leyes sobre enfermedades contagiosas,
comportamiento y de la moral de las mujeres. Sin em­ sufriendo un rudo golpe la causa de los abolicionistas
bargo, muchos hombres ilustres que empezaron abogando debido a la actitud hostil adoptada por ellos contra esta
por el sistema, se convencieron después de la inmora­ comisión. E l alegato presentado ante la comisión era de
lidad del mismo y adoptaron el criterio opuesto en las naturaleza contradictoria y el informe, publicado en 1871,
controversias. no convencía. Las principales recomendaciones eran:
Uno de los primeros líderes en la agitación por la abo­ 1 ) Suspender el examen médico periódico, y 2) Que el
lición de esas leyes fuá Daniel Cooper, secretarlo de la sistema de la ley de 1864 se readoptase en los distritos
Sociedad Liberadora de las Mujeres y los Niños. Se for­ Incluidos y también en Londres y otros lugares que qui­
maron dos asociaciones: la Asociación Nacional Pro De­ siesen aplicarlo. Aunque todos los miembros de la co­
rogación, que contaba entre sus miembros al eminente misión firm aron este informe, muchos de ellos agregaron
abogado Sheldon Amos, y la Asociación Nacional de Mu­ declaraciones en realidad contradictorias. Otro error
jeres Pro Derogación, que en 1869 editó un manifiesto táctico cometieron también los abolicionistas al rechazar
firmado por 124 mujeres, entre las que se encontraban el apoyo al proyecto de ley de Bruce de 1872-73, porque
H arrit Martineau, Florence Nightingale y Josefina But- aunque proveía la abolición de las leyes sobre enferme­
ler. Esta última se convirtió en líder del movimiento, dades contagiosas, contenía otras cláusulas que ellos
que asumió de súbito un carácter nuevo y apasionado. desaprobaban. E l proyecto de abolición de Fowler, como
Josefina Butler era una oradora elocuente y una mujer el de Bruce, fué rechazado.
de carácter noble y valiente. Sus adictas eran atraídas Por esa ¿poca el movimiento abolicionista recibió un
principalmente de tres grupos distintos. En primer lugar adepto de valor en la persona de James Stansfeld, ex
se contaban las mujeres que anhelaban con firm eza los ministro de gabinete, que, deliberadamente, dejó de lado
derechos de las mujeres y la Igualdad sexual, así como su carrera política a fin de poder entregar todas sus ener­
las que se movían simplemente por piedad. En el se­ gías a este movimiento. En 1879 la exposición de slr Pope
gundo grupo estaban las pensadoras del movimiento tra- Hennessey, gobernador de Hong Kong, dé los males del
deunlonista, pues las víctim as de las leyes sobre las en­ sistema de registro y regulación en esa colonia, levantó
fermedades contagiosas eran mujeres de su clase. Las una nueva ola de sentimiento a favor de la derogación
primeras mujeres que ingresaron al Parlamento, como de las leyes sobre enfermedades contagiosas. En 1879 ae
Thomas Burt, eran abolicionistas. El tercer grupo de designó una comisión mixta, que, finalmente, se pro­
adhesión estaba formado por las iglesias organizadas, en nunció en 1882. E l inform e de la mayoría, firm ado por
prim er lugar los friends y los weslcyanos, pero más diez miembros, estaba en favor de las leyes y no sugería
tarde, por el año 1873, toda la Iglesia protestante se m ejora alguna. E l Informe d e la minoría, firm ado por
afirm ó contra las leyes. En 1870 el movimiento aboli­ Stanfeld y otros cinco miembros, afirmaba que las enfer­
cionista editó su propio periódico, The Shield, que el mis­ medades venéreas en el ejército nacional no habían dis­
mo año recibió un gran estímulo debido al fracaso elec­ minuido bajo estas leyes, que las misma» se habían acre­
toral de S lr Henry Storks, sostenedor de las leyes, en dos centado entre las mujeres registradas, que el único bien
elecciones parciales consecutivas, las de Newark y de realizado por la policía empleada en el cumplimiento de
Colchester. las leyes estaba por encima de sus deberes y que se rea­
En 1870 se designó una comisión real para Investigar lizarla m ejor por otros medios y que las objeciones m il-
592 EVCICLOPXDIA S lX U A L La actual l s y in g l e s a 593
glosas, morales y constitucionales a las leyes estallan bien hombre, de vivir con las ganancias de una prostituta.
fundadas. Debido a la tenaz y paciente labor de Stans- I a ley de niños de 1908 excluye a los mismos de los pros­
íeld en desacreditar las conclusiones de la mayoría, su tíbulos y de la compañía de cualquier prostituta común
propio inform e de m inoría ganó la batalla, pues en 1883 o reputada. L a ley sobre la consolidación de los permisos,
la Cámara de los Comunes votó una resolución desapro­ de 1910, prohibe a la persona que obtiene alguna licencia,
bando el examen médico obligatorio de las mujeres. Com­ perm itir a sabiendas que sus locales sean el punto de
prendiendo que después de esto la Cámara de los Co­ reunión habitual de las prostitutas reputadas o que sean
munes no votaría el dinero requerido para la revisación utilizados como prostíbulos. La ley de los clubs (provi­
