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TEOLOGÍA HISTÓRICA DE IGNACIO

ELLACURÍA.
Una alternativa a la violencia en el contexto de la guerra civil
salvadoreña, y sus aportes a la Iglesia Evangélica de hoy.

Bryan Alexander Pérez Morán


Claudia Lorena Estrada Lozano
Pensamiento Cristiano Contemporáneo
Licenciatura en Teología
guitarperez14@gmail.com

“…la fe y la teología tienen o deben tener una clara vocación liberadora del pecado en todas sus formas…
de la ley en todos sus modos a través de los cuales el poder se impone sobre quien no lo tiene tanto dentro
como fuera de lo religioso; de la muerte en todos aquellos procesos que van anulando la vida o aun
arrebatándola antes de tiempo.” (Ellacuría, I., 1987, p.243)

Resumen:

Palabras Claves: Teología histórica, Ignacio Ellacuría, análisis de la violencia, Iglesia Evangélica, El
Salvador.

Metodología:
Se investigó la teología histórica de Ellacuría en tiempos de la Guerra Civil Salvadoreña mediante el enfoque
cualitativo de tipo documental/bibliográfico, lo que implicó considerar los análisis que hiciera sobre la
situación de violencia en el país en columnas periodistas de Ellacuría para el País, la recolección de
información y realizar posteriormente una hermenéutica a las fuentes: libros de texto del autor, artículos
teológicos, artículos de revistas ECA, para así recabar los aportes para la Iglesia Evangélica de hoy, que debe
afrontar las realidades de violencia institucionalizada, revolucionaria y represivas aun presentes que siguen
trayendo sufrimiento, dolor, desesperanza y muerte a El Salvador.

Introducción:

(P. introd.)
La situación social que atravesaba nuestro país en tiempos de la Guerra Civil salvadoreña fue
altamente conflictiva y tenían de fondo causales políticas, económicas, culturales y hasta religiosas,
es pues evidente que un abordaje que buscase la solución de los conflictos tenía que considerar la
problemática del país de manera holística. El teólogo Ignacio Ellacuría abordó la realidad nacional
de esa manera: él, a partir de la fe cristiana y de su amplia formación crítica filosófica y teológica,
y su compromiso con la realidad, se empeñó en analizar la situación social y en sugerir líneas de
acciones políticas. Cabe señalar que estos esfuerzos políticos y proféticos estaban constituyéndose
una acción orientadora para la iglesia cristiana de aquel momento.

(Propósito)
Lo pretendido en esta investigación es plantear, a partir de las relecturas de la teología histórica de
Ellacuría y de sus escritos de análisis social que hiciera de nuestro país en los tiempos de la Guerra
civil salvadoreña, una propuesta que le sirva a la Iglesia Evangélica de hoy para que así pueda
abordar las problemáticas de violencia presentes en el país, pero ya consciente de su compromiso
cristiano para con el mensaje liberador de Jesús y con ayuda de esta forma de proceder de Ellacuría
despojarse también de la ingenuidad religiosa y política ante la situación que vivimos

(Justificación)
El aporte que la teología histórica de Ellacuría representa para la Iglesia Evangélica de nuestro país
es un tema muy importante, no sólo por la profundidad de pensamiento de este teólogo, sino por
su responsabilidad social que él mismo cargó en vida al punto de costarle la misma. Situaciones
como las que vive nuestro país plantea desafíos para la Iglesia Evangélica de hoy sobre cuál será
su postura y cuáles sus propuestas, de la figura de Ellacuría se puede adoptar esa seriedad y
responsabilidad indispensable para primero emitir opinión sobre nuestra realidad trágica.
Partiendo de la forma de hacer teología de Ignacio se plantea la necesidad de apuntar a una
educación liberadora hacia la iglesia que le haga ver la urgencia de que se dé una liberación de las
formas de vida que oprimen a nuestro país y que a la vez la comprometa con este requerimiento
de fe cristiana.

(Conclusión)
Este teólogo quien fuera un profeta de su tiempo hace replantear las formas de hacer iglesia, y es
que la Iglesia debe partir y elaborar su teología desde el presente histórico, y reflexionar acerca de
este desde la fe misma. Esto no ocurrirá mientras no se caiga en la cuenta del lugar teológico en
que se encuentra. Por esta razón se considera importante el acercamiento bibliográfico al
pensamiento de Ellacuría para así plantear, a la luz de su teología, alternativas eficaces para afrontar
las iguales formas de violencia presentes en nuestro tiempo.
ESTRUCTURA
I. Análisis Social sobre la violencia por Ignacio Ellacuría
A. ¿Quién fue Ignacio Ellacuría?
1. Vida
2. Influencia
3. Hombre de paz
B. Análisis sobre la violencia por Ellacuría
1. Violencia desde el puno de vista biológico
1.1 Agresividad en el proceso evolutivo
2. América Latina: Lugar privilegiado para apreciar la violencia, desafíos pastorales.
3. Sobre las formas de violencia
3.1 La violencia estructural como violencia radical
3.2 La violencia revolucionaria como violencia derivada
3.3 La violencia represiva como respuesta a la violencia revolucionaria
C. América Latina: Lugar privilegiado para apreciar la violencia, desafíos pastorales.
D. Formas de violencia y la situación de violencia en El Salvador, década de los 80´s
II. Teología Histórica de Ignacio Ellacuría
A. ¿Qué es teología histórica?
B. Teología de la Liberación como paradigma teológico de Ellacuría
1. Fundamentos epistemológicos y surgimiento de la Teología de la Liberación
2. Dos grandes paradigmas: Liberación de la teología y teología de la liberación
III. Contextualización: Aportes a la Iglesia Evangélica
A. Aactitudes ante el desafío político de la liberación
1. El moralismo ingenuo
2. El fanatismo fundamentalista y el simplismo mesiánico
3. El reduccionismo
4. El realismo
4.1 Opción preferencial por los pobres

