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Compendio de Investigación sobre el

fenómeno sucida en Jalisco.

Comités científico y de Ética y

Subcomisión de investigación de la
Red Interinstitucional para la prevención del suicidio en el Estado de Jalisco.
 Lic. Francisco Javier Ramírez Acuña
Presidente del Consejo Directivo de la Red Interinstitucional para la
Prevención del Suicidio en el Estado de Jalisco, y
Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco.

Dr. Alfonso Petersen Farah

Secretario Ejecutivo de la Red Interinstitucional
para la Prevención del Suicidio en el Estado de Jalisco, y
Secretario de Salud del Estado de Jalisco.

Dr. Benjamín Becerra Rodríguez

Secretario Técnico de la Red Interinstitucional
para la Prevención del Suicidio en el Estado de Jalisco, y
Director del Instituto Jalisciense de Salud Mental
de la Secretaría de Salud Jalisco
Prefacio

A pesar de que los organismos internacionales consideran a México como

un país con tasas de suicidio que distan mucho de ser alarmantes en
comparación con las de otras regiones del orbe, éste es un fenómeno
altamente sensible en nuestra población. Cuando la sociedad exige accio-
nes específicas es obligación del Estado reaccionar de forma expedita.
La creación y consolidación de una moderna política pública al res-
pecto debe partir del análisis de la información científica disponible.
Desafortunadamente, la ciencia mundial no cuenta aún con soluciones
definitivas y contundentes. La Organización Mundial de la Salud se limi-
ta a hacer sugerencias para intentar de buena fé reducir la muerte auto
inflingida; y queda a cada país, región y comunidad una enorme tarea
por avanzar en el diseño e implementación de soluciones factibles y
efectivas, en tanto sensibles a la cultura y basadas en evidencia científi-
ca local.
En Jalisco, los medios masivos de comunicación advierten constan-
temente de la preocupación de los jaliscienses en torno al fenómeno
suicida. En cumplimiento de su deber, el Gobierno del Estado de Jalisco
responde a ella con la creación de la Red interinsitucional para la preven-
ción del suicidio; que se propone minimizar al máximo la probabilidad
de que se consume un acto suicida.
Uno de las actividades centrales de la Red es promover la realización
de investigación del fenómeno suicida en este Estado; para lo cual se
alentó la revisión de la literatura científica ya disponible, así como la
creación de comités científico y de ética para asegurar la realización de
nuevos estudios de alta calidad técnica y en observancia estricta de los
derechos de los participantes.
 En esta ocasión, los comités científico y de Ética y la Subcomisión
investigaición de la Red, ponen a disposición del lector una primera com-
pilación de la investigación local sobre suicidio. Ello en el marco del Día
Mundial para la prevención del Suicidio, bajo el lema para este año 2005:
La prevención del suicidio es un asunto de todos.
Un programa para la prevención del suicidio requiere de continui-
dad. Requiere de saber. Esperamos que este documento sea el punto de
partida para que continúe una política pública altamente necesaria y
vulnerable a los cambios de una sociedad.
Esperamos también que sirva de impulso para la realización de más
y mejor investigación científica regional al respecto, que se traduzca en
acciones de prevención del suicidio en nuestro Estado.
Una sola vida salvada justifica todos los esfuerzos. Me permito ex-
presar mi agradecimiento y solidaridad a los que han participado, de
forma por demás comprometida, para el logro de este objetivo; así como
conminar a todos a continuar en este empeño. Se han salvado vidas, y
faltan muchas por salvar.

Lic. Francisco Javier Ramírez Acuña

Gobernador Constitucional del Estado libre y soberano de Jalisco
y Presidente del Consejo de Directores de la Red interinstitucional para
la prevención del suicidio del Estado de Jalisco.
 Advertencia

Los documentos contenidos en esta

compilación han sido reproducidos con
el permiso de sus editores, mismos que
poseen los derechos de autor correspon-
dientes.
Por lo tanto, queda prohibida su repro-
ducción total o parcial con fines de lu-
cro.
Para efectos de referencia, favor de ci-
tar la fuente original.
 Instituciones que pertenecen a la Red prevención suicidio
Gobierno del Estado de Jalisco:
Secretaría de Salud
Secretaría de Educación
Secretaría de Seguridad Pública
Secretaría de Desarrollo Humano
Prevención y Readaptación Social
Procuraduría General de Justicia
Sistema Estatal para el Desarrollo
Integral de la Familia
Dirección General de Comunicación Social
Unidad Estatal de Protección Civil
Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses
Instituto Jalisciense de la Juventud
Instituto Jalisciense de Salud Mental
OPD Hospitales Civiles
OPD Servicios de Salud del Municipio de Zapopan
OPD Servicios de Salud Jalisco
H. Ayuntamiento de Guadalajara:
Dirección Municipal de Salud,
Dirección General de Seguridad Pública,
Dirección General de Protección Civil y Bomberos y
Dirección de Comunicación Social.
H. Ayuntamiento de Zapopan:
Dirección General de Seguridad Pública,
Dirección General de Protección Civil y Bomberos y
Dirección de Comunicación Social.
H. Ayuntamiento de Tlaquepaque:
Servicios Médicos Municipales,
Dirección General de Seguridad Pública,
Dirección General de Protección Civil y Bomberos y
Dirección de Comunicación Social.
H. Ayuntamiento de TTonalá:
onalá:
Servicios Médicos Municipales,
Dirección General de Seguridad Pública,
Dirección General de Protección Civil y Bomberos y
Dirección de Comunicación Social.
H. Ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga:
Servicios Médicos Municipales,
Dirección General de Seguridad Pública,
Dirección General de Protección Civil y Bomberos y
Dirección de Comunicación Social.
Cruz Roja Mexicana Delegación Jalisco
Universidad de Guadalajara
Universidad Autónoma de Guadalajara
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores
de Occidente A.C.
Universidad Tecnológica de Jalisco
Delegación Estatal del Instituto Mexicano
del Seguro Social
Delegación Estatal del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
Cruz Ámbar
Comisión Estatal de Derechos Humanos en Jalisco
Asociación Médica de Jalisco Colegio Médico A.C.
Asociación de Hospitales Particulares
de Jalisco A.C.
Sanatorio San Juan de Dios
Cámara de Radio y Televisión Delegación Jalisco
Universidad del Valle de Atemajac
Centro de Espiritualidad Diocesano
de Atención en Crisis (CEDAC).
Neuróticos Anónimos A.C.
Barrios Unidos A.C.
7
Compiladores

Dra. Rebeca Robles García Mtro. Enrique Páez Agraz

Secretaria del Comité de Ética de la Red prevención suicidio Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente
Miembro de la Subcomisión de Investigación de la epaez@iteso.mx
Red Prevención Suicidio.
Jefe del Departamento de Investigación del
Instituto Jalisciense de Salud Mental SALME Lic. Francisco Villa
Secretaría de Salud Jalisco Miembro del Área de apoyo de Sistemas de Información de la
Tel. 3633 95 35 / 3633 94 74 ext. 120 Red prevención suicidio.
reberobles@hotmail.com Jefe del Depto. De Informática del
Instituto Jalisciense de Salud Mental SALME
Secretaría de Salud Jalisco
Dr
Dr.. FFrancisco
rancisco Páez Agraz. Tel. 3633 95 35 / 3633 94 74
Vocal del Comité Científico de la Red prevención suicidio
Subdirector de Calidad y Desarrollo Institucional del
Instituto Jalisciense de Salud Mental SALME Brenda Angélica Gallardo Mejía
Secretaría de Salud Jalisco Pasante de la Carrera de Psicología del
Tel. 3633 95 35 /3633 94 74 Centro Universitario de Ciencias de la Salud
paezagrazfco@hotmail.com de la Universidad de Guadalajara
delfinangie@gmail.com
Dr
Dr.. Javier Eduardo García de Alba García.
Presidente del Comité Científico de la Red prevención suicidio Lic. Luis Marrufo Cardin
Unidad de Investigación Social, Epidemilogía y Servicios de Coordinador del Comité de Ética de la Red prevención suici-
Salud, IMSS. dio
Tel. 36 17 00 60 ext. 31818 Centro de Formación Humana ITESO
javier.garciad@imss.gob.mx Tel. 36 69 37 45
lmarrufo@iteso.mx
Mtra. TTeresita
eresita Morfín López.
Coordinadora de la Subcomisión de Investigación de la Red Dr
Dr.. Alfredo de Jesús Celis de la Rosa.
prevención suicidio Miembro de la Subcomisión de Investigación de la
Dpto. de Salud, Psicología y Comunidad. Red Prevención Suicidio.
ITESO. Departamento de Salud Publica
Tel. 3669 34 34, 3669 31 81 y 3669 34 42 ext 3678 Centro Universitario de Ciencias de la Salud;
teremor@iteso.mx Universidad de Guadalajara.
Tel. y Fax: (913)617-9934
alfredo_celis@yahoo.com
Dra. Isabel de la Asunción V aladéz Figueroa
Valadéz
Coordinadora del Comité Científico de la Red prevención sui-
cidio Dr
Dr.. Benjamín Becerra Rodríguez
Centro Universitario de Ciencias Sociales UdeG Secretario Técnico de la Red prevención suicidio
Tel. 36 17 99 34 Director del Instituto Jalisciense de Salud Mental SALME
dravaladez@yahoo.com.mx Secretaría de Salud Jalisco
Tel. 3633 95 35 / 3633 94 74
bbecerra@tera.com.mx
Dr
Dr.. Roque Quintanilla Montoya.
Vocal del Comité Científico de la Red prevención suicidio
Dpto. de Psicología Aplicada
Centro Universitario de ciencias Sociales UDG
Tel. 36 18 81 50 ext 15
roque@cucs.udg.mx

8
Agradecimientos

La Red Interinstitucional para la Prevención del Suicidio en el Estado de

Jalisco agradece profundamente a los editores de las Revistas Científi-
cas que gentilmente autorizaron la reproducción total de los artículos
incluidos en este compendio: Actas Españolas de Psiquiatría, Salud Pú-
blica de México, Revista Higiene, Salud Mental, Investigación en Salud y
Revista de la Sociedad Mexicana de Salud Pública.

Agradecemos también a quienes apoyaron en la búsqueda, recolec-

ción, y transcripción de algunos de los textos incluidos en esta compila-
ción: Rubén Vásquez Hernández, Coordinador de la Biblioteca Virtual
del Instituto Jalisciense de Salud Mental de la Secretaría de Salud Jalisco;
Milagros Ascencio Guirado y María Guadalupe Vila Ruiz, asistentes de
investigación del Instituto Jalisciense de Salud Mental y estudiantes de
la carrera de Psicología del Instituto Tecnológico y de Estudios Superio-
res de Occidente; y Alejandro Aguilar, colaborador voluntario del Insti-
tuto Jalisciense de Salud Mental.

9
Contenido

Prólogo

Introducción

La investigación del fenómeno suicida en el Estado de Jalisco, México:

Estado de arte de la cuestión.

Artículos Científicos 23

Revistas Internacionales 24

Evaluación del riesgo suicida en niños. 25

Propiedades psicométricas de la versión en castellano
del Cuestionario de Riesgo Suicida (RSQ).
Actas Españolas de Psiquiatría, 33 (5): 292-297. 2005.

Perfil de Temperamento y Carácter de personas con intento suicida. 31

Actas Españolas de Psiquiatría, 32 (5): 259-263. 2004.

Revistas Nacionales 39

Suicidal Behavior in the Mexican National Comorbidity Survey (M-NCS): 40

Lifetime and 12 month prevalence, psychiatric factors and service utilization.
Salud Mental, 28 (2): 40-47. 2005.

El papel de la familia en el intento suicida del adolescente. 51

Salud Pública de México, 47 (1): 1-2. 2005.

Tipos de personalidad y conducta suicida. 54

Investigación en Salud. Vol. VI (2), Agosto, 2004.

Desesperanza y tentativa suicida. 63

Investigación en Salud. Vol. V (2), Agosto, 2003.

Epidemiología del suicidio en México de 1970 a 1994. 69

Salud Pública de México, 38 (3): 197-206. 1996.

Alcohol y Muerte Traumática en Jalisco. 80

Salud Pública de México, 36 (3): 269-274. 1994.

10
 Traumatismos y Envenenamientos en Jalisco. 87
Un estudio de la mortalidad a partir de autopsias.
Salud Pública de México, 33 (1): 77-87. 1991.

Algunos aspectos epidemiológicos del suicidio en Guadalajara. 100

Salud Pública de México. Época V, Núm. 3: 245-257. 1981.

La prevalencia de los gestos suicidas en la ciudad de Guadalajara durante 1975. 112

Salud Pública de México. Época V. Volumen XIX. Núm. 6. noviembre – diciembre de 1977.

Algunos aspectos epidemiológicos del suicidio en Jalisco. 131

Salud Pública de México. Época V, Núm. 2: 195-211. 1974.

Resumen de trabajos de investigación presentados en congresos. 148

(que no han sido publicados como artículos o tesis)

Suicidio en trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social. 149

Revista Higiene de la Sociedad mexicana de Salud Pública.
Sección 2. Los mejores trabajos libres presentados en la
LV Reunión Anual de la Sociedad Mexicana de Salud Pública.

Reseñas de tesis de grado 151

Traumatismos y envenenamientos: 152

Morbilidad y mortalidad en la zona metropolitana de Guadalajara.
Universidad de Guadalajara.1989.

La depresión y su relación con el suicidio. 155

Universidad de Guadalajara.1995.

Aspectos epidemiológicos del suicidio consumado 160

en el Estado de Jalisco. Periodo 1988-1993.
Universidad de Guadalajara.1995.

Crisis Psicológica en jóvenes con potencial suicida: 166

Fundamentación teórica y bases para la intervención.
Universidad de Guadalajara.1997.

Estadísticas de mortalidad durante 1997 en un área de Jalisco. 168

Universidad de Guadalajara.1998.

Perfil psicosocial del suicida en la zona metropolitana de Guadalajara de 1990 a 1997. 171
Universidad de Guadalajara.1998.

Análisis del perfil en conductas suicidas 174

y su comorbilidad con trastornos psiquiátricos y de la personalidad.
Universidad de Guadalajara.1998.

Desesperanza y riesgo rescate en sujetos con intento suicida. 175

Universidad de Guadalajara. 2000.

11
 Personalidad y estrategias de afrontamiento en sujetos con tentativa suicida. 177
Universidad de Guadalajara. 2003.

Perfil de temperamento y carácter de personas con intento suicida en Jalisco, México. 182
Universidad de Guadalajara; Sede: Hospitales Civiles de Guadalajara. 2004.

El rol del cambio de horario como detonante de los suicidios en México 1996-2001. 187
Universidad de Guadalajara. 2004.

Tendencia y distribución espacial de la mortalidad por suicidio en México 1979-2001. 189

Universidad de Guadalajara. 2004.

Documentos Institucionales 190

Diagnóstico para la atención integral de la conducta suicida en Jalisco. 191

Documento interno del Instituto Jalisciense de Salud Mental, Secretaría de Salud Jalisco.

Una escala para medir suicidabilidad en adolescente escolarizado de 12 a 15 años: 220

Resultados preliminares.
Documento interno. Registro DSP 0008502.
Instituto Regional de Investigación en Salud Pública.
Universidad de Guadalajara.

Artículo relacionado 231

Prevalencia de trastornos mentales y uso de servicios: 232

Resultados de la encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México.
Salud Mental, Vol. 26, Nº 4, 2003.

Conclusiones 250

Retos para la investigación científica sobre el fenómeno suicida en Jalisco. 251

12
Prólogo

La presente antología representa, de acuerdo a mi entender, el primer

esfuerzo efectuado en Jalisco, para establecer una memoria escrita de
manera sistemática, sobre el conocimiento del fenómeno suicida, ge-
nerado a través del proceso institucional de datos estadísticos o de la
investigación académica.
Como se puede constatar, el fenómeno suicida en Jalisco se ubica
en una posición jerárquica intermedia entre los estados de la República,
y presenta una tasa superior a la media nacional, con una tendencia al
incremento desde 1980, que estimamos como un aumento de 0.241
anual, en su tasa por 100 000 habitantes.
Para los preocupados en analizar el fenómeno, los datos estadísticos
están cada vez mejor estructurados, como se observa en los referentes
al año 2005. Dada esta situación, y que se pueden obtener datos, desde
1948, la posibilidad de desarrollar estudios más detallados como: los de
cohortes descriptivas por grupos generacionales y por sexo, el desarro-
llo de modelos de regresión áreas geo-económicas. Esta vigente infor-
mación que facilitaría el análisis epidemiológico diferencial, superando
el enfoque epidemiológico tradicional basado en tasas promediales.
En la antología, las investigaciones captadas datan desde 1974 has-
ta el año actual (2005), si bien son pocas, ponen de manifiesto pers-
pectivas interesantes.
Los estudios realizados en las ultimas décadas del siglo pasado, se
ubican dentro del paradigma cuantitativo y se pueden clasificar como
investigaciones epidemiológicas de tipo descriptivo, generadoras de hi-
pótesis sobre el suicidio, en sus dimensiones de espacio, tiempo y per-
sona.

13
 Los trabajos realizados a partir del año 2000,
proporcionalmente en mayor cantidad, presentan
la característica de incursionar por diversas teorías,
conceptos y enfoques, y aunque los menos ponen
de manifiesto la puesta en marcha de una
problematización académica pluri disciplinar del
fenómeno suicida en nuestro medio, se observa un
sano intento de tomar distancia de los paradigmas
hegemónicos de la investigación positivista.
El conocimiento generado plantéa que el fenó-
meno suicida en Jalisco sigue siendo un problema
de salud, cuya magnitud es de difícil determinación;
que aumenta merced a las cohortes jóvenes, que
presenta rasgos de “transmisibilidad”, que el alco-
hol interviene en una buena proporción en las lesio-
nes mortales auto infligidas, que no han sido sufi-
cientemente estudiados ciertos grupos de riesgo,
(vg: los trabajadores de la salud); que el perfil de la
persona con múltiples intentos suicidas se relaciona
con disregulación serotoninérgica y noradrenérgica,
que existen instrumentos que, aplicados a niños y
adultos jaliscienses, demuestran buenos niveles de
confiabilidad y validez, para medir desesperanza y
tipos de personalidad, asociados con el riesgo de la
tentativa suicida.
Lo señalado previamente pone de manifiesto la
dificultad de enfrentar científicamente el fenómeno
suicida. Esta situación no es privativa de nuestro
medio intelectual. Si tomamos el ejemplo de varios
pensadores encontramos divergencias en la concep-
tualización de una idea afín al suicidio, la muerte, y
así por ejemplo:
Para Heidegger, la muerte contribuye a la auten-
ticidad porque nos individualiza, sin embargo, para
Sartre y Camus, la muerte revela lo absurdo al res-
tar significado a la existencia y romper toda libertad
personal. Para estos dos últimos, el suicidio es en-
tonces una huida y excusa para no comprometerse,
tal como la corriente existencialista exige a todo ser
humano.
Como señalamos, la muerte, donde para fines
de este escrito englobamos al fenómeno suicida, es
también la culminación de la vida histórica y el ini-
cio de la vida meta histórica, lo cual plantea la nece-
sidad de estudiar al fenómeno suicida, no sólo en
términos cuantitativos, sino también en términos
cualitativos, situación de difícil conjunción, si se si-
gue cultivando en nuestro medio solamente la pro-
ducción de conocimiento desde el campo del saber
desde el paradigma positivista.
Se requiere que nuestros investigadores y
operativos, «problematicen» más aún el fenómeno
del suicidio introduciendo a la subjetividad como ca-
tegoría analítica y política, centrándola en procesos
que permitan darle movimiento a las preguntas so-
bre éste. Es decir, introducir nuevos enfoques de
análisis para no sólo ofrecer explicaciones causales,
sino también para comprender las condiciones pro-
cesales de la posibilidad de cometer o intentar el
acto suicida , desde nuestras capacidades de inves-
tigar, para evidenciar aspectos sobre las formas en
que se puede llegar a producir el morir de nuestros
intentos (y deseos) en la vida cotidiana.
Y es que ante el acto suicida no hay réplica, la
muerte es contundente, se termina o se aniquila
cualquier posibilidad con el sujeto suicida. Sin em-
bargo, no debemos olvidar que tan sólo un caso de
suicidio, a pesar del silencio que deja, paradójica-
mente grita un sinfín de preguntas sobre condicio-
nes (tanto materiales, como no materiales) en las
que los casos se producen y reproducen dentro de
los juegos de poder.
Por eso creo que esta antología se inscribe no en
la intención, sino en la búsqueda práctica, para
promover y abrir espacios de resistencia relaciona-
dos con juegos de poder que promuevan el cuidado
de la salud mental de la población jalisciense, en su
más simple y a la vez compleja cotidianidad
Cabe señalar que, si bien el conocimiento
ofertado es aún poco, su difusión a través de este
medio busca estrategias que no enmudezcan las
diversas expresiones de la angustia de existir, y que
14
favorezcan formas y prácticas de vida que hablen
de la posibilidad en la ruptura vital, de la posibilidad
en la incertidumbre existencial.
El tema del suicidio, como fenómeno suicida,
nos debe plantear interrogantes sobre el vivir y el
morir. De aquí que en nuestra práctica de la investi-
gación o del servicio de atención se requiere consi-
derar, no sólo la forma, sino también el significado
de vivir, a partir de un pensar distinto y tomando
en cuenta las condiciones socio históricas en las que
nos hemos formado.
La sistematización histórica del conocimiento del
fenómeno suicida en nuestro medio, que de hecho
inicia con esta publicación —merced a los esfuer-
zos concretos de los Doctores Francisco Páez y Re-
beca Robles—, es también parte de la historia so-
cial del conocimiento acerca del sufrimiento en la
desesperanza de muchos jaliscienses, que conjuga
la conciencia de los participantes y editores de esta
antología, que como profesionales de la salud, ofre-
cen como una respuesta sincera y espontánea, a la
confianza y responsabilidad que la sociedad les ha
otorgado.

Javier E García de Alba García

15
Introducción

El presente texto representa un esfuerzo de los integrantes de los Comi-

tés Científico y de Ética y de la Subcomisión de Investigación de la Red
Interinstitucional para la Prevención del Suicidio en el Estado de Jalisco
(RED PREVENCIÓN SUICIDIO), por lograr la compilación de la investi-
gación en torno al fenómeno suicida en la población del Estado de Jalis-
co, México.

El suicidio en Jalisco

Como parte de los documentos compilados en esta obra, se incluye un

«Diagnóstico del suicidio en Jalisco» que contiene las cifras de suicidio
en este Estado hasta el 2003; con base en los reportes del Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Por esta ra-
zón, en este apartado se abordarán únicamente las cifras de 2004 y lo
transcurrido de 2005, esta vez de acuerdo con el Servicio Médico Forense
del Estado (SEMEFO) (Ver Tablas 1 a 6).
La Red prevención suicidio propone no hacer «guerra de cifras», y
adoptar como fuente del número de suicidios del Estado de Jalisco al
SEMEFO, pues aunque es de todos conocido que puede haber
subregistro por diversos motivos (estigma, y/o imposibilidad de deter-
minar si un accidente es o no intencionado, por ejemplo), es sin duda la
fuente más confiable al respecto.
No se dispone, sin embargo, del registro de intentos de suicidio, y
aunque sabemos que se estima que hay 20 intentos por cada suicidio
consumado, será necesario impulsar medidas para lograr que el regis-
tro de los intentos de suicidio sea obligatorio, o al menos acostumbra-
do. De hecho, ésta ha sido una línea de investigación y acción (investi-
gación operativa) propuesta para la Red prevención suicidio.
16
Tabla 1 Tabla 2
Total de muertes por suicidio en el Estado de Jalisco Total de muertes por suicidio en el Estado de Jalisco
2004 del 01 de enero al 23 de agosto de 2005

ZMG Foráneos Total ZMG Foráneos Total

292 114 406 172 45 217
ZMG = Zona Metropolitana de Guadalajara ZMG = Zona Metropolitana de Guadalajara
Tabla 3.
Distribución de suicidios por género, edad, lugar de comisión y método utilizado en la Zona Metropolitana de Guadalajara
durante 2004.
Sexo
Número %
Masculino 232 79.45
Femenino 60 20.55
Total 292 100.00

Grupos de edad
Número %
Masculino Femenino
10 A 17 11 9 6.85
18 A 28 72 27 33.90
29 A 39 67 12 27.05
40 A 49 35 3 13.01
50 A 59 19 5 8.22
60 O más 28 4 10.96
TOTAL 232 60 100.00

Lugar de comisión
Municipio Número %
Guadalajara 127 43.49
Tlaquepaque 35 11.99
Tonalá 22 7.53
Tlajomulco de Zúñiga 13 4.45
Zapopan 60 20.55
Otros * 35 11.99
Total 292 100.00

Método utilizado
Mes Arma de fuego Ahorcamiento Intoxicación Otros TTotal
otal
Enero 4 12 3 0 19
Febrero 4 19 4 1 28
Marzo 3 17 2 0 22
Abril 6 19 8 1 34
Mayo 4 22 8 2 36
Junio 5 16 7 2 30
Julio 7 8 6 0 21
Agosto 3 11 3 0 17
Septiembre 2 12 2 2 18
Octubre 2 16 5 2 25
Noviembre 2 17 0 2 21
Diciembre 4 12 4 1 21
Total 46 181 52 13 292

17
Tabla 4.
Distribución de suicidios por género, edad, lugar de comisión y método utilizado en el interior del Estado de Jalisco
DURANTE 2004
Sexo

Número %
Masculino 81 27.74
Femenino 20 6.85
TOTAL 101 34.59
*13 casos más registrados sin información sobre sexo
Grupos de edad

Número %
Masculino Femenino
10 A 17 2 2 1.37
18 A 28 28 3 10.62
29 A 39 21 3 8.22
40 A 49 10 1 3.77
50 A 59 4 1 1.71
60 O más 2 1 1.03
Total 67 11 26.71
* 36 casos registrados sin información sobre edad
Lugar de somisión
Delegación Número %
Altos Norte 10 3.42
Altos Sur 12 4.11
Ciudad Guzmán 15 5.14
Costa Norte 12 4.11
Cpsta Sur 4 1.37
Sierra de Amula 9 3.08
Región Valles 16 5.48
Zona Ciénega 27 9.25
Total 105 35.96
* 9 casos registrados sin información sobre delegación.
Método utilizado
Mes Arma de fuego Ahorcamiento Intoxicación Otros Total
Enero 1 6 0 0 7
Febrero 1 3 1 0 5
Marzo 1 6 0 1 8
Abril 1 7 2 0 10
Mayo 4 8 0 1 13
Junio 4 7 1 1 13
Julio 2 6 3 0 11
Agosto 3 8 0 0 11
Septiembre 1 6 0 0 7
Octubre 2 6 2 1 11
Noviembre 3 5 0 1 9
Diciembre 0 7 1 1 9
Total 23 75 10 6 114

18
Tabla 5.
Distribución de suicidios por género, edad, lugar de comisión y método utilizado en la Zona Metropolitana de Guadalajara
del 01 de enero al 23 de agosto de 2005.
Sexo
Número %
Masculino 138 80.23
Femenino 34 19.77
TOTAL 172 100.00

Grupos de edad
Número %
Masculino Femenino
10 A 17 10 2 6.98
18 A 28 47 17 37.21
29 A 39 33 5 22.09
40 A 49 23 4 15.70
50 A 59 15 3 10.47
60 o más 10 3 7.56
TOTAL 138 34 100.00

Lugar de comisión
Municipio Número %
Guadalajara 73 42.44
Tlaquepaque 24 13.95
Tonalá 16 9.30
Tlajomulco de Zúñiga 4 2.33
Zapopan 37 21.51
Otros 18 10.47
Total 172 100.00

Método utilizado
Mes Arma de fuego Ahorcamiento Intoxicación Otros Total
Enero 2 14 5 2 23
Febrero 2 11 4 1 18
Marzo 5 11 7 0 23
Abril 1 15 3 1 20
Mayo 6 21 5 1 33
Junio 2 20 2 1 25
Julio 1 10 2 1 14
Agosto 3 10 2 1 16
Septiembre 0 0 0 0 0
Octubre 0 0 0 0 0
Noviembre 0 0 0 0 0
Diciembre 0 0 0 0 0
Total 22 112 30 8 172

19
Tabla 6.
Distribución de suicidios por género, edad, lugar de comisión y método utilizado en el interior del Estado de Jalisco del
01 de enero al 31 de mayo de 2005
Sexo
Número %
Masculino 27 15.70
Femenino 6 3.49
TOTAL 33 19.19

Grupos de edad
Número %
Masculino Femenino
10 A 17 0 3 1.74
18 A 28 6 0 3.49
29 A 39 6 0 3.49
40 A 49 3 1 2.33
50 A 59 3 1 2.33
60 o más 2 0 1.16

Lugar de comisión
Delegación Número %
Altos Norte 3 1.74
Altos Sur 2 1.16
Ciudad Guzmán 7 4.07
Costa Norte 2 1.16
Costa Sur 0 0.00
Sierra de Amula 8 4.65
Región Valles 5 2.91
Zona Ciénega 6 3.49
Total 33 19.19

Método utilizado
Mes Arma de fuego Ahorcamiento Intoxicación Otros Total
Enero 2 4 1 1 8
Febrero 3 4 0 0 7
Marzo 1 5 1 1 8
Abril 3 7 0 0 10
Mayo 3 7 1 1 12
Junio 0 0 0 0 0
Julio 0 0 0 0 0
Agosto 0 0 0 0 0
Septiembre 0 0 0 0 0
Octubre 0 0 0 0 0
Noviembre 0 0 0 0 0
Diciembre 0 0 0 0 0
Total 12 27 3 3 45

20
 Cabe señalar que, aunque la tasa de suicidio en
Jalisco no es tan alarmante como en otros estados
de la República Mexicana, y mucho menos en com-
paración con otros países, es cierto que la oportuni-
dad de llevar a cabo acciones para prevenir un fenó-
meno social es mayor en tanto más sensibilizada
esté una población en particular. En ese sentido, Ja-
lisco es un lugar ideal para contar con el apoyo de
todos los sectores de la sociedad para llevar a cabo
programas de prevención y atención del fenómeno
suicida. Baste como dato de la sensibilidad de los
tapatíos en torno al fenómeno suicida, la gran can-
tidad de notas al respecto que se difunden en los
medios masivos de comunicación locales. Es sin
duda ésta preocupación comportida una de las ra-
zones que permitieron la creación y consolidación
de la Red prevención suicidio (así como los esfuer-
zos concretos de Verónica Jalomo, Marcela Palacios
y Enriqueta Cambero, de la Subdirección de Aten-
ción en salud mental del Instituto Jalisciense de Sa-
lud Mental: valga esto como un pequeño pero sen-
tido agradecimiento).
Red Prevención Suicidio
A iniciativa del Gobierno del Estado de Jalisco, y bajo
el liderazgo de la Secretaría de Salud, se integró lo
que hoy se conoce como Red Interinstitucional para
la Prevención del Suicidio en el Estado de Jalisco (Red
prevención suicidio), con la finalidad de afrontar la
problemáticas del suicidio de esta población, a tra-
vés de un esfuerzo de coordinación intersectorial e
interdisciplinaria, y con la plena participación de la
sociedad. Esta red se organiza en subcomisiones y
áreas de apoyo (sistemas de información y comuni-
cación socila).
La Subcomisión de Promoción y Prevención tie-
ne por objetivo, promover y mantener una cultura
de prevención del suicidio, a través de la identifica-
ción de factores de riesgo y el fortalecimiento de
factores protectores. La Subcomisión de urgencias-
rescate se ocupa de proporcionar un servicio coor-
dinado y eficiente en casos de urgencia (entendien-
do ésta desde el llamado de auxilio hasta que el usua-
rio recibe atención médica), que permita realizar una
evaluación e intervención inmediata ante riesgo de
suicidio. Por su parte, la Subcomisión de Atención
se propone asegurar la detección oportuna, trata-
miento integral y el seguimiento de los individuos
con ideación y/o tentativa suicida, así como de las
personas afectadas por un caso de muerte por sui-
cidio. La Subcomisión de Capacitación tiene como
objetivo ofrecer programas de capacitación y actua-
lización continua en materia del fenómeno suicida
a los profesionales de los diferentes sectores
involucrados.
Finalmente, la Subcomisión de Investigación, tie-
ne como objetivo promover, realizar y difundir in-
vestigación científica de calidad ética y técnica so-
bre el fenómeno suicida.
La Subcomisión de Investigación es actualmen-
te coordinada por el Instituto Tecnológico de Estu-
dios Superiores de Occidente, y se planteó como
líneas de acción: 1) Formación de una unidad de
asesoría en investigación en el fenómeno suicida, 2)
Integración y distribución de un acervo bibliográfi-
co de alta calidad en materia de suicidio, 3) Promo-
ción y realización de investigación científica de cali-
dad ética y técnica sobre el fenómeno suicida, 4)
Gestión de financiamiento público y privado para el
desarrollo de investigación.
Con la finalidad de fomentar la realización de
investigación de alta calidad científica y ética, los in-
tegrantes de esta subcomisión se encargaron de la
creación y consolidación de los Comités Científico y
de Ética de la RED.
Comités científico y de Ética
De acuerdo al Reglamento de la Ley General de Sa-
lud en materia de investigación para la salud , en
toda institución de salud donde se realice investiga-
ción se deberán constituir:
21
 1) Un comité de ética en el caso de que se rea-
lice investigación en seres humanos,
2) Un comité de bioseguridad si se desarrolla
investigación que involucre la utilización de
dispositivos generadores de radiaciones
ionizantes u otros procedimientos análogos
que puedan representar riesgo para la salud.
3) Un comité de investigación.
La Red prevención suicidio conformó sus comi-
tés científico y de ética, y no así uno de bioseguridad,
en tanto que no se realizará investigación que
involucre los procedimientos que implican riesgo a
la salud de los que se ocupan estos comités.
Las funciones de los comités científico y de in-
vestigación de la Red prevención suicidio son:
1. Proporcionar asesoría a los titulares o respon-
sables de la institución, que apoye la deci-
sión sobre la autorización para el desarrollo
de investigaciones.
2. Auxiliar a los investigadores para la realiza-
ción óptima de sus estudios.
3. Vigilar la aplicación del Reglamento de la Ley
General de Salud en materia de Investigación
para la salud y demás disposiciones aplica-
bles.
El Comité de Ética emiteuna opinión técnica so-
bre los aspectos éticos de las investigaciones pro-
puestas, mediante la revisión de los riesgos, los be-
neficios y la carta de consentimiento informado,
entre otros. Ello con la finalidad de garantizar el bien-
estar y los derechos de los sujetos de investigación.
Por su parte, el comité científico o de investiga-
ción:
1) Evalúa la calidad técnica y el mérito científi-
co de la investigación propuesta.
2) Formulauna opinión y emite un dictamen que
debe incluir la opinión de la comisión de éti-
ca.
Cabe señalar que su representante ante la Co-
misión Federal para la Protección de Riesgos Sanita-
rios (COFERIS) de la Secretaria de Salud del Gobier-
no de la República Mexicana, es el Mtro. Everardo
José Fernando Camacho Gutiérrez; Coordinador del
Departamento de Salud, Psicología y Comunidad del
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Oc-
cidente. El registro de los comités ante esta instan-
cia se encuentra en trámite.
Método
El procedimiento empleado para lograr la presente
compilación de estudios en torno al fenómeno sui-
cida en Jalisco, México, comprendió:
1. Realización de una búsqueda de:
1.1 Artículos científicos en las bases de da-
tos de revistas nacionales e internacionales
indexadas PSYCLIT, MEDLINE, OVID, EBSCO-
HOST y PROQUEST; con las palabras clave:
suicidio y Guadalajara o Jalisco o México.
1.2 Tesis de grado en: a) el CEDOCI (Centro
de Documentación Científica) de la Universi-
dad de Guadalajara, la institución educativa
pública más grande del Estado, que agrupa
a la mayor cantidad de investigadores socia-
les y en salud; b) en la base de datos en línea
de una de las instituciones educativas priva-
das de mayor prestigio, y la pionera en la for-
mación de psicológos en el Estado: el Insti-
tuto Tecnológico de Estudios Superiores de
Occidente; y c) de tesis de especialidad en
Psiquiatría en los Hospitales Civiles de
Guadalajara y en el Instituto Jalisciense de
Salud Mental.
1.3 Documentos internos sobre suicidio.
2. Recolección de artículos, tesis de grado y do-
cumentos institucionales sobre el fenómeno suici-
da en Jalisco, México; y solicitud de autorización para
la publicación total de los mismos a las editoriales
de las revistas o a las autoridades institucionales
correspondientes. Como es bien sabido, los autores
de un artículo científico ceden los derechos del mis-
mo a la editorial.
22
 Afortunadamente todas las editoriales a las que
fué solicitada la reproducción total de los artículos
accedieron a ello en forma rápida y gratuita.
3. Cuando fue posible, se visitó a los investiga-
dores principales de los artículos y tesis encontradas
para preguntar si habían elaborado alguna otra in-
vestigación al respecto, y compilarla entonces, aun-
que no hubiese estado indexada en las bases de da-
tos de revistas científicas en que se realizó la bús-
queda.
4. Elaboración de reseñas de tesis de grado, con
base en la revisión total del texto, y a propóstio de
este compendio.
5. Inclusión de un artículo relacionado por con-
siderarse de alto interés para el lector. Se trata del
reporte dell reciente estudio de epidemiología psi-
quiátrica de México. Con base en este se elaboró
otro de los artículos que se incluyen (sobre tenden-
cia suicida en el país), e incluye a Jalisco dentro de la
Zonas estudiadas. Además, es bien sabido la pre-
sencia de trastornos mentales constituye un fuerte
riego para el intento suicida.
Conclusiones
piedades psicométricas de las versiones en español
del instrumentos de evaluación de riesgo suicida,
de prevalencia en diversas poblaciones, o de análisis
sobre la relación entre variables específicas y el fe-
nómeno suicida; que pueden ser de suma utilidad
para facilitar el abordaje integral, sensible a la cultu-
ra y basado en evidencia científica, sea para su estu-
dio, evaluación, prevención, atención, difusión en
medios masivos de comunicación, y/o para la toma
de decisiones político-sanitarias.
Finalmnete, se concova a todos los investigado-
res, cuyos trabajos no hayan sido incluidos aquí a
que envién sus textos a los compiladores para que
sean integrados en una segunda edición del presen-
te.
Se invita también a los estudiantes e investiga-
dores del fenómeno suicida a que envién a la Red
prevención suicidio los trabajos de investigaicón que
en un futuro publiquen, sea en forma de tesis y/o
artículo científico, para continuar con la tarea de
actualizar el acervo bibliográfico en la materia.
Rebeca Robles García
Marcela Palacios Minakata

Sin duda alguna, la búsqueda de documentos cien-

tíficos en torno al fenómeno suicida que se presen-
ta en este texto, no se llevó a cabo en la totalidad de
fuentes en donde puede encontrarse investigación
sobre el tema, aunque cubre aquellas en donde se
encuentran estudios de adecuada calidad técnica y
ética (artículos científicos publicados en revistas
indexadas o arbitradas), y/o en donde se concentran
la mayoría de los investigadores en el área.
No dudamos en aclarar desde ya, que es eviden-
te que será necesario ampliar esta búsqueda, e in-
cluir el resto de investigaciones que se hayan reali-
zado y escapado al presente documento.
Empero, se presenta una serie de documentos,
que van desde revisiones de la literatura, hasta estu-
dios empíricos en población jalisciense, sea de pro-

23
Artículos Internacionales
Evaluación del riesgo suicida en niños:
Propiedades psicométricas de la versión en castellano del
Cuestionario de Riesgo Suicida (RSQ)
Actas Españolas de Psiquiatría, 33 (5): 292-297. 2005.
Rebeca Robles García *
Francisco Páez Agraz *
Milagros Ascencio Guirado *
Edgar Mercado Salcedo *
Lorena Hernández Muñoz *
* Instituto Jalisciense de Salud
Mental, Secretaría de Salud Jalisco,
México.
Correspondencia:
Dra. Rebeca Robles García.
Instituto Jalisciense de Salud
Mental. Avenida Zoquipan 1000-A.
Col. Zoquipan, Zapopan, Jalisco,
México. CP 45170.
Correo electrónico:
reberobles@hotmail.com.
Resumen
Introducción
Introducción. El Cuestionario de Riesgo Suicida (Risk of Suicide
Questionnaire, RSQ) es una herramienta de autoaplicación útil para evaluar
el riesgo suicida en niños.
Objetivo. El presente estudio pretendió determinar la validez y fiabili-
dad de su versión en español en población infantil mexicana.
Método. Se llevó a cabo la traducción y adaptación al español del RSQ
y se aplicó a estudiantes mexicanos de quinto y sexto grado de primaria
de ambos sexos, cuyos padres aceptaron que participaran en el estudio,
junto con los Inventarios de Depresión (BDI) y la Escala de Desesperanza
de Beck (EDB). Los padres de los niños que mostraron riesgo suicida
fueron invitados a que acudieran con el menor a una cita subsiguiente
de evaluación y tratamiento gratuitos en el Instituto Jalisciense de Salud
Mental. Se eliminó el ítem 9 del BDI por ser idéntico a uno del RSQ para
análisis de correlación correspondiente.
Resultados. Participaron un total de 88 estudiantes, con una edad
promedio de 11,23 ± 0,78 años; 55,7 % de los cuales eran hombres. La
puntuaciones promedio en las escalas fueron: RSQ: 8,3 ± 9,05; depre-
sión: 7,4 ± 6,7, y desesperanza: 18 ± 3,3. El índice de consistencia
interna del RSQ fue 0,68. Los coeficientes de correlación intraclase en-
tre las puntuaciones totales del RSQ y los inventarios BDI y desesperan-
za fueron: 0,74 y 0,52, respectivamente. Sólo uno de los 56 menores
que mostraron riesgo suicida fue llevado por sus padres para el segui-
miento que se les ofreció.
Conclusiones. La versión en español del RSQ demostró validez y
confiabilidad aceptables en estudiantes mexicanos.
Palabras clave:
Suicidio, Niñez, Evaluación, Cuestionario de Riesgo Suicida (RSQ).
25
Summary
Evaluation of suicide risk in children:
psychometric properties of the Spanish version of
the Risk of Suicide Questionnaire (RSQ)
Introduction. Risk of Suicide Questionnaire (RSQ)
is a useful self-administered tool to assess suicide
risk among children.
Objetive. The aim of this study was to translate
RSQ into Spanish and determine its validity and
reliability among Mexican children.
Method. After a culturally sensitive RSQ items
translation, all fifth and sixth grade elementary
school students of both genders, from a private
educational Institution in Guadalajara (Mexico)
whose parents gave informed consent to
participate, completed the RSQ Spanish version and
the Beck’s Depression and Hopelessness
Inventories. The parents of the children who had a
suicide risk were contacted and invited to come
with their child to a subsequent appointment for
evaluation and free treatment in the Jalisciense
Mental Health Institute.
For correlation analysis, item number 9 related to
suicide was eliminated.
Results. A total sample of 88 students
participated. Their mean age was 11.23 ± 0.78
years old, and 55.7 % were male. Mean total scales
were as follows: RSQ: 8.3 ± 9.05; depression: 7.4
± 6.7, and hopelessness: 18 ± 3.3. Cronbach’s
alpha for RSQ was 0.68. Intra class coefficients
correlations between RSQ and depression and
hopelessness inventories were 0.74 and 0.52,
respectively. Only one of the 56 minors considered
to have a certain suicide risk (n=56) came to a
professional evaluation with their parents.
Conclusions. The Spanish version of the RSQ
showed adequate validity and reliability in Mexican
students.
Key words:
Suicide, Children, Measures, Risk of Suicide
Questionnaire (RSQ).
Introducción
El suicidio puede definirse como la muerte
autoinflingida intencionalmente. Aunque el suicidio
tiene prevalencias altamente variables entre países,
en muchos de ellos es una de las tres primeras cau-
sas de muerte en varones entre 15 y 34 años de
edad, y en Estados Unidos es la segunda causa de
defunción entre los adolescentes, tan sólo después
de los accidentes1. Además es indudable que el sui-
cidio en niños tiene un fuerte efecto mediático (lo
que es una oportunidad para la acción de los siste-
mas de salud) y que muestra un claro incremento
en términos brutos y ajustados2-4..
De acuerdo con Medina-Mora et al., también en
México la ideación suicida es altamente frecuente
en jóvenes de ambos sexos entre 13 y 25 años de
edad5,6; y en el estado de Jalisco, en donde se llevó a
cabo el presente estudio, se ha documentado un
incremento de suicidios en menores: en 2001 del
total de 321 suicidios, 17 (8,01 %) fueron efectua-
dos por personas entre 10 y 17 años de edad; en
2002, de 355 suicidios, 24 (10,52 %); en 2003, de
349, un total de 48, y tan sólo en el principio de
2004 (hasta marzo), de un total de 79 muertes por
suicidio en Jalisco, 5 han sido de menores en este
rango de edad7.
Actualmente está ampliamente aceptado que la
identificación oportuna de riesgo suicida puede y
debe ser una de las obvias medidas para su preven-
ción. Empero, frecuentemente no se detecta inclu-
so el alto riesgo suicida en la población en general y
en niños y adolescentes en particular.
Así por ejemplo, de acuerdo con Clarck (1993),
el 83 % de los adolescentes que asisten a centros de
primer nivel de atención y que han intentado suici-
darse no son reconocidos como personas con ries-
go suicida por los médicos generales8.
En este estado de cosas, los instrumentos o es-
calas de medición resultan herramientas especial-
mente útiles para facilitar que las personas que tie-
26
nen contacto cotidiano con los niños y adolescen-
tes, como médicos, maestros y padres de familia o
pares, puedan detectar riesgo suicida y remitirles a
tratamiento especializado. Hoy se dispone de mé-
todos de evaluación de este fenómeno, aunque la
gran mayoría de ellos: a) resultan costosos en tanto
que dependen de la aplicación de un profesional de
la salud mental experto, como en el caso de las en-
trevistas psiquiátricas; b) fueron desarrollados en
otros países y no se cuenta con su traducción al es-
pañol y con los estudios de validez y fiabilidad en
poblaciones hispanoparlantes, o c) requieren de
tiempo y entrenamiento especializado con el que
generalmente no cuentan las personas que tienen
contacto cotidiano con la población general9-13. Así,
resulta necesario dirigir esfuerzos para desarrollar y/
o traducir, adaptar y validar herramientas útiles y
sencillas en castellano para la detección de riesgo
suicida en la población general y en los niños y ado-
lescentes en particular. Este tipo de cuestionarios
de autoaplicación indagan generalmente la presen-
cia de los factores de riesgo más importantes de
suicidio en niños, léase: intentos de suicidio previos,
presencia de un trastorno del estado del ánimo,
como depresión, y la historia de abuso sexual13. Tal
es el caso del Cuestionario de Riesgo Suicida (RSQ)
(de las siglas en inglés de Risk of Suicide
Questionaire)14.
En esta dirección el presente trabajo tuvo por
objetivos traducir al español y determinar la validez
convergente y consistencia interna de la versión en
español del RSQ en una muestra de niños mexica-
nos.
Método
Sujetos
Se evaluó una muestra tipo censal de los alumnos
de ambos sexos que estudiaban el quinto o sexto
grado de primaria en la escuela privada Simón Bolí-
var, ubicada en la zona metropolitana de Guadalajara
(México), cuyos padres o tutores autorizaron por
escrito su participación en el estudio.
Instrumentos
Cuestionario de Riesgo Suicida (RSQ)
El RSQ14 fue desarrollado recientemente por
Horowitz et al. (2001) para posibilitar la identifica-
ción de riesgo suicida en niños por parte de perso-
nal no especializado en salud mental. Este instru-
mento de autoaplicación que consta de 14 pregun-
tas que indagan la severidad de los factores de ries-
go para suicidio en menores con base en una escala
tipo lickert de 7 puntos, de manera que a mayor
puntuación se denota mayor riesgo suicida, y la pun-
tuación total máxima puede ser de 34 puntos. Los
estudios psicométricos de su versión original en in-
glés demuestran que se trata de un instrumento con
alta sensibilidad y especificidad para detectar riesgo
suicida en niños por parte de personal de enferme-
ría que atiende una sala de emergencia pediátrica9.
A partir de esta versión la propia autora desarro-
lló una forma breve, utilizando como estándar de
oro el Cuestionario de Ideación Suicida (SIQ), que se
compone de tan sólo 4 ítems que bien puede facili-
tar la rápida (y oportuna) detección de riesgo suici-
da en niños y la toma de decisiones por parte de
personal no especializado en salud mental.
Estos 4 ítems son aquellos que cuestionan acer-
ca de la conducta suicida actual, ideación suicida
pasada, conducta autodestructiva pasada y
estresores actuales (ver anexo), y son los que han
demostrado mayor sensibilidad (0,98), especificidad,
valor de predicción positivo (0,87) y negativo (0,97)14.
Inventario de Depresión de Beck (BDI)
El BDI15 fue diseñado para evaluar la intensidad de
la sintomatología depresiva que presenta un indivi-
duo. El instrumento es autoaplicable y consta de
27
21 reactivos, cada cual con cuatro afirmaciones que
describen el espectro de severidad de la categoría
sintomática y conductual evaluada. En todos los
casos el primer enunciado tiene un valor de 0, que
indica la ausencia del síntoma, el segundo de 1 pun-
to, el tercero de 2 puntos, y el cuarto de 3 puntos,
que constituye la severidad máxima del síntoma. Los
primeros 14 reactivos se refieren a síntomas afecti-
vo-cognoscitivos y los 7 restantes a síntomas
vegetativos y somáticos que regularmente se inclu-
yen para hacer el diagnóstico de depresión mayor.
El instrumento ha mostrado tener validez y
confiabilidad aceptables para su empleo en el ejerci-
cio clínico y de investigación, y la versión en español
que se utiliza en el presente estudio se ha compor-
tado psicométricamente de manera similar a la ver-
sión original15-17.
Escala de Desesperanza de Beck (EDB)
La EDB18 es un instrumento diseñado para medir el
grado de desesperanza presente en adolescentes y
adultos, entendiendo la desesperanza como un es-
quema cognitivo de expectativas negativas acerca
del futuro inmediato y a largo plazo y evaluando las
actitudes acerca del futuro (pesimismo).
Aunque este instrumento no fue diseñado como
prueba de tamizaje ha sido utilizado como indica-
dor indirecto de intentos de suicidio en adolescen-
tes y adultos19. La escala es un instrumento estruc-
turado, de autoaplicación de lápiz y papel (o para
administración verbal por parte del clínico), que cons-
ta de 20 reactivos de cierto o falso, que puede ser
aplicados a pacientes hospitalizados, en urgencias o
ambulatorios.
La severidad de la desesperanza se calcula en
base a la sumatoria de las puntuación en el total de
los ítems. Cada ítems se califica con «cero» o «uno»
en el caso de presentar el síntoma, por lo que la
puntuación total puede ir de 0 a 20 puntos, en don-
de 0-3 es mínima, 4-8 media, 14 moderada y 15-20
severa18. La EDB ha demostrado ser un instrumen-
to válido, con alta consistencia interna y estabilidad
temporal18-20, que es útil para identificar adecua-
damente a personas que han tenido un intento sui-
cida en el próximo año10.
Procedimiento y análisis estadístico
En primer lugar se llevó a cabo la traducción al es-
pañol de la versión original en inglés del RSQ por
parte de dos investigadores con dominio de ambas
lenguas y que resolvieron sus divergencias en base a
la colaboración de una tercera investigadora espe-
cialista en adolescentes y apremiando la adaptación
cultural de los ítems en cuestión. Entonces, las au-
toridades escolares llevaron a cabo una reunión con
los padres de familia para exponerles el proyecto y
solicitarles su colaboración.
Aquellos que aceptaran que sus hijos participa-
ran en el estudio lo harían patente firmando la carta
de consentimiento informado correspondiente.
Acto seguido, tres investigadores acudieron a la es-
cuela en los días y horarios que las autoridades aca-
démicas indicaron, para aplicar los instrumentos a
los alumnos que aceptaron contestarlos de forma
voluntaria y de cuyos padres se recibió el consenti-
miento informado firmado autorizando que el me-
nor participara en el estudio. Posteriormente, los
padres o tutores de los participantes que mostraron
riesgo suicida fueron contactados vía telefónica por
una de las investigadoras, médico psiquiatra espe-
cialista en adolescentes, para invitarles a una cita
gratuita para evaluación y atención especializada
subsiguiente en el Instituto Jalisciense de Salud Men-
tal de la Secretaría de Salud Jalisco (México). Final-
mente, los datos fueron vaciados y analizados en el
paquete estadístico SPSS-X versión 10.0 para
Windows PC. Se obtuvo la puntuación total de to-
das las escalas, eliminando para ello el reactivo nú-
mero 9 del BDI, referente a la intención de suicidar-
se, que se solapa con los reactivos del RSQ que eva-
lúan este factor de riesgo para el suicidio.
28
Ello con la finalidad de determinar la validez conver-
gente más exacta entre estos constructos. La con-
sistencia interna del instrumento se calculó en base
al coeficiente alfa de Cronbach para el total de los
ítems de la escala, y se calcularon coeficientes de
correlación intraclase entre las puntuaciones totales
del instrumento y las del BDI o la EDB. Finalmente,
la presencia frente a ausencia de riesgo suicida se
determinó en base a la respuesta afirmativa de los
menores a uno o más de los cuatro ítems que cons-
tituyen la forma breve del RSQ9.
Resultados
La muestra total del estudio estuvo integrada por
88 estudiantes con una edad promedio de 11,23 ±
0,78 (rango: 10-13) años, 55,7 % de los cuales eran
del sexo masculino.
Prácticamente la mitad de los participantes cur-
saban el quinto año de primaria (n = 49; 55,7 %) y
el resto el sexto grado (n = 39; 44,3 %).
Las puntuaciones promedio en las escalas fue-
ron para la versión en español del RSQ: 8,3 ± 9,05;
en el BDI: 7,4 ± 6,7, y en la EDB: 18 ± 3,3. El índice
de consistencia interna de la versión en español del
RSQ alfa de Cronbach fue de 0,68, y las correlacio-
nes entre las puntuaciones totales del RSQ y los
inventarios de depresión y desesperanza fueron: 0,75
(p = 0,001) y 0,52 (p = 0,001), respectivamente.
Un total de 56 menores (63,6 %) contestaron
afirmativamente a alguno de los cuatro indicadores
de riesgo suicida del RSQ y seis de ellos (6,81 %)
contestaron afirmativamente a estos cuatro
indicadores, por lo que se consideraron con «pro-
bable elevado riesgo suicida», y se decidió llamarlos
antes que al resto para ofrecer a sus padres evalua-
ción y tratamiento especializado. Empero, sólo uno
del total de los menores contactados fue llevado por
sus padres a la subsiguiente evaluación para aten-
ción especializada que se les ofreció gratuitamente
en el Instituto Jalisciense de Salud Mental de la Se-
cretaría de Salud Jalisco, México. Se ignora si el res-
to fue llevado a otro tipo de servicio de atención en
salud mental.
Discusión y conclusiones
La versión en español del RSQ mostró una modera-
da consistencia interna y una correlación modera-
da-alta con escalas que evalúan constructos que se
hipotetizan estrechamente vinculados con el riesgo
suicida21, lo que sugiere que se trata de una medida
válida y confiable para evaluar a población mexica-
na.
Cabe señalar que era esperable (y deseable) que
la correlación entre el RSQ y la medida de desespe-
ranza fuera positiva y moderada en virtud de que, si
bien evalúan variables relacionadas, las escalas de-
ben demostrar que miden constructor diferentes.
En el caso de la depresión se encontró una correla-
ción positiva y más bien alta. Ello puede explicarse
en tanto que se trata de fenómenos francamente
(aunque no forzosamente) vinculados.
De esta manera, la versión en español del RSQ
puede considerarse una herramienta útil para la de-
tección oportuna del riesgo suicida en niños, que
bien puede ser utilizada en escenarios educativos y
de todos los niveles de atención para la salud, para
fomentar la toma de decisiones clínicas basadas en
evidencia y sensible a nuestra cultura.
En una segunda fase de este trabajo habrá de
determinarse la sensibilidad, especificidad y valor
predictivo positivo y negativo del la versión extensa
y breve en español del RSQ cuando es aplicado no
sólo por personal de la salud, sino por aquellos que
se encuentran en cotidiano contacto con los meno-
res, como son los padres de familia, maestros y pa-
res.
29
Bibliografía

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Páez, F.* **
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* Instituto Jalisciense de Salud
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Secretaría de Salud, Jalisco.
** Red Interinstitucional para la
prevención del suicidio del
Estado de Jalisco
*** Hospital Civil de Guadalajara.
Correspondencia:
Dra. en Psic. Rebeca Robles García.
Jefe del Departamento de Investi-
gación. Subdirección de Calidad y
Desarrollo Institucional. Instituto
Jalisciense de Salud Mental,
Secretaría de Salud Jalisco. Av.
Zoquipan, 1000-A, Colonia
Zoquipan, Zapopan, Jalisco,
México. C.P. 45170. Correo
electrónico:
reberobles@hotamil.com
Resumen
El OBJETIVO del presente trabajo fue determinar el perfil de tempera-
mento y carácter relacionado con el intento suicida. MÉTODO: Los
pacientes consecutivos, hombres y mujeres, entre 18 y 65 años de edad,
con intento suicida, hospitalizados en el Servicio de Psiquiatría del Anti-
guo Hospital Civil de Guadalajara, Jalisco, México, fueron evaluados con
base en el Inventario de Temperamento y Carácter de Cloninger, y com-
parados con los datos normativos mexicanos. RESUL RESULTTADOS: Del total
de 63 pacientes, con edad promedio de 28.25 + 9.28 años, 54% son
mujeres. El perfil de personalidad de las personas con intento suicida, a
diferencia de la población normal, se caracterizó por: 1) elevación de
“Búsqueda de la novedad” (22.9 + 6.0 vs. 20.2 + 5.1; t=3.30, gl=83,
p=0.01), “Evitación del daño” (19.0 + 4.8 vs. 12.6 + 7.1; t=8.54,
gl=132, p<.0001), y “Autotrascendencia” (19.1 + 5.6 vs. 16.4 + 6.2;
t=3.41, gl=100, p=.0009); y 2) disminución de “Autodirección” (26.8
+ 6.2 vs. 29.9 + 10.8; t=-3.02, gl=161, p=0.002), y “Cooperatividad”
(26.0 + 4.5 vs. 28.2 + 9.9; t=-2.59, gl=214, p=0.01). Finalmente, los
hombres con intento suicida mostraron un mayor índice de evitación
del daño en comparación con las mujeres (20.37 + 5.3 vs. 17.82 + 4.1;
t=-2.14, gl=61, p=.036). CONCLUSIONES: Los factores tempera-
mentales relacionados con el intento suicida están vinculados con la
desregulación serotoninérgina y noradrenérgica relacionada previamente
con este fenómeno, y la suma de rasgos caracterológicos dan cuenta
de la compleja interacción entre pautas heredadas y aprendidas del com-
portamiento suicida.
Palabras clave: Suicidio, temperamento, carácter, personalidad.
31
Sumary
The AIM of this study was to establish the
association between temperament a character
personality traits with attempted suicide patients.
METHOD: Consecutively adults subjects any
gender, between 18-65 years old, presenting a
suicide attempt at the Psychiatric Service of Civil
Hospital of Guadalajara, Jalisco, Mexico, were
evaluated. Cloninger´s Temperament a Character
Inventory (TCI) was voluntarily responded. TCI
dimenetions were compared between suicide
attempt subjects and the Mexican norm of the
instrument, previously published. RESUL TS: A to-
RESULTS:
tal 63 subjects was recruited in a 6 month period,
54% females, with a mean age of 28.25 + 9.28
years old. Personality traits associated with suicide
attempt in comparison with general population
included: Temperament: elevation in “Novelty
Seeking” (22.9 + 6.0 vs. 20.2 + 5.1; t=3.30,
df=83, p=0.01), “Harm avoidance” (19.0 + 4.8 vs.
12.6 + 7.1; t=8.54, df=132, p<.0001), and “Self
transcendence” (19.1 + 5.6 vs. 16.4 + 6.2; t=3.41,
df=100, p=.0009); and Character: decrease in
“Self direction” (26.8 + 6.2 vs. 29.9 + 10.8; t=-
3.02, df=161, p=0.002), and “Cooperativeness”
(26.0 + 4.5 vs. 28.2 + 9.9; t=- 2.59, df=214,
p=0.01). Finally, suicide attempt males showed
higher “harm avoidance” than females (20.37+
5.3 vs. 17.82 + 4.1; t=-2.14, df =61, p=.036).
CONCL USION: Temperament traits associated
CONCLUSION:
with suicide attempt in the present study has been
reported dependent of the serotoninergic and
noradrenergic deregulation implicate in suicide
phenomena; and character personality dimensions
presumed related suggest, once again, a complex
relationship between biological and learning factors
involved to explain suicide behavior.
Key words: Suicide, temperament, character,
personality
Introducción
El suicidio se ha convertido en una de las principales
causas de defunción: ya desde hace algunos años la
Organización Mundial de la Salud estimó que, mun-
dialmente alrededor de mil personas al día cometen
suicidio. El intento de suicidio, obvio factor predictor
del suicidio consumando, bien puede definirse como
un comportamiento que significa la intención deli-
berada de provocarse la muerte (1). En las socieda-
des occidentales, la ideación e intentos suicidas son
más comunes en mujeres en una proporción de 3 a
1 (2-5); y para el suicidio completado las cifras casi
se invierten 4 a 1 (6).
Existe evidencia en a favor de una estrecha rela-
ción entre la personalidad y el fenómeno suicida. Se
han documentado: 1) Características de la persona-
lidad relacionadas al intento suicida, tales como: in-
troversión, dificultad para expresar las emociones,
perfeccionismo, pesimismo, dependencia, rigidez,
impulsividad, conductas auto-punitivas, conflictos
interpersonales, búsqueda de atención y conducta
impulsiva, agresiva y/o antisocial, entre otras (7-11),
2) Relación entre ideación suicida y suicidio con ras-
gos de personalidad, como el “Neurotiscismo” (12)
y Evitación del daño (13); 3) Presencia de trastornos
de la personalidad en al menos una tercera parte de
las personas que han consumado un suicidio (31-
62%) y hasta un 77 % de quienes han llevado a cabo
una tentativa suicida (14-24); y 4) Aumento del ries-
go suicida ante la comorbilidad de un trastorno de
la personalidad y otro trastorno psiquiátrico (17,18).
De hecho, diversos autores han planteado que la
utilización de evaluaciones de la personalidad po-
drían apoyar la detección del riesgo suicida indivi-
dual, y entonces la prevención y/o atención oportu-
na y efectiva del suicidio (25-28).
 En la actualidad, de entre los modelos de la per-
sonalidad existentes destaca, en tanto su concep-
ción psicobiológica, el propuesto por Cloninger
(1987); que con base en supuestos biogenéticos
sobre las estructuras que modifican la respuesta
adaptativa del individuo hacia el daño, evitación y
recompensa, propone tres dimensiones de tempe-
ramento, que son complementadas con otras tres
dimensiones caracterológicas, centradas más en el
aprendizaje conciente y social del individuo (29).
Recientemente, y con base en este modelo,
Grucza cols. (2003) demostraron que una eleva-
ción en el rasgo temperamental denominado “Evi-
tación del daño” se relaciona con sintomatología
depresiva, y que la “Búsqueda de la novedad”, otro
rasgo temperamental, se asocia positivamente con
historia de intentos suicidas en el pasado. Este estu-
dio fue realizado en una muestra comunitaria, y los
mismos autores reconocen que los casos severos
podrían no estar representados. Además, la tentati-
va suicida previa fue evaluada con una forma de
auto reporte (30). Por su parte, Bulick y cols. (1999),
en su estudio con pacientes con trastornos de la
alimentación, encontraron que aquellas con histo-
ria de intentos suicidas, mostraban una elevación
en dos de los rasgos de carácter de este modelo de
personalidad: la persistencia y la auto trascenden-
cia, y disminución en uno más, denominado “auto
dirección”. Con ello evidencia rasgos mas bien
caracterológicos relacionados con la conducta sui-
cida (31).
En esta dirección, el objetivo del presente traba-
jo es determinar el perfil de temperamento y carác-
ter de personas con tentativa suicida con base en el
modelo psicobiológico de la personalidad de
Cloninger en una muestra de pacientes mexicanos
a comparar con la población general.
Método
Participantes
La muestra del estudio se integró con personas de
ambos sexos, entre 18 Y 65 años de edad, hospita-
lizados por tentativa suicida en el Servicio de Psi-
quiatría del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara,
Jalisco, México, que presentaban conciencia clara,
estaban médicamente estables, y que firmaron una
carta de consentimiento informado para participar
en el estudio de manera voluntaria.
Instrumento
El Inventario de Temperamento y Carácter (ITC) es
un cuestionario de auto reporte compuesto por 240
reactivos que evalúa cuatro dimensiones de tempe-
ramento: 1) evitación del daño, 2) búsqueda de la
novedad, 3) dependencia de la recompensa, y 4)
Persistencia, y tres dimensiones de carácter: 1) auto-
dirección, 2) cooperatividad, y 3) auto-trascenden-
cia; cada una con tres a cinco sub escalas, a excep-
ción de la de persistencia (32). El ITC ha sido amplia-
mente estudiado y ha mostrado adecuadas propie-
dades psicométricas en la población general y mues-
tras clínicas de diferentes culturas (32-33), incluyen-
do la mexicana (34).
Procedimiento y Análisis Estadístico
Un médico psiquiatría evaluó la condición médico-
psiquiátrica de los pacientes que eran hospitaliza-
dos en el servicio de psiquiatría por presentar una
tentativa suicida; para aplicaba el instrumento a to-
dos aquellos que cubrían los criterios de inclusión.
Los datos fueron capturados y analizados en el pa-
quete estadístico SPSS-X, versión 10. Como prue-
bas de hipótesis se llevaron a cabo t-Student para
grupos independientes con la finalidad de compa-
rar las puntuaciones promedio de cada escala y sub
33
escala del Inventario de Temperamento y Carácter
de las personas con intento suicida y los datos de la
muestra de estandarización del instrumento en po-
blación mexicana publicados con antelación. Final-
mente, se realizaron comparaciones de las puntua-
ciones promedio de las diferentes escalas y sub es-
calas del instrumento por género (hombre, mujer) y
estado civil (con pareja, sin pareja).
Resultados
La muestra final del estudio estuvo integrada por 63
pacientes que realizaron tentativa suicida; de los
cuales 54% (n=34) son mujeres y 46% (n=29) hom-
bres; con una edad promedio de 28.25 + 9.28 años.
El 52.4% (n=33) no tenía pareja (soltero, separado,
divorciado o viudo); y el 28.6% (n=18) vivía con su
pareja. El 54% (n=34) estaban empleados en el
momento del intento suicida, el 27% (n=17) se de-
dicaba “al hogar”, 6.3% (n=4) eran estudiantes y
6.3% (n=4) estaban desempleados. El nivel prome-
dio de escolaridad en años fue de 7.27 + 4.08 (0 –
17 años).
En la tabla 1 se muestran los resultados de las
comparaciones entre las puntuaciones promedio
para cada una de las escalas y subescalas del instru-
mento en el grupo de pacientes con intento suicida
y las de la muestra mexicana empleada para el estu-
dio de normalización y propiedades psicométricas
de la versión en castellano del instrumento (34). Cabe
agregar que, los hombres con intento suicida que
participaron en el estudio mostraron un mayor índi-
ce de evitación del daño en comparación con las
mujeres (media hombres: 20.37 + 5.3; media mu-
jeres: 17.82 + 4.1; t= -2.14, gl= 61, p=.036); y
que no se reportó diferencia clínica o
estadísticamente significativa en las puntuaciones
promedio de las diferentes variables de temperamen-
to y carácter sujetas a estudio entre personas con
intento suicida con y sin pareja.
Conclusiones
El presente estudio muestra evidencia adicional res-
pecto a las diferencias de personalidad entre perso-
nas con intento suicida y la población general. En
términos generales, el perfil de personalidad de las
personas con intento suicida, a diferencia de la po-
blación normal, se caracterizó por: elevación de ele-
vación de “Búsqueda de la novedad”, “Evitación del
daño” y “Autotrascendencia”; así como disminución
de “Autodirección” y “Cooperatividad”. Ya Grucza
y cols. (2003) habían sugerido una relación entre los
rasgos temperamentales “Búsqueda de la novedad
y evitación del daño” y la historia de intentos suici-
das en la población general (30); y Bulik y cols. (1999)
entre los de carácter “auto trascendencia y auto di-
rección“ y tentativa suicida en pacientes con tras-
tornos de la alimentación (31).
Estos hallazgos pueden deberse al menos a que:
1) De acuerdo a Cloninger (1987) los rasgos de tem-
peramento de la búsqueda de la novedad se encuen-
tran regulados por el sistema dopaminérgico (35);
2) los rasgos de temperamento de la evitación del
daño se encuentran regulados por el sistema
serotoninégico, altamente implicado en la regula-
ción del estado de ánimo (38); y 3) los rasgos de
temperamento de la dependencia a la recompensa
se encuentran regulados por el sistema
noradrenérgico. Es bien sabido que la depresión es
uno de los factores de riesgo más claramente esta-
blecidos de conducta suicida (36-39); 4) la auto-di-
rección implica madurez, responsabilidad,
constructividad y el establecimiento de metas; en
tanto que la cooperatividad es una característica de
individuos empáticos, tolerantes, compasivos, jus-
tos, y capaces de brindar seguridad, apoyo, ayuda y
servicio a los demás (29); por lo que no parece raro
que se encuentren disminuidas en personas con
intento suicida. Ya Plutchick y cols. (1997), entre
otros, han mostrado evidencia más bien de la rela-
34
ción entre conducta violenta, impulsiva y antisocial
e intencionalidad suicida (9).
Empero, es necesario señalar que diversos auto-
res han demostrado que una diversidad de trastor-
nos psiquiátricos presentan una elevación en la “evi-
tación del daño” y disminución de “auto dirección”
en comparación con grupos control, lo que le su-
giere como un rasgo asociado a psicopalogía en
general. Fassino y cols. (2002) los encontraron ele-
vados en pacientes con anorexia y bulimia (40);
Kusonoki y cols. (2000) en personas con trastorono
obsesivo compulsivo o depresión mayor (41);
Pélissolo y cols. (2002) en fobia social (42); Hansenne
y cols. (1999) en relación a la severidad de la depre-
sión (43), Basiaux y cols. (2001) en pacientes con
dependencia al alcohol (44), e incluso Szoke y cols.
(2002) en pacientes con esquizofrenia (45).
Es posible sugerir que esta disminución de “auto
dirección” bien puede deberse a la presencia
comórbida de algún trastorno de la personalidad.
De la Rie y cols. (1998) encontraron que este rasgo
predice justo la presencia o ausencia de tales enti-
dades clínicas (46). Marteinsdottir y cols. (2003) sin
embargo, encuentran una disminución de “auto di-
rección” en personas con fobia social con y sin tras-
torno evitativo de la personalidad comórbido (47).
Así pues, se antojan necesarios este tipo de estu-
dios en muestras con pacientes con depresión ma-
yor e intento suicida, y tomando en cuenta el espec-
tro de trastornos de la personalidad existentes.
Cabe agregar que el hallazgo en torno a la eleva-
ción estadísticamente significativa del rasgo de ca-
rácter “Auto-trascendencia” en pacientes con inten-
to suicida vs población general, debe tomarse con
toda la cautela que amerita su tan cuestionada vali-
dez (incluso por el propio Cloninger, 1994), en tan-
to a que involucra valores que bien pueden no ser
compartidos por todas la culturas (32). En lo que
respecta a las diferencias de género y los rasgos de
temperamento y carácter de los pacientes con in-
tento suicida es importante hacer notar que pudie-
ra existir una relación entre el alto índice de evita-
ción del daño en hombres y su tan reportada utiliza-
ción de medios de mayor letalidad y mayor suicidio
consumado en comparación con las mujeres (6).
Entre las limitaciones más importantes de este
trabajo habrá que señalar al menos que: 1) la mues-
tra no fue obtenida en forma aleatoria, y que el hos-
pital en donde se llevó a cabo el estudio es de tercer
nivel, por lo que la gravedad de los intentos y la pro-
pia psicopatología asociada a los mismos puede ser
mayor que la de otros encuadres clínicos, 2) la au-
sencia de otros grupos psicopatológicos que no per-
mite atribuir los rasgos de personalidad encontra-
dos específicamente al intento suicida, debido a que
estos pueden encontrarse también en otros trastor-
nos psiquiátricos e incluso estar asociados a estos
pacientes en virtud de determinados aspectos
psicopatológicos de los mismos (como depresión y
ansiedad) y no específicamente al intento suicida, y
3) el reducido tamaño de la muestra hace imposi-
ble la generalización de estos resultados, que deben
tomarse entonces como hallazgos con cierto valor
heurístico en tanto se dirijan estudios subsecuentes
que permitan determinar la relación entre los ras-
gos de personalidad y aspectos psicopatológicos
concretos.
Agradecimientos
Se agradece la colaboración del Dr. Rafael Medina
Dávalos en la aplicación de los instrumentos a gran
parte de la muestra, y al Lic. José María Alejo Due-
ñas la recolección de parte del material bibliográfico
y la revisión de la base de datos de este trabajo.
35
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37
TABLA 1. Comparaciones de rasgos superiores e inferiores de temperamento y carácter de Cloninger entre pacientes con
ideación suicida y población normal mexicana.

