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ANSIEDAD

Todos hemos sentido ansiedad de vez en cuando. Es una emoción normal. Es


posible que, justo antes de un examen, por culpa de un problema laboral o debido
a que necesitabas tomar una decisión importante, hayas experimentado sus
síntomas.
Esto ocurre porque la ansiedad es una reacción normal de las personas frente a
situaciones de estrés e incertidumbre. El problema surge cuando varios síntomas
ansiosos provocan angustia o algún grado de deterioro funcional en la vida del
individuo que lo sufre, pues afecta al funcionamiento en distintas áreas de su vida.
Por ejemplo: las relaciones sociales y familiares, el trabajo, la escuela. Entonces se
diagnostica el trastorno de ansiedad.
Trastornos de ansiedad: una patología muy común
El trastorno de ansiedad es una de las patologías más habituales. Ahora bien, con
un tratamiento apropiado las personas que lo sufren pueden aprender a manejar
sus síntomas y a mejorar su calidad de vida.

1. Trastorno de ansiedad generalizada


El TAG se desarrolla lentamente. Con frecuencia comienza durante la adolescencia
o juventud. Los síntomas pueden mejorar o empeorar en distintos momentos, y con
frecuencia empeoran en momentos de estrés.
Este tipo de ansiedad se caracteriza por preocupaciones persistentes y excesivas
que se hacen imposibles de controlar. La persona con ansiedad generalizada puede
preocuparse por cualquier cosa y sufrir constantes temores. Se manifiesta con
mucha inquietud, preocupaciones y tensiones excesivas que terminan por volverse
crónicas, tienen problemas para dormir y siempre están tensos y nerviosos, son muy
temerosos y comúnmente anticipan un desastre. Aun cuando nada parece provocar
sus preocupaciones, éstas siempre están activas y su ansiedad es más intensa que
la razón que la justifica. En muchos casos se irritan sin razón alguna, tienden a
sentirse cansados y desmotivados, les cuesta trabajo concentrarse, sufren
continuamente de tensión muscular en los hombros y en el cuello más que en otras
partes del cuerpo, tienen sensaciones en la cabeza, a veces como apretada,
hormigueo y sensibilidad, incluso sólo por tocarse el cabello sienten dolor.
Es frecuente que la persona sienta los síntomas de ansiedad sin saber
exactamente por qué. Esto afecta al bienestar e incluso puede interferir con las
tareas de la vida diaria, ya que tienen la sensación constante de que algo malo va
a suceder en cualquier momento. Por ejemplo, una persona con ansiedad
generalizada puede pasarse todo el día pensando que su pareja va a tener un
accidente de tráfico cuando esté manejando y por eso le llamaría constantemente
para saber si está bien. Esta condición tiende a ser crónica y es más común en
mujeres, en personas que han abusado de drogas en el pasado, o que tienen
antecedentes familiares de ansiedad.
Las personas que sufren del TAG sienten ansiedad y preocupación la mayoría del
tiempo, no solo en situaciones que puedan ser estresantes. Estas preocupaciones
son intensas, irracionales, persistentes (al menos la mitad de los días durante un
periodo mínimo de 6 meses) e interfieren con el funcionamiento normal en la vida
diaria (actividades tales como el trabajo, la escuela, los amigos y la familia), pues
son difíciles de controlar.
Las personas que sufren del TAG puede que visiten a un médico muchas veces
antes de descubrir que tienen este trastorno. Les piden a los médicos que las
ayuden a aliviar sus dolores de cabeza o problemas para dormir, que pueden ser
síntomas del TAG, pero no siempre obtienen de inmediato la ayuda que necesitan.
Los médicos pueden tardarse algún tiempo para asegurarse de que una persona
tiene TAG y no otra enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas del TAG?


 Quienes sufren del TAG padecen los siguientes síntomas:
 Se preocupan demasiado por las actividades de cada día
 Tienen problemas para controlar sus preocupaciones constantes
 Saben que se preocupan mucho más de lo que deberían
 No se pueden relajar
 Tienen problemas para concentrarse
 Se sobresaltan con facilidad
 Tienen problemas para dormir o permanecer dormidos
 Se sienten cansados todo el tiempo
 Tienen dolores de cabeza, dolores musculares, dolores estomacales o
dolores inexplicables
 Tienen dificultad para tragar
 Temblores o tics (movimientos nerviosos)
 Están irritables, sudan mucho y se marean o les falta el aire
 Tienen que ir al baño seguido

2. Trastorno de pánico
En el trastorno de pánico, una persona sufre ataques de pánico los cuales son
breves, de intenso miedo y terror, acompañado frecuentemente de síntomas como
temblores, agitación, confusión, mareos, desmayos, náuseas y dificultad para
respirar. Un ataque de pánico es pues aquella crisis donde la persona siente
elevados niveles de angustia y ansiedad con intensos pensamientos aterradores de
que algo grave puede ocurrir.
En los ataques de pánico, el miedo o malestar se presenta repentinamente, y con
altos niveles en menos de diez minutos, puede durar varias horas y puede
producirse por el estrés o incluso el ejercicio. La causa específica no siempre es
evidente. Además de los ataques de pánico inesperados que se repiten, un
diagnóstico de trastorno de pánico requiere que dichos ataques de angustia tengan
consecuencias crónicas, ya sea preocupación por las consecuencias de los
episodios de angustia, el miedo persistente de posibles ataques futuros, o el miedo
a sufrir cambios significativos en el comportamiento relacionados con los ataques.
Con frecuencia, el afectado, ante cambios normales de los latidos del corazón, los
percibe como amenazantes, lo que lleva a pensar que algo anda mal con su corazón
o que está a punto de tener otro ataque de pánico. Normalmente va asociado un
temor anticipatorio a volver a sufrir otro ataque de pánico (ansiedad anticipatoria o
“miedo al miedo”). En algunos casos, se produce una sensación de estar súper
alerta de las funciones fisiológicas del cuerpo (hipervigilancia) durante el ataque de
pánico, en donde cualquier cambio percibido fisiológicamente se interpreta como
una posible enfermedad potencialmente mortal (es decir, extrema hipocondría).

¿Cuáles son los síntomas que muestra una persona cuando sufre
un ataque de pánico?
Estos son:
 Miedo
 Desconcierto
 Mareo
 Dolor en pecho
 Hormigueos en el cuerpo
 Confusión
 Taquicardia
 Temblores
 Sensaciones de asfixia
Los ataques de pánico no se pueden predecir pues no hay hora, ni fecha, ni lugar
en que puedan ocurrir, dando como resultado una modificación en la vida social,
laboral y familiar de la persona que lo sufre dado que es espontáneo y
repentino. Muchas personas solo con el recordar algún ataque que han tenido en
el pasado pueden sugestionarse hasta el punto de desarrollar otro ataque ansioso.
Otras viven día a día con una excesiva preocupación por sufrir algún ataque en
cualquier momento, trayendo esto a su vida un sufrimiento psicológico y emocional
permanente. Y también hay personas que, afortunadamente, no les dan una
excesiva importancia a estos episodios y llevan una vida plenamente normal.
3. Trastorno Obsesivo-Compulsivo
A veces, todos chequeamos las cosas dos veces, por ejemplo, chequeamos la
estufa antes de irnos de la casa para asegurarnos de que esté apagada. Pero las
personas que sufren del TOC sienten la necesidad de chequear las cosas una y otra
vez o tienen ciertos pensamientos o realizan rutinas y rituales una y otra vez. Los
pensamientos y rituales del TOC causan angustia e interfieren con la vida diaria.
Estos pensamientos repetidos e inquietantes del TOC se llaman obsesiones. Con
el fin de intentar controlar estas obsesiones, las personas con TOC repiten rituales
o comportamientos, llamados compulsiones. Quienes tienen TOC no pueden
controlar dichos pensamientos y rituales.
Ejemplos de obsesiones son el miedo a contaminarse con gérmenes, a ser heridos
o herir a otros, y pensamientos inquietantes religiosos o sexuales. Ejemplos de
compulsiones son contar o limpiar cosas repetidamente, lavarse el cuerpo o partes
de éste repetidas veces u ordenar las cosas de un modo en particular cuando estas
acciones no son necesarias, y verificar todo una y otra vez.
Las personas con TOC tienen estos pensamientos y llevan a cabo estos rituales
por lo menos una hora la mayoría de los días y a menudo por más tiempo. La razón
por la que el TOC interfiere con sus vidas es que ellos no pueden detener estos
pensamientos o rituales con solo quererlo, de tal modo que, por ejemplo, en
ocasiones faltan a la escuela, el trabajo, o reuniones con amigos.

¿Cuáles son los síntomas del TOC?


Las personas con TOC:
 tienen pensamientos o imágenes repetidas sobre muchas cosas
diferentes, como miedo a gérmenes, la suciedad o intrusos; violencia; herir a
seres queridos; actos sexuales; conflictos con creencias religiosas; o higiene
personal excesiva
 realizan los mismos rituales una y otra vez tales como lavarse las manos,
abrir y cerrar puertas, contar, guardar artículos innecesarios, o repetir los
mismos pasos una y otra vez
 tienen pensamientos y comportamientos no deseados que no pueden
controlar
 no obtienen placer de tales comportamientos o rituales, pero sienten un
leve alivio de la ansiedad que estos pensamientos causan
 pasan por lo menos una hora al día con estos pensamientos o
rituales, los cuales causan angustia e interfieren con sus vidas cotidianas

Estos son algunos de los miedos u obsesiones más comunes:


 Miedo a los cuchillos
 Miedo a robarse cosas
 Miedo a lastimar a alguien
 Miedo a imágenes violentas
 Miedo a que sus palabras sean malinterpretadas
 Les preocupa enfermarse por alguna contaminación
 Les preocupa que alguien pueda tener un accidente
 Obsesión por animales, por ejemplo: insectos
 Obsesión por productos de limpieza
 Obsesión por el aseo
 Obsesión por coleccionar objetos, cosas, papeles, basura o cosas que no
tienen uso
 Varias veces se necesita asegurar de cosas, como apagar pilotos de gas, los
aparatos electrónicos, el coche o que las puertas estén cerradas, etc.

¿Cuándo comienza el TOC?


Para muchas personas, el TOC comienza durante la niñez o la adolescencia. La
mayoría de las personas son diagnosticadas alrededor de los 19 años de edad. Los
síntomas del TOC pueden aparecer y desaparecer y mejorar o empeorar en
diferentes momentos.

4. Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)


El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad real. El TEPT
puede ocurrir después de vivir o presenciar un evento traumático, como sufrir abuso
físico, sexual o emocional, una guerra, un huracán, una violación o un accidente
grave. El TEPT te hace sentirte estresado y con miedo aun después de que el
peligro ya haya pasado. Afecta tu vida y la de quienes te rodean.

Con el TEPT se pueden dar ciertos problemas como:


 Recordar el pasado con miedo, o la sensación de que el hecho vuelve a
ocurrir
 Dificultad para dormir o sufrir pesadillas
 Sentimientos de soledad
 Estallidos de furia
 Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza
El TEPT se manifiesta en diferentes edades y puede afectar a cualquier persona,
incluso a los niños. Es posible que las señales de padecer TEPT comiencen
inmediatamente después de que ocurra un hecho que aterra y que continúa.
Algunas personas desarrollan síntomas nuevos o más graves con el transcurso de
los meses e incluso de los años.
Los medicamentos pueden ayudar a sentirse menos temeroso y nervioso. Es
posible que tarden unas semanas en tener el efecto deseado. También puede ser
útil para quienes padecen TEPT hablar con un médico especialista en salud mental
o un consejero de salud mental. Los consejeros dan tratamientos que se llaman
terapia hablada.
5. Fobia social
La fobia social es un miedo fuerte a ser juzgado por otros y a sentir vergüenza. Este
miedo puede ser tan intenso que impide ir al trabajo o a la escuela o llevar a cabo
las actividades de cada día.
Toda persona ha sentido ansiedad o vergüenza alguna vez. Por ejemplo, conocer
personas nuevas o dar un discurso puede poner nervioso a cualquiera. Pero las
personas que tienen fobia social se preocupan por éstas y otras cosas semanas
antes de que éstas ocurran.
Quienes sufren fobia social tienen miedo de hacer cosas comunes delante de otras
personas; por ejemplo, pueden tener miedo de firmar un cheque delante del cajero
de una tienda, o pueden tener miedo de comer o beber delante de otras personas,
o de usar un baño público, o de hablar en público. La mayoría de las personas que
tienen fobia social saben que no deberían sentir el miedo que sienten, pero no lo
pueden controlar. A veces terminan alejándose de lugares o eventos donde creen
que podrían verse obligados a hacer algo que los avergüence. Para algunos, la fobia
social es un problema sólo en ciertas situaciones, mientras que otros tienen
síntomas en casi todas las situaciones sociales.

Generalmente, la fobia social comienza durante la juventud. Un médico puede


determinar que una persona tiene fobia social si la persona ha tenido síntomas
durante un mínimo de seis meses. Sin tratamiento, la fobia social puede durar
muchos años e incluso toda la vida de tal manera que puede interferir con las
actividades de la vida diaria.

¿Cuáles son las señales y los síntomas de la fobia social?


 Personas con fobia social tienen la tendencia de:
 Sentir mucha ansiedad al estar rodeados de otras personas y tener dificultad
para hablar con ellas a pesar de querer hacerlo
 Sentirse tímidos y avergonzados delante de otras personas
 Tener mucho miedo de que otras personas los juzguen
 Preocuparse por muchos días o semanas antes de un evento donde habrá
otras personas
 Alejarse de lugares donde hay otras personas
 Tener dificultad para hacer y conservar amistades
 Sonrojarse, sudar o temblar cuando están rodeados de otras personas
 Tener náuseas o malestar en el estómago cuando están con otras personas
6. Agorafobia
La agorafobia es un miedo o ansiedad intensa que se da en dos o más situaciones
típicas consideradas agorafóbicas, como pueden ser: hacer colas, encontrarse
rodeado de una multitud de gente, lugares abiertos, lugares cerrados como un
ascensor, utilizar el transporte público, salir solo fuera de casa, etc. Estas personas
evitan dichas situaciones de manera activa, exigen estar acompañadas o las viven
con una fuerte ansiedad.
En realidad, lo que temen estos individuos es que, ante dichas situaciones, les
lleguen los síntomas de pánico y que no puedan huir, pierdan el control, monten una
escena “vergonzosa” o que estén solos y nadie les ayude. De hecho, es frecuente
que se dé junto con crisis de angustia (ataques de pánico).
Para hacer el diagnóstico de agoraphobia los síntomas deben estar presentes
durante 6 meses o más.

7. Fobia específica
La fobia consiste en un miedo exagerado o irreal a un objeto, situación o actividad
determinados. Se tiene una reacción exagerada ante algo que en realidad no
significa peligro o que la probabilidad de estar en peligro es considerablemente
baja. Una fobia específica se caracteriza por un fuerte miedo irracional a un
estímulo, por ejemplo, una situación, un objeto, un lugar o un insecto. La persona
que sufre un trastorno fóbico hace todo lo posible por evitar ese estímulo que le
provoca ansiedad, y esta conducta de evitar ciertas situaciones puede llegar a
interferir en el funcionamiento normal de su vida diaria.