B. Modelos de relación con los movimientos sociales y políticos


1. El modelo de sustitución o de anulación
2. El modelo de prestación y apoyo
Análisis Social sobre la violencia por Ignacio Ellacuría
A. ¿Quién fue Ignacio Ellacuría?
1. Vida
Teólogo español que nace en Portugalete, cerca de Bilbao, el 9 de noviembre de 1930. Fue
el cuarto de cinco hijos varones del oculista de la ciudad y el cuarto en optar por el
sacerdocio. De familia muy disciplinada, Ellacuría fue formado y perfilado desde siempre
en la línea jesuita, y en casa recibe una educación severa y noble, poco dada a la expresión
de los sentimientos. (Lucia, J.S., 2014)

(Lucia, J.S., 2014, p.4)


Ellacuría era agudo en los análisis, juguetón con los conceptos, irónico y mordaz en las
críticas, buen amigo, temible enemigo, coherente en lo práctico con sus principios teóricos,
seguro de sí mismo, admirador de los grandes maestros, defensor de los débiles, sarcástico
con los tibios… era un hombre sorprendente por su inteligencia, por su capacidad de
entrega en favor de los más débiles y por su tenacidad.

Tras estudiar en el colegio de los jesuitas de Tudela (Navarra), entró en el Noviciado de la


Compañía de Jesús a los 17 años, y un año después ya estaba en el nuevo Noviciado de
San Salvador, en Santa Tecla. Cursó estudios de Humanidades y Filosofía en Quito
(Ecuador) y de Teología en Innsbruck (Austria). Hizo su Doctorado de Filosofía en
Madrid bajo la dirección de Xavier Zubiri, precisamente acerca del pensamiento de este
gran filósofo vasco, con quien colaboraría estrechamente hasta su muerte, en 1983. En
algún momento no fácil de determinar, probablemente tras la II Asamblea de Obispos
Latinoamericanos (Medellín, 1968) decidió entregar su vida al servicio de la mejora de esa
situación política.

2. Influencia
(Lucia, J.S., 2014, p.5)
“… uno de sus profesores de teología en Innsbruck, el gran Karl Rahner; su maestro en
filosofía, Xavier Zubiri; su General en la Compañía de Jesús desde 1965 hasta 1983, Pedro
Arrupe; y su Arzobispo en San Salvador desde 1977 hasta 1980, Óscar Arnulfo Romero,
considerado por Ellacuría como un profeta de nuestro tiempo.
Los más emblemáticos: “Zubiri (como maestro) y Óscar Romero (como testigo). Aunque
es innegable que la sombra de Rahner fue alargada: Ellacuría desarrolló su teología en el
interior de la matriz del profesor alemán; la praxis histórica y biográfica de Ellacuría
constituyó una tierra fecunda donde la teología inspirada en Rahner pudo dar nuevos
frutos, desconocidos en los silenciosos pasillos del teologado de Innsbruck. El propio
Rahner lo reconocería en su último escrito, su canto del cisne, una apología de Gustavo
Gutiérrez y de la Teología de la Liberación.”
(Samour, H., p.3)
3. Etapas del pensamiento de Ellacuría
3.1 Una primera etapa de 1954-1962
“Caracterizada principalmente por su esfuerzo de construir una filosofía más allá de los
moldes escolásticos en los que se había formado. Ellacuría busca construir una filosofía
menos intelectualista, menos abstracta y con un profundo sentido ético; una filosofía que
exprese el compromiso vital y existencial del filósofo con la búsqueda de la verdad y con
su realización en la vida histórica de los seres humanos… El modelo de filósofo escolástico
le parece demasiado especulativo y dogmático, incapaz de dar cuenta de la realidad
concreta y existencial de la realidad humana y de los problemas que le obstaculizan su
potenciación.”

“En este contexto, especial mención merece el neotomismo alemán, el círculo de filósofos
cristianos más o menos influidos por Heidegger; entre ellos J.B. Lotz, K. Rahner, M.
Müller, G. Siewerth, B. Welte y H. Krings. K. Rahner, en particular, quien fue uno de los
profesores de Ellacuría durante sus estudios de teología en Innsbruck de 1958 a 1962,
influirá enormemente en su pensamiento, especialmente en relación con el tema de la
apertura y la historicidad esencial del ser humano.”

(Samour, H., p.4)


3.2 Una segunda etapa de 1963 a 1971
“Caracterizada por su profundización en la filosofía de Zubiri y por sus investigaciones en
el campo de la historia de la filosofía. En la filosofía de Zubiri descubre las potencialidades
para construir una metafísica de la realidad, superadora del idealismo de la filosofía
moderna y del realismo de la filosofía clásica, como fundamento para formular un
‘realismo materialista abierto o transcendente’.”

(Samour, H., p.5)


3.3 Una tercera etapa de 1972 a 1981
“Se produce una radicalización del planteamiento anterior que se concreta en su propuesta
de una filosofía política cuyo objeto y punto de partida sería la historia por cuanto ésta es
la reveladora de la realidad total… Ellacuría orienta prioritariamente sus esfuerzos
filosóficos a la elaboración de una filosofía de la historia a partir del diálogo de la filosofía
de Zubiri con aquellas filosofías que han tematizado la historia como la zona de máxima
densidad de lo real, especialmente con las de Hegel y Marx…Plantea la realidad histórica
como objeto de la filosofía.”

(Samour, H., p.6)


3.4 Una cuarta etapa de 1982 a 1989
“Caracterizada principalmente por la formulación explícita de su proyecto de filosofía de
la liberación sobre la base de su filosofía de la realidad histórica. Ellacuría pretende ahora
constituir una auténtica filosofía en su nivel formal en relación con la praxis histórica de
liberación y desde los oprimidos como substancia de esa praxis.”

