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Doctrina Filosófica Especial del

Grado de Aprendiz*
Aprendiz
(Compilación, interpretación y
adaptación)

 Volver a Índice Temático


“Doctrina Filosófica de la
Masonería”

Consideraciones Previas

Dos manantiales filosóficos la


alimentan. El primero es el de la
filosofía General Profana, y el
segundo, el de la Filosofía General
Masónica1. Contribuyen a
determinar esto las siguientes
circunstancias:

1. Lo fundamental y básico de sus


ideas en general.

2. La sublime transmutación de lo
profano en iniciático.
3. La trascendencia del Primer
Grado en los otros dos que lo
siguen y lo superan, dentro de la
Masonería Azul o Simbólica (de la
raíz y su calidad, depende el
árbol y la suya).

4. La formidable e imponderable
importancia que tiene, para la
convivencia humana, el délfico
“conócete a ti mismo” y, más
todavía, “aprende a ser señor de
tí mismo”, doble tarea que ha de
cumplir todo aprendiz para
recibir su justo “aumento de
salario”.

El primer grado masónico, que


recibe al profano con todas sus
debilidades, fallas y ansias
desmesuradas de ser algo o
alguien, y con todos sus miedos,
prejuicios, y tabúes, ha de efectuar
la ciclópea tarea de limpiarlo de
esas taras y esos inconvenientes
que se prestan a su exaltación,
necesariamente ha de ser
considerado con el correspondiente
respeto y el afán consiguiente de
permutar en él, lo negativo en
positivo.

B. Filosofía Masónica Básica

Recurramos antes que todo, al


venero de la Filosofía General
Masónica y marquemos, en lo
suyo, la parte básica.

La Masonería es como ya se ha
expuesto, una Escuela del Filosofar
y no una escuela filosófica
cualquiera. Giran sus actividades
en derredor de la sublimación
humana. Sus labores, junto con
contemplar las tres más
importantes tareas del filosofar –
intentos de resolver los problemas:
del ser, del conocer, y del valer –
acentúa su preocupación en uno
de ellos, en cada nivel o grado del
que está formada.
Cierta y obligadamente, comienza
por el del Ser,
Ser ya que, en él, están
las posibilidades del conocimiento
y de la valoración.

Centra su vivo interés por el Ser y,


muy en especial, por el hombre,
hombre en
el primer grado. De ahí el rasgo
dominante en él, que es el
ontológico.
ontológico

Parte de dos imperativos


ineludibles: “conócete a tí mismo”
mismo
y el “véncete a ti mismo”,
mismo que
cimentan toda la obra humana,
que convierte, en cada uno de
nosotros, lo irracional en racional y
lo bajo en alto.

Importa, siempre, el ser en el


segundo grado; pero importa más,
por percepción, comparación o
contraste, saber del no yo, yo del
mundo físico o naturaleza, del
gregario o social y de la sapiencia
cultural, que son nuestros ámbitos
vitales. Para ello están la
experiencia de los contactos,
acciones y usos, el pensamiento
discursivo o lógico y la
relampagueante intuición.

Los Compañeros realizan empeños


acendradamente gnoseológicos.
gnoseológico

El tercer grado, el de la maestría,


que es madurez, plenitud
pensante, problemática en casi
todo y etapa del criterio, del
sentido común, de la sensatez y de
la calificada sabiduría, no olvida al
ser y el conocer; más por razones
de su misión masónica, se dedica
devotamente a los problemas de
los valores, que son los que dan
vida a los grandes caracteres y a
las personalidades señeras. En
consecuencia, es, por sobre todo
axiológico, depurador de los
desvalores y cristalizador de los
ideales y de las virtudes, que
acercan los Seres Humanos a su
Creador.
Creador
Hija, en su fase especulativa,
especulativa del
siglo XVIII, el de los iluministas,
iluministas
rinde tributo a la filosofía racional,
sin caer en sus excesos2.

Cimentada en su primitiva etapa


operativa, aúna la teoría con la
práctica, el pensar con el hacer, y
enfrenta el Ser a la Realidad,
Realidad para
alcanzar la Verdad y una vez
lograda, la defiende y la difunde
como guía y espina dorsal de su
quehacer, de la justicia y de la
legítima caridad.

Todos sus afanes giran en torno al


hombre,
hombre individual y socialmente
considerado. Es humanista y
humanitaria,
humanitaria por esencia y
existencia.

Ciencia y filosofía exotéricas le son


caras. Pero su fundamento se
encuentra en lo profundo de su
filosofía esotérica que le permite
alcanzar la intuición de la totalidad
y la iniciática que la eleva hacia la
altura del propio fundamento de su
búsqueda espiritual.

Huye del error, del prejuicio, del


dogma, del fanatismo y se empeña
en el logro del imperio: de la
verdad, de la tolerancia, de la
libertad y de la legítima y útil
igualdad.

No es agnóstica ni pesimista,
pesimista por
que reconoce el principio de la fe
como convicción pura que se
deposita en los fundamentos
activos de la consciencia e
inteligencia humanas como reflejo
de la consciencia e inteligencia
universal y en la razón humana
como codificador de todas sus
improntas. Tiene plena confianza
en la capacidad humana de
contribuir, eficazmente, a forjar su
propio destino.

La Sabiduría es la máxima
aspiración del masón. En la cara
ética de esta sabiduría no tienen
cabida las manchas del vicio, de la
ausencia de nobleza, de las
virtudes negativas.

La Francmasonería moderna no
ignora que la concepción de un
ideal (Columna B, la del fuego
encendido)
encendido permanecerá estéril,
mientras falten los medios
humanos y prácticos para su
realización. Por eso se renueva;
lleva a cabo originales
experiencias; se organiza mejor, se
desintoxica, se atiene a lo
permanente y no a lo contingente
en sus doctrinas y usos; acepta
sólo los auténticos desafíos, y saca
partido, con sagacidad, de las
circunstancias.

