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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

Escuela de Psicología

ASIGNATURA

Análisis De La Conducta

TEMA

Producción Final

PARTICIPANTE

Altagracia Marte

FACILITADORA

Daysi Ramos Gómez

MATRICULA

14-3394
Introducción

Los programas de refuerzo especifican los tipos de condicionamiento atendiendo no


a los diferentes tipos de refuerzo, (que daría lugar a la clasificación de refuerzo
positivo, negativo) sino a los diferentes modos de administrar el estímulo reforzante.
Los programas de refuerzo fueron muy estudiados por el conductista Skinner; los
más importantes son: de refuerzo continuo, de refuerzo parcial, de intervalo fijo, de
intervalo variable, de razón fija, de razón variable.

Cada programa de refuerzo produce unas características especiales en el


condicionamiento operante, en particular en relación con la resistencia a la
extinción.

PROGRAMA DE REFUERZO DE INTERVALO FIJO Y DE INTERVALO VARIABLE

Cuando realizamos un condicionamiento operante siguiendo un programa de


refuerzo de intervalo fijo administramos al sujeto el estímulo reforzante sólo cuando
pase un tiempo determinado desde la última presentación del refuerzo, es decir con
un intervalo temporal constante, por ejemplo, cada minuto. Si el intervalo temporal
no es constante sino variable, es decir una vez cada minuto, otra cada tres, otra
cada dos, entonces tenemos un programa de refuerzo de intervalo variable.

PROGRAMA DE REFUERZO DE RAZÓN FIJA Y DE RAZÓN VARIABLE

Si queremos crear en un sujeto una conducta operante podemos administrar el


estímulo reforzante sólo cuando el sujeto realice un número determinado de veces
la conducta en cuestión, por ejemplo cada tres veces; en tal caso tenemos un
programa de refuerzo de razón fija. Si preferimos administrar el refuerzo cuando el
sujeto realice un número variable de conductas (por ejemplo, a veces cada tres
conductas, a veces cada dos, a veces cada cuatro) tenemos un programa de
refuerzo de razón variable.
Desarrollo.

INDICACION Y ESPACIO PARA EL TRABAJO FINAL

Posterior a consultar la bibliografía señalada y otras fuentes de interés


científico para el temático objeto de estudio, se sugiere que realices las
siguientes actividades:

1. Formula programas de reforzamiento basados en las teorías estudiadas


en esta unidad para cada uno de los siguientes casos. Específica si el
programa que desarrollaste es de razón simple, razón variable o
intervalo.

La teoría del reforzamiento elaborada por Skinner, también conocida como


condicionamiento operante o condicionamiento instrumental, intenta explicar la
conducta humana en correspondencia con el medio ambiente o los estímulos que la
rodean.

Mediante el método experimental, Skinner llega a la conclusión de que la aparición


de un estímulo desencadena una respuesta en la persona. Si esta respuesta es
condicionada utilizando reforzadores positivos o negativos, se podrá ejercer una
influencia en dicha reacción o conducta operante, la cual puede potenciarse o
inhibirse.

Skinner estableció que la conducta se mantiene de un contexto o situación a otra


siempre que las consecuencias, es decir los reforzadores no cambien o lo hagan
siguiendo unas ciertas lógicas, "reglas" que hay que descubrir. Como consecuencia,
tanto el comportamiento humano como el animal pueden ser condicionados o
modificados utilizando una serie de estímulos que el sujeto puede considerar
satisfactorios o no.

Explicado de una manera más sencilla, la Teoría del reforzamiento hace hincapié en
que una persona tiene más probabilidades de repetir una conducta que es reforzada
de manera positiva, así como será más probable que repita aquellas que estén
asociadas a estímulos o refuerzos negativos.

Las conductas perturbadoras o la falta de disciplina en las aulas no es un hecho


aislado, sino que cada vez es más frecuente y constituye uno de los principales
problemas con los que se encuentran los profesores en las aulas de todos los
niveles y a todas las edades. Sin duda, en la enseñanza secundaria es un problema
de fuerte preocupación, pues la obligación de permanecer en ella hasta los 16 años
implica la permanencia en las aulas de un elevado número de alumnos que rechaza
la escuela y provoca conflictos, actos de rebeldía e, incluso, de agresión.

