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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

DTRECerÓN CENERAL TERREDAD


DE CULWRA y EXTEN- Tercera Edición 2011
SIÓN © Universidad de Los Andes
Dirección de Cultllra y Extensión
Mérida- Venezuela
.Autoridades Uniuersitarias
.Autor
© Eflgenio Mon/ejo
Mano Bouacd Rossini Notas para un estudio
Rector
.Diseño y diagraHJaciólI
José Francisco Guerrero Lobo RAFAEL CADENAS
Patricio Rosell~veig
DiSCIio de Portada
Vicerrector Académico José Francisco Gnerrero Lobo

Manuel Arangm'en l/ustración deportada


n un escrito autobiográfico de 1997 publicado en
Vicerrector .Adnamstratuo

José María Anderez


Secretario
Firma

Impresián
, U»uersidad de Los ~s
Talleres Gráficos Universitarios
E el Papel Literario de El Nacional, Eugenio Mon-
tejo comenzaba por mencionar que había nacido
en Caracas el mes de octubre de 1938. Es probable que
talleresgraficoS@lIla.ve esta información sorprendiera a sus lectores menos
Mélida- Venezuela
enterados, quienes siempre creyeron que Valencia, la
HECHO EL DEPÓSITO DE LEY de Venezuela, había sido su ciudad natal, pues allí pasó
Deposito Lega/.'
ISBN: gran parte de su vida, estudió en su universidad y creó
Director junto con Alejandro Oliveros, Reynaldo Pérez Só, Teó-
Mal/ricio Navia A. Derechos Reservados
Prohibida la reprodnaio» total oparcial filo Tortolero, entre otros, la revista Poesía, excepcional
COl/SejoEditorial de esta obra sin la alllOlizaciólI escrita del
Daniel AlbortloZ autor y el editor.
en el país tanto por su calidad cuanto por su duración:
Enrique Vida/ tiene treinta y cinco años y lleva mucho más de cien
Elizabeth MalÍ/I Universidad de Los .Andes,
José Francisco Guerrero L Av. 5 Zerpa, Esqui/la COIIca/le 24, números, todo lo cual indica que la formación inicial
Deblry Avelldaiio alltiguo Colegio San José, l' piso.
.Arnaldo Valero de Eugenio tuvo lugar en ese ambiente y dentro de ese
Telejax 0274-240-26.58
Carlos MOllagas http://J/JWW.dirccciolldecultllra.comove grupo generacional de poetas. Hay más sorpresas para
Rocco Mangieri Ménda 5101. Vene<}/e/a
Jorge Torres los lectores aludidos: hizo casi todo su bachillerato en
Maria Rios Impreso en Venezuela
Cartas Mattera un liceo militar, se graduó en Derecho y su nombre fue
Printed in VeI1ezuela
Erma SfI/baráll un pseudónimo adoptado que terminó por sustituir a
Coordinador de Ediaones Eugenio Hernández Álvarez.
..Actual - Libros
JoJé Francisco Guerrero Lobo En su escrito también expresaba su propensión
a "suscitar la armonía", y aclaraba: "Quiero decir que a
menudo me gana la tentación de orquestar las acciones
y los hechos que me afectan como si fueran notas de
una partitura".

7
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I
1

De su declaración subrayo, por ser clave en a la memoria firmemente gracias, en mi sentir, al uso
su vida y su obra, la palabra "armonía". No menos diestro y personal de la métrica de nuestro idioma, a la
relevantes serían "emoción" y "vidaj'. Esta última cual Eugenio tampoco se ceñía estrictamente, ya que
abarca las otras, en realidad envuelve todo. Puede la rompía de modo inesperado, con versos de varias
afirmarse que en su poesía la vida trasciende el yo. medida, siguiendo el dictado de su sentido del ritmo,
Es la protagonista, algo inusual en un mundo donde su necesidad expresiva, su temblor, y sólo usaba la li-
aquél señorea a sus anchas, casi contrapesos. bertad requerida para su designio principal: la hechura
Su identificación con ella es clara en el poema del poema. Pero ni lo aquí dicho ni 10 por decir pueden
"Soy esta vida", aunque no podía decirlo categórica- explicar el encantamiento que mana de gran parte de
mente porque en la lírica se tiende a evitar las aser- su poesía. Este sencillamente surge y es imposible
ciones rotundas, pero en el lector queda la sensación desentrañado. Hay algo inasible en toda creación. "El
de que es ella "la que escribe", la que le lleva la mano. arte sucede", dijo una vez el pintor norteamericano
Whistler, frase que a Borges le gustaba citar.

A vista de páj~o
Libros que desembocan en Terredad
Élegos, su primer libro, ya muestra a un poeta
bien constituido. Contiene poemas de hoy, cuando Muerte y Memoria me parece un título emble-
podemos ver todo el trayecto de su autor; podrían mático porque ambos términos portan una reiteración:
ese desaparecer de seres y cosas que sin embargo
incluirse en cualquiera de sus libros siguientes. Albo-
siguen siendo éstremecidamente en otra dimensión,
rea allí lo que se advertirá en toda su lírica: "la pasión
acaso la de una memoria anagógica. El libro ofre-
contructiva y el casi perfecto control sobre el desarrollo
ce poemas que ya tienen residencia fija en nuestro
del poema que excluye lo divagatorio y deshilvanado",
idioma, como "Levitación", "Retornos", "Regresos",
rasgos señalados por Guillermo Sucre en un pasaje,
"Orfeo", "La silla", "Sobremesa". Allí se encuentran
que casi se ha vuelto obligatorio citar, de La máscara,
motivos que van a ser constantes: la casa, el padre, el
la transparencia, libro por cierto indispensable para lo
árbol, el caballo, los pájaros, la silla, el café, las ciga-
estudiosos de la poesía hispanoamericana. O se nota el rras, los gallos, las piedras, que Ferrari duda en llamar
"delicado y firme equilibrio entre la forma o el sonido símbolos, pero a mi ver sí tienen esa función. Detrás
y lo que dicen o declaran los versos" al que se refiere de todos esos nombres está el misterio infranqueable
Américo Ferrari en su ensayo que sirve de introducción dentro del cual vivimos y al que pertenecemos.
aAlfabeto del mundo. O se manifiesta el "orfebre de las Hace su aparición en si condicional que comien-
\ emociones", como llama Gustavo Guerrero a Eugenio za al volver inseguro el terreno que pisamos. "Orfeo,
en Conversaciones con la intemperie, frase con que lo que de él queda (si queda)", dice un verso. Hago
indica la conjunción de maestría y afectividad. esta acotación porque tal manera de incertidumbre
Sobrepasaría mi propósito el adentrarme más en retorna en otros poemas. Se puede decir que pasa a
.su obra, pero debo anotar una de sus características formar parte de un estilo, y revela un talante anímico
más resaltante: una vez leídos, sus versos se adhieren que contrasta con tantas seguridades aparentes.

