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Geografía del Ministerio de Jesús El evangelio de Mateo

En el evangelio de Mateo se habla sobre el nacimiento, vida, ministerio y


muerte de Jesús, enfatiza la necesidad de Jesús en fundar a la iglesia a
través de sus discípulos guiados por el Espíritu Santo, dominan las
enseñanzas sobre el Reino de Dios, la autoridad de Jesús como el Rey de
Reyes y su preeminencia sobre las instituciones de Israel:
 Él es mayor que la Ley (5:21-22, 27-28)
 Él es mayor que el sábado (Hijo del Hombre es mayor que el día de
reposo) (12:8)
 Él es más que el templo (‘os digo que uno mayor que el templo
está aquí’) (12:6)
 Él es más que los profetas (‘He aquí más que Jonás’) (12:41)
 Él es más que el rey (‘He aquí más que Salomón’) (12:42)
En este evangelio se relatan los más famosos discursos de Jesús como:
 El Sermón del Monte (5:3, 7:27)
 Instrucciones a sus discípulos antes de su misión (10:5-42)
 Parábolas del reino (13:3-52)
 Las obligaciones del discipulado (18:3-35)
 El discurso sobre la vida y la muerte (24:4-25:46)
Este evangelio fue escrito para los judíos y enfatiza el cumplimiento de las
profesías del antiguo testamento, a través de sus citas bíblicas «Todo esto
aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta»
-32- -1-
Mateo 1 (cont.) Mateo 1
Genealogía de Jesús Genealogía de Jesús (Lc. 3.23-38)
1Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.17De manera que
todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.
(Ver páginas finales de este libro)

Nacimiento de Jesús (Lc. 2.1-7)


18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando
desposada María su madre con José, antes que se
juntasen, se halló que había concebido del Espíritu
Santo. 19José su marido, como era justo, y no
quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20Y
pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le
apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no
temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella
es engendrado, del Espíritu Santo es.
24Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y
recibió a su mujer. 25Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le
puso por nombre JESÚS

Mateo 2 1Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días


del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén
La visita de los magos unos magos, 2diciendo: ¿Dónde está el rey de los
judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos
visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3Oyendo
esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén
con él.
10Y al ver la estrella, se regocijaron con muy
grande gozo. 11Y al entrar en la casa, vieron al
niño con su madre María, y postrándose, lo
adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron
presentes: oro, incienso y mirra. 12Pero siendo
avisados por revelación en sueños que no
volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por
otro camino.
Matanza de los niños 16Herodes entonces, cuando se vio burlado por
los magos, se enojó mucho, y mandó matar a
todos los niños menores de dos años que había
en Belén y en todos sus alrededores, conforme al
tiempo que había inquirido de los magos.
19Pero después de muerto Herodes, he aquí un
ángel del Señor apareció en sueños a José en
Egipto, 20diciendo: Levántate, toma al niño y a su
madre, y vete a tierra de Israel…, 22 …se fue a la
región de Galilea, 23 y vino y habitó en la ciudad
que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo
que fue dicho por los profetas, que habría de ser
llamado nazareno.
-2- -31-
Mateo 3 Mateo 1 (cont.)
Predicación de Juan el Bautista (Mr. 1.1-8; Lc. 3.1-9,15-17; Jn. 1.19-28) Genealogía de Jesús
1En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto
de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos
se ha acercado. 3Pues éste es aquel de quien habló el profeta
Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el
camino del Señor, Enderezad sus sendas. 6y eran bautizados por
él en el Jordán, confesando sus pecados. 7Al ver él que muchos
de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les
decía: ¡Generación de víboras!¿Quién os enseñó a huir de la ira
venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

El bautismo de Jesús (Mr. 1.9-11; Lc. 3.21-22)


13Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán,
para ser bautizado por él. 14Mas Juan se le oponía,
diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes
a mí? 15Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque
así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le
dejó. 16Y Jesús, después que fue bautizado, subió
luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y
vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y
venía sobre él. 17Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Mateo 4
Tentación de Jesús Jesús principia su ministerio
(Mr. 1.12-13; Lc. 4.1-13) (Mr. 1.14-20; Lc. 4.14-15; 5.1-11; 6.17-19)
18Andando Jesús junto al mar
de Galilea, vio a dos
hermanos, Simón, llamado
Pedro, y Andrés su
hermano, que echaban la red
en el mar; porque eran
pescadores. 19Y les dijo:
Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres.
20Ellos entonces, dejando al
instante las redes, le
siguieron. 21Pasando de allí,
vio a otros dos hermanos,
Jacobo hijo de Zebedeo, y
1Entonces Jesús fue llevado por
Juan su hermano, en la
barca con Zebedeo su padre,
el Espíritu al desierto, para ser
que remendaban sus redes; y
tentado por el diablo. 2Y
los llamó. 22Y ellos, dejando
después de haber ayunado
al instante la barca y a su
cuarenta días y cuarenta
padre, le siguieron.
noches, tuvo hambre. 3Y vino a
él el tentador…
-30- -3-
Mateo 28 (cont.) Mateo 5
La gran comisión El Sermón del monte:
(Mr. 16.14-18; Lc. 24.36-49; Jn. 20.19-23) Las bienaventuranzas (Lc. 6.20-23)

