Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Es importante usar contramuslo de pollo porque, además de ser más barato que la
pechuga, es bastante más jugoso, así que no hace falta añadirle grasa para conseguir un
resultado satisfactorio. La zanahoria y la cebolla previamente doradas también aportarán
su punto de dulzura y la piel de limón la frescura cítrica, y no hará falta mucho más para
disfrutarlas como segundo plato ligerito (o más gocho, si se acompañan de arroz, puré
de patata, cuscús o lo que se prefiera).
Puedes añadir más verduras a la ecuación siempre que tengas claro que no van a volver
la masa demasiado densa, o al revés, deshecha y difícil de manejar, algún fruto seco,
especias o aderezos –con trocitos de cacahuete, cilantro y curry en pasta están
buenísimas–, e incluso hervirlas en agua o caldo si no tienes un horno o sartén en
condiciones cerca (a lo mejor lee esto alguien que está participando en Supervivientes o
algo así, y no le vamos a dejar con hambre).
Estas albóndigas se pueden tomar perfectamente a temperatura ambiente, así que te las
puedes llevar sin problema de picnic, a la playa o donde prefieras. Solo tendrás que
cambiar la crema agria (o yogur) por una salsa de tomate ligera –como un tomate
natural cocido con un poco aceite, y reducido hasta el punto que prefiramos–,
acompañarlas de una ensalada o tomarlas tal cual, solas, que también están muy buenas.
Dificultad
Ingredientes
Para 4 personas
Preparación
1. Mojar el pan con la leche hasta que esté bien empapado. Mientras, pelar y picar
la cebolla, el diente de ajo, los pimientos y la zanahoria (esta última también se
puede rallar). Dorarlos en una sartén con un poco de aceite.
2. Mezclar bien la carne picada con las hortalizas y el ajo dorados, el pan bien
escurrido, un huevo, sal, pimienta, la ralladura de limón y orégano al gusto.
3. Con las manos ligeramente húmedas, hacer unas 20 bolitas y cocinarlas unos 20
minutos en el horno a 180 grados o unos 15 en una sartén con muy poco aceite
tapadas, haciéndolas girar con cuidado de vez en cuando una vez estén
suficientemente hechas como para no romperse.
4. Mientras, hacer la salsa mezclando el cebollino picado –reservar un poco para
decorar– la chalota también picada muy fina, la crema agria, un pellizo de sal,
una generosa cantidad de pimienta y un chorrito de zumo de limón.
5. Servir las albóndigas calientes, tibias o a temperatura ambiente acompañadas de
la salsa.