Es la obra estrictamente de una sola voluntad, donde no es necesario la
participación de otra parte, para obligar a su emitente. Existen muchos supuestos de declaraciones unilaterales de voluntad que, por su naturaleza, tienen distintos efectos.
La promesa unilateral como costumbre.
En el Derecho español al no existir una norma legal específica que reconozca
efectos obligatorios a la promesa unilateral, una parte de la doctrina ha tratado de dar efectos apoyándose de otra fuente del derecho: la costumbre; señalando “(…) dada la práctica constante de anuncios de recompensas y gratificaciones de ese tipo, practica acompañada del convencimiento de la colectividad sobre el valor obligatorio de lo prometido, existe una costumbre, aplicable en defecto de ley, a tener de la cual dicha promesa obliga”. Sin embargo quienes niegan efectos obligatorios a la promesa unilateral, han criticado la posición descrita señalando que tal argumento “(…) supondría cargar sobre un sujeto una obligación, que la ley no hace nacer (ex voluntate) de sus voluntad unilateral, bajo el pretexto de que la hace nacer el derecho consuetudinario supletorio” ; añadiendo más adelante que “(…).
La promesa unilateral sin recompensa.
Otro aspecto que la doctrina española niega el carácter obligatorio a la promesa unilateral, utiliza la promesa de publica recompensa para postular lo siguiente: “(...) así como generalmente se promete al que haga algo (encuentre y devuelva al perro, por ejemplo; y se dice entonces- por quienes defienden el valor de la fuente de la voluntad unilateral que la obligación de la recompensa ofrecida nace de la simple promesa), se prometiese sin más (sin tener que pagar nada al beneficiario). Es así que el valor obligatorio reside en la voluntad del promitente, tampoco se podría negar que quedase obligado por su sola promesa. Pero mantener tal criterio, chocaría palpablemente con todos los artículos aplicables al caso, que sin duda, requieren para el nacimiento de la obligación, la aceptación del beneficio”.
EL CODIGO CIVIL PERUANO: EL ARTÍCULO 1956.
De acuerdo al artículo 1956 del código civil: …Por la promesa unilateral el promitente queda obligado, por su sola declaración de voluntad, a cumplir una determinada prestación en favor de otra persona. Para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario su asentimiento expreso o tácito, el cual opera retroactivamente al momento de la promesa.
Con respecto de la admisibilidad de la promesa unilateral como fuente de
obligaciones: basta solo con la promesa de una persona para que ésta quede obligada a cumplir una prestación a favor de otra. En el Perú la promesa unilateral si es capaz de generar obligaciones. Sin embargo, a pesar de la claridad de la primera parte del artículo, seguidamente se señala: “(…) para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario su asentimiento expreso o tácito”. Tal expresión nos pueda causar cierta perplejidad, pues si en un inicio se señaló que la relación obligatoria se formó con la simple declaración del promitente, entonces ya no debe exigirse ninguna declaración adicional ni del promitente ni de su destinatario) para que se produzca tal efecto. Sin embargo, luego de analizar con detenimiento ambas expresiones, cualquier duda queda toda vez que la declaración del destinatario no se exige para el surgimiento de la obligación (pues esta surgió con la declaración del promitente), sino, como el propio texto señala, para que el destinatario sea acreedor de la prestación. La norma dispone dos momentos:
a) El nacimiento de la obligación (con la sola emisión de la promesa) y
b) la determinación del acreedor (con su asentimiento expreso o tácito).
La relación obligatoria creada por la promesa unilateral mantiene la singularidad
de que al momento de su nacimiento, el acreedor es determinable, es decir, no está determinado cuando se emite la promesa.
NORMAS APLICABLES A LAS PROMESAS UNILATERALES.
La promesa unilateral se encuentra regulada en el Código Civil, sección Quinta, Libro: VII: fuente de las obligaciones, sin embargo no es suficiente para regular es necesario acudir a otras normas del código civil; entre ellas invocaremos Art. 1361, segundo párrafo, 1363,1402, 1409 y 1410, son compatibles a la promesa unilateral.
