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Representa.
La tarde sin la luz del sol (poniente).
La sepultura.
El fondo del mar.
Lo desconocido.
El tablero de ifá.
El ocaso.
El trueno.
El rayo.
El vapor interno.
Las entrañas de la tierra.
El pájaro misterioso.
El espejo.
Nace:
El rito del ituto.
El aserrín (iyé)
El árbol de Ozun(el espíritu de Ozun)
El rojo vino.
El cordón.
El pájaro pedorrea.
El cardenal.
Las fosas mortuorias, este Oddun
manda a todos los agujeros de la tierra
El ashé Ozun naburuku
La luciérnaga, o sea, el cocuyo, el que
por virtud de Olófin alumbra las noches con
su luz.
La bóveda de Ozayin.
Levantar Ozun con ifá, cuando se
recibe.
Taparle la vista al iyawó cuando lo
llevan al igbodun de osha.
Marca:
Suicidio y pérdida de la memoria
Señala:
Lágrimas, a los hijos de este Oddun se
le s enrojecen los ojos.
Vida corta porque oro-Iñá se
pregunta, que cosa hace mi hijo allá arriba si
nadie lo conoce, nadie lo comprende, nadie lo
quiere. Yo deseo tenerlo junto a mí en las
profundidades de la tierra.
Victoria de guerra
Viaje
Pequeños caminos, las armas del
pueblo.
El corte del pelo indica la jerarquía.
Dispersión de los extranjeros.
Tranquilidad, paz y prosperidad.
Habla:
Prohibiciones.
No se puede portar cuchillo
No se puede usar ropas de óvalos
No se puede ir al cementerio
No se puede hacer shangó ni azojuano
(san Lázaro).
No se come: plátanos indios, manzanos,
marañón, ciruelas rojas, limón del santísimo.
No se puede brincar huecos ni zanjas, en
caso de tener que hacerlo se limpia con una
otá y la tira l hueco o zanja y después brinca.
No se puede sentar en silla sin fondo.
No se usan plumas de loro.
No se puede ingerir ningún tipo de
bebidas alcohólica.
Recomendaciones
Hay que respetar al mono, pues el
Ozayin de este ifá lleva cabeza de mono.
Ponga dentro de su ifá una escalera
chiquita.
Se duerme con dos velas encendidas.
Dentro de su ifá awó pone monedas
de oro, plata, bronce y cobre.
Tenga cuidado con la candela puede
empezar por la cocina.
De gracias a Obbatalá que lo está
favoreciendo.
No entre en ninguna casa que esté
vacía.
No eche maldiciones.
No haga cambios con nadie para que
la suerte no se le vaya.
Tenga cuidado con una trampa que le
preparen para matarlo.
Ebbó secreto:
Un chivo mamón, un cojín, 1 gallo, 2
gallinas, 3 pita, 3 cocos, 1 botella de
aguardiente, miel, 3 cazuela chiquita de
barro, tierra de las cuatro esquina, mucho
dinero.
Okakaraka-afowotiku, idasegberegberew
ako adivinaron para Irosun cuando iba a tener
un hijo.
Ellos le dijeron que la vida del niño sería
muy dura y que sería difícil hacer dinero para
mantener el niño, pero si él quería virar la
situación, él debía sacrificar: 2 babosas. Él no
realizó el sacrificio.
Los niños de Iroso Meyi encontraron la vida
difícil porque su padre no sacrificó.
Historia.
Había un hombre que era pescador, vino
una tempestad y le rompió la embarcación y
el hombre empezó a pasar trabajos y su mujer
le decía ve a mirarte con orunmila, él no le
hacía caso, pero la mujer tanto insistió que
fue a casa de orunmila y le salió este ifá y le
marcó Ebbó con: gallo, gallina, paloma,
anzuelos, pita y que lo llevara al mar, este lo
hizo. Sucedió que por aquel tiempo se había
perdido un rey de aquella tierra, y su familia
daba una fortuna el que lo encontrara vivo o
muerto, el pescador días después salió a
pescar y se encontró una cosa extraña y
resultó ser el rey perdido y fue su felicidad.