obligatoria, el gobierno retiró la policía especial que ha­ siones tem porarias) de 1915 prohibe aimllarmente él uso
bía estado administrando las leyes. Finalmente, en 1888, de clubs autorizados como lugar de reunión de prostitu­
las leyes fueron abolidas. tas. Esta fué una medida del tiempo de la guerra y con­
Exceptuando la regulación relativa a los stews de tenia referencias específicas respecto a los miembros del
Southwark, a que nos hemos referido más arriba, y la ejército y la armada. O tra medida legislativa motivada
"Regulación 40d” , de 1918, que mencionaremos más ade­ por el aumento de la prostitución durante la guerra fuá
lante, las leyes sobre enfermedades contagiosas fueron el la "Regulación 40d” , que hemos mencionado, agregada a
único intento de regulación estadual de la prostitución la ley de defensa del Reino en 1918, por la que se obli­
hecho jamás en Inglaterra. Podemos resumir ahora bre- gaba a una m ujer a someterse a la revlsación médica,
vemente la posición actual de la ley Inglesa con respecto mediante la acusación de un miembro de las fuerzas de
a la prostitución. La ley de enmienda al Código Penal Su Majestad de haber sido infectado de enfermedad ve­
de 1885, según la reform a de 1912, estimaba una felonía nérea por ella. Tal regulación reincorporaba, en efecto,
el tener "conocim iento cam al" de una niña menor de el examen obligatorio que habla sido rechazado por la
trece años y un delito en el caso de una muchacha entre ley Inglesa, y fué tan Impopular que se revocó después
los trece y los dieciseis años. L e procuración y la deten­ de haber estado en vigencia solamente ocho meses. El
ción de muchachas menores de veintiún años o su sepa­ tráfico de mujeres y de niños está comprendido en la
ración de la patria potestad con propósitos inmorales, o Ley de Niños (empleos en el extranjero) de 1913, que
la retención de los vestidos de las mismas a fin de obli­ prescribe el permiso de un magistrado como necesario
garlas a permanecer bajo contrato con fines inmorales, para sacar del país a las mujeres menores de dieciséis
como asi también el explotar un prostíbulo, o el perm itir años con propósitos de "canto, juego, realizaciones o exhi­
a sabiendas el arriendo de una propiedad para ser utili­ biciones por dinero” , y en la Alien* Order de 1920.
zada como prostíbulo o para la prostitución habitual, son La ley inglesa, por lo tanto, no reconoce a la prosti­
también delitos. Esta ley está todavía en vigor. La ley tución como tal, sino que castiga solamente ciertos de­
de vagancia de 1824, parte tercera, se refiere a las pros­ litos vinculados a ella. La alcahuetería y todas las formas
titutas comunes que se comportan de manera escanda­ de explotación con propósitos Inmorales se castigan con
losa e Indecente en los lugares públicos, y la ley de 1847 las penalidades más severas. Tener un prostíbulo o per­
sobre las cláusulas de la policía de la ciudad, parte vigé­ m itir que las propiedades arrendadas se utilicen como
sima octava, a las prostitutas comunes que vagan e im­ tal, está prohibido, y para un proceso por esa causa n i
portunan a los transeúntes con fines de prostitución. La siquiera es necesario probar que los locales son usados
ley de vagancia de 1808 pena el delito, por parte de un por "prostitutas profesionales” o que el propietario no
59 4 E n c i c l o p e d i a S e x u a l El a m o r a f ic io n a d o 595
saca beneficio alguno con la prostitución; basta solar veredas, invitando a las muchachas a subir. Los taxis
mente que los locales se usen a sabiendas para las relar son también usados a menudo, hasta cierto punto, por
dones sexuales ilícitas. Sin embargo, la prostitución las prostitutas profesionales, así como por las amateurs,
misma, entendida entre prostitutas y clientes, sólo se cas­ con la consiguiente disminución de la solicitud callejera.
tiga cuando el proceso de lograr al cliente se realiza de Aunque Flexner definió en 1914 la prostitución como “ un
modo que ofenda la m oral pública, y por tal motivo la problema urbano", hay evidencias, según Hall, que en
solicitación en público está prohibida. Esto se aplica tam­ algunas partes de la Inglaterra rural ambas formas de
bién a los hombres. la promiscuidad, la pagada y la amateur, están muy di­
Después de la guerra ha habido un cambio considera­ fundidas. La forma asumida por la primera es por lo
ble, no quizá en la cantidad total de la prostitución, sino común la recepción de los hombres por una mujer, en la
en los métodos adoptados. Esta situación está resumida casa de ésta, o per una mujer y su hija. Donde las habi­
por H all: taciones no son aprovechables, bastan los almiares o los
" L a característica sobresalien te d e la prostitución a c tu a l en setos. La promiscuidad amateur se conoce en muchas
O r a n B r e t a ñ a es la redu cción del n ú m ero de p ro stitu tas p ro fe ­ aldeas y se la atribuye a la facilidad con que pueden ob­
