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Cristianismo y Revolución o cómo situarse rantizada por el Partido mismo. Sin embargo, para Sartre,
aventurero (homologado a hombre de acción) y militante
entre las vanguardias y el pueblo
no constituyen un dilema porque sostiene que un acto tiene
dos caras:
Leticia Prislei
La negación que es aventurera, y la construcción que
es disciplina. Hay que restablecer la negación, la in-
quietud y la autocrítica en la disciplina. Sólo ganare-
mos cuando saquemos todas las consecuencias de ese
8QSXQWRGHSDUWLGDGHEDWHVVREUHODVƬJXUDVGHOPLOLWDQWH círculo vicioso; el hombre está por hacerse y el único
el aventurero, el contrarrevolucionario-traidor que puede hacerlo es el hombre. (Sartre, 2004: 5-18)
En 1950 se publica Portrait de l’aventurier de Roger Conclusión que no preserva de nuevas polémicas que se
Stéphane con prólogo de Jean-Paul Sartre. El ensayo da pie reavivarán, más adelante, teniendo como foco la figura del
al filósofo francés para reflexionar acerca de las distancias Che Guevara y la oposición entre las figuras del aventurero
que el Partido Comunista (PC) plantea entre el aventurero y del revolucionario.
y su contrafigura obligada: el militante. Si el primero porta A partir de la emergencia de la Revolución cubana en
un estigma de clase, su procedencia burguesa, que lo deter- 1959 se va dando un montaje que implica una tensión que
mina a efectivizar la acción en busca de una muerte heroica, deviene en antagonismo entre las figuras del intelectual
enmascaradora de su desesperación ególatra, el verdadero comprometido y del intelectual revolucionario (Gilman,
militante —sintetiza Sartre describiendo la lectura del PC— 2003). Así, a inicios de los años sesenta hay algunas inicia-
tuvo que “saciar el hambre, protegerse contra el desempleo, tivas clave que se constituirán en bases institucionales in-
contra la subida de los precios, contra la explotación, contra soslayables de este proceso político-cultural: por un lado se
la guerra y al entrar en el Partido comprende que sus exi- funda la revista Casa de las Américas y, por otra parte, se per-
gencias sólo quedarán satisfechas por el advenimiento de geña la Trilateral, o sea, una instancia organizativa —naci-
la sociedad socialista” (Sartre, 2004: 5-18). El militante no da en sede cubana— que se va a traducir en estrategias co-
pide que su acto —la muerte heroica— lo justifique. Es más, munes revolucionarias para América Latina, Asia y África.
la muerte no es, a diferencia del aventurero, el momento De ahí derivan las políticas de Cuba en cuanto a su parti-
que se espera con éxtasis para alcanzar la gloria. El militan- cipación en la lucha en África y también en Bolivia, donde
te no es un héroe, lo que no significa que no sepa morir por será central la figura del Che Guevara.
la causa que practica, sino a que evita la muerte porque el Ahora bien, en el marco de estas estrategias, y en el acer-
proyecto que persigue es construir la nueva sociedad bajo camiento de los intelectuales del mundo a la Revolución cu-
la convicción de que su muerte será insignificante ya que bana, es cuando se da el pasaje del primer Sartre, a inicios
Bibliografía
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