Kaferefun la mujer, Eggún, Yemayá,
olokun, Oshún y Elegbá. El awó de este ifá
debe adorar a Oshún y ponerle 5 pañuelos
amarillos. También debe tener algodón dentro
de su ifá y ponerle una escalerilla.
Historia.
En este camino había un reinado que el
pueblo exigía un rey, después de elegido era
coronado y después se reunía un grupo de
hombres que formaban la corte y que
verdaderamente eran los que gobernaban.
Cuando el rey, entraba en funciones, ellos le
enseñaban todos los apartamentos del palacio
hasta que llegaban a un cuarto, que tenía una
trampa en el piso, cuando el rey entraba como
iba delante de la comitiva, caía en la trampa y
se mataba. Continuando así la camarilla
gobernando en nombre del rey, y después de
pasado un tiempo, anunciaban la muerte del
monarca para que el pueblo se reuniera y
eligiera a un nuevo rey, a lo que le sucedía lo
mismo.
Un día el pueblo eligió a Iroso Meyi pero
antes de ir se hizo osode y se vio este ifá, que
le recomendó que aceptara y ocupara el
puesto pero que antes hiciera Ebbó con:
gallo, soga, escalera, y que lo llevara a un
hueco pues había una trampa que se
descubriría.
Iroso Meyi así lo hizo y cuando lo
coronaron, la camarilla trató de enseñarle el
palacio pero como Iroso estaba advertido y al
percatarse de la insistencia, les dijo que en
esos momentos no era necesario, resultando
un gran asombro para dicha camarilla. Iroso
Meyi pidió los planos del palacio y cuando le
convenía visitar un apartamento en compañía
de estos señores, pero nunca entraba él
primero, sino después de los demás visitando
así todos los apartamentos, quedándole uno
solo por visitar.
A los pocos días Iroso Meyi invitó a la
camarilla a que le mostraran la habitación que
le faltaba, cuando llegaron Iroso Meyi
observó que ninguno había entrado primero
como lo habían hecho antes, Iroso Meyi los
invitó a que pasaran primero, pero ninguno
aceptó, descubriéndose así la trampa y los
crímenes que ellos habían hecho.
Así Iroso Meyi pudo gobernar con
tranquilidad y seguridad aquel pueblo.
Historia.
Había un pueblo que gobernaba Obbatalá y
él llevaba a todo el mundo por buen camino,
él era el mayor de todos los habitantes y era
muy ordenado. Por esta causa los más
jóvenes solían decir; que viejo más majadero,
siempre está fijándose en todo y perturbando,
ya tenemos deseos de que se aleje para
siempre de aquí.
Obbatalá cansado de oír esto de los más
jóvenes se dijo: yo me voy a ir, entonces
veremos que va ser de ellos. Obbatalá se
marchó y los más jóvenes tomaron el
gobierno de aquel pueblo y a partir de ese
momento todo cambió en el pueblo y todo se
desorganizó y no había forma de encontrar
una mejoría para esta situación.
Mientras tanto Obbatalá en su recorrido de
abandono de aquel pueblo, cayó en un hoyo a
la orilla de la playa y se hirió con una rama
de un guacalote que lo cubrió y o podía salir,
las espinas lo hincaban cuando trataba de
separar las ramas y así transcurrieron los días.
Los más jóvenes no salían de un problema
para entrar en otro y comenzó la discordia
entre ellos, y se decían, si babá estuviera aquí
todo esto se hubiera arreglado, entonces
decidieron salir en busca de ayuda y fueron
para la casa de orunmila para ver si él
encontraba a babá, para que viniera a
arreglarles la situación.
