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White
Una Introducción Editorial
Los intentos de entender a Ellen G. White y sus visiones han tomado muchas
formas. Pocas son más interesantes que la exhaustiva investigación llevada a
cabo por el Dr. Molleurus Couperus, médico retirado y editor fundador de la
revista Spectrum.
Las razones por las cuales uno puede cuestionar las afirmaciones de Ellen
White forman legión, pero una clase de razón en particular sobresale sobre las
demás. Cuando Ellen White insistía en que había visto algo en visión, o decía
'Se me ha mostrado,' o, (de lo más importante) pretendía estar citando un
ángel, su guía, o Jesús mismo, y las mismas palabras se encuentran ahora
citadas en un artículo o libro anterior, a los seres humanos racionales se les
puede perdonar no creer en su veracidad.
Pero, puesto que la Sra. White es una parte integral de nuestras raíces
Adventistas, y puesto que es desconcertante pensar en la madre como mendaz,
buscamos circunstancias atenuantes o explicaciones alternas que puedan
rescatar su integridad.
Sin duda, Ellen G. White fue una de las personas más influyentes en la
historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día - una lideresa espiritual
considerada como profeta por muchos. Setenta años han pasado desde que
Ellen murió en 1915, y es el propósito de esta presentación reexaminar la vida
y la obra de esta excepcional mujer cristiana a la luz de los conocimientos
actuales.
A la edad de nueve años, Ellen se vio envuelta en un serio accidente que, dijo
ella, afectó su vida entera.
1. A la edad de nueve años, Ellen recibió una herida directa, causada por un
proyectil, en el área nasal del rostro, y cayó al suelo.
2. Inmediatamente quedó inconsciente.
3. Hubo una hemorragia profusa y prolongada, y ella fue llevada a una tienda
cercana.
4. Después de un breve intervalo consciente, ella perdió el conocimiento otra
vez; esto duró como tres semanas.
5. Cuando recobró el conocimiento, no recordaba lo que había sucedido.
6. Ella notó que su rostro había quedado marcadamente deformado en ese
tiempo.
7. Después de recobrar el conocimiento, fue confinada a su cama durante
"muchas semanas" y quedó reducida "casi a un esqueleto."
El área de la cabeza en que Ellen recibió el impacto de la piedra lanzada por la
muchacha de 13 años de edad contribuyó significativamente a la severidad de
la herida producida. La piedra golpeó a Ellen en la nariz al volver ella su
cabeza para ver a qué distancia iba la muchacha que las perseguía, y Ellen
cayó inconsciente al suelo. Girgis ha observado que el lóbulo temporal es
particularmente vulnerable a lesiones a causa de su posición baja en el cráneo
detrás de la órbita del ojo. Allí el hueso del cráneo está en su parte más
delgada y las heridas punzantes requieren relativamente poca fuerza para
penetrar el cerebro. Landolt y de Jong también han hecho notar la fragilidad y
vulnerabilidad del área temporal del cráneo, y que ésta es una de las razones
por las cuales la epilepsia del lóbulo temporal es muy común. (4)
Sin embargo, pacientes que han sufrido heridas en la cabeza han permanecido
inconscientes por tres semanas y todavía sobrevivieron; pero en tales casos
hay casi siempre serios efectos secundarios. Pueden pasar semanas antes de
que se inicie la recuperación en estos pacientes, y la mejoría es lenta, como
sucedió en el caso de Ellen. Esto está asociado con un período de confusión y
uno de pérdida variable de la memoria en relación con lo que ocurrió - un
período de amnesia. Esta amnesia puede ser permanente, o puede mejorar
poco a poco hasta un grado variable. Una pérdida de la memoria por un
período mayor de doce horas después del accidente es seguida frecuentemente
por el desarrollo de la epilepsia. Se pueden producir ataques epilépticos poco
después del accidente, o puede que la epilepsia no se manifieste por muchos
años, a veces hasta veinte años más tarde. Si la herida en la cabeza ocurre en
un niño, el intervalo de tiempo antes de que la epilepsia se manifieste
probablemente será más largo; mientras más largo es el intervalo, más
probable será que la epilepsia persista. Russell considera la amnesia post-
traumática que dure más de unos pocos días como el resultado de daño
cerebral severo, incluyendo el posible desgarramiento y la posible torsión de
los tractos fibrosos en el cerebro. (5)
En 1975, Jennett dijo que "la pérdida del conocimiento, o hasta una breve
amnesia después de una herida, siempre implica daño cerebral.... Pero la
severidad del daño cerebral difuso... se juzga mejor por la duración de la
amnesia post-traumática." En una serie de 800 casos de heridas en la cabeza
estudiadas por Jennett, como el 40 por ciento de los que experimentaron una
amnesia post-traumática de 24 horas o más, desarrollaron epilepsia posterior.
(13) Si Jennett llegó a la conclusión de que hay un 40 por ciento de
probabilidades de que un paciente desarrolle epilepsia después de que una
herida en la cabeza resulte en una inconsciencia de 24 horas o más, ¡cuánto
mayor serán las probabilidades de que Ellen desarrollara epilepsia puesto que
ella estuvo inconsciente por tres semanas y amnésica durante todo el
incidente!
Basado en el estudio de resultados posteriores de heridas en la cabeza en las
fuerzas armadas, Caveness resumió sus hallazgos como sigue:
La epilepsia, como entidad, ha sido reconocida hasta cierto grado desde los
días del antiguo Egipto, pero no fue sino con Hipócrates (400 A.C.) y Galeno
(+ 175 D. C.) que comenzó a acumularse algún conocimiento organizado de
esta enfermedad.
Durante el resto del siglo diecinueve, hubo un sostenido pero lento aumento
en el conocimiento de lesiones cerebrales y la resultante epilepsia. Durante las
dos guerras mundiales, ocurrió un gran número de lesiones cerebrales y en la
cabeza. Fue posible seguir de cerca a muchos de los heridos por cierto número
de años, aumentando grandemente el conocimiento sobre los efectos
posteriores o retardados de estas lesiones. De los casos en los cuales se
sufrieron heridas a la cabeza por proyectiles (en ambas guerras mundiales y en
la guerra de Korea), más de un tercio de las víctimas desarrollaron epilepsia.