Respeta las convicciones íntimas


de sus miembros y, de esta
manera, hace factible la
convivencia en Logia, entre
hombres que siendo de
personalidades definidas, tienden a
mostrar de una manera más
evidente, sus diferencias de
aquellos aspectos que podrían
identificarlos o volverlos
semejantes.

Si la aristocracia es el
agrupamiento y la dirección de los
mejores,
mejores la Orden es sin duda
aristócrata y aristocratizante;
aristocratizante
es por ello que exige a sus
miembros como obligación
inseparable de su condición de
masón, esforzarse en la vía del
rigor para ser de los mejores y
estar entre los mejores, pero sin la
soberbia ni la pompa inútil que
caracteriza a la aristocracia
profana. Simplemente expresada
en la convicción de los propios
principios y en la vocación de
servicio hacia los demás “nobleza
obliga”.
obliga Se atiene de manera
pretendida y estricta a la
prescripción evangélica que
proclama que “Muchos son los
llamados y pocos los escogidos”.
escogidos
La calidad humana y masónica es
lo que prevalece y se impone:
“Toda otra distinción de creencia,
de raza, de nacionalidad, de
fortuna, de rango o de posición
social, desaparece en el seno de la
familia masónica”.
masónica

Frente al gran problema teológico-


metafísico de la existencia de Dios.
La masonería tiene una posición
que la filosofía denomina Deísta.
Deísta
De todos modos, no es teísta ni
atea. Acepta la existencia de un
primer principio, de un primer
motor universal, de un constructor
del Universo y de sus contenidos;
pero lo singulariza, y busca, para
designarlo, una formula que todos
sus miembros puedan aceptar en
base a sus propias creencias (las
cuales la masonería jamás coarta o
impide, dada su ausencia de
actitudes dogmáticas para infundir
su doctrina entre los hermanos).
hermanos
De este modo previene toda
posibilidad de pugna religiosa
entre los suyos (G A D U es la
sabia fórmula).

En relación con el problema de la


existencia de Dios, de sus atributos
y poderes, etc. el francmasón:

1. Acepta la inmortalidad del


alma; pero sin caer en la
ingenuidad de creer que la idea
de un alma encarnable o
reencarnable, según la creencia,
pueda ser compatible con la
idea de reencarnación de la
consciencia egóica individual.
Puesto que la masonería,
entiende que la verdadera
naturaleza del Ser se encuentra
en el alma, esta debe
permanecer dispuesta para
asumir su experiencia material,
en cambio, la consciencia
individual no reviste mayor
importancia que la memoria de la
circunstancia existencial que
sirvió de marco a la experiencia
trascendente del alma, fuera de
ello, lo que queda como residuo
de la vida material es eventual y
no tiene mayores implicancias
luego de la muerte.

2. Rechaza la antinomia de
naturalismo y sobrenaturalismo,
al dejar a cada cual el dominio de
su fuero interno y de sus
creencias.

3. Rinde homenaje y recuerda a los


muertos. No por una devoción
egoísta o supersticiosa, sino por
que la comprensión de la vida y
del final inevitable debe llegar a
ser, para todo masón, la principal
cuestión de reflexión en el
tránsito evolutivo de la vida
consciente, por lo que “saber
morir debe llegar ser la síntesis
de haber aprendido a vivir”. Cada
vida deja como resultado de su
tránsito concreto por la realidad
material una memoria impresa,
en la consciencia del mundo, de
su circunstancia existencial. Esa
energía, asimilada a la
Consciencia del Mundo, se
comporta como la experiencia de
la cual las almas se nutren al
momento de encarnar, por lo que
el estado de la evolución de la
Consciencia del Mundo, en
cada muerte, debe cooperar con
la evolución de la Consciencia
Total del Universo. Esto es lo
que representa el trabajo vívido
que el Ser Humano, el masón,
debe realizar durante su vida,
para que en el instante crucial
sea Verdad Trascendente y no
Funesta Hipocresía, la
constante invocación de existir A
L G D G A D U, de modo
tal que al momento de la
desintegración en efecto, el
residuo de la consciencia
producto de cada vida individual
sea asimilablemente útil al
proceso de la Gran Digestión
Cósmica.
La Francmasonería no preconiza
ninguna inclinación determinada
de ser religioso, no obstante, más
allá de infundir la religiosidad como
aspecto fundamental y unitivo
entre el hombre y la obra que le
rodea, preconiza el pensamiento
libre en todas sus formas, siempre
independiente de cualquier
influencia y conceptualmente
laico.
laico

La Masonería no cae en el
escepticismo,
escepticismo pues tiene
confianza en la capacidad y las
cualidades humanas para
evolucionar.

Su posición crítica es positiva


debido a que: No se manifiesta
proclive a admitir la coexistencia
separada de dos polos: subjetivo y
objetivo,
objetivo porque conoce los
avatares de la naturaleza interior
de los individuos y porque,
también, no ignora que la ecuación
humana, inmanente al proceso de
la consciencia que es la que
establece toda forma de
discriminación, es imposible de
exterminar sin eliminar con ella a
la consciencia. Reconoce por ello la
valía, en parte aceptable, del
relativismo.
relativismo

Al predicar el amor, la fraternidad,


la tolerancia, la caridad integral,
todas las formas de la justicia, y, al
tener en cuenta lo ventajoso del
imperio de la libertad y de la
igualdad, busca cerrar con broche
de oro, el opúsculo precioso de sus
doctrinas y prácticas. Tratando con
ello de desterrar de los corazones,
envilecidos por la compulsión
profana, el odio, la envidia, la
fatuidad, la ostentación, el
servilismo, el error y la mentira
hipócrita.
C. Rasgos esenciales y
distintivos de la filosofía del
grado de Aprendiz.