Orunmila se realizó osode y se vio Iroso
Meyi, donde ifá le dijo que se hiciera Ebbó y
lo botara en un hoyo que había en la playa y
que cogiera las semillas de guacalote de ese
mismo lugar. Orunmila se realizó el Ebbó y
fue a botarlo donde ifá le había marcado y
cuando encontró el hoyo tiró el Ebbó, y cual
no sería su asombro al oír un quejido,
entonces preguntó ¿hay alguien ahí?, babá
estaba herido y sin fuerzas para responder,
pero se quejaba, entonces orunmila cogió
ramas e hizo una escalera y bajó al hueco y
cual no sería su sorpresa al encontrarse a
Obbatalá tendido en el hueco y herido.
Obbatalá balbuciente le dijo al reconocerlo:
- hijo mío, yo sabía que tú eras el que me
encontraría, ya que fuiste el único que no dijo
nada en contra de mí y quería que me
quedara. Orunmila lo sacó del agujero y lo
curó y lo alimentó durante unos días y le
contó todo lo que estaba pasando en ese
pueblo y le dijo: - padre ud. Tiene que
regresar, pero este no quería y orunmila tuvo
que insistir muchas veces hasta convencerle y
Obbatalá regresó nuevamente y las cosas
comenzaron a arreglarse, y los más jóvenes
tuvieron que agachar la cabeza y reconocer al
más viejo, como más sabio.
Historia.
Aquí Obbatalá se hizo el enfermo y mandó
a buscar a todos los Awó, estos fueron menos
Iroso Meyi, y cuando él llegó dijo que no
tenía nada y que lo que había en la cama era
sepa de plátanos, entonces Obbatalá salió de
debajo de la cama y dijo: este sí ve.
Historia.
Cierta vez había un hombre el cual no había
modo alguno de que saludara a nadie ni que
se quitara su akete (sombrero) pero sucedió
que había un mono que deseaba que este
hombre fuera cortés, saludara y se quitara su
sombrero por cortesía y decidió ver la forma
en que él podía lograr eso.
Fue a casa de orunmila quien le vio este ifá
y le marcó Ebbó y que lo llevara al pie de una
mata de ciruela y que se subiera y que se
pusiera a comer.
Al pasar el hombre, el mono le tiró las
semillas de la ciruela y él le preguntó
asombrado que por que hacía aquello, y el
mono le contestó: - te hago esto porque ud.
No me quiere saludar; el hombre asombrado
le pregunta: ¿por qué te tengo que saludar?, el
mono le dice: “porque viene la tragedia para
encima de ud. Y yo soy el único que lo puedo
salvar, porque si no lo van a matar”.
En eso el hombre ve que viene la tragedia
para encima de él y asustado, se arrodilla
delante del mono y se quitó su sombrero
saludándolo y suplicándole que lo salvara.
Entonces el mono llamó a todos los iworos
para decirle que dicho hombre la había
saludado y se había quitado su sombrero,
todos los iworos se quedaron asombrados
viendo como el mono fue saludado por dicho
hombre y de ese modo fue su salvación.
Historia.
Había una mujer la cual tenía dos hombres
los cuales la pretendían; uno era bueno y ella
lo rechazaba, el otro era malo y era por el que
ella sentía amor. El hombre bueno fue a ver a
orunmila e hizo la Ebbó con: un pilón virado
boca abajo, y dio un gallo al fondo del pilón
y otro a Shangó. Orunmila le dijo que con un
igueré blanco se lo pasara a la mujer por la
cara con disimulo para que así ella se fijara
en él.
Historia.
Había una madre, que estaba muy triste
porque a sus dos hijos mayores, el Obbá de
aquella tierra, les había dado el cargo de
gobernador de unas provincias lejanas. Ni el
primero ni el segundo llegaron a su destino,
entonces el Obbá mandó al tercero para que
fuera y ocupara dicho cargo, y se vengara por
la desaparición de sus hermanos.
La madre no quería que éste fuera ya que
creía que le iba a ocurrir lo mismo, pero éste
muchacho le dijo; no se desespere madre, a
mi no me sucederá nada, pues antes de partir
iré a casa de orunmila para que éste me diga
lo que tengo que hacer.
Orunmila le vio este ifá y le dijo que tenía
que hacer Ebbó y que después tenía que
llevarla al mar, para que así se pudiera librar
de sus enemigos.