Las fobias pueden abarcar un gran número de situaciones y objetos, aunque las
más comunes son: el miedo a los animales (como serpientes) e insectos (como
tarántulas), miedo a volar o miedo a los lugares estrechos o a las alturas. Las fobias
específicas son muchas y algunas de ellas muy extrañas. Algunas fobias son
conocidas y otras no tanto, como la coulrofobia o miedo a los payasos, la filofobia o
miedo a enamorarse, la amaxofobia o miedo a manejar. Las categorías de fobias
son: animal, entorno natural, sangre/heridas/inyecciones, de situaciones, u otras. Y
deben estar presentes como mínimo durante 6 meses. En los casos más graves,
la persona puede pasar mucho tiempo preocupándose por la fobia y llega a tener
problemas en su día a día por evitarla. Pero, es importante hacer notar que quien
quiere superar una fobia debe exponerse a ella y no evitarla, porque al evitarla se
hace más fuerte.
Las fobias no son únicamente miedo extremo, son miedos sin razón y atacan a una
de cada 10 personas, no se sabe cómo se inician, pero se sabe que son hereditarias
y se manifiestan más en las mujeres. Aproximadamente el 20% de las personas que
sufren de este trastorno de ansiedad se les desaparece sólo con el tiempo, pero hay
quienes sufren de fobias extremas que requieren de ayuda profesional. Es muy
común que el tener que enfrentar alguna fobia específica provoque un ataque de
pánico.
LA TIMIDEZ
¿Qué es la timidez?
La timidez significa sentirse un poco asustado cuando tienes gente alrededor. Casi
todo el mundo siente timidez de vez en cuando. Si eres el nuevo de la clase o si tu
tía abuela Betty desea darte un gran abrazo, quizás te sientas asustado.
Nadie se pasa el día sentado y decide: "Bueno, creo que hoy voy a ser tímido".
Simplemente, sucede. Te puede coger por sorpresa. Puede que te sientas bien
practicando tus pases de fútbol, pero te pones nervioso cuando el entrenador se
acerca para darte algunos consejos.
Pero ser tímido no es necesariamente algo malo. No pasa nada si tardas un poco
en sentirte cómodo con personas y situaciones nuevas. De hecho, puede ser útil ser
algo tímido. Cuando eres tímido, quizá pases más tiempo observando la escena
antes de entrar en ella. Y no es probable que hables con desconocidos, ¡algo que
no debes hacer de todos modos!

¿Qué causa la timidez?


Algunos niños nacen siendo tímidos y más sensibles. A veces, incluso los bebés
actúan con timidez. ¿Alguna vez has visto a un bebé ocultando su cara de un
desconocido? Por otra parte, otro bebé puede dar patadas, sonreír y saludar a todo
el mundo, hasta a los desconocidos.
Pero si no eras tímido de pequeño, todavía es posible que te vuelvas tímido. Puede
que hayas aprendido a ser tímido como consecuencia de experiencias que tuviste
en el colegio o en casa. Y a veces sientes la timidez por poco tiempo, como cuando
te subes a un nuevo autobús escolar por primera vez. Este tipo de timidez suele
desaparecer cuando te has adaptado. Por ejemplo, después de unos días,
probablemente tendrás un asiento que te guste y amigos en el autobús.

¿Puede ser grave la timidez?


A veces, las personas se vuelven tan tímidas que les da miedo hacer cosas en la
vida. Por ejemplo, no van a restaurantes porque se ponen tan nerviosos que no
pueden pedir ni pagar la comida. A algunas personas les asusta tanto conocer a
gente nueva que apenas salen. Normalmente, los médicos y los psicólogos pueden
ayudar a la persona a superar este tipo de timidez.
Si tu timidez no te deja hacer las cosas que quieres hacer, habla del tema con
alguien. Puedes recurrir a tus padres, maestros, orientadores y médicos. Hablar de
tu timidez puede ayudarte a superarla. O, quizás, tus amigos o padres te digan que
ellos también son tímidos y qué hacen para serlo menos. Si aun así te sigues
sintiendo igual, tu mamá o papá pueden llevarte a un psicólogo. Éste puede
ayudarte a aprender a sentirte más a gusto alrededor de otras personas.
Si conoces a alguien que es tímido, intenta ayudarle a sentirse menos nervioso. Los
insultos y las burlas solo conseguirán que tu amigo sea aún más tímido, así que
intenta no hacerlo. Cuanto más tiempo pases con esa persona, menos tímido se
sentirá contigo.
Incluso podrías contarle una situación en la que actuaste con timidez. Le ayudará a
entender que todo el mundo es tímido de vez en cuando, ¡incluso tú!

¿Cómo se comporta una persona tímida? Características de una


persona tímida
 Las personas tímidas van a tender a evitar las situaciones sociales, sobre
todo con extraños o figuras de autoridad. Esta evitación es precisamente lo
que mantiene las conductas de timidez, porque de esta manera no estamos
aprendiendo a desenvolvernos en esas situaciones, ni permitiendo que
nuestra ansiedad descienda. Sin embargo, la evitación es mucho menos
marcada que en la ansiedad o fobia social como veremos más adelante.
 Las personas tímidas realmente quieren relacionarse con los demás, pero
sienten que no son capaces.
 Las personas tímidas tienen una zona de confort muy reducida, un gran
temor a salir de ella. Tienen un pequeño círculo de amigos y familiares y
suelen hacer las mismas cosas con las mismas personas. Esto les da
seguridad y sensación de control, pero también resulta muy limitante.
 La timidez se manifiesta en el cuerpo como ansiedad a determinadas
situaciones. Las personas tímidas pueden mostrar enrojecimiento de la piel
de la cara y sensación de calor, sudoración en las manos, taquicardias.
 Tienen mucho miedo a la evaluación, ser juzgados negativamente por las
otras personas.
 Una persona tímida no va a ser la primera que hable, va a tender a esperar
a que se dirijan a ella. Y se va a sentir más cómoda en grupos de personas
pequeños que en grupos grandes. Aunque esto va a depender de la
confianza que tenga con esas personas.
 Las personas tímidas suelen hablar bajo y realizar poco contacto ocular con
su interlocutor. Suelen tener la mirada baja y la postura cerrada.
 También es posible que les falte asertividad o que sean muy sumisos.

Timidez, introversión e inhibición comportamental


Timidez e introversión
Muchas veces confundimos la timidez con la introversión, calificando a personas
tímidas de introvertidas.
La introversión es un rasgo de personalidad que tiene bases biológicas y
genéticas, mientras que la timidez se tiende a aprender a lo largo de nuestra
infancia.
La introversión se caracteriza por:
 Disfrute del tiempo a solas. Suele ser su manera de “recargar pilas”.
 Necesitan poca estimulación comparado con una persona extrovertida.
Prefieren planes tranquilos y con poca gente.
 Suelen ser muy reflexivos, piensan antes de hablar y son buenos
escuchando. De hecho, prefieren escuchar a hablar.
 Es cierto que las personas introvertidas suelen tener algún nivel de timidez,
pero no necesariamente. Es muy habitual que las personas tímidas se
comporten como extrovertidas cuando están en su círculo de confianza.
 Una persona introvertida no tiene la necesidad de relacionarse con la gente
frecuentemente. Sin embargo, la timidez se muestra por inseguridad y miedo
a ser evaluado.
 En el siguiente vídeo Susan Caín explica qué implica ser introvertido y cómo
esto es diferente de la timidez.
Inhibición comportamental
La inhibición comportamental se refiere a una baja emisión de conductas, es decir,
el cese del habla, retraimiento o aislamiento. Es un término que los psicólogos
utilizan para describir la conducta, o la ausencia de ella, pudiendo ser cualquiera la
causa. Por ello, tanto los introvertidos como los tímidos mostrarían una inhibición
comportamental, siendo el origen bien distinto.

¿Por qué soy tan tímido? Causas de la timidez ¿La timidez se


hereda o se aprende?
Como todos los rasgos, la timidez tiene un componente hereditario, pero es la
experiencia la que lo modela.
 Se ha visto como factor muy relevante la cantidad de relaciones sociales en
la infancia. Cuantos más contactos sociales hayas tenido de pequeño, más
oportunidades has tenido de aprender habilidades sociales y aumentar tu
seguridad en ti mismo, menos timidez vas a tener una vez crezcas. Por el
contrario, si has tenido pocas oportunidades de socializar, más inseguro te
vas a mostrar y más miedo a la evaluación vas a tener.
 Experiencias tempranas de humillación en público. Si en la infancia nos
hemos visto ridiculizados en alguna situación social, esto actúa como forma
de castigo de las conductas de socialización, y va a ser menos probable que
posteriormente iniciemos conductas sociales. Tememos que esto se vuelva
a repetir.
 La inseguridad y la baja autoestima. Si no me considero una persona valiosa,
competente y digna voy a considerar que no tengo nada que aportar a los
demás. Por tanto, voy a mostrar conductas inhibidas y no voy a participar en
actos sociales.
 La crianza. Si nuestros padres son tímidos y temen la evaluación social,
vamos a adquirir esos miedos y esas inseguridades, al igual que vamos a
aprender a evitar las situaciones sociales. Igualmente, si recibimos críticas
constantes de nuestros padres vamos a crecer inseguros y temerosos.
 La genética influye en cómo somos. Podemos nacer con un determinado
bagaje genético pero la experiencia y nuestras vivencias van modelado la
expresión de esos genes.

Tipos de timidez: Clases, categorías y clasificación


Algunos autores, como Zimbardo, hablan de tres tipos de timidez:
 No se teme la interacción social, pero hay una preferencia a pasar tiempo a
solas.
 Personas que tienen poca confianza en sí mismos, tienen pocas habilidades
sociales y temen ser evaluados por los demás.
 Personas que temen no conseguir aquello que esperan de la interacción
social.
Sin embargo, como hemos visto el tipo 1 correspondería con la introversión y el
segundo con la timidez propiamente dicha.
Otra clasificación de la timidez, propuesta por Buss distinguiría dos tipos:
 Timidez temerosa, caracterizada por miedo a los demás. Esta surge durante
el primer año de vida, y se manifiesta a través del miedo y la inseguridad en
la presencia de adultos extraños. Muestran ansiedad y preocupación por ser
evaluados negativamente por otros.
 Timidez autoconsciente, caracterizada por una excesiva auto observación.
Este tipo de timidez surgiría en torno a los 4 y 5 años, cuando se toma
conciencia de uno mismo expuesto a la crítica de los demás. No hay tanta
expresión de ansiedad, se ve más como un bloqueo. Se caracteriza por los
pensamientos centrados en la evaluación negativa.
También pueden distinguirse otros tipos de timidez, en función de en qué
situaciones se presente. Ya que algunas personas sólo muestran su timidez en
situaciones concretas. Estas pueden ser:
 Timidez ante personas desconocidas. Estar en presencia de personas que
no conocemos o con las que no tenemos confianza puede disparar nuestra
timidez.
 Timidez romántica, o ante personas por las que pueden sentirse atraídas. El
miedo a equivocarse o a ponerse en ridículo y no resultar atractivo puede
traducirse en timidez romántica.
 Timidez ante figuras de autoridad. A veces otras personas tienen poder sobre
nosotros, tienen más habilidades o saben más. En estas situaciones nos
sentimos inseguros y menos capaces, por lo que nos inhibimos para
protegernos.
 Timidez ante exposición en público. Verse expuesto ante los demás es un
riesgo para nuestra autoestima y posición social. El temor a ser puesto en
evidencia ante una audiencia incrementa nuestra ansiedad y favorece la
timidez.
 Timidez privada. Cuando una persona puede parecer segura de sí misma,
pero es auto-crítica internamente.

Timidez y baja autoestima: Complejo de inferioridad


Se ha visto en estudios como este, que la timidez se relaciona mucho con la baja
autoestima. Es por ello que en muchos casos, mejorar la autoestima puede
disminuir nuestra timidez.
Sentirse inferior a los demás, no sentirse útil, valioso, competente, nos lleva a
pensamientos muy negativos sobre nosotros mismos. Y en situaciones sociales
vamos a pensar: “no tengo nada interesante que decir”, “para qué voy a hablar”, “No
se qué decir”, “Voy a hacer el ridículo”. Esto nos va a paralizar, favoreciendo que
nos inhibamos en situaciones sociales.
Además, las personas tímidas suelen ser muy sensibles a las críticas de los demás.
Si una persona tiene una sana autoestima, una crítica no va a ser agradable, pero
tampoco se van a hundir por ello. Si tu autoestima está dañada, cualquier cosa que
afecte a tu sentimiento de auto-valía, va a hacer que te tambalees. Por ello, las
personas tímidas van a preferir mantenerse al margen, no exponerse a los demás
y por ende, a las posibles críticas.

Consecuencias negativas de la timidez


La timidez puede llegar a ser muy limitante, ya que nos impide hacer lo que
deseamos.
 Puede impedir que consigamos el trabajo que deseamos por no ser capaces
de vernos socialmente desenvueltos. Por tanto, nos hará ser menos exitosos
laboralmente.
 Limita nuestras relaciones sociales y nuestro círculo social, a menudo
haciendo que nos veamos solos y promoviendo la depresión.
 La timidez dificulta que defendamos nuestros derechos y digamos lo que
queremos o necesitamos. Esto a su vez afecta de forma negativa a nuestra
autoestima, volviéndonos más inseguros creando un círculo vicioso.
Timidez infantil

Algunos niños hacen amigos en cualquier parte, mientras otros necesitan su tiempo
para coger confianza o permanecen alejados.
Algunos padres ven la timidez como una fase que se termina pasando a medida
que el niño crece, pero para otros la timidez es persistente una vez llegado a la
adultez.
La timidez, como hemos mencionado, puede deberse a pocas oportunidades de
interacción con otros o experiencias de humillación, y favorece ser víctima de abuso
y acoso escolar.

¿Cómo manejar la timidez infantil?


 Es importante que veamos esto como parte del proceso del niño en el que
aprende cómo conectar con los demás. Por ello es importante aceptar cómo
es y en qué fase del desarrollo está. Puede resultar triste ver a tu hijo sentado
sólo o pegado a tu pierna. Pero si lo aceptamos tal como es, si se siente
seguro y valioso contigo va a serle más fácil relacionarse con los demás.
 No llames a tu hijo “tímido” delante de él, ya que puede interiorizar esa
etiqueta. En lugar de decir “Es que es muy tímido/a”, di “No le apetece hablar
hoy” o explicar a los demás que necesita un tiempo para sentirse cómodo.
Pero nunca obligar o forzarle a hablar o saludar.
 Asegúrate de que le proporcionas oportunidades para estar con otros niños,
preferiblemente niños también tranquilos y no autoritarios. De esta manera
aprenderán habilidades sociales y se sentirán más seguros en sus
relaciones.
 Prepara a tu hijo para las nuevas situaciones. Describe quién estará y lo que
pasará. Ayúdale a centrarse en lo positivo y en lo que puede hacer en cuanto
llegue. Por ejemplo: “Va a haber muchos niños hoy en el cumple, pero seguro
que Lara va a estar y puedes contarle lo que hemos hecho este fin de
semana”.
 Ayúdale a iniciar conversaciones. De esta manera tendrá un buen modelo
que seguir. Llevar algún juguete, como una pelota o pompero puede servir
para romper el hielo.
 Ayúdale a manejar los sentimientos negativos procedentes de las relaciones
sociales fallidas, como la frustración, el sentimiento de rechazo…

Cuando la timidez es extrema: timidez, fobia social y ansiedad


social
La timidez y la fobia social pertenecen a un mismo continuo. Una timidez extrema
se manifiesta como ansiedad social o fobia social (considerados sinónimos), que
son altamente incapacitantes y considerados como un trastorno psicológico.
La timidez se diferencia de la ansiedad o fobia social en que no hay tanta evitación
y, aunque hay cierto malestar, este no es extremo. Además, la timidez no suele
interferir mucho en la vida cotidiana, mientras que la ansiedad social sí.