De la filosofía masónica de base


fluye la corriente del arroyuelo
inestimable de la correspondiente
al Grado de Aprendiz.
Aprendiz Ella
difiere, en verdad de sus
superiores. Por esto es
indispensable acentuar los rasgos
propios de los tres niveles
simbólicos.

La pirámide de la Masonería es,


ciertamente, representativa de la
calidad humana: Los Aprendices
Aprendice
forman su inferior, ancha y base
maciza. Los Compañeros se sitúan
en el centro. Suelen ser menos que
sus hermanos de la base y los
Maestros representan la cúspide.
La maestría es falange numerosa;
pero más que su cuantía, lo que
importa es que cumpla su
calificada y magistral ocupación:
docente, directiva y mentora.

La Iniciación no se alcanza, ni aún


traspasando la cima: es incipiente
y básica en el primer grado,
mediana, en el segundo y plena,
en el tercero.

No sólo se distinguen las cámaras,


atendiendo su sitio en la pirámide,
sino el grado de su posesión
iniciática verdadera.

Otra diferencia estriba en el


predominio de uno de los
componentes del triple “modus
vivendi”
vivendi de sus filosofías. En tanto
que el Aprendiz tiene que
concentrarse más en el Ser, Ser es
decir, en lo ontológico que en lo
gnoseológico y axiológico,
axiológico el
Compañero entrega su mayor
dedicación al sector del
conocimiento o aspecto
gnoseológico,
gnoseológico sin descuidar, por
cierto, los otros dos; y, al Maestro,
Maestro
lo que interesa más es lo
estimativo o axiológico.
axiológico

Por último, mientras la cultura


avasalladora, en la columna de los
Aprendices,
Aprendices es personal o
subjetiva,
subjetiva en la columna opuesta,
los Compañeros,
Compañeros son impelidos
hacia la objetividad.
objetividad En cambio,
quienes forman la Cámara del
Medio son doctos en ambas. Su
cultura es integrada y unificada.
unificada

D. Los cimientos de los Iniciados.

De la calidad y profundidad de los


cimientos, dependen la firmeza,
robustez y perdurabilidad de la
construcción que soportan y
sostienen.

A la manera de lo expresado en el
Evangelio, como ya se dijo, la
Orden llama a su seno a los
mejores hombres de la comunidad
en que está operando. “Muchos
son los llamados – y, como siempre
– pocos los escogidos”.
escogidos ¿Por qué?
qué

Pues, porque:

1. La Institución es selectiva, y su
tamiz debe ser muy fino. Antes
que la cantidad debe prevalecer
la cantidad.

2. Los hombres escogidos para la


iniciación tienen que ser
honrados a carta cabal. No basta
para el ingreso la ordinaria
concepción de la honradez
profana.

3. Ninguna torva preocupación ha


de turbar el alma del futuro
Aprendiz.

4. El estar dispuesto a trabajar por


el bien de la humanidad sin otra
satisfacción de la que proviene
de su vocación de servicio, es
uno de los requisitos esenciales
para su admisión.

5. Salud, vigor y resistencia a los


males: inteligencia – teórica,
práctica, social – superiores a
lo normal; fina y firme
sensibilidad; mente abierta;
acerada voluntad y personalidad
permeable al espíritu de
perfección; buen criterio;
consciencia sociológica y moral
despiertas; sanas y honestas
costumbres; sentimientos e
ideales de una vida superior; esto
no es, sino un general y breve
inventario de las condiciones
físicas, mentales y morales, que
debe poseer quien aspira a la
iniciación.

6. Una vez ingresado deberá sumar


a estas consideraciones:

6.1. Fidelidad y lealtad a la


obligaciones que ha
contraído.
6.2. Convertirse en un esforzado
obrero de los puros y
grandes ideales fraternales.

6.3. Aceptar la Ley Masónica y


sus Reglamentos.

6.4. Someterse a los procesos de


la docencia con que se le
espera instruir y dignificar.

6.5. Empeñarse en la realización


de la obras masónicas de
bien común.

6.6. Ser absoluta y plenamente


fraternal con sus cofrades.

6.7. Observar, en el mundo


profano, una conducta que lo
enaltezca y de manera
extensiva a la
Confraternidad.

6.8. Mantener encendidos su fe y


su celo por la causa.
6.9. Preservar, sin fatigas ni
renunciamientos, en la
búsqueda, defensa y difusión
de la Verdad, del Bien y de
la Belleza.

La Francmasonería elige a sus


miembros, los disciplina, organiza
y contribuye a que, fortaleciendo
su Cualidades Individuales,
Individuales
desaparezcan los desvalores y
estén siempre presentes y obren
de un modo efectivo, los valores
relacionados con la Comunidad,
Comunidad la
Patria y la Humanidad.
Humanidad

Hacer todo esto para que su ruta


sea la de la perfección y su
destino, el mejor prescrito al
hombre.

Proclama que en su acción


refinadora, no opera una
intervención extrahumana, sino el
esfuerzo mancomunado de la
Augusta Institución,
Institución de su docencia
y del aprendizaje correlativo,
simultáneo y fecundo del Aprendiz,
Aprendiz
llevados a cabo, mediante
concertada contribución de la
ciencia, de la ímproba labor y de
un sentido recto en la vigencia de
la justicia.

Abomina, en su obra formadora, de


todo sectarismo, de toda
discriminación religiosa y de todo
partidismo, especialmente del que
emerge de toda política
contingente y divisionista; de los
intereses personales o del círculo y
de las pasiones viles, como la
codicia,
codicia el egoísmo ilegítimo y la
envidia.
envidia

Aspira, en cambio, a la realización


de los ideales más caros al
individuo y la sociedad; a la
formación de una élite de
servidores del bien común, de
líderes que encarnen la
aristocracia del talento y del
corazón,
corazón y a sociales avances,
derivados de la calidad humana
más que de la sumisión a dogmas,
consignas y órdenes, aceptadas
con voluntad y simpatía.