El hombre así lo hizo y acto seguido partió
con su séquito. Llegaron a un intrincado lugar
en el cual había una cueva oculta y entró
dentro de la cueva el primero y todos sus
seguidores aprovecharon para taparle la boca
a la cueva, y lo dejaron solo para que allí se
muriera de hambre.
Por la noche se formó una tempestad muy
fuerte y como el mar quedaba cerca de la
boca de la entrada de la cueva, sus grandes
olas comenzaron a pegar contra la roca que
taponaba la entrada y estas olas movieron la
roca de su sitio quedando libre la entrada. El
hombre pudo salir de la cueva tan pronto la
tempestad acabó y orientado por vecinos de
aquellos parajes siguió su camino y pudo
llegar al lugar donde él tenía que ocupar el
cargo de la gobernación y así pudo cumplir el
mandato del rey y salvar su vida.
Historia.
Aconteció una vez; que había dos soldados
de una corte, pero uno de ellos era un
envidioso y el otro era más conforme,
cuando el primero pedía algo al Obbá, este
siempre le daba dos cosas olas que éste pedía
al otro, al envidioso esto lo mortificaba
porque cuando pedía al Obbá algo, siempre le
daba una y era que el Obbá sabía que era muy
envidioso.
Un día el Obbá le dijo al ayudante vamos a
divertirnos un rato, con esos dos soldados y
los mandó a buscar y les dijo; bueno los he
mandado a buscar para que pidan lo que uds.
Quieran, pero eso sí, al que le toca pedir es a
ti, señaló para el envidioso, este se puso de lo
más contento porque le tocaba pedir primero
que al amigo, pero entonces se dijo; que
pediré yo, porque el Obbá cada vez que pido
algo para mí a este le da dos veces lo que yo
pida, por eso si yo pido un caballo a este le
darán dos y si pido ser Obbá, este será obati
loba (rey de reyes), ¿qué pediré?. Se puso a
pensar, hasta que dijo; yo pediré que me
saquen un ojo y así a este le sacarán los dos
ojos, será siego y lo mandarán a vivir al
pueblo de los ciegos, donde yo seré el Obbá y
acto seguido dijo: bueno lo que yo quiero es
que me saquen un ojo, el Obbá se echó a reír
y a su amigo le sacaron los dos ojos.
Azojuano que sabía todo lo que estaba
pasando se lo dijo todo a Olófin y este vino y
le dijo al Obbá que quién había autorizado
para hacer eso, desterrándole a vivir en el
pueblo de los ciegos, acto seguido mandó a
que trajeran a su presencia y le dijo al
envidioso ¿tu querías ser Obbá?. Bueno, tú
serás Obbá ara wadele oun oju ofo. Allí
gobernarás y tu amigo vivirá en el fondo del
mar, donde todo lo que en este pueblo se haga
tendrán que rendirle tributo a él, pero eso sí,
si como tu divulgues ese secreto quedarás
ciego y preso para siempre en las
profundidades del mar donde tu amigo es
Obbá y verás por las vidas del pueblo que tú
gobiernas y para no desatar su ira tendrás que
rendirle tributo; por la traición que has hecho
serás un Obbá fatal, porque tu amigo desde
lejos y sin vista gobernará tu pueblo, porque
quien nació derecho, nació de pie por
mandato de Olófin y tu reino será prisión y
desesperación porque un hombre sólo salvará
un pueblo.
Historia.
