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El canto de Job

Contributed by Santiago Carbajal

Me hallé con un amigo bajo una noche carente de luna. Y al caminar sobre el
pedregullo suelto que incomodaba los pasos, al fin de un día que había sofocado a todo
ser vivo. Acordamos el rememorar las tardes frías del invierno ya muerto.

El diálogo fluido que siempre hemos tenido se repitió. Sus comentarios agudos
me llevaron a fijarme en su rostro que tenía por sereno, pero noté su mirada melancólica
y lejana. Su voz fue queda, vencida, y sus palabras decían cosas como:

Un año más queda atrás, me dejó muchas cosas y se llevó unas cuantas más. Eso
ayuda a que el andar sea más ligero y tal vez menos cansador, además mucho bulto
entorpece e impide el tener manos libre para aferrarnos a la barra de hierro, aún más
considerando que “el camino es estrecho y angosto, y pocos son los que lo hayan”.
Indispensable para progresar el acumular “pérdidas” pues del mismo modo que “se
conoce el agua por la sed”, la “angustia” lo es “por el arrebato”. ¿Y desde cuándo la
angustia es necesaria? Todos me dicen que no, a no ser los indios mapuches que afirman
en un proverbio: “gracias a la oscuridad se pueden ver las estrellas”.

Son varias las fuerzas que se combinan para quitar y para dar, hay un tiempo
para todo bajo el sol dijo el predicador. Hay momentos en que nuestra propia mente nos
traiciona con ideas de abajo que me son tan familiares como: “¿Aún retienes tu
integridad? Maldice a Dios y muérete”, por lo que se ocurre la trágica idea de: “no me
acordaré más de Él, ni hablaré más en su nombre, no obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos, traté de sufrirlo y no pude”. Queda el
echar mano al sano dominio propio con la posición más humilde habida: “el Señor dio,
y el Señor quitó, sea el nombre del Señor bendito”.

Llegan días tan opacos y vacíos que esperamos la noche nos apacigüe, porque
“oh día me has herido” si utilizo las palabras de Juana. Y “cuando digo: me consolará
mi lecho, mi cama atenuará mis quejas” resulta que “la noche es larga y estoy lleno de
inquietudes hasta el alba”. Queda... enfrentar el día y en eso consiste la vida pues otra
poetisa celeste dijo: “la verdad vive en la lumbre y en las sombras las mentiras, por eso
sólo en la noche, tus dulces ojos me miran”.
Pienso que pueden ser tres cosas las causas de las penurias. El enemigo del alma
que se presenta ante nuestro Hacedor con propuestas tan antiguas como: “¿No has
considerado a mi siervo?; o será el período en que el Señor “por tanto amarnos
disciplina”, y al fin como “es él quien hace la llaga... él la vendará”; o soy yo el causante
por “pedir lo que no debo”. Dan vuelta ante mis ojos las palabras: “acuérdate que como
a barro te dio forma”, y aún en este momento como fiel alfarero moldeará si se le
permite.

Siento que aunque no le agradan nuestra quejas las comprende; con gracia y
oídos de Padre oye cuando en alta voz o gemidos escondidos dirigidos a su pabellón
ansiamos que “la cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore
día y noche...”

A causa de la tarde triste que sé depende del interior personal y no de la


apariencia del día me “senté solo”, para meditar, orar y seguir planteando mi causa; es
que es muy diferente el tener una respuesta a sentir una respuesta, todo por ser seres
espirituales en un viaje temporal. Hay que guardar la idea de que lo preciso es aprender
y llegar al grado de “empezaron a soportar sus viajes sin murmurar” Que aquellos que
“han padecido todo menos la muerte” sirvan de muestra y humillen al punto de
elevarme. Y volverse un fiel seguidor de las máximas del Galileo: “sed de buen ánimo”.
Que mi corazón se convenza de que las cosas que agobian “servirán de experiencia y
serán para tu bien”.

Y otra vez se prende de la frente la imagen de las tardes duras de frío, con el
borde de la calle rodeado de agua negra. Cuando la gente va y viene sin detenerse, sin
mirarme y me veo sólo entre la multitud, o completamente sólo cuando voy por calles
por nadie transitadas, si no es el rostro cabizbajo lo que hace se escape un caminante.

Atardeceres apagados que si no fuera por las manos violetas y nudillos blancos pensaría que
no existo... sangre tengo y para el viento, frío y la soledad se es presa. Y como un viajero de un
lado al otro con la pena sobre el hombro como compañera asidua, esa pena es tal, que si se es
dueño de un corazón puro, es decir, libre de egoísmo y corrupción, esa pena se proyecta en
otros. Uno se vuelve todo pesar y los otros un espejo. Eres capaz de ver y sentir la pena de
todos, y otra vez, si eres puro, te llenas de cierto afecto por ellos, pues interpretas sus heridas
como las tuyas propias. Les eres un extraño y te son anónimos pero del mismo modo que oras
por tu redención, murmuras una plegaria por la de ellos. Instantes en que el llanto ahoga y se
empaña involuntaria la pupila, y la mente te recita: “vergüenza tener frío y acercarse a la estufa,
cosas tan sencillas”. Pues hay tantos que no gozarán de esa calidez. Impulsa al bien el tierno
poema de Juana: La higuera.