Semeja su “modus operandi”


operandi al de
la Naturaleza:
Naturaleza por su planificación
previa, su realización silenciosa, sin
pompas ni orgullo y con una
nativa y adorable discreción,
hermana del secreto y del sigilo.

E. Conocimiento de la Logia

El diálogo que, de conformidad con


el Ritual del Primer Grado,
Grado se
desarrolla entre el profano y el
Venerable Maestro,
Maestro principalmente,
está destinado al conocimiento
mutuo del recipiendario con el
nuevo mundo que se le está por
abrir ante sus ojos, el del camino
iniciático, representado por los
ornamentos simbólicos que
componen la Logia.
Paralelamente, en el curso del
diálogo, el Taller va develando el
misterio que rodea al posible
nuevo Obrero de la Búsqueda de la
Verdad,
Verdad y a su vez, este se va
imponiendo:

1. De los rasgos esenciales de la


Masonería, de las Logias y de los
Francmasones.

2. De las explicables críticas, que se


formulan a la Orden.

3. De los objetivos supremos de la


masonería como forma de
Acción Constructiva individual
y social.

4. De la información y formación
masónica del Aprendiz en
ciernes.

5. De la Docencia y Acción
Masónicas, las personales y las
impersonales, las intra y las
extramurales.

F. El
conócete a ti mismo y vence
tus inferioridades

Este intercambio de pensamiento,


pensamiento
afectos,
afectos voliciones y vivencias,
vivencias al
proyectarse en los tres sectores de
la Masonería Azul y sobre sus
miembros, actuales y posibles,
allana los caminos de la posible
comprensión,
comprensión facilita la inteligencia
de contenidos y formas y
predispone la personalidad al
sortilegio de la Iniciación.
Iniciación De los
mencionados sectores, prima el
ontológico.
ontológico Sin embargo no debe
pensar el Aprendiz que no están
presentes los otros dos: el
gnoseológico y el axiológico,
axiológico por
que de hecho siempre están los
tres presentes en la forma y
método de la enseñanza masónica.
La meta de todo el drama es la
Iniciación y, en ella, el oro de lo
axiológico – los valores éticos, en
particular – se amalgama con la
plata de lo ontológico.

El análisis particular de una serie


de rasgos aceptables e
inaceptables, de vivo interés
filosófico-iniciático, que hacen
factible la incorporación o no a la
Orden y, dentro de ella, la
obtención de los dos logros
supremos:

1. El Conócete a ti Mismo

2. El Véncete en las
Inferioridades.

El “conócete a ti mismo”
mismo a través
de una profunda “introspección”
introspección y
la franca crítica de si mismo,
despojado primero de toda
tendencia “autodestructiva”
autodestructiva como
así también de cualquier forma
lamentable de “autocompasión”,
autocompasión
para el cual la Masonería acepta
diferentes mecanismos o
metodologías para llegar a ella y
supone que cualquiera de esos
métodos son buenos para transitar
el camino del “autoconocimiento”
autoconocimiento
según sea la cualidad y las
características individuales de
cada “Piedra Bruta”,
Bruta por esto son
muy apreciables ciertos métodos
como el estudio de la astrología
para la intuición,
intuición la cábala para el
corazón,
corazón la alquimia para la
percepción y la filosofía para el
pensamiento,
pensamiento todas unidas por la
cualidad de la interiorización de
los símbolos masónicos cómo
código unificador de la experiencia
interna positiva y esencial.

El “vence tus inferioridades”


inferioridades
supone: un conocimiento del yo,
una escala de valores y la puesta
en juego de un criterio filosófico de
justipreciación y estímulo.
¿Cuáles son las implicancias,
factores o determinantes del
vencerse a sí mismo en lo que el
yo falla?
falla Son ellos:

1. El hábito del libre y auto examen.

2. La reflexión y la meditación
constantes.

3. El empleo del buen criterio, la


sensatez y del sentido común.

4. La capacidad de crítica y la
voluntad decidida de cambio y
superación.

5. Las inferencias discursivas e


intuitivas, llevadas a término
tras un acopio objetivo,
imparcial, numeroso, de nuestros
defectos y fallas.

6. Estar imbuida por la esencia


trascendente de la Ética y de la
Iniciación.
G. La gnoseología en la filosofía
masónica del grado de
Aprendiz

La gnoseología es una parte


complementaria de las otras dos;
la ontología y la axiología. Que nos
dice, advierte y enseña:

1. La fijación, como punto de


partida, de toda empresa
cognoscitiva, de la duda
metódica o cartesiana.

2. La fe, por lo mismo, no ciega,


sino medida y bien fundada,
asevera los poderes internos del
hombre, en sus facultades
latentes y en su buen rumbo
hacia una posible reunificación
de su naturaleza con la del
Universo.

3. Igual confianza en los alcances y


en la marcha intrépida de las
ciencias, de la técnica, del arte,
de la filosofía y la religión.

4. Admiración, comparativa y
vivificante, por todo pensador
que emancipe la mente humana
del error, del prejuicio, de la
alienación, de los sofismas y de
los silogismos.

5. Buceo en las profundidades de


todo lo que ha preocupado
intensamente el espíritu del
sujeto en trance de ser
Aprendiz.

6. Invita, incentiva y estimula, a


estudios constantes e
ilustrativos, acerca de esos
grandes temas y problemas que
siempre preocupan al espíritu
inquisitivo del hombre.

7. El estimulo de la esencial
religiosidad humana para que,
por las rutas de sus capacidades
latentes positivas, de una mente
abierta y de un alma firme no
supersticioso pueda llegar al
contacto con las improntas más
elevadas del espíritu y
principalmente a una de ellas; la
más dificil de todas, la de Dios y
del G A D U .