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En algunas palabras hay igualmente poemas libro retama el hilo unitario e ininterrumpido de su
que están a la par de los citados. "Uccello, hoy 6 de creación, en la cual siempre se repiten varios motivos,
agosto", "La vida", "Paisajes", "Islandia;', "Dos Rem- aunque ahondados cada vez mediante un incesante
brandt", "El otro", son apenas algunos de los que con- trabajo interior.
firmarían mi impresión. Allí los motivos se extienden é Es diferente Terredad al resto de su obra
hacia el mundo. Entran las ciudades lejanas, el viaje poética? Sólo puedo aventurarme a decir que tiene la
y su soledad numerosa, la nieve obsesiva, los aviones misma entonación, pero se distingue porque consolida
que la vida toma, el caballo, pero esta vez apocalíptico, lo anterior dando así paso a otras posibilidades, que
la cigarra cuyo canto enciende el aire, los paisajes en- se notan en sus últimas libros donde, por ejemplo,
trañados, el hijo en la hilera de las sucesiones, trenes temas como el amor, la cigarra, Reverón, son tratados
de la noche, el hotel que despierta erotismos, el poeta en series que recuerdan las suites musicales.
que es también el otro, vale decir, todos los hombres. Terredad es además fiel a lo dicho por Euge-
En su poesía tienen lugar sucesos sorprendentes. nio con od.sión de una lectura en Carmona cuando
Acotó sólo algunos a modo de muestra, pero son mu- se presentó el número 20 de la revista Palimpsesto,
chos más. "Los muertos andan bajo tierra a caballo", un día de febrero de 2005. Allí contó que él quería
una silla regresa "a su lejano árbol", en un "cuadro de "nombrar la condición tan extraña del hombre en la
Uccello hay un caballo / que estuvo en Hiroshima",
tierra, de saberse aquí entre dos nadas, la que nos
el poeta espera para nacer porque "hay peste en el
precede y la que nos sigue". Entonces se le ocurrió esa
pueblo", oye canto de pájaro sin pájaro, recuerda una
palabra para decir nuestra condición de efímeros y al
ciudad donde no ha estado nunca, uno de sus poemas
mismo tiernpo'lo "que nos impulsa naturalmente a la
"fue escrito en otro siglo", a Manoa, nuestra Ítaca, sólo
llega quien ama, voces son dichas por retratos, nunca confraternidad, a la convivencia y a socorremos unos
del todo se está vivo ni se está muerto, personas del a otros como toda religión, como todo principio ético
pasado conversan sin verse, éste pierde su ilusorio lo dictan al hombre en todas las lenguas de la tierra".
carácter lineal, los entes son, aunque están siempre (Pienso que él siempre vivió en Manoa).
dejando de ser y al cabo ya no son, pasan transfigura- Tal fue la actitud humana de Eugenio. Ella queda
dos a otro ámbito intangible. expresada con tinta imborrable en todos sus libros,
mediante la "indirección" de la poesía. Actitud que en
el plano cívico lo llevó a mantener una postura muy
Una breve visita crítica frente al actual régimen venezolano. Un verso
suyo, muy vigente, vale por muchos análisis políticos.
Conocedores de la obra de Eugenio le asignan a Es el que se refiere a Venezuela como un país "que no
Terredad un puesto sobresaliente en ella, y no andan termina de enterrar a Gómez". Alusión al más cruel de
errados. Pertenece a la gran lírica de nuestro idioma. los dictadores que han frecuentado nuestra historia.
Sin embargo, es necesaria una aclaración: en todos sus En este momento no podría ni debo comentar
libros hay poemas memorables, pero sucede, por una los poemas de Terredad. Necesitan más tiempo en mí,
parte, que ya la palabra terredad, de entrada, posee y si lo intentara, dejarían de ser descubiertos para el
carácter definitorio de toda su poesía, y por la otra este lector. Escojo la prudencia.

10 11
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a

Sus ensayos arte poético de Juan de Mairena", de El taller blan-


co, son ensayos fundamentales para comprender lo
El fulgor de su poesía no ha dejado, apreciar ~e- que se proponía y consiguió nuestro amigo, el poeta
bidamente su impecable prosa, heredera de la mejor venezolano.
de nuestro idioma. Bastante se ha estudiado aquélla, Por fortuna su posición no es excluyente, sino
y poco se repara en ésta que fue cri~da en el hontanar optativa, aunque con inclinación aleccionadora hacia la
clásico y cernida luego por el tamiz de los maestros de Mairena: ''hay que centrar la palabra que aspira a la
modernos. Es sabido que no publicaba poema que no intemporalidad +dice Eugenio- en el ámbito más próxi-
estuviese bien acabado. Creo que lo mismo se aplica mo del ser, y no en su periferia adherida. Sólo allí puede
a todo lo demás que escribió, al menos no conozco expresarse, cuando se poseen los dones para hacerla, el
página suya descuidada. . . ., sentimiento del tiempo".
Pero hay algo más que solicita atención: su
poética está derramada en sus ensayos de La ven~ana
oblicua y El taller blanco, en los autores que creo, en Responsabilidad poética
los comentarios sobre ellos, en las reflexiones de su
"Fragmentario" y en entrevistas. Todo este material Estas palabras no tienen la costumbre de andar
alumbra su propósito hacedor. Con respecto a los au- juntas. Suenan casi como un oxímoron. Las asocio
tores estudiados en su primer libro, fueron Gottfried porque Eugenio las ejemplificaba cabalmente. En una
Benn y Antonio Machado los que dejaron una huella entrevista que le hizo la escritora y periodista Milagros
mayor en el poeta. Su eliminación del ad~erbio "co",??", Socorro, le contó de qué modo escribía. "En general
. por ejemplo, que ha tenido mucha acogida en la.hr~ca trabajo a mano, con tinta negra. Después eso lo paso a
moderna, viene de Benn. Anoto, de paso, que SI bien la computadora y ahí corrijo. En una carpeta guardo
este planteamiento es saludable y se justifica porque los protopoemas, los apuntes. Con el tiempo, unos seis
el "como" desvía del objeto principal, cuando uno meses, eso pasa a otra carpeta ... Jamás publicaría un
escribe, la comparación, aunque no se use, se cuela poema precipitado. El tiempo contribuye a ver que lo
implícitamente. que en un principio me entusiasmó no valía la pena
De Machado, cuya prosa sobre todo leyó asi- conservarlo y viceversa. Esa perspectiva la da el tiem-
duamente, y a quien le dedicó sendos ensayos en sus po; y la experiencia ayuda a desconfiar de uno mismo ...
dos libros, procede lo de la temporalidad vivida co~o Jamás publicaría un poema precipitado".
componente esencial de la poesía, pero trascendida Se ve, pues que aguardaba bastante. Se le iban
hacia lo intemporal en la que escribió Eugenio, como meses en la revisión. Entre sus enseñanzas, sobre todo
también lo pedía el maestro español, por boca de su para los jóvenes, está esa su demorada espera, sin que
principal heterónimo. A este planteamien~~ se opone ella llegara a los nueve años que exigía Horacio.
la estética más intelectual de la construcción, defen- Eugenio agregó algo más que viene al caso. Se-
dida por Mallarmé, Valéry y Benn. . ñaló lo importante que es hoy en una época de pro-
En todo caso, tanto "La difícil doble vida de funda crisis como la que se vive en Venezuela "po-
Gottfried Benn", de La ventana oblicua como "El nerle la máxima atención al lenguaje" para aclararlo.

