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Michel Foucault y la historia del presente1

Robert Castel
Sociólogo

Resumen
En este artículo el eminente sociólogo francés Robert Castel interpreta y desarrolla el concepto
foucaultiano de historia del presente y hace una apelación a sus colegas para que lo utilicen a fin de
mejorar la investigación social dotándola de una imprescindible problematización e historización
del mundo en el que vivimos. Se defiende, pues, la genealogía de Foucault como remedio contra el
ahistoricismo imperante en las ciencias sociales.
Palabras clave: Historia del presente; Genealogía; Problematización de lo contemporáneo; Con-
figuraciones problemáticas; Positividades.

Abstract
Michel Foucault and the History of the Present
In this article, the eminent French sociologist Robert Castel interprets and develops the con-
cept Foucauldian history of the present and make an appeal to his colleagues for use to improve so-
cial research giving it a problematizing and historicizing imperative of the world in which we live.
It is argued, then, Foucault’s genealogy as a remedy for ahistoricism prevailing in social science.
Keywords: History of the Present, Genealogy, Problematization of the Present; Problematic Config-
urations; Positivities.

Es para mí un honor haber sido invitado los objetivos propuestos. Por lo que a mí se
a participar en este encuentro, pero el he- refiere me siento incompetente para abordar
cho de haber aceptado me plantea algunos la temática de este encuentro sobre las orga-
problemas. Sin duda el mayor homenaje nizaciones, y tampoco me siento cualificado
que se le puede tributar a Michel Foucault para abordar, a partir de la obra de Foucault,
es intentar reflexionar sobre cuestiones nue- cuáles podrían ser los “instrumentos” que
vas que él no abordó explícitamente, pues permitirían clarificar estos problemas. Tuve
su obra sigue estando hoy viva más por lo el gran privilegio de conocer bastante bien
que incita a pensar que por alabar lo que ha a Michel Foucault, pero por ello, o a pesar
conseguido. Así pues, habría sido por mi de ello, no adopté respecto a su obra la po-
parte descortés rechazar esta invitación, y sición de un lector neutro que podría dar
sin embargo adherirse a esta convocatoria hoy cuenta de sus aportaciones respetando
no implica necesariamente que yo alcance la ortodoxia. Lo que debo esencialmente a

1 Texto inédito en castellano traducido por Julia Varela a partir del original en francés publicado dentro
de la obra colectiva de Hatchuel, A. et al. (dirs.). Gouvernement, organisation et gestions: l´héritage de Michel
Foucault. Québec: Les Presses de l’Université Laval, 2005, pp. 51-61. Robert Castel moría en París el 12 de
febrero de 2013; valga este texto, gracias a lo buenos oficios de Fernando Álvarez-Uría y Julia Varela, como
homenaje a la memoria de tan distinguido teórico social. La traducción del francés ha corrido a cargo de
Julia Varela (Nota de los editores).

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Michel Foucault y la historia del presente