8. Las pruebas a que se somete el


aspirante a Francmasón no
vienen de cualquier fuente, sino
que han sido seleccionadas de
entre aquellas que la sabiduría
antigua ideó para inculcar sus
enseñanzas morales y
trascendentales.

9. La adhesión plena, firme,


indiscutible a las doctrinas
aceptadas hasta la hora en que
se prueben su error o
ineficiencia.

10.Tan sólo mediante la observación


y la experimentación, la
detenida reflexión, las
profundas meditaciones y el
juego libre de las inteligencias –
la teoría, la práctica y la social –
le es dado al hombre y al
francmasón el purificar la
estructura, calidad, organización
y empleo de su cultura personal
o subjetiva.

11.La Masonería implica un


constante combate contra toda
forma de error, sobre todo los
profanos y lesivos de la dignidad
humana, de sus posibilidades de
evolución y perfeccionamiento,
por esto es vital el juicio que
emita un masón en la sociedad,
el cual debe ser siempre bien
fundado y nunca en apariencias
o engaños. Toda afirmación o
negación suya ha de tener una
prueba: pronta, fácil y
convincente.

12. Sereno, metódico, recto, tiene


que ser el sendero que lo
aproxime a la Luz, a la Verdad.
H. Larelación ontológico-
axiológica en la doctrina
filosófica masónica del
Aprendiz

En términos generales la idea del


“Ser”
Ser y del “Valer”
Valer tienen muchos
aspectos de contacto, en especial
respecto de los aspectos filosóficos
de la doctrina del Aprendiz y por
esta razón es que se hace
indispensable elaborar los
condicionantes que determinan tan
estrecha relación.

Para definir el “Ser”


Ser es necesario
tomar alguna distancia de los
parámetros de lo racional, puesto
que no es posible establecer una
definición conforme a las reglas
clásicas de Lógica.
Lógica De hecho esto
es imposible, al menos puede
recurrirse a la enumeración de sus
notas características o a la
descripción, sin embargo, nada
más distante de la verdad cuando
aquellos aspectos a los que
siempre termina rindiéndose la
ciencia tradicional, están más allá
de los límites de su método.

De todos modos estas son las


características más reconocibles y
aceptables que podemos encontrar
en la filosofía clásica al bucear en
sus consideraciones ontológicas:

1. Ser es cuanto existe, ha existido


y podrá existir.

2. El Ser puede aplicarse aún a


objetos puramente ideales como
los números.

3. El Ser se opone a la noción de


“fenómeno”, porque mientras
este es lo que parece, aquel,
simplemente, “ES”.

4. Por consiguiente, el Ser es lo


permanente, substancial,
constante y no lo aparente
circunstancial, afectado a la
moda o a lo meramente formal.

5. Todo Ser posee propiedades, en


la medida que:

5.1. Es una unidad indivisible.

5.2. Permanece siendo


esencialmente el mismo
(identidad).

5.3. Una consecuencia de esa


unidad, es la constancia y
permanencia de los rasgos
substanciales.

5.4. El Ser tiende a conformarse


consigo mismo.

5.5. Desde el momento en que el


Ser reúne, en sí, todos los
caracteres que debe poseer
para ser tal, se estima como
bueno.
El primer grado de la Masonería
Básica es marcadamente
ontológico,
ontológico puesto que se refiere
a los seres.
seres Tratando de conseguir
en ellos:

1. La identificación del Ser en sí


mismo.

2. La purificación en ellos de la
esencia, más allá de lo que dicen
sus formas eventuales, aunque
rescatando siempre lo valioso
que hay en ellas, puesto que en
esto reside la factibilidad del
progreso actual concreto.

3. Perseguir la transmutación de
los atributos negativos en
positivos y la incorporación a sus
haberes, de bienes y valores
nobles.

Para lograr esto y cuando el


candidato es potable, existe un
medio eficaz: la iniciación.
iniciación Ella
parte del conocimiento del Yo y del
No-Yo,
No-Yo sin embargo la cristalización
efectiva se logra por la acción, por
la praxis iniciática,
iniciática que involucra
un camino más dificil, escarpado,
penoso pero sumamente eficaz si
se lo transita con honradez y sin
hipocresías, exclusiones,
debilidades o evasiones.

Sólo en este sentido aceptamos la


clasificación Aristotélica del ente
en potencial , germinal o larvario y
el actual de su realización presente
y real. Lo potencial o virtual es lo
que tiende a existir, el Neófito. La
iniciación determina el Ser del
masón, pero su Verdad reside en la
praxis iniciática en los actos de su
vida masónica, la construcción
reside en esencia en el plano, pero
no es construcción hasta que no se
ha edificado. Actual es lo
existente.
existente Para el masón, lo
imperativo y valioso es ser acto
más que ser potencia.
potencia Sin
embargo, nunca hay que perder de
vista lo esencial y
lamentablemente, en ello, la visión
Aristotélica lo hace, es que si el
edificio, el Ser Acto,
Acto se desvía del
plano, de la idea potencial,
potencial del Ser,
Ser
el Ser Acto es entonces una
corrupción del Ser.
Ser El Ser Acto
sólo se vuelve valioso y
trascendente cuando es, en
concreto, la Realización del Ser.