sion ales y el In crem en to e n el nú m ero de la s am ateurS. H a y , In ­
tenerse los elementos anticoncepcionales (1).
du d ablem en te, u n a d e m a n d a re d u cid a d e h o m b re s p a r a los s e r­
vicios d e la prostitu ción p ro fesio n a l, lo que pu ed e deberse, en
p a r le (a u n q u e n o ten go p r u e b a s ), al d ecrecim iento de l a e m ­
b riagu ez y a la extensión g r a d u a l d e la s e sferas del In terés y
d e la s p osib ilid ades recreativas. P e ro l a explicación p rin c ip a l de
l a m en o r d e m a n d a d e p ro stitu tas p ro fesio n a les es la in tro m i­
sión en el c am p o profesion al d e la s am ateu rs o, com o aqu éllas
la s lla m a n , " la s m u c h a c h a s decentes". E n o tras p a la b ra s , pu ed e (1 ) E n m a te ria d e prostitución parec e conven ien te m en ­
u n h o m b re en nuestros d ia s te n e r o p o rtu n id a d e s de relaciones c io n a r l a cuestión de la p ro stitución m a s c u lin a , qu e h a a u m e n ­
sexu a les p rom iscu as c o n m u c h a c h a s d e s u p ro p io g ru p o social a ta d o o, de todos m odos, se h a puesto m á s en eviden cia d u ­
quienes é l conoce, o c u y a am ista d p u ed e rá p id a m e n te lo g r a r ; y ra n te lo s últim os añ o s. H a y en L o n d re s u n n ú m e ro d e cen tros
h a y m étodos p o r los cu ales, en el cu rso de la co nversación , se le de p ro stitución m ascu lin a, sien d o q u izá e l p rin cip al lo s a lre ­
co m u n ica el hecho. A u n q u e com ú n m en te p a g a é l p o r s u sa tis­ dedores del P lcca d llly C ircus, d on d e la s “p ro stitu tas” so n p rin ­
fac ció n , el p a g o asum e la fo r m a de u n regalo, de u n alm u erzo cipalm en te civiles. H y d e Parle es u n cen tro d e prostitución
o d e u n paseo en a u to m ó v il . E l episodio parec e m en os co m er­ m a sc u lin a ; el com ercio lo re a liz a n allí, en su m a y o r p a rte , los
c ia l y su giere m i s p asió n y e sp o n tan eid ad que u n episodio si­ soldados, p a rtic u la rm e n te los d e ciertos regim ientos. P ra c t ic a n
éstos s u com ercio p rin cip alm en te en tre el H y de P a rir C o m e r y
m ila r c o n u n a p ro stitu ta p ro fesio n a l, y p o r esta ra z ó n es, p o r
l a A lb e r t O a t e , en la p a r t e s u r d e l p a rq u e y a lre d e d o r del
lo com ún, In fin ita m e n te m á s atractivo . A d e m á s, p u e d e n o h a ­
M a r b le A rc h , en la p a rte norte. L a v ecin d ad d e a lgu n os de
b e r p a g o a lg u n o y todo el episodio ser deseado p o r a m b a s parteo
lo s g r a n d e s cu artele s es ta m b ié n fre c u e n ta d a p o r u n nú m ero
y recip ro cam en te satisfactorio 1’ . . .
d e p ro stitu tas h o m b re s y h a y o tros cen tros d e prostitución
El desarrollo del transporte a motor ha desempeñado m a s c u lin a c e rc a d e a lg u n a s de la s g ra n d e s estaciones de f e ­
un rol considerable en la práctica de la prostitución. La rro carril.
rápida relación establecida entre las prostitutas y sus C en tro s sim ilares d e p ro stitución m ascu lin a, en u n a m en o r
clientes se hace con frecuencia desde un automóvil, que «■ c a la , d esde luego, existen en m u c h as ciu d ade s provin ciales y
p u eb lo s y so n p articu larm en te notorios en alg u n o s d e lo s p u er­
conduce el hombre lentamente a lo largo y cerca de las
tos de m a r, — N . H .
Omaiozacsók os la txata dk bu sc as 597
cas. Esta ley, como lo hicimos notar más arriba, consi­
dera un delito punible, castigado con penas severas, el
procurar a una muchacha menor de veintiún años con
propósitos Inmorales, no sólo dentro de Inglaterra, sino
también para el extranjero. Esta ley sirvió de modelo en
los debates Internacionales ulteriores. 8e inició un. mo­
vim iento para la supresión del "tráfico de esclavas blan­
cas” ( 1 ) , como se le designaba, y, merced a la labor de
Alexander Coote, en Inglaterra, y dét senador Bérenger,
LA T R A TA DE BLANCAS
en Francia, dicho movimiento ganó prestigio en muchos
L a d b ro d e J o se fin a B u tler. — L a le y á e en m ie n d a át C ódigo países. Realizóse en Londres un congreso en 1809, con
P e n a l d e 1891. — A c u e rd o intern a cion a l' pa ra la supresión del el auspicio de la Vigüance Associatlon, a consecuencias
trá fico d e esclavas b la n c a s fir m a d o e n 'P a r te en 1904. —
l a L ig a del cual el gobierno francés convocó en París, en 1902,
d e las N acion es, encargada de la supervisión d e la eje cu c ió n d e una conferencia oficial, y, en 1904, los delegados de doce
los acuerdos relativos al trá fico de m u je r e s y de n M o *. — l a naciones firm aron en la misma ciudad un acuerdo in­
C o n v e n c ió n In tern a cio n a l d e G in e b r a fir m a d a p o r tre in ta y tfe s ternacional para la supresión del tráfico de esclavas blan­
te ta d o s. — M I lib ro d e B . B arris, pu blica do e n 1988, qu e co ntiene cas, comprometiendo a sus respectivos gobiernos a tomar