La disciplina en el aula es necesaria para el aprendizaje y, según Ausubel,


desempeña cuatro funciones importantes en la formación del individuo:

 Es necesaria para la socialización, pues se aprenden las normas de


conducta que son aprobadas y toleradas en una cultura.

 Es necesaria para la maduración de la personalidad, para adquirir rasgos


como la confianza en sí mismo, el autocontrol, la persistencia y la capacidad
para tolerar la frustración.

 Es necesaria para la internalización de normas y obligaciones morales.

 Es necesaria para la seguridad emocional de los niños.

Por tanto, es necesario para el profesor contar con recursos suficientes para
el control del aula, esto es, para la conducción de la clase de tal manera que reúna
unas condiciones que permitan a los alumnos dedicarse y centrar su atención en las
actividades escolares y que prevenga la aparición de comportamientos
perturbadores o de falta de disciplina.

A diferencia del conductismo como Filosofía, tenemos al Análisis Experimental del


Comporta-miento (AEC), es decir la ciencia de la conducta que consiste en un
conjunto de métodos, hallazgos empíricos y teorías que se han venido construyendo
en el transcurso del tiempo. Históricamente, esa ciencia de la conducta ha utilizado
como principales heurísticos los conceptos estímulo y respuesta y de
condicionamiento (respondiente y operante). Con base en un arreglo experimental
preferido (la caja experimental), una metodología que ha enfatizado el control de las
condiciones experimentales) y unas herramientas conceptuales basadas en los
conceptos de condicionamiento se ha generado un fértil programa de investigación
sobre la conducta (animal y humana) que ha enfatizado el análisis funcional de la
conducta y por lo tanto la manera como la conducta cambia en función de factores
ambientales históricos y coetáneos. En ese múltiple programa de investigación una
gran variedad de tópicos que constituyen el dominio empírico tradicional de la
psicología como el aprendizaje, la motivación, las emociones, el lenguaje, el
pensamiento, e incluso la percepción y la memoria

CASO A: Fernando, de 8 años de edad, es muy distraído y presenta un


comportamiento verbal inadecuado, interrumpiendo continuamente la
dinámica de la clase y el trabajo de los compañeros.

Conocitivo Niño tiene inadecuada falta de atención

Juego grupal de trabajo


Trastorno de déficit de atención

El trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad (TDAH) es un trastorno


de origen neurobiológico que se caracteriza por déficit de atención, impulsividad, y/o
hiperactividad excesiva.

SÍNTOMAS DE FALTA DE ATENCIÓN

No presta atención cuidadosa a los detalles o comete errores por descuido en el


trabajo escolar.

Tiene problemas para enfocarse durante las tareas o juegos.

No escucha cuando se le habla directamente.

No sigue instrucciones y no termina el trabajo escolar o los deberes.

Tiene problemas para organizar sus tareas y actividades.

Evita o le disgustan las tareas que requieran esfuerzo mental continuo (como las
tareas escolares).

Con frecuencia pierde objetos, como las tareas escolares o juguetes.

Se distrae fácilmente.

Este niño presenta déficit de atención y para tratar de cambiar utilizaremos los
reforzamientos positivos en donde tenemos como objetivo darle recompensas
verbales como elogio cuando preste atención premiarlos porque esto hará que el
niño en un futuro lo haga de manera autónoma.

Estrategias

Para el comportamiento verbal inadecuado podríamos utilizar el reforzamiento


negativo que puede ser el castigo que se le va a dar al niño por ejemplo.

Cuando el niño este interrumpiendo en el aula o diga palabra inadecuadas


hablando mucho para distraer a los estudiantes podríamos retirarle el recreo o
quitarle algo que le guste al niño .