Muchas lesiones en la cabeza que fueron seguidas por ataques epilépticos
ahora resultan de accidentes industriales y de tráfico.
Mejoró muy lentamente, y "su salud parecía estar hecha añicos por completo."
Más tarde, Ellen sólo pudo asistir a la escuela un poquito; y ella dice que "me
era casi imposible estudiar y retener lo que había aprendido." Cuando asistió a
la escuela, la mano le temblaba tanto que no podía progresar en su escritura; y
cuando estudiaba, dice ella que "las letras del libro se me amontonaban,
gruesas gotas de sudor me salían de la frente, y me mareaba y me ponía
débil." Su maestro le aconsejó que dejara la escuela hasta que su salud
mejorara, y así lo hizo ella. Tres años más tarde, cuando tenía doce años,
intentó ir a la escuela otra vez, pero su salud le falló una vez más y se vio
obligada a dejar la escuela de modo permanente. Esto la desanimó mucho.
Escribió:
James White dijo que, en la época de la primera visión de Ellen, "su condición
nerviosa era tal que no podía escribir, y dependía de alguien sentado cerca de
ella en la mesa hasta para que le vertiera su bebida de la taza al platillo." (22)
"Visité ... el lugar donde había sufrido el accidente que me había convertido
en inválida de por vida. Esta desgracia, que por un tiempo me pareció tan
amarga y tan difícil de sobrellevar, ha demostrado ser una bendición
disfrazada. El cruel golpe que frustró los goces terrenos fue el medio para que
yo volviera mis ojos al cielo."
En 1841, Ellen asistió a una serie de conferencias dictadas por William Miller,
pero ella sintió que no estaba lista para ser aceptada por Dios a causa de una
falta de santificación. Ellen dice que ella "cayó en un estado de melancolía,
que aumentó hasta convertirse en desesperación." (23) Permaneció en este
estado por tres semanas, y, en completa desesperación, solía caer sobre su
rostro:
"Pensé que la suerte del pecador condenado sería la mía.... Muchas veces
deseé no haber nacido. Una completa oscuridad descendió sobre mí y no
parecía haber salida de las sombras... Desde entonces, he pensado que muchos
pacientes de asilos para locos fueron llevados allí por experiencias similares a
la mía." (24)
En ese tiempo, y en ese estado de ánimo, Ellen tuvo un sueño significativo,
que fue probablemente la primera de sus muchas experiencias visionarias. En
este sueño, ella vio un templo sostenido por una gran columna a la cual estaba
atado un cordero sangrante. El temor sobrecogió a Ellen mientras estaba cerca
del cordero, y tuvo una sensación de vergüenza cuando vio que debía confesar
sus pecados delante de los que ya lo habían hecho, y que parecían felices y
esperando algún evento gozoso. Entonces sonó una trompeta, el edificio se
estremeció, y los santos lanzaron un grito de triunfo. El templo brilló con
intensidad impresionante, seguida por una terrible oscuridad en la cual Ellen
se encontró sola. Ella escribió: "El horror de mi mente no podría describirse.
Me desperté, y pasó algún tiempo antes de que lograra convencerme de que
aquello no era real. Ciertamente, pensé, mi suerte está echada." (25)
Poco después, tuvo otro sueño en el cual ella pensó que estaba sentada en
profunda desesperación cuando "una persona de hermosa forma y semblante"
le preguntó si deseaba ver a Jesús y que, si era así, lo siguiera. Fue conducida
a una escalera empinada y se le dijo que mantuviera los ojos fijos mirando
hacia arriba, porque si miraba hacia abajo, se marearía y se caería. Vio que,
efectivamente, algunos habían caído a cada lado del camino. Entonces vio a
Jesús, y "trató de protegerse de su penetrante mirada." Pero Jesús puso su
mano sobre la cabeza de ella y le dijo: "No temas." Ellen cayó postrada a Sus
pies y vio escenas de gloria y belleza, mientras Jesús le sonreía. Luego, el guía
la trajo de vuelta a las escaleras, dándole un cordón verde con el cual ella
entraría en contacto con Jesús cuando así lo deseara." (26)
Ciertos rsagos de esta visión sugieren que puede haber sido un ataque en el
lóbulo temporal. Primero, hay que recordar las circunstancias. Ellen estaba
desanimada, sintiendo que no estaba lista para ser aceptada por Cristo por su
falta de santificación, y en profunda desesperación. Su sueño probablemente
fue condicionado por su estado emocional y los problemas específicos que la
preocupaban. En el sueño, sintió temor cuando se acercó al cordero, y más
tarde vio la impresionante brillantez y luego la terrible oscuridad que siguió,
en la cual ella estaba sola. Todo esto (temor, luz brillante, y oscuridad) se
experimentan frecuentemente durante ataques al lóbulo temporal, como ocurre
en muchas de las visiones de Ellen. (27)
Hay obvias similitudes entre este sueño y la visión mucho más prolongada que
ella experimentó en diciembre de 1844. Poco después de su segundo sueño
(mencionado en el párrafo anterior), Ellen tuvo otra experiencia mientras
participaba en una reunión de oración:
Una semana más tarde, Ellen experimentó otra visión en la cual ella vio las
pruebas y la oposición a través de las cuales ella pasaría en su obra de relatar
sus visiones a otros. Después de esto, nuevamente entró en un período de
desolación porque no tenía los medios para sostenerse en este ministerio; ella
"ansiaba la muerte."
Durante una sesión de oración con amigos en la casa paterna, ella súbitamente
sintió como si una bola de fuego se hubiese estrellado sobre su corazón; cayó
al suelo y oyó a un ser santo decir: "Haz saber a los demás lo que te he
revelado."(31) Después de esto, Ellen Harmon fue fiel a la visión y se volvió
más y más activa hablando a pequeños grupos de los que habían creído en el
mensaje de la pronta venida de Cristo por segunda vez. El 30 de Agosto de
1846, se casó con el Anciano James White, con el cual comenzó a trabajar en
favor de los dispersos grupos Adventistas. Escribir, publicar, y viajar se
convirtieron en una forma de vida para los White.
