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(reflexiones y propuestas
a partir del estudio de un proyecto de riego)
Pierre de Zutter
François Greslou
Oscar Martínez
Eduardo Grillo
Grimaldo Rengifo
1988
Nota: El Proyecto mencionado era el Plan Meriss del Cusco. Para facilidad de una difusión le había
cambiado todo tipo de nombres. Pero no se llegó a publicar y la única versión que me queda es ésta
en la cual “Meriss” se volvió “AGUA”. (Pierre de Zutter, 8 de junio del 2007)
INDICE
Introducción
Anexos
Entre noviembre de 1987 y marzo de 1988, nuestro equipo realizó un Estudio, solicitado por la
dirección del programa andino de riego aquí llamado AGUA, a fin de revisar y definir una política de
extensión rural y poner fin a las variaciones de rumbo que acompañaban cada cambio de personal.
De acuerdo a conversaciones iniciales con el responsable de la Misión Técnica Internacional y la
Directora de AGUA, nuestro trabajo se ubicó en acompañamiento de la acción, es decir desde la
acción y para la acción.
Los cinco meses en que nos fuimos dedicando parcialmente a este Estudio fueron distribuidos
así.
En noviembre de 1987 los cinco miembros del equipo fueron a la zona, la cual visitaron mientras
se procedía paralelamente a una reconstrucción de la evolución de AGUA. Las observaciones de
todos sirvieron para un debate interdisciplinario (agrónomos, médico, antropólogo, comunicador) a fin
de precisar en el equipo la interpretación y las orientaciones.
En diciembre de 1987 Pierre de Zutter (director del Estudio) y François Greslou volvieron a la
zona para completar informaciones y debatir algunas pautas e ideas con el personal de AGUA.
En enero de 1988 Pierre de Zutter y Oscar Martínez regresaron nuevamente para un taller interno
de AGUA sobre extensión.
A partir de diciembre de 1987, Pierre de Zutter comenzó, con apoyo de François Greslou, la
redacción del Estudio cuyo primer borrador fue entregado en los primeros días de marzo de 1988.
La redacción se insertó así dentro del proceso de apoyo/acompañamiento a los esfuerzos de
AGUA para reformular sus políticas, estrategias y metodologías. Este texto viene en complemento de
los debates y reuniones con el personal de la sub-dirección de Desarrollo Agrícola.
Este no es pues un Estudio clásico. Por ello mismo, el estilo es de un documento de referencia,
no el de un informe: posiblemente casi nadie llegue a leerlo entero porque es muy largo; pero todos
podrán aprovecharlo, utilizándolo como material de consulta. En general hemos preferido entonces ser
a veces repetitivos para intentar brindar en cada parte un enfoque lo más amplio posible.
También hemos distribuido la redacción entre los ocho puntos de los términos de referencia
establecidos para nuestro trabajo. El lector podría sorprenderse de ver que tocamos tal o cual punto y
dejamos otros en el tintero: se debe a las características del pedido inicial de AGUA.
Dentro de estas limitaciones, el Estudio brinda innumerables reflexiones y propuestas que
creemos han de ser útiles para muchos. Se trata simplemente de tomarlas como lo hizo AGUA, como
referencias para rediseñar progresivamente su política de trabajo y no como modelo a seguir.
Además de modificaciones de nombres, la presente edición reproduce casi textualmente el
Estudio en su versión de abril de 1988. Simplemente hemos suprimido frases referentes a hechos
puntuales de AGUA y varios anexos útiles para el Programa pero mucho menos para un público
general.
¿Por qué difundir ahora este Estudio? Está muy generalizada la preocupación por el trabajo de
extensión. Los cuestionamientos se vienen multiplicando desde variados ángulos. Nuestro Estudio
intentó aportar orientaciones y propuestas. Lo hizo para un caso concreto pero, en estos pocos
meses, hemos recibido muchas solicitudes para fotocopiar el mismo: colegas y amigos encontraban
en sus páginas elementos que les ayudaban en su propia búsqueda.
Empezamos entonces a considerar la posibilidad de publicarlo. Recibimos el beneplácito de los
directivos del programa estudiado. Incluso aceptaron que se difunda con todas las críticas y
cuestionamientos a veces caricaturales.
-Luego de revisar las entonces 346 páginas del Estudio, apenas si nos pidieron corregir... dos
nombres equivocados!
Pero no bastaba con esta aprobación, el Estudio había de seguir el largo trámite de su revisión
por la entidad financiera. Más aún, tratándose de publicación, la espera podía llegar a ser de años.
Hemos optado entonces por socializarlo lo antes posible modificando sistemáticamente todos los
nombres y circunstancias del proyecto. De esta forma cumplimos con entregar este aporte al
desarrollo rural andino y evitamos comprometer al programa antes de la luz verde oficial.
Lamentamos simplemente no poder, en esta edición, agradecer nominalmente a todos quienes
hicieron posible este trabajo. A la consultora. A los directivos y al personal de AGUA por su confianza y
por su gran capacidad autocrítica.
Algunas limitaciones
Para ayudar al lector a ser él mismo más crítico ante lo aquí editado, vamos a señalar algunas
pistas de cuestionamiento.
El Estudio se refiere muchas veces al concepto de cuenca como pauta fundamental para el
trabajo de AGUA. Pero las reflexiones al respecto están aún muy pobres. Por ejemplo se carece
totalmente de referencias a las prácticas multicuencas de las comunidades andinas: éstas deberían
sin embargo ser fuente importante para rediseñar ámbitos institucionales en proyectos que deseen
apoyar y acompañar un desarrollo rural andino.
Asimismo, la propuesta para estudiar las interrelaciones entre los elementos de la realidad
campesina tiene desarrollos complejos y que no hemos debatido aquí.
El anexo 1 recorre la racionalidad del pensamiento analítico moderno en su acercamiento a la
realidad. El cruce de interrelaciones podría graficarse en una gran matriz como las que tanto gustan a
nuestros investigadores. Pero, por más que hayamos reducido ahí a diez los elementos a estudiar
(deberían ser muchos más) y que nos hayamos limitado a cruzar estos elementos de dos en dos
(habría que hacerlo también entre tres, entre cuatro, entre cinco...), -ya hemos llegado a un número de
43 interrelaciones!
¿Puede un procedimiento de este tipo ser un real apoyo al trabajo de equipos de campo? ¿Acaso
no es mayor el peligro de confusión que las posibilidades de comprensión?
El Estudio carece de la pista andina. ¿Cómo perciben y manejan los campesinos esa integralidad
que nosotros desagregamos en "elementos" e "interrelaciones"? El gráfico 3 y el anexo 1 fueron útiles
para lanzar determinadas reflexiones dentro de AGUA pero su propia lógica de sistema llevaría a
desarrollos inmanejables sin grandes computadoras, que no están en el campo. ¿Necesitan los
campesinos andinos tener grandes computadoras para entender y vivir dentro de la complejidad de su
realidad?
Hemos dejado el texto sin modificaciones, a pesar de estar conscientes de la necesidad de
muchas mejoras como las ya señaladas.
Solamente hemos realizado una sustitución: hemos reemplazado la "experimentación
campesina", a la cual se refería a menudo el texto original, por la "investigación campesina". Hemos
procedido a esta corrección considerando que no es nuestro papel introducir nuevas confusiones (las
anteriormente mencionadas están muy difundidas).
En pocos meses de uso del Estudio, comprobamos efectivamente que el término
"experimentación", que habíamos empleado aquí en un sentido popular de "búsqueda a través de la
experiencia", era interpretado por muchos de acuerdo a un sentido científico moderno de "arreglo y
ordenamiento de las condiciones de la experiencia de acuerdo a una hipótesis para poder sacar
conclusiones sobre uno o varios elementos determinados". Es decir que era referido a determinado
método moderno.
Es evidente que el campesino andino no procede así (sabemos aún muy mal como procede). Por
ello preferimos en esta edición la expresión "investigación campesina" (a falta de otra mejor) porque, si
bien existen procedimientos científicos modernos de investigación, el término logra aún expresar
bastante bien la idea de búsqueda.
Resumen de capítulos
Cualquier propuesta dirigida a mejorar el trabajo de AGUA debe partir de la situación actual, de
una comprensión de la evolución del Programa hasta la fecha.
El capítulo 1 comienza por interpretar esa evolución a base de tres fases:
el planteamiento inicial (con su enfoque condicionado por las obras y su rentabilización productiva);
los cuestionamientos entre 1980 y 1984 (con una sub-dirección de Desarrollo Agrícola que se
busca a sí misma y quiere dejar de ser un simple complemento a las obras);
los intentos de reestructuración entre 1984 y 1987 (con la adopción progresiva de algunos
lineamientos y metodologías nuevas y con ensayos dispersos del personal AGUA por resolver
contradicciones existentes).
El panorama a fines de 1987 es entonces el de de una institución con un gran potencial pero con
serias limitaciones que desvirtúan sus posibilidades. Más que un balance estricto de la situación del
momento, el Estudio insiste en las limitaciones heredadas en cuanto a conocimientos, diseño,
concepciones, ubicación y aprovechamiento territorial, estrategias, metodologías e instrumentos.
Se concluye con la necesidad de una nueva fase del Programa para responder a una realidad en
la cual el interlocutor principal deja de ser el Estado para ser reemplazado por las organizaciones
campesinas. Esa nueva fase requiere mucho más que la simple introducción de métodos e
instrumentos diferentes. Exige un replanteamiento de concepciones, objetivos y estrategias.
El capítulo 2 se ocupa precisamente de algunas de las concepciones básicas que han de
inspirar el trabajo en la nueva fase. Plantea una extensión rural integral en la cual el acento pasa de
los "objetos" de la acción a los "sujetos" de la misma.
Con ello ya no se habla de la "entrega" de "objetos" (las obras y servicios) sino de la "retirada" del
"actor" AGUA para que el "actor" organización campesina asuma. Se precisa qué se entiende con la
ambigua expresión "organización campesina".
Asimismo se replantea la "extensión" en términos de "actores", viendo los roles respectivos de
AGUA y del campesinado.
Por otra parte se cuestiona el enfoque clásico de la "integralidad" como yuxtaposicón de muchas
partes para proponer un trabajo integral "desde el riego", "desde el perímetro de riego".
Se expone finalmente una concepción de la "capacitación" que posibilite la formación del
personal de AGUA dentro de esta óptica y en coherencia con el sistema educativo andino que existe
en las comunidades.
El capítulo 3 intenta plasmar todo el enfoque de los capítulos precedentes en una propuesta de
finalidad, objetivos, estrategias y criterios que podrían guiar la labor de AGUA en esta nueva fase.
El capítulo 4 es el más extenso. Se ocupa de los métodos de extensión.
No ofrece "recetas" concretas sobre cómo hacer en cada caso. Busca más bien aportar criterios
para comprender mejor la naturaleza de cada tipo de acción, así como sugerencias sobre posibles
fases y métodos para cada una de ellas.
Para ello se distribuye el capítulo en 15 preguntas claves que siguen la lógica de la posible
evolución de AGUA en esta fase.
Se comienza con los elementos generales que AGUA necesita actualmente revisar (ámbitos de
trabajo, conocimiento de la realidad, planificación de su trabajo).
Se sigue con propuestas más concretas sobre lo que se podría hacer con las obras de riego, los
servicios, las actividades productivas (agropecuarias o no), las mujeres y los jóvenes.
Se termina enfocando el trabajo a iniciar para lograr una proyección a más largo plazo, hacia un
desarrollo rural integral de la cuenca: el apoyo a la planificación comunal, al acondicionamiento de
territorios, al rescate y aprovechamiento del conocimiento andino y al desarrollo de capacidades
comunales.
Cada pregunta se inicia con una revisión de la situación actual y de elementos conceptuales
necesarios para un trabajo más acorde con una perspectiva de desarrollo rural andino y entra luego a
criterios y posibles fases y métodos.
El capítulo 5 es un simple ejercicio, realizado para cumplir con la solicitud inicial de AGUA: se
trata de un esbozo de posibles planes de operación en tres zonas.
No es de ninguna manera una propuesta de camino a seguir (porque éste habrá de ser
determinado por los propios actores directos) sino un breve ejemplo de acercamiento a los planes de
operación en la perspectiva de una retirada de AGUA.
Este capítulo podría ser aprovechado como incentivo a la planificación, complementándolo con
los anexos 1 y 2.
El capítulo 6 desarrolla el tema de la "formación de personal".
Parte de un breve señalamiento de criterios básicos (que difieren a menudo de los usuales en la
"capacitación de personal", particularmente el enfoque de "autoformación"), para luego explicar las
características de lo que podría hacerse en cada uno de los niveles de la dinámica: personal, zonal,
central, institucional y extra-institucional.
A ello se agregan luego algunas referencias sobre temas y criterios metodologícos y una
propuesta de reestructuración de la sub-dirección de Desarrollo Agrícola.
El capítulo 7, dedicado al Sistema de Monitoreo y Evaluación, intenta replantear el rol de
semejante Sistema en un proceso de desarrollo y, por tanto, en un Programa que pretende trabajar en
esta dirección.
Se formulan una propuesta máxima y una mínima. Es decir que se plantea primero lo deseable
hacia lo cual debería tratar de tender AGUA y luego lo indispensable para tener un monitoreo-
evaluación posible y útil.
Más que entrar al detalle de técnicas e indicadores, el Estudio se centra en la precisión del para
qué, para quién, quién, qué y cómo de un Sistema de Monitoreo y Evaluación, a fin de brindar pautas
coherentes para su diseño e implementación.
El capítulo 8 retoma la preocupación por la coordinación interinstitucional señalando brevemente
las limitaciones del enfoque y proponiendo que AGUA ponga más bien el acento en desarrollar la
capacidad de control-aprovechamiento de agentes externos por parte de las organizaciones
campesinas, las cuales son en este momento el actor con mayor potencial para obligar las
instituciones a coordinar y armonizar su trabajo en el terreno.
Algunas aclaraciones
(extractos de la "introducción" de la versión original)
Este Estudio ha sido escrito para AGUA, para su personal. Pero puede resultar útil para otros
agentes institucionales que pretenden contribuir a un desarrollo rural andino.
Queremos entonces llamar la atención sobre el siguiente punto: este Estudio no es una
evaluación de AGUA, es un documento de trabajo.
Por ello no hemos en ningún momento intentado ser equilibrados y justos, ser "objetivos". Más
bien, pensando en la necesidad de seguir incentivando con nuestro texto el diálogo y el debate
iniciados en estos meses, hemos empleado un tono especialmente duro, a menudo caricatural.
Nos hemos preocupado por incentivar la reflexión y el debate y, como tal, hemos asumido en
muchos casos un tono de "provocación".
Este esfuerzo podría resultar contraproducente si no se le entiende adecuadamente, tanto dentro
de AGUA como por parte de instancias superiores o de lectores externos a la institución.
Queremos entonces dejar constancia de lo siguiente:
Nuestro contrato para el Estudio no nos obligaba a tanto trabajo, a tanto esfuerzo como el que
hemos desplegado en estos meses. Lo hemos hecho precisamente por haber encontrado en AGUA un
potencial importante para la labor de desarrollo rural de los Andes, potencial que se expresa en
experiencia, en honestidad y mística, en capacidad crítica y autocrítica.
Más aún, AGUA hubiese podido "censurar" muchas partes del Estudio por encontrarlas
caricaturales e inaceptables. El hecho de que sus directivos y su personal acepten que nuestro
Estudio se reproduzca sin ninguna modificación (sin cambiar una sola palabra) demuestra ese
potencial, demuestra que no nos hemos equivocado.
Quienes intentasen aprovechar ciertas expresiones o alusiones de este Estudio para descalificar
o satanizar a la institución y sus integrantes no harían otra cosa que descalificarse a sí mismos.
Muchas otras aclaraciones serían también necesarias para que el Estudio esté "equilibrado".
Por ejemplo. Podrían alargarse los debates sobre la realidad y el potencial de las actuales
comunidades campesinas de la cuenca alta del río Punabamba. Podrían ofrecerse muchos
argumentos para rebatir los nuestros a favor de estas organizaciones como interlocutor principal de
AGUA.
No pretendemos haber hecho un "diagnóstico" de la zona. Nuestros planteamientos responden a
una larga experiencia andina y ésta nos enseña que la realidad es sumamente diversa.
Lo que hemos intentado es llamar la atención sobre las características necesarias para que una
organización pueda asegurar la continuidad y la integralidad del proceso de desarrollo. Conocemos lo
que no funciona. Conocemos las contradicciones de la realidad actual. Deseamos que estas páginas
sirvan entonces para que todos aprendamos a mirar con ojos nuevos la realidad andina y a basarnos
no en modelos sino en la realidad de nuestras zonas, del campesinado, su organización, su cultura, su
tecnología...
La preocupación por facilitar un manejo más ágil nos ha llevado a emplear un sistema de
numeración de párrafos independiente de la estructura formal en capítulos, títulos y sub-títulos.
Ambos mecanismos se han de completar:
el índice final muy detallado busca permitir un acceso directo a los temas de mayor interés para
cada uno y para cada momento;
la numeración de párrafos posibilita referencias a otras partes del Estudio donde el mismo punto ha
sido tratado e incentiva a ampliar la visión del lector, motivándolo a tomar en cuenta interrelaciones
entre el aspecto que le interesa y otros elementos.
Por otra parte, este Estudio es complementario del libro "Mitos del desarrollo rural andino". Ambos
se nutren de muchas experiencias anteriores y fueron redactados paralelamente en la misma época.
Citamos aquí a menudo diferentes "Mitos" como materiales de utilidad para profundizar una reflexión o
un debate.
Finalmente, hemos incluido algunos anexos. Son materiales que hemos considerado útiles para
AGUA.
Recomendamos entonces que cada uno aproveche este Estudio según su conveniencia. No es
necesario leer todo el documento. Que cada uno empiece por lo que más le interesa, por lo que más
piensa necesitar. Las referencias incluidas en el texto ayudarán a extender la curiosidad a otros
aspectos.
Una lectura continua, como la de un libro, sería más bien frustrante por las múltiples
explicaciones repetidas en cada capítulo.
El presente Estudio comprende tres sistemas de referencias que van incluidas en el texto mismo.
* El código [#] se refiere a párrafos numerados del propio Estudio.
* El código [N°] se refiere a anexos que vienen al final del Estudio.
* El código ["Mitos"] se refiere al libro "Mitos del desarrollo rural andino" (Ed. Horizonte, Lima, mayo
de 1988).
situación actual
de la extensión rural
A. Antecedentes de la extensión rural en AGUA
El planteamiento inicial de 1980 (#1,2,3,4,5)
Laprimera fase (hasta 1984) (#6,7)
La segunda fase (de 1985 a 1987) (#8,9,10,11,12)
Desde sus mismos inicios, AGUA concibió la necesidad de crear su propio servicio de extensión.
El Estudio Definitivo de Cusinay (1980) ya hacía una primera propuesta de "servicio de extensión
agrícola", la cual era ampliada y profundizada en un "manual para el Servicio de Extensión Agrícola en
las irrigaciones de la cuenca alta del río Punabamba en el departamento de Quinta" (marzo de 1980).
(#1)
Podemos deducir de los documentos y testimonios que el razonamiento inicial era el siguiente:
1. El Estado peruano está invirtiendo importantes sumas de dinero (prestado del extranjero) en
construir infraestructuras de riego.
2. Esta inversión debe justificarse a través de una doble rentabilidad:
- económica, con el aumento de la producción y productividad agropecuarias para un mejor
abastecimiento alimentario de la población urbana;
- de desarrollo, con el mejoramiento de la situación socio-económica de la población rural
usuaria del riego y la consiguiente elevación de su bienestar.
3. La construcción de la infraestructura de riego es insuficiente para garantizar el logro de estas
transformaciones y se requiere un fuerte apoyo estatal en asistencia técnica, financiera y de
capacitación (es decir en extensión) a fin de introducir innovaciones y cambios en las prácticas y
los comportamientos de los campesinos.
4. Los actuales servicios estatales de extensión no tienen ni la cobertura ni la capacidad para atender
adecuadamente (es decir con la intensidad necesaria) las zonas de trabajo de AGUA.
5. El proyecto debe crear su propio servicio de extensión agrícola para brindar asistencia con la
intensidad requerida y preparar y facilitar la progresiva intervención del aparato estatal permanente.
(#2)
La propuesta de 1980 se sustentaba en el siguiente tipo de interpretación de la realidad y del
desarrollo:
* El actual sistema productivo campesino no está adecuado a las necesidades de desarrollo del
país por cuanto no logra un uso máximo y racional {"Mitos" 32} de los recursos ni cumple con su
papel de alimentar a la población regional.
* Las principales limitaciones para que los campesinos adopten innovaciones necesarias al
aumento de producción y productividad son:
- el desconocimiento de las bondades de tecnologías nuevas o mejoradas;
- la resistencia cultural al cambio, a lo desconocido;
- la carencia de capital para invertir en el mejoramiento de la producción;
- la ausencia de servicios básicos a la producción;
- la falta de organización adecuada y de capacidad autogestionaria para administrar tales
servicios;
- etc.
* Otras limitaciones adicionales impiden el desarrollo socio-económico:
- prácticas domésticas de tipo tradicional e inadecuadas (higiene, nutrición, diseño y
acondicionamiento de la vivienda...);
- desconocimiento o insuficiente información sobre la realidad y las prácticas del mercado;
- apego a una racionalidad de tipo campesino en lugar de adoptar una racionalidad de
"productor" (agricultor, ganadero...) {"Mitos" 1 y 28};
- etc.
* El eje del desarrollo ha de ser el aumento de la producción y la productividad agropecuarias y
debe complementarse con infraestructuras y actividades de carácter más amplio, especialmente
en lo social y lo económico.
De esta manera, AGUA se propuso ampliar su radio de acción, dentro del mismo enfoque que
inspiró su creación (es decir como entidad especial, dedicada a realizar una labor transitoria e
intensiva hasta poder entregar la continuidad de su gestión a los servicios normales y permanentes del
Estado).
(#3)
Los textos de 1980 dejan entrever para este caso cuatro rubros de acción, ampliando así el
primero que era inicialmente la única responsabilidad formal de la institución:
1. Estudio, diseño, construcción y puesta en funcionamiento de las infraestructuras de riego, hasta su
entrega a la Dirección de Aguas del Ministerio de Agricultura, responsable normal de la gestión de
sistemas estatales de riego.
2. Organización de los usuarios de tales sistemas de riego en Comisiones y Comités de Regantes
(actividad normalmente encargada a los Distritos de Riego pero que estos no están en condiciones
de cumplir oportuna ni adecuamente).
3. Promoción y asistencia técnica a la producción agropecuaria en las áreas de riego a fin de acelerar
el aumento de producción y productividad (a base de un mejor aprovechamiento de los recursos
agua y suelo), hasta alcanzar un grado de consolidación que permita entregar esta labor a los
servicios normales y permanentes del Estado (CIPA, Banco Agrario, etc.).
4. Construcción de infraestructuras y promoción de actividades de tipo económico y social para
permitir que el aumento de producción y productividad desemboque sobre un desarrollo socio-
económico. El papel del proyecto consistiría en suplir ciertas deficiencias (de personal y recursos
financieros) en los servicios estatales normales y en incentivar la intervención de tales servicios en
las áreas de riego.
(#4)
Dichas propuestas precisaban ya una serie de actividades a realizar y preocupaciones a tomar
en cuenta. El "Estudio Definitivo de Cusinay" planteaba cuatro criterios:
a) extensión no sólo para los agricultores sino también para las mujeres campesinas (por su papel
en actividades productivas y en la toma de decisiones);
b) trabajo con grupos fomentando la autogestión;
c) prioridad en demostraciones prácticas sean directas o mediante agricultores de enlace;
d) estrecha colaboración o coordinación con servicios relacionados al desarrollo agrícola
(especialmente suministro de crédito) y socio-económico rural.
(#5)
En cuanto a las actividades, se dividían por rubros:
* Actividades de demostración de paquetes tecnológicos (adecuados a la realidad de la zona) a
través de parcelas de "agricultores de enlace" o "demostradores".
* Actividades de apoyo crediticio, facilitando el acceso de los agricultores al Banco Agrario e
interviniendo directamente a través de un Fondo Rotativo, para alcanzar crédito a los pequeños
campesinos y posibilitar crédito en especies.
* Actividades de comercialización, relacionando a los agricultores con proveedores de insumos y
compradores de cosechas y fomentando la instalación de tiendas comerciales.
* Actividades de tipo social para capacitar a las campesinas en un mejor manejo de la "economía
doméstica" y elevar el "nivel" de salud.
* Actividades complementarias para dotar las comunidades de infraestructuras sociales y de
mejores servicios de salud, educación, recreo...
* Actividades de organización, ayudando a la formación y/o funcionamiento de grupos y comités
homogéneos y funcionales (regantes, productores, madres...), destinados a posibilitar la buena
marcha de las actividades anteriores.
* Actividades de coordinación con los diversos organismos públicos a fin de fomentar y agilizar su
intervención en las zonas y complementar y/o continuar así la acción del propio proyecto.
(#6)
La implementación de las propuestas de 1980 fue lenta y progresiva y no siguió el esquema
originalmente previsto.
Los primeros sub-proyectos (Cusinay y Huatapata) incluyeron acciones agropecuarias pero se
carecía de recursos específicos para ellas y no se podía abarcar el conjunto de actividades
planteadas. No había dinero para crear un Fondo Rotativo ni para fomentar tiendas comunales; el
personal era insuficiente y se priorizaba absolutamente la visión y el mando de los ingenieros civiles
(los agrónomos tenían aún poco peso y se carecía de personal "social").
Encontramos un eco de dicha situación en dos testimonios de actores ingresados al proyecto en
fecha posterior a los estudios de 1980 y al inicio de los sub-proyectos de Cusinay y Huatapata: para
Adolfo y Clara (entrevistas), Desarrollo Agrícola (sub-dirección encargada de la extensión) no había
sido creada hasta que H.K. se hiciera cargo de la Misión Técnica Internacional a fines de 1980.
En todo caso, recién después de abril de 1981 se logró comenzar una real implementación de
Desarrollo Agrícola, bajo una doble presión:
- de la realidad: la ejecución de obras chocaba tanto con problemas técnicos mal manejados como
con la resistencia a veces violenta de los campesinos;
- de los responsables institucionales que veían la imposibilidad de cumplir metas y objetivos sin un
fuerte trabajo de extensión.
La difícil situación social y el rechazo campesino a la realización de ciertas obras condicionaron el
trabajo en toda esta fase, obligando a priorizar lo que Clara calificó como una labor de "bomberos".
(#7)
A base de los pocos testimonios recogidos y documentos consultados, podríamos caracterizar la
extensión hasta 1984 de la siguiente manera:
* Prioridad al esfuerzo de transferencia e implementación de un paquete tecnológico moderno (con
ciertas adecuaciones), con parcelas demostrativas ubicadas en terrenos de los agricultores más
interesados (es decir los de mayores recursos) y con cursillos basados en los módulos
audiovisuales del CESPAC, a fin de "enseñar a los campesinos cómo trabajar".
* Aplicación del esquema crediticio, colocando los insumos disponibles allí donde había demanda,
es decir fundamentalmente donde los medianos propietarios, ya "sujetos de crédito" (reales o
potenciales) del Banco Agrario
* Labores diversas para ganar la confianza de los campesinos y motivarlos a aceptar y colaborar
en las infraestructuras de riego (con jornales para obreros de las obras, alimentos e insumos para
los Clubes de Madres, pequeñas construcciones "sociales" para las comunidades...).
* Formación de las organizaciones previstas por la Ley de Aguas (Comisiones y Comités de
Regantes).
(#8)
El activismo impuesto por las numerosas tareas a ser realizadas con un personal poco numeroso
y la actitud de "bomberos" con que la gente del servicio de extensión se veía obligada a establecer sus
relaciones en las comunidades no podían dar mayores resultados ni satisfacer a sus protagonistas.
Cuestionamientos y reflexiones adquirieron cada vez mayor vigor a lo largo de 1985. En ese año
se desarrollaron polémicas sobre la eficiencia del servicio de extensión y se debatieron lineamientos
básicos y metodologías para orientar a todos.
Entre los puntos resaltantes de la discusión y la búsqueda se pueden señalar los siguientes:
* La carencia de una política clara y común, con lo cual cada jefe de sub-proyecto y cada
responsable de Area en Desarrollo Agrícola actuaban como mejor les parecía en sus "feudos".
* La dispersión de actividades en el seno de Desarrollo Agrícola, sin coordinación ni
complementariedad claras entre todas las áreas.
* Lo improductivo del trabajo con campesinos individuales y la necesidad de tomar en cuenta la
organización comunal (solamente se participaba en las asambleas comunales cuando había que
resolver algún problema grave).
* La poca irradiación o difusión de los paquetes tecnológicos propuestos a través de las parcelas
demostrativas.
* Lo contraproducente de muchos aspectos de la labor de capacitación:
- la dependencia creada por el televisor de CESPAC;
- el carácter de "paquete" inapropiado de los programas de CESPAC y de muchos otros
contenidos;
- la inadecuación a los "códigos" de los campesinos y a sus propios conocimientos;
- la dependencia inducida por los alimentos de ONAA;
- etc.
* El poco trabajo realizado en ingeniería agrícola, en particular por la gran dificultad de conseguir
personal en este campo.
* El encierro de Desarrollo Agrícola en el funcionamiento del perímetro de riego de los sub-
proyectos y su poca articulación con lo que habría de ser una política de desarrollo más amplia,
más regional e integral.
(#9)
1985 fue por tanto un año en que comenzaron a perfilarse nuevos acentos en el trabajo de la
sub-dirección. Por ejemplo se planteó:
* Pasar por las asambleas comunales para hacer aprobar y legitimar los Comités y las actividades
propuestas por el proyecto.
* Fortalecer las organizaciones campesinas existentes y hacer surgir otras para tener mayor
impacto.
* Desarrollar la capacidad de manejo empresarial y autogestión de los Comités, Clubes y otras
organizaciones.
* Aumentar los esfuerzos de promoción de una segunda campaña agrícola a fin de disminuir la
migración.
* Hacer un trabajo de extensión rural global y no solamente de extensión agrícola.
(#10)
Las evoluciones preparadas en 1985 sirvieron para rediseñar, en el nuevo convenio con la CTI en
mayo de 1986, las labores de Desarrollo Agrícola. De alguna manera, al proponer el reto de para qué y
cómo tres años más de apoyo externo, dicho convenio fue oportunidad para cuajar ciertos cambios.
Otro elemento fundamental que aceleró la necesidad de avanzar en la revisión de estrategias y
metodologías fue lo sucedido con el proyecto Pluma cuyo funcionamiento no pudo ser asumido a
cabalidad por los servicios permanentes del Estado. Con ello se tuvo que cuestionar toda la estrategia
de "entrega" al Estado sobre la cual habían estado asentadas las prácticas de AGUA.
(#11)
A partir de ese momento se intensificó la búsqueda de coherencia entre los objetivos y las
prácticas, entre los diferentes proyectos y áreas, entre el Estado peruano con sus técnicos a cargo de
AGUA y los organismos de cooperación con sus asesores de la Misión Técnica Internacional. Tales
esfuerzos se expresaron de diversas formas:
* multiplicando encuentros y reuniones de debate (Aguas Frías en agosto 86; Sikuri en diciembre
86; Punabamba en setiembre 87; Chiribamba en octubre 87; etc.);
* mejorando la comunicación entre las partes peruana y extranjera (por ejemplo con la traducción
al castellano de los informes semestrales de la Misión Técnica Internacional);
* elaborando documentos e instrumentos que sirvan de guía común: "Plan de Operaciones del
Proyecto AGUA", Marco Lógico, Sistema de Monitoreo/Evaluación, etc.;
* requiriendo la elaboración de un planteamiento global e integral para todo el trabajo de extensión
(el presente Estudio, solicitado en 1986 pero que recién pudo ser contratado a fines de 1987).
(#12)
En esta búsqueda, la institución ya dió ciertos pasos concretos, en forma progresiva:
* Se propuso la "reorientación de la estrategia de "entrega" para hacer del campesinado el principal
interlocutor/receptor de los proyectos, en lugar del aparato estatal normal.
* Se intentó precisar mejor los objetivos, tanto a largo plazo como para la duración del nuevo
convenio con la CTI, circunscribiendo el rol específico de la institución al perímetro de riego de los
proyectos y a mejoras en el aprovechamiento de agua y suelo.
* Se comenzó a reconsiderar el rol de la organización comunal tradicional del campesinado,
intentando articular mejor las acciones institucionales con esta "entidad matriz" de cada
comunidad.
* Se replantearon los plazos de la labor de extensión, reemplazando los seis o diez años
propuestos por los estudios de factibilidad de proyectos con la siguiente formulación: "El servicio
de extensión rural es permanente, es decir tiene que seguir con esta intensidad hasta el año 2000
para garantizar el uso de agua y aumentar la producción en forma eficaz" [cita de un informe de la
MTI].
* Se buscó intensificar aún más la labor de extensión, pasando de un apoyo disperso en parcelas
demostrativas a una asistencia concentrada en "módulos de extensión", reforzando el papel del
Programa de Semillas, priorizando el funcionamiento orgánico de los Comités de Regantes...
* Etc.
Sin pretender abarcar todos los aspectos del potencial existente en AGUA, quisiéramos destacar
cuatro de ellos que nos parecen fundamentales:
- el personal;
- el proceso de reflexión;
- la metodología;
- la ubicación territorial.
(#13)
El personal de AGUA
(#14)
El proceso de reflexión
Con una dinámica de reflexión y cuestionamiento internos que se extiende con regular intensidad
sobre por lo menos tres años, AGUA cuenta con un ambiente favorable para emprender una nueva
fase de trabajo, sin limitarse a la adopción de tal o cual instrumento, mas bien revisando
concepciones, objetivos, estrategias y metodologías.
Se requiere profundizar mucho cada uno de los puntos tratados en los últimos años, y sobre todo
articularlos entre sí a fin de posibilitar un enfoque integral. Hasta ahora el debate interno parece
consistir más en la yuxtaposición de preocupaciones personales (la "visión integral para un programa
puntual", el "rescate de conocimientos campesinos", la necesaria continuidad del trabajo de extensión-
capacitación, los "peligros ecológicos"...) que en una interacción de los aportes de todos para elaborar
un planteamiento integral y común.
Sin embargo se notan cada vez más acercamientos y coincidencias. Por ejemplo en cuanto al
papel de la organización comunal central: sigue habiendo una base de utilitarismo, funcionalismo e
inmediatismo {"las comunidades son la base para tener acceso a los beneficiarios" [documento
interno]; "sólo organizar grupos específicos si son indispensables para nuestro trabajo" [documento
interno; etc.}, pero tanto en el trabajo con mujeres como en la gestión de los sistemas de riego se
encuentran propuestas para devolver a la organización comunal su rol rector y principal.
(#15)
La metodología
(#16)
La ubicación espacial
La falta de una visión territorial coherente es probablemente una de las grandes limitaciones de
AGUA [#23]. Sin embargo el programa cuenta con un potencial espacial extraordinario: la unidad de
cuenca (Alto Punabamba) que guió desde el principio la elección de sub-proyectos y que sigue
determinando el ámbito del trabajo institucional.
Por más que en este momento AGUA no sepa muy bien cómo aprovecharlo, se trata de todas
formas de un potencial grande que podría inspirar las orientaciones y estrategias de trabajo: en sus
relaciones con interlocutores estables (campesinado, servicios permanentes del Estado), AGUA tiene
algo más que un simple rubro de actividad (el riego), tiene un ámbito espacial definido y el ámbito
espacial es precisamente un criterio básico de organización de los actores permanentes del proceso
de desarrollo.