Rasgos Intento suicida Estandarización mexicana* t gl p

(n=63) (n=269)

Dimensiones de temperamento
Búsqueda de la novedad 22.9 + 6.0 20.2 + 5.1 3.30 83 0.014
Excitabilidad exploratoria vs rigidez 6.2 + 2.0 6.9 + 2.2 -2.42 97 0.017
Impulsividad vs reflexión 6.7 + 1.7 3.9 + 2.5 10.33 127 <. 0001
Extravagancia vs discreción 4.5 + 2.0 4.7 + 2.0 -0.52 91 0.6
Desorden vs restricción 5.5 + 2.2 4.5 + 2.0 3.26 87 0.0015
Evitación al daño 19.0 + 4.8 12.6 + 7.1 8.54 132 <. 0001
Preocupación vs optimismo 6.2 + 2.0 3.5 + 2.7 8.97 121 <. 0001
Miedo a lo incierto vs confianza 3.6 +1.3 3.1 + 1.7 3.05 127 0.002
Timidez vs gregarismo 4.4 + 1.7 2.9 + 2.2 6.17 116 <. 0001
Fatigabilidad y astenia vs vigor 4.6 + 2.5 2.9 + 2.4 5.23 93 <. 0001
Dependencia a la recompensa 14.7 + 3.1 13.9 + 4.1 1.78 118 0.77
Sensibilidad vs insensibilidad 4.8 + 1.2 5.5 + 2.2 5.95 132 <. 0001
Apego vs separación 2.9 + 1.5 4.9 + 2.2 -0.09 173 0.92
Dependencia vs independencia 4.1 + 1.3 3.4 + 1.3 -2.11 83 0.37
Persistencia vs irresolución 4.5 + 2.0 4.7 + 1.8 -0.728 87 0.468

Dimensiones de carácter
Autodirección 26.8 + 6.2 29.9 + 10.8 -3.02 161 0.002
Responsabilidad vs culpabilidad 4.5 + 2.0 5.9 + 2.5 4.60 110 <. 0001
Determinación vs sin dirección 4.8 + 1.5 5.6 + 2.3 -3.01 132 0.0003
Con recursos vs apatía 2.9 + 1.3 3.6 + 1.6 -3.41 106 <. 0001
Auto-aceptación vs lucha interna 5.9 + 2.2 6.4 + 2.9 -1.50 116 0.13
Congruencia con ideales 8.5 + 1.8 8.2 + 3.2 1.15 162 0.24
Cooperatividad 26.0 + 4.5 28.2 + 9.9 -2.59 214 0.01
Aceptación social vs intolerancia 4.7 + 1.5 5.5 + 2.5 -2.99 149 0.0003
Empatía vs desinterés social 4.3 + 1.5 4.4 + 1.9 -0.43 111 0.66
Capacidad de ayuda vs incapacidad 6.0 + 1.6 5.4 + 2.0 2.53 193 0.12
Compasión vs venganza 5.1 + 1.5 6.9 + 3.1 6.55 150 <. 0001
Integridad vs falta de escrúpulos 5.8 + 1.3 5.8 + 2.1 0.34 88 0.73
Autotrascendencia 19.1 + 5.6 16.4 + 6.2 3.41 100 0.0009
Concentración creativa vs conciencia 7.3 + 2.8 5.9 + 2.6 3.64 89 0.0003
Identificación transpersonal 4.8 + 2.2 4.3 + 2.1 1.84 120 0.067
Aceptación espiritual vs materialismo 6.9 + 2.3 6.1 + 3.1 2.30 83 0.023

*Tomada de Sánchez de Carmona y cols., 1996.

38
Artículos Nacionales
Suicidal behavior in the Mexican National Comorbidity
Survey (M-NCS): Lifetime and 12- Month Prevalence,
Psychiatric Factors and Service Utilization
Salud Mental, Vol. 28, Nº 2, 2005
Guilherme Borges1,3
Holly C, Wilcox2
Maria Elena Medina-Mora1
Joaquín Zambrano1
Jerónimo Blanco1
Ellen Walters4
1. Instituto Nacional de Psiquiatría
Dr. Ramón de la Fuente, Ciudad
de México.
2. Division of Child and Adolescent
Psychiatry, Johns Hopkins School
of Medicine, Baltimore, MD.
3. Universidad Autónoma Metro-
politana, Ciudad de México.
4. Department of Health Care
Polcy, Harvard Medical School,
Boston, MA.
Correspondencia:
Guilherme Borges.
Instituto Nacional de Psiquiatría Dr.
Ramón de la Fuente.
Calzada México - Xochimilco Nº
101, Colonia San Lorenzo
Huipulco, 14370, México, D.F.
Correo electrónico:
guibor@imp.edu.mx
Summary
Background: Nationaly representitve data from Mexico are presented
on the lifetime and 12-month prevalence of the onset of suicide ideation,
suicide plans and suicide attempt, as well as associated DSM.IV psychitric
disorders and service utilization. Methods: Data are from the Mexican
National Comorbidity Survey (M-NCS). This population survey was carried
out in 2001.2003 in a sample of 5,782 respondents of 18 years older.
Onset of ideation, a plan, and a suicide attempt, as well as psychiatric
and service use correlates were estimated using survival analysis. Results:
Of the respondents, 8.3% reported lifetime ideation, 3.2% reported a
lifetime plan and 2.8% reported lifetime suicide attempt(s). The
prevalence for 12-month suicidal behaviors were more prevalent in early
adolescence and early addulthood and became less common after the
mid-thisrties, with the exception of suicidal ideation that continues into
older ages. Havind met criteria for one or more of the DSM-IV disorders
assessed in the survey was common among suicide ideators (60.9%),
planners (75.6%), and was strong risk factor for suicidal behaviors, with
odds tarios of 4.8 for ideation, 10.2 for plan and 9.6 for attempt.
Approsimately one of every four lifetime attempts reported to have ever
seen a psychiatrist. Conclusions: As in many other countries, mental
disorders have an important impact on suicidal behaviors in Mexico.
Intervention efforts aimed at identifying and treating persons at or before
the onset of suicidal ideation is strongly recommended.
Key words: suicide, suicide attempt, risk factors, epidemiology, survey,
psychiatric disorder.
40
Resumen
Antecedentes: Se documentan datos representa-
tivos a nivel nacional en Mèxico sobre las
prevalencias para inicio de ideación, plan de inten-
to suicidio, asì como trastornos psiquiátricos (de
acierdo al DSM-IV) y uso de servicios asociados a
estos comportamientos suicidas. Métodos: Los
datos fueron tomados de la Encuesta Naiconal de
Epidemiologìa Psiquiàtrica de Mèxico (ENEP). La
poblaciòn fue tomada de una muestra de 5,782
entrevistados de 18 o màs años de edad, durante
el periodo 2001-2003. Se estimaron incios de
ideaciòn, pla e intento suicida, asì como factores
psiquiátricos y de uso de servicios mediante el aná-
lisis de supervivencia. Resultados: De los entrevis-
tados, el comportamiento suicida alguna vez en la
vida fue como sigue: el 8.3% reportó haber tenido
ideación, el 3.2% reportó haber tenido un plan y el
2.8% reportó haber tenido intento(s) suicida(s). La
prevalencia para los comportamientos suicidas los
12 meses previos a la entrevista fue de 2.3%, 1.0%
y 0.6%, respectivamente. Dichos comportamiento
prevalencieron en la adolescencia y adultez tem-
prana y fueron menos comunes después de los 35
años de edad, con excepción de la ideación suicida
que se mantuvo presente en edades más avanza-
das. . Ek presentar uno o màs trastornos, evalua-
dos en la encuesta de acuerdo con el DSM-IV, fue
común entre las personas con ideación, 10.2% para
plan, y 9.6 para intento. Aproximadamente una de
cada cuatro personas con intento suicida reportó
haber consultado alguna vez a un psiquiátra. Con-
clusiones: Como en muchos otros países, en Mèxico
los trastornos mentales tienen un impacto impor-
tante en los comportamientos suicidas. Se
recomiendad ampliamente los esfuerzos de inter-
vención enfocados a la identificación de personas
antes o durante el inicio de la ideación suicida.
Palabras clave: Suciidio, intento de suicido, factor
de riesgo, escuesta, epidemiologìa, trastornos psi-
quiátricos.
Introduction
This report represents nationally representative data
form Mexico on the 12-month and lifetime
prevalence of suicidal ideation, plans and attempts,
cumulative ocurrence of onset, psychiatric factors
and service utilization for lifetime suicidal behaviors
among adults in the Mexican National Comorbidity
Survey (M-NCS) (25), that is part of the World Leath
Organization´s (WHO) World Mental Health Survey
Initiative (21,39). Prior to this report, nationally
representative data on the prevalence of suicidal
behavior (i.e., suicidal ideation, plans and attempts)
was not available in Mexico. However, reaserch on
adult and students population in Mexico (reviwed in
27) suggest a lifetime prevalence of suicide ideation
in the 6.4-10% range and a lifetime prevalence of
suicide attempts in the 1.9-3.9% range. Up to this
point, data was unavailable on the ages of onset of
suicidality for the Mexican population, buy limmited
research suggests that suicidal behavior maybe a
common problem among youth in Mexico City (13).
Several studies, all conducted in other countries, have
documented the impact of mental disorders on the
onset of suicidal behaviors (20), and a high
prevalence of service use has been reported among
completed suicides (24) and among selected clincal
samples of suicide attempers (10,36). Until now, no
nationally representative data on suicidal behaviors
and associated psychiatric disorders and service use
was available dispite the recent increase in suicide
and corresponding new proposed programs to
adress the problem (5).
The goal of this report is to present data on the
descriptive epidemiology of suicidal behavior in
Mexico. Using data from the M.NCS we present
estimates of the lifetime and 12-month prevalence
of suicide ideation, suicide plans and attempts and
ages of onset for these behaviors. We estimated
DSM-IV psychiatric disorders as risk factors fot
lifetime suicidal behaviors. Finally, we examine the
41
prevalence and timing of service use reported in this
nationally representative urban sample in Mexico.
Methods
Sample
A general descroption of the M-NCS has been
presented elsewhere (25). The survey was based on
a stratified, multistage area probability sample of
noninstitucionalized person aged 18 to 65 years old
living in urban areas (population 2,500+) of Mexico.
Abourt 75% of the Mexican population is urban and
meets the above definition. Data collection took pla-
ce in two phases form September 2001 through
May 2002. The response rate was 76.6%, within
the scope of other surveys form the World Mental
Health Surveys Initiative (50.6%-87.7% response rate
rage) (39), for a total of 5,826 interviews. All
respondents were administred a part I interview and
a selected sub-sample of 2,362 recived a Part II
interview which included questions on risk factors
and supplemental mental disorders. The sample
receiving part II consisted of all respondents who
screened positive for any disorder on part I plus a
probability subsample of other part I respondents.
For this paper, we report all data on part II sample
(n=2,362). All interviews were conducted at the
respondent´s home after a careful description on
the study goals was provided and informed consent
was obteined. No financial incentives were given for
respondents´ participation.
Measures
The instrument used assessed DSM-IV disorders with
Version 3.0 of the WHO Composite International
Diagnostic Instrument (CIDI), a fully structured
layadministered diagnostic interview (21,33). This
structured diagnostic interview was interviewer-
administered by face to face interviews using a
laptop computer version (i.e., CAPI), that yielded
DSM-IV diagnoses (1). The CIDI used in Mexcio was
based on the translation of the instrument into
Soanish according to WHO recommendations,
utilizing material currently in use in Spanish (ICD-
10, DSM-IV) and the prevous Diagnostic Interview
Schedule and the CIDI itself. These instruments
showed good performance in validity studies in
Mexico (6,7) and in other Spanish speaking countries
(reviewed in 40). The fieldwork was conducted by
Berumen and Associates an established survey
reserch firm in Mexico that employed a group pf
interviewers who had received training in the CIDI.
Suicidal behaviors
The questions about suicidal ideation, pland and
attempts were included in a section on suicidal
behavior in the Part II interview. Separate questions
were asked about the lifetime occurrence of suicide
ideation (“have you ever attempted suicide?”). For
each of these outcomes, information was obtained
about age at first occurrence and the recovery of
occurrence. Those respondents that reported a
suicidal question within the last 12 months are
considered active cases.
DSM-IV Psychiatric Disorders
The psychiatric disorders in prevous CIDI surveys –
anxiety disorders, mood disorders, and substanceuse
disorders- plus a group pf disorders that share a
common feature of dificulties with impulse control.
The anxiety disorders studied include panic disorder
(PD), agoraphobia without panic disorder (AG),
specific phobia (SP), social phobia (SOP), generalized
anxiety disorder (GAD), post-traumatic stress
disorder (PTSD), and separation anxiety disorder
(SAD). The mood disorders studied include major
depressive disorder (MDD), dysthymia (DYS), and
bipolar I and II disorders (BPD). The substance use
disorders studied include alcohol abuse (AA), drug
abuse (DA), aochol dependence (AD), and drug
dependence (DD). The impulse control disorders
studied include three disorders typically manifiested
42
during childhood and adolescence: oppositional-
desafiat disorder (ODD), conduct disorder (CD), and
attention deficit/hyperactivity disorder (ADHD). All
diagnoses were made with DSM-VI organic exclusion
rules. Diagnostic hierarchy rules were udes in making
all diagnoses other than those involving substance
use disorders, where abuse was defined with or
without dependence.
Treatment sectors
The CIDI contained a comprehensive section on
treatments received for mental disorders. For this
paper, information about the receipt of life-time
treatment for emotional, aocohol, or drug problems,
the type and context of professional visited, as well
as the use of self-help or support groups and hotlines,
was employed. Respondents could select as many
professionals and treatment options as they used in
their lifetime.
Mental health care was divided into the
following five sectors:
1. Psychiatrist
2. Otrer mental health spedialty: consisting of
psychologists, couselors, psychotherapists,
mental health nurses, or social workers in a
mental health specialty setting
3. General medical: consisting of family
physicians, general practitioners, other
medical doctors such as caridiologists, or
gynecologists (for women) and urologists (or
men), nurses, occupational therapists or
other health care professionals.
4. Human services: outpatient treatment with
a social worker or counselor in any setting
other than a specialty mental health setting.
Visits to a religious or spiritual advisor like a
minister, priest or rabbi.
5. Alternative-Complementary Medicine (CAM):
internet use, self-help groups, herbalist,
chisopractor, spiritualist and other alternative
therapy.
We gouped the psychiatrist and mental health
specialty under “Any mental mealth sector”, the
psychiatrist, mental health specialty, and the gene-
ral medical under “Any health care”, and the human
services and CAM professionals under “Non
healthcare”.
Results
The sample of the M-NCS was predominantly
female, of young ages, with litlle formal education,
mostly married or cohabiting, and currently
working (table 1).
Table 2 presents the prevalence of lifetime and
12-month suicidal behavior in the M-NCS. Among
the total sample, 8.3% reported a lifetime suicidal
ideation, 3.2% a plan and 2.8% an attempt. Much
lower 12-month prevalences were reported: 2.3%,
1.0% and 0.6%, respectively. Females tended to
report higher lifetime prevalences of suicidal
behavior, and a higher 12-month prevalence of
ideation (but not plan or attempt).
Comulative ocurrence of suicide ideation, plan
and attempts are presented on figure 1. As apparent
from this figure, suicidal behavior is rarely reported
prior to 12 years old and the ideation curve is steepest
from age 15 to 21. A suicidal plan and a suciidal
attempt area reported within the interval from 12-
35 rears old, and after this period these behaviors
are less common. After the age of 40, the plan and
attempt curves are more differentiated, wich could
indicate that although plans are made, they are less
likely to be carred out. On the other hand, reports
of ideation persist through all the life-course.
A lifetime history of a psychiatric disorder was
common among the group of respondents with
suicidal behaviors. Among suicide ideators, 60.9%
reported any lifetime disorder; among planners this
prevalence was 75.6% and among attempters the
lifetime prevalence of any paychiatric disorder was
74.6%. Table 3 presents the results of discret time
43
survival analyses for each individual disorder, any any service prior the attempt and 14% attempted
disorder in each of the four disorder goups, any suicide and consulted with any service within the
disorder overall and the number of psychiatric same year.
disorders (exactly one, two, and three or more
disorders) as predictors of lifetime ideation, plan and Table 1. Socio-demographic distribution of the sample in
attempt. Several points are worth mentioning. First, the Mexican National Comorbidity Survey (M-NCS)
(n=2,362).
any lifetime psychiatric disorder was a strong risk N %
factor for a suicidal ideation, a plan and an attempt, Sex
with odds ratios of 4.8, 10.2 and 9.6. The risk Male 1127 47.7
Female 1235 52.3
associated with the number of lifetime disorders
increased from ideation, to plan, to attempt, but in Age
all behaviors increasing comorbidity was associated 18-29 975 41.3
30-44 816 34.6
with increased levels of risk. Three or more disorders 45-59 447 18.9
were associated with a 23.4 increase in the odds 64-65 124 5.2
ratio of suicide attempt. The individual disorder
Education
mostly associated with suicidality varied across None/primary 1616 68.5
ideation (drug dependende), plan /dysthymia) and Secundary 301 12.8
attempt (behavior disorder). Anxiety disorders were Some college 159 6.8
University graduated 281 11.9
not as prominent as other disorders studied have a
consistent association with plan and attempt, and Marital status
substance dependence had also a prominent role in Married/cohabitatig 1590 67.3
Separated/widowed/divorced 167 7.1
this sample. Never married 605 25.6
Table 4 presents the use of services among
respondents with a suicidal behavior and, for
Employment statud
comparative puposes, among the total M-NCS Working 1379 58.4
sample. It is clear from this table taht suicidal Student 163 6.9
behavior is associated with the use of services in Homemaker 680 288.0
Retired 34 1.5
this sample. Other 106 4.5
For instance, among the general sample of
respondents only 15.9% ever used any services for
the treatment of their emotional problems, the
prevalence of service use was 53% among the
sample of respondents with a lifetime suicide
attempt. This difference is particularly striking for
use of use of specialized sector, such as a psychiatrist
but one in every five attempters did so, and one in
every four attempters consulted with other mental
health specialists.
An analysis of timing of any service use in
relation to suicidal behavior showed that 69% made
an attempt prior to any service use, 17% had used

44
Table 2. Prevalence of lifetime and 12 month sucide ideation, plan and attempt in the Mexican National Comorbidity
Survey (M-NNCS) (n=2,362).

Lifetime 12-Month

Ideation Plan Attempt Ideation Plan Attempt

% %(se) % %(se) % %(se) % %(se) % %(se) % %(se)

Male 6.1 0.8 2.4 0.5 2.0 0.4 1.9 0.5 1.0 0.4 0.6 0.4
Female 10.4 0.8 3.9 0.4 3.5 0.5 2.7 0.4 0.9 0.2 0.5 0.1
Total 8.3 0.6 3.2 0.3 2.8 0.3 2.3 0.4 1.0 0.2 0.6 0.2

Figure 1
Cumulative age-of-onset of lifetime suicide ideation, plan and attempt in the Mexican National Comorbifity Survey
(M-NCS)

45
 Table 3. Psychiatric disorders as predictors of lifetime suicide ideation, plan and attemp, in the Mexican National Comorbidity Survey (M-NCS). (Discrete time
survival analyses adjusted by sex, age and person-year)
Total Sample in Mexico
Ideation (Unweight n=416) 7Plan (Unweight n=168) Attemp (Unweight n=162)
Effect Odds ratio 95% CI Odds ratio 95% CI Odds ratio 95% CI
Anxiety Disorders
Agoraphopia without panic 3.69 2.01 6.80 4.48 1.99 10.05 6.47 3.03 13.82
Generalized anxiety disorder 1.52 0.52 4.42 2.62 0.63 10.86 4.45 1.25 15.86
Panic disorder 4.48 2.10 9.54 7.45 2.89 19.23 4.91 2.14 11.27
Post-traumatic stress disorder 8.07 4.05 16.08 9.79 4.48 21.41 9.62 4.76 19.43
Socialphobia 4.50 3.10 6.54 5.50 3.34 9.06 5.69 3.55 9.12
Specificphobia 3.33 2.53 4.40 4.32 2.69 6.96 4.93 3.11 7.82

Separation anxiety disorder 2.86 1.56 5.24 4.28 1.98 9.23 5.61 2.83 11.14
Any amxoety 3.92 3.10 4.96 5.71 3.83 8.53 5.63 3.67 8.66
Mood Disorders
Major depresive disorder 10.15 7.82 13.17 11.97 8.80 16.28 11.61 8.11 16.61
Dysthymia 9.86 5.21 18.64 25.03 11.76 53.28 21.72 10.07 46.82
Bipolar 1-II disorders 9.81 5.16 18.66 13.50 6.32 28.82 11.90 5.68 24.93
Any mood 11.21 8.62 14.56 16.19 11.26 23.26 15.68 10.65 23.08
Impuls Control Disorder
Attention-deficit/hyperactivity disorder 3.22 1.98 5.22 4.28 2.36 7.78 5.62 3.12 10.12
Conducto disorder 10.79 4.20 27.70 14.89 3.96 56.01 22.07 7.05 69.14
Oppositional-defiant disorder 5.89 3.31 10.50 12.06 6.19 23.51 8.57 4.41 16.63
Any impulse control disorder 5.02 3.31 7.60 9.93 5.34 18.47 9.22 4.86
17.47
Substance Disorder
Alcohol abuse 6.88 4.31 11.01 17.00 7.92 36.47 19.18 8.84 41.64
Alcohol dependence 4.96 2.51 9.79 13.42 5.92 30.42 12.26 5.00 30.09
Drug abuse 13.54 7.37 24.85 7.36 2.92 18.55 17.21 7.81 37.94
Alcohol dependence 16.79 6.32 44.59 12.04 4.36 33.27 17.59 5.54 55.84
Any substance disorder 7.42 4.70 11.73 16.46 7.96 34.01 19.30 9.24 40.31
Any Disorder
Any lifetime disorder 4.80 3.75 6.15 10.24 6.68 15.69 9.58 6.23 14.73
One disorder 2.40 1.84 3.13 2.46 1.68 3.62 1.86 1.12 3.08
Two disorders 4.66 3.22 6.76 5.93 3.42 10.27 6.57 3.75 11.49
Three + disorders 10.93 7.61 15.69 19.09 11.4 32.00 23.39 13.85 39.50

46
Table 4. Lifetime service use among respondents with lifetime suicidality in the Mexican National Comorbidity Survey (M-
NCS)
Ideation
% %(se)
Type of service
Psychiatrist 13.7 1.2
Other mental health 18.8 2.2
General medical 14.6 1.9
Any human service 1.2 0.6
CAM 9.2 1.9
Any professional 41.3 3.0
Se: standard error
Discussion
In this nationally representative urban sample of
respondents from Mexico, we found that 8.3%
reported a lifetime ideation, 3.2% reported a lifetime
plan and 2.8 reported a lifetime suicide attempt. The
prevalence for 12-month suicidal behaviors was
2.3%, 1.0% nad 0.6%, respectively. Suicidal behavior
tended to start early in life (around the beginning of
teens agehood) and subsided after the middle
thirties, with the exception of suicidal ideation that
continues being reported at older ages. About 75%
of all cases of suicide attempt qualified for a lifetime
psychiatric disorder. Having met criteria for one or
more of the DSM-IV disorders assessed in the survey
was a strong risk factor for all suicidal behaviors and
respondents with more lifetime disorders (three or
more) had a very high likelihood of a suicde attempt
(OR=23.4). Approximately one of every four lifetime
attempters reported to have ever seen a psychiatrist.
It is the first time that data are presented on a
representative sample of the Mexican population and
it is especially timely because suicide is mow
becoming an important component of the
epidemiological profile in the country.
These findings ahould be evaluated in the
context of several study limitantions. First, the M-
NCS is a household survey that excluded homeless
and institucionalized people; both populations are
known to have high prevalences of suicidal behavior
(10). Second, the diagnostic instrument used in the
Plan Attempt Total sample
% %(se) % %(se) % %(se)
21.7 3.7 21.4 3.8 3.4 0.3
19.7 3.6 26.0 4.2 7.4 0.6
19.5 3.7 18.1 4.0 6.3 0.6
2.9 1.5 3.4 1.7 0.9 0.2
12.9 4.1 12.5 3.2 1.9 0.3
50.0 5.4 53.0 5.6 15.9 1.0
M-NCS did not include an assessment of all DSM-IV
disorders, some of wich have been linked to increased
risk of suicidal behavior; e.g., schizophrenia or other
non-affective psychosis (15,20). Validity and reliability
data were not obtained on the measures of ideation,
plans and attempts. Finally, these analyses udes data
on retrospectively reported ages o onset that are
subject to recall errors. In all likelihood, the outcomes
studied here have been under-reported.
Despite these limitations, the lifetime prevalences
rates presented here are consistent with two prior
studies of suicidal behavior in Mexico City that
reported lifetime prevalence of attempt of 3.0% and
3.9%, and prevalence of suicidal ideation of 6.5%
and 6.7% (27). Our prevalences are lower than those
found previously in the US National Comorbidity
Survey that reported a prevalence of lifetime ideation
of 13.5%, 3.5% prevalence of a plan and 4.6% of
attempt (20). They are also lower than the prevalence
for a population survey in Australia that reported a
lifetime prevalence of 16.0% for ideation and 3.6%
of lifetime attempts, and 3.4% of 12-month
prevalence of ideation, but slightly higher than the
0.4% prevalence of attempt in Australia (30).
Distributions of ages of onset are infrequently
reported in the literature, but our results are basically
similar to the figures in Kessler et al. (20) that also
found most of the onset of both plans and attempts
to be concentrated during the early teens throught
the middle thirties. A comparison of the Mexican
prevalence of lifetime suicide ideation and attempts
47
with a series of countries (38) places Mexico in low
levels of suicidality. Further cross-national research
that focus on diferences of prevalences of suicidal
behavior are strongly recommended.
Our finding that as many as 75% of suicidal
respondents have a current paychiatic disorder is
consistent with other research om completed suici-
des (3,8,16,35). Many cross sectional
(4,12,14,20,37) and longitudinal studies
(2,11,19,23,28) have documented strong
associations between psychiatric problems and
suicidal thought and behaviors. The NIMH
Epidemiologic Catchment Area Program (ECA)
showed that a lifetime psychiatric diagnosis was the
strongest risk factor for suicide attempts (OR=8.4;
95% CI 5.3-13.5). The ECA study also reported that
the risk of making a sucide attempt was
independently associated with being an active case
of major depression, an active case of alcohol-abu-
se-dependece, or a user of cocaine (28). Depression
is the psychiatric disorder most commonly noted in
the studies of suicidal behavior; those with a history
of major depression have as high as a 10-fold greater
odds of attempting suicide (32). Prior research has
found that aocohol and drug misuse (2,19,22,32);
major depression (2,4,11,23,28,32); simple phobia
(32); disruptive behavior disorders (2,14,37);
agression and antisocial behavior (12,42) are
important correlates and risk factors for suicidal
behavior. Comparatively, anxiety disorders were not
as prominent as other disorders in this sample. All
the mood disorders studied have a consistent
association with plan and attempt. Conduct disorder
seems to be influential to all outcomes, while drug
and alcohol dependence is strongly associated with
suicide attempt.
It has been estimated that the average rate of
contact with a primary care provider a rear prior to
a completed suicide is of 77% (24). In a sample of
medically treated suicide attempters in Helsinki, 88%
had some form of treatment within the 12-month
prior tl the attempt and 92% within the 12-month
after the attempt (36). Seventy percent of attempters
in Stockholm and 87% in Bern visited their GPs
within the year prior to their attempt (26). In a survey
of the general population in Australia, similar to our
own survey, it was reported that 64% of ideators
and 80% of attempters had any mental health service
utilization within the 12-month (30). Our findings
show that most attempts in Mexico ocurred prior
to any service provider, efforts to identify and treat
persons prior to or at the early stages of suicidal
ideation are strongly recommended. Also our data
show that most attempts in Mexico ocurred prior
to any consultationwith a specialist. Since 41% of
those with suicide ideation have consulted with any
service provider, efforts to identify and treat persons
prior to or at the early stages of suciidal ideation are
strongly recommended. Also our data show that a
large proportion of attempters are seeking help from
general medical and CAM sources. Given the
seriousness of suciidal behaviors, it is also
recommended that a shift in allocation of care be
encouraged among patients to a specialized
preofessional (psychiatrist and/or psychologist).
Acknowledgments
The Mexican National Comorbidity Survey (M-NCS)
is supported by The National Insitute of Psychiatry
Ramón de la Fuente (INPRFM-DIES 4280) and by the
National Council on Science and Technology
(CONACyT-G30544-H), with supplemental support
from the Pan American Health Organization (PAHO).
Collaborating M-NCS investigators included María-
Elena Medina-Mora (Principal Investigator),
Guilherme Borges, and Carmen Lara, all from the
Mexican Institute Of Psychiatry and the Metropolitan
Autonomous University (Guillerme Borges). M-NCS
are carried out in the conjuction with the World
Health Organization World Mentla Health (WMH)
Survey Initiative. We thank the staff of the WMH
Dta Collection and Data Analysis Coordination Cen-
tres for assitance with instrumentation, fieldwork,
and consultation on data analysis.
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50
El papel de la familia en el intento suicida del adolescente
Salud Pública de México, Vol. 47, No. 1. 2005.
Isabel Valadez-Figueroa,
Dra. en Ciencias.
Roque Quintanilla-Montoya,
Dr. en Psicología.
Lic. Noé González-Gallegos,
Centro Universitario de Ciencias de
la Salud.
Universidad de Guadalajara.
Guadalajara, Jalisco, México.
Raúl Amezcua-Fernández, M en
Psicología, Facultad de Medicina y
Cirugía de la Universidad Autóno-
ma Benito Juárez de Oaxaca.
Oaxaca, México.
Correspondencia:
Dra. Isabel Valadez Figueroa.
Francisco Labastida No. 653,
Jardines Alcalde
44290. Guadalajara, Jalisco,
México.
Correo electrónico:
dravaladez@megared.net.mx,
dravaladez@hotmail.com
Señor editor: en el proceso de consecución de una identidad positiva y
estable como adulto, una de las tareas más importante para el adoles-
cente la constituye la adquisición de autonomía. El principal elemento
de esta tarea consiste en una separación o distanciamiento gradual, en
todos los sentidos, de la relación con sus padres. Para tal fin, la estrecha
relación y dependencia de la familia inmediata empieza a ceder ante las
relaciones más intensas con pares y adultos fuera de la familia; a medi-
da que se experimentan nuevos desafíos, se requieren otros comporta-
mientos y se adquieren diferentes responsabilidades. La base de las rela-
ciones familiares es el esfuerzo que realiza el adolescente por lograr su
independencia, la cual conlleva cierto grado de conflicto. En este senti-
do, las relaciones familiares son una de las áreas críticas para el desarro-
llo de la personalidad del adolescente, porque involucran una relación
particular entre él y su familia que puede rebasar sus recursos
psicosociales1-3. Debido a lo anterior, la familia puede convertirse en un
factor determinante para el desarrollo psicológico y personal del joven.
A través de la práctica de estilos o pautas educativas, de las relaciones e
in teracciones y presiones del sistema familiar, se crean situaciones que
pueden estar directamente relacionadas con el intento suicida. Con la
finalidad de analizar la relación entre algunas características de la familia
con el intento suicida, se estudiaron 343 adolescentes de una escuela
preparatoria de la zona metropolitana de Guadalajara. Previo consenti-
miento informado, se aplicó un instrumento que indagó datos de los
adolescentes y el antecedente de intento suicida. Se obtuvo, además,
información sobre características de los padres, la estructura familiar, el
número de hermanos, el lugar que ocupa en la familia, antecedentes de
suicidios y de enfermedades psiquiátricas en la familia. Mediante for-
mato licker se exploró la familia en cinco dimensiones4 : a) dinámica de
la pareja; b) presencia de conflictos; c) comunicación y expresiones de
51
afecto; d) establecimiento de normas al interior de
la familia, y e) dificultades financieras.
Se determinaron de acuerdo con la puntuación
obtenida en forma global; y para cada una de las
dimensiones tres rangos: leve, moderado y severo.
La población estudiada estuvo compuesta por estu-
diantes de los seis semestres escolares de los dos
turnos, de uno u otro sexo (50.73%) del sexo feme-
nino y 49.27% masculino).
Se ubicaron en la primera vertiente de edad (12-
15 años) 18.77%; en la segunda, (16-18 años)
70.55% y en la tercera (19-24 años) 10.85%. En-
contramos que el antecedente de intento suicida se
presentó en 11.95% de los adolescentes estudia-
dos. Casi una quinta parte de los mismos reportan
que sus padres no viven juntos, la separación o di-
vorcio fueron de los motivos más señalados. La es-
tructura familiar, en cuanto a composición del gru-
po, mostró múltiples formas (nucleares,
uniparentales madre hermanos o padre hermanos,
extensas reconstituidas). Si bien en este estudio no
se encontró asociación entre esta situación y el in-
tento suicida, sí tiene como resultado que los ado-
lescentes conviven en familias extensas incomple-
tas, ensambladas, o con personas distintas al padre
o la madre, lo que puede dificultar su interacción y,
de alguna manera, incide en la conducta estudia-
da.5 Los antecedentes de suicidios en el medio del
adolescente se presentaron en 6.12%, en familiares
y amigos principalmente. En el mismo sentido la
presencia de un enfermo mental en la familia en
11.37% se manifestó en la figura del tío. En este
estudio casi 10% de los adolescentes ubicaron a sus
familias en la posición de dificultades económicas
severas familiares, situación que estuvo asociada con
el intento suicida (leve con moderada RM=2.51; IC
95% 1.14-5.52), (leve con severa RM=4.57; IC 95%
1.56-13.28). Este hecho probablemente ha obliga-
do a casi una tercera parte de ellos (27.69%) a des-
empeñar actividades remuneradas. En los datos dis-
ponibles sobresale el bajo nivel de escolaridad de
ambos padres; una quinta parte de los padres y una
tercera parte de las madres se ubicaron en un nivel
de primaria e incluso menor. Tanto la ocupación de
los padres como su nivel académico ha sido consi-
derado en algunos estudios como un recurso de la
familia asociado a mejores posibilidades para afron-
tar los problemas6. La baja escolaridad de la madre
se asoció con la conducta suicida (RM=2.72; IC 95%
1.03-7.32), dato que concuerda con evidencias ob-
tenidas que sugieren que la exposición a desventa-
jas socioeconómicas o educativas incrementa la sus-
ceptibilidad de los jóvenes a las conductas suicidas7,8.
Una de las principales fuentes de perturbación psi-
cológica deriva de los esfuerzos de los padres por
conservar un fuerte control de los adolescentes, de
dominar sus vidas o conducirlas ellos mismos; en
consecuencia, entre las relaciones predominan los
conflictos inevitables, con diferentes resultados9. El
manejo inadecuado de los conflictos en la familia se
comportó como factor de riesgo para el intento
suicida (RM=2.59; IC 95% 1.26-5.31). La transmi-
sión de una interacción estable en la pareja aparece
como una necesidad para los hijos10, en donde la
buena relación entre los cónyuges es el vehículo ade-
cuado para el óptimo funcionamiento familiar y el
afrontamiento de la crisis, lo que se asocia con una
dinámica de pareja alterada al intento suicida
(RM=2.46; IC 95% 1.03-5.79). Es sabido que una
buena comunicación estimula en los miembros de
la familia un sentimiento de seguridad y de certi-
dumbre que propicia el crecimiento individual. Por
ello, la ausencia de manifestaciones afectivas en el
hogar, la comunicación escasa o inadecuada en el
seno familiar se comportaron como factores de ries-
go para el intento suicida en este estudio (comuni-
cación inadecuada, leve con severa RM=4.90; IC
95% 2.25-10.87); (leve con moderada RM=4.37;
IC 95% 1.97-9.84). Una familia mal estructurada y
conflictiva con un ambiente familiar frustrante es
un punto débil que expone a uno de sus miembros
a correr el riesgo de buscar soluciones equivocadas.
52
Aunado a ello, la crisis social y económica hace que
se configuren situaciones de extrema tensión que
dificultan los canales de comunicación adecuados.
El comportamiento autodestructivo se convierte en
un medio de comunicación de sentimientos, deman-
das o súplicas que el adolescente no sabe o no pue-
de expresar de otra manera, al carecer de una estra-
tegia de afrontamiento más apropiada. Con los an-
teriores resultados podemos afirmar que existen en
la familia factores que se relacionan con el intento
suicida de los adolescentes, pero que por sí mismos
no son decisivos. Sin embargo, muchos de estos
factores pueden contribuir a la confusión y a la de-
presión. Por esto las acciones educativas deberán
realizarse apoyando a la familia a elaborar y asimilar
los cambios requeridos por el adolescente en su pro-
ceso de individuación que modifican su dinámica, a
efectos que puedan ser capaces de proporcionar un
soporte familiar abierto.
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Dr. Roque Quintanilla Montoya
Dra. Isabel Valadez Figueroa
Dr. Juan Manuel González de
Mendoza
Mtro. Julio César Vega Miranda
Mtra. Luz Elena Flores Ramírez
Dra. Silvia Valencia Abundis
Correspondencia:
Dr. Roque Quintanilla Montoya
Departamento de Psicología
Aplicada, Centro Universitario de
Ciencias de la Salud.
Universidad de Guadalajara
Sierra Nevada Nº 950
Colonia Independencia, 44340.
Guadalajara, Jalisco.
Correo electrónico:
roque@cucs.udg.mx
Resumen
Es un estudio que identifica los tipos de personalidad con la prueba de
Eysenck (EPQ-A) en una muestra de 72 pacientes que ingresaron al
Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde” por tentativa suici-
da. Los rasgos de mayor presencia son el Tipo Neuroticismo y el Tipo
Psicoticismo con un 61% y 69% respectivamente por arriba del percentil
75; en el 80% de los casos se presentaron ambos tipos por arriba del
percentil 51 y, el 60% tiene puntuaciones por debajo del percentil 50 en
la escala de extraversión. El individuo con múltiples tentativas presenta
valores más altos en la escala de neuroticismo [X2(3)=10.257, p<.01] y
bajos en la escala de extraversión (E) [X2(3)=7.56, p<.05] que el sujeto
con tentativa única.
Palabras clave: Personalidad y conducta suicida, tentativa suicida, riesgo
suicida, Neuroticismo, psicoticismo.
Abstract.
This is a study that identifies the personality types using the Eysenck
Personality Questionnaire (EPQ-A) with a sample of 72 patients who
entered to the Civil Hospital of Guadalajara “Fray Antonio Alcalde “ for
suicidal attempt. The features of mayor presence are respectively the
neuroticism Type and the psychoticism Type with 61% and 69% above
of the percentile 75; 80% of the cases in both types were above of
the percentile 51 and, 60% had punctuations below the percentile 50
in the extraversion scale. The patient who had multiple suicide
attempts, showed significantly higher score in neuroticism scale [X2
(3)=10.257, p <.01] and lower score in extraversion scale [X2 (3)=7.56,
p <.05] in comparison to the patient with a unique suicidal attempted.
Key words: Personality and suicidal behavior, suicidal attempt, suicidal
risk, neuroticism, psychoticism. extraversion.
54
Introducción
Al abordar el concepto o definición de personalidad
resulta por demás difícil y perverso si se espera sea
el único o aceptado por todos; en lo que si se está
de acuerdo por la mayoría de los profesionales de la
conducta, es en reconocer que el hombre manifies-
ta características únicas que lo hacen individual y a
la vez parecido a los demás en las distintas épocas y
lugares, lo que nos sitúa en el contexto de las dife-
rencias y las similitudes que pueden ser de alguna
manera observadas, medidas y agrupadas en térmi-
nos de rasgos, tipos, personalidades , estilos o apti-
tudes.
Estas características de personalidad han sido
interpretadas y agrupadas de formas diversas y res-
pondiendo al concepto de cada teórico. Algunos
constructos se agrupan en modelos que compar-
ten un marco común mientras que otros represen-
tan una postura diametralmente opuesta. Estas di-
ferencias conceptuales sobre la personalidad, se evi-
dencian en las explicaciones diversas que se hacen
con respecto al suicidio, independientemente de ser
psicoanalítica o propiamente psicológica.
En la perspectiva psicoanalítica, las explicacio-
nes de la depresión y del suicidio han estado domi-
nadas tanto por la teoría de la melancolía de Freud
(1) como por los conceptos de “Eros” y “Thanatos”.
Fromm-Reichmann (2) afirman que los pensamien-
tos suicidas son la última explicación consciente de
su ambivalencia contra sí mismo, y que por otra
parte, significan inconscientemente la eliminación
de los impulsos contra la persona incorporada, quien
siendo idéntica a sí misma, se supone será asesina-
da con él si se suicida. Menninger (3) por su parte
consideraba que el suicidio conllevaba tres deseos:
el deseo de matar, el deseo de ser matado y el deseo
de morir, por lo que se entendía como un acto de
asesinato de sí mismo y del objeto internalizado.
En las orientaciones propiamente psicológicas:
Shneidman (4) desde la perspectiva fenomenológica
considera que los componentes de la conducta sui-
cida son la hostilidad, la perturbación, la constric-
ción y el cese. La hostilidad está referida hacia sí
mismo que, en el momento previo del acto suicida
se ve aumentada; la perturbación se refiere al grado
en que una persona se encuentra inquieta, preocu-
pada y esta condición se asocie a un estado emo-
cional negativo como el malestar, la pena, la culpa o
la amargura; la constricción como tercer compo-
nente del suicidio, se relaciona con la condición
cognitiva de cómo el sujeto percibe la realidad, ha-
ciendo que los elementos negativos sean los que él
percibea, es una visión de túnel y el pensamiento es
por lo tanto dicotómico; cuando los tres elementos
anteriores están presentes la potencialidad de ries-
go suicida aumenta y aparece la idea de cese, como
la idea de dormir eternamente y, la muerte aparece
como una posibilidad de solución.
Kelly (5) en su propuesta del constructo perso-
nal, parte de la idea de que todos los sujetos tienen
una peculiar forma de adaptarse al ambiente, en
función de las categoríasía cognitivas que poseen ,
y que sirven de parámetros para procesar sus expe-
riencias. Desde este peculiar mecanismo, es desde
donde el sujeto construye e interpreta la realidad, su
realidad, una realidad que es independiente de la
interpretación que cada sujeto haga de ella, siendo
esta última la que orienta y condiciona la conducta.
La idea subyacente, es que la realidad no se explica
por sí misma; ya que el es el propio sujeto, quien
atribuye un significado específico y da sentido a su
existencia en función de su experiencia, por lo que
cada hecho es “interpretado desde la singularidad
de su pensamiento”.
La teoría de la indefensión aprendida propuesta
por Seligman(6), se fundamenta en la idea de que,
la percepción continua por parte de un sujeto de no
correlación entre los objetivos esperados de sus ac-
tos y los resultados de los mismos, puede provocar
en la persona un sentimiento de impotencia e inca-
pacidad de control; esta experiencia de
55
incontrolabilidad puede suscitar un sentimiento de
indefensión, que se traduce en la limitación y/o blo-
queo, en mayor o menor grado de su actividad. El
aprendizaje e interiorización de la carencia de con-
trol en los resultados de las propias conductas o ex-
pectativas conducen con regularidad a un estado
de desesperanza, Quintanilla et all. (7).
Blumenthal, (8) Vaillant y Blumenthal (9) propo-
ne el modelo de sobreposición . Een el que agrupa
los factores de riesgo en 5 áreas, estas áreas son:
trastornos psiquiátricos, rasgos y trastornos de per-
sonalidad, factores psicosociales y ambientales, va-
riables genéticas, familiares y factores biológicos.
Cada una de estas áreas corresponde a una esfera
de influencia, pudiendo ser representadas de mane-
ra gráfica mediante una serie de diagramas de Venn
entrelazadas.
Aunque el trabajo aborda de manera específica
la personalidad, es importante tener en cuenta dos
líneas de investigación que aportan explicaciones
importantes sobre el suicidio: la social, en la que es
obligado mencionar los trabajos de Durkheim (10)
referentes a la anomia social como un factor regu-
lar y específico de suicidios; en el suicidio anómico
son las pasiones propiamente individuales las que la
necesitan y quedan sin norma que les regule, este
tipo de suicidio aparece cuando la sociedad está
perturbada por transformaciones demasiado repen-
tinas, no es capaz de ejercer su acción reguladora y
el individuo pierde los puntos de referencia. Se ha
comprobado que la anomia familiar ayuda a expli-
car el comportamiento maladaptativo de los suje-
tos, entre el que se encuentra el autodestructivo,
como una posible forma, aunque extrema, de reac-
cionar a dicha anomia (11).
La segunda línea de referente explicativo lo cons-
tituyen los trabajos generados por la psiquiatría y
psicología trascultural, algunos de estos referentes
se encuentran en la revisión epidemiológica a nivel
mundial en 1980 que hace Murphy (12), en la que
observó como factores determinantes de riesgo
suicida la combinación de anomia y egocentrismo,
así como una falta de integración sociocultural. Otras
citas importantes son los múltiples trabajos sobre
suicidio y tentativas de suicidio, en los que se hace
referencia a los factores sociales y culturales como
elementos preponderantes en sujetos no psicóticos
(13,14).
La relación entre la conducta suicida y la perso-
nalidad no ha sido tan clara como la reportada en-
tre el suicidio y los trastornos del Eje I
(15,16,17,18,19); Waldinguer (20) la asocia con la
personalidad borderline o limítrofe y otros autores
afirman que tanto el desorden de personalidad limí-
trofe como el antisocial son predictores de conduc-
ta suicida (21,22,23). Forman et al., (24) Identifican
que a diferencia del sujeto con tentativa suicida úni-
ca, el sujeto con múltiples tentativas presenta un
perfil clínico particularmente severo, caracterizado
por un grado sumamente alto de psicopatología,
suicidabilidad y una disfunción interpersonal.
Los estudios de personalidad referidos a
Neuroticismo (“N”), Extraversión (“E”) y
Psicoticismo(“P”) son menos afortunados; Mattison
(25), Mehrabian y Weinstein (26) reportan la pre-
sencia significativa de personalidad Tipo “N”,
Nuringuer en: Villardón (11) encuentra que las mu-
jeres que han realizado tentativas suicidas con alto
grado de letalidad, tienen un estilo cognitivo carac-
terizado por una menor flexibilidad y una mayor
polarización de pensamiento que las personas no
suicidas; en tanto que, el rol de Extraversión (“E”) es
menos claro; Amirkhan, Risinger y Swickert en: Cos-
ta (27) sugieren que es el factor “escondido” de la
personalidad.
Roy (28) en un estudio con sujetos dependientes
a la cocaína, compara rasgos de personalidad entre
individuos sin tentativa e individuos con tentativa,
identificando en estos últimos mediante la escala
de Eysenck, la presencia significativa de valores al-
tos en la escala de neuroticismo (N) y bajos en la
escala extraversión (E).
56
 Los conceptos “N” y “E” son más conocidos
por los trabajos desarrollados por Eysenck, que de-
fine la personalidad como : “una organización más
o menos estable y duradera del carácter, tempera-
mento, intelecto y físico de una persona, que deter-
minan su adaptación única al ambiente”; el carác-
ter denota el comportamiento conativo o volitivo,
el temperamento el afectivo, el intelecto el com-
portamiento cognitivo y el físico la configuración
corporal y de la dotación neuroendocrina. H.J.
Eysenck(29); este concepto de personalidad condu-
ce a la especificidad de características denominadas
rasgos
rasgos, que posteriormente son agrupados en el
concepto de tipos de personalidad
personalidad.
Eysenck agrupa estas correlaciones de mayor
inclusividad en tres tipos: psicoticismo (“P”) fren-
te a control de impulsos, extraversión (“E”) fren-
te a introversión y neuroticismo (“N”) frente a
estabilidad; a su vez cada tipo se integra por rasgos,
entendidos como factores disposicionales que de-
terminan regular y persistentemente nuestra con-
ducta en situaciones diversas . A menudo se esta-
blece la diferencia entre rasgos y estados de ánimo,
entendiéndose la segunda como sucesos singulares
de una actividad presente, situaciones temporales
de la mente y el ánimo.
Cabe decir que la ampliación expositiva de la
parte introductoria, es con la finalidad de evidenciar
la dificultad de contar con un constructo único en
la interpretación de la conducta; segundo, poner en
contexto al lector con los conceptos teóricos de
Eysenck que sustentan al inventario de personali-
dad EPQ-A y al trabajo que realizamos; tercero,
mencionar que el EPQ-A de Eysenck fue estandari-
zado y publicado en Inglaterra. Desde entonces ha
sido objeto de múltiples estudios transculturales que
han validado ampliamente al instrumento y han per-
mitido obtener guías de calificación válidas en más
de 25 países con diferentes culturas (30,31,), Algu-
nos de estos estudios han incluido a países de habla
hispana e incluso en México se llevó a cabo la vali-
dación EPQ para adultos (32).
El objetivo del presente trabajo es aportar infor-
mación para la construcción de un perfil de riego
suicida, mediante la identificación de los Tipos de
personalidad del sujeto con tentativa suicida y de
esta manera tener elementos que apoyen tanto la
intervención clínica como los programas de preven-
ción y educación para la salud.
Material y método
Es un estudio transversal descriptivo, con pacientes
que ingresaron al hospital Civil de Guadalajara, Méxi-
co “Fray Antonio Alcalde” por tentativa suicida en
el período de 1999 a 2001. La muestra total fue de
72 pacientes con una edad mínima de 15 años,
máxima 63, desviación Estándar 9.99, 57% muje-
res, 43% varones, sin trastorno de conciencia por
lesión o medicamento, sin compromiso psiquiátri-
co y con verificación del diagnóstico de tentativa
suicida por entrevista o comunicación directa del
familiar.
La personalidad se evaluó por medio del Cues-
tionario de Personalidad para Adultos de Eysenck
(EPQ-A), es una prueba dicotómica de 94 items, la
determinación del Tipo de personalidad predomi-
nante se establece por la puntuación total que se
obtiene en cada escala del EPQ-A, la puntuación
bruta se transfiere a centiles a través de una tabla
de baremos de población general con lo que se iden-
tifica la presencia o ausencia significativa de los Ti-
pos “N”, “E”, “P” y “S”, se consideró como signifi-
cativo el rasgo a partir del centil 75.
El análisis estadístico incluye frecuencias, porcen-
tajes y prueba de significancia con Chi cuadrada, con
el auxilio del programa Statistical Package for the
Social Sciences (SPSS) 10 para Windows.
57
Resultados
Las características sociodemográficas de la pobla-
ción estudiada muestran que, el 65% pertenecen al
grupo de 15 a 24 años de edad con predominancia
de 6 a 4 del género femenino (tabla I). 63% solte-
ros, con predominancia del género femenino en el
concepto de unión libre que representó el 14% del
total. El 58% manifestó tener estudios de secunda-
ria o preparatoria, un 28% son desempleados y el
39% trabajaban en taller o empresa, 47% manifes-
tó tener una o más tentativas anteriores de suicidio
y el 70% manifestó no haber consumido bebidas
alcohólicas previo a la tentativa suicida.
Los resultados de cada escala de personalidad
son interpretados en centiles por el propio instru-
mento; estos fueron agrupados en cuartilas en la
tabla II para facilitar su lectura. Identificando como
importante la presencia del tipo de personalidad, si
este alcanza puntuaciones que lo ubiquen al menos
en la tercer cuartila.
Los tipos de personalidad de mayor presencia
son: neuroticismo y psicoticismo con un 61% y 69%
respectivamente ubicados en la cuartila cuatro. Una
lectura agrupada del percentil 51 en adelante de estos
dos tipos de personalidad, sugiere que, 4 de cada 5
pacientes con tentativa suicida presentan caracte-
rísticas de estos dos tipos de personalidad. El tipo
Extraversión presenta puntuaciones bajas y solo 4
de cada 10 tiene puntuaciones por arriba del
percentil 50.
El tipo Sinceridad, se asocia con la confiabilidad
de la prueba y “defensa” del individuo, ya que pun-
tuaciones altas significan que el sujeto se cuida de-
masiado, dando respuestas que den una “buena”
imagen de lo que debe ser socialmente aceptable y
los pacientes de nuestro estudio, presentaron pun-
tuaciones por de bajo del percentil 50 en el 67% de
los casos; este aspecto es significativo en el sentido
que, la defensa es una condición “natural de
sobrevivencia” y un sujeto con tentativa suicida ha
perdido dicha condición o no le es importante.
Un 72% de los pacientes presentaron tanto el
tipo Neuroticismo y Psicoticismo con puntuaciones
por arriba del percentil 50 (en la cuartila 3 y 4). La
tabla III muestra un análisis multivariado entre los
tipos de personalidad en la que se evidencia que: el
tipo Neuroticismo, correlaciona negativamente con
Extraversión y positivamente con Psicoticismo. El
tipo Extraversión, correlaciona negativamente con
los otros tres tipos y el tipo Psicoticismo, correlaciona
positivamente con la escala de sinceridad. Estas co-
rrelaciones apoyan los hallazgos anteriores de que
un alto porcentaje de sujetos presenten simultánea-
mente valores altos de Neuroticismo y Psicoticismo,
explica un tanto los rasgos de disimular, mentir y no
preocuparse del sujeto con puntuaciones altas en
psicoticismo.
El tipo de personalidad que presenta el sujeto
con múltiples tentativas es diferente al sujeto con
tentativa única, la tabla IV muestra que el individuo
con múltiples tentativas, presenta valores más altos
en la escala de Neuroticismo [X2(3)=10.257, p<.01]
y bajos en la escala de Extraversión [X2(3)=7.56,
p<.05] (tabla V); quizá los valores obtenidos no son
altamente significativos porque algunos de los suje-
tos con tentativa única ya presentan el rasgo de un
sujeto con tentativa múltiple.
Discusión
Los valores obtenidos con el EPQ-A en la población
estudiada, muestran perfiles de personalidad pare-
cidos a los encontrados con otras poblaciones con
problemáticas asociada al suicidio y a trastornos de
personalidad, otro aspecto importante del instru-
mento es la orientación para la intervención clínica
con el paciente.
El Tipo “N” presenta rasgos concordantes con
el criterio diagnóstico de Trastornos de la personali-
58
dad emocionalmente inestable (F60.3) con prepon-
derancia del tipo limítrofe (F60.31) especificados en
la Guía Latinoamericana de Diagnóstico Psiquiátrico
(GLADP) (33); en tanto que el Tipo “P”, corresponde
más al Trastorno disocial de la personalidad (F60.2)
en la categoría de trastornos de la personalidad y
del comportamiento en adultos (F60-F69),
Eysenck (29) relacionan la puntuación alta del
tipo “N” con el cerebro visceral, describiendo a un
sujeto que se aísla para evitar la reactivación por los
niveles altos que presenta en los circuitos
corticorreticulares, situación que lo hace estar más
atento a cualquier estímulo externo, que al presen-
tarse se potencializa y en ocasiones le abruma; esta
expresión concuerda con la conducta de aislamien-
to y poca comunicación de los sujetos con ideación
suicida.
El rasgo de irracionalidad del Tipo “N” coincide
con el factor de rigidez cognitiva reportado por
Shneidman (4), Kelly (5), Nuringuer (22); también con
la puntuación alta en la escala “N” de personalidad
reportado por Waldinger (20), Mehrabian y Weinstein
(26); los hallazgos de Roy (28) son coincidentes con
los encontrados en nuestra población, lo que sugie-
re la posibilidad de que tanto en sujetos con
adicciones como en sujeto sin adicciones, el factor
de personalidad “N” incrementa el riesgo de
suicidabilidad.
El Tipo “P” utilizado por Eysenck se asimila de
acuerdo con este autor con los conceptos de con-
ducta “esquizoide” y “psicopático”; “problemas de
conducta” es otra expresión que podría utilizarse;
en tanto que la GLADP considera que los términos
de “personalidad psicopática” y “personalidad
sociopática” deben ser evitados.
Conclusión
La presencia de valores por arriba del percentil 50
en las escalas de “N” y “P” en el 80% de los casos
en la misma persona, sugiere que la persona mani-
festará en su expresión comportamental cotidiana
rasgos de ambos tipos, sin identificar con precisión
en este momento la predominancia de cual. Esta
presencia simultanea de rasgos incrementa el ries-
go suicida en el caso de una persona en crisis o es-
tado de desesperanza Quintanilla et all. (7) y, la baja
puntuación en la escala “S” nos habla de un perso-
na sin protección, sin defensas y expuesta de mane-
ra frágil e eventos estresantes o demandantes.
Las puntuaciones altas en la escala “N” descri-
ben a una persona ansiosa, preocupada, con cam-
bios de humor y frecuentemente triste; duerme mal
y probablemente presente desórdenes
psicosomáticos, exageradamente emotivo; estas
reacciones fuertes de tipo emotivo no retornan rá-
pido a la normalidad, lo que hace del sujeto un ser
con dificultades de adaptación y empatía con las
demás personas, reaccionando irracionalmente y, en
ocasiones con rigidez cognitiva, asociado a reduc-
ción en la eficacia de almacenamiento en la memo-
ria a corto y largo plazo. Esta condición altera con
frecuencia una adecuada ejecución de las tareas
cotidianas, que se traducen en ineficiencia laboral,
escolar y conducción en lo familiar.
Las puntuaciones altas en “P” de acuerdo a
Eysenck (29), describen a un sujeto solitario, des-
preocupado de las personas, insensible y hostil, crea
problemas en su entorno y en ocasiones es extrava-
gante y no mide el peligro; cabe recordar que esta
escala no está diseñada para aplicarse con sujetos
psicóticos, sino en normales, lo que no permite tam-
poco afirmar que la puntuación alta se diagnosti-
que como patológico, el mismo Eysenck sugiere
mayor investigación sobre esta escala.
Recuperando un tanto de la experiencia clínica
con pacientes de conducta suicida y otro tanto de
los perfiles antes descritos, podríamos sugerir que
los rasgos más significativos de una persona con
conducta suicida son: poca estabilidad emocional,
bajo control de impulsos, dificultad de adaptación,
rigidez cognitiva y respuestas irracionales en mu-
59
chas ocasiones, con una conducta introvertida Tabla III. Correlación entre los tipos de personalidad medi-
avalada por las puntuaciones bajas de la escala “E” dos con la prueba EPQ-A de Eysenck & Eysenck en pacien-
tes con tentativa suicida. Hospital Civil de Guadalajara.
extraversión-introversión; características que le difi- 1999-2001
cultan atender de manera eficiente las tareas o res-
puestas adecuadas para la solución de problemas. N E P S
N 1.000 - .42** .395** .227
Es recomendable realizar trabajos focalizados a E - .422** 1.000 - .411** - .271*
identificar con mayor precisión la presencia de per- P .395** - .411** 1.000 .612**
sonalidad tipo “N” y tipo “P” en sujetos sin tentativa S .227 - .271* .612** 1.000
suicida, con tentativa única no reciente y con tenta- ** Correlación significativa de 0.01 * Correlación signifi-
tiva múltiple, con la intención de construir de ma- cativa de 0.05
nera más confiable un perfil de personalidad de riesgo
suicida.
Tabla IV. Puntuación en cuartilas del factor de Neuroticismo
(N) con la prueba de personalidad de Eysenck (EPQ-A) en-
Tablas tre sujetos con tentativa única y tentativa suicida múltiple.

Tabla I. Distribución porcentual por grupo de edad y géne- Número de tentativas

ro de sujetos con tentativa suicida cuartila única múltiple Total
1 4 11 % 2 6% 6
2 2 6% 3 9% 5
Edad Género Total 3 13 36 % 2 6% 15
masculino Femenino 4 17 47 % 25 79 % 42
No. % No. % No. % total 36 100% 32 100% 68
15-19 5 16.1% 10 24.4% 15 20.8%
20-24 12 38.7% 20 48.8% 32 44.4% [X2(3)=10.257, p<.01]
25-29 6 19.4% 3 7.3% 9 12.5%
30-34 3 9.7% 2 4.9% 5 6.9%
35-39 1 3.2% 2 4.9% 3 4.2%
40-44 3 9.7% 2 4.9% 5 6.9% Tabla V. Puntuación en cuartilas del factor de Extraversión
45 o más 1 3.2% 2 4.9% 3 4.2% (E) con la prueba de personalidad de Eysenck (EPQ-A) en-
Total 31 43.1% 41 56.9% 72 100% tre sujetos con tentativa única y tentativa suicida múltiple.

Número de tentativas
cuartila única múltiple total
Tabla II. Distribución en cuartilas de tipos de personalidad 1 8 22 % 15 47 % 6
medidos con la prueba EPQ-A de Eysenck & Eysenck a 2 9 25 % 7 22 % 5
pacientes con tentativa suicida en el Hospital Civil de 3 9 25 % 8 25 % 15
Guadalajara. 1999-2001. 4 10 28 % 2 6% 42
total 36 100% 32 100% 68
Cuartila “N” “E” “P” “S”
Emocionalidad Extraversión Dureza Sinceridad
[X2(3)=7.56, p<.05]
No. % No. % No. % No. %
1 6 8.3 26 36.1 5 6.9 30 41.7
2 5 6.9 17 23.6 8 11.1 18 25.0
3 17 23.6 17 23.6 9 12.5 14 19.4
4 44 61.1 12 16.7 50 69.4 10 13.9
Total 72 100 72 100 72 100 72 100

60
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62
Desesperanza y tentativa suicida
Investigación en Salud. Vol. V (2), Agosto, 2003.
Dr. Roque Quintanilla Montoya
Mtra. Laura Patricia Haro Jiménez
Dra. María Elena Flores
Villavicencio
Dr. Alfredo Celis de la Rosa
Dra. Silvia Valencia Abundis
Correspondencia:
Dr. Roque Quintanilla Montoya
Departamento de Psicología
Aplicada, Centro Universitario de
Ciencias de la Salud.
Universidad de Guadalajara
Sierra Nevada Nº 950
Colonia Independencia, 44340.
Guadalajara, Jalisco.
Correo electrónico:
roque@cucs.udg.mx
Resumen
El trabajo se realizó con pacientes de tentativa suicida (N=78) en el
Hospital Civil de Guadalajara y un grupo de referencia (N=89) sin ideación
y sin tentativa suicida en población abierta, se les aplicó a ambos grupos
la Escala de Desesperanza de Beck que evalúa desesperanza e identifica
si el factor es de tipo cognitivo, motivacional o afectivo. Al grupo de
tentativa suicida se les aplicó además un cuestionario sociodemográfico
para caracterizar factores asociados al suicidio.
El 78% de los pacientes de tentativa suicida presentaron algún nivel
de desesperanza, contra el 38% del grupo de referencia, estas diferen-
cias fueron altamente significativas con una p< .01 mediante la prueba
de Chi cuadrada.
El tipo o factor de desesperanza que se identificó en cada grupo
también mostró un diferencia significativa de p< .05 con la prueba de
Chi cuadrada; la distribución porcentual de los factores de desesperan-
za en el grupo de tentativa suicida fue: 52.5% cognitivo, 41%
motivacional y 6.6% afectivo; en tanto que en el grupo de referencia el
47.1% fue cognitivo, 29.4% motivacional y 23.5% afectivo.
Palabras clave: tentativa suicida, suicidio, desesperanza, cognición,
motivación, afectividad.
Abstract.
The study group included 78 patients attended at the Hospital Civil de
Guadalajara, after tentative of suicide. The reference group was
conformed for 89 subjects from the open population, without intention
or tentative of suicide. Both groups answered the Beck Test for
63
Hopeless, which explore and identified its type:
cognitive, motivational or affective. The study group
also answered a questionnaire to measure the
prevalence of risk factors for suicide.
The Hopeless was more prevalent, 78%, in the
study group than in the reference group, 38%, a
difference statistically significant (p < 0.01). For the
group with tentative of suicide 52.5% were
cognitive type, 41% of motivational type, and 6.6%
of affective type. For the reference group
frequencies were 47.1% for cognitive, 29.4% for
motivational, and 23.5% for affective. Differences
showed statistical significance (p < 0.05).
Key words: tentative of suicide, hopeless, cognitive,
motivation, affectivity.
Introducción
De acuerdo a las cifras que proporciona el Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e
Informática(1)INEGI), a nivel nacional la tasa de sui-
cidio se ha incrementado de 1.13 en 1970 a 2.80
por cien mil habitantes en el año de 2000. En el
Estado de Jalisco las cifras también muestran un
incremento: de una tasa de 0.27 en 1970 pasó 4.51
en el año de 2000; en 1997 fue la cuarta causa de
muerte en el grupo de 15 a 24 años de edad con
una tasa de 8.01 Y en el grupo de 25 a 44 años de
edad fue la séptima causa de muerte con una tasa
de 7.65.
Por su naturaleza el suicidio, esta asociado a la
salud mental del individuo ya que es una situación
de crisis que pone en riesgo la vida. Slaiku (2) defi-
ne este estado de crisis como:
“Un estado temporal de trastornos y desorgani-
zación, caracterizado fundamentalmente por la in-
capacidad de un individuo para manejar una situa-
ción particular, usando los métodos frecuentes de
resolución de problemas y por la tendencia hacia un
resultado radicalmente positivo o negativo”.
El suicidio generalmente pasa por circunstancias
concretas como son el pensamiento, la acción y la
consumación del acto y aunque existen variantes en
la forma de clasificar y definir los diferentes rangos
de conducta tendientes a quitarse la vida, la defini-
ción que Durkheim (3) hace en su obra de 1897 si-
gue siendo ilustrativa del acto mismo.
“Todo caso de muerte que resulte, directa o in-
directamente, de un acto, positivo o negativo, reali-
zado por la víctima misma, sabiendo ella que debía
producir este resultado”
En tanto que la tentativa de suicidio se puede
conceptuar como toda acción planeada o impulsiva
tendiente a autolesionarse, con o sin la conciencia
que dicho acto podría generarle la muerte y deteni-
da en su proceso antes que de cómo resultado la
pérdida de la vida.
La American Psychiatric Association en el Ma-
nual diagnóstico y estadístico de los trastornos men-
tales(4) en el capítulo de trastornos del estado de
ánimo pone énfasis en los síntomas de desesperan-
za, pensamientos de muerte, ideación suicida o ten-
tativa suicida como criterios de diagnóstico para el
episodio depresivo mayor.
La esperanza o desesperanza es un estado diná-
mico de actitud y percepción que la persona tiene
sobre los acontecimientos venideros, de tal manera
que condicionan u orientan la conducta del indivi-
duo sobre el que hacer; plantearlo como un estado
dinámico, es reconocer que el estar en desesperan-
za es el resultado de un proceso, valorado en un
momento y circunstancias determinadas, y sujeto
a situaciones de cambio positivo o negativo.
Black & Winokur (5) reportan que el suicidio en
pacientes con desorden afectivo ocurre invariable-
mente durante un episodio clínico depresivo y, es 8
veces más alto el riesgo si la persona tiene un histo-
rial de tentativas suicidas; McCombs(6), centra su
atención sobre el concepto de Locus de control en-
tendido como un constructo de la personalidad que
permite al sujeto percibir el control de su conducta
64
contra el destino, la suerte o circunstancias exter-
nas; Este control implica que el individuo no entre
en desesperanza al poder elegir y encausar tanto su
energía como sus pensamientos hacia su realiza-
ción como persona. En tanto que Seligman(7), plan-
tea la posibilidad de que la desesperanza observada
en los animales y humanos sea por el aprendizaje de
que algunos eventos son incontrolables, lo que ge-
nera en los sujetos el abandono de búsqueda de
solución al problema.
El objetivo del trabajo es evidenciar que el factor
cualitativo de la desesperanza está dado por la iden-
tificación del factor emotivo, motivacional o
cognitivo en la persona de tentativa o ideación sui-
cida ya que es diferente al que se presenta en los
sujetos sin problemática suicida.
Material y método
Es un estudio transversal descriptivo, comparativo
entre un grupo de pacientes de tentativa suicida que
ingresaron al Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”
de Guadalajara, del área de adultos en el periodo de
1997-2000 y un grupo de referencia sin ideación y
sin tentativa suicida en población abierta, equipara-
do al primero en edad y sexo con escolaridad varia-
ble.
La muestra total fue de 167 pacientes con ten-
tativa suicida (grupo 1), con una edad promedio de
26.34 años, con un mínimo de 15, un máximo de
48 y una desviación estándar de 8.52 años. De esta
muestra total se hace una descripción de los facto-
res sociodemográfica del grupo, por considerar im-
portante la referencia de comparación con las esta-
dísticas de suicidios consumados referidos en la li-
teratura científica. En 78 sujetos del grupo con ten-
tativa suicida se pudo medir la desesperanza me-
diante la escala Beck y comparados los resultados
con un grupo de referencia sin tentativa y sin
ideación suicida.
El grupo de referencia (grupo 2) se integró de
89 personas con un promedio de 25.71 años de
edad, con un mínimo de 16, un máximo de 45 y
una desviación estándar de 8.29 años. Factores de
inclusión:
Grupo 1: Presentar diagnóstico de tentativa sui-
cida, tener al menos 15 años de edad y no presentar
trastornos de conciencia.
Grupo 2: Estar en el rango de 15 a 49 años de
edad y aceptación voluntaria de contestar la prue-
ba.
Factores de exclusión:
Grupo 1: Sujetos con trastorno psiquiátrico, incons-
ciente o sedado.
Grupo 2: Presentar algún trastorno visible de
conducta o ideación suicida activa.
La variable de análisis en ambos grupos fue el
factor de desesperanza, identificado por la Escala
de Desesperanza de Beck, que diagnostica la pre-
sencia o ausencia de desesperanza por la puntua-
ción total de la prueba; considerando como mínima
o nula de 0 a 3 puntos, leve de 4 a 8 puntos, mode-
rada de 9 a 14 puntos y severa de 15 a 20 puntos,
identificando además, si la desesperanza tiene con-
notación afectiva, motivacional o cognitiva. Para el
grupo de tentativa suicida se registraron además las
variables sociodemográficas que el INEGI utiliza en
la descripción de conducta suicida.
El análisis estadístico incluyó frecuencias, por-
centajes y Chi cuadrada fue con el auxilio del pro-
grama SPSS 10.0
Resultados
Los datos sociodemográficos de los 167 pacientes
de tentativa suicida, muestran en la tabla I que el
grupo más vulnerable es el comprendido entre los
15 y 24 años de edad con un porcentaje acumula-
65
do del 54%. Otros datos relevantes son: 60% fue- En la tabla III se muestra los resultados de los 79
ron del género femenino y el 40% del masculino. en los que se pudo aplicar la prueba de desesperan-
za de Beck y se comparan con el grupo de referen-
Tabla I. Distribución por grupos de edad de los sujetos con cia. En ellos el nivel y tipo de desesperanza que se
tentativa de suicidio. identificó entre los grupos es diferente cualitativa y
Grupo de edad en años # % % acumulado cuantitativamente; tal como se puede observar al
15 a 19 37 22.2 22.2 compararlos con el grupo sin desesperanza, el ries-
20 a 24 53 31.7 53.9 go de intento de suicido se incrementa en relación
25 a 29 26 15.6 69.5
30 a 34 16 9.6 79.0 directa a la magnitud de desesperanza, siendo de
35 a 39 14 8.4 87.4 4.5 veces (IC95% de 2.0 a 10.1) en los de desespe-
40 a 44 12 7.2 94.6 ranza leve y de 6.1 veces (IC95% de 2.0 a 10.1) en
45 a 49 5 3.0 97.6
50 a 54 1 0.6 98.2 los de desesperanza moderada o severa (p < 0.01
55 a 59 2 1.2 99.4 para el cuadro en conjunto).
60 a 64 1 0.6 100.0
Total 167 100.0
Tabla III. Comparación del nivel de desesperanza por ran-
gos entre grupos de tentativa suicida y grupo de referencia.
El estado civil mostró que el 55% eran solteros, Grupo
21% casados y 11% vivían en unión libre, en tanto Desesperanza Con Sin OR IC95%
tentativa tentativa
que el 48% manifestó no tener pareja, entendido el
No 17 55 1.0
concepto como la ausencia de amiga, novia o pare- Leve 36 26 4.5 2.0 a 10.1
ja con quien viviera. La variable ocupación laboral Moderada o severa 15 8 6.1 2.0 a 19.1
identificó a un 18% de desempleados, un 18% de
amas de casa y un 6% de estudiantes, que agrupan El factor de desesperanza se puede considerar
un 42% de personas no incorporadas formalmente como la parte cualitativa de la misma; este factor se
en actividades productivas. reportó solo en los casos en que el sujeto presentó
al menos el nivel leve o mínimo de desesperanza,
Tabla II. Antecedentes de tentativa suicida previa que mani- en la tabla No. IV se observa que las diferencias en-
festaron haber tenido los pacientes. tre los dos grupos fue significativa con una p< .05
con la prueba de Chi cuadrada.
Número de tentativas de suicidio # de sujetos %
0 83 49.7 En el grupo de tentativa suicida se observa que
1 35 21.0 el 52% de las personas presentaron una desespe-
2 23 16.8 ranza de tipo cognitivo; esto significa que el esque-
3 12 7.2
4 o más 5 3.0 ma mental con el que esta personas intentan resol-
Sin datos 9 5.4 ver su vida y/o conflicto personal, está representado
Total 167 100.0 por pensamientos de percepción de un futuro in-
cierto, sin poder imaginar que pueden estar hacien-
La tabla II muestra los antecedentes de tentativa do en 5 o 10 años, perciben que la mayoría de la
de suicidio de 158 de los 167 sujetos del primer grupo. gente consigue mejores cosas que las que ellos lo-
Los otros 9 no brindaron información al respecto. Se gran y cuando evalúan sus metas o proyectos gene-
evidencia un dato importante: que de cada dos pa- ralmente perciben que no marchan como deberían.
cientes que se recibieron por tentativa suicida uno ya
había intentado quitarse la vida al menos una vez.