12 13
"Cuando hayamos ordenado las palabras -dijo muy éste apunta a mayor exterioridad, convoca sobre todo
confucianamente- ordenaremos el pensamiento y el sentido de la vista y sugiere cierta distancia. Pues
entonces pondremos orden en la casa, ¡enel muni- bien, es evidente que Eugenio mantenía una relación
cipio y, por extensión, en todo el país". Lo que dice profunda con el entorno que es tenerla también con
Eugenio recuerda aquello de la "rectificación de los el cosmos y ello es como "traer lo infinito a lo finito"
nombres" que proponía, como cuestión esencial, el (putting infinite witbin the finite), que era para Brow-
maestro chino. Es la adequatio occidental entre la ning la poesía.
palabra y la cosa. Según la tradición que arranca de
Confucio, son varios los requisitos que debe tener En suma, pienso que Eugenio era un agnóstico
un príncipe gobernante: ha de ser guía, manantial asombrado.
de bien para el Estado, usar el poder con equidad,
ser bondadoso y disfrutar de la confianza de todo
el reino. Si falta una sola de estas cualidades se le Final y comienzo
retira el nombre de príncipe y pierde el puesto.
La poesía usó a Eugenio sobre todo para celebrar
la vida.
Sentido cósmico Es lo que su canto rezuma yeso supone no sólo el
aceptada totalmente, sino devoción a ella, que lo puso
"La poesía es la última religión que nos queda", a su servicio, convirtiéndolo en alguien "que perdió su
solía repetir, y con la palabra poesía designaba también cuerpo/para que lo habiten las palabras" > como nos lo
a todo arte. A este respecto me viene a la mente Goethe, comunica en "El esclavo" de Terredad. Se trata de un
para quien el arte era la religión de los que no tienen darse a ellas para que ese canto nazca.
ninguna. Pero esta frase no se aplicaría a Eugenio
porque en él había una profunda religiosidad, ajena Es otro vivir que a la vez intensifica el vivir.
a instituciones, pues tenía lo que en mi sentir más la
caracteriza: una percepción muy viva de la energía que Una opción entrañable.
subyace en todo lo existente, la que "expande la raíz/
la que muda las hojas y mueve los planetas, / asciende Ya Eugenio no está entre nosotros. Hace apenas
por el árbol hasta el nido / y rompe la cáscara", como poco más de cuatro meses que se apagó su lámpara.
dice en su poema "Diciembre" deAlfabeto del mundo. Queda en pie de su obra, ese bien.
Eso, llamémosla así, no se diferencia del cosmos
y está en todas sus partes, en los astros o en un grano
de arena o en nuestro cuerpo. Es el mayor secreto a
voces, que mucho importaría recordar.
La cara inmediata, táctil y hasta íntima del cos-
mos es el entorno, palabra que prefiero a paisaje, pues

14 15
e était le temps inoubliable
Gil nous étions sur la térre.

Jules Superville

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EN EL BOSQUE

En el bosque, donde es pecado hablar, pasearse,


no poseer raíz, no tener ramas,
équé puede hacer un hombre?
La soledad no basta para engañar al viento,
de ningún brazo se construye una puerta,
la piel, las uñas nunca sirven
para un nido de pájaros.
y el viento lo sabe .

.En el bosque, quien no ha logrado ser un árbol,


sólo puede llegar de parte del otoño
a pedir unas hojas,
mejor si lleva harapos de mendigo,
algún morral raído, un palo, un perro
y ninguna esperanza .
Verá como lo trata el viento,
cómo su ofrenda le llenara las manos.

19
PAJAROS SÓLO LA TIERRA
a Reynaldo Pérez-Só

Oigo los pájaros afuera, Por todos los astros lleva el sueño
pero sólo en la tierra despertamos.
otros, no los de ayer que ~ perdimos,
los nuevos silbos inocentes.
Dormidos flotamos en el éter ,
y no no sé si son pájaros, nos arrastran las naves invisibles
si alguien que ya no soy los sigue oyendo hacia mundos remotos
a media vida bajo el sol de la tierra. pero sólo en la tierra abren los párpados.
Quizás es el deseo de retener su voz salvaje
en la mitad de la estación La tierra amada día tras día ,
antes que de los árboles se alejen. maravillosa, errante,
que trae el sol al hombro de tan lejos
Alguien que he sido o soy, no sé, y lo prodiga en nuestras casas.
oye o recuerda,
si hay algo real dentro de mí son ellos, Siempre seré fiel a la noche
más que yo mismo, más que el sol afuera, y al fuego de todas sus estrellas
pero miradas desde aquí,
si es musical la fuerza que hace girar el mundo,
n~ podría irme, no sé habitar otro paisaje.
no ha habido nunca sino pájaros,
NI con la muerte dejaría
el canto de los pájaros, que mis cenizas salgan de sus campos.
que nos trae y nos lleva. La tierra es el único planeta
que prefiere los hombres a los ángeles.

Más que el silencio de la tumba


temo la hora de resurrección:
demasiado terrible
es despertar mañana en otra parte.

20 21
MUDANZAS EPÍSTOLA SIN FORMA

a Guillermo Sucre

No nos pidas más forma que la vida


Mudanzas por el mar o por el tiempo, tal como vino entre la horas
en un navío, en una carreta con libros, del tiempo en que crecimos.
cambiando de casas, palabras, paisajes,
separándonos siempre para que alguien se quede No había más forma en la palabra que la vida
y algún día otro se vaya. y 10 demás fue azoro en nuestros huesos
Despedimos de un cuerpo de mujer o rencor de las piedras
que se mira ya lejos como un pueblo como quien planta casa
donde las noches fueron más largas que los siglos en un solar ajeno.
en lámparas y hoteles.
Mudanzas de uno mismo, de su sombra Tú que leerás después, en otro siglo:
en espejos con pozos de olvido mide tus dioses con los nuestros,
deletrea el áspero silencio.
que nada retienen.
No ser nunca quien parte ni quien vuelve
No nos pidas más forma que la vida,
sino algo entre los dos, tal como en sombras la aceptamos,
algo en el medio, como no quisimos rehuirla.
10 que la vida arranca y no es ausencia, Delfos era ilegible al teletipo.
10 que entrega y no es sueño,
el relámpago que deja entre las manos Descuenta las pérdidas, descuenta las dádivas,
la grieta de una piedra. jamás fuimos infieles a los muertos,
amamos la piedad, la imposible armonía.

Vivimos al filo de las horas


palabra por palabra,
tú que leerás, tal vez, desde otro mundo:
descifra el sueño en la ceniza.