4. Hombre de paz
(Lucia, J.S., 2014, p.7)
“Ellacuría dedicó su vida a promover la paz justa en un medio de violencia. En los años
70 se encontró con un país en ebullición, con asesinatos de gente indefensa organizados
por los paramilitares, con movimientos sindicales que protestaban porque la reforma
agraria no acababa de llegar, con una pobreza creciente. El Salvador es un pequeño país
con una estructura típicamente poscolonial: gran parte de la tierra está en manos de pocas
familias, que ni la trabajan ni permiten que otros lo hagan… Los cultivos existentes son
típicamente coloniales, o sea, no orientados a las necesidades de los habitantes del país,
sino al comercio exterior. Durante los años 60 y 70 se cultivaba sobre todo café y algodón.

Se trataba de un tipo de cultivo y de comercio que escapaba a las manos del agricultor,
sometido a los vaivenes de un mercado internacional en el que él no podía influir. Para
poder cultivar, los que tenían la “dicha de hacerlo”, necesitaban un capital inicial
importante. Como no lo poseían, vendían la futura cosecha a alguna familia rica o a alguna
empresa a mitad del precio que tendría en el mercado. Los ricos se enriquecían, mientras
que los pobres se empobrecían.”

B. Análisis general sobre la violencia por Ellacuría


1. Violencia desde el punto de vista biológico
1.1 Agresividad en el proceso evolutivo

(Ellacuría, I., 1973, p.95)


“…es menester (en el tema de la violencia) recurrir al nivel biológico de la agresividad,
donde la animalidad inherente al hombre se presenta como causación y, en sus casos,
inhibición de lo que la racionalidad -y no estrictamente la humanidad- convierte en
violencia.”

(Ellacuría, I., 1973, p.96)


“... es la agresión quien permite la supervivencia y el mejoramiento de la especie. La lucha
por la existencia, proclamada por Darwin como uno de los grandes factores de la evolución
perfectiva, es, además, uno de los instintos fundamentales del animal. Los resultados más
aparentes de la agresión son la distribución balanceada de los animales, la selección de los
más fuertes, y la defensa de la propia prole y de los animales jóvenes del grupo…la agresión
o agresividad (por tanto), lejos de ser el principio diabólico y destructivo que muchos ven
en ella, es una parte esencial en la organización vital de los instintos… Para una ulterior
reflexión teológica es de primera importancia reconocer la espontaneidad de la agresión.
El impulso agresivo responde a un instinto primario y espontáneo y no es mera respuesta
o reacción a un contorno hostil.”
(Agresividad innegablemente útil) “De lo contrario la agresión hubiera quedado eliminada
en las especies animales en las que la unificación social es indispensable para su
supervivencia…Su peligrosidad innegable no justifica evolutivamente su desaparición. El
impulso indispensable y generalmente beneficioso debe permanecer inalterable; para los
casos particulares en que pudiera resultar dañoso, es frenado por un mecanismo inhibitorio
especial… un animal-madre tiene que ser prevenido contra la agresividad frente a sus
propios hijos; pero el impulso debe ser solamente inhibido, y no destruido, porque un
animal que está criando debe ser particularmente agresivo contra cualquier otro viviente.”

(Ellacuría, I., 1973, p.97)


“…la agresividad no sólo no debe quedar suprimida, pero ni siquiera simplemente
inhibida. Debe ser reorientada. La nueva orientación del comportamiento agresivo es una
de las inversiones más ingeniosas de la evolución, sobretodo porque va a la individualidad
de los otros miembros de la especie: la agresión de un particular individuo es retirada de
otro individuo particular y descargada contra el resto de los miembros de la especie…con
ello la discriminación entre el enemigo y el amigo aparece, de suerte surgen por primera
vez en la escala evolutiva vínculos “personales” entre individuos… (Papel en la vida del
otro-no sustituido fácilmente)”

“…la agresividad sexual aparece en estrecha relación con la sexualidad: el comportamiento


sexual de la hembra desata una típica forma de agresión en el macho, que encuentra su
meta en otro miembro de su especie, regularmente su vecino territorial… se logra así que,
al descargarse la agresión en el vecino territorial, queda liberada la ternura para con el
compañero y los hijos… La agresión a los extraños y el vínculo con los propios se
posibilitan mutuamente... en casos de genuino amor hay una gran medida de agresión
latente, que en la ruptura del vínculo suscita el fenómeno del odio…Esta relación entre la
agresión y el amor, considerada desde una perspectiva puramente biológica, es un dato
extraordinariamente significativo y señala básicamente la radical ambigüedad del
hombre… el amor no se da sin que la agresividad esté presente y actuante.”

(Ellacuría, I., 1973, p.98)


“La racionalidad… es la que puso en peligro de momento al animal humano, precisamente
por estar dotado de pensamiento conceptual y de lenguaje. El conocimiento surgido del
pensamiento conceptual privó al hombre de la seguridad que tenía por sus instintos bien
adaptados, mucho antes de lo que estuviese preparado otro tipo de adaptación seguro.

Racionalidad… también prever el futuro, también le ofrecía medios para evitar el


peligro…El hombre está preparado para superar su peligrosa agresividad. Pero la lucha
contra su contorno hostil y contra sus vecinos rivales aumentó su dosis de agresividad, la
cual difícilmente encuentra cauce beneficioso de salidas en sociedades más avanzadas. En
nuestros días, por ejemplo, la competencia comercial amenaza con fijar hoy
hereditariamente unos rasgos en sí buenos…”
C. América Latina: Lugar privilegiado para apreciar la violencia, desafíos
pastorales.