Otras de las técnicas que utilizaremos para que el niño se concentre más son las
técnicas de economía de fichas consiste en establecer un sistema en el que el niño
gane puntos o fichas por comportarse de una determinada manera. Estas fichas
pueden canjearse más tarde por un premio mayor, pactado de antemano. Así, se
puede acordar con el niño que si consigue un determinado número de fichas o
puntos podrá acceder a un juguete, juego, actividad, etc. que desee. Así como
ponerlo a armar rompe cabezas, y formar bloques.
Este es de razón variable ya que se estarán utilizando varios tipos de
reforzamientos para que el niño no se acostumbre a las mismas cosas.

CARACTERÍSTICAS

Atención y concentración

Impulsividad

Hiperactividad

Todas estas características son normales en cualquier niño, pero en el caso de


niños con TDAH se dan con mayor FRECUENCIA E INTENSIDAD y pueden
interferir en su proceso de aprendizaje y/o en sus relaciones sociales.

Estos problemas han de aparecer antes de los 7 años y manifestarse en dos o más
ambientes, por ejemplo, en casa y en la escuela.

También debe de tenerse en cuenta que la sintomatología se manifiesta de forma


diferente según la edad del niño, por ejemplo el exceso de actividad motora y/o
vocal se reduce significativamente en la adolescencia.

Atención y concentración

Dificultad a la hora de establecer un orden en sus trabajos o pequeñas


responsabilidades a casa.

Le cuesta "ponerse en marcha" (para vestirse, hacer los deberes.....), pues se


distrae fácilmente con cualquier otro estímulo.

Presentan problemas para mantener la atención hasta finalizar sus trabajos (hacen
dibujitos, se distraen con el lápiz...).

Pierden u olvidan cosas necesarias (agenda, abrigo, bufanda, cartera, deberes.....).

Parecen no escuchar cuando se les habla.

Olvidan realizar sus trabajos cotidianos (cepillarse los dientes, recoger la ropa....).

Pueden tener problemas a la hora de seleccionar que es lo más importante.

Prestar atención a dos estímulos a la vez (por ejemplo: seguir lo que dice el profesor
y tomar notas al mismo tiempo).

Impulsividad
Con frecuencia actúan sin pensar.

Hablan en momentos poco oportunos o responden precipitadamente a preguntas


que todavía no se han acabado de formular (delante de una visita, en clase...).

Les cuesta obedecer las órdenes, no porqué no quieran obedecer, sinó porque no
están atentos cuando se les formulan.

Suelen ser poco previsores y olvidan planificar (se ponen a hacer sus deberes sin el
material).

Interrumpen a menudo durante juegos o explicaciones.

Tienen dificultades para pensar antes de actuar.

Presentan dificultades para planificar.

Hiperactividad

A menudo mueven los pies y las manos o se levantan de la silla.

Van de un lugar a otro sin motivo aparente.

Se columpian sobre la silla.

Juegan frecuentemente con objetos pequeños entre las manos.

A menudo tararean o sorollizan inadecuadamente con la boca.

Hablan en exceso.

Durante el juego les cuesta esperar su turno y jugar de forma tranquila.


CASO B: Carlos, de 15 años de edad, presenta una alta hiperactividad, así
como un elevado comportamiento agresivo.

Dale recompensas un variable para que no se vaya acostumbrando-


premiandolo.

La hiperactividad en la adolescencia, como en la edad adulta, no es tanto una


hiperactividad motora, como una sensación inquietud interior, impaciencia interior,
desasosiego5. Se puede manifestar en una incapacidad para permanecer quietos
durante un largo tiempo, dar golpecitos con los dedos o los pies, morderse las uñas,
darse vueltas en el pelo o juguetear con el bolígrafo.

Entendemos por conducta agresiva aquella conducta que al ser realizada causa
daño a uno mismo, a otros o al entorno físico. Es una conducta de riesgo y de ahí la
importancia de ser evaluada de manera adecuada cuando se presenta. Lo principal
que debemos tener claro es que las conductas agresivas son la expresión de una
disfunción del Sistema Nervioso Central y tienen un sustrato neurobiológico.

Estrategias

Como podemos ver, este adolescente presenta hiperactividad que es un trastorno


de la conducta por una actividad constante, comportamientos cambiantes y
dificultades de atención.