El Aprendiz debe comprender la


idea de “eslabón”,
eslabón develando que
esta distinción está dada por la
esencia.
esencia Fuera de su existencia, el
Ser posee una esencia y es la que
le permite al Ser llegar a
constituirse en Acto,
Acto determinando
con ello el trasfondo de la cuestión
de la Realización del Ser,
Ser es decir,
cuando el Ser Acto se concreta
adoptando las características y
atributos de la Esencia del Ser.
Ser Sin
embargo, si esto no se produce,
cuando el medio es más fuerte e
influyente sobre la naturaleza
intrínseca del Ser Acto y este se
desvía de los atributos esenciales
del Ser,
Ser entonces el Ser Acto se
corrompe. Para el masón esta es la
distinción más profunda entre la
naturaleza profana y la búsqueda
de la praxis iniciática.
iniciática Al Aprendiz
se le enseña que es un eslabón en
la extensa cadena masónica y que
esa cadena se rompe,
precisamente, por el eslabón más
débil, es decir, aquel cuya
constitución y temple es
defectuosa y por lo tanto, incapaz
de resistir la tensiones de las
circunstancias. Para el masón esa
constitución reside en la naturaleza
misma del Ser y la visión clara de
esto es lo que evita que el Ser Acto
se corrompa, del mismo modo
como el buen temple del metal con
que está hecho el eslabón evita
que se quiebre ante la menor
tensión.

Por ejemplo, si lo fundamental para


el masón es Ser Acto,
Acto la templanza
– como acción de temple – forja su
ser, de esencia en substancia.
Entonces para “ser” masón, no
basta tan sólo la iniciación, puesto
que el testamento no es sólo para
la intención del individuo sino para
un factor más profundo, es decir
para la “esencia” – que busca ser
mejorada mediante el sacrificio de
la substancia en la que se
manifiesta – y para ese fin cuenta
la Alquimia Masónica a través de:

1. La Instrucción (conocimiento
del Ser).
2. El Ritual (experiencia y acto del
Ser).
3. El Simbolismo (sabiduría y
perfección del Ser).

En tal razón, “quitarse el polvo


profano”,
profano no significa sólo
sacudirse la mugre del camino,
alquímicamente significa
transmutar la substancia para la
Gloria del G A D U . Para el
masón lo fundamental es entonces
la visión clara de lo esencial.
esencial Pues
en ello reside entonces la
posibilidad de lograr la Realización
del Ser.
Ser

Los seres interesan al Aprendiz


filosofante,
filosofante del mismo modo
establece sus prioridades, no
desde el punto de vista de un
egoísmo extraordinario sino desde
un punto de vista puramente
evolutivo. Es decir, la debida
comprensión de un nivel permite
posibilidad o, dicho de otro modo,
otorga el derecho de la
comprensión del nivel siguiente, de
lo contrario la visión se perdería en
un conjunto profano de buenas
intenciones irrealizables y a juzgar
por la frustración constante en que
vive el mundo, es fácil reconocer el
continuo fracaso que procura la
forma desordenada con que
comúnmente se ve la vida
influenciada por los mezquinos y
obscuros intereses e intenciones
que nos rodean. Por ello, estas son
la prioridades con que el masón
debe estructurar su modo de ver la
vida y de procurar la Realización
de su Ser

1. El mismo, en su doble índole


de sujeto y objeto de su
conocimiento.

2. Su familia, de la cual deviene y


hacia la cual proyecta el futuro
de su legado.

3. La Institución a la cual
pertenece, por libre voluntad y
aceptada entrega.

4. La comunidad que lo alberga y


a la cual sirve con su vocación de
servicio.

5. Las naciones y lo pueblos.

6. Los grupos y los conjuntos de


toda clase que aglutinan
gregariamente a los hombres.

7. La sociedad humana toda, es


decir, la humanidad.
El núcleo de la iniciación aún de su
aspecto más básico es
indudablemente Ético y Espiritual.
Espiritual
Los bienes y valores morales que
se persiguen mediante los
procesos informativos y formativos
de la enseñanza masónica nada
tienen que ver con:

1. Lo hedonista o puramente
material.

2. Lo utilitario o simplemente
pecuniario.

3. Egoísmos y parcialidades.

4. Los que se apartan del bien


común y la justicia.

5. Los que no comprenden


adecuadamente el sentido de la
caridad, la fraternidad y la
solidaridad.
I. Consideraciones ontológico-
axiológicas de la doctrina de
la Institución

En el Aprendiz,
Aprendiz luego de encendida
la llama del amor a la Orden, sus
postulados, obras, rituales,
ceremonias y simbolismo, la
Masonería va agigantándose más y
más con el correr del tiempo. El
tránsito por la praxis iniciática,
iniciática
compleja, dura y llena de
penalidades va logrando
paulatinamente la pérdida de
aquella mentalidad profana en
iniciática y el compromiso con el
ámbito interno tanto esotérico
como exotérico de su campo
institucional.

Goza la Orden de la total


capacidad de adaptación “a las
evoluciones sucesivas de la
civilización, en cada tiempo y en
cada país. De otra manera, la
Francmasonería habría
desaparecido. Como una de las
tantas instituciones humanas;
mientras que, por el contrario, la
encontramos inconmovible,
imperturbable, como una roca, en
medio del oleaje de las
evoluciones y revoluciones de la
Humanidad”
Humanidad

La Masonería y por consiguiente,


su base, los Aprendices,
Aprendices tienen un
punto inicial ineludible y una meta
de igual calidad.
calidad

El hombre,
hombre de prosapia ética,
forma su Piedra Bruta.
Bruta La Meta, ser
un iniciado y esto no se obtiene
solamente por la iniciación
(aunque es imposible lograrla sin
ella),
ella sino a través del duro camino
de la praxis iniciática.
iniciática Este camino
iniciático que nace entre columnas
lleva implícito el sacrifico de:

1. Conocerse a sí mismo.
2. Constituirse en un ser pensante
y reflexivo.

3. Dejarse devorar por el ansia


insaciable de la perfección, en
todas las trazas de su
polifacética naturaleza humana.

4. Hacer del deber un culto sincero


y permanente.

5. Rendir culto de todas las


virtudes.