Entre las principales limitaciones de AGUA que necesitamos comprender a la hora de determinar
qué transformaciones y qué adecuaciones requiere la extensión rural en el Programa, queremos
destacar las siguientes:
- las limitaciones del conocimiento;
- las de diseño;
- las conceptuales;
- las territoriales;
- las de estrategia;
- las metodológicas;
- las instrumentales.
(#17)
Las limitaciones del conocimiento
AGUA sufre de una grave limitación en el conocimiento de la realidad donde trabaja. Esta
carencia arranca desde el propio documento original en el cual se sustentaron todos los
planteamientos posteriores, el "Diagnóstico de la cuenca alta del río Punabamba".
En realidad este estudio adolece de dos deficiencias clásicas en los diagnósticos previos a la
implementación de programas de desarrollo ["Mitos" 9, 25, 43, 49]:
- presenta listados de recursos, problemas y características sin entrar a la comprensión de las
interrelaciones concretas y conceptuales entre los elementos de dicha realidad;
- se basa en la aplicación mecánica de criterios y categorías macro, con lo cual presenta una
visión sesgada y engañosa de la realidad, en lugar de partir de los elementos propios de la
realidad estudiada.
Este desconocimiento de la realidad condicionó tanto el diseño global del programa como el
diseño específico de cada sub-proyecto. Luego, la práctica concreta de campo a lo largo de ocho años
aportó un sinnúmero de elementos de información sobre la realidad. Pero, al no ser sistematizados
(más bien los diagnósticos parciales que se siguen haciendo repiten el mismo esquema), estos no
pudieron ser aprovechados para elaborar un conocimiento global más preciso y acertado. Se alcanzó
una mejor percepción de determinados aspectos pero no la comprensión y conocimiento integrales.
(#18)
Otra limitación en AGUA consiste en un insuficiente conocimiento profesional de las disciplinas
involucradas en proyectos de riego. Eso es cierto en temas como la agronomía o la economía, pero
las carencias son ahí comunes a la inmensa mayoría de proyectos, ya que se suele manejar la
agronomía de los países templados del hemisferio norte, ignorando la andina, y se aplican los criterios
macro-económicos de cuentas nacionales a nivel de micro-economías familiares o comunales.
Más grave es lo relativo a temas como la ingeniería agrícola. A ésta prácticamente no se le tomó
en cuenta salvo para aspectos utilitarios de "funcionamiento" de los proyectos: organización de los
regantes y capacitación en técnicas de riego. Pero, sea por un desconocimiento de los directivos de
AGUA sobre el rol y los aportes de la ingeniería agrícola, sea por una incapacidad de los propios
ingenieros agrícolas involucrados para sustentar los planteamientos de su disciplina, no se dió
importancia a otros aspectos como la protección y manejo de la infraestructura de riego y sus fuentes
o como el acondicionamiento de terrenos y suelos.
Por ello permaneció un vacío fundamental entre ingenieros civiles e ingenieros agrónomos, vacío
originado en la ingeniería agrícola y que se refleja en el diseño de las obras, en los planteamientos y
prácticas de extensión, en las dificultades de comunicación con los campesinos andinos (cuya
tradición tecnológica integra permanentemente la obra civil, el acondicionamiento y manejo del
territorio, las actividades productivas).
(#19)
Podría señalarse también el desconocimiento de reglas básicas de proyectos de desarrollo en los
Andes. AGUA actuó a imagen y semejanza de los proyectos de riego que se implementan en zonas
desérticas, sin ocupación ni tradición humanas previas: se comenzó por diseñar obras (basándose en
una simple "solicitud" o "aceptación" de la idea de los proyectos por la población local), luego se
ejecutaron y recién ante reacciones negativas de los campesinos se buscó fomentar su
"participación".
En este sentido AGUA fue diseñado con una estrategia común a un sinnúmero de programas de
desarrollo: poniendo la carreta ante los bueyes. De la misma manera que recién en el momento de la
post-alfabetización los proyectos de alfabetización se preocupan por crear un entorno favorable a la
práctica de la lecto-escritura; de la misma manera que los proyectos de salud ponen las condiciones
ambientales y alimenticias como "complemento" de las campañas de vacunación; asimismo AGUA
comenzó por decidir qué obras de infraestructura hacer y dónde, y luego se planteó las actividades de
aprovechamiento del riego como complemento y justificación de las obras.
Los consecuencias de semejante desconocimiento de ciertas reglas básicas, que nacen
progresivamente a raíz de los innumerables fracasos de los últimos decenios (aunque mal
sistematizadas todavía), se reflejan en los planteamientos y las prácticas actuales. La "participación"
campesina suele hasta ahora ser considerada como una simple colaboración del campesino en
aquello que AGUA diseñó, decidió y programó. Ello es lógico en la medida que las "obras" ejercen una
presión absoluta sobre el conjunto del programa: el éxito de AGUA parece medirse esencialmente por
el funcionamiento o no funcionamiento de las obras y no por los objetivos establecidos más allá de las
infraestructuras mismas.
(#20)
Las limitaciones de diseño
Para que AGUA, como proyecto de riego, pueda ser factor y fermento de desarrollo, existen
muchas limitaciones de diseño, tanto en aspectos puntuales como globales. Queremos resaltar aquí lo
referente al diseño general del programa.
Se partió del supuesto de que el Estado debe y puede ser el agente principal de todo el proceso,
con roles de dirección, gestión, ejecución y fiscalización. La concepción de desarrollo y riego, los
objetivos, la metodología y los instrumentos de trabajo de AGUA fueron diseñados entonces en función
del Estado y para el Estado.
Ese planteamiento quizás parezca ideal pero es poco realista en las condiciones andinas ["Mitos"
8, 10, 14, 34, 36]. Una vez enfrentado a las dificultades concretas del aparato estatal normal para
ofrecer condiciones positivas a la producción agropecuaria y para asumir el control y la gestión de los
sistemas de riego, AGUA se vuelca ahora hacia el campesinado en busca de un interlocutor que
pueda garantizar la continuidad del proceso iniciado. Y se encuentra entonces con que no se trata
solamente de tener a quien "transferir", "entregar", sino que lo suyo es intransferible como tal al
campesinado y requiere una readecuación en la concepción, en los objetivos, en la metodología y en
los instrumentos ["Mitos" 26].
(#21)
A esta dificultad de diseño global centrado en el Estado como interlocutor y receptor, se agrega a
la hora del cambio de estrategia el problema de la pertenencia del mismo AGUA a las estructuras
estatales: trabajar con el campesinado, como actor principal y ya no como simple colaborador del
proyecto estatal, no es muy fácil cuando se tienen horarios de funcionario, cuando la programación y
la evaluación se preocupan sobre todo de cumplir metas y demostrar "capacidad de gasto", cuando la
continuidad de la labor depende de criterios macro-económicos y no de la economía de los
interesados.
AGUA no forma parte de la estructura normal permanente del Estado y por tanto no ofrece
garantías de continuidad en su apoyo a un proceso campesino, pero tampoco tiene la autonomía
suficiente para poder adecuar su intervención a la dinámica del campesino. AGUA se ubica más bien
en un Estado paralelo y "parcelado " (según expresión de Juan Palao, "balcanizado" según la fórmula
europea más común), que ha ido creciendo en los últimos años y que se expresa en múltiples
organismos y proyectos específicos y funcionales.
(#22)
Las limitaciones conceptuales
AGUA tiene ambiente de reflexión y debate para revisar muchos de los elementos conceptuales
iniciales del programa. Retomaremos luego algunos de estos aspectos. Sin embargo es necesario
alcanzar claridad en cuanto a la importancia de las limitaciones conceptuales existentes,
especialmente aquellas que suman a AGUA en grandes contradicciones y ambigƒedades.
Ello sucede en particular con los objetivos del programa. No hemos podido encontrar una
propuesta única de objetivos de AGUA. Desde las formulaciones de los estudios de factibilidad de
proyectos hasta las redacciones empleadas en el "Plan de Operaciones del proyecto AGUA" y en el
"Marco Lógico", son muchas las variaciones. Algunas parecen en realidad más de forma que de fondo,
como el reemplazo de "aumento de producción y productividad agropecuarias" por "uso racional de
los recursos agua y suelo", ya que se suele entender "uso racional" como "uso máximo", es decir
como un uso para una mayor producción y productividad ["Mitos" 32].
Para simplificar, podemos decir que los objetivos consisten esencialmente en la yuxtaposición de
"aumento de producción y productividad" y "desarrollo socio-económico".
En esta yuxtaposición existe una fuerte dosis de ambigƒedad que redunda en muchas
contradicciones dentro del trabajo concreto. ¿Tienen ambos términos el mismo grado de prioridad?
¿Hay subordinación entre ellos? ¿Es el aumento de producción y productividad el que lleva al
desarrollo socio-económico o es el desarrollo socio-económico el que posibilita y justifica el aumento
de producción y productividad?
Estas preguntas no son gratuitas. AGUA las eludió anteriormente al plantear en el Marco Lógico
como "supuestos importantes" que habrían de existir un "mercado funcional" y "precios adecuados".
No basta una expresión de deseos como se ha hecho en el Marco Lógico. De hecho no existen
posibilidades a corto ni mediano plazo de un mercado funcional ni de precios adecuados y toda la
estrategia de AGUA de aumento de producción y productividad en función del mercado es insostenible
(salvo que AGUA, u otro proyecto parecido, siga por muchos años sosteniendo dicho esfuerzo
productivo bajo el disfraz de la asistencia técnica y la extensión).
Esta ambigƒedad en los objetivos ilustra la importancia que adquieren las limitaciones
conceptuales encontradas en AGUA, por cuanto condicionan sus estrategias, sus métodos, sus
instrumentos. El esfuerzo de revisión no debe por tanto reducirse a una corrección de tal o cual
elemento, uno por uno, en forma parcial. Debe más bien abarcar el conjunto de aspectos a fin de llegar
a una concepción y un planteamiento coherentes e integrales.
(#23)
Las limitaciones territoriales
Desde la cuenca alta del río Punabamba que encierra el ámbito mayor de trabajo del programa,
hasta la parcela como mínima unidad de trabajo del campesino (aunque en muchos casos una melga
puede convertirse en una unidad específica), AGUA se ve enfrentado a un sinnúmero de espacios
diferentes y superpuestos. Tiende a perderse entre ellos y a acumular contradicciones.
Ello se debe tanto a la falta de una concepción clara de qué es un territorio ["Mitos" 35], con su rol
y potencial para el desarrollo, como a una ambigƒedad, indecisión o incomprensión sobre el papel que
AGUA, dentro de su particularidad de proyecto especializado en riego, podría jugar en el desarrollo de
la zona.
La falta de una concepción de territorio no es propia de AGUA sino común a la casi totalidad de
proyectos de desarrollo y también de muchas políticas nacionales del Tercer Mundo. Por tanto se trata
de una limitación que será difícil de superar pero para la cual sería útil poder establecer algunas
pautas básicas.
La confusión entre los diferentes espacios superpuestos sí puede y debe resolverse prontamente.
Desde la parcela hasta la cuenca, AGUA encuentra diferentes unidades como los territorios familiares,
los eventuales sectores de la comunidad, los territorios comunales, las microcuencas, las unidades
político-administrativas (distritos y provincias), etc. A ellos el programa ha agregado sus propias
definiciones espaciales: el perímetro de riego y el módulo de extensión [#43 y figura 3].
Pero en lugar de aprovechar sus unidades funcionales (perímetro de riego y módulo de
extensión) para que sean elementos de refuerzo y desarrollo de las unidades preexistentes, AGUA se
encierra en ellas so pretexto de evitar la dispersión de esfuerzos y corre con ello el peligro de hacer de
sus propias unidades espaciales una suerte de enclaves contradictorios y desestructuradores de la
realidad circundante.
Así tenemos que, por la exigencia de limitar su trabajo al perímetro de riego, el personal de AGUA
da la impresión de tener puesta una visera que le impide ver más arriba de la línea de riego y manejar
las interrelaciones entre pisos ecológicos.
(#24)
Las limitaciones de estrategias
(#25)
La estrategia tecnológica de AGUA presenta varias mejoras frente a los planteamientos clásicos
de tales proyectos, especialmente en lo que se refiere a los esfuerzos por "adecuar" los "paquetes
tecnológicos" a las características zonales. Sin embargo podemos señalar cuando menos dos
limitaciones a tomar en cuenta.
Por un lado se sigue con la óptica de "paquetes tecnológicos" modernos, por más "adecuados"
que estén ["Mitos" 7 y 33]. Con ello AGUA disminuye sus posibilidades de lograr la flexibilidad
necesaria para un trabajo con economías y ecologías bastante diferentes entre sí dentro de la cuenca.
Por otro lado, falta definir más claramente en qué consisten las "adecuaciones". Encontramos en
AGUA diversas lógicas y procedimientos de acuerdo a la experiencia, el conocimiento y la sensibilidad
de cada uno.
Muchas veces se trata simplemente de adaptar planes y métodos productivos a los potenciales
agronómicos determinados por los propios técnicos de AGUA.
En algunos casos se intenta "combinar" elementos modernos y andinos sin saber muy bien cuál
de las dos racionalidades ha de regir el proceso de "adecuación" y por tanto quién (técnico o
campesino) ha de definir las "combinaciones" más convenientes ["Mitos" 24].
En pocas oportunidades se busca trabajar desde la racionalidad del campesino, con sus criterios
y ritmos, y aportarle conocimientos y prácticas modernas susceptibles de servirle para mejorar su
propio sistema.
(#26)
AGUA comenzó a cuestionar la inicial estrategia organizativa consistente en la multiplicación de
comités funcionales de acuerdo a las necesidades del propio programa. Pero no se ha llegado aún a
elaborar una nueva estrategia coherente y común a toda la institución.
Una dificultad importante que frena la elaboración de ésta es la insuficiente y difícil reflexión sobre
las tres principales corrientes organizativas que coexisten actualmente en el Programa ["Mitos" 29]:
- la "autoayuda" propugnada por la cooperación internacional;
- la "autogestión" en boga en el Perú en los años 70 y que se expresó en muchos de los primeros
textos de AGUA;
- el "autogobierno" de la tradición andina.
El problema se ve reforzado por el hecho de que no existen en el Programa voceros calificados
para explicar en qué consiste realmente cada una de ellas (tampoco los campesinos están en
condiciones de explicar la racionalidad organizativa andina en términos entendibles por técnicos
modernos).
Más bien la reflexión se ve entorpecida por la intervención de otros elementos ideológicos
presentes en cada miembro de AGUA y que tienen sus implicancias organizativas: ciertos supuestos
sociales, otros supuestos de democracia formal representativa, la visión comunal/empresarial de la
nueva Ley de Comunidades Campesinas del Perú, el a priori de que las comunidades están
desorganizadas, etc.
(#27)
Las limitaciones metodológicas
(#28)
Las limitaciones instrumentales
(#29)
AGUA se encuentra por ahora en una suerte de callejón sin salida en cuanto a las posibilidades
de lograr los objetivos fijados para la sub-dirección de "desarrollo agrícola" y de poder asegurar la
continuidad del proceso y trabajo iniciados.
1. Es imposible garantizar que los niveles de producción y productividad ya alcanzados o por lograr
sigan creciendo o siquiera se mantengan estables a mediano plazo:
* las mejoras actuales están basadas en apoyos tan fuertes e intensivos (en asistencia
técnica, servicios a la producción y a la comercialización), por parte de AGUA, que son
irreplicables en el tiempo por parte del aparato estatal normal y permanente;
* no existen mayores posibilidades de que se reúnan a corto ni mediano plazo las condiciones
estructurales (precios, mercado, contexto político-económico) necesarias para que la
estrategia de AGUA en producción y productividad pueda desenvolverse por su cuenta, sin
un fuerte apoyo externo al campesino.
2. Es imposible alcanzar el desarrollo socio-económico con un trabajo limitado a zonas como las
escogidas por AGUA:
* por más que AGUA haya avanzado hacia una labor más completa (aunque no integral) en
sus áreas de proyectos, el espacio escogido (el perímetro de riego) no corresponde a
ninguna territorialidad coherente con un trabajo de desarrollo; puede ser un espacio
funcional en términos de "sub-proyecto de riego" pero es artificial en términos de desarrollo
andino;
* la interrelación entre los espacios de sub-proyectos AGUA y los territorios existentes o
potenciales de desarrollo no puede ser asegurada por el Estado a través de simples
convenios interinstitucionales o intersectoriales; tampoco puede ser asumida por
organizaciones campesinas de tipo funcional.
3. Tal como están diseñados, los proyectos AGUA son intransferibles; no se les puede entregar a
nadie:
* el Estado no está en capacidad (administrativa, financiera y profesional) de asumirlos, a
pesar de que hayan sido diseñados de acuerdo a la racionalidad estatal;
* en la mayoría de los casos los campesinos tampoco pueden conducirlos como tales por las
diferencias entre el diseño original y sus propias racionalidades económicas, organizativas y
de gestión en general.
(#30)
Se pueden encontrar alternativas al actual callejón sin salida del "desarrollo agrícola" en AGUA a
condición de no limitar la búsqueda a concepciones, métodos e instrumentos de extensión rural y más
bien ampliarla a las concepciones de desarrollo, a los objetivos y estrategias del programa, al diseño
del mismo, a fin de superar las ambigƒedades y contradicciones existentes.
Por tanto se requiere, cuando menos:
1. Precisar objetivos y estrategias viables en las condiciones concretas del agro cusqueño.
2. Profundizar el conocimiento y comprensión del rol y potencial de los diversos actores del proceso
de desarrollo, a fin de definir mejor la interlocución de AGUA con cada uno de ellos.
3. Definir una estrategia de trabajo territorial que permita articular los esfuerzos de AGUA en el
perímetro de riego de los sub-proyectos con las labores de los demás actores a nivel de los
diversos territorios de desarrollo.
4. Profundizar el conocimiento y comprensión de las interrelaciones entre la problemática específica
de riego y la problemática de desarrollo andino, a fin de mejorar los planteamientos, métodos e
instrumentos de AGUA.
5. Precisar las limitaciones del actual marco administrativo estatal de AGUA a fin de poder proponer
y obtener condiciones de trabajo acordes con las exigencias del proceso de desarrollo.
Todo ello ha de llevar a la necesidad de una nueva fase en la labor de AGUA, acorde con las
redefiniciones de objetivos y estrategias.
Capitulo 2
(#32)
El concepto de irradiación o multiplicación
["Mitos" 28]
Toda la actual estrategia de extensión rural de AGUA está basada en el concepto de irradiación o
multiplicación. Es decir que los logros productivos y avances tecnológicos alcanzados en una parcela
o zona determinadas habrían de ser automáticamente apropiados y replicados en otras parcelas y
zonas. El campesino se vería inducido a esa difusión por los mejores resultados obtenidos en el área
"modelo".
El esquema ha ido evolucionando. En un inicio se trataba de inducir cambios a través de
"demostradores", es decir que se buscaban "agricultores" que pudiesen asumir el liderazgo en la
difusión de innovaciones entre los demás "agricultores". Las "parcelas demostrativas" de AGUA
salpicaban toda la zona del sub-proyecto a fin de ser "visibles" para todos.
A continuación se pasó a un esquema de difusión que ya no era por "agricultores" sino por
"áreas": los "módulos" buscaron abarcar una determinada zona (en la cual estuviesen presentes un
máximo de "agricultores") a fin de que estos mismos replicasen las innovaciones en sus demás
parcelas.
Se trataba de:
- facilitar y "rentabilizar" el trabajo de los técnicos, evitándoles largos desplazamientos de una
parcela a otra y posibilitándoles la atención de un mayor número de parcelas a la semana;
- incorporar una mayor cantidad de "agricultores" gracias al estímulo de ver el trabajo y los
resultados de las parcelas vecinas dentro del "módulo";
- posibilitar la "organización" de los integrantes del "módulo" a fin de poderles entregar
progresivamente la administración de servicios tales como el aprovisionamiento de insumos.
La propuesta de irradiación/multiplicación automática chocó con una serie de limitaciones ya
conocidas:
- la diferencia de recursos (tierra, bienes, fuerza de trabajo...) que impide que todos puedan
aprovechar igual las innovaciones;
- la diferencia de condiciones agro-ecológicas que dificulta la reproducción de paquetes
tecnológicos aplicados precisamente en las zonas más favorables ("módulos" en los mejores
terrenos del perímetro de riego, el cual ya constituye la mejor zona de la comunidad);
- la imposibilidad de brindar en las demás zonas un apoyo tan intensivo como el que aporta AGUA
en sus "módulos";
- etc.
(#33)
Una concepción de "entrega" o "transferencia"
Mientras el Estado fue considerado como el "receptor" al cual se iban a "entregar" las obras y
actividades de AGUA, era lógico que los diseños, estrategias y metodologías de los proyectos estén
basadas en la racionalidad del Estado, en sus prácticas actuales o deseadas.
Al convertirse el campesinado en interlocutor principal del programa, en responsable de dar
continuidad a lo iniciado, los diseños, estrategias y metodologías han de variar. Porque la racionalidad
campesina es diferente de la estatal, sus prácticas son otras.
Con el Estado, la cuestión de la "entrega" era sobre todo "funcional". Se trataba de que el aparato
estatal normal y permanente (Dirección de Aguas, CIPA, etc.) siga haciendo funcionar las obras y los
servicios implementados. El problema era de motivación (¿le interesa al Estado "cargar" con una serie
de infraestructuras y actividades poco significativas en la "economía nacional"?) y de capacidad
(¿tiene el Estado el personal, la experiencia y los recursos para garantizar continuidad a los aportes
de un "proyecto especial" como AGUA?).
Con el campesinado, la "entrega" como tal se convierte en un problema menor. La cuestión
central pasa a ser de orientación.
¿Quién va a asumir las obras y los servicios creados? ¿Organizaciones "funcionales"? ¿Una
"organización para el desarrollo"?
¿Para qué van a ser usadas estas obras y servicios? ¿Para cumplir las proyecciones de
producción y productividad inicialmente propuestas por AGUA? ¿Para los objetivos y perspectivas
socio-económicas del propio campesinado, de sus organizaciones tradicionales?
¿Cómo van a ser aprovechadas estas obras y servicios? ¿De acuerdo al diseño original realizado
por AGUA? ¿De acuerdo a las racionalidades y prácticas campesinas?
Las preguntas son muchas y tienen que ver con la orientación y conducción del sistema
implantado y, más allá, del propio desarrollo rural de la zona. Pero una orientación y conducción no se
"entregan", no se "transfieren".
Queda entonces replanteada la "entrega" misma ["Mitos" 26, 37].
(#34)
De la "entrega"...
"Entrega" o "transferencia" requieren esencialmente una labor de "capacitación" para que los
"receptores" de las obras y servicios sean capaces de hacer "funcionar" el modelo propuesto.
Como ese modelo responde a concepciones, racionalidades y capacidades del Estado, a la
"cultura" moderna, se requiere algo más que "capacitación". La conducción adecuada (es decir acorde
al diseño previsto) del sistema (obras y servicios) por parte del campesinado exigiría toda una
transformación (y homogeneización) "cultural", es decir de concepciones, racionalidades y
capacidades.
Además de que se pueda dudar de la conveniencia de querer forzar un cambio de este tipo
(¿estamos seguros de la viabilidad de nuestros esquemas productivos?, ¿podría funcionar el modelo
sin una presión y apoyo permanentes e intensivos del aparato estatal?), éste es imposible a corto
plazo.
Las transformaciones culturales (cultura tecnológica, cultura social...) son el producto de
procesos más o menos largos. AGUA no puede plantearse su permanencia por decenios hasta que se
den las políticas y condiciones económicas para incentivar la productividad campesina, hasta que se
cree un entorno tecnológico propicio al uso correcto de los "paquetes", hasta que...
(#35)
...a la "retirada"
Si los encargados de "conducir" el aprovechamiento de las obras y servicios aportados por AGUA
han de ser las organizaciones campesinas, conviene que asuman de una vez esta responsabilidad.
Así podrán desarrollar realmente una capacidad de conducción. En el "sistema educativo andino"
["Mitos" 31], el aprendizaje no se da a través de "cursos" o "capacitaciones" sino asumiendo
responsabilidades o "cargos".
Así podrá darse recién el proceso de adaptación y transformación para que los aportes de AGUA
sean útiles a mediano y largo plazo. Adaptación y transformación de los diseños originales de obras y
servicios. Adaptación y transformación del propio campesinado y sus organizaciones para incorporar
en su realidad, su práctica, sus concepciones, aquellos elementos de las obras y servicios que
convengan a sus intereses y a sus perspectivas de futuro.
Más que intentar "entregar" o "transferir" las obras y servicios, presionando y "capacitando" para
que funcionen tal como se previó, se trata de que AGUA se retire de una vez de su rol actual de
"conducción" a fin de que el campesinado pueda asumir ésta.
Tampoco se plantea que AGUA se retire ahora del todo. Una cosa es dejar la conducción, otra es
dejar la zona. Si el retiro de la conducción ha de ser lo antes posible, le puede corresponder al
Programa un nuevo rol.
En el proceso para asumir obras y servicios y desarrollar su capacidad de conducción de los
mismos, el campesinado puede requerir la colaboración de los profesionales y técnicos de campo.
Tanto las nuevas infraestructuras de riego, con tecnología y diseño modernos, como los servicios
agropecuarios necesitan ser conocidos y comprendidos para ser apropiados y aprovechados.
Se propone entonces que AGUA se retire lo antes posible de la conducción, de la responsabilidad
en el funcionamiento de obras y servicios, pero que su retirada de la zona sea progresiva, es decir que
permanezca aún un tiempo para desempeñar un nuevo tipo de extensionismo, en apoyo al proceso
campesino de apropiación de dichas obras y servicios según sus perspectivas y acciones de
desarrollo.
(#36)
Una concepción de "organización para el desarrollo"
No vamos a retomar aquí todas las explicaciones posibles sobre el por qué cuestionamos el
enfoque organizativo en el cual está basado el trabajo de AGUA [#24,, 66,118, 119; "Mitos"4, 29, 34,
41, 42, 44].
El hecho es que el programa parte de un planteamiento inadecuado para el desarrollo rural y
producto de una mezcla de conceptos de todo tipo:
* facilitar el trabajo de AGUA evitándole tener que tratar con cada campesino individualmente (no
se cuenta con el personal suficiente para ello);
* posibilitar la "administración" de las obras y servicios diseñados e implementados por AGUA;
* permitir una mejor defensa de "intereses grupales": mujeres, jóvenes, productores de leche...;
* cumplir con la ley (comités y comisiones de regantes);
* tomar en cuenta las organizaciones populares;
* etc.
Con todo ello, AGUA prioriza organizaciones "funcionales" y "homogéneas" [#5]. Por más que se
hable cada vez más de las "organizaciones existentes" y de las "asambleas comunales", el enfoque
predominante sigue siendo fundamentalmente de aprovecharlas para "hacer aprobar y legitimar" las
actividades que le interesan a AGUA. Es decir que la organización es vista como un instrumento e
intermediario en función de los planes de AGUA [#26].
(#37)
Al replantearse AGUA toda su estrategia de proyecto por la necesidad de cambiar de interlocutor
principal (del Estado al campesinado), se requiere partir de una concepción clara y coherente sobre la
organización campesina.
Nuestra propuesta se basa en la reflexión sobre una "organización para el desarrollo" en las
condiciones andinas ["Mitos" 29].
Existen organizaciones socio-territoriales que tienen vocación de autogobierno en los planos
familiar, comunal e intercomunal. Ellas han de ser el pilar del proceso de desarrollo rural al cual AGUA
contribuye con (y desde) el riego. El programa debe por tanto rediseñar sus enfoques, objetivos,
estrategias y metodologías para trabajar con ellas, para apoyarlas y acompañarlas [#43, 44; "Mitos"
47] en su rol de conducción del proceso.
Es decir que el programa no ha de trabajar con "agricultores" (individualmente, en "comités" o en
"módulos"), ni con "mujeres" (en "clubes de madres" o en "comités de mujeres"), ni con "jóvenes". Ha
de trabajar con la organización andina como tal. Y no se trata de hablar vagamente de "organización
campesina" sino de partir de la racionalidad de la organización socio-territorial andina, estableciendo
claramente el nivel prioritario de la interlocución: el comunal y el intercomunal, no cada familia
aisladamente ["Mitos" 44].
Ello ha de obligar a abandonar el acento en las "organizaciones funcionales" y a propiciar
(progresivamente, procesalmente) su desaparición o su disolución en el seno de las organizaciones
socio-territoriales. La cosa no es fácil, ni siempre evidente. Se requiere creatividad y constancia para
lograrlo.
(#38)
Comunidades y Comités de Regantes
(#39)
Una concepción de la extensión
["Mitos" 12, 46]
Existe "extensión" cuando "alguien extiende algo". En el extensionismo rural andino, todas las
preocupaciones han girado siempre alrededor del "algo" y del "cómo" se extiende.
El extensionismo, como metodología de trabajo en desarrollo rural, proviene de la sociedad
moderna (especialmente del Estado y de las cooperaciones internacionales) interesada en solucionar
los problemas o "cuellos de botella" [#126] que impiden el aumento de la producción agropecuaria y
condenan a los campesinos a "niveles" ["Mitos" 25] indecorosos de vida.
Todo el planteamiento sobre el cual se basa el extensionismo actual hace entonces de la
sociedad moderna, particularmente el Estado, el actor principal del desarrollo. El "alguién" que
extiende siempre es el mismo y nunca se cuestiona.
Cuando se habla de mejorar la extensión, siempre se trata del "algo" y del "cómo". A los centros
experimentales y otros investigadores se les piden propuestas más "adecuadas" sobre el "algo", el
"qué extender". A los especialistas en extensión se les solicitan metodologías, técnicas e instrumentos
para lograr mayor eficiencia en el "cómo extender".
La misma realidad obliga a un inevitable cuestionamiento sobre la capacidad del Estado de ser el
único actor principal, sobre la conveniencia de que la sociedad moderna sea la única con derecho a
proponer alternativas de desarrollo andino. No queda pues más remedio que comenzar también una
revisión del "alguien".
¿Qué sería, cómo sería una "extensión campesina"?
(#40)
Extensión campesina
Si asumimos que el campesinado es actor principal (no único, el Estado tiene efectivamente un
rol importante que cumplir) del desarrollo rural andino, ¿puede haber una "extensión campesina"?
No entremos aquí a los posibles debates sobre las propuestas que el campesinado tuviese
quizás que "extender" a la sociedad moderna en cuanto a alternativas de "desarrollo nacional" ["Mitos"
yapa]. Veamos más bien lo relativo al desarrollo rural andino.
Uno de los problemas que enfrenta el campesinado como actor principal del proceso de
desarrollo está en la dificultad de sus relaciones con el resto de la sociedad, con la parte urbana,
administrativa, profesional de la misma. Las distancias físicas y culturales (racionalidades y lenguajes
diferentes y con actitud de dominación de lo moderno sobre lo andino) le impiden a la organización
campesina aprovechar adecuadamente los aportes de la sociedad moderna y de otros campesinos en
cuanto a conocimientos, tecnologías, recursos diversos.
Podríamos entonces hablar de una "extensión campesina" en el sentido de "extender la
capacidad campesina de aprovechar lo que le conviene en el resto de la sociedad".
Al replantear así la extensión, ¿qué estamos haciendo? Como ya dijimos, hemos transformado el
"alguien". Ahora el eje es el campesinado, la organización campesina, no el Estado. Pero también
hemos modificado cualitativamente el "algo": ya no se trata de un "objeto", de un "paquete", cualquiera
sea, sino de una "capacidad".
Es decir que hemos pasado de un enfoque en el cual lo fundamental son los "objetos", las
"obras", las "tecnologías", a otro en el cual la clave está en los actores, en los "sujetos" del desarrollo,
y sus "capacidades".
(#41)
Rol del programa en la "extensión campesina"
(#42)
Veamos ahora la figura 2, que responde a lo que podría ser el rol del programa en una "extensión
campesina".
Por ser la "organización campesina" (comunal, intercomunal) el principal actor y garante de la
continuidad de un proceso de desarrollo, ocupa el centro.
Pero esa organización campesina necesita mejorar sus relaciones con una larga serie de
interlocutores que comprende desde las instituciones estatales y no-estatales hasta las otras
organizaciones campesinas y populares, pasando por las cooperaciones internacionales, los
mercados de bienes y trabajo, etc.
AGUA se ubica entonces alrededor y en apoyo a esa organización comunal, ayudándola a
conseguir recursos, informaciones y conocimientos de los demás interlocutores, a desarrollar su
capacidad de interlocución/negociación con todos ellos, su capacidad de aprovechamiento de los
posibles aportes de dichos interlocutores.
Es decir que, en una "extensión campesina" entendida como "desarrollo de la capacidad
campesina de acceder y aprovechar aquellos aportes del resto de la sociedad que le convienen", un
programa como AGUA puede jugar un importante papel de apoyo y de acompañamiento.
(#43)
Acompañar y apoyar
["Mitos" 47]
(#44)
Al hablar de "apoyo" se quiere sobre todo insistir sobre la última idea vista en "acompañar", es
decir que "apoyar" significa partir de lo que es, quiere y hace el "apoyado" y no de lo que quiere hacer
el "apoyador".
Por ejemplo, "apoyar la ganadería" no es llevar adelante un proyecto supuestamente ideal sobre
lo que habría de ser la ganadería de acuerdo a criterios técnicos y productivistas, sino partir de la
existente, conocer y comprender los objetivos del campesino con la misma, aportar eventuales
elementos de reflexión que le posibiliten un mejoramiento de sus objetivos, y brindar la colaboración
requerida de acuerdo a la programación que el propio campesino haya hecho.
Así, en caso de un campesino que tiene un hato familiar a manera de seguro y capitalización para
gastos extras, "apoyar la ganadería" quiere decir ayudar a que el hato familiar cumpla mejor dicho rol
de seguro y capital, lo cual no pasa necesariamente por un aumento de la producción y por un manejo
técnico moderno; puede ser un simple mejoramiento de los costos; o una disminución de los riesgos
de mortandad y abigeato; o un engorde final...
Apoyar significa también aportar recursos con los que pueda contar el programa; pero sin tratar
de imponer sus insumos (para demostrar su "capacidad de gasto"); mas bien haciendo la
programación de su apoyo de acuerdo a la planificación-programación de la organización campesina
[# 125,126,127].
Apoyar comprende aún una labor de colaboración y asesoría para que la organización
campesina se relacione con otros interlocutores que puedan brindar aportes que no están en la
capacidad del programa o que no corresponden al tipo de actividades y roles para las cuales se creó y
se financia el programa.
Así, cuando una comunidad quiera emprender una obra de acondicionamiento de sus laderas de
secano, AGUA no habrá necesariamente de incluir esa obra en su presupuesto y su cronograma de
actividades. Eso sí, el extensionista podrá ayudar la organización a conocer qué otros apoyos posibles
existen, a analizar cuál conviene mejor, eventualmente a establecer el contacto directo. Decisiones,
contactos y negociaciones estarán a cargo de la organización, pero el personal del programa podrá
colaborar con informaciones y opiniones cuando la organización como tal no tenga mucha experiencia
de este tipo de relaciones.
(#45)
Una concepción de lo rural
(#46)
El riego versus lo rural
(#47)
El riego dentro de lo rural
["Mitos" 48]
Nuestra propuesta consiste entonces en que AGUA empiece a asumir el riego dentro de lo rural y
adecúe su apoyo en riego a las necesidades, ritmos y metodologías de desarrollo rural.
Es decir que el programa se preocupe por conocer, comprender y mejorar las relaciones entre el
sistema de riego y cada uno de los componentes de la realidad rural, entre el sistema de riego y el
conjunto de los elementos del desarrollo rural.
Ello no significa que AGUA abandone el perímetro de riego para ampliar sus actividades a todo el
territorio familiar y comunal, al conjunto de la microcuenca. Pero obliga a replantear prioridades,
acciones y metodologías para que lo realizado en riego, en el perímetro de riego, contribuya al
desarrollo de todo el territorio familiar y comunal, toda la microcuenca.