22 23
cuando las procesiones recorren las calles.
No he de nacer aquí,
hay cruces de zábila en las puertas
que no quieren que nazca,
queda mucho dolor en las casas de barro.
GÜIGÜE1918 Puedo aguardar, estoy a veinte años de mi vida,
soy el futuro que duerme, que no duerme,
a Juan Liscano la peste me privará de voces que son mías,
/
tendré que reinventar cada ademán, cada palabra.
/ Ahora soy esta luz al fondo de sus ojos,
Esta es la tierra de los míos, que duermen, que no ya naceré después, llevo escrita mi fecha,
duermen, estoy aquí con ellos hasta que se despidan,
largo valle de cañas frente a un lago, sin que puedan mirarme me detengo:
con campanas cubiertas de siglos y polvo quiero cerrarles suavemente los párpados.
que repiten de noche los gallos fantasmas.
Estoy a veinte años de mi vida,
no voy a nacer ahora que hay peste en el pueblo,
las carretas se cargan de cuerpos y parten,
son pocas las zanjas abiertas,
las campañas cansadas de doblar
bajan y cavan.
Puedo aguardar, voy a nacer muy lejos de este lago,
de sus miasmas,
mi padre partirá con los que queden,
lo esperaré más adelante.
Ahora soy esta luz que duerme, que no duerme,
atisbo por el hueco de los muros,
los caballos se atascan en fango y prosiguen,
miro la tinta que anota los nombres,
la caligrafía salvaje que imita los pastos.
La peste pasará, los libros en el tiempo amarillo
seguirán tras las hojas de los árboles.
Palpo el temblor de llamas en las velas

24 25
---,

SI DIOS NO SE MOVIERA TANTO TERREDAD

Si Dios no se moviera tanto Estar aquí por años en la tierra,


en las ondas del agua, con las nubes que lleguen, con los pájaros,
en el solo los cuerpos. suspensos de horas frágiles.
A bordo, casi a la deriva,
Si flotando en las nubes no cayera, más cerca de Saturno, más lejanos,
si no usara del tiempo mientras el sol da vuelta y nos arrastra
con tanta redondez en la rosa, en sus pétalos. y la sangre recorre su profundo universo
más sagrado que todos los astros.
Si no llevara el mar, los astros,
el iris del color Estar aquí en la tierra: no más lejos
a la velocidad de la materia. que un árbol, no más inexplicables,
livianos en otoño, henchidos en verano,
Si no cambiara a cada movimiento con lo que somos o no somos, con la sombra,
acelerándose en sus átomos la memoria, el deseo, hasta el fin
o se moviera sólo menos (si hay un fin) voz a voz,
y nos fuera filmando la vida casa por casa,
en cámara lenta. sea quien lleve la tierra, si la llevan,
o quien la espere, si la aguardan,
Si levitando inmóvil en un eje, partiendo juntos cada vez el pan
ya borradas las horas, en dos, en tres, en cuatro,
abolido el reloj, el tenaz minutero, sin olvidar las sobras de la hormiga
nos dejara palpar el paisaje que siempre viaja de remotas estrellas
con el tacto del Génesis. para estar a la hora en nuestra cena
aunque las migas sean amargas.

26 27
CIUDADES MARlNAS SETIEMBRE

a Hesnor Rivera a Alejandro Oliveros

Ciudades marinas, flotantes, entrevistas, Mira setiembre: nada se ha perdido


a merced del hastío que dobla el horizonte. con fiamos de las hojas.
Ciudades que respiran como una durmiente, La juventud vino y se fue, los árboles no se movieron.
mueven una mano, levantan montañas azules, El hermano al morir te quemó en llanto
siguen durmiendo. pero el sol continúa.
La casa fue derrumbada, no su recuerdo.
No tienen puertas, no tienen calles ni palmeras, Mira setiembre con su pala al hombro
lejanos taxis cruzan con ojos de peces, cómo arrastra hojas secas.
oscuros náufragos remontan sus riberas.
La vida vale más que la vida, sólo eso cuenta.
Ciudades que serpean al curso de la sangre, Nadie nos preguntó para nacer,
no tienen piedras, no tienen ventanas, no hablan, équé sabían nuestros padres? ¿Los suyos qué supieron?
despejan sus esclusas al paso del navío, Ningún dolor les ahorró sombra y sin embargo
inhalamos sus nubes, sus vastos esfuminos, se mezclaron al tiempo terrestre.
guardan tantas sirenas! Los árboles saben menos que nosotros
Siempre surgen desnudas al tumulto del mar . y aún no se vuelven.
flotando, tejiendo tatuajes ignotos La tierra va más sola ahora sin dioses
sobre la piel de los marinos solitarios. pero nunca blasfema.
Mira setiembre cómo te abre el bosque
y sobrepasa tu deseo.
Abre tus manos, llénalas con estas lentas hojas,
no dejes que una sola se te pierda.

28 29
El DORADO SOY ESTA VIDA

a Luis Garcia Morales

Soy esta vida y la que queda,


Siempre buscábamos El Dorado la que vendrá después en otros días,
en aviones y barcos de vela, en otras vueltas de la tierra.
como alquimistas, como Diógenes,
al fin del arco iris, La que he vivido tal como fue escrita
por los parajes más ausentes. hora tras hora
Unos caían, otros llegaban, en el gran libro indescifrable,
jamás nos detuvimos. la que me anda buscando en una calle,
Los hombres del país Orinoco
desde un taxi
nunca elegimos otra muerte.
y sin haberme visto me recuerda.
Perdimos años, fuerza, vida,
nadie soñó que iba en la sangre, Ya no sé cuándo llegará, qué la detiene,
que éramos su espejo. no conozco su rostro, su cuerpo, su mirada,
El oro del alma profunda no se si llegará de otro país
a través de las voces en un tapiz volante
que nos inventaban los ríos o de otro continente.
en el rumor de las aldeas.
El Dorado que trae el café Soy esta vida que he vivido o malvivido
a la luz del Caribe pero más la que aguardo todavía
con sus soles a paso de bueyes. en las vueltas que la tierra me debe.
Jamás lo descubrimos, La que seré mañana cuando venga
no era para nosotros su secreto. en un amor, una palabra,
Los hombres del país Orinoco la que trato de asir cada segundo
teníamos raza de la quimera. sin saber si está aquí, si es ella la que escribe
llevándome la mano.

30 31
LA MESA MONTAÑAS

¿Qué puede una mesa sola Se doran cuando el sol las recompensa,
contra la redondez de la tierra? tendidas, calmas, sin un gesto
Ya tiene bastante con que nada se caiga aunque atesoren sobre su regazo
cuando las sillas entran en voz baja la paciencia del mundo.
y en su torno a la hora se congregan.
Nos ven envejecer aguardando que hablen,
Si el tiempo amella los cuchillos, nos van siguiendo al apartamos
lleva y trae comensales, de ciudad en ciudad,
varía los temas, las palabras, ondulando a través de remotas ventanas.
équé puede el dolor de su madera?
Yacen colgadas con sus capas en el aire,
¿Qué puede contra el costo de las cosas, las doblamos mirándolas de lejos,
contra el ateismo de la cena, son trajes de bodas antiguos pero intactos,
de la Ultima Cena? en las fotografías en marcan lo que fuimos
y hasta sonríen
Si el vino se derrama, si el pan falta siempre tan calmas bajo el sol que las dora,
y los hombres se tornan ausentes, serenísimas madres.
équé puede sino estar inmóvil, fija,
entre el hambre y las horas
con qué va a intervenir aunque desee?

32 33
sigo la estela que deja en su camino,
pero no sé qué busca entre mi cauce
ni quién va a bordo
ni cuándo llegaremos.

YO SOY MI RÍo

Yo soy mi río, mi claro río que pasa


a tumbos en las piedras.
Me circundan las horas y las ondas,
no sé adónde me arrastran,
desconozco mi fin y mi comienzo,
voy cruzando mi cuerpo como el arco de un puente.

Las nubes me siguen por los campos


con cálidos reflejos.
Entre los árboles derivo, entre los hombres,
sólo traje a la tierra este rumor
para cruzar el mundo,
lo he sentido crecer al fondo de mis venas.

Estas voces que digo


han rodado por siglos puliéndose en sus aguas,
fuera del tiempo.
Son ecos de los muertos que me nombran
y me recorren como peces.