6. Preocuparse por vivir alejado de


todos los desvalores humanos,
en especial, la mentira, la
imputación, la curiosidad
enfermiza, la violación del
secreto, la deshonestidad, el
fanatismo, la tiranía, etc.

7. De obrar con valentía para


sobreponerse a todo
desfallecimiento moral.
8. Ser puro y limpio de toda
iniquidad.

9. Entregarse sin importar el


sacrificio a la realización de
obras siempre meritorias:
altruistas, abnegadas,
fraternales, justicieras y
solidarias.

10. Mantener siempre encendido


el fuego del amor al prójimo.

11. Comprender que la Augusta y


respetable Orden en la que nos
desarrollamos no es fuente de
meros pasatiempos sino de
austero sacrificio: no es
contemplación pasiva del bien
sino activo combatiente contra
el mal.

12. Recordar que nunca las viuda y


los huérfanos deben llamar
vanamente a nuestra puerta, se
debe inculcar siempre en los
hermanos el ejercido de la
verdadera, benéfica, y
comprometida caridad.

13. Constante decisión para


aceptar y promover todo lo
nuevo y útil para la sociedad.

De esta manera podríamos advertir


como índices destacados de las
condiciones etico-morales del
masón:

1. La posesión de una
consciencia, que permite
distinguir entre el bien y el mal y
sufrir el remordimiento de la
malvada conducta como la
satisfacción del deber cumplido
ante la vida, uno mismo y los
propios ideales.

2. La fidelidad insobornable e
inevitable a la palabra
empeñada y a la obligación
contraída, a los compromisos
formulados, a las
responsabilidades asumidas.
3. El desconocer otras
jerarquías – las sociales y la
fortuna, por ejemplo – que no
emanan de una superior calidad
del pensar, del sentir, del hacer y
del ser.

4. El celo y el fervor, en la
defensa de la verdad y en el
cultivo de las virtudes cardinales
(Fortaleza, Justicia, Prudencia y
Templanza).

5. La decisión y firmeza en el
empeño por lograr las
intenciones y los propósitos
loables y en la realización de los
ideales magníficos.

6. El comportamiento oportuno,
consciente y responsable, de las
tareas aceptadas, aún cuando
ellas contradigan nuestros
intereses, gustos y capitales.
7. Prescindencia de todas las
pasiones e intereses de círculos,
sectas, capillas y partidos.

8. La Tolerancia, flexibilidad y
amplitud de miras, en las
relaciones humanas, aún las más
delicadas y opuestas.

J. Los fundamentos de la
iniciación básica e incipiente

Los aspectos sobresalientes que


denotan y connotan el grado de
Aprendiz, son los que se
consignan:

1. Es fundamental e imprescindible.

2. Forma el primer peldaño en la


escala de tres de la Masonería
Simbólica o Azul.
3. Trasciende, al igual que la
infancia, en las Cámaras de
Compañeros y del Medio.

4. Perpetuo y perenne, (nunca


cesamos de ser aprendices)

5. Es el comienzo del goce de la


enseñanza iniciática masónica,
puesto que siempre tiene un
punto de referencia cercano, que
son las columnas a medida que
se avanza en el camino de la
praxis iniciática, con la distancia
las columnas se van acercando
en el punto de vista y se unen en
la lejanía por lo tanto en los
grados superiores cada vez es
más dificil discernir acerca de lo
que es en cada aspecto.

La iniciación considerada básica,


incipiente o menor, que es la que
logra el Aprendiz,
Aprendiz no la obtiene a
título gratuito. La conquista, toda
vez que ha acreditado:
1. La posesión de las condiciones
espirituales, moral, personal y
social conforme al espíritu de los
principios de la masonería y de
los propios principios que sobre
la base de aquellos se haya
impuesto para el tránsito de su
praxis iniciática.

2. Haberse sometido a las pruebas


tradicionales (Cuarto de
reflexión, redacción de un
testamento digno de aprobación,
cumplimiento de lo prescrito por
el ritual en cuanto a los viajes y
pruebas. Haber recibido la Luz
Masónica. Haber sido consagrado
por un Venerable Maestro
Regularmente Instalado para
Nacer a una vida nueva y ser
admitido en la respectiva
columna a través del proceso de
la proclamación).

3. Someterse a las regulaciones


establecidas por la Orden.
4. Verificar su permeabilidad a la
docencia masónica y ejercer la
fraternidad de un modo concreto
y comprobable.

5. Considerarse y ser estimado por


los suyos como Iniciado, es una
honra y una distinción
invaluables, puesto que el
Iniciado Cabal es:

5.1. Básicamente, un hombre


escogido.

5.2. Merecedor del honor de ser


libremente aceptado en
cualquier logia masónica.

5.3. Un hombre que se destaca


por su labor ineludible de:
pulir su Piedra Bruta, lograr la
rectitud moral e intelectual y
empeñarse en la tarea de que
su espíritu se desembarace
de todo lo que le impide
alcanzar la Luz de Oriente.
5.4. El que llega a irradiar Luz, en
la medida de pulirse,
viéndose cada vez más
iluminado por la Enseñanza
Masónica y el resultado de
su Praxis Iniciática.

5.5. Alguien que se demuestra


capaz de operar
constantemente sobre sí
mismo, en todos los aspectos
de su personalidad en una
tarea constante
transmutadora y superativa
en un cada vez mayor
conocimiento de sí.

5.6. Alguien que posee al


descubierto sus capacidades,
energías latentes y
potencialidades,
transformándolas, de
potencia en acto.

5.7. Un ser humano que expresa


en su religiosidad la
advertencia de lo visible y de
lo invisible, del esoterismo y
exoterismo. Estableciendo un
balance absoluto y ordenado
de las cosas que
corresponden a la vida
material y a las que
definitivamente corresponden
a los propósitos del espíritu.