e l In fo r m e d e l cu erpo d e expertos. — d e p o sició n d e l trá fico i n ­ ciertas medidas administrativas contra la procuración de
te rn a c io n a l p o r A lb e r t L o n d res. — C ó m o s e realiza e l tráfico, — mujeres y niñas con propósitos Inmorales en el exterior.
l o e principales países Im portadores y exportadores. — XI tráfico
Una ulterior convención Internacional fué firm ada en
n o existe, prácticam ente, en Ingla terra. —
M e d id a s adoptadas en
o tros palees para p o n erle fin . — l a s condiciones en el L e ja n o
París en 1910, por trece naciones. L a cuestión mereció
O rle n te . — l a * p ro stitu tas c h in a s y japon esas. —l a * m u jeres
una posterior atención cuando se publicó el libro de
h in d ú es n o son v ic tim a s del tráfico in tern acion al. — C a u s a s d e l Abraham Flexner, Prostítution fn ¿taropé.
tráfico e n el O rien te. — C om p lica ción causada p o r los factores Cuando se instituyó la Liga de las Naciones, después
econ óm icos y p o r las co stu m b res V las tradiciones sociales. — de la guerra, se incluyó un artículo (23) en el pacto
Sugestiones presentadas p o r ¡a com isión investigadora da l a l i p a que confiaba a la Liga la supervisión de la ejecución dé
d e la s N acion es. — Bibliografía. los acuerdos respecto al tráfico de mujeres y de niños,
y, en 1921, la Liga convocó en Ginebra una conferencia
Josefina Butler, en el curso de su campaña contra las Internacional, a la que asistieron representantes oficiales
leyes sobre enfermedades contagiosas ya descriptas, ex­ de treinta y cuatro naciones. Treinta y tres naciones fir ­
puso el hecho de que existía un tráfico regular para él maron entonces una convención internacional suplemen­
abastecimiento de muchachas inglesas a loa prostíbulos taria a los acuerdos anteriores. Se designó una comisión
continentales autorizados, en consideración a las tarifas consultiva, que recomendó, en 1923, que, "estando pen-1
o comisiones pagadas por loa poseedores de prostíbulos a
las personas que procuraban las muchachas. Su exposi­
ción k fundamentaba en la Investigación y él Informe (1 ) L a C on fe re n c ia In te rn a c io n a l d e 1921 recom endó el
rech azo d e cata designación, p o r cu an to p a re c e ría excluir a las
(1881) de dos cuáqueros, Alfred Dyer y Oeorge Glllet.
ra z a s n e g ra , cobriza y am arilla , ig u alm en te afectad as. Propuso
Esta investigación condujo a la aprobación de la ley de en su lu g a r el térm in o 'T r á f i c o d e m u je r e s j n iñ o s". — N . EL
enmienda al Código Penal de 1885, que fué suficiente
para poner fin en Inglaterra al tráfico de esclavas trian-
598 E nciclo ped ia Sexu al L e g is la c ió n in t e r n a c io n a l 599
diente la abolición del sistema de la regulación estadual, alienta el tráfico. Sin ellas, en realidad, debe el tráfico
ninguna mujer extranjera fuese empleada o perm itida a disminuir, pues las muchachas que viajan a un pais ex­
ejercer su profesión de prostituta en ningim a casa auto­ tranjero hallarían d ifícil ganar lo suficiente como para
rizada*’. Algunos países obraron conforme a esta reco­ satisfacer a sus explotadores, solicitando clientes en las
mendación. En la misma sesión, la comisión propuso la calles o en los cafés. Las victim as del tráfico son en su
redacción de un cuestionario a los gobiernos acerca de m ayoría mujeres ya prostituidas en sus respectivos paí­
las casas de prostitución autorizadas, proveyendo las res­ ses, aunque hay numerosos casos de muchachas que
puestas un m aterial de información considerable. Final­ contraen matrimonio legal o ficticio con un caften y des­
mente, la comisión votó una resolución que condujo a la cubren demasiado tarde que no se trataba sino de un
designación de un cuerpo de expertos que debía hacer mero subterfugio tendiente a facilitar su salida de su
una investigación en la materia. El inform e de esta in­ país de origen y la entrada al lugar de destino, a fin de
vestigación fué publicado en dos partes, en 1927, y la practicar la prostitución a beneficio de su supuesto es­
substancia del mismo ha sido resumida en un libro de poso. Existen también casos de muchachas que se con­
H. Wilson Harris, editado en 1928. En el mismo afio apa­ tratan en el extranjero como artistas, cantantes, camare­
reció una notable exposición del tráfico internacional de ras, bailarinas, etcétera, y que descubren a su llegada que
esclavas blancas, de Albert Londres, obra de un literato la prostitución form a parte de sus deberes. Algunas veces
que, en un estilo gráfico, a veces humorístico, describió esto lo saben ya las mujeres, pero otras, no. En otros
los métodos empleados por los traficantes Internacio­ casos, vuelven los compromisos a ser enteramente ge-
nales. Estos traficantes se dividen en cuatro categorías: nuinos, pero las mujeres‘se acongojan en su peregrina­
el principal, que generalmente es el propietario de un ción y, desamparadas y sin dinero, no tienen otra alter­