Síntomas de la ansiedad social


 El Trastorno de ansiedad social se caracteriza por los siguientes síntomas:
 Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el
individuo se sienta examinado por los demás. Es decir, hay un miedo extremo
a la evaluación social por parte de los demás. Esto puede ser generalizado
o específico, es decir, en todas o la mayoría de situaciones sociales o solo
en algunas puntuales (hablar en público, hablar con personas por las que me
siento atraído…) Algunos ejemplos son las interacciones sociales (como
mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado
(comer o beber delante de otros) y actuar delante de otras personas (dar una
charla).
 El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas
de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o se
burlen de él, es decir que sea rechazado). Habitualmente los síntomas que
lo acompañan en situaciones sociales (sudoración, taquicardia,
enrojecimiento, tartamudeo, paralización) le dificultan aún más las
interacciones sociales, provocando mayor malestar y evitación.
 Estas situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad. En los
niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas,
quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o incapacidad de hablar en
situaciones sociales.
 Hay una tendencia generalizada a evitar las situaciones sociales que se
temen, y en caso de no poder evitarlas se viven con un miedo o ansiedad
intensa.
 El miedo o la ansiedad que se experimentan son desproporcionados a la
amenaza real que supone la situación social.
 El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo
o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes.
LA AUTO ESTIMA
La autoestima es la percepción que tenemos de nosotras mismas. Abarca todos los
aspectos de la vida, desde el físico hasta el interior, pasando por la valía o la
competencia. Se trata de la valoración que hacemos de nosotras mismas la cual no
siempre se ajusta a la realidad. Esa valoración se forma a lo largo de toda la vida y
bajo la influencia de los demás.
Lo que los demás ven en nosotras o, más bien lo que nosotras pensamos que los
demás ven, es crucial para determinar nuestro grado de autoestima. Entramos en
el terreno de la seguridad y la confianza en una misma, minado por las influencias
del exterior. Pero si hay algo que determina el estado de salud de nuestra
autoestima es la infancia. El refuerzo positivo o negativo con el que hayamos
contado desde los primeros pasos de nuestra vida va a ser fundamental para
nuestra seguridad emocional en el futuro.
Es importante subrayar que no es lo mismo la autoestima que la autoconfianza. La
autoconfianza está vinculada con aquellos objetivos y metas concretas que nosotros
mismos nos marcamos, mientras que la autoestima hace referencia a la valoración
global que hacemos de nosotros mismos. Es decir, una persona puede pensar que
es muy buena tocando el piano o jugando al baloncesto, sin embargo eso no quiere
decir que esa persona no pueda tener una autoestima baja. Se trata de alguien que
confía en su habilidad en esas áreas específicas, pero igual le gustaría ser más alto
o tener mejor físico

Bases de la autoestima
Como habrás podido comprobar, la autoestima también tiene sus bases y resulta
fundamental conocerlas en profundidad para poder mejorarlas y reforzarlas: Estas
bases son las siguientes:
 Universo social y material que te rodea: el contacto con otras personas es
una de las fuentes más importantes que tenemos para poder crear nuestra
propia visión del mundo. La relación que tienes con cada una de las
personas de tu entorno (amigos, familia, pareja) va a ser la responsable de
desarrollar tu idea de cómo crees que eres.
 Creencias negativas: es muy complicado cambiar las creencias y pilares que
hemos ido asumiendo a lo largo de la vida, pero esto no quiere decir que sea
imposible. Por lo general, las personas somos muy reacias a los cambios,
mucho menos a aquellos que afecten a creencias muy arraigadas de las que
nos hemos ido autoconvenciendo con el paso de los años. Por ejemplo, si
en tu interior siempre has creído que eres una persona fea o que no sirves
para hacer cierta actividad, a día de hoy será muy difícil que cambies esos
pensamientos y comiences a valorarte como realmente mereces. Por eso,
para subir y fortalecer la autoestima, es fundamental tratar el problema de
raíz, es decir, desde tus convicciones más internas.
 La teoría que has elaborado sobre ti mismo: todos y cada uno de los
calificativos con los que nos definimos a nosotros mismos
(independientemente de que estos sean buenos o malos) forman una teoría
sobre quién creemos que somos. Cuando estos calificativos son en su mayor
parte negativos, inevitablemente y tarde o temprano tendremos una
autoestima baja. Empezar a definirnos con palabras más bonitas y reales
nos ayudará a comenzar a querernos un poquito más a nosotras mismas.

Tipos de autoestima y cómo mejorarla


Una vez que hemos analizado las bases de la autoestima podemos diferenciar
entre tres tipos distintos que son los que te mostramos a continuación:

Autoestima alta
También llamada autoestima positiva, es el nivel deseable para que una persona
logre sentirse satisfecha en la vida, sea consciente de su valía y de sus capacidades
y pueda enfrentarse a los inconvenientes de forma resolutiva.

Autoestima media
Esta autoestima media o relativa supone cierta inestabilidad en la percepción de
una misma. Si bien en algunos momentos la persona con autoestima media se
siente capaz y valiosa, esa percepción puede cambiar al lado opuesto, a sentirse
totalmente inútil debido a factores variados, pero especialmente a la opinión de los
demás.

Autoestima baja
Ineptitud, incapacidad, inseguridad y fracaso son los términos que acompañan a
una persona con autoestima baja. Se trata de un estado de autoestima
que debemos evitar en nuestro camino hacia la felicidad.
Algunos autores hablan de cuatro tipos de autoestima en lugar de tres.
La cuarta recibe la denominación de ‘autoestima inflada’ y es aquella que tienen las
personas que se creen mejores que el resto, que son incapaces de escuchar a los
demás y mucho menos de aceptar o reconocer un error (no tienen capacidad de
autocrítica). Su autoestima se encuentra tan sumamente abultada y exagerada que
se creen con el derecho de menospreciar a los que están alrededor. Este tipo de
autoestima genera conductas muy negativas y hostiles.
Lo ideal es mantener la autoestima alta (sin llegar a una autoestima inflada, claro) y
para ello hay que tener muy claro que la autoestima se puede mejorar, aumentar y
que no solo se puede, sino que además se debe. Porque los problemas de
autoestima no afectan solo al desarrollo personal.
Los problemas de autoestima se observan en todos los ámbitos de la vida, desde
las relaciones sociales, hasta la vida sentimental, pasando por el ámbito laboral.
Una autoestima baja puede llevarnos a un menor rendimiento en el trabajo, a una
inseguridad personal que genere trastornos emocionales o a mantener relaciones
de pareja dependientes y autodestructivas. Para evitarlo, practicaremos con la
autoestima hasta que logremos llevarla a los niveles adecuados.

Factores que explican una buena (o mala) autoestima


Parece ser que existen 4 factores relevantes que afectan a la autoestima, son los
siguientes:
 La historia de triunfos y la posición alcanzada a través del reconocimiento
que los triunfos brindan.
 Las áreas asociadas a los distintos triunfos, siempre y cuando sean
significativos para la persona.
 El respeto, aceptación e interés que el individuo recibe de las personas que
considera importantes en su vida.
 El control y la defensa ante consecuencias e implicaciones negativas. Es
decir, la atribución interna o externa que hace la persona de los eventos
negativos.
En su libro Autoestima e identidad. Narcisismo y Valores sociales, Luis Hornstein
propone 4 tipos de autoestima. Según el autor, los tipos de autoestima varían debido
a que la valoración de uno mismo puede ser más o menos alta y más o menos
estable.
TRASTORNOS DEL SUEÑO
Los trastornos del sueño no son una patología grave en sí misma, pero tienen serias
implicaciones en la vida diaria: agotamiento físico, bajo rendimiento, sueño diurno,
dificultad para cumplir con las obligaciones profesionales, familiares o sociales...
Estos trastornos son: insomnio, hipersomnia, narcolepsia y apneas del sueño, y
otros trastornos, síndrome de las piernas inquietas, terrores nocturnos, pesadillas y
sonambulismo
Su origen es muy variado. En ocasiones, aparecen como efecto de otras
enfermedades y otras, constituyen factores de riesgo que favorecen la aparición de
otras patologías.
Por ello, el correcto diagnóstico y tratamiento de estos pacientes necesita un
enfoque multidisciplinar, como el que ofrece la Unidad del Sueño de la Clínica
Universidad de Navarra. Para su diagnóstico se realiza una polisomnografía o
prueba del sueño, que consiste en el registro durante la noche de las variables
fisiológicas.

Insomnio
Entre los trastornos más comunes encontramos el insomnio, que afecta a un 25%
de la población. Puede deberse a ciertos trastornos de fondo como la depresión o
la ansiedad. El insomnio se define como la incapacidad para conciliar el sueño y
permanecer dormido toda la noche. Cada persona necesita ciertas horas para
sentirse descansado, aunque lo normal es entre 7 y 9 horas.
Las personas con insomnio suelen sentirse somnolientas durante todo el día
perjudicando esto a su vida diaria, y por la noche les volverá a costar quedarse
dormidos a pesar del cansancio. Dentro del insomnio; el llamado efecto de “piernas
inquietas” consiste en un hormigueo en las piernas que obliga al paciente a
moverlas. Se produce por la noche y dificulta el sueño.

La hipersomnia
Se entiende por hipersomnia el trastorno del sueño caracterizado por la presencia
de somnolencia excesiva a pesar de haber mantenido un período de sueño previo
de al menos siete horas de duración. Se trata de una disomnia, un tipo de alteración
del sueño que afecta en el horario, cantidad y calidad del sueño.
En la hipersomnia el sujeto en cuestión se mantiene somnoliento gran parte del
día y suele costarle despertarse tras un período de sueño normativo o que incluso
puede llegar a durar nueve o más horas, pudiendo este sueño no serle reparador y
no permitirle un descanso real. Puede implicar caerse de sueño de modo similar a
la narcolepsia. Así, alguien con hipersomnia puede tanto dormir durante grandes
períodos de tiempo como presentar sueño durante el día.
Para considerar la existencia de este trastorno los episodios de somnolencia deben
darse como mínimo tres veces a la semana (si bien puede ocurrir prácticamente
cada día) durante al menos un mes. La hipersomnia suele comportar una gran
disfuncionalidad para quien lo padece, disminuyendo sus capacidades y
rendimiento tanto a nivel laboral como personal y social. De hecho, la persona
puede llegar a dormirse en situaciones de alto riesgo, como cuando van al volante
de un vehículo.
Al margen de la falta de energía, este trastorno puede causar alteraciones de tipo
emocional como problemas de ansiedad e irritabilidad, desmotivación y apatía.
También suelen tener problemas de memoria y un cierto enlentecimiento mental y
físico. A nivel orgánico puede generar cambios y debilitamiento del sistema inmune.

Apnea del sueño


Es un trastorno común en el que la persona que lo sufre hace una pausa en la
respiración durante el sueño. Suele durar poco y la persona recupera su respiración
normal con un ronquido fuerte. Generalmente es un trastorno crónico que altera el
sueño ya que ocurre en la fase REM y se pasa a un sueño ligero provocando que
la persona no descanse correctamente.
El primero en notar este síntoma suele ser un familiar ya que la persona no se da
cuenta de esto. El tipo más común es la apnea del sueño obstructiva, que se debe
a una obstrucción en las vías respiratorias que impiden que el aire pase.
Normalmente es más frecuente en personas con sobrepeso.
Si no se trata correctamente puede haber graves consecuencias porque en los
periodos de anoxia (falta de aire en el cerebro) se pueden dañar neuronas
asociadas al sueño. Y aumentar la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco.
Otros trastornos menos comunes son la narcolepsia y la cataplejía.

Narcolepsia
Esta enfermedad neurológica se debe a una anomalía cerebral que altera los
mecanismos neurales del sueño; Consiste en episodios de sueño repentinos en
horas de vigilia, pudiendo quedarse dormidas durante 2-5 minutos en cualquier lugar
y despertándose sintiéndose despejadas. Puede ocurrir conduciendo, hablando o
paseando simplemente. Estas personas carecen del sueño de ondas lentas y pasan
directamente a la fase REM. La narcolepsia se puede dar también en perros.
Dentro de esta enfermedad encontramos algunas variantes como son la cataplejía:
Es una parálisis total que ocurre durante la vigilia. La persona sufre debilidad
muscular y puede quedar totalmente paralizada y caer al suelo. Lo que ocurre es
que el fenómeno del sueño REM se produce en un momento inapropiado. La
persona está consciente durante estas crisis.
Alucinaciones hipnagógicas: Ensueños vividos que ocurren antes de que la persona
se duerma. Son sueños mientras se está despierto.
Parálisis del sueño: Suele darse justo antes del sueño o al despertar por la mañana,
pero en un momento en el que no representa peligro para la persona.

Trastornos de conducta asociados al sueño REM


En el sueño REM estamos paralizados corporalmente. Si no fuera por esa parálisis
representaríamos nuestros sueños.
En el trastorno asociado al sueño REM (que es una enfermedad neurodegenerativa)
los pacientes representan sus sueños, levantándose y moviéndose sin ser
conscientes de ello. El paciente puede sufrir lesiones.

Trastornos asociados al sueño de ondas lentas


Durante esta fase, concretamente en la fase número 4 del sueño (una de las más
profundas), algunas personas sufren conductas de inadaptación; como pueden ser
el sonambulismo, enuresis nocturna (mojar la cama) y terrores nocturnos.

El sonambulismo
En los niños suele ser por fatiga, falta de sueño o ansiedad; en los adultos puede
deberse a trastornos mentales, alcohol entre otras. Estas personas se pueden
levantar y pasear con normalidad, realizar acciones… estos episodios suelen ser
muy breves y si no se les despierta volverán a irse a dormir, pero pueden quedarse
durmiendo en cualquier lugar diferente.
Dentro del sonambulismo se encuentra el trastorno de ingesta asociado al sueño;
La persona come mientras está dormida. Para prevenirlo suelen guardar la comida
bajo llave.

Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos son más comunes en los niños de entre 3 y 7 años. El niño
puede estar sudando o respirando agitadamente, en estado de shock y muy
desorientado.
En definitiva, se necesita de un sueño reparador para estar al 100% en nuestro día
a día. Es por ello que, en el caso de que sufras algunos de los síntomas descritos,
consulta con tu médico y él podrá diagnosticarte adecuadamente y tomar medidas
si es necesario. Muchos de estos trastornos tienen tratamientos altamente efectivos.

SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS


El síndrome de piernas inquietas (RLS, por sus siglas en inglés) es un problema del
sistema nervioso que provoca la sensación de un impulso irrefrenable a levantarse
y pasear o caminar. Usted se siente incómodo a menos que mueva las piernas. El
movimiento detiene la sensación desagradable durante un corto tiempo.
Este trastorno es conocido también como síndrome de piernas
inquietas/enfermedad de Willis-Ekbom (RLS/WED, por sus siglas en inglés).

Causas
Nadie sabe exactamente qué causa el RLS. Puede deberse a un problema con la
forma como las células del cerebro utilizan la dopamina. La dopamina es un químico
cerebral que ayuda con el movimiento muscular.
El RLS puede estar relacionado con otras afecciones. Este puede ocurrir con mayor
frecuencia en personas con:
 Enfermedad renal crónica
 Diabetes
 Deficiencia de hierro, de magnesio o de ácido fólico
 Mal de Parkinson
 Neuropatía periférica
 Embarazo
 Esclerosis múltiple
También puede ocurrir en personas que:
 Usen ciertos medicamentos como bloqueadores de los canales del calcio, litio o
neurolépticos
 Están suspendiendo el uso de sedantes
 Consumen cafeína
Trastornos de Alimentación
Los trastornos de alimentación más comunes son la anorexia nerviosa y la bulimia
nerviosa (con frecuencia se las denomina simplemente "anorexia" y "bulimia"). Pero
cada vez se identifican con más frecuencia otros trastornos relacionados con los
alimentos, como el trastorno restrictivo o selectivo, el trastorno por atracones, los
trastornos de la imagen corporal y las fobias a los alimentos.

Anorexia

Las personas con anorexia tienen un miedo real a subir de peso y una visión
distorsionada de la forma y el tamaño de su cuerpo. Como resultado de esto, comen
muy poco y llegan a tener un peso corporal peligrosamente bajo. Muchos
adolescentes con anorexia restringen su ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno
o ejercicio físico excesivo. Prácticamente no comen o comen la menor cantidad
posible de alimentos y esa pequeña cantidad de alimentos que comen se transforma
en una obsesión en términos de la cantidad de caloría.

Otras personas con anorexia tal vez comiencen a tener atracones y purgas: comen
una gran cantidad de alimentos y después tratan de eliminar las calorías
provocándose vómitos, utilizando algún tipo de medicamento o laxantes, o haciendo
una cantidad excesiva de ejercicio físico. También pueden combinar algunas de
estas prácticas.

Bulimia
La bulimia es similar a la anorexia. Cuando una persona tiene bulimia, come en
exceso (atracón) y después trata de compensar este exceso con decisiones
extremas, como provocarse vómitos o hacer ejercicio todo el tiempo, para evitar
subir de peso. Con el paso del tiempo, estas medidas pueden resultar peligrosas,
tanto física como emocionalmente. También pueden llevar a comportamientos
compulsivos (que son difíciles de detener).