66
Tabla IV. Comparación del factor de desesperanza entre el
grupo de tentativa suicida y el grupo de referencia.
Grupo
Factor de desesperanza Con tentativa Sin tentativa
# % # %
Afectivo 4 6.6 8 23.5
Motivacional 25 41.0 10 29.4
Cognitivo 32 52.5 16 47.1
Total 61 100.0 34 100.0
En el 41% de los sujetos del grupo de tentativa
suicida se identificó el factor motivacional, los pen-
samientos más frecuentes en este tipo de personas
son: como darse por vencidos, renunciar a hacer las
cosas, esperar que por si solo las cosas cambien, no
creen que en un futuro puedan cambiar las circuns-
tancias por acciones de ellos mismos, piensan que
como nunca consiguen nada, es absurdo desear
cualquier cosa y no tienen motivos para luchar.
Es destacable que solo un 7% del mismo grupo
presentó una desesperanza con factor afectivo, este
factor se asocia con sentimientos de esperanza so-
bre un futuro con entusiasmo y confianza, en que
se pueden conseguir cosas de su interés y que se
espera ser más feliz de lo que se es, en el momento
presente.
En el grupo sin tentativa suicida con el que se
compararon los resultados, el 47% de los sujetos
con desesperanza fue de tipo cognitivo, el 29%
motivacional y el 23% de tipo afectivo; los significa-
dos son iguales a los descritos anteriormente y se
puede observar que los dos últimos factores se dis-
tribuyen casi proporcionalmente.
Discusión
Es importante y significativa la presencia de deses-
peranza en los sujetos con tentativa suicida, sin
embargo, el factor más importante que se identifi-
có fue el cognitivo con un 52% y no el afectivo como
empíricamente se le asocia. El factor motivacional y
sobre todo el cognitivo se asocia mas a pensamien-
tos que a sentimientos, situación que favorece una
intervención psicoterapéutica orientada a un proce-
so racional emotivo. La esperanza se asocia tam-
bién con un proyecto de vida, este proyecto puede
ser promovido desde la escuela, la sociedad y la fa-
milia al tener elementos científicos que permitan
explicar como alguien puede desconstruir el proyecto
de vida y convertirlo en un proyecto de muerte.
El locus de control y la desesperanza aprendida
referida por McCombs (6) y Selligman (7) respecti-
vamente, contienen elementos cognitivos al ser en-
tendidos como procesos de aprendizaje y en ese
sentido son susceptibles de ser modificados median-
te programas de prevención y promoción de la sa-
lud.
Los resultados del grupo de tentativa suicida re-
flejan una distribución y comportamiento muy si-
milar a los suicidios consumados reportados por el
INEGI(1) y Hernández Arias(8); excepto por la inver-
sión en género y método utilizado, ya que en el sui-
cidio consumado la relación es de 5 varones por cada
mujer y en tentativa suicida es de 6 mujeres por cada
4 varones aproximadamente (la estadística sobre
tentativa suicida que reporta el INEGI presenta un
alto sub-registro), los métodos utilizados en suici-
dio consumado son primero estrangulación con un
65% y arma de fuego con un 20%; en tanto que
Las tentativas suicidas principalmente son referidas
por intoxicación (43% de medicamentos y 17% por
venenos), lo que sugiere menos letalidad pues solo
el 8% de las muertes por suicidio se relacionaron
con la ingesta de substancias como medio utiliza-
do.
Otro aspecto importante que no se ha reportado
integralmente y se identifica frecuentemente en la prác-
tica clínica con pacientes de tentativa o ideación suici-
da, es la presencia frecuente de sentimientos de sole-
dad, abandono, irritabilidad hacia las figuras paternas
y/o maternas por la falta de entendimiento o comuni-
cación, falta de autoestima y sentimientos de culpa
por los eventos o circunstancias que está viviendo.
67
Concusiones
La tasa de crecimiento y el impacto o consecuen-
cias asociadas al suicidio permiten evidenciar que el
suicidio es un problema de salud pública, que re-
quiere ser atendido de manera integral y
transdisciplinariamente.
El concepto de esperanza-desesperanza visto
como un proceso debe ser un indicador que oriente
selectivamente el trabajo de prevención del suicidio
a través de la generación de proyectos reales de vida
en la población y la atención de la ideación por un
modelo cognitivo que permita reconstruir lo que la
persona espera de la vida.
Los datos centrales del trabajo a la luz de la lite-
ratura sobre suicidio, sugieren la posibilidad de re-
flexionar sobre 3 cosas:
1. Generalmente la depresión(4) se toma como
el diagnóstico final importante, al que se le incluye
la desesperanza como un indicador más, sin hacer
un análisis del proceso y tipo de desesperanza.
2. Reconocer o identificar los diferentes tipos y
proceso de formación de desesperanza en el indivi-
duo, nos permite diseñar estrategias alternas para
la promoción de la salud de acuerdo a cada tipo de
población.
3. El proyecto de muerte que alimenta cognitiva
y afectivamente a la persona con ideación suicida,
podría replantearse al modificar sus esquemas de
referencia sobre:
a) la percepción que tiene de sí mismo, b) la per-
cepción que tiene de las demás personas con res-
pecto a él y c) La percepción que tiene sobre el fu-
turo.
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Suicidios”. Cuaderno Núm. 7. Edición 2001.
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8. Hernández Arias. José Manuel. “Aspectos
epidemiológicos del suicidio consumado en el
Estado de Jalisco, de 1988 a 1993”. Tesis de
licenciatura en Medicina. Universidad de
Guadalajara. 1994.(sin publicar).
68
Epidemiología del suicidio en México de 1970 a 1994*
Salud Pública de Mexico 38:197-206, 1996.
Guilherme Borges
PSIC., M. EN C.,(1,2)
HAYDÉE ROSOVSKY, PSIC.,
M.S.P.,(2)
CECILIA GÓMEZ, PSIC.,(1)
REYNA GUTIÉRREZ, PSIC.(1)
* Este trabajo ha sido posible
gracias al apoyo del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología,
Proyecto 4723-H.
(1) División de Investigaciones
Epidemiológicas y Sociales,
Instituto Mexicano de Psiquiatría.
(2) Consejo Nacional contra las
Adicciones, Secretaría de Salud,
México.
Correspondencia:
Mtro. Guilherme Borges.
División de Investigaciones
Epidemiológicas y Sociales,
Instituto Mexicano de Psiquiatría.
Calzada México-Xochimilco 101,
Colonia San Lorenzo Huipulco,
14370 México, D.F.
Resumen
Objetivo. Presentar información sobre la evolución del suicidio como
causa de muerte para la población mexicana durante el periodo de 1970
a 1994. Material y métodos. Se utilizaron los datos provenientes de los
certificados de defunción, así como los datos censales correspondien-
tes a dicho periodo. Resultados. En 1970 hubo 554 defunciones por
suicidio en toda la República Mexicana, para ambos sexos, y 2 603 en
1994. Durante este periodo la tasa de suicidios en ambos sexos pasó de
1.13 por 100 000 habitantes en 1970 a 2.89 por 100 000 habitantes en
1994, un aumento de 156%. Sin embargo, este aumento es más mar-
cado para la población masculina, que vio su tasa incrementada en 169%
durante el periodo, contra 98% para la población femenina.
En términos de la mortalidad proporcional, el suicidio pasó del 0.11
al 0.62% de todas las defunciones. Los porcentajes de variación más
elevados en la tasa de mortalidad por suicidio se observaron en las po-
blaciones de mayor edad (más de 65 años) y en la más joven (menor de
19 años). En el último año de la serie, 1994, las tasas más elevadas se
observan en la población masculina, especialmente en la mayor de 65
años de edad. Existen diferencias en cuanto a las tasas registradas entre
los distintos estados de la República Mexicana. En 1994 los estados de
Tlaxcala y México registraron las tasas más bajas, mientras que las más
altas se reportaron en Tabasco y Campeche. La parte sureste del país
muestra las tasas más elevadas y la zona centro es la de menor inciden-
cia. Conclusiones. El suicidio es un problema ascendente en México,
que afecta en forma principal a los hombres de edad avanzada. Sin
embargo, incrementos recientes en la población adolescente y adulta
joven enfatizan la necesidad de desarrollar programas de prevención y
tratamiento en esta área.
Palabras clave: suicidio/prevalencia, incidencia; salud mental;
epidemiología; México
69
Abstract
Objective. This paper reports data of suicide as a
cause of death in Mexico from 1970 to 1994. Ma-
terial and methods. Death certificates and census
data were used as the main sources for this study.
Results. In 1970 554 suicide deaths were reported
for both genders. In 1994 there were 2 603 deaths.
During this period the suicide death rate increased
from 1.13 per 100 000 inhabitants to 2.89 per 100
000 inhabitants, which represents an increase of
156% in 24 years. Nevertheless, a higher increase
was seen among males; 169% for this period as
compared to 98% among females. In 1970 the
proportional suicide mortality rate was 0.11% of
total deaths; in 1994, an increase to 0.62% was
observed. During the study period, the highest
increase in the suicide rate was seen in the older
groups (65 years and over). Nevertheless, an
increase was also seen among the younger
population (those aged under 19 years). In 1994,
the last year of the series, the highest rates were
found among males, especially among those aged
65 and over. Differences were found also in the
suicide rates among the states of the Mexican
Republic. In 1994 the State of Tlaxcala and the State
of Mexico reported the lowest rates. The highest
rates were found in Tabasco and Campeche. Thus,
the highest suicide rates were seen in the southeast
and the lowest rates in the central part of the
country. Conclusions. Suicide is a growing problem
in Mexico, mainly occurring among male older
adults. Nevertheless, growing rates among young
adults call for suicide prevention and care programs.
Key words: suicide/prevalence, incidence; mental
health; epidemiology; Mexico
El objetivo de este estudio es presentar información
actualizada sobre la evolución del suicidio como
causa de muerte para la población mexicana duran-
te el periodo de 1970 a 1994, utilizando los certifi-
cados de defunción, así como los datos censales
disponibles.
Este objetivo se ha hecho urgente dada la ca-
rencia de información pública sobre este fenómeno
en la última década, en un momento en que la re-
ciente crisis económica ha ampliado el interés sobre
el tema en los medios de comunicación masiva,
como son los periódicos. La preocupación sobre los
efectos que las crisis económicas pudieran tener en
el suicidio se remonta a tiempos lejanos1 y sigue sien-
do materia de debate2. Aunque la epidemiología del
suicidio ha tenido un escaso desarrollo en México,
éste es un problema importante en el contexto de la
salud mental nacional, y ha atraído la atención de
diversos profesionales a través de los años. Se pue-
den encontrar ejemplos de este interés, por lo me-
nos desde los años cincuenta. Así, en un primer tra-
bajo de naturaleza epidemiológica, Cabildo y
Elorriaga3 analizaron los suicidios de 1954 a 1963.
Encontraron que en 1954 se registró una cifra de
3.2 actos suicidas por cada 100 000 habitantes,
mientras que en 1963 bajó a 2.1.
Posteriormente, Elorriaga4 ahondó en la investi-
gación sobre el suicidio para la década de los sesen-
ta. Según este autor, de 1960 a 1969 los intentos de
suicidio se incrementaron en 30.5% (3% anual).
En un trabajo menos extenso sobre el tema
Galvis5 plantea que, para 1960, a través de estudios
epidemiológicos se puede reportar un índice de 3.5
casos de suicidio al año por cada 100 000 habitan-
tes: 1.8 consumados y 1.7 frustrados.
Por último, Saltijeral y Terroba6 analizaron la con-
ducta suicidógena en la década pasada. Encontra-
ron que en los años de 1971 a 1980 se observa que
la tasa de ambas conductas (suicidio consumado e
intentos de suicidio), se mantiene constante.
70
 El problema del suicidio también ha llamado la
atención de investigadores de Guadalajara7,8 y San
Luis Potosí9 quienes, además de utilizar datos de los
certificados de defunción, han hecho uso también
de noticias de la prensa local para seguir mejor la
tendencia del suicidio. Asimismo, se han realizado
en el país, principalmente en el Distrito Federal, in-
vestigaciones con datos primarios, en el ámbito in-
dividual, utilizando el método de la llamada autop-
sia psicológica10.
De la revisión reciente de Gómez y Borges11 se
puede afirmar que el problema del suicidio adquiere
cada vez más importancia en el país y que, al res-
pecto, se han dado varios acercamientos
epidemiológicos. Sin embargo, no fue posible en-
contrar en la literatura otros estudios de
epidemiología descriptiva que cubran el periodo de
la década de los ochenta y principios de los noven-
ta. Otra limitación importante de los estudios pre-
vios es que utilizan las estadísticas suministradas por
el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e In-
formática (INEGI) a través de su publicación en los
Anuarios Estadísticos de los Estados Unidos Mexi-
canos, cuyos datos tienen importantes limitaciones.
Pocos trabajos han utilizado las estadísticas prove-
nientes de los certificados de defunción como fuente
de información. Así, el objetivo de este trabajo es
ofrecer una panorámica de la evolución reciente del
suicidio en el país, desde 1970 hasta 1994.
Material y métodos
Para obtener la tendencia temporal del suicidio en el país
se obtuvieron los datos censales para los años de 1970,
1980 y 1990. Se calcularon las poblaciones intercensales
por estimaciones, utilizando el método aritmético para el
periodo 1970-1979, es decir, suponiendo un incremento
constante durante el periodo12. Para los periodos de 1981
a 1989 y de 1991 a 1994, se utilizaron las estimaciones
proporcionadas por el Centro de Estudios en Población y
Salud, de la Secretaría de Salud (SSA).
Con respecto a los numeradores de las tasas, es
decir, el número de muertes por suicidio en México,
éstos provienen de dos fuentes. En primer lugar, esta
información la proporcionó el INEGI, instancia en-
cargada de elaborar los datos recabados en los cer-
tificados de defunción. Para algunos años del perio-
do en cuestión (1970-1979), se obtuvieron los da-
tos directamente de las microfichas del INEGI y, para
otros años, especialmente para el periodo 1980-
1994, por medio de la Dirección General de Estadís-
tica e Informática de la SSA. La información del
INEGI/SSA se encuentra disponible por edad, sexo y
entidad federativa. Esta es, sin duda, la información
de uso más común en el Sector Salud, que utiliza la
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).
Se utilizó esta fuente para los numeradores de las
tasas en todos los cuadros y gráfica del presente
trabajo, excepto en el cuadro IV, que utiliza los nu-
meradores descritos en el siguiente párrafo. En el
caso específico de la mortalidad por suicidio no hubo
cambios en estos rubros, de tal manera que son
comparables en todo el periodo. Así, como fuente
principal de información se contó con las
tabulaciones producidas por el INEGI y la SSA a par-
tir de los certificados de defunción, codificados por
medio de la CIE 8a. y 9a. revisión.
Es necesario tomar en cuenta que el suicidio, al
igual que el homicidio, es una causa de muerte que
conlleva una investigación legal, a través del poder
judicial, por medio de las agencias del Ministerio Pú-
blico. Este se convierte, entonces, en una segunda
fuente de información, no sólo sobre los suicidios
consumados, sino también con respecto a los in-
tentos de suicidio. Dicha información se publica
anualmente, a través del INEGI, en el Anuario Esta-
dístico de los Estados Unidos Mexicanos, o por me-
dio de publicaciones particulares13. Como se señaló
en la introducción ésta ha sido, de hecho, la fuente
principal de información para trabajar
epidemiológicamente con los suicidios en México,
aunque no es la que se prefirió aquí. La razón es que
71
sólo los datos del certificado de defunción permiten
comparar el suicidio en el conjunto del panorama
epidemiológico del país, que incluye otras causas de
muerte no reportadas por el poder judicial. Sin em-
bargo, sólo el poder judicial notifica estadísticas na-
cionales sobre los intentos de suicidio, lo que lo hace
insustituible a este respecto, y es el motivo por el
cual muchos investigadores prefirieron esta fuente.
En este trabajo se reconstruyó la información sobre
los suicidios consumados y los intentos de suicidio
para el periodo 1970-1994, misma que se presenta
en el cuadro IV, el único en el que se usaron los da-
tos del poder judicial.
Ya sea que se usen los certificados de defunción
como base para los numeradores (cuadros I-III y fi-
gura 1) o los datos del Ministerio Público (cuadro
IV), los denominadores (es decir, la población) para
el cálculo de las tasas, son similares en ambos ca-
sos.
Resultados
El cuadro I permite observar la importancia relativa
del suicidio en el conjunto de causas de muerte del
país, por medio de la mortalidad proporcional. Como
es patente, en 1994 la mortalidad por suicidio re-
presentaba poco más del 0.6% del total de las muer-
tes. Esta cifra se ha incrementado paulatinamente
durante el periodo estudiado, al pasar del 0.11 al
0.62%. De acuerdo con el cuadro I, al inicio del pe-
riodo, en 1970, hubo 554 muertes por suicidio en la
República Mexicana, y en 1994 hubo 2 603. Los cam-
bios en la tasa de suicidio no se dieron de manera
uniforme, sino que hubo momentos dramáticos para
la serie en cuestión. Así, entre 1973 y 1974 hubo un
incremento del 222.05% en la mortalidad por suici-
dio para ambos sexos. A partir de este año (1974) la
tasa de suicidio entra en un nuevo escalón, relativa-
mente constante, hasta 1985. De 1984 a 1985 la
tasa de suicidio para la población total se incrementa
en 64.56%, y entra así en otro nivel del que no ha
bajado. Para el conjunto de la población, el suicidio
se incrementó en 156% entre 1970 y 1994.
El suicidio consumado en México es un proble-
ma que afecta en mayor medida al sexo masculino.
La razón de tasas masculina/femenina para el inicio
del periodo es de 4.10 (1.82/0.44) y para el final del
periodo es de 5.6 (4.9/0.87); es decir, el diferencial
de mortalidad hombres/mujeres no sólo no ha dis-
minuido, sino que se ha ampliado durante el perio-
do. En los años que cubre la serie (1970-1994), el
incremento porcentual del suicidio ha sido de 170%
para los hombres y de 98% para las mujeres.
En el cuadro II se presenta la mortalidad por sui-
cidio de acuerdo con grupos quinquenales de edad
(con la excepción del grupo de 0-14 años y el de 85
y más), en cada uno de los años estudiados. Los si-
guientes hechos llaman la atención: a) a partir de
mediados de la década de los setenta, comienzan a
aparecer suicidios en el grupo de infantes y escola-
res (0-14 años); b) el incremento en las tasas de sui-
cidio es un fenómeno común a casi todos los gru-
pos de edad, que presentan incrementos relativa-
mente similares. Las excepciones son los grupos de
60-64 (con cambios relativamente pequeños entre
1970 y 1994) y el grupo de 75-79 años (que presen-
ta una disminución entre el inicio y el final del perio-
do), y los grupos de 80-84 y 85 y más (que presen-
tan grandes incrementos en las tasas de suicidio del
inicio al final del periodo).
La figura 1 muestra la mortalidad por suicidio
según grupos de edad y sexo en 1994. Para este
año, la tasa de suicidio masculina tiende a
incrementarse con la edad, presentando un creci-
miento muy acelerado a partir del grupo de edad
70-74 años. Para las mujeres, la tendencia de la mor-
talidad por edad es aplanada. La tasa más baja en
los hombres fue de 0.29 por 100 000 habitantes en
el grupo de 0-14 años y la más elevada fue de 45.93
por 100 000 habitantes en el grupo de 85 y más. En
las mujeres la más baja fue de 0.17 por 100 000
habitantes en el grupo de 0-14 años y la más alta de
72
4.43 por 100 000 habitantes en el grupo de 80-84
años.
La distribución del suicidio, por otro lado, no es
homogénea para todo el país; el cuadro III permite
apreciar las diferencias. En 1994 los estados de
Tlaxcala y México registraron las tasas más bajas, de
1.17 y 1.19 por 100 000 habitantes respectivamen-
te, mientras que la tasa más alta se reportó en
Tabasco con 9.74 y en Campeche con 7.78 por 100
000 habitantes. Por sexo, estos estados mantienen
el mismo orden en la República. El sureste del país,
formado por los estados de Campeche, Tabasco,
Quintana Roo y Yucatán, es el que presenta tasas
más elevadas. Por otro lado, también se encuentran
tasas elevadas en los estados de Colima, Tamaulipas
y Chihuahua. La zona centro, formada por los esta-
dos de Tlaxcala, México, Hidalgo, Querétaro y Pue-
bla, es la de menor incidencia. La excepción a este
conglomerado es el Distrito Federal, que tiene una
tasa por encima del promedio nacional.
Con respecto a los mecanismos específicos se-
ñalados en el certificado de defunción, aunque para
ambos sexos éstos son los mismos –mortalidad por
sustancias sólidas o líquidas, ahorcamiento, estran-
gulación y sofocación y, por último, por arma de
fuego y explosivos–, hay diferencias en su impor-
tancia relativa según el sexo. En 1994, el medio más
utilizado por los hombres fue el ahorcamiento (53%
de todas las muertes por suicidio), mientras que para
las mujeres el ahorcamiento y la ingestión de sus-
tancias tuvieron porcentajes muy similares (33 y
32%, respectivamente). El uso de arma de fuego y
explosivos le sigue en importancia para los hombres
(33%) y para las mujeres (25%). Durante el periodo
estudiado, en los hombres se incrementó el uso de
ahorcamiento y armas de fuego, de tal manera que
en 1994 estas dos causas dan cuenta de casi el 90%
de todos los suicidios masculinos. En las mujeres se
ha incrementado el ahorcamiento y el uso de armas
de fuego, mientras que la ingestión de sustancias
ha permanecido más constante durante el periodo.
En el cuadro IV se presenta la información sobre
suicidios consumados e intentos de suicidio por sexo,
según los datos publicados en los Anuarios Estadís-
ticos del INEGI (utilizando la información de los Mi-
nisterios Públicos) a los que se hizo referencia ante-
riormente. Así, se puede hacer una comparación
entre los datos sobre suicidios consumados que ofre-
cen las fuentes judiciales y los proporcionados por
las estadísticas de mortalidad (publicadas por la SSA)
presentadas en el cuadro I.
Al inicio del periodo, las fuentes judiciales infor-
maban de un número mayor de suicidios (740) que
las estadísticas de mortalidad (554). Sin embargo, al
finalizar el periodo, en 1994, la situación se invirtió y
mientras el Ministerio Público informó 2 215 suici-
dios, las estadísticas de mortalidad notificaron 2 603
muertes. En tanto que las estadísticas de mortali-
dad ofrecen un panorama ascendente del suicidio
en el país, las estadísticas del Ministerio Público su-
gieren una tasa estable hasta 1989, y un incremen-
to muy acelerado de 1990 a 1994.
Es imposible comparar la información sobre los
intentos de suicidio, ya que el Ministerio Público es
el único que ofrece estos datos. Llama la atención el
número tan bajo de intentos de suicidio informa-
dos.
Discusión
En este trabajo se ha presentado la epidemiología
descriptiva del suicidio para la República Mexicana,
cubriendo los últimos 24 años. El objetivo fue ac-
tualizar la información sobre un problema de salud
pública muchas veces descuidado en México y para
el cual se carecía de información reciente. La discu-
sión sobre las causas relacionadas con este proble-
ma no ha sido considerada en el presente trabajo.
Sin embargo, existe el interés de analizar posterior-
mente el papel de algunas variables tradicionales en
la epidemiología del suicidio, tales como los divor-
cios, el ingreso económico y el consumo de alcohol,
para el caso específico de México.
73
 Si bien es cierto que la comparación de la tasa
de suicidio de México con la de algunos países lati-
noamericanos y de otras regiones del mundo revela
que México presenta algunas de las tasas más bajas
de suicidio, ya sea en el continente americano o con
relación a algunos países de Europa14, son pocos los
problemas de salud pública que han aumentado con
tanta constancia. Año con año, la mortalidad por
suicidio se ha incrementado en el país, y por lo que
se conoce del comportamiento de este problema
en otras partes del mundo, y de los cambios en el
perfil poblacional y epidemiológico de México, difí-
cilmente será pasajero este incremento15,16. La evo-
lución ascendente del suicidio, así como los cam-
bios sociales concomitantes tales como el incremen-
to en la urbanización, la migración, la disolución de
las redes familiares tradicionales, el aumento en el
consumo de drogas por los jóvenes, y los cambios
en el perfil epidemiológico del país, llevan a pensar
que éste es un buen momento para iniciar acciones
de investigación y preventivas.
Los resultados de este trabajo muestran que es
necesario estar preparados para enfrentar este pro-
blema en el contexto de la salud pública nacional,
así como elaborar los programas preventivos y de
tratamiento acordes con las necesidades actuales,
incluyendo el incremento en el suicidio de la pobla-
ción joven. El suicidio es una causa de muerte que
ha aumentado en las dos últimas décadas, especial-
mente en la población masculina. Algunos grupos
de edad que no se veían afectados durante el inicio
del periodo, como los jóvenes de menos de 15 años,
ya presentan casos de mortalidad por suicidio. Sin
embargo, las tasas siguen siendo más elevadas en
la población anciana.
Con respecto a los incrementos observados, no
se tiene explicación para los dos cambios tan drásti-
cos en la tasa de suicidio observada en el cuadro I.
Aunque no hubo modificaciones entre las dos revi-
siones de la CIE utilizadas en este trabajo en el rubro
específico del suicidio, es posible que algunos cam-
bios en otros apartados de la clasificación de muer-
tes por causas externas hayan afectado el problema
que se aborda. Asimismo es probable que haya ha-
bido cambios administrativos en la codificación o
publicación de las causas de muerte que afectaron
la mortalidad por suicidio. A pesar de que se utiliza-
ron dos fuentes diferentes para la estimación de la
población, es difícil pensar que los dos descensos
observados en 1980 (año censal) y en 1984 sean
resultado de diferencias en las estimaciones
poblacionales derivadas de las dos fuentes citadas.
Se recomienda realizar trabajos específicos al res-
pecto, que puedan confirmar o refutar estas dife-
rentes posibilidades, así como sugerir otras hipóte-
sis al respecto.
Al igual que sucede con otros problemas sanita-
rios, tales como la cirrosis hepática17, la mortalidad
por suicidio muestra también una gran dispersión
de las tasas de mortalidad en el interior del país, tan-
to en hombres como en mujeres, lo cual también
debe ser materia de una investigación particular. Es
posible que haya factores específicos en los estados
del sureste relacionados con el incremento del sui-
cidio, pero no hay que descartar la acción de prácti-
cas de registro de la información que lleven a un
menor subregistro del problema en esta región del
país. En un trabajo reciente sobre la mortalidad por
suicidio en Tabasco18, los autores señalan que hay
un fuerte componente rural, pero descartan que el
patrón cultural influenciado por la cultura maya pu-
diera ser el responsable del problema. De hecho, en
el presente trabajo se observa una segunda zona de
elevadas tasas de suicidio en la región norte del país.
El estado actual de la información estadística
sobre el suicidio en el país amerita también un co-
mentario. Actualmente se dispone de dos fuentes
de información, aunque ambas dependientes del
INEGI, que no sólo no concuerdan, sino que pre-
sentan tendencias diversas sobre el mismo fenóme-
no, lo que es motivo de preocupación. Hasta 1973,
el Ministerio Público informaba más suicidios que la
74
SSA, pero a partir de entonces la situación se invier-
te. Sin embargo, desde 1991 el subregistro del Mi-
nisterio Público parece disminuir. No fue posible
encontrar respuestas para la divergencia en los in-
formes de ambas instituciones y se espera que este
trabajo sirva como señal de alerta para las autorida-
des responsables del área en cuestión. Dado el
subregistro que existe en la mortalidad por suicidio,
en varios países19, se considera que la información
proveniente de las estadísticas vitales que ofrece el
llenado de los certificados de defunción parece ser
más apropiada para conocer el panorama actual del
suicidio en México. Esta es una conclusión impor-
tante, ya que tradicionalmente la mayoría de los in-
vestigadores interesados en este tema han utilizado
como fuente a los Anuarios Estadísticos para des-
cribir la tendencia suicidógena en el país.

CUADRO I
Tasas de mortalidad por suicidios,* en ambos sexos. República Mexicana, 1970-1994

Total Mortalidad Hombres Mujeres Razón

Año No. Tasa proporcional No. Tasa No. Tasa Hombres/Mujeres
1970 554 1.13 0.11 445 1.82 109 0.44 4.10
1971 358 0.70 0.08 289 1.14 69 0.27 4.22
1972 365 0.69 0.08 296 1.13 69 0.26 4.33
1973 368 0.68 0.08 296 1.09 72 0.26 4.16
1974 1 231 2.19 0.28 989 3.54 242 0.86 4.14
1975 1 006 1.73 0.23 819 2.85 188 0.64 4.42
1976 1 029 1.72 0.23 823 2.78 206 0.68 4.06
1977 1 147 1.86 0.26 914 3.00 235 0.76 3.96
1978 1 136 1.79 0.27 900 2.87 240 0.75 3.83
1979 1 125 1.72 0.26 897 2.72 228 0.70 3.88
1980 976 1.45 0.22 780 2.31 196 0.59 3.93
1981 1 199 1.74 0.28 934 2.69 265 0.78 3.47
1982 1 184 1.68 0.29 925 2.61 259 0.74 3.53
1983 1 044 1.45 0.25 832 2.29 212 0.59 3.88
1984 937 1.27 0.23 788 2.12 149 0.40 5.25
1985 1 584 2.09 0.38 1 312 3.45 272 0.72 4.78
1986 1 743 2.25 0.44 1 467 3.78 275 0.72 5.28
1987 1 731 2.19 0.43 1 439 3.63 291 0.74 4.89
1988 1 722 2.14 0.42 1 440 3.56 281 0.70 5.08
1989 1 879 2.29 0.44 1 588 3.85 290 0.71 5.42
1990 1 939 2.33 0.46 1 657 3.97 281 0.68 5.88
1991 2 120 2.49 0.52 1 804 4.24 316 0.74 5.71
1992 2 246 2.59 0.54 1 903 4.38 343 0.79 5.54
1993 2 358 2.67 0.56 2 027 4.58 331 0.75 6.12
1994 2 603 2.89 0.62 2 210 4.90 393 0.87 5.63

* CIE 8a. y 9a. revisión: Cap. E 950-959

Tasas por 100 000 habitantes
Fuente: INEGI/SSA. Dirección General de Estadística. Tabulaciones sobre defunciones
SSA. Centro de Estudios en Población y Salud. Proyecciones de la Población de México y de las Entidades Federativas,
1979-1994

75
 CUADRO II
Tasas de mortalidad por suicidios,* en ambos sexos, según grupos de edad. República Mexicana, 1970-1994

Año 0-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 80-84 85 y + Total

1970 0.00 1.49 2.38 2.20 1.78 2.55 1.78 1.56 2.05 2.72 3.13 2.11 2.82 6.11 1.08 2.37 1.13
1971 0.00 0.90 1.73 1.27 1.16 0.99 1.52 1.27 1.17 1.49 1.69 1.38 2.51 1.41 1.53 1.16 0.70
1972 0.00 1.04 1.48 1.32 1.14 0.84 0.94 1.06 1.55 0.98 2.07 1.48 2.41 2.29 1.94 5.07 0.69
1973 0.00 1.28 1.12 1.22 1.03 1.14 1.36 1.23 0.99 1.12 1.72 1.31 2.32 1.22 1.38 1.65 0.68
1974 0.00 3.99 4.62 3.83 3.52 3.01 3.47 3.48 3.11 4.73 3.29 4.77 7.75 5.15 5.28 7.54 2.19
1975 0.00 2.42 3.42 3.07 2.97 3.17 2.71 3.22 2.77 2.85 8.35 3.34 6.43 5.48 4.70 6.41 1.73
1976 0.10 2.40 4.37 2.89 2.39 3.22 3.31 3.04 1.94 2.49 4.19 2.36 3.24 2.56 3.25 7.26 1.72
1977 0.15 2.71 3.98 3.56 3.12 2.32 2.34 5.72 2.25 3.35 3.64 5.29 5.53 4.89 3.53 4.60 1.86
1978 0.12 2.30 4.37 3.27 2.75 3.34 2.22 6.28 3.14 2.34 2.72 4.19 2.43 4.38 2.63 4.98 1.79
1979 0.13 2.79 3.96 3.48 2.55 2.49 2.64 2.20 2.87 2.18 2.18 3.32 3.28 4.47 4.44 5.44 1.72
1980 0.10 2.24 2.82 2.63 2.61 2.28 2.43 2.35 2.25 2.29 2.09 2.60 2.82 4.79 6.91 2.38 1.45
1981 0.09 2.25 4.15 3.05 2.61 2.94 3.01 2.76 2.99 3.43 2.37 2.04 4.53 4.64 3.37 5.31 1.74
1982 0.12 2.04 3.76 2.91 3.38 2.37 2.42 2.46 2.05 2.64 2.54 3.39 4.73 5.42 4.92 7.54 1.68
1983 0.10 1.67 2.84 2.40 2.91 2.73 1.99 2.49 2.03 2.59 2.93 1.92 2.90 4.99 3.96 4.51 1.45
1984 0.09 1.42 2.04 2.95 1.92 1.97 2.33 1.57 2.02 1.95 2.80 2.95 2.23 3.29 7.27 4.38 1.27
1985 0.23 2.09 4.12 4.14 3.25 3.85 3.31 3.29 2.63 2.90 3.16 3.81 5.25 4.28 5.56 9.08 2.09
1986 0.19 2.49 3.95 4.58 3.49 3.64 3.55 2.82 3.68 4.49 3.37 3.33 4.78 7.21 7.78 9.23 2.25
1987 0.17 2.51 3.71 3.98 3.67 3.96 3.39 3.44 3.53 3.09 3.18 3.99 5.21 4.42 7.17 7.46 2.19
1988 0.20 2.29 3.97 3.79 3.06 2.83 2.88 3.52 3.95 3.56 4.53 3.89 3.96 5.44 7.51 8.10 2.14
1989 0.17 2.67 3.74 3.51 3.32 3.88 3.43 3.37 3.56 3.18 4.29 5.29 6.48 7.33 5.96 14.12 2.29
1990 0.17 2.89 3.73 3.54 3.11 3.86 3.58 3.52 3.02 3.89 4.36 5.14 4.69 7.56 7.85 16.01 2.33
1991 0.21 2.54 5.03 3.77 3.52 3.72 3.61 3.47 3.33 4.38 3.74 4.63 5.49 5.80 6.95 15.98 2.49
1992 0.20 3.20 4.19 4.19 3.79 3.82 3.33 3.63 3.67 3.59 4.37 4.75 5.72 9.15 9.18 12.15 2.59
1993 0.21 3.05 4.56 3.88 3.71 4.09 3.98 3.93 3.94 3.51 4.66 4.23 6.28 7.50 11.41 10.73 2.67
1994 0.23 3.30 5.32 4.21 4.10 4.12 3.73 4.04 3.62 4.38 3.88 5.52 6.77 5.98 11.50 18.58 2.89

* CIE 8a. y 9a. revisión: Cap. E 950-959

Tasas por 100 000 habitantes
Fuente: INEGI/SSA. Dirección General de Estadística. Tabulaciones sobre defunciones
SSA. Centro de Estudios en Población y Salud. Proyecciones de la Población de México y de las Entidades Federativas, 1979-1994

76
FIGURA 1.
Tasas de mortalidad por suicidio,* según grupos de edad y sexo, en la República Mexicana, 1994
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77
CUADRO III
Defunciones y tasas de suicidios* por entidad federativa. República Mexicana, 1994

Defunciones Tasas
Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres
República Mexicana 2 603 2 210 393 2.89 4.90 0.87
Aguascalientes 14 13 1 1.71 3.21 0.24
Baja California 72 64 8 3.55 6.18 0.81
Baja California Sur 12 11 1 3.31 5.96 0.56
Campeche 46 33 13 7.78 11.13 4.41
Coahuila 61 53 8 2.81 4.83 0.74
Colima 26 21 5 5.36 8.57 2.08
Chiapas 63 49 14 1.78 2.73 0.80
Chihuahua 129 113 16 4.62 7.98 1.16
Distrito Federal 307 244 63 3.64 5.93 1.46
Durango 36 35 1 2.46 4.77 0.14
Guanajuato 121 103 18 2.74 4.73 0.80
Guerrero 48 40 8 1.69 2.83 0.56
Hidalgo 30 26 4 1.44 2.50 0.39
Jalisco 240 203 37 4.05 6.95 1.23
México 137 101 36 1.19 1.75 0.63
Michoacán 129 113 16 3.29 5.84 0.81
Morelos 21 17 4 1.53 2.49 0.58
Nayarit 29 26 3 3.18 5.64 0.67
Nuevo León 94 86 8 2.70 4.87 0.47
Oaxaca 64 53 11 1.94 3.23 0.67
Puebla 63 55 8 1.38 2.43 0.35
Querétaro 18 17 1 1.50 2.83 0.17
Quintana Roo 32 28 4 5.28 8.91 1.37
San Luis Potosí 95 86 9 4.30 7.77 0.82
Sinaloa 68 62 6 2.82 5.06 0.50
Sonora 90 80 10 4.51 8.00 1.00
Tabasco 161 142 19 9.74 16.99 2.33
Tamaulipas 115 103 12 4.54 8.09 0.95
Tlaxcala 10 8 2 1.17 1.87 0.47
Veracruz 162 139 23 2.36 4.03 0.68
Yucatán 68 49 19 4.54 6.52 2.55
Zacatecas 42 37 5 3.02 5.34 0.71

*CIE 8a. y 9a. revisión: Cap. E 950-959

Tasas por 100 000 habitantes
Fuentes: INEGI/SSA. Dirección General de Estadística. Tabulaciones sobre defunciones
SSA. Centro de Estudios en Población y Salud. Proyección de la Población de México y de las Entidades Federativas,
1979-1994

78
CUADRO IV
Intentos de suicidio y suicidios consumados, ambos sexos. República Mexicana, 1970-1994

Intentos de suicidio Suicidios consumados

Año Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres

No. Tasa No. Tasa No. Tasa No. Tasa No. Tasa No. Tasa

1970 148 0.30 53 0.22 95 0.39 740 1.51 590 2.41 150 0.61
1971 146 0.29 58 0.23 88 0.35 837 1.65 686 2.71 151 0.59
1972 120 0.23 59 0.23 61 0.23 775 1.47 644 2.46 131 0.50
1973 124 0.23 52 0.19 72 0.26 809 1.49 668 2.47 141 0.52
1974 131 0.23 43 0.15 88 0.31 863 1.54 682 2.44 181 0.64
1975 99 0.17 33 0.11 66 0.23 893 1.54 708 2.46 185 0.63
1976 79 0.13 31 0.10 48 0.16 920 1.54 743 2.51 177 0.59
1977 83 0.13 22 0.07 61 0.20 961 1.56 761 2.49 200 0.64
1978 87 0.14 32 0.10 55 0.17 983 1.55 794 2.53 189 0.59
1979 60 0.09 24 0.07 36 0.11 1 027 1.58 815 2.53 212 0.64
1980 42 0.06 18 0.05 24 0.07 672 1.00 558 1.65 114 0.34
1981 52 0.08 23 0.07 29 0.08 951 1.38 774 2.23 177 0.52
1982 66 0.09 32 0.09 34 0.10 1 042 1.48 835 2.35 207 0.59
1983 62 0.09 34 0.09 28 0.08 990 1.37 872 2.40 118 0.33
1984 70 0.09 27 0.07 43 0.12 1 124 1.52 957 2.57 167 0.45
1985 108 0.14 50 0.13 58 0.15 1 036 1.37 869 2.29 167 0.44
1986 170 0.22 84 0.22 86 0.22 1 205 1.56 1 018 2.62 187 0.49
1987 166 0.21 73 0.18 93 0.24 1 204 1.52 974 2.46 230 0.59
1988 202 0.25 79 0.20 123 0.31 1 327 1.65 1 105 2.73 222 0.55
1989 96 0.12 48 0.12 48 0.12 1 183 1.44 990 2.40 193 0.47
1990 144 0.17 61 0.15 83 0.20 1 405 1.69 1 181 2.83 224 0.54
1991 108 0.13 45 0.11 63 0.15 1 826 2.15 1 530 3.60 296 0.70
1992 79 0.09 43 0.10 36 0.08 1 955 2.25 1 662 3.83 293 0.68
1993 93 0.11 50 0.11 43 0.10 2 022 2.29 1 739 3.93 283 0.64
1994 153 0.17 81 0.18 72 0.16 2 215 2.46 1 848 4.10 367 0.81

Fuente: Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos, INEGI

Tasas por 100 000 habitantes
Nota: De 1991 a 1994 no se incluye información de los intentos de suicidio ocurridos en el Distrito Federal

79
Alcohol y Muerte Traumática en Jalisco
Salud Pública de México, 1994; 36 (3): 269-272.
Alfredo Celis, M.C., M.S.P. (1)
Mario Rivas-Souza, M.C. (2)
Norma Valencia, M.C. (3)
José Guadalupe Salazar Estrada,
Psic., M. en C. (1)
1) Investigador del Instituto
Regional de Investigación en Salud
Pública. Universidad de
Guadalajara, México.
2) Director del Departamento de
Medicina Forense de la
Procuraduría General de Justicia del
Estado de Jalisco, México.
3) Subdirector del Departamento
de Medicina Forense de la
Procuraduría General de Justicia del
Estado de Jalisco.
Correspondencia:
Dr. Alfredo Celis de la Rosa.
Instituto Regional de Investigación
en Salud Pública. Universidad de
Guadalajara. Av. Maestros y Av.
Alcalde. Apartado Postal 2-136.
44780. Guadalajara, Jalisco.
México.
Resumen
Entre los factores de riesgo de traumatismo y envenenamiento que se
han descrito con mayor frecuencia destaca la concentración de alcohol
en sangre al momento del evento. La revisión de 4 102 autopsias reali-
zadas durante 1989-1991 por el Servicio Médico Forense del Estado de
Jalisco, en las que practicó determinación de alcohol en sangre, permite
detectar su frecuencia al momento del evento y asociarla con muerte
traumática. Así mismo, señala la importancia que el consumo de alco-
hol tiene como factor de riesgo de homicidio. En todos los eventos y
grupos de edad, fue en el sexo masculino donde se observó mayor aso-
ciación con alcohol. En el caso de los homicidios, se observó con mayor
frecuencia una mayor cantidad de alcohol en sangre igual o mayor a
0.0001 g /ml (56%), seguida de los accidentes (45%), y los suicidios
(35%). Después de ajustar por edad, sexo y año de autopsia, las diferen-
cias son estadísticamente significativas.
Palabras calve: mortalidad, accidentes, suicidio, homicidio, alcohol,
México.
Abstract
A review of a 4 102 autopsies was carried out during 1989-1991 at
the Medical Examiner Office in the State of Jalisco, México to determi-
ne the frequency of high blood alcohol concentration (BAC) in fatal
injuries, and the importance of alcohol consuption as a risk factor in
homicide. Males showed the highest proportion of positive BAC in
every event and age goup BAC > 0.001 g/ml was most frequently
positive in homicides (56%), followed by unintencional injjries (45%)
and suicides (35%). After adjusting for age, sex and year of autopsy,
the differences were statistically significant.
Key words: mortality, accidents, suicide, homicide, alcohol, México.
80
Introducción
Traumatismos y Envenenamientos (TE) son térmi-
nos que agrupan una diversidad de lesiones que
ocurren en una gran variedad de circunstancias ac-
cidentales o intencionales, en las que la concentra-
ción de alcohol en sangre (CAS) al momento del
evento constituye uno de los factores de riesgo des-
critos con mayor frecuencia. En México, diversos
autores (1-4) han informado sobre el consumo de
alcohol como factor de riesgo en lesiones
traumáticas. No obstante, la información se refiere
principalmente al Área Metropolitana de la Ciudad
de México, y poco se conoce acerca de su frecuen-
cia en otras regiones del país. Por otra parte, hasta
hace poco tiempo empezó a investigarse
sistemáticamente el papel el alcohol en los TE y se
han publicado pocos estudios al respecto (5,6). Con
el presente trabajo se busca describir la frecuencia
con la que el alcohol se relaciona con las muertes
traumáticas, así como analizar el efecto que la in-
toxicación por el alcohol representa en el riesgo de
homicidio y suicidio.
Material y Métodos
Se practicaron 7 306 autopsias a sujetos que falle-
cieron a consecuencia de TE, del primero de enero
de 1989 al 31 de diciembre de 1991, en el Servicio
Médico Forense (SEMEFO) de la Procuraduría Ge-
neral de Justicia del Estado de Jalisco. Para el pre-
sente análisis sólo se tomaron en cuenta 4 177 indi-
viduos en los que el evento en que perdieron la vida
pudo ser identificado como accidente, suicidio u
homicidio, además de que se les cuantificó alcohol
en sangre. Por norma, en el SEMEFO se cuantifica
alcoholemia a todos los individuos mayores de 14
años que, antes de morir, no recibieron soluciones
intravenosas, o bien cuyo proceso de descomposi-
ción no ha llegado a la epata de saponificación. La
muestra de sangre para al determinación de alcohol
se obtiene de cerebro y miocardio y se procesa utili-
zando cromatógrafo de gases. De los 4 177 indivi-
duos así identificados, se descartaron del análisis a
75 sujetos cuya edad, sexo o cantidad de alcohol en
sangre no se registró claramente. La información se
colectó en el SEMEFO directamente de cada expe-
diente.
La razón de momios (RM) de alcohol en sangre
al momento del evento de homicidio en relación a
accidentes (ajustada por edad, sexo y año de autop-
sia), se calculó mediante regresión logística, Los in-
tervalos de confianza del 95 por ciento (IC 95%) se
calcularon tomando en cuenta el error estándar de
los coeficientes de regresión y la aproximación a la
normal (7).
Para el análisis de las variables estudiadas se co-
dificaron de la siguiente manera:
1. Causa externa de defunción según el anexo
E de la Clasificación Internacional de Enfer-
medades (CIE) (8). Los eventos se agrupa-
ron en: accidentes (E800-E949), suicidios
(E950-E959) y homicidio (E960-E969). Se
excluyeron del análisis los códigos restantes.
2. La alcoholemia en g/100 ml de agrupó en: <
0.001, 0.001-0.049, 0.050-0.099, 0.100-
0.149, 0.15-0.199, 0.200-0.249, 0.250-
0.299, 0.300 y más.
3. La edad se agrupó en quinquenios de los 15
hasta los 79 años; de los 80 en adelante to-
dos se incluyeron en una misma categoría.
4. Sexo: masculino o femenino
5. Año de autopsia.
Resultados
De los 4 102 sujetos estudiados, el 48.1 por ciento
presentaba alguna concentración del alcohol en la
sangre. La distribución de edad, sexo, alcohol en
sangre difiere según el evento que se trate (cuadro
I). De acuerdo a la edad, el mayor porcentaje de ac-
81
cidentes y suicidios corresponde al grupo de 15 a
24 años, aunque la magnitud relativa de ambos gru-
pos difiere entre sí. Para los homicidios el grupo de
25 a 35 años es el más numeroso: en los 65 años y
más se encuentran también diferencias en las fre-
cuencias relativas. El sexo masculino se observa con
mayor frecuencia en cualquier combinación de gru-
po de edad y evento (accidente, homicidio o suici-
dio) y es también donde la proporción de sujetos
con CAS al momento de la autopsia es más alta. Al
ordenar los eventos tomando en cuenta el porcen-
taje de individuos con alcoholemia positiva en cada
categoría, los homicidios ocupan los primeros luga-
res, seguidos por los accidentes y los suicidios (cua-
dro I y II). Asimismo, el cuadro II muestra que nin-
guno de los grupos de lesiones puede utilizarse como
referencia al estimar riesgos, dado que todos pre-
sentan porcentajes elevados de sujetos con alguna
cantidad de alcohol en sangre.
El cuadro III muestra las RM ajustadas de homi-
cidio y suicidio en relación a accidentes fatal, las
cuales no deben interpretarse como una medida de
riesgo. En los accidentes la CAS se reconoce como
factor de riesgo importante, sin ser el grupo de re-
ferencia más conveniente para estimar riesgos rela-
tivos. Este cuadro debe de interpretarse únicamen-
te como un instrumento estadístico que permite
evaluar la significancia y la dirección de las diferen-
cias observadas en el cuadro II, una vez que el efec-
to de cada evento se ajustó por edad, sexo y año de
autopsia. Así, se puede observar que la probabilidad
de muerte por homicidio es mayor que la de muer-
te por accidente, cuando la CAS se encuentra por
arriba de 0.050 g/100 ml; mientras que el riesgo de
suicidio es menor cuando la CAS llega a 0.200 g/
100 ml.
Discusión
Los resultados de este estudio permiten, por una
parte, informar la frecuencia con que el alcohol se
asocia con muerte traumática (lo que no es posibles
obtener fuera del contexto de la medicina legal), y
por la otra, subrayar la importancia que el consumo
de alcohol tiene como factor de riesgo de homici-
dio, ya que es una asociación que se ha estudiado
poco.
La frecuencia con que se detectó CAS por arri-
ba de 0.100 g(100 ml en los cuerpos estudiados ,
APRA cada uno de los eventos descritos en el cua-
dro II, está por encima de lo estimado para la pobla-
ción, donde aproximadamente 10 por ciento o me-
nos de los mayores de 15 años, alcanzan concen-
traciones semejantes (9). Esto señala la importancia
del consumo de alcohol como factor de riesgo de
muerte traumática.
La asociación más estudiada entre alcohol y
muerte traumática es la que ocurre en los acciden-
tes de tránsito de vehículos de motor, en los que el
riesgo de lesión se incrementa en relación directa a
la CAS. Zador (10) informa que el riesgo de colisión
fatal es 11 veces superior cuando la CAS del con-
ductor es de 0.50-0.09 g/100 ml; aumenta a 48
cuando es de 0.10-0.14 g/100 ml y llega a 380 cuan-
do supera los 0.15 g/100 ml. En el peatón el riesgo
también se incrementa sustancialmente. Haddon y
cols. (11) en su estudio ya clásico, señalan que el
riesgo relativo de accidente fatal en peatones es de
18 cuando la CAS es > 100 mg/100 ml. Aunque
han recibido menos atención y su estudio ha estado
limitado (dado que son raros los informes de esti-
mación de riesgo relativo), las asfixias por inmersión
(12), las quemaduras (13), las caídas (14) y otras le-
siones no intencionales que ocurren durante las ac-
82
tividades recreativas, familiares o laborales (15, 16),
al igual que los homicidios (17,18) y suicidios (19,20)
también se encuentran asociados con el consumo
del alcohol. Los porcentajes de alcoholmenia positi-
va entre los eventos estudiados son semejantes a
los encontrados por otros autores; sin embargo, la
falta de un grupo control limita la interpretación de
nuestros resultados.
La participación del alcohol como factor de ries-
go difiere entre accidentes, homicidios y suicidios;
evidencia de esto son los resultados presentados en
el cuadro III.
Esas diferencias pueden ser explicadas por la
acción que el alcohol tiene como droga en el siste-
ma nervioso central, donde su efecto depresivo está
en relación directa con su concentración. A CAS
bajas, cuando la intoxicación es subclínica, el riesgo
de homicidio es semejante o menor que el acciden-
te, y sólo mediante estudios específicos se puede
encontrar alteraciones en la percepción y el proce-
samiento de la información (21). Cuando la CAS
supera los 0.05 g/100 ml., en que el sujeto se en-
cuentra eufórico-excitado y propenso a la violencia,
o bien confuso-estuporoso (22) y mermado ante la
agresión, el riesgo de homicidio es mayor. Por otra
parte, el menor riesgo de suicidio podría señalar que
otros factores tienen mayor importancia que el al-
cohol al momento del evento. Esto no quiere decir
que la CAS carezca de importancia como factor de
riesgo, sino que es menor que entre los homicidios
y los accidentes. Al interpretar este párrafo hay que
tomar en cuenta que no se dispuso de información
sobre otras drogas (mariguana, cocaína, opiáceos,
y benzodiacepinas), que también son factores de ries-
go de muerte traumática y que frecuentemente se
asocian con el uso de alcohol (6, 23).
Agradecimientos
Esta investigación fue apoyada por la Universidad
de Guadalajara y la Procuraduría General de Justicia
del Estado de Jalisco.
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CUADRO 1
Distribución por edad, sexo y alcohol en sangre según evento, en autopsias practicadas por el Servicio Médico Forense en
Guadalajara, 1989 – 1991.

Características estudiadas
Accidentes Homicidios Suicidios
n=2363 n=1382 n=357
% % %
Edad
15 a 24 26.9 28.6 34.7
25 a 34 22.2 32.9 24.6
35 a 44 16.4 19.0 17.1
45 a 54 10.7 9.1 10.4
55 a 64 8.2 5.4 6.4
65 a 74 7.4 3.2 4.5
80 y más 8.1 1.8 2.2

Sexo
Masculino 82.8 92.6 80.4
Femenino 17.2 7.4 19.6

Alcohol en sangre (g/100ml)

<0.001 55.0 43.4 64.4
0.001 – 0.049 2.8 2.2 1.7
0.050 – 0.099 4.6 5.8 4.2
0.100 – 0.149 4.7 6.0 3.9
0.150 – 0.199 3.6 4.8 2.0
0.200 – 0.249 7.2 9.8 6.7
0.250 – 0.299 13.6 16.8 8.7
0.300 – 0.349 8.6 11.3 8.4

84
CUADRO II
Proporción de individuos en los que se detectó alcohol en sangre al momento de la autopsia, Servicio Médico Forense en
Guadalajara, 1989 – 1991.

Evento en que ocurrió la muerte (n) Código Alcohol en

CIE, 9ª rev. Sangre

A B C D E F
1. Asalto con instrumento
punzocortante (283) 966 33.2 8.5 11.7 30.4 16.3 66.9
2. Asalto, excepto el realizado
con armas de fuego o 960-964 37.9 7.3 13.0 27.1 14.7 62.1
instrumento punzocortante (177) 967-969
3. Asfixia, excepto por inmersión (74) 911-915 40.5 6.8 6.8 24.3 21.6 59.5
4. Asfixia por inmersión (198) 910 46.0 6.1 13.1 25.3 9.6 54.1
5. Accidente de tráfico de vehículos 816-819 46.4 11.6 9.0 25.1 7.9 53.6
de motor, excepto colisión o peatón
atropellado (267)
6. Asalto con arma de fuego (922) 965 47.6 7.9 10.1 25.3 9.1 52.4
7. Envenenamiento accidental (59) 850-869 52.5 13.6 6.8 6.8 20.3 47.5
8. Suicidio con arma de fuego (117) 955 53.8 5.1 7.7 23.9 9.4 46.1
9. Accidente causado por fuego (11) 890-899 54.5 9.1 0.0 36.4 0.0 45.5
10.Conductor o pasajero lesionado 810-813 56.1 7.5 8.2 21.1 7.1 43.9
en colisión por accidente de tráfico 815
en vehículos de motor (478)
11.Peatón atropellado en accidente 814 56.4 5.5 7.4 21.9 8.7 43.5
de tráfico por vehículo de motor (835)
12. Suicidio por ahorcamiento(136) 953 63.2 8.1 4.4 4.7 9.6 36.8
13. Caídas (109) 880-888 66.1 2.8 8.3 18.3 4.6 34.0
14. Accidente causado por corriente 925 73.5 10.2 4.1 10.2 2.0 26.5
eléctrica (49)
15. Suicidio, excepto por 950-952 77.9 3.8 5.8 6.7 5.8 22.1
ahorcamiento o arma de fuego (104)
16. Otro accidente y el no 956-958 60.1 9.5 8.5 14.1 7.8 39.9
especificado (283)

*% de renglón;
A<0.001 g/100ml;
B=0.001 a 0.099 g/100ml;
C=0.100 a 0.199 g/100ml;
D=0.200 a 0.299 g/100ml;
E>0.300 g/100 ml;
F=B+C+D+E.

85
CUADRO III
Riesgo de homicidio o suicidio asociado con alcohol en relación con accidente, Guadalajara, 1989-1991

Alcoholemia Homicidios Suicidios

(g/100ml)
RM* IC 95% RM* IC95%
0.001 – 0.049 0.88 0.56, 1.38 0.47 0.20. 1.09
0.050 – 0.099 1.39 1.02, 1.90 0.73 0.42, 1.28
0.100 – 0.149 1.34 0.98, 1.82 0.64 0.36, 1.15
0.150 – 0.199 1.27 0.90, 1.80 0.41 0.18, 0.89
0.200 – 0.249 1.33 1.03, 1.71 0.70 0.44, 1.11
0.250 – 0.299 1.19 0.97, 1.46 0.49 0.32, 0.73
0.300 – 0.349 1.30 1.02, 1.65 0.74 0.49, 1.13

*Estimado mediante razón de momios. Modelo de regresión logística ajustado por edad, sexo y año de autopsia.