Yo soy mi río, mi claro río que pasa


y me lleva sin tregua.
Sé que existe un navío
que cruza a mis espaldas,
palpo sus velas en mi sueño,

34 35
PARTIDA
DURACIÓN

Me voy con cada barco de este puerto,


Dura menos un hombre que una vela
con cada gota azul de oxígeno
pero la tierra prefiere su lumbre
entre roncos silbatos.
para seguir
el paso de los astros.
Me voy a Rotterdam donde ahora cae densa la nieve
Dura menos que un árbol,
y las gaviotas holandesas
que una piedra,
hurgando las mercaderías
se anochece ante el viento más leve,
se posan en los mástiles.
con un soplo se apaga.
Dura menos que un pájaro,
Un camarote me espera en cada barco,
que un pez fuera del agua,
un libro de Li Po para mi travesía,
casi no tiene tiempo de nacer,
-búsquenme en Rotterdam, escríbanme
da una vueltas al sol y se borra
aunque no parta.
entre las sombras de las horas
hasta que sus huesos en el polvo
Si no salgo a esta hora será en otra ,
se mezclan con el viento.
las naves cambiarán, no mi deseo,
y sin embargo, cuando parte
mi deseo está en Rotterdam:
siempre deja la tierra más clara.
desde aquí con la nieve lo diviso
entre sus casas.

No hay un solo camino sobre el mar


sin su contrario,
no hay maneras de estar y no estar donde se viaja.
Si mediara otra senda más simple, más humana,

36 37
saldría sin ausentarme,
la nieve me sería cálida al tacto.

En cada barco de este puerto


tengo fletado mi equipaje,
aunque me vean aquí mañana por los muelles,
estoy a bordo, REYES
las naves cambiarán, no mi deseo,
-búsquenme en Rotterdam, escríbanme,
mi deseo tiene vuelo de gaviota
y nieve entre sus alas. En ocios llenos de futuro
viraban los rostros de los Reyes
al ángulo suspenso
del pintor de palacio.

De súbito cesaba en ese gesto


la intriga de la Corte,
el dolor de la gota y los aciagos partes
de legiones en guerra,
sólo una mano y su pincel atónitos ceñían
la luz de los atuendos.

¿Qué tiempo fijaban a su pose


atormentados por los juicios
de presentidas turbas de museo?
¿Un mes, un año? ¿o vino un doble,
un vasallo suplente
a sostener la capa, la gorguera,
la rigidez amarga del Imperio?

Riela siempre en sus ojos


un desolado hastío, una lluvia lejana
que no debió amainar mientras posaban ...
Flota el ensueño ambiguo

38 39
de alguien que mira en la ventana abierta
un labrador, un buey,
juntos, muy lejos,
y quisiera ser pobre al menos una vez,
pisar con pie desnudo los surcos de la tierra.
La lluvia no se ve. Sólo sus ojos
absortos resplandecen EN EL NORTE
siguiendo al buey que ara lejano
y a los árboles mudos
que oyen el viento.
Esta noche dimito de las sombras,
el Támesis regresa al mar del norte
con celajes de tren bajo la lluvia
y en sus raudos vagones
los viajeros sacan crucigramas.

Es la noche, resguárdate,
grita el reloj cerca del polo,
pero a esta hora mi país de ultramar
cruza el arco del sol
y se baten azules las palmas.

En cada muro en que me acodo


siento el vaivén errante de los barcos.
Entre estas islas y mi casa
caben todas las aguas por siglos de este río,
el gris invierno de paredes rectas,
los vientos que nos tornan monosilábicos
y quedan leguas que llenar para acercarse.

Mi corazón da tumbos en medio de la niebla,


no se ajusta a los polos,
busca el lugar donde la tierra gira más despacio.

40 41
Esta noche soy diurno frente al Támesis,
no voy a bordo en sus vagones, I
sigo de pie con el silencio de una palma.

Mi país de ultramar resplandece a lo lejos


y yo cuento sus horas en relojes perdidos más allá EL ESCLAVO
del Atlántico.

Su ausencia es mi único equipaje.


Ser el esclavo que perdió su cuerpo
para que lo habiten las palabras.
Llevar por huesos flautas inocentes
que alguien toca de lejos
o tal vez nadie. (Sólo es real el soplo
y la ansiedad por descifrarlo).

Ser el esclavo cuando todos duermen


y lo hostiga el claror incisivo
de su hermana, la lámpara.
Siempre en terror de estar en vela
frente a los astros
sin que pueda metir cuando despierten,
aunque diluvie el mundo
y la noche ensombrezca la página.

Ser el esclavo, el paria, el alquimista


de malditos metales
y trasmutar su tedio en ágatas,
en oro el barro humano,
para que no lo arrojen a los perros
al entregar el parte.

42 43
11 •••••" .•••• '=_ ~

CUANDO MI ESTATUA SE DESPIERTE COLORES


y bien, queridos colores, os saludo.
Carlos Pellicer

Eran cuerpos negros en un aire blanco


Cuando mi estatua se despierte y blancos en un aire negro,
continuará no obstante, un largo rato la luz musicalmente los unía.
inmóvil, fíja, El trópico fue siempre otro planeta.
hasta que cese el coro de los pájaros
que la rodeen cantando en ese instante. En sus ojos crecieron las retinas
Quieta, sin parpadear, sin que se note más contraídas de la tierra,
que mi sangre reinicia su curso miraban los deseos del azul,
por sus venas de mármol, la soledad del verde.
ha de fingir que está soñando todavía,
que nada siente del vértigo de cosas El mar tendido ante sus costas
donde fluye el paisaje. no cesaba de orearse.
No hablará, no dará ni el más leve respiro Nunca el invierno se llevó las hojas
mientras sigan en torno los cantos ni el rumor de los bosques.
y tal vez cuando callen se habrá vuelto a dormir, Soñaban un Partenón salvaje
sin darse cuenta, entre sus palmas.
debajo del musgo solitario.
En sus voces hablaban los pastos
batidos por el viento,
era visible un paso de arco iris
tras de cada palabra.

44 45
Buscaban a Dios en las cosas
bajo una forma de color, ¡
eran cuerpos negros en un aire blanco,
blancos en un aire negro,
jamás faltó la luz para mezclarlos.
El trópico fue siempre otro planeta LA CASA
muy lejos de este mundo pero cerca del sol.

En la mujer, en lo profundo de su cuerpo


se construye la casa,
entre murmullos y silencios.
Hay que acarrear sombras de piedras
leves andamios,
imitar a las aves.

Especialmente cuando duermen


y en el sueño sonríe
-nivelar hacia el fondo,
no despertarla,
seguir el declive de sus formas,
los movimientos de sus manos.

Sobre las dunas que cubren su sueño


en convulso paisaje,
hay que elevar altas paredes,
fundar contra la lluvia, contra el viento,
años y años.

Un ademán a veces fija un muro,


de algún susurro nace una ventana,
desmontamos errantes a la puerta
y atamos el caballo.

46 47
Adentro de su cuerpo la casa nos espera
y la mesa servida con las palabras limpias
para vivir, tal vez para morir
ya no sabemos
porque al entrar nunca se sale ..
AMBERES

El tiempo pasa y queda su tango ...


A bordo de un carguero, puerto tras puerto,
también nosotros derivamos.