Para tener bulimia, una persona debe tener atracones y purgas de manera regular,
al menos una vez a la semana durante un par de meses. Los atracones son
diferentes a ir a una fiesta y "comer toneladas" de pizza y, al día siguiente, decidir ir
al gimnasio y comer de manera más saludable.

Las personas con bulimia comen una gran cantidad de alimentos (con frecuencia
comida chatarra) todos juntos y, en general, lo hacen a escondidas. A veces, comen
alimentos que no están cocidos o que aún están congelados, o toman alimentos de
la basura. Suelen sentir que no pueden dejar de comer y solo logran detenerse
cuando están demasiado llenos como para seguir comiendo o si recurren a medidas
extremas (como ponerle sal a un postre para que resulte imposible comerlo). La
mayoría de las personas con bulimia después se purgan vomitando, pero también
pueden usar laxantes o hacer ejercicio físico de manera excesiva.

Si bien la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas con anorexia suelen
ser delgadas y tener bajo peso, pero quienes padecen bulimia pueden tener el peso
promedio o sobrepeso.

Trastorno por atracones


Este trastorno de la alimentación es similar a la anorexia y la bulimia porque la
persona que lo padece tiene atracones frecuentes (al menos una vez por semana,
pero generalmente con más frecuencia). Pero, a diferencia de lo que ocurre con
otros trastornos de la alimentación, las personas con trastorno por atracones no
intentan "compensar" el exceso purgando los alimentos.
La anorexia, la bulimia y el trastorno por atracones implican patrones no saludables
de alimentación que comienzan gradualmente y crecen a tal punto que la persona
se siente incapaz de controlarlos.

Trastorno de alimentación restrictivo o selectivo

El nombre de este trastorno es nuevo (en inglés se lo conoce por la sigla ARFID) y
algunas personas creen que simplemente significa que la persona es "quisquillosa",
pero también puede deberse a una cantidad de otros problemas alimenticios. Las
personas con trastorno de alimentación restrictivo o selectivo no tienen ni bulimia ni
anorexia, pero aún así la alimentación es un problema y, como resultado, no comen
lo suficiente como para mantener un peso saludable.

Los tipos de problemas de alimentación que podrían ser considerados un trastorno


de alimentación restrictivo o selectivo incluyen los siguientes:

 dificultad para digerir determinados alimentos


 evitar alimentos con ciertos colores o texturas
 comer únicamente porciones muy pequeñas
 no tener apetito
 tener miedo a comer después de un episodio atemorizante de vómito o
atragantamiento

Como los nutrientes de la dieta de estas personas no son suficientes, quienes


padecen este trastorno bajan de peso o, si se trata de niños más pequeños, es
probable que no suban de peso o no crezcan como se espera. Muchas personas
con trastorno de alimentación restrictivo o selectivo necesitan tomar suplementos
todos los días para obtener la cantidad adecuada de nutrientes y calorías.

Además, quienes padecen este trastorno podrían tener problemas en su vida


cotidiana, en la escuela o con sus amigos debido a sus problemas de alimentación.
Por ejemplo, tal vez eviten salir a comer o almorzar en la escuela o tarden tanto
tiempo en comer que lleguen tarde a la escuela o no tengan tiempo para hacer su
tarea.

Algunas personas con trastorno restrictivo o selectivo pueden llegar a desarrollar


otro trastorno de la alimentación, como anorexia o bulimia.

Señales de anorexia y bulimia

A veces, la anorexia o la bulimia comienzan porque la persona simplemente intenta


perder algo de peso o desea ponerse en forma. Pero la necesidad de comer menos,
de purgarse o de hacer ejercicio físico excesivo se vuelve "adictiva" y es muy difícil
detenerla.

Los adolescentes con anorexia o bulimia suelen tener miedo a ser gordos o piensan
que son gordos cuando, en realidad, no lo son. Quienes padecen anorexia tal vez
pesen la comida antes de ingerirla o cuente las calorías de todo de forma
compulsiva. Las personas a quienes esto les parece "normal" o "divertido" o que
desean que los demás las dejen en paz para que simplemente puedan hacer dieta
y estar delgadas podrían tener un problema grave.

¿Cómo se sabe a ciencia cierta si alguien está luchando con la anorexia o la


bulimia? No basta con solo mirar. Una persona que pierde mucho peso puede tener
otra afección o podría estar bajando de peso haciendo ejercicio físico y comiendo
de manera saludable.

Pero existen algunas señales a las que se debe estar atento y que pueden indicar
que una persona tiene anorexia o bulimia.

Una persona con anorexia podría:


 volverse muy delgada, frágil o demacrada;
 estar obsesionada con la alimentación, la comida y el control del peso;
 pesarse de manera reiterada;
 "llenarse con agua" deliberadamente al ir a ver a un profesional de la salud que la
va a pesar;
 ser muy cuidadosa con las porciones o contar los alimentos;
 comer únicamente ciertos alimentos, evitar alimentos como lácteos, carne, trigo, etc.
(por supuesto, muchas personas que son alérgicas a un alimento determinado o
que son vegetarianas evitan ciertos alimentos);
 hacer ejercicio físico de manera excesiva;
 sentirse gorda;
 evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y las celebraciones en
las que hay alimentos, y
 estar deprimidas, letárgicas (sin energía) y tener mucho frío.

Una persona con bulimia podría:


 tener miedo a subir de peso;
 estar sumamente insatisfecha con la forma, el tamaño y el peso de su cuerpo;
 inventar excusas para ir al baño inmediatamente después de las comidas;
 comer solo alimentos dietéticos o con bajo contenido de grasa (excepto durante los
atracones);
 comprar laxantes, diuréticos o enemas de manera regular;
 pasar la mayor parte del tiempo haciendo ejercicio físico o intentando quemar
calorías, y
 evitar las actividades sociales, en especial las comidas o las celebraciones en las
que hay comida.

¿Qué causa los trastornos de la alimentación?


Nadie está totalmente seguro sobre las causas de los trastornos de la alimentación;
sin embargo, existen varias teorías acerca de ellos. Muchas personas que
desarrollan un trastorno de la alimentación tienen entre 13 y 17 años de edad. Este
es un momento de cambios físicos y emocionales, presiones académicas y un gran
nivel de presión de los pares.
Si bien durante la adolescencia existe una sensación de mayor independencia, los
adolescentes podrían sentir que no pueden controlar su libertad personal y, en
algunos casos, sus cuerpos. Esto puede ser especialmente cierto durante la
pubertad.
En el caso de las mujeres, aunque es completamente normal (y necesario)
aumentar un poco el nivel de grasa corporal durante la pubertad, algunas
reaccionan al cambio teniendo mucho miedo por su nuevo peso. Tal vez se sientan,
erróneamente, obligadas a deshacerse de esta grasa de cualquier modo.
Cuando la presión por ser como los famosos se combina con el hecho de que el
cuerpo crece y cambia durante la pubertad, no es difícil entender por qué algunos
adolescentes tienen una imagen negativa de sí mismos. Los adolescentes famosos
y deportistas conforman el "ideal de Hollywood": las mujeres son pequeñas y
delgadísimas, y los varones son atléticos y musculosos, y este tipo de cuerpos no
solo son populares en Hollywood sino también en la escuela secundaria.
Muchas personas que tienen trastornos de la alimentación también pueden estar
deprimidas o ansiosas, o tener otros problemas de salud mental, como el trastorno
obsesivo compulsivo. También existe evidencia de que los trastornos de la
alimentación son un problema que ya otros miembros de la familia tienen o han
tenido. Si bien parte del problema puede ser genético, también se debe a que
aprendemos nuestros valores y nuestras conductas de nuestras familias.

Los deportes y los trastornos de la alimentación


Los deportistas y los bailarines son especialmente vulnerables a desarrollar
trastornos alimenticios durante la pubertad y tal vez deseen detener o eliminar el
crecimiento (tanto en altura como en peso).
Los entrenadores, los integrantes de la familia y otras personas pueden alentar a
los adolescentes a practicar ciertos deportes (como gimnasia artística, patinaje
sobre hielo y ballet) para que sean lo más delgados posible. A algunos deportistas
y corredores también se los anima a pesar menos o a deshacerse de la grasa
corporal en un momento en el que están biológicamente destinados a tenerla.

Efectos de los trastornos de la alimentación

Los trastornos de la alimentación son enfermedades médicas graves. Con frecuencia, se


combinan con otros problemas, como el estrés, la ansiedad, la depresión y el consumo de
drogas. Los trastornos de la alimentación pueden derivar en problemas de salud física graves,
como afecciones cardíacas o fallo renal.

Una persona cuyo peso es, por lo menos, un 15 % menor que el peso promedio
correspondiente a su altura, seguramente no cuente con la grasa corporal suficiente
para mantener sus órganos y otras partes del cuerpo sanos. En casos extremos, los
trastornos de la alimentación pueden desembocar en una desnutrición severa y
hasta provocar la muerte.

En el caso de la anorexia, el cuerpo entra en modo de inanición, y la falta de nutrición


puede afectar al organismo de muchas maneras:

 una caída en la presión sanguínea, el ritmo respiratorio y el pulso;


 pérdida de cabello o rotura de uñas;
 ausencia de la menstruación;
 crecimiento de lanugo (un pelo suave que puede crecer en toda la piel);
 mareos o incapacidad para concentrarse;
 anemia;
 hinchazón en las articulaciones, y
 huesos frágiles.

En el caso de la bulimia, los vómitos constantes y la falta de nutrientes pueden


provocar estos problemas:

 dolor constante de estómago;


 daño en el estómago y los riñones;
 caries (debido a la exposición a los ácidos del estómago);
 "mejillas de ardilla", cuando las glándulas salivales se expanden de forma
permanente a causa de los vómitos frecuentes;
 ausencia de la menstruación, y
 pérdida de potasio (esto puede favorecer los problemas cardíacos e, incluso,
provocar la muerte).
Una persona con trastorno por atracones, que sube mucho de peso tiene riesgo de
desarrollar diabetes, afecciones cardíacas y algunas otras enfermedades
relacionadas con el sobrepeso.

Los trastornos de la alimentación también pueden crear problemas emocionales.


Cuando alguien vive obsesionado con el peso, es difícil que logre concentrarse en
otra cosa. Puede resultar agotador y abrumador controlar la ingesta de alimentos y
el ejercicio físico, además de estar en un estado de estrés constante por los
alimentos y la forma en la que se ve el cuerpo. Resulta sencillo darse cuenta de por
qué cuando aparece un trastorno de la alimentación uno puede volverse más
solitario y menos sociable. Se vuelve difícil juntarse a comer con amigos o con la
familia, o casi imposible dejar la adicción por el ejercicio físico o el entrenamiento
excesivos para salir a divertirse.

Tener un trastorno de la alimentación también puede consumir gran cantidad de


energía mental en la planificación de los alimentos, cómo evitar los alimentos,
planificar un atracón, obtener dinero para comprar alimentos o laxantes u otros
medicamentos, inventar motivos para ir al baño después de las comidas o pensar
cómo decirles a las personas que te rodean que quieres estar solo después de una
comida.
Tratamiento para los trastornos de la alimentación
Afortunadamente, es posible tratar los trastornos de la alimentación. Las personas
con trastornos de la alimentación pueden mejorar y aprender, gradualmente, a
comer más y bien, como sus familiares y amigos. Los trastornos de la alimentación
involucran al cuerpo y la mente. Por eso, con frecuencia, el tratamiento y la
recuperación estarán a cargo de médicos clínicos, psicólogos (o psiquiatras) y
dietistas.
Los tratamientos psicológicos son una parte muy importante para mejorar. En
muchos casos, la terapia familiar es la clave para la recuperación de hábitos
saludables de nutrición. Los padres y otros integrantes de la familia son importantes
para brindar apoyo a una persona que debe recuperar peso y que tiene miedo de
hacerlo, o que debe aceptar la forma del cuerpo que puede tener por su cultura, sus
genes y su estilo de vida.
Si deseas hablar con alguien acerca de los trastornos de la alimentación, pero no
puedes o no estás preparado para hablar con tus padres o un familiar cercano,
intenta hacerlo con un amigo, un maestro, el enfermero o consejero escolar, un
entrenador, un vecino, tu médico o algún otro adulto en quien confíes.
Recuerda que los trastornos de la alimentación son muy comunes entre los
adolescentes. Las opciones de tratamiento dependen de cada persona y de sus
familias, pero muchos tratamientos incluyen llevar un diario, hablar con terapeutas
y trabajar con dietistas y otros profesionales.
Aprender a sentirte cómodo con tu peso saludable es un proceso. Lleva tiempo
desaprender algunos comportamientos y aprender otros. Ten paciencia, puedes
aprender a aceptar tu cuerpo, comprender tus conductas alimenticias y descubrir la
relación entre tus sentimientos y la comida; todas estas herramientas son
necesarias para que sientas que tienes el control y puedas aceptarte y quererte por
quién eres.
FOBIAS
Hace tiempo que las fobias forman parte del inconsciente colectivo de Occidente.
Incluso aquellas personas que nunca han experimentado una fobia en cualquiera
de sus formas, saben que el ser humano es capaz de desarrollar un miedo
irracional a prácticamente todo lo que puede ser percibido o imaginado: payasos,
arañas, colores concretos, etc. ¿Pero... no sería más apropiado hablar de tipos de
fobias que de “fobias” como si estas formasen una sola unidad?
Esto es justamente lo que hace que las fobias sean un tema tan interesante: hay
tantas de ellas como elementos existen en nuestro hábitat y nuestras culturas. Es
decir, son prácticamente infinitas, y siempre resulta sorprendente ver hasta qué
punto pueden existir personas que en un momento determinado de su vida
desarrollan un miedo atroz a cosas, ideas o seres vivos que difícilmente pueden ser
descritos como peligrosos. Por ejemplo, en este artículo tienes algunos ejemplos de
fobias extrañas.

¿Cuáles son los tipos de fobias que existen?


Tanta variedad hace que resulte complicado hacerse un "mapa mental" sobre las
fobias y saber cuáles son las más comunes. En realidad, es imposible tener acceso
a una clasificación totalmente exhaustiva y detallada sobre las fobias, porque la
variedad de estas es muy posiblemente infinita, y por lo tanto es inútil pretender
crear una clasificación exhaustiva con todos los tipos de fobias: siempre habrá
alguna que se saldrá de los esquemas. Cualquier cosa o pensamiento es propenso
a generar un miedo irracional bajo ciertas circunstancias.
Sin embargo, sí que se pueden trazar clasificaciones generales sobre los tipos de
fobias. Puede que no resulten perfectas o totalmente exhaustivas, pero por lo menos
son útiles y permiten hacerse una idea aproximada sobre cómo suelen expresarse
estos miedos irracionales. Así pues, una clasificación de clases de fobias que
incluya las más comunes podría ser la que te ofrecemos a continuación.

1. Fobias específicas
Los tipos de fobias que pertenecen a la categoría de fobias específicas tienen en
común que aquello que genera miedo es una situación, objeto o ser concreto. Es
decir, algo que puede ser identificado y separado fácilmente del resto. Además, el
manual DSM IV distingue entre cinco subtipos de fobias específicas: las
relacionadas con la sangre y las inyecciones, las fobias desencadenadas por
animales, las relacionadas con entornos naturales, las fobias de situación y la
categoría "otras fobias específicas".
1.1. Fobia a los animales, o zoofobia
Aquí entraría todas esas fobias relacionadas con los seres vivos con peor imagen,
como las arañas o las serpientes, pero técnicamente puede encuadrarse en esta
categoría cualquier a de esos tipos de fobias cuyo estímulo desencadenante sea un
animal, se trate de un colibrí, un mapache, un cangrejo o cualquiera de las
posibilidades que nos brinda la evolución.
Tres tipos de fobias específicas de esta categoría que merecen una mención de
honor por lo comunes que resultan son la ofidiofobia, la aracnofobia y la cinofobia,
fobia a las serpientes, fobia a las arañas y fobia a los perros, respectivamente.
Puede que en ciertos casos resulte de utilidad tener un cierto respeto a estos
animales por su capacidad de hacernos daño, pero desde luego las arañas y los
perros son lo suficientemente numerosos como para hacer que tenerles demasiado
miedo pueda ser muy contraproducente.