Orunmila estaba perdido, y fue a casa de un
hombre poderoso para que le facilitara una
gran suma de dinero. Este hombre
obligándolo a pagar mediante su trabajo, le
preguntó; que era lo que él sabía hacer, y
contestó que de todo, que se trepaba en los
árboles y que hacía cuanto había que hacer y
le dieron el dinero, conviniendo en volver a
los 8 días y entonces se marchó a su casa y
compró muchos animales, le dio chivo a
Eshú, chiva a orun. Le dé comer a todos los
osha y orisha y al octavo día fue a donde
estaba el dueño de la finca, dicho señor le
entregó una guataca, preguntándole al señor
para que sirva eso y él le contestó para que
ud. Chapee. Orunmila que en su vida había
doblado el lomo le mandó a colocar un gorro
que tenía una mata de ikines y él le contestó
que no podía subirse porque esa mata era del
ángel de su guarda y entonces le dijo; bien,
¿cómo ud? Me va a pagar la deuda?,
Orunmila le dijo: bien ahora mire, su mujer
que está en estado y para que ella tenga hijo
tiene que hacer Ebbó y a ud. Se le ha perdido
un caballo siga por ahí que ud. Lo va a
encontrar y todo lo que le dijo, lo vio y vino y
le hizo una gran limpieza y cogió dinero, más
de la cuenta y pagó y le sobró dinero.
Historia.
Historia.
Historia.
Historia.
En la tierra y enviados por Olófin reinaban
los 16 reyes, de distintas tierras. En el cielo
Olófin recibía los distintos informes que por
medio de Eshú, que le llevaba desde la tierra,
dentro de los distintos reyes existía la envidia
y el poder de sabiduría.
Un día Olófin para saber cual de los reyes
sabía más y estaba mejor preparado, mandó a
Eshú a pregonar su muerte y preparó en el
castillo distintos tipos de trampas para saber
cual de ellos era capaz de llegar hasta él sin
caer en esas distintas trampas.
Eshú pregonó en las distintas tierras la
muerte de Olófin, lo que causó una gran
confusión dentro de todos aquellos reyes. La
mayor parte de ellos se encaminaron hacia el
palacio, para de allí designar un nuevo rey
que rigiera el mundo, sólo Iroso antes de salir
de casa se miró le salió que tenía que hacer
Ebbó con tres pollitos; Iroso era el rey más
discriminado entre todos los reyes por su
sencillez de vida. Iroso hizo Ebbó; y en el
Ebbó le salió que tenía que llevar los tres
pollitos asados, porque en el camino se iba a
encontrar con un niño que le iba a pedir de
comer y que le diera un pollo, después se iba
a perder o iba a encontrar un viejo que lo
ayudaría en su camino y que en pago le diera
el segundo pollo y que en la entrada del
palacio se iba encontrar con Eshú y este le iba
pedir el tercer pollo y que después le
preguntara a Eshú como entrar al palacio.
Los reyes ya estaban en camino hacia el
palacio de Olófin, según iban llegando
entraban por la puerta del palacio sin hablar
con nadie, más cual sería su sorpresa pues
según ellos llegaban iban cayendo presos por
la guardia.
Iroso, hizo todo lo que le mandó orunmila y
cuando llegó al palacio se acercó a Eshú;
quien después de comerse el pollo le dijo que
no estaba muerto Olófin y que para poder
entrar al palacio tenía que ser por la puerta
del fondo, pero que allí se iba a encontrar con
una negra muy gorda que no iba dejarlo pasar
y que sólo tenía que arreglárselas para entrar.
Iroso fue hasta la puerta del fondo, allí se
encontró con una señora que era Oyá y no lo
dejaba entrar; Iroso se agachó y vio que
debajo de la señora había un Ozun parado, y
que era el Ozun de Olófin; el cual agarró y
con él en la mano obligó a Oyá a quitarse de
la puerta y entró en el palacio, Olófin que lo
vio se vistió de soldado y le salió al encuentro
y le preguntó que como había entrado por
allí, si el velorio era por el frente. Iroso
respondió que allí no había ningún velorio
que Olófin no estaba muerto, Olófin al verse
descubierto por la sabiduría de aquel rey le
dio el poder del tablero, con un palacio en el
centro de la tierra y el poder de la misma y
como iyefá el polvo de oro.
Historia
Historia.
En la tierra de Shangó, una vez capturaron a
un hermoso pájaro y lo pusieron a vivir
dentro de una jaula grande con agua y
comida, pero el pájaro se puso muy triste y
solo movía su cabeza y decía: “ay, mi casa”.