(Ellacuría, I., 1973, p.92)


“No es que la violencia sea exclusiva del Tercer Mundo, pero solo en él y desde él cobra
su propio perfil y volumen… Es el Tercer Mundo, en donde la violencia, una cierta
gravísima clase de violencia, es una violencia institucionalizada”

(Ellacuría, I., 1973, p.93)


(Es esta violencia institucionalizada la que) … “nos presenta la defensa contra esa violencia
como algo urgente y permanente. Documento Básico de trabajo en Medellín”:

“El hombre latinoamericano, que ha soportado la pobreza en silencio durante mucho


tiempo, despierta ahora bruscamente y sus exigencias exceden el ritmo del desarrollo…
La falta de desarrollo técnico, las clases oligárquicas obcecadas, los grandes capitalismos
extranjeros, obstaculizan las transformaciones necesarias y ofrecen una resistencia activa
a todo lo que pueda atentar contra sus intereses y crean, por consiguiente, una situación
de violencia…”

(Ellacuría, I., 1973, p.94)


“Ha de solidarizarse (la Iglesia) especialmente con los pobres y los marginados en un
auténtico amor cristiano. Esto exige de la Iglesia una defensa de la justicia que denuncie la
injusticia y señale la necesidad de reformar las estructuras, presentando su cooperación en
la realización de cambios rápidos, urgentes y globales.”

“Violencia radical-injusticia-misterio de iniquidad; derivada-es interpretada como una


resistencia a situaciones violentas, que lo son por contradecir la dignidad humana y oprimir
la libertad; resistencia activa al cambio necesario-crea de nuevo una verdadera situación de
violencia. No se trata, claro está, unívocamente de una apelación a la rebelión armada o al
derramamiento de sangre, sino mucho más ampliamente de una lucha decidida contra la
violencia con medios adecuados y cristianos.”

Asamblea General del Consejo Mundial- Upsala 1968


“La Revolución no tiene por qué identificarse con la violencia. Pero en los países donde
los grupos opresores son indiferentes a las aspiraciones del pueblo, más aún, cuando tratan
de resistir a los cambios debidos recurriendo a medidas coercitivas o violentas con el
pretexto de mantener la ley y el orden, los cambios revolucionarios pueden tener que
tomar una forma violenta.”
“Si a la iglesia le toca buscar estrategias eficaces de no-violencia en orden a la revolución
y a la transformación social, le toca antes y más grave y urgentemente intentar librar a la
mayoría de los hombres de la tremenda injusticia en la que viven.”

(Ellacuría, I., 1973, p.95)


“Tarea primordial de la Iglesia, prosigue la Asamblea, es llamar a los hombres y a las
naciones al arrepentimiento…El miembro de la Iglesia que rechaza prácticamente el tomar
una responsabilidad respecto a los desheredados, había dicho Visser’t Hooft, es tan
culpable de herejía como los que rechazan tal o cual artículo de fe.”

“De estas dos tomas de posición tan similares… se desprende que el tema de la violencia
es un tema teológico porque es estrictamente un tema religioso y cristiano¸ pues se
presenta allí donde aparece hoy la máxima urgencia de la vocación cristiana: la vocación
contra la injusticia y la vocación a favor del desarrollo…”

D. Sobre las formas de violencia y la situación de violencia en El Salvador, década


de los 80´s
(Lucia, J.S., 2014, p.6)
1. La violencia estructural como violencia radical
“Ellacuría solía decir que un sistema injusto, que impida a los hombres vivir humanamente,
es un sistema radicalmente violento. El sistema mismo es violento porque destruye la vida.
(Llamada) violencia primaria. Así lo escribía en 1986: ‘La violencia originaria es la injusticia
estructural, la cual mantiene violentamente –a través de estructuras económicas, sociales,
políticas y culturales–a la mayor parte de la población en situación de permanente violación
de sus derechos humanos’”.

2. La violencia revolucionaria como violencia derivada


(Lucia, J.S., 2014, p.7)
La violencia revolucionaria es, para Ellacuría y para los obispos reunidos en Medellín, una
“violencia derivada “de la violencia radical”, una “violencia segunda”, consecuencia de la
primera, que es la estructural: “a esta violencia [estructural, radical, primera], una vez
cerrados los demás caminos, responde el pueblo organizado, el cual toma las armas y
empuña la revolución para superar la injusticia estructural que lo oprime y la violencia que
lo domina”.

3. La violencia represiva como respuesta a la violencia revolucionaria


(Lucia, J.S., 2014, p.8)
“Aún hay una tercera violencia. El sistema establecido no puede soportar que haya voces
que lo pongan en cuestión y acalla con las armas a los que lo critican.
Esta tercera violencia no reprime solamente la violencia segunda –la revolucionaria–, sino
también la protesta pacífica, pues no admite que la verdad salga a la luz, que se diga lo que
está ocurriendo en “la realidad”. Ellacuría hablaba de una estructura que es en sí violenta,
que es consecuencia del pecado humano y que engendra pecado.”

I. Teología Histórica de Ignacio Ellacuría


A. ¿Qué es teología histórica?
(Lucia, J.S., 2014, p.12)
“Por ‘teología histórica’ Ellacuría entendía un modo de hacer teología: reflexionar acerca
de la propia fe desde el presente histórico, y reflexionar acerca del presente histórico desde
la fe… La teología histórica quiere tomar conciencia refleja de su matriz histórica y
asumirla plenamente: el sujeto de esta teología mira desde dónde está reflexionando, cuáles
son las voces que escucha y a las que intenta dar respuesta sincera.… Bajo esta teología el
“locus theologicus” (el “lugar teológico”) adquiere una gran importancia: desde dónde se
reflexiona, para quién se reflexiona.”

1. Qué es “lugar”
(Lucia, J.S., 2014, p.12)
“Lugar” significa, más bien, una “situación humana”.
1.1 Ampliación sociopolítica del “círculo hermenéutico” bultmaniano
“Bultmann desarrolló en este siglo la hermenéutica bíblica existencial, esto es, la idea de
que cada individuo sólo puede leer y entender la Biblia desde su situación personal
existencial, así como la idea de que el texto bíblico cobra vida en la medida en que suscita
una experiencia de fe en el lector, en la medida en que el lector acoge, desde su presente
existencial, la experiencia del autor bíblico… Ellacuría, situándose en esa corriente
hermenéutica, seguida por otros muchos autores, protestantes y católicos, da un paso más:
el lector no es sólo un individuo, sino un pueblo, al igual que el pueblo de Israel en el
Antiguo Testamento.”