86
Traumatismos y Envenenamientos en Jalisco. Un estudio de
la mortalidad a partir de autopsias.
Salud Pública de México, 33 (1): 77-87. 1991.
Alfredo Celis, M.C. (1)
Norma Valencia, M.C. (2)
1) Instituto Regional de investiga-
ción en Salud Pública, Universidad
de Guadalajara
2) Departamento de Medicina
Forense de la Procuraduría General
de Justicia del Estado de Jalisco.
Correspondencia:
Dr. Alfredo Celis de la Rosa.
Instituto Regional de Investigación
en Salud Pública.
Universidad de Guadalajara.
Av. Maestros y Av. Alcalde.
Apartado Postal 2-136. 44780.
Guadalajara, Jalisco. México.
Correo electrónico:
alfredo_celis@yahoo.com
Resumen
El objetivo de este trabajo fue obtener mejor información sobre defun-
ciones por traumatismos y envenenamientos en Jalisco que la propor-
cionada por las instancias oficiales. Se revisaron las autopsias médico-
legales realizadas durante 1989 en este Estado. Se encontró que las
tasas por 100 000 habitantes de las primeras cinco causas agrupadas
de muerte traumática son: accidentes de tránsito 14.3; homicidios 10.0;
otros accidentes 6.1; asfixia accidental 3.2; suicidio 2.3. El 80 por cuen-
to de las muertes ocurrió en hombres. El grupo etáreo más afectado
fue el de mayores de 64 años (86.6 x 100 000). La proporción de muer-
tes relacionadas con consumo de alcohol por el lesionado difiere entre
homicidios (51.1%), accidentes (26.5%) y suicidios (28.7%), siendo la
diferencia estadísticamente significativa (p < 0.001). Se concluye que
los resultados tienen una mayor precisión en cuanto a la especificación
de la causa externa que los logrados a partir de los certificados de de-
función y se destaca la importancia que los departamentos forenses
tienen para el registro oportuno y estudio de los traumatismos y enve-
nenamiento.
Palabras clave: mortalidad por traumatismos y envenenamiento, ac-
cidentes, violencias.
Abstract
The objective of this study was to obtain better infomration abourt
deaths labeled as “injuries” i the Mexican State of Jalisco th reported
by official agencies. We reviewed 1989 reports of medical legal
autopsies from whole state. Deaths were calsified in relation to external
cause, age, sex, and alcohol. It was found that the first five most
87
frequent causes of death by injury were: traffic
accidents (14.3 x 100 000), homicides (10.0 x 100
000), other accidents (6.1 x 100 000), accidental
asphyxia (3.2 x 100 000) and suicide (2.3 x 100 000).
Four fifths of the deaths were in men. The most
affected age group was older than 64 (86.6 x 100
000). The rate of alcohol related deaths was divided
in homicide (51.1%), accidents (26.5%) and suici-
des (28.7%), with a statistically significant difference
(p < 0.001). It is concluded that results of this study
are more accurate in their external causa than those
obtained through death certificates, and the
importance that the registrar´s office has for the
timely recording study of injuries is emphasized.
Key words: mortality by injuries, accidents, suici-
de, homicide.
Introducción
Los traumatismos y envenenamiento (TE), que com-
prenden los códigos 800-999 de la novena Clasifi-
cación Internacional de Enfermedades (CIE), son una
frecuente causa de muerte en la población. De acuer-
do con datos de la Secretaría de Programación y Pre-
supuesto (SPP) (1) en México, en el decenio 1974-
1983 mostraron una tendencia a mantener una tasa
estable (entre 88 y 102 x 100 000 habitantes en un
año), mientras que la mortalidad general ha dismi-
nuido, pasando de 777 x 100 000 en 1974 a 582
durante 1983. Su trascendencia se destaca por la
gran cantidad de años potenciales de vida perdidos
(APVP) que esta situación provoca (2, 3).
A pesar de que los SE TE reconocen como un
grave problema de salud pública, existe poca infor-
mación al respecto. Dos de los principales obstácu-
los para su conocimiento son el retardo en la publi-
cación de las estadísticas oficiales y la falta de espe-
cificación de las causas de los mismos en los infor-
mes de rutina. Las estadísticas oficiales de mortali-
dad presentan problemas de certificación y retraso
de tres a cinco años en su elaboración y difusión (4).
El estudio de los TE debe basarse en la causa
externa (CE) de la lesión (que se codifica según el
anexo E de la CIE) y con frecuencia este apartado no
se especifica (ni siquiera en algunas instituciones que
se dedican principalmente a atender lesionados por
TE) (5).
El poco interés que los investigadores le brindan
a los TE contrasta con la importancia que para las
autoridades judiciales representan las muertes vio-
lentas. En el estado de Jalisco está normada la obli-
gatoriedad de realizar autopsia en aquellos en los
que se sospecha de muerte a consecuencia de un
delito (6). La dependencia encargada de realizar este
procedimiento es el Departamento de Medicina
Forense de la Procuraduría General de Justicia del
Estado de Jalisco (DMF). Cado se da el caso de con-
ceder dispensa de autopsia, se notifica al departa-
mento mencionado y la defunción se registra en sus
libros. Lo mismo ocurre cuando el estudio de muer-
te corresponde al fuero militar.
En el DMF se concentra la información corres-
pondiente a los procedimientos médico legales que
se realizan en esta entidad. En sus expedientes pue-
de encontrarse información que se ha reunido, prin-
cipalmente, por motivos legales. Sin embargo, de-
bido a las características de dicha información, ésta
se puede utilizar para realizar algunos estudios
epidemiológicos.
Tomando en cuenta lo anterior, la presente in-
vestigación tuvo como propósito registrar las de-
funciones por TE en el estado de Jalisco durante
1989, para analizar su distribución entre la pobla-
ción según sexo y grupo de edad, así como su rela-
ción con la ingestión de alcohol al momento de su-
frir las lesiones.
Material y métodos
Del primero de Enero al 31 de Diciembre de 1989,
se realizó una investigación descriptiva de la totali-
dad de autopsias practicadas en motivo de TE.
88
 La información se recolectó en el DMF, directa-
mente de cada expediente, por dos enfermeras es-
pecialmente entrenadas para ello. Los datos recu-
perados se vaciaron en una cédula diseñada exclusi-
vamente para el presente estudio. Se obtuvo infor-
mación correspondiente al total de autopsias reali-
zadas durante 1989 en Jalisco. Se excluyeron los re-
gistros con diagnóstico de muerte por causas dife-
rentes a TE, así como aquellos pertenecientes a aque-
llos que no eran residentes de Jalisco (cuando no se
especificaba la residencia se consideraron habitan-
tes del estado). Las variables registradas correspon-
dían: edad en años cumplidos, sexo, causa externa
del evento, aliento alcohólico al momento en que
ocurrieron las lesiones o alcoholemia positiva en la
autopsia o ambas, residencia y lugar donde ocurrió
el evento (esta última variable será presentada en
una publicación posterior). Las muertes se clasifica-
ron atendiendo al evento que las produjo. La causa
externa se codificó utilizando sólo los tres primeros
dígitos, según al anexo E de la CIE (excepto para las
fracturas accidentales sin mayor especificación que
se codificaron, E928 y no E887, dado que conside-
ramos que al hacerlo de la manera convencional se
incrementa artificialmente el grupo de caídas acci-
dentales que abarcan los códigos E800 al E888). Por
norma, en el DMF de la Procuraduría se realiza
alcoholemia a todos los individuos mayores de 14
años que antes de fallecer no recibieron soluciones
intravenosas o en los que el proceso de putrefac-
ción no ha llegado a la etapa de saponificación. En
los menores solo se determina alcohol en sangre
cuando existe la sospecha de ebriedad. En el caso
de los que recibieron soluciones intravenosas y/o
transcurrieron varios días desde el momento de la
lesión y la muerte, se tomó como antecedente de
ingestión de alcohol, la mención de aliento alcohóli-
co en el parte de lesiones elaborado en el momento
de su atención por los puestos de emergencia.
La información recuperada se capturó en com-
putadora y para su tabulación y análisis se utilizó un
paquete estadístico (SPSS).
Para el cálculo de las tasas, la población del Esta-
do para 1989 se estimó proyectándola a partir de
censo general de población de 1980 (7) y los resul-
tados preliminares de 1990 (8) empleando el méto-
do aritmético descrito por Fayad Camel (9).
El indicador de APVP se calculó agrupando a la
población estimada y las defunciones en grupos
quinquenales de los cero a los 69 años y aplicando
la fórmula utilizada por Carvazos y cols. (3).
Para el análisis se utilizaron pruebas de chi cua-
drada y de hipótesis sobre la diferencia entre dos
proporciones. Las diferencias se consideraron signi-
ficativas cuando la probabilidad fue menor del cin-
co por ciento.
Resultados
Se estudiaron 2 292 autopsias realizadas en indivi-
duos que fallecieron a consecuencia de TE. De acuer-
do con estos datos, la tasa de mortalidad por esta
causa fue de 44.18 x 100 000 habitantes durante
1989. De las autopsias estudiadas, el 80.1 por cien-
to se practicó en individuos del sexo masculino; el
resto, 19.9 por ciento, en el femenino. La diferencia
en las proporciones según sexo son estadísticamente
significativas (p < 0.001) al compararlas con las de
la población general. Las tasas de mortalidad por
sexo fueron de 68.68 y 15.82 x 100 000 para hom-
bres y mujeres respectivamente.
Edad, sexo y alcohol
A partir del grupo etáreo de menores de un año
(56.67 x 100 000 en el año), la tasa de mortalidad
por TE disminuye conforme los grupos aumentan
su edad hasta el grupo de 5-14 años. De éste último
en adelante, la tasa de mortalidad se incrementa
hasta en el grupo de mayores de 64 años ocurren
89
136.42 defunciones por 100 000 habitantes duran-
te 1989 (cuadro I).
De las autopsias, el 68.7 por ciento de las defun-
ciones se consideraron accidentales, el 24.7 por cien-
to homicidios, el 5.6 por ciento suicidios y en el 1.0
por ciento no se pudo determinar la causa externa
aparente. El sexo masculino aparece en el 76.2 por
ciento de los accidentes, 80.6 por ciento de los sui-
cidios y 90.5 por ciento de los homicidios. La dife-
rencia observada en relación al sexo femenino es
estadísticamente significativa (p < 0.001).
La relación alcohol-muerte traumática se encon-
tró en el 32.8 por ciento de las autopsias. Llama la
atención que en las edades productivas (15 a 64
años) esta relación se observa en más del 30 por
ciento de los individuos de cada grupo quinquenal.
La relación del alcohol-muerte traumática difie-
re según el evento de que se trate: accidentes 26.5
por ciento; homicidios 51.1 por ciento; suicidios 28.7
por ciento; siendo la diferencias estadísticamente
significativa (p < 0.001). Sin embargo, solo en 1
334 autopsias se practicó detección de alcohol en
sangre. Si tomamos en cuenta únicamente a este
grupo, la proporción de la relación alcohol-muerte
traumática se incrementa a 47.9 por ciento, conti-
nuando las diferencias estadísticamente significati-
va (p < 0.001), según el evento (accidentes 43.7%;
homicidios 59.9%; y suicidio 27.9%).
Durante el año de estudio, el promedio mensual
de autopsias fue de 191 con desviación estándar
(DE) de 21.85. Según accidentes, homicidios y sui-
cidios fue de 131.17 (DE= 11.89), 47.27 (DE= 9.96)
y 19.75 (DE= 4.37) respectivamente. La figura I pre-
senta dos aspectos: el trazo superior nos muestra el
total de muertes por TE ocurridas en cada mes de
1989. El trazo inferior nos refiere la cantidad de
muertes que del total de defunciones estuvieron
asociadas con ingestión de alcohol por el lesionado.
Causa externa
Los cuados II y III muestran las causas externas, agru-
padas y por tres dígitos, que motivaron la muerte
de los lesionados. En el primero puede observarse
que más del 80 por ciento de los siguientes grupos:
accidentes de tránsito de vehículo de motor, homi-
cidio, otros accidentes y asfixia accidental. En los
cuadros IV al VII se presentan las causas externas,
por grupos etáreos, que con más frecuencia se ob-
servan.
Accidentes de tránsito de vehículos de
motor
Este grupo representa el 35 por ciento de las muer-
tes por TE. De las 811 defunciones por esta causa,
62 por ciento correspondieron a atropellados, 18
por ciento a choques, 11 por ciento a volcaduras.
Los atropellamientos aparecen entre las primeras dos
causas desde el grupo de 1-4 años en delante, en-
contrándose entre los 5-14 años la tasa más baja
(5.5 x 100 000) y entre los mayores de 64 años la
más alta (51.0 x 100 000).
Homicidios
El 25 por ciento de las autopsias estudiadas corres-
ponden a este grupo (568 defunciones). Desde los
15 a los 64 años son una de las primeras causas de
muerte. Los agentes que con más frecuencia se uti-
lizan en este evento son las armas de fuego (63%),
seguidas por las punzocortantes (18%).
Otros accidentes
En este grupo se clasifican diversas causas externas,
pero lo que aumenta la frecuencia es la gran canti-
dad de accidentes en los que no se pudo especificar
la causa.
90
Asfixia accidental
Las 180 defunciones por esta causa representan el
ocho por ciento de los casos estudiados. En este
grupo la sumersión (59%) y la obstrucción por ali-
mentos (29%) explican casi el 90 por ciento de las
muertes. Las obstrucciones se observan con una alta
tasa (18.6 x 100 000) entre los menores de un año,
en donde ocupan el primer lugar como causa de
muerte. Las sumersiones son causa importante de
muerte entre los preescolares (6.3 x 100 000), ocu-
pando el segundo lugar.
Años potenciales de vida perdidos
Las muertes que estudiamos representan una tasa
general de 15.71 APVP por 1000 habitantes, siendo
de 24.61 y 5.48 las específicas para hombres y mu-
jeres, respectivamente.
Discusión
Durante el decenio 73-84 la tasa anual de mortali-
dad por TE mostró una tendencia a mantenerse es-
table entre 88 y 102 x 100 000 habitantes (1). La
tasa calculada ene esta investigación (44.18 x 100
000) es aproximadamente la mitad de lo registrado
por el Instituto Nacional de Geografía e Informática
(INEGI) en el decenio de referencia, así es que surge
la siguiente pregunta: ¿por qué la diferencia? Esta
podría explicarse al menos por tres factores:
1. La muertes violentas ocurridas fuera del es-
tado de Jalisco no se notifican al DMF.
2. Se elaboran certificados de defunción con
diagnóstico de muerte por TE sin que se no-
tifique a la Procuraduría del Estado.
3. El INEGI está sobre registrando las estadísti-
cas de mortalidad por TE.
El DMF no tiene conocimiento de las muertes
violentas ocurridas fuera del estado de Jalisco. Esta
información sólo el INEGI está en posibilidad de cap-
tarla. Por lo tanto, con los datos por nosotros obte-
nidos sólo puede estimarse la mortalidad ocurrida
en el Estado.
Los certificados de defunción en los que se es-
pecifican diagnósticos por muerte violenta son ela-
borados por médicos forenses de la Procuraduría
de Justicia del Estado. El médico que atiende a un
lesionado por un aparente hecho delictuoso y no da
aviso al ministerio público se expone a problemas
médico-legales. Sin embargo, por ignorancia, esto
ocurre. Aunque en algunos municipios aislados y en
que se dieran estos casos, serían muy pocas defun-
ciones las que se registrarían mediante este proce-
dimiento.
Por último, hay que recordar que el INEGI obtie-
ne información sobre mortalidad de tres fuentes (4);
y entre ellas, las muertes por TE, en las que abundan
la falta de datos. Estos aspectos pueden dificultar
seriamente la depuración de información a que son
sometidas las fuentes primarias y ocasionar que los
registros se dupliquen.
Cada uno de estos tres factores ha de tener di-
ferente intervención en la estimación de la mortali-
dad. ¡De qué manera cada uno de ellos interviene
en el resultado final?, no se sabe y necesita precisarse.
Sin embargo, hay que señalar que es muy difícil que
el DMF tenga un subregistro en lo referente a muer-
tes de tránsito, homicidios, suicidios, quemaduras,
accidentes de ferrocarril y el grupo de otros acci-
dentes, que en conjunto representan más del 85%
de las defunciones por causas violentas. Dado que
éstos tienen implicaciones jurídicas claras, nuestros
resultados deben estar muy próximos a la realidad
en lo referente a estas causas.
En el presente estudio, sólo el uno por ciento de
los registros tuvo que codificarse como “lesiones
en las que se ignora si tuvieron carácter de intencio-
nal o accidental”, mientras que para Jalisco en 1986
91
el INEGI lo hizo en el 2.6 por ciento de las muertes
por TE. En 1983 el 27.8 por ciento de las defuncio-
nes violentas se codificó en el grupo “otros acci-
dentes” (10), mientras que en este trabajo sólo se
hizo en el 15 por ciento. Debido a lo anterior, éste
se puede considerar más preciso en cuanto a la causa
externa que los datos obtenidos a través de certifi-
cados de defunción; por lo tanto, es útil en la inves-
tigación de los traumatismos y envenenamientos.
Para todos es claro que los TE ocurren con ma-
yor frecuencia en el sexo masculino. La gran canti-
dad de APVP registrados en nuestros datos y otras
investigaciones (2, 3) explican en gran medida la
menor esperanza de vida de los hombres.
La tasa de mortalidad difiere según sea el grupo
etáreo. Los de 5 a 14 y 15 a 24 años muestran las
tasas de mortalidad por TE más bajas; no obstante,
en estos grupos los SE TE han reportado como la
causa más frecuente al compararla con otros capí-
tulos de la CIE.
La simetría que guardan los trazos de la figura I,
en particular durante el último cuatrimestre de 1989,
habla de la importancia que el consumo de alcohol
tiene en la muerte por traumatismos y envenena-
mientos.
Es claro que existe una relación directa entre
muerte traumática y alcohol. Empero, hay que ha-
cer notar que ésta difiere según sea el evento. Los
resultados muestran que cuando se consideraron
todas las autopsias, m-as del 50 por ciento de las
muertes a causa de homicidios se asociaron con al-
cohol en la víctima, mientras que menos del 30 por
ciento de los accidentes y suicidios presentan esta
característica. Con frecuencia se menciona que poco
puede hacerse ante los homicidios; sin embargo,
¿qué tantas de estas muertes son premeditadas?,
o, dicho de otra manera, ¿qué tantas de estas muer-
tes ocurren al calor del alcohol, sea del lesionado o
del agresor?
En la actualidad, los accidentes de tránsito se
consideran como una epidemia. Estos son causa
frecuente de muerte (11, 12). Los estudios realiza-
dos y acciones llevadas a efecto están orientadas al
conductor, los pasajeros y los vehículos. No obstan-
te, el mayor número de lesionados que mueren por
esta causa son los peatones y no los conductores y
pasajeros (13, 14). Es necesario que la investigación
se oriente más hacia los atropellados.
Otro aspecto diferente son los homicidios que
ocurren entre los menores de 15 años, en especial
entre los menores de un año. En los Estados Unidos
empieza a ser motivo de preocupación, dado que
en los últimos 30 años éstos se han incrementado
(15) y deberían empezar a estudiarse en nuestro país.
La asfixia por inmersión es una causa frecuente
de muertes entre los menores de 15 años. Este fe-
nómeno también se observa en otros lugares (13,
16, 17). Las características de su ocurrencia difieren
de un lugar a otro, variando las circunstancias en
que suceden. En Jalisco, una gran cantidad de niños
se ahogan en el hogar, sobre todo en aljibes (Celis y
Valencia, comunicación personal).
Los suicidios ocupan el cuarto lugar general. Su
tasa se aprecia menor que la informada en Estados
Unidos (18). Terroba y cols. Consideran que la tasa de
2 x 100 000 en 1978 para todo México es
subregistrada, al compararla con la de Estados Uni-
dos para el mismo año (12.5 x 100 000). La diferen-
cia entre estas tasas es muy grande y, aunque con
seguridad algunos suicidios pueden confundirse con
accidentes ¿dónde están los muertos que justifiquen
el subregistro? Si tomamos en cuenta nuestros da-
tos, tendríamos que sumar a los suicidios casi todas
las defunciones codificadas como accidentes sin es-
pecificar, para igualar la tasa de suicidio del país veci-
no. Convendría mejor concluir que la tasa de suicidio
en nuestro medio es mucho menor que lo observa-
do en Estados Unidos. Por otra parte, la tasa de mor-
talidad por esta causa continúa aumentando, ya que
García de Alba reportó tasas de 0.77 y 1.07 x 100
000 habitantes para 1949 y 1972, respectivamente
(19), y para 1989 sería de 2.47 x 100 000.
92
 El grupo de otros accidentes aparece den tercer
lugar. Como observamos en el cuadro IV, los acci-
dentes sin especificar (código 928 de la CIE) inflan
la frecuencia de este grupo y muestran la dificultad
que existe para obtener información sobre la CE de
TE. Sin embargo, al comparar nuestros resultados
con los de otras publicaciones oficiales de mortali-
dad encontramos que existe más precisión en cuanto
a la causa externa cuando la información se obtiene
del Departamento de Medicina Forense.
Por último, los TE son una causa importante de
mortalidad que debe estudiarse con más intensidad.
Dado que las estadísticas oficiales se publican con
tanto retraso, los departamentos forenses deben
considerarse como una alternativa viable para el es-
tudio de las muertes violentas ya que, si bien no
podemos obtener información de todas las muer-
tes traumáticas ocurridas, sí nos dan a conocer el
comportamiento de los TE mortales más frecuen-
tes (que tienen implicaciones jurídicas). Por otra parte,
la mayor precisión con que registramos la causa ex-
terna y la oportunidad de estudiar otras variables no
registradas en el certificado de defunción deben
motivar a utilizar esta fuente alterna de informa-
ción.
Cabría aquí hacer algunas propuestas: a) sería
importante hacer un estudio comparativo entre los
registros de mortalidad del INEGI y del DMF para
identificar qué diagnósticos y causas de muerte por
TE no se notifican a las autoridades judiciales del
Estado; b) ya que tiene implicaciones legales impor-
tantes, hay que investigar qué proporción de muer-
tes a causa de TE ocurren después de 60 días de
originadas las lesiones; c) estos estudios no deben
quedar en descripciones, hay necesidad de profun-
dizar en la epidemiología en cuando menos las 10
primeras causas de muerte traumática para poder,
a partir de estos resultados, intentar la disminución
de la mortalidad por traumatismos y envenenamien-
tos.
Referencias
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años de indicadores económicos y sociales en
México. México: Instituto Nacional de Investi-
gación e Informática, 1986; 83.
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vida perdidos. Aplicación a las defunciones en
la Ciudad de Guadalajara, Jalisco. Salud Pública
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3. Carvazos-Ortega N, Del Río –Zolezzi A. Izazola-
Licea JA, Lezana-Fernández MA, Valdespino-
Gómez JL. Años de vida potencial perdidos: su
utilidad en el análisis de la mortalidad en
México. Salud Pública Mex 1989; 31: 610-624.
4. Crevena-Horney P, Real-Mata T. Integridad de las
fuentes de defunción y problemas en la
transcripción de la información en en ocho
estados de la República Mexicana. Salud
Pública Mex 1989; 31: 591-600.
5. Híjar-Medina M, Ortega-Mejía L, Dimas-García M.
Traumatismos y envenenamientos como causa
de demanda de servicios de urgencias. Salud
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Libre y Soberano de Jalisco. Artículo 99.
México: Ediciones Delma, 1989.
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Estado de Jalisco. México: Instituto Nacional
de Geografía y Estadística, 1984; 14(1).
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Preliminares del XI Censo General de Población
y Vivienda, 1980. Estado de Jalisco.
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y Estadística, 1990.
9. Fayad-Camel V. Estadística médica y de salud
pública. Zaragoza, España: Librería Pórtico,
1970; 293.
10. Instituto Nacional de Geografía e Informática.
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dad Social. México: Instituto Nacional de
Geografía y Estadística, 1989.
11. McGlashan ND. Causas de defunción en diez
países y territorios de habla inglesa del Caribe.
Bol Of Panam 1982; 93: 288-289.
12. Vilchis H, Iturrioz P. Los accidentes de tránsito:
una problemática actual. Salud Pública Mex
1986; 28: 537-542.
93
13. De Mello MH, Bernardes M. Mortes violentas en
menores de 15 anos no Brasil. Bol Of Sanit
Panam 1986; 100: 590-603.
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the importance of prevention. Med J Aust
1989; 150: 72-78.
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16. Saunders LD, Green M, Doebbert G, Pearson MA,
Kizer KW. Mortality from unitentional injuries
in California, 1985. West J Med 1989; 150:
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de alcohol y su relación con la conducta
suicida. Salud Pública Mex. 1986; 28: 489-
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19. García de Alba JE. Algunos aspectos
epidemiológicos del suicido en Jalisco. Salud
Pública Mex 1974; 15: 195-211.

CUADRO I
Autopsias por edad en traumatismos y
Envenenamiento. Jalisco. 1989

Grupo etáreo Población 1989* Defunciones por TE** Tasa***

Menores de 1 año 110 540 61 55.2

1 a 4 años 541 350 143 26.4
5 a 14 años 1 658 490 179 10.8
15 a 24 años 1 186 290 482 40.6
25 44 años 1 235 499 759 61.4
45 a 64 años 551 211 329 59.7
65 y más años 370 708 321 86.6

Total 5 654 088 2 274 40.2

* Proyectada a partir de los censos de 1970 y 1980.

** Registradas en el Departamento Médico Forense de la Procuraduría General
del Estado de Jalisco.
*** Tasa por 100 000 habitantes.

94
FIGURA I.
Total de muertes por traumatismos y envenenamientos, así como muertes traumáticas asociadas con ingestión de
alcohol. Jalisco, 1989.

CUADRO II
Autopsias según causa externa agrupada. Jalisco, 1989.

Causas agrupadas CIE Defunciones Tasa*

Accidentes de tránsito, E810-E819 811 14.3

Vehículo de motor
Homicidio E960-E969 568 10.0
Otros accidentes E916-E928 346 6.1
Asfixia accidental E910-E915 180 3.2
Suicidio E950-E959 128 2.3
Caídas accidentales E880-E888 110 1.9
Accidentes de fuego E890-E899 43 0.8
Envenenamiento accidental E860-E869 31 0.5
por otras sustancias
Se ignora si fueron Intencional E980-E988 22 0.4
o accidentalmente producidas
Accidente de ferrocarril E800-E807 14 0.2
Resto de causas 39 0.7

Total 2 292

* Tasa por 100 000 habitantes.

95
CUADRO II
Autopsias según causa externa agrupada. Jalisco, 1989.

Causas agrupadas CIE Defunciones Tasa*

Accidentes de tránsito, E810-E819 811 14.3

Vehículo de motor
Homicidio E960-E969 568 10.0
Otros accidentes E916-E928 346 6.1
Asfixia accidental E910-E915 180 3.2
Suicidio E950-E959 128 2.3
Caídas accidentales E880-E888 110 1.9
Accidentes de fuego E890-E899 43 0.8
Envenenamiento accidental E860-E869 31 0.5
por otras sustancias
Se ignora si fueron Intencional E980-E988 22 0.4
o accidentalmente producidas
Accidente de ferrocarril E800-E807 14 0.2
Resto de causas 39 0.7

Total 2 292

* Tasa por 100 000 habitantes.

CUADRO III
Autopsias según causas externa (tres dígitos), Jalisco, 1989.

Causas CIE Defunciones Tasa*

Atropellado 814 506 8.9

Homicidio con arma
de fuego 965 355 6.3
Accidente sin especificar 928 276 4.9
Accidente de tránsito
por colisión de vehículos
de motor 812 145 2.6
Homicidio con arma
punzo-cortante 966 102 1.4
Ahogamiento y
sumersión accidental 910 107 1.9
Volcadura de vehículo
de tránsito de motor 816 88 1.6
Homicidio sin especificar 968 70 1.2
Asfixia accidental por alimento 911 52 0.9
Caída accidental sin especificar 888 50 0.9
Resto de causas 541 9.6

Total 2 292

96
CUADRO IV
Autopsias según causa externa (tres dígitos) en menores de un año. Jalisco, 1989.

Causas CIE Defunciones Tasa*

Asfixia accidental por alimento 911 20 18.1

Accidente sin especificar 928 12 10.9
Homicidio sin especificar 968 7 6.3
Caída accidental de un nivel 884 4 3.6
Sofocación mecánica accidental 913 3 2.7
Homicidio por ahorcamiento 963 2 1.8
Resto de causas 13 11.8

Total 61

CUADRO V
Autopsias según causa externa (tres dígitos) en grupos de 1 a 4 y 5 a 14 años. Jalisco, 1989.

Causas CIE Grupo de 1 a 4 años Grupo de 5 a 14 años

Defunciones asa*
TTasa* Defunciones TTasa*
asa*

Atropellado 814 42 8.1 71 5.5

Ahogamiento y
sumersión accidental 910 33 6.3 19 1.5
Accidente sin especificar 928 11 2.1 19 1.5
Asfixia accidental
por alimento 911 5 1.0 4 0.3
Homicidio con
arma de fuego 965 — — 9 0.7
Sofocación mecánica
accidental 913 3 0.6 4 0.3
Otro accidente de
tránsito por colisión de
vehículos de motor 812 3 0.6 4 0.3
Accidente con arma
de fuego 922 — — 6 0.5
Asfixia accidental por
cuerpo extraño 912 5 1.0 — —
Envenenamiento
accidental con
sólidos o líquidos 966 5 1.0 — —
Homicidio sin especificar 968 — — 4 0.3
Volcadura de vehículo
de tránsito de motor 816 — — 4 0.3
Accidente con fuego
no especificado 899 3 0.6 — —
Accidente por
sustancia u objeto
caliente 924 3 0.6 — —
Resto de causas — 30 5.8 35 2.7
Total 143 65

* Tasa por 100 000 habitantes

97
CUADRO VI
Autopsias según causa externa (tres dígitos) en los grupos
de 15 a 24 y 25 a 44 años. Jalisco. 1989.

Causas CIE Grupo de 15 a 24 años Grupo de 25 a 44 años

Defunciones TTasa*
asa* Defunciones TTasa*
asa*

Homicidio con
arma de fuego 965 94 7.8 180 14.2
Atropellado 814 78 6.5 120 9.5
Accidentes sin esp. 928 43 3.6 71 5.6
Choque automovilístico 812 42 3.5 66 5.2
Homicidio con arma
punzo-cortante 966 37 3.1 46 3.6
Volcadura de
vehículo de tránsito 816 30 2.5 37 2.9
Ahogamiento y
sumersión accidental 910 28 2.3 19 1.5
Accidente automovilístico
sin especificar 819 12 1.0 16 1.3
Homicidio sin esp. 968 — — 27 2.1
Homicidio por
ahorcamiento 963 — — 22 1.7
Suicidio por
ahorcamiento 953 14 1.6 — —
Suicidio con arma
de fuego 955 12 1.0 — —
Suicidio por envenenamiento
con sólidos y líquidos 950 12 1.0 — —
Resto de causas — 80 6.6 155 12.2

Total 482 759

* Tasa por 100 000 habitantes

98
CUADRO VII
Autopsias según causa externa (tres dígitos) en los grupos
de 45 a 64 y 65 y más años. Jalisco. 1989.

Causas CIE Grupo de 45 a 64 años Grupo de 65 y más años

Defunciones TTasa*
asa* Defunciones TTasa*
asa*

Atropellado 814 73 12.9 120 51.0

Accidente sin esp. 928 56 9.9 61 25.9
Homicidio con
arma de fuego 965 49 8.7 18 7.7
Caída accidental
sin especificar 888 11 1.9 29 12.3
Otro accidente de
tránsito por colisión entre
vehículos de motor 812 21 3.7 8 3.4
Homicidio sin esp. 968 13 2.3 6 2.5
Volcadura de vehículo
de tránsito de motor 816 11 1.9 5 2.1
Homicidio con arma
punzo-cortante 966 12 2.1 — —
Caída accidental de
un nivel a otro 884 — — 11 4.7
Accidente de tránsito
sin especificar 819 10 1.8 — —
Suicidio por
ahorcamiento 953 8 1.4 — —
Caída del mismo
nivel 885 — — 6 2.5
Suicidio con arma
de fuego 955 — — 5 2.1
Resto — 65 11.5 52 22.1
Total 329 321

* Tasa por 100 000 habitantes

99
Algunos aspectos epidemiológicos del suicidio en
Guadalajara
Salud Pública de México., XXIII, 245-257, 1981.
Dr. Javier E. García de Alba*
Dra. Consuelo Meléndez Ruiz **
E. Evelia Cabrera Cárdenas **
E. Luz E. García Rodríguez ***
E. Rosario Macías Oliveros ***
E. Berta Alicia Ruiz Carillo ***
* De la Jefatura Delegacional de
Servicios Médicos del Instituto
Mexicano del Seguro Social,
Guadalajara, Jalisco.
** De la Unidad de Investigación
Biomédica de Occidente del
Instituto Mexicano del Seguro
Social, Guadalajara, Jalisco.
*** De la escuela de Enfermería de
la Universidad de Guadalajara,
Guadalajara, Jalisco.
Correspondencia:
Dr. Javier E. García de Alba
Unidad de Investigación social,
Epidemiología y servicios de salud.
Instituto Mexicano del Seguro
Social
javier.garciad@imss.gob.mx
Resumen
Se presenta a consideración del lector un estudio que pretende analizar
algunos aspectos epidemiológicos de los suicidios ocurridos en la ciu-
dad de Guadalajara durante los años 1976, 1977 y 1978.
Desde el punto de vista descriptivo, se encontró que el perfil del
suicida de dichos años es el siguiente: sexo: predominantemente mas-
culino; edad: menor de 40 años; medio utilizado: tóxico o arma de fue-
go; estado civil: soltero o casado; y ocupación conocida: empleado.
Summary
This study analyzes some epidemiological aspects of suicide in Guadalajara
during 1976, 1977 and 1978.
We found that the characteristics of persons committing suicide in
those years were the following: ex: predominantly males; age under 40
years; means used to commit suicide: poison and fire arms; civil status:
single or married; and occupation: employees.
Introducción
El suicidio es el producto de una realidad social que vista desde un pun-
to de vista personal podría expresar la suma y la culminación de una
serie de contradicciones sociales, económicas y culturales de fondo, que
se expresarían en este caso y en el plano biológico individual como “una
conducta particular de rechazo social”1.
La epidemiología tradicional no ha sido ajena a este problema y el
conocimiento que proporciona se ha visto traducido en políticas tan
variadas que van desde su registro 2,3 hasta planteamientos preventivos
de carácter internacional4
100
 Dado lo anterior y en vista de los escasos estu-
dios desarrollados en nuestra entidad 5, 6 y la cre-
ciente tendencia del problema en nuestro país , 7
quisimos realizar un trabajo donde utilizáramos dos
fuentes básicas de datos (el certificado de defun-
ción y la prensa) para así actualizar algunos aspec-
tos descriptivos de la epidemiología del suicidio en
la ciudad de Guadalajara y con base en ellos, poder
analizar la diseminación del fenómeno mediante el
método distancia – tiempo, dada la hipótesis de que
casos similares en tiempo y espacio tienen una fuen-
te común de contaminación8
Esta suposición se basa “sobre el conocimiento
de que siempre se presenta alguna dispersión alre-
dedor de la media del periodo de inducción com-
prendido entre la exposición a los eventos que inci-
tan la enfermedad y el comienzo de ésta”9
Material y métodos
Se realizó un estudio retrospectivo de las defuncio-
nes por suicidio acaecidas en residentes de la ciu-
dad de Guadalajara durante los años 1976, 1977 y
1978.
Los datos fueron obtenidos por la revisión de a)
Los principales periódicos de la ciudad. B) Los certi-
ficados de defunción emitidos en la misma. Dichos
datos consistieron en: 1) causa del suicidio, 2) edad,
3) estado civil, 4) fecha, 5) lugar, 6) medio utilizado,
7) ocupación, 8) sector de la ciudad y 9) sexo.
La captación y proceso de los datos fue manual
y la presentación se realizó en forma de tablas, se-
ñalándose el número total de casos, por cientos y
tasas.
En relación al cálculo de tasas se utilizaron pro-
yecciones de población del Censo de 1970. Como
parámetros inferenciales se utilizaron la Ji cuadrada
(son o con corrección de Yates) y la Prueba exacta
de Fisher. El nivel de significancia para determinar
diferencias estadísticamente significativas, fue con-
vencionalmente fijado en p<0.0510
Para el análisis distancia – tiempo, diseminación
del fenómeno, utilizamos el Modelo de Poisson: P
(X: t) = e-t (lt) x/x donde nos importa conocer la
probabilidad y el número de suicidios que suceden
en un punto del tiempo dado, sin importar los que
no ocurren en ese mismo punto temporal11
Resultados
Como podrá observarse en el cuadro 1, la relación
entre las fuentes primarias de datos es inversamente
proporcional. Sin embargo, nótese:
a) La tendencia al decremento en lo que con-
cierne a los datos recabados del certificado
de defunción.
b) La no existencia de diferencias
estadísticamente significativas entre las pro-
porciones presentadas, por año y por sexo.
En el cuadro 2 se relaciona el sexo y la edad de los
suicidas. Obsérvese:
a) El constante predominio en el número y en
las tasas de los suicidas del sexo masculino,
sobre las suicidas del sexo femenino.
b) El predominio en las tasas de los suicidas
mayores de 40 años sobre los menores de
tal edad, sobre todo en 1977 y 1978.
c) El incremento del porcentaje de suicidas con
desconocida en los varones, conforme pasa
el tiempo, en los tres años estudiados.
d) La diferencia estadísticamente significativa en
las cifras de 1976 que se debe a los nulos
casos femeninos de mayores de 40 años.
El cuadro 3 relaciona el sexo con el semestre del
año en que ocurrió el deceso. En él se observa que:
a) En general las tasas mayores correspondie-
ron al segundo semestre de 1976 y al prime-
ro de 1977.
b) En los hombres las tasas mayores se produ-
jeron en el segundo semestre de 1976 y el
101
 primero de 1977; en cambio en las mujeres
corresponden al segundo semestre de 1977
y al primero de 1978.
En los cuadros 4, 5 y 6 se relaciona el sexo con el
medio utilizado para suicidarse. Nótese que:
a) Los hombres prefirieron en mayor proporción
en 1976 el ahorcamiento y en los años 1977
y 1978 el arma de fuego.
b) Las mujeres prefirieron los tóxicos en 1976 y
en 1977 y en 1978 el arma de fuego.
En los cuadros 7, 8 y 9 se relaciona el sexo con el
estado civil de los suicidas. En ellos se observa que:
a) Durante 1976 predominaron los suicidas sol-
teros; en cambio en 1977 y 1978 los casa-
dos.
b) Durante 1976 y 1977 predominan las suici-
das solteras y en 1978 las casadas.
c) Los divorciados, tanto hombre como muje-
res, aunque representan una mínima propor-
ción del total de suicidas, presentan las tasas
más elevadas.
Los cuadros 10, 11 y 12 relacionan el sexo con la
ocupación y en ellos se observa que:
a) De los suicidios en los que se conoció la ocu-
pación, el mayor número de los casos en los
tres años estudiados correspondió a los em-
pleados.
b) En los hombres las mayores tasas correspon-
dieron a los profesionales.
c) Las diferencias estadísticamente significativas
encontradas se deben a los nulos o pocos
casos de mujeres que trabajan.
En el cuadro 13 y figura 1 se puede observar:
a) Que la distribución de Poisson funciona me-
jor en las mujeres que en los hombres.
Comentario
Como se observa en el cuadro 1, aunque no se de-
tectan diferencias estadísticamente significativas
entre los aportes reales de las fuentes de informa-
ción trabajadas, consideramos que pueden ser un
complemento útil para el análisis del suicidio en nues-
tro medio. Aunado a criterios definitorios objetivos
y metodológicos coordinados, incrementaría la
confiabilidad de los datos así como también el nú-
mero de variables a analizar, lo que indudablemente
permitiría aproximarnos un poco más al conocimien-
to del problema en nuestro medio.
De lo que concierne a la epidemiología descrip-
tiva del fenómeno, el suicida del periodo estudiado
responde en líneas generales al siguiente perfil:
Sexo: predominantemente masculino.
Edad: menor de 40 años.
Tiempo: sin preferencia significativa por semestre
del año.
Medio: tóxico, arma de fuego o ahorcamiento.
Estado Civil: soltero o casado.
Ocupación conocida: empleado.
Ahora bien, en relación a las variables “aisladas”
permítasenos hacer los siguientes señalamientos:
Se observa que en 1976 las tasas de suicidas
menores y mayores de 40 años son prácticamente
iguales.
Conservando la proporción mayoritaria el sexo
masculino sobre el femenino, lo que está en con-
cordancia con los estudios epidemiológicos más re-
cientes de Jiménez y Rico, 12 en los dos años siguien-
tes las tasas específicas por grupos de edad, aun-
que de menor magnitud, se fueron diferenciando
más, afectando al grupo de mayores de 40 años. La
proporción de suicidas según sexo, inicialmente de
5 hombres por cada mujer, se redujo de 2 a 1.
En relación al sexo, suponemos que conforme
la mujer se incorpore con mayor intensidad a la vida
económica y política, se igualarán las proporciones,
a aunque en la actualidad las lesiones autoinflingidas
102
por las mujeres presentan gran diferencia en sus
expresiones de morbilidad y mortalidad13
En lo que respecta a la edad, esta variable conti-
núa siendo la base de los intentos de tipificación,
donde se considera jóvenes sociopáticos, adultos
deprimidos y ancianos con alguna patología orgáni-
ca 14,-15 que poco han variado del sentido
Durkheinniano de la anomia o del llamado estrés
social. 7, 16 En nuestro estudio sobre 1976, desde el
punto de vista de las tasas pudiera abarcar los tres
tipos; y en los de 1977 y 1978, los dos último. Sin
embrago, no estamos satisfechos con tal explica-
ción.
Del medio utilizado se desprende la siguiente
reflexión; el suicida continúa teniendo acceso a las
armas de fuego ya que este medio ha venido ocu-
pando los primeros lugares desde hacer 30 años. 5
Algo similar se podría decir de los tóxicos ingeridos,
añadiendo a que este subgrupo pertenece muy pro-
bablemente al conjunto de personas inicialmente
solicita ayuda mediante medicamentos y donde quien
los prescribe o vende no está resolviendo el proble-
ma de fondo.
A decir de Lester y colaboradores 27 las perso-
nas que utilizan tóxicos o el ahorcamiento como
métodos finales, tuvieron mayor número de inten-
to que los suicidas que utilizaron otros métodos; lo
cual a su vez permite inferir que en nuestro medio,
de ser cierta esta hipótesis aproximadamente uno
de cada dos suicidas presentaron gestos
premonitorios de su intención y que no fueron (¿o
son?) debidamente atendidos.
Si relacionamos lo anterior con los resultados
relativos a la ocupación encontramos que uno de
cada tres suicidas eran empleado u obrero, lo que le
da el derecho de utilizar los servicios de una institu-
ción de seguridad social, y, por tanto, de un control
médico. En el caso de las demás personas que de-
seen controlar su padecimiento costeando un solo
medicamento a dosis mínimas, les costaría aproxi-
madamente 310 pesos mensuales, sin tomar en
cuenta otros gastos que tendría que realizar perió-
dicamente para tener una terapia adecuada.
Dado el costo, creemos que vale la pena organi-
zar los recursos de la comunidad tendientes a lo-
grar una prevención más real y decidida del suicidio,
concatenada con una investigación causal más
globalizante y, por tanto, más productiva.
Por último, en relación a la diseminación del fe-
nómeno suicidio y su análisis mediante el método
distancia – tiempo, consideramos que los resulta-
dos referentes a la curvas encontradas son suge-
rentes de un proceso de posible transmisibilidad más
no de índole mecanicista, que proporciona las coor-
denadas casos – tiempo, sino de una génesis más
complicada donde están involucrados aspectos so-
ciales de más fondo, pudiendo ser uno de ellos el
proceso de comunicación.
Conclusiones
1. La asociación de lo datos sobre suicidio ob-
tenidos de la prensa y el certificado de de-
función puede ser útil para el análisis del pro-
blema en nuestro medio.
2. Se requieren criterios definitorios y
metodológicos coordinados para incremen-
tar la fiabilidad de los estudios.
3. El perfil del suicida en nuestro medio no ha
presentado variaciones sustanciales.
4. Potencialmente, uno de cada tres suicidas es
sujeto de control médico institucional.
5. Se requiere enmarcar la investigación causal
del suicidio mediante un modelo más
globalizante.
103
Referencias

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capítulo 12, Contraste de Hipótesis. Editorial
Harla, págs. 182-186, México, D.F., 1973.
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InterAmericana. Primera edición, págs. 221-
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14. Bagley, C. Y Jacobson, S.: Ecological variation on
three types of suicide. Psychological medicine,
6: 423-427, 1976.

104
Cuadro 1
Suicidios registrados y descritos
Guadalajara 1976 – 1977 – 1978

Año/sexo Certificados Prensa Ambos

No. % No. % No. %
1976
Hombres 45 75 35 58 60 100
Mujeres 10 71 7 50 14 100
Total 55 74 42 57 74 100
1977
Hombres 32 67 30 63 48 100
Mujeres 15 83 8 44 18 100
Total 47 71 38 58 66 100
1978
Hombres 7 24 28 96 29 100
Mujeres 3 23 13 100 13 100
Total 10 24 41 97 42 100
Fuente: Certificados de defunción e información de la prensa.
Nota:
Año 1976: Ji2 = 0.03 p = 0.85.
Año 1977: Ji2 = 1.26 p = 1.26.
Año 1978: Probabilidad exacta p = 0.07.

Cuadro 2
Suicidios registrados y descritos según grupo de edad. Guadalajara

1976
Edades Hombres Mujeres Total
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
<40 44 73 10.4 12 86 2.7 56 76 6.4
>40 15 25 15.9 - - - 15 20 7
? 1 2 - 2 14 - 3 4 -
Total 60 100 12 14 100 2.5 74 100 6.8

1977
<40 28 58 6.3 12 67 2.5 40 61 4.4
>40 13 27 13.3 5 28 4.1 18 27 8.2
? 7 15 - 1 6 - 8 12 -
Total 48 100 8.9 18 100 3 66 100 5.8

1978
<40 15 51 2.1 10 77 1.35 25 59 1.71
>40 8 28 6.12 3 23 1.87 11 27 3.78
? 6 21 - - - - 6 14 -
Total 29 100 5.12 13 100 2.09 42 100 3.54

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.
Nota:
Año 1976: Probabilidad exacta p = 0.04. Año 1977: Ji2 = 0.03 p = 0.86. Año 1978: Ji2 = 0.13 p = 0.72

105
Cuadro 3
Suicidios registrados y descritos según mes y sexo.
Guadalajara.

1976
Semestre Hombres Mujeres TTotal
otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Primer semestre 23 38 2.99 6 43 0.72 29 39 1.82
Segundo semestre 37 62 4.81 8 57 0.98 45 61 2.88
Total 60 100 7.8 14 100 1.7 74 100 4.7

1977
Primer semestre 29 60 3.59 8 44 0.93 37 56 2.22
Segundo semestre 19 40 2.41 10 56 1.17 29 44 1.78
Total 48 73 6 18 27 2.1 66 100

1978
Primer semestre 14 47 2.48 8 61 1.28 22 52 1.85
Segundo semestre 15 53 2.64 5 39 0.81 20 48 1.69
Total 29 100 5.12 13 100 2.09 42 100 3.54

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.
Nota:
Año 1976: Ji2 = 0.10 p = 0.75.
Año 1977: Ji2 = 1.36 p = 0.24.
Año 1978: Ji2 = 0.63 p = 0.43.

Cuadro 4.

Suicidios registrados y descritos según medio

Guadalajara

1976

Medio Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Arma de fuego 16 22 2.08 1 1 0.12 17 23 1.07
Arma blanca 4 5 0.52 0 - - 4 5.4 0.25
Ahorcamiento 23 31 2.99 2 3 0.24 25 33.8 1.57
Tóxico 17 23 2.21 10 14 1.22 27 36.5 1.7
Fuego 0 - - 0 - 0 - -
Precipitación
al vacío 0 - - 1 1 0.12 1 1.3 0.06
Machacamiento 0 - - 0 0 -
? 0 - - 0 0 -
Total 60 81 7.8 14 19 1.7 74 100 4.7

Tasa por 100,000 habitantes del grupo

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.

106
Cuadro 5
Suicidios registrados y descritos según medio
Guadalajara

1977

Medio Hmbres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Arma de fuego 6 24.3 1.98 5 7 0.58 21 31.8 1.26
Arma blanca 0 - 0 - - 0 - -
Ahorcamiento 13 19.8 1.61 1 1 0.12 14 21.2 0.84
Tóxico 13 19.8 1.61 12 18 1.39 25 37.9 0.3
Fuego 2 3 1.25 0 - - 2 3 0.12
Precipitación
al vacío 3 4.6 0.37 0 - - 3 4.6 0.18
Machacamiento 1 1.5 0.12 0 1 - 1 1.5 0.06
? 0 - 0 - - 0 - -
Total 48 73 6 18 27 2.1 66 100 4

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.

Cuadro 6
Suicidios registrados y descritos según medio
Guadalajara

1978

Medio Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Arma de fuego 14 48 2.47 6 46 0.97 20 48 1.68
Arma blanca 1 3.5 0.18 - 1 2 0.08
Ahorcamiento 5 17 0.88 2 15 0.32 7 17 0.59
Tóxico 6 21 1.06 5 39 0.8 11 26 0.93
Fuego - - - - - - - - -
Precipitación
al vacío 1 3.5 0.18 - 1 2 0.08
Machacamiento - - -
? 2 7 0.35 - 2 5 0.17
Total 29 100 5.12 13 100 2.09 42 100 3.54

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.

107
Cuadro 7
Suicidios registrados y descritos según estado civil
Guadalajara

1976

Estado civil Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Soltero 22 30 6.49 8 11 2.2 30 40.5 4.3
Casado 16 22 4.38 2 3 0.51 18 24.3 2.4
Viudo 1 1 3.1 0 - - 1 1.4 1.5
Divorciado 2 3 130.12 0 - - 2 2.7 62.8
Unión libre 1 1 4.34 0 - - 1 1.4 2.1
? 18 24 4 5 - 22 29.7 -
Total 60 81 7.8 14 19 1.7 74 100 4.7

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.

Nota: Solteros vs. Casados vs. Divorciados y viudos. Ji2 = 2.50 p = 0.29.

Cuadro 8

Suicidios registrados y descritos según estado civil

Guadalajara

1977

Estado civil Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Soltero 17 26 4.78 8 12 2.1 25 37.9 3.4
Casado 19 29 4.96 3 5 0.73 22 33.3 2.78
Viudo 2 3 5.91 2 3 5.53 4 6.1 5.71
Divorciado 0 - - 1 1 58 1 1.5 29.97
Unión libre 1 1 4.13 0 - - 1 1.5 2
? 9 14 - 4 6 - 13 19.7 -
Total 48 73 6 18 27 2.1 66 100 4

Tasa por 100,000 habitantes del grupo

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.
Nota: Solteros vs. Casados vs. Divorciados y viudos. Ji2 = 0.21 p = 0.90.

108
Cuadro 9

Suicidios registrados y descritos según estado civil

Guadalajara

1978

Estado civil Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Soltero 8 28 3.2 4 31 1.46 12 28 2.29
Casado 13 45 4.83 7 53 2.37 20 48 3.55
Viudo 1 3 4.2 1 9 3.84 2 5 4.01
Divorciado - - -
Unión libre - - -
? 7 24 1 8 8 19
Total 29 100 5.12 13 100 2.09 42 100 3.54

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.

Nota: Solteros vs. Casados vs. Divorciados y viudos. Ji2 = 0.21 p = 0.90.

Cuadro 10
Suicidios registrados y descritos según ocupación
Guadalajara

1976

Ocupación Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Estudiante 4 5.4 1.26 4 5.4 1.18 8 10.8 1.22
Hogar 0 - 3 4 4.69 3 4 0.69
Profesional 1 1.4 24.9 0 - 1 1.4 12
Obrero 11 15 8.06 0 - 11 14.9 5.72
Empleado 12 16.2 22.07 0 - 12 16.2 15.67
Ninguna 24 32 24.86 7 10 6.82 31 41.9 15.56
? 8 11 0 - - 8 10.8 -
Total 60 81 7.8 14 19 1.7 74 100 4.7

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificados de defunción e información de la prensa.

Nota: Trabajadores vs. no trabajadores (por sexo). Probabilidad exacta p= 0,0006

109
Cuadro 11
Suicidios registrados y descritos según ocupación
Guadalajara

1977

Ocupación Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Estudiante 10 15 3.01 1 1 0.28 11 10.8 1.22
Hogar 0 - - 7 11 1.54 7 4 0.69
Profesional 4 6 94.8 0 - 4 1.4 12
Obrero 11 17 7.68 0 - 11 14.9 5.72
Empleado 9 14 15.77 4 6 17.18 13 16.2 15.67
Ninguna 4 6 3.95 1 1 0.93 5 41.9 15.56
? 10 15 5 8 2.1 15 10.8 -
Total 48 73 6.0 18 27 1.7 66 100 4.7

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificados de defunción e información de la prensa.
Nota: Trabajadores vs. no trabajadores (por sexo). Ji2 = 4.1 p = 0.04

Cuadro 12
Suicidios registrados y descritos según ocupación
Guadalajara

1978

Ocupación Hombres Mujeres TTotal

otal
No. % TASA No. % TASA No. % TASA
Estudiante 3 10 0.86 1 8 1.07 4 10 0.55
Hogar - 5 38 1.05 5 12 1.05
Profesional 2 7 45.15 1 8 21.16 3 7 32.77
Obrero 3 10 2 - 3 7 1.42
Comerciante 3 10 7.62 3 7 5.42
Empleado 9 31 15.03 2 15 8.2 11 26 13.05
Ninguna 1 3 0.94 - 1 2 0.46
? 8 28 - 4 31 - 12 29 -
Total 29 100 5.12 13 100 2.09 42 100 3.54

Tasa por 100,000 habitantes del grupo.

Fuente: Certificado de defunción e información de la prensa.
Nota: Trabajadores vs. No trabajadores (por sexo). Ji2 = 6.43 p = 0.01.

110
Cuadro 13
Distribución Poissoniana de los suicidios según sexo
Guadalajara

MUJERES
Intervalo semestral Frecuencia observada Probabilidad de densidad Frecuencia
esperada Ji2 Probabilidad de significancia
0 8 0.1572 61 1.38 >0.05
1 8 0.2909 11.3 0.96 >0.05
2 10 0.2691 10.5 0.02 >0.05
3 8 0.1659 6.5 0.34 >0.05
4 5 0.0778 3.0 1.33 >0.05
5 0 0.0391 1.5 1.5 >0.05
HOMBRES
0 37 0.1772 20.2 13.90 <0.05
1.90 >0.05
1 29 0.3067 35.0 1.02 >0.05
2 19 0.2652 30.2 4.15 <0.05
3 14 0.1529 17.4 0.66 >0.05
4 15 0.0675 7.7 6.92 <0.05
0.26 >0.05
5 0 0.0398 4.5 4.50 <0.05

Gráfica 1
Distribución poissoniana de suicidios según sexo
Guadalajara

111
La prevalencia de los gestos suicidas en la ciudad de
Guadalajara durante 1975.
Salud Pública de México, Época V. Volumen XIX. Número 6, 1977.

M.M.C. José de Jesús Brambila Resumen

Colado (1)
Dr Sergio Raúl Patrón Domínguez
Médico (2) Se presente un estudio epidemiológico de la ciudad de Guadalajara –
con muchas limitaciones – sobre la prevalencia de la conducta suicida.
Aun con las limitaciones a la encuesta, se tiene una tasa de 5 por cada
100,000 habitantes, cifra que es probable pueda hasta cuadruplicarse
1) Jefe del Servicio de Psiquiatría de acuerdo con Dublín,3 que afirma que oficialmente sólo se conoce la
Hosp. Mil. Regional.
cuarta parte de los suicidios.
2) Pasante Colaborador del Servicio
de Psiquiatría del Hospital Militar
Regional. Summary

This is a case study of epidemiology in te city of Guadalajara – with

limited information – concerning suicide behavior. Although with limited
resources, it found that for every 100,000 citizens, these are 5 suici-
des; this amount can cuadruple according to Dublin3 who states officially
only a forth of cases of suicides are reported.

Introducción y objetivos

La conducta suicida en los últimos tiempos a adquirido cada vez mayor

importancia, tan es así, que en los pueblos desarrollados como Suecia,
Dinamarca, Estados Unidos, Japón y otros constituyen de hecho, una
de las principales causad de mortalidad, el acto suicida parece encerrar
en si mismo el misterio de su propio motivo, salvo en aquellos casos
que han sido sujetos a control psicoterapéutico, en la que la mayoría de
las veces es posible conocer los motivos profundos del mismo, en el
resto que son la inmensa mayoría, la incógnita a prevalecido. Se dice
que el factor “desarrollo” puede correlacionarse socialmente con un
aumento de prevalencia.

112
 En los pueblos desarrollados los enfoques mas
urgentes de los esfuerzos para controlar la mortali-
dad han sido dirigidos hacia otros campos de la pa-
tología humana como son las infecciones en gene-
ral y la desnutrición; independientemente de que se
considera el hecho de desconocer los hechos no sig-
nifica que no puedan existir.
El estudio pretende un abordaje un poco mas
profundo y su circunscrito en una ciudad progresis-
ta e importante de nuestro pueblo al cual se consi-
dera subdesarrollado o en vías de desarrollo.
Las tasas reportadas en estudios anteriores han
sido de Guadalajara en 1972, se señala 2.73 por cada
100,000 habitantes, cifra que a variado bien poco,
si revisamos las tasa encontradas desde 1948 que
es de 2.57 por cada 100,000 habitantes excepto en
1960 en las que hubo una elevación de 3.12 por
cada 100,000 habitantes1
El propósito en este estudio es ahondar mas en
la problemática de la conducta suicida dentro de
una ciudad como es Guadalajara y realizar lo que
constituiría un primer intento de abordaje en esta
pretensión dentro de la Republica Mexicana..
Material y método
Se ha tomado como modelo orientador para el es-
tudio, el realizado en la ciudad de los Angeles
California, por el Dr. Norman L. Farberow y colabo-
radores. 2
El estudio tiene la ventaja de haber sido realiza-
do por dos personas, las visitas a hospitales, institu-
ciones oficiales, de urgencia y el Servicio Médico
Forense; y la encuesta por una sola.
Se elaboró un forma que contiene datos de iden-
tificación, sociológicos, del gesto suicida, ecológicos
y otros varios que se mencionan después (grafica
1).
Sólo se recolectaron los datos de los casos ocu-
rridos durante el año de 1975.
Se escogió como fuente de información los ser-
vicios de la Cruz Roja, la Cruz Verde “Unidad Fran-
cisco Ruiz Sánchez”, el Servicio Médico forense y
los servicios de urgencias de los hospitales oficiales
y privados:
1. Hospital “Valentín Gómez Farías” del ISSSTE.
2. Hospital de especialidades Médico-Quirúrgi-
cas del IMSS.
3. Clínica de zona No. 1 del IMSS.
4. Departamento de Estadísticas del IMSS.
5. Hospital del Ferrocarril.
6. Hospital Ramón Garibay.
7. Hospital Ángel Leaño.
8. Hospital militar Regional de Guadalajara, Ja-
lisco.
9. Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios.
Además, se visitó el Registro Civil y el Archivo
Estadístico del Estado (donde se tomaron sólo los
casos de Guadalajara durante 1975).
Hospital Civil. En esta institución se encontró que
al revisar el archivo no era el procedimiento adecua-
do, por lo que los datos se solicitaron directamente
al Servicio médico forense ubicado en la misma
manzana, situación física que ha condicionado ar-
monía tal entre ambas instituciones, que los datos
fueron obtenibles en este último servicio.
Cruz Verde. “Unidad Ruiz Sánchez”. El agente
del Ministerio Público de dicha institución informó
que los gestos suicidas no son calificados como ta-
les, sino como homicidios intencionales o agresio-
nes a personas, tipificación que resulta una dificul-
tad real para obtener los datos que se solicitaban.
Cruz roja. El departamento de estadística pro-
porcionó sólo algunos datos, como el número de
gestos suicidas, ocupación, método y fecha. Se plan-
teó la necesidad de obtener más datos, para lo cual
era imprescindible la revisión de los expedientes, de
los cuales se obtuvo información parcialmente; se
recurrió al Director de la Cruz Roja, habiendo sido
informados por la secretaria del mismo, que por ser
113
de carácter confidencial no podrían ser dispuestos
para el análisis.
Servicio Médico Forense. Se quiere hacer notar
un reconocimiento a dicho servicio por la facilitación
tan amplia e incondicional para la revisión exhausti-
va de los expedientes, esta actitud fue igualada por
el Hospital del Ferrocarril, Hospital Ramón Garibay,
Hospital Militar Regional de Guadalajara, Jal., Hospi-
tal Psiquiátrico San Juan de Dios y Archivo Estadísti-
co del Estado.
En el Hospital “VALENTIN GOMEZ FARIAS” del
ISSSTE, fue revisado el libro de registro de urgen-
cias, no encontrado ningún caso de suicidio o gesto
suicida reportado.
IMSS. Se derivó por trabajo social de la clínica de
la zona No. 1 del IMSS para obtener los datos re-
queridos a través del departamento de estadística,
el cual informo que no se codificaban los suicidios
ni los gestos suicidas; resultando de interés, que
quien dio la información (administrativo importan-
te de estadística) solicitó una de las formas de en-
cuesta.
Se debe mencionar que en la mayor parte de los
hospitales mencionados se visitaron los servicios de
urgencias con el objeto de revisar los libros de regis-
tro diario, y a través de los datos obtenidos, revisar
los expedientes del archivo del hospital.
Además de la revisión del expediente se hizo una
encuesta domiciliaria, ya que algunos de los datos
que se deseaban recopilar no estaban consignados
en los expedientes.
Se tiene conciencia de que hay un mayor núme-
ro de hospitales y clínicas privadas, en donde po-
drían ser obtenibles algunos otros casos, pero dado
el carácter y reserva de dichas clínicas, con la en-
cuesta realizada en las instituciones mencionadas,
se asisten seguramente, a casi el 90 % de la pobla-
ción de Guadalajara.
La forma de presentación de datos es por medio
de gráficas que se encuentran en el capítulo de re-
sultados obtenidos. (de la grafica 2 a la 35).
Discusión
En cuanto a los resultados obtenidos, la informa-
ción estuvo ausente en algunas áreas de asistencia
importantes, como son: Cruz Verde y las dependen-
cias del IMSS, esto es debido a defectos en a apre-
ciación de las urgencias atendidas y que no quieren
ser vistas como relativas a suicidio. La información
estuvo casi ausente en la Cruz Roja debido a resis-
tencias de índole irracional, la parcialidad de la infor-
mación en Cruz Verde del Hospital Civil y el Servicio
Médico Forense no se debió a resistencias de índole
irracional, sino a limitaciones de carácter real pero
fueron superadas con la encuesta domiciliaria. La
información fue completa en 5 de los hospitales,
como puede observarse en la (grafica 2).
Llama la atención que a pesar de estas limitacio-
nes en las fuentes de información que podrian re-
presentar un buen monto de la población atendida
como serían las instituciones mencionadas como
información casi ausente, resultaron 100 los casos
encontrados en la encuesta; cifra significativa evi-
dentemente, si se compara la prevalencia de suici-
dios reportados anteriormente.1
En términos generales no parecen diferir del
de García de Alba y Moran,1 en el sentido de desco-
nocer la verdadera magnitud del problema, por lo
mencionado y porque en los resultados obtenidos,
como puede verse en la mayoría de las graficas ela-
boradas, un elemento común es el factor “desco-
nocido”.
Respecto a la educación recibida, en los suici-
das no parece ser importante una diferencia especi-
fica en quienes recorrieron un grado distinto de ins-
trucción, tal vez si se compara el porcentaje de per-
sonas con distinta instrucción dentro de la pobla-
ción general, se podría saber realmente si el 16% de
los suicidas que llevaron primaria, sería un factor
significativo dentro del suicidio, lo mismo podría
decirse con respecto a los porcentajes obtenidos en
los profesionistas.
114
Gráfica 1
Hoja de encuesta para estudio
Investigación sobre prevalencia de los gestos suicidas en la Ciudad de Guadalajara durante 1975.

No. DE ORDEN......................

NOMBRE ............................................................................INSTITUCIÓN.....................................................
DIRECCIÓN..........................................................................SECTOR....................................COL......................

DATOS SOCIOLÓGICOS

ESCOLARIDAD............................................................................................SEXO..................................................................
RAZA........................................................EDAD ........................... EDO. CIVIL.........................................
OCUPACIÓN ........................................................................RELIGIÓN ........................................................
LUGAR DE NACIMIENTO ...............................................................................................................................
PERSONA CON QUIEN VIVE ..........................................................................................................................
¿FUE TURNADO PARA TRATAMIENTO POSTERIOR? ...........................................................................................
¿A QUIEN? ...............................................................................

DATOS DEL GESTO SUICIDA

MES DEL SUICIDIO .......................................DIA ............................................ HORA ...................................

METODO DEL SUICIDIO ................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................................................
NOTA SUICIDA ...................................................SEROLOGIA POST-MORTEM ...................................................
GRAVEDAD DEL ACTO .................................................................................................................................
RAZONES APARENTES ..................................................................................................................................
............................................................................................................................................................................................................
¿FUE SALVADO? ................................................. ¿CÓMO? ..................................................................

OTROS DATOS

CUANTAS PERSONAS VIVIAN CON EL ..............................................................................................................

.................................................................................................................................................................
TIPO VIV ...................................................................................................................................................
¿PADECIA ENFERMEDAD GRAVE? ........................................................¿CRONICA? .......................................
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS ....................................................................................................................
................................................................................................................................................................
¿PADECIA ENFEREMEDAD PSIQUIATRICA? .......................................... DIAGNOSTICO ..................................
¿ESTABA CONTROLADO? .............................................................................................................................
DETECTAR SI HUBO ALGUNA COMUNICACIÓN ANTES DEL GESTO SUICIDA .............................................................
............................................................................................................................................................................................................
DETECTAR SI HUBO ALGUN GESTO SUICIDA ANTERIOR ...................................................................................
............................................................................................................................................................................................................

115
Grafica 2
Resultados Obtenidos.

En cuanto a las fuentes de información y presencia o ausencia de datos.

I. Información ausente.
A) Cruz Verde “Francisco Ruiz Sánchez”.
B) Hospital de Especialidades Médico Quirúrgicas del IMSS.
C) Clínica de la zona No. 1 del IMSS.
D) Departamento de Estadísticas del IMSS.

II. Información casi ausente.

A) Cruz roja.
B) ISSSTE.

III. Información Parcial (desde el punto de vista de nuestra encuesta)

A) Cruz Verde del Hospital Civil.
B) Servicio Médico Forense.
C) Oficina Registro civil.
D) Archivo Estadístico del Estado.

IV. Información completa.

A) Hospital del Ferrocarril.
B) Hospital Ramón Garibay.
C) Hospital Dr. Ángel Leaño.
D) Hospital Militar Regional de Guadalajara.
E) Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios.

Grafica 3
Casos reportados

Incluimos sólo las instituciones que dieron información casi ausente, parcial y completa.

1. Cruz Roja . . . . . . . 12
2. Servicio Médico Forense. . . . . . 70
3. Cruz Verde del Hospital Civil. . . . . . 0
4. Registro Civil. . . . . . . . 0
5. Archivo Estadístico del Estado. . . . . . 1
(Sólo los casos reportados en la Ciudad de Guadalajara)
6. Hospital del Ferrocarril. . . . . . . 2
7. Hospital “Valentin Gomez Farias” del ISSSTE. . . . 0
8. Hospital Ramón Garibay. . . . . . 1
9. Hospital Dr. Ángel Leaño. . . . . . 1
10. Hospital Militar Regional. . . . . . 5
11. Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios. . . . . 8
100

116
Gráfica 4

Primaria 16%
Secundaria 7%
Preparatoria 5%
Profesional 3%
Secretarias 3%
Profesionistas 9%
Desconocidos57%

En correlación sexo y suicidio se nota que el estudio no se diferencia del de Farberow y colaboradores
realizado en Los Ángeles pues se encuentran cifras: 61% hombres y 39% para mujeres.
Gráfica 5

Hombres 61%
Mujeres 39%

Gráfica 6

10 a 14 2%
15 a 19 16%
20 a 24 17%
25 a 29 13%
30 a 34 9%
35 a 39 3%
40 a 44 9%
45 a 49 2%
50 a 54 5%
55 a 59 0%
60 a 64 2%
65 a 69 2%
70 a 74 1%
75 a 79 1%
? 18%

117
 Con respecto a la edad aun cuando se desconoce en 18 de los casos, se puede decir que los suicidios
más frecuentes es entre los 15 y los 34 años, volviendo a aumentar la incidencia entre los 40 y 50 años.
Según su estado civil no parece haber diferencia significativa entre solteros y casados, aun cuando en
el 38% se desconocía su estado civil.
Se ha señalado que en los solteros es más frecuente el intento de suicidio, que os suicidios consuma-
dos, a la inversa sucede con los casados, es indudable la importancia que puede significar en una persona
la soledad o aislamiento y la separación para motivar la conducta autoagresiva. Se cree en lo particular que
son las limitaciones en las relaciones interpersonales de los solteros y las deficiencias yoicas en los casados
las que probablemente tengan que ver como motivadores del suicidio.

Grafica 7
Correlación de intentos de suicidio y suicidio según su estado civil

Grafica 8

A Estudiante 11%
B Ama de casa 15%
C Profesionistas 8%
D Comerciantes 4%
E Empleados 4%
F Zapateros 4%
G Obreros 3%
H Secretarias 3%
I Militares 3%
J Otors 4%
K Mecánicos 2%
L Jubilados 2%
M Desconocidos 37%

118
Gráfica 9
Distribución de intentos de suicidio y suicidios según su religión.

Gráfica 10
Distribución de intentos de suicidio y suicidios según su lugar de procedencia.

119
Gráfica 11
Distribución de intentos de suicidio y suicidios según si vivían solos o acompañados.
Gráfica 12
Correlación entre suicidios e intentos de suicidio sobre los que fueron cotrolados con tratamiento psiquiátrico ulterior.
Suicidios Consumados
Intentos
Controlados con tratamiento psiquiátrico ulterior
Con respecto a la ocupación, aun cuando sean
más estudiantes, amas de casa y profesionistas, hay
un 37% de desconocidos suicidas que no invita a
pensar que el factor ocupación influya de manera
importante dentro del suicidio.
Parece ser que sólo se suicidan católicos aunque
se desconozcan casi otro tanto de suicidas de otras
religiones, cabría preguntar si se debe a que
Guadalajara es una ciudad predominantemente ca-
tólica, no se piensa que la religión sea un factor im-
portante para el suicidio.
Aun cuando en el 55% de los suicidas se ignora
como vivían del resto, sólo uno vivía solo.
67%
33%
15%
¿Tendrá que ver el hecho de vivir acompaña-
do con alguna motivación para suicidarse?
De los intentos de suicidio sólo en el 35% se
detectó que tuvieron tratamiento ulterior.
Parece se que los meses de abril, mayo y junio
son los meses de mayor prevalencia de suicidios e
intentos de suicidios. Cabe mencionar que el 10 de
mayo se encuentra en el punto medio de estos me-
ses. Según los reportes de Farberow no muestra nin-
guna variante temporal significativa en el suicidio,
esto sucede en Los Ángeles; sucede aquí, elemen-
tos de una cultura que ha escogido el día de la ma-
dre y del padre por estas fechas.
120
 Respecto al día, no se encontró que hubiera
una diferencia muy significativa entre los días de la
semana, tampoco la hora.
Los métodos mas preferidos por quienes no
desean seguir viviendo, parece seguir siendo el del
proyectil por arma de fuego, intoxicación
medicamentosa y el ahorcamiento.
El 98% no dejo nota suicida.
Sólo en el 67% de los casos fue posible reali-
zar serología; de éstos, en el 71.69% no se demos-
tró la presencia de alcohol etílico, sin embargo en el
28.31% demostró presencia de alcohol etílico. No
es una cifra despreciable y se sigue pensando que la
intoxicación alcohólica es un factor que puede debi-
litar a las personas en cuanto al control de los im-
pulsos agresivos, tanto los dirigidos hacia fuera como
los dirigidos hacia sí mismo.
Las cifras en las que se correlaciona el alcohol
(+) con edad, sexo y estado civil, se estima que no
parecen de gran trascendencia, pues no se diferen-
cian de las que se podrían encontrar en una pobla-
ción en general.
En cuanto a causas aparentes, se puede decir
que se desconocen; el 73% de ellos se llevaron su
secreto. Sólo en el 27% del resto se pudo detectar
disgustos familiares y problemática sexual, como una
de las causas aparentes del suicidio.

Grafica 13
Distribución de intentos de suicidio y suicidios según el mes del año.

Enero 7%
Febrero 5%
Marzo 8%
Abril 15%
Mayo 12%
Junio 12%
Julio 6%
Agosto 6%
Septiembre 9%
Octubre 6%
Noviembre 7%
Diciembre 3%
??? 4%

121
Gráfica 14
Distribución de intentos de suicidio y suicidios según el día de la semana.

Gráfica 15
Distribución según la hora del gesto suicida.

122
Gráfica 16
Distribución de intentos de suicidio y suicidios según método empleado.

A 25% N.P.P.A.F H 1% Intoxicación por thinner

B 15% Ahorcamiento I 1% Agente químico
C 19% Intoxicación Medicamentosa J 1% Herida de muñeca
D 9% Cianuro K 1% Ingestión de hidrocarburos
E 8% Intoxicación por gas L 1% Lanzarse del techo
F 3% Intoxicación no determinada M 2% Agente desconocido
G 1% Incineración por petroleo N 13% Método desconocido

Gráfica 17
Dejaron notas de suicidio

2% Dejó nota suicida

98% No dejó nota suicida

123
Gráfica 18
Distribución de presencia de alcohol en la serologia post-mortem suicidos.

19% Casos (+) Alcohol

48% Casos (-) Alcohol
67% = 100%

NOTA: Todos los suicidios fueron estudiados por la cropsia, comprobándose el agente que produjo la muerte o el grupo
al que pertenece, excepto tres en los que se desconoce el agente.

Gráfica 19
Correlación serológica alcohol positivo según sexo.

Gráfica 20
Correlación serológica alcohol positivo según edad.

124
Gráfica 21
Correlación serológica alcohol positivo según estado civil.
Gráfica 22
Correlación serológica alcohol positivo según ocupación.
En los intentos de suicidio, los más frecuentes
métodos empleados son la intoxicaciones
medicamentosas, y en los suicidios consumados son
las heridas por proyectil por arma de fuego y ahor-
camiento.
En la mayoría de los casos no se sabe dónde se
suicidaron, sólo en el 36% lo hicieron en su casa, el
10% en la vía pública y el 6% en la cárcel.
Sólo en 6 casos se puedo demostrar enferme-
dad mental y en el 94% no se pudo demostrar, lo
cual no quiere decir que no haya existido.
Según los lugares donde fueron realizados los
suicidios conocidos se encontró que correspondían
a sectores que pueden ser considerados como más
populosos, como serían sector Libertad y periferia
de Guadalajara, sin embargo parece ser significativa
esta diferencia.
125
Gráfica 23
Correlación serológica alcohol positivo según método empleado.

Gráfica 24
Correlación serológica alcohol positivo según tipo de personas con las que vive.

Gráfica 25
Correlación serológica alcohol positivo según causas aparentes.

126
Gráfica 26
Distribución según causa aparente.

A 10% Disgusto familiar

B 5% Aspecto sexual
C 3% Económico
D 3% Ninguno
E 2% Problemas en el noviazgo
F 2% Accidente
G 1% Chantaje
H 1% Enfermedad grave
? 73% Desconocido
100%

Gráfica 27
Distribución de los suicidios consumados.

Gráfica 28
Correlación serológica alcohol positivo según causas aparentes.

A 3,03% H.P.P.A.F.
B 33,33% Intoxicación medicamentosa
C 39,39% Desconocido
D 6,06% Intoxicación por gases
E 3,03% Intoxicación por cianuro
F 3,03% Incineración con petróleo
G 3,03% Intoxicación por agente químico
H 3,03% Hetida en venas
I 3,03% Ingestión hidrocarburos
J 3,03% Lanzarse del techo
99,99%

127
Gráfica 29
Distribución del método empleado en el suicidio

A 35,76% H.P.P.A.F.
B 22,35% Ahorcamiento
C 11,92% Intoxicación por cianuro
D 11,92% Intoxicación medicamentosa
E 8,94% Gases
F 4,47% Intoxicación no determinada
G 1,49% Intoxicación por thinner
H 2,98% Desconocido
99,83%

Gráfica 30
Lugar del gesto suicida.

Gráfica 31
Enfermedad grave demostrada en 6 casos = 6%

128
Gráfica 32
Se pudo demostrar enfermedad mental

Gráfica 33
Comunicaron el gesto suicida.

Gráfica 34
Gesto suicida anterior

129
Gráfica 35
Distribución de suicidios e intentos de suicidio según sector de la ciudad.

Conclusiones Bibliografía

1. Según el estudio se ha topado que más evi- 1. GARCÍA DE ALBA, G.J.E., y MORÁN, G., L.R.:
dente lo que se desconoce que lo que se Algunos aspectos epidemiológicos del suicidio
en Jalisco. Salud Pública de México. Marzo –
conoce y los desconocido es ignorancia, y abril de 1974.
de la ignorancia no se puede pretender nada 2. NORMAN L. FARBEROW Y COL.: Necesito Ayuda.
científico, sin embargo. Un estudio sobre el suicidio y su prevención. La
prensa Médica Mexicana, 1969.
2. La tasa que resulto es de 5 por cada 100,000
3. DUBLÍN, L.: Suicide. A. Sociological and Statistical
habitantes, cifra que se considera no ser la
Study. New York, Ronald Press Co. 1963.
verdadera, es muy probable que pueda au-
mentar considerablemente si se toma en
cuenta que hay instituciones que asisten a
un monto enorme de población y que no
registran la morbilidad del suicidio.
3 Se encontraron en las correlaciones diferen-
cias significativas; que durante los meses de
abril, mayo y junio aumenta ostensiblemen-
te la prevalencia, tenga relación con el he-
cho cultural de la celebración del día de la
madre del padre, y que esto favorezca la
emergencia de elementos culpígenos que
propicien la actuación suicida.
4. El misterio del suicidio parece seguir siendo
una fortaleza, que se aumenta restándole
importancia al registro del mismo.

