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El Marqués Bernardo de Torre Tagle: ¿Patriota o traidor?

Torre Tagle y la independencia de Lambayeque.

Jorge G. Paredes M.
Febrero 2019

En la historia peruana, en sus etapas cruciales como son la independencia (1780-


1826) y la guerra con Chile (1879-1883) nos encontramos con personajes que desempeñando
altos cargos de gobierno llevaron a cabo acciones controversiales por las motivaciones y
consecuencias que de ellas se derivaban y por lo que fueron objeto de severos
cuestionamientos desde el mismo momento que dichas acciones se llevaron a cabo. Dichos
acontecimientos constituyen, hasta el día de hoy, tema de discusión, y muy apasionada, entre
los historiadores, aficionados a la historia, periodistas, etc.
Uno de los casos, y tal vez el más conocido incluso fuera del campo especializado de
los historiadores, es el Mariano Ignacio Prado quien en plena guerra con Chile, en diciembre
de 1879, se decidió emprender “viaje” a Europa para, según lo expresado por él a sus más
cercanos colaboradores en el gobierno, agilizar la compra de armamento. Que fue una idea
descabellada, está fuera de toda duda. Que fue una huida como muchos historiadores, y no
historiadores, sostienen, es realmente tema de discusión hasta el día de hoy entre los
detractores y defensores de la decisión de Prado.
Otro caso, y es el que motiva esta nota, es el de José Bernardo de Tagle y Portocarrero,
IV Marqués de Torre Tagle, a quien el Congreso peruano, el 16 de febrero de 1823, nombró
Presidente de la República, deponiendo a José de la Riva Agüero a quien ese mismo
Congreso, con anterioridad, se había visto obligado nombrarlo Presidente debido al Motín de
Balconcillo (fines de febrero de 1823) y quien, además fue acusado de reo de alta traición (8
de agosto de 1823). El Congreso le pasaba la factura, y con creces, a Riva Agüero.
Por lo tanto, a Torre Tagle le cupo llevar a cabo el recibimiento de Bolívar cuando
este llega al Perú el 1 de setiembre de 1823. Pocos meses después, Bolívar le encargaría a
Torre Tagle la delicada misión de abrir negociaciones con los realistas. A raíz del
cumplimiento de esta misión Torre Tagle sería acusado de “reo de alta traición”, refugiándose
en los Castillos del Real Felipe del Callao donde permanecía la resistencia realista al mando
de Ramón Rodil.
Hay que tener presente que Bolívar llega al Perú cuando este país se debatía en una
terrible anarquía, con dos presidentes y dos congresos en dos ciudades del Perú (uno en El
Callao bajo el liderazgo de Torre Tagle y Sucre, y el otro en Trujillo liderado por Riva
Agüero). Bolívar muy pronto se desembarazó de Riva Agüero y sus seguidores.
El caso Torre Tagle es sumamente complejo. Porque siendo la situación militar peor
que la política, Bolívar era consciente que sin la ayuda que debía de llegar de Colombia la
suerte de la independencia peruana estaba perdida y, además, puesta en grave riesgo la
independencia de toda Sudamérica. Por ello, para ganar tiempo, Bolívar decide abrir
negociaciones con los realistas al mando del virrey La Serna. Esta misión delicada y
reservada se la encarga a Torre Tagle, misión que termina con el Marqués al ser acusado de
traición, al igual que con Juan de Berindoaga, Ministro de Guerra y Marina, el brazo ejecutor
de dichas negociaciones, el parlamentario encargado de entrar en conversaciones, en
negociaciones con los realistas que se encontraban en la sierra central del Perú. .
¿Fue realmente Torre Tagle un traidor? Este tema ha sido estudiado por diversos
historiadores pero mucho de ellos con apasionamiento y visión prejuiciosa anti Torre Tagle.
