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SOLICITA PEDIDO DE JUICIO POlÍTICO

MIEMBROS DE LA SALA ACUSADORA

LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA:

Gregorio Hernández Maqueda, Presidente de la


Coalición Cívica ARI Córdoba DNI 36148010,fijando
domicilio legal en Duarte Quirós 670,Piso 4, Oficina 1 de
la Ciudad de Córdoba respetuosamentecomparezco ante Ud. Y
digo:

I. OBJETO:

Que vengo por medio de la presente en función de las


facultades reconocidas a los ciudadanos en el artículo
1131 de la Constitución de la Provincia de Córdoba a
solicitarles tengan a bien dar inicio los trámites
necesarios para promover el juicio político por causales
de mal desempeño de funciones al titular del Ministerio
de Gobierno de la Provincia de Córdoba, Sr. Juan Carlos
Massei, en virtud de lo establecido en el artículo 112
del plexo normativo citado anteriormente por las razones
de hecho y de derecho que procedo a exponer.

II. HECHOS:

Los hechos delictivos acaecidos en los últimos años


en la Provincia de Córdoba han sido tema de preocupación

1
Mentado artículo reza: “Cualquier ciudadano puede denunciar, ante
la sala acusadora, a los efectos que se promueva juicio a los
funcionarios mencionados por las causales a las que se refiere el
artículo precedente.”
entre todos los habitantes de la provincia. Los índices
criminales han crecido y las situaciones en donde el
narco y las organizaciones mafiosas toman protagonismo,
han seguido el mismo rumbo.

En este mismo sentido, diversos eventos ocurridos


desde el inicio del 2019, agravaron las alarmas de todos.
En concreto y con especial atención a la localidad de Río
Cuarto, cabe destacar que, desde mediados del mes de
enero a mediados del mes de febrero, 8 hombres han sido
asesinados, en situaciones complejas, entre ellos,
Claudio Torres.

Torres, considerado un fuerte distribuidor de droga


en el sur cordobés, carecía de antecedentes penales (sólo
tendría un antecedente por lesiones a una expareja) o
investigaciones en ejecución. Pese a que existía una
denuncia anónima en su contra por narcotráfico desde
hacía casi cinco años, nunca siquiera habría sido
demorado como consecuencia de un proceso penal.

Las cámaras del frente de su casa grabaron su propia


ejecución. Con una ráfaga de disparos calibre 9 mm y
11.25 lo fusilaron apenas se bajó de su Audi TT, en
Laprida al 1200, Río Cuarto, pasadas las 20, el 16 de
enero pasado.

En ese momento, la Policía no habría allanado su


vivienda ni secuestró el Audi TT en el que Torres llegaba
de viaje con Gabriel Bossi (quien fue oportunamente
detenido). Al fiscal provincial Daniel Miralles le
habrían informado el hecho recién el día siguiente, a las
9.

Fue su muerte la que provocó un inusitado avance en


la investigación del juez federal Carlos Arturo Ochoa. En
las últimas semanas detuvieron a 16 personas por presunto
“narcolavado”, entre ellas, a un exjefe policial y a un
integrante de la Juventud Sindical del Surrbac.

Ochoa había comenzado a investigar a esta banda con


miembros de Gendarmería en el 2014, pero dos de sus
hombres, Luis Naser y Cristian Moya, terminaron
condenados a nueve y siete años de prisión por tráfico,
el año pasado.

En 2016, en escuchas de la Federal (cuya filtración


provocó una investigación paralela de Ochoa) surgió la
presunta complicidad del exjefe de Drogas y segundo jefe
de la Policía en Río Cuarto Leonardo Hein con el mismo
grupo de civiles ligados a los gendarmes. Los narcos lo
llamaban “el Avispón”. El año pasado, Hein fue condenado
por el “encubrimiento” por no denunciar a sus supuestos
“dateros”.

Los hechos parecen explicar por qué Ochoa recurrió a


la Policía de Seguridad Aeroportuaria (en adelante,
“PSA”) para avanzar en el proceso de toma de medidas de
prueba. Lo más impactante de los últimos acontecimientos
fue la detención de quien hasta hace días se desempeñaba
como jefe de Investigaciones de la Departamental Río
Cuarto de la Policía: Gustavo Osvaldo Oyarzábal. Había
sido pasado a retiro, de manera imprevista, el 31 de
enero.

Era justamente quien venía investigando el homicidio


de Torres para la Justicia provincial.