prostíbulo; la madama, que administra el prostíbulo; el nativa que volver a la prostitución para ganarse la vida.
caften, que vive de las ganancias de una o más prosti­ Las principales “ rutas de tráfico” parecen ser de Europa
tutas, y el intermediario, que a veces procufa y trans­ a la Am érica latina y el norte de Africa, siendo los paises
porta las mujeres a los caftens y a las madamas. Estos de exportación más importantes, Francia, Polonia y Ru­
cuatro tipos cooperan a menudo cuando ello conviene mania, y los principales países de importación, Brasil,
a sus propósitos; hay entre ellos cierto grado de cama­ Argentina, Uruguay y Egipto. El mencionado cuerpo de
radería y tienen lugares de reunión reconocidos en las expertos se ocupó solamente de las condiciones en Euro­
diferentes capitales. No hay pruebas, sin embargo, de una pa, las dársenas mediterráneas y Norteamérica, pero, se­
organización Internacional. paradamente, se designó una comisión investigadora so­
El tráfico existe en gran escala porque en algunos bre el tráfico en el Oriente, que se pronunció en 1932. El
países las mujeres extranjeras son más solicitadas que inform e se analiza más abajo.
las nativas. En la América latina, por ejemplo, parecen Es alentador saber que en Inglaterra, gracias a las
preferir a las mujeres francesas más que a las otras. Otra leyes estrictas y a su administración meticulosa, el trá­
razón es la existencia en algunos países de un exceso de fico de mujeres inglesas no existe prácticamente, hecho
hombres sobre las mujeres en la población. Es esto, nue­ éste que se corrobora por el número extremadamente
vamente, cierto en algunas partes de Sudamérica. Fué reducido de prostitutas inglesas en el extranjero.
demostrado por Josefina Butler, aclarándose mucho más En octubre de 1933, una conferencia diplomática, re­
posteriormente, que la existencia de casas autorizadas presentando a veintiséis Estados, fué convocada por la
600 ENCXCLOPX-D1& S e x u a l El tháfico sm Ohiehtk 601
poco Interés en hacerlo. Es por esta razón que la oc­
Liga de las Naciones en Ginebra, que adoptó la conven­
tava asamblea de la L iga de las Naciones, realizada en
ción internacional para la supresión del tráfico de mu­
setiembre de 1927, adoptó una resolución por la cual se
jeres mayores de edad. Esta convención fué firm ada por
“solicita a la Comisión de Tráfico de Mujeres y de Niños
los representantes de veintidós Estados, que acordaron
examinar en la brevedad posible la cuestión de la con­
hacer punible el delito de procurar, “ aun con su consen­
veniencia de recomendar a todos los gobiernos la abo­
tim iento, a una m ujer o muchacha mayor de edad para
lición del sistema de prostíbulos autorizados” .
ser enviada a un país extranjero con propósitos Inmo­
Nos referiremos ahora a las condiciones en el Lejano
rales” . E l térm ino “ p aís" incluye las colonias, los protec­
Orlente. E l inform e de la comisión investigadora de la
torados y los territorios soberanos o dependientes* L iga de las Naciones sobre el tráfico de mujeres y de niños
Los acuerdos internacionales de 1904 y de 1810, la en el Oriente fuá publicado en 1934. Se descubrió que
convención de 1921, que abarca las provisiones de aque­ existe un tráfico enorme, pero que está limitado, para
llos dos, y la convención de 1938, que deroga la edad la m ayor parte de las mujeres asiáticas, de un país a oteo
lím ite de veintiún aftas, facilitan razonablemente la plena de Aria. E l mayor número de victim as corresponde por
acción y cooperación internacionales, pero, desgraciada­ mucho a la zaza china, riendo la siguiente en impor­
mente, no todos los países los han firmado, o, habiéndolo tancia numérica la nacionalidad japonesa (japonesas,
hecho, no han ratificado los acuerdos. La opinión uni­ coreanas y form osanas). Siguen a éstas las rusas, mu­
versal, sin embargo, está ahora enteramente convencida jeres de la Rusia asiática, que no son consideradas occi­
de la existencia del tráfico y desea que se tomen todas dentales. E l tráfico de mujeres occidentales hacía el
las medidas posibles para poner fin al mismo. Las me­ Oriente, otrora considerable, ha disminuido grandemente
didas adoptadas para el logro de esta finalidad son:
en los últim os años. N o escapan a l tráfico las mujeres
1) El establecimiento en cada país de una autoridad malayas, anamltas, siamesas, hindúes, irakesas, persas y
central, a fin de coordinar la inform ación y establecer co­ sirias, p a o su cantidad es mucho menor que las víctimas
rrespondencia con las autoridades similares de los otros
chinas y las Japonesas.
países; 2) La supervisión en los puertos y estaciones de
Se encontraron prostitutas chinas en todos los terri­
ferrocarril importantes; 3) La repatriación de las pros­
torios del Lejano Oriente, y tan lejanos como la India. E l
titutas extranjeras; 4) La supervisión de las agendas que
mayor número se halló en la M alaya inglesa, algunas
se ocupan de dar empleo a las mujeres y a las muchachas