Son muy pocos los historiadores ecuánimes en sus análisis y, por supuesto, Jorge Basadre, el
más conspicuo entre ellos. No podemos dejar de mencionar en este grupo a Paul Rizo Patrón
quien examina el caso Torre Tagle en su artículo “Una aristocracia ambivalente. Torre Tagle
y sus pares ante la independencia del Perú” (Rizo, Patrón, 2012). Asimismo, el concienzudo
artículo de la prestigiosa historiadora Scarlett O’Phelan “Sucre en el Perú: Entre Riva Agüero
y Torre Tagle” (O’Phelan, 2001)
En el número 32 (2017) de la Revista del Archivo General de la Nación (Lima – Perú:
Ministerio de Cultura), el historiador sanmarquino Jorge Luis Castro ha replanteado
nuevamente el caso Torre Tagle con su artículo “El Marqués Bernardo de Torre Tagle:
¿Patriota o traidor? Torre Tagle y la independencia de Lambayeque” (Castro, 2017).
El análisis de J. L. Castro se centra, primero, en analizar la participación de Toree
Tagle en la independencia de Trujillo y si esta precedió o fue posterior a la de Lambayeque,
hecho muy importante de dilucidar para apreciar si fueron las circunstancias las que obligaron
a Torre Tagle a decantarse por el bando separatista o si, por el contrario, su convencimiento
por la separación precede a la presencia e influencia de San Martín y la expedición libertadora
del sur. El análisis de Castro es en este sentido muy valioso y esclarecedor. También analiza
la participación de Torre Tagle con San Martín y el gobierno protectoral. Con San Martín
tuvo Torre Tagle una gran amistad e incluso trabó lazos espirituales al convertirlo en su
compadre al hacerlo padrino de bautismo de Josefa Manuela, hija de Torre Tagle, y que
justamente recibió su primer nombre en honor a San Martín.
Analiza J. L. Castro las relaciones de Torre Tagle con Bolívar, con el cual, como
enfatiza el citado historiador, se dieron desencuentros e incluso desconfianzas. Estas
diferencias son motivo, por supuesto, de diversas interpretaciones. Por lo general, se
considera que la posición de Bolívar de franco republicanismo soberano impulsó a Torre
Tagle a quitarse la máscara de “patriota” y manifestarse como lo que siempre había sido, un
recalcitrante conservador fidelista pro monarquista hispano y que por ello aprovecha el
encargo que le hace Bolívar de abrir negociaciones con los realistas para volver a sus filas de
las cuales tan solo se había separado por cuestiones acomodaticias e incluso estratégicas. Por
ello se había sentido a gusto con el monarquistas San Martín y por ello apoyó a los que
depusieron al furibundo antipeninsular Monteagudo, en julio de 1822. Y por ello, asimismo,
motivo de su distanciamiento con la causa liderada por Bolívar.
Otros, en cambio, aunque en forma minoritaria, ven a Torre Tagle como expresión de
un convencido patriota separatista de un peruanismo larvario como también lo fuera José de
la Riva Agüero, otro de los personajes controversiales de la historia peruana. Ya García
Camba, en sus Memorias, hace referencia a un “partido peruano” del cual formaba parte
Torre Tagle.
Tanto en el Caso Torre Tagle como en el de Riva Agüero hay un factor que debe ser
analizado con sumo cuidado heurístico y hermenéutico. Es el factor Bolívar y la intervención
de los ejércitos libertadores, foráneos por la naturaleza de su conformación: rioplatenses,
chilenos y colombianos. ¿Ejércitos de ocupación? Considerar asimismo que tanto San Martín
y Bolívar confiaban más en sus compatriotas que en los nacionales.
Si bien es cierto que todos reconocen que la iniciativa de abrir negociaciones con los
realistas fue idea y decisión de Bolívar quien encargó (¿confió?) a Torre Tagle la ejecución
de la misión a través de un bien seleccionado encargado de llevar a cabo las negociaciones y
que fue Juan de Berindoaga. Bolívar no quiso asumir esta misión porque según él no convenía
a los intereses de la causa que la máxima autoridad política y milita estuviese envuelto y
comprometido en las conversaciones, en las negociaciones. Que el objetivo de dicha tramoya
negociadora era tan solo ganar tiempo, resulta diáfano del texto de múltiples cartas de Bolívar
donde explica el porqué de dicha misión. En carta suscrita dese Pativilca, el 9 de enero de
1824, dirigida a Torre Tagle le dice:
“Con esta fecha escribo al coronel Tomás de Heres una larga carta, que él enseñara a Ud:
es relativa a mi nuevo proyecto. Él es de tal importancia, que yo quisiera que, ni el mimo
papel lo supiese, porque en cuanto se sepa se perdió el Perú para siempre.