Otros ejemplos de fobia a los animales lo encontramos en trastornos de ansiedad


como la musofobia, o miedo a los ratones, así como en la hipofobia o la
escolequifobia.

1.2. Fobia a la sangre, o hematofobia


Uno de los grandes clásicos y que, atendiendo a algunos estudios, parece uno de
los tipos de fobias más comunes. Sin embargo, la fobia a la sangre presenta una
particularidad que la distingue del resto: con frecuencia conduce al desmayo.
Puedes leer más sobre este tema en el artículo dedicado a este fenómeno.
1.3. Fobias de entorno natural
1.3.1. Acrofobia, o miedo a las alturas
El hecho de encontrarse a más o menos altura respecto al lugar que percibimos
como "suelo" o base del lugar en el que nos hemos subido guarda una relación
evidente con el peligro al que nos exponemos. A mayor altura, mayor es el riesgo
de morir en caso de caída. Sin embargo, en ocasiones el miedo a las alturas puede
ser tan severo e incapacitante que se puede considerar un tipo de fobia relacionada
con el entorno natural. Esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta que
en las ciudades los cambios bruscos de altura son frecuentes, sobre todo en los
edificios.

1.3.2. Astrafobia, o miedo a las tormentas


Las tormentas suelen estar asociadas a bastantes cosas que pueden dar bastante miedo, y cuando
además de les une un componente traumático relacionado con experiencias pasadas, la existencia
de la astrafobia no resulta para nada extraña. Este es un tipo de fobia que puede dar especiales
problemas, porque el ruido de las tormentas traspasa paredes y hace que calmarse
resulte complicado.
1.3.3. Pluviofobia, miedo a la lluvia

Uno de los tipos de fobias más extraños, ya que en este caso el estímulo fóbico es
la lluvia en sí, un elemento que difícilmente supone un riesgo real más allá de las
inundaciones.

1.4. Fobias de situación


1.4.1. Aerofobia, o miedo a volar en aviones
La fobia a los aviones es, posiblemente, la fobia situacional más frecuente. No solo
hay en ella el componente de miedo a morir en el caso de que falle la maquinaria
circundante, sino que además el hecho de encontrarse en un espacio pequeño con
muchos desconocidos amontonados hace que el estrés sea difícil de reducir.
1.4.2. Claustrofobia, el miedo a los espacios cerrados
Los lugares angostos o con paredes muy cercanas las unas de las otras generan
una sensación de angustia en muchas personas, pero también pueden hacer que
algunas entren en un estado de pánico. La claustrofobia es uno de los tipos de fobia
más conocidos por la gravedad que supone temer este tipo de espacios en las
sociedades en las que gran parte de la vida se realiza dentro de edificios y recintos
cerrados.

1.4.3. Amaxofobia, o miedo a conducir


El miedo irracional a conducir es, una de las desagradables sorpresas que muchas
personas descubren cuando les toca realizar sus primeras clases prácticas de
coche (la otra sorpresa es la estimación del dinero que se van a gastar en ellas).
Pero la amaxofobia es especialmente peligrosa entre todos los tipos de fobias,
porque impide una conducción prudente y pone en riesgo la propia vida y la de los
demás. Puedes leer más sobre la amaxofobia en este artículo.

2. Fobia social
Una categoría de tipos de fobias distinta a la que hemos visto hasta ahora es la
que hace referencia a la interacción social. Las fobias sociales pueden ser muy
variadas, aparecer solo en ciertos contextos y no en otros y fundamentarse en
diferentes motivos, como el miedo a las agresiones que se pueden desencadenar o
el miedo a la marginación.
Uno de los síntomas frecuentes entre las personas que sufren fobia social es
la eritrofobia, que se el miedo a ruborizarse. Puedes profundizar en las causas,
síntomas y tratamientos para la fobia social leyendo este artículo.

sintomatología
Antes, durante, o después de confrontar la situación temida, la persona que sufre
una Fobia puede presentar alguno de los siguientes síntomas:
 Malestares gastrointestinales
 Asco, náuseas y deseo o miedo a vomitar
 Tensión muscular generalizada
 Palpitaciones
 Temblores o sacudidas
 Transpiración excesiva
 Mareos

 Visión borrosa
 Palidez
 Inquietud y elevada ansiedad
 Fuertes deseos de escapar o evitar
 Sensación de descontrol
 Temor a quedarse paralizado

Tratamiento
El tratamiento que ha demostrado mayor eficacia para ayudar a las personas a
superar una fobia específica, es el conocido como Terapia Cognitiva
Comportamental (TCC). La exposición es la intervención más poderosa y efectiva
para superar una fobia específica. El componente cognitivo se focaliza en identificar,
desafiar y modificar las cogniciones erróneas que condicionan la aparición de
ansiedad y temor ante una situación u objeto.
EL CONTROL DE ESFÍNTERES
La adquisición del control de esfínteres depende de varios factores individuales,
diferentes en cada niño. La retención nocturna de la orina se adquiera más tarde,
ya que el pequeño necesita ciertas habilidades evolutivas para despertarse por la
noche al sentir que su vejiga está llena. Conviene no perder de vista que el control
de la orina requiere una serie de habilidades que se adquieren de forma secuencial,
como la conciencia de la necesidad de hacer pis, el inicio voluntario de la micción,
la inhibición de la micción y su retraso, y la inhibición de la micción automática
durante el sueño.
La evolución del control del esfínter anal se produce de la misma forma que el
control de la micción; quizá la única diferencia sea que se consigue un poco antes.
Conviene tener presente que cada niño es diferente en la adquisición de
habilidades. El único dato importante que nos puede servir de referencia es que el
control de esfínteres suele empezar a aprenderse en torno a los dos años y la
mayoría de los niños controlan perfectamente sus esfínteres hacia los cuatro años
y medio (control diurno y nocturno).
Decidir el momento en que el pequeño tiene que abandonar el pañal y pasar a usar
el retrete es una cuestión que tiende a provocar un alto grado de angustia en la
mayoría de los padres. Que no cunda el pánico: en situaciones normales todos los
niños acaban aprendiendo. Algunos lo hacen antes que otros, como también los hay
que gatean y andan antes o se muestran más dispuestos a recoger sus juguetes.
Sólo unos padres con una actitud severa u ofensiva, que abusen del castigo,
pueden amenazar la autoestima del niño, que se verá medido y valorado en función
de si logra usar el inodoro o no. Estas formas de actuar son ineficaces para cualquier
aprendizaje. Tenemos que olvidarnos de decir frases como: "Eres un gorrino" o "no
verás la tele en un mes si vuelves a hacerte pis".
SEÑALES QUE DA EL NIÑO
Si los siguientes puntos se cumplen, se puede empezar la educación del control de
ambos esfínteres: le disgusta estar mojado y avisa o busca al adulto para que le
cambie el pañal; incluso llega a expresar o señalar de algún modo que tiene ganas
de orinar o defecar; Le molesta el uso del pañal y a veces intenta quitárselo;
interrumpe la actividad que está haciendo y se para o se retira mientras hace pis o
defeca en su pañal; sabe desvestirse -sobre todo bajarse el pantalón y la ropa
interior- y colabora en la tarea de vestirse; protesta porque quiere hacer cosas por
sí mismo; va rápidamente al baño, sentarse sin perder el equilibrio en el orinal y
levantarse sin ayuda; permanece varias horas seco; las deposiciones diarias
disminuyen a una o dos como mucho.
Todas estas premisas son necesarias para iniciar el control de esfínteres. Si no se
dan, habrá que esperar con paciencia hasta que ocurran y aparezcan indicadores
de un mayor control. Como ya se ha mencionado, cada niño evoluciona a un ritmo
distinto.
LAS SEÑALES SE PUEDEN PROVOCAR
También podemos estimular la aparición de las señales con determinadas acciones:
Enseñar al niño las distintas partes del cuerpo y hacer hincapié en las que tienen
que ver con la eliminación de excrementos: que sepa por dónde salen las heces y
la orina. Conviene permitirle acompañarnos al baño: aumentará su eficacia si
acompaña al progenitor del mismo sexo. Hay que aprovechar la hora del baño y
pedirle que diga el nombre de cada parte del cuerpo mientras se enjabona; Repetirle
términos relacionados con el retrete y fomentar el conocimiento del vocabulario; no
importa que lo llamemos váter, pipí o popó, mientras el niño sepa de qué estamos
hablando; Si no parece entender órdenes sencillas, tenemos que enseñarle los
nombres de los objetos asociados al baño -papel higiénico, orinal, cepillo de dientes,
peine, toalla, gel- antes de intentar la educación del uso del váter; discriminar e
identificar la sensación de que limpio equivale a agradable y sucio a desagradable
pasa por dejarle notar lo incómodo del pañal mojado. "Mamá, tengo pis" o "papá,
tengo caca" son frases con las que los niños comienzan a dar pistas sobre el control
que van adquiriendo. Si vuestro hijo es de los que lo pide antes haberle retirado el
pañal, le acompañaremos al retrete. ¡No desaprovecheis la oportunidad que os
brinda!
Algunos niños desarrollan miedos relacionados con el retrete y es importante que
los superen antes de comenzar el control de esfínteres. No podemos pretender que
el pequeño se mantenga sentado y relajado en un sitio por el que piensa que se va
a colar o del que cree que puede salir un monstruo. En estos casos hay que empezar
por el orinal, facilitarle que tire de la cadena sin obligarle a que lo haga, que observe
el pañal sucio y lo tire a la basura, etcétera. Los padres pueden dejar que el niño
practique sentándose en el orinal y en la taza del retrete durante breves periodos
de tiempo, incluso que asocie la visita al cuarto de baño con actividades placenteras,
como leer un cuento. En principio se hará sólo para que se familiarice con esos
objetos -no para que les dé uso- y compruebe que no se cae dentro o desaparece.
Esto evitará miedos posteriores.
LA ACTITUD DE LOS PADRES
En algunas ocasiones el pequeño puede estar preparado, pero los padres no. Este
proceso puede resultar estresante y conviene que los progenitores evalúen
previamente cómo van a afrontarlo, porque el éxito tiene mucho que ver con la
actitud de los padres. Lo más acertado es respetar las normas que resumimos a
continuación:
- Tener paciencia: el niño está iniciando un aprendizaje complejo que requiere la
coordinación de muchas capacidades.
- Ante los fracasos, la respuesta de los padres será lo más neutra posible, sin
enfados. Suele ser suficiente con una frase del tipo: "Ve a la habitación, coge ropa
seca y cámbiate”. Por el contrario, procuraremos reforzar cualquier logro
relacionado con el control de esfínteres.
- Abandonemos las regañinas, los reproches y las comparaciones con otros niños.
APRENDER A CONTROLAR LOS ESFÍNTERES
El método que presentamos requiere tiempo para alcanzar los objetivos y un poco
de preparación. Para empezar a ponerlo en práctica conviene esperar al fin de
semana, un puente o unas vacaciones. Una vez evaluados los criterios o señales
que nos indican que podemos empezar a enseñarle a despedirse del pañal y usar
el retrete, elegimos el día para comenzar. El día señalado conviene que no sea muy
complicada en casa y no coincida con situaciones que puedan estresar al niño. Si
ambos padres trabajan, lo dejaremos para el sábado, por ser un día libre de
obligaciones laborales para la familia. Le decimos al pequeño que ese día tendrá
una sorpresa, porque aprenderá a utilizar el váter como la gente mayor.
Material: Necesitamos un orinal cómodo, que se asiente bien en el suelo. El niño/a
ayudará a escogerlo o decorarlo. Puede personalizarlo con una pegatina que lo
identifique como algo suyo. Tiene que saber cómo subirse y bajarse la ropa; un
pantalón o falda con elástico, sin botones, le facilitará la tarea. Conviene que las
prendas interiores sean grandes para que pueda ponérselas y quitárselas con
facilidad. Durante ese día buscaremos un sitio para el orinal en el baño y
permitiremos al niño que juegue con él para que se familiarice con el nuevo objeto;
puede valerse de un muñeco, sentarlo y jugar con él.
Comienzo: La primera vez le animaremos a que se siente en el orinal, aplaudiendo
su equilibrio y el hecho de que sea capaz de bajarse y subirse la ropa. Si notamos
cierta resistencia, le podemos permitir que se siente vestido y permanezca un
tiempo, y le adelantamos que, a partir del día siguiente, empezará a usarlo a ratos
para aprender. Estas sentaditas no pasarán de tres minutos: no tienen por objetivo
que orine o defeque, sólo que se familiarice con la situación para evitar miedos
posteriores. Para llevarlas a cabo no se debe obligar al pequeño a abandonar
actividades en las que esté concentrado. Si es conveniente procurar que los
intervalos sean regulares.
Estemos atentos: si observamos que el niño suele hacer deposiciones a una
determinada hora, si han pasado un par de horas o tres desde la última micción, si
acaba de levantarse de la siesta, si por la mañana amanece seco, aumentarán las
posibilidades de que se produzca un vaciado en el orinal. No debemos
obsesionarnos con preguntarle cada poco tiempo si quiere ir al baño, ni dedicar más
de 10 a 15minutos en total al día a que esté sentado. iY tenemos que contar con
que habrá accidentes!
Para practicar con el orinal le pedimos al niño que vaya hasta donde está el orinal,
que se baje los pantalones y se siente durante unos minutos; mientras tanto puede
charlar con nosotros, tener con él a su muñeco favorito u hojear un cuento.
No hay que alargar el momento; no se trata de un juego, simplemente debe asociar
el hecho de ir al váter con algo sencillo y agradable. De este modo evitaremos
miedos o ansiedades que dificulten el control de esfínteres. Pasados esos minutos,
pedimos al pequeño que mire el orinal para que vea si está lleno o vacío y aprenda
a establecer la diferencia. En caso de que el orinal esté lleno le diremos lo bien que
lo ha hecho; en caso de que esté vacío le indicaremos que se suba la ropa y
elogiaremos que sea capaz de hacerlo, añadiendo que puede utilizar el orinal
cuando tenga ganas de orinar o defecar. Mantendremos los pañales de la noche y
la siesta hasta que aparezcan secos durante un periodo de tiempo prudencial -al
menos 15 días seguidos- y las eliminaciones en el orinal o el retrete sean la tónica
predominante durante el día. Una vez que se tome esta decisión, no habrá vuelta
atrás: se mantendrá al niño sin pañales, con independencia del número de
accidentes que se produzcan.
Comentarios negativos
En caso de que el pequeño haga comentarios negativos respecto al uso del retrete
o quiera volver a utilizar los pañales, contestaremos que no, que ya hemos hablado
de eso, y nos retiraremos de la situación para evitar que insista.
Accidentes: Cuando el niño tenga un accidente -y tendrá unos cuantos-, no le
daremos importancia. Simplemente le cambiamos de ropa y le decimos que no se
preocupe, que tendrá otras oportunidades de utilizar el orinal. Eso sí, pidámosle que
vaya hasta el orinal desde el lugar donde estaba cuando tuvo el accidente y que
demuestre cómo se baja los pantalones y se sienta rápidamente.
Los refuerzos: En algún momento del proceso de aprendizaje, el niño conseguirá
evacuar dentro el orinal. Es nuestro objetivo, así que se lo señalaremos e incluso le
daremos un premio material por su logro, pero sólo esa primera vez. A partir de ese
momento, aunque el refuerzo debe hacerse siempre que el pequeño haga sus
necesidades en el orinal, hay que limitarse a decir una frase acompañada de algún
guiño cariñoso que reconozca los logros obtenidos: "Qué bien, has ido al baño tú
solo”
Es importante continuar elogiando sus progresos, pero cada vez con menos
frecuencia. Tan importante como aplicar el método es la adquisición de
responsabilidades. Está comprobado que, si el niño se encarga de desvestirse,
poner la ropa sucia para lavar, asearse y ponerse prendas limpias, mejora
ostensiblemente el proceso de aprendizaje.
¿Qué es el TDAH?
En algún momento, todos los niños tienen dificultad para prestar atención, escuchar,
sentarse quietos o esperar su turno. Pero los niños con TDAH tienen problemas con
estas cosas casi todo el tiempo.
Los niños con TDAH no se comportan de esta manera a propósito. El TDAH es un
trastorno médico que afecta la atención y el autocontrol. Debido al TDAH, les cuesta
más mantenerse concentrados. El TDAH también puede hacer que los niños sean
más inquietos que otros niños de su edad.
A los niños con TDAH tal vez les cueste mucho controlar su comportamiento y se
metan en problemas más a menudo. Esto puede hacer que les resulte difícil hacer
cosas como prestar atención en la clase o llevarse bien con otros.
TDAH significa trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Este es el
término médico para las dificultades con la atención y el autocontrol que pueden
hacer que los niños sean inquietos y se muevan mucho.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
Es posible que los niños con TDAH:
 tengan dificultad para escuchar y prestar atención
 necesiten muchos recordatorios para hacer las cosas
 se distraigan fácilmente
 parezcan distraídos
 sean desorganizados y pierdan las cosas
 no se sienten tranquilos ni esperen su turno o no sean pacientes
 hagan la tarea escolar u otras tareas a las apuradas o cometan errores por
descuido
 interrumpan mucho y hablen o griten en la clase, cuando no deberían
hacerlo
 hagan cosas que no debieran, incluso aunque sepan que no es correcto
 se sientan inquietos, ansiosos, frustrados y aburridos
Si un niño presenta muchos de estos síntomas y estos problemas aparecen la
mayor parte del tiempo, es posible que tenga TDAH.
¿Cómo determinan los médicos si un niño tiene TDAH?
Si los padres creen que es posible que su hijo tenga TDAH, pueden hablar con el
médico. No existen análisis de laboratorio o de sangre para el TDAH. Pero los
médicos están capacitados para saber qué síntomas buscar.
Si tus padres te llevan a que te revisen para comprobar si tienes TDAH, el médico
te hará preguntas sobre lo que está ocurriendo en tu vida y en la escuela. El médico
te hará preguntas como si tienes problemas para hacer la tarea, sentarte quieto,
calmarte o escuchar y desde hace cuánto tiempo te ocurre.
El médico se asegurará de que la causa no sea otro problema de salud o
aprendizaje. Probablemente, el médico les pedirá a tus padres y maestros que
completen listas de verificación.