(Lucia, J.S., 2014, p.13)


No sólo un lugar, sino el lugar adecuado
(Para Ellacuría) … “Dios no escoge cualquier situación, sino determinadas situaciones
inhumanas que hacen que se muestre, como brisa suave y penetrante, la gran humanidad
de Dios… ¿Cuál es el lugar más apto en el presente histórico de Ellacuría (El Salvador,
América Latina, años 70 y 80)? Sin duda, la problemática de las mayorías que viven
infrahumanamente y que sufren opresión: en primer lugar, porque son mayoría, cosa nada
trivial si respiramos un espíritu democrático, y, en segundo lugar, porque viven una
situación grave.”

B. Teología de la Liberación como paradigma teológico de Ellacuría


1. Fundamentos epistemológicosi y surgimiento de la Teología de la Liberación
Antes de abordar la Teología de la Liberación es preciso recordar que la misma es una
teología de mediación ya que en medio de situaciones complicadas intentaba acomodar el
mensaje cristiano a la realidad actual de ese tiempo. Lo que lleva a hacer mención de
algunas situaciones que se presentaron en el siglo XX. Como (Moltmann, J. 1992) destaca,
hubo un momento de crisis: La fe en el progreso se vino abajo por los horrores de las
guerras mundiales y las atrocidades como Auschwitz e Hiroshima lo que propició el
surgimiento de teologías como respuesta a los desafíos que se proyectaban.

A pesar de que su consolidación sea aún no concretada, nadie pone en duda la


contribución que la Teología de la Liberación ha traído, para comenzar, se puede
mencionar la percepción de Johann Baptist que reconoce la triple pérdida de inocencia de
la teología europea: porque “rompió con su inocencia social e histórica; quitó la inocencia
del mono-centrismo cultural centro-europeo e instituyó al Tercer Mundo como un lugar
hermenéutico válido para la teología; y además acabó con su inocencia con respecto a los
pobres.” (Harpprecht, C. S. & Swetsch, R. E., 2011, P.39)

Para comprender, desde los fundamentos, cómo se produce este conocimiento, es decir,
cómo surge la Teología de la Liberación, se analizan los aspectos bíblicos, teológicos,
políticos, económicos y sociales desde los cuales se parte para elaborar ésta Teología para
notar que ésta teología surge a partir de cambios de paradigmas tradicionales con que se
leía la Escritura y la realidad. En este recorrido se procura resaltar los cambios en las
percepciones de los aspectos antes mencionados.

1.1 ¿Cómo surge la Teología de la Liberación?


Según Roberto Olivaresii se puede hablar de una condicionante, el concilio Vaticano II y
su llamado y puesta en práctica de apertura al mundo, inquietando a la Iglesia a ser agente
de salvación. Partiendo del hecho de que la experiencia cotidiana de la injusta pobreza en
Latinoamérica no es voluntad de Dios y al ser testigos de lo brutal de la esclavitud y
pobreza de las mayorías latinoamericanas. En esta experiencia fundante Ellacuría, I. &
Sobrino, J., (1990) destaca tres puntos fundamentales:

1-La comprensión que sobre “los pobres y la pobreza” la Iglesia de tener. En Medellín se
hablaba que la Iglesia debía estar orientada en una “opción por los pobres”, pero ya en
Puebla, se percibe el reduccionismo al que se prestaba tal afirmación, como si a ellos
solamente se dirigía el mensaje del evangelio, razón por la cual ahora se incorporar la
expresión “preferencial”. Quedando así una propuesta para la Iglesia de tener una opción
preferencial por los pobres de Latinoamérica.

Tomando en cuenta la situación que se describe a finales de los setenta en donde se


legitimaba la pobreza, se tildaba de flojos a quienes estaban en esta condición, siendo así
una manera de generalizar el mal, además de no saberse distinguir entre las causas y efectos
de la pobreza llevando a una conformidad ante las injusticias sociales. A lo que, por
ejemplo, “La Conferencia en Puebla (89) se dedicará arduamente a distinguir quién es el
pobre y que el motivo de su situación no es casualidad, sino causal”
Aquí se puede resaltar un cambio de percepción, pues la pobreza se concibe en la TLA
como el producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas. Además,
se reconocía a través de los pobres, los rasgos sufrientes de Cristo. De ahí que se hablase
de la necesidad de un compromiso con el pobre y su liberación. Por lo tanto, hay
fundamento bíblico, en la imagen de Cristo, para preferir a los pobres, pues Cristo se
encuentra y revela en los pequeños y olvidados a los ojos de los mundanos, y en Puebla se
refería al texto de Mt 11, 25-27.

2-las formas de la caridad cristiana hoy. No dar la espalda a las mayorías empobrecidas,
pues no es posible amarles dándoles la espalda, por tanto, esto se traduce en un llamado a
amar a Dios y al prójimo en América latina. Se hacía el cuestionamiento a lo que debíamos
entender por prójimo, así, por ejemplo, para (Gutiérrez, G. 1977) Prójimo no es aquel que
uno no es algo que se acerca mucho más a la idea que Jesús quiso transmitir en la parábola
del samaritano. De esta manera la relectura de la Biblia con respecto al amor al prójimo se
hace desde el pobre: ¿qué exigencias entraña hoy el amor al prójimo?

3-Conversión cristiana. Lo anterior desafía a una vida en comunidad fraterna que pasa por
el compromiso de asumir la misión de Cristo, volviéndose hacia el pobre, sintonizando el
corazón con él, llorar y alegrarse con él. Implica un compromiso concreto: “…vende tus
bienes, hazte hermano con el pobre y tendrás un tesoro en el reino de los cielos.”