Para poder dar el paso en este sentido, se requiere a su vez un replanteamiento de lo "integral".
(#48)
Una concepción de lo integral
AGUA intentó hacer un trabajo un poco más "integral" realizando, dentro del perímetro de riego,
algunas acciones de salud, de apoyo a la educación, de labor con mujeres, etc.
Si bien se buscó que, cada vez que fuese factible, estas actividades estén lo más relacionadas
posible con lo propio del riego y de la agricultura bajo riego, ello no ha significado de ninguna manera
integralidad [#112, 113, 118, 119].
AGUA se ha limitado a yuxtaponer acciones correspondientes a diferentes "sectores". Es decir
que avanzó hacia una preocupación multisectorial. Pero ello dista mucho de la integralidad.
Esta se caracteriza efectivamente por la interrelación entre los diferentes elementos de la realidad
["Mitos" 19, 20]. Un trabajo integral consiste entonces en tomar en cuenta estas interrelaciones y
actuar sobre ellas.
(#49)
Integralidad desde lo sectorial
(#50)
Desarrollo rural integral desde lo sectorial
AGUA puede contribuir a un desarrollo rural integral sin pretender lanzarse a acciones
multisectoriales ni en todo el ámbito geográfico de la cuenca o de cada microcuenca.
Si revisara sus programaciones y metodologías, AGUA podría otorgar a su labor una proyección
hacia un desarrollo rural integral, sin salir del perímetro de riego como ámbito de trabajo institucional.
En lugar de planear "desarrollos" irrealistas para un perímetro de riego aislado del resto como
una torre de marfil o un enclave, habría que empezar a conocer y comprender las interrelaciones entre
el riego y los demás elementos de la realidad del campesino en la cuenca alta del río Punabamba
[figura 3]. Sobre esta base podrían replantearse las prioridades y las líneas de acción.
Entendiendo las interrelaciones entre agricultura comercial -2- y agricultura de autoconsumo -3-,
se podría arribar a propuestas interesantes sobre lo que el riego -1- puede aportar (¿qué significa la
"segunda campaña" en este contexto más amplio?). Si a eso agregamos las interrelaciones de la
ganadería -4- con este primer conjunto, lograremos enriquecer aún más la estrategia de trabajo.
Sigamos agregando elementos y viendo sus interrelaciones y tendremos un panorama susceptible de
convertir el riego de "paquete sectorial" en "potencial para el desarrollo rural integral".
(#51)
¿Investigar las interrelaciones?
La dificultad mayor consiste en pasar a la práctica. Nuestro personal conoce poco estas
interrelaciones [#17] y tampoco se cuenta en los Andes con "expertos" que las entiendan y manejen
en forma completa. ¿Habremos entonces de paralizar el programa el tiempo necesario para realizar
investigaciones?
Recordemos lo anterior [#36, 37, 38]. La organización comunal andina es la organización clave
para el desarrollo rural. La característica del saber campesino es precisamente su conocimiento y
manejo de las interrelaciones ["Mitos" 19 y 20].
Dejemos entonces de pretender elaborar nosotros el "paquete" ideal. Empecemos a trabajar con
las organizaciones. En los procesos de programación y ejecución de actividades decididas por la
organización campesina aparecerán y se expresarán estas interrelaciones y la forma en que los
campesinos las entienden y conducen.
Sin necesidad de comenzar por una investigación clásica y completa de la realidad y su
complejidad, más bien desde la misma cotidianeidad del apoyo al desarrollo campesino, tendremos
oportunidad de encontrar, escuchar, observar estas interrelaciones y podremos contribuir con
informaciones y técnicas que permitan mejorar aún más el conocimiento y la práctica de los
campesinos y de nosotros mismos [#77, 78, 79, 80, 167].
Una concepción de "capacitación"
{Este punto está un poco más desarrollado en el documento "Comentario sobre centros y ciclos
de formación campesina", elaborado para el Programa de Autodesarrollo Campesino (PAC-Oruro) de
la Comunidad Económica Europea (CEE) y la CORDEOR de Bolivia [N° 6].}
(#52)
La tentación de los "centros"
Debido a las limitaciones en las prácticas de "capacitación" campesina a cargo del personal de
campo, que son características del extensionismo andino en general (días de campo, cursillos,
demostración de métodos, demostración de resultados, etc.), se está pensando en la implementación
de "centros" donde se pudiese brindar una formación intensiva y adecuada a ciertos campesinos
selectos y que fuesen progresivamente transferidos a "organizaciones de autoayuda".
La atracción por la fórmula de "centros" responde, entre otras, a las siguientes razones:
* aplicar una estrategia de "difusión" a través de campesinos seleccionados;
* optimizar el aprovechamiento de recursos pedagógicos (docentes y materiales);
* contar con condiciones materiales y ambientales más favorables al aprendizaje;
* poder formar grupos "homogéneos" de educandos;
* acelerar el proceso de aprendizaje;
* etc.
Todas estas justificaciones son entendibles pero son al mismo tiempo recusables en términos de
desarrollo rural andino:
* los egresados cumplen raras veces el papel de "difusión-promoción" ["Mitos" 15] que se les tenía
asignado;
* la "optimización" de recursos está más en función de una mayor "eficiencia" institucional que de
un desarrollo rural;
* las condiciones materiales y ambientales no son replicables en las comunidades y dificultan toda
"multiplicación" de la "capacitación";
* la organización andina y sus prácticas educativas están basadas en la heterogeneidad y no en la
homogeneidad, con lo cual los métodos de los centros chocan con ellas y hasta pueden
desestructurarlas;
* lo que interesa finalmente es el proceso en la comunidad misma y allí las condiciones para
"acelerar" serían otras...
(#53)
Coherencia con el proceso de desarrollo rural
El desarrollo rural es un proceso. Dentro del mismo juega un papel principal el proceso educativo
(dentro del cual habría de insertarse la "capacitación"). La organización campesina es el actor
principal del proceso de desarrollo y asimismo del proceso educativo.
"Centros" decididos (por más que haya "aprobación" de los interesados), diseñados, equipados y
puestos en funcionamiento por las instituciones son prácticamente intransferibles a las organizaciones
campesinas. Salvo que se acepte conscientemente y de antemano que sus infraestructuras puedan
luego ser usadas para cualquier otra cosa (depósitos de materiales por ejemplo).
No se trata de negar que algún tipo de "centro" pueda llegar a ser útil. Pero ello habría de suceder
de acuerdo a la propia necesidad campesina, en función de su propio proceso y dentro de su Sistema
Educativo Andino ["Mitos" 31].
Sino se corre el peligro de que suceda lo mismo que con las infraestructuras de riego. Luego de
haberlas construido, es preciso justificarlas, "rentabilizarlas". La lógica institucional lleva entonces a
hacer de la infraestructura el eje central del trabajo: hay que usarla para demostrar que es útil; hay que
dedicar tiempo y esfuerzos a "capacitar" a los campesinos para que sepan administrarla de acuerdo a
nuestros diseños...
Por otra parte, el sistema de "centros" obligaría otra vez a enfrentarse a la racionalidad
organizativa andina. El "centro" es algo externo. Por lo tanto le correspondería al varón, como
representante de la organización familiar ante el exterior, asistir a los cursos ["Mitos" 41 y 42]. Para
lograr que participen por ejemplo las mujeres, habríamos de caer nuevamente en la creación de
organizaciones funcionales (Clubes) y en el incentivo de seudo-remuneraciones (alimentos).
(#54)
Prioridad al Sistema Educativo Andino
["Mitos" 31]
En lugar de querer multiplicar técnicas e infraestructuras que pretendan lograr una mejor
"transmisión" al campesino de los "paquetes" escogidos por el programa, AGUA debería esforzarse
más bien por reforzar el Sistema Educativo Andino.
Las posibilidades son múltiples.
Una de ellas es el respeto a la organización andina y a sus "cargos" ["Mitos" 32] a fin de
valorarlos en momentos en que todos los agentes externos hacen lo suyo para desestructurarlos.
Ningún técnico del programa debería intervenir en la comunidad sino en compañía y apoyo al titular
del "cargo" correspondiente.
Otra consiste en aportar elementos de información, conocimiento o técnica que la organización
pueda aprovechar de acuerdo a sus conveniencias e incluir en los métodos y contenidos de su
Sistema Educativo.
Otra puede ser fomentar una mejor relación entre el Sistema Andino y el sistema escolar,
ayudando la escuela a aprovechar y alimentarse con prácticas e instrumentos que la organización
comunal emplea en su gestión. Por ejemplo, la escuela podría contribuir al perfeccionamiento de
materiales (gráficos u otros, ¿mapas parlantes?) utilizados por la comunidad en su planificación y su
seguimiento de actividades y podría al mismo tiempo aprovecharlos como materiales didácticos.
Son muchos los caminos posibles y deben ser escogidos de acuerdo a cada realidad.
(#55)
De la "demostración" a la "investigación campesina"
AGUA, al igual que la mayoría de proyectos agropecuarios, cree (o ha creído) que lo fundamental
está en "demostrar" a los campesinos las bondades de las propuestas (o "paquetes") que se hayan
elaborado para ellos.
Sin embargo, ¿cómo se dan los mayores cambios tecnológicos a nivel campesino? A través de
procesos propios de "investigación".
El campesino andino no es de ninguna manera cerrado a la innovación. Simplemente es crítico
ante ella porque conoce muy bien (después de siglos de modelos importados de todas partes) cuáles
son las limitaciones de su medio ecológico, de sus recursos, de sus posibilidades de supervivencia, de
las promesas de "mercado", etc.
Cada vez que tiene la oportunidad (una innovación supuestamente atractiva para él, recursos
suficientes, disponibilidad de tiempo, etc.) el campesino procede busca ver si le conviene o no
introducir un cambio.
La desestructuración de las organizaciones andinas (especialmente en cuanto a la gestión de
recursos) ha llevado sin embargo a que estas investigaciones sean cada vez más individuales y que
las innovaciones positivas sean guardadas por sus "descubridores" como un capital a celar para evitar
competencias que llevarían a superproducciones y bajas de precio.
(#56)
El apoyo a la investigación
Donde un programa como AGUA puede jugar un papel muy importante es en el apoyo a la
investigación campesina para dinamizarla y multiplicarla (en su amplitud y en su socialización de
resultados).
A fin de lograr que estas investigaciones sirvan a un proceso de desarrollo y no solamente al
mejoramiento de tal o cual "agricultor", habría que comenzar por una programación comunal. Es decir
que AGUA no apoyaría ninguna investigación que no cuente con la aprobación de la asamblea
comunal [#138, 139].
Al mismo tiempo el proyecto podría hacer propuestas de posibles investigaciones, de acuerdo a
alternativas que su personal considere potencialmente útiles para el campesino. Pero hablamos aquí
de "propuestas" y no de seudo-propuestas que se basan en una serie de promesas de ayudas,
regalos o sanciones.
Tampoco AGUA podría apoyar todas las investigaciones; la asamblea comunal habría de priorizar
(de acuerdo a sus objetivos, a sus criterios, a los aportes de recursos humanos, materiales,
financieros, etc., que pueda hacer el programa) cuáles merecen apoyo externo y cuáles pueden
hacerse sin él.
Asimismo, AGUA podría contribuir a la socialización, debate y sistematización de los resultados.
Para ello los profesionales cuentan con una serie de métodos y técnicas que podrían venir en
complemento y ayuda a lo practicado por los campesinos.
En todo caso, sería imprescindible que la comunidad decida cuál de sus "cargos" habría de ser
responsable de las investigaciones, a fin de que el técnico no empiece a andar por su cuenta de un
lado a otro, a fin también de que se vaya desarrollando así una mayor capacidad comunal de
investigación y sea por tanto posible que el proceso continúe más allá del retiro de AGUA.
Capitulo 3
A. Finalidad de AGUA
(#57)
Propuesta
Potenciar el riego y las áreas bajo riego como instrumentos para el desarrollo rural integral de la
cuenca alta del río Punabamba.
Explicación
La institución AGUA en su conjunto ha de inscribirse en una perspectiva de desarrollo rural
integral de la cuenca alta del Río Punabamba. Esa fue la razón de ubicar todos los sub-proyectos en la
cuenca. Esa debe seguir siendo inspiración fundamental.
Pero AGUA no es un proyecto de desarrollo rural integral, es un proyecto de riego. No habrá por
tanto de dedicarse al conjunto del espacio de la cuenca ni al conjunto de las actividades de desarrollo.
Sin embargo, tampoco debe encerrarse en una simple visión "funcional" de riego. Debe trabajar para
un desarrollo integral, cumpliendo un rol específico en el aspecto riego, con una labor centrada en la
temática riego y en las áreas bajo riego, pero tomando en cuenta y desarrollando las interrelaciones
entre éstas y el resto del espacio de la cuenca [#45 a 51].
Explicación
El riego no es un fin en sí, es un medio para contribuir al proceso de desarrollo de la cuenca. El
trabajo en riego y alrededor de éste debe por tanto orientarse a posibilitar un impacto positivo sobre
aspectos claves del desarrollo de la cuenca.
Como el campesinado ha de ser el actor principal del proceso, la estrategia de AGUA debe
buscar una dinamización de posibles ejes de un autodesarrollo campesino, es decir en este caso su
economía, su organización y su capacidad de gestión.
Explicación
Dado que los requisitos de mercado y precios implícitos en las primeras formulaciones de
objetivos de AGUA no puedan estar garantizados, la política de extensión rural integral de la institución
debe priorizar el logro de condiciones favorables a un proceso de autodesarrollo campesino que
pueda ser flexible de acuerdo a la evolución de los factores económicos nacionales.
Más que la permanencia de tal o cual "nivel productivo" o la introducción/capacitación de tal o
cual tecnología en las zonas de riego, AGUA debe aprovechar el potencial del riego para reestructurar
y acondicionar "territorios de desarrollo" en los ámbitos de comunidad, microcuenca y cuenca ["Mitos"
35].
Es decir que cada sub-proyecto debe detectar algunos ejes de trabajo [#81 a 85] que permitan un
mejoramiento del potencial de desarrollo de la zona, tanto en el acondicionamiento productivo como
en el fortalecimiento de las capacidades de gestión y planificación.
(#61)
2. Integrar los sistemas de riego en la gestión de las organizaciones campesinas y reforzar así la
capacidad de éstas en la gestión del conjunto de sus recursos y en la planificación de un
autodesarrollo campesino.
Explicación
Lo que es actualmente una tendencia en el seno de AGUA debería convertirse en política
institucional: los responsables de los sistemas de riego deben ser las organizaciones comunales
y no organizaciones "funcionales". No se puede aislar todo lo relativo al riego del resto de las
actividades y normas comunales de desarrollo. Más bien se requiere integrarlo a fin de que pueda
desempeñar un rol positivo sobre el conjunto de la gestión comunal [#38].
(#62)
3. Desarrollar la capacidad campesina de proteger, aprovechar y ampliar sus sistemas de riego, en
función de una estrategia de acondicionamiento del territorio en cada nivel organizativo (familiar,
comunal, intercomunal, etc.).
Explicación
El "sistema de riego" no puede limitarse a las infraestructuras de conducción de agua y a las
técnicas de distribución del agua entre regantes y en las parcelas. Debe adoptarse una visión del
riego como "sistema abierto" y usar así su potencial para motivar y guiar acciones de
transformación del territorio para mejorar el abastecimiento (y no sólo la captación) de las fuentes,
la protección de éstas y de las infraestructuras de conducción, la adecuación de los relieves para
aprovechar mejor el agua, etc., a través de prácticas agronómicas, mecánico-estructurales,
sociales y otras.
(#63)
4. Mejorar las condiciones de vida en las zonas de trabajo, facilitando pequeñas infraestructuras
económicas y sociales y fomentando un mejor aprovechamiento de los potenciales y capacidades
de todos los habitantes (incluyendo mujeres y niños).
Explicación
No se trata de "agregar" algunas obras para "ganar la confianza" de los campesinos o para tener
la impresión de hacer un trabajo "integral" y "con todos". Más bien se trata de partir del riego y ver
sus interrelaciones con determinados aspectos económicos y sociales y con cada segmento de la
población para encontrar así nuevas posibilidades de acción: ayudando a rearticular el uso de la
fuerza de trabajo familiar en función de los nuevos requerimientos del riego; aprovechando los
materiales y debates de procesos de planificación para mejorar el rol de la escuela en el
desarrollo comunal; etc. [#48 a 51].
(#64)
Propuesta
Desarrollar la economía de cada zona de sub-proyecto, de acuerdo a la racionalidad económica
predominante en la misma y a las relaciones (de mercado o de reciprocidad) más confiables.
Explicación
No se trata de seguir tratando de forzar una integración al mercado. Este no está en condiciones
de ofrecer garantías de rentabilidad para el agricultor moderno, menos aún para el minifundista.
Conforme la diferenciación presentada en "Mitos" 28 [#24], los campesinos tienen variadas
estrategias y racionalidades económicas. AGUA debe partir de ellas y desarrollarlas ya que cada
una corresponde de hecho a los recursos y posibilidades concretas de los campesinos.
Por otra parte, dado que una cierta coherencia en las estrategias económicas de los comuneros
es útil a la gestión comunal, AGUA habría de priorizar el apoyo a la racionalidad predominante.
Entendemos por predominante aquella que involucra al mayor número de campesinos y no
aquella que ofrece más producción en el mercado: AGUA no se ha fijado por finalidad el simple
crecimiento económico sino el desarrollo; por tanto ha de trabajar con la mayoría campesina.
2. Estrategia tecnológica
(#65)
Propuesta
Desarrollar el potencial tecnológico de cada zona, partiendo de las tecnologías y conocimientos
existentes y fomentando una dinámica de rescate, revalorización y debate acerca de ellas y de otras
posibles de introducir.
Explicación
Cada zona tiene sus propios recursos y cultura tecnológica. Las condiciones de la sociedad
contemporánea requieren a su vez evoluciones tecnológicas.
Para garantizar la continuidad del proceso de desarrollo más allá de la salida de AGUA de las
zonas, la institución debe ampliar su esfuerzo [#25]. Debe emprender una labor de apoyo al
rescate y revaloración de los conocimientos y tecnologías propias del campesino. Sobre esta
base debe seguir ofertando alternativas de la tecnología moderna que puedan contribuir al
mejoramiento del bagage tecnológico campesino.
Pero es importante que los aportes en tecnología moderna ya no vengan como "paquetes"
impuestos al campesino sino que signifiquen un "abanico tecnológico" ["Mitos" 33] dentro del cual
el campesino pueda escoger lo que le conviene para adaptarlo a su racionalidad ["Mitos" 24].
3. Estrategia organizativa
(#66)
Propuesta
Reforzar las organizaciones comunales, ayudándolas a desarrollar los "cargos" o "brazos" que
requieran y a disolver en su seno aquellas organizaciones "funcionales" que sean útiles.
Explicación
El proceso de desarrollo requiere unidad de orientación, mando e intervención [#26; "Mitos" 4 y
29]. El Estado es actor fundamental del proceso pero no está en capacidad de asumir
adecuadamente la conducción y fomento de la labor de conjunto.
La opción de AGUA por buscar en el campesinado su primer interlocutor obliga a reconocer a las
organizaciones comunales como el actor principal del desarrollo y a orientar por tanto su trabajo
al fortalecimiento de tales organizaciones y de sus capacidades [#36, 37, 38].
No se puede apoyar por una parte la organización comunal y multiplicar al lado las
organizaciones "funcionales", por más que se articulen a la primera ["Mitos" 41, 42].
AGUA debe entonces buscar que las organizaciones "funcionales" que apoyó hasta ahora se
disuelvan en el seno de la comunidad campesina mientras ayuda a reforzar los sistemas de
"cargos" que garantizan capacidades permanentes de la organización y a desarrollar los "brazos"
que ésta pueda necesitar para enfrentar retos específicos ["Mitos" 30]
4. Estrategia educativa
(#67)
Propuesta
Reforzar los "cargos", momentos y lugares del sistema educativo comunal andino, apoyándolos
con aportes de contenido y de metodología, y completándolos eventualmente con actividades
específicas que sean de utilidad.
Explicación
Ningún sistema de capacitación campesina que esté divorciado del sistema educativo andino
ofrece garantías de continuidad y de impacto [#52, 136; "Mitos" 31]. Las actividades de
capacitación de AGUA han respondido a un diseño "institucional" y sólo AGUA o una institución
parecida podrían asumir la permanencia del servicio.
La educación campesina pasa por los sistemas de "cargos" y las responsabilidades. AGUA debe
buscar el rescate y revaloración de estas modalidades a fin de que los conocimientos y
capacidades desarrollados con el apoyo institucional puedan seguir reproduciéndose por parte de
la organización comunal después del retiro del proyecto.
La mayor parte de las actividades de capacitación deberían irse integrando al sistema de
"cargos" y ser conducidas por las autoridades respectivas. Mientras tanto, AGUA habría de
precisar qué actividades de capacitación le pueden corresponder específicamente a fin de
programarlas con las autoridades comunales.
Ello ha de significar una dinámica especial de formación del propio personal de AGUA a fin de
estar en capacidad de cumplir con esta estrategia y las metodologías correspondientes [capítulo
6].
5. Estrategia de retirada
(#68)
Propuesta
Retirar rápidamente el programa de la responsabilidad sobre infraestructuras, servicios e insumos
y dejar que la organización comunal los asuma de acuerdo a su racionalidad de gestión.
Retirar progresivamente el apoyo/acompañamiento de AGUA al proceso de apropiación, rediseño
y adaptación de tales infraestructuras, servicios e insumos por parte de la organización comunal.
Explicación
Para precisar la "estrategia de entrega" de AGUA, se requiere comenzar una revisión conceptual.
Más que "transferir" o "entregar" sus infraestructuras, actividades e insumos, es decir "objetos",
se trata de transformar el rol de los "actores" presentes, es decir los "sujetos" del proceso de
desarrollo [#33, 34, 35; "Mitos" 36, 37].
La estrategia debe entonces verse en función de los actores. Lo que se ha de buscar es una
"retirada" de AGUA.
Para comenzar, AGUA ha de retirarse de la responsabilidad actual ("entregándola" o
"devolviéndola" a la organización comunal), pero manteniendo un apoyo-acompañamiento
[#43,44] al proceso a través del cual ésta rediseña y se apropia aquellos elementos aportados por
AGUA que le sean de utilidad.
Este mismo apoyo-acompañamiento ha de ir disminuyendo a medida que la organización asume
tales elementos, integrándolos a su gestión y racionalidad, y desarrolla su capacidad de
conseguir y controlar el asesoramiento que el aparato estatal normal y permanente está
encargado de brindarle.
1. Condiciones necesarias
(#69)
Propuesta
a) una organización fuerte y capaz;
b) un territorio coherente y adecuable;
c) un plan de desarrollo campesino;
d) recursos suficientes y crecientes;
e) tecnologías adecuadas, diversificadas y progresivas.
Explicación
La explicación de estas condiciones se encuentra en el folleto "Cinco condiciones internas
necesarias para la continuidad del proceso de autodesarrollo campesino", preparado en agosto
de 1987 para el Programa de Autodesarrollo Campesino, de la Comunidad Económica Europea y
las corporaciones CORDEOR y CORDEPO de Bolivia [N°3].
2. Capacidades necesarias
(#70)
Propuesta
a) capacidad de conducción (dirección);
b) capacidad de ejecución;
c) capacidad de planificación;
d) capacidad de análisis;
e) capacidad de formación;
f) capacidad de administración y gestión;
g) capacidad de organización;
h) capacidad de comunicación.
Explicación
Estas capacidades están explicadas en el artículo colectivo "Ua estrategia para la organización
campesina", publicado en el N° 1 de la revista Ruralter del CICDA en junio de 1986 [N°4].
En todo caso, para el trabajo de AGUA, convendría priorizar las capacidades de organización,
planificación, ejecución y conducción.
METODOS DE EXTENSION
(#73)
Una presentación "en espiral"
Hemos distribuido esta presentación en una serie de preguntas: "Cómo...?". Pero, ¿en qué orden
ir tocando los múltiples aspectos a tratar? Nos hemos guiado por la realidad actual del programa y la
evolución propuesta [capítulo 3, especialmente #71].
a) En este momento AGUA necesita revisar ciertos elementos generales de su ubicación, su
conocimiento de la realidad, su programación, su relación con las comunidades (preguntas 1 a 4).
b) Esta revisión ha de llevar a adecuaciones en las actividades concretas de los proyectos tal como
han sido diseñados y tal como están trabajando en este momento en agricultura, ganadería,
sistemas de riego, etc. (preguntas 5 a 10).
c) Pero no se trata de limitarse a mejorar un poco la labor actual sino de ir preparando un real
trabajo de apoyo al desarrollo rural integral, fortaleciendo las organizaciones comunales y sus
capacidades y propiciando la planificación de un desarrollo rural integral de las microcuencas y
de la cuenca. Es decir volvemos progresivamente a aspectos cada vez más generales que
permitan plantear el problema de la reconversión AGUA y la continuidad/mejoramiento de lo
hecho (preguntas 11 a 15).
De esta manera, hemos partido de lo general actual (a) para tocar luego lo concreto actual (b) y
reconstruir finalmente las condiciones para lo general, volviendo así al punto de partida pero en una
perspectiva histórica (c).
Nuevos proyectos podrían recorrer a su vez todo el circuito de preguntas, enriquecidos por la
experiencia y por diseños que, desde el inicio, estén en función del desarrollo rural integral y del
campesinado.
Hasta la fecha AGUA ha estado empleando fundamentalmente tres tipos de criterios para escoger
y delimitar sus ámbitos de trabajo [capítulo 1]:
a) El primero y principal ha sido el riego entendido como "potencial" (recurso agua desperdiciado) y
"necesidad" (aumentar la producción agropecuaria) de construcción y/o mejoramiento de obras
pequeñas y medianas de irrigación. Es decir que AGUA ha priorizado ámbitos donde pudiese
realizar infraestructuras de irrigación y dar una asistencia técnica agropecuaria que conduzca a
un fuerte aumento de la producción y productividad, "rentabilizando" las obras.
El riego en sentido estricto y "funcional" determinó tanto el dónde hacer obras como el dónde dar
asistencia técnica (perímetro de riego).
b) El segundo criterio ha sido el de "cuenca". Se dió preferencia a las obras de irrigación ubicadas
en la cuenca alta del río Punabamba. Pero el manejo de este criterio de "ámbito de cuenca"
tampoco ha sido estricto: La prioridad acordada al criterio (a) llevó a preparar estudios para
irrigaciones sitas fuera de esta cuenca, con lo cual AGUA está a punto de entrar a un criterio más
"político-administrativo", el de "departamento". Es decir que implícitamente se está pasando de un
criterio basado en lo "geográfico-ecológico" a uno más "administrativo" y "sectorial".
c) Progresivamente, y por diversas razones a veces casuales y a veces más de fondo, AGUA ha
empleado un tercer criterio: la "necesidad campesina". Bajo el nombre de "autoayuda"(y un
pequeño presupuesto "complementario"), el programa ha comenzado a apoyar la realización de
micro-obras de irrigación que corresponden a iniciativas campesinas y a planes propios de
comunidades que vinieron a solicitar la colaboración de AGUA.
(#75)
Propuesta
El primer punto es definir claramente los criterios a emplear. En el caso de AGUA estos criterios
han sido poco claros desde el inicio y la evolución (y contradicciones en la evolución) del programa es
consecuencia de ello.
Un criterio no puede establecerse a base de aspectos puramente técnicos (el agua como
"recurso", la cuenca), ni administrativos (el "distrito de riego", el "departamento"), ni institucionales
(¿dónde emplear el presupuesto y demostrar "capacidad de gasto"?).
Un criterio debe elaborarse a base de los "objetivos", los de la institución (y su mención al
"desarrollo"), pero sobre todo los del "usuario" o más bien "actor principal" (el campesinado) y los de
las políticas nacionales (y no sólo "sectoriales").
Un segundo punto consiste en priorizar estos criterios. No todos pueden tener la misma
importancia. Más aún alguno puede tener que entrar en contradicción con otro de acuerdo a la
realidad concreta. Esta priorización debe hacerse con los mismos cuidados planteados para la
elaboración de criterios.
Un tercer punto es partir de los ámbitos necesarios para los objetivos (del "actor principal" y de
las políticas nacionales) y no de los ámbitos sectoriales e institucionales. Ello no significa que el
programa ha de trabajar siempre en todo el "ámbito de objetivo". Pero ha de tomarlo en cuenta para
delimitar sus propias áreas geográficas de trabajo y entender las interacciones que se irán dando
entre ambos para potenciar el primero.
Es decir que un ámbito de trabajo concreto AGUA debe delimitarse en función del "ámbito de
desarrollo".
Un cuarto punto es entonces el indispensable conocimiento de la realidad del ámbito (el de
"desarrollo" y el de acción institucional específica).
Estos cuatro puntos no son secuenciales. Es necesario conocer los objetivos y algo de la realidad
antes de elaborar y priorizar criterios. Teniendo los criterios se ha de profundizar en el conocimiento de
la realidad, lo cual puede llevar a cierta revisión de los criterios...
2. ¿Cómo conocer la realidad de esos ámbitos?
(#76)
Situación actual
Los proyectos comienzan casi siempre su trabajo por una etapa inicial de "diagnóstico" es decir
un análisis de la zona, sus características, sus recursos, sus problemas, a fin de determinar posibles
líneas de acción institucional.
A su vez, cada nueva "actividad" institucional realiza algún diagnóstico de la situación en su
campo.
Esa ha sido precisamente la práctica de AGUA. Comenzó por un "Diagnóstico general de la
cuenca alta del río Punabamba" (1978), que sirvió de base a los Estudios para cada proyecto. Cada
Unidad Operativa, y a veces cada "área", trató de completar con algunos diagnósticos parciales para
obtener la información que pensaba requerir (por ejemplo Sikuri). Ante la constatación de las
deficiencias en la información existente, la oficina central ha vuelto a hacer un Estudio Socio-
Económico de todos los ámbitos de trabajo de AGUA.
Tanto en AGUA como en la generalidad de "proyectos de desarrollo", tales diagnósticos y
estudios, si bien aportan algo de "datos", multiplican las deficiencias, de tal suerte que, una vez
terminados (si se terminan), se les aprovecha poco porque no son "operativos" para las necesidades
concretas del trabajo de campo [#17; "Mitos" 9, 25, 43, 49].
De todas las limitaciones existentes, una de las más graves para un trabajo en función de
"desarrollo" es la ausencia de conocimiento "operativo" sobre las interrelaciones entre los múltiples
elementos de la realidad.
Propuesta
(#77)
Estudio de interrelaciones
Las actuales insuficiencias en el conocimiento que AGUA tiene de la realidad campesina de sus
zonas no requieren lanzarse a nuevas grandes investigaciones que paralizarían o entorpecerían el
trabajo de esta nueva fase. En todo caso los cuestionamientos hechos a los diagnósticos y estudios
usuales habrían de ser tomados en cuenta en las labores de investigación para nuevos proyectos, a
fin de poder, desde el arranque, alcanzar un conocimiento real y operativo.
Pero los proyectos existentes de AGUA necesitan de todas maneras un mínimo acercamiento a
las interrelaciones de la realidad [#45, 51, 167; N°1].
Proponemos que los diferentes equipos (zonales, oficina central) reflexionen la figura 3 [capítulo
2] sobre los "principales elementos de la realidad del campesino en la cuenca alta del río Punabamba".
Se trata de comprenderlo, eventualmente de completarlo y mejorarlo, para, sobre esta base, debatir en
equipo las interrelaciones existentes entre estos elementos.
Se puede proceder viendo los elementos de a dos, por ejemplo agricultura de autoconsumo (2)
con agricultura comercial (3) o territorio comunal (8) con mercado de trabajo (13), y debatiendo cuáles
son las interrelaciones entre ellos. Luego se agrega un nuevo elemento a los dos anteriores, por
ejemplo ganadería (4) con agricultura (2 y 3), para ver las interrelaciones de conjunto y lo que la
ganadería modifica en las interrelaciones entre las dos agriculturas.
Finalmente se pueden revisar las interrelaciones del canal AGUA (1) con cada uno de los demás
elementos y con los conjuntos ya contemplados, a fin de detectar los potenciales del riego AGUA o las
interferencias negativas que pueda haber tenido y que necesiten ser corregidas. (Para un proyecto
nuevo se trataría de ver las interacciones e interferencias que provocarían cada tipo de alternativa de
diseño del sistema de riego.)
De esta manera, los equipos AGUA podrían socializar y ordenar la información de la cual ya
disponen sobre la realidad y detectar los vacíos que deben ser llenados para mejorar el trabajo.
Es decir que así se podrían hacer una sistematización del conocimiento actual y tener
orientaciones para la recolección de otras informaciones en la práctica diaria de trabajo.
{En el anexo N°1, se presenta un primer ejercicio de acercamiento a interrelaciones y a sus
posibles implicaciones en ejes de trabajo, actividades y otros que preparó F. Greslou para el debate
del equipo de Estudio en diciembre de 1987. El procedimiento era aún incipiente y los ejes, actividades
y otros eran simplemente indicativos para estimular la reflexión. Lo transcribimos porque puede servir
de aliciente a equipos de campo en su búsqueda del rol de las interrelaciones.}
(#78)
Ponerse a la escucha
(#79)
Fomentar la expresión
La segunda pista consiste en fomentar la expresión del campesino sobre su propio conocimiento
y manejo de las interrelaciones entre los elementos de su realidad [#194,195].
Entre muchas posibilidades, veamos dos.
Existen y seguirán existiendo reuniones en función de AGUA, de sus actividades (para debatir el
rediseño y/o gestión del sistema de riego AGUA, para ver lo que se hace con el "módulo", etc.). Con
una serie de técnicas y metodologías se puede fomentar que, en lugar de limitarse a "hacer pedidos" a
AGUA o a discutir sus "problemas con AGUA", los campesinos comiencen a debatir lo que les
conviene, a ponerse de acuerdo entre ellos. De esta manera aparecerán informaciones más
confiables sobre la realidad, criterios que emplea el campesino para priorizar, para decidir, etc.
Entre las técnicas posibles, señalemos las de "taller" (que podrían cambiar mucho la dinámica de
las "capacitaciones") y el "mapa parlante".
La otra alternativa (y probablemente la más importante) consiste en la elaboración conjunta de
todo tipo de materiales que se requieren en el trabajo de campo, es decir en compartir todo el proceso
para producirlos, desde la selección de los temas, el diseño de los formatos, la preparación de los
contenidos, la formulación de los mismos, etc. [ver "¿Cómo comunicarse con los campesinos?",
Horizonte, Lima 1986].
Esta metodología puede emplearse para todo tipo de materiales, desde un "padrón de regantes"
hasta un folleto técnico.
En esta labor compartida se comienzan a expresar con cada vez mayor nitidez y confianza los
conocimientos, criterios e intereses del campesino, ofreciendo así al técnico la oportunidad de
enriquecer su información.
(#80)
Registrar y procesar
(#82)
La cuestión de fondo es saber qué tipo de relación deben tener los ejes de trabajo institucional
con los ejes de desarrollo.
¿Basta con que una institución forme parte de un "sector" que a su vez está comprendido en el
"aparato estatal" global para que esté asegurada la relación? ¿Sólo se establece la relación a nivel
nacional para luego desglosarse en forma descendente hasta cada proyecto, cada "área" de
proyecto? ¿Acaso no se necesita una revisión y replanteamiento de acuerdo a cada realidad regional,
microrregional, local?
Pueden existir "ejes nacionales de desarrollo" pero, por un lado, estos significan un marco para la
definición de ejes en otros niveles y, por otro lado, la detección sucesiva de ejes locales,
microrregionales y regionales ha de servir para readecuar dichos ejes nacionales en función de una
realidad más concreta, mejor conocida.