130
Algunos aspectos epidemiológicos del suicidio en Jalisco
Salud Pública de México. Época V, Num. 2: 195-211, 1974.
García de Alba, G., JE. *
Morán C., LR. *
* Departamento de Salud Pública
de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Guadalajara
Resumen
En el presente trabajo se ponen a la consideración de los lectores algu-
nos aspectos epidemiológicos del suicidio en Jalisco, mediante una
casuística que abraca desde 1948 a 1972; haciendo consideraciones
que pensamos ayuden al mejor conocimiento de la historia natural del
suicidio.
Introducción
Ser o no ser, problema que desde la antigüedad se ha planteado el hom-
bre. De aquí que el suicidio parezca ser la acción más personal y singular
que un ser humano pueda tomar, causando con ello un impacto social
ya sea por el deseo particular de autodestruirse o como póstumo acto
de agresión o protesta hacia otros.
Todo esto lleva a pensar que el suicidio sea un acto meramente hu-
mano, un fenómeno social, producto de individuos y sociedades insa-
tisfechas para cubrir sus necesidades elementales. Por otra parte, el pro-
blema del suicidio ha sido ampliamente debatido por antropólogos, so-
ciólogos, legisladores y médicos, quienes coinciden que es producto de
una multicausalidad psicosocial no suficientemente estudiada; por lo
que se presenta como tema central de esta comunicación que pretende
aportar algunos conocimientos que contribuyan al mejor entendimien-
to de la historia natural del suicidio.
Algunos datos estadísticos
Se habla de tasas altas y tasas bajas de suicidio, correspondiendo las
primeras a países altamente industrializados y las segundas a países en
vías de desarrollo económico y social (Cuadro 1).
131
 El suicidio como problema de salud pública en
nuestro país ha presentado una discreta pero con-
sistente elevación a través del tiempo, como una
endemia social; en la que el estado de Jalisco ha
participado ocupando un lugar bajo entre los esta-
dos de la República Mexicana (Cuadro 2).
Material y Métodos
Debido a problemas técnico administrativos para
tener disponibilidad de los registros oficiales direc-
tos sobre el suicidio y después de vanas tentativas,
se optó por estudiar todos los suicidios cuya infor-
mación aparece publicada en los dos principales dia-
rios de Guadalajara, con el propósito de obtener la
mayor cantidad de casos y de datos al respecto.
Con el objeto de llevar un registro sistemático y
adecuado se elaboró una cédula de encuesta donde
se incluyeron los principales datos que la reseña pe-
riodística pudo proporcionar. Para esto se contó con
la decidida colaboración de los estudiantes del cuar-
to año, Grupo C, de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Guadalajara (Anexo 1).
Una vez llenadas las cédulas de encuesta se pro-
cedió a efectuar una tabulación estadística manual,
tratando de obtener el mayor número de correla-
ciones posibles para posteriormente presentar los
resultados en forma de gráfica.
Resultados
En la gráfica 1 se observan dos hechos interesantes:
Que las tasas de suicidios para la ciudad de
Guadalajara son más altas que las del total del esta-
do; y que la tendencia en el Estado es a la elevación
constante y discreta.
En el cuadro 3 se muestra que Guadalajara tuvo
mayor número de suicidios consumados que el res-
to del estado, siendo los coeficientes del resto del
estado menores que el promedio estatal.
En la gráfica 2 se observa que la proporción de
suicidios según sexo es de tres a uno a favor de los
hombres.
En la gráfica 3 se nota que en el grupo de 20-24
años se encuentran las tasas más altas.
En la gráfica 4 y 5 se trata de objetivizar esa ten-
dencia; en algunos grupos de edad joven se observa
un aumento en el coeficiente específico por edad.
Al observar la gráfica 6 se ve que el mes de junio
presenta el mayor número porcentaje de suicidios,
seguido por el de febrero.
En lo que respecta al día de la semana (gráfica
7), el miércoles presenta mayor porcentaje de suici-
dios; observándose que la mujer presenta un índice
menor de suicidios el domingo y mayor el lunes.
En la gráfica 8 se nota tendencia a la elevación
del suicidio conforme avanza el horario del día.
El lugar donde ocurrió el suicidio en 59.8% fue
la casa (gráfica 9).
En la gráfica 10 se demuestra que el 39% de los
suicidas eran del estado de Jalisco.
El medio que mayormente utilizaron los hom-
bres y mujeres fue algún tóxico (32.5% y 30.1%,
respectivamente) (gráfica 11).
Las causas más frecuentes que originaron el sui-
cidio en ambos sexos fueron las amorosos (21.1%).
Sin embargo, las económicas y familiares fueron la
segunda y tercera para las mujeres; la segunda en
los hombres fue enfermedad mental y la tercera
enfermedad incurable (Gráfica 12).
En lo que respecta la estado civil, las solteras
seguidas de las casadas fueron estados civiles más
frecuentes en las mujeres; no así en los hombres,
en quienes sucedió al revés (gráfica 13).
En la gráfica 14 se observa que uno de cada cua-
tro suicidas tenía hijos.
En la gráfica 15 se observa que las amas de casa,
los estudiantes y los empleados ocupan el primero,
segundo y tercer lugar entre los suicidios consuma-
dos, según ocupación.
132
Discusión
La supervivencia de la especie se debe a su capaci-
dad de adaptación y cooperación. La
autodestrucción en los animales se debe principal-
mente a motivos ecológicos, mientras que en el
hombre los motivos son principalmente sociológi-
cos y dentro de las razones o sin razones de la
autodestrucción humana. S han postulado multi-
tud de factores interactuantes que determinan en
un momento y lugar dado el hecho del suicidio; sin
embargo, todos los autores coinciden en que la mala
o inadecuada canalización de la agresividad en de-
terminado tipo de ambiente son factores fundamen-
tales.
El problema del suicidio en Jalisco hasta la fecha
ha sido de difícil valoración en cuanto a su verdade-
ra magnitud, por lo que de antemano y sinceramen-
te decimos que se ignora realmente su incidencia.
Consideramos difícil establecer comparaciones, he-
cho que se agrava por diversas situaciones como:
diferencias en los métodos utilizados, presiones de
diversos tipos ejercidas sobre la autoridad declaran-
te y problemas censales. Empero, pensamos que a
pesar de todas estas dificultades el estudio trata de
dar una somera idea de lo que pasa en nuestra enti-
dad federativa.
En relación a las tasas generales de suicidio, és-
tas tienden a elevarse discretamente, al igual que en
la República Mexicana (gráfica 16); aunque la ciu-
dad de Guadalajara presentó tasas superiores a la
media nacional de suicidios (1), lo cual coincide con
la opinión de muchos respecto a que las grandes
ciudades son también grandes productoras de sui-
cidios.
Por otra parte, encontramos que las tasas de
suicidios en Guadalajara se encuentran ligeramente
por debajo del cáncer de mama en la misma ciudad
(1.73 por 100 000 habitantes) (2).
Respecto a la verdadera magnitud, Dublín en
Nueva York estimó que oficialmente sólo se conoce
una cuarta parte de los suicidios reales, opinión a la
cual nos adherimos por las razones antes mencio-
nadas; lo que daría 60 suicidios anuales en Jalisco.
Siengel en 1965 en un estudio minucioso (4) es-
timó que la proporción de intentos de suicidio y los
suicidios consumados, es de 9.7 al 1; por lo cual
informaríamos que solamente en Guadalajara inten-
tan suicidarse un promedio de 124 a 476 personas
actualmente, y de ellos, 4% probablemente en me-
nos de dos años alcanzarán su decisión (5).
En la proporción de suicidios en relación al sexo,
los hombres tienen primacía sobre las mujeres de
tres a uno, proporción mayor a la comunicada por
Cabildo (6), y similar a la que mencionan Clark y
MacMahon (7) en su libro.
En lo relacionado con la edad, las curvas de fre-
cuencia encontradas presentan un patrón parecido
al de los Estados Unidos de Norteamérica (8), simi-
lar a la curva en camello con pucos en las edades de
jóvenes y viejas (gráfica 4). Sin embargo, es notorio
el hecho de que al parecer la tasa de suicidios au-
menta merced a las cohortes más jóvenes (gráfica
5).
En el estudio efectuado el mes que más suici-
dios tuvo fue junio, seguido por febrero. En otras
comunicaciones (1, 9), en el periodo comprendido
entre la primavera y el principio del verano se ubica-
ron los meses suicidógenos.
Al parecer, las circunstancias más favorables para
suicidarse se presentaron a mediados de la semana
en los hombres estudiados; no así en la mujeres en
quienes predominó el lunes.
Estos hechos hablan de la singular idiosincrasia
de ambos sexos.
La carga horaria cotidiana es factor importante,
ya que el mayor porcentaje de suicidios se ubicó
después de mediodía. Es de notar que las catorce
horas fueron las que presentaron menor número
de suicidios. ¿Será la comida lo que los impidió?.
133
 La casa fue el hogar escogido para suicidarse en
más de ka mitad de los casos, lo cual concuerda
con otros autores (1, 6, 9). Esto indica que el am-
biente social hogareño presenta deficiencias que
debemos cuidar y no sólo considerar aspectos físi-
cos.
En relación a los medios, los hombres y las mu-
jeres prefirieron los tóxicos ingeridos y las armas de
fuego; en lo cual coincidimos con Elorriaga en su
estudio de diez años (1). Sin embargo, en tercer lu-
gar los hombres prefirieron ahorcarse en propen-
sión cuatro veces mayor que las mujeres, lo cual fue
estadísticamente significativo (p < de 0.05).
Dublín (3) señala además que en EUA los indios
y los negros utilizaron más como arma suicida las
de fuego; mientras que chinos y japoneses prefirie-
ron el ahorcamiento. La cultura juega papel impor-
tante en estos aspectos.
En ambos sexos las causas amorosas fueron la
principal razón del suicidio; pero en los hombres,
estados patológicos como enfermedad mental in-
curable y alcoholismo, son las subsiguientes. En cam-
bio, en las mujeres las causas de tipo eminentemente
social fueron segunda y tercera (económicas y fa-
miliares).
Respecto al estado civil, en el total de ambos
sexos los solteros fueron los que más se suicidaron;
pero al analizar cada sexo es interesante observar
que en los hombres se suicidan más los casados que
los solteros y en las mujeres fue al revés. Por otra
parte, proporcionalmente en relación a la población
con diferente estado civil, tienen mayor índice de
muertes los divorciados dos veces más que los viu-
dos, casados y solteros que presentan rasgos simi-
lares. Los que tienen mayor riesgo son los que viven
en unión libre, pues es siete veces menor que en los
divorciados, lo cual concuerda con lo dicho por
Robinson (10).
Se ha discutido bastante sobre la paternidad y el
suicidio y al parecer continúa prevaleciendo la idea
de que los que no tienen hijos se suicidan más (4).
Respecto a la ocupación, en el hombre el estu-
diante, el empleado y el comerciante se suicidan más.
En la mujer, el ama de casa fue la ocupación más
frecuente y después la empleada, la estudiante y la
secretaria. No se registraron profesionistas mujeres;
sin embargo, hay que considerar la escasez de
profesionistas de este sexo, lo cual coincide con va-
rios autores (1, 6, 7).
El acto suicida requiere voluntad, conocimiento
de causa e intención de dato y objetivizar
mesuradamente estos factores determina, con otros,
la dificultad de tener estadísticas adecuadas. La Or-
ganización Mundial de la Salud (8) recomienda, para
mejorar las estadísticas, la obligación legal de regis-
trar las tentativas de suicidio y los suicidios consu-
mados por las instituciones públicas y privadas.
La prevención del suicido (ver historia natural del
suicidio y niveles de prevención) requiere adecuada
promoción de la salud física y mental, de modo que
el individuo sepa adaptarse adecuadamente a todo
tipo de cambios sociales. La protección específica
de grupos vulnerables como lo son los jóvenes de
veinte años, los mayores de 45 y los depresivos, se
hace necesaria.
El médico general y el especialista deben estar
alertas para detectar precozmente síntomas y sig-
nos, cuestión menos difícil en la mitad de la cuarta
parte de los casos (5, 11, 12).
Conclusiones de nuestro estudio
1. Se desconoce la verdadera magnitud del pro-
blema del suicidio en el estado de Jalisco.
2. Al parecer la ciudad de Guadalajara produce
la mayor parte de ellos.
3. El hombre presentó una incidencia tres ve-
ces mayor que la mujer.
4. La curva patrón según edades e incidencia
de suicidio es similar a la de Estados Unidos
de Norteamérica.
5. Las tasas de suicidio aumentan merced a los
cohortes de jóvenes.
134
 6. El mes que más suicidios tuvo fue junio.
7. Los hombres se suicidaron mayormente en
miércoles, mientras que las mujeres lo hicie-
ron los lunes.
8. El mayor porcentaje de suicidios se presentó
después de mediodía.
9. La casa fue el lugar más escogido para suici-
darse.
10. Hombres y mujeres se suicidan más con
tóxicos ingeridos y por causas amorosas.
11. Los casados, solteros y viudos presentaron
índices dos veces menores que los divorcia-
dos y los de unión libre siete veces menores
que los divorciados.
12. Las amas de casa, los empleados y estu-
diantes se suicidan más.
13. Se hace imperativa la obligación del regis-
tro de tentativas suicidas y suicidios consu-
mados, por instituciones públicas y privadas.
14. Se hace imperativa la adecuación o crea-
ción de servicios específicos para la preven-
ción del suicidio.

Bibliografía

1. Eliorraga H. Breve estudio sobre el problema del
suicidio en la década 1960-1969. Salud Pública
de México. Vol. XIV, Núm. 4, 1972.
2. Carrillo Hurtado A. Mortalidad por cáncer en la
ciudad de Guadalajara, Jalisco. 1960-1969.
Tesis profesional. Facultad de Medicina.
Universidad de Guadalajara.
3. Dublín L. Suicide. A sociological and Statistical
Study. New York, Ronald Press Co. 1963.
4. Stengel E. Suicide and attempted suicide. Penguin
Books, 5th Edition revised. 1969.
5. Kessel N. The respectability of self poisoning and
the pattern of survival in Psyochosom. Rev.,
10, 29.
6. Cabildo AH y Helorriaga MH. El suicidio como
problema de salud mental. Salud Pública de
México. Vol. VIII, Núm. 3, 1966.
7. Clark DW y Mac Mahon B. Preventive Medicine.
Ed. Litle Brown 1967, pp. 337-339.
8. Organización Mundial de la Salud. Prevención del
Suicidio. Cuadernos de Salud Pública. Número
35, 1960.
9. Rodríguez Sala ML. El suicidio en México DF.
Cuadernos de Sociología. UNAM. Primera
Edición. 1963.
10. Robinson PL. Suicide causes and prevention
statistics and public health significance.
Postgrad Med. 32. 154.
11. Gorgleix A y Zinbacca N. Etude des dossiers du
suicide enregistrés dats le department de la
Seine en 1962. Ann Med. Leg. 44.20
12. Bellancer. Medicine Preventive. Pp. 252-257.

135
Cuadro 1. Tasas de mortalidad por suicidio
Países seleccionados

Tasa x 100 000 habitantes

País Años
1956 1965
Berlín Oeste 34.5 41.3
Australia 10.3 14.9
Japón 25.2 14.7
EUA 10.2 11.1
Israel 5.5 6.6
*México 1.5** 2.1**

Fuente:
* Dirección General de Estadística
** Tasa para 1954
** Tasa promedio del periodo 1960-1969.
El resto: Health Statistics Report. 21-WHO.

Cuadro 2. Tasas de Mortalidad por suicidio

Estados seleccionados

TTasa
asa x 100 000 habitantes
Estado Promedio 1960-1969

Chihuahua 6.5
Tabasco 5.6
Morelos 4.7
Distrito Federal 2.1
Zacatecas 1.3
Jalisco 0.6
Oaxaca 0.4
Quintana Roo 0.0

Fuente: Dirección General de Estadística.

136
Cuadro 3. Suicidios consumados según residencia. Jalisco 1948-1972
Residencia

Año Guadalajara Resto del Estado Total

Num % TTasa
asa Num. % TTasa
asa Num. % TTasa
asa

1948 9 70 2.57 4 30 0.30 13 100 0.77

1949 7 88 1.92 1 12 0.07 8 100 0.46
1950 9 90 2.38 1 10 0.07 10 100 0.57
1951 10 100 2.42 10 100 0.55
1952 13 87 2.89 2 13 0.13 15 100 0.79
1953 9 82 1.85 2 18 0.13 11 100 0.56
1954 4 40 0.76 5 60 0.33 9 100 0.44
1955 10 84 1.79 2 16 0.13 12 100 0.57
1956 12 92 2.02 1 8 0.06 13 100 0.60
1957 19 83 3.02 4 17 0.24 23 100 1.02
1958 7 78 1.05 2 22 0.12 9 100 0.39
1959 11 92 1.55 1 8 0.05 12 100 0.50
1960 23 85 3.12 4 15 0.23 27 100 1.10
1961 19 79 2.34 5 21 0.29 24 100 0.94
1962 18 58 2.03 13 42 0.74 31 100 1.18
1963 17 85 1.77 3 15 0.17 20 100 0.78
1964 23 96 2.22 1 4 0.05 24 100 0.85
1965 18 95 1.62 1 5 0.05 19 100 0.65
1966 26 93 2.20 2 7 0.11 28 100 0.93
1967 25 100 1.99 25 100 0.81
1968 27 100 2.03 27 100 0.85
1969 22 96 1.57 1 4 0.05 23 100 0.70
1970 34 87 2.30 5 13 0.26 39 100 1.16
1971 13 65 1.02 7 35 0.32 29 100 0.58
1972 36 95 2.73 2 5 0.90 38 100 1.07

Fuente: Suicidios consumados suya información se publicó en El Occidental (diario de Guadalajara). Tasas por 100 000
habitantes.

Gráfica 1. Suicidios consumados. Jalisco. 1948-1972.

137
Gráfica 2. Suicidios consumados según sexo. Jalisco. 1498-1972.

Gráfica 3. Suicidios consumados. Grupos de edad y sexo. Jalisco 1948-1972.

138
Gráfica 4. Suicidios consumados. Incidencia según grupos de edad. Jalisco 1948-1972.

Tasas por 100.000 habitantes.

Edad 48 52 57 62 67 72
10-14 AÑOS —— —— —— —— ——- ——
15-19 « 0.45 0.51 0.35 1.34 0.94 0.73
20-24 « 1.43 1.98 1.67 0.47 2.84 3.69
25-29 « 1.01 0.90 1.32 2.59 2.21 1.78
30-34 « ——- 0.90 0.76 1.34 3.32 2.87
35-39 « 1.24 1.10 0.92 1.59 ——- 1.23
40-44 « ——- ——- 0.45 3.18 ——- 2.24
45-49 « ——- ——- 1.29 2.20 0.94 2.30
50-54 « ——- ——- 2.59 2.20 0.94 2.08
55-59 « 2.57 ——- 3.87 3.29 ——- 2.49
60-64 « ——- ——- 1.93 4.34 1.41 1.43
65-69 « ——- 4.60 ——- 3.30 ——- ——-
70-74 « ——- ——- ——- 4.41 ——- 2.51
75-49 « ——- ——- ——- ——- ——- ——-

Gráfica 5. Suicidios consumados cohortes seleccionadas. Jalisco 1948-1972.

AÑO
Tasas por 100,000 habitantes
COHORTE 1948 1952 1957 1962 1967 1972

1949 A 0.94 3.69

1953
1943 A 1.84 2.21 1.78
1948
1933 A 0.51 1.67 2.69 2.87
1938
1923 A 1.01 0.90 0.92 2.20 0.94 2.08
1928
1913 A 1.24 1.29 2.20 1.43
1918
1903 A 1.93 4.94 2.51
1908

Gráfica 6. Suicidios consumados según mes. Jalisco 1948-1972.

Mes Sexo Total

Masculino Femenino
# % # % # %
ENERO 33 9.2 8 6 41 8.4
FEBRERO 30 8.4 16 10.2 46 9.4
MARZO 29 8.1 8 8 37 7.6
ABRIL 30 8.4 12 9 42 8.6
MAYO 29 8.1 13 9.8 42 8.6
JUNIO 35 9.8 18 13.5 53 10.8
JULIO 30 8.4 11 8.3 41 8.4
AGOSTO 33 9.2 8 6 41 8.4
SEPTIEMBRE 30 8.4 7 5.3 37 7.6
OCTUBRE 26 7.3 13 9.8 39 8.0
NOVIEMBRE 22 6.2 10 7.5 32 6.5
DICIEMBRE 30 8.4 9 6.8 39 8.0
TOTAL 357 100 133 100 490 100

139
Gráfica 7. Suicidios consumados según día de la semana Jalisco 1948-1972.

DIA SEXO TOTAL

Masculino Femenino
# % # % # %

Lunes 45 12.6 24 15.1 59 14.1

Martes 53 14.8 23 17.3 74 15.5

Miércoles 68 19.0 2 15.0 88 18.0

Jueves 39 10.5 2 15.0 59 12.0

Viernes 44 12.3 14 10.5 58 11.8

Sábado 52 14.6 17 12.8 69 14.1

Domingo 55 15.4 7 5.3 62 12.7

? 1 0.6 8 6.0 9 1.8

Total 357 100.0 133 100.0 490 100.0

140
Gráfica 8. Suicidios consumados según la hora. Jalisco 1948-1972.

Hora Sexo Total

Masculino Femenino
No. % No. % No. %
1 5 1.4 5 3.7 10 2.0
2 5 1.4 51.0
3 5 1.4 3 3.3 81.6
4 7 2 71.4
5 4 1.1 4 3 81.6
6 3 0.8 3 2.3 61.2
7 7 2 71.4
8 5 1.4 2 1.5 71.4
9 9 2.5 3 2.3 12 2.4
10 2 0.6 6 4.5 81.6
11 10 2.8 1 0.8 11 2.2
12 9 2.5 2 1.5 11 2.2
13 8 2.2 5 3.7 13 2.7
14 2 0.6 2 1.5 40.8
15 6 1.7 4 3 10 2.0
16 8 2.2 1 0.8 91.8
17 9 2.5 4 3 13 2.7
18 9 2.5 8 6 17 3.5
19 10 2.8 5 3.7 15 3.1
20 14 3.9 9 6.8 23 4.7
21 1 0.3 9 6.8 10 2.0
22 7 2 5 3.7 12 2.4
23 13 3.6 3 2.3 16 3.3
24 9 2.5 4 3 13 2.7
? 190 53.2 45 33.8 235 48.0
Total 357 100 133 100 490 100.0

141
Gráfica 9. Suicidios consumados. Causas. Jalisco 1948-1972.

Causa Sexo Total

Maculino Femenino
No. % No. % No. %
Amorosa 72 20.2 33 24.8 105 21.4

Enfermedad mental 62 17.4 13 9.8 75 15.3

Económica 35 9.8 23 17.3 58 11.8

Familiar 33 9.2 21 15.8 54 11.0

Enfermedad infurable 41 11.5 9 6.8 50 10.2

Alcohol 40 11.2 8 6.0 48 9.8

Drogas 8 2.2 4 3.0 12 2.4

Muelas 1 0.3 0 0.0 1 0.2

Urticaria 1 0.3 0 0.0 1 0.2

Política 1 0.3 0 0.0 1 0.2

? 63 17.6 22 16.5 85 17.3

Total 357 100 133 100 490 100

142
Gráfica 10. Suicidios consumados según procedencia. Jalisco 1948-1972.

Procediencia Sexo TTotal

otal
Masculino Femenino
# % # % # %

Guadalajara 79 22.1 40 30.1 119 24.3

Resto del estado 52 14.6 20 15.0 72 14.7

Otro estado 16 4.5 7 5.3 23 4.7

Otro país 11 3.1 15 11.3 26 5.3

? 199 55.7 51 38.3 250 51.0

Total 357 100 133 100 490 100

143
Gráfica 11. Suicidios consumados según medio utilizado. Jalisco 1948-1972.

Sexo
Medio utilizado Masculino Femenino TTotal
otal
# % # % # %

Arma de fuego 111 31.1 36 27.1 147 30

Arma blanca 14 3.9 5 3.8 19 3.9

Ahorcamiento 93 29 8 6.0 101 20.6

Machacamiento 3 0.8 5 3.8 8 1.6

Precipitación 15 4.2 8 6.0 23 4.7

Tóxicos 116 32.5 40 30.1 156 31.8

Gas 3 0.8 3 2.3 6 1.2

Quemaduras 0 0 2 1.5 2 0.4

Sumersión 0 0 3 2.3 3 0.6

Drogas 1 0.3 0 0 1 0.2

Golpes 1 0.3 0 0 1 0.2

? 0 0 23 17.3 23 4.7

Total 357 100 133 100 490 100

144
Gráfica 12. Suicidios consumados. Lugar. Jalisco 1948-1972.

Gráfica 13. Suicidios consumados, estado civil. Jalisco 1948-1972.

Estado Civil Sexo Total

Masculino Fememino
# % # % # %
Soltero 121 33.9 73 54.9 194 39.6

Casado 142 39.8 27 20.3 169 34.5

Viudo 11 3.1 4 3.0 15 3.1

Divordiado 13 3.6 2 1.5 15 3.1

Unión libre 4 1.1 4 3.0 8 1.6

? 56 18.5 23 17.3 89 18.2

Total 357 100 133 100 490 100

145
Gráfica 14. Suicidios consumados, paternidad. Jalisco 1948-1972.

Tenían Sexo Total

hijos Masculino Femenino
# % # % # %
SI 91 25.5 38 28.5 129 26.3
No o ? 266 74.5 95 71.4 351 73.7
Total 357 100 133 100 490 100

Gráfica 15. Suicidios consumados según ocupación. Jalisco 1948-1972.

146
Gráfica 16. Muertes violentas en la República Mexicana. 1958-1969.

AÑO Número de Defunciones

Accidente Homicidio Suicidio
1958 14443 10230 588
1959 14230 11250 648
1960 14485 11150 668
1961 16739 10602 639
1962 16525 9493 778
1963 17439 8638 708
1964 18931 8781 740
1965 19282 8231 717
1966 20070 8234 725
1967 20560 8632 890
1968 21939 8711 762
1969 28370 8611 848

Anexos en el artículo original (que no se incluyen aquí):

1) Encuesta estadística sobre suicidio

2) Esquema de la historia natural del suicidio y niveles de prevención.

147
Trabajos en congresos
Suicidio en trabajadores jaliscienses del Instituto Mexicano
del Seguro Social
Colín-Ortíz J1. R. Campos-Navarro
E1. Pérez-Serna J.C2. Gutiérrez-
Campos M3. Gutiérrez-Campos J4.
1
UMF 55 IMSS 2 Coordinación de
la especialidad de epidemiología en
el IMSS 3HGZ 46 IMSS 4 HGZ 14
IMSS
Resumen
Objetivo: Describir la frecuencia con la que el suicidio se presenta en la
población trabajadora del IMSS, Jalisco y cual es el procedimiento más
utilizado. Material y métodos: Investigación retrospectiva,
longitudinal, observacional, y descriptiva. Periodo de investigación Ene-
ro 1990 a 1999. Universo, certificados de defunción de trabajadores,
pensionados y jubilados registrados en el departamento de asuntos con-
tractuales de la Delegación IMSS, Jalisco. Criterio de inclusión, registros
de fallecidos por lesiones autoinfligidas y con certificados de defunción.
Criterios de exclusión trabajadores que fallecieron y no tenían certifica-
dos. Variables: edad, sexo, estado civil, categoría, unidad de adscrip-
ción y método utilizado por el suicida. Resultados
Resultados: Se obtuvieron 326
registros de trabajadores que fallecieron durante 10 años por diferentes
causas, de ellos, 264 (81 %) disponían de certificados. Los suicidas re-
presentaron 9 (3.4 %) del total. Por edad el rango de 31 a 40 años
ocupó el primer lugar con 4 (44 %). Por sexo predominó el masculino 5
(56 %) de los casos. Por estado civil los casados con 5 (55 %). Por cate-
goría el personal de enfermería y asistentes médicos 2 (22 %) cada una
de ellas. Por lugar de adscripción Guadalajara con 6 (66 %). Por años el
de 1996 fue el más alto con 4 (44 %). Por método utilizado la ingestión
de substancias de origen químico. Por mes el de Marzo con 3 (33 %) y
por días del mes los 30, 31 y 2 registran 6 (66 %) del total. Finalmente
por horas 7:00 AM y 7:00 PM con 6 (66 %) de los casos. Conclusio-
nes
nes: La mortalidad por suicidio en trabajadores de la salud no ha sido
suficientemente estudiada y esto puede obedecer entre otros aspectos
a la característica médico-legal de los casos y probablemente a que no
149
rencias entre las causas que la determinan entre los
trabajadores de la salud y los no trabajadores. La fre-
cuencia encontrada en este trabajo es alta, e algu-
nos de los resultados alcanzados aquí concuerdan
con otros estudios practicados en el ámbito nacio-
nal en población general, como son: mas frecuente
en el género masculino, y la ingesta por sustancias
químicas de origen desconocido como el método
mas usado, pero otros son diferentes, casados, las
horas en que suceden los hechos, los días y los me-
ses y que todos ellos tienen trabajo estable. Final-
mente estos resultados enfatizan la necesidad de
desarrollar programas de prevención, tratamiento e
investigación.

150
Reseñas de tesis
Reseñas de tesis de grado:
A propósito del compendio de investigación en torno al
fenómeno suicida en el Estado de Jalisco, México.
Por: Rebeca Robles García,
Dra. en Psicología
Secretaria del Comité de Ética de la
Red Prevención Suicidio.
Integrante de la Subcomisión de
Investigación de la Red Prevención
Suicidio.
Jefe del Depto.de Investigación del
Instituto Jalisciense de Salud
Mental.
Profesora de Asignatura del CUCS
de la Universidad de Guadalajara.
Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores.
Traumatismos y envenenamientos: morbiblidad y mortalidad
en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Tesis para obtener el grado de Maestría en Salud Pública
Autor: Alfredo de Jesús Celis de la Rosa.
Director de tesis: Dr. Javier García de Alba
Universidad de Guadalajara. 1989
El propio autor resume su trabajo de la siguiente manera. «En los últi-
mos 40 años, los traumatismos y envenenamientos han mostrado un
incremento de 365.9%, pasando del décimo al primer lugar como cau-
sa de muerte a nivel nacional, teniendo en el estado de Jalisco un com-
portamiento semejante. En la génesis de los accidentes se han men-
cionado el azar y la fatalidad, aunque esta relación no se ha considera-
do de manera general por los investigadores. Con mayor frecuencia se
habla de características del individuo (alcoholismo, estado de ánimo,
atención, etc.), del ambiente (clima, carretera, vehículos, centro de
trabajo, etc.), y aspectos sociales (ingreso familiar, integración social,
soledad, etc.). En lo referente a la violencia, los investigadores dirigen
con mayor frecuencia su estudio al agresor, y diferentes teorías se han
desarrollado a partir de este aspecto. Sin embargo, poco se ha escrito
acerca del agredido.
Diversos autores han descrito la desigual distribución de la enfer-
medad. Entre los factores que mencionan como determinantes de tal
diferencia se describen la estructura social en que vive la población.
Los traumatismos y envenenamientos al parecer, no escapan de ese
esquema diferencial, y en estudios descriptivos ya se han mencionado
las diferentes tasas de incidencia cuando se toma en cuenta como
152
control el ingreso familiar, siendo la relación inver-
sa entre ambas variables.
El presente documento es el resultado de un
estudio descriptivo, observacional, retrospectivo de
la morbilidad y mortalidad por traumatismos y en-
venenamientos que ocurren en la Zona Metropoli-
tana de Guadalajara.
La información sobre morbilidad se obtuvo al
encuestar una muestra seleccionada aleatoriamente
en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Los da-
tos se recabaron en las viviendas de las propias fa-
milias, captando la información que correspondía a
los integrantes de la misma que habitaron durante
los últimos 14 días la misma casa. Para la mortali-
dad, tomamos la información correspondiente a los
difuntos con diagnostico de causa de muerte por
traumatismos o envenenamiento durante un lapso
de 14 días, cuyas autopsias fueron realizadas o no-
tificadas al servicio de medicina forense de la
Procuraduría de Justicia del Estado, y que tenían
como lugar de residencia la Zona Metropolitana de
Guadalajara. De ésta fuente partimos a entrevistar
a los familiares del difunto, en donde obtuvimos la
información necesaria para nuestra investigación.
La morbilidad, dependiendo de la definición
operacional de traumatismo y envenenamiento, nos
muestra una incidencia acumulada de 1 por 100 en
14 días, cuando consideramos a todos los lesiona-
dos en su totalidad.
La incapacidad en función del tiempo, repre-
senta una tasa de 4.26 días por 100 individuos en
14 días. Las tasa de mortalidad durante los 14 días
en que se recabó la información fue de 1.53 por
100,000 habitantes. Según el sexo, en hombres la
frecuencia de lesiones fue mayor que en las muje-
res. Según el lugar en que ocurren, en el hogar se
observa el mayor número de eventos, pero al con-
siderar la población expuesta al riesgo, el hogar y
el trabajo muestran la misma incidencia. Los acci-
dentes de tránsito se presentan como la más fre-
cuente causa de muerte. Al menos, en el 25% de
los que fallecieron por traumatismos o envenena-
mientos, se encontraba alguna concentración de
alcohol en la sangre al momento de ocurrir el even-
to, mientras que solo el 2.3% de los casos de
morbilidad presentó esta característica. Entre las
familias de asalariados en el Sector Público se en-
contró una incidencia 3.37 veces mayor que el ob-
servado entre las familias de trabajadores indepen-
dientes, siendo la diferencia estadísticamente sig-
nificativa».
Los datos sobre suicidio
Se ha incluido el presente estudio en este compen-
dio, en virtud de que proporciona también datos
sobre suicidio en la Zona Metropolitana de
Guadalajara, Jalisco. En los cuadros Número 24 y
25 que se anexan al texto, es posible observar que,
de acuerdo al Servicio Médico Forense, el suicidio se
incluye dentro de las causas externas de defunción
de la muestra estudiada. Estas causas fueron clasifi-
cadas con base en la novena Clasificación Interna-
cional de Enfermedades (CIE) de la Organización
Mundial de la Salud. La frecuencia. El autor anota
que la frecuencia de suicidio fue de 3, y el porcenta-
je de 6.8.
Se reproduce a continuación el cuadro Número
25, en donde el autor agrupa las causas externas de
defunción, lo que facilita la ubicación del suicidio en
relación al resto de causas.
Cabe agregar que llama la atención la bibliogra-
fía que incluye el autor, en virtud de que se conside-
ra basta, actualizada (para la fecha en que se realizó
el trabajo), y de alta calidad científica.
153
 Cuadro No. 25
Causa externa agrupada
Según la CIE 9ª. Rev
Rev..

Causa agrupada Frecuencia Porcentaje

Accidentes de tráfico, vehículo, motor 11 25

Caídas accidentales 8 18.2
Homicidio /inflingido por otro 8 18.2
Ac. Sumer. / c. Extraño 4 9.1
Otros Accidentes 4 9.1
Suicidio / auto inflingido 3 6.8
Accidente por fuego 2 4.5
Accidente de FF.CC. 1 2.3
Envenenamiento acc. Medicamento 1 2.3
Envenenamiento acc. Otra sustancia 1 2.3
Ignora inten. o acc. 1 2.3
Total 44 100

Fuente: Servicio Médico Forense

154
La depresión y su relación con el suicidio.
Tesis ara obtener el grado de Licenciatura
en Psicología
Autora: Leonor Marcela Díaz Guilén
Director de tesis: no se menciona
Universidad de Guadalajara.1995
Se trata de un trabajo de revisión de algunos textos
clásicos sobre psicopatología y suicidio. Es más, bá-
sicamente de un par de textos, que abordan al fe-
nómeno desde un punto de vista psicoanalítico, o
desde la perspectiva sociológica de Durkheium. No
me atrevería a situarle como un trabajo de revisión
de literatura científica que permita vislumbrar el es-
tado de arte de la cuestión que le ocupa. No incluye
un apartado de metodología en donde exponga al-
gún método y/o criterio para elegir estos textos. No
menciona pues si la búsqueda la realizó en alguna
base de datos de revistas científicas en particular, y
si incluyó a algún tipo de fuentes en específico, etc.
La autora opta más bien por incluir diez apartados,
que a continuación se enlistan y sintetizan: 1) Intro-
ducción, 2) Justificación, 3) Capítulo 1: diferentes
conceptos acerca del suicidio; 4) Capítulo 2: Suici-
dio e intento de suicidio, 5) Capítulo 3: Los trastor-
nos afectivos, 6) Capítulo 4: Enfermedad depresiva,
7) Capítulo 5: Tratamientos para la depresión y el
intento de suicidio, 8) Conclusiones, 9) Referencias,
y 10) Bibliografía.
En la introducción se sitúa a la depresión como
la neurosis mas común, y señala: “A medida que
aumenta ocurre un conjunto en espiral de sucesos
negativos que se perpetúan…. La ideación suicida
es uno de los síntomas importantes que acompa-
ñan a la depresión… Y, aunque no es posible dis-
tinguir con precisión los pacientes que intentan
cometer suicido de los que no lo harán, deben te-
nerse en cuenta algunos factores. En general, mu-
chos expertos están de acuerdo en que los pacien-
tes deprimidos que han expresado detalladamen-
te un método de suicidio, quienes se encuentran
socialmente aislados con escaso apoyo social, ade-
más de los ancianos y pacientes con enfermeda-
des médicas en fase terminal, presentan mayor ries-
go potencial de suicidio” (pag 01 y 02).
Llama la atención que se refiere en este aparta-
do a las nuevas clasificaciones de trastornos menta-
les, y no vuelven a mencionarse en el resto del tex-
to, ni siquiera cuando se trata justamente de definir
a los trastornos del estado del ánimo en general, y a
la depresión en lo particular. Así por ejemplo, en lu-
gar de mencionar los nuevos criterios diagnósticos
incluidos en las clasificaciones basadas empírica-
mente, sea de la Asociación Psiquiátrica Americana
(DSM) o de la Organización Mundial de la Salud (CIE);
opta por incluir como formas de depresión: la
endógena y la exógena. Así mismo, señala en este
primer apartado que “el reconocimiento de que los
trastornos mentales mayores son fenómenos
psicobiológicos resultantes de mecanismos cere-
brales anormales…. Ha permitido a los cínicos di-
ferenciar en forma consistente entre estados de
ánimo anormales y los cambios normales transito-
rios en el tono afectivo que forman parte de nues-
tra vida diaria” (pág. 01); para más tarde centrarse
más bien en la explicación meramente psicoanalítica
de la depresión y el suicidio.
En el apartado de justificación
justificación, la autora hace
hincapié en la importancia de conceptualizar al sui-
cidio desde otros puntos de vista, que no solo el
psicológico: “El motivo de este trabajo - dice -, es
en cierta forma desahogar una inquietud hacia ese
fenómeno tan humano como es el suicidio, tratan-
do de crear un interés no solo psicológico, sino mo-
ral, legal y social que pueda colaborar con su
profilaxia” (pág. 06).
El Capítulo 1 se dedica a tratar los conceptos
básicos en torno al fenómeno suicida. Incluye la de-
finición del suicidio como “el acto por el que una
155
persona se priva voluntariamente de la vida”. Y se
comienza desde aquí a resumir el texto de
Durkheium, señalando que, de acuerdo a este au-
tor: “Se llama suicidio todo caso de muerte que
resulta directa o indirectamente de un acto positi-
vo o negativo, ejecutado por la propia víctima, a
sabiendas de que habría de producir ese resulta-
do” (pág. 08). Acto seguido, la autora divide en cin-
co sub apartados, para tratar así las concepciones
de suicidio desde los puntos de vista: 1) moral y re-
ligioso, 2) legal, 3) sociológico y 4) psicológico. Y
anota que, en los “casos de 1993-1994 (primer se-
mestre) en Jalisco
Jalisco: 126 eran desempleados, jubi-
lados o gente sin oficio, 44 amas de casa o mujeres
separadas, 39 obreros, 19 enfermos o
discapacitados, 13 indigentes o menesterosos, 16
profesionistas, 9 estudiantes, y 34 otros. Su fuen-
te: Gómez Sustaita Guillermo, Periódico 8 colum-
nas, Julio 15 de 1994.
En el capitulo 2, la autora señala que “algunas
enfermedades psiquiátricas implican mayor riesgo
de suicidio que otras, como las psiconeurosis” (pág.
47), e insiste, que antes de abordar este tema es
importante “recalcar que tal comportamiento (el
suicidio) es un fenómeno complejo y no ocurre sólo
con enfermedades mentales…
Creo que es una entidad separada que a veces
ocurre dentro de un trastorno psiquiátrico, pero a
fin de comprenderlo perfectamente hay que to-
mar en cuenta múltiples factores personales, so-
ciales y demográficos”- concluye - (pág. 47).
Y, antes de abordar las explicaciones acerca de la
relación entre enfermedad psiquiátrica y sui-
cidio
cidio, incluye algunas definiciones sobre la conduc-
ta suicida. Ésta “comprende tanto el suicidio con-
sumado como el intentado. Un intento suicida es
un acto suicida que no fue mortal, posiblemente
porque las intenciones autodestructivas eran leves,
vagas o ambiguas… También se puede hacer una
distinción entre la conducta autodestructiva direc-
ta (que habitualmente incluye tres grupos diferen-
tes de fenómenos: pensamientos suicidas, inten-
tos de suicidio y suicidios consumados), la conduc-
ta autodestructiva indirecta (caracterizada por em-
prender riesgos que pongan en peligro la vida sin
intención de morir, generalmente repetidos, y a
menudo inconscientes, de forma que las conse-
cuencias probablemente destruyan al individuo).
Esta última conducta abarca una amplia variedad
de fenómenos, por ejemplo: exceso de consumo
de alcohol y fármacos…” (pág. 59 y 60).
De acuerdo a la autora, “las teorías sobre la cau-
sa del comportamiento suicida tienden a ser socio-
lógicas o psicológicas, y los desacuerdos semánticos
entre los dos campos dan a ligar a mucha docu-
mentación infructuosa. Emile Durkheim (1897),
cuyo trabajo todavía es frecuentemente citado,
estaba a favor del punto de vista sociológico, cre-
yendo que el suicidio se debía principalmente a las
presiones ejercidas por ciertas fuerzas sociales y
que mientras mayor fuera el grado de la cohesión
social, menor seria el riesgo de suicidio.
Algunos estudios recientes han dado cierto apo-
yo a sus aseveraciones, al demostrar que donde
existen problemas debido a la ruptura de las rela-
ciones interpersonales estrechas, como por ejem-
plo, un hogar desintegrado, falta de armonía mari-
tal o problemas amorosos, el riesgo de suicidio es
mas elevado. Se ha demostrado también que otros
problemas sociales de naturaleza mas amplia guar-
dan así mismo asociación con el suicidio y esto tam-
bién puede ser índice de escasa cohesión social.
Comprende problemas financieros, que a veces
constituyen un factor precipitante especifico… pro-
blemas de trabajo…” (pág. 60 y 61).
Después, introduce así la exposición de los fac-
tores psicológicos del suicidio
suicidio: “Estas eviden-
cias de las dificultades sociales del individuo pue-
den naturalmente resultar de aberraciones de la
personalidad y no necesariamente requieren estar
directamente relacionadas con el suicidio. Sin in-
tentar opacar la importancia a largo plazo de los
156
factores sociales adversos en la precipitación de la
conducta suicida, debemos señalar que estos ge-
neralmente no son suficientes para hacerlos ente-
ramente responsables de tan severa reacción. La
presencia de factores sociales adversos con fre-
cuencia nos dice tanto acerca de la personalidad
suicida del individuo como sobre la motivación para
el acto en si. Cualesquiera que sean las circunstan-
cias sociales del sujeto, el acto es de un ser huma-
no en particular, y para comprenderlo cabalmente
debemos invocar también explicaciones psicológi-
cas” (pág. 61).
Acerca de la teorías psicológicas, la autora men-
ciona que “hablando en un sentido amplio, estas
de derivan de las escuelas psicoanalíticas y no
psicoanalíticas...
El punto de vista psicoanalítico se base princi-
palmente en el concepto de Freud de la
psicodinamica de la depresión y en su postulación
de la existencia de un instinto de muerte. Tiende,
por lo tanto, a equiparar la conducta suicida con
una enfermedad mental. La reciente investigación
de tipo no doctrinaria ha demostrado que esto no
es necesariamente así y que resulta demasiado fá-
cil suponer que ha existido depresión solo porque
ha habido un intento de suicidio. Si uno no se en-
cuentra predispuesto a creen en la abrumadora im-
portancia de la enfermedad psiquiatrita, se puede
argumentar que el intento de suicidio tiene un efec-
to emocionalmente catártico de modo que los sín-
tomas existentes en el momento del acto pueden
haber desaparecido antes de que el medico logre
entrevistar al paciente. Sin embargo, la cuidadosa
historia psiquiatrita y social tomada inmediatamen-
te después del intento muchas veces no logra re-
velar signos de anormalidad psiquiatrita y no se
debe simplemente inferir que ha existido una en-
fermedad psiquiatrita la cual ya ha desaparecido”
(pág. 62).
La autora no explica otras teorías psicológicas, y
continua aclarando que “ninguna teoría puede ex-
plicar las complejidades de un comportamiento sui-
cida. En cualquier caso, se ha tenido demasiada teo-
ría, pero insuficiente trabajo científico al respecto”
(pág. 62), para proceder entonces con la recomen-
dación de “algunas claves a seguir: 1. Reconocer el
propósito suicida en todo ser humano,… 2. anali-
zar el ritual de cada suicidio,… 3. el motivo funda-
mental es el miedo, la angustia paraniode ligada
con fantasías persecutorias,… 4. la relación entre
locura y suicidio… debe verse a mi juicio así: el
miedo a la muerte incrementa la angustia
persecutoria; cuando esta ultima se hace intolera-
ble y los mecanismos de defensa yoicos fracasan,
el yo asiste a su propio desmonoramiento; frente
a este… el yo inicia y protagoniza una reconstruc-
ción delirante que es la locura o psicosis; el
cuadro psicotico construido lleva a una revalo-
rización del pensamiento mágico; este predomi-
nio de pensamiento mágico como un instrumento
omnipotente para controlar a la muerte y de esta
fascinación surge la compulsión del suicidio… En
resumen, el miedo a la muerte lleva a una locura
defensiva y esta a un suicidio mágico para evitar la
muerte y aplacar el miedo,… 5. El núcleo génico
del suicidio esta dado por la omnipotencia y la ma-
gia,… 6. el “truco mágico” del suicidio esta centra-
do en la postulación inconsciente de una disocia-
ción entre mente y cuerpo,…7. En todo suicidio el
suicida s mira proyectando en los ojos de los de-
más desde un después del acto suicida… 8. El ma-
nejo mágico de la muerte vía suicidio sirve también
para controlar la relación con los elementos
persecutorios que se dan en la vida… ” (pág. 63 a
la 66).
Para finalizar este capitulo, la autora aborda los
siguientes temas: métodos empleados para el suici-
dio, prevención del suicidio, suicidio en niños y ado-
lescentes, suicidio en ancianos, e incidencias, en
donde señala algunas cifras de suicidio en Jalisco
que fueron reportadas en periódicos locales.
El Capitulo 3 se dedica a la definición y clasi-
157
ficación de los trastornos afectivos.
afectivos Las “en-
fermedades depresivas” son clasificadas en: “1.
Depresión neurótica o reactiva,… 2. Depresión
psicotica o endógena,… 3. Enfermedades maniaco
depresivas,… y 4. Depresión involutiva o melanco-
lías…” (pág. 97 y 98). En el Capitulo 4 se menciona
que la “enfermedad depresiva es una afección re-
lativamente común. Entre el 1 y el 2 por ciento de
la población en general requerirá tratamiento para
un tratado intenso de enfermedad depresiva en
algún momento de su vida y una proporción consi-
derablemente mayor sufrirá una forma mas leve
de enfermedad depresiva. Aproximadamente tres
mujeres se veras afectadas por cada dos hombres
que desarrollan la enfermedad” (pág. 102).
Sin embargo, me resulta importante señalar en
este punto, que a la fecha disponemos de cifras só-
lidas, incluyendo las referentes a México en general,
y a Jalisco en lo particular, que obviamente no inclu-
ye la autora. El o la lectora interesados en adquirir
información actualizada y obtenida con metodolo-
gía científica adecuada, puede revisar por ejemplo,
el reciente estudio nacional de epidemiología
psiquiatrica de Medina Mora y cols., para los datos
nacionales, y el de Becerra y cols., del Instituto
Jalisciense de Salud Mental, para los locales.
La autora se propone entonces, exponer las teo-
rías psicológicas de la depresión
depresión. Inicia esto de
la siguiente manera: “Son muchas las teorías psico-
lógicas que proponen explicaciones sobre las cau-
sas de la depresión patológica. Consideramos es-
tas divididas en dos grupos: las que afirman que la
depresión (y la mania) es primariamente una per-
turbación del estado del animo, es decir, un tras-
torno afectivo, y las que sostienen que la depre-
sión en primariamente un trastorno cognoscitivo, a
saber, una perturbación en el proceso mental” (pág.
105). Aborda entonces algunas de las explicaciones
psicoanaliticas de la depresion, no menciona ningu-
na otra teoría psicológica proveniente de modelos
conductuales o del aprendizaje, por ejemplo; y de-
dica algunos sub apartados a describir: 1. Aspectos
generales de la depresión… 2. Personalidad depre-
siva… 3. Comienzo de la enfermedad depresiva, 4.
el curso de la enfermedad depresiva… 4. Síntomas
de la enfermedad depresiva, 5. Variabilidad del cua-
dro depresivo, y 6. Causas de la enfermedad depre-
siva, en donde puntualiza que: “Las variaciones en
el estado de animo tienen que ser consideradas
como parte de la vida normal, pero la enfermedad
depresiva es un hecho patológico. Sigue un curso
característico y por lo general responde a tratamien-
to con antidepresivo… (pág. 125).
Reconoce entonces que pueden existir ciertos
factores biológicos que explican la depresión, e in-
siste en la explicación psicoanalítica como teoría
psicológica de la enfermedad: “Es factible que en
muchos casos existan factores hereditarios… El fac-
tor genético, cualquiera que sea su naturaleza, apa-
rentemente no conduce invariablemente al desa-
rrollo de la enfermedad. Parece proporcionar cier-
to tipo de predisposición para la depresión, pero
se requieren de otros factores para que esta se
presente… La explicación psicoanalítica para la de-
presión postula una fijación parcial de la lbido en
una etapa muy temprana del desarrollo del niño…
(pág. 125 y 126).
El Capitulo 5 es dedicado al tratamiento de la
depresión y el intento de suicidio.
suicidio La autora
inicia reconociendo la importancia de medidas mé-
dico psiquiátricas para el tratamiento de la depre-
sión y el riesgo suicida: “Incluso los grados muy mar-
cados de depresión pueden ser tratados actualmen-
te fuera del hospital, pero si la enfermedad es muy
grave o si hay la posibilidad de suicidio la persona
debe ser internada en el hospital… En los casos
más graves se empleara una droga antidepresora
(antidepresiva)… Al paciente que se encuentra gra-
vemente deprimido para responder a las drogas se
le puede aplicar terapia electroconvulsiva… Es por
lo general un método altamente eficaz para cortar
un ataque de depre
158
sión severa… A veces se requiere administrar dro- un carácter dominante ni recesivo puro, no se ha
gas tranquilizantes además del tratamiento demostrado ningún gen causal responsable de una
antidepresor (antidepresivo) cuando el paciente se herencia suicida, en los grupos familiares en los
encuentra muy tenso y agitado (pág. 129 a la 131). cuales un miembro ha fallecido por suicidio, de no
Posteriormente, aborda brevemente algunos proble- mediar una atención correctora, las fuerzas agresi-
mas del tratamiento del intento de suicidio en Jalis- vas destructivas del campo aumentan la posibili-
co, y otras formas de tratamiento, entre las que in- dad de que alguna otro miembro del grupo se trans-
cluye, como alternativas de psicoterapia: el psicoa- forme en un nuevo emergente condensador de las
nálisis, la hipnosis, la terapia de grupo, y tratamien- mismas y desarrolle una mayor disposición suicida...
tos de sostén. Por ultimo, siendo los medios de difusión: cine,
La autora concluye: “En el momento actual que televisión, prensa, tec., factores de inducción ma-
estamos viviendo, donde el estrés prevalece en la siva directa al suicidio y una gran agresión continua
mayoría de las personas, no es raro que sobreven- a los valores mas elementales del hombre, es ne-
ga la depresión, esta puede ser a veces momentá- cesario reglamentar estos medios de difusión, pro-
nea y sin importancia; pero también puede tener hibiendo todo aquello que sea nocivo párale indivi-
consecuencias graves, tales como el suicidio y el duo… (pág. 148 a la 151).
intento de suicidio. Todos los suicidas, o los que in- En el apartado de referencias se incluye muy po-
tentan suicidarse padecen un desequilibrio psico- cos textos, la gran mayoría son libros, y reportes de
lógico, en mayor o menor grado, que algunas ve- periódicos locales, solo se refiere un solo artículo
ces lesiona la voluntad, otras solamente es una adap- científico, de una revista internacional, y no se men-
tación social fallida; tal desequilibrio es producto ciona el año en que fue publicado.
de diversas causas sociales, tales como falta de in-
tegración del hombre a la sociedad, excesiva inte-
gración, o bien por ruptura del equilibrio del grupo
al cual pertenece, principalmente tratándose de la
familia, y por ser esta el núcleo basico de la socie-
dad… Creo de gran importancia considerar a los
que manifestando su deseo de suicidarse, no se les
da la atención medica necesaria… Para mayor pro-
filaxis, el suicidio frustrado debería ser objeto de
algún estudio… En si, el suicidio es una actuación
psicotica, resultante de ciertos mecanismos de de-
fensa del yo frente a determinados peligros de los
que trata de escaparse. Supone, por lo tanto, la
existencia de intensas ansiedades paranoides y vi-
vencias persecutorias… Esto de acuerdo con
Abadi, quien dice que en todo ser humano subyace
una intención suicida, tal vez lo que llamamos ins-
tinto de muerte… Con respecto a la herencia me Reseña realizada por:
apoyo en Abadi, para afirmar que: No se trata de Dra. Rebeca Robles García

159
Aspectos epidemiolóigcos del suicidio
consumado en el Estado de Jalisco. Periodo
1988-1993.
Tesis para obtener el grado de
Médico Cirujano y Partero
Autor: José Manuel Hernández Arias
Asesores de tesis: Dra. Norma Leticia Valencia y Dr.
Benjamín Becerra Rodríguez
Universidad de Guadalajara. 1995.
El propio autor resume su trabajo así: “La descrip-
ción de la tendencia del suicidio consumado en el
estado de Jalisco, durante el periodo comprendido
del 1º. De Enero de 1988 al 31 de Diciembre de
1993 motivó la realización de este documento.
Considerando al suicidio como un fenómeno
psicosocial de causas multivariadas se consideró
como principal objetivo describir el perfil caracte-
rístico del sujeto suicida y los factores asociados a
su mortalidad, así como la obtención de tasas es-
pecíficas por grupo de edad y sexo.
A través de un estudio epidemiológico retros-
pectivo y longitudinal, revisando los expedientes
del SEMEFO dependiente de la PJE, e incluyendo
aquellas muertes consideradas entre las claves E-
950 y E-959 de la Clasificación Internacional de En-
fermedades- 9ª. Revisión (correspondientes a sui-
cidios y lesiones autoinflingidas) se obtuvieron da-
tos de variables tales como sexo, edad, fecha, mé-
todo empleado, estado civil, escolaridad, ocupación,
nota suicida, entre otros.
Entre los principales datos obtenidos se regis-
tra un 5.04% de suicidios del total de autopsias rea-
lizadas durante los seis años que comprendió el es-
tudio; así como una tendencia sostenida de incre-
mento de las tasas, pasando de 2.14 por 100,000
habitantes en 1998 a 3.18 por 100,000 habitantes
en 1993, aunque las tasas corregidas (consideran-
do sólo mayores de 10 años) son aún más eleva-
das.
El método más comúnmente empleado por las
víctimas suicidas masculinas fue el ahorcamiento
durante la primera mitad del período y el arma de
fuego en la segunda parte; mientras que las muje-
res tuvieron una preferencia constante por el en-
venenamiento o la intoxicación.
Los meses de mayor ocurrencia fueron noviem-
bre, marzo y abril, mientras que el estado civil más
observado entre los suicidas fue el de soltero.
Se concluye que en tan sólo 6 años, el suicidio
en el Estado de Jalisco tuvo un incremento del
63.63%, y que las mujeres se suicidan más en el
estado de Jalisco en comparación con el resto del
país. A pesar de que tanto en Jalisco como en el
resto de la República Mexicana las tasas de suicidio
se encuentran muy por debajo de las presentadas
por otros países están teniendo un notable incre-
mento en un lapso muy corto, por lo que es de
vital importancia iniciar medidas preventivas efica-
ces tendientes a disminuir la presencia de este fe-
nómeno en nuestra sociedad, para ello es impor-
tante estudiarlo con mayor profundidad, tarea que
corresponde no sólo a las autoridades civiles, sino
también al personal asistencial y de investigación”.
Acto seguido, justifica la importancia de su tra-
bajo aludiendo a que el fenómeno suicida es
multivariado y en aumento constante; con lo que
conocimiento de los factores asociados al mismo
resulta de vital importancia para emprender activi-
dades dirigidas a su prevención. Inicia señalando:
“Existen diversos factores que pretenden ser ex-
plicativos de su presentación en la sociedad. Algu-
nos de estos factores se encuentran presentes en
casi todas las regiones del mundo, otros varían con-
forme a las características culturales y económicas
del país que se trate. Debido al fuerte impacto so-
cial que deja tras de si, y a los diversos factores
socioeconómicos que involucra, resulta indispen-
sable identificar las características que con mayor
frecuencia presentan los individuos que cometen
suicidio”. Y concluye incluyendo datos de prevalen-
160
cia del fenómeno a lo largo del mundo (en tasas por
100,000 habitantes), incluyendo México. Para ello
utiliza fuentes de información actualizadas (para el
momento en que se desarrolló el estudio) y de ade-
cuada calidad científicas (se trata de revistas
indexadas, en su gran mayoría).
En el aparado de Objetivos, el autor menciona
como objetivo general de su estudio: “Describir el
perfil característico del sujeto suicida y los factores
asociados a la mortalidad por suicidio en el estado
de Jalisco, y específicamente en la zona metropo-
litana de Guadalajara durante el periodo compren-
dido entre el 1º de enero de 1988 al 31 de diciem-
bre de 1993”. Los objetivos específicos: “Obtener
tasas específicas de mortalidad por suicidio consu-
mado por grupo de edad y sexo; determinar la edad
y sexo de los sujetos con suicidio consumado, de-
terminar el periodo del año en que se presentan el
mayor número de suicidios; identificar el método y
lugar que eligen los suicidas para efectuar su acto;
identificar el estado civil, escolaridad y ocupación
de las personas suicidas; describir la incidencia de
intentos previos de suicidio, así como la notifica-
ción de su intento, junto con los antecedentes psi-
quiátricos presentes en la víctima”.
En su apartado de Merco Teórico, el autor opta
por mencionar los factores que han obstaculizado
la investigación sobre el intento suicida, incluyendo
que es escasa, de “una gran heterogeneidad entre
las poblaciones que se han tomado en cuenta para
obtener los datos de suicidios consumados, así
como de su intento”, que se trata de un fenómeno
multivariado, que no es sencillo diferencias los in-
tentos y actos de suicidio de otras conductas que
provocan la muerte; y porque debe considerarse la
validez de los instrumentos que se utilizan.
Para concluir este apartado el autor menciona
los factores de riesgo de suicidios: “En relación al
sexo, los hombres se suicidan en relación 3:1 so-
bre las mujeres, por otra parte, éstas intentan sui-
cidarse con una frecuencia 3 veces mayor que los
hombres. La edad madura subraya su crisis en los
índices de suicidio, entre los hombres alcanza su
máxima incidencia tras los 45 años y entre las mu-
jeres tras los 55 años. Los ancianos lo intentan me-
nos que los jóvenes, pero consuman el suicidio con
mayor frecuencia. La religión es importante en cier-
tos grupos, pues los índices entre las poblaciones
católicas han sido inferiores que en las protestan-
tes y las judías. La ocupación: los médicos han sido
considerados más propensos, y entre ellos, los psi-
quiatras. Las personas solteras registran un índice
general casi del doble de las casadas, en las divor-
ciadas, aquél es mucho más alto. Los cuidados mé-
dicos previos parecen ser un indicador de riesgo
negativamente relacionado. Casi la mitad de los
suicidas han recibido atención médica dentro de
los seis meses previos a la muerte, y las enferme-
dades psicosomáticas constituían la mayoría de los
diagnósticos. En relación al método, la ingesta de
fármacos es el más común y es utilizado con más
frecuencia que cualquier otro por las mujeres, los
hombres prefieren armas de fuego, y suelen tener
un desenlace fatal la mayoría de las veces. Las per-
sonas que presentan un exceso de acontecimien-
tos estresantes en la vida están en mayor riesgo
que aquellos quienes los experimentan en menor
grado... Las familias de los suicidas se han caracte-
rizado por ser crónicamente desorganizadas, caó-
ticas e inestables, con mayor prevalencia de rup-
turas familiares y tendencias suicidas... Los homo-
sexuales y las lesbianas tienen mayor probabilidad
de intentar suicidio que sus contrapartes
heterosexuales; se han relacionado varias caracte-
rísticas de la personalidad en el riesgo suicida entre
adolescentes... También se han relacionado marca-
dores biológicos...”.
En resumen: “Los factores de riesgo relaciona-
das con la incidencia probable más alta de suicidios
son ser varón, intento previo, depresión mayor y
abuso de sustancias... Muchos suicidios de adoles-
centes se producen en crisis disciplinarias agudas,
161
y las conductas de riesgo relacionadas son: intento
previo, ideación suicida activa, problemas escola-
res, conducta antisocial, asilamiento social,
impulsividad y abandono de hogar”.
Con base en esta información, es posible obser-
var que la gran mayoría de los resultados que pre-
senta el autor (y que ya se han resumido al iniciar
este texto), resultan congruentes con la literatura
internacional respecto. En un apartado dedicado a
su “Análisis y Conclusiones”, el propio autor propo-
ne que las principales concusiones que se obtienen
a partir de su estudio son:

1) Los suicidio consumados muestran un incre-

mento sostenido a lo largo del periodo con
un aumento de 63.63% en tan solo 6 años.
2) Los hombres se suicidan más que las muje-
res, con una razón de 4.27:1, aunque esta-
ba disminuyendo en los últimos años
3) El método más usado es el ahorcamiento,
seguido del arma de fuego, aunque las mu-
jeres prefieren el envenenamiento.
4) Las tasas específicas muestran un aumento
sostenido en ambos sexos
5) Los meses en que se presentan mayor nú-
mero de suicidios son noviembre, mayo y
junio, mostrando variaciones estacionarias
6) El vivir en la Zona Metropolitana representa
un riesgo mayor que el residir en cualquier
población del resto del Estado.
7) En alrededor del 50% de las víctimas suici-
das se encontró alcoholemia positiva
8) Quienes son solteros y casados se suicidan
más, aunque los índices ajustados son ma-
yores para los que sufren de viudez
9) A mayor escolaridad, mayor riesgo suicida
10) Algunas variables no pueden ser analizadas
por falta de datos en los expedientes
11) Resulta imperante la necesidad de estudios
con mayor profundidad, así como la crea-
Reseña realizada por:
ción de centros de atención especializados
Dra. Rebeca Robles García
a personas con alto riesgo suicida.
162
Crisis psicológica en jóvenes con potencial
suicida: fundamentación teórica y bases
para la intervención.
Tesis para obtener el grado de Licencitura
en Psicología.
Autores:Laura Rocío Cervantes Nila, Lucía González
Alvarado, José Luis Jiménez Manriquez y Hayde
Tamara Rodriguez Arias.
Director de Tesis: MCSP. José Gutierrez Rodríguez
Universidad de Guadalajara. 1997.
Se trata de un trabajo de revisión de literatura en
torno a la intervención en crisis y el suicidio en jóve-
nes. Los autores señalan que su objetivo general fue:
“Elaborar un recurso educativo bajo los principios
de la Intervención en Crisis en jóvenes con poten-
cial suicida, encaminado a proponer alternativas de
acción en la intervención de estos casos, con la fi-
nalidad de orientar a estudiantes y trabajadores de
la salud mental, en el abordaje, manejo y preven-
ción de dicho fenómeno” (Pág. 12). Como objeti-
vos particulares incluyen: “1. Señalar los anteceden-
tes históricos de la Intervención en Crisis como
enfoque terapéutico, 2. Describir los elementos
teóricos básicos de la Intervención en Crisis, 3.
Describir la problemática que enfrentan los jóve-
nes con potencial suicida, para la comprensión de
este fenómeno, y 4. Generar una propuesta alter-
nativa de Intervención en Crisis Psicológica para la
prevención secundaria del suicidio en jóvenes” (Pág.
12).
Una “Primera parte” del texto se dedica a la
“Fundamentación teórica” del trabajo. El Capítulo 1
incluye las “Generalidades de la Intervención en Cri-
sis”, comenzando por los sus antecedentes históri-
cos. Los autores explican al respecto, en términos
generales: “La teoría de la Intervención en crisis
moderna se remonta a los trabajos de Eric
Lindemann y cols. (1942), cuando sucedió la catás-
trofe del incendio del Club Coconut Grove en
Boston…. Las observaciones de Lindermann (1944),
y … de Caplan (1964) en el trabajo con estas per-
sonas tuvieron gran impacto en el desarrollo de la
teoría de la crisis… Posteriormente Lindemann es-
tableció un “Servicio de Relaciones Humanas”, don-
de brindaban consulta a cualquiera que estuviera
enfrentando una situación peligrosa o un estado
de crisis… Por lo tanto se puede afirmar que la teo-
ría de la intervención en crisis está basada en los
trabajos de Lindemann y Caplan, que posteriormen-
te fueron ampliadas, desarrolladas y modificadas por
Rapaport, Parad, D´Kaplan, Jacobson, Strickler y
Sifineos. Sin embargo esta teoría no empieza aquí
sino que se deriva del enfoque psicoanalítico, de la
teoría del aprendizaje, de algunos estudios socia-
les y de los avances en la salud mental. De la es-
cuela psicoanalítica se desprende la idea de que
existe un equilibrio que involucra varias fuerzas y
mantiene la homeostasis…de la escuela
cognoscitivista se toman los conceptos del énfasis
en las áreas fuertes y el potencial de crecimiento
que tiene cada individuo” (Págs. 14 a 16). No men-
cionan la contribución de las teorías del aprendiza-
je, y continúan: “En la actualidad estén diversos
tipos de estrategias de intervención terapéutica
en casos de crisis psicológica… todas tienen un
objetivo común…: dar apoyo ayudando a la per-
sona en el preciso momento que ésta lo solicita”
(Pág. 16). Acto seguido, los autores refieren a los
centros e instituciones que prestaban Servicios de
este tipo en nuestro país en el momento en que
realizaron el trabajo. Algunas de estas instancias, que
no todas, continúan prestando este servicio. Actual-
mente, por ejemplo, SAPTEL sigue brindado inter-
vención en crisis vía telefónica, y no así el CIC del
CUCS de la UdeG, que ahora forma parte del equi-
po de la Línea de Intervención en Crisis Vía Telefóni-
ca del Instituto Jalisciense de Salud Mental, de la
Secretaría de Salud Jalisco; con la finalidad de tener
así un sistema de canalización a tratamiento efecti-
vo y eficiente.
163
 Posteriormente, los autores abordan la defini-
ción del concepto “crisis psicológica”, describen los
diferentes tipos de crisis del ser humano (crisis del
desarrollo, y crisis situacionales), las fases de la crisis
(inicio, aguda, de recuperación o resolución, de rein-
tegración, y los “criterios de evaluación de la crisis
psicológica” (a nivel afectivo, cognoscitivo
conductual, y físico o somático), y refieren la impor-
tancia de la intervención en crisis; resumiendo:
“Como se ha señalado, una crisis es una combina-
ción de situaciones de riesgo en la vida de una per-
sona, que coinciden con su desorganización psico-
lógica y necesidad de ayuda. Como señala Caplan
(1985), la crisis es un periodo transicional que re-
presenta tanto el peligro de una mayor vulnerabili-
dad al trastorno mental, como la oportunidad para
el desarrollo de la persona… de ahí que la Inter-
vención en Crisis se considere un excelente ejem-
plo de prevención… no solo se habrá realizado una
prevención de psicopatología futura, sino que tam-
bién se hará facilitado en la persona una orienta-
ción más definida hacia el crecimiento y la salud”
(Pág. 31).
En el capitulo 2, dedicado a la “Problemática de
los jóvenes con potencial suicida”, los autores seña-
lan que: “Entre las causas que conducen al sujeto a
atentar contra su vida, se podrían mencionar va-
rias, pero pueden diferenciarse dos principalmen-
te: la primera sería, la existencia de un trastorno
orgánico y/o mental; y la otra, cuando la persona
atraviesa por una crisis psicológica, siendo ese se-
gundo factor al que se aboca el presente trabajo”
(Pág. 37). Entonces, mencionan los factores
psicosociales “que influyen en el potencial suicida
en jóvenes”: edad (20 a 29 años, en 1994), sexo
(más frecuente en varones), estado civil (solteras,
en los últimos años de los 90´s), ocupación (obre-
ros capacitados, según la Procuraduría General de
Justicia del Estado), y nivel académico (personas con
menor escolaridad, en Jalisco, durante 1995, de
acuerdo a la PGJE). Aclaran también que los méto-
dos más empleados fueron el arma de fuego y la
estrangulación. Esta vez no anotan la fuente, el año
o la población en donde se obtuvo este dato. Final-
mente, refieren que en Jalisco, el disgusto familiar
ha sido la principal causa de suicidios e intentos de
suicidio, seguida de la enfermedad grave e incura-
ble, y la enfermedad mental. La situación econó-
mica no deja de ser un factor importante. En los
primeros 4 meses de 1996, estudiantes y
desempleados, algunos de ellos motivados por la
falta de oportunidad en la escuela o en el trabajo,
fueron los que más se suicidaron (no se menciona
la fuente de donde se extrajo ésta información) (Pág.
43).
En seguida, los autores abordan los “diferentes
puntos de vista acerca de los factores sociales y psi-
cológicos que motivan el acto suicida”. De acuerdo
a ellos: “El enfoque social consiste en examinar la
situación social de los suicidios por medio de una
visión retrospectiva (este tipo de estudio se en-
cuentra en la obra de Durkheim: El suicidio, 1897)...
El enfoque ecológico examina la distribución del
suicidio a través de una comunidad y la forma en
que varía de acuerdo a los factores sociales predo-
minantes en dicha comunidad... Un factor de ries-
go que surgió de esta investigación es el suicidio
por contagio, definiéndolo como un proceso por
el cual la exposición al suicidio... de una más perso-
nas, influencia a otras a cometer o intentar este
hecho... La probabilidad de suicidio por contagio
puede ser incrementada por las siguientes accio-
nes (en medios masivos de comunicación): presen-
tar explicaciones simplistas..., noticias repetitivas,
actuales y excesivas del tema..., reportajes
repetitivos, actuales o notables de un suicidio...,
sensacionalismo al reportaje..., descripciones de
suicidio..., presentando al suicidio como un instru-
mento para lograr ciertos fines..., glorificando o
idealizando el suicidio o las personas que lo come-
ten..., concentrándose en las características positi-
vas del suicidio llevado a cabo...” (Págs. 44-50).
164
 En lo referente a los “factores psicológicos”, se
menciona que “para el psicoanálisis, el impulso de
cometer un acto suicida puede relacionarse con el
impulso de matar a alguien, como un medio de
controlar las agresiones contra si mismo, o como
un medio de matar a otra persona que ha sido in-
corporada psicológicamente por el individuo suici-
da...” (Pág. 5O); que los siguientes rasgos de perso-
nalidad se relacionan significativamente con el sui-
cidio: “actitud irritable, conducta impulsiva y errática
con deficiencias del dominio propio, poco comuni-
cativo, perfeccionistas y autocríticos, rigidez y an-
gustia, incapacidad para ajustarse a nuevas situa-
ciones, síntomas depresivos” (Pág. 51); y que “los
defensores” de la teoría de constructos personales
de Kelly, de acuerdo a la cual “los hechos no inter-
vienen, es la propia persona quien interviene a fa-
vor de la realidad” (Pág. 51), “sugieren observar el
acto suicida a la luz del acto mismo y los fines que
persigue” (Pág. 52).
Posteriormente, los autores enlistan una serie de
indicadores de riesgo de las personas con poten-
cial suicida: insomnio intenso, sueño interrumpido
o despertar precoz, pesadillas frecuentes relacio-
nadas con a muerte o catástrofes, fantasías de
muerte o autodestrucción, vivencia de soledad o
abandono, intensa ansiedad, descenso de estado
de ánimo, profundos sentimientos de inutilidad o
minusvalía, sentimientos de ruina, culpa, condena-
ción, súbito interés por lo que supone la muerte,
(etc) (Pág. 60). Abordan entonces el asunto de la
evaluación del riesgo suicida, suponiendo que los
puntos centrales son: el estado físico (edad, sexo,
manifestaciones físicas), estado psicológico (histo-
ria, personalidad, situación de crisis, sentimientos y
emociones, concepto de muerte, situación
cognoscitiva, intentos previos, planes de suicidio,
preparación para la muerte, comunicación), y esta-
do social (apoyo social, situación económica).
En un tercer capitulo se aborda el tema “Pre-
vención del suicidio en Jóvenes”. Se inicia aplican-
do los conceptos de prevención primaria, secunda-
ria y terciaria al fenómeno suicida; ubicando a la In-
tervención en Crisis como una forma de prevención
secundaria, que puede ser “1) proporcionada por
los más cercanos al suceso, 2)... por teléfono, y 3)
por medio de una terapia a corto plazo” (Pág. 77).
Entonces, exponen los “principios básicos para
la intervención en crisis en personas con potencial
suicida...: 1) hay muchas razones para que la con-
ducta suicida ocurra (petición de ayuda, intento de
manipular a otros, etc..., 2) el deseo de terminar
con la vida... está colocado dentro de una red de
sentimientos ambivalentes..., 3) La mayoría de la
gente es “suicida en potencia” por solo un perio-
do breve..., 4) la mayoría de la gente que se suicida
ofrece alguna advertencia o indicio..., 5) el peligro...
es mas alto... cuando hay un plan mortal y medios
para lograrlo..., 6) el propósito de salvar la vida hu-
mana invalida la lealtad total a la confidencia..., 7)
mantener alguna forma de contacto con una per-
sona potencialmente peligrosa, puede ser el com-
ponente crítico en la prevención del suicidio... (Pág.
83 a la 85). Para finalizar este apartado, se refieren a
las “habilidades básicas del psicoterapeuta para la
intervención en crisis en jóvenes con riesgo suici-
da...: a) ... estar consciente de las múltiples presio-
nes y demandas que tiene que afrontar..., b) ... ex-
presión de interés..., c) ... capacidad de empatía...,
d) ... escuchar constructivamente..., e) disposición
para compartir el problema de la persona en crisis
en una relación estructurada y bien definida..., f) ...
disposición de llevar las dificultades hasta su térmi-
no..., g) ... tener siempre la negativa a caer en la
desesperación...” (Págs. 85 a la 89).
La segunda parte del texto es intitulada: “Bases
para la acción en la intervención en crisis para la
prevención secundaria del suicidio en jóvenes”, y
contiene una propuesta de intervención en crisis para
jóvenes con riesgo suicida, que se encuentra dividi-
da en tres fases, y dura entre 12 y 14 sesiones.
Reseña realizada por: Dra. Rebeca Robles García.
165
Repercusiones psicosociales del suicidio en
la dinámica familiar.
Tesis para obtener el grado de Licenciatura
en Psicología
Autores: Jaime Fernando Díaz González, Arturo
Enciso Hernández y Laura Rocío Salcedo Fuentes.
Director de tesis: Mtro. José de Jesús Gutierrez.
Universidad de Guadalajara. 1997.
De acuerdo a los autores, el objetivo general de su
estudio fue: “Analizar las repercusiones
psicosociales del suicidio en la dinámica familiar a
través del estudio de casos, con una metodología
cualitativa” (Pág. 11).
Su marco teórico incluye un “panorama general
del suicidio y sus antecedentes históricos... algu-
nos puntos de vista que abordan el suicidio, los fac-
tores de riesgo que conllevan al mismo..., el origen
y desarrollo de la familia, y algunos factores que
influyen en la dinámica familiar” (Pag. 11).
En el apartado de metodología, los autores ini-
cian señalando las ventajas e inconvenientes del uso
de los relatos de vida, para terminar proponiendo
“que el método biográfico puede, y tal vez debe
constituirse en un método nuclear dentro de las
aproximaciones cualitativas en las ciencias sociales”
(Pág. 14).
Acto seguido, se expone el procedimiento para
llevar a cabo “las historias de vida como estudios de
caso”; sin aclarar si este es el que han optado por
llevar a cabo en su estudio:
a) Etapa inicial, en donde “se han de cubrir,
como mínimo, los siguientes objetivos: 1)
elaborar un planteamiento teórico del tra-
bajo que explicare claramente cuáles son las
hipótesis de trabajo iniciales, 2. Justificar
metodológicamente el porque de la elección
del método biográfico, 3. Delimitar con la
mayor precisión posible el universo de aná-
lisis (comunidad, grupo profesional, edad,
etc.), y 4) Explicitar los criterios de selección
del o los informantes a biografar” (Pág. 20).
b) Fase de encuesta, en donde, “dadas las ca-
racterísticas de este tipo de trabajo, el as-
pecto más trascendente es la selección de
buenos informantes... En primer lugar, hay
que asegurarse de que la(s) persona(s)
seleccionada(s) responda(n) a un perfil ca-
racterístico y representativo del universo
sociocultural que estamos estudiando...”
(Pág. 21).
c) Registro, Transcripción y Elaboración de los
relatos de vida. “La forma de registro casi
universal hoy en día es la grabación en cas-
sette compacto. El soporte para la
transcripciòn de las cintas tendría que ser,
preferentemente informático, pues para
preparar convenientemente la fase analíti-
ca, es importante disponer de registros se-
parados del relato de vida...” (Pág. 23).
d) Análisis e Interpretación. “Los relatos biográ-
ficos, de la misma forma que una buena
parte de los materiales cualitativos de otro
género, constituyen un registro de fenóme-
nos sociales que deben ser categorizados y
clasificados... Existe una técnica formal de
análisis de contenido, que consiste básica-
mente en la realización de una descripción
objetiva, sistemática y eventualmente cuan-
titativa de los contenidos extraídos de cual-
quier texto...” (Pág. 25).
e) Presentación y publicación de relatos biográ-
ficos. “... A nivel práctico, los elementos que
deben estar presentes en la edición de una
historia de vida son los siguientes: Edición de
texto..., introducción analítica...., notas al pie
de página...., glosario de términos..., anexos
(Págs. 26 y 27).
Termina aquí el apartado que los autores deno-
minan “Metodología”, y prosiguen con un par de
166
cuartillas dedicadas a la “Metodología de la prueba pasatiempos, “no es una familia que sale a pasear,
piloto”, en donde se expone el “desarrollo de la en- son más hogareños, pero cada uno descansa o se
trevista” a una familia. divierte en actividades individuales” (Págs. 79 a 83).
Cuando se observan los anexos, se encuentra Finalmente, las conclusiones parecen estar fun-
un listado de preguntas denominado “Cuestionario damentadas más bien en el marco teórico que en
sobre dinámica familiar”. En el apartado de meto- los resultados del estudio de caso que presentan.
dología no se describe su proceso de desarrollo y Así por ejemplo, aunque es evidente en la descrip-
propiedades psicométricas. Es posible que se haya ción de resultados de las entrevistas, que la familia
diseñado ad hoc. Contiene catorce preguntas para en cuestión no presenta problemas económicos, los
evaluar dinámica de pareja, 12 para el modelo edu- autores señalan que “el presente trabajo ha pues-
cativo, 4 para la economía, 4 de sexualidad, y 5 de to en evidencia que las condiciones
pasatiempos. Este cuestionario se aplicó a una fa- socioeconómicas por las que atraviesa nuestro
milia (padre, madre e hija), que había perdido a un país.... han provocado un mayor nivel de exigen-
miembro (hija-hermana) a causa de suicidio. Los re- cias en los substratos básicos familiares y la necesi-
sultados se resumen en un apartado denominado dad de incorporación de otros miembros de la fa-
“Estudio de Caso”, y se anexan al texto los “Cues- milia en el proceso laboral, cuando esto no sucede
tionarios sobre dinámica familiar” con las pregun- la ruina ha jugado un papel significativo en los índi-
tas y respuestas de cada uno de los sobrevivientes. ces de suicidio en nuestro país” (Págs. 86 y 87).
En el reporte de resultados (“Estudio de Caso”),
anotan los datos de la familia, la forma en que se
desarrolló la entrevista, las conductas observadas
durante la entrevista, el tipo de vivienda, dinámica
de pareja, modelo educativo, economía, sexualidad,
y pasatiempos; tal y como se supone que lo han
interpretado de las entrevistas realizadas.
En términos generales, refieren que la entrevista
se desarrolló en un domicilio particular, y de forma
individual; no se registró ninguna conducta “fuera
de lo normal”; el tipo de vivienda es una casa de
una sola planta..., ubicada en una colonia muy tran-
quila... es una zona de una clase social media alta
que cuenta con todos los servicios básicos..., la po-
sición económica de la familia es cómoda y desaho-
gada...; en la dinámica de pareja “no se presenta
conflicto alguno”..., “presentan características de
ser una pareja complementaria”..., “para la hija la
relación con los padres es buena”; “el modelo edu-
cativo de los padres en muy tradicionalista”; “... el
encargado de llevar el sustento de la casa y la ad-
ministración” es el padre; del tema de la sexualidad Reseña realizada por:
“no se habla mucho en el hogar”; y en cuanto a Dra. Rebeca Robles García