pocas en las Filipinas, la India O riental holandesa y la
extranjeras; 5) E l empleo de las mujeres policías. Todas
India. Las prostitutas Japonesas, muchachas geishas o
estas medidas están siendo tomadas, en m ayor o menor
camareras, incluyendo las coreanas y las formosanas, no
grado, y más o menos eficazmente, en algunos países, y
se encontraron en cantidad apreciable fuera de sus pro­
una o más de ellas en la mayoría. Sin embargo, aun
pios países, excepto en aquellas partes del norte de China,
cuando fuesen ellas aplicadas eficientem ente en todos los
tales como Shanghai, Tientsln, Mukden y Harblu, donde
países, la campaña contra el tráfico de mujeres tendría
hay colonias Japonesas considerables. Las prostitutas
solamente un éxito lim itado en tanto persista el sistema
rusas, compañeras de baile y camareras, provenientes de
de prostíbulos autorizados. En algunos países, notable­
la Rusia Asiática, fueron halladas, con pocas excepcio­
mente Polonia, Alem ania y Checoeslovaquia, se han abo­
nes, solamente en China. Fuera de las islas Filipinas no
lido recientemente los prostíbulos autorizados, con exce­
lentes resultados.- N o obstante, otras países muestran es posible hallar a las mujeres filipinas. Solamente cua­
602 E *t cíe l o p £ di a S exual M e d id a s ds contbol 603
tro prostitutas anamltas se encontraron fuera de la In ­ eficaz para la provisión de mujeres, a los efectos de la
dochina, en Bangkok, pero en los últimos años el número prostitución, desde las Indias Orientales holandesas a
era mayor. Se hallaron a las siamesas en varias ciudades Singapur. Pueden ellos casarse con sus victimas una
de la Malaya inglesa. Aparte de algunas en la Malaya hora antes de la partida, llevarlas a Singapur como es­
Inglesa, las mujeres hindúes no son victimas del tráfico posas legales y divorciarse una hora después del arribo.
internacional. Las prostitutas de nacionalidad persa fue­ EH problema del tráfico de mujeres y de niños en el
ron encontradas, fuera de Persia, principalmente en el Oriente está muy complicado por los factores económicos
Irak y la India Inglesa, y las de Irak-Arabi, de Palestina y las costumbres y tradiciones sociales, factores que han
y de Siria, en' la India. Prostitutas occidentales de varias de ser tenidos muy en cuenta en cualquier Intento de
nacionalidades fueron halladas principalmente en la solución. Las sugestiones principales de la comisión In­
India, Siria, Persia, Indochina, Shanghai y Manila. vestigadora de la Liga de las Naciones son las siguientes:
Las causas más importantes del tráfico en el Oriente 1. — La designación de autoridades centrales en China
son la ignorancia y la pobreza de las mismas victimas o y en Persia y una mayor colaboración entre tales auto­
de sus padres, la demanda de grandes grupos de hombres ridades, de un extremo a otro del Orlente.
que viven solos en el extranjero y (causa principal) la 2. — La designación de un mayor número de mujeres
codicia de los explotadores, deseosos de aprovecharse de empleadas protectoras.
la miseria y e l hambre sexual humanos. La actividad de 3. — La adopción de una política más constructiva
los traficantes y de los explotadores de prostíbulos en el
respecto a la inmigración menor.
Oriente es particularmente fácil debido al hecho que sus 4. — Una más estrecha cooperación entre los emplea­
victimas son a menudo muy jóvenes, y a consecuencia
dos chinos y las autoridades de las colonias extranjeras
de la educación tradicional en la obediencia a la auto­
en China, ■particularmente en Shanghai.
ridad de los padres, peculiarmente desvalidas. Las mu­
5. — La actividad preventiva con los rusos del Lejano
chachas se procuran, a menudo, directamente de los pa­
Oriente.
dres, particularmente los de las chinas, quienes, debido
6. — La abolición de los prostíbulos autorizados o re­
a la pobreza extrema, prefieren vender a sus hijas antes
conocidos. Esto ya se ha realizado en las Indias Orien­
que verlas m orir de hambre. Hasta el año 1929 no hubo
tales holandesas, en varias ciudades de China, en las F i­
registro civil en China, y era, por lo tanto, fácil a los
lipinas, las colonias inglesas de Malaca y Singapur, los
traficantes pasar como padres o parientes de las mu­
Estados Malayos Federados, Hong Kong, la India Inglesa,
chachas. En las Indias Orientales holandesas las medi­
Burma, Ceylán y Palestina.
das gubernamentales estrictas han hecho más d ifícil la
7. — Colaboración de las autoridades con las misiones
actividad de los traficantes. En el Japón las agencias es­
y los organizaciones privadas.
peciales de empleo para las prostitutas son permitidas, y
esto se aplica también a los contratos para los prostíbu­
los extranjeros. Una antigua costumbre, la de adoptar
F I N
muchachas con la intención de educarlas como geishas,
ha sido ahora prohibida por ley en todo el imperio ja­
ponés. El abuso del matrimonio mahometano y de las
leyes de divorcio facilitan a los traficantes un método
B I B L I O G R A F I A