Con lo anterior hay que hacer una pausa, resaltando cómo el fundamento bíblico de la
TLA es un tipo de cristología, es una inspiración en el mensaje liberador de la Biblia,
partiendo desde el éxodo del pueblo de Israel y considerando al Cristo liberador, su vida
y su mensaje de esperanza en medio de las injusticias de su tiempo.

2. Dos grandes paradigmas: Liberación de la teología y teología de la liberación


(Ellacuría, I., 1987, p.241)
“La teología de la liberación pretende un cambio no sólo en las personas y en la sociedad,
sino también en las estructuras socio-históricas de América Latina… Ese cambio se
nombra e interpreta en términos de liberación… esa liberación, en términos teológicos…
es del pecado, de la ley y de la muerte, puede expresarse en términos históricos como
liberación de todo aquello que oprime al hombre y le impide gozar de su vocación de hijo
libre de Dios.”

“Parte de la experiencia de la comprobación y vivencia de que en América Latina las


mayorías viven en condiciones de pobreza y/o miserias y también de opresión social y
política, como resultado de una injusticia estructural de la cual son responsables distintos
sujetos sociales (clases, naciones, imperios), ya sea por comisión o por omisión. Ante esta
realidad, la teología de la liberación como movimiento de fe reflexiva y racional se ha de
preguntar lo que la fe cristiana dice sobre las causas y las soluciones, a la vez que se
pregunta qué hacer a partir de la fe para conseguir la liberación de los pueblos oprimidos.”
“Esto se plantea de forma distinta si se subraya la liberación de la teología (Segundo) o si
se subraya la teología de la liberación (Gutiérrez). En el primer caso, lo que se pretende
más inmediatamente es que la fe y la teología se liberen en lo que ellas mismas han tenido
de contribución ideológica y social a que la religión y/o la fe cristiana ha sido parte de la
opresión…En el segundo caso, lo que se pretende más inmediatamente es utilizar la fuerza
social de la fe y de la Iglesia en la liberación socio-histórica de los pueblos.”

(Ellacuría, I., 1987, p.242)


“Lo que más importa de la teología de la liberación, pero en el primer caso el objetivo
inmediato es la liberación de la teología, mientras que en el segundo caso es la liberación
de la injusticia estructural, lo cual obligará forzosamente a una liberación de la teología…
(pretendiendo así, hacer una teología auténtica como proceso cristiano respondiendo a las
exigencias del reino de Dios)”

“Pretende ser, primero algo estrictamente teológico y, segundo, algo que pueda estimarse
como una teología total (mayormente la de Segundo) ... Es un modo de saber específico,
cuyas fuentes o principios son la revelación, la tradición y el magisterio, a cuyo servicio
ponen sus mediaciones…TLA no es una teología regional, sino una total, no es una
teología de lo político, sino que es una teología del reino de Dios. (Este es el objeto)”

“El entender este objeto como reino o reinado de Dios hace que, por un lado, no se deje
fuera nada de lo que es el mensaje revelado, y por otro, permite acercarse connaturalmente
a las cosas de este mundo, porque en definitiva el reino de Dios, punto central del mensaje
de Jesús, alude a la presencia reinante de Dio en este mundo, al Dios que se hace historia
para que la historia se alce hasta Dios, a la humanización y mundialización de Dios para
que el hombre y el mundo se divinicen.”

(Ellacuría, I., 1987, p.243)


“… la fe y la teología tienen o deben tener una clara vocación liberadora del pecado en
todas sus formas: de la ley en todos sus modos a través de los cuales el poder se impone
sobre quien no lo tiene tanto dentro como fuera de lo religioso; de la muerte en todos
aquellos procesos que van anulando la vida o aun arrebatándola antes de tiempo.”
“(Pero)…la Teología de la Liberación no es suficiente por sí misma para traer la liberación
integral a las personas y a los pueblos…se encuentra con otras fuerzas… que se han
conmovido por ello (la opresión de las mayorías populares) y que, como fuerzas socio-
históricas, se han propuesto desde su propia especificidad luchar por esta liberación. (Se
necesitan ambas fuerzas) …sin Dios tal como se nos da y revela en Jesús no hay salvación
(liberación), pero es una hipótesis que, por otro lado, se apoya en la constatación de que
la salvación de Jesús, lejos de separarse de los procesos históricos de liberación, los reclama
en función de la realidad trascendental de la historia de la salvación.”
II. Contextualización: Aportes a la Iglesia Evangélica
A. Actitudes ante el desafío político de la liberación
(Ellacuría, I., 1987, p.244)
1. El moralismo ingenuo: “…supone que la fe cristiana se ha de ceñir al ámbito de la
moral, tanto personal, como social y política, y además, que la fe cristiana en su propósito
de liberación, no ha de mancharse las manos con las prácticas poco morales de la política
o con los males más o menos necesarios de los movimientos políticos… huye de apuntar
hacia objetivos políticos determinados, históricamente, pues ninguno de ellos se adecúa
con las exigencias del reino… quiere reducir la función de la liberación estrictamente
cristiana al cambio de los corazones y a la proclamación de ideales abstractos y busca no
ser tildada de partidista, como si todas las fuerzas sociales y políticas fueran igualmente
buenas o igualmente malas y no se pudiera desde la fe discernir cuál es la que más
contribuye a la liberación iluminada con la luz del evangelio”

2. El fanatismo fundamentalista y el simplismo mesiánico: “Son actitudes que


esperan toda la liberación sólo de la fe. Supone que hay una solución específicamente
cristiana a los problemas políticos, económicos y sociales…No son necesarias otras
mediaciones teóricas para descubrir las causas y proponer soluciones ni tampoco
mediaciones prácticas para ponerlas en práctica…Se trata del evangelio sin glosa no sólo
para la vida personal, sino para la vida social.”