Como consecuencia de todo lo expuesto y en el marco


del conflicto con el narcotráfico, el Ministro de
Gobierno de la provincia, Carlos Massei, anunció cambios
en la cúpula policial de esa localidad.

Por disposición de la Jefatura de Policía, se produjo


el relevo del jefe y subjefe de la Departamental Río
Cuarto. En consecuencia, las nuevas autoridades son, el
Comisario Mayor Héctor Huerta, secundado por el Comisario
Inspector Hernán Gustavo Etcheverry. En rueda de prensa,
Huerta resaltó que "el vecino demanda la presencia
policial, recuperar la confianza del vecino y consolidar
los lazos" (el subrayado me pertenece).

"Me tengo que abocar a trabajar con este nuevo equipo


y veremos cuál es la proyección. Tenemos un compromiso
laboral ambicioso para lo que demanda la ciudad y el
departamento", sostuvo.

Todo lo expuesto anteriormente, tiene un responsable


político claro: el Sr. Ministro de Gobierno de la
Provincia de Córdoba, Sr. Juan carlosMassei. Los dichos
del Comisario Mayor Héctor Huerta resultan más que
elocuentes para ilustrar este pedido: “el vecino demanda
la presencia policial, recuperar la confianza (...)”. El
interrogante deviene apresuradamente. ¿Qué pasó con la
presencia de la policía de la provincia todo este tiempo?
¿Qué medidas tomaron los funcionarios designados y/o
controlados por el Sr. Juan Masseia lo largo de su
gestión para combatir los delitos existentes hasta la
intervención de la justicia federal? ¿Qué políticas
públicas se abordaron desde el Ministerio de Gobierno
para disminuir el delito con especial énfasis en el
narcotráfico existente en la ciudad de Río Cuarto?
III. DERECHO:

A. De las competencias del Ministerio de Gobierno.

De conformidad con lo establecido en el artículo N°


18 de la Ley N° 10.3372, corresponde al Ministro de
Gobierno:

-”(...)asistir al Poder Ejecutivo en todo lo


inherente al gobierno político interno, a las políticas
de seguridad, a las relaciones institucionales, sociales
y gremiales del Poder Ejecutivo (...)”

-”La actualización de la legislación provincial sobre


seguridad, el asesoramiento sobre el orden público y el
ejercicio pleno por parte de la población de los
derechos, principios y garantías constitucionales,
asegurando y preservando el régimen republicano,
representativo y democrático.”

-”Elaborar, implementar y evaluar las políticas y


estrategias de seguridad pública y las directivas
generales y específicas necesarias para su gestión y
control en todo el territorio de la Provincia, a los
fines de asegurar la protección de los derechos de sus
habitantes a la tranquilidad y la seguridad pública.”

-”Promover programas y proyectos de desarrollo en lo


referente a políticas de seguridad pública y prevención
del delito y la violencia, optimizando para ello los
recursos humanos, materiales y financieros.”

-”Coordinar y coadyuvar en lo inherente a las

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Aprueba la estructura orgánica del Poder Ejecutivo Provincial.
cuestiones de la seguridad y prevención con las
comunidades regionales, municipios, comunas y entidades
no gubernamentales.”

-”Coordinar los órganos del Sistema de Seguridad


Pública de la Provincia y asistir en la capacitación y
asistencia a las estrategias de seguridad y programas de
prevención que elaboren y/o ejecuten los gobiernos
locales y las entidades no gubernamentales que se
refieran a su competencia.”

-”Ejercer la dirección superior de la Policía de la


Provincia, mediante la planificación, diseño y
formulación de estrategias policiales de control del
delito y la violencia.”

-”Coordinar las actividades y labores conjuntas con


otros cuerpos policiales y fuerzas de seguridad, de
acuerdo con sus funciones y competencias específicas.”

-“Ejercer la gestión administrativa general de la


Policía de la Provincia, promoviendo y coordinando la
formulación de planes de mediano y largo plazo en orden a
la capacitación, inversión, equipamiento y bienestar de
la Policía de la Provincia.”

-”Entender en la producción de inteligencia e


información que compete a la Policía Provincial.”

-”Designar la integración del tribunal de Conducta


Policial en los términos de la Ley N° 9120.”

-”Controlar el accionar de la Policía de la Provincia


y promover la participación comunitaria en asuntos de
seguridad y control ciudadano.”