No hay duda de que Ellen White afirmaba, y sin duda llegó a creer
firmemente, que ella recibía visiones y mensajes directamente de Dios. Hoy
día, puede que uno se pregunte por qué Ellen White fue tan fácilmente
aceptada por otros como profetisa. Durante ese período de la historia, los
profetas y las profetisas eran bastante comunes tanto en Inglaterra como en los
Estados Unidos. En esta época, Joseph Smith fue aceptado como profeta, y los
misioneros mormones aseguraban que su iglesia tenía "el espíritu de
profecía." Mary Baker Eddy, también contemporánea de Ellen White, llegó a
ser la fundadora y la dirigente espiritual de los Cientistas Cristianos.
Billington ha señalado que, entre 1830 y 1850, "las predicadoras eran
populares. Las visiones y los trances se aceptaban con facilidad." (39
Con el correr del tiempo, Ellen White fue aceptada más y más en la Iglesia
Adventista del Séptimo Día como una persona con autoridad, y su influencia
vino a ser la de un profeta verdadero, aunque ella misma rehusaba describirse
a sí misma como tal - prefiriendo el título "La Mensajera del Señor." Ella
creía que su obra incluía "mucho más de lo que la palabra 'profeta' significa."
(44)
Sin embargo, en vida de Ellen, hubo algunos que pusieron en duda el origen
divino de sus visiones. en 1847, James White publicó una carta de "un amado
hermano" en relación con las visiones de Ellen.
"Querida Hermana F., Ud. tiene una imaginación enferma... Ciertamente, Ud.
no solamente se está haciendo daño a sí misma, sino que se lo está haciendo a
otros miembros de su familia, y - especialmente a su madre... La mente de ella
está siendo desequilibrada por los frecuentes ataques de histeria que se ve
obligada a presenciar." (51)
Al principio, había compañeros de trabajo de Ellen y James que rechazaban el
origen sobrenatural de las visiones de Ellen. Entre éstos se encontraba Isaac
Wellcome, que fue bautizado por James White en 1844 y estaba activo en el
Movimiento del Segundo Advenimiento. El escribió:
"Ellen G. Harmon... era extrañamente activa en cuerpo y mente...cayendo al
piso ... (recordamos que la sostuvimos dos veces para evitar que cayera al
piso)... en reuniones, ella hablaba con gran vehemencia y rapidez hasta que
caía al suelo, cuando, como afirmaba, se le mostraban maravillosas visiones
del cielo y lo que estaba ocurriendo allí. Ella afirmaba haber visto que Cristo
había cesado en su oficio de mediación y asumido el de Juez, había cerrado la
puerta de la misericordia, y estaba borrando nombres del libro de la vida... La
vimos en Poland, Portland, Topsham, y Brunswick durante el comienzo de su
carrera, y a menudo la oímos hablar, y varias veces la vimos caer, y la oímos
relatar las maravillas que ella decía que su Padre celestial le permitía ver. Sus
visiones sobrenaturales o anormales no fueron entendidas enseguida como
visiones, sino como imágenes espirituales de cosas invisibles, que eran
bastante comunes entre los Metodistas... Estas visiones no eran sino los ecos
de las predicaciones del Anciano [Joseph] Turner y otros, y nosotros las
consideramos como el producto de la sobreexcitada imaginación de su mente,
y no como hechos." (52)
Jacob Brinkerhoff y su hermano W. H. Brinkerhoff (que fue ordenado por
James White), eran activos en la obra de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
en el período de 1860-1865. Jacob escribió en 1884:
"La Sra. White tiene una gran reputación entre ellos como dirigente... en parte
por su afirmación de que era divinamente inspirada. Poco después del chasco
de 1844, ella tuvo lo que se llamó su primera visión. Aquéllos fueron tiempos
de prueba para la fe del pueblo Adventista, sin duda; y ella era muy joven en
aquel tiempo, y de muy precaria salud.... En la excitación del momento, y
mientras su cuerpo estaba en esta débil condición, su mente parecía separarse
de su cuerpo, y caer en trance, en el cual la mente continúa activa, y forma
conceptos de opiniones preconcebidas, a causa de la excitación del momento o
las circunstancias presentes. En ese tiempo la experiencia del pueblo
Adventista era tema de interés entre ellos, y en las visiones o trances de ella,
su mente avanzaba sobre el mismo tema como una consecuencia natural.... No
nos sorprende que sus visiones fuesen consideradas, por ella y por los que
estaban asociados con ella, como revelaciones del Señor. Tales fenómenos no
ocurren a menudo en la naturaleza; y en un tiempo en el cual varios
fanatismos se atribuían a la obra de Dios, no es sorprendente que esto
ocurriera. Estando completamente absorta en sus visiones y experiencia
religiosa, su mente, mientras continuaba en trance, funcionaba en la misma
dirección mientras ella estaba en un estado insensible. Un trance es un estado
de insensibilidad; catalepsia; éxtasis... Los que de algún modo están
familiarizados con la historia de las visiones de la Sra. White han leído que
una afirmación principal en favor de su inspiración divina es la de que ella es
perfectamente insensible; pero esto sólo corrobora nuestra posición de que las
visiones sólo se producen por un estado no saludable y no natural de su cuerpo
y de su mente." (53)
Casi parece como si Brinkerhoff iba a llamar a esta condición epilepsia del
lóbulo temporal. Pero se detuvo justo antes de hacerlo; el término todavía no
había sido acuñado. Poco después añade en su documento: "Pasan por alto el
hecho de que ellas (las visiones) puede que no sean inspiradas ni por Dios ni
por Satanás, sino que pueden ser solamente humanas, o de su propia mente, la
cual posición adoptamos como verdadera en cuanto a la fuente."