Un proyecto que trabaja en un ámbito local determinado no puede por tanto limitarse a aplicar
mecánicamente los ejes de trabajo de su institución matriz. Tiene la obligación de revisarlos de
acuerdo a la realidad y a los ejes de desarrollo propios de la misma, a fin de replantear, en el nivel
micro, el mismo tipo de relación que debería existir a nivel nacional: ejes de trabajo en función (y al
servicio) de ejes de desarrollo.
Otro argumento en el mismo sentido. El Estado es un actor principal pero no único del desarrollo.
En la realidad rural andina, las organizaciones campesinas se convierten en actores decisivos,
prioritarios. Los ejes de desarrollo de cada zona deben por tanto ser formulados por y con el
campesinado local. Tomar los ejes "nacionales" como única referencia para determinar ejes de trabajo
institucional es una manera de seguir profundizando el divorcio o incomunicación entre un proyecto y
el campesinado encerrado en un simple papel de "cliente", "usuario" o "beneficiario" [#36, 37, 38, 233].
(#83)
Situación actual
Hasta ahora AGUA ha procedido con el enfoque clásico. Ha buscado en la realidad dónde y cómo
aplicar los "paquetes institucionales", dónde hacer sus pequeñas y medianas irrigaciones, dónde
impulsar una segunda campaña agrícola, dónde lanzar una ganadería técnicamente manejada, etc.
Más aún, como los "paquetes" agropecuarios están destinados a justificar y "rentabilizar" las
infraestructuras de riego, los "estudios" de factibilidad de los proyectos se dedicaron a colocar en
todas partes los mismos esquemas (los únicos susceptibles de asegurar una "recuperación de la
inversión") sin que a veces tengan nada que ver con la realidad concreta. ¿En cuántos proyectos se
ha podido siquiera iniciar los "paquetes" pecuarios planteados por los "estudios"?
La dura realidad (así como una mayor madurez de Desarrollo Agrícola por su contacto más
estrecho con el campesinado) ha llevado a evoluciones. La presión por la segunda campaña agrícola
sigue pero ya no tiene el carácter de solución universal de los inicios. Los modelos ganaderos han
sido simplemente olvidados en muchos proyectos. Desarrollo Agrícola ha ido readecuando sus ejes de
trabajo, con fórmulas que toman más en cuenta la realidad (en el caso de semillas por ejemplo).
Pero existe una seria limitación en la evolución vivida por AGUA. Se han hecho "adecuaciones"
de aquellos ejes de trabajo escogidos en el inicio y en forma a menudo arbitraria, pero no se ha
buscado suficientemente repensarlos y reestructurarlos en función de lo que serían ejes de desarrollo
de la cuenca, de cada microcuenca, de cada comunidad.
Propuesta
(#84)
De ejes AGUA a ejes comunales
En el caso de los proyectos actuales de AGUA, no se trata de empezar a "detectar ejes de trabajo
institucional" como si nada hubiese sucedido hasta ahora, comenzando con investigaciones.
Veamos un ejemplo. En la medida que la organización comunal (o una mayoría de familias) se
interese por el abastecimiento en semilla de la calidad ofrecida por AGUA y se preocupe en asegurar
su continuidad, puede pensarse que el actual eje de trabajo ha sido adecuado (no necesariamente la
metodología). Si la motivación es de sólo dos o tres familias, es probable que no lo haya sido.
Se trata entonces de partir de los ejes actuales y, gracias a una "estrategia de retirada" [#34, 35,
68] de AGUA en cuanto a la responsabilidad sobre obras y servicios, detectar cuáles corresponden a
los ejes de desarrollo priorizados por el campesinado local y cuáles no le interesan.
Por ahora los campesinos son simples "clientes" de los ejes de trabajo de AGUA. Pero algunos
de estos pueden convertirse en ejes de trabajo de la organización comunal porque correspondían a
ejes de desarrollo (implícitos o explícitos) o porque sirvieron para propiciarlos. En caso de que esto
suceda, el apoyo-acompañamiento al respectivo proceso comunal podría ser un nuevo "eje de trabajo
AGUA". En caso contrario, no serviría de nada seguir forzando actividades que no tienen ninguna
posibilidad de continuidad.
(#85)
Nuevos ejes AGUA
Asimismo, ciertas actividades actuales pueden ser propicias para el descubrimiento de nuevos
ejes de trabajo AGUA de acuerdo a los intereses (ejes de desarrollo) campesinos.
Partamos nuevamente de un ejemplo. El "módulo", aunque reciente, puede en algunas
comunidades constituir un ámbito relativamente natural de trabajo intensivo. Hasta ahora sólo AGUA
tiene una visión global de todo lo que se impulsa en el mismo. Comenzando un proceso de
planificación adelantada (y compartida entre campesinos y técnicos) de la campaña 88-89, las
propuestas, dudas y rechazos campesinos servirían para ir detectando sus ejes de desarrollo
implícitos o explícitos y tener así bases más sólidas para ver "ejes de trabajo AGUA".
Una propuesta de revisión de las fronteras del módulo, un pedido de apoyo (mejor aún, de
"experimentación", [#55, 138, 139]) en otro tipo de cultivo, una preocupación por las consecuencias de
una actividad sobre la alimentación del ganado, o sobre la utilización de la fuerza de trabajo familiar, o
sobre otros elementos, serían indicadores útiles para revisar, renovar o sustituir "ejes de trabajo
AGUA".
Toda práctica compartida entre campesinos y técnicos es un instrumento potencial para que
AGUA pueda detectar ejes de trabajo.
Hasta la fecha, existe poca priorización de ejes de trabajo en AGUA. Es decir que, sobre la base
de prioridades y acciones prácticamente pre-establecidas (en los "estudios" de factibilidad, en las
pautas institucionales, en las grandes líneas de la oficina central), los proyectos tratan de acomodarse
a la realidad, "olvidando" lo irrealizable, prefiriendo lo que "sabe hacer" su personal (agronomía,
trabajo con Clubes de Madres, charlas...). Cada uno se dedica a lo suyo y para cada uno lo suyo es
prioritario porque ha de demostrar eficiencia a la hora de la supervisión.
De ahí que la programación de acciones y actividades sea bastante "funcional": se trata de "hacer
funcionar" los "paquetes" o modelos existentes, o de encontrar algún nuevo modelo cuando se tiene
que resolver un aspecto determinado (por ejemplo, los tambos). Más que programar acciones y
actividades, se programa el activismo.
Propuesta
(#87)
¿Qué se programa?
Para programar acciones y actividades, se debe comenzar por ordenar y priorizar los ejes de
trabajo, y hacerlo de acuerdo a cada realidad concreta. La priorización depende de criterios claros y
del conocimiento de esta realidad [#75].
Las informaciones generales (diagnósticos clásicos) y el estudio de las interrelaciones [#77; N°1]
ya ofrecieron una primera idea de ejes de desarrollo y una lista de posibles ejes de trabajo. En el
conjunto de ejes detectados durante la reflexión sobre cada tipo de interrelación, muchos de ellos se
repiten o se pueden confundir en uno sólo. Conviene entonces ordenarlos y hacer una priorización.
Sobre la base de los objetivos del programa y de los ejes de trabajo detectados y priorizados para
la zona, se planifican estrategias, es decir que se define una suerte de pautas para ordenar las
acciones claves de tal suerte que permitan el logro de los objetivos, en función de los actores, los
recursos, los presupuestos y los plazos.
Teniendo ejes de trabajo ordenados y priorizados y estrategias para su realización, se programan
las acciones que convendría emprender y las actividades que las podrían componer, que las
plasmarían en la realidad.
(#88)
¿Quiénes programan?
En un proyecto clásico, es relativamente sencillo programar porque un solo actor está involucrado
en el proceso: la institución. En proyectos como los de AGUA en su nueva fase de retirada y apoyo-
acompañamiento al proceso campesino, la manera de programar debe ser reformulada.
La programación AGUA depende efectivamente de la programación propia de las organizaciones
comunales.
No se trata de plantear que las organizaciones comunales decidan los "ejes de trabajo AGUA" y
las "acciones y actividades AGUA". Para proyectos que se proponen estar "al servicio del
campesinado", la intervención comunal en este tipo de decisiones habría de revestir mucha
importancia. Pero, en el caso de AGUA, podríamos hablar de "concertación" entre campesinos y
programa.
Los campesinos cuentan con su propia planificación, aunque pocas veces sea explícita para
nosotros. Si AGUA pretende apoyar-acompañar el proceso campesino [#43, 44], ha de partir de la
programación de las organizaciones comunales para, a su vez, programar su propio apoyo. Es decir
que la programación campesina es un criterio de priorización de los ejes de trabajo del programa y de
orientación para las acciones y actividades a realizar.
Pero AGUA tampoco ha de seguir al pie de la letra todos los planteamientos campesinos. El
programa es sectorial (Agricultura) y específico (riego) y no puede apoyar todas las acciones
campesinas. Se trata entonces de negociar (concertar) con las organizaciones comunales en qué
aspectos interesa un apoyo de AGUA, en qué puede ser más útil, cuidando de no crear dependencias,
de no sustituir a la organización y así debilitarla.
(#89)
¿Cómo programar?
(#91)
Situación actual
Propuesta
(#92)
Propuesta de la política a seguir
(#93)
¿Cómo retirarse de la conducción del sistema?
AGUA ya tiene experiencias de un retiro progresivo de la conducción del sistema de riego y éstas
han brindado distintas alternativas [#91].
Pero ahora debe actuar de acuerdo a una política clara y común.
El primer paso podría consistir en reuniones con las organizaciones comunales para plantear y
debatir la política propuesta por AGUA.
Ello es difícil porque significa un cambio importante en el "discurso". Ese cambio puede chocar y
confundir. Por ello sería quizás necesario, antes de entrar a las asambleas comunales, comenzar por
una reunión con el conjunto de dirigentes de comunidades (y de Comités de Regantes cuando se trata
de comuneros) para debatir el punto con ellos y afinar la propuesta.
Esa misma reunión podría a su vez ser preparada con eventos previos en aquellas comunidades
que se habían negado a conformar Comités de Regantes, a fin de recoger y entender los argumentos
de los campesinos mismos.
Es decir que este primer paso tendría las siguientes etapas:
* reuniones en comunidades reacias a los Comités de Regantes en su formulación actual;
* reunión de dirigentes comunales para debatir y acordar una propuesta de política a seguir;
* asamblea general en cada comunidad para proponer y debatir lo que ésta quiere hacer, dejando
que la decisión sea tomada en una asamblea posterior, luego de un tiempo de maduración y de
reflexión en las organizaciones familiares.
Un segundo paso sería la modificación de ciertos compromisos asumidos hasta ahora por AGUA.
Por ejemplo en el apoyo a la construcción y equipamiento de locales de Comités de Regantes.
Un Comité o Comisión de Regantes, como simple "mesa de concertación", no requiere un local
especial. Puede funcionar en un local de la comunidad que tenga el turno en la presidencia, tal como
sucede para muchas actividades. (Más aún, esto podría disminuir conflictos como los del proyecto
Guachamarca donde se están organizando dos Comisiones porque ni Guachamarca acepta que
Chaquire sea la sede, ni Chaquire quiere que Guachamarca sea la sede.)
Existen compromisos adquiridos pero se les puede derivar a la organización comunal. Es decir
que los apoyos de AGUA sean formalmente reorientados hacia la organización comunal como tal: la
"entrega" de materiales, la inauguración y otras actividades se harían formalmente con la organización
comunal y no con el Comité de Regantes.
Un tercer paso habría de ser el anuncio de que AGUA retira de una vez todo apoyo material y
financiero al funcionamiento del sistema de riego: pago de tomeros, etc.
Haciendo este anuncio de inmediato, en época de lluvias donde la presión por agua es menor, se
deja tiempo para el proceso campesino de adaptación a la nueva situación.
El anuncio del retiro en el apoyo material y financiero debe completarse con la propuesta de que
AGUA estará todavía disponible (por un tiempo, ¿plazos del retiro definitivo?) para brindar asesoría
cuando se le solicite y estará dispuesto a contemplar y negociar los pedidos de apoyo en el
mejoramiento de partes de la infraestructura que le hagan las organizaciones comunales o los
Comités/Comisiones de Regantes.
El apoyo de AGUA en las primeras "concertaciones" entre comunidades y agricultores privados
puede ser importante en un primer tiempo, pero es fundamental que las transacciones comiencen sin
la intervención del programa para que la "herencia" de éste como "intermediario" no induzca la
adopción inmediata de fórmulas que ya no serían viables luego del retiro definitivo.
Un cuarto paso ha de ser la preparación y difusión de toda la información necesaria para los
futuros interlocutores:
- para las organizaciones comunales y los Comités/Comisiones de Regantes: la información sobre
los demás "usuarios" del sistema de riego en conjunto y sobre los servicios estatales normales y
permanentes (Dirección de Aguas, Distrito de Riego, etc.);
- para los servicios estatales normales y permanentes: la información sobre los distintos "usuarios",
su forma y racionalidad de gestión del agua, etc.
Propuesta
(#95)
¿Cómo retirarse de los servicios?
(#96)
¿Cuáles serían los planteamientos de retirada AGUA a someter a reuniones y asambleas?
Para la campaña agrícola 88-89, AGUA podría seguir brindando apoyo a través de sus propios
almacenes que servirían de depósito al servicio de las organizaciones comunales.
Pero estos almacenes-depósitos ya no harían tratos con campesinos individuales sino con las
organizaciones comunales mismas. Es decir que no habría venta ni préstamo a particulares sino a las
organizaciones.
Como lo de "organizaciones comunales" podría ser vago y prestarse a que un dirigente actúe por
iniciativa propia (y no pueda garantizar la "devolución" del préstamo) o con fines de reventa para
provecho personal, los tratos se harían sobre la base de acuerdos comunales en asambleas
generales.
La fórmula habría de ser engorrosa pero incentivaría las organizaciones a asumir su rol de
"gestión de necesidades comunales" y a hacer una programación en este sentido. Los pedidos
"olvidados" en las asambleas deberían así ser satisfechos en el "mercado", dando mayor oportunidad
de comparar las ventajas o desventajas del sistema de aprovisionamiento con almacenes "tipo
AGUA".
Al mismo tiempo, AGUA habría de avisar que tampoco asumirá en la campaña 88-89 la compra
de las semillas obtenidas, obligando así sus productores (o las organizaciones comunales de zonas
de mayor producción) a preocuparse de las posibilidades de venta antes de lanzarse al cultivo de
semillas. AGUA se limitaría a brindar información sobre comunidades donde hasta la fecha haya
habido mayor demanda de este tipo de semillas.
Para la campaña 89-90 y las siguientes, AGUA dejaría de prestar el servicio de almacén-depósito.
De esta manera, las comunidades tendrían una campaña (88-89) para experimentar o consolidar su
sistema comunal de gestión de insumos (préstamos o venta a los comuneros, u otras fórmulas). A
base de la experiencia, habrían de prepararse para determinar la conveniencia de seguir o no con el
sistema de aprovisionamiento comunal y por tanto de dotarse de infraestructura de almacenamiento y
de sistemas organizativos para las compras al por mayor, el transporte, la administración del almacén,
etc.
En caso de continuarse el sistema a cargo de organizaciones comunales o intercomunales,
AGUA entregaría sus stocks y eventualmente una partida de dinero como donación para una
capitalización inicial de los almacenes. Pero estas donaciones en ningún caso deberían ser
anunciadas de antemano a fin de evitar que los nuevos sistemas se creen artificialmente, con la única
intención de aprovechar tales donaciones.
(#97)
¿Cómo readecuar la asistencia técnica?
(#98)
Dinámica de equipo zonal y rol de oficina central
Ciertas condiciones institucionales son indispensables para que el personal de campo pueda
cumplir una labor de apoyo-acompañamiento a los procesos campesinos de apropiación, rediseño y
aprovechamiento de las "obras y servicios AGUA".
Ni los estudios ni los años de experiencia en instituciones estatales han preparado a los técnicos
a este tipo de labor [#165, 190]. Y los sistemas actuales de supervisión constituyen un freno al
respecto.
La oficina central ha de jugar entonces un rol clave, propiciando la revisión de los sistemas
internos de programación y evaluación para lograr una mayor descentralización y una mayor facultad
de adecuación a los ritmos e intereses de los procesos campesinos.
Al mismo tiempo dicha oficina central, asumiendo un papel de apoyo-acompañamiento a los
equipos zonales, ha de brindar informaciones de todo tipo y asesoría al personal de campo para que
éste esté a su vez en condiciones de cumplir con un apoyo-acompañamiento a las organizaciones
comunales [#173 a 177, 197].
Es indispensable que, a su vez, las Unidades Operativas entren a una dinámica de trabajo en
equipo [#165, 197; "Mitos" 45] para que el debate interno permita a cada uno orientarse mejor y que la
distribución de tareas pueda flexibilizarse de acuerdo a los requerimientos de los procesos
campesinos.
Es decir que todas las condiciones planteadas en el capítulo 6 sobre autoformación del personal
y especialmente en cuanto a reestructuración de Desarrollo Agrícola son indispensables para que
AGUA sea capaz de enfrentar este tipo de labor y de metodología.
(#99)
Apoyo como "contraparte" del "cargo" comunal respectivo
Actualmente el personal de AGUA interviene cómo, dónde y cuándo quiere en las comunidades, y
lo hace con quién le parece, a veces tratando con un dirigente, otras dirigiéndose a la asamblea, otras
trabajando directamente con un comunero o con un grupo de ellos ("comité" formal o informal de
"productores") ["Mitos" 44].
Es indispensable empezar a trabajar en función exclusiva de la organización comunal. Las
modalidades pueden ser diversas, de acuerdo a la dinámica de la propia organización.
Pero el ideal hacia el cual deberían tender los técnicos es que, al efectuarse una programación
comunal de las acciones a realizar y de los apoyos solicitados a AGUA, la propia asamblea general
instituya en su seno (cuando aún no existe, por ejemplo, el "juez de aguas" o el "alcalde de campo,
etc.) un "cargo" con todas las características que éste reviste: sistema de atribución del "cargo" que no
es necesariamente la "elección democrática" moderna; nombramiento de "ayudantes" del "cargo" (que
no es lo mismo que la elección de un "comité" porque tiende más bien a reforzar el sistema educativo
andino); etc. ["Mitos" 29, 30, 31].
En este caso, el técnico AGUA podría actuar como una suerte de "contraparte" del titular del
"cargo", acompañándolo, apoyándolo, asesorándolo, y no sustituyéndolo.
(#100)
Rescate y revaloración de conocimientos y prácticas propias
(#101)
Información sobre otras fuentes andinas
No sólo ha de contar el conocimiento del saber y las prácticas locales, o sea de las "zonas
AGUA". Lo que se encuentra en áreas de proyectos AGUA se articula con un saber andino más
amplio. Por el grado de desestructuración de la sociedad andina, los conocimientos locales suelen ser
ahora parciales e incompletos, sin que exista suficiente circulación y enriquecimiento mutuo entre
ellos.
Debe ser tarea del equipo de la oficina central buscar qué otras fuentes de saber andino sobre
obras, servicios, actividades y técnicas necesitan ser conocidas en las zonas del programa a fin de
alimentar a los equipos zonales con informaciones al respecto.
Nos hemos encontrado en AGUA con una impresionante falta de curiosidad al respecto. Un
ejemplo. Sin haber realizado una encuesta sistemática, hemos consultado a muchos técnicos de
Quinta y de las zonas si conocían los dos números de la revista "Allpanchis" dedicados a sistemas de
riego en los Andes. Solamente hemos encontrado dos personas que conocían cabalmente la
publicación y una que había leído un artículo que hace referencia a AGUA. La mayoría de los demás ni
siquiera sabían de la existencia de esas publicaciones.
Lo que habría de ser obligación insoslayable por parte de profesionales del desarrollo en los
Andes (dentro o fuera de AGUA) es aún más imperativo para "especialistas" encargados de
responsabilidades como las de AGUA, y especialmente de su oficina central.
Con mayor conocimiento de otras alternativas del saber andino, el personal de campo podría
brindar informaciones útiles para el proceso de apropiación, rediseño y aprovechamiento de las "obras
y servicios AGUA" en forma conveniente para los intereses de las organizaciones comunales.
Al aporte de informaciones en los debates, podrían entonces agregarse visitas y/o intercambios
entre campesinos de zonas afines a fin de profundizar los conocimientos en su contexto o a fin de
enriquecerse mutuamente.
(#102)
Información técnica moderna y "capacitación"
(#103)
Sistematización y devolución de los procesos campesinos
Dada la diversidad de situaciones existentes entre los proyectos AGUA, los procesos campesinos
de apropiación, rediseño y aprovechamiento de las "obras y servicios AGUA" han de ser variados y a
veces divergentes.
Otro aporte valioso que puede hacer el programa consiste entonces en ayudar a que la dinámica
de los diversos procesos sea conocida por todas las organizaciones comunales (por supuesto también
por todo el personal AGUA) a fin de que los tropiezos en algún lugar puedan servir a evitarlos en otros
o que las alternativas halladas por unos sean aprovechables por los demás.
Esto requiere un rediseño del sistema de monitoreo/evaluación a fin de recoger las informaciones
sobre los procesos y no limitarse a datos cuantitativamente medibles [capítulo 7].
Exige sobre todo un esfuerzo de sistematización de lo sucedido en cada proceso comunal, en
cada proyecto, en todas las áreas AGUA en general. Ciertos grados de sistematización podrían y
deberían ser iniciados en los propios equipos zonales (dentro de su proceso de autoformación, por
ejemplo). La oficina central habría luego de profundizarla, completarla y globalizarla [#180].
Es importante que los resultados de dicha sistematización no se queden (como sucede
generalmente) en manos de sus autores, ni siquiera del personal AGUA. Deben ser devueltos a las
propias organizaciones campesinas.
AGUA debe por tanto dotarse de recursos (humanos y materiales) para que la oficina central esté
en condición de hacer una devolución accesible (formatos, códigos, etc.) a los técnicos de campo por
un lado y a las organizaciones comunales por el otro. Se trata de un trabajo importante en el campo de
la comunicación que habría de completar y enriquecer toda la dinámica de apoyo-acompañamiento a
los procesos campesinos [#191].
(#104)
El punto de partida
(#105)
El punto de llegada
La situación actual de AGUA difiere en muchos aspectos del modelo original. Sin entrar a los
detalles, podría decirse que se ha pasado de la "sustitución" con "paquetes ideales" al "apoyo" basado
en un fuerte asistencialismo y en "paquetes adecuados", pero "adecuados" por AGUA lo que significa
que el programa se sigue manejando sobre la base de su punto de partida inicial y no tanto a partir de
la realidad campesina.
Así los "módulos de extensión" representan un avance sobre el modelo de irradiación a base de
"agricultores de enlace" y "parcelas demostrativas". Abarcan un número mayor de campesinos y no
sólo los de mejores recursos. Pero la evolución se debe en primer lugar a una preocupación
institucional de "rentabilizar" sus extensionistas evitándoles largos desplazamientos [#32]. En los
hechos, se sigue con el enfoque "demostrativo" y el módulo hasta puede acentuar el asistencialismo
por cuanto facilita que el técnico le traiga todo servido al campesino.
La "segunda campaña" agrícola ya no pretende ser la fórmula universal a ser aplicada en todas
las parcelas con riego. Pero los formularios de crédito a ser firmados por el campesino siguen
mencionando un compromiso de éste a hacer "segunda campaña" (aunque luego no se le insista
demasiado en que cumpla). Se carece de una visión clara sobre lo que representa este segundo
cultivo anual frente a otras posibilidades de ingresos, o en cuanto a la distribución de la fuerza de
trabajo familiar, al mejoramiento de producción en "materia seca" para la alimentación de la familia o
del ganado, a la erosión del potencial productivo del suelo, etc.
La producción de semillas de papa libres de virus se ha reorientado al máximo hacia variedades
nativas en lugar de querer imponer un monocultivo de las famosas variedades "mejoradas". Pero poco
se estudian el tipo de dependencia que se puede crear luego del retiro del "benefactor" AGUA, o lo
que significan a largo plazo el empobrecimiento de la diversidad genética que era base del sistema
agrícola, las interferencias sobre las redes de intercambio de semillas con comunidades de altura, etc.
Después del fracaso en Cusinay de los programas de inseminación artificial y organización de los
"usuarios" del sistema, ya no se insiste mucho en la introducción de razas mejoradas y la
preocupación se centra más bien en una mejor alimentación del ganado existente. Pero siempre se
trata fundamentalmente del ganado presente en el perímetro de riego y casi no se toca el impacto del
sistema de riego y de la segunda campaña sobre el ganado de altura, salvo la propuesta de
reemplazar los rastrojos de cosecha por parcelas regadas de forrajes cultivados...
Propuesta
(#106)
Planificación comunal
Para que AGUA pueda desempeñar una adecuada labor de apoyo al mejoramiento del riego, la
agricultura y la ganadería, necesita programar esos apoyos con la comunidad, a partir de la propia
programación comunal. Sin embargo no hay buena programación de acciones y actividades sin una
planificación previa.
Sucede que las comunidades de las zonas AGUA presentan en este sentido una gran diversidad
de situaciones y que son pocas las veces en que se pueda encontrar una verdadera planificación de
desarrollo.
En la mayoría de los casos tenemos más bien planificaciones de "resistencia" o supervivencia.
* Algunas comunidades recién están en formación (ex-cooperativas por ejemplo) y están más
preocupadas en planificar la consolidación de su existencia legal.
* Otras conocen fuertes procesos separatistas internos: comuneros que quieren "independizarse",
etc.; y la prioridad está en planificar la supervivencia de la territorialidad e institucionalidad
comunales.
* Una mayoría están enfrentadas al grave problema de la casi imposibilidad para sus miembros de
seguir subsistiendo como campesinos y la comunidad se limita entonces a planificar la
consolidación de lo existente y el aprovechamiento de posibles asistencialismos externos.
AGUA habrá de ayudar a fomentar "planificaciones para el desarrollo" [#125] pero ¿cómo hacer
hasta entonces? Se tiene que partir de las planificaciones actuales y de la instancia responsable de
tomar las decisiones, es decir la asamblea comunal. Ahí, implícita o explícitamente, se toman en
cuenta la o las planificaciones comunales y entonces la programación de AGUA podrá asentarse
sobre algo real, aún cuando no fuese todo lo deseable [#89].
(#107)
Las decisiones de la asamblea
(#108)
Programación con el "cargo"
Le corresponde al "cargo" (el titular, los consejeros comunales que éste tenga o se busque, los
"ayudantes" que tenga) ocuparse luego de la programación detallada de las acciones, actividades y
tareas, con los recursos (humanos, materiales y financieros) necesarios. El personal AGUA puede
llegar a ayudar en esa labor.
Conviene sin embargo que esta colaboración se dé progresivamente. Es decir que el "cargo"
habría de realizar una primera programación. Recién sobre esta base AGUA debería entrar a aportar
nuevos elementos que le parezcan útiles y a negociar o concertar los apoyos que el programa habría
eventualmente de brindar.
Ello es importante porque, sino, se corre el peligro de que la programación se haga en función de
AGUA, es decir de acuerdo a los lenguajes y "paquetes" modernos y a los "regalos" que se esperan
del programa [#89].
En una metodología de apoyo/acompañamiento, es importante aprender a saber cuando estar
presente y cuando estar ausente.
En cuanto a estos apoyos AGUA, sería útil distinguir claramente lo que podríamos llamar la
"asesoría" técnica y la "asistencia" técnica. La primera consiste esencialmente en conocimientos y
técnicas que pueden ser útiles en la realización de lo programado. La segunda puede incluir aportes
de tipo material (servicios, préstamos o donaciones).
Haciendo esta diferenciación sería más fácil llegar a discernir las reales motivaciones comunales,
especialmente el verdadero interés o desinterés por un aporte de "asesoría".
Sobre la base de esta programación del "cargo" (o de los "cargos" porque AGUA puede brindar
apoyos en varios ejes de trabajo que tengan cada uno su responsable comunal), el técnico podrá
hacer su propia programación, tomando en cuenta las necesidades expresadas por la organización y
las disponibilidades de tiempo y recursos de AGUA. La cosa puede llevar a una serie de
negociaciones sucesivas hasta ponerse de acuerdo.
De existir la posibilidad, sería útil que el técnico haga también el esfuerzo de formular las
programaciones de la propia organización en el lenguaje técnico moderno, a fin de facilitar un
seguimiento en el sistema de monitoreo-evaluación y así, gracias a una devolución adecuada, brindar
un apoyo a la comunidad en su evaluación y sistematización de lo que va haciendo [#103,209].
(#109)
Técnicas de apoyo a la programación
{Comencemos por recordar un principio ya varias veces señalado [#92,96]: los apoyos materiales
("asistencia" en servicios, préstamos o donaciones) son entregados a la autoridad comunal, es decir
que la directiva comunal es la que recibe, en presencia o con información de la asamblea comunal.}
Existen una serie de técnicas de "taller" que pueden en ciertos momentos ser útiles para facilitar
los procesos de programación, tanto en asamblea comunal como en el trabajo del "cargo" con sus
consejeros y "ayudantes". Las famosas "dinámicas de grupo", que pueden ser peligrosas cuando son
utilizadas sin criterio ["Mitos" 13], ofrecen una serie de alternativas. En todo caso vale la pena tomar en
cuenta algunos criterios planteados para autoformación [#194 a 196].
Para el mejoramiento de la programación (más aún de la planificación [#127]) puede ser también
útil fomentar a veces el encuentro de campesinos para intercambiar preocupaciones y experiencias.
La modalidad de "encuentro-taller" sería entonces conveniente (ver las experiencias de "encuentros"
de alpaqueros en la fase inicial del proyecto de apoyo de COTESU, o las reflexiones sobre "encuentro-
taller" de Chumbivilcas en "Ruralter" N°1, páginas 186 a 207).
A pesar de la bibliografía casi inexistente al respecto, convendría que el programa intente un
mayor acercamiento a la técnica del "mapa parlante". El ensayo realizado en el seminario de enero 88
puede haber servido de "aperitivo" en este sentido. La gran ventaja de esta técnica es que potencia al
máximo criterios como el fomento a la expresión de todos y la visualización [#194, 195] y permite al
técnico insertarse en una comunicación entre campesinos en lugar de las permanentes
"negociaciones" que se dan cuando el debate se hace sólo alrededor del técnico y de los apoyos del
programa.
Finalmente, señalemos también las "fichas tecnológicas" como las desarrolladas por el Proyecto
Andino de Tecnologías Campesinas, PRATEC (en enero 88 presentamos un ejemplo elaborado por el
equipo del Estudio sobre los "circos" de Puyo). Estas fichas pueden elaborarse rápidamente y luego
enriquecer grandemente el debate sobre las alternativas más convenientes.
(#110)
Realizaciones e investigaciones comunales
(#111)
Actividades de "socialización"
(#112)
Trabajo social y autoayuda
(#113)
Paralelismo
Propuesta
(#114)
Desde lo agropecuario hacia lo integral: el personal "social"
(#115)
Potenciar las capacidades propias de la comunidad
(#116)
Fomentar el aprovechamiento de otros apoyos externos
(#117)
Apoyar proyectos comunales de riego
(#118)
Clubes y Comités
Bajo la presión de las influencias clásicas en proyectos de desarrollo ["Mitos" 41] y por un
insuficiente conocimiento del rol de la mujer en la organización andina ["Mitos" 42], AGUA se preocupó
desde el inicio por crear u aprovechar Clubes de Madres y por ver la posibilidad de conformar Comités
de Jóvenes.
Es decir que consideró a mujeres y jóvenes como "problemáticas particulares" y trató de darles
"respuestas específicas" de acuerdo a la ideología moderna común de las "organizaciones
funcionales" ["Mitos" 4].
Más aún, los primeros Términos de Referencia para el presente Estudio pedían un "concepto
especial de la extensión rural para mujeres"; y cuando solicitaban "analizar las actividades de los
clubes de madres y jóvenes" y "elaborar propuestas para su integración", se trataba de su integración
en el "servicio de extensión rural".
No caricaturicemos demasiado. A diferencia de un sinnúmero de "proyectos de desarrollo" que
siguen esquemas divisionistas y tienen una visión simplista de "mujer=hogar", desde sus primeros
documentos AGUA planteaba tomar en cuenta el importante papel de las mujeres en las actividades
agropecuarias y su rol definitorio en los procesos de toma de decisiones.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. ¿Cómo lograr coherencia entre esa conciencia y las
metodologías de trabajo? En el mismo momento en que el Estudio Cusinay de 1980 señalaba la
ubicación especial de la mujer en la vida comunal, el "Manual para el Servicio de Extensión
Agrícola ..." de marzo 80 proponía un trabajo paralelo con mujeres campesinas que iba de la
"economía del hogar" hasta la "preparación para la Navidad".
(#119)
Evoluciones y limitaciones
Propuesta
(#120)
Nada fuera de la organización andina
Conviene comenzar por recalcar nuevamente el principio básico que inspira toda la concepción
de Extensión Rural Integral de este Estudio: el proceso de desarrollo requiere una "organización para
el desarrollo" y en las condiciones andinas actuales, ésta sigue siendo para el campesino la
"organización socio-territorial" [#36, 37; "Mitos" 4, 29, 34, 41, 42, 44].
Mujeres y jóvenes pertenecen a estas "organizaciones socio-territoriales". Son miembros de la
unidad básica, la organización familiar, y ésta es a su vez miembro de la organización comunal. Por
más que mujeres y jóvenes puedan enfrentar problemas específicos, en ningún caso debería ser el rol
de los apoyos externos el fomentar (y hasta obligar con los "alimentos por trabajo" por ejemplo) la
creación de organizaciones específicas. La problemática de mujeres y jóvenes debe ser resuelta
dentro de la organización andina.
Ello no significa que ésta no pueda evolucionar e introducir modificaciones en muchos de sus
criterios y actividades. En todo caso, eso habría de ser producto de una evolución propia, de una
voluntad, necesidad y posibilidad de llevar a cabo adecuaciones consideradas como convenientes por
la propia organización.
Todo cambio que resulte más de presiones externas que de una capacidad interna terminará
desestructurando la organización comunal y con ello, progresivamente, la organización familiar, tal
como sucede en la sociedad moderna. No solamente se perdería así el potencial andino de desarrollo
sino que es difícil pensar que con ello mejoraría realmente la situación de mujeres y jóvenes.
¿Acaso las mujeres y jóvenes abandonados y sin marco familiar y social de los barrios
marginales urbanos están en mejores condiciones que las mujeres y jóvenes de las comunidades
andinas?
(#121)
Necesidades de mujeres y jóvenes
(#122)
Alternativas para mujeres y jóvenes
(#123)
A manera de incentivo mencionamos algunos ejemplos posibles:
* Organizar reuniones o asambleas especiales sobre la problemática general de la gestión
comunal a fin de que los dirigentes puedan informar a mujeres y jóvenes y responder a sus
preguntas.
* Organizar sesiones especiales donde los dirigentes "capaciten" a mujeres y/o jóvenes sobre la
organicidad de una asamblea general, sobre los turnos, normas y modalidades de uso de la
palabra...
* Organizar sesiones especiales donde mujeres y/o jóvenes puedan "practicar" estos
conocimientos y habilidades (es lo que hacen a veces los Clubes de Madres o Comités de
Mujeres pero fuera de la programación comunal, como algo impuesto o simplemente tolerado, no
conducido por la organización).
* Fomentar la asistencia de mujeres y jóvenes en asambleas aún cuando no estén en ese
momento con "representación". Muchas mujeres y jóvenes ya lo hacen. Hasta los niños
pequeños están presentes y, con su ruido, entorpecen aparentemente una "asamblea normal".
(Un campesino que escuchaba una queja al respecto contestó alguna vez: "Sino, ¿cuándo van a
aprender a comportarse en asambleas? Aquí están aprendiendo".)