El destacado existente en los párrafos expuestos ut


supra me pertenece y solo busca resaltar lo que ya
resulta evidente. El Ministro de Gobierno ejerce
competencias directas en materia de seguridad y es su
responsabilidad articular los medios necesarios para
lograr el cumplimiento de los objetivos propuestos en la
normativa de aplicación de la manera más efectiva y
eficiente posible. Todo lo expuesto, hace ineludible la
responsabilidad del funcionario en el caso aquí
planteado. El Ministro de Seguridad debió haber tomado
acciones concretas para garantizar la debida protección
de los derechos en peligro, acorde a su figura.

B. Del mal desempeño de funciones y el juicio


político como mecanismo de control.

La estructura expositiva utilizada en el presente


escrito se fundamenta a la luz del siguiente
razonamiento: para poder discernir si un funcionario como
el Ministro de Gobierno está desempeñando mal sus
funciones, másallá́ de los criterios de oportunidad o
discrecionalidad que lo llevan a tomar una decisión u
otra, hay que hacer un breve repaso para determinar
cuáles son esas funciones que le son atribuidas y que
ejerce en función, valga la redundancia, del cargo que
ocupa.

A la luz de lo expuesto en el acápite II y III a) del


presente escrito, resulta plausible la competencia y la
responsabilidad que recae sobre el Ministro de Gobierno.
Esto es determinante porque la noción de responsabilidad
es inseparable de la idea de control. Se trata de un par
de conceptos que se relacionan de tal forma que es
imposible comprender a uno de ellos sin pensar en el
restante. Vale decir, no existe responsabilidad
(política) sin control, y tampoco existe control sin
responsabilidad. Por otro lado, hay que remarcar una
cuestión cuasi pre-teó
ricaaquí́
: el elemento del control
es inseparable de un concepto republicano de
Constitución. Ligado a esto, como su contrapartida
necesaria y precisa, la idea de responsabilidad cobra
fuerza3. Republicanismo e irresponsabilidad son términos
que se autoexcluyen, y lo mismo ocurre con la noción de
control, que es inmanente a aquél, como quedódicho4. Ante
lo expuesto, el juicio político se torna en el mecanismo
de control constitucional necesario para juzgar su obrar
a la luz de los antecedentes expuestos. Doctrinariamente,
se considera que la responsabilidad política puede ser de
dos tipos: difusa e institucional. La primera estriba en
el juicio negativo que los ciudadanos pueden dar a la
actuación de los gobernantes y se manifiesta, ante todo,
en el estrado de la opiniónpública, y en especial en ese
trascendente acto que es el ejercicio responsable del
voto. La segunda se determina por la posibilidad —
institucional— de que un órgano del Estado repruebe como
es que ejerce sus funciones otro órgano del mismo Estado.
De tal suerte, puede requerirse la dimisión de su
titular5.

3
VANOSSI, Jorge, El Estado de derecho en el constitucionalismo
social, Buenos Aires, Eudeba, 1982, p. 91.
4
MOCOROA, Juan M., El juicio polí tico como medida de salud pú
blca,
Cuestiones Constitucionales. Revista Mexicana de Derecho
Constitucional, no 30, 2014, pág. 134.
5
DÍEZ-PICAZO, Luis, La criminalidad de los gobernantes, Barcelona,
Crí
tica, 1996, p. 81.
Toda vez que, el Ministro de Gobierno queda exento de
la responsabilidad política difusa por no ser electo
directamente por el voto popular, se torna intuitivo
considerar al juicio político como el proceso de reproche
necesario para evaluar el contenido de su accionar.

En cuanto a las causas por las que algunos


funcionarios pueden ser sometidos a este procedimiento
generalmente existen dos variantes. Por un lado, se
encuentran las acciones que deben considerarse
típicamente configurativas de delitos penales. Por otro,
las causas abiertas vinculadas al desempeño o la gestión
del puesto.

En el caso concreto, las responsabilidades del Sr.


Ministro de Gobierno pueden ser enmarcadas en el segundo
de los supuestos mencionados anteriormente a la luz de
las siguientes premisas:

- En primer lugar, cabe destacar que, del relato de los


hechos aquí expuesto, se desprende con claridad la
falta de políticas desarrolladas para combatir
delitos, con especial énfasis en aquellos vinculados
al narcotráfico. La situación existente en la
provincia de Córdoba no es aleatoria. La falta de
intervención de las autoridades provinciales (y en
algunos casos, la complicidad) ha generado el
contexto idóneo para que la droga se desarrolle en
nuestra provincia, cobrándose diariamente la vida de
inocentes. Del contenido expuesto en la Ley N° 10.337
surge enfáticamente que es el Ministro de Gobierno el
principal responsable en garantizar la seguridad de
la provincia, diseñar políticas de abordaje a los
conflictos y supervisar la efectividad de estas.
- Asimismo, cabe exponer lo sucedido con la cúpula y el
accionar de la policía de Córdoba. De los hechos
vinculados al caso Torres y al desarrollo del
narcotráfico en la localidad de Río Cuarto, pueden
desprenderse algunas posibles situaciones. Prima
facie, los tribunales federales no confían en la
misma, utilizando la PSA para la realización de sus
operativos; se han comprobado casos de connivencia
entre la policía y los delincuentes; ha sido
necesario modificar la cúpula de la policía para
poder dar una señal y replantear la estrategia
previamente abordada.