"A la edad de nueve años, ella recibió un terrible golpe en el rostro, que le
rompió la nariz y casi la mata. Estuvo inconsciente por tres semanas. Este
impacto en su sistema nervioso era la verdadera causa de todas las visiones
que tuvo después." (54)
En 1919, Canright específicamente sugirió la epilepsia como la causa. Es
significativo que todos los diagnósticos sintomáticos aplicados durante su vida
a sus experiencias visionarias están cubiertas por la en aquel entonces
desconocida entidad de epilepsia del lóbulo temporal. (54)
El Dr. William Sadler, que conocía bien a Ellen White, escribió en 1912:
"No es raro que personas en trance cataléptico se imaginen que están viajando
a otros mundos. De hecho, los relatos maravillosos de sus experiencias, que
ellos describen después de que estos ataques catalépticos terminan, son tan
singulares y maravillosos que sirven de base para fundar nuevas sectas, cultos,
y religiones.... Es un interesante estudio en psicología notar que estos
mediums en trance siempre ven visiones en armonía con sus creencias
teológicas.... Tarde o temprano, casi todas estas víctimas de trances y
catalepsia nerviosa llegan a creerse mensajeros de Dios y profetas del cielo; y
sin duda la mayoría de ellos son sinceros en esta creencia. No entendiendo ni
la fisiología ni la psicología de sus aflicciones, sinceramente llegan a
considerar sus peculiares experiencias mentales como algo sobrenatural,
mientras que sus seguidores creen ciegamente cualquier cosa que estas
personas enseñan a causa del supuesto carácter divino de estas así llamadas
revelaciones." (55)
En 1906, Sadler había escrito a Ellen una carta de nueve páginas como
respuesta a una invitación de ella de que cualquiera que tuviera "perplejidades
y cosas graves en su mente en relación con los testimonios que yo he
transmitido, especifique cuáles son sus objeciones y críticas." (56) Arthur L.
White ha publicado extractos de la larga carta de Sadler, enumerando las
preguntas que Sadler hace.
"La Iglesia Adventista del Séptimo Día nació en el período que siguió al 'Gran
Chasco' de 1844. La principal figura en la formación de esta prominente
denominación protestante fue Ellen G. White. Sus escritos de 100,000 páginas
sólo son superados por la Biblia en la determinación de doctrina eclesiástica
para millones de miembros por todo el mundo. Ellen White fue considerada
como 'Profeta de Dios', que recibió instrucciones y dirección por medio de
visiones sobrenaturales, que continúan proporcionando evidencia, para la
mayoría de los Adventistas, de su inspiración divina.
"A la edad de nueve años, Ellen White sufrió una severa herida en la cabeza.
Después de que se recuperó, su personalidad cambió y ella se volvió
introspectiva, extremadamente moralista, y religiosa, y se convirtió en una
ávida lectora y prolífica escritora. A la edad de 17 años, Ellen White tuvo su
primer "ataque," que ella interpretó como una "visión." Las visiones se
caracterizaban por auras ocasionales, un estado alterado de la conciencia con
la mirada fija y los ojos en blanco, automatismos generales, repeticiones en el
hablar, alucinaciones visuales y auditivas, y letargo y amnesia post-visión en
cuanto a los eventos que ocurrían durante la visión.
Los ataques complejos parciales son típicos de una forma de epilepsia, que
afecta al sistema límbico del cerebro, incluyendo los lóbulos temporales.
Hubo un tiempo en que la mayoría de la gente creía que la epilepsia
significaba espasmos musculares y convulsiones con probable espuma en la
boca y mordedura de la lengua. Esta clase de epilepsia ciertamente ocurre,
pero también hay otros tipos de epilepsia. Todas las formas de epilepsia se
deben a una disfunción de las células nerviosas del cerebro. Esta disfunción
puede causar reacciones anormales en la actividad muscular an grandes áreas
del cuerpo, pero hay muchos otros sistemas y funciones que pueden ser
afectados, especialmente en la epilepsia de lóbulo temporal. Éstas incluyen las
funciones endocrinas, el pulso, la respiración, la conciencia, los pensamientos,
la memoria, los sueños, el habla, la escritura, el estado de ánimo, la conducta,
el temperamento, la sexualidad, y otras.
Los síntomas específicos que manifieste un paciente epiléptico dependen de la
ubicación de las neuronas dañadas (incluyendo en qué mitad del cerebro se
encuentran), la severidad y la extensión del daño a las células nerviosas
afectadas, y cuáles otras neuronas distantes son influídas por la disfunción del
foco primario en el cerebro. Los síntomas resultantes de la lesión cerebral
original pueden no ser evidentes por muchos años. (58) Esta demora puede
deberse a los efectos finales del proceso prolongado de los cambios en los
tejidos, que siguen a la lesión cerebral. Courville (59) cita a Earl y otros,
informando que en el 31.2 por ciento de los casos clínicos de epilepsia
psicomotora hubo una historia de lesión craneocerebral postnasal. Gomes
(60), que analizó 3,636 casos de epilepsia de lóbulo temporal, pudo
determinar la etiología [causa] en el 64 por ciento de los pacientes. De éstos,
la lesión fue la causa en el 38 por ciento de los casos.
Ellen no era consciente de lo que la rodeaba durante una visión y más tarde no
recordaba lo que había tenido lugar a su alrededor durante la visión; pero
podía recordar lo que había visto y experimentado en la visión misma. Esto es
típico de un ataque complejo parcial en la epilepsia de lóbulo temporal.
Se afirmaba que Ellen no respiraba durante sus visiones, pero que nunca se
ponía cianótica. (Pero con frecuencia hablaba mientras estaba en visión - una
actividad para la cual necesitaba aire.) En 1874, George I. Butler apoyó esto
cuando dijo que su "rostro conserva su natural color, y la sangre circula como
de costumbre." En los informes más detallados de las visiones de Ellen, se ha
observado que, cuando ella salía de una visión, experimentaba "una profunda
inhalación, seguida por otra después de como un minuto, y muy pronto la
respiración normal se reanudaba." La respiración de Ellen puede haber sido
casi imperceptible. A causa de la reducción en la respiración normal, no es
extraño que algunos de los presentes llegaran a la conclusión de que Ellen no
respiraba en absoluto. (62) Se ha informado, en relación con la epilepsia de
lóbulo temporal, que la respiración puede en realidad ser detenida por breves
períodos (apnea), y enlentada después. Entre los síntomas de ataques
psicomotores, Lennox lista el hecho de que la respiración en estos pacientes
puede variar de la hiperventilación a la apnea (ausencia de respiración). La
ausencia total de respiración podía continuar sólo por un tiempo muy corto,
pero la respiración casi imperceptible podía durar por períodos largos. (63) A
veces, este aparente "no respirar" durante las visiones se argumentó como
prueba de que las visiones debían ser de origen sobrenatural.