Hoy amé a Amberes, sobre todo sus piedras,


porque prohíben el recuerdo.
Sobre las grúas chillaban las gaviotas
al avistamos en los muelles.
Si vuelvo a Amberes no sabré recordada,
sus piedras nunca dicen adiós, sólo sonríen,
se juntan para hacer casas, iglesias,
se cortan en pequeñas callejuelas.

Amberes es un sueño parecido a ella,


hay que andar silencioso para no despertarla,
hay que recorrerla con los ojos cerrados
hasta mirada dentro de nosotros,
entonces es Amberes la que va por el mar,
la que parte sin ruta, navegando
y uno se queda,
cuando queremos veda ya está lejos,
todos los horizontes nos separan.

48 49
ESTÁN DEMOLIENDO LA CIUDAD MADONAS

a José Rodríguez U.

En las madonas serenísimas


Están demoliendo la ciudad cuántos sueños regresan de pinceles antiguos,
donde tanto viví, cuántas Italias.
donde al final, sin percatarme El paganismo de las cosas y los cuerpos,
los ojos se me unieron a sus piedras. las lentas nubes del deseo
Están derrumbando sin tregua sus muros, tatuadas en el aire.
los camiones adentro del polvo No quiero vedas: sé que están muertas aunque rían,
pasan y cargan, aunque susurren detrás de un abanico
se llevan ventanas, columnas, portones,
de antiguos pavorreales.
no cesan,
No puedo abrir mis ojos al azul
no hay nada que salve su caída,
los amigos crecieron, se mudaron, han muerto. sin ver la peste,
Se cae, se está cayendo sin espacio el terror del invierno en las casas sin leña,
y sin tiempo, las toses de Ticiano.
dentro y fuera de mí, por donde vaya, Busco en la calle otras madonas vivas,
adonde llegue, otras Italias.
sus calles ceden paso a nuevas avenidas, Aunque no queden remos en los puentes
los arquitectos miden el futuro, ni palacios circuidos de canales,
verifican sus planos, quiero mirar la luz en los cuerpos que pasan,
no se detienen. quiero hablarles,
Me duele cada golpe de las picas, la belleza más pura es existir,
cada estruendo, estar aquí en la tierra con el sol en las manos,
ahora que mis ojos son las últimas piedras
el sueño es un color más inmortal
que le quedan
pero no basta.
en la casa sin nadie que soy
a la orilla del tiempo.

50 51
DEBO ESTAR LEJOS LOS OTROS ÁRBOLES

Los más sentimentales no son verdes,


Debo estar lejos salvo en otoño, de un verdor opaco,
porque no oigo los pájaros. casi ocre
Me han extraviado la tarde en su vacío, que es su color de ausencia.
he recorrido esta ciudad
Guardan madera para barcos
de voces extranjeras y cuartetos de cuerda,
sólo para advertir cuánto dependo sin embargo cuánto saben de música
de sus cantos, o de viajes
y cómo sus silbo s gota a gota es el paso del viento.
se mezclan en mi sangre.
Debo estar lejos Otros en cambio llevan por el mundo
o los pájaros habrán enmudecido un verdor errante
adrede como el bosque de Macbeth
para que su silencio me regrese y aunque nos cubran de follajes
y mis pasos remonten las piedras tienen vetas amargas, nudosas,
en esta larga calle nunca darán una guitarra.
hasta que vuelva a oídos en el viento
Pero los más sentimentales no son verdes,
y el corazón migratorio se adormezca
ni siquiera son árboles
debajo de sus alas. sino hombres que no viajan
por amor a su aldea.
La vida es su color, el tiempo
que dispersa sus hojas,
sólo verdecen en otoño
pero ya tarde, cuando dicen adiós
y nadie se da cuenta.

52 53
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" _··_.c~
:

LA VACA ARQUEOLOGÍAS

La vaca que al pasar alzó los ojos Donde estuvo Orfeo


y se quedó mirándome y crecieron las náyades,
debió reconocerme donde fue Tebas con su siete puertas
pues me llevó por siglos de paisajes. y Manoa, la maléfica,
Fue un instante, un silencio, con un tordo y la Atlántida de fastos sumergidos,
En su lomo, con un jadeo despacio no es senda de pétrea arqueología
que hacía pesado el aire. para olfato de sabios,
Me miró hasta fundirme en los légamos -sus sueños siguen a los hombres,
donde ella se atascaba los continentes se desplazan.
y prosiguió al final del horizonte,
gachos los cuernos, con la piedad muda Al oído del árbol
que la luz pone en los mansos animales. donde un ave susurre,
Habrá muerto hace mucho, donde Orfeo sea una lira, una guitarra
su cuero debe estar en algún banco, y la sangre trasiegue sus infinitos cantos,
pero en mi noche sus ojos reaparecen donde la vida abra sus signos
desvaídos, como lentas estrellas volverá lo que fue, lo que nunca perdimos,
cuando me siento la última llanura mientras queden amantes en la noche
donde sigue pastando. que abran las siete puertas del deseo
para que Tebas nazca.

54 55
RETORNO DE LAS ISLAS MEDIA VIDA

¡Qué arduo
cuando por fin partimos de las islas, Sentí pesar de media vida
de sus gélidas costas sin palmeras, cuando rodó el dragón ante mis pies, ya muerto,
borrárnoslas del cuerpo! aquel dragón que al curso de los años
dejó sangre en mi espada,
El lento mar que nos rodeó por todas partes, tajos de ala
las soledades insulares y fuegos con que luché solo, sin tregua,
y el pensamiento girando en tantas vueltas en todos los instantes.
a la espera de un barco. Recordé los rugidos noche a noche,
sus garras de relámpago,
iQuéarduo los libros que leí para aplacarlo,
después de hacemos forasteros viejos poemas con que lo tuve a raya.
recobrar una a una las palabras perdidas,
curamos la saudade! Sentí pesar de media vida
Cómo los gestos nos delatan, cuando cesó el estruendo
cómo demora el cuerpo aclimatándose y advertí que mi alma era su cueva,
sacándose las islas de la sangre. que yo era mi dragón, mi enemigo inmediato.
Todo su fuego inútil, su insistencia
iQué arduo de ungirme caballero
cuando ya nos libera el horizonte sin alcanzarlo
de las islas amargas, se me volvió esta mueca de cenizas,
de sus monótonas noches sin mujeres, este grito perdido entre sus fauces.
volver a ver la tierra en que nacimos
y sentirla después por muchos días
delante de los ojos
sin alcanzarla!

56 57
LAS PIEDRAS NOCHE NATAL

Las piedras intactas en el río,


absortas en la orilla, Caracas quedaba más lejos
sentadas a solas, conversando.
que cuanto yo soñé desde la nada,
Las piedras más profundas que la infancia
y de más sólido paisaje. por eso al llegar era noche
Siguen allí cerca del pozo, nada las mueve, y las calles estaban desiertas,
y al acercarnos sin nadie,
alzan los rostros renegridos, se demudan era tan tarde que las piedras
pero ya no nos reconocen flotando disueltas no me vieron
ihay que hablarles tan alto! nacer al pie de la montaña.
Las casas más altas parecían
y son las mismas madres pétreas para mi sed de espacio,
que en inocente desnudez mucho más grandes que mi madre.
al zambullimos
A paso lento iba la luna
se quedaban oreando las ropas,
con una vela entre las manos.
pero no nos recuerdan,
no tienen noción de máscaras ni viajes, Los árboles hablaban a solas
perciben el tiempo por el tacto, de la guerra de España.
creen que nos borramos en el agua Yo tenía frío,
ylas arenas estaba cansado del viaje ...
río abajo. y apenas llegado me dormí
Tan hondamente
De tarde en tarde la sombra de un avión que aún no sé si despierto de esa noche,
en que partimos porque a lo lejos
las atraviesa sigo oyendo sus gallos.
y no saben que van en las valijas
a bordo, que son nuestro único equipaje,
tan fuertemente se han cerrado sus párpados.