De conformidad con el artículo 20 de la Ley N° 9.2356


y normativa modificatoria, se desprende que: “La
Policía de la Provincia de Córdoba es una
organización centralizada del Poder Ejecutivo, que
depende operativamente del Ministerio de Seguridad y
actuará en el ámbito del territorio provincial de
acuerdo a la política de seguridad y al planeamiento
diseñados por dicho Ministerio”. La cita de la
mentada normativa más lo establecido en el artículo
18 de la Ley N° 10.337 nos permite arribar a la
siguiente conclusión: siendo la policía de la
provincia un órgano centralizado, dependiente del
Ministerio de Gobierno, este último, posee un amplio
control sobre la misma, que no solo comprende las

Ley de Seguridad Pública para la Provincia de Córdoba.


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cuestiones de ilegitimidad, sino también, las de
oportunidad, mérito y conveniencia. Por lo antedicho,
cabe determinar que el Ministro de Seguridad posee
una responsabilidad del tipo “in vigilando 7”, que lo
obliga a controlar acabadamente las actitudes y
acciones abordadas por sus inferiores, no estando
este control, limitado en lo absoluto. Esto, en
virtud de la naturaleza jurídica de los órganos aquí
analizados. Asimismo, no escapa a este funcionario su
responsabilidad por las personas elegidas para
desempeñar tareas. En este sentido, el concepto de
responsabilidad por culpa “in eligendo” nos permite
ilustrar los argumentos de nuestra exposición. El
Ministro de Gobierno resulta responsable por la
elección de los funcionarios designados en el ámbito
de su cartera para el cumplimiento y ejecución de las
políticas públicas. Sus acciones y sus decisiones son
propias de la responsabilidad del ministro por lo que
sus aciertos o desaciertos, también serán propios de
él.

El artículo 112 de la Constitución de la Provincia de


Córdoba prevé como presupuestos de inicio de este
procedimiento causales de mal desempeño, delito en el
ejercicio de sus funciones, delitos dolosos comunes,
incapacidad física o síquica sobreviniente, o indignidad.

En el caso aquí planteado, considero que el mal

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Acepción utilizada para referirse a las conductas realizadas por
terceros pero atribuibles a un sujeto determinado en función del
deber de control de sus empleados o funcionarios que causen daños.
En la misma, se establece que en la selección de subordinados y en
el control de la actividad de los mismos, los funcionarios deben
desarrollar una diligencia completa; es decir, no sólo encaminada a
obtener el resultado de una actividad laboral, sino también
encauzada dentro de la observancia de las normas positivas.
desempeño con respecto al accionar por parte del
organismo que conduce el Sr. Juan carlosMassei, se
encuadra en uno de los supuestos necesarios para promover
el procedimiento aquí solicitado.

En efecto, creo pertinente que, los representantes


del pueblo de la provincia de Córdoba, en potestades que
les son inherentes, evalúen el desempeño del funcionario
aquí cuestionado. Considerar que una acción es
susceptible de ser reprochada por esta causa es
dependiente de un conjunto de creencias del cuerpo
legislativo que harán las veces de criterio evaluador8.
Determinar si una inexcusable omisión o acción realizada
son merecedoras de reproche en términos de “mal
desempeño” seráuna consecuencia de una potestad política
como consecuencia del sistema de control difuso. Resulta
imperante evaluar la grave situación aquí planteada.

IV. SOLICITUD:

En virtud de todo lo expuesto, se solicita que se


arbitren los mecanismos necesarios para materializar el
procedimiento constitucional pertinente y se instruya el
juicio político respectivo para poder evaluar la
responsabilidad política e institucional del Sr. Juan
Carlos Massei.

Proveer de conformidad

Será justicia.

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MOCOROA, Juan M., El juicio polí tico (impeachment), Eunomía.
Revista en Cultura de la Legalidad, 2018.

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