¿Qué observaron en realidad los que estuvieron presentes durante las visiones
de Ellen? Por fortuna, hay disponible cierto número de informes bastante
detallados de algunos de los que estaban presentes cuando Ellen tenía una de
sus experiencias visionarias, incluyendo a James White y J. N. Loughborough,
que afirmaban haberla visto en visión como cincuenta veces. Arthur L. White
nos ha proporcionado un resumen completo de los relatos de estos testigos
presenciales.
"Es claro que a ella le parecía estar viendo, sintiendo, oyendo, obedeciendo, y
actuando, empleando sus facultades ordinarias, cuando en realidad no lo
estaba; pero era de esta manera vívida, aparentemente por medio de la
utilización de los órganos normales de los sentidos, que las verdades y la
información eran impresionadas sobre su mente. Ella contó o escribió esto
más tarde con sus propias palabras." (69, 70)
Cuando los registros existentes de los detalles de las visiones de Ellen G.
White se comparan con los síntomas de los ataques complejos parciales en la
epilepsia de lóbulo temporal, se descubre una notable similitud. Daly (71)
menciona que "los ataques parciales complejos consisten de una alteración
del contenido del consciente....las alucinaciones de los ataques parciales
complejos se 'forman', en el sentido de que constituyen una experiencia
sensorial reconocible y plenamente desarrollada que, en casos raros, puede, de
hecho, ser la memoria de una experiencia real. Un punto importante en la
naturaleza de este contenido alterado del consciente es que constituye una
intrusión sobre la corriente fluida de la realidad del paciente... No importa
cuán vívida, compleja, o 'real' sea la experiencia ictal [ataque], el paciente la
reconoce como una experiencia impuesta sobre él. Su consciente está
'dividido,' y él todavía puede continuar siendo el observador objetivo, el
espectador que presencia estos curiosos eventos."
"En 1868, después de conversar con el Dr. Trall, comencé a sospechar que las
visiones de la Sra. White podrían no ser lo que habíamos supuesto, y desde
ese momento en adelante he estado estudiando tanto a la Sra. White como a
sus visiones, sueños, y testimonios....
"He visto a la Sra. White cuando estba en visión un buen número de veces
entre 1852 y 1859, y en cada caso ella simplemente estuvo en estado de
catalepsia. En cada caso, ella de repente sufría un ataque, caía al suelo
inconsciente, y permanecía inconsciente durante todo el tiempo que el ataque
duraba; todas las funciones vitales se reducían a su punto más bajo compatible
con la vida; el pulso casi se detenía y no pocas veces la respiración era tan
leve que era imperceptible excepto cuando pronunciaba frases cortas; las
pupilas se dilataban mucho, el sentido del oído se embotaba; de hecho, todos
sus sentidos quedaban tan embotados que no veía, ni sentía, ni oía; de hecho,
estaba completamente inconsciente, y sin embargo su mente permanecía
agudamente activa, la acción era automática y completamente involuntaria, la
visión entera era un conglomerado mental de conceptos, escenas,
meditaciones, y sugerencias previos, tan vívidamente reproducidos en su
mente que, para ella, eran una realidad viviente. La catalepsia toma muchas
formas en sus varias víctimas, pero en su caso se producía alguna fase de
todas las formas. He visto muchos casos así. La descripción que la Sra. L. M.
Hall hace de la condición de la Sra. White en visión está de acuerdo con la
mía."
Visiones Prolongadas
Lennox ha señalado que los ataques que duran varias horas pueden ocurrir una
o dos veces al año, y que mientras más frecuentes son los ataques, más
probable es que sean de corta duración. (79) Los ataques complejos parciales
generalmente duran desde unos pocos segundos hasta varios minutos, pero
también pueden durar horas, y raras veces, días. Arthur White dijo, en relación
con la duración de las visiones de Ellen:
Cuando termina un ataque complejo parcial, el paciente puede que pase por un
breve período de agotamiento y algo de automatismo, nada de lo cual el
paciente recuerda más tarde. Gradualmente, la conciencia de sí mismo y el
consciente regresan; ésta era también la experiencia de Ellen. Si la visión
había de ser escrita, ésto no podía hacerse sino hasta que la persona se había
recuperado del ataque. Y cuando escribía la visión, el paciente completamente
consciente podía también interpretarla, añadiéndole o quitándole. Con una
compulsión para escribir, tal relato podía resultar bastante extenso.
Penfield ha descrito la función del lóbulo temporal diciendo que tiene que ver
con "la interpretación de las experiencias presentes a la luz de las experiencias
pasadas." Además, "el lóbulo temporal contiene un registro secuencial del
consciente, un registro que se ha establecido durante la experiencia anterior
del paciente." En 1933, Penfield descubrió que, cuando estimulaba
eléctricamente ciertos grupos de células nerviosas en el lóbulo temporal, el
paciente "re-vivía" - como en una película o "visión retrospectiva" [flashback]
- lo que de una manera u otra había experimentado antes en la vida. En otras
palabras, el sistema del lóbulo temporal registra todas las experiencias que una
persona en particular ha tenido; y aunque esté más allá del recuerdo directo
del individuo (lo haya olvidado), todavía permanece registrado y puede ser
traído de vuelta al consciente por medio de la estimulación eléctrica artificial
o por una descarga eléctrica en el cerebro durante un ataque epiléptico. (86,
87) Los resultados de estos experimentos han justificado lo que Jackson y
otros habían sugerido mucho antes - que el cerebro guarda permanentemente
nuestras experiencias pasadas, las cuales están sujetas al recuerdo. Este
recuerdo de sucesos pasados, pensamientos, e impresiones son la base de lo
que los pacientes experimentan durante ataques complejos parciales. (88)
Por más de un siglo, se ha sabido que los pacientes atacados de epilepsia del
lóbulo temporal probablemente manifiesten anormalidades psíquicas. Muchas
de estas anormalidades se deben sin duda a lesiones cerebrales específicas,
pero algunas se deben quizás a los efectos sociales y emocionales producidos
por el hecho de que el paciente es epiléptico. Landolt señala que ya en 1938 se
informaba que hasta el 50 por ciento de los epilépticos de lóbulo temporal
sufrían trastornos psíquicos.