* Devolver a los "cargos" su carácter de "cargo familiar", es decir que lo desempeña tanto el varón
como la mujer o los hijos en ausencia del primero.
* Devolver a los "cargos" sus sistemas de ayudantes con su carácter de "carrera" progresiva en el
aprendizaje de lo comunal a través de responsabilidades sucesivas.
* Integrar en la programación comunal aquellas actividades hasta ahora propias de mujeres y/o
jóvenes (trabajo de terrenos comunales, producción artesanal comercial...) que sean compatibles
con un plan de desarrollo comunal, conservando los actuales dirigentes de estas actividades pero
convirtiéndolos en "cargo" atribuido a una organización familiar.
* Aprovechar actividades especiales de la programación comunal sobre rescate y aprovechamiento
de conocimientos y prácticas campesinas para valorar lo propio andino ante los ojos de los
jóvenes, valorando al mismo tiempo su capacidad de aportar en el debate elementos del saber
moderno.
* Etc.
Hemos visto primero cómo reprogramar el actual trabajo de AGUA para la nueva fase de acuerdo
a un nuevo enfoque de "ámbito", un mayor conocimiento de la realidad, y un reordenamiento de ejes
de trabajo [preguntas 1 a 4].
Luego hemos contemplado los criterios y procesos metodológicos para hacer un mejor trabajo en
esta nueva fase, retirándose AGUA de la responsabilidad de obras y servicios y acompañando su
reapropiación por las organizaciones comunales, adaptando las modalidades de apoyo a riego,
agricultura, ganadería y obras y servicios no-agropecuarios, replanteando toda la manera de trabajar
con mujeres y jóvenes [preguntas 5 a 10].
Pero ¿cómo podría hacer el programa para, dentro de esta nueva fase que ha de tener una
duración bastante corta, propiciar nuevas bases para un desarrollo rural integral en la cuenca alta del
río Punabamba? Consideremos la cuestión de la planificación de ese desarrollo, comenzando por el
plano comunal.
(#125)
Planificación comunal de desarrollo
AGUA desempeñará un rol positivo en las zonas en la medida en que su presencia sirva a
quienes más apoyo necesitan. Los demás, los de mayores recursos, pueden tener acceso a los
servicios normales y permanentes de extensionismo sin necesidad de un programa de la envergadura
de AGUA.
Quienes más necesitan son los "comuneros". Pero, en la realidad de las comunidades andinas,
un comunero pobre tiene individualmente pocas alternativas, salvo en la migración forzada (a
diferenciar de los procesos migratorios naturales de los Andes).
El trabajo de AGUA debe por tanto hacerse en función de "organizaciones para el desarrollo", es
decir las organizaciones comunales [#36, 37, 120; "Mitos" 44]. Es por ello fundamental que la labor de
AGUA se asiente sobre una planificación comunal de desarrollo.
Cabe aquí una acotación. Por más que todas las comunidades tengan su planificación (aunque
no sepamos descubrirla porque no se expresa con nuestras fórmulas sino en otra cultura), en una
mayoría de casos se trata de una planificación de la resistencia. Ante la carencia de alternativas serias
y los desengaños de siglos de promesas y exacciones de la sociedad moderna, las comunidades
andinas volcaron toda su capacidad en planificar su propia supervivencia y reproducción [#106].
AGUA puede jugar un papel positivo ayudando a las comunidades a planificar desarrollo. El riego
puede ser un potencial para el arranque de procesos endógenos de desarrollo comunal. El apoyo al
mejoramiento del riego, la agricultura y la ganadería puede servir para ayudar a una planificación
comunal (y progresivamente intercomunal) de su desarrollo.
No se trata de esperar que la comunidad plantee un plan formulado a nuestro estilo y de acuerdo
a nuestra racionalidad para recién ver qué se puede hacer en riego, agricultura y ganadería. Pero,
como apoyo externo, AGUA puede ser una suerte de catalizador para dinamizar comunidades y
posibilitarles el inicio o consolidación de un proceso de planificación de desarrollo comunal.
(#126)
Algunos criterios de planificación
Veamos algunos de los criterios que el personal AGUA ha de tomar en cuenta en su eventual
apoyo a procesos de planificación del desarrollo comunal y programación de las acciones y
actividades correspondientes.
* Los "problemas" o "restricciones" o "cuellos de botella" existen en función de estrategias y ejes
de desarrollo. Lo que es problema en una determinada estrategia puede ser un potencial en otra.
Por ejemplo. Un alto crecimiento demográfico puede ser limitante para determinada estrategia de
aprovechamiento del territorio y ser al contrario necesidad para otra.
No se trata entonces de incentivar listados de problemas a solucionar (la presencia AGUA
induciría a considerar "problemas" lo que suele ofrecer el Estado y no tiene la comunidad) sino de
ayudar a reflexionar los ejes de un posible desarrollo. Esto requiere que AGUA vaya logrando
cambiar su imagen de "mamadera eficiente" para convertirse en "interlocutor" del desarrollo
comunal.
* No se puede planificar "desarrollo" en un solo aspecto. Si bien AGUA no podrá apoyar
directamente todos los ejes comunales, debe ayudar a que, a pesar de su imagen "sectorial", se
puedan reflexionar las interrelaciones entre todos los elementos de la realidad [figura 3, capítulo
2]. En particular las interrelaciones entre perímetro de riego y las demás áreas del territorio
comunal.
* "Desarrollo" no debe ser interpretado como alcanzar tal o cual nivel de un supuesto modelo
universal e ideal. Significa "desarrollarse", o sea "valorar, extender y aprovechar todas las
posibilidades internas, guardando la armonía del conjunto" ["Mitos" 2, 24].
Es por ello fundamental que el proceso de planificación se asiente en las "posibilidades internas"
de las comunidades. Para ello el proceso de planificación debe comprender (no necesariamente
suceder a) un proceso de rescate y revaloración de lo propio, tanto lo de las comunidades locales
como lo que podríamos llamar lo "andino extenso", es decir lo propio de las culturas andinas en
conjunto [#100, 101, 166].
* La sociedad moderna ha creado una amplia gama de nuevas situaciones que transformaron la
realidad en la cual se insertan las comunidades y que condicionan el desarrollo comunal. Las
organizaciones comunales tienen un cierto dominio de esta realidad moderna, pero éste es
insuficiente.
AGUA puede jugar un papel importante de apoyo al proceso de planificación comunal aportando
información sobre lo moderno. Pero sobre lo moderno real y no lo moderno ideal.
¿De qué le serviría al campesino que se le hable de "precios estables" y "mercado funcional"
(como en el Marco Lógico) si eso no es más que la expresión de un deseo por ahora
inalcanzable?
(#127)
Proceso de planificación comunal
Un proceso está constituido por una serie de fases. Estas nunca son fijas: en unos casos tienen
determinada secuencia y en otras la misma cambia; a veces se tenían previstas de una manera y
luego se tienen que cambiar.
Señalamos sin embargo tres fases posibles que podrían servir de orientación para el personal
AGUA en su apoyo al proceso comunal de planificación.
La primera fase consiste en tomar la decisión de planificar. Por ejemplo intentar pasar de una
planificación para la resistencia y reproducción a una planificación para el desarrollo. Esta es una
propuesta que pueden hacer los dirigentes pero el debate y la decisión deben darse en asamblea
general.
Si el personal AGUA hubiese de jugar un papel en esta primera fase, podría ser de motivación e
información, pero cuidando de no presionar para la adopción de tal o cual eje de desarrollo.
La misma asamblea podría entonces designar responsables de profundizar las ideas y
orientaciones planteadas en conjunto. En la tradición andina, ésta sería tarea del Consejo de
Ancianos, "cargo" supremo al que llegan quienes han desempeñado todos los demás y han
completado el "curriculum" del "sistema educativo andino" ["Mitos" 31].
Los Consejos de Ancianos ya no existen en la mayoría de comunidades andinas, por lo menos de
manera formal. Debe sin embargo tratar de evitarse imponer nuevamente aquí el modelo moderno de
los "comités electos" y tratar de reforzar instancias como los anteriores Consejos. Los ex-presidentes
de la organización comunal podrían por ejemplo constituirse en una instancia de este tipo, la cual
tendría así un potencial de continuidad que ningún "comité" ha logrado jamás.
Quienes se preocupan ante la posibilidad de que queden excluidos aquellos elementos jóvenes y
dinámicos que suelen tener "ideas de progreso", no deben olvidar que, en el sistema andino de
"cargos", existen "ayudantes" que colaboran y realizan muchas de las tareas [#122]. De todas formas,
el rol de dicha instancia no sería, en ese momento, más que profundizar y elaborar propuestas a ser
nuevamente sometidas a la asamblea general.
Una segunda fase sería entonces el trabajo de la instancia responsabilizada (Consejo de
Ancianos o Consejo de ex-Presidentes...).
Ahí se plantea la posibilidad de un importante apoyo de AGUA como asesoría a la instancia,
aportando informaciones existentes, ayudando a buscar las necesarias, etc.
El personal AGUA podría intentar, por su cuenta, formular las propuestas en debate de acuerdo a
las pautas modernas de planificación. Pero es vital que esto quede para manejo interno de AGUA (a fin
de poder orientarse mejor en sus posibilidades de apoyo). La instancia comunal debe poder usar su
propio lenguaje (sistema de códigos) y racionalidad.
Si AGUA comunicara en ese momento su propia formulación, es posible que ésta sea adoptada
(por el prestigio del saber moderno y su lenguaje, para "dar gusto"), con lo cual, a la hora de la
devolución de las propuestas en asamblea general, sería imposible un debate en términos entendibles
por todos.
La tercera fase consistiría nuevamente en una asamblea general donde sean presentados y
debatidos los resultados del trabajo anterior.
Existen varias posibilidades.
Las propuestas pueden ser mejoradas y adoptadas, con lo cual la asamblea pasaría a "encargar"
la responsabilidad de programar las acciones y actividades necesarias (atribuyendo la tarea al "cargo"
respectivo o creando un "cargo" para un rubro que aparece nuevo).
Las propuestas pueden ser rechazadas o requerir mayores profundizaciones o modificaciones,
con lo cual se reempezaría el ciclo anterior.
La orientación que maneja AGUA hasta la fecha es estrictamente de riego, de perímetro de riego
y de incremento de la producción agropecuaria en ese perímetro de riego [#46].
En estos tres aspectos, la visión es peligrosamente reduccionista y por tanto contraria al
"desarrollo rural" proclamado en el objetivo principal hasta ahora adoptado por la institución:
* El riego puede ser factor de desarrollo, pero ni siquiera es uno de los más fundamentales.
Adquiere mayor importancia en la medida que se interrelaciona adecuadamente con los demás.
* El perímetro de riego es indudablemente un espacio privilegiado para el desarrollo rural. Pero
puede convertirse en impedimento para el mismo si se convierte en enclave.
* El incremento de la producción en el perímetro de riego requiere mayor consumo de insumos
para esa producción. Estos pueden provenir del "mercado" o del conjunto del territorio
campesino. Pero el primero no ofrece garantía de compensar costos de insumos con precios
adecuados de productos. El segundo puede quedar empobrecido y desestructurado por una
extracción indiscriminada hacia el perímetro de riego. El incremento de producción en el
perímetro de riego no puede por tanto en ningún caso considerarse como un fin en sí, ni aislado
del resto del territorio y la economía campesinas.
(#129)
Interrelaciones y potencial del riego
(#130)
Acondicionar territorios
Si partimos del concepto de "territorio" y sus dimensiones geográfica, social, económica, política,
cultural e ideológica ["Mitos" 35], una de las bases del proceso de desarrollo rural integral es
efectivamente su acondicionamiento de acuerdo a perspectivas y posibilidades de desarrollo, es decir
a estrategias y ejes de desarrollo del grupo social que ocupa ese territorio.
Acondicionar significa la realización de una serie de acciones orientadas a crear o mejorar
condiciones para el desarrollo de ese territorio. Estas acciones pueden ser de diversos tipos. A
manera de estímulo para la reflexión, señalemos algunas:
* Distribución de actividades económicas, sociales, culturales y otras en las cuales puedan irse
especializando determinadas zonas en función de las conveniencias del conjunto.
Por ejemplo creación de zonas a vocación forestal para provisión de madera, recreo, protección
de manantiales, etc.
* Distribución de la población en el territorio en función de las necesidades de ocupación,
protección y aprovechamiento del mismo y no sólo en función de "rentabilizar" servicios como
escuela, agua potable, luz eléctrica...
* Ubicación, tipo y calidad de los "servicios" en función de las necesidades de ocupación y
aprovechamiento de ese territorio.
* Construcción de infraestructuras para proteger, ampliar o transformar la disponibilidad, calidad y/o
cantidad de los recursos naturales.
Un sistema de riego puede ser un ejemplo de ello en la medida en que se concibe y realiza en
función del territorio y no solamente del simple aprovechamiento de una zona determinada en
detrimento de las otras.
* Construcción de infraestructuras para facilitar, reorientar o impedir la circulación (movilizaciones,
intercambios...) de recursos, bienes, productos, personas, etc.
Cualquier vía y/o medio de comunicación sería ejemplo de ello: camino, puente, sistema
telefónico...
* Etc.
(#131)
Criterios para el acondicionamiento del territorio
Ninguno de los miembros del equipo autor de este Estudio es especialista en un tema como el
"acondicionamiento territorial". Todo lo planteado en esta pregunta 12 responde en gran medida a la
reflexión sobre las prácticas andinas (precolombinas y actuales) que se hayan podido ir detectando.
Dentro de estas limitaciones, quisiéramos ir proponiendo algunos posibles criterios a tomar en
cuenta a la hora de impulsar una programación de lo que podría ser el acondicionamiento de los
territorios en los que se insertan las actuales "obras AGUA".
* El acondicionamiento de un territorio es un proceso, es decir que se va realizando por fases
sucesivas aunque no tengan obligatoriamente una secuencia rígida e imperativa.
* La gradualidad del proceso no solamente es válida en cuanto a que no se puede hacer todo a la
vez sino una cosa después de la otra. También es fundamental para determinar las
características de lo que se hace.
Es decir que no se trata de definir cómo habría de ser idealmente una infraestructura al "final" del
proceso (si puede existir un "final") y luego diseñar e implementar esa infraestructura de acuerdo
a dicho modelo "ideal".
El diseño de lo que se vaya a construir en un momento determinado debe estar acorde con los
recursos y capacidades existentes y realmente posibles.
* La gradualidad significa por tanto que en el proceso de acondicionamiento del territorio se
procede con realizaciones de complejidad progresiva. Es decir que el diseño, realización, gestión
y aprovechamiento responden a las condiciones y capacidades existentes en el momento y/o
previsibles y controlables en el corto plazo, cuidando al mismo tiempo de no destruir las
condiciones y capacidades que serían necesarias en el futuro, cuando sea factible y conveniente
"reemplazar" la obra actual por otra más compleja.
Por ejemplo. La formación de represas artificiales como fuente para el riego comenzó a menudo
con un simple dique de champas (terrones, tepes), de acuerdo a las posibilidades de una
comunidad o grupo interfamiliar. Luego éste fue reemplazado por otro de piedra y de altura
mayor, de acuerdo a posibilidades (fuerza de trabajo) y necesidades (tierras por regar)
intercomunales. Al aumentar el requerimiento de agua de riego, se procedió a rediseñar un dique
más alto con grandes bloques de roca (época incaica) o con insumos modernos (cemento y otro).
* La gradualidad del proceso y la diversidad de condiciones geográficas, sociales, económicas y
otras impide que se pueda pensar en un solo tipo de tecnología para el acondicionamiento de un
territorio.
Las características de la tecnología a emplear dependen de la "cultura tecnológica" existente y de
las capacidades y racionalidades de gestión de los ocupantes del territorio.
La tecnología no debe por tanto ser determinada por las posibilidades de un agente externo que
"interviene" en el territorio para luego retirarse sino por las características de los "actores
permanentes", tanto los ocupantes del territorio mismo como agentes externos (aparato estatal
normal por ejemplo) cuyo apoyo tenga una continuidad asegurada.
Es decir que un "proyecto especial" y transitorio (más aún cuando existe en gran medida a través
de apoyos financieros y asesorías técnicas del exterior) no debería determinar qué se debe hacer
y con qué tecnología sino simplemente apoyar en la toma de decisiones por los actores
permanentes y luego colaborar en la implementación de lo decidido.
Probablemente existan muchos otros criterios a tomar en cuenta pero estos nos parecen
fundamentales a base de la larga historia precolombina de acondicionamiento progresivo de territorios
y a base de las experiencias de muchos proyectos recientes de desarrollo.
(#132)
Apoyo AGUA para acondicionar territorios comunales
Mencionemos por lo menos dos de los elementos fundamentales que justifican un esfuerzo
especial en esta dirección con miras a un futuro desarrollo rural integral
Para no ser un simple insumo de crecimiento transitorio y llegar a factor de desarrollo, una
tecnología (con los conocimientos en los cuales se basa y las prácticas a las que da lugar) debe
corresponderse con la "cultura tecnológica" del grupo social que la aprovecha.
Recordemos no más tantas maquinarias agrícolas abandonadas en el campo sin poder ser
usadas por falta del entorno adecuado: diseños impropios a la realidad local, usuarios que no las
conocen bien, falta de personal con capacidad para mantenerlas o repararlas, ausencia de repuestos
o insumos para su uso continuado...
Recordemos también algunos de los múltiples problemas surgidos con el empleo de fertilizantes
químicos y pesticidas en las zonas andinas: dosis inadecuadas que provocan resultados contrarios a
los esperados; modalidades de conservación y uso que les hacen perder toda utilidad; intoxicación de
personas o animales por desconocimiento de normas básicas...
En todos estos casos suelen haber habido "proyectos de desarrollo" que incentivaron tales
innovaciones y que "capacitaron" a los campesinos. Pero sus "capacitaciones" sólo lograron brindar
"informaciones": la falta de correspondencia con la cultura local hizo que las "informaciones" aportadas
no se conviertan en "conocimientos" y "capacidades" y por tanto se olviden. Sólo quedó la "utilización
del objeto"... con resultados contrarios a los previstos.
Una "cultura tecnológica" no es estática, puede desarrollarse. Pero no puede "transferirse". Todo
desarrollo es procesal. Y "desarrollarse" no es "crecer" sino mejorar desde lo propio.
El segundo elemento fundamental es que la especificidad andina, en un continente que
permaneció aislado hasta hace apenas cinco siglos y protagonizó entonces un impresionante proceso
de desarrollo autónomo, llevó a la elaboración de una cultura tecnológica andina sumamente compleja
y apropiada al medio.
Existe por tanto un "capital andino" que es imprescindible conocer para construir un futuro
desarrollo rural integral de los Andes. Sólo la ceguera impuesta por el complejo de superioridad
occidental (que guió a los invasores españoles y a sus descendientes criollos y sigue orientando en
gran medida al sistema educativo oficial) impidió reconocerlo hasta ahora.
Las cosas están cambiando y en los últimos veinte años se han multiplicado los esfuerzos por
reconocer, rescatar y revalorar este "capital andino".
(#134)
Problemática de ese rescate y aprovechamiento
Para ese rescate del conocimiento y las prácticas campesinas andinas existen una serie de
dificultades por parte de los propios campesinos y por parte de los técnicos.
El campesinado andino ha quedado en gran medida desagregado en una sucesión de islotes con
limitadas relaciones entre sí. Por supuesto aún persisten sistemas de intercambios alrededor de ejes
comunes. Pero, especialmente en el contexto peruano (la situación es diferente en Bolivia y en
Ecuador por ejemplo), la articulación entre campesinos andinos suele darse con la intermediación de
grupos y conceptos de la sociedad moderna, tanto en lo político-gremial como en lo técnico-
económico ["Mitos": yapa].
La tecnología vive a través de un sistema de conocimientos, una "cultura tecnológica", y por tanto
un sistema ideológico-religioso con su gestión-reproducción ritual (todos los cuales se disimulan en lo
moderno bajo el seudónimo de "ciencia"). Por haber sido centro del poder estatal precolombino, los
Andes peruanos fueron sometidos a una mayor desestructuración y "extirpación de idolatrías" que sus
vecinos del sur-este y del norte, con lo cual los intercambios y articulaciones alrededor de lo andino
propio adquirieron un carácter marcadamente clandestino.
En cuanto a los técnicos, sus posibilidades de apoyo al rescate de conocimientos y prácticas
andinas se ven enfrentadas al problema de lo que John Earls llama la "incompatibilidad conceptual"
Occidente-Andes. Las categorías y criterios de ordenamiento del conocimiento son diferentes en
ambos mundos. El técnico moderno, cuando llega a percibir elementos tecnológicos andinos, se
encuentra desarmado para insertarlos en un sistema coherente de pensamiento y tiende por tanto a
reinterpretarlos de manera parcial, utilitaria y tergiversada en su propio universo mental, con lo cual
pierde la capacidad de entender y aprovechar las interrelaciones de este elemento con los demás.
Es lo que sucede por ejemplo con los sistemas andinos de clasificación de suelos. La cultura
andina tiene su propia visión. Los técnicos modernos que se interesan por ella suelen reducir los
términos encontrados a las categorías modernas del Sistema Universal de Clasificación de Suelos,
desperdiciando así la oportunidad de entender y enriquecer su propio conocimiento.
(#135)
Proceso de rescate y aprovechamiento
Dadas las dificultades mencionadas [#134], el proceso de rescate y aprovechamiento de
conocimientos y prácticas andinas habrá de contar con la colaboración de ambas partes: campesinos
y técnicos, a fin de que ambos complementen sus potenciales y en conjunto superen las trabas.
Nuestra propuesta (inspirada en el trabajo que viene realizando a nivel interandino el Proyecto
Andino de Tecnologías Campesinas, PRATEC) se basa entonces en aportes de campesinos y
técnicos.
El proceso comprende una serie de fases que son flexibles: pueden invertirse, pueden "olvidarse"
algunas, pueden requerirse otras.
Una primera fase corresponde a la toma de decisiones: ¿qué rescatar y por parte de quién? La
decisión ha de corresponder a la organización comunal (o intercomunal) pero el técnico puede aportar
informaciones útiles, tanto sobre elementos que haya podido detectar y que le parezcan útiles de
revalorar, como sobre procesos y temas de rescate que se estén dando en otras partes y que, al
relacionarse la comunidad con ellos, permitirían mayores posibilidades de intercambio, comparación y
por tanto revaloración y aprovechamiento.
La organización debe también designar sus responsables. La actividad de rescate puede
comenzar como algo puntual y específico, siendo asignada a una persona o grupito de personas. Si se
va convirtiendo en un eje de trabajo estable, podría entonces ameritar la creación de un "cargo". El
técnico podría intervenir como apoyo o "contraparte" de esa persona o ese "cargo".
La segunda fase podría ser la observación y explicitación de la práctica a rescatar. Ello tiene
importancia tanto para el campesino como para el técnico. Es fácil entender eso para el técnico:
tratándose de una práctica andina, él necesita aguzar sus sentidos para ser capaz de ver, sentir,
escuchar lo que antes había mirado sin ver. Para el campesino, como el rescate ha de desembocar
sobre una "socialización", un "compartir", se encuentra obligado a explicitar una serie de elementos,
hasta ahora culturalmente implícitos, para poder "expresarlos". Y toda "expresión" puede convertirse
en fuente de "autoformación" [#194].
Podría haber una tercera fase de "validación primaria", es decir un momento en el cual el
campesino vaya confrontando la práctica tal como la maneja personalmente con la experiencia propia
de otros campesinos cercanos a fin de enriquecer su conocimiento comprobando similitudes y
diferencias. El técnico puede apoyar brindando información (y a veces medios logísticos) para una
confrontación en comunidades vecinas.
Luego intervendría una cuarta fase de elaboración del conocimiento rescatado para su
presentación en asamblea, o sea su socialización comunal. Ello requiere adoptar criterios de
ordenamiento y códigos de lenguaje para la presentación. Pueden haber por lo menos dos
modalidades.
En la primera, el campesino y el técnico trabajan juntos, compartiendo el esfuerzo, con aportes
del técnico en cuanto a algunos criterios de ordenamiento y a habilidades de visualización (escritura,
dibujo) y aportes del campesino en cuanto a criterios de ordenamiento, contenidos del tema y ciertos
códigos de expresión.
En la segunda, campesino y técnico elaboran cada uno por su cuenta una presentación. El
técnico podría aprovechar el sistema de la "ficha tecnológica". El campesino la que mejor le parezca
de acuerdo a su tradición cultural y sus habilidades personales.
Una quinta fase podría ser un intento de formalización del conocimiento o práctica rescatada. Es
decir que, sobre la base de la primera propuesta elaborada por campesino y/o técnico, el tema sea
debatido, enriquecido, pulido, en la asamblea comunal por ejemplo pero también en un encuentro
previo o posterior con "especialistas campesinos" de otras comunidades.
Una sexta fase consisitiría en la revaloración y aprovechamiento del conocimiento o práctica
rescatada. Hasta ese momento, la preocupación principal ha sido reconocer y ordenar lo que existe. A
partir de esta fase, se trataría de analizar el "valor" que tiene (en diversos ámbitos: familiar, comunal,
intercomunal, etc.) y propiciar un mejor y más amplio aprovechamiento de lo que se considera útil para
las estrategias campesinas de resistencia o de desarrollo.
Un ámbito de revaloración-aprovechamiento ha de ser la comunidad como tal. Ahí tenemos
múltiples alternativas. La asamblea comunal puede adoptar decisiones relativas a incluir esa práctica o
conocimiento de manera más sistemática en su sistema educativo propio, en sus acciones comunales,
etc. Grupos interfamiliares (ayni y otros) pueden hacer lo propio. Pero también se podría aprovechar lo
rescatado para comenzar a mejorar la interrelación entre sistema educativo oficial y sistema educativo
andino, es decir que la escuela local podría aprovechar los "productos" ("fichas tecnológicas" por
ejemplo) para incluirlos como material de trabajo en ciertas materias, o bien podría colaborar en la
elaboración de una versión de estos "productos", desarrollando así conocimientos y capacidades de
los alumnos (una materia, el dibujo, la caligrafía...).
En el ámbito intercomunal, los "productos" del rescate comunal serían socializados de múltiples
maneras: en organizaciones intercomunales, en los mercados, en las ferias, en exposiciones, a través
de visitas o intercambios, dentro del sistema escolar oficial del distrito o de la provincia...
La revaloración-aprovechamiento habría de extenderse aún más, para difusión y para
intercambio, accediendo a programas campesinos de ciertas emisoras radiales, relacionándose con
redes interinstitucionales o intergremiales interesadas en este tipo de labor...
AGUA podría contribuir en los ámbitos intercomunal y extenso, facilitando contactos iniciales,
pero cuidando de no crear sistemas o redes de interrelación que dependan de AGUA como tal y que
mueran por tanto al retirarse el programa.
En el "extensionismo" clásico de los "proyectos de desarrollo", hemos visto que las acciones de
intencionalidad educativa son fundamentales, llámense "capacitación", "transferencia de tecnologías"
o como sea. Si bien los resultados no suelen responder a las expectativas, la intencionalidad está y el
extensionista es básicamente un "educador" o "deseducador".
Un planteamiento campesino de "extensión comunal" debe por tanto partir también del
componente educativo.
No se requiere empezar a elucubrar grandes modelos que pudiesen aportar la dimensión
educativa adecuada a una "extensión comunal". Ya existe un "sistema educativo andino" ["Mitos" 31].
Solamente se necesita colaborar en un rescate y revaloración de dicho sistema y, en la medida de lo
posible, propiciar una articulación coherente y fructífera con el sistema educativo oficial a fin de que,
en lugar de contradecirse y de destruir o desaprovechar cada uno lo que aporta el otro, traten de
complementarse.
En todo caso, es preciso comprender la dinámica de autoformación en la cual se sustenta el
sistema educativo andino. Con un aprendizaje (familiar, interfamiliar y comunal) que se articula
alrededor de una sucesión de responsabilidades (con el sistema de "cargos" en el ámbito comunal),
los campesinos adquieren en cada etapa de este "curriculum" los conocimientos, habilidades y
actitudes que el propio sistema educativo oficial reconoce como componentes esenciales de la
educación. Lo hacen desde una práctica propia y no como receptores pasivos y disciplinados de un
saber inmanente "dictado" por los profesores.
Por lo tanto, en nuestra propuesta de apoyo al sistema educativo andino, buscamos mantener
una coherencia imprescindible con los planteamientos de la propuesta de "formación de personal" del
capítulo 6.
(#137)
El apoyo AGUA
Si los campesinos tienen su propio sistema educativo, ¿tiene AGUA algo que hacer? Sí, porque
su acción o su simple presencia siempre tienen un impacto, sea de refuerzo, sea de desestructuración
del mismo, es decir una influencia de educación o deseducación.
Se trata por tanto de aprender a trabajar de acuerdo al sistema andino y para ello habrá que
pasar por un proceso de readecuación a fin de superar tanto las propias costumbres adquiridas de
"técnicos que saben" como las propias demandas de los campesinos, condicionados por decenios de
"extensionismo" clásico.
Es probable que, en muchos casos, los campesinos pidan efectivamente al técnico sus charlas
de siempre. En la nueva fase del programa, el personal AGUA ha de cuidarse de evitar ello.
¿Se decidió hacer una demostración de métodos sobre riego de parcelas, pensando que el
técnico se haga cargo? Este debería reunirse con el "cargo" y con él empezar a revisar qué interesa
tocar, en qué aspectos conviene insistir, qué tareas técnicas habría que realizar. Debería propiciar que
un máximo de estas labores sean hechas por el propio "cargo" (titular, "ayudantes", consejeros...).
Es decir que, cuando existe una demanda clásica de "capacitaciones" por el técnico, habría que
comenzar por "compartir" la actividad con el "cargo", hasta llegar a que éste termine progresivamente
siendo el protagonista principal, con "asesoramiento" del técnico.
Días de campo, charlas técnicas, demostración de métodos, demostración de resultados,
cursillos,etc., todas las prácticas de "capacitación" son sujeto a ser apropiadas, rediseñadas y
aprovechadas por la organización en la medida que le convengan.
Esta modalidad de trabajo permitiría al mismo tiempo evitar que en tales actividades sólo se hable
del saber moderno: una programación, preparación, elaboración y conducción por o con el "cargo"
facilitaría el incluir los elementos modernos y andinos y fomentar así un debate sobre los mismos y así
un enriquecimiento de los conocimientos y prácticas campesinas.
En conclusión, AGUA puede tener un aporte sustancial para enriquecer el mismo sistema
educativo andino. Facilitando una apropiación, rediseño y aprovechamiento de algunas técnicas del
"extensionismo" que sean compatibles con dicho sistema. Alimentándolo con informaciones y
prácticas del saber moderno, para que los campesinos puedan aprovechar aquello que les conviene y
que signifique "desarrollo desde lo propio" en lugar de imposición de "paquetes" o "sustitución".
(#138)
El marco de la investigación campesina
A diferencia de lo que creen muchos técnicos para quienes el campesino es un tradicionalista que
se limita a repetir siempre las mismas decisiones, las mismas prácticas, las mismas estrategias, éste
se pasa la vida investigando, ensayando, buscando alternativas.
Basta ver la multiplicación y permanente variación de las estrategias de migración empleadas por
los campesinos andinos para superar las limitaciones que la realidad moderna ha impuesto a su
sistema económico ancestral y tradicional.
En lo agropecuario sucede lo mismo. Resulta que nosotros somos incapaces de darnos cuenta,
porque no corresponde a nuestros esquemas.
Resulta también que la investigación y planificación de alternativas no se dan en abstracto, por
parte de individuos aislados.
En la sociedad precolombina, el Estado tenía un rol principal en la planificación y en la
investigación de alternativas globales. Las organizaciones locales, los ayllus, tenían otro rol
complementario de planificación e investigación en su propio ámbito y dentro del marco general ya
establecido. Mientras cada organización familiar tenía a su vez la planificación y programación de su
propia estrategia de trabajo y reproducción y sus investigaciones particulares, dentro del marco
definido en lo comunal y lo estatal.
En la sociedad actual, el Estado no tiene capacidad de planificación (su "saber" es insuficiente y
sesgado por lo moderno; su "saber hacer" es también insuficiente y sesgado; y sobre todo carece de
"poder" para llevarlo a la práctica). A su vez, las organizaciones comunales han sido progresivamente
desestructuradas y las modalidades de "organicidad legal" implantadas en los últimos decenios
contribuyen grandemente a ello: la "comunidad campesina" fue instituida como institución de
representación político-administrativa, mientras se encargaban las demás dimensiones de la realidad
a "organizaciones funcionales". El comunero quedó entonces bastante desamparado y su capacidad
de investigación de alternativas se redujo notoriamente.
(#139)
El potencial de la investigación campesina y el rol AGUA
(#140)
"Extensión comunal", apoyos externos y rol de AGUA
AGUA no es el único en intervenir en la cuenca alta del río Punabamba. Tampoco es la única
fuente posible y necesaria de "apoyo externo" al proceso campesino de desarrollo rural andino.
Pero las propuestas hechas en este Estudio no son compartidas por muchos de estos otros
"apoyos externos", tanto estatales como privados. Muchos coincidirán en varias de las concepciones.
Pero el lastre de las prácticas clásicas lleva a desencuentros en la metodología, en el accionar diario
de campo. Muchos tienen prácticas cotidianas que podríamos calificar como cercanas a lo que sería
un "apoyo externo" como "contraparte" del campesino, pero solamente en aspectos parciales o como
producto de una larga experiencia personal, no compartida ni conceptualizada por sus instituciones.
Existe entonces un grave problema de compatibilidad entre la acción de AGUA y la de otros
interlocutores del campesino. Esto es tema del capítulo 8.
Digamos simplemente aquí que, más allá de posibles convenios, acuerdos o contratos
interinstitucionales o interproyectos, la clave de una armonización de todos los "apoyos externos" está
en la propia capacidad de la organización (comunal, intercomunal u otra) de controlarlos.
AGUA puede desempeñar un papel importante en este sentido, ayudando la organización
campesina a desarrollar semejante capacidad.
Para ello convendría, con la comunidad:
* evaluar y sistematizar la experiencia de las relaciones AGUA-comunidad hasta ahora;
* reflexionar las propuestas que hacemos en este Estudio;
* elaborar criterios comunales para sus relaciones con el exterior;
* entrar a un proceso de autoformación para desarrollar dicha capacidad (en su triple dimensión de
"saber", "saber-hacer" y "poder").
No se requiere llegar ahorita a la comunidad y plantear este punto como un eje de trabajo. Puede
ser algo que se vaya dando progresivamente a lo largo del actual proceso de "retirada" de AGUA.
Eventualmente desembocará, entonces sí, en un eje de trabajo de la comunidad.
(#142)
Concertación para el manejo de recursos
Como proceso, la planificación arriba mencionada [#141], no debería empezar desde lo más
ambicioso sino desde lo más concreto.
Actualmente [#90 a 93], AGUA se ve en la necesidad de propiciar la concertación para sus
sistemas de riego, es decir el manejo de una infraestructura de uso de una parte de un recurso (agua).
Esto puede ser base para plantearse progresivamente la concertación y/o gestión en el manejo
global del recurso agua en el territorio comunal o en una organización intercomunal, la concertación
para su manejo en el ámbito de una micro-cuenca, en el espacio de la cuenca alta del río Punabamba.
Pero el proceso no ha de darse siempre alrededor del recurso agua.
Es posible que, antes de pasar de un manejo comunal del agua a un manejo intercomunal de la
misma, se dé la oportunidad para que la gestión de la primera comunidad se desarrolle alrededor de
otros recursos (pastos, minerales...).
Es posible que el intento de concertación para el manejo del agua en una microcuenca no tenga
mucho éxito inicial pero sirva de oportunidad para debatir, concertar e implementar un reordenamiento
en el manejo de bienes, productos o fuerza de trabajo en esta misma microcuenca.