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tes (1927, IV, 2, y 1927, IV, 2, II). la mujer ............................................ 129
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Women and Children in the East. Report to the Counctí.
Ginebra, 1932. (1932, IV, 8). Summary of dítto, 1934, SEGUNDA PARTE. — LA COPULA
(1934. IV, 3).
L eague of N ations . — Records of the diplomatic Conference con­ Cap. X. El amor .............................. 155
cerníng the Supprcsston of Traffic in Wr.men of Full Age. Cap. XI. El amor no es ya un misterio .............. 163
(Ginebra, oct. 9 al 11 de 1933). Ginebra, 1933. (1933, IV, 6). Cap. XII. La atracción sexual .................... 168
Albert L ondres. — The Road to Buenos Aíres. — Londres (Cons­ Cap. XIII. El besuqueo y otros juegos de am or......... 177
table) ,'1928, Cap, XIV. El acto sexual ......................'............... 187
B. F. Remo. — La vie galante en Angtetene. Pág. 250. (Citaao Cap. XV. La noche de bodas .. 208
por Bloch, II. Bd., I. Haelfte, 355).
Bentam In Scott. — A State iniquity: its rise, extensión and TERCERA PARTE. — LA PROCREACION
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Jhon Sxow. — A Survey of London, 1598. Edit. por John Mortey. Cap. XVI. El milagro de la procreación .............. 225
Londres (George Routlcdge and Sons), 1890, págs. 370-371. Cap. XVII. ¿Varón o mujer? .................... 231
Cap- XVHI. Higiene de la mujer embarazada .......... 237
Cap. XIX. Psicología de la mujer embarazada.......... 245
Cap. X X , "P arirás tus lujos con dolor" ................... 251
Cap. X X I. El cuidado de la madre después del parto . 258
Cap. X X II. Parto prematuro, malparto y a b o r t o ....... 265