"Los historiales clínicos resumidos arriba son notables en que en cada caso
hay una inusual tendencia en el paciente a escribir extensamente, típicamente
de manera meticulosa. Cada uno de los autores ha observado muchos otros
pacientes, además de estos siete, en los cuales había evidencia de desorden en
el lóbulo temporal y los cuales también escribían hasta un grado inusual. La
literatura contiene numerosas referencias al carácter circunstancial y pedante
en el habla de epilépticos de lóbulo temporal. Al describir a un paciente con
ataques psicomotores, Kraeplin, ya en 1906, observaba que el paciente 'hace
un relato coherente, aunque muy prolongado, de su estado...' Creemos que el
escribir extensamente, y en algunos casos compulsivamente, que hemos
observado en los pacientes de epilepsia de lóbulo temporal refleja la
anteriormente documentada profundización de la respuesta emocional en
presencia de una función intelectual relativamente preservada. En este
contexto, no es sorprendente que, en el habla, algunos epilépticos de lóbulo
temporal sean descritos como circunstanciales o pedantes, o mostraban
'pegajosidad' o 'viscosidad.'" (106)
El primer paciente que Waxman y Geschwind comentaron fue "una mujer
diestra de 24 años de edad que comenzó a tener ataques a la edad de 10 años y
trastornos de la conducta a la edad de 15 años." Después del examen y el
tratamiento, ella continuó teniendo ataques y siendo "devotamente religiosa,
experimentando por lo menos cinco conversiones religiosas." Se averiguó que
su lesión cerebral estaba ubicada en su lóbulo temporal derecho. Ella
experimentaba alucinaciones visuales con "luz azul verdosa parpadeante," y
mostraba "gran interés en las cosas místicas, en particular la existencia y el
destino del universo. También se quejaba de no tener interés en la actividad
sexual. Pasaba varias horas al día escribiendo, incluyendo poesía,
"generalmente sobre temas morales o filosóficos." Una canción que se
aprendió la copió varios cientos de veces, y se sentía "compelida a escribir
una palabra una y otra vez." (107)
En una carta que Ellen le escribió a Lucinda Hall el 8 de Abril de 1876, dice:
"En este tiempo, tengo una obra especial que llevar a cabo, que consiste en
escribir las cosas que el Señor me ha mostrado.... He sentido que no debo
descuidar nada para completar estos escritos. No he asistido a reuniones por
dos semanas.... Mientras los Ancianos Waggoner y Loughborough estén aquí,
dejo que ellos hagan el trabajo, y guardo todas mis fuerzas para un propósito -
escribir.... Tengo una gran obra que hacer, que ha sido una gran carga sobre
mi alma. Cuán grande es esta carga, nadie sino el Señor lo sabe." (Review and
Herald, 16 de Agosto de 1973, p. 6)
Otra ilustración de su compulsión para escribir aparece obvia en una carta
dirigida a George Amadon en 1906:
"En la noche después del sábado me retiré, y descansé bien sin dolor ni
molestias hasta las diez y media. Pero no podía dormir. Había recibido
instrucción, y rara vez me acuesto después de recibir tales instrucciones....
Dejé la cama y escribí por cinco horas, tan rápidamente como mi pluma podía
trazar las líneas." (124)
Arthur White también llamó la atención al gran volumen de los escritos de
Ellen, y su compulsión para escribir:
"Siento que debo escribir, escribir, escribir, y sin demora," escribió en 1844.
En estas palabras se resume el objetivo de su obra más importante.... La
experiencia de su niñez y su educación no eran las que uno de ordinario
pensaría que cuadrarían con pasarse toda la vida escribiendo.... Cuando
resumimos la historia, encontramos que la Sra. White era una prolífica
escritora. Hoy día hay 18,000 páginas en los libros actuales de E. G. White.
Sumándolos con las ediciones anteriores que ya se agotaron, tenemos un total
de 22,000 páginas. A esto podemos añadirle más de 2,000 artículos que han
aparecido en nuestras varias publicaciones denominacionales. Estos libros nos
darían otras 12,000 páginas. Además de esto hay muchos miles de páginas
manuscritas que no se han publicado por su naturaleza local o personal."
(125)
Ya se ha dicho que Geschwind llamó la atención sobre las profundas
preocupaciones filosóficas, morales, y religiosas que manifiestan los
epilépticos de lóbulo temporal, en fuerte contraste con sus antecedentes
educativos. (126) Cuando todo esto se combina con un impulso incontrolable
de escribir, la tentación de tomar prestado material de otros a gran escala
puede convertirse en irresistible. El llamado a "escribir, escribir, escribir"
puede fácilmente cambiar a "tomar prestado, tomar prestado, tomar prestado."
Bajo una fuerte compulsión religiosa, una escritora así puede fácilmente
persuadirse de que fue Dios quien le hizo encontrar el material que quería
copiar, y de que ella simplemente obedecía la obligación divina y el impulso
del Espíritu para que copiara escritos ajenos y los pusiera bajo su propio
nombre.