(Ellacuría, I., 1987, p.245)


En el mejor de los casos basta con un mínimo de esquemas interpretativos y de
organización para conseguir el poder y transformar la realidad… Hay una fe ciega en la
bondad de la propia actitud y posición y una seguridad mesiánica del triunfo. Lo
importante es que no se apague el fuego, que no se extinga la esperanza ni la pasión. El
retraso en el triunfo o los cadáveres que quedan en el camino no importan. Dios acabará
triunfando con su pueblo… no atiende a la terquedad y opacidad de la realidad opresora,
a la posible lentitud de los tiempos históricos, a la totalidad de la complejidad histórica.

3. El reduccionismo: “Toma una doble forma… se interesa sólo por aquellos aspectos
de la fe cristiana, que tienen inmediata relevancia política, dejando en penumbra o en
suspenso otros aspectos y aun la dimensión trascendente de la acción histórica… (y, por
otro lado) hace de la fe, por lo menos en su relación con lo político, una pura instancia
previa o, en el mejor de los casos, actual, pero subordinada a las exigencias de la acción
política. La fe se convierte en propedéutica de la acción política y, cuando mucho, se la
conserva como motor accesorio del compromiso, pero no como iluminación y crítica de
los propios hechos históricos…Ante la presión de la acción política o no hay tiempo para
el cultivo de la fe o se considera que la acción misma conducirá a la profundización de la
fe en el compromiso.
(Ellacuría, I., 1987, p.246)
4. El realismo: supone y representa una actitud equilibrada que tiene en cuenta tanto lo
positivo del aporte evangélico para la propia acción política como los límites de ese aporte,
precisamente por la relatividad específica y la autonomía de los dos ámbitos; tiene también
en cuenta tanto lo positivo de la acción política para la realización del reino de Dios como
los límites que le son propios… el mensaje evangélico es indispensable para que haya una
total liberación de los hombres, de los pueblos y de las estructuras…(pero no basta)no
tiene armas propias ni para discernir las causas de la opresión y las propuestas de
liberación, ni menos para llevarlas a cabo… (también sostiene que) ninguna forma política
se acomoda perfectamente a las exigencias del reino, pero no por ello las iguala a todas o
prescinde de todas…

Esto hace que… “no sea indiferente y pueda, por ejemplo, rechazar en América Latina las
distintas formas de capitalismo que han sido las principales responsables de la situación en
la que vive la mayoría de la población… (y) que favorezca a aquellos movimientos políticos
que más trabajan no sólo a favor de los pobres y de las mayorías populares, sino que
procuran el que estas mayorías populares vayan convirtiéndose en sujetos sociales y
políticos más activos… (Supone) potenciar al máximo la fuerza liberadora de la fe… la
superación de actitudes ingenuas, lo cual exige un conocimiento cada vez más objetivo y
fundado de las mediaciones teóricas y prácticas, a través de las cuales se interpreta y
transforma el mundo en una u otra dirección.

4.1 Opción preferencial por los pobres


(Ellacuría, I., 1987, p.247)
“La opción preferencial por los pobres, entendida en forma realista, es la que debe regir
en estas opciones, pero teniendo cuidado de buscar aquellos procesos que más conduzcan
a la liberación total, no dejándose engañar por las mil formas encubridoras que pueden tomar los
sistemas de dominación y aun las propias debilidades personales, grupales o institucionales… (Realismo)
es la más apropiada porque cumple mejor con una serie de principios que han de estimarse
como esenciales en este problema… a) la salvación desde un principio en la creación se
ha de entender como una acción de Dios, la cual debe ser conocida y aceptada consciente
y aun temáticamente; b) esa concientización y aceptación supone el máximo ejercicio
posible de la fe…c) esa fe debe ser operativa y lo debe ser en términos de liberación… del
pecado y del mal como objetivaciones dominantes en busca de una libertad que se refleje
en el engrandecimiento personal y en la constitución de un mundo nuevo… d) la
operatividad de la fe exige entrar en relación articulada con aquellos procesos y aun grupos
sociales y políticos que favorezcan la liberación… e) en esa articulación la fe debe aportar
lo más específico de ella como fuerza de liberación y de esperanza y también como criterio
operativo… f) que se revitalice una fe que viene de Dios”
B. Modelos de relación con los movimientos sociales y políticos
Ellacuría, I., (1987) plantea que de acuerdo a la actitud que se adopte consecuentemente
se necesita concretar en modelos de relacionarse con los movimientos sociales y políticos
en aras, idealmente, de la liberación de los pobres, estos modelos esquematizan los
comportamientos, pero aclara que como tales no unifican el valor cristiano individual.

(Ellacuría, I., 1987, p.248)


1. El modelo de sustitución o de anulación: “Supone que lo que realmente importante
en lo que pretende la teología de la liberación, es la liberación y, fundamentalmente la
liberación socio-económica-política. La predicación y la realización del reino de Dios van
dirigidas a esa liberación, que una vez lograda podrá abrirse a otros valores…La pastoral
de la liberación lo que debe preparar es que los cuadros mejores abandonen el ministerio
de la palabra y se constituyan en promotores de la liberación… Esto supone… una plena
subordinación de la organización eclesial a la organización política y la subordinación de
la fidelidad a la institución eclesial a la fidelidad al movimiento revolucionario, y puede
suponer la sustitución de la vivencia y los valores cristianos por la vivencia y los valores
políticos.”

Se llega a este extremo por dos caminos: “por la presión partidista que a la larga ve en la
fe cristiana un freno para la revolución… (o) por la presión práctica de la lucha de clases
revolucionarias, que, se supone leninistamente, es el mejor antídoto teórico y práctico
contra los desvíos de la religión.” (Hay una secularización revolucionaria de los principios
y valores subversivos del evangelio.)

