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Clase I
Relación Historia – Memoria R utiliza los mismos conceptos que en TyN pero cambia los
significados, no se habla de representación en un sentido de referencialidad, no hay una
epistemología. En TyN se discute la continuidad entre Historia y narración, en ella texto y pasado
son análogos. Explica el concepto de triple mímesis.
MÍMESIS I: la prefiguración. Uno no es totalmente ajeno al pasado puesto que el pasado humano
es simbólico per se. Existen mediaciones en el pasado mismo: medios afines que suponen una
mediación conceptual, como normas y códigos.
MÍMESIS III: la refiguración. Alguien lee el libro y ve el pasado de cierta manera. El pasado “vuelve
al mundo”.
En La marca del pasado, de 1998, R marca un punto de ruptura, comienza a poner en duda la
relación entre la huella y el pasado. Hay dos ejes en este artículo: el eje Historia-Memoria y el de la
marca del pasado. Lo que se cuestiona es la relación entre la marca y el original. Encuentra dos
modelos: el retrato, que muestra una adecuación con respecto al pasado, y el modelo testimonial.
El testimonio marcaría la transición de la memoria a la historia, sustituye el ver por el decir y el
saber por el creer. La pregunta es si el testimonio es fiable y no por la comparación, como en el
caso del retrato. Un retrato no es una copia, está ligado a la búsqueda de la verdad por medio de
la interpretación. En H, M, O aparece la idea de REPRESENTACIÓN, en la que hace descansar toda
la obra. Efectivamente, en H, M, O el problema principal es ético-político: ¿qué hacer con la
memoria traumatizada?
Clase II
En esta primera parte de la obra R parte de la distinción aristotélica entre ANAMNESIS Y MNEME.
Busca replantear esta postura y acercarse a Bergson. Revisita la relación entre memoria e
imaginación. Asegura que no fue un concepto bien tratado por la filosofía puesto que se la colocó
en el lugar más degradado a nivel conocimiento. Kant “imaginación productiva”. Heidegger dice
que Kant dice que la imaginación articula experiencia y entendimiento.
R en los ’60 plantea la idea de la imaginación como constructora Del texto a la acción, “La
imaginación en el discurso y en la acción” cómo la imaginación pasa de lo teórico a la
acción. R argumenta que la imaginación goza d emala reputación debido al empirismo y que
comprender una imagen es producto del lenguaje y no de la percepción. A partir del uso de la
metáfora, y con ella de la imaginación, se reestructuran campos semánticos.
Memoria. R parte del planteo platónico, del Teeteto y la idea de “marca en la cera”: se graba una
imagen y por lo tanto, el olvido es el borramiento del recuerdo. La “marca en la cera” es algo
pasivo y receptivo. La pregunta de R es por la relación entre la marca y el cuño, es decir, el pasado.
En el Sofista, en cambio, Platón parte de la metáfora del pájaro cautivo: el ejercicio de agarrar la
paloma es similar al proceso de recordar, por lo tanto, hay acción.
Para R, Platón está obsesionado en la discusión con los sofistas, quiere descubrir lo verdadero y
esto hace que se desdibuje la relación entre imaginación y memoria.
La segunda idea de la que parte R es la definición de Aristóteles: “la memoria es del pasado”. La
metáfora implícita aquí es la idea de la memoria como pintura, en la que no se resuelve el
problema de la relación con la imaginación. Sin embargo, Aristóteles distingue dos concepciones
de la memoria: MNEME Y ANÁMNESIS, la diferencia entre memoria y rememoración.
La memoria supone una síntesis. El recuerdo es verdadero cuando lo reconozco. No hay relación
causal, si embargo, en el reconocimiento puede haber expectativa de verdad a partir de la idea de
la FIABILIDAD. Esta es la dimensión epistémica de la memoria.
En Sí mismo como otro R trata el problema de la identidad personal. Es un breve tratado de ética
de R. Discute el problema de la verdad y propone una nueva categoría: la atestación ligada a la
fiabilidad. En esta lógica el “creo en” reemplaza al “creo que”. Como contrapartida, la lógica de la
atestación siempre está salpicada de sospecha. No hay adecuación porque no hay preposiciones
(≠ciencia). En el testimonio no hay certeza cartesiana, al contrario, la sospecha es permanente. No
hay verdadero ni falso testigo, el testimonio se mide en términos de fiabilidad. Por lo tanto, la
Memoria no aspira a la verdad sino a lo fiable, y en esto se distingue de la Historia.