La gente intrigada por esas quejas
lastimeras del pájaro y temerosos de que se
muriera de hambre y de sed, pues no comía ni
tomaba agua. Cada uno de ellos buscó una
hebra larga de hilo, las empataron todas e
hicieron un largo cordel que por una de sus
puntas lo amarraron a una de las patas del
pájaro y agarrando el cordel por la otra punta,
lo sacaron de la jaula y lo echaron a volar y
poder seguirlo, para saber donde iba.
El pájaro llegó a una laguna y se posó sobre
un palo en forma de cruz que había en el
medio de la misma. Allí cantó, comió, tomó
agua y pasó el día muy contento. Al
obscurecer, el jefe de aquella gente llegó en
bote hasta el palo, cogió el pájaro y un
pedazo de aquel palo en forma de cruz;
regresaron al pueblo y pusieron el palo dentro
de la jaula y volvieron a introducir al pájaro
en la jaula.
Suyere:
“Iroso yiko, iná mi fun fun
tana tana wiri wiri, iná pukua
Iroso yiko”.
Historia:
En este camino cuando ifá fue a vivir a inle
Ifé este fue el oddun que le salió. Orunmila
había olvidado su paño y no podía regresar
pues el camino estaba oscuro, no tenía luz
para alumbrarse. Entonces se sintió afligido y
consultó su okpuele y se vio Iroso Meyi.
Iná (el fuego) cuando deseó venir al mundo
sacó el mismo Oddun, pues la lluvia lo
atormentaba, el awó que consultó a iná era un
bokono arará llamado weweso (el gran
fuego). Tana tana (el cocuyo) cuando fue a
verse por motivo que la lluvia apagaba su
fuego y no podía conseguir nada de comer,
sacó el mismo ifá y a todos les mandaron el
mismo Ebbó.
Iná se hizo el Ebbó. Tana tana como no
tenía medios económicos para hacerlo le
suplicó a Orunmila diciéndole que él era muy
pobre. El cocuyo se pasó la noche a la orilla
del río, en eso vio aparecer a Eshú que quería
coger agua, como no había luna, la noche
estaba obscura y Eshú gritaba: “tráeme una
luz, tú no eres el cocuyo”, pues ven para ver
y meter mi jarro en el agua, si me prestas tu
luz, yo te daré mañana lo necesario para que
hagas Ebbó. El cocuyo se iluminó y Eshú
recogió su agua en el río. Después el cocuyo
lo acompañó hasta su casa.
A la mañana siguiente Eshú le dio un chivo
y un carnero al cocuyo y como Orunmila era
amigo de Eshú, éste le dijo que le diera al
cocuyo los 17 insectos para el sacrificio.
Realizaron el sacrifico.
El cocuyo después de realizar sacrifico, se
encontraba fortalecido y le dijo a Orunmila:
“yo voy a ir con mi luz al oculto sendero de
ilé Ifé a buscarte tus hierbas de ifá. Orunmila
le respondió: “está bien, no cojas las cuatro
primeras hierbas que te encuentres, me traes
la quinta, esta era ologunsheshe (piñón
africano) y el cocuyo se la trajo a Orunmila;
cuando el cocuyo fue a buscarla le cayó una
fuerte lluvia y no pudo apagar la luz de éste,
Orunmila recompensó al cocuyo.
Olófin tenía una hija muy bella que
rechazaba a todos los pretendientes. El fuego
y el cocuyo deseaban casarse con ella. Cada
uno demostró sus artes para fascinar la hija
de Olófin, como el fuego brillaba mucho y
daba calor, la hija de Olófin rechazó al
cocuyo y quiso casarse con el fuego.
Historia.
Aconteció una vez que había dos soldados
de una corte, pero uno de ellos era envidioso,
y el otro era conforme y cuando le pedía algo
al rey, éste siempre le daba más de lo que
pedía. El soldado envidioso esto lo
mortificaba, porque cuando él le pedía algo al
rey, éste solo le daba lo que pedía, porque el
rey sabía que este soldado era un envidioso.
Un día el rey le dijo a su ayudante: vamos a
divertirnos un rato con esos dos soldados.