Repetitividad
Muchas repeticiones que no eran tan objetables como "Yo vi" permanecieron
hasta en sus escritos posteriores. Particularmente significativos son los casos
en los cuales ella mencionaba que otros hablaban o escribían con la misma
reiteración que ella. Por ejemplo: "Dijo el ángel: 'Sed limpios, vosotros los
que lleváis los vasos del Señor,' 'Sed limpios vosotros los que lleváis los vasos
del Señor.'" (137)
"Si los pecados no van a juicio antes, nunca irán. Tu pueblo, tu pueblo, tu
pueblo no está listo, no está listo, no está listo. En aquel tiempo un pecado sin
cubrir aplastará el alma. El cielo no dará respuesta. Aquel tiempo probará las
almas de los hombres. La confusión tendrá lugar y el deseo de ellos no será
satisfecho. ¿No podéis ver? ¡Preparaos! ¡Preparaos! ¡Preparaos! casi
concluído... Yo contemplo, contemplo a aquéllos que tienen aquella excelente
recompensa sacrificarse para obtenerla... Ayudad a los niños a prepararse,
algo hay que hacer. ¡El yo! ¡El yo! Oh, Jesús, ten compasión y perdona a tus
hijos que yerran." (140)
En 1852, en Vergennes, Ellen dijo de James White: "El poder de Dios estaba
sobre él... dijo él: "¡Espero que se apague! ¡En el nombre de Dios, espero que
se apague!" (141, 142, 143, 144)
Parece claro que, en muchas ocasiones, las palabras atribuídas a los ángeles y
a Cristo están construídas con la característica reiteración de Ellen - la
"pegajosidad" del epiléptico de lóbulo temporal. En libros como sus ediciones
posteriores de El Gran Conflicto y libros subsiguientes como El Deseado de
Todas las Gentes y Los Hechos de los Apóstoles, en los cuales hay tanto
material parafraseado de otros autores y que fueron bien editados, uno
esperaría ver poco de su característica tendencia a repetirse; pero queda
alguna evidencia.
Hacia el fin de su permanencia en Australia, Ellen tuvo una visión, como ella
lo informó a G. B. Starr:
"Yo estaba tan despierta como lo estoy ahora, y apareció un carruaje de oro y
caballos de plata por encima de mí, y Jesús, en majestad real, estaba sentado
en el carruaje.... Luego se oyeron las palabras retumbando por encima de las
nubes desde el carruaje y los labios de Jesús: '¡Fannie Bolton es tu adversaria!
¡Fannie Bolton es tu adversaria!', repetido tres veces. Ahora," dijo la Hna.
White, "yo tuve esta misma visión hace como siete años, cuando mi sobrina
Mary Clough apareció en mis escritos."
En una carta escrita en Australia en 1892, ella también repetía: "Esclavo,
esclavo, esclavo, esclavo." (151) Aun más tarde, escribió: "He recibido una
carta del Anciano Daniells en relación con la adición de otro edificio a las
oficinas del Review and Herald. Mi respuesta es: No, no, no." (152, 153) Fue
en los primeros días de Diciembre de 1914 que ella testificó haber oído voces
en la noche que clamaban: "¡Avanzad, avanzad, avanzad! ¡Intensificad el
combate contra la puerta!" (154)
Hipermoralismo
"Se me mostró que algunos de entre el pueblo de Dios imitan las modas del
mundo, y están rápidamente perdiendo su carácter peculiar, santo, que debería
distinguirlos como el pueblo de Dios. Se me hizo notar el antiguo pueblo de
Dios, y luego se me llevó a comparar su indumentaria con la moda en el
vestido de estos últimos días. ¡Qué diferencia! ¡Qué cambio! En aquel
entonces las mujeres no eran tan osadas como ahora. Cuando estaban en
público, cubrían sus rostros con un velo. En estos últimos días, las modas son
vergonzosas e inmodestas.... Los gorros pequeños, que dejan ver el rostro y la
cabeza, muestran una falta de modestia... Jóvenes y viejos, Dios os está
probando. Estáis decidiendo vuestro propio destino eterno. Vuestro orgullo,
vuestro amor a seguir las modas del mundo, han sido todos puestos en la
balanza, y el peso del mal se inclina terriblemente contra vosotros... Vi que
muchos que se lisonjeaban de que eran buenos cristianos no tenían ni un solo
rayo de luz de Jesús... Y vi que el Señor estaba afilando su espada en el cielo
para destruirlos." (167-171)
Acerca de los niños que juegan en Sábado, ella tenía este consejo:
"Padres, sobre todas las cosas, vigilad a vuestros niños en Sábado. No
permitáis que violen el día santo de Dios jugando en la casa o fuera de ella. Lo
mismo podéis quebrantar el sábado vosotros mismos que dejando que los
niños lo hagan, y cuando permitís que los niños vayan de aquí para allá, y que
jueguen en Sábado, Dios os considera violadores del Sábado." (172)
[También escribió:]
"Por largo tiempo he pensado escribir a mis hermanas para decirles que, de
acuerdo con lo que al Señor le ha placido mostrarme de tiempo en tiempo, hay
una gran falta entre ellas... Sus palabras no son tan selectas ni tan bien
escogidas como deberían ser las de mujeres que han recibido la gracia de
Dios. Usan demasiada familiaridad con los hermanos. Permanecen mucho
tiempo alrededor de ellos, se inclinan hacia ellos, y parecen preferir su
compañía. Se sienten sumamente complacidas con las atenciones de ellos. De
acuerdo con la luz que el Señor me ha dado, nuestras hermanas deberían
actuar de manera muy diferente. Deberían ser más reservadas, manifestar
menos atrevimiento, y estimular en sí mismas 'el pudor y la sobriedad.' Tanto
los hermanos como las hermanas participan en conversaciones demasiado
joviales cuando están en compañía los unos de las otras. Las mujeres que
profesan piedad se complacen en demasiadas chanzas, chistes, y risas." (173,
174)
"Para muchas damitas, los jóvenes son el tema de conversación; para los
jóvenes, el tema son las muchachas... Hablan de los temas en que sus mentes
se ocupan mayormente. El ángel registrador está escribiendo las palabras de
estos profesos muchachos y muchachas." (177)
"La moda recarga las cabezas de las mujeres con trenzas y almohadillas
artificiales... que calientan y excitan los centros nerviosos de la médula espinal
en el cerebro... La acción de la sangre sobre los órganos inferiores o animales
del cerebro causa una actividad antinatural y una tendencia hacia la temeridad
en la moral, y la mente y el corazón están en peligro de corromperse. Al
excitarse y fortalecerse los órganos animales, la moral se debilita. Los poderes
morales e intelectuales de la mente se convierten en siervos del animal...