Digamos que los conceptos y metodologías de transacción y concertación para el manejo del
agua pueden ser catalizadores de procesos cada vez más amplios de concertación y planificación con
vistas a un desarrollo rural integral en ámbitos cada vez mayores.
(#143)
La reconversión de AGUA
AGUA como tal tiene una serie de limitaciones para acompañar adecuadamente el proceso
campesino de planificación de un desarrollo rural integral. Más allá de todo lo planteado en el capítulo
1 [#17 a 28], señalemos por lo menos dos principales:
* El marco institucional.
AGUA es un programa específico, dentro de un Proyecto Especial, dentro de un "brazo
especializado" del sector agricultura (MAA). Como tal debe "cumplir metas" precisas (sistemas de
riego y "desarrollo agrícola") y adecuarse a normas administrativas bastante rígidas en cuanto a
modalidades de programación y ejecución, criterios de evaluación, etc.
* La herencia institucional.
AGUA ya tiene una imagen determinada ante el campesinado. Si bien ésta tiene muchos
aspectos positivos que habría que aprovechar en una "reconversión" (mística, eficiencia...),
acumula también los lastres ("mamadera", "riego AGUA" y perímetro de riego como "cárcel"...).
Estos elementos podrían dificultar o alargar mucho el establecimiento de una relación adecuada
de apoyo-acompañamiento.
Entonces, partimos del principio básico que AGUA tiene potencial para desempeñar el nuevo
papel pero ¿conviene que lo haga en el marco actual?
¿Cuáles serían las alternativas? La lista podría ser grande, con múltiples matices. Hemos
preferido centrarnos en dos opciones principales, que hemos llamado la "alternativa A" y la "alternativa
B".
(#144)
La alternativa A
(#145)
La alternativa B
En caso que el esfuerzo acelerado requerido por la alternativa A no fuese posible ni aconsejable
pero que los planteamientos del presente Estudio fuesen considerados útiles y coherentes con las
intenciones de AGUA y sus mentores, quedaría la alternativa B.
Se trataría de los siguientes puntos:
* Rápida retirada de AGUA de los proyectos con obras terminadas y culminación de los obras
hasta ahora incompletas, a fin de retirarse de su conducción.
* Retirada más progresiva de las actividades de asesoría y asistencia técnica, con ritmos
diferenciados según la realidad de los proyectos, a fin de acompañar los procesos de
apropiación, rediseño y aprovechamiento de acuerdo al potencial de las respectivas
organizaciones comunales.
* Inicio por el actual personal de AGUA del apoyo-acompañamiento a los procesos metodológicos
señalados en las preguntas 8 a 14 de este capítulo.
* Priorización al desarrollo de la capacidad de control-aprovechamiento de apoyos externos por
parte de las organizaciones comunales a fin de que, en el momento de la retirada final de AGUA,
éstas puedan seguir dando continuidad a lo iniciado.
En este caso el cronograma podría ser el siguiente (con la necesidad por supuesto de todos los
ajustes requeridos por la realidad concreta de cada proyecto):
* Hasta junio de 1988, programación comunal de lo que se vaya a hacer en la campaña 88-89 con
todos los "servicios y obras AGUA".
* Hasta fines de 1988: retirada total de la conducción de todos los sistemas de riego con obras
terminadas.
* Hasta junio de 1989: retirada total de la conducción de los "servicios AGUA"
* Hasta fines de 1989: retirada total de la conducción de las obras de los actuales "proyectos
AGUA" cuyas obras no estaban aún terminadas a principios de 1988.
* En 1990: pequeño equipo interdisciplinario AGUA (tres o cuatro personas) para seguir ofreciendo
algún acompañamiento (desde Quinta y en cualquiera de los "proyectos actuales") a
organizaciones comunales cuyos procesos internos así lo requieran y donde no existan
posibilidades de este tipo de acompañamiento por parte de otros "apoyos externos".
* A fines de 1990: retirada total y definida de AGUA de sus zonas actuales y eventual continuidad
del proceso por las instituciones normales y permanentes del aparato estatal y privado o por el
mencionado Programa de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Punabamba.
Capitulo 5
PLANES DE OPERACION
A. Consideraciones previas
Limitaciones del presente cap¡tulo (#146)
El punto de partida (#147)
Las alternativas
Alternativa A (#148)
Alternativa B (#149)
1. Cusinay
Elementos del contexto (#150)
Plan Operativo para alternativa A (#151)
Plan Operativo para alternativa B (#152)
3. Guachamarca
Elementos del contexto (#156)
Plan Operativo para alternativa A (#157)
Plan Operativo para alternativa B (#158)
A. Consideraciones previas
(#146)
Limitaciones del presente capítulo
Un equipo externo como el encargado del presente Estudio difícilmente puede elaborar o
proponer "planes de operación" para los diversos proyectos o sub-proyectos de AGUA. Por naturaleza
un Plan de Operación debe responder a una dinámica local y ser planteado por los propios actores
locales (con apoyos centrales o externos) a fin de tomar en cuenta los condicionantes y potenciales
existentes y a fin de facilitar una implementación más coherente, lúcida y crítica.
Un Plan de Operación es fundamentalmente una referencia; puede y debe ser reajustado de
acuerdo a la dinámica del proceso local de desarrollo. Si los actores no han compartido su
elaboración, es dudoso que puedan luego realizar las adaptaciones o transformaciones necesarias.
Por otra parte, un Plan de Operación debería sustentarse en un estrecho conocimiento de la
realidad y de las interrelaciones de conjunto y de detalle entre todos los elementos de esa realidad. En
el caso de AGUA, se carece aún de conocimiento amplio y preciso de la realidad en todas sus
interrelaciones. El equipo del Estudio sobre Extensión Rural hubiese tenido que hacer un Diagnóstico
o Estudio Socio-Económico, conforme al enfoque planteado, como paso previo a una propuesta de
Planes de Operación, lo cual evidentemente superaba largamente los alcances del trabajo solicitado.
Por todas estas razones, lo señalado en este capítulo es simplemente indicativo: ejes, actividades
y acciones son ideas destinadas a estimular al propio personal de AGUA a la hora de elaborar él
mismo los Planes de Operación de sus proyectos o sub-proyectos. Lo preparado por el equipo de
Estudio no debe ser considerado como otra cosa que una suerte de "ejercicio".
(#147)
El punto de partida
Las alternativas
Varias podrían ser las estrategias de retirada, pero, tomando en cuenta la situación actual,
nuestra propuesta se limita a dos [#143 a 145]:
(#148)
Alternativa A
AGUA como tal se da un año (hasta mayo 89) para retirarse de los proyectos con obras
terminadas. De allí nacen dos programas distintos, incluso dos instituciones:
* Uno, tipo AGUA actual, sigue con la ejecución de proyectos nuevos, tanto en la cuenca alta del río
Punabamba como en otras zonas del Departamento de Quinta.
* Otro programa apoya un desarrollo integral de la cuenca alta del río Punabamba a partir de las
obras existentes. Es probable que, para su implementación, se deba escoger una instancia
estatal más afín con los propósitos de este tipo de programa: CORDE, Microrregiones, Región...
Este nuevo programa podría asumir él mismo la ejecución de grandes obras pendientes en la
cuenca; o bien confiarlas al programa tipo AGUA, guardándose solamente la ejecución de obras
de "autoayuda".
Esta alternativa plantea entonces dos momentos sucesivos:
+ un año para "cerrar" el actual AGUA;
+ varios años (¿4, 5, 6?) para lanzar y ejecutar los dos programas que puedan estar a cargo de
instituciones distintas: uno del tipo AGUA actual y otro de apoyo al desarrollo de la cuenca alta del
río Punabamba.
Esto implica que, durante el año previsto para el retiro de AGUA, es preciso cortar (o por lo
menos tratar de limitar al máximo) los apoyos a infraestructuras y las actividades de extensión rural a
fin de dar la prioridad a dos ejes principales:
+ Observar y analizar la evolución de las intervenciones anteriores de AGUA. ¿Qué pasa con todo
lo hecho por AGUA en años anteriores?
+ Detectar ejes de desarrollo comunal y ejes de desarrollo integral de la cuenca. Ambos (que se
sustentan en la programación campesina) deben servir de referencia para elaborar el nuevo
programa [#144].
(#149)
Alternativa B
AGUA prolonga su permanencia en la cuenca alta del Río Punabamba por 2 años más (2
campañas agrícolas) y la fecha de cierre del proyecto se fija para fines del año 90.
Durante este período corto AGUA tendrá que priorizar dos ejes generales:
* retirarse de la responsabilidad de las obras existentes para entregarlas a la población o sea
"transferir" o "devolver" el sistema de riego AGUA a la organización campesina para que lo
administre.
* priorizar y mantener un apoyo-acompañamiento a los ejes de trabajo y acciones AGUA que
correspondan a necesidades de la población y puedan convertirse en ejes de desarrollo comunal.
Este apoyo-acompañamiento irá disminuyendo poco a poco [#145].
(#150)
Elementos del contexto
Las obras AGUA, tanto en la margen derecha como izquierda del río Cusinay, están concluidas y
aun transferidas a comités de regantes. En cuanto a construcción de obras, Cusinay es un proyecto
"viejo" y AGUA se dedica exclusivamente a actividades de extensión rural.
En este ámbito existe gran diversidad de estructuras de producción , es decir que los "actores"
del desarrollo pertenecen (o no) a organizaciones de diferentes tipos:
+ pequeños y medianos productores; algunos de ellos se han juntado en una Asociación de
Criadores de Ganado Lechero;
+ comunidades campesinas;
+ empresas asociativas como la CAP Bolívar y la SAIS Arguedas, ya reestructuradas, parceladas y
redistribuidas entre comunidades, particulares y suertes de "cooperativas de servicios";
+ una capital de distrito, Llasay, que acaba de ser reconocida como comunidad campesina;
+ etc.
Por fin es importante señalar que la proximidad de la ciudad de Quinta fomentó marcados
fenómenos de migración y de integración de los campesinos al mercado.
(#151)
Plan operativo para alternativa A
(#152)
Plan operativo para alternativa B
A base de los dos ejes principales mencionados antes, el plan operativo podría considerar las
acciones siguientes:
* Sistema de riego AGUA:
+ En los cinco sectores, apoyar-acompañar los Comités de Regantes:
- para propiciar su disolución en el seno de la organización comunal cuando los
miembros del Comité pertenecen en su casi totalidad a la comunidad,
- para consolidar una "unidad operativa de manejo" cuando el comité junta comuneros y
particulares indistintamente.
+ Propiciar la concertación entre las diferentes unidades operativas de manejo
(organizaciones comunales, Comités de Regantes...) del canal de la margen derecha y de la
margen izquierda, para planificar y administrar un reparto adecuado entre los interesados.
* Actividades de extensión rural:
+ Suprimir las actividades de asesoría y de apoyo técnico a los pequeños y medianos
productores independientes; derivar sus pedidos hacia las instancias estatales (Banco
Agrario, Microrregión, etc.)
+ Asociación de Criadores de Ganado Lechero: esta Asociación funcionaba, con altibajos,
sobre la base del apoyo AGUA (capacitación , compra de balón de inseminación,
condiciones de venta, etc.); al retirarse AGUA, sus miembros tendrán que decidir si
mantienen su Asociación porque les es útil o si la dejan morir. Como para el caso anterior,
AGUA debe limitarse a derivar los pedidos a las instancias estatales.
+ Módulos:
- Segunda campaña:
= no imponerla;
= cortar los préstamos individuales de semilla, insumos y créditos;
= disminuir progresivamente el asesoramiento técnico a los campesinos que siguen
con la segunda campaña.
- Producción de semillas:
Por su mayor vínculo con el mercado, algunos grupos de campesinos pueden estar
interesados en el abastecimiento de semilla de la calidad ofrecida por AGUA. Al
retirarse éste, tendrían que preocuparse de producirla y almacenarla por su cuenta. En
este caso el proceso podría ser el siguiente:
= Campaña 88-89:
AGUA hace entrega a la organización comunal de semilla e insumos en calidad de
préstamo.
La autoridad comunal escogida para este servicio reparte semilla e insumos entre
las familias o grupos de familias que estén interesados.
AGUA suspende su conducción técnica a fin de que las familias siembren y
cultiven dónde y cuándo les parece mejor.
Al cosechar, la comunidad recupera en semilla el valor de lo entregado a cada
familia y la guarda en un almacén comunal. El resto de la producción queda a
disposición de la familia campesina.
= Campaña 89-90:
AGUA dona las semillas e insumos a la comunidad y se limita a hacer un
seguimiento de la forma como la comunidad conduce el proceso.
Este podría ser un ejemplo de actividad promovida por AGUA que corresponde a
un eje de desarrollo de la comunidad.
- Capacitación:
AGUA tendrá que ir disminuyéndola paulatinamente.
* Referencias sobre necesidades
Un profesional en ciencias sociales podría encargarse de la consolidación de las "unidades
operativas de gestión" y de la concertación entre ellas para el manejo del sistema de riego.
Un ingeniero sectorista para orientar la transición de los módulos (producción de semillas).
Según las necesidades, prever un stock de semillas e insumos para constituir los fondos
comunales.
(#153)
Elementos del contexto
Marcayoc y Margen Derecha corresponden a dos proyectos diferentes que se ubican cada uno
en una margen del río Punabamba encima de Sikuri.
En Marcayoc las obras de irrigación AGUA están terminadas pero aún no transferidas a la
población (rechazo). La obra incluye dos comunidades (Marcayoc y Nueva-Marcayoc). Marcayoc es
socia de la SAIS Pachaní y está afiliada a la Federación Distrital de Campesinos de Pachaní. Nueva-
Marcayoc está en el distrito de Sikuri.
En Margen Derecha, las obras de riego AGUA están casi terminadas. El canal sirve a cinco
comunidades que, a pesar de su proximidad, no forman una unidad. Tres separaciones, que no se
corresponden entre sí, dividen estas comunidades:
- Una, geográfica (vías terrestres), hace que unas comunidades se relacionen con Pachaní y las
otras con Sikuri.
- La otra es administrativa: una comunidad pertenece al distrito de Sikuri mientras que las demás al
distrito de Pachaní (éstas son socias de la SAIS Pachaní y están afiliadas a la Federación Distrital
de Campesinos de Pachaní ).
- Por fin, las dos comunidades más cercanas a Sikuri, están ubicadas en la parte baja de una
microcuenca, formada por un afluente del Punabamba, que constituye una suerte de unidad de
por sí, con interrelaciones entre comunidades de altura y comunidades de valle.
(#154)
Plan operativo para la alternativa A
(#155)
Plan operativo para la alternativa B
3. Guachamarca
(#156)
Elementos del contexto
Las obras de AGUA en ambas márgenes del río Guachamarca están terminadas y entregadas a
nueve Comités de Regantes agrupados en dos Comisiones: la de Guachamarca y la de Chaquire. En
cuanto a obras, falta terminar el canal principal en la margen derecha del río Punabamba.
El ámbito del proyecto Guachamarca pertenece a tres distritos que cubren realidades diferentes.
La capital del distrito de Guachamarca se encuentra en la intersección de cuatro comunidades
campesinas que provienen de la distribución cuatripartita de un antiguo ayllu. Esto, más el hecho de
que esta zona se encuentra relativamente aislada, ha permitido que estas comunidades sigan
reproduciendo conocimientos andinos tradicionales.
En cambio, en el distrito de Chaquire, existe diversidad en cuanto al acceso a la tierra y se
yuxtaponen comunidades campesinas, grupos campesinos, pequeños y medianos productores
privados.
Al mismo tiempo, existe rivalidad entre Guachamarca y Chaquire, razón por lo cual AGUA ha
propiciado la creación de dos comisiones de regantes.
Por fin se ha agregado una comunidad "beneficiaria" del canal, por encima del río Punabamba, en
la otra margen y en otro distrito.
(#157)
Plan operativo para la alternativa A
(#158)
Plan operativo para la alternativa B
LA FORMACION DE PERSONAL
A. Algunos criterios básicos
Proceso de formación (#159)
Autoformación (#160)
Formación en equipos (#161)
Niveles de la dinámica (#162)
Ritmos de autoformación y de trabajo (#163)
Conocimientos, capacidades y actitudes (#164)
Curriculum y realidad (#165)
Lo andino y lo moderno (#166)
B. Propuesta de trabajo en formación de personal
Dinámica personal
Observación e investigación (#167)
Autoevaluación (#168)
Lectura (#169)
Dinámica zonal
Interdisciplinariedad (#170)
Reuniones periódicas (#171)
Bibliografía (#172)
Dinámica del equipo central
Rol en la nueva fase (#173)
+"Areas"...? (#174)
¿... O equipo interdisciplinario? (#175)
¿Ejecución o apoyo-acompañamiento? (#176)
Conducción de la autoformación institucional (#177)
Dinámica institucional
Apoyo (#178)
Coordinación (#179)
Sistematización (#180)
Organización (#181)
Dinámica extrainstitucional
Campesinado (#182)
Instancias superiores (#183)
Otras instituciones de terreno en la zona (#184)
Dinámica regional cusqueña (#185)
C. Necesidades para la implementación
Algunas referencias temáticas
Desarrollo rural integral (#186)
Extensión (#187)
Proceso educativo (#188)
Saber andino (#189)
Saber profesional moderno (#190)
Comunicación (#191)
Algunos elementos metodológicos (#192)
Relación teoría-práctica (#193)
Expresar para elaborar (#194)
Aprender a visualizar (#195)
Aprovechamiento de aportes externos (#196)
Una clave: la reestructuración de Desarrollo Agrícola (#197)
A. Algunos criterios básicos
Muchos elementos serían necesarios de explicar en detalle para sustentar el conjunto de
concepciones y metodologías sobre las cuales estamos asentando las propuestas de este capítulo.
El marco de este Estudio no da para tanto. Más aún en la medida en que estas orientaciones
provienen esencialmente de una elaboración paulatina a base de años de práctica más que de un
conocimiento universitario del tema educación. Y no hemos tenido aún oportunidad de realizar una
sistematización escrita completa de nuestros planteamientos.
Nos limitaremos aquí a reseñar muy brevemente algunos criterios básicos.
(#159)
Proceso de formación
(#160)
Autoformación
(#161)
Formación en equipo
En un proceso de autoformación cada quien debe asumir sus propias responsabilidades. Pero la
dinámica de equipo es fundamental tanto para estimular la autodisciplina de cada uno como para
enriquecer las reflexiones y la elaboración de conocimientos.
No se trata de crear artificiales "equipos de formación" sino de partir de los equipos institucionales
(cada Unidad Operativa, la oficina central de Quinta...).
Es decir que AGUA debe preocuparse por fomentar un clima propicio a esa autoformación en
equipos y facilitar ese esfuerzo para que se inserte en la dinámica de trabajo (preservación de
espacios y momentos para ello, apoyo a los equipos...).
Pueden llegar a conformarse equipos complementarios de autoformación, tanto de manera
espontánea (entre personas con afinidades) como en una modalidad más "profesional" (entre
especialistas en la misma materia). Pero tales equipos deben ser solamente complementarios y no
sustituir los "equipos institucionales".
En realidad, la clave está en lograr "trabajo en equipo" ["Mitos" 45] por parte de quienes
comparten la responsabilidad de una zona (Unidad Operativa) o de una función (oficina central).
(#162)
Niveles de la dinámica
El apoyo institucional a la autoformación debe tomar en cuenta los diferentes niveles en que ha
de desarrollarse la dinámica.
Es decir que se ha de colaborar tanto en los esfuerzos personales como en la dinámica de
equipos institucionales, ayudando a crear una dinámica global para todo el programa, y eventualmente
contribuir a generar una dinámica más amplia que involucre a otros agentes de desarrollo presentes
en la cuenca.
El apoyo institucional a la formación de personal requiere contar con gente que asuma
responsabilidades específicas en este sentido.
Cada jefe de Unidad Operativa habría de jugar un rol importante en fomentar la dinámica de
autoformación en equipo dentro de su zona como responsable de posibilitar un mejor trabajo
institucional.
Pero se necesita en la oficina central de Quinta una persona especialmente encargada de todo lo
relativo al proceso, con funciones definidas en este sentido.
Al mismo tiempo, todos los miembros del equipo central (además de su participación en la
dinámica de autoformación en su propio equipo) han de desempeñar un papel de asesoría a las
dinámicas zonales.
(#163)
Ritmos de autoformación y de trabajo
La dinámica de trabajo no es la misma en todas las zonas (salvo que se quiera seguir
manteniendo un enfoque de "paquetes" a aplicar en forma bastante uniforme). La programación del
apoyo a la autoformación debe por tanto ser flexible, adecuándose a los momentos y temas propios de
cada zona.
Cada zona habría por tanto de elaborar su propia programación sobre momentos y temas en los
cuales trabajar. Y recién se podría hacer una programación central para aquellas actividades comunes
a todas las zonas, es decir eventos que reúnan a todo el personal.
(#164)
Conocimientos, capacidades y actitudes
La educación suele considerar tres rubros principales: los conocimientos, las capacidades
(habilidades o destrezas), las actitudes.
El proceso de autoformación debe abarcar los tres, pero sin establecer necesariamente una
diferenciación o un ordenamiento "lógico" entre ellos. A menudo una capacidad empíricamente
desarrollada por el técnico en su práctica de campo puede convertirse en motivo y fuente de
elaboración de un conocimiento, al mismo tiempo que sirve para adecuar actitudes. Una actitud puede
cuestionar una supuesta capacidad o un pretendido conocimiento. Etc.
No se trata tanto de seguir alternando o "combinando" fases de teoría (en aula) y de práctica (en
campo), sino de buscar una mayor interrelación entre ellas.
(#165)
Curriculum y realidad
Para un programa de formación, se suele elaborar un curriculum de todo lo que habría de ser
aprendido. La autoformación para el desarrollo debería más bien partir de la realidad, de los retos
planteados por la práctica, y sobre esta base elaborar y reformular permanentemente los temas o
contenidos a tratar.
Es decir que uno de los pilares iniciales del proceso de autoformación habría de ser el desarrollo
de la capacidad de observación e interpretación de la realidad y de la problemática del desarrollo.
(#166)
Lo andino y lo moderno
Dinámica personal
(#167)
Observación e investigación
AGUA no es ningún programa de "investigación" en el sentido clásico del término. No se trata por
tanto de pretender que el personal de campo empiece a "investigar", es decir a elaborar hipótesis e
instrumentos de verificación para ir a comprobar en la realidad si estas hipótesis son acertadas o no.
Pero se necesita, tanto para la buena marcha del programa en general como para la formación
del personal mismo, que cada uno vaya desarrollando una mayor capacidad de conocimiento y
comprensión de la realidad.
Por "observación e investigación" entendemos entonces que los miembros de AGUA han de tener
una actitud y una verdadera disciplina para mirar la realidad con curiosidad amplia y para ir registrando
las informaciones e interpretaciones surgidas de la práctica diaria ["Mitos 49].
Se requiere para ello desarrollar la capacidad de observar la realidad tal como es y no a través
del filtro de las deformaciones académicas o de los intereses profesionales. Un reto principal es
aprender a sentir y entender las interrelaciones entre los componentes de esa realidad.
Al mismo tiempo, a fin de que lo observado no se quede en anécdotas o informaciones puntuales,
es útil tratar de registrarlo para que pueda servir más fácilmente a la elaboración de un nuevo
conocimiento.
Registrar, como disciplina cotidiana, es a la vez un incentivo a observar cada vez mejor y un
estímulo a la reflexión.
Entre las múltiples posibilidades de registro, señalemos los sistemas de "diario de campo" y de
"fichas de observaciones": cada técnico tendría un cuaderno, una libreta, para apuntar los hechos, los
datos y las lecciones de su práctica diaria. O bien elaboraría fichas sobre zonas, temas o técnicas, con
las observaciones hechas durante sus permanencias en comunidades, en los diálogos con
campesinos, en la realización de actividades.
Dichos materiales no deberían ser algo marginal y rápidamente olvidado sino servir de base para
alimentar los procesos de autoformación en los niveles zonal, central y global.
El programa podría también fomentar esa práctica de "observación e investigación", tomando en
cuenta tales libretas y fichas como criterio para seleccionar qué miembros del personal deberían
participar en seminarios, intercambios y otros eventos internos o externos.
(#168)
Autoevaluación
A fin que el trabajo cotidiano en terreno sirva para formar al que lo realiza, consideramos que una
clave está en la disciplina de la autoevaluación. Es decir que cada acción sea analizada y estudiada
para extraer de la experiencia conocimientos y orientaciones que permitan ir mejorando.
Una de las bases de la autoevaluación es la definición, previa a la acción, de objetivos, metas y
metodologías claras. Entrar a este tipo de disciplina personal (y grupal) obligaría por un lado a un
mayor rigor durante la propia realización del trabajo y por otro lado permitiría sacar mayores frutos de
su análisis posterior.
Son comunes las limitaciones en la capacidad de muchos miembros del personal (y no sólo los
de campo) para establecer y redactar los objetivos, para diferenciar objetivos, temas y metodologías.
Sería por tanto necesario un apoyo al personal de terreno en desarrollar esta capacidad y ayudarle así
a avanzar en la disciplina de autoevaluación.
Una fórmula para facilitar dicho aprendizaje podría ser la elaboración de listas referenciales de
posibles objetivos, metas, criterios metodológicos, procedimientos y técnicas. Sin pretender ser
exhaustivos, eso permitiría al técnico reflexionar antes de emprender una acción, seleccionar o
completar lo que le parece más conveniente, tener elementos para hacer las modificaciones
necesarias cuando la realidad obliga a cambiar la acción prevista o su desarrollo, analizar luego los
procesos, las técnicas y los resultados del trabajo hecho.
Proponemos [N°7] un ejemplo de posibles "objetivos educativos". Se trata de una lista elaborada
en Oruro para servir de referencia a los miembros del equipo de conducción de un seminario-taller
sobre extensión. La lista estaba destinada a brindar a cada uno una serie de posibilidades entre las
cuales escoger, a la hora de preparar mejor una actividad del taller de la cual era responsable.
Asimismo, para ayudar al programa a desarrollar el potencial de la autoevaluación, adjuntamos
[N°5] una "Guía para la práctica de la autoevaluación" que fuera elaborada también para el Programa
de Autodesarrollo Campesino de Oruro.
(#169)
Lectura
Dinámica zonal
El esfuerzo personal de un técnico aislado en el campo y sin colegas con quienes alternar y
debatir ha de tener resultados limitados frente a los alcanzables cuando se puede contar con una
dinámica de equipo. Por ello, la clave de la autoformación a nivel zonal es esa dinámica de equipo
["Mitos" 45].
Entre los esfuerzos a realizar en ese nivel zonal podríamos resaltar tres de ellos.
(#170)
Interdisciplinariedad
Los equipos zonales de AGUA tienden a girar alrededor de la agronomía como especialidad
principal de sus miembros. Ello se debe tanto a la obsesión por demostrar los resultados agrícolas de
las irrigaciones como a la dificultad de conseguir personal idóneo en ramas como la ingeniería agrícola
o el trabajo social.
Sin embargo, es imprescindible que en los equipos zonales pueda darse un mínimo de debate
interdisciplinario. Para ello se requieren dos condiciones: representación de una mayor variedad de
especialidades; dinámica de reflexión interdisciplinaria.
En cuanto a la primera condición, el actual curso sobre "manejo de riego en zonas andinas"
puede ayudar a mejorar un poco la situación. Pero no es suficiente. En adelante es importante que
AGUA priorice las ciencias sociales en su reclutamiento de nuevo personal a fin de equilibrar los
equipos.
Tampoco se puede pretender que cada equipo zonal reuna un máximo de especialidades. Los
equipos actuales son reducidos y mayormente no se requiere ampliarlos. Corresponderá entonces al
equipo central apoyar los debates de cada zona aportando elementos de otras materias.
(#171)
Reuniones periódicas
Una modalidad para la segunda condición serían las reuniones periódicas de debate.
Actualmente, cuando los técnicos se encuentran en la oficina zonal, además de redactar sus
informes, rendir cuentas y preparar lo que necesitan para la próxima actividad de campo, tienen
eventualmente alguna reunión de programación y coordinación con el jefe de zona.
Sería fundamental que la oficina de cada zona se convierta en una instancia intermedia de
autoformación, con verdaderas sesiones de trabajo. Las fórmulas a emplear pueden ser diversas, de
acuerdo a los ritmos y compromisos del terreno. Pero creemos muy útil poder dedicar periódicamente
un tiempo para reunirse, intercambiar informaciones, hacer autoevaluaciones grupales del trabajo en
función de los objetivos (y no sólo las metas), profundizar un punto con los aportes de todos.
Por ejemplo, convendría debatir entre todos la situación de una comunidad o de la microcuenca,
los ejes de trabajo en la misma, las posibilidades de mejoramiento en función de desarrollo rural, la
forma de hacer un acompañamiento a la organización comunal que ayude a desarrollar sus
potenciales en lugar de sustituirla en sus funciones, etc.
En la medida en que tales reuniones se realicen con regularidad, será más fácil programar un
apoyo de la oficina central (o de otras gentes) en las mismas.
(#172)
Bibliografía
Las oficinas zonales podrían asimismo ser sedes de una biblioteca donde los técnicos
encontrarían los materiales que desean llevarse para leer y usar en el campo.
La bibliografía no consistiría solamente en libros, folletos o separatas adquiridas. Se le podría
incorporar elementos propios, producto de los "diarios de campo" y/o de las fichas elaboradas por el
personal.
AGUA tiene la ventaja de tener áreas de trabajo relativamente concentradas en que cada
miembro del equipo pasa casi diariamente por la oficina. Se trata de una gran ventaja que podría ser
aprovechada en este sentido.
(#173)
Rol en la nueva fase
El equipo central de la oficina Quinta es el más numeroso de todos (hablamos aquí de la Sub-
Dirección de Desarrollo Agrícola, la única incluida en este Estudio), con una tendencia a crecer cada
vez más. Entre los profesionales peruanos y los asesores de la Misión Técnica Internacional se llega
actualmente a cerca de una docena de personas, frente a unas dieciocho entre las seis Unidades
Operativas de campo.
Un grupo de semejante magnitud puede ser un potencial extraordinariamente importante para el
programa, más aún en una nueva fase donde se va a requerir cada vez más capacidad profesional en
desarrollo rural integral.
Una labor de simple "transmisión de paquetes" precisa sobre todo muchos buenos "ejecutores"
de terreno. Un apoyo-acompañamiento a procesos de autodesarrollo conducidos por las propias
organizaciones comunales e intercomunales andinas exige una mayor capacidad de reconocimiento
de la realidad, reflexión, profundización del saber moderno, diálogo con el saber andino, respuesta a
los requerimientos e interrogantes campesinos, etc.
Un equipo central fuerte y capaz ha de jugar un rol clave en este proceso.
(#174)
¿"Areas"...?
La oficina central Quinta ofrece un típico caso de "equipo de trabajo" donde no existe ningún
"trabajo en equipo" ["Mitos" 45]. No parece haber habido nunca preocupación por "formar equipo" en
el sentido que estamos planteando sino por "acumular" personas y/o profesiones de acuerdo a las
necesidades sucesivamente encontradas en el programa.
A medida que la Misión Técnica Internacional iba detectando vacíos, proponía asesores en estas
materias, y la dirección peruana había de brindarles "contrapartes". El personal peruano de campo
que ya había subido todos los peldaños en el escalafón de las Unidades Operativas y que había
demostrado una capacidad y dedicación útiles al programa era "promovido" a la oficina central como
premio a sus méritos o como forma de no perderlo.
En cada caso hubo que "justificar" el nuevo integrante creándole un "área" en la oficina. La cosa
ha llegado a un nivel tan absurdo que hemos necesitado más de un mes de revisión de documentos y
entrevistas para descubrir que se cuenta ahora con seis "áreas". Lo que no hemos llegado a entender
(a pesar de las explicaciones) es el por qué y el cómo de la distribución del trabajo entre ellas. {-
Después del Estudio, nos enteramos que las áreas tampoco son las seis que habíamos creído
detectar por fin!}
(#175)
¿... O equipo interdisciplinario?
El programa necesita una oficina central con dinámica de "trabajo en equipo", con un verdadero
equipo interdisciplinario o transdisciplinario ["Mitos" 45].
La debilidad de AGUA está primero en el manejo de las interrelaciones entre elementos de la
realidad rural donde está laborando. Nadie en el programa tiene una real visión de conjunto de la
problemática. Por sus múltiples tareas en una institución tan compleja, los niveles jerárquicos se ven
obligados a preocuparse más de cumplimiento de metas. Cada especialista se encierra a su vez en su
"área".
Al final, cada uno "hace lo que sabe hacer" o trata de cumplir lo que se le tiene encargado de
acuerdo a lo que "sabe hacer", pero podríamos decir que, como conjunto, la oficina central "no hace lo
que se necesita de ella".
Olvidándose de las "áreas" (sin por ello que desaparezcan "responsabilidades" específicas), los
miembros de la oficina central han de aprender a "trabajar en equipo". Para ello necesitan una nueva
dinámica interna y un nuevo tipo de relación con las Unidades Operativas.
La dinámica interna ha de estar orientada a "formar equipo" y a fomentar la autoformación de
cada uno y del equipo. Las mismas bases señaladas para equipos de campo podrían ser válidas en la
oficina central [#167 a 172], dando especial énfasis a las reuniones internas y a la recolección y
sistematización de la información de campo.
(#176)
¿Ejecución o apoyo-acompañamiento?
En cuanto a la relación del equipo central con las Unidades Operativas, es importante lograr un
cambio cualitativo (y cuantitativo).
Actualmente, la mayor preocupación de los miembros de la oficina central cuando llegan al
terreno es la ejecución de las tareas específicas de su "área". Trátese de verificar el avance por parte
del personal zonal o de realizar ellos mismos alguna actividad, los profesionales de la oficina central
se dedican "a lo suyo", guardando eventualmente un tiempito para conversar del trabajo en general
con el jefe de Unidad o con algún técnico (sobre todo cuando antes han estado en la zona como
miembro de la Unidad Operativa correspondiente).
La oficina central debería asumir con las Unidades Operativas el mismo tipo de relación que ha
sido planteado para la relación entre técnicos de campo y organización comunal, es decir una relación
de apoyo-acompañamiento [#43, 44].
El rol de un equipo central no es programar lo que se ha de hacer en los sub-proyectos, ni
elaborar "paquetes" a implementar. Si el trabajo de AGUA ha de definirse cada vez más en función del
propio proceso campesino, de la programación establecida por las organizaciones comunales para su
desarrollo, la responsabilidad principal de la oficina central es apoyar a los equipos zonales en su
capacidad (conceptual, profesional, metodológica, instrumental) de responder a las necesidades del
proceso campesino.
El equipo central seguirá teniendo, por supuesto, una importante labor de sistematización de la
información, de los avances, de las posibilidades de ayuda, etc. Asimismo podrá conservar un rol de
supervisión del trabajo en los sub-proyectos. Pero estas responsabilidades han de ser asumidas en
función del eje básico de apoyo-acompañamiento a los equipos zonales, sin perjudicar esa tarea
decisiva.
(#177)
Conducción de la autoformación institucional
Dinámica institucional
(#178)
Apoyo
(#179)
Coordinación
(#180)
Sistematización
(#181)
Organización
Dinámica extrainstitucional
(#182)
Campesinado
El campesinado es el principal actor del proceso de desarrollo rural integral en los Andes. Toda la
concepción de extensión que ha sido propuesta en el capítulo 2 responde precisamente a la
necesidad y posibilidad de un apoyo de AGUA a la autoformación campesina y recíprocamente.