El negocio rueda sobre una negociación que se debe entablar con los españoles, y que se
debe manejar dar de un modo admirable para poder sacar ventaja de él. Suplico a Ud. que
la medite bien y que le ejecute mejor. Yo no la inicio porque no conviene, porque entonces
los enemigos se alientan. Importa ahora que la cosa salga de Ud. y no de otro. Por lo demás
lo digo en carta de Heres. Sobre todo, recomiendo a Ud. mucho que el oficial parlamentario
sea un hombre tan seguro como sagaz, y que sea necesariamente peruano.
Yo continúo todavía algo malo. Esperaba mejórame rápidamente, y no es así. Por esta causa
es que escribo este proyecto de negociación, que yo había pensado comunicárselo a Ud.
luego que llegase a esa capital. Ahora hay ventaja de que es mejor que yo no esté allá, mas
el proyecto entre los dos saldría mejor; pero ¿qué se ha de hacer si las circunstancias son
muy urgentes y yo no sé cuándo podré irme? No puedo perder, pues, un instante; el tiempo
en el día es precioso, y su empleo puede darnos la vida o la muerte.
Adiós, mi querido Presidente, soy de Ud. de corazón.
Bolívar” (Bolívar, 1950, Vol. I p. 868).
Ese mismo 9 en la carta a Heres a la cual le hace referencia a Tagle, Bolívar le escribe:
“Voy a confiar a Ud. una comisión que debe Ud. desempeñar con finura y puntualidad.
Se trata de hacerle entender al presidente Tagle el estado de las cosas como están, para que
se penetre de la necesidad de entrar en una negociación de armisticio con La Serna y los
demás españoles del Perú. Dígale Ud:
1° Que nuestro ejército no puede dar una batalla con los enemigos hasta que no aumentemos
nuestra fuerzas con 6 u 8000 colombianos por lo menos; […].
2° Que estos 8000 colombianos no pueden venir aquí antes de seis meses […].
3° Que si en el ínterin vienen los españoles, nosotros perderemos indudablemente nuestro
ejército […].
4° Que los españoles no debe hacer ningún movimiento sobre Lima, sino que, con todas sus
fuerzas, deben venir sobre Huánuco, de allí pasar a Huaylas, y después a Trujillo en busca
de nosotros, […].
5° Que para obviar todos estos inconvenientes y peligros, yo no encuentro otro medio que el
que se trate con los españoles sobre un armisticio, para dar tiempo al tiempo, y ver si
podemos reunir todo el ejército colombiano que espero.
6° Que el presidente pase una comisión al congreso sobre este negocio diciendo
sencillamente que él sabe que los españoles están pronto a entrar en negociaciones pacíficas
con nosotros; que La Serna ha pedido permiso a su gobierno para tatar con nosotros sobre
la base de la independencia […]. (Bolívar, 1950, Vol. I, pp. 868-873).
En los estudios sobre el Caso Torre Tagle se suele pasar por alto la actitud de
desconfianza que le impuso el cumplimiento de dicha misión porque era consciente que él y
los peruanos que se vieran comprometidos en la misión estarían expuestos a riesgos de suma
gravedad como el de darle la espalda y dejarlos aislados como si la misión fuera solo cosa de
ellos. Esto no es una presunción porque sabemos, por el propio testimonio de Bolívar, que
Torre Tagle le solicitó a Bolívar un documento que le acreditase que la misión era llevada
acabo por orden expresa del propio Libertador. Veamos la prueba:
“Pativilca, 7 de febrero de 1824
Al Excmo. Señor José Bernardo Torre Tagle.
Mi querido Presidente.
He visto con la mayor satisfacción el resultado de la misión del señor general Berindoaga,
porque ha sido perfectamente conducida por el negociador. Hemos logrado con este paso
sondear el ánimo y el estado de los enemigos. El general Berindoaga hizo muy bien en dar
a los enemigos la idea de un nuevo tratado que pudiera serles favorable. Con esto pueden
ello esperar algo de las negociaciones. Por lo demás, todo me ha parecido igualmente bien.