Muchos han perdido la razón y se han vuelto locos sin remedio después por
seguir esta moda deformadora." (184)
Hiposexualidad
"Esta es una época veloz. Los niñitos y las niñitas comienzan a fijarse el uno
en el otro cuando ambos deberían estar en una guardería, recibiendo lecciones
de modestia y buen comportamiento. ¿Cuál es el efecto de esta mezcla tan
común? ¿Aumenta ella la castidad en los jóvenes que así se reúnen juntos?
¡Realmente no! Aumenta las primeras pasiones libidinosas; después de estas
reuniones, los jóvenes son enloquecidos por el diablo y se entregan a sus viles
prácticas." (187)
A un adulto, Ellen le dio el siguiente consejo:
"Ud. ha caído en el triste error, tan prevaleciente en esta época degenerada,
especialmente en relación con la mujer. Ud. está demasiado aficionado al otro
sexo... Ud. parece saber considerablemente acerca de matrimonios
anticipados, y escribe y habla acerca de estas cosas. Esto sólo causa escasez
en su alma... Ud. se ha hecho una gran injusticia a sí mismo al permitir que su
mente y su conversación se espacien en el amor y el matrimonio." (188)
En otra parte, Ellen añade a esto: "El vicio solitario está matando a miles y a
decenas de miles." (193)
Pseudoataques
Resumen y Conclusión
2. Sus sueños y visiones comenzaron cuando tenía quince años, como seis
años después del accidente, y continuaron durante toda su vida. Cuando las
experiencias de visiones de Ellen se comparan con los ataques de la epilepsia
de lóbulo temporal, se encuentra que son típicos de los ataques complejos
parciales.
4. Ellen tenía otro rasgo epiléptico que es muy visible aún hoy en sus escritos,
y estaba también presente en su habla - a saber, la tendencia a permanecer
como adherida a una palabra, una frase, o un pensamiento, y repetirlas en
sucesión - una viscosidad. Esto es más notable donde se repiten palabras
sueltas, como la oración atribuída a Cristo: "mi sangre, padre, mi sangre, mi
sangre" o cuando al ángel se le hace decir: "nunca, nunca, nunca"; o donde
ella dice "escribir, escribir, escribir, escribir." O "¡Oscuro!, ¡Oscuro!, ¡Todo
oscuro!, ¡Tan oscuro!" O "Todo, todo, todo es de Dios." Este reiteración
aparece en casi todos los escritos de Ellen de una manera u otra, como ocurre
en los escritos de otros epilépticos de lóbulo temporal. Como hemos
mostrado, la edición de los escritos posteriores de Ellen hizo desaparecer
muchas de estas repeticiones, pero no todas. De lo más notable era su uso de
las palabras "Yo vi," donde a veces cada oración comenzaba con esta
introducción repetitiva.
5. Sus escritos y su habla tenían otras características en común con esta forma
de epilepsia, tales como la falta de sentido del humor, la sobriedad, la
sospecha acerca de los motivos de otros, la pesadez, la hipermoralidad, y la
hipereticidad. Sus escritos incluyen largos relatos de las faltas y fracasos de
otros, y sobreinterpretaciones de las acciones y las palabras de otros miembros
de iglesia, acompañadas de condenación. Con esto iba también un sentido de
la gran importancia de su propia obra y mensajes y de las terribles
consecuencias de ignorar sus consejos. Sus demandas hiperéticas incluían
requisitos tales como que los niños no jugaran en sábado, el uso de ciertos
tipos de indumentaria, y prohibiciones contra el tennis, el béisbol, el cricket, y
las bicicletas. Tales características del pensamiento y el juicio de Ellen,
probablemente atribuíbles a las consecuencias de su herida en la cabeza, han
sido incomprensibles y causado alejamiento en los miembros de su iglesia.
Una reciente expresión de esta preocupación repite lo que muchos han dicho
antes:
"¿... cuánto del cinismo y la pérdida de fe que vemos en la iglesia hoy día
podría haberse evitado si, a través de la historia de la denominación, hubiera
habido un poco más de confianza en la capacidad de los miembros para
manejar la verdad acerca de la naturaleza de la inspiración y la obra de Ellen
White?
"Revelar más de la verdad más temprano sin duda habría causado algún dolor,
pero ¿no habría sido eso preferible al trastorno que significa forzar la
revelación de la verdad en una atmósfera de disentimiento mordaz? Y, en
lugar de eso, ¿no podrían muchos que hoy están desilusionados tener una fe
fuerte en el don de Ellen White y receptividad para sus mensajes, si hubiese
habido una mayor apertura? Por supuesto, el punto no es retorcerse las manos
acerca del pasado. Ni lo es lanzar desprecio sobre concienzudos dirigentes
eclesiásticos que hicieron lo que pensaron que era lo mejor. La pregunta es:
¿Verá una lección en todo esto la iglesia de hoy día?" (206)
"La obra y las palabras de Ellen White, sus escritos, y sus acciones han sido
todos usados como látigos y garrotes sobre las cabezas de viejos y jóvenes por
igual." (207)
Hubo cosas que Ellen escribió que reflejan esto claramente, tales como sus
afirmaciones de que el comer puerco causa lepra, que los terremotos son
causados por carbón y petróleo subterráneos que arden, que el llevar pelucas
causa locura, o que la amalgama de hombres y bestias puede verse en ciertas
razas de hombres. (208)
Entonces, ¿quién era Ellen White? Ciertamente fue una mujer notable y una
devota cristiana. Se dice que Dudley Canright, uno de sus críticos más
severos, dijo durante el funeral que ella era "una mujer de lo más piadosa."
PIES DE PÁGINA
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Christian Experience, and Extensive Labor of Elder James White and His
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cited as Life Sketches).
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White, Life Sketches, 136; C. Ounsted, "Social and Schooling" in Biological
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198. Ibid., 16 1.