No se requiere ampliar ahora el tema. Todo el enfoque de trabajo sobre el cual está basado este
Estudio lleva a que AGUA apoye y acompañe a las organizaciones comunales e intercomunales en el
desarrollo de sus capacidades y en el fomento de condiciones propicias al proceso integral. A su vez,
el proceso campesino, con su rica experiencia de autoformación (Sistema Educativo Andino ["Mitos"
31]) puede ser de inmensa utilidad para que AGUA sepa forjarse las capacidades indispensables para
esta nueva fase de su trabajo.
Más allá de las organizaciones campesinas de las zonas de trabajo de AGUA, existe la
posibilidad de contribuir a la autoformación de organizaciones campesinas de mayor nivel
(departamental, regional...). Por las implicancias político-partidarias de muchas de estas entidades, el
punto es delicado. Pero el programa habría de ver las posibilidades de apoyo directo (en eventos) o
indirecto (apoyo a la difusión de las experiencias campesinas de la zona, sistematización de la propia
experiencia de AGUA) en cuestiones de fondo del proceso de desarrollo rural andino.
(#183)
Instancias superiores
(#184)
Otras instituciones de terreno en la zona
Con el Curso sobre Manejo de Riego que se está realizando actualmente, AGUA está dando
pasos positivos hacia una mejor articulación de su dinámica interna con la de otras instituciones
presentes en la cuenca alta del río Punabamba.
Un grave problema del desarrollo rural reside en la descoordinación y las contradiciones entre
agentes externos que "se disputan" el campesinado en plan de clientelaje y rivalizan en promesas y
falsos regalos. La respuesta clásica que se pretende dar es la "coordinación interinstitucional" y la
multiplicación de "convenios" y "acuerdos" de todo tipo [capítulo 8].
Más allá de las eternas e inevitables limitaciones de esta clase de coordinaciones, todo esfuerzo
por articular procesos de reflexión y autoformación ha de ser positivo. No se puede esperar
demasiado porque cada agente institucional depende del sistema de metas de su entidad. Pero una
reflexión compartida puede ayudar a superar ciertas dificultades.
AGUA habría de profundizar en esta dirección. Sin esperar grandes eventos especiales como el
Curso sobre Manejo de Riego, sería útil buscar por ejemplo la integración de los agentes locales en
ciertos momentos y temas de las dinámicas de autoformación de los niveles zonales.
(#185)
Dinámica regional cusqueña
Después de mucho tiempo de haber estado demasiado encerrado sobre sí mismo, pretendiendo
hacer "su" trabajo y punto, AGUA ha comenzado a abrirse un poco más hacia los interlocutores de una
dinámica regional en desarrollo rural.
Ello es vital porque la labor institucional nunca podrá lograr proyección de desarrollo a largo plazo
si se queda en las fronteras de una suerte de isla temática y territorial, convertida en feudo o enclave.
La continuidad del proceso a fomentar con esta nueva fase de AGUA depende del grado de
desarrollo o frustración de la "cultura del desarrollo rural" en las zonas, en la región, etc.
Algunas de las actuales iniciativas de AGUA son bases para acentuar esa articulación a una
dinámica regional. El Curso sobre Riego puede ser el germen de todo un proceso de mejoramiento en
enfoques y metodologías de trabajo en la materia, con perspectivas de contribuir a que tanto las
"instituciones de desarrollo" como los centros universitarios y los gremios unan esfuerzos y debatan
criterios para profundizar una política regional de riego para el desarrollo rural.
El presente Estudio sobre Extensión Rural podría ser el punto de partida para un proceso
compartido de revisión de concepciones, estrategias y metodologías en función de un mejor apoyo-
acompañamiento a las organizaciones campesinas. Etc.
(#186)
Desarrollo rural integral
Es indispensable que el personal de AGUA vaya adquiriendo un conocimiento global de lo que es,
podría ser o debería ser un desarrollo rural integral en los Andes.
No existe al respecto un solo planteamiento sino una amplia gama de políticas y propuestas
sustentadas por diferentes interlocutores. El tema no se presenta entonces como una "materia a
estudiar".
Es sin embargo preciso que, en conjunto, AGUA vaya profundizando al respecto para alcanzar
progresivamente una visión mínima común y coherente.
Para ello se requiere retomar:
* qué es el desarrollo (viendo especialmente la relación desarrollo-crecimiento, ya que la formación
académica de nuestros técnicos ha estado esencialmente orientada a la producción en sus
aspectos técnicos y cuantitativos),
* qué es lo rural,
* qué es lo integral,
* cuáles son las características andinas (como tales y en comparación con otras partes del mundo,
especialmente aquellas de donde provienen la mayor parte de los elementos del saber moderno
que siempre se ha pretendido aplicar a los Andes).
(#187)
Extensión
Todo este Estudio está orientado a replantear lo que se entiende comúnmente por "extensión". Si
este enfoque interesa al programa, se requiere incluirlo como materia fundamental de reflexión y
autoformación.
De esta manera lo aquí escrito, que no es más que "información", podrá ser profundizado y
mejorado y convertirse progresivamente en conocimiento, capacidad y actitud, es decir en un
conocimiento "operativa", susceptible de ser llevado a una práctica concreta.
(#188)
Proceso educativo
(#189)
Saber andino
La realidad andina y el saber propio elaborado por las culturas andinas son temas fundamentales
para un trabajo adecuado en desarrollo rural integral en los Andes [#17, 133, 134].
No se puede pretender "enseñar" al personal de AGUA cómo son esa realidad y ese saber. Por
más que las investigaciones se hayan reorientado y multiplicado en los últimos años, es probable que
nuestro conocimiento actual de lo andino no llegue aún ni siquiera al 10% de lo que se necesitaría
saber. Son muchísimos los puntos en que nuestro acercamiento a la realidad y nuestras
interpretaciones siguen totalmente sesgados por una visión externa y universalizante.
Lo que correspondería hacer en este tema puede entonces articularse en dos ejes:
* una visión básica de la realidad andina a la luz de los últimos aportes de historiadores,
antropólogos, agrónomos, economistas, etc.;
* una nueva capacidad de observar la realidad concreta de las zonas de trabajo y relacionarse con
ella.
(#190)
Saber profesional moderno
El tipo de saber profesional moderno adquirido en los centros académicos de los Andes sufre
serias limitaciones para un adecuado trabajo de desarrollo rural integral [#18; "Mitos" 40]. Sin embargo
necesitamos personal que tenga un buen conocimiento de sus profesiones para estar en condiciones
de aportar y ser útiles a las organizaciones andinas.
El programa debe entonces preocuparse por el mejoramiento en el conocimiento profesional
moderno de su personal. Pero no se trata de cualquier conocimiento. Para un adecuado diálogo con
los campesinos, se requiere una capacidad crítica frente al saber moderno, es decir estar en
condiciones de ubicarlo dentro del contexto ecológico, económico, social, cultural e ideológico en el
cual ha sido forjado.
Por ejemplo, un técnico que entienda el contexto de agricultura mercantil de rentabilidad
financiera (que se requiere en los Estados Unidos de Norte América y en Europa para sobrevivir) en el
cual fue elaborado el Sistema Universal de Clasificación de Suelos será capaz de aprovecharlo como
una referencia pero sin tenerlo como un dogma (-de acuerdo al cual los campesinos andinos deberían
haber desaparecido o deberían desaparecer ahora para no ser "depredadores"!).
Asimismo, los conceptos de calidad de agua que manejan nuestros diseñadores de sistemas
modernos de riego deben ser entendidos en el contexto de países donde el riego no tiene el rol que
adquiere en los Andes y donde la mayor preopcupación en el "manejo de cuencas" es la calidad de
agua para abastecimiento urbano e industrial.
(#191)
Comunicación
No sirve de mucho alargar demasiado la lista de temas posibles. Queremos insistir todavía en la
necesidad del tema "comunicación" por su importancia en una metodología de trabajo que se basa en
el apoyo-acompañamiento a organizaciones campesinas y en un trabajo educativo de tipo
"autoformación".
El personal de AGUA necesita aprender a comunicarse mejor y para ello debe entender las
diferencias entre información, difusión y comunicación, a fin de no seguir encerrado en un concepto de
la comunicación que se limita casi a la capacidad de expresión por parte del que "sabe" y en el manejo
de medios más o menos masivos de difusión.
Se requiere desarrollar la capacidad de "escuchar" (en un sentido amplio porque se trata de
saber "escuchar" más allá de las palabras, observando los gestos, las prácticas, las actitudes, etc.) y
la capacidad de "dialogar" ["Mitos"49,50].
(#192)
Algunos elementos metodológicos
Los pedidos de apoyo metodológico por parte de proyectos de desarrollo suelen reducirse a la
necesidad de una serie de "dinámicas de grupo" y técnicas que faciliten una "transmisión" más eficaz
y amena de mensajes o "paquetes". El "metodologismo" se está convirtiendo en una grave
deformación que está de moda en los últimos años ["Mitos"13].
Ninguna "metodología" es garantía de trabajo adecuado si no se sabe actuar en condiciones de
"proceso" y si se carece de conocimiento y manejo suficientes del "tema".
Veamos sin embargo algunos elementos metodológicos que podrían ser útiles en caso de contar
con (o estar dispuestos a propiciar) las condiciones señaladas para "proceso" y "tema".
(#193)
Relación teoría-práctica
(#194)
Expresar para elaborar
(#195)
Aprender a visualizar
Todos los manuales de extensionismo insisten en la necesidad de usar materiales gráficos para
enseñar mejor. -Lo que entra por el oído se olvida; lo que entra por el ojo se queda!
No vamos a negar la importancia de los materiales gráficos. Simplemente queremos insistir sobre
la necesidad de aprender a visualizar mejor. Tenemos que hacer un esfuerzo en por lo menos tres
sentidos: utilidad, codificación, oportunidad.
Confundimos a menudo lo que es útil para el "expositor" y lo que sirve para el proceso educativo.
Son muchos los casos en que los materiales gráficos (planos, rotafolios, cassettes video...) son más
bien una muletilla que el "dictador de charlas" utiliza para guiarse, para no perderse en su discurso.
Tenemos "ponentes" que se pasan el tiempo de espaldas a la gente, mirando su pizarra o su tablero y
comentando-repitiendo lo que ya está visualizado.
La graficación debe servir dentro del proceso educativo y se debe aprender a "aprovechar" las
ayudas visuales en lugar de dejarse dominar por ellas.
También sucede a menudo que los materiales gráficos estén elaborados con "códigos"
ininteligibles por la gente que asiste.
En procesos educativos, cuando aún no se conoce bien a la gente con la cual se trabaja, es
importante tratar de descubrir los códigos existentes. Para ello, nada mejor que "compartir" la
elaboración de las representaciones visuales con la propia gente. Cuando, al contrario, ya se conoce
bien a los participantes, se debe igualmente tratar de compartir la visualización con ellos (cada vez
que hay tiempo y disponibilidad para ello), precisamente porque la visualización es una forma de
expresión y por tanto de elaboración de conocimiento [#194].
Por otra parte, se debe aprender a emplear los elementos gráficos en el momento oportuno.
Presentar de golpe un esquema complejo puede apabullar y confundir. Una explicación previa
(antes que se "vea") o un destape progresivo de la imagen pueden ser útiles.
En otros casos pasa lo contrario: explicar algo para recién desvelar su formulación escritao
gráfica al final hace que ése no sea "el final" porque los asistentes empiezan su proceso de "lectura"
que tiene características diferentes de la "escucha".
Un material audiovisual puede ser muy útil, motivador, problematizador, pero si se prolonga
demasiado puede terminar por distraer, desconcentrar y perturbar el proceso educativo.
También podríamos agregar otro elemento. La visualización es útil pero demasiadas veces es
estática: usamos una imagen que no puede ser transformada y se vuelve un elemento de rigidez en el
proceso. Las técnicas de visualización en las cuales se puedan mover los elementos constitutivos de
la imagen ayudan a percibir mejor las interrelaciones entre ellas, las evoluciones en el tiempo y el
espacio, y enriquecen así muchísimo el proceso.
(#196)
Aprovechamiento de aportes externos
Uno de los problemas más graves en procesos educativos de instituciones y/o organizaciones
populares es el pésimo aprovechamiento de los aportes externos (visitantes, expositores venidos de
fuera, etc.).
Se suele dejar que las personas que llegan digan lo que a ellas les parece importante y pocas
veces se logra obtener de ellas lo que parecería conveniente y necesario. Es decir que -nos dejamos
"enchufar" en lugar de "sacarles el jugo"!
Si bien podríamos esperar que tales agentes externos hagan esfuerzos por adecuarse a nuestros
requerimientos, la primera responsabilidad recae en nosotros. Es imprescindible que cada posibilidad
de aporte externo sea preparada a fin de extraer el máximo de lo que nos interesa en sus experiencias
e ideas.
Por ello la necesidad de desarrollar una verdadera "metodología de aprovechamiento de aportes
externos". Ello significa mucho más trabajo, porque ya no basta con "invitar" a alguién sino que se
requieren tiempo y esfuerzos para informarse sobre sus posibles aportes, debatir y priorizar lo que se
requiere localmente, programar el cómo, cuándo y con quién de las reuniones o visitas que se
realizarán, etc.
(#197)
Una clave: la reestructuración de Desarrollo Agrícola
Para que todos los planteamientos temáticos y metodológicos arriba señalados puedan insertarse
adecuadamente en una práctica global de apoyo al desarrollo rural integral desde el riego, existen
condiciones administrativas mínimas que hemos de señalar.
Tanto para el apoyo/acompañamiento al campesinado como para los procesos de autoformación,
se requieren:
* una estructura jerárquica menos confusa, con "jefes" y "equipos de trabajo" y con una distribución
clara de responsabilidades (y no tanto de "funciones" en un primer momento);
* una dinámica interna de "trabajo en equipo" en cada uno de los niveles (Quinta, Unidades
Operativas).
Para ello la Sub-Dirección de Desarrollo Agrícola habría de ser reestructurada.
Cada zona y nivel precisan "equipos" que sean "responsables" del proceso de apoyo-
acompañamiento y por tanto del avance de los "objetivos". No, como sucede ahora, simples
"ejecutores de metas" permanentemente acosados (u "olvidados" según los casos) por múltiples
"jefes" de la oficina central: para las Unidades Operativas, cada miembro del equipo central es
actualmente como un "jefe" (se asuma o no como tal, depende de las personalidades) en su
especialidad o área.
No se trata de negar la necesidad de una estructura jerárquica. Ella es indispensable como en
toda institución. Pero pensamos que esa estructura jerárquica debería ser claramente del "jefe" de la
Sub-Dirección al "jefe" de cada Unidad Operativa.
Para un buen cumplimiento de la política de extensión rural integral, la estructura jerárquica debe
ser precisada en términos de "responsabilidades". A su vez cada "jefe" cuenta con su "equipo de
trabajo" (equipo central para el Sub-Director, equipo zonal para cada jefe de Unidad). Ese "equipo de
trabajo" debe entrar a una dinámica de "trabajo en equipo" ["Mitos" 45] para que la responsabilidad
pueda ser realmente asumida, compartida y cumplida. Sobre esta base recién podrían redefinirse las
"funciones".
Por cierto que la reestructuración debería alcanzar también las demás sub-direcciones para
superar las actuales contradicciones entre "feudos". Pero ello no fue tema de este Estudio.
Capitulo 7
Un Sistema de Monitoreo y Evaluación tiene un rol importante que cumplir en cuanto a permitir el
control y verificación de la marcha de una programación (monitoreo) y en cuanto a facilitar la
readecuación de las programaciones (evaluación).
Pero este enfoque de Sistema de Monitoreo y Evaluación tiene a su vez serias limitaciones que
podrían caracterizarse como "proyectocentrismo". Es decir que el Sistema se encierra en la actuación
(programación) del proyecto mismo y por tanto tiende a caer en un simple seguimiento de "metas",
perdiendo de vista los "objetivos".
Eso suele suceder en una mayoría de Sistemas de Monitoreo y Evaluación, los cuales se limitan
a recoger y tabular datos cuantitativos sobre actividades y metas. Con ello realizan un control
mecánico de la marcha de la programación (monitoreo) pero fallan totalmente en la evaluación porque
apenas pueden medir un poco la "eficiencia" pero son incapaces de analizar la "pertinencia", "eficacia"
y "durabilidad" de las realizaciones.
Para ser realmente útil al logro de los objetivos que inspiraron la creación del Programa, un
Sistema de Monitoreo y Evaluación debería incluir un seguimiento amplio de la realidad y no
solamente de los proyectos y sus actividades. Podría así detectar las evoluciones, modificaciones,
tergiversaciones que se producen en la realidad (tanto bajo el impacto del Programa como de
cualquier actor presente), facilitar revisiones inmediatas y puntuales de la acción programada y
propiciar revisiones fundamentales y periódicas de las programaciones, su orientación, sus
estrategias, sus metas, sus metodologías...
(#200)
Los actores: el ¿quién? y ¿para quién?
(#201)
Los métodos: el ¿cómo?, ¿dónde? y ¿cuándo?
La alternativa ambiciosa que podría inspirar y orientar los esfuerzos de AGUA en la construcción
de un Sistema de Monitoreo y Evaluación consistiría en preparar las bases para un futuro sistema que,
más allá del Programa mismo y su permanencia, posibilite un monitoreo/evaluación del proceso de
desarrollo en conjunto.
No se trata de pensar que AGUA pueda establecer dicho sistema por su cuenta o elaborar un
modelo a ser luego "transferido" a los demás actores.
Pero, sí, se puede comenzar a abrir senda, ubicando los esfuerzos actuales en esa perspectiva
de largo plazo, ensayando metodologías y técnicas, ayudando a desarrollar conciencia y capacidades
entre las instituciones de desarrollo públicas y privadas, propiciando un encuentro entre las
preocupaciones de los agentes externos y las de las propias organizaciones comunales e
intercomunales.
Las pautas aquí propuestas tienen entonces por finalidad despertar esa "ambición", abrir
horizontes y servir de referencia para una construcción progresiva que habría inevitablemente que
consistir en un proceso de ensayo, error y rectificación sucesivos.
Para qué
(#203)
La finalidad
Una de las razones de ser de la evaluación es verificar y mejorar la pertinencia o idoneidad de las
estrategias y actividades, es decir su adecuación a la finalidad que inspira el trabajo.
La finalidad expresa la interpretación que se hace de la realidad y de su devenir y, como tal,
inspira los objetivos, las estrategias, las metas, etc.
Pero ninguna interpretación puede ser definitiva. Los agentes externos suelen carecer de un
conocimiento adecuado de la realidad local, regional y nacional porque su sistema de saber está
fundamentalmente basado en teorías e ideologías macro y foráneas (universalizantes) que intentan
aplicar a sus áreas de trabajo. Los propios campesinos y sus organizaciones tienen un sistema de
saber actualmente sesgado por su acceso limitado al conocimiento de la realidad exterior a su propio
ámbito territorial o por una necesidad histórica de resistencia al avasallamiento de esa sociedad
exterior "nacional".
En ambos casos se requieren reinterpretaciones progresivas de la realidad y un Sistema de
Monitoreo y Evaluación debería poder contribuir a ello.
(#204)
Los objetivos
Los objetivos explicitan lo que se desea alcanzar con el trabajo, expresándolo en forma de
"imagen-objetivo" (bajo la modalidad: "Que se dé tal o cual cosa") o a través de un verbo activo que
califique el tipo de acción a realizar ("desarrollar", "aumentar", "optimizar", etc.).
Uno de los mayores problemas del trabajo de campo es que en la práctica diaria se suele perder
los objetivos de vista para limitarse al simple cumplimiento de las metas y acciones, con lo cual se
logran a menudo buenos resultados inmediatos pero efectos contradictorios con los objetivos.
Así, por ejemplo, una actividad de "capacitación" puede aparentemente tener éxito en la supuesta
"transferencia" de una determinada tecnología pero tener un impacto fuerte de cuestionamiento o
desestructuración de la organización comunal que, en los objetivos, se pretende "consolidar".
Un buen Sistema de Monitoreo y Evaluación debería permitir verificar rápida y permanentemente
el impacto de las acciones y metodologías empleadas sobre el logro de los objetivos a fin de posibilitar
rectificaciones a tiempo.
(#205)
Las metas
(#206)
Las metodologías y las técnicas
Las actividades y acciones destinadas a alcanzar las metas para lograr los objetivos y cumplir
con la finalidad requieren el empleo de una serie de metodologías y la utilización de técnicas e
instrumentos.
Contrariamente a lo que se suele creer, no contamos actualmente en los Andes con metodologías
y técnicas absolutamente confiables.
Las que usan los agentes externos están sesgadas por modelos foráneos, modas parciales y
entonces inconsistentes y, sobre todo, por la costumbre de aplicarlas mecánicamente en cualquier
medio y circunstancia.
Las que tienen los campesinos y sus organizaciones comunales pueden tener una mayor
adecuación a su realidad actual pero, precisamente por ello, son también limitadas: la ciencia y
tecnología ancestrales que las produjeron han sufrido un fuerte y constante proceso de
desestructuración; el nuevo contexto en el cual se insertan las realidades campesinas andinas obligan
a múltiples adaptaciones, más aún si se pretende alcanzar un desarrollo rural andino dentro de un
verdadero desarrollo "nacional".
Un Sistema de Monitoreo y Evaluación debería permitir el seguimiento y mejoramiento de las
metodologías, técnicas e instrumentos que se emplean en el trabajo.
Para quién
(#207)
El Programa mismo
(#208)
Otras instituciones
Poco servirían a otras instituciones (públicas y privadas) los datos de un Sistema de Monitoreo y
Evaluación encerrado en las acciones e intereses específicos de un AGUA que sólo se preocupase
por el funcionamiento de sus obras y servicios.
Pero sí les podrían ser de gran utilidad las informaciones sobre la realidad, su evolución, el
proceso de desarrollo de la zona, etc.
Sin embargo, se debería poder ir mucho más allá todavía.
El desarrollo del país necesitaría contar con un ágil y al mismo tiempo completo Sistema Nacional
de Monitoreo y Evaluación. Lo mismo el desarrollo de las nuevas regiones, así como cada zona o,
mejor dicho, "territorio de desarrollo" ["Mitos" 35].
La lógica centralista y tecnocrática conduciría a diseñar un modelo nacional o regional y en
obligar a su aplicación en el terreno, es decir en forzar la realidad a amoldarse a los conceptos macro
que inspiran a planificadores y administradores del aparato "nacional".
Una opción más coherente con las necesidades del desarrollo consistiría en ir elaborando este
sistema nacional partiendo desde lo local para avanzar progresivamente hacia lo regional y lo
nacional.
AGUA podría realizar un aporte fundamental en este sentido. Semejante aporte sería al mismo
tiempo una de las mejores justificaciones de una "cooperación internacional": sus recursos financieros
y humanos servirían a abrir, desde lo local, nuevas posibilidades al desarrollo nacional en lugar de
limitarse a realizaciones puntuales y superintensivas, prácticamente imposibles de reproducir o
replicar en escalas mayores por las carencias de la economía del país.
Ello implicaría empezar a considerar a las otras instituciones presentes en los ámbitos de trabajo
AGUA como posibles usuarios del Sistema de Monitoreo y Evaluación implementado por AGUA. Por
tanto a perfeccionar el seguimiento de la realidad y del proceso de desarrollo en los "territorios de
desarrollo" donde se ubican los proyectos AGUA y a buscar modalidades de devolución de las
informaciones a todas las instituciones interesadas.
(#209)
Las organizaciones campesinas
Varias clases de organizaciones campesinas están presentes como actores del desarrollo en los
ámbitos de trabajo de AGUA. Las hay de tipo andino, como las organizaciones comunales con los
rasgos de ayllu que vayan conservando. Las hay de tipo moderno asociativo, como las cooperativas,
SAIS y otros. Las hay de tipo moderno gremial como Federaciones y Ligas...
Por su carácter socio-territorial, su permanencia en el tiempo y su vocación integral, las
organizaciones andinas son el pilar máximo del proceso. Las demás son también actores que no
deben ser desdeñados.
El Sistema de Monitoreo y Evaluación debe ser pensado de tal forma de poder serles útil.
Esta clase de organizaciones campesinas suele tener su propia racionalidad y capacidad de
monitoreo/evaluación, especialmente las andinas. No se trata por tanto de buscar una suplantación
por el "sistema AGUA". Pero éste debe, sí, poder contribuir por un lado a un enriquecimiento
(contenidos y técnicas) del propio sistema campesino y por otra parte a un reconocimiento por estas
organizaciones de lo que es un sistema moderno a fin de estar en condiciones de dialogar entre
ambos sistemas y de aprovechar aportes del moderno.
El diseño del Sistema de Monitoreo y Evaluación debe por tanto tomar en cuenta este usuario
potencial y necesario: las organizaciones campesinas.
Quién
(#210)
En el diseño
Los aportes de los diversos usuarios del Sistema de Monitoreo y Evaluación deberían darse
desde el diseño del mismo.
Sería muy engorroso entrar a un proceso de consultas con todos ellos como paso previo a la
restructuración del Sistema existente. La dinámica podría ser muy lenta y no por ello muy positiva.
Para que los aportes de cada uno sean a la vez rápidos, reales y concretos, se necesita contar con
una suerte de marco, una referencia desde la cual puedan darse las contribuciones.
Por ello, sería preferible comenzar desde el Programa y dentro de él. Sobre la base del diseño ya
esbozado, una reunión de todas las instancias de AGUA podría debatir y proponer cambios y mejoras
a la luz de las orientaciones de la nueva fase y del conocimiento del terreno. Un "taller" con estas
características cumpliría al mismo tiempo con múltiples objetivos porque permitiría ir armonizando
concepciones y metodologías.
En cuanto a los aportes de las organizaciones campesinas, un primer paso sería debatir en el
"taller" mencionado en el párrafo anterior cuáles habrían de ser los intereses y preocupaciones de
dichas organizaciones de acuerdo al conocimiento que de ello se tenga.
Paralelamente, habría que realizar una labor básica de rescate y revaloración de los propios
sistemas campesinos de control y evaluación, a fin de contar con elementos para preparar una
devolución adecuada de los primeros resultados del Sistema AGUA.
Con ello, las primeras devoluciones servirían para suscitar comentarios y aportes de las
organizaciones sobre el Sistema como tal y las formas de mejorarlo para que les sea útil y
aprovechable.
En cuanto a las demás instituciones presentes en sus áreas de trabajo, AGUA podría realizar una
doble tarea. Por un lado invitar a las más afines a conocer y debatir el Sistema AGUA. Por otra parte,
hacer una revisión de documentos de todas estas instituciones para detectar la finalidad, objetivos,
estrategias, metas y metodologías propuestas o supuestas de éstas, a fin de incluir en el Sistema
elementos susceptibles de servir a un monitoreo/evaluación global delas intervenciones en la zona.
Gracias a ello, al devolverse los resultados obtenidos, tales instituciones podrían más fácilmente
verse motivadas (o cuestionadas) para intervenir en el mejoramiento del Sistema.
La continuación del proceso de rediseño/reestructuración del Sistema dependería de los
resultados alcanzados en esta primera etapa.
(#211)
En la colecta de datos
Mientras la colecta de datos se limite al llenado de cuestionarios o formularios, será difícil lograr
que la colecta de los mismos sea compartida por el conjunto de actores que aquí nos interesan.
Las fuentes de información son sin embargo múltiples. Más aún si el Sistema de Monitoreo y
Evaluación no se reduce a datos cuantitativos sobre producción, asistentes, "beneficiarios" y otros
rubros por el estilo.
La incorporación de nuevos actores en el proceso pasa necesariamente por una renovación y/o
ampliación de los métodos empleados para ello.
El primer esfuerzo habría de darse en cuanto a desarrollar la capacidad de fuentes ya existentes
como informes de todo tipo (administrativos, de construcción, de estudios) que cualquier instancia
AGUA suele producir. Se trataría entonces de preparar un esquema práctico para el vaciado de datos
presentes en los mismos. Al mismo tiempo, este esquema (y los debates y coordinaciones que se
puedan dar en un "taller" como el señalado en # 210) podría inducir ciertas adecuaciones de los
formatos de informes para facilitar su vaciado de datos.
El aporte campesino de datos es a su vez multiforme, adoptando lugares, momentos y códigos
frecuentemente inaccesibles a una práctica y mentalidad "funcionarias". Si AGUA recoge los
planteamientos hechos en muchas partes de este Estudio para "ponerse a la escucha" del
campesinado, podría elaborar progresivamente guías de recolecta de informaciones que se dan en la
comunicación intercampesina.
Al terminar su "cosecha" (en una reunión, una feria; al cabo de una semana o un mes; etc.), el
técnico AGUA podría someter sus apuntes a los propios participantes, a una asamblea comunal o,
cuando menos, a las autoridades comunales, logrando así una corrección de las malas
interpretaciones, un enriquecimiento de las informaciones y, sobre todo, una motivación campesina
para su intervención consciente y crítica en la colecta de datos y en el Sistema de Monitoreo y
Evaluación como tal.
De esta manera se prepararía el ambiente para avanzar a un trabajo más compartido en esta
labor de colecta.
Con las demás instituciones presentes en la zona, el proceso podría ser parecido, "cosechando"
informaciones y opiniones de las mismas, cotejando con ellas lo recolectado sobre lo que a ellas les
interesa y motivándolas a una intervención activa en el Sistema.
Como las opiniones de los diferentes actores han de ser también un ingrediente importante del
Sistema de Monitoreo y Evaluación, se podría ir ensayando la composición y funcionamiento de un
equipo de encuestadores (que no pertenezcan a ninguna de las instituciones) para realizar, una vez al
año, una encuesta general susceptible de detectar informaciones difíciles de obtener por otros medios.
Este equipo podría estructurarse a base de convenios con la Universidad, pero bajo la
conducción, las metodologías y las normas establecidas por el Programa. Semejante equipo podría
entonces ser un elemento de continuidad del Sistema más allá de la presencia intensiva de AGUA en
la cuenca.
(#212)
En la interpretación
De cumplirse con los procesos anteriores [#210, 211], sería más fácil lograr una intervención de
todos los actores en la interpretación de los datos recolectados, sea en encuentros de conjunto, sea
en una dinámica escalonada de reuniones por tipo de actor (cada instancia AGUA, todo AGUA, las
organizaciones campesinas por su cuenta, las otras instituciones por su cuenta...) que desemboquen
en eventos comunes a dos o tres de estos actores y finalmente en el encuentro de conjunto.
Pero también se podría partir de la interpretación como generador inicial de un rediseño del
Sistema y una colecta compartida de los datos. Una reunión en la cual AGUA someta a la
consideración de sus interlocutores las interpretaciones que ya tenga elaboradas a base de los datos
existentes, no solamente podría servir para rectificar o mejorar dichas interpretaciones sino que podría
motivar a una mayor intervención en el diseño y el funcionamiento del Sistema.
Lo que sí es importante, cualquiera sea la estrategia para la reestructuración del Sistema de
Monitoreo y Evaluación de AGUA, es que se realice un esfuerzo especial para la preparación y
conducción de tales reuniones.
Un esquema básico podría consistir en la presentación (preparada y/o debatida de antemano en
el marco organizacional o institucional propio) de las interpretaciones de cada interlocutor. A
continuación, los responsables del Sistema de Monitoreo y Evaluación explicarían las conclusiones a
las cuales han llegado, las dudas y vacíos existentes, el por qué y cómo llegaron a ello. Finalmente, el
cotejo entre todos los aportes anteriores permitiría refinar o restablecer una interpretación más
acertada, revisar el diseño y funcionamiento del Sistema como tal y la participación en el mismo de
cada uno de los interlocutores y plantear las medidas correctivas que interesan para el proceso de
desarrollo.
(#213)
En las decisiones correctivas
A. Antecedentes
Convenios y acuerdos en AGUA (#228)
Convenios y contradicciones (#229)
B. Limitaciones
¿Qué coordinar? (#230)
Estado parcelado, coherencia y coordinación (#231)
C. Alternativas
Los actores (#232)
Rol de las organizaciones campesinas (#233)
Rol del Estado (#234)
D. Política AGUA de coordinación
Apoyar a las organizaciones comunales (#235)
Apoyar a las demás instituciones (#236)
Convenios y acuerdos (#237)
A. Antecedentes
(#228)
Convenios y acuerdos en AGUA
(#229)
Convenios y contradicciones
De nada serviría que el presente Estudio se preocupe en señalar nuevos acuerdos posibles y
convenientes. Porque la multiplicación de documentos formales no es ninguna garantía de
coordinación real, tanto por parte de AGUA como por el lado de sus interlocutores.
Vemos que AGUA hasta ahora no logra aún una coordinación útil y operativa entre sus propias
Sub-Direcciones. Cada una actúa conforme a una lógica propia y a menudo contradictoria con las
demás. ¿Cómo creer que se pueda entonces alcanzar una buena coordinación con entidades
externas a la institución si no se ha llegado a ella internamente?
Dentro de las relaciones que Desarrollo Agrícola tiene con otras instituciones y proyectos,
podemos constatar que las que llegan a funcionar son las estrictamente utilitarias. AGUA cumple por
ejemplo con distribuir y ensayar algunos productos de Tallandina. O con ampliar el sistema de difusión
de las papas "libres de virus" del CIPA. O con repartirse el espacio de la cuenca con CHAPA a fin de
no realizar la misma actividad en la misma comunidad.
Pero no se logra ir más allá. No se consigue evitar contradicciones graves en las estrategias y las
metodologías. No se llega a impedir paralelismos y rivalidades de "clientelismo" con la ONAA, el
UNICEF y otros...
¿Nuevos convenios, más completos y más estrictos, podrían suprimir tales contradicciones?
Existen limitaciones que van mucho más allá de AGUA y que son fundamentales para la dispersión, la
rivalidad, la descoordinación y la contradicción entre los múltiples agentes externos que intervienen en
la cuenca.
B. Limitaciones
(#230)
¿Qué coordinar?
Es normal que un programa especializado como AGUA intente coordinaciones específicas con
interlocutores de "su" sector y de "sus" zonas. Pero, si lo que se busca es algo más que el simple
cumplimiento de metas, la mera culminación de obras y servicios, si se pretende tener una
contribución sustancial al proceso de desarrollo integral del área rural escogido [#57 a 59], se
requiere en primer término una coordinación y armonización de enfoques, de políticas, de estrategias,
a fin de desembocar sobre metas coherentes entre sí y con la finalidad de desarrollo.
Es decir que la coordinación interinstitucional no puede ser un simple instrumento a manejar en
forma casual o sistemática de acuerdo a necesidades puntuales de funcionamiento del Programa. Más
bien debería buscarse una verdadera política de coordinación o acción interinstitucional sustentada en
una política coherente de desarrollo rural integral.
(#231)
Estado parcelado, coherencia y coordinación
La propia naturaleza "parcelada" o "balcanizada" [#21] del Estado es un factor limitante de toda
posibilidad de coordinación estrecha. Cada institución, programa o proyecto debe justificar su
existencia, su "capacidad de gasto", su "clientela", cumpliendo metas cuantitativas para evitar ser
cancelado o disminuido.
La misma intervención de la Cooperación Internacional contribuye a aumentar las diferencias
entre todos estos "actores externos" por cuanto al aparato parcelario del Estado peruano se agregan
los aparatos a su vez parcelarios de diferentes otros Estados u organismos internacionales.
Todas estas instituciones, programas y proyectos se crean bajo el supuesto de que el país cuenta
con un gobierno y una política que habrán de servir de marco de referencia e inspiración comunes a
todos los actores y a las coordinaciones entre ellos.
Pero, a diferencia de los países que inspiraron el modelo estatal actualmente aplicado en el Perú,
la propia sociedad peruana está "parcelada" y "balcanizada", con lo cual el Estado y sus conductores
no tienen la capacidad (saber, saber-hacer y poder) de establecer, más allá del eventual discurso, la
coherencia global ["Mitos" 34].
Sin coherencia en la inspiración y en las políticas, las "coordinaciones interinstitucionales" no
pueden ir mucho más allá de buenos deseos y elementos puntuales.