R entiende a la MEMORIA COMO CAPACIDAD. Esto se relaciona con su “ontología del hombre
capaz”, ver al ser humano desde el acto y la potencia. Considera entonces a la memoria en su
dimensión pragmática, compuesta por un componente pasivo, el recuerdo puro, y uno activo, el
acto de reconocimiento. El recuerdo puro es un constructo, se encarna en el reconocimiento. Así
se disocia la memoria de la vivencia.
Clase III
“Memoria feliz” (p. 40 y 633) => ver a la memoria no desde sus falencias sino desde sus
capacidades. Se refiere a la efectuación feliz. Esto se relaciona con la Ética Nicómaco de
Aristóteles. El problema de la ética clásica griega se refería al problema de la buena vida, en
cambio, la ética contemporánea piensa sobre todo el problema de la bondad de los actos
humanos. La ética planteada por Aristóteles intenta definir qué es una buena vida, idea que
resume en el concepto de “aspirar a la felicidad” pero ¿es esta una función propia del ser
humano? Lo propio de la humanidad es la racionalidad, por lo tanto una vida feliz es una vida
acorde a la razón.
En la obra, memoria y olvido son tratados por separado. En el libro el olvido aparece ligado al
perdón => el perdón se opone a la amnistía, que impone un “deber de olvido”. A R no le interesa
el olvido entendido como “destrucción de huellas” sino que piensa el olvido como latencia, es
decir, aquello que no se puede recordar.
2) La memoria manipulada: este tipo de abuso se relaciona con el vínculo que la memoria
mantiene con la identidad (p.110) y su fragilidad. Aquí R diferencia entre dos
cuestiones relativas a la identidad entendida como “mismo”: el mismo entendido
como “idem” y el mismo entendido como “ipse”. El primer hace referencia a aquello
que permanece a lo largo del tiempo, a los elementos constantes, mientras que el
segundo se refiere a los elementos que van cambiando, se trata de una identidad
ligada al deseo, a las promesas, a la identidad narrativa. La memoria manipulada se
vincula con el poder en tanto es útil su manipulación para legitimarlo. La manipulación
del pasado y la imposición de un relato hace del historiador un instrumento al servicio
del poder (p. 115). Hace referencia aquí a la violencia fundadora y a la ideología. El
abuso de olvido aparece en la página 572.
3) El deber de memoria: se trata de la memoria obligada. En principio R no lo ve como
algo negativo y lo relaciona a la cuestión del olvido: dónde está el límite entre el uso y
el abuso. R rechaza la imposición de no olvidar (p.119) puesto que siente el deber
como una obligación y relacionado con la idea de justicia. Aquí aparece la idea de
deuda. La deuda tiene que ver con la tradición en un sentido ético, sentirse obligado
para con un grupo. El abuso se da cuando aparece la obsesión: cuando alguien habla
por las víctimas y no es ella misma una víctima o bien cuando se produce la obsesión
conmemorativa. Igualmente, R emprende una lucha contra la amnistía. El olvido no es
una actividad, no puede haber “trabajo de olvido”, por lo tanto obligar a olvidar es
falso y la amnesia obligada tiene efectos negativos a nivel duelo y trabajo de memoria.
Memoria personal y memoria colectiva => Agustín y Locke atan la memoria al individuo. Junto a
estos dos, considera la Quinta meditación cartesiana de Husserl. A estos tres les contrapone la
mirada sociológica de Maurice Hallbwachs. Hallbwachs ataca la idea de recuerdo individual, para
él los recuerdos son siempre representaciones colectivas. Distingue además entre memoria
colectiva y memoria histórica y entre historia enseñada y memoria vivida. A la continuidad de la
memoria se opone la periodización del historiador. R a través de la idea de los allegados (p.171)
critica a Hallbwachs puesto que para él la posibilidad de ser sujeto de recuerdo se mantiene, sino
la sociedad carecería de actores.
Memoria (final del capítulo). Es entendida a partir de dos significados. Como apropiación, a partir
de la capacidad comprensiva y del recuerdo, y como atribución. Este último sentido es
problemático y es lo que le interesa a R. No es lo mismo adscribir un recuerdo a un grupo que a
uno mismo.
