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OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
SÍNTOMAS
En el caso de la leishmaniasis cutánea, los síntomas dependen de donde estén localizadas las lesiones y
abarcan:
Los adultos generalmente presentan fiebre que dura entre dos semanas y dos meses, acompañada
de fatiga, debilidad que aumenta a medida que avanza la enfermedad y pérdida del apetito. (C, 2018)
DIAGNÓSTICO
Para diagnosticar la infección el especialista combina la realización de un examen clínico con pruebas
parasitológicas o serológicas. Estas últimas tienen un valor limitado en la leishmaniasis cutánea y
mucocutánea.
Están contraindicados en personas que padezcan una insuficiencia renal, hepática o cardiaca y en aquellas
afectadas por una tuberculosis.
Puede necesitarse cirugía plástica para corregir la posible desfiguración que se haya producido en la piel a
causa de las llagas en la leishmaniasis cutánea.
Con poca frecuencia, los pacientes con leishmaniasis viral resistente a los medicamentos pueden necesitar
la extirpación del bazo (esplenectomía).
TIPOS
Existen tres tipos de leishmaniasis:
La leishmaniasis cutánea: Este tipo afecta a la piel y a las membranas mucosas. Las llagas que pueden
aparecer en la piel empiezan, normalmente, en la región donde se ha producido la picadura del flebótomo.
La leishmaniasis sistémica o visceral: Afecta a todo el cuerpo y suele desarrollarse entre dos y ocho meses
después de la picadura del flebótomo.
Es frecuente que el paciente no haya advertido la presencia de llagas en la piel pero puede tener
complicaciones que resulten mortales ya que el parásito daña el sistema inmunitario, disminuyendo el
número de células que combaten la enfermedad.
CAUSAS
La enfermedad afecta con frecuencia a las regiones más pobres del planeta y está asociada a
la malnutrición, los desplazamientos de población, las malas condiciones de vivienda, la debilidad del
sistema inmunitario o la falta de recursos.
Además, esta infección está vinculada a los cambios ambientales, como la deforestación, la construcción
de presas, los sistemas de riego y la urbanización.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año se producen 1,3 millones de
nuevos casos y entre 20.000 y 30.000 de ellos son causa de muerte.
Otra fuente de infección son los animales: roedores, perros y diversos mamíferos salvajes. En muchas
regiones del continente africano la enfermedad es endémica en perros y carnívoros salvajes.
Las personas pueden contagiarse de la enfermedad en estos casos si reciben picaduras de una mosca de la
arena que haya picado anteriormente a un mamífero infectado.
La enfermedad también puede transmitirse de madres a hijos y a través de transfusiones de sangre o agujas
infectadas.
PREVENCIÓN
Para prevenir esta enfermedad es importante evitar las picaduras de los mosquitos flebótomos de las
siguientes maneras:
Colocando toldos de malla fina alrededor de las camas y en las ventanas, en zonas donde está presente la
enfermedad.
Usando repelentes de insectos y ropa protectora.
A nivel de salud pública, se deben tomar medidas para reducir las poblaciones de estos insectos y controlar
los estanques públicos.
Es importante tener en cuenta estas recomendaciones ya que no existen vacunas ni medicamentos que
prevengan la enfermedad.
HISTORIA
En 1756, Alexander Russell, al examinar un paciente turco en Alepo, describió una lesión que deja
cicatriz de por vida y que durante su evolución rara vez da mucho dolor. La llamó, "forúnculo de
Alepo".1
En 1903, Leishman y Donovan, de forma separada, describieron el protozoo que ahora se conoce
como Leishmania donovani, en el tejido del bazo de pacientes en la India con una severa
enfermedad letal y que se denominaría leishmaniasis visceral.
Condiciones socioeconómicas
Malnutrición
Las dietas bajas en proteínas, hierro, vitamina A y cinc aumentan el riesgo de que la infección
progrese hacia el kala-azar.
Movilidad de la población
Las epidemias de las dos formas principales de leishmaniasis a menudo se asocian con la migración
y el desplazamiento de personas no inmunizadas a zonas donde ya existen ciclos de transmisión. La
exposición en el trabajo y el aumento de la deforestación siguen siendo factores importantes. Por
ejemplo, asentarse en zonas previamente boscosas significa acercarse al hábitat del flebótomo, lo
que puede llevar a un aumento rápido del número de casos.
Cambios ambientales
Los cambios ambientales que pueden influir en la incidencia de la leishmaniasis son, entre otros, la
urbanización, la integración del ciclo de transmisión en el hábitat humano y la incursión de las
explotaciones agrícolas y los asentamientos en las zonas boscosas.
Cambio climático
SITUACIÓN EN HONDURAS