¿Cómo se trata el TDAH?


Si un médico determina que tienes TDAH, recibirás tratamiento para ayudarte. Esto
puede ser un gran alivio. Puede resultar difícil sentir que siempre te estás
esforzando para hacer cosas con las que los otros niños no parecen tener
dificultades.
Para ayudar a los niños con TDAH, los médicos pueden hacer lo siguiente:
 Recetar medicamentos. Los médicos les pueden dar a los niños
medicamentos que mejoran la capacidad del cerebro para prestar atención,
calmarse y ser más pacientes.
 Proporcionar terapia. Los terapeutas pueden ayudar a los niños a aprender
a ser más pacientes, controlar sus sentimientos y adquirir autocontrol.
Pueden ayudar a los niños a ver lo mejor de sí mismos y descubrir en qué
son buenos y cómo hacer uso de sus fortalezas.
 Ayudar a los padres a descubrir qué pueden hacer. Los padres pueden
hacer cosas para ayudar a los niños a escuchar mejor; por ejemplo, decirles
una cosa por vez. Pueden ayudar a los niños a organizar sus cosas en el
hogar. Pueden darles aliento, amor y apoyo.
No son únicamente los médicos y los padres quienes ayudan a los niños con TDAH.
A veces, las escuelas les hacen a los niños un plan de aprendizaje que recibe el
nombre de "IEP" y está diseñado exclusivamente para ellos.
Los maestros también pueden hacer lo siguiente para ayudar a los niños con TDAH para
que les vaya bien en la clase:

 Dividir el trabajo escolar en partes.


 Ayudar a los niños a organizar sus cosas.
 Asegurarse de que los niños se sienten donde tengan menos probabilidades de
distraerse; por ejemplo, lejos de una puerta o una ventana.
 Darles a los niños breves descansos para levantarse y moverse durante la clase.

Existen cosas que los niños con TDAH pueden hacer para ayudarse a sí mismos.
Por ejemplo, las siguientes:
 Comer alimentos saludables.
 Dormir lo suficiente.
 Mantenerse activos todos los días.
 Practicar ejercicios de conciencia plena (mindfulness) y de respiración.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
El TDAH es provocado por diferencias en la capacidad del cerebro para prestar
atención, tranquilizarse y ser pacientes. No está claro qué es lo que provoca estas
diferencias en el cerebro, pero los médicos saben que el TDAH está en los genes de
una persona. La mayoría de los niños con TDAH tienen un padre o un pariente con
TDAH.
El TDAH no se debe a la ingesta de demasiado azúcar. Y no es algo que un niño
haga a propósito.

¿Qué sienten los niños con TDAH?


A veces, tener TDAH puede resultar difícil. Los niños tal vez reciban un reto por
cosas que no pueden evitar; como no escuchar, perder los estribos o hacer las
cosas demasiado rápido. Esto puede hacer que se sientan mal con ellos mismos.
Por momentos, es posible que se culpen a sí mismos por el TDAH. Pero los niños
no tienen la culpa de tener TDAH.
Los padres, los maestros y los terapeutas pueden ayudar a los niños a mejorar en
los aspectos de prestar atención, relajarse y adquirir autocontrol. Pueden
enseñarles a los niños a hacer uso de sus fortalezas y su energía de formas
positivas. Los niños con TDAH pueden mejorar su atención y autocontrol, mejorar
en la escuela y las actividades que disfrutan y sentirse bien con ellos mismos.
EL Autismo
El autismo se define como un conjunto de trastornos complejos del desarrollo
neurológico, caracterizado por dificultades en las relaciones sociales, alteraciones
de la capacidad de comunicación, y patrones de conducta estereotipados,
restringidos y repetitivos.
El autismo es el más conocido de los trastornos generalizados del desarrollo (TGD),
que por este motivo también se denominan trastornos del espectro autista (TEA), y
son considerados trastornos neuropsiquiátricos que presentan una gran variedad
de manifestaciones clínicas y causas orgánicas, y afectan de forma diversa y con
distinto grado de intensidad a cada individuo; esto significa que dos personas con
el mismo diagnóstico pueden comportarse de diferente manera y tener aptitudes
distintas.
Aunque suele manifestarse antes de los 3 años, su diagnóstico puede
demorarse por esta variabilidad en su expresión clínica. Además, existe cierto
desconocimiento generalizado, social e incluso dentro de profesionales sanitarios,
lo que contribuye a una detección tardía. Puede, además, suponer cierta
estigmatización social como otros trastornos de similar perfil.
Habitualmente es la familia quien detecta alguna anomalía que lleva a consultar
antes del segundo año de vida a su médico. En el caso del síndrome de Asperger y
otros trastornos del espectro, los síntomas pueden pasar desapercibidos y
detectarse más tardíamente.
Se considera que la incidencia de autismo a nivel mundial es de tres a seis niños de
cada 1.000, existiendo cuatro veces más probabilidades de aparición en los
varones que en las mujeres, sin distinción entre razas, nivel socioeconómico o área
geográfica.
Es muy frecuente la discapacidad intelectual; tan solo el 30% preservan un cociente
intelectual normal o incluso superior. Esto conlleva en la mayoría de los casos a un
alto nivel de dependencia social y familiar. La detección precoz y la intervención
temprana mediante un mejor conocimiento de este trastorno van a suponer grandes
beneficios para los niños afectados y sus familias.

Causas
con frecuencia las causas del autismo son desconocidas; aunque en
muchos casos se sospecha que se debe a cambios o mutaciones en
los genes, no todos los genes involucrados en el desarrollo de esta
enfermedad han sido identificados. Las investigaciones científicas han
relacionado la aparición del autismo en el niño con las siguientes
causas:
 Agentes genéticos como causa del autismo: se ha demostrado que en el
trastorno autista existe una importante base genética. En estudios clínicos
desarrollados con mellizos, se ha observado que cuando se detecta el
trastorno en uno de los hermanos, existe un alto porcentaje (en torno a un
90%) de probabilidades de que el otro hermano también lo desarrolle. Si el
estudio se ha llevado a cabo en el ámbito familiar, las estadísticas muestran
que existe un 5% de probabilidades de aparición en el neonato en el caso de
que tenga un hermano con el trastorno, que es una probabilidad bastante
superior a la que tendría en el caso de que no existieran antecedentes
documentados en su familia. Estos datos indican claramente una carga
genética ligada al trastorno autista. Las investigaciones tienen por objeto
determinar los genes involucrados en la aparición del trastorno, y ya han
establecido la relación directa entre la inhibición del gen de la neuroligina NL1
y el desarrollo de autismo, aunque se sabe que hay más genes
implicados. De hecho, se establece que deben estar presentes hasta 15-20
alteraciones genéticas a la vez para que se exprese de manera completa el
autismo. Algunas teorías, incluso, tratan de relacionarlo con el síndrome del
X frágil.
 Agentes neurológicos como causa del autismo: se han constatado
alteraciones neurológicas, principalmente en las áreas que coordinan el
aprendizaje y la conducta, en aquellos pacientes diagnosticados de
trastornos del espectro autista. Particularmente, la epilepsia está relacionada
con el autismo, pues un tipo concreto, el síndrome de West, desarrolla
autismo hasta en una quinta parte de los casos y viceversa.
Agentes bioquímicos como causa del autismo: se han podido determinar alteraciones en
los niveles de ciertos neurotransmisores, principalmente serotonina y triptófano.
Agentes infecciosos y ambientales como causa del autismo: determinadas infecciones o
exposición a ciertas sustancias durante el embarazo pueden provocar malformaciones y
alteraciones del desarrollo neuronal del feto que, en el momento del nacimiento, pueden
manifestarse con diversas alteraciones como, por ejemplo, trastornos del espectro autista.
Otras posibles causas del autismo: se han estipulado otras razones, como las
complicaciones obstétricas durante el parto, el abuso de drogas como la cocaína por parte
de la mujer embarazada, o el uso de medicamentos antiepilépticos, aunque su base
científica no está absolutamente demostrada.

Tipos de autismo
 Autismo infantil o síndrome de Kanner: es una afectación en mayor o
menor grado de las tres esferas principales del autismo (interacción social,
lenguaje verbal y corporal, y restricción de comportamientos con acciones
muy repetitivas e inmotivadas).
 Síndrome de Asperger: forma bastante leve de autismo en la cual los
pacientes no son capaces de interpretar los estados emocionales ajenos
(carecen de empatía). Estas personas son incapaces de relacionar la
información facilitada por el entorno y el lenguaje corporal de las personas
acerca de los estados cognitivos y emocionales de estas. Mantienen un
desarrollo normal tanto del lenguaje como de su situación intelectual.

 Síndrome de Rett: trastorno cognitivo raro (afecta aproximadamente a 1 de cada


10.000 personas, principalmente del sexo femenino) que se manifiesta durante el
segundo año de vida, o en un plazo no superior a los 4 primeros años de vida. Se
caracteriza por la aparición de graves retrasos en el proceso de adquisición del
lenguaje y de la coordinación motriz. En un porcentaje alto de los pacientes se
asocia con retraso mental grave. En un porcentaje alto de los pacientes se asocia
con retraso mental grave o leve. El proceso de deterioro cognitivo es persistente y
progresivo.

 Trastorno de desintegración infantil: aparece un proceso súbito y crónico


de regresión profunda y desintegración conductual tras 3-4 años de
desarrollo cognitivo y social correctos. Habitualmente existe un primer
periodo de síntomas característicos (irritabilidad, inquietud, ansiedad y
relativa hiperactividad), al que sigue la pérdida progresiva de capacidades de
relación social, con alteraciones marcadas de las relaciones personales, de
habla y lenguaje, pérdida o ausencia de interés por los objetos, con
instauración de estereotipias y manierismos. Suelen presentar crisis
epilépticas.

 Trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS): Se


diagnostica a niños que presentan dificultades de comunicación,
socialización y comportamiento, pero que no cumplen los criterios
específicos para el diagnóstico de ninguno de los otros trastornos
generalizados del desarrollo.
Síndromes
La definición de síndrome es un grupo de signos y síntomas que se presentan juntos
y caracterizan una anomalía o condición particular. También es un conjunto de
emociones o acciones simultáneas que usualmente forman un patrón identificable.
En medicina y psicología, una definición amplia de síndrome describe una colección
de síntomas y de resultados sin unirlos necesariamente a una sola patogenesia
identificable.
En genética médica describe un subconjunto de todos los síndromes médicos y se
utiliza tradicionalmente sólo cuando se conoce la causa genética subyacente. Así el
síndrome de Down fue referido frecuentemente como asociación de síntomas hasta
que el gen causativo principal (CHD7) para la condición fue descubierto, el nombre
se cambió a sindrome.
En biología síndrome se utiliza en un sentido más general para describir conjuntos
característicos de características en varios contextos. Los ejemplos incluyen
síndromes conductuales, así como síndromes de polinización y síndromes de
dispersión de semillas.
La palabra deriva del griego que significa “concurrencia”. En algunos casos, un
síndrome se liga tan de cerca de una patogenesia o causa que el síndrome, la
enfermedad, y el desorden de las palabras terminan siendo utilizados
indistintamente para ellos. Esto es especialmente cierto en los síndromes
hereditarios. Por ejemplo, el síndrome de Down o el síndrome de Andersen son
trastornos con el patogenesia conocida, por lo que cada uno es más que un conjunto
de signos y síntomas, a pesar de la nomenclatura del síndrome.
En otros casos, un síndrome no es específico de una sola enfermedad. El síndrome
de shock tóxico puede ser causado por varias toxinas o el síndrome premenstrual
no es una enfermedad, sino simplemente un conjunto de síntomas. Si se sospecha
una causa genética subyacente pero no se conoce, una afección puede ser referida
como una asociación genética. Una asociación indica que la colección de signos y
síntomas se produce en combinación con más frecuencia de lo que sería probable
por casualidad.
Los síndromes se nombran a menudo con el nombre del médico o del grupo de los
médicos que los descubrieron o describieron inicialmente el cuadro clínico completo.

Diferencia entre síndrome y enfermedad


Las enfermedades y los síndromes se pueden definir de manera diferente. Una
enfermedad se puede definir como condición médica del cuerpo que interrumpe el
funcionamiento normal y los procesos fisiológicos. Cada enfermedad tiene sus
propias muestras y síntomas atribuidos a él.
Una enfermedad es un deterioro del estado normal del animal vivo o del cuerpo de
la planta o una de sus partes que interrumpe o modifica el desempeño de las
funciones vitales, se manifiesta típicamente distinguiendo signos y síntomas, y es
una respuesta a factores del medio como la desnutrición, riesgos o el clima, o a
agentes infecciosos específicos (como gusanos, bacterias o virus), a defectos
inherentes del organismo (como anomalías genéticas) o a combinaciones de estos
factores. La causa o causas de las cuales se conocen. Se acepta generalmente que
hay cuatro clases de enfermedad: patógenas, hereditarias, fisiológicas y
deficiencias.
Un síndrome es un término usado para describir una colección de síntomas que
están en curso. Muy a menudo se piensa que un síndrome es atribuible a algunas
enfermedades. El síndrome de la palabra viene del griego que significa la
concurrencia de síntomas. Las causas de los síndromes pueden ser genéticas o de
causas desconocidas y generalmente no tienen a menudo una causa clara y la
conexión de tipo de efecto.
Un síndrome es la Asociación de varias características, de muestras, de síntomas,
de fenómenos o de características clínico reconocibles que ocurren a menudo
juntas, de modo que la presencia de una característica alerte a la presencia de los
otros. En las últimas décadas, el término se ha utilizado fuera de la medicina para
referirse a una combinación de fenómenos vistos en asociación.

