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“Fue la alternativa democrática creada por dirigentes del Caribe que recogían las
aspiraciones de libertad política de los departamentos de Atlántico, Bolívar y
Magdalena. La ciudadanía le presentaba al centralismo un mejor modelo de
organización territorial. “Eduardo verano de la Rosa (2018). En el periodo
comprendido de 1883 a 1886 Colombia era una república federal, cada Estado
disponía de su autonomía política para liderar sus asuntos políticos, luego de
esto, el consejo nacional de delegatorios impulsaron una constitución política
centralista y autoritaria. Manuel Dávila Flórez, Simón Bossa y Pedro Juan
Navarro fueron algunas de esas mentes ilustres que, examinando los resultados
de la Carta Política de 1886, lideraron el proceso de recuperación de la
autonomía de la Región Caribe y sembraron la semilla del proceso de
regionalización en todo el territorio nacional que hoy crece cada vez más y que
ha encontrado en el centralismo y los centralistas toda suerte de obstáculos. Sus
objetivos principales eran lograr que el río Magdalena fuera navegable; que las
refinerías de petróleo se instalaran en la Costa Caribe; mayor descentralización
política y administrativa; ejecutar proyectos como el de Bocas de Ceniza, la
canalización del Canal del Dique y la de los caños que comunican al río con la
Ciénaga Grande y esta con la ciudad de Ciénaga.
No es un secreto que a lo largo de la historia la participación de la región caribe
ha sido poco incluyente, esto se debe a las tendencias centralistas que se dieron
a lo largo del siglo XIX. Esta iniciativa nace del descontento del poco crecimiento
que tuvo la región, este movimiento estuvo conformado por dirigentes políticos,
cívicos y gremiales del Magdalena grande, de la Sabana de Bolívar y el Atlántico.
“Decisiones tomadas por el gobierno central como destinar fondos provenientes
del impuesto de canalización un tributo del río para invertirlos en el Ferrocarril
del Tolima provocaron la ira regional y exacerbaron los antagonismos entre la
región y el centro”. Como nos lo recuerda el historiador Eduardo Posada Carbo.
Los miembros de esa junta le pidieron que se creara una junta de navegación,
para recaudar e invertir el impuesto fluvial.
Otro punto a favor de La Liga Costeña es el que sus impulsores de ésta tenían
un regionalismo, el cual no se debe olvidar. Este movimiento, que desde 1919
hasta el día de hoy, fortalece la unidad nacional, fomenta la paz y la justicia,
acerca el poder del Estado al ciudadano y afianza la lucha contra la corrupción.
El autogobierno es el mejor remedio para enfrentar los corruptos. Mientras el
poder este centrado en unos cuantos, la corrupción seguirá aumentando.
Debemos tener ese sentimiento ya que este promueve la autonomía para que la
región tenga un desarrollo óptimo de su economía, tanto de la región como del
país.