58 59
PROVISORIO EPITAFIO LA TERREDAD DE UN PÁJARO

No me despido en una piedra La terredad de un pájaro es su canto,


ilegible a la sombra del musgo, lo que en su pecho vuelve al mundo
voy a nacer en otra parte. con los ecos de un coro invisible
desde un bosque ya muerto.
Es provisorio mi epitafio, Su terredad es el sueño de encontrarse
quedan líneas en blanco en los ausentes,
que alguien podrá llenar más tarde de repetir hasta el final la melodía
son cifras de otra vida, no de muerte, mientras crucen abiertas los aires
son una partida futura sus alas pasajeras,
de nacimiento. aunque no sepa a quién le canta
ni por qué,
Ignoro adónde voy, ni si podrá escucharse en otros algún día
de qué planeta seré huésped, como cada minuto quiso ser:
a partir de cuál forma de materia más inocente.
- carbón, sílex, titanio- Desde que nace nada ya lo aparta
me explicaré después por aerolitos, de su deber terrestre,
hablaré desde el agua. trabaja al sol, procrea, busca sus migas
yes sólo su voz lo que defiende
No digo adiós en una piedra, porque en el tiempo no es un pájaro
provisoriamente la dejo desnuda. sino un rayo en la noche de su especie,
Lo que nadie imagina es lo más práctico. una persecución sin tregua de la vida
para que el canto permanezca.

60 61
QUITA A LA PIEDRA QUE SOY LOS ÁRBOLES DE MI EDAD

Quita a la piedra que soy Los árboles de mi edad


lo que le sobra, a quienes igualaba de tamaño
martilla, esculpe, talla. ya son más altos que mi cuerpo
Sé que tu mano puede dar la forma exacta, y menos solitarios.
sé que tu amor puede alcanzarme
más allá del peso de las horas El otoño ha venido y se ha vuelto,
y la ciega tiranía de los astros. nos ha arrastrado en su despojo hasta el vacío,
No soy sólo esta sombra en la tierra hasta vernos desnudas las manos,
que persigue la muerte, pero ellos tras su paso se renuevan
lee las vocales de mi cuerpo y siguen elevándose
las palabras que buscan la vida mecidos al verdor de sus deseos.
al fondo, venidas desde lejos, las que estallan
en el sueño, Sé que vinimos juntos a la vida,
haz que a tus ojos sea legible, sea nítido, la hemos amado sol a sol
quiero indagar mi noche estrella por estrella. y piedra a piedra,
Quita a la piedra que soy bajo flor o palabra hemos buscado a Dios
su oscuridad, cada uno en su sueño,
su pátina terrestre, sin embargo al crecer me van dejando solo,
frente a frente quiero ver mi deseo. aunque seguimos en la misma ciudad
viviendo donde siempre
nos separan los aires,
ya no alcanzo el rumor de sus voces
ni sé qué harán de nuevo en poesía,
ya casi no nos vemos.

62 63
CARACAS CUALQUIER SOLEDAD

Tan altos son los edificios Cualquier soledad, sea la que llegue,
que ya no se ve nada de mi infancia. pero no la del hombre sin montañas.
Perdí mi patio con sus lentas nubes l'
I
Que nuestras voces vuelvan por sus ecos
donde la luz dejó plumas de ibis, 1:'
y los ojos avancen hasta apoyar los párpados,
egipcias claridades, que los postigos las custodien
perdí mi nombre y el sueño de mi casa. y al abrirse las muestren soñando como siempre
Rectos andamios, torre sobre torre, aunque nunca nos hablen.
nos ocultan ahora la montaña.
El ruido crece a mil motores por oído, Cuando el horizonte se nos dobla
a mil autos por pie, todo mortales. por el peso de las cosas
Los hombres corren detrás de sus voces y la mirada cae al fondo y nada la alza,
pero las voces van a la deriva cuando la vida insiste terriblemente llana,
detrás de los taxis. cualquier exilio entre las islas, aun las más yermas
Más lejana que Tebas, Troya, Nínive las más frías, cualquier amargura
y los fragmentos de sus sueños, pero no la del hombre sin montañas.
Caracas, édónde estuvo?
Perdí mi sombra y el tacto de sus piedras,
ya no se ve nada de mi infancia.
Puedo pasearme ahora por sus calles
a tientas, cada vez más solitario,
su espacio es real, impávido, concreto,
sólo mi historia es falsa.

64 65
p -"'-,.~-.

CREO EN LA VIDA FINAL

Creo en la vida bajo forma terrestre, Que hable la vida: ées éste el fin, la tierra?
tangible, vagamente redonda, é'I'anto milagro concluye sin milagro?
menos esférica en sus polos, Este asombro vivido hora tras hora
por todas partes llena de horizontes. que nos llega en un árbol, en un rostro,
esta cuenta de dios étermina en cero?
Creo en las nubes, en sus páginas ¿Será igual que en los cines de mi infancia
nítidamente escritas cuando las luces se encendían
y en los árboles, sobre todo al otoño. para el cambio de rollos?
(A veces creo que soy un árbol). Como al salir de un túnel nos buscábamos:
ya muchos se habían ido,
Creo en la vida como terredad, algunos cansados se durmieron,
como gracia o desgracia. nos quedábamos mudos hasta que despertaban
Mi mayor deseo fue nacer, de otro tiempo ...
a cada vez aumenta. ¿Será así siempre el sueño de la tierra?
De tantos antiguos camaradas
Creo en la duda agónica de Dios, équién quedará conmigo al final de la noche
es decir, creo que no creo, para que me acompañe?
aunque de noche, solo, ¿Habrán partido todos de la sala?
interrogo a las piedras, ¿Vaya quedarme solo con los ojos abiertos?
pero no soy ateo de nada
salvo de la muerte.

66 67
cuyas voces creímos extintas,
équé hacen a medianoche en la ciudad
tan lejos,
qué lamento los va acercando a mis oídos?