Ejemplos de síndrome
Síndrome de serotonina
Se producen varios síntomas en respuesta al exceso de serotonina en el sistema
nervioso central o periférico. Los síntomas incluyen efectos cognitivos, autonómicos
y somáticos. La serotonina es un producto químico sintetizado en el cuerpo que
permita que las células cerebrales y las células nerviosas se comuniquen entre sí.
Demasiado puede causar una actividad excesiva de las células nerviosas. La causa
pueden ser medicamentos como los antidepresivos, que afectan el nivel del cuerpo
de la serotonina.

Síndrome de Barlow
Condición en la que los folíolos de la válvula mitral se abultan hacia la aurícula
izquierda del corazón, cuando la válvula tiene que cerrarse con la contracción
ventricular. Debido al cierre incompleto de la válvula, la sangre puede gotear de
nuevo al ventrículo izquierdo. Se causa por la degeneración de los tejidos de los
folíolos de la válvula mitral.
Síndrome de Down
El síndrome es causado por la presencia de toda o parte de la copia adicional del
cromosoma 21. Típicamente presenta con características faciales características,
discapacidad intelectual moderada, con un índice de inteligencia limitada durante la
adultez.

Síndrome de Marfan
Es un desorden genético del tejido conectivo, que implica defectos de las válvulas
cardíacas y de la aorta. La enfermedad también afecta los ojos, los pulmones, el
saco dural que rodea la médula espinal, el esqueleto y el paladar duro.

Síndrome de Munchausen
Es un trastorno psiquiátrico en el que la persona finge una enfermedad para llamar
la atención o causar simpatía. La causa es una alteración psicológica debido al
abuso o negligencia en niños con enfermedades frecuentes que requieren síntomas
de la hospitalización: los síntomas confusos y dramáticos incoherentes de la historia
médica que llegan a ser más severos o cambian mientras que el tratamiento
comienza. Las recaídas de los síntomas después del tratamiento, las recidivas son
predecibles y consistentes con ciertos eventos que hacen que la persona se sienta
descuidada.

SÍNDROME DEL COMEDOR NOCTURNO


El síndrome consiste en un comportamiento persistente, al contrario del que se
produce en los aperitivos ocasiones que algunas personas toman de vez en cuando
por la noche.12 De hecho, la gente con este desorden a menudo son inconscientes
de sus comidas nocturnas, aunque algunos sienten que no serán capaces de dormir
sin comer primero (aunque es más fácil dormir con el estómago vacío). Entre
aquellos que son conscientes de su comida nocturna, existe a menudo un
componente emocional. La comida nocturna suele consistir en lo que se conoce
como comfort food (comida de alivio/recompensa). Este síndrome suele confundirse
con bulimia nerviosa y con polifagia, más al parecer son trastornos diferentes.13
Síntomas / Comportamiento
Las personas que sufren el síndrome de alimentación nocturna presentan
generalmente los siguientes síntomas:
Se saltan el desayuno y hacen su primera comida varias horas después de
despertar.
Consumen al menos la mitad de las calorías después de la cena (muchas fuentes
indican que es hasta después de las 9 ó 10 pm, y el postre no suele incluirse).
Los atracones nocturnos casi siempre consisten de carbohidratos; sin embargo,
esta alimentación se extiende durante varias horas, lo cual no es consistente con
un atracón típico como el de otros desórdenes alimenticios.
Sufren depresión o ansiedad, a menudo en conexión con sus hábitos alimenticios.
Los episodios de alimentación nocturna suelen provocar culpabilidad más que
placer.
Tienen desordenes del sueño e insomnio.
Más probabilidad de sonambulismo que la media.
Para ser considerado un desorden alimenticio, este modelo debe darse durante dos
meses o más.

Tratamiento
El síndrome de alimentación nocturna tiende a producir un aumento de peso. Hasta
el 28% de quienes se someten a cirugía de bypass gástrico sufren este síndrome.10
De hecho, aunque los afectados no siempre tienen sobrepeso, una de cada cuatro
personas con un sobrepeso de 45 kg o más sufren el síndrome.16 El desorden se
acompaña de lo que los afectados describen como un deseo incontrolable de comer,
una adicción, y es a menudo tratado con medicamentos.
La administración de antidepresivos en algunos casos ha resultado ser de ayuda
para controlar este síndrome, entre ellos la Sertralina.
El síndrome de alimentación nocturna, según un nuevo estudio, podría deberse a
una respuesta anormal al estrés.
"Las personas que comen durante la noche presentan un patrón diferente de
liberación de hormonas como respuesta al estrés que las que comen normalmente”.
"Si uno está estresado las 24 horas del día, no habrá una reacción a la inducción
del estrés" Grethe S. Birketvedt, de la Universidad de Troms, en Noruega. Reuters
Health
La terapia para aumentar la elevación natural de la melatonina nocturna, reducir la
respuesta del cuerpo al estrés suprarrenal y elevar leptina o mejorar los niveles de
sensibilidad a la leptina son opciones que pueden ayudar a estos pacientes a
superar la enfermedad. Otra de las claves puede implicar la disponibilidad de
triptófano, un aminoácido importante, en el cuerpo. Más del 70% de la noche de
comer para combatir la ansiedad que participan atracones de hidratos de carbono.
Estos alimentos se cree que aumentan la cantidad de triptófano disponible para la
conversión de serotonina, el neurotransmisor calmante en el cerebro que promueve
una sensación general de bienestar y, a su vez, se convierte en melatonina.
Medidas coadyuvantes. Cierre la puerta de la cocina con llave para que, en caso de
querer pasar, se tenga que despertar y entrar en estado de conciencia. Ponga un
candado de esos para niños (en tiendas de guaguas) en el refrigerador para lograr
lo mismo. Deje un vaso de leche cultivada light o jugo de soja sin azúcar en su
velador para beberlo y saciar la sed, pero también las ganas de algo dulce (pese a
que no tiene azúcar) y acostumbrarse a ello porque reemplaza el asalto a la cocina
y no provoca caries dentales.
Cuando cene, mastique bien, coma caliente, y no rechace el arroz o papas o fideos
La avena logra saciedad de larguísimo plazo. Puede agregarla a la fruta o a la jalea
o simplemente comerla como plato único de noche con leche, y ayudará a su sangre
a estar estable y a no querer buscar carbohidratos. Es muy importante no dejar
pasar el cepillado por la noche ya que es cuando el proceso carigénico aumenta en
mayor porcentaje, por lo cual recomendamos cepillado después de consumir estos
alimentos sobre todo si es comida chatarra. Recordar cepillado después de cada
alimento y el uso de hilo dental 3 veces por semana después del cepillado nocturno,
en caso de uso de enjuague bucal que sea sin alcohol.

SÍNDROME DEL NIDO


Se conoce como Síndrome del Nido a un tipo de conducta que se produce con
frecuencia en las mujeres embarazadas consistente en incrementar el tiempo
dedicado al orden y limpieza de la casa, a poner en orden las estancias, lavar las
ropas, etc. Este tipo de conducta se da principalmente en el tercer trimestre del
embarazo, es decir en fechas que se acercan a término. Algunos expertos plantean
como hipótesis para explicar esta conducta que es una forma de afrontar la
ansiedad ante la llegada del nuevo bebé, o como deseo de controlar la nueva
situación. En todo caso esta actividad provoca sensación de tranquilidad y confianza
a la futura madre.
SÍNDROME DE PRADER WILLI
El síndrome de Prader-Willi (SPW) es una alteración genética descrita en el año 1956 por los
doctores suizos Andrea Prader, Alexis Labhart y Heinrich Willi,1 en nueve pacientes que presentaban
un cuadro clínico de obesidad, talla baja, hipogonadismo, criptorquidia y alteraciones en el
aprendizaje tras una etapa de hipotonía muscular pre- y posnatal, además de una discapacidad
intelectual de leve a moderada.

La incidencia y frecuencia publicada es muy variable, aceptándose que entre 1 de cada 10.000 niños
y 1 de cada 30.000 niñas (en función de las poblaciones) nace con esta compleja alteración
genética.2 Considerada una enfermedad rara, parte de su complejidad se basa en el amplio rango
de manifestaciones clínicas y en su variable grado de severidad.
SÍNDROME DE TOURETTE
El síndrome de Tourette, también llamado trastorno de Tourette, síndrome de Gilles
de la Tourette, o simplemente Tourette, es un trastorno neuropsiquiátrico heredado
con inicio en la infancia, caracterizado por múltiples tics físicos (motores) y vocales
(fónicos). Estos tics característicamente aumentan y disminuyen; se pueden
suprimir temporalmente, y son precedidos por un impulso premonitorio. El síndrome
de Tourette se define como parte de un espectro de trastornos por tics, que incluye
tics transitorios y crónicos.
El síndrome de Tourette se consideraba un raro y extraño síndrome, a menudo
asociado con la exclamación de palabras obscenas o comentarios socialmente
inapropiados y despectivos (coprolalia), pero este síntoma está sólo presente en
una pequeña minoría de afectados. El síndrome de Tourette ya no es considerado
una enfermedad rara, pero no siempre es correctamente diagnosticado porque la
mayoría de los casos son leves y la severidad de los tics disminuyen en la mayoría
de los niños a su paso por la adolescencia. Entre 0,4% y el 3,8% de los niños de 5
a 18 años pueden tener el síndrome de Tourette; la prevalencia de tics transitorios
y crónicos en niños en edad escolar es alta, y los tics más comunes son parpadeo
de ojos, toser, carraspear, olfatear y movimientos faciales. Un Tourette grave en la
edad adulta es una rareza, y el síndrome de Tourette no afecta negativamente a la
inteligencia o la esperanza de vida.
Por lo general, los síntomas del síndrome de Tourette se manifiestan en el individuo
antes de los 18 años de edad. Puede afectar a personas de cualquier grupo étnico
y de cualquier sexo, aunque los varones lo sufren unas 3 ó 4 veces más que las
mujeres.

El curso natural de la enfermedad varía entre pacientes. A pesar de que los


síntomas oscilan entre leves hasta muy severos, en la mayoría de los casos son
moderados.

Síntomas
El síndrome de Tourette se desarrolla durante las dos primeras décadas de la vida,
y dentro de la misma familia puede haber mucha variabilidad en la expresión de la
enfermedad.
Generalmente, la primera manifestación del trastorno es un tic facial, y es típico que
cada paciente tenga un repertorio limitado de tics, por lo que siempre repite los
mismos.
Con el tiempo, los pacientes presentan múltiples tics motores que son muy
variables, tanto en su expresión, como en la duración. Abarcan desde el parpadeo
o las muecas faciales, a emitir sonidos guturales, carraspeos y aspiración de aire
sonora y repetitiva, pataleos, contracciones del vientre o del tórax, sacudidas y
torsiones del cuello y encogimiento de los hombros…
A las sensaciones desagradables que pueden sentir estos enfermos en algunas
zonas del cuerpo, como picor, cosquilleo, presión… se les ha denominado tics
sensitivos.
Los tics verbales incluyen ecolalia (repetir lo que oyen) y coprolalia (uso involuntario
de palabras obscenas). También escupen o presentan copromimia (hacer gestos
insultantes).
La intensidad y frecuencia de los tics puede empeorar o mejorar a lo largo del día,
y varía con el tiempo, pero normalmente la enfermedad suele mejorar tras la
adolescencia, que es la peor época (principalmente por los trastornos de conducta);
así, la frecuencia de tics graves y coprolalia suele reducirse al llegar a la edad adulta.
Los pacientes con síndrome de Tourette tienen una inteligencia normal, pero
pueden tener dificultades de aprendizaje durante la infancia a consecuencia de los
tics, o por los trastornos asociados a esta enfermedad, como el trastorno obsesivo-
compulsivo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). También
pueden presentar alteraciones de conducta (agresividad, aislamiento social) y de
los patrones de sueño, problemas para controlar sus
impulsos, depresión y ansiedad.
En ocasiones, los afectados por el síndrome pueden inhibir los tics durante periodos
de tiempo, pero al final estos reaparecen de forma involuntaria y, normalmente, con
mayor intensidad, por lo que es importante que las personas de su entorno
comprendan su problema y se comporten con normalidad cuando se presentan los
tics. Algunos pacientes tienen síntomas muy leves, que no precisan tratamiento. En
algunos casos los tics desaparecen por completo con el tiempo, pero la mayoría
presenta recaídas.

Tratamiento
Los tics propios del síndrome de Tourette en principio no requieren tratamiento; solo
si son muy intensos, o tienen otras repercusiones como dolor o problemas de
adaptación escolar o social. En estos casos se pueden emplear fármacos
neurolépticos para disminuir la intensidad y frecuencia de los tics, aunque no los
hacen desaparecer por completo.
La terapia psicológica es útil para tratar los trastornos asociados al síndrome de
Tourette, como la ansiedad y el estrés, los problemas de aprendizaje y de conducta,
y las consecuencias del impacto de la enfermedad sobre las relaciones sociales y
afectivas del paciente y su familia.
Complejos
En psicología, los complejos se refieren al conjunto de sentimientos inconscientes,
adquiridos por experiencias vividas en la infancia y que influyen sobre la
personalidad.
La palabra complejo fue aplicada por primera vez a la psicología por Carl G. Jung y
popularizada por la discusión del psicoanálisis freudiano, constituye moneda
corriente en el tráfico del idioma.
Junto a los complejos de conocimiento más difundido, existen otros que poseen la
particularidad de llevar el nombre de personajes históricos, figuras mitológicas o
protagonistas de obras literarias o bíblicas (Münchhausen, Cenicienta, Agripina,
Edipo, Bovary, Caín, etc.)

Complejo de Adonis
La dismorfia muscular, también conocida como vigorexia, anorexia invertida o
Complejo de Adonis, es un tipo de trastorno dismórfico corporal, en el que los
individuos que lo experimentan presentan una preocupación patológica por
conseguir un cuerpo musculado.
Complejo de Agar y Sara
Este complejo lo sufren los varones que tienden, de forma inconsciente o no, a
clasificar a las mujeres en dos grupos: el grupo de las mujeres buenas, puras e
intocables a semejanza de la madre, y a las malas, aptas para la satisfacción sexual,
pero indignas de recibir el amor de un hombre. El nombre fue anotado por Freud y
bautizado por la psicoanalista francesa Maryse Choisy, aludiendo a un episodio de
la Biblia en la que Sara, la mujer de Abraham, le pide que tenga un hijo con Agar,
su esclava egipcia, ya que ella cree que no puede darle descendencia. Agar tiene
un hijo al que llamará Ismael, pero más adelante Sara también concibe un hijo, al
que llamará Isaac. Entonces Abraham expulsa a Agar y su hijo Ismael de la tribu.
Complejo de Agripina
Tiene el mismo significado que el complejo de Edipo, con la diferencia que en la
leyenda del rey de Tebas, éste desconocía que estaba cometiendo incesto.
Agripina, en cambio, si intentó abiertamente seducir a su hijo Nerón.
Complejo de Alejandro
El Complejo de Alejandro es un resentimiento del hijo hacia el padre, ya que el padre
no deja "avanzar" al hijo hacia sus logros profesionales.
Este complejo viene de Alejandro Magno que en una ocasión cuando su padre,
Filipo de Macedonia, vino a celebrar sus triunfos bélicos él exclamó: "Mi padre no
me deja ya nada por conquistar".
Como anécdota comentar que Federico el Grande sufría este complejo, y según sus
biografías, hay marcado un antes y un después del momento en que recibió la
corona. Ya que antes de recibirla sufria ataques neuróticos y después no.

Complejo de Antígona
Según la mitología griega, Antígona, hija de Edipo y Yocasta, dedicó toda su vida al
cuidado de sus progenitores. El complejo describe una fijación excesiva en la figura
de la madre e incapacidad para aceptar las leyes de la vida y del amor.

Complejo de Aquiles

Es el intento de ocultar la propia debilidad tras la apariencia de invulnerabilidad y de


heroísmo. Aquiles, héroe del poema mitológico de "La Ilíada", se dice que fue
sumergido por su madre en la laguna Estigia para lograr que su cuerpo quedara
inmune a las heridas; sin embargo, el talón, por donde lo sujetaba su madre, no
logró ser bañado por el agua mágica y permaneció vulnerable. El término fue
utilizado por primera vez por el escritor francés Pierre Audiat.