Los mandó a buscar y les dijo: “bueno los
hemos mandado a buscar para que ustedes
pidan lo que quieran; pero eso sí, hoy al que
le toca pedir primero es a ti, señalando al
soldado envidioso. Este se puso de lo más
contento porque le tocaba pedir primero que
al amigo; pero entonces pensó: ¿qué pediré?
Porque el rey cada vez, que pido algo para
mí, a éste le da dos, si pido un caballo, a éste
le dará dos, ¿qué pediré?, y se puso a pensar,
hasta que en su mente determinó; bueno, yo
pediré que me saquen un ojo y a éste le
sacarán los dos, será ciego y lo mandarán a
vivir al pueblo de los ciegos, donde yo seré
rey. Inmediatamente dijo: bueno, yo lo que
quiero es que me saquen un ojo. El rey se
echó a reír y todos se miraban, entonces el
rey dijo: así será.
Al soldado le sacaron un ojo y al amigo le
sacaron los dos ojos. Azojuano que estaba
viendo lo que estaba pasando, se lo contó
todo a Olófin y éste vino y le dijo al rey:
quién te autorizó para hacer semejante
crimen, y lo desterró a vivir al pueblo de los
ciegos. Acto seguido mandó a buscar a los
dos soldados y le dijo al tuerto: tú quieres ser
rey, lo serás (Obbá luo foyu), tu gobernaras y
tu amigo vivirá en el fondo del mar; pero
todo lo que se haga en ese pueblo habrá que
darle cuenta a él y rendirle tributos; pero
como tu divulgues el secreto quedarás ciego y
preso en las profundidades del mar, donde tu
amigo es rey y responderá por la vida del
pueblo que tu gobierna, pero no desates tu ira
le rendirás tributos por la traición que le
hiciste. Serás un rey fatal, porque tu amigo,
desde lejos sin vista gobernará tu pueblo,
porque nació derecho y de pie por mandato
de Olófin y tu reino será tu prisión y
desesperación. Porque ese solo hombre
salvará a tu pueblo, el pueblo del que tu
quiere ser rey.
Historia.
En este camino awó Iroso Meyi, fue a casa
de Orunmila para que le hiciera osode porque
Olófin le había mandado a buscar. En el
registro salió su propio Oddun y ifá le dijo,
que tenía que traer cuatro gallinas y cuatro
pesos para hacer sacrificio, y después saliera
a camino, que si se encontraba con un pobre
en el camino y le pedía limosna, que se le
diera una gallina y un peso.
Awó Iroso Meyi realizó el sacrificio y salió
en dirección a casa de Olófin. Por el camino
se encontró con el limosnero cuatro veces y
le entregó lo que Orunmila le había indicado;
la última vez que se lo encontró le preguntó
para donde él iba, Iroso Meyi le dijo que iba
para la casa de Olófin. Entonces el limosnero
que era Eshú disfrazado, le dijo: “mira
cuando llegues a tu destino, encontraras a una
mujer sentada frente a la casa de Olófin, que
está tiñendo ropa y la manda a que se quite y
clavas tu Ozun y dices que Olófin no está
muerto, que lo que está en la tumba es una
cepa de plátano y que Olófin está jugando
con guacalote y caracoles con sus 16 mujeres,
y que ellas están malas de sus costumbres, le
dices también que le digan a Olófin que salga
afuera y que suelte a todos los babalawos que
tiene presos, porque con la mata de caoba y
cedro que tiene en el patio, este año le van
hacer la caja para su entierra.
Entonces al oír estas palabras Olófin salió a
la puerta y le pidió perdón a Iroso Meyi. Este
le contestó que producto a lo que había
hecho, tenía que pagar una multa a todos los
babalawos que tenía preso y que consistía en
una chiva a cada uno y 100 pesos, y para él
una chiva y 401 pesos, además que Olófin se
tenía que amarrar una chiva a la cintura para
pedirle perdón a Orunmila.
Cuando Iroso Meyi clavó su Ozun cantó:
“Ozun ayere lashadawon onire Awó onire
mamawao onire”.