167
Estadìsticas de Mortalidad durante 1997 en
un área de Jalisco.
Tesis para obtener el grado de Maestría
en Salud Pública.
Autor: Marco Antonio G. Nápoles Camacho.
Director de tesis: Dr. Javier García de Alba.
Universidad de Guadalajara,1998
En el resumen del autor se expone que, con el obje-
to de determinar las estadísticas de mortalidad en
los municipios de Guadalajara (Sector Libertad) y
Tonala, se llevo a cabo un estudio transversal en el
área de influencia de 19 unidades medicas de la Se-
cretaria diciembre de 1997, registrando 4,206 muer-
tes, con una tasa general de mortalidad de 433 de-
funciones por cada 100,000 personas, mas del 40
por ciento de las defunciones se centran en tres
enfermedades: enfermedades cardiacas, tumores
malignos y Diabetes Mellitus.
Este trabajo se incluye aquí, porque aporta ade-
más, las estadísticas de suicidio de la población su-
jeta a estudio.
El autor introduce diciendo que “las estadísticas
de mortalidad son elementos de gran importancia
tanto para la configuración de las bases necesarias
para la toma de decisiones durante el proceso de
planeación, como para evaluar el impacto de los
programas de salud en los niveles de bienestar de
la población...
En el caso de México, la recolección de certifi-
cados de defunción, para la generación y edición
de Estadísticas de Mortalidad recae en Institucio-
nes Gubernamentales, sin embargo, su publicación
es en ocasiones hasta con tres años de retraso; lo
que limita la toma de decisiones a los planeadores
de salud, situación que se agrava al ser generadas
estadísticas a nivel nacional o municipal y donde
los Sistemas Locales de Salud, son presa de datos
que no corresponden con la realidad social por laque
atraviesan, por lo que forzosamente se limitan a
obtener datos de Morbilidad con su consecuente
resultado, poco específicos, baja cobertura y toma
de decisiones con dudosa planeación. En ocasio-
nes, cuando el Sistema Local de Salud identifica las
Estadísticas de mortalidad del área de influencia de
la población de su responsabilidad desconoce la
situación geográfica de la misma, por lo que la toma
decisiones sigue siendo limitada… El Sistema de
Salud que identifica sus Estadísticas de Mortalidad
y las distribuye de manera geográfica, genera polí-
ticas en salud, se evalúa en base a criterios de im-
pacto social, y lo mas importante, no es depen-
diente de otras estructuras político administrativas
en salud” (pág. 01 y 02).
Los antecedentes de este estudio incluyen los tra-
bajos dedicados a estructurar tablas mortuorias y
clasificar las enfermedades para investigar los cam-
bios demográficos que sufren las poblaciones con
base en estadísticas de mortalidad y morbilidad. En
su marco conceptual, el autor expone: las razones
por las que es importante la generación de estadís-
ticas de mortalidad; la ventaja que constituye la Cla-
sificación Internacional de Enfermedades CIE, de la
Organización Mundial de la Salud, en tanto permitir
la homogenización y comparación de estadísticas
en diversas regiones del mundo; las dificultades que
tiene nuestro país para lograr estadísticas adecua-
das al respecto; la relación entre las estadísticas de
mortalidad y los sistemas locales de salud (SILOS); y
los sistemas geográficos de información de la Uni-
versidad de Guadalajara.
Procede entonces a la justificación de su estu-
dio: “El sistema Nacional de Salud es de gran com-
plejidad; sus muchos componentes llevan a cabo
una gran variedad de funciones que afectan al todo
y que, no obstante, no siempre son identificables.
Por ello, los Sistemas de Información en salud de-
ben desarrollar criterios claros y precisos para defi-
nir los datos que son útiles para la región donde
laboran. Desde su inicio, el estudio de la mortali-
dad ha tenido dos aplicaciones: una epidemiológica
168
y otra estadística, sin embargo, para las cifras que
procesa la SSA (Secretaria de Salud), es heterogénea
y para el caso estadístico no existe una norma que
defina los procedimientos de Estadísticas de Mor-
talidad a nivel local, así como su explotación. Esto,
aunado al acelerado desarrollo científico y tecnoló-
gico que impera en la actualidad, determina las
necesidades de información de mortalidad que van
en incremento constante y que no se refieren ex-
clusivamente al envió de información a niveles cen-
trales, sino a la calidad y precisión para la toma de
decisiones a nivel de los SILOS. Son muchos los
problemas que puedan afectar a las estadísticas de
mortalidad, y que se reflejan tanto en la cantidad
como el la calidad de los datos obtenidos, sin duda
los problemas mas graves son los referentes al lla-
mado subregistro y la aplicaron de sistemas esta-
dísticos de mortalidad a SILOS. Las alternativas a
solución de estos problemas deberán darlas los ni-
veles regionales, los mas afectados de las proble-
máticas en la generación de las Estadísticas de Mor-
talidad. Así como su aplicación en la generación de
políticas de salud locales y por consecuente toma
de decisión de directivos. La mortalidad afecta de
manera sustancial el comportamiento demográfi-
co e índice en la prestación de servicios de salud,
su estudio puede ser abordado de acuerdo con di-
ferentes aspectos y contribuye a la elaboración y
actualización de los diagnósticos de salud, segui-
miento de programas sustantivos y evaluación del
impacto de las actividades de programas específi-
cos” (pág. 12 y 13).
Acto seguido, el autor señala como objetivo ge-
neral del estudio: “Generar información estadística
de mortalidad por unidad medica con mas oportu-
nidad y a intervalos mas cortos, para apoyar la vigi-
lancia epidemiológica, la toma de decisiones y eva-
luar el impacto de los programas de salud” (pág.
14).
En el apartado de metodología, se señala prime-
ro que “se trata de un estudio descriptivo, trans-
versal, donde la unidad de observación es el certi-
ficado de defunción. La recolección de certificados
de defunción se ara a traes de los directores de
área, que conforman la Región XI Libertad Tonala
SSJ (Secretaria de Salud Jalisco), el primer día hábil a
la semana siguiente de la recolección. El encarga-
do de la recolección hará una revisión de todos los
certificados y actas de defunción, con la finalidad
de cotejarlos y recuperar la información necesaria;
se deben asegurar el 100 por ciento de los certifi-
cados de defunción cada semana. Para las defun-
ciones que ocurran fuera de territorio de la Región
XI Libertad Tonala se solicitara a oficinas centrales
para que sean enviados a la Región XI y proceder a
su captura” (pág. 15). Se definen entonces los crite-
rios para validación de la información, los criterios
de inclusión y exclusión (que no sean residentes del
área), y las variables sujetas a estudio (mortalidad,
defunción, tasa de mortalidad, tasa de mortalidad
infantil, tasa de mortalidad preescolar, tasa de mor-
talidad escolar, tasa de mortalidad en edad produc-
tiva, tasa de mortalidad en edad posproductiva,
edad, lugar de residencia, mortalidad por munici-
pio, mortalidad por unidad medica, causa básica de
defunción, y certificado de defunción).
El universo de trabajo fueron todas las defun-
ciones que ocurrieron entre el 01 de Enero de y el
31 de diciembre de 1997, con domicilio de residen-
cia en el Sector Libertad del Municipio de Guadalajara
y Municipio de Tonala. Los resultados se presentan
de forma narrativa en un apartado (con subapartados
de mortalidad general, infantil, preescolar, escolar,
en edad productiva, en edad postproductiva), así
como en tablas y mapas. Las tablas incluyen núme-
ros absolutos, tasas específicas y porcentajes; y los
mapas se analizan mediante rangos basados en ta-
sas, para relacionar la situación geográfica con las
tasas y causas de mortalidad.
El autor concluye entonces: “1. Las estadísticas
de mortalidad deben ser consideradas como la pie-
dra angular para el desarrollo de Sistemas Locales
169
de Salud; 2. Es imperativo para los sistemas locales
de salud la regionalización geográfica de las áreas
de influencia; 3. El perfil de salud de la sociedad en
estudio, esta generado principalmente por las es-
tadísticas de la población adulta; 4. Las tres causas
de muerte mas frecuentes son: por enfermeda-
des del corazón, tumores y Diabetes Mellitas; 5.
En el grupo infantil la causa mas frecuente de de-
función fueron los accidentes; 6. En los grupos de
preescolar y escolar la causa mas frecuente de de-
función fueron los accidentes; 7. En el grupo de
edad productiva la causa mas frecuente de morta-
lidad fueron los tumores; y 8. En el grupo de edad
postproductiva la causa de muerte mas frecuente
fue las enfermedades del corazón” (pág. 38).

Los datos sobre suicidio

En las tablas que se anexan al texto, en donde se

incluyen las estadísticas de mortalidad de los muni-
cipios de Guadalajara (Sector Libertad) y Tonala, se
pueden observar también los datos referentes al sui-
cidio, tema que ocupa esta compilación. A conti-
nuación se enlistan estos resultados: En general, fue
la causa 16 de defunción (volumen: 47; tasa por
100,000 habitantes: 4.8; porcentaje: 1.12); en la
etapa infantil no figura dentro de las primeras 20
causas de mortalidad; en la etapa preescolar no se
encuentra entre las 13 causas de muerte que se
describen; en el grupo de edad escolar, el suicidio
fue la octava causa de muerte (volumen: 2; tasa por
100,000 habitantes: 1.1; porcentaje: 2.53); en el
grupo de edad productiva fue la décima causa de
defunción (volumen: 44; tasa por 100,000 habitan-
tes: 8; porcentaje: 2.97); finalmente, en el grupo de
edad posproductiva, el suicidio no apareció dentro
de las primeras 20 causas de mortalidad (pág. 42 a Reseña realizada por:
la 51). Dra. Rebeca Robles García

170
Perfil psicosocial del suicida en la Zona
Metropolitana de Guadalajara de 1990 a
1997.
Tesis para obtener el grado de Maestría en
Ciencias de la Salud Pública.
Autor: Francisco José Gutierrez Rodríguez
Director de tesis: MCSP. José Guadalupe
Salazar Estrada.
Universidad de Guadalajara. 1998.
De acuerdo al autor, el objetivo general de este es-
tudio fue: “Analizar la tendencia del fenómeno sui-
cida en la Zona Metropolitana de Guadalajara,
incrementando el entendimiento de los diferentes
factores de riesgo asociados a este tipo de muer-
te, aproximándonos a la construcción del perfil
psicosocial del suicida, a fin de diseñar estrategias
efectivas de prevención en la población” (Pág. 13);
y los objetivos particulares: “Identificar característi-
cas epidemiológicas de los suicidios consumados
en la Zona Metropolitana de Guadalajara, ocurri-
dos durante el periodo de 1990 a 1997, analizando
la tendencia del fenómeno; Caracterizar algunos
factores de riesgo de la conducta suicida como:
consumo de alcohol, problemas en el ámbito amo-
roso o familiar, enfermedades, problemas psiquiá-
tricos previos, problemas socioeconómicos, grupo
etario, sexo, lugar del evento; Ubicar la distribu-
ción, frecuencia y ocurrencia de suicidios notifica-
dos a la Dirección General de Averiguaciones Pre-
vias, División de Homicidios Intencionales de la
Procuraduría General de Justicia del Estado de
Jalisco, en la Zona Metropolitana de Guadalajara;
Aproximarnos a la construcción de un perfil
psicosocial del suicida en la Zona Metropolitana de
Guadalajara a través del estudio de factores de ries-
go” (Pág. 13).
En el apartado de Material y Métodos, el autor
refiere que el estudio es de tipo descriptivo, retros-
pectivo; que su universo de trabajo corresponde a
los casos de suicidio en la Zona Metropolitana de
Guadalajara, que fueron reportados de 1990 a 1997,
a la Dirección General de Averiguaciones Previas
(División de Homicidios Intencionales) de la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalis-
co.
En una “primera etapa” del estudio, “se proce-
dió a hacer la revisión de los expedientes de suici-
dios notificados a.... la Procuraduría General de
Justicia del Estado de Jalisco, con la finalidad de
obtener la información señalada referente al caso,
para lo cual se consultaron los expedientes con la
integración de tres áreas periciales específicas: 1.
Dictámenes de autopsia: a efecto de establecer el
mecanismo productor de la muerte y las conse-
cuencias que lo causaron. 2. Dictámenes de fija-
ción del lugar de los hechos: El cual ofrece las cir-
cunstancias mediatas e inmediatas imperantes del
medio ambiente en el que se desarrollaron los he-
chos. 3. Información de investigación en la integra-
ción del hecho: la cual proporcionará información
en torno a los factores predisponentes, motivos o
situaciones que incidieron en el suicida a tomar tal
determinación. Se recabó la información de dicho
expediente con base en los siguientes aspectos:
sexo, edad, escolaridad, domicilio, estado civil, ocu-
pación, origen, religión, clase social, lugar del suici-
dio, hora, estación, mes, día, tipo de muerte, agente
utilizado, intentos previos, estado psicológico, es-
tado psiquiátrico, factores predisponentes,
desencadenantes y precipitantes. Dicha informa-
ción fue comparada con las estadísticas proporcio-
nadas por el Departamento de Estadísticas de la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Ja-
lisco, así como las proporcionadas por el Servi-
cio Médico Forense de la PGJEJ (Procuraduría
General de Justicia del Estado de Jalisco), debido a
171
que se encontraron sesgos importantes en la noti-
ficación de la incidencia de suicidios” (Pág. 51).
En una “segunda etapa” el autor señala que “se
pretende ... trabajar con metodología cualitativa a
fin de realizar un análisis de cursos de vida de suici-
das a fin de determinar la trayectoria y factores de
riesgo que influyeron para que se concretara el sui-
cidio. Se utilizaron entrevistas a profundidad (uso
de fuentes referenciales como: vecinos, amigos,
familiares directos, análisis de documentos perso-
nales, videos o fotografías, así como grabaciones
que puedan aportar elementos para su análisis),
trabajando la metodología de Autopsia Psicológica
(Farberow, 1960)” (Pág. 51).
En el apartado de resultados, el autor refiere que
“la cifra de suicidios consumados notificados a la
Dirección General de Averiguaciones Previas, Área
de Homicidios Intencionales de la Procuraduría
General de Justicia del Estado de Jalisco, corres-
pondiente a la Zona Metropolitana de Guadalajara
de 1990 a 1997, fue de 995 casos, con un creci-
miento del 62.5% de 1990 a 1991,
incrementándose al 85% en 1994, 223% en 1996,
y del 348% en 1997” (Pág. 56).
Con base en la revisión de la Tabla 1 que el autor
anexa al texto, es posible concluir que este determi-
na los porcentajes de incremento del suicidio con
base en los números brutos y no en las tasas. Ello
implica que no se considera si se deben o no al mero
incremento de la población.
El resto de resultados se resumen a continua-
ción: “Con relación al género de lo suicidas, se apre-
ció un número mayor de casos de suicidio en per-
sonas del sexo masculino, con un 84.6% con rela-
ción al sexo femenino, con un 15.4% del total de
los suicidios, la diferencia por años se observó poca
variación, a excepción del año de 1996, en donde
se incrementó el porcentaje de suicidios en muje-
res a un 24.5%. La distribución de suicidios de acuer-
do al grupo de edad se manifestó de la forma si-
guiente: El grupo más afectado de suicidios fue el
.. de 20-29 años, con un 37%, seguido por el de
30-39 con 19.2%... Con respecto al estado civil,
los suicidios se presentaron con mayor porcentaje
en personas solteras, con un 45.2%, y en casadas
con un 35.3%... En cuanto a la ocupación, el pri-
mer lugar es para los empleados, con un 22.7% de
los suicidios, seguido de comerciantes con un 11%,
desempleados con un 10.6%,... En las causas apa-
rentes de suicidio, la depresión no especificada se
reportó en el 19.2%, problemas económicos
11.8%, problemas de pareja 14.8%.... abuso de
alcohol o drogas 7.2%, problemas familiares 7% , y
enfermedades incurables 5%.... En cuanto al mé-
todo utilizado se encontró que los métodos prefe-
ridos por los varones fueron la asfixia por ahorca-
miento y el disparo por arma de fuego, en las mu-
jeres ingesta de tóxicos y muerte por uso de arma
blanca... Hacia 1995, el número de muertes por
arma de fuego fue mayor al de asfixia por ahorca-
miento 46.1% a 43.5%. Sin embargo, la tendencia
en 1996 y 1997 elevó las muertes por asfixia por
arriba de las de arma de fuego 25.2% a 54.5% en
1996 y de 26.9% a 49.8% en 1997... En 1997 se
encuentra el primer caso registrado para la década
de auto inmolación (0.1%)... Con relación al núme-
ro de suicidios que dejaron un recado póstumo
correspondió al 14%... las notas más comunes in-
cluían textos afectivos, con recomendaciones, de
frustración, económicos o mixtos...
El 33% de los suicidas mostró alcoholemia posi-
tiva,... el 57% de los casos positivos mostró tercer
grado de alcohol en la sangre... El grado de escola-
ridad se encontró de la siguiente forma: 22.4% con
primaria, 17.9% con secundaria, 9.9% licenciatura,
8.6% preparatoria, 8.3% ninguna... En la distribu-
ción por área geográfica, los suicidios consumados
en la periferia (Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque) al-
canzaron un 52.1% de los casos, predominando en
el municipio de Guadalajara, el sector Libertad
17.9%, seguido del sector Juárez con 11.5%, y el
reforma e Hidalgo con 9.6 y 8.3%, respectivamen-
172
te... El lugar de mayor incidencia del acto suicida neral de Justicia del Gobierno del Estado de Jalis-
correspondió al interior de la casa habitación 82.3%, co... Otra limitación lo fueron evidencias psicológi-
predominando el dormitorio y el baño, al interior cas que no son tomadas en cuenta durante el pro-
de hoteles o casas de huéspedes 8.3% y con 9.3% ceso de fijación como lo son notas póstumas, ubi-
al exterior, en la calle o baldíos... La distribución en cación geográfica, características de personalidad
torno a las estaciones del año mostró la siguiente previas o antecedentes psiquiátricos, señales de
tendencia: Primavera 23.5%, verano 24.3%, otro violencia previa o factores predisponentes de muer-
28%, invierno 23.2%.... Los meses en donde hubo te, análisis de contenido de documentos persona-
más suicidios fueron noviembre 9.6, agosto y sep- les como diarios, cartas, álbumes fotográficos, vi-
tiembre con 9.5% c/u...”(Págs. 56 y 57). No se deos, etc., que permitan una adecuada investiga-
incluyen datos de pruebas estadísticas para compa- ción de dicho proceso... En los expedientes revisa-
ración de porcentajes en ningún caso, y no se ba- dos existen muchos casos de muertes dudosas,
lancean los datos de acuerdo a genero, escolaridad todavía en proceso de averiguación...”(Pág. 63).
u otra variable (no se considera el total de hombres
y mujeres de la zona estudiada, por ejemplo).
El autor concluye, entre otras cosas, y esta vez
tomando en cuenta los antecedentes directos de su
trabajo, que “aún cuando algunos aspectos del perfil
del suicida no han variado considerablemente con
relación a otros estudios en Guadalajara o en el Es-
tado de Jalisco (García de Alba, 1974, 1981; Borges,
1995; Elorriaga, 1972; Brambila, 1997), llama la
atención el incremento de suicidios consumados en
población joven comprendida en el grupo de 10-
19 años, y la aparición de suicidios notificados en el
grupo de menores de 12 años” (Pág. 60).
Empero, a pesar de la limitación inherente a ubi-
car el incremento del suicidio con base en números
brutos (vs. tasas), que ya se explicó con antelación,
el autor concluye también que “algunos datos en-
contrados en el presente estudio reflejan la conti-
nuidad en el incremento a discreción de muertes
por suicidio en todas las edades” (Pág. 60).
Para finalizar, el autor reconoce las siguientes li-
mitaciones de su estudio, mencionando “sesgos im-
portantes en la recaudación de la información es-
tadística obtenida por diversas fuentes, expedien-
tes directos de levantamiento y fijación de cadá-
ver de la Dirección General de Averiguaciones Pre-
vias...., del Servicio de Medicina Forense y del De- Reseña realizada por:
partamento de Estadística de la Procuraduría Ge- Dra. Rebeca Robles García

173
Análisis del perfil de conductas suicidas y su científicos, suficientes para ser reseñados, toman-
comorbilidad con trastornos psiquiátricos y do en cuenta el nivel de titulación.
de personalidad.

Tesis para obtener el título de

Médico cirujano y partero
Alumna: Isabel Cacho Blanquel
Director de Tesis:
Benjamín Becerra Rodríguez.
Universidad de Guadalajara. 1998

En un trabajo con un sustento teórico adecuado,

suficiente y fundamentado en bibliografía científica
que corresponde a la época, en ésta tesis de licen-
ciatura se plantearon los objetivos de identificar el
grado de desesperanza, ideación, intencionalidad y
riesgo – rescate en personas con riesgo suicida. Se
buscaron factores de riesgo presentes, se determi-
nó el perfil de temperamento y carácter, así como el
nivel de ansiedad y depresión.
El estudio fue conducido en el Hospital Civil de
Guadalajara, en una muestra tipo censo de sujetos
que intentaron suicidarse por lo menos en los 28
días previos a ser evaluados, que estuvieran
médicamente estables, y que aceptaran participar
en el estudio.
Se utilizaron los siguientes instrumentos: escala
de Depresión y de Ansiedad de Hamilton, escala de
ideación suicida, escala de intencionalidad suicida,
escala de desesperanza, escala de riesgo rescate,
Inventario de Temperamento y Carácter, formato de Reseña realizada por:
datos sociodemográficos. Dr. Francisco Páez Agraz
Se evaluaron 100 casos con intento suicida (58% Miembro Vocal del Comité de Investigación del la
del sexo femenino)el 42% estaban entre los 15 a 24 Red Interinstitucional para la prevención del suicidio
años, 24% entre los 25 y los 34 años, 20% entre los del Estado de Jalisco.
35 a 44 años. El análisis estadístico es regular, y sólo Subdirector de Calidad y Desarrollo Institucional del
son rescatables las descripciones obtenidas. Sólo la Instituto Jalisciense de Salud Mental, Secretaría de
asociación entre ideación suicida y auto dirección Salud Jalisco
del ITC, vale la bpena )0.27, p<0.05. Medico Psiquiatra
A pesar de lo anterior, el trabajo tiene méritos Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

174
Desesperanza y riesgo rescate en sujetos ha recibido este fenómeno: desde la clásica des-
con intento suicida. cripción de conflictos punsionales, que formula en
Tesis para obtener el grado de
Especilidad en Psiquiatría
Alumno: José Manuel Hernández Arias
Asesores: Dr. Roque Quintanilla Montoya y Dr. Ben-
jamín Becerra Rodríguez
Universidad de Guadalajara; Sede: Hospital Civil de
Guadalajara. 2000.
En este texto, el autor presenta un estudio que pre-
tende evaluar la relación entre los niveles de deses-
peranza y riesgo-rescate de tentativas suicidas en
una muestra de pacientes del Hospital Civil de
Guadalajara, que fueron atendidos allí por una ten-
tativa suicida entre 1997 y 1998, que aceptaron
participar en el estudio, y cuya condición clínica per-
mitía la evaluación por medio de dos escalas de
autoaplicación: la escala de desesperanza de Beck, y
la de riesgo-rescate de Weisman y Worden (1974).
Los datos sociodemográficos y clínicos de los pa-
cientes fueron capturados tomando como fuente
el expediente del mismo. A mi leal saber y entender,
el autor no analiza propiamente la relación entre
desesperanza y riesgo rescate; y se concreta a des-
cribir algunas características sociodemográficas y clí-
nica de parte de los pacientes atendidos en la citada
institución durante el año en que se realizó el estu-
dio en cuestión. Empero, se brinda a continuación
un breve resumen de los diferentes apartados del
texto, a fin de facilitar su análisis al lector.
“El suicidio debió pasar por circunstancias con-
cretas como son el pensamiento, la acción y la con-
sumación del mismo”, introduce el autor; que lue-
go justifica el estudio del suicidio en sí, en tanto
“puede brindar mayores beneficios a la humani-
dad si se tienden a evitar la realización de inten-
tos”.
Resume entonces las diversas teorías en torno al
fenómeno suicida: “Muchos son los abordajes que
otro momento que el suicidio es el producto de
hostilidad inconsciente dirigida hacia un objeto
amado, perdido, introyectado, y de la necesidad
de castigo por la culpa de haber maltratado a este
objeto (al destruir el objeto, consigo mismo, se lo-
gra tanto una expiación como una revancha), pa-
sando por las actuales y complejas explicaciones
biológicas que lo atribuyen a desórdenes de
neurotransmisores, para desembocar en amplias
perspectivas sociales que consideran al suicidio
como el efecto de un conflicto entre el individuo y
su existencia y realidad sociales, que le procura una
desmotivación para vivir, y/o se percibe irreconci-
liable con dicha realidad, siendo la misma mucho
más fuerte que él. Ante la falta de refuerzo
existencial, su vínculo se va deteriorando, lo que
provocará exclusiones parciales, despojo de cier-
tos roles, así como confrontaciones con la realidad
estipulada que actúan como refuerzo de su actitud
de elusión social, hasta que en un momento dado
el sujeto decide excluirse totalmente dándose
muerte, tras haber visto superado sus recursos y
capacidades de intervención y afrontamiento”.
Omite el apartado de bibliografía, por un olvido
(comunicación personal). Un olvido al que se resta
importancia porque si se citan las referencias, y por-
que se tratan de instancias internacional o autores
clásicos (y obligados en una revisión sistemática del
tema). Incluye un resumen de la perspectiva genética
y bioquímica del suicidio, que enlaza con la influen-
cia de la historia familiar del suicida, y el abordaje de
los factores biológicos de tal fenómeno. Explica des-
pués las variables psiquiátricas relacionadas, haciendo
énfasis en los trastornos afectivos, la esquizofrenia
y el trastorno por abuso de sustancias. Menciona
entonces el riego de suicidio que implica la presen-
cia de una enfermedad médica; y finaliza exponien-
do de manera más detallada, las perspectivas
psicoanalítica y cognoscitiva del suicidio; y enlistando
175
los factores de riesgo de tal conducta, a los que debe
atenderse a manera de lograr su prevención.
A continuación anuncia brevemente el método
a través del cual llevó a cabo su estudio (que ya se
ha resumido con antelación, al iniciar el presente
texto; y en el apartado de resultados se describe en
primer término a la muestra sujeta a estudio. Parti-
ciparon un total de 86 pacientes, 60% de los cuales
eran mujeres- Este mismo porcentaje de participantes
(60%) tenían entre 15 y 29 años de edad; y tres
cuartas partes de la muestra eran solteras o casa-
das, aclara el autor. El 30% habían concluido la pri-
maria, 23% la secundaria, y un “mínimo porcenta-
je” era analfabeta o cursó más allá de la preparato-
ria. El 80% eran personas de la Zona Metropolitana
de Jalisco.
“Un 15% de la personas decidieron emplear un
arma blanca como método para intentar quitarse
la vida, mientras que el estrangulamiento lo esco-
gieron 10 personas (12%). Sin lugar a dudas, es la
ingesta de medicamentos el método que más utili-
zan quienes logran sobrevivir al suicidio, en nues-
tro trabajo conforman el 43% del total”. Ello se debió
quizás a la mayor representatividad de mujeres, que
sabemos que utilizan con más frecuencia que los
hombre medios menos letales como este.
El autor concluye la descripción de la muestra
anotando que: “Casi la mitad de los suicidas habían
tenido un intento previo;.... y el 10% del total men-
cionaron tener un familiar que había intentado sui-
cidarse, mientras que un 5% aseguraron que un
familiar había conseguido el objetivo”.
Por su parte, la evaluación de la desesperanza
(con base en la escala de Beck) reveló que el 30% de
los pacientes presentaban altos niveles (y en el 70%
era baja). “Los factores de desesperanza que se
consideran aspectos cognitivos, se encontraron
presentes en el 56.2%; mientras que en los
motivacionales alcanzaron un porcentaje de 38.4%,
siendo los afectivos los de menor presencia”.
En lo relativo al riego-rescate, “encontramos que
dos terceras partes presentan calificaciones de ries-
go mínimo, mientras que en el riesgo, aquellos que
suman menor calificación engloban más del 70%
No se presentan pruebas estadísticas dirigidas a
evaluar la relación entre el nivel de desesperanza y
riesgo-rescate, para cumplir con el objetivo general
del trabajo; y se procede entonces a un apartado de
conclusiones; en donde el autor por abordar los fac-
tores de riesgo de la conducta suicida, agrupándo-
les en:
a) Sociodemográficos (sexo, edad, estado civil,
ocupación y condiciones socioeconómicas,
escolaridad, método empleado, comporta-
miento suicida previo, estacionalidad, facto-
res de estrés psicosocial ), y
b) Desesperanza y riesgo rescate. “Los hom-
bres, en función de sus experiencias, crean
categorías a partir de la cuales perciben,
estructuran e interpretan la realidad, reali-
zando conductas concretas en función de
percepciones determinadas de la realidad...
Nuestro estudio, por su naturaleza propia
de realizarse en pacientes sobrevivientes de
suicidio. Marca en un alto porcentaje califi-
caciones bajas de riesgo, combinada con alto
rescate... Mientras que los resultados de la
escala de desesperanza dejan un caro testi-
monio del factor cognitivo y motivacional”.
Para finalizar, el autor señala: “... Considero e
vital importancia el estudio de los pacientes con
tentativa suicida, ya que son ellos, al analizarlos,
quienes pueden facilitar el trabajo de prevención y
tratamiento con el fin de abatir el incremento en
las tasas de suicidio, tanto en el aspecto de consu-
mación con en el de tentativa”.
Reseña realizada por: Dra. Rebeca Robles García
176
Personalidad y estrategias de afrontamiento
en sujetos con tentativa suicida.
Tesis para obtener el grado de Doctorado
en Psicología de la Salud.
Autor:MSP. Roque Quintanilla Montoya
Director de tesis:
Dr. Alfredo de Jesús Celis de la Rosa.
Universidad de Guadalajara. 2003.
El presente trabajo constituye un esfuerzo por de-
terminar la relación entre la personalidad, el afron-
tamiento y la tentativa suicida en pacientes atendi-
dos en Hospital Psiquiátrico de la Zona Metropolita-
na de Jalisco, México. El autor ha tenido a bien pu-
blicar los resultados de este estudio en un par de
artículos científicos. El primero de ellos hasido in-
cluido ya en este compendio, y comprende los ha-
llazgos en torno a la personalidad relacionada con la
tentativa suicida (Tipos de personalidad y conducta
suicida. Investigación en Salud. Vol. VI (2), Agosto,
2004). El segundo saldrá publicado próximamente
en la misma revista (comunicación personal), y abor-
dará lo relativo a las estrategias de afrontamiento
(Estrategias de afrontamiento en pacientes con ten-
tativa suicida. Investigación en Salud. Vol. VII (2),
Agosto, 2005).
El propio autor resume su trabajo como sigue.
El presente trabajo se desarrolla en el Hospital
Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, con
pacientes adultos que ingresaron por tentativa sui-
cida en el periodo de marzo de 1999 a noviembre
de 2001 en el que se aborda la correlación que exis-
te entre personalidad y estrategias de afrontamien-
to.
Se trabajó con una muestra no probabilística de
171 pacientes con una edad mínima de 15 años,
edad máxima de 63 años, una media de 27.06 y
una desviación estándar de 9.80. La correlación se
hizo con una muestra de 70 pacientes a los que se
les aplicó ambas pruebas (ya que no siempre fue
posible aplicar ambas instrumentos). Los resultados
se describen de manera separada lo que correspon-
de a factores sociodemográficos, estrategias de
afrontamiento, personalidad y al final se integra la
correlación entre estas dos últimas variables.
El objetivo general fue: Identificar las caracterís-
ticas sociodemográficas de personalidad y afronta-
miento que se asocian a la conducta de tentativa
suicida, estableciendo el tipo de correlación que
guardan estas dos últimas variables. Y los objetivos
particulares: 1) Describir las características
sociodemográficas del sujeto con tentativa suicida;
2) Identificar las características de personalidad del
sujeto con tentativa suicida con énfasis en los con-
ceptos tipo E, N, P y S; 3) Identificar las estrategias
de afrontamiento que utiliza la persona con tentati-
va suicida; 4) Determinar si existe algún tipo de co-
rrelación entre las estrategias de afrontamiento uti-
lizado y el tipo-rasgo de personalidad del sujeto con
tentativa suicida; 5) La H1. (r yx ¹ 0) Existe una corre-
lación significativa entre el tipo de personalidad y las
estrategias de afrontamiento utilizadas por sujetos
con tentativa suicida.
Método e Instrumentos
Es un estudio transversal de correlación. La perso-
nalidad se evaluó con el EPQ-A de Eysenck y el afron-
tamiento con el inventario de afrontamiento de
Vitalino, para la identificación de los factores
sociodemográficas del acto y del actor se desarrolló
un cuestionario tomando como referencia los
indicadores que utiliza el INEGI y se le agregaron
otros factores que se consideraron necesarios.
Resultados
Las características sociodemográficas presentan un
comportamiento parecido a la media nacional re-
portada por INEGI. El tipo “N” y “P” está presente
en el 80% de los casos con una puntuación por arri-
177
ba del percentil 50. La estrategia de afrontamiento
que se utiliza con mayor frecuencia es la focalizada
a la emoción: en un 42% de los casos es de tipo
autoculpabilizante y el 29% centrado en la altera-
ción del significado emocional, solo un 8% busca
identificar y resolver el problema. Existe una corre-
lación significativa de P<.001 entre el tipo de per-
sonalidad y la estrategia de afrontamiento que utili-
za el sujeto con tentativa suicida.
Conclusiones
Existe un patrón de riego sociodemográfico asocia-
do a la conducta suicida. La correlación significativa
entre personalidad y estrategias de afrontamiento
fue reportada de manera similar en población no
suicida por otros investigadores, lo que sugiere que:
la estrategia de afrontamiento se mantiene en dife-
rentes situaciones y que el tipo “N” y “P” de perso-
nalidad son un factor de riesgo cuando se asocian
con conducta suicida.
Acto seguido se incluyen cinco capítulos. El prime-
ro de ellos pretende hacer una introducción al tema;
iniciando con una reflexión del mismo autor: “En el
transitar de la nada a la vida y después a la nada solo
se interpone un instante individual, quizá el instante
más largo e íntimo de la persona en su vida: es el
instante de la muerte”; para abordar entonces las di-
ferentes concepciones del suicidio a lo largo de la his-
toria y las culturas, y los datos epidemiológicos sobre
suicidio y tentativa suicida a nivel internacional y nacio-
nal, citando fuentes adecuadas y actuales (en relación
a la fecha en que se elaboró el documento). No revisa
los datos del Servicio Médico Forense, que se conside-
ran los más adecuados (aunque de cualquier manera
pueden presentar los problemas de subregistro que el
autor tiene a bien reconocer en otras fuentes, como el
INEGI). Finalmente, se define el problema de investi-
gación, se justifica el estudio y se enlistan sus objetivos
generales y específicos.
El segundo capítulo expone de manera detalla-
da las diferentes aproximaciones teóricas del fenó-
meno suicida, incluyendo la sociológica, biológica
(genética y bioquímica), psiquiátrica y psicológica.
Afortunadamente, el autor se ocupa de las diferen-
tes perspectivas psicológicas, sin limitarse exclusi-
vamente a la psicoanalítica (como ocurre en la ma-
yoría de los textos de este tipo que se compilan aquí).
Aborda también, teorías conductuales, como la de
indefensión aprendida de Seligman, y cognitivas,
como la teoría de los constructos personales de Kelly.
Posteriormente se describen los constructos su-
jetos a estudio: la personalidad y el afrontamiento;
así como los modelos explicativos y de evaluación
con los que se aborda el tema en este trabajo, léase:
modelo de personalidad de Eynseck, y modelo de
afrontamiento de Lazarus y Folkman, respectivamen-
te. Para finalizar se describe brevemente la relación
entre ambas variables (personalidad y afrontamien-
to), lo que presta alta congruencia a su marco teóri-
co y métodos de estudio.
El capítulo tres se destina a la descripción del
método de estudio que ya se ha resumido con ante-
lación. Los datos que complementan este resumen
son, a saber:
1) Que se incluyeron: “Pacientes con diagnósti-
co de tentativa de suicidio verificado por en-
trevista o comunicación del familiar; que te-
nían menos 15 años de edad; que no pre-
sentaban trastorno de conciencia; ni com-
promiso psiquiátrico”.
2) Que se excluyeron: “Menores de 15 años de
edad, que presentaban trastorno psiquiátri-
co; y/o estaban inconscientes o sedados por
medicación o drogas; y/o que se negaban a
contestar los instrumentos”.
3) Se incluyen las hipótesis de relación entre la
personalidad y el afrontamiento; así como un
cuadro de operacionalización de variables.
4) Se describen detalladamente los instrumen-
tos de evaluación de la personalidad y el afron-
178
 tamiento, incluyendo sus características
psicométricas; lo que demuestra que se em-
plearon medidas adecuadas (validas y
confiables) de los constructos sujetos a es-
tudio.
El Inventario de Estilo de Afrontamiento de
Vitalino y col.(1985) fue desarrollado a partir del in-
ventario de Lazarus y Folkman. “El instrumento está
formado por 42 reactivos que miden 5 dimensio-
nes: (SP) focalizado en la solución de problemas, (SS)
centrado en la búsqueda de soporte social, (EV)
evitativo, (AC) autoculpabilizante y (FA) centrado
en la alteración del significado emocional. Cada
reactivo tiene cuatro opciones de respuesta con
calificación diferente como: 0 = en absoluto o nada,
1 = en alguna medida o poco, 2 = bastante, 3 =
en gran medida. Al instrumento original se le agre-
garon tres reactivos para identificar ideación suici-
da activa y antecedentes de intentos. El inventario
demostró consistencia al ser validado por
Factorización con la prueba Alpha de Cronbach de:
Factor SP (alpha = 0.93); Factor EV (alpha = 0.80);
Factor SS (alpha = 0.85); Factor AC (alpha = 0.80);
y Factor FA (alpha = 0.89)”.
Por su parte, el Cuestionario de Personalidad para
adultos EPQ-A. H.J. Eysenck y S.B.G. Eysenck “se
compone de 94 reactivos que miden cuatro con-
cepto-tipos de personalidad: (“N”)Emocionalidad.
(“E”) extraversión, (“P”) Dureza y (“S”) sinceridad,
la interpretación se hace a partir del centil al que
corresponden las respuestas que se dieron para cada
tipo: a mayor centil mayor presencia del tipo de per-
sonalidad. El EPQ-A presenta validación de consis-
tencia interna por coeficiente Alpha de Cronbach
de: Escala “N” en varones (alpha = 0.85); Escala
“E” en varones (alpha = 0.82); Escala “P” en varo-
nes (alpha = 0.71); y Escala “S” en varones (alpha
= 0.79); Escala “N” en mujeres (alpha = 0.83); Es-
cala “E” en mujeres (alpha = 0.83); Escala “P” en
mujeres (alpha = 0.70); Escala “S” en mujeres (alpha
= 0.77). Presenta además una validación de corre-
lación test-retest con un mes de intervalo en su apli-
cación y se obtuvieron coeficientes que varían entre
0,80 y 0,90”.
5) Se describe el procedimiento y análisis esta-
dístico. En palabras del propio autor: “La es-
trategia fundamental para la identificación de
pacientes de tentativa suicida fue:
· Revisar los libros de registro de ingreso de la
sala de emergencias de Hospital Civil.
· Cuando el diagnóstico no indicaba suicidio y
el tipo de lesión era sospechosa de tentativa
suicida, se realizaba la entrevista con el pa-
ciente y/o familiar para la determinación del
mismo.
· Entrevista con el paciente sobre las circuns-
tancias del acto para la captura de la infor-
mación del registro sociodemográfico e invi-
tarlo a contestar en su momento los demás
instrumentos.
· Las pruebas se aplicaron algunas veces en la
propia cama del paciente, en caso de poder-
se mover se le transfería a otro espacio más
individual.
· Se calificaron los instrumentos de captación
de información y se codificaron las respues-
tas
· Se integró una base de datos con el progra-
ma de Excel de Microsolf office.
· En caso de pérdida de conciencia del pacien-
te se recuperó la información del expediente
clínico o de entrevista con el familiar; en
muchos casos no se aplicaron cuestionarios
de personalidad o afrontamiento por negati-
va del paciente, por alta médica o fallecimien-
to del mismo”.
“El análisis estadístico incluye frecuencias y por-
centajes de la variable sociodemográfica, afronta-
179
miento y personalidad. Correlación entre las varia-
bles de afrontamiento y personalidad. Factorización
de la Escala de afrontamiento. Los grupos se com-
pararon utilizando diferencia de proporciones y prue-
ba de significancia con X2. El análisis se realizó con
el programa Statistical Package for the Social
Sciences (SPSS) 10”.
En el cuarto capítulo se presentan los resultado
del estudio. En términos generales, se agrega la si-
guiente información al resumen que ya se ha pre-
sentado con antelación; tanto en forma de texto
como en gráficos o tablas que facilitar la síntesis y
comprensión de la información:
1) Descripción de variables sociodemográficas
y relacionadas a la tentativa suicida en el to-
tal de la muestra.
2) Descripción de las estrategias de afrontamien-
to empleadas.
“De los 171 sujetos de tentativa suicida, solo se
aplicó en 103 pacientes la escala de estrategias de
afrontamiento. Las estrategias evaluadas a través del
inventario de estilo de afrontamiento de Vitalino
muestra que: El esfuerzo cognitivo conductual que
desarrolla principalmente el individuo con tentativa
suicida, está dirigido a la emoción para buscar un
alto grado de malestar o de bienestar, esto se refleja
en la tabla 4 que muestra que el 42% de los sujetos
utiliza la estrategia autoculpabilizante como primer
opción, el 29% la fantasía o centrado en la altera-
ción del significado emocional y solo un 8% busca
identificar y solucionar el problema. Como segunda
opción uno de cada tres utiliza la fantasía y uno de
cada cinco utiliza la alternativa autoculpabilizante,
estas alternativas se parecen un tanto al de la pri-
mer opción; la diferencia que aparece es un 21% de
sujetos que buscan el soporte social como alternati-
va. El estilo AC es el menos utilizado como tercera
opción y los cuatro restantes se utilizan indistinta-
mente. Uno de cada tres utiliza como cuarta op-
ción la focalización y solución de problemas o la
evitación. Como quinta estrategia uno de cada tres
utiliza el soporte social y una de cada cuatro utiliza
la solución de problemas o la evitación”.
3) Descripción de las características de perso-
nalidad
“Los rasgos de mayor presencia son el concepto
tipo “N” de emocionalidad y el “P” dureza con un
61% y 69% respectivamente en la cuartila cuatro.
Una lectura agrupada del percentil 51 en adelante
de estos dos tipos de personalidad, sugiere que, 4
de cada 5 de los pacientes con tentativa suicida pre-
sentan características de estos dos tipos de perso-
nalidad; el tipo “E” extraversión en seis de cada diez
pacientes está por abajo del percentil 50.
El tipo “S” sinceridad se asocia con la
confiabilidad de la prueba, ya que puntuaciones al-
tas significan que el sujeto se cuidó demasiado de
dar una “buena” imagen de lo que debe ser social-
mente aceptable y los pacientes de nuestro estudio
presentaron puntuaciones por abajo del percentil 50
en el 67% de los casos.
Un 72% de los pacientes presentaron tanto el
tipo “N” y “P” con puntuaciones por arriba del
percentil 50 (en la cuartila 3 y 4)... El tipo (N)
Emocionalidad, correlaciona negativamente con “E”
y positivamente con “P”. El tipo (E) extraversión,
correlaciona negativamente con los otros tres tipos.
El tipo (P) dureza, correlaciona positivamente con la
escala de sinceridad”.
4) Correlación entre los rasgos de la personali-
dad y las estrategias de afrontamiento.
“El tipo “N” Emocionalidad y “P” Dureza
correlacionan negativamente con la estrategia “SP”
y “SS” y positivamente con la estrategia “FA” y “EV”.
El tipo “N” (Tabla 5) es de los que obtuvieron pun-
tuación más alta, puntuación alta en el tipo
180
Emocionalidad se asocia con un sujeto que busca
menos el soporte social y no focaliza la solución del
problema por el que atraviesa, busca más como al-
ternativa de solución la alteración del significado
emocional del conflicto y en menor cuantía la con-
ducta evitativa. La escala “P” no se asocia con con-
ducta psicótica o esquizoide, se relaciona con ras-
gos de un sujeto solitario que no compagina con
los demás, evitativo en la focalización y solución de
sus problemas por la vía fantasiosa o de cambio de
significado emocional. El tipo “E” extraversión
correlaciona positivamente y significativamente tan-
to con la estrategia focalizada en la solución de pro-
blemas como en la búsqueda de soporte social y
correlaciona negativamente con las estrategias
evitativas y de fantasía. La escala “S” sinceridad que
se asocia con la tendencia al disimulo, al deseo de
presentar una imagen adecuada de sí mismo,
correlaciona negativamente con la estrategia
focalizada en la solución de problemas, la persona
opta por presentar una imagen de “no hay proble-
ma”, por lo que utiliza la estrategia evitativa y
fantasiosa”.
En el último capítulo, el autor discute sus resul-
tados, esboza sus conclusiones, y advierte el mismo
las ventajas y limitaciones de su estudio, a partir de
las cuales hace algunas sugerencias.
“A partir del trabajo se puede generar y/o actuali-
zar información sobre factores de riesgo en la con-
ducta suicida, diseñar propuestas de promoción de
la salud en la que se atienda a la persona, el manejo
del contexto y el reconocimiento de que el suicidio es
un problema de salud que puede ser resulto. Las ca-
racterísticas de personalidad y estrategias de afronta-
miento reportadas en este trabajo, permiten orientar
un modelo cognitivo conductual de intervención des-
de la etapa de ideación hasta la etapa de postvención
en la que se oriente y atienda a la familia como un
elemento inhibidor de futuras tentativas”.
“Desafortunadamente el trabajo con suicidio
consumado es difícil, por lo que las inferencias he-
chas a partir de la tentativa suicida tienen sus
limitantes: nunca sabremos si el pensamiento y es-
tructura de personalidad del suicida es igual al de
tentativa. Los tiempos y espacios para la aplicación
de los instrumentos nunca se pudieron controlar,
algunas veces se aplicó en la cama del paciente y
otras en el consultorio; algunas veces se aplicó en
los primeros siete días y otras veces pasaron hasta
un mes, esperando a que el paciente saliera del com-
promiso de la lesión, sin dejar de mencionar que
muchas veces no completamos la batería completa
por deceso o por alta del mismo paciente. Otro fac-
tor a considerar es que la población que asiste al
Hospital Civil de Guadalajara, es una población de
clase media o baja en su mayoría, aunque consideró
que no impacta significativamente los factores de
personalidad y afrontamiento sería conveniente re-
valorarlo”.
Las propuestas de investigación incluyen: “Eva-
luar el suicidio desde la representación social para
explicar entre otros elementos el porque la pobla-
ción oculta el problema y tanto factor de culpa; ha-
cer un estudio longitudinal con pacientes de tenta-
tiva suicida, para evaluar la presencia o ausencia de
cambios en la estrategia de afrontamiento y su co-
rrelación con la personalidad; e investigar sobre es-
trategias de intervención en pacientes de tentativa
suicida y su impacto a largo plazo en la reincidencia
de la conducta”.
Se considera un trabajo de adecuado mérito cien-
tífico; que cubre los requisitos éticos para investiga-
ción en humanos de este tipo (pues advierte que la
participación era voluntaria, y se trata de un trabajo
sin riesgos que no requiere otro procedimiento para
asegurar el respeto a los derechos de los participan-
tes).
Reseña realizada por:
Dra. Rebeca Robles García
181
Tendencia y Distribución espacial de la
mortalidad por sucidio en México 1979-
2001.
Tesis para obtener el grado de Maestría en
Ciencias de la Salud Pública orientada en epidemiolgía.
Autora: Liliana del Sagrario Villareal Hernández
Director de Tesis: Dr. en C. Alfredo Celis de la Rosa.
Universidad de Guadalajara. 2004.
El objetivo general del trabajo fue describir la ten-
dencia de la mortalidad por suicidio a través del pe-
ríodo de 1979 a 2001 en México, y se contempla-
ron como específicos describir la tendencia de mor-
talidad 1) por grupos de edad y sexo, 2) según el
mecanismo de suicidio y, 3) según entidad federativa.
Conforme al diseño fue un estudio trasversal
ecológico. Se tomaron en cuenta variables demo-
gráficas como edad y sexo, de espacio como enti-
dad federativa, y de tiempo, como el año de regis-
tro; y se hizo una comparación del mecanismo de
suicidio, para lo cual se emplearon las codificacio-
nes de la IX y la X Clasificación Internacional de En-
fermedades -CIE-). Se consultaron las bases de da-
tos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática (INEGI) en el período de 1979 a 2001.
Para la descripción general, por sexo y según
mecanismo de lesión, las muertes se agruparon de
acuerdo a la edad en 5-9, 10-14, 15-19, 20-29, 30-
49, 50-64, 65-75 y 75 y más años. Para la descrip-
ción por entidad federativa, se utilizaron tasas
estandarizadas y fueron agrupadas, para la repre-
sentación gráfica en: 0 a 5/100,000 se consideraron
bajas, de 5 a 15/100,000 valores medios, de 15 a
30/100,000 valores altos, de 30 a 45/100,00 muy
altos y de 45/100,000 en adelante, extremadamen-
te altos. Al obtener la tasa de mortalidad general
por suicidio se definió el número de muertes ocurri-
das por esta causa, según la CIE en un año de estu-
dio, dividido entre la población total de ese mismo
período, mientras que la tasa de mortalidad especí-
fica por edad, se calculó al dividir el número de
muertes ocurridas por esta causa en un año de es-
tudio, en un grupo específico de edad, entre la po-
blación a nivel nacional de este mismo grupo de
edad. Bajo la misma metodología se obtuvieron las
tasas de mortalidad específica según sexo, según
mecanismo de lesión y según entidad federativa.
Para calcular el denominador de las tasas anuales se
llevó a cabo una proyección de la población lineal
con base en los censos generales de población de
1980 y 1990, así como el conteo general de pobla-
ción de 1995. Las tasas de mortalidad se
estandarizaron a través del método directo, utilizan-
do como población de referencia registrada en el
año 200 para toda la República Mexicana. Para el
análisis de la tendencia de mortalidad se utilizó re-
gresión simple; para considerar el cambio anual se
utilizaron porcentajes: se calculó el cambio anual a
través del valor de t; si el valor de p correspondiente
a la pendiente era menor o igual a 0.05 el cambio se
consideró significativo.
En su intruducción, Villarreal enfatiza que Méxi-
co es considerado como uno de los países donde
este problema es creciente, y es el país con mayor
incremento en los porcentajes de suicidio a nivel
mundial, registrándose un aumento mayor del
61.9% en el trienio de 1981 a 1983 al trienio 1993
a 1995... la mortalidad por esta causa se ha
incrementado de manera consistente en los últi-
mos años con una tendencia más acelerada que la
de otros países dela región... se empiezan a obser-
var cambios en la mortalidad por suicidios respec-
to al sexo y los grupos de edad. Enumera algunos
de los factores de riesgo que se han considerado
para el suicidio como planificación de una idea sui-
cida previa, aislamiento y/o menor comunicación
durante la planeación del acto autodestructivo, pro-
pósito de morir, uso de drogas, alcohol, intoxica-
ción durante el episodio suicida, sexo masculino,
desórdenes psiquiátricos importantes, anteceden-
tes familiares de trastornos afectivos e intentos
suicidas.
182
 Como un aspecto relevante señala que la mane-
ra en que los estudios realizados abordan el fenó-
meno, permite pocas comparaciones a nivel inter-
nacional, debido a la falta de estandarización de las
tasas, además, expone que este estudio pretende
explorar cuál ha sido la tendencia de la mortalidad
por suicidio en nuestro país según las característi-
cas de sexo, grupo de edad, mecanismos de la le-
sión y distribución geográfica según entidad
federativa, en los últimos 22 años (desde 1979 a
2001).
El apartado de antecedentes lo divide en con-
cepto del suicidio, fases del suicidio, teorías del com-
portamiento suicida, registros epidemiológicos, el
suicidio según mecanismo de lesión, factores aso-
ciados al suicidio, y medios de comunicación y sui-
cidio. Concibe al suicidio como un fenómeno tan
antiguo como la propia historia de la humanidad...
presente en todas las épocas y culturas, pero la
actitud de las sociedades ha sido diferente depen-
diendo de las influencias religiosas, filosóficas, cul-
turales, socio-políticas, y sobre todo de las ideas
sobre la muerte y el más allá. (pág. 2)
Entre varios otros, expone el concepto
etimológico del suicidio (del latín sui que significa
“uno mismo” y de cidium que se refiere a ceder =
matar”... acto del individuo encaminado a la
autodestrucción), de la Organización Mundial de la
Salud, de Solomon, de Durkheim y de Freud: pro-
ducto de tendencias autpdestructivas prsente en
todo tipo de personas, fenómeno intrapsíquico
determinado de forma incosciente donde intervie-
ne la agresión y la hostilidad a sí mismo al no poder
exteriorizarlo. La base del suicidio radica en el ins-
tinto de muerte, atiende a un impulso agresivo
introyectado hacía sí mismo.
Señala tres fases del suicidio: a) ideación suicida,
b) parasuicidio y c) suicidio. Para enseguida iniciar con
la exposición de algunas teorías sobre el comporta-
miento suicida; Durkheim lo concibe como un fenó-
meno social no explicable en términos individuales.
Se transforma en un reflejo de las sociedades en que
se produce, varía según el momento histórico, y
anota los cuatro tipos, el suicidio egoísta, el altruista,
el fatalista y el anómico... en las sociedades moder-
nas (Durkheim publicó su obra en 1897) la anomia
sería un factor regular y específico en los suicidios:
la falta de regulación social se traduce en ausencia
de freno a las pasiones y creciente divorcio o alinea-
ción de los sujetos respecto a la sociedad. Lo que en
definitiva queda sentado con Durkheim es que el
suicidio será más bien un síntoma de lo que está mal
en una sociedad determinada: mayor será la tasa de
suicidio cuanto mayores sean la tensión y el males-
tar en ella. (págs 5 y 6)
En el apartado psicoanalítico postula que el suici-
dio se vincula básicamente a conflictos relacionados
con la explosión instintiva de la adolescencia, de-
seos sexuales edípicos, dependencia/independen-
cia de los padres, conflictos con bisexualidad y con-
flictos con la adquisición de una identidad adulta.
Asimismo, se postula que el suicidio se puede en-
tender como un factor de formación de la persona-
lidad, intento del ego de pedir ayuda a los que le
rodean... podría obedecer a la necesidad de experi-
mentar el control sobre la vida y la muerte. (pág 7)
En lo concerniente al punto de vista psiquiátrico
expone que la mayoría de los suicidios tienen su
origen en un trastorno mental, entonces, lo más
importante para esta área clínica es crear los ele-
mentos adecuados para realizar un diagnóstico co-
rrecto y oportuno, lo que servirán para efectuar un
tratamiento eficaz, incluye, así mismo, que las pa-
tologías o enfermedades más frecuentes relacio-
nadas con el suicidio son: depresión, esquizofrenia,
trastornos orgánicos cerebrales, alcoholismo y
farmacodependencia y trastornos de la personali-
dad, y en el contexto de tales enfermedades, apare-
cen como factores de riesgo el sexo masculino, la
edad avanzada, la inhibición de la expresión de los
afectos, los sentimientos de culpa, insuficiencia y
desesperanza, las amenazas suicidas directas o in-
183
directas, los intentos suicidas previos, el antece-
dente suicida en la familia o el medio, la carencia
de metas o tarea de vida, la falta o pérdida de vín-
culos religiosos, una familia destruida en la infancia
y la vida en soledad. (pág 10)
En el apartado de registros epidemiológicos, la
autora hace mención que el suicidio es una de las
primeras cinco causas de muerte en muchos paí-
ses: según la OMS las tasas más altas de suicidio
están reportadas en fechas más recientes para
Lituania, la Federación Rusa y Belarus, entre otros,
con tasas por arriba de 30/100,000 consideradas
como muy altas. Las cifras consideradas como ba-
jas están observadas en países como Bahrain,
Georgia, Nicaragua... Se ha producido un aumento
exorbitante del suicidio en hombres ancianos y
adolescentes en Norteamérica y, por el contrario,
un descenso considerable de las cifras en los dos
grupos de edad en ambos sexos en Japón, y pun-
tualiza que las altas tasas acumuladas ocultan im-
portantes diferenciasen lo tocante a la distribución
por sexos, grupos de edad o zona geográfica, así
como a las tendencias a más largo plazo. (pág 12)
Continúa señalando que hasta hace poco Méxi-
co presentaba una de las tasas de mortalidad por
suicidio más bajas en América Latina, y sin embar-
go, se ha incrementado de manera consistente en
los último años con una tendencia más acelerada
que la de otros países de la región... la mortalidad
por suicidio representa amplias diferencias entre
entidades federativas. Yucatán, Campeche y
Tabasco presentan las cifras más altas del país. En
Tabasco los suicidios son casi 10 veces más frecuen-
tes que en Chiapas, con cifras similares a las de
Canadá y algunos países del Caribe que son los que
representan cifras más altas de América Latina. (pág
13)
Como aspectos que dificultan el análisis de ci-
fras, Villarreal menciona la subnotificación, conse-
cuencia de la disposición obligatoria a que el diag-
nóstico de suicidio sea confidencial, así como la in-
fluencia de las actitudes culturales, la disparidad de
métodos para registro que impide las referencias
comparativas entre países. Apunta también que los
registros existentes son de difícil comparación pues
la conceptualización de ideación suicida y el cómo
se consulta es muy diversa. (págs 13 y 14) Los mé-
todos más frecuentes que encuentra en su trabajo
son ahorcamiento, seguido por precipitación y uso
de armas de fuego; por sexo, los medios utilizados
por varones fueron ahorcamiento, precipitación y
armas de fuego, en tanto las jóvenes, fundamental-
mente intoxicación. (pág 15)
Señala que en la literatura a menudo se han se-
ñalado los cambios socioeconómicos como uno de
los factores que contribuyen a elevar las tasas de
suicidio, también se han observado aumentos de
las tasas de suicidio en período de estabilidad
socioeconómica, y se han registrado tasas de suici-
dio estables durante períodos de cambios
socioeconómicos muy importantes. El consumo de
alcohol... y el fácil acceso a algunas sustancias tóxi-
cas... y a armas de fuego parecen correlacionarse
positivamente con las tasas de suicidio en todos los
países estudiados hasta el momento, tanto
industrializados como en desarrollo. Hace referen-
cia también a la depresión y a la esquizofrenia como
algunos de los trastornos mentales que conducen
al suicidio, pero no abunda en este tema. (pág 16)
La disponibilidad de métodos para suicidarse re-
percute notablemente sobre los suicidios consuma-
dos; con relación a los medios de comunicación
sostiene que deberían omitir... información relativa
a suicidios, ya que el trato no es adecuado y se
corre el riesgo de que por el mecanismo de imita-
ción jóvenes en condiciones de crisis intenten sui-
cidarse, aspecto muy importante en nuestra reali-
dad actual.
Al considerar el sexo señala que la ansiedad y la
depresión son más frecuentes entre las mujeres,
mientras que los trastornos relacionados con el uso
de sustancias psicoactivas o los de personalidad an-
184
tisocial lo son en hombres. Respecto a la edad, ex-
plica que los jóvenes presentan imposibilidad para
tolerar adecuadamente los cambios vitales que im-
plican el desarraigo en un período de búsqueda de
identidad y de sentido a sus vidas, mientras la pre-
valencia de la depresión aumenta con la edad, se
hace más frecuente en la población anciana, y mayor
aún en aquellos con problemas de discapacidad fí-
sica. (pág 17)
Entre los principales resultados obtenidos, enu-
mera un total de 49,283 muertes por suicidio en el
período de 1979 a 2001, 83.3% del sexo masculino
y 16.7% del femenino. De 1979 a 1984 se observó
una tendencia hacia la disminución, pero a partir de
esa fecha y hasta 2001 se observó una tendencia al
aumento de 1.62/100,000 a 4.34/100,000 (r 0.95,
p menor a 0.001). Refiere un incremento en la tasa
general de 100%, entre los hombres de 109.7% y
para las mujeres de 106%, aunque de acuerdo a sus
propios datos, correspondería a 81.93%, estos da-
tos los muestra en su gráfico 1, que se reporoduce.
Asimismo, a partir de los 10 años todos los gru-
pos mostraron una tendencia al aumento, con una
pendiente más pronunciada en el grupo de 75 años
y más (r = 0.90, p menor 0.001). Los grupos de
edad con mayores tasas de mortalidad fueron el de
20 a 29 años en 1979 con 3.73 y se elevó a 6.55/
100,000 para el 2001y el de 75 y más años con 3.61/
100,000 en 1979 a 9.28/100,000 en el 2001 (au-
mento de 157%).
Continúa explicando sus resultados por sexo, y
respecto a los hombres, la tendencia al aumento
fue significativa, mostrándose más evidente a partir
de los 15 años, aunque las mayores tasas fueron en
los grupos de 75 y más en 1979 con 7.18/100,000
a 18.86/100,000 para el 2001, y el de 20 a 29 años
con una tasa de 6.24/100,000 en 1979 y de 11.71/
100,000 en 2001, con un incremento de 162% y
87%, respectivamente.
Por su parte, entre las mujeres, dos grupos de
edad mostraron una tendencia más significativa
hacia el aumento, el de 10 a 14 años, que pasó de
0.13/100,000 en 1979 a 1.13/100,000 en 2001, con
un aumento proporcional de 769%, y el de 15 a 19,
que pasó de 1.87/100,000 en 1979 a 3.1/100,000
en 2001, y aunque su incremento proporcional sólo
fue de 65%, tuvieron las mayores tasas de mortali-
dad.
Por otra parte, según el mecanismo de suicidio,
entre los hombres la muerte es por sofocación,
mientras que entre las mujeres el mecanismo pre-
ferido es el envenenamiento; ahora bien, el suicidio
por sofocación presentó un incremento proporcio-
nal de 360%, pues mientras en 1979 hubo una tasa
de 0.15/100,000 para 2001 lo fue de 0.69/100,000
(r = 0.90, p menor a 0.001). En su gráfico 10 se
ilustra la enorme trascendencia que el ahorcamien-
to tiene en la conformación de las tendencias por
suicidio.
La distribución por entidad federativa nos mues-
tra a Tabasco como el estado con mayores tasas de
mortalidad en todos los trienios estudiados, y aun-
que este estado tuvo durante los 22 años en estu-
dio las cifras más altas en todo el país, con una gran
diferencia respecto al resto, su tendencia parece ser
al descenso, ya que en el trienio 1979-1981 su tasa
fue de 98.68/100,000, presentó fluctuaciones, y para
el último año de estudio su tasa fue de 81.32/
100,000 (r = 84, p = 0.5, estadísticamente no sig-
nificativo).
Por otra parte se describen una serie de cambios
en las tasas de mortalidad y como se conforman
zonas de mayores tasas según entidad federativa: la
primera zona conformada por la península de
Yucatán y Tabasco, otra en el norte del país, a excep-
ción de Nuevo león y Sinaloa, y una más en el Occi-
dente.
Ya en el apartado de discusión, la autora destaca
que se observó una tendencia francamente creciente
de la mortalidad por suicidios en todos los grupos
de edad, con marcadas diferencias según el sexo.
Se muestra la coincidencia del estudio con el reali-
185
zado por Híjar de 1979 a 1993, así como el de
Saltijeral Méndez que estudió años previos a inclui-
dos en este trabajo (1971 a 1980), donde se men-
ciona una tendencia a la disminución, que se mani-
fiesta en los primeros años del presente estudio,
hasta 1984, en que los suicidios se incrementan pro-
gresivamente.
La tasa de mortalidad por suicidio para 1995 co-
incide con lo reportado en el informe de salud de la
OMS de 2004 y con la tasa de mortalidad por suici-
dios para población general en 2001, de 4.34 por
cada cien mil habitantes. Por otra parte, la tasa por
suicidio para la población general a nivel mundial es
de 8 en 100,000 habitantes, y la que se obtiene para
el país en el presente trabajo es menor.
Con relación a grupos de edad, para la pobla-
ción en general registraron mayores tasas de mor-
talidad los de 20 a 29 años y los mayores de 75,
quienes además, también tuvieron el mayor aumen-
to, 175%. Para los hombres se invierte la presencia
de dos grupos etáreos, mientras que en las mujeres
se hace presente el de 15 a 19 años, y llama la aten-
ción el aumento proporcional de 769% del grupo
de 10 a 14 años. A la autora le llama la atención que
otros estudios reportan tasas por entidad federativa
que difieren de manera importante a los encontra-
dos por ella, sin embargo, esto parece obedecer a
un error en la constante de multiplicación, ya que al
hacer la corrección, coinciden de manera notable
con las bibliografías que menciona.
La tendencia del estado de Tabasco, considera-
blemente elevada en comparación con el resto de
las entidades del país, ha sido reportada en otros
estudios, y motivó la realización de un análisis de
1984 a 1988, en donde se menciona que los mayo-
res de 65 años, dedicados a la agricultura y ganade-
ría, casados o solteros, así como el centro del esta-
do, fue la población predominantemente afectada,
el mecanismo elegido, ahorcamiento. Algunos fac-
tores que a los que se atribuye son la influencia cul-
tural maya y el marcado proceso de modernización,
este estado maneja cifras equivalentes y aún mayo-
res en algunos años a las que maneja Lituania, país
considerado con las cifras más altas a nivel mundial
con 80.7 por cada cien mil habitantes.
A pesar de que las cifras por suicidio en el país
muestran aumento, aún son menores a las reporta-
das en países desarrollados. Algunos autores coin-
ciden en que el problema del suicidio no obedece
totalmente a factores de tipo ambiental o de desa-
rrollo socioeconómico, ya que existen países con un
alto nivel de desarrollo y otros con muy bajo que
presentan cifras muy altas de mortalidad, de igual
manera existen países con estas mismas caracterís-
ticas pero con cifras muy bajas; en México existe un
comportamiento similar, pues en la zona norte, eco-
nómicamente alta, presenta un aumento progresi-
vo similar a la zona del sureste, considerada de bajo
nivel socioeconómico.
La autora misma concluye que una forma de
controlar el problema desde la salud pública es a
través de la vigilancia epidemiológica, donde el sui-
cidio debe ser considerado como de notificación
inmediata, realizar visitas domiciliarias y brindar ayu-
da interdisciplinaria especializada; además de estu-
diar el comportamiento suicida en el nivel regional.
Reseña realizada por:
José Manuel Hernández Arias
Médico Psiquiatra, Maestro en Ciencias de la Salud
Pública.
Coordinador Clínico del Centro de Atención Inte-
gral en Salud Mental de Estancia Breve del Instituto
Jalisciense de Salud Mental.
Profesor de Asignatura del CUCS de la Universidad
de Guadalajara.
186
El rol del horario como detonante de los
suicidios en México 1996-2001.
Tesis para obtener el grado de Maestría en Ciencias
de la Salud Pública con orientación en epidemiología.
Autor: Ramón Gaxiola Robles
Director de tesis: Dr. en C. Alfredo Celis de la Rosa.
Universidad de Guadalajara. 2004.
El primer punto que considera el autor de esta tesis
es que el suicidio es un evento multicausal, y señala
como uno de sus factores de riesgo la relación en-
tre la estación del año y el incremento en el número
de suicidios existentes en todas las latitudes y cultu-
ras, asociación que a su parecer, está en relación
directa con la exposición a la luz solar. Argumenta
que en los países donde se ha adoptado el cambio
de horario existe una exposición súbita de la pobla-
ción a la luz solar, para preguntarse acerca de la re-
lación que puede existir entre los cambios de hora-
rio en primavera y otoño con el número de suici-
dios.
Tanto en alguno países europeos, como en el
norte de América los cambios de horario datan des-
de los años 20 del siglo pasado para promover el
ahorro de energía, mayor tiempo disponible para
actividades recreativas, aumento en las actividades
industriales y laborales, así como la reducción de
delitos; en México, es a partir de 1996 en que se
implementa.
Enseguida, Gaxiola se dispone a exponer la rela-
ción teórica entre la exposición a la luz solar y el
suicidio a través de varios autores que han aborda-
do la temática. En primer término, Petridou destaca
que el número de suicidios aumenta en relación a la
exposición a la luz solar, lo cual podría estar media-
do por la serotonina o la melatonina, y añada a su
análisis algunas características clínicas relacionados
al suicidio, como son la impulsividad o la tendencia
a reaccionar rápidamente ante un estímulo y con
una mínima consideración de las consecuencias,
además de otros comportamientos como la rabia y
el enojo, que son mediados por sistemas de trans-
misión serotoninérgica.
En este sentido, la melatonina, al regular ciclos
circadianos regula estados de ánimo, y disminuye a
niveles basales en presencia de la luz solar, al expo-
nerse más tiempo a esta cuando se efectúa el cam-
bio de horario, la concentración de la neurohormona
disminuye con relación a días previos; esta podría
ser la explicación dl aumento en el número de suici-
dios de jóvenes y adultos durante los meses de mar-
zo a abril que otros autores han reportado, conclu-
ye en su marco teórico el tesista.
Se plantea como objetivo analizar la asociación
que existe entre los cambios de horario y la frecuen-
cia de suicidio en la población mexicana, su hipóte-
sis de trabajo: los cambios de horario se encuentran
asociados a cambios en la frecuencia de los suici-
dios en la población mexicana, aumentan en el cam-
bio de horario de primavera y disminuyen en el de
otoño.
Realizó un estudio ecológico comparativo de los
suicidios ocurridos antes y después de los cambios
de horario en primavera y otoño de los años 1990 a
2001, utilizó las bases de datos de mortalidad regis-
trada en México por el Instituto Nacional de Esta-
dística, Geografía e Informática (INEGI), así como
proyecciones lineales de población a partir del Conteo
de Población de 1995 y del censo General de Pobla-
ción y Vivienda de 2000, del mismo instituto, to-
mando las variables de edad (mayores de 14 años),
sexo y fecha del suicidio, clasificándolos en violen-
tos y no violentos.
Para el análisis estadístico, el autor incluyó fre-
cuencias absolutas, y respecto a la fecha, clasificó a
los días en previos o posteriores al cambio de hora-
rio; en el análisis de riesgo se tomaron en cuenta
aquellos suicidios ocurridos 14 días antes o después
de la fecha del cambio de horario, calculando ries-
gos relativos e intervalos de confianza al 95% me-
diante regresión de Poisson, con el programa
187
epidemiológico EGRET. Presenta las tendencias de Se señalan algunas limitaciones al estudio, como
suicidios durante las ocho semanas previas y poste- el hecho de que en la base de datos del INEGI sólo
riores a los cambios de horario, así como las fre- se reportan mes y año, no así el día, dato muy im-
cuencias de suicidios ocurridos entre los meses de portante para este estudio; así como la validez que
marzo-abril y octubre noviembre, para los años pre- tengan los registros de mortalidad y el diagnóstico
vios al cambio de horario así como para los años del suicidio, aludiendo al subregistro, aunque tal
posteriores. anomalía no sesgaría la estimación de riesgos relati-
Menciona que durante el período 1996-2001 se vos.
registraron en el país 19,421 suicidios en mayores
de 14 años. Muestra una tendencia descendente de
los suicidios en las semanas durante el cambio de
horario en otoño, mientras durante la primavera hay
un incremento súbito durante la semana del cam-
bio de horario, mostradas en la figura 1. Respecto
de los riesgos relativos, el mayor se encuentra entre
los violentos, con un RR de 1.2, con IC al 95% de
1.1 a 1.4 en el cambio de primavera, esta
significancia no se encuentra entre los no violentos,
ni para los ocurridos en el cambio de horario de oto-
ño.
Se constata la superioridad en la relación hom-
bre-mujer a favor del primero; por otra parte, el
análisis comparativo entre los meses de marzo y
noviembre, contra los de abril y octubre, tanto para
los 6 años con cambio de horario que abarca el es-
tudio, como para un número semejante de años
antes de que se implementara tal medida, ofrece
un RR de 1.1, IC al 95% de 1.05 a 1.2 para el mes de
abril en los años con cambio de horario, lo cual no
se observa en el resto de los años ni en octubre o
noviembre, se ilustra lo anterior en el cuadro 4.
En su discusión, el autor abunda sobre la mayor
exposición a la luz solar durante el período del cam-
bio de horario, y su asociación directa con el incre- Reseña realizada por:
mento en el número de suicidios. Al fundamentar José Manuel Hernández Arias
su discusión sobre el efecto de la melatonina y la Médico Psiquiatra, Maestro en Ciencias de la Salud
serotonina a nivel de hipotálamo, se supone una Pública.
mayor presencia de suicidios con características vio- Coordinador Clínico del Centro de Atención Inte-
lentas, hecho reportado previamente en Italia, y que gral en Salud Mental de Estancia Breve del Instituto
en el presente estudio resulta estadísticamente sig- Jalisciense de Salud Mental.
nificativo. Finalmente, sugiere realizar estudios en Profesor de Asignatura del CUCS de la Universidad
un mayor período. de Guadalajara.
188
Perfil de temperamento y carácter de
personas con intento suicida en Jalisco,
México.