LOS GALLOS

¿Por qué se oyen los gallos de pronto


a medianoche
si no queda ya un patio en tantos edificios?
Filtrados por muros de piedra
y rectos paredones
nos llegan sus ecos,
no se puede dormir, es más terrible
que en el tedio de las aldeas
cuando llenan el mundo de gritos.
Cruzan el empedrado,
la niebla de la calle,
alzan sus crestas de neón,
entran cuando el televisor borra sus duendes.
Pero no hay troj a que los guarde
sino sombra de asfalto y sellados postigos,
éde qué rincón vidrioso en los espejos
saltan
y se sacuden aleteando
las soledades de sus lejanías?
Gallos ventrílocuos donde me habla la noche
éson mi parte de abismo?
Gallos en el sonambulismo de las cosas,
roncos a causa de la ausencia
en caminos de polvo

68 69
UNA CIUDAD EL CORNO

Escribo para fundar una ciudad Aguardo un corno entre los aires,
donde las piedras tengan nombres propios no he salido a los bosques con jaurías,
yel sol las llame siempre 1).0 hospedo halcones en mi mano.

al alba, despertándolas. Estoy aquí como los árboles


Quiero elevarla junto al río aguzando en el viento el oído,
que llevo y que me lleva no busco el Grial,
para que a su rumor crezca el paisaje. no voy de caza.
Mido planos, niveles, geometrías, Ignoro si será de oro, de bronce,
construyo andamios sólidos, o de hojas de plátanos -salvaje-
quiero que el odio sea convexo lo sabré cuando suene,
y el amor cóncavo y exacto. a la hora en que me llame.
Una ciudad con el tacto de un cuerpo Por hoy lo aguardo solamente,
de franco rostro y cabellos flotantes no sé si para continuar
con hoteles que bajen en gradas hasta el mar o bien para volverme,
y tabernas de antiguas guitarras. nada pierdo si no lo oigo esta vez,
Busco la arquitectura subjetiva será mañana,
de puentes, columnas, catedrales será después o nunca,
creada en palabras nuevas es su espera lo que amo,
con el abecedario de las formas fuertes. lo que me tiene en vilo
Una ciudad poblada de deseos a cada instante,
donde encuentre su techo el que pase el corno que nadie puede oír por mí,
y la recorra hasta la muerte el que avanza en los aires como flecha
o más tarde tal vez entre el viento fantasma de la que soy el blanco.
sin que ya nada lo destierre.

70 71
LABOR NINGÚN AMOR CABE
EN UN CUERPO SOLAMENTE

Para que Dios exista un poco más Ningún amor cabe en un cuerpo solamente
-a pesar de sí mismo- los poetas aunque abarquen sus venas el tamaño del mundo,
guardan el canto de la tierra. siempre un deseo se queda fuera,
Para que siempre esté al alcance. otro solloza pero falta.
la cantidad de Dios
que cada uno niega diariamente Lo sabe el mar en su lamento solitario
y puedan seral fin ateos y la tierra que busca los restos de su estatua,
los hombres, las nubes, las estrellas, no basta un solo cuerpo para albergar sus noches,
los poetas en vela hasta muy tarde quedan estrellas fuera de la sangre.
se aferran a viejos cuadernos.
Ningún amor cabe en un cuerpo solamente
Dios rota en sus eclipses aunque el alma se aparte y ceda espacio
y se deja soñar desde lejos. y el tiempo nos entregue las horas que retiene.
En medio de la noche Dos manos no nos bastan para alcanzar la sombra,
las sombras borran las ventanas dos ojos apenas ven pocas nubes
de rectos edificios. pero no saben a dónde van, de dónde vienen,
Son pocas las lumbres encendidas qué país musical las une y las dispersa.
que tiemblan a esa hora Ningún amor, ni el más huidizo, el más fugaz
en la intemperie, nace en-un cuerpo que está solo,
son pocas, pero cuánto resisten ninguno cabe en el tamaño de su muerte.
para inventar la cantidad de Dios
que cada uno pide en sueño.

72 73
VUELVE A TUS DIOSES PROFUNDOS EL ÁNGEL INDECISO

Vuelve a tus dioses profundos, Vivo en el ángel indeciso,


están intactos, el que en mí se demora
están dentro con sus llamas velando, r •

" revoloteando siempre entre los libros


ningún soplo del tiempo los apaga. y aferrado a mi alma
Los silenciosos dioses prácticos con las raíces de una parásita.
ocultos en la porosidad de las cosas.
Has rodado en el mundo más que ningún guijarro, No me deja elegir entre uno y otro taxi,
perdiste tu nombre, tu ciudad, entre una mujer y su recuerdo,
asido a visiones fragmentarias, procura estar a un tiempo en dos ciudades,
de tantas horas équé retienes? en dos continentes.
La música de ser es disonante
pero la vida continúa Elogia la geometría de los aviones
y ciertos acordes prevalecen. batiéndome sus alas
La tierra es redonda por deseo y prefiere los barcos.
de tanto gravitar, Me hace rogar a Dios y ser ateo,
la tierra redondeará todas las cosas amar al prójimo y mostrarme indiferente.
cada una a su término.
De tantos viajes por el mar, Vivo a su sombra: es de mi guarda,
de tantas noches al pie de tu lámpara, de m~custodia pero me escarnece.
sólo estas voces te circundan, Me lleva de la mano por rutas ilusorias,
descifra en ellas el eco de tus dioses, busca la nieve de los trópicos,
están intactos, la prisa de la piedra.
están cruzando mudos con sus ojos de peces Me extenúa, nunca acepta mis réplicas,
adentro de tu sangre. cree que el ángel soy yo, que él es el vaho
al fondo del espejo.

74 75
,
Indice
Notas para un estudio de Rafael Cadenas 7
En el bosque 19
Pájaros 20
Sólo la tierra 21
UNSAMÁN Mudanzas 22
Epístolas sin forma 23
Güigüe 1918 24
Un samán ya viejo verdea y monologa: Si Dios no se moviera tanto 26
-solo, sin dar un paso, Terredad 27
en los anillos de mi cuerpo, Ciudades marinas 28
anoté mis vueltas al sol de la tierra. Setiembre 29
Se movió el mundo, no mis ramas, 30
El Dorado
me quedé tenso ante los días 31
Soy esta vida
como un volatinero.
La mesa 32
Oí muchos pinos hablar de la nieve
Montañas 33
pero no envidié al haya, al abedul
Yo soy mi río ·34
que pueden conocerla.
Duración 36
Estoy donde los vientos me dejaron
sin renegar mis dioses, Partida 37
junto a las mansas reses que cobijo Reyes 39
en la intemperie. En el norte 41
Jamás he visto un ruiseñor, El esclavo 43
amé otros pájaros, Cuando mi estatua se despierte 44
cuidé sus nidos inocentes. Colores 45
Crecí a la lenta luz del trópico La casa 47
mirando las iguanas atar el arco iris Amberes / 49
a mi corteza. Están demoliendo la ciudad 50
Con las últimas hojas me ilumino 51
Madonas
1evitando en el verde. 52
Debo estar lejos
Quise ser lo que soy: un samán de estos campos,
Los otros árboles 53
que el leñador disponga de mis ramas
La vaca 54
para su buena lumbre.
Arqueologías 55
Ya no temo los fuegos.

76 77
Retorno de las islas 56
Media vida 57
Las piedras 58
Noche natal 59
Provisorio epitafio 60
La terredad de un pájaro 61
.Quita a la piedra que soy 62
Los árboles de mi edad 63
Caracas 64
Cualquier soledad 65
Creo en la vida 66
Final 67
Los gallos 68
Una ciudad 70
El como 71
Labor 72
Ningún amor cabe en un cuerpo solamente 73
Vuelve a tus dioses profundos 74
El ángel indeciso 75
Un samán 76

La presente edición de Terredad


de Eugenio Montejo
se terminó de imprimir en 105
Talleres Gráficos Universitarios, ULA
en el mes de junio de 2012

Ti raje de 500 ejemplares


Tripa en cremy
Carátula sulfato 14 plastificado mate

Av. Andrés Bello, antiguo Central Azucarero


La Parroquia, Mérida - Venezuela
email: talleresgráficos@ula.ve

Talleres Gráficos Universitarios


se hace responsable sólo de la impresión

78

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