Lo ve asquerosamente sudado y alcanza a percibir el olor
nauseabundo que le exuda por entre el cuello y la corbata. El vómito llama, los perfumes de otras gentes no ayudan. Voltea a ver si con su ex-amor le vienen buenos recuerdos. Pero un sudor negro y escurrido se le va entremezclando con la tela de la camisa. - ¡Corre! - Apenas puede sale escupida del apretujón y, como en remedo, le sale también todo el revuelto de pasiones…
…Huele mucho peor. Pero una sonrisa de liberación es suficiente para el siguiente vagón.