Tesis de Especialidad en Psiquiatría

Autora: Graciela Esmeralda Vela Sánchez
Directores de Tesis: Dr. Benjamín Becerra y Dra. Re-
beca Robles García.
Universidad de Guadalajara. Sede: Hospitales Civiles
de Guadalajara. 2004.

No se realizó la reseña en virtud de que este trabajo

fue publicado en un artículo internacional que se
incluye en esta compilación.

189
Documentos Institucionales
Diagnóstico para la atención integral de la conducta
suicida en Jalisco
Mirna Alicia Rivera González y
Enriqueta Cambero González
Instituto Jalisciense de Salud
Mental, Secretaría de Salud
MJaliusco.
Marco teórico
A lo largo del desarrollo del ser humano se han sucitado cambios de tal
magnitud que lo han llevado muchas veces a mejorar su estilo de vida
(de nómada a sedentario; de andar a pie a transportarse en máquinas
de cuatro ruedas; de solamente observar el horizonte a surcarlo en avio-
nes o en cohetes), sin embargo, este progreso le ha generado también
una necesidad de poder y dominio, por lo que a través de las guerras ha
creado una cultura de muerte a cambio de posesión; ello ha repercutido
indudablemente en estragos para su ecosistema convirtiéndolo en un
foco que lo contamina física y mentalmente.
En el contexto de la salud pública se plantean fenómenos sociales
que repercuten considerablemente en la salud colectiva y mental de las
comunidades, Vega Franco plantea que en la medida en que la vida
gregaria se identifica con la complejidad de los modernos centros urba-
nos, el hombre cambia su entorno ecológico por otro artificial. En este
nuevo ecosistema, se sujeta a reglas más estrictas de convivencia hu-
mana, los espacios que habita se reducen y ellos modifican
sustancialmente su estilo de vida; en este nuevo contexto surgen ries-
gos para su salud hasta entonces desconocidos. En un intento por ha-
cer más placentera su vida, el hombre restringe su individualidad en
aras de la convivencia urbana; en cierta forma su salud es, en tal caso,
un bien social.
En este esfuerzo por acoplarse a las nuevas normas y medidas que
él mismo asigna a su contexto, empieza a generar satisfactores (tabaco,
alcohol, drogas, Internet, pantallas planas, agendas electrónicas) que le
ayuden a tolerar su nuevo estilo de vida. Sin embargo, no siempre es
suficiente y ello le acarrea un descontento tal que da lugar entonces a
un ser violento, intolerante, con sensaciones de vacío los cuales dirige
191
hacia su entorno generando un circulo vicioso en
donde hombre y sociedad luchan por gritar y callar
respectivamente.
En un medio que se torna insoportable surge el
suicidio, un fenómeno que se vive como un verda-
dero peligro para la salud pública y por tanto como
problema social y colectivo, éste es para muchos un
evento incomprensible, para los estudiosos de las
ciencias sociales y de la salud existen explicaciones
del tipo cultural, socioeconómicas y/o genéticas, entre
otras. Lo cierto es que, aunque diferentes especia-
listas intenten argumentar el porqué del evento, el
impacto que éste fenómeno tiene a nivel psicológi-
co y social es doloroso y en muchas ocasiones con
repercusiones familiares catastróficas, ello lo con-
vierte en un problema donde Estado y sociedad de-
ben enfrentar y ser por tanto copartícipes del bien-
estar mental de la comunidad en la que se desen-
vuelven.
Farberow (1969) en los escritos realizados, hace
hincapié en la actitud predominantemente conde-
natoria de la sociedad hacia el suicidio y lo explica a
través de una cita de Fedden; «El suicidio es una
muestra de desprecio por la humanidad. Es descor-
tés, es un insulto que se hace a la humanidad en
uno mismo. Este acto, es el más individualista de
todos, perturba profundamente a la sociedad. Al ver
a un hombre que aparentemente desprecia las co-
sas que los otros aprecian, la sociedad se ve obli-
gada a dudar de todo lo que ha pensado es
deseable
deseable.
El suicida tira por la borda todo lo bueno que
tiene su vida. La sociedad se siente turbada y la re-
acción natural y nervios es condenar el suicidio. Así,
refuerza de nuevo sus propios valores.»
Etimológicamente el suicidio tiene sus raíces en
el latín Sui que significa “uno mismo” y de cidium
que se refiere a “cedere = matar”, es decir, el acto
del individuo encaminado a la autodestrucción in-
tencional.
Existen además otras definiciones:
1. Suicidio consumado: conducta
autodestructiva y autoinfringida que acaba
con la muerte de la persona que lo lleva a
cabo.
2. Suicidio frustrado: suicidio que no llega a con-
sumarse porque un imprevisto (algo con lo
que no contaba el sujeto) lo interrumpe.
3. Intento de suicidio: daño autoinfringido con
diferente grado de intención de morir y de
lesiones.
4. Ideación suicida: pauta para afrontar los pro-
blemas que tiene cada persona, presentación
de ideas de daño, tal vez un plan específico,
pero: no comete ningún acto que lo ponga
en peligro.
5. Gesto suicida: amenaza con hechos sobre
una conducta autodestructiva que se llevará
a cabo. Suele estar cargada con simbolismos,
puede tener un arma en sus manos, amena-
zar con arrojarse desde una ventana, sin em-
bargo no llega a consumar el acto.
6. Amenaza suicida: lo mismo que el anterior
pero la diferencia radica en la verbalización
de los actos que llevara a cabo el sujeto.
7. Parasuicidio: es el comportamiento
autodestructivo, y las tentativas de suicidio
no fatales, de difícil clasificación, que se han
englobado en el término de parasuicidio.
8. Equivalentes suicidas: son las
automutilaciones que puede hacerse una per-
sona.
9. Suicidio colectivo: la conducta
autodestructiva la llevan a cabo varias perso-
nas a la vez. En este tipo de suicidios lo nor-
mal es que una persona del grupo sea la
inductora y el resto los dependientes.
10. Suicidio racional: una persona que tras una
larga enfermedad por ejemplo incapacitante,
llega a la conclusión de que lo mejor puede
hacer es suicidarse.
192
 En base a las definiciones arriba mencionadas se
puede observar que el fenómeno suicida no incluye
sólo la conducta franca y manifiesta de muerte, sino
también los pensamientos, la verbalización y con-
ductas de gusto deportivo que lejos de ser rechaza-
das son en muchas ocasiones aplaudidas.
El fenómeno suicida cada vez está tomando un
matiz más trágico. Por ejemplo, de acuerdo a lo
mencionado en 1994 la Organización Mundial de la
Salud refiere que Japón, uno de los países con ma-
yor poder adquisitivo e industrializado, ha pasado
en pocos años a ostentar una tasa anual de 22 hom-
bres y 11 mujeres por cien mil habitantes. Según la
misma fuente, nuestro país se sitúa en las tasas más
bajas de las naciones industrializadas alcanzando una
tasa del 11 y 4, respectivamente, por encima de
Grecia 6 y 2.
En el otro extremo, los países de la antigua Unión
Soviética han conseguido el triste honor de situarse
en la cabecera de las estadísticas. Con ello se puede
valorar la magnitud del problema, sobre todo si se
tiene en cuenta que una gran cantidad de suicidios
se disimulan y no entran a figurar en las estadísticas
oficiales y que se acompañan de un número muy
superior de tentativas que no quedan registradas.
Esta situación por demás dolorosa, da lugar a
que disciplinas como la Psiquiatría realicen un es-
fuerzo por explicar el origen de éste fenómeno, como
ciencia de la salud y portadora de estudios a nivel
mental y genéticos, hace mención de factores aso-
ciados a la tentativa suicida, entre ellos:
1. Salud física: La relación entre el suicidio y la
salud física es significativa, la atención médi-
ca previa aparece como un indicador de ries-
go positivo para el suicidio, : el 32% de las
personas que se suicidan habían recibido
cuidados médicos en los 6 meses previos a
su muerte. Los estudios postmortem de-
muestran que existen una enfermedad física
en el 25 al 75% de los suicidas.
2. Salud mental: Factores psiquiátricos con re-
levancia en el suicidio son el abuso de sus-
tancias, los trastornos depresivos, la
esquizofrenia y otros trastornos mentales.
Casi el 95% de los que cometen suicidio tie-
nen un trastorno mental, los trastornos de-
presivos suponen el 80% de este numero, la
esquizofrenia el 10% y la demencia o delirium
el 5%.
3. Entre todos los que padecen trastorno men-
tal además el 25% son alcohólicos.
4. Factores fisiológicos: Se ha sugerido un fac-
tor genético en el suicidio y los estudios mues-
tran que el suicidio se presenta más en algu-
nas familias.
5. Dependencia del alcohol: hasta el 25% de los
alcohólicos se suicidan, alrededor del 80% de
los alcohólicos que se suicidan son hombres,
lo que nos indica que el uso del alcohol es
más elevado en hombres.
6. Quizá el mejor indicador de alto riesgo de
suicidio sea la tentativa previa, estudios han
demostrado que el 40% de los pacientes de-
primidos que se suicidan han tenido un in-
tento previo.
Estos factores sin embargo no evitan que este
acto voluntario de autodestrucción tenga
implicaciones no sólo para el individuo que lo ha
intentado (lo haya cometido o no), sino también para
los otros significativos que le sobreviven. Entre es-
tos se hallan los padres, hijos, cónyuges, otros fami-
liares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y
colegas, estudiantes, compañeros pacientes, tera-
peutas, médicos, policía y clero.
Así, por su misma naturaleza, el suicidio es una
situación que se vive como una situación de crisis
que pone en peligro la vida y repercute en la salud
mental de terceros. En este sentido Slaikeu (1990)
proporciona una definición de crisis de cuatro par-
tes: un estado temporal de trastornos y desorgani-
193
zación, caracterizado fundamentalmente por la in-
capacidad de un individuo para manejar una situa-
ción particular usando los métodos frecuentes de
resolución de problemas y por la tendencia hacia un
resultado radicalmente positivo o negativo.
La primer parte de la definición se refiere a la
naturaleza transitoria de la crisis. Para algunos indi-
viduos, la crisis suicida es momentánea, transitoria
y temporal, y cuando se resuelve, el individuo pierde
su tendencia suicida. Para otros sin embargo, la cri-
sis puede convertirse en crónica y conllevar años de
trastornos, crisis vitales y pensamientos suicida. Es-
tas acciones pueden de hecho, convertirse en una
forma de vida.
La capacidad del manejo del individuo, el núcleo
de la segunda y tercera partes de la definición de
Slaikeu, hace referencia a la habilidad del individuo
para resolver problemas. Los individuos suicidas se
sienten abrumados con el uso de las técnicas tradi-
cionales y corrientes de manejo personal. Sus técni-
cas tradicionales no son adecuadas para los requeri-
mientos de las tareas presentes. Entonces conside-
ran el suicidio como un punto de alivio, cesación o,
al menos, una opción razonable. La última parte de
la definición implica el potencial de consecuencias
relativamente importante.
Normalmente, cuando los individuos se hallan
en una situación de crisis y sus recursos presentes
no son adecuados para la tarea, pueden hacer uso
de las reservas poco usadas de su fortaleza personal
y de su ánimo o pueden emplear los recursos de su
red social. Además, pueden buscar o crear sistemas
de apoyo para ayudarles durante las crisis. Los indi-
viduos depresivos y desesperados pueden percibir
escasos recursos (internos y externos) disponibles
para superar su desesperación están o no
consensualmente validadas es un punto que suscita
debate. Si una persona cuenta con un sistema fami-
liar que le apoya, buenos amigos o un terapeuta a
quien recurrir, distintas crisis vitales pueden supe-
rarse más fácilmente. De lo contrario, la muerte
parece la única opción deseable o la opción que re-
sulta como consecuencia de la pérdida de control.
La conducta suicida en la infancia y la
adolescencia
La conducta suicida en la infancia y en la adolescen-
cia se ha convertido en las últimas décadas en un
importante problema de salud mental por su incre-
mento, su repercusión emocional, asociada con la
muerte de un joven y los costes económicos y so-
ciales que comporta. La palabra suicidio únicamen-
te es un término descriptivo que corresponde a un
fenómeno complejo con un entramado multicausal
en el que influyen diversos factores. Un fenómeno
amplio que, englobado por el término de conducta
suicida, en el caso de los niños y adolescentes, in-
cluye: las ideas suicidas (pensamiento de producirse
intencionadamente autolesiones o la muerte), ges-
tos suicidas, intentos de suicidio o suicidio (consu-
mado o frustrado).
El concepto de muerte en el niño y en el
adolescente
Un primer problema que plantea el suicidio (“acto
de matarse a sí mismo”) en el niño y el adolescente
es el concepto de muerte.
El concepto de muerte comporta los siguientes:
fenómeno universal, natural, irreversible, inevitable
y supone la finalización de la vida. Es, por tanto, un
concepto sumamente abstracto y complejo que re-
quiere una serie de requisitos cognoscitivos previos.
Requisitos entre los que destacan:
- Distinción entre lo animado y lo inanimado
- Completo dominio de la constancia del objeto
- Diferenciación del “yo” –sí mismo- del no yo-
todo cuanto no es lo mismo
- El concepto del tiempo (pasado, presente y fu-
turo)
De acuerdo a Hostler (1978) se pueden distin-
guir tres etapas del concepto de la muerte desde los
194
5 años (edad hasta que el niño no considera la muer-
te):
La muerte es concebida como una desaparición
provisional, temporal, no irreversible (como “un via-
je”, “una enfermedad”). Esta etapa suele correspon-
der a los menores de 9 años, entre 5 y 9 años, hasta
los 7.5 años los niños consideran a la muerte como
algo alejado, que no afectaba a los niños, sino espe-
cialmente a la gente grande.
Entre los 7.5 aparecen ideas de muerte o suici-
dio como ¿ya para que sirvo?. El factor biológico
más genérico que predispone al anciano a la muer-
te por suicidio al igual que otro tipo de muerte, es el
deterioro biológico progresivo normal en el enveje-
cimiento.
Factores condicionantes
La conducta suicida surge de múltiples causas con-
vergentes, y no de una causa única. De aquí, la pre-
ferencia en tratar sobre los factores implicados más
que las causas, buscando identificar los factores de
riesgo sobre los que se fundamenta la conducta
suicida en los diferentes grupos de edad. Los facto-
res de riesgo no son mutuamente excluyentes; su
presencia, su número, está asociado a un mayor ries-
go de conducta suicida.
Factores biológicos
Este campo de estudio básico, en la conducta suici-
da en niños y adolescentes es muy reciente. Apare-
ce como consecuencia de los estudios
neuroquímicos en los adultos, especialmente la evi-
dencia de la existencia de una disfunción
serotoninérgica (relacionada con los estados depre-
sivos, la impulsividad, conducta violenta y conducta
suicida) con los evidenciados descensos de los ni-
veles de 5-hidroxi-indolacético (5-HIAA), metabolito
de la serotonina.
Factores familiares de riesgo
1. Historia familiar: de suicidio y/o trastorno
mental o abuso de tóxicos, planteándose la
existencia de una vulnerabilidad genética.
2. Ambiente familiar roto: por separación, di-
vorcio o viudedad, con violencia familiar, abu-
so sexual o físico. Destacando la ausencia de
uno de los padres, si diferenciar sea por
muerte, abandono o separación.
3. Nivel socioeconómico bajo (hacinamiento,
déficits socioculturales, marginación.)
Factores de riesgo personal
1. Impulsividad
2. Baja autoestima
3. Sentimientos de desesperanza
4. Baja tolerancia a la frustración
5. Estilo cognoscitivo rígido, inflexible
6. Labilidad emocional
7. Sentimientos de soledad, rechazo
Factores desencadenantes
1. Conflicto o pérdida interpersonal (problemas
familiares o escolares, pérdida de pareja: real
o sentida, rechazo, miedo o castigo)
2. Problemas económicos
3. Problemas legales
4. Problemas de salud ante la aparición de una
enfermedad terminal
5. Discapacidad adquirida ante una eventuali-
dad
Factores de riesgo sociales
1. Actitudes de mayor aceptación del suicidio y
la muerte en cada generación
2. Los cambios sociales
195
 3. La discordancia intergeneracional
4. Contagio, imitación y repercusión de la in-
formación de los medios de comunicación.
5. Problemas de adaptación social.
6. Adicciones.
Letalidad
Los intentos suicidas pueden ser de baja letalidad o
de alta letalidad, dependiendo del método y elemen-
tos utilizados. En el caso de las pastillas a una dosis
menor a la mortal, lacerarse las muñecas, se consi-
deran de baja letalidad; el uso de armas de fuego,
venenos o el ahorcamiento fallido, son de alta
letalidad.
La siguiente tabla muestra factores que pueden
ser relevantes para valorar el riesgo de suicidio.
FACTORES ASOCIADOS AL RIESGO DE SUICIDIO
Orden de importancia y factor
1 Edad (20 a 40 años o de 12 a 14)
2 Alcoholismo
3 Irritación, cólera, violencia
4 Conducta suicida previa
5 Varón
6 Reacio a aceptar ayuda
7 Mayor duración que lo habitual
del episodio depresivo
8 Ingreso psiquiátrico previo
9 Pérdida reciente o separación
10 Depresión
11 Pérdida de la salud física
12 Desempleado o jubilado
13 Soltero, viudo o divorciado
Tabla modificada de Litman RE, Faberow NL, Wold CI,
Brown TR: Prediction models of suicidal behaviors. En The
Prediction of suicide, H Beck, LP Resnik, DJ Lettieri, editors;
p 141. charles Press, Bowie, MD, 1974.
Entre las características de alto riesgo figuran
estar en la etapa más productiva, sexo masculino,
alcoholismo (la tasa de suicidio es 50 veces mayor
en los alcohólicos), conducta violenta, conducta
suicida previa y haber sido ingresado en un servicio
psiquiátrico con anterioridad. En el suicidio se dis-
tinguen factores asociados al alto y al bajo riesgo.
Contexto - Población
Jalisco forma parte de la cuenca del Pacífico y está
enclavado en el occidente de México. El estado po-
see una extensión territorial de 187.191 kilómetros
cuadrados y representa el 4% de la superficie total
de la república mexicana. Jalisco está compuesto en
la actualidad con 12,021 localidades distribuidos en
124 municipios que a su vez se componen por su
ubicación geográfica 12 regiones: Norte, Altos nor-
te, Altos sur, Ciénega, Sureste, sur, Sierra de amula,
Costa sur, Costa norte, Sierra occidental, Valles y
Centro.
El Estado de Jalisco está compuesto por 124
Municipios, Según datos del INEGI en la actualidad
cuenta con 6. 322,002 Habitantes, de los cuales el
48.5 % son hombres y el 51.5% mujeres; de los
habitantes de 0 a 14 años el 17.1 son varones y el
16.6 son mujeres; mientras que entre los 15 a los
64 años el 28.3% son hombres y el 31.3 son muje-
res. Así mismo de los habitantes de 65 años y más
el 2.4 son hombres y el 2.8 son mujeres.
Jalisco es una región rica en tradiciones del tipo
religiosas y culturales, Dentro de las principales se
encuentran: La festividad de la semana santa, con
representaciones del vía crucis realizado en Tonalá y
Tlaquepaque; la Romería realizada en el mes de oc-
tubre, la cual mueve a miles de Jaliscienses para ren-
dir tributo a la Virgen de Zapopan; del tipo cultural
la muestra Nacional de Cine, Las Fiestas de Octu-
bre en donde en todo el mes se realizan eventos en
las diversas plazas y escenarios teatrales; El concur-
so nacional de Artesanía; la Feria Internacional del
Libro entre otras.
Por otro lado, el Estado de Jalisco sostiene su
economía en diversos sectores, en los que se en-
196
cuentran: Turismo, Agropecuario, Pesca, Madera y
en gran proporción a la exportación de Tequila, artí-
culos de cuero, Textiles y Alfarería.
Discapacidad y alfabetismo
De la población total existente el 2.18% (138 308)
tiene algún tipo de discapacidad, entre las más rele-
vantes se encuentran:
Motriz: 48.5 % (67 129)
Auditiva: 14.5% (20 186)
Del Lenguaje: 3.4% (4 761)
Visual: 22.3% (30 873)
Mental: 18.2% (25 223)
En el rubro de alfabetismo el grupo de hombres
y mujeres de lo 6 a los 14 años de edad se encuen-
tra de la siguiente manera.
El total de hombres alfabetizados es de 650 856
y representa el 50.6 % de la población alfabetizada;
en las mujeres es de 633 739 representando el 49.3
%.
En el grupo de 15 años y más el total de hom-
bres e de 1 831 904 representa el 47.6 % y el de
mujeres de 2 012 019 representando el 52.3%.
Principales causas de mortalidad
Entre las principales causas de mortalidad de la po-
blación de Jalisciense se encuentran por orden de
importancia: Enfermedades del corazón, tumores
malignos, diabetes mellitus, accidentes, enfermeda-
des cerebrovasculares, enfermedades del hígado,
enfermedades pulmonares, influenza y neumonía,
afecciones originadas en el periodo perinatal, insufi-
ciencia renal, desnutrición y otras deficiencias
nutricionales, malformaciones congénitas, bronqui-
tis crónica, homicidios, enfermedades por virus de
la inmunodeficiencia humana, suicidio, ulcera
gástrica, septicemia, enfermedades infecciosas in-
testinales, anemias y paro cardiaco.
Principales diagnósticos de morbilidad
psiquiátrica
Dentro de los principales trastornos registrados en
la población se encuentran en orden de importan-
cia:
Episodio Depresivo leve, Episodio depresivo grave
sin síntomas sicóticos, Trastorno mixto ansioso de-
presivo, Esquizofrenia paranoide, Episodio depresi-
vo moderado9, Trastorno de ansiedad generaliza-
da, perturbación en la actividad y la atención,
Distimia, Trastorno por estrés postraumático, pro-
blemas n la relación entre esposo o pareja, trastor-
nos debidos a lesión y disfunción cerebral y enfer-
medad física, trastorno hipercinetico de la conduc-
ta, Reacción al estrés agudo, Trastorno del compor-
tamiento social de la niñez, trastornos mentales y
del comportamiento debido al uso de múltiples dro-
gas y sustancias psicoactivas, trastorno de adapta-
ción, Enuresis no orgánica, trastorno de la conduc-
ta sociable, trastorno depresivo recurrente episodio
moderado presente y trastornos mentales y del com-
portamiento debido al uso dl alcohol.
Recursos humanos en el Sector Salud
El total de recursos humanos que laboran en el sec-
tor salud es de 41,123 ubicados en diversas insti-
tuciones:
IMSS: 25,083
ISSSTE 2,178
PEMEX: 61
SSJ: 8,263
Hospital Civil Fray Antonio Alcalde: 3,449
Hospital Civil Juan I Menchaca: 2,027
Total 41,061
Dentro de estos recursos humanos se encuen-
tran en contacto directo con el paciente 8,448 en-
197
tre médicos generales 2,182; médicos especialistas puede observar en la siguiente tabla:
3,565; Residentes 1,599; pasantes 780; odontólogos Año de registro Suicidios
322 y del personal paramédico enfermeras 12,613; 1980 672
1981 951
auxiliares 4,522; generales 5,486; especializadas 1982 1042
1,902 y otro personal 3,277. 1983 990
Dentro del Sector Educativo y de salud, la si- 1984 1124
1985 1036
guiente tabla presenta la distribución del número 1986 1205
de escuelas y centros de salud y colonias ubicadas 1987 1204
dentro de la zona metropolitana; en las escuelas 1988 1327
1989 1183
están incluidas desde nivel preescolar hasta nivel 1990 1405
superior. 1991 1826
1992 1955
Municipio Colonias Centros de Salud Escuelas 1993 2022
Tonalá 122 14 170 1994 2215
Tlaquepaque 125 27 216 1995 2428
Guadalajara 95 94 1030 1996 2233
Zapopan 325 63 641 1997 2459
Tlajomulco 14 113 1998 2414
1999 2531
Fuente: Instituto Nacional Estadística, Geografía e Informá- 2000 2736
tica 2003. 2001 3089

Daños a la salud En Jalisco los daños a la salud que genera el sui-

cidio se encuentra descrito en las siguientes tablas.
Un millón de personas cometió suicidio alrededor
del mundo en el 2000 Tasa de mortalidad por suicidio en el Estado de Jalisco
(1970- 2000
2000)
Cada 40 segundos una persona comete suicidio
en algún lugar del mundo AÑO DEFUNCIONES TASA
Cada 3 segundos alguien atenta contra su vida 1970 9 0.27
1980 17 0.39
El suicidio es la tercera causa de muerte entre la 1990 137 2.37
gente de 15 a 35 años 2000 292 4.48
El impacto psicológico, social y económico del
FUENTE: Instituto Nacional de Estadística Geografía e In-
suicidio en las familias y la sociedad es incalculable. formática / Secretaría de Salubridad y Asistencia
Tasa por 100,000 habitantes en base a proyecciones de
En México durante el periodo 1980-2001 el in- población del Consejo Nacional de Población

cremento de suicidios ha sido significativo como se

198
Tasa de mortalidad por suicidio en el Estado de Jalisco
(1990- 2002
2002)

Suicidio
Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996
Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa
México 1341 2.36 2120 2.50 2247 2.60 2350 2.70 2603 2.90 2894 3.20 3026 3.20
Jalisco 132 2.37 182 3.20 177 3.05 208 3.51 237 3.92 221 3.66 247 4.03

Suicidio
Año 1997 1998 1999 2000 2001 2002*
Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa Def. Tasa
México 3370 3.60 3342 3.50 3339 3.40 3478 3.89 3811 3.49
Jalisco 315 5.05 313 4.94 320 4.98 292 4.48 290 4.39 355 5.30

FUENTE: Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática / Secretaría de Salubridad y Asistencia

Información preeliminar.

Secretaría de Salud Jalisco

Tendencia de mortalidad por suicidio 1970, 1980, 1999

Año Defunciones Tasa

1970 9 0.27
1980 17 0.39
1981 24 0.55
1982 19 0.42
1983 20 0.42
1984 11 0.23
1985 85 1.76
1986 93 1.89
1987 127 2.47
1988 77 1.48
1989 135 2.56
1990 132 2.37
1991 182 3.20
1992 177 3.O5
1993 208 3.51
1994 237 3.92
1995 221 3.66
1996 247 4.03
1997 315 5.05
1998 313 4.94
1999 320 4.98

Fuente: Base de Datos Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, Sistema Estadístico Epidemiológico de
Defunciones, Mortalidad 1999.
Tasa Por 100,000 Habitantes.

199
 En la Historia del estado de Jalisco Según datos
del Instituto nacional de estadística Geografía e In-
formática INEGI 2001; Jalisco tuvo 290 defuncio-
nes por suicidio, ocupando el segundo lugar por
número de casos, en primer lugar se encuentra el
D.F y en tercer lugar Veracruz, en ese sentido Jalisco
tuvo una variación porcentual del 90.6, con una tasa
de crecimiento del periodo del 95 al 2001 de 6.16.
Jalisco ocupa el lugar 14 por tasa de mortalidad
por suicidio de los estados en la Republica Mexica-
na. En primer lugar se encuentra Querétaro segui-
do de Morelos, Sonora, Campeche, Quintana Roo,
Aguascalientes, San Luis Potosí, etc.
A nivel nacional los varones son los que más
cometen suicidio. Entre las edades que mayormen-
te lo realizan son los que se encuentran entre los
20-24 años; en segundo lugar 25-29; tercer lugar
30 a 34 y en un preocupante cuarto lugar los de 15-
19 y quinto lugar los de 60 y más.
Las mujeres cometen suicidio según la edad de
la manera siguiente:
En primer lugar se encuentran las de 15 a 19
años, segundo de 20 a 24 años; tercero de 25 a 29
años; en cuarto las de menos de 15 años; en quinto
de 40 a 44 años y en sexto lugar las de 60 años o
más.
El método más utilizado es el estrangulamiento,
seguido del arma de fuego, veneno y otros medios.
Hasta el 2000 Campeche ocupaba el primer lu-
gar por muerte por suicidio en valores de tasas bru-
tas, es decir tomando muerte por cada 100,000
habitantes, seguido de Tabasco, Baja California Sur,
Quintana Roo, Colima y Jalisco ocupaba el lugar no.
23. Es importante mencionar que en la actualidad
el número de casos por suicidio en Jalisco sigue en
aumento, lo cual da por resultado que la tasa a nivel
nacional tenga cambios y el lugar que ocupemos en
la Republica Mexicana sea preocupante.
Dentro de la Zona Metropolitana de Guadalajara
compuesta por los municipios de Zapopan,
Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco y Guadalajara; se
registra el mayor número de muertes por suicidio.
En las siguientes tablas se muestra el impacto del
suicidio en la zona metropolitana.

Suicidios por Municipios y Colonias

Municipio Población 2002 2003 Colonias vulnerables

Guadalajara 1,646 319 108 82 Oblatos, San Rafael, Santa Teresita y San Andrés
Zapopan 1,001 021 50 49 Santa Ana Tepetitlán, Constitución, Briseño y San Juan Ocotán
Tlaquepaque 474,178 29 28 Santa María Tequepexpan, San Pedrito y San Martín de las Flores
Tlajomulco 123,619 3 4
Tonalá 337,149 17 18 Jalisco

Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e informática/ Servicio Médico Forense

Suicidios por sexo y edad 2001 2002 *2003

Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
10-14 6 4 5 6 5 3
15-19 7 19 10 19 7 11
20-24 5 34 7 37 5 20
25-29 2 27 4 32 2 8
30-34 4 27 3 29 1 27
35-39 4 21 2 16 1 13
40-44 0 11 2 13 1 9
45-49 0 13 4 10 4 8
50-54 1 6 2 9 0 6
55-59 1 7 3 6 1 2
60 o más 2 10 4 15 3 6

Fuente: Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses/Servicio Médico Forense Noviembre 2003

*Datos de marzo a octubre.

200
En el interior del estado y zonas rurales el fenómeno suicida va en aumento.
Tasas de suicidio por Municipio en el Estado de Jalisco

Clave Municipio Región Defunciones Tasa

1 Acatic III 1 5.19
2 Acatlán XIII 2 9.76
5 Amatitán X 1 8.19
7 Antonio Escobedo IX 1 10.74
9 El Arenal X 2 13.00
13 Atotonilco IV 3 5.72
21 Casimiro Castillo VII 1 5.27
22 Cihuatlán VII 4 11.35
26 Concepción de Buenos Aires V 1 18.33
27 Cuauhtitlán VII 1 6.24
29 Cuquío XI 1 5.76
36 Etzatlán IX 1 5.64
39 Guadalajara XI 76 4.78
45 Ixtlahuacán del Río XI 1 5.48
47 Jamay IV 1 5.75
53 Lagos de Moreno II 8 5.63
58 Mascota VIII 1 7.18
64 Ojuelos II 2 7.16
65 Pihuamo V 2 13.15
67 Puerto Vallarta VIII 9 4.65
73 San Juan de los Lagos II 6 10.07
77 San Martín Hidalgo IX 2 7.18
78 San Miguel Hidalgo III 3 10.42
80 San Saebastián del Oeste VIII 1 13.60
82 Sayula VI 3 8.94
84 Talpa de Allende VIII 1 6.78
85 Tamazula V 2 4.86
87 Tecalitlán V 1 6.12
88 Tecolotlán VII 2 12.48
91 Teocaltiche II 3 8.00
92 Teocuitatlán de Corona VI 1 8.10
93 Tepatitlán III 10 8.27
94 Tequila IX 3 8.18
96 Tizapán el alto XIII 3 14.98
97 Tlajomulco XIII 7 5.64
98 Tlaquepaque * XII 22 3.77
101 Tonalá XI 18 4.82
105 Tototlán IV 2 9.62
106 Tuxcacuesco VII 1 24.73
110 Unión de Tula VII 1 6.61
117 Villa Obregón III 1 21.87
120 Zapopan *X 44 3.91
121 Zapotiltic VI 2 6.72
124 Zapotlanejo IV 4 6.95
Fuente: Secretaría de Salud Jalisco/Dirección General de Planeación-2001
Tasa por 100,000 habitantes.

201
Defunciones generales, años potenciales de vida perdidos y edad promedio a la muerte según Lesiones autoinflingidas (
Suicidio)

Defunciones Ttasa Edad promedio a la muerte Años potenciales de vida perdidos

290 4.4 64.1 10,215.0

Fuente: base de datos de CD. Mortalidad 2001/ Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática / Secretaría de
Salubridad y Asistencia. Dirección General de Información y Evaluación del Desempeño

Lugar que ocupa el suicidio dentro de las principales causas de mortalidad en Jalisco

Año Número de defunciones Tasa Lugar como principal causa de mortalidad

2001 290 4.4 17
2002 309 4.6 16
2003 264 3.9 16

Fuente: base de datos cd. Mortalidad 2001/ Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática / Secretaría de
Salubridad y Asistencia. Dirección General de Información y Evaluación del Desempeño

Mortalidad por lesiones autoinflingidas intencionalmente (Suicidios) según residencia habitual y grupos de edad quinquenal,
Jalisco 2001

Grupo de edad TTotal

otal Global Defunción TTasa
asa %
<1* 2.224 0 0.00 0.00 0.00
1-4 440 0 0.00 0.00 0.00
5-9 262 0 0.00 0.00 0.00
10-14 258 10 1.36 3.45 3.88
15-19 460 39 5.50 13.45 8.48
20-24 586 48 7.42 16.55 8.19
25-29 652 44 7.42 15.17 6.75
30-34 763 34 6.65 11.72 4.46
35-39 797 26 6.05 8.97 3.26
40-44 972 21 5.98 7.24 2.16
45-49 1,143 16 5.59 5.52 1.40
50-54 1,420 10 4.38 3.45 0.70
55-59 1,711 10 5.52 3.45 0.58
60-64 2,017 9 6.27 3.10 0.45
65-69 2,379 7 6.23 2.41 0.29
70-74 2,632 5 5.78 1.72 0.19
75-79 2,990 2 3.11 0.69 0.07
80-84 3,141 4 9.47 1.38 0.13
85 y + 5,774 2 4.77 0.69 0.03
No especificado 120 3 1.03 2.50
Fuente: BASE DE DATOS CD. MORTALIDAD 2001/INEGI/SSA. Dirección General de Información y Evaluación del
Desempeño
*/ Tasa por 100 000 N.V.R.
1/Tasa por 100 000 habitantes
CLAVE CIE/OMS LISTA DETALLADA 10MA. REV. “X60-X84

202
Mortalidad por suicidios y lesiones autoinflingidas, por causas externas según residencia habitual
Años Total Por sustancias Ahorcamiento Por armas de fuego Las demás
sólidas o líquidas estrangulación, sofocación y explosivos

Defunción Tasa/1 DefunciónTasa /1 Defunción Tasa/1 Defunción Tasa/1 DefunciónTasa /1

2001 290 4.39 30 0.45
181 2.47 67 1.01 12 0.18
2000 292 4.48 49 0.75 172
2.64 63 0.97 8 0.12 1999
320 4.98 38 0.59 187 2.91
80 1.24 15 0.23 1998
313 4.94 35 0.55 197 3.11
67 1.06 14 0.22 1997
315 5.05 63 1.01 162 2.60
77 1.24 13 0.21 1996
247 4.03 42 0.68 108 1.76
80 1.30 17 0.28 1995
221 3.66 31 0.51 97 1.61
78 1.29 15 0.25 1994
237 3.92 43 0.71 106 1.75
78 1.29 10 0.17 1993
208 3.51 46 0.78 75 1.26
74 1.25 13 0.22 1992
177 3.05 21 0.36 67 1.15
69 1.19 20 0.34 1991
182 3.20 27 0.47 75 1.32
65 1.14 15 0.26 1990
132 2.37 29 0.52 45 0.81
49 0.88 9 0.16

Fuente: BASE DE DATOS CD. MORTALIDAD 2001/INEGI/SSA.

Dirección General de Información y Evaluación del Desempeño

1/Tasa por 100 000 habitantes. Estimada en base a las proyecciones

de población del Consejo Nacional de Población.

CLAVE CIE/OMS LISTA DETALLADA 10MA. REV. “X60-X84”

Dirección General de Planeación
Departamento de Estadística

En el rubro de ocupación (de acuerdo a la clasi-
ficación mexicana de ocupaciones (CMO), en los
hombres, el mayor porcentaje lo ocupan los Artesa-
nos y obreros 36.4%, en segundo lugar los trabaja-
dores de oficina 19.4%; en tercer lugar los trabaja-
dores y agropecuarios 16.4%; en cuarto lugar los
comerciantes y dependientes 11.1% y en quinto lu-
gar los profesionistas 4.7%. En el caso de las muje-
res en primer lugar se encuentran las trabajadoras
de oficina 63.6%, seguidos de las comerciantes y
dependientes 18.1% y en tercer lugar trabajadoras
agropecuarias 9.0%.
En el rubro de escolaridad arriba de los quince
años de edad, se encuentra en primer lugar con ni-
vel primaria 52.4%, en segundo con nivel secunda-
ria 25.1%; en tercer lugar con nivel de preparatoria

203
o equivalente 13.0% y en cuarto lugar con nivel pro-
fesional 8.5%.
Con base en lo anterior se puede observar que
se está definiendo un perfil de las personas que co-
meten suicidio, la literatura menciona que a mayor
edad mayor probabilidad de suicidio, sin embargo
conforme el tiempo transcurre se observa que esto
va cambiando, en la actualidad en el estado de Jalis-
co, el mayor grupo de edad que han cometido sui-
cidio se encuentra entre los 20 y 40 años en ambos
sexos, los varones son los que más mueren por esta
causa. Es importante prestar atención al grupo de
edad comprendido de los 10 a los 14 años, que si
bien es cierto no se reporta una cifra alarmante, el
número de muertes por suicidio se esta elevando.
Respuesta social organizada
En la actualidad dentro del sector publico, se está
realizando un esfuerzo por parte de la Secretaría de
salud a través de la formación de una RED de Aten-
ción y Prevención del suicidio. Esta Red pretende
integrar a los trabajos de prevención, atención y re-
habilitación de la conducta suicida, a Instituciones
de los sectores de la Salud, Educación y Seguridad.
Es importante recalcar que los esfuerzos más noto-
rios son aquellos que han sido dirigidos al rescate de
una persona con tentativa suicida, sin embargo en
el área de la prevención no se ha manifestado un
impacto favorable.
Dentro de los trabajos del Estado de Jalisco, en
la actualidad se esta llevando a cabo la política pú-
blica “La familia fortaleza de los jaliscienses” en
donde se pretende trabajar los aspectos preventi-
vos y de detección de los problemas de drogadic-
ción, violencia intra familiar, criminalidad y suicidio
tema que nos compete.
Dentro del Instituto Jalisciense de Salud Mental
existe el Servicio de Intervención en Crisis que otor-
ga servicio de contención y primer contacto las 24
horas del día 365 días del año y en donde se ha ob-
servado que el 50 % de las llamadas que se reciben
es por problemas depresivos seguidas por proble-
mas familiares, de pareja y un 10% por presentar
conducta suicida (ideación o intento).
El Servicio Municipal de Salud del Ayuntamiento
de Guadalajara cuenta con el Servicio de Atención
Psicológica la cual otorga atención Vía Telefónica,
atención a pacientes hospitalizados por intento de
suicidio, personas ambulatorias y quienes son aten-
didos en el área de urgencias médicas; este servicio
otorga atención las 24 hrs. del día 365 días del año
y en el cual se ha observado que el 60% de la de-
manda de atención es por Crisis Depresivas y el 90%
de las personas atendidas viven con disfunción fa-
miliar, problemas de autoestima y pobre control de
Impulsos.
Por parte del sector privado, dentro del sector
educativo, la Universidad del Valle de Atemajac
(UNIVA) se ha propuesto la creación de una línea
de Intervención en Crisis para la atención de la co-
munidad estudiantil y pública; en el rubro de aten-
ción a la salud mental existe el Hospital “San Juan
de Dios” (Mixto, adultos), Sanatorio San Camilo
(atención sólo a mujeres de 16 años en adelante),
Clínica de Orientación y Psicodiagnóstico (Mixto de
18 años en adelante).
Dentro de la respuesta de la comunidad existe
la Organización Puente entre la Institución y la So-
ciedad OPISAC, ONG que otorga atención a perso-
nas con enfermedad mental.
Con base a lo anterior se liberan tres puntos
1. Ante la presencia del fenómeno suicida, el
esfuerzo se enfoca hacia la atención del sui-
cida tanto en la respuesta emergente de res-
cate como en la atención médica y especiali-
zada.
2. Respecto a la atención y rehabilitación de la
familia del suicida no existe a la fecha un es-
pacio que atienda dicha área y otorgue un
seguimiento especializado.
204
 3. en lo que corresponde a los actores del res-
cate, de la atención medica y atención espe-
cializada, existe poca capacitación y sobre
todo nula atención en tanto el estrés e im-
pacto emocional que origina la atención y
contención del fenómeno suicida
Por otro lado no existe una derivación oportuna
por parte de las áreas médicas que atienden lo in-
tentos de suicidio en las diversas instituciones del
sector salud, ello acarrea un importante subregistro
de tentativas de suicidio.
Zonas de alto riesgo de suicidio en Jalisco,
México.
En los siguientes mapas se indican las poblaciones
con mayor riesgo de suicidio por región sanitaria del
Estado de Jalisco. Esta información puede ser rele-
vante para la planeación de programas de preven-
ción del suicidio en nuestro Estado. De hecho, fue
en una de laz colonias de mayor concentración de
suicidios (Colonia Constitución, de Zapopan, Jal.),
según el presente trabajo, a la que se destinaron los
esfuerzos de prevención realizados por la RED
interinstitucional para la prevención del suicidio en
el marco del día internacional de la prevención del
sucidio 2004.
205
206
207
208
209
210
211
212
213
214
215
216
217
218
219
Una escala para medir suicidabilidad en adolescente
escolarizado de 12 a 15 años: Resultados preliminares.
Isabel Valadez Figueroa 1
Raúl Amezcua2
Noé González1
Mónica Contreras1
1
Universidad de Guadalajara,
Instituto Regional de Investigación
en Salud Pública, Jalisco.
2
Universidad Autónoma Benito
Juárez de Oaxaca, Facultad de
Medicina, Departamento de Salud
Mental. Oaxaca, México.
Introducción
Uno de los múltiples trastornos que se presentan en el campo de la
Salud Mental es el suicidio, el cual ocupa un lugar de suma importancia,
en virtud de ser considerado como un fenómeno que alcanza nivel
mundial. Es un problema que se manifiesta en todos los grupos y en
todas las sociedades e incrementa el número de muertes innecesarias
en algunos de los miembros más productivos de la sociedad. En Méxi-
co, las estadísticas existentes sobre el incremento de la incidencia de
conductas suicidas en jóvenes a través de los años, nos indican que el
suicidio en jóvenes representa ya un serio problema.
El fenómeno del suicidio se ha abordado mediante diferentes inves-
tigaciones clínicas y epidemiológicas en las que se han estudiado; suici-
dios consumados, intentos e ideas suicidas en la población, sin embar-
go consideramos que en los esfuerzos preventivos oportunos, es indis-
pensable el incremento de estudios para la identificación de individuos
que pueden estar más expuestos a ese riesgo en la comunidad. Ello
implica investigaciones no sólo desde el punto de vista epidemiológico,
sino de aquellas que conduzcan a la evaluación de factores psicosociales
capaces de producir cambios conductuales en los jóvenes y por lo tanto
influir en las tendencias suicidógenas, ya que en la medida en que se
puedan identificar a tiempo, lograremos prevenir y ayudar a ésta pobla-
ción.
La adolescencia es definida como una etapa vital entre la niñez y la
adultez, que se inicia por los cambios puberales y se caracteriza por
profundas transformaciones biológicas, (cambios en el cuerpo) psicoló-
gicas (cambios en los sentimientos) y sociales, (se incrementa la carga
de presiones o responsabilidades individuales); a los cuales se agrega en
muchas ocasiones cambios en la familia o en la escuela; muchas de
220
estas situaciones son generadoras de crisis, conflic-
tos y contradicciones, que pueden originar trastor-
nos emocionales y conductuales, la mayor parte de
ellos transitorios, sin embargo en algunos adoles-
cente dichos trastornos están presentes en forma
cotidiana. Aunado a ello la inexperiencia y falta de
madurez emocional pueden ocasionar tropezones
que se traducen en momentos de angustia y sole-
dad,,.
Los adolescentes pueden apreciar estos proble-
mas como demasiado violentos o difíciles de sobre-
llevar, y para algunos, el suicidio puede parecer una
solución. En términos generales estos cambios no
se dan en forma constante, sino que ocurren a par-
tir de los 10 años y concluyen alrededor de los 23
años, con distinciones según la edad, por lo que se
justifica hablar de etapas de la adolescencia o ver-
tientes de edad (adolescencia temprana, 11 a 15
años; media 16- 18 años y tardía de 19 -23 años).
Entre los rasgos característicos que se han determi-
nado en cada etapa de la adolescencia, tenemos:
En la adolescencia temprana (12 a 15 años), en-
contramos como rasgos característicos: Adaptación
a una nueva imagen corporal, crecimiento físico y
desarrollo de caracteres sexuales secundarios. Bús-
queda de independencia. Relaciones preferentemen-
te homosociales. Inicio incipiente de relaciones
heterosexuales. Masturbación.
Parte importante de los movimientos adaptativos
que tiene que hacer el y la adolescente en esta eta-
pa, son consecutivos a la importancia de los cam-
bios físicos. Plaut y Hutchinson han comentado que
el impacto de la pubertad es mayor en las mujeres
que en los varones, así como las dificultades del se-
gundo en el proceso de individuación. La hipersen-
sibilidad diferencial, hacia los niveles hormonales
normales, las disparidades mas acentuadas en esta
etapa, que se presentan entre el crecimiento físico
y el desarrollo emocional, esta falta de sincronía ex-
plica muchas de las incongruencias conductuales de
algunos adolescentes, así como muchas de sus an-
gustias.
Adolescencia media (16 –18 años): Búsqueda
de individualidad e identidad. Influencia externa de
los grupos. Inicio de conductas de riesgo. Inicio de
actividades sexuales. En esta etapa el desarrollo físi-
co ha concluido y falta realizar la integración con la
sociedad. En este momento los adolescentes tienen
fuerza personal y no grupal.
Adolescencia Tardía (19 a 23 años): Planeación
vocacional, proyección al futuro. Establecimiento de
una verdadera intimidad. Consolidación de creen-
cias. Evaluación realista del propio potencial. Es en
esta etapa en donde se produce la elección de pro-
fesión. Los adolescentes tienen que tratar con la in-
fluencia de sus compañeros, padres, profesores y
sus propios deseos, para decidir su vocación.
La idea de que la adolescencia es difícil se en-
cuentra relacionada con tres aspectos clave; mayo-
res niveles de conflicto con los padres, alteraciones
del estado de ánimo y mayor implicación en las con-
ductas de riesgo. Además, cada uno de estos ele-
mentos tiene diferentes momentos críticos; el con-
flicto con los padres en la primera adolescencia, las
alteraciones en el estado de ánimo en la adolescen-
cia media y las conductas de riesgo en la adolescen-
cia tardía o primera juventud.
El suicidio en los adolescentes debe
conceptualizarse como un fenómeno
multideterminado y comprensible sólo a través de
un enfoque global de todos los factores que en él
inciden. Los factores de riesgo para que el adoles-
cente sea potencialmente suicida, reportados en la
bibliografía consultada en los últimos años, fueron
agrupados en 19 variables en esta investigación: Sexo,
Edad; Religiosidad; Familia; Pérdida objeto amoro-
so; Dificultades escolares; Dificultades financieras;
Sentimiento de Soledad y/ o abandono; Aislamien-
to; Factores suicidas en la que se agrupó pensamien-
tos, ideas, amenazas, intentos, suicidios en el me-
221
dio ; Agresión reprimida/inhibida; Uso de alcohol;
Uso de drogas; Depresión y equivalentes; Manifes-
taciones psicopáticas; Patrones neuróticos de com-
portamiento; Patrones Psicóticos de comportamien-
to; Impulsividad y Tratamientos psicológicos ante-
riores ,,,,,,,,,,.
Planteado en otros términos el suicidio en el ado-
lescente es un fenómeno complejo, que compren-
de factores físicos, sociales y psicológicos que ac-
túan e interactúan ; sin embargo la forma en que el
individuo se relaciona con su medio ambiente y
como afecta éste último su personalidad, son cau-
sas que determinan que el individuo intente suici-
darse o no.
Desde esta perspectiva el esfuerzo para localiza-
ción de los individuos altamente expuestos, exige
una indagación precisa de los indicadores de riesgo,
para lo cual es necesario la construcción de instru-
mentos que contengan todos estos indicadores de
riesgo para la población adolescente, que puedan
predecir en cierta medida la posibilidad suicida y ejer-
cer las acciones correspondientes.
En una breve síntesis sobre los diferentes instru-
mentos encontrados reportados en la literatura exa-
minada, podemos concluir que las variables que han
sido tomadas en cuenta en los diversos inventarios
y escalas son: depresión; desesperación; ideación
suicida; pensamientos y creencias irracionales; de-
seo del intento de suicidio; ansiedad; estrés cotidia-
no; conducta antisocial,,,,,,,. Cada instrumento es
utilizado como específico, y en algunos casos rela-
cionándolos entre sí o con otros de los factores de
riesgo (ideación suicida y el abuso de sustancias).
Si bien existen varias escalas e inventarios dise-
ñados, dichas escalas e inventarios, se limitan al es-
tudio de una a tres variables identificadas como fac-
tores de riesgo, solas o en combinación, pocos son
específicos para la población adolescente en sus tres
vertientes de edad y requieren en la mayoría de ellos
de personal calificado para su aplicación.
A partir de estos señalamientos, el objetivo de
este trabajo fue diseñar una escala de calificación
de riesgo suicida en el adolescente escolarizado de
la Zona Metropolitana de Guadalajara Jalisco, vali-
dado en nuestro contexto de fácil manejo e inter-
pretación y que proporcione datos sensibles y espe-
cíficos. Con características que lo hagan accesible a
los profesionales no especializados y que permita
precisar la acción intencional de los servicios de apoyo
existentes en los planteles educativos,
(psicopedagógicos) y el establecimiento de alterna-
tivas educacionales alcanzables que incidan en este
problema.
Aspectos éticos:
El proyecto del cual se derivaron estos resultados
fue dictaminado como aprobatorio por el Comité
de Ética de la División de Disciplinas para el Desa-
rrollo, Promoción y Preservación de la Salud, del
Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de la
Universidad de Guadalajara. A los adolescentes se
les explicó el contenido del instrumento, en que con-
sistía su participación y que podrían retirarse del es-
tudio si lo deseaban, se consideró el consentimien-
to informado y se les aseguró la confidencialidad de
la información.
Material y método
Se diseñó un estudio de tipo transversal realizado
cuatro fases:
1. Fase de desarrollo de un inventario:
formulación de reactivos tipo Likert para identifi-
car el comportamiento de los factores, identifica-
dos en la literatura, como de riesgo. (Amezcua,
1994). La validez de contenido y conceptual de las
proposiciones se estimó a través de la evaluación
del inventario por expertos locales, así como por la
población blanco. Se determinó la direccionalidad
222
de las respuestas en el sentido de positividad y
negatividad asignándoseles el número cinco y uno
respectivamente. El puntaje máximo corresponde
al número de ítem multiplicado por el puntaje ma-
yor en cada alternativa, de igual forma el puntaje
menor corresponderá al número de ítem multipli-
cado por el puntaje menor en las alternativas de res-
puesta. El conjunto de proposiciones se integró en
un instrumento, en donde el orden de las mismas
fue dado al azar, con un formato autoaplicable, que
consta de dos secciones, la primera que compren-
de las variables sociodemográficas, en la que se ex-
plora en forma dicotómica; perdida de objeto amo-
roso, enfermedades psiquiátricas de la familia; tra-
tamientos psicológicos previos, suicidios en el me-
dio e intento suicida.
La redacción de las preguntas y su construcción
se analizó por medio de la aplicación del inventario
a través de una prueba piloto
piloto, seleccionando al
azar a 150 adolescentes de las tres vertientes de
edad, distribuidos en la Zona Metropolitana de
Guadalajara a efecto de que las oraciones fueran cla-
ras sencillas y entendibles, a cada uno se le pregun-
tó lo que entiende por cada oración y las respuestas
se contrastaron con lo que se pretendió explorar,
realizándose los ajustes necesarios.
Se aplicó el inventario a una muestra no
probabilística de adolescentes escolarizados, toman-
do por cada reactivo 10 adolescentes a fin de poder
incluir dos adolescentes en cada una de las posicio-
nes de respuesta, tomando en cuenta que no todos
los sujetos pueden tomar una decisión definida en
todos los casos.Teniendo entonces 19 variables, a
razón de 5 reactivos por cada una, multiplicado por
diez adolescentes un total de = 950 adolescentes.
Para seleccionar a los adolescentes, se utilizó el
muestreo estratificado por conglomerados
bietápico. La variable de estratificación fue el nivel
educativo. Tomándose como primera etapa de se-
lección la escuela y como segunda los grupos esco-
lares, utilizándose la tabla de números aleatorios. La
información fue obtenida por los responsables del
proyecto, auxiliados por personal capacitado.
2. Fase de procedimientos de validación del in-
ventario realizado
Para la selección de reactivos del inventario en
base a su poder de discriminación se utilizó la prue-
ba t de student intra grupo para cada proposición
con una p > 0.05, en base a lo cual se determina-
ron los reactivos que se incluirían en el inventario.
Se utilizó la prueba Alfa de Cronbach para la deter-
minación de la Confiabilidad del inventario. Para
evaluar el comportamiento de cada ítem y su con-
sistencia dentro del inventario se utilizo análisis
factorial con rotación varimax.
3. Fase de análisis de relaciones:
relaciones Las pun-
tuaciones obtenidas en cada uno de los factores de
riesgo del inventario aplicado, fueron sometidas a
un análisis de correlación, para medir el grado de
relación que existe entre las variables. Los pesos ob-
tenidos de la correlación, fueron la base de la es-
tructura de la escala.
4. Fase de diseño del instrumento de
calificación de potencialidad suicida:
suicida De acuer-
do al peso en función de la aproximación al 1.0, que
se obtuvo en cada combinación de factores, se co-
locaron en una matriz de correlaciones, asignando
un valor que va del 0 al 5.
Resultados
Características de la Población Estudiada
Se logró estudiar un total de 956 estudiantes, de los
niveles de secundaria y bachillerato en turnos esco-
lares, de ambos sexos de las edades de 12-15
años. Siendo 53.7 por ciento del sexo femenino y
46.3 por ciento del sexo masculino. La religión pre-
dominante fue la católica. En el momento del estu-
dio 12.9 por ciento desempeñaba alguna actividad
remunerada:
223
Puntos alfa Nivel de correlación

0 < 0.10
1 0.10 – 0.200 Correlación débil
2 0.201– 0.400 Correlación baja relación definida pero pequeña
3 0.401– 0.700 Correlación moderada relación considerable
4 0.701 – 0.900 Correlación elevada relación notable
5 0.901 – 1.00 Correlación sumamente elevada relación muy confiable

Tuvieron antecedente de intento suicida, 51 ado-
lescentes (8.7%). presentaron antecedentes de sui-
cidios en el medio un 4.5 por ciento, siendo la fre-
cuencia más alta el suicidio de amigos. Así mismo
se reportó la presencia de enfermo mental en la fa-
milia en un 6l.4 por ciento de la población estudiada
(Cuadro 1).
Respecto a la familia: El 19.1 por ciento de los
padres no vivían juntos, principalmente por muer-
te, separación o divorcio. La estructura familiar fue
en un 57.4 por ciento de tipo nuclear, siguiéndole
en orden de importancia la nuclear extensa con 12.1
por ciento.
Más de la mitad de los padres se situaron entre
31 y 50 años de edad, con escolaridad de licencia-
tura en solo una quinta parte. El 80 por ciento de las
madres se ubicaron entre 31 y 50 años de edad, y
casi una tercera parte de ellas con escolaridad de
primaria.
Casi la mitad de los padres tenía entre 43 y 52
años, con escolaridad entre primaria y menos en
poco más de la quinta parte, respecto a su ocupa-
ción, casi las tres cuartas parte se desempeñaba
como obrero, empleado y comerciante. El 42 por
ciento de las madres tenía entre 43 y 53 años, más
de una tercera parte se ubicaron en primaria y me-
nos.

Cuadro No 1
Diseño y Validación de un Instrumento para evaluar Potencialidad Suicida en el Adolescente Escolarizado de la Zona
Metropolitana de Guadalajara Jalisco.