Clase IV
En esta obra, R piensa la Historia de forma distinta a TyN, en H,M,O hay un análisis más amplio
que va desde la declaración del testigo hasta el libro de historia y se enfoca en la operación
historiográfica. Este último concepto lo toma de Michel de Certeau y lo divide en tres fases: 1) fase
documental, 2) fase de explicación/comprensión y 3) fase de representación. Estas fases no son
consecutivas sino más bien circulares o superpuestas. Para de Certeau no se puede borrar el lugar
desde donde se escribe, así pone en relación a la Historia con la práctica y la sociedad. La Historia
es una práctica humana, por eso habla de operación histórica. De Certeau critica al cientificismo,
quitándole a la historia su pretensión de verdad y poniendo como único sistema de referencia a la
subjetividad del autor.
Para R no hay una epistemología de la historia como había en TyN, en este libro se limita al análisis
de un tipo de historia: la historia de las representaciones, que le sirve para definir cuál debe ser la
función del historiador. Comienza el capítulo haciendo referencia al mito de Fedro, que introduce
la separación entre historia y memoria. En relación a este mito, retoma la idea de la historia como
pharmakon, que puede traducirse como “veneno” o como “remedio”. Así, el que cura es el mismo
que manipula la memoria (p.183). El problema de la escritura es que la gente va a olvidar, por lo
tanto el problema no es solo epistemológico sino ético y estético. Se debe exorcizar la idea de que
la historia es un veneno para la memoria.
Memoria archivada (p.207). Para R, el testimonio representa una ruptura con el archivo, es el paso
entre la historia y la memoria. Representa, también, un modelo epistémico distinto del modelo de
la eikon. Contra el planteo reduccionista del testimonio sostenido por Hume, R sostiene la
confianza, a pesar de que habla de una crisis de la creencia. ¿Se puede dudar de todo? El testigo
debe ser acreditado. El testimonio es una “institución natural”, anterior, es una figura inicial que
se autolegitima.
El archivo. En TyN se sostiene el carácter institucional del archivo y en particular de la huella como
“conector” que remite al documento. En H, M, O el archivo no es meramente epistémico sino que
es ontológico, aloja el destino de la huella. Es, además, un lugar social (y en esto retoma a de
Certeau). El archivo rompe con el testimonio oral, la ruptura se produce en el escrito (p. 218).
Clase V
R en TyN toma directamente la obra histórica para establecer su relación con el pasado. En H, M,
O se afrancesa y afirma que la crítica que se produce en el archivo produce el quiebre. El momento
epistémicamente más fuerte es el del documento, es el momento popperiano: lo único discutible
pero lo más trivial.
Clase VI
R afirma que explicar y narrar son dos cosas distintas. La narración no explica y la explicación no es
un género. Son dos formas radicalmente distintas de acercarse al problema. Retoma en la p.317 la
idea de coherencia narrativa de Dilthey ¿qué es lo propio de la narración? Síntesis de lo
heterogéneo: la coordinación entre causas, registros temporales, explicaciones diacrónicas y
sincrónicas. La trama es la forma literaria de esta coordinación, llevada adelante a través de la
imaginación productiva de Kant.
p. 319 Dos ejemplos: coherencia narrativa y conexión causal para solucionar la aporía planteada
por Mink, ¿por qué los historiadores cuentan cosas distintas del mismo acontecimiento?
Recurriendo al concepto de “juegos de escala” y a la idea de narratio elaborada por Ankersmit.
Según Anskermit no interesa el suceso por sí mismo, los historiadores crean entidades llamadas
narratio que tienen atributos analíticos, por ejemplo, la Revolución Francesa, que funcionan como
síntesis de lo heterogéneo. Por otro lado, la idea de acontecimiento (pp. 320-322) que, según R se
vincula con la estructura y la coyuntura a través de la narrativa. Esto lo lleva al problema retórico
del texto: si la narración va a la explicación supone que esta va a algo externo (el documento). Esto
no elimina la sospecha pero la atenúa, porque se vinculan las tres fases de la operación
historiográfica. Muestra una mirada más escéptica que en TyN.
Debate de los historiadores alemanes. Habermas cuestiona a Nolte yHillgruber quienes sostienen
que Auschwitz bloquea la consideración del pasado alemán en términos positivos.