Y de repente me preguntó: ¿Qué es el amor, existirá? ¿Hago el bien por otro


movido por caridad o por temor a las consecuencias del “retener mi mano”? Entonces,
la razón motora puede ser la lastima... el amor es lastima hacia el prójimo.

Esa vaga conclusión permaneció en mi por días, y recurrí a los escritos de los
santos profetas que “hablan desde el polvo”, y me hundí cavando a fondo el tema del
amor incondicional o caridad como dice Moroni su más fuerte defensor, “la caridad
nunca deja de ser”.

Acumulé página tras otra en persecución de una aclaración, una frase que
contradijera lo errado o que me llevara a la sorpresa de descubrir que el amor es lástima.
¡Y qué decir, cuando el Señor mismo justificó las palabras de mi triste amigo! Leyendo
3 Nefi 17: 5, “Jesús... dirigió la vista hacia la multitud (6) y les dijo: He aquí, mis
entrañas rebosan de compasión por vosotros. (7) ¿Tenéis enfermos entre vosotros?
Traedlos aquí y yo los sanaré, porque tengo compasión de vosotros, mis entrañas
rebosan de misericordia”. ¡Ahí estaba! Compasión es el termino más adecuado, lastima
y compasión son hermanas. Y compasión es parte de la caridad.

Y al final, ya cansados de andar sin rumbo y descargados nos despedimos. Él recordó a Nefi
en su salmo y pensó en voz alta una y otra vez: “¡Regocíjate Oh mi corazón!”. Estoy seguro de
que lo sentía, o al menos era lo que añoraba, talvez lo dijo para que no me fuera pensando que
estaba loco o débil de fe, a veces somos ligeros en juzgar a los demás. Un abrazo anticipó las
espaldas y el regreso a casa callado. También me recomendó que leyera Números 6: 24-26. Yo
siempre en deuda.

Nota: Sé que el mensaje del Evangelio es de esperanza, no pretendo con esto el


que andemos de semblante triste, pero intento ayudar a quien le sirva, la minoría
también importa. Seguro hay mejores maneras, esta es sólo una.
Aunque cito a los profetas me avergüenzo en lo personal de comparar mis pequeñeces
con las pruebas de ellos, pero que sirva como agradecimiento al legado que nos dejaron.

Si quieren saber las citas me escriben y se las mando... ahora estoy en un cyber y los
centavos me sugieren tocar retirada. Gracias, Santiago.

Comentarios (8)
1. 15-01-2008 06:50
IMPECABLE!

lAS PALABRAS ME AYUDARON EN EL DIA DE HOY EN ESPECIAL, POR TENER QUE


SOPORTAR ALGUNAS COSAS FUERA DEL COMUN EN EL TRABAJO. “oh día me has
herido”

TE FELICITO MAS UNA VEZ, Y QUE DIOS TE BENDIGA


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val_clavijo
2. 15-01-2008 19:35
La verdad que me encanto!!!!!!!!! muchas veces no podemos ver el camino y los demas desde
afuera nos critican pero no se molestan en ver que pasa por nuestro corazon, gracias por
siempre escribir las cosas en el momento justo que las necesito. Cuidate mucho!!!!!!!
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caris
3. 16-01-2008 18:38
tus historias tienen el don de hacerme sentir bien, gracias por escribir en el momento indicado
como se menciono en el anterior comentario
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debi21
4. 16-01-2008 21:07
Santi:
una vez más, gracias!!!
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Mavi
5. 16-01-2008 23:29
WOW! Muy bueno la verdad! Una vez más, tu play on words me hizo leer las cosas 2 veces,
pero valió la pena el esfuerzo!
jajaja
Che... tus palabras son muy "identificables" (allright...I just made that up! jaja)
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ykcop
6. 17-01-2008 02:02
Hola Santiago muchas gracias por lo que escribis! tendrias que hacer un libro! encerio!!! te
felicito por ese don!
Sigue adelante con lo que haces!!!
un saludos desde Utah.
Valeria. A
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Valeria
7. 19-01-2008 19:55
Muy bueno Santi, muy profundo, la caridad es todo un tema, es la meta de todo digno santo de
los ultimos dias. Y es tan cierto, cuando uno purifica su corazon nuestras cargas nos ayudan a
ayudar a los demás, me explico? Empatia... anyway gracias
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Niahi
8. 26-01-2008 21:56
Amigo, GRACIAS!!! Ayuda cuando uno siente que las cosas no tienen mucho sentido que
digamos... Siga asi....
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andreitadepeche

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