16Pero los once discípulos se fueron a Galilea al monte donde Jesús les había 3Bienaventurados los pobres en espíritu,
ordenado. 17Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. porque de ellos es el reino de los cielos.
4Bienaventurados los que lloran, porque
ellos recibirán consolación.
5Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8Bienaventurados los de limpio corazón,
porque ellos verán a Dios.
9Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase
de mal contra vosotros, mintiendo.12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande
en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

La sal de la tierra
13Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con
18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, hollada por los hombres
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. La luz del mundo
14Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. 15Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,
y alumbra a todos los que están en casa. 16Así alumbre vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Jesús y la ley
17No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar,
sino para cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una
jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

Jesús y la ira (Lc. 12.57-59)


Jesús y el adulterio
Jesús y el divorcio
Jesús y los juramentos
El amor hacia los enemigos (Lc. 6.27-36)
38Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera
que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
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Mateo 6 Mateo 28
Jesús y la limosna 1Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los La resurrección
hombres, para ser vistos de ellos, de otra manera no
tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los (Mr. 16.1-8; Lc. 24.1-12; Jn. 20.1-10)
cielos. 2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar
1Pasado el día de reposo, al amanecer del primer
trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las
día de la semana, vinieron María Magdalena y la
sinagogas y en las calles, para ser alabados por los
otra María, a ver el sepulcro. 2Y hubo un gran
hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
terremoto; porque un ángel del Señor,
3Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que
descendiendo del cielo y llegando, removió la
hace tu derecha, 4para que sea tu limosna en secreto; y tu
piedra, y se sentó sobre ella. 3Su aspecto era
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
como un relámpago, y su vestido blanco como la
Jesús y la oración (Lc. 11.2-4) nieve. 4Y de miedo de él los guardas temblaron y
se quedaron como muertos.
9Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás
en los cielos, santificado sea tu nombre. 10Venga tu 5Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres:
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a
en la tierra. 11El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Jesús, el que fue crucificado. 6No está aquí, pues
12Y perdónanos nuestras deudas, como también ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde
nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13Y no nos fue puesto el Señor. 7E id pronto y decid a sus
metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo discípulos que ha resucitado de los muertos, y he
es el reino, y el poder, y la gloria por todos los siglos. aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis.
Amén. He aquí, os lo he dicho.
Jesús y el ayuno
17Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los
hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto
te recompensará en público.

8Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y


Tesoros en el cielo 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus
orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los
20sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni discípulos, 9he aquí, Jesús les salió al encuentro,
el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron
21Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también sus pies, y le adoraron. 10Entonces Jesús les dijo:
vuestro corazón. No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para
que vayan a Galilea, y allí me verán.

El informe de la guardia
La lámpara del cuerpo
22La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno
11Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia
de luz; 23pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que
fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales
en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
sacerdotes de todas las cosas que habían
acontecido. 12Y reunidos con los ancianos, y
Dios y las riquezas habido consejo, dieron mucho dinero a los
24Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o soldados, 13diciendo: Decid vosotros: Sus
estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron,
estando nosotros dormidos. 14Y si esto lo oyere el
El afán y la ansiedad gobernador, nosotros le persuadiremos, y os
25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de pondremos a salvo. 15Y ellos, tomando el dinero,
beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el hicieron como se les había instruido. Este dicho
cuerpo más que el vestido? se ha divulgado entre los judíos hasta el día de
hoy.
-28- -5-
Mateo 27 (cont.) Mateo 7
Crucifixión y muerte de Jesús El juzgar a los demás (Lc. 6.37-38,41-42)
(Mr. 15.21-41; Lc. 23.26-49; Jn. 19.17-30)
1No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2Porque con el juicio
34le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís,
pero después de haberlo probado, no quiso os será medido 3¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu
beberlo. 35Cuando le hubieron crucificado, hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes,
para que se cumpliese lo dicho por el profeta: La oración, y la regla de oro (Lc. 11.9-13; 6.31)
Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa
7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que
echaron suertes. 36Y sentados le guardaban allí.
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9¿Qué hombre hay de
37Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita:
vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10¿O si le pide un pescado, le dará
ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38Entonces crucificaron con él a dos una serpiente?
ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. 39Y los que pasaban le injuriaban,
meneando la cabeza, 40y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas,
La puerta estrecha (Lc. 13.24)
sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 50Mas Jesús, habiendo otra 13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y
vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 51Y he aquí, el velo del templo se rasgó en espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que
dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 54El centurión, y los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el
estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
Por sus frutos los conoceréis (Lc. 6.43-44)
Jesús es sepultado 15Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16Por sus
(Mr. 15.42-47; Lc. 23.50-56; Jn. 19.38-42) frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o
higos de los abrojos? 17Así, todo buen árbol da buenos frutos,
57Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de
pero el árbol malo da frutos malos. 18No puede el buen árbol dar
Arimatea, llamado José, que también había sido
malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19Todo árbol que
discípulo de Jesús. 58Éste fue a Pilato y pidió el
no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego, 20 Así que,
cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se
por sus frutos los conoceréis
le diese el cuerpo. 59Y tomando José el cuerpo,
lo envolvió en una sábana limpia, 60y lo puso en
su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; Nunca os conocí (Lc. 13.25-27)
y después de hacer rodar una gran piedra a la 21No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
entrada del sepulcro, se fue. 61Y estaban allí la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor,
María Magdalena, y la otra María, sentadas Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
delante del sepulcro. nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos
de mí, hacedores de maldad.
La guardia ante la tumba Los dos cimientos (Lc. 6.46-49
62Al día siguiente, que es después de la
preparación, se reunieron los principales 24Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y
sacerdotes y los fariseos ante Pilato, 63diciendo: las hace, le compararé a un hombre prudente, que
Señor, nos acordamos que aquel engañador edificó su casa sobre la roca. 25Descendió lluvia, y
dijo, viviendo aún: Después de tres días vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon
resucitaré 64Manda, pues, que se asegure el contra aquella casa; y no cayó, porque estaba
sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan fundada sobre la roca. 26Pero cualquiera que me
sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al oye estas palabras y no las hace, le compararé a
pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el un hombre insensato, que edificó su casa sobre la
postrer error peor que el primero. 65Y Pilato les arena; 27y descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra
dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. 66Entonces ellos fueron y
aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
-6- -27-
Mateo 8 Mateo 27
Jesús sana a un leproso Jesús ante Pilato (Mr. 15.1; Lc. 23.1-2; Jn. 18.28-32)
(Mr. 1.40-45; Lc. 5.12-16) 1Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los
ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para
1Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. entregarle a muerte. 2Y le llevaron atado, y le entregaron a
2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, Poncio Pilato, el gobernador.
si quieres, puedes limpiarme. 3Jesús extendió la mano y le tocó,
diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Muerte de Judas
4Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y 3Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era
presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos. condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a
los principales sacerdotes y a los ancianos, 4diciendo: Yo he
Jesús sana al siervo de un centurión (Lc. 7.1-10) pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué
5Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un nos importa a nosotros? ¡Allá tú! 5Y arrojando las piezas de
centurión, rogándole, 6y diciendo: Señor, mi criado plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.
está postrado en casa, paralítico, gravemente 6Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata,
atormentado. 7Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas,
8Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno porque es precio de sangre. 7Y después de consultar,
de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de
y mi criado sanará. 10Al oírlo Jesús, se maravilló, y los extranjeros. 8Por lo cual aquel campo se llama hasta el día
dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni de hoy: Campo de sangre.
aun en Israel he hallado tanta fe. 13Entonces Jesús
dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y
su criado fue sanado en aquella misma hora. Pilato interroga a Jesús
(Mr. 15.2-5; Lc. 23.3-5; Jn. 18.33-38)
Jesús sana a la suegra de Pedro (Mr. 1.29-34; Lc. 4.38-41)
14Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en 11Jesús, pues, estaba en pie delante del
cama, con fiebre. 15Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú
levantó, y les servía. 16Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a 12Y siendo acusado por los principales sacerdotes
todos los enfermos; 17para que se cumpliese lo dicho por el profeta y por los ancianos, nada respondió. 13Pilato
Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican
nuestras dolencias. contra ti? 14Pero Jesús no le respondió ni una
palabra; de tal manera que el gobernador se
Los que querían seguir a Jesús (Lc. 9.57-62) maravillaba mucho.

18Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. 19Y vino un Jesús sentenciado a muerte (Mr. 15.6-20; Lc. 23.13-25; Jn. 18.38-19.16)
escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20Jesús le dijo: Las zorras
tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde 22Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?
recostar su cabeza. 21Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! 23Y el gobernador les dijo: Pues
y entierre a mi padre. 22Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea
muertos. crucificado! 24Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se
hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del
pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá
Jesús calma la tempestad (Mr. 4.35-41; Lc. 8.22-25) vosotros.
25Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, 27Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al
sálvanos, que perecemos! 26Él les dijo: ¿Por qué teméis, pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; 28y
hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, 29y
vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27Y los hombres se pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña
maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le
vientos y el mar le obedecen? escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! 30Y escupiéndole,
tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31Después de
haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos,
Los endemoniados gadarenos (Mr. 5.1-20; Lc. 8.26-39) y le llevaron para crucificarle.
-26- -7-
Mateo 26 (cont.) Mateo 9
Jesús anuncia la negación de Pedro Jesús sana a un paralítico
(Mr. 14.26-31; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38) (Mr. 2.1-12; Lc. 5.17-26)
30Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 31Entonces Jesús
les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al 2Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido
pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. 32Pero después que haya resucitado, sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al
iré delante de vosotros a Galilea. 33Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son
escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. 34Jesús le dijo: De cierto te digo que esta perdonados.
noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35Pedro le dijo: Aunque me sea
necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
Llamamiento de Mateo (Mr. 2.13-17; Lc. 5.27-32)
Jesús ora en Getsemaní (Mr. 14.32-42; Lc. 22.39-46) 9Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de
36Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.
discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 43Vino otra vez y los halló 12Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44Y dejándolos, se fue 13Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he
de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. 45Entonces vino a sus venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del
Hombre es entregado en manos de pecadores. 46Levantaos, vamos; ved, se acerca el La pregunta sobre el ayuno (Mr. 2.18-22; Lc. 5.33-39)
que me entrega. 14Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos
ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? 15Jesús les dijo: ¿Acaso pueden
Arresto de Jesús (Mr. 14.43-50; Lc. 22.47-53; Jn. 18.2-11) los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán
47Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 16Nadie pone remiendo de
él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.
sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48Y el que le
entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
es; prendedle. 49Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve,
Maestro! Y le besó. 50Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes?
(Mr. 5.21-43; Lc. 8.40-56)
Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 20Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía
Jesús ante el concilio (Mr. 14.53-65; Lc. 22.54,63-71; Jn. 18.12-14,19-24) doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
21porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré
47Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con salva. 22Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija;
él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48Y el que le entregaba
les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; 23Al entrar Jesús en la casa del principal,
prendedle. 49Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, viendo a los que tocaban flautas, y la gente
Maestro! Y le besó. 50Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? que hacía alboroto, 24les dijo: Apartaos,
Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. porque la niña no está muerta, sino duerme.
Y se burlaban de él. 25Pero cuando la gente
Pedro niega a Jesús (Mr. 14.66-72; Lc. 22.55-62; Jn. 18.15-18,25-27) había sido echada fuera, entró, y tomó de la
69Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó mano a la niña, y ella se levantó.
una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el
galileo. 70Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé
lo que dices. 71Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a Dos ciegos reciben la vista La mies es mucha
los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el
nazareno. 72Pero él negó otra vez con juramento: No
Un mudo habla 36Y al ver las multitudes,
tuvo compasión de ellas;
conozco al hombre. 73Un poco después, acercándose los
porque estaban
que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente
desamparadas y
también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar
dispersas como ovejas
te descubre. 74Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar:
que no tienen pastor.
No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo.
38Rogad, pues, al Señor
75Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús,
de la mies, que envíe
obreros a su mies
-8- -25-
Mateo 10 Mateo 26
Elección de los doce apóstoles El complot para prender a Jesús
(Mr. 14.1-2; Lc. 22.1-2; Jn. 11.45-53)
(Mr. 3.13-19; Lc. 6.12-16)
1Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras,
1Entonces llamando a sus doce discípulos, les
dijo a sus discípulos: 2Sabéis que dentro de dos días
dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para
se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será
que los echasen fuera, y para sanar toda
entregado para ser crucificado. 3Entonces los
enfermedad y toda dolencia. 2Los nombres de
principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del
los doce apóstoles son éstos: primero Simón,
pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote
llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo
llamado Caifás, 4y tuvieron consejo para prender con
hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3 Felipe,
engaño a Jesús, y matarle. 5Pero decían: No durante la
Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo
fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.
hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo,
4 Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que Jesús es ungido en Betania (Mr. 14.3-9; Jn. 12.1-8)
también le entregó. 6Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7vino a él una mujer, con un
vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando
Misión de los doce sentado a la mesa. 8Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este
(Mr. 6.7-13; Lc. 9.1-6) desperdicio? 9Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los
pobres. 10Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha
5A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no hecho conmigo una buena obra. 11Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí
vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6sino id antes a las ovejas perdidas de la no siempre me tendréis. 12Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho
casa de Israel. 7Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. a fin de prepararme para la sepultura. 13De cierto os digo que dondequiera que se
8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para
recibisteis, dad de gracia. memoria de ella.
Persecuciones venideras Judas ofrece entregar a Jesús
16He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como (Mr. 14.10-11; Lc. 22.3-6)
serpientes, y sencillos como palomas. 17Y guardaos de los hombres, porque os 14Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote,
entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; 18y aun ante gobernadores fue a los principales sacerdotes, 15y les dijo: ¿Qué me
y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta
piezas de plata. 16Y desde entonces buscaba oportunidad
A quién se debe temer (Lc. 12.2-9) para entregarle.
28Y no temáis a los que matan el cuerpo,
mas el alma no pueden matar; temed más Institución de la Cena del Señor
bien a aquel que puede destruir el alma y (Mr. 14.12-25; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)
el cuerpo en el infierno. 17El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús,
diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 18Y él dijo: Id a la
ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa
Jesús, causa de división celebraré la pascua con mis discípulos. 19Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó,
(Lc. 12.49-53; 14.26-27) y prepararon la pascua. 20Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. 21Y
mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 22Y
38y el que no toma su cruz y sigue en entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?
pos de mí, no es digno de mí 39El que 23Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a
halla su vida, la perderá; y el que pierde entregar. 24A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel
Recompensas (Mr. 9.41) su vida por causa de mí, la hallará. hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber
nacido. 25Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le
40El que a vosotros recibe, a mí me recibe dijo: Tú lo has dicho. 26Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a
y el que me recibe a mí, recibe al que me sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y habiendo
envió. 41El que recibe a un profeta por dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28porque esto es mi sangre del nuevo
cuanto es profeta, recompensa de profeta pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29Y os digo que
recibirá; y el que recibe a un justo por desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo
cuanto es justo, recompensa de justo con vosotros en el reino de mi Padre.
recibirá.
-24- -9-
Mateo 24 (cont.) Mateo 11
La venida del Hijo del Hombre Los mensajeros de Juan el Bautista (Lc. 7.18-35)
(Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48) 2Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le
30Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el envió dos de sus discípulos, 3para preguntarle: ¿Eres tú
cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y aquel que había de venir, o esperaremos a otro?
verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, 4Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a
con poder y gran gloria. 31Y enviará sus ángeles con gran voz Juan las cosas que oís y veis. 5Los ciegos ven, los
de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos
desde un extremo del cielo hasta el otro. oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es
44Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la anunciado el evangelio….
hora que no pensáis. 45¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor 11De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se
sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46Bienaventurado aquel siervo al ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el
cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el
Mateo 25 reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo
arrebatan.
Parábola de las diez vírgenes
1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus Ayes sobre las ciudades impenitentes (Lc. 10.13-16)
lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 9Mas las prudentes 20 Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de
respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: 23 Y tú, Capernaum, que eres
que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar, vino levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran
el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. 24
11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de
él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no Sodoma, que para ti.
sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Venid a mí y descansad (Lc. 10.21-22)
Parábola de los talentos 28Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
14Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus y yo os haré descansar. 29Llevad mi yugo sobre vosotros,
siervos y les entregó sus bienes. 15A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;
cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.. 20Y llegando el que había y hallaréis descanso para vuestras almas; 30porque mi
recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me yugo es fácil, y ligera mi carga.
entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21Y su señor le dijo:
Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el
gozo de tu señor. 22Llegando también el que había recibido dos talentos,..(hizo igual).
24Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, […] 25por lo cual
Mateo 12
tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Los discípulos recogen espigas en el día de reposo.
26Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no
sembré, y que recojo donde no esparcí. 27Por tanto, debías haber dado mi dinero a los (Mr. 2.23-28; Lc. 6.1-5)
banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28Quitadle, 1En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados
pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29Porque al que tiene, le será dado, y en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron
tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado, 30Y al siervo inútil hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. comer. 2Viéndolo los fariseos, le dijeron: He
El juicio de las naciones aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito
31Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los hacer en el día de reposo . 3Pero él les dijo:
santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él
gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones; y y los que con él estaban tuvieron hambre;
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las 7Y si supieseis qué significa: Misericordia
ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los
los cabritos a su izquierda. 34Entonces el Rey dirá a los de su inocentes; 8porque el Hijo del Hombre es
derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino Señor del día de reposo.
preparado para vosotros desde la fundación del mundo
-10- -23-
Mateo 12 (cont.) Mateo 23
El hombre de la mano seca (Mr. 3.1-6; Lc. 6.6-11) Jesús acusa a escribas y fariseos
12Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? (Mr. 12.38-40; Lc. 11.37-54; 20.45-47)
Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de
1Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos,
reposo.13Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu
diciendo: 2En la cátedra de Moisés se sientan los
mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la
escribas y los fariseos. 3Así que, todo lo que os digan
otra. 14Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra
que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis
Jesús para destruirle.
conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
8Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y
El siervo escogido todos vosotros sois hermanos. 9Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno
15Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió es vuestro Padre, el que está en los cielos. 10Ni seáis llamados maestros; porque uno es
mucha gente, y sanaba a todos, 16y les encargaba vuestro Maestro, el Cristo. 11El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo, 12Porque
rigurosamente que no le descubriesen; 17para que se el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
18He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en
Lamento de Jesús sobre Jerusalén (Lc. 13.34-35)
quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y 37¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!
a los gentiles anunciará juicio. ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las
alas, y no quisiste! 38He aquí vuestra casa os es dejada desierta. 39Porque os digo que
desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
La blasfemia contra el Espíritu Santo
(Mr. 3.20-30; Lc. 11.14-23) Mateo 24
28Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a Jesús predice la destrucción del templo (Mr. 13.1-2; Lc. 21.5-6)
vosotros el reino de Dios. 29Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre
fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. 1Cuando Jesús salió del templo y se iba,
30El que no es conmigo, contra mí es y el que conmigo no recoge, desparrama. 31Por se acercaron sus discípulos para
tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia mostrarle los edificios del templo.
contra el Espíritu no les será perdonada. 2Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo
esto? De cierto os digo, que no quedará
La generación perversa demanda señal (Lc. 11.29-32) aquí piedra sobre piedra, que no sea
derribada.
38Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro,
deseamos ver de ti señal. 39Él respondió y les dijo: La generación mala y adúltera Señales antes del fin (Mr. 13.3-23; Lc. 21.7-24)
demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40Porque
como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, 3Y estando él sentado en el monte de los
así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches Olivos, los discípulos se le acercaron aparte,
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y
El espíritu inmundo que vuelve (Lc. 11.24-26) qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
43Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares 4Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie
secos, buscando reposo, y no lo halla. 44Entonces dice: Volveré os engañe. 5Porque vendrán muchos en mi
a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos
barrida y adornada. 45Entonces va, y toma consigo otros siete engañarán. 6Y oiréis de guerras y rumores de
espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado guerras; mirad que no os turbéis, porque es
de aquel hombre viene a ser peor que el primero. necesario que todo esto acontezca; pero aún no
es el fin. 7Porque se levantará nación contra
La madre y los hermanos de Jesús nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y
hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8Y
(Mr. 3.31-35; Lc. 8.19-21) todo esto será principio de dolores.
47Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. 13Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14Y será predicado este evangelio
48Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
hermanos? 49Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis 27Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será
hermanos. 50Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los también la venida del Hijo del Hombre. 28Porque dondequiera que estuviere el cuerpo
cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. muerto, allí se juntarán las águilas
-22- -11-
Mateo 22 (cont.) Mateo 13
La cuestión del tributo (Mr. 12.13-17; Lc. 20.20-26) Parábola del sembrador (Mr. 4.1-9; Lc. 8.4-8)
17Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, 3Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí,
o no? 18Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: el sembrador salió a sembrar. 4Y mientras sembraba, parte de
¿Por qué me tentáis, hipócritas? 19Mostradme la moneda la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la
del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20Entonces les comieron. 5Parte cayó en pedregales, donde no había mucha
dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21Le tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es 6pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
de César, y a Dios lo que es de Dios. 22Oyendo esto, se 7Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la
maravillaron, y dejándole, se fueron. ahogaron. 8Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a
ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9El que tiene
oídos para oír, oiga.
La pregunta sobre la resurrección (Mr. 12.18-27; Lc. 20.27-40)
Propósito de las parábolas (Mr. 4.10-12; Lc. 8.9-10)
25Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el
primero se casó, y murió; y no teniendo 10Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
descendencia, dejó su mujer a su hermano. 26De 11Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del
la misma manera también el segundo, y el tercero, reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12Porque a cualquiera que tiene, se le
hasta el séptimo. 27Y después de todos murió dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13Por eso les
también la mujer. 28En la resurrección, pues, ¿de hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden… 16Pero
cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
tuvieron? 29Entonces respondiendo Jesús, les Jesús explica la parábola del sembrador
dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de
Dios. 30Porque en la resurrección ni se casarán (Mr. 4.13-20; Lc. 8.11-15)
ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. 31Pero 19Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo
respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, que fue sembrado en su corazón. Éste es el que fue sembrado junto al camino. 20Y el
cuando dijo: 32Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe
es Dios de muertos, sino de vivos. con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la
aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22El que fue
El gran mandamiento (Mr. 12.28-34) sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el
engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23Mas el que fue
34Entonces los fariseos, oyendo que había hecho sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y
callar a los saduceos, se juntaron a una. 35Y uno de produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle,
diciendo: 36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento Parábola del trigo y la cizaña
en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios 27Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo?
mente. 38Éste es el primero y grande mandamiento. ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28Él les dijo: Un enemigo
39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues,
como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos que vayamos y la arranquemos? 29Él les dijo: No, no sea
depende toda la ley y los profetas. que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el
trigo. 30Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
¿De quién es hijo el Cristo? (Mr. 12.35-37; Lc. 20.41-44) siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores:
41Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para
42diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
hijo? Le dijeron: De David. 43Él les dijo: ¿Pues cómo
David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Parábola de la semilla de mostaza
44Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, (Mr. 4.30-32; Lc. 13.18-19)
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus
31Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de
pies? 45Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su
mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32el cual a la verdad es la más
hijo? 46Y nadie le podía responder palabra; ni osó
pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y
alguno desde aquel día preguntarle más.
se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
-12- -21-
Mateo 13 (cont.) Mateo 21 (cont.)
Parábola de la levadura (Lc. 13.20-21) Parábola de los dos hijos
33Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la 28Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo,
levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de ve hoy a trabajar en mi viña. 29Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después,
harina, hasta que todo fue leudado. arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él,
El uso que Jesús hace de las parábolas dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron
ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van
(Mr. 4.33-34) delante de vosotros al reino de Dios. 32Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia,
34Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35para y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no
que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; os arrepentisteis después para creerle.
Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
Los labradores malvados (Mr. 12.1-12; Lc. 20.9-19)
Jesús explica la parábola de la cizaña 33Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia,
37Respondiendo él, les dijo: El que siembra el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella
la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38El un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores,
campo es el mundo; la buena semilla son los y se fue lejos. 34Y cuando se acercó el tiempo de los
hijos del reino, y la cizaña son los hijos del frutos, envió sus siervos a los labradores, para que
malo. 39El enemigo que la sembró es el recibiesen sus frutos. 35Mas los labradores, tomando a
diablo; la siega es el fin del siglo; y los los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro
segadores son los ángeles. apedrearon, […38 ] vieron al hijo, dijeron entre sí: Éste
es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39Y tomándole, le
El tesoro escondido echaron fuera de la viña, y le mataron. 40Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué
44Además, el reino de los cielos es semejante a un hará a aquellos labradores? 41Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y
tesoro escondido en un campo, el cual un hombre arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo. 43Por tanto os
halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los
vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. frutos de él. 45Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos,
entendieron que hablaba de ellos. 46Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo,
porque éste le tenía por profeta.
La perla de gran precio
45También el reino de los cielos es semejante a un Mateo 22
mercader que busca buenas perlas, 46que habiendo hallado Parábola de la fiesta de bodas
una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la
compró. 1Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
2El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de
La red bodas a su hijo; 3y envió a sus siervos a llamar a los convidados a
47Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge las bodas; mas éstos no quisieron venir. 4Volvió a enviar otros
de toda clase de peces; 48y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado
bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 49Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y
apartarán a los malos de entre los justos, todo está dispuesto; venid a las bodas. 5Mas ellos, sin hacer caso,
se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; 6y otros,
Tesoros nuevos y viejos tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. 7Al oírlo el rey,
51Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas,
respondieron: Sí, Señor. 52Él les dijo: Por eso todo escriba y quemó su ciudad. 8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la
docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran
familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas. dignos. 9Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las
bodas a cuantos halléis. 10Y saliendo los siervos por los caminos,
Jesús en Nazaret (Mr. 6.1-6; Lc. 4.16-30) juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y
las bodas fueron llenas de convidados.
55¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos,
11Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de
Jacobo, José, Simón y Judas? 56¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De
boda. 12Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él
dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? 57Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les
enmudeció. 13Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en
dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa 58Y no hizo allí
las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.14Porque muchos son
muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
llamados, y pocos escogidos.
-20- -13-
Mateo 21 Mateo 14
La entrada triunfal en Jerusalén Muerte de Juan el Bautista (Mr. 6.14-29; Lc. 9.7-9)
(Mr. 11.1-11; Lc. 19.28-40; Jn. 12.12-19) 5Y Herodes quería matarle, pero temía
1Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al al pueblo; porque tenían a Juan por
monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, profeta. 6Pero cuando se celebraba el
2diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y cumpleaños de Herodes, la hija de
luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; Herodías danzó en medio, y agradó a
desatadla, y traédmelos. 3Y si alguien os dijere algo, decid: Herodes, 7por lo cual éste le prometió
El Señor los necesita; y luego los enviará. 4Todo esto con juramento darle todo lo que pidiese.
aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, 8Ella, instruida primero por su madre,
10Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de
11Y la gente decía: Éste es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea. Juan el Bautista. 9Entonces el rey se
entristeció; pero a causa del juramento,
y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, 10y ordenó decapitar a
Purificación del templo Juan en la cárcel.
(Mr. 11.15-19; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)
12Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó Alimentación de los cinco mil
fuera a todos los que vendían y compraban en
el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y
(Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17; Jn. 6.1-14)
las sillas de los que vendían palomas; 13y les
16Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 17Y ellos
dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será
dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 18Él les dijo: Traédmelos acá.
llamada, mas vosotros la habéis hecho cueva
19Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los
de ladrones. 14Y vinieron a él en el templo
dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos,
ciegos y cojos, y los sanó.
y los discípulos a la multitud. 20Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró
de los pedazos, doce cestas llenas. 21Y los que comieron fueron como cinco mil hombres,
Maldición de la higuera estéril (Mr. 11.12-14,20-26) sin contar las mujeres y los niños.
18Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo
hambre. 19Y viendo una higuera cerca del camino, Jesús anda sobre el mar (Mr. 6.45-52; Jn. 6.15-21)
vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas
solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto.
Y luego se secó la higuera. 20Viendo esto los 26Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se
discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de
secó en seguida la higuera? 21Respondiendo miedo. 27Pero en seguida Jesús les habló, diciendo:
Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28Entonces le
y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que
sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate yo vaya a ti sobre las aguas. 29Y él dijo: Ven. Y
en el mar, será hecho. 22Y todo lo que pidiereis en descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las
oración, creyendo, lo recibiréis. aguas para ir a Jesús. 30Pero al ver el fuerte viento,
tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: ¡Señor, sálvame! 31Al momento Jesús,
La autoridad de Jesús (Mr. 11.27-33; Lc. 20.1-8) extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de
23Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron poca fe! ¿Por qué dudaste? 32Y cuando ellos subieron
a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te en la barca, se calmó el viento. 33Entonces los que
dio esta autoridad? 24Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo:
me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25El bautismo de Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, Jesús sana a los enfermos en Genesaret (Mr. 6.53-56)
diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 26Y si decimos,
de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. 27Y 34Y terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret. 35Cuando le conocieron los
respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él
qué autoridad hago estas cosas. todos los enfermos; 36y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto;
y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.
-14- -19-
Mateo 15 Mateo 20
Lo que contamina al hombre (Mr. 7.1-23) Los obreros de la viña
1Porque el reino de los cielos es semejante a un
1Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de hombre, padre de familia, que salió por la mañana a
Jerusalén, diciendo: 2¿Por qué tus discípulos quebrantan la contratar obreros para su viña. 2Y habiendo convenido
tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
comen pan. 3Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el
12diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a
mandamiento de Dios por vuestra tradición? 4Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu
nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. 13Él, respondiendo, dijo a uno
padre y a tu madre, y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14Toma lo
5Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios
que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15¿No me es lícito hacer lo
todo aquello con que pudiera ayudarte, 6ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así
que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16Así, los primeros
habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. 11No lo que entra en la
serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos
boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
escogidos
Nuevamente Jesús anuncia su muerte
La fe de la mujer cananea (Mr. 7.24-30) (Mr. 10.32-34; Lc. 18.31-34)
24Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas 17Subiendo Jesús a Jerusalén, tomó a sus doce
perdidas de la casa de Israel. 25Entonces ella vino y se discípulos aparte en el camino, y les dijo: 18He aquí
postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será
26Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los entregado a los principales sacerdotes y a los
hijos, y echarlo a los perrillos. 27Y ella dijo: Sí, Señor; pero escribas, y le condenarán a muerte; 19y le
aun los perrillos comen de las migajas que caen de la entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le
mesa de sus amos. 28Entonces respondiendo Jesús, dijo: azoten, y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará.
Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres.
Y su hija fue sanada desde aquella hora. Petición de Santiago y de Juan
(Mr. 10.35-45)
Jesús sana a muchos 20Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose
ante él y pidiéndole algo. 21Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino
29Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 22Entonces
Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de
30Y se le acercó mucha gente que traía beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron:
consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y Podemos. 23Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo
otros muchos enfermos; y los pusieron a los soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es
pies de Jesús, y los sanó; 31de manera que mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. 24Cuando los diez
la multitud se maravillaba, viendo a los mudos oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. 25Entonces Jesús, llamándolos, dijo:
hablar, a los mancos sanados, a los cojos Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son
andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al grandes ejercen sobre ellas potestad. 26Mas entre vosotros no será así, sino que el que
Dios de Israel. quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27y el que quiera ser el
primero entre vosotros será vuestro siervo; 28como el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Alimentación de los cuatro mil (Mr. 8.1-10)
36Y tomando los siete panes y los peces, dio
Dos ciegos reciben la vista (Mr. 10.46-52; Lc. 18.35-43)
gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los 29Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30Y dos
discípulos a la multitud. 37Y comieron todos, y ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron
se saciaron; y recogieron lo que sobró de los que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David,
pedazos, siete canastas llenas. 38Y eran los ten misericordia de nosotros! 31Y la gente les reprendió para
que habían comido, cuatro mil hombres, sin que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo
contar las mujeres y los niños. 39Entonces, de David, ten misericordia de nosotros! 32Y deteniéndose
despedida la gente, entró en la barca, y vino a Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga?
la región de Magdala. 33Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
34Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en
seguida recibieron la vista; y le siguieron.
-18- -15-
Mateo 18 (cont.) Mateo 16
Los dos deudores (cont.) La demanda de una señal (Mr. 8.11-13; Lc. 12.54-56)
29Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba
1Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle,
diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 30Mas
y le pidieron que les mostrase señal del cielo. 2Mas
él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la
él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís:
deuda. 31Viendo sus consiervos lo que pasaba, se
Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. 3Y por
entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que
la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene
había pasado. 32Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo
arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis
malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de
33¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo,
los tiempos no podéis! 4La generación mala y
como yo tuve misericordia de ti? 34Entonces su señor, enojado,
adúltera demanda señal, pero señal no le será
le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le
dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos,
debía. 35Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no
se fue.
perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Mateo 19 La levadura de los fariseos