Complejo de Aristóteles
Aristóteles, fue un eminente filósofo griego del s. IV a.C., fue discípulo de Platón y
tutor de Alejandro Magno. Sus escritos enciclopédicos sentaron los cimientos de
todas las ciencias y ramas de la filosofía.
Aristóteles siempre tuvo una visión distinta a la de Platón, sobre la teoría de la
naturaleza humana, y en más de una ocasión, Aristóteles tuvo discusiones con su
maestro, ya que intentó imponerle su teoría, o sea, hacerle creer que la teoría
correcta era la suya. De ahí que a la muerte de Platón abandonara Atenas. Se fue
a Assos, porque no estaba de acuerdo con las doctrinas fundamentales de la
escuela platónica, y allí, comenzó una crítica hacia el platonismo.
El complejo de Aristóteles, es intentar imponer tu propia teoría sobre cualquier cosa
a alguien que por el momento es mejor que tú, y no estar conforme con sus
enseñanzas, o sea, creerse mejor que él y tener obsesión por superarle.

Complejo de Bovary o Complejo de Quimera


Consiste en la alteración del sentido de la realidad, gracias a la cual el trastornado
se considera otra persona distinta de la que realmente es. Llamado más
corrientemente "bovarismo", deriva de la famosa novela de Gustave Flaubert
"Madame Bovary". Introdujo el término el psicólogo francés Jules de Gaultier, antes
del advenimiento de Freud y del psicoanálisis.

Complejo de Brummel
Explica el hecho que una excesiva elegancia en el vestir compensa en el fondo un
fuerte sentimiento de inferioridad. El nombre recuerda a Jorge Brummer (1778-1840
), dandy famoso de la Corte de Inglaterra, que actuó como un verdadero dictador de
la moda de su tiempo.
Complejo de Brunilda
Tendencia de las jóvenes a querer ver en su novio un superhombre o un héroe,
sobrevaloración que después del matrimonio se cambia en una desvalorización
absoluta. En el caso, el hombre sigue siendo el mismo, cambia sólo la actitud de la
mujer. En la leyenda germánica la walkiria Brunilda sólo se muestra dispuesta a
casarse con un varón capaz de vencerla en toda clase de ejercicios físicos.
Mediante un engaño Sigfrido logra vencerla y conquistarla. Brunilda descubre el
engaño y exige la muerte del ofensor.
Complejo de Caín
La figura bíblica de Caín se invoca para caracterizar la peculiar psicología del
primogénito, un niño celoso del hijo segundo a quien considera como un "intruso" y
un rival. Al de Caín se opone el complejo de Abel. El psicólogo francés Charles
Badouin, el primero en usar el término escribe: "El niño al que le cabe en suerte un
hermanito o una hermanita, reacciona primero, muy generalmente, con unos celos
desmedidos y de carácter completamente animal, que subsisten luego, latentes y
más o menos bien reprimidos. La hostilidad del menor frente al mayor aparece como
una réplica natural a dicha hostilidad".
El niño piensa que su madre prefiere al bebé porque es más pequeño, por eso se
comporta como un bebé. Esta actitud normalmente durará poco tiempo, ya que el
niño querrá volver a ser grande para disfrutar de las ventajas de ser mayor. Los
padres deben ser conscientes de que él también tiene necesidades de amor y
caricias.

Complejo de Casandra
Basado en el mito de Casandra y la metáfora de las profecías, se acuñó el complejo
Casandra, que se aplica en personas que suelen hacer vaticinios, a menudo
catastróficos, que no son creídos por los demás. Este síndrome se aplica sobre todo
en la psicología y la política o la ciencia, y fue nombrado por el filósofo francés
Gaston Bachelard en 1949.

Complejo de Castración
El complejo de castración es un concepto perteneciente al psicoanálisis y refiere a
una estructura que irrumpe en el psiquismo humano a edad temprana, en íntima
relación con el Complejo de Edipo (tres a cinco años aproximadamente).
Básicamente, se trata en el varón del miedo a la pérdida del falo (más allá del pene,
en tanto representación de poder, superioridad y posibilidad de reunificación con la
madre) a manos de su padre, y en la mujer a la constatación de que "ha sido
castrada". El concepto fue descrito por Sigmund Freud por primera vez en 1908 en
el texto "Teorías Sexuales Infantiles", aunque había sido previamente referido
ambiguamente en 1900 en "La interpretación de los sueños" como amenaza de
castración.

Complejo de la Cenicienta
Compensación elaborada por el niño más pequeño o poco querido de una familia.
El hijo menos querido será el que más tarde salvará gracias a su talento, a toda la
familia que se encuentra en una situación dramática. En principio este hijo/a fue
colocado en una situación de víctima, pero finalmente se reconocerán sus méritos.

Complejo de Creso
Se manifiesta con la búsqueda enfermiza de “superioridad” por medio del derroche
de dinero y las dádivas generosas.
Su nombre procede de Creso, el nombre del último rey de Lidia (560-546 A.C.), el
de las más fabulosas riquezas que recuerde la Historia, de la dinastía Mermnada,
su reinado estuvo marcado por los placeres, la guerra y las artes. Creso nació hacia
el 595 a. C.. Al morir su padre Aliates de Lidia en el 560 a. C., Creso conquistó
Panfilia, Misia y Frigia; en definitiva, sometió a todas las ciudades griegas de
Anatolia hasta el río Halys (salvo Mileto), a las que hizo importantes donaciones
para sus templos. Debido a la gran riqueza y prosperidad de su país, de él se decía
que era el hombre más rico en su tiempo.
Ante el inquietante avance de Ciro II de Persia, Creso envió un mensajero al Oráculo
de Delfos, que le respondió que si conducía un ejército hacia el Este y cruzaba el
río Halys, destruiría un imperio. Alentado por el oráculo, Creso organizó una alianza
con Nabónido de Babilonia, Amosis II de Egipto y la ciudad griega de Esparta. Sin
embargo, las fuerzas persas derrotaron a la coalición en Capadocia, en la batalla
del río Halys (547 a. C.). De esta manera se cumplió el vaticinio: por culpa de Creso
y su creencia en los oráculos, se había destruido su propio imperio lidio.

Complejo de Dafne
Miedo de las jóvenes ante la sexualidad. Se le llama también "angustia de
penetración". La ninfa Dafne, en la mitología griega, era perseguida por Apolo. En
el momento en que el enamorado dios estaba a punto de alcanzarla, la ninfa se
transformó en laurel.

Complejo de Edipo
En psicoanálisis, el Complejo de Edipo, a veces también denominado conflicto
edípico, se refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles
caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y
hostiles hacia los progenitores. Se trata de un concepto central de la teoría
psicoanalítica de Sigmund Freud, expuesto por primera vez dentro de los marcos
de su primera tópica. En términos generales, Freud define el complejo de Edipo2
como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el
progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).
El complejo de Edipo es la «representación inconsciente a través de la que se
expresa el deseo sexual o amoroso del niño». Freud describe dos constelaciones
distintas en las que se puede presentar el conflicto edípico:
Complejo de Edipo positivo: odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y
atracción sexual hacia el progenitor del sexo opuesto.
Complejo de Edipo negativo: amor hacia el progenitor del mismo sexo, así como
rivalidad y rechazo hacia el progenitor del sexo opuesto.
La teoría de Freud distingue en el desarrollo psicosexual de los niños tres etapas
principales: la oral, la anal y la fálica. El período de manifestación del complejo de
Edipo coincide con la llamada fase fálica (pregenital) del desarrollo de la libido, es
decir aproximadamente entre los 3 y los 6 años de edad y se acaba con la entrada
en el período de latencia. De acuerdo con la teoría freudiana, el complejo se revive
en la pubertad y esta reaparición declinaría a su vez con la elección de objeto, que
abre paso a la sexualidad adulta.
Complejo de Electra
Es el término propuesto por Carl Gustav Jung en 1912 para designar la
contrapartida femenina del complejo de Edipo. Consiste en una atracción afectiva
de la niña en la figura del padre. El complejo de Electra es un concepto psicológico
que procura explicar la maduración de la mujer.
Según Jung, el Complejo de Electra es algo muy común a todas las niñas en algún
momento de la infancia, aunque, en algunas ocasiones, va más allá. La fijación
afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad
con la madre. Se supone que es una dinámica normal en el desarrollo de las
pequeñas, que puede observarse a partir de los 3 años y que en un plazo de dos
años suele resolverse de forma natural.
Al contrario que en los niños, esta circunstancia es menos clara y pasa más
inadvertida puesto que las niñas tienen un vínculo muy estrecho con las madres, lo
que les dificulta mantener la competitividad con esta.
En las manifestaciones mejor resueltas se produce una predilección de la niña hacia
su progenitor. Sin embargo, en los casos patológicos se puede producir lo contrario:
que la niña rechace al padre al sentirse defraudada por haberla rechazado.

Complejo de Empédocles
El nombre corresponde a un filósofo griego del siglo V que se precipitó al cráter del
volcán Etna para hacerse famoso por su suicidio. Se caracteriza porque la persona
que lo padece siente la compulsión al suicidio a la hora de realzar el propio equilibrio
autoestimativo quebrantado. De hecho aparece como un auténtico héroe ante sí
mismo y los demás que le rodean.
Complejo de Eróstrato
Es un trastorno según el cual el individuo busca sobresalir, distinguirse y ser el
centro de atención. Según la leyenda, Eróstrato incendió el templo de Diana, en
Éfeso, para pasar a la posteridad, ya que no tenía ningún mérito para conseguir
fama. Es una forma peculiar el complejo de inferioridad de gran incidencia
criminógena, sin importar los medios con tal de distinguirse, sobresalir, que se hable
de uno. Declaración frecuente en los cuarteles de policía :"Lo hice porque quería
salir en los medios".

Complejo de Hamlet
Se caracteriza por mostrar vacilación para actuar debido a la duda, el escrúpulo y
la meditación excesiva. El príncipe de Dinamarca de la obra de Shakespeare resulta
el símbolo de la irresolución.

Complejo de Job
¿Por qué a mi? Es un nombre global dado a las dolencias "psicógenas" de la piel.
Se ha observado proclividad a las dermatitis psicosomáticas en personas que se
ofenden con facilidad, que se sienten agraviadas, con o sin motivo. En general las
alteraciones dérmicas desaparecen cuando se reestablece el equilibrio
autoestimativo y desaparece el sentimiento de agravio. El nombre, creado por el
psicoanalista norteamericano Félix Deutsch, recuerda al patriarca bíblico Job, quien
tuvo que soportar como prueba divina, todo tipo de sufrimientos y plagas, incluyendo
ulceraciones de la piel.

Complejo de Lolita

La atracción que siente un hombre mayor hacia una muchacha joven no es una
situación fuera de lo normal. Pero, si la pareja establece una relación emocional o
sexual, pueden surgir problemas que afectarán a ambas partes y, al final, esos
problemas terminarán muchas veces por destruir su relación.

Complejo de Jonás

Abraham Maslow postuló la existencia de una condición psicológica inherente al ser


humano, que sabotea sus sueños de grandeza y lo relega a vivir en la mediocridad
y el conformismo. Llamó a esta condición el Complejo Jonás inspirándose en el
personaje bíblico Jonás que trató de huir del destino que Dios había decretado
contra él.

Complejo de Judas
Es ánimo de traición que se ve impulsado por el resentimiento. El sujeto no soporta
la superioridad, sobretodo moral, de otra persona de mayor valía, y con sus
deslealtades y perfidias procura reestablecer inconscientemente su equilibrio
autoestimativo quebrantado. Las treinta monedas de plata no explican
suficientemente la villanía de Judas Iscariote, cuyo nombre ostenta el complejo.

Complejo de Münchausen
Se manifiesta en la tendencia a inventar mentiras, historias inverosímiles en las que
el trastornado se impone como superior a sus oyentes. Se trata de un mecanismo
de compensación a una situación de inferioridad.
El barón de Münchhausen protagoniza tres novelas del siglo XVIII en las que relata
aventuras extraordinarias e inverosímiles que lindan con el absurdo. Como
personaje literario es el prototipo del mentiroso.

Complejo de Narciso
Se caracteriza por el deseo infantil de ser amado. Idolatrado, venerado. Para el
narcisista, el mundo gira en torno él. El narcisista no logra superar esta fase
evolutiva, queda atrapado en el yo. En la elección del objeto amoroso escogerá
siempre bajo la influencia inconsciente de la imagen que se tiene formada de su
propio yo, buscando en él una especie de réplica de sí mismo. En la mitología
griega, Narciso era un bello pastor que, al inclinarse sobre el agua de una fuente
para beber, percibió su imagen y se enamoró de sí mismo.

Complejo de Otelo
Sentimiento morboso de celos. Celoso por antonomasia, el Moro de Venecia de
Shakespeare da su nombre al complejo.

Complejo de Peter Pan


Síndrome aplicado a personas adultas, en especial hombres, que no aceptan las
responsabilidades propias de su edad
Complejo de Pulgarcito
El hijo menor de una familia en que hay numerosos hermanos y hermanas acusa
una psicología particular. Señaló Adler el hecho de que, por regla general, allí donde
hay muchos hermanos suele ser el más pequeño el que llegue más lejos en la vida.
Supercompensación obtenida por el niño más joven, o el niño malogrado y
despreciado por la familia. El propio Adler señaló al respecto el cuento popular
"Pulgarcito".

Complejo de Wendy
Necesidad de satisfacer continuamente a la pareja o los hijos por miedo al rechazo.
Depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en un estado de
decaimiento y claudicación psicológica y biológica del paciente importante y
continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo aparecer
desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y somáticos
(pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución del peso
corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de
somnolencia, etcétera).
A la hora de realizar un diagnóstico correctamente se ha descartar los episodios de
tristeza pasajera o frustración, que se consideran como una reacción natural de la
persona ante acontecimientos negativos como las situaciones de duelo por la
pérdida de un ser querido u otras como divorcios o separaciones; aunque si se
prolonga más allá de los seis meses o es tan importante que sea incapacitante
puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como una depresión mayor.

Tipos de Depresión
Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que
muestra el paciente.

Grupo A

 Duración no inferior a 2 semanas.

 No atribuible al consumo de sustancias psicoactivas o a trastornos mentales


orgánicos.

Grupo B

 Humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y


mantenido en el tiempo de forma casi constante. No varía con las
circunstancias ambientales del sujeto, y persiste al menos durante 2
semanas.

 Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.

 Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.

Grupo C

 Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de


inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.
 Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa
excesiva e inadecuada.

 Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.

 Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele


acompañarse de falta de decisión.

 Aparición de lentitud de las funciones motoras, o agitación.

 Alteraciones del sueño.

 Variaciones del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o


descenso marcado del apetito).

Grupo D

 Presencia de síndrome somático, compuesto por alucinaciones, delirios,


retardo psicomotor o estupor grave, concordantes o no con el estado anímico
del paciente.

De acuerdo a estos criterios se puede clasificar el cuadro depresivo en:

Episodio depresivo leve

Presenta dos o tres síntomas del grupo B. Estos pacientes, por lo general, son
capaces de continuar con sus actividades habituales con total normalidad.

Episodio depresivo moderado

El paciente presenta al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del
grupo C, hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Estos pacientes presentan
dificultades manifiestas para el desarrollo de las actividades habituales.

Episodio depresivo grave

Presentan todos los síntomas del grupo B, unidos a varios del grupo C, hasta
conformar un mínimo de ocho síntomas. Estos pacientes presentan una situación
emocional marcadamente ligada a la angustia, especialmente con pérdida de
autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad.

En estos episodios cobran relevancia los intentos de suicidio, asociados a la carga


somática, principalmente en los pacientes de sexo masculino, por lo que estos
pacientes deben ser controlados de forma constante e incluso, en determinados
casos, se debe valorar la hospitalización del paciente. En esta fase pueden aparecer
asociados síntomas del grupo D.

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