Michel Foucault es compartir una posición, discusión. En todo caso el contraste es ma-
una manera general de abordar los proble- nifiesto con lo que pasó y continúa pasando
mas de investigación, y de intentar elucidar- con la historia. Ha existido un verdadero
los, una manera que podría calificar como debate entre Foucault y los historiadores.
genealógica. Según esta perspectiva siempre Cuando vivía Foucault, y después de su
son las cuestiones actuales las que nos acu- muerte, se han realizado sobre esta relación
cian y nos solicitan en el presente. Pero el un gran número de encuentros, coloquios y
presente no es únicamente lo contemporá- publicaciones, tanto en Francia como fuera
neo, estas cuestiones están cargadas de his- de Francia. Yo mismo participé en dos o tres
toria, son el producto de una serie de trans- de estas iniciativas, concretamente en un co-
formaciones que tienen su propia inteligibi- loquio de historiadores, que tuvo lugar en
lidad. Así pues, comprender lo que acontece Chicago en 1990, en el que intenté analizar
hoy es hacer la historia del presente. la relación que Michel Foucault mantenía
Enuncio así esquemáticamente el princi- con la historia (Castel, 1991). Pero, aunque
pio de un modo de proceder en el que Mi- cabe la posibilidad de que me equivoque,
chel Foucault fue un maestro incuestiona- nada comparable se produjo con respecto a
ble, y al que me adhiero plenamente. A pe- la sociología, al menos en Francia. Y ello por
sar de que Michel Foucault no fue sociólogo, numerosas razones, aunque solamente cita-
hablado con propiedad, y que mi objetivo ré las dos que me parecen más importantes.
tampoco es sociologizarlo, me parece que a) Por una parte, las relaciones entre
una aproximación de este tipo se encuentra los trabajos de Foucault y el análisis social
en el corazón, no tanto de la sociología en se anudaron principalmente en el contexto
general cuanto de una orientación socioló- muy politizado del post-68 en Francia. Los
gica que se preocupa por restituir el espe- análisis de Foucault sobre la psiquiatría, so-
sor de los hechos sociales y la fuerza de sus bre el sistema penitenciario y, más en gene-
articulaciones. En todo caso es esto lo que ral, sobre el poder se han visto movilizados,
voy a intentar argumentar, y al hacerlo soy e incluso super-movilizados en el marco de
consciente de situarme a distancia de la te- las “luchas anti-represivas”, como se decía
mática de este coloquio, por lo que pido dis- entonces, es decir, en el marco de un cuestio-
culpas. Soy consciente también de proponer namiento radical de las diferentes formas de
un “uso” de Foucault que posiblemente no autoridad y de dominación social. En esta
sea, estrictamente hablando, canónico, pero época, e incluso si Foucault estaba muy ale-
espero al menos que mi propuesta suscite el jado de Marx, la crítica foucaultiana funcio-
debate sobre un marco que permanece fiel nó en concordancia con la crítica marxista.
al espíritu de Foucault, y en el que podrían Se entiende así que con el retroceso, por no
inscribirse toda una amplia gama de investi- decir con la puesta en cuestión de estos re-
gaciones, y entre ellas posiblemente las que ferentes políticos, la audiencia de Foucault
se refieren a las organizaciones2. se haya visto afectada al igual que la del
marxismo. Las ciencias sociales y, más con-
I. Al afirmar la aportación de Foucault cretamente la sociología, se han hecho cada
al pensamiento sociológico estoy obligado a vez más “objetivas”, o empíricas, o prag-
hacer una advertencia previa. Esta afirma- máticas, mientras que su poder de denuncia
ción puede parecer osada en la medida en se desdibujaba en nombre de su manifiesta
que la relación de Foucault con la sociología, neutralidad.
por lo menos que yo conozca, y al menos en b) Una segunda razón, muy ligada a la
Francia, no ha sido objeto de una verdadera primera, puede contribuir también a expli-

2 En esta intervención retomo y prolongo la comunicación que presenté en el coloquio organizado por el Is-
tituto Universitario Suor Orsola Benincasa de Nápoles, “Un lavoro disperso e mutevole: la cartografía sociale
di Michel Foucault”. El coloquio tuvo lugar en Procida los días 20 y 21 de mayo del año 2004.

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Michel Foucault y la historia del presente

car la escasez de las referencias a Michel II. Querer hacer de la sociología una his-
Foucault en sociología. Foucault fue sobre toria del presente puede sorprender porque
todo percibido, principalmente en los años la sociología no tiene por objeto la historia,
setenta, como el representante eminente de sino que, por el contrario, se interesa funda-
una aproximación genealógica, es decir, una mentalmente por el presente. Su vocación
aproximación que confiere una importancia es analizar lo que pasa en la actualidad en
esencial a las transformaciones históricas. nuestras sociedades. Pero el presente no
Pues bien, la evolución de las ciencias so- es únicamente lo contemporáneo, existe
ciales y de la sociología en el sentido obje- un espesor del presente que está hecho de
tivista que acabo de evocar se caracteriza estratos históricos. Por decirlo de otra for-
también por un a-historicismo. La tendencia ma, el presente puede ser concebido como
dominante hoy en sociología es sobre todo el una conjunción de efectos de innovación
análisis de las interacciones entre los actores, y de efectos de herencia. Puede haber algo
como ahora se dice, lo que implica que las re- novedoso en el presente, la historia no es
laciones sociales son casi siempre abordadas pura repetición, pero hay también efectos
en su contemporaneidad, en su dinámica ac- de herencia, una presencia del pasado que
tual. Una cuestión interesante consistiría en no ha sido superada. Dicho incluso de otro
tratar de explicar esta des-historización de la modo: la realidad social actual no se reduce
sociología, que parece bastante sorprendente a un conjunto de datos estadísticos que sería
si se piensa en los trabajos de los autores que necesario repertorizar en su configuración
más contribuyeron a nuestro conocimiento instantánea, como creen los que defienden
de la sociedad: Augusto Comte, Karl Marx, el empirismo y el objetivismo. La realidad
pero también Émile Durkheim y Max We- social actual está más bien hecha de lo que
ber y, más cerca de nosotros, Karl Polanyi se podrían denominar configuraciones pro-
o Norbert Elias. Todas sus obras mantienen blemáticas, es decir, situaciones sociales que
una relación especial con la historia. Y se po- plantean problema, configuraciones que no
dría invertir la cuestión hasta tal punto de son perceptibles a simple vista, que plantean
sorprendernos al comprobar el hecho de que problema porque es preciso esforzarse para
en la actualidad la mayoría de los sociólogos comprenderlas y para controlarlas. Estas
puedan pretender abstenerse de recurrir a configuraciones se muestran como hetero-
la historia. En todo caso, sean cualesquiera géneas en relación al curso ordinario de las
las razones de este giro, a mi juicio, más bien cosas, y presentan con frecuencia un carác-
para mal que para bien, se puede entender ter insólito, enigmático. Abordarlas impli-
que esta des-historización haya tenido un ca un acercamiento crítico en relación a las
efecto en la recepción de Foucault, ya que al- descripciones simples de la realidad social
gunas orientaciones actualmente dominan- y a las maneras establecidas de explicarla.
tes en sociología, como el cuantitativismo, el Estas configuraciones invitan a descifrar la
empirismo, el formalismo, el interaccionis- experiencia social para comprender qué es
mo simbólico, la etnometodología, y otras, lo que plantea problema en el seno de un pre-
se encuentran en las antípodas de la orienta- sente que no es plano.
ción foucaultiana. No es por tanto el conjun- ¿Cómo analizar el carácter problemático
to de la sociología el que puede sentirse con- de este presente? Se puede avanzar la hipó-
cernido por la línea de investigación de Mi- tesis, que trataré de verificar, de que estas
chel Foucault, sino una de sus orientaciones configuraciones problemáticas no han caído
particulares. Una orientación que presento del cielo, que tienen un pasado en relación
y defiendo, entre otros motivos, porque es al presente, es decir, que han comenzado a
también la mía. Me refiero, por tanto, a una existir en el pasado y que se han transfor-
concepción de la sociología entendida como mado en el curso de la historia. Voy a poner
historia del presente, o como problematización un ejemplo para no continuar siendo dema-
de lo contemporáneo. Intentaré acto seguido siado abstracto. Una de las características
mostrar en qué medida esta concepción pue- de nuestra actualidad hoy en Francia es que
de apoyarse en Michel Foucault. existe una preocupación por la seguridad

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que, a veces, se convierte en una obsesión, y ciones. El sentimiento de inseguridad de las


que está ampliamente extendida: la preocu- sociedades preindustriales es diferente del
pación por la seguridad, y su reverso, el sen- que existía en el siglo XIX, y diferente a su
timiento de inseguridad, es un sentimiento vez del que existe en la actualidad. La cues-
popular en el sentido fuerte del término. tión es la de la especificidad de la configura-
Esta omnipresencia del sentimiento de in- ción actual de la inseguridad. Para captar
seguridad tiene un carácter paradójico, e in- esta especificidad es preciso reconstruir sus
cluso a primera vista enigmático. En Francia transformaciones históricas ¿En qué consis-
y en la mayor parte de los países de Europa tía la inseguridad en los tiempos anteriores
occidental vivimos en un tipo de sociedades a las protecciones que nosotros conocemos
que son las más seguras que hayan existido hoy? ¿Cómo se forjaron estas protecciones
nunca. Esto resulta evidente, si miramos a para combatir esta inseguridad anterior? ¿Y
nuestro alrededor, si miramos hacia las otras cómo estas protecciones se fragilizan en la
tres cuartas partes del planeta, o hacia atrás actualidad, apareciendo como insuficientes
a través de la historia: un dato permanente e implicando un aumento de la inseguri-
de la existencia cotidiana de los pueblos ha dad? Y es que la inseguridad tras las protec-
sido una inseguridad masiva bajo formas ciones es muy distinta a la inseguridad de
múltiples, con frecuencia trágicas. No hay antes de las protecciones. Digámoslo de una
por ello, sin embargo, que concluir que el madera sintética: ¿cuál es el diferencial de no-
sentimiento de inseguridad es algo irreal, vedad que caracteriza la inseguridad actual
o que pertenece al mundo de la ficción, ya si la comparamos con las formas anteriores
que es vivido a gran escala y produce efec- de inseguridad?
tos sociales y políticos muy reales como, por Estas consideraciones, que he presenta-
ejemplo, la audiencia que goza el Frente Na- do de una manera muy esquemática (y que
cional en Francia y el cambio de orientación son objeto de un trabajo que estoy realizan-
política que tuvo lugar con ocasión de la do), ilustran lo que puede ser la aproxima-
elección presidencial de abril del año 2002. ción genealógica a una cuestión. Michel
El sentimiento de inseguridad existente Foucault (1984) habla también de problema-
hoy no se debe por tanto a la ausencia de tización. Hacer la genealogía o la problema-
protecciones, ya que vivimos en sociedades tización de una cuestión significa partir del
todavía ampliamente rodeadas y atravesa- momento en el que ésta se plantea, analizar
das por protecciones. Este sentimiento pue- cómo y, en la medida de lo posible, por qué
de tener que ver con que estas protecciones se transformó, dando lugar a configuracio-
nos parecen frágiles, amenazadas, protec- nes diferentes de la misma y, en fin, pregun-
ciones que degradan, por lo que tememos tarse cómo se plantea hoy, cuál es el estado
regresar a un estadio anterior a las proteccio- contemporáneo de la cuestión.
nes, tal como lo describe por ejemplo Hob- Este modo de aproximación es exigente.
bes en los inicios de la modernidad, cuando No es fácil ponerlo en práctica, y plantea di-
los seres humanos estaban entregados a la ficultades importantes. Por ejemplo, ¿a par-
concurrencia de todos contra todos. O se tir de qué momento comienza un problema
puede deber también al hecho de que, pro- a plantearse en la historia? O, también, si
tegidos contra ciertos riesgos, nos hacemos la historia no es repetitiva ni lineal, ¿cuáles
sensibles a la aparición de nuevos factores son las principales formas que adoptó suce-
de inseguridad. Véase por ejemplo la pro- sivamente? Dejo abierta la discusión sobre
blemática de los “nuevos riesgos”, y la te- mi convicción de que el análisis de estas con-
mática también popular de “la sociedad del figuraciones problemáticas podría convertirse
riesgo” para calificar nuestra formación so- en una especie de programa para la sociolo-
cial contemporánea. gía. Yo elegí el problema de la inseguridad,
No basta por tanto con decir que siem- pero hay otros muchos problemas que en la
pre ha habido inseguridad. La historia no actualidad nos convocan: el paro, la preca-
se repite, hay permanencias y cambios, in- riedad, la crisis de la escuela o de la familia,
novación y herencia, continuidad y bifurca- la representación política, y otros. Hay por

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Michel Foucault y la historia del presente

tanto un cierto número de cuestiones –que quiere decir que realizo el análisis a partir
sin embargo no son infinitas- que en la ac- de una situación presente” (Foucault, 1984,
tualidad nos interrogan, nos intrigan, y nos p. 21). No se puede ser más explícito: para
plantean problema. Problemas a la vez teó- Michel Foucault la inteligibilidad del presente
ricos y prácticos que suponen un desafío a es histórica. La función de la historia, para
nuestra voluntad de comprender la socie- Foucault, es ser activada para dar cuenta
dad que nos rodea, y también un desafío del presente. Y este planteamiento sirve por
para asumir situaciones sociales que son otra parte para dar cuenta de las relacio-
fuente de malestar, de sufrimiento, de in- nes difíciles que Michel Foucault mantuvo
justicia. Estas cuestiones representan la de- con los historiadores. La relación de Michel
manda social, en el sentido noble del térmi- Foucault, y más generalmente la de los “ha-
no, que se dirige a la sociología. Y me parece cedores de genealogía”, con la historia no es
que esta sería la función de la sociología (en la misma que la de los historiadores. Estos
todo caso de una determinada sociología, desconfían totalmente de lo que llaman el
pues evidentemente existen otras aproxi- presentismo, una deformación-instrumentali-
maciones posibles), tomarlas en serio y si- zación del pasado para servir a los intereses
tuarlas en el centro de la reflexión, aunque del presente. Se sabe que Michel Foucault
no se aporte una respuesta definitiva, pero no era un frívolo, es lo menos que se puede
al menos intentar clarificarlas, analizar sus decir, en relación al material histórico, y que
diferentes componentes, todo aquello que ha pasado una parte importante de su vida
pueda ayudar a intentar resolverlas. en los archivos, sin embargo el problema
¿En qué medida estos objetivos pueden que se plantea es serio. ¿Cómo mantener un
reclamarse de Michel Foucault y qué proxi- discurso sobre la historia que es en su cons-
midad tienen con su trabajo? Me siento trucción diferente del de los historiadores,
incapaz de responder con precisión a estas cuando son precisamente los historiadores
cuestiones, pero estoy convencido de que quienes velan por las exigencias de la me-
le deben mucho, y que este tipo de trabajo todología histórica? Existen numerosos de-
sociológico puede apoyarse en el modo de bates y una literatura importante sobre este
proceder de Foucault. Pero al mismo tiempo problema, lo que muestra hasta qué punto
este tipo de trabajo no debería estar marca- la dificultad es real. En todo caso, cuando
do por la obsesión de saber si sus resultados se construye una problematización, surgen
pueden entrar en el marco de una estricta riesgos ya que se hace con categorías de
ortodoxia foucaultiana, o si son produci- análisis que no son las de los historiadores,
dos directamente a partir de conceptos y de al mismo tiempo que se debe respetar la in-
esquemas de análisis de Foucault. En todo tegridad del material histórico. No obstante
caso, y como mínimo, me parece que esta es necesario afrontar este riesgo para hablar
aproximación no es desleal con los plantea- del presente, intentando controlarlo, si se
mientos de Foucault, pues él mismo planteó acepta que la inteligibilidad del presente es
la pertinencia de este tipo de aproximación histórica.
y la aplicó en algunas de sus obras. Es esto lo Michel Foucault no solamente ha pues-
que quisiera poner de relieve a continuación to los fundamentos de esta aproximación,
un tanto rápidamente. sino que la ha puesto en práctica en algu-
nas de sus obras. Así, por ejemplo, presenta
III. Michel Foucault pensó hacer una his- Vigilar y castigar como “una genealogía del
toria del presente, y a partir de esta intención actual complejo científico-jurídico en el que
ha caracterizado el tipo de genealogía o de el poder de castigar se sustenta, recibe sus
problematización que puso en marcha. En justificaciones, y enmascara su exorbitante
una entrevista que tuvo lugar poco tiempo singularidad” (Foucault, 1975, p. 35). Del
antes de su muerte dijo lo siguiente: “Mi mismo modo el tratamiento contemporáneo
punto de partida es un problema en los tér- de la locura realizado por la psiquiatría sus-
minos en los que se plantea actualmente, cita un profundo asombro. Este tratamiento
e intento hacer su genealogía. Genealogía revela una fisura en el ejercicio de la racio-

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Michel Foucault y la historia del presente

nalidad científica y de sus justificaciones en la actualidad en antiguas divisiones esta-


humanísticas en términos de cuidados y de blecidas entre la locura y la razón, el crimen
cura. En los años sesenta, en una época en la y el castigo, algo que una lectura empirista,
que se alababa el progreso social y científico, objetivista, de la realidad social es incapaz
así como la llegada de una democracia mo- de detectar.
derna, la psiquiatría constituía un baldón. Foucault, al hacer la historia del presen-
La psiquiatría continuaba estando marcada te, devuelve su profundidad a esas positi-
por el encierro y por relaciones de poder vidades, como él les llama, y que no tienen
entre terapeutas y pacientes que evocaban nada que ver con las positividades del po-
más bien formas arcaicas de dominación sitivismo. Les proporciona una densidad
que relaciones iluminadas por el saber y la histórica, a la vez que les devuelve su carga
filantropía médica. Había en ello algo de social. En efecto, estas estructuras hereda-
enigmático y desasosegador, pero la clave das del pasado expresan y perpetúan hoy
no se podía desvelar recurriendo al presen- relaciones de dominación que constituyen
te, para comprenderla era necesario realizar un problema en el doble sentido al que ya
la genealogía del problema. También en La me he referido: presentan un desafío para
voluntad de saber Foucault se asombra de lo nuestra comprensión y nos ponen en un
que denomina la austera monarquía del sexo, aprieto. Esto es algo que no se ve a través
que nos obliga en la actualidad a explorar de una lectura empirista de la realidad so-
incesantemente los misterios de la sexuali- cial, que reduce el análisis a datos objetivos,
dad y que nos convierte, a nosotros, contem- o a intercambios puntuales entre los indivi-
poráneos, en animales de confesión (Foucault, duos, incluso si éstos son denominados ac-
1976). Pero la llave de esta relación con la tores. Una problematización nos introduce
confesión, presente en la actualidad, se en- así en una lectura crítica de la realidad social
cuentra también en el pasado. contemporánea: el mundo social no es algo
Podríamos arriesgar una generalización. simplemente dado, sus articulaciones no
La elección de los objetos que atrajeron la son evidentes, se enraízan en las relaciones
atención de Foucault son, al menos en una de poder que se hunden en ocasiones muy
gran medida, cuestiones perturbadoras, in- profundamente en la historia.
trigantes, que reenvían a lo que he denomi- He proporcionado una interpretación de
nado configuraciones problemáticas actuales. la contribución de Michel Foucault a la so-
Estas cuestiones se imponen precisamente ciología, a un cierto tipo de sociología crítica,
por su carácter literalmente inquietante. Y que evidentemente puede ser objeto de dis-
añadiría que Michel Foucault proporcionó cusión. Se trata esencialmente de retener de
una contribución decisiva para aclarar es- él una posición, algo que constituye un punto
tos enigmas. Sin querer hacer de Foucault, de vista muy parcial sobre su obra. No obs-
como ya dije, un sociólogo, su aportación tante, presenta ciertas ventajas. Por ejemplo,
a la comprensión de la gestión de la locura si nos propusiésemos hoy actualizar el aná-
por la psiquiatría, o también, sobre el ejerci- lisis del tratamiento de la locura por parte
cio del derecho a castigar centrado en la pri- de la medicina mental, o las funciones de
sión, o sobre las cuestiones que tienen que la prisión, no se podría adoptar sin más el
ver con el sexo o la sexualidad, podría susci- diagnóstico realizado por Foucault en los
tar la envidia de muchos sociólogos. Gracias años 60 y 70, algo de lo que evidentemente
a Foucault, por ejemplo, la sociología de la no hay que echar la culpa a Foucault: la situa-
psiquiatría pudo hacerse consciente de la ción desde entonces ha cambiado profunda-
profundidad de las tensiones y de las con- mente y, en parte, gracias a la efervescencia
tradicciones existentes en las prácticas ma- crítica de esos años. Michel Foucault sería
nicomiales, y de las funciones sociales asu- sin duda el primero en alegrarse de ese cam-
midas por la medicina mental. Lo mismo se bio, pero a la vez nos invitaría a cuidarnos
podría decir por lo que se refiere al sistema de ser excesivamente optimistas. En lo que
penitenciario. Tanto la voluntad de curar acontece en la realidad hay siempre algo de
como el poder de castigar se apoyan todavía lo mismo y de lo otro, y las metamorfosis de

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Michel Foucault y la historia del presente

las coacciones no equivalen a la liberación postura adopté respecto a Pierre Bourdieu),


de las mismas. En este sentido la postura un autor de un pensamiento poderoso, sis-
genealógica permanece viva pues nos invi- temático y coherente que suscita la admira-
ta a no confundir el orden del mundo con ción, pero también el temor a una influencia
sus representaciones. Me parece, por tanto, que conduciría a imitar a Foucault o a imitar
que un programa de investigación de ins- a Bourdieu, renunciando así a los riesgos
piración foucaultiana sigue siendo válido, que se corren cuando se intenta hablar en
incluso para las configuraciones problemá- primera persona. Esta segunda posición es
ticas que Foucault no abordó, ya sea porque por supuesto discutible, pero me parece que
no tuvo tiempo mientras vivió o porque se no deslegitima ese otro modo, que he inten-
agudizaron tras su desaparición, pues la tado presentar, de inscribirse en la tradición
eclosión de estas cuestiones también tiene de Foucault, reconociendo la importancia
una historia. fundamental de sus aportaciones. Espero
Para concluir me gustaría sugerir que que esta propuesta no resulte demasiado
hay dos maneras de apoyarse en el pensa- alejada de vuestras preocupaciones. En todo
miento de Michel Foucault. Una es trabajar caso a vosotros os corresponde ahora opi-
sobre la propia obra de Foucault, partir de nar. Muchas gracias por vuestra atención.
la profundidad de sus análisis, de la riqueza
de sus conceptos, e intentar aplicarlos a un
campo particular de investigaciones. Es este REFERENCIAS
un modo legítimo de servirse de su trabajo
y supongo que las contribuciones de este en- CASTEL, R. (1991). Problematization as a Mode
cuentro mostrarán su fecundidad heurística of Reading History. En Goldstein, J. (Ed.).
para abordar las cuestiones relacionadas Foucault and the Writing of History. Cambrid-
con las organizaciones. En lo que se refiere ge: Basil Blackwell, pp. 246-270.
a mí he sido incapaz de adoptar esta vía por FOUCAULT, M. (1984). Le souci de la verité.
las razones que ya he expuesto, y que no son Magazine littéraire, 207, pp. 18-233.
necesariamente buenas razones. Es posible FOUCAULT, M. (1975). Surveiller et punir. Nais-
que haya adoptado una actitud defensiva sance de la prison. Paris: Gallimard.
respecto a Michel Foucault, percibido de FOUCAULT, M. (1976). La volonté de savoir. Paris:
cerca como un gran intelectual (la misma Gallimard.

3 Nota del editor: este texto fue traducido al español por Julia Varela y Fernando Álvarez Uría (1991). El
interés por la verdad. En Foucault, M., Saber y verdad. Madrid: La Piqueta, pp. 229-242.

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