Para poder trabajar con este adolescente debemos referirlo a neurología para saber
el grado de hiperactividad que presenta el adolescente, después del diagnóstico se
debe hacer un contrato terapéutico en el que el adolescente se haga responsable de
participar en el proceso.

El objetivo principal es reducir su impulsividad e inquietud motriz y aumentar su


atención que son fuente de sus principales problemas , para esto podríamos
utilizar tareas educativas donde el adolescente se mantenga ocupado como por
ejemplo ponerlo a realizar tareas de su interés como ,pintura, trabajos grupales .

También podemos utilizar los reforzadores positivos, es decir, si él hace el trabajo y


las tareas podemos elogiarlos y premiarlo para que el adolescente se sienta
motivado y se concentre en su labor. Con las siguientes técnicas
 -idearemos actividades excepcionales de recompensa ante conductas
especialmente elogiosas.
 -asignaremos responsabilidades reales en casa (tirar la basura,
mantener la habitación recogida etc.)
 -elaboraremos postes para su habitación con las normas de la casa y las
consecuencias de incumplirlas.
 -escribiremos un horario estructurado con obligación de cumplimiento
pero teniendo en cuenta la flexibilidad.

CASO C: María, de 12 años de edad, se chupa el dedo. Sus compañeros de


clase se burlan de ella y está empezando a querer dejar de ir a la escuela ya
que dice que le tratan mal.

Comportamiento auto estima baja la niña tiene reforzadores positivos tiene


extinción.

La succión es un reflejo que el recién nacido tiene antes incluso de su llegada al


mundo; las ecografías muestran que los fetos de 13-14 semanas ya chupan sus
diminutos dedos. Incluso en algunos bebés se observa, al nacer, una pequeña
ampolla en la mano debido a la succión mantenida dentro del útero.

El acto de succionar no sólo tiene para el bebé una función nutritiva, sino que
también le proporciona seguridad, tranquilidad, sosiego y placer; a esto se le
denomina “succión no nutritiva”. La boca es el principal órgano sensorial, junto con
el olfato, de un recién nacido. Con ella se alimentan, con ella reclaman atención, y
con ella inicialmente empiezan a explorar su pequeño mundo, comenzando por su
propio cuerpo. Primero moverán ambas manos de forma descoordinada, después
se llevarán esporádicamente las manos a la boca, y a las pocas semanas ya
acertarán a introducir en ella sus dedos para la succión.

Esta necesidad de succión no nutritiva puede calmarse con la utilización de un


chupete, que en esencia cumplirá las mismas funciones. Sin embargo, no son pocos
los niños que rechazan el plástico de la tetina y prefieren succionar sus dedos. El
pulgar es el dedo que con más frecuencia utilizan, aunque hay niños que intentan
meterse otros dedos, o incluso toda la mano, en la boca.

En principio no hay que alarmarse porque el niño se chupe el dedo, ya que es


absolutamente normal y fisiológico, y sirve al bebé para explorar su propio cuerpo,
para descubrirse, y además aprende a tranquilizarse solo, utilizando sus propios
recursos. Aunque no lo parezca, que un bebé de pocos meses se chupe el dedo es
un signo de madurez desde el punto de vista psicomotor.

Las personas con autoestima baja buscan, a veces sin ser muy conscientes de ello,
la aprobación y el reconocimiento de los demás y suelen tener dificultad para ser
ellas mismas y poder expresar con libertad aquello que piensan, sienten y necesitan
en sus relaciones interpersonales, así como para poder decir “no” al otro sin sentirse
mal por ello.

En ocasiones las personas que esconden en su interior sentimientos de baja


autoestima, suelen ocultárselos a sí mismas mediante el uso de
diferentes mecanismos de defensa, (negación, intelectualización, fantasía, etcétera)
incluso haber creado a su alrededor una coraza defensiva, para protegerse de la
amenaza (a menudo fantaseada) frente a posibles rechazos sociales, incluso a
críticas personales u opiniones que cuestionen sus creencias.

Las personas con Baja Autoestima suelen experimentar ansiedad ante situaciones
de intimidad y afectivas. Esto se debe a la dificultad que experimentan a la hora de
sentirse seguras y espontáneas en sus relaciones interpersonales.
Conclusión.

