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(UAPA)
Escuela de Psicología
ASIGNATURA
Análisis De La Conducta
TEMA
Producción Final
PARTICIPANTE
Altagracia Marte
FACILITADORA
MATRICULA
14-3394
Introducción
Explicado de una manera más sencilla, la Teoría del reforzamiento hace hincapié en
que una persona tiene más probabilidades de repetir una conducta que es reforzada
de manera positiva, así como será más probable que repita aquellas que estén
asociadas a estímulos o refuerzos negativos.
Por tanto, es necesario para el profesor contar con recursos suficientes para
el control del aula, esto es, para la conducción de la clase de tal manera que reúna
unas condiciones que permitan a los alumnos dedicarse y centrar su atención en las
actividades escolares y que prevenga la aparición de comportamientos
perturbadores o de falta de disciplina.
Evita o le disgustan las tareas que requieran esfuerzo mental continuo (como las
tareas escolares).
Se distrae fácilmente.
Este niño presenta déficit de atención y para tratar de cambiar utilizaremos los
reforzamientos positivos en donde tenemos como objetivo darle recompensas
verbales como elogio cuando preste atención premiarlos porque esto hará que el
niño en un futuro lo haga de manera autónoma.
Estrategias
Otras de las técnicas que utilizaremos para que el niño se concentre más son las
técnicas de economía de fichas consiste en establecer un sistema en el que el niño
gane puntos o fichas por comportarse de una determinada manera. Estas fichas
pueden canjearse más tarde por un premio mayor, pactado de antemano. Así, se
puede acordar con el niño que si consigue un determinado número de fichas o
puntos podrá acceder a un juguete, juego, actividad, etc. que desee. Así como
ponerlo a armar rompe cabezas, y formar bloques.
Este es de razón variable ya que se estarán utilizando varios tipos de
reforzamientos para que el niño no se acostumbre a las mismas cosas.
CARACTERÍSTICAS
Atención y concentración
Impulsividad
Hiperactividad
Estos problemas han de aparecer antes de los 7 años y manifestarse en dos o más
ambientes, por ejemplo, en casa y en la escuela.
Atención y concentración
Presentan problemas para mantener la atención hasta finalizar sus trabajos (hacen
dibujitos, se distraen con el lápiz...).
Olvidan realizar sus trabajos cotidianos (cepillarse los dientes, recoger la ropa....).
Prestar atención a dos estímulos a la vez (por ejemplo: seguir lo que dice el profesor
y tomar notas al mismo tiempo).
Impulsividad
Con frecuencia actúan sin pensar.
Les cuesta obedecer las órdenes, no porqué no quieran obedecer, sinó porque no
están atentos cuando se les formulan.
Suelen ser poco previsores y olvidan planificar (se ponen a hacer sus deberes sin el
material).
Hiperactividad
Hablan en exceso.
Entendemos por conducta agresiva aquella conducta que al ser realizada causa
daño a uno mismo, a otros o al entorno físico. Es una conducta de riesgo y de ahí la
importancia de ser evaluada de manera adecuada cuando se presenta. Lo principal
que debemos tener claro es que las conductas agresivas son la expresión de una
disfunción del Sistema Nervioso Central y tienen un sustrato neurobiológico.
Estrategias
Para poder trabajar con este adolescente debemos referirlo a neurología para saber
el grado de hiperactividad que presenta el adolescente, después del diagnóstico se
debe hacer un contrato terapéutico en el que el adolescente se haga responsable de
participar en el proceso.
El acto de succionar no sólo tiene para el bebé una función nutritiva, sino que
también le proporciona seguridad, tranquilidad, sosiego y placer; a esto se le
denomina “succión no nutritiva”. La boca es el principal órgano sensorial, junto con
el olfato, de un recién nacido. Con ella se alimentan, con ella reclaman atención, y
con ella inicialmente empiezan a explorar su pequeño mundo, comenzando por su
propio cuerpo. Primero moverán ambas manos de forma descoordinada, después
se llevarán esporádicamente las manos a la boca, y a las pocas semanas ya
acertarán a introducir en ella sus dedos para la succión.
Las personas con autoestima baja buscan, a veces sin ser muy conscientes de ello,
la aprobación y el reconocimiento de los demás y suelen tener dificultad para ser
ellas mismas y poder expresar con libertad aquello que piensan, sienten y necesitan
en sus relaciones interpersonales, así como para poder decir “no” al otro sin sentirse
mal por ello.
Las personas con Baja Autoestima suelen experimentar ansiedad ante situaciones
de intimidad y afectivas. Esto se debe a la dificultad que experimentan a la hora de
sentirse seguras y espontáneas en sus relaciones interpersonales.
Conclusión.
Pregúntele a cualquier padre si quiere que su hijo sea una persona agresiva y es
probable que reciba más de una respuesta. Después de todo, la agresividad se
relaciona con comportamientos tanto aprobados como desaprobados en nuestra
mente y en nuestra sociedad: tanto con la energía y el propósito que nos ayudan a
dominar activamente las dificultades de la vida como con las acciones ofensivas y
las fuerzas destructivas.
La mayoría de nosotros quiere que nuestros hijos sean capaces de adoptar una
postura firme cuando otros los tratan con brusquedad. Esperamos que no
comiencen peleas, pero si los atacan que puedan enfrentar al atacante y no se vean
abrumados. El aprendizaje de un niño para encontrar un equilibrio saludable entre
un comportamiento demasiado agresivo y muy poco agresivo probablemente sea la
tarea más difícil del crecimiento.
Según la teoría del desarrollo, los impulsos o deseos agresivos son innatos en el
niño humano y son un aspecto crucial de la fuerza vital sicológica y de la
supervivencia. En el curso del desarrollo saludable, estos impulsos se expresan
normalmente en varios comportamientos en diferentes edades y, con la ayuda de
padres y otros, gradualmente van pasando al control de la persona: moderado,
canalizado y regulado, pero de ninguna manera eliminado.
A veces los padres me cuentan que su niño pequeño “sabe” que no debe golpear ni
morder. Ellos creen que esto es así porque cuando lo regañan, él parece
avergonzado. Lo que el niño entiende no es que ha lastimado a alguien o que ha
destruido algo sino que se ha ganado la desaprobación de sus padres. A la inversa,
cuando lo elogian por ser amable con otro, él sabe y le agrada saber que es
aprobado por ese comportamiento en ese momento. Lleva tiempo y muchos
recordatorios antes de que él pueda entender que no golpear ni morder se aplica a
muchas situaciones. Los niños pequeños, en particular los menores de tres años y
medio, poco saben de su propia fuerza. No se comprende automáticamente las
diferencias entre un beso y un mordisco, entre una caricia y un golpe, entre un
empujoncito y un empujón hasta tirarle al suelo a alguien, y los niños necesitan
muchos recordatorios como: “Déjame que te muestre cómo acariciar al bebé (o al
perro de la familia o la mejilla de papá)”; “Acariciar siente bien. Golpear puede
doler”; o “Hazlo suavemente (o despacito), así.”
Bibliografía.
https://www.webconsultas.com/bebes-y-ninos/creciendo/por-que-mi-hijo-se-
chupa-el-dedo-10907
https://int.search.tb.ask.com/search/GGmain.jhtml?searchfor=agresividad+en+
ni%C3%B1os&enableSearch=true&rdrct=no&st=sb&tpr=omni&p2=%5ECOP%5
Exdm356%5ETTAB03%5Edo&ptb=E87EC31D-96FD-4A44-859A-
89493195D8C7&n=7857a63d&si=ad3
Anexos.