Hillgruber. Dos catástrofes. Dos ensayos puestos juntos, el aplastamiento del Reich y el Fin de la
judería europea. Iguala el “judeicidio” y la reeducación y sometimiento de los alemanes en Europa
del Este. Niega la singularidad del Holocausto. Descripción trágica de las últimas resistencias
alemanas en la IIGM.
Límites de la representación. Este análisis está motivado por el silencio epistemológico propuesto
por Elie Wissel, la indecibilidad de la memoria personal y la unicidad del evento. Habermas
interviene en el debate de los historiadores alemanes argumentando en torno al uso público de la
historia. Acusa a los revisionistas de querer relativizar el Holocausto y trivializar la responsabilidad
alemana. Habermas propone construir una narrativa a partir de la herencia del Holocausto
haciéndose cargo.
Clase VII
¿Cuál es el efecto del discurso en el lector, teniendo en cuenta que un texto histórico termina en
mímesis III? La visibilidad de la representación historiadora hace visible una “imagen”: los
personajes y acontecimientos se construyen en la trama. Así se produce un acrecentamiento de la
historia-objeto desde la historia-operación. Si la imaginación se transforma en poder, esta
situación tiene dos posibles salidas: o bien entendida como “veneno”, ligada a la alabanza del
poder (pensando en Ranke, por ejemplo) o bien a partir de la rememoración de los
acontecimientos límite.
Representancia. En esta parte, R incorpora elementos que no están en TyN. Si el historiador usa
herramientas imaginativas, ¿cómo puedo creerle? La sospecha se vuelve constante debido a la
ruptura de la huella y con ella de la relación causal con el pasado. (p.362) coteja elementos a favor
y en contra del realismo. Entiende la relación entre historia y memoria a partir de su vinculación:
la primera ligada a la verdad y la segunda a la continuidad. Así la memoria asegura que algo
efectivamente pasó y la historia asegura su veracidad. (p.368) El historiador reconstruye lo que “ya
no es” y la memoria tiene un vínculo con lo que “ha sido”. Historia y memoria son contrapartes,
una no puede hacer lo que la otra sí.
Analiza la propuesta de Koselleck. R critica que los conceptos de espera y expectativa no dan lugar
a la iniciativa del presente. Lo combina con Agustín porque R siempre busca la iniciativa humana
debido a su ética, la acción es central para él. Para R el nacimiento de la Historia es desmesurado
(p.392) porque intenta englobar todo y desde la p.394 pone en duda la idea de historia
cosmopolita.
Clase VIII
Busca socavar cualquier intento de totalización de la historia a través de analizar sus límites: la
idea de Historia como singular colectivo (en la clase anterior), el concepto de modernidad, la
relación entre el juez y el historiador y el problema de la subjetividad y la imparcialidad.
El juez y el historiador. (p.412) Compara las dos labores en relación a la historia traumática.
Sostiene que el juez debe “cortar” un debate para decidir quién es culpable mientras que el
historiador no debe tomar posición cerrada. Esta comparación se da en un contexto de
entrecruzamiento de causas judiciales y causas históricas (Nüremberg, Juicio a las Juntas). El
historiador debe abrir lo que los jueces están encargados de “cerrar”, cumpliendo así una función
pedagógica que incide en la identidad nacional. Dice R que al juez solo le interesan los culpables
mientras que el historiador puede hacer lugar para los “polacos” (en tanto que no son culpables
directos). En la p.429 R toma posición en relación a la singularidad del Holocausto. Sostiene tres
tesis: 1) se debe separar la unicidad moral de la idea de silencio, 2) sostiene que el funcionalismo
alivia la responsabilidad moral y 3) la única forma de conocer la particularidad del Holocausto es
comparándolo. A R el pasado le interesa por su proyección a futuro, el acontecimiento es terrible
pero es comparable y, por tanto el objetivo es evitar futuros casos. La figura del “ciudadano”
aparece para R como el árbitro último en estas cuestiones y aquí es donde la historia debe cumplir
su rol pedagógico.
La interpretación (p.434). Presenta la subjetividad del historiador en todas las fases, reconoce el
aporte subjetivo (p.437 “subjetividad buena”). El compromiso del archivista genera una
imposibilidad de distanciamiento, además, si se omiten los prejuicios se actúa peor. La
interpretación es el componente subjetivo de la explicación y se incluye en todas las fases.
Clase IX