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I MPUTACION OBJETIVA

3. Limitación también de prohibiciones: exclusión de la imputabilidad objetiva.


Si en virtud de la "obligación originaria" también existen mandatos, la tesis de
Feuerbach es equivocada, por lo que podría surgir la duda de si el resto de sus
planteamientos también lo son. ¿Precisará la "obligación originaria" quizás también
de una interpretación cuando se trata de prohibiciones? Feuerbach se refiere con una
cierta ingenuidad a las prohibiciones, como si respecto de ellas constase que no
pueden bajo ningún concepto obligar a un comportamiento solidario, es decir, como
si no sobrepasasen nunca el marco de las relaciones negativas. Pero tal punto de
vista equivoca su objeto profundamente; en efecto, Feuerbach y los autores que le
siguen presuponen evidente un determinado conterüdo de las prohibiciones entre
muchos de los posibles, a saber: dejar a los demás en su libertad. Pero tan pronto
como -en beneficio de los demás- se prohibe hacer uso de la propia libertad –se
podría pensar en la prohibición de abandonar la casa o de proceder con cosas propias
según se quiera- se trata -a la vez que de prohibiciones- de deberes
de solidaridad.

Para una aclaración exacta hay que señalar, en primer lugar, que en todo curso
dafuno ya participan en teoría un mínimo de dos personas: un autor y una víctima;
en la práctica, se pueden encontrar, casi sin excepción, también terceros que de
alguna forma hayan influido en el curso del 42 GÜNTHER JAKOBS suceso. Por
tanto siempre entran en consideración varios ámbitos de organización, en los que
puede ser encontrada la razón determinante para el curso dañino. Un ejemplo
sencillo puede servir para aclararlo: Un comerciante apaga por la noche la
iluminación de su escaparate, la cual alumbra la calle, considerablemente. La
iluminación viaria pública alumbra el accidentado pavimento tan sólo pobremente;
como era de esperar -porque algo parecido ya había pasado más veces- un
trasnochador se tropieza y se hiere. ¿Quién ha organizado el curso dañino? El
vendedor ha dejado a oscuras la calle que se encontraba iluminada, pero la
iluminación urbana es asunto del Municipio; por otra parte, se podría perfectamente
discutir si el Ayuntamiento tiene la función de iluminar el camino a casa de todo
trasnochador.
Un curso dañino puede, por tanto, basarse en un comportamiento defectuoso del
autor (del comerciante), o de un tercero (jefe de la Administración Municipal), o en
una falta de cuidado de la propia víctima (del trasnochador) o bien, y si es que todos
se han comportado correctamente, la propia víctima deberá soportar el daño como
un infortunio: Casum sentit dominus. Como muestra este ejemplo cotidiano, una
prohibición -tomada al pie de la letraconsistente en no dañar a otros mediante una
actividad no dejaría siempre la relación entre el autor y la víctima en algo negativo;
una prohibición con el contenido: "antes de que todos los trasnochadores estén en
casa, no debe apagarse la iluminación de los escaparates" contendría, en cambio, un
deber de solidaridad con los trasnochadores, por lo que seguro que no sería parte
constitutiva de la "obligación originaria", sino, antes bien, sería tan sólo legítima con
un "fundamento jurídico especial", y tal fundamento no puede La imputación penal
de la acción y de la omisión 43 encontrarse en una Sociedad que ha sido constituida
de forma liberal.

Esta problemática es muy tratada en la moderna discusión


bajo la denominación de "imputación objetiva"^;
^* Frisch, Tatbestandsmäßiges Verhalten und Zurechnung des Erfolgs, 1988; Roxin,
Strafrecht AT, 2* ed., 1994,11 /36 y ss.; Rudolphi (nota 52), nota marg. 50 y ss. previas al §
1; Jakobs (nota 51), 7/35 y ss.; crítico, Hirsch, Universität zu Köln-Festschrift, 1988, pp. 399
y ss., 402 y ss.; Küpper, Grenzen der normativen Strafrechtsdogmatik, 1990, pp. 83 y ss

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