5.8. Un hombre mesurado,


austero, sereno, dueño de sí
mismo, pacífico, equitativo,
siempre que vaya
abandonando lo que atrae
comúnmente al profano. Que
igualmente aprende a
contentarse con lo necesario
y a no hacerse esclavo de lo
superfluo y frívolo.

5.9. Vigilante de sus debilidades y


errores y perseverante
autodidacta, permitiéndose
ver y recordar el fin
necesario de las cosas, la
fragilidad de la condición
humana, lo vacuo de las
ambiciones terrenales, sobre
todo las de índole material, el
espejismo de la vanidad y el
desastre del orgullo y la
soberbia. Por lo mismo tiene
presente que él experimenta
una crisis positiva, la de
“haber muerto para la vida
profana, para renacer a un
modo sublime” de existir, de
pensar, de sentir y de hacer
en conexión con su esencia,
es decir, el Ser.

5.10. A medida que la iniciación va


surtiendo su efecto y se va
encarnando en él el masón
empieza a comprender cada
vez con mayor claridad que
“la verdadera ciencia sólo
crece con el
librepensamiento” y que en
cambio la ignorancia incluso
la más intelectual y culturosa
se funda en la presuntuosidad
y el dogmatismo.
5.11. A la vez el sujeto y objeto de
sus preocupaciones y
ocupaciones francmasónicas
y profanas de manera
simultánea.

5.12. La resultante de prueba de


que ha alcanzado el alto nivel
de su formación,
constituyendo un adecuado
alineamiento de la gran triada
de la consciencia: “pensar
bien”, “hablar bien” y “hacer
bien”.

5.13. Aquel que no se entrega


fácilmente, en su
comprensión y en sus
expresiones, a la dudosa
precisión de los términos y los
conceptos, aunque no los
desaprovecha ni los
desprecia, pero encuentra en
la alegoría y en la verdad
simbólica aquella libre
profundidad que la palabra
especifica y encierra.
Entendiendo que el
simbolismo es una escritura,
que nunca termina de
aprender a leer, descifrar y
manejar.

5.14. Más que el hábito, el


conocimiento, el método y su
realización (experiencia –
praxis) son del mayor valor
puesto que le permiten
formarse un criterio objetivo,
crítico, sano, lúcido y
experimental de las cosas, lo
cual estimula su naturaleza
librepensadora.

5.15. Despliega todos sus esfuerzos


para convertir lo virtual en
actual y para hacer del
cuerpo, un instrumento, una
herramienta del espíritu, por
ello no lo desgastará en una
vida, vicios y maltrato de
ninguna especie.
La iniciación no se logra de una
vez.
vez Es un proceso largo en
procura del perfeccionamiento
constantes. Por lo tanto, el iniciado
no puede contentarse con pensar
como un hombre de su época o de
su ámbito inmediato. Tiene el
deber superior de tomar en cuenta
el legado cultural precioso del
pasado y atender a las
prometedoras esperanzas del
futuro, abrevando en las fuentes
inestimables de la masonería que
han sido siempre el pilar donde se
han sustentado los grandes
cambios y transformaciones de la
humanidad a lo largo de la historia.

No es iniciado, entonces, quien se


cierra o se niega a lo nuevo y
aparentemente extraño. La
iniciación tiene como misión
fundamental “abrir la mente”,
mente
constituir un varón con amplia
apertura mental y espiritual. Esto
requiere inquietud sin revolución,
esfuerzo sin desperdicio de
energías y trabajo útil. Mas: el
iniciado sabe del trabajo intenso
pero también del reposo reparador,
inteligentemente alternados y
graduados. Son normas suyas: “El
trabajo ímprobo todo lo vence”
vence y
“el ocio de quien ha ocupado un
tiempo para el esfuerzo útil es
digno, beneficioso y saludable”.
saludable

Afán encendido,
encendido diligencia,
diligencia
serenidad y perseverancia han de
singularizar al Iniciado en todos sus
próximos y arduos estadios
masónicos.

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“Doctrina Filosófica de la
Masonería”

Notas:
* Basado en la estructura doctrinal
planteada por el ”Curso de
Docencia para Instructores
Masones”. Gran Logia de Chile.
“Elementos de Filosofía General y
Masónica”. “Filosofía Masónica
Especial”. Fascículo Primero:
“Filosofía del Grado de Aprendiz”,
pag. 401 y subs. 1995 Santiago de
Chile. (Volver al texto).

1 Nota del Compilador: Algunos


autores, (por ejemplo, los de este
curso que hoy transcribimos),
consideran a la Filosofía General
Masónica como una rama de la
Filosofía General Profana. En lo
personal debo oponerme a este
criterio en modo absoluto. El
concepto de la iniciación modifica
por completo cualquier criterio
filosófico profano, no se puede
establecer una comparación
acerca de ellas. La filosofía
iniciática, además de requerir que
se asuman criterios muy amplios
dentro de los límites de la filosofía
profana no se ve influenciada por
motivaciones y circunstancias de
la vida cotidiana (política,
sociedad, económía, etc.) en
cambio la filosofía general profana
siempre está influenciada por el
carácter de la época, las ideas y
costumbres sociales y en general,
aspectos que terminan por
traicionar el libre juego del
pensamiento, agregándole
componentes no deseadas como la
hipocresía, el prejuicio, el interés,
la demagogia, etc., estos
elementos contaminantes
condicionan al ser, impregnándolo
del aroma de la ignorancia que
nivela el ejercicio de pensar al ras
de la masa, sin otra posibilidad
que la obediencia del rebaño y lo
que se conoce como la filosofía del
matadero. (Volver al texto).

2 Nota del compilador: Esto


explica la medida del balance, que
busca el masón entre las dos
columnas del Templo, puede ser
sensatamente racional y no ver
comprometida su naturaleza
individual profundamente
espiritual y en cierta forma,
mística. (Volver al texto).

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