C. Alternativas
(#232)
Los actores
La búsqueda de alternativas debería partir, como en muchos otros aspectos, de una revisión del
enfoque: pasando de una preocupación centrada en los "objetos" de coordinación a una estrategia
basada en los "sujetos" o "actores" del proceso de desarrollo y por tanto de las coordinaciones
posibles y convenientes.
La coordinación entre las diversas entidades y proyectos es un requisito permanente que cada
uno viene planteando por su cuenta, quejándose de las duplicidades, desaveniencias y
contradicciones. Pero hasta ahora se ha dejado que la coordinación surja de alguna institución estatal
nacional de nivel superior o de la "buena voluntad" de los programas involucrados.
Replantear el problema de los "actores" de la coordinación significa, primero que nada,
considerar quiénes pueden y deben lograrla, definir los criterios y orientaciones necesarias.
Volvamos así a un eje central de toda la reflexión de este Estudio: el rol de las organizaciones
campesinas y el rol del Estado.
(#233)
Rol de las organizaciones campesinas
En las actuales condiciones andinas, las propias organizaciones campesinas (esencialmente las
comunales e intercomunales) son los actores con mayores posibilidades para "forzar" una
coordinación real entre las instituciones y programas abocados al desarrollo rural.
Retomando y consolidando su carácter de autogobierno ["Mitos" 29], las organizaciones
comunales pueden "obligar" las múltiples "agencias externas" a respetar la planificación,
programación y/o metodologías adoptadas por ellas mismas o a retirarse.
Es decir que, cuando las comunidades dejan de funcionar como simples "clientes" de las ofertas
externas, dejan de aceptarse como "grupo-meta", "beneficiarios" o "usuarios" de lo programado por
las instituciones que desean intervenir en su territorio, y vuelven a asumir su protagonismo, su rol de
agente principal del proceso de desarrollo, las posibilidades de una acción conjunta coherente y
coordinada crecen enormemente, más allá de las buenas voluntades de tal o cual funcionario, técnico
o institución.
El desarrollo de la capacidad de control/aprovechamiento de aportes externos por las
organizaciones comunales es entonces una de las claves para una buena coordinación
interinstitucional y un Programa como AGUA puede entonces colaborar en este afán [#140, 141, 196].
(#234)
Rol del Estado
Si las organizaciones comunales han de jugar un papel fundamental para la reconstrucción desde
abajo de la coherencia y la coordinación entre todos los actores del desarrollo rural andino, el Estado
tiene también un rol principal aún cuando los resultados deseables estén supeditados a un sinnúmero
de factores que escapan a las influencias del "terreno" y tengan de que ser mucho más lentos.
Los últimos decenios han sido prolíficos en intentos estatales de creación de entidades
responsables de asegurar la necesaria coordinación. Corporaciones de Desarrollo, Organismos de
Desarrollo, Microrregiones, ahora Regiones..., cada gobierno ha intentado atribuir a la entidad de su
preferencia la responsabilidad de coordinación.
Pero no basta con tener la "atribución", se requiere la "capacidad" correspondiente (saber, saber-
hacer, poder). Si bien instituciones de terreno como AGUA tienen poco que ver con las decisiones
sobre "atribución", podrían al menos colaborar en desarrollar la "capacidad".
Los esfuerzos de AGUA por lograr una mayor coordinación interinstitucional deberían priorizar el
apoyo a las organizaciones comunales (e intercomunales), particularmente en cuanto al desarrollo de
su capacidad de control/aprovechamiento de los diversos aportes externos.
Para ello, la mejor fórmula consiste en apoyar los procesos de planificación y desarrollo
comunales y de cuenca [#124 a 142]. Un nuevo tipo de relación AGUA-comunidad puede ser la mejor
manera de ayudar las organizaciones comunales a elaborar, desde la experiencia con AGUA, pautas
para sus relaciones con otras instituciones y proyectos.
(#236)
Apoyar a las demás instituciones
AGUA no es la única institución presente en la región y la cuenca que se preocupe por contribuir
a un desarrollo rural integral y por coordinar acciones. Muchos programas públicos y privados tienen
las mismas aspiraciones.
Al mismo tiempo, un apoyo aislado de AGUA al desarrollo de la capacidad comunal tendría
mucho menos impacto que el alcanzable con la labor conjugada de varias entidades en la misma
dirección.
El Programa habría entonces de aumentar y pulir sus actuales esfuerzos por compartir
orientaciones y búsquedas. El texto del presente Estudio podría servir para tal fin, como base de
debate para armonizar concepciones, estrategias y metodologías, como demostración de la capacidad
y afán autocríticos de AGUA, como inspiración de acciones concertadas...
Ya existen instituciones motivadas por el enfoque que AGUA está asumiendo para esta nueva
fase. Otras podrían empezar a interesarse cuando se encuentren con planteamientos de comunidades
apoyadas por AGUA.
Habría entonces que comenzar con las más afines y estar disponibles para dialogar y coordinar
con las otras cuando se abran a semejante perspectiva.
(#237)
Convenios y acuerdos
diciembre de 1987
A. Introducción
Para definir una extensión diferente, que esté al servicio del campesino y de su organización, es
preciso partir de su realidad y respetar su racionalidad.
Los diversos elementos de esta realidad interactúan entre ellos y es a nivel de estas
interrelaciones que el campesino puede intervenir, tomando la decisión de modificarlas en función de
su racionalidad y objetivos.
Una instancia externa de apoyo como AGUA interviene entonces para, a base del diálogo técnico-
campesino, acompañar al campesino en la búsqueda y elección de alternativas para modificar las
interrelaciones entre los elementos de la realidad del campesino.
A cada interrelación pueden corresponder uno o varios ejes de trabajo que, a su vez, se pueden
plasmar a través de variadas acciones que tienen métodos e instrumentos específicos.
B. Interrelaciones -
Ejes de trabajo -
Acciones
1. Los principales elementos de la realidad del campesino de la cuenca alta del río Punabamba
Una aproximación a la realidad del campesino de la cuenca alta del río Punabamba lleva a
considerar como elementos principales los siguientes (figura 3 del capítulo 2):
* Las infraestructuras de riego construidas por AGUA constituyen un elemento nuevo que se
integra (o debería integrarse) a la realidad comunal. Cruzan e interesan tres tipos de unidades socio-
espaciales: la unidad familiar, la comunidad y la micro-cuenca. (En conjunto, los 12 proyectos de
AGUA integran un cuarto nivel que es la cuenca alta del río Punabamba.)
Por ser nuevo e impulsado desde el exterior (por AGUA) este elemento interactúa sobre los
demás estableciendo interrelaciones nuevas que pueden responder a una racionalidad
"modernizante" o andina. De allí la importancia de la elección de los ejes de trabajo y de acciones de
apoyo y acompañamiento.
* La actividad agrícola de autoconsumo se desarrolla principalmente en las parcelas de la familia.
El conjunto de dichas parcelas ha sido dividido por el canal de riego AGUA: una parte pertenece al
perímetro con riego y la otra sigue sin riego (o con riego tradicional). Esta actividad productiva sirve
principalmente para abastecer la unidad familiar en alimentos e insumos pero genera también algún
excedente que pueda ser intercambiado (trueque-venta).
* La actividad agrícola comercial se ubica en el perímetro regado por el canal AGUA y la
producción está destinada al mercado.
* La actividad pecuaria está ligada a los recursos forrajeros disponibles tanto en la misma unidad
familiar (rastrojos de los cultivos, a veces forrajes cultivados) como en el territorio comunal (pastos
naturales). En la racionalidad andina el ganado representa un capital fácilmente movilizable ("caja de
ahorro") que la familia podría convertir en dinero en cualquier situación de emergencia (enfermedad,
muerte...) o de responsabilidad social (cargos, matrimonio, compadrazgo...). Además constituye la
fuente principal de donde se originan los fertilizantes orgánicos para la agricultura.
* La unidad socio-territorial familiar incluye a los miembros de la familia y el territorio (conjunto de
parcelas) que posee. Por pertenecer a la comunidad, esta unidad comparte con las demás los
recursos comunes: pastos naturales, bosques, agua y, a veces, tierras comunales de cultivo.
* La unidad socio-territorial comunal proviene de la interrelación entre una organización social y un
territorio determinado. El gobierno comunal asume varias funciones como la gestión de los recursos y
bienes comunes, la reproducción y defensa de sus miembros, etc.
Para vincularse con el exterior, los miembros de la comunidad eligen en asamblea comunal un
Comité de Administración con su Presidente, Tesorero, Secretario, etc.
Paralelamente a estas autoridades modernas se mantienen todavía las autoridades tradicionales
(varayoc) que no surgen de un proceso de elecciones democráticas sino del sistema de "varas", o sea
el tránsito (a base de la experiencia y de los conocimientos adquiridos) por una serie de cargos. Estos
últimos siguen rigiendo los asuntos internos de la comunidad.
* La micro-cuenca reúne en su ámbito varias comunidades. Por sus características ecológicas y
geográficas constituye una unidad espacial a la cual debería corresponder una organización de
gestión de los recursos comunes. El ayllu, que cumplía esta función, ya no existe en Punabamba y las
comunidades tendrán que generar una organización intercomunal para asegurar el manejo y gestión
de los recursos naturales de la microcuenca.
* Por fin, es preciso tomar en cuenta algunos de los elementos del mundo exterior con los cuales el
campesino está directamente vinculado:
- el mercado de bienes, o sea el conjunto de transacciones comerciales que el campesino realiza
con agentes externos (negociantes, camioneros, intermediarios) en diferentes lugares (en su chacra,
en las ferias, en las tiendas comerciales y mercados de Quinta u otra ciudad);
- el mercado de trabajo , o sea el conjunto de las fuentes de trabajo tanto de la ciudad como de
otras zonas (Ceja de Selva, Selva) a las cuales acuden algunos miembros de la familia (comunero,
jóvenes) para conseguir ingresos adicionales (migraciones temporales);
- los interlocutores del exterior que ofrecen (o a los cuales se puede recurrir para conseguir) algún
tipo de apoyo: servicios estatales de asistencia técnica (CIPA) y crediticia (Banco Agrario), proyectos
privados o de cooperación técnica, centros experimentales, etc.
Para cada interrelación entre dos elementos de la realidad se pueden definir, para orientar la
acción de AGUA, uno o varios ejes de trabajo, tratando de respetar la racionalidad del campesino. A su
vez, a cada eje de trabajo corresponden una serie de actividades. Ambos, ejes de trabajo y
actividades, apuntan hacia el fortalecimiento de la organización comunal y la consolidación de sus
capacidades para elaborar e implementar un plan de desarrollo comunal.
En el cuadro siguiente presentamos, a base de una serie de interrelaciones posibles, una
propuesta de ejes de trabajo y de actividades correspondientes.
Antes de tocar los métodos e instrumentos necesarios para la ejecución de estas actividades, es
preciso definir algunos criterios metodológicos básicos.
Fortalecimiento de la organización
socio-territorial
Cualquier tipo de acción promovida por AGUA debe ser presentada, debatida y acordada por la
asamblea comunal. Aún los apoyos a familias deben pasar por la organización comunal para ser
debatidos y para que, en asamblea, la comunidad escoja las familias interesadas. Estas, al ejecutar
una acción apoyada por AGUA, tendrán entonces que informar y rendir cuenta a la comunidad y no a
la instancia de apoyo externo.
De igual modo, si para la ejecución de tal o cual acción es preciso constituir un "brazo", es la
organización comunal la que debe hacerlo haciendo el "encargo" específico a quien corresponda. .
El campesino percibe a AGUA como una "mamadera" a la cual hay que pedir todo lo que puede
ofrecer. Es una relación interesada entre el campesino que quiere conseguir algunas ventajas
materiales y el técnico que cumple con sus metas y será felicitado por sus superiores. Pero no es una
relación de confianza basada sobre el diálogo que permitiría avanzar juntos hacia la definición e
implementación de un desarrollo comunal. De asistencialista, AGUA debe pasar a ser percibido poco a
poco por el campesino como una institución que puede acompañarle en esta tarea.
Ordenamiento de métodos
Las actividades consideradas arriba pueden reagruparse en función a las diferentes capacidades
que necesita adquirir y consolidar la organización comunal para poder conducir y ejecutar un plan de
desarrollo comunal.
Entonces las acciones de apoyo y acompañamiento emprendidas por AGUA deben apuntar a
desarrollar las siguientes capacidades de la organización comunal:
+ análisis
+ formación
+ gestión-administración
+ organización
+ comunicación
+ planificación
+ conducción-ejecución
En el cuadro siguiente se comenzó a ordenar las actividades propuestas en función del tipo de
capacidad de la organización campesina que contribuyen a reforzar o desarrollar.
Para cada grupo de actividades se habrían de proponer métodos e instrumentos para facilitar su
ejecución, tratando de diferenciar el papel del campesino y el del técnico (personal de campo de
AGUA).
1. ANALISIS
2. FORMACION - CAPACITACION
3. GESTION - ADMINISTRACION
ANEXO 2
UN EJEMPLO DE INTERRELACIONES
Canal AGUA (1) - Ganadería (4)
(presentado en el taller sobre extensión, el 21.1.88)
A.EJES DE TRABAJO
B. ACCIONES
C. ACTIVIDADES
1. corrales de altura;
2. cercos;
3. pozas de compost;
4. parcelas experimentales o demostrativas de forrajes;
5. ensilado;
6. henificación;
7. establos familiares/interfamiliares de engorde;
8. centros comunales de engorde;
9. otras...
D. PROCESO METODOLOGICO
1. asamblea comunal
- propuesta y decisión (responsables planificación);
2. planificación
- análisis;
- propuestas;
3. asamblea comunal
- toma de decisión;
- organización para implementación (responsabilidades);
4. "cargo" o "brazo"
- implementación;
5. directiva comunal
- seguimiento;
6. asamblea comunal
- evaluación;
- debate.
1. motivación (información)
2. apoyo
- metodológico (materiales)
- conocimientos profesionales
3. presencia sin intervenir
4. apoyo al responsable
- materiales
- conocimientos
- contactos con otros apoyos;
5. seguimiento propio de AGUA
6. apoyo a control y evaluación por asamblea.
F. TECNICAS E INSTRUMENTOS
1. mapa parlante;
2. ficha tecnológica;
3. visitas guiadas;
4. dinámicas de taller (encuentro-taller);
5. préstamos a la comunidad;
6. donaciones a la comunidad;
7. sistema de monitoreo/evaluación;
8. devolución a la organización de los resultados del sistema de monitoreo/evaluación.
ANEXO 3
NECESARIAS PARA LA
CONTINUIDAD
DEL PROCESO DE
AUTODESARROLLO CAMPESINO
PAC
Pierre de Zutter
Potosí, agosto de 1987
(con algunas correcciones en abril de 1988)
En nuestro esfuerzo por ser cada vez más coherentes y consecuentes con el nombre y el objetivo
del Programa, el autodesarrollo campesino, hemos intentado definir qué entendemos por esta
expresión:
También hemos visto que el papel del Programa consiste en apoyar los esfuerzos iniciales de
autodesarrollo campesino, ayudando
* a crear las condiciones internas necesarias
* y a forjar las capacidades
que posibiliten ese proceso y su continuidad después del retiro del apoyo externo.
Para que el proceso de autodesarrollo campesino pueda continuar cuando se retire el apoyo del
Programa, tendrá que estar conducido por organizaciones fuertes y capaces.
Ello obliga a preocuparse desde ya por adecuar el trabajo del Programa al fortalecimiento de
organizaciones coherentes con la finalidad de autodesarrollo. Eso significa ir más allá del simple
esfuerzo de creación o consolidación de organizaciones en función de las actividades del Programa.
¿Cuáles son las diferencias entre ambos tipos de organizaciones?
* Las organizaciones que se crean para el buen funcionamiento de determinadas actividades del
Programa son generalmente:
+ selectivas: agrupan solamente a los campesinos con recursos e interés para aprovechar dichas
actividades;
+ funcionales: se dedican solamente a lo que se refiere a dicha actividad, a dicha función, sin poder
ocuparse, como organización, de los problemas que aparecen entonces en otros aspectos;
+ temporales: por más que deseamos (y trabajamos para ello) que sigan existiendo cuando se
retire el Programa, la experiencia enseña que casi siempre desaparecen rápidamente cuando se va el
apoyo externo, el apoyo del Programa.
¿Cuáles son, en los Andes, las organizaciones que ofrecen garantías para el autodesarrollo
campesino?
Ninguna organización cumple actualmente con todos estos requisitos en forma completa.
* Allí donde todavía existen, son una garantía de continuidad: tienen más probabilidades de seguir
existiendo dentro de 10, 20 ó 30 años que cualquier otra organización.
* Normalmente todos los habitantes del territorio del ayllu son miembros de la organización, con los
derechos y obligaciones correspondientes.
* Antiguamente se ocupaban de todos los problemas de existencia y desarrollo del ayllu: tanto la
gestión de los recursos del territorio como la producción y administración de ciertos excedentes
comunes, la educación, la salud, la representación política ante el exterior, la cultura, etc.
Actualmente han perdido muchas de estas atribuciones en provecho de otras estructuras y
organizaciones paralelas. Pero tienen potencial y vocación para ocuparse de todos los componentes
del autodesarrollo en forma integral.
* Tenían un sistema de autoridad única, con múltiples "cargos" especializados que respondían a la
autoridad mayor y actuaban dentro de la estrategia común de desarrollo (antiguamente) o de
supervivencia y resistencia (desde la invasión española).
Muchos cuentan ahora con sistemas dispersos de autoridad (representación del Estado por el
corregidor, comités, grupos, clubes y asociaciones para trabajar con programas de desarrollo), pero se
nota en muchos casos la tendencia a integrar estas autoridades dispersas y hacerlas compatibles bajo
la estrategia común: el corregidor, por ejemplo, pone su autoridad al servicio de las decisiones de los
"cargos" tradicionales.
Allí donde el ayllu ha desaparecido o donde su presencia ya es casi invisible y muy cuestionada,
casi siempre se encuentran aún formas de organización interfamiliar y territorial que responden a la
tradición y a los criterios de la organización ancestral andina.
¿Cómo hacer?
No se trata solamente de que nuestras organizaciones funcionales (aquellas que nacieron para
trabajar con el Programa) "tomen en cuenta" la organización tradicional.
Allí donde ya no existe el ayllu se han de buscar las tradiciones y potenciales de organización
andina que subsisten. Así se podrá intentar construir un nuevo tipo de organización que se acerque lo
más posible (y cada vez más) a las condiciones necesarias para el autodesarrollo campesino,
incorporando o reemplazando las organizaciones funcionales ya creadas.
* Para ser coherente, un territorio campesino tiene que estar libre de contradicciones graves como:
+ el acaparamiento de recursos claves por una sola actividad o por un solo grupo; por ejemplo:
- derivación de un manantial para irrigar terrenos de una hacienda, un grupo o una sola
comunidad, cuando varios dependen de él;
- extracción acelerada de un recurso común (como la leña) para una artesanía cuando todas las
familias lo necesitan;
+ la realización de actividades que dañan las otras; por ejemplo:
- la contaminación de las aguas por una mina o una artesanía;
- sistemas de rotación de cultivos que sean divergentes e impidan un buen manejo (un campesino
cultiva papas en medio de terrenos en descanso que buscan librarse de las plagas de la papa; un
campesino quiere meter su ganado en su parcela en descanso o ya cosechada, en medio de parcelas
con cultivos; etc.).
* Para ser coherente, un territorio campesino tiene que estar adecuadamente articulado,
internamente y con el exterior. Ahí pueden verse, por ejemplo, los problemas de accesibilidad:
+ internamente, es importante poder tener una buena circulación entre los diversos grupos y
sectores del territorio, y no que:
- una comunidad del ayllu tenga el paso prohibido hacia las otras comunidades por la presencia en
el camino de barreras físicas, tierras o grupos privados y/o enemigos;
- una comunidad no pueda complementar su agricultura y su ganadería por tener el paso impedido
o demasiado dificultoso entre sus zonas de pastoreo y sus tierras de cultivo; etc.;
+ con el exterior, es importante que las vías y medios de circulación estén en función de las
estrategias del grupo, es decir sus necesidades de relacionarse con tal o cual grupo y territorio, y no
solamente en función de los centros urbanos y administrativos modernos.
El territorio natural en el cual está asentada una organización campesina brinda recursos y
potenciales para la vida de esa población. Pero, en las condiciones ecológicas andinas, la
supervivencia de esa población y su desarrollo requieren importantes esfuerzos para adecuar dicho
territorio, es decir transformarlo, acondicionarlo.
Durante la vigencia del Programa se pueden emprender, apoyar y realizar muchas de estas
acciones de transformación y acondicionamiento. Pero, para que el proceso de autodesarrollo
campesino pueda seguir, tenga continuidad, es importante que el territorio campesino ofrezca
condiciones para las adecuaciones necesarias, es decir que sea "adecuable".
Ello requiere sobre todo que las acciones de transformación y acondicionamiento puedan
emprenderse a una escala compatible con las condiciones ecológicas y con el acuerdo y colaboración
de todos los integrantes del territorio. Por ejemplo:
* las acciones para aprovechar mejor las fuentes de agua necesitan abarcar todo el territorio por
donde circula esta agua, desde las zonas altas donde se recolecta hasta aquellas por donde pasa y
aquellas donde se les va a aprovechar en forma más intensiva (bofedales, riegos...), es decir toda la
microcuenca o cuenca;
* las acciones para crear o mejorar superficies de cultivo (en laderas o en la orilla de un río, por
ejemplo) no pueden limitarse a la adecuación de las solas tierras cultivables; tienen que poder
garantizar estas tierras ante posibles derrumbes o inundaciones provenientes de las partes más altas;
necesitan por ello complementarse con una transformación y/o gestión consecuentes de dichas partes
altas;
* las acciones para disminuir ciertos extremos climáticos (heladas, vientos...), o para mejorar la
ecología, difícilmente pueden tener impacto y duración si se emprenden a una escala demasiado
pequeña (una parcela, una zona de la comunidad...); tienen que poder diseñarse a la escala que la
ecología andina impone para garantizar el impacto, el mantenimiento y la duración de las acciones y/u
obras emprendidas.
No se trata de pedir un documento que imite la planificación nacional moderna y detalle los
recursos, las acciones, los plazos o etapas... Ello obligaría la organización a confiar la elaboración del
plan a otras gentes y racionalidades y dificultaría su ejecución y conducción por los propios
campesinos.
Se trata más bien que la organización campesina debata y defina sus opciones en cuanto a:
+ qué tipo de sociedad y formas de vida desea construir y son posibles;
+ qué prioridades y modalidades prefiere para aprovechar y acondicionar su territorio con los
recursos que tiene;
+ qué orden considera más adecuado para enfrentar sucesiva o simultáneamente sus múltiples
necesidades.
Es importante que ese plan no sea confundido con un simple listado de necesidades, tal como los
reclamos o solicitudes que se hacen ante el Estado o los programas de desarrollo. No se trata de
conseguir aquello que suelen brindar el Estado o los programas (escuela, posta de salud, obras de
infraestructura, insumos...). Se trata de ver qué requiere cabalmente la organización para construir esa
sociedad y ese territorio, a base del esfuerzo propio y con el posible apoyo de fuentes externas, su
personal y sus recursos.
* evitando por ejemplo opciones de crecimiento rápido en un rubro (como la agricultura comercial)
sin tener la seguridad, la garantía, de poder controlar la consiguiente adaptación tecnológica, el
aprovisionamiento de insumos internos o externos, los circuitos y precios de comercialización, etc.;
* evitando asimismo opciones de crecimiento en una actividad que obliguen a una utilización
máxima de ciertos recursos (fuerza de trabajo, materias primas...), impidiendo así el normal
funcionamiento de otras actividades que son indispensables y para las cuales no se cuenten con
alternativas confiables y duraderas de reemplazo adecuado.
La elaboración de ese plan de desarrollo debe también poder convocar la adhesión de todos los
integrantes de la organización y/o el compromiso/obligación de respetar la autoridad y las estrategias
comunes que han de guiar su realización.
A medida que el plan de una organización (ayllu por ejemplo) sea cada vez más ambicioso en sus
objetivos y en el tiempo, requiere la coordinación con otras organizaciones. De tal manera, los planes
de varias organizaciones locales pueden desembocar en la negociación/concertación progresiva de
un plan zonal a ser conducido por la organización zonal.
Los planes y estrategias de las organizaciones campesinas deben tomar en cuenta los planes y
políticas existentes en la región y en el país, considerando tanto las orientaciones proclamadas como
las prácticas conocidas, a fin de evitar lanzarse a objetivos incompatibles con las políticas de los
niveles mayores.
+ naturales, como las tierras (de pastoreo y de cultivo), el agua, la flora y la fauna silvestres, etc..;
+ culturales, como las innumerables especies vegetales y animales domesticadas...;
+ enérgéticos y tecnológicos, como la fuerza de trabajo humana (con sus conocimientos, su
organización, su cosmovisión...) y animal, las herramientas, las máquinas, las prácticas, etc.;
+ de complementación, como ciertas materias primas, ciertos productos y cierta cantidad de fuerza
de trabajo que pueden ser intercambiados (reciprocidad, trueque, venta, salarios) para obtener
aquellos otros recursos o bienes de los que se carece.
Pero generalmente tales recursos son insuficientes para satisfacer las condiciones de vida y
trabajo a los que aspiran los campesinos:
+ faltan determinados recursos (tierra, agua, fuerza de trabajo...) o bien faltan otros para
aprovechar bien aquellos que podrían ser suficientes (tierra y/u organización para aprovechar la
fuerza de trabajo; fuerza de trabajo para aprovechar y/o acondicionar la tierra; etc.);
+ los recursos se deterioran y la presión sobre ellos impide su mejoramiento (los pastizales
sobrepastoreados tienen demasiados animales para permitir la rotación que los recupere);
+ faltan tecnologías para mejorar los recursos deteriorados en plazos y condiciones adecuadas a la
realidad actual (¿cómo recuperar semillas de variedades nativas bien adaptadas pero infestadas de
virus?); etc.
Por consiguiente los recursos apenas alcanzan para la subsistencia mínima y a veces ni siquiera.
Tener recursos suficientes y crecientes requiere entonces tener la capacidad de generar
excedentes en determinados recursos a fin de poder utilizarlos en mejorar el potencial y el
aprovechamiento de los demás, para que estos a su vez generen nuevos excedentes que puedan
dedicarse a mejorar las condicioones de vida y trabajo y/o a producir nuevamente otros excedentes
necesarios.
Así, por ejemplo, se puede comenzar por generar un excedente de fuerza de trabajo, gracias a
una mejor organización, a fin de dedicarlo a la transformación o aumento (es decir mejoramiento) de
las tierras cultivables.
O bien se puede comenzar por generar un aumento de producción agrícola a fin de contar con
reservas de alimentos y disminuir así provisoriamente el rebaño y liberar tierras de pastoreo,
transformarlas o regenerarlas (es decir mejorarlas) y permitir luego un crecimiento cuantitativo o
cualitativo del rebaño.
¿Qué se requiere para volver los recursos suficientes y crecientes en función de un autodesarrollo
campesino?
* Si los excedentes generados se concentran en pocas manos, se llega pronto a que dichos
excedentes sean utilizados en inversiones fuera del territorio campesino, en el mejoramiento de las
condiciones de vida y trabajo de esos pocos, o en la extensión de los territorios controlados en forma
particular por esos pocos, en detrimento de los demás que verían disminuidos sus recursos y
anuladas sus posibilidades de mejoramiento y hasta de subsistencia.
+ que tenga una política de administración/gestión de dichos recursos en función del proceso de
autodesarrollo, a fin de posibilitar el mejoramiento de todo su grupo social y todo su territorio, y evitar
contradicciones y desequilibrios que destruyan el proceso.
5. TECNOLOGIAS ADECUADAS, DIVERSIFICADAS Y PROGRESIVAS
A menudo se piensa que existen las tecnologías adecuadas y se las ve como lo contrario de las
tecnologías grandes, pesadas, caras. Sin embargo, no se trata tanto de clasificarlas según sus
características físicas sino más bien de analizarlas según su adecuación a la cultura local y a los fines
perseguidos.
Para determinar si una tecnología es adecuada o no, se tiene sobre todo que establecer criterios
para analizar su conveniencia o inconveniencia, en función de las características físico-naturales del
territorio en el cual se emplean, de las características biológicas, sociales, políticas y culturales del
grupo, así como de los objetivos y estrategias de la organización que conduce el proceso de
autodesarrollo.
Tales criterios podrían ser innumerables y ordenarse de múltiples formas. En todo caso, en un
proceso de autodesarrollo campesino, nunca deberían olvidarse criterios que permitan establecer si
las tecnologías empleadas o propuestas favorecen o dificultan el logro de las cuatro condiciones
anteriormente mencionadas como necesarias para el desarrollo:
Las necesidades tecnológicas del proceso de autodesarrollo campesino no pueden por tanto
determinarse de antemano. A medida que se van dando las transformaciones, surgen nuevos
requerimientos tecnológicas.
Asimismo, "tecnologías diversificadas" significa que no se limitan las alternativas a un solo tipo de
tecnología (moderna, intermedia, andina, ancestral o como se quiera llamar). Más bien se intenta
conocer y disponer potencialmente de todas a fin de aprovecharlas, eligiendo y adaptando de acuerdo
a las necesidades del proceso de autodesarrollo y a la cultura tecnológica de la sociedad en proceso.
El manejo de las tecnologías posibles exige entonces contar con una estrategia de desarrollo
tecnológico, es decir que los cambios sean controlados y progresivos, de acuerdo a la evolución del
entorno y de la cultura tecnológica del grupo, a las transformaciones que se vayan dando en el
conjunto de los componentes del grupo y del territorio.
Es decir que la organización campesina ha de contar con criterios adecuados para la selección,
implementación y gestión de las tecnologías que requiere:
+ rescatando, validando y revalorando críticamente los conocimientos y las tecnologías andinas;
+ aprovechando aportes útiles de diversos tipos de tecnología (andina y moderna) en función de la
realidad, las necesidades y la cultura propia;
+ adaptando tecnologías andinas y modernas a la realidad actual y local;
+ elaborando nuevas propuestas tecnológicas con aportes andinos y modernos, pero a base de la
cultura propia.
ANEXO 4
CAPACIDADES NECESARIAS
(extracto de
DESARROLLO MICRORREGIONAL Y DESARROLLO ALTERNATIVO:
UNA ESTRATEGIA PARA LA ORGANIZACION CAMPESINA
RURALTER N°1, primer semestre 1986, CICDA, Lima
[versión simplificada en mayo 88])
Equipo CAL
François Greslou
Jean Luc Pradel
Miguel Vallier
Pierre de Zutter
Indice
Capacidad de planificación
Para tratar esta tercera capacidad fundamental, comenzaremos por explicar por qué preferimos el
término conducción al de dirección.
La palabra dirección es ambigua porque se refiere tanto a una capacidad como a una instancia
orgánica, la dirección de la organización. Creemos que la capacidad de conducción no debe estar
solamente entre los dirigentes. Hablar de capacidad de dirección, así, a secas, podría levar a
interpretaciones bastante usuales en las cuales todo el esfuerzo reside en "capacitar dirigentes".
La capacidad de conducción tiene un doble sentido, cuyas partes son ambas importantes: por un
lado la capacidad de tomar decisiones; por otra parte la capacidad de tomar decisiones inspiradas por
un objetivo, un rumbo, una dirección clara. Estas dos dimensiones de la conducción son
indispensables para un autogobierno en función de desarrollo alternativo.
El primer componente tiene evidentemente que ver con las relaciones de poder: se trata de que la
organización pueda decidir lo que le conviene en lugar de dejarse imponer modelos o planes.
Esta capacidad no significa que cada organización vaya así a cualquier parte, en contradicción
entre ellas. Más bien, dentro de la óptica de "reconstrucción" que explicitamos al inicio de esta nota,
cada organización debe poder tomar en su territorio las decisiones que le convienen, dentro del
respeto a las orientaciones y acuerdos logrados en los ámbitos mayores a los que pertenece,
acuerdos alcanzados en base a la negociación/armonización/lucha entre intereses, necesidades,
racionalidades y posibilidades de los miembros de ese ámbito mayor.
El segundo componente se refiere al peligro de activismo sin rumbo claro y a la necesidad de
priorizar y definir con cada vez mayor precisión las orientaciones y alcances del desarrollo alternativo
que se persigue.
Para tener capacidad de conducción, la organización campesina debe profundizar su
conocimiento de la realidad local, micro, intermedia y macro y guiar sus decisiones según las
perspectivas del desarrollo alternativo a construir.
Para seguir graficando nuestras reflexiones, podríamos expresar de la siguiente manera las
relaciones entre capacidades fundamentales y Estrategia de Desarrollo Alternativo (EDA):
EDA
___________________________________________
___________________________________________________ CAPACIDAD
DE ORGANIZACION EJES DE
CONDUCCION nivel micro MOVILIZACION
(dirección)
nivel intercomunal
CAPACIDAD DE EJES DE
ACCION (ejecución) nivel de base TRABAJO
(familiar o
CAPACIDAD DE interfamiliar) EJES
PLANIFICACION PROGRAMATICOS
___________________________________________________
En el gráfico anterior aparece una cierta correspondencia entre determinados ejes y capacidades.
La horizontalidad del diseño así lo induce.
Conviene sin embargo evitar una visión mecanicista de las relaciones entre un eje y una
capacidad. No queremos negar estas posibles afinidades, pero éstas son siempre flexibles, y los ejes
y capacidades se interrelacionan todos entre sí.
Por ejemplo. La capacidad de planificación ayuda a determinar los tres tipos de ejes, tanto los
programáticos como los de trabajo y los de movilización. La capacidad de conducción se guía por los
ejes programáticos, pero cuidando especialmente los ejes de movilización y adecuando
eventualmente los ejes de trabajo.
Por otra parte, tampoco hay un orden mecánico entre los diferentes ejes o entre las diferentes
capacidades. Si bien los ejes programáticos parecen estar en la base, facilitando el análisis adecuado
de los posibles ejes de trabajo y de movilización, a su vez la práctica de trabajo y de movilizacón es la
que ofrece elementos para profundizar cada vez más los ejes programáticos.
¿Cómo lograr el desarrollo de las tres capacidades fundamentales? Práctica y reflexión nos
llevaron a precisar cinco capacidades básicas que deberían contribuir a ello. En realidad, durante
nuestro proceso de sistematización, comenzamos más bien por las capacidades básicas.
Progresivamente fuimos llevados a jerarquizar tales capacidades, diferenciando las fundamentales de
las básicas.
Estas cinco capacidades básicas serían:
* capacidad de análisis (producción de conocimientos),
* capacidad de formación (autoformación),
* capacidad de administración-gestión,
* capacidad de organización,
* capacidad de comunicación.
Capacidad de administración-gestión
Planificar, actuar y conducir exigen una buena capacidad de administración y gestión. Ahí
también se precisa una renovación.
No basta con intentar simplificar ciertas técnicas e instrumentos administrativos modernos para
luego "capacitar" en ellos a los más aptos dirigentes, a los jóvenes más "dinámicos" y "abiertos". La
administración-gestión es un instrumento de poder y se requiere por tanto socializarla al máximo,
favorecer su desarrollo en todos los niveles, desde la organización familiar hasta la organización
mayor.
El recurso a las técnicas modernas de gestión es muy útil, pero no se debe partir de ahí: se
requiere reconocer las lógicas y técnicas administrativas y de gestión de la sociedad campesina
tradicional para desarrollar el potencial que tiene. Sobre esta base podría lograrse un enriquecimiento
con aportes de lo moderno, sin forzar un salto de la racionalidad tradicional a la moderna, sin
engañarse tampoco con que ese salto corresponde a una supuestamente ineludible evolución
histórica.
Capacidad de organización
Capacidad de comunicación