Jesús enseña sobre el divorcio (Mr. 10.1-12; Lc. 16.18) (Mr. 8.14-21)
3Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar 8Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca
a su mujer por cualquier causa? 4Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que fe, que no tenéis pan? 9¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco
los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5y dijo: Por esto el hombre dejará padre y mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? 10¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y
madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6Así que no son ya más cuántas canastas recogisteis? 11¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que
dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 7Le dijeron: os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? 12Entonces
¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8Él les dijo: Por la entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la
dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al doctrina de los fariseos y de los saduceos.
principio no fue así. 9Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa
de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. La confesión de Pedro (Mr. 8.27-30; Lc. 9.18-21)
Jesús bendice a los niños (Mr. 10.13-16; Lc. 18.15-17) 15Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
13Entonces le fueron presentados unos niños, para que Dios viviente. 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado
pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni
reprendieron. 14Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18Y yo también te
y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y
cielos. 15Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19Y a ti te
allí. daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la
tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la
El joven rico (Mr. 10.17-31; Lc. 18.18-30) tierra será desatado en los cielos.

[…] guarda los mandamientos. 18Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús


dijo: No matarás, No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso Jesús anuncia su muerte (Mr. 8.31-9.1; Lc. 9.22-27)
testimonio.19Honra a tu padre y a tu madre;#Ex. 20.12Dt. 21Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que
5.16 y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.#Lv. 19.18 20El le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de
joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y
¿Qué más me falta? 21Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, resucitar al tercer día. 22Entonces Pedro, tomándolo aparte,
anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en
tesoro en el cielo; y ven y sígueme. 22Oyendo el joven esta ninguna manera esto te acontezca. 23Pero él, volviéndose, dijo a
palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo,
23Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
en el reino de los cielos. 24Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo hombres. 24Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere
de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 25Sus discípulos, oyendo esto, se venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 26Y mirándolos 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el
Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible. que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
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Mateo 17 Mateo 18
La transfiguración (Mr. 9.2-13; Lc. 9.28-36) ¿Quién es el mayor? (Mr. 9.33-37; Lc. 9.46-48)
1Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan
su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2y se 1En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es
transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el el mayor en el reino de los cielos? 2Y llamando Jesús a un niño, lo
sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3Y he aquí puso en medio de ellos, 3y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis
les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. 10Entonces y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4Así
sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el
los escribas que es necesario que Elías venga primero? reino de los cielos. 5Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño
11Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene como éste, a mí me recibe.
primero, y restaurará todas las cosas. 12Mas os digo que
Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo Ocasiones de caer (Mr. 9.42-48; Lc. 17.1-2)
lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de
ellos. 13Entonces los discípulos comprendieron que les había 6Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños
hablado de Juan el Bautista. que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una
piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo
Jesús sana a un muchacho lunático del mar. 7¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es
necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por
(Mr. 9.14-29; Lc. 9.37-43) quien viene el tropiezo! 8Por tanto, si tu mano o tu pie te es
ocasión de caer, córtalo y échalo de ti;
14Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
15Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas
veces cae en el fuego, y muchas en el agua. 16Y lo he traído a tus discípulos, pero no le
Parábola de la oveja perdida (Lc. 15.3-7)
han podido sanar. 18Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste 11Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se
quedó sano desde aquella hora. 19Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, había perdido. 12¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien
dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20Jesús les dijo: Por vuestra poca ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve
fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este y va por los montes a buscar la que se había descarriado? 13Y si
monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21Pero este género no acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más
sale sino con oración y ayuno. por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.

Jesús anuncia otra vez su muerte Cómo se debe perdonar al hermano


15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere,
(Mr. 9.30-32; Lc. 9.43-45) has ganado a tu hermano. 16Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que
en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo a la
iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. […] 19Otra vez os digo, que
22Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del
si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que
Hombre será entregado en manos de hombres, 23y
pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20Porque donde están dos o
le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se
tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. 21Entonces se le acercó
entristecieron en gran manera.
Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?
¿Hasta siete? 22Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta
veces siete.
Pago del impuesto del templo
Los dos deudores
24Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que
23Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que
cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga
quiso hacer cuentas con sus siervos. 24Y comenzando a hacer
las dos dracmas? 25Él dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le
cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la
25A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a
tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus
su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la
hijos, o de los extraños? 26Pedro le respondió: De los extraños.
deuda. 26Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba,
Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. 27Sin embargo, para
diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que
27El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le
saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero;#17.27
perdonó la deuda. 28Pero saliendo aquel siervo, halló a uno
Moneda correspondiente a cuatro dracmas. tómalo, y dáselo por
de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él,
mí y por ti.
le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes (cont…)

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