SUPUESTOS EN LOS QUE LA PROMESA UNILATERAL ES OBLIGATORIA.
De acuerdo al código civil artículo 1956 cualquier promesa unilateral podría ser considerada obligatoria. Sin embargo, tenemos al art. 1957 “la promesa unilateral sólo obliga a la prestación prometida en los casos previstos por la ley o por acuerdo previo entre las partes interesadas”. La norma transcrita restringe el ámbito de las promesas unilaterales obligatorias, reduciéndolas a dos supuestos:
a) En lo casos previstos por la ley, y
b) Por acuerdo previo de las partes interesadas.
Casos Previstos por la Ley
Del art. 1957 del Código civil se desprende que solo serán obligatorias las promesas previstas por la Ley. La pregunta surge de inmediato: ¿cuáles son las promesas reguladas por la Ley? Dentro de la sección Quinta del libro VII se distingue cuatro supuestos de promesa unilateral:
a) La promesa de pago,
b) El reconocimiento de deuda (ambos regulados en el art. 1958 del CC),
c) La promesa publica de recompensa (regulado en los art. 1959-1965), y
d) La promesa de prestación como premio de un concurso
(regulado en los art. 1966 y 1967 del CC).
No será obligatoria la promesa unilateral realizada por una persona en la que
prometa realizar una prestación a favor de otra, si dicha promesa no se encuentra acorde a ninguno de los cuerdos y si se pretende que tal declaración tenga efectos obligatorios será necesaria la aceptación de la otra parte, configurándose así un contrato de donación.
Casos en que existe acuerdo previo entre las partes.
Nuestro código sostiene efectos obligatorios a sus promesas unilaterales aquella promesa unilateral entre el promitente y el promisario que hayan acordado la promesa al otro, ésta será obligatoria para el promitente, sin que el promisario brinde su asentimiento (pues ya lo hizo justamente en el acuerdo previo) PROMESAS UNILATERALES EN PARTICULAR - Promesa de pago y reconocimiento de deuda.
Los dos primeros supuestos de promesa unilaterales que regula nuestro
Código Civil se presenta cuando una persona realiza una promesa de Pago o reconoce una deuda a favor de una persona determinada. El destinatario de esta promesa, para convertirse en acreedor, deberá brindar su asentimiento (expreso o tácito). Contra estos dos supuestos, GRAZIANI Y SACCO consideran que no se tratan técnicamente de promesas unilaterales, ya que la declaración unilateral perse no es la que genera la obligación, como sucede (o debe suceder) en la promesa unilateral, sino que la obligación proviene de una relación preexistente a ésta (que justamente s la que se reconoce o cuyo pago se promete).
- Promesa de pública recompensa y promesa como premio de un concurso
Se define como la expresión esencial de las promesas unilaterales. El
promitente se obliga mediante su declaración hecha en un anuncio público a cumplir una prestación a favor de quien se encuentre en una determinada situación o realice un determinado acto (art. 1959 del CC). En los que existe o de ser el caso la presunción de existencia de la obligación una relación causal entre promitente y promisario de publica recompensa no existe tal relación previa entre las partes; la vinculación más bien se presentara recién desde que la persona tomó conocimiento del anuncio público avisa al promitente que ejecuto el acto por el requerido.
Otra diferencia con la promesa de pago y el reconocimiento de deuda es, el
destinatario de estas declaraciones está legitimado para ser acreedor; mientras que en la promesa que se encuentre en la situación determinada o haya ejecutado el acto indicado en el anuncio público. CONCLUSIONES
En el derecho Romano no se consideró a la promesa unilateral como una
fuente de obligaciones.
En el derecho canónico se otorgó efectos obligatorios a la promesa unilateral
denominada iuramentum promisorio, siendo necesario que la misma se realice por una justa causa y no contravenga la mora ni afecte el derecho de terceros.
El Código civil de 1984 ha regulado cuatro especies de promesas unilaterales: la
promesa de pago, el reconocimiento de deuda, la promesa publica de recompensa y la promesa como premio de un concurso, siendo su fuente principal el codice civil italiano.