Características Demográficas No Porcentaje Suicidios en el medio

Si 43 4.5%
Nivel Escolar No 906 94.8
Secundaria 792 82.8% No contesto 7 0.7
Bachillerato 164 17.1 Persona que se suicidó
Sexo No hubo suicidios en el medio 906
Femenino 513 53.7% No contestaron 7 94.8%
Masculino 443 46.3 Tío 5 0.7
Religión Primo 7 0.5
Católica 826 84.4% Abuelo 2 0.7
Otras 79 8.2 Novio 1 0.2
Ninguna 28 2.9 Amigos 12 1.3
No contestó 23 2.4 Abuelo /Tio 1 0.1
Trabajo Otros 8 0.8
Si 124 12.9% Enfermo Mental en la Familia
No 832 87.0 Si 61 6.4%
Antecedentes de Intento Suicida No 895 93.6
Si 51 8.7%No
No 538 91.3 Fuente: Encuesta Directa N = 956

224
 1º Fase de construcción de un inventario: Se
logró a partir de las variables o factores de riesgo
conformar un inventario de 150 preguntas valida-
das por expertos en el terreno, en dos vueltas. Se
efectuaron las modificaciones propuestas tanto en
la redacción como en la inclusión de nuevas oracio-
nes. A la realización de la prueba t de student para
determinar su poder discriminatorio se obtuvieron
102 preguntas, las cuales conformaron el inventa-
rio.
Con la aplicación del inventario, fue posible rea-
lizar modificaciones a la estructura de las oraciones
y algunos ajustes semánticos. Las 102 preguntas
configuraron un inventario que fue aplicado a 956
(de 12 a 15 años) de la Zona Metropolitana de
Guadalajara.
2º Fase procedimientos de validación del in-
ventario realizado: El Coeficiente de Confiabilidad
(alpha de Cronbach) encontrado fue de 0.9356. Este
coeficiente obtenido nos indica la existencia de una
relación entre las variables (factores de riesgo) y que
las mediciones varían de un modo conjunto para
todo el instrumento, que nos muestra una correla-
ción elevada con una relación muy confiable. El
análisis factorial ortagonal con rotación varimax arro-
jó para las 19 dimensiones del inventario 26 facto-
res que representan entre el 60 y 70 % de la pro-
porción de la varianza que presentan en común las
diferentes medidas obtenidas.
3º Fase de análisis de relaciones de las puntua-
ciones obtenidas del inventario: Se obtuvieron co-
rrelaciones que variaron de acuerdo a las tres ver-
tientes de edad y por sexo
4º Fase de diseño del instrumento (tabla) de
calificación de potencialidad suicida.
Para el diseño del instrumento (tabla) se partió
del punto de vista clínico, en donde la presencia de
dos variables conjuntas, aumenta el riesgo suicida
en el adolescente. Las correlaciones obtenidas nos
permitieron conformar matrices diferenciadas por
sexo, por lo cual se obtuvieron 6 instrumentos (ta-
blas) tres para cada vertiente de edad y sexo. Con la
asignación de valores de acuerdo su aproximación
al 1 de cada correlación se estructuraron las tablas
de calificación de potencialidad suicida del adoles-
cente
Las tablas obtenidas son calificadas de la siguiente
manera. Todos los factores que sean aplicables al
adolescente son circulados en la parte izquierda de
la hoja como en la parte superior (que son los mis-
mos). Las puntuaciones correspondientes a las in-
tersecciones de las columnas circuladas, son tam-
bién marcadas en un círculo. Las puntuaciones ob-
tenidas son sumadas en forma horizontal para ob-
tener un subtotal en el extremo derecho. Y por ulti-
mo, se suman los subtotales para obtener el total
éste número total representa la calificación de ries-
go suicida, se determinaron tres niveles bajo riesgo
suicida; riesgo suicida medio; y riesgo suicida alto.
El rango de intervalo entre cada uno de los niveles
se estableció mediante la fórmula: valor máximo de
puntuación menos el valor mínimo dividido entre
3, que fue el número de niveles establecidos.
Discusión
La estructura familiar, muestra múltiples formas (nu-
cleares, uniparentales madre o padre, extensas
reconstituidas) 15. En este estudio poco menos de la
quinta parte de los adolescentes (19.1%) reportan
que sus padres no viven juntos, siendo la causa prin-
cipal la separación (5.54%) o el divorcio (3.45%).
225
En los datos obtenidos sobresale el bajo nivel de es-
colaridad de ambos padres. Tanto la ocupación de
los padres, como el nivel académico alcanzado por
ellos, han sido considerados en algunos estudios
como un recurso de la familia asociado a mejores
posibilidades para afrontar los problemas.
En las cuestiones metodológicos tenemos:
El inventario utilizado para explorar el compor-
tamiento de los factores de riesgo, fue sometido a
varios procedimientos de validación a través de los
cuales se llegó a las siguientes resultados: 1) desde
el punto de vista conceptual y de contenido, las ora-
ciones planteadas describen eventos, pensamien-
tos e intenciones, en la vida cotidiana de los adoles-
centes; 2) los ítem presentados fueron selecciona-
dos por su poder de discriminación, 3) no se tiene
problemas de aplicación , ya que el lenguaje utiliza-
do fue comprobado. Sin embargo se debe conside-
rar en su aplicación, los errores de medida corres-
pondientes al tipo de inventario, ya que las técnicas
escalares tienen varios problemas comunes,,.
Los llamados Grupos de Respuesta ; que influ-
yen o introducen parcialidad en las respuestas, como
la deseabilidad social, o sea la tendencia de una per-
sona a presentar una imagen favorable de si mis-
ma, señalando respuestas que concuerdan con las
costumbres sociales prevalecientes. Las respuestas
extremas; en donde se expresan las respuestas en
términos de alternativas extremas, o lo hacen en la
zona intermedia; Las respuestas serviles, es decir
estar de acuerdo con las preposiciones independien-
temente de su contenido; la impugnación, esto es,
la tendencia a estar en desacuerdo con todas la pre-
posiciones.
Presenta un coeficiente de confiabilidad eleva-
do: En los instrumentos de medición se entiende la
confiabilidad como el grado en que su aplicación
repetida al mismo sujeto u objeto produce iguales
resultados, sin embargo existen fuentes de error re-
portadas en la literatura; relativas a las característi-
cas del individuo, (entendimiento de instrucciones)
a factores temporales (fatiga) y duraderos indivi-
duales (habilidades), y factores que afectan la admi-
nistración de la prueba, (condiciones de realización
e interacción con el examinador). Con la
estandarización de las condiciones de aplicación y la
sensibilización y capacitación a los colaboradores se
pretendió minimizar las fuentes de error.
De acuerdo al número factores (26 factores) en-
contrados para las 19 dimensiones del inventario,
se puede decir que nos encontramos ante un análi-
sis de factor de tipo confirmatorio33,.
En alguna medida la correlación tiene un valor
explicativo aunque parcial. Al saber que dos con-
ceptos o variables están relacionados se aporta cier-
ta información explicativa. Cuanto mayor número
de variables sean correlacionadas en el estudio y
mayor sea la fuerza de las relaciones más completa
será la explicación. Si dos variables están
correlacionadas y se conoce la correlación, se tie-
nen bases para predecir con mayor o menor exacti-
tud, el valor aproximado que tendrá el grupo de
personas en una variable, sabiendo que valor tienen
en la otra variable. En este estudio y para el diseño
del instrumento (tabla) se partió del punto de vista
clínico, en donde la presencia de dos variables con-
juntas, aumenta el riesgo suicida en el adolescente.
Uno de los riesgos en los análisis correlacionales, es
lo que se conoce como correlación espuria, cuando
dos variables estén aparentemente relacionadas, pero
que en realidad no lo están, situación que requiere
de realizar una investigación explicativa o en este
caso recurrir a la clínica.
Conclusiones
Las tablas desarrolladas representan un acercamiento
novedoso a la exploración de los factores de riesgo
relacionados con la conducta suicida del adolescen-
te, ya que en las fuentes de información disponi-
226
bles, no existen antecedentes de un instrumento si-
milar validado en nuestro medio que comprenda la
mayoría de los factores de riesgo suicida. De acuer-
do a la literatura la potencialidad suicida en el ado-
lescente varía influenciado por la edad y el sexo, si-
tuación que se ve reflejada nuestras tablas diseña-
das, que permiten una discriminación entre sexos y
edades de los adolescentes.
La parte medular del trabajo es la elaboración
de las tablas de calificación de potencialidad suici-
da, la cual fue basada en la información obtenida
del comportamiento de las variables o factores de
riesgo (reportadas por la literatura que inciden en el
comportamiento suicida) exploradas a través de un
inventario diseñado para ello. Por las variaciones
obtenidas de acuerdo a la aproximación al 1.0, en el
análisis de correlación, determinadas por la edad y
el sexo, no fue posible diseñar en este estudio una
sola escala. Obteniéndose para cada sexo tres esca-
las, siendo una por cada vertiente de edad.
La realización de este instrumento de medición
en relación al potencial suicida en adolescentes cons-
tituye una primera aproximación. Se considera im-
portante en un segundo momento el realizar su
aplicación, en el ámbito de la clínica (a nivel explica-
tivo) para minimizar el riesgo de una correlación
espuria, y saber como y porque las variables están
supuestamente relacionadas, ya que en ciertas oca-
siones no es tan sencillo detectar cuando una corre-
lación carece de sentido, y a partir de ello hacer las
modificaciones y ajustes que fueran necesarios.
La prueba mas importante de un instrumento
es su aplicación, es decir en la medida en la cual
sirve para lograr un fin propuesto. Las tablas se crea-
ron como un instrumento para hacer posible la rea-
lización de un diagnostico del potencial suicida en el
adolescente, en donde se pudiera configurar el nivel
de riesgo suicida. Aun con las limitaciones que pu-
dieran tener, si es capaz de proporcionar puntos ejes
para guiar las acciones y la toma de decisiones.
Por otro lado, algunos hallazgos interesantes en
este grupo de edades son los siguientes:
En cuanto a la “agresión inhibida
inhibida”, es un ele-
mento que muestra poco peso en todas las corre-
laciones obtenidas en este estudio, excepto con el
intento suicida, con el que correlaciona en forma
muy importante. Lo anterior es comprensible toman-
do en cuenta que la agresión que no es externada,
es vuelta contra si mismo llegando hasta su máxi-
ma expresión con el intento suicida. Afortunada-
mente muchos jóvenes la logran elaborar mediante
otros procesos que le permiten externarla en forma
de conductas (sublimatorias) socialmente aceptadas
como son los deportes y el baile, en especial aque-
llos que incluyen empujones y movimientos brus-
cos constantes.
La variable “Aislamiento” Se muestra como una
variable muy importante, obteniendo altas correla-
ciones y por lo consiguiente elevados puntajes en
las tablas. Lo anterior confirma lo reportado en la
literatura en el sentido de un síntoma previo a los
sucesos auto agresivos que pueden culminar con
un intento suicida,.
Y que combinado con las otras variables cola-
boran importantemente al diagnóstico de tipo pre-
ventivo como es la principal finalidad de este estu-
dio.
En cuanto al “consumo de alcohol
alcohol”, el com-
portamiento de esta variable sigue el curso espera-
do clínicamente, es decir las correlaciones aumen-
tan dependiendo el sexo, mostrándose más altas en
el masculino. Lo anterior se comprende de acuerdo
al proceso predominantemente psico-social por el
que atraviesan los adolescentes en el cual los jóve-
nes adheridos a un grupo de pares experimentan el
consumo del alcohol como un intento de solución a
muchos de sus problemas. Aunque no se exploró la
cantidad de alcohol que se consume por cada oca-
sión, hay que prestar atención a un fenómeno que
recientemente se le está concediendo cada vez más
227
importancia, que tiene que ver con los episodios en
los que los jóvenes beben grandes cantidades una
única vez, situaciones que se asocian con alarman-
te frecuencia a actos impulsivos y conductas de ries-
go.
“La depresión
depresión”” se encontró correlacionada
altamente con otras variables y obtiene altos puntajes
en ambas tablas, aunque tiende a ser más alto en
los jóvenes del sexo masculino, con lo que se mues-
tra un acuerdo con otros estudios como los efec-
tuados últimamente por Cumba, Duarte y Rosselló.
consumo drogas
En cuanto al “consumo drogas”, esta variable
sigue el tipo de comportamiento reportado en es-
tudios anteriores y de acuerdo a la literatura revisa-
da28 ya que se presenta aumentada en el sexo mas-
culino. Mostrándose correlacionada en forma im-
portante con otras variables, asignándosele por ello
puntuaciones altas.
dificultades escolares”
Las “dificultades escolares”, son un aspecto
importante especialmente para la población feme-
nina, obteniendo puntajes relativamente mas altos
en sus correlaciones con las demás variables. Lo
anterior seguramente se encuentra relacionado con
el futuro rol al que los adolescentes se encontraran
enfrentados, en el cual el joven de sexo masculino
asumirá una mayor responsabilidad laboral y eco-
nómica, de acuerdo a lo establecido socialmente,
por lo que no permite (regularmente) el que su des-
empeño escolar se vea afectado. En el sexo femeni-
no la situación familiar y social, así como las presio-
nes (problemas financieros y amorosos), afectan más
su desempeño escolar. Situaciones presentes en su
desarrollo psicosocial.
Las variables familiares mostraron correlacio-
nes diferentes, que van desde la muy baja, como
sucede con la referente a la separación de los
padres
padres, la cuál muestra una menor importancia de
la supuesta, de acuerdo a la bibliografía. Lo anterior
habla de la adaptabilidad que posee el adolescente y
le permite lidiar con una situación que se va inte-
grando a un pensamiento más adulto.
En lo tocante a los aspectos mencionados en
este estudio como: la agresión familiar
familiar,, la in-
adecuada comunicación familiar y una diná-
mica parental alterada
alterada; todas estas variables
muestran importantes correlaciones entre ellas y con
las demás, por lo que obtienen altas puntuaciones
dentro de las tablas en ambos sexos. Lo anterior
subraya la importancia que para el adolescente tie-
ne su familia, de la que se desea alejar, pero que sin
embargo permanece unido a ella por necesitar de
su apoyo y guía1, 8,16.
Las variables: inadecuada disciplina familiar
y la separación de los padres son hechos que
se muestran, aunque importantes, con una menor
correlación con las variables mencionadas con an-
terioridad, obteniendo calificaciones que, aunque
significativas son menores en comparación con las
demás variables englobadas en el aspecto familiar
del adolescente. Considerando que son situaciones
a las cuales el adolescente se acostumbra debido a
su exposición en forma constante a ellas, por lo
que ha logrado desarrollar mecanismos defensivos
que le resultan efectivos para poder sobre-llevarla.
Desde luego, se consideró importante conservarlas
en las tablas ya que en momentos críticos pueden
tener un peso definitivo9,.
enfermedad familiar psiquiá-
La variable “enfermedad
trica
trica” al parecer no tiene mucho peso en las corre-
laciones efectuadas para la construcción de las ta-
blas, por lo que las puntuaciones que le correspon-
den se mantienen bajas en casi todas ellas. Posible-
mente por el parcial desprendimiento familiar que
realiza el adolescente, así como por la planeación
realista que intentan hacer,.
Los Problemas financieros
financieros,, al igual que la
ausencia de religiosidad
religiosidad, no muestran impor-
tantes pesos en las correlaciones con las demás va-
riables, por lo que sus puntajes en las tablas son
bajos. Mostrándose como elementos que, aunque
importantes al combinarse con los demás, no son
determinantes muy importantes por si solos, debi-
228
do a la propia personalidad adolescente y su flexibi-
lidad, que le permiten solucionar mediante su gru-
po de pares en forma solidaria, el aspecto económi-
co, y así mismo el alejamiento religioso.
La impulsividad y los patrones de tipo neu-
rótico (al menos aparentemente), son variables que
por sí solas representan un buen predictor de con-
ducta auto agresiva y desde luego que cuando se
encuentran correlacionadas, como ocurre el las pre-
sentes tablas, son un factor que puede ser conside-
rado como de alto riesgo, ya que son
desestabilizadores del proceso de crecimiento pací-
fico que se había estado dando durante las etapas
anteriores de la niñez y ahora irrumpen en forma
brusca y descontrolada.
La Pérdida de objeto amorosoamoroso, desde los
análisis efectuados, no se comporta exactamente
como se esperaba, ya que muestra correlaciones y
puntajes relativamente bajos para el sexo femenino
y medianamente altos para el masculino. Desde un
punto de vista clínico, se menciona como un deto-
nante para la conducta suicida en los adolescentes.
Por lo anterior es una variable que se considera im-
portante y a considerar su revisión mediante los próxi-
mos estudios a realizar con la aplicación de el pre-
sente instrumento10.
Las Manifestaciones psicopáticas
psicopáticas, mostra-
ron un alto índice de correlación y puntaje dentro
de las tablas en ambos sexos. Esto está de acuerdo
a lo reportado en la bibliografía especializada, en el
sentido de la existencia dentro de la conducta ado-
lescente de rasgos sociopáticos, que sin llegar a cons-
tituir una alteración de la personalidad, aparecen
como un intento de autoafirmación del adolescen-
te38.
Los “patrones psicóticos” en la conducta
adolescente muestran correlaciones medianamen-
te importantes, ya sea que se trate de conductas
que pueden ser consideradas como parte del ac-
tuar adolescente, como de algunas que muestran
tempranas alteraciones que pueden llegar a desem-
bocar en un verdadero brote psicótico (dependien-
do de la variable con la que correlacionan). Por lo
que es importante tomarlas en cuenta y es por ello
que logran calificaciones significativas en la tabla.
tratamientos psiquiátricos o psicoló-
Los “tratamientos
gicos anteriores”
anteriores”, al parecer ejercen una influen-
cia benéfica en los adolescentes que han asistido a
ellos, ya sea por la bondad del tratamiento en sí, o
por el simple hecho de reconocer ciertas dificulta-
des en sí mismos. Tomando en cuenta también la
atención que por este motivo le presta la familia. Lo
que permite que las correlaciones que presenta esta
variable, en general sean más bajas de lo que se es-
peraba. Así mismo considerando que la adolescen-
cia es un período inherentemente conflictivo con
fluctuaciones de las estructuras internas del sujeto,
que le llevan a crisis susceptibles de superar, de las
cuales sale la mayoría de las veces fortalecido.
Los Sentimientos de soledad
soledad, son una va-
riable importante que reporta altas correlaciones y
por ende puntajes altos dentro de todas las tablas,
considerándose uno de los factores a tomar en cuen-
ta aún por sí solos, ya que es durante esos momen-
tos en que el adolescente no encuentra la solución a
sus problemas ni a nadie que le pueda apoyar en
(aunque no siempre es real), y desde luego se le ha
de prestar mayor atención cuando aparece combi-
nada con las demás variables que se incluyen en las
tablas de este estudio.
El Pensamiento y los intentos suicidas suicidas,,
son variables básicas dentro de esta conflictiva, por
lo que aparecen con un alto peso en la construcción
de las tablas presentadas. Debido a que previo a
cualquier intento siempre se encuentran pensamien-
tos, fantasías y planeación para consumar el hecho.
Las correlaciones reportadas son muy altas y la cali-
ficación que por ello se les asigna lo es también, lo
anterior de acuerdo con la bibliografía revisada y
reportada en el capítulo correspondiente.
Hay que considerar que los factores de riesgo
suicida son individuales, pues lo que para algunos
229
es un elemento de riesgo, para otros puede no re-
presentar problema alguno, situación que nos ha-
bla de la adaptabilidad que puede llegar a poseer el
adolescente. Además de individuales los factores de
riesgo son generacionales ya que estos no pueden
ser los mismos en la niñez, adolescencia, adultez o
vejez; por otro lado, son genéricos pues los factores
de riesgo de la mujer no son necesariamente los del
hombre.

230
Artículo relacionado
Prevalencia de trastornos mentales y uso de servicios:
Resultados de la Encuesta Nacional de Epidemiología
Psiquiátrica en México1
Salud Mental, Vol. 26 Nº 4, 2003.

Ma. Elena Medina-Mora2, S ummary

Guilherme Borges3,
Carmen Lara Muñoz4, In 2001, the World Health Organization dedicated it’s Annual Health
Corina Benjet5,
Jerónimo Blanco Jaimes6,
Report to Mental Health in an effort to put this problems at the core
Clara Fleiz Bautista5, of the global health and development agendas. Along with this initiative,
Jorge Villatoro Velázquez5, governments were invited to collaborate in the so called WHO 2000
Estela Rojas Guiot5,
initiative on Mental Health gathering information on the nature and
Joaquín Zambrano Ruíz5,
Leticia Casanova Rodas5, extent of the problem, using the cross culturally validated Diagnostic
Sergio Aguilar-Gaxiola7 Interview Schedule, WHOCIDI. This study forms part of this initiative.
The paper describes the prevalence of psychiatric disorders, regional
variations, socio demographic correlates and service utilization in the
Mexican urban population between 18 and 65 years of age from the
National Survey on Psychiatric Epidemiology (ENEP for its initials in
spanish). It is the first time that such national data are gathered and
published for Mexico.
The sample design was probabilistic, stratified and multistage, one
individual per household was selected. Information was gathered in
two phases (information from the composition of the household and
from the individual selected among the eligible members) (18-65 years
of age), the target population was non institutionalized inhabitants of
households in urban localities of more than 2,500 inhabitants, which
represents 72% of the national population. The sample design is a
strict probability selection scheme: 200 primary selection units (PSU)
selected with probability proportional to a measure of size (PPS); census

1 La investigación base de la que provienen los datos, forma parte de la Iniciativa 2000 de la Organización Mundial de la Salud en Salud Mental. En México, los datos fueron recabados con
el apoyo financiero del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, proyecto No. 4280; del Consejo Nacional de Ciencia y tecnología, proyecto No. G30544-H, de la Organización
Panamericana de la Salud y de Pfizer México.
2 Directora de Investigación Epidemiológica y Psicosocial. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. Calzada México Xochimilco 101, 14370. México D.F., medinam@imp.edu.mx
3 Investigador en Ciencias Médicas de la Dirección de Servicios Clínicos. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente y Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.
4 Dirección de Investigaciones Clínicas, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente y Universidad Autónoma de Puebla.
5 Investigadores en Ciencias Médicas. Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.
6 Jefe del Departamento de Investigaciones Especiales. Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.
7 Coordinador del Proyecto para América Latina y el Caribe WMH2000. Universidad de California, Fresno, Ca. USA.
Recibido: 3 junio de 2003. Aceptado: 4 julio de 2003.

232
tract areas (AGEB) serving as PSU; 5 city blocks or
listing areas selected with PPS within each selected
PSU; 1 compact segment in the neighborhood of
9 housing units (hu’s) selected within each selected
listing area; all households within selected hu´s
included in survey and 1 eligible respondent
selected within each selected household.
The field work was conducted in two stages.
During the first phase (September- December
2001) 10,377 households were visited up to 5 ti-
mes to obtain information either on the household
or for the selected interviewer. In order to reduce
the non response rate, a second phase was
implemented; a systematic probabilistic sub sample
of 21 PSUs for Mexico City Metropolitan Area and
40 PSUs in the rest of the country was re-visited.
The strategy was to complete up to 10 callbacks
(including those already completed in the first
round) in each non-response household and in each
non-response individual interview. During this re-
visit, efforts were concentrated on obtaining data
on households with missing informants or refusals,
and completing interviews on individuals not located
previously or individuals that refused the individual
interview in the first phase. No financial incentive
was given during any phase of the survey. The
fieldwork ended in May 2002 and a total of 5,826
completed interviews were achieved.
The response rate, both at the household and
at the individual level, takes into consideration the
complex survey design and the re-visit process. The
weighted response rate at the household level was
91.3%, and the weighted response rate at the in-
dividual level was 76.6%. The main reason for non-
participation at household was “no one at home”
(12.8% of eligible households). Direct refusals were
infrequent (5.2%). Main reason for nonparticipation
at individual level was “absent in the moment”
(7.8% of listed individuals). Direct refusals were
infrequent (6.2% of listed individuals).
The instrument is a computer assisted version
of the Composite International Diagnostic Interview
(CIDI certified version 15; World Health
Organization, 2001), a structured diagnostic
interview, installed on a laptop and administered
face to face by a lay interviewer. The CIDI provides
DSM-IV and ICD-10 diagnoses for lifetime, 12-
month and 30-day timeframes of 23 disorders as
well as modules covering demographics,
employment, finances, marriage and children, so-
cial networks, family burden, chronic medical
conditions, pharmacoepidemiology, disability and
service utilization. In this article we present
diagnoses according to ICD10. In order to maximize
the yield of information while minimizing the ave-
rage administration time of the interview some
participants answered a long version of the
interview and others a short version depending
upon participant characteristics, participant
responses to screening questions, random selection
and household size. Adequate inter rater reliability,
test-retest reliability and validity of earlier CIDI
versions has been documented. The translation of
the instrument into Spanish was carried out
according to WHO recommendations. The
information was collected by interviewers with
previous experienced in systematic data collection
extensively trained and supervised during field
work. Fifthy four per cent were females, 40% were
between 18 and 29 years of age, 68% had
completed 6 years of schooling and 12% had a
university degree, 67% were married or living with
someone, 58% were employed.
Twenty eight point six per cent of the urban
adult population of the country meets the criteria
for at least one of the 23 disorders considered
during their life time, 13.9% during the 12 months
previous to the interview and 5.8% during the
previous 30 days. Per type of disorder the more
frequent were anxiety disorders (14.3% in life time),
233
followed by substance use disorders (tobacco, al-
cohol and other drugs) (9.2%), and affective
disorders (9.1%). When only disorders meeting the
criteria for the last 12 months and 30 days were
considered, the order was reversed with anxiety
and affective disorders being more common than
substance abuse and dependence. Males had
higher rates of life time disorders (30.4% and 27.1%
respectively), but females had higher rates during
the last 12 months (14.8% and 12.9%) and during
the last 30 days (6.5% and 5.1%). These differences
are explained by the higher rates of substance/abu-
se dependence problems among males and of
anxiety and affective disorders among females.
By individual diagnosis, specific phobias were
the most common (7.1% in lifetime), followed by
behavior disorders (6.1%), alcohol dependence
(5.9%), social phobia (4.7%) and major depressive
episode (3.3%). Among females phobias (specific
and social) followed by major depressive episode
were the more common problems while among
males alcohol dependence, behavior problems and
alcohol abuse (without dependence) were the
more common diagnoses observed.
Separation anxiety disorders (median of 5 years)
and the attention deficit disorder (median of 6
years) showed the earliest age of onset. Specific
phobia (7 years) and oppositionist disorder (8 years)
came later. When only diagnosis observed during
adult life are considered then anxiety disorders come
first, followed by affective and substance abuse
disorders.
An additional analysis of periods of onset showed
three ages where the initiation of major depressive
episodes was more common, around 17 years of
age, at 32 and after 60. Results from the study show
that affective disorders initiate along all ages of life
span. Onset of anxiety disorders tend to concentrate
in early ages (before 15 years of age) and substance
abuse problems show highest onsets between 15
and 30 years. Most childhood disorders appear
between 5 and 15 years, bulimia and adult separation
disorder extend during adult life.
The Central West region of the country showed
the highest life time prevalence for any disorder,
mainly due to the high rate of substance abuse
disorders and the South East the lowest rate.
Highest 30 day prevalence for affective disorders
was observed in the Central West (2.5%), anxiety
disorders (3.4%) in the region formed by the 3
metropolitan areas, and substance use disorders
(1.7%) in the North.
Service utilization (including formal and infor-
mal services) was quite low with only 11.7% of
those with at least one diagnosis, 19.4% of those
with 2 diagnoses and 11.2% of those with 3 or
more. Only 2 of each 30 persons with 3 or more
diagnosis received specialized treatment, the most
frequent being general doctors.
Key words: Prevalence, mental disorders, service
utilization, Mexico.
R esumen
Este estudio forma parte de la iniciativa 2000, de la
Organización Mundial de la Salud en Salud Mental;
describe la prevalencia de trastornos psiquiátricos,
la comorbilidad, las variaciones en la distribución
geográfica de los trastornos, los correlatos
sociodemográficos y la utilización de servicios en la
población urbana adulta.
La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiá-
trica (ENEP) se basa en un diseño probabilístico,
multietápico y estratificado para seis regiones a ni-
vel nacional, cuya población blanco fue la población
no-institucionalizada, que tiene un hogar fijo, de 18
a 65 años de edad y que vive en áreas urbanas (po-
blación de más de 2,500 habitantes). La tasa de res-
puesta ponderada a nivel del hogar fue de 91.3%, y
a nivel individual fue de 76.6%.
El instrumento utilizado es la versión
computarizada del CIDI (versión certificada 15) que
234
proporciona diagnósticos de acuerdo con el DSM
IV y la CIE-10. En este artículo se presentan los diag-
nósticos de acuerdo con la CIE-10. El CIDI contiene
además módulos sobre las características
sociodemográficas de los entrevistados, condicio-
nes crónicas, farmacoepidemiología, discapacidad
y uso de servicios. La confiabilidad y la validez han
sido ampliamente documentadas. La traducción de
la encuesta al español fue realizada conforme a las
recomendaciones de la OMS. Los encuestadores
fueron personas con previa experiencia en levanta-
miento de encuestas entrenados para este estudio.
Alrededor del 54% de la muestra fueron mujeres,
40% tenían entre 18 y 29 años y 68% tuvo única-
mente estudios primarios.
El 28.6% de la población presentó algunos de
los 23 trastornos de la CIE alguna vez en su vida, el
13.9% lo reportó en los últimos 12 meses y el 5.8%
en los últimos 30 días. Por tipo de trastornos, los
más frecuentes fueron los de ansiedad (14.3% al-
guna vez en la vida), seguidos por los trastornos de
uso de sustancias (9.2%) y los trastornos afectivos
(9.1%).
Los hombres presentan prevalencias más altas
de cualquier trastorno en comparación con las mu-
jeres (30.4% y 27.1%, algunamvez en la vida, res-
pectivamente). Sin embargo, las mujeres presentan
prevalencias globales más elevadas para cualquier
trastorno en los últimos 12 meses (14.8% y 12.9%).
Al analizar los trastornos individuales, las fobias
específicas fueron las más comunes (7.1% alguna
vez en la vida), seguidas por los trastornos de con-
ducta (6.1%), la dependencia al alcohol (5.9%), la
fobia social (4.7%) y el episodio depresivo mayor
(3.3%). Los tres principales trastornos para las mu-
jeres fueron las fobias (específicas y sociales), segui-
das del episodio depresivo mayor. Para los hombres,
la dependencia al alcohol, los trastornos de conduc-
ta y el abuso de alcohol (sin dependencia).
La ansiedad de separación (mediana de inicio de
5 años) y el trastorno de atención (6 años) son los
dos padecimientos más tempranos. La fobia espe-
cífica (7 años), seguida por el trastorno oposicionista
(8 años), aparecen después. Para los trastornos de
la vida adulta, los trastornos de ansiedad se reporta-
ron con edades de inicio más tempranas, seguidos
por los trastornos afectivos ypor los trastornos por
uso de sustancias.
La región centro-oeste es la que presenta la pre-
valencia más elevada de trastornos en la vida (36.7%)
explicada por el elevado índice de trastornos por uso
de sustancias. Esta región también muestra la pre-
valencia más elevada de trastornos afectivos en los
últimos 30 días (2.5%), la región conformada por
las tres áreas metropolitanas muestra la prevalencia
más elevada de trastornos de ansiedad (3.4%) y la
región norte presenta mayores trastornos por uso
de sustancias (1.7%). Solamente uno de cada 10
sujetos con un trastorno mental recibieron atención,
sólo uno de cada cinco con dos o más trastornos
recibieron atención, y sólo uno de cada 10 con tres
o más trastornos obtuvieron atención.
Palabras clave
clave: Prevalencia de trastornos menta-
les, utilización de servicios, México.
Introducción
El progreso científico y tecnológico del mundo mo-
derno se ha reflejado en mejores opciones de aten-
ción a la salud mental de las personas. Nuevas alter-
nativas para el tratamiento derivadas de avances en
la farmacología e intervenciones exitosas basadas
en modelos conductuales y psicosociales, han redu-
cido considerablemente el tiempo de hospitaliza-
ción, la calidad de vida de las personas que sufren
de trastornos severos ha mejorado considerablemen-
te.
El reto de atención de los enfermos es grande,
por ejemplo Frenk y cols. (6) han estimado que, en
México, los trastornos neuropsiquiátricos ocupan
el quinto lugar como carga de enfermedad al consi-
derar indicadores de muerte prematura y días vivi-
235
dos con discapacidad. Cuatro de las diez enferme-
dades más discapacitantes, son neuropsiquiátricas
(esquizofrenia, depresión, obsesión compulsión y
alcoholismo). Se espera que el índice de enfermos
se incremente debido a problemas tales como la
pobreza, la violencia, el aumento en el abuso de dro-
gas y el envejecimiento de la población, entre otros
factores.
En el país existen 9.3% hombres y 0.7% muje-
res con abuso/dependencia al alcohol en poblacio-
nes urbanas y 10.5% y 0.4% respectivamente en
poblaciones rurales; la dependencia a drogas repre-
senta tan sólo 0.44% de la población adulta entre
18 y 65 años (10). Otros estudios realizados en la
ciudad capital, muestran que el 9% de la población
adulta entre 18 y 65 años, presenta trastornos
afectivos, 7.8% corresponden a episodios de depre-
sión mayor, con una tasa de 2.5 mujeres por cada
varón; 1.5% distimia con una proporción hombre/
mujer similar, 2.6 varones por cada mujer y una tasa
inferior de episodios maniacos con pocas diferen-
cias por sexo 1.2:1 (2).
A pesar de los avances científicos, la atención
de los enfermos sigue siendo deficiente, se sabe que
la primera puerta que tocan las personas con tras-
tornos mentales es la medicina general. Sin embar-
go, su detección, tratamiento y/o canalización a ser-
vicios especializados es insuficiente, existe aún un
importante estigma social que segrega a los pacien-
tes psiquiátricos y el tiempo que pasa entre que el
paciente identifica sus síntomas y recibe ayuda es-
pecializada es considerable (3).
Por otra parte, la población no solicita la ayuda
que está disponible. Junto con razones derivadas del
miedo al estigma o del desconocimiento de los be-
neficios de la atención médico-psiquiátrica y
psicosocial están las diferencias en las necesidades
sentidas por la población y el tipo de ayuda que ofre-
cen los servicios. Mientras que la población tiene
una definición basada en problemas (laborales, con
los hijos o la pareja, enfermedades o muertes en la
familia, económicos, etc.) que representan fuentes
importantes de estrés, los servicios ofrecen aten-
ción basada en diagnósticos psiquiátricos; la falta
de coincidencia entre las necesidades sentidas por
la población y la oferta de atención dificultan la en-
trada a tratamiento (Lara, 2002*; Berenzon,
2003**).
Estudios de hogares realizados en población ur-
bana del país (9) han documentado que las perso-
nas con trastornos emocionales piden primero ayu-
da en sus redes sociales, 54% a familiares o amigos,
10% a sacerdotes y ministros, 15% se automedican
y sólo secundariamente acuden a medicina general
y a los servicios especializados. Berenzon (2003) ha
documentado una elevada utilización de medicina
alternativa, como complemento a la medicina tra-
dicional obedeciendo a la percepción social de quién
puede ofrecer solución a los problemas sentidos. En
la Ciudad de México, Caraveo y cols. (1999)(2) do-
cumentaron que tan solo 20% de las personas con
un trastorno de depresión mayor buscaban algún
tipo de atención especializada.
Este problema no es exclusivo de México. La
Organización Mundial de la Salud en 2001 (15), de-
dicó su reporte anual a la Salud Mental en un es-
fuerzo por colocar a este problema en el centro de
la agenda de salud y desarrollo e invitó a los gobier-
nos a colaborar en la iniciativa de Salud Mental 2000,
para recabar información que pudiera ser útil para
orientar las políticas públicas en este campo.
Este estudio forma parte de la iniciativa 2000 de
la Organización Mundial de la Salud en Salud Men-
tal. Pretende dar respuesta a interrogantes tales
como ¿qué tan extendida está la enfermedad men-
tal en el país?, ¿cuál es el grado de comorbilidad?,
¿existen variaciones regionales?, ¿cómo se distribu-
ye en los diferentes grupos de la población?, ¿cómo
se hace uso de los servicios?, las respuestas a estas
interrogantes provienen de la primera encuesta na-
cional de epidemiología psiquiátrica en población
urbana adulta del país.
236
M étodo
Muestra
La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica
(ENEP) se basa en un diseño probabilístico,
multietápico y estratificado, cuya población blanco
fue la población no-institucionalizada, que tiene un
hogar fijo, de 18-65 años de edad y que vive en áreas
urbanas (población de más de 2,500 habitantes). La
población urbana nacional, definida de esta mane-
ra, comprende alrededor del 75% de la población
nacional. El trabajo de campo fue llevado a cabo
por una conocida empresa profesional (Berumen y
Asociados), después de un proceso de entrenamien-
to ofrecido por profesionales de salud mental pre-
viamente entrenados y registrados oficialmente
como entrenadores del CIDI en la versión
computarizada. El trabajo de campo se llevó a cabo
en dos fases, desde septiembre de 2001 hasta mayo
de 2002. Se emplearon cuatro estadios de selección
para encuestar una muestra blanco de 10,000 ho-
gares en seis áreas (estratos) geográficas. En todos
los estratos las unidades primarias de muestreo
(UPM) fueron las áreas Geográficas Estadísticas Bá-
sicas (AGEBs), o grupos de ellas, cartográficamente
definidas por el Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI) en 1995. El tama-
ño promedio de las AGEBs varía entre 3,000-4,000
personas de todas las edades. En total, se seleccio-
naron 200 UPM, distribuidas con afijación propor-
cional a la población de cada una de las regiones. Al
interior de cada UPM se seleccionaron 5 Unidades
Secundarias de Muestreo (USM) conformadas por
manzanas, o grupos de manzanas, también con
probabilidad proporcional a una medida de tamaño
para cada USM dentro de las UPM seleccionadas.
Para cada USM seleccionada las viviendas se dividie-
ron en segmentos compactos de alrededor de 10
viviendas. Finalmente, una sola persona se seleccio-
nó para ser entrevistada entre los miembros de cada
hogar. Las personas elegibles se definieron como los
miembros del hogar que hablaran español, que nor-
malmente comen, duermen, preparan los alimen-
tos y se alojan en dicho hogar, y que tenían entre 18
y 65 años de edad al momento de la entrevista.
El México urbano se estratificó en seis regiones:
1) Áreas metropolitanas auto seleccionadas. In-
cluye las tres regiones metropolitanas más
grandes del país: Ciudad de México (AMCM),
Guadalajara (AMG) y Monterrey (AMM).
2) Noroeste. Incluye los estados de: Baja
California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa
y Sonora.
3) Norte. Incluye los estados de: Coahuila,
Chihuahua, Durango, Nuevo León (excluyen-
do AMM), San Luis Potosí, Tamaulipas y
Zacatecas.
4) Centro-oeste. Incluye los estados de:
Aguascalientes, Jalisco (excluyendo AMG),
Colima, Guanajuato y Michoacán.
5) Centro-este. Incluye los estados de: Guerre-
ro, Morelos, Estado de México (excluyendo
AMCM), Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala y Pue-
bla.
6) Sureste. Incluye los estados de: Veracruz,
Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche,
Yucatán y Quintana Roo.
Durante la primera fase de la encuesta (de sep-
tiembre 2001 hasta diciembre 2001) se visitaron
10,377 viviendas. La primera ronda del trabajo de
campo incluyó un máximo de 4-5 visitas a la vivien-
da, tanto a nivel del hogar como a nivel del indivi-
duo. De enero del 2002 hasta mayo del 2002 se
implementó una segunda fase con el objetivo de
incrementar el número de viviendas participantes y
obtener además un mayor número de entrevistas
individuales completas. Para esta segunda fase, se
revisitó una sub-muestra sistemática de 21 UPMs
en el área metropolitana de la Ciudad de México y
una sub-muestra de 40 UPMs en el resto del país. La
237
estrategia fue completar un máximo de 10 revisitas
(en algunos casos hasta 11) en cada hogar que no
había participado en la fase previa y/o en cada indi-
viduo que no había sido entrevistado en la fase pre-
via. Durante esta re-visita, se concentraron esfuer-
zos para obtener datos sobre rechazos, hogares sin
informantes y para completar las entrevistas en in-
dividuos que no se había logrado localizar o entre-
vistar previamente, o sobre personas que habían
rechazado la entrevista con anterioridad. No se ofre-
ció ningún tipo de incentivo económico durante nin-
guna de las dos fases de la encuesta. El trabajo de
campo concluyó en mayo del 2002, y se lograron
un total de 5,826 entrevistas completas.
El cálculo de la tasa de respuesta, tanto a nivel
de los hogares como a nivel del individuo tomó en
consideración el diseño complejo de la encuesta y
este proceso de re-visita. Los hogares y los indivi-
duos que participaron en la segunda fase recibieron
un peso proporcional al inverso de la probabilidad
de ser seleccionados para la segunda fase. La tasa
de respuesta ponderada a nivel del hogar fue de
91.3%, y la tasa ponderada de respuesta a nivel in-
dividual fue de 76.6%. El motivo principal para no
participar a nivel del hogar fue “nadie en la casa”
(12.8% de los hogares elegibles). El rechazo directo
fue infrecuente (5.2%). El motivo principal para la
no-participación a nivel del individuo fue “ausente
al momento de la entrevista” (7.8% de los indivi-
duos listados). El rechazo directo fue infrecuente
(6.2% de los individuos listados).
Evaluación diagnóstica
El instrumento utilizado es una versión
computarizada de la Entrevista Internacional Com-
puesta de Diagnóstico (CAPI Versión 15 Certificada)
(14). Es una entrevista estructurada instalada en una
computadora portátil y aplicada en entrevista cara a
cara por entrevistadores legos. El OMS-CIDI propor-
ciona diagnósticos de por vida, últimos doce meses
y treinta días según criterios del DSM-IV y del CIE-
10 para 17 (core) diagnósticos principales y 6 diag-
nósticos secundarios. En este artículo se presentan
los diagnósticos de acuerdo con la CIE-10. El instru-
mento contiene además como módulos que inves-
tigan características sociodemográficas, empleo, fi-
nanzas, factores del matrimonio y los hijos, redes
sociales, carga familiar, condiciones médicas cróni-
cas, fármacoepidemiología, discapacidad y uso de
servicios. Con el fin de maximizar la obtención de
información al tiempo de minimizar el tiempo de
entrevista, algunos individuos de la muestra con-
testaron la versión larga del instrumento y otros la
versión resumida, seleccionados con base en sus
respuestas a las preguntas de tamizaje (preguntas
que indican probabilidad de que el diagnóstico esté
presente), y selección aleatoria con probabilidad pro-
porcional al número de sujetos que habitaban las
viviendas en muestra. El tiempo máximo de entre-
vista fue de 9 horas en 4 sesiones y el mínimo de 20
minutos.
A todos los entrevistados se les aseguró que su
participación era voluntaria y que podrían dejar de
contestar en cuanto así lo desearan. También se les
explicó la forma en que habían sido seleccionados,
que la información que proporcionaran sería confi-
dencial y que sus datos personales no serían publi-
cados. La identificación de cuestionarios individua-
les se mantiene en un archivo confidencial separa-
do de la base de datos. Al terminar la entrevista se
entregó a los encuestados una lista de las institucio-
nes de salud en donde podían acudir si desearan
hablar más de los temas tratados en la entrevista.
Las versiones antecedentes del CIDI han mos-
trado tener confiabilidad entre entrevistadores (4,
13) testretest (12) y validez (5, 8) adecuadas. Las
propiedades psicométricas del CIDI, han sido repor-
tadas en artículos previos por Andrews y Peters en
1998 (1).
La traducción de este instrumento al español fue
realizada siguiendo las normas de la Organización
Mundial de la Salud, con base en el material que ya
238
había sido traducido (ICD-10, DSM-IV, SF-36, WHO-
DAS), pruebas cognitivas de la comprensión de los
reactivos, juicio de expertos y retraducción de
reactivos seleccionados y de los términos utilizados
en las secciones clínicas. Un panel de expertos inter-
nacionales formado por expertos en salud mental,
clínicos calificados e investigadores, manalizaron las
variaciones encontradas en la retraducción; este
mismo panel trabajó en un grupo de armonización
internacional que desarrolló la versión consensuada
para ser utilizada en países de habla hispana. Este
grupo produjo una lista de términos problemáticos
encontrados en el proceso de traducción y su acuer-
do en la traducción. Fueron realizadas
adicionalmente adaptaciones menores por consen-
so del grupo mexicano.
Entrevistadores, entrenamiento y control
de calidad
La primera etapa del trabajo de campo fue llevada a
cabo por 34 entrevistadores con amplia experiencia
en encuestas con obtención sistemática de infor-
mación. Recibieron una capacitación inicial de 5 días
proporcionada por capacitadores certificados en
Estados Unidos que forman parte del equipo mexi-
cano. Después de un mes de trabajo de campo se
hicieron nuevas sesiones de reentrenamiento pre-
vias a la segunda y la tercera etapas de recolección
de información. Los encuestadores trabajaron en 5
grupos de 7 encuestadores con el apoyo de un su-
pervisor. Una serie de actividades fueron
implementadas con el fin de asegurar el control de
calidad de la información que incluyeron una exten-
sa supervisión de campo, en los aspectos de selec-
ción de los individuos a entrevistar y logística de cam-
po proporcionado por Berumen y asociados, y de
los aspectos técnicos proporcionado por investiga-
dores del Instituto Nacional de Psiquiatría. Ambos
recibieron a su vez supervisión del equipo central.
Se elaboraron también manuales de campo, boleti-
nes de refuerzo que contenían información sobre
las dudas encontradas en el proceso, y continuo
monitoreo de situaciones especiales. La información
de campo era respaldada y enviada a las oficinas
centrales periódicamente. El equipo de investigación
monitoreó continuamente la proporción de
respondientes que contestaron afirmativamente la
sección de tamizaje para los diferentes diagnósticos
incluidos, por cada entrevistador así como las tasas
de respuesta por sexo, con el fin de detectar en for-
ma temprana probables problemas. Finalmente se
emplearon programas estadísticos para verificar el
control de calidad y detectar posibles errores en re-
lación con los tiempos de los eventos (inicio, perio-
dos en los que estaban presentes, consistencia de
las edades, primera y última fecha de utilización de
servicios) así como posibles respuestas faltantes e
introducir los valores correctos cuando esto era po-
sible. Estos programas fueron diseñados por el equi-
po coordinador del proyecto internacional. El nivel
de error fue mínimo y la base de datos fue ya certi-
ficada por el equipo coordinador internacional.
Análisis
Los datos de esta encuesta fueron obtenidos de una
muestra multietápica estratificada y fueron poste-
riormente ponderados para ajustarse por las proba-
bilidades diferenciales de selección y no respuesta.
Se llevó a cabo también una post-estratificación para
la población mexicana de acuerdo con el censo del
año 2000, tomando en cuenta la distribución por
sexo y grupos de edad, en cada uno de los seis es-
tratos descritos más arriba.
Dos ponderadores (peso parte 1 y peso parte 2)
se desarrollaron para el análisis de datos. En este
proceso se encontraron 44 observaciones que no
incluían la información mínima para confeccionar
estos pesos y se tuvieron que eliminar para todos
los análisis subsecuentes. El primer grupo de pesos
–pesos parte 1- se calculó para el total de los parti-
cipantes basado en tres factores. El primer factor
toma en consideración el inverso de la probabilidad
239
de selección para un entrevistado, dada la estructu- vida, 12 meses y 30 días) se deben de corregir, y en
ra de su vivienda. El segundo factor está basado en este trabajo se obtuvieron por medio del método
la probabilidad de participar en la segunda fase del de linearización de Taylor obtenidos al utilizar el pa-
trabajo de campo (la revisita). El tercer factor toma quete estadístico SUDAAN. Se utilizó el método de
en cuenta el proceso de post-estratificación de la Kaplan-Meir (7) para generar las curvas de edades
muestra de acuerdo a la estructura por edad y sexo de inicio y las tasas (HAZARDS) presentadas en las
en estrato correspondiente al lugar de la entrevista, gráficas, usando el paquete SAS. Para los fines de
de acuerdo al censo del 2000. este trabajo, los datos que se reportan aquí están
Un subgrupo de los participantes de la encues- basados en los pesos parte 2, que utiliza un total de
ta, completó la llamada forma larga de la entrevis- 2,432 entrevistas.
ta. Para poder llevar a cabo el análisis de datos en
esta submuestra, se creó un segundo grupo de pe- Resultados
sos- pesos parte 2. Este ponderador parte del peso
de la parte 1 y ajusta este peso por el inverso de la El cuadro 1 presenta los datos demográficos bási-
probabilidad de la selección a la forma larga de la cos de la muestra. Alrededor del 54% de la muestra
entrevista. Esta es una probabilidad compleja que fueron del sexo femenino, y alrededor del 40% se
se genera automáticamente como parte de un al- ubicó en el grupo de edad más joven (18-29 años).
goritmo interno del programa computarizado de la La muestra refleja el bajo nivel educativo del país:
entrevista. Esta probabilidad varía de acuerdo con casi 68% de la población tuvo únicamente estudios
la presencia o no de una serie de síntomas de varios primarios (sexto grado) y sólo el 12% completó es-
trastornos incluidos en la entrevista. El grupo de tudios universitarios. Finalmente, la mayoría de la
entrevistados con estos síntomas (llamado grupo por muestra estaban trabajando (58%).
encima del umbral) se seleccionó con probabilidad
Cuadro 1. Distribución de las principales variables sociales
de 1. Es decir, todas aquellas personas que clasifi-
de la encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en
can como personas por encima del umbral se se- México.
leccionan para la entrevista larga. Un segundo gru-
po de personas que sólo cumplen los criterios de
umbral en forma limitada o parcial (grupo sub-um-
bral) pasan a la entrevista larga de acuerdo a una
probabilidad que depende del número de personas
que viven en su residencia. Por último, las personas
libres de síntomas de los trastornos investigados se
seleccionan para seguir con la forma larga de la en-
trevista de acuerdo con un grupo de probabilidades
basadas en el tamaño del hogar. Por último ambos
pesos (peso parte 1 y peso parte 2) se normalizaron
para respetar el tamaño final de la muestra obteni-
da.
Como resultado de este complejo proceso de
diseño muestral y de generación de pesos, los erro-
res estándar de las proporciones (prevalencia de por

240
 Cuadro 2. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Prevalencia de trastornos con jerarquía, según la CIE-10

241
 El cuadro 2 presenta las prevalencias de 23 tras-
tornos mentales, desglosados por sexo, para “algu-
na vez en la vida”, los “últimos 12 meses” y los “úl-
timos 30 días”. Comenzando por los totales, se pue-
de observar que 28.6% de la población mexicana
presentó algunos de los 23 trastornos de la CIE al-
guna vez en su vida, el 13.9% lo reportó en los últi-
mos 12 meses y el 5.8 reportó trastornos mentales
durante los últimos 30 días. Es decir, alrededor de
seis de cada 20 mexicanos, tres de cada 20 y uno de
cada 20 mexicanos presentaron trastornos psiquiá-
tricos alguna vez en la vida, en los últimos 12 meses
y en los últimos 30 días, respectivamente. Por tipo
de trastornos, los más frecuentes fueron los tras-
tornos de ansiedad (14.3% alguna vez), seguidos
por los trastornos de uso de sustancias (9.2%) y los
trastornos afectivos (9.1%). En los últimos 12 me-
ses, los trastornos más comunes son los de ansie-
dad, seguidos por los afectivos y en seguida por los
de uso de sustancias, y este orden se mantiene en
los últimos 30 días.
En general, los hombres presentan prevalencias
globales más altas de cualquier trastorno en com-
paración con las mujeres para cualquier trastorno
alguna vez en la vida (30.4% y 27.1%, respectiva-
mente). Sin embargo, las mujeres presentan
prevalencias globales más elevadas que los hombres
para cualquier trastorno en los últimos 12 meses
(14.8% y 12.9%) y en los últimos 30 días (6.5% y
5.1%). Un análisis de este cuadro permite observar
que los trastornos afectivos y de ansiedad son más
frecuentes para las mujeres, mientras que los tras-
tornos por uso de sustancias son más frecuentes
para los hombres.
Al analizar los trastornos individuales, se puede
observar que en la población total las fobias especí-
ficas fueron las más comunes (7.1% alguna vez en
la vida), seguido de los trastornos de conducta
(6.1%), la dependencia al alcohol (5.9%), la fobia
social (4.7%) y el episodio depresivo mayor (3.3%).
Este orden es muy diferente al analizar los trastor-
nos específicos por sexo. Los tres principales tras-
tornos para las mujeres fueron: las fobias (específi-
cas y sociales) las más importantes, seguidas del
episodio depresivo mayor. Para los hombres, estos
tres trastornos fueron la dependencia al alcohol, los
trastornos de conducta y el abuso de alcohol (sin
dependencia). En general, al pasar al análisis de los
trastornos individuales en los períodos de los últi-
mos 12 meses y los últimos 30 días, se observa que
en las mujeres las fobias tienen un gran peso, mien-
tas que para los hombres los trastornos por uso de
sustancias y el trastorno de conducta pesan más.
De acuerdo al cuadro 3, se pueden observar las
medias y medianas de las edades de inicio de los
trastornos mentales considerados en nuestra en-
cuesta. En las gráficas 1-4 se pueden observar estos
resultados en forma cumulativa. En estas gráficas,
el momento en el cual la curva toca el eje vertical en
el punto 50% corresponde a la mediana del cuadro
3. De acuerdo con estas medianas, y como era de
esperarse, la ansiedad de separación (mediana de 5
años) y el trastorno de atención (mediana de 6 años)
son los dos padecimientos que afectaron en primer
momento a los entrevistados. La fobia específica
aparece en seguida (mediana de 7 años), seguida
por otro trastorno de la infancia (trastorno
oposicionista, con mediana de 8 años). Al observar
las figuras 1, 2 y 3, que incluyen los trastornos de la
vida adulta, se observa que los trastornos de ansie-
dad se reportaron con edades de inicio más tem-
pranas, seguidos por los trastornos afectivos y pos-
teriormente se reportaron los trastornos por uso de
sustancias.
Con la información recolectada es posible hacer
un seguimiento de los diferentes momentos en que
la muestra reporta el inicio de los trastornos. Esta
información está desglosada en los “HAZARDS” de
las figuras 5-8. Los picos que se observan se inter-
pretan como los momentos de mayor actividad en
el reporte de las edades de inicio. Por ejemplo, al
analizar la figura 5 se puede ver que el episodio de-
242
presivo mayor presenta un primer auge alrededor
de los 17 años, otro segundo pico alrededor de los
32 años y al final de la edad máxima de la encuesta
se presenta otro momento de auge. En general, para
estos tres trastornos afectivos, los casos se encuen-
tran distribuidos en forma homogénea durante el
transcurso de la vida. El examen de las gráficas co-
rrespondientes a los trastornos de ansiedad (gráfica
6) y los de uso de sustancias (gráfica 7) sugieren un
comportamiento muy diferente. En los primeros, se
observan un gran número de altas y bajas en los
“HAZARDS” que, sin embargo, tienden a concen-
trarse en las edades jóvenes (antes de los 15 años).
En el caso de los trastornos por uso de sustancias,
se observan también numerosos períodos de altas y
bajas, con una gran concentración entre los 15-30
años. Por último, la gráfica de los trastornos “infan-
tiles” muestra picos diferentes según los trastornos,
la mayoría de ellos concentrados entre los 5-15 años.
Se puede observar cómo la bulimia se extiende en el
transcurso de la vida, al igual que el trastorno de
separación del adulto.
El cuadro 4 muestra los resultados globales de
la encuesta de acuerdo a las seis regiones en que
fue dividido el país para fines de esta encuesta. Ana-
lizando, en primer lugar, la prevalencia de cualquier
trastorno “alguna vez en la vida”, se observa que la
región centro- oeste es la que presenta la prevalen-
cia más elevada (36.7% contra 28.6% que fue la
prevalencia de cualquier trastorno para todo el país).
Al analizar el motivo de esta elevada prevalencia glo-
bal en la región 4, se puede ver que en el grupo de
trastornos afectivos y de ansiedad esta región tiene
prevalencias sólo ligeramente más elevadas que el
total, pero que es en el grupo de trastornos por uso
de sustancias en donde se encuentra la diferencia
más importante (15.2% para la región 4 contra 9.2%
para el total nacional). La región con la prevalencia
más baja de cualquier trastorno “alguna vez en la
vida” fue la región del sureste. Esta región tiene una
prevalencia sumamente baja de trastornos afectivos
(5.7% contra 9.1% del total nacional) y también
prevalencias más bajas de trastornos de ansiedad y
por el uso de sustancias. De los tres grandes grupos
diagnósticos, es el diagnóstico por uso de sustan-
cias el que presenta variaciones más elevadas al in-
terior del país, con prevalencias que van desde 6.5%
(región noreste) hasta 15.2 (región centro-oeste). En
forma general, estas disparidades se vuelven a en-
contrar en las prevalencias reportadas en los últi-
mos 12 meses, pero tienden a desaparecer en las
prevalencias reportadas para los últimos 30 días. Para
este último período, la región centro-oeste muestra
la prevalencia más elevada de trastornos afectivos
(2.5%), la región conformada por las tres áreas
metropolitanas muestra la prevalencia más elevada
de trastornos de ansiedad (3.4%) y es la región nor-
te la que muestra la prevalencia más elevada de tras-
tornos por uso de sustancias (1.7%). La región nor-
te es la que presenta la prevalencia más elevada para
cualquier trastorno en los últimos 30 días (8.2%).
Por último, el cuadro 5 muestra el uso de servi-
cios para la atención de los trastornos mentales en
México, entre aquellas personas que reportaron al-
gún trastorno de la CIE en los últimos 12 meses.
Para comprender este cuadro, es importante seña-
lar que, operacionalmente, se hizo la siguiente clasi-
ficación para el uso de servicios:
Especialista en salud mental: psiquiatra, psicólo-
go, consejero, psicoterapeuta, enfermera especiali-
zada en salud mental, trabajador social.
Medicina general: médico familiar, médico ge-
neral, otros médicos (cardiólogo, ginecólogo, uró-
logo), enfermera, terapeuta ocupacional, otro pro-
fesional de la salud.
Salud: Especialista en salud mental, otro médico
general.
Otros recursos: consejero espiritual, cura, rabi-
no, yerbero, quiropráctico, espiritista.
Comenzando una vez más por los totales gene-
rales del cuadro 5, se puede observar que existe una
tendencia al incremento en el uso de “cualquier ser-
243
vicio” según el número de trastornos reportados por
la muestra. Las personas sin trastorno sólo reportan
una prevalencia de 2.9% en el uso de cualquier ser-
vicio, contra 11.7% para las que reportaron un tras-
torno, 19.4% para las que reportaron dos trastor-
nos y de 11.2% para las que reportaron tres y más
trastornos. Es decir, sólo uno de cada 10 sujetos
con un trastorno mental recibieron atención, sólo
uno de cada cinco con dos o más trastornos reci-
bieron atención, y sólo uno de cada 10 con tres o
más trastornos obtuvieron atención. Una de cada
cinco personas con algún trastorno afectivo usaron
servicios y sólo una de cada 10 con algún trastorno
de ansiedad lo hicieron.
Al revisar las entidades específicas, se puede
observar que el trastorno con mayor uso de cual-
quier servicio fue “déficit de atención” (44% de uso)
seguido por “trastorno de pánico” (28.8%) y por
“depresión mayor” (21.8%). Al revisar la columna
de uso de servicios especializados, se puede obser-
var que sólo dos de cada 30 sujetos con tres o más
trastornos recibieron atención especializada. El tras-
torno de pánico fue el diagnóstico que generó más
uso de servicios especializados (17.1%), seguido por
el trastorno de manía (12.7%) y la depresión mayor
(11.9%). Por último, se puede observar una tenden-
cia general a que, para cada entidad, el uso de servi-
cio sea más frecuente en el rubro del especialista
que en el rubro de los servicios médicos generales.
D iscusión
Los datos del estudio muestran una prevalencia de
trastornos similar a la encontrada en estudios pre-
vios (2) y constituyen la mitad de la reportada para
la población general norteamericana (11). Uno de
cada cinco individuos presenta al menos un trastor-
no mental en un momento de su vida. Los trastor-
nos de ansiedad son los más prevalentes y los más
crónicos, los trastornos individuales más comunes
fueron la depresión mayor, la fobia específica, la
dependencia al alcohol y la fobia social. Entre los
hombres la dependencia al alcohol es el problema
más común en tanto que entre las mujeres, la de-
presión mayor. La ansiedad de separación (mediana
de inicio de 5 años) y el trastorno de atención (6
años) son los dos padecimientos más tempranos.
La fobia específica (7 años), seguida por el trastorno
oposicionista (8 años), aparecen después. Para los
trastornos de la vida adulta, los trastornos de ansie-
dad se reportaron con edades de inicio más tem-
pranas, seguidos por los trastornos afectivos y por
los trastornos por uso de sustancias.
La región centro-oeste es la que presenta la pre-
valencia más elevada de trastornos en la vida (36.7%)
explicada por el elevado índice de trastornos por uso
de sustancias. La región centro-oeste muestra la
prevalencia más elevada de trastornos afectivos en
los últimos 30 días (2.5%), la región conformada
por las tres áreas metropolitanas muestra la preva-
lencia más elevada de trastornos de ansiedad (3.4%)
y la región norte para trastornos por uso de sustan-
cias (1.7%). Solamente uno de cada 10 sujetos con
un trastorno mental recibieron atención, sólo uno
de cada cinco con dos o más trastornos recibieron
atención, y sólo uno de cada 10 con tres o más tras-
tornos obtuvieron atención. Los datos apoyan la
necesidad de incrementar los esfuerzos orientados
a hacer más disponibles los servicios y de acercar a
la población a ellos.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento a los
investigadores: doctor Kessler R y doctor Üstün B
coordinadores internacionales del proyecto y a los
investigadores de la Universidad de Harvard Walters
E, Jin R, Demler O, y de la Universidad de Michigan a
los doctores Dinkelman K, Pennel BE y Heringa S. A
los doctores Caldas de Almeida JM y Miranda C de la
Organización Panamericana de la Salud y al doctor
Ramos J, del Instituto Nacional de Salud Mental de
los Estados Unidos,sin cuyo apoyo este proyecto no
hubiera sido posible.
244
 El Consejo Nacional contra las Adicciones, la Dirección de Salud Mental y las Coordinaciones de Salud
Mental y Adicciones en los Estados apoyaron la Encuesta, facilitaron un número telefónico en cada loca-
lidad en donde los individuos seleccionados podían pedir más información sobre la encuesta y acudir para
solicitar ayuda.
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15. WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO): The World
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Understanding, New Hope. Ginebra, 2001.
245
Cuadro 3. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Edad de inicio de los
trastornos psiquiátricos.

Figura 1. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Trastornos de

ánimo (afectivos).

Figura 2. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Trastornos de ansiedad.

246
Figura 3. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Trastornos
mentales y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicoactivas.

Figura 4. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México.

Otros trastornos.

Figura 5. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Trastornos

del ánimo (afectivos).

247
Figura 6. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Trastornos
de ansiedad.

Figura 7. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Trastornos

mentales y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicoactivas.

Figura 8. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México.

Otros trastornos.

248
Cuadro 4. Encuesta nacional de Epidemiología psiquiátrica en México. Prevalencia de trastornos con jerarquía por región,
de acuerdo con la CIE-10.

Cuadro 5. CIE- patrones de uso de servicios por trastorno para México, entre aquellos con un trastorno mental en lo
últimos 12 meses, de acuerdo con la CIE-10.

249
Conclusiones
Retos para la investigación científica sobre el fenómeno
sucida en Jalisco.

Gracias a un proyecto de investigación en curso, en el que participan

investigadores de ciencias de la comunicación y salud mental, existe
evidencia de que el número de notas periodísticas en los medios masi-
vos de comunicación locales, relacionadas con el suicidio en los últimos
2 años, superan el número de 200.
Ello refleja la legítima preocupación de los jaliscienses por el fenó-
meno suicida. Esta situación de sensibilidad social por un problema de
salud, es un escenario calificado por la Organización Mundial de la Sa-
lud, como una afortunada oportunidad para actuar.
Jalisco tiene, sin duda, una política pública real para la prevención
del suicidio: una red interinstitucional para ello.
¿Por qué es real? Porque fue demandada por la comunidad. ¿Por
qué es un éxito? porque ante demandas tangibles, todos los sectores se
incluyen. Las políticas públicas reales son aquellas que arrojan resulta-
dos que nadie puede capitalizar. Es de todos y es un muelle para que los
esfuerzos de muchos, lleguen a buen puerto.
La información que ronda al colectivo de Jalisco, sobre el problema
del suicidio, no coincide con la realidad obtenida a través de técnicas
científicas. No somos el estado con más suicidios en México, estamos
en el rango del 13 al 15, según las cifras que el Gobierno de la República
reporta a la Organización Mundial de la Salud.
Un reciente encabezado periodístico rezaba “Guerra de cifras sobre
el suicidio en Jalisco”.
Qué terreno más fértil para buscar respuestas. Las preguntas sobre
cuáles son los factores que conducen a un ser humano para quitarse
voluntariamente la vida son múltiples. Lo que sabemos, hasta el mo-
mento es poco.

251
 Que siga o no la guerra de cifras. Que se siga
pensando o no que somos el número uno. Pero,
por favor, que se siga pensando en el suicidio, pues
gracias a eso, se están atendiendo problemas de
salud mental, que sí son reales problemas de salud
pública. Jalisco sí ocupa el primer lugar en personas
que padecen depresión mayor. Sólo 1 de cada 8 pide
ayuda.
El papel del científico real, es concentrarse en
los problemas, formular hipótesis, someterlas a eva-
luación y publicar sus resultados. El día que encon-
tremos soluciones efectivas para prevenir el suici-
dio, las implementemos y el número de decesos dis-
minuya realmente, entonces tendremos cara para
hablar. Mientras tanto, la opinión pública tiene ra-
zón.
Esta compilación no es un reporte de logros. Es
una prueba objetiva de la urgente necesidad de ha-
cer investigación científica sobre el fenómeno suici-
da en nuestra entidad.
Lo primero que salta a la vista, es el escaso nú-
mero de manuscritos científicos publicados en re-
vistas periódicas, a las que se puede tener acceso
mediante las bases de datos internacionales. Una
publicación de difícil acceso es un trabajo científico
a medias. Las tesis de grado, aunque muchas veces
con datos altamente útiles, no son de fácil acceso.
Por ello, no hubo oportunidad de revisar los archi-
vos de todas las Instituciones de educación superior
del estado, para que estuvieran incluidas en este do-
cumento. Los compiladores aceptaremos reclamos
al respecto.
Las tesis deben ser publicadas en revistas perió-
dicas, con arbitraje, para que aparezcan en las ba-
ses de datos científicas. Ese debería de ser un com-
promiso de quienes dirigen a sus alumnos.
Prácticamente tres grupos publican sobre el sui-
cidio en Jalisco en revistas indexadas: el conforma-
do por científicos del Instituto Mexicano del Seguro
Social – Universidad de Guadalajara (sin duda los
pioneros), el del Instituto Jalisciense de Salud Men-
tal (SALME) de la Secretaría de Salud (con trabajos
de reciente publicación), y el proveniente de Institu-
ciones nacionales que incluyen a nuestro Estado (so-
bre todo el Instituto Nacional de Psiquiatría “Dr. Ra-
món de la Fuente”).
No se incluyen las cifras que anualmente pro-
veen la Secretaría de Salud del Gobierno de la Repú-
blica, o las del Instituto Nacional de Estadística, Geo-
grafía e Informática (INEGI), pues deben de ser más
bien consideradas como “fuentes” para investiga-
ciones, que reportes en sí mismos.
En virtud del consenso de los miembros de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que
se asume que por lo menos el 20% de los suicidios
no se registran debido a que son confundidos con
accidentes u homicidios, y que es muy poco
confiable tratar de diferenciar entre las tres condi-
ciones, se acepta que la cifra que debe ser conside-
rada como de base es aquella en la que el perito
médico forense asigna como producida por “lesio-
nes auto inflingidas”.
Recomienda que, con los sistemas actuales de
asignación de la causa del deceso, y la diversidad de
los procedimientos penales, es redundante concen-
trarse en la cifra. Es más importante tener informa-
ción confiable sobre el número de intentos suicidas
y fortalecer los sistemas de promoción, prevención
y atención a los trastornos mentales.
La fuente de información sobre el número de
decesos por lesiones auto inflingidas de la red pre-
vención suicidio Jalisco es el Servicio Médico Forense
(SEMEFO) que, mes a mes, mantienen a los siste-
mas de información al tanto del número de casos
registrados; éstos a su vez, deben ajustarse a la po-
blación estimada del Estado para ese momento.
No es desconocido para nadie que algunas enti-
dades federativas, entre ellas Jalisco, tienen un per-
fil demográfico variable, debido a la emigración e
inmigración que se produce por diversos factores
socioeconómicos.
Es posible que en algún año se registre un dra-
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mático descenso en el número de casos de suicidio
consumado, pero éste puede ser un artefacto, si no
tomamos en cuenta, que en ese mismo periodo, la
población del estado sufrió una emigración mayor,
por una situación nacional de crisis, que lleva a ele-
var la emigración. Al ajustar los datos para obtener
una tasa, entonces el suicidio no sufrió variaciones.
El científico tiene que ser estoico, si no tiene
conflicto de intereses involucrados. La investigación
científica reseñada refleja honestidad.
Lo que sí se detecta, a través de los medios de
comunicación, es que lo escrito o conocido es
distorsionado por muchos “autodenominados” ex-
pertos. Los medios de comunicación difícilmente
distorsionan sus notas o entrevistas. Se basan en lo
dicho por los expertos que se encuentran frente a
ellos. Es tarea de los medios de comunicación se-
leccionar a sus expertos. Entre más cuidado tengan
en ello, mejores notas publicarán.
La crítica y la expresión de las limitaciones y al-
cances de la investigación científica son parte de
sus elementos centrales. La ciencia no afirma o nie-
ga, sólo expresa las hipótesis que se sostienen, has-
ta que nuevas afirmaciones superan a las anterio-
res.
Una labor ineludible del verdadero científico es
la crítica constructiva. Quien la recibe, sabe de la
buena fe que la acompaña. Pero, una postura ideo-
lógica deseable es el deber honesto y sin concesio-
nes, de tomar distancia de las afirmaciones pseudo
científicas y describir las que se basan en la mejor
evidencia disponible.
No habrá de olvidarse que Ley General de Salud
especifica claramente, que se deben utilizar sólo
aquellas maniobras que han demostrado científica-
mente su eficacia y seguridad para resolver proble-
mas de salud.
Lo anterior no descuida el respeto a las creen-
cias y prácticas de nuestras comunidades indígenas,
que son fuente de aportaciones o soluciones poten-
ciales para resolver problemas de salud, en particu-
lar de la mental. En Jalisco, es un desafío el estudio
de esta diversidad cultural.
Por primera vez en el país, son conformadas
comisiones de ética e investigación para evaluar pro-
yectos científicos que abordan el suicidio en Jalisco;
es por iniciativa de ellas que este documento se lle-
va a cabo, a través de sus compiladores.
Los retos de un investigador son siempre muy
amplios. Las tendencias a definir “prioridades de in-
vestigación”, no han sido muy exitosas. Sin embar-
go, podríamos sugerir que la investigación sobre la
efectividad de las maniobras que estamos
instrumentando para prevenir el suicidio en nuestro
estado, valen la pena de ser realizadas.
Estudiar el suicidio, es estudiar al ser humano.
Las múltiples respuestas que surgen día a día en el
mundo sobre cómo funcionamos, no forzosamen-
te responden a la pregunta de lo que somos.
Sin embargo, la ciencia debe ser humilde y tra-
bajadora. Es una herramienta, el problema es que
es difícil afirmar para qué sirve en realidad.
El objetivo de una política pública para la pre-
vención del suicidio, basada en términos científicos
es: “disminuir al máximo la probabilidad de que una
persona que es portadora de factores de riesgo,
consume el acto”.
Por el momento, no contamos con métodos que
nos permitan llevar esa probabilidad a cero. Mien-
tras ello no esté disponible, es deber colectivo con-
tinuar investigando, ayudando, exigiendo, informan-
do lo que la gente piensa. Pero no podemos perder
de vista que nadie tiene la autoridad moral entre
humanos de acusarnos los unos a los otros, si no
tiene una solución en la mano.
Somos pocos los investigadores que, además de
ejecutar proyectos científicos en el ejercicio de nues-
tra profesión, hemos atendido a una persona que,
con todos los factores de riesgo, con todas las me-
didas de tratamiento disponibles utilizadas, se quita
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la vida en el hospital. Le sigue un juicio legal que
exime de negligencia. La satisfacción del deber cum-
plido, si es que alguna es posible tener, es que si un
familiar del fallecido, ante el evento, presenta un
intento suicida; la familia nos llama para que lo aten-
damos. Se hizo todo lo que estaba al alcance.
Eso, por lo menos, merecen todos los seres hu-
manos que piensan en el suicidio, hacer todo lo que
está a nuestro alcance.
El escritor italiano Cesare Pavese intentó argu-
mentar en sus múltiples obras lo que finalmente hizo:
suicidarse. Ello no tiene ningún valor para otra per-
sona, y más vale tomar distancia del mismo. Desde
la perspectiva científica no puede asumirse hay ex-
pertos (con opinión sustentata) en discutir la vida o
la muerte.

Francisco Páez Agraz

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Terminó la edición el día 26 de septiembre de 2005
Primera edición electrónica
Tiraje: 100 ejemplares.
Diseño editorial:
Ventana Comunicación.
www.ventana.com.mx
Editor:
Enrique Páez Agraz

Fotografía de portada:
Nicholas Balmer