C U A R T A PARTE. — T E C N IC A Y F IS IO L O G IA C O NC EPCIO N A L

Cap. XXTU. ¿Tiene la mujer días de inmunidad concep­


cional? .......................................................... 217
Cap. X X IV . El deseo de tener h i jo s ... ............................ 281
Cap. X X V . Prevención del e m b a ra z o ....................... 299
Cap. X X V I. L a impotencia en e! hombre ................... 321
Cap. X X V II. L a frigidez en la mujer ... ........................ 333
Cap. X X V III. La alquimia del a m o r ....... ........................ 357
Cap. X X IX . L a declinación sexual en ambos sexos. . . 389
Cap. X X X . El problema del rejuvenecimiento .......... 393

Q U IN T A PARTE. — LAS A B ER R ACIO N ES SE X U A LE S

Cap. X X X I. Desviaciones de finalidad ......................... 407


Cap. X X X II. Desviaciones de objeto .............................. 437
Cap. X X X III. Conclusión ................................................... 484

SE X T A PARTE. — ENFERM EDADES VENEREAS

Cap. X X X IV . L a gonorrea ............................................... 491


Cap. XXXV. L a siíLUs ...................................................... 502
Cap, X X X V I. Prevención de las enfermedades venéreas. 512
Cap. X X X V II. Otros trastornos de los órganos sexuales , 521
Cap. X X X V Iir. En el consultorio del ginecólogo .............. 526

A P E N D I C E

Cap. X X X IX . L a prostitución .......................................... 545


Cap. X L. L a prostitución en Inglaterra .................. 581
La trata de b la n c a s ..................................... 591
B ib lio g r a fía ............................................................................... 604
EL M A T R IM O N IO
PERFECTO

Th. Van de Veld.r*

Et autor ha escrito la guía


más completa, más autorizada,
para orientar lo mismo al hom­
bre que a la mujer en la solu­
ción de todos aquellos proble­
mas de la vida sexual que
aquejan a tantas parejas huma­
nas y son causa de infidelidad,
desajustes, y la separación o el
divorcio.
En EL MATRIMONIO PERFEC­
TO no se ha descuidado ningún
aspecto de las relaciones se­
xuales, desde la explicación
sencilla y clara del mecanis­
mo y las técnicas de la unión
sexual hasta las anormalida­
des, las “ aberraciones" y las
perversiones que hacen de es­
te aspecto de la vida humana
un factor tan decisivo para de­
terminar la constitución sico­
lógica y afectiva de la pareja-
Desde su aparición, este li­
bro a constituido un éxito por
las virtudes a que nos hemos
referido. Son incontables las
ediciones que en muchísimos
idiomas se han hecho de ella
y, consagrada ya por el tiem­
po, sigue siendo la obra clási­
ca en su género. Por eso, la
e d it o r ia l Ep o c a la ofrece al
público, seguro de que seguirá
siendo objeto de la buena aco­
gida que le dio el público des­
de la primera vez que vio la
luz.
EDITORIAL
E P O C A , S. A.

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