(Ellacuría, I., 1987, p.249)


2. El modelo de prestación y apoyo: “Mantiene la autonomía de la fe, procura que esa
fe se dinamice y potencie, pero hace lo posible para que esa fe dinamizada y potenciada se
ponga al servicio efectivo de los movimientos revolucionarios o, más en general, del
proceso socialista…La fe impulsa al compromiso político… al compromiso político
revolucionario en aquellas situaciones donde la injusticia estructural es el carácter
definitorio en de las mismas… a ser efectivo y, por tanto, a apoyar a aquellas instancias
capaces de combatir la injusticia y de instaurar un nuevo orden social”

(Ellacuría, I., 1987, p.249-250)


(Cómo concretarlo)…Desde una opción personal, integrándose plenamente en un partido
político o en un movimiento revolucionario…también desde una opción de grupo cuando
una comunidad de base o un conjunto de ellas se ponen al servicio de una determinada
organización política sin abdicar de su vocación cristiana… dese una opción institucional
cuando una parte de la Iglesia institucional o toda ella se enfrenta contra una determinada
opción política y se pone en favor de otra opción social o política
(Ellacuría, I., 1987, p.250)
3. El modelo de colaboración social: Se fundamenta en la convicción de lo que es
específico de la fe y de la institución eclesial y lo que es su limitación Lo específico de la
fe y de la Iglesia no es la promoción de aquellos aspectos políticos y técnicos necesarios
para la realización del reino de Dios en la historia… El elemento político… determina y
es determinado por el elemento cristiano sea cual fuere el modo como se realiza esa
determinación, pero no por eso se confunde con él ni se sustenta, ni menos se realiza, por
las características y los dinamismos del elemento cristiano.

(Ellacuría, I., 1987, p.251)


“… la institución eclesial debe situarse formalmente en el ámbito de lo social, en el ámbito
de la sociedad civil… (Con respecto al poder político y poder social) la institución eclesial
debe situarse formalmente en el ámbito del poder social… se atiene a que la institución
eclesial es y debe ser una fuerza que se mueva directa y formalmente en el ámbito de lo
social y no de lo estatal y que echa mano del poder social y no del poder político para
realizar su misión… si pretende ser una fuerza política…. Es como la sal que pierde su
sabor.”

(Ellacuría, I., 1987, p.252)


“No por ello ha de renunciarse a la eficacia, pero la eficacia en este caso viene de la presión
social, a través de la palabra y del gesto, y no del manejo del poder político… Ni la Iglesia,
ni ninguna parte de ella, ni siquiera un cristiano en tanto que cristiano ha de subordinarse
a ninguna instancia política y, desde luego, a ningún gobierno… Una cosa es el
compromiso social en favor de la justicia y otra la subordinación a otras organizaciones,
sobre todo de tipo político… (Instancias políticas) La fe tiene una palabra sobre ellas, unas
veces de denuncia y otras de aliento.
FUENTES CONSULTADAS

LIBROS
-Antonio Senén, J. (2012). La lucha por la Justicia. Selección de textos de Ignacio
Ellacuría (1969-1989). Bilbao: Universidad de Bilbao.
-Ellacuría, I. (1984). Conversión de la Iglesia al Reino de Dios. España: Editorial Sal
Terrae
-Ellacuría, I. (2009). Cursos universitarios. San Salvador, El Salvador: UCA editores.
-Ellacuría, I. (1990). Filosofía de la realidad histórica. San Salvador: UCA editores
-Ellacuría, I. & Sobrino, J. (1990). Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales
de la teología de la liberación I. San Salvador: Editorial Trotta
-Ellacuría, I. & Sobrino, J. (1990). Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales
de la teología de la liberación II. San Salvador: Editorial Trotta
- Ellacuría, I. (1973). Teología política. San Salvador: sin datos editoriales.
- Harpprecht, C. S. & Swetsch, R. E. (2011). Teología Práctica en el Contexto de
América Latina. Quito, Ecuador: CLAI.
-Lucia, J.S. (2014). Las razones de Ellacuría: en el 25o aniversario del martirio de los
jesuitas de la UCA (1989-2014). Cuadernos CJ. Volumen 191. Número de páginas: 32
-Lucia, J.S. (1999). La teología histórica de Ignacio Ellacuría. Madrid: Trotta
-Mazón Cerdán, M. (1999). Enfrentamiento y Actualidad. La inteligencia en la
Filosofía de Xavier Zubiri. Madrid, España: UPCO Departamento de Publicaciones.
-Martialay, R. (2009). Bajar de la cruz al pueblo. Bilbao, España: Ediciones mensajero.
-Moltmann, J. (1992). ¿Qué es teología hoy? Dos contribuciones para su
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-Morera Perich, J. (2014). Desarmar los infiernos. Practicar la no violencia de Jesús
hoy. Cuadernos CJ. Volumen 207. Número de páginas: 32
- Rosillo Martínez, A. & Pérez Martínez, R. M. (2015). Historizar la justicia. Estudios
sobre el pensamiento de Ignacio Ellacuría.
-Samour, H. La propuesta filosófica de Ignacio Ellacuría
-Tamayo, J.J. & Bosch (2001). Panorama de la Teología de La Liberación. Navarra,
España: editorial verbo divino. Págs.198-213

REVISTAS
-Ellacuría, I. (1984). La historicidad de la salvación cristiana. Revista Latinoamericana
de Teología, 1.
-Ellacuría, I. (1987). La teología de la liberación frente al cambio sociohistórico de
América Latina. Revista Latinoamericana de Teología, 12.

TESIS
-Gallegos Díaz, L. (1999). Realidad y ética en Xavier Zubiri (tesis doctoral).
Universidad Complutense de Madrid. Madrid, España.
i
La epistemología es una rama de la filosofía que estudia los fundamentos y métodos del conocimiento
científico. Se ocupa de responder qué es el conocimiento y cómo se produce.
ii Citado por Ellacuría, I. & Sobrino, J. en el libro Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales de la

teología de la liberación I

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