Entiendo que Ud. ha deseado tener un documento mío que justificase mi aprobación a la
medida de entrar en negociaciones con los enemigos. Este documento es justamente deseado,
y yo estoy pronto a darlo de un modo solemne. Mas diré a Ud., con franqueza, que la duda
de Ud. sobre mi probidad no le ha ocurrido hasta ahora sino a mis enemigos, y desde luego
no cuento a Ud. en el número de ellos.
[…]
Al general Berindoaga, que voy a escribirle muy largamente, y que reciba, mientras tanto,
las expresiones de mi satisfacción por su excelente comportamiento en la misión que acaba
de llenar.
Acepte Ud. las expresiones de mi distinguida consideración y particular afecto
Bolívar” (Bolívar, 1950, Vol. I, pp. 910-911).
Consideramos que la exigencia de Torre Tagle de recibir del propio Bolívar un
documento que le sirviera de paraguas protector ante cualquier eventualidad imprevista habla
bien a las claras dos cosas: que era consciente de lo riesgoso de la misión y que no confiaba
plenamente en Bolívar.
La carta de Bolívar a Torre Tagle es francamente intimidatoria. Decirle que solo sus
enemigos habían puesto en entredicho su probidad, era una forma disfrazada (no sutil) de
acusarlo de enemigo o potencial enemigo. Cualquiera, en la posición de Torre Tagle,
quedaría preocupado por tal reacción. Por otra parte, en la misma carta Bolívar escribe como
que si de él no hubiera partido la idea de las negociaciones y que él solo se limitó a estar de
acuerdo con ellas, con dar su aprobación. ¿Esconde mala intención dicha actitud de Bolívar?
En la vida de Bolívar hay acontecimientos controversiales que han merecido la reprobación
de estudiosos de su vida. Es el caso del historiador francés Pierre Vayssière en su libro
“Simón Bolívar. El sueño americano” quien ha estudiado lo que él denomina “el lado oscuro”
de Bolívar, refiriéndose a tres casos concretos: la entrega de Miranda en 1812, el deshonor
de Ocumare en 1816 y la ejecución de Manuel Piar en 1817. Los casos Torre Tagle (1823) y
Berindoaga ¿forman parte de este “lado oscuro” de Bolívar? Hay indicios razonables para
explorar en ese camino.
Por otra parte, al Libertador, con el grande y poderoso ego que poesía no le debió
parecer nada bien dicha solicitud. ¿Quién era ese peruano para poner en entredicho, para
dudar de sus decisiones, de sus intenciones, de su probidad, para querer protegerse de él?
¿La acusación de traición de Torre Tagle y Berindoaga fue una jugada maestra de
ajedrez político de Bolívar para desembarazarse de Torre Tagle y del grupo peruanista tal
como lo había hecho con Riva Agüero? El tema es polémico y el artículo de José Luis Castro
que ha motivado esta breve nota analiza con solvencia académica y desapasionamiento el
caso Torre Tagle. Consideramos que es de lectura obligatoria. La polémica continuará pero
nuevas visiones ayudarán a una mejor comprensión de los acontecimientos.
Notas
-Bolívar, Simón (1950). Obras Completas. Compilación y notas de Vicente Lecuna con la
colaboración de la señorita Esther Barret de Nazaris. Vol. I, (Caracas: Ministerio de
Educación Nacional de los Estados Unidos de Venezuela).
-O’Phelan Godoy, Scarlett (2001). Sucre en el Perú: entre Riva Agüero y Torre Tagle”. En:
O’Phelan, Godoy, Scarlett, compiladora (2001). La independencia del Perú. De los borbones
a Bolívar. (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú – Instituto Riva Agüero, pp. 379
– 406).
-Rizo Patrón, Paul (2012). Una aristocracia ambivalente. Torre Tagle y sus pares ante la
independencia del Perú. En: Mc Evoy, Carmen, Mauricio Novoa y Elías Palti, editores
(2012). En el nudo del Imperio. Independencia y democracia en el Perú. (Lima. Instituto de
Estudios Peruanos – Instituto Francés de Estudios Andinos, pp. 295-313).
-Vayssière, Pierre (2008). Simón Bolívar. El sueño americano. (Buenos Aires. El Ateneo).

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