Pregúntele a cualquier padre si quiere que su hijo sea una persona agresiva y es
probable que reciba más de una respuesta. Después de todo, la agresividad se
relaciona con comportamientos tanto aprobados como desaprobados en nuestra
mente y en nuestra sociedad: tanto con la energía y el propósito que nos ayudan a
dominar activamente las dificultades de la vida como con las acciones ofensivas y
las fuerzas destructivas.

La mayoría de nosotros quiere que nuestros hijos sean capaces de adoptar una
postura firme cuando otros los tratan con brusquedad. Esperamos que no
comiencen peleas, pero si los atacan que puedan enfrentar al atacante y no se vean
abrumados. El aprendizaje de un niño para encontrar un equilibrio saludable entre
un comportamiento demasiado agresivo y muy poco agresivo probablemente sea la
tarea más difícil del crecimiento.

Según la teoría del desarrollo, los impulsos o deseos agresivos son innatos en el
niño humano y son un aspecto crucial de la fuerza vital sicológica y de la
supervivencia. En el curso del desarrollo saludable, estos impulsos se expresan
normalmente en varios comportamientos en diferentes edades y, con la ayuda de
padres y otros, gradualmente van pasando al control de la persona: moderado,
canalizado y regulado, pero de ninguna manera eliminado.

La agresividad es parte del desarrollo saludable.

Durante el primer año, no es frecuente pensar que el niño se comporta de manera


agresiva pese a que vea que cuando un niño pequeño empuja, estira o ejerce fuerza
contra otro son señales de energía dirigida hacia afuera y firmeza que ponen de
manifiesto la maduración saludable de la agresividad. Pero el niño de nueve meses
que le tira a usted del cabello no sabe que eso podría causar dolor: lo hace con el
mismo espíritu exuberante y juguetón que se ve en otras actividades. Es solamente
en el segundo año, cuando el niño desarrolla una mejor conciencia de que es una
persona separada —“yo” y “tú"—, cuando puede comenzar a entender que él está
enojado con alguien y se comporta con fuerza intencionada. Por lo general, no
hablamos que un niño es cruel u hostil hacia otros hasta en algún momento durante
el segundo año. Aun entonces, el niño no sabe lo suficiente sobre causa y efecto
para entender las consecuencias de su acción o cómo regular este comportamiento
hacia otros. Cuando su hijo de 15 meses rompe y destruye un objeto frágil, él siente
el placer de expresar confianza sin anticipar su resultado.

A veces los padres me cuentan que su niño pequeño “sabe” que no debe golpear ni
morder. Ellos creen que esto es así porque cuando lo regañan, él parece
avergonzado. Lo que el niño entiende no es que ha lastimado a alguien o que ha
destruido algo sino que se ha ganado la desaprobación de sus padres. A la inversa,
cuando lo elogian por ser amable con otro, él sabe y le agrada saber que es
aprobado por ese comportamiento en ese momento. Lleva tiempo y muchos
recordatorios antes de que él pueda entender que no golpear ni morder se aplica a
muchas situaciones. Los niños pequeños, en particular los menores de tres años y
medio, poco saben de su propia fuerza. No se comprende automáticamente las
diferencias entre un beso y un mordisco, entre una caricia y un golpe, entre un
empujoncito y un empujón hasta tirarle al suelo a alguien, y los niños necesitan
muchos recordatorios como: “Déjame que te muestre cómo acariciar al bebé (o al
perro de la familia o la mejilla de papá)”; “Acariciar siente bien. Golpear puede
doler”; o “Hazlo suavemente (o despacito), así.”

Bibliografía.

https://www.webconsultas.com/bebes-y-ninos/creciendo/por-que-mi-hijo-se-
chupa-el-dedo-10907

https://int.search.tb.ask.com/search/GGmain.jhtml?searchfor=agresividad+en+
ni%C3%B1os&enableSearch=true&rdrct=no&st=sb&tpr=omni&